ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA
EN FONTANALES (Gran Canaria)
P O R
FRANCISCO CABALLERO MUJICA
En el presente trabajo pretendemos ofrecer los resultados
de nuestras investigaciones sobre el tema enunciado. Posible-mente,
falten otros datos dispersos por archivos y bibliotecas. Si
así fuese nos contentaríamos de ello, pues la investigación histó-rica
no es un círculo cerrado ni, mucho menos, exclusiva preten-sión
de los estudiosos, curiosos o aficionados. Todos pueden ofre-cer
nuevas pistas y aportaciones para completar, así, lo más po-sible,
la totalidad de nuestro pasado. Ofrecemos, por tanto, todo
lo que encontramos y que juzgamos de interés para el mejor co-nocimiento
de Fontanales y de su antigua ermita del apóstoI
San Bartolomé.
El primero de mayo de 1613, a los veintiséis años de edad,
contrae sus primeras nupcias, en la parroquia de San Juan Bau-tista
de Arucas, Juan Mateo Trujillo, hijo legítimo de Salvador
Mateo de Armas y de Antonia Jiménez de Cerpa, con Ursula de
Rosales y Castro, hija legítima de Felipe de Rosales y Troya y de
Juana de Castro1. De este matrimonio nacen dos hijos: Anasta-
Cf. Archivo Parroquia1 de Amcas: Lib. 4.0 Matr., fol. 8 v. Archivo
Diocesano de Canarias-iLas Palmas: Libro de Testamentos y Fundaciones,
folio 32-32 v.
2 FRANCISCO CABALLERO MÚJICA
sia de Troya y Castro en 1618 y el bachiller Juan Mateo de Cas-tro
en 1621 '.
Fallecida Ursula de Rosales y Castro el 21 de enero de 1624 ',
Juan Mateo Trujillo celebra sus segundas nupcias en Teror con
Isabel de Quintana, viuda de Luis de Montesdeoca, el 20 de oc-tubre
de 1624', de los que nace en Arucas Isabel de Quintana,
de igual nombre y apellido que su madre6, que muy joven con-trae
matrimonio en la iglesia del Sagrario de Las Palmas con el
alférez Esteban González Hidalgo, el 3 de noviembre de 1644
Nuevamente enviuda Juan Mateo Trujillo el 14 de marzo de
1628 8, y nuevamente vuelve a casarse en Arucas el 22 de noviem-bre
de 1629 con Lucana de Orduña y Godoy9. De este matrimonio
nace Manuel Alvarez de GodoylO, futuro doctor y canhigo de Ia
catedral de Canarias 'l.
Tendremos ocasión de comprender más abajo ias estrechas
relaciones que casi todos los miembros de esta singular familia
tuvieron con Fontanales y con su ermita.
Estimamos necesario dibujar el perfil espiritual de Juan Ma-teo
Trujillo. Durante siglos, la pastoral parroquia1 descmsaba
en las actividades de numerosas cofradías. El estudio de las mis-mas
nos configura el quehacer apostólico de las diócesis. En Aru-cas
se funda en 1579 la de la Vera Cruz o de la Sangre", la del
Santísimo Sacramento en 1586 y la del Rosario en 1585 14. De
a Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Lib 1.0 Baut., fol. 87.
Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Lib 2.0 Baut., fol. 22 v.
* Cf Archivo Parroquia1 de Arucas: Lib. 11.0 Def., fol. 35 v.
Cf. Archivo Parroquial de Teror Lxb. 1.0 {Matr., fol 24
Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Lib. 20 Baut., fol 62 v.
Cf. Archivo Sagrario Catedral-Las Palmas- Lib. 3.0 Matr., fol. 65 v.
Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Lib. 2.0 Def., fol. 9.
Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Lib. 2.0 Matr., fol. 40.
lo Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Lib. 2 O Baut., fol. 109.
l1 Cf. Archivo Catedral de Canarias-Las Palmas: Libro de Prebenda-dos,
pág 33.
la Cf Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Libro 1.0 de la Cof.
de la Vera Cruz de Arucas, fol. 2 - -.
l3 Cf. Archivo Diocesano de Canariasdas Palmas: Lib 1.0 Cf. del San-tísimo
Sacramento de Arucas, fol. 1.
l4 Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Lib. 1.0 Cof del Rosario, fol. 1.
400 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 3-
las tres fue Juan Mateo Trujillo excelente mayordomo. Ya en
1615 lo es de la de1 Rosario, cesando en 1617 15. Muchos años más
tarde contribuye espléndidamente para el tabernáculo de la Vir-gen
del Rosario 16. En 1623 lo es de la del Santísimo Sacramento,
cesando al año siguiente1'. Pero donde desarrolla su gran labor
es en la de la Vera Cruz, siendo mayordomo desde 1629 a 1638 la.
Tantos fueron sus desvelos que construye a sus expensas su ca-pilla
en 1631 y el obispo don Cristóbal de la Cámara y Murga
le concede arrimo, asiento y sepultura para él y sus herederos
en el arco de la misma en señal de gratitud y recono~imiento~~.
Demolido el viejo templo parroquia1 de Arucas para construir
otro de mayores dimensiones en su solar, Juan Mateo Trujillo
contribuye a las nuevas obras con desprendimiento y generosi-dad
ejemplares en los años 1653 a 1655, reconstruyendo de su
peculio personal la nueva capilla de la Vera Cruz y dotando de
altar a la capilla mayorz0.
Juan Mateo Trujillo fue hombre inmensamente rico y pode-roso
en su época. En Arucas poseía, junto al levante de su igle-.
sia, las fincas de La Bodeguilla, El Pino; las del Charco del Col-menar,
en las vegas aruquenses; las Hoyas de Anñez . . "; la finca
de Las Carreñas, en Teror; de La Palma y El Laurel, en Firgas ".
Y en Fontanales, cuatrocientas fanegas de tierras labradías for-mando
un solo cuerpo, compradas, respectivamente, en 1619 al
capitán Sebastián de Saavedra", en 1620 y 1622 a su padre Sal-
= Ibidem, fols. 29 y 33.
Ibidem, fols. 61 v. y 63 v.
l7 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las PaImas: Lib. 1.0 Cof. del
C&liiisiIii0 &,cl;aiiieiitO de ATUCaS, fOiS. 33 y 34 V.
l8 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Lib. 1.0 Cof. Vera
Cruz de Arucas, fols. 90-99 v.
l9 Ibidem, fols, 92 v. y 93.
Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg Arucas, Autos
del capitán José de Ortega Talavera, mayordomo de Fca. de Arucas con-au--
a n F- --- :---T I:J-I-- a- n- --*--- - /<7?<\S- 1- zí qnn U. ~ ' ~ 4 ~ ~ 1 5L1L I-UuÚ I ~ U UG V u l u L a u a (1 r ii), ium. 21-IUU.
21 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Arucas, De-manda
de Juan de Ortega, pintor, contra el Br. Juan Mateo de Castro,
cura de Moya (1670-1675), fols. 35 y sigs.
Ibídem, fols. 29 y sigs.
23 Cf. Archivo Histórico Provincial-Las Palmas: Leg. 1.022.
vador Mateo de Armas", en 1623 a García de Espinosa y a su
esposa Francisca de Armas 25, en 1624 a su tío Diego MateoZ6 y
en 1636 a Andrés Hernández, vecino de Moyaz7.
Las cuatrocientas fanegadas de tierras en Fontanales tenían
los siguientes límites: «Por la parte de arriba la Montaña de las
Arenas de la cumbre, por la parte de abajo la raya de la Mon-taña
de Oramas que solía ser y por un lado tierras que fueron
del capitán Miguel de Múxica, Alférez Maior que fue de esta isla,
que al presente posee Francisco Rivero, y por la otra parte el
lomo abajo desde la Caldera de los Pinos a dar sobre la Atalaya
y por su seguimiento el lomo abajo hasta dar a las Masmorrillas
de el monte» ESOS linderos corresponden a las primeras dos-cientas
fanegas y las otras doscientas, formando un solo cuerpo
con las anteriores, tenían el siguiente contorno: «Cortijo de los
Jinjos, lindando por una parte con tierras de lizenciado Juan
Mateo de Castro, mi hijo, cura del lugar de Moya, y por otras
tierras del lcdo. Bernabé de Palenzuela y de Andrés Hernández,
vecino de Moya, arriba la gambuesa que dicen de Agua de Fon-tanales,
hasta llegar al Montañón Prieto de la Arena, y por la
parte de arriba Las Arenas y Caldera de los Pinos y el lomo
abajo de la Caldera a dar donde dicen la Atalaya que viene a
juntar este lindero con las tierras del dicho Lcdo. Juan Mateo
de Castro y por la parte de abajo un lomito que sale de la fuente
de la Yedra a dar con tierras del dicho Lcdo. Juan Mateo de
Castro, con una cueva que está en tierras del dicho Lcdo. Palen-zuela
que dicen Cueva del Guanche sobre la fuente de los Jin-josn
m.
Las primeras doscientas fanegas descritas fueron concedidas
por Juan Mateo Trujillo, a título de patrimonio, a su hijo Juan
Mateo de Castro, por escritura firmada en Las Palmas el 17 de
enero de 1645, ante el escribano Juan Báez Golfos, porque «pre-
24 Cf. Archivo Histórico Provincial-Las Palmas: Leg. 1081.
25 I h i d e : ~L, eg. 1081.
26 Ibídem, Leg. 1.088.
27 Ibídem, Leg. 1.101.
Cf. Archivo Diocesano de Canarias~Las Palmas: Leg. Anicas, De-manda
de Juan de Ortega, pintor ., fol. 134.
Ibídem, fol. 75 v.
402 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 6
tende ordenarse de sacerdote y pasar a sus estudios y graduar-se
» =. En el cuerpo de esta escritura de patrimonio se encuentra
una carga muy onerosa y que Juan Mateo de Castro debía re-solver
como condición previa a su tranquila posesión y disfrute.
Las doscientas fanegas en cuestión habían sido declaradas rea-lengas
por el fiscal de la Hacienda Real de la Audiencia de Las
Palmas, a pesar de las reiteradas reclamaciones de Juan Mateo
Trujillo de que las había comprado a legítimos dueños. Juan
Mateo de Castro no se arredra ante la dificultad y efectúa un
viaje a Madrid para realizar las gestiones convenientes ante el
rey Felipe IV31. El éxito coronó SU viaje y el propio Felipe IV
por Real Cédula, firmada en Zaragoza el 6 de octubre de 1645,
le hace merced de las cuatrocientas fanegas de Fontanales y por
otra, despachada en Madrid el 14 de agosto de 1648, mandó que
se observase la anterior al Fiscal de la Real Audiencia de Cana-rias,
Lcdo. Gonzalo Pérez de Carvajal3'. Es curioso hacer notar
que el rey «me hizo merced de las dichas tierras, y otras a ellas
confinantes por los servicios que le hice y los derechos que le
pagué» s.
Regresado que fue de Madrid, Juan Mateo de Castro vende
graciosamente a su padre las doscientas fanegadas de tierras de
~ontanaies que no entraban en su patrimonio para ordenarse.
Veinte fanegadas vendió al Lcdo. Bernabé de Palenzuela y otras
a su sobrino Antonio de Castro. Estas ventas se realizaron en
enero de 1649
Por escrituras firmadas, respectivamente, en Arucas y Las
Palmas, el primero y 23 de mayo de 1653, Juan Mateo Trujillo
otorga carta de patrimonio a favor de su hijo Manuel Alvarez
de Godoy, pues trata también, como su hermano Juan Mateo de
Ibídem, fol. 133 v.
31 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Arucas, De-manda
de Juan de Ortega, pintor ., fols. 135 v. y 138.
:a fiC A--L:--. fi ----- 1 A,. e:------. Zb--:-4..- 0 1 .3-? C-17-. a---
LI. ~ I L I I I V OU CIICLQI uc m ~ l l a ~ l ~ an>cg. muu UC; I IC~ ~UIC I mllu. l igws -
to de 1648.
33 Cf. Archivo Parroquia1 de Arucas: Leg. Testamento y Capellanías.
del Br. Juan Mateo de Castro, fol. 126.
Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: ~Leg. Arucas, De-manda
de Juan de Ortega, pintor , fols. 64 v. y 139-142.
Castro, de ordenarse de sacerdote. Junto a los bienes que le tod
caron en Arucas, procedentes de la herencia de su madre, Lu-cana
de Orduña y Godoy, su padre le cede las doscientas fanega-das,
compradas a su hijo Juan Mateo de Castro, descritas más
arriba en segundo lugar*, en las que encontramos ya referen-cias
sustanciosas de la ermita de San Bart~lomé~~.
PRIMERAER MITA DE FONTAKALES
De las diferentes compras de fincas en Fontanales realizadas
por Juan Mateo Trujillo, hemos estudiado escrupulosamente sus
escrituras en busca de noticias referidas a otra ermita previa
a la que él construyó en honor del apóstol San Bartolomé. Nada
hemos encontrado.
Aún más; el 13 de noviembre de 1629, nueve días antes de su
tercera boda, Juan Mateo Trujillo, ante el escribano Sebastián
de Saavedra en Arucas, «para que en todo tiempo conste de los
bienes raíces y muebles que al presente tiene para que si fuese
caso que tome estado y se sepa y conosca los bienes de los cuales
hace inventario, que son los siguientes: Primeramente doscientas
y cincuenta fanegadas de tierras de Fontanales con tres casas,
una alta y las dos bajas, una de ellas cubierta de paja y las otras
dos de teja con un cercado de piedra pegado a ellas» *. Esas son
las únicas propiedades que ese inventario registra en Fontanales y
nada dice de la ermita de San Bartolomé. Tampoco se hace alu-sión
alguna a la misma en la escritura de compra-venta que An-drés
Hernández le hizo a Juan Mateo Trujillo en 1636, como ya
hemos señalado más arriba.
Por esas razones le concedemos el honor que se merece a
Juan Mateo Trujillo como constructor de la primera ermita de
Fontanales. Las pruebas las aporta él mismo. Muerta su tercera
W "vi d. cita núm. 29.
3 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: k g . Arucas, De-manda
de Juan de Ortega, pintor. ., fols 71 v y 76 v.
Vid. citas 23-27.
38 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Arucas, De-manda
citada, fol. 109.
42 1- ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES '9
esposa, Juan Mateo Trujillo hace inventario de sus bienes ante
Francisco de Rosales, alcalde de Arucas, el 26 de marzo de 1639
y entre sus cláusulas encontramos la siguientes: «Ytem declara
el dicho Juan Mateo se a hecho durante su matrimonio de la
dicha doña Lucana de Orduña una ermita con su portada y pa-redes
hechas, que ya está cubierta en Fontanales que llaman de
San Bartolomé, la dicha ermita, que costó quatrocientos reales.»
Y añade: «Ytem declaró el dicho Juan Matheo aber marcado
en el dicho matrimonio sien reales de tejas para la dicha her-mita
» ".
Ya sabemos que Juan Mateo Trujillo casó en terceras nupcias
con Lucana de Orduña y Godoy el 22 de noviembre de 162940. En-tre
ese año y el de 1639, fecha del inventario arriba aludido, po-demos
situar la fecha de la construcción de la ermita. Quizá el
año 1635, fecha intermedia entre ambos acontecimientos, fuera
el de su edificación.
La situación de la emita nos viene dada en la escritura otor-gada
por Juan Mateo Trujillo a favor de su hijo Manuel Alvares
de Godoy. Veamos: «Sien fanegadas de tierras labradías poco
más o menos que tengo y poseo donde disen los Jinjos, término
de Fontanales, con dos casas bajas terreras y dos gañanías y una
ermita de la abogación de san Bartolomé, dos pomeras de árbo-les
pequeñas que el uno está junto a las dichas casas y el otro
junto a la dicha ermita y rededor de ella» 41.
Juan Mateo Trujillo impone condiciones a su hijo Manuel Al-varez
de Godoy para el disfrute de su extenso patrimonio. En lo
que aquí nos importa, precisa convenientemente lo referente a
la ermita, imponiendo noventa reales de tributo en cada un
año, a*perpetuidad, que se han de pagar del modo siguiente:
«Beinte y seis reales de ellos para Ios reparos y ornamentos
de la dicha hermita de lo qual tubiese necesidad en cada un año
y quarenta y quatro reales restantes para la limosna de dose
" Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg Arucas, De-manda'
citada, fol 115 v.
4"V1d. cita núm 9.
41 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas. Leg Arucas, Dr-manda
citada, fol. 75 v.
Núm 26 (1980) 405
misas resadas que a de desir a los doce Apóstoles en cada un año
por mi alma y de mis mugeres que an sido y difuntos a dos
reales de limosna por cada una, las quales se an de desir en la
yglesia que el dicho mi hijo quisiere y por bien tubiere, y beinte
reales restantes conplimiento de dicha cantidad para la limosna
de una misa cantada que perepetuamente y para siempre hamás
se ha de desir en la dicha ermita de San Bartolomé, los quales
a de pagar y quien le susediese a el Cura de la billa de Arucas o
a el de Moya o a el que tocare la jurisdición de aquel partido
questas dichas memorias hago fundación de ellas por estas es-cripturas
perpetuamente y para siempre hamás y con este car-go
se las doy las dichas tierra. .. » ".
Juan Mateo Trujillo fallece en Arucas el 18 de diciembre de
1655 4', habiendo otorgado testamento el día anterior. Manda ce-lebrar
diversos números de misas por su alma a diferentes advo-caciones
entre las que aparecen «ocho misas a San Bartolomé~44
y esta cláusula: «Mando que de mis bienes se den de limosna
a la Yglesia de Señor san Bartolomé de Fontanales ducientos
reales, para los ornamentos de dicha ermita de que soy Pa-trono
» 45.
LUNA NUEVA ERMITA?
Esa es la impresión que nos ofrece el Lcdo. José Marrero
Marrero, cura de Moya por los años diez del presente siglo. Esta
es su referencia:
«NO sé, con certeza, el año en que se edificó la capilla. Indu-dablemente
fue entre 1672 y 1680. En 1672, aim DO estaba cons-truida,
según resulta de un informe del Cura don Juan RodríSez
de Quintana; pero, en 1680, don Juan Mateo de Castro, cura
entonces de Arucas, y que antes lo había sido de Moya, establece
" CP. Arrhwn Yinresmr! cle CCCIIICCIT~PEaSh-LaIsS: Leg. A ~ x a s ,D e-manda
citada, fol. 76.
43 Cf. Archivo Parroquia1 de Amcas: Lib. 2.0 Def, fol. 19.
Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas Leg. Arucas, De-manda
citada, fol. 10 v.
45 Zbídem, fol. 15.
4 s ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES ' 9
en la ermita de Fontanales, la función anual en honor del Santo
Apóstol, e impone sobre sus bienes un censo perpetuo para que,
en el día de la fiesta, se abonen los derechos del Curato»*. En
el manuscrito del Lcdo. Marrero, existente en la biblioteca de
El Museo Canario, y junto a la anterior referencia, se encuentra
copia de una partida de matrimonio en la que consta que, el
18 de septiembre de 1673, se casaron en la ermita de San Barto-lomé
de Fontanales Francisco de Arencibia Rodríguez y Juana
González Rivero.
Dejando aparte las inexactitudes históricas del Lcdo, Marre-ro
acerca de la construcción de la ermita y su fundador atribuida
por él al bachiller Juan Mateo de Castro y no a su padre Juan
Mateo Tnijillo, como hemos probado más arriba, la noticia que
nos ofrece acerca de una nueva ermita construida entre 1672
y 1673, entra en lo verosímil. La razón es muy sencilla, si se ob-serva
la técnica que la construcción de edificios seguía en aque-llos
siglos. De ordinario las ermitas de la época se levantaban
con cuatro esquinas de cantería, paredes de piedra y barro, pe-sado
artesonado de tea, descansando todo sobre cimientos su-perficiales.
Aguas torrenciales, avenidas y barranqueras, vientos
fuertes, se encargaban con harta frecuencia de echar por tierra
ese tipo de edificaciones. De ahí que las reedificaciones de ermi-tas
sea un fenómeno muy frecuente en tiempos pasados. Aquí
estriba la razón de Juan Rodríguez de Quintana, cura de Moya,
pero ni éste, ni el Lcdo. Marrero, prueban que sea la primera
ermita de Fontanales la que ellos registran. Se trata, sin duda
alguna, de su segunda ermita. En el deseo de presentar nuevas
precisiones al respecto hemos intentado encontrar el informe del
cura de Moya citado, pero nuestros esfuerzos han resultado has-ta
ahora inútiles.
Cf. MARREROW RERJ.: OAp,u ntes para la Historia de la Parro-quia
de Moya (1913), ms. de la biblioteca del Museo Canario, 111, fols. 507
y 508.
NÚm 26 (1980) 407
10 FRANCISCO CABALLERO MÚJICA
UN HIJO FIEL
Ese y con todos los honores es el calificativo que merece e1
doctor Manuel Alvarez de Godoy, segundo patrono de la er-mita
primera y segunda de San Bartolomé de Fontanales. EI
mismo nos lo dice en el momento de otorgar testamento en Las
Palmas ante el escribano Lázaro de Figueroa y Vargas, el 15 de
enero de 1691. Por su gran interés para la historia de Fontanales
reproducimos íntegra la cláusula siguiente:
«Ytem declaro que tengo por mis vienes un cortijo de tierras
en el pago de Fontanales que serán sien fanegadas poco más o
menos con unas casas y una hermita de la abogación de Señor
san Bartoiomé, que todo está en dicho cortijo, ciei cuai me %so
Patrimonio Joan Matheo, mi padre, que esté en gloria, en eI
tiempo de ordenarme con cargo de doce misas resadas que se
avían de decir cada un año a los doce Apóstoles en la parte don-de
yo quisiere, las quales tengo cumplidas, y encargó asímismo
de que el día de Señor san Bartolomé se dixese en dicha her-mita
una misa cantada por el cura de la Villa de Arucas o de el
lugar de Moya que también se a executado assí hasta el aíío
pasado de noventa y que por limosna de ella se pagasen veinte
reales y por cada una de las dose resadas dos reales y con cargo
asimesmo de pagar cada año treynta reales para los reparos de
los ornamentos y demás necessario de dicha hermita que todo
son setenta y cuatro reales cada año, = quiero y es mi voluntad
que dicho cortijo con dichas casas y hermita, menos el ganado
que en él ubiere, lo aya y goce para sí Don Francisco Hidalgo de
Quintana, mi sobrino, hijo de1 AIférez Estevan González Hidalgo
y de Doña Ysabel de Quintana, mi hermana, con la pensión de
los dichos setenta y cuatro reales referidos y en calidad que del
valor de dicho cortijo se haga pago de tres mil1 y quinientos
reales que le devo como heredero que es de dicho Alférez Es-
, ,*, , + f-?,,,'l,, u : a , 1 - , -+a,,-,1 a- -+., ..- -:11 ,--'¡-, -..- -..- r c v a u uwl l r . a l c r . InlSda1t;u, u = I~GD LU U= quauu 111111 IGQIGJ YUG YUG-dé
debiendo al susodicho del ajuste que hise con él de las quen-tas
que tubimos y de que le hise papel firmado de mi nombre
por averle pagado al dicho mi sobrino y a su madre quinientos
reales par-a el entierro del dicho su padre, y lo que sobrare de1
408 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 11
valor de dicho cortijo, casas y hermita, bajados los dichos se-tenta
y quatro reales de las pensiones y los tres mill y quinientos
de la deuda, se lo dejo al dicho mi sobrino Don Francisco Hi-dalgo
para que lo tenga y goze y sus herederos, con lo qual
queda pagada dicha deuda de tres mil1 y quinientos reales = y
si acaso el dicho mi sobrino falleciere sin tener suzesión legíti-ma,
quiero y es mi voluntad que lo que sobrare del valor de
dicho cortijo, bajadas las pensiones y los tres mill y quinientos
reales de dicha deuda, se agregue a la capellanía que tengo de
fundar» ".
Un breve comentario merece esta extensa cláusula testamen-taria
de Manuel Alvarez de Godoy. Sobresale especialmente la
fidelidad con que cumple la voluntad de su padre, Juan Mateo,
Trujillo, desde 1653, en que tomó posesión de las propiedades
de su patrimonio, hasta 1690, fecha de su testamento, en e1 que
afirma que ni en un solo año dejó de celebrar las misas a los
doce Apóstoles y la misa cantada en la ermita de San BartoIomC
de Fontanales. En segundo lugar, su reiterada voluntad de que,
sea cual fuere el porvenir del cortijo de Fontanales, se observen
las pensiones prescritas por su padre para atender todo lo ne-cesario
a los reparos y al culto en la misma. Y por último, ga-rantizar
la sucesión familiar en el mencionado cortijo en la per-sona
de su sobrino Francisco Hidalgo de Quintana, quien, a
partir del 24 de agosto de 1697, se encarga de cumplir las indi-cadas
misas a los doce Apóstoles y de la misa cantada en la
ermita de Fontanales en honor de San Bartolomé, pues su tío
Manuel Alvarez de Godoy había fallecido en mayo del mismo
año 48.
Se 'da por supuesto, ya que ~ a n u eAi ivarez de (Jodoy sobre-vivió
a su testamento, que las cargas impuestas a su patrimonio
por su padre se cumplieron ejemplarmente de 1690 a 1696, am-bos
inclusive. Esto supone cuarenta y tres años continuos de1
culto a San Bartolomé en su ermita de Fontanales, celosamente
47 Cf. Archivo Hist6rico ProvinciabLas Palmas: Leg. 1427, fols. 13-13 v.
48 Cf. Archivo Catedral de Canarias-Las Palmas: Libro de Prebendados,
página 33.mArchivo Parroquia1 de Arucas- Libro de Memorias Antiguas,
folio 30.
cumplido por su hijo fiel, a los que es necesario añadir trece
o más años más, de 1635 a 1652, en los que su padre llevó como
patrono la dirección de la ermita. Sesenta años de culto a San
Bartolomé en Fontanales configuran una hermosa tradición de
culto y romerías que permanecen hasta nuestros días.
Es digno de notarse que Manuel Alvarez de Godoy estuvo
muchos años ausente de Gran Canaria y que procuró siempre,
como es obvio, que todas sus obligaciones respecto a la ermita
de San Bartolomé quedasen exactamente cumplidas. En septiem-bre
de 1656 parte para Sevilla para graduarse, regresando a Aru-cas
sobre 1660 con el título universitario de doctor4'. Ignoramos
si por esos años realizó otros viajes. Ciertamente está en Las
Palmas en 1671 50, en Arucas en 1672 y en 1673 otra vez en Las
Paimas =. En 168U se encuentra en Madrld, s e d n nos af~rmas u
propio hermano, el bachiller Juan Mateo de Castro, cuando el
29 de noviembre de dicho año firma su testamento en Arucas,
indicándose, además, que su ausencia de la isla abarcaba ya al-gunos
años. Veamos :
«Ytem -dice- quiero y es mi voluntad que cuando yo pase
de esta presente vida, si se hallare en esta Ysla de Canaria el
doctor Don Manuel Alvarez de Godoy, mi hermano, que está de
presente pretendiendo en la Corte, y acaso cansado de dicha
pretensión o por otro algún accidente se huviere retirado y ve-nido
a gozar de su hacienda y quietud, no teniendo Prebenda,
Beneficio, ni otra dependencia o embarazo que lo impida, sea
en primer lugar preferido para que goze y administre esta Ca-pellanía
maiorn
No mucho después de su testamento, el mismo Juan Mateo
de Castro, nos deja esta noticia: «El Doctor Don Manuel Alvarez
de Godoy, Racionero de la Santa Yglesia Catedral de estas YsIas,
49 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Paimas: Leg. Arucas: De-manda
citada, fol. 67 v.
Ihídem; fol. 19.
51 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Lib. 1.0 Cof. Santí-simo
Sacramento de Arucas, fols. 38-39.
sz Ibidem, fols. 6465.
Cf. Archivo Parroquia1 de Arucas: Leg. Testamento y Capellanias
del Br. Juan Mateo de Castro, fol. 23.
410 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 13
nació en esta Villa de Arucas y fue bautizado en la parroquia1
de San Juan Bautista donde dijo misa nueva, tuvo hebra de
poesía y fue buen predicador» ". Esto nos indica que alcanzó su
pretensión ante Ia Corte de Carlos 11. Era ya en 1685 prebendado
<de la Catedral de Canarias 55.
¿Quién atendía entretanto el culto de San Bartolomé de Fon-
;tanales el 24 de agosto de cada año? En 1648, toma posesión del
curato de Moya, Juan Mateo de Castro, permaneciendo en el
mismo hasta 1660" en que pasa al de Arucas 57. Doce años cerca
.de Fontanales, donde además tenía sus posesiones patrimonia-les,
nos hace pensar con lógica elemental que fue él y no otro el
que cumplía la voluntad de su padre hasta 1652 y a partir de 1657
la de su hermano Manuel Alvarez de Godoy. El ajuste de este
hecho con el espíritu y letra de la voluntad de Juan Mateo Tru-jillo
fue perfecta, ya que llamaba al cura de Arucas o al de Moya
a celebrar la fiesta de San Bartolomé en su ermita de Fontana-les.
Los sucesores de Juan Mateo de Castro en el curato de Moya,
Juan Angel de Vera y Falcón, Juan Rodríguez de Quintana, etc.,
siguieron sin duda con la costumbre, ayudados por los frailes do-minicos
del convento de San Juan de Ortega de Firgas que, fun-dado
en 1613%, alcanzaba por estos años gran esplendor.
Así fue la que recibió don Francisco Hidalgo de Quintana,
sobrino del Dr. don Manuel Alvarez de Godoy, hijo del Alférez
Esteban González Hidalgo y de Isabel de Quintana, como queda
dicho más arriba. Allí decíamos las obligaciones que el heredero
Cf. Archwo Parroquial de Arucas: Libro de Memorias Antiguas, fo-lio
30.
55 Cf. Archivo Catedral de Canarias-Las Palmas: Libro de Prebendados,
33.-&y.hiri= Purrqdiu! de Lib. I A K ~ ~ ~ A Ao-+:c-.- E~
.L.LVA*A"L a'&- ~ L A v A ~ U ' + . , ,
folio 30.
56 Cf. MARREROM ARREROJ.,: Apuntes para la Historia ..., 1, fol. 322.
57 Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Lib. 1.0 Def., fol. 21.
j8 Cf. Archivo Histórico Nacional: Sección Conventos: Convento de San
Juan de Ortega de Firgas, Leg. 1.0, fols. 2-24 v.
Núm 26 (1980) 411
14 FRANCISCO CABALLERO M X ~ C A
debía observar respecto a la ermita y al culto de San Bartolomé.
de Fontanales.
Aun le quedarían pingües propiedades a Manuel Alvarez de-
Godoy en el término de Arucas, en el Charco de Colmenar, hoy
La Sanja; El Pino, junto a la iglesia aruquense, y otros en Teror
y Firgas. Con todos ellos funda una colosal Capellanía que el
22 de agosto de 1697 es adjudicada a su pariente y homónimo,
Manuel Alvarez de Godoy fundada por su testamento de 1691 'O.
Dicho capellán fue luego Cura de Arucas, desde 1716 a 1727 61.
La fortuna de Francisco Hidalgo de Quintana, que toma pose-sión
de la herencia de Manuel Alvarez de Godoy en 1697, tuvo
un precedente muy importante cuatro años antes. En efecto; el a
8 de mayo de 1693, fallecía en Arucas el bachiller Juan Mateo de E
Castro, su tíom. Este había firmado, con Esteban González Hi- O
dalgo e Isabel de Quintana, cuñado y hermana respectivamente, n - m
en la entonces villa de Arucas, el S de marzo de 1681, una escri- O
E
tura de transación referida a sus propiedades de Fontanales. E
2
E Estas sumaban doscientas fanegadas de tierras. Esa transación
suponía la creación de un vínculo hereditario a favor de Francis- 3
co Hidalgo de Quintana6" Este heredero recibió en Fontanales O-todos
los bienes de los hermanos Juan Mateo de Castro y Ma- m
E
nuel Alvarea de Godoy: Cuatrocientas fanegadas de tierras, las O
fuentes de La Cisterna, de la Yedra, etc. Si la herencia recibida n
de Manuel Alvarez de Godoy tenía sus concretas obligaciones aE
respecto a la ermita y culto a San Bartolomé, veremos más aba-jo
que las posesiones anteriormente del bachiller Juan Mateo de n
n
Castro tendrán suma importancia para el culto más estable y j
duradero .en Fontanales. O
59 Cf. Archivo Histórico Provincial-Las Palmas: Leg. 1.471, fols. 130-133.
Cf. Árchivo Histórico Provincial-Las Palmas: Leg. 1.427, fols. 14-14 v.
Cf. Archivo Parroquia1 de Arucas: Lib. de Memorias Antiguas, fo-lio
11 v.
Cf. Archivo Parroquial de Arucas: Leg. Testamento y Capellanias
del Br. Juan Mateo de Castro, fol. 190.
63 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Demanda de
Salvador Ponce contra Andrés Melián sobre la propiedad del Vínculo que
fundó el Br Juan Msteo de Castro (1830), fol 1
412 ANUARIO DE ESTUDIO8 ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES
VISITAS PASTORALES DURANTE EL SIGLO XVIII
No consta que, desde 1635, fecha de la construcción de la
ermita, hasta 1697, en que toma posesión del patronato de la
misma Francisco Hidalgo de Quintana, fuera visitada por pre-lado
o delegado suyo. Si lo fue no hemos encontrado hasta el
presente documentos comprobatorios.~ Tampoco consta que fue-ra
visitada de 1697 a 1731. Anualmente, p6r.10 menos, era visita-da
extraoficialmente por los curas de Moya que acudían a Fon-tanales
a las fiestas de San Bartolomé cada 24 de agosto. Téngase
en cuenta, por otra parte, que Fontanales, en aquel entonces y
hasta hace relativamente pocos años, carecía de caminos viables,
fuera de los de herradura, que lo comunicasen con Moya y otros
pueblos limítrofes. La geografía imponía sus leyes.
No obstante, ya aparece una referencia de una visita a la er-mita
de Fontanales el 24 de junio de 1732. Es la primera de la
que existe constancia oficial, ordenada por el obispo don Pedro
Manuel Dávila y Cárdenas en su visita pastoral a la parroquia
de Moya. Veamos el dato: ~Hermitas: Visitó su Ylustrísima, hizo
visitar, las hermitas de Señor san Lorenzo, que está en su dis-trito,
la de San Bartolomé que disen pertenecen a el Mayorasgo
de Don Joseph Hidalgo y están desentes» 64. Ignoramos quién fue
visitador, ya que según leemos en la referencia citada no fue
el obispo personalmente el que acudió a Fontanales. Pero el
'obispo añade una noticia de interés: «Compónese este lugar (de
Moya) del barrio de Fontanales que tendrá como diez y ocho
vecinos» 65. Tres años antes e1 mismo obispo Dávila en sus céle-bres
Sinodales, escribe refiriéndose a Moya : «Tiene asímismo
dos Hermitas, que son la de San Lorenzo en la Costa, que llaman
de la 'draga, y la de San Bartolomé en Fontanales que sólo cuen-ta
con veinte y dos vecinos» 66. El término vecino se equiparaba
64 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib..S.o Fca., fol. l.
Ibidem, fol. 1 v.
Cf. DAVILAY CARDENAPSe, dro Manuel, obispo de Canarias: Constitu-dones
y Nuevas Addiciones Synodales del Obispado de Canaria (1729), Ma-
-&id (1737), pág. 696.
en aquel entonces al de familia y se admitía, además, el cómputo
de cinco miembros por familia. De ello deducimos que Fonta-nales
tenía en 1729, fecha del Sínodo del obispo Dávila, exacta-mente
110 habitantes y sólo 90 cuando la- visita pastoral de
1732.
Deben pasar cincuenta y cuatro años para encontrar otra
referencia de visita pastoral a Fontanales, cuando el obispo don
Antonio Martínez de la Plaza se encuentra en tal ministerio en
la parroquia de Moya el 18 de diciembre de 1786. La referencia
es amplia y de gran interés. Veámosla:
u . . . y de San Bartolomé en el Pago de Fontanales, distante de
este Lugar como dos leguas, en la Montaña, que según Ynformes
hechos a S. Y. está muy necesitada de reparos en su edificio, y
ornamentos, cmas dos Hermitas existentes en ei distrito de esta
Parroquia se dicen ser de Patronato particular, pero ni consta,
como debiera ser en este Archivo, de la fundación de ella, obli-gaciones
con que se concedió su edificación y servicio, ni las
Alhajas, muebles, ni ornamentos de que están surtidas: Manda
S. Y. a el Párroco de este Lugar pase oficio político a los que
se titulan Patronos de las dichas Hermitas, pidiéndoles la licen-cia
que necesariamente predecería para su construcción, y que
en ellas se celebrase el Santo Sacrificio de la Misa, y un Libro
en blanco semejante a éste a cuio principio cogería dicha licen-cia,
y a su continuación extenderá inventario de todas las Alha-jas,
y ropas existentes en ellas, para que conste y se tome razón
en las futuras Visitas sobre cuio cumplimiento se encarga grave-mente
la conciencia del Párroco con prevención de que ha de dar
aviso a S. Y. de las resultas de esta diligencia» 67.
Esta larga cita de la visita pastoral del obispo Plaza nos
pone de relieve varios puntos de gran interés y que no debemos
soslayar. En primer lugar, que no consta en el archivo parro-quial
de Moya documento alguno que confirme la existencia de1
Patronato de la ermita de San Bartolomé de Fontanales. Tanto
e! témlliu <<sed ise perielieeer a el I~layura~gdoe Dmi 3oseph
Hidalgo» del obispo Dávila en su visita a Moya en 1732@, como
67 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. 2.0 Fca., fols. 120-121 v.
@ Vid. cota núm. 64.
414 L YCAXIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 17
la reafirmación del obispo Plaza, cincuenta y cuatro años más
tarde, confirmando que «se dice ser de Patronato particularn,
nos están indicando la carencia total de documentos ya no sólo
en Moya, sino, además, en el propio archivo diocesano.
Por otra parte, la pretensión del obispo Plaza de que se pre-senten
documentos fehacientes de la fundación del Patronato de
la ermita de San Bartolomé de Fontanales, tiene toda la carga
de los fundamentos legales exigidos por el Corpus Iuris Canónici
entonces vigente que imponía al pretendiente a construir una
ermita, no s61o su construcción, sino, además, la dotación con-veniente
para el culto y reparos de la misma, todo ello bajo
escritura pública y definitiva que obligaba tanto al fundador o
patrono como a sus herederos. De lo contrario sería clausurada.
Esta legislación se remontaba al Concilio Auraliense 1, celebrado
en el siglo VI
Ignoramos, en segundo lugar, si el párroco de Moya pasó
«oficio político» o no al patrono de la ermita de Fontanales que
lo era a la sazón don Juan Mateo Hidalgo de Quintana m. No he-mos
encontrado hasta ahora rastro alguno de la gestión del pá-rroco
aludido. Carente de datos en su archivo y sin intentar, que
sepamos, la búsqueda de documentos en el archivo diocesano,
tuvo que fracasar necesariamente en la misión que el obispo le
había impuesto, que destinado a la sede de Cádiz en 1790 dejaba
el asunto en suspenso. Prueba, por otra parte, de ello, es que el
libro que el mismo obispo le mandó comprar para la mayordo-mía
de San Bartolomé sólo aparece muchos años más tarde, con-cretamente
bajo el pontificado de monseñor Verdugo en el año
1810, fecha en que se abre7'.
Cf. FRIERBERG, E.: Corpus Iuris Canónzcz, dos volúmenes, Ed crítica,
Graz (1959): D. 1.a de Consecratione, cap. 9.
Cf. Archivo Wocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Autos de los
wch_n_ozd e F~nt.n.!er CIE~T~ rlnn Frmrisr~P ~ n c ejr ccnscrte, vecinos de
Arucas, sobre e1 cobro de maravedises procedentes de una memoria de Mi-sas
servideras en San Bartolomé de dicho Pago, impuestas por Don Juan
Mateo de Quintana (1813), fols. 45.
Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: de la Ermita de San Bartolomé de
Fontanales, fol. 1.
FRANCISCO C P ? L E R O MÚJICA
El 5 de julio de 1793 se abre una nueva etapa al culto en la
ermita de San Bartolomé de Fontanales. De esa fecha existe un
documento de máximo interés. Es el siguiente:
<Yo el infrascrito escribano público del número de esta Ysla
por Su Majestad [que Dios guarde), certifico y hago fe a las Se-ñores
y demás que el presente vieren, como ante mí en el dia 25
de abril del presente año de mil setecientos y noventa y tres,
Don Agustin Cabral Jáimez, Presbítero, Cura servidor en el Sa-grario
de esta Santa Yglesia Catedral, como apoderado del Lcdo.
Don José ~i d a i g oy Cigala, Abogado de los Reales Consejos,
Consultor del Santo Oficio de la ynquisición de estas Yslas, y
Auditor jubilado de la Comandancia General de estas Yslas, se-gún
el que le confirió por ante Don José Alvarado, escribano
público que es de este número, con fecha 20 de marzo de este
propio año, ratificado por otro de 22 del mismo mes y ante el
citado escribano, otorgó testamento nuncupativo del dicho li-cenciado
Hidalgo, bajo cuya disposición falleció, y entre las
cláusulas del que se compone se halla a la letra del tenor si-guiente:
»Ytem me fue comunicado por dicho poderdante ser su vo-luntad
imponer perpetuamente y para siempre jamás el número
de misas rezadas en los domingos y dias de fiesta de precepto
del año (que se han de decir en la Ermita de San Bartolomé de
dicho pago de Fontanales para que aquellos vecinos tengan el
consuelo de oirla), a que alcance el rédito de la parte del Cor-tijo
de las Casas en el citado pago, perteneciente a su tío Don
Juan Mateo Hidalgo de Quintana, donde dicen la Cuevecilla de
Dos Puertas, en que entra la Solana de Cazadores, sobre que se
hace esta imposición, compuesta de cuarenta y nueve fanegadas,
1- ---- na 1 ~ x u aqu t: se Ic adjüdie6 ea !a za~t idadd e 1.202 peses, se=
gún la partición que se aprobó con su deslinde y arnojonamien-to,
en escritura otorgada ante el supradicho escribano Don José
Cabrera Bethencourt que, según ella, confirma por primer Iin-dero
por la parte de arriba la Caldera de los Pinos, por abajo
416 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLA'NTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 19
la Degollada del Perulero, línea recta por las veredas que van
a dar al Lomito del Perulero, este abajo hasta dar con la barran-quera
del Valle del Lomo del Negro, donde se halla una peña al
fenecimiento de é1 con una cruz bien señalada, y de dicha peña
y barranquera del expresado Valle, línea recta arriba, que va a
dar al último majadal de las tierras mencionadas de Cuevecillas
de Dos Puertas que va derecho por la Hoyeta de los Cardos a
una peña que está en dicho majadal, que es el lindero de un
lado, y por el otro, comienzo del camino que viene de Artenara
a Agua Fontanal de la Degollada de las Majadillas, lomo abajo,
que linda con el Cortijo de Pavón a dar a la Atalaya con tierras
de José Rodríguez Moreno, y siempre continuando el dicho lomo
abajv E,a;ta dC dicha Ata~Ccyya, de ayUi a! de! rfscG
de ella lomo abajo a dar al segundo lindero, que es la degollada
del Perulero, en cuya parte y número entran Ias Cuevecillas men-cionadas,
cuya imposición es la misma que dejó encargada hi-ciese
el nombrado su tío, Don Juan Mateo Hidalgo, y en esta
xr;v+TqA 1n Aanlovn -0-0 "7.- --no+- -7 o- n%---ln nnn 10 . T n l , - n
III L U U IU UbbIUI U U O I P U L U YUU C I U I I O L b Y O b C I U l l l p L B CIVIL 14 Y WIULL-tad
de ambos y que las mencionadas tierras queden gravadas con
esta pensión que deberán cumplir sus herede ros^ ".
Para mayor comprensión de lo que más abajo diremos, es ne-cesario
que expongamos otro aspecto del testamento indicado.
En efecto; don José Hidalgo y Cigala, faI1ecido sin sucesión nom-bra
herederos a su sobrino don Pedro Bravo de Laguna y Huer-ta,
concediéndole la mitad de su parte del Cortijo de las Casas,
y la otra mitad a sus cuñados don José y don Francisco Ponce
de Quintana. Estos sefiores no podían entrar en la posesión ple-na
de here~cia.m ientras vivi~rafi« d&a Pdai-ia de San Frm-cisco
Hidalgo, su tía, doña Gregoria de San Ignacio Hidalgo, su
hermana, religiosas del monasterio de San Bernardo de esta
ciudad, y doña María de los Dolores Ponce, su legítima mujer»,
quienes usufructuanan dichos bienes «a excepción de los que
drriba yan legadosu, es decir, la pensi6ii para !as misas de !os
domingos y días festivos en el ermita de San Bartolomé de Fon-
Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Autos de los
vecinos de Fontanales ..., fols. 3-5.
Núm. 26 (1980)
27
20 FRANCISCO CABALLERO MÚJICA
tanales ". Nombra como albaceas testamentarios al Dr. don Pa-blo
José de Silva, cura del Sagrario Catedral, y a su sobrino, cu-ñado
y heredero, el presbítero don José Ponce de Quintana 74.
El 9 de julio de 1793, don José Ponce de Quintana, como al-bacea
del Lcdo. don José Hidalgo y Cigala, presenta unos autos
en la Real Audiencia de Canarias «en razón de que se regulasen
los frutos que podía producir la parte que en el Cortijo de las
Casas, situado en Fontanales, jurisdicción de Moya, correspon-dió
a don Juan Mateo Hidalgo de Quintana, para el cubierto de
las misas que se habían de servir en la Hermita del Señor San
Bartolomé» 75. A dichos autos se presenta el síndico-personero de
Moya, en nombre de los vecinos de Fontanales, exigiendo el ::
cumplimiento de la voluntad del fundador. Los autos en cues- N
tión recibieron su oportuna sanción el 23 de enero de 1796, se- U
ñalando la Real Audiencia 55 pesos anuales para dicho fin 16.
-i
Hasta 1802 se cumple el deseo de don Juan Mateo Hidalgo de 8'
8 Quintana, pero el 27 de junio de 1811, a pesar de la sentencia I
habida, se reanudan los consabidos autos por los vecinos de e
Fontanales, representados por don Juan Montesdeoca, síndico- 5
Y personero de Moya, puesto que hacía nueve años que no se cum- =nE
plían las misas en la ermita de San Bartolomé 77. Algo, desde 6
tiempo atrás, no funcionaba bien en esta fundación, puesto que U
E
el Vicario General del Obispo ordena al albacea, don José Ponce i
de Quintana, que abone las limosnas de las misas adeudadas al a1
capellán de Fontanales, don Francisco Javier Guerram. A
Un nuevo hecho se presenta pronto. «Segeín la escritura de i
n
ie partición otorgada ante Don Andrés Cabrera, escribano del nú- 5
mero, a 24 de agosto de 1800 ..., se le adjudicó a Don Pedro Bravo
el Cortijo de las Casas con las pensiones siguientes = Para ador-nos
de la Hermita cuarenta y cinco reales vellón corrientes.
-Por la función al Curato treinta reales idern.- Para doce
7~3 Ibidem, fol. 6.
75 7,-!.¶---- ~ u r u c r r ~fd, . 5 v.
75 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas. Leg. Autos de los
vecinos de Fontanales ..., fol. 1.
Ibidem, fols. 2 v. y S.
77 Ibídem, fol. 11.
Ibidem, fols. 7-7%.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 21
misas rezadas en el espacio del año setenta y cinco reales idem» ".
Nada se dice, al menos en esta referencia, de las obligaciones de
don José y don Francisca Ponce de Quintana, pero sin duda es-taban
también obligados a satisfacer esas cargas, como veremos.
]Fallecidos ya don José Ponce y don Pedro Bravo de Laguna,
pasarán los autos sobre don Francisco Ponce de Quintana y doña
Rosa Falcón, viuda de aquél.
Así, pues, iniciados los autos el 27 de junio de 1811, se opoe
nen los indicados herederos supervivientes a la ejecución de la
voluntad de don José Hidalgo y Cigala. Esta actitud es recha-zada
justamente por don José Fernández Abad, canónigo y juez
comisionado «ad casumn por el tribunal eclesiástico, quien les
exige ebsvn~rar!u sentenciu hvbiri,~e 1 3 de &ri! de l?9? por e1
mismo tribunal y que, además, deberían exhibir «lo que se adeude
por razón de la limosna de misas al respecto de cincuenta y cin-co
pesos por año para mandarlas aplicar desde luego y satisfa-cer
las que se adeuden y que los vecinos de Fontanales no ca-rezcvn
per más t i emp de este hen_efir.i~es piriti-~al»L. as apela-ciones
de los herederos son rechazadas y el juez comisionado
declara su sentencia como «cosa juzgada» el 25 de mayo de
1812 'O.
Pero antes de llegarse a esa sentencia ocurren circunstancias
pintorescas. Así resulta que don Sebastián Antonio de Quintana,
procurador de los vecinos de Fontanales, como la deuda alcan-zaba
495 pesos, por los nueve años que no se abonan las limos-nas
de las misas «que vencieron el primer domingo de julio
de 1811 y de cuya deuda s61o se han pagado 32 pesos, solicita el
embargo del Cortijo de las Casas. En efecto; el 12 de mayo de
1812 presenta su petición al procurador aludido y el 2 de junio
siguiente el juez comisionado decreta el embargo reclamado, en-cargando
al Alguacil Mayor del Obispado don Francisco Suárez
y Cabral, que marche a Fontanales y proceda como conviene en
tales casos
l9 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. Ermita de San Bartolomé de
Fontanales, fol. 1 v.
Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las PaIrnas: Leg. Autos de los
vecinos de Fontanales .., fols. 8 v. y 10.
Ibidem, fols. 11 v., 12 y 14.
El Alguacil Mayor se pone en marcha el mismo día 2 de junio
y manifiesta: «Doy fee haver salido de esta Ciudad a las tres de
la tarde oy dos de junio de dicho año» y «doy fee haver llegado
a este lugar de Moya en el Pago de Fontanales a las quatro de
la madrugada, poco más o menos, oy tres de junio de dicho
año» ".
Ya en Fontanales procede al Alguacil al embargo del Cortijo
de las Casas, nombrando depositario de los frutos del mismo
a don Pedro Hernández Gordillo que, poniendo excesivo rigor
en su encargo, provocó las reiteradas y legítimas protestas de
don Francisco Ponce y de doña Rosa Falcón ante el juez comi-simadom.
Además de la nuda propiedad se embargaron, tam-bién,
el ganado, lino, cebada, millo, aguas ..., los manzanos, no-gales,
castañeros y otros árboles frutales, plantados por las ori-llas
de las huertas, especialmente los del cercado grande que
«se halla frente a dichas casas lindando con el corral de las
ovejas, por encima la hermita del Señor San Bartolomé, por el
otro lado barranquillo que cae a la Yedras @T. ermina e1 Aguacil
sus actividades dando fe de «haver salido del Pago de Fontana-les
a esta ora que serán las cinco de la mañana deste dia quatro
de junio de mil ochocientos, y dose, y llegado a esta Ciudad a
las siete de la tarde de dicho día, y regulando con los embargos
echos dose días de salarios a razón de dose de plata por mi
trabajo, importa todo diez y ocho pesos», cantidad que el juez
comisionado obligó a pagar al procurador de los vecinos de Fon-tanales
que se negaba a su abono 85.
Las protestas de doña Rosa Falcón ocasionadas por el rigor
de don Pedro Hernández Gordillo son oídas por el juez. Este
ordena a Hernández Gordillo que se ajuste a las cantidades del
embargo y no más, manteniendo en vigor la ejecución del mismo
en su justo precio. Por ello decreta los pregones de rigor en Las
82 íbidem, fols. 15-15 v.
83 Cf Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas- Leg. Autos de 10s
vecinos de Fontanales , fols. 13-14 v. y 34.
e4 Ibidem, fols. 13 v. y 16-16 v.
Ibídem, fols. 16 v. y 18 v.
420 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES as
Palmas y Moya y nadie se presenta a las pujas correspon-dientes
86.
Mientras tanto, don Francisco Ponce guardaba silencio ante
los acontecimientos. Los vecinos de Fontanales, atribuyendo por
error al Br. Juan Mateo de Castro y no a don Juan Mateo 'de
Quintana la fundación cuestionada 87, le demandan nuevamente
y exigen del juez que se pregonen la parte del Cortijo de las
Casas que le pertenecía y que, dada su morosidad, se le declare
en rebeldía. Estos hechos se producian el 30 de diciembre de
1812. La apelación de don Francisco Ponce fue rechazadam.
Sería el mismo don Francisco Ponce quien ofrecería una pista
para la solución del pleito ante las reiteradas pretensiones de Hos
vecinos de Fontanales. El 20 de enero de 1813 escribe al juez €o-misionado
que «hace dos años que no recoge cosecha por las
faltas de lluvias (1811 y 1812); que los animales han muerto de
hambre y lo poco recolectado no ha dado para los costosn. Es-tas
-dice- fueron las causas de su morosidad, apelando, por
ello, a la equidad del Tribunal Eclesiástico para que se suspenda
la ejecución del embargo y que se le conceda un año de plazo
para abonar las limosnas debidas, «y porque está pendiente que
Tomás González, vecino de Arucas, le pague mil y pico de pesos
que le debe de unos terrenos que le vendió y se compromete
a pagar dentro de un año o antes porque Tomás González ha
mandado a buscar a La Habana los indicados mil y pico de pe-sos
donde los tiene existentes, hay más de seis meses». Añade,
quizá a sabiendas, la solución del litigio, es decir, que en las
arcas de la Catedral se hallan tres mil trescientos veinte y cuatro
maravedises provenientes del «post mortem y sobreviviente de
mi hermano Don José Ponce, capellán real que fue de esta Santa
Yglesia~".
Sabedores los vecinos de Fontanales de la proposición de
don Francisco Ponce, reclaman ante el juez por medio de su
86 Ibídem, fols. 19-25 v.
Ibidern, fols. 26, 27, 30, 48, 49.
m Ibidern, fols. 25-27.
CE Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Autos de los
vecinos de Fontanales , fols. 29-29 v. y 39.
Núm 26 (1980) 421
procurador Sebastián Antonio de Quintana, quien, en escrito de
28 de enero del citado año de 1813, dicen que dada la naturaleza
de la deuda no cabe plazo alguno, «pues no es justo por más
tiempo del que se ha experimentado estén los vecinos de Fonta-nales
privados del Santo Sacrificio de la Misa en los dias festi-vos
» y que «Don Francisco Ponce y consorte no son acreedores
a experimentar el favor que pretende, porque si hubieran que-rido
pagar les ha sobrado facultades para verificarlo y así a lo
que aspiran únicamente es a que se retarde el cobro y poder
percibir del depositario los frutos que se hallan recolectados y
que han de servir al pago». Tanto fue el encono del procurador
que recusa al juez comisionado, Dr. don José Fernández Abad,
porque estaba automáticamente cesado de su cargo ya «que como
se i.ev telíe erl la n-cieva Cons&-uci~ii, ning-hll ci-u&da71r esI-ia~lol
puede ser juzgado por comisión» y que, por tanto, deben pasar
los autos a la competencia del Provisor del Obispado, como úni-co
juez competente según la ley. El Dr. Fernández Abad así lo
entiende y cumple la solicitud del procurador Quintana 'l.
Al pasar los autos dc manos del juez comisionado y recusado
al Provisor, cambia el Pleito de signo, pues el procurador Quin-tana
por los vecinos de Fontanales, a los dos meses de la recu-sación
aludida, presenta en el Tribunal Eclesiástico competente,
el 23 de marzo de 1813, una solicitud que se engarza perfecta-mente
con la de don Francisco Ponce. Dice Quintana «que a no-ticia
de mi parte ha llegado hallarse en las arcas de la Santa
Yglesia Cathedral cierta cantidad de maravedises pertenecientes
al post mortem de Don Josph Ponce, Capellán Real que fue, y de
quien es heredero el Don Francisco Ponce, y estándose debiendo
aun las limosnas de las misas que aplicó Don Domingo Oramas ",
m Cf. ALCWILLA: Dicch~ario de la Administración, 6.a Edición (Ma-drid
(1915), Constitución de 1812, art. 247, en tomo IV, pág. 270.
Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Autos de los
vecinos de Fontanales ..., fols. 30 v.-32 v.
Este sacerdote, capelian de Fontanales, fue natural y residente en
Arucas, a la sazón, donde redacta el recibo de las misas adeudadas. Cf.
Archivo Parroquia1 de Arucas: Lib. de Memorias Antiguas, fol. 39.-Archivo
Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg Autos de los vecinos de Fontana-les
., fol. 35.
422 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 25
en número de setenta y ocho», ruega al Provisor, Lcdo. don An-drés
Arbelos y Brito, que se retengan por ahora aquelIos ma-ravedises.
Así lo ejecuta éste, y reteniendo, no obstante, el em-bargo
del Cortijo de las Casas, oficia al Deán y Cabildo Catedral,
con fecha 26 de marzo del mismo año, entregándose la comuni-cación
en la tarde del mismo día al Dr. don Antonio María de
Lugo mientras se encontraba en el coro catedralicioS3.
Como era de esperar, don Francisco Ponce se aviene a la so-lución
que brinda el procurador Quintana, coincidente con la
suya, y que está dispuesto a abonar prontamente los maravedises
adeudados. Así se lo comunica al Provisor en sus peticiones de
2 y 10 de abril de 1813. No obstante, el mismo Provisor encarga,
con fecha 8 de abril, al notario de Moya, José Melián, que noti-fique
a Pedro Hernández Gordillo, a quien encontró en el paraje
La Laja, en Fontanales, que retenga el embargo de los bienes
cuestionados
Por fin, el 7 de mayo del indicado año, el procurador Quin-tana
solicita del Vicario Genera1 -y Provisor «que ordene al Deán
y Cabildo Catedral se le dé también el dinero en arcas, perte-neciente
al sobreviviente y post mortem de Don José Poncen,
dado «que su parte se halla satisfecha de la cantidad porque
procedía», rogando, además, que se levante el embargo de los
bienes de don Francisco Ponce y que se le entreguen los frutos.
Así lo ejecutó el Provisor 95.
A pesar de la soIución del conflicto, al año siguiente de 1814,
a 28 de junio, vuelve el procurador Quintana a reclamar a don
Francisco Ponce dos años de limosnas adeudadas, correspondien-tes
a los años 1812 y 1813. Muy pronto, el 13 de julio siguiente,
se cumplen m.
93 C-; A_rchivo Dio~esann de Canarias-Las Palmas: Leg. Autos de los
vecinos de Fontanales.. ., fols. 36-39.
Ibídem, fols. 43-47 v.
gS Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: Leg. Autos de los
vecinos de Fontanales.. ., fols. 48-48 v.
86 Ibidem, fol. 52.
NÚm 26 (1980) 423
A este rincón de Gran Canaria, como a toda la geografía es-pañola,
llegaron, también, los efectos desamortizadores del pa-sado
siglo XIX. Fontanales no podía ser una excepción y tam-poco
las fundaciones pías existentes en su ermita de San Barto-lomé.
Son años muy difíciles para la Iglesia en España y para
la misma nación española.
Como incidencias previas a este hecho, es necesario exponer
que don Pedro Bravo de Laguna y Huerta abona religiosamente
su pensión de 5 pesos anuales a la ermita de Fontanales de
1800 a 1809 y su viuda, doña Rosa Falcón, de 1810 a 1813, año
en que cuimina ei confiicto mas arriba señaiado, continuando
su cumplimiento en años subsiguientes ".
Los herederos de don Francisco Ponce, después de los autos
estudiados, cumplieron, también, con su compromiso. Así lo
comprobamos en las cuentas de la mayordomía de la ermita de
San Bartolomé, correspondientes a los años 1840-1845 y 1849%.
No ocurría lo mismo con los herederos de doña Rosa Falcón,
puesto que desde el año 1837 estaban al descubierto. El asunto
se presentaba muy grave por cuanto el obispo don Buenaventura
Codina y Anguerola, a través de su secretario y hermano, don
Salvador, solicita informes al respecto al cura de Moya, don Juan
González, en el año 1849. Este escribe al secretario episcopal en
los siguientes términos:
«Del libro denominado de la hermita de San Bartolomé de
Fontanales, que tuvo su principio el año pasado de 1810, siendo
mayordomo de dicho Santo, Baltasar Rodríguez, aparece una nota
sentada a la vuelta de la segunda foja y en el cuerpo de la que
sigue otra, expresándose en ambas que el Cortijo de Fontanales
que nombran de las Casas, que le fue adjudicado a Don Pedro
Bravo, en virtud de la partición que pasó por ante Don Andrés
-
Cf. Archivo Parroquial de Moya: Lib Ermita de San Bartolomé de
Fontanales, fols. 1 v.-13.
98 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Cuentas de la Mayordomía de la
Ermita de San Bartolomé de Fontanales: Años 1840-1849
424 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 27
Cabrera, escribano que fue del número, en 24 de agosto de 1800,
está gravado con la pensión de 45 reales vellón para adornos de
aquella hermita, y 30 reales para el Curato, con más 75 reales
para doce misas rezadas por el espacio del año 9" las cuales se
hallan al descubierto desde el a150 de 1837 hasta la fecha ..., el
cual cortijo posee actualmente Don Antonio Gabino González,
vecino de Guía, quien parece se niega a pagar aquellos cargos
diciendo que pertenecen a la Nación» 'O0.
El término Nación fue muy explotado en la pasada centuria
para encubrir graves injusticias y atropellos en los bienes ecle-siásticos
y fundaciones piadosas. El señor González no fue una
excepción: Pagaría al Estado lo que las leyes desamortizadoras
exijían y quedó en tranquila posesión del Cortijo de las Casas sin
carga piadosa alguna.
De ese modo repercutieron en Fontanales y en su ermita de
San Bartolomé las leyes de Mendizábal y de ese modo, sin com-pensación
alguna, se perdieron los derechos centenarios im-puestos
por Juan Mateo Trujillo en 1653 y la fundación de misas
de Juan Mateo ~ida igod e Quintana, cumplimentada por su so-brino
el Lcdo. José Hidalgo y Cigala en 1793. Ante los hechos el
obispo Codina nada pudo hacer.
UNA CUESTI~N IMPORTANTE
Muy fecundado fue el siglo XIX en Fontanales. A pesar de los
litigios expuestos más arriba y de las leyes desamortizadoras, se
potencia grandemente el culto y devoción a San Bartolomé. Si
de ios sigios precedentes carecemos de abundancia de noticias
variadas y pintorescas, no será así en el siglo que vamos a es-tudiar.
Pero antes, en las mismas postrimerías del siglo XVIII,
existe un hecho significativo que no podemos soslayar. Veamos.
El 26 de junio de 1810, ante el cura de Moya, don Francisco
99 Cf. Archivo Parroquial de )Moya. Lib. Ermita de San Bartolomé ,
folio 1 v.
lW Cf. Archivo Parroquial de Moya: Cuentas de la Mayordomía de la
Ermita de San Bartolomé: Año 1849.
Guerra y Ponce y del notario José Melián, comparece Baltasar
Rodríguez, vecino de Fontanales y mayordomo de la ermita de
San Bartolomé, a presentar sus cuentas «desde el 18 de sep-tiembre
de 1799 en que dio las últimas» 'O1. Es un dato demasiado
importante para pasarlo por alto. Es lástima que no aparezcan
cuentas anteriores a esa fecha, pues nos pondría en la pista de
una referencia pastoral y jurídica de capital importancia.
Las ermitas de Patronato, según el Derecho canónico enton-ces
vigente, solo debían ser visitadas por los obispos s sus dele-gados
para la debida comprobación cómo se cumplían las condi-ciones
impuestas por sus fundadores, previa autorización epis-copal.
Podían, además, formar inventarios y llamar al orden al - e
patrono de turno en caso de incurias o abandonos tanto mate-riales
como espirituales. Pero no podían entrar en la adminis- O
tración interna de la ermita 'O2. Así se explica que no exista en n
=m
el valioso archivo parroquia1 de Moya referencia alguna de gas- O
E
tos e ingresos de la ermita de Fontanales, fuera de las fechas E
2
más arriba señaladas. E
=
Lo expuesto nos hace sospechar, no sin fundamento, que en- =
tre el presbítero don José Ponce de Quintana y don Pedro Bravo e-y
Huerta, herederos del Cortijo de las Casas, y el Obispado, hubo m
E
un acuerdo, escrito sin duda y que no hemos podido encontrar O
hasta la fecha, por el que se traspasaba a la diócesis la nuda n
propiedad de la ermita y de sus más inmediatos alrededores, E
quedando obligados los indicados herederos a cumplir sólo con a
las cargas espirituales impuestas por los fundadores de la misma. n
0
Ya es bastante curioso que uno de los herederos, don Pedro 3
Bravo de Laguna y Huerta, sólo pague 5 pesos de pensión anuales O
a partir de 1800'w, equivalentes a 75 reales a razón de 15 reales
cada peso, cuando en realidad debía pagar, según la partición
.del indicado Cortijo de las Casas, 145 reales 'O4, equivalentes a su
CT. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib Ermita de San Bartolomé,
folio 2.
lo2 Cf. FRIERBERGE,.: Corpus Iuris Canonzci. D. 1." de Consecratione,
capítulo 9.
'O3 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. Ermita de San Bartolomé, fo-lio
2 v.
426 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 29
vez a 9 pesos, 10 reales. Sólo así se explica que Baltasar Rodrí-guez
entregue sus cuentas al cura de Moya, comisionado al efec-to
por el Provisor y Vicario General del Obispado 'Ob que no podía
ignorar el Derecho canónico vigente. Actuando de otro modo
caía radicalmente en el abuso de poder, condenado por el mis-mo
Derecho canónico, y que tanto don Pedro Bravo de Laguna
y Huerta, como don José Ponce de Quintana y su hermano Fran-cisco,
no podían contemplar impasibles.
De la hipotética oposición de los herederos mencionados a
la presencia de un mayordomo en la ermita de San Bartolomé
de Fontanales que presenta sus cuentas reglamentarias al cura
de Moya, no existe el menor rastro, lo que da, sin duda, verosi-militud
a nuestra sospecha para convertirla en hecho incontro-vertible.
¿Cuándo se produjo ese traspaso? Posiblemente antes de
1800 'OJ.
EL SIGLO XIX EN FONTANALES
Decíamos más arriba que este siglo fue muy fecundo en Fon-tanales
respecto a la ermita y al culto a San Bartolomé, puesto
que se desarroIlan un sin número de actividades y se suceden
una serie de hechos de gran relieve e importancia para su por-venir
espiritual. De todos ellos daremos cumplida referencia.
Imagen de San Bartolomd
Se asegura que el imaginero José Luján Pérez hizo su primera
comunión en la ermita de Fontanales en 1766, cuando contaba
diez años de edad. «Y personas de su familia refieren que, mien-tras
su madre hablaba en la sacristía con un fraile encargado
del santuario, el niño quedó extasiado en presencia de la imagen
de San Bartolomé. Expresó lo mucho que le gustaba el Santo
y dijo: «YO haría uno como éste, pero s1 tuviera mí cuchl-llo
».- «Prometióle el fraile un regalo si así lo cumplía; y cual
lo4 Ibídem, fol. 1 v.
Ibídem, fol. 2 v.
Núm. 26 (1980)
30 FRANCISCO CABALLERO MÚJICA
no sería su asombro, dos semanas después, al contemplar una -
pequeña efigie que aquél le mostraba, en madera de escobón,
de bastante parecido con el Patrono de la ermita» 'O6.
Por supuesto no es esa la imagen que hoy se venera en Fon-tanales.
Luján Pérez la haría años más tarde y antes, posible-mente,
de 1800, y antes aun de que e1 guiense tallara la de San
Judas Tadeo y restaurara o volviera a su antiguo esplendor la
de N." S." de Guadalupe existentes en la parroquia de Moya, co-locadas
al culto en 1803 lQ7.
Es posible que San Bartolomé fuera ejecutado por Luján
Pérez antes de 1800, por la elemental razón de que en el libro
de cuentas de la ermita, con sustanciosos datos de 1800 a 1817,
no ofrece referencia alguna al respecto lW. El 15 de diciembre
de 1815, Luján fallecía en Guía 'Og.
¿Quién fue el donante? Carecemos de datos concretos para
aclararlo. Pudo ser Baltasar Rodríguez, mayordomo de la ermita,
pero nada consta. Sin embargo, se puede conjeturar que fue
don Pedro Bravo, el ya conocido heredero del Cortijo de las
Casas, quien con Luján Pérez aparece junto a otros prohombres
de la isla al formarse el Cabildo Permanente de Gran Canaria
en 1808 con motivo de la guerra de la Independencia'lO. Ambos
estaban relacionados con Fontanales. Luján por lazos y recuer-dos
afectivos de su infancia. Don Pedro Bravo de Laguna tenía
bajo su responsabilidad las cargas espirituales de la ermita de
San Bartolomé. Dos posibles complementos perfectamente en-samblables
que darían a Fontanales la valiosa imagen de su pa-trono.
Otra hipótesis viable, no carente de probabilidades, es
que ]la donara el presbítero aruquense don José de Ponce de
Quintana, coheredero también, como ya hemos visto, del Cor-tijo
de las Casas.
Además de Luján Pérez, otros escultores trabajaron para la
Cf. TEJERA DE QUESADA, J.: Estudzo Hzstónco-Critico Bzográfico de
Don José Luidn Pérez, Madrid (1914)' pág. 19.
'O7 Cf. Archivo Parroquial de IMoya: Lib. 2.0 Fca, fols. 125-125 v.
'O8 Cf. Archivo Parroquial de Moya: Lib. Ermita de San Bartolomé,
folios 2 sigs.
'O9 Cf. Archivo Parroquial de Guía: Lib. 5.0 Def., fol. 66 v.
Cf. TETERAD E QUESADA, J ' Estudzo , pág. 171.
428 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 31
ermita de San Bartolomé de Fontanales. En 1808, el escultor
don Francisco Ponce cobra «dies pesos composición de un San-to
Cristo y de ocho candelerosa y ados pesos satisfechos a dicho
escultor para retocar a San Antonio» "l.
En 1816 se emplean doce pesos «para la tablazón del retablo».
Al carpintero que lo hizo nueve pesos que, además de la madera
adquirida, necesitía para acabarlo «dos tijeras», dos tablones y
«diez y seis reales plata de clavos». No se indica en las cuentas
correspondientes a ese año ni el nombre del diseñador, ni el del
carpintero que lo ejecutÓ1l2.
Con fecha 3 de agosto de 1836, José Lantigua, mayordomo de
la ermita, escribe al obispo Romo indicándole «que hallándose
la efigie del glorioso Apóstol San Bartolomé en estado de inde-cencia
a causa de habérsele caído el matiz del ropage y también
un brazo roto por la muñeca e igualmente necesita de composi-eión
el trono en que sale cuando sale en procesión en las fun-ciones
tanto en la de su día como las que celebra el vecindario;
y no pudiéndose efectuar dichos reparos ni composición sin
previa~-licencia de V.S.Y., como de componerse el tejado de su
Templo ...m '13. El obispo concede el permiso para ello en el
mismo día de su solicitud. Ignoramos quién fuera el restaura-dor
de la imagen, puesto que en las cuentas del expresado ma-yordomo
no se cita.
No ocurre lo misma en 1847. La imagen de San Bartolomé es
trasladada a Moya, donde el escultor Nicolás Antúnez le res-taura
los dedos de la mano derecha «y las parigüelas en donde
sale el Santo» l14.
Como datos complementarios es orioso pE&r v e e= !es
diferentes inventarios de la ermita, redactados a lo largo del
siglo XIX, sólo se registran la imagen de San Bartolomé, un
pequeño crucifijo de altar, los útiles litúrgicos y el clásico ban-
111 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. Ermita de San Bartolomd,
folio 8.
112 Ibidem, fol. 18.
lX3 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Cuentas de la Mayordomía de San
Bartolomé: Año 1836.
114 Ibídem: Cuentas ... : Año 1847.
Núm. 26 (1980) 429
co de la cera. Nada más '15. Entre los objetos litúrgicos sobresale
una patena nueva que, con los restos de la anterior, confec-cionó
el platero don Miguel de León en 1845 'le
Fiestas y Romerías
Es posible, hasta que nuevos datos, si existen, nos prueben
lo contrario, que las fiestas en honor de San Bartolomé comen-zaron
en Fontanales hacia 1637, año en que posiblemente es-tuviera
terminada su ermita l17. Hasta el presente son trescientos
cuarenta y cuatro años de continuidad ininterrumpida.
De lo que para festejar al santo organizaran Juan Mateo Tm-jillo,
Manuel Alvarez de Godoy, Francisco Hidalgo de Quintana ? E
y descendientes hasta José Hidalgo y Cigala, de 1637 a 1797, O
carecemos de referencias. Los patronos de ermitas no estaban
obligados a llevar cuentas de gastos, ni de presentar éstos al f
obispo o a sus visitadores. Pero es fácil asegurar que seguirían
los esquemas de las tradiciones canarias al respecto y de las j
que exiten constancia circunstanciada en los libros parroquiales $
de la época. Ministriles, volcanes de pólvora, quizá teatro, canto -
de vísperas, tercia, misa solemne, sermón la víspera y el día del f
santo, procesión, ofrendas y limosnas, público y alegre remate E
de los productos de la tierra ofrendados, guitarras y cantos del
país, afluencia de romeros y devotos, etc., están constantemente
protagonizando las fiestas entrañables de todos los pueblos de
nuestra isla. n:
Desde el momento que la ermita de Fontanales tiene su ma- n
yordomos a partir de 1797, se registran en sus cuentas no he- O
chos improvisados, sino el testimonio de %o que por tradición
más que centenaria era comúnmente aceptado en las romerías
isleiías. Así resulta que los vecinos de Fontanales acuden al
Provisor en 1804 ante ciertos abusos que se infiltraron en sus
"5 Cf. &&iy= parmquid de Meya: Leg. Inventirios diversoe
116 Cf. Archivo Parroquia1 de !Moya: Cuentas de la Mayordomía de
San Bartolomé: Mo 1845.
117 Cf. Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas: kg. Arucas. De-manda
de han de Ortega, pintor, contra el Br. Juan Mateo de Castro, fo-lio
115 v.
430 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 35
fiestas en años anteriores, ya que el mayordomo de la ermita
se descarga con «doce reales de un despacho del Señor Provisor
para impedir ranchos de cantadores dentro de la Hemitan lm.
El dato puede referirse también a las fiestas de navidad que
era el tiempo litúrgico normal en que los ranchos de ánimas
recorrían los puebIos y porque, además, eran conocidos desde
el principio del siglo XVIII como «ranchos de cantadores»
que a la vista de las abundantes que podían recaudar en las
fiestas patronales hadan acto de presencia en las mismas.
Otro detalle curioso que prueba la presencia de romeros en
Fontanales en la tarde y noche del 23 de agosto, víspera de San
Bartolomé, es el testimonio del mayordomo de turno que, de-bido
a la masiva concurrencia de los mismos, comienza desde
1817, a descargarse de sus cuentas con «seis pesos de dos ser-mones
noche y día del Santo» '''.
Las ofrendas del pueblo estaban condicionadas por los pro-ductos
y elementos que poseía: trigo, cebada, millo, lino, bece-rros,
potrancas! ovejas, machitos, etc. Tras la procesión el pin-toresco
remate en la plaza de la ermita, dejando a los mayor-domos
unas veces satisfechos y otras no tanto, porque no falta-ban
los acostumbrados morosos que dejaban pasar años, a veces
muy crecidos, para pagas sus deudas, no faltando en algunos
casos el embargo de los bienes de alguno que otro tramposo "O.
También tiene su presencia en Fontanales, como en el resto
de Gran Canaria, la costumbre multisecular de la rama, pero con
profundo sentido religioso y litúrgico. Estimamos, dado el fin
de la atraída de la rama», que se Ie ha restado significación. La
rama para la iglesia siempre tuvo su genuino sentido sacro. Con
ella solía cubrirse el enlosado interior del templo o ermita con
hierbas olorosas, como el mastranto o el romero, prestándole
un ambiente perfumado y agradable en los grandes concursos
del pueblo devoto. No existía fiesta religiosa en el pasado, siem-pre
a cargo de cofradías y hermandades, que descuidasen la cos-
CE. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. Ermita de San Bartolomé,
folio 6.
Ibídem, fol. 18 v.
Pbidern, fols. 2 sigs.
tumbre y que no se gastasen sus buenos reales en enramar el
templo. Esta costumbre está conectada con las más sanas tra-diciones
medievales lzl. Pero no era sólo el piso del santuario,
sino, también, la fachada del mismo la que lucía rama abundante,
en primer lugar, y luego las casas de la vecindad sobre todo las
de la plaza del pueblo. Un resto de esta costumbre aun perdura
en algunos lugares al adornarse con follaje los mástiles de las
banderas y gallardetes durante los días festivos de especial de-voción.
Querer asociar esta sana costumbre con ciertas fiestas
paganas es un error histórico. Que la gente cantase yendo al pi-nar
o al bosque cercano y que llegase a la plaza del pueblo en
tono festivo es compatible con lo que afirmamos. Fontanales no
fue una excepción al respecto, pues ya en 1813 se gastan «cuatro
reales plata para la enrramadan Se explica, pues los montes
inmediatos no pertenecían al vecindario y sus dueños no per-derían
la ocasión de hacer algunos dineros.
Como en todos los pueblos, también encontramos en Fonta-nales,
causando la ilusión de grandes y pequeños, siempre cu-riosos
por las novedades que cada año ofrecería, el clásico Arco
de la Fiesta. La costumbre es muy antigua. Apreciemos la no-ticia:
«Ytem un peso, seis reales de plata y quince cuartos, que
se hicieron de la rifa de un arco que se puso en la puerta de la
Ermita el dia del Santo año de 1837~la.
Todos sabemos que unas fiestas patronales sin cohetes ni
voladores, sin fuegos artificiales, con su multicolor espectro lu-minoso
y sus descargas estrepitosas, son fiestas sin perfil ni colo-rido.
Aquí el pueblo se desahoga y toma la iniciativa en virtud
de promesas, devoción o demostración de sana alegría. Los ma-yordomos
de Fontanales estaban dispuestos al contagio y en tal
manera que al presentar sus cuentas a los visitadores episcopa-les,
recibían serias reprimendas por los excesivos reales quema-dos
en cohetes, ordenándoles que no gastasen más de lo conve-
1" LCf. pYd&~~EuE C t i S ~3.:~ D~e , & @bEca i;Jzris;i¿;;z(a!6 gg), dc1
Archivo Diocesano de Canarias-Las Palmas, Lib. 3.0, cap. XX, fol. 142 v.
ln Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. Ermita de San Bartolomé,
folio 15 v
lZ3 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Cuentas de la ,Mayordomía de San
Bartolomé. Años 18351841.
432 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 35
niente a cargo de la mayordomía y que los fuegos y voladores
fueran abonados por el prioste de turno que era elegido por el
pueblo cada año para las fiestas, pues para ello pedían Iz4.
Tiene Fontanales, en lo estrictamente religioso, entrañable y
más de dos veces centenaria, la llamada, no sin dejos de inti-midad,
«Fiesta de los Vecinos». Estos la celebran anualmente
el primer domingo de mayo en virtud de una promesa o voto!
comunitario, no escrito, que sepamos, sino transmitido de pa
dres a hijos hace más de dos siglos. Es, ya lo hemos indicado,
una fiesta íntima del vecindario y feligresía de Fontanales.
La primera noticia escrita que hemos encontrado data de
1830, por cuanto don José María de Medina, presbítero y mayor-domo
interino de Fontanales a la sazón, en su inventario de ese
año, no descr~bec on minuciosidad ia ermita y dice: «¿a imagen
de dicho Santo con diadema de plata, un cigarrón y cuchillo de
lo mismo pequeño.» La misma descripción aparece en 1834,
etcétera
Es muy significativo este dato porque nos está indicando
que la «Fiesta de los Vecinos» tuvo su principio muchísimos años
antes. El inventario aludido de 1830 es el primero conocido. Sa-bemos
por otra parte que el voto de los vecinos de Fontanales
se produjo por la invasión de la cigarra berberisca y de aquí que
aparezca la ofrenda del cigarrón de plata ya colocado al brazo
de la imagen de San Bartolomé, como recuerdo perenne del voto
realizado y de la gratitud reconocida.
Pero, jcuándo fue formulado ese voto? Podemos asegurar que
en el año 1758 en que la isla sufrió una de las más espantosas
invasiones de cigarra berberisca de todos los tiempos, pues co-menzó
antes dei 28 de marzo y termina ei 6 de mayo dei indi-cado
año. Por esa causa bajó la Virgen de1 Pino a Las Palmas
como era costumbre en tiempos de calamidades públicas m. Pero
obsérvese una fecha clave: el 6 de mayo fue sábado aquel año.
Ibídern, Años 1845-1848.
lZ5 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Cuentas de la Mayordomía de
San Bartolomé: Años 1830-1834.
Cf. QINTANR, I.&EORLAS, .: La Virgen del Pino en la Historia de
Gran Canaria, Las Palmas (1971), pág. 240.
Núm. 26 (1980)
28
36 FRANCISCO CtWALLERO MS~JICA
El 7, primer domingo, en que la isla toda se reunía en sus iglesias
en acción de gracias una vez superada la plaga. Estimamos que
es algo más que una arbitrariedad que Fontanales celebre la
«Fiesta de los Vecinos» el primer domingo de mayo, antes, al
contrario, obedece a una feliz coincidencia como queda indica-do.
Sin riesgo de equivocarnos el voto se formuló el día 7, primer
domingo de mayo, de 1758. Todo ello supone doscientos veinte
años, hasta el presente, de ejemplar fidelidad y constancia en
uno de los más bellos testimonios de gratitud que se conocen
en Gran Canaria.
Es explicable, por otra parte, que los mayordomos de la er-mita
no registren en sus cuentas las entradas y salidas de la
«Fiesta de los Vecinos». No tenían obligación alguna, ni misión
especff& en e::a, cuiiil en fiesta de ene!Us&a
tencia del vecindario que nombraba los priostes correspondien-tes
cada año. Así se explica que en 1835, en las cuentas de la
ermita, aparezca esta partida: «Por dos pesos de dos libras de
cera vendidas a los priostes de la función que dicen de los ve-cinos
» ='.
¿En qué consiste la «Fiesta de los Vecinos»? Ya queda indi-cado,
fundamentalmente, en el párrafo anterior. Además, el ser-món
obligado, procesión, culminando con la ofrenda del vecin-dario
del «fruto de un día» que, ya reunido y controlado por el
prioste correspondiente, se vendía, como de costumbre, en pú-blica
subasta. Los festejos populares de honesto y sano espar-cimiento
estaban configurados con los usos y costumbres que la
época marcaba.
No es extraño, además, que el vecindario de Fontanales, tan-tas
veces castigado por sequías y langostas desoladoras, hecho
su voto por esta última causa, acudiera a San Bartolomé en de-votas
rogativas cuando Gran Canaria era asolada por esas cala-midades.
Así, en 1845, año en que hubo langosta berberisca por
toda la isla, se gastan «diez y siete libras y quince onzas de
cera . c;üe se habian mnsm~idee n e! m x m a r i ~q ~ p _SU !e h i z ~
al Apóstol San Bartolomé con motivo de la última langosta ber-
-
lZ7 Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Cuentas de la Mayordomía de
San Bartolomé: AÍíos 1835-1841.
434 ANUARIO DE ESTUDIOS ATZANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 37
berisca que se presentó en esta Ysla en años pasados» lZ8. Añade
el mayordomo haber recibido «de Don Gregorio Uruburu, admi-nistrador
de la Casa de San Fernando, dos libras y ocho onzas
de cera que parece haberse consumido en aquel novenario» -.
DOS NUEVAS ERMITAS Y LA PARROQUIA
Otra prueba aún más convincente de que la ermita de San
Bartolomé fue traspasada a la diócesis, además de lo que más
arriba decíamos, consistente en el hecho de que don Pedro Bra-vo
de Laguna y Huerta y después su viuda doña Rosa Falcón,
sólo aportaron cinco pesos anuales para la función del 24 de
ago~to"~e,s que los vecinos de Fontanaies, dirigidos por el ma-yordomo
de la ermita, Baltasar Rodríguez Pulido, emprenden
la construcción de otra de doble alargamiento que la anterior,
con el previo permiso del Provisor del Obispado. Si la ermita con-tinuaba
siendo de patronato, ni la iniciativa, ni el permiso con-cedido,
hubiesen tenido vaior.
Así resulta que en 1808 el indicado mayordomo se descarga
en sus cuentas «por siento y setenta y nueve reales vellón, veinte
y dos maravedís, en varias diligencias para que el Señor Provi-sor
diese licencia para la reedificación de la Hermita según la
tasación del Notario Pedro Románn. Y añade como demostra-ciQn
del interés urgente de los vecinos de Fontanales: «Por sinco
pesos, seis reales plata, quatro maravedís, que por licencia del
corte de trese pinos, inclusos diez reales de dos memoriales para
conseguirlo» =', y ya se pagan otros diez pesos y medio «sacados
de piedra para la dicha reedificación» y doce reaies composi-ción
de una varra prenada para ella». Se recaudan, además, no-venta
y nueve pesos y dos tostones «que se ganaron en el corte
de los pinos y en sacar de ellos quarenta y seys gruesas entre
Ibidem, Años '1845-1848,
Ibídern, Años 1845-1848.
Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. Ermita de San Bartolomé,
folio 13.
Zbídem, fol. 8
Núm 26 (1980) 43%
tosas y vigas», abonándose «ocho reales plata al guarda del Pinar
por señaIamiento de los pinos» 13'.
El interés demostrado por los vecinos de Fontanales tuvo otra
motivación para encender su entusiasmo, pues, el cura de Moya,
don Francisco Guerra y Ponce, había impedido que el capellán
de la ermita celebrase en ella debido a su estado ruinoso. No
obstante, aquéllos acuden al Provisor, gastándose en ello dos pe-sos
y medio, por un despacho del mismo, fechado el 6 de julio
de 1809, «para que el Párroco informase sobre el motivo que le
asistía para impedir al Capellán de la Hermita celebrarse en ella
el Sacrificio de la Misa» la. La razón es expuesta por e1 citado
cura de Moya el 28 de junio de 1810, cuando recibe las cuentas
del mayordomo Rodnguez: «y mediante que la sitada Hermita
subsiste hasta ora en peligro de ruina, cuyo estado es e1 mismo
que tenia cuando en virtud del Despacho del Señor Provisor de
14 de agosto del año próximo pasado, reconoció por peritos, cuya
diligencia fue remitida a manos de dicho Señor por el Notario
Pedro Zárate, el presente cartulario pondrá certificación a con-tinuación
de lo que entonces se obró» '". El notario público de
Moya, José Melián, escribe la certificación siguiente:
«En el año de 1809, a consecuencia de un despacho del Señor
Provisor y Vicario General de este Obispado, pasó el Señor Don
Francisco Guerra Ponce, Venerable Cura de este lugar de Moya,
a la hermita de San Bartolomé, situada en el Pago de Fontanales,
acompañado de Baltasar Mateo, oficial de albañilería, y Juan
González de carpintero, y de mí el dicho notario, y habiendo los
sitadss peritos reconocido la referida hermita y su estado, lo
qual puse por diligencia de mandado del dicho Señor Venerable
cura, y se remitió a dicho Señor Brovisor y Vicario General por
mano del Notario Pedro
de 1810 .'31~
Por lo que podemos
Zárate. Certifico en Moya a 28 de junio
deducir de una partida de las cuentas
132 Ibídem, fol. 8 v
- lj3 Ibídem, fol. 8 v
Cf. Archivo Parroquia1 de ~~MoyaL: ib. Ermita de San Bartolomé,
IoIio 10 v
Ibidrm. fols. 10 v-11
436 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 39
de 1809, los vecinos de Fontanales, que no deseaban verse pri-vados
de la misa dominical y festiva, componen su vieja ermita
en diciembre de ese mismo año, gastándose veinte y siete reales
plataeeritre oficiales y peones, mientras acumulan materiales ,par@
la reedificación total de la misma, empleando para ello cincuenta
y ocho pesos, trece y medio cuartos, por «gastos en la condución
de la madera del Pinar» lW.
En el año 1810 continúa el acopio de maderas, andamios, so-gas,
cal, piedras, etc., empleado todo ello en el «alargamiento
que se hizo de la hermitas y el 24 de agosto de 1811, previa di-cencia
para celebrar en la Hermita antes que se acabase», se
abonan «cuatro pesos que se llevó el Señor Cura, inclusos los
derechos del Sachristán, por la vendición de la Hemita» 13'. Ya
en esa fecha está construida la sacristía, donde se colocan los
bancos de la ermita que fueron también «reedificados» lm. En e1
mismo año de 1811 se colocan las tejas y se albea la totalidad
del edificio ldg. En 1812 se acaban detalles exteriores que res-taban
y entre 1814 y 1815 se instala el enlosado en la ermita
totalmente acabada140. En 1816 se finalizan las obras de la sa-cristía
con su correspondiente tejado y encalado, empleándose
udos pesos y tres reales plata de dos votijas de vino sólamente
para la condución de la cal .'»41
La ermita alargada y la sacristía formaban un perfecto ángu-lo
recto. Orientado el altar hacia levante, como es tradicional
en los templos de la época, la sacristía quedaba a su izquierda,
dando al lado que llamaban de la epístola. El espacio de solar
que restaba, al sur de toda la ermita alargada, teniendo a la sa-cristía
de fondo y al mismo levante, formaba la plaza antigua
de Fontanales. Así se deduce del inventario redactado por el ma-yordomo,
José Antonio Lantigua, cuando registra «siete llaves
en esta forma: la una del postigo de la puerta que mira para
Ibidem, fol. 12.
137 r , , , - lozuern, Evis 12 v.-13 v
Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. Ermita de San Bartolomé,
folio 12 v.
Ibidem, fol. 13 v.
Ibidem, fols. 15-17.
141 Ibidem. fols. 17 v.-18.
Núm 26 (1980) 437
Agua Fontanal, otra de la puerta de la Sachristía que mira a la
plaza...». El mismo mayordomo abona «dos reales plata, cinco
y medio cuartos, pagados a dos peones para limpiar la sacristía
y plaza de la expresada hemita» "'. Estas noticias se refieren
a 1835;
Tenían razón lo's entusiastas vecinos de Fontanales para am-pliar
adecuadamente su ermita. La romería y fiesta de San Bar-tolomé,
heredadas de un pasado remoto, adquirían notable in-cremento
de fieles, de romeros devotos, que todos los años la
visitaban a orar y pedir la protección del santo. Las sustanciosas
Iimosnas que se recibían, ya aludidas más arriba, hicieron posi-ble
sin agobios, ni deudas, la reconstrucción y ampliación de su
santuaRn, Y fue necesario. Se explica así que el cura de Moya,
don Juan González, al informar al Provisor sobre los excesivos
gastos de cera de las fiestas de Fontanales, diga «que estos ma-yordomos
desde que llega la mañana de la víspera del Santo
Apóstol (porque desde entonces comienzan sus devotos a visitar-le
hasta su día por la tarde), acostumbran encenderle por sepa-rado
cuatro velas, sin contar con la demás cera que se gasta du-rante
la función en el altar de la hemita»'".
Estimarnos que este es el momento de explicar la presencia
de pescadores y marineros en la romería de San Bartolomé pro-cedentes
del levante y poniente de Gran Canaria. Estos hechos
no se producen espontáneamente, sino, antes bien, obedecen a
especiales circunstancias como ocurrió con la «Fiesta de los Ve-cinos
» ya estudiada. Visitar por visitar, al menos en hipótesis,
una ermita de un apóstol, marinero y pescador, tenían más cer-cana
y más cómoda la antiquísima ermita del Apóstol San An-drés
en la costa de Layraga, jurisdicción de Arucas 144. Pero el
azar no crea tradiciones y menos aián romerias difíciles como la
de Fontanales, casi inaccesible, en tiempos no muy Iejanos a los
nuestros. Que los marineros y pescadores de Agaete, del risco de
la Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Cuentas de ia Mayordomía de
San Bartolomé: Año 1835.
14j Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Cuentas de la ,Mayordomía de
San Bartolomé: Año 1849.
Cf, C-~BALLEMRUOJ ICA,F .: Pedro Cer& y el Mayorazgo de Aruca-s,
Las Palmas (1974), pág. 180.
438 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 41
San Nicolás de Las Palmas, de la Isleta después, e incluso los
de Melenara, comparecieran en Fontanales la víspera de San Bar-tolomé,
en sucesión ininterrumpida desde tiempos muy lejanos,
consagrando con su presencia la vieja tradición de su romería,
nos da a entender que algo especial ocurrió en ese día en los
mares de Gran Canaria. ¿Tempestad? ¿Naufragio providencial-mente
superado? Todo ello es posible. Ahí está el hecho, aunque
desconozcamos con precisión el motivo y9a fecha de su aparición
en Fontanales. Ciertamente la romería persiste como prueba evi-dente
de continuidad de hechos marineros muy lejanos,
En 1846, deseosos los vecinos de Fontanales de tener consigo
de modo permanente al capellán de su ermita, tratan de cons-truirle
una casa y así gastan «nueve reales plata: quince y medio
cuartos, por el costo de un memorial, incluso el papel, solicitan-do
del Señor Gobernador del Obispado para obtener la corres-pondiente
licencia para la fábrica de una casa en las inmedia-ciones
de la hermita por ésta hallarse en despoblado .'4)1) El per-miso
solicitado no se hizo esperar y la construyeron adosada a
la fachada norte de la propia ermita.
De esta nueva obra emprendida poseemos noticias muy cir-cunstanciadas
de los oficiales que en ella trabajaron: Fernando
Rodríguez y sus hijos Juan, Apolinario y José; Bartolomé Caste-llano,
Francisco y José Montesdeoca; Tomás García y su herma-no
Juan; Juan Arencibia y Agustín Martel; Antonio Manuel Jorge,
de Barranco Hondo; Josd. y Jacinto Hernández; Juan Dávila. To-dos
estos señores, oficiales, carpinteros, etc., trabajaron en di-ferentes
meses en la obra de la casa de 1846 a 1848. Los dos mi-llares
de tejas empleados en la misma, fueron comprados a don
Gregorio Uruburu, vecino de San Fernand~'~~.
Por lo que ahora diremos, el capellán fue remiso en ocupar
la casa. De ahí que los mayordomos tratasen de sacarle partido
alquilándola. Muy mal les fue el negocio, por cierto, seguramente
por los elevados reales que cobraban mensualmente. Pero muy
145 Cf. Archivo Parroquial de Moya: Cuentas de la Mayordomía de
San Bartolomé: Año 1846.
Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Cuentas de la Mayordomía de
San Bartolomé: Años 1846-1848.
Núm 26 (1980) 439
pronto se manifiesta una curiosa picardía: Felipe Castellano
aclara que «por lo tocante al alquiler de la casa que está junto
a la hermita del Santo Apóstol, según los informes tomados, se
ha descubierto que la familia del actual mayordomo e Ysabel
Almeda, la ocuparon cosa de cuatro meses para vender licores
hasta que entró en ella su cuñado Francisco Yánes, pagando cin-co
y medio reales plata mensuales, y que en el día está cerrada
dicha casa, porque no hay quien la quiera alquilar sino para el
mismo efecto de vender aquellos efectos». Así informaba al Pro-visor
el cura de Moya don Juan González en 184914'.
Es harto conocido el cuidado que e1 Cabildo de la Isla tuvo
siempre de la Montaña de Dararnas y de otros montes insula- - e
res 14*, y ya instituidos los ayuntamientos constitucionales éstos N
E
también se preocuparon de su conservación 14', pero con motivo O
de las leyes desamortizadoras y la previa desaparición de víncu- n -
=m
los familiares, las propiedades insulares se fueron dividiendo O
E
paulatinamente. La tala de árboles para crear fincas de cultivos E
2
E fue una constante en la historia insular. Así se explica que la =
Montaña de Doramas perdiera a partir de 1850 aquel encanto 3
que tanto ponderaran los obispos de la Cámara y Murga en el - e- siglo XVII lSO y Dávila en el XVIII "l.
m
E
Los efectos de la política desamortizadora decimonónica tu- O
vieron grandes repercusiones en los campos de Gran Canaria y n
en todo el archipiélago, fiel reflejo de lo que sucedía en el resto -E
de la nación '52. Fontanales no podía ser una excepción y en tal a
2
manera que, como consecuencia natural de la división de fincas n
0
147 Ibídem: Año 1849. 3
O
Cf. CULLENDE L CASTILLOP, : Libro Rojo de Gran Canaria, Ed. cn-tica,
Las Palmas (1947), p. 1151-MORALES PADR~NF.:, O~ d e n a ~ z adse l
Concejo de Gran Canana (1531), Las PaImas (1974), págs. 134-135.
14* Cf. Archivo Municipal de Amcas: Lib. 2.0 de Actas, fols. 10 sigs.:
Sesión de 24 de enero de 1828.
150 Cf.C AMARYA MURGAC, ristóbal de la, obispo de Canarias: Constitu-ciones
Sinodales de! OUtspudg $e !:: G?-un Cu~mzz1, 639, Mdric! (!h34), f~
lios 240-240 v.
Cf. DAVILAY CARDEN-&PS. ,M .: Constituciones y Nuevas Addiciones
Synodales , pág. 696.
Cf. OJEDA QUIKTANA, J. J La Desanzortizaczón en Canauias, CIES,
Las Palmas (1977), págs. 1-180
440 BNUARIO DE ESTUDIOS ATLAhTTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 43
rústicas, fue creciendo en habitantes con sus concomitantes pro-blemas
pastorales. Es plenamente convincente, por tanto, que
como el vecindario creció notablemente en el segundo tercio
del pasado siglo, la Ermita resultaba pequeña para el número
de fieles: y los vecinos, guiados y entusiasmados por don Matías
Hernández Hernández, patricio influyente y de prestigio, deter-minaron
hacer una nueva nave, y reformar la única que existía.
Estas obras se llevaron con ardor y rapidez, viéndose concluidas
en 1872, no sin que al don Matías le costaran algunos pesos que
jamás le abonó la feligresía» 153. Es lástima que no hayamos en-contrado
las cuentas correspondientes a esta segunda amplia-ci6n
de la emita de Fontanales, ya que nos priva de datos y
noticias interesantes y seguramente pintorescas. La nueva nave
se construyó en el solar de la antigua plaza, al sur de la ,ermita,
el &ig-ulo i-ecto foi=Elaba la iistve a-ltei-jcii- y la sacriaiia 154.
Al sur también de la nueva nave se trazó la plaza que sirvió
desde entonces, junto con los alrededores de la ermita, para la
gran concurrencia de fieles que acudían a la romería y fiesta de
San Bartolomé, víspera y día del santo.
Apericrs tiaiiscurBdos eüatm años Ue !as mejoras y amp!ia-ciones
mencionadas, el obispo de Canarias, don José María de
Urquinaona y Bidot, visita la ermita de Fontanales, el primero
que llegaba a ella según nuestras noticias, y el cinco de abril
de 1876, estampó el siguiente mandato en los libros parroquiales
de Moya: constando a la mayor comodidad de los fieles del
pago de Fontanales en la jurisdicción de Moya y a fin de que
puedan con más frecuencia recibir los Santos Sacramentos: por
la presente autorizamos al Capellán que es y por tiempo Fere
de la dicha Ermita para que se conserve en e1 Sagrario que se
1,=. erigidc er, d!a e! Smtisime Sucrzrmmt~c, uid~ricie,~n, su ~ii
tud de que perepetuamente arda ante El, de dia y de noche,
una lámpara de aceite y de que en la mencionada ermita se dé
algún culto diariamente, debiendo establecer el dicho capellán
su morada todo lo más cerca posible de la Ermita para ejercer
Cf. MARREROM ARREROJ, .: Apuntes para la Historia , 111, folio 518
y 519. '" Vid. cita núm. 142.
Núm. 26 (1980) ,441
la oportuna custodia y vigilancia sobre tan Sagrado Depósito*.
Añadía el obispo que el capellán podría proceder a la bendición
del agua y a administrar el bautismo a partir del «próximo sá-bado
de Penteco~tés»'~.
Hemos podido consultar un documento muy importante que
nos aclara las anteriores disposiciones episcopales y que nos co-loca
en la pista casi segura de la fecha aproximada de la colo-cación
del Santísimo Sacramento en la ermita de Fontanales
y de otras actividades sacramentaIes de gran trascendencia pas-toral
para sus vecinos, Veamos: «Considerando: Que no tiene
menor aplicación el repetidor deber al pago de Fontanales, ju- , " risdicción parroquia1 de Moya en esta Ysla, puesto que las re-petidas
circunstancias de distancias, dificultades de caminos, níi-
& de phlac.i6nj etc-, rn~tivarone n 21-de ahnl de 1876 la con-cesión
de Reservado para la administración del Santo Sacra-mento
de la Eucaristía, y la de pila bautismal para el Santo
Bautismo en favor de los fieles domiciliados en el mencionado
pago y sus alrededores. .., y autorización del Santo Sacramento
del Matrimonio por decreto de 8 de octubre de 1876 ... » '%. Cu-riosamente,
el decreto epjscopal que erige en Fontanales la cape-llanía
de doña Francisca Ortiz Salvago y Osorio de Vergara, del
que están tomadas las noticias antecedentes, nos indica, además
que el decreto del obispo Urquinaona, autorizando el Reservado
y la administración del Ilautismo en su ermita, fue firmado en
Las Palmas el Viernes Santo, 21 de abril de 1876. La vigilia de
Pentecostés ocurrió en esle año el 3 de junio y en ese día proce-dió
el capellán de Fontanales a bendecir el agua bautismal.
¿Cuándo se colocó en definitiva el Santísimo Sacramento en
la ermita de San BartoIorné de Fontanales? No hemos encontra-do
documento alguno que lo acredite. Como hipótesis viable bien
pudo ser el 7 de mayo, primer domingo de mes, del indicado año
de 1876, «Fiesta de los Vecinos», coincidente con aquel día 7 de
mayo, primer domingo de mes, de 1758, fecha inicial de la reali-lS
Cf. Archivo Parroquia1 de Moya: Lib. 2.0 Fca., fol. 160.
Cf. Archivo Parroquia1 de 'Moya: Leg. Erección de la Capelianía de
D.a Francisca Ortiz Salvago y Osorio de Vergara, fundada el 23 de abrí1
de 1727, en la ermita de Fontanales el 19 de junio de 1905.
442 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAMTICOS
ASPECTOS DE LA VIDA RELIGIOSA EN FONTANALES 45
zación del voto que por la cigarra habían formulado a perpe-tuidad
los vecinos de Fontanales. ¿Coincidencia providencial? Es
muy posible.
El 10 de octubre de 1915, el obispo Marquina, por muchos
conceptos de grata memoria, decretó la creación de la parroquia
de San Bartolomé de fontana le^^^'.
La Historia -se afirma-, es ciencia del pasado, de los acon-temientos
pretéritos realizados por los hombres en el complejo
y variado marco de todas sus actividades. El presente, en cam-bio,
es sólo esto: actualidad y no historia. Pero el presente es
testimonio para el porvenir, para el futuro. Cuando ese futuro
llegue ya será historia el presente.
Por eso no podemos eludir para el presente, ni para el futu-ro,
la ejemplar y entusiasta realización del nuevo templo parro-quial
de Fontanales, debida al celo, cariño y entrega de su
párroco, don Juan Díaz Rodríguez, y de su feligresía residente
y foránea de Fontanales, que siguiendo sus tradiciones centena.
rias, entrañablemente amadas y conservadas, han sabido velar
con genuina fidelidad por la continuidad del culto y devoción
al Apóstol San Bartolomé. Quede de todo ello constancia para
la historia.
Cf. Boletín Oficial de la DiCicesis de Canarias, b s Palmas (1914-
1915), pág. 248.
Núm 26 (1980) 443