CORRESPONDENCIA EPISTOLAR ENTRE GALDdS
Y DIEZ AMIGOS CANARIOS
P O R
SEBASTIAN DE EA NUEZ CABALLERO
En el rico archivo epistolar de Galdós, que ha sido engrosa-do
gracias a las cartas del novelista que se han ido adquiriendo,
hay un grupo de éstas formado por una serie de epístolas a
paisanos del escritor ilustre, que abarca una extensa gama de
temas isleños y nacionales. En ese grupo hay cartas de políticos
y revolucionarios de ámbito nacional (como Estévanez), de po-líticos
locales (como Felipe Massieu y Tomás de Zárate), de
doctores en medicina-novelistas (como Luis Millares Cubas) o
médicos-historiadores y antropólogos (corno el doctor Chil y
Naranjo), o de médicospoetas (como Luis Doreste), de drarna-turgos
eminentes (como Angel Guimerá), de ensayistas y na-rradores
{como Baltasar Charnpseaus) y también de cultos te-rratenientes
(como Juan Bethencourt) y hasta artesanos, como
el carpintero de ribera (Manuel Miranda).
u Gpcc~& &2 ~nrrespnn&n~&ilU ~ C B teda !s actmi-dad
literaria de don Benito Pérez Galdós. La primera carta de
Estévanez data de 1874 y la última es la de Luis Doreste de 1918;
por eso no es de extrañar que el contenido de este epistolario sea
tan variado; tanto por el período que comprende como la perso-nalidad
de los corresponsaIes. En estas cartas se trata de algu-
nas obras de Galdós, felicitaciones o comentarios sobre los Epi-sodios
Naciomles de la tercera y de la última serie (Estévanez,
Doreste), del éxito y de la ideología del drama Electra (Millares,
Chil, Bethencourt), de la novela dialogada Casandra (Estévanez),
o bien los corresponsales escriben sobre sus propias obras; así
los Millares de sus novelas, Santiago Bordón y Nuestra Señora,
o de sus piezas teatrales: La Deuda del Comandante, o La He-rencia
de Araus, o bien del estreno de la Reinu joven de Gui-merá
en Madrid; o de otros temas menos literarios, pero rela-cionados
con la vida pública de Galdós, como su rechazo y su
elección a la Real Academia de la Lengua; su visita a París para
ver a la reina Isabel en el exilio, o asuntos como la creación del
Instituto de la Enseñanza Media de Las Palmas, o de aspectos
particulares de ia vida privaaa como ei regaio ae ia miniatura de
un galeón de San Telmo, las recomendaciones para la publica-ción
o representación de libros, o colocación de un pariente
del corresponsal, etc. Estas cartas se refieren al mundo en
que se movía el novelista, tanto a nivel oficial como al litera-rio
o particuiar, donae aebe subrayarse ia temática ae Canarias.
Se deduce de esta correspondencia un interés especial de
Galdós por atender a sus paisanos, por favorecer el pro,m reso
cultural de su isla, tanto de instituciones como de publicaciones,
y el deseo de seguir manteniendo el contacto con sus amigos
canarios. En tomdoc aso, para cada grupo de cartas hemos re-dactado
una introducción donde expresamos los principales da-tos
sobre los corresponsales de Galdós y sus especiales relacio-nes
con éste, resaltando los temas predominantes que fueron
los objetivos de las epístolas. Creemos que, con ello, se aportan
aimos datos para la biografía & eaidts aspecto ii-üma-no,
en las relaciones con sus paisanos, y de su actitud ante los
problemas de su tierra natal.
Nicolás Estévanez y Murphy, nacido en Las Palmas de Gran
Vanaria en 1838 y muerto en París en 1914, es una figura histó-rica,
y casi legendaria, que vive activamente todo el proceso po-
640 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
lítico y social de la España de fin de siglo, encarnando los idea-les
liberales y revolucionarios que anhelaban la transformación
material y espiritual de la patria, y que don Benito soñaba, como
se desprende del contenido ideológico de sus obras novelescas
y dramáticas. Marcos Guirnerá Peraza, después de la publica-ción
de su puntual biografía bajo el título de Nicolás Estévanex
o la rebeldía l, nos exime de entrar en la exposición de los deta-lles
de la vida dinámica, activísima, del militar, el político, el
revolucio~~arioe,l escritor y el traductor que fue don Nicolás
Es tévanez.
Como se puede ver por el contenido de este epistolario 2, am-bos
corresponsales se guardaban un respetuoso afecto y admi-ración:
Galdós veía a Estévanez casi como m héroe de ficción
novelesca, y don Nicolás trataba a. Galdós con la confianza de
un correligionario y paisano, devoto lector de la historia-novo
lada que él mismo había hecho y su amigo escribía, como se
podia ver en los cuatro Episodios Nacionales donde Estévanez
aparece actuando, unas veces como personaje histdrico y otras
como personaje novelesco (véase cartas números 3, 4 y 5). Así
en España trágica (1909) lo presenta encarcelado, en el año 69,
«por su ardiente radicalismo)) (Obras Completas 3, t. 111, cap. V,
p. 885/2); en Amadeo 1 (1910) nos describe la figura física de
don Nicolás: {(Su talle y andar, su rostro, su larga perilla rubia
no podía engañarme)) (0.C ., cap. X, p. 1014/2). Más adelante lo
presenta, acabado de llegar de Cuba, en 1871, después de renun-ciar
a su carrera militar. El mismo protagonista narra, extraí-das
de sus Fragmentos de mis memorias (1903), los aconteci-mientos
que le llevaron a aquella renuncia, a correr sus aven-turas
por el mar del Caribe, su llegada a los Estados Unidos, etc.
(idem, cap. XI, pp. 1015 112 y 1016 1/21. Luego, también se in-dica
cómo Estévanez parte para Andalucía para realizar su cam-paña
revolucionaria (idem, cap. XXIV, p. 1069). En el episodio
-s-i g - j imt ~ ,L .0 primprn -pLm5&Jj~(1n1 11), nerra GgIdSs, si-guiendo
el mismo procedimiento (como confiesa en la carta nú-
Ed. Aula de Cultura del Cabildo Insular de Tenerife, 1979.
"ste Epistolario fue publicado por nosotros en el Anuario de Esk-dios
C~MIZOSS,a nta Cruz de Tenerife 1968.
Citamos por la ed. AWilar, 1951.
Núm. 30 (1984) 64 1
mero 4), los acontecimientos históricos de la campaña de Des-peñaperros
y en el Viso, y las luchas por la República, realiza-das
por Nicolás Estévanez y contadas en sus Memorias (ídem,
cap. 1, pp. 1079 /1 a 1083 1/2. Zii capítulos sucesivos aparece
nuestro héroe como protagonista en el advenimiento de la Pri-mera
República, primero como Gobernador Civil de Madrid y
luego como Ministro de la Guerra (1973) (ídem, cap. V, p. 1095;
cap. VI, p. 1101; cap. IX, pp. 1111 y 1112).
También en relación con los Episodios está la curiosa ad-vertencia
que Estévanez hace a Galdós (carta número 6) so-bre
la figura del coronel o brigadier Iglesias, qce según el fa-moso
político es la misma persona. Esta doble personalidad que a
N Galdós le atribuye se ve en los textos siguientes: en el Episodio
De Cartago a Sagunto (1911) aparece este personaje actuando O
en el golpe del general Pavía en el Congreso de los Diputados, n -
=m
en enero de 1874: «Entre aquel torbellino se abrió paso el co- O
E
ronel de la Guardia Civil, señor Iglesias, alto, viejo, de blanco E
2
E bigote y aire muy militar)) (ídem, cap. IX, p. 1206 /2). Y en otro =
lugar del mismo Episodio habla del brigadier Iglesias como 3
«gobernador militar de la plaza (Cuenca), hombre tan chiqui- e--
tín como bravo)) (ídem, cap. XXIII, p. 1260 /2), y del que nos m
E
narra la heroica resistencia que hizo de la ciudad de Cuenca O
contra los carlistas (ídem, cap. XXIX, p. 1263 /1). Pero la carta n
de Estevanez no halló eco en Galdós, y que nosotros sepamos, -E
a el novelista nunca rectificó su error, y así han quedado para la l
historia novelesca desdobladas la personalidad de don José Igle- n
0
sias en dos personajes diferentes y paralelos, pero opuestos en
lo físico: el coronel «alton y el brigadier «chiquitín». O
Emigrado Estévanez, voluntariamente, de España, en 1874,
desde la caída de la República, no vol vi^ sino contadas veces.
Así entre 1876 a 1878, 1879 a 1880 y de 1896 a 1901. En este ú1-
timo período parece haber tenido contacto directo con Galdós,
el cual pudo aprovechar la ocasión para hablarle de sus prn-yectos
y tomar algunos datos necesarios para la redacción de
los Episodios de la Última serie.
Sabemos que don Nicolás Estévanez asistió, a fines de1 año
1900, a un homenaje que la colonia canaria en Madrid le hizo a
don Benito por la publicación de Bodas Reales, el ÚItirno Epi-
642 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLmTICOS
L U ~ M-. ---
6 SEBASTIÁN DE LA NUEZ CABALLERO
sodio de la tercera serie. Marcos Guimera recuerda, en su bio-grafía,
cómo Estévanez le comunica a Maffiote la opinión de un
catedrático francés de Literatura sobre la obra de Galdós, con
motivo del éxito de Electra, del que dijo que ((es un hombre
extraordinario; no hace nada vulgar término medio, sino de pri-mer
orden, como sus novelas, o remetemalísimo como Electran.
Esta opinión ha sido ratificada, en parte, por la crítica literaria
m.oderna.
Mayo, 1874
(Sr. D. Benito Pérez Galdós)
Qde. pltisme:
Me es.imposible facilitar la nota que me pide, en los térmi-nos
que V. desea porque no tengo a la vista la novela. Recuerdo
que es en las últimas páginas de «El audaz» donde he leído lo
que sabe V.: un acuerdo revolucionario declarando que los Bor-bones
habían dejado de reinar en España. Deseo saber si es his-tcjrico
este precioso dato.
Su afmo.
Estévanez
Peligros 10 y 12. Principal.
París, 17-12-5
Sr. D. Benito P. GaIdos
Qdo. paisano y amigo:
El pésame, por la muerte de su hermano '.
Recibí su carta, la que me trajo Baroja; no la contesté por
creerlo innecesario.
Acababa de leer en El Pais del 15 los dos artículos que dedi-ca
a su Cusandra 6, cuando cayó en mis manos La Guerra de 30
Esta fiovela, una de las primeras de Galdbs, tiene por subtítwlo His-toria
de un radical de antafio. se publicó en octubre de 1871.
Se refiere a don Ignacio Pérez Galdós, nacido en 1835 y fallecido e!
27 de noviembre de 1905, siendo capitán general de Canarias.
Ca&mdra, novela en cinco jornadas, julio-septiembre de 1905, poste-riormente
adaptada al teatro, en 1910.
644 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CORRESPONDENCIA ENTRE GALDÓs Y DIEZ AMIGOS CANARIOS 7
anos del gran Schiller (edición francesa de 1844). Y casualmen-te
la abrí por la pág. 361, en la que dice refiriéndose a la muerte
de Wallens tein :
ctDepuis .le prophéte Samuel, l'experience nous a prouve que
tous ceux qui ne vivent pas en paix avec SEglise finissent tou-jours
par des catastrophes tragiques.))
En guardia, pues, que abundan los Pantoja y las Doña Juana.
Siempre suyo afmo. amigo y admirador.
N. Estévanez
París, 30, Dice. 1910
Sr. D. Benito Pz. Galdós
Mi querido paisano y admirado amigo:
No voy a felicitarle por su Amadeo a, pues ni podria usted vi-vir
si por cada una de sus obras le felicitaran todos los que las
admiran. Estas letras no tiene mas objeto que darle a V. las
más afectuosas gracias por la simpatía con que recuerda mi
nombre en el citado libro, y por los juicios con que V. me fa-vorece.
Al saludarle muy cordialmente, deploro no poder felicitarme
de la situación en qe. se ve el partido.
Su afmo. paisano y amigo que le repite las gracias.
N. Estévanez
211, Bd. Raspail
4
(Sr. D. Nicolás Estévanez) (Mayo, 1911) a
Mi querido amigo y paisar.0: Supongo a V. dotado de imago-table
indulgencia, que no necesitará poca, para dispensarme el
retraso de 6 meses con qe. contesto a su amable carta del X Dbre.
Al fin de este mes tendré el gusto de enviarle otro Episodio
que se titula La Primera República ' O en el cual, como compren-
Federicu Schiller escribió un drama sobre la muerte de este héroe
germánico en 1798.
a Amadeo 1, tercer volumen de la quinta serie inacabada de los Epi-sodios
Nacionales, escrito entre agosto-octubre de 1910.
Por el texto deducimos que esta carta corresponde a mayo de 1911,
fecha en que ya estaba editándose el episodio La Primera República, que
aquí se menciona.
lo Este es el cuarto volumen de la última serie de los Episodios Na-cionales,
escrito entre febrero y abril de 1911.
derá fácilmente, figura V. mucho. He reproducido, extractándo-la
de sus Memwias " la campaña revolucionaria de V. en Des-peñaperros
a fines del 42, y después los actos de V. como Go-bernador
y como Ministro.
Espero que no le desagradarán las paginas que le dedico,
después verá en el curso del libro que he permitido presentarle
interviniendo en los sucesos más novelescos que históricos;
pero como en ello no he alterado su carácter de V. no hay en
ello nada qe. p. V. no sea lisonjero confío en que no lo tomará
como impertinencia o abuso de confianza.
Sabe cuanto le quiere y admira su afmo. amigo y paisano.
(B. P. Galdós)
París, 21 Mayo 911
Sr. D. Benito Pz GaIdós
Mi querido amigo y paisano:
El 13 de Octe. de 1866 le escribí a mi compañero el capitán
Vicario (en la Habana) convidándole a un almuerzo de despe
dida, porque yo había c?e embarcarme pa. España el. 15. El «com-bidado
» (sic) no compareció; pero me acusó recibo de la invi-tación,
desde Valencia, en 1893; a los 27 años. Y ahora, porque
ha tardado V. un par de trimestres en contestarme, cree que
necesita mi indulgencia; es V. muy bondadoso.
Le anticipo las gracias por el envío qe. me ofrece de La Pri-mera
Bepública; y siento que la Segunda tarde tanto. Leeré ese
episodio con tanto gusto como he tenido leyendo los demás.
Pero eso de que V. me haga personaje novelesco (era lo qe. me
faltaba), excita mi curiosidad y redobla mi impaciencia por re-cibir
el tomo.
Repito las gracias, y ya sabe V. cuanto le quiere y admira
su afmo. amigo y paisano.
N. Estévanez
=1 Se refiere a la obra de N. EsrÉv~mz: Fragmentos de mis memorias,
Ed. Hijos de Alvsrez, 1903. Hay edición posterior con prólogo de J. Luis
Fernández Rúa, Ed. Giner, Madrid, 1975.
I2 Al final de la carta hay una nota que dice: (Contestada por Verden,
amigo y secretario de Galdós en sus últimos años de actividad literaria.
646 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS
S. D. Benito Pérez Galdós
Querido paisano:
Acabo de leer su ultimo libro (De Cartago a S.. . ) '9 voy a
permitirme una oficiosidad; no temo causarle molestia alguna,
por ser esta una carta qe. no exige respuesta.
He notado una contradicción, y se lo advierto por si en otra
edición quisiera corregirla.
Dice V. (pág. 98) qe. el coronel Iglesias l4 era alto; y luego
(pág. 260) dice q. era chiquitín. Sin duda ignora V. que esos .dos
personajes son una misma persona. El corl. del Congreso y el
brigadier de Cuenca son el mismo don José de la Iglesia; no hay
tal Iglesias.
Era aiio.
Yo conocía mucho al personaje, por haber sido uno de mis
maestros en Toledo.
Todo lo cual puede corroborarlo su hijo, coronel de la Guar-dia
Civil.
Deseándole a V. un cabal restablecimiento de la vista, y todo
lo que me repito su amigo y paisano.
N. Estévanez
París 22 feb. 1912
Garnier Freres
Rue de Saint Peres l5
7
Sr. D. Benito Pz. Galdós
Mi qdOa. migo:
Acepto con mucho gusto su amable invitación, quedando a
sus órdenes y reiterándome suyo afmo.
N. Estévanez
12 Dice. l6
l3 De Cartclgo a Sagunto, cuarto volumen de los Episodios Nacionales
de última serie, escrito entre agosto y noviembre de 1911.
l4 Así pues, la verdadera descripción del coronel Iglesias se encuentra
en ei Episoáio citaüo. Vgase Obras Completas, t. 111, Ed. Aguilar, Episo-dios
Nacionales, cap. IX, p. 1206 /2.
l5 Hay una nota que dice «Contestada. Verde)), pero no hemos encon-trado
dicha copia.
l6 Por el texto parece que debía ser anterior a 1906, ya qiie despu.6~
de este año no volvió Estévanez a España.
Núm. 30 (1984) 647
CORRESPONDEENNCTRIAE LOS HERMANOS MILLAREYS GALDÓS
Suficientemente conocidos los hermanos Millares en Cana-rias
por su labor social y literaria a principios de nuestro siglo,
no han llegado a alcanzar sus obras la difusión que se merecen
en el ámbito nacional. Ya es relativamente abundante la biblio-grafía
que se refiere a estos escritores desde que Pérez de Ayala
les dedico un interesante artículo en la revista La Lectura en
1903 hasta los ((Apuntes biográficos)) que ha reunido uno de sus
descendientes, Juan Millares Carlo, en Revista del Museo Ca-nario
(1960). Pueden también ayudarnos a conocer el perfil his-tSricc
y litvrsric & estn pscritcrps 10s trahajn dp Pedro Ppr-domo
en la misma Revista del Museo Canario (1935), Ia confe-rencia
de Juan Boch titulada «Los hermanos Millares, literatos)),
recogida en los Apuntes biográficos editados por el Círculo Mer-cantil
de Las Palmas (1948-491, y las referencias que hago en un
opúsculo dedicado a «Algunos prosistas de fin de siglo en Gran
Canaria)), publicado en el Anuario de Estudios Atlánticos (1961).
Cualquiera que se acerque, con un poco de atención, a la
obra literaria de Luis (1861-1926) y Agustín Millares (1863-19351,
nacidos y muertos en la misma ciudad de Las Palmas, se sor-prenderá
de que su obra no se haya puesto junto a las de cual-quier
autor regionalista peninsular, dentro de las tendencias
naturalistas de una Pardo Bazán, de un Blasco Ibáñez, o si se
quiere junto a otros más modestos como Concha Espina o Gon-zález
Anaya.
Comienza la producción de los Millares con unos cuentos
De la tierra canaria (1894), donde se incluyen narraciones (({Cris-tobalito
Molinos», traducida al francés por Saint-Saéns, y ((Ger-minaln,
elogiada por Pereda) que honran cualquier literatura
regionalista. Junto a ellas hay que poner las novelas cortas, Pepe
S ~y Sant~iq-jo Bot ~&;z ~(1898) p~ara 1 ~~qsc e pi &ercr, u, Gal-dós
un prólogo. Luego vendrán las novelas más ambiciosas como
Los inertes (1899) y Nuestra Se5ora (19001, ambas dentro de una
línea zolanesca, pero de contención más realista y galdosiana.
Mas sus verdaderos aciertos están en las narraciones cortas de
temas regionales canarios, que ellos iniciaron, entre las cuales
648 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
están San Josef de La Colonia (1907) y los cuentos viejos, recogi-dos
en Canariadas de antaño (1921).
También dedicaron los Millares gran parte de su actividad
literaria al teatro, y a ello se refieren casi todas las cartas que
insertamos a continuación. Seguramente, atraídos por los éxi-tos
del gran paisano don Benito y arrastrados por su propia
vocación, intentaron llevar a la escena sus propias produccio-nes,
pero como en el caso de los relatos sus mayores aciertos
están en las pequeñas piezas, donde los Millares presentaron
casos bien conocidos por ellos, ya fueran en la notaría de don
Agustín, ya en el hospital donde trabajaba don Luis. De estos
lugares donde se suele presentar la humanidad por .dentro y al
desnudo sacaron sus mejores obritas dramáticas, incluidas bajo
ei títuio genérico de .Teatriiio (i9G3j7 que corresponde a ias re-presentaciones
que los hermanos y sus amigos y familiares ce-lebraban
en casa de don Luis, «hogar de espíritus)), como lo
llamo Unamuno en su visita a Las Palmas. Entre las mejores
tenemos: ;Viva La vida!, «un canto sonoro y vibrante de amor
que iiega vencedor de ia muerte)), como dice Férez de Ayala;
José María, Pascua de Resurrección y, sobre todo, Cornpañeri-to,
concebida para el Teatrillo, pero editada en La Lectura (19031,
representada por la compañía de la Xirgú y traducida también
al francés. Por último, como obras de mayor empeño teatral
tenemos La herencia de Araus, de la que se habla en estas car-tas,
estrenada por Thuiller en Málaga, en 1903, y Maria del
Brial, estrenada por Carmen Cobeña en Las Palmas, en 1909.
Como veremos en seguida, en la correspondencia cruzada
entre don Luis Millares, en nombre de los dos literatos, aisla-dos
Y ~sSCoTiOCidVS, T&pz üald&, s - i~lu stre paisano,
mayor en edad y en fama y situado en el centro de España, se
establece una corriente de admiración y simpatía, de depen-dencia
humilde por parte de los Millares, pero que halla eco en
el carácter bondadoso y amplio de Galdós, que atiende a sus
-~+4.&m-n- m n ~ . m m - A n nCm,-.+q.nmm-~-+- -..m ---.:*m T7 -.---.-m
~ G W L I U ~ ~ GyU aLiunalluu, a i ~ ~ l l r u u ~ a 3l u~3l ~G~IIVl ~IU~DL, . auuqut
aquí no encontremos resonancias de las lecturas de esas obras
-pues este epistolario está incompleto- que los Millares le
enviaban periódicamente, sí están conservadas en la biblioteca
galdosiana de la casa-museo del novelista, en Las Palmas. Pen-
12 SDASTI.~ DE LA NUEZ CABALLERO
samos que don Benito las leería con delectación evocando la
tierra isleña a través de las narraciones de sus paisanos, en
sus horas de intimidad dedicándoles más atención de lo que se
cree. Hay además algo que une a los hermanos Millares con
Galdos sin ser la dependencia de éstos, que se puede se,cruir en
las cartas y en algunas de sus obras, y es la atención que pusie-ron
en los giros típicos de Canarias, aunque en don Benito no
fuera sino un pasatiempo de adolescencia (pero que dejó su
impronta en su obra, terna estudiado por José Pérez Vidal) y
en los Millares fuera un entretenimiento senil. Producto de ello
fue la obra Léxico de Gran Canaria (1924) y Cómo hablan los
canarios (1933, reedición de la primera, realizada sólo por Agus-tín
Millares, y por otra parte el ((Vocabulario de voces cana-das
»r,e cugi&sp or G;ald& y e&j-aduj .&-Ltu a ;;VuCeS; y fra-ses
usuales en Canarias)) del escritor tinerfeño Elías Zerolo.
Los hermanos Millares Cubas, que también cultivaron el en-sayo,
la crítica y el artículo periodístico, dedicaron algunos tra-bajos
a su ilustre amigo y paisano. Así es interesante conocer,
para su biografía, «Los rec-uei-&js & la, hiilfcicia de Gaidós
Las Palmas)), editados en La Lectura (19191, y un artículo titu-lado
((Galdós)),p ublicado en el periódico Gran Canaria (1931).
Sr. D. Benito Pérez Galdós
Muy sr. mío y distinguido amigo:
Esto que V. leerá, debimos decirlo a V. de palabra; pero nos
faltó atrevimiento y dejándolo para mañana, llega la hora últi-ma
y es necesario escribirlo para no perder ocasión tan aesea-da
y tan mal aprovechada por nosotros como esta de haberle
conocido.
Hemos escrito dos dramas (no se ría V., Dn. Benito). . . Uno,
es un dramote romántico en verso lT, del cual sus propios auto-res
abominamos y que escribieron en tiempos pasados, creyen-do
que dando gusto al público fuera más fácil abrirse camino y
lograr una representación. El otro, más conforme con nuestro
17 Esta obra debió ser destruida posteriormente, pues no consta en el
Archivo de los Millares que conserva hoy el poeta Agustín Millares Saii.
650 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
g~~s taou,n que ignoramos (sin modestia) si es igual por su peso
literario al primero, ya que peor no lo imaginamos la.
Esos dos dramas lievólos mi hermano a Madrid en su re-ciente
viaje, con el propósito de presentarlos a V. l9
Después, sucedió que V. viajaba hacia aquí, cuando él iba
en su busca, y aburrido de la mala suerte, dejólos en Madrid
confiados a un amigo, para que los presentase en el Español y
en la, Comedia 'O.
Allí los encontrara V.: uno en poder de la Guerrero, otro
en manos de Mario 'l, y ambos condenados al olvido eterno por
insignificancia de sus autores y desconfianza de los del teatro
hacia la gente nueva.
Puede conseguir V., con una palabra que sean leídos y eso
es lo que suplicamos a V. No que influya para que se pongan
en escena, que eso sería hacerle a V. cómplice de un fracaso;
sino sacarlos del olvido y ponerlos en condiciones de que se los
rechazaran por malos, sea después de la lectura.
Otra cosa sería mejor para nosotros: que V. los hojease y
juzgase; pero eso no lo pedimos porque sería poner a V. en la
dura necesidad de decirnos que no valen, lo cual nunca resulta
grato aun tratándose de pobres diablos literatos como nosotros.
Ahora entiendo que fue mejor no hablar a V.; porque sino
juzga conveniente prestarnos ayuda en este caso, tampoco ne-cesita
decirlo: basta con que olvide que recibió estos renglones.
¿Sería mucho exigir el pedirle que guardase secreto sobre
esta petición? V. hará lo que crea justo.
Y suceda lo que suceda, mande y sepa que le admiramos y
queremos.
S.S.S. y S.S. q.b.sm.
Luis Millares
8, nov. 1894.
18 Acaso este drama sea una versi6n primitiva de La deuda del Coman-dante,
editado junto con la novela Los inertes, en 1899.
19 Ese viaje lo hace Agusth Millares Cubas a Madrid para solicitar del
político canario, don Fernando Le6n y Castillo, entonces embajador en
París, apoyo en sus oposiciones a la notaría de Las Palmas, vacante por
la fibYa~i& =*e, e! pzst&&=r A-stLy Mi!:apa Terres.
20 Famosos teatros madrileños regentados, en esta época, por las com-pañías
de María Guerrero y la de Emilio Mario, respectivamente.
21 Se refiere a Emilio Mario López Chaves (1838-1899), gran director
de escena y gran actor que se distinguió por su naturalidad en la interpre-tación
de las comedias.
SEBASTIÁK DE LA NUEZ CABALLERO
Sr. D. Benito Pérez Galdós
Muy Sr. mío y distinguido amigo: aunque con temor de mo-lestarle
me atrevo a pedirle una carta o tarjeta de presenta-ción
pa. María Guerrero que se encuentra en Madrid %.
Ya V. imaginará cual sea el asunto de mi visita a la srtista
y crea V. que no me hubiera atrevido a hablar a Vd. de nuevo
sobre ello si no me hubieran animado las palabras de benevo-lencia.
con que nuestro amigo Morano '"n nombre de Vd. nos
ofreció su apoyo a su vuelta a Canarias.
Por si V. puede complacernos le advierto que estaré en Ma-drid
hasta el 18 en el Hotel Santa Cruz. Carrera de San Geró-nimo.
Inútil es que le ofrezca mis servicios. Ya Vd. sabe que pue- 1
de mandar a s.a.a. y S.S. U
d Q.b.s.m. -
Luis Millares 8'
Madrid-11-agosto-1895 I 8
3
Y
Sr, Dn. Benito Pérez Galdóc E
= :
Muy Sr. mío y distinguido amigo: Mil gracias por su exce-lente
carta que por ahora me na proporcionado el gusto de ver
a la Sta. Guerrero y hablarle. m
Del resultado ulterior de mi visita nada puedo decirle. Pro-metióme
leer la obra24 a SU regreso a Madrid y participar a V.
sus impresiones. Sea cual sea no se he de oividar que V. nos ha 2
prestado apoyo benévolo en nuestra tentativa y si fracasamos
ya no nos queda el a.rgumenio tan socorrido y tan común entre
los ambiciosos de la gloria literaria. o
22 Conocida gran actriz dramática (1868-1928) que llena la escena espa-ñola
de la época desde su juventud hasta su madurez en la 'compañía for-mada
con su esposo, el actor Fernando Díaz de Mendoza, de los que hay
abundante correspondencia con Galdós en el Archivo de la Casa-Museo de
Las Palmas.
23 Se refiere a Francisco Morano, prestigioso actor dramático, que
cumplió su promesa, representando en 1906, ante Alfonso XIII, que hacia
visita a Las Palmas, la obra de los hermanos Millares, Tan cerca y tan
lejos.
24 Puede referirse a la citada obra La deuda del Comandante, editada
en 1899.
652 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CORRESPONDENCIA ENTRE GALDÓS Y DIEZ AMIGOS CANARIOS 15
;Si hubiéramos tenido un buen padrino!
Ya V. sabe que puede mandar como guste a su amigo y ser-vidor
Q.b.s.m. Luis Millares
La Sta. Guerrero me encargó saludase a V. en su nombre.
Madrid-1 8-agosto4895
Sr. D. Benito Pdrez Galdós
Muy Sr. mio y ,distinguido amigo:
Reciba V. juntas mi enhorabuena y la de mi hermano por
sus dos hermosos triunfos académicos
Y cumplido este gratísimo deber, me atrevo, siempre a nom-bre
de los dos hermanos, a hacerle una súplica que expresa una
vieja aspiración nuestra.
Pronto publicaremos dos novelitas -variaciones del tema de
la tierra canaria-, las cuales irán en un tomo2'j. Nosotros no
conocemos otra realidad que ésta, y como nos es imposible in-ventar,
nos resignamos a movernos en el cuadro estrecho y tal
vez poco interesante del país.
De todos modos -y allá va la súplica-, sería para nosotros
una gran fortuna y una gran alegría, que V. 10 leyese antes de
publicarse y si no lo considerase indigno en absoluto de tal
honra, pusiese al frente lo que V. quisiera: cuatro palabras mi-sericordiosas
que nos sirvieran de recomendación o de presen-tación
ante el priblicoZ7.
Si esto no le causa grande repugnancia, le enviaríamos el
tomo al terminarse la impresión reservando la del primer plie-go
para cuando V. pudiese enviarnos eso que tanto codiciamos.
25 El 7 de febrero de 1897 tuvo lugar la recepción üe don Benito en la
Real Academia de la Lengua, para la que había sido elegido desde 1899, y
dos semanas después tuvo que hacer el discurso de ingreso de su amigo
ei noveiista aon José María Üe Ferecia (véase Memorias ae un ciesmemoria-do,
del propio Galdós).
26 Se refiere a ,las dos novelas, Pepe Santuna y Santiago Borddiz, que
se- dice Agustín Millares en las «Memoriass (que cita a su hijo en el
trabajo más arriba anotado), la primera novela fue escrita por él y la se-gunda
por su hermano Luis.
27 Este volumen se editó en Santa Cruz de Tenerife en 1898.
De nuevo, con este motivo me repito de V. amigo y admi-rador
Q.b.sm.
Luis Millares
Las Palmas, 8, marzo, 1897
De Galdós a los hermanos Millares
Srs. D. Luis y D. Agustín Millares Cubas
Muy distinguidos paisanos y amigos: espero que Vds. me
&iqjerlsai&r, la tstrdaeDa c;un que curltesto a S-u arta de ,&m-bre
pasado =* que recibí acompañada de un ejemplar de la nove-la
Nuestra Señora 29. Ocupaciones apremiantes han sido la cau-sa
de este retraso que no deben atribuir a descortesía.
El vértigo en que me he encontrado envuelto después del
estreno de Electra3' ha impedido que pudiera leer con reposo
el libro de Vds. Ahora en Santander, ya descansado, tendré el
gusto de hacerlo, y desde luego me prometo una grata lectura,
pues la obra, siendo escrita por Vds. me ha de parecer buena.
Escribiré inmediatamente a Clar.insl, atendiendo la indica-ción
de Vds., para que se fije en Vds.
Pueden disponer Vds. como quieran de su affmo. amigo y
paisano.
Q.b.s.mm.
B. Pérez Galdós
NO hemos encontrado en el Archivo epistolar de Ga;ldós la carta
mencionada, donde los Millares darían menta del envío de esa novela.
29 fniau i:c~a-u2a- efi líi Lipieizta de J. B&t~?z, Sauta Ciüz C:e Temrie, l%G.
Estrenada en el Teatro Español de Madrid, el 30 de enero de 19M,
con enorme éxito de público, que traspasó los iímites de lo literario para
entrar en el terreno de lo político-social.
31 Conocido seudónimo de Leopoldo Alas, que fue muy buen amigo
de don Benito, quien le prologó la tercera edición de su famosa novela
La Regenfa (i9Gij.
654 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CORRESPONDENCIA EXTRE GALD~S Y DIEZ AMIGOS CANARIOS 1'7
Sr. Dn. Benito Pérea Galdós
Distinguido amigo: como siempre cumplimos con el grato
deber de enviarle un ejemplar del nuevo libro 33.
Este es un drama a que tuvo la suerte de ser acogido y echa-do
al público por Thuiller 35.
La circtinstancia de que este marchó a América ha defrau-dado
la esperanza que teníamos de presentarlo en Madrid este
ano.
Quisiéramos que los Srs. Díaz de Mendoza 36 lo leyesen y su-pongo
que enviado por nosotros, ilustres miembros de la clase
de los desconocidos, será mojado al montón.
¿Quiere V. hacernos el gran servicio de presentarlo y reco-mendar
su lectura? Valga por lo que valga, va hecho el ruego.
Perdone y mándenos como guste. S.S.S. y S.S.
Q.l.b.1.m.
Luis Miilams
Las Palmas-&oct.-1903
De Galdds a don Luis Millares
Oct. 1903
Sr. D. Luis Millares Cubas
Mi distinguido amigo: doy a V. las gracias más expresivas
por el envío de un ejemplar del ,drama La herencia, de Araus 38,
Al margen hay una anotación que dice «Contestadan; a continua-ción
transcribimos esa contestación.
Efectivamente, en la Biblioteca de B. Pérez Galdós, anotada por
Chonon Berkowitz, constan la mayor parte de las obras editadas por los
hermanos Millares. (Véase Ed. Museo Canario, Las Palmas, 1951, p. 227).
Se refiere a La hereneiu de Araus, estrenada en Málaga en 1903 por
Emilio Thuiller, que en el mismo año la repuso en Las Palmas Y en Santa
C m de Tenerife. (Véase d citado trabajo de J. Millares Carlo, p. 23).
35 Gran actor dramktico contemporáneo (1866-19401, que alcanzó mu-chos
triunfos representando obras de Galdós.
La compañía del matrimonio F. Maz de Mendoza y María Guerrero
llenaron durante bastante tiempo la escena del Teatro Español.
37 S,K Sin dcda se tr-tli r?- h cnntPrtacirSn 2 1% c&ri mtericm, 9 pr
lo tanto de fecha de octubre de 1903.
58 Véase la nota número 18 de estas cartas.
18 SEBASTI~ DE LA NUEZ CABALLERO
que he recibido y con mucho gusto he de leer. Así que las ocu-paciones
de estos días me lo permitan.
Haré entrega del otro ejemplar que me acompaña para don
Fernando Díaz de Mendoza.
Confío que lo leerá con igual satisfacción que yo, por tratar-se
de Vds. que tan bien escriben, pero sospecho que no podrán
hacerlo en el Español, por la resistencia que oponen al estreno
en provincias, y de sobra conoce Vd. la poca voluntad que los
actores muestran por representar obras ya hechas por otros
actores.
No deben desmayar Vds. en la empresa iniciada y yo cele-braría
que obtuviesen un triunfo que indudablemente merecen
los talentos de Vds.
Me es muy grata esta ocasión en que de nuevo reitera a V. a
sü zrLst2d, a si atto. SS. N
E
Q.b.s.m. O
B. Pérez Galdós n--
"m
5 Era inevitable que los dos grandes escritores canarios con- -
temporáneos, Guimerá y Galdós, nacidos en las islas mayores, -
0
m
E llegaran a ponerse en contacto. Sabido es como Ángel Guimerá, O
nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1845 (dos años más tarde
que Galdds en Las Palmas), embarcó con su familia hacia Ca- n
-E taluña a los nueve años de edad, en 1854, y nunca más volvió a a
pisar su tierra natal, muriendo en Barcelona en 1924. n
- En una entrevista que Leoncio Rodríguez, escritor y perio-dista,
fundador de La Prensa, en Tenerife (publicada el 20 de 3
O
julio de 1924 y reproducida en Estampas Tinerfeñas), le hace
al escritor canario-catalán, le dice, hablándole de su isla y de su
amistad con Galdós, lo siguiente:
«YO no oívicio nunca que nací en Teneriie, y siempre que
se ofrece proclamo muy alto que soy isleño como Galdós,
mi excelente amigo y compañero.
Él lo sabe también, y en mis cartas le digo siempre:
"Mí querido paisano.. . " Por cierto, que una vez le advertía
que no nos íbamos a poder tratar bien porque él y yo, uno
de Las Palmas y otro de Tenerife, tenían que ser "enemi-
656 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CORRESPONDENCIA ENTRE G.~LDÓS Y -DIEZ AMIGOS CANARIOS 19
gos". Y don Benito se reía mucho de mi hostilidad isleña.
Al fin hemos terminado por tratarnos como buenos her-manos
»
Las cartas cruzadas, efectivamente, entre Galdós y Guimerá
denotan unas buenas relaciones entre ambos escritores, a pe-sar
de que en la Biblioteca de Galdós, según el inventario de
Ch. Berkowitz, no figura ninguna obra de Guimerá. Casi toda
la correspondencia, como podemos observar, trata del estreno,
en Madrid, de La reina jove, traducida al castellano por Rafael
Marquina, hermano del poeta y dramaturgo, Eduardo Marqui-na.
Sabemos, por las noticias de la prensa, que el 26 de diciem-bre
de 1912, ya se habia representado dicha obra con cierto 6xi-e
, . .
W, 16 qüe curiespoiii% cun e: viaje a I~TaUlid de GiimerCi (vSase
carta número 3 del 19 de diciembre) para asistir a su último
ensayo y su posterior puesta en escena.
Sr. Don Benito Pérez Galdós
Mi querido amigo y paisano: recibí la cariñosa carta de V.
y supongo en su poder los ejemplares de La Reina joven 40 que
le ha mandado Rafael Marquina 41.
Le agradezco todo lo que me dice y le deseo y estoy seguro
que tendrá un gran éxito en la dirección de una empresa tan
gloriosa como la de ese Teatro Español 42.
En cuanto al estreno de La Reina joven le confieso a V. que
lo espero con emoción como ya supondrá; y tendré mucho gus-to
en asistir a los últhnas ensayos cuando V. me avise.
VVéase art. Recuerdos de la tierra, en Estampas tinerfeñas, Santa
Cruz de Tenerife, S. A., p. 224.
40 La Reina joven, drama simbolista, fue estrenado en Barcelona el
15 de abril de 1911.
Escritor catalh (1887) que ejerció la critica teatral en La Publi-cidad,
dirigió la revista Teatralia de Barcelona y estrend aIgunas obras
dramáticas propias y otras kraducidas por él, de Hauptman, Tolstoi, Schaw
y GuimerA.
Cargo que ejercid honoríficamente, pues en esta época habfa casi
perdido la vista.
20 SEBASTIÁN DE LA NUEZ CABALLERO
Y esperando noticias es como siempre de V. amigo y paisa-no
entusiasta y ferviente,
Ángel Guirnerá
2 octubre 1912
Calle Petritxol, 4
Sr. Don Benito Pérez Galdós
Mi querido amigo y paisano: muchísimas gracias por las
noticias -que he recibido.
Admitida la obra por V., con protagonistas como la famosa
Matilde Moreno 43 y mi buen amigo Paco Fuentes que con tan-ta
maestría dirige y representa otras obras mías. ¿Qué más pue- a
do desear? E
Estaré al lado de ustedes cuando el drama haya bajado a la
concha. Hágame el favor de decirme tan pronto como pueda, O
n
la fecha en que V. calcula poder estrenar el drama para arre- - m
O
glar aquí mis cosas. E
E
Y con un fuerte abrazo se repite de V. amigo afmo. S
E
Ángel Guimerá 3
Barcelona, 5 Dic. 1912
-
0
m
E
Sr. Don Benito Pérez Galdós E
Mi amigo y paisano: saldré de aquí el lunes por la
-
a
noche para asistir al ensayo del martes. n
Me ha sido imposible combinarlo de otra manera a fin de n
n
llegar más pronto a Madrid. 3
Con que hasta el martes próximo en que le dará un abrazo O
muy apretado su amigo y paisano que tanto le quiere.
Ángel Guimerá
Barcelona, 19 Dic. 1912
43 Famosa actriz contemporánea (1874-1959), que actuaba en esta épo-ca
en la compañía de García Ortega, y que obtuvo grandes éxitos interpre
tando la Electra de Galdós.
44 Gran actor dramático (1870-1934) que formaba gaiite de la misma
compañía del Teatro Espaiíol, interpretando el papel de Máximo de su
Electra y de otras obras de Galdós y Guimera.
658 ANUARlO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CORRESPONDENCIA ENTRE G A ~ YS D IEZ AMIGOS CuiYl10~ 21
SEBASTILN DE LA NUEZ CABALUCRO
Sr. Don Benito Perez Galdós
Mi querido amigo y paisano: va de veras la recomendación
de esta carta para que V. se deje hacer una escultura por el ami-go
D. José Cardona4j que es un prodigio de verdad en su arte.
La molestia va a ser muy corta y en cambio V. tendrá una
escultura retrato magnífica. A mi me ha hecho una que es una
maravilla.
Con que, préstese, que no le va a pesar y mande de su amigo
y paisano que tanto le quiere y le admira.
Ángel Guimera
Barcelona, Mayo de 1913
ALGUNAS CARTAS DEL DOCTOR CHIL Y NARANJYO GALDOS
El doctor don Gregorio Chil y Naranjo, nacido en Las Pal-mas
en i83i, es una figura reievanie en el estudio y ei ciesarro-llo
de la historia y la antropología en Gran Canaria. En 1847
marcha a París, donde permanece durante diez afios, haciendo
estudios de Medicina y de Antropología. En 1857 vuelve a Las
Palmas, y desde este momento hasta 1878 se dedica a aplicar
sus conocimientos al estudio de los restos momificados de los
primitivos habitantes de la isla. Crea el Museo Canario, donan-do
para ello su casa y sus bienes. Hace viajes por Francia y por
España en la busca de documentos para reunirlos en sus Estu-dios
históricos, climatoldgicos y patológicos de las Islas Cana-
...Srio f l O r i n 7 O n í \ .-dr.n Cn-nnnn f-nnr< -w-.l&mrinrrri nn A o rnmYrrrr
I LW IL O I o-IOOI/,~ U &Gu & & u a & u u GJ v UIUIILGLAGU GAA 'I. Luay UL .
Escribe Néstor Álamo -con su gracia de escritor festivo-que
en la visita que don Benito hizo, en 1894, a Las Palmas,
cuando lo llevaron a ver el museo del doctor Chil, dijo «sola-mente
esto: ;Qué hermoso es el Museo Canario!. . . Y don Gre-m
n r i n nn an I n mnrrlnnrí i n m i c u P n o ~n i ~ nnn An h n o o r ml r . r r rrinr-g
V I A V AA" U" A V ,/"ZU"*AV J u A . A W < , . VVUW YUV * A V UVYV ""A A*&.., "A"*
tal pues, como de estas cartas se desprende, ese laconismo de
45 José Cardona (1818-19231, escritor catalán moderno que trabajó en
Barcelona y París, realhando esuulturas-retratos; hizo el monumento al
general San Martín en Buenos Aires.
660 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Galdos no le ofendió al investigador mucho tiempo. Casi un
mes después de recibida la última carta del novelista, el doctor
Chil fallece en Las Palmas el 4 de julio de 1901.
Sr. D. Benito Pérez Galdós
1Ui estimado amigo: pongo a V. estas líneas para manifes-tarle
el sentimiento que me ha causado ver cómo la Academia
no he tenido en cuenta la índole y naturaleza de la institución 46.
Esos bravos señores cuyo lema es Limpia, Fija y da Esplen-dor,
hasta el presente nos ha dado un Diccionario; pero en des-
71-1f& mi-1-hn gmhyp. ;Casas & España! Almirantes sin haber
visto el mar. Grandes siendo muy pequeños. Ricos siendo po-brísimos;
pero riquísimos en vagos, cesantes, retirados, jubila-dos
y compañía, que a los desgraciados que trabajamos no nos
queda otro recurso sino buscar otras tierras donde usamos por
las manos las recompensas de nuestros trabajos.
Soy siempre de V. su más atento amigo y su seguro servidor.
Gregorio Chil
Las Palmas. Febrero, 7,1889
(Escudo)
El Diputado a Cortes
Por
Guayarna
Madrid, 28 de febrero 89
Sr. Dn. Gregorio Chil
Mi distinguido amigo: le agradezco infinito su cariñosa car-ta
con motivo de la malhadada cuestión académica. Es muy ex-trañ.
0 lo que ha pasado. Yo he sido vencido y ahora tenemos
que tragar la hiel de la derrota.
Sabe que está a sus óraenes su affmo. amigo.
Q.b.s.m.
B. Pérez Galdós
46 Se refiere al rechazo que sufrió don Benito en su candidatura a la
Real Academia de la Lengua, en enero de 1889, decidida a favor de don
Francisco Commelerán, un perfecto anonimo.
Núm. 30 (1984) 661
OBRAS DE PEREZ GALDOS
HORTALEZA, 132
EPLSOOIOS " A C I O " A L 1 5
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
(Anagrama)
Episodios Nacionales
Novelas de la primera época
Obras dramáticas
Discursos académicos
Novelas españoIas contemporáneas
Madrid, 3 de mayo de 1901
-S -r.. D. Gregorio Chil MI distinguido amigo: contesto a su amabie carta dei 21,
manifestándole mi gratitud por sus juicios lisonjeros acerca de
Electra. Había Vd. de ver los efectos de esa obra en ciertos
pueblos. De esto no tienen Vds. idea en .ese tranquilo ambiente
y en ese suelo poco favorable al cultivo de Pantojas y Pantojoi-des.
Si, como Vd. dice, los hay, son tan atenuados que no vale
la pena de ocuparse de ellos 47. En algunas localidades de Espa-ña,
que aún viven en las tinieblas medievales, son tremendos,
y al propio tiempo soberanamente ridículos, señal de su deca-dencia.
Creo que el altarejo, ya resquebrajado y comido .de go-lilla
por mil partes, se les viene pronto abajo. Aun los que no
somos jóvenes hemos de verlo.
Sabe cuán de veras le aprecia su buen amigo.
Q.b.s.m.
B. Pérez Galdós
Aunque, en parte, esta correspondencia ha aparecido en ar-tículos
periodísticos en la prensa insular, queremos ofrecerla
completa (dentro de lo tanto en las t.rm cartas esc-i--
47 En toda la carta se hace referencia al pdémico éxito de la puesta
en escena de EZectra en todos los teatros de España y gran parte del ex-tranjero,
donde el personaje Salvador Pantoja representa las fuerzas ca-cifluiles
y clericales que atenazaban la sociedad española, contra las que
Galdós siempre hzbía ,luchado.
26 SEBASTIÁN DE LA NUEZ CABALLERO
tas por don Benito a Manuel Miranda Romero, como una pinto-resca
carta de éste dirigida al gran escritor, paisano suyo.
Conocido es el viaje que hizo don Benito a su ciudad natal
cuando estaba en la cúspide de su fama literaria. Pero oigamos
cómo Io cuenta con su ingenio peculiar el articulista: ((Yll ega
a nuestra ciudad el 18 de octubre de 1894. La ausencia ha sido
de veinte años largos, se fue "un chirguete", y la península lo
devuelve convertido en uno de los ases mayores de la literatura
española de la época)) 48. El recibimiento fue popular y apoteó-sico.
Pero Galdós reusó las recepciones oficiales y se refugió en
las casas que tenía su familia en Santa Catalina, junto a la pla-ya,
o en las tierras volcánicas del Monte Lentiscal de viñedos,
níspereros y mocanes. De vez en cuando hacía una escapada,
casi de incógnito a la ciudad, y recorría los antiguos lugares de
su niñez y adolescencia (el colegio de San Agustín. la Alameda)
o visitaba a sus amigos venerables como don Agustín Millares
Torres, Diego Mesa de León, etc. En una de estas excursiones
conoció a don Manuel Miranda, que era carpintero de ribera.
Como dice Néstor Álamo: ((Ser carpintero de ribera tenía más
importancia aquí hace sesenta u ochenta años, y en esa su dis-ciplina
era jefe y caporal nuestro paisano. ..» 49. Acompañado de
este su paisano y nuevo amigo, «don Benito visitó la ermita de
San Telmo, en la ribera de la mar, entre la Portada y Triana.
San Telmo fue siempre para la gente de nuestras costas algo
más caro que la luz de sus ojos. (. . .) La Confraternidad era an-tigua.
Tanto que se hacía a su costo, en los comienzos del si-glo
x v ~ l,a fiesta del Santísimo Corpus Christi ...» . «Entonces
don Benito -sigue diciendo Néstor Álamo- se propone ser
dueño áei mejor gaieón en los tirantes de ia capiiia ... (exvotos
de los navegantes en peligro). Y lo logró por medio de Miranda,
que llevaba la rueda del timón en aquel feudo de armadores y
navegantes». «Bl sabía que su abuelo materno, el primer Gal-dós,
don Domingo, Receptor de Caudales del Santo Oficio, había
perienecido a ia ConIraterniGaG cumü armador de barcos de
48 Véase NÉSTORA LAMOL: etras. Ln otra carta de GaldOs, en el perió-dico
«Falange», Las Palmas, 22-XII-1942.
49 fdem: Letras. Una carta inédita de Galdds, dei periódico «Falange)),
Las Palmas, 6-XII-1942.
664 Ah'UAEIO UE ESTUDIOS ATLAFiTICOS
Salpreso.» Supone nuestro articulista que el pequeño Benito
(ten su visita de niño a la ermita los días de la "Catumba" su
imaginación quedara en la maravilla del juguete que allá arri-ba
se ennegrecía con humo de edad.» Así es como Galdós vio
cumplidos sus deseos infantiles -ya adulto- por intermedio
de don Manuel que dio ocasión a esta corta correspondencia,
donde vemos a don Benito, alegre como un niño, al enterarse
del envio del pequeño galeón, que él compara nana menos que
con los que libraron batalla a los turcos en da más alta ocasión
que vieron los siglos)), como dijo su admirado escritor y cam-batiente
de Lepanto don Miguel de Cervantes. El resto de las
cartas son recomendaciones de Miranda, que aprovechando su
amistad y promesa escrita de ayuda que le hace el célebre pai-
SaEC, y &te r , p~cu & c=nceder!e pcr dp~ersosm otivos;
aunque el articulista dice que, en este caso, Galdós tuvo cuna ver-gonzante
actitud de hombre público desmañadon.. . «a sabien-das
de que no podía lograrlo)). Mas, ahí queda la historia, la
anécdota de la vida del grande hombre junto al pequeño admi--
r-a-.-d-n- r, ~ ~ g ~ a ~ &2cri- tr~1J ~ ~hi &~r izp q ~&u ,p er si2 ii,tercup-ción,
para que un sueño infantil se convierta realidad en el hom-bre:
sentido de lo insular, hilo sutil que ahora unirá, hasta su
muerte, el recuerdo de su isla.
Madrid, 1." de Febrero, 95
Sr. D. Manuel Miranda.
2°F; zA-dye skimado amigc; y paisano: i ~ u rm grata && 24 &i
pasado, veo que el galeón salió de ese puerto navegando con
rumbo a Cádiz, desde donde tomará la derrota del Cantábrico.
Deseo mucho verlo, y me figuro que habiendo V. puesto las
manos en ello, la restauración del barquito habrá resultado pri-morosa
y digna la pequeña embarcación de figurar en nuestro
R I ~ u E P ~N wa!. De seglm-v cpe m hubr8 e: éste, ni en otro algü-no,
muchos que le superen en elegancia, ni en la perfección de
la obra de su mano. En todas partes, por efecto de las construc-ciones
de hierro, se va perdiendo el arte de la carpintería de
ribera, y de él s610 quedan vestigios en nuestra ciudad de Las
Palmas.
Núm. 30 (1984) &ii
No necesito decirle cuánto le agradezco la diligencia, esmero
y entusiasmo con que ha realizado V. la restauración de este
modelo, que de unas manos a otras de hecho, seguro, como
nuevo, de tal modo que lo reconocería por SUYO el mismo don
Juan de Austria, capitán general de las galeras del Rey Católico
y de la Liga del Turco.
Ahora me falta, dar también las gracias a la Confraternidad
de San Teirno por su delicado obsequio, que no olvidaré nunca.
En otro correo lo haré; pues no es cosa de escribir a ésos de
prisa y corriendo.
Hágame el favor de dar la adjunta al Sr. D. Pedro del Cas-tillo
5" y sabe que me tiene V. a las órdenes para todo. Me ale-graría
mucho de tener una ocasión de manifestarle cuánto esti-mo
su amistad, y con qué agrado veo su pericia en un arte que
de tal modo honra a la Gran Canaria.
Sayo afectísimo amigo y paisano.
Q.b.s.m.
B. Pérez Galdós
S/C. San Mateo, 11 bajo
Cuando vaya a Santander y vea el galeón volveré a escribir
a v.
Sr. D. Benito Pérez Galdós
Mi más estimado amigo y paisano de mi mayor concidera-ción
y respeto 51.
Hoy me dirijo a V. aunque con atrevimiento de darle alguna
molestia; pero el que tiene familia y amigos como yo que todo
es una cadena no puede nunca hevitarse uno de que le ocupen
a uno, y tener uno que ocupar a personas de la altura de V.;
pues como antes le tengo dicho este mundo todo es una cadena,
pues de nada menos se trata que es de un hermano que tengo
en Tenerife que casó con una hermana de Pepe Suárez el que
está hoy de capitán en uno de los vapores de López que fué co-locado
por V. y mi pobre hermano es vastante honrado y tra-bajador,
y como sus entradas que él tiene son cortas para los
5"edr~ del Castillo Westerling era, en esta época, icomandante de
Marina de Las Palmas, al que le escribe Galdós una carta para agradecerle
su acogida por su reciente viaje a la isla.
51 Transcripción literal de esta carta conservando su arbitraria orto-grafía
y redacción. Debemos el texto z su pariente Servando Morales, es-critor
ya fallecido.
666 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CORRIESPONDENCIA Z ~ GAELD~S Y DIEZ AMIGOS CANARIOS 29
gastos que se reúnen cuando hay familia como la tiene él; me
escribe él a mí para que yo le escriba a V. interesándose con la
influencia que V. tiene con dicha compañía haber si V. puede
conseguir que él sea el encargado para que él dé los víveres a
los vapores que tocan por allí de dicha compañía; y como eso
le puede dejar alguna phta y él tiene nesecidad de ella, está en
el deber de dar los pasos necesarios para poder adquirirla con
su trabajo, yo como hermano que deseo el bienestar de él como
el mío propio, agradesco infinito todo lo que en este caso pueda
hacer V. de su parte en obsequio de mi pobre hermano. Por si V.
pudiera hacer alguna gestión respecto a lo que solicita regular-mente
tendrá que hacer uso del nombre dé1 es: Pedro Miranda
Romero.
Sin mas por ahora no puedo demostrar a V. cuanto le agra-desco
todo lo que V. pueda hacer en obsequio dél, si no desean-do
el tener yo una ocasión, ofrecerle a V. algún servicio de este
Q-ue apesai* de respeLario tal-ltu CoiZCide Ta7l o se
toma la libertad de ocuparle y escribirle con tanta franqueza.
Dios le dé vida para goxarnos muchas obras escritas por V. y V.
disponga de este su amigo que se pone a sus órdenes y B.S.M.
Manuel Miranda
Hortaleza, 132
(Anagrama)
Episodios Nacionales
Novelas de la primera época
Obras dramáticas
Discursos académicos
Novelas españolas contemporáneas
Madrid, 10 de Junio de 1901
Sr. D. Manuel Miranda Romero
Mi estimado amigo y paisano. Oportunamente llegó a mis
manos en carta de 16 de mayo, a la .que tengo- el gusto de con-testar,
si bien con el sentimiento de no poder complacerle en el
servicio que me pide. En la actualidad no tengo relaciones con
el Marqués de Comillas ni con la Trasatlántica, por razones de
índole particular, y así me encuentro de todo punto imposibili-tado
de hacer las recomendaciones que V. me interesa, y que
en otra ocasión me hubiere sido muy grato obtener eficaz re-sultado
en mis gestiones.
Núm. 30 (1984) 667
30 SEBASTIÁN DE LA NUEZ CABALLERO
Crea V. que tengo un verdadero sentimiento a1 hacer a V.
estas manifestaciones.
Con este motivo se ofrece a sus órdenes att." y amigo s.
Q.b.s.m.
B. Pérez Galdós
(Anagrama)
B. Pérez Galdós
132, Hortaleza
MADRID
Sr. D. Manuel Miranda
Dbre. 30/1901
Mi estimado amigo:
He recibido su grata carta última y hubiese tenido mucho
gusto en compiacerie, prestáncioie ei servicio que me pide y con
él quisiera corresponder a sus bondades.
Me informan que el nombramiento de maestra interina de
esa nueva escuela creada en el Puerto de la Luz no corresponde
al Ministerio de Instrucción pública, sino al Rectorado de Se-villa,
previo informe y propuesta de la Junta Provincial de Ins-
L ----A :Le ',-L<L,2--
LLLCGGIULI ruuuC;a de Cana~iasy, C.Ü~ IÜe ii estos ceiitrüs oficiales
no tengo relaciones de ningún género, y por tanto me es impo-sible
pedirles el servicio interesado, comprenda V. el sentimien-to
con que le confieso la poca fortuna con que tropiezo para
complacerle.
Esperando mejor ocasión queda de V. att." amigo y s. q.b.s.m.
B. Pérez Galdós
DOS CARTAS DE GALDÓAS DOS POLÍTICOCSA NARIOS
Presentamos aquí dos cartas de don Benito Pérez Galdós di-rigidas
a dos próceres de la sociedad y de la política contempo-ránea
de Gran Canaria. La primera está escrita para don Feli-pe
Massieu y Falcón, abogado, que en estas fechas ostentaba la
presidencia de la Sociedad Econdmica de Amigos del País, de
la misma manera que antes había sido presidente del Gabinete
Literario en 1874, y luego va a detentar la alcaldía de la ciudad
de Las Palmas en varias ocasiones, debido a las importantes
reformas que había realizado bajo su mandato. El primer pe-
668 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ríodo fue entre 1894 y 1896, época en que le tocó recibir, con
todos los honores, a don Benito, que volvía a su ciudad natal
después de más de veinte años de ausencia. Al terminar este
período, en 1896, fue elegido diputado por el partido de la unión
liberal y representante de don Fernando León Castillo en Cana-rias.
Ostentó de nuevo la alcaldía de Las Palmas entre 1910 y
1915. Muere en 1927.
Es importante la carta dirigida a don Tomás de Zárate y
Morales, ilustre letrado y prohombre de Gran Canaria, preocu-pado
por el progreso cultural de su isla. Había sido, en varias
ocasiones, presidente de la sociedad del Gabinete Literario: en
1886, entre 1892 y 1893, y finalmente entre 1900 y 1903. Como se
puede observar esta carta es contestación del envío de don To-más
a Gaidí>s de los informes sobre la creación de un Insiiiuto
de Enseñanza secundaria en Las Palmas, a lo que se oponían
las autoridades de Tenerife. Las gestiones de don Benito debie-ron
tener éxito, puesto que en 1916 se crea el Instituto y se le-vanta,
en la calle Juan de Quesada, el edificio que debería ser
la sede &ha instikciSr? mrarAe irI-cchos ae¿is.
(Escudo de Espskña,
El Diputado a Cortes
Por
Guayama
Madrid 8 de Abril 89
Sr. D. Felipe Massieu y Falcón.
Mi distin,c.uido amigo: recibí oportunamente la comunicación
que la Sociedad Económica 52 tiene la bondad de dirigirme con
motivo de la ruidosa elección académica jS.
Fácilmente comprenderá cuánto agradezco esta cariñosa de-mostración
de mis compatricios, y el extraordinario aprecio
con que la recibo, viniendo de una Sociedad como la Económi-ca
de Las Palmas, que cuenta en su seno con tantas personas
ilustres.
52 La Sociedad de Amigos del País de Las Palmas se creó bajo la ini-ciativa
del obispo Cervera, el 25 de febrero de 1777.
53 Hace alusión al rechazo que sufrió su candidatura en la Real Aea-demia
de la Lengua, para ser elegido definitivamente el 13 de junio de
este mismo año.
32 SEBASTIÁN DE LA NUEZ CABALLERO
Ruego a V. sea intérprete de estos sentimientos ante los dig-nos
compañeros y que, de la manera más viva, les exprese mi
gratitud por el honor que de ellos he recibido.
Con este motivo reitera a V. las seguridades de su amistad.. .
y amigo q.b.s.m.
B. Pérez Galdós
2
(Escudo de España)
El Diputado a Cortes Madrid 6 de Abril de 1914
Por
Las Palmas
Señor Don Tomas de Zárate.
Mi distinguido amigo: a N
Recibo su interesante carta, pletórica de datos importantes, E
y me apresuro a significar a V. mi perfecto acuerdo con cuan- O - to me dice, y mis esperanzas de lograr un satisfactorio resulta- -
=m
do en el asunto. O
E
Estoy trabajando con fe para lograr la creación del Institu- SE to de Las Palmas, y cuento con el apoyo de muy ilustres perso- E
nalidades de la Cámara, pertenecientes a diversos partidos.
También trato de recabar la aquiescencia de los señores que 5
forman la Comisión de Presupuestos, y llevo mucho conseguido. e- A todo he de recurrir para conseguir el justo intento a que m
E tiene en perfecto derecho Las Palmas. O Con un afectuoso saludo se reitera de V. amg." y s. q.e.m.e.
n
B. Pérez Galdós -E
a
2
n
UNA CARTA DE BALTASACHRA MPSEAUS A GALDÓS
3
O
&!twar chzrLp8em~ 3ic$ia (?835-1934), & or';c;efi frzfi& y
relacionado con la familia de los Millares y la de los Sarmiento
Salorn, forma con ellos un estimable conjunto de escritores ca-narios
que, en un tono menor, representaron, en la época de
Galdós, la élite culta de la ciudad de Las Palmas. Champsaus
fide i ~ ne, scritur p!if&&tico, y rAisma el e~sa;.= yüe
la poesía y la novela, llegando a publicar unas diecisiete obras
de diversa índole, entre las que se encuentran los ensayos: Nue-va
religiosidad (1913) (de la que se habla en esta carta), Hacia
una cultura europea (1917), Humanixación del arte (19281, Trans-
670 ANUARSO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
formismo (1928), y las narraciones: Mi playa (19291, Anotacio-nes
(1929), Katy (1930), Adelante (19341, etc.
La obra a que se refiere esta carta es la única que figura en
la Biblioteca de Galdós, recogida por Ch. Berkowitz 55, por lo
que suponemos que a este envío no contestó Galdós, ni mostró
mayor interés por esta obra, pues este ejemplar sólo est5 cor-tado
en parte.
La Laguna de Tenerife. Febrero, 26/914
Sr. D. Benito Pérez Galdós
Muy respetable señor mío y maestro, hace algunas semanas
tuve el gusto de remitir a V. un libro titulado «Nueva Religio-sidad
»%, que no es más que un humilde libro de propaganda;
y es posible que esté V. conforme con algunas de las ideas que
en él expongo.
Ahora deseo que tenga V. la bondad de corregir el impor-tante
error que sigue: En la página 148 -línea 15- donde dice:
«Los gatos blancos de ojos azules son ciegos)) debe decir: son
sordos. Le suplico haga la corrección con IApiz, porque la tinta
se extiende y mancha el papel. Por descuido remití a V. un ejem-plar
sin corregir.
Perdóneme esta pequeña molestia que le doy, y mande siem-pre
a su admirador.
Baltasar Champseaus
S/C. Carrera, 56,
DOS CARTAS DE LUIS DORESTAE GALDÓS
Estas dos cartas de Luis Doreste Silva, a la sazón secretario
en la Embajada de España en París, junto a la figura prócer de
don Fernando León y Castillo, nos evocan un momento impor-tante
en la madurez venerable del autor de los Episodios Na-cionales.
Luis Doreste, nacido en Las Palmas en 1882 y muerto
54 Para m8s detalles véase MARÍAR OSAA LONSOL: iteratura canaria del
siglo XIX, en Historia general de las Islas Camrias, t. V, Ed. Edirca, Las
Palmas, p. 128.
Ed. Museo Canario, Las Palmas, 1951, p. !?26.
56 wc$,?Uuui'.n, &? ti$,u!= 12 & ~ sir&,nt~e: ::Id ~~íi,& i ~ ~
como ,esfuerzo indefinido)). Ed. en La Laguna (Tenerife), Imp. Curbelo, 1913.
en la misma ciudad en 1971, estudiaría Medicina en Madrid, y
se traslada Pliego a París en 1914 donde permanecerá hasta 1931;
mantiene desde la Embajada de París su contacto con los escri-tores
canarios con el amigo y compañero de estudios del em-bajador
don Benito Pérez Galdós. Luis Doreste, en la 6poca en
que escribe estas cartas, ya, había hecho su obra más importan-te
como poeta, pues a los diecinueve años, en 1901, había publi-cado
sus Primeras Estrofas y compuesto Las moradas del amor,
que queda inédito como libro pero publicado en diversos perió-dicos
de Canarias y iie la Península. Ha colaborado en varios
periódicos españoles importantes: El Imparcial, EspalZa, La lec-tura,
y PI las francesas: Nouvelíe reme, Amerique Zatine, et,c. a
N Valbuena Prat dice que su poesía, de afiliación neorromántica, E
se nos revela en el poema Resunección en la mañana de p ~ i - O
mavera (palabras de lirismo ingenuo y trascendental) y los so- n-- m
netos sobre los músicos, titulados Las ofrendas ardientes)) 57.
O
E
E Hablando de su significado y carácter dentro de las Ietras ca- S
E narias del momento apunta: ((Por temperamento o por forma- -
ción humana, pasó su vida animando vocaciones y espoleando 3
voluntades; atento a todos los estilos» j8. -- O
En la primera carta vemos a Doreste moviéndose dentro del m
E
mundo literario de la época; Rafael Altamira, profesor de la O
Escuela libre de Enseñanza, discípulo de Francisco Guler, Ra- n
món Pérez de Ayala, el gran novelista asturiano, entusiasta crí- -E
a tico de la obra galdosiana, y finaImente dude a su jefe y paí- l
sano don Fernando, figuras gratas y amigos seguros e hcondi- n
n
cionales de Galdós. En la segunda carta es curiosa la petición
de León y Castillo de las fechas de su viaje a París para visitar 3
O
a la reina Isabel, Ia reina en e1 exilio, cuando escribía la cuarta
serie de los Episodios, donde la reina iba a figurar como un im-portante
personaje. Una carta de don Fernando junto a las Me-morias
de un desmemoriado (1903?) nos aclaran las fechas de
dicho viaje. Dice en esta última: «En los años 1901 y 1902 fre-cuentaba
yo París no sólo por la atracción que ejercía sobre mí
s7 Véase Historia de la poesiu caizaria, 1, Ed. Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Barcelona, 1937, p. 57.
58 Véase Historia de Za Literatura Canaria, Ed. Mancomunidad de Ca-bildos
de Las Palmas, 1978, p. 188.
672 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CORRESPONDENCIA ENTRE GALD~S Y DIEZ AMIGOS CANARIOS 35
la gran metrópoli, sino por mantener vivo el trato de mi amigo
de Ia infancia, Fernando León y Castilio, que desempeñaba por
segunda vez el cargo de embajador de Espana en aquella Re-pública~%
. Es precisamente éste quien por una carta dirigida a
su amigo GaldBs, fechada el 11 de diciembre de 1902, que nos
saca de dudas sobre la época de la visita del escritor a doña
Isabel. Así comienza la carta: «Mi querido don Benito: la Reina
Isabel está encantada de cuanto de ella dices en tu libro Nar-uáex
y me encarga te dé en su nombre las gracias más expresi-vas
(. . .) Me dijo además S. M. que con mucho gusto te recibiría
y te dará todas las noticias publicables que tu le pidas sobre
sucesos de su reinado. Date, pues, un verde en París y vente a
pasarte aquí una temporada.}) Más tarde -en 1984-, a la muer-te
de doña Isabel, Galdós le dedica un amplio artículo donde
vuelve a recordar su estancia en París a finales de 1902.
Embajada de España
en París Octubre, 27/16
Queridísimo D. Benito:
Cuatro renglones para acusar recibo de su muy grata y par-ticiparle
que he entregado a Altamira su carta 60.
j$ué Iástima que Vd. no haya venido! La acogida que están
dispensando a la delegación de intelectuales sobrepasa a todo
cuanto pudiera Vd. imaginarse.
Anoche estuve con Pérez de Ayala, y charlamos cariñosa-mente
de Vd." D. Fernando me encarga le devuelva afectuo-samente
su saludo, se hubiera alegrado de verle por aquí.
59 Véase O. C., Ed. Aguilar, S. A., año 1951, t. VI, p. 1697.
Rafael Altamira y Cervera 11866-1951 1, catedrático de la Institución
libre de Enseñanza, de Historia del Derecho en Chiedo, crítico e historiador.
Ram6n Pérez de Ayala 11881-1962), gran novelista, admirador y criti-co
de la obra de Galdcjs, con quien mantuvo una constante amistad. Vtrase
Cí~r'kzs 6e Be%% PBrez G~~ilE<-íuuX. sf ~i?i¿dPi¿~ E Zde Agu.2~( de 1%'7-1JXi, en
Cartas a Galdós, de S O L F DOR~T EGAR,e v. de Occidente, Madrid., 1964, y
Cartas inéditas de Pérez de Agala a Galdds, en ((Rev. Hispanofiliaw, a. 17,
1963, de SCHRAIBMAy NS,. DE LA NUEZ:C artas del Archivo de Galdds, Tau-rus
EXS., Madrid, 1967, pp. 73-102.
Fernando León y Castillo G18421918), compañero de estudios de don
Eenito en el colegio San Agustin de Las Palmas, pviítico y embajador de
Dentro de unos días volveré a escribirle mi querido Don Be-nito
para enviarle unas cosas que quisiera me publicaran en
La Esfera63O Nuevo Mundo. Xunca le he pedido nada de esto,
una vez es la primera. Perdóneme. Le abraza lleno de admíra-ción
y cariño hacia Vd.
Luis Doreste
Embajada de España
en París
Muy querido don Benito:
Octubre, 7/1918
No he olvidado su encargo de preguntar a Don Fernando la
fecha en qpe Vds. iban juntos a visitar a la Reina doña Isabel " '.
Don Fernando tampoco hace memoria exacta de esa fecha; uni-camente
asegura que fue un par de años antes a. la muerte de
doña Isabel.
Siento mucho no poder darle mas exactamente el dato que
V. necesitaba. D. Fernando me encarga le salude afectuosamente.
Yo no olvido, mi querido maestro, el retrato firmado que
tantas veces me ha prometido enviar. ;Estoy castigado eterna-mente
a no realizar esa noble ilusión? Me resigno y le beso las
manos.
Recuerdos cariñosos a don José y Rafaelita, a Victoriano, y
Vd. reciba el saludo cordialísirno del que tanto le quiere y ad-mira.
Luis Doreste
Francisco cada día más grande.. .
CARTAD E DON JUANBE THENCOURAT G ALDÓS
Sabemos muy poco de la personalidad de este corresponsal
y admirador constante de la obra galdosiana; sólo que vivía en
un alejado pueblecito del sur de Tenerife, y que era hombre
culto que fomó, con otros paisanos, una sociedad literaria en
la Orotava. Desde Arona, por lo que se deduce de la carta, le
España en París, del que se conserva importante correspondencia con
Galdós.
Revista madrileña ilustrada fundzda hacia 1913, donde colaboro al-g&-
fis vwes ñBi&a.
64 Vease initroducci6n a estas cartas.
674 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
había puesto un telegrama, muy expresivo, a Galdós para feli-citarle
por el éxito que había tenido el estreno de Electra en
Santa Cruz de Tenerife, que debió representarse el 14 de mayo
de 1901. Este acontecimiento teatral tuvo una importante re-percusión
social y literaria en la isla. Así, la mejor revista inte-lectual,
Gente Nueva, le dedicó un número extraordinario (año 11,
número 76) a Galdós y a su Electra, donde aparecen firmas de
prestigio nacional (Maeztu, Baroja) junto a la de escritores ca-narios,
Guinar de la Rosa, Angel Guerra, Ruiz Benítez de Lugo,
Guillón Barnís, Delgado y Barreto, y un saludo manuscrito de
don Benito. También figura, en este número, un trozo o f ragmen-to
de la escena tercera del segundo acto de Electra, que fue su-primida
por Galdós al entregar e1 manuscrito a la editorial y
que reproducimos como apéndice a esta carta.
Don Juan Bethencour acusa recibo de la carta de agradeci-miento
que debió escribirle Galdós a su cordial felicitación, y
le dice que la guardará en el mismo tujete o montón donde
guarda los dibujos hechos por el novelista en su época de es-tudiante.
¿Cómo los obtuvo? ¿Sería, por su edad, compañero
de don Benito o los obtendría por medio de amigos o familiares
del escritor? El contenido de dicha contestación hizo volcar al
corresponsal tinerfeño, en esta carta, sus sentimientos de hom-bre
aislado, que siente con más profundidad los acontecimien-tos
que llegan a las islas ({tamizados por el tiempo y la distan-cian,
de donde deduce que desde su situación se vive lo esencial,
dejando en su camino lo ((aparatoso y circunstancial», idea que,
mucho después, el pensamiento de Unamuno descubre en la
vida profunda y sin retóricas de su escueta y aislada Fuerte-ventura.
interesante sería seguir ei pensamiento que se des-prende
del mensaje ideológico de Electra, cuando Bethencour
lo toma como punto de partida de la lucha por las libertades
humanas y la liberación de las fuerzas atávicas que ((acongojan
al alma españolas.
Arona 65, Julio, 5/901
Sr. D. Benito Pérez Galdós
Mi respetable Sor:
Desgracias de familia me han impedido expresarle mi satis-facción
por su carta de fines de mayo, en respuesta a mi tele-grama
con motivo del estreno de «Electra» en Tenerife.
Allá en mis mocedades, cuando leí por primera vez la «His-toria
de un radical de antaño» 'j6, pude coleccionar varias cari-caturas
que trazó V. de muchacho en el colegio de Las Palmas 67;
y hoy, casi en las postrimerías de la vida, al recibir su generosa
contestación decidí fuera a parar al mismo tujete, como decían
los guanches. Entre estas dos fechas, cada monumento literario
que V. ha levantado lo he aplaudido con entusiasmo en las so-ledades
de estos peñascos; por lo que no debe causarle extrañe-za
que, siendo «Electra» la resultante, la afortunada síntesis de
una discreta labor en sus obras de perdurable memoria, mi fe-licitación
obedeciera a la lógica del hábito adquirido durante
tantos años.
Quizás en Madrid no se den cuenta exacta de1 alcance que
tiene. Los que luchan en los grandes centros no siempre pueden
apreciar la realidad de las cosas como los que vivimos en apar-tadas
regiones, donde llegan tamizados los sucesos por el tiem-po
y la distancia, perdiendo en el camino lo aparatoso y cir-cunstancial;
y ((Electra» ha recorrido la Península y salvando
los mares, conservando los vigorosos tonos que su padre le tras-mitió
por ley de herencia, siendo por todas partes, en el orden
social, lo que las fuerzas de desprendimiento en el físico, que
pone en libertad las energías en tensión.
Por capricho no quise leer el drama antes de saborearlo en
la escena ataviado con los primores del arte, ni acordarme que
nuestro teatro abre de ordinario las puertas de compañías de
tres al cuarto; pues bien, a pesar de la pobreza del decorado,
de la escasez de talla de los actores y de los anacronismos mons-
65 El pueblo de Abona es cabeza de municipio en el sur de Tenerife,
de i6.W habitantes y 6e economía agrícuh.
E Es el subtitulo de EZ Auda2 (1981), una de las primeras novelas pu-blicadas
par Galdós.
67 Estos dibujos se conservan, en parte, en el Museo-Casa de Galdós
de Las Palmas y en Ia colec-ión particular de los descendientes de don
Ignacio Pérez Galdós. Para más detalle véase JosÉ WREZ VIDAL: Galdds
en Canarias (1843-18621, Ed. ,Mus;o Canario, Las Palmas, 1952, pp. 81 y S.S.
676 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CORRESPONDENCIA ENT;RE GALDÓs Y DIEZ AMIGOS CANARIOS 39
tniosos -¡basta decir que «Electra» fue encarnada en las exu-berantes
flojedades de una cincuentona cansada de parir y de
ser abuela!-, la obra nos arrebató a todos: fue un verdadero
triunfo de Platón sobre Aristóteles.
En esa enfermedad coréica que sufre nuestra infeliz patria
-revelada por los chispazos separatistas, anarquistas y un vio-lento
ultramontanismo que le penetra hasta la médula- existe
la prueba de que el mal radica en los centros nerviosos, en nues-tra
clase directora sin ideales, enclenque y anémica, sin otros
resortes de gobierno que la hipocresía por su propia debilidad
y de toda evidencia incapaz de llevarnos por derroteros que es-tablezcan
la armonía funcional de la nación. Por esto ((Electra)),
a parte de sus méritos intrínsecos, luce como faro brillante de
espeTanzas en las congojas d-el alma española, dándole alientos
para luchar contra la fuerza atávica del espíritu romano.
Hace poco afirmaba V. en célebre artículo que debíamos ir
hasta la guerra civil para exterminar al enemigo; pero 'yo creo
que el problema continuaría aplazándose, como ha venido du-rante
un siglo, por impotencia, si no se acude a otras armas
más decisivas y de efecto permanente, que sólo pueden facilitar
las inteligencias privilegiadas: ¿No hará falta ya un Bautista,
simbolizado en el maestro de escuela a la moderna, que consa-gre
la buena nueva de «Electra»?
Y aquí pongo punto a esta larga e inconveniente carta, te-niendo
conciencia de haber caído en pecado mortal; pero no
olvide V. que los humildes, los que vivimos en la tierra, dirigi-mos
nuestras oraciones a los altares.
Dios conserve sus talentos para gloria de España y regocijo
de Canarias.
Su devoto y admirado q.b.s.m.
Juan Bethencourt
APÉNDICE
MARQUÉS.-Y como hoy no ha de sobrarles a ustedes el tiempo (mira
su reloj), ni a mí tampoco, abrevio, amigos míos, paso sin tran- D
=tro s s ~ n t uq ~ aeciU fm e trae.
EvARIsTA.-(CZ~~~O¿SQ~u.)é marqués? O
MA~QvÉ~.-Anticipar a ustedes, con mi parabién, la noticia, que sin n -
=
duda no saben, de que hoy se firma el decreto concediendo un m
O
titulo de Castilla a los señores de García Yuste, mis respetables E
E
amigos. 2
EVARISTA.-(Con. indiferencia del asunto.) En efecto, ignorábamos E
=
que estuviese a la firma ... Sabíamos, sí, que se trataba de conce-dernos.
. .
D. URBANO.-ES cosa de mi primo Froilán ... Nosotros no hemos he- - - 0
cho gestión alguna.. . m
E
E v A R I s T A . - ( I ? Z C O ~ O ~ ~ ~ U . ) ¿Cómo gestión?. . . Ni pretender semejan- O
te cosa, ni desearla, ni interesarnos en ella lo más mínimo.
MARQuÉs.-¿M~ permiten ustedes que ofenda su modestia?. . . n
EVARISTA.-(R~~~H~iOjo., )s í; puede usted hacer de nuestra pobre -E
modestia mangas y capirotes. a
MARQUÉS.-¿Y que coja el incensario? ... 2
n
E v A R I s T A . - T ~ ~ ~ ~ ~ ~ . n
0
RCIARQUÉS.-RI~S sostengo que nunca se ha otorgado distinción de esa
clase, quedando la merced tan por debajo de los merecimientos. 3
O
EVARISTA.-~PODI ios, don Juan!
D. URBAMO.-~L~SO~~~~O!
MARQUÉS.-¿Pues qué? Los que consagran su existencia y su irunen-so
caudal a sostener y difundir aquellos grandes ideales de ...
EVARISTA.-(Vivamentec, on ademán de taparle la boca.) Basta. La
humareda nos ahoga.
MARQUÉS.-Usted me permitió coger el incensario.
D. URBANO.-Retiramose 1 permiso.
EVARISTA.-Ni Una palabra más.
G8 Reproducimos el fragmento con que termina la escena 3." tleI 11 acto,
suprimido por Galdos, y publicado en la revista Gente Nueva, año 11, nú-mero
76.
672 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
MARQUES.-iAdorableh umildad!. .. Como también digo que el titulo
es de los más bonitos y sonoros. Marqueses de Sima Honda.
D. UREANO.-ESp or la finca que el abuelo de Evarista compró y ine-joró
en la provincia de Cáceres.
MARQUÉS.-La conozco. Fue de los Padres Gerónirnos. Soberbia pro-piedad,
en el fondo de aquel encajonado valle ... Y a propósito del
título, para que vean ustedes lo mala que es la gente ... Anoche,
en casa de la Requeséns.. .
EV~ZRISTA.b-Su~rl aban de mí y del nuevo marquesado.. . Lo creo sin
que usted me lo jure.
D. URBANO.-Harían, como es costumbre allí, retruécanos y chistes,
retorciendo el sentido de Sima Honda.. .
MARQUÉS.-Así fue ... Pero no sé si debo ...
EVARISTA.-¿Cómnoo ? Todo lo que sea vituperios y malicias, lo per-mito,
marqués. Venga pronto.
MARQVÉS.-Pues esa pícara.. . la Campo Frío.. .
D. URBAXO.-Lengua de áspid.
EVARISTA-Muy graciosa, la verdad, muy salada.
MARQUÉS.-Decía que Sima Honda es un simbolismo siniestro. Ex-presa,
según ella, ese titulo un inmenso abismo, una colosal se-pultura.
iSina Honda! donde ustedes arrojan pedazos de la vida
de la nación.. .
EvARISTA. -~R~~¡J~e~súOs,. )q ué disparate!
~ ~ ~ ~ ge~mr~$!izS e~! chi.ste, -rUc~fe&~~y 23 ~~ste:!g y E~rgixi r,
y otras iIustres damas han abierto simas honüísimas o sepulcros
eil los cuales entierran a España.. .
EVARISTA.-(Riendo.)¿ Y nos llamarán las sepultureras, no es eso?
Porque enterramos a la Nación muerta.. .
MARQuÉs.-Mu~n~o~. D~ icen que la entierran... viva. (Se levanta para
retirarse.)
D. URBANO.-~QUne~c edad!
Ev~~r s~~. -~PobreciClr~eeons !q ue me injurian, y sólo me divierten.
¿Habrá alguien que se sienta ofendido por el lenguaje de las ranas?
MARQGÉs . -COa~ la~sU ci~n co. Yo tengo que venir a casa de Otumba.
Pasaré por aquí.
EVARISTA.-Ala s cinco. (óyes la voz de Electra por la izquierda, con
alegre charla y risa. Detiénese el rnaraués al oiria.)