BELLAS ARTES
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA
PORTUGUESA EN TENERIFE:
EL MAESTRO CANTERO MIGUEL ANTUNES
P O R
DOMINGO MARTÍNEZ DE LA PEÑA
La presencia portuguesa en diversos campos de la cultura
de Tenerife se manifestó desde el siglo m. Un buen testimo-nio
de tales influencias viene dado por la actividad arquitec-tónica
del maestro cantero Miguel Antunes, cuyos trabajos
aparecen en el último tercio del siglo m, principalmente en
Icod y Daute. Son muy pocas las noticias que se han publica-do
sobre este maestro. Aparece citado por primera vez por
Nicolás Díaz Dorta, que nos dice que en Buenavista uno de
los más acreditados maestros, en 1570 a 1583, fue Miguel
Antunes, aunque erróneamente dice que es carpintero l . Lue-go
es citado por Antonio Rumeu de Armas como el autor de
escudos labrados en piedra para la Fortaleza Antigua de San-ta
Cruz de Tenerife 2. Pedro Tarquis Rodríguez recoge estas
noticias de Rumeu y lo relaciona con la construcción de la
igksiu de .Cm MI~CIEd e I c d 3. Ahora aportaremos una abun-dante
documentación inédita en que se revela su origen, acti-vidades
profesionales y circunstancias familiares.
' NICOLAS D~AZD ORTA:A puntes del pueblo de Buenavista, Santa Cruz
de Tenerife, 1908, p. 94.
ANTONIO RUMEUD E ARMAS:P iraterilLs y ataques navales contra las 1s-las
Canarias, t. 11, primera parte (Madrid, 1948), p. 165.
PEDROT ARQUISR ODR~GUE«ZD: iccionario de arquitectos, alarifes y
canteros que han trabajado en las Islas Canarias», en Anuario de Estudios
Atlánticos, núm. 10, 1964, p. 417-1544. Este autor pone los mismos datos
Núm. 42 (1996) 245
2 DOMINGO MARTfNEZ DE LA PENA
Por una escritura pública otorgada por Miguel Antunes en
Garachico el año 1569 se sabe que era natural de Alcobaca,
en Portugal, hijo legítimo de Antonio Fernández o Hernández,
pedrero, y de Ana Pérez, su mujer, vecinos de dicha villa 4. De
aquí podemos deducir que el oficio de cantero le vendría por
influencia paterna. De igual forma, es presumible que ya al
producirse su traslado al Archipiélago fuera conocedor de este
arte. Su residencia la fijó en el norte de Tenerife, variándola
constantemente entre Icod, Garachico, Los Silos y Buenavista,
de acuerdo con sus trabajos de cantero y otras actividades
comerciales. En la escritura aludida figura como vecino de
Icod; como vecino de Tenerife se declara en un poder otorga-do
a Alonso de Montiel para que en su nombre iniciara unas
acciones judiciales lo mismo que en un compromiso de pago
otorgado en ese mismo año 6. Del año 1571 existe un docu-sobre
Antunes en relación con la iglesia de San Marcos en Riqueza artísti-ca
de los templos de Tenerife. Su historia y fiestas, Santa Cruz de Tenenfe,
1966 y 1967, p. 193.
Escritura ante Gaspar de Xexas, en San Pedro de Daute, a 24 de mar-zo
de 1569 (ARCHIVOH IST~RICPOR OVINCIADLE SANTAC RUZD E TENERIFE,
leg. 2059, f. 46. En adelante citaré este Archivo con las siglas AHPSCT).
En Icod, ante Gaspar Martín, el 2 de diciembre de 1569 (AHPSCT,
leg. 2468, f. 46).
Esa deuda estuvo motivada por la compra de telas, por valor de doce
mii quinientos treinta y cuatro maravedís, que adquirió en compañia de Jor-ge
González, hijo de Gonzalo Yanes, canteros que estuvieron relacionados
con Antunes, como se verá más adelante. Escritura ante Gaspar de Xexas, en
Garachico, en 3 de diciembre de 1569 (AHPSCT, leg. 2059, f. 219v).
246 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 3
mento en que aparece residiendo en Garachicho, en cuya lo-calidad
estaba relacionado con el cantero Pedro de Acevedo 7.
En abril de 1572 era vecino de Buenavista *, lo cual se confir-ma
con otras escrituras, como es el acuerdo de Antunes para
enjalbegar el exterior de una casa alta propiedad de Cristóbal
Pérez en dicha localidad 9, trabajo que sería motivado por una
deuda que tenía con este vecino de una bota de vino bueno
que le había dado lo.
SU MATRIMONIO
Miguel Antunes, estando residiendo en Icod el 24 de mar-zo
de 1569, otorgaba escritura ante Gaspar de Xexas, en San
Pedre de Eaute, pzm dar poderes a tres compatriotas suyos:
Nicolás de Frías, carpintero de la masonería; Jorge Álvarez,
cantero y albañil, y a Francisco Cotrín de Melo, caballero hi-dalgo
de la casa del rey, todos vecinos de Lisboa. La finalidad
de estos poderes era para que en su nombre pudieran presen-tarse
ante jueces eclesiásticos o civiles, de Portugal y de otras
partes, al objeto de averiguar y probar que era hombre libre,
- -- -
Escritura otorgada en San Pedro de Daute, el 6 de junio de 1571,
ante Juan de Ponte, en la que sale por fiador de Pedro de Acevedo, cante-ro,
por setenta reales que Juan Aguirre, sastre, también de Garachico, le
había dado. Al margen de esta misma escritura y ante el mismo escribano,
Aguirre se da por pagado (AHPSCT, leg. 2220, f. 146v). De Pedro de Acevedo
sabemos que estuvo anteriormente en Santa Cruz de La Palma. Más ade-lante
daré algunas noticias al respecto.
Se deduce de una escritura pública según la cual Miguel Antunes
declaraba ser vecino de Buenavista y se obligaba a pagar a Cristóbal Pérez
ciento treinta reales que le debía por la compra de una bota de vino añejo,
que it: habia dado eii e! mes de murzn de! 2ño Fue otorgada en
San Pedro de Daute, a 27 de octubre de 1572, ante hlvaro de Quiñones
(AHPSCT, leg. 2224, f. 383).
Esta casa había sido propiedad del Padre Nicolás González, clérigo.
El trabajo de encalado se comprometía a tenerlo concluido por todo el mes
de mayo siguiente y se le abonaban ochocientos cincuenta reales. Esta es-c
r i f ~ ~hne otorgada en San Pedro de Daute, ante Álvaro de Quiñones, el
29 de abril de 1572 (AHPSCT, leg. 2224, f. 159v).
lo La escritura había sido otorgada el 25 de enero de 1572, en San
Pedro de Daute, ante Gaspar de Xexas, y se obligaba a pagarle la bota de
vino en el mes de junio siguiente (AHPSCT, leg. 2062, f. 110).
Núm. 42 (1996) 247
soltero y natural de la villa de Alcobaca, hijo de Antonio
Fernández y de Ana Pérez, y que pudieran presentar testigos
para dicha probanza ". Este informe iba encaminado a legali-zar
su situación para poder contraer matrimonio en Tenerife.
Se deduce de este documento que Antunes debió vivir varios
años en Lisboa, porque el poder se daba a vecinos de esta ca-pital
y no de la villa de su nacimiento. Por tanto, es presumi-ble
que el oficio de cantero lo aprendiese en Lisboa. En 1574
ya estaba casado en Icod con Lucía González, natural de este
pueblo, ya que el 12 de enero, por escritura ante Gaspar Mar-tín,
el matrimonio vendía a Blas López un pedazo de viña y
malpaís, correspondiente a la herencia de la madre de dicha
Lucía 12. Esta viña la había recibido ésta en dote, pero fue re-tenida
por su padre, por lo que se mantuvo pleito, que con-cluyó
con el acuerdo suscrito en dicho mes y año 13.
Lucía González era hija del matrimonio formado por Juan
González Magalona l4 o González Oreja y María Álvarez 15,
vecinos de Icod y poseedores de algunas propiedades. Por 1í-nea
materna era nieta de Juan Yanes Gallegos y María Ro-dríguez
Magalona, vecinos igualmente de Icod lb. Por línea
paterna lo era de Pedro González, vecino de Garachico 17.
l 1 Actuaron de testigos Bartolomé Benítez, Miguel Feo y Manuel Cruz,
vecinos de las Partes de Daute (AHPSCT, leg. 2059, f. 46).
lZ Archivo cit., leg. 2671, documentos sueltos sobre Icod, escritura muy
deteriorada que lleva como núm. de folio el 659.
l 3 fdem.
l4 Este viejo apellido de Icod, Magalona, quedó en la toponimia de esta
ciudad, en una finca que comienza en las proximidades del Parque de Lo-renzo-
Cáceres.
l5 Mana kvarez, mujer de Juan González, test6 ante G~ s p i rM II,?'~.,
en Icod, el 4 de diciembre de 1558 (AHPSCT, leg. 2471, f. 285).
l6 Carta de poder de Lucía González a favor de su marido, Miguel
Antunes, para ejecutar la partición de los bienes que habían quedado de su
madre y abuelos maternos, entre ella y sus hermanos. Este poder fue otor-gado
ante Juan de Alzola, en Icod, el 20 de enero de 1575 (AHPSCT,
leg. 2477, f. 56v).
Con fecha 26 de agosto de 1575, ante Juan de Alzola, Juan González
Magalona dio poder a su yerno Miguel Antunes, que estaba presente, para
que en su nombre pidiera la partición de los bienes que habian quedado
por muerte de Pedro González, su padre (Archivo y leg. cit., f. 188v).
248 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ...
LOS HIJOS
Del matrimonio de Miguel Antunes y Lucía González na-cieron
varios hijos, entre los que se encontraba Antonia
Benítez, que casó con Blas Pérez, hijo de Antonio de Fleytas,
según acuerdo de 23 de agosto de 1603, fecha en que ya ha-bían
muerto los padres de dicha Antonia 18. También fueron
hijas María y dos de nombre Isabel lg.
Hacia el año 1575 aparecen datos sobre un hermano de
Miguel Antunes llamado Benito Antunes, cantero. Es casi se-guro
que llegara a Tenerife para hacerse cargo de algunos tra-bajos
para sustituir a Miguel en los compromisos que éste
tuviera pendientes, cuando se propuso efectuar un viaje a la
Península. De esto me volveré a ocupar más adelante. La su-posición
de que por aquel año debió Benito llegar a Tenerife
se basa en que los documentos no se refieren a él con ante-rioridad.
Otro hermano era Bartolomé Antunes, que era vecino de
La Laguna en 1587 20.
Escritura de Pedro Martín, vecino de Icod, que salió por fiador de
Blas Pérez, en dicha fecha, por ante Méndez de León (Archivo cit.,
leg. 2492, f. 286v).
Antonio de Fleytas era cuñado de Miguel Antunes y tuvo como hijos
también a Francisca y Mana (ARCHIVDOE LA IGLESIAP ARROQUIADEL SAN
M.ARcOS DE ICOD: Libro 1 de bautismos, ff. 49 y 108, respectivamente).
l9 fd., ff. 2v, 16v, 30v y 108v, respectivamente.
En el Libro 11 de bautismos de este mismo archivo parroquia1 se seña-la
un Lucas Antunes, bautizado el 21 de octubre de 1612, f. 104, hijo de
Diego Antunes y Catalina García, y del que fueron padrinos Antonio
Hemández y María Antunes. Ignoro si pertenecía a la misma familia de Mi-guel
Antunes. Este Diego Antunes era a su vez hijo de Luis Antunes, el cual
fue enterrado en San Marcos el 8 de octubre de 1638 (Libro 1 de entierros,
f. 35). Tuvo otros hijos: Ana (dos del mismo nombre), Catalina, Gonzalo,
Isabel, dos de nombre Juan y otros más (Libros 1 y 11 de bautismos).
20 Carta de poder otorgada por Bartolomé Antunes a favor de su her-
Núm. 42 (1996) 249
6 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
Un sobrino de Miguel se llamaba Bernardo Antunes, pero
ignoro si sería hijo de alguno de los dos hermanos citados.
Estaba avecindado en Garachico hacia 1578, dedicado a la
venta de algunos productos, como era vino y aceite 21.
Los hermanos de Lucía González, la mujer de Miguel
Antunes, eran los siguientes: Domingo, fallecido con anterio-ridad
al año 1575; Catalina, menor en dicho año 22, y Mateo
González 23. Dicha Catalina estuvo bajo la tutela de su cuñado
Miguel, habiéndole éste dado en dote, para su matrimonio con
Antonio de Fleytas, en 1577, la cantidad de cincuenta doblas,
sacadas de un pedazo de viña, propiedad de Catalina, vendido
a Salvador González 24.
En 20 de enero de 1575, Lucía González otorgaba poder a
favor de su marido, Miguel Antunes, y del vecino de La Lagu-na
Francisco Lucena, por escritura ante Juan de Alzola, al
objeto de que pudieran ejecutar la partición de los bienes que
habían quedado por el fallecimiento de su madre, María
Álvarez, y abuelos 25. Tres días después, y en relación con ello,
comparecieron ante el escribano referido Lucía González en
compañía de su marido (como tutor de su cuñada Catalina) y
mano Miguel, en La Laguna, a 9 de junio de 1587 (referencia tomada de
las notas manuscritas de Miguel Tarquis, del Archivo del Departamento de
Historia del Arte de la Universidad de La Laguna).
2' Escritura de obligación de pago de Miguel Antunes a favor de su
sobrino Bernardo, ante Gaspar de Xexas, en 13 de enero de 1578 (AHPSCT,
leg. 2068, f. 119).
l2 Escritura sobre partición de bienes, ante Juan de Alzola, en 23 de
enero de 1575 (Archivo cit., leg. 2477, f. 58v).
23 Escritura de venta de tierra, en el último día de septiembre de 1575,
ante Nicolás Gómez y Casasola, en Los Silos (Archivo cit., leg. 3645, f. 99v).
" Escritura de dote otorgada por Juan González Magalona y Miguel
Antunes, en 23 de septiembre de 1577, por ante Juan de Alzola (Archivo
cit., leg. 2479, f. 201).
En 1572 se encontraba al servicio de Miguel Antunes, en calidad de
criado, Miguel Afonso. Este dato figura al margen de la escritura de deuda
de Pedro de Acevedo con Juan de Aguirre, sastre de Garachico, en la que
habki salido como fiador de Miguei Ántunes, citada con anterioridad.
25 Como Lucía González no sabía escribir, a su ruego firmó la escritu-ra
Juan Toscano y actuaron de testigos éste, Alonso de Aguiar y Gonzalo
de Fonseca (AHPSCT, leg. 2477, f. 56v).
250 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 7
Juan González Magalona, para declarar que de los bienes
quedados de María Álvarez aún estaba por partir un solar en
Icod, que lindaba con viña de Gaspar Alonso, donde dicho
Juan González había edificado una casa. También quedaba por
partir una casa pequeña, junto a la de Pedro Yanes, unas ca-bras
y otras cosas contenidas en el testamento otorgado por
María Álvarez. A Juan González le correspondía la mitad de
los bienes y una cuarta parte, como heredero de su hijo Do-mingo,
fallecido después de su madre. Nombraron como
partidores a Pedro Ángel y a Juan de Miraval, vecinos de Icod.
Acordaron adjudicar a Juan González la casita y las cabras,
por haber pagado el funeral y deudas de su esposa, en tanto
que el solar lo repartieron entre las hijas 26.
El suegro de Miguel Antunes, Juan González Magalona, al
quedar viudo de María Álvarez, casó en segundas nupcias con
María de la Peña, de la que tuvo siete hijos: Mana Álvarez,
que casó con Mateo Perdomo; Francisca de la Peña, esposa de
Domingo López; María de las Peña, Inés, Juana, Ana y Pedro.
Su testamento lo otorgó el 23 de abril de 1587, ante Lucas
Martín de Alzola, en Icod, donde se declara que había entre-gado
a Miguel Antunes la cantidad de setenta doblas, en cali-dad
de dote, al tiempo de casar con su hija Lucía 27.
En las primeras décadas del siglo xq ya existió en Los Si-los,
población de las Partes de Daute, una ermita dedicada a
la Concepción, edificada por Gonzalo Yanes de Daute en su
hacienda, sobre la que él y sus descendientes tuvieron patro-nato.
Por no disponerse de otro templo en el lugar, pese al
26 Escritura de 23 de enero de 1575, ante Juan de Alzola, en la que
actuaron por testigos Francisco Martín, Juan Toscano y Fernando León, ve-cinos
de Icod (Archivo y leg. cit., f. 58v). *' Archivo cit., leg. 2489, f. 322.
DOMINGOM ART~NEDEZ LA PENA:« Historia de la construcción del
templo parroquia1 de Los Silos,,, en Gaceta de Daute, 1, pp. 11-12.
Núm. 42 (1996) 25 1
8 DOMINGO MARTfNEZ DE LA PERA
carácter de propiedad privada de este oratorio, el vecindario
asistía allí a la misa, si bien tal circunstancia creaba dificulta-des.
Esto originó en Los Silos el deseo de contar con una igle-sia
propia, situada en el centro del caserío. En efecto, para
dedicarla a la Virgen de la Luz, obtuvieron licencia para tal
fundación, otorgada por Juan Salbago, visitador general del
Obispado. A pesar del esfuerzo que ello significaba, los veci-nos
se comprometieron a levantarla en el plazo de año y me-dio,
de sus propios recursos; de no ser así, podría el visitador
ordenar su construcción, cargando los gastos al vecindario.
También era condición que debería quedar dotada con cuatro
doblas anuales, para el mantenimiento y adorno.
Este último particular vino a quedar resuelto cuando ya
estaban abiertos los cimientos del edificio, ya que dos vecinos
hacendados, Melchor Filguera y Amador Gil, se comprometían
por escritura pública, ante Gaspar de Xexas, el 20 de septiem-bre
de 1568, a grabar bienes propios, con dos doblas cada uno,
para tales reparos. El primero las señaló en unas casas altas,
situadas en el pueblo, que lindaban con la de su hermano
Manuel Filguera y por el otro con el portalón de la casa de
Juan González. Amador Gil, por su parte, señaló su viña en
El Esparragal, que lindaba con la viña de Juan Báez y la que
había entregado en dote de su hija María Gil a su yerno Vi-cente
González, y por delante con tierras de AZonso Segovia.
Las obras del templo se efectuaron con cierta prontitud,
gracias a los desvelos del mayordomo Melchor Díaz de Fe-rrera.
Se siguió un proyecto que pudo estar organizado por
dos buenos maestros canteros acreditados en la zona, Pedro
de Acevedo, que venía de La Palma 29, y Miguel Antunes, que
se encargaron de labrar el arco de la capilla mayor, portadas
y ventanales, cobrando por el trabajo la cantidad de setenta y
29 Este cantero estuvo domiciliado en Santa Cruz de La Palma. Su
presencia allí se conoce por dos partidas de bautismo en la iglesia del Sal-vador,
en que aparece como padrino. La primera es del 10 de octubre de
1569, de Andrés, hijo de Andrés Hernández, trabajador (Libro 1 de bautis-iiius,
f. 601, y la segunda, de 27 de febrero de i57O, de Sebastián, hijo de
Antonio Báez y de Leonor Báez (íd., f. 60). Tales datos los he tomado de
notas manuscritas de Miguel Tarquis, en el archivo universitario citado an-teriormente.
252 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 9
seis doblas 30. La cubierta de madera fue armada por el maes-tro
Juan González, el Tuerto. La iglesia quedó organizada en
una sola nave con la capilla mayor. En la primera mitad del
siglo xv11 se añadieron las dos capillas colaterales y se recons-truyó
la capilla mayor. De lo que hicieron aquellos dos cante-ros
solamente existe el arco de la portada principal, cuyos si-llares
aún se pueden apreciar, a pesar de haberse adosado en
aquel espacio la torre neogótica que se levantó en el siglo xx.
Dicho arco es muy sencillo, de medio punto, decoradas las
impostas por una moldura recorrida con un adorno grabado
a base de medios círculos superpuestos. La puerta lateral, de
sillería llana, sin ningún adorno, también sería de Acevedo y
Antunes. En 1570 ya estaba preparado el templo de todo lo
necesario para el culto, por lo que en ese año se elevó una
súplica al obispo don fray Juan de Aizóiaras para que autori-zase
la bendición 31.
Según noticias aportadas por el profesor Rumeu de Ar-mas
32, Miguel Antunes se encontraría trabajando en la Forta-leza
Vieja de Santa Cruz de Tenerife hacia el año 1571. De
acuerdo con la cronología, después de Los Silos habría em-prendido
esta nueva obra.
La Fortaleza Vieja estaba situada en el lugar en que poste-riormente
vino a levantarse la Aduana Real, en el siglo XVIII, y
la Batería de San Francisco (siglo XVII), en un saliente de la
costa que se interponía entre la Caleta de Dlas Eiaz y !a Playa
30 Archivo Parroquia1 de la Iglesia de la Luz de Los Silos, Libro 1 de
Fábrica, f. 7.
31 FRANCISCMOA RT~NEDZE FUENTEESd: a literaria, manuscrito inédito
en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenenfe. Este dato
que aporto lo tome de un resumen de dicho rna~ius~i<iqüü e iiie h e f sci!i-tado
amablemente por los señores de La Torre, en Garachico.
32 RUMEU DE ARMAS, op. cit., t. 11, primera parte, Madrid (1948),
pp. 152, 156, 157, 163 y 165.
10 DOMINGO MART~NEZD E LA PERA
de las Carnicerías. El Cabildo, en 1553 y 1554, había determi-nado
efectuar una gran ampliación tanto del baluarte como
del puerto, para cuyas obras fue comisionado el maestro ma-yor
de cantería Francisco Merino. Hacia el 3 de mayo de 1557,
el gobernador, Juan López de Cepeda, se personó en el puerto
para inspeccionar los trabajos. Sabemos que por entonces ya
la obra estaba muy adelantada, de la que el verdadero autor
fue el referido Francisco Merino, que contaba con la colabo-ración
de su hermano Simón Merino y de Luis Hernández,
ambos maestros de cantería.
En 1570 se trabajaba activamente en la Fortaleza Vieja,
esta vez bajo la dirección de los maestros Francisco González
y Gonzalo Yanes y Yáñez. En un cuaderno de cuentas que se
conserva en el Archivo Municipal de La Laguna 33, los oficia-ies
ganaban entonces cuatro reales al día. Uno de estos oficia-les
era Miguel Antunes, según los datos que arrojan estas
cuentas desde el 16 de enero de 1571 hasta el 4 de agosto de
dicho año, donde consta que estaba dedicado a labrar el es-cudo
de las amas de la fortaleza 34. De ello no queda resto al-guno.
En 1571 Miguel Antunes estaba residiendo en Garachico,
según consta de una escritura ante Juan de Ponte, del 6 de
junio, otorgada en San Pedro de Daute, por la que el cantero
se obligaba a pagar a Juan de Aguirre, sastre, también resi-dente
en el mismo lugar, setenta reales que salía a pagar por
Pedro de Acevedo, su compañero de oficio, por deber a éste
dicha cantidad j5.
En los primeros años en que Miguel Antunes se estableció
en Tenerife, junto a su oficio de cantero ejerció otras activida-
33 ARCHIVODE L AYUNTAMIENDTEO L A LAGUNAA:c uerdos del antiguo
cabi!Uu de 'P- --.L. E-..LC
LGEC~~LG. rvr LL, rcucior~eb y Castiiios (Años 1551-i588j, Letra F,
leg. 1, núm. 9 (referencia tomada de la nota núm. 116 de op. cit., p. 165).
34 Op. cit., p. 165.
35 AHPSCT, leg. 2220, f. 146v.
254 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 11
des, como fue en 1572 la explotación de un horno de cal, si-
,tuado en La Punta de Teno, Buenavista, asociado a Juan
González, albañil 36. Esta noticia también es interesante por la
localización de tal industria en este lugar tinerfeño, que al
mismo tiempo nos viene a hablar de una buena actividad
constructora de aquel momento, que justificaría este negocio
de los dos maestros para facilitar tal material en los trabajos.
Es posible que ésta fuera la causa de que Antunes fijara en
algún tiempo su residencia en Buenavista.
Francisco Alonso, vecino de Icod, por escritura del 9 de di-ciembre
de 1573, ante Gaspar Martín, daba a destajo a Miguei
Antunes, que era también vecino de este pueblo, la construc-ción
de la planta alta de una casa, donde moraba el padre del
otorgante, Gaspar Alonso. Esta casa, situada en dicha pobla-ción,
lindaba con una de Hernando Luis y con casa de San
Marcos. Menos el barro, todos los materiales y mano de obra
corrían por cuenta del cantero, que había de percibir sesenta
y seis doblas, pagaderas en tres tercios, conforme fueran avan-zando
los trabajos 37.
36 LO declara así en la escritura que otorgó el 27 de noviembre de
1572, ante Gaspar de Xexas, sobre doscientos reales que se obligaba a en-tregar
Miguel Antunes a Juan González, albañil, de acuerdo con los benefi-cios
del horno de cal que ambos tenían en compañía (AHPSCT, leg. 2062,
cuadernos sueltos, f. 313).
Este Juan González estuvo casado con una hija de Juan Álvarez, tam-bién
albañil, vecino de Buenavista. Ambos comparecieron ante el escribano
de Garachico Álvaro de Quiñones, en 11 de enero de 1574, para resolver
cuestiones de bienes recibidos en dote (AHPSCT, leg. 2226, f. 28v). Juan
ÁIvarez era de Galicia, de un lugar llamado Santa María de Valdeln-osal.
Hacia el año 1566 pretendió regresar a la Península, por lo que dicho Juan
kvarez otorgó testamento ante Gaspar de Xexas, en Garachico, ei 4 cie fe-brero
de dicho año (Archivo cit., leg. 2056, f. 5).
37 Archivo cit., leg. 2671, cuaderno suelto. La escritura comienza en el
folio 623v.
Núm. 42 (1 996) 255
DOMINGO MARTfNEZ DE LA PENA
Los orígenes de esta fundación
La iglesia parroquia1 de San Marcos tuvo su origen en una
pequeña construcción, a manera de ermita, datable de los pri-meros
años del siglo XVI, coincidente con los momentos ini-ciales
del pueblo. Por las circunstancias económicas que inci-dieron
en aquella zona, especialmente por su enclave en lugar
de confluencia de varias vías de comunicación de la isla, tal
a como el paso obligado para ir a Daute o desde aquí a Taoro,
lo mismo que por la temprana industria de azúcar allí esta- E
blecida y los cultivos que se mantenían a su amparo, o los de O
n
ios vinos, que pronto vendrían a adquirir mucha importancia,
- m
O
E todo ello fue motivo suficiente para que se desarrollara en E
2
Icod un núcleo de población, en que se destacaron diversas E
familias de origen portugués. Es así que a mediados del si-glo
XVI los vecinos se plantearon la necesidad de ampliar la pri- 3
mera iglesia. Por algunas referencias que luego comentaré, se -
0
m
E sabe que este primer edificio tenía junto a él un terreno que O
estaba ocupado por el cementerio y algunas casas que estarían
junto o muy próximas a la iglesia, todo lo cual fue ocupado n
E
para las siguientes reformas de ampliación. a
-
La primera ampliación
La ermita, por insuficiente, tuvo que agrandarse a media-do
del siglo m, aunque siguió siendo de una sola nave, en
donde los elementos fundamentales de cantería serían el arco
de la capilla mayor y la portada principal. Se deduce esta
ampliación de la escritura de contrato que otorgó el mayor-domo
de San Marcos, Fernando Calderón, en 12 de febrero de
1541, a favor de los maestros de cantería Juan Fernández y
Duarte Gomes, vecinos al presente en esta isla js.
38 Fueron testigos del contrato los vecinos Baltasar Martín, Juan Mar-tín,
Juan (...) y Juan Yanes (Archivo cit., leg. 2464, f. 60).
256 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 13
El 27 de marzo de 1541, el mayordomo de la iglesia, esta
vez Antonio López, por escritura ante Gaspar Martín, contra-tó
al carpintero Juan Fernández para que efectuara la obra de
la capilla mayor 39.
Preparativos pava hacer una iglesia de tres naves:
contrato con el cantero Juan Rodríguez
Otro mayordomo de la iglesia de San Marcos, Antonio -
Afonso, por escritura ante Gaspar Martín el 12 de agosto de
,
1564, contrató a Juan Rodríguez 40, cantero estante en Tenerife, a N para darle a destajo la obra de cantería que se había de hacer E
para la iglesia de este lugar, conforme a las' condiciones si- nO guientes: que debería colocar a cada lado de ia igiesia tres -- m
arcos de cantería con pilares redondos y cumplidos, bien la- O
E
E
brados, con sus capiteles de molduras y basas, de un tamaño 2
de veintiséis pies o lo que exigiera la altura del edificio. Tam- - .E
bién estaba obligado a hacer una portada de cantería confor- 3
me de la obra que tiene la iglesia de nra. Señora de los Reme- - -
D
dios de la ciudad (de La Laguna) de la que está principal e su
m
E
tímpano de cantería sobre dicha portada. Era también condi- O
d
Duarte Gómez era originario de Portugal. De él existen noticias desde -E
a
el 8 de agosto de 1536, en que ante el escribano Diego de Paz (f. 145) se 9
comprometía a hacer la iglesia de Nuestra Señora de Guía, en El Malpaís n
n
de Isora. En 5 de febrero de 1540 estaba establecido en Garachico, puesto
que en esta fecha, por escritura ante Antón Martín (f. 580) se obligaba a O3
pagar a Blas González dos cahíces de cebada. Trabajó en la hechura de un
pilar de la iglesia de San Pedro de Daute, ya que el 9 de mayo de 1547
otorgaba poder para cobrar un resto de dinero que se le adeudaba de esta
obra, ante el escribano Antón Martín (f. 55). Su testamento paso ante
Gaspar de Xexas (f. 624). Estos datos sobre Duarte Gómez los he tomado
de notas manuscritas de Miguel Tarquis, en el Archivo del Departamento
de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna.
39 Sirvió de testigo en este contrato el presbítero Juan Martín de
Castilleja (AHPSCT, leg. 2462, f. 100).
Según poder que otorgó en Garachico ante Saspar de Xeites (f. 4!3),
a favor de Miguel Antunes, el 15 de septiembre de 1575, declaraba ser hijo
de Rui Díaz, zapatero, y de Margarita Pérez, naturales de la villa de Bata-lla,
en Portugal (notas manuscritas de Miguel Tarquis ...).
Núm. 42 (1 996) 257
14 DOMINGO MART~NEz DE LA PERA
ción que la cantería empleada fuera traída de La Gomera, de
las mejores canteras que allí existieran 41. El 13 de dicho mes
y año, y ante el mismo escribano en que se extendió tal con-trato,
comparecieron Blas Márquez, vecino de Icod, y Duarte
Gómez, vecino de Garachico, cantero, los cuales salieron por
fiadores de Juan Rodríguez, que estaba presente en el proyec-to
de ampliación de la iglesia de San Marcos 42.
Por todo lo dicho se puede asegurar que el verdadero artí-fice
de la transformación de la iglesia de una nave en otra de
tres fue el maestro portugués Juan Rodríguez, que proyecta-ría
la forma que vino a tener la iglesia, cuya idea ha variado
muy poco. Sin embargo, el proyecto no lo vino a realizar Juan
Rodríguez, sino su compatriota Miguel Antunes, como vere-mos,
autor este' último de la bella portada manierista, como
consta de la documentación que veremos más adelante.
Comienzo de la intervención de Miguel Antunes
En 1568, el mayordomo de fábrica de San Marcos, Anto-nio
Afonso, por escritura ante Gaspar Martín, ratificó el con-trato
con Juan Rodríguez, en que aclaraban varios aspectos de
lo que debena ser la ampliación de la iglesia, diciéndose cla-ramente
que el acrecentamiento tendría que ser de naves, que
tendna portadas y toda la cantería sena de La Gomera 43. Juan
Rodríguez había comenzado tales trabajos antes del 20 de
marzo de 1567, fecha en que dicho mayordomo declaraba
haberle efectuado unos pagos por ese encargo y por la traída
de la cantería desde aquella isla 44. Ya en 1568, sin que se ex-pliquen
los motivos, Juan Rodríguez efectuó renuncia a las
obras de San Marcos para traspasarlas a Miguel Antunes, que
a su vez se comprometía a continuarlas conforme a las condi-ciones
ya estipuladas. El acuerdo vino a formalizarse en Icod
el 30 de marzo de aquel año. En esta misma escritura se con-
4' AIIPSCT, !e& 2467, f. 665.
42 Archivo y leg. cit., f. 667.
43 Archivo cit., leg. 2473, f. 337v.
44 Archivo y leg. cit., f. 102.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTKOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 15
cretaba que el mayordomo ya había entregado a Juan Ro-dríguez
la cantidad de veintidós doblas 45.
Muy poco después, volvió a comparecer Juan Rodnguez en
escritura pública, para manifestar que cierta cantidad de can-tos
la había comenzado a labrar en La Caleta de San Marcos.
Este trabajo efectuado a la orilla del mar, en el lugar de des-embarco
del material, hacía que el traslado de la cantería fue-ra
más cómodo, por los empinados camino que deberían pa-sar
hasta depositarla en la iglesia. Declaraba igualmente que
como había hecho el traspaso de las obras a Miguel Antunes,
con autorización del mayordomo, le entregaba la cantería que
tenía en dicha Caleta y se daba por pagado, puesto que ya
había recibido cuatro varas de paño de Londres de flor de ro-mero
y veinte doblas. Es importante el hecho de que en esta
escritura Miguel Antunes se obligaba a hacer una obra de can-tería
dentro de las mismas características en que estaba obli-gado
Juan Rodríguez 46.
Contrato de Miguel Antunes con los vecinos de Icod
Después del referido traspaso entre los dos canteros, trans-currieron
algunos años, durante los cuales se siguió labrando
la cantería, pero es posible que con un ritmo de trabajo más
lento. Cierto es que el 30 de abril de 1573 compareció Anto-nio
Afonso -que ya no era mayordomo de la iglesia, aunque
seguía llevando la iniciativa de las actividades-, junto a una
45 Actuaron de testigos Pedro Gómez, Pedro Martín y Juan González,
vecinos de Icod (Archivo y leg. cit., f. 338).
En 1." de abril de 1568, ante el escribano Gaspar de Xexas, en San
Pedro de Daute, comparecieron nuevamente Juan Rodríguez y Miguel
Antunes, para aclarar ciertos aspectos del contrato para la obra de San
Marcos (Archivo cit., leg. 2058, f. 361).
El 2 de diciembre de 1569, en Icod, ante Gaspar Martín, Miguel
Antunes daba poder a Alonso de Montiel para iniciar causas judiciales. De
testigo figuraba Jorge González, cantero (Archivo cit., ieg. 2468, f. 532).
46 Fuerm testigos Francisco de Vargas, Pedro Ángel y Alonso Jaimes.
Ante Gaspar de Xexas, en San Pedro de Daute, a 1.O de abril de 1568 (Ar-chivo
cit., leg. 1568, f. 361).
Núm. 42 (1996) 259
16 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
representación de los vecinos de Icod y Miguel Antunes, para
seguir aclarando aspectos del contrato. Es aquí cuando apare-ce
la noticia de que ya la cantería la había labrado este cante-ro
y tenía otras cosas preparadas para la ampliación de la
iglesia. Sin embargo, con anterioridad debió existir cierto des-acuerdo
entre los proyectos de Antonio Afonso y lo que desea-rían
el vecindario, que tal vez veían en la ampliación un pro-grama
que sobrepasm'a las posibilidades económicas del lugar.
Podría ser ésta la explicación respecto a la lentitud de los tra-bajos.
Es casi seguro que por este posible desacuerdo los ve-cinos
que habían ofrecido cantidades para ayudar a los gastos
no tendrían buena disposición de ánimo para hacer las entre-gas.
Es de suponer que cuando se suscribió esta última escri-tura
citada ya se habría llegado a un acuerdo, puesto que
Ai i t v i i i ~H fonso expresaba que teniendo ia cantería labrada va
a menos la obra que se va a acer de acrecentamiento de naves,
según se reunan limosnas que vecinos ofrecen libremente para
el dicho templo, ya que los vecinos ven que es lo más necesario
e provechoso e honroso para el templo y servicio de Nuestro
Señor Dios y el servicio de un cuevpo es daño del dicho templo
y todo el pueblo y puede ser de naves.
En este contrato Miguel Antunes se comprometía a hacer
la obra por la cantidad de dos mil ducados de a once reales
cada uno. Se nos dice que el cantero ya había comenzado los
trabajos y se le pedía que continuase la iglesia y entregarla
concluida dentro de dos años. Las condiciones eran las si-guientes:
1 .O Las naves, portada y campanario tendrían que ser de
cantería, según estaba obligado Juan Rodrí~uez;
2." Tendría que hacer a su costa todas las paredes de al-bañilería,
tanto de las naves como del exterior del edificio.
3." Debería traer los cantos de La Gomera, que eran de
donde habían venido los que ya tenía en su poder.
4.0 También correría de su cuenta otros materiales, como
piedras, barro, cal, agua, etc., lo mismo que abrir los cimien-tos
y asentar la cantería.
5." Comenzana la obra desde mediados del mes de mayo
260 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERI FE... 17
de aquel año de 1573 y no podría levantar mano hasta acabav,
y pondría los oficiales y otras personas necesarias para el tra-bajo.
También se hace constar en esta escritura que toda la can-tería
labrada como por labrar que estaba en La Caleta de San
Marcos fuera entregada a Miguel Antunes.
Los dos mil ducados que había de percibir se le irían li-brando
de la siguiente manera: en el mes de mayo de dicho
año recibiría cuarenta ducados, para que pudiera costearse el
viaje a La Gomera; al regreso de ella, y comenzada a levantar
la iglesia, doscientos ducados; cuando ya estuvieran termina-das
las paredes exteriores y quedara asentada la portada, le
pagarían un tercio de los dos mil ducados, es decir, seiscien-tos
sesenta y seis ducados, siete reales y diecisiete maravedís,
y, por último, concluida la obra, cobran'a esta misma cantidad.
Es seguro que el impulso de la empresa se debió al entu-siasmo
de Antonio Afonso, que logró convencer al resto del
vecindario para que afrontara los gastos. El propio Antonio
Afonso, para asegurar que no se iba a interrumpir la empre-sa,
decidió respaldar con sus propios bienes los trabajos, en
caso de que la iglesia no tuviera recursos suficientes para los
gastos, y lo haría en calidad de préstamos, que luego cobraría
a medida que los vecinos fueran dando limosnas 47.
Estas limosnas para la construcción de la iglesia de San
Marcos fueron de diversa índole: Gaspar Pérez dejó en su tes-tamento
diez doblas 48; el escribano público Gaspar de Martín,
por su testamento ante Gaspar de Xexas, en Garachico, el 15
47 Para hacer esta escritura comparecieron muchos vecinos ante el es-cribano,
pero en nombre de todos solamente firmaron los siguientes: Mar-cos
Luis, Amador de Évora, Gonzalo y José Martín, Blas López, Esteban
Domínguez, Asensio Afonso, Diego García Calderón, Juan Martin Grana-dilla,
Francisco Lorenzo, Esteban Martín, Gaspar Hernández, carpintero;
Hernán Díaz y Luis Afonso. También firmaron Antonio Afonso y Miguel
Antunes, principales comparecientes. Actuaron de testigos Juan Toscano,
Ambrosio González, vecinos de La Laguna, y Pedro González y Martín
Hernández, que lo eran de Icod. La escritura pasó ante ei escribano Gaspar
Martín, el 30 de abril de 1573 (AHPSCT, leg. 2475, f. 361v).
48 Este testamento se otorgó ante Gaspar Martín, pero no he podido
leer la fecha, que debe ser entre 1544 y 1570 (Archivo cit., leg. 2471, f. 127).
Núm. 42 (1996) 26 1
18 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
de febrero de 1574, destinaba otras diez doblas, además de un
buey valorado en dieciocho doblas, para que acarreara los
cantos 49; Isabel Méndez, también por su testamento ante Mar-tín
de Alzola, de 6 de marzo de 1586, declaraba que al tiempo
de iniciarse las obras de la iglesia había prometido de limos-na
una bota de mosto, de lo que ya había entregado a Gonza-lo
Yanes, al tiempo de ser mayordomo, media bota, por lo que
para dar cumplimiento total a la promesa ordenaba que se
entregara la otra media a la iglesia 50.
Preparativos de Miguel Antunes pava la construcción a
de la iglesia E
Según lo estipulado, en 21 de mayo de 1573 Antonio O
n
=
Afonso recibía por escritura ante Gaspar Martín, de parte de m
O
E
Gonzalo Yanes, que era el nuevo mayordomo de San Marcos, SE
la cantidad de quinientos cincuenta reales nuevos, proceden- E
tes de las rentas de la parroquia, para que a su vez se los die- 3
ra a Miguel Antunes, según contrato En ese mismo día el -
cantero recibía la cantidad de cuarenta ducados 52. 0m
E
Como una de las cláusulas del convenio se refería a la obli- O
gación de Antunes de tener que trasladarse a La Gomera a fin 6
de elegir personalmente la cantería restante para las obras de n
E
la iglesia, al día siguiente de haber recibido aquella cantidad a
compareció nuevamente ante el escribano, esta vez para hacer n
contrato con Domingo de Dabayde, vecino de aquella isla y
maestre del navío La Candelaria, que lo tenía en el Puerto de 3
O
Garachico. El mareante se comprometía a traer de La Gomera
a La Caleta de San Marcos toda la cantería que se le indicara,
pero con la condición de que Antunes le proporcionara cuatro
49 Archivo cit., leg. 2064, f. 128.
Archivo cit., leg. 2488, f. 213. Isabel Méndez era hija de Felipa de
León. Sus hijos fueron Blas López, Catalina López, María Navarro, mujer
de Salvador del Hoyo, y Felipe de León, mujer de Melchor Martín.
Carta de pago, ante Gaspar Marín, en Icod, en la que actuaron de
A ~- e s~igAose nsio Afonso, Aionso Kernán0ez y Bastián Lorenzo (Archivo cit.,
leg. 2475, f. 386).
Ante el referido escribano y los mismos testigos (Archivo y leg. cit.,
f. 387).
262 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~NTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 19
empleados para ayudar a cargar el material en el batel, lo cual
sería en junio, es decir, al mes siguiente. El acuerdo contem-plaba
que una vez cargados los cantos el maestre recibiría de
Antunes la cantidad de seis ducados por día que se tardara
hasta su descarga en La Caleta de San Marcos, y que una vez
en tierra se le darían mil doscientos reales nuevos, que equi-valía
a dos reales y cuatro maravedís por canto, poco más o
menos, y todo ello después de cada viaje 53.
El cantero pasana todo el verano en Icod, dedicado al la-brado
del material que llegaria desde La Gomera, si bien del
mes de agosto existe una escritura en la que declara ser veci-no
de Garachico 54. Firmó un contrato a favor de Diego
Afonso, vecino de Icod, por el que le entregaba a destajo el
urarree de seiscientos cantos, labrados y por labrar, que esta-ban
en la referida Caleta y tenía que subirlos hasta la iglesia
de San Marcos. Le pagaría un real y tres cuartos por cada
canto, y era trabajo que debería efectuar desde el día de la
fecha de esta escritura, 3 de septiembre de 1573, hasta la Pas-cua
Florida del año siguiente. En total, por todo el traslado
de la cantería, Diego Afonso recibiría veinte doblas, es decir,
diez mil maravedís de la moneda de esta isla 55.
53 Escritura de compromiso de 22 de mayo de 1573, ante Gaspar Mar-tín,
y en la que actuaron de testigos Bernabé Borges y Bastián Bello (Ar-chivo
y leg. cit., f. 388).
54 Ante Gaspar Martín, de fecha (...) de agosto de 1573, existe una es-critura
otorgada por Manuel Gaspar, por compra de telas, en la que actuó
de testigo Miguel Antunes (Archivo y leg. cit., f. 428v). En otra escritura,
del 26 de agosto de ese mismo año, ante Gaspar de Xexas, en Garachico,
comparecen Juan González, pedrero, y Antonio Bermejo, vecinos de
TI G- E.F-.A. ~L~ L ~..o,,-o e t ~ r g zpo der a Bernardo Barrantes. tratante, para que pu-diera
cobrar de Miguel Antunes, vecino de Garachico, doscientos reales por
una escritura (Archivo cit., leg. 2063, f. 199).
Escritura ante Gaspar Martín, con los testigos Francisco Martín y
Pedro Borges. Juan Alzola firmó por Diego Afonso, que no sabía escribir
(Archivo cit., leg. 2475, f. 505v).
En 15 de noviembre de 1573 aparece Miguel Antunes como testigo en
la escritura otorgada por su suegro, Juan González Magalona, ante Gaspar
Martín, sobre el tributo que había de pagarse al adelantado por una viña
propiedad de una sobrina, menor de edad, del otorgante (Archivo y leg. cit.,
f. 563v).
Núm. 42 (1996) 263
20 DOMINGO MARTfNEZ DE LA PERA
Dentro de esta serie de preparativos para la edificación de
la iglesia de San Marcos, tenemos por otro lado la compra que
efectuó Miguel Antunes de cuatrocientas fanegas de cal, por
precio de cuatrocientos reales, a Gonzalo Yanes, cantero, ve-cino
de Tenerife, establecido en Adeje al tiempo de la escritu-ra
de compra. Ante Gaspar Martín, en Icod, el 4 de septiem-bre
de 1573. La cal procedía de los hornos en que la prepara-ba
dicho Gonzalo Yanes y sería entregada el 10 de diciembre,
a la orilla del mar 56.
En relación con estos últimos datos, ya existía una escritu-ra
desde varios meses antes, por la que -&unes contrataba el
barco La Candelaria, antes referido, pero con otro maestre,
Pedro Luis, para que trajera la cal desde Los Cristianos a la
Caleta de Icod, con la condición de que le había de pagar un
real de plata por cada fanega, y una vez desembarcada la
mercancía recibiría el resto. Para el trabajo se le entregaría un
carro, una yunta de bueyes y dos docenas de costales 57. Tal
vez dos bueyes comprados por Miguel Antunes a Salvador
González, vecino de Icod, el 15 de noviembre de 1573, serían
para cumplir con el acuerdo o para el traslado de otros mate-riales
relacionados con la construcción de la iglesia
Por escritura del 23 de octubre de 1574, ante Juan de
Alzola, comparecían Miguel Antunes, como principal pagador,
y Salvador González y Juan de Alzola, el referido escribano,
como sus fiadores, vecinos de Icod, para obligarse a pagar a
Domingo Pérez, también vecino de este pueblo, cuarenta do-blas
que se le debían por haberlas prestado a dicho cantero
para ayuda de acabar la obra de la iglesia de San Marcos. Esta
cantidad le sería devuelta por el día de Pascua Florida del año
sigi~iente& 1575 59.
l6 Por Gonzalo Yanes firmó Juan de Alzola, por no saber escribir (Ar-chivo
y leg. cit., f. 482v).
En Garachico, ante Gaspar de Xexas, en 17 de marzo de 1574 (Ar-chivo
y leg. cit., f. 176).
Por los dos bueyes pagó veinte mil maravedís, ante Gaspar Martín,
el 15 de noviembre de 1573 (Archivo y leg. cit., f. 566).
s9 Sirvieron de testigos Juan Toscano, Pedro Borges y Juan de Montiel
(Archivo cit., leg. 2476, f. 247v).
264 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~NTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 2 1
Donativo de una casa pava ampliar el solar de la iglesia
Un dato interesante respecto a la reforma de la iglesia de
San Marcos está en que delante del primer templo existía un
cementerio, que vino a ser ocupado luego por el nuevo edifi-cio
una vez ampliado y hacerse la plaza. Este solar también
se agrandó con algunas casas limítrofes. Así, en el testamento
de Catalina Báez, esposa de Salvador González, ordenaba su
enterramiento en la capilla mayor, en el sepulcro de su padre,
Juan Báez, casado con Catalina Luis, madre de la otorgante,
y era además su voluntad dejar a la iglesia de San Marcos la
parte de casa que le pertenecía por herencia de su padre, que
lindaba con el cementerio de dicha iglesia y la casa y corral
de Catalina Luis y, por delante, la calle. Ofrecía esta propie-dad
a la iglesia Pava su acresentamiento y simentevio, con la
condición de que anualmente se aplicara una misa por su
padre y por su hermano Antonio Báez 60.
Como complemento a este donativo, tenemos además el de
otro miembro de la misma familia, el de Baltasar Báez, tam-bién
hijo de Juan Báez, que por su testamento también se
mandó enterrar en la capilla mayor, en la sepultura de su pa-dre,
y de igual forma dejaba a la iglesia de San Marcos la
parte de casa que él y su madre tenían lindando por arriba la
propia iglesia y cementerio, y era condición que el mayordo-mo
de San Marcos debería anualmente salir a pedir limosna
para que le fuera aplicada una misa cantada a San Marcos en
su capilla 61. Sobre el mismo tema tenemos otro escrito, ante
60 ante Juan de Alzola, en 10 de agosto de 1579 (Archivo cit., leg. 2481,
núm. de folio ilegible).
Ante Juan de Aizola, el 7 de marzo de 1580 (Archivo cit., leg. 2482,
f. 96).
Sobre estos datos, respecto a las primeras construcciones de Icod en
torno a la iglesia de San Marcos, tenemos las declaraciones que hace
Gaspar Alonso, marido de Catalina Moreno y yerno de Juan Moreno, por
las que sabemos que tenía una casa lindando con este templo, por arriba
la plaza y por delante la calle real. Ante Juan de Alzola, el 3 de junio de
1580 (Archivo cit., leg. 2482, f. 189).
También Domingo Díaz el Viejo, vecino de Icod, vendió a Pedro Díaz,
Núm. 42 (1996) 265
22 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
Juan de Alzola, con fecha 12 de junio de 1581, perteneciente
a Catalina Anes o Luis, viuda de Juan Báez, en que declara
que sus hijos difuntos habían dejado a la iglesia de San Mar-cos
la parte de casa que ellos y la otorgante tenían junto al
cementerio y que el sitio y asiento de2 simenterio de la yg2esia
se acreciente y vaya a más, por lo que también dejaba a San
Marcos la cuarta parte de casa que a ella le correspondía, con
la condición de que anualmente se aplicara una misa por su
alma, en el día de San Marcos o en su octava 62.
a
La capilla de San Gonzalo
E
Aproximadamente hacia el mes de abril de 1575, Antunes O
n
=
debió tener concluido el trabajo en las naves de la iglesia. De m
O
E
inmediato entró en la construcción de la capilla de San Gon- SE
zalo de la propia iglesia, que es la colateral del lado sur, que E
junto con la otra colateral formaba parte del plan de amplia- =
ción del templo. San Gonzalo de Amaranta, santo portugués,
obtuvo una gran devoción en Icod y en este aspecto siguió al -
0m
E
santo patrono San Marcos. La pequeña imagen de San Gon- O
zalo debió llegar a Icod a mediados del siglo x v ~y la impor-tancia
que alcanzó su culto vendría justificada por las nume- n
E
rosas familias lusitanas establecidas por entonces en este a
pueblo, culto que, según recoge el P. Espinosa, tuvo una pro- -
yección al resto de la Isla, mediante numerosas romerías a
causa de diversos milagros 63.
3
O
Amador de Évora, tronco de una importante familia de
Icod, mayordomo de San Gonzalo, firmó el contrato con Mi-guel
Antunes para la edificación de esta capilla: según escri-tura
ante Juan de Alzola, del 26 de abril de 1575. Se especifi-u
hijo, por escritura ante Martín de Alzola, el 9 de mayo de 1585, una casa
que tenía en Icod, que lindaba por la parte de arriba con el cementerio de
la iglesia; por delante, calle real; por abajo, casa que había sido de Francis-co
Martín (que por entonces era de Miguel Suárez), y por detrás, solar de
Sebastián González (Archivo cit., leg., 2487, f. 152).
Archivo cit., leg. 2483, f. 68v.
63 FRAYA LONSO DE ESPINOSAH: istoria de Nuestra Señora de Candela-ria,
Ed. Goya, 1952, p. 181.
266 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~NTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 23
caba en ella que a pedimento suyo y de los vecinos de este
lugar, don Juan Salbago, arcediano de la iglesia catedral de
Canaria y visitador por el deán y cabildo, en la visita efectua-da
a Icod en el año anterior, en 1574, había concedido licen-cia
para que se pudiera hacer capilla colateral a San Gonzalo,
con las limosnas que se le ofrecieran. También se expresa que
para llevar a efecto la construcción se había publicado por los
pueblos de la isla la subasta de las obras, pero que al concur-so
solamente se presentó el maestro de cantería Miguel
Antunes, que se ajustó al precio de seiscientos ducados. El
referido mayordomo declaraba además que este cantero podría
hacer bien el trabajo, por la pericia demostrada en otras obras
anteriores.. Las condiciones fueron las siguientes:
1. Que la capilla se levantaría en el lugar en que se en-contraba
la sacristía, junto a la capilla mayor.
2. Debería tener veintiún pies de hueco y cuadra; se abri-ría
la pared de la capilla mayor para comunicar mediante un
arco de cantería, con material procedente de La Gomera. Este
arco debería tener de hueco diecisiete pies y la altura que
exigieran sus propias proporciones, bien labrado, con sus ba-sas
y molduras. Con todo ello, los arcos de las naves no debe-rían
recibir daño alguno.
3. El cantero estaba obligado a abrir otro arco, el princi-pal
de la capilla, para comunicar con la nave, también de can-tería,
de La Gomera. Tendría doce pies de hueco y la altura
necesaria conforme a la pared de la nave, y debería estar bien
terminado y con molduras.
4. Las paredes serían de albañilería, de buena piedra, con
las esquinas asentadas con cal, lo mismo que ias contra-esquinas
y cimientos; de cuatro palmos de ancho, en obra
buena y fija, con los exteriores de cal y todo bien encalado por
dentro y por fuera, se deseaba en los muros adecuada solidez,
ya que se proyectó en un principio cubrir la capilla mediante
bóveda. La aitura de los muros, desde el süzh hzsta !OS
xarzamientos, sería la que exigiera la obra. La bóveda sería de
cinco claves, con tracerías, trompantes y terceletes, todo en
cantería blanca, de la que se sacaba de Los Silos y con mol-
Núm. 42 (1996) 267
24 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
dura buena, todo conforme a lo que el maestro tenía dibuja-do
en el plano.
5. La altura de la capilla sería la misma que la de la ca-pilla
mayor, para lo cual se debería bajar el suelo y ponerlo a
ras del de dicha capilla mayor.
6. La capilla se iluminm'a desde el exterior mediante una
ventana con marco de cantería, puesta a un lado.
7. Se haría un altar, con tres escalones de albañilería y
madera que le daría el mayordomo, lo mismo que facilitaría
un carpintero para asentarlos.
8. La capilla quedaría enladrillada, poniendo el cantero
los ladrillos.
9. Se haría una sacristía nueva, que había de ser de pare-des
y con una ventana hacia la calle. Por este trabajo de !a
sacristía cobraría veinte doblas de a quince maravedís cada
una. Bien porque tal capilla no se llegara a construir o tal vez
por resultar estrecha e incómoda, puesto que la calle que pa-saba
a espaldas de la iglesia no permitía un solar más amplio,
lo cierto es que la sacristía vino a instalarse a los pies de la
nave del lado sur, junto a la torre, en el lugar donde hoy está
la sala de la Hermandad. Posteriormente se vino a trasladar
la sacristía al lugar que hoy ocupa, detrás de la capilla de San
Gonzalo.
10. Todos los trabajos deberían quedar concluidos en el
plazo de un año.
11. Los pagos al maestro se harían así: doscientos duca-dos
al iniciar la obra; la misma cantidad cuando estuvieran
levantadas las paredes y los arcos terminados, y los doscien-tos
ducados restantes se le abonarían una vez terminada la
capilla 64.
Se deduce de este documento algo remarcable y es que
Antunes se revela como buen conocedor .de su oficio, al com-prometerse
a instalar una bóveda para cubrir la capilla. Esta
solución trató de eludirse en líneas generales en la arquitectu-ra
tradicional de Canarias, bien por razones de seguridad o
64 Actuaron de testigos Gonzalo Yanes, Gonzalo Báez y Gregorio
González, vecinos de Icod (AHPSCT, leg. 2477, f. 159v).
268 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 25
económicas, por lo que normalmente se acudía a la fórmula
más sencilla de cubierta de madera, de raigambre mudéjar.
Para San Marcos se pensaría una cabecera con tres capillas
cubiertas de bóvedas, que era todo un lujo, pero por las razo-nes
que fuera se reformó el proyecto con techumbres de ma-dera.
De acuerdo con lo estipulado en el contrato, Miguel An-tunes
vino a recibir de Amador de Évora, el 18 de septiembre
de 1575, la cantidad de doscientos ducados de a once reales
cada uno, como primera paga de los seiscientos en que se
había ajustado la obra de la capilla 65. Al tiempo de recibir esta
cantidad ya había decidido un viaje a la Península, por lo que
debería abandonar el trabajo en la capilla de San Gonzalo. Es
psiY!e cpe píira nistit~~irelen su compromiso trajera a Cana-rias
a su hermano Benito, también cantero, pues a partir de
este momento es cuando los documentos comienzan a arrojar
noticias sobre este hermano. Concretamente tenemos que el 19
de septiembre de dicho año compareció Miguel Antunes ante
el escribano público para otorgar poder a favor de su mujer,
Lucía González, y de su hermano Benito, para que en su nom-bre
pudieran pedir y demandar cualquier clase bienes que le
pertenecieran 66.
Y en ese mismo día y ante el mismo escribano, Miguel
Antunes manifiesta lo siguiente, al ceder los derechos del
destajo de la capilla de San Gonzalo a su hermano Benito:
porque yo agora estoi de camino para ir a España. Este traspa-so
solamente tendría efectividad hasta su regreso de dicho via-je
67. Curiosamente, a pesar de estos proyectos, varios días des-pués,
el 26 de septiembre, firmaba una carta de ajuste para
hacer ia capilla de la Eneaimaziór;, !CL~ t r acd uteru! de r s k i
iglesia, comprometíendose a concluirla en el plazo de un año,
y de lo que me ocuparé más adelante. En dicho día y ante el
mismo escribano declaraba lo siguiente referente a la capilla
de San Gonzalo: ... e porque yo tengo para la dicha capilla can-
65 Ante Juan de Alzola (Archivo y leg. cit., f. 281).
Ante Juan de Alzola (Archivo y leg. cit., f. 289).
67 Firmaron como testigos Hernando de Carmenatis, Amador de Évora
y Hernán González (Archivo y leg. cit., f. 283v).
Núm. 42 (1996) 269
2 6 DOMINGO MART~NEZ DE LA PERA
tería traída de la isla de La Gomera puesta en la Caleta de San
Marcos e cantería de Los Silos y tengo piedra quebrada para el
dicho efecto y tengo recibidos para los quartos de seiscientos
ducados y agora estoy de partida para España e para ello tras-paso
el dicho destajo a Benito Antunes mi hemano ... Este tras-paso
se efectuaba en las mismas condiciones, hasta que regre-sara
del viaje, momento en que le devolvería la obra. Pero
añade que como Amador de Évora, el mayordomo de San
Gonzalo, pedía garantía de que la obra una vez terminada se-ría
de tan buena calidad como se especificaba en el primer
contrato, por este motivo tanto Miguel como su hermano ha-rían
una obra bien terminada. Nombraba por su fiador a Sal-vador
González, suegro de Miguel, que respondería con sus
bienes 68.
Al día siguiente a la fecha de estos documentos, es decir,
el 27 de septiembre, los dos hermanos canteros bajaron a
Garachico y allí comparecieron, en el lugar de San Pedro de
Daute, ante el escribano Gaspar de Xexas, para otorgar otra
escritura mediante la cual se comprometían a pagar a Melchor
Salguero, alcalde de Los Silos, cuarenta y siete doblas, resto
de las quinientas que le había dado a Miguel. Salía por fiador
Benito, y el compromiso era devolver la cantidad en el mes
de febrero siguiente del año 1576 69. En escritura aparte se
obligaba Benito a pagar esa deuda ' O .
Que recurriera al alcalde de Los Silos para este empréstito
puede que tuviera explicación en las obras efectuadas por
Miguel Antunes en la iglesia de la Virgen de la Luz de aquel
pueblo. De Garachico pasó en seguida a Los Silos y allí, ante
el escribano de Buenavista, Nicolás Casarola, en los últimos
dias de! mes de septiembre de i575, compraba a su cuñado
Mateo González, que vivía en Los Silos, hermano de su espo-sa,
Lucía, una viña que le pertenecía en la heredad de Icod,
que era la finca de la Magalona, lindante con herederos de
"Testigos: Antonio M-onso, Francisco Martín y Lucas Martín, vecinos
de Icod (Archivo y leg. cit., f. 282).
69 Archivo cit., leg. 2065, f. 108.
fd.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 27
Torres, por un lado; por el otro, con viña que había sido de
Juan González, padre de Mateo; de otro, con herederos de Isa-bel
Méndez, y por arriba con tierras de Juan Siberio 71. Al
apresurarse a efectuar esta compra antes de efectuar el viaje
a la Península, sería por el deseo de asegurar un respaldo eco-nómico
a su familia 72. Al mismo tiempo, dicho Mateo Gon-zález
y Miguel Antunes, como marido de Lucía González,
comparecían ante el mismo escribamo para hacer donación a
Catalina Gonzalez, hermana de Lucía y menor de edad, bajo
la tutoría de Miguel, de unos pedazos de solar que pertene-cieron
a los referidos Mateo y Lucía, de los bienes que habían
quedado por fallecimiento de la madre de estos últimos, Ma-ría
Álvarez. Tales solares lindaban con Gaspar Alonso y el ca-mino
de La Dehesu de Icod 73.
Volviendo nuevamente a la construcción de la capilla de
San Gonzalo, tal como la vemos hoy, se encuentra organizada
con los arcos descritos en el contrato, pero no cubierta con
bóveda, sino con techumbre de madera, aunque según se dijo
la cantería para tal bóveda se hallaba ya preparada en Los
Silos al producirse el traspaso de los trabajos entre los dos
hermanos. También es de advertir que en tiempos posteriores
el ventanal lateral sirvió para instalar una tribuna cubierta de
celosías, comunicado con dependencias junto a la sacristía,
comunicación que también se practicó instalando una puerta
debajo de la tribuna, y esto todo resultaría de reformas poste-riores.
Es de suponer que hasta el año 1580 no vendría a concluir-se
del todo la capilla, es decir, varios años después del regre-so
de Miguel Antunes de su viaje a la Península, ya que reci-bió
el 28 de enero de dicho año los dos últimos tercios conve-nidos,
según carta de pago que otorgó a Amador de Évora por
'' Archivo cit., leg. 3645, f. 99v.
72 Frcritwa ~torgada en Los Silos, ante Nicolás Gómez Casasola,
escribamo de Buenavista, en los últimos días de septiembre de 1575 (Ar-chivo
cit., leg. 3645, f. 99v).
73 Escritura en el mismo lugar y fecha y ante el mismo escribano,
f. 98.
Núm. 42 (1996) 271
28 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
la cantidad de tres mil ciento treinta y ocho reales de plata,
abonada en dinero, vino y trigo 74.
74 Ante Juan de Alzola, el 28 de enero de 1580 (AHPSCT. 2482, f. 12v).
Como dejamos anotado anteriormente, las obras de s i n onzal lo s.e
efectuaban con limosnas diversas ofrecidas por el vecindario. Algunas es-tán
registradas en escrituras públicas, como, por ejemplo, Isabel Hernández,
viuda de Pedro Ángel, que en su testamento, ante Juan de Alzola, el 8 de
agosto de 1580, dejaba para esta capilla quinientos ladrillos y mil para otras
partes de la iglesia (AHPSCT, leg. 2482, f. 243v); Gaspar de Torres, en su
testamento otorgado en Sevilla, ante Pedro de Villalta, el 6 de agosto de
1582, cincuenta ducados para las obras (Archivo cit., leg. 2259, f. 401); el
beneficiado de San Marcos, Juan Martín de Castilleja, en su testamento ante
Martín de Alzola, del 13 de noviembre de 1586, cuatro doblas con igual fi-nalidad
(Archivo cit., leg. 2488, f. 86). El codicilo de este último fue otor-gado
ante el mismo escribano, el 13 de noviembre de 1586 (Archivo y
ieg. cit., f. 43j. Ei capitán Marcos Afonso, por su testamento ante dicho es-cribano,
del 26 de enero de 1590, dejaba también cuatro reales (Archivo cit.,
leg. 2491, f. 347v); Mana Luis, mujer de Pedro Hernández, por su testa-mento
ante Méndez de León, de 23 de abril de 1602, pide ser enterrada en
la capilla de San Gonzalo, donde también estaban sepultados dos nietos
suyos y señalaba ocho reales para ayuda de las obras (Archivo cit., leg. 2491,
f. 347v). En 26 de junio de 1580, ante Juan de Alzola, compareció Inés
Yanes, viuda de Simón González, y Gregorio González, zapatero, para obli-garse
a pagar al mayordomo de San Gonzalo, Amador de Évora, o al que
lo fuera, treinta doblas de a quince maravedís cada una, moneda de Cana-rias,
por razón de la cuenta de ochenta doblas que quedó a deber dicho
Simón González a la capilla, del dinero que administraba al tiempo de ser
mayordomo del santo. De esta deuda ya habían entregado cuarenta doblas
y diez las había perdonado el obispo, por ser pobre (AHPSCT, leg. 2482,
f. 212). Como fiador del resto de la deuda salió el beneficiado de San Mar-cos,
Juan Martín de Castilleja, por escritura ante el mismo escribano, con
fecha 29 de junio de 1580 (Archivo y leg. cit., f. 219). Otro de los grandes
benefactores para la construcción de la capilla fue el capitán Blas de Alzola,
que en su testamento del 15 de marzo de 1643 destinaba para costear e!
arco la cantidad de cien reales (Archivo cit., leg. 2516, f. 51).
En relación con la construcción de la capilla, tenemos la curiosa escri-tura
otorgada por Cristóbal de Ponte, regidor de Tenerife y vecino de
Garachico, ante Gaspar Martín, el 28 de octubre de 1572, en la que decla-raba
que poseía un esclavo mulato, de seis o siete años, de nombre Gaspar,
enfermo de un mal de lampauones, por lo que lo donaba a San Gonzalo de
Icod, para que, en caso de curar, debena prestar servivio a la iglesia de San
Marcos por todos los días de su vida, entre otras cosas para barrer y car-gar
agua para la pila. Pero en caso de que se hiciese la capilla a este santo,
el mayordomo lo creyese conveniente y siempre que fuera con la autoriza-
272 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 29
La capiIZa de la Encarnación
Es la colateral del lado norte, cuyo patronato fue ofrecido
a Antonio Afonso, del que ya he hablado en su calidad de
mayordomo de San Marcos 75, que la vino a dedicar a la En-carnación.
Este feligrés fue tronco de la familia de Alfonso de
Gallegos, notoria en Icod. En la data de la capilla, el 8 de di-ciembre
de 1574, las autoridades de la iglesia de San Marcos
marcaron unas condiciones, parecidas a las impuestas a la
capilla de San Gonzalo, en el sentido de abrir la pared de la
capilla mayor e instalar un arco secundario de comunicación
con ella y otro arco dando a la nave norte. Antonio Afonso se
.c o. mprometía a levantar la capilla a su costa, instalar un reta- bio con la referida advocación, dotar de umamen:oc y c4iz y
señalar la cantidad de tres doblas anuales para reparos, im-puestos
sobre una viña suya en este lugar. Al mismo tiempo
instituía una capellanía perpetua 76. Era condición que la ca-pilla
estuviera concluida en el plazo de año y medio después
que la dicha iglesia del señor San Marcos se acabase de hacer,
según se presente se va haciendo, y que fuera obra entregada a
ción del beneficiado de San Marcos, podría vender este esclavo y con el
producto obtenido comprar una lámpara de plata para adorno del arco
principal de la capilla (AHPSCT, leg. 2475, f. 203). El contenido de esta es-critura
fue publicada por el autor de estas líneas con el título «San Gon-zalo
de Icod y su esclavito de Garachicon, en Fiestas en honor del Santísi-mo
Cvisto del Calvario. Icod de los Vinos 1979 (programa) (Santa Cruz de
Tenerife, 1979), s. n. p.
La noticia más antigua que tenemos sobre la idea de Antonio Afonso
de construir esta capilla fue con motivo de cierto viaje que éste proyectó a
se vi!!^, pm ciiyo motivo dictó testamento ante Gasear Martín, el 4 de oc-tubre
de 1567, en que declara que tiene deseo de construir una capilla en
la iglesia de San arcos, pero que en caso de fallecimiento la hicieran los
herederos de sus bienes. No declara el título, pero sí dispuso que se encen-diera
una lámpara todos los sábados y festividades de la Virgen (AHPSCT,
leg. 2471, f. 146). El dato concreto sobre la capilla se ofrece en el folio 156.
76 Esta capellnnía fue instituida por Antonio Afonso y su mujer, María
Hernández, en 20 de octubre de 1581, por ante Juan de Alzola, cuando aún
estaban empeñados en la construcción de la capilla de la Encarnación. Se
instituía a favor de su hijo Antonio Afonso, estudiante, que tenía deseo de
ser clárigo (AHPSCT, leg. 2483, f. 247).
Núm. 42 (1996) 273
30 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
maestro adiestrado, para que el resto del edificio no sufriera
daño 77.
A pesar de estos compromisos, la capilla de la Encarnación
no se pudo concluir en el plazo de tiempo previsto, puesto que
el contrato con el cantero no se vino a producir sino un año
después, el 26 de septiembre de 1575, mediante escritura ante
Juan de Alzola, donde Miguel Antunes se comprometía a ha-cerse
cargo de la obra, según condiciones muy parecidas a
las que suscribió para la capilla de San Gonzalo. Eran las si-guientes:
1. Hacer la capilla al lado de abajo de la capilla de la igle-sia
en el lugar de la banda del sagvario, de veinticuatro pies de
hueco y cuadra, abrir pared de la capilla mayor y entre ella y
la que se había de hacer d n c d c i En arce de cailteria. Lu
escritura aparece corregida en el punto tocante a que la can-tería
sería de La Gomera, para decir que sería de la que se
sacaba de Los Silos. Este arco tendría de hueco diecisiete pies
y una altura proporcionada a su ancho. Se advertía que los
arcos de la iglesia no deberían sufnr daño alguno y que que-daran
bien fijos unos a otros. El arco entre las dos capillas
debería estar bien hecho y fijo, con sus basas y capiteles con
molduras, adornado por uno de los pies derechos y aristado
por cada lado de dicho arco.
2. Otro arco iría hacia la nave norte, también de cante-ría,
no de La Gomera, como se aclara, sino de Los Silos. Ten-dría
de hueco doce pies y toda la altura que pudiere, confor-me
a la madera de la techumbre de la nave. Sería un arco
moldurado y bien hecho.
3. Las paredes de la capilla se levantarían en obra de al-bañileria,
de hilen^ piedra; se dxirSm cimientos y se hzian
todas las esquinas. En la constmcción de los muros se emplea-ría
cal, para que fueran más fuertes y pudieran soportar una
bóveda, y serían de cuatro palmos de ancho, de obra buena y
encalados por dentro y por fuera.
4. La capilla se cubriría con bóveda de cinco claves, de la
altura que exigiera la obra, lo mismo que la crucería, trom-
77 Declaración ante Juan de Alzola, en 8 de diciembre de 1574 (Archi-vo
cit., leg. 2476, f. 280).
274 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 3 1
pantes y terceletes. Todo sería de cantería blanca, de la que
se sacaba de Los Silos, y con molduras buenas, de la misma
forma proyectada para la capilla de San Gonzalo.
5. Al igual que esta otra colateral, Antunes se obligaba a
bajar, allanar y enladrillar el suelo, de suerte que quedara a la
misma altura que la capilla mayor. Pondría todo lo necesario
para los trabajos, como era el agua, la cal, piedra, etc.
6. Haría una ventana de cantería para dar luz a la capilla.
7. También instalaría un altar.con tres escalones de alba-ñilería,
aportando Antonio Afonso la madera para los escalo-nes
y el carpintero para colocarlos.
8. Por todo ello se entregaría al cantero la cantidad de
seiscientos ducados, de a once reales cada uno, a pagar en tres
momentos: ciento cincuenta al inicio de la obra, ya que Anto-nio
Afonso le había entregado como adelanto cincuenta duca-dos;
doscientos ducados al terminar las paredes y estar levan-tados
los arcos, y el resto, una vez concluida la construcción,
que estaba prevista al año de la fecha del contrato 78.
Quedó dicho con anterioridad cómo, a pesar de este con-trato,
ya estaba en el ánimo de Miguel Antunes marchar en
seguida a la Península, por lo que le sería dificil cumplir con
tales compromisos, habida cuenta además que tenía pendien-tes
otros trabajos en la iglesia. Es posible que por entonces
solamente comenzara a labrar la cantena.
Tenemos una carta de pago fechada el 11 de agosto de
1577, por tanto correspondiente al regreso del viaje, del que
me ocuparé en el apartado siguiente, mediante la cual Miguel
Antunes se daba por pagado de Antonio Afonso de la canti-dad
de seiscientos tres mil ciento veintiocho maravedís, según
compromiso por el labrado de !a piedr~d e !2 ~ b r ade la igle-sia.
Sin embargo, esta cantidad no debe corresponder a traba-jos
en la capilla de la Encarnación, sino más bien a los de la
ampliación del resto del edificio 79.
En las relaciones de Miguel Antunes con Antonio Afonso,
tenemos que éste salió como fiador en la compra de cien amo-
's Archivo cit., leg. 2477, f. 296.
79 Ante Juan de Alzola, el 11 de agosto de 1577 (Archivo cit., leg. 2479,
f. 329).
Núm. 42 (1 996) 275
32 DOMINGO MART~NEZ DE LA PERA
bas de aceite, que el cantero efectuó al licenciado Diego de
Arguijo, por valor de mil ochocientos reales de plata nuevos,
moneda de Tenerife, obligándose al entregarla por el día de
Navidad siguiente a la fecha de la escritura, el 11 de agosto
de 1577, ante Gaspar de Alzola 80.
A pesar de ello, el entendimiento entre el patrono de la ca-pilla
y el cantero se fue deteriorando, ya que se pasaba el tiem-po
y la obra no se concluía. Así vemos que el 11 de junio de
1582, Miguel Antunes comparecía ante el escribano Quiñones,
en Garachico, para aclarar en escritura pública que el pleito
seguido contra Antonio Afonso, que pasó ante la Justicia Real a
de esta isla, por presencia de Francisco de Mesa, escribano N
E
público de ella, respecto a lo que el cantero pedía de su salario O
por labrar y hacer la iglesia de San Marcos, otorgaba poder a n -
=m
Diego Rodríguez de Ayala, procurador de causas de Tenerife, O
E
para que en su nombre acabara dicho pleito y por su salario le E
2
E entregaría cincuenta doblas, que le debía entregar cuando An- =
tonio Afonso le hiciera el dicho pago a que estaba obligado, 3
cuya cuantía se elevaba a cien doblas poco más o menos, res- - - 0
to de la segunda paga y la tercera. A dichos procuradores se les m
darían veinticinco doblas cada vez que le efectuaran los dos O
últimos pagos 81. Por la declaración de Antunes de que había n
labrado la piedra de la iglesia y por el hecho de que no se le E a-hubiera
abonado su trabajo, hace suponer un desacuerdo entre l
ambos, tal vez por la manera de ir desarrollándose la obra. n
0
Antonio Afonso terminó por desentenderse de Antunes, y en 3
su deseo de concluir su capilla contrató a destajo al cantero O
Jorge González, vecino de Garachico, e hijo de Gonzalo Yanes,
que lo cité más atrás como colaborador de Antunes, con el
compromisn de c~ntir?u-?!ers trubajx, p e s t o que e! dicho
Antunes no la quiere hacer ni lo pone por obra. Las condicio-nes
con el nuevo maestro eran que la capilla sería de la altu-ra
que demandara la obra, de forma que desde ella se viera
todo el altar mayor; que el arco se arrimaría al crucero y su
altura sería conforme al ancho. Se le abonaría al cante= 12
Archivo cit., leg. 2066, f. 289v.
Archivo cit., leg. 2235, f. 377. Este documento aparece citado en el
leg. 2233, dedicado a índices del año 1582, al f. 377.
276 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 33
cantidad de novecientos reales nuevos, en tres pagas, y medio
cahíz de centeno, para.que diera de comer a la gente emplea-da.
También era condición que el arco se haría de cantería de
Los Silos, bien labrado, y que no podría alzar mano hasta
concluir. Se encargan's el cantero del traslado de la cantería y
no tendría que intervenir en la obra de albañilería y recibiría
de su cliente la cal, madera, sogas, arena y demás, de forma
que el cantero solamente tenía que labrar los cantos del arco
de comunicación con la capilla mayor y asentarlos. Así quedó
estipulado el 19 de agosto de 1583, por ante el escribano
Lucas Martín de Alzola 82. El que solamente se le encargara
este arco hace suponer que el principal, de comunicación con
la nave, lo habría terminado Antunes. Para completar los tra-bajos
correspondientes a albañilería compareció Afonso ante
el mismo escribano, el 19 de junio de 1584, al objeto de esti-pular
un contrato, esta vez con Pedro Yanes, albañil 83, por el
que le daba a destajo el trabajo correspondiente a su oficio en
la capilla que tenía comenzada en San Marcos, para hacer en
ella toda la pared que fuere menester de fuerte hasta engalgar la
obra con la armasón de la capilla mayov, haciendo en ella bue-na
obra y fuerte. Este maestro recibiría del Patrono la piedra,
cal, barro, arena, agua y todo lo demás, como sogas, anda-mios,
etc., lo mismo que los oficiales de albañilería necesarios
y un peón, de forma que Pedro Yanes no pondría sino su tra-bajo.
Recibiría treinta doblas de a quinientos maravedís cada
una, moneda de las Islas, y dos fanegas de trigo y una de cen-teno,
todo lo cual lo había de percibir en tercios: al iniciar el
trabajo, cuando estuviera a la mitad y al final. La obra se ini-ciaría
el día primero del mes siguiente al de la escritura y no
se interrumpirían los trabajos hasta el mes de agosto de aquel
año 84. Ya no se vuelve a hablar de bóveda para cubrir la capi-lla,
por lo que por entonces ya se habría optado por la te-chumbre
de madera.
82 Archivo cit., leg. 2485, f. 246.
s3 Este ri!hañil estaba por estos años establecido en San Pedro de
Daute. Así, el 7 de marzo de 1583 se obligaba a hacer a Rui Rodríguez Leal
una casa de mampostería y albañilería en dicho lugar, en un solar de la
calle Real (notas de Miguel Tarquis ...).
84 AHPSCT, leg. 2486, f. 157v.
Núm. 42 (1996) 277
34 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
En apartados anteriores vimos numerosos preparativos de
Miguel Antunes para efectuar viaje a la Península, que por
razones de contratos de trabajo o negocios familiares tuvo que
ir aplazando. Tal vez tenga que ver con el viaje la escritura que
otorgó su hermano Benito, ya citado, residente en San Pedro
de Daute, en 7 de diciembre de 1575 y ante Álvaro de Qui-ñones,
mediante la cual se obligaba a devolver en cierta can-tidad
de vino cien reales, moneda de Canarias, que había re-cibido
en préstamo, sin interés alguno, de Duarte Hernández
Figueroa 85. A este último lo volvemos a encontrar en la escri-tura
otorgada por Miguel Antunes, el 27 de dicho mes y añn,
ante el escribano de Garachico Gaspar de Xexas, mediante la
cual declaraba que recibía de Juan González, hijo de Hernán
González, vecino de Buenavista, doscientos reales de plata, en
calidad de préstamo, los cuales le devolvería desde Sevilla o
Lisboa, enviados mediante una cédula de cambio de doscien-tos
ducados que llevaba Miguel Antunes, propiedad de Duarte
Hernández de Figueroa, para cobrar a Lorenzo del Risco, ve-cino
de Sevilla 86. Estos datos nos vienen a decir parte del iti-nerario
previsto por Antunes, en que incluía Andalucía y Por-tugal.
Pensamos que gran parte del año de 1576 continuaría sin
salir de las Islas, por figurar una escritura suya, fechada en el
mes de octubre, por la que se comprometía a pagar a Ruy
González, vecino de Icod, doscientos reales nuevos, valor de
cincuenta y tres varas y media de lienzo blanco bvabantía,
d e d c~pe pagarla en e! dia de Navidad de aqüel mismo
año Resulta significativo que su nombre no vuelve a verse
en documentos con anterioridad al mes de octubre en es-cribanía~
públicas de esta zona de la Isla. Podría explicarse
por posibles viajes a La Gomera para preparar cantería para
Archivo cit., leg. 2227, f. 797.
86 Figuró de testigo su hermano Benito (Archivo cit., leg. 2065, f. 117).
Ante Juan de Alzola, el 24 de octubre de 1576 (Archivo cit., leg. 2478,
f. 261).
278 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 35
los trabajos que tenía entre manos, porque no es razonable
que viajara a la Península en ese tiempo.
La realización de su regreso a la Península la conocemos
por noticias aportadas por su hermano Benito. Éste, vecino de
Icod, en escritura ante Álvaro de Quiñones, otorgada en Ga-rachico,
el 29 de mayo de 1577, declaraba que en virtud del
poder que le había dado su hermano Miguel para cobrar deu-das
había recibido de Vicente Yanes, piloto residente en Ga-rachico,
una caja de madera de pino, usada, con su cerradura,
que contenía un jubón de Holanda, viejo, un sayo de paño
negro, usado, una sábana y una madeja de seda cruda. Dicho
piloto había recibido el cofre y su contenido de manos de Mi-guel
Antunes, en Galicia, para que se lo llevara a Lisboa, don-de
voherian a encontrarse. Sin emburgo, Migd m !]@ a
tiempo, por lo que decidió llevarlo a Canarias. Como en la caja
Miguel había metido también un poco de bizcocho, carne y
una botella vieja, el piloto decidió quedarse con esas comidas,
por lo que abonó cierta cantidad de dinero a Benito 88.
Son las únicas noticias que he podido reunir sobre la
realización del viaje, es decir, la llegada de Miguel Antunes a
Galicia y su proyecto de pasar a Portugal, concretamente a
Lisboa, a donde llegaría por tierra, que explicaría el remitir el
cofre por mar para mayor comodidad. Su estancia en Galicia
estaría encaminada a resolver asuntos familiares, ya que su
mujer era nieta de Juan Álvarez, albañil gallego, según se dijo.
Por lo menos el 23 de septiembre de aquel año estaba ya
de regreso a Tenerife, ya que en tal fecha comparecía en com-pañía
de su suegro, Juan González Magalona, para otorgar
carta de dote a favor de Antonio de Fleytas, vecino de Icod,
para su casamiento con Cataiina Sonzáiez, hija y cüfiada de
los otorgantes, como se citó en su momento 89.
Ante Álvaro de Quiñones, el 29 de mayo de 1577 (Archivo cit.,
leg. 2229, f. 455).
89 O! 17 de zgestn de 1579, Migue! Antunes, por escritura ante Juan
de Azola, se obligaba a pagar a su cuñado Antonio de Fleytas la cantidad
de cuatro doblas, moneda de Canarias, por razón del resto de cuenta de la
promesa de dote al casarse con Catalina González (Archivo cit., leg. 2481,
f. 230).
Num. 42 (1996) 279
36 DOMINGO MART~NEZ DE LA PENA
En 13 de enero de 1578, Miguel Antunes se obligaba a pa-gar
a su sobrino Bernardo Antunes, vecino de San Pedro de
Daute, veintidós ducados de a quince reales cada uno, valor
del caldo de dos botas de vino, una botija de aceite y veinte
cimbras 90.
Sobre bienes familiares se produjeron conflictos, algunos
muy violentos, tal vez en la ausencia de Miguel Antunes. Cons-ta
de una reclamación formulada ante el escribano Juan de
Alzola por el propio Miguel, para que se dividieran los bienes
que habían quedado por fallecimiento de los abuelos de su
esposa, Lucía. En este mismo escrito declaraba que Blas
López, alcalde de Icod, haciéndose justicia, había penetrado en
su hacienda y había prendido a unos criados, a su hijo y al
sobrino Bernardo. Este episodio lo denunciaba al alcalde ma-yor
de las Partes de Daute y demostraba al mismo tiempo,
mediante documento, que era dueño de aquella hacienda.
Puesto que aún permanecía preso su sobrino, pedía su liber-tad
inmediata, sin fianza alguna 91.
Año 1574
En 2 de mayo, por ante Juan de Alzola, firmó en nom-bre
de María Magdalena, mujer de Blas Martín, vecinos de
Icod, en el concierto que éste otorgó a Mateo Suárez, padras-tro
de dicho Blas, sobre el derecho de este matrimonio a sus
bienes 92.
E! 2G de agreste, per escritura a ~ t ee! mismo escribam,
Miguel Antunes, vecino de Icod, como principal pagador, y
Salvador González y Juan Siberio, vecinos del mismo pueblo,
90 Ante Gaspar de Xexas, en Garachico, a 13 de enero de 1578 (Archi-vo
cit., leg. 2068, f. 119).
91 El documento ante Juan de Alzola no tiene fecha, pero es del año
1577 (Archivo cit., leg. 2479, f. 1). Este primer folio del legajo está encua-dernado
al revés y se encuentra deteriorado.
92 Archivo cit., leg. 2476, f. 63.
280 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 3 7
como sus fiadores, se comprometen a pagar a Melchor Sinara,
vecino de Daute, doscientas doblas, por razón del caldo de
diez botas de vino 93.
También ante el mismo, en 10 de noviembre, otorgó escri-tura
obligándose a pagar a Gonzalo Yanes del Barranco, veci-no
de Icod, la cantidad de dieciocho doblas, por el caldo de
dos botas de vino. Esta cantidad debería entregarla por el día
de Pascua Florida 94.
El 27 de diciembre firmó por un grupo de vecinos de Icod
que plantaban cebada en tierras de Tejina (Adeje), los cuales
se las cedían por un año a Gaspar Martín Trabajador 95.
Año 1575
En la escritura que otorgó Francisco Sánchez, vecino de
Arguayo, por él y en nombre de Juan Pérez, vecino de Icod,
sobre querella contra Gregorio González, zapatero, por pagos
en relación con ganado, firmó por los otorgantes Miguel
Antunes, ante Juan de Alzola, el 14 de enero 96.
También firmó por los otorgantes en la escritura de venta
que hicieron Francisco Hernández y Catalina Luis, su mujer,
de la herencia que le correspondió a ésta por muerte de su
padre, Juan Domínguez, y venta efectuada a favor de Esteban
Domínguez, hermano de Catalina. Ante el mismo escribano, el
20 de febrero 97.
Firmó como testigo en la escritura otorgada por Esteban
Martín en nombre de Juan de Miraval, el 18 de abril, ante
Gaspar Martín, sobre toma de posesión de unas casas altas y
rnhr-Jsac en T r n r l 9 8 . .,V"LUUUU Y*- A---
También firmó en nombre de Jorge González, albañil, en
93 Archivo y leg. cit., f. 209.
94 Archivo y leg. cit., f. 268v.
95 De este grupo de otorgantes solamente firmó por su propia mano
Francisco Borges (Archivo cit., leg. 2477, f. 6).
96 Archivo y leg. cit., f. 45.
97 Archivo y leg. cit., f. 30v.
98 Archivo cit., leg. 2463, f. 58.
Núm. 42 (1996)
38 DOMINGO MART~NEZ DE LA PERA
el contrato ante Juan de Alzola, el 27 de marzo, otorgado por
Henando Yanes, al objeto de que este albañil le hiciera las
paredes de su casa 99.
Existe una escritura del 27 de abril, ante dicho escribano,
otorgada por Amador González, vecino de Icod, a favor de
Miguel Antunes, vecino de Icod, por la que se obligaba a pa-garle
siete fanegas de trigo Barbilla, bueno, que le debía por
razón de siete ducados que había recibido. En esta escritura
figuran por testidos Hernán Díaz, Pedro Ángel y Jorge Gon-zález,
albañil, citado anteriormente 'O0.
Nuevamente vuelve a aparecer Miguel Antunes firmando
por los otorgantes, en la escritura de 8 de mayo, ante Juan de a
N
Alzola, mediante la cual Pedro González del Abrevadero arren- E
daba viña en los altos de Icod a Francisco Hernández lo'.
O
n -
Ei 8 de agosto Miguei Antunes se encontraba en Garachico, =m
O
E ya que allí compareció ante Álvaro de Quiñones para compro- £
2
meterse a pagar a Jerónimo de Sotomayor cierta cantidad de =E
dinero por la compra de botijas de aceite. Es de señalar que
en esta escritura no aparece el cantero como vecino de Icod, 3
-
como en las escrituras anteriores, sino de las Partes de -
0m
E Duate 'O2. O
El 20 de agosto se hallaba en Icod cuando comparecía ante
Juan de Alzola para resolver asuntos familiares. Se trataba de n
-E
una escritura de Salvador González en la que declaraba que a
la Justicia Real de la Isla había concedido licencia a Miguel 2
n
Antunes, como tutor de Catalina González, menor de edad, 0
para que pudiera vender la parte de viña que le había corres- 3
O
pondido a la susodicha de la herencia de su madre, María
Álvarez, y que estaba situada dicha viña en la parte baja del
Lugar, lindando con el camino real de la Ciudad y por abajo
con viña de los herederos de Gaspar de Rojas 'O3. En virtud de
esta autorización, Miguel Antunes vendió la viña de su cuña-da
Catalina a Blas López, ante Juan de Alzola, el 22 de agos-
99 fd., f. 122.
flai . , f. ió2v.
lo' fd., f. 17lv.
'O2 Archivo cit., leg. 2227, f. 549.
'O3 Archivo cit., leg. 2477, f. 246.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 3 9
to 'O4, y otorgó reconocimiento de esta venta el 10 de no-viembre
los. Y en e1 mismo día de la venta y ante el mismo
escribano, Salvador González, suegro de Miguel Antunes, se
obligaba a pagar a éste cincuenta doblas que le había pres-tado
'O6.
El 26 de agosto, Juan González Magalona otorgó poder
ante Juan de Alzola, a favor de su yerno Miguel Antunes, para
que en su nombre y como hijo y heredero de Pedro González,
vecino que había sido de Garachico, pudiera pedir la partición
de los bienes que de él habían quedado. Firmaron por testi-gos
Martín Hernández, Salvador González y Diego Afonso,
carpintero lo'.
El 7 de septiembre, Miguel Antunes otorgaba poder a Fran-cisco
González, a fin de cobrar de Jorge González, albañil,
diecisiete mil maravedís que le adeudaba 'O8.
El 14 de dicho mes, ante Juan de Alzola, se obligaba a
pagar a Salvador González, vecino de Garachico, ciento trein-ta
y seis ducados, por el caldo de ocho botas de vino 'Og.
El 17 del mismo mes estaba Antunes en Buenavista, donde
sirvió de testigo en la escritura otorgada por Gonzalo Pérez,
vecino de las Partes de Daute, a favor de Enrique de Morales,
para traspasarle una viña de medias que tenía a perpetuidad.
Esta escritura pasó ante el escribano Nicolás Gómez Ca-sasola
"O.
Según una escritura ante Juan de Alzola, fechada el 24
de septiembre, Antunes se obligaba a pagar a Gaspar Alonso,
vecino de Icod, ocho mil quinientos cincuenta y seis ma-ravedí~,
r esto que le adeudaba de la compra de un pedazo de
suelo ll'.
P o c ~de spués rst~hae n C.arachico; el 27 de septiembre,
para firmar como testigo en el reconocimiento de deuda que
'O4 Archivo y leg. cit., f. 250v.
'O5 fd., f. 318v.
'O6 fd., f. 254v.
'O7 Archivo cit., leg. 2477, f. 188v.
'O8 Archivo y leg. cit., f. 266v.
'O9 fd., f. 278v.
"O Archivo cit., leg. 1575, f. 79v.
"' Archivo cit., leg. 2477, f. 383.
Núm. 42 (1996)
40 DOMINGO MART~NEZ DE LA PESA
hacía Juan González, albañil, vecino de dicha población, por
compra de varas de alumbre "2.
Año 1578
El 22 de septiembre, ante Juan de Alzola, otorgaba poder
a favor de Cristóbal Núñez Vela, procurador y vecino de La
Laguna I l 3 .
El 14 de octubre de 1578, Gabriel Díaz, vecino de Bue-navista,
comparecía ante el mismo escribano, en nombre de
Pedro Gutiérrez, su hermano, y de acuerdo con el poder otor-gado
ante Baltazar de Xexas, escribano de las Partes de Daute,
cuyo poder llevaba por fecha 26 de octubre de 1578, para de-clarar
que Marcos Hernández y Miguel Antunes, vecinos de
Icod, debían al citado Pedro Gutiérrez doce doblas, por lo que,
a su vez, otorgaba poderes para demandarlos por incumpli-miento
del pago '14.
El 18 de abril, ante Álvaro de Quiñones, escribano de
Garachico, Miguel Antunes se obligaba a pagar a Hernán
González, vecino de La Orotava, trescientos reales nuevos y
ciento veinte y seis maravedís, moneda de Canarias, que le
debía como resto de cuatrocientos reales y ciento veintiséis
maravedís, por haber salido como fiador de ciertos bienes que
debía Pedro Martín y dicho Hernán González. En esta escri-tura
figuran como fiadores de Miguel Antunes los siguientes
vecinos de Garachico: Baltasar Francisco, tonelero; Bartolomé
de Herrera, carpintero, y Melchor Hernández, herrero l I 5 .
Año 1579
El 19 de enero, y ante Juan de Alzola, concedió poder a
Tomás de Ponte, vecino de Garachico, para que en su nom-
! ! Ante Gaspar de Xexas (Archivo cit., ieg. 2065, f. 435).
I l 3 Archivo cit., leg. 2480, f. 292.
'14 Archivo y leg. cit., f. 180v.
I l 5 Archivo cit., leg. 2230, f. 321.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 4 1
bre pudiera cobrar cincuenta reales, moneda de Canarias,
los cuales le debía Salvador González, vecino de Icod, en vir-tud
de un contrato que había pasado ante el mismo escri-bano
lI6.
Por escritura ante Álvaro de Quiñones, en San Pedro de
Daute, el 15 de mayo, se obligaba a pagar a Melchor González,
mercader portugués, residente en Garachico, la cantidad de
treinta mil maravedís, moneda de esta Isla, por la compra de
cinco pipas de vino. Salió por fiador Melchor Folguera, veci-no
de Los Silos l17.
El 3 de junio de 1579, Juan de Alzola otorgaba poder a
favor de Blas López, vecino de Icod, para que en su nombre
pudiera cobrar de Miguel Antunes la cantidad de doscientos
ochenta reales que le debía l18.
En una carta de poder que otorgaron los componentes del
Beneficio de las Partes de Daute (Garachico, Los Silos, Bue-navista,
Adeje, Icod y Santa Catalina), ante Álvaro de Qui-ñones,
el 21 de junio, al objeto de recurrir ante la Corona
contra una real cédula que iba contra los intereses de la zona,
entre todos los firmantes figuraba Miguel Antunes l19.
Actuó como testigo en el testamento de Marcos Francisco,
carpintero, por poder de su madre, Antonia Martín, ante Juan
de Alzola, (...) de agosto 120.
El 17 de agosto, ante el mismo escribano, Antonio de
Fleytas, y su esposa, Catalina González, cuñada de Miguel
Antunes, vendían a éste toda la parte que les había correspon-dido
en una viña que había heredado de Juan González y
María Rodríguez, abuelos maternos de dicha Catalina. Esta
viña lindaba por un lado con viña de los herederos de Gaspar
de Terres; por ~ t r ov,i ña de !^S herederns de Antonio López y;
por abajo, viña que había sido de Juan González. Correspon-
Archivo cit., leg. 2481, núm. de folio ilegible.
I l 7 Al pie de esta misma escritura consta que el mercader se daba por
pagado de Miguel Antunes de la cantidad adeudada, en 17 de marzo de
1580 (Archivo y leg. cit., f. 227).
Archivo y leg. cit., f. 268v.
lI9 Archivo cit., leg. 2231, f. 541v.
120 Archivo cit., leg. 2481, f. 126v.
Núm. 42 (1996)
42 DOMINGO MARTfNEZ DE LA PENA
de al predio que se llama La Magalona. El precio de la viña
se fijó en cinco mil maravedís 121.
Con la misma fecha y ante el mismo escribano, Miguel
Antunes y su mujer, Lucía González, vendían a Antonio de
Fleytas, antes citado, un solar, que era la mitad del que pose-yó
Juan González, también citado, que lindaba por la parte de
abajo con viña de Miguel Hernández; por delante, la calle; por
un lado, casa y solar de Juan González, y, por arriba, corrales
de (ilegible). Se valoró en seis mil maravedís, moneda de Ca-narias
'22.
Año 1580
En el contrato ante Juan de Alzola, el 28 de enero, entre
Marcos González y Melchor Báez, por el que el primero pa-garía
al otro una bota de vino, Miguel Antunes firmó a rue-gos
de Marcos en su nombre 12).
Melchor González, hijo de Gonzalo Yanes, que ya era di-funto,
casado con Guiomar Domínguez, hija de Juan Do-mínguez
y de María Luis, en su testamento, otorgado ante
Juan de Alzola, en los últimos días del mes de mayo, aparece
lo siguiente: Ítem declaro que yo presté a Gonzalo Yanes vecino
de este lugar setenta carretadas de piedra que yo tenía junto a
mi casa y (...) en cuenta dellas recibí de Miguel Antunes cante-ro
veinte y cuatro carretadas. Cuando se cobre la cuenta y se le
descuenten diez reales de una botija de aceite que me dio dicho
cantero 124.
Firmó junto a un grupo de vecinos de Icod, ante Juan de
Aizoia, ei 11 de septiembre, en ei recurso elevado al goberna-dor,
para no tener obligación de ir a Garachico a hacer guar-dias,
sino en Icod, según era costumbre '25.
Archivo y leg. cit., f. 224.
IZZ Íd., f. 227.
'23 Archivo cit., leg. 2482, f. 15.
IZ4 Archivo y leg. cit., f. 395.
fd., f. 260.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 43
El 3 de diciembre otorgó poder, ante el mismo escribano,
a favor de Salvador González, para cobrar bienes 126.
El 21 de diciembre, también ante Juan de Alzola, Maquesa
Pérez, viuda de Antonio González y vecina de Icod, daba su
poder a Sebastián Pérez, también de este pueblo, para que
pudiera mandar, recibir y cobrar de Miguel Antunes treinta y
cuatro doblas que le debía a su difunto mando 127.
Año 1782
Miguel Antunes, por escritura ante Juan de Alzola, del 12
de enero, se obligaba a pagar a Juan Hernández, carpintero,
vecino de Icod, la cantidad de cinco mil quinientos maravedís,
moneda de Canarias, que ie debía por haberle prestado dicha
cantidad en dinero de contado. Esta devolución sería por el
día de San Juan, en el mes de junio del año de la escritura.
En esta operación hipotecaba dos solares que poseía lindando
con el patio y la plaza de la ermita de San Sebastián de este
pueblo 12*. Esta ermita fue la que pocos años después toma-ron
los Agustinos para la fundación de su convento 129.
Por escritura ante el mismo escribano, del 23 de abril, se
obligaba a pagar a Alonso de Aguiar, vecino de Icod, cuatro
doblas, moneda de Canarias, por éste haber actuado como
partidor de los bienes que quedaron de Juan González Ma-galona
y su primera mujer, María Álvarez. Esta partición tuvo
efecto ante el repetido escribano, entre la mujer de Miguel
Antunes, Lucía, y sus hermanos y los herederos de Gonzalo
Hernández 130.
126 fd., f. 310.
Iz7 fd., f. 340.
ii"chivo cit., ieg. 24W, f. ii9.
I z 9 DOMINGOM ART~NEDZE LA PENA: «El colegio de los Agustinos de
Garachicon, en Anuario de Estudios Atlánticos, 1987, núm. 33, pp. 509-603.
I3O AHPSCT, Ieg. 2482, f. 42.
Núm. 42 (1 996) 287
44 DOMINGO MARTfNEZ DE LA PENA
Año 1583
El pedrero Miguel Felipe, vecino de las Partes de Daute,
compareció el 15 de mayo ante Álvaro de Quiñones, escriba-no
de Garachico, para manifestar que había sacado de la Jus-ticia
Real de esta Isla mandamiento de ejecución contra Mi-guel
Antunes, cantero, vecino de Icod, según sentencia en la
causa seguida por la cantidad de tres mil ciento ochenta y dos
reales, de lo que era fiador Juan Lorenzo, y además cuatro-cientos
treinta y seis maravedís por los costes de dicho pleito,
pero que al desear ejecutar dicha sentencia, Juan Lorenzo le a
pidió que no siguiera adelante la acción judicial, puesto que E
Miguel Antunes quería pagarle la cantidad adeudada y los cos- no
LG31 y +.-.O 4-1 --A:---
~aiI uur i vu otvi-gaba caria de poder a favor de =m
O
Juan Lorenzo para que cobrara de Antunes las cantidades E
E
dichas 13'.
i
E
Gaspar Pérez de Soto, en su testamento otorgado ante
Lucas Martín de Alzola, escribano de Icod, con fecha 15 de 3
septiembre, declara que Miguel Antunes le debía seis doblas y em-en
garantía le había entregado una saya colorada guarnecida. E
Ordenaba que una vez saldada la deuda, sus herederos devol- o
vieran la prenda 132. n
E
a
n
Año 1584
Ante este mismo escribano, en 14 de agosto, daba poder a O
Diego Riquel, procurador de causas, vecino de La Laguna 133.
Figura como testigo en el testamento de Gonzalo González,
hijo de Juan González y María López, casado con Águeda
13' A-chivo Cit., kg. 2.235, f. 4óiv. Esta escritura se cita en ei índice
que esta en el leg. 2233 de ese año de 1583.
131 Archivo cit., leg. 2485, f. 372.
L33 Archivo cit., leg. 2486, f. 345.
288 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LA INFLUENCIA DE LA ARQUITECTURA PORTUGUESA EN TENERIFE ... 45
Hernández, hija de Gaspar Hernández. Pasó ante Lucas Mar-tín
de Alzola el 14 de abril 134.
El 11 de marzo recibía poder de su esposa, Lucía González,
ante el mismo escribano, para que pudiera vender cualquier
propiedad que le hubiera pertenecido de la legítima de sus
padres 135.
Se comprometía a pagar a Juan Hernández, carpintero,
ante el mismo escribano, el 14 de marzo, cien ducados de a
once reales cada uno, por razón de los diecisiete mil trescien-tos
treinta y seis maravedís que por un albalá debía a Melchor
Hernández, hijo de Juan Hernández, y también once doblas
que debía a éste, por escritura pública ante Juan de Alzola,
que ambas cantidades sumaban veintidós mil ochocientos
treinta y seis maravedís. Aclaraba esta escritura que los cien
ducados referidos los recibió Antunes de Juan Hernández, en
dinero de contado, en calidad de préstamo por hacerle placer y
buena obra 136.
Año 1586
Miguel Antunes y su esposa vendían en ese año al P. Fray
Andrés de Medina, predicador y vicario de la casa y convento
de San Agustín de Icod, que por entonces se fundaba, para
dicho convento, un pedazo de suelo que habían comprado a
Gaspar Alonso y Catalina Moreno, su mujer. Ese suelo estaba
dentro de una viña y cerca que tenían junto a este Lugar, y
medía ochenta y cuatro pies de cumplido y ciento ochenta pies
de ancho, lindando por la parte de arriba con el patio de la
ermita del dicho convento; por un lado, risco y lomo que es-taba
dentro de la propiedad de los herederos de Salvador
Afonso, y por la parte de abajo y un lado, con viña y tierra de
los dichos Gaspar Alonso y su mujer. Este solar se medía des-de
la pared del patio de la ermita hasta donde alcanzaran los
134 Archivo cit., leg. 2487, f. 252.
'35 Archivo y leg. cit., f. 213~.
136 fd., f. 215.
Núm. 42 (1996)
46 DOMINGO MART~NEZ DE LA PERA
ochenta pies desde dicho lomo hacia La Dehesa del Lugar. La
venta se efectuó por la cantidad de ocho mil quinientos reales
de plata, que cobraron de contado 13'. Según esta descripción,
el solar estaría situado más o menos en parte de lo que hoy
es la iglesia de San Agustín y tal vez en parte de lo que fue el
convento y actual plaza.
13' Archivo cit., leg. 2488, f. 254.
290 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS