ANTECEDENTES HIST~RICOS DEL CUERVO
(Corvus corux L.)
EN EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO
P O R
MANUEL NOGALES
Los córvidos constituyen una familia morfológicamente he-terogénea
que se encuentra ampliamente distribuida en el mun-do
(Wilmore, 1977). Esta gran variedad de formas, así como
su evolucionada conducta, son factores muy importantes que
se manifiestan en la gran capacidad de adaptación (Pleske,
1916; Bent, 1988) ante las modificaciones del medio ambiente,
llevadas a cabo por el hombre (McClintock, 1971).
En ocasiones, esta gran plasticidad ecológica mostrada ante
los nuevos medios, junto con la persecución humana ejercida
sobre los predadores naturales de esta familia -aves rapaces
en su mayoría-, han favorecido un fuerte aumento de las po-blaciones
de ciertos córvidos en algunos continentes, como, por
ejemplo, la grajilla (Corvus monedula), la graja (Corvus fru-gilegzis)
y la corneja (Corvus corone), las cuales han produ-cido
cuantiosos daños en la agricultura principalmente (Good-win,
1986).
2 MANUEL NOGALES
Ante estos hechos, el hombre -intransigente competidor
histórico- ha adoptado diversos métodos de control de tipo
acústico, visual, mecánico, químico, etc., que han sido diseñados
con el fin de combatir este «desequilibrio» (Chessex, 1957; Chap-pelier,
1959; Siegfried, 1963; Larsen & Dietrich, 1970; Leever,
1982; etc.).
La persecución del hombre hacia esta familia se ha exten-dido
a todos sus componentes sin distinción, incluyendo a cuer-vos
(Corvus corax), chovas (Pyrrhocorax spp.), arrendajos (Ga-rrulus
glandarius), etc. Esto ha motivado que algunas especies
como el cuervo hayan visto drásticamente reducidos sus efec-tivos
en ciertas zonas de Europa, en ocasiones a sólo algunas a
parejas que han quedado relegadas a recónditos escarpes ro- E
cosos (Ticehurst, 1920; Madon, 1928; Schorger, 1941; Joyce, O
1948; Marina y Bazares, 1955; Debout, 1982; etc.). n - m
Por otro lado, esta especie -debido a su ingenio- ha ex- O
E
plotado a menudo recursos derivados de la actividad humana, E
2
siendo admirado por ello en algunos lugares del mundo y odia- E
do en otros, habiendo formado parte del folklore, literatura y 3
ieyenda de numerosos pueblos (Planiol, 1931; Megaw & Cowin, -
1943; Vesey-Fitzgerald, 1949; Kleivan, 197 1; etc.). 0
m
E
Desde hace muchos siglos, este gran odio que existía en el O
oeste de Europa hacia los córvidos condujo a la legislación de n
diversas normativas que tuvieron por objeto la eliminación de E
estas aves. a
Desgraciadamente, esta animadversión que el hombre ha de- n
n
mostrado hacia el cuervo, así como a otras especies afines, ha
sido similar también a la expuesta en Canarias, al menos desde 3
O
que se produjo la conquista de las islas por la Corona española.
A raíz de la conquista de Canarias se dictaron acuerdos des-de
dg-üiias cüi-püiYici0iie~l ocales ,del archipiélago para el control
de las poblaciones, como fue el caso del Cabildo de Tenerife,
que el 29 de septiembre de 1501 dispuso lo siguiente (Serra y
Ráfols, 1949):
644 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
((pregón sobre los cuervos. y ansy se pregonó que dentro
de seis meses, que se contaron desde1 dicho día de Nues-tra
Señora, todos los vecinos e moradores estantes e abi-tantes,
asy castellanos como portugueses, canarios, gomeros
e guanches, que no estuviesen so judición de otra persona,
matasen los cuervos. E para dar a cada uno la cantidad
que ha de matar, manda el señor Governador que vayan
al bachiller Aparicio Velázquez, su teniente, para que él
dé a cada uno los que hay que matar, para que tengan
cargo dello, porque sy lo contrario de lo uno y de lo otro
hezieren pagarán por cada cuervo a diez maravedís en la
cantidad que cada uno ha de tener cargo de matar, pa-sado
el término. E porque viniese a noticia de todos man-dóse
pregonar públicamente)).
Pmteriirmente, el 9 de enero de 1504 este mismo Cabildo
adoptó nuevas medidas, encabezadas como: ((Nómina de los
cuervos que le echaron a las personas en ella contenidos)) (Se-rra
y Ráfols, 1949):
E! señor D; Pedro ...........................
El bachiller Valdés .........................
Frdo. de Trosillo ............................
El alcalde Vergara ..........................
Mateo Vyña .................................
Frdo. Llerena ...............................
Pero Maxía ..................................
Gerónymo de Valdés .......................
Lope Fernández ............................
Guillén ......................................
Pedro López de Villera .....................
Diego de Mesa ..............................
Lope de ivíesa ...............................
Alonso de las Hijas .........................
Goncalo Rodríguez .........................
Xuares de Quemada ........................
Albornós ....................................
Ortega de Vega .............................
Juan Franco ................................
Juan Ruys de Requena .....................
Total ................
100 cuervos.
50 »
150 »
150 N
150 »
150 »
50 »
150 »
150 N
150 »
150 »
50 »
50 ;;
100 »
150 N
100 »
50 »
50 N
80 ))
150 »
2.180 cuervos.
4 MANUEL NOGALES
E todos los castellanos que son labradores a cinquenta
y los que no son labradores a treynta.
Cristóval de Aponte ......................... 250 cuervos.
A Blasyno ................................... 150 »
Goncdo Yanez de Dabte ................... 200 »
A Frdo. de Castro ........................... 200 »
A Juan Fernándes portugués el Taoro ...... 15 »
Alfosyanes arrendador de se Señoría ...... 80 »
Alfonso Vello ............................... 80 »
Salvador Lorenco .......................... 80 »
Goncalo Díaz ............................... 80 »
Antón Martines ............................. 80 »
Total ................ 1.2 15 cuervos.
E 4 A-- 1 ---A LGWJ 10s ~ V roIg ueses labradores a cinquenta y ~ O S
otros a treynta.
A Bartolomé Herrero ....................... 150 cuervos.
A Juan Perdomo ............................ 100 »
Total.. .............. 250 cuervos.
A todos los otros labradores naturales de las yslas a
50 y a los otros a 30.
A todos los canarios a treynta cuervos cada uno.
A todos los gomeros a treynta.
A todos los guanches a treynta)).
Este tipo de acuerdos también se llevó a cabo en el Cabildo
de Fuerteventura el 13 de abril de 1773 (Roldán Verdejo, 1966):
«Entendido el daño que causan los cuervos en las cria-ciones
y sementeras, se libren despachos circulares para
que .cada vecino traiga cuatro cabezas de cuervo en cada
mano en todo el mes de agosto, so pena de cuatro redes
cada uno, que se les sacana irremisiblemente)).
Asimismo, otras referencias históricas de interés que hacen
alusión a la presencia del cuervo en Canarias son las siguientes:
646 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL CUERVO EN EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO 5
- Gómez Escudero fide Morales Padrón (1978), manuscrito
elaborado entre 1550-1650, y cuyos párrafos que se transcriben
a continuación son referidos a los guanches aborígenes:
«tenían muchas aves, palomas zuritas o silvestres, que se
crían en los riscos, y pardelas que son aves marinas que
cuando cantan por la noche parecen niños o gatos que
lloran, y quien no lo sabe parece que es gente y muchas
veces se atribuyó a ser gente porque vuelan como lechu-zas.
Hay música de pájaros canarios, mirlos, capirotes y
jilgueros, y aves de rapiña, milanos, cernícalos y unas aves
menores que los pavos, que tienen el pico amarillo y los
pies, son mayores que los de España que le llaman que-brantahuesos,
es un ave muy sucia, busca inmundicias,
cría en riscos y es un ave muy tímida, le llaman guirres,
hay cuervos, -tórtolas, y golondrinas, y abubillas, que estas
tres pasan a Africa)).
- Frutuoso (1964), escrito en 1590:
«Hay muchos cuervos, que hacen mucho daño en las se-menteras
tanto cuando siembran como c~andoc omienzun
a granar; y también en los animales menudos cuando na-cen,
porque les sacan los ojos y los matan y comen)).
- Abreu Galindo (1632), libro escrito en una fecha próxima
a 1632. Los tres párrafos siguientes se refieren a Fuerteventura,
La Gomera y El Hierro respectivamente:
«Hay en ella más de 4.000 camellos y grandísimo número
de asnos salvajes. El año de 1551 se mandó hacer una
montería por el mucho daño que hacían en la tierra, con
muchos iebreies, y con mucha gente de a cabah, y !a
tiene apellidada; y mataron más de 1.500 asnos que fueron
manjar de cuervos y guirres de que hay mucha abundan-cia
en estas islas)).
«En esta isla no hay más que un solo pino que está en
un risco en un peñón que tiene de altura más de 200 bra-zas,
que está en un llano sin tener otro risco junto a sí,
que llaman Agando y considerando como nació entre las
grietas de aquel peñasco este pino no habiéndolos en aque-
Núm. 38 (1 992) 647
6 MANUEL NOGALES
lla isla, paréceme no ser otra la causa sino que como es-tas
islas están propinguas y suelen ser los piñones pasto
para los cuervos, algún cuervo las había comido y
desgarrándose con los vientos furiosos que suelen haber
en ellas, pasaba de algunas de ellas con los piñones en
los buches y los iba a vomitar en aquel peñasco; que cier-to
causa admiración a quien lo mira en aquella sequedad)).
«Las formas de sus entierros era, que si el difunto tenía
mucho ganado, lo metían con sus vestidos en cuevas, y
lo arrimaban a un lado, y cerraban lo cueva con piedras
para que los cuervos no los comiesen)).
- Fernández Sidrón fide Hernández González (1983), manus-crito
redactado en 1735, y centrado en la educación y la cul-tura
de los franciscanos:
«En este sentido, se encuentra lo referido a los cuervos
de las Islas que por aras de un supuesto y fariseico pro-greso
se encuentran hoy en trances de extinción en el Ar-chipiélago:
Celebran otros autores muchos la astucia de
los c~ncr~wesn nilestras is!as (...), mas no !a celebran ni
las cuentan todas; y pues sola la de defender sus nidos
con piedras de grao tamaño que, levantadas en las garras,
las dejan caer perpendicularmente sobre las cabezas de
los que se los intentan robar, los hace de singular astucia;
más crecerá la admiración si se conociesen las otras. Diré
las que he visto y otras de que estoy bien informado. Mu-chas
ocasiones ha sucedido a los jornaleros de sembrados
y viñas dejar la botija del agua algún trecho de distancia,
y los cuervos de tan maña para bebérsela, echando pie-dras
con las garras dentro de la misma botija hasta que
la hacen subir que les suelen dejar muy poca y esa inútil
nnrn ESO; y !i> misme hacen si la botqa es & villo. r---
Para hacer uso de sus nidos (y por lo común es en riscos)
hurtan todo lo que pueden: paños, servilletas, tocas de mu-jeres,
madejas de hilado y hasta rosarios, se les han ha-llado
en ellos. Todo cuanto hurtan para comer lo escon-den
bajo la tierra, mas la desgracia es. .q ue después no adertm d 6 d e está. P e r ~!a más perriiciosa asiucia que
gozan es para matar camellos, caballos, asnos, corderos en
los cuales, para comérselos, hacen tales cernicerías y usan
de tales ardides que los racionales admiran. La más sin-
648 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL CUERVO EN EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO 7
gular astucia es la matanza de un cordero o un cabrito.
Júntanse muchos y uno le pica para que bale y al balar
otro le pega de la lengua para que no lo haga más, un
sea oído por los pastores; otros le sacan los ojos y con
gran paz se lo van desmenuzando y comiendo a pedazos
con los picos y con las garras. Muchas personas fidedignas
afirman que han aprendido a hablar algunas palabras y
yo oí a uno que se crió con las gallinas en nuestro con-vento
de La Laguna en Tenerife cacarear casi todo el día,
como las gallinas cuando ponen su juevo; finalmente ellos
tienen tantas astucias que fueran detenerme referirlas y
si en otra Provincia no las ejercitan razón hay para cele-brar
las nuestras)).
- Glas (1976), realizado en 1764 y cuyo párrafo se refiere
a las islas de Lanzarote y Fuerteventura:
«la falta de bosques o de grupos de árboles provoca una
escasez de pájaros y aves de caza; sin embargo, hay al-gunos
canarios y un pajarilla llamado tabobo, del tamaño
aproximado de un estornino, moteado de blanco y negro;
trimbién hay perdices y C U P W ~ , con abundancia de aves
rapaces; pero no hay pavos, ocas ni patos)).
- Viera y Clavijo (1982), editada primeramente entre 1772
y 1783. Los párrafos que se exponen a continuación corres-ponden
a la isla de El Hierro:
«Los herreños, habiendo puesto debajo de los pies de sus
cadáveres una tabla y al lado el cayado que había usado
durante su vida, cerraban con piedra las bocas de las cue-vas,
ara que los cuervos, de que solía haber plaga en
aquePa isla, no se los comiesena.
«Hay en El Hierro una ordenanza para que los vecinos,
sopena de once reales, entreguen anualmente seis cabezas
de cuervo a la justicia; tanto es su daño y multitud)).
- Viera y Clavijo (1866), obra realizada entre 1799 y 18 10:
«El cuervo es un ave de mala reputación, y muy siniestra
para los frutos de nuestros campos, en los cuales se halla
tan multiplicada, que en todos tiempos han ofrecido pre-
Núm 38 (1992) 649
8 MANUEL NOGALES
mio las ordenanzas municipales á los que les dieran muer-te.
Desde la extremidad del pico á la cola tiene tres cuar-tas,
y cinco de una punta á otra de las alas. Su plumaje
es enteramente negro, con ciertos reflejos de verde y rojo
sobre la espalda. Los cañones, ó grandes plumas de los
cuchillos de las alas, forman una punta aguda. El pico es
robusto, grueso, de más de una pulgada, recto, un poco
encorvado hacia la punta, y muy negro. Tiene las narices
rodeadas de cerdas. Las plumas de la cola son iguales;
los piés negruzcos y callosos; las uñas ganchudas; el graz-nido
terrible; y la garganta dilatada. Vive muchos años;
come de todo, grano, insectos, frutas, carnes mortecinas,
pájaros, pollos, pescados. Es atrevido, malvado, astuto do-tado
de un olfato exquisito, y naturalmente ladrón. Hace
sus nidos en las grietas de los peñascos elevados, ó sobre
las ramas de los pinos. La hembra pone, por Marzo, cua-tro
6 cinco huevos, verdosos con manchas oscuras; y la
incubación es de veinte días. Ei macho y ia hembra se
guardan fidelidad, y se acarician con los picos como las
palomas. Si ven que les van á quitar los huevos, toman
piedras entre sus garras, se levantan en el aire, y las dejan
caer sobre la cabeza del usurpador. Los polluelos no na-cen
negros, sino cubiertos de una pelusa gris blanquecina;
y cuando ya han criados pluma, ios coiocan sus padres
encima de una roca, y los obligan á volar. El cuervo se
domestica fácilmente; aprende á pronunciar algunas pala-bras;
y como es pantomimo y gesticulador, no deja de pro-vocar
á risa. Tiene por enemigo al milano. Su vuelo es
pesado. Cuando los cuervos ven caer muerto algún cama-rada,
.vuelan todos en torno al cazador dando fuertes graz-nidos,
y como dispuestos á la venganza. Sus plumas sirven
para los clavicordios; y en algunas provincias de Francia
comen cuervos los pobres)).
En el siglo XX, la mayoría de las referencias hacen alusi6n
a los grandes perjuicios que ocasionan a los campesinos y ga-naderos
canarios. A este respecto, Webb et a2 (1842) mencionan
que los burros viejos que son abandonados en los llanos de
Los Rodeos (Tenerife) han sido en muchas ocasiones presas de
grandes bandadas de cuervos, que se ensañan con las raquíticas
bestias, viéndose de este modo -y en muy poco tiempo- ro-deado
por una nube de enemigos que picotean y desgarran to-das
las partes de su cuerpo.
650 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL CUERVO EN EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO 9
Bolle (1854) comenta que en Jandía (Fuerteventura) algunos
pastores querían matar a algunas crías recién nacidas, ya que
según ellos era un ave muy dañina que mataba a los cabritos
y las ovejas sacándoles los ojos.
Algunos años después, Bolle (1857) menciona que C. covax
es muy abundante en regiones agrícolas, teniendo una dieta
muy vegetariana en comparación con los cuervos europeos, y
dañando mucho la fruta del campo y el maíz. También comen-ta
que en El Hierro -al igual que en toda Canarias- se le
tenía un gran odio, y dos obreros que trabajaban en la casa
del cura de Frontera dieron muerte a un ejemplar recién salido
del nido simplemente por pura antipatía.
En 1876, Mompó realiza algunas observaciones en la isla de
Tenerif e:
«Es muy perjudicial, destroza las mazorcas de millo, come
los huevos de las gallinas y perdices, y el trigo de siembra
cuando no lo cubren inmediatamente. Los pobres campe-sinos
tienen que distraer los brazos que les hacen falta
para e! Cfi!tjVe,& ~tk-_nifid&~Ún miichach~p ara que
todos los días de centinela con el objeto de ahuyentar los
cuervos y disminuir de ese modo los grandes daños que
les causan. Debía ponerse precio a su cabeza, pues con
una pequeña cantidad que se abonase por cada uno dis-minuirían
mucho. Es muy común en toda la isla, y en
particular en el Sur y en las Cañadas que forman la base
del Teide, donde el ganado cabrío se encuentra semisal-vaje,
puesto que pasan dos y tres días sin que los pastores
lo reúnan para ordeñarlo y tienen ocasión los cuervos de
comerse los baifos (cabritos recién nacidos))).
Níás tarde, Koenig (i890j menciona que ei cuervo es un ave
generalmente omnívora y muy odiada por los agricultores,
como consecuencia de su glotonería y astucia.
En 1890, Meade-Waldo expone acerca de la población de El
Hierro lo siguiente:
((Probably nowhere in the world is the Tangier Raven (COY-vus
tingitanus) more numerous than here; ... The peasants
te11 me (and 1 can believe it, for food for so many must
10 MANUEL NOGALES
be very hard to get) that the Raven do them a great deal
of harm, that they have great difficulty in saving their
lambs from them (for in Hierro sheep take the place of
the goats of the rest of the islands), that they are equally
destructive amongst their crops, and that if it were not
for the Ravens the island could support many more people)).
EL PRESENTE SIGLO
Thanner (1904 y 1906) indica que ataca a las albardas de
los burros cuando éstas son abandonadas en los campos, cons-tituyendo
un exquisito bocado las partes más grasientas de la
misma.
Polatzek (1908) comenta que agrede por sorpresa a las ga-llinas
y saca los ojos a las cabras que son dejadas sin vigilan-cia,
desplazándose hasta la costa tras el comienzo de la baja-mar
con el fin de buscar alimentos.
Thanner (1910) menciona que en la zona norte de Gran Ca-naria
es muy temido porque extrae las semillas durante la siem-bra
del maíz, además de causar unos grandes daños en la pro-ducción
de dátiles (Phoenix sp.), cuyos campesinos tenían que
envolver los racimos con telas o sacos. En este sentido, en
Gran Canaria, varios guardas forestales nos han informado de
los importantes destrozos que ocasionan en las repoblaciones
de pinos, una vez que están recién plantados, así como en los
viveros forestales donde se siembran gran número de semillas
de Pinus canariensis.
En 1951, Vols6e pone de manifiesto los numerosos perjuicios
que causan en los cultivos de tomates, siendo muy difíciles de
capturar.
Más recientemente, otros autores vuelven a reincidir en las
importantes pérdidas que causan los cuervos en la agricultura
y ganadería (Bannerman, 1963; Pérez Padrón, 1983; etc.).
En la isla de El Hierro parece ser que los daños más co-munes
se centran en el ganado, y más concretamente en los
ejemplares jóvenes. Según numerosos testigos presenciales, en
distintas zonas de la isla llevan a cabo ataques sobre cabritos
652 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
y corderos, a menudo en su primera semana de vida, pertene-cientes
generalmente a madres que realizan su primer parto,
siendo por tanto inexpertas en el cuidado de su cría.
Al parecer, estas acciones la suelen realizar entre los dos
miembros de la pareja, situándose uno delante y el otro detrás
del animal-presa, hostigándolos continuamente hasta que logran
picotear la lengua o la región anal, produciéndose a continua-ción
una gran hemorragia que acaba finalmente con la vida
del animal. Este ataque en parejas suele ser lo más común,
aunque en ocasiones lo llevan a cabo grupos más numerosos.
Posteriormente, una vez que el animal está muerto, 10s miem-bros
de la pareja no suelen comer juntos, sino que uno de
ellos está alerta con el fin de avisar al otro en el caso de que
uxistirru ru2!niii~r n~lirrrn
Y -L-- r --a- --
También nos han comentado en esta isla algunos ata-ques
efectuados a gallineros, palomares, cerdos, burros, así
como a cabras y ovejas adultas físicamente disminuidas o en-f
ermas.
En una ocasión, un pastor de El Pinar nos relató una vi-vencia
personal en la cual una pareja de cuervos despeñó por
el acantilado de las Playas a un «baifo» al que previamente ha-bían
cercado.
Según los pastores de El Hierro, otro período crítico para
el ganado parece ser el momento del parto de las cabras y
ovejas, ya que los cuervos suelen aprovechar diversas estruc-turas
que se liberan durante el transcurso de este proceso. Por
ello, es conveniente vigilar a estos animales, ya que C. corax
suele actuar tirando de las placentas y de los cordones umbi-licales.
ocasionando lesiones que pueden producir posteriormente
la muerte al animal.
Aunque los daños en la agricultura parecen ser menores, al-gunos
agricultores de la isla nos han comunicado que extraen
los granos de los cereales recién plantados, comen la ración
(granos de cultivos de secano generalmente) junto con el ga-nado,
y en ocasiones actúan intimidando a éste. También llevan
a cabo «saqueos» sobre los tendales de higos (Ficus carica) des-de
que son dejados al sol para secar, y en las cosechas de
tunos (Opuntia ficus-barbarica) cuando hacia la segunda quin-
Núm 38 (1992) 653
12 MANCEL NOGALES
cena de septiembre aparecen grupos de jóvenes, de unos meses
de edad, cuya voracidad es tremendamente acusada.
Aparte de estos perjuicios, algunos habitantes nos han co-mentado
diversos hurtos cometidos por los cuervos en esta isla,
como el «robo de joyas)) y objetos brillantes que son dejados
en los extremos de las huertas, cuando las mujeres realizan
las labores del campo, «talegas» de comida para el almuerzo
de los campesinos y pastores, pescado y lapas que los pesca-dores
depositan a cierta distancia, y ropa que emplean para la
construcción de nidos.
CONCLUSIÓFINN AL
En resumen, y según se desprende de las mencionadas re-ferencias
históricas, el cuervo debió ser un ave extraordinaria-mente
abundante en Canarias, encontrándose ampliamente dis-tribuida,
desde el siglo xv hasta mediados del actual inclusive.
Asimismo, también se aprecia que fue severamente perseguida
desde tiempos inmemoriaies en ia practica
piélago.
totalidad del archi- -
0m
El presente artículo pertenece a uno de los capítulos de la
tesis doctoral del autor, por lo que quisiera expresar mi más
sincero agradecimiento a mis directores, Aurelio Martín y Pe-dro
Jordano, por la revisión y crítica del manuscrito. También
Eka'oeth Heiiiihidez y Cfraín Eernánciez colaboraron en la bús-queda
de datos históricos; y D. Zósimo Hernández y Alfonso
Quintero en la labor del campo.
La Tesis Doctoral del autor ha sido realizada en el Dpto.
de Biología An.i m. al (Zoología) de la Universidad de La Laguna, pr lo qUe q.uisiera hacer mi gi-atitud apoyo pre-sentado
por este centro.
ANTECEDENTES HISTORICOS DEL CUERVO EN EL ARCHIPIÉLAGOCA NARIO 13
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