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EL ILUSTRADO AGUSTIN DE BETANCOCRT Leve cala sobre su mentalidad P O R ANTONIO RUlIMEU DE ARMAS La Ilustración española del siglo XVIII no se puede definir como una corriente de pensamiento, con una ideología precisa, aunque existan nexos y vínculos entre sus más eximios repre-sentantes dentro siempre de una línea progresista y avanzada. La Ilustración fue más bien un programa de gobierno asen-tado como puntales básicos sobre la Economía, la Filosofía y la Filantropía. Los ilustrados auspiciaron el desarrollo eco-nómico en todos los sectores: agricultura, industria, comercio, transportes, urbanismo, etc. Se preocuparon por impulsar la cultura y la ciencia en los más diversos ámbitos del saber. Y sintieron una especial inquietud por proteger a las clases más desheredadas de la sociedad, asegurándoles un trabajo digno y una tutelar seguridad frente a los riesgos inherentes a la vida. No es ésta ocasión para una exégesis detenida de planes y objetivos. Pero sí se impone señalar las líneas maestras de ac-tuación como prólogo a nuestro principal intento. Los ilustrados fueron defensores de la libertad de la activi-dad mental, sin cortapisas de ninguna especie. Todos ellos se proclamaron cdibrepensadoresn. De ahí su enemiga unanime contra la Inquisición, a la que denostaban en privado y comba- Núm. 31 (1985) 315 tían en público, cuando se hallaban protegidos por el ejercicio del poder. Se asegura que dos ministros de Carlos IV: Jovella-nos y Urquijo tuvieron el proyecto de suprimirla. Proclamaron la supremacía del Estado sobre la Iglesia, y prac-ticaron una política regalista, limitando sus facultades. cons-triñendo la jurisdicción en materia civil, reduciel~do los pri-vilegios del clero y propiciando la desamortización de bienes. La expulsi6n de los jesuitas fue un auténtico d.esafío al poder eclesiástico. En cuanto a, creencias religiosas se inclinaron por la tolerancia de cultos. Aceptaron la sociedad estamental, aunque con criterios más igualitarios, que se tradujeron en una sistemática reducción de los privilegios de la nobleza, poniendo trabas al desarrollo de m=ycrazges y v i ~ c u l ~ s . En materia económica los ilustrados practicaron un mer-cantilismo de signo liberalizante, sobre el cual van a asentar sus más importantes reformas agrícolas y comerciales. Más extremosos se compmtarcn con la actividad artecanal, -p77u-oc o n n m h o t ; n r n n ln nnn. r ) r ; r i~niAvr mr nmi n l m n c f r 6 n A n c n dnfan- L,"IIIIJL*LiIC.I V I L L a "J. S L L I I L L J L I i b I V I I 51 CillllU*, I I I V U Y . . UL-UVVU C I V L V I A sores de la libertad de trabajo. Aspectos diversos de la mentalidad ilustrada pudieran ser un comportamiento moral más laxo y progresista y una actitud crítica frente al pasado español. Sin embargo, en cuestiones políticas la impermeabilidad a la filosofía del siglo xvm y al espíritu reformador d.e la épo-ca de las luces es la nota distintiv2 y al mismo tiempo la más flagrante contrad.icción. Los ilustrados hispanos fueron parti-darios acérrimos de la monarquía absoluta, sin reservas men-tales de i~lngxnae specie. La recepción de la filosofía política dieciochesca fue muy intensa, en particular Mcntesquieu y Rousseau; pero no consi-guió calar hondo más que sobre la juventud. Los ilustrados se cerrarox: en banda, considerando sus postulados y doctrinas como 1 3 ~ < d i ~ ~ r : i mi-l~t@~icto~ - , > ? LUIS SASCHEZA GESTAE: l pensamiento político del despotismo ilus-trado, Madrid, 1333. 316 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAArTICOS EL ILUSTRADO AGUSTÍDNE BETANCOURT 3 En este ambiente cultural y político se educó Agustín de Ektancourt desde su misma pubertad '. Para refrescar la memoria del lector no estará de más re-cordarle que nuestro protagonista había nacido en el Puerto de la Cruz (isla de Tenerife) en 1758, en el seno de una familia de la nobleza media, alguno de cuyos miembros había prestado importantes servicios a la monarquía en tierras de América3. RICHARDH ERR:E spaña y la revolución del siglo XVZII, Madrid, 1964. VICENTPEA LACIAOT ARD: LOS españoles de la Ilustración, Madrid, 1964. JosÉ ANTONIOM ARAVALLLa:s tendencias de reforma política en el si-glo XVZII español, en ((Revista de Occidente», julio de 1967. JosÉ ANTONIOM ARAVALCLa:b arrús y las ideas de .reformas politica y social en el siglo XVlIZ, en ((Revista de Occidente)), diciembre de 1968. J. ~ V ~ A R X EG OULEMOy TM . LAUNAYE:l S Z ~ ~deQ l as luces, Madrid, 1969. GONZALO ANES ALVAREZ: EconomZa e I~ustracióne n la España del si-glo XVZII, Madrid, 1969. ANTONIO ELORZA: La ideologia liberal en la Ilustración española, Ma-drid, 1970. Entre los años 1968 y 1983 la revista «Anuario de Estudios Atlánti-cos » ha venido pubiicando una serie de estudios relacionados con la bio-grafía del ingeniero e inventor Agustín de Betancourt. Los seis trabajos que pasamos a enumerar nos han servido para penetrar en la intrincada «mentalidad» del afamado hombre de ciencia: ANTONIOR UMEUDE ARMASA: gustín de Betancourt, fundador de la Es-cuela de Caminos y Canales. Nuevos datos biográficos, núm. 13 (afio 1967), PP. 243-301. ANTONIO RUMN DE ARMAS: Leandro Fernández de Moratin y Agustín de Betancourt. Testimonios de una entrañable amistad, núm. 2 (año 1974), PP. 267-303. JosÉ A. GARCÍA-DIEGHOu:e llas de Agustin de Betancourt en los archi-vos Breguet, núm. 21 (año 19751, pp. 177-221. jusg A. üAi?cfn-Di~uoute spe&& u; Seiancmri, núm. 24 íaño i978), PP. 147-228. FELIPEF ERNÁNDAEZR MESTON:u eva aportación documental sobre Agus-tZn de Betancourt y Molina y su familia, núm. 27 (afío 1981), pp. 239-259. CLAUDAE. J. BREGUETAn: a Jourdain a la recherche du bonheur, núm. 29 (año 19831, pp. 643-849. Ad ~ e l t h o sa ; lector que a partir este momedo 10s seis estudios se-rán citados en las notas infrapaginales de manera abreviada. RUMEUA: gustín de Betancourt [2], pp. 245-262. El bisabuelo paterno, don Marcos de Betancourt y Castro, fue briga-dier de los Reales Ejércitos, desempeñando el importante cargo de go- Núm. 31 (1985) 317 4 AKTOMIO RLMEU DE ARMAS La educación del joven Agustín fue muy esmerada, distin-guiéndose por su facilidad para el conocimiento de las mate-máticas y por las dotes excepcionales para la inventiva" El propio ambiente familiar era escuela sembradora de inquietu-des vocacionales. No debemos olvidar que sii padre don Agustín de Betan-court y Castro, caballero de la Orden de Calatrava, fue uno de los más asiduos asistentes a la famosa tertulia que reunía en La Laguna de Tenerife, en el palacio de Nava, el marqués de Villanueva del Prado don Tomás de Nava Grimón y Porlier, el cenáculo cultural más importante de su tiempo en las islas Canarias. Hace años retratábamos la reunión en estos términos: «El marqués obsequiaba a su contertulios con el clásico chocolate, y luego se departía largas y largas horas ... Se hablaba de todo lo humano y lo divino: teología, filosofía, historia, literatura, etcétera; se discutía de política internacional y nacional, leyén-dose los últimos Mercurios y Gacetas llegados de Inglaterra, Francia y España ...; y cada cual lucía sus habilidades interpre-tando música, recitando poesías, leyendo ensayos, etc. A veces las reuniones adquirían un tinte de misteriosa clandestinidad: era cuando llegaban los navíos extranjeros con su contraban-do bibliográfico, y cada cual lucía sus últimas adquisiciones de libros prohibidos, con falsos tejuelos en sus encuaderna-ciones. . . » 5. Dada la precocidad del joven Agustín resulta más que pro-bable la asistencia, de la mano de su padre, a esta tertulia y a otras similares capaces de despertar sus primeras inquietudes intelectuales. El traslado del joven a Madrid ^ara cursar estudios supe-riores se data en 1778, cumplidos los veinte años de edad. Una vez instalado en la capital de España se matriculó en los Rea-bernador y capitán general de Venezuela. En 1701 ingresó en la Orden de Alcántara. Ibid., pp. 254-255. 5 A ~ ~ T O XRIUOM BUD E ARMAS: La Junta Suprema de Canarias, La Lagu-na de Tenerife, 1948, pp. XLV-XLVI. 318 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS les Estudios de San Isidro y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde adquiere sólidos conocimientos en ciencias y artes 6. 2. AGUSTÍN DE BETANCOUPRENTS IONADO EN PARÍS.I DENTIFICA-CIÓX CON LA PRIMERA ETAPA DE LA REVOLUCIÓFRNA NCESCARÍ. TICAS AL GOBIERNO DEL CONDE DE FLORIDABLANCA El estudio que acometemos hay que encuadrarlo en la his-toria de las mentalidades. Al redactarlo nos hemos planteado en torno a la personalidad de Agustín de Beancourt estas cua-trc! intermgsntvs. ;CuB! fue s~ yei?samimto? ;A q-16 idmbgiu. se adscribió? ¿Cómo se comportó en cuanto a conducta mo-ral? ¿Qué modelo de sociedad le atrajo? Contamos para nuestro objetivo con escasos pormenores, destilados de cartas y documentos, que es preciso enhebrar con sutiles hilos. Pero creemos provechoso el intento, aun conscientes de sus escollos y lagunas. En la cabecera de este breve trabajo hemos definido a Be-tancourt como un ilustrado prototípico. Y eso fue exactamente a todo lo largo de su vida, salvo un señalado período de la misma en que experimentó el influjo de la ideología de la Re-volución francesa. El cambio se va a operar en torno al año 1789, y la crisis pervivirá por espacio de una década. Agustín de Betancourt se establece en Francia, y más con-cretamente en París, entre 1784-1791, pensionado por el go-bierno español. Se va a consagrar, al frente de un equipo de científicos, a los estudios de hidráulica y mecánica en la École des Ponts et Chaussées, con objeto de proceder a la implanta-ción en España de una institución similar. A! mismv ti;r,po redacta Memm&zs zimtfficas e invmita máquinas que le abren de par en par las puertas de los Insti- ANTONIO RUMEU DE ARMAS: Ciencia y Tecnologia en la España Ilus-trada, Ediciones Turner, Madrid, 1980, pp. 29-37. Núm. 31 (1985) 319 6 ANTONIO RCMEU DE ARMBS tutos 37 Aca,demias más prestigiosos. El trato coz los sabios es su ocupación predilecta'. Los años acabados de mencionar son precisamente aque-llos en que se fue gestarido Ia Revolución francesa, para ac2- bar con el estallido estrepitoso de la misma. El país entero se conmueve coi1 la doczrina de los filósofos y pide a gritos refor-mas y cambios. La burguesía exige una participación activa en el gobierno. Betancourt no alcanzó a conocer a Voltaire, Montesquieu y Zousseau; pero se empapa de su doctrina y pensamiento. Por aquellas fechas han sucumbido asimismo Diderot y D'Alambert; sin embargo, la obra magna que diri-gieron, la EncicLopedia, es lectura obligada de cuantos comul- a gan con las nuevas ideas. Nuestro protagonista la tuvo en sus N manos reiteradamente, sirviénciole de guía para reforzar los 1 conocimientos científicos y humanísticos. n-- m El pensionado español fue testigo de los acontecimientos O E de la Revolución en la primera etapa, todavía moderada (1789- E 2 1791). No estará de más recordarlos. Convocatoria de los Es- -E tados Generales y su transformación en Asamblea Nacional 3 Constituyente; juramento del Juego de Pelota; toma de la Bas- -- 0 tilla; Declaración de los derechos del hombre; abolición de m E los privilegios nobiliarios; marcha del populacho sobre Ver- O salles y traslado de Luis XVI a París; Constitución civil del n clero; fuga del monarca y su detención en Varennes, y, por -E a último, aprobación por la Asamblea de la famosa Constitución l n de 1791. n n Ante este cúmulo de trepidantes acontecimientos saltan a la pluma estas dos interrogantes: ¿Se sintió Betancourt identi-ficado con la revolución? ¿Fue espectador simpatizante de este decisivo fenómeno histórico? Entre ambas posturas nos incli-namos abiertamente por ;a segunda. Un primer indicio, todavía leve, es su amistad con !os cien-tíficos galos integrados o simpatizantes con el proceso revolu-cionario. La lista es larga. Bailly, presidente de la Asamblea Zbid., pp. 37-100. 320 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Lavoisier, Lacepecle, Laplace, Perronet, Prony, Monge, Borda, Mechain, etc. '. Un segundo dato a tener en cuenta es su conocimiento con españoles que van a jugar un papel importante o secundario en el despliegue de los sucesos. Valga, como ejemplo, su medio paisano Francisco de Miranda, precursor de la independencia de América y general del ejército revolucionario '. A este nom-bre habría que sumar los de Teresa Cabarrús, hija del conde de Cabarrús, e1 aristócrata Andrés María Guzmán, el erudito Santibáñez, el marino Rubín de Celis, etc. l'. Mención especial hay que hacer en cuanto al trato y amis-tad de nuestro personaje con el famoso t,écnico-relojero Abra-ham Louis Breguet. Este maquinista había nacido en Suiza, acaha~c=p sr nabdrzJ:!,izaruef rac&. Ccn esfue+zu y te;lxid& admirables logró co~solidaru na industria famosa en el mundo entero. Breguet se afilió a los partidos moderados de la Revolución, pese a su condición de relojero de la Real casa, generosamente pr&@& mis x T v T I y Maria &itonista. La identificación entre el reIojero y el pensionado fue tan completa que por fuerza 1s actitud del primero se hubo de reflejar en el pensamiento y las inclinaciones del otro. Como Breguet era conterráneo y amigo de .kan Paul Marat, el san- & Ibid., pp. 40, 43, 86-88, 90-92 y 97-98. Aiv~on-ro Rurz ALVAREZ: En tomo a los Xiranda, en la revista «El -Museo Canario)), núms. 37-40 (año 19U1), pp. 209-218. ANTONIO RUIZ ÁLVAREZ: En torno al Precursor venexolano don Francis-co de Miranda, en el ((Boletín de la RPB! Acarie!2iz de !a Eisteriz::, tomo CLV (año 1964), pp. 27-60. LEOPOLDDEO L A ROSAO LIVERA: Oriunde~y linaje del «precursor» Fran-cisco de ~Wirnndae. n {(Anilariod e Estudios Atlánticos)),n úm. 14 (año 1968), pp. 497-533. DAVID vi. FERNÁNDEZ: La familia de Miranda, Caracas, 1972, pp. 5-51. El padre del precursor, don SebastlFín R?Tiranda Rave!n, hahii nzciUo, en 1721, ec el Puerto de la Cruz (Tenerife), en el seno de una familia oriunda del pueblo de Icod de los Vinos. 10 WIGUZLC P LOS SANTOOSL IVER:L OS españoles en La RevoZución fran-cesa, Madrid, 1914. 8 ANTONIO RCMEU DE ARMBS guinario y cruel demagogo, puede darse como seguro el cono-cimiento entre el español y el tristemente célebre personaje1'. La crítica despiadada de Betancourt a la gestión política de su protector el primer secretario de Estado de España, conde de Floridablanca, es otro claro indicio de desviación ideológica. Da testimonio de ella Xavier Gide, colaborador de Breguet, en una carta a su patrono de 27 de febrero de 1791. He aquí el párrafo pertinente alusivo al pensionado: ((11 parait affligé de la séverité avec laquelle le gouverne-ment fait usage de son despotisme; una seule parole sur les affaires de France attire l'exil ou l'emprison~ement; cette politique bien loin d'éloigner une révolution la pro-voquera. . . )) 12. 3. RETORKAO E SPAÑAY NUEVA PENSIÓF EN IXGLATERRCOAN. DE-NACIÓN DE LOS EXCESOS REVOLUCIOKARIOS Reclamado por el gobierno español, ante el mal cariz de los acontecimientos de Francia, Agustín de Betancourt se reinte-gro a su patria en los meses finales de 1791. Por aquellas mismas fechas el primer secretario de Estado, conde de Floridablanca, demandaba del encargado de nego-cios de España, don Domingo Iriarte, amplia información so-bre el comportamiento político de los pensionados. La respues-ta (15 de noviembre) trataba de tranquilizarle. En su opinión, los becarios trabajaban intensamente «sin asistir a tertulias, clubs o reuniones sospechosas». Sin embargo, la última recomendación de Iriarte no debe ser olvidada con vistas al futuro: «Se ha mudado tanto este )país. ..; la disipación y la corrupción de las costumbres son tales; la religión está tan despreciada; y las máximas de liber-tad desenfrenada están tan arraigadas, que arriesga mucho - 11 GARCÍA-DIEGOH:u ellas de Agustin de Betancourt [2], pp. 178-179. RCMEC: Ciencia y Tecnologia [6], p. 94. lz GARCÍA-DIEGOH:u ellas [2], p. 202. 322 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS aqui todo hombre que no viene ya formado. Por consiguiente, creo haría V. E, un servicio muy señalado al rey.. . y a la mo-narquía en disponer que, poco a poco, se fuesen distribuyendo los pensionados de París (según los estudios a que se dedi-can) en Inglaterra, Holanda, Alemania e Italia)) 13. Todos estos indicios vienen a confirmar una realidad insos-layable y una situación evidente. Agustín de Betancourt asume la dirección del Real Gabi-nete de Máquinas, emplazado en el palacio del Buen Retiro, y permanece sin interrupción en la capital de España hasta no-viembre de 1793. Encerrado en su laboratorio, dedicado a sus experimentos e invenciones, sin una ocupación precisa que realizar o acometer, el cient��fico español se siente desterrado en su propia patria. Añora el tiempo pasado, y sueña con emi-grar a Inglaterra en vista de la trágica situación de Francia, sumida en el terror 14. Las simpatías de Betancourt por el proceso revolucionario constructivo de la primera hora se han ido apagando ante el clima de anarquía y violencia en que se ve sumida Francia. El desarrollo de los acontecimientos le deja conmovido y absorto. La Gaceta de Madrid y la correspondencia de los amigos le informan puntualmente de los sucesos en loca y desenfrenada carrera. Asalto al palacio real de las Tullerías, revolución del 10 de agosto de 1792, matanzas de septiembre, elecciones para la Convención nacional, destronamiento de Luis XVI, proceso y ejecución del monarca y de su esposa, Maria Antonieta, y declaración de guerra contra España. El golpe de Estado del 2 de julio de 1793, qix t r ~cej z~o consecuencia el arresto de los diputados girondinos y su con-dena a muerte, sobrecoge aun mas el ánimo del científico. Abraham Louis Breguet, el amigo incondicional, simpatizante con aquéllos, ha tenido que buscar refugio en Suiza para sal-varse & fatidica gyj!lgtifiz. E! p a r ~ p ~ r t e cgfisigye a tr~i.-&s l3 Ibid., p. 94. Ibid., pp. 127-132 y 147-173. Núm. 31 '1985) 1 0 ANTOKIO RIICEU DE ARMAS de Juan Pahlo Marat, su conterráneo, llamado a sucum5ir días más tarde por obra del puñal homicida de Carlota Corday ''. Agustín de Betancourt entretiene sus ocios en las tertulias de la corte g en las reuaiones de la Academia de San Fernando. Entre los amigos de esta etapa hay que sesalar al erudito Juan Antonio Meljn y al comediógrafo Leandro Fernández de Mo-ratín. La correspondencia entre estos dos ilustres personajes nos brinda un nuevo indicio para ratificarnos en la ideología innovadora del inventor. Se impone señalar algunos antecedenies. Moratín se halla-ba recorriendo Europa en viaje de estudios. Durante la escala en Turín escribe a Melón, el 2 de mayo de 1975, una curiosa misiva. De ella tlanscribimos el siguiente párrxfo: ((Sentiría que Betancourt no se acordase de que queda-mos en que dexándole yo aquellos libros en Madrid, él daría orden al librero ae París para que me entregase los mismos, y me facilitaría el medio de llevarlos a España; como todo esto ha mudado ya, quisiera recordarselo para quando vuelva, pues él tiene proporción de traner quan-tos quiera, dado el caso que se haya enagenado de los que le di en ~Madrid.)) La identificacijn de las obras resulta curiosísima: ((Los libros son todo el V[oXaire]; todo el R[ousseau]; el poema de Los Jardines, del abate Lills, y no me acuerdo bien si entran en esto las fábulas de La Fontaine; todo en «petit formatn. Si hallas modo de advertirle esto, me harás favor)) Las laboriosas gestiones de Agustin de Betancourt por con-seguir una nueva pensión de estudios en Inglaterra dieron al fin sus fmtos en ei otoño de 1793. La estancia en este país, g más concretamente en Londres, se va a prolongar hasta octubre de 1796. Fueron años de intensa actividad en todos los órdenes, l5 GARCÍA-DIEGOH:u ellas d e Agus t in d e Bt eancour f [ 2 ] ,p . 178. '"R~IVIEC: Leandro Fernandex de Morutin [2], pp. 282-280. RUMEU: Ciencia y Tecnologia [N, p. 185. -4rYUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL ILUSTRADO A G L T S T ~ DE BETAXCOCRT 11 con especial dedicación a las ciencias preferidas, mecánica e hidráulica 17. La correspondencia sostenida por el ingeniero espaiíol con Abraham Louis Breguet nos sirve para conocer los secretos entresijos de la mente del primero. La carta de 10 de diciembre de 1794 es toda una confesión de sus verdaderos sentimientos. El relojero le ha participado el propósito de establecer en Inglaterra la central de su productivo riegocio. Betancourt alaba la resolución del amigo, que le permitirá reanudar la entraña-ble relación, condenando en primer término al terror de Ro-bespierre y a la propia reacción encarnada por el recién cons-tituido Directorio (julio de 1794): ;iJS "vev""u u ~"--u""i lllu ~ ~ l epraas i de r&üümer Fai-is, meme aux frontiers de France por un seul jour. Les choses sont encore tres brouillées, malgré les apparences de tran-quilité et d'humanité; et d'apres I'expérience, nous pour-rons conclure qu'elles ne resteront tres longtemps dans cet état la. Perdez tous avant de vous exposer une seconde Gr.;- .. I V l r 3 . 1 1 Por contra, Inglaterra había sabido conjugar, en su sistema de gobierno, la autoridad con la libertad: ccNe craignez pas un seul instant la moindre révolution dans ce pais ci. Le gavernement prend toutes les mesures qu'il croit justes pour ne pas exposer 1'Anglaterre aux memes calamités que la France; et d'ailleur jarnais vous aurez a craindre la moindre chose, ni pour ce que vous avez été, ni pour ce que vous &s.» La hostilidad al régimen político español, encarnado por Carlos IV y don Manuel Godoy, príncipe de la Paz, es mani-fiesta en esta hora. He aquí su exacto testimonio: «Si quelqu'idée peut trsukder mon repos, c'est elle d'imz-giner peut 6tre quelque jour je serais obligé de retourner en Espagne; mais je fais tous les efforts pour que cela I7 Ibid., PP. 176-183. Núm. 31 (1983') ANTONIO RUMEU DE ARMAS n'arrive pas, ou au moins pour le reculer tant qu'il me sera possible)) 18. El lamento puede considerarse exagerado, pues se produce bajo el infiujo de circunstancias familiares de índole peculiar, capaces de nublar sus verdaderos sentimientos. Pronto tendre-mos ocasi5n de comprobarlo lg. 4. EL ENIGMÁTICO MATRIMONIO DE BETANCOUCRONT LA INGLESA ANA JOURDAIN El matrimonio de Agustín de Betancourt con la inglesa Ana Jourdain ha pasado a ser en los últimos años el suceso más enimgático y extraño de la vida del célebre ingeniero e inventor. La primera biografía escrita sobre nuestro personaje refleja en estos términos el aconte'cimiento esponsalicio «En el curso de sus viajes tuvo ocasión de conocer en París a una señorita inglesa, de religión católica y de familia distinguida, llamada doña Ana Jourdan, con la que se casó)) 20. Este pormenor fue recogido en cuantas semblanzas biográ-ficas se' escribieron sobre el fundador de la Escuela de Inge-nieros de Caminos y Canales de Madrid, sin la más leve ex-cepción. En cuanto a la data del enlace, el año 1790 ha sido la fecha generalmente admitida 21. En estas circunstancias tuvimos la suerte de descubrir en el Archivo del Palacio Real de Madrid un documento de singu-lar valor, que nos obligó a retrasar la boda en siete años. En marzo de 1797, residiendo el inventor en el Palacio del Buen Retiro, incoa ante la autoridad eclesiástica un extraño y 18 GARCÍA-DIEGOH:u ellas de Agustin de Betancourt [2], pp. 203-205. I9 Léase particularmente el epígrafe 5. RUMEU: Ciencia y Tecnologia [6], p. 95. Archivo familiar en la villa de La Orotava. Se atribuye a su sobrino José de Betancourt y Lugo-Viña. 21 Ibid., p. 96. 326 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL ILUSTRADO AGUSTÍNDE BETATCOURT 13 paradójico expediente de soltería. Las confesiones que hace en la instancia merecen ser recogidas puntualmente: «Por cuanto me hallo en dicho estado de soltero y en aptitud de poder disponer libremente de mi persona para el matrimonio u otro; tenido y reputado en este concepto; de que puedo dar ynformación con testigos fidedignos que' me han tratado y comunicado en esta corte y en la de París y Londres, en los tiempos de mis respec-tivas residencias)) 22. En efecto, el juez de la Real Capilla, teniente vicario audi-tor e'clesiástico, llamó a declarar a cuatro íntimos amigos de Betancourt, dos de ellos paisanos y los otros dos colaborado-res: don Estanislao de Lugo y Molina, director de los Reales Estudios de San Isidro; don José Clavijo y Fajardo, director del Gabinete de Historia Natural; don Juan de Peñalver, cola-borador del Real Gabinete de Máquinas (antiguo pensionado de París), y don Bartolomé de Sureda, conserje de idéntica ins-titución (pensionado en Londres a las órdenes directas del in-ventor). Los testigos se mostraron acordes en declarar que Be-tancourt ((siempre se ha mantenido libre de toda obligación esponsalicia, y sin impedimento canónico que pueda embarazarle la elección de estado)). En vista de ello, el juez vicario don Agustín del Campo expidió auto, el 1 de abril de 1797, decla-rándolo «de estado por libre por lo respectivo al tiempo desde el año de setenta y siete al presente, para que pueda elegir el estado que más bien visto le sea» 23. Ibid., pág. 130. ARCHIVO DE PALACIROE AL:R etiro, abriI de 1797, leg. 19, núm. 45. En la instancia don Agustín se titula: acavallero de la Orden de Santia-go, capitán de Milicias de aquellas islas, director del Real Gabinete de Máquinas)). RuMEU: Agustin de Betancourt [2], pp. 279-288 y 290-294. 2.3 jbi(i7. El informe del teniente de la parroquia del Buen Retiro don Francisco Caseda merece ser reproducido: «Don Agustín de Betancourt ... ha resi-dido en este Real sitio los años de mil setecientos noventa y dos, noventa y tres y el presente de noventa y siete, en cuyo tiempo se le ha reputado y reputa por soltero y libre.. . ». Núm. 31 !1955) 327 14 ANTON:O RLMEU DE ARMAS Era tal la premura de Agustín de Betancourt (por hallarse «con Real orden para pasar inmediatamente a La Havana e isla de Cuba para asuntos del Real servicio))), que solicitó del vicario dispensarle !as tres amonestaciones, en atención a las causas que propone)). Salvado este trámite dilatorio, el matsni-monio canónico se pudo efectuar en la iglesia parroquia1 del Buen Retiro en los primeros días de abril de 1797 ''. La solución propuesta no dejaba de ofrecer serios escollos. Téngase en cuenta que el inventor había abandonado Francia en 1791 y se había radicado en Inglaterra entre 1793-1796, de donde' fue expulsado de manera conminatoria por causa de la declaración de guerra entre España y !a Gran Bretaña2'. a Con estos znteced-entes resultaba un tanto incomprensible 12 presea& & A ~ i aJ uürdailr zi; Madrid en !a fecha senalada. O ¿De' dónde procedía? ¿Da Francia? ¿De Inglaterra? ¿Cómo ha- - bía arribado a España? ¿Residía acaso en Madrid? m O E Otra conclusión se imponía de manera inapelable: retrasar el nacimiento de los hijos a unas fechas convenientes. -E 'I;lrtn nrn AT n r i C n r l n dn ln n-incfirívi n y ~ o r i r l ndl rlaroiihrimirintn 3 UDUG G I G~I G r 3 L a u u UG r a b u b ~ u i u r ~~, u w i ~ uu rv u buvuu~ ~ ~ i i r v r ruv 3 en el archivo de la familia Breguet de una carta de Agustín - para Abraham Louis, escrita en Londres el 10 de diciembre f de 1794, dio un giro insospechado al asunto, gues en la misiva declaraba tener dos hijos un trienio antes del matrimonio ca-nónico madrileño 26. n -E Los escollos aumentaron ine~perao~arnenteQ.u edaba claro. en primer término, el nacimiento de los vástagos en París con anterioridad a julio de 1791, fecha de su retorno a España con-clusa la etapa de pensionado. 3 O Cemn pnr es% fzchac m había cirio aprobada pm Ia Asam-blea Legislativa francesa la Ley de matrimonio civil, sólo que-daban para elegir dos opciones. ¿Fue Ana Jourdain su amante? 24 Ibid., pp. 277, 286 y 290-292. a:>/r~~a e:r , ~ j g9 Tpc?;nl~y.Ic[r ;], =p. 129-131. Así se comunicó, en efecto, «a cualquiera de los tenientes de cura de! Real Sitio del Buen Retiro)). 25 Ibid., PP. 74 Y 176-193. 26 GARCÍA-DIEGHOu:e llas d e Bgustin d e Betancourt [2], pp. 203-205. 328 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS $21 enlace se había verificado al margen de la ortodoxia cató-lica? La tradición familiar, los antecedentes personales, el rígido puritanismo protestante de sus mejores amigos, el matrimonio Breguet (ella Marie Louise Lhuillier) 27 nos arrastró a rechazar la primera interrogante. En el Iibro Ciencia y Tecnología en la España Ilustrada, pu-blicado en 1980, dimos por aceptable y válida la segunda: «El joven becario no pudo sustraerse a la crisis religiosa pareja a su propia evolución política. El 27 de mviembre de 1790 la Asamblea Nacional aprobaba una de sus medidas más radica-les: la Constitución civil del clero, que separó a la Iglesia fran-cesa de la obediencia de Roma. El estamento religioso se es-cinelió entonces en sacerdotes inobedientes a la reforma y en adeptos a la misma 0 juramentados. A la hora de unir sus vi-das Agustín y Ana comparecieron, con posterioridad. a la fecha indicada, ante un clérigo cismático galo, guardando sobre el particular el más riguroso de los secretos». Al adoptar esta postura era obligada una segunda determi-nación: «De la vida familiar de' nuestro protagonista el acon-tecimiento más sobresaliente se produce en abril de 1797, en que contrae matrimonio canónico con su propia cónyuge en la parroquia del Buen Retiro de Madrid. El amable Zector conoce' sobradamente las anomalías que se produjeron en la unión es-ponsalicia verificada en París en 1790. Esta delicada situación familiar se mantuvo en el más riguroso de los secretos por es-pacio de siete años. Hasta que, aconsejado por sus buenos amigos, y previa consulta con al@n canonista de pro, legalizó el anterior compromiso sirviekdose c?e la fórmula más hábil y simple: volverse a casar)) 28. Las circunstancias obligan ahora deshacer la madeja para volverla a devanar. En fecha reciente Claude A. J. Breguet, descendiente del famoso relojero, ha descubierto en el archivo familiar, una miste'riosa carta de A. Molina [Ana Jourdain] a 27 Ibid., p, 183. Este autor se anticipa a señalar este punto de vista. 28 Pp. 96-97 y 130-132. Núm. 31 (1985) 329 16 ANTONIO RUMEU DE ARMAS su amigo y protector Abraham Louis, escrita en Londres el 20 de agosto de 1793, para ser reexpedida al refugio de este últi-mo en Suiza 29. La misiva -que será inmediatamente comentada- falla para siempre la cuestión: Agustín de Betancourt y Ana Jour-dain unieron sus vidas en París, por mutuo acuerdo, de una manera un tanto singular. 5. QUIEBREAN EL COMPORTAMIENTO MORAL. ANA JOURDAIN, NMA DOUCE AMI)) Las relaciones amorosas entre Agustín de Betancourt y Ana Jourdain señalan una indiscutible quiebra en la conducta mo-ral. No se trata en ningún caso de un pasatiempo, una aven-tura, una «liaison» circunstancial. Al contrario, decidieron, con mutuo consentimiento, unir sus vidas para siempre, a espal-das de todo compromiso canónico o civil. Por esta circunstancia nos resistimos a caiiñcar a Ana 3our-dain de «amante» y proponemos al lector denominarla la «amada » . Ellos se califican a sí mismos de' amigos. En la correspon-dencia con Breguet, Ana denomina con reiteración a Agustín «notre ami». Y viceversa, el español a la anglofrancesa c(ma douce ami» 30. El estado de ánimo de Ana tras la separación de dos años impuesta por las circunstancias del momento aparece perfec-tamente reflejada en la misiva a Abraham Louis de 20 de agosto A,-, 17nC). UG .L I i l U . «Comme vous voyez, je ne suis pas encore heureuse; j'ai langui depuis si longtemps apres le bonheur, dont je dé-sespere quelquefois de jamais jouir, car par differentes circonstances le voyage de notre ami a toujours été retardé 29 Ana Jourdain [2], pp. 646-647. m Ibid., pág. 646. GARC~A-DIEGHOue: l las d e Agus t in d e Be tancour t [2], p. 205. 330 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL ILUSTRADO AGUSTÍND E BETANCOURT 17 jusqu'a présent, de manikre que quelque fois je dgsespe-rais de jamais le revoir; mais le Bon Dieu me soutient en-core mon courage, et j'espkre qu'il le soutiendra jusqu'i% la fin» 31. De Ana Jourdain es muy poco lo que se sabe. Había nacido en Kensington el 9 de noviembre de 1769, como fruto del matri-monio de Mr. Jhon Jourdain con Miss Alice Kidder 32. Ahí aca-ban todos los pormenores familiares. Ignoramos si los padres de Ana vivían en París; en el su-puesto afirmativo, cuál era el motivo de su residencia, y, en caso conrtario, qué móviles habían arrastrado a la hija a estable-cerse en la capital de Francia. Si !U,p ~ r ~tj~an j )d es hijsc, (1~r^!in~y n&!in&, -oUn U~bVlYV~V n c t n de 1791, hay que suponer que el conocimiento, la amistad y la vida en común tenía que datar, por lo menos, de 1788 ". Agustín de Betancourt se nos muestra en este período de su vida un tanto contradictorio en sus decisiones. Por un lado opta por el concubinato con todas sus consecuencias; por otro se permite solicitar del rey Carlos IV el ingreso en la Orden de Santiago, señalado por la dureza de las pruebas nobiliarias y su honda significación religiosa 34. - . 31 BREGUEATn: a Jourdain [2], p. 646. 32 RUMEUC: iencia y Tecnología [6], p. 95. F'ERNÁNDEZ ARRIESTON:u eva aportación documental [2], pp. 241-246. Téngase presente que en esa fecha -como se recordará más ade-lante- nuestro principal protagor.ista abandonó París con dirección a España. 34 ARCHIVO HIST~RICNOA CIONASLa: ntiago, expediente 1.078, año 1792. RuMEu: Agustin de Betancourt [2], pp. 257-262. Uno de los honores más altos concedidos a Betancourt fue el de caba-llero de la prestigiosa Orden de Santiago. de acuerdo con la tradicion familiar. Esta insignia aparecerá siempre como condecoraci6n en todos sus retratos. El ingreso del científico en la Orden de Santiago se produce por su propia solicitud. Residiendo en París, el 8 de marzo de 1789, remite . .-. - - - - - - . - . . - . url rnenwriai si rey Carlos iV en demarida de dicha gracia, previa invoca-ción de méritos. Entre los más sobresalientes servicios alegados cabría destacar ahallarse ha más de cinco años empleado por V.M. en la adqui-sición de máquinas y conocimient,os hidráulicos en las cortes extranjeras)). Después de cumplidos los trámites de rigor, era agraciado con el hábito de Santiago por decreto regio de 4 de junio. Núm. 31 (1985) 331 18 ANTOKIO RCMEU DE ARMAS La orden de retorno a España tuvo que ser cumplida inexo-rablemente por Betancourt, aunque ignoramos qué móviles o impedimentos obligaron 2 la pareja a adoptar una arbitraria y dolorosa resolución. Ar,a Jou-rdain, con sus hijos, se quedó re-sidiendo en París, mientras el ingeniero se afincaba en Madrid. La separación va a durar desde julio de 1791 hasta noviembre de 1793; eE total, dos a-50s largcs :'j. El inventor espafiol creía, al partir, que la separación no se-ría demasiado larga, a-inque, 3or mor del destino, el desar~ollo de los aconteslmientos retrasaron el reencuentro por encima de lo previsto. La declaración de guerra entre la Francia revo-lucionaria y 1s España monárquica se interpuso como barrera infranqueable. Por otra perte, el arresto de los girondinos y la nuida de Bre'guet a Suiza, aconsejaron a Ana Jourdain a buscar refugio en Inglaterra, su patria de nacimiento, donde !a vemos hstala-da en el verano de 1793 36. Desde Londres, el 20 d.e a.gosto, escribe una cariñosa carta a Abraham Eouis, de reconocimiento por su protección tutelar y atenciones: «Qui, soyez assuré des l'instant que j'ai su qu'il y avait quelqu'un qui parte pour Parls, je me su& empressée de vous cornmuniquer de mon heureuse arrivée aans ce pays ci. Soyez sssuré que j'ai connu trop bien le prix de votre Para convertir en realidad el honor era requisito previo la aprobación por el Consejo de Ordenes de las costosas e interminables probanzas no-biliarias, sumarnecte lentas si habían de verifcase, como era preceptivo, en las islas Cariarias. El 4 de enero de 1792, afincado ya en Madrid, soli-citó, como gracia. realizar las pruebas en la capital ccpor patria comúnx Ello le permitió -rcn el amparo de los expedientes de sus progenito-res- reducir el trimite a un mero desfile de personalidades de relieve, naturales del a.rchipi&iago, que testificaron a su "ver. De esta manerz fue admitido en la Orden de Santiago, con todos los pro~unciamient~fasv orables, en el mes de marzo de 1792. Los declararites heron José ae Medranda y Carkveo, Cristóbal Fierro g Sotomayor, Domizgo Verdugo Albiturría, José de Icaza y Botel!o, Goc-zalo Arisclo Machado y Miranda y Francisco Javier Wading. 35 RUMEU: Ciencia y Tecnología [6], pp. 74, 97, 173 y 176. 36 BREGUETA: na Jourdain [2], pp. 643-649. 332 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS amitié, et celle de votre aimable soeUr pour &re ingrate a ce point la; non, l'ingratitude est un vice dont j'espere que mon coeur ne connaitra jamaisn 37. Más adelante entretiene al relojero con simpáticos pormeno-res sobre las hijas: {{Caroline parle soiavent de vous: elle pre'nd sa soeur par la main et dit allons voir Monsieur et Madame Breguet, mais comme le voyage est un peu long, ils sont obligés de remettre l a r départ. Caroline est grandie prodigieuse-ment, et Adeline aussi, cependant a été bien malade en arrivant ici; elle se porte comrne un ange, elle est une fois plus grosse que quand nous avons quitté Paris, mais elle n'a pas encore toutes ses dermts.)) Cuando Agustín de Betancourt estuvo al tanto del arrribo a Londres de la amada gestionó del gobierno español una nueva pensión en la Gran Bretaña. La concesi6n de la misma, si bien firme, se demoró por encima de los plazos calculados. Como -A -- n -a- . .-T -n -i-i- r -d--a-.-i n- &lb-_ 81 kznt~& pr~p&iY^sd e ~reg!!pt& establece'rse en su patria, se felicitaba, en la carta que comen-tamos, sobre el próximo encuentro con Agustín y Abraham Louis. Véame sus exactas palabras: «&Ton digne ami Monsieur Breguet aura le plaisir, a ce que le compte, de rencontrer notre ami, qui parait &re décidé 2p. la fin de se trouver a Londres pour le' temps que vous devrez vous y trouvern". Ya se ha señalado con reiteración que la presencia de nues-tro principal protagonista en la capital británica se data en el me's de noviembre de 1793. Tras el encuentro feliz con su compañera e hijas, pudo en-tregarse, como siempre, a una actividad infatigable, con la mi-rada puesta en nuevas invenciones. 37 Ibid. Ana se había apresurado a comunicarle a Breguet «mon he-reuse arrivéex a Inglaterra. Por esta circunstancia, se lamenta de la pérdi-da de la misiva. 38 Ibid., pp. 646-647. Núm. 31 (1985) 333 20 ANTOSIO RUIMEU DE ARMAS De este período de su vida se conserva una carta a Breguet de 10 de diciembre de 1794 en la que exprime su contento y des-preocupada felicidad : {(Quoique pres d'une grande ville, je vis tous a fait retiré, et je me rejouis sans cesse de voir augmenter mes deux cheres enfants, de meme qu'un jardinier quand'il voit croi-tre les arbres qu'il a planté» 39. EXPEDICIÓX A GUANTÁNAMENO L A ISLA DE CCBAC. ELEBRACEIN~ N MADRIDDE L MATRIMONIO CANONICO a N E! gobierne de Carlos IV, con e1 apoyo incondirinnal de don E Manuel Godoy, príncipe de la Paz, había prestado en 1796 todo su apoyo al proyecto de llevar a cabo un vasto plan de obras E E públicas en la isla de Cuba, auspiciado por el prócer don Joa- ; quín de Santa Cruz y Cárdenas, conde de Santa Cruz de Mopox. - E El proyecto tenía como principal objetivo la colonización de la $ 5 semidesértica bahía de Guantánamo. - A esta expedición fue incorporado, como técnico de primer B E orden, Agustín Betancourt, con el encargo expreso de adquirir en Londres todo el instrumental científico de calidad que debe- E ría utilizarse en la empresa. n -E De esta manera vemos a nuestro protagonista, en el verano $ del año expresado, en plena faena de encargos y compras en los almacenes más acreditados del ramo. n El estallido de la guerra entre España y la Gran Bretaña 2 dificultó la obtención de los pasaportes, pudiendo al cabo veri-ficar la entrada en París, en unión de Ana Jourdain y los hijos, el 14 de octubre de 1796. Una vez en la capital de Francia, Betancourt se encerró en el laboratorio de Abraham Louis Bregue't para perfeccionar, con su colaboración, el telégrafo óptico, uno de los inventos más curiosos de la etapa londinense. 38 GAKC~A-DI:E HGuOe llas de Agustín de Betancourt [2], p. 204. 334 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS El imprevisto compás de espera forzó al conde de Santa Cruz de Mopox a partir para Cuba en vanguardia, no sin censu-rar el rezraso en la incorporación del técnico elegido. El arribo de nuestro protagonista a Madrid se data en la última decena de febrero de 1797. Fue precisamente por estas fechas cuando decidió contraer matrimonio canónico con Ana Jourdain 4'. Lo que no sabremos nunca es el móvil de tal resolución. ¿Se trata de una decisión espontánea de la pareja? ¿Fueron pa-rientes y amigos, en particular don Estanislao de Lugo y Mo-lina, su primo, y don José Clavijo y Fajardo, los que les forza-ron a dar este paso? ¿Les obligó a ello el ambiente rígido de la corte de España? La decisión estaba firrneriienie tornatia en los días postreros de marzo del año expresado. En el epígrafe 4 del presente estu-dio se ha resumido la Información de soltería llevada a efecto, que tuvo como remate el auto de declaración de libe'rtad perso-nal pronunciado, el 1 de abril, por el juez vicario de la Real eapi!Ia &! p!azio del mes fbetSrzl doil Agüsth del Campo. Ya se ha señalado asimismo que los contrayentes fueron dispensados de das tres amonestaciones)) por la urgencia del viaje a Cuba. El matrimonio canónico tuvo que efectuarse en la iglesia parroquia1 de Nuestra Señora de las Angustias en el Real Sitio del Buen Retiro en los primeros días de abril de 1797. Para rematar esta investigación faltaba descubrir la partida sacramental de matrimonio. Pero ésta jamás será hallada en su versión original, ya que' fue pasto de las llamas en los trágicos jnceii&ios de 1936, pieec-ui;s~i~edse Fa. revoiución. Ei archivo de la parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, de tumbo en tumbo, pasó sucesivamente al monasterio de los Jerónimos, después a la iglesia vieja de Nuestra Señora de Atocha, más tar-de a la resurrecta parroquia de las Angustias, para verse redu- a pavesas en !os di.ama,t ;.e c;s %ceses Iilenciuiiados N. RUMEU: Ciencia Tecnología 162, pp. 186-221. 41 La iglesia de las Angustias estaba ubicada en la vieja ermita de San Núm. 31 (1985) 335 22 ASTOSIO RUMEC DE ARMAS Por si los contrayentes se hubieran acogido a la fórmula de matrimonio seweto hemos indagado el caso en el archivo del arzobispado d.e Toledo, autoridad eclesiástica suprema en la corte, sin acompañamientc d.e éxito. Para acabar con el episodio matrimonial, destaqtiemos que Bentancourt quiso dejar etadcs todos los cabos. Como oficial de las Milicias canarias d.e'bió haber solicitado autorización previa al monarca para formalizar el enlace. Por las circuns-tancias que conocernos, la licencia f ~ inest ada con retraso, sién-dole al Sn concedida el 7 de octubre d.e 17974-'. Como por la fecha del casamiento canónico habían nacido las hijas Carolina y Adelina (recukrde'se que los natalicios tu-vieron que producirse en París con anterioridad a julio de 1791 '3), cabe sospechar la Legitimación de ambas por subsiguien-te matrimonio. Los -motivos atrás apuntados cierran la posi-bilidad de descubrir las pertinentes partidas. Otros dos vástagos nacieron d.espués de efectuado el enlace y una vez afincada la pareja en la capital de España. Se llama-ron Matilde y Alfonso. La primera nació en Macirid en torno al año 1801 4\ Por su parte, Alfonso vio la inz primera en la villa y corte el 15 de noviembre de 1805, siendo bautizado dos días más tarde eh la iglesia parrcquiai de Nuestra Seiíora de las Angustias 45. Antonio, en las inmediacioxes d.el Parterre del Retiro. El actual emplaza-miento es en la calle de la 3atalla de Brunete, 16. Guía de los Archivos cEe Madrid, Dirección General de Archivos, Ma-drid, 1952, pp. 534-555. El autor de esta información particular es don Gerardo Núñez. 42 E1 permiso regio fue comunicado al comandante general de Cana-rias, aon Antonio Gutierrez. El original se halla en las colecciones del Cabildo I n s ~ l a rd e Tenrrife. RUMEU. 01). cit., p. 132. Véase el epígrafe 4. 44 Sobre el nacimiento de Matilde poseemos el testimonio del colabo-rador de Betanco~r'ce n Rusia, F. F. Víguel (Vospominaiia, Moscú, 1865, V, p. 111, quien deciara que la joven tenia en 1816 ((quince años)). 45 FERNÁNDEZ ARMESTON: ueva aportación documental [2], pp. 248-249 y 234-255. Este autor transcribe la partida y la reproduce fotográficamente. 336 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 7. UNA IMPREVISIBLE PIRUETA. EL MATRIMONIO CIVIL EFECTUADO EN PARÍS, CON POSTERIORIDAD A LA UNIQN SACRAMENTAL El viaje a Cuba de Agustín de Betancourt con su esposa e hijos se vio inesperadamente truncado por e'l abordaje de un navío inglés de guerra el 9 de junio de 1797, apenas habían zarpado de La Coruña con dirección a América. En esta malhadada acción perdió el científico toda su es-pléndida biblioteca, junto con efectos y recuerdos personales de excepcional valor e interés. Desembarcados en Lisboa los pasajeros, Agustín de Betan-cgfirt reter36 8 12 cupits! & Espafia, den& p r ~ c ~ rnhht. ener ayuda oficial para rehacer su modesto patrimonio. Volvió entonces a solicitar una segunda pensión en Francia, con el simulado propósito de adquirir el instrumental cien-tífico preciso para retornar a Cuba y e1 decidido proyecto de perfeccionar el invehto del telégrafo óptico, su obsesiva pasión del momento. Consagrado a este preferente objetivo va a permanecer en Francia desde septiembre de' 1797 hasta noviembre de 1798, un año largo por tanto 46. Dos meses después del arribo comparece ante el notario de París Peau de Saint Gilles, el 30 de noviembre de 1797, para suscribir, en unión de Ana Jourdain, un documento de capitu-laciones matrimoniales. El se identifica como «Agustín de Betancourt Molina, direc-teur du Cabinet des Machines du Roy d%spagne ..., démeurant ordinairement a Madrid, en Espagne...»47E. lla como ((Arme Jourdain. . . N 48. 46 RTJMEVC: ten-ifl y Tecn.ol»gf@[ 6], p p 2?3-'2-3- 47 El inventor se titula además mapitaine de Milicie de l'isla de Te-neriffe ... ». Después añade: ((étant de présent a Paris, logé rue S. Florentin, división des Tuileries. . . ». Ana se identifica en estos términos: afille de Jean Jourdain et d'blice Kidder, sa femme, née a Kensington, prks Londres ..». Núm. 31 (19851 337 24 ANTONIO RUMEU DE ARMAS Lo que manifiesta a continuación causa auténtica sorpresa: ~Lesquels étant sur le point de contracter mariage en France, conformément a nos lois, ont arréte les conventions de leur union, ainsi qu'il suit, en la présence du ~[itoyen Abraham] Louis Breguet, horloger, ami comun»'3. En este documento Agustín de Betancourt se declara espa-ñol y residente en Madrid, ejerciendo un puesto vinculado a la Casa Real de España. Ana Jourdain era inglesa por el nacimien-to y española por el vínculo esponsalicio. Los dos saben muy bien que han de retornar al punto de partida, así que finalice la nueva pensión. ¿Qué objetivo puede tener el nuevo matrimonio civil en Francia? ¿Con qué finalidad futura lo contraen? ¿Se trata acaso de una protesta simbólica contra el matrimonio ca- a , . . rruruc;u lrupuas*w- .p-u-l- I I I I ~CLCcL-L.IV-U u2 -c l,.?. a:-,-......c.+n-n:nm9 la3 L I L ~ U I L ~ L ~ L L L L ~ ~ : Una segunda contradicción se descubre en las capitulaciones O n matrimoniales, carentes como estaban de bienes de fortuna en - m O Francia. Agustín poseía en nuestra vecina nación un molino en E E el pueblo de Saint Calais, valorado en 8.000 francos y que ren- 2 E taba 600 anuales. ¿Para qué acudir a un notario francés cuando el contrato se pudo haber efectuado ante un escribano ma- 3 drileño? Om- E En cuanto a las capitulaciones en sí mismas carecen por O completo de interés. Se fijan los bienes aportados por los cón-yuges, la dote de la novia, los bienes comunes, la partición de éstos por donación inter vivos para caso de deceso, etc., etc.'". - a Un último punto concerniente a la mentalidad de Betancourt n nos queda por abordar. Educado en un ambiente católico rígido n y fervoroso, ¿cabe sospechar una crisis de fe que le condujo 3 O al agnosticismo? Resulta imposible contestar en sentido nega-tivo o afirmativo. Pero sí se impone señalar cualquier cambio o vacilación en su comportamiento religioso. Veamos algunos acontecimientos vitales que pueden inducir a sospecha o a duda. ~ R N Á N D E Z ARMESTO, art. cit., pp. 241-246. Se reproduce el primer folio del documento. =o Ibid. 338 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS El investigador bentancuoriano Pedro García Ormaechea, estudiando la documentación conservada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ha llamado la atención sobre la circunstancia de que los escritos de Betancourt de la primera época aparecen encabezados con una cruz, pormenor que no se repite en los autógrafos posteriores a su primera estancia en París (1791) ". La admiracion por Voltaire y Rousseau y su asidua lectura debe ser tenida en cuenta como un indicio más j2. El emparejamiento con Ana Jourdain no debe valorarse como un acto inmoral, sino como una premeditada decisión amoral. No es exagerado afirmar que, en este momento de su vida, Agustín de Betancourt era partidario del amor libre. El matrimonio civil en París superpuesto al enlace canónico en Madrid produce un extraño desconcierto. Por último, el entierro de sus restos mortales en el cemen-terio luterano de Smolenski de San PeteYsburgo, a raíz de so-brevenir su muerte el 14 de julio de 1824, no deja de causar asi-mismo sorpresa. ¿Por qué no eligieron los familiares el cemen-terio católico de la capital de Rusia? A esta circunstancia se impone aBadir que en el monumento funerario no figura ni el más leve signo cristiano. Tan sólo se descubren un pedestal romano, una columna toscana y un án-fora ática, con adornos grecolatinos 53. 8. RETORNAOL REDIL ILUSTRADO. BETANCOUARL TS ERVICIO DEL DESPOTISMO Nuestro concreto objetivo está tocando a su fin. Agustín de Betancourt, con su esposa e hijas, regresó a Espa-ña a finales de 1798 contratado para instalar la primera línea telegráfica de nuestra patria, cosa que llevó a cabo con extra- - .. -, 3. - - ..! - - -, - -2 -, - -, O~UlIldI'la C;eleI-ludU. 51 Betancourt y la Academia de Bellas Artes, en ({Revista de Obras Públicas», marzo de 1964, pp. 203-205. 52 Consúltese el epígrafe 3. 53 GARCÍA-DIEGOD:e spedida a Betancourt [2], pp. 203-209. Núm. 31 (1985j 339 26 AXTOSIO RUMEU DE BRXAS Desde esa fecha hasta mayo de 1807 va a residir en Madrid integrado perfectamente en el sistema imperante. Las inquietu-des políticas de otrora se quedarán atrás, sui~idasp or comple-to en el olvido. Servirá incondicionalmente a Carlos IV y a sus ministros y de manera muy particular a don Manuel Godoy, príncipe de ;a Paz, y procurai-á con lodas su-S fue'rzas el desarro-llo económico de España, con la mirada puesta particularmente en sus caminos. Los honores y cargos lloverán sobre él a lo largo de estos nueve añcs. Intendente de Provincia y de Ejército, conseje'ro de Hacienda, comisario de Cammos, inspector general de Gami-nos, etc.. etu. a Durante el desempefio de este último cargo erigió, poco me- : Q-ue a ~"- x.p-e--r-l s-a- a,l a primera Escuela de Ii^lgeiiierus de O Caminos y Canales de España (18021, instalada en el palacio del Buen Retiro, siendo principal maestro de seis sucesivas pro- f mociones. E 2 En 1807 Agustin de Betancourt se traslada a Francia con un mai disimulaao permiso. La reaiidaci es que teme ei estaiiido 5 de una revolución, y quiere ponerse a salvo en unión de su fa- % milia. El mal gobierno de Godoy, la desunión en el seno de la familia real y la egoísta y perturbadora alianza con Napoleón arrastran al país por un auténtico despeñadero. n Hallándose en París en l8C8 le sorprende el estallido de la k guerra de Ia Independencia contra el corso traidor, circunstan-cia que le obliga a trasladarse a Rusia para entrar al servicio del déspota Alejandro 1 5i. 3 O Una vez instalado en San Petersburgo siente reavivarse' su adormecido patriotismo, y escribe una carta al conde de Flori-dablanca, el 21 de diciembre del aEu expresado, repleta de' diti-r amb o~p ara la persona y de fe en la victoria. El protector de anteayer; el político denostado de otrora, se ha convertido en idolo reverenciado. De ia misiva caben desta-car estos párrafos: M RUXEC: Ciencia y Tecnologia [6], pp. 355-363 y 368-373. 340 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS «Mi estimadisirno y venerado protector: he' sabido que V. E. se halla presidiendo la Junta de Gobierno de nues-tra nación, y esta noticia ha llenado mi corazón de gozo, pues me asegura que, guiada por V. E., saldrá por fin vic-toriosa y triunfará contra los exércitos del desolador del Universo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hallándome cargado de familia, debiendo, como buen padre, procurarle su subsistencia ..., me vine aquí, donde este Emperador me ha acojido del modo mas hoqorífico y lisonjero que' podía esperar. Los asuntos que quiere en-cargarme S. M. los trato directamente con él; como a su mesa con frecuencia y cada vez que quiere. Me ha dado el grado de general mayor; me paga una magnífica casa -T M,-. A#. -.*:.A&- -;1 W.-klfi" n.-...#.lAn m n - k w n +nan l* -n y LLLG ua VGILILC: 11111 IULJLWU allualc;i3, y DVMIC: I,WUWIG 1 1 1 ~ - rezco la mayor confianza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Nada deseo con más ansia sino el que se compongan las cosas, de modo que nuestra desgraciada patria pueda recobrar su legítimo soberano; entonces no habrá recom-pensas ni promesas que me impidan ir a servirle el resto de mis días, como se lo hice saber a S. M. antes de mi sa-lida de París. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Dispénseme V. E. que le haya distraído su atención con esta carta tan familiar; pero el cariño de padre que, en todos tiempos, me' ha manifestado V. E., me ha animado a ello, y me asegura que V. E. no llebará a mal que le rei-tere mi reconocimiento por los muchos favores que siem- pre le he merecido.. .) ) 55. Agustín de Betancourt sirvió siempre a la causa de España en Rusia; pero nunca tuvo valor para romper amarras y re-gresar. El afamado técnico e inventor vivirá expatriado en el impe-rio mosm~irita hasta SE mwrte, sdxw.le'iiida ekl 1824. C~nveL,id~ en el más perfecto ilustrado no tuvo reparos en servir al zar 55 Ibid., PP. 369-372. 28 LVTOKIO RUMEU DE ARXAS de Rusia, viva encarnación del despotismo. Allí llegó a ser te-niente general, director del cuerpo de Vías de Comunicación, director general del Depart.amento de igual nombre y fundador del Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Vías de Cornunica-ción (remedo, e'l último, de la Escuela del Buen Retiro) j6. 342 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
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Título y subtítulo | El ilustrado Agustín de Betancourt : leve cala sobre su mentalidad |
Autor principal | Rumeu de Armas, Antonio |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 31 |
Sección | Historia de las mentalidades |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1985 |
Páginas | p. 315-342 |
Materias | Betancourt y Molina, Agustín de (1758-1824) ; Biografías ; Ilustración |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1553520 Bytes |
Texto | EL ILUSTRADO AGUSTIN DE BETANCOCRT Leve cala sobre su mentalidad P O R ANTONIO RUlIMEU DE ARMAS La Ilustración española del siglo XVIII no se puede definir como una corriente de pensamiento, con una ideología precisa, aunque existan nexos y vínculos entre sus más eximios repre-sentantes dentro siempre de una línea progresista y avanzada. La Ilustración fue más bien un programa de gobierno asen-tado como puntales básicos sobre la Economía, la Filosofía y la Filantropía. Los ilustrados auspiciaron el desarrollo eco-nómico en todos los sectores: agricultura, industria, comercio, transportes, urbanismo, etc. Se preocuparon por impulsar la cultura y la ciencia en los más diversos ámbitos del saber. Y sintieron una especial inquietud por proteger a las clases más desheredadas de la sociedad, asegurándoles un trabajo digno y una tutelar seguridad frente a los riesgos inherentes a la vida. No es ésta ocasión para una exégesis detenida de planes y objetivos. Pero sí se impone señalar las líneas maestras de ac-tuación como prólogo a nuestro principal intento. Los ilustrados fueron defensores de la libertad de la activi-dad mental, sin cortapisas de ninguna especie. Todos ellos se proclamaron cdibrepensadoresn. De ahí su enemiga unanime contra la Inquisición, a la que denostaban en privado y comba- Núm. 31 (1985) 315 tían en público, cuando se hallaban protegidos por el ejercicio del poder. Se asegura que dos ministros de Carlos IV: Jovella-nos y Urquijo tuvieron el proyecto de suprimirla. Proclamaron la supremacía del Estado sobre la Iglesia, y prac-ticaron una política regalista, limitando sus facultades. cons-triñendo la jurisdicción en materia civil, reduciel~do los pri-vilegios del clero y propiciando la desamortización de bienes. La expulsi6n de los jesuitas fue un auténtico d.esafío al poder eclesiástico. En cuanto a, creencias religiosas se inclinaron por la tolerancia de cultos. Aceptaron la sociedad estamental, aunque con criterios más igualitarios, que se tradujeron en una sistemática reducción de los privilegios de la nobleza, poniendo trabas al desarrollo de m=ycrazges y v i ~ c u l ~ s . En materia económica los ilustrados practicaron un mer-cantilismo de signo liberalizante, sobre el cual van a asentar sus más importantes reformas agrícolas y comerciales. Más extremosos se compmtarcn con la actividad artecanal, -p77u-oc o n n m h o t ; n r n n ln nnn. r ) r ; r i~niAvr mr nmi n l m n c f r 6 n A n c n dnfan- L,"IIIIJL*LiIC.I V I L L a "J. S L L I I L L J L I i b I V I I 51 CillllU*, I I I V U Y . . UL-UVVU C I V L V I A sores de la libertad de trabajo. Aspectos diversos de la mentalidad ilustrada pudieran ser un comportamiento moral más laxo y progresista y una actitud crítica frente al pasado español. Sin embargo, en cuestiones políticas la impermeabilidad a la filosofía del siglo xvm y al espíritu reformador d.e la épo-ca de las luces es la nota distintiv2 y al mismo tiempo la más flagrante contrad.icción. Los ilustrados hispanos fueron parti-darios acérrimos de la monarquía absoluta, sin reservas men-tales de i~lngxnae specie. La recepción de la filosofía política dieciochesca fue muy intensa, en particular Mcntesquieu y Rousseau; pero no consi-guió calar hondo más que sobre la juventud. Los ilustrados se cerrarox: en banda, considerando sus postulados y doctrinas como 1 3 ~ < d i ~ ~ r : i mi-l~t@~icto~ - , > ? LUIS SASCHEZA GESTAE: l pensamiento político del despotismo ilus-trado, Madrid, 1333. 316 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAArTICOS EL ILUSTRADO AGUSTÍDNE BETANCOURT 3 En este ambiente cultural y político se educó Agustín de Ektancourt desde su misma pubertad '. Para refrescar la memoria del lector no estará de más re-cordarle que nuestro protagonista había nacido en el Puerto de la Cruz (isla de Tenerife) en 1758, en el seno de una familia de la nobleza media, alguno de cuyos miembros había prestado importantes servicios a la monarquía en tierras de América3. RICHARDH ERR:E spaña y la revolución del siglo XVZII, Madrid, 1964. VICENTPEA LACIAOT ARD: LOS españoles de la Ilustración, Madrid, 1964. JosÉ ANTONIOM ARAVALLLa:s tendencias de reforma política en el si-glo XVZII español, en ((Revista de Occidente», julio de 1967. JosÉ ANTONIOM ARAVALCLa:b arrús y las ideas de .reformas politica y social en el siglo XVlIZ, en ((Revista de Occidente)), diciembre de 1968. J. ~ V ~ A R X EG OULEMOy TM . LAUNAYE:l S Z ~ ~deQ l as luces, Madrid, 1969. GONZALO ANES ALVAREZ: EconomZa e I~ustracióne n la España del si-glo XVZII, Madrid, 1969. ANTONIO ELORZA: La ideologia liberal en la Ilustración española, Ma-drid, 1970. Entre los años 1968 y 1983 la revista «Anuario de Estudios Atlánti-cos » ha venido pubiicando una serie de estudios relacionados con la bio-grafía del ingeniero e inventor Agustín de Betancourt. Los seis trabajos que pasamos a enumerar nos han servido para penetrar en la intrincada «mentalidad» del afamado hombre de ciencia: ANTONIOR UMEUDE ARMASA: gustín de Betancourt, fundador de la Es-cuela de Caminos y Canales. Nuevos datos biográficos, núm. 13 (afio 1967), PP. 243-301. ANTONIO RUMN DE ARMAS: Leandro Fernández de Moratin y Agustín de Betancourt. Testimonios de una entrañable amistad, núm. 2 (año 1974), PP. 267-303. JosÉ A. GARCÍA-DIEGHOu:e llas de Agustin de Betancourt en los archi-vos Breguet, núm. 21 (año 19751, pp. 177-221. jusg A. üAi?cfn-Di~uoute spe&& u; Seiancmri, núm. 24 íaño i978), PP. 147-228. FELIPEF ERNÁNDAEZR MESTON:u eva aportación documental sobre Agus-tZn de Betancourt y Molina y su familia, núm. 27 (afío 1981), pp. 239-259. CLAUDAE. J. BREGUETAn: a Jourdain a la recherche du bonheur, núm. 29 (año 19831, pp. 643-849. Ad ~ e l t h o sa ; lector que a partir este momedo 10s seis estudios se-rán citados en las notas infrapaginales de manera abreviada. RUMEUA: gustín de Betancourt [2], pp. 245-262. El bisabuelo paterno, don Marcos de Betancourt y Castro, fue briga-dier de los Reales Ejércitos, desempeñando el importante cargo de go- Núm. 31 (1985) 317 4 AKTOMIO RLMEU DE ARMAS La educación del joven Agustín fue muy esmerada, distin-guiéndose por su facilidad para el conocimiento de las mate-máticas y por las dotes excepcionales para la inventiva" El propio ambiente familiar era escuela sembradora de inquietu-des vocacionales. No debemos olvidar que sii padre don Agustín de Betan-court y Castro, caballero de la Orden de Calatrava, fue uno de los más asiduos asistentes a la famosa tertulia que reunía en La Laguna de Tenerife, en el palacio de Nava, el marqués de Villanueva del Prado don Tomás de Nava Grimón y Porlier, el cenáculo cultural más importante de su tiempo en las islas Canarias. Hace años retratábamos la reunión en estos términos: «El marqués obsequiaba a su contertulios con el clásico chocolate, y luego se departía largas y largas horas ... Se hablaba de todo lo humano y lo divino: teología, filosofía, historia, literatura, etcétera; se discutía de política internacional y nacional, leyén-dose los últimos Mercurios y Gacetas llegados de Inglaterra, Francia y España ...; y cada cual lucía sus habilidades interpre-tando música, recitando poesías, leyendo ensayos, etc. A veces las reuniones adquirían un tinte de misteriosa clandestinidad: era cuando llegaban los navíos extranjeros con su contraban-do bibliográfico, y cada cual lucía sus últimas adquisiciones de libros prohibidos, con falsos tejuelos en sus encuaderna-ciones. . . » 5. Dada la precocidad del joven Agustín resulta más que pro-bable la asistencia, de la mano de su padre, a esta tertulia y a otras similares capaces de despertar sus primeras inquietudes intelectuales. El traslado del joven a Madrid ^ara cursar estudios supe-riores se data en 1778, cumplidos los veinte años de edad. Una vez instalado en la capital de España se matriculó en los Rea-bernador y capitán general de Venezuela. En 1701 ingresó en la Orden de Alcántara. Ibid., pp. 254-255. 5 A ~ ~ T O XRIUOM BUD E ARMAS: La Junta Suprema de Canarias, La Lagu-na de Tenerife, 1948, pp. XLV-XLVI. 318 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS les Estudios de San Isidro y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde adquiere sólidos conocimientos en ciencias y artes 6. 2. AGUSTÍN DE BETANCOUPRENTS IONADO EN PARÍS.I DENTIFICA-CIÓX CON LA PRIMERA ETAPA DE LA REVOLUCIÓFRNA NCESCARÍ. TICAS AL GOBIERNO DEL CONDE DE FLORIDABLANCA El estudio que acometemos hay que encuadrarlo en la his-toria de las mentalidades. Al redactarlo nos hemos planteado en torno a la personalidad de Agustín de Beancourt estas cua-trc! intermgsntvs. ;CuB! fue s~ yei?samimto? ;A q-16 idmbgiu. se adscribió? ¿Cómo se comportó en cuanto a conducta mo-ral? ¿Qué modelo de sociedad le atrajo? Contamos para nuestro objetivo con escasos pormenores, destilados de cartas y documentos, que es preciso enhebrar con sutiles hilos. Pero creemos provechoso el intento, aun conscientes de sus escollos y lagunas. En la cabecera de este breve trabajo hemos definido a Be-tancourt como un ilustrado prototípico. Y eso fue exactamente a todo lo largo de su vida, salvo un señalado período de la misma en que experimentó el influjo de la ideología de la Re-volución francesa. El cambio se va a operar en torno al año 1789, y la crisis pervivirá por espacio de una década. Agustín de Betancourt se establece en Francia, y más con-cretamente en París, entre 1784-1791, pensionado por el go-bierno español. Se va a consagrar, al frente de un equipo de científicos, a los estudios de hidráulica y mecánica en la École des Ponts et Chaussées, con objeto de proceder a la implanta-ción en España de una institución similar. A! mismv ti;r,po redacta Memm&zs zimtfficas e invmita máquinas que le abren de par en par las puertas de los Insti- ANTONIO RUMEU DE ARMAS: Ciencia y Tecnologia en la España Ilus-trada, Ediciones Turner, Madrid, 1980, pp. 29-37. Núm. 31 (1985) 319 6 ANTONIO RCMEU DE ARMBS tutos 37 Aca,demias más prestigiosos. El trato coz los sabios es su ocupación predilecta'. Los años acabados de mencionar son precisamente aque-llos en que se fue gestarido Ia Revolución francesa, para ac2- bar con el estallido estrepitoso de la misma. El país entero se conmueve coi1 la doczrina de los filósofos y pide a gritos refor-mas y cambios. La burguesía exige una participación activa en el gobierno. Betancourt no alcanzó a conocer a Voltaire, Montesquieu y Zousseau; pero se empapa de su doctrina y pensamiento. Por aquellas fechas han sucumbido asimismo Diderot y D'Alambert; sin embargo, la obra magna que diri-gieron, la EncicLopedia, es lectura obligada de cuantos comul- a gan con las nuevas ideas. Nuestro protagonista la tuvo en sus N manos reiteradamente, sirviénciole de guía para reforzar los 1 conocimientos científicos y humanísticos. n-- m El pensionado español fue testigo de los acontecimientos O E de la Revolución en la primera etapa, todavía moderada (1789- E 2 1791). No estará de más recordarlos. Convocatoria de los Es- -E tados Generales y su transformación en Asamblea Nacional 3 Constituyente; juramento del Juego de Pelota; toma de la Bas- -- 0 tilla; Declaración de los derechos del hombre; abolición de m E los privilegios nobiliarios; marcha del populacho sobre Ver- O salles y traslado de Luis XVI a París; Constitución civil del n clero; fuga del monarca y su detención en Varennes, y, por -E a último, aprobación por la Asamblea de la famosa Constitución l n de 1791. n n Ante este cúmulo de trepidantes acontecimientos saltan a la pluma estas dos interrogantes: ¿Se sintió Betancourt identi-ficado con la revolución? ¿Fue espectador simpatizante de este decisivo fenómeno histórico? Entre ambas posturas nos incli-namos abiertamente por ;a segunda. Un primer indicio, todavía leve, es su amistad con !os cien-tíficos galos integrados o simpatizantes con el proceso revolu-cionario. La lista es larga. Bailly, presidente de la Asamblea Zbid., pp. 37-100. 320 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Lavoisier, Lacepecle, Laplace, Perronet, Prony, Monge, Borda, Mechain, etc. '. Un segundo dato a tener en cuenta es su conocimiento con españoles que van a jugar un papel importante o secundario en el despliegue de los sucesos. Valga, como ejemplo, su medio paisano Francisco de Miranda, precursor de la independencia de América y general del ejército revolucionario '. A este nom-bre habría que sumar los de Teresa Cabarrús, hija del conde de Cabarrús, e1 aristócrata Andrés María Guzmán, el erudito Santibáñez, el marino Rubín de Celis, etc. l'. Mención especial hay que hacer en cuanto al trato y amis-tad de nuestro personaje con el famoso t,écnico-relojero Abra-ham Louis Breguet. Este maquinista había nacido en Suiza, acaha~c=p sr nabdrzJ:!,izaruef rac&. Ccn esfue+zu y te;lxid& admirables logró co~solidaru na industria famosa en el mundo entero. Breguet se afilió a los partidos moderados de la Revolución, pese a su condición de relojero de la Real casa, generosamente pr&@& mis x T v T I y Maria &itonista. La identificación entre el reIojero y el pensionado fue tan completa que por fuerza 1s actitud del primero se hubo de reflejar en el pensamiento y las inclinaciones del otro. Como Breguet era conterráneo y amigo de .kan Paul Marat, el san- & Ibid., pp. 40, 43, 86-88, 90-92 y 97-98. Aiv~on-ro Rurz ALVAREZ: En tomo a los Xiranda, en la revista «El -Museo Canario)), núms. 37-40 (año 19U1), pp. 209-218. ANTONIO RUIZ ÁLVAREZ: En torno al Precursor venexolano don Francis-co de Miranda, en el ((Boletín de la RPB! Acarie!2iz de !a Eisteriz::, tomo CLV (año 1964), pp. 27-60. LEOPOLDDEO L A ROSAO LIVERA: Oriunde~y linaje del «precursor» Fran-cisco de ~Wirnndae. n {(Anilariod e Estudios Atlánticos)),n úm. 14 (año 1968), pp. 497-533. DAVID vi. FERNÁNDEZ: La familia de Miranda, Caracas, 1972, pp. 5-51. El padre del precursor, don SebastlFín R?Tiranda Rave!n, hahii nzciUo, en 1721, ec el Puerto de la Cruz (Tenerife), en el seno de una familia oriunda del pueblo de Icod de los Vinos. 10 WIGUZLC P LOS SANTOOSL IVER:L OS españoles en La RevoZución fran-cesa, Madrid, 1914. 8 ANTONIO RCMEU DE ARMBS guinario y cruel demagogo, puede darse como seguro el cono-cimiento entre el español y el tristemente célebre personaje1'. La crítica despiadada de Betancourt a la gestión política de su protector el primer secretario de Estado de España, conde de Floridablanca, es otro claro indicio de desviación ideológica. Da testimonio de ella Xavier Gide, colaborador de Breguet, en una carta a su patrono de 27 de febrero de 1791. He aquí el párrafo pertinente alusivo al pensionado: ((11 parait affligé de la séverité avec laquelle le gouverne-ment fait usage de son despotisme; una seule parole sur les affaires de France attire l'exil ou l'emprison~ement; cette politique bien loin d'éloigner une révolution la pro-voquera. . . )) 12. 3. RETORKAO E SPAÑAY NUEVA PENSIÓF EN IXGLATERRCOAN. DE-NACIÓN DE LOS EXCESOS REVOLUCIOKARIOS Reclamado por el gobierno español, ante el mal cariz de los acontecimientos de Francia, Agustín de Betancourt se reinte-gro a su patria en los meses finales de 1791. Por aquellas mismas fechas el primer secretario de Estado, conde de Floridablanca, demandaba del encargado de nego-cios de España, don Domingo Iriarte, amplia información so-bre el comportamiento político de los pensionados. La respues-ta (15 de noviembre) trataba de tranquilizarle. En su opinión, los becarios trabajaban intensamente «sin asistir a tertulias, clubs o reuniones sospechosas». Sin embargo, la última recomendación de Iriarte no debe ser olvidada con vistas al futuro: «Se ha mudado tanto este )país. ..; la disipación y la corrupción de las costumbres son tales; la religión está tan despreciada; y las máximas de liber-tad desenfrenada están tan arraigadas, que arriesga mucho - 11 GARCÍA-DIEGOH:u ellas de Agustin de Betancourt [2], pp. 178-179. RCMEC: Ciencia y Tecnologia [6], p. 94. lz GARCÍA-DIEGOH:u ellas [2], p. 202. 322 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS aqui todo hombre que no viene ya formado. Por consiguiente, creo haría V. E, un servicio muy señalado al rey.. . y a la mo-narquía en disponer que, poco a poco, se fuesen distribuyendo los pensionados de París (según los estudios a que se dedi-can) en Inglaterra, Holanda, Alemania e Italia)) 13. Todos estos indicios vienen a confirmar una realidad insos-layable y una situación evidente. Agustín de Betancourt asume la dirección del Real Gabi-nete de Máquinas, emplazado en el palacio del Buen Retiro, y permanece sin interrupción en la capital de España hasta no-viembre de 1793. Encerrado en su laboratorio, dedicado a sus experimentos e invenciones, sin una ocupación precisa que realizar o acometer, el cient��fico español se siente desterrado en su propia patria. Añora el tiempo pasado, y sueña con emi-grar a Inglaterra en vista de la trágica situación de Francia, sumida en el terror 14. Las simpatías de Betancourt por el proceso revolucionario constructivo de la primera hora se han ido apagando ante el clima de anarquía y violencia en que se ve sumida Francia. El desarrollo de los acontecimientos le deja conmovido y absorto. La Gaceta de Madrid y la correspondencia de los amigos le informan puntualmente de los sucesos en loca y desenfrenada carrera. Asalto al palacio real de las Tullerías, revolución del 10 de agosto de 1792, matanzas de septiembre, elecciones para la Convención nacional, destronamiento de Luis XVI, proceso y ejecución del monarca y de su esposa, Maria Antonieta, y declaración de guerra contra España. El golpe de Estado del 2 de julio de 1793, qix t r ~cej z~o consecuencia el arresto de los diputados girondinos y su con-dena a muerte, sobrecoge aun mas el ánimo del científico. Abraham Louis Breguet, el amigo incondicional, simpatizante con aquéllos, ha tenido que buscar refugio en Suiza para sal-varse & fatidica gyj!lgtifiz. E! p a r ~ p ~ r t e cgfisigye a tr~i.-&s l3 Ibid., p. 94. Ibid., pp. 127-132 y 147-173. Núm. 31 '1985) 1 0 ANTOKIO RIICEU DE ARMAS de Juan Pahlo Marat, su conterráneo, llamado a sucum5ir días más tarde por obra del puñal homicida de Carlota Corday ''. Agustín de Betancourt entretiene sus ocios en las tertulias de la corte g en las reuaiones de la Academia de San Fernando. Entre los amigos de esta etapa hay que sesalar al erudito Juan Antonio Meljn y al comediógrafo Leandro Fernández de Mo-ratín. La correspondencia entre estos dos ilustres personajes nos brinda un nuevo indicio para ratificarnos en la ideología innovadora del inventor. Se impone señalar algunos antecedenies. Moratín se halla-ba recorriendo Europa en viaje de estudios. Durante la escala en Turín escribe a Melón, el 2 de mayo de 1975, una curiosa misiva. De ella tlanscribimos el siguiente párrxfo: ((Sentiría que Betancourt no se acordase de que queda-mos en que dexándole yo aquellos libros en Madrid, él daría orden al librero ae París para que me entregase los mismos, y me facilitaría el medio de llevarlos a España; como todo esto ha mudado ya, quisiera recordarselo para quando vuelva, pues él tiene proporción de traner quan-tos quiera, dado el caso que se haya enagenado de los que le di en ~Madrid.)) La identificacijn de las obras resulta curiosísima: ((Los libros son todo el V[oXaire]; todo el R[ousseau]; el poema de Los Jardines, del abate Lills, y no me acuerdo bien si entran en esto las fábulas de La Fontaine; todo en «petit formatn. Si hallas modo de advertirle esto, me harás favor)) Las laboriosas gestiones de Agustin de Betancourt por con-seguir una nueva pensión de estudios en Inglaterra dieron al fin sus fmtos en ei otoño de 1793. La estancia en este país, g más concretamente en Londres, se va a prolongar hasta octubre de 1796. Fueron años de intensa actividad en todos los órdenes, l5 GARCÍA-DIEGOH:u ellas d e Agus t in d e Bt eancour f [ 2 ] ,p . 178. '"R~IVIEC: Leandro Fernandex de Morutin [2], pp. 282-280. RUMEU: Ciencia y Tecnologia [N, p. 185. -4rYUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL ILUSTRADO A G L T S T ~ DE BETAXCOCRT 11 con especial dedicación a las ciencias preferidas, mecánica e hidráulica 17. La correspondencia sostenida por el ingeniero espaiíol con Abraham Louis Breguet nos sirve para conocer los secretos entresijos de la mente del primero. La carta de 10 de diciembre de 1794 es toda una confesión de sus verdaderos sentimientos. El relojero le ha participado el propósito de establecer en Inglaterra la central de su productivo riegocio. Betancourt alaba la resolución del amigo, que le permitirá reanudar la entraña-ble relación, condenando en primer término al terror de Ro-bespierre y a la propia reacción encarnada por el recién cons-tituido Directorio (julio de 1794): ;iJS "vev""u u ~"--u""i lllu ~ ~ l epraas i de r&üümer Fai-is, meme aux frontiers de France por un seul jour. Les choses sont encore tres brouillées, malgré les apparences de tran-quilité et d'humanité; et d'apres I'expérience, nous pour-rons conclure qu'elles ne resteront tres longtemps dans cet état la. Perdez tous avant de vous exposer une seconde Gr.;- .. I V l r 3 . 1 1 Por contra, Inglaterra había sabido conjugar, en su sistema de gobierno, la autoridad con la libertad: ccNe craignez pas un seul instant la moindre révolution dans ce pais ci. Le gavernement prend toutes les mesures qu'il croit justes pour ne pas exposer 1'Anglaterre aux memes calamités que la France; et d'ailleur jarnais vous aurez a craindre la moindre chose, ni pour ce que vous avez été, ni pour ce que vous &s.» La hostilidad al régimen político español, encarnado por Carlos IV y don Manuel Godoy, príncipe de la Paz, es mani-fiesta en esta hora. He aquí su exacto testimonio: «Si quelqu'idée peut trsukder mon repos, c'est elle d'imz-giner peut 6tre quelque jour je serais obligé de retourner en Espagne; mais je fais tous les efforts pour que cela I7 Ibid., PP. 176-183. Núm. 31 (1983') ANTONIO RUMEU DE ARMAS n'arrive pas, ou au moins pour le reculer tant qu'il me sera possible)) 18. El lamento puede considerarse exagerado, pues se produce bajo el infiujo de circunstancias familiares de índole peculiar, capaces de nublar sus verdaderos sentimientos. Pronto tendre-mos ocasi5n de comprobarlo lg. 4. EL ENIGMÁTICO MATRIMONIO DE BETANCOUCRONT LA INGLESA ANA JOURDAIN El matrimonio de Agustín de Betancourt con la inglesa Ana Jourdain ha pasado a ser en los últimos años el suceso más enimgático y extraño de la vida del célebre ingeniero e inventor. La primera biografía escrita sobre nuestro personaje refleja en estos términos el aconte'cimiento esponsalicio «En el curso de sus viajes tuvo ocasión de conocer en París a una señorita inglesa, de religión católica y de familia distinguida, llamada doña Ana Jourdan, con la que se casó)) 20. Este pormenor fue recogido en cuantas semblanzas biográ-ficas se' escribieron sobre el fundador de la Escuela de Inge-nieros de Caminos y Canales de Madrid, sin la más leve ex-cepción. En cuanto a la data del enlace, el año 1790 ha sido la fecha generalmente admitida 21. En estas circunstancias tuvimos la suerte de descubrir en el Archivo del Palacio Real de Madrid un documento de singu-lar valor, que nos obligó a retrasar la boda en siete años. En marzo de 1797, residiendo el inventor en el Palacio del Buen Retiro, incoa ante la autoridad eclesiástica un extraño y 18 GARCÍA-DIEGOH:u ellas de Agustin de Betancourt [2], pp. 203-205. I9 Léase particularmente el epígrafe 5. RUMEU: Ciencia y Tecnologia [6], p. 95. Archivo familiar en la villa de La Orotava. Se atribuye a su sobrino José de Betancourt y Lugo-Viña. 21 Ibid., p. 96. 326 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL ILUSTRADO AGUSTÍNDE BETATCOURT 13 paradójico expediente de soltería. Las confesiones que hace en la instancia merecen ser recogidas puntualmente: «Por cuanto me hallo en dicho estado de soltero y en aptitud de poder disponer libremente de mi persona para el matrimonio u otro; tenido y reputado en este concepto; de que puedo dar ynformación con testigos fidedignos que' me han tratado y comunicado en esta corte y en la de París y Londres, en los tiempos de mis respec-tivas residencias)) 22. En efecto, el juez de la Real Capilla, teniente vicario audi-tor e'clesiástico, llamó a declarar a cuatro íntimos amigos de Betancourt, dos de ellos paisanos y los otros dos colaborado-res: don Estanislao de Lugo y Molina, director de los Reales Estudios de San Isidro; don José Clavijo y Fajardo, director del Gabinete de Historia Natural; don Juan de Peñalver, cola-borador del Real Gabinete de Máquinas (antiguo pensionado de París), y don Bartolomé de Sureda, conserje de idéntica ins-titución (pensionado en Londres a las órdenes directas del in-ventor). Los testigos se mostraron acordes en declarar que Be-tancourt ((siempre se ha mantenido libre de toda obligación esponsalicia, y sin impedimento canónico que pueda embarazarle la elección de estado)). En vista de ello, el juez vicario don Agustín del Campo expidió auto, el 1 de abril de 1797, decla-rándolo «de estado por libre por lo respectivo al tiempo desde el año de setenta y siete al presente, para que pueda elegir el estado que más bien visto le sea» 23. Ibid., pág. 130. ARCHIVO DE PALACIROE AL:R etiro, abriI de 1797, leg. 19, núm. 45. En la instancia don Agustín se titula: acavallero de la Orden de Santia-go, capitán de Milicias de aquellas islas, director del Real Gabinete de Máquinas)). RuMEU: Agustin de Betancourt [2], pp. 279-288 y 290-294. 2.3 jbi(i7. El informe del teniente de la parroquia del Buen Retiro don Francisco Caseda merece ser reproducido: «Don Agustín de Betancourt ... ha resi-dido en este Real sitio los años de mil setecientos noventa y dos, noventa y tres y el presente de noventa y siete, en cuyo tiempo se le ha reputado y reputa por soltero y libre.. . ». Núm. 31 !1955) 327 14 ANTON:O RLMEU DE ARMAS Era tal la premura de Agustín de Betancourt (por hallarse «con Real orden para pasar inmediatamente a La Havana e isla de Cuba para asuntos del Real servicio))), que solicitó del vicario dispensarle !as tres amonestaciones, en atención a las causas que propone)). Salvado este trámite dilatorio, el matsni-monio canónico se pudo efectuar en la iglesia parroquia1 del Buen Retiro en los primeros días de abril de 1797 ''. La solución propuesta no dejaba de ofrecer serios escollos. Téngase en cuenta que el inventor había abandonado Francia en 1791 y se había radicado en Inglaterra entre 1793-1796, de donde' fue expulsado de manera conminatoria por causa de la declaración de guerra entre España y !a Gran Bretaña2'. a Con estos znteced-entes resultaba un tanto incomprensible 12 presea& & A ~ i aJ uürdailr zi; Madrid en !a fecha senalada. O ¿De' dónde procedía? ¿Da Francia? ¿De Inglaterra? ¿Cómo ha- - bía arribado a España? ¿Residía acaso en Madrid? m O E Otra conclusión se imponía de manera inapelable: retrasar el nacimiento de los hijos a unas fechas convenientes. -E 'I;lrtn nrn AT n r i C n r l n dn ln n-incfirívi n y ~ o r i r l ndl rlaroiihrimirintn 3 UDUG G I G~I G r 3 L a u u UG r a b u b ~ u i u r ~~, u w i ~ uu rv u buvuu~ ~ ~ i i r v r ruv 3 en el archivo de la familia Breguet de una carta de Agustín - para Abraham Louis, escrita en Londres el 10 de diciembre f de 1794, dio un giro insospechado al asunto, gues en la misiva declaraba tener dos hijos un trienio antes del matrimonio ca-nónico madrileño 26. n -E Los escollos aumentaron ine~perao~arnenteQ.u edaba claro. en primer término, el nacimiento de los vástagos en París con anterioridad a julio de 1791, fecha de su retorno a España con-clusa la etapa de pensionado. 3 O Cemn pnr es% fzchac m había cirio aprobada pm Ia Asam-blea Legislativa francesa la Ley de matrimonio civil, sólo que-daban para elegir dos opciones. ¿Fue Ana Jourdain su amante? 24 Ibid., pp. 277, 286 y 290-292. a:>/r~~a e:r , ~ j g9 Tpc?;nl~y.Ic[r ;], =p. 129-131. Así se comunicó, en efecto, «a cualquiera de los tenientes de cura de! Real Sitio del Buen Retiro)). 25 Ibid., PP. 74 Y 176-193. 26 GARCÍA-DIEGHOu:e llas d e Bgustin d e Betancourt [2], pp. 203-205. 328 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS $21 enlace se había verificado al margen de la ortodoxia cató-lica? La tradición familiar, los antecedentes personales, el rígido puritanismo protestante de sus mejores amigos, el matrimonio Breguet (ella Marie Louise Lhuillier) 27 nos arrastró a rechazar la primera interrogante. En el Iibro Ciencia y Tecnología en la España Ilustrada, pu-blicado en 1980, dimos por aceptable y válida la segunda: «El joven becario no pudo sustraerse a la crisis religiosa pareja a su propia evolución política. El 27 de mviembre de 1790 la Asamblea Nacional aprobaba una de sus medidas más radica-les: la Constitución civil del clero, que separó a la Iglesia fran-cesa de la obediencia de Roma. El estamento religioso se es-cinelió entonces en sacerdotes inobedientes a la reforma y en adeptos a la misma 0 juramentados. A la hora de unir sus vi-das Agustín y Ana comparecieron, con posterioridad. a la fecha indicada, ante un clérigo cismático galo, guardando sobre el particular el más riguroso de los secretos». Al adoptar esta postura era obligada una segunda determi-nación: «De la vida familiar de' nuestro protagonista el acon-tecimiento más sobresaliente se produce en abril de 1797, en que contrae matrimonio canónico con su propia cónyuge en la parroquia del Buen Retiro de Madrid. El amable Zector conoce' sobradamente las anomalías que se produjeron en la unión es-ponsalicia verificada en París en 1790. Esta delicada situación familiar se mantuvo en el más riguroso de los secretos por es-pacio de siete años. Hasta que, aconsejado por sus buenos amigos, y previa consulta con al@n canonista de pro, legalizó el anterior compromiso sirviekdose c?e la fórmula más hábil y simple: volverse a casar)) 28. Las circunstancias obligan ahora deshacer la madeja para volverla a devanar. En fecha reciente Claude A. J. Breguet, descendiente del famoso relojero, ha descubierto en el archivo familiar, una miste'riosa carta de A. Molina [Ana Jourdain] a 27 Ibid., p, 183. Este autor se anticipa a señalar este punto de vista. 28 Pp. 96-97 y 130-132. Núm. 31 (1985) 329 16 ANTONIO RUMEU DE ARMAS su amigo y protector Abraham Louis, escrita en Londres el 20 de agosto de 1793, para ser reexpedida al refugio de este últi-mo en Suiza 29. La misiva -que será inmediatamente comentada- falla para siempre la cuestión: Agustín de Betancourt y Ana Jour-dain unieron sus vidas en París, por mutuo acuerdo, de una manera un tanto singular. 5. QUIEBREAN EL COMPORTAMIENTO MORAL. ANA JOURDAIN, NMA DOUCE AMI)) Las relaciones amorosas entre Agustín de Betancourt y Ana Jourdain señalan una indiscutible quiebra en la conducta mo-ral. No se trata en ningún caso de un pasatiempo, una aven-tura, una «liaison» circunstancial. Al contrario, decidieron, con mutuo consentimiento, unir sus vidas para siempre, a espal-das de todo compromiso canónico o civil. Por esta circunstancia nos resistimos a caiiñcar a Ana 3our-dain de «amante» y proponemos al lector denominarla la «amada » . Ellos se califican a sí mismos de' amigos. En la correspon-dencia con Breguet, Ana denomina con reiteración a Agustín «notre ami». Y viceversa, el español a la anglofrancesa c(ma douce ami» 30. El estado de ánimo de Ana tras la separación de dos años impuesta por las circunstancias del momento aparece perfec-tamente reflejada en la misiva a Abraham Louis de 20 de agosto A,-, 17nC). UG .L I i l U . «Comme vous voyez, je ne suis pas encore heureuse; j'ai langui depuis si longtemps apres le bonheur, dont je dé-sespere quelquefois de jamais jouir, car par differentes circonstances le voyage de notre ami a toujours été retardé 29 Ana Jourdain [2], pp. 646-647. m Ibid., pág. 646. GARC~A-DIEGHOue: l las d e Agus t in d e Be tancour t [2], p. 205. 330 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL ILUSTRADO AGUSTÍND E BETANCOURT 17 jusqu'a présent, de manikre que quelque fois je dgsespe-rais de jamais le revoir; mais le Bon Dieu me soutient en-core mon courage, et j'espkre qu'il le soutiendra jusqu'i% la fin» 31. De Ana Jourdain es muy poco lo que se sabe. Había nacido en Kensington el 9 de noviembre de 1769, como fruto del matri-monio de Mr. Jhon Jourdain con Miss Alice Kidder 32. Ahí aca-ban todos los pormenores familiares. Ignoramos si los padres de Ana vivían en París; en el su-puesto afirmativo, cuál era el motivo de su residencia, y, en caso conrtario, qué móviles habían arrastrado a la hija a estable-cerse en la capital de Francia. Si !U,p ~ r ~tj~an j )d es hijsc, (1~r^!in~y n&!in&, -oUn U~bVlYV~V n c t n de 1791, hay que suponer que el conocimiento, la amistad y la vida en común tenía que datar, por lo menos, de 1788 ". Agustín de Betancourt se nos muestra en este período de su vida un tanto contradictorio en sus decisiones. Por un lado opta por el concubinato con todas sus consecuencias; por otro se permite solicitar del rey Carlos IV el ingreso en la Orden de Santiago, señalado por la dureza de las pruebas nobiliarias y su honda significación religiosa 34. - . 31 BREGUEATn: a Jourdain [2], p. 646. 32 RUMEUC: iencia y Tecnología [6], p. 95. F'ERNÁNDEZ ARRIESTON:u eva aportación documental [2], pp. 241-246. Téngase presente que en esa fecha -como se recordará más ade-lante- nuestro principal protagor.ista abandonó París con dirección a España. 34 ARCHIVO HIST~RICNOA CIONASLa: ntiago, expediente 1.078, año 1792. RuMEu: Agustin de Betancourt [2], pp. 257-262. Uno de los honores más altos concedidos a Betancourt fue el de caba-llero de la prestigiosa Orden de Santiago. de acuerdo con la tradicion familiar. Esta insignia aparecerá siempre como condecoraci6n en todos sus retratos. El ingreso del científico en la Orden de Santiago se produce por su propia solicitud. Residiendo en París, el 8 de marzo de 1789, remite . .-. - - - - - - . - . . - . url rnenwriai si rey Carlos iV en demarida de dicha gracia, previa invoca-ción de méritos. Entre los más sobresalientes servicios alegados cabría destacar ahallarse ha más de cinco años empleado por V.M. en la adqui-sición de máquinas y conocimient,os hidráulicos en las cortes extranjeras)). Después de cumplidos los trámites de rigor, era agraciado con el hábito de Santiago por decreto regio de 4 de junio. Núm. 31 (1985) 331 18 ANTOKIO RCMEU DE ARMAS La orden de retorno a España tuvo que ser cumplida inexo-rablemente por Betancourt, aunque ignoramos qué móviles o impedimentos obligaron 2 la pareja a adoptar una arbitraria y dolorosa resolución. Ar,a Jou-rdain, con sus hijos, se quedó re-sidiendo en París, mientras el ingeniero se afincaba en Madrid. La separación va a durar desde julio de 1791 hasta noviembre de 1793; eE total, dos a-50s largcs :'j. El inventor espafiol creía, al partir, que la separación no se-ría demasiado larga, a-inque, 3or mor del destino, el desar~ollo de los aconteslmientos retrasaron el reencuentro por encima de lo previsto. La declaración de guerra entre la Francia revo-lucionaria y 1s España monárquica se interpuso como barrera infranqueable. Por otra perte, el arresto de los girondinos y la nuida de Bre'guet a Suiza, aconsejaron a Ana Jourdain a buscar refugio en Inglaterra, su patria de nacimiento, donde !a vemos hstala-da en el verano de 1793 36. Desde Londres, el 20 d.e a.gosto, escribe una cariñosa carta a Abraham Eouis, de reconocimiento por su protección tutelar y atenciones: «Qui, soyez assuré des l'instant que j'ai su qu'il y avait quelqu'un qui parte pour Parls, je me su& empressée de vous cornmuniquer de mon heureuse arrivée aans ce pays ci. Soyez sssuré que j'ai connu trop bien le prix de votre Para convertir en realidad el honor era requisito previo la aprobación por el Consejo de Ordenes de las costosas e interminables probanzas no-biliarias, sumarnecte lentas si habían de verifcase, como era preceptivo, en las islas Cariarias. El 4 de enero de 1792, afincado ya en Madrid, soli-citó, como gracia. realizar las pruebas en la capital ccpor patria comúnx Ello le permitió -rcn el amparo de los expedientes de sus progenito-res- reducir el trimite a un mero desfile de personalidades de relieve, naturales del a.rchipi&iago, que testificaron a su "ver. De esta manerz fue admitido en la Orden de Santiago, con todos los pro~unciamient~fasv orables, en el mes de marzo de 1792. Los declararites heron José ae Medranda y Carkveo, Cristóbal Fierro g Sotomayor, Domizgo Verdugo Albiturría, José de Icaza y Botel!o, Goc-zalo Arisclo Machado y Miranda y Francisco Javier Wading. 35 RUMEU: Ciencia y Tecnología [6], pp. 74, 97, 173 y 176. 36 BREGUETA: na Jourdain [2], pp. 643-649. 332 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS amitié, et celle de votre aimable soeUr pour &re ingrate a ce point la; non, l'ingratitude est un vice dont j'espere que mon coeur ne connaitra jamaisn 37. Más adelante entretiene al relojero con simpáticos pormeno-res sobre las hijas: {{Caroline parle soiavent de vous: elle pre'nd sa soeur par la main et dit allons voir Monsieur et Madame Breguet, mais comme le voyage est un peu long, ils sont obligés de remettre l a r départ. Caroline est grandie prodigieuse-ment, et Adeline aussi, cependant a été bien malade en arrivant ici; elle se porte comrne un ange, elle est une fois plus grosse que quand nous avons quitté Paris, mais elle n'a pas encore toutes ses dermts.)) Cuando Agustín de Betancourt estuvo al tanto del arrribo a Londres de la amada gestionó del gobierno español una nueva pensión en la Gran Bretaña. La concesi6n de la misma, si bien firme, se demoró por encima de los plazos calculados. Como -A -- n -a- . .-T -n -i-i- r -d--a-.-i n- &lb-_ 81 kznt~& pr~p&iY^sd e ~reg!!pt& establece'rse en su patria, se felicitaba, en la carta que comen-tamos, sobre el próximo encuentro con Agustín y Abraham Louis. Véame sus exactas palabras: «&Ton digne ami Monsieur Breguet aura le plaisir, a ce que le compte, de rencontrer notre ami, qui parait &re décidé 2p. la fin de se trouver a Londres pour le' temps que vous devrez vous y trouvern". Ya se ha señalado con reiteración que la presencia de nues-tro principal protagonista en la capital británica se data en el me's de noviembre de 1793. Tras el encuentro feliz con su compañera e hijas, pudo en-tregarse, como siempre, a una actividad infatigable, con la mi-rada puesta en nuevas invenciones. 37 Ibid. Ana se había apresurado a comunicarle a Breguet «mon he-reuse arrivéex a Inglaterra. Por esta circunstancia, se lamenta de la pérdi-da de la misiva. 38 Ibid., pp. 646-647. Núm. 31 (1985) 333 20 ANTOSIO RUIMEU DE ARMAS De este período de su vida se conserva una carta a Breguet de 10 de diciembre de 1794 en la que exprime su contento y des-preocupada felicidad : {(Quoique pres d'une grande ville, je vis tous a fait retiré, et je me rejouis sans cesse de voir augmenter mes deux cheres enfants, de meme qu'un jardinier quand'il voit croi-tre les arbres qu'il a planté» 39. EXPEDICIÓX A GUANTÁNAMENO L A ISLA DE CCBAC. ELEBRACEIN~ N MADRIDDE L MATRIMONIO CANONICO a N E! gobierne de Carlos IV, con e1 apoyo incondirinnal de don E Manuel Godoy, príncipe de la Paz, había prestado en 1796 todo su apoyo al proyecto de llevar a cabo un vasto plan de obras E E públicas en la isla de Cuba, auspiciado por el prócer don Joa- ; quín de Santa Cruz y Cárdenas, conde de Santa Cruz de Mopox. - E El proyecto tenía como principal objetivo la colonización de la $ 5 semidesértica bahía de Guantánamo. - A esta expedición fue incorporado, como técnico de primer B E orden, Agustín Betancourt, con el encargo expreso de adquirir en Londres todo el instrumental científico de calidad que debe- E ría utilizarse en la empresa. n -E De esta manera vemos a nuestro protagonista, en el verano $ del año expresado, en plena faena de encargos y compras en los almacenes más acreditados del ramo. n El estallido de la guerra entre España y la Gran Bretaña 2 dificultó la obtención de los pasaportes, pudiendo al cabo veri-ficar la entrada en París, en unión de Ana Jourdain y los hijos, el 14 de octubre de 1796. Una vez en la capital de Francia, Betancourt se encerró en el laboratorio de Abraham Louis Bregue't para perfeccionar, con su colaboración, el telégrafo óptico, uno de los inventos más curiosos de la etapa londinense. 38 GAKC~A-DI:E HGuOe llas de Agustín de Betancourt [2], p. 204. 334 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS El imprevisto compás de espera forzó al conde de Santa Cruz de Mopox a partir para Cuba en vanguardia, no sin censu-rar el rezraso en la incorporación del técnico elegido. El arribo de nuestro protagonista a Madrid se data en la última decena de febrero de 1797. Fue precisamente por estas fechas cuando decidió contraer matrimonio canónico con Ana Jourdain 4'. Lo que no sabremos nunca es el móvil de tal resolución. ¿Se trata de una decisión espontánea de la pareja? ¿Fueron pa-rientes y amigos, en particular don Estanislao de Lugo y Mo-lina, su primo, y don José Clavijo y Fajardo, los que les forza-ron a dar este paso? ¿Les obligó a ello el ambiente rígido de la corte de España? La decisión estaba firrneriienie tornatia en los días postreros de marzo del año expresado. En el epígrafe 4 del presente estu-dio se ha resumido la Información de soltería llevada a efecto, que tuvo como remate el auto de declaración de libe'rtad perso-nal pronunciado, el 1 de abril, por el juez vicario de la Real eapi!Ia &! p!azio del mes fbetSrzl doil Agüsth del Campo. Ya se ha señalado asimismo que los contrayentes fueron dispensados de das tres amonestaciones)) por la urgencia del viaje a Cuba. El matrimonio canónico tuvo que efectuarse en la iglesia parroquia1 de Nuestra Señora de las Angustias en el Real Sitio del Buen Retiro en los primeros días de abril de 1797. Para rematar esta investigación faltaba descubrir la partida sacramental de matrimonio. Pero ésta jamás será hallada en su versión original, ya que' fue pasto de las llamas en los trágicos jnceii&ios de 1936, pieec-ui;s~i~edse Fa. revoiución. Ei archivo de la parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, de tumbo en tumbo, pasó sucesivamente al monasterio de los Jerónimos, después a la iglesia vieja de Nuestra Señora de Atocha, más tar-de a la resurrecta parroquia de las Angustias, para verse redu- a pavesas en !os di.ama,t ;.e c;s %ceses Iilenciuiiados N. RUMEU: Ciencia Tecnología 162, pp. 186-221. 41 La iglesia de las Angustias estaba ubicada en la vieja ermita de San Núm. 31 (1985) 335 22 ASTOSIO RUMEC DE ARMAS Por si los contrayentes se hubieran acogido a la fórmula de matrimonio seweto hemos indagado el caso en el archivo del arzobispado d.e Toledo, autoridad eclesiástica suprema en la corte, sin acompañamientc d.e éxito. Para acabar con el episodio matrimonial, destaqtiemos que Bentancourt quiso dejar etadcs todos los cabos. Como oficial de las Milicias canarias d.e'bió haber solicitado autorización previa al monarca para formalizar el enlace. Por las circuns-tancias que conocernos, la licencia f ~ inest ada con retraso, sién-dole al Sn concedida el 7 de octubre d.e 17974-'. Como por la fecha del casamiento canónico habían nacido las hijas Carolina y Adelina (recukrde'se que los natalicios tu-vieron que producirse en París con anterioridad a julio de 1791 '3), cabe sospechar la Legitimación de ambas por subsiguien-te matrimonio. Los -motivos atrás apuntados cierran la posi-bilidad de descubrir las pertinentes partidas. Otros dos vástagos nacieron d.espués de efectuado el enlace y una vez afincada la pareja en la capital de España. Se llama-ron Matilde y Alfonso. La primera nació en Macirid en torno al año 1801 4\ Por su parte, Alfonso vio la inz primera en la villa y corte el 15 de noviembre de 1805, siendo bautizado dos días más tarde eh la iglesia parrcquiai de Nuestra Seiíora de las Angustias 45. Antonio, en las inmediacioxes d.el Parterre del Retiro. El actual emplaza-miento es en la calle de la 3atalla de Brunete, 16. Guía de los Archivos cEe Madrid, Dirección General de Archivos, Ma-drid, 1952, pp. 534-555. El autor de esta información particular es don Gerardo Núñez. 42 E1 permiso regio fue comunicado al comandante general de Cana-rias, aon Antonio Gutierrez. El original se halla en las colecciones del Cabildo I n s ~ l a rd e Tenrrife. RUMEU. 01). cit., p. 132. Véase el epígrafe 4. 44 Sobre el nacimiento de Matilde poseemos el testimonio del colabo-rador de Betanco~r'ce n Rusia, F. F. Víguel (Vospominaiia, Moscú, 1865, V, p. 111, quien deciara que la joven tenia en 1816 ((quince años)). 45 FERNÁNDEZ ARMESTON: ueva aportación documental [2], pp. 248-249 y 234-255. Este autor transcribe la partida y la reproduce fotográficamente. 336 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS 7. UNA IMPREVISIBLE PIRUETA. EL MATRIMONIO CIVIL EFECTUADO EN PARÍS, CON POSTERIORIDAD A LA UNIQN SACRAMENTAL El viaje a Cuba de Agustín de Betancourt con su esposa e hijos se vio inesperadamente truncado por e'l abordaje de un navío inglés de guerra el 9 de junio de 1797, apenas habían zarpado de La Coruña con dirección a América. En esta malhadada acción perdió el científico toda su es-pléndida biblioteca, junto con efectos y recuerdos personales de excepcional valor e interés. Desembarcados en Lisboa los pasajeros, Agustín de Betan-cgfirt reter36 8 12 cupits! & Espafia, den& p r ~ c ~ rnhht. ener ayuda oficial para rehacer su modesto patrimonio. Volvió entonces a solicitar una segunda pensión en Francia, con el simulado propósito de adquirir el instrumental cien-tífico preciso para retornar a Cuba y e1 decidido proyecto de perfeccionar el invehto del telégrafo óptico, su obsesiva pasión del momento. Consagrado a este preferente objetivo va a permanecer en Francia desde septiembre de' 1797 hasta noviembre de 1798, un año largo por tanto 46. Dos meses después del arribo comparece ante el notario de París Peau de Saint Gilles, el 30 de noviembre de 1797, para suscribir, en unión de Ana Jourdain, un documento de capitu-laciones matrimoniales. El se identifica como «Agustín de Betancourt Molina, direc-teur du Cabinet des Machines du Roy d%spagne ..., démeurant ordinairement a Madrid, en Espagne...»47E. lla como ((Arme Jourdain. . . N 48. 46 RTJMEVC: ten-ifl y Tecn.ol»gf@[ 6], p p 2?3-'2-3- 47 El inventor se titula además mapitaine de Milicie de l'isla de Te-neriffe ... ». Después añade: ((étant de présent a Paris, logé rue S. Florentin, división des Tuileries. . . ». Ana se identifica en estos términos: afille de Jean Jourdain et d'blice Kidder, sa femme, née a Kensington, prks Londres ..». Núm. 31 (19851 337 24 ANTONIO RUMEU DE ARMAS Lo que manifiesta a continuación causa auténtica sorpresa: ~Lesquels étant sur le point de contracter mariage en France, conformément a nos lois, ont arréte les conventions de leur union, ainsi qu'il suit, en la présence du ~[itoyen Abraham] Louis Breguet, horloger, ami comun»'3. En este documento Agustín de Betancourt se declara espa-ñol y residente en Madrid, ejerciendo un puesto vinculado a la Casa Real de España. Ana Jourdain era inglesa por el nacimien-to y española por el vínculo esponsalicio. Los dos saben muy bien que han de retornar al punto de partida, así que finalice la nueva pensión. ¿Qué objetivo puede tener el nuevo matrimonio civil en Francia? ¿Con qué finalidad futura lo contraen? ¿Se trata acaso de una protesta simbólica contra el matrimonio ca- a , . . rruruc;u lrupuas*w- .p-u-l- I I I I ~CLCcL-L.IV-U u2 -c l,.?. a:-,-......c.+n-n:nm9 la3 L I L ~ U I L ~ L ~ L L L L ~ ~ : Una segunda contradicción se descubre en las capitulaciones O n matrimoniales, carentes como estaban de bienes de fortuna en - m O Francia. Agustín poseía en nuestra vecina nación un molino en E E el pueblo de Saint Calais, valorado en 8.000 francos y que ren- 2 E taba 600 anuales. ¿Para qué acudir a un notario francés cuando el contrato se pudo haber efectuado ante un escribano ma- 3 drileño? Om- E En cuanto a las capitulaciones en sí mismas carecen por O completo de interés. Se fijan los bienes aportados por los cón-yuges, la dote de la novia, los bienes comunes, la partición de éstos por donación inter vivos para caso de deceso, etc., etc.'". - a Un último punto concerniente a la mentalidad de Betancourt n nos queda por abordar. Educado en un ambiente católico rígido n y fervoroso, ¿cabe sospechar una crisis de fe que le condujo 3 O al agnosticismo? Resulta imposible contestar en sentido nega-tivo o afirmativo. Pero sí se impone señalar cualquier cambio o vacilación en su comportamiento religioso. Veamos algunos acontecimientos vitales que pueden inducir a sospecha o a duda. ~ R N Á N D E Z ARMESTO, art. cit., pp. 241-246. Se reproduce el primer folio del documento. =o Ibid. 338 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS El investigador bentancuoriano Pedro García Ormaechea, estudiando la documentación conservada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ha llamado la atención sobre la circunstancia de que los escritos de Betancourt de la primera época aparecen encabezados con una cruz, pormenor que no se repite en los autógrafos posteriores a su primera estancia en París (1791) ". La admiracion por Voltaire y Rousseau y su asidua lectura debe ser tenida en cuenta como un indicio más j2. El emparejamiento con Ana Jourdain no debe valorarse como un acto inmoral, sino como una premeditada decisión amoral. No es exagerado afirmar que, en este momento de su vida, Agustín de Betancourt era partidario del amor libre. El matrimonio civil en París superpuesto al enlace canónico en Madrid produce un extraño desconcierto. Por último, el entierro de sus restos mortales en el cemen-terio luterano de Smolenski de San PeteYsburgo, a raíz de so-brevenir su muerte el 14 de julio de 1824, no deja de causar asi-mismo sorpresa. ¿Por qué no eligieron los familiares el cemen-terio católico de la capital de Rusia? A esta circunstancia se impone aBadir que en el monumento funerario no figura ni el más leve signo cristiano. Tan sólo se descubren un pedestal romano, una columna toscana y un án-fora ática, con adornos grecolatinos 53. 8. RETORNAOL REDIL ILUSTRADO. BETANCOUARL TS ERVICIO DEL DESPOTISMO Nuestro concreto objetivo está tocando a su fin. Agustín de Betancourt, con su esposa e hijas, regresó a Espa-ña a finales de 1798 contratado para instalar la primera línea telegráfica de nuestra patria, cosa que llevó a cabo con extra- - .. -, 3. - - ..! - - -, - -2 -, - -, O~UlIldI'la C;eleI-ludU. 51 Betancourt y la Academia de Bellas Artes, en ({Revista de Obras Públicas», marzo de 1964, pp. 203-205. 52 Consúltese el epígrafe 3. 53 GARCÍA-DIEGOD:e spedida a Betancourt [2], pp. 203-209. Núm. 31 (1985j 339 26 AXTOSIO RUMEU DE BRXAS Desde esa fecha hasta mayo de 1807 va a residir en Madrid integrado perfectamente en el sistema imperante. Las inquietu-des políticas de otrora se quedarán atrás, sui~idasp or comple-to en el olvido. Servirá incondicionalmente a Carlos IV y a sus ministros y de manera muy particular a don Manuel Godoy, príncipe de ;a Paz, y procurai-á con lodas su-S fue'rzas el desarro-llo económico de España, con la mirada puesta particularmente en sus caminos. Los honores y cargos lloverán sobre él a lo largo de estos nueve añcs. Intendente de Provincia y de Ejército, conseje'ro de Hacienda, comisario de Cammos, inspector general de Gami-nos, etc.. etu. a Durante el desempefio de este último cargo erigió, poco me- : Q-ue a ~"- x.p-e--r-l s-a- a,l a primera Escuela de Ii^lgeiiierus de O Caminos y Canales de España (18021, instalada en el palacio del Buen Retiro, siendo principal maestro de seis sucesivas pro- f mociones. E 2 En 1807 Agustin de Betancourt se traslada a Francia con un mai disimulaao permiso. La reaiidaci es que teme ei estaiiido 5 de una revolución, y quiere ponerse a salvo en unión de su fa- % milia. El mal gobierno de Godoy, la desunión en el seno de la familia real y la egoísta y perturbadora alianza con Napoleón arrastran al país por un auténtico despeñadero. n Hallándose en París en l8C8 le sorprende el estallido de la k guerra de Ia Independencia contra el corso traidor, circunstan-cia que le obliga a trasladarse a Rusia para entrar al servicio del déspota Alejandro 1 5i. 3 O Una vez instalado en San Petersburgo siente reavivarse' su adormecido patriotismo, y escribe una carta al conde de Flori-dablanca, el 21 de diciembre del aEu expresado, repleta de' diti-r amb o~p ara la persona y de fe en la victoria. El protector de anteayer; el político denostado de otrora, se ha convertido en idolo reverenciado. De ia misiva caben desta-car estos párrafos: M RUXEC: Ciencia y Tecnologia [6], pp. 355-363 y 368-373. 340 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS «Mi estimadisirno y venerado protector: he' sabido que V. E. se halla presidiendo la Junta de Gobierno de nues-tra nación, y esta noticia ha llenado mi corazón de gozo, pues me asegura que, guiada por V. E., saldrá por fin vic-toriosa y triunfará contra los exércitos del desolador del Universo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hallándome cargado de familia, debiendo, como buen padre, procurarle su subsistencia ..., me vine aquí, donde este Emperador me ha acojido del modo mas hoqorífico y lisonjero que' podía esperar. Los asuntos que quiere en-cargarme S. M. los trato directamente con él; como a su mesa con frecuencia y cada vez que quiere. Me ha dado el grado de general mayor; me paga una magnífica casa -T M,-. A#. -.*:.A&- -;1 W.-klfi" n.-...#.lAn m n - k w n +nan l* -n y LLLG ua VGILILC: 11111 IULJLWU allualc;i3, y DVMIC: I,WUWIG 1 1 1 ~ - rezco la mayor confianza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Nada deseo con más ansia sino el que se compongan las cosas, de modo que nuestra desgraciada patria pueda recobrar su legítimo soberano; entonces no habrá recom-pensas ni promesas que me impidan ir a servirle el resto de mis días, como se lo hice saber a S. M. antes de mi sa-lida de París. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Dispénseme V. E. que le haya distraído su atención con esta carta tan familiar; pero el cariño de padre que, en todos tiempos, me' ha manifestado V. E., me ha animado a ello, y me asegura que V. E. no llebará a mal que le rei-tere mi reconocimiento por los muchos favores que siem- pre le he merecido.. .) ) 55. Agustín de Betancourt sirvió siempre a la causa de España en Rusia; pero nunca tuvo valor para romper amarras y re-gresar. El afamado técnico e inventor vivirá expatriado en el impe-rio mosm~irita hasta SE mwrte, sdxw.le'iiida ekl 1824. C~nveL,id~ en el más perfecto ilustrado no tuvo reparos en servir al zar 55 Ibid., PP. 369-372. 28 LVTOKIO RUMEU DE ARXAS de Rusia, viva encarnación del despotismo. Allí llegó a ser te-niente general, director del cuerpo de Vías de Comunicación, director general del Depart.amento de igual nombre y fundador del Instituto del Cuerpo de Ingenieros de Vías de Cornunica-ción (remedo, e'l último, de la Escuela del Buen Retiro) j6. 342 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS |
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