B E L L A S A R T E S
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE SAN PEDRO
MARTIR DE TELDE
P O R
EL HOSPITAL
pie &jdak-iae. a las a~Lusse senta, S-u 10 ac-upa jioy
día un enorme edificio, ambulatorio de la Seguridad Social.
En la reproducción fotográfica que del viejo hospital hace
en su obra Bosch Millares ', es apreciable una larga nave o ala
paralela a la calle, cubierta a dos aguas, con tejas y sin ale-ro;
una gran puerta, como de entrada de carruajes, se situa-ba
entre esta nave y la iglesia. Paredes blancas, encaladas;
en suma, una construcción sencilla y acorde con la iglesia.
Se trataba de un hospital para el tratamiento y curación de
enfermos pobres, presidido por «un sentido religioso en el que
e! f s z t ~dre termimnte es 1%c aridad, lkgmdo a considerarse ai
pobre como imagen del Redentor del mundo»2. Bajo este cri-terio,
la referencia de hospital se aplicará tanto a la propia en-tidad
de curación como a su iglesia.
Su fundación data de las postrimerías del siglo xv, siendo
e! s e g m d ~c entre .¿e esta itidde eri !z isla de Grm Cariar&,
JUAN BOSCH MILLARES: Historia de Ea medicina en Gran Cana-ria,
t. 1, foto núm. 16.
ANTONIO BONET CORREA: Morfologia y ciudad. Urbanismo y arqui-tectura
durante el Antiguo Régimen en España, p. 117.
Núm. 29 (1983) 631
tras el hospital de Sa? Martín del Real de Las Palmas, capi-tal
'de la isla, cuya fecha de fundación fue el 28 de octubre
de 1481; «el conocido como Hospital de Curación de la ciudad
de Telde, fue fundado en el año 1490 por Inés Chemida Chamo-vita,
descendiente de conquistadores, siete años después de
acabada la Conquista» 3.
Al parecer, el origen del hospital fue la propia casa de
esta mujer, Inés Chemida, Chimida, Chamaida o Chamaidad,
que de todas estas formas es citada, la cual ({solicitaba limos-nas
de los conquistadores para atender a los enfermos pobres
que recogía en su casa, donde los medicinaba y alimentaba;
a su muerte dejó su morada para tan piadoso fin» 4. Según Vie-ra,
en Telde, hay I-UI hospital muy antiguo que fundó, inrne-diatamente
a la conquista, Inés Chamaidad, en su casa propia,
donde recibía a los enfermos)) 5. Fk~e puesto bajo 1% advocación
de San Pedro Mártir: «en esta misma ciudad de Telde, está un
hospital antiguo en donde se curan los pobres, dotado con al-gmac
r~nt.asS. U titular es el Señor San Fedro NIártirn 6. En el
Diario de Zuaznavar se lee: «vi también la información reci-bida
sobre el origen de dicho Rospital en el año 1555 por el
muy magnífico y muy reverendo Señor licenciado Fernández
Acosta (que se firma Costa, aunque en el encabezamiento lo
llaman Acosta) provisor, juez oficial, visitador y vicario general
en lo espiritual y en lo temporal en este Obispado de Canaria,
por el Obispo Don Diego Deza. De ella resulta que Inés Chi-mida
(y no Chamaidad como la llama el Sr. Viera en el tomo
cuarto de su Historia Natural de la misma Isla de Gran Ca-naria!,
dueña de una casilla donde hoy existe el hospital, reci-bía
y cuidaba de los conquistadores que enfemaban.. ., y en su
3 JUAN BOSCHM ILLARESO: p. cit., t. 1, p. 61.
4 PEDROH ERNÁNDEBZ ENÍTEZ:T elde, sus valores arqueológicos, histó-ricos,
artísticos y religiosos, p. 194.
5 JOSEPHD E VIERAY CLAVIJON: otzczas áe ia Historia General cie ius
Islas Canurias, Ed. Goya, Santa C m de Tenerife, 1967, libro XVII, pá-gina
697.
6 FRAY JOSÉ DE SOSA: Topografia de la Isla Afortunada de Gran Ca-naria,
Cabeza de Partido de toda la Provincia, publicada en 1678, Ed. Goya
dz Santa Cruz de Tenerife, 1849, p. 34.
532 ANURRIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 3
testamento dexó para sus pobres enfermos la tal casilla que
con las liberalidades de los fieles fue creciendo en extensión
y rentas)) ?.
El hospital se erigía a la entrada de la ciudad de Telde,
viniendo de Las Palmas, «tuvo su origen en el año 1490 y des-tinado
a establecimiento benéfico tres fechas después)). «Con-taba,
como patrono, con una Hermandad o Confraternidad,
conocida con el nombre de San Pedro Mártir, constituida en
el año 1490, por los mismos vecinos que nombraban Mayor-domo
a uno de ellos, encargado de cuidar la hospitalidad, has-ta
que lo fueron los Obispos»
«Los principales fines de su fundación fueron la curación
de las enfermedades importadas de Europa, considerandose
como iaies a ias venéreas, tiña, sarna, lepra, y ei sucorro a
domicilio de los pacientes necesitados del distrito. Es, por tan-to,
casi seguro que al comienzo de su funcionamiento el obje-tivo
principal estribó en hospedar, en el sentido amplio de la
palabra, a cuantos enfermos desgraciados requerían ser aten-didm,
-pues iaS eiifeiviTie&&s veiiereas la, lepra, eii
últimos años del siglo xv, no existían en la Isla, y si más tar-de,
cuando el comercio y la navegación arribaron a nuestra
costa»
Nos refiere Zuaznavar en su obra: «Leí el título de perte-nencia
de unas tierras que posee el hospital de San Pedro Már-tir
de Telde. En él se ven insertas las Reales Cédulas despa-chadas
en Segovia a 30 de agosto de 1505 y en Burgos a 15
de ootubre de 1506, en favor del licenciado Ortiz de Zárate
para la reforma de los repartimientos de tierras y aguas he-
&o3 haSta tieiiTjo~ ~ - ~.. D 1s0. &~ p~ai ~&dt-&~,U s.ea eii Bur-gos
el 15 de octubre de 1506 obligaba a presentar los títulos
JosÉ MARÍAD E ZUAZNAVAY RF RANCIAD: iario de mis ocupaciones du-
?ante mi mansión en Telde, BIBLIOTECNAA CIONALse, cción de manuscri-tos,
sig. 13.432 (antes Qq supl. 11, 39). Transcripción de AGUSTÍN MILLA-RES
CARLÓ en Ensayo de una bio-bibliografia de escritores naturales de
las Islas Canarias (siglos XVI, XVII y XVIIZ), p. 631.
JUANB OSCHM ILLARES0: p cit., t. 1, pp. 63 y 63-64.
Ibid., t. 1, PP. 64-65.
'O JoSÉ MARÍAD E ZUAZNAVAYR F RANCIA0: p . cit., p. 659.
Núm. 29 (1983) 533
4 DIEGO SUÁREZ QUEVEDO
de propiedad de las tierras y aguas habidos de los repartimien-tos
tras la conquista. «Bastó dicha Real Orden para que algu-nos
conquistadores dejaran parte de sus bienes al hospital, lo
que, sumados a los donados por otros vecinos piadosos, dieron
por resultado que el hospital a poco de su fundación poseyera
rentas que permitieron salvar la situación económica del Cen-tro
» 'l. Entre las muchas donaciones figura la de don Bernar-dino
García del Castillo, que «no habiendo logrado sucesión
en su mujer legítima, dexó el yngenio y los demás bienes suyos
al hospital de San Pedro Mártir de Telde, y a los hospitales de
San Martín y San Lázaro del Real de Las Palmas)) 12. Contaba
también la institución teldense con importantes capellanías,
8 como las conocidas por (Capellanías de Carrión y Navarro, N
&se;n,as a d&seiSn de 18s des pa*r=yuias hQu&,~ de 18
U Sagrario de la ciudad-capital y ésta del hospital de Tel,de» 13. d -
Todo ello va a hacer que el hospital goce de una prosperidad 8'
económica que motivará la resolución de erigir a su lado la 8
I
iglesia de San Pedro Mártir; por esto dice Viera: «con las libe-ralidades
de b u fieles, ?m crvcimd~e r? rentas, de m d e qce e 5
en 1548 prestó a la fábrica de la catedral 300 doblas y 100 pe- zY
sos al hospital de San Mastín» 14.
=n
6
Por su parte, la Hermandad de San Pedro Mártir acordó, U
a poco de su fundación en 1490, se encargaran los obispos de E
practicar sus visitas de inspección, en las que el mayordomo i
1
había de rendir cuentas cada vez que fuese necesario. Este pro- a
2 cedimiento se practicó desde 1497 con la visita que hizo el g
obispo don Diego de Muros a Telde, donde celebró sínodo el !
3 de octubre de ese año 15, dejando en el archivo parroquia1
cJe J c ~ n& &. primeras C.~~rtj~ti-l&nS~hr- ~ d a ! ~
de que hay memoria en la historia religiosa de las Islas)) 16.
Otras visitas y revisiones son relatadas por Zuaznavar en su
l1 JUANB OSCHM ILLARES:0 9. Cit., t. 1, pp. 112-13.
l2 JosÉ MARÍAD E ZUAZNAVAY RF RANCIA0: p . cit., p. 628.
l3 Zbid., p. 626.
l4 JOSEPHD E VIERAY CLAVIJO0: 9. cit. y ed. cit., libro XVII, p. 697.
l5 PEDROH ERNÁNDEBZE NÍTEZ:O p. Cit., p. 162.
l6 AGUSTÍNM ILLARETS ORRES:H istoria de Ea Gran Canaria, t. 1, pá-ginas
363-64.
534 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 5
Diario: «Vi la firma del Ilustrísimo Señor Don fray Vicente Pe-raza,
Obispo 'de Tierra-firme, que visitó el hospital de Telde
en 1523 (y no en 1522, como dice el arzediano Viera) en nombre
de su hermano Don fray Juan de Peraza, Obispo de Canaria,
firmandose "V. Paza Eps. S.M.", esto es "Vincentius Peraza,
Episcopus Sanctae MariaeJ7, porque lo era de Santa María de
la Antigua del Dariém 17. «Visita y revisión de cuentas del Hos-pital
hecha por Don Francisco Zamora, que el arzediano Viera
llama Obispo "Bituriense", y que es Obispo "Triburiense", el
16 de Julio de 1530»18«. En Mayo de 1536 visitó el hospital de
Telde el muy reverendo Señor Don Juan Vivas, canónigo de
Canaria y visitador de este Obispado, por los muy magníficos
Señor el dean y cabildo de Canaria, sede vacante)) lg. ((Visitó el
hospital de Telde en 28 de Agosto de 1539, el mismo Vivas por
el ilustre y reverendísirno Señor Don Alonso Virués, Obispo de
Canaria. En 23 #de Enero del mismo año de 1541, visitó el hos-pital
de Telde, el Obispo Virués con su provisor Padiila. Fir-maba
así: A. Virués, Obispo de Can."»'O . «El Obispo Don Diego
Deza visitó en persona el hospital de San Pedro Martir de este
pueblo en 26 de Noviembre de 1557 y en 4 de Agosto de 1559))".
«Visitaron el dicho hospital por el mismo Obispo (D. Diego
Deza) en 1555 el muy magnífico y muy reverendo Señor licen-ciado
Fernán González Acosta; en 4 de Mayo de 1560, el muy
magnífico y muy reverendo licenciado Don Luis de Padilla, deán
y can6nigo de Canaria; en 1 de Octubre de 1563 y en 24 de Fe-brero
de 1564, el muy magnífico y muy reverendo Señor Don
Francisco Niño de Rivera, capellán de la Real Majestad, maes-trescuela
y canónigo de Canaria; y en Mayo del mismo año
ue 1564 ei muy magnífico y muy reverencio Señor iicenciaao
Frutos de Aceytuno (que se firmaba Acetuno), canónigo de la
canongía magistral, todos provisores, jueces, oficiales, visita-dores
y vicarios generales en lo espiritual y temporal)) ".
l1 JOSÉ MARÍA DE ~UAZNAVARY FRANCIA01: ).C it.: p. 635.
l8 Ibid., p. 631.
l9 Ibid., p. 648.
Ibid., p. 648.
21 Ibid., p. 649.
22 Ibid., p. 648.
Núm. 29 (1983)
La prosperidad económica del hospital fue, de todos mo-dos,
efímera; ya a fines del siglo xv~p, or venta de sus princi-pales
projjiedades, según lo dispuesto por real orden, queda
reducido a un simple asilo doarde se cobijaban de seis a ocho
enfermos, y va a arrastrar una vida lánguida durante los si-glos
xvn y XVIII, «a pesar de los esfuerzos de sus administra-dores,
el presbítero Don Diego Navarro y Don Francisco Anto-nio
Rivero, y los bienes dejados al hospital por D. Francisco
del Toro, según testamento otorgado ante Pedro Curra el 3 de
julio de 1763)) 23.
Otras noticias del hospital en estos dos siglos, XVII y xv111,
alguna d.e las cua.les dan idea de su precario estado, son las si-guientes:
cláusula del testamento ?de Diego Rodríguez de Aguiar,
otorga60 en ei Vaile de Los Nueve íTeidej ei 26 de abrii de i632
ante el escribano Luis Norman, que dice: «Item declaro que yo
tengo a tributo de por vidas Unas tierras en La Rocha que son
del espita1 del Señor San Pedro y de ellas pago dies y siete
Reales Ca.da año por Cada noviembre y d-eclaro estar pagados
Los c"rrid"s nobiem,üre &, y y m
años Las quales tierras e dado a mi hijo Sebastián Rodrígues
para que En el dicho Cargo Las aya y gozenZ4C. láusulas del
testamento de Luis ,de León Cárdenas Fullana, regidor de esta
isla de Canaria, otorgado en Telde el 20 de marzo de 1653, ante
el escribano Joan de Vergara Pereda: «Etem mando que se dé
al Hospital del Señor San Pedro Mártir de la ciudad de Telde
doscientos Reales en lienzo y lana para colchones a los po-bres
porque me consta .la gran falta que tiene de esto el tal
hospital y 'de mantas que así encargo a mis albaseas por Ser-
------ 2- 'KT ---- L--- m--= ----- ?-- -Y..- vicio ut: ~uues~r-nuw lur se IUS U ~ I Ie íi ia fU~11.aq fie teiIg0 dicho
al maiordomo del dicho Hospital y no en dinero y se informen
de la maior necesidad que el dicho hospital tiene para los di-chos
pobres y se paguen de mis bienes)). Declaración de la venta
23 Jum BOSCHM ILLARESL: OS Hospitales de San Láaaro de Las Pal-mas
y de Curacidn de la ciudad de Telde, Publicaciones del Museo Ca-nario,
1954, p. 179.
24 Protocolo I del Convento de San Francisco de Telde, fol. 307,
ARCHIVO HISTÓRICNOA CIONAseLc,c ión del Clero, libro 2.612.
535 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 7
de un tributo a favor del hospital de la ciudad de Telde por es-critura
otorgada «ante Andrés de Rosales por veinte y tres de
Abril de mil1 y seiscientos y treinta y ocho años)) 25. Cláusulas
del testamento de Andrea María de la Concepción otorgado
en Telde el 22 de diciembre de 1657 ante el escribano Diego de
Carvajal Guanarteme, y que son: «Item declaro que debo al
hospital ocho rreales y medio de tributo que Le pago mando
se pague de mis bienes)). Entre la relación de sus bienes, habla
de una propiedad que explota, «y de ello pago tresse Reales de
tributo En cada un año al hospital del Señor San Pedro lo
qual al presente de medias lleva Gaspar Rarníres)) 26. Cláusula
del testamento de María Lorenzo, mujer legítima de Juan de
Sossa, otorgado en Telde el 14 de diciembre de 1660 ante el es-
CT&8rly DisgU May--ur & CulÚas, la q-üe &,,lai;a, SolDi-e
sus bienes están impuestos dos tributos, uno de los cuales es
de 26 reales de r6dito anual que se pagan «al hospital del Señor
San Pedro en la Ciudad Como todo consta de las Escripturas
que En esta Razón se hizieron a las quales me Remito)) Cláu-
-n..lu.-.l a UJ -GI L +m,.Ao b .a.-r-.r.. r c a+c-u U2G- unu,.u-:k-.u..~- guTn Ta---lLi-lAí--t ~lucu-A~c -u-r-g-a uA-u a-:-r-l rinc- q~a - uc
el 22 de junio de 1671 ante el escribano Hernando de la Cruz
Alarcón, que dice: «Item declaro me debe el mayordomo del
hospiltal de esta Ciudad cincuenta y tres reales mando se co-bren))".
En el testamento y última voluntad de Juana Guerra
Peñate otorgado en TeMe el 21 de septiembre de 1791 ante el
escribano Juan Nepomuseno Pastrana, se hace constar que su
madre «Lucía Peñate natural del Lugar de La Vega)) es difun-ta,
y su padre está ausente «en las Américzs ai más de sinco
años y hallandome enferma en este Hospital de San Podro
n,rA..+;w A* ,.AmA A- -7,-<..+,- .-.z,.-.. ...<A- --e Y A - 2 - 7- 2-1-
A V A ~ AU AL UG G u a u UG V G I I I ~ EC~~ L I V D ~ , .. . ~ L U GUG L ~ ~ p u l b a u~ a1 r1 i 1giw
sia parroquia1 del lugar de La Vega.. . e impone una misa rezada
a decir por su alma el día de San Pedro Mártir, «cada año en la
Iglesia de este Hospital.. . » ". ,
25 Ibid., fols. 165 y 174 v.
26 Ibid., fol. 277 v.
Ibid., fol. 265.
Za Ibid., fol. 108.
29 Protocolo I de Instrumento, fols. 574-78, ARCHIVOP ARROQUIDAE L
SANTBA R~GID(GAra n Canaria),
Núm. 29 (1983) 537
S DIEGO SUAREZ QUEVEDO
En el siglo XIX el panorama del hospital es cada vez más
sombrío; en 1808 la Real Audiencia dispone la supresión del
cargo d.e mayordomo nombrado por el obispo, dado su estado
ruinoso y carecer de lo necesario para su debido funciona-miento,
pasando a depender su administración a la corpora-ción
municipal de Telde. Su renta anual se ve aún más redu-cida
después de 1814, por lo que ya era previsible su desapa-rición
como institución independiente. «A pesar de ello, se es-tudiaron
dos soluciones tendentes al mejoramiento de su vida
económica; una, agregando al patrimonio del hospital la ca-pellanía
fundada por Francisco de Carrión en la ciiad.ad de Tel-de,
y otra en agregar también a dicho establecimiento los pro-ductos
de la Cofradía de las Animas, sita en la parroquia de dicha
cmdad. t,uii se peiisó ¿lue el pueblo güedaria bieE servido
y que se atendería a los pobres y enfermos que en él ingresa-ban,
p3ro reducidas, como acabo de decir, sus entradas y encon-trándose
en estado de ruina el edificio y sus inmuebles, se tomó
el acuerdo definitivo por parte de la Junta de Caridad y General
Socorro de LZS Talmas, obedecieridu a :a Real Grden qiie dis-ponía
se unieran a los más inmediatos los hospitales que por
su escasez de fondos no podían prestar utilidad a la humani-dad
doliente, de que los pocos que poseía, pasasen al Hospital
de San Martín de Las Palmas, a fin de prestar asistencia en este
centro a tres enfermos de la ciudad de Telde)) 30.
Así, en 1837, se cierra el hospital de San Pedro Mártir, sien-do,
al final, cinco las camas del de San Martín para otros tantos
vecinos de Telde, nombrados por la Junta de Beneficencia, de
acuerdo con el municipio teldense. Entre esta fecha de 1837 ,. * o 0 9 ,, 1- 1 0 oAm;,.,;fl+roni,ín AC,1 hncnif,,l r,nly,n ,,r~m ,,.. y 1003, ~ 1 l1a bual l a a u l r u r i r a b l a b r u r I ubi r ~ v o y ~ vv uu l~v v l u u u ~ u
nos del Ayuntamiento de Telde, hay una serie de pleitos, peti-ciones
y negativas entre la Diputación Provincial, la Junta de
Beneficencia y el municipio teldense, durante los cmles este
último va a crear dos plazas de médicos titulares de la ciudad
y üna & farmac&dtic=, q ~ eera n cendici~neci ndispens&!e~
para que el hospital de San Martín devolviera las rentas del
de San Pedro Mártir.
30 JUAN BOSCHM ILLARESH: istoria de la medicina. .., t. 1, p. 326.
538 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE .9
De todos modos, la situación no cambió para el hospital,
cuyas rentas no alcanzaban para su reparación y puesta en
condiciones. En 1903, en la casa donada por don Gregorio Chil,
se abre el hospital de San Pedro Mártir y Santa Rosalía, a
cargo de las Siervas de María. El nuevo hospital corrió igual
suerte que el anterior, sus ingresos eran insuficientes; su ad-ministración
pasó en 1907 al Ayuntamiento de Telde, y luego
al Cabildo Insular, en virtud de la Ley de Administración
de 1912.
Fueron muchas las vicisitudes por las que, desde 1837, pasó
el hospital de Telde, producto de una de las cuales ni su igle-sia
hubiera quedado en pie. «La vieja casa de Inés Chemida,
a cargo del Ayuntamiento, sirvió de albergue y cuartel al Regi-iI-
fierib de la ~eiiiai-cac~óidi,e sde 1841 a 1844, y a 1850 de d ~ ~ i -
cilio a D. Andrés Aguilar, que la repara a su costa por amenazar
ruina, añadiendole unas nuevas ventanas en lugm de las rejas,
levantando los techos de la sala grande y reparando el muro
del jardín que daba a la acequia de riego. Luego estuvo arren-
&a& par D. ,Jíisg U& Castillu ~ ~ i v a r ey. s f'de de\nde!tz
a la Junta de Beneficencia de Telde, estaba ocupada por sus
herederos. Luego es proyectado un Grupo Escolar, por la He-redad
del Chorro, después de derruir las cuatro habitaciones
destinadas a salas de enfermos, en el patio y solar de la iglesia,
cedido por el mispo Urquínaona a condición de que la ense-ñanza
fuera gratuita. El arquitecto D. Fernando Navarro trata
de llevarlo a cabo, pero surgen protestas y se pide que la admi-nistración
sea devuelta al Ayuntamiento por parte de la Here-dad
ael Chorro, y el proyecto queda sin efecto)) 31.
nmnrnlrrrn. - x ~ ; . . . ~ "
UC~DUG uuu pa5uLQinZ, ~ E2,~ 1953, EGSCPI~/li! !are~ ahu~gFY~T
la declaración del hospital de San Pedro Mártir como lugar his-tórico,
ruinoso pero todavía en pie 463 años después de su fun-dación.
Irremisiblemente demolido, queda Únicamente como
pervivencia, su iglesia, y aún así, en tal estado de abandono
y desidis, qUe parece ir,creib!e h q u !legade hautu muotros.
31 Ibid., LOS Hospitales de ..., p. 195.
Núm. 29 (1983) 539
DIEGO SUÁREZ QUEVEDO
LA IGLESIA
Enclavada en la casa solariega de los condes de la Vega
Grande 32, aunque sin techo y en un lamentable estado, aún se
mantiene en pie la ermita de San Pedro Mártir, iglesia del
desaparecido hospital de la ciudad de Telde, ((cuyas ruinas ac-tuales
datan nada más y nada menos que del desplome ocu-rrido
el 21 de Agosto de 1899, sin que hayan merecido una de
esas "operaciones rescate", que tanto se airean en nuestros me-dios
de información, aquí referida a una conveniente recons-trucción))
33. Al parecer en la actualidad existe el proyecto de, a
al menos, consolidación de los muros existentes; de hecho, el N
Iiii-^li--ti--L-riyurleitlrlLerle&
u, ac-~ei=dcoo i-, la pal=rqfiia de Saii juan de E
O
Telde, ha llevado a cabo la limpieza de lo que es el solar de la n-- m iglesia, hasta hace poco inmenso y vergonzoso basurero. Ojalá O
E
que ello ocurra, pues sería salvar una de las pocas representa- E
2
ciones arquitectónicas del último gótico en la Isla, e íntima- -E
meiite pigaUa Ict. e de y Oc-iJi-ra prOri-
3
to, ya que las ruinas claman el no poder resistir, mucho tiempo --
más, en tal estado. 0
m
E
La iglesia es bendecida el 14 de noviembre de 1551 «por O
Don Sancho de Trujiilo, Obispo de Marruecos, a petición del n
venerable Padre Sebastián Ramos, Mayordomo del Hospital, -E
siendo visitador apostólico de todo el Obispado de Canaria, a
2
en nombre del Obispo Fray Francisco de la Cerda, pertene- n
n
ciente a la orden de los dominicos e hijo del Conde de Cabra,
nombrado por el Papa Julio 111, que al no tomar posesión de 3
O
1%E i&3;is, d&gS sr; 61, C U n las palabICLS~ aliiCt>zsE p i ~ ~ o ~ - ~ ~
Marrochitanus)) 34.
Es difícil precisar 10 ocurrido respecto a la construcción
de la iglesia entre 1490, fecha de la fundación del hospital
y de la Hermandad de San Pedro Mártir, y este año de 1551,
3z CLAUDIODE LA TORREL: as Canarias orientales: Gran Canaria, Fuer-teventura,
Lanxarote, p. 300.
33 ALFONSO TRUJILLROO DRÍGUEZA:r te Gótico en Canarias, p. 13.
34 JUAN BOSCHM ILLARESL: OS Hospitales de ..., p. 176.
-540 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
en el cual las obras, sin las capillas laterales a su presbiterio,
están terminadas.
No es razón definitiva, como apunta P. Hernández Benítez,
para pensar que la iglesia estuviese ya construida el que en
los primeros años del siglo XVI, realizase bautizos en la parro-quia
de San Juan de Telde, «un sacerdote llamado Jorge Car-boso
que se titulaba Capellán perpetuo del hospital de San
Pedro Mártir)) 35. Dicho capellán lo sería del hospital, donde
dispondría de algún altar para oficiar, y auxiliaría espiritual-mente
a los enfermos.
No parece probable que hubiera obras en lo que a la iglesia
se refiere, hasta la década 1520-1530. El suponer esto se debe
a qiüe, por üii lado, ds 1525 es el coiitratu hecho ante el escri-bano
Cristóbal de San Clemente, por el cual se suministraban
materiales de construcción para el hospital de Telde3, y de
otro lado, por razones económicas; hacia los años 1520-1525,
sería cuando el hospital comenzaría a tener ciertos excedentes
sii ~ ü rsel rtas, y se decidiese !a evi"istiüeei6ii del Cte~;rloA. ei,
las obras serían rematadas hacia 1550 con la intervención (siem-pre
a falta de una constatación documental definitiva) de Juan
de Palacios, cuarto maestro de la catedral de Las Palmas37.
Es decir, unos veinticinco o treinta años para la construcción,
lo cual es aceptable dedo que habría preferencia y concentra-ción
de maestros y mano de obra en la fábrica contemporánea
de San Juan de Telde.
La construcción de la pmera de las capillas, a la derecha
del presbiterio, no debe hacerse esperar mucho, dado los ca-
L 2 , e - L . 1 L ,-,-^-.ii-:.L-,^ ~'ac~eregsu ~ l w oq ue auu 1~1ut:aua*~u 3 GPSU~ILLU~. rleow~uu~e-mente,
en la segunda mitad del siglo XVI. Respecto a la otra
capilla, parece ya del siglo XVII avanzado, realizándose su cu-brición
a finales de esa centuria, o ya en el XVIII, ateniéndonos
a la cubierta localizada, y que, creemos, fue la suya.
55 PEDRO HERNÁNDEZ BENÍTEZ: Op. cit., p. 196.
36 MARÍA DEL CARMEN FRAGA GONZÁLEZ: La arquitectura mudéjar en
Canarias, p. 226, nota 74.
37 Zbid., p. 43, nota 96.
Núm. 29 (1983) 541
«El 5 de Septiembre de 1573, fue fundada por el Obispo
Fray Juan de Alzórolas, la Cofradía de la Vera Cruz, cono-cida
también como de La Sangre, conforme a una Bula de
Paulo 111. Estaba encargada de los cuidados de la hospitali-dad,
de la procesión del Jueves Santo, sermones de los viernes
de Cuaresma, cera, monumento y fiesta de la Cmz; actos reli-giosos
que tenían lugar en la iglesia de San Pedro, contigua
al Hospital)) 38.
Además de las sinodales del obispo don Cristóbal de la Cá-mara
y Murga, que en su apartado dedicado a Telde reseña que
tiene ((Hospital con bastante renta)) 39, tenemos en el siglo XVII
las siguientes noticias referentes a la iglesia: cláusula del tes-tamento
de Salvador Medina Criador otorgado en Los Lla-nos
(Telde) el 21 de julio de 1615 ante el escribano Mathías
Dávila, que dice así: ((Item mando se )diga por mi ánima Una
missa resada a Nuestra Señora de La Soledad En Su altar en
el hospital de esta Ciudad)) 40. Cláusula del testamento de Ma-ría
de Jesús, mujer de Sebastián Herrera, «ausente en las In-dias
de Su Magestadn, otorgado en Telde el 15 de enero de 1623
ante el escribano anterior, y que entre otras varias misas pide
se diga ((otra a Nuestra Señora de la Soledad en San Pedro
hermita donde estb41. Cláusula del testamento de doña Ana
Tello Suárez, otorgado en la Ciudad Real de Las Palmas el 3 de
junio de 1634 ante el escribano Bartholomé de Mirabal, que
dice así: «Item mando que para La lámpara que alumbra a el
Santo Christo y Nuestra Señora de la Soledad en la hermita
de San Pedro Mártir de Telde otra botija de azeite La qual
se le dé» 42. Cláusula del testamento de Lorente Rodríguez Per-domo,
otorgado en Telde el 5 de agosto de 1637 ante el escri-
" JUAN BOSCHM ILLARESL: OS Hospitales de. .., p. 178.
39 Constituciones Sinodales del Obispado de la Gran Canaria y su
Santa Iglesia con su primera fundación y traslación, vidas sumarias
de sus Obispos y breve relaczón de todas las szete Islas. Compuestas
y ordenadas por el Dr. Don Cristóbal de la Cámara y Murga, fol. 339.
Ms. cit., fol. 339, ARCHIVOH I ST~RICNOA CIONALse, cción del Clero,
libro 2.612.
41 Ibid., fol. 345.
Pbid., fol. 413.
543 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 13
bano Mathías Dávila, que entre varias limosnas, ((al Santo
Christo en San Pedro mando dos Reales y otros dos a Nues-tra
Señora de La Soledad En el dicho hospital)) 43. Cláusula
del testamento de Luis de León Cárdenas Fullana, «Regidor
de esta Isla de Canaria)), otorgado en Telde el 20 de marzo
de 1653 ante el escribano Joan de Vergara Pereda, que trata
de la imposición de una misa cantada, a decir el 3 de noviem-bre
u otro día siguiente, «a la conmemoración de los finados
(difuntos) que es a dos de noviembre en la yglessia y ospital
del Señor San Pedro Mártir de la dicha ciudad de Telde a las
ánimas solas que están en purgatorio de los cuerpos sepulta-dos
en el dicho ospital y se digan por los beneficiados de la
parrochial de esta ciudad)) 44. Cláusula del testamento de Juan
Alonso Gómez Labrador, otorgado en Telde el 30 de enero
de 1660 ante el escribano Diego Mayor de Cubas, por la cual
manda decir una serie de [misas, y entre ellas «otra al Santo
Christo del hospital)) y «otra a Nuestra Señora de La Piedad
en el hospital)) 45. Cláusula del testamento de «Isavel» Cudina
otorgado- en Telde el 27 de mayo de 1661 ante el escribano Juan
Bauptista Geroffo: {t. . . quiero y es mi voluntad que El día de
la Cruz Se me digan tres missas ressadas perpetuamente En la
dicha hermita y hospital del Señor San Pedro a Nuestra Se-ñora
de La Piedad y que Se digan por tres Capellanes de los
de esta ciudad prefiriendo Siempre los tres más antiguos))*.
Cláusula del testamento de Beatriz Gutiérrez otorgado en las
Vueltas de Valsequillo (Telde) el 6 de noviembre de 1672 ante
el escribano Hernando de la Cruz Alarcán, que dice así: «Item
una missa ressada a Nuestra Señora de La Piedad y se pague
de mis bienes)) 47. Cláusula del testamento de Juan Torres, otor-gado
en Telde el 21 de agosto de 1675 ante el anterior escri-bano,
por la cual manda decir, entre otras varias, una misa
«a Nuestra Sefiora de La Piedad en el Hospital)) 48. Cláusula
=mi.io,i . 396.
M Ibid., foL 168 v.
45 Ibid., fol. 202.
* Ibid., fols. 80 v.-81.
47 Zbíd., fol. 131.
48 Ibid,, fol. 51 v.
del testamento de Francisca Luis de Soto, viuda de Alonso
Ruano, otorgado en Telde el 20 de octubre de 1695, por la que,
entre varias misas rezadas, manda decir «otras dos a Nuestra
Señora de La Piedad en el hospital de esta ciudad)) 49.
En el siglo XVIII hallamos la referencia al hospital en las Si-nodales
del obispo don Pedro Manuel Dávila y Cárdenas so, y
además las siguientes noticias: cláusula del testamento de Ma-ría
García, otorgado en Telde el 5 de mayo de 1704, certifica-ción
del notario Joseph Próspero Balboa por la cual impone
las Misas de la Luz «en cada un año que se me digan en el
hospital del Señor San Pedro Mártir de esta ciudad, en el altar
de Nuestra Señora de La Piedad por los Religiosas de mi Padre
San Francisco de esta dicha ciudad» 'l. Cláusulas del testamen-to
de doña María Celia Romero, viuda del capitán don Diego
Romero, «que lo fue de la Artillería de esta Isla)), otorgado
en «su casa que está en la Plasuela de los Romeros de esta
ciudad de Telde)), el 19 de noviembre de 1752 ante el escribano
Marcos Ojeda y Naranjo, que dicen: «Y assimismo mando que
del mismo modo se me cante una missa a Nuestra Señora de
La Piedad en el Hospital de esta ciudad con ministros y por
su limosna señalo dosse Reales= y se entiende que dioha misa
se me ha de cantar en el viernes de los Dolores, lo que declaro
para que conste)). «Item quiero y es mi voluntad se le den a
Nuestra Señora de La Piedad de esta ciudad de Telde dos ves-tidos
o basquiñas que tengo el uno Blanco y el otro Violado
de que del uno se le puede hasser tfmica y del otro manto 10
que declaro para que conste)) *. Cláusula del testamento de
Antonio Rodríguez, otorgado en Telde el 25 de enero de 1766
ante el escribano Joseph Agustín de Alvarado, por la cual im-pone
tres misas rezadas que han de decir los religiosos del
convento de Telde, «que dos de ellas se me an de desir en el
49 Protocolo 11 (?) del Convento de San Francisco de Telde, fol. 156,
ARCHIVO IIISTÓRICIOY ~c~oflfsie, cci611 del Zkiü, iibiü 2.616.
50 Constituciones y nuevas adiciones Sinodales del Obispado de las
Canarias. Por el Ilmo. Sr. Pedro Manuel Dávila y Cárdenas, pp. 492-93.
51 Protocolo ? del Convento de San Francisco de Telde, fols. 191-191 v.,
ARCHIVHOI ST~RICNAOC IONAsLec, ción del Clero, libro 2.611.
52 Ibid., fols. 116v.-117 y 117 V.
544 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
por vez primera en 1634, goza de una continuada devoción has-ta
fines del XVIII; c) Nuestra Señora de la Soledad, es citada des-de
1615, y deja de ser nombrada a partir de 1637. Como no apa-rece
en la relación de imágenes aludida, cabe pensar que des-aparecería
hacia mediados del siglo XVII; d) Nuestra Señora
de la Piedad, es citada desde 1660, y es objeto de una gran de-voción
hasta fines del setecientos; e) Nuestra Sefiora de los
Dolores debe ser imagen relativamente tardía, de la segunda
mitad del siglo XVIII, pues sólo es citada a partir de 1766, y su
altar, que como veremos es muy posiblemente el Mayor, hoy
día, de San Francisco de Telde, es un retablo barroco, plano
y con estípites, cuya factura es de pleno siglo XVIII; f) por lo
mismo, la aludida relación de imágenes de la iglesia. debe ser,
cuando menos, de la segunda mitad del siglo XVIII; g) resulta
curioso que San Pedro Mártir, titulax de la iglesia y del hos-pital,
no goza de la devoción de qce son objeto las anteriores
imágenes.
Respecto al siglo XVIII, cabe aludir a la Cofradía de la Pie-dad,
la cual tuvo su sede en la iglesia, lo que supondría un
fomento en la devoción a su titudar. «Sus cuentas comienzan
en 1752, y fue establecida por el Beneficiado de Telde, Don
Domingo Monagas y Sorita~
Dürante el siglo XIX la iglesia debió de acompañar al hos-pital
en su trayectoria de progresivo abandono y decadencia,
que culminará con el desplome del techo del templo a fin
de siglo. «En ella se continuó diciendo misa hasta el día 7 de
Diciembre de 1846, . . . )) 58.
En relación a la vida religiosa de la iglesia, cabe, en fin,
reseñar los actos de tal índole, fijos, que cada año se cele-braban
en su sede: Viernes de Dolores: función solemne por el
Beneficio de San Juan; Domingo de Ramos: procesión del Señor
Predicador; Jueves Santo: procesión d.el Cristo y la Virgen de
los Dolores, que organizaba la Cofradía de la Vera Cruz o de
la Sa~gre,a sí como las funciones religiosas del 3 de mayo,
día de la Invención de la Santa Cruz. El día de San Pedro
57 PEDROH ERNÁNDBEEZN ÍTEZ0:1 ).c it., p. 221.
58 JUAN BOSCH MILLARES: LOS Hospitales de ..., p. 191.
546 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTPCOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 17
Martir, 29 de abril, se celebraba una función solemne en la
iglesia 59.
Como recuerdo y pervivencia del desaparecido hospital de
San Pedro Mártir y su iglesia en ruinas quedan los nombres
de las calles que, perpendiculares a la carretera de acceso a
Telde desde Las Palmas, bordean la iglesia por su costado nor-te
(calle de San Pedro) y al ambulatorio de la Seguridad So-cial,
enclavado en el solar del viejo hospital, por su lado sur
(calle de Inés Chemida).
Descripción de la iglesia
Aunque modificada la idea inicial al abrir una puerta a la
calle, en su testero (lámina 11, 21, y tapiar la de los pies (lámi-na
11, 11, se trata de una construcción cristianamente orientada,
con su cabecera mirando hacia oriente.
Planta (plano 1)
La planta marca una T o cruz commissa, de brazos muy cor-tos,
constituidos por dos capillas posteriores; es decir, la idea
inicial era la de una pequeña planta salón de una sola nave.
A cada capilla se añaden por su lado Oeste sendos habitáculos,
muy pequeño el de la derecha y de uso incierto, y que parece
obra más o menos reciente (posible habitación para conduc-ciones
de agua o generadores de luz); el de la izquierda, ma-yor;
cnrrespnnde a la sacristia y es de 11. nhra k_ni~~~1hml, q i ~ e
su acceso desde la nave aparece hoy cegado, y abierto un nue-vo
acceso y un vano superior a la capilla correspondiente. La
nave propiamente dicha, de unos 17,5 metros de largo, desem-boca
en un amplio presbiterio de unos 6,5 metros de fondo.
La anchura (de ambas partes es la misma, 8,s metros aprhxi-madamente.
La pequeña sacristía es, prácticamente, un cuac
drado de 4,5 por 4,2 metros, y las dimensiones de las capillas,
iguales, son 6,5 por 4,5 metros, aproximadamente.
59 PEDRO HERNÁNDEZ BENÍTEZ: Op. cit., pp. 227-28.
I I
I l
- - NICHO OE FONDO
Y CONTORNO
- RECTANGULARES
1 ) I I
I I 1 I
SACRlST lA .PIADA
:CESO
ISTIA
Plano 1: Planta de la iglesia.
CONTORNO
ECTAGULARES
TAPIADO
HOSPITAL - E
DESAPARECIDO 2
E
E
O
n
/RESTO DE ROSCA DE E
ARCO, POSIBLEMENTE -
a
APUNTADO. DE PUERTA
DE COMUNICACION CON n
EL HOSPITAL n
n
3
O
ESCALA 1:lQ
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE
No se advierte ningún escalón diferenciador entre nave y
presbiterio, ni resto de pavimento, aun ahora después de la
limpieza llevada a cabo en el interior de la iglesia.
Lo que sí parece muy probable es que tuviera, de madera
(de ahí que no quede ni rastro de él), un pequeño coro a los
pies y en alto sobre la puerta principal primitiva, hoy tapia-da,
y al que iluminaría el óculo superior, también tapiado (lá-mina
11, 1). Con ello quedaría la iglesia incluida, con todas las
variantes y matices que se quieran, en un tipo cercano a la
iglesia conventual del gótico Reyes Católicos. Esta suposición
del coro parece confirmarla la cláusula del testamento de
((Isaveln Cudina otorgado en Telde el 27 de mayo de 1661 ante
el escribano Juan Bauptista Geroffo, que trata de la imposi-ción
de una misa cantada, «con sus ministros el día de La
Santísima Cruz En le1 hospital de San Pedro Mártir adonde se
celebra Su fiesta y que a ella tenga obligación de asistir el
Beneficiado Segundario en el Coro y por el otro (eran dos los
Beneficiados de Telde) Sea dicha la missa y para ello señalo
Catorse reales de limosna.. .N
Alzado
Lo conservado de los muros, es prácticamente el total de
los mismos hasta el arranque de la cubierta. Son de piedra
y encalados exterior e interiormente. En el muro occidental
(lámina 11, 1) es visible el acceso principal primitivo, tapiado, así
como un óculo superior presumiblemente de iluminación al
coro. Ei trazado dei arco iigeramente apuntado de esta eniracia
principal es aún perceptible. La posible portada que tuviera
la iglesia, no quedaría muy lejana a la que ostenta la iglesia
de San Juan de Telde. Individualizada del resto del muro, en
piedra gris sobre el encalado, según presupuestos portugueses,
y enmarcada en su mitad superior por un aifiz que termina infe-riormente,
como en la portada de la parroquia teldense, en unos
Ms. cit., fol. 81, ARCHIVOH IST~RICNOA CIONAsLe,c ción del Clero,
libro 2.612.
Núm. 29 (1983) 549
20 DIEGO SUÁREZ QUEVEDO
remates vegetales, muy del estilo Reyes Católicos, y que se da
en la Isla, a saber, en la portada gótica del Palacio Episcopal
de Las Palmas.
El muro Norte (lámina I), aparece algo más recortado supe-rionnente,
no dejando ver el remate de los vanos que en él se
abren, pero que parecen fueron rectangulares, como lo es el
de la pequeña sacristía, la cual conserva en una de sus es-quinas
una graciosa almena decorativa. En el muro Sur, es
perceptible el aludido habitáculo a continuación de la capilla
de ese lado, y un acceso adintelado, no original, que comu-nica
la iglesia con el pasillo, que hoy día la separa del ambu-latorio
edificada en el solar del viejo hospital. Este nuevo
acceso se sitúa algo más al Oieste que el primitivo de comuni-bnmanb<
lAu-i ~bn u-- i r Au:~,-.Lbfi r r uL~ -rc"v-:o+.p-.l +~+~,.-.a-:,.-a.~A-p ,l auu,-pm -. cxu 2-1 A,..-.? UGL bual eC ~ ~ i g b k ,
al interior, ver parte de la rosca de su arco, muy posiblemente
apuntado. Por su parte, el muro Este, el primitivo testero de la
ermita, muestra las obras posteriores hechas en él: dos vanos
rectangulares y una puerta adintelada con un vano superior
nn+a;nAr\ I I X m ; n n TT C)\ n r r c r n P n n i - , * v n n l n m ; n ; m + n n m n r r ; A n n + n T(..n;n
X7LU FiJaUV \IaIILYI<;IL, L, Y 7, U U J a J.<;I,UUUJ.C& U I Q i U I b I U U í I , =U G V I U G L I U F í . VUI IU-samente,
dicha puerta no se sitúa en el eje de la iglesia, sino
ligeramente desviada hacia el Sur (plano 1). Sobre esta puerta
se alzaba una espadaña 61.
El acceso al presbiterio desde la nave de la iglesia, se efec-túa
a través de un arco doblado y ligeramente apuntado, muy
bien conservado (lámina 111, 1), que apoya sobre sendos pilares
adosados, con una 'media columna en sus frentes. Siguiendo
la construcción geométrica de Moreno García 62, y dado que las
dimensiones coinciden casi exactamente, el posible trazado de
este zrcc es e! qze ~ n ~ e s t!rz zf ig~rul..
La presencia de este tipo de arcos en esta construcción del
gótico final es enteramente explicable. En su agonía, el gran
61 Se trataba de una airosa espadaña, clasicista, con un vano de me-dio
punto para la campana, como puede apreciarse en las obras: JUAN
Bosc~M IIWES: Historia de la medicina. .., t. 1, foto núm. 16; PEDRHOm -
NÁNDEZ BENÍTEZ0: 1).c it. Reproducciones fotográficas correspondientes
a la p. 195.
FRANCISCMOO RENOG ARCÍAA: rcos y bóvedas, p. 35.
550 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LAMINA 11
1: Exterior del muro occidental. Entrada principal primitiva
y óculo, tapiados.
2: Nuevo acceso adintelado en el muro oriental.
LAMINA IV
1: Parte superior del arco levemente apuntado de ingreso a la capilla
derecha.
2: Vista de la capilla del lado izquierdo del presbiterio.
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 2 1
estilo vuelve la vista hacia el purismo de sus inicios; es decir,
hay, como es notorio en la arquitectura gótica espafiola del si-glo
xvr, «todo un planteamiento de remodelación del sistema
gótico mismo» 63, aquí traducible en una preferencia por el arco
apuntado equilátero, propio o más representativo d.el protogó-tico
y del gótico del siglo XIII, y un desecho del arco lancetado,
característico del siglo XIV.
Figura 1: Posible trazado del arco de acceso al presbiterio.
La posible inspiración de estos arcos apuntados de la igle-sia
de San Pedro Mártir y los propios que ostenta en su prs-bitwio
la iglesia de San Juan de Telde, parece que haya que
buscarla en los de la catedral de Las Palmas, cuya obra gótica
nhovnn rln 1 Knn o 1 Frln intamroln An finmnn niin inol~i~m rez. aUaI ba Ub lU"V LIi I V I "> I I L V U I Y ",A" =U VI"I.AP/" y-" i . A A " I U J "
lización de las fábricas teldenses citadas; máxime teniendo an
cuenta que de uno de los arquitectos catedralicios, Juan de
63 VÍCTOR NIETO ALCAIDE: La luz, símbolo y sistema visual, p. 135.
NQm. 29 (1983) 551
22 DIEGO SUÁKEZ QUEVEDO
Palacios, es segura su intervención en la fábrica de San Juan
de Telde, se@n testirionio del propio maestro s4, por escritura
dirigida a Cristóbal García, patrono de la iglesia, desde 1534 'j5,
y por otorgación de carta de pago en la construcción, en 1543,
de su capilla rnayor'j6. Sin refrendo documental, está la inter-vención
de este arquitecto en la obra del hospital de Telde
(por la fecha se trata sin duda del templo) hacia el año 1550 ".
El panorama se complica, en la búsqueda de inspiración
para estos arcos, al querer enlazar con el gran modelo que si-gue
la fábrica gótica de la catedral canaria, la catedral de Se-villa,
pues si bien en ésta se emplea el arco apuntado equilá-tero,
de dos centros o puntos, como el comentado, también a
se dan los de cuatro o cinco puntos 68. E
De los dos soportes del mencionado arco de acceso al pres- o
n
biterio, el de la derecha (lámina 111, 2) tiene su capitel práctica- - m
O
mente destruido, conservando, en cambio, mejor que su homó- E
E
2 logo, una especie de entablamento superior corrido de aire E
clasicista, eoncordantu en mayor medida con los presupuestos
platerescos que informan la factura 6e ambos soportes. El ca- 3
pite1 del soporte izquierdo (lámina V, 11, está bastante bien con- -
0
m
servado y es muy interesante. No es exactamente un capitel
o corrido, pero el de la columna, se prolonga al pilar por una
especie de gran bellota o piña; muestra unos mascarones en las n
E esquinas, que enmarcan a una especie de frutos dispuestos en- -
a
tre cordones trenzados. Por debajo de dicho capitel, en la co- n
lumna, es visible una arandela a modo de collarino de clara n
zscendencia lusitana, que, como veremos, se repetirán en los O3
soportes de acceso a una de las capillas.
e4 JES~IPSE RNÁNDEZP ERERA:S obre los arquitectos de la catedral de
Las Palmas, 1500-1570, Priblicaciones del Museo Canario, 1960, p. 281.
65 MANUELL OBOC ABRERAA: spectos artisticos de Gran Canaria en el
s i g h XVI. S u c ~ m ~ ~ íptaorsu sü histortü, pp. 55-57.
~ Q A R ~ A DEL CARNIENFR AGGAO NZÁLEZO: p. cit., p. 43, nota 95.
Zbid., p. 43, nota 96.
68 VICENTE LAMPÉREZ Y ROMEA: Histo~ia de la arquitectura cristiana
española en la Edad Media, t. 11, p. 463.
552 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 23
La capilla más antigua parece ser la de la derecha del pres-biterio,
cuyo acceso es aún un arco apuntado (lámina IV, l), si-milar
al de entrada al propio presbiterio, comentado. Los so-portes
son ahora pilares adosados, que muestran unos finos
baquetones acodillados en el ángulo de entrega al muro (lámi-nas
V, 2 y V, 3). El capitel de la derecha !(lámina V, 2) es más
similar. al comentado de acceso al presbiterio (presumiblemen-te
estos dos capiteles y el destruido desarrollarían un cierto pro-grama
iconográfico), que su pareja; presenta los mascarones alu-didos,
roleos, alguna «perla» y cardinas. El capitel de la iz-quierda
\(lámina V, 31, es a base, casi exclusivamente, de cardi-nas.
Ambos son ahora, plenamente, capiteles corridos, y mues-tran,
superior e inferiormente, sendos «collarinos de eviden-te
fzetüra, f ü ~ i ~ ü l a hi xi~ ltaiia".S obre ei capitei cie ia derecha
es visible una de las svásticas o cruces gammadas (lámina V, 21,
que P. Hernández Benítez remarca como signos lapidarios gra-bados
en uno de los arcos de la iglesia 70. La otra capilla, a la
izquierda del presbiterio, parece más reciente, teniendo como
accem UZ irregWir arco U2 iiiediü p-idm, que apoya sobre unos
pilares adosados con capiteles corridos, muy sencillos, hechos
a base de simples molduraciones (lámina IV, 2). La factura de
este acceso, en su conjunto, es más clasicista.
Ambas capillas en sus muros de fondo, muestran unas hor-nacina~
rectangulares, restos, posiblemente, de sus correspon-dientes
retablos.
La pequeía sacristía, tiene cegado su primitivo paso a la
nave, lo que es aún visible; a su vez, se hizo un nuevo acceso,
y un vano, desde la capilla correspondiente a ese lado cuando
&tz f i ~ e~ fiz&&;S U trata & 1% q-$&i 6s la byuierb, qm
hemos catalogado como más reciente, de arco de medio punto
en su acceso desde el presbiterio. Por su parte, la sacristía
presenta un vano rectangular, en su muro Norte, que exterior-mente
parece tal vano (lámina 11, pero que interiormente más
nnrece cna pi~er,, tapisd=, 6-r: l;arts f ~ f e r i o ~ . r--
69 ALFONSOT RUJILLROO DRÍGUEZ: Op. cit., p. 13.
70 PEDROHE RNÁNDEZ BENÍTEZ: 0 p . cit., p. 196.
Num. 29 (1983) 553
Accesos y vanos
A modo de resumen, ya que han quedado comentados en
el apartado anterior, diremos que, siempre en piedra desta-cados
del resto del encalado muro, los tipos son diversos.
En cuanto a los accesos, los hay de arco apuntado, de medio
punto y adintelados; y rect~ngulares, en vertical o apaisados,
los vanos, salvo el pequeño óculo tapiado del primitivo muro
de poniente.
Por lo farragoso que resultaría, prescindimos de relacionar
sus dimensiones, deducibles, por otro lado, del plano 1.
B u
N
Cubierta O
n - m
O
E En la actualidad, la iglesia carece de todo cubrimiento, pero E
2 pueden hacerse ftindad.as hipótesis. Así, para el cubrimiento -E
interior: Uada Iz fuma aperier de !es res Oeste (Ihina I, I! f
y sobre el acceso al presbiterio (lámina 111, 11, la cubierta de la ?j
nave fue a dos aguas o en artesa. Lo mismo puede decirse, pero -
0
m
E en sentido transversal, de la capilla más primitiva, la de la de-
O recha del presbiterio, por la forma de su muro de fondo, en la
parte alta. Por otra parte, y esto es válido para la cubierta in-
E terior en todos los sectores d-e la iglesia, dado que los muros
no presentan elementos responsorios adecuados, resulta invia-ble,
en aras de su carácter gótico, una posible cubierta nervada n
en piedra; y, al mismo tiempo, el no excesivo grosor de estos
mürvs invi ta a censiderar c ~ m 9la m& pmhahle 18, cubierta
de madera, lo cual, situ2ndonos en la arquitectura canaria, es
la usual. Esto parece confirmarlo el contrato que ante el escri-bano
Cristóbal de San Clemente se realizó en 1525, par e1 sumi-nistro
de ocho docenas de tablas de tea y otras piezas ?l. De este
m ~ G e , e2 los vzw?s de lz mve y de 21 citada capilla debió de
tratarse, simplemente, de una cubierta de madera a dos aguas
o de una artesa de madera. Con las modificaciones del primi-
71 MARÍAD EL CARMENFR AGAG ONZÁLEZ:0 2). cit., p. 226, nota 74.
554 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 23
tivo testero, el muro por esta parte de la ermita queda más
desvirtuado, pero lo previsible, por la forma superior del muro
sobre su acceso, es que el presbiterio continuara la cubrición,
en madera, a dos aguas o en artesa, de la nave.
Respecto a la otra capilla, a la izquierda del presbiterio,
sus muros acabados horizontalmente en sus partes altas, no
dan señales de cubrimiento a dos aguas o en artesa (láminas 1
y IV, 2). Es a esta capilla, la más reciente, a la que creemos co-rresponde
la techumbre localizada. Al parecer, tras el desplo-me
del techo de la iglesia en 1899, la cubierta interior de esta ca-pilla
fue reutilizada en la cubrición de un oratorio particular si-tuado
en el municipio de Santa Brígida. El citado oratorio, cons-trucción
reciente, de inicios de este siglo, muestra una techumbre
interior, que en nada se corresponde con el resto de la edifi-cación,
y cuyas dimensiones coinciden con las de nuestra capilla
en la iglesia de San Pedro Mártir (6,5 por 4,5 metros aproxi-madamente);
parece haberse hecho la construcción en función
de la cubierta de madera. Se trata de un artesonado mudéjar,
cuyo harnerueio ocñavacio está formado por cuaciraaos de iace-ría
y vacíos que dejan ver el tablero sustentante; de una gran
piña central cuelga la lámpara. Los ocho faldones quedan divi-didos
por calles convergentes hacia el aludido harneruelo (lámi-na
VIII). Cuatro pechinas, situadas en las esquinas, y asimismo
de madera, proporcionan el paso al octógono de la cubierta des-de
el rectángulo que es la planta de la edificación. Las calles
que enmarcan los cuatro faldones de las esquinas, presentan
roleos vegetales, naturalistas, de influjo barroco, los cuales dan
para este techo la data de fines del siglo XVII, como muy tem-
--Li prarra. P~SLU nü queda en desacuerdo con ia capilla de ia errni-ta,
la más tardía, cuya cubrición pudo efectuarse, efectivamen-te,
a fines del siglo XVII, o incluso ya entrado el siglo XVIII. La
cubierta en cuestión es, pues, una armadura cupuliforme de
ocho faldones, y, ateniéndonos a Lampérez, corresponde a aque-
1IL1ctU~ -c-L -l las cuales el tii.'uiero, as c~iisti-uctivo,s ust¿.r.itaiite, y el en-cintado
decorativo puramente ".
72 VICENTE LAMPÉREZ Y ROMEA: 01). cit., t. 111, p. 515.
Num. 29 (1983)
26 DIEGO SUÁREZ QUEVEDO
Fkspecto a la cubierta exterior de la iglesia,, y siempre con
tejas curvas, debió de ser a dos aguas en toda la construcción,
excepto en la capilla izquierda del presbiterio, que, correspon-diendo
a su techumbre interior, comentada, cupuliforme de
ocho faldones, presentaría exteriormente una cubierta a cua-tro
aguas.
Materiales
Los materiales de construcción presentes en las actuales
ruinas de la iglesia, son la piedra y la cal. Pied-ra volcánica,
visible en el enmarque de accesos y vanos, y recubierta de cal
en los muros. Se obtiene de este modo, la dicromía gris-blanco,
constante de ia arquitectura canaria, de ascendencia portu-guesa
73.
Por lo que en los actuales restos del templo puede apre-ciarse,
la piedra es utilizada en forma de sillares regulares
en los enmarques de accesos y vanos, es decir, en las partes
vistas, y en la casi t"taii&.d & los imms loajo el eiica~ado,
también sillares; hay, no obstante, determinadas zonas de muro
donde se aprecia el uso de silla.rejos o simplemente de piedras
más pequeñas e irregulares !(láminas 111, 1 y IV, 1).
Luego está, muy posiblemente, el empleo de la madera de
pino, «la tea)), para el coro y la cubierta interior, cubierta que
exteriormente sería de tejas, o sea, que el material usado fue
el barro.
El uso de todos estos materiales de construcción, tanto los
seguros como los que hemos considerado muy probables, re-sulta
eliteraílerl~- numlzl y- -GN~, C-jmO &S"ibdciSii,
en la arquitectura religiosa canaria del momento, y hasta fi-nales
del siglo XVIII.
73 JESÚS HERNÁNDEPZE RERA:L a arquitectura canaria y Portugal, co-municación
pronunciada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Uni-versidad
de La Laguna el 2 de diciembre de 1967, ((Anuario del Instituto
de Estudios Canarios)), año 1968, p. 73.
556 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS
Constructores de la iglesia
Definitivamente seguro, nada puede afirmarse al respecto.
Dado el cierto paralelismo de obras, con la iglesia de San Juan
de Telde, entre los años 1520-1525 y 1550, aproximadamente, po-dría
pensarse en la intervención en la iglesia de San Pedro Már.
tir, de los maestros que se sabe trabajan en la fábrica de la pa-rroquia
teldense.
En cuanto a arquitectos, se tiene: a) P. Eernández Benítez
afirma que las obras de San Juan de Telde, estuvieron primera-mente
a cargo de Diego Alonso Nl~ntaude~a ~e;s te arquitecto,
primero de la fábrica de la catedral de Las Palmas entre 1500
y 150475p, udo deberse la traza, ideas y sugerencias para las
obras inicales en la iglesia hasta la intervención de Palacios.
b) Juan de Palacios, cuarto maestro que interviene en la ca-tedral
de Las Palmas a partir de 1533 76, se hace cargo de las
obras de San Juan de Telde en 1534, como consta en la escri-tura
dirigida a Cristóbal García, patrono de dicha iglesia"; al
frente de la construcción de esta iglesia continúa en 1543, se-gún
carta de pago otorgada para la construcción de su capilla
mayor 78. Por ello es posible su participación, entre 1534 y 1543,
en la fábrica de la iglesia de San Pedro Mártir, donde traba-jará,
casi con seguridad, hacia 1550 79.
Referente a los maestros canteros, es posible la interven-ción
de Lope Ortiz, citado corno cantero en Telde en 1534 80, y
del discipulo de Juan de Palacios, Juan Alvarez, los cuales par-ticipan
en la construcción de San Juan de Telde81; así como
del cantero portugués Miguel Almso, que labora en la fábrica
l4 PEDROH ERNÁNDEBZE NÍTEZ:0 p . cit., p. 67.
75 JESÚS HERNÁNDEPZE RERA:S obre los arquitectos d e la catedral ..., p&
ginas 255 y SS.
?"%d., pP. 286 y
71 MANUELL OBOC ABRERAO: p. cit., pp. 55-57.
78 MARÍAD EL CARMENF RAGAG ONZÁLEZO: p. cit., p. 43, nota 95.
l9 ZbZd., p. 43, nota 96.
MANUELL OBOC ABRERAO: p. cit., pp. 55-57.
PEDROH ERNÁNDEBZE NÍTEZ:O p. cit., p. 67.
Núm. 29 (1983) 557
de la parroquia teldense hacia 1531-1535 82. Su intervención se-ría
un factor más para explicar los portuguesismos, a los que
ya se ha aludido, existentes en la iglesia de San Pedro Mártir,
y por supuesto, dado el muy posible magisterio de Palacios en
su construcción, pues, en lo que a arandelas que interrumpen
la superficie de los soportes se refiere, nos ha dejado buena
muestra en los pilares de la catedral de Las Palmas.
Cabe la participación en la fábrica de San Pedro Mártir,
por las fechas que trabajan en Telde, de los carpinteros si-guientes:
Alonso Vázquez (?), 1537 83, y Juan Fernández, 1545-
1547m; y en obras posteriores, como la primera capilla de la
ermita, Hernán Perera, 1562 85; Gregorio Simón, 1563, y Gaspar
de Cerrada, 1563 y 1577 86; así como Cristóbal García Montes-deoca,
que trabaja en Telde en 1586, como dato conocido *?.
Entre los posibles maestros albañiles, pudieran haber inter-venido
en la construcción de la iglesia, Juan Alonso, cuya pre-sencia
en Telde es segura en 1522 y Juan Guillén, que en 1558
es contratado para trabajar en la iglesia de San Juan de dicha
ciudad m.
Caracteres arquitectónicos de la construcción
El muciejarismo de la fábrica, que patentizaría plenamente
su muy probable cubierta de madera, aparece aún en las ac-tuales
ruinas en el encalado exterior e interior de sus muros
y en la presencia de alguna almena decorativa.
Muy interesante resultan los caracteres góticos que la er-mita
presenta, máxime teniendo en cuenta lo escaso .de las ma-
82 R/LANUEL LOBOC ABRERA0: p . cit., pp. 46-49. MARÍAD EL CARMENF RAGA
GONZÁLEZO: p. cit., p. 42, nota 84.
83 MANUELL OBOC ABRERA0: 1). cit., pp. 52-55.
WIADE L CARMEN~ A G AGoN zÁLEz: 02). C Z ~ . ,P . 56.
es MANUELL OBOC ABRERAO: p. cit., pp. 84-85.
Zbid., PP. 91-93 y 107-109.
87 MARÍAD EL CARMENF RAGAGO NZÁLEZ0: p . cit., p. 57.
Ibid., p. 38, nota 47.
89 MANUELL OBO CABRERAO: p. cit., pp. 70-73.
558 -4NUAEIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 29
nifestaciones arquitectónicas de este signo en la Isla, y aun en
todo el Archipiélago; de este modo, resaltaríamos tanto los cons-tructivos
(arcos ligeramente apuntados) como los decorativos
de algtinos de sus capiteles (láminas V, 1, V, 2 y V, 3), con sus
elementos vegetales e iconográficos, tan queridos del gran estilo.
Hay que contabilizar la presencia de determinados elemen-tos
de aire más o menos clasicista, por otro lado los añadidos
de fecha más reciente.
Con todos estos elementos, por el tipo mismo de la fábrica,
de una sola nave y con, posible, coro a los pies y en alto, que
recuerda a un modelo simplificado de iglesia conventual Re-yes
Católicos, y dado el carácter de la mayoría de soportes y
capite'les, la ermita responde, con variantes, a. presopuestns
platerescos, acorde con las fechas de su erección. Estos pre-supuestos
platerescos asumen perfectamente los caracteres g6-
ticos comentados, y en el contexto isleño quedan remarcados
por el rnudejarismo y los portuguesismos reseñados en la fá-brica.
Pertenencias de la iglesia
Tratamos aquí de hacer una reseña, a manera de inventario,
de lo conservado de la iglesia; en concreto, un retablo y dos
imágenes, que hoy se encuentran en la sacristía de la iglesia
de San Juan de Telde y en la iglesia de San Francisco de la
misma ciudad.
Tras el desplome del techo de la iglesia, este retablo fue
llevado a la Iglesia de San Francisco de Teldego, donde hoy,
instalado sobre nueva mesa, constituye su retablo mayor. En
la actualidad, su finica hornacina aparece ocupada por una ima-gen
de la Virgen Milagrosa; se trata de una escultura moderna
que debió ser instalada aquí a principios del presente siglo,
pues de 1919 es la patente de erección de la Asociación de la
90 PEDROH ERNANDEBZE NÍTEZO: p. cit., p. 174.
Núm, 29 (1983)
Medalla de la Milagrosa, que pende en la sacristía de esta igle-sia.
Desconócese el paradero actual de la primitiva imagen ti-tular
del retablo, pero la advocación del mismo era, efectiva-mente,
de Ja Virgen de los Dolores, como evidencia el corazón
con las siete espadas de su parte superior, y la inscripción
bajo su hornacina de la estrofa del canto litúrgico «Stabat
Matern: «Eja Mater fons amoris / Me sentire virn doloris / Fac
ut tecurn lugeamn. Es un retablo de madera, plano, con estí-pites
y adornos de filiación rococó; por ello su data debe co-rresponder
al ultimo tercio del siglo XVIII. Sobre su mesa apa-recen
hoy día las imágenes de San Francisco de Asís (izquier-da)
y de San Pedro de Alcántara (derecha), que, como la de la
Mila_grosa: nada tuvieron que ver con el retablo.
Imagen del Cristo (lámina VI, 2)
Asimismo, en la iglesia de San Francisco de Telde, y en un
retablo acompañado por las imágenes de la Magdalena y la 3
Dolorosa, se encuentra la efigie de un Crucificado que, por apre- O-ciaciones
de P. Hernández Benítez 'l, creemos se trata del Cris- m
E
to de la iglesia de San 'Pedro Mártir. Es un Crucificado barro- O
co, en madera policromada, que, aun siendo de la Agonía, no n
presenta una expresión demasiado dramática y atormentada, E
a ni es muy sangrien~oP. or volumen anatómico y expresión, pre-senta
ciertos parecidos con modelos del imaginero sevillano n
n
Juan de Mesa. Su data podría ser el último tercio del siglo XVII.
3
O
Imagen de San Pedro Mártir (lámina VII)
La imagen del titular de la iglesia, se halla en la actualidad
ctn la sacristía de la iglesia de San Juan de Telde ''. Se trata de
una es-mita imagen ciei santo dorninicü, de i-~iaderap ~iic¿;r~ir~ada,
91 Zbid., PP. 174 y 206.
92 La imagen procedente de la iglesia del hospital, es la de la sacris-tía,
ya que existe en la iglesia de San Juan de TeIde, en su aItar mayor,
otra imagen de San Pedro Mártir, debida a la gubia de Luján Pérez, como
560 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTlCOS
¿A IGLESIA DEL HOSPITAL DE TELDE 3 1
cuya elegancia y finura de líneas son manifiestas, característi-cas
éstas qtie la acercan a la de los imagineros andaluces del
barroco temprano.
Su autor y fecha de ejecución son desconocidos; esta última
debe corresponder a la primera mitad del siglo XVII, o al me-nos
al segundo tercio de esta centuria, pues, aunque el manto
a la derecha de la imagen aparece un tanto agitado y movido,
en conjunto la serenidad preside toda la factura de la escultura,
y el rostro del Santo, de mirada un tanto perdida, muestra
un cierto realismo. De otro lado, su esbeltez, sentido aseen-sional
y cierta ingravidez, podrían responder a presupuestos
cercanos a un sentimiento manierista o de tradición manie-
---Ai
L is ~a
De aludir a algún artista como autor de esta imagen, de en-tre
los que trabajan en Las Palmas en el siglo XVII, sería a
alguno de los que inician el período barroco, ya ganados por
el realismo de la época, lejos de escultores rnanieristas o post-manieristas
como Agustín Ruiz, BÜro Lunel o Domingo Perez
Donis 93.
La imagen pudo ser tallada en el taller de alguno de estos
maestros iniciadores del barroco en la escultura isleña; taller
que, instalado en la capital, solía servir pedidos a otras ciuda-des
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93 MIGUELT ARQUIGSA RCÍAL: a plástica canaria del siglo XVII, comu-nicación
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Núm. 29 (1983) 561
32 DIEGO SUÁREZ QUEVEDO
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