LA FRANClMASONERIA DECIMONONICA EN TENERIFE:
LA LOGIA NUEVA ERA, NUMERO 93 DE LA LAGUNA (+:)
MANUEL DE PAZ SAXCEKEZ
El presente estudio es una aproximaciún al todavía poco co-nocido
mundo de la francmasonería tinerfeña y canaria durante
la pasada centuria. Tema que ha comenzado a ser investigado
con criterios científicos hace escasos años para la totalidad del
país. Como toda exégesis aproximativa, este trabajo tiene que
presentar, y presenta, una serie de lagunas más o menos graves.
Desde el punto de vista epistemológico he procurado utilizar un
método flexible, cuya base es la reconstrucción descriptiva de
los hechos, y luego su interpretación de manera acorde con los
grandes conflictos, momentos importantes y realidades de la his-toria
española y canaria. En este sentido me reafirmo en la ne-cesidad
de componer historias regionales para contribuir de ese
modo a la fdbrica de ese gran todo teórico de la historia con-temporánea.
La vertiente de influencia social de la francmasonería es
una cuesticín que debe preocuparnos a medida que se vaya crean-do
una sólida infraestructura sobre la que podamos interpretar
sin temor a errores. Debo incidir también en el hecho de la im-
("1 Este trabajo es un resumen del que bajo el mismo titulo obtuvo
el premio «don Lope de la Guerra», otorgado por la Real Sociedad Eco-nómica
de Amigos del País, correspondiente a la convocatoria del año 1979.
2 MANUEL DE PAZ SÁNCHEZ
portancia de Tenerife como centro de creación y de expansión
de la masonería canaria decimonónica, razón de niás para que
sea el núcleo de esta sencilla aportación histórica.
Finalmente, considero necesario aclarar que en este trabajo
he reducido al. mínimo las referencias a la historia de la franc-masonería
española a nivel nacional, por la carencia de trabajos
de verdadero rigor científico, si exceptuamos los de autores como
J. A. Ferrer Benimeli, J. C. Gay Armenteros, Arbeloa y pocos
más, lo que nos llevaría prácticamente a realizar una monótona
paráfrasis de las escasas publicaciones existentes. No obstante
he procurado en todo momento remitir al lector a la bibliogra-fía
más actual y científica.
1. ORÍG~-EDSE LA FRANCMASOKER~A ES LAS ISLAS CANARIAST:E -
NERIFE, CUNA DE LA NASONERÍA DURANTE EL PRIMER TERCIO
DEL SIGLO XLX.
1. Nacimie?tto de la. masoneria en Las islas Canarias. Conzune-ros
y filomdotas.
La masonería española pudo desarrollarse de forma sistemá-tica
a partir de la invasión francesa de 1808 ', y también a partir
de este momento histórico detectamos la presencia de la prime-ra
logia masónica de Canarias : Les Comrnundeurs du Teyde.
Esta logia pudo ser estudiada por Ferrer Benimeli. que encontró
algunos documentos en París 2. Formaba parte de las cuatro lo-
1 Cfr. de FERRERE E~IMELJ .I ,A .: Masonería española: siglos X I X
y XX, ((Tiempo de Historiau, 1, 11 de octubre de 1975, p. 6; Los masones
en la Historia Contemporánea española, a,«PIistoria 16», extra IV, noviem-bre
1977, p. 58, y Masonería espafiola contemporánea, vol. 1, 1800-1868,
y 1701. 2, Desde 1868 hasta nuestros dias, Madrid, 1980.
2 FERRER BENIMELLI:a primera logia mas&nka de Canarias: Los Co-ntendadores
del Teyde {Santa C m de Tenerife, 1817-18201, ((Revista de
Historia Canaria», Universidad de La Laguna ten prensa). Mi sincero agra-decimiento
al profesor Ferrer Benimeli, que me permitió citar este articu-lo
inédito. Razón por la que he procurado no extenderme en el aprove-chamiento
del mismo para mi trabajo.
Las otras tres logias fueron: Les Amis de I'Ordre (La Coruña), Los Ami-gos
reunidos de la Virtud triunfante (Madrid) y Les Vrais Amis Réu?zis
(Cádiz).
310 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA LOGIA NUEVA, N.O 93, DE LA LAGUNA 3
gias que, tras la partida de los franceses en 1814, se constituye-ron
en España a base de los españoles iniciados en Francia, ha-cia
donde habían marchado como prisioneros o al servicio del
rey José o del emperador; estos españoles, a su regreso, {{servi-rán
de punto de enlace y de difusión de la masonería)). Las cua-tro
logias intentaron el reconocimiento y legalización por parte
del Grande Oriente de Francia, pero no lo consiguieron. Sobre
la canaria soLamente se conserván en el Archivo visitado por el
profesor Ferrer tres documentos. El primero data de 1817, y es
el cuadro lógico de la Respetable Gran Logia Metropolitana de
los Comendadores del Teyde. De los siete fundadores, cinco eran
tinerfeños, y los dos restantes, uno peninsular y otro genovés.
El resto, hasta un total de quince, ofrece también una presencia
mayoritaria de canarios. Los otros documentos son dos cartas
solicitando la afiliación al Grande Oriente de Francia del año
1820. Esta logia plantea además una serie de interrogantes que
serán resueltos cuando se hayan agotado las posibilidades de
investigación a través de, por ejemplo, el estudio individual de
sus componentes. Ei taiier no parece que pasara desapercibido
para la pluma de nuestro cronista don Francisco María de León 3:
{{Existían ya por entonces en la isla varias per-sonas
que, habiendo viajado a los países extranje-ros,
se habían allí alistado en los clubs de la maso-nería
.... esta especie de nuevos religionarios políti-cos
no se habían nunca reunido en las islas en club
o sociedad propia, cuando allá por fines de 1816 o
principios de 1817 aparecióse en las islas el aven-turero
conde de Saint-Laurent, de nación francés, y
comisionado a la América española por el Gran
Oriente de París, como apostol del masonismo, para
fundar logias y difundir en aquel continente ciertas
ideas y principios que habían de surtir a su tiempo
el efecto que se deseaba; y este comisionado, re-uniendo
en Santa Cruz de Tenerife los hermanos
que encontró esparcidos, creó la logia masónica que.
dependiente de la suprema autoridad francesa. con-servóse
hasta la época que describimos, sin tomar
la iniciativa en negocios políticos.»
3 LEÓN Y XUÁREZD E LA GUARDIAF,. M. DE: Apuntes para la historia C?.E
Zas Islas Canarias. 1776-1868. Santa Cruz de Tenerife, 1966, p. 165.
La logia tinerfeña pasó luego a depender del recién creado
Gran Oriente de España, lo que implicó un cambio en su activi-dad
habitual. -4sí, nos aporta su valioso testimonio Francisco
M: de León 4, «desde aquella época la logia de Santa Cruz de-dicó
sus trabajos a los negocios políticos; y si bien no contaba
con la cooperación directa de todos sus cofrades, contaba, sí,
con el voto de aquiescencia y de influjo por lo menos. Pero en
una provincia bien poco influyente como la de Canarias, ..., es-tos
trabajos masónico-políticos casi lirnitáronse exclusivamente
a dirigir y ganar las elecciones; no obstante lo cual, como ellos
procuraron inscribir a muchas personas que regentaban las pri-meras
autoridades; como su existencia ya no era un problema;
como se creía circunstancia precisa para medrar !a de ser mu611,
y como la no admisión de algunos que 10 solicitaron en la efer-vescencia
de su juventud hirió vivamente su amor propio, en esto,
combinado con otras circunstancias particulares, encontraremos
el nacimiento y progreso de otra sociedad, cuya pugna estuvo bien
a pique de producir una verdadera guerra civil en las Canarias.»
Esta nueva sociedad secreta surgió en Tenerife a mediados de
1823, como reacción contra el masonismo. Se denominó de los
Filomalotus y su ((cuna mecióse en la Universidad de San Fer-nando)).
Aunque se trata de un fenómeno paralelo al surgimien-to
de los comuneros en la Península, grupo de ((miras harto cri-minales
y vergonzosas en sus fundadores», la sociedad canaria
((fue establecida lealmente y sin dobleces ni recónditos fines)).
Entre éstos contaba el impedir dos manejos)) de las dogias en
las elecciones, y hacer de suerte que ni para los empleos de dipu-tados
a Corte ni de provincia, ni municipales, se eligiese ningu-
4 01). Cit., pp. 165, 166 y 190-192. Partimos de la base hipotética de que
la logia a la que se refiere este autor sea Les Com.mandeurs du Teyde,
aunque existe una duda razonable, dado que nunca obtuvo la legalizad611
o regularización masónica del Oriente francés, como ya apuntamos.
R.esnwitn a I2.s &-cinnes hsy w e ~ !vi&~qr ~ !sES & esta Spccr. te- ----2- ----
nían un carácter cemitzrio, restringido. Los electores eran un círculo de
propietarios, arrendatarios, comerciantes, etc., pertenecientes como míni-mo
a las clases medias. Para hacernos una idea, cfr. GuIMERÁ PERAZAM,. :
Los diputados doceañistas eamr2os, Santa Cruz de Tenerife, 1967, y del
mismo autor: Estudios sobre el siglo XIX politics camrio, Las Palmas,
1973.
312 Ah'UARlO DE ESTUDIOS ATLAMTICOS
LA LOGIA NCEVA, N.O 93, DE LA LAGUNA 5
no» perteneciente a la masonería. Ambas sociedades se enfren-taron
duramente, pues, «apercibidas y como en guardia.. ., no ha-bían
de descansar un momento en los trabajos preparatorios para
mutuamente destruirse y ganar las elecciones, que será siempre
el 'non plus ultra' de las sociedades secretas de esta provincia.
Así fue que ambas hicieron adquisiciones, aunque ilumerosisi-mas
las de los filomalotas, y que, cuando los masones sólo tenían
dos o tres logias, aquéllos contaban con una sociedad casi en
cada pueblo)). Sobre los filomalotas nos dejó también su breve
testimonio el VI marqués de Villanueva del Prado, don Alonso
de Nava Grimón y Benítez de Lugo «Bien es verdad . . . que,
según se ha traslucido generalmente, aquella sociedad bajo el
nombre de Filomalotas (pues tantas fueron las ramificaciones
del árbol vicioso de la libertad) se modificó aquí con la templan-za
o apatía del. clima, y aun se asegura que al tiempo crítico
del desenlace se negó resueltamente a la proposición que otra
de semejante afiliación le hizo por embajada, para concertar una
resistencia que hubiera conmovido al pueblo y mancillado para
siempre el concepto de este fidelísimo país)). Además, mientras
que para De León no existió la comunería en las Islas, el mar-qués
ternia que la Universidad de San Fernando se convirtiera
en «una escuela de I.iberalismo, de jancenisnlo y aun de ateísmo,
y una bandera de recluta para alimentar las sociedades secretas,
que sin este estímulo iban pereciendo de consunción», y afir-maba
:
«Lo cierto es que si en un grado de doctor se ob-serva
mucho aparato, hay mucha música, mucho
convite y mucha concurrencia de aficionados, to-dos
creeii que io que se celebra no es el grado, sino
el triunfo de los Comuneros. En esta ciudad -La
Laguna-? durante los tiempos desgraciados lo que
prevaleció fue la comunería, así como en otros pue-
5 Ribli&yyy & p&a! s=~&&E cu~Zmia&de ArIigus p& de T.=--
nerife, La Laguna, Casa de Nava. Colección de documentos sobre la Uni-versidad
de San Fernando de La Laguna, Legajo-25. Informe-exposición
del marqués de Trillanueva del Prado Alons~o de Nava-Grimón ?/ Benitez
de Lugo, en torno a la Universidad de San Fernando, 1.O de septiembre
de 1829, fol. 11, Mss.
blos cercanos y rivales la masonería, y aquí se for-maron
comuneros de todas clases, hasta de músicos
para abajo.»
Abolida la Constitución en 1823, masones y filomalotas «die-ron
punto a unos t.rabajos que, en realidad, no podían tener aquí
otro resultado que el ganar las elecciones)) 6. Del fracaso liberal
del Trienio y la subsiguiente represión sobre todos los sectores
liberales nos ocuparemos seguidamente, en relación con la polí-tica
eclesiástica respecto a las agrupaciones secretas y al. libera-lismo
en general.
8
2. Inquisición y francsnasoneria en Canarias. N
U
Centrándonos en la época objeto de estudio, tenemos que de- d -
cir que el edicto que publicara el Inquisidor General, Francisco 8'
8 Mier y Campillo, contra la rcasonería. el Y de enero de 1815, fue I
remitido a los inquisidores Borhujo y Gómez, del Tribunal del e
Santo Oficio de Canaria. con jurisdicción sobre todo el Archipié- 5
Y kgo, el 5 de enero de 1513: «Con ésta se os remite un exemplar =E
n
del Edicto del señor Obispo de Almería, Inquisidor General, en 6
que se inserta otro de nuestro Saritísimo Padre Pío 7." despa- U
E chzdo por su Secretario de Estado sobre francmasones. para que i
haciéndole reimprimir dispongáis S. S. se publique en saes- 1
a
tro distrito, y en la forma acostumbrada según en él se previene. A
de que daréis aviso, y se os advierte que el domingo próximo 8 d
del corriente se publicará en estü Corte)? '. Los inqukdores del i
Tribunal canario dieron las órdenes oportunas el 4 de marzo, 0
ei día 15 se hicieron eco de un nuevo edicto del Inquisidor Gene-ral,
que les fue enviado a raíz de su promulgación el 10 de fe-brero
del año indicado, por el «que se concede a los q l e se han
alistado en las logias masónicas. prórroga hasta la Pascua de
6 Y XUÁREZ DE LA GUARDIFA., M . DE: 013. &t., p. 235.
7 Biblioteca de El Museo Canario (B. M. C.), Las Palmas. Fondo In-quisici6n:
Expediente formado ... sobre que se publiquen y reimpriman
los e6ictos del Excmo. Sor. Obispo de Almería, Inquisidor General, sobre
Franc?nasmes y otros, sg. CXXVII-3, Mss.
LA LOGIA NUEVA, N.O 93, DE LA LAGUNA 7
Pentecostés del término de gracia» otorgada en edicto anterior.
Los canarios mandaron imprimir y distribuir el documento por
las parroquias y conventos de los diferentes lugares de las Islas.
Conservamos los ({acuses de recibo» de los comisarios locales
de varias de estas parroquias: La Laguna, La Orotava y Puerto
de la Cruz, Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de La Palma,
Realejo de Abajo, Moya, San Sebastián de La Gomera, San Bar-tolomé
de Tirajana, Oliva de Fuerteventura, Vilaflor de Chasna ...
El incidente más destacado, tras la publicación de los edictos,
fue el que tuvo lugar en Las Palmas de Gran Canaria y que
motivó un auto del Santo Oficio el 15 de junio de 1815. Según
el cual, los impresos fijados en el, cancel de la puerta principal
de la catedral, ((concediendo el tie~npo de gracia a los que se
hubieren alistado en las logias masónicas)), aparecieron ((borra-dos
los unos de propio intento con brocha o algodones de tinta,
y los otros enteramente rasgados, por cuyos indebidos atentados
no sólo se impide difundir estas gracias en el común de los fieles
para que tengan sus conciencias el pronto socorro y alivio que
se les ofrece por ellos, sino que son notoriamente injuriosos ta-les
crímenes a la veneración y respeto debido al Santo Oficio»
Por todo ello el inquisidor José Francisco Borbujo y Rivas pro-cedió
a ordenar la apertura de una investigación para descubrir
al autor o autores del hecho.
En los otros lugares del Archipiélago donde fueron fijados
los edictos condenatorios de la masonería no parece que se pro-dujeran
incidentes de este tipo, debido seguramente al escaso
desarrollo que aquella tenía por esta época en Canarias. Ade-más
el suceso antes mencionado es insuficiente para ilustrarnos
sobre la importancia real de la Orden del Gran Arquitecto en
estos momentos y su enfrentamiento o relación con la Iglesia a
nivel local. El clero, los comisarios de los pueblos, se limitan a
enviar su obligado acuse de recibo al Tribunal de Canaria. No
obstante, existen otros datos sobre la actividad ((purificadora))
de la Iglesia, datos referidos a aspectos al margen de los neta-mente
rnacónicos. Así, la Inquisición -propia del antiguo ré-gimen-
sigue siendo un instrumento eclesiástico utilizado para
8 B. M. C. Fondo Inquisición: Auto inquisilorial, sg. CLXXVI-189, Mss.
Núm. 27 (1981) 315
8 NLWEL DE PAZ S Á N ~
acabzr con todo lo que pudiera amenazar la estrecha alianza
entre el, altar y el trono y, en definitiva, a la estructura social
arcaica que se desea conservar. En este orden de cosas hay que
situar las nuevas disposiciones, emanadas lógicamente de la Cor-te,
en reiación con aqueIIas personas que ({hubieran incurrido
en el crimen de la herejía y otros del conocimiento)) del Santo
Oficio que, en diferentes momentos de este período, fueron dic-tadas
para su cumplimiento por la feligresía de las Islas. Al res-pecto
son significativos ios edictos sobre «libros y papeles prohi-bidos
» g.
a
3. Iglesia y masoneria en Canarias tras el fracaso liberal del E
Trienio. O
n
=m
La labor revolucionaria de las Cortes del Trienio, con medi- o
E
das como la «ley de monacales)), por la que se suprimían mo- E
2
E nasterios, colegios regulares, etcétera, son un claro exponente
del intento de revolución burguesa y. en consecuencia, del deseo 3
de creación de una nueva sociedad. Pero aquí nos interesa indi- - 0
car brevemente el impacto que estas medidas tuvieron sobre la m
E
actitud del clero. Don Andrés Borrego nos ilumina sobre esta O
actitud en 1820 lo: «La abierta hostilidad del clero al nuevo 1-4- n
gimen era ya marcada, oyéndose desde el púlpito predicaciones E
enemigas, y fácil es de apreciar 10 que pasaría dentro del claus- a
tro y de las celdas. Había. en verdad, entre los regulares algu- n
nos liberales de los que hubiera podido sacarse partido para ir
atrayendo al pueblo si se hubiese mostrado menos apresura- 3
O
miento en acometer las reformas ecieciásticas, pero la gran ma-yoría
de los frailes era contraria al nuevo orden de cosas; y e1
alto clero, más influyente aún por sus riquezas y sus relaciones
constantes con las clases y familias apegadas al antiguo régimen,
constituía los elementos de una extensa organización que abra-
9 Expediente.. . (CXXVII-31, cit.
10 BORREGOA,.: Tres conferencias sobre El general Riego y los revo-lucimrios
liberales en la España del siglo XIX, Ateneo de Madrid, 1885-
1886, pp. 359, 360. Cit. por T M ~ NDE U R A , -M.: La España del siglo XIX,
Barcelona, 1974, pp. 43, 44.
316 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA LOGIA NUEVA, N.O 93, DE LA LAGUNA 9
zaba todo el reino, y no tardó en establecer un foco de conspi-ración
en cada población de alguna importancia.))
La restauración absolutista, obtenida a partir de la interven-ción
armada de los cien mil hijos de San Luis, en abril de 1823,
contó con el apoyo del clero, como corresponde además a una
situación en que la vuelta por decreto al antiguo régimen vol-vía
a tener estrechamente unidos altar y trono. La Iglesia con-tribuyó
nuevamente a ((purificar)) la sociedad. Algunos docu-mentos
pueden aproximarnos a la situación en Canarias. Nos
centraremos fundamentalmente en lo que atañe a la isla de Te-nerife.
El 24 de septiembre de 1823, e! primer obispo de Tenerife,
Luis FolPeras Sión, cursó los trámites para obtener de la Sa-grada
Penitenciaría Romana una prórroga «por algunos años»
de su facultad extraordinaria para absolver «a masones, carbo-narios
y otros individuos de cualesquiera sectas prohibidas)), fa-cultad
que le había sido concedida solamente para 1825 I1. Las
razones aducidas por el prelado no pueden ser más significati-vas;
Kh cuii&eroii, esas deprav--a&-& sectas -y se propagaruii
con espantosa celeridad en las cuatro islas de que se compone
esta diócesis, y que no hay correos de la capital de la Península
a este punto, y se pasan muchos meses sin recibir carta alguna,
con gravísimo perjuicio en lo espiritual y temporal. de estos ha-bitantes.))
Con la misma fecha dirigió al monarca una copia de
su solicitud de prórroga para obtener la ((interposición de su so-berana
mediación con el Santo Padre)), que le fue contestada,
tras largo trámite burocrático, el. 9 de marzo de 1827 en el sen-tido
de que no había necesidad de que se interpusiera la media-ciSn
red, p e s !u empresa ::y am c m más extensih, !e está a
V. 1. demarcada como a cualquiera otro Prelado Superior de la
Iglesia ...; además de que el ejercicio de la indicada facultad
está sancionado tambien en la Real Cédula de 29 de septiembre
de 1824, de la que V. 1. ha usado según su misma exposición)).
-A --l. g-lnos df l r antes & cgrszr !a cglicitgd menci~n2&- e! 21 de
septiembre de 1825-, el obispo nivariense había enviado a los
11 Archivo Histórico Nacional, Madrid (A. H. N.), Consejos, Leg. 3.745,
Exp. 31, Mss.
10 MANUEL DE PAZ SÁNCIIEZ
vicarios, beneficiados y curas párrocos de su diócesis una circu-lar
dando cuenta de la capacidad para «absolver por Kos, o por
confesores», durante el año de 1825 a todos los que se hubieren
alistado en las ((detestables sectas de masones, comuneros, car-bonarios
y otras semejantes, todas así anticristianas como anti-monárquicas,
proscritas y anatematizadas por la Iglesia)) 12. Po-der
extraordinario que le había sido otorgado ante la «triste se-guridad
de que a nuestras Islas, ni su recinto, ni el catolicismo
y pureza de costumbres las pudo preservar de ese abominable
contagio)).
El otro documento digno de mención es una circular impre-sa
del mismo obispo, fechada en La Laguna el 24 de febrero ::
de 1827 13. Es un resumen de las disposiciones dadas en Roma N
a 13 de marzo de 1821 por León XII «en contra de las congre- U
gacio~es o sociedades secretas y clandestinas vulgarmente titu- u -
ladas Liberi Muratori, esto es, francmasones, y todas las demás, 8'
sea la que quiera su denominación, según la variedad y diferen- I 8
cias de países, lugares, lenguas y costumbres)). Destacaba el. he- - e
cho de que «el rayo de la Iglesia, esto es, la terrible censura de 5
la excomunión mayor, ipso facto ubsque ulla declaratione incur- Y
-
renda, es lanzado por la soberana potestad pontificia contra to- n
m
dos» los que en tales asociaciones se afiliaran o les prestaran el U
más remoto apoyo. También mediante este documento el. prela- E
do comunica a todos los feligreses «que nos hallamos facultados u
1
por la Silla Apostólica y Rescripto de la Sagrada Penitenciaría a
2 de seis de febrero de1 pasado año de mi1 ochocientos veinte y seis g
para absolver en el fuero interno por cinco años a todos los que, !
comprehendidos en las censuras y reservas antedichas, se con- $
fiesen a Nos y retracten contritos por el tribunal de la penitencia
de sus alistamientos en las proscritas asociaciones secretas)) ; pu-diendo
el obispo facultar para tales fines a los confesores. Se
inserta en la circular estudiada la renovación de las disposicio-nes
contra los «libros impíos, obscenos y revolucionarios, que por
u Archivo de Ia Parroquia de El Salvador (A. P. S.), Santa Cruz de
La Palma. Circulares, siglo XIX. Copia manuscrita de circular condena-toria
de la masonería, 1825.
13 A. P. S. Circulares, siglo XIX. Cirdar impresa condenando la ma-sonería
y ciertos libros, La Laguna, 1827.
318 ANUARIO DE ESTUDlOS ATLANTZCOS
LA LOGIA NUEVA, N.O 93, DE LA LAGUNA 11
desgracia en estas Islas en crecidísimo número han sido intro-ducidos,
y son... la causa principal y más señalada en ellas de
Ia decadencia de la religión y alteración de sus antiguas cos-tumbres)).
Disposiciones que había promulgado a través de un
edicto el 31 de julio de 1823 14. Entre las obras cuya lectura im-plicaba
la pena de excomunión mayor se encontraba «el Contrato
Social, del visionario y delirante J. J. Rousseau, libro lleno de
más absurdos que páginas, ridiculizado ya en su tiempo, así
como otras obras del citado autor, por el mismo Voltaire; de-biéndose
decir que si hubiera entrevisto los torrentes de sangre
humana que hizo derramar después de su muerte su execrable
libro, no le hubiera dolido tanto verle entregado a las llamas
en París y en Ginebra, su patria, y quizá no le hubiera escrito)).
El edicto continúa advirtiendo que ((subsisten en todo su vigor
las prohibiciones hechas por el Santo Oficio, sin que la suspen-sión
de sus funciones en nada derogue, ni invalide, su fuerza,
ni el valor de sus censuras)), y termina prohibiendo todo ((libro,
folleto o papel manuscrito o impreso en cualquier idioma que
ataque directa o indirectamente las verdades católicas, la sana
moral y los derechos del trono, sin que el no expresarlos aquí,
por no tener noticia de sus títulos, sirvan en ningún momento
de excusan.
La relación entre la Iglesia y la masonería, tras el fracaso
liberal. y consecuente reimplantación absolutista, mantiene la
misma tónica del período anterior (1814-1820). La Iglesia des-pliega
todo su poder en reprimir, con los medios de que dispone,
toda actividad atentatoria contra el orden establecido, y en este
sentido trata de combatir las nuevas ideas y los cambios socia-ies
que de eiias se desprenden. Su valoración de la importancia
real, cualitativa y cuantitativa, de la masonería de estos momen-tos
para lo que respecta al Archipiélago, y concretamente para
las cuatro islas de la diócesis nivariense, es, a mi juicio, bastante
deficiente. La Gomera y El Hierro no debieron contar jamás con
, . :---:z- -1 O ~ ~ ~ I I ~ L ~ CIIL MU~IUIL I K ~ ~ I-~.U-eL M L.a del Urdii i i r q ~ i i e c at:-~
canzó alguna importancia en Tenerife, mientras que La Palma
14 A. P. S. Circulares, siglo XIX. Eciicto impreso condenando ciertos
libros, La Laguna, 1825.
Núm. 27 (1981) 3 19
12 MANUEL DE PAZ SÁNCHEZ
hay que estudiarla teniendo en cuenta una serie de limitacio-nes
'j. Respecto a don Luis Folgueras Sión, cabe precisar, en
honor a la verdad, que su actitud personal -aunque esencial-mente
reaccionaria- no deja de ser interesante, pues, más que
perseguir con ánimo de exterminio a francmasones y l,ikrales,
trata por medios pacíficos y apostólicos de cwolverlos al redil)).
De ahí su petición de prórroga, coino ejemplo de apiicación de
las posibilidades pacíficas.
La represión absolutista acaM con esta francmasonería casi
en gestación, que no volverá a florecer en Canarias hasta la re-volución
de 1868.
I I . LA S I A S O ~ ~ R ~TIAKE RFENA Y CANARIA DURLVTE EL CLTIKO TER- O
CIO DEL SIGLO XIX. n
=m
O
1. La masoneria cana?-ia después de la rez;olución de 1868: Las E
2
logias Teide, n." 53 d.e Santa Cruz de Tenerife, 3 AAfortuna- E
da, neo 36 de Las Palmas de Gran Canaria. 3
-
La revolución de 1868 no ofrece nada de particular respecto 0m
E
al conjunto nacional. Como indica Noreña Sdto 16, en las Islas O
los cambios de régimen suponen exclusivamente cambios en las
n personas que detentaban el poder, los cargos políticos a escala -E
local. Es más. no se produce ningún cambio apreciable en las es- a
tructuras sociales o económicas a lo largo del sexenio. Sobre la n
revolución de 1868 y las Juntas Soberanas de Tenerife, Las Pal-mas
de Gran Canaria, Santa Cruz de La Palma, etc., existen al- 3
O
15 Cfr. PAZ SÁNCHEZ, M. DE: Introducckin a Ea historta de la francma-soneráa
en el archipiélago canario, ((Historia general de las Islas Cana-rias
», de A. MILLARETSO RRESL,a s Palmas, 1980, t. V, pp. 132-141; Mmo-nes
y comuneros en ix Palma üel siglo XIX. Notas para una interpréta-c
i h h.istdrica, «Revista de Historia Canaria)), Universidad de La Lagu-na,
núm. 171, 1978, pp. 95 y siguientes, y La masoneria en La Palma
(1875-1936). Contribución a su estudio en el archipiélago canario, La La-guna-
Santa Cruz de La Palma, 1980.
16 NOREÑA SALTOM, .a T.: Canarias: politica y sociedad durante Ea Res-tauración,
Las Palmas, 1977, 2 vols., t. 1, pp. 60, 61.
320 AXUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA LOGIA N W A , M.' 93, DW LA LAGUNA 13
@nos trabajos de interés 17. Por ahora, no obstante, lo que nos
interesa es, simplemente, fijar la época y esbozar el contexto histó-rico
durante el cual se produce el resurgir de la masonería en nues-tras
Islas, y de modo particular en Tenerife. Así, el 28 de octubre
de 1870 fue erigido en Santa Cruz el primer taller de esta segunda
época de la francmasoneria isleña: Teide, nP 53. Entre sus funda-dores
y primeros miembros, muchos de los cuales habían sido ini-ciados
o habían adquirido su último grado en La Habana, desta-can
individualidades representativas de la masonería canaria
como José Sierra y Alfonso, Evaristo Rodríguez, Justo P. Parri-lla,
Manuel J. Suárez, Miguel Villalba Hervás, RafaeI Calzadilla,
Ramón Clavijo Estupiñán, Rafael Clavijo y Armas y Nicolás
Ruiz de Salas 18. El. 29 de octubre de 1871, un año después de
a Veame: VILIALBAH ~RvAS,M .: Una pfígim de la historia @ática de
W Islas Canarias, Santa Cniz de Tenerife, 1870; SÁNC~E DE EmICIso u VA-
-, A-: El partido republicano tinerfefto durante e¿ sexenio revolucio-mriu,
tesis doctoral inédita. Facultad de FIlosofia y Letras de la Uni-versidad
de La Laguna, 9 de noviembre de 1973; NOREÑA SALTO Y MROS:
La Junta SuperEor de Gobierno de ms Palntas de Gran Cmiw., octubre-nmiembre
de 1868, «Revista de Historia Can~riaU~n, iversidad de La La-guna,
número 171, 1978, pp. 73-94; CIRILOM ORENOJ..: Cuadms hbtbrtcos
de ia RmoLucidn de Septiembre en Las P a l m ~ s , Las Palmas, 1899, y PAZ
SÁWCAEZ, La Junta Soberam de La Palma de 1868, «Aguayro», nP 109, Las
Paimas de Gran Canaria, marzo de 1979.
18 Cfr. CUADROdg los hh. que c omp om la. Resp. Log. Cap. Teláe n . O 53
en el Va. de Santa Cruz de Tenerife el 8.0 aiio de su fundacidn 5638. Santa
C m de Tenerife, imp., Librería y Encuadernaci6n de J. BenfW y C.& San
Frmcisco, núm. 8, 1878, Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife
(B. M. T.), fondo Benftez; Drscu~cos y plancha de arquitectura tm2crdQ
el 17 de mareo de 1872 (e. v.) dfa de la: consweeiólt del Templo gl tomo
de pose& de Los nueuos Utgnatarios OUficicrEes de Ea Respetable Logza
((Teide))n .O 58 (?) al Oriente de Santa Cruz de Tenerife. Acordada su im
presimn p~-r el Respetable Taller, Santa Cruz de Tenerife, 1872 (B. M. T.
F 1 39-1/20; PLANCHdAe Arquitectura trazada por el hermano Orador Titu-lar
de la Respetable Logia Cdpituiur Teide no 53 al Oriente de Santa Cruz
de Tenerife en tenida de 24 de junio de 1873 (era mlgur), Santa Cruz de
Teneriie, 1873 (B. M. T. F í 39ijígj; ANCHA de Árquiteciura traza&
p@r el hermano Draüur adjunto cie la Respetable i u g 2 Capitular Teide
no 53 al Oriente de Sartta Cmz de Tenerife, en tenida de 24 de junio
de 1874 (era vulgar), Santa Cruz de Tenerife, 1874 (B. M. T.); Lvx E TE-NEBRIS.
A. U. T. O. S. A. G. Ordo ab chao. S. S. S. CUADROde los miembros
del Soberano Capítuio de Cdballeros Rosa Cruz, de la Respetable Logia
Núm. ZI (1981)
21
su instalación oficial, el taller aprobó sus estatutos o Regiame+
to interior, que fue elaborado por una comision nombrada a1
efecto y constituida por los rnasones Evaristo Rodríguez, Justo
P. Parrilla y otro. Este Reglamento fue impreso en el año 1872 19.
Consta de 12 capítulos y sesenta y ocho artículos, y su modelo
sirvió de base para los posteriores que elaboraron las iogias ca-narias
de la década de 1870. En el capítulo 1, relativo al RZLo, se
comprenden tres artículos fundamentales: ((Artículo l." La Res-petable
logia Teide n." 53 ... profesa el rito escocés antiguo y
aceptado, y trabaja los tres primeros grados, o sea los de dpren-diz,
Co?npañero y Maestro. Art. 2." Esta logia subsiste bajo los
auspicios del Gran Oriente Lusitano Unido y su Gran Logia. Ar-tículo
3." Reconoce todos los grados de origen legitimo de los de-más
m'tos antiguos y modernos regularmente establecidos». De
estos artículos conviene subrayar el segundo, por el cual se es-tablece
que la logia pertenece a la obediencia de un cuerpo
masónico regular y extranjero: el Grande Oriente Lusitano
Unido de Portugal. La razón de esta dependencia de un Oriente
o potencia masónica foránea era debida a la desorganización que
sufría la masonería española hacia finales de la década de 1860;
por lo tanto, los talleres isleños de la siguiente década van a
estar auspiciados, hasta la crisis constitucional masónica de 1878,
casi en su totalidad, por el mencionado cuerpo masónico portu-gués.
La excepción a la regla la constituye la logia tinerfeña Fe
Masónica, no 91 m. El resto del Reglamento de la logia Te-ide, n." 53
Teid? n&n. 53, en el Valle de Santa Cruz de Tenerife. Año masó?tico 5638
(1878-1879), Santa C m de Tenerife, 1878; CUADRO de los hermanos que
compmen la Respetable Logia Hijos del Teiáe n.* 94 en el Va& de
Santa Cruz de Tenerife el 4.O año da su funddci&n. 5638, Santa Cruz de
Tenerife, 1878, y CUADRd~e los hermanos que compmen la Respetable
Logia Nivaria no9 6 en el Valle de Santa C n ~ zde Tenerife el 3.0 u50 d e
su fundacm. 5638, Santa C m de Tenerife, 1878 (B. M. T.). En la mayor
parte de los títulos he suprimido las abreviaturas masónicas para facilitar
la lectura.
i' REGLAMENTiOn terior áe La Eesptabie Logia «Teicle>n).O 53 al oriente
de Santa C m de Tenerife aprobado por el Gran Oriente Lzcsitano Uniüo.
ASio de 1872, Santa C m de Tenerife, 1872 (B. M. T. F8 209-5/81.
m REGx-4n5Nm particular de Ea Respetable Logid «Fe Mashican mím. 91
al O?=iente üe Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Teneriie, 1874 (E. M. T.
FT 209-3/14).
LA LOGIA NUEVA, N.O 93, DE LA LAGVNA 15
comprende: constitución y forma, sesiones, fondos que compo-nen
el tesoro, fondos de beneficencia, visitadores, iniciaciones,
aumentos de salario, afiliaciones, consejo de administración, con-sejo
de disciplina, régimen pariamentario y disposiciones gene-rales.
El 17 de marzo de 1872 se llevó a cabo 'la '«consagración» áel
«templo» de la logia Teide, 12." 53 y la toma de posesión de 10s
cargos que gobernaron el nuevo año rnasór i ic~~Z~n. este acto
participó el masón y politico republicano grancanario Eufemia-no
Jurado Domínguez, uno de los fundadores de la logia Afor-tunada,
n.." 36 de Las Palmas. Los discursos que se pronunciaron,
y sobre todo la plancha de arquitectura del evento, nos sirven
pai;a coiimer m& (jei "ri @ y prii-ileia"Y pasos &,i iaiier
tinerfeño. Señala en su exposición el secretario saliente de la
logia, Evaristo Rodríguez Artcs, «un año y cinco meses ha&
muy pronto que tuvo lugar en este Oriente la primera tenida
preparatoria para levantar las columnas de nuestro templo ma-sónico,
abatidas desde el año de 1823 de la ei;a vulgar»- Ac1ar.a
también que la instalación definitiva de la logia tuvoefecto ei
18 de mayo d.e 1871. La misma había comenzzdo su andadura
con 18 miembros, número que había ascendido a 39 en marzo
de 1872. L,a actividad, por otro lado, que en el terreno puramente
masónico venía desarrollando Teide, n." 53 es resumida asirnismo
por el secretario: indica que se habían celebrado 77 reuniones
o tenidas, entre ordinarias y extraordinarias, las cuales fueron
dedicadas a la instrucción, los asuntos internos, los aumentos de
grado o «salario» y- las iniciaciones. En cuanto a las relaciones
exteriores del taller, factor importante, dado que una logia no
es una célula cerrada, sino que entra en un continuo círculo de
intercambios y mutuas influencias con otros talleres masónicos
regulares, hay que destacar, en primer lugar, las mantenidas
con el Gran Oriente Lusitano, en un Iógico nivel de dependencia.
m, , x r , ,--,c:..- :-A L:..-. J - .- - - .L~~~. . : -.. -~.
I ~ L I U L ~ Up a cucu I I IL.CIC~ ~ I I ~ J IUSU. ;I I I U I I I U ~ ~ I I ~ L ~ I IdL OeS mutuos
representantes, de ideas, de proyectos, etc., con las logias espa-ñolas
-y extranjeras que a continuación se detaIlan:
Cfr. D~scu~soy sp lancha de arquitectura. .., vid. nota 18.
Afos-tunm-k, n." 36, Las Palmas de Gran Canaria.
Fe y Abnegmión, Cádiz.
Tolerancia y Fraternidad, Cádiz.
Libertad, Sevilla.
Hijos de Ea Viuda, La Habana.
Amor Fraternal, La Habana.
San Andrés, La Habana.
Unión Liberal, Lisboa.
A liana, Lisboa.
Libertad, Madera.
Para terminar esta aproximación a los inicios de la maso-nería
del último tercio del siglo XIX en Tenerife conviene apun-tar
algo sobre el impulso o el interés que llevó a un grupo de
hombres de ideas progresistas a dar nuevamente la vida a la
Orden del Gran Arquitecto en nuestras Islas. aprovechando los
escasos vientos favorables del cexenio revolucionario: rr .. . hay
interés y buen deseo en que !a Orden progrese en estas pobres
y apartadas peñas del Atlántico (...), en que se desarrollen las
máximas saludables ... que prochia y defiende nuestra vene-randa
Institución. Separados por el océano de los grandes cen-tros
del progreso, no nos es dable gozar de !os recursos y como-didades
que en elIos se disfruta; pero cn compensaciSn. ensan-chando
nosotros cada vez más el c í r~ulod entro del cual giramos
en ca~iñosa y fraternal unión, habremos dado un gran p2so en
la senda de la virtud, en ese grado más a?to de perfección mo-ral.
. .»
La logia grancanaria Af o ~ t u n a d an, .96. que junto a la tiner-
S-z, rn,;J, ,o ~3 :n,i..m.,iri ,.-eri ni,r\,rr\ r, ;mnri..+nn+n - A ~ : ~ A . . 1-
i t x i d I GCUG, 1 6 . dt) U L ~ U ~ UC L~ L~CI I U G V V c I ~ ~ I ~ I L ~ IpIcL~Cru uvu c LQ
historia rnasónica insular, supo aprovechar el ambiente propicio.
tal como se refIeja en las páginas del periódico La Moralidad,
cuando señala : «En las actuales circunstancias, cuando ya mer-ced
a la revolución de septiembre, que al fin algunas ventajas
iba i,uído, se iia m-filtipllcad~p rodigiosamente Id lii,a~uneriae l-,
rspaña, complácenos sobremanera ver cómo cumple su misión
Lh LOGIA NUEVA, N.O ,%, DE LA LAGUNA a7
acometiendo tan grandes y humanitarias empresas como la de 1a
abolición de la esclavitud^ ".
La fecha de fundación del taller grancanario es similar a la
del tinerfeño; desde el 17 de marzo de 1872 tuvo lugar una
{{solemne instalacion~ de los cargos de la logia, que por entonces
ya poseía la distincibn capituIar 3. Conocemos los fundadores de
esta logia, pues, aparte de los cuadros lógicos, sus nombres fue:
ron publicados 24: José María Mendoza, Máximo Perdomo, Ama-santo
Martínez de Escobar, Eufemiano Jurado Domínguez, Isi-dro
Miranda, Pablo Cabo, Domingo Calimano, Horacio Wetherell,
Miguel Sarmiento Pbrez, Juan N. Mendoza, Gregorio González,
José Curbelo, Lorenzo Ruiz, José Zamora Villar, Manuel Sar-miento,
Néstor de la Torre y Doreste, Federico Sarmiento Pérez,
jose Falcón, Kafaei Yérez, Juan Bonny, Juan Ortega, Luis Eeina,
Federico W. Srnith, Eduardo Benltez, Francisco Ramos Rodrh-guea,
Juan Sale y León Mateo Díaz.
Afortunada, n." 36 contó entre sus filas desde un primer
momento, con destacados elementos progresistas de la política in-sular.
DesarrolIÓ también, hasta la crisis constitucional masóni-ca
de 1878, y sobre todo durante el sexenio, una interesante la-bor,
especialmente de divulgación de las ideas de la Orden, exal-tando
el papel que Ia masonería estaba destinada a jugar en 4a
sociedad y tratando de hacer frente a las criticas reaccionarias
Comentario a un suelto del perMdéco madrilei"io «La Mscusi&ai~e, n
«La hábralidadr, Las Palmas, 26 de abril de 1871, año 1, n? 1, pp. 1. El
subrayado es mío.
n Cfr. REZAdSe arquitectura trazadas en la sdemne instalacih de
las djgnidudes oficiules de Ea Respetable Logia Capitular Afortu?uMa nzé-mero
36, constituiüa bajo los ~ s ~ deol Grsan Ckknte Lusitano Unido,
Supremo Consejo de la Masoneria portuguesa, en el Valle de ius Palma$
de Gran Cimzria, el dZa 7 del ntes de Veadar, año 5871 de Ea Verdadem
Luz (mmo 17 de 1872 era mlgcir), Las Palmas de Gran Canaria, 1872
(B. M. C.). Para comprender en sentido estricto la definici6n de Capítulo
o Logia Capituiar, esto es, que entre sus miembros posee un grupo «de-corador)
con los graüos capitulares o superiores del Rito Escoc6s Antiguo
y Aceptado, cfr. CONSTITUICüoA OG ?-a?z.deO riente Lusftano Unido Supremo
Conselizo da Maqmaria Portuguezd, Lisboa, imprensa de J. G. de SOTXB
Neves, 1871 (B. M. T.).
24 Cfr. La Moralidad, núm 69, Las Palmas, 6 de enero de 1872.
Núm. 27 <l081) 325
18 MAlr'UEL DE PAZ SÁNCHEZ
de los sectores más integristas y clericales. Instrumento funda-mental
de esta actividad masónica fue el. periádico La Afortu-mda,
cuyo primer número vio la luz el sábado 1 de febrero de 1873,
presentándose ante la opinión pública como un órgano neutral
en el terreno político, aunque sin olvidar el matiz progresista,
liberal e incluso romántico de la Institución que lo engendró,
pues «no viene a discutir en poEtica; más bien, no viene a sos-tener
bandera determinada, por más que sus redactores tengan
en esta parte arraigadas sus opiniones. En un país como el nues-tro,
sujeto a las alternativas de la madre patria; en un país que
no tiene fuerzas para contrarrestar el impulso de opiniones, que
casi no forman partido propiamente dicho, cuya política se halla
hoy fraccionada. según las ambiciones de cada uno, es en vano
trabajar para definir esa mal llamada política, que no es otra
cosa que la satisfacción de aspiraciones personales, que casi siem-pre
se hallan en contradicción con el bien de la patria y de los
intereses procomunales. He aquí por qué nuestro periódico no
quiere hacerse solidario de esos males y procurará alejarse de
semejante camino para seguir su verdadero objeto, exponiendo
las doctrinas generales de la ciencia del bien gobernar, fundada
en los eternos dogmas del progreso simbolizado en los principios
sublimes de libertad, igualdad y fraternidad» ". El último núme-ro
salió a la calle el 14 de agosto de 1874%
La década de 1870 nos depara otras interesantes sorpresas.
En contra de lo que pudiera figurarse, el fin del sexenio revo-lucionario
y la vuelta de los Borbones al trono, con el inicio de
ia Restauración española, no significó un retroceso importante
para el desarrollo del masonismo insular. Nuevas logias conti-nuaron
surgiendo al igual que en el resto de España, si bien la
infhencia socioideológica que pudieron desempeñar se vio cons-treñida,
como todo el panorama político de la época, al entrar
en funcionamiento la nueva fórmula de recambio y de turno pa-cificG
e3 el pUer de les &in&ticss, creada per CánGVas
del CastilIo. Y por otro lado, los talleres llegaron a convertirse, en
3 La Afortu?&W~a, ño 1, núm. 1, Las Palmas, sábado 1 de febrero de
1873, «Sección Doctrinaln, pp. l. Subrayado en el original (B. M. C.).
iÚ m Ajoffün-, 14 agosto & 1874.
326 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA LOGIA NUEVA, N? 93, DE LA, LAGUNA 19
no POCOS lugares del país, en instrumentos de los grupos y per-sonajes
políticos de la Corte.
2. Los .m.asones tinerfeños y canarios de La década de 1870 has-ta
'la crisis constitucional masónica de 1378.
Uno de los objetivos perseguidos por la logia tinerfeña Tei-de,
n." 53, desde los primeros momentos de su existencia, fue
trabajar «sin descanso hasta allegar una cifra respetable de her-manos,
y cuando esto se haya realizado, fundar nuevos templos
dentro y fuera de la población que esparzan la Verdadera Luz y
practiquen la caridad en ascendente progresión)) n. Este deseo
se trató de plasmar en los años subsiguientes a la creación de la
logia, pues algunos de sus miembros más destacados se consti-tuyeron
a su vez en fundadores de nuevos talleres masónicos
en la Isla, con lo que convirtieron a su logia madre en centro
de expansión y de difusión de la masonería canaria de la época.
Ejemplos de ello fueron los masones Rafael Clavijo Guunche y
Justo P. Parrilla Brutus respecto al nuevo taller santacrucero
Hijos del Teide, n . O 94, y Nicolás Ruiz de Salas Genil con Niva-ria,
n." 96. Pero la política expansiva de Teide, n." 53 no se limitó
a la circunscripción insular. sino que coadyuvó a que la Orden
se asentara en otros lugares. El caso más destacado es el de La
Palma, donde a comienzos de 1873 se fundó la logia Abora, n." 91,
merced a la intervención de la tinerfeña ante el Gran Oriente
Lusitano a.
Configuraron el. panorama mas6nico de la época, además de
las citadas, otras logias que habían sido fundadas y se continua-ron
erigiendo en Tenerife y Lanzarote hasta 1878. Todas ellas
bajo la obediencia ciel Oriente portugués: Tuoro, n." 90 de La
OrotavaB; Aton'ntida, n." 92 de Arrecife de Lanzarote. y Espe-
Vid. nota 18: Mscursos ..., pp. 12. Intervencidn del secretario saliente
EFarSto Rodríguez, Artús.
3 Vid. d a 15 .
29 REGLAMENiTnOte rim de la Respletcrbte Logia Tauro, núm. 90 al Orim-te
de La Orotava, regularmente constituida bajo, los auspicios ciel Gran
Oriente Lusitano Unkb. Año de 1875, Santa Cruz de Tenerife, 1875 (B. M. T.).
rama de Orotava, n." 103 del Puerto de la Cruz Próxima ya fa
mentada crisis constitucional, dio sus primeros pasos Tinerfe, nú-mero
114 en Santa Cruz de Tenerife.
Mientras tanto, la logia Teide, n." 53 continuó incrementanclo
el número de miembros y adquiriendo una cada vez mayor ca-tegoría
dentro de la jerarquía masónica. A principios de 1874
fue creado el Soberano Capítulo de Caballeros Rosa Cruz de la
logia, cuyo RegIamento se aprobó definitivamente en sesión de
17 de mayo jl. El 10 de octubre de 1875 se acordó la instalación
en la capital de la provincia del Areópago de Caballeros Kadosch
de Teide, n." 53, organismo a cuya creación y sostenimiento hu-bieron
de contribuir las logias hermanas del Archipiélago. Sin
embargo, quizá el logro más notable obtenido por la francmaso-neria
anaria de la Cpa f.ue la del S"'xrano Sapiiuiu
Provincial de las islas Canarias. Este cuerpo masónico superior
contaba con representantes elegidos por los distintos talleres
su constitución tuvo lugar en Santa Cruz de Tenerife el 25 de
octubre de 1875, y pasó a desempeñar muy pronto un importan-tíaimo
papel intermediario entre las distintas logias insulares y
el Oriente portugu6s, papel que abarcaba los diferentes campos
de la actividad masónica: distribucih de las disposiciones le-gislativas,
centralización de documentos, cotizaciones y, en ge-neral,
problemas relacionados con las reclamaciones y pdicio-nes
de los diferentes talleres de las Islas al Oriente Lusitano.
La importancia de la masonería tinerfeña durante la década
de 1870 es esencial no sólo de cara a reorganizar la Orden en
Canarias, sino que a lo largo de dicho período se va moldeando
una verdadera organización masónica canaria, en cuyas filas ira-hjar8n
destacadas personalidades de la vida insular durante el
último tercio del siglo XIX. La infhencia que en el plano socio-político-
cultural desarrollaron los hijos de la Viuda no descuella
excesivamente, salvo ciertos momentos a lo largo del sexenio. Con
3 BGL.~~inLter~iwE deN laT ROesp etable Lo g i a Esperanza de Orotcszta.
noím. 103, al Oriente del Puerto de IQ Cruz, regularmente cmtituidh bajo
los auspicios del Gran Oriente Lusitano Unido. Año de 1876, Santa Cniz,
de Tenerife, 1877 (B. M. T.).
31 REG~kmxro del Soberano Capitulo de Rosa (Cruz) Teiüe ri: 53,
Santa ~ r dek Te nerife, 1875 (B.M . T. F1 39-1/41.
todo es preciso someter a crítica la documentación existente, que
no es escasa, para llegar a calibrar con exactitud el nivel de par-ticipcibn
pdítica de nuestra masonería decimonónica liberal, an-ticlerical,
progresista y romiintica.
3. La francmasonm'a timrfeiaa ante la crisis comtituciond ~nu-s6nich
de 1878 de EQs b g h españolas de obediencia lusita?ua.
La crisis constitucional macónica de 1878 de las logias espa-ñolas,
reunidas bajo la obediencia del Gran Oriente Lusitano,
afectó. de manera particular tanto a las logias canarias como a
las esparcidas por el resto de España. Se inició a raíz del decreto
del Gran Maestre de 30 de septiembre de 1878, mandando jurar-a
todos los talleres la Constitución de 27 de julio de 1878, que
venia a sustituir la que hasta entonces regla los destinos de la
masonería portuguesa, promulgada en 1871. La nueva Constitu-cibn
lesionaba una serie de derechos de las logias españolas y sig-nific6
la disgregación de la masonería de obediencia lusitana en
España ".
Por lo que respecta a Tenerife los efectos de la crisis no tar-daron
en dejarse sentir. A mediados de 1879 las logias Teide,
n." 53, Hijos d.el Te&, n." 94 y Nivaria, n." 96 de Santa Cruz
de Tenerife se refundieron en una sola logia denominada Teide,
si bien, desde finales de 1878, Nivaria, n." 96 había abatido co-l
u m n a ~ E~n. julio de 1881 el viejo taller tinerfeño reanudó sus
trabajos, bajo los auspicios de la Gran Logia Simbólica Inde-pendiente
Española, registrándose con el número 17M. La logia
Espe~aam ds Orotava, del Puerto de la Cruz, se retiró tambih,
a comienzos de 1880, de la o'mdiencia portuguesa, pasando a de-
32 Vid nota 15.
3 Cfr. A. U. T. O. S. A. G. Ordo ab Chao. La Respetable Logia Tinerfe
nGm. 114, reguümnente Wbtocida bajo los a~(9pWos del Grcm Oriente
Lw&ano Untdo en el Vulk de Smta Cruz de Tenerlfe ..., Santa C m de
Tenerife (1879) (B. M. T. Fl 39-1/21).
3 Cfr. Comunic&cidn de Abora, x0 91, a Teide, n.O 17, Santa Cruz de
La Pzrlma, 25 de noviembre de 1881, A. S. D. E. S. (Archivo de los Servi-cios
Documentdes del Estado de Saiam&z1ca o Archivo Secreto Mas&
nico Español), sg. 48'7-A-1,L ogis A-, no9 1, MSS.
22 MANUEL DE PAZ SÁNCHEZ
pender de la Confederación Masónica del Congreso de SeviIla y
ostentando el número 9. Y 10 mismo hizo Taoro, a finales del rnis-rno
año, que pasó a figurar con el número 15.
Respecto a Xueva Era, ?L." 93 de La Laguna nos ocuparemos
después, como ejemplo de una logia tinerfefia de la interesante
y prolífica década de 1870. Así, pues, en vista de lo que antece-de,
las dos únicas logias canarias que pervivieron bajo la obe-diencia
lusitana fueron la tinerfeña Tinerfe, n." 114, que en 1881
tuvo órgano de prensa propio dirigido -entre otros- por don
Patricio Estévanez y Murphy y dedicado a temas eminentemen-te
masónicos 3j, y la palmera Abora, n." 91.
A finales de 1884 se unieron ias logias Teide y Tinerfe, bajo
la común denominación de Tenerife 36; esta unión perdur6 posi-
Ll~rnnn+n no+- nnm;nnon- An 1- JdrinAn rJn 1QUn. Cin amhoren
UIGIIIGIILG har3ia ~ u ~ ~ u ~ uuLn rua a u L b c r uw ub Auvv u l i r bArruurav, !U
masonería tinerfeña decayó de manera considerable; su reorga-nización
se produjo hacia 1895, con la fundación en Santa Cruz
de la logia Añaza, n." 125, auspiciada en la obediencia del Sere-nísimo
Gran Oriente Ibérico.
1. Pundacio'n de la logia Nueva Era, n." 93.
La logia Nueca Era, n." 93 fue fundada en La Laguna, bajo
la obediencia del. Gran Oriente Lusitano Unido, a finales de
1874; su Carta Patente data del 29 de noviembre El cuadro
de sus fundadores no se conserva en el Archivo Secreto Masd-mico
Espa,ñol, pero poseemos un cuadro lógico del año siguiente
35 Tinerfe número 111, revista masdnica mensual, órgaro de la Respe-table
Logia Capituiar ......, Año 1. nao 6, junio de 1881 (era vuigar), Santa
Cm de Tenerife, 1881. Se conservan también los números 8 y 9, de agosto
y septiembre de este mismo año (B. M. T. Fi 2093/20, 57 209-3/21 y F7
209-3/22, respectivamente).
36 Comuni~11~i6dne AbXa, n .O 91 a ~enerife,S anta C m d e La Palma,
28 de enero de 1885, Loc. cit. Ws.
37 Comunicación de Nueva Ere, n.O 93 a Teide, nP 53, La Laguna, 30 de
noviembre de 1878, A. S. D. E. S., sg. 748-A-1,M ss.
330 ANUARIO DE ESTUDZOS ATLANTICOS
LA LOGIA NUEVA, N.O 93, DE .m LAGUNA 23
al de la erección del taller, en el cual se relacionan hasta 17 her-manos,
-entre los que se encuentran los principales -fundado-res
=:
Antonio Díaz Llanos, Rosas.
Juan Avellaneda, Tagananu.
José Pimienta Navarrete, Guajara.
L.ázaro Sánchez Rivero, Tinerfe.
Elías González Espínola, A@s.
Tomás Zerolo y Herrera, Arte.
Ramón Domínguez López, Laguna.
Agustín Arredondo, Kramse.
Santiago Xolina. Ju?~o.
Francisco María Finto, Graco.
Francisco Domínguez López, Maldomdo.
Xanuel Luján y Abréu, Maxzini.
Agustín Delgado, Lanuxa.
Manuel Cabrera López.
Andrés Martín, Rio.
Domingo de la Rosa y Perera, Cano.
De los miembros de la logia, excepto Manuel Cabrera LÓpez,
que figura como residente en La Palma, el resto de los compo-nentes
reside en La Laguna. Para sus lugares de nacimiento te-nemos
el siguiente esquema:
Cantidad Lugar de nacimiento
-
5 ............ La Laguna.
3 ............ La Palma.
2 ............ Rambla (Tenerife).
1 ............ La Matanza.
1 ............ Realejo.
i ............ m- __.. -.A -.- 1 aCvrUIlLe.
1 ............ LaOrotava.
38 Cuaüro L6gico de ia Respetable Logia Nueva Era, n.O 93, para el
año masdnico 5875 (1875-1876), La Laguna, 3 -de noviembre de 1875, Loc.
cit. Mss.
Cantidad Lugar de nacimiento
1 ............ Arrecife de Lanzarote.
1 ............ Fuerteventura.
1 ............ Granada.
2. Nueva EPU, n." 93, el Soberano Capítulo de Caballeros Rosa.
Cruz de Teick, n." 63 y Xa creación del Soberano Capitdo.
Ppozvincial.
Nueva Era, no 93 mantuvo, como es lógico, una serie de con-tactos
con el Soberano Capítulo de Caballeros Rosa Cruz .d e la hgia Te&, n." 53. E! q x x t o más desMcadu de esta relacie,n es
el que dimana del proyecto de creación del Soberano Capítulo
Provincial de Canarias, proyecto que se hizo realidad el 25 de
octubre de 1875. Para la erección del mismo, la logia lagunera
nombró el 17 de julio a sus representantes ; fueron &tos : Anto-nio
Díaz Llanos, su Venerable; Andrés Hernández Barrios y Ni-guel
mllalba Hemás, este filtimo no pudo aceptar el nombra-miento
por tener que representar a Tefde, n: 53, dirimiéndolo en
Ramón Clavija j9. Pero no fueron estos masones los que repre-sentaron
a la logia lagunera en el acto de creacih del cítado
Capftulo Provincial, sino que el 23 de octubre designó a otros
hermanos para dicho fin: Lázaro Sánchez Rivero, Agustín Arre-dondo
y EEas GonzBlez Espinola, aunque estos masones no po-seían
el grado capitular preciso (el 18.") para ejercer su come%
doa. Este hecho fue tenido en cuenta por la Asamblea encarga-da
de erigir el Capftulo y se produjeron algunas dudas sobre Ia
capacidad legxl de la representación lagunera.
Otro de los matices más notables de las relaciones entre 3a
logia Nueva Era, n." 93 y el Capítulo Rosa Cruz es el de las pe-ticiones,
por parte de la lagunera, de aumentos de grado o sala-
39 Comunicaciones al Soberano Capitulo Rosa Cruz de la logia TeY-de,
n.* 53 (en adelante S. R. C.), La Laguna, 17 de juiio de 1875; cfr. am-bién:
idem, La Lagunrr, 18 de juüo de 1875, Loc. cit. Mss.
40 Comunicaciones a Elias González, Agustíí Arredondo y maro SCrn-chez,
La Laguna, 23 de octubre de 1875, Loc. cit. Mss.
LA LOGIA W'ZVA, N? 93, DE LA LAGUNA 25
rio ". También se solicitan informes para h a d n~i s i~dne profa-aos
42 y además se comunican las elecciones de los cargo6 que
anualmente habrfan de regir la logia 43.
Por otra parte, en torno a los intercambios de la logia law-nera
con el Are6pago de Caballeros Kadosch de Teide, n.* 53 la
~ ume n t a c í á ne s particularmente escasa, limitándose a una co-municaclón
mediante la que Nueva Em, m? 93 informó al citado
organismo de la afiliacián, en abril de 1877, del hermano Elías
Zerolo y Herrera, Avecife, iniciado en lo. logia Afortunada, nd-mero
36 de Las Palmas y elevado al grado 30.O por el czSiapremo
Consejo y Gran Oriente para la República Argentina))
3. La lo& hpmm y el Soberano CapZtuCo Provincial.
La supuesta falta de representatividad de los laguneroe a la
hora de erigir el Capítulo Provincial generó algunos roces que
merecen ser considerados. Así, haciéndose eco de una aplancha
citatoria~ por la que se les convocaba a una sesión del mencio-nado
organismo el 29 de diciembre de 1875, los representantes
de Wuem Era, n." 93 Agustín Arredondo, Elias González y Láza-ro
Sánchez se dirigieron al Capítulo Provincial afirmando que la
mencionada ((planchan les había causado «una profunda extra-ñe
z a~p, asando a exponer las razones de su asombro 45:
a). Las dudas que mostró la asamblea originaria en torno a
su representatividad, razón por la cual ignoraban los trabajos
de! Capítulo a1 no haber sido convocados a las sesiones.
b) Carecer de una comunicación oficial del organismo ma-sónico
sobre la resolución tomada con la legitimidad o ilegitimi-dad
de la representación lagunera.
41 Comunicacidn al S. R. C., La Laguna, 14 de mamo de 1876, Loc.
cit. Mss.
42 Idem, La Lagme, 31 de may9 de ?8?6, Lm. cit. %&s.
Iciem, La Laguna, 14 de marzo de 1877, Loc. cit. Mss.
M Comunicación al Areópago de Sublimes Caballeros Kaüowh de la
logia Teide, n.O 53, La Laguna, 2 de abril de 1877, Loc. cit. Mss.
Comunicación de los representantes de Nueva Era, n.O 93 al So-berano
Capitulo Provincial (S. C. P.), La Laguna, 28 de diciembre de 1875,
Loc. cit. Mss.
26 X A h ? DE PAZ sÁNcHEZ
En consecuencia, solicitaron un {(acuerdo franco y definitivo>
sobre su caso particdalb para poder asistir de pleno derecho a las
sesiones, y decidieron no acudir a las mismas, asumiendo tam-bién
la responsabilidad de los hechos ante Nueva Era, n." 93.
Esta no sólo aceptó y dio por bueno el acuerdo de sus represen-tantes
electos, sino que, además. se dirigió, en enero de 1876, al
Capítulo Rosa Cruz de Teicle, n." 53 pidiendo para los interesa-dos
el aumento al grado 18.0, imprescindible para ejercer una
representación fuera de suspicacias e incertidumbres4. El pro-blema
acabó solucionándose.
La logia informaba asimismo al Soberano Capítulo Pro~rin-cial
de determinados acontecimientos importantes que se salían
de la habitual rutina b~~rocráticcao~m a, por ejemplo, de la irra-diaciijn
de uno de sus miembros más destacados, Elías González
Espínala, que, sin haber pedido la baja, se pasó a un Gran Oriente
español 47.
Xo hay que olvidar tampoco que el Capítulo servía de vehí-culo
y que, en este sentido, informaba a la Gran Secretaría del
Gran Oriente Lusitano del movimiento del taller lagunero: al-tas
(iniciaciones o afiliaciones). bajas (por deseo expreso o ex-pulsiones),
etc.
4. Aproximación a la cua?~tifiencióny estructura socioprofesio-naL
de Nueva Era, n." 93.
La corta existencia del taller laSrmero no nos ofrece, aparte
de la falta de datos, mayor dificultad para efectuar la cuantifi-cación
de sus miembros 4s :
. . ffi r..-.m..n.,n,.r.,,n
uuLLLuYba-vLs~ a: S. C. R., La Lagm%, 2 &e enero de i876, y a1
S. C. P., La Laguna, 2 de enero de 1876, Loc. cit. Mss.
47 Comunicaciones al S. C. P., La Laguna, 4 de abril y 12 de diciembre
de 1877, Loc. cit. Mss.
48 Vid. nota 38, y además, Cuadros lógicos de la logia Nzieca Era, nfi 93,
La Laguna, 22 de mayo de 1876, 21 y 30 de marzo de 1878. Loc. cit. Mss.
334 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAKTICOS
Número de
A ñ o Año masónico miembros
1875 (3-XI-75) ...... 1875-1876 .... ........ 17
1876 (22-V-76) ...... 1876-1877 ............ 14
1877 ............... 1877-1878 ............ -
1878 (21 /30-111-78). .. 1878-1879 ............ 24
Puede afirmarse, como principal conclusión de la lectura de
las anteriores cifras, que, tras un desarrollo inicial relativamen-te
poco numeroso, se produce un descenso y continuación el
inicio de una etapa de recuperación, que no logra alcanzar cotas,
elevuduc a czii?c~d e 11 pr int ,~d esaparición del -taller. Por esta.
razón, y de cara a completar de algún modo los ya de por sí
escasos datos, es por lo que prefiero mostrar la lista de miem-bros
que durante los años de 1875 a 1878 tuvo la logia. Así, apar-te
de los masones que, como vimos, formaban el primer cuadro,
Mgkn, tenemos r
Francisco Domínguez Pérez, Júpiter.
José Sierra y Alfonso, Ruimán (honorario).
Elías Zerolo y Herrera, Arrecife.
Ezequiel Zapico, Covadonga.
Simón Arroyo y Canales, Ramiro.
Manuel Perera y Castillo, AnZbal.
Rafael Martín Miraval, Arenas.
Nicolás Bencomo y Torres, Valverde.
Fernando Cabrera López.
Jos6 María Pinto de Ia Rosa, Echeide.
En cuanto a la estructura socioprofesional, he elaborado e1
siguiente esquema por años masónicos :
8 upropietariom.
3 aabogados-propietarim~.
3 aestudiantes~.
2 ucatedráticos».
1 adentista-estudiantes.
9 <cpropietarios».
3 ccomerciantes-comercio,.
3 abogad os)).
3 es tu di antes)).
1 «catedrático)).
1 procurador».
1 motario».
1 «agrimensor».
1 «sastre».
1 «marino».
X la hora de analizar estos datos, uno de los principales pro-blemas
con que nos encontramos es, como indica Gay Armen-teros,
«la falta de precisión en la terminología de las profesiones
y, por tanto, de su propia delimitación sociológica» @. En térmi-nos
generales puede aseverarse que la mayor parte de los franc-
49 Juan C. GAYA RMENTEROS,P enuria y decadencia de la m m e r i a jie-neme
a jtnales del s. XIX. ((Anuario de Eistoria Moderna y Contemporá-nea
», Universidad de Granada, 2 y 3, 1975-1976.
336 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA LOG. MUEVA, N.O 93, DE l.& LAGUNA 29
masones canarios, sobre todo de las capitales insulares, perte-necieron
a los sectores profesionales relacionados con el comer-cio
y las profesiones liberales, conjuntamente con los aemplea-dos
» y los apropietariosn. Un grupo complejo que engloba tanto
a los miembros de la burguesía como a los de la pequeña bur-guesía
insular a ella vinculada, en no pocos casos en sentido
dependiente. En el caso particular de Nueva Era, n." 93 hay un
dato que llama particularmente nuestra atención : el constante
predominio del grupo de los «propietarios», que debe entenderse
como dueños de fincas rústicas y urbanas o rentistas que viven
del usufructo de la tierra y de propiedades inmobiliarias. En se-gundo
lugar destacan los pr-esionales liberales : «abogados»,
«catedráticos», «profesores», ((procurador)), «notario» y aagrimen-sors.
h q p , los ici&üdiaiite~ii, esto parece l S g i ~3i~ p nsarnm
en el Instituto de Canarias y en la tradición cultural y universi-taria
de La Laguna. Los (tcom.erciantes», con una pequeña re-presentación,
sólo figuran en el último año masónico, por lo que
su importancia es ínfima, especialmente si tenemos en cuenta
12 imprtaccia de !m miembmu de esta pr~f e s ihe il ctruu !@us
canarias de la época. El resto de las profesiones enumeradas ca-rece
de representatividad.
Tras el comentario de la estructura socio-profesional, pode-mos
concluir, al menos como hipótesis de trabajo, que la compo-sici6n
social de la logia cuenta con el predominio de una burgue-sía'
independiente -propietarios y profesionales liberales- ins-crita
en la trayectoria ilustrada de la Ciudad de la Cultura y en
las corrientes progresistas y liberales de la época. Sin embargo,
se trata de una burguesía en cierto sentido de implantación, emi-grada
de otrn!: pueblos; q ~&des ta posible falta de ~nraizamien-to
sea una de las causas de la génesis y también -paradójica-mente-
de la pronta desaparición de la logia.
5, Otros trabajos masónicos g fin de &a logia Nueva Era, 92." 93.
Para completar el espectro de actividades masónicas del ta-ller
lapnero tenemos, por ejemplo, constancia documental de:
una iniciación y una baja en noviembre de 1877, tres iniciacio-
Núm. 27'12081)
22
30 MANUFL DE PAZ SÁNCBEZ
nes al mes siguiente, una iniciación y una baja voluntaria (con
«plancha de quite») en enero de 1878 y otra baja en marzo
La única irradiación que conocemos merece ser analizada por
separado; se trata de la =pulsión de uno de los miembros más
destacados de la logia, Elías González Espínola, que había sido
fundador. Así, el 1 de noviembre de 1877 se llevó a cabo una se-sión
o tenida ade jurado», en la que resultó lo siguiente g1 :
1." En la tenida del 15 de abril de 1877 fue denunciado EIIas
González por haberse aafiliado en el llamado Gran Oriente de
España~, sin haber obtenido antes la correspondiente crplancha
de quite^ de su logia. Se acordó consultar al Soberano Capitulo
Provincial, el cual sugirió que se abriera una investigación por
una comisi6n non-hmd~U! efecte.
2." Del expediente masónico incoado resultó ser culpable de
pertenecer a un taller del <titulado Gran Oriente de Eapafm,
potencia masónica hoy irregular, en los Valles de Madrid~.
E 3." Que fue autorizado por el Oriente español para aelevar
masones a altos grados, y tambin para erigir logia junto con 3
otros masones de aquella obediencia que, en estos rnomentq re- - - 0
sidían en Tenerife. m
E
4." Que? habiendo sido conminado a defenderse ante m 30- O
gia madre, contestó negando la ajurisdicción rnasónica~ ae L n
E misma y vertiendo aexpresiones calumniosass> contra sus miem- a
bros. n
n
En consecuencia, fue declarado culpable e irradiado.
3
Por otro lado, un capítulo importante de los trabajos masá- O
nicm era la elección de los cargos anuales del taller ":
3 Comunicaciones al Gran Oriente Lusitano, La Lagun, noviembre
de 1877, diciembre de 1877, enero y marzo de 1878. Loc. cit. Mss.
51 Certificado de Nmva Era! 9z.O 93: sobre e1 juicio y condena
cos del hermano Elias Gunzález Esphola, Lsa Laguna, 4 de noviembre
de 1877. Cfr. también: Comuni~ciones al S. C. P., La Laguna, 4 de abril
y 12 de diciembre de 1877, Loc. cit. Mss.
9 Vid. nota 48, y comunicsct6n d S. C. P., La Laguna, 14 de mareo
de 1877, Loc. cit. Mss.
338 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA LOGIA XUEVA, N . O 93, DE LA LAGUNA
Venerables:
Antonio Díaz Llanos, Rosas.
Agustín Arredondo, Krausse.
Lázaro Sánchez Rivero, Tinerfe.
Elías Zerolo y Herrera, Arrecife.
Primeros Vigilantes:
Juan Avellaneda, Taganana.
Lázaro Sánchez Rivero, Tinerfe.
Juan Avellaneda, Tuganaiza.
Ramón Domínguez Mpez, Laguna.
Segundos Vigilantes:
José Pimienta Navarrete, Guajar~.
Elías GonzAlez Espínola, A*.
Ramón Dorninguez López, Laguna.
Jos6 Pimienta Navarrete, Guajara.
Oradores:
Lázaro Sánchez Rivero, Tinerfe.
Francisco María Pinto, Grao.
Agustín Arredondo, Krausse.
Francisco Marfa Pinto, GTUCO.
Elías González Espínola, Apis.
Francisco Domfnpuez Pérez, Jzlviter.
Francisco- Marfa Pinto, Graco.
Francisco Dorninguez Pérez, Júpiter.
Tesoreros:
Ramón Domínguez López, Laguna.
Domingo de la Rosa, Can.0.
MANUEL DE PAZ SÁNCHEZ
Expertos.
José Pimienta Navarrete, Guajara.
Simón Arroyo y Canales, Ramiro.
Ramón Domínguez López, Laguna.
Domingo de la Rosa, Cano.
Simón Arroyo y Canales, Ramiro.
Francisco Domínguez López, Maldonado.
Maestros de Ceremon.ias: a N
Tomas Zerolo y Herrera, Arte.
Juan Ai-ellaneda, Tagnnana.
José Pimienta Navarrete, Guajara.
Manuel Perera Castillo, Anibd.
Finalmente, cabe señalar que la crisis constitucional masóni- 3
ca de 1878 produjo también en Nueva Era, n." 93 el conocido re- - - 0
chazo, pues, reunida la logia en sesión extraordinaria el 28 de m
E
noviembre de 1878, acordó por unanimidad separarse de la obe- O
diencia del Gran Oriente Lusitano Unido, al considerar que la n
adignidad y sincero afecto a los principios niasónicos, que no -E
a pueden ser otros que los de justicia e igualdad, nos han impuesto
el deber de adoptar esta resolución, cuya gravedad no descono- n
cemosn s. E1 taller lagunero planteó de cara al. futuro un inte-
3 sesante proyecto masónico: «La logia Nueva Era cree... que O
es llegada la ocasión de constituir en nuestro Archipiélago una
Gran Logia Provincial, que, bien sea permaneciendo indepen-diente,
bien confederándose con otras Grandes Logias que en las
provincias de España se constituyan o se hallen constituidas,
o con Poder Masóníco regular de España o Cuba. o en último
caso estabieciendo ios mismos iazos con un Aito Cuerpo Masó-eico
extranjero, haga que la masonería de Canarias adquiera el
9 Comunicación impresa al S. C. P. y a Teide, La Laguna, 30 de no-viembre
de 1878, Loc. cit.
340 ANUARIO DE ESTL'DIOS ATLANTICOS
L.4 LOGIA NUEVA, 3.' .93,. -BE 'd. LAGUNA 33
desarrollo e importancia que es fácil. dado los muchos elemen-tos
de que dispone.))
Nueva Era, n." 93 no volverá a levantar columnas, ni será tam-poco
el germen de nuevas logias en la ciudad del Adelantado, perro
esta característica Ie confiere una especial peculiaridad dentro
de aquellos momentos álgidos de la historia de la masonería ea-naria
decimonónica.
I
En primer término es preciso indicar, respecto a la franema-sonería
canaria del primer tercio del sig1.o XIX, que se trata de
masoiieria siii apeiia desarro~~soi, expptUamos a !a JGgia
Los Comendadores del Teide, cuyas actividades no debieron ser
muy destacadas. Podría afirmarse que se trata de un período or-ganizativo
mediante el cual la Orden, concentrada fundamental-mente
en Tenerife, conseguirá dar algunos frutos, sobre todo
ea aspecto de i~f!üeficia soei=p=!ftica, &rur,te e! mienie L&
beral. Sería posible, en cierto modo, calibrar esta influencia !a.
través del estudio de su participación política y de sus manifes-taciones
sociológicas en general., hasta el punto que la creación.
de los filomalotas -tan ligados a la Universidad de San Fer-nando-
parece una respuesta a la incidencia social de los ma-sones.
E1 papel de la IgIesia puede resumirse en el firme deseo de
evitar a toda costa la implantación del masonisrno, objetivo al que,
tanto antes de 1820 como después del fracaso liberal del Trienio,
contribuirán las ai!torida.des eclesiásticas con los medios a su
alcance.
Con las escasas auras renovadoras que produjo la ({Gloriosan
en 1868 se implanta en Canarias, y de nanera especial. en Tene-rife,
una francmasonería de nuevo cuño: aunque heredera de la
de principios de siglo. Esta masonerfa, cuya vertiente sociopoli-tica
requiere una profunda exégesk por las importantes perso-nalidades
de la vida local y provincial a ella vinculadas y por su
componente ideológico, no decayó con la Restauración, aunque
conviene plantear que su influencia debió verse constreñida o en-
N U ~27: ( 1 9 ~ 1 ) 341
cauzatia por derroteros afines al Gobierno o a la oposición del
sistema de turno pacífico en el poder.
La crisis masónica de 1878 -por otro lado- dio al traste con
prácticamente toda la organización francmasónica de las Islas,
iniciindose un período en el cual sólo algunos talleres consiguen
sobrevivir. Esta crisis podría aproximarnos al desarrollo de los
nacionalismos burgueses en la Europa de la segunda mitad del
ochocirntos, para lo que se necesitarían nuevas y profundas in-vestigaciones.
Por último, la logia Aíueua Era, n.." 93 de La Laguna consti-tuye
un caso típico dentro del grupo de logias tinerfeñas y ca-narias
de mediados de la década de 1870; no obstante, presenta
unas características particulares, sobre todo en lo que atañe a su
cvmpsiciSr! scciop&simal. Entre SUS miembros descüe!!m los
hermanos Zerolo y Herrera y Francisco María Pinto, tan repre-sentativos
del mundo intelectual canario del XLS. Posiblemente
el contacto humano y la comunión de ideas de estos y otros in-telectuales
masones fue lo que les impulsó a fundar la Revista
de Canarias (1878-1881), uno de los logros culturales más enco-miables
de las Islas durante la pasada centuria.