EL DIARIO POLITICO«H OY»:
UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN
TENERIFE DURANTE LA 11 REPÚBLICA
P O R
JULIO ANTONIO YWNES MESA
El Partido Republicano Tinerfeño, ejerció una hegemonía apa-bullante
en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, durante el
grueso del período republicano. Su enorme ascendencia social,
empero, cayó estrepitosamente en picado tras las elecciones de
febrero de 1936, cuando quedó sin representación parlamenta-ria.
Poco antes, su órgano de expresión, el rotativo «Hoy», con
su desaparición, había protagonizado una debacle de índole si-milar.
Partido y portavoz, pues, fracasaron casi coincidentemen-te,
lo que, por su íntima relación, podría interpretarse por cau-sas
comunes e interconectadas.
En los párrafos que siguen, vamos a intentar demostrar que
la desaparición de «Hoy» obedeció a circunstancias específicas,
esto es, propiamente periodísticas, al margen de la crisis de su
promotor, el Partido Republicano Tinerfeño. La hipótesis que
pretendemos verificar, está resumida en el título genérico del
presente trabajo.
Num 38 (1 992)
JULIO ANTONIO YANES MESA
1. CUESTIONEPSR EVIAS DE REFERENCIA
1.1. La paulatina hegemonía del periodismo
informativo en Tenerife
En vísperas de la guerra europea, los diarios más impor-tantes
de Tenerife medraban al amparo de una ideología polí-tica.
La raquítica clientela de lectores que encontraban en el
iletrado panorama isleño, mostraba, para colmo de males, una
drástica compartimentación según afinidades ideológicas. Para
sobrevivir, pues, los periódicos no tenían otra opción que ads-cribirse
a un determinado ideario en cuyo seno, normalmente,
gestaban su propio nacimiento. Los correligionarios, contribuían
a su pervivencia comprando ios ejemplares y, en menor medi-da,
insertando anuncios en sus páginas, pues por entonces la
publicidad, que apenas generaba la cuarta parte de los ingresos
de los periódicos, acusaba etapas balbucientes en las Islas2. La
proliferación y fugacidad de cabeceras, aunque en intensidad
inferior a etapas precedentes; las cortas tiradas, la reducida di-fusión
y las enconadas disputas ideológicas entre los diarios,
eran las características más notorias de este periodismo tiner-feño
de anteguerra. En este panorama, «La Prensa)), fundada
' Véanse más detalles sobre la modernización del periodismo tinerfeño
en el período entreguerras en JULIO ANTONIO YANES MESA: Leoncio Rodrí-guez
y 'La Prensa'? una página del periodismo canario, tesis doctoral iné-dita,
dos tomos, Universidad de La Laguna, mayo de 1991.
También en vastas zonas del Estado, pues según Francisco Iglesias,
aún en 1909, el 70 por 100 de los ingresos de los periódicos españoles pro-
T , a * . -
Y Lllla
e de las .v.r-;-~+-~-~y assó lo el 30 por i G G resranre de ia pubiiciciaci (véase
FRANCISCIOG LESIA((RSe: organización periodística)), en Histovia de los medios
de comunicación en España Periodismo imagen y publicidad (1900-1990),
Editorial Ariel, Barcelona, 1989, p. 47). Se trata, pensamos, de porcentajes
inaplicables a los periódicos de las zonas más desarrolladas del Estado,
léase, Madrid, Barcelona y Bilbao, que desde comienzos de siglo deambu-
!&2s pw etupas más svsnzadas (véase JES~SS -NOTEROL VAREZ(: (Decaden-cia
del sistema y movimientos regeneracionistas)), en Historia de 20s medios
de comunicación en EspaRa. Periodismo, imagen y publicidad (1900-1990),
opus cit, p. 18).
604 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POLÍTICO <HOY»: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE ... 3
por Leoncio Rodnguez como ((Diario Republicano)) en 1910, ha-bía
sabido agenciarse un puesto de privilegio.
Repasando las cabeceras más importantes, resulta fácilmente
constatable la particularización de esas características en cada
uno de los diarios tinerfeños de entonces. Todos militaban en
una ideología cómodamente detectable, pues la mayoría no te-nía
rubor para explicitarla con un subtitular. Así, «La Opinión)),
era liberal; «La Región Canaria)), conservador; «Gaceta de Te-nerife)),
católico-conservador; «El Progreso)), «La Prensa)) y, más
discretamente, «Diario de Tenenfe)), republicanos; y «El Tiempo)),
conservador pro-leonino. Paralelamente, unos y otros, con pe-queños
matices diferenciales, mostraban una composición ru-dimentaria,
en base a máquinas planas, escasamente atractiva
para el lector, evidentemente. desde nuestra óptica contempo-ránea;
una reducida superficie informativa que, en ningún caso,
superaba las cuatro páginas; y un localismo en los contenidos
no menos penoso. Estos arcaísmos estaban ligeramente atenua-dos
en «La Prensa)), lo que justifica su hegemonía en el perio-dismo
tinerfeño de anteguerra.
La primera guerra mundial alteró los contenidos de este pa-norama
informativo, tan localista y politizado. La espectacular
información foránea que brindó su desarrollo, despertó el in-terés
de los lectores isleños que, desde entonces, encontraron
motivos ajenos a la política de partido y a la problemática local
para comprar el periódico. A su vez, la propia guerra desatascó
los canales de comunicación desde el exterior merced al interés
de los contendientes por hacer propaganda para su causa. La
telegrafía inalámbrica, hasta entonces vetada a los periódicos
isleños, facilitaba el desarrollo de los acontecimientos con una
actualidad insólita en las noticias ajenas a las Islas. Por su par-te,
los periódicos acogieron con satisfacción esta información
emitida por las agencias de los dos bandos, por parcial que
fuera, pues la mayoría de las veces era gratuita. Pronto, los
sucesos europeos, asumidos partidariamente por los periódicos,
desvanecieron las tradicionales disputas ideológicas y desplaza-ron
de los espacios estelares de la información a la problemá-tica
local. Evidentemente, los cauces de la actualidad foránea
de anteguerra, reducidos al escueto cablegrama que recibían
4 JULIO ANTONIO YANES MESA
los periódicos ditsde Madrid, cuyo contenido publicaban «infla-do
», resultaron vetustos en aquella coyuntura. El espectacular
y novedoso repertorio de los periódicos incrementó sus tiradas
desbordando el tradicional marco ideológico de sus clientelas,
si bien, los que supieron satisfacer mejor la curiosidad de los
lectores acapararon esa creciente, aunque siempre modesta, con-currencia.
En ello, «La Prensa)) hizo gala de su talla periodística,
permitiéndose el lujo de distender sus ataduras ideológicas fun-dacionales
desde 1916, cuando reemplazó su subtitular «Diario
Republicano)) por el neutral ((Diario de la Mañana)); y reivindi-car,
no sin cierta ingenuidad, su precoz vocación regional.
Pero no todo fueron buenaventuras para los periódicos is-leños
con la guerra. Conforme decursaron los años, la progre-siva
crisis3 que asoló al Archipiélago hizo mella en todos ellos.
¿a contracción de ios tradicionaimente raquíticos ingresos por
publicidad e, incluso, el ulterior recorte de las ventas, provocó
la desaparición de varios diarios. «La Prensa)) salió airosa de
la difícil coyuntura consolidando su hegemonía en el depaupe-rado
sistema informativo tinerfeño al acaparar los escasos lec-tores
y anuncios pervivientes. Cuando concluyó la guerra, el
periodismo tinerfeño había reducido sus cabeceras importantes
a tres: «El Progreso)), que sobrevivía al amparo del republica-nismo
de Santa Cruz de Tenerife; ((Gaceta de Tenerife)), soste-nido
por los sectores isleños más conservadores, éstos, geográ-ficamente
más dispersos; y «La Prensa)) que, tras renunciar a
tutelas ideológicas expresas, había sabido agenciarse una clien-tela
de configuración social e ideológica más heterogénea. A su
vez, la desaparición de la guerra y el renovado atascamiento
de los canales de comunicación con el exterior, precipitaron
nuevamente a los periódicos a su inveterado localismo. La for-midable
crisis isleña de postguerra, elocuentemente reflejada en
el menguado e inestable formato de todos ellos, acentuó, si
cabe, la secular desconexión de las Islas con el exterior.
? Véase ia evoiución de ia coyuntura y, en general, dei periodo, en ei
diálogo continente/contenidos que del periódico «La Prensa)) ofrece la obra
de JULIOA NTONIO YANESM ESA:L eoncio Rodríguez y "La Prensa'? una pá-gina
del periodismo canario, tesis doctoral citada.
606 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POL~TICO «HOY#: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE ... 5
Cuando el Archipiélago dejó atrás el marasmo, el periodismo
tinerfeño, remolcado por «La Prensa)), inició una espectacular
modernización en sus vertientes informativa, financiera e ins-trumental,
al calor del desarrollo económico de los años veinte.
A su vez, la apolitización que impuso la dictadura, provocó la
erradicación de las renacidas polémicas ideológicas y precipitó
a los periódicos, aunque mediatizara contenidos, a tareas más
propiamente informativas. Conforme decursaron los años, unos
más que otros, desviaron ligeramente su atención hacia la pro-blemática
ajena al Archipiélago, aunque no existiese un reclamo
como el de la guerra ni canales de comunicación más fluidos,
al menos, hasta los años treinta, cuando el teléfono acercó algo
más la problemática extraisleña al Archipiélago. Esta gradual
apertura hacia el exterior conllevó una diversificación de temas
y un tratamiento de contenidos más dinámico, no exento de
cierto sensacionalismo, para atraer concurrencia. La creciente
proliferación de ilustraciones; la privilegiada atención a los de-portes,
al cine y a los espectáculos en general; los mayores pa-ginados
y la estructuraci6n de contenidos en secciones más con-sistentes
y con titulares más atractivos; así como la inserción
de páginas especializadas, algunas dirigidas específicamente a
la mujer, responden a esas mismas inquietudes. «La Prensa)),
motor y, en algunas vertientes, protagonista exclusivo de esas
innovaciones del periodismo isleño, desde 1928 editaba ocho pá-ginas
en un formato que poco recordaba al fundacional, indu-dablemente,
por su ágil tratamiento de contenidos, pero tam-bién,
por una renovación tecnológica que le reportó rotativa y
fotograbado. En aquel panorama, la irrupción de «La Tarde))
con otro subtitular ecuánime, «Diario de Información General)),
que relegaba a un segundo piano sus simpatías repubiicanas;
y una línea informativa que competía con «La Prensa)), acentuó
la irreversible modernización del periodismo tinerfeño.
El desarrollo económico de Santa Cruz, subyace en el des-pegue
del periodismo tinerfeño, específicamente, por el incre-mento
de ia potencial ciienteia de lectores con la bonanza eco-nómica
y la regresión del analfabetismo; aunque en mayor gra-do,
por revertir a la publicidad su moderno papel de privile-giado
recurso comercial. En efecto, desde que los anunciantes,
6 JULIO ANTONIO YANES MESA
percatados de su decisivo influjo en el mercado, eligieron los
periódicos por su creciente circulación en vez de por afinidades
ideológicas, trastocaron las bases del periodismo tinerfeño de
anteguerra; más aún, cuando la publicidad, paulatinamente, ge-neraba
ingresos más sustanciosos que las ventas. Junto a la
infidelidad de los antiguos correligionarios, los periódicos acu-saban
la creciente irrupción de una clientela apolitizada que
demandaba, simple y llanamente, información. Ambas circuns-tancias,
sólo captadas por los más perspicaces, permitieron la
superación de los reducidos y, con la dictadura, debilitados,
círculos ideológicos de difusión tradicional, exclusivamente, con
la renovación y hermoseamiento de contenidos. Con tales bases, a
«La Prensa)) disparó su capítulo de ingresos, sobre todo, por N
E
su creciente captación de publicidad, aunque su tirada, que en O
los años treinta basculaba entre los cinco y seis mil ejemplares, - -
=m
quintuplicaba la inicial; lo que subraya su espectacular desplie- O
E
E
gue financiero. Por entonces, sus ingresos provenían en un 70 S
E
por 100 de la publicidad y en un 30 por 100 de las ventas, lo =
que, precisamente, era la antítesis de su estructura financiera 3
fundaciona14. «La Prensa)), pues, paulatinamente había evolucio- - -
0m
nado hacia una empresa periodística, por supuesto, en la me-dida
del contexto isleño, lo que permitió dar satisfacción a su O
vocación estrictamente periodística. Entre sus coetáneos, «La Tar- -
E de» fue quien mejor siguió sus pasos. -
a
En definitiva, asistimos al tránsito en Tenerife de un perio- 2 -
dismo de anteguerra, fuertemente ideologizado, a otro esencial- - 0
mente informativo que cristaliza en los años de la República. 3
O
El proceso quedó ilustrado en la trayectoria del periódico que
abanderó la modernización del sistema informativo tinerfeño,
«La Prensa)). Con ello, las Islas conocieron, aunque tardíamente,
la etapa que George Weill nominó «edad de oro» de la prensa,
caracterizada por el monopolio informativo ejercido por el pe-riodismo
escrito cuando, habiendo distendido sus ataduras ideo-
Sólo el incremento de ingresos por publicidad permitió a los penó-dicos
su emancipación ideológica y su irrupción en etapas genuinamente
informativas (véase MIGUELU RABAYENE: structura de la información perio-dística
Concepto y método, Editorial Mitre, Barcelona, 1988, pp. 25 y 26).
608 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POL~TICO «HOY»: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE ... 7
lógicas, no acusaba aún la competencia de la radio El tránsito
culminó en Canarias con sesenta años de demora respecto a
las zonas punteras del Estado, reducidas a Madrid, Barcelona
y Bilbao, verdaderos islotes avanzados del sistema informativo
español, uno de los más arcaicos y heterogéneos del continente
europeo en consonancia con el retardado y desigual desarrollo
económico del país Otras zonas peninsulares, debieron conocer
retrasos similares al canario. Pero lo relevante, para nosotros,
no es resaltar la desacompasada modernización del sistema in-formativo
español. Lo relevante es constatar que en la Repú-blica,
la clientela de anunciantes y lectores de los diarios isleños
dependía, de manera creciente, de la estricta información pe-riodística.
Con tales bases, los periódicos de partido que nacieron aque-llos
años quedaron relegados al papel marginal que ocupan en
los sistemas informativos modernos. La desaparición a comien-zos
de 1932 del vetusto «El Progreso)), que conservaba todavía
su subtitular fundacional ((Diario Republicano Autónomo)); y los
denodados esfuerzos de «Gaceta de Tenerife~ por recuperar su
importancia de anteguerra en el periodismo tinerfeño adoptan-do,
inicialmente, un formato más manejable, luego, introducien-do
en su parnado el color y, más tarde, transmudando, aunque
con titubeos, a «Diario de la Mañana))', confirma que el perio-
La radiodifusión irrumpió en Tenerife a comienzos de 1930, cuando
algunos radioaficionados, con donaciones de diversas casas comerciales,
constituyeron la «Radio Club Tenerifen. Meses más tarde, la emisora ofre-cía,
a modo de ensayo, pequeños conciertos interpretados por músicos lo-cales.
A mediados de 1934 celebró su inauguración oficial, si bien, no al-teró
su programación que continuó siendo eminentemente musical. En i935
hizo sus primeros escarceos informativos; pero sólo tras el alzamiento mi-litar,
y al servicio de los insurrectos, la emisora tinerfeña asumió con de-cisión
su rol informativo. Los periódicos, pues, prácticamente monopolizaron
la información en el Archipiélago durante el período republicano.
Véase JESÚS TIMOTEOÁ LVARE((DZ:e cadencia del siste.m a y., movimientos regcileracioilistas,, en IYiitoriü de los medios de co;?Züí;¿cüciori er; Espü&i
(1 900-1990). Periodismo, imagen y publiciáad, opus cit, pp. 11-26. ' El 30 de julio de 1933, ((Gaceta de Tenenfe)) reemplazó su fundacio-nal
subtitular ((Diario católico-Órgano de las Derechas)) por el distendido
«Diario de la Mañana», aunque sólo hasta el 6 de diciembre. El 1 de enero
8 JULIO ANTONIO YANES MESA
dismo ideologizado, informativamente hablando, ya era un ana-cronismo
en Tenerife. En ese contexto nació «Hoy» con ansias
de hacerse un hueco entre los periódicos tinerfeños más
importantes, si bien, con un subtitular que iba contra corriente:
«Diario Republicano de Tenerife)).
1.2. El panorama político de Tenerife
durante la 11 Repúblicas
Los años de la dictadura debilitaron enormemente las arti-ficiales
formaciones políticas del Archipiélago que, apelando a
las doctrinas liberal y conservadora, bifurcaban, en connivencia, a
cuando amainaba el «Pleito Insular», a la clase dominante isleña
E en emulación al resto del Estado. El entendimiento, no exento O
de conrroversia, de ambas facciones para manejar OS procesos n - m electorales sl amparo de los arcaísmos estructurales isleños, ape- o E
nas había dejado resquicios a las fuerzas extrasistema para des- S£
empeñar roles marginales, exclusivamente locales, de poder po- E
lítico en las Islas. Como ocurriera en el resto del Estado, las 3
áreas islefias más riiodernizacias fueron ias únicas que pudieron
zafarse del feroz atenazamiento de conservadores y liberales du-
-
0
m
E
rante la Restauración. Y ello, sólo en vísperas de la instauración O
de la dictadura, cuando una y otra formación iniciaba su des- 6
composición en las Islas remedando la fragmentación persona- n
E
lista de sus cúpulas en Madrid. En efecto, sólo entonces las a
fuerzas extrasistema pudieron agenciarse, con resolución, dos n
alcaldías: la de Santa Cruz, que recayó en el Partido Republi- n
cano Tinerfeño; y la del Puerto de la Cruz, que fue a parar a o3
de 1935, volvió a suprimirlo, esta vez definitivamente. dejando libre su
cabecera de ataduras ideológicas. Con estas y otras medidas afines que
debieron provocar tensiones en su seno, ((Gaceta de Tenerife» intentaba
relajar su compromiso ideológico y crear un formato más atractivo para
intentar sobrevivir.
Los renglones que siguen, sólo pretenden esbozar el panorama polí-tico
tinerfeño para, a su luz, calibrar la relación política/periodismo y, con
el apartado precedente, las singularidades del periódico «Hoy». El grueso
de sus datos procede de la obra de MIGUELA NGEL CABRERAA COSTALa:
11 República en las Canarias Occidentales, Cabildo Insular del Hierro y Cen-tro
de la Cultura Popular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1991.
610 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POLíTICO «HOY»: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE ... 9
manos del Partido Socialista Obrero Español, lo que, a sabien-das
del rezago canario, constituía un paradójico hito a escala
estatal. Con posterioridad a 1923, el recurso de la dictadura a
facciones republicanas, regionalistas y socialistas, ahondó el de-bilitamiento
de los viejos partidos de la Restauración sin me-noscabar
los privilegios de la oligarquía isleña, como también
ocurriera en el resto del Estado.
El presumible retorno al sistema político de 1876 tras la di-misión
de Primo de Rivera, aconsejó a la clase dominante is-leña
la reorganización de sus fuerzas políticas en torno a las
figuras más relevantes de los viejos partidos de la Restauración,
Benito Pérez Armas en el Liberal y Andrés Arroyo en el Con-servador.
No obstante, en el seno de la sociedad canaria, aun-que
mucho más débilmente que en las regiones punteras del
Estado, latía una corriente que propugnaba reformas radicales
que incluso ponía en tela de juicio la pervivencia de la mo-narquía.
El viejo dirigente liberal Domingo Cabrera Cruz, a tra-vés
de su efímero Partido Republicano Social, fue la única voz
de la clase dominante tinerfeña que tanteó una configuración
del Estado diferente a la restauracionista. Con este incierto tras-fondo,
el Gobierno Provisional convocó elecciones municipales.
Conforme transcurrio la campaña electoral, la convocatoria
adquirió una dimensión trascendental en orden a dilucidar el ca-rácter
del nuevo Estado, monarquía o república. Tal disyuntiva
precipitó a Benito Pérez Armas y a Andrés Arroyo a consensuar
una candidatura monárquica en oposición a las otrora fuerzas
extrasistema de la Restauración que, bajo la conjunción repu-blicano-
socialista, hicieron lo propio abogando por la reinstaura-ción
de la República. La trascendencia y el exclusivismo del di-lema,
dejó sin argumentos a la naciente formación política Ac-ción
Tinerfeña que, promovida por el que fuera alcalde de Santa
Cruz durante la dictadura, Santiago García Sanabria, en vano in-tentaba
competir con un programa centrado en la problemática
específica de Santa Cruz. Al final, los resultados electorales, bien
con el refrendo de la ciudadanía o merced ai artículo 29, dieron
un aplastante triunfo a la candidatura monárquica en la provin-cia
en consonancia con sus arcaísmos estructurales. La conjun-ción
republicano-socialista, al margen del viejo feudo republicano
10 JULIO ANTONIO YANES MESA
de Santa Cruz, sólo pudo triunfar en el municipio de Guía de
Isora. Las Islas, pues, como las restantes áreas rezagadas del Es-tado,
presenciaban la irrupción de la República evidenciando que
sus estructuras sociales de la Restauración permanecían incólu-mes.
Sobre ellas, el naciente régimen superpuso un enconado de-bate
ideológico y una maraña de partidos políticos que tampoco
significaron la erradicación del inveterado caciquismo isleño.
Inicialmente, el viejo y, hasta entonces, de muy localizada
implantación, Partido Republicano Tinerfeño, asumió la gestión
de los principales organismos de la Isla. Las enormes expecta-tivas
sociales que abrió la reinstauración de la República y su
posicionamiento como genuino representante de ella, le permitió a
superar su secular constricción a Santa Cruz e iniciar una es- N
E
pectacular expansión por los pueblos del interior de Tenerife O
y por las llamadas «islas menores)) de la provincia. El incre- --- m
mento de su nómina de afiliados con la captación de miembros O
E
de los antiguos partidos de la Restauración, que poco atrás lo E
2
habían derrotado en el interior de la Isla, y de diversos gru- -E
púsculos afines, lo convirtieron en la fuerza política hegemónica 3
de ia provincia. La burguesía comercial y exportadora y, en --
segundo término, amplios sectores agrarios, nutrieron sus filas 0
m
E
y financiaron su consolidación. Los resultados de las elecciones O
a Cortes Constituyentes de junio de 1931, con sus cuatro can- - didatos, Alejandro Lerroux, Antonio Lara, Alonso Pérez Díaz y -E
Andrés Orozco, duplicando y, en algún caso, triplicando, los vo- a
2
tos de los otros diputados electos, ilustra con elocuencia la es- -- pectacular implantación del partido en la provincia ante el be-neplácito
de la clase dominante. A1 socialista Domingo Pérez 3
O
Trujillo, su coaligado en las recientes municipales; y al conser-vador
Andrés Arroyo, au~oeBquetacio en aqueiia ocasión como
independiente, fueron a parar las dos actas restantes.
Conforme decursaron los meses y la realidad de la enorme
problemática isleña ahogada la ingenua euforia que concitó la
reimplantación de la República, el abanico político tinerfeño, has-ta
entonces plegado poi- el consenso social que parecía latir en
torno al Partido Republicano de la Isla, desperezó gradualmente
sus dos extremos para dar cabida a las formaciones políticas
nacientes con el nuevo régimen. Aún así, sólo la coincidencia
612 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POL~TICOS HOYB:U N ANACROMSMO INFORMATIVO EN TENERIFE... 11
de sus divisiones intestinas con la irreconciliable escisión de la
sociedad canaria en el tramo final de la República, como ocu-rriera
en el resto del Estado, pudieron sustraerle, aunque ya
estrepitosamente, su abrumadora hegemonía en el panorama po-lítico
de la provincia. En el proceso subyace la intensificación
de la crisis y, en Canarias más que en el resto del Estado, la
obstrucción de la emigración a América, por su carácter es-tructural
en la economía isleña 9.
Tras las elecciones a Cortes Constituyentes, por la derecha
del Partido Republicano Tinerfeño nació Acción Popular Agraria
que, sustentada en el catolicismo y en los círculos más con-servadores
de la agricultura isleña, experimentó una implanta-ción
territorial considerable, pues incluso alcanzó a las islas de
La Gomera y La Palma, aunque enormemente endeble. Poco
más tarde, integraba la CEDA y concurría a ias elecciones ge-nerales
de 1933 aliada con fuerzas afines y personajes influ-yentes
de la Isla en la llamada ((Unión de Derechas)).
También la izquierda del Partido Republicano Tinerfeño, di-versificó
sus opciones tras las elecciones a Cortes Constituyentes
con la afluencia de otras formaciones políticas estataies. Hasta
entonces, el Partido Socialista Obrero Español, segunda fuerza
de la provincia por antigüedad, pues databa de 1917, y por afi-liación,
al amparo de la UGT, monopolizaba el espacio ideoló-gico
más progresista de la Isla. En Santa Cruz, empero, la he-gemonía
que siempre ejerció la Federación Obrera, formación
sindical de tendencia anarquizante, tradicionalmente obstaculizó
su implantación, lo que revela la endeblez del partido, pues la
capital albergaba al grueso del proletariado industrial de la Isla.
Sobre este precario panorama, a finales de 1932, y después de
algunos tanteos frustrados, nacía el Partido Radical Sociaiista
en Tenerife. La nueva formación, presagiando la radicalización
de la sociedad tinerfeña, pronto captó a uno de los cabecillas
del Partido Republicano Tinerfeño, Luis Rodnguez Figueroa,
que justificó su transición por la «derechización» de sus, hasta
Véase al respecto JULIO ANTONIO YANES MESA: La emigración del mu-nicipio
canario de Güímar, 1917-1934, Centro de la Cultura Popular Ca-naria,
La Laguna-Tenerife, cap. 11, 1993.
Num 38 (1 992) 613
12 JULIO ANTONIO YANES MESA
entonces, correligionarios. Poco después la nueva formación ex-perimentó
una débil expansión por las localidades del interior
de la Isla, alcanzando su mayor éxito en las siguientes eleccio-nes
municipales, cuando ganó la alcaldía del municipio de Bue-navista.
Por entonces nació otro partido de tendencia similar,
Acción Republicana, que conoció una implantación aún más en-deble.
Sus miembros, en unión de socialistas y radicales socia-listas,
integraron el «Bloque de Izquierdas)) que concurrió a las
elecciones generales de 1933.
Las elecciones a Cortes de 1933, confirmaron la todavía in-contestable
supremacía del Partido Republicano Tinerfeño. Esta
vez, sus candidatos acapararon cinco de las seis actas de di-putados
en juego a pesar de la unión de derechas e izquierdas. a N
Los electos fueron: Antonio Lara, Alonso Pérez Díaz, Rubens E
Marichal, Andrés Orozco y Elfidio A!QDSG. E! s r x t ~e scaño !a O
n -
agenció para la ((Unión de Derechas)) Tomás Cruz que, con una =
O0,
E votación muy inferior a los anteriores, casi duplicaba los votos E
2 de los primeros candidatos del «Bloque de Izquierdas)). Eviden- -E-temente,
la clase dominante isleña aún no daba visos de escisión.
Tras las elecciones, la izquierda del Partido Rep~ib!kar?u Tf- 3
-
nerfeño articuló una formación política más sólida con Izquier- -
0m
da Republicana, fruto de la fusión del Partido Radical Socialista E
y Acción Republicana siguiendo pautas adoptadas por sus cú- U
pulas en Madrid. Mientras tanto, los grupúsculos marxistas de n
E extrema izquierda, que en 1932 habían enviado una represen- -
a
tación al IV Congreso del Partido Comunista del Estado, inten- 2
n
taban crear una infraestructura de ámbito regional. Su implan- n
0
tación en las Islas, empero, era muy superficial y localizada. 3
O
En contraposición a la clarificación del espacio situado a la
izquierda del Partido Republicano, su antagónico. catalizado por
Acción Popular Agraria, protagonizó en 1935 un duro enfren-tamiento
interno promovido por su sector más conservador, el
específicamente agrario, esto es, el que más directamente sufna
la progresiva crisis isleña. Su derrota a manos de los sectores
agro-comerciales, deparará el nacimiento de una nueva forma-ción
política, la Asociación General de Agricultores de Tenerife,
con un programa basado en la defensa a ultranza de la agri-cultura
a costa, incluso, de los sectores exportadores. Más a
614 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POLÍTICO «HOY»: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE.. 13
su derecha, ya escorados hasta el extremo ideológico, irrumpi-rán
algunos grupúsculos fascistas en Tenerife y La Palma, es-pecíficamente,
de Falange Española, si bien, hasta 1936 unos y
otros adolecerán de una endeblez incuestionable.
Mientras tanto, el Partido Republicano Tinerfeño había en-trado
en una etapa sumamente problemática. Los males pro-venían
de Madrid, donde el Partido Radical, al que siempre ha-bía
prestado su apoyo y del que recibiera carteras ministeriales
para Antonio Lara y Andrés Orozco cuando gobernó con el
asentimiento de la CEDA, se escindió. La desigual actitud de
sus diputados en Madrid, con Antonio Lara, Alonso Pérez Díaz
y Elfidio Alonso decantados por el disidente Martínez Barrio,
y Andrés Orozco y Rubens Marichal permaneciendo fieles a Le-rroux,
difícilmente podían compatib.-i.l,i zarla con la unidad del par- P. , . tido en Canarias. Poco después, ~ m a i oA ionso fuiidaba Urión
Republicana en Tenerife, con lo que a nivel estatal el partido
quedaba fraccionado en tres corrientes. Para colmo de males,
la Juventud Republicana había iniciado su emancipación para
escorarse a posturas más de izquierdas, lo que acentuó el de-bilitamiento
ciei partido.
La radical bipolarización de la sociedad española en el tramo
previo a las elecciones de febrero de 1936, se particularizó en
Tenerife con el partido que hasta entonces había aglutinado al
grueso de la clase dominante en plena descomposición. Sin esta
referencia, las fuerzas más conservadoras cerraron filas en la
candidatura autonominada de Centro Derecha; mientras las más
avanzadas lo hacían en el Frente Popular. Entre ambas, los res-tos
de la hasta entonces hegemónica formación política de la
provincia, el Partido Republicano de Tenerife, con su postura
de ceriiro, eii vano intentaba restar arg~mentos a! enc~ntr'o
enfrentamiento. Tal posicionamiento le acarreará la definitiva
debacle, pues quedará sin representación parlamentaria al ra-dicalizarse
el electorado a sus extremos. Cuatro escaños irán
a parar a manos del Frente Popular, los ganados por Luis Ro-drigüez
figieroa, Elfidi~P Jmse, e! sncidistt Fmlim-o Díaz Cas-tro,
y el comunista Florencio Sosa Acevedo; y sólo dos a las
derechas, los de José López de Vergara y Félix Benítez de
Lugo. Sin embargo, las escasas diferencias entre unos y otros,
Núm 38 (1 992) 615
14 JULIO ANTONIO YANES MESA
calibra el equilibrio de la irreconciliable radicalización de la so-ciedad
tinerfeña en el seno de la estatal. El inevitable enfren-tamiento
entre ambas durante la guerra civil, cercenará el
complejo y agitado período republicano en las Islas.
Del panorama político tinerfeño en la República, más que
su evolución, nos interesa calibrar el papel que jugó su recurso
al periodismo en el sistema informativo de entonces. En prin-cipio,
observamos que todas las formaciones políticas nacientes,
hasta las más endebles, fueron conscientes de su importancia,
pues todas promovieron órganos de expresión propiosIo. Man-tener
la cohesión ideológica de sus miembros y, en lo posible,
incrementar la nómina de simpatizantes en la iletrada sociedad
tinerfeña, eran las modestas pretensiones de estos periódicos
ideologizados. Los arcaísmos estructurales de la provincia y la
er,deb!e artieü!aefóri de sus formaciones políticas, a excepción
del Partido Republicano Tinerfeño, nos ahorran la necesidad de
demostrar la modesta difusión de todos ellos. En conjunto, for-maban
un mundo informativo marginal y atomizado en el pe-riodismo
tinerfeño de la República, donde «La Prensa)) y «La
T,..J-.. -1 -=-
1 al uc x , ai ¿uiipa O de estructuras ~ a n c i e r a sa utónomas, seguían
' O Sirva como ejemplo esta relación de formaciones políticas y, en me-nor
grado, sindicales, con su órgano de expresión correspondiente, la ma-yona
semanarios: el núcleo palmero de Acción Popular Agraria, «Acción
Social)); un grupúsculo del norte de Tenerife a& a Acción Popular Agraria,
«Control»; el Sindicato Agrícola del Norte de Tenenfe, «El Norte)); Acción
Tinerfeña, «La Hora)); los antiguos liberales romanonistas del Hierro, «Isla
del Hierro)); e integrados con republicanos, «el Deber)); Juventud Republi-cana,
«Proa»; el Partido Republicano Palmero, «El Tiempo)); el Partido So-cialista
Obrero Español, «El Socialista)) y, luego, ((Rebelión)); los residuos
socialistas del Valle de la Orotava, ((Decimos...)); un grupúsculo socialista
gsrnere, ::Altavez»; otro herreñu, «La VOZ del Trabajo)); ei Partido Radical
Socialista, «República»; su núcleo palmero, «Claridad»; Izquierda Republi-cana,
«14 de abril)); el núcleo socializante palmero, «~s~aGa cola» ;~ ede r a -
ción Canaria del Partido Comunista, «El Soviet)); el núcleo comunista ti-nerfeño,
«El Obrero Rojo)); el Sindicato de Inquilinos de Santa Cruz de
Tenerife, «El Inquilino));l a Federación Obrera, «En Marcha)).. .
E! grsess de !a relaciór: proccde de !a obra de ivliguei Angei Cabrera
Acosta citada en la nota número 8, que ofrece un análisis marxista de la
11 República en Canarias utilizando como fuente primordial, y al unísono,
los contenidos de estos y los otros periódicos tinerfeños del momento.
616 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
líneas genuinamente informativas. El otro «gran» diario de Te-nerife
en la República, «Gaceta de Tenerife)), el más rezagado
de los tres, subsistía penosamente al no distender a tiempo su
compromiso ideológico, lo que evidencia la modernización del
periodismo tinerfeño. En definitiva, periodismo y política lleva-ban
ya caminos diferentes en Canarias.
Todas las formaciones del momento lo comprendieron, con
excepción del partido Republicano Tinerfeño que, acaso, obce-cado
por su incuestionable hegemonía en el panorama político
de la Isla, pretendió contar con un órgano de prensa que guar-dase
las distancias correspondientes con los de sus rivales. Así
nació «Hoy», un periódico político con una estructura homolo-gable
a la de los «grandes» diarios tinerfeños del momento.
11. «HOY»U:N «GRAN» l 1 DIARiO TINERFEÑO DE VIDA FUGAZ
11.1. Una irrupción espectacular
pero con incoherencias estructurales
..U ., . , ,,A, «r ivy» apal ,cuv eii e! merccldo periodistic~ canari= c m e!
subtitular ((Diario Republicano de Tenerife)), el 23 de julio
de 1932, esto es, en pleno apogeo de su promotor, el Partido
Republicano Tinerfeño. La sociedad anónima ((Editorial Teneri-fe
», presidida por el miembro de la ejecutiva del partido, Ma-ximino
Acea Perdomo, y con la secretaría del correligionario y
teniente-alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz, Esteban Pérez
Barrera, promovió el capital necesario para acometer la audaz
empresau. El partido debió constituir la sociedad a finales
'' Evidentemente, «grande» en la medida del contexto isleño, lo que
excluye comparaciones en tirada y ventas con sus homónimos peninsulares;
como, a su vez, éstos tampoco resistirían lo propio con sus vecinos euro-peos.
Lo que comparten todos, es la otra connotación del atributo «gran-de
»: la adopción de estrategias informativas orientadas a ganar clientela
en la masa amorfa de lectores. Sólo esta segunda vertiente del término
justifica tal adjetivación en los principales diarios canarios del momento.
IZ La sociedad salió a relucir por primera vez en las páginas de «Hoy»,
al anunciar la celebración de un almuerzo con motivo del primer aniver-sario
del periódico (véame números previos al 23 de julio de 1933, última
página).
Núm 38 (1 992) 617
16 JULIO ANTONIO YANES MESA
de 1931 ", acometiendo la venta de acciones, el equipamiento
tecnológico del periódico y la contratación del cuadro redac-cional
en meses, lo que revela la aquiescencia de la clase
dominante isleña con el proyecto. El capital obtenido fue lo su- . .
ficientemente suculento como para facilitar, desde un principio,
al naciente diario una infraestructura tecnológica en base a li-notipia~,
estereotipia, rotativa y, desde comienzos de 1933 14, fo-tograbado~~
q,u e en poco podía envidiar a las más avanzadas
del Archipiélago.
Tanto su cuadrilongo formato como sus ocho páginas de su-perficie
informativa, iban en consonancia con las pautas que
marcaba el periódico más importante de entonces, «La Prensa)). a
A su vez, el tratamiento de contenidos asumía el sensaciona-
E lismo que caracterizaba a los diarios informativos del momento,
O
pues las noticias aparecían con titulares atractivos saipicados n = m con grabados y, en menor medida, fotografías. El ansia de cap- o E
tar clientela con información efectista en primera página, desde E
2
un principio revirtió a los espacios estelares del periódico a los E
sucesos que, ampliados con sumo detalle en páginas interiores, 3
eran un exceiente reciamo en ia sociedad de entonces 16. -
0m
E l 3 Lo traslucen sendas notas que el Partido Republicano Tinerfeño publi-có
por entonces en «La Prensa» y ((Gaceta de Tenerife)) negando que «El Pro- O
greso)) fuera su órgano de expresión (véanse: La Prensa y Gaceta de Teneri- n
fe, 14- 1 1- 193 1). Mes y medio más tarde, «El Progreso)) suspendió definitiva- €
mente su edición. a
" Véase: Hoy, editorial del 6- 1 - 1933. n ' La confección del periódico fue noticia en dos ocasiones: el 28-5-1933,
con motivo de la visita de unos escolares.; v el 25-7-1933.. p.o r la edición es- =
pecial de 36 páginas que conmemoró su primer aniversario.
l6 Se trata, por lo demás, de un recurso utilizado por la mayona de los
«grandes» periódicos de ia época, con la única excepcion, quizas, de &a-ceta
de Tenerife)) que siempre restringió y relegó a páginas interiores la
información de los sucesos. En ocasiones, la tragedia era anunciada espec-tacularmente
en primera página con un llamamiento al interior del perió-dico
(ejemplo, el 4-10-1932, con motivo de un «crimen» en Tacoronte); pero
lo normal fue que incluso los detalles se adueñaran de los espacios este-lares
de: peiiódico. Ngurios ejemplos significativos: i7-9-i932, «acucMlamien-ton
de un agricultor a manos de un joven en La Palma; 27-9-1932, dos
suicidios y atropellamiento de una anciana por un taxi en Santa Cruz; 2-
1 1- 1932, «crimen» en Santa Úrsula; 29-1 1- 1932, enjuiciamiento de otro ocurrido
618 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS
EL DIARIO POLíTlCO nHOYa: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIF E... 17
La distribución de contenidos también iba en consonancia
con el periodismo informativo del momento. La primera página
estaba reservada a las noticias más importantes, al margen de su
procedencia, si bien, con los miembros del Partido Republicano
Tinerfeño como protagonistas destacados. Una sección desenfada-da
que cubría Luis Alejandro, introducía cierta distensión a la
presentación del periódico. La segunda página albergaba la infor-mación
regional y los deportes; mientras la tercera escindía la lo-cal
en tres vertientes: ayuntamiento, cabildo y sociedad. Las dos
páginas siguientes contenían la "información del escueto cablegra-ma
que el periódico recibía de Madrid, tras «inflar» la redacción
sus contenidos, tal y como hacían todos los periódicos canarios
de la época. Las posteriores contenían reportajes diversos; infor-mación
sobre el movimiento portuario; una exhaustiva «Guía Pro-fesional
de Tenerife)) que no remuneraba, pues rogaba a los
usuarios citar al periódico; una sección de ((anuncios económi-cos
», complementada desde finales de año con un «Noticiario»
que intercalaba pequeñas noticias y gacetillas; y el grueso de la
publicidad. Finalmente, la última ofrecía temas monográficos que
renovaba a diario, siendo los más reiterativos: la mujer y la
moda, el cine, la literatura, el automovilismo, el teatro y la radio-telefonía.
Esta racional distribución de contenidos, empero, sufría
espectaculares alteraciones cuando era notica algún acontecimien-to
extraordinario o, más frecuentemente, cualquier actividad de
los miembros del Partido Republicano Tinerfeño. Entonces, «Hoy»
difuminaba su vertiente informativa en aras a su cometido polí-tico,
perdiendo interés para los lectores escépticos.
La ambigüedad del editorial fundacional, que justificaba el
nacimiento del periódico con un objetivo laxo: (L.. estar al ser-vicio
de cuantas modalidades corresponden a la vida española
(... procurando ...) alentar y afirmar la personaIidad de Tenerife
y la personalidad del Archipiélago...)), evitando la explicitación
de compromisos partidarios, también procuraba amoldarse al
periodismo informativo de los «grandes» diarios tinerfeños. A los
en Güímar, etc. A veces, cuando el periódico no encontró noticias luctuosas
en Canarias, recurrió a la Península (ejemplo, el 20-12-1932 informó en
primera página de un ((crimen por venganza)) en Salamanca).
Núm 38 (1 992) 619
18 JUUO ANTONIO YANES MESA
pocos meses, otro editorial expresamente negaba la supeditación
ideológica del periódico: (L.. "Hoy" no ha dicho nunca que sea
órgano oficial del Partido Republicano Tinerfeño, ni lo es...)),
simplemente, decía, justificaba su apoyo porque consideraba que
era lo mejor para Tenerife. Con argumentos similares, también
matizaba el «lerrouxismo» que le atribuía Luis Rodríguez Fi-gueroa
desde las páginas de «La Prensa)): N... Si por no darle
categoría política a los advenedizos, a los eternos descontentos,
a los que no muestran más ideología que la de tirarle lodo a
Lerroux se es "lerrouxista", bien está; entonces, seremos lerrou-xistas
... » ". Estos esfuerzos dialécticos por relativizar su compro-miso
ideológico, delatan la peculiar indeterminación del periódico.
a «Hoy», pues, sólo compartía con los típicos órganos de par- N
tido el subtitular y, como el que no quiere la cosa, la privile- E
giada y dueti-iiiaria hfoi-niación sobre su promotor, el ParGo O
n -
=
Republicano Tinerfeño y sus miembros. Sus restantes aspectos m
O
E
formales y argumentales, eran propios de los «grandes» perió- SE
dicos tinerfeños de entonces, los vocacionalmente informativos. =E
Incluso, adoptó estrategias comerciales ofreciendo «algo prácti-
3
CO» a los ~ e ~ t ü r e sc!a~so, del cupón que imprimió para obse- -
quiar con muebles de la casa «Benlloch» al lector que remitiera -
0m
E
el mayor número antes del día de Reyes. Esa ambivalencia, que O
recordaba al periodismo tinerfeño de anteguerra, en los años
de la República sólo pervivía, y a duras penas, en el decano n
-E
de la prensa tinerfeña, «Gaceta de Tenerife)), pues los restantes a
2 periódicos o eran ideológicos o informativos. n
Las raíces de las incoherencias fundacionales de «Hoy», nos 0
parecieron dilucidadas en la concepción histórica del periodismo 3
O
que esbozó su director, el también miembro de la ejecutiva del
partido, José María Benítez Toiedo ". Según su opinión, el. pe-l7
Hoy, 5-10-1932, artículos sin autoría en las columnas laterales de
la primera página, a modo editorial.
'S Véase el número correspondiente al 22-10-1932, cuando inició el con-curso
que en años posteriores hizo tradicional.
1v P - 1 .----- aauelriob que fue ei direcror de «Fioy» por noticias diversas, pues
su nombre nunca figuró en la cabecera del periódico. Desde comienzos
de abril de 1934, cuando dejó de ejercer la corresponsalía madrileña y a
poco de ser nombrado consejero de CAMPSA, perdimos su rastro.
620 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
riodismo, hasta entonces, había conocido cuatro etapas: la ini-cial,
que retrotraía al período que iba desde la Reforma a la
Revolución Francesa, cuando los periódicos tenían por finalidad
adoctrinar a los lectores; la segunda etapa, que situaba a me-diados
del siglo xm, cuando, según decía, eran esencialmente
informativos; la tercera, que situaba en las proximidades de la
guerra europea, cuando resurgió el periodismo proselitista al
calor, en palabras suyas, de un fuerte personalismo; y la de
entonces, que consideraba la etapa del periodismo eminente-mente
sensacionalista y donde lo importante era la noticia, al
margen de su localización, pero c.. controlada, medida, inter-pretada
(... pues ...) el exacto análisis de ese contenido que lastra
a los grandes sucesos del día, es la función, el empeño y el
valor caracterizante de 1a prensa de nuestra h0r2 ... jj Zn. En defi-nitiva,
los mentores del periódico debieron pensar que con una
información sensacionalista que trascendiera el reducido marco
isleño, podían agenciarse un lugar de privilegio en el mercado
periodístico tinerfeño de entonces y, con ello, difundir sus cri-tenos
ideológicos estrategias po:itiiicas eri las
Y en efecto, si antes observamos que el sensacionalismo alcan-zó
desde un principio cotas nada desdeñables en «Hoy», otro tan-to
ocurrió con el otro principio que formuló su director: el real-ce
de la información foránea. Hasta tal punto intentó el periódi-co
respetar este axioma, que la información inicial extraisleña
constituyó el capítulo informativo más destacable de «Hoy», tanto
por la multiplicidad de su origen como por su solvencia, pues a
menudo especificaba procedencias y ofrecía colaboraciones espe-ciales
y exclusivas, lo que raramente hacían sus coetáneos.
ue Madrid, inicialmente recibía noticias de la agencia «8i-en-sa
Latina)) y del corresponsal Julián Vida1 Torres, abogado, Li-
20 Sin embargo, desde perspectivas actuales, los estudiosos han distin-guido
tres etapas en el periodismo contemporáneo: la ideológica, que ubi-can
entre mediados del siglo XIX y las vísperas de la guerra europa; la
informativa, en parte coexistente con la anterior, pues ia sltuan entre i87ü
y 1945; y la explicativa, que abarca etapas más contemporáneas (véase el
Prólogo de Ángel Benito Jaén a RICARDOA CIRÓNR OYO:L a prensa e n Ca-narias.
Apuntes para su historia, Servicio de Publicaciones de la Caja Ge-neral
de Ahorros, Santa Cruz de Tenerife, 1986, p. 17).
Núm 38 (1992) 62 1
20 JULIO ANTONIO YANES MESA
cenciado en Filosofía y Letras y, para no ser menos, miembro
del partido. A finales de año, cuando vino a pasar una tempo-rada
a las Islas, su correligionario Elfidio Alonso asumió la
corresponsalía. También de la Península, el periódico recibía un
resumen financiero semanal que firmaba Jorge Ferreras. Estos
tres canales de información, junto a otros despachos que faci-litaban
las agencias de noticias «Amencan Press)), dnited Press))
y «Perpen», imprimían a las noticias fundacionales del periódico
un cosmopolitismo y un rigor, que incluso mereció la felicita-ción
de las colonias extranjeras en Tenerife21.
La problemática internacional, al margen de aquellos canales
de estricta información, conllevaba artículos de opinión según
colaboraciones de redactores-corresponsales que residían en el
extranjero. Fernández Rica y E. Kruger desde Berlín, Luis Ar-quero
y Santiago Urresti desde París, Alfredo Guzmendia y Luis
de Madariaga desde Londres, Sebastián de la Escosura desde
Viena, Renato Salvi y Lucio Brochi desde Roma, Fernández Val-dés
y Justo Lloret desde Nueva York, Martín de Lucenay desde
Lisboa, y Mariano Larreta desde Buenos Aires, suministraban
ese variopinto caudal de reflexión sobre la situación interna-cional
del momento. Paralela, aunque más esporádicamente, el
periódico publicaba colaboraciones especiales firmadas por pe-riodistas
extranjeros o intelectuales peninsulares, entre otros,
Wenceslao Fernández Flores, Francisco Cossío, Ernesto Giménez
Caballero, Miguel de Unamuno y Víctor de la Serna. En esta
etapa fundacional, incluso adquirió la exclusiva de la publica-ción
en Canarias de los siete artículos periodísticos que por en-tonces
escribiera Ortega y Gasset". Esa preocupación del pe-riódico
por respaldar su información con firmas autorizadas
abarcaba, incluso, hasta la página de la mujer, que inicialmente
venia firmada por la escritora madrileña Matilde Muñoz.
La ecuanimidad que distinguió a la información internacio-nal,
estuvo ausente de la relacionada con el partido, siempre
mediatizada por puntos de vista doctrinarios. Para apreciar esa
*' Es lo que hizo la colonia alemana por la información que recibió
de las trascendentales elecciones de su país (véase: Hoy, 3-8-1932).
22 Véase: Hoy, 25-1 1-1932 y SS.
622 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POL~TICO «HOY»: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE ... 2 1
disimilitud de contenidos, basta con saber que tanto la redac-ción
de «Hoy» como sus corresponsalías en los pueblos, estaban
copadas por correligionarios, tal y como evidencian los escasos
nombres que salieron a relucir en las páginas del periódico,
Luis Alejandro, T. T. Montesdeoca y Ubaldo Cañadas, el corres-ponsal
en La Laguna. Para no desentonar, el grueso de las fir-mas
locales de esta etapa inicial procedía del Partido Republi-cano
Tinerfeño. La clase dominante isleña y un sector de la
Universidad de La Laguna, levemente desapasionaban la ver-tiente
opinante del periódico en las materias más directamente
relacionada con los intereses del partido. Andrés Orozco, Elfidio
Alonso, Tomás Quintero Espinosa, Juan De las Casas, Juan Díaz a N
Jiménez, Juan Tomás Velázquez, Rafael de Pina, María Rosa
-Alins~y Mari-. Luisa Villalha, eran las firmas más reiterativas. O -
En definitiva, el contraste entre la información general y la re- -- m
O
lacionada con el partido, no podía ser más acentuado. En esta EE
etapa, cada vez que el periódico quebró el sutil equilibrio entre 2
E
ambas, siempre fue para favorecer a la partidaria. -
Con estas singularidades informativas. sin saberlo, «Hoy» re- =
dujo desde un principio sus perspectivas de difusión. Mientras
- -
0
m
experimentó su irrupción entre los sectores afines al Partido E
Republicano Tinerfeño, pareció que iba a hacerse un hueco en O
el panorama periodístico tinerfeño. Pero pronto acusó un brus- -
co frenazo por no poder competir con los periódicos informa- E a-tivos
del momento en la masa amorfa de lectores. La evolución l -
de su sección de ((anuncios económicos)) y su captación de es- --
quelas, acaso, nos ofrecen los referentes más precisos para de- =
tectar la trayectoria inicial del periódico, dado que no podemos O
calibrar la evolución de su tirada ni sus ingresos por publicidad
a tan corto plazo.
Los anuncios económicos, que inicialmente bajaban de vein-te,
con el decurso de los dos primeros meses llegaron a rebasar
la treintena para, a continuación, no dar señales de proseguir
en su avance. Por su parte, la primera esquela no apareció has-ta
finales de octubre. A partir de entonces, lo normal siempre
fue que el periódico siguiese sin llevarlas o, en el mejor de
los casos, captase una. Raramente publicó dos en un mismo
número, y en contadísimos casos, tres. Aunque con caracteres
22 JULIO ANTONIO YANES MESA
de modestia, pues, «Hoy» conoció una indudable expansión ini-cial.
Otra información cualitativa ausente en etapas posteriores,
como su requerimiento de chicos para los repartos de Santa
Cruz y la ocasional suspensión de secciones por exceso de in-formación23,
también revelan una coyuntura inicial expansiva.
A comienzos de 1933, cuanto el periódico ya daba indicios
más que suficientes de un preocupante estancamiento a niveles
de tirada y publicidad muy bajos24, sus mentores no habían per-cibido
el evidente fracaso. El clima de cierto optimismo que
aún reinaba entre ellos, les aconsejó adquirir un fotograbado
y decir: «..."Hoyn ha logrado una difusión y ha despertado un
interés entre nuestros lectores, superior a todos nuestros cál-culo~...
»~A~ún. no podían sospechar que el periódico había al-canzado
su techo de proyección social por su autolimitación
ideológica.
En los meses siguientes, «Hoy» acentuó su atonía. El realce
de la sección de anuncios económicos con un titular más atrac-tivo
y su estancamiento en la treintena, ilustra magníficamente
que había captado su tope máximo de publicidad. Paralelamen-te,
ia informacion acusaba ias primeras economías, lo que pue-de
explicar que la sección Información Telegráfica reemplazara
el servicio de la agencia ({Prensa Latina)) por otro más econó-mico
del que omitía fuente26.
Sólo entonces, los mentores de «Hoy» comprendieron que
debían adoptar algún revulsivo para sacar al periódico del ato-lladero.
11.2. Un revulsivo inicial poco imaginativo: una batida
en pro de público y publicidad
Dado que los lectores y anunciantes no acudían al periódico
en proporciones rentables, éste decidió ir al encuentro de ambos.
U Véase; por ejemplo; e! niímero correspondiente aJ 30-10-1932.
24 Por ejemplo, en los años treinta «La Prensa» captaba en torno al cen-tenar
de gacetillas y un número de esquelas que triplicaba al de «Hoy».
25 Véase: Hoy, editorial del 6-1-1933.
26 A partir de1 21 de febrero de 1933.
624 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
La ofensiva comenzó a partir de abril cuando, sin alterar su línea
informativa ni su compromiso ideológico, «Hoy» comenzó a de-dicar
números o páginas, en función de su importancia, a los
pueblos tinerfeños. Adeje, San Juan de la Rambla, La Orotava,
el Puerto de la Cruz, Icod y La Laguna2', recibieron este trato
informativo de privilegio orientado más a la promoción del pe-riódico
en las mencionadas localidades que al realce de éstas.
Casi simultáneamente, buscaba los anhelados anuncios con
estrategias halagadoras similares. A tal fin, comenzó a publicar
páginas dedicadas monográficamente a restaurantes, fábricas,
horchaterias, comercios, casas de automóviles y, en definitiva,
a los negocios más importantes de Santa Cruz28, con enorme
despliegue fotográfico, entrevistando a propietarios y realzando
!as excdenrias de SUS p r ~ d ~ ~ c tLias .r eccih era algo así como
un conglomerado de información y publicidad difícilmente des-lindable
hacia uno u otro sentido. Evidentemente, las casas
anunciadas debieron aportar un canon al periódico por esta in-formación
de privilegio, si bien, inferior al costo de un anuncio
dmt2rio~
Esta ofensiva intentó complementarla imprimiendo lozanía a
su presentación, para lo cual, desde mayo aIternó en primera
página una sección fotográfica que, intitulada ((figuras de Holly-wood)),
mostraba con desenfado los encantos de las mujeres
más bellas del momento. Por entonces, los números en los que
coincidían la sección especializada dedicada al cine, la fotografía
en primera página de alguna actriz y, más circunstancialmente,
la información gráfica en última página de enlaces matrimo-niales
locales29, adquirieron un cierto ramalazo de «prensa del
corazón)). Siguiendo las pautas de entonces, aprovechaba la co-yuntura
para requerir de las empresas cinematográficas el anun-cio
de sus funciones para completar una subsección específica.
El recurso a la imagen en esta desesperada campaña para
captar clientela, no estuvo ajeno a la información local. En oca-
'' Véanse los números correspondientes a estas fechas: ii y 12-4-i933,
2-6-1933, 20-6-1933, 30-6-1933 y 22-8-1933.
28 Véanse los números correspondientes a estas fechas: 26 y 27-5-1933,
31-5-1933, 1-6-1933 y 7-6-1933.
29 Por ejemplo, el número correspondiente al 5-5-1933.
24 JULIO ANTONIO YANES MESA
siones imprimió secciones exclusivamente fotográficas en las
que, a modo de postales, descubría los rincones más bellos y
apartados de la Isla30. No obstante, los sucesos facilitaron el
repertorio iconográfico más espectacular, sobre todo, a partir
de agosto3', aunque sólo preludiando etapas posteriores, cuando
recurrió a la exhibición directa de los siniestros sin el menor
recato.
Estas estrategias de mercado no alteraron la línea informa-tiva
del periódico, tal y como declaró un editorial conmemo-rativo
de entonces: «..."Hoy", diario republicano de Tenerife, re-nueva
en su primer aniversario las primeras palabras que jus-tificaron
su aparición pública (...) Por Tenerife y por la
República seguiremos el camino emprendido. ..»3z.Y en efecto,
poco más tarde, las elecciones de noviembre de 1933 despere-zaban
su carácter de órgano de partido ai primar entonces el
componente ideológico sobre el informativo de su peculiar am-bivalencia
que, según observamos, permanecía incólume desde
su fundación. En aquella coyuntura, la campaña electoral dis-torsionó
la tradicional estructura de contenidos y relegó las es-trategias
de mercado recientemente adoptadas. A su vez, ias
polémicas ideológicas con candidatos no afines y con ((Gaceta
de Tenerife»33, el otro «gran» diario tinerfeño con fuertes re-miniscencias
ideológicas, aunque por rezago, saltaron a los es-pacios
estelares del periódico. Evidentemente, a la gran masa
de lectores escépticos poco debió interesar la información de
entonces.
Los esfuerzos por sacar al periódico de la atonía, debieron
resultar vanos, tal y como trasluce la queja del editorial de su
primer aniversario, que hablaba de L. horas amargas sufridas...))
dUrailtz s.d corta en;steficia. Es m&, datos &jeiivcis
que «Hoy» no sólo permaneció estancado, sino que tras alcanzar
su desmirriado techo inició una inexorable inflexión, visible en
sus páginas, sobre todo, a partir de abril. La sección de ((anun-
30 Por ejemplo, el número correspondiente al 2-7-1933.
31 Véanse, por ejemplo, los números correspondientes al 16-8-1933, 17-
8-1933 y 16-11-1933.
32 Véase editorial del 25-7-1933.
33 Véanse los números correspondientes al 9, 11, 16, 19 y 3 1-1 1-1933.
626 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POLÍTICO nHOYn: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIF E... 25
cios económicos)), nos volvió a facilitar el indicador más obje-tivo
del proceso: la irremontable treintena de anuncios de fi-nales
del año anterior, había experimentado una paulatina con-tracción
que en junio iba por diez o doce, en noviembre por
siete u ocho, y a finales de año por tres o cuatro. En enero
de 1934 quedaban dos 34, una casa y un solar, que desapare-cieron,
y con ellos la sección, a finales de febrero35. A partir
de entonces, el singular (Noticiario)) acogió las escasas gacetillas
que publicó el periódico. Su escasa atracción como plataforma
anunciadora para las empresas que, simple y llanamente, pre-tendían
promocionar sus negocios, quedó evidenciada con la in-mediata
suspensión de la sección de publicidad que por enton-ces
contrató el empresario Román Morales Rufíno 36.
n*-- --F----+n fih;n+;VGxr tgrnhiPn f á r i l r n ~ n tc~.o nstatable en ULlU L G L G L G L ~ L L vujbrr J c.urriururr =------------ - ---- --
«Hoy», nos lo dio la evolución de la «Guía Profesional de Te-
34 «La Prensa)), por ejemplo, publicaba por entonces un número de ga-cetillas
que superaba holgadamente las setenta. Para aproximar ingresos
por publicidad en ambos periódicos, hemos rehusado al contraste de sus
espacios respectivos de anuncios por su 1?i%sq9~pr"o VaMe desiguu! cesto.
Además, «Hoy» nunca publicó sus tarifas, por lo que debió dejar los anun-cios
con precios a convenir.
Indudablemente, el sector naviero proporcionó los ingresos por publici-dad
más estables del periódico, superando, al menos, en número de anunciantes,
a «La Prensa)). Normalmente anunciaban estas compagas: Transmediterránea,
«Jacob Ahlers)), Hamburgo y Bremen, «Nelson Line)), Alvaro Rodríguez López,
«Fred Olsen Linen, ((Yeoward Line», Línea PiniUos, d3lue Star Linen, ((Elder Line)),
ésta intermitentemente, y, desde marzo de 1934, uchargeurs Reunisn. La sección
mantuvo su consistencia hasta los últimos días de «Hoy», representando algo así
como la excepción a una regla marcada por la degradación progresiva del perió-dico
a todos los niveles.
La fuerte viíi~ü!&6n de! ~ectarn uvierc rcn e! PZMQ Republicano Ti-nerfeño,
quedó evidenciada en la procedencia del capital que recaudó el
partido para SU tradicional reparto de juguetes del día de Reyes. En efecto,
entre las aportaciones de diputados, miembros de la ejecutiva y diversas
casas comerciales que, en conjunto, sumaban 2.152 pesetas, destacaban las
cien del delegado de la Transmediterránea, otras tantas de Jacob Ahlers
y, i;=r encima de tcdus, !rs mi! de .A!wro Rodnguez López (véase: Hoy,
7-1-1934).
36 Véase número correspondiente al 25-3-1934 y posteriores. Significa-tivamente,
el mencionado empresario continuó anunciando sus ofertas en
«La Prensa)).
26 JULIO ANTONIO YANES MESA
nerife)). Esta, cuando el periódico iniciaba su fugaz y limitada
expansión, debió revertir en sección de publicidad tras acordar
cuotas con los profesionales anunciados, pues el ruego de la
cita a los usuarios había desaparecido. Pues bien, tras esa pre-sumible
reconversión, la sección, que inicialmente abarcaba toda
una página, comenzó una paulatina contracción, revelando que
los ahora anunciantes valoraban poco su inclusión en «Hoy»,
indudablemente, por su reducida circulación. En el tramo final
de 1933, la guía apenas abarcaba la tercera parte de la página.
El otro indicador que tomamos como referencia, las esquelas,
continuó con rasgos similares en esta y en las posteriores eta-pas
del periódico, debiendo proceder el grueso de ellas de los
propios correligionarios 37. . , El creciente déficit de! prriódice, 1e acusó !a ififcjrmacmn
con un empobrecimiento en temas y fuentes que remedaba el
ritmo de su decadencia financiera. En marzo, por caso, todavía
se permitía el lujo de enviar un redactor a la Gomera para
informar sobre el terreno de los graves sucesos vividos en la
Isla. Eran !^S ií?!timec d ~ r d e sin fermativ~sd e! esí;ec:ac~!ar des-pliegue
fundacional de «Hoy», pues su estructura primigenia de
contenidos apenas pudo sobrevivir un mes más, a partir del
cual inició una paulatina depauperación.
Inicialmente, fue la información extraisleña, y en particular
la internacional, la que más acusó las estrecheces económicas,
fundamentalmente, al perder su múltiple procedencia. La pau-latina
desaparición de las colaboraciones intituladas como «es-peciales
» y de los artículos de aquellos redactores-corresponsales
que residían en el extranjero, así lo delata. También, los des-narhnc
yU-AAVo de las a g ~ _ ~ ~q ~i a- ,a~ pa, r e&n 2 inicrvalos paiilatiiia-mente
mayores. El inexorable proceso culminó en julio, cuando
unos y otros, prácticamente, habían desaparecido de la primera
página del periódico restándole aquella singular universalidad
fundacional. Desde entonces, el grueso de la información forá-
, . neu de primera pagna, aparte de rrizngüada, llevaba la escueta
" Por ejemplo, en enero de 1934, «La Prensa)) captó 37 esquelas y
«Hoy» solamente 15, lo que en ingresos debió disentir en proporciones rna-yores.
628 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
referencia «por cable)), esto es, procedía de la propia redacción
del periódico, que seleccionaba e «inflaba» los contenidos más
espectaculares del cablegrama que recibía de Madrid.
Los reportajes diversos desligados de la actualidad y las trans-cripciones
de otros periódicos, suplieron paulatinamente el vacío
que dejó la menguada y alicaída información extraisleña. A su
vez, los deportes sustituyeron a las monografías de la página oc-tava
que, evidentemente, no escaparon a la debacle informativa
del periódico. Por entonces, hasta la corresponsalía de Madrid
dejó de funcionar, pues Julián Vidal, que había regresado a la
Península, había asumido tareas docentes; y Elfidio Alonso, la se-cretaría
particular de Antonio Sólo a finales de 1933, la
corresponsalía madrileña recuperó, aunque por escasos meses, su
funcionamiento merced a la estancia eventual del diretor de
«íioy», José Mana Benítez Toiedo, en ia capital del Estado.
A comienzos de 1934, el empobrecimiento de fuentes y vo-lumen
en la información extraisleña del periódico había tocado
fondo. En tal situación, cada vez alteraba con más frecuencia
su estructura espacial de contenidos, trastocando el paginado,
más por descuido, pensamos, que por necesidades de la irifor-mación.
Fue entonces cuando ensayó un último recurso para
conseguir lectores y anunciantes sin distender sus ataduras ideo-lógicas.
Esta vez, intentaba ganar ascendencia social organizando
excursiones populares en colaboración con la empresa «Trans-portes
de Tenerife)). Su organizador, el administrador del pe-riódico
Rafael Peña León, las llevó a cabo por espacio de tres
meses y, según informaba el periódico, con bastante aceptación
en Santa Cruz. No obstante, {{Hoy))s eguía sin dar visos de al-canzar
niveles de ventas y publicidad acordes a su infraestruc-tura,
a pesar de ia radiante coyuntura de su promotor, ei Par-tido
Republicano Tinerfeño, que en las recientes elecciones de
noviembre, literalmente, había barrido en la provincia. La in-sostenible
situación del periódico aconsejó a los accionistas de
({Editorial Tenerife, S.A.» la búsqueda de nuevas alternativas
para sacar ei periódico del marasmo.
38 Ambas circunstancias salieron a relucir en el periódico el 1-2-1933
y e1 21-10-1933.
2 8 JULIO ANTONIO YANES MESA
II.2. Una segunda estrategia típicamente comercial: amarillisrno,
sensacionalismo y ligera distensión de las ataduras ideológicas
A mediados de mayo, ((Editorial Tenerife, S.A.» convocó a
sus accionistas a junta general extraordinaria. Aunque desco-nocemos
el desarrollo de la sesión y, más aún, su mero orden
del día, la crisis del periódico debió acaparar el interés de los
asistentes. La designación de una comisión y la subsiguiente
convocatoria a nueva junta para conocer su «labor», figuraban
entre los acuerdos. Tras su celebración, «Hoy» anunciaba cierta
renovación en su plantilla y propósitos de emprender una nue-va
etapa abriendo a... nuevas secciones de índole diversa ... (para
que) ... el periodismo tinerfeño alcance su máximo apogeo...)).
Luego, intentaba marcar distancias respecto a su línea ideoio-gica
prirnigenía, pero sin pretender, ni mucho menos, una eman-cipación
total: «..."HoyM recuerda con orgullo su pasado (...) que
desea conservar con gran interés...»39.S u ambivalencia funda-cional,
pues, sin desaparecer, basculó levemente hacia su com-ponente
informativo. La insignificancia de la mutación quedo
evidenciada en su cabecera y contenidos que, en principio, con-tinuaron
tal cual estaban.
Por entonces, un veterano periodista, acaso, asistente a am-bas
reuniones, añoraba en las páginas de «Hoy» sus vivencias
de antaño en lo que consideraba (L.. el período romántico del pe-riodismo
idealista y adoctrinador ... ». Según decía, con (L.. el po-sitivismo
y el mercantilismo, leyes de nuestra época, el periodis-ta
se ha derrumbado en un mortal descenso. Él ha perdido en
sus dotes espirituales lo que en alcance material y en virtud
económica ha ganado su ins t rument~) )E~n. definitiva, percibía
el anacronismo de la línea fundacional de «Hoy» legando un tes-timonio
que, por una parte, revela lo que muy bien pudieron
debatir los accionistas del periódico; y, por otra, calibra el es-tupor
de aquellos que vivieron la modernización del periodismo
tinerfeño de entreguerras. En dias sucesivos y a cuentagotas,
39 Véase editorial del 1-6-1934.
40 Véase: Hoy, 3 1-5- 1934, artículo de José González Rodnguez.
630 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO PoL~TICO~ HOYDU: N ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE. .. 29
el periódico nos fue aclarando el nuevo rumbo que tomó su
información con la paulatina inclusión de secciones que res-pondían,
exclusivamente, a criterios mercantilistas, aquellos que
el viejo periodista censurara.
Inicialmente, convocó un concurso literario en habla popular
canaria incentivando la participación de los lectores con la pu-blicación
de los trabajos en el periódico 41. A los pocos días,
en el tercio inferior de la primera página y a dos columnas,
abrió otra sección humorística de índole similar en base a pe-queños
relatos festivos42.E l periódico acentuó su creciente de-senfado
poco más tarde cuando, con evidente carácter jocoso,
comenzó a ofrecer las respuestas de los lectores a un «cues-tionario
indiscreto~43. En esa misma línea, casi inmediatamente
an~incicí el propósito de elegir una ((belleza tinerfeñan a criterio
de sus lectores, editando en cada ejemplar un cupón de emi-sión
de votosu. Las cuatro secciones, y la acentuada presencia
de las ((bellezas de Hollywood~ en primera página, confirieron
al periódico un sutil ramalazo de amarillismo sin alterar la esen-cia
de SU mteri~re striirtixr de contenidos.
Simultáneamente, «Hoy» recurría a otro reclamo no menos
eficaz para ganar concurrencia que el simple desenfado: la exhi-bición
gráfica, sin rubor alguno, de 10s siniestros más espeluz-nantes
del momento45. En efecto, fue entonces cuando el pe-riódico
publicó las más horripilantes fotografías que, en clara
disonancia con las nuevas secciones festivas, daban a sus pá-ginas
un cierto aire macabro. Lo lúdicro y lo tétrico, pues, ga-naban
al unísono terreno en su información en aras a un ob-jetivo
común e imperioso: la necesidad de incrementar la clien-
41 Véase el número correspondiente al 2-6-1934.
42 A partir de1 7-6-1934.
43 A partir del 20-6-1934.
" A partir del 22-6-1934.
45 Ejemplares con primeros planos de sucesos escalofriantes: 27-7-1934,
mujer que apareció quemadan en una cueva; 7-8-1934, policía «tiroteado»
en la cabeza mientras dormía: 2-9-1934. tranviario v estudiante ((asesinados
por unos asaltantes; etc. A veces, las escenas aludían sucesos ajenos a los
lectores; ejemplo: el 30-9-1934, dos italianos «tiroteados» por un francés
en Las Palmas.
Núm 38 (1 992) 63 1
30 JULIO ANTONIO YANES MESA
tela. Una y otra alternativas, más la lúgubre, fueron adoptadas
por el periódico con inequívoca fruición, mereciendo las muer-tes
más misteriosas la atención de los editoriales*. Incluso se
inmiscuyó en la dilucidación de los casos más escalofriantes,
pues llegó a ofrecer, con insistencia y a grandes titulares, su-culentas
recompensas por pistas que condujeran a los malhe-
~ h o r e s ~E~n ' .d efinitiva, procuró compartir las vivencias de la
población tinerfeña esperando, de esta forma, ganar su concu-rrencia.
Como anticipamos anteriormente, la restante información del
periódico acentuó su decaimiento y pérdida de actualidad. Las
otrora múltiples fuentes de información extraisleña, por enton-ces
habían quedado reducidas al anónimo cablegrama de Ma-drid,
a las crónicas que esporádicamente enviaba un descono-cido
((informador madrileño» y a algunas, pocas, colaboraciones
del periodista peninsular Dionisio Pérez4. La información isleña,
sobre todo la ajena a Santa Cruz, también comenzaba a reflejar
las secuelas de la crisis del periódico con una evidente degra-dación.
A su vez, la ausencia de las firmas de los jerarcas del
Partido Republicano Tinerfeño, que prácticamente habían de-saparecido
de las páginas del periódico acentuando su despoli-tización,
también ahondaron su decadencia informativa, pues su
vacío no fue reemplazado por otras colaboraciones. Hasta tal
punto perdió fuentes de in-iformación el periódico, que muchas
veces daba la impresión de carecer de noticias para completar
sus páginas. Sólo así puede comprenderse que machaconarnente
publicara las bases completas de sus concursos y excursiones,
mientras subsistieron, malgastando media página de posible in-
Véanse editoriales del 9 y 10-8-1934.
47 V&I?Se r?úmeres c.lrre!utixres a! 2-9-1934.
48 Meses más tarde, al glosar la figura de Dionisio Pérez con motivo
de su fallecimiento, «Hoy» sacó a relucir la «Agencia de Publicidad Lite-raria))
que fundara, y a la que estaba adscrito, desvelando la infraestruc-tura
del servicio y, por ende, del grueso de sus fuentes de información
extraisleña, si descontamos los despachos iniciales de agencias acreditadas
como «IJnited Pr=$» y ~American Prerr»: Según decía, e! veferano peno-dista
madrileño, con diversos pseudónimos, se bastaba para elaborar toda
la información que recibían las periódicos asociados a su agencia (véase:
HOY, 24-2- 1935, p. 5).
632 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
EL DIARIO POLÍTICOo HOYn: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE. .. 3 1
formación. Evidentemente, el «Hoy» de entonces no era un es-pejo,
por defectuoso y parcial que fuera, de la vida canaria
coetánea 49.
Algunos datos objetivos calibran con desapasionamiento el
fracaso de las estrategias adoptadas: a comienzos de septiembre
la «Guía Profesional de Tenerife)) abarcaba menos de un cuarto
de página. También la mera composición del periódico, con in-tercambios
arbitrarios de contenidos en su paginado y con cre-cientes
erratas de imprenta5! trasluce no sólo una continuación,
sino una acentuación del marasmo. Entonces, los mentores del
periódico optaron por otras alternativas.
11.4. Al final: una desesperada "huida hacia adelante"
En noviembre de 1934, los mentores de «Hoy» optaron por
una «huida hacia adelante)) al comprobar que el periódico con-tinuaba
anclado en su marasmo. El robustecimiento de su pa-ginado,
que desde entonces alcanzó nada menos que las doce
páginas diariassl, y sus renovados deseos de emancipación, re-sumían
los criterios de esta última, aunque también inútil, es-trategia.
El periódico anunció su nueva etapa omitiendo toda
alusión al republicanismo tinerfeño, al tiempo que comprometía
su línea editorial a (t... luchar, más que por nosotros, por todos
los intereses del Archipiélago, y especialmente de nuestra pro-vincia.
No habrá en Canarias manifestación alguna que no sea
acogida con calor en nuestras columnas (...) nuestras páginas
están abiertas a todas las manifestaciones del espíritu isleño, a
49 En contraposición a «La Prensa)), cuya rica información trasluce las
vivencias isleñas de entonces. Véanse estas vivencias coetáneas en JULIO
ANTONIO YANEM~ ESA: Leoncio Rodríguez y 'Za Prensa': una página del pe-riodismo
canario, tesis doctoral citada.
50 En esta vertiente formal, también disiente enormemente de «La Prensa))
cuya cuidada composición garantiza una fiabilidad mayor en los guarismos.
5' Las ediciones normales de «La Prensa)), por e~empio, nunca rebasa-ron
las ocho páginas diarias. Sólo los números extraordinarios y las edi-ciones
de los domingos a partir del 14 de mayo de 1933 alcanzaron un
paginado similar al que adoptó por entonces «Hoy».
32 JULIO ANTONIO YANES MESA
todas las plumas, viejas y jóvenes...»52. La desesperada situación
financiera que subyacía en sus propósitos, empero, no pudo di-simularla,
pues sin ambages reconocía que había afrontado la
ampliación de su superficie informativa (L.. casi sin recursos ca-paces
para el empeño...)).
El nuevo rumbo informativo del periódico, fue perfectamente
advertido por los contemporáneos. Así, a los pocos días, Ramón
Feria, reflexionando sobre la espectacular transición del perio-dismo
tinerfeño de entreguerras, decía que «Hoy», pero (L.. en
su última etapa...»53m, arcaba la vanguardia del periodismo ca-nario
a remolque de «La Tarde)). A los otros «grandes» diarios
del Archipiélago, caso de los tinerfeños «La Prensa» y «Gaceta a
de Tenerife)), y del grancanario «La Provincia)), los metía en un N
E mismo saco pues, según decía, N... estaban timoneados por pe- O
riodistas parcos en horizontes nuevos...)). Se trata, como hemos - -- m matizado con reiteración, de opiniones esgrimidas por contem- O E
poráneos que, de ningún modo, podemos asumir los historia- s£
dores sin los pertinentes estudios a posteriori. Su contradicción -E
con la versión del propio «Hoy», que reconocía c... siempre con 3
ventaja (a) "La Prensa", que por su antigüedad y por su histo- --
ria posee un bien merecido y arraigado prestigio...)), demuestra 0
m
E
magníficamente la veracidad de nuestro axiomas4. Pero de estas O
disquisiciones contemporáneas, más que su inconsistencia, nos -
interesa constatar, en el caso que nos ocupa, que testimonian -E
la última mutación de «Hoy». a
2
Si quisiéramos resumir las características de esta etapa pos- --
trera de «Hoy», tendríamos que añadir a su inicial información
extraisleña, cuya multiprocedencia y rigor intentó recuperar en 3
O
lo que pudo, una distensión ideológica en los asuntos locales
y estatales hasta niveles casi homologables a los restantes «gran-des
» diarios tinerfeños. Sin embargo, esta vez tampoco renunció
al subtitular fundacional, que desde entonces fue más un re-cuerdo
a su gestación en el seno del republicanismo tinerfeño,
que una confesión de fe. La endémica crisis que sufría, empero,
52 Véase editorial del 1-1 1-1934.
53 Véase: Hoy, 15- 12- 1934, artículo de Ramón Feria.
54 Véase editorial del 1-1 1-1934.
634 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POLÍTICO NHOYK UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE ... 33
limitó su pretendida renovación informativa, tal y como evi-dencian
sus requerimientos de ((originales)) para darles publica-ción
en suincrementado paginados5.
La estructura de contenidos en la's ocho páginas tradiciona-les,
también recordaba la primigenia. Así, la primera volvió a
centrarse en las noticias más espectaculares del momento, de-sapareciendo
los residuos de amarillismo y de ((prensa del co-razón
» que distinguieron a su etapa precedente. La ausencia
de las firmas de los miembros destacados del Partido Republi-cano
Tinerfeño, cuya desaparición databa de meses anteriores,
constituía la nota más discordante del «Hoy» de entonces con
respecto al fundacional. La información isleña, en sus vertientes
regional y local, recuperó parte de la densidad perdida y pro-curó
cubrir. en lo que pudo, las páginas segunda y tercera. Las
dos siguientes continuaron albergando la información telegráfica,
aunque sin aquella referencia inicial a su procedencia. La sexta
página contenía la menguada «Guía Profesional de Tenerife)),
el singular ((Noticiario)) que, penosamente, sobrevivía, y algún
que otro reportaje. La séptima continuó albergando el movi-miento
portuario y el grueso de la publicidad; mientras la oc-tava
normalmente acogió a los deportes. Las cuatro de la am-pliación
eran un añadido que, en pliego aparte, abordaba, con
alternancia y discontinuidad, temas monográficos de índole si-milar
a los fundacionales. Su información, empero, carecía de
actualidad, salvo una subsección de la radiotelefonía que, a
modo de gacetillas, ofrecía ((pequeñas noticias radiofónicas)).
Las crónicas enviadas desde el extranjero, aparecían más es-porádicamente
que en la etapa primigenia y procuraban, por
encima de todo, dar realce al periódico, pues lo situaban en
la ciudad origen con el pomposo «Hoy» en...». Augusto Gil Vega
desde Lisboa, Fabián Vidal desde Budapest, Fernández de Cór-doba
desde Berlín, Antonio Escobar desde Nueva York, Alfonso
Reyes desde Río de Janeiro, Tomás Rey desde Londres y poco
más, devolvieron al periódico, aunque por poco tiempo, su per-dida
universalidad. A ello también contribuyeron los despachos
de la agencia «Perpen», que por entonces, aunque también con
Véase, por ejemplo, el número correspondiente al 7-1 1-1 934.
Núm 38 (1992) 635
34 JULIO ANTONIO YANES MESA
mucha intermitencia, reaparecieron. La sobriedad informativa
que pareció apoderarse del periódico, también conllevó la de-saparición
de las horripilantes fotografías de los siniestros.
Esta ((huida hacia adelante)), empero, no duró siquiera tres
meses, pues desde mediados de enero el periódico volvió a im-primir
sus ocho páginas tradicionales. Así dejó atrás su última
estrategia periodística para ganarse un hueco en el sistema in-formativo
tinerfeño del momento. En su trascurso, había pu-blicado
un especial de 24 páginas con motivo del cambio de
año que, centrado en la problemática de la provincia, no con-tenía
rastros del Partido Republicano Tinerfeño. También había
informado de la visita a Tenerife del por entonces Ministro de
Industria Andrés Orozco, elogiando, acaso, más su condición de
tinerfeño que de republicano 56. Sin embargo, continuaba sin ga-nar
la c+riie:a necesai-ia su per=vivenci5a7.
56 Véase número correspondiente al 10- 1- 1935.
57 La tirada de «Hoy» sólo podemos aproximarla con fuentes indirectas.
Cifras mínimas obtuvimos de los cupones que, según confesara, le enviaron
sus lectores para los concursos pro «Belleza Tinerfeña)) y ((Muebles Ben-lluchii
en 1934. Para e! primero, recibit un total de iG.336 votos que, re-partidos
entre los 62 días que emitió el cupón, nos da una tirada diaria
mínima de 167,19 ejemplares en los meses estivales. Del segundo, «Hoy»
recibió un total de 9.481 cupones que, divididos entre los 46 días que los
publicó, nos dan una tirada diaria, también mínima, de 206,10 ejemplares
a finales de año. Estas raquíticas cifras, empero, acaso resulten más útiles
para calibrar la indiferencia del público ante el periódico que el volumen
de su presumible tirada.
Cifras máximas nos ofreció con motivo de la agenda aue editó en 1934
para clientes, suscriptores y público en general. Pues bien, cuando anunció
su inminente aparición hablaba de una tirada de cinco mil ejemplares que
calificaba de «enorme» (véase: Hoy, 17-1 1-1933). El techo de la habitual,
niies. debió ser notrh!er;i.er?te inferior zi estu cifra. & -
El timbre que pagó por franqueo, nos ofrece más indicios a sabiendas
que los pueblos recibían los periódicos por correo y que las empresas con-certaban
su pago con Hacienda en función del peso de los ejemplares
que mensualmente remitían. Pues bien, entre septiembre de 1932 y abril
de 1935 «Hoy» concertó con Hacienda un pago mensual 43,90 pesetas que
luego, y harta su deraparici6n, e!mS a 49,05 pesetas. Se trztz de cifras
espectaculares, incluso superiores a las de «La Prensan, cuyos concieros
simultáneos eran de 41,79 y 44,63 pesetas respectivamente. Ahora bien,
mientras «La Prensan tenía en La Laguna un centro emisor propio, «Hoy»
63 6 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS
EL DIARIO POL~TICO «HOY»: UN ANACRONISMO INFORMATIVO EN TENERIFE ... 35
En el tramo final de su existencia, todavía tuvo arrestos
para protagonizar dos pequeños conatos de renovación. El pri-mero
data de comienzos de abril, cuando cambió la presenta-ción
de la primera página imprimiendo la cabecera con carac-teres
biselados y organizando sus contenidos con secciones fi-jasS8.
El segundo, de mediados de agosto, cuando, con un mal
disimulado desespero, intentó prolongar su agonía ofreciendo
un formato más manejable. A tal fin, redujo su tamaño a la
mitad y duplicó el paginado dejando incólume su superficie in-formativa
globa159. A los diez días escasos, empero, tuvo que
recuperar su tradicional formato tabloide por imponderables de
la rotativa.
Mientras tanto, la información había retomado el gradual e
inemrable empohrerimienta de etapas anteriores. El paulatino
atascamiento de sus fuentes de información foránea, fue nue-vamente
el indicador más fácilmente detectable del proceso.
También la isleña protagonizó una contracción similar, quedan-do
sus residuos aglutinados, y con enorme discontinuidad te-debió
atender a su clientela lagunera por correo, lo que explicana su ma-yor
contribución. Tampoco debemos desdeñar el mayor peso del ejemplar
de «Hoy» y su fuerte difusión por el interior de la Isla a remolque del
Partido Republicano Tinerfeño.
Ponderando unos y otros datos, sin olvidar fuentes orales procedentes
del que fuera administrador de «La Prensa)) por aquellos años, don Julio
Fernández, aventuramos una tirada diana de «Hoy» rondando los tres mil
ejemplares, cifra que duplicaba «La Prensa)).
Los ingresos por pubIicidad de <(Hoy» debieron ser, comparativamente
hablando, aún más raquíticos que los proporcionados por las ventas. Para
demostrarlo, basta con saber que pospuso la concertación de este capítulo
con Hacienda hasta 1934, y que siempre pagó cifras inferiores a la mitad
de las que concertó «La Prensan (véase cuadro sinóptico del timbre por
franqueo y anuncios pagado por los periodicos tinerfeños entre 1917
y 1938, lo que hoy por hoy constituye una senación inédita a nivel estatal,
en los anexos de la obra de JULIOA NTONIO YANES MESA: Leoncio Rodríguez
y "La Prensa': una página del periodismo canario, tesis doctoral citada).
A partir del 2-4-1935.
59 A partir del 13-8-1935. Previamente, entre el 21 y el 26 de julio, ha-bía
suspendido transitoriamente su edición para llevar a cabo «... un re-ajuste
de elementos humanos, mecánicos y económicos ... » que no trascen-dió,
significativamente, a la información (véase número correspondiente al
27-7- 1935).
36 JULIO ANTONIO YANES MFSA
mática y geográfica, en la página tres. La paulatina prolifera-ción
de reportajes y la recuperación del perdido ramalazo de
((prensa del corazón)), imprimieron al periódico las caractensticas
dominantes de sus últimos días. Informativamente hablando, los
espectaculares acontecimientos internacionales que preludiaban
la segunda guerra mundial y, en la vertiente local, las habi-tuales
colaboraciones de Antonio Marti bajo su pseudónimo
«Juan de la Isla)), acentuaron en las páginas del periódico su
ya más que evidente despolitización.
Es más, en estos meses postreros, «Hoy» no sólo ahondó su
distensión ideológica, sino que pareció rehuir la información so-bre
sus correligionarios. La relegación en sus espacios estelares
de las intervenciones de los diputados tinerfeños en el Congre-so60,
e incluso, de acontecimientos noticiables de primera mag-ni::&
ezlmo e! mü!ti~Uiiiaí-;m~ itin de! Pzrtidu RQU.SQ! eii Va-lencia,
lo evidencian6". A ello debió contribuir la escisión del
Partido Republicano Tinerfeño, que desvaneció su diáfana re-ferencia
fundacional. A su calor, la presumible desavenencia de
los accionistas debió ahondar su deterioro financiero. Pero nun-ca
desencadenar!o62, I;Ues databa, como hemos apreciado con
nitidez, de su etapa fundacional.
El fracaso de «Hoy» obedeció a circunstancias propias no
atribuibles, de ningún modo, a la decadencia de su promotor,
el Partido Republicano Tinerfeño. La mera cronología de sus
Contrástese su tratamiento informativo, por ejemplo, en los números
correspondientes al 9-2-1934 y al 23-12-1932.
Contrástese su tratamiento informativo en el número del 12-7-1934,
con noticias del Partido Radical que aparecen en etapas anteriores, por
ejemplo, el 20-10-1933 y el 4-2-1933.
62 El último número de «Hoy» que conserva la Hemeroteca de la Uni-versidad
de La Laguna, data del 8 de noviembre de 1935. Desconocemos
si la fecha equivale a la desaparición del periódico, pues el ejemplar no
contiene la típica despedida a los lectores sino, muy al contrario, requeri-mientos
a éstos de las deficiencias que observen para corregirlas en fu-turas
ediciones.
638 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
EL DIARIO POL~TICO CHOYX UN ANACRONISMO WORMATIVO EN TENERIFE. .. 37
crisis respectivas, evidencia con objetividad la desconexión de
ambas. En efecto, cuando el partido alcanzaba el cenit de su
radiante coyuntura, «Hoy» deambulaba en el seno de un
espectacular marasmo. La debacle hundía sus raíces en la mis-ma
gestación del periódico, pues fue concebido con una sin-gular
ambivalencia que, concomitantemente, pretendía la crea-ción
de un órgano de partido y de masas en un sistema in-formativo
que había dejado atrás la etapa ideológica inicial del
periodismo contemporáneo. La más que probable saturación del
raquítico mercado tinerfeño con la presencia de dos reputados
diarios, «La Prensa)) y «La Tarde)), añadía otros obstáculos a la
empresa.
Cuando «Hoy» observó que no podía competir con ambos
en la captación de anunciantes y lectores y. por ende, sostener
su costosa infraestructura, ensayó toda suerte de estrategias
para, sin renunciar a su dúplice cometido, intentar sobrevivir.
La agresividad comercial, el amarillismo y el sensacionalismo
sin reparos éticos o estéticos, empero, no pudieron contrarrestar
el escaso interés que para los lectores seguía ofreciendo el adoc-trinamiento
que, aunque menguada y coyunturalmente, persistía
en sus páginas. Entonces, comprendió que sólo sacrificando, y
ya sin equívocos, la vertiente ideológica de su ambivalencia, ten-dría
alguna posibilidad de sobrevivir. Así entró en su última
etapa, asumiendo el papel del resto de los «grandes)) diarios ti-nerfeños
del momento.
Pero con la escisión de su promotor, el Partido Republicano
Tinerfeño, perdió el consistente apoyo material que, hasta el
momento, había sufragado su aventura. Desamparado, ensayó
una huida hacia adelante que, con las estrecheces económicas,
pronto tuvo que reconsiderar. En su tramo final, prolongó su
agonía hasta que su situación se hizo insostenible para los ac-cionistas.
En definitiva, la suya fue la crónica de una muerte
anunciada por un anacronismo fundacional que, obviando la
modernización del periodismo tinerfeño, remedaba tiempos pa-sados
en los que el periodismo estaba supeditado a la política.
Núm 38 (1992)
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