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FELICIANO PEREZ ZAMORA (1 8 19- 1900) P O R MARCOS GUIMERÁ PERAZA SUMARIO PRELIMINAR.-1.N ACIMIENTYO P RIMEROS ESTUDIOS.-11. EN LA UNIVERSIDADDE SANF ERNANDDOE LA LAGUNA.-m.S UP RIMER ESCRITO POLÍTICO1:8 43.-IV. LA EPIDEMIA DEL CÓLERA MORBO EN LAS PALMAS1:8 51.-V. LA DIVISIÓN DE LA PRO-VINCIA EN 1852.-VI. LA JUNTAG UBERNATIVA DE SANTAC RUZD E TENERIFEEN 1854.-VIII. DIPUTADAO CORTESP OR CANARIAESN 1854: 1. Discusión de su acta-2. Sanidad marítim-3. Carreteras, Milicia". Ley de Imprenta, Pen-siones.- 5. Cesantías de los Ministros. Responsabilidades.4. Otra vez Ia ley de Imprenta.-IX. DIPUTADAO CORTESP OR LA OROTAVEAN 1858: 1. Ley de Ayuntamientos y Ley Provincial.-2. La cuestión de Méjico.-3. Cuestión de Marina.4. Cuestiones electorales.-5. La fiebre amarilla en Canarias.4. Otra vez sobre la Ley de Ayuntamientos.-X. DE NUEVO DIPUTADAO CORTES POR LA OROTAVEAN 1863, 1864 Y 1865: 1. Elecciones de octubre de 1863: Jefe de la Sección de Orden Público de Gobernación: A) Discusión de las Actas. B) Los presupuestos.-2. Elecciones de noviembre de 1864: Director General de Beneficiencia: A) Palacio del Congreso. B) La Imprenta nacio-m!.- 3. Flecclnnes de diciewrbre do 1865.-XL LAG.L Q?.!QSA!!: REG!EGRE Q-NORARIO E HIJO ADOPTIVO DE BARCELONAY; DIRECTOR GENERALD E ADMINISTRAC IL~NO CAL.^. DIPUTADAO CORTESPO R CANARIAESN 1869.-mI. OTRAV EZ DIPUTADOA CORTESP OR CANARIAESN 1871.-XIV. DIPUTADOA CORTESP OR LA OROTAVEAN 1872.-XV. CONSEJERODE ESTADOD E 1874 A 1892.-XVI. DIPUTADPOO R LA OROTAVEAN 1876 Y POR TENERIFEEN 1879, 1881 Y 1884: 1; Eleccinnr?~ comervnhrns de 11876 El p c f n con Le& y Castillo.-2. Elecciones conservadoras de 1879. El cable telegráfico.-3. Elec-ciones liberales-fusionistas de 1881. Ruptura del pacto con León. El cable. La Audiencia.". Elecciones conservadoras de 1884.-XVII. SU ÚLTIMA DIPUTACIE~NN C ORTESP:O R TENERIFEEN 1896. SU MUERTE. Núm 36 (1990) 105 2 MARCOS GCIMERÁ PERAZA Se cumplió en el año de 1989 el ciento setenta aniversario del nacimiento del portuense Feliciano Pérez Zamora. Coetáneo del grancanario Antonio López Botas -a quien hemos dedicado un precedente trabajo publicado en este ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS- son ambos unas a modo de vidas paralelas en la política canaria y nacional a lo largo del siglo XIX. Sobre Pérez Zamora existía ya una biografía escrita en 1900 «por un testigo de mayor excepción)), que no fue otro que su hermano menor Aurelio. Y recientemente, la investigadora Flor Suárez Fernández dedicó en 1983 su memoria de Licenciatura a Pérez Zamora y el partido conservador tinerfeño, 1875-1885. Ambos trabajos constituyen, cada uno en su estilo, la base bi-bliográfica del estudio que hoy intentamos realizar sobre la vida y obra de quien representó a su país natal en el Congreso de los Diputados en trece ocasiones, a lo largo de más de cua-renta años. Nacido en el Puerto de la Cruz de Orotava en 1819, estu-diante de Leyes en la Universidad de San Fernando de La La-guna entre 1834 y 1843, su vocación política le lleva a actuar a partir de este último año, militando en el progresismo que acaudilla el general Espartero; progresistas llamados injustamen-te ayacuchos, con intencionado error histórico. Buen polemista, contiende con su pluma con López Botas y otros grancanarios con motivo de la epidemia de cólera que azotó a la «Isla re-donda)) en 1851. Las Juntas Gubernativas que se forman en Canarias en 1854 cuentan en la de Tenerife con Pérez Zamora como vocal en representación de su Puerto natal; mientras que López Botas preside de facto la de Las Palmas. Y llega la llamada de la política nacional. Pérez Zamora es elegido diputado a Cortes por las circunscripciones tinerfeñas, singularmente por la de La Orotava, en los años 1854, 1858, 1863, 1864 y 1865, militando en la Unión Liberal que acaudilla el general O'Donnell; aunque a partir de 1861 figura en una facción disidente que encabeza el insigne jurista Manuel Alonso Martínez. FELICIANO PÉREZ ZAMORA [18 19-19001 3 Al advenir «La Gloriosa)) en 1868, Pérez Zamora es miembro destacado de la Junta Revolucionaria que se 'forma en Barcelona. La capital del Principado le nombre Regidor Hono-rario perpetuo e Hijo adoptivo. Designado director general de Administración Local, don Feliciano vuelve a representar a sus Islas en las Cortes Constituyentes de 1869. A la muerte del ge-neral Prim, la derecha del progresismo en la que se incluye Pérez Zamora pasa a denominarse ConstitucionaL Vuelve a re-presentar a Canarias en el Congreso de 1871 y a Ea Orotava en 1872. Consejero de Estado desde 1874 a 1892, Pérez Zamora, al advenir la Restauración con Alfonso XII, contribuye a fundar el Partido Liberal-conservador que acaudilla Cánovas del Castillo y representa de nuevo a La Orotava en 1876 y a Tenerife en !us Cortes de 1879, 1881 y 1884. Pxta wn e1 diputado por Gran Canaria Fernando de León y Castillo las elecciones en las Islas, pacto que se rompe definitivamente cuando en los ci-tados comicios de 1884 Tenerife elige al republicano Miguel Vi-llalba Hervás y no al candidato que deseaba León. Derrotado en sucesivas elecciones, Pérez Zamora alcanzaría su último es-caño por Tenerife en las de 1896. Y anciano y pobre, moriría en Madrid en 1900, cuando contaba ochenta años de edad. Su entierro y funerales fueron costeados por el Congreso, y en la capital de España está sepultado. Su iconografía es relativamente abundante y junto con su escritura, nos muestra la evolución del hombre a lo largo de su vida. En el primer retrato que conocemos, el de 1854, nos aparece como un hombre muy escrupuloso y ecuánime, de mi-rada bondadosa, aunque un tanto pagado de sí mismo. En las posteriores, que son su efigie más conocida, el paso del tiempo y las contrariedades le han marcado definitivamente: su mirada es ya severa y la mandíbula denota su energía, señalada por los músculos maceteros. Su Isla natal no le ha olvidado totalmente. El Puerto de la -C ruz, Garachico, el Realejo Alto, San Andrés y Santa Cruz de lenerife ie dedicaron sendas caiies a su memoria. Pero nos si-gue pareciendo que aún se está en deuda con él, que -él tam-bién- merecía más. Por ello acometemos hoy este trabajo que trata de compendiar la vida y obra de Feliciano Pérez Zamora, Núm. 36 (1 990) 107 4 MARCOS GUIMERÁ PERAZA unidas indisolublemente a la historia política de nuestro si-glo XIX. 1. NACIMIENTOY PRIMEROS ESTUDIOS Feliciano Pérez Zamora nació en el Puerto de la Cruz de Orotava el 19 de octubre de 1819, en la casa número 2 de la calle de la Iglesia. Fue bautizado con los nombres de Feliciano Joseph del Sa-cramento en la Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia el día 22 de ese mes, siendo su padrino don Josef Ce-lestino Ventoso, que había sido Alcalde del Puerto en 1794 y lo volvería a ser en 1821. Fueron sus padres don Pablo Pérez Aguilar y doña Josefa Zamora Gorrín, naturales y vecinos de dicho Puerto l.' Cursó la enseñanza primaria y Latinidad con don Domingo Panasco en su Puerto natal. ' He aquí la partida correspondiente, obrante en dicha Parroquia en el libro 12 de bautismos, al folio 73: En veinte y dos de Octubre de mil ochocientos diez y nueve años. Yo D. Manuel Ildefonso Esquive1 Bdo. propio de la Iglesia parroquia1 de Ntra. Sra. de la Peña de Francia del Lugar y Puerto de la Cruz Examinador Sinodal de este Obispado, bauticé a Feliciano Josef de Sacramento, hijo legítimo de Don Pablo Pérez y Dña. Josefa Zamora, Abs. Pats. Dn. Antonio Pérez y Dña. Josefa Sánchez Aguilar: Mats. Dn. Alonso Zamora y Dña. Clara Gorrín, todos naturales y vecinos de dicho mes, fué su padrino D. José Celestino Ventoso a quien ad-vertí la cognación espiritual y obligaciones, tiene óleo y crisma y lo firmé.=Manuel Esquivel. Pueden verse las Notas biográficas del Excmo. Sr. D. Feliciano Pérez Zamora, escritas por un testigo de mayor excepción, Santa Cruz de Tene-rife, Imprenta de A. J. Benítez, 1900 [B.U.L., C.. 25, F.. 461. Su autor fue su hermano menor Aurefio Pedro, de quien Feliciano sena padrino de bau-tismo, que tuvo lugar en la Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia el 6 de julio de 1828. Este señor fue el abuelo de nuestros amigos desde la infancia los hermanos Pérez Zamora y Cámara. 1 08 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [18 19-19001 El joven Feliciano Pérez -así, sin segundo apellido, se le designa en los papeles universitarios- comenzó a estudiar Fi-losofía durante el Curso 1834-1836, en las entonces denomi-nadas ((Academias Dominicales de Filosofía». Se matriculó en la Universidad en Humanidades el 20 de octubre de 1834. Aprobó el primer año en el Curso 1835-1837 ((aprobado pero no censurado)). Cursó el tercer año en el escolar 1837-1838, al término del cual obtuvo el grado de bachiller en Filosofía e! 5 de jüniG de 18 J8 ;2&,7Tl;ze &Lscl-epunte. En el curso 1838-39 aparece matriculado en el primer año de la Facultad de Leyes que aprueba con la calificación de ((Notablemente aprovechado por dos S.S. Jueces. Tachado: y sobresaliente por otro)). El 25 de octubre de 1840, Pérez Za-mora solicita del Rector un examen extraordinario para «pro-bar mi idoneidad y aprovechamiento en el curso anterior)); es decir, ((pruebe haber ganado el segundo año de Leyes y pueda matricularme en este curso en el tercero de. la misma Facul-tad)). El examen tuvo el 1: de noviembre y en él obtuvo nues-tro personaje un «Sobresaliente». El tercer año de Jurispru-dencia civil lo aprobó con la calificación de «Sobresaliente» en el curso 1840- 1841. En el curso siguiente, 1841 a 1842, coy rrespondiente al cuarto curso de Leyes, aprueba todo el curso con la nota de ((Sobresaliente por unanimidad)). Le fue con-ferid^ e! aar- a-r-l-o de hy&i!!er Leyes &=. 5 de agosto de 1842. Matriculado en el séptimo año de la carrera de Jurispru-dencia en 6 de diciembre de 1842, aparece que «la ha perdido)), en nota fechada a 20 de junio de 1843. Todos sus demás com-pañeros oyrnbariri ciircm. Y e! 2ñe s i g ~ i e ~dtee !SS4 gma -m su Licenciatura en Leyes sus amigos Tomás de Zárate y Fi-gueredo -luego Magistrado-, Sebastián de Castro y Cámara, Francisco Monteverde y León [sic], Manuel Abreu y Luján, Es-teban Ponte y Benítez, Esteban Salazar de Frias y Molina, Fran- cisco Penichet y Romero y Juan Gregorio Perera, luego Regis-trador de la Propiedad2. ¿Qué ocurrió con nuestro personaje? ¿Pasó a estudiar la Li-cenciatura y -en su caso- el Doctorado a una Universidad de la Península? ¿Se quedó en mero Bachiller en Leyes? No lo sabemos a la fecha de esta investigación. Sí nos dice su biógrafo que llegaría a ser uno de los mejo-res especialistas en Derecho Administrativo español. 111. SU PRIMER ESCRITO POLÍTICO1: 843 Es en este año de 1843 cuando Pérez Zamoira produce el primer escrito político que le conocemos. Antes, en 12 de di-ciembre de 1841, le vemos designado como Escrutador de las elecciones de compromisarios para diputados provinciales que habrían de celebrarse en su Puerto de la Cruz natal -en la que por cierto obtuvo tres votos- y firmando el acta corres-pondiente, cosa insólita entonces3. Pero es en 1843 cuando de verdad aparece actuando en política. Todo ello puede verse en el Archivo de la Universidad de La Laguna, Sección A, ((Fondos Históricos Universidad de S. Fernando)), Sigt: A. 1.313; Carpeta 19, Sigt: A. 3.5119; Carpeta 20, Sigt: 3.6120; Expediente núm. XLV, principiado el 25 de mayo del año 1838, Sigt: A. 75/49; Carpeta 30, Sigt: A. 4,2130; Carpeta 40, Sigt: A. 6.5140; Carpeta 48, Sigt: A. 7.4148; Carpeta 21, Sigt: A. 3.7121; Carpeta 22, Sigt: A. 3.7.1122; Carpeta 23, Sigt: 3.8123; Carpeta 24, Sigt: A. 3.9124; Carpeta 25, Sigt: A. 3.10125; Carpeta 36, Sigt: 6.2136; Carpeta 44, Sigt: A. 6.8.1144 y Carpeta 27, Sigt: 3.1 1/27. Ver tam-bién el Libro de Matrículas ... desde 1825 a 1845-1846, Carpeta 29, Sigt: 4.1129; y el libro de Asiento de los exercicios ... idéntica signatura y Carpeta 30, Sigt: A. 4.2130. Señalar que en el Expediente Carpeta núm. 44 aparece una Certificación por diligencia, fechada a 12 de abril de 1842, en que se acredita que Feliciano «ha asistido con puntualidad y aprovechamiento a las explicaciones de extraordinario que están a mi cargo, por acuerdo de la Junta de Sres. Catedráticos, en el presente curso desde el diez y ocho de Enero de este año, en que dieron principio, hasta la fecha)). Y firma: Dr. Antonio López Bottas. Libro de Elecciones ... del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, núm. 177, Legajo X (3), sesión del 12 de diciembre de 1841, folios 25, su vuelto y 26. 110 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819- 19001 7 El 14 de septiembre se publica un escrito titulado Al público. Los electores del Puerto de la Cruz, en el que salen al paso de la composición de una Comisión de siete personas constituida en Santa Cruz por varios electores vecinos de dicha Villa el 8 anterior, cosa que fue aceptada por el Ayuntamiento del Puerto, para reproducir «la candidatura Infante, u otra en el mismo sentido Ayacucho)) y «nombró a D. Feliciano Pérez, que ni aún es elector [tenía entonces sólo veinticuatro años] para que lleve la voz de los de este Puerto de la Cruz»; lo que rechazan los firmantes por «que su misión es ilegítima)) y además, «no puede prestarnos confianza el comisionado elegido (...) por ser una per-sona con quien no nos unen ninguna relaciones pues está bien marcada por sw ideas Ayamchar y pir sii idii cintr-, !es qce pertenecen a la coalición)). Entre otros patricios moderados, apa-recen las firmas de Francisco de Arroyo, Miguel Pereyra, Juan B. Lavaggi, Manuel Suárez, Tomás F. Cólogan, Juan Antonio Có-logan, J. Nieves y Molina, Francisco G. de Ventoso, Domingo Nieves Ravelo, etc. 4. A ello contesta Pérez Zamora, en un escrito que titula Al Público e imprime seguidamente5. Lo fecha en La Laguna a 20 de ese mismo mes de septiembre de 1843. Comienza con una frase que gustará de repetir: «Con notable repugnancia...)); y hace constar que «me dirijo por primera vez al público)). Re-salta que el otro papel viene firmado por ((42 de los 156 elec-tores que cuenta el distrito del Puerto de la Cruz». Destaca que no pretende representar «a tales notabilidades)), porque perte-necen das unas a una comunión política que no es la mía», y carecen «las otras de una voluntad firme y resuelta para obrar». Se fija principalmente sobre las intenciones. Defiende las del Ayuntamiento del Puerto; y en cuanto a sí, dice: Si por Ayacuchos entendéis, aquí, en esta Provincia ha-blando, el partido respetable que en Octubre. d.e l año 40 os venció y de r r~tóc m \dentia y mbkza, sm ;m~;rovisar Proclama Al público. Los electores del Puerto de la Cruz, 14 de sep-tiembre de 1843 [B.M.T., Sigt: F 7 *l. Al público [B.U.L., Pa eles Vanos, tomo 94, Doc. núm. LXVII, Sigt: C-IV-6; y B.M. T., Sigt:F 7 g-2 Núm 36 (1990) 111 MARCOS GL-IMERÁ PERAZA motines a fuerza de licores y dinero: que no se vengó en el poder, porque es generoso en demasía; que ninguna mancha oscurece el brillo de su frente: que ha permanecido fiel a sus principios; y que no se ligó a vo-sotros, porque en ello iba su reputación y nombradía: si Ayacucho apellidáis a este partido, acepto gustoso tal de-nominación. Adjudica a la traición y la perfidia, la ingratitud y la rebel-día a sus contradictores. Y manifiesta su aversión a la coalición formada por el B ((Progresista apóstata de sus creencias, con el moderado E siempre afecto a las suyas)). Etc., etc. Y firma: Feliciano O E r e t d-- m O E Como se ve, es un escrito brioso, desenfadado, muy propio E 2 E del progresismo juvenil que entonces profesaba don Feliciano. Pero estos enfrentamientos no pararon ahí. En la sesión del $ 17 de diciembre de 1843, que se celebró en el Puerto para la O-elección de compromisarios que deben nombrar los empleados m E municipales para el próximo año de 1844, hubo un enfrenta- O miento muy duro de Pérez Zarnora con el alcalde constitucional presidente Andrés González de Chaves. Se empezó la designa- % ción de secretario de la Mesa, que Pérez Zamora pidió fuera en votación secreta; se le invitó a subir como escrutador, que rehusó; y pidió que se escribieran los nombres de votantes y elegido; acordándose que eso era sólo necesario para la elección " de los compromisanos, no del secretario y escrutadores. Resultó elegido para secretario Tomás Fidel Cólogan, con 317 votos; y para escrutadores Francisco G. de Ventoso, con 298 votos, y Miguel Pereyra, con 297. Constituida la Mesa, dijo Pérez Zamora: Antes de proseguir deseaba exponer los fundamentos de s-u anunciada protesta, y concedidole la palabra por el Sor. h-esidente, después de un iargo y vehemente preámbulo en el que con calor habló de la coacción que suponía ejer-cida sobre los electores y de la falta de libertad de estos para emitir sus sufragios, citó como pruebas de estos dos asertos el refuerzo de tropa que habían recibido la guar- ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 9 nición de este Puerto a solicitud del Sor. Presidente: el haberse constituido en el mismo el Juzgado del partido extendiéndose a afirmar que el Sor. Presidente rebajándose de su carácter, patrocinaba una candidatura determinada, y había intimidado a varios ciudadanos para que votasen por ellos, usando de otros medios de coacción, pero no de aquella coacción moral que está admitida: que el Te-niente Coronel del Provincial de la Orotava Dn. Vicente Fernández había empleado iguales medios de violencia para con sus subordinados; haciendo otro tanto por su par-te el subdelegado de Marina, respecto de los suyos. Con-testósele por el Sor. Presidente que en virtud de las pre-venciones y amonestaciones dirigidas por el Sor. Jefe Su erior Político de la Provincia en seis del presente mes, ha k' ía pedido al Sor. Gobernador Militar que le auxiliase con ia fuerza armada, no para intimidar a los electores sino para asegurar la tranquilidad y libertad de estos mis-mos en el acto de emitir sus sufragios; estando resuelto a mantener uno y otra, aunque para ello se le pusieran en el sensible caso de tener que usar de la fuerza, que aunque lejos del local de las elecciones, se hallaba acuar-telada en lugar oportuno: que por lo que respecta a la vilolencia o soborno que le imputaba el Sor. Presidente se limitana a contestarle simplemente y con la moderación propia de su carácter y de aquel lugar, que se equivocaba en tal suposición y que los Sres. Teniente Corona1 Dn. Vi-cente Fernández y Subdelegado de Marina, si es que se hallaban presentes y querían usar de la Palabra para sin-cerarse de iguales imputaciones que se les habían dirigido, la tenían; y no estándolo ninguno de los antedichos. Con-tinuó el Dn. Feliciano en el uso de la palabra, concluyendo con pedir que el Secretario de la Mesa escribiese la pro-testa que él se disponía a narrar más, habiéndosele hecho presente que debería traerla extendida, vara que después de leída por los Sres. de la Mesa acordasen si se le ad-mitían o tan solo se hacía una reseña de ella en el acta, se retiró para ejecutarlo. Le contestó por alusiones a ausentes Manuel Suárez, acu-diendo a PiIegiiiiiar 3i eran ciertas esas az~saciones, contestando los congresados «a una voz» que eran falsas. También habló en contra de aquella acusación Andrés Costa, segundo del Sub-delegado de Marina, por su ausencia, reputándola «falsa y ca-lumniosa)). Se continuó la sesión al siguiente día, por falta de luz na-tural; se celebró la votación; y se anunció que se iba a proce-der al escrutinio. Y entonces pidió y obtuvo la palabra Pérez Zamora; y dijo: Que anunciaba desde el día de ayer su intención de pro-testar las elecciones, a fin de que después de terminado el escrutinio, no se alegase que por estar ya concluido el acto no podía advertírsele su protesta, esperaba se resol-viese por la Mesa, si esta debía tratarse antes o después del escrutinio. Contestósele por otra, que le era indiferente que hablase ahora o después de la protesta que tenía in-dicada; y aprovechándose de este permiso, principió por querer inquirir o saber las facultades con que la Mesa se hallaba a~tarizada para admitir G rechazar Una protesta, o para tan solo contentarse, con hacer mérito de ella en el acta. Conferenciaron sobre el particular los Sres. Presi-dente, Secretario y Escrutadores, y acordaron contestar a Dn. Feliciano, que la Mesa se creía autorizada para ad-mitir, rechazar o tan sólo hacer reseña del acta, de las protestas que le fuesen presentadas, arreglando su conduc-ta en esta parte a los antecedentes y a los hechos: que la suya no podía ser admitida, ni menos insertada en el acta, mediante a que las razones en que expresó ayer iba a fundarla, y de las que ya se ha hecho mención, estaban expresamente desmentidas por declaración unánime de gran número de electores que se hallaba presente, y por lo que toca al cohecho o soborno que aseguró haberse ejercido, por las Autoridades de que se ha hecho mención, y por la de que la fuerza armada había coartado la li-bertad de los electores, estaba igualmente destruida no solo con la afluencia de éstos, que ha sido mayor que en ningún otro año, sino que por lo mismo Dn. Feliciano se había permitido cuando ha querido usar de la palabra y por último, por la circunstancia muy marcada de no ha-berse visto un solo soldado en las inmediaciones del local de las elecciones, ni en las calles de la población durante ésta, habiendo permanecido la tropa constantemente acuar-telada. Insistió a pesar de esto el protestante en su de-manda, en apoyo de ia cuai adujo varios argumentos que en su concepto la abonaran, repitiendo los ya anteriormen-te dichos; y últimamente manifestó: que no rigiéndose esta elección por la Ley Electoral de los Diputados a Cortes, que es la que previene que se haga reseña en las actas, ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 11 de las protestas que se presenten, pedía que la Mesa se sujetase en sus deliberaciones a lo prevenido en la parte reglamentaria de la Constitución del año de mil ochocientos doce que habla de Elecciones parroquiales, y es la que está mandada a observar para las presentes, y por lo cual no está prohibido que los ciudadanos presen-ten protestas, ni deja al arbitrio de la Mesa admitirlas O no. Habló entonces Francisco de Arroyo, «redarguyendo de falsos y calumnio~os los actos del Dn. Feliciano)); y que debía ser pri-vado «de voz activa y pasiva)) por no haber probado en el acto la acusación de cohecho. Lo apoyó el teniente coronel Vicente lernández, q ~ per e g ~ n t óa !zls eircünstantes s i algünu había sido violentado: contestando ser falso. Pérez Zamora dijo «que la prueba la haría en su día)); pero Arroyo le arguyó que la Ley exigía fuera hecho «en el acto de la acusación)). La Mesa dio por terminado el incidente, y el presidente Gon-zález de Chaves declaró que se tenía por no admitida la pro-testa por falta de prueba en el acto de que hubiere habido ((cohecho o soborno)), por lo que quedaba privado «de voz ac-tiva y pasiva)). Se procedió al escrutinio y resultaron elegidos como los nueve compromisarios González de Chaves, Cólogan, Ventoso, Pereyra, el párroco don Manuel Esquivel, Vicente Fer-nández, Arroyo, Manuel Grijalva y Suárez, con 269 votos cada uno. Y firman presidente, secretario y escrutadores 6. Pasa ahora un largo plazo de ocho años sin que vuelva a aparecer Pérez Zamora en la vida pública. Todo ello resulta del Expediente de elecciones municipales del Puerto de la Cm& año de 1843, núm. 177, Legajo X-(3), certificación del secretario de fecha 18 de diciembre. MANUEHLE RNÁNDEy ZA DOLFO ARBELOL:a s elecciones municipales en el valle de La Orotava 1841-99, pp. 75-6, reseñan parte de la intervención de Pérez Zamora como enderezada contra Tomás F.&! C S ! Q ~d ~q lie re-putan ser el presidente. Ya hemos visto que no es así. Cólogan era tan sólo el secretario de la Mesa, elegido en la misma sesión sin protesta al-guna. El presidente contra quien se dirigen los ataques de don Feliciano era el alcalde González de Chaves. Es sensible este error, porque induda-blemente desprestigia a Cólogan, sin motivo. Núm. 36 (1990) 115 IV. LA EPIDEMIA DE CÓLERA MORBO EN LAS PALMAS: 185 1 A fines del mes de mayo de 1851 una horrorosa epidemia, la del cólera morbo asiático, asoló Gran Canaria. José Mesa y López, biógrafo de su abuelo Antonio López Botas, dedica unos encendidos párrafos a aquella terrible plaga, protestando del aislamiento e incomunicción a que se vio condenada la Isla: ((Fuimos totalmente abandonados. Para nosotros no hubo ni el más pequeño auxilio, quedamos en el mayor desamparo y en-tregados a nuestras solas fuerzas, murieron los canarios a mi-llares y hasta se prolongó ensañadamente la incomunicación por tiempo después de haber desaparecido la epidemia. El có-lera dejó una estela profunda de lágrimas, de dolor y de de-cepciones)). Y añade con respecto a su abueio: «¿ópez Botas no ejercía entonces cargo público y podía por ello aislarse en sus fincas del Telde o Santa Bngida (...). Se constituyeron Jun-tas benéficas en ios distintos barrios de la ciudad y él asumió la del de Santo Domingo, donde vivía». Para concluir: ((Aparte de la curación de los epidemiados había que socorrer a la mi-seria y acudir a desgracias y dolores sin cuento; y a esa tarea se entregó))'. López Botas escribió y publicó sus amargas quejas contra el aislamiento a que les había condenado Tenerife, Santa Cruz y sus autoridades: ((Con los ojos llenos todavía de lágri-mas...)) Sus quejas van, principalmente, contra el gober-nador civil, la Junta Superior de Sanidad, el comandante de Marina8. No se les permitió celebrar la elección para diputados a Cortes, que no pudieron realizar hasta el mes de noviembre aCl~6P F I I ; P ~ ~ P U'L-",,.,. A juicio de León, el cólera del 51 fue uno de los principales motivos que decidieron a los grancanarios a intensificar su lu-cha por la división. ((Ella fue una de las causas que más esti- JOSÉ MESA Y LÓPEZ: Don Antonio López Botas. Conferencia pronunciada en el «Gabinete Literario)) con motivo ciei Centenario de ia fundación, Las Palmas de Gran Canaria, Imp. Minerva, 1948, p. 9. Antonio López Botas, Las Palmas de Gran Canaria, 15 de agosto de 1851, Imp. de M. Collina [B.M.T., Sigt: F 5 1. Ver su efigie en nues-tra lámina 1. FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 13 mularon a aquellos naturales para promover la división de la Provincia, que a poco tiempo tuvo efecto, pues desearon en-tonces tener autoridades que pudiesen de más cerca auxiliarles en casos semejantes 9. También escribió sobre el cólera el licenciado Antonio Ruiz de BustamanteI0 en un trabajo que titula Páginas luctuosas, sin fecha, pero desde luego muy cercana al escrito de López Botas. Pérez Zamora contesta a los dos desde Santa Cruz, en es-crito fechado a 14 de septiembre de 1851 Ir. Se defiende de las acusaciones de López de Botas, por injustas; y acusa a la Junta de Sanidad de Las Palmas, por haber retrasado su de-claración hasta el 5 de junio. Con grave riesgo para las demás Islas, en especial Tenerife con la llegada de barcos «sucios». Comenzaba su escrito: «¡Aquí también se han derramado 1á-grimas ... !» Cornelio Díaz Aguilar tomó parte en la polémica, en escrito fechado en Las Palmas a 19 de septiembrei2, en el que replica a Pérez Zamora. Y los doctores Antonio Roig, Salvador Gon-zález de Torres y Domingo José Navarro también escriben un memorial más largo, rebatiendo a Pérez ZamoraI3. Está fechado en Las Palmas a 30 de septiembre. Rechazan ser ((desleales o ignorantes, descuidados y perversos)), de que les ha tachado Pé-rez Zamora. FRANCISCMOA RÍAD E LEÓN Y XUÁREZD E LA GUARDIAA:p untes para la Historia de Canarias 1776-1868, «Aula de Cultura)), Cabildo Insular de Te-iiei- ife, i%ó, p. 3ió. 'O ANTONIO RUIZD E BUSTAMANPTáEg:i nas luctuosas [B.U.L. Papeles Varios, t. 96, Sigt.. C 1. " Feliciano férez Zamora, Santa Cruz de Tenerife, 14 de septiembre de 1851, Imp. y Lit. de Vicente Bonnet [B.U.L., Papeles Varios, t. 102, doc. núm. V, Sigt: C-IV-141. ' 2 C Q ~ ~ ~ngiEiylr,~ L zr ?drr,zs de Grur, Cu ~ u f i l ,1 9 & "c"eYn"-t"i"e'"m'- hre de 1851 [B.U.L., Papeles Varios, t. 50, doc. núm. VII, Sigt: C-V-191. l3 Antonio Roig, Salvador González de Torres y Domingo José Navarro, Las Palmas de Gran Canaria, 30 de septiembre de 1851 [B.U.L., Papeles Varios, t. 95, doc. núm. LII, Sigt: C-IV-71. Núm 36 (1990) 117 A unos y otros contesta don Feliciano desde Santa Cruz en escrito de 25 de octubre siguienteL4d, urísimo de forma y fondo, calificando el de los médicos «de nauseabundo papel)). Y de ((pérfidamente estudiada)) la manera de unirlo a un anónimo corresponsal de «Las Novedades)). V. LA DIVISIÓN DE LA PROVINCIA EN 1852 Pérez Zamora, consecuentemente, era opuesto a la división de la provincia. Así, frente a la tesis divisionista del diputado por Las Palmas Cristóbal del Castillo y Manrique de Lara en 1852, unos estudiantes tinerfeños por ese entonces en Madrid publicaron un escrito rebatiendo aquellas afirmaciones. Lo firmó Feiiciano Perez Zamora; y con ei, ios hermanos Luis, Sebastián y Gabriel de Cubas Fernández; Rafael Fleitas y Lemos; Juan Ravina Castro; Menandro de Cámara; Patricio ILecuona y Cal-veras; los también hermanos Alonso y Tomás de Nava y del Hoyo; Cándido Sansón y Plassón; Juan Moreno y Benítez de Lugo; Camilo Tolosa y Casalón; Fancisco de Paula Monteverde y León-Huerta; y Francisco Guigou del Castillo IS. VI. LA JUNTAGU BERNATIVA DE SANTAC RUZD E TENERIFEEN 1854 El 30 de junio de 1854 surge la «Vicalvarada», que no fue otra cosa que un pleito entre moderados. El motín lo acaudi-llaba nuestro paisano Leopoldo O'Donnell y Joris, quien el 7 de julio llama al duque de la Victoria por medio del «Mani-fiesto de Manzanares)), obra de Antonio Cánovas del Castillo. l4 Feliciano Pérez Zamora, Santa Cruz de Tenerife, 25 de octubre de 185 1 [B.U.L., Papeles Varios, t. 102, doc. núm. VI, Sigt: C-IV-141. Puede verse sobre esta polémica los artículos de ALFONSO MORALES Y MORALES, titulados ((Salvador Antonio Bernardino de Torres (1801-1857))) y publicados en el diario Jornada los días 7 y 14 de mayo de 1988, pp. 3 Y 4. I 5 Vid. FRANCISCMOA RT~NEVZI ERA: El antiguo Santa Cruz. Crónicas de la capital de Canarias, Instituto de Estudios Canarios, 1967, «Los parlamen-tarios canarios del siglo XKD, pp. 225-226. 118 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 15 Y el día 30 se forma el gobierno de los «Cónsules», Espartero y O'Donnell, con el que se abre el bienio progresista. Y surgen las Juntas gubernativas. En Canarias se constituye primeramente la de Tenerife16, dos días antes que la de Gran Canaria. En efecto, el 6 de agosto queda constituida así: como presidente, el general Or-tega; vicepresidente, el general Zendrera; vocales: Gregorio Suá-rez, Pedro Mariano Ramírez, Esteban Mandillo y Gumersindo Fernández de Moratín, por Santa Cruz; Jorge Cámara y Fer-nando Cabrera Pinto, por La Laguna; José García Lugo, por La Orotava; Feliciano Pérez Zamora, por el Puerto; Cristóbal del Castillo, Antonio López Botas y Ruperto Delgado, por Las Palmas; Manuel Abreu y Luján, Silvestre Batista y Manuel Mendoza, por La Palma; Andrés Curbeio, por Lanzarote; Sris-tóbal Manrique de Lara, por Fuerteventura; Bartolsmé Sau-rín, por La Gomera; y Francisco Belmonte y Vilches, por El Hierro. Como vemos, Pérez Zamora por el Puerto de la Cruz y López Botas por Las Palmas. Pero Cristóbal del Castillo y An-tonio López Botas, que se hallaban por entonces en Tenerife, rehusaron admitir su nombramiento. López Botas se fundó para ello en sus ({circunstancias e intereses especiales»17. Carlos Pizarroso justifica su rehuse diciendo que optó por pertenecer a la Junta de Las Palmas, «que era la de su isla favorita»18. Ambos eran entonces diputados provinciales y allí los retuvo un tiempo el capitán general Ortega 19. Agustín Millares Cantero, en su excelente trabajoz0, da la no-ticia de que «Jesús Pío González de Chávez prepara actualmente AGUST~NM ILLARESC ANTEROL: a Junta del Distrito de Gran Canaria de 1854: consideraciones y docunzentos, ((Homenaje a Alfonso Trujillo)), t. 11, ((Aula de Cultura de Tenerife)), 1982, pp. 107 y SS. l7 MILLARESC ANTEROL:a Junta ..., cit., p. 126, nota 49. l8 CARLOSP IZARROSYO B ELMONTAEn: ales de la Diputación Provincial de Canarias, Segunda Parte, de 1842 a 1900, Santa Cruz de Tenerife, Lib. y Tip. Católica, 1913, p. 1 18. l9 Según recoge MILLARES: La Junta ..., cit., p. 122, tomándolo de los Es-tudios del Dr. Chil, fols. 1854-55. 20 MILLARESL: a Junta ..., cit., p. 110.. Núm. 36 (1 990) el análisis de las actas de otra Junta: la de Santa Cruz de Te-nerife de 1854, según documentación igualmente conservada en dicho Museo [El Museo Canario, de Las Palmas], donde también se hallan las de 1840)). Parece ser que este trabajo no ha se-guido adelante, por causas que se ignoran; y es muy de la-mentar, pues sería una importantísima aportación a este tema de las Juntas. León en su historia 21 nos informa de algunas de las deter-minaciones que adoptó la Junta: la reposición de la Diputación Provincial y Ayuntamientos que existían en 1843; la expulsión de los diputados provinciales marqués de Villafuerte, Juan Per- B siva y José Trinidad, «porque el primero de éstos se creyó que N aspiraba a encargarse del gobierno civil)); «el de haber encar- E gado e1 gobierno a don Francisco Belmonte, escalón primero O - n-para haber llegado al importante puesto de gobernador de Cá- - m O E diz, y de gran cruz de orden de Isabel la Católica, que hoy E 2 día [1868] desempeña)); «el de elegir a don Gregorio Suárez -E para pasar a Madrid a felicitar al duque de la Victoria: Púsole este viaje en más expedito camino para hacer redundar en pro- 3 - vecho propio toda la farsa de las Islas en estos últimos tiempos, - 0 m E pues nombrado gobernador de Albacete, escalón para destinos O más pingües, por cuya jubilación goza en el día sin servicios 5 32.000 reales de sueldo)); etc. n -E a 2 ,, La Diputación, convocada el 7, no se reunió hasta el 18 de agosto de 1854, bajo ia presidencia ciei gobernador civil de ia provincia [el tristemente famoso general don Jaime Ortega]. Con él, asistieron Fernando Cabrera Pinto, José Domingo Delgado Trinidad, Gaspar de Vargas y Lecuona y Juan Persiva, «como vocales de la Excma. Diputación provincial del año de mil ocho-cientos cuarenta y tres, mndacios convocar por acüerdz, de !a Junta de Gobierno de esta provincia, creada en esta capital el 21 LEÓN: Apuntes ..., cits., p. 331 y notas 2 y 3. 120 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS Frmciscn Reliizot~re y Vilc/tes /1821-18961. ÓIco piopicclacl clc Maiia clel Mar Martín y Martín. [Foto: Hcrzbcrg.] FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 17 seis de este mes»22S. e trata de constituir la Corporación, «que debe sustituir a la de igual nombre que usaba y al Consejo de la provincia suprimido asimismo)). Y firman con el secretario Vicente Clavijo. Después de un acta «unilateral» -«acuerdo interino)) lo llama la siguiente acta-, otorgada exclusivamente por Persiva, dipu-tado provincial por Las Palmas el 24 de agosto siguiente, hay nueva sesión el 2 de septiembre. Comparecen el marqués de Villafuerte, decano-presidente, junto con Delgado, Cabrera Pino, Vargas y Persiva. Allí consta un oficio en que Villafuerte par-ticipa ((haberse encargado del gobierno civil de la provincia, como decano de esta Excma. Diputación)). Es decir, un gober-nador «interino». Mucho juego habría de dar este pequeño «gol-pe de estado)) y las providencias que tomó el marqués, según hemos de ver al tratar de la diputación en Cortes de Pérez Zamora. De notar que esta acta aparece firmada tan sólo por el secretario Clavijo. 22 Libro de Actas de la Diputación Provincial de Canarias, año 1854 [Ar-chivo de la Mancomunidad Provincial Interinsular de Santa C m de Tenerife]. FRANCISCBOE LMONTY EV ILCHEnSa ció en Sevilla el 6 de febrero de 1824, hijo de José y Carlota. Huérfano de padre a los veinte años, dejó la ca-rrera universitaria y vino muy joven a Canarias, como funcionario del go-bierno civil, del que luego sería secretario. Durante la epidemia de fiebre amarilla prestó grandes servicios por lo que se le concedió la Placa de 1: clase de Beneficencia. Fue designado secretario del gobierno político de Canarias en dos etapas distintas; gobernador civil de Canarias -nom-brado por la Junta gubernativa del año 1854, a la que pertenecía como representante del Hierro-; subgobernador del 1.m Distrito en 1858 y del 2: en 1859. Fue gobernador de Cáceres en 1859, durante cuatro años; en 1863, de Murcia; lüegG de Toledo y desFEs de BUrgos y &&iz Ig66, que le declaró «Hijo Benemérito y Adoptivo)). Era gobernador de Cádiz cuando «la Gloriosa)), manteniendo excelentes relaciones con Sagasta y To-pete; pero como era defensor de la reina Isabel, salió para Gibraltar y de allí a la capital de Francia. Fue elegido diputado a Cortes por Baza en 1876 y senador por Canarias en 1891: y cuando falleció representaba al partido conreiador de Temrife, que le iba a conferir de nuevo su representación en el Senado. Había sido amigo y correligionario de Ramón Gil-Rldán y Ríos. Lo fue también de Antonio López Botas y Cristóbal del Castillo. Moriría en Madrid el 28 de enero de 1896. Ver su efigie en nuestra lámina 11. 18 MARCOS GLIMERÁ PERAZA Nuestro personaje ya aparece en la sesión del 15 de sep-tiembre. Concurren Pedro Mariano Ramírez [y Atenza], diputado por La Palma, ((anterior al Sor. Dn. Fernando Cabrera Pinto, que ha renunciado)); Francisco Belmonte [y Vilchez], ((goberna-dor accidental de la provincia)); Marcos García Urtusáustegui, diputado por La Orotava, «en reemplazo del Sor. Dn. José Do-mingo Delgado Trinidad de quien fue antecesor en el mismo cargo)); «y el Sr. Dn. Feliciano Pérez Zamora diputado elegido por los alcaldes de los pueblos del partido judicial de La La-guna, en reemplazo del Sor. Dn. Gaspar de Vargas y Lecuona, que lo era de mil ochocientos cuarenta y tres)). Preside Ramírez, como diputado decano. Se vio oficio del gobierno civil, con la ((disposición acordada con la Excma. Junta auxiliar de gobierno sobre suspensión de los Sres. Diputados Marques de Vdafuerte, Dn. Juan Persiva y ios citados Sres. iri-nidad y Vargas)). Ya veremos que esto también traena cola, a la hora de estudiar el acta de diputado a Cortes de Pérez Za-mora. Este prestó el debido juramento y se empezaron los de-bates. Se acordó nombrarle para la l.a Comisión de las cuatro de la Corporación. Y firman los cuatro con el secretario: 'Pérez Zamora ". También concurre a la sesión de 16 de septiembre. Se ven las ((listas de electores para las próximas elecciones de diputa-dos a Cortes, remitidas por los Ayuntamientos de los pueblos)) que se reseñan. Se aprobaron y acordó imprimirlas. En la sesión de 20 se vio la renuncia del cargo de diputado provincial por Las Palmas de don Manuel Quintana Llarena; y se aceptó. Se vieron oficios de Eufemiano Jurado y Cristóbal del Castillo en los que manifiestan que «se presentarán muy pronto a o c ~ q a rs us puestos en esta Corporación)). Asimismo se aprueban diversas listas electorales. En la del 22, se vieron y aprobaron nuevas listas electorales. En la sesión del 23 lo mismo; y se recordó que el plazo para presentar las listas terminaba «el día catorce del corriente, lo más tarden; para verlas en ((primera rectificación, para el día veinte y cinco de este mes)), a fin de ((fijarse en los pueblos el día cinco del próximo octubre)), pues el escrutinio tendría que ((verificarse el veinte de noviembre)), para remitir las actas de 122 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 19 los elegidos al Ministerio «en el Correo vapor del veinte y dos inmediato)); o si no, teniendo que aguardarse «al siguiente del ocho de diciembre)). Por ello, se pide ampliación de los plazos en quince días al gobernador. El 27 de septiembre ya están presentes, además, Eufemiano Jurado y Cristóbal del Castillo. Jurado pidió que fuera presi-dente el diputado más antiguo de los de 1843. Se opuso Pérez Zamora, por no establecerse ello expresamente y poder serlo cualquier otro de todos los años (1843, 1842 ó 1840), debiendo «ser decano del Cuerpo)). Se discutió, se desechó la propuesta del Jurado y se acordó el nombramiento por elección. Se llevó a cabo ésta; y Belmonte, García Urtus y Pérez Zamora dieron su voto a Pedro M. Ramírez. Jurado votó a Castillo. Castillo votó a Jurado. Ramírez votó a Pérez Zamora. Se sortearon Ju-rado, Castillo y Pérez Zamora: resultó éste; y se procedió a ele-gir entre él y Rarnírez. Votaron a don Feliciano Jurado, Castillo y Ramírez; y a éste, Belmonte, García Urtus y Pérez Zamora. Empatado el escrutinio, se hizo votación secreta y obtuvo cinco votos Ramírez y uno Pérez Zamora. Quedó elegido decano don Pedro Mariano. Al aprobar las actas anteriores, Jurado y Castillo salvaron su voto por la elección de los diputados presentes «en reem-plazo de los anteriores, separados por disposición del Sor. Go-bernador de la provincia, con acuerdo de la Junta auxiliar de Gobierno de la misma)). Esto seguiría dando juego en el Con-greso. Se aprobaron nuevas listas electorales. Y se acordó pro-poner «la división de distintos electores para las próximas elec-ciones a Cortes)). En la del 28 se conoció la ampliación de los plazos que ha- 1D,i a acordado gobiei-rio Civil hsiaiicia & la Diputación para las operaciones electorales. Y se aprobaron nuevas listas, con reservas de Jurado y Castillo. Pérez Zamora no concurre a la del día 2 de octubre. Re-aparece en la de 6 de octubre. Se vio la elección de don Ig-nacio Diaz comG dipütad~ pGr Las Pdmus y se ucmdó citurle. Pérez Zamora propuso dirigirse al ministro de Gracia y Justicia para que S.M. sancione «el restablecimiento de la Universidad literaria de San Fernando de La Laguna, como de una reco- nocida utilidad, y tan necesario en esta provincia aislada)). Se acordó así. En la de 9 de octubre ya concurre don Ignacio Díaz, que jura. De entrada aclaró que el juramento y toma de asiento lo hacía en los términos de una exposición que presenta y se inserta en el acta. Protesta en ella de la separación decretada de los individuos de la Corporación de 1843. Y contra los actos de ésta, que serán «valdíos» [sic], por nulos, como nula es la Diputación. Jurado y Castillo se adhirieron. Jurado y Pérez Za-mora, como de la Comisión para hacer la división de distritos electorales de esta provincia para las próximas elecciones de diputados a Cortes, presentaron su trabajo «en un todo con-for; mes», salvo en lo relativo al pueblo de San Bartolomé de Lanzarote, «que el primero opina debe agregarse a la villa de Teguise y el segundo al puerto de Arrecife)). Se acordó con esta propuesta de Pérez Zamora, con el voto en contra de Castillo y Díaz. Y se insertó en el acta la división citada. No concurre a la del día 16. Se proclamó diputado provin-cial en representación de los alcaldes de ese partido a don Es-teban Mandillo, quien juró y tomó asiento. Don Feliciano vuelve a concurrir a la sesión del 19 de oc-tubre. La villa de San Andrés pide la reinstalación de su Ayun-tamiento a lo que se opone el pago de Igueste. Había sido su-primido en 1849. La Comisión opina debe establecerse, ((extendiéndose su jurisdicción al pago de Igueste)). Así se acor-dó. Se debatió el caso del Ayuntamiento de Haría; y Pérez Za-mora propuso renovarlo en su totalidad, a lo que se opuso Ju-rado. Se acordó dejarlo sobre la mesa. Está presente en la sesión del 20. También en la del 23. En ésta se trató del expediente sobre Haría: se vio el dictamen de Jurado, contrario al alcalde, a quien debe amonestarse, con otras providencias. Pérez Zamora insiste en que se renueve to-talmente el Ayuntamiento. Se opone Jurado, pues desea se con-serven los Ayuntamientos de 1843, que no deben caer por re-beldía de una minoría de concejales. Belmonte apoyó a Pérez Zamora, considerando que era un caso de verdadera anarquía. Ramírez también. Se acordó la nueva elección. Jurado pidió constase en acta su voto y se le diera certificación. Se hizo. 124 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 2 1 En la misma sesión, Ramírez y Pérez Zamora presentaron una proposición sobre la falta de brazos en la agricultura por la emigración a Cuba y otras causas, como el llamamiento al servicio activo de cuatro compañías del batallón provincial de La Laguna, por traslado de otras fuerzas a la Península. Se pide cese esto y se hagan los destinos procedentes; y que in-terín, presten servicios los tras batallones de la isla de Tenerife, de iguales partes. Se aprobó y acordó oficiarse al capitán ge-neral. Se acordó felicitar por medio de Comisión al recién lle-gado gobernador civil de la provincia. Se trataba de don Pedro García Arredondo. Se halla también presente en la sesión de 26 de octubre. En ella se cita a don Jimn C~~me l(l(ac~o ntratista del primer tro-zo de carretera entre esta capital y La Laguna)). Sobre los per-juicios ocasionados a La Laguna por haber sido llamadas cua-tro compañías de su batallón provincial, se nombró una Comisión para avistarse con el capitán general: la integran Ra-mírez, Bérez Zamora y Jurado. Don Feliciano denuncia que la ausencia de los diputados Gar-cía Urtus, Castillo y Díaz deja sin representación a los partidos que representan; y pide se les oficie para que asistan a las se-siones futuras, que han de deliberar sobre ((rectificación de las listas de electores para las próximas elecciones de diputados a Cortes)). Se acordó así. La sesión del 2 de noviembre ya aparece presidida por el nuevo gobernador civil -no concurre naturalmente Belmonte-. Está presente Pérez Zamora y curiosamente firma por vez pri-mera con firma entera: 'Feliciano Pérez Zamora': Tambien esta presente en ia de 5 de noviembre. Castillo dijo que ((habiendo vuelto a esta Corporación tan sólo porque pre-sidida ahora por la autoridad legítima [sic] del Sor. Gobernados, podía renovar con éxito las protestas que ya tenía hechas acer-ca de su nulidad e incompetencia por los vicios de su origen eii la iiiay-or de los in&iduos la componían, y tener de la misma autoridad que no le permitiera continuar ocupándose de los negocios públicos de la provincia)). Y para ello, «en el propósito de no tomar más parte en los asuntos que siguiera tratando este Cuerpo prsentaba ante todo la pro- Núm 36 (1990) 125 puesta que contenía el papel que exhibió, firmado por dicho Sor. y el Sor. Jurado [!ID, que se leyó e insertó en el acta. Pro-testan contra la confección de las listas electorales: «La Diputación era, como lo es actualmente, una Junta revolucio-naria, creada en circunstancias contra la voluntad del Gobierno, por la destitución arbitraria que se hizo de los diputados de-cuarenta y tres que estaban funcionando...)). Se abre debate y habla en primer lugar Ramírez, para combatir la protesta, que también inserta en el acta con datos estadísticos. Castillo dis-crepa de los datos aportados. Y toma la palabra Pérez Zamora, para una proposición incidental exclusivamente sobre el pro- B N blema de las listas electorales; proponía suspender la discusión hasta conocer las reclamaciones que contra ellas se hubiesen O n presentado. Se opusieron Jurado y, sobre todo, Castillo, que ne- - m O E gaba toda legitimidad a los diputados, con excepción de Ra- E 2 mjrez y otro. Se puso el tema a votación nominal, y votaron -E a favor de la proposición el gobernador, Ramírez, Pérez Zamora y Mandillo; en contra Jurado, Castillo y Díaz. Y se pasan a es- 3 - tudiar las reclamaciones presentadas. Abierta discusión sobre - 0 m la primera -procedente de La Palma- Díaz dijo que no to- E maba parte ni ahora ni en adelante. También dijeron abstenerse O Jurado y Castillo. A ello observaron Ramírez y Pérez Zamora n E que eran contradictorios consigo mismos, puesto que habían to- - a mado parte en los debates de la Corporación, especialmente Ju- 2 n rado, sin que la única novedad -la presencia del nuevo go- n n bernador- justificara tal cambio de actitud: «O deben dejar 3 O de ser diputados, o cumplir con sus cargos)). El presidente llamó a los diputados al orden, para aprobar o no el dictamen. Díaz ryLr,,r,,,r, rtnrta de nuerg centra esta C ~ ~rn-Ln- r-'a-ur i' A nS e -aYn-r-n- hií e! diC.. tamen por cuatro votos -presidente, Ramírez, Pérez Zamora y Mandillo. Los tres «canarios» hicieron constar su abstención; y se marcharon Castillo y Díaz. El primero volvería a entrar al terminar el tema de las rectificaciones; y vistas las ilegali-dades cometidas en La Palma, pedía se suspendiese la sesión. Pérez Zamora les pidió se pusiesen de acuerdo de si era «pro-testa » o «petición». Dijeron que ambos conceptos, ya que ellos dos eran «los verdaderos legítimos diputados)). El presidente de-cidió que en cuanto protesta, se consignan's en acta; y en cuan- 126 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA 118 19-1900] 23 to a petición, que lo presentaran donde competía -el gobierno civil-; y así se acordó por «los cuatro)). Salió de nuevo Castillo. Y firman todos, salvo Díaz, que no reapareció. En la última sesión en que aparece Pérez Zamora, la del día 13 de noviembre, sólo comparecieron ((10s cuatro)), por lo que sus acuerdos eran interinos. Al cumplimentar lo solicitado por S.M., Pérez Zamora interesa se añada certificación de la renuncia presentada en 1843 por el diputado José Domingo Del-gado Trinidad; del nombramiento de catedrático del Instituto a favor de Gaspar de Vargas y Lecuona; y el Boletín Oficial en que se cita a los acreedores del marqués de Villafuerte. Así se acordó. mmd_ó pasar a !a &misiSr? !a e~p~s i c iSdne Cisti!Jn, Jc-- rado y Díaz sobre petición de suspensión de la Diputación. Fir-man el gobernador, Ramírez, Pérez Zamora y Mandillo. En la siguiente sesión sólo aparecen ya Arredondo, Ramírez y Mandillo -16 de noviembre de 1854-. Don Feliciano se aprestaba a ser elegido diputado a Cortes por Canarias, cosa que nos ocupará el capítulo siguiente. VIII. DIPUTADAO C ORTEPSO R CANARIAENS 1854 En el 23 del mes de noviembre se celebran elecciones a di-putados a Cortes por grandes circunscripciones. Se enfrenta la candidatura progresista y la candidatura de ((Unión Liberal)). Y triunfa aquella. Resulta elegido por Canarias Feliciano Pérez Za- ---- lllV14. Eii Id enceIenie GaIeIiü de rqjlesenfünfes de! yMeb102?, que reproduce unos magníficos grabados, con facsímil de la fir-ma de los interesados, se lee: ((Feliciano Pérez Zamora. Propie-tario. Nació en el Puerto de la Cruz (Tenerife) el 20 de octubre de 18 19. Izquierda)) ". Don Feliciano es, todavía, progresista. Por pece tiempo. En ectus Cortes Cms t i t~ye~t e!e s acmxpar-,ar:a,r, 23 Cortes Constituyentes. Galería de representantes del pueblo (1854). Li-bro de grabados propiedad de la señorita Adela Serra de Armas, cuya gentileza agradezco. 24 Ver la efigie de Pérez Zamora este año en nuestra lámina 111. Gumersindo Fernández de Moratín y González de Carvajal, &en-tro izquierda)); Gregorio Suárez Morales, abogado, propietario, «Derecha»; Juan Monarty, coronel de Caballeria, natural de Güi-mar, ((Centro izquierda)); Silvestre Batista Abreu, natural de San-ta Cruz de La Palma, «Izquierda»; y Camilo Benítez de Lugo y Medranda -íntimo amigo de Pérez Zamora-, abogado y pro-pietario, natural de la villa de La Orotava, Tenerife, «Centro izquierda)) 25. 1. DZScusiÓn de su acta Benítez de Lugo y Pérez Zamora marcharon juntos a Por-tugal para desde allí dirigirse a Madrid, pues los vapores-correos estuvieron suspendidos dos meses. Celebradas las elec-ciones con el resultado visto y antes de que los diputados to-maran posesión de sus cargos, Las Palmas prosiguió en sus pro-testas contra su validez. El que acababa de ser vocal representante de la disuelta Junta de Gran Canaria Laureano Hernández Pérez, prestigioso abogado de Las Palmas, se tras- 25 Puede verse la alocución A los electores. El Comité Central Progre-sista, fechado a 9 de noviembre de 1854, Imp. Isleña, con la candidatura que saldna triunfante [B. UL., Papeles Varios, t. 102, Sigt: C-IV- 14, doc. núm. XV]. Y el impreso Electores, fechado a 23 de ese mismo mes, Imp. y Lit. de D.V. Bonnet, que propugna la candidatura encabezada por el general Ortega [B. UL., Papeles Varios, t. 94, Sigt: C-IV-6, doc. núm. XIII]. CAMILBOE NÍTEZD E LUGOY MEDRANDnaAc ió en La Orotava el 13 de di-ciembre de 1824. Abogado, fue diputado a Cortes en 1854, subgobernador de Gran Canana y después de haber sido gobernador civil de Canarias, lo fue de las provincias de Lérida, Vizcaya y Sevilla. En política fue muy amigo del tantas veces diputado por Tenerife Feliciano Pérez Zamora. El Gobierno provisional le nombró gobernador de Canarias en 1868 «con de-signio de cortar el crecimiento del partido republicano)). Presidiendo la Di-putación Provincial tuvo serios enfrentamientos con el ala radical progre-sista, representada especialmente por su pariente Luis Francisco Benítez de Lugo, Marqués de la Florida. Moriría en Madrid el 5 de septiembre de 1873. Puede verse su retrato de 1854 en nuestra lámina IV. FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 25 ladó a Madrid y allí gestionó cerca del Gobierno la anulación. Fecha a 10 de enero de 1855 un folleto 26. En el tema de elec-ciones, ataca duramente la actuación de la Diputación provin-cial, al gobernador Belmonte, al bastardeo de las listas electo-rales, a la remisión de las actas a Madrid vía Lisboa, al arbitrario arreglo de los distritos, a la destitución de varios Ayuntamientos; y especialmente, a Pérez Zamora, ((individuo de la Junta de Gobierno e intruso en la Diputación, ahora secre-tario del Gobierno civil de la provincia)); a Moratín, ((individuo de la Junta)); a Batista, «Juez de primera instancia nombrado de uno de los Juzgados de aquella provincia)). Y sin nombrarlo, a Benítez de Lugo, «gobernador civil de la misma provincia, y después de la de Teruel). Sólo escapa don Juan Moriarty, quien está ((decidido a no aceptar tal encargo si las elecciones se han practicado de aquel modo)), etc. Pide en consecuencia la nulidad de las mismas. En Las Palmas, a mediados de marzo, se nombran comisio-nes para llevar a cabo las líneas de actuación. Pero hubo gran-des dificultades de financiación. Y refiere Pérez García: «Las propuestas de López Botas para recaudar dinero entre los ciu-dadanos fueron rechazadas y éste terminó dimitiendo de la re-cién creada «Junta Permanente)) para defender y coordinar los esfuerzos locales» 27. 26 Apuntes acerca de las causas que han motivado las rivalidades entre las islas Canarias y el estado de atraso en que se encuentran, y sobre la nulidad de las elecciones de los diputados a Cortes que allí acaban de ve-rificarse. Extendidos por D. L.H., comisionado en la Corte por la Gran Ca-mr iu. h?uVRd, Iri,p. Eib!ietecr, N w i a [!S51 [EU. , ?=,-&S Vc r i~st,. 85, Sigt: C-V-29, doc. núm. XVIII]. Puede verse el dictamen favorable de la Comisión de Actas de 9 de febrero de 1855 en el Diario de Sesiones, t. 111, p. 1364. Y su alusión al voto particular de Tassara. 27 JOSÉ MIGUEPLÉ REZ GARCÍAL:a situación política y social en las Ca-narias orientales durante la etapa isabelina Tesis Doctoral fechada en Las Palmas, noviembre 1987. Leída en la Universidad de La Laguna, Facultad de Geografía e Historia, Departamento de Historia, mereciendo un sobre-saliente cum laude el lunes 7 de diciembre de 1987, bajo la dirección de Mana Teresa Noreña Salto; t. 1, fol. 293, donde estudia las actas de la Junta de Las Palmas de 1843. Núm. 36 (1990) 129 2 6 MARCOS GUIMERÁ PERAZA Pérez Zamora defendió su acta y juró el cargo, en sesión de 13 de febrero de 1855': Pero la cosa no fue nada fácil. Se le acusaba por el voto particular de García Tassara de ha-ber sido miembro de la Junta Gubernativa de agosto de 1854 y luego integrante de la Diputación Provincial. Él sostiene que la Diputación constituida en 18 de agosto, fue ilegal. Hace his-toria de esa ilegalidad. Fueron llamados tres incompatibles: Vi-llafuerte, José Delgado Trinidad y Gaspar de Vargas. El pri-mero, en quiebra. El segundo, empleado del Gobierno. El tercero, había renunciado en 1843. Y además, el diputado de-cano -el propio Villafuerte- se alzó con el mando político de la provincia. El gobernador -Belmonte- separó a los tres miembros. Se constituyó la nueva Diputación el 15 de septiem-bre. Se celebraron las elecciones. Vega Armijo pide ia nulidad de las actas de Canarias, pues se eliminaron no tres sino cuatro diputados. Suárez, electo y vocal de la Junta de 1854, refiere el acuedo de la Junta con Belmonte y el reemplazo del cuarto diputado. López Grado también apoya el voto particular y cri-tica a la Junta Revolucionaria del 54. Suárez defiende a la Jun-ta canaria -compuesta en su totalidad de liberales-, rechaza su unión con el general Ortega, y hace un gran elogio de Mo-riarty. En cuanto a él, Suárez, recuerda que fue diputado entre 1840 y 1843; y jefe político de Albacete; y en la minoría de 1851. Pérez Zamora vuelve a intervenir e insiste en que no se anulen las actas, que dejarían a Canarias sin representantes por un año y para siempre de unas Cortes Constituyentes. Navarro Zamorano habla por la Comisión y defiende la validez de las actas, la actuación de la Junta y la del gobernador interino; y Desde aquí dejamos constancia de nuestra gratitud al autor, que nos ha permitido disponer de un ejemplar de su tesis, tan importante para la figura de López Botas. Recientemente ha sido editada por la Real Sociedad Económica de Ami-gos del País de Las Palmas de Gran Canaria, año 1989. Lo citado ante-riormente puede verse en el texto impreso, p. 153. 28 Diario de Sesiones de Cortes, 13 de febrero de 1855 [B.U.L., Papeles Varios, t. 54, Sigt: A-VII-131. Corresponde al tomo de la Legislatura 8 no-viembre 1854 a 2 septiembre 1856, pp. 2134 a 2151. Vid. asimismo en la B.M.T. el Diario de las Sesiones de las Cortes Constituyentes, núm. 83, del martes 13 de febrero de 1855, pp. 1418 a 1432. 130 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Gunwrsirrdo I;érnurdes rle h/loruti~? Gon;cíle; de Carvalai 11790-18601. Gra-bado cn la Galería de representai?tes rlrl pzrehlo, 1854, propiedad de los her-manos Sci-ra dc Armas. [Foto: Hcrzbcrg.] Juan Moriarty y Dclgoclo-Trinidad [nac. cn Güímar el 14 de ju-lio de 18001. Grabado cn la Galería de representantes del pue-blo, 1854, propiedad de los hermanos Scrra de Armas. [Foto: Herzberg.] FELICIANO PÉREZ ZAMORA j1819- 19001 27 recuerda «la rivalidad desgraciada)) en Canarias. López Grado insiste en que el decano de la Diputación ocupa el puesto de gobernador cuando éste no actúa (Varios Sres. Diputados: No, no). Le contesta Pérez Zamora y rechaza que puede ser go-bernador de la provincia: «Nunca, jamás, en ninguna ley...)); y aclara que él, el último de los electos, obtuvo cerca de 4.700 votos más que las firmas, incluyendo las «de a ruego)). García Tassara, autor del voto particular, lo defiende, basado en el ha-berse violado la legalidad. Se desechó el voto particular por 144 votos contra 47. Luego se votó el dictamen de la mayoría y quedó aprobado, admitiéndose como diputados a los cinco de Canarias. Como veremos, no fue nada fácil conseguir la aprobación de las actas de nuestros diputados. En el Congreso se hizo pronto amigo de Ros de Olano, del duque de la Torre, y singularmente de don Antonio de los Ríos Rosas. Y allí laboró por las obras públicas necesarias en Tene-rife: carreteras, faros, muelles, etc. 2. Sanidad marítima En la sesión del miércoles 6 de junio de 1855 se continuó debatiendo el proyecto de ley de sanidad, sobre el cual ya ha-bía intervenido Pérez Zamora. En ésta de ahora, consigue, de entrada, qe no se limite el número de lazaretos a cuatro -como venía el dictamen- sino «dónde y en el número en que sean necesarios)). Interviene también sobre las cuarentenas a los buques. En estas intervenciones le atendió la Comisión. i T n 3r; ',m c,, n ~ + ; n ;Án A n Fiiim~n+rA\ nl +f in- l r i ; - -un--+.rnrl- A,. LILV U ~ L UI ou ~ \ ~ L I U U I L UL U U L L L \ ~ L ~ L W ULI L u u C - l a J L L A L G ~ L U ~ U V UG derechos para los buques de cabotaje en Canarias, que no logró prosperar. Tampoco consiguió que la Comisión le aceptase dejar claro que los gastos de la sanidad marítima no podrían ser su-periores a los derechos que percibieran, en aras de no dañar al comercio marítimo. Volvió a hablar sobre 12s cfiarentems, apoyando la redacción dada por la Comisión, salvo que viniera su patente visada por el agente consular español. Contendiendo con Figueras, invoca el precedente del año 51, cuando el buque Trueno llegó a Canarias con tres muertos por cólera morbo Núm 36 (1990) 131 asiático, y su capitán dijo haberlo sido por causas naturales. Ese día intervino también el diputado canario Moratín -así nombrado [Diario de Sesiones, núm. 173, pp. 5454 a 54641. En la sesión del 8 de junio volvió a intervenir en el debate del proyecto de ley de sanidad. Discutió vivamente con el di-putado Íñigo, de la Comisión, porque entendía Pérez Zamora que se daba demasiada preponderancia a la clase médica en las Juntas de Sanidad, incluso nombrando secretario a un mé-dico, a lo que él se oponía por razones de competencia admi-nistrativa. Íñigo se duele de su dureza en el hablar. Don Feli-ciano se justifica. «Yo me expreso de una manera un poco brusca, porque no tengo costumbres parlamentarias adquiridas, y porque soy además de un país algún tanto árido, próximo a la costa de &rica». kigo a1 replicarle le dice: «Yo ya sabia de la parte del mundo en que S.S. había nacido, y que allí tam-bién se poseen altamente la finura en la explicación y la sus-ceptibilidad para poder expresarse en los términos decorosos, dulces y siempre amables con que S.S. acostumbra a hacerlo, aunque sea asestando buenas estocadas al corazón de la Co-misión)) [Diario de Sesiones, núm. 174, pp. 5490 a 54931. En la sesión del 21 de junio siguió el debate sobre el pro-yecto de ley de sanidad. Y al leerse el artículo 55, nuevamente redactado por la Comisión, habla Pérez Zamora en contra. Se mantenía el secretario para ((uno de los vocales facultativos)). Insiste en que se disminuya el número de facultativos en la Junta y que el secretario fuese, «como debe ser, el oficial del negociado del Gobierno político)). En réplica, insiste en que las Juntas son (cuerpos administrativos)). Se procedió a votación nominal, y se aprobó el artículo tal y como venía por 72 votos contra 30. Entre los primeros, Batista y Moriarty; entre los de-rrotados, Pérez Zamora [Diario de Sesiones, núm. 184, pp. 5844 a 58511. 3. Carreteras, Milicia En el sábado 30 de junio intervino en la discusión del dic-tamen núm. 597; y llama la atención del ministro de Fomento FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 29 ((sobre el estado ruinoso, o más bien la incompleta incomuni-cación en que se hallan los pueblos de Canarias por falta de caminos)), pidiendo se libren las cantidades necesarias, «con lo que aquel país saldrá del estado de pobreza, o más bien de miseria, en que se encuentra por falta de caminos y del im-pulso necesario a sus obras públicas)). Le contesta Fernández Moratín, por la Comisión, que confirma lo dicho por don Feli-ciano y pide, a lo menos, «el camino de la capital hasta Oro-tava, y aun hasta Icod)). El ministro de Fomento, Alonso Mar-tínez, les promete hacer lo posible. Y Moratín muestra su acuerdo y el de la Comisión al decir «pase al Gobierno)). Se aprobó el dictamen [Diario de Sesiones, núm. 192, pp. 6116 a 61171. Vuelve a intervenir ese día al discutirse el proyecto de ley sobre ia ((Reserva del Ejército)), para tratar de las mili-cias provinciales de Canarias, para las que se pide una organi-zación nueva, una ((organización especial». Le contesta O'Donnell, conde de Lucena, ministro de la Guerra, que sí, y que se dis-minuirá el número de batallones en Canarias [Idem., id., pp. 612441251. El 17 de ese mes de julio se suspendían las sesiones de las Cortes Constituyentes, que se reanudarían el 1.0 de octubre. 4. Ley de Imprenta, Pensiones En la sesión del 4 de diciembre, Pérez Zamora tiene una intervención ((por alusiones)), como miembro que es de la Co-misión encargada de formar las bases de la Ley orgánica de .L_I I~ IC I_I Llpl~o ,r considerar que se está prejuzgando lo que esa Comisión ha de proponer. Pero el presidente Infante le llama «a la alusión)); Pérez Zamora cree que el presidente «está tan severo...)); el presidente dice que quiere que se cumpla el Re-glamento; y don Feliciano concluye: «Si el Reglamento no quie-re 1r-i a- 1o l1 e me siento...)) [Diario de Sesiones, núm. 259, p. 88431. Volvió a intervenir en el debate sobre el Jurado en los delitos de imprenta -sesión del día 5 siguiente- 'al discu-tirse el artículo 1: del dictamen de la Comisión; pregunta que 30 MARCOS GUIMERÁ PERAZA le corrije el secretario Marqués de la Vega de Armijo, y se aprobó el articulo [Diario de Sesiones, núm. 260, p. 88641. En la sesión del sábado 15 de diciembre de 1855 tiene una intervención Pérez Zamora al discutirse una petición -la núm. 839- en que la peticionaria, hermana de un «teniente del 4.0 Regimiento de la Guardia Real de Infantería, que pereció en aquel año [1834] en la defensa de la plaza de Vitoria, cuan-do fue atacada por las hordas que capitaneaba Zumalacárre-gui », llegó tarde en su reclamación por residir en Canarias. Pé-rez Zamora consigue de la Comisión que «pase al Gobierno» para que éste le remita al Tribunal Contencioso-Administrativo y éste dé al expediente «el giro que debe tener [Diario de Se- NB siones, núm. 268, pp. 9136-91371. E E! 15 de mero se recomponía el gabinete, y entraba como nU ministro de la Gobernación Patricio de la Escosura y Morrogh, -- Oo> entre otros nuevos. Era un progresista templado. Había sido di- £ e putado por Canarias en 1844 -aunque entonces no llegaron 2 E los elegidos a tomar asiento en las Cortes. Y ministro del mis- - mo Departamento en el Gabinete polaco de García Goyena, en 5 el cual se había dictado el R.D. de 29 de septiembre de 1847, - - 0 por el que se fundaba la división del territorio nacional en once m E regiones, una de ellas Canarias; disposición que fue suspendida f a pocos días depués. El hecho es que era un fuerte puntal de Gran Canaria. a-E Así lo vio enseguida Laureano Hernández, que al día siguien-te, 16 de enero, vuelve a la carga con otro folleto divisi~nista~~. n n Y el ministro Escosura concibe su Proyecto de división, que publica el 6 de febrero de ese año. Lee su Exposición en el O Congreso el mismo día [Diario de Sesiones, Apéndice 2.0 al núm. 3071. 29 UD~evesc ~n s i d e~n c i o n easce rca de la conveniencia y ventajas de la Di-visión de las Islas Canarias en dos provincias. Por D. L.H. apoderado eri esta Corte de la Gran Canaria. Madrid, Establecimiento Tipográfico a cargo de don Manuel Morales y Rodnguez, 1856 [Museo Canario, Fondo Maf-fiotte, M. 3531. 134 '4NUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 3 1 5. Cesantías de los ministros, Responsabilidades En la sesión del día 14 de abril, núm. 357, se leyó una en-mienda sobre el artículo 2: de (Censatías de los ministros)), fir-mada por Pérez Zamora. Se hacia extensivo el derecho a los que lo hubiesen sido por dos años, en una o más veces, o con-tasen con quince años de servicios al Estado, o ejercido el car-go de senador o diputado en tres elecciones generales. A una pregunta del diputado Ovejero sobre esas elecciones, Pérez Za-mora le contesta que se entiende por tales da que todo el mun-do conoce)), a las que precede convocatoria general, sea por provincias, como en la actualidad)), sea por distritos [Diario de Sesiones, pp. 12374 y 12394-951. Se aprobó la enmienda. En la misma sesión se vieron varias proposicimer. Entre ellas, una pidiendo al Gobierno remita «el expediente instruido durante el ministerio del Sor. Bravo Murillo, sobre compensa-ciones a la familia del Sor. Bertrán de Lis, para que examinado pueda exigirse la responsabilidad que corresponde según las le-yes)). Firmada, entre otros, por Pérez Zamora, aparece en la p. 12380. Como en la p. 12381 y también firmada por Pérez Zamora, aparece otra pidiendo los ((expedientes sobre contratos de anticipos de fondos hechos durante el ministerio del Sor. González Brabo, al efecto de examinarlos y exigir la responsa-bilidad a que hubiese lugar caso de que se hubiese infracción de ley)). 6. Otra vez la Ley de Impventa En ia sesión dei 6 de mayo siguió ia discusión sobre la Li-bertad de imprenta, sobre la Base l.a nuevamente redactada. Pérez Zamora -que se encontraba solo en el banco de la Co-misión- contesta en nombre de ella. Y explica «las considera-ciones que tuvo presentes para redactarla en la forma que hoy tiezeii. Se refiere a los posibles ataques a ia unidad reiigiosa de la Nación, «por medio de libros)). Y con respecto al dogma, dos únicos jueces reconocidos son los obispos)) [pp. 129651. Des-pués de intervenciones como la del ministro Escosura y el di- Núm. 36 (1 990) 135 32 MARCOS GUIMERÁ PERAZA putado Salmerón, se aprobó la Base por 142 votos contra 41. Al discutirse la Base 3.q tiene una fuerte intervención Figueras; y le contesta Pérez Zamora, rechazando el calificativo de «re-trógrada)) que aquél dirigía a la Comisión, referido al depósito de los periódicos políticos. Cree, por el contrario, que es «una base altamente liberal)). Y la enmienda no se tomó en conside-ración [pp. 12978 y ss.]. En la sesión del jueves 8 de mayo continuó la discusión so-bre la Base 5.a Pérez Zamora contestó, evasivamente, a Luzu-riaga: ((Realmente no he podido ponerme de' acuerdo con mis demás compañeros para contestar a las preguntas de S.S.» [p. 13031, del núm. 3761. Al final de esta sesión, habló Pérez Zamora: «A nombre de la Comisión tengo que decir que reti-ramos las bases restantes para redactarlas de nuevo» [p. 130551. En la sesión del 19 siguiente, la Comisión presentó nueva redacción de las bases quinta y siguientes hasta la decimoctava [Diario de Sesiones, núm. 384, p. 133151. En la citada sesión del 8 de mayo de ese año, Escosura ha-bía presentado un proyecto aún más amplio: Proyecto de leyes orgánicas para el Gobierno y Administración provincial y mu-nicipal, presentado por el Sr. ministro de la Gobernación (don Patricio de la Escosura). 7 de mayo de 1856 [Diario de Sesiones, del 8 de mayo, Apéndice segundo al núm. 376, pp. 10591 a 105931. La Comisión nombrada, de la que fue presidente Fermín Caballero y secretario Práxedes Mateo Sagasta, no llegó a emitir dictamen. «Los obstáculos impuestos por los representantes ti-nerfeños »lo impidieron. Fue defendido por el ministro Huelves. El 20 de junio el diputado Gil Sanz preguntaba cuál era la causa de la dilación que se advertía en evacuar la Comisión SU informe, a lo qUe 3c-a-g-a.a-L+a- nnmtoct~,~., xr,,,l,L1d9o , !E C b ~ i s i k fue nombrada, al ver la importancia del asunto se acordó pedir al Gobierno los antecedentes que sobre esto hubiesen. El Go-bierno los remitió pronto, y al ver un expediente tan volumi-noso acordó hacer un extracto. En esto se ha tardado mucho tiemp; pere no comce e! Sr. Gil Sanz y los Sres. diputados, tratándose de un expediente de tanta entidad, y que hace tanto tiempo se está instruyendo, el extracto debía tardarse tiempo en hacer. Hace unos quince días se concluyó. Desde entonces 136 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 33 ha podido adelantarse algo más; pero el presidente y algún otro individuo de la Comisión pertenecen a otras, y sin duda por esto no se ha podido reunir tantas veces cuantas hubiese sido de desear)). Laureano Hernández y el Conde de la Vega Grande lograron que Sagasta «cambiase el ritmo)). El Ayuntamiento de Las Pal-mas «vuelve a crear una Comisión para sufragar los gastos. A propuesta de López Botas, éstos son resultados de contribucio-nes voluntarias, reflejándose amplio interés a la vista de las ins-tituciones e individuos que aportan cantidades)). Pero Hernández y López Botas sufren traspiés ((cuando tratan de recabar ade-lantos para los gastos del primero)). López Botas «abría un cré-dito a favor en Madrid ante un agente financiero quien ade-lantaba cantidades que luego se le giraban desde Las Palmas)) 30. Pero al final, todo terminó sin éxito, con la caída del Go-bierno el 13 de julio, en la célebre crisis deopoldina)). Salieron del Gobierno Espartero y Escosura. Y al día siguiente la reina encargó a O'Donnell formar gabinete. De señalar la actuación de Pérez Zamora el 14 de julio de 1856, cuando ya caído Espartero, hubo extraordinaria agitación en las calles de Madrid. Las Cortes se reunieron en sesión per-manente; y allí se vió una proposición suscrita por Pérez Za-mora y otros, en la que se investía a Espartero como dictador. La presidencia no dio cuenta de ello a la Asamblea; las grana-das de cañón caen dentro del recinto; y pese a ellas, un grupo, entre los que se encuentra Pérez Zamora, grita ($Sigamos deli-berando!)) Y así lo hacen31. A Pérez Zamora, a quien llamaban en su isla natal con el nombrete de Pan y Peras, comienzan a conocerle en Madrid como «El Canario parlante)). Por su parte, Rodríguez Figueroa reconoce que don Feliciano era hombre de gran olfato político^^^. PÉREZG ARCÍAT,e sis. .., cit., pp. 154-155. 3 1 [Ac'REL:P~É REZZ A:GRA], Ni=tas biogrdficcs ..., cit., p. 33. 32 LUIS RODRÍGUEFZIG UEROA1.,' Conferencia sobre Renovación de la po-lítica insular, Ateneo de La Laguna, 23 de diciembre de 1917. Impresa con prólogo de Domingo Cabrera Cruz, La Laguna, Imp. de Suc. de M. Curbelo [1917], pp. 20 y SS. Núm. 36 (1 990) 137 IX. DIPUTADAO C ORTEPSO R LA OROTAVEAN 1858 En el 22 de noviembre de 1858 se celebran nuevas eleccio-nes para diputados a Cortes, y en ella resulta elegido Pérez Zamora por La Orotava. Por Santa Cruz, Manuel Rancés y Vi-llanueva. Por La Laguna. Emilio Bernar. Por La Palma, Santiago Verdugo y Massieu. Por Las Palmas, Manuel B,ertrán de Lis, que derrotó a Patricio de Escosura. Y por Guía, Luis González Brabo, que venció a Nicolás María Rivero. Ya don Feliciano milita en la «Unión Liberal)) de O'Donnell, hasta integrarse en 1871 en la derecha constitucional. Ya estaba en conexión con Posada Herrera, el gran elector. De él dice Miguel de Rosa, secretario del Comité progresista de Gran Canaria en carta a 01ózagaj3: «En 1858 volvieron a salir los dos primeros [Rancés y Bernar] por sus respectivos distritos, y el señor Pérez Zamora, antes progresista y cuya sig-nificación posterior nadie desconoce, y todos tres volvieron a obtener los sufragios en las últimas elecciones de 1863)). La legislatura dio principio el 1: de diciembre de 1858 y terminaría el 27 de enero de 1860. Pérez Zamora presentó su credencial; se remitió dictamen por la Comisión de Actas el mismo día; y se aprobó su acta, quedando admitido y proclamado diputado [Índice, p. 4, del Dia-rio de Sesiones, pp. 330 y 3341. Las sesiones de Cortes se interrumpieron durante el verano de 1859; y se reanudaron el 1: de octubre. Pero volvieron a interrumpirse desde el día 13 de noviembre de 1859, con mo-tivo de la guerra de África, que había sido declarada el 22 de octubre. En esa guerra fue ayudante del general O'Donnell el =&tar pLqerfefia Verdüga y )v{acsieü, e~tar,cesd ipUtuda a Cortes por Santa Cruz de La Palma. Los preliminares de la paz se establecieron el 25 de marzo de 1860. Y sería firmada por el sultán el 26 de abril. 33 Carta de Miguel de Rosa y Báez a Salustiano Olózaga de 1: de mar-zo de 1864. Citada por JosÉ RAMÓNS ANTANGAO DOY,A ctas del partido pro-gresista de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (1808-1872). Anuario del Centro Asociado de Las Palmas de la U.N.E.D. Año 1975, núm. 1, p. 117. 138 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [18 19-19001 3 5 El 27 de enero de 1860 terminó esa legislatura y la nueva se abrió el 25 de mayo. Las sesiones se suspendieron el 5 de julio. Esta legislatura terminó el 28 de septiembre de ese año; abriéndose de nuevo las Cortes el 25 de octubre y el Gobierno convocó elecciones para el 30 de octubre de 1860, que se apla-zaron hasta el 8 de noviembre por la muerte de la infanta doña Concepción. El Gobierno presentó los proyectos de ley de ayuntamientos y de gobiernos de provincia (primera sesión de 1861). González Brabo, que había resultado elegido también por Val-demoro, decidió optar por esta representación, por lo cual se convocó elección parcial en 1861. Figuraban entre los candi-datos Jacinto de León y Falcón, Luis Navarro Pérez, Antonio A . .+ A A 1 D nñ: 1 T)-AL o--- nU5CL -LUIIauu UC UUlILdlCL DldUU-, lV1lgUCl DCLIlCIILUUlL 3U1- tino, Francisco Belmonte y Vilches -en este momento gober-nador civil de Cáceres-, Mijares, Vicente Clavijo y Pló ... No quisieron presentarse Cristóbal del Castillo, López botas ni el Conde de la Vega Grande de Guadalupe. El ministro Posada Herrera prefería a León y Falcón. El Partido Canario decide abstenerse para evitar nuevas divisiones con los «leones» y de-jaron el campo libre a León y Falcón, que al fin resultó elegido34; En los primeros meses del año 1861 se produjo la disidencia de Ríos Rosas y la actitud francamente hostil de Sagasta. 1. Ley de Ayuntamientos y Ley Provincial En la sesión del jueves 31 de enero de 1861, Sagasta pre-guntó qué pasaba con el dictamen sobre la Ley de Ayunta-mientos. Por la Comisión contestó, en primer lugar, Monares diciendo que el dictamen estaba pendiente de redacción; y que pudo venir al Congreso primero el de Diputaciones provinciales y Gobiernos de provincia. Pérez Zamora hubo de añadir otras explicaciones, como «único individuo de la Comisión de Ayun-tamientos que disiente del dictamen de la mayoría)). Explica que la Comisión, que empezó muy bien, ha suspendido los trabajos 34 Para todo esto, ver PÉREZG ARC~Aen, su Tesis.., cit., pp. 196-197. Núm 36 (1990) 139 vanos días; y que él se ha acercado al secretario y otros miem-bros para que diera su dictamen, ((porque de otra manera no podía yo presentar mi voto particular)). Dejó claro que, en su opinión, lo más conveniente hubiera sido que se hubiese em-pezado por la Ley de Ayuntamientos [Diario de Sesiones, núm. 85, p. 23311. Pérez Zamora formaba ya parte de la disi-dencia que encabezaba Manuel Alonso Martínez, que había de-jado su ministerio. En la sesión del 4 de febrero se leyó una enmienda de Pé-rez Zamora al artículo 75 del dictamen sobre ((Organización de los Gobiernos de provincia)), que pasó a Comisión [Diario de Sesiones, núm. 87, p. 2403 y Apéndice segundo, p. 24071. En la sesión del martes 5 de febrero de 1861, al discutirse ese dictamen, Pérez Zamora cedió la palabra al señor García Gómez [Diario de sesiones: núm. 88, p. 24201. Él había pedido la palabra en contra; y dice pensaba aprovechar la ocasión para dejar consignadas sus opiniones respecto a las reformas admi-nistrativas presentadas por el Gobierno; pero sabiendo que el otro diputado pensaba consumir un turno sobre la totalidad, para combatirlo, cedía su turno «con mucho gusto)). El presi-dente decidió que usaría de la palabra mañana. En la sesión del jueves 7 de febrero se leyó por primera vez y pasó a Comisión una enmienda de Pérez Zamora al ca-pítulo l: del título 3.0 del dictamen sobre el proyecto de ley de ((Organización de los Gobiernos de provincia)). Tal enmienda figura en el Apéndice primero a ese núm. 90, y versa sobre las Diputaciones provinciales y sus Comisiones permanentes [Diario de Sesiones, núm. 90, p. 2445 y Apéndice, p. 24671. Se reproduce en el Apéndice tercero, correspondiente al día 8 de lc e- 1u r e r u rL.-r.'i.-u- iri. 91, p. 2501j; así como se inserta otra suya a! ar-tículo 75, párrafo duodécimo, sobre los Consejos de provincia [p. 25031. En la sesión del 14 de febrero se discute el artículo 3: y sus enmiendas, sobre la posibilidad de establecer subgoberna-deres en Menerca y Gran Canuri~. Puest~ U intución n~mind una enmienda de Latorre, no se tomó en consideración por 96 votos contra 69. Entre estos últimos, Pérez Zamora y Gon-zález Brabo; entre aquéllos, Rancés y Bertrán de Lis [Diario 140 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS de Sesiones, núm. 93, jueves 14 de febrero de 1861, pp. 2541 y 25421. En el Apéndice primero al núm. 94, correspondiente al 15 de febrero, firma Pérez Zamora una enmienda al artículo 20 de dicho proyecto de ley sobre las atribuciones de las Diputa-ciones como corporaciones económico-administrativas [Diario de Sesiones, p. 25771. En la sesión del sábado 9 de noviembre de 1861, núm. 2, primera sesión de la legislatura, aparecen en la lista de dipu-tados presentes Bernar, Pérez Zamora, Bertrán de Lis, Rancés y Jacinto León y Falcón [Diario de Sesiones, pp. 8, 9 y 101. En esta sesión resultó elegido presidente Francisco Martínez de la Rosa, que obtuvo 214 votos frente a los 89 que alcanzó Anto-nio de los Ríos Rosas [id., p. 121. En la sesión del 3 de enero, Pérez Zamora reprodujo «el proyecto de ley electoral que el Gobierno presentó en la legis-latura anterior, y que quedó pendiente del dictamen de la Co-misión)). Quedó reproducido y se insertó en el Apéndice segun-do del Diario [Diario de Sesiones, núm. 28, p. 503, Apéndice, pp. 1 a 101. El proyecto está firmado por José de Posada He-rrera ministro de la Gobernación y fechado a 27 de junio de 1860. Canarias aparece en el estado final con 233.784 habitan-tes, a los que corresponden seis diputados. En la sesión del 8, el diputado Calzada pregunta por el pro-yecto Ley de Ayuntamientos; y Pérez Zamora, como de la Co-misión, contesta que la misma está completa, pero que yo no soy ni presidente ni secretario, y que por lo mismo no ha estado en mi mano el que se cite a los demás individuos. Por lo tanto, el estado de los trabajos de esta Comisión es el mismo que tenía al finalizar la le-gislatura pasada [Diario de Sesiones, núm. 31, p. 5821. En la sesión del 20 de enero, Olózaga pregunta a la Comi-sión del proyecto de Ley de Ayuntamientos cuándo creen que podrán presentar dictamen. Pérez Zamora contesta: MARCOS GUIMERÁ PERAZA Yo, desde las primeras sesiones que celebró la Comisión, tuve el sentimiento de no estar de acuerdo con la mayoría en la manera de ver las graves cuestiones que el proyecto de ley entraña. Sin embargo, añade que la Comisión ha trabajado y «está ya a punto de dar su dictamen)); y cree que presentarán sus trabajos «en uno de los días de esta semana)) [Diario de Sesio-nes, núm. 41, p. 8381. En la misma sesión, Pérez Zamora pidió que se reemplazaran varios miembros de la Comisión de Actas, que se hallan ausentes, por tratarse de una Comisión perma-nente y por consolidación de los diputados electos, «que hace muchos días vienen a solicitar que se reuna la comisión)). El vicepresidente dijo que se cumpliría ei articulo 75 del Kegia-mento y las secciones reemplazarían a los ausentes [Idem., id., pp, 840-8411. En la sesión del 21 de enero se leyó una proposición de ley de Pérez Zamora «para que los diputados militares no estén obligados a aceptar ningún ascenso que no sea de escala, ni a desempeñar ningún empleo, destino o comisión que les confiera el Gobierno, a no ser en el caso de guerra extranjera o que se altere el orden público, obteniendo la autorización del Con-greso)) [Diario de Sesiones, núm. 42, p. 867 y Apéndice segundo]. Al no estar presente el ministro de la Guerra, presidente del Consejo de Ministros,Pérez Zamora se reservó «para otro día el apoyo de esta proposición)). En la sesión del 25 de enero de 1862 el diputado Ballesteros preguntó «si la Comisión que entiende el proyecto de Ley de Ayuntamientos ha celebrado la conferencia con el Gobierno, que parece ser el único obstáculo que detiene la presentación del dictamen)). Le contesta Pérez Zamora, que insiste en que es «el único que difiere de las opiniones de los demás indivi-duos » de la Comisión; y aclara que el ministro «no ha asistido todavía a la Comisión)). Contesta también el presidente del Con-sejo, Duque de Tetuán, por que el ministro de la Gobernación «está enfermo)); que el proyecto no es tan urgente como otros pendientes; y que se tardará en poder presentarlo a discusión. 142 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 3 9 Con alguna otra escaramuza entre O'Donnell y Ballesteros [Diario de Sesiones, núm. 45, pp. 931-9321. En la sesión de 4 de abril, Pérez Zamora manifestó que él y Manuel Alonso Martínez presentaban un voto particular al dictamen de la mayoría de la Comisión que ha entendido en el proyecto de ley de Ayuntamientos, «que se está poniendo en limpio en la Secretaría)) [Diario de Sesiones, núm. 94, p. 23641. Tal voto particular se leyó y anunció que se imprimiría y repartiría en la sesión del viernes 11 de abril [Diario de Sesio-nes, núm. 100, p. 25 19 y Apéndice segundo, pp. 1 a 191. Tam-bién en esa misma sesión se dio cuenta de la comunicación de Emilio Bernar participando que habiendo aceptado el cargo de subsecretario del ministerio de Gracia y hcticiri, orenrinciaba al cargo de diputado por el distrito de La Laguna, provincia de Canarias)) [Diario de Sesiones, cit., p. 24981. 2. La cuestión de Méjico En la sesión del 23 de junio, Pérez Zamora formuló al mi-nisterio de Estado dos preguntas relacionadas con la cuestión de Néjico, a saber: si el Tratado de Londres seguía o no vi-gente; y si, en todo caso, España pensaba exigir a Méjico «las satisfacciones que se le deben)). Se pondrían en conocimiento del ministerio [Diario de Sesiones, núm. 149, pp. 3752-31. El mi-nistro de Estado, Calderón Collantes, compareció el jueves 26 siguiente, dispuesto a contestar a la pregunta formulada; Pérez Zamora las volvió a formular de modo análogo. El ministro le dice que ei Tratado está sóio suspenso, no roto; y que el Go-bierno no piensa abandonar las reclamaciones entabladas. Pérez Zamora no se conforma con tal respuesta y dice: Yo aplaudo, señores, la candorosa seguridad con que el señor ~ i n i s t rde~ Estude ssstiene qüe e! tratado de ion- &es está suspenso nada más, y no está roto como algunos creían, y como yo creo y continuaré creyendo, a pesar de las explicaciones de S.S. Yo no sacaré al Sr. ministro de esa dulce ilusión en que está, y que Dios quiera no vengan pronto los hechos a desvanecer. Concedo, pues, al Sr. ministro de Estado que el tratado de Londres no está sino suspenso: convendré con el de S.M. en que el des-acuerdo de los plenipotenciarios de las naciones signatarias del tratado acerca de la inteligencia y extensión del con-venio, y el abandono que España ha hecho de su acción en Méjico, reembarcando sus fuerzas para Cuba, no es el rompimiento más explícito y solemne del tratado: pero aún siendo esto así, yo todavía me permitiré hacer dos o tres preguntas al Sr. ministro de Estado. Si el tratado de Londres no está sino suspenso, ¿cómo es que Francia ha quedado allí sola, realizando por sí, lle-vando a cabo la empresa a que las tres naciones signata-rias del tratado estaban comprometidas? B Segunda pregunta. ¿Tiene el Gobierno la seguridad de N E que la solución mejicana no irá más allá de lo consignado o en el tratado de Londres? n-- Tercera pregunta. Ya sea que Francia realice por sí m O E sola, ya sea que realice con el concurso moral de Ingla- E terra la solución de la cuestión mejicana, jcree el Gobier- 2 E no de S.M. que el día próximo a esa solución tendrá fuer- - za bastante, medios suficientes para influir en esa solución 3 a que nosotros especialmente interesa? -- 0 m Ante la nueva contestación de1 ministro, insiste don Feliciano: En efecto, el Sr. ministro de Estado ha contestado a la idea principal que envolvían mis preguntas, pero ha dejado sin contestar a una que iba muy expresa y que la repeti-ré. Deseaba yo saber si en el desenlace de la cuestión me-jicana, habiendo quedado sola en aquel país la Francia, estaremos nosotros suficientemente representados allí para ejercer la influencia que debemos ejercer por los lazos que nos unen con aquel pueblo, con los intereses que tenemos en las Antillas, y por otra porción de consideraciones que no se escaparán a la penetración del Sr. ministro de Es-tado. Mi pregunta acerca de este punto es si el Gobierno tiene seguridad de que en la solución de este asunto he-mos de estar allí representados, ya sea diplomática, ya mi-litarmente. Calderón Collantes le tranquiliza insistiendo en que los agra-vios serán satisfechos [Diario de Sesiones, núm. 151, pp. 3800 a 38021. 144 ANUARIO DE ESTUDIOS ATU'NTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 3. Cuestión de Marina En la sesión del viernes 27 de junio se vio una interpelación del diputado Ulloa sobre la contrata de cáñamos para el de-partamento de Cartagena; allí Madoz intervino, dejó en buen lugar al ministro de Marina, general Zavala, Marqués de Sierra Bullones. Una alusión del diputado Belda «a la fracción de los disidentes)) hizo que Pérez Zamora pidiera la palabra para decir: Ninguno de los diputados de la fracción disidente a que tengo el honor de pertenecer, ha puesto en duda la mo-ralidad de la administración actual, y mucho menos la del Sr. m. in. istro de Marina en particular; porque de todas las GpOsiciuGes qüe se sientan eii estos bancos, ninguna con menos razón que la disidente pudiera dirigir cargos de cier-ta naturaleza a un ministerio que apoyó durante dos años, y del cual se separó, creo que con sentimiento de todos los individuos que la componen, por una cuestión mera-mente política. Hecha esta manifestación, cuya lealtad nadie podrá po-ner en duda, nosotros no hemos tomado parte alguna en esta discusión, ni tampoco la tomaremos en la de mañana; yo creo que el Sr. ministro de Marina quedará satisfecho de la actitud reservada y digna que la oposición disidente ha guardado en esta ocasión [Dian'o de Sesiones, núm. 152, pp. 3855 y 38361. El 2 de julio de 1862 suspendió el Parlamento sus sesiones. Las disidencias se sucedían; y ya figuraban apartados, además de Ríos Rosas y Mon, los progresistas resellados. Se declaró terminada la legislatura de 1861 y e! 1.0 de diciembre de !S62 se abrió la nueva. El martes 2 se abrieron las sesiones de esta legislatura; y en primer lugar se aprobó el acta de la Junta preparatoria ce-lebrada el 30 de noviembre anterior, que estuvo presidida por Jacinto de León y Falcón, dip~itado por Giiia. E! Red Decreto de convocatoria llevaba fecha 31 de octubre. En la lista de di-putados aparecen -además de León- Feliciano Pérez Zamora, Manuel Bertrán de Lis y Emilio Bernar. Faltan, pues, Santiago Verdugo Massieu y Manuel Rancés Villanueva. MARCOS GUIMERA PERAZA 4. Cuestiones electorales En la sesión de 5 de enero, preguntó al ministro de la Go-bernación sobre la elección municipal de la villa de Cuevas de Vera, provincia de Almena, por donde salió elegido un diputado «que ha venido recientemente de la minoría progresista a pres-tar su franco y decidido apoyo al Gobierno)). Y pregunta: (Tiene S.S. noticia de las ilegalidades, de los abusos co-metidos en las elecciones de Cuevas de Vera? ¿Sabe S.S. de qué manera, con qué superchería se han falsificado las listas electorales, eliminando de ellas a última hora treinta electores de los principales contribuyentes del pueblo para ser reemplazados por otros tantos que no pagan un solo real al Estado? ¿No cree (...) que el apoyo que esos abusos han encontrado en el gobernador interino (...) puede dar lugar a sospechar que el Gobierno trata de premiar con un exceso de influencia moral conversiones recientes? Le contesta el ministro Posada Herrera. Le reprocha «hacer cargos sin aducir pruebas)). Afirma que el Gobierno no se mez-cla en esas elecciones. Que acude a los Tribunales. Los expe-dientes análogos han sido enviados al Consejo de Estado, etc. Pérez Zamora insiste en que sus cargos van contra el go-bernador interino. Y en la existencia de la falsificación [Diario de Sesiones, núm. 11, pp. 55, 57, 58 y 591. 5. La fiebre amarilla en Canarias En la sesión del miércoles 14 de enero formuló Pérez Za-mora una pregunta al ministro de Fomento sobre el estado con-flictivo de la provincia de Canarias, con motivo de la fiebre amarilla, en el sentido de «si está dispuesto a sacar inmediata-mente a licitación las obras públicas cuyos planos y presupues-tos están ya aprobados, y a activar aquellas otras que todavía están en estudio)). El ministro, Marqués de la Vega de Armijo, contestó hacien-do constar las obras que están en marcha. Pérez Zamora da 146 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS FEUCIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 43 las gracias [Diario de Sesiones, núm. 18, pp. 210 y 2111. En el mismo- sentido que don Feliciano preguntó también Luis Brabo -como se recordará, diputado por Guía que fue en estas Cortes. El Gobierno entró en crisis y O'Donnell, ya Duque de Te-tuán, fue encargado de formar nuevo gabinete [Diario de Se-siones, núm. 20, 16 de enero de 1863, p. 2361. El 18, entre otros cambios, el Marqués de la Vega de Armijo pasó al ministerio de la Gobernación. 6. Otra vez sobre la Ley de Ayuntamientos En la sesión del miércoles 21 de enero, Pérez Zamora hubo de contestar a Calvo Asensio una pregunta sobre el estado de la Ley de Ayuntamientos, como individuo de la Comisión, re-cordándole que en la legislatura anterior la mayoría de ella, lo mismo que la minoría, «han puesto sobre la mesa, aquélla su dictamen, y ésta su voto particular)}. Por su parte, el ministro Vega de Armijo desmintió que en el Gobierno anterior se hubiera rechazado el voto particular de los Sres. Alonso Martínez y Pérez Zamora [Diario de Sesio-nes, núm. 23, pp. 291 y 2921. Ese mismo día fue nombrado don Feliciano para integrar la Comisión que presentara a la reina la contestación al discurso de la corona. En la sesión del sábado 24 de enero se registra una alusión personal de Cánovas dei Castiiio a Ríos Rosas sobre la Ley de Ayuntamientos, recordando que la mayoría de la Comisión pre-sentó una fórmula, de acuerdo con el Gobierno; y que «esa fórmula ha sido combatida en el seno de la Comisión, hábil-mente, persistentemente, elocuentemente, por los individuos que despüés han firmado el voto particular)). Contesta Pérez Zamora. Dice así: Me alegro de que me haya tocado usar de la palabra para responder a las alusiones del Sr. Cánovas, después de ha- Núm. 36 (1990) 147 MARCOS GUIMERÁ PERAZA ber oído las manifestaciones que ha hecho el Sr. Mon acerca de sus opiniones sobre la Unión Liberal. Esas ma-nifestaciones, importantes por la respetabilidad de la persona que las ha hecho, justifican mi actitud respecto de las leyes orgánicas presentadas, y mi actitud en el seno de la Comisión de ayuntamientos donde combatí la fór-mula presentada por el Sr. Posada Herrera, ministro en-tonces de la Gobernación. Yo creí entonces, y sigo cre-yendo ahora, que aquella fórmula corresponde a las explicaciones que ha dado el Sr. Mon; yo creía entonces, y sigo creyendo ahora, que las transacciones que la ma-yoría de la Comisión proponía en unión del Sr. Posada Herrera como propias de la Unión Liberal, no eran la fór- B mula que nosotros debíamos admitir. N E Voy ahora a hacer una aclaración respecto de lo que o ha dicho el Sr. Cánovas. Yo digo a S.S. que la minoría n de la Comisión combatió la fórmula del Gobierno y de la - m O mayoría, y yo no sé si por habilidad o por circunstancias E puramente casuales no llegamos, los que componíamos SE aquella minoría, a formular nuestra opinión, ni a oponer - solución a solución. La minoría de la Comisión ha pre- 3 sentado sus soluciones al Congreso de los Diputados; el - Gobierno de S.M. puede examinar si esas soluciones son - 0 m más conformes a los principios de la UniíPn Liberal y, so- E bre todo, si son más gubernamentales. Yo lo único que U tengo que decir es que muchas personas del partido con- - servador, y de las que pertenecen a eso que se ha llama- -£ do partido reaccionario, sostienen que las fórmulas de la a minoría de la Comisión eran más gqbernamentales que las 2 n de la mayoría y las del Gobierno. Este, pues, se halla en n n el caso de admitirlas o rechazarlas [Diario de Sesiones, 3 núm. 25, pp. 363 y SS.]. O El sábado 7 de febrero, bajo la presidencia de Diego López Ballesteros, hay una reclamación de Pérez Zamora sobre el acta de la anterior, porque el ministro de la Gobernación «hizo alu-siones graves a una fracción de esta Cámara a que tengo la honra de pertenecer)). Y sigue: ((Nosotros no nos levantamos en-tonces a contestar a estas alusiones, porque nos reservamos ha-cerlo por medio del ilustre jefe de esta fracción, con quien el Gobierno había contraído compromisos solemnes». En este pun-to le corta el presidente: «Eso no tiene nada que ver con el acta». Hay un tumulto y se acuerda votación nominal para la 148 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-1900J 45 aprobación del acta. Pérez Zamora insiste: ((Conste, pues, que e1 Sor. presidente ahoga mi voz)). Se aprobó con los-votos-de Bernar, León y Falcón y Pérez Zamora. Y se suspendieron las sesiones de esa legislatura [Diario de Sesiones, 7 de febrero de 1863, núm. 36, pp. 609 y 6101. Pocos días más tarde cayó el gabinete OIDonnell, formando Gobierno el Marqués de Miraflores. En la sesión del lunes 13 de abril, núm. 40, sobre la discusión relativa a la interpelación del Sor. Rivero sobre la crisis pasada y la formación del nuevo ministerio, el diputado Barca alude y ataca a Alonso Martínez como miembro de la Comisión de ayuntamientos, diciéndole que a sus «opiniones políticas o personales, a sus compromisos de fracción, o a sus compromisos de provincia ... sacrificamos nosotros uno de los mejor estudiados ciei proyecto de ley presentado por el Gobierno, una de las soluciones más fecundas y más prácticas: la cuestión de las grandes munici-palidades)). Ante aquella alusión pidió la palabra Pérez Zamora. Por ser poco frecuente oirle disertar por extenso, la transcri-bimos íntegra: Voy a molestar por muy poco tiempo la atención del con-greso. Estaba muy ajeno de creer que habría de tomar parte en esta discusión, y mucho menos con motivo de alusiones que me dirigiera el Sr. Barca. S.S. no me ha alu-dido directamente, pero lo ha hecho refiriéndose, sin hacer ninguna excepción, a todos los individuos de la Comisión de ayuntamientos, a quienes ha querido S.S. presentar como personas veleidosas que sostenían hoy una solución que mañana desechaban. Yo tengo que ser muy explícito en esto., p. orque en aquella Comisión, no sólo representaba mis upiriiunes pcrsun&s, sino ~aiillr>i~ilia s que profesa eri la cuestión de ayuntamientos la fracción política a que ten-go la honra de pertenecer. Yo apelo a la memoria de los Sres. diputados indivi-duos de aquella Comisión; yo apelo al testimonio de todos ellos, para que digan si durante los debates, los largos de-h3tP. z n,,a + , , T I ; ~ T A ~ 1llrn"V ",.nV,-.rl TI- l-'- ,...a'-+:rinnr -..- -- V C I L ~ y~u c L U Y I ~ I V I I 1u~j-i ULLL La u~ I a a L U L ~ L I U L I G ~ YUG GIL-trañaba el proyecto de ley del Gobierno, convine yo con alguna de esas soluciones que propuso la mayoría. Tam-bién debo recordar que en todas aquellas discusiones en-contré a varios individuos de la mayoría dispuestos a tran- Núm. 36 (1990) 149 46 MARCOS GUIMERÁ PERAZA sigir conmigo, no en los puntos sustanciales, pero sí en todas las cuestiones relacionadas con la organización de los ayuntamientos; siendo de notar que el que mayores obstáculos puso siempre fue el Sr. Barca. S.S. sí que fue intransigente; S.S. sí que estuvo siempre lejos de ese cen-tro conciliador de que nos ha hablado y al que quiere traer hoy al Sr. Monares. Y con este motivo voy a recor-dar un hecho que explicará bien a los Sres. diputados el espíritu de conciliación de que estaba animado el Sr. Bar-ca, el Sr. Barca, que desde que comenzaron los debates sostuvo el ensamiento del Gobierno hasta en los detalles más insigniF i cantes. Discutíamos leyendo el impreso del proyecto de ley pre-sentado por el Gobierno de S.M.; llegamos a un artículo, B N artículo ininteligible para todos; artículo cuya significación E no se podía comprender: yo llamé la atención de mis com- O pa5ems s ~ b r ees te. E! Sr. Earcu pronunció en sli defensa n-- m un discurso vehementísirno, y yo, entretanto, comparando O E el impreso con el original, llamé la atención de la Comi- E 2 sión, y la hice observar que faltaba todo un renglón que E variaba completamente el sentido del artículo, si es que - conservaba sentido alguno. Esta circunstancia la he traído 3 a la memoria, porque me recuerda que ella me sirvió para -- comprender desde luego el espíritu intransigente que ani- 0 m E maba al Sr. Barca, que hoy se ha querido presentar aquí como conciliador. El Sr. Barca ha tratado casi por com- o pleto de la Ley de Ayuntamientos, y la ha querido discutir n en sus puntos más principales. Yo no voy a seguir a S.S. -E en esa discusión; ya el Sr. Alonso Martínez se ha ocupado a 2 de ella, y yo nada tengo que decir. Añadiré solamente una n cosa, y es, que mientras el Sr. Barca y algún otro indivi- n duo de la Comisión sostenían el pensamiento formulado 3 por el Gobierno de S.M. respecto a la supresión de los O pequeños ayuntamientos; nosotros, por espíritu de conci-liación, aceptábamos la solución que en esta parte propuso la mayoría de la Comisión, que es casi igual a la de la minoría. Yo, señores, no he tenido ninguna intervención en la transacción que el Gobierno de S.M. quiso hacer con la fracción política a que pertenezco respecto de la cuestión de ayuntamientos. Lo único que puedo decir es, que cuan-do el Sr. Alonso Martínez fue iiamado a esa conferencia que se tuvo en casa del que entonces era ministro de la Gobernación, previendo que pudiera tenerse la exigencia de que la minoría de la Comisión retirase su dictamen ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 47 para que se discutiese el de la mayoría, yo le dije que tuviese presente que estaba resuelto a no retirar el voto particular, que estaba decidido a arrostrar el debate, y que de esta declaración que le hacía partiese para celebrar la conferencia. Hechas estas declaraciones, que se refieren a la pe-queña participación que he tenido así en la cuestión de la Ley de Ayuntamientos como en las negociaciones últi-mas, no quiero cansar más la atención del Congreso, pre-tendiendo tan sólo que quede bien consignado que ni en el seno de la Comisión he convenido en ninguna solución que después hubiese abandonado, ni fuera me presté a otra cosa que a aquello que mis amigos políticos convi-niesen digna y decorosamente [Diario de Sesiones, pp. 690 y 6911. En la sesión del 20 de abril, núm. 46, Figueras contendiendo con el ministro de Gracia y Justicia, Monares, alude a su triste papel en la Comisión de ayuntamientos, donde después de estar comprometido con la minoría, formada por Alonso Martínez y Pérez Zamora para firmar su dictamen, cambió y firmó con la mayoría, creo que con sorpresa del Sor. Pérez Zamora y del señor Alonso Martínez)) [Diario de Sesiones, p. 8291. Pero no hubo más. El Gobierno suspendió las sesiones el 6 de mayo y más adelante disolvería las Cortes el 12 de agosto. Las nuevas fueron convocadas para el 4 de noviembre de ese año de 1863. Y así acababa esta importante etapa de Pérez Za-mora como diputado. X. DE NUEVO DIPUTADO A CORTES POR LA OROTAVA EN 1863. 1864 Y 1865 1. Elecciones de octubre de 1863: Jefe de la Sección de Orden Público de la Gobernación Dajo el Gobierno presidido por ei Marqués de Mirafiores se celebraron nuevas elecciones el 11 de octubre de 1863. En ellas los progresistas acordaron el retraimiento. Por Santa Cruz de Tenerife resultó elegido Manuel Rancés y Villanueva; y Pérez Zamora resultó otra vez elegido por La Orotava. Por La La-guna salió Emilio Bernar. Por La Palma fue electo Vicente Cla-vijo y Pló, que sena sustituido por Santiago Verdugo y Massieu. Por Las Palmas, Manuel Bertrán de Lis; y por Guía, Rafael de Muro y Colmenares -ya Marqués de Someruelos- que derro-taba a Jacinto de León y Falcón, con el apoyo del subgober-nador de Las Palmas, hermano del marqués candidato. Con este motivo, se produce una nueva e importante crisis en el Partido Canario. Se esci..de de él el grupo «leonista», capitaneado por los hermanos Juan y Fernando de León y Castillo, que tenía entonces un marcado carácter unionista. Esto se verá más cla-ramente en las elecciones de 1865. De anotar que uno de los motivos que tuvo el Partido Canario para desplazar a León y Falcón era «una serie de desaires recibidos)) por él. Por ejemplo, sobre la obtención de «la carretera de Guían; o «la derrota de1 candidato que propugnaban frente al de Santa Cruz en la no-minación de un juez en la capital. Fue derrotado por Pérez Za-mora que logró aupar a su favorecido,) m subrayado es nuestro] 35. Del mismo día de las elecciones, 11 de octubre de 1863, es una carta desde Madrid dirigida por un grupo de canarios al director de La Correspondencia de España, protestando contra la revista Las Canarias que publica un artículo sobre la supre-sión de la escala de los Correos-trasatlánticos en las islas. La reproduce el periódico E2 Fénix de Santa Cruz de Tenerife del día 23 siguiente, en su página 2, a petición de los firmantes. Dice así: Sr. director de La Correspondencia de EspaMa. Muy Sr. nuestro: Los que suscriben, naturales de la pro-vincia de. Canarias, ruegan a V. se sirva insertar en su apreciable periódico las presentes líneas, en que protestan contra las ideas emitidas en un artículo de la revista lla-mada Las Canarias, artículo en que, con verdadero asom-bro nuestro, se patrocina bajo condiciones de todo punto inadmisibles el pensamiento del Lloyd de Barcelona sobre la supresión de la escala de los Correos-trasatlánticos en a uellas islas, cuyo centinela avanzado dice V. que es la ta9 Revista. 35. PÉREZ GARCÍA, Tesis ..., cit., p. 198. 152 FELICIANO PÉREZ ZAMORA [18 19-19001 49 Hacemos esta protesta, sin perjuicio de tratar el asunto con la detención, que su importancia requiere. Madrid, 11 de octubre de 1863. B.L.M. de V. Feliciano Pérez Zarnora.-Juan Ravina.-Ignacio Pérez Ga1dós.-Valeriano Fernández Ferraz.-Rafael de Castro y Hostía.-José P. Sansón.-Luis Navarro Pérez.-El Marqués de la Florida.-Francisco de Monteverde.-Benito Pérez Gal-dós.- Faustino Méndez.-Miguel de Cámara.-Valeriano San-tos.- Barcino Guimerá.-F. Canino.-Andrés Sansón.-Victor Fernández.-Juan Bartlett Tarrius.-Manuel Lemes.-Manuel 0livera.-Pedro Ca1derín.-Francisco Doreste de los Ríos.-José de Paz Peraza.-Wenceslao Leal.-Delfino Ver-gara.- Luis Miranda.-Vicente Hernández.-Eduardo Domín-guez y Alfonso.-Juan Madan.-Ildefonso Larroche.-Miguel Massieu.-Camilo Saavedra. Para este enfrentamiento con la revista Las Canarias, que dirigía el palmero Benigno Carballo Wangüemert, puede verse nuestro trabajo El radical Marqués de la Florida (1 83 7-1 876), Aula de Cultura de Tenerife, 1982, pp. 18 a 26. A) Discusión de las Actas Las sesiones comenzaron el 5 de noviembre de 1863. Habían presentado en secretaría el acta de su elección Pérez Zamora y Bertrán de Lis [Diario de Sesiones, núm. 2, pp. 8 y 91. Y des-pués de la Junta preparatoria, el Marqués de Someruelos [Id., id., p. 111. Para vicepresidente obtuvo Bernar 98 votos y un voto Pérez Zamora [Id., id., p. 121. Emiiio Bernar habla pre-sentado su acta después de la sesión del 5 [Diario de Sesiones, núm. 3, 6 de noviembre, p. 161. Ese día quedó elegida la Co-misión auxiliar de Actas; y entre ellos, figura Pérez Zamora [Idem., id.], que obtuvo un voto para la Comisión permanente [id., id.]. La Comisión de Actas admitió como diputado por La Orotava a Pérez Zamora [Idem., p. 211. Y fue proclamado como diputado en la sesión del 10 de noviembre, núm. 5 [Diario de Sesiones, p. 301. Bertrán y Bernar fueron propuestos por la Co- Núm 36 (1 990) 153 50 MARCOS GUIMERÁ PERAZA misión de Actas -con la firma de Pérez Zarnora- como di-putados por Las Palmas [Idem., p. 321 y La Laguna [Id., p. 331, quienes serían proclamados diputados en la sesión del 11 de noviembre, núm. 6 [Diario de Sesiones, pp. 36 y 371. Ese día propuso la Comisión de Actas se admitiese como diputado al Marqués de Someruelos, quien sería proclamado diputado en sesión del 12 de noviembre, núm. 7 [Diario de Sesiones, p. 421. En la sesión del día 13 de noviembre se discutieron varias actas; y entre ellas la de Malagón, Ciudad Real, para la que pidió la palabra en contra Uhagón. Le contestó por la Comisión Pérez Zamora, que alude a la influencia moral de que hablaba el anterior ministro de la Gobernación [José de Posada Herre-ra]. Le replica Uhagón que él no fue nunca candidato ministe-rial, ni aún en tiempo de Posada; «y apelo al Sor. Pérez Za-mora, candidato ministerial del Sor. Posada Herrera, que podrá contestarse a sí mismo». Pérez Zamora le contesta diciendo: «Yo no he sido candidato ministerial ni ahora ni entonces ... El mi-nisterio aceptó mi candidatura, pero no hizo nada por ella; así es que tuve una lucha empeñada y vine solo por ocho votos de mayoría t...). Disintiendo luego de la política del Gobierno, me separé franca y lealmente, manifestándolo así de un modo bien terminante y explícito». Posada Herrera se desmanda y ha-bla de «cobardes»; que «en público y en secreto me han estado combatiendo cinco años)); y que no pueden invocar sus princi-pios «sin cubrirse el rostro de vergüenza)). Don Feliciano exige se le diga si entre esos está él. Posada dice que se dirije a da inteligencia)), no a da conciencia)). Pérez Zamora insiste en que se diga si las palabras «cobardía» y «dignidad» se han referido a él. Posada insiste en aquella distinción. Y Pérez Zamora con-cluye diciéndole que su inteligencia podrá ser «pobre»; pero «lo que es cobarde no lo ha sido para combatir la política del Ga-binete de que su señoría formó parte)) [Diario de Sesiones del viernes 13 de noviembre de 1863, núm. 8, pp. 46, 50, 51, 54 y 551. En la sesión del 16 de noviembre, Pérez Zamora por la Co-misión, defendió el acta de Mondoñedo [Diario de Sesiones, núm. 10, pp. 1 14 y 1151. 154 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [IS 19- 19001 5 1 Dos días más tarde don Feliciano hubo de intervenir en la discusión sobre el acta de Almazán [p. 1551. Y en la de Caspe, donde se alegó un cohecho sin pruebas (pp. 157 y 158). Tam-bién hubo de intervenir en la sesión del 23 de noviembre, al discutirse el acta de Castuera, por haber sido derrotado allí don Adelardo López de Ayala, con el diputado Mena y Zorrilla. La discusión se centró en la destitución de los alcaldes y de los ayuntamientos. Después de varias intervenciones de Mena y otros diputados, se aprobó el dictamen de la Comisión y quedó admitido el diputado [Diario de Sesiones, 23 de noviembre de 1863, núm. 15, pp. 207 y 2211. Los cuatro diputados por Canarias presentes -Pérez Zamora, Bertrán de Lis, Bernar y Marqués de Someruelos- juraron su cargo en la sesibn de! miércoles 25 de nmicmhre de !%? e2 que quedó constituido el Congreso [Diario de Sesiones, núm. 17, pp. 242 y 2441. En la sesión del 30 de noviembre se dio cuenta del oficio del ministro de la Gobernación -Florencio Rodríguez Vaamon-de- de fecha 25, en el que comunica a los secretarios del Con-greso el Real Decreto de 13 anterior, por el que se nombra ((Jefe de la Sección de orden público del ministerio de la Go-bernación a D. Feliciano Pérez Zamora, oficial electo de la clase de primeros del mismo ministerio». También se nombró a So-meruelos Jefe de la Sección de construcciones del repetido mi-nisterio [Diario de Sesiones, núm. 20, p. 2881. Tal cargo lo des-empeñana Pérez Zamora hasta el 10 de febrero de 1865 (Real Decreto del día 8). En la sesión del 21 de diciembre, Pérez Zamora quedó nom-brado para la Comisión de Casos de reelección [Diario de Se-siones, nüm. 41, p. 8081. .Y, por último, en la sesión del 22 se dio cuenta de una co-municación de don Feliciano en la que manifestaba que «re-nunciaba el cargo de diputado por el distrito de La Orotava, provincia de Canarias)). El Congreso acordó se pusiese en co-nociiiiiieriio del Gobierno ((para los efectos consiguientes)) [Diako de Sesiones, núm. 42, p. 8101. Núm 36 (1990) De interés resaltar que en la sesión del 7 de enero de 1864, se vio una exposición de don Vicente Clavijo [y Pló], {(diputado electo por el distrito de Santa Cruz de La Palma, solicitando se suspenda la discusión del acta de dicho distrito hasta que pueda presentarse a defenderla)) [Diario de Sesiones, núm. 44, p. 8431. Cuya acta había sido remitida al Congreso por el mi-nistro de la Gobernación el 29 de diciembre anterior, a recla-mación del propio Congreso. El mismo día se dio cuenta del Real Decreto de 31 de diciembre por el que se manda proceder a nueva elección en el distrito de Orotava. Pero los días del ministerio Miraflores estaban contados. No pudiendo llevar adelante sus tareas de Gobierno, dimite el 17 de ese mes de enero de 1864. Le sucede Lorenzo Arrazola, que lleva en Gobernación a Antonio Benavides. En la sesión del vier-nes 26 de febrero de 1864'se presentó el acta de elección por La Orotava en favor de Pérez Zamora; así como el dictamen de la Comisión de Actas en el que, pese a las protestas de va-rios electores que afirman «que la acción de la autoridad ha coartado la libre emisión de los sufragios)) y que Pérez Zamora «no paga la contribución necesaria para ser elegido)); y no pre-sentándose {{documento alguno para probar sus asertos)) y en vista de que «el candidato electo ha obtenido una mayoría de 91 votos, y de que ha presentado los recibos de contribución necesarios para acreditar su aptitud legal)), pide se apruebe el acta y se le admita como diputado [Diario de Sesiones, núm. 71, p. 13191. En la misma sesión se discutió las elección por Santa Cruz de La Palma, cuyo candidato [Vicente Clavijo] «no ha podido presentar el acta ni venir a este sitio)). La Comisión propuso SU aü!idad. Rzlmero Robledo presentó ayer ünu expsiciSn de! diputado «en la cual suplica que se le espere hasta los primeros días de marzo». Calderón Collantes pide también la espera. Des-pués de una larga y casi insólita discusión, se retiraron dicta-men y voto particular, concediendo así una espera al diputado Clarije [Diarig de S ~ C ~GMcúPmC. ,7 1, cit., pp. 1119 y 13271. En la sesión siguiente, del 27 de febrero, se aprobó el dic-tamen de la Comisión de Actas y quedó admitido y proclamado diputado por La Orotava Pérez Zamora [Diario de Sesiones, 156 .4NLL4 RIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 53 núm. 72, p. 13351. Juró, tomó asiento e ingresó en la séptima sección. Pero en la sesión del 29 de febrero se dio cuenta del co-municado del presidente del Consejo de Ministros dando noti-cias de haber presentado a la reina la dimisión del ministerio y pidiendo se suspendieran las sesiones; lo que así se acordó [Diario de Sesiones, núm. 73, pp. 1341 y 13431. Le sucedena Ale-jandro Mon desde el 1: de marzo de 1864, con Antonio Cáno-vas del Castillo en Gobernación. En la sesión del 15 de marzo se recoge la necesidad de nue-va elección por el distrito de Santa Cruz de La Palma, por ha-ber sido declarada nula por el Congreso el acta de elección [Diario de Sesiones. núm. 83, p. 14361. En la sesión del 10 de mayo continuó la discusión del dic-tamen sobre incompatibilidades parlamentarias; y sobre el ar-tículo 3.0 intervino Pérez Zamora en contra, para destacar que era necesario ampliar los plazos para las elecciones generales en Canarias. La Comisión le acepta aumentar el plazo de 15 días a un mes para las Islas, cosa que Pérez Zamora agradece [Diario de Sesiones, núm. 12 1, p. 24461. En la sesión del 17 de mayo fue proclamado diputado por Santa Cruz de La Palma Santiago Verdugo y Massieu, quien ese mismo día juró su cargo y tomó posesión de su escaño [Diario de Sesiones, núm. 125, pp. 2608 y 26311, ((anunciándose que ingresaba en la séptima sección». B) Los presupuestos En la misma sesión continuó la discusión del dictamen sobre presupuestos. Y al leerse el artículo 11.0, sobre las provincias vascongadas, se publicó la existencia de una enmienda de Pérez Zamora, en el sentido de añadir «y la de Canarias)). Con él fir-ma entre otros y al final José Luis Hlvareda [sic]. Pasó a Co-misión. Y leída segunda vez, tomó la palabra don Feliciano. Voy a decir muy pocas palabras en apoyo de la enmienda que en unión de otros Sres. diputados he tenido la honra de presentar a la consideración del Congreso, porque creo tan clara y explícita la justicia que en nombre de la pro-vincia de Canarias reclamo, que no pongo en duda que así el Gobierno como la Comisión de Presuuuestos se ser-virán aceptarla. Señores: la provincia de Canarias, cuyas circunstancias especiales la han privado hasta ahora y continuarán pri-vándola en adelante de los beneficios de los ferrocarriles, contribuye desde que éstos se establecieron en España, va a sufrir el injusto gravamen de la parte que le corres-ponderá en el aumento de 30 millones en la contribución territorial y de 20 en la de consumos con que el Gobierno ha creído deber recargar al país en general, como una su-brogación de todas esas subvenciones. Esto es, el Estado se encarga de subvencionar .é l s. olo la construcción de las vias férreas, !ibra a !as prG7v:nc:us de !u terceru parte cor? que contribuían, pero impone al país un aumento en cier-tas contribuciones. Veo que el Sr. ministro de Hacienda me hace una seña negativa; pero yo no puedo entender de otra manera la redacción del art. 11. «Las provincias vascongadas pagarán también la parte alícuota que les corresponda en el re-cargo de los 30 millones sobre la contribución territorial, y de 20 sobre los consumos, en conmutación de la tercera parte de la subvención de ferrocarriles, o en otro caso pa-garán desde luego la tercera parte de la subvención que deben reintegrar al Estado en la forma establecida por le-yes anteriores.)) Por manera que a las provincias vascongadas se las ex-ceptúa del recargo de los 30 millones de la contribución territorial y de los 20 de la de consumos, si se compro-meten a pagar la tercera parte de la subvención de fe-rrocarriles que a las mismas corresponde; y esto no quiere decir otra cosa que lo que antes indicaba: que el Gobier-no, aunque no fuera sino respecto de las provincias vas-congadas, establecía que el recargo que hoy imponía a de-terminados tributos era en subrogación de la parte de la subvención que debían satisfacer. Ahora bien: la provincia de Canarias no tiene ferroca-rriles, no disfruta de los importantes beneficios que ellos reportan, está fuera de las condiciones favorabies en que están las demás provincias de España respecto de este ade-lanto moderno, y sin embargo ha contribuido hasta ahora a la considerable suma de 1.500 ó 1.600 millones que ha pagado el Estado por razón de subvenciones. {Es esto jus- 158 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 5 5 to? ¿Por qué no se la equipara, cuando menos, a las pro-vincias vascongadas, y se le deja también la disyuntiva de pagar la parte que le corresponda en el recargo de las contribuciones, o satisfacer su parte de subvención cuando tenga ferrocarriles? Señores: además de estas consideraciones que voy ex-poniendo brevemente, hay otras que estoy seguro que co-noce mejor que yo el Sr. ministro de Hacienda. Las Islas Canarias son un país esencialmente pobre. Aquellas Islas, por razones de que ahora no debo ocuparme, fueron no-tablemente perjudicadas en el repartimiento que se hizo de la constribución territorial. En aquel país hay una por-ción de poblaciones cuyos habitantes se ven en el duro trance de tener que abandonarlas por faltarles hasta el -aaa i ia n a r a mi t i a a r la cprl "- r-- - """ a-- -- "'"' Las Islas de Lanzarote y Fuerteventura están en ese caso. Hay poblaciones numerosas, tal vez las tres cuartas partes de las mismas, cuyos habitantes no tienen pan que comer y se alimentan con una especie de masa que hacen con la raíz del helecho. Aquel país está privado de vías de comunicación. Allí apenas hay carreteras; ahora están algunas en construcción: su comercio es insignificante. Hay dos Islas privilegiadas, que son las de Tenerife y Gran Ca-naria, donde el comercio tiene alguna importancia por ra-zón de su situación topográfica; pero en el resto del país ni se conoce el comercio, ni se conoce la industria, y la agricultura está muy decaída por la razón que antes he dicho, por falta de lluvias. Pues bien, Sres. diputados: si estando en esta situación desgraciadísima, si habiendo contribuido siempre para ser-vicios públicos de cuyos beneficios nunca ha disfrutado, les vais a aumentar nuevamente los tributos, sin conside-r2r q c y~2 p g 2 m& de que pede , v n es use=re J ~Y-' l l l ~ cometéis un acto de insigne injusticia, y que aquel país descenderá mucho más de lo que hasta ahora ha descen-dido, y que le cerráis las vías para todo adelanto y todo progreso. Yo espero, pues, que el Gobierno de S.M. y la Comisión aceptarán una enmienda que no hace más que qlipzrzr 2 C2mri2r en etr2r nrnwinriac niip nnr ra7Rn r- - - u*---V Y-- r-de la manera como contribuyen al Estado se exceptúan de la disposición general, y se les da el derecho de elegir entre el pago de la parte de subvención que les corres-ponde por ferrocarriles, o el recargo correspondiente a las contribuciones territorial y de consumos. 5 6 MARCOS GUIMERÁ PERAZA El ministro de Hacienda, Salaverría, lamenta no poder acceder a lo pedido. Pérez Zamora insiste: Voy a rectificar muy brevemente. En primer lugar, esa exención a que ha aludido el Sr. ministro de Hacienda, la de los puertos francos, le cuesta al país el dinero, por-que no es una exención graciosa que el Gobierno ha he-cho; reconoce dos causas principales: la primera porque allí era difícil establecer el derecho de aduanas; tanto se reconoció así, que aun antes de establecerse los puertos francos, el arancel que allí regía era más bajo que el de la Península, y aun con ese arancel era imposible evitar el contrabando, por la circunstancia de constituir la pro-vincia multitud de islas. En segundo lugar, la prueba de que los puertos francos no se establecieron allí en bene-ficio del país sino del Estado en general, es que paga al Estado en otra forma la misma cantidad que antes redi-tuaban las aduanas. De suerte que por ese lado la pro-vincia de Canarias no ha ganado nada. Ha hablado además el Sr. ministro de obras públicas que se están haciendo allí: yo no recuerdo más que un muelle o dos que están en construcción, y por cierto que para uno de ellos, el más importante, que es el de la ca-pital, no se reciben más que 40.000 rs. mensuales, y dos o tres carreteras que están en construcción: el resto del país no tiene más que caminos de herradura. Además, no hay comparación entre los beneficios que pueden reportar y reportan en realidad las provincias de la Península con los ferrocarriles, aunque éstos no las atra-viesen, y los que puede proporcionar a las Islas Canarias. Yo pregunto al Sr. ministro de Hacienda: (qué le importa a las Islas Canarias un ferrocarril que desde Cádiz vaya a Madrid o desde Madrid vaya a Lisboa? Las provincias de la Península, aunque no sean atravesadas por ese fe-rrocarril, siempre tiene una utilidad si no inmediata, mediata Yo no quiero hacer ningún cargo por la exención que se concede aquí a las provincias vascongadas; yo creo que es justo que se les dé la facultad de optar entre la por-ción que les corresponde pagar por el aumento de los 30 millones de contribución territoriai y ios 20 de consumos y la tercera parte de la subvención. Pues bien: yo pido lo mismo para las Islas Canarias: deje S.S. a aquella pro-vincia en la misma libertad de optar por pagar la parte que le corresponde en el aumento de la contribución o ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 57 la tercera parte de la subvención cuando tenga ferroca-rriles, y la provincia de Canarias quedará muy agradecida a S.S., y yo le anticiparé desde hoy las gracias. Pero retiró la enmienda [Diario de Sesiones, cit., pp. 2629 a 26311 . Este Gobierno Mon-Cánovas llegaría hasta el 12 de septiem-bre de 1864, en que terminó su labor que pasó a manos del general Narváez, como había aconsejado O'Donnell a la reina. El 23 de enero de 1864 contrae Pérez Zamora matrimonio con Teresa García y Salvá, de cuya unión tendría tres hijos36. 2. Elecciones de noviembre de 1864: Director General de Beneficencia El 16 de septiembre de ese año entra a gobernar Ramón María Narváez, que lleva consigo a Luis González Brabo en Go-bernación y a Antonio Alcalá Galiano en Fomento. Disolvió las Cortes y las convocó para el mes de noviembre siguiente, en que tienen lugar los días 22 y 23. Nuevamente resultana elegido 36 He aquí la partida correspondiente, obrante en la parroquia de San Sebastián de Madrid en el libro 47 de Matrimonios, al folio 80: Dn. Feliciano Pérez con D.. Teresa García. En la M.H. Villa de Madrid, Provincia del mismo nombre en vein-titrés de enero de mil ochocientos sesenta y cuatro: Yo Don Juan Feli e Bolaño, Teniente Mayor de Cura de esta Iglesia Parroquia1 de gan Sebastihn; Des osé por alabras de presente y previne se velasen en tiempo de&& a Don 8e~cimo ?&ez Zarnon, de cuarenta y cuatro años de edad, de estado soltero, natural del Puerto de la Cruz en Canarias, hijo legítimo de Don Pablo y D.* Josefa Zamora, naturales de Canarias; con Doña Teresa García Salvá, de edad de veintidós años, de estado soltera, hija legítima de Don Serafín, na-turales de Murcia, y de Doña Isabel Salvá Saguñolas, natural de Ma-llorca, habiendo precedido todos los requisitos prevenidos para la ce-lebración, validez y legitimidad de este contrato sacramental; sgndo testigos Dcii? Migid Foiis y- Salvá, Son Antonio Viichez, y Don kran-cisco Tirado. Y para que conste lo firmo fecha ut supra.-Juan Fe-lipe Bolaño. [Archivo General de la Administración del Estado. Alcalá de Henares. Caja/Legajo núm. 20.200, Expediente núm. 3089.1 58 MARCOS GUIMERÁ PERAZA por La Orotava Pérez Zamora, derrotando al candidato oficial Eugenio Zendrera, pariente del gobernador civil de la provincia Ramón Fernández Zendrera. Fue una elección análoga a la del año anterior, sin más cambio que el diputado por Santa Cruz, que esta vez lo fue Juan Ignacio Bérriz y Román en lugar de Manuel Rancés y Villanueva. De esas fechas es una carta de Ramón Gil-Roldán -
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Calificación | |
Título y subtítulo | Feliciano Pérez Zamora (1819-1900) |
Autor principal | Guimerá Peraza, Marcos |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 36 |
Sección | Biografía |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1990 |
Páginas | p. 105-234 |
Materias | Pérez Zamora, Feliciano (1819-1900) ; Biografía |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 17491126 Bytes |
Texto | FELICIANO PEREZ ZAMORA (1 8 19- 1900) P O R MARCOS GUIMERÁ PERAZA SUMARIO PRELIMINAR.-1.N ACIMIENTYO P RIMEROS ESTUDIOS.-11. EN LA UNIVERSIDADDE SANF ERNANDDOE LA LAGUNA.-m.S UP RIMER ESCRITO POLÍTICO1:8 43.-IV. LA EPIDEMIA DEL CÓLERA MORBO EN LAS PALMAS1:8 51.-V. LA DIVISIÓN DE LA PRO-VINCIA EN 1852.-VI. LA JUNTAG UBERNATIVA DE SANTAC RUZD E TENERIFEEN 1854.-VIII. DIPUTADAO CORTESP OR CANARIAESN 1854: 1. Discusión de su acta-2. Sanidad marítim-3. Carreteras, Milicia". Ley de Imprenta, Pen-siones.- 5. Cesantías de los Ministros. Responsabilidades.4. Otra vez Ia ley de Imprenta.-IX. DIPUTADAO CORTESP OR LA OROTAVEAN 1858: 1. Ley de Ayuntamientos y Ley Provincial.-2. La cuestión de Méjico.-3. Cuestión de Marina.4. Cuestiones electorales.-5. La fiebre amarilla en Canarias.4. Otra vez sobre la Ley de Ayuntamientos.-X. DE NUEVO DIPUTADAO CORTES POR LA OROTAVEAN 1863, 1864 Y 1865: 1. Elecciones de octubre de 1863: Jefe de la Sección de Orden Público de Gobernación: A) Discusión de las Actas. B) Los presupuestos.-2. Elecciones de noviembre de 1864: Director General de Beneficiencia: A) Palacio del Congreso. B) La Imprenta nacio-m!.- 3. Flecclnnes de diciewrbre do 1865.-XL LAG.L Q?.!QSA!!: REG!EGRE Q-NORARIO E HIJO ADOPTIVO DE BARCELONAY; DIRECTOR GENERALD E ADMINISTRAC IL~NO CAL.^. DIPUTADAO CORTESPO R CANARIAESN 1869.-mI. OTRAV EZ DIPUTADOA CORTESP OR CANARIAESN 1871.-XIV. DIPUTADOA CORTESP OR LA OROTAVEAN 1872.-XV. CONSEJERODE ESTADOD E 1874 A 1892.-XVI. DIPUTADPOO R LA OROTAVEAN 1876 Y POR TENERIFEEN 1879, 1881 Y 1884: 1; Eleccinnr?~ comervnhrns de 11876 El p c f n con Le& y Castillo.-2. Elecciones conservadoras de 1879. El cable telegráfico.-3. Elec-ciones liberales-fusionistas de 1881. Ruptura del pacto con León. El cable. La Audiencia.". Elecciones conservadoras de 1884.-XVII. SU ÚLTIMA DIPUTACIE~NN C ORTESP:O R TENERIFEEN 1896. SU MUERTE. Núm 36 (1990) 105 2 MARCOS GCIMERÁ PERAZA Se cumplió en el año de 1989 el ciento setenta aniversario del nacimiento del portuense Feliciano Pérez Zamora. Coetáneo del grancanario Antonio López Botas -a quien hemos dedicado un precedente trabajo publicado en este ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS- son ambos unas a modo de vidas paralelas en la política canaria y nacional a lo largo del siglo XIX. Sobre Pérez Zamora existía ya una biografía escrita en 1900 «por un testigo de mayor excepción)), que no fue otro que su hermano menor Aurelio. Y recientemente, la investigadora Flor Suárez Fernández dedicó en 1983 su memoria de Licenciatura a Pérez Zamora y el partido conservador tinerfeño, 1875-1885. Ambos trabajos constituyen, cada uno en su estilo, la base bi-bliográfica del estudio que hoy intentamos realizar sobre la vida y obra de quien representó a su país natal en el Congreso de los Diputados en trece ocasiones, a lo largo de más de cua-renta años. Nacido en el Puerto de la Cruz de Orotava en 1819, estu-diante de Leyes en la Universidad de San Fernando de La La-guna entre 1834 y 1843, su vocación política le lleva a actuar a partir de este último año, militando en el progresismo que acaudilla el general Espartero; progresistas llamados injustamen-te ayacuchos, con intencionado error histórico. Buen polemista, contiende con su pluma con López Botas y otros grancanarios con motivo de la epidemia de cólera que azotó a la «Isla re-donda)) en 1851. Las Juntas Gubernativas que se forman en Canarias en 1854 cuentan en la de Tenerife con Pérez Zamora como vocal en representación de su Puerto natal; mientras que López Botas preside de facto la de Las Palmas. Y llega la llamada de la política nacional. Pérez Zamora es elegido diputado a Cortes por las circunscripciones tinerfeñas, singularmente por la de La Orotava, en los años 1854, 1858, 1863, 1864 y 1865, militando en la Unión Liberal que acaudilla el general O'Donnell; aunque a partir de 1861 figura en una facción disidente que encabeza el insigne jurista Manuel Alonso Martínez. FELICIANO PÉREZ ZAMORA [18 19-19001 3 Al advenir «La Gloriosa)) en 1868, Pérez Zamora es miembro destacado de la Junta Revolucionaria que se 'forma en Barcelona. La capital del Principado le nombre Regidor Hono-rario perpetuo e Hijo adoptivo. Designado director general de Administración Local, don Feliciano vuelve a representar a sus Islas en las Cortes Constituyentes de 1869. A la muerte del ge-neral Prim, la derecha del progresismo en la que se incluye Pérez Zamora pasa a denominarse ConstitucionaL Vuelve a re-presentar a Canarias en el Congreso de 1871 y a Ea Orotava en 1872. Consejero de Estado desde 1874 a 1892, Pérez Zamora, al advenir la Restauración con Alfonso XII, contribuye a fundar el Partido Liberal-conservador que acaudilla Cánovas del Castillo y representa de nuevo a La Orotava en 1876 y a Tenerife en !us Cortes de 1879, 1881 y 1884. Pxta wn e1 diputado por Gran Canaria Fernando de León y Castillo las elecciones en las Islas, pacto que se rompe definitivamente cuando en los ci-tados comicios de 1884 Tenerife elige al republicano Miguel Vi-llalba Hervás y no al candidato que deseaba León. Derrotado en sucesivas elecciones, Pérez Zamora alcanzaría su último es-caño por Tenerife en las de 1896. Y anciano y pobre, moriría en Madrid en 1900, cuando contaba ochenta años de edad. Su entierro y funerales fueron costeados por el Congreso, y en la capital de España está sepultado. Su iconografía es relativamente abundante y junto con su escritura, nos muestra la evolución del hombre a lo largo de su vida. En el primer retrato que conocemos, el de 1854, nos aparece como un hombre muy escrupuloso y ecuánime, de mi-rada bondadosa, aunque un tanto pagado de sí mismo. En las posteriores, que son su efigie más conocida, el paso del tiempo y las contrariedades le han marcado definitivamente: su mirada es ya severa y la mandíbula denota su energía, señalada por los músculos maceteros. Su Isla natal no le ha olvidado totalmente. El Puerto de la -C ruz, Garachico, el Realejo Alto, San Andrés y Santa Cruz de lenerife ie dedicaron sendas caiies a su memoria. Pero nos si-gue pareciendo que aún se está en deuda con él, que -él tam-bién- merecía más. Por ello acometemos hoy este trabajo que trata de compendiar la vida y obra de Feliciano Pérez Zamora, Núm. 36 (1 990) 107 4 MARCOS GUIMERÁ PERAZA unidas indisolublemente a la historia política de nuestro si-glo XIX. 1. NACIMIENTOY PRIMEROS ESTUDIOS Feliciano Pérez Zamora nació en el Puerto de la Cruz de Orotava el 19 de octubre de 1819, en la casa número 2 de la calle de la Iglesia. Fue bautizado con los nombres de Feliciano Joseph del Sa-cramento en la Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia el día 22 de ese mes, siendo su padrino don Josef Ce-lestino Ventoso, que había sido Alcalde del Puerto en 1794 y lo volvería a ser en 1821. Fueron sus padres don Pablo Pérez Aguilar y doña Josefa Zamora Gorrín, naturales y vecinos de dicho Puerto l.' Cursó la enseñanza primaria y Latinidad con don Domingo Panasco en su Puerto natal. ' He aquí la partida correspondiente, obrante en dicha Parroquia en el libro 12 de bautismos, al folio 73: En veinte y dos de Octubre de mil ochocientos diez y nueve años. Yo D. Manuel Ildefonso Esquive1 Bdo. propio de la Iglesia parroquia1 de Ntra. Sra. de la Peña de Francia del Lugar y Puerto de la Cruz Examinador Sinodal de este Obispado, bauticé a Feliciano Josef de Sacramento, hijo legítimo de Don Pablo Pérez y Dña. Josefa Zamora, Abs. Pats. Dn. Antonio Pérez y Dña. Josefa Sánchez Aguilar: Mats. Dn. Alonso Zamora y Dña. Clara Gorrín, todos naturales y vecinos de dicho mes, fué su padrino D. José Celestino Ventoso a quien ad-vertí la cognación espiritual y obligaciones, tiene óleo y crisma y lo firmé.=Manuel Esquivel. Pueden verse las Notas biográficas del Excmo. Sr. D. Feliciano Pérez Zamora, escritas por un testigo de mayor excepción, Santa Cruz de Tene-rife, Imprenta de A. J. Benítez, 1900 [B.U.L., C.. 25, F.. 461. Su autor fue su hermano menor Aurefio Pedro, de quien Feliciano sena padrino de bau-tismo, que tuvo lugar en la Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia el 6 de julio de 1828. Este señor fue el abuelo de nuestros amigos desde la infancia los hermanos Pérez Zamora y Cámara. 1 08 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [18 19-19001 El joven Feliciano Pérez -así, sin segundo apellido, se le designa en los papeles universitarios- comenzó a estudiar Fi-losofía durante el Curso 1834-1836, en las entonces denomi-nadas ((Academias Dominicales de Filosofía». Se matriculó en la Universidad en Humanidades el 20 de octubre de 1834. Aprobó el primer año en el Curso 1835-1837 ((aprobado pero no censurado)). Cursó el tercer año en el escolar 1837-1838, al término del cual obtuvo el grado de bachiller en Filosofía e! 5 de jüniG de 18 J8 ;2&,7Tl;ze &Lscl-epunte. En el curso 1838-39 aparece matriculado en el primer año de la Facultad de Leyes que aprueba con la calificación de ((Notablemente aprovechado por dos S.S. Jueces. Tachado: y sobresaliente por otro)). El 25 de octubre de 1840, Pérez Za-mora solicita del Rector un examen extraordinario para «pro-bar mi idoneidad y aprovechamiento en el curso anterior)); es decir, ((pruebe haber ganado el segundo año de Leyes y pueda matricularme en este curso en el tercero de. la misma Facul-tad)). El examen tuvo el 1: de noviembre y en él obtuvo nues-tro personaje un «Sobresaliente». El tercer año de Jurispru-dencia civil lo aprobó con la calificación de «Sobresaliente» en el curso 1840- 1841. En el curso siguiente, 1841 a 1842, coy rrespondiente al cuarto curso de Leyes, aprueba todo el curso con la nota de ((Sobresaliente por unanimidad)). Le fue con-ferid^ e! aar- a-r-l-o de hy&i!!er Leyes &=. 5 de agosto de 1842. Matriculado en el séptimo año de la carrera de Jurispru-dencia en 6 de diciembre de 1842, aparece que «la ha perdido)), en nota fechada a 20 de junio de 1843. Todos sus demás com-pañeros oyrnbariri ciircm. Y e! 2ñe s i g ~ i e ~dtee !SS4 gma -m su Licenciatura en Leyes sus amigos Tomás de Zárate y Fi-gueredo -luego Magistrado-, Sebastián de Castro y Cámara, Francisco Monteverde y León [sic], Manuel Abreu y Luján, Es-teban Ponte y Benítez, Esteban Salazar de Frias y Molina, Fran- cisco Penichet y Romero y Juan Gregorio Perera, luego Regis-trador de la Propiedad2. ¿Qué ocurrió con nuestro personaje? ¿Pasó a estudiar la Li-cenciatura y -en su caso- el Doctorado a una Universidad de la Península? ¿Se quedó en mero Bachiller en Leyes? No lo sabemos a la fecha de esta investigación. Sí nos dice su biógrafo que llegaría a ser uno de los mejo-res especialistas en Derecho Administrativo español. 111. SU PRIMER ESCRITO POLÍTICO1: 843 Es en este año de 1843 cuando Pérez Zamoira produce el primer escrito político que le conocemos. Antes, en 12 de di-ciembre de 1841, le vemos designado como Escrutador de las elecciones de compromisarios para diputados provinciales que habrían de celebrarse en su Puerto de la Cruz natal -en la que por cierto obtuvo tres votos- y firmando el acta corres-pondiente, cosa insólita entonces3. Pero es en 1843 cuando de verdad aparece actuando en política. Todo ello puede verse en el Archivo de la Universidad de La Laguna, Sección A, ((Fondos Históricos Universidad de S. Fernando)), Sigt: A. 1.313; Carpeta 19, Sigt: A. 3.5119; Carpeta 20, Sigt: 3.6120; Expediente núm. XLV, principiado el 25 de mayo del año 1838, Sigt: A. 75/49; Carpeta 30, Sigt: A. 4,2130; Carpeta 40, Sigt: A. 6.5140; Carpeta 48, Sigt: A. 7.4148; Carpeta 21, Sigt: A. 3.7121; Carpeta 22, Sigt: A. 3.7.1122; Carpeta 23, Sigt: 3.8123; Carpeta 24, Sigt: A. 3.9124; Carpeta 25, Sigt: A. 3.10125; Carpeta 36, Sigt: 6.2136; Carpeta 44, Sigt: A. 6.8.1144 y Carpeta 27, Sigt: 3.1 1/27. Ver tam-bién el Libro de Matrículas ... desde 1825 a 1845-1846, Carpeta 29, Sigt: 4.1129; y el libro de Asiento de los exercicios ... idéntica signatura y Carpeta 30, Sigt: A. 4.2130. Señalar que en el Expediente Carpeta núm. 44 aparece una Certificación por diligencia, fechada a 12 de abril de 1842, en que se acredita que Feliciano «ha asistido con puntualidad y aprovechamiento a las explicaciones de extraordinario que están a mi cargo, por acuerdo de la Junta de Sres. Catedráticos, en el presente curso desde el diez y ocho de Enero de este año, en que dieron principio, hasta la fecha)). Y firma: Dr. Antonio López Bottas. Libro de Elecciones ... del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, núm. 177, Legajo X (3), sesión del 12 de diciembre de 1841, folios 25, su vuelto y 26. 110 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819- 19001 7 El 14 de septiembre se publica un escrito titulado Al público. Los electores del Puerto de la Cruz, en el que salen al paso de la composición de una Comisión de siete personas constituida en Santa Cruz por varios electores vecinos de dicha Villa el 8 anterior, cosa que fue aceptada por el Ayuntamiento del Puerto, para reproducir «la candidatura Infante, u otra en el mismo sentido Ayacucho)) y «nombró a D. Feliciano Pérez, que ni aún es elector [tenía entonces sólo veinticuatro años] para que lleve la voz de los de este Puerto de la Cruz»; lo que rechazan los firmantes por «que su misión es ilegítima)) y además, «no puede prestarnos confianza el comisionado elegido (...) por ser una per-sona con quien no nos unen ninguna relaciones pues está bien marcada por sw ideas Ayamchar y pir sii idii cintr-, !es qce pertenecen a la coalición)). Entre otros patricios moderados, apa-recen las firmas de Francisco de Arroyo, Miguel Pereyra, Juan B. Lavaggi, Manuel Suárez, Tomás F. Cólogan, Juan Antonio Có-logan, J. Nieves y Molina, Francisco G. de Ventoso, Domingo Nieves Ravelo, etc. 4. A ello contesta Pérez Zamora, en un escrito que titula Al Público e imprime seguidamente5. Lo fecha en La Laguna a 20 de ese mismo mes de septiembre de 1843. Comienza con una frase que gustará de repetir: «Con notable repugnancia...)); y hace constar que «me dirijo por primera vez al público)). Re-salta que el otro papel viene firmado por ((42 de los 156 elec-tores que cuenta el distrito del Puerto de la Cruz». Destaca que no pretende representar «a tales notabilidades)), porque perte-necen das unas a una comunión política que no es la mía», y carecen «las otras de una voluntad firme y resuelta para obrar». Se fija principalmente sobre las intenciones. Defiende las del Ayuntamiento del Puerto; y en cuanto a sí, dice: Si por Ayacuchos entendéis, aquí, en esta Provincia ha-blando, el partido respetable que en Octubre. d.e l año 40 os venció y de r r~tóc m \dentia y mbkza, sm ;m~;rovisar Proclama Al público. Los electores del Puerto de la Cruz, 14 de sep-tiembre de 1843 [B.M.T., Sigt: F 7 *l. Al público [B.U.L., Pa eles Vanos, tomo 94, Doc. núm. LXVII, Sigt: C-IV-6; y B.M. T., Sigt:F 7 g-2 Núm 36 (1990) 111 MARCOS GL-IMERÁ PERAZA motines a fuerza de licores y dinero: que no se vengó en el poder, porque es generoso en demasía; que ninguna mancha oscurece el brillo de su frente: que ha permanecido fiel a sus principios; y que no se ligó a vo-sotros, porque en ello iba su reputación y nombradía: si Ayacucho apellidáis a este partido, acepto gustoso tal de-nominación. Adjudica a la traición y la perfidia, la ingratitud y la rebel-día a sus contradictores. Y manifiesta su aversión a la coalición formada por el B ((Progresista apóstata de sus creencias, con el moderado E siempre afecto a las suyas)). Etc., etc. Y firma: Feliciano O E r e t d-- m O E Como se ve, es un escrito brioso, desenfadado, muy propio E 2 E del progresismo juvenil que entonces profesaba don Feliciano. Pero estos enfrentamientos no pararon ahí. En la sesión del $ 17 de diciembre de 1843, que se celebró en el Puerto para la O-elección de compromisarios que deben nombrar los empleados m E municipales para el próximo año de 1844, hubo un enfrenta- O miento muy duro de Pérez Zarnora con el alcalde constitucional presidente Andrés González de Chaves. Se empezó la designa- % ción de secretario de la Mesa, que Pérez Zamora pidió fuera en votación secreta; se le invitó a subir como escrutador, que rehusó; y pidió que se escribieran los nombres de votantes y elegido; acordándose que eso era sólo necesario para la elección " de los compromisanos, no del secretario y escrutadores. Resultó elegido para secretario Tomás Fidel Cólogan, con 317 votos; y para escrutadores Francisco G. de Ventoso, con 298 votos, y Miguel Pereyra, con 297. Constituida la Mesa, dijo Pérez Zamora: Antes de proseguir deseaba exponer los fundamentos de s-u anunciada protesta, y concedidole la palabra por el Sor. h-esidente, después de un iargo y vehemente preámbulo en el que con calor habló de la coacción que suponía ejer-cida sobre los electores y de la falta de libertad de estos para emitir sus sufragios, citó como pruebas de estos dos asertos el refuerzo de tropa que habían recibido la guar- ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 9 nición de este Puerto a solicitud del Sor. Presidente: el haberse constituido en el mismo el Juzgado del partido extendiéndose a afirmar que el Sor. Presidente rebajándose de su carácter, patrocinaba una candidatura determinada, y había intimidado a varios ciudadanos para que votasen por ellos, usando de otros medios de coacción, pero no de aquella coacción moral que está admitida: que el Te-niente Coronel del Provincial de la Orotava Dn. Vicente Fernández había empleado iguales medios de violencia para con sus subordinados; haciendo otro tanto por su par-te el subdelegado de Marina, respecto de los suyos. Con-testósele por el Sor. Presidente que en virtud de las pre-venciones y amonestaciones dirigidas por el Sor. Jefe Su erior Político de la Provincia en seis del presente mes, ha k' ía pedido al Sor. Gobernador Militar que le auxiliase con ia fuerza armada, no para intimidar a los electores sino para asegurar la tranquilidad y libertad de estos mis-mos en el acto de emitir sus sufragios; estando resuelto a mantener uno y otra, aunque para ello se le pusieran en el sensible caso de tener que usar de la fuerza, que aunque lejos del local de las elecciones, se hallaba acuar-telada en lugar oportuno: que por lo que respecta a la vilolencia o soborno que le imputaba el Sor. Presidente se limitana a contestarle simplemente y con la moderación propia de su carácter y de aquel lugar, que se equivocaba en tal suposición y que los Sres. Teniente Corona1 Dn. Vi-cente Fernández y Subdelegado de Marina, si es que se hallaban presentes y querían usar de la Palabra para sin-cerarse de iguales imputaciones que se les habían dirigido, la tenían; y no estándolo ninguno de los antedichos. Con-tinuó el Dn. Feliciano en el uso de la palabra, concluyendo con pedir que el Secretario de la Mesa escribiese la pro-testa que él se disponía a narrar más, habiéndosele hecho presente que debería traerla extendida, vara que después de leída por los Sres. de la Mesa acordasen si se le ad-mitían o tan solo se hacía una reseña de ella en el acta, se retiró para ejecutarlo. Le contestó por alusiones a ausentes Manuel Suárez, acu-diendo a PiIegiiiiiar 3i eran ciertas esas az~saciones, contestando los congresados «a una voz» que eran falsas. También habló en contra de aquella acusación Andrés Costa, segundo del Sub-delegado de Marina, por su ausencia, reputándola «falsa y ca-lumniosa)). Se continuó la sesión al siguiente día, por falta de luz na-tural; se celebró la votación; y se anunció que se iba a proce-der al escrutinio. Y entonces pidió y obtuvo la palabra Pérez Zamora; y dijo: Que anunciaba desde el día de ayer su intención de pro-testar las elecciones, a fin de que después de terminado el escrutinio, no se alegase que por estar ya concluido el acto no podía advertírsele su protesta, esperaba se resol-viese por la Mesa, si esta debía tratarse antes o después del escrutinio. Contestósele por otra, que le era indiferente que hablase ahora o después de la protesta que tenía in-dicada; y aprovechándose de este permiso, principió por querer inquirir o saber las facultades con que la Mesa se hallaba a~tarizada para admitir G rechazar Una protesta, o para tan solo contentarse, con hacer mérito de ella en el acta. Conferenciaron sobre el particular los Sres. Presi-dente, Secretario y Escrutadores, y acordaron contestar a Dn. Feliciano, que la Mesa se creía autorizada para ad-mitir, rechazar o tan sólo hacer reseña del acta, de las protestas que le fuesen presentadas, arreglando su conduc-ta en esta parte a los antecedentes y a los hechos: que la suya no podía ser admitida, ni menos insertada en el acta, mediante a que las razones en que expresó ayer iba a fundarla, y de las que ya se ha hecho mención, estaban expresamente desmentidas por declaración unánime de gran número de electores que se hallaba presente, y por lo que toca al cohecho o soborno que aseguró haberse ejercido, por las Autoridades de que se ha hecho mención, y por la de que la fuerza armada había coartado la li-bertad de los electores, estaba igualmente destruida no solo con la afluencia de éstos, que ha sido mayor que en ningún otro año, sino que por lo mismo Dn. Feliciano se había permitido cuando ha querido usar de la palabra y por último, por la circunstancia muy marcada de no ha-berse visto un solo soldado en las inmediaciones del local de las elecciones, ni en las calles de la población durante ésta, habiendo permanecido la tropa constantemente acuar-telada. Insistió a pesar de esto el protestante en su de-manda, en apoyo de ia cuai adujo varios argumentos que en su concepto la abonaran, repitiendo los ya anteriormen-te dichos; y últimamente manifestó: que no rigiéndose esta elección por la Ley Electoral de los Diputados a Cortes, que es la que previene que se haga reseña en las actas, ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 11 de las protestas que se presenten, pedía que la Mesa se sujetase en sus deliberaciones a lo prevenido en la parte reglamentaria de la Constitución del año de mil ochocientos doce que habla de Elecciones parroquiales, y es la que está mandada a observar para las presentes, y por lo cual no está prohibido que los ciudadanos presen-ten protestas, ni deja al arbitrio de la Mesa admitirlas O no. Habló entonces Francisco de Arroyo, «redarguyendo de falsos y calumnio~os los actos del Dn. Feliciano)); y que debía ser pri-vado «de voz activa y pasiva)) por no haber probado en el acto la acusación de cohecho. Lo apoyó el teniente coronel Vicente lernández, q ~ per e g ~ n t óa !zls eircünstantes s i algünu había sido violentado: contestando ser falso. Pérez Zamora dijo «que la prueba la haría en su día)); pero Arroyo le arguyó que la Ley exigía fuera hecho «en el acto de la acusación)). La Mesa dio por terminado el incidente, y el presidente Gon-zález de Chaves declaró que se tenía por no admitida la pro-testa por falta de prueba en el acto de que hubiere habido ((cohecho o soborno)), por lo que quedaba privado «de voz ac-tiva y pasiva)). Se procedió al escrutinio y resultaron elegidos como los nueve compromisarios González de Chaves, Cólogan, Ventoso, Pereyra, el párroco don Manuel Esquivel, Vicente Fer-nández, Arroyo, Manuel Grijalva y Suárez, con 269 votos cada uno. Y firman presidente, secretario y escrutadores 6. Pasa ahora un largo plazo de ocho años sin que vuelva a aparecer Pérez Zamora en la vida pública. Todo ello resulta del Expediente de elecciones municipales del Puerto de la Cm& año de 1843, núm. 177, Legajo X-(3), certificación del secretario de fecha 18 de diciembre. MANUEHLE RNÁNDEy ZA DOLFO ARBELOL:a s elecciones municipales en el valle de La Orotava 1841-99, pp. 75-6, reseñan parte de la intervención de Pérez Zamora como enderezada contra Tomás F.&! C S ! Q ~d ~q lie re-putan ser el presidente. Ya hemos visto que no es así. Cólogan era tan sólo el secretario de la Mesa, elegido en la misma sesión sin protesta al-guna. El presidente contra quien se dirigen los ataques de don Feliciano era el alcalde González de Chaves. Es sensible este error, porque induda-blemente desprestigia a Cólogan, sin motivo. Núm. 36 (1990) 115 IV. LA EPIDEMIA DE CÓLERA MORBO EN LAS PALMAS: 185 1 A fines del mes de mayo de 1851 una horrorosa epidemia, la del cólera morbo asiático, asoló Gran Canaria. José Mesa y López, biógrafo de su abuelo Antonio López Botas, dedica unos encendidos párrafos a aquella terrible plaga, protestando del aislamiento e incomunicción a que se vio condenada la Isla: ((Fuimos totalmente abandonados. Para nosotros no hubo ni el más pequeño auxilio, quedamos en el mayor desamparo y en-tregados a nuestras solas fuerzas, murieron los canarios a mi-llares y hasta se prolongó ensañadamente la incomunicación por tiempo después de haber desaparecido la epidemia. El có-lera dejó una estela profunda de lágrimas, de dolor y de de-cepciones)). Y añade con respecto a su abueio: «¿ópez Botas no ejercía entonces cargo público y podía por ello aislarse en sus fincas del Telde o Santa Bngida (...). Se constituyeron Jun-tas benéficas en ios distintos barrios de la ciudad y él asumió la del de Santo Domingo, donde vivía». Para concluir: ((Aparte de la curación de los epidemiados había que socorrer a la mi-seria y acudir a desgracias y dolores sin cuento; y a esa tarea se entregó))'. López Botas escribió y publicó sus amargas quejas contra el aislamiento a que les había condenado Tenerife, Santa Cruz y sus autoridades: ((Con los ojos llenos todavía de lágri-mas...)) Sus quejas van, principalmente, contra el gober-nador civil, la Junta Superior de Sanidad, el comandante de Marina8. No se les permitió celebrar la elección para diputados a Cortes, que no pudieron realizar hasta el mes de noviembre aCl~6P F I I ; P ~ ~ P U'L-",,.,. A juicio de León, el cólera del 51 fue uno de los principales motivos que decidieron a los grancanarios a intensificar su lu-cha por la división. ((Ella fue una de las causas que más esti- JOSÉ MESA Y LÓPEZ: Don Antonio López Botas. Conferencia pronunciada en el «Gabinete Literario)) con motivo ciei Centenario de ia fundación, Las Palmas de Gran Canaria, Imp. Minerva, 1948, p. 9. Antonio López Botas, Las Palmas de Gran Canaria, 15 de agosto de 1851, Imp. de M. Collina [B.M.T., Sigt: F 5 1. Ver su efigie en nues-tra lámina 1. FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 13 mularon a aquellos naturales para promover la división de la Provincia, que a poco tiempo tuvo efecto, pues desearon en-tonces tener autoridades que pudiesen de más cerca auxiliarles en casos semejantes 9. También escribió sobre el cólera el licenciado Antonio Ruiz de BustamanteI0 en un trabajo que titula Páginas luctuosas, sin fecha, pero desde luego muy cercana al escrito de López Botas. Pérez Zamora contesta a los dos desde Santa Cruz, en es-crito fechado a 14 de septiembre de 1851 Ir. Se defiende de las acusaciones de López de Botas, por injustas; y acusa a la Junta de Sanidad de Las Palmas, por haber retrasado su de-claración hasta el 5 de junio. Con grave riesgo para las demás Islas, en especial Tenerife con la llegada de barcos «sucios». Comenzaba su escrito: «¡Aquí también se han derramado 1á-grimas ... !» Cornelio Díaz Aguilar tomó parte en la polémica, en escrito fechado en Las Palmas a 19 de septiembrei2, en el que replica a Pérez Zamora. Y los doctores Antonio Roig, Salvador Gon-zález de Torres y Domingo José Navarro también escriben un memorial más largo, rebatiendo a Pérez ZamoraI3. Está fechado en Las Palmas a 30 de septiembre. Rechazan ser ((desleales o ignorantes, descuidados y perversos)), de que les ha tachado Pé-rez Zamora. FRANCISCMOA RÍAD E LEÓN Y XUÁREZD E LA GUARDIAA:p untes para la Historia de Canarias 1776-1868, «Aula de Cultura)), Cabildo Insular de Te-iiei- ife, i%ó, p. 3ió. 'O ANTONIO RUIZD E BUSTAMANPTáEg:i nas luctuosas [B.U.L. Papeles Varios, t. 96, Sigt.. C 1. " Feliciano férez Zamora, Santa Cruz de Tenerife, 14 de septiembre de 1851, Imp. y Lit. de Vicente Bonnet [B.U.L., Papeles Varios, t. 102, doc. núm. V, Sigt: C-IV-141. ' 2 C Q ~ ~ ~ngiEiylr,~ L zr ?drr,zs de Grur, Cu ~ u f i l ,1 9 & "c"eYn"-t"i"e'"m'- hre de 1851 [B.U.L., Papeles Varios, t. 50, doc. núm. VII, Sigt: C-V-191. l3 Antonio Roig, Salvador González de Torres y Domingo José Navarro, Las Palmas de Gran Canaria, 30 de septiembre de 1851 [B.U.L., Papeles Varios, t. 95, doc. núm. LII, Sigt: C-IV-71. Núm 36 (1990) 117 A unos y otros contesta don Feliciano desde Santa Cruz en escrito de 25 de octubre siguienteL4d, urísimo de forma y fondo, calificando el de los médicos «de nauseabundo papel)). Y de ((pérfidamente estudiada)) la manera de unirlo a un anónimo corresponsal de «Las Novedades)). V. LA DIVISIÓN DE LA PROVINCIA EN 1852 Pérez Zamora, consecuentemente, era opuesto a la división de la provincia. Así, frente a la tesis divisionista del diputado por Las Palmas Cristóbal del Castillo y Manrique de Lara en 1852, unos estudiantes tinerfeños por ese entonces en Madrid publicaron un escrito rebatiendo aquellas afirmaciones. Lo firmó Feiiciano Perez Zamora; y con ei, ios hermanos Luis, Sebastián y Gabriel de Cubas Fernández; Rafael Fleitas y Lemos; Juan Ravina Castro; Menandro de Cámara; Patricio ILecuona y Cal-veras; los también hermanos Alonso y Tomás de Nava y del Hoyo; Cándido Sansón y Plassón; Juan Moreno y Benítez de Lugo; Camilo Tolosa y Casalón; Fancisco de Paula Monteverde y León-Huerta; y Francisco Guigou del Castillo IS. VI. LA JUNTAGU BERNATIVA DE SANTAC RUZD E TENERIFEEN 1854 El 30 de junio de 1854 surge la «Vicalvarada», que no fue otra cosa que un pleito entre moderados. El motín lo acaudi-llaba nuestro paisano Leopoldo O'Donnell y Joris, quien el 7 de julio llama al duque de la Victoria por medio del «Mani-fiesto de Manzanares)), obra de Antonio Cánovas del Castillo. l4 Feliciano Pérez Zamora, Santa Cruz de Tenerife, 25 de octubre de 185 1 [B.U.L., Papeles Varios, t. 102, doc. núm. VI, Sigt: C-IV-141. Puede verse sobre esta polémica los artículos de ALFONSO MORALES Y MORALES, titulados ((Salvador Antonio Bernardino de Torres (1801-1857))) y publicados en el diario Jornada los días 7 y 14 de mayo de 1988, pp. 3 Y 4. I 5 Vid. FRANCISCMOA RT~NEVZI ERA: El antiguo Santa Cruz. Crónicas de la capital de Canarias, Instituto de Estudios Canarios, 1967, «Los parlamen-tarios canarios del siglo XKD, pp. 225-226. 118 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 15 Y el día 30 se forma el gobierno de los «Cónsules», Espartero y O'Donnell, con el que se abre el bienio progresista. Y surgen las Juntas gubernativas. En Canarias se constituye primeramente la de Tenerife16, dos días antes que la de Gran Canaria. En efecto, el 6 de agosto queda constituida así: como presidente, el general Or-tega; vicepresidente, el general Zendrera; vocales: Gregorio Suá-rez, Pedro Mariano Ramírez, Esteban Mandillo y Gumersindo Fernández de Moratín, por Santa Cruz; Jorge Cámara y Fer-nando Cabrera Pinto, por La Laguna; José García Lugo, por La Orotava; Feliciano Pérez Zamora, por el Puerto; Cristóbal del Castillo, Antonio López Botas y Ruperto Delgado, por Las Palmas; Manuel Abreu y Luján, Silvestre Batista y Manuel Mendoza, por La Palma; Andrés Curbeio, por Lanzarote; Sris-tóbal Manrique de Lara, por Fuerteventura; Bartolsmé Sau-rín, por La Gomera; y Francisco Belmonte y Vilches, por El Hierro. Como vemos, Pérez Zamora por el Puerto de la Cruz y López Botas por Las Palmas. Pero Cristóbal del Castillo y An-tonio López Botas, que se hallaban por entonces en Tenerife, rehusaron admitir su nombramiento. López Botas se fundó para ello en sus ({circunstancias e intereses especiales»17. Carlos Pizarroso justifica su rehuse diciendo que optó por pertenecer a la Junta de Las Palmas, «que era la de su isla favorita»18. Ambos eran entonces diputados provinciales y allí los retuvo un tiempo el capitán general Ortega 19. Agustín Millares Cantero, en su excelente trabajoz0, da la no-ticia de que «Jesús Pío González de Chávez prepara actualmente AGUST~NM ILLARESC ANTEROL: a Junta del Distrito de Gran Canaria de 1854: consideraciones y docunzentos, ((Homenaje a Alfonso Trujillo)), t. 11, ((Aula de Cultura de Tenerife)), 1982, pp. 107 y SS. l7 MILLARESC ANTEROL:a Junta ..., cit., p. 126, nota 49. l8 CARLOSP IZARROSYO B ELMONTAEn: ales de la Diputación Provincial de Canarias, Segunda Parte, de 1842 a 1900, Santa Cruz de Tenerife, Lib. y Tip. Católica, 1913, p. 1 18. l9 Según recoge MILLARES: La Junta ..., cit., p. 122, tomándolo de los Es-tudios del Dr. Chil, fols. 1854-55. 20 MILLARESL: a Junta ..., cit., p. 110.. Núm. 36 (1 990) el análisis de las actas de otra Junta: la de Santa Cruz de Te-nerife de 1854, según documentación igualmente conservada en dicho Museo [El Museo Canario, de Las Palmas], donde también se hallan las de 1840)). Parece ser que este trabajo no ha se-guido adelante, por causas que se ignoran; y es muy de la-mentar, pues sería una importantísima aportación a este tema de las Juntas. León en su historia 21 nos informa de algunas de las deter-minaciones que adoptó la Junta: la reposición de la Diputación Provincial y Ayuntamientos que existían en 1843; la expulsión de los diputados provinciales marqués de Villafuerte, Juan Per- B siva y José Trinidad, «porque el primero de éstos se creyó que N aspiraba a encargarse del gobierno civil)); «el de haber encar- E gado e1 gobierno a don Francisco Belmonte, escalón primero O - n-para haber llegado al importante puesto de gobernador de Cá- - m O E diz, y de gran cruz de orden de Isabel la Católica, que hoy E 2 día [1868] desempeña)); «el de elegir a don Gregorio Suárez -E para pasar a Madrid a felicitar al duque de la Victoria: Púsole este viaje en más expedito camino para hacer redundar en pro- 3 - vecho propio toda la farsa de las Islas en estos últimos tiempos, - 0 m E pues nombrado gobernador de Albacete, escalón para destinos O más pingües, por cuya jubilación goza en el día sin servicios 5 32.000 reales de sueldo)); etc. n -E a 2 ,, La Diputación, convocada el 7, no se reunió hasta el 18 de agosto de 1854, bajo ia presidencia ciei gobernador civil de ia provincia [el tristemente famoso general don Jaime Ortega]. Con él, asistieron Fernando Cabrera Pinto, José Domingo Delgado Trinidad, Gaspar de Vargas y Lecuona y Juan Persiva, «como vocales de la Excma. Diputación provincial del año de mil ocho-cientos cuarenta y tres, mndacios convocar por acüerdz, de !a Junta de Gobierno de esta provincia, creada en esta capital el 21 LEÓN: Apuntes ..., cits., p. 331 y notas 2 y 3. 120 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS Frmciscn Reliizot~re y Vilc/tes /1821-18961. ÓIco piopicclacl clc Maiia clel Mar Martín y Martín. [Foto: Hcrzbcrg.] FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 17 seis de este mes»22S. e trata de constituir la Corporación, «que debe sustituir a la de igual nombre que usaba y al Consejo de la provincia suprimido asimismo)). Y firman con el secretario Vicente Clavijo. Después de un acta «unilateral» -«acuerdo interino)) lo llama la siguiente acta-, otorgada exclusivamente por Persiva, dipu-tado provincial por Las Palmas el 24 de agosto siguiente, hay nueva sesión el 2 de septiembre. Comparecen el marqués de Villafuerte, decano-presidente, junto con Delgado, Cabrera Pino, Vargas y Persiva. Allí consta un oficio en que Villafuerte par-ticipa ((haberse encargado del gobierno civil de la provincia, como decano de esta Excma. Diputación)). Es decir, un gober-nador «interino». Mucho juego habría de dar este pequeño «gol-pe de estado)) y las providencias que tomó el marqués, según hemos de ver al tratar de la diputación en Cortes de Pérez Zamora. De notar que esta acta aparece firmada tan sólo por el secretario Clavijo. 22 Libro de Actas de la Diputación Provincial de Canarias, año 1854 [Ar-chivo de la Mancomunidad Provincial Interinsular de Santa C m de Tenerife]. FRANCISCBOE LMONTY EV ILCHEnSa ció en Sevilla el 6 de febrero de 1824, hijo de José y Carlota. Huérfano de padre a los veinte años, dejó la ca-rrera universitaria y vino muy joven a Canarias, como funcionario del go-bierno civil, del que luego sería secretario. Durante la epidemia de fiebre amarilla prestó grandes servicios por lo que se le concedió la Placa de 1: clase de Beneficencia. Fue designado secretario del gobierno político de Canarias en dos etapas distintas; gobernador civil de Canarias -nom-brado por la Junta gubernativa del año 1854, a la que pertenecía como representante del Hierro-; subgobernador del 1.m Distrito en 1858 y del 2: en 1859. Fue gobernador de Cáceres en 1859, durante cuatro años; en 1863, de Murcia; lüegG de Toledo y desFEs de BUrgos y &&iz Ig66, que le declaró «Hijo Benemérito y Adoptivo)). Era gobernador de Cádiz cuando «la Gloriosa)), manteniendo excelentes relaciones con Sagasta y To-pete; pero como era defensor de la reina Isabel, salió para Gibraltar y de allí a la capital de Francia. Fue elegido diputado a Cortes por Baza en 1876 y senador por Canarias en 1891: y cuando falleció representaba al partido conreiador de Temrife, que le iba a conferir de nuevo su representación en el Senado. Había sido amigo y correligionario de Ramón Gil-Rldán y Ríos. Lo fue también de Antonio López Botas y Cristóbal del Castillo. Moriría en Madrid el 28 de enero de 1896. Ver su efigie en nuestra lámina 11. 18 MARCOS GLIMERÁ PERAZA Nuestro personaje ya aparece en la sesión del 15 de sep-tiembre. Concurren Pedro Mariano Ramírez [y Atenza], diputado por La Palma, ((anterior al Sor. Dn. Fernando Cabrera Pinto, que ha renunciado)); Francisco Belmonte [y Vilchez], ((goberna-dor accidental de la provincia)); Marcos García Urtusáustegui, diputado por La Orotava, «en reemplazo del Sor. Dn. José Do-mingo Delgado Trinidad de quien fue antecesor en el mismo cargo)); «y el Sr. Dn. Feliciano Pérez Zamora diputado elegido por los alcaldes de los pueblos del partido judicial de La La-guna, en reemplazo del Sor. Dn. Gaspar de Vargas y Lecuona, que lo era de mil ochocientos cuarenta y tres)). Preside Ramírez, como diputado decano. Se vio oficio del gobierno civil, con la ((disposición acordada con la Excma. Junta auxiliar de gobierno sobre suspensión de los Sres. Diputados Marques de Vdafuerte, Dn. Juan Persiva y ios citados Sres. iri-nidad y Vargas)). Ya veremos que esto también traena cola, a la hora de estudiar el acta de diputado a Cortes de Pérez Za-mora. Este prestó el debido juramento y se empezaron los de-bates. Se acordó nombrarle para la l.a Comisión de las cuatro de la Corporación. Y firman los cuatro con el secretario: 'Pérez Zamora ". También concurre a la sesión de 16 de septiembre. Se ven las ((listas de electores para las próximas elecciones de diputa-dos a Cortes, remitidas por los Ayuntamientos de los pueblos)) que se reseñan. Se aprobaron y acordó imprimirlas. En la sesión de 20 se vio la renuncia del cargo de diputado provincial por Las Palmas de don Manuel Quintana Llarena; y se aceptó. Se vieron oficios de Eufemiano Jurado y Cristóbal del Castillo en los que manifiestan que «se presentarán muy pronto a o c ~ q a rs us puestos en esta Corporación)). Asimismo se aprueban diversas listas electorales. En la del 22, se vieron y aprobaron nuevas listas electorales. En la sesión del 23 lo mismo; y se recordó que el plazo para presentar las listas terminaba «el día catorce del corriente, lo más tarden; para verlas en ((primera rectificación, para el día veinte y cinco de este mes)), a fin de ((fijarse en los pueblos el día cinco del próximo octubre)), pues el escrutinio tendría que ((verificarse el veinte de noviembre)), para remitir las actas de 122 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 19 los elegidos al Ministerio «en el Correo vapor del veinte y dos inmediato)); o si no, teniendo que aguardarse «al siguiente del ocho de diciembre)). Por ello, se pide ampliación de los plazos en quince días al gobernador. El 27 de septiembre ya están presentes, además, Eufemiano Jurado y Cristóbal del Castillo. Jurado pidió que fuera presi-dente el diputado más antiguo de los de 1843. Se opuso Pérez Zamora, por no establecerse ello expresamente y poder serlo cualquier otro de todos los años (1843, 1842 ó 1840), debiendo «ser decano del Cuerpo)). Se discutió, se desechó la propuesta del Jurado y se acordó el nombramiento por elección. Se llevó a cabo ésta; y Belmonte, García Urtus y Pérez Zamora dieron su voto a Pedro M. Ramírez. Jurado votó a Castillo. Castillo votó a Jurado. Ramírez votó a Pérez Zamora. Se sortearon Ju-rado, Castillo y Pérez Zamora: resultó éste; y se procedió a ele-gir entre él y Rarnírez. Votaron a don Feliciano Jurado, Castillo y Ramírez; y a éste, Belmonte, García Urtus y Pérez Zamora. Empatado el escrutinio, se hizo votación secreta y obtuvo cinco votos Ramírez y uno Pérez Zamora. Quedó elegido decano don Pedro Mariano. Al aprobar las actas anteriores, Jurado y Castillo salvaron su voto por la elección de los diputados presentes «en reem-plazo de los anteriores, separados por disposición del Sor. Go-bernador de la provincia, con acuerdo de la Junta auxiliar de Gobierno de la misma)). Esto seguiría dando juego en el Con-greso. Se aprobaron nuevas listas electorales. Y se acordó pro-poner «la división de distintos electores para las próximas elec-ciones a Cortes)). En la del 28 se conoció la ampliación de los plazos que ha- 1D,i a acordado gobiei-rio Civil hsiaiicia & la Diputación para las operaciones electorales. Y se aprobaron nuevas listas, con reservas de Jurado y Castillo. Pérez Zamora no concurre a la del día 2 de octubre. Re-aparece en la de 6 de octubre. Se vio la elección de don Ig-nacio Diaz comG dipütad~ pGr Las Pdmus y se ucmdó citurle. Pérez Zamora propuso dirigirse al ministro de Gracia y Justicia para que S.M. sancione «el restablecimiento de la Universidad literaria de San Fernando de La Laguna, como de una reco- nocida utilidad, y tan necesario en esta provincia aislada)). Se acordó así. En la de 9 de octubre ya concurre don Ignacio Díaz, que jura. De entrada aclaró que el juramento y toma de asiento lo hacía en los términos de una exposición que presenta y se inserta en el acta. Protesta en ella de la separación decretada de los individuos de la Corporación de 1843. Y contra los actos de ésta, que serán «valdíos» [sic], por nulos, como nula es la Diputación. Jurado y Castillo se adhirieron. Jurado y Pérez Za-mora, como de la Comisión para hacer la división de distritos electorales de esta provincia para las próximas elecciones de diputados a Cortes, presentaron su trabajo «en un todo con-for; mes», salvo en lo relativo al pueblo de San Bartolomé de Lanzarote, «que el primero opina debe agregarse a la villa de Teguise y el segundo al puerto de Arrecife)). Se acordó con esta propuesta de Pérez Zamora, con el voto en contra de Castillo y Díaz. Y se insertó en el acta la división citada. No concurre a la del día 16. Se proclamó diputado provin-cial en representación de los alcaldes de ese partido a don Es-teban Mandillo, quien juró y tomó asiento. Don Feliciano vuelve a concurrir a la sesión del 19 de oc-tubre. La villa de San Andrés pide la reinstalación de su Ayun-tamiento a lo que se opone el pago de Igueste. Había sido su-primido en 1849. La Comisión opina debe establecerse, ((extendiéndose su jurisdicción al pago de Igueste)). Así se acor-dó. Se debatió el caso del Ayuntamiento de Haría; y Pérez Za-mora propuso renovarlo en su totalidad, a lo que se opuso Ju-rado. Se acordó dejarlo sobre la mesa. Está presente en la sesión del 20. También en la del 23. En ésta se trató del expediente sobre Haría: se vio el dictamen de Jurado, contrario al alcalde, a quien debe amonestarse, con otras providencias. Pérez Zamora insiste en que se renueve to-talmente el Ayuntamiento. Se opone Jurado, pues desea se con-serven los Ayuntamientos de 1843, que no deben caer por re-beldía de una minoría de concejales. Belmonte apoyó a Pérez Zamora, considerando que era un caso de verdadera anarquía. Ramírez también. Se acordó la nueva elección. Jurado pidió constase en acta su voto y se le diera certificación. Se hizo. 124 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 2 1 En la misma sesión, Ramírez y Pérez Zamora presentaron una proposición sobre la falta de brazos en la agricultura por la emigración a Cuba y otras causas, como el llamamiento al servicio activo de cuatro compañías del batallón provincial de La Laguna, por traslado de otras fuerzas a la Península. Se pide cese esto y se hagan los destinos procedentes; y que in-terín, presten servicios los tras batallones de la isla de Tenerife, de iguales partes. Se aprobó y acordó oficiarse al capitán ge-neral. Se acordó felicitar por medio de Comisión al recién lle-gado gobernador civil de la provincia. Se trataba de don Pedro García Arredondo. Se halla también presente en la sesión de 26 de octubre. En ella se cita a don Jimn C~~me l(l(ac~o ntratista del primer tro-zo de carretera entre esta capital y La Laguna)). Sobre los per-juicios ocasionados a La Laguna por haber sido llamadas cua-tro compañías de su batallón provincial, se nombró una Comisión para avistarse con el capitán general: la integran Ra-mírez, Bérez Zamora y Jurado. Don Feliciano denuncia que la ausencia de los diputados Gar-cía Urtus, Castillo y Díaz deja sin representación a los partidos que representan; y pide se les oficie para que asistan a las se-siones futuras, que han de deliberar sobre ((rectificación de las listas de electores para las próximas elecciones de diputados a Cortes)). Se acordó así. La sesión del 2 de noviembre ya aparece presidida por el nuevo gobernador civil -no concurre naturalmente Belmonte-. Está presente Pérez Zamora y curiosamente firma por vez pri-mera con firma entera: 'Feliciano Pérez Zamora': Tambien esta presente en ia de 5 de noviembre. Castillo dijo que ((habiendo vuelto a esta Corporación tan sólo porque pre-sidida ahora por la autoridad legítima [sic] del Sor. Gobernados, podía renovar con éxito las protestas que ya tenía hechas acer-ca de su nulidad e incompetencia por los vicios de su origen eii la iiiay-or de los in&iduos la componían, y tener de la misma autoridad que no le permitiera continuar ocupándose de los negocios públicos de la provincia)). Y para ello, «en el propósito de no tomar más parte en los asuntos que siguiera tratando este Cuerpo prsentaba ante todo la pro- Núm 36 (1990) 125 puesta que contenía el papel que exhibió, firmado por dicho Sor. y el Sor. Jurado [!ID, que se leyó e insertó en el acta. Pro-testan contra la confección de las listas electorales: «La Diputación era, como lo es actualmente, una Junta revolucio-naria, creada en circunstancias contra la voluntad del Gobierno, por la destitución arbitraria que se hizo de los diputados de-cuarenta y tres que estaban funcionando...)). Se abre debate y habla en primer lugar Ramírez, para combatir la protesta, que también inserta en el acta con datos estadísticos. Castillo dis-crepa de los datos aportados. Y toma la palabra Pérez Zamora, para una proposición incidental exclusivamente sobre el pro- B N blema de las listas electorales; proponía suspender la discusión hasta conocer las reclamaciones que contra ellas se hubiesen O n presentado. Se opusieron Jurado y, sobre todo, Castillo, que ne- - m O E gaba toda legitimidad a los diputados, con excepción de Ra- E 2 mjrez y otro. Se puso el tema a votación nominal, y votaron -E a favor de la proposición el gobernador, Ramírez, Pérez Zamora y Mandillo; en contra Jurado, Castillo y Díaz. Y se pasan a es- 3 - tudiar las reclamaciones presentadas. Abierta discusión sobre - 0 m la primera -procedente de La Palma- Díaz dijo que no to- E maba parte ni ahora ni en adelante. También dijeron abstenerse O Jurado y Castillo. A ello observaron Ramírez y Pérez Zamora n E que eran contradictorios consigo mismos, puesto que habían to- - a mado parte en los debates de la Corporación, especialmente Ju- 2 n rado, sin que la única novedad -la presencia del nuevo go- n n bernador- justificara tal cambio de actitud: «O deben dejar 3 O de ser diputados, o cumplir con sus cargos)). El presidente llamó a los diputados al orden, para aprobar o no el dictamen. Díaz ryLr,,r,,,r, rtnrta de nuerg centra esta C ~ ~rn-Ln- r-'a-ur i' A nS e -aYn-r-n- hií e! diC.. tamen por cuatro votos -presidente, Ramírez, Pérez Zamora y Mandillo. Los tres «canarios» hicieron constar su abstención; y se marcharon Castillo y Díaz. El primero volvería a entrar al terminar el tema de las rectificaciones; y vistas las ilegali-dades cometidas en La Palma, pedía se suspendiese la sesión. Pérez Zamora les pidió se pusiesen de acuerdo de si era «pro-testa » o «petición». Dijeron que ambos conceptos, ya que ellos dos eran «los verdaderos legítimos diputados)). El presidente de-cidió que en cuanto protesta, se consignan's en acta; y en cuan- 126 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA 118 19-1900] 23 to a petición, que lo presentaran donde competía -el gobierno civil-; y así se acordó por «los cuatro)). Salió de nuevo Castillo. Y firman todos, salvo Díaz, que no reapareció. En la última sesión en que aparece Pérez Zamora, la del día 13 de noviembre, sólo comparecieron ((10s cuatro)), por lo que sus acuerdos eran interinos. Al cumplimentar lo solicitado por S.M., Pérez Zamora interesa se añada certificación de la renuncia presentada en 1843 por el diputado José Domingo Del-gado Trinidad; del nombramiento de catedrático del Instituto a favor de Gaspar de Vargas y Lecuona; y el Boletín Oficial en que se cita a los acreedores del marqués de Villafuerte. Así se acordó. mmd_ó pasar a !a &misiSr? !a e~p~s i c iSdne Cisti!Jn, Jc-- rado y Díaz sobre petición de suspensión de la Diputación. Fir-man el gobernador, Ramírez, Pérez Zamora y Mandillo. En la siguiente sesión sólo aparecen ya Arredondo, Ramírez y Mandillo -16 de noviembre de 1854-. Don Feliciano se aprestaba a ser elegido diputado a Cortes por Canarias, cosa que nos ocupará el capítulo siguiente. VIII. DIPUTADAO C ORTEPSO R CANARIAENS 1854 En el 23 del mes de noviembre se celebran elecciones a di-putados a Cortes por grandes circunscripciones. Se enfrenta la candidatura progresista y la candidatura de ((Unión Liberal)). Y triunfa aquella. Resulta elegido por Canarias Feliciano Pérez Za- ---- lllV14. Eii Id enceIenie GaIeIiü de rqjlesenfünfes de! yMeb102?, que reproduce unos magníficos grabados, con facsímil de la fir-ma de los interesados, se lee: ((Feliciano Pérez Zamora. Propie-tario. Nació en el Puerto de la Cruz (Tenerife) el 20 de octubre de 18 19. Izquierda)) ". Don Feliciano es, todavía, progresista. Por pece tiempo. En ectus Cortes Cms t i t~ye~t e!e s acmxpar-,ar:a,r, 23 Cortes Constituyentes. Galería de representantes del pueblo (1854). Li-bro de grabados propiedad de la señorita Adela Serra de Armas, cuya gentileza agradezco. 24 Ver la efigie de Pérez Zamora este año en nuestra lámina 111. Gumersindo Fernández de Moratín y González de Carvajal, &en-tro izquierda)); Gregorio Suárez Morales, abogado, propietario, «Derecha»; Juan Monarty, coronel de Caballeria, natural de Güi-mar, ((Centro izquierda)); Silvestre Batista Abreu, natural de San-ta Cruz de La Palma, «Izquierda»; y Camilo Benítez de Lugo y Medranda -íntimo amigo de Pérez Zamora-, abogado y pro-pietario, natural de la villa de La Orotava, Tenerife, «Centro izquierda)) 25. 1. DZScusiÓn de su acta Benítez de Lugo y Pérez Zamora marcharon juntos a Por-tugal para desde allí dirigirse a Madrid, pues los vapores-correos estuvieron suspendidos dos meses. Celebradas las elec-ciones con el resultado visto y antes de que los diputados to-maran posesión de sus cargos, Las Palmas prosiguió en sus pro-testas contra su validez. El que acababa de ser vocal representante de la disuelta Junta de Gran Canaria Laureano Hernández Pérez, prestigioso abogado de Las Palmas, se tras- 25 Puede verse la alocución A los electores. El Comité Central Progre-sista, fechado a 9 de noviembre de 1854, Imp. Isleña, con la candidatura que saldna triunfante [B. UL., Papeles Varios, t. 102, Sigt: C-IV- 14, doc. núm. XV]. Y el impreso Electores, fechado a 23 de ese mismo mes, Imp. y Lit. de D.V. Bonnet, que propugna la candidatura encabezada por el general Ortega [B. UL., Papeles Varios, t. 94, Sigt: C-IV-6, doc. núm. XIII]. CAMILBOE NÍTEZD E LUGOY MEDRANDnaAc ió en La Orotava el 13 de di-ciembre de 1824. Abogado, fue diputado a Cortes en 1854, subgobernador de Gran Canana y después de haber sido gobernador civil de Canarias, lo fue de las provincias de Lérida, Vizcaya y Sevilla. En política fue muy amigo del tantas veces diputado por Tenerife Feliciano Pérez Zamora. El Gobierno provisional le nombró gobernador de Canarias en 1868 «con de-signio de cortar el crecimiento del partido republicano)). Presidiendo la Di-putación Provincial tuvo serios enfrentamientos con el ala radical progre-sista, representada especialmente por su pariente Luis Francisco Benítez de Lugo, Marqués de la Florida. Moriría en Madrid el 5 de septiembre de 1873. Puede verse su retrato de 1854 en nuestra lámina IV. FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 25 ladó a Madrid y allí gestionó cerca del Gobierno la anulación. Fecha a 10 de enero de 1855 un folleto 26. En el tema de elec-ciones, ataca duramente la actuación de la Diputación provin-cial, al gobernador Belmonte, al bastardeo de las listas electo-rales, a la remisión de las actas a Madrid vía Lisboa, al arbitrario arreglo de los distritos, a la destitución de varios Ayuntamientos; y especialmente, a Pérez Zamora, ((individuo de la Junta de Gobierno e intruso en la Diputación, ahora secre-tario del Gobierno civil de la provincia)); a Moratín, ((individuo de la Junta)); a Batista, «Juez de primera instancia nombrado de uno de los Juzgados de aquella provincia)). Y sin nombrarlo, a Benítez de Lugo, «gobernador civil de la misma provincia, y después de la de Teruel). Sólo escapa don Juan Moriarty, quien está ((decidido a no aceptar tal encargo si las elecciones se han practicado de aquel modo)), etc. Pide en consecuencia la nulidad de las mismas. En Las Palmas, a mediados de marzo, se nombran comisio-nes para llevar a cabo las líneas de actuación. Pero hubo gran-des dificultades de financiación. Y refiere Pérez García: «Las propuestas de López Botas para recaudar dinero entre los ciu-dadanos fueron rechazadas y éste terminó dimitiendo de la re-cién creada «Junta Permanente)) para defender y coordinar los esfuerzos locales» 27. 26 Apuntes acerca de las causas que han motivado las rivalidades entre las islas Canarias y el estado de atraso en que se encuentran, y sobre la nulidad de las elecciones de los diputados a Cortes que allí acaban de ve-rificarse. Extendidos por D. L.H., comisionado en la Corte por la Gran Ca-mr iu. h?uVRd, Iri,p. Eib!ietecr, N w i a [!S51 [EU. , ?=,-&S Vc r i~st,. 85, Sigt: C-V-29, doc. núm. XVIII]. Puede verse el dictamen favorable de la Comisión de Actas de 9 de febrero de 1855 en el Diario de Sesiones, t. 111, p. 1364. Y su alusión al voto particular de Tassara. 27 JOSÉ MIGUEPLÉ REZ GARCÍAL:a situación política y social en las Ca-narias orientales durante la etapa isabelina Tesis Doctoral fechada en Las Palmas, noviembre 1987. Leída en la Universidad de La Laguna, Facultad de Geografía e Historia, Departamento de Historia, mereciendo un sobre-saliente cum laude el lunes 7 de diciembre de 1987, bajo la dirección de Mana Teresa Noreña Salto; t. 1, fol. 293, donde estudia las actas de la Junta de Las Palmas de 1843. Núm. 36 (1990) 129 2 6 MARCOS GUIMERÁ PERAZA Pérez Zamora defendió su acta y juró el cargo, en sesión de 13 de febrero de 1855': Pero la cosa no fue nada fácil. Se le acusaba por el voto particular de García Tassara de ha-ber sido miembro de la Junta Gubernativa de agosto de 1854 y luego integrante de la Diputación Provincial. Él sostiene que la Diputación constituida en 18 de agosto, fue ilegal. Hace his-toria de esa ilegalidad. Fueron llamados tres incompatibles: Vi-llafuerte, José Delgado Trinidad y Gaspar de Vargas. El pri-mero, en quiebra. El segundo, empleado del Gobierno. El tercero, había renunciado en 1843. Y además, el diputado de-cano -el propio Villafuerte- se alzó con el mando político de la provincia. El gobernador -Belmonte- separó a los tres miembros. Se constituyó la nueva Diputación el 15 de septiem-bre. Se celebraron las elecciones. Vega Armijo pide ia nulidad de las actas de Canarias, pues se eliminaron no tres sino cuatro diputados. Suárez, electo y vocal de la Junta de 1854, refiere el acuedo de la Junta con Belmonte y el reemplazo del cuarto diputado. López Grado también apoya el voto particular y cri-tica a la Junta Revolucionaria del 54. Suárez defiende a la Jun-ta canaria -compuesta en su totalidad de liberales-, rechaza su unión con el general Ortega, y hace un gran elogio de Mo-riarty. En cuanto a él, Suárez, recuerda que fue diputado entre 1840 y 1843; y jefe político de Albacete; y en la minoría de 1851. Pérez Zamora vuelve a intervenir e insiste en que no se anulen las actas, que dejarían a Canarias sin representantes por un año y para siempre de unas Cortes Constituyentes. Navarro Zamorano habla por la Comisión y defiende la validez de las actas, la actuación de la Junta y la del gobernador interino; y Desde aquí dejamos constancia de nuestra gratitud al autor, que nos ha permitido disponer de un ejemplar de su tesis, tan importante para la figura de López Botas. Recientemente ha sido editada por la Real Sociedad Económica de Ami-gos del País de Las Palmas de Gran Canaria, año 1989. Lo citado ante-riormente puede verse en el texto impreso, p. 153. 28 Diario de Sesiones de Cortes, 13 de febrero de 1855 [B.U.L., Papeles Varios, t. 54, Sigt: A-VII-131. Corresponde al tomo de la Legislatura 8 no-viembre 1854 a 2 septiembre 1856, pp. 2134 a 2151. Vid. asimismo en la B.M.T. el Diario de las Sesiones de las Cortes Constituyentes, núm. 83, del martes 13 de febrero de 1855, pp. 1418 a 1432. 130 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Gunwrsirrdo I;érnurdes rle h/loruti~? Gon;cíle; de Carvalai 11790-18601. Gra-bado cn la Galería de representai?tes rlrl pzrehlo, 1854, propiedad de los her-manos Sci-ra dc Armas. [Foto: Hcrzbcrg.] Juan Moriarty y Dclgoclo-Trinidad [nac. cn Güímar el 14 de ju-lio de 18001. Grabado cn la Galería de representantes del pue-blo, 1854, propiedad de los hermanos Scrra de Armas. [Foto: Herzberg.] FELICIANO PÉREZ ZAMORA j1819- 19001 27 recuerda «la rivalidad desgraciada)) en Canarias. López Grado insiste en que el decano de la Diputación ocupa el puesto de gobernador cuando éste no actúa (Varios Sres. Diputados: No, no). Le contesta Pérez Zamora y rechaza que puede ser go-bernador de la provincia: «Nunca, jamás, en ninguna ley...)); y aclara que él, el último de los electos, obtuvo cerca de 4.700 votos más que las firmas, incluyendo las «de a ruego)). García Tassara, autor del voto particular, lo defiende, basado en el ha-berse violado la legalidad. Se desechó el voto particular por 144 votos contra 47. Luego se votó el dictamen de la mayoría y quedó aprobado, admitiéndose como diputados a los cinco de Canarias. Como veremos, no fue nada fácil conseguir la aprobación de las actas de nuestros diputados. En el Congreso se hizo pronto amigo de Ros de Olano, del duque de la Torre, y singularmente de don Antonio de los Ríos Rosas. Y allí laboró por las obras públicas necesarias en Tene-rife: carreteras, faros, muelles, etc. 2. Sanidad marítima En la sesión del miércoles 6 de junio de 1855 se continuó debatiendo el proyecto de ley de sanidad, sobre el cual ya ha-bía intervenido Pérez Zamora. En ésta de ahora, consigue, de entrada, qe no se limite el número de lazaretos a cuatro -como venía el dictamen- sino «dónde y en el número en que sean necesarios)). Interviene también sobre las cuarentenas a los buques. En estas intervenciones le atendió la Comisión. i T n 3r; ',m c,, n ~ + ; n ;Án A n Fiiim~n+rA\ nl +f in- l r i ; - -un--+.rnrl- A,. LILV U ~ L UI ou ~ \ ~ L I U U I L UL U U L L L \ ~ L ~ L W ULI L u u C - l a J L L A L G ~ L U ~ U V UG derechos para los buques de cabotaje en Canarias, que no logró prosperar. Tampoco consiguió que la Comisión le aceptase dejar claro que los gastos de la sanidad marítima no podrían ser su-periores a los derechos que percibieran, en aras de no dañar al comercio marítimo. Volvió a hablar sobre 12s cfiarentems, apoyando la redacción dada por la Comisión, salvo que viniera su patente visada por el agente consular español. Contendiendo con Figueras, invoca el precedente del año 51, cuando el buque Trueno llegó a Canarias con tres muertos por cólera morbo Núm 36 (1990) 131 asiático, y su capitán dijo haberlo sido por causas naturales. Ese día intervino también el diputado canario Moratín -así nombrado [Diario de Sesiones, núm. 173, pp. 5454 a 54641. En la sesión del 8 de junio volvió a intervenir en el debate del proyecto de ley de sanidad. Discutió vivamente con el di-putado Íñigo, de la Comisión, porque entendía Pérez Zamora que se daba demasiada preponderancia a la clase médica en las Juntas de Sanidad, incluso nombrando secretario a un mé-dico, a lo que él se oponía por razones de competencia admi-nistrativa. Íñigo se duele de su dureza en el hablar. Don Feli-ciano se justifica. «Yo me expreso de una manera un poco brusca, porque no tengo costumbres parlamentarias adquiridas, y porque soy además de un país algún tanto árido, próximo a la costa de &rica». kigo a1 replicarle le dice: «Yo ya sabia de la parte del mundo en que S.S. había nacido, y que allí tam-bién se poseen altamente la finura en la explicación y la sus-ceptibilidad para poder expresarse en los términos decorosos, dulces y siempre amables con que S.S. acostumbra a hacerlo, aunque sea asestando buenas estocadas al corazón de la Co-misión)) [Diario de Sesiones, núm. 174, pp. 5490 a 54931. En la sesión del 21 de junio siguió el debate sobre el pro-yecto de ley de sanidad. Y al leerse el artículo 55, nuevamente redactado por la Comisión, habla Pérez Zamora en contra. Se mantenía el secretario para ((uno de los vocales facultativos)). Insiste en que se disminuya el número de facultativos en la Junta y que el secretario fuese, «como debe ser, el oficial del negociado del Gobierno político)). En réplica, insiste en que las Juntas son (cuerpos administrativos)). Se procedió a votación nominal, y se aprobó el artículo tal y como venía por 72 votos contra 30. Entre los primeros, Batista y Moriarty; entre los de-rrotados, Pérez Zamora [Diario de Sesiones, núm. 184, pp. 5844 a 58511. 3. Carreteras, Milicia En el sábado 30 de junio intervino en la discusión del dic-tamen núm. 597; y llama la atención del ministro de Fomento FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 29 ((sobre el estado ruinoso, o más bien la incompleta incomuni-cación en que se hallan los pueblos de Canarias por falta de caminos)), pidiendo se libren las cantidades necesarias, «con lo que aquel país saldrá del estado de pobreza, o más bien de miseria, en que se encuentra por falta de caminos y del im-pulso necesario a sus obras públicas)). Le contesta Fernández Moratín, por la Comisión, que confirma lo dicho por don Feli-ciano y pide, a lo menos, «el camino de la capital hasta Oro-tava, y aun hasta Icod)). El ministro de Fomento, Alonso Mar-tínez, les promete hacer lo posible. Y Moratín muestra su acuerdo y el de la Comisión al decir «pase al Gobierno)). Se aprobó el dictamen [Diario de Sesiones, núm. 192, pp. 6116 a 61171. Vuelve a intervenir ese día al discutirse el proyecto de ley sobre ia ((Reserva del Ejército)), para tratar de las mili-cias provinciales de Canarias, para las que se pide una organi-zación nueva, una ((organización especial». Le contesta O'Donnell, conde de Lucena, ministro de la Guerra, que sí, y que se dis-minuirá el número de batallones en Canarias [Idem., id., pp. 612441251. El 17 de ese mes de julio se suspendían las sesiones de las Cortes Constituyentes, que se reanudarían el 1.0 de octubre. 4. Ley de Imprenta, Pensiones En la sesión del 4 de diciembre, Pérez Zamora tiene una intervención ((por alusiones)), como miembro que es de la Co-misión encargada de formar las bases de la Ley orgánica de .L_I I~ IC I_I Llpl~o ,r considerar que se está prejuzgando lo que esa Comisión ha de proponer. Pero el presidente Infante le llama «a la alusión)); Pérez Zamora cree que el presidente «está tan severo...)); el presidente dice que quiere que se cumpla el Re-glamento; y don Feliciano concluye: «Si el Reglamento no quie-re 1r-i a- 1o l1 e me siento...)) [Diario de Sesiones, núm. 259, p. 88431. Volvió a intervenir en el debate sobre el Jurado en los delitos de imprenta -sesión del día 5 siguiente- 'al discu-tirse el artículo 1: del dictamen de la Comisión; pregunta que 30 MARCOS GUIMERÁ PERAZA le corrije el secretario Marqués de la Vega de Armijo, y se aprobó el articulo [Diario de Sesiones, núm. 260, p. 88641. En la sesión del sábado 15 de diciembre de 1855 tiene una intervención Pérez Zamora al discutirse una petición -la núm. 839- en que la peticionaria, hermana de un «teniente del 4.0 Regimiento de la Guardia Real de Infantería, que pereció en aquel año [1834] en la defensa de la plaza de Vitoria, cuan-do fue atacada por las hordas que capitaneaba Zumalacárre-gui », llegó tarde en su reclamación por residir en Canarias. Pé-rez Zamora consigue de la Comisión que «pase al Gobierno» para que éste le remita al Tribunal Contencioso-Administrativo y éste dé al expediente «el giro que debe tener [Diario de Se- NB siones, núm. 268, pp. 9136-91371. E E! 15 de mero se recomponía el gabinete, y entraba como nU ministro de la Gobernación Patricio de la Escosura y Morrogh, -- Oo> entre otros nuevos. Era un progresista templado. Había sido di- £ e putado por Canarias en 1844 -aunque entonces no llegaron 2 E los elegidos a tomar asiento en las Cortes. Y ministro del mis- - mo Departamento en el Gabinete polaco de García Goyena, en 5 el cual se había dictado el R.D. de 29 de septiembre de 1847, - - 0 por el que se fundaba la división del territorio nacional en once m E regiones, una de ellas Canarias; disposición que fue suspendida f a pocos días depués. El hecho es que era un fuerte puntal de Gran Canaria. a-E Así lo vio enseguida Laureano Hernández, que al día siguien-te, 16 de enero, vuelve a la carga con otro folleto divisi~nista~~. n n Y el ministro Escosura concibe su Proyecto de división, que publica el 6 de febrero de ese año. Lee su Exposición en el O Congreso el mismo día [Diario de Sesiones, Apéndice 2.0 al núm. 3071. 29 UD~evesc ~n s i d e~n c i o n easce rca de la conveniencia y ventajas de la Di-visión de las Islas Canarias en dos provincias. Por D. L.H. apoderado eri esta Corte de la Gran Canaria. Madrid, Establecimiento Tipográfico a cargo de don Manuel Morales y Rodnguez, 1856 [Museo Canario, Fondo Maf-fiotte, M. 3531. 134 '4NUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 3 1 5. Cesantías de los ministros, Responsabilidades En la sesión del día 14 de abril, núm. 357, se leyó una en-mienda sobre el artículo 2: de (Censatías de los ministros)), fir-mada por Pérez Zamora. Se hacia extensivo el derecho a los que lo hubiesen sido por dos años, en una o más veces, o con-tasen con quince años de servicios al Estado, o ejercido el car-go de senador o diputado en tres elecciones generales. A una pregunta del diputado Ovejero sobre esas elecciones, Pérez Za-mora le contesta que se entiende por tales da que todo el mun-do conoce)), a las que precede convocatoria general, sea por provincias, como en la actualidad)), sea por distritos [Diario de Sesiones, pp. 12374 y 12394-951. Se aprobó la enmienda. En la misma sesión se vieron varias proposicimer. Entre ellas, una pidiendo al Gobierno remita «el expediente instruido durante el ministerio del Sor. Bravo Murillo, sobre compensa-ciones a la familia del Sor. Bertrán de Lis, para que examinado pueda exigirse la responsabilidad que corresponde según las le-yes)). Firmada, entre otros, por Pérez Zamora, aparece en la p. 12380. Como en la p. 12381 y también firmada por Pérez Zamora, aparece otra pidiendo los ((expedientes sobre contratos de anticipos de fondos hechos durante el ministerio del Sor. González Brabo, al efecto de examinarlos y exigir la responsa-bilidad a que hubiese lugar caso de que se hubiese infracción de ley)). 6. Otra vez la Ley de Impventa En ia sesión dei 6 de mayo siguió ia discusión sobre la Li-bertad de imprenta, sobre la Base l.a nuevamente redactada. Pérez Zamora -que se encontraba solo en el banco de la Co-misión- contesta en nombre de ella. Y explica «las considera-ciones que tuvo presentes para redactarla en la forma que hoy tiezeii. Se refiere a los posibles ataques a ia unidad reiigiosa de la Nación, «por medio de libros)). Y con respecto al dogma, dos únicos jueces reconocidos son los obispos)) [pp. 129651. Des-pués de intervenciones como la del ministro Escosura y el di- Núm. 36 (1 990) 135 32 MARCOS GUIMERÁ PERAZA putado Salmerón, se aprobó la Base por 142 votos contra 41. Al discutirse la Base 3.q tiene una fuerte intervención Figueras; y le contesta Pérez Zamora, rechazando el calificativo de «re-trógrada)) que aquél dirigía a la Comisión, referido al depósito de los periódicos políticos. Cree, por el contrario, que es «una base altamente liberal)). Y la enmienda no se tomó en conside-ración [pp. 12978 y ss.]. En la sesión del jueves 8 de mayo continuó la discusión so-bre la Base 5.a Pérez Zamora contestó, evasivamente, a Luzu-riaga: ((Realmente no he podido ponerme de' acuerdo con mis demás compañeros para contestar a las preguntas de S.S.» [p. 13031, del núm. 3761. Al final de esta sesión, habló Pérez Zamora: «A nombre de la Comisión tengo que decir que reti-ramos las bases restantes para redactarlas de nuevo» [p. 130551. En la sesión del 19 siguiente, la Comisión presentó nueva redacción de las bases quinta y siguientes hasta la decimoctava [Diario de Sesiones, núm. 384, p. 133151. En la citada sesión del 8 de mayo de ese año, Escosura ha-bía presentado un proyecto aún más amplio: Proyecto de leyes orgánicas para el Gobierno y Administración provincial y mu-nicipal, presentado por el Sr. ministro de la Gobernación (don Patricio de la Escosura). 7 de mayo de 1856 [Diario de Sesiones, del 8 de mayo, Apéndice segundo al núm. 376, pp. 10591 a 105931. La Comisión nombrada, de la que fue presidente Fermín Caballero y secretario Práxedes Mateo Sagasta, no llegó a emitir dictamen. «Los obstáculos impuestos por los representantes ti-nerfeños »lo impidieron. Fue defendido por el ministro Huelves. El 20 de junio el diputado Gil Sanz preguntaba cuál era la causa de la dilación que se advertía en evacuar la Comisión SU informe, a lo qUe 3c-a-g-a.a-L+a- nnmtoct~,~., xr,,,l,L1d9o , !E C b ~ i s i k fue nombrada, al ver la importancia del asunto se acordó pedir al Gobierno los antecedentes que sobre esto hubiesen. El Go-bierno los remitió pronto, y al ver un expediente tan volumi-noso acordó hacer un extracto. En esto se ha tardado mucho tiemp; pere no comce e! Sr. Gil Sanz y los Sres. diputados, tratándose de un expediente de tanta entidad, y que hace tanto tiempo se está instruyendo, el extracto debía tardarse tiempo en hacer. Hace unos quince días se concluyó. Desde entonces 136 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 33 ha podido adelantarse algo más; pero el presidente y algún otro individuo de la Comisión pertenecen a otras, y sin duda por esto no se ha podido reunir tantas veces cuantas hubiese sido de desear)). Laureano Hernández y el Conde de la Vega Grande lograron que Sagasta «cambiase el ritmo)). El Ayuntamiento de Las Pal-mas «vuelve a crear una Comisión para sufragar los gastos. A propuesta de López Botas, éstos son resultados de contribucio-nes voluntarias, reflejándose amplio interés a la vista de las ins-tituciones e individuos que aportan cantidades)). Pero Hernández y López Botas sufren traspiés ((cuando tratan de recabar ade-lantos para los gastos del primero)). López Botas «abría un cré-dito a favor en Madrid ante un agente financiero quien ade-lantaba cantidades que luego se le giraban desde Las Palmas)) 30. Pero al final, todo terminó sin éxito, con la caída del Go-bierno el 13 de julio, en la célebre crisis deopoldina)). Salieron del Gobierno Espartero y Escosura. Y al día siguiente la reina encargó a O'Donnell formar gabinete. De señalar la actuación de Pérez Zamora el 14 de julio de 1856, cuando ya caído Espartero, hubo extraordinaria agitación en las calles de Madrid. Las Cortes se reunieron en sesión per-manente; y allí se vió una proposición suscrita por Pérez Za-mora y otros, en la que se investía a Espartero como dictador. La presidencia no dio cuenta de ello a la Asamblea; las grana-das de cañón caen dentro del recinto; y pese a ellas, un grupo, entre los que se encuentra Pérez Zamora, grita ($Sigamos deli-berando!)) Y así lo hacen31. A Pérez Zamora, a quien llamaban en su isla natal con el nombrete de Pan y Peras, comienzan a conocerle en Madrid como «El Canario parlante)). Por su parte, Rodríguez Figueroa reconoce que don Feliciano era hombre de gran olfato político^^^. PÉREZG ARCÍAT,e sis. .., cit., pp. 154-155. 3 1 [Ac'REL:P~É REZZ A:GRA], Ni=tas biogrdficcs ..., cit., p. 33. 32 LUIS RODRÍGUEFZIG UEROA1.,' Conferencia sobre Renovación de la po-lítica insular, Ateneo de La Laguna, 23 de diciembre de 1917. Impresa con prólogo de Domingo Cabrera Cruz, La Laguna, Imp. de Suc. de M. Curbelo [1917], pp. 20 y SS. Núm. 36 (1 990) 137 IX. DIPUTADAO C ORTEPSO R LA OROTAVEAN 1858 En el 22 de noviembre de 1858 se celebran nuevas eleccio-nes para diputados a Cortes, y en ella resulta elegido Pérez Zamora por La Orotava. Por Santa Cruz, Manuel Rancés y Vi-llanueva. Por La Laguna. Emilio Bernar. Por La Palma, Santiago Verdugo y Massieu. Por Las Palmas, Manuel B,ertrán de Lis, que derrotó a Patricio de Escosura. Y por Guía, Luis González Brabo, que venció a Nicolás María Rivero. Ya don Feliciano milita en la «Unión Liberal)) de O'Donnell, hasta integrarse en 1871 en la derecha constitucional. Ya estaba en conexión con Posada Herrera, el gran elector. De él dice Miguel de Rosa, secretario del Comité progresista de Gran Canaria en carta a 01ózagaj3: «En 1858 volvieron a salir los dos primeros [Rancés y Bernar] por sus respectivos distritos, y el señor Pérez Zamora, antes progresista y cuya sig-nificación posterior nadie desconoce, y todos tres volvieron a obtener los sufragios en las últimas elecciones de 1863)). La legislatura dio principio el 1: de diciembre de 1858 y terminaría el 27 de enero de 1860. Pérez Zamora presentó su credencial; se remitió dictamen por la Comisión de Actas el mismo día; y se aprobó su acta, quedando admitido y proclamado diputado [Índice, p. 4, del Dia-rio de Sesiones, pp. 330 y 3341. Las sesiones de Cortes se interrumpieron durante el verano de 1859; y se reanudaron el 1: de octubre. Pero volvieron a interrumpirse desde el día 13 de noviembre de 1859, con mo-tivo de la guerra de África, que había sido declarada el 22 de octubre. En esa guerra fue ayudante del general O'Donnell el =&tar pLqerfefia Verdüga y )v{acsieü, e~tar,cesd ipUtuda a Cortes por Santa Cruz de La Palma. Los preliminares de la paz se establecieron el 25 de marzo de 1860. Y sería firmada por el sultán el 26 de abril. 33 Carta de Miguel de Rosa y Báez a Salustiano Olózaga de 1: de mar-zo de 1864. Citada por JosÉ RAMÓNS ANTANGAO DOY,A ctas del partido pro-gresista de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (1808-1872). Anuario del Centro Asociado de Las Palmas de la U.N.E.D. Año 1975, núm. 1, p. 117. 138 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [18 19-19001 3 5 El 27 de enero de 1860 terminó esa legislatura y la nueva se abrió el 25 de mayo. Las sesiones se suspendieron el 5 de julio. Esta legislatura terminó el 28 de septiembre de ese año; abriéndose de nuevo las Cortes el 25 de octubre y el Gobierno convocó elecciones para el 30 de octubre de 1860, que se apla-zaron hasta el 8 de noviembre por la muerte de la infanta doña Concepción. El Gobierno presentó los proyectos de ley de ayuntamientos y de gobiernos de provincia (primera sesión de 1861). González Brabo, que había resultado elegido también por Val-demoro, decidió optar por esta representación, por lo cual se convocó elección parcial en 1861. Figuraban entre los candi-datos Jacinto de León y Falcón, Luis Navarro Pérez, Antonio A . .+ A A 1 D nñ: 1 T)-AL o--- nU5CL -LUIIauu UC UUlILdlCL DldUU-, lV1lgUCl DCLIlCIILUUlL 3U1- tino, Francisco Belmonte y Vilches -en este momento gober-nador civil de Cáceres-, Mijares, Vicente Clavijo y Pló ... No quisieron presentarse Cristóbal del Castillo, López botas ni el Conde de la Vega Grande de Guadalupe. El ministro Posada Herrera prefería a León y Falcón. El Partido Canario decide abstenerse para evitar nuevas divisiones con los «leones» y de-jaron el campo libre a León y Falcón, que al fin resultó elegido34; En los primeros meses del año 1861 se produjo la disidencia de Ríos Rosas y la actitud francamente hostil de Sagasta. 1. Ley de Ayuntamientos y Ley Provincial En la sesión del jueves 31 de enero de 1861, Sagasta pre-guntó qué pasaba con el dictamen sobre la Ley de Ayunta-mientos. Por la Comisión contestó, en primer lugar, Monares diciendo que el dictamen estaba pendiente de redacción; y que pudo venir al Congreso primero el de Diputaciones provinciales y Gobiernos de provincia. Pérez Zamora hubo de añadir otras explicaciones, como «único individuo de la Comisión de Ayun-tamientos que disiente del dictamen de la mayoría)). Explica que la Comisión, que empezó muy bien, ha suspendido los trabajos 34 Para todo esto, ver PÉREZG ARC~Aen, su Tesis.., cit., pp. 196-197. Núm 36 (1990) 139 vanos días; y que él se ha acercado al secretario y otros miem-bros para que diera su dictamen, ((porque de otra manera no podía yo presentar mi voto particular)). Dejó claro que, en su opinión, lo más conveniente hubiera sido que se hubiese em-pezado por la Ley de Ayuntamientos [Diario de Sesiones, núm. 85, p. 23311. Pérez Zamora formaba ya parte de la disi-dencia que encabezaba Manuel Alonso Martínez, que había de-jado su ministerio. En la sesión del 4 de febrero se leyó una enmienda de Pé-rez Zamora al artículo 75 del dictamen sobre ((Organización de los Gobiernos de provincia)), que pasó a Comisión [Diario de Sesiones, núm. 87, p. 2403 y Apéndice segundo, p. 24071. En la sesión del martes 5 de febrero de 1861, al discutirse ese dictamen, Pérez Zamora cedió la palabra al señor García Gómez [Diario de sesiones: núm. 88, p. 24201. Él había pedido la palabra en contra; y dice pensaba aprovechar la ocasión para dejar consignadas sus opiniones respecto a las reformas admi-nistrativas presentadas por el Gobierno; pero sabiendo que el otro diputado pensaba consumir un turno sobre la totalidad, para combatirlo, cedía su turno «con mucho gusto)). El presi-dente decidió que usaría de la palabra mañana. En la sesión del jueves 7 de febrero se leyó por primera vez y pasó a Comisión una enmienda de Pérez Zamora al ca-pítulo l: del título 3.0 del dictamen sobre el proyecto de ley de ((Organización de los Gobiernos de provincia)). Tal enmienda figura en el Apéndice primero a ese núm. 90, y versa sobre las Diputaciones provinciales y sus Comisiones permanentes [Diario de Sesiones, núm. 90, p. 2445 y Apéndice, p. 24671. Se reproduce en el Apéndice tercero, correspondiente al día 8 de lc e- 1u r e r u rL.-r.'i.-u- iri. 91, p. 2501j; así como se inserta otra suya a! ar-tículo 75, párrafo duodécimo, sobre los Consejos de provincia [p. 25031. En la sesión del 14 de febrero se discute el artículo 3: y sus enmiendas, sobre la posibilidad de establecer subgoberna-deres en Menerca y Gran Canuri~. Puest~ U intución n~mind una enmienda de Latorre, no se tomó en consideración por 96 votos contra 69. Entre estos últimos, Pérez Zamora y Gon-zález Brabo; entre aquéllos, Rancés y Bertrán de Lis [Diario 140 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS de Sesiones, núm. 93, jueves 14 de febrero de 1861, pp. 2541 y 25421. En el Apéndice primero al núm. 94, correspondiente al 15 de febrero, firma Pérez Zamora una enmienda al artículo 20 de dicho proyecto de ley sobre las atribuciones de las Diputa-ciones como corporaciones económico-administrativas [Diario de Sesiones, p. 25771. En la sesión del sábado 9 de noviembre de 1861, núm. 2, primera sesión de la legislatura, aparecen en la lista de dipu-tados presentes Bernar, Pérez Zamora, Bertrán de Lis, Rancés y Jacinto León y Falcón [Diario de Sesiones, pp. 8, 9 y 101. En esta sesión resultó elegido presidente Francisco Martínez de la Rosa, que obtuvo 214 votos frente a los 89 que alcanzó Anto-nio de los Ríos Rosas [id., p. 121. En la sesión del 3 de enero, Pérez Zamora reprodujo «el proyecto de ley electoral que el Gobierno presentó en la legis-latura anterior, y que quedó pendiente del dictamen de la Co-misión)). Quedó reproducido y se insertó en el Apéndice segun-do del Diario [Diario de Sesiones, núm. 28, p. 503, Apéndice, pp. 1 a 101. El proyecto está firmado por José de Posada He-rrera ministro de la Gobernación y fechado a 27 de junio de 1860. Canarias aparece en el estado final con 233.784 habitan-tes, a los que corresponden seis diputados. En la sesión del 8, el diputado Calzada pregunta por el pro-yecto Ley de Ayuntamientos; y Pérez Zamora, como de la Co-misión, contesta que la misma está completa, pero que yo no soy ni presidente ni secretario, y que por lo mismo no ha estado en mi mano el que se cite a los demás individuos. Por lo tanto, el estado de los trabajos de esta Comisión es el mismo que tenía al finalizar la le-gislatura pasada [Diario de Sesiones, núm. 31, p. 5821. En la sesión del 20 de enero, Olózaga pregunta a la Comi-sión del proyecto de Ley de Ayuntamientos cuándo creen que podrán presentar dictamen. Pérez Zamora contesta: MARCOS GUIMERÁ PERAZA Yo, desde las primeras sesiones que celebró la Comisión, tuve el sentimiento de no estar de acuerdo con la mayoría en la manera de ver las graves cuestiones que el proyecto de ley entraña. Sin embargo, añade que la Comisión ha trabajado y «está ya a punto de dar su dictamen)); y cree que presentarán sus trabajos «en uno de los días de esta semana)) [Diario de Sesio-nes, núm. 41, p. 8381. En la misma sesión, Pérez Zamora pidió que se reemplazaran varios miembros de la Comisión de Actas, que se hallan ausentes, por tratarse de una Comisión perma-nente y por consolidación de los diputados electos, «que hace muchos días vienen a solicitar que se reuna la comisión)). El vicepresidente dijo que se cumpliría ei articulo 75 del Kegia-mento y las secciones reemplazarían a los ausentes [Idem., id., pp, 840-8411. En la sesión del 21 de enero se leyó una proposición de ley de Pérez Zamora «para que los diputados militares no estén obligados a aceptar ningún ascenso que no sea de escala, ni a desempeñar ningún empleo, destino o comisión que les confiera el Gobierno, a no ser en el caso de guerra extranjera o que se altere el orden público, obteniendo la autorización del Con-greso)) [Diario de Sesiones, núm. 42, p. 867 y Apéndice segundo]. Al no estar presente el ministro de la Guerra, presidente del Consejo de Ministros,Pérez Zamora se reservó «para otro día el apoyo de esta proposición)). En la sesión del 25 de enero de 1862 el diputado Ballesteros preguntó «si la Comisión que entiende el proyecto de Ley de Ayuntamientos ha celebrado la conferencia con el Gobierno, que parece ser el único obstáculo que detiene la presentación del dictamen)). Le contesta Pérez Zamora, que insiste en que es «el único que difiere de las opiniones de los demás indivi-duos » de la Comisión; y aclara que el ministro «no ha asistido todavía a la Comisión)). Contesta también el presidente del Con-sejo, Duque de Tetuán, por que el ministro de la Gobernación «está enfermo)); que el proyecto no es tan urgente como otros pendientes; y que se tardará en poder presentarlo a discusión. 142 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 3 9 Con alguna otra escaramuza entre O'Donnell y Ballesteros [Diario de Sesiones, núm. 45, pp. 931-9321. En la sesión de 4 de abril, Pérez Zamora manifestó que él y Manuel Alonso Martínez presentaban un voto particular al dictamen de la mayoría de la Comisión que ha entendido en el proyecto de ley de Ayuntamientos, «que se está poniendo en limpio en la Secretaría)) [Diario de Sesiones, núm. 94, p. 23641. Tal voto particular se leyó y anunció que se imprimiría y repartiría en la sesión del viernes 11 de abril [Diario de Sesio-nes, núm. 100, p. 25 19 y Apéndice segundo, pp. 1 a 191. Tam-bién en esa misma sesión se dio cuenta de la comunicación de Emilio Bernar participando que habiendo aceptado el cargo de subsecretario del ministerio de Gracia y hcticiri, orenrinciaba al cargo de diputado por el distrito de La Laguna, provincia de Canarias)) [Diario de Sesiones, cit., p. 24981. 2. La cuestión de Méjico En la sesión del 23 de junio, Pérez Zamora formuló al mi-nisterio de Estado dos preguntas relacionadas con la cuestión de Néjico, a saber: si el Tratado de Londres seguía o no vi-gente; y si, en todo caso, España pensaba exigir a Méjico «las satisfacciones que se le deben)). Se pondrían en conocimiento del ministerio [Diario de Sesiones, núm. 149, pp. 3752-31. El mi-nistro de Estado, Calderón Collantes, compareció el jueves 26 siguiente, dispuesto a contestar a la pregunta formulada; Pérez Zamora las volvió a formular de modo análogo. El ministro le dice que ei Tratado está sóio suspenso, no roto; y que el Go-bierno no piensa abandonar las reclamaciones entabladas. Pérez Zamora no se conforma con tal respuesta y dice: Yo aplaudo, señores, la candorosa seguridad con que el señor ~ i n i s t rde~ Estude ssstiene qüe e! tratado de ion- &es está suspenso nada más, y no está roto como algunos creían, y como yo creo y continuaré creyendo, a pesar de las explicaciones de S.S. Yo no sacaré al Sr. ministro de esa dulce ilusión en que está, y que Dios quiera no vengan pronto los hechos a desvanecer. Concedo, pues, al Sr. ministro de Estado que el tratado de Londres no está sino suspenso: convendré con el de S.M. en que el des-acuerdo de los plenipotenciarios de las naciones signatarias del tratado acerca de la inteligencia y extensión del con-venio, y el abandono que España ha hecho de su acción en Méjico, reembarcando sus fuerzas para Cuba, no es el rompimiento más explícito y solemne del tratado: pero aún siendo esto así, yo todavía me permitiré hacer dos o tres preguntas al Sr. ministro de Estado. Si el tratado de Londres no está sino suspenso, ¿cómo es que Francia ha quedado allí sola, realizando por sí, lle-vando a cabo la empresa a que las tres naciones signata-rias del tratado estaban comprometidas? B Segunda pregunta. ¿Tiene el Gobierno la seguridad de N E que la solución mejicana no irá más allá de lo consignado o en el tratado de Londres? n-- Tercera pregunta. Ya sea que Francia realice por sí m O E sola, ya sea que realice con el concurso moral de Ingla- E terra la solución de la cuestión mejicana, jcree el Gobier- 2 E no de S.M. que el día próximo a esa solución tendrá fuer- - za bastante, medios suficientes para influir en esa solución 3 a que nosotros especialmente interesa? -- 0 m Ante la nueva contestación de1 ministro, insiste don Feliciano: En efecto, el Sr. ministro de Estado ha contestado a la idea principal que envolvían mis preguntas, pero ha dejado sin contestar a una que iba muy expresa y que la repeti-ré. Deseaba yo saber si en el desenlace de la cuestión me-jicana, habiendo quedado sola en aquel país la Francia, estaremos nosotros suficientemente representados allí para ejercer la influencia que debemos ejercer por los lazos que nos unen con aquel pueblo, con los intereses que tenemos en las Antillas, y por otra porción de consideraciones que no se escaparán a la penetración del Sr. ministro de Es-tado. Mi pregunta acerca de este punto es si el Gobierno tiene seguridad de que en la solución de este asunto he-mos de estar allí representados, ya sea diplomática, ya mi-litarmente. Calderón Collantes le tranquiliza insistiendo en que los agra-vios serán satisfechos [Diario de Sesiones, núm. 151, pp. 3800 a 38021. 144 ANUARIO DE ESTUDIOS ATU'NTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 3. Cuestión de Marina En la sesión del viernes 27 de junio se vio una interpelación del diputado Ulloa sobre la contrata de cáñamos para el de-partamento de Cartagena; allí Madoz intervino, dejó en buen lugar al ministro de Marina, general Zavala, Marqués de Sierra Bullones. Una alusión del diputado Belda «a la fracción de los disidentes)) hizo que Pérez Zamora pidiera la palabra para decir: Ninguno de los diputados de la fracción disidente a que tengo el honor de pertenecer, ha puesto en duda la mo-ralidad de la administración actual, y mucho menos la del Sr. m. in. istro de Marina en particular; porque de todas las GpOsiciuGes qüe se sientan eii estos bancos, ninguna con menos razón que la disidente pudiera dirigir cargos de cier-ta naturaleza a un ministerio que apoyó durante dos años, y del cual se separó, creo que con sentimiento de todos los individuos que la componen, por una cuestión mera-mente política. Hecha esta manifestación, cuya lealtad nadie podrá po-ner en duda, nosotros no hemos tomado parte alguna en esta discusión, ni tampoco la tomaremos en la de mañana; yo creo que el Sr. ministro de Marina quedará satisfecho de la actitud reservada y digna que la oposición disidente ha guardado en esta ocasión [Dian'o de Sesiones, núm. 152, pp. 3855 y 38361. El 2 de julio de 1862 suspendió el Parlamento sus sesiones. Las disidencias se sucedían; y ya figuraban apartados, además de Ríos Rosas y Mon, los progresistas resellados. Se declaró terminada la legislatura de 1861 y e! 1.0 de diciembre de !S62 se abrió la nueva. El martes 2 se abrieron las sesiones de esta legislatura; y en primer lugar se aprobó el acta de la Junta preparatoria ce-lebrada el 30 de noviembre anterior, que estuvo presidida por Jacinto de León y Falcón, dip~itado por Giiia. E! Red Decreto de convocatoria llevaba fecha 31 de octubre. En la lista de di-putados aparecen -además de León- Feliciano Pérez Zamora, Manuel Bertrán de Lis y Emilio Bernar. Faltan, pues, Santiago Verdugo Massieu y Manuel Rancés Villanueva. MARCOS GUIMERA PERAZA 4. Cuestiones electorales En la sesión de 5 de enero, preguntó al ministro de la Go-bernación sobre la elección municipal de la villa de Cuevas de Vera, provincia de Almena, por donde salió elegido un diputado «que ha venido recientemente de la minoría progresista a pres-tar su franco y decidido apoyo al Gobierno)). Y pregunta: (Tiene S.S. noticia de las ilegalidades, de los abusos co-metidos en las elecciones de Cuevas de Vera? ¿Sabe S.S. de qué manera, con qué superchería se han falsificado las listas electorales, eliminando de ellas a última hora treinta electores de los principales contribuyentes del pueblo para ser reemplazados por otros tantos que no pagan un solo real al Estado? ¿No cree (...) que el apoyo que esos abusos han encontrado en el gobernador interino (...) puede dar lugar a sospechar que el Gobierno trata de premiar con un exceso de influencia moral conversiones recientes? Le contesta el ministro Posada Herrera. Le reprocha «hacer cargos sin aducir pruebas)). Afirma que el Gobierno no se mez-cla en esas elecciones. Que acude a los Tribunales. Los expe-dientes análogos han sido enviados al Consejo de Estado, etc. Pérez Zamora insiste en que sus cargos van contra el go-bernador interino. Y en la existencia de la falsificación [Diario de Sesiones, núm. 11, pp. 55, 57, 58 y 591. 5. La fiebre amarilla en Canarias En la sesión del miércoles 14 de enero formuló Pérez Za-mora una pregunta al ministro de Fomento sobre el estado con-flictivo de la provincia de Canarias, con motivo de la fiebre amarilla, en el sentido de «si está dispuesto a sacar inmediata-mente a licitación las obras públicas cuyos planos y presupues-tos están ya aprobados, y a activar aquellas otras que todavía están en estudio)). El ministro, Marqués de la Vega de Armijo, contestó hacien-do constar las obras que están en marcha. Pérez Zamora da 146 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS FEUCIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 43 las gracias [Diario de Sesiones, núm. 18, pp. 210 y 2111. En el mismo- sentido que don Feliciano preguntó también Luis Brabo -como se recordará, diputado por Guía que fue en estas Cortes. El Gobierno entró en crisis y O'Donnell, ya Duque de Te-tuán, fue encargado de formar nuevo gabinete [Diario de Se-siones, núm. 20, 16 de enero de 1863, p. 2361. El 18, entre otros cambios, el Marqués de la Vega de Armijo pasó al ministerio de la Gobernación. 6. Otra vez sobre la Ley de Ayuntamientos En la sesión del miércoles 21 de enero, Pérez Zamora hubo de contestar a Calvo Asensio una pregunta sobre el estado de la Ley de Ayuntamientos, como individuo de la Comisión, re-cordándole que en la legislatura anterior la mayoría de ella, lo mismo que la minoría, «han puesto sobre la mesa, aquélla su dictamen, y ésta su voto particular)}. Por su parte, el ministro Vega de Armijo desmintió que en el Gobierno anterior se hubiera rechazado el voto particular de los Sres. Alonso Martínez y Pérez Zamora [Diario de Sesio-nes, núm. 23, pp. 291 y 2921. Ese mismo día fue nombrado don Feliciano para integrar la Comisión que presentara a la reina la contestación al discurso de la corona. En la sesión del sábado 24 de enero se registra una alusión personal de Cánovas dei Castiiio a Ríos Rosas sobre la Ley de Ayuntamientos, recordando que la mayoría de la Comisión pre-sentó una fórmula, de acuerdo con el Gobierno; y que «esa fórmula ha sido combatida en el seno de la Comisión, hábil-mente, persistentemente, elocuentemente, por los individuos que despüés han firmado el voto particular)). Contesta Pérez Zamora. Dice así: Me alegro de que me haya tocado usar de la palabra para responder a las alusiones del Sr. Cánovas, después de ha- Núm. 36 (1990) 147 MARCOS GUIMERÁ PERAZA ber oído las manifestaciones que ha hecho el Sr. Mon acerca de sus opiniones sobre la Unión Liberal. Esas ma-nifestaciones, importantes por la respetabilidad de la persona que las ha hecho, justifican mi actitud respecto de las leyes orgánicas presentadas, y mi actitud en el seno de la Comisión de ayuntamientos donde combatí la fór-mula presentada por el Sr. Posada Herrera, ministro en-tonces de la Gobernación. Yo creí entonces, y sigo cre-yendo ahora, que aquella fórmula corresponde a las explicaciones que ha dado el Sr. Mon; yo creía entonces, y sigo creyendo ahora, que las transacciones que la ma-yoría de la Comisión proponía en unión del Sr. Posada Herrera como propias de la Unión Liberal, no eran la fór- B mula que nosotros debíamos admitir. N E Voy ahora a hacer una aclaración respecto de lo que o ha dicho el Sr. Cánovas. Yo digo a S.S. que la minoría n de la Comisión combatió la fórmula del Gobierno y de la - m O mayoría, y yo no sé si por habilidad o por circunstancias E puramente casuales no llegamos, los que componíamos SE aquella minoría, a formular nuestra opinión, ni a oponer - solución a solución. La minoría de la Comisión ha pre- 3 sentado sus soluciones al Congreso de los Diputados; el - Gobierno de S.M. puede examinar si esas soluciones son - 0 m más conformes a los principios de la UniíPn Liberal y, so- E bre todo, si son más gubernamentales. Yo lo único que U tengo que decir es que muchas personas del partido con- - servador, y de las que pertenecen a eso que se ha llama- -£ do partido reaccionario, sostienen que las fórmulas de la a minoría de la Comisión eran más gqbernamentales que las 2 n de la mayoría y las del Gobierno. Este, pues, se halla en n n el caso de admitirlas o rechazarlas [Diario de Sesiones, 3 núm. 25, pp. 363 y SS.]. O El sábado 7 de febrero, bajo la presidencia de Diego López Ballesteros, hay una reclamación de Pérez Zamora sobre el acta de la anterior, porque el ministro de la Gobernación «hizo alu-siones graves a una fracción de esta Cámara a que tengo la honra de pertenecer)). Y sigue: ((Nosotros no nos levantamos en-tonces a contestar a estas alusiones, porque nos reservamos ha-cerlo por medio del ilustre jefe de esta fracción, con quien el Gobierno había contraído compromisos solemnes». En este pun-to le corta el presidente: «Eso no tiene nada que ver con el acta». Hay un tumulto y se acuerda votación nominal para la 148 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-1900J 45 aprobación del acta. Pérez Zamora insiste: ((Conste, pues, que e1 Sor. presidente ahoga mi voz)). Se aprobó con los-votos-de Bernar, León y Falcón y Pérez Zamora. Y se suspendieron las sesiones de esa legislatura [Diario de Sesiones, 7 de febrero de 1863, núm. 36, pp. 609 y 6101. Pocos días más tarde cayó el gabinete OIDonnell, formando Gobierno el Marqués de Miraflores. En la sesión del lunes 13 de abril, núm. 40, sobre la discusión relativa a la interpelación del Sor. Rivero sobre la crisis pasada y la formación del nuevo ministerio, el diputado Barca alude y ataca a Alonso Martínez como miembro de la Comisión de ayuntamientos, diciéndole que a sus «opiniones políticas o personales, a sus compromisos de fracción, o a sus compromisos de provincia ... sacrificamos nosotros uno de los mejor estudiados ciei proyecto de ley presentado por el Gobierno, una de las soluciones más fecundas y más prácticas: la cuestión de las grandes munici-palidades)). Ante aquella alusión pidió la palabra Pérez Zamora. Por ser poco frecuente oirle disertar por extenso, la transcri-bimos íntegra: Voy a molestar por muy poco tiempo la atención del con-greso. Estaba muy ajeno de creer que habría de tomar parte en esta discusión, y mucho menos con motivo de alusiones que me dirigiera el Sr. Barca. S.S. no me ha alu-dido directamente, pero lo ha hecho refiriéndose, sin hacer ninguna excepción, a todos los individuos de la Comisión de ayuntamientos, a quienes ha querido S.S. presentar como personas veleidosas que sostenían hoy una solución que mañana desechaban. Yo tengo que ser muy explícito en esto., p. orque en aquella Comisión, no sólo representaba mis upiriiunes pcrsun&s, sino ~aiillr>i~ilia s que profesa eri la cuestión de ayuntamientos la fracción política a que ten-go la honra de pertenecer. Yo apelo a la memoria de los Sres. diputados indivi-duos de aquella Comisión; yo apelo al testimonio de todos ellos, para que digan si durante los debates, los largos de-h3tP. z n,,a + , , T I ; ~ T A ~ 1llrn"V ",.nV,-.rl TI- l-'- ,...a'-+:rinnr -..- -- V C I L ~ y~u c L U Y I ~ I V I I 1u~j-i ULLL La u~ I a a L U L ~ L I U L I G ~ YUG GIL-trañaba el proyecto de ley del Gobierno, convine yo con alguna de esas soluciones que propuso la mayoría. Tam-bién debo recordar que en todas aquellas discusiones en-contré a varios individuos de la mayoría dispuestos a tran- Núm. 36 (1990) 149 46 MARCOS GUIMERÁ PERAZA sigir conmigo, no en los puntos sustanciales, pero sí en todas las cuestiones relacionadas con la organización de los ayuntamientos; siendo de notar que el que mayores obstáculos puso siempre fue el Sr. Barca. S.S. sí que fue intransigente; S.S. sí que estuvo siempre lejos de ese cen-tro conciliador de que nos ha hablado y al que quiere traer hoy al Sr. Monares. Y con este motivo voy a recor-dar un hecho que explicará bien a los Sres. diputados el espíritu de conciliación de que estaba animado el Sr. Bar-ca, el Sr. Barca, que desde que comenzaron los debates sostuvo el ensamiento del Gobierno hasta en los detalles más insigniF i cantes. Discutíamos leyendo el impreso del proyecto de ley pre-sentado por el Gobierno de S.M.; llegamos a un artículo, B N artículo ininteligible para todos; artículo cuya significación E no se podía comprender: yo llamé la atención de mis com- O pa5ems s ~ b r ees te. E! Sr. Earcu pronunció en sli defensa n-- m un discurso vehementísirno, y yo, entretanto, comparando O E el impreso con el original, llamé la atención de la Comi- E 2 sión, y la hice observar que faltaba todo un renglón que E variaba completamente el sentido del artículo, si es que - conservaba sentido alguno. Esta circunstancia la he traído 3 a la memoria, porque me recuerda que ella me sirvió para -- comprender desde luego el espíritu intransigente que ani- 0 m E maba al Sr. Barca, que hoy se ha querido presentar aquí como conciliador. El Sr. Barca ha tratado casi por com- o pleto de la Ley de Ayuntamientos, y la ha querido discutir n en sus puntos más principales. Yo no voy a seguir a S.S. -E en esa discusión; ya el Sr. Alonso Martínez se ha ocupado a 2 de ella, y yo nada tengo que decir. Añadiré solamente una n cosa, y es, que mientras el Sr. Barca y algún otro indivi- n duo de la Comisión sostenían el pensamiento formulado 3 por el Gobierno de S.M. respecto a la supresión de los O pequeños ayuntamientos; nosotros, por espíritu de conci-liación, aceptábamos la solución que en esta parte propuso la mayoría de la Comisión, que es casi igual a la de la minoría. Yo, señores, no he tenido ninguna intervención en la transacción que el Gobierno de S.M. quiso hacer con la fracción política a que pertenezco respecto de la cuestión de ayuntamientos. Lo único que puedo decir es, que cuan-do el Sr. Alonso Martínez fue iiamado a esa conferencia que se tuvo en casa del que entonces era ministro de la Gobernación, previendo que pudiera tenerse la exigencia de que la minoría de la Comisión retirase su dictamen ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 47 para que se discutiese el de la mayoría, yo le dije que tuviese presente que estaba resuelto a no retirar el voto particular, que estaba decidido a arrostrar el debate, y que de esta declaración que le hacía partiese para celebrar la conferencia. Hechas estas declaraciones, que se refieren a la pe-queña participación que he tenido así en la cuestión de la Ley de Ayuntamientos como en las negociaciones últi-mas, no quiero cansar más la atención del Congreso, pre-tendiendo tan sólo que quede bien consignado que ni en el seno de la Comisión he convenido en ninguna solución que después hubiese abandonado, ni fuera me presté a otra cosa que a aquello que mis amigos políticos convi-niesen digna y decorosamente [Diario de Sesiones, pp. 690 y 6911. En la sesión del 20 de abril, núm. 46, Figueras contendiendo con el ministro de Gracia y Justicia, Monares, alude a su triste papel en la Comisión de ayuntamientos, donde después de estar comprometido con la minoría, formada por Alonso Martínez y Pérez Zamora para firmar su dictamen, cambió y firmó con la mayoría, creo que con sorpresa del Sor. Pérez Zamora y del señor Alonso Martínez)) [Diario de Sesiones, p. 8291. Pero no hubo más. El Gobierno suspendió las sesiones el 6 de mayo y más adelante disolvería las Cortes el 12 de agosto. Las nuevas fueron convocadas para el 4 de noviembre de ese año de 1863. Y así acababa esta importante etapa de Pérez Za-mora como diputado. X. DE NUEVO DIPUTADO A CORTES POR LA OROTAVA EN 1863. 1864 Y 1865 1. Elecciones de octubre de 1863: Jefe de la Sección de Orden Público de la Gobernación Dajo el Gobierno presidido por ei Marqués de Mirafiores se celebraron nuevas elecciones el 11 de octubre de 1863. En ellas los progresistas acordaron el retraimiento. Por Santa Cruz de Tenerife resultó elegido Manuel Rancés y Villanueva; y Pérez Zamora resultó otra vez elegido por La Orotava. Por La La-guna salió Emilio Bernar. Por La Palma fue electo Vicente Cla-vijo y Pló, que sena sustituido por Santiago Verdugo y Massieu. Por Las Palmas, Manuel Bertrán de Lis; y por Guía, Rafael de Muro y Colmenares -ya Marqués de Someruelos- que derro-taba a Jacinto de León y Falcón, con el apoyo del subgober-nador de Las Palmas, hermano del marqués candidato. Con este motivo, se produce una nueva e importante crisis en el Partido Canario. Se esci..de de él el grupo «leonista», capitaneado por los hermanos Juan y Fernando de León y Castillo, que tenía entonces un marcado carácter unionista. Esto se verá más cla-ramente en las elecciones de 1865. De anotar que uno de los motivos que tuvo el Partido Canario para desplazar a León y Falcón era «una serie de desaires recibidos)) por él. Por ejemplo, sobre la obtención de «la carretera de Guían; o «la derrota de1 candidato que propugnaban frente al de Santa Cruz en la no-minación de un juez en la capital. Fue derrotado por Pérez Za-mora que logró aupar a su favorecido,) m subrayado es nuestro] 35. Del mismo día de las elecciones, 11 de octubre de 1863, es una carta desde Madrid dirigida por un grupo de canarios al director de La Correspondencia de España, protestando contra la revista Las Canarias que publica un artículo sobre la supre-sión de la escala de los Correos-trasatlánticos en las islas. La reproduce el periódico E2 Fénix de Santa Cruz de Tenerife del día 23 siguiente, en su página 2, a petición de los firmantes. Dice así: Sr. director de La Correspondencia de EspaMa. Muy Sr. nuestro: Los que suscriben, naturales de la pro-vincia de. Canarias, ruegan a V. se sirva insertar en su apreciable periódico las presentes líneas, en que protestan contra las ideas emitidas en un artículo de la revista lla-mada Las Canarias, artículo en que, con verdadero asom-bro nuestro, se patrocina bajo condiciones de todo punto inadmisibles el pensamiento del Lloyd de Barcelona sobre la supresión de la escala de los Correos-trasatlánticos en a uellas islas, cuyo centinela avanzado dice V. que es la ta9 Revista. 35. PÉREZ GARCÍA, Tesis ..., cit., p. 198. 152 FELICIANO PÉREZ ZAMORA [18 19-19001 49 Hacemos esta protesta, sin perjuicio de tratar el asunto con la detención, que su importancia requiere. Madrid, 11 de octubre de 1863. B.L.M. de V. Feliciano Pérez Zarnora.-Juan Ravina.-Ignacio Pérez Ga1dós.-Valeriano Fernández Ferraz.-Rafael de Castro y Hostía.-José P. Sansón.-Luis Navarro Pérez.-El Marqués de la Florida.-Francisco de Monteverde.-Benito Pérez Gal-dós.- Faustino Méndez.-Miguel de Cámara.-Valeriano San-tos.- Barcino Guimerá.-F. Canino.-Andrés Sansón.-Victor Fernández.-Juan Bartlett Tarrius.-Manuel Lemes.-Manuel 0livera.-Pedro Ca1derín.-Francisco Doreste de los Ríos.-José de Paz Peraza.-Wenceslao Leal.-Delfino Ver-gara.- Luis Miranda.-Vicente Hernández.-Eduardo Domín-guez y Alfonso.-Juan Madan.-Ildefonso Larroche.-Miguel Massieu.-Camilo Saavedra. Para este enfrentamiento con la revista Las Canarias, que dirigía el palmero Benigno Carballo Wangüemert, puede verse nuestro trabajo El radical Marqués de la Florida (1 83 7-1 876), Aula de Cultura de Tenerife, 1982, pp. 18 a 26. A) Discusión de las Actas Las sesiones comenzaron el 5 de noviembre de 1863. Habían presentado en secretaría el acta de su elección Pérez Zamora y Bertrán de Lis [Diario de Sesiones, núm. 2, pp. 8 y 91. Y des-pués de la Junta preparatoria, el Marqués de Someruelos [Id., id., p. 111. Para vicepresidente obtuvo Bernar 98 votos y un voto Pérez Zamora [Id., id., p. 121. Emiiio Bernar habla pre-sentado su acta después de la sesión del 5 [Diario de Sesiones, núm. 3, 6 de noviembre, p. 161. Ese día quedó elegida la Co-misión auxiliar de Actas; y entre ellos, figura Pérez Zamora [Idem., id.], que obtuvo un voto para la Comisión permanente [id., id.]. La Comisión de Actas admitió como diputado por La Orotava a Pérez Zamora [Idem., p. 211. Y fue proclamado como diputado en la sesión del 10 de noviembre, núm. 5 [Diario de Sesiones, p. 301. Bertrán y Bernar fueron propuestos por la Co- Núm 36 (1 990) 153 50 MARCOS GUIMERÁ PERAZA misión de Actas -con la firma de Pérez Zarnora- como di-putados por Las Palmas [Idem., p. 321 y La Laguna [Id., p. 331, quienes serían proclamados diputados en la sesión del 11 de noviembre, núm. 6 [Diario de Sesiones, pp. 36 y 371. Ese día propuso la Comisión de Actas se admitiese como diputado al Marqués de Someruelos, quien sería proclamado diputado en sesión del 12 de noviembre, núm. 7 [Diario de Sesiones, p. 421. En la sesión del día 13 de noviembre se discutieron varias actas; y entre ellas la de Malagón, Ciudad Real, para la que pidió la palabra en contra Uhagón. Le contestó por la Comisión Pérez Zamora, que alude a la influencia moral de que hablaba el anterior ministro de la Gobernación [José de Posada Herre-ra]. Le replica Uhagón que él no fue nunca candidato ministe-rial, ni aún en tiempo de Posada; «y apelo al Sor. Pérez Za-mora, candidato ministerial del Sor. Posada Herrera, que podrá contestarse a sí mismo». Pérez Zamora le contesta diciendo: «Yo no he sido candidato ministerial ni ahora ni entonces ... El mi-nisterio aceptó mi candidatura, pero no hizo nada por ella; así es que tuve una lucha empeñada y vine solo por ocho votos de mayoría t...). Disintiendo luego de la política del Gobierno, me separé franca y lealmente, manifestándolo así de un modo bien terminante y explícito». Posada Herrera se desmanda y ha-bla de «cobardes»; que «en público y en secreto me han estado combatiendo cinco años)); y que no pueden invocar sus princi-pios «sin cubrirse el rostro de vergüenza)). Don Feliciano exige se le diga si entre esos está él. Posada dice que se dirije a da inteligencia)), no a da conciencia)). Pérez Zamora insiste en que se diga si las palabras «cobardía» y «dignidad» se han referido a él. Posada insiste en aquella distinción. Y Pérez Zamora con-cluye diciéndole que su inteligencia podrá ser «pobre»; pero «lo que es cobarde no lo ha sido para combatir la política del Ga-binete de que su señoría formó parte)) [Diario de Sesiones del viernes 13 de noviembre de 1863, núm. 8, pp. 46, 50, 51, 54 y 551. En la sesión del 16 de noviembre, Pérez Zamora por la Co-misión, defendió el acta de Mondoñedo [Diario de Sesiones, núm. 10, pp. 1 14 y 1151. 154 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [IS 19- 19001 5 1 Dos días más tarde don Feliciano hubo de intervenir en la discusión sobre el acta de Almazán [p. 1551. Y en la de Caspe, donde se alegó un cohecho sin pruebas (pp. 157 y 158). Tam-bién hubo de intervenir en la sesión del 23 de noviembre, al discutirse el acta de Castuera, por haber sido derrotado allí don Adelardo López de Ayala, con el diputado Mena y Zorrilla. La discusión se centró en la destitución de los alcaldes y de los ayuntamientos. Después de varias intervenciones de Mena y otros diputados, se aprobó el dictamen de la Comisión y quedó admitido el diputado [Diario de Sesiones, 23 de noviembre de 1863, núm. 15, pp. 207 y 2211. Los cuatro diputados por Canarias presentes -Pérez Zamora, Bertrán de Lis, Bernar y Marqués de Someruelos- juraron su cargo en la sesibn de! miércoles 25 de nmicmhre de !%? e2 que quedó constituido el Congreso [Diario de Sesiones, núm. 17, pp. 242 y 2441. En la sesión del 30 de noviembre se dio cuenta del oficio del ministro de la Gobernación -Florencio Rodríguez Vaamon-de- de fecha 25, en el que comunica a los secretarios del Con-greso el Real Decreto de 13 anterior, por el que se nombra ((Jefe de la Sección de orden público del ministerio de la Go-bernación a D. Feliciano Pérez Zamora, oficial electo de la clase de primeros del mismo ministerio». También se nombró a So-meruelos Jefe de la Sección de construcciones del repetido mi-nisterio [Diario de Sesiones, núm. 20, p. 2881. Tal cargo lo des-empeñana Pérez Zamora hasta el 10 de febrero de 1865 (Real Decreto del día 8). En la sesión del 21 de diciembre, Pérez Zamora quedó nom-brado para la Comisión de Casos de reelección [Diario de Se-siones, nüm. 41, p. 8081. .Y, por último, en la sesión del 22 se dio cuenta de una co-municación de don Feliciano en la que manifestaba que «re-nunciaba el cargo de diputado por el distrito de La Orotava, provincia de Canarias)). El Congreso acordó se pusiese en co-nociiiiiieriio del Gobierno ((para los efectos consiguientes)) [Diako de Sesiones, núm. 42, p. 8101. Núm 36 (1990) De interés resaltar que en la sesión del 7 de enero de 1864, se vio una exposición de don Vicente Clavijo [y Pló], {(diputado electo por el distrito de Santa Cruz de La Palma, solicitando se suspenda la discusión del acta de dicho distrito hasta que pueda presentarse a defenderla)) [Diario de Sesiones, núm. 44, p. 8431. Cuya acta había sido remitida al Congreso por el mi-nistro de la Gobernación el 29 de diciembre anterior, a recla-mación del propio Congreso. El mismo día se dio cuenta del Real Decreto de 31 de diciembre por el que se manda proceder a nueva elección en el distrito de Orotava. Pero los días del ministerio Miraflores estaban contados. No pudiendo llevar adelante sus tareas de Gobierno, dimite el 17 de ese mes de enero de 1864. Le sucede Lorenzo Arrazola, que lleva en Gobernación a Antonio Benavides. En la sesión del vier-nes 26 de febrero de 1864'se presentó el acta de elección por La Orotava en favor de Pérez Zamora; así como el dictamen de la Comisión de Actas en el que, pese a las protestas de va-rios electores que afirman «que la acción de la autoridad ha coartado la libre emisión de los sufragios)) y que Pérez Zamora «no paga la contribución necesaria para ser elegido)); y no pre-sentándose {{documento alguno para probar sus asertos)) y en vista de que «el candidato electo ha obtenido una mayoría de 91 votos, y de que ha presentado los recibos de contribución necesarios para acreditar su aptitud legal)), pide se apruebe el acta y se le admita como diputado [Diario de Sesiones, núm. 71, p. 13191. En la misma sesión se discutió las elección por Santa Cruz de La Palma, cuyo candidato [Vicente Clavijo] «no ha podido presentar el acta ni venir a este sitio)). La Comisión propuso SU aü!idad. Rzlmero Robledo presentó ayer ünu expsiciSn de! diputado «en la cual suplica que se le espere hasta los primeros días de marzo». Calderón Collantes pide también la espera. Des-pués de una larga y casi insólita discusión, se retiraron dicta-men y voto particular, concediendo así una espera al diputado Clarije [Diarig de S ~ C ~GMcúPmC. ,7 1, cit., pp. 1119 y 13271. En la sesión siguiente, del 27 de febrero, se aprobó el dic-tamen de la Comisión de Actas y quedó admitido y proclamado diputado por La Orotava Pérez Zamora [Diario de Sesiones, 156 .4NLL4 RIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 53 núm. 72, p. 13351. Juró, tomó asiento e ingresó en la séptima sección. Pero en la sesión del 29 de febrero se dio cuenta del co-municado del presidente del Consejo de Ministros dando noti-cias de haber presentado a la reina la dimisión del ministerio y pidiendo se suspendieran las sesiones; lo que así se acordó [Diario de Sesiones, núm. 73, pp. 1341 y 13431. Le sucedena Ale-jandro Mon desde el 1: de marzo de 1864, con Antonio Cáno-vas del Castillo en Gobernación. En la sesión del 15 de marzo se recoge la necesidad de nue-va elección por el distrito de Santa Cruz de La Palma, por ha-ber sido declarada nula por el Congreso el acta de elección [Diario de Sesiones. núm. 83, p. 14361. En la sesión del 10 de mayo continuó la discusión del dic-tamen sobre incompatibilidades parlamentarias; y sobre el ar-tículo 3.0 intervino Pérez Zamora en contra, para destacar que era necesario ampliar los plazos para las elecciones generales en Canarias. La Comisión le acepta aumentar el plazo de 15 días a un mes para las Islas, cosa que Pérez Zamora agradece [Diario de Sesiones, núm. 12 1, p. 24461. En la sesión del 17 de mayo fue proclamado diputado por Santa Cruz de La Palma Santiago Verdugo y Massieu, quien ese mismo día juró su cargo y tomó posesión de su escaño [Diario de Sesiones, núm. 125, pp. 2608 y 26311, ((anunciándose que ingresaba en la séptima sección». B) Los presupuestos En la misma sesión continuó la discusión del dictamen sobre presupuestos. Y al leerse el artículo 11.0, sobre las provincias vascongadas, se publicó la existencia de una enmienda de Pérez Zamora, en el sentido de añadir «y la de Canarias)). Con él fir-ma entre otros y al final José Luis Hlvareda [sic]. Pasó a Co-misión. Y leída segunda vez, tomó la palabra don Feliciano. Voy a decir muy pocas palabras en apoyo de la enmienda que en unión de otros Sres. diputados he tenido la honra de presentar a la consideración del Congreso, porque creo tan clara y explícita la justicia que en nombre de la pro-vincia de Canarias reclamo, que no pongo en duda que así el Gobierno como la Comisión de Presuuuestos se ser-virán aceptarla. Señores: la provincia de Canarias, cuyas circunstancias especiales la han privado hasta ahora y continuarán pri-vándola en adelante de los beneficios de los ferrocarriles, contribuye desde que éstos se establecieron en España, va a sufrir el injusto gravamen de la parte que le corres-ponderá en el aumento de 30 millones en la contribución territorial y de 20 en la de consumos con que el Gobierno ha creído deber recargar al país en general, como una su-brogación de todas esas subvenciones. Esto es, el Estado se encarga de subvencionar .é l s. olo la construcción de las vias férreas, !ibra a !as prG7v:nc:us de !u terceru parte cor? que contribuían, pero impone al país un aumento en cier-tas contribuciones. Veo que el Sr. ministro de Hacienda me hace una seña negativa; pero yo no puedo entender de otra manera la redacción del art. 11. «Las provincias vascongadas pagarán también la parte alícuota que les corresponda en el re-cargo de los 30 millones sobre la contribución territorial, y de 20 sobre los consumos, en conmutación de la tercera parte de la subvención de ferrocarriles, o en otro caso pa-garán desde luego la tercera parte de la subvención que deben reintegrar al Estado en la forma establecida por le-yes anteriores.)) Por manera que a las provincias vascongadas se las ex-ceptúa del recargo de los 30 millones de la contribución territorial y de los 20 de la de consumos, si se compro-meten a pagar la tercera parte de la subvención de fe-rrocarriles que a las mismas corresponde; y esto no quiere decir otra cosa que lo que antes indicaba: que el Gobier-no, aunque no fuera sino respecto de las provincias vas-congadas, establecía que el recargo que hoy imponía a de-terminados tributos era en subrogación de la parte de la subvención que debían satisfacer. Ahora bien: la provincia de Canarias no tiene ferroca-rriles, no disfruta de los importantes beneficios que ellos reportan, está fuera de las condiciones favorabies en que están las demás provincias de España respecto de este ade-lanto moderno, y sin embargo ha contribuido hasta ahora a la considerable suma de 1.500 ó 1.600 millones que ha pagado el Estado por razón de subvenciones. {Es esto jus- 158 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 5 5 to? ¿Por qué no se la equipara, cuando menos, a las pro-vincias vascongadas, y se le deja también la disyuntiva de pagar la parte que le corresponda en el recargo de las contribuciones, o satisfacer su parte de subvención cuando tenga ferrocarriles? Señores: además de estas consideraciones que voy ex-poniendo brevemente, hay otras que estoy seguro que co-noce mejor que yo el Sr. ministro de Hacienda. Las Islas Canarias son un país esencialmente pobre. Aquellas Islas, por razones de que ahora no debo ocuparme, fueron no-tablemente perjudicadas en el repartimiento que se hizo de la constribución territorial. En aquel país hay una por-ción de poblaciones cuyos habitantes se ven en el duro trance de tener que abandonarlas por faltarles hasta el -aaa i ia n a r a mi t i a a r la cprl "- r-- - """ a-- -- "'"' Las Islas de Lanzarote y Fuerteventura están en ese caso. Hay poblaciones numerosas, tal vez las tres cuartas partes de las mismas, cuyos habitantes no tienen pan que comer y se alimentan con una especie de masa que hacen con la raíz del helecho. Aquel país está privado de vías de comunicación. Allí apenas hay carreteras; ahora están algunas en construcción: su comercio es insignificante. Hay dos Islas privilegiadas, que son las de Tenerife y Gran Ca-naria, donde el comercio tiene alguna importancia por ra-zón de su situación topográfica; pero en el resto del país ni se conoce el comercio, ni se conoce la industria, y la agricultura está muy decaída por la razón que antes he dicho, por falta de lluvias. Pues bien, Sres. diputados: si estando en esta situación desgraciadísima, si habiendo contribuido siempre para ser-vicios públicos de cuyos beneficios nunca ha disfrutado, les vais a aumentar nuevamente los tributos, sin conside-r2r q c y~2 p g 2 m& de que pede , v n es use=re J ~Y-' l l l ~ cometéis un acto de insigne injusticia, y que aquel país descenderá mucho más de lo que hasta ahora ha descen-dido, y que le cerráis las vías para todo adelanto y todo progreso. Yo espero, pues, que el Gobierno de S.M. y la Comisión aceptarán una enmienda que no hace más que qlipzrzr 2 C2mri2r en etr2r nrnwinriac niip nnr ra7Rn r- - - u*---V Y-- r-de la manera como contribuyen al Estado se exceptúan de la disposición general, y se les da el derecho de elegir entre el pago de la parte de subvención que les corres-ponde por ferrocarriles, o el recargo correspondiente a las contribuciones territorial y de consumos. 5 6 MARCOS GUIMERÁ PERAZA El ministro de Hacienda, Salaverría, lamenta no poder acceder a lo pedido. Pérez Zamora insiste: Voy a rectificar muy brevemente. En primer lugar, esa exención a que ha aludido el Sr. ministro de Hacienda, la de los puertos francos, le cuesta al país el dinero, por-que no es una exención graciosa que el Gobierno ha he-cho; reconoce dos causas principales: la primera porque allí era difícil establecer el derecho de aduanas; tanto se reconoció así, que aun antes de establecerse los puertos francos, el arancel que allí regía era más bajo que el de la Península, y aun con ese arancel era imposible evitar el contrabando, por la circunstancia de constituir la pro-vincia multitud de islas. En segundo lugar, la prueba de que los puertos francos no se establecieron allí en bene-ficio del país sino del Estado en general, es que paga al Estado en otra forma la misma cantidad que antes redi-tuaban las aduanas. De suerte que por ese lado la pro-vincia de Canarias no ha ganado nada. Ha hablado además el Sr. ministro de obras públicas que se están haciendo allí: yo no recuerdo más que un muelle o dos que están en construcción, y por cierto que para uno de ellos, el más importante, que es el de la ca-pital, no se reciben más que 40.000 rs. mensuales, y dos o tres carreteras que están en construcción: el resto del país no tiene más que caminos de herradura. Además, no hay comparación entre los beneficios que pueden reportar y reportan en realidad las provincias de la Península con los ferrocarriles, aunque éstos no las atra-viesen, y los que puede proporcionar a las Islas Canarias. Yo pregunto al Sr. ministro de Hacienda: (qué le importa a las Islas Canarias un ferrocarril que desde Cádiz vaya a Madrid o desde Madrid vaya a Lisboa? Las provincias de la Península, aunque no sean atravesadas por ese fe-rrocarril, siempre tiene una utilidad si no inmediata, mediata Yo no quiero hacer ningún cargo por la exención que se concede aquí a las provincias vascongadas; yo creo que es justo que se les dé la facultad de optar entre la por-ción que les corresponde pagar por el aumento de los 30 millones de contribución territoriai y ios 20 de consumos y la tercera parte de la subvención. Pues bien: yo pido lo mismo para las Islas Canarias: deje S.S. a aquella pro-vincia en la misma libertad de optar por pagar la parte que le corresponde en el aumento de la contribución o ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS FELICIANO PÉREZ ZAMORA [1819-19001 57 la tercera parte de la subvención cuando tenga ferroca-rriles, y la provincia de Canarias quedará muy agradecida a S.S., y yo le anticiparé desde hoy las gracias. Pero retiró la enmienda [Diario de Sesiones, cit., pp. 2629 a 26311 . Este Gobierno Mon-Cánovas llegaría hasta el 12 de septiem-bre de 1864, en que terminó su labor que pasó a manos del general Narváez, como había aconsejado O'Donnell a la reina. El 23 de enero de 1864 contrae Pérez Zamora matrimonio con Teresa García y Salvá, de cuya unión tendría tres hijos36. 2. Elecciones de noviembre de 1864: Director General de Beneficencia El 16 de septiembre de ese año entra a gobernar Ramón María Narváez, que lleva consigo a Luis González Brabo en Go-bernación y a Antonio Alcalá Galiano en Fomento. Disolvió las Cortes y las convocó para el mes de noviembre siguiente, en que tienen lugar los días 22 y 23. Nuevamente resultana elegido 36 He aquí la partida correspondiente, obrante en la parroquia de San Sebastián de Madrid en el libro 47 de Matrimonios, al folio 80: Dn. Feliciano Pérez con D.. Teresa García. En la M.H. Villa de Madrid, Provincia del mismo nombre en vein-titrés de enero de mil ochocientos sesenta y cuatro: Yo Don Juan Feli e Bolaño, Teniente Mayor de Cura de esta Iglesia Parroquia1 de gan Sebastihn; Des osé por alabras de presente y previne se velasen en tiempo de&& a Don 8e~cimo ?&ez Zarnon, de cuarenta y cuatro años de edad, de estado soltero, natural del Puerto de la Cruz en Canarias, hijo legítimo de Don Pablo y D.* Josefa Zamora, naturales de Canarias; con Doña Teresa García Salvá, de edad de veintidós años, de estado soltera, hija legítima de Don Serafín, na-turales de Murcia, y de Doña Isabel Salvá Saguñolas, natural de Ma-llorca, habiendo precedido todos los requisitos prevenidos para la ce-lebración, validez y legitimidad de este contrato sacramental; sgndo testigos Dcii? Migid Foiis y- Salvá, Son Antonio Viichez, y Don kran-cisco Tirado. Y para que conste lo firmo fecha ut supra.-Juan Fe-lipe Bolaño. [Archivo General de la Administración del Estado. Alcalá de Henares. Caja/Legajo núm. 20.200, Expediente núm. 3089.1 58 MARCOS GUIMERÁ PERAZA por La Orotava Pérez Zamora, derrotando al candidato oficial Eugenio Zendrera, pariente del gobernador civil de la provincia Ramón Fernández Zendrera. Fue una elección análoga a la del año anterior, sin más cambio que el diputado por Santa Cruz, que esta vez lo fue Juan Ignacio Bérriz y Román en lugar de Manuel Rancés y Villanueva. De esas fechas es una carta de Ramón Gil-Roldán - |
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