EL ASOCIACIONISMO OBRERO EN GRAN
CANARIA DURANTE LA 11 REPÚBLICA
P O R
MANUEL FERRER MUNOZ *
La Federación Obrera de Gran Canaria (FOGC) que, poco
después de su nacimiento en 1930, contaba con 8 secciones y
696 afiliados, experimentó un notable auge en los meses si-guientes,
hasta llegar a 18 secciones y casi 6.400 asociados en
agosto de 1931 l. Una estadística posterior - d e octubre del
* Instituto de Investigaciones Jurídicas. Universidad Nacional Autóno-ma
de México
Cfr. BRITOG ONZALEOZ,S WALDOH:i storia del Movimiento Obrero Ca-nario,
Madrid, Editorial Popular, 1980, pp. 260-261. Estas cifras de afilia-ción
están tomadas del informe leído en el 1'1 Congreso de la Federación
por su Secretario General. Sanz Iraola. No se corresponden esos datos con
las menos fiables estadísticas remitidas unos cuantos meses antes al Minis-terio
de Gobernación por el Gobernador Civil de la provincia (ARCHIVO
HIST~RICPOR OVINCIAFLO, NDOL EOPOLDMOA TOS-A HP, FLM-), que han
sido publicadas y completadas por Suárez Bosa: cfr. SUAREZBO SA, MIGUEL:
El movimiento obrero en las Canarias Orientales (1930-1936). La Federación
Obrera de la Provincia de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, Caja
Insular de Canarias, 1993, pp. 94-95.
Hasta entonces la Federación se denominaba de la ciudad de Las Pal-mas.
A partir del Congreso celebrado en 1933 pasó a llamarse Federación
de Sindicatos Obreros de la Provincia de Las Palmas.
Núm. 41 (1995) 405
2 MANUEL FERRER MUNOZ
mismo año- y más fiable cifraba el número de secciones
en 15, y recogía la existencia de 3.433 afiliados 2:
Sociedad N . O secciones Afiliados
Agricultores ...................................................... 1 15
Obreros del Puerto ......................................... 3 836
Dependientes de comercio ............................ 1 400
Albañiles ........................................................... 3 54 1
Carpinteros edificación .................................. 1 30
Pintores .......................................................... 1 110
Servicio escénico ............................................ 1 11
Obras del Puerto ............................................. 1 40
Carpinteros ...................................................... 1 50
Conductores mecánicos automóviles ........... 1 200
Oficios varios ................................................ 1 1.200
-
ml -u- lL ................................................... 15 3.433 =m
O
Fuente: Estadística del número de organizaciones y Afiliados que tiene la Unión General de E
Trabajadores, en 15 de octubre de 1931, clasificados por industrias (Fundación Pablo Iglesias, 2
Archivo Amaro del Rosal). =E
Consciente la Federación de las excelentes perspectivas que 3
el cambio de régimen abna a la expansión de los movimientos -
0m
E obreros de carácter reivindicativo, daba acogida en su regla- O
mento a la lucha de clases como instrumento motor de su ac- g
tuación, y abrazaba la ((táctica y procedimientos de lucha de la n
E
Unión General de Trabajadores de España, de cuyo organismo a
forma parte esta federación» 3. Un año después, en el Congreso n
Extraordinario que celebró la Federación a mediados de julio
de 1932, se congregaron representanres de 25 secciones, que 3
O
rondaban los 8.000 afiliados 4. La FOGC siguió acrecentando
sus efectivos hasta sumar 42 secciones a finales de ese año. En
julio de 1933, el número de secciones puede estimarse entre 29
y 31, con cerca de 10.000 trabajadores en sus filas 5.
Estadística del número de organizaciones y afiliados que tiene la Unión
General de Trabajadores, en 15 de octubre de 1931, clasificados por indus-t
Y i ~( FUNDACI~PNA BLOI GLESIAS, ARCHIVOA MAROD EL ROSAL).
La Voz Obrera (LVO), 20-VI-1931. Vid. infra y nota 95.
LVO, 20-VII-1932.
LVO, 16-XI-1932 y 26-VII-1933; BRITO GONZALEZ, OSWALDO: Historia
del Movimiento Obrero, p. 261, y SUAREZBO SA, MIGUEL:E l movimiento obre-ro
en las Canarias Orientales, pp. 104-105, y ((Huelgas campesinas y ocupa- .
406 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Las masas obreras federales se concentraban en la capital,
en tanto que la expansión por el espacio rural, escasamente
movilizado, tropezaba con serias dificultades, que retrasaron
la puesta en marcha de secciones de la Federación Nacional
de Trabajadores de la Tierra. Como es bien sabido, las cues-tiones
del campo habían pasado a ocupar un puesto preferen-te
en los programas del PSOE y de la UGT desde los Congre-sos
de 1918 6: precisamente a partir de los trabajos de este
XI Congreso del PSOE se redactaría el primer programa agra-rio
del Partido, que apareció publicado en El Socialista el 1
de mayo de 1919. En 1928, el articulado a través del cual se
config;ró la organización general del PSOE contemplaba ya
un Secretariado Agrario '; y el XVI Congreso de la UGT (sep-tiembre
del mismo año) aprobó los estatutos de la Federación
Nacional de Trabajadores de la Tierra 8, que quedaría definiti-vamente
constituida en enero de 1930.
Existían secciones de la Federación en varios pueblos
grancanarios: Agaete, donde en mayo de 1932 se constituyó la
Sociedad de Oficios Varios 9; Arucas, cuya Federación Obrera,
ciones de tierras en Gran Canaria durante el Frente Popular*, en Coloquio
de Historia Canario-Americana (1982), Ediciones del Cabildo Insular de Gran
Canaria, 1986, vol. 11, pp. 381-402 y, en particular, p. 395, nota 19.
PALOMBAI GLINO[( (Cuestión agraria y marxismo': la elaboración del
programa agrario del PSOE», en estudios de Historia Social, 26-27 (julio-diciembre
1983), pp. 257-3311 ha estudiado con detalle los planteamientos
socialistas ante los problemas agrarios: a esas páginas remitimos. ' Cfr. CONTRERAMS,A NUELE:l PSOE en la 11 República: organización e
ideología, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 198 1, ap6ndice 11,
pp. 299-300 (el texto procede de El Partido Socialista Obrero Español. Pro-yecto
de Organización general, Madrid, 1928).
Cfr. U N I ~ NG ENERADLE TRABAJADORMEeSm: oria y orden del día del
XVI Congreso ordinario ..., Madrid, Gráfica Socialista, 1928, pp. 15-16, 58-61.
LVO, 4-VI-1932. El asentamiento de UGT en Agaete despertó suspi-cacias
y activa oposición, como puede constatarse por los incidentes regis-trados
el 15 de junio de 1932 en un mitin que debió suspenderse ante las
provocaciones de elementos perturbadores. El tardío recurso a la Guardia
Civil por parte del alcalde le valió la suspensión en sus funciones, protesta-da
por la sociedad La Luz y por particulares que se dirigieron ai Ministro
de Gobernación. La posterior mediación del diputado Guerra del Río en
favor del alcalde permitió remansar las aguas (ACHIVOH IST~RICNOA CIONAL
- e n adelante AHN-. Gobernación, Serie A, leg. 38, exp. 11).
Núm. 41 (1995) 407
4 MANUEL FERRER MUNOZ
que se remontaba a 1918-1920, tuvo que reorganizarse en
mayo de 1931 a causa del rápido incremento de afiliados (de
12 se pasó en muy poco tiempo a contar con varios cientos) lo;
Gáldar y Guía 11, Gran Tarajal, con una Sociedad Obrera Cam-pesina
que ingresó en UGT por conducto de la Federación
Nacional de Trabajadores de la Tierra, en julio de 1936 12;
Moya, cuya Federación Obrera de Trabajadores, constituida en
junio de 1931, se disolvió antes de cumplir tres años 13; San
Mateo, donde un pequeño grupo de obreros de la tierra pro-movió
una Sociedad de Oficios Varios que desapareció en ju-nio
de 1932, después de algunos roces con los dirigentes de la
Federación insular 14; Tamaraceite, con una Sociedad de Ofi- a
N
cios Varios que se legalizó a fines de 1931 l5 y que al cabo E
debía de atravesar serias dificultades 16; Santa Brígida y Telde, O
n-- m
'O El Tribuno (ET), 10-V-1931. Los Trabajadores de la Tierra de Arucas, O
E
que decidieron constituirse como sección autónoma de la Federación local E i
y pidieron la admisión en UGT en junio de 1933, alcanzaban para enton- -E
ces la respetable cifra de 507: FUNDACPI~ANB LOIG LESIAASR, CHIVO AMARO
DEL ROSASA,c tas de la Comisión ejecutiva de la UGT, 1-VI-1933, fol. 61 (en 3
lo sucesivo, para las citas de estas actas obviaremos la referencia del archi-
- -
0
m
vo donde han sido consultadas, y aparecerán abreviadas: ACEUGT). E
l1 Constituida en 1921, la Federación Obrera de Gáldar y Guía optó O
por solicitar su ingreso en UGT en septiembre de 1931, cuando rondaba el
medio centenar de afiliados, y unos meses después se separaron las seccio- n
-E
nes: sabemos que la de Gáldar se legalizó en la primavera de 1932, pidió la a
entrada en UGT en julio y llegó a 315 afiliados al 'año siguiente, que se 2
n
redujeron a 247 a fines de 1934; y que la sección de Guía alcanzaba los n
240 afiliados en el verano de este año (EI; 17-IX; ACEUGT, 23-XII-1931, fol. 3
286; Boletín de la UGI; febrero de 1932; LVO, 27-111 y 17-VIII; ACEUGT, 27- O
VII-1932, fol. 200, y MILLARECSA NTERAOG, US~NL: a Segunda Reptíblica y
las Elecciones en la Provincia de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria,
Mancomunidad de Cabildos, Col. Guagua, 1982, pp. 23 y 25-26).
li ACEUGT, Y-m- 1~3 6fo, i . 137.
l 3 Cfr. MILLARECSA NTERAO,G UST~LNa , Segunda República, p. 25.
j4 LVO, 25-VI-1932.
l5 LVO, 28-VI-1932.
l6 Así se desprende del texto de la nota con la que se convocaba la
asamblea general ordinaria de diciembre de 1932:
para la h ..-m- ,..*"-.-.:..--:A- de esta Sociedad, le süp:icaiiiüs la
puntual aistencia a este acto, en el que ha de expresarse su deseo de
seguir o no perteneciendo a ella, en el bien entendido, de que si no
asiste a la Asamblea, será dado de BAJA a exce ción de que justifi-que
debidamente las causas que se lo impidan &, 21-XII-1932).
408 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
EL ASOCIACIONTSMO OBRERO EN GRAN CANARIA DURANTE LA 11 REP~BLICA 5
que proporcionó unos 200 miembros a la Sociedad de Traba-jadores
de Oficios Varios que se constituyó en mayo de 1931,
y que alcanzaba un total de 1.694 inscritos en 1934 ".
, Esa presencia de sociedades obreras de la Federación en
pueblos de Gran Canaria no entraña auténtica significación
hasta 1936; y sólo a partir del cambio político operado tras las
elecciones de febrero de este año los trabajadores agrícolas
empiezan a cuestionar un régimen social que hasta entonces
habían aceptado como irremediable 18. Hasta entonces, el gra-do
de movilización en el campo había sido más bien escaso,
y los esfuerzos organizativos, modestos en realizaciones prác-ticas.
Un índice de esa inercia lo proporciona la tardanza con
que se secundaron las directrices emanadas desde la Ejecuti-va
Nacional de la Unión General de Trabajadores que, desde
febrero de 1932, propugnaba la constitución de federaciones
que agruparan a obreros de un mismo sector: de acuerdo con
esas consignas, varias Federaciones locales grancanarias tra-taron
de estimular la conversión de las sociedades de Oficios
Varios en secciones de Trabajadores de la Tierra, sin que sus
propuestas lograran resultados satisfactorios lg.
La prensa obrera grancanaria y las actas de la Comisión
Ejecutiva de la UGT de los años treinta aportan abundante in-formación
sobre las secciones capitalinas de la Federación, y
ponen de manifiesto algunas circunstancias de interés: cuantía
de la afiliación, problemas internos, renovación de las juntas
directivas, reivindicadiones laborales, conflictos huelguísticos ...
A continuación se recogen las noticias que nos han pareci-do
más relevantes en relación con esas secciones.
l 7 El: 14-V-1931. y MILLARECSA NTERAOG, UST~LNa :S egunda República,
p. 25. Con anterioridad a esta sociedad funcionaba en Telde la Unión Obre-ra
Republicana que, a fines de 1930, acogía a 128 afiliados (Informe del
Gobernador Civil, 6-XII-1930, en AHE FLM, leg. 29, sección Las Palmas).
l8 Un estudio documentado del incremento que experimentaron las or-ganizaciones
federales en el mundo rural durante esos meses, en SUAREZ
BOSA,M IGUELEl: m ovimiento obrero en las Canarias Orientales, pp. 121-123
y 129-135.
l9 El Socialista (Madrid), 2-11 y LVO, 10-XII-1932. La constitución de
la Sección Viaria de la Federación Obrera de Gran Canaria se remontaba
al 25 de mayo de 1931 (El: 28-V y LVO, 30-V-1931).
Núm. 41 (1995) 409
6 MANUEL FERRER MUNOZ
En el área de la administración municipal de las Palmas
existían varias sociedades, como el Gremio de Empleados y
Obreros de la Empresa de Abastecimiento de Aguas de Las Pal-mas,
con 59 afiliados en noviembre de 1932 20; el Sindicato de
Empleados y Obreros de la Central Eléctrica, que entró en la
órbita de UGT en junio de 1933, con 108 miembros 2' y que se
hallaba en estrecha conexión con la Sociedad de Obreros Elec-tricistas,
Instaladores y Similares que se constituyó en febrero
de 1932 22; el Sindicato de Dependientes Municipales, admitido
en la central ugetista en junio de 1934, con 340 miembros 23; los
Obreros Municipales de la limpieza Pública de Las Palmas, que
contaban con 146 asociados en noviembre de 1932, y los Guar-dias
Municipales Urbanos de Las Palmas, que iniciaron los trá-mites
legales para su constitución a fines de aquel año y acce-dieron
a la Unión General de Trabajadores en septiembre de
1933, con una afiliación de 13 1 inscritos 24.
Albañiles y similares era una de las sociedades más nume-rosas,
con unos 300 miembros en mayo de 1931, y 400 a me-diados
de 1932: por esas fechas estudiaba la modificación de
su reglamento para que en el nuevo texto estatutario se con-templara
la concesión de socorros de enfermedad, muerte y
vejez 25. NO obstante el notorio nivel de afiliación, el cobro de
las cuotas resultaba poco menos que imposible, por los
bajísimos ingresos de los obreros de la construcción. Se expli-ca
así que, como ocurriera en bastantes secciones de la Fede-ración,
acabara causando baja en UGT por el prolongado im-pago
de las cuotas 26.
'O ACEUGT, 10-XI-1932, fol. 301. '' ACEUGI: 8-VI-1933, fol. 64 V.
22 LVO, 17-11-1932.
23 ACEUGI: 20-VI-1934, fol. 119.
24 ACEUGT, 10-XI, fol. 301; LVO, 14-XII-1932, y ACEUGI: 21-M-1933,
fol. 102. La constitución de esta sociedad obrera provocó las suspicacias del
alcalde de Las Palmas, Fajardo Ferrer, opuesto a la proyectada sindicación
de los empleados del ramo: cfr. RAMOS BOSA, MIGUEL: El movimiento obre-ro
en ias Canarias Orientales, pp. 228-229.
ACEUGT, 6-V, fol. 73; Boletín de la UGT, junio de 1931, y LVO, 22-
VI-1932.
26 ACEUGT, 26-1-1933, fol. 17 V.
410 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
EL ASOCIACIONISMO OBRERO EN GRAN CANARIA DURANTE LA 11 REPOBLICA 7
La sección de Pintores, a la que pertenecían 110 obreros
de este gremio en agosto de 193 1, fue admitida en la UGT el
día 10 de este mes. Sin embargo, antes de que hubiera trans-currido
un año debía pedir la baja, a causa de las consabidas
estrecheces económicas 27.
La Sociedad de Ladrilleros en Mosaicos y Similares, que
ingresó en la FOGC en noviembre de 1932, inició enseguida
un proceso de aproximación a las de Albañiles y de Pintores,
que culminó en la organización de un Sindicato de la Edifi-cación
28.
Las dificultades por que siguieron atravesando las seccio-nes
del sector, ya aglutinadas en un Sindicato, se confirman
por un informe del Comisario de Investigación y Vigilancia
sobre Sindicatos, expedido por orden del Ministerio de Gober-nación,
en el que se certificaba la disolución del Sindicato de
Construcción y Edificios en enero de 1936 29.
La Asociación Obrera de Artes Gráficas, que había decidi-do
su ingreso en UGT en los primeros meses de 1930 y conta-ba
con 70 socios a fines de este año 30, atravesaba momentos
27 Boletín de la UGT, agosto de 1931; ACEUGT, 10-VIII-1931, fol. 156,
y 8-VI-1932, fol. 152.
LVO, 2-XI y 5-XI-1932. El proceso de integración en sindicatos más
amplios de las sociedades obreras de los diversos oficios que se encuadran
en un mismo sector productivo fue estimulado desde las instancias centra-les
de la Unión General de Trabajadores, con objeto de acomodar la orga-nización
ugetista a la nueva estructura que se aprobó en el XVI Congreso,
celebrado en 1928. De acuerdo con esas directrices, se fomentó la configu-ración
de federaciones o sindicatos nacionales a partir de las organizacio-nes
de una misma industria en los niveles inferiores (cfr. OLABARRI
GORTAZAIRG,N ACIOR:e laciones laborales en Vizcaya (1890-1936), Durango,
Le~pe!de Ziigzx-2 Frlit~r, 1978, pp. 48-55!.
29 ARCHIVO HIST~RICPOR OVINCIADEL LAS PALMASS,e cción Gobierno
Civil, Sociedades Disueltas (en adelante, AHP, SGC, SD).
30 Un acta de la Comisión Ejecutiva de la UGT, fechada el 22 de mayo
de 1930, aludía al deseo manifestado por esta sociedad obrera de ingresar
en el sindicato a través de la sección de Oficios Varios. El mismo propósi-to
era perseguido por otras entidades obreras de Gran Canana, pues exis-tía
«un ambiente muy favorable para aprovechar el cual [los de Artes Grá-ficas
de Las Palmas] sugieren que la Unión realice por aquella isla una carn-paña
de propagandan (ACEUGT, 22-V, fol. 11 1, e Informe del Gobernador
Civil, 6-XII-1930, en AHP, FLM, leg. 29, sección Las Palmas). Las cosas, en
Núm. 41 (1995) 411
8 MANUEL FERRER MUNOZ
delicados a comienzos de 1932: el pago de cuotas se hallaba
muy retrasado, los compañeros del ramo se mostraban reacios
a ingresar en la sociedad, y los apuros económicos se hacían
sentir )l. Para entonces, gracias a la colaboración de muchas
secciones de la Federación, se había puesto en marcha la Coo-perativa
de Artes Gráficas, que disponía de un taller donde
empezarían a editarse La Voz Obrera y los trabajos de propa-ganda
de la FOGC 32.
En noviembre de 1931 decidía su ingreso en la UGT la sec-ción
de Mozos y Cocineros que, al igual que la de Albañiles,
acordó establecer un socorro mutuo entre sus asociados 33. a Esta sección, en la que se encuadraban también los Camare- N
E ros, desencadenó un conflicto huelguístico de larga duración
O en diciembre de 1933 34. Ya para entonces -desde hacía seis n-=
meses-, por acuerdo de una junta general, habían dejado de m
O
E
pertenecer a UGT iE
Los Carpinteros, Ebanistas y Similares gozaban de una lar- =E
ga tradición asociativa cuando llegó la República: constituida 3
legalmente la sociedad en 191 1, venía funcionando ya con - -
0
m
realidad, caminaban mucho más despacio, y la organización de las socie- E
dades obreras isleñas era todavía incipiente: tanto que la Sección Varia a O
que se referían los de Artes Gráficas no se constituyó formalmente hasta el n
25 de mayo de 1931 (El Socialista - d e Las Palmas- (ES) y ET, 28-V, y -E
LVO, 30-V-1931). a
2
31 LVO, 23-111-1932. n
LVO, 23-MI-1931. 0
33 LVO, 4-Xí y ES, 5-XI-1931. En la sociedad, que se constituyó for- 3
malmente el 17 de junio de 1931 e ingresó en UGT el 23 de diciembre de O
ese año, se encuadraban unos 200 afiliados ente diciembre de 1931 y sep-tiembre
de 1932 (ACEUGT, 23-XII-1931, fol. 286, y Boletín de la UGT, fe-brero
y septiembre de 1932).
34 Nos hemos ocupado de esta cuestión en un trabajo anterior: «Agita-ción
social en Gran Canana entre noviembre de 1933 y octubre de 1934»,
comunicación para el ZX Coloquio de Historia Canario-Americana (octubre
de 1990), Las Palmas de Gran Canaria, Edificiones del Cabildo Insular de
Gran Canaria, 1992, t. 1, pp. 981-1007 (p. 989).
35 ACEUGT, 15-VI-1933, fol. 67 v". Esa decisión no sorprendió a nadie,
a ia vista dei predominio de ia ideoiogía anarquista entre los afiliados de
esta sección, lo cal explica la asistencia de una representación del sindica-to
al 1 Congreso de la Confederación Regional del Trabajo de Canarias, en
abril de 1933.
412 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTKOS
anterioridad 36. Y, sin embargo, afrontaban un mal momento
en junio de 1931 por la falta de formalidad en el pago de las
cuotas. La proclamación del régimen republicano había veni-do
acompañada de un incremento en la afiliación, pero mu-chos
de los que se habían inscrito respondían con evasivas
cuando se les requería actualizar su aportación económica.
Llegó a exigirse la condición de que sólo se concedería el in-greso
a los que abonaran una cuota de entrada y el carné 37.
La escasez de medios económicos persistió en los años si-guientes,
hasta el punto de determinar su baja en UGT, a prin-cipios
de 1934, por los débitos acumulados 38.
El Centro de Dependientes de Comercio, Industria y Banca
de Las Palmas, que permaneció al margen de la Federación
Obrera hasta abril de 1933 39, englobaba a su vez varias sec-ciones
-Oficinas, Consignatarios, Comercio en general, Pelu-queros,
Farmacias, Alimentación, Tablajeros, Banca-, y trata-ba
de extender la influencia de la Federación entre sectores de
población no estrictamente obreros. Este Centro de Depen-dientes,
cuya puesta en funcionamiento se remontaba a años
atrás, se había mostrado particularmente activo durante los
meses que precedieron a la caída de la Monarquía, y había
tenido repetidos roces con las autoridades gubernativas, parti-cularmente
atentas en el otoño de 1930 a la prevención de
actividades de oposición al régimen 40. Ya durante el primer
36 Esta sociedad no tiene por qué identificarse necesariamente con la
que, con el nombre de Carpinteros, Calafates y Aserradores y 20 afiliados,
ingresó en UGT en febrero de 1931 (Boletín de la UGT, marzo de 1931 y
ACEUGT, 19-11-193 1 , fol. 36). La incertidumbre sobre la coincidencia o di-ferenciación
entre ambas sociedades deriva del hecho de que el registro de
la UGT figuraban dos secciones de carpinteros: una en el ámbito de la
Edificación, y la otra enmarcada entre las sociedades de Obreros de la
Madera.
37 LVO, 20-VI-1931, 7-V y 15-VI-1932.
38 ACEUGI; 18-1-1934, fol. 5.
39 Las razones de su tardío ingreso en la Federación aparecen comen-tadas
en SUAREZB OSAM. IGUELE:l movimiento obrero en las Canarias Orien-tales,
pp. 100-101.
40 A título anecdótico podría citarse la protesta que el Centro de De-pendientes
elevó al Ministro de Gobernación por la actuación del Gobema-dor
Civil, que había prohibido la celebración de reuniones a partir de las
Núm. 41 (1995) 413
1 0 MANUEL FERRER MUNOZ
bienio republicano, el Centro de Dependientes trabajó con
denuedo para asegurar el respeto de las bases de trabajo del
ramo, que venían siendo incumplidas por determinados co-merciantes
41.
Con objeto de disciplinar las actividades del Centro de De-pendientes
se creó un Sindicato de Trabajadores Mercantiles 42,
que disponía de una publicación periódica propia, El Trabaja-dor
Mercantil. Tanto la revista como la directiva del sindicato
mantuvieron puntos de vista peculiares, algunas veces discor-dantes
con la línea oficialista de la UGT, donde se encuadra-ba
el sindicato 43. No obstante, las presiones ejercidas desde
Madrid resultaron efectivas, y a principios de julio de 1934 se
instalaba un nuevo comité directivo del sindicato, que se apre-suró
a manifestar su disconformidad con la «táctica e ideolo-gia
» obsewadas por su predecesor y a subrayar su apoyo a las
directrices de la central ugetista 44.
Esa línea de estricta subordinación a las instancias centra-les
se mantuvo después de la sacudida revolucionaria de oc-tubre
de 1934. Precisamente a raíz de la fallida convocatoria
de huelga general en Las Palmas, el Sindicato de Trabajado-res
Mercantiles envió una carta a la Comisión Ejecutiva de la
Unión, que contenía duras criticas a la actuación de los diri-gentes
de la Federación Obrera en aquellos graves momentos.
En su respuesta, aquella Comisión Ejecutiva declinó interve-nir
«porque la Federación, como tal, no pertenece a la UGT y
son, por tanto, las organizaciones adherentes a la citada Fe-deración
las que tienen que examinar y depurar cuanto sea
preciso» 45.
8 de la noche (Carta de la junta directiva del Centro de Dependientes de
Comercio, Inciustria y Banca ai Ministerio de Gobernación, 27-X-1930, en
AHN, Gobernación, Serie A, leg. 59, exp. 5).
41 Carta de los Inspectores Obreros del Comercio en General al Gober-nador
Civil, 15-VIII-1932 (AHP, SGC, SD, leg. 42).
42 La reestructuración del Centro de Dependientes significó el ingreso
de sus secciones en la Federación, como sindicatos autónomos, y el naci-
-:--A- C---l 2-1 c2:-2:--&- 2- T--L-:-J ---- 7.K *:le-
IIILCLILU IUL lita1 UCI aulu1CaLu uc 11 ÚUÚJUUUI cs LVICI LUIILLLCS.
43 ACEUGI: 3-V, fol. 75 V, y 7-VI-1934, fol. 108 V.
44 ACEUGT, 5-W-1934, fol. 128.
45 ACEUGI; 28-11-1935, fol. 24 V.
414 ANUARIO DE ESTUDIOS ATUNTICOS
A los tres meses de aquel escrito, el sindicato volvía a diri-girse
a la UGT expresando su desagrado por algunas visitas de
personas como Saborit o Zapata que, sin haber sido designa-das
por esa misión por el Comité Nacional, habían recalado
en la isla 46. Ya en septiembre, la propaganda desarrollada por
la sección de Banca de la Agremiación Profesional de Traba-jadores
de la provincia de Las Palmas, que trataba de atraer a
todas las fuerzas obreras antimarxistas, instaba a la directiva
del sindicato a pedir consejo para contrarrestar la creciente
atracción de los «profesionales» 47.
El Sindicato Profesional de Empleados de Banca de Las
Palmas, vinculado al de Trabajadores Mercantiles, se incorpo-ró
a la FOGC desde el momento de su constitución -octubre
de 1932-, en circunstancias difíciles que, en estimación de
sus dirigentes, reforzaban ia necesidad de integrar a todas las
fuerzas proletarias en un frente único, pues circulaba enton-ces
el rumor de que se pretendía escindir a los obreros de
Gran Canaria mediante la puesta en marcha de una nueva
Federación 48. Lejos de arreglarse, esas dificultades debieron de
agravarse durante los meses siguientes y alimentaron disen-siones
internas en la sección, recién incorporada a la Federa-ción
de Sindicatos Obreros de la provincia de Laspalmas
(FSOPLP), hasta el punto de que la Federación de Trabajado-res
de Banca y Bolsa se vio en la necesidad de requerir la in-tervención
de la Comisión Ejecutiva de UGT 49.
La gestación de la sección de Trabajadores de la Enseñan-za
vino promovida por la Asociación de Maestros sin plaza y
Estudiantes Normalistas, que se adhirió desde sus orígenes a
la UGT y comenzó su actividad en mayo de 193 1. Entre los
objetivos de la asociación sobresalían los siguientes: implan-tar
la escuela única,poner término al intrusismo en el ejerci-cio
profesional, promover la fundación de nuevas escuelas,
difundir las colonias escolares, incrementar el número de be-cas
para estudiantes, fomentar la creación de bibliotecas, las
4: Á ~ Z j - i T~- i Y j j , fovl. 67 -p~. ~
47 ACEUGT, 5-IX-1935, fol. 149.
48 LVO, 5-X-1932.
49 ACEUGI: 12-X-1933, fol. 114.
Núm. 41 (1995)
12 MANUEL FERRER MUNOZ
excursiones y los viajes de estudios y, en primerísimo lugar,
acabar con el sistema de oposiciones La sección provincial
de Trabajadores de la Enseñanza se constituyó en noviembre
de 1931 y celebró un Congreso Extraordinario al cabo de un
año, en el que se aprobaron algunas modificaciones en el re-glamento
s'.
Aunque la respuesta de los maestros de algunas localida-des
-en Arucas, por ejemplo- fue entusiasta, la tónica gene-ral
debió de ser de una cierta indiferencia, por lo que los or-ganizadores
de la asociación multiplicaron sus llamadas a tra-vés
de la prensa para exponer sus reivindicaciones e intentar
sacudir la adormecida conciencia de sus colegas 52. Esta acción
propagandística resultó eficaz y, ya en diciembre de 1931,
pudo celebrarse el 1 Congreso provincial ordinario de la Fede-ración
Española de Trabajadores de ia Ensenanza (FETE) j3.
Un año después, a principios de noviembre de 1932, se reunía
el 1 Congreso de la sección local de Las Palmas de la FETE,
que acordó solicitar el ingreso en la Federación Obrera pro-vincial
s4.
La combatividad de algunos miembros del Magisterio ali-neados
en las filas de la Asociación de Maestros y su radica-lismo
ideológico les granjearon dificultades y determinaron
roces con alcaldes de varios municipios norteños. Así ocurrió
en Guía, donde Juan García, presidente de la Asociación local
de Enseñanza y del Comité Republicano Federal, denunció
ET, 3, 8, 16, 20 y 21-V-1931. Ciertamente no escaseaban los motivos
de queja para este sector laboral, sometido a unas condiciones de precane-dad
en el empleo nada envidiables. A principios de 1935, las causas de des-contento
se habían multiplicado, por las irregularidades en la provisión de
plazas interinas: no sólo no había sido respetado el orden debido en la ad-judicación
de vacantes, sino que los nombramientos se reaiizaron sin que
se cumpliera el requisito de la exposición previa de las listas de maestros y
escuelas vacantes (Diario de Las Palmas -DLP-, 28-1-1935). Las protestas
de los afectados fueron atendidas por el Director General de Primera Ense-ñanza,
y las listas de los admitidos se reelaboraron de acuerdo con el de-creto
de 20 de diciembre de 1934 (DLE 14-11-1935).
AH?, SGC, SE, kg. 40.
52 ET, 19-V-1931.
53 La Provincia (LP), 23-XII-1931.
54 LVO, 5, 9 y 19-XI-1932.
416 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ante el Ministro de Gobernación la persecución de que se ve-nía
siendo objeto por parte del alcalde j5; y en Arucas, donde
la escuela de Trapiche fue apedreada en dos ocasiones, a cau-sa
de la hostilidad hacia el maestro de un grupo de vecinos,
incitados por concejales del ayuntamiento a los que se acusa-ba
de retrasar con dilaciones la tramitación de un expediente
sobre creación de varias escuelas nacionales en el término
municipal 56.
Es importante mencionar también la existencia del Sindi-cato
Profesional de Periodistas, constituido en octubre de 193 1
e incorporado a la Federación Obrera al cabo de un año 57.
En el marco general de los Espectáculos Públicos funcio-naban
algunas sociedades que en marzo de 1932 se integra-ron
en la Federación Obrera bajo el epígrafe de Asociación de
Empieados, Dependientes y Obreros de Espectacuios Fubii-cos
el Sindicato de Operadores de Cinematógrafo, que plan-teó
su solicitud de ingreso en UGT en abril de 1933 -acredi-taba
entonces una afiliación de 38 miembros- y que causó
baja en la central socialista en noviembre de 1935 59; el Sindi-cato
de Acomodadores, con 67 afiliados cuando ingresó en
UGT, en abril de 1933, y que abandonó está central en las
mismas fechas que los Operadores 60, y los Tramoyistas que,
incorporados a UGT en agosto de1934 con 15 asociados, fue-ron
dados de baja junto a Operadores y Acomodadores en
noviembre del año siguiente 61.
Además de la sección de Artes Alimenticias, funcionaba
dentro del mismo ramo La Emancipación, que agrupaba a los
Telegrama de José Caballero (presidente del Partido Republicano
Radical Socialista) y de Vida1 Arencibia (presidente de la Agrupación So-cialista
y de la Asociación de Maestros de Guíaj ai Ministro de Goberna-ción,
18-VII-1932, en AHN, Gobernación, Serie A, leg. 49, exp. 45.
56 Varios telegramas de protesta dirigidos al Ministro de Gobernación
en Noviembre de 1932, y respuesta de éste, 8-XI-1932 (AHN, Gobernación,
Serie A, leg. 18, exp. 11).
Le 7-X-1931 y LVO, 19-XI-1932.
9% lTir\ ,, TTT 4 n 7 ? <- L V V , LO-111-IYJL.
59 ACEUGT, 6-IV-1933, fol. 45 v", y 28-XI-1935, fol. 226 v".
Ibídem.
6L^ ACEUGT, 2-VIII-1934, fol. 145, y 28-XI-1935, fol. 226 v".
Núm. 41 (1 995)
14 MANUEL FERRER MUNOZ
obreros de las fábricas de galletas y pastas: fundada en mayo
de 1932, enseguida solicitó su ingreso en la Federación 62. La
Sociedad de Obreros de la Industria Molinera La Internacio-nal
y la Sociedad de Obreros y Obreras Vendedores de Pan
Mayo Rojo, de las que apenas si existen indicios, ingresaron
en UGT en noviembre de 1932 63.
La importancia del Puerto de la Luz y el intenso tráfico de
mercancías con él relacionado explican el amplio desarrollo
del Sindicato de Industrias Marítimas, fundado en noviembre
de 1932 y capaz de movilizar a 1.000 afiliados en marzo de
1933, cuando solicitó su entrada en la Unión General de Tra-bajadores
64. Concurrieron en él dos sociedades que decidieron
su fusión: Marineros y Fogoneros El Progreso y Estibadores
de Carga Blanca del Puerto de la Luz 65. Los fogoiieros se haloian orgariizado en marzu-abril de
193 1, previa disolución de la delegación de la Sociedad de Me-cánicos
Navales y Fogoneros Habilitados, y obtuvieron la apro-bación
de sus reglamentos por el Gobernador Civil el 8 de
abril de 1931 66. Por SU parte, la constitución de la sociedad
obrera que acogía a los trabajadores de carga blanca se re-montaba
a noviembre de 1929 67 y SU desarrollo no. había
conocido las peripecias de la Sociedad de Cargadores de Car-bón:
ésta, relacionada con los trabajos portuarios y vinculada
a la UGT desde octubre de 1930 68, decidió mantenerse al
62 ES, 19-V Y LVO, 5-XI-1932.
63 LVO, 19-XI y ACEUGI: 17-XI-1932, fol. 309.
64 ACEUGI: 23-111-1933, fol. 40 P.
65 LVO, 23-XI-1932.
66 LVO, 18-N-1931.
67 Boletín de la UGI; septiembre de 1932, y DLe 24-VI-1936.
68 . n-T'-m ..- r 7 . r\-n
H L C U C ~ ~u, -A-IYM~. 23U7. ,S egún consta en este Libro de Actas,
el número de sus asociados en esta fecha ascendía a 600.
A pesar de las futuras discrepancias con la Federación Obrera -y, de
rechazo, con la UGT-, los primeros pasos de la Sociedad de Cargadores
de Carbón estuvieron guiados por el afán de cooperar estrechamente con
la central sindical socialista. Una prueba de esas disposiciones fue su ac-tilr,
ibr? r..2i1&, 2 !es peces dils & ingrese en uGT, se prGYUjv
escisión en la Agrupación Socialista de Las Palmas, y la Sociedad de Alba-ñiles
-copropietaria con los Cargadores de Carbón de la Casa del Pueblo-invitó
a pronunciar una conferencia en este local a uno de los disidentes.
margen del Sindicato de Industrias Man'timas y no quiso par-ticipar
en la asamblea que dio origen a la nueva organización.
Las discrepancias entre la dirección de esta sociedad y la Fe-deración
Obrera alcanzaron su punto culminante en diciem-bre
de 1932: un edicto del Comité Ejecutivo de la FOGC, fe-chado
el 20 de ese mes, acusaba de concomitancias con la
clase patronal a los dirigentes de Cargadores de Carbón, con-denaba
su campaña escisionista y los tildaba de «amarillo» 69.
Los obreros y empleados de la Junta de Obras de los Puer-tos
de la Luz y de Las Palmas se constituyeron como asocia-ción
en septiembre de 1931 y decidieron adherirse a la Fede-ración
Nacional de Obreros y Empleados de las Juntas de
Obras de Puertos, que pertenecía a la UGT 70. en el mismo ám-bito
portuario desarrollaba sus actividades el Sindicato de la
COPPA (Compañía Metropoiitana de Obrasj, en el que ia pe-netración
comunista era particularmente notoria, hasta el pun-to
de poderse afirmar que, en la práctica, estaba bajo su con-trol
71: quizá esto ayude a comprender la crudeza de las luchas
que sostuvieron obreros y patronos de la Metropolitana.
La junta directiva de los Cargadores de Carbón se apresuró a informar a la
central ugetista de que dos escisionistas no están conformes con la táctica
de la Unión», y a consultar «si pueden consentir que como tales hablen en
la Casa del Pueblo» (ACEUGT, 6-XI-1930, fol. 216).
69 LVO, 21-XII-1932.
ES, 10 y 24-M, LP, 16 y 19-M, ET, 17-M y 1-X-193 1. Contaba por
entonces con 31 asociados (ACEUGT, 3-M-1931, fol. 184, y Boletín de la
UGT, septiembre de 193 1).
Las actas de la Comisión Ejecutiva de la UGT recogen un dato, a pri-mera
vista sorprendente: en marzo de 1932 volvía a pedir el ingreso la So-ciedad
de Obreros y Empleados de la Junta de Obras del Puerto de la Luz,
con 128 afiliados, sin que exista constancia de que previamente hubiera
sido denegada su solicitud. La interpretación más verosímii de esta discor-dancia
pasa probablemente por el desorden administrativo de la sociedad
y, en cualquier caso, pone de manifiesto la creciente incorporación a sus
filas de obreros portuarios (ACEUGT, 9-111-1932, fol. 61). '' Cfr. BRITO,O SWALDHOi:s toria del Movimiento Obrero, p. 262. El in-flujo
de los comunistas en la gestión del sindicato se explica por la presen-cia
en su directiva de miembros del partido, cüiiiü José Süái-ez Cabia!,
Reyes Martín o Luis de la Reina. Naturalmente había también socialistas
entre sus dirigentes, como González Monzón o Pérez Pedraza; pero la di-námica
de la conflictividad social en este sector laboral favoreció el triunfo
Núm. 41 (1995) 419
16 MANUEL FERRER MUNOZ
Esta presencia de comunistas en el seno de las secciones,
perceptible también en la Sociedad de Obreras y Obreros
Tabaqueros y entre los Trabajadores de la Tierra a partir de
1936 72, generó bastantes problemas: así, en julio de 1934 fue
'expulsado del Sindicato de la COPPA Francisco Pérez Torres,
que también era vicesecretario de la Asociación de Chóferes y
Aspirantes; el diario Avance, al recoger la noticia, añadía esta
apostilla: «que don Francisco Pérez Torres se marche 'con su
comunismo' a otra parte». Días después fue destituida la jun-ta
directiva de Chóferes y Aspirantes y establecida en su lugar
una gestora presidida por Máximo Oviedo 73.
Esta asociación de Chóferes y Aspirantes, constituida en
1919, integraba a 1.247 afiliados en 1932, que se vieron redu-cidos
a 450 en febrero de 1933, fecha de su solicitud de in-gT;
íesceil l TuTGT 74.
En octubre de 1932 se reorganizó el Sindicato de Transpor-tes
Rodados del Puerto de la Luz. Un año después, la Socie-dad
de Obreros Tranviarios y Similares, constituida formal-mente
el 7 de agosto de 1933, contaba con medio centenar de
afiliados. En agosto del año siguiente nacía el Sindicato Pro-vincial
de Las Palmas, que acogía a todos los obreros del
Transporte Terrestre de la provincia 75.
de las más radicales tácticas comunistas, y facilitó el acceso de militantes
de este partido a las instancias ejecutivas del sindicato en 1934.
72 Suárez Bosa destaca el nulo predicamento del ideario anarquista
entre el campesinado grancanano, el predominio del sindicalismo socialis-ta
y la intensificación de la influencia comunista durante los meses que
precedieron a la Guerra Civil (cfr. SUÁREZB OSA,M IGUELE:l movimiento
obrero en las Canarias Orientales, p. 192).
73 Avance, 6 y 14-VII-1934.
74 Boletín de la UGT, septiembre de 1932, yACEUGT, 23-11-1933, fol. 30 v.
--
m En ias actas de ia Comkión E~ecutivad e ÜGT se registra ei ingreso
en esta central sindical, en febrero de 1933, de una Sociedad de Obreros y
Empleados Tranviarios de Las Palmas, que decía constar de 124 miembros
(ACEUGT, 2-11-1933, fol. 22 v"). La discordancia entre esta cifra y la recogi-da
por Oswaldo Brito (BRITO,O SWALDOH: istoria del Movimiento Obrero,
p. 336) puede explicarse por la pérdida de afiliación que acarreaba la
l--:t-:-- ----- 2 2 - 2 ->---:-:A:--- 2- 1-- -L ----- r- 1---:-- ---- ----L..-- u a j i s ~ ~Lap auuau auyuisiriva uc ius uuicius. r;ii uutiyuici Lasu, ~uiiviciic
advertir que esa obra de Brito contiene muchas inexactitudes, y que bien
pudiera tratarse de un error del historiador tinerfeño. Véase también LVO,
5-XI-1932 y Avance, 23-VIII-1934.
420 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
También se integraba en la Federación la Sociedad de
Obreras y Obreros Tabaqueros, que habna de movilizar a los
empleados del sector durante los años 1933, 1935 y 1936 en
defensa de sus puestos de trabajo. Muy probablemente perte-necía
además a la Federación de Tabaqueros que, en junio de
1936, propuso a Largo Caballero que los trabajadores afilia-dos
a UGT ingresaran en su federación, con objeto de concer-tar
una más eficaz defensa de sus intereses; pero el Secretario
General ugetista declinó la sugerencia por entender que no era
razonable aconsejar a una sección que abandonara la Unión
para ingresar en una Federación que no pertenecía a ella 76.
La Organización Telefónica de Las Palmas retrasó su incor-poración
a la UGT hasta mayo de 1934: para esas fechas, el
niL?merri de asociados era de sólo 15 personas 77. Esta sección
acogía a los obreros del ramo no identificados con el Sindica-to
de Teléfonos de Las Palmas, perteneciente al Sindicato Na-cional
Telefónico de la Confederación Nacional del Trabajo
que, en 1931, protagonizaría un conflicto social de una cierta
envergadura, al adherirse sus miembros a la huelga decretada
por la CNT.
Los Obreros Zapateros de Las Palmas, que ingresaron en
UGT en marzo de 1932, sumaban por entonces 57 afiliados 78.
La Sociedad de Obreros en Hierros y demás Metales, aun-que
limitada en sus posibilidades de expansión por la irrele-vante
cuantía de este sector laboral, se adornaba con una no-table
veteranía y, en septiembre de 1932, se aprestaba a con-memorar
el 22." aniversario de su nacimiento 79.
La Federación desplegó una intensa labor propagandística
76 ACILGT, 11-VI-1916, f d . 115 P. Aunque el Sindicato de Obreros
Tabaqueros enviara una delegación al Congreso que, en abril de 1933, cele-bró
la Confederación Regional del Trabajo de Canarias, esa presencia no
prueba nada en absoluto con respecto a su posible vinculación con el Sin-dicato
Único sino que más bien ha de ser interpretada como un gesto de
solidaridad: cfr. CABRERAC OSTAM, IGUELÁ NGELL: a II República en las
Canarias Occidentales, Santa Cruz de Tenenfe, Cabildo Insular de El Hie-rro
y Centro de la Cultura Popular Canaria, 1991, p. 309.
77 ACEUGT, 17-V-1934, fol. 88 P.
78 Boletín de la UGI; mayo de 1932, y ACEUGT 9-111-1932, fol. 61.
79 LVO, 31-VIII, 7 y 10-IX-1932.
Núm. 41 (1995) 42 1
18 MANUEL FEWR MUNOZ
de acuerdo con unos criterios de actuación que contemplaban
tres frentes principales: las giras y mítines en pueblos de Gran
Canaria, la prensa y la penetración en ambientes obreros de
la capital, preferentemente los relacionados con actividades
portuarias.
También los dirigentes peninsulares de la UGT pensaban por
esas fechas en la oportunidad de fomentar esos desplazamien-tos,
como se desprende de un acta de la Comisión Ejecutiva,
fechada el 13 de mayo de 193 1, en la que se recogía el ofreci-miento
que en tal sentido hiciera un redactor de El Sol, miem-bro
de la Asociación Socialista de Madrid y buen conocedor de
las islas. Al dejarse constancia de esa propuesta, se recordaba
que la propia Comisión Ejecutiva había designado con anterio-ridad
a Fernández de Quer para que realizase esa campaña que,
sin embargo, ya una vez decidida, hubo de aplazarse 80.
Los requerimientos de la Federación Obrera y de socieda-des
obreras grancanarias, que habían convencido a las instan-cias
centrales del sindicato de la conveniencia de esa gira, se
remontaban tiempo atrás. En efecto, en abril de 1930 -cuan-do
parecía inminente la convocatoria de elecciones legislati-vas-,
el Centro de Dependientes había solicitado la presencia
de Fernando de los Ríos para que, junto a Negrín, a quien
habían designado como candidato para aquellas elecciones,
tomara parte en algunos mítines 8'. La FOGC, por su parte,
recomendaba en junio de 1930 una gira de Ovejero, Saborit o
Cordero, que hubiera contado con la autorización del Gober-nador
Civil, y que preveía la celebración de actos públicos en
Las Palmas, Arucas, Telde, Santa Brígida, Guía y Arrecife 82.
En Madrid, los responsables del sindicato tropezaban con
dificultades para satisfacer PS I PJP~GS, p ~ e sd e ! os camara-das
escogidos, unos no pueden aceptar el hacer la propagan-da
y los otros no han contestado», por lo que se veían obliga-dos
a retrasar la respuesta a las consultas formuladas desde
Gran Canaria 83.
" ACEUGI; 13-V-1931, fol. 82.
ACEUGI; 3-IV, fol. 75, y 10-VII-1930, fol. 148.
ACEUGI: 19-VI-1930, fol. 129-130.
83 ACEUGI: 17-VII-1930, fol. 154.
422 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS
Esos Gajes por la isla, impulsados ya desde mayo de 1931,
adquirieron carácter sistemático entre octubre y diciembre de
ese año y se realizaron preferentemente a los pueblos del sur,
más receptivos a la propaganda societaria en favor de la re-forma
agraria. Esa predilección no redundó en perjuicio de las
localidades septentrionales, muchas de las cuales recibieron
visitas frecuentes de los líderes sindicales: así, Gáldar, Guía,
h c a s y Agaete presenciaron numerosos mítines y acogieron
a personalidades relevantes del movimiento obrero de inspira-ción
socialista 84.
La necesidad de ejercer una mayor influencia en los me-dios
de expresión escrita hizo pensar, ya en septiembre de
1931, en la conveniencia de convertir en diario el semanario
que con el nombre de El Socialista venía publicándose desde
mayo de 1930 85. En junio de 1932 se aprobaron los estatutos
de la Cooperativa Editora de El Socialista, y en julio se emi-tieron
los primeros bonos la consolidación de las estructu-ras
financieras del periódico sería factor clave para su recon-versión
en diario. Ya en octubre se consumó el proceso; des-apareció
entonces El Socialista y empezó a confeccionarse
Avance, que mantuvo una periodicidad diaria hasta el estalli-do
de la Guerra Civil.
Hubo otras iniciativas más modestas, mediatizadas todas
por la escasez de medios que solía conllevar su pronta desapa-rición.
Fue el caso de un semanario obrero, El Productor, edi-tado
por la Agrupación pro-Cultura Libertad, que se vio obli-gada
a suspenderlo en noviembre de 1931 También se po-drían
mencionar El Trabajador Mercantil y La Voz del Pueblo,
de Guía, ya aludidos; Mayo Rojo, editado por la Sociedad de
Punadems La UciSn, y E! Maestro P~detario, órgano de la
Asociación de Trabajadores de la Enseñanza. Muy diferente
84 Expresión del auge sindical en Guía a fines de 1931 fue la edición
de un seminario, La Voz del Pueblo, que se presentaba como defensor del
proletariado del norte de Gran Canaria.
85 Había vivido este periódico dos épocas anteriores, que concluyeron
con sendos cierres por la carencia de medios económicos con ios que ha-cer
frente a los elevados costos de impresión.
ES, 30-VI Y 21-VII-1932.
LVO, 28-XI-1931.
20 MANUEL FERRER MUNOZ
era la inspiración del quincenario Justicia, fundado en diciem-bre
de 1935 para defender los intereses de la Agremiación Pro-fesional
de Trabajadores, que había empezado sus actividades
en el segundo semestre de 1934.
La proliferación de iniciativas periodísticas no llevaba pa-rejo
un crecimiento análogo del número de lectores. Lo seña-laba
El Socialista en enero de 1932, al lamentar el escaso in-terés
de los militantes del PSOE por el semanario y publicar
un suelto en el que se recomendaba la suscripción a los miem-bros
de la Agrupación Socialista loca1 Precisamente en ene-ro
de 1932 se cumplía el segundo aniversario de La Voz Obre-ra,
el bisemanario que servía de portavoz a la FOGC y que
durante esos dos años había sido objeto del acoso de la auto-ridad
gubernativa En junio, se amplió el formato del perió-dico,
gracias a lasposibilidades técnicas que permitía la nueva
maquinaria recientemente instalada en los talleres adquiridos
por la sociedad editora de La Voz Obrera 90.
La Voz Obrera y Avance continuaron experimentando en los
años siguientes el rigor de las presiones ejercidas desde el
Gobierno Civil, que denunció muchas colaboraciones publica-das
por esos periódicos. Los procesos judiciales promovidos
contra miembros de las respectivas redacciones fueron asimis-mo
frecuentes. El de más graves repercusiones fue el seguido
contra Juan Hernández Muñoz, director de Avance y vicepre-sidente
de la Agrupación Socialista de Las Palmas. Concluyó
en agosto de 1934 con una condena a cárcel de dos meses.
La propaganda oral en Las Palmas no se limitó a la cele-bración
de mítines. Hubo también una cierta preocupación
por diversificar los modos de transmitir a las clases obreras el
ideario de la Federación. Aunque no faltaron esporádicas mi-nifestaciones
literarias y musicales, el proyecto de más enver-gadura
que concibieron las organizaciones obreras izquierdis-tas
de Las Palmas -al menos en su planteamiento teórico-fue
la constitución de un Ateneo de Divulgación Social para
«aumentar [...] la cultura entre la clase trabajadora organi-
ES, 7 Y 14-1-1932,
89 LVO; 27-1-1932.
90 LVO, 2-VI-1932.
zando conferencias científicas y sociológicas, veladas artísti-cas,
etc.2 91. Su manifiesto, fechado el 12 de noviembre de
1932, venía a incidir en los mismos puntos programáticos: «ex-tender
la cultura y el ansia de libertad, dignificación y progre-so
entre los trabajadores de ambos sexos, aconsejando, ade-más,
la solidaridad y unión para la emancipación humana» 92.
La vinculación del Ateneo con los «postulados y finalidad
perseguidos por la heroica Confederación Nacional del Traba-jo
» dificultó indudablemente su control por la FSOPLP, que tal
vez contempló con indiferencia su prematura disolución en
octubre de 1933, antes de que se hubiera cumplido un año
desde su nacimiento 93.
Pero, sin ningún género de dudas, las grandes aglomeracio-nes
obreras se registraron en mítines convocados para plan-tear
reivindicaciones de naturaleza social o económica -me-joras
salariales, solidaridad con los desempleados, revisión de
bases de trabajo, etc.- y tuvieron por principales escenarios
el Teatro Circo del Puerto, el Campo de Deportes Canarios y
el Teatro Pérez Galdós.
Naturalmente el eje de todas estas actuaciones vino consti-tuido
por las prioridades y pautas decididas en los Congresos
de la Federación Obrera que, a la vez, sirvieron de foro para
el debate interno y reflejaron las tensiones derivadas de la di-versidad
de concepciones y tácticas propuestas por unos u
otros sectores federados. Prevaleció desde el principio la línea
marcada por los partidarios de la integración en UGT y se
desecho el apoliticismo que propugnaban los anarcosindi-calistas,
aunque no se excluyera de la Federación a los obre-ros
de esta ideología, por'más que El Socialihta calificara como
«torpe táctica» y «grave error» la conducta seguida por la
Confederación Nacional del Trabajo 94. El artículo l." del nue-vo
Reglamento de la Federación, aprobado en el Congreso de
91 LVO, 5-XI-1932.
92 LVO, 26-XI-1932, y AHP, SGC, SD, leg. 42.
93 AHP, SGC, SD, leg. 42. Según ha observado atinadamente Miguel
Angel Cabrera, las entidades culturales acaparaban casi del todo la presen-cia
anarquista en Gran Canaria: cfr. CABRERA ACOSTA, MIGUEL ÁNGEL: La 11
República en las Canarias Occidentales, p. 309.
94 ES, 20-VIII- 193 1.
Núm. 41 (1995) 425
22 MANUEL FERRER MUNOZ
agosto de 1931, explicitaba que su inspiración y línea ideoló-gica
serían las de UGT y proclamaba su adhesión a la central
so~ial i s ta~En~ .n oviembre de 1931 tuvo lugar el 1 Congreso
Regional Obrero de Canarias, que llegaba en un momento en
que las aspiraciones unitarias en los movimientos obreros de
izquierda eran particularmente intensas.
Algunos ugetistas temían una maniobra del sector anarco-sindicalista
tendente a incorporar a la FOGC a la Confedera-ción
Nacional del Trabajo 96. Si existió, esa maniobra no pros-peró:
entre otras razones porque no llegó a constituirse una
Federación Regional que, al dar entrada a las secciones obre- a
ras tinerfeñas, en las que pesaba más el anarcosindicalismo, N
E hubiera podido derivar a posiciones cercanas a la Confedera- O
ción Nacional del Trabajo. La puesta en marcha de la organi- n-= m zación regional quedó aplazada, y se confió a la Federación O E
provincial de Tenerife que preparara un borrador de estatutos E
2
por los que pudiera regirse la futura Federación Obrera de la =E
región 97. 3
Sí se concedió una atención preferente al proyecto de Fren- j-te
único de organizaciones obreras de izquierda, que se sus- 0m
E
tentaba en la negativa experiencia con que se habían saldado O
los anteriores intentos de colaboración con partidos republi- n
canos 98. Así, en consonancia con lo acordado en el Congreso m.
-E
Regional Canario, en diciembre de 193 1 se trató de impulsar a
2 -
n
95 ES, 20-WI y Le 22-VIII-1931. La adopción de la táctica propugna- 0
da por la UGT no llegó a significar el efectivo ingreso de la Federación 3
Obrera en la central ugetista. O
96 LVO, 28-XI-1931. '' LVO, 16-XII Y ES, 17-XII-1931.
98 Ese era el sentir de un artículo publicado en La Voz Obrera por Ja-cinto
del Rosario, con el título «Frente único, idea única», que expresaba
una profunda desconfianza hacia los políticos burgueses:
Nosotros, los canarios, tenemos la muestra de aquel diputado que
dijo en el Circo que él sería republicano federal en el Parlamento y
que iría allí a defender los sagrados intereses de los canarios; sería el
paladín valiente y decidido ue defendena a la clase obrera y opri-mida.
La música y fogosida% con que el seííor Guerra del Río nos
habiaba, no nos dejó ver que en ei tondo de todo aqueiio había una
traición envuelta, traición que hizo el diputado lerrouxista a su pue-blo
natal, tan pronto se vio en Madrid, con su acta de diputado ase-gurada
al lado de su entrañable maestro don Alejandro (LVO, 25-
M-1931f
426 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
EL ASOCIACIONISMO OBRERO EN GRAN CANARIA DURANTE LA 11 REP~BLICA 23
la constitución de un Frente Único Obrero y se aprobaron por
aclamación das bases sobre que se ha de levantar el futuro
edificio solidario)) 99. Como puso de manifiesto un articulista
de La Voz Obrera, los trabajadores canarios habían tomado la
delantera a sus compañeros peninsulares en la constitución del
primer Frente Único Revolucionario 'O0.
Ese entusiasmo unitario habría de enfriarse pronto, como
enseguida veremos, y en las publicaciones oficiales de la Fe-deración
no tardarían en aparecer las primeras críticas al pre-tendido
Frente Único lol. Si en febrero de 1932 los socialistas
andaban ya a la gresca con las demás organizaciones de iz-quierdas,
en abril, en un mitin de comunistas y anarquistas
que iban a ser deportados a Río de Oro, llovieron los insultos
sobre los socialistas 'O2; en julio se enzarzaron en disputas co-munistas
y socialistas de la Sociedad de Trabajadores de
Telde 'O3, y en diciembre La Voz Obrera -portavoz de la
FOGC- descalificaba duramente al líder comunista Suárez
Cabral y rebatía con contundencia un artículo publicado en El
Obrero Rojo de Santa Cruz de Tenerife 'O4.
Como ha resaltado Miguel Angel Cabrera, en la primavera
de 1932 se había esfumado cualquier esperanza de preservar
el más mínimo vestigio de unidad de acción sindical. «A par-tir
de ese momento tan sólo los comunistas continuarán
abanderando la necesidad del frente único. Un Frente Único
Proletario, por otra parte, bien distinto en su concepción del
gestado en el Congreso Regional Obrero» 'O5.
Por lo demás, puede afirmarse que el desarrollo del I Con-greso
Regional Obrero fue un éxito y que se consiguió una
LVO, 16-XII-193 1.
LVO, 33-m-1931.
Cfr., por ejemplo, LVO, 17-11- 1932.
ES, 7-N-1932.
LVO, 30-VI1 y 10-VIII-1932.
LVO, 10-XII-1932.
CABRERAA COSTA, MIGUELA NGELL: a ZZ Reutíblica en las Canarias
Occidentales, p. 192. Incluso en el mismo seno del Partido Comunista esta-ría
sujeta a revisión la política de alianzas con otras fuerzas proletarias: un
programa alternativo, que daba cabida a alianzas con el republicanismo de
izquierdas, fue presentado en junio de 1935 por el grancanano Ambrosio
Hurtado de Mendoza, en las páginas de Espartaco (ibídem, pp. 548-550).
Núm. 41 (1995) 427
24 MANUEL FERRER MUNOZ
amplísima participación de las organizaciones del Archipiéla-go,
que enviaron más del centenar de delegados. En la apre-ciación
de El Tribuno, constituía un hecho nuevo en Canarias
da unión para un fin concreto de defensa, de un sector social
de las dos provincias canarias, prescindiendo de los anacró-nico~
a ntagonismos insulares))' O6.
Menos relieve alcanzaron las discusiones del Congreso Ex-traordinario
que la Federación Obrera insular celebró en julio
de 1932. Se negó en él representación al Centro de Dependien-tes
aduciéndose para ello objeciones reglamentarias 'O7, pero
no debió de estar exenta de intencionalidad esa exclusión: no
en vano, la prensa que sintonizaba con la FOGC venía denun- a
ciando en los últimos meses la creciente infiltración de los E
comunistas en el Centro de Dependientes y su propósito de O
n
emprender una ofensiva contra ia UGT lÜ8. La unidad de ac-
- m
O
E ción proletaria se veía, pues, cada vez más comprometida. E i El Congreso no resolvió los conflictos entre organizaciones E
grancanarias de la UGT que habían ido prodigándose en los
últimos meses y que habían acarreado el relevo de Pérez 3
Pedraza por Narciso Mendoza en la presidencia de la Federa- -
0
m
ción Obrera 'O9. Como las tensiones afectaban también a las E
sociedades tinerfeñas, la Comisión Ejecutiva de UGT decidió O
tomar cartas en el asunto y enviar a Wenceslao Carrillo como n
E mediador. Después de que éste excusara su intervención, se a
trasladó el encargo a Francisco Núñez Tomás, que efectuó un n
viaje a las islas y preparó un informe que hizo llegar a la Co- n
misión en marzo de 1933 ''O. O3
'O6 ET 19-XII-1931.
'O7 LVO, 20-V1I-1932.
'O8 ES, 21-IV-1932.
'O9 El Momento, 8-VI y LVO, 27-VII-1932. Suárez Bosa atribuye este
relevo a las críticas que suscitó la excesiva transigencia del Sindicato de la
COPPA - d e cuya directiva formaba parte Pérez Pedraza- en el conflicto
con la patronal que se planteó en febrero de 1932, y establece una acerta-da
relación entre la inestabilidad de la Federación durante esos meses y el
progresivo distanciamiento entre sus dirigentes y los de la Agrupación So-cialista
de Las Palmas (cfr. SUAREZB OSA,M IGUEL: El movimiento obrero en
las Canarias Orientales, pp. 102, 104 y 159).
"O ACEUGI: 3-XI, fol. 295; 10-XI, fol. 308; 17-XI-1932, fol. 314, y 30-
111-1933. fol. 44.
428 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~~NTICOS
Las discrepancias internas no se calmaron, y los enfren-tamiento~
personales continuaron estorbando el consenso ne-cesario
para articular un plan coherente y establecer unos cau-ces
amplios capaces de acoger la diversidad de propuestas. Así,
la designación de Narciso Mendoza como vocal obrero en el
Instituto Nacional de Previsión, en junio de 1934, desencade-nó
una lucha sin cuartel: mientras la Secretaría de la Federa-ción
Obrera y la Agrupación Socialista de Las Palmas respal-daban
su candidatura, el Sindicato de Trabajadores Mercanti-les
expresaba su disconformidad y proponía el nombramiento
de otro candidato "l. El pulso se resolvió en favor de la línea
oficialista, que pronto se impondría también en el Sindicato
de Trabajadores Mercantiles, donde -como ya sabemos- en
julio de 1934 se instaló una nueva directiva que rectificó el
rumbo de su predecesora.
La Federación era controlada por los socialistas, aunque
existía también un núcleo comunista que iría adquiriendo una
importancia creciente l12. Numerosos testimonios acreditan la
proximidad entre la Juventud Socialista l i 3 y las diversas sec-ciones
de la FOGC, y los llamamientos de aquella organiza-ción
juvenil dirigidos a obreros y campesinos jóvenes para que
ingresaran en el movimiento socialista abandonando los par-tidos
republicanos burgueses '14. La presencia anarcosindica-lista
en Gran Canaria era, en cambio, irrelevante '15.
I l 1 ACEUGT, 14-VI, fol. 118 P, y 20-VI-1934, fol. 119 V-120.
Il2 La existencia de militantes comunistas en la Federación Obrera
explicaría que la constitución de los Amigos de la Unión Soviética, proyec-tada
para el 15 de diciembre de 1933, se efectuará sobre la base de afilia-dos
y simpatizantes de la Federación (EVO, 2-XII-1933).
Il3 La Juventud Socialista de Las Palmas se constituyó el 31 de mayo
de 1932 para fomentar ia educación sociaiista, ia propaganda y la accih
política; «es decir, el aprovechamiento de las energías juveniles en pro de
la causa obrera, conforme a las decisiones del Partido Socialista Obrero Es-pañol
» (AHP, SGC, SD. leg. 42).
Il4 Avance, 8 y 23-IX-1934.
f15 A fines de junio de 1932, un grupo de anarquistas constituyó la So-ciedad
de Obreros de iuies y Oficios, Trzbuj~y Libertid, para !fichar por la
emancipación de los trabajadores del barrio de ese nombre, crear una escue-la
nocturna y una biblioteca, y organizar conferencias sobre temas reivin-dicativos.
Su lema era «¡Sin Dios, sin Rey y sin Amos!» (LVO, 29-VI-1932).
Núm. 41 (1995) 429
26 MANUEL FERRER MUNOZ
En líneas generales reinó la armonía entre los movimien-tos
obreros de izquierda, salvo incidentes de poco relieve,
como los ataques a la UGT dirigidos por algunos afiliados a
la CNT de la sociedad de Fogoneros y Marineros, en agosto
de 1931 l16; el duro lenguaje utilizado por El Socialista al en-juiciar
las actuaciones de los del Sindicato Único, o las acusa-ciones
contra socialistas y anarquistas aparecidas en el sema-nario
comunista El Soviet en julio de 1934 "7. No obstante esa
relativa sintonía, fue muy modesta la andadura de las Alian-zas
Obreras y Campesinas: a través del Libro de registro de
Asociaciones del Gobierno Civil sólo se ha podido constatar la
existencia de una, en Las Palmas, promovida en fecha tan tar-día
como abril de 1936 l18.
Obviamente no faltaron ocasionales enfrentamientos en el
seno de algunas secciones de la Federación, como ios que die-ron
origen a la destitución de la junta directiva de la asocia-ción
de Chóferes y Aspirantes, en julio de 1934 (vid. supra).
Algunas expulsiones de esa sociedad y del Sindicato de COPPA
obedecieron a roces entre comunistas y socialistas y al incum-
Otro de los escasos testimonios de que disponemos acerca de la implan- O
tación anarquista en el mundo obrero grancanario es la clausura, en mayo
de 1934, del Sindicato de Trabajadores Intelectuales y Manuales, y el en- -
carcelamiento de ocho militantes, a los que se acusó de haber colocado una a
bomba en la iglesia del Pino: cfr. SUAREZB OSAM, IGUELy ORIHUELSAU AREZ, - ALEXIS: .Octubre del 34 en Gran Canaria., en Aguayro, 156 (noviembre-di-ciembre
1984), pp. 26-30. El Ateneo de Divulgación Social, constituido el 2
de noviembre de 1932 para «extender la cultura, el ansia de libertad, la 3
O
dignificación y el progreso entre los trabajadores de ambos sexos», y disuel-to
el 27 de octubre del año si-g uiente. se hallaba estrechamente vinculado
al Sindicato: esas conexiones se confirman por el acuerdo adoptado por
unanimidad en la asamblea general que decidió disolver la sociedad: los
enseres del centro se cedían al Sindicato (AHP, SGC, SD, leg. 42).
En fin, debe recordarse el funcionamiento en Las Palmas, a principios
de 1935, de tres gnipos de la Federación Anarquista Ibérica, herederos de
la preexistente Federación Regional de Grupos Anarquistas de Canarias (cfr.
CABRERAAC OSTAM, IGUELA NGEL: La II República en las Canarias Occiden--
tn-lo-r- -p,. 554).
116 ES, 27-VIII-1931.
117 Avance, 5-VII-1934.
Cfr. LVO, 8-M-1934 y AHP, SGC, Libro de registro de Sociedades.
430 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLI~NTICOS
plimiento de las condiciones estipuladas por los sindicatos
para los contratos de trabajo '19.
En particular, los anhelos de acción unitaria fueron patri-monio
de los jóvenes socialistas que, una y otra vez, clamaron
por la superación de desconfianzas entre las fuerzas obreras y
políticas «progresistas»: incluso, algunas veces, en oposición al
criterio de la Agrupación Socialista local. La «Hoja Juvenil» que
solía aparecer en Avance reproduce reiteradas propuestas en
favor de la unión con las Juventudes Comunistas, las Alianzas
Obreras y, en general, de cuanto significara un acercamiento de
posiciones del proletariado de izquierdas I2O.
Significativamente, la puesta en marcha en marzo de 1934
del Frente Único Revolucionario, que aglutinaba al Partido
Comunista de España, Juventudes Comunistas y Socialistas y
Federación Provinciai de Sindicatos Obrerus de Las Tahiias
tuvo en las Juventudes Socialistas su principal valedor, si bien
las bases suscritas por las organizaciones firmantes fueran las
propuestas por el Partido Comunista, que habían sido hechas
públicas algún tiempo antes en La Voz Obrera 122.
En el verano de 1933 se reunió el 111 Congreso de la Fede-ración
Obrera de Gran Canaria, que habría de ser el último
de celebrarse en el régimen republicano. Tampoco entonces se
registraron aportaciones teóricas de importancia, pero sí pudo
apreciarse la consolidación del movimiento obrero federado,
que se tradujo en una participación que casi duplicaba a la
del Congreso de julio anterior 123.
Al margen de la Federación -pero estrechamente relacio-nada
con ella- se situaba Socorro Rojo Español, que promo-vía
la solidaridad de los obreros por encima de las ideas polí-ticas.
Su orientación era de marcado signo izquierdista, y se
" 9 Avance, 6, 14 y 19-VII-1934.
Izo Véase, por ejemplo, Avance, 10 y 19-VIII-1934.
12' ACEUGI; 3-11-1934,
Iz2 Cfr. CABRERAA COSTA, MIGUELA NGEL:L a IZ República en las Cana-rias
Occidentales, p. 536, y SUAREZB OSA,M IGUELE: l movimiento obrero en
las Cúíiúí.iüs &eiitübs, pp. 98-192.
Iz3 LVO, 26-VII-1933. Información más detallada sobre este 111 Congre-so
puede obtenerse en SUAREZB OSA,M IGUEL:E l movimiento obrero en las.
Canarias Orientales, pp. 1 10-1 14.
Núm. 41 (1 995) 43 1
28 MANUEL FERRER MUNOZ
inspiraba en los postulados del Partido Comunista. Ya en sep-tiembre
de 1931 eran apreciables los primeros signos de vida
de esta institución 124p, ero hasta junio de 1934 no se formali-zó
su constitución 125. NO parece, sin embargo, que su efecti-vidad
llegara a ser mínimamente satisfactoria.
Existió también un movimiento obrero discrepante del
aglutinado en torno a la federación. Sistemáticamente desca- -
lificado, por su supuesto carácter «amarillo», apenas ha traí-do
la atención de los estudiosos, por lo que es muy poco lo
que de él conocemos.
Los primeros pasos del catolicismo social grancanario, estu-diado
por Andrés-Gallego y José Miguel Barreto 126f,u eron pro-tagonizados
por la Sociedad Católica de Obreros, constituida en
marzo de 1873 e inspirada en el modelo de la que acababa de
fUiidase Zcoy1". hdr&Gallego ha destacado un intere-sante
aspecto de ¡a entidad gancanaria: su reglamento estipu- EE
laba que tendría la consideración de socios honorarios los 2
E
miembros de la Asociación de Católicos. Esta asociación había
-
nacido en Madrid en 1868 para defender a la Iglesia mediante 3
- -
0
L24 El: 10-IX-1931. m
E
12' LVO, 9-VI-1934. o
lZ6 Cfr. ANDRBS-GALLEGJoOsÉ, : Pensamiento y acción social de la Zgle-sia
en España, Madrid, Espasa-Calpe, 1984, pp. 181-184, y «Los comienzos n
E del asociacionismo obrero en Gran Canaria. 1871-1890~e. n Anuario de Es- -
a
tudios Atlánticos, XXVII (1 98 l), pp. 26 1-307; y BARRETOR OMANOJ,O SÉ l
n MIGUEL«: Los orígenes del catolicismo social en Gran Canaria (1860-1890)», n
n
comunicación para el VZZZ Coloquio de Historia Canario-Americana (1988),
Las Palmas de Gran Canaria, Ediciones del Cabildo Insular de Gran Cana- 3
O
ria, 1991, t. 11, pp. 885-889. algunas referencias, más breves, en BRITO
GONZALEZO,S WALDOH:i storia del Movimiento Obrero, pp. 57-60.
12' El Prof. Palacios Bañuelos, autor de un interesante estudio sobre
e! desaxo!!o de los circu:os obi-ei-os sindicatus en la provincia
de Córdoba, ha trazado una síntesis bastante completa sobre la implanta-ción
en España de los Círculos Católicos de Obreros, y llega a la conclu-sión
de que, con independencia de los trabajos del jesuita P. Vicent, debie-ron
de crearse por las mismas fechas Círculos promovidos por otras per-sonas,
como fray Zeferino González que, al igual que Vicent, estaban tam-bién
al comente de !a acción rmid cató!ica en Frmcia, PJernariia y Eélgi-ca
(cfr. PALACIOBSA NUELOLSU, IS: Círculos de Obreros y Sindicatos Agrarios
en Córdoba (1877-1923), Córdoba, Publicaciones del Instituto de Historia de
Andalucía, 1985, pp. 17-23).
432 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLJLZ~TICOS
la acción política y representaba, por tanto, un precedente de
ala línea de actitudes que conformaría años después la Acción
Católica, pero también de la otra línea que intentaría articular
el Partido Católico y la Democracia Cristiana» 128.
Durante los últimos decenios del siglo XIX se difundieron
en Gran Canaria otras iniciativas apostólicas de carácter
asistencia1 y encaminadas a la promoción social: las Conferen-cias
de San Vicente de Paúl, que se introdujeron en 1861, du-rante
el pontificado de Lluch y Garriga; la Asociación Benéfi-ca
de Señoras, fundada en Las Palmas en 1872 para la aten-ción
de niños abandonados; la Pía Unión de los Operarios
Evangélicos, seminaristas «escogidos con la misión de enseñar
doctrina a los niños y niñas de Las Palmas»; la Congregación
de San Luis Gonzaga (1864)) etc. 129.
Los Círcuios Obreros Catokos t d fue la denominación
que adoptaría la Sociedad Católica de Las Palmas en torno a
1889- experimentaron un sensible auge gracias al empuje del
obispo don José Pozuelo y Herrero: en 1884 se promovieron
los de Guía, Agaete, Gáldar y Telde y, al año siguiente, los de
Santa Brígida, San Mateo y Teror 130.
Nada encontramos, en cambio, que permita suponer la
continuidad de aquel esfuerzo en las primeras décadas del si-glo
xx. Desde luego, las actividades estrictamente sindicales
brillan por su ausencia: a pesar del extraordinario desarrollo
en la Península de los Sindicatos Agrícolas católicos a partir
de 1906, tres años después -cuando conocían un florecimien-to
notable en muchas regiones de España- seguía sin orga-nizarse
ninguno en Canarias 131.
IZ8 ANDRÉS-GALLEGO, JosÉ: «Los comienzos)), p. 278. Sobre las aporta-ciones
ideológicas de que se nutrió ia Democracia Cristiana en Espana, que
inspiraron corrientes de opinión en el Partido Social Popular, primero, y
en Acción Popular, después, vid. ALZAGAV ILLAAMILÓ, SCAR:L a primera de-mocracia
cristiana en España, Barcelona, Ariel, 1973; TUSELL, XAVIER: His-toria
de la democracia cristiana en España, Madrid, Edicursa, 1974, y AN-DRÉS-
GALLEGOJ,o sÉ: «Génesis de la Acción Católica Española 1868-1926»,
en ius C'arzonic~tm2, 6 (julio-diciembr.9, pp. 369-402.
129 BARRETOR OMANOJO, SE MIGUEL:« LOSo rígenes)),p p. 888-892.
I3O Ibídem.
13' Cfr. ANDRÉS-GALLEGO, JosÉ: Pensamiento, pp. 264 y 270.
Núm. 41 (1995) 433
3 0 MANUEL EERRER MUNOZ
Tampoco los Sindicatos libres, que se expandieron bajo di-versas
modalidades desde 19 12, consiguieron echar raíces en
Gran Canaria. La paralización de las obras sociales dirigidas
por católicos, que caracterizó al período dictatorial 132, no hizo
sino enfnar aún más el escaso ánimo de quienes podían ha-ber
gestado un obrerismo de esa naturaleza, falto, quizá, de
valedores entre las filas del clero secular y regular de la isla.
La movilización social-católica entre 193 1 y 1936 fue esca-sa,
como también fue insignificante la repercusión en suelo
canario de las Semanas Sociales, que se celebraron en Madrid
y Zaragoza en 1933 y 1934 respectivamente, gracias al empe-ño
de Angel Herrera Oria, que recuperó así una tradición in-terrumpida
en 1916 133. Por supuesto, el Círculo Católico de
Las Palmas prosiguió sus actividades en el campo de los so-corros
mutuos y, en un piano muy secundario, en el ámbito
de la enseñanza; y el número de sus socios apenas experimen-tó
ningún incremento '34.
El Sindicato Unión Agrícola de Las Palmas, constituido en
agosto de 1934, en realidad sólo acogía a propietarios, y per-seguía
la <<defensda e los intereses comunes a los productores
en sus varias modalidades». La presencia en su junta directi-va
de importantes terratenientes -Felipe de la Nuez, Pedro
Massieu ...- confirma aquel carácter exclusivamente patronal.
Idénticos eran los planteamientos del Sindicato Agrícola del
Centro de Gran Canaria, que se fundó dos meses después en
San Mateo 135.
n2 Cfr. RAQUERI SÚNERH, .: «La Iglesia española en la Segunda Repú-blica
», en Arbor, CIX, 426-427 (junio-julio 1981), pp. 51-66; y, más concre-tamente,
pp. 54-55.
2Ír. BENAVIDEDS.,: Ei fracaso sociai del catoiicismo espanoi. Arboieya
Martínes 1870-1951, Barcelona, Nova Terra, 1973, p. 479; Boletín Oficial
Eclesiástico de la Diócesis de Canarias, 26-X-1933, y El Defensor de Cana-rias
(EDC), 17-X-1934.
134 Cfr. FERRERM UNOZM, ANUEL:« El catolicismo social en Canarias
durante la 11 República: las'propuestas de Joaquín Artilesx, comunicación
p&q e! Y. ! Wluqtlic de Ms tcr i~G muris-Axericana (ac~tbred e !??0), Las
Palmas de Gran Canaria, Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria,
1992, t. 1, pp. 1009-1024 (pp. 1017-1018).
135 DLZ 15-XI-1934.
434 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
La Agremiación Profesional de Trabajadores empezó tam-bién
sus actividades en el segundo semestre de 1934, y cose-chó
relativo éxito entre los trabajadores de la banca 136. SUS
comienzos guardan relación con la crisis laboral planteada por
los despidos de la COPPA, que afectaron al personal ajeno a
la plantilla que había sido contratado para reanudar las obras,
interrumpidas por una suspensión gubernativa que pretendía
garantizar la libertad de trabajo. La enérgica postura adopta-da
por la Agremiación, movilizada en defensa de los trabaja-dores
perjudicados por el arbitraje del Gobernador Civil inte-rino
- e l Delegado de Hacienda, Pérez Cuevillas-, que medió - -
en el conflicto, provocó la irrupción de la policía en la sede
del sindicato: practicadas algunas detenciones, sus locales que-daron
clausurados.
Esas dificultades complicaron la vida de ia naciente asocia-ción
que, a las alturas de diciembre, se debatía en medio de
muchas estrecheces '37. Deseosa de expansión, la Agremiación
pidió al Círculo Obrero Católico que le facilitara una relación
con los nombres de sus asociados; pero la solicitud no pros-peró
por la negativa de la junta directiva del Círculo, fundada
en que no podía proporcionarse esa lista sin el consentimien-to
de los interesados 138.
Fuera del ámbito capitalino, el primer ensayo serio de un
asociacionismo obrero de matriz católica fue el Centro Obre-ro
de Arucas promovido, entre otros, por Santiago Caballero
y Cabrera con la finalidad de «proporcionar solaz y sana dis-tracción
a los trabajadores y a los humildes» 139. Los aspectos
puramente recreativos acaparaban el interés del Centro, que
nunca llegó a dotarse un carácter reivindicativo, ni tampoco
136 La propaganda realizada por la Sección de Banca de la Agremia-ción
Profesional de Trabajadores inquietó al Sindicato de Trabajadores Mer-cantiles,
temeroso del posible éxito de sus llamadas a los empleados anti-marxistas:
ACEUGT, 5-E-1935, fol. 149 (vid. infia).
13' EDC, 10-XII-1934.
138 Libro de Actas del Círculo Católico de Obreros, 3 1-XII-1934.
"' En un artlcuio de ia Revista de ¿a Asociación 'ví'toifiíica Españolu, se
decía que éste «era el primer ensayo serio que en la isla se hacía de una
política social emanada de la Encíclica 'Rerum Novaruml» (Revista de la
Asociación Vitolfilica Española, año XXVI, n. 157, mayo-junio 1975).
Núm. 41 (1995) 435
32 MANUEL FERRER MUNOZ
contribuyó a la mejora de las condiciones laborales de sus aso-ciados.
En la misma localidad norteña se fundó en agosto de
1933 la Unión Agraria, calificada de ~amarillista)e)n los am-bientes
obreros, al haber sido auspiciada por los mismos pa-tronos
que, en abril de ese año, habían promovido su propia
asociación 140.
Entre las escasas instiuciones de carácter asistencia1 sobre-salía
La Previsora de Trabajadores, una veterana sociedad de
socorros mutuos promovida por la iniciativa privada, que en
1934 proporcionaba atención a más de trescientas familias.
Sin embargo, la memoria correspondiente al ejercicio de ese
año revelaba síntomas de recesión -la cifra de nuevos afilia-dos,
insignificante, no compensaba las bajas, por lo que el
número de socios descendió de 1.683 a 1.472-, y reconocía
!;a enisieiicia de notoRos retrasos en ei cobro de las cuotas. La
negativa coyuntura económica estaba innegablemente en el
origen de esas dificultades 141.
Según fuentes del Ministerio de Trabajo, tan sólo 3.986 tra-bajadores
se hallaban inscritos en asociaciones obreras a fines
de 1935: aunque las cifras recogidas en esta publicación no
sean excesivamente fiables, sí permiten deducir un bajo nivel
de afiliación, puesto que eran 16.418 los obreros que, de acuer-do
con los datos aportados por el mismo Boletín, estaban ocu-pados
en empresas inscritas en asociaciones patronales 142.
I4O Esta Asociación Patronal Agncola de Arucas, que sostenía difíciles
relaciones con los sectores obreros más radicalizados, fue víctima de un
atentado -un intento de incendio, acerca de cuya autoría circularon ver-siones
contrapuestas- en agosto de 1933 (ch. Hoy, 22-VIII, DLP, 23-VIII,
-T..V Q 3n-WJI y 9-LX-1933, y MILLAKFS C.ANTEDG, ! ~ V S T ~ Xk :z S~gund::! ?e-publica,
p. 26).
14' DLP, 23-IV-1935.
142 Boletín del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión, febrero de 1936.
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