UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA
DE GRACILIANO AFONSO:
ENERO Y MAYO
P O R
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Para Asunción Alba y P. Jesús Marcos
De modo similar a lo que ocurre con la literatura medieval
inglesa en su conjunto, la difusión en España de la producción
literaria de Geoffrey Chaucer comienza en un momento mani-fiestamente
reciente. No hay que olvidar, en este sentido, que la
primera traducción española de The Parlement of Foules ve la
luz en 1982 ', que la primera versión de Troilus and Criseyde apa-rece
en nuestro país hace tan sólo unos pocos años2, y que in-cluso
la primera traducción de The Canterbury Tales a nuestro
idioma es un trabajo del presente siglo. Se trata, en consecuen-cia,
de una labor de difusión que tiene una vida corta y que por
tanto posee, de forma inevitable, las carencias y deficiencias ca-racterísticas
de toda actividad de joven existencia, pero que tiene
delante de sí un futuro rico en posibilidades e iniciativas puesto
' Cfr. El parlamento de las aves, edición bilingüe, con estudio critico y
bibliografía, por Luis Costa Palacios, Astur, Córdoba.
Cfr. Troilo y Criseida; traducción.de Antonio León Sendra, S.C.I., Cór-doba,
«Biblioteca de Estudios de Anglística, 2)).
Núm 39 (1993) 65
2 FRANCISCO JAVIER CASTILLO
que aún quedan numerosas piezas de la obra chauceriana, como
The Book of the Duchess, The Hous of Fume y The Legend of
Good Women, entre otras, que no poseen versión castellana.
La divulgación de la producción de Chaucer en español se
ha circunscrito de modo mayoritario a su trabajo más conoci-do,
The Canterbury Tales. En el año 1920 se publica la primera
traducción de esta obra a nuestra lengua, hecha por Manuel
Pérez y del Río-Cosa3, y en la actualidad es posible disponer
de un amplio conjunto de versiones y adaptaciones de esta
obra4. De esta labor traductora y divulgadora específica tam-bién
forma parte, si bien de manera indirecta, una versión es-casamente
conocida de The Merchant's Tale, realizada a me-
, . Uiados del siglo pasado por -m clérigo catlario, e! cmun;ga d ~ c -
toral don Graciliano Afonso Naranjo, y que desafortunadamente
ha permanecido inédita desde entonces.
Este hombre que se interesa por los difíciles amores del vi-goroso
noble lombardo y la joven y hermosa esposa que éste
ha elegido para alegría de su vejez y que, además, decide pre-sentar
en traje español el relato del mercader chauceriano, es
una de las personalidades isleñas más interesantes del siglo m,
y su vida se reparte entre la docencia y los deberes religiosos,
entre el estudig y la creación, entre la interioridad y el prota-gonismo
político. Graciliano Afonso Naranjo nace el 12 de agos-to
de 1775 en La Orotava (Tenerife), localidad en la que trans-
Cfr. Los cuentos de Cantorbery, versión directa del inglés antiguo con
una introducción y notas por Manuel Pérez y del Río-Cosa, Editorial Reus,
Madrid, 2 vols. Sobre esta primera traducción, cfr. JULIOC ~ ASRAN TOYO
MEDIAVILyL AJO SÉ LUIS CHAMOSGAO NZÁLE«ZL: a primera traducción españo-la
de The Canterbury Talesn, Actas del Primer Congreso Internacional de
la Sociedad Española de Lengua y Literatura Inglesa Medieval Secretariado
de Publicaciones, Universidad de Oviedo, 1989, pp. 191-208.
Entre las versiones totales se encuentran, además de la de Manuel
Pérez y del Río-Cosa, las de Juan G. de Luaces, Josefina Ferrer, Juan Canti
Bonastre y Pedro Guardia Massó. Entre las parciales, tenemos las de José
María Martín Triana, Manuel Alvarez de Toledo Morenés, José Siles Artés
y Amadeo Aláez Rojo. Además, están las adaptaciones de A. J. M., y de
Janet Harvey Kelman. Una completa relación a este respecto puede verse
en la útil aportación de FERNANDGOA LVÁN((: Medieval English Studies in
Spain: A First Bibliography)). Atlantis, XI, 1989, p. 206.
66 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE CRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 3
curren su infancia y su adolescencia, en medio de un ambiente
provinciano singularmente culto y abierto5. Más tarde, vendrán
los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Las Pal-mas,
institución especialmente ligada en esta época a la ilus-tración
y la cultura del Archipiélago. En el año 1795 se abre
un período que llega hasta 1808, una etapa plenamente dedi-cada,
de una parte, a la docencia de Filosofía, Metafísica, Física
y Lógica tanto en Las Palmas como en Aicalá de Henares y,
de otra parte, a los estudios de jurisprudencia en esta última
ciudad, donde vive años decisivos para su formación intelectual.
Una vez obtenida en 1808 la canonjía doctoral de la catedral
de las Palmas, Graciliano Afonso se retira de la enseñanza en
la que deja una profunda huella por su manifiesto talante li-beral
y por sus iniciativas renovadoras. Su elección en 1822
como diputado a Cortes y su intensa y definida actividad par-lamentaria
durante el bienio liberal van a suponer un cambio
profundo en su vida. Afonso es un constitucionalista convencido
y se alista en la tendencia más liberal del Congreso. Cuando
Argüelles pide a las Cortes reunidas en Sevilla que se incapacite
a Fernando VI1 en virtud de su negativa a trasladarse a Cádiz
siguiendo al Congreso, Afonso vota, junto a sesenta y siete di-putados
más, que procedía declarar la incapacidad del monarca.
Reinstaurado el absolutismo y disueltas las Cortes con la lle-gada
de las tropas del duque de Angulema, termina el sueño
liberal. De igual modo, la efímera pero activa vida política del
doctoral isleño toca a su fin, viéndose en la necesidad, al ser
condenado a pena de muerte y embargo de bienes, a tomar
el camino del destierro. En América Graciliano Afonso vivirá
Para la biografía de Afonso, cfr. ALFONSO ARMAS AYALA(:( Graciliano
Afonso, un prerromántico español)), Revista de Historia Canaria (Universidad
de la Laguna), XXIII, 1957, pp. 1-64; XXIV, 1958, pp. 47-113 y 258-291;
XXV, 1959, pp. 24-55; XXVI, 1960, pp. 298-336; XXVII, 1961, pp. 66-123 y
277-326, y XXViii, iY62, pp. 52-i8i; «Un poeta espanoi en ei destierro)),
Revista Nacional de Cultura (Caracas), 135, 1959, pp. 61-68; y ((Graciliano
Afonso. Un diputado canario de las Cortes de 1821 desterrado en América)),
Anuario de Estudios Atlánticos (Madrid-Las Palmas), 3, 1957, pp. 387-451;
AGUSTÍN MILLARESC ARLOy MANUELH ERNÁNDEZSU ÁREZ: Bio-bibliografía de
escritores canarios, 1, Las Palmas de gran Canaria, 1975, pp. 27-74; MARCOS
GUIMERÁP ERAZALO: S doceañistas canarios, Santa Cruz de Tenerife. 1967.
4 FRANCISCO JAVIER CASTILLO
durante quince años, primero en Venezuela, después en la isla
de Trinidad de Barlovento, en donde llevó una parroquia y
produjo la mayor parte de su obra literaria. En el destierro
ultramarino, en el ámbito sensual del trópico americano, Afonso
se refugia en la lectura y en la creación. Escribe tiernas ana-creónticas
muy de su gusto. Lee'y traduce a los clásicos, a
Milton, a Pope. Ellos le hacen olvidar momentáneamente la so-ledad
y la penuria en las que vive. Son años especialmente di-fíciles
para el clérigo canario, acostumbrado a ambientes cultos
y refinados, desconocedor hasta entonces de estrecheces eco-nómicas
y que sueña permanentemente con un regreso digno,
mínima exigencia de un hombre sin tacha alguna en el ámbito
moral, que en su actuación política siempre se rigió por los
dictados de su conciencia y por el bienestar general de la na-ción.
Muerto Fernando VII, después del decreto de amnistía pro-mulgado
por la reina María Cristina, Afonso inicia las gestiohes
para su regreso, y solventadas todas las dificultades, llega por
fin a Las Palmas en septiembre de 1838 y se incorpora a su
cargo del Cabildo catedralicio. Los años que siguen son años
de vida plácida, dedicados a las tareas inherentes a su dignidad
eclesiástica y a sus estudios, y así hasta el día 18 de agosto
de 1861, en que fallece.
Provisto de una sólida formación humanística y gran aman-te
de la literatura, Graciliano Afonso dedica una buena
parte de su tiempo y de sus energías a presentar en lengua
española la obra de distintos escritores extranjeros por él pre-feridos.
Es una labor que comienza en su destierro americano
y que desarrolla con dedicación, de manera paciente y sin
interrupción a lo largo de toda su vida, plenamente conven-cido
de la utilidad directa de su esfuerzo en este campo. Así
vierte a nuestra lengua a varios autores clásicos: las Odas de
Anacronte y Píndaro, la Antígona de Sófocles, la Eneida, las
Geórgicas y las Égiogas de Virgiiio y ei Arte Poetica de Horacio,
e igual hace con composiciones y obras de escritores más
cercanos como los italianos A. Manzoni, P. A. Metastasio,
G. Chiabrera y G. B. Casti, y como los franceses P. J. Bernard
y P. J. de Béranger. Además, esta intensa labor traductora com-prende
igualmente a autores británicos. De Milton traduce Para-
68 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE CRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 5
dise Lost6, de Pope sus trabajos The Rape of the Lock7 y An
Essay on Criticisma, y de Dryden su oda AIexanderS Feast or
The Power of Music9. Afonso también traduce del inglés otra
obra poética titulada Enero y Mayo, de la que nos ocupamos
en esta ocasión y que no es otra cosa que el relato que sobre
el matrimonio y la infidelidad conyugal hace el mercader de
la fábula de Chaucer en el camino de Canterbury. Esta tra-ducción
-aún sin publicar, como ya adelantábamos- la finaliza
Afonso en enero del año 1850 y llega hasta nosotros en dos
copias realizadas en las últimas décadas del siglo pasado por
don Juan Padillalo y que en la actualidad se conservan en la
Cfr. El Paraíso Perdido, traducción inédita de la que únicamente se
conservan los libros VI, VII, VIII, IX y X, Biblioteca del Museo Canario
de Las Palmas.
Cfr. El Rizo Robado, Imprenta de M. Collina, Las Palmas de Gran
Canaria, 1851.
a Cfr. Ensayo sobre la Crítica de Alejandro Pope traducido al castellano
con anotaciones del original inglés por qraciliano] A[fonso] QedicatedJ to
Hs. kir. Anthony Gomez the judge of the fts. Chamber of justice at Trini-dad,
Imprenta de Las Palmas a. c. d. M. Coliina, Canaria, 1840.
Esta traducción de El festín de Alejandro o El poder de la música
está incluida en su versión del Ensayo de la Crítica, ya citada. Cfr. «Notas
de la Parte Segundan, pp. 30-38.
'O Juan Padilla Padilla (Las Palmas de Gran Canaria, 1826-1891) se doc-toró
en Medicina en París y cursó estudios de Ciencias Físicas en Caen.
Vuelto a Gran Canaria, y tras una breve estancia en Gáldar, se trasladó
a Las Palmas donde además de ejercer su profesión fue colaborador de
Gregorio Chil Naranjo en la preparación de sus Estudios históricos, cli-matológicos
y patológicos de las.lslas Canarias. Prestó valiosos servicios en
el campo de la sanidad, Fue profesor de varios centros de enseñanza, ocu-pó
diversos cargos, entre ellos el de alcalde de Las Palmas en un mo-mento
especialmente difícil. Dedicó sus últimos años especialmente a la
Real Sociedad Económica de Amigos del País y al Museo Canario. insti-tución
de la que Fue uno de sus primeros fundadores y directivos, des-empeñando
el cargo de archivero-bibliotecario con el carácter de inamo-vible.
A la obra extraordinaria del Museo contribuyó con sus esfuerzos,
desvelos y afanes, enriqueciendo su archivo con copias de documentos his-tóricos
y aportación de cuantos datos se conservan en dicha sociedad. Cfr.
TTIAN Rncru Mrr r APEE- U;rtnrin de ?g mPdicing en Cgngrig, &!ici~n~ ""-A. M.,"".. -.u--.>..-". ...
del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria, 1, 1967, pp. 77-78.
Núm 39 (1 993) 69
6 FRANCISCO JAVIER CASTILLO
biblioteca del Museo Canario de Las Palmas, en los volúmenes
identificados con las signaturas 1-F-7 " y 111-A-4 ".
Dos biógrafos de Afonso, Agustín Millares Carlo y Manuel
Hernández Suárez, al hablar de su obra establecen que Enero
y Mayo es una traducción del conocido cuento del mercader
de Chaucer, pero ello no es del todo exacto. El traductor ca-nario
no utiliza como texto base el correspondiente original
chauceriano, sino la adaptación que de The Merchant's Tale re-aliza
A. Pope hacia el año 1704, cuando cuenta dieciséis años
de edad. La literatura medieval inglesa, y de modo singular la
producción de Chaucer, recibe una notable difusión a través
de las adaptaciones que llevan a cabo diversos autores del si-glo
xvm. Conviene recordar que en los inicios de esta centuria
publica Dryden su obra Fables Ancient and Modern13, que in-cluye
adaptaciones de tres cuentos de The Canterbury Tales:
The Knight's Tale, The Nun's PriestS Tale y The Wife of Bath S
Tale, y también aprovecha un fragmento del General Prologue,
el que se refiere a la descripción del párroco. Siguiendo esta
tendencia, también Pope con posterioridad realiza en su juven-tud
adaptaciones de dos relatos chaucerianos, el del mercaderM
-al que ya se ha aludido y que él titula January and Muy,
aprovechando los nombres de los protagonistas principales- y
el de la comadre de BathlS. La traducción de Graciliano Afonso
es una prueba más del afortunado alcance que tienen estas
adaptaciones de la centuria ilustrada en la divulgación de la
literatura inglesa del Medievo.
" Cfr. Poesías de D. Graciliano Afonso. Doctoral de la Santa Iglesia
Catedral de Canarias, tomo III, 1876, pp. 289-348.
l2 Cfr. Poesías del Doctoral Don Graciliano Afonso, pp. 474-522.
l3 Cfr. The Poems and Fables of John Dryden, edited by James Kinsley,
London. Oxford University Press, 1962.
l4 Cfr. ínnumy nnd Mq; nr, the .Me~chontS Tabr from Chaucer. Se
publica por primera vez en 1709, en las Miscellanies de Tonson. Pope no
incluye en esta adaptación de The Merchant's Tale ni el prólogo ni el epí-logo,
y reduce el número de versos. De los 1.175 versos del original chau-ceriano
se pasa a los 820 de la versión de Pope.
l5 Cfr. The Wife of Bath her Proloque, frorn Chaucer. Esta adaptación
es:& rea!izhaac&ia 1 704 y se i;Ul;bca p r vez 2:: e! !?!3,
en las Miscellanies de Steele.
70 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE GRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 7
En su versión al espafiol, Afonso sigue la adaptación de
Pope de un modo bastante libre en lo relativo a la estructura
métrica. Esto explica que de los 820 versos de January and May
se pase a los 1.356 versos de Enero y Mayo. El traductor ca-nario
no adopta a lo largo de toda la composición un metro
uniforme y, así, dispone en la primera parte del poema un pie
octosilábico. Comparemos las líneas iniciales del texto original
y del texto término. Los cuatro versos decasílabos de Pope
There liv'd in Lombardy, as Authors write,
In Days of old, a wise and worthy Knight;
Of gentle Manners, as of generous Race,
Rlest with much Sense, more Riches and some Grace.
en la traducción de Afonso se convierten en ocho versos octo-silábicos:
Escriben graves autores
Que vivía un caballero
Hace tiempo en Lombardía,
De generoso abolengo;
5 Gentiles nobles maneras
Buen sentido, juicio recto,
Gracia mucha, y sobre todo
Riquísimo por extremo.
Esta utilización del octosílabo la mantiene el traductor ca-nario
hasta el verso 768. A partir de la línea siguiente hasta
el final de la composición, Afonso cambia la estructura métrica
de su versión y se sirve del endecasílabo. Veamos el momento
en el que se produce este cambio:
Las damas todas coi-ieses
Obedecen al momento;
755 Dejan el salón y parten
De Damián al aposento;
La tribu de las doncellas
Todas rodean el lecho,
Mas la linda Mayo ocupa
8 FRANCISCO JAVIER CASTILLO
760 De la cabecera el puesto;
Y mientras le toma el pulso
Deslizó el billete diestro
Con una triste mirada
Y un hondo suspiro tierno
765 Sobornando a la deidad
Con un fervoroso ruego
Favorezca compasiva
El amoroso proyecto.
¿Y cuál era tu suerte, hermosa Mayo?
770 Pesarosa yaciendo en cruel desmayo
En el lecho nupcial mientras roncaba,
Atronando la alcoba, el tardo esposo,
Hasta que le obligaba
Un acceso de tos a ver el día.
775 De lo que hiciera entonces, riguroso
Silencio guardar quiero, y menos cuento
Lo que Mayo pensara tristemente,
Que a decir no acertaba
Si el Paraíso viera
780 O las penas del Tártaro sufriera;
Honestos, aunque tristes, ambos yacen,
mas luego se complacen
Oyendo la campana
Que llama a la oración de la mañana 16.
l6 Cfr. January and May, versos 410-425:
Th'obliging Dames obey'd with one Consent;
They left the Hall, and to his Lodging went;
: The Female Trib,e surround him as he lay,
And close beside him sate the gentle May:
Where, as se try'd his Pulse, he softly drew
A speaking Sigh, and cast a mournful View;
Then gave his Bill, and bnb'd the Powr's Divine
'. With secret Vows, to favour his Design.
Who studies now but discontented May?
On her soft Couch uneasiiy she lay:
The lumpish Husband snor'd away the Night,
:: ' 'Ti11 Coughs awak'd him near the Morning Light.
. . 'i What then he did, 1'11 not presume to tell,
: - NHoorn eifs ts haen dth douulg1h,'itn h Neur psteilafl iBn eHd etahve'yn loary ,H ell. 'Till the beii toll'd, and Al1 arose to Pray.
' . r
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE CRACILiANO AFONSO: ENERO Y MA YO 9
Esta sustitución del octosilabo por el endecasílabo que se
produce en la ((segunda parten de Enero y Mayo no es absoluta.
Tal y como se puede advertir en las lineas precedentes y en
otros momentos de la traducción, el octosílabo aparece de
modo ocasional, pero constante. Reproducimos dos fragmentos
en los que se puede comprobar este comportamiento:
Por mi temida Majestad lo juro
Y este cetro terrible que yo llevo,
Que puede estar seguro
11 15 No ha de quedar impune este malvado,
Que castigarle debo
-H - aciendo tal afrenta en mi presencia
Y yo haré por ia fuerza de mi ciencia
Que al caballero sea restituida
1120 La vista ya perdida,
Y que sea aquí mismo descubierto
Tan vil y tan infame desacierto,
Y aprendan las mujeres desleales
A ser en sus deberes más cabales 17.
«Mi querido señor, era injuriosa
1325 Esta vana sospecha a tal esposa;
La vista es un sentido tan escaso
Que nos suele engañar a cada paso;
Cuando después del sueño la luz vemos
Mil fantasmas creemos
1330 Que en torno danzan de la turbia vista.
Cuando volviste a ver por mi conquista
l7 Cfr. Januaty and Muy, versos 647-655:
Now, by my own dread Majesty 1 swear,
And by this awful Scepter which 1 bear,
No impious Wretch shall 'scape unpunish'd long,
That in my Presence offers such a Wrong.
1 will this Instant undeceive the Knight,
And, in the very Act, restore his Sight:
And set the Strumpet here in open View,
A Warning to these Ladies, and to You,
And al1 the faithless Sex, for ever to be true.
Núm 39 (1 993)
10 FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Los ojos no habituados
Fueron con apariencias engañados)) 18.
La ausencia de homogeneidad métrica que Afonso presenta
en su versión también se da en los aspectos del esquema es-trófico
y de la rima. Pope elige para su adaptación de The Mer-chant's
Tale el pareado heroico, una combinación de versos de-casílabos,
en su mayoría pentámetros yámbicos, que riman en
pares:
95
1 O0
105
110
But since by Counsel al1 things shou'd be done,
And many Heads are wiser still than one;
Chuse you for me, who best shall be content
. S r 1 n 2 1 . _ .-.-.._1 3.. 1 --. ..-...-n ----- A wnen my uesire s approv u o your- LoriseiiL.
One Caution he t is needfur t o be told,
To guide your C oice; This Wife must not be old:
There oes a Saying, and 'twas shrewdly said,
Old Fis 1 at Table, but young Flesh in Bed.
M Soul abhors the tasteless, dry Embrace,
o r a stale Virgin with a Winter Face;
In that cold Season Love but treats his Guest
With Beanstraw, and tough Forage, at the best.
No crafty Widows shall approach my Bed,
Those are too wise for Batchelors to wed;
As subtle Clerks by many Schools are made,
Twice-marry'd Dames are Mistresses o' th' Trade:
But oun and tender Virgins, rul'd with Ease,
We r orm 7i.k e Wax, and mold them as we please.
Afonso, en cambio, proporciona en buena parte de su tra-ducción,
especialmente en la ((primera parte» de su trabajo, una
l8 Cfr. Januaíy and May, versos 795-804:
Ah my lov'd Lord! 'twas much unkind (she cry'd)
On bare Suspicion thus to treat your Bride;
But 'ti11 your Sight's establish'd, for a while,
Imperfect Objects may your Sense beguile:
Thus when from Sleep we first our Eyes display,
The balls are wounded with the piercing ray,
And dusky Vapors rise, and intercept the Day:
So just recov'ring from the Shades of Night,
Your swimming Eyes are drunk with sudden Light,
Strange Phantoms dance around, and skim before your Sight.
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE GRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 1 1
rima asonante, que presenta un comportamiento irregular. Su
versión del texto precedente, en el que el noble lombardo
explicita las características que debe reunir la mujer ideal, cons-tituye
un ejemplo válido para ilustrar este hecho:
Mas, salen mejor las cosas
Meditadas con consejo,
Y muchas cabezas ven
Muy más que un solo sujeto.
Por eso vos he elegido,
Y así uedaré contento
Si mi 1es e0 entendéis
Y aprobáis este proyecto.
Pero aun debo advertiros
Que exige el mejor acierto,
Que la mujer que yo tome
No ha de ser carcamal viejo,
Que vosotros sabéis bien
Aquel antiguo proverbio:
Pescado viejo en la mesa
Carne fresca para el lecho.
Y mi alma ha detestado,
Esos virginales cuerpos
Que los secos brazos tienden
Con rostros de frío invierno.
En la estación fría Amor
Da al huéspede pasto seco,
Cuando el forraje es más verde
Da nutritivo alimento.
No quiero viudas astutas
Que se acerquen a mi lecho;
Que son gentes muy sabidas
Para casar con solteros,
Que son sutiles notarios
De mucha escuela y de tiento,
Mujer casada dos veces
Es la dueña dei comercio.
De joven y tierna virgen
Es muy fácil el gobierno,
Que blanda como la cera
Se amolda mucho más presto.
12 FRANCISCO JAVIER CASTILLO ,
Sin embargo, en otros momentos de la traducción, Afonso
intenta acercarse, sin dejar de utilizar otras combinaciones, al
pareado original, como en:
Yo no sé si la fuerza del destino,
O la Natura con poder divino,
O algún hado fatal, estrella adversa
Con su aspecto al Amor favoreciendo
Su benigna influencia difundiendo,
U otra causa diversa
sobre Mayo influyera
Que por primera vez amor sintiera,
Del escudero enfermo en tierna llama
Que gulcemente el corazón le inflama.
iAcercaos hermosas! y movidas
Con blanda compasión cual Mayo bella
¿No sentirá también vuestra alma pura
La encendida centella
Del compasivo Amor que males cura?
10 tranquilas veréis desesperado
Al amante ahorcado,
O en la onda hundido,
Bajar a las regiones del olvido?
Mayo, del sexo espejo,
Es tan dulce y tan suave en su consejo
Que no tendrá el capricho peregrino
Sea su corazón cruel asesino.
Ya no más dilaciones: siga el cuento;
Brillaba un día de calor violento,
Y nuestro venerable caballero
Siente de Amor el fuego lisonjero,
Y a su esposa levanta antes que suene
La campana que anuncia, el alba viene.
Y fuera su normal jaculatoria
La siguiente oración toda amatoria.
Y cuando se le crea sin defensa
Perdida de perdón toda esperanza
La mujer jure por el cielo y tierra
Y cuanto en él se encierra,
Llore, suspire, desfallezca y muerta
O en convulsiones aparezca o yerta,
Hasta que el tierno esposo
Muy más suave que un guante y amoroso
Quede más noble y más manso
1 145 Que lo pudiera estar un viejo ganso.
Ese calumniador erro judío, Salomón, más arB ie nte que el estío,
Que, osado, locas las mujeres llama,
Setecientas a un tiempo él mismo ama.
1150 Los sabios de los tiempos posteriores
A la mujer tributan mil loores
Castas las nombran, sabias y virtuosas;
Y ya fueron famosas
Mártires miles que la vida dieron
1155 Por guardar el pudor; y antes murieron
Arria, Porcia, Lucrecia,
Que admiró Roma y la profunda Grecia.
Junto a la irregularidad de metro, rima y estrofa, otro de
los rasgos que se advierten en la traducción es la predilección
que muestra Afonso por el hipérbaton, que utiliza de forma
dosificada:
115 Antes que Adán nuestro padre
A Eva fuera poseyendo
Con tristes ojos miraba
Las glorias del universo
Y fue errante y solitario
120 Del Paraíso en el medio
Compasivo el Criador
Alivió su desconsuelo
Sacándole de sí ropio
De una esposa e P don supremo ".
260 Matrimonio que es el tema
De la discusión objeto,
Cfr. January and May, versos 59-64:
Our Grandsire Adam, ere of Eve possest,
Alone, and ev'n in Paradise, unblest,
With mournful Looks the blissful Scenes survey'd,
And wander'd in the solitary Shade:
The Maker saw, took pity, and bestow'd
Woman, the last, the best reserv'd of God.
Núm 39 (1993)
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Unos agudos lo alaban,
Con razones y argumentos,
Otros fieras lo critican;
265 Formándose así entre ellos
De objeciones, ruebas, réplicas,
Un debate ver x adero
Do ambos partidos ostentan
Fina agudeza e ingenio ".
Del palacio la ancha uerta 580 Los domésticos abrien Bo ,
Huéspedes y desposados
A los salones vinieron;
De la flauta suena en tanto
Agudo y sonoro el eco
21
Cuando concluye su versión de Enero y Mayo, Graciliano
Afonso cuenta setenta y cinco años de edad, y lleva a cabo
esta empresa con una amplia experiencia en el campo de la
traducción al español de obras literarias inglesas. Recuérdese
que, con anterioridad, ya ha traducido y publicado dos trabajos
de Pope, acompañados de un extenso e interesante cuerpo de
notas. Junto a esta contribución, su versión del Cuento del mer-cader
supone una temprana y relevante aportación a la divul-gación
en nuestra lengua de la obra de Chaucer, y por todo
ello se le debe un justo reconocimiento.
20 Cfr. Janwry and Muy, versos 141- 144:
Marriage, the Theme on which they al1 declaim'd,
Some prais'd with Wit, and some with Reason blam'd.
'Ti& what with Proofs, Objections, and Replies,
Ea& won&ous positi."e, ar,d wüi,&-üüs wise.
2' Cfr. lanuary and Muy, versos 3 15-3 19:
And now the Palace Gates are open'd wide,
The Guests appear in Order, Side by Side,
And, plac'd in State, the Bridegroom and the bride.
The breathing Flute's soft Notes are heard around,
And the <hdi Trumpets mix their Siiver Sound;
Por su relevancia e interés, reproducimos a continuación la tra-ducción
íntegra de Enero y Mayo. Respetamos en todo momento el
original manuscrito, que se conserva, como ya adelantamos, entre los
fondos del Museo Canario de Las Palmas, en dos copias realizadas
por la mano provincial y diligente de don Juan Padilla.
Modernizamos algunas grafías, en especial casos de j por g: injenio
(VV. 45, 269, 299), e& (v. 53), !&ti-= (v. 56) fizje?? (v. 891, 17-imnj&itn
(V. 132), aije (v. 184), elejido (v. 179), turiente (v. 1261), rije (v. 1230),
ánjeles (v. 1292), frájil (v. 217), virjinales (v. 192), virjen (v. 202), lijero
(VV. 444, 539), dirijía (v. 628), imajen (v. 719), dilijente (v. 907), jemelos
(v. 1055); y también casos de s por x: estremo (VV. 8, 356), escesos
(VV. 12, 68), esperiencia (v. 277), estiende (v. 675), esplican (v. 693), es-tendieran
(v. 695), estenso (818), esquisitos (819), esperiencia (v. 1087),
esclamando (v. lOO7), espresiones (v. 1298), escede (v. 1264), esclama
(v. 1220). Asimismo, algún caso de S por c: suavise (v. 57), y de cc
por x: reflecciona (v. 984). Del mismo modo modernizamos archero
(v. 540).
Se respetan la peculiaridades morfosintácticas del texto original: la
(VV. 452, 693), mesmo (VV. 84, 520, 586, 734), mesmos (v. 342), vos
(v. 179), infelice (v. 867), huéspede (v. 196), felice (VV. 613, 642), es-cribillos
(v. 566), céspede (v. 1073), apesta (v. 1282), dina (v. 1282), di-jiste~
(v. 1093), tuvistes (v. 1092 . Y en cuanto a la utilización de las
mayúsculas y dado el criterio c 1 aramente irregular de Afonso en este
sentido, optamos por seguir el uso actual.
ENERO Y MAYO
O
LOS MERCADERES
Cuento de Chaucer
Escriben graves autores,
Que vivía un caballero
Hace tiempo en Lombardía,
De generoso abolengo;
5 Gentiles. nobles maneras,
Buen sentido, juicio recto,
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Gracia mucha, y sobre todo
Riquísimo por extremo.
Pero Venus dominaba
Sus apetitos perversos,
Y gobernarlos no pudo,
Ni contener sus excesos.
Por mucho tiempo los curas
Hicieron lo que pudieron,
Pero al fin le declararon.
Que siendo un pobre hombre lego,
Pecador de carne y sangre
Difícil era el remedio.
Más los sesenta cumplidos
Llegaron pasando el tiempo,
Y resolvió abandonar
Sus criminales afectos.
Si la santidad guiara
Su alma, o cristiano celo,
O si chochea el buen hombre,
Es dificil resolverlo.
Pero su grande valor
Le inclinaba al himeneo
Y probar dulces placeres
De santificado lecho;
Esto pensaba de día,
Esto en el nocturno sueño,
Esto en la oración Pe día Al omnipotente cie o;
Que antes que el día llegara
De su muerte postrimero,
Gustase la dulce vida,
De ser un esposo tierno
Con un consorte amable
El delicioso consuelo.
Poderosos raciocinios
Confirman su pensamiento:
Aunque nadie necesita
Razones cuando hay Yo quiero.
Graves autores lo dicen,
Cántanlo bardos de ingenio,
Que es el santo matrimonio
Glorioso estado perfecto:
Y ap-ece mas profündu
Sano el juicio, y con más seso
Cuando ya en la edad madura
Se ejecuta este proyecto.
Se elige pronto una joven
Hermosa, que sea el recreo,
En la tarde de la vida,
Con legítimo heredero,
Que suavice los cuidados
Libre de ruidos enredos, Le conduzca d ic emente
Al fatal último término
Do lloran los solterones
Los males que padecieron;
Bien merecidos los tienen,
Y aun más, ues ue los quisieron,
Desprecian ¿' o los % umanos
Y los divinos preceptos,
Mezclándose como bestias
En criminales excesos:
Su dicha presente ignoran
Ni la futura entendieron
Ni estimaron la pasada,
Siempre ponderando necios
~ " P P C nye nU2C8 -i!CliniZYI-S~
C ~ ~ c ~d~evaoneco,o
Conociendo el mundo todo
Sus infelices secretos.
El hombre casado lleva
Gustoso del yugo el peso,
Halla su seguridad
Al cielo agradando a un tiempo;
Sin crimen pasan sus horas
En noche y día contentos,
Y aunque la fortuna mude
Su esposa siempre es lo mesmo,
Pues aumenta sus placeres
O mitiga sus tormentos.
¿Pero qué hay que no corrompa
De un envidioso el veneno?
¿Cuántas calumnias no fingen
Los malos al sexo bello?
Con descanso sin igual
Llaman la esposa el renuevo
De algún árbol maldecido,
Plaga legal de este suelo,
Serpiente que el seno leva,
Infernal diablo doméstico,
M4 encuentro de la noche
Y meridiano tormento.
Uejadios que aicen caiumnias,
Que prodiguen vitu erios;
Sean los huesos m 3 ditos
Del bardo Bu e es de ello eco. Bienes les a la fortuna,
Una esposa es don del cielo;
Fawr de fortuna loca
Nunca fuera duradero,
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Huye como sombra vana,
Deslízase como el viento;
En una eterna1 esposa
Sólo hallaremos consuelo,
Que dura toda la vida,
Y el que lo prueba es muy cierto
Que encuentra del corazón
Satisfechos los deseos.
Antes que Adán nuestro padre
A Eva fuera poseyendo
Con tristes ojos miraba
Las glorias del universo,
Y ue errante y solitario
De 7 paraíso en el medio;
Compasivo el Criador
Alivió su desconsuelo
Sarán&!e de & n q $ ~
De una esposa efdon supremo.
¡Una esposa! ¡Santos Dioses!
Donde hay mujer todo es bueno,
Se ahuyenta la adversidad,
Todo lleva buen gobierno,
Todo próspero lo guía
De la mujer el consejo.
Con la ayuda de Rebeca
Fue Jacob el primogénito,
Y la bendición recibe
Que le tocara al más viejo;
Su mujer la vida salva
Al torpe Naba1 Carmelo,
Y la vaiiente Judit
Da la victoria al hebreo
A Holofernes dando muerte
De asirios el corifeo;
Ester, la gloriosa, salva
El israelita pueblo,
Y murió Amán en la horca
Que preparó a Mardoqueo.
Januario en su edad madura
Pondera tales ejemplos,
Recreándose en la vida
De sobriedad y de arreglo
Que de una esposa cristiana
Eran los dulces consuelos.
Sus amigos convidados
A decidir un royecto Peliagudo y Be licado,
Proceden con gran recelo
.A- manifestar su j ~ i i c i ~
Parecer y sentimiento,
82 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
Y antes resuelvan, quieren
Saber cuál es su intento;
«Amigos míos, les dice,
Mirando entorno primero
Con melancólica vista
Y suspirando su pecho;
Tengo diez lustros pasados
Y ya conozco su peso;
En la mundanal locura
Con vergüenza lo recuerdo,
Bien sabéis que yo he perdido
Un preciosísimo tiempo;
Al fin se abrieron mis ojos,
Gracias al piadoso cielo,
Y ahora quiero observar
De la Iglesia los preceptos.
Ouiero casarme y vivir
Como cristiano perfecto;
Mas, salen mejor las cosas
Meditadas con consejo,
Y muchas cabezas ven
Muy más que un solo sujeto.
Por eso vos he elegido,
Y así uedaré contento
Si mi (3 eseo entendéis
Y aprobáis este proyecto.
Pero aún debo advertiros
Que exige el mejor acierto,
Que la mujer que yo tome
No ha de ser carcamal viejo,
Que vosotros sabéis bien
Aquel antiguo proverbio:
Pescado viejo en la mesa
Carne fresca para el lecho.
Y mi alma ha detestado,
Esos virginales cuerpos
Que los secos brazos tienden
Con rostros de frío invierno.
En la estación fría Amor,
Da al huéspede pasto seco,
Cuando el forraje es más verde
Da nutritivo alimento.
11- m..:-..#. .,c+..+"C
IYU YULLI u v l u u a a a a L u L a a
Que se acerquen a mi lecho;
Que son gentes muy sabidas
Para casar con solteros,
Que son sutiles notarios
De mucha escuela y de tiento,
Mujer casada dos veces
Es Ia dueña del comercio.
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
De joven y tierna virgen
Es muy fácil el gobierno,
Que blanda como la cera
Se amolda mucho más presto.
Pensad bien, amigos míos,
Cuál es de mi alma el deseo
Que en él consiste mi dicha
En lo temporal y eterno.
Después, si no hallo placer
En mi esposa, acaso puedo,
Como la carne es muy frágil,
Caer en torpe adulterio,
Y en brazos de Satanás
Maldito caiga muriendo.
También sería maldito
Faltando sin heredero.
Me caso por recto fin;
Prole que bendi a al cielo
NO sólo vanos p f aceres
De amor, es lo que yo quiero.
Se debe el hombre casar,
Y en verdad que no chocheo;
Cuando vida casta impide
La sangre que está hirviendo,
A aquellos que favorece
La gracia con sus esfuerzos,
Pueden vivir santamente
Y el cielo y yo lo queremos.
Cuando el desposorio nombro,
Digo con verdad que tengo,
Por el favor de mi estrella,
Sanos corazón y miembros;
Y ahora en todas mis partes
Más vigoroso me encuentro;
Mi virtud no está E erdida, Aunque haya sem rado el tiempo
El reverenciado honor
De emblanquecer mis cabellos.
Los árboles se coronan
Con flores blancas luciendo
Como mies aljofarada,
Mas reciben su alimento . . n 1 *: ,.--...,. .-A ..-... -.- ~e ~a ~ 1 ~a1, 1y~ Ztiicjur; v i q w
Mi cuerpo firme aparece,
Como semilla de hivierno
Que en todos tiemB os florece. Señores, veis mis eseos,
Conocéis mi inclinación
Decid vuestros sentimientos.))
Así dice, y divididos
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE GRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 2 1
En pareceres diversos,
Que el espinoso negocio
Tiene partidos opuestos.
Matrimonio que es el tema
De la discusión objeto,
Unos agudos lo alaban,
Con razones y argumentos;
Otros fieros lo critican;
Formándose así entre ellos,
De ob'eciones ruebas, réplicas,
Un deb ate ver2 a dero
Do ambos partidos ostentan
Fina agudeza e in fe nio. Brillaba entre los ermanos
Uno nombrado Placebo,
Y otro Justino; el primero
Empezó ~i rundc&!! re,
Y en tono el más halagüeño
Dijo: «Ya en vuestro discurso
Se nota gran pulso y seso
Y con prueba de experiencia,
Que largos años os dieron,
Muy sabiamente seguís
De Salomón el consejo,
Que en negocios delicados
Consultar es lo más recto.
Con permiso de los sabios
Sin embargo yo protesto
Que vuestro dictamen es
El que da P az y sosiego. Señor: yo ui cortesano
Desde mis días primeros;
Estudié hombres, maneras,
Sus caminos y senderos,
Y la máxima he observado,
Máxima de gran provecho,
Que es lo mejor cada uno
Haga su gusto completo.
Ahora, si mi señor
Dice que lo blanco es negro,
Yo también digo lo mismo
Vuestro honor está,en lo recto;
Ei in enio presumiao,
~ier í fesi n duda su tiempo
Manifestando a su amo
Que ha incurrido en algún yerro
Que no se atreva jamás
A manifestar su intento,
En nnhle lnrn nn hay faltac. Y.. iiuurv iuru ..- ------,
Con vos no habla nada de esto;
Núm 39 (1 993)
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Porque hay en vuestras palabras
Tanto juicio y tanto peso,
Como que son de un señor.
Lo que vos queréis yo uiero;
Y que Dios quiere yo a?irmo
Y lo mantendré y mantengo
Que el hombre debe casarse,
Al menos elogiar debo,
Y el mundo alabe consigo,
Ese gran valor y esfuerzo
Que en la tarde de los días
Busca lazos de himeneo.
Al vigor de vuestra sangre
Cederéis grato y benéfico:
Y dejad a esos canos locos
Ser con indolencia buenos;
Y sus p!urrrrs pasades
Condene a gozos sinceros,
Con necedad reverenda
Y grave, impotente anhelo.»
Justino que está callado
Hasta ahora sólo oyendo,
Respondiera en el instante
Pero con adusto ceño.
((Decía un autor pagano
De nota y de grande crédito,
Y aunque la fe no tenía
Juicio tuviera asaz recto,
Que nos manda confiar
Negocios y arduos proyectos
A hombres de seso y principios
Generosos y sinceros,
Que es la ventana más grande,
Y yo lo tengo or cierto,
Que dar a un E ombre pudiera
Mejor que los bienes mesmos;
Y por esto, caro amigo,
Examinemos primero
Lo que es más interesante
Dulce reposo y sosiego.
Antes de todo sepamos
Las cualidades, al menos,
Que adornan a vuestra esposa;
Si es de un apacible genio,
Si es casta y civilizada
O de carácter soberbio,
Si es santa o aduladora
O un diablo del mismo infierno,
Si es dócil y familiar
O gran loqueta en extremo
O tan resuelta y esquiva
Que no admita algún gobierno.
Mas no penséis en el mundo
Hallaros nada perfecto;
Y encontrarlo entre mujeres
Sería un delirio, un sueño;
Pero si nobles virtudes
Son sus mejores arreos
Bendecirás la fortuna
Con que te regala el cielo.
Mas jay! mi querido amigo,
Toma de mí este consejo,
Que yo conozco el estado
Que ahora estás apeteciendo.
Yo puedo te asegurar
De tanto encomio a despecho,
Que sólo hallarás prisiones
Sobresaltos y tormentos.
Y el cielo me sea testigo
Que prodigara en silencio
Mil lágrimas y suspiros
Mientras que este mundo necio
Y hasta mis amigos todos
Se lo estaban persuadiendo,
Que yo era el más felice
En los brazos de mi dueño;
Una vestal sobria y casta,
Mansita como un cordero,
El sol no ha visto jamás
Un tal femenino modelo:
Pero, por los altos dioses,
Yo soy quien la pena siento,
Y con gran razón se queja
A quien se le corta el dedo;
Tomad mi consejo, amigo,
Sé sabio con pulso y seso,
Sé cauteloso y seguro;
Los años son los maestros;
¿Pero quién confía en años
Del hermoso sexo bello?
Juro por el que ha criado
La tierra, el aire, el océano,
n~ U..L- ,an mgiv -u~-mul, - u W Z . ~-, .ior iiiuJri
Si disimula su pecho,
La ocasión, ten entendido,
Que todos pierden el tiempo.
Sena el más gran trabajo
El no perder un momento;
Y aunque elijas la más casta
Serás vigilante eterno,
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Que un instante de descuido
Burlará todo tu celo.
Si os ofende noble ami o
Mi sermón, está ya hec o.»
Perfectamente, muy bien,
(Le responde el caballero)
((Digno pariente, a fe mía
Vos sois un sabio completo;
Caballeros, locos somos,
E1 a ano gana el pleito.))
El E a % laba con escarnio
Y seguía otro sendero.
((Placebo amigo qué dices?))
Le preguntaba e! caballero;
Y Placebo le res onde:
uYo digo jviven P os cielos!
Que las mujeres calumnian,
Los hombres, y el lazo estrecho
Del matrimonio santísimo.)}
Y él se levanta al momento
En oyendo su dictamen;
«Pues yo sigo este consejo:
Cada uno en su opinión
Vaya por su derrotero.))
Todos debiendo entender,
Que disf utas concluyendo, El caba lero se case
Como se lo pida el pecho
Januario todo era gozo,
Ocupado el pensamiento
Del desposorio en la dicha;
Su mente va recorriendo
El coro de ninfas bellas
De casto amoroso seno;
Y en su corazón brillando
Pasan, como en un espejo,
Lindas móviles fi uras
Corren con paso Egero
Sin dejar en su cristal
La sombra de su bosquejo;
Los encantos de estas damas
De belleza eran portentos,
Pero !as V~!PS S O S ~ P C ~ ~ S
Su fama en nieblas cubrieron;
La que en buen juicio abundaba
Virtud la negara el cielo,
Y la que gracias tenía
Carece de todo el resto.
Así esta duda terrible
Le ocupa por mucho tiempo;
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE GRAClLMNO AFONSO: ENERO Y MAYO 25
Fijóse, en fin, wbre Mayo:
Faltas le ocupa el deseo,
Que Amor, si está prevenido,
Siempre fuera torpe y ciego.
Los encantos considera,
Que a su tierna edad unieron,
El rostro dulce, animado,
Con un mirar halagüeño;
Porte airoso de Diana
Noble y majestuoso gesto,
Con la gracia de Ciprina
Cuando besa a Adonis bello.
El desposado confía
Mucho en su prudente esmero,
Ni cree disputa admita
Elección de tanto seso;
y a sus amig~sr mvida,
Que todos concurran prestos
Pues acabaron sus penas
Cuando le concede el cielo
Hermosa, digna consorte
Que pueda ocupar su lecho.
Ni la elección se censure
Que hará su paz y contento.
«He hallado, al fin, una dama
Joven, beila, sin artero
Artificio, sabia, casta;
Y aunque no rica, ni menos
Ostenta nobles blasones,
Nació de padres honestos;
Aquesta será mi esposa
Que asi lo decrete el cielo,
Y así pasaré mi vida
En santidad y sosiego;
Y gracias a la deidad
¡Entonces poseer puedo
Y con nadie partiré
De mi dulce amor el premio!»
«Si vosotros, mis amigos,
Tal virgen halláis discretos
Mi dicha será infalible,
Y mi gozo el más completo.
Sólo una duda me ocurre
Que frecuente propusieron
Casuistas graves y doctos
En divinos sentimientos;
Que para la humana raza
No es posible igual contento
Obtenerlo a^& en la tierra
E igualmente allá en el cielo,
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Que el feliz en el conyungo
Es difícil ue el eterno Deleite de9 paraíso
Pueda hermanarse con éstos.
Desvanecedme estas dudas
Y tendré el ánimo quieto.»
Justino cuando esto oyera
Su esplín se exaltando luego
Le tocaron en lo vivo
Y prorrumpe en el momento.
«Señor caballero, dice,
Si éste es todo vuestro miedo,
El cielo os quita la duda
Con el desposorio mesmo;
A quien pido ardientemente
Que el solemne rito hecho
De cerca pronto le siga
Mas pronto arrepentimiento.
$Santos Cielos! YO no dudo
Que aprobéis el nupcial yerro
Para castigar después
Aquellos que lo quisieron;
No te abandones, Señor,
A desesperar tu intento
Que acaso entre tantas bellas
Hallarás algún modelo,
Que completamente llene
Las miras de tu himeneo.
Y no retardes la dicha
A que aspiran tus deseos,
Para encontrar el azote
Que te lleve al alto cielo
Muy más ligero que flecha
Que dispara de diestro arquero.
Prudente el gozo modera
Y en los Pl aceres modesto Siempre a razón los re le;
Mujeres ancianas hay
No arruines tu noble es"r uerzo.
De tino y de juicio recto,
Que todas estas cuestiones
Las resuelvan con acierto.
Cuiisú:ia!as, y aprobaiidu
Lo mejor, cásate luego,
Que con penitencia tal
Al cielo te irás derecho.»
Así dice, y se levantan
Ni hay retardo de un momento,
Para ofrecer el contrato
Y los partidos propuestos.
560
565
570
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600
UL AUEJ
Núm 39 (1 993)
Los padres luego consienten,
Que interés aman los viejos,
Y a la novia convencerla
No costará mucho tiempo;
Que a favores de Fortuna
Las bellas no hacen desprecio.
.
Pactos hechos y aparatos
Yo los pasaré en silencio
Que será tiempo perdido
Escribillos leerlos;
El tiempo 1 r ega, a la Iglesia
Los contrayentes vinieron
Y en ambos a dos reinaban
Carnal y devoto intento;
Sale el preste y la doncella,
O. bediente a los preceptos, 7. vivir cuai Sara o iiebeca
Promete en tono modesto;
Y al cielo piden bendiga
Haga fecundo su lecho
Y les coronen virtudes
Que traigan paz y contento.
Del palacio la ancha puerta
Los domésticos abriendo,
Huéspedes y desposados
A los salones vinieron;
De la flauta suena en tanto
Agudo y sonoro el eco
Que las bóvedas repiten
Cual la lira de Anfión mesmo,
O la trom a de Joab
O de Teo f ame fiero
Que con su sonido enciende
Marcial belicoso fuego.
Alegre Baco allí estaba
Dando más gracia al festejo;
Los poetas lo contaron
Que en aquel sitio le vieron;
Y a Venus del placer madre
Y de las Gracias el cerco
Que gozosas danzan todas,
Y el hacha ondea Himeneo,
Y la diosa se sonríe
Con todos los caballeros;
Y mira a la desposada
Con semblante más risueño
Pues sierva fiel bien quisiera,
Seguir ardiente su pecho,
Eíisa-ar obras de aimr
Ya d r e , ya esposa siendo;
28 FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Y el viejo Himeneo observa
Que corriera siC il os luengos Que tal pareja e esposos
No registrara en su imperio.
Vosotros bardos famosos
En epitalamios tiernos,
Aprovechad tan felice
Ocasión a vuestros versos
Para celebrar la gloria
De un enlace tan soberbio;
Que sus ozos serán tales
Que igu f en la rabia y ceño
Con que veréis que desposa
Vuestra juventud el tiempo
Sentada la hermosa dama
En un sofá rico y nuevo,
Vivas miradas lanzaba
Al dulce adorado dueño,
Muy más que a1 ue llas que Ester, Sobrina de Mar oqueo,
Dicen los hebreos cantos,
Diri ía al rey Asuero,
Bril f ando cual sol naciente,
Fresca cual mayo risueño;
El caballero con ansia
Mira su raro ortento,
Sin que envi f' iara de Paris
La Helena ue cantó Homero,
Ya repasan 1 o en su alma
El sumo placer inmenso
Que en la ya cercana noche
Disfrutaría en su lecho;
Y sin descanso la pide
Acelere el pronto vuelo
Y adelantase la hora
De tan felice momento.
Entre tanto los danzantes
Batían el duro suelo,
Y los cánticos resuenan,
Y ira en torno Lico,
Y %e perfumes suaves
Los anchos salones llenos
El gozo alegre brillaba
En los rostros placenteros.
Damián solo, en los simientes,
Del caballero escudero,
Es el triste en este triunfo
Con profundo sentimiento,
Que su corazón consume
Ocii!tn amnrnso f u ~ o
Su amada hermosa :eñora
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
660
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Núm 39 (1 993)
De su alma único dueño
El la mira y desfallece
Ni puede encontrar sosief o; Y cuando su deber cump e
Triste se tiende en su lecho
Odiando la luz del día
Allí yace; i ual tormento
Su tierna fi ama adorada
Lloro encendido vertiendo
La abrasa amor solitario
Con riguroso silencio.
Ya olvida el cansado sol,
Como los bardos dijeron
El horizonte y reE a rte Sus luces a otro emisferio,
Y las estrellas brillantes
Lo süpkn con süs reflejos,
Y la opaca noche extiende
Su manto azulado y luego
Ya los huéspedes se retiran
Haciendo mil cumplimientos.
Retirado el Enemigo,
Despo ase el caballero,
Que e '! deseo le atormenta
De abrazar su caro objeto;
Pero antes cree oportuno
Implorar el gran remedio
Que sin escrúpulo ofrecen
Profundos doctores médicos;
Satirión, que cerca está,
Presenta el cardo violento;
Y cantáridas los olvos
Que animan los R acos miembros,
Los que los bardos cantaron
En dulces lascivos versos,
Y en sus tesis los explican
Nuestros críticos modernos.
Ya se extendieron las sábanas,
La esposa dejó sus velos,
La alcoba con agua santa
Se bendice y blando lecho.
Lo que después sucediera,
Creo decirlo no aebo,
Mas se cuenta que en la noche
Fue su trabajo e
Y ue cuando e7 a?l Ya apounJta
sal6 tan listo del lecho,
Como si en aquella noche
Qc ios&~ x~;ier. y qce&;
Al punto un cordial tomara,
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Da a su es osa un tierno beso,
Y en tono a'o cantara,
Ardiendo egn ia scivo fuego,
Una linda redondilla
De un gitano macareno.
Luego da dulce reposo
A sus fatigados miembros;
Que acreedor es el trabajo
Al descanso y al sosiego.
Mas solícitos cuidados
Devoran a su escudero;
La dulce imagen delante,
De sus ojos huye el sueño,
Da vueltas mil en la cama
Y sus ira siempre in 9u ieto, Qu e 'l' e amor la viva lama
-A -- r d-e - a-.b- -r -a.-s a..n- - d.- o . su pecho.
Para ocultarlo, arte busca
Y para hablar sabios medios;
Y esperando la ocasión,
Que acaso estuviera lejos,
Compone para su amada
Un conceptuoso soneto
Y lo cerró con el arte
Que saben amantes diestros,
Y lo guarda cuidadoso
Sobre su corazón mesmo.
En Junio y Cáncer rodando
Cuatro giros corrió Febo
Cuando la esposa saliera
Brillante de su aposento,
Mueve al lado de su esposa
Sus tardos pasos el viejo.
Cántase solemne misa;
Si uese un festín espléndido
Y f os rodean sirvientes
Todos al llamado prestos;
Sólo allí de menos se echa
El triste ausente escudero,
Cuya enfermedad sentía
Su digno y sensible dueño;
Quien suplica a su señora
xr --.- --- --l.1 ,.-.da:.. V¿lyii, y >U 1 1 ~ b U~ L L1C J U~,
A visitar a Damián
Y consolarle en su duelo.
Las damas todas corteses
Obedecen al momento;
Dejan el salón y parten
De Damián al aposento.
La tribu de las doncellas
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE GRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 3 1
Todas rodean el lecho,
Mas la linda Mayo ocupa
De la cabecera el puesto;
Y mientras le toma el pulso
Deslizó el billete diestro
Con una triste mirada
Y un hondo suspiro tierno
Sobornando a la deidad
Con un fervoroso ruego
Favorezca compasiva
El amoroso proyecto.
¿Y cuál era tu suerte, hermosa Mayo?
Pesarosa yaciendo en cruel desmayo
En el lecho nupcial mientras roncaba,
Atronando la alcoba, el tardo esposo,
Hasta que le obligaba
Un rrccere de tm a ver e! dia?
De lo que hiciera entonces, riguroso
Silencio guardar quiero, y menos cuento
Lo que Mayo pensara tristemente
Que a decir no acertaba
Si el Paraíso viera
O las penas del Tártaro sufriera;
Honestos, aunque tristes, ambos yacen,
Mas luego se complacen
Oyendo la campana
Que llama a la oración de la mañana.
Yo no sé si la fuerza del destino,
O la Natura con poder divino,
O algún hado fatal, estrella adversa
Con su aspecto al Amor favoreciendo
Su benigna influencia difundiendo,
U otra causa diversa
Sobre Mayo influyera
Que por rimera vez amor sintiera,
Del escu a ero enfermo en tierna llama
Que dulcemente el corazón le inflama.
a00
805
Núm 39 (1993)
795 ¡Acercaos hermosas! y movidas
Con blanda compasión cual Mayo bella
¿No sentirá también vuestra alma pura
La encendida centella
Del compasivo Amor que males cura?
¿O tranquiias veréis desesperado
Al amante ahorcado,
O en la onda hundido,
Bajar a las regiones del olvido?
Mayo, el sexo espejo,
Es tan dulce y tan suave en su consejo
Que no tendrá e! capricho peregrino
Sea su corazón cruel asesino.
810
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820
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FRANCISCO JAVER CASTILLO
Pero a mi cuento vuelvo. Muchos sabios
Han definido con sus doctos labios
Que el placer es la dicha soberana
De la natura humana;
Y nuestro caballero, que estudiado
Había mucho hondamente en este punto,
Era gran partidario, era su encanto
Esta filosofía, y por lo tanto
Como un pnncipe asiático gastaba
Inmensas sumas en la ompa y gala.
Palacio extenso con so E erbia sala
Con muebles exquisitos; servidumbre
De riquísimas ropas adornadas;
Espacioso jardín amurallado
Con mármoles y jaspes, que Príapo,
Aunque dios de los muertos, no pudiera
Retratar su beldad aunque quisiera;
Era tal la hermosura de este puerto
Que a un in enio francés causar debía
Con lar as escri ciones todos un día;
Y que aT máds no bY e bardo avergonzara
Si cantar sus primores intentara.
En el centro de un bosque el más florido,
Que rodea una fuente cristalina,
Que fructíferos árboles sustenta
Y corona el laurel nunca vencido;
De un antiguo rumor la Fama cuenta
Que al claro de la luna aparecían
Los vivísirnos duendes que danzaban
Junto a la fuente en el tapiz verdoso
Y que a Pigmeo rey listo y brioso
Con su pequeña Reina la hechicera
Que espíritus alegres rodeaban
Saltan, bailan acordes entonando
El concierto de voz muy placentera
En medio de las sombras resonando.
Era este ameno sitio el favorito,
De nuestro caballero, y su cuidado;
Y con liave de plata bien cerrado
El 'ardín custodiaba: aquí pasaba
De 1 abrasado estío los ardores;
Aquí solus cum sola acariciaba
A &.L2a Mayo, y CUíiii& dwa
Obra de amor no quiso la fortuna
Que en blando lecho fuera rematada
El jardín la miró bien acabada.
Pero jay! jqué mortal está seguro
Que durará su dicha! El gozo puro
La Fortuna. con vuelo vacilante,
Nos lo quita delante.
DO DE LA LABOR TRADUCTORA DE GRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 33
iOh monstruo fiero de pintada alas,
En qué engaños te laces y mentiras!
¿Por qué en torno i'el hombre siempre giras
Con la Esperanza y sus brillantes galas?
Este rico, amoroso, venerable
Caballero, ue nada en los placeres
De solaz y 3 eleite, ahora abismadd
En un mar de congoja perdurable,
Y de pena y dolor, deses erado
Como el más infelice de Y os seres
Siendo completo el triste desconsuelo
Ciego no ver, no, a su adorado cielo,
Maldiciendo su suerte
A su socorro invoca infausta muerte.
La rabia de los celos, de su mente
Se apoderó inclemente,
Y la fidelidad del sexo recelando,
Su mujer, que no aparta de su lado,
Cautiva la retiene, y noche y día
Per etua centinela le haría
Y p l' aceres e influjo ha recortado.
Sin esperanza, en tanto, Mayo llora
Y suspira también, mas era en vano;
Pero mira a Damián, a quien adora;
Así estaba resuelto: era preciso
Morir o poseer un paraíso.
Al escudero con amor insano
Se abrazan el deseo y la tardanza;
Y aunque ella está observada,
Con amorosa industria al fin alcanza
Con secretos billetes, que supiera
Las penas que por ella padeciera:
Y la dama por signos expresaba
Que favorable intento la animaba,
Quedando ambos a dos bien convenidos
Que sus pactos de amor era sabidos.
iOh noble caballero! Di, esos ojos
¿De qué te sirven? Tú en el horizonte
Verás de rotas naves los despojos;
Más de engaño no ves el alto monte
Que a tu lado se mueve, y mejor fuera
El ser ciego engañado,
n..- -,,1- , A,,. -1 ,,,, ,,.. h. . , i ,~, !
~ U LGUII lua ujua ual ua UGI UUI iauu.
Argos con ojos ciento
Tan sabio y vigilante, y tan atento,
El engaño sufrió; súfrenlo esposos
Honestos y virtuosos,
Y con dictamen recto, justo y bueno
No creeen propio suyo el caso ajeno.
La dama diligente y cuidadosa
Núm 39 (1 993)
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Al fin con maña y arte se apodera
E imprime en blanda cera
La llave que guardaba el caballero
Sin preveer esta trama cautelosa.
Ella la muestra envía al escudero,
Lo que después por esto sucediera
En su tiempo y sazón luego se viera.
Bien antes lo cantara el dulce Ovidio
¿Qué artificio la hembra no intentara
Para ver el objeto a quien amara?
Todo lo facilita y da subsidio;
Como lo tuvo Píramo y su Tisbe,
Que siendo verdaderos amadores,
El fuego que lo quema en sus ardores,
Aunque cautivos, a pesar de todo,
Hallan más fácil modo
De besarse rompiendo una muralla:
Todo lo vence amor y lo avasalla.
Ya no más, dilaciones; siga el cuento.
Brillaba un día de calor violento,
Y nuestro venerable caballero
Siente de amor el fuego lisonjero,
Y a su esposa levanta antes que suene
La campana que anuncia, el alba viene.
Y fuera su normal jaculatoria
La siguiente oración toda amatoria.
¡Despierta dulce amor! Esas brillantes
Estrellas de tus ojos ya aparezcan,
Que mi angustia y dolor me desvanezcan:
¡Despierta tierna esR o sa! De la paloma escuc a las amantes
Quejas que al bosque con susurro blando
Su lamentoso amor le van contando;
Ya el hivierno escondió su faz nevosa;
«Nubes y tempestades ya asaron,
El campo dora el sol y bri E a el cielo;
Bella sin tacha, ven, que tus encantos
Volcanizan mi pecho y aprisionan
Mi corazón amante y eslabonan
La firme voluntad con amor santo;
Ven, que mutuos placeres
Por siempre identifiquen nuestros seres;
Ven gozo de mi vida,
Consuelo de mi edad tan afligida.»
Esto oído; a Damián hace una seña
Para P artir delante; obedeciendo El ga lardo escudero, silencioso
Se oculta bajo un árbol muy frondoso;
Y luego apareciendo
Januario, ie iievaba por ia mano
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UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE GRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 35
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Su enamorada dama, muy ufano:
Y ciego, no sospecha ni un momento
El que allí se ocultara detrimento;
Y con tono severo y asaz grave
Vuelta le diera a la arf entina ilave. «Paseemos aquí, so os estamos;
Ya que ahora gozamos
Los placeres P ue el mundo desconoce; Que mi alma os goce
Y tú, mi cara esposa,
El más dulce consuelo de mi vida,
Que por orden del cielo fue elegida;
¡Que muera yo con muerte desastrosa
En este mismo instante
Si es que yo he de perder tu amor constante!
Mira que mi pasión es verdadera.
Pues sin dote me casé yo quisiera
Te me dieses por dote, y el tesoro
De tu corazón tierno, apasionado,
Más preciado y más rico que el vil oro;
sin vista soy y sólo quiero
Seas iel a tu amante caballero,
Que ceguera no puede y ser anciano
Privarme de placer tan soberano.
Sufriré de otro mal cruda violencia,
Mas en perderte a ti no habré paciencia.
Reflexiona, joh esposa más querida!
¡Qué consuelo es llevar virtuosa vida!
Así amada serás de Jesucristo;
Conservarás tu honor salvo y bien visto:
Y muévate también, antes que todo,
Que es tuyo cuanto tengo en cualquier modo;
Propón las condiciones a tu agrado,
Y antes que rubia aurora haya asomado
De roja luz cubriendo el ancho cielo,
Con un firme contrato, sin recelo,
Se sellará el nupcial y santo beso,
Y yo todo lo haré por esto y eso.))
«No temas, dulce esposa, favorable
A ti siempre será tu esposo amable,
Ni el celoso furor su fuego rende,
Y miiwe sobrio y modestu
En tus encantos sólo Amor Po enciende,
Y el peso de mi edad se añade a esto,
Yo apartarme no puedo de tu lado;
Deshecho el corazón siento abrasado;
¿Que él una vez probó tanta dulzura
Tus-brazos dejará sin amard u ra?» El calla; y Mayo con mo esta gracia
Replica con voz débil exclamando:
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
«¡Mi Dios, tú bien lo sabes!~y suspira
Hondamente: «Yo tengo el alma mía
Como la tienes tú; salvarla quiero;
Ella siempre y mi honor atenta mira,
Temiendo la desgracia
Cada hora del día
Con que está el enemigo amenazando,
Que mucho más la temo que la muerte.
Con ánimo gustoso y placentero
Allá en el templo te entregué mi mano:
Pero si temes con recelo vano,
Y aún desconfías de mi amor tan puro
Escúchame, señor, yo te lo juro:
Antes la dura tierra abra su seno
Y baje viva al abrasado infierno,
O me arrebate la implacable muerte,
A quien no menos temo que al Averno;
O ensacada descienda a un pozo lleno;
Antes mi fama en luh'u riosa suerte Manchada vea, o al onor renuncie,
O infame mi nobleza se pronuncie,
Que es noble joh caballero! mi ascendencia,
Y de ramera lleve el nombre infame
Que a la fe falte y que tu honor disfame.
Mas los hombres celosos sin conciencia
Al propio crimen su atención reclame
No aprende a sospechar con regla y tino
Si es criminal su es osa; no adivino
La causa que te obiga a estas cautelas,
Y de mi amor constante te recelas.
Esta canción repetirá la esposa
Si el marido sintió rabia celosa.))
Así hablara: y de lejos ella mira
A donde está Damián, que arrodillado
La adora cuando pasa, y la remira
Sus ojos observando con cuidado,
Y con ellos señala muy cercano
Lleno de peras, un peral lozano;
Y obsequioso Damián allí camina
Y se trepa volando a la alta cima;
El caballero con su dama fina
A pasear la anima
Delante de! pera!; ei, dende ahma
El galán quedará con su señora,
Porque será mi intento
El pasar adelante con mi cuento.
Reinaba entonces la estación gloriosa
En que el sol caminaba en los Gemelos
Llenando de su luz los anchos cielos,
Y a la tierra con flores torna hermosa.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS
UN APARTADO DE LA LABOR TRADUCTORA DE GRACILIANO AFONSO: ENERO Y MAYO 37
Estaba claro el día, y con sus luces
El azul firmamento ilustra Febo,
Y las nubes bañando esplendor nuevo
Con doradas corrientes, calentando
Con su genial calor el globo todo,
Por raros y sublimes arcaduces,
Con inefable modo
Su propio imperio crece dilatando.
Y sucedió que en la mañana hermosa
Con el Pigmeo Rey su linda esposa
Jugaban en los plácidos jardines
Y de gozo llenaban los confines;
Mientras bailaba con ligera f lanta La tropa de sirvientes cabal eros
Que parecía que el suelo no tocaban
Ni que su blando céspede encorvaban;
Son moverse tan rápido y ligero
Que si el alma embelesa, el ojo encanta.
La danza concluida las doncellas,
Dalias, claveles y otras flores bellas,
Fueron a recoger en la llanura,
Mientras que en la verdura
De la fuente inmediata, reclinados
Los amables consortes, él sañudo
Soltó la voz diciendo: ((Declarados
Son ya vuestros ardides femeniles,
iOh sexo malhadado!
Con que al hombre engañáis traidoras viles.
Autores mil lo han dicho antes de ahora
Y la experiencia lo confirma ahora.
iOh sabio Salomón! jténgate el cielo!
¡Rey más sabio que tú ni el sol lo viera!
La ri ueza y honor que tiene el suelo
Y dic ¡! a terrenal cuanta ella fuera
Abundosa en tu mano los tuvistes;
Pero sagaz dijistes
Que un hombre justo y recto hallar podías
En el mundo espacioso
Pero del sexo que se llama hermoso
Una buena mujer nunca hallarías.
Esto dijo aquel rey que os conociera,
Y de vuestra malicia cierto fuera.
El hijo de Sirach dijo lo mismo
Que también penetrara tanto abismo)).
«Fuego de San Antón, que os consuma,
Sobre vosotras caiga; o devorante
Plaga os asuele en el instante,
Como el sol a la bruma.
Mira en aquel peral al --uiafiei-",
Y mira al venerable cagallero
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Que siendo viejo y ciego joh desgraciado!
Ante su rostro honrado
Su perverso escudero sin decoro
Tranquilo a su sabor le vuelve toro.
Por mi temida Majestad lo juro
Y este cetro terrible que yo llevo,
Que puede estar seguro
No ha de quedar impune este malvado,
Que castigarle debo
Haciendo tal afrenta en mi presencia
Y yo haré por la fuerza de mi ciencia
Que al caballero sea restituida
La vista ya perdida,
Y que sea aquí mismo descubierto
Tan vil y tan infame desacierto,
Y aprendan las mujeres desleales
A ser en siis deberes inás cabales;
Y aprende tú también como cualquiera
A ser en tus promesas más sincera.))
«¿Así lo quieres tú?», la reina dijo.
((Ahora, por el alma de mi madre,
Esto está decretado.)) Y más respuesta
Otra al una no halló que más le cuadre.
Por la f e ella y sus hijas, yo prometo,
Y de todo mi sexo; yo sujeto
Al arte y al engaño toda ofensa,
Y el crimen barnizar con la confianza
Sin que quede su honor jamás expuesto.
Y cuando se le crea sin defensa
Perdida de perdón toda esperanza
La mujer jure por el cielo y tierra
Y cuanto en él se encierra,
Llore, suspire, desfallezca y muerta
O en convulsiones aparezca o yerta,
Hasta que el tierno esposo
Muy más suave que un guante y amoroso
Quede más noble y más manso
Que lo pudiera estar un viejo ganso.
Ese calumniador erro judío,
Salomón, más ar d' iente que el estío,
Que, osado, locas las mujeres llama,
Setecientas a un tiempo él mismo ama.
Las sabios de ios tiempos posteriores
A la mujer tributan mil loores
Castas las nombran, sabias y virtuosas;
Y ya fueron famosas
Mártires miles que la vida dieron
Por guardar el pudor; y antes murieron
Arria, Parcia, hcrecia,
Que admiró Roma y la profunda Grecia.
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Las páginas sagradas los varones
A mi gusto interpretan. ¿Qué razones
Vedan hagan lo mismo las mujeres
Y den, como los hombres, pareceres?
¿Sólo habita en el hombre el Dios sapiente?
¿No es su alma su imagen evidente?
No es esto lo peor; jaun se pretende
Que pese Salomón en su balanza
Lo que la mujer vale y lo que alcanza!
¿Y quién es este rey tan eminente?
El con rara estructura,
Magnífica y soberbia arquitectura,
Al Dios de las armadas
Un templo edificó; mas no tardara
Que a este Dios olvidara,
Lo dioses adorando de malvadas
TJZl,.L.-- m*,o luuiari a> u l ~ a l l l c aJ U J A U C I J L ~ L J
Sin tener otro dios que sus placeres.
¿Y a tan indigno rey darás encomios?
Y si su reino vive, David fuera,
Por ser hombre en quien Dios se complaciera,
La sola causa; mas también amaba
A nuestro propio sexo y respetaba.
Está bien; soy mu'er, y así es preciso
Que como mujer hable; pero quiso
El silencio tragarme; mas no f Tornar mi corazón callado y eIdleod0.
Sabe, pues, que me burlo de tus sabios,
De tu saber de mentirosos labios;
Del sexo siempre fueron enemigos,
Y es justo que yo tache estos testig0s.n
«No os enojéis, señora)), el rey replica,
«Gustosísimo cedo;
Mas lo jurado quebrantar no puedo,
Mi dignidad de rey bastante indica
Que lo he prometido
Debe ser plenamente bien cumplido.))
«Yo como tú juré, ella responde;
Yo también reina soy y corresponde
Que mi palabra con honor mantenga;
Por tu parte harás tú cuanto convenga
Yo obraré por la mía; cuando quieras
Empezar puedes; y no extrañes vieras
Que el sexo a 9u ien calumnia infamia labra Guarda, como os reyes, su palabra.
Con lo que concluyamos
Y fin a la cuestión así pongamos.))
Así les dejaremos
V L.--:- -..nrtrri ..a,.-, nnc .>nI~rP,-Pmnc
1 z i a L i a 1iuLz.u v pbr iivo .vi - r r riiivu,
En donde el caballero con su Mayo
FRANCISCO JAVIER CASTiLLO
Alegres cantan más que el cuco o gayo;
Y era el canto este duo peregrino:
«Seas, mi amor, constante
Y a mi amor corresponde fiel y amante;
Constante si a mi lado
Que yo constante siem re te he encontrado.,
Así siempre cantan f o caminaban,
Y al peral se acercaban:
Pero la ansiosa dama
De sus amores la atención reclama;
En las ramas los mira,
Y el paso acorta y con dolor suspira.
«jOh Santo Dios!)) exclama; «qué fatiga
Atormenta mi vientre en este instante;
Ese hermoso peral que está delante
De peras olorosas tan cargado
A un antojo me obliga,
Y remediar no puedo;
Salva buen caballero
A tu esposa tu hijo; yo me muero;
Sálvanos te r o pido por la madre
Del que es hijo de Dios su eterno padre
Que el orbe rige su potente dedo.))
Dolorido suspira el tierno esposo,
Pero el trepar no puede; ni un criado
Allí estaba; y el ciego y viejo añoso
¿Qué auxilios dar podía? jel desdichado!
«Preciso es que yo muera
Con mis ojos mirando cada pera;
Por caridad, al menos, si abrazando
El tronco del peral y tu encorvando
La espalda yo subiera
Y de escabel sirviera,
Todo fácil quedara en el momento.»
«Con todita mi alma y gran contento;
Tomaré este trabajo)); y al instante
Se dobla, sube, y abrázase a su amante.
¿No sentís apurar vuestra paciencia,
Damas bellas, al ver tal insolencia?
No os enojéis conmigo,
Yo sólo, en mal estilo, un cuento digo,
Y anque el cuento sus manchas manifiesta
Mi alma siempre está pura y honesta.
Que primores la dama hacer pudiera
En el bello eral a do subiera,
En silencio y o paso; son cabriolas
Las que no conocéis vosotras solas;
Pero la linda Mayo alegre jura
Que nunca había gustado tal dulzura,
En tan crítico instante el caballero
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Sintió joh portento! que su vista ha vuelto,
Y con un movimiento asaz resuelto
Al árbol mira, do su esposa fuera,
Y ve adornado su turgente seno
Con ramo el más florido y más ameno.
Su rabia entonces ¿quién pintarla puede?
Al furor maternal muy más excede
Cuando su único hijo ha erecido;
Con sus clamores a la Es l' era ha henchido,
Y grita, y brama y el cabello arranca
Y mesa sin cesar su barba blanca,
Diciendo: «Infierno, furias, cruda muerte
¿Por qué no estáis aquí?)) Cuando eiia advierte
De su es oso el furor y tan turbada
Y trému f a dice: ((Ahora probada
Con mejor suerte tu paciencia ha sido;
.'V ',be ,, -1 -..-m:,. -..a m: ,-.mrir marara? G3LG G3 Gl y1 GllllU YUG 1111 (1111UI 1IILl LLLI
¿Y ésta la recompensa que he tenido
Cuando por mí tu ceguedad fenece?
¿Por qué mi esposo me miró bregando
Con un hombre en este árbol, así obrando
Por mágico poder? ¡Mayo infelice!
Tanto amor tu des racia te predice!))
«Por esta santa uz ue me ilumina
Que aquesta brega 5 es e venganza dina
Replicó el caballero. Así preserve
Y el cielo la conserve
Mi restaurada vista, como es cierto
Que 'te vi con mis ojos puteando
Y con mi propio esclavo fornicando.
¡Pérfida desgraciada!, que el infierno
Para siempre te abrase en fue o eterno
Tan ciertamente como cierto / uera
Que en tu criminal acto yo te viera!»
((Guardadme, ángeles santos.)) Mayo exclama:
wDilo, divino cielo, que fue encanto
El que empleara mi amorosa Uama
Para la vista darte joh amor mío!
Tú puedes estar cierto viendo en tanto
No usara yo jamás en daño mío
Expresiones tan duras; que los hados
Me ayuden, si apariencia mentirosa
No mostró aquel error con luz dudosa.))
«Lo dicho lo mantengo, él añadiera,
Pero inmortal poder que hacer pudiera
Otra apariencia ni negarse debe.))
«Pues ese gran poder te ha alucinado,
La esposa replicó, y así has pagado
r - m t n --n,-. &fJ;-, .fn,-+.,no olnwnl
1 W l L U LllllVl, I l l L W 1 L . ( L V I C U ,.Il.I'U " .,.
Cuanto más le adoraba, una apariencia
FRANCISCO JAVIER CASTILLO
Aniquiló mi ran benevolencia.)) Y entonces %o ra y gime y de sus ojos
Se derraman los líquidos despojos
Del agua vencedora
Que hace triunfar a la mujer que llora.
El caballero entonces conmovido
De gran remordimiento muestra signos
Con gesto y lenguaje muy benignos.
«Señora, este negocio es concluido,
El le dice, mi cólera ha pasado,
Tranquilo el corazón ven a mis brazos;
Excúsame, mi amor, si erradamente, .
En desgraciados plazos
El alma te ofendió ya se arrepiente;
Tú dame tu perdón, mas yo te juro
Que lo que vi, pensé era se.gu. r o.. )) -Mi qur r id~se iisr, er2 :q:l;.ur:ssa
Esta vana sospecha a tal esposa;
La vista es un sentido tan escaso
Que nos suele engañar a cada paso;
Cuando después del sueño la luz vemos
Mil fantasmas creemos
Que en torno danzan de la turbia vista.
Cuando volviste a ver por mi conquista
Los ojos no habituados
Fueron con apariencias engañados.))
«Así pues, dulce amor, sé cauteloso;
Juicios precipitados siempre dañan,
Y el que mira con ojos sin reposo
Un objeto hallará más mentiroso,
Que celos, aun viendo bien, tal vez se engañan.))
Luego a sus brazos salta
y le estrecha con rostro placentero,
El la abraza también con sobresalto
Con las dudas de un caso tan severo.
Y la besa también una y mil veces
Temiendo de los celos los reveses.
Ambos a dos felices y contentos
Sus votos renovaron promesas,
Ella de ser esposa fie{creyente,
El de esposo de nobles sentimientos,
Y que sin diferencia en sus proezas
Será como el primero hombre pacieíite.
Aquí se acabó el cuento;
¡Hermosas! ¿Cual sera la moraleja?
Que cada cual siguiendo a su pareja,
Sin celoso tormento,
Sean todos con dicha coronados
Pero siendo por ellas engañados.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS