CAMBIOS EN LA ASIGNACI~N DEL AGUA
DE IRRIGACI~N EN LOS SAUCES (LA PALMA):
UN ESTUDIO ECON~MICO
P O R
JOSÉ ANTONIO BATISTA MEDINA
RESUMEN
En los sistemas de irrigación en los que el agua está atada a la tierra y
es asignada proporcionalmente según su superficie, las posibilidades de
decidir acerca de su aplicación son limitadas. Dicho de otra forma, la liga-zón
de ambos factores crea ineficiencias, sobre todo en situaciones de es-casez,
pues los agricultores no pueden destinar el recurso hídrico donde el
valor del producto obtenido es superior.
En este trabajo presentamos y analizamos las alternativas adoptadas en
un sistema de irrigación comunal (Los Sauces, Isla de La Palma) que des-de
mediados de los años 80 vive una «crisis hídrican, la cual ha convertido
la asociacih estricta del agua a los terrenos en algo insostenible. La prin-cipal
novedad consiste en permitir a los regantes trasvasar el caudal otor-gado
a una parcela cualquiera a otras de su propiedad. La combinación de
esta medida con algunas que veremos, ha logrado incrementar la eficiencia
económica del proceso de asignación del agua sin la mediación de merca-dos
iiiteríms.
Palabras Clave: Irrigación. Asignación. Eficiencia. Cambios.
El agua es uno de los elementos claves en sistemas produc-tivos
basados en la agricultura de riego, y más aún cuando por
' Este trabajo contiene algunos de los puntos que se desarrollan en
nuestra tesis doctoral, actualmente en elaboración. Quisiera mostrar mi
Núm. 41 (1995) 553
2 JOSÉ ANTONIO BATISTA MEDINA
diferentes causas constituye un bien escaso de hecho. Bajo
estas circunstancias, suelen aparecer serios desajustes entre el
suministro y la demanda, que convierten las decisiones acer-ca
de su utilización en críticas. Sin embargo, en el seno de
sistemas en los cuales el líquido está atado a las parcelas y se
asigna proporcionalmente según su superficie, las posibilida-des
de decidir son limitadas. Es decir, la estricta adscripción
del agua a los terrenos imposibilita destinarla en un momen-to
dado a aquéllos donde el valor del producto obtenido de
aplicar más cantidad es superior, lo cual es especialmente crí-tico
en sistemas formados por un gran número de pequeñas
parcelas de diferente calidad y con distintas necesidades
hídricas. En estos casos, ese método puede conducir a asigna-ciones
ineficientes. Por noma general, la solución para lograr
un mejor ajuste de la relación agua-tierra reside en autorizar
las transferencias con el primero de los factores productivos
(Anderson, 196 1 : 58), esto es, instaurar mercados.
Aquí presentamos y analizamos las alternativas adoptadas
en un pequeño sistema de irrigación (Los Sauces -La Pal-ma-)
que a mediados de los 80, época en la que el caudal
disponible alcanzó mínimos, experimentó con fuerza inusita-da
las rigideces de la ligazón estricta de ambos recursos. La
principal de las novedades consiste en permitir a los regantes
trasvasar el agua otorgada a una parcela cualquiera a otras
siempre que sean de su propiedad. La combinación de esta
medida con algunas que veremos, ha logrado incrementar la
eficacia del proceso de asignación de este factor en el marco
de una agricultura comercial sin la mediación de mercados in-ternos.
agradecimiento al doctor José Pascua1 Femández, don Hilario Batista López
(Presidente del Sindicato de la Comunidad de Regantes), don Bernardo
Pérez ~H-nández (secretarioj, don José Kodn'guez Marante (administrativoj,
y doña Mana Nieves Lorenzo Pérez, por su ayuda y los oportunos comen-tarios
a las primeras versiones de este artículo. Por supuesto, la responsa-bilidad
de lo aquí expuesto es sólo mía.
554 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CAMBIOS EN LA ASIGNACIÓN DEL AGUA DE IRRIGACI6N EN LOS SAUCES (LA PALMA) 3
La comunidad objeto de este estudio, Los Sauces, se sitúa en
el nordeste de La Palma (Islas Canarias). La población
actual de hecho no supera los 5.000 habitantes y se dedica prin-cipalmente
a la agricultura. Para realizar esta actividad casi
todos los regantes poseen pequeñas parcelas dispersas en el área
de riego, que muchos complementan con otras de secano (loca-lizadas
sobre la cota de los 350 metros), en las cuales cultivan,
gracias a las lluvias invernales, patatas.
La mayor parte de la producción agrícola está vinculada a
la exportación: plátanos. Éste es el cultivo mayoritario, pues
ocupa unas 190 hectáreas, frente a las 70 (aprox.) de los pro-ductos
hortohtícoias y otros. Tal hecho es & suma inipr-tancia
debido a que el banano es la planta más exigente en
agua, y, por lo tanto, aquélla sobre la que gira su gestión y,
en general, todo el sistema de irrigación.
El regadío de Los Sauces, gestionado por una comunidad de
regantes legalizada en 1983, depende del caudal que proporcio-nan
los manantiales «Marcos» y «Cordero», ligados al acuífero
de la estructura COEBRA. Los estudios hidrogeológicos que
dieron lugar al Avance del Plan Hidrológico Insular de La Pal-ma
los califican como los más productivos y de mejor de cali-dad
de Canarias (Gobierno de Canarias et al., 1992: 84). Con
todo, desde finales de los años 70 y, en especial, a la largo de los
80, el flujo hídrico de estas fuentes ha descendido de forma
alarmante como resultado, en gran medida, del drenaje conti-nuo
del acuífero alimentador de ambos por las galerías perfora-das
en esa zona de la isla (ibíd., 85). Segun nuestros cálculos,
en la década de los 70 el caudal medio fue de 185 l./seg., mien-tras
que en la siguiente (80, más 1990-1992) bajó hasta situarse
en 106,76 l./seg.
La distribución del agua es rotativa y se realiza controlan-do
con exactitud la cantidad (traducida a tiempo) que corres-ponde
a cada unidad de superficie participante según un flujo
continuo de 180 pipaslhora (o 86,40 m3/hora), suministradas
en intervalos teóricos de 15 días.
Núm. 41 (1995) 555
4 J O S ~AN TONIO BATISTA MEDINA
2. LA ASIGNACI~N DEL AGUA DE RIEGO Y LA EFICIENCIA ECONÓMICA
2.1. La asignación del agua y la eficiencia económica:
mercados
El concepto de eficiencia económica posee diversos senti-dos.
No obstante, aquí entenderemos que la asignación de un
factor productivo x realizada por un sujeto A será eficiente si
entre las distintas posibilidades existentes (P,, P,, P, ... Pn) se
aplica o asigna a aquélla en la que el beneficio es superior. a
Según esta definición, la adscripción rigurosa del agua a la N
E tierra puede parecer «ineficiente» al impedir que dicho recur- O
so pueda destinarse en un momento dado a los usos agrícolas n -
=m
más beneficiosos. Esto es especialmente cierto en situaciones O
E
de stress hídrico causadas por un descenso en la disponibili- E
2
dad de ese elemento. En tales circunstancias, en las que el =E
caudal en servicio es insuficiente para cubrir las necesidades, 3
los agricultores deben (o debenan) decidir a qué parcelas o --
cultivos destinar ese bien escaso (Anderson & Maass, 1985: 91, 0m
E
94, Yaron & Dinar, 1982: 681, ver también, Bryant et al., 1993, O
Burt & Stauber, 1971). En el caso que hemos estudiado, con ng frecuencia el caudal disponible para el riego era insuficiente. -E
Este fenómeno creaba problemas debido a que los regantes no a
2
estaban capacitados «legalmente» para realizar ajustes inter- n
0
parcelas con las partes a las que se tenía derecho. Fuese cual
fuera el volumen a disposición en el área de riego y el em- 3
O
pleado por cada usuario, éste debía irrigar cuando le corres-pondiese
y en la explotación que por turno iba a recibir el 1í-quido,
Este m é t d ~de ~signaciVn,PE I , impme cna fi~erte
limitación a la posibilidad de que los productores puedan des-tinar
un input de producción básico a aquello que estiman
más valioso económicamente al venderlo en un mercado, o a
otros cultivos que contribuyen mejor a la subsistencia de sus
familias. Los economistas opinan, en general, que los hán-dicaps
de la ligazón agua-tierra podrían eliminarse, y así con-seguir
la eficiencia económica, bajo derechos de propiedad
privados en el agua y con la ayuda de mecanismos de merca-
556 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CAMBIOS EN LA ASIGNACI~ND EL AGUA DE IRRIGACIÓN EN LOS SAUCES (LA PALMA) 5
do para su adquisición y asignación (Maass & Anderson, 1978,
Young, 1987, Gardner & Fullerton, 1968, Anderson, 196 1,
Reidinger, 1974, Gustafson & Reidinger, 197 1, Cummings &
Nercissiantz, 1992). Sólo en el seno de un sistema de derechos
que permita las transferencias, y por lo tanto, el comercio con
este recurso, se logrará un uso más rentable (eficiente) de tal
factor productivo.
2.2. La asignación del agua y ía eficiencia económica:
un método alternativo
2.2.1. Estrategias ante una crisis hídrica
Desde inicios de ia década de ios anos 80, el caudal de
«Marcos» y «Cordero» ha ido descendiendo hasta alcanzar
cotas mínimas en este siglo 2. Sin embargo, el cultivo de plá-tanos,
el más exigente en agua, aún es el dominante. Esto
supone que la demanda hídrica se mantiene muy alta, mien-tras
que la cantidad disponible de este recurso ha caído de
forma alarmante. Uno de los efectos inmediatos de este fenó-meno
es el aumento del valor social y económico del agua
dada su escasez y extrema importancia para la agricultura y
la economía del municipio.
A mediados de los 80, la comunidad de Regantes adoptó
varias fórmulas como respuesta a esta crisis hídrica. Así, en
1985 (junta general de 1 de diciembre), se acuerda permitir
que un propietario destine la «parte» del líquido asignado a
una parcela cualquiera a otra siempre y cuando «sea del mis-mo
dueño» y se halle en el área de riego. Este tipo de trasva-se
es establecido, generalmente, por toda la estación de rega-dío.
Las distas de riego» se elaboran hacia abril, por lo cual
son aceptados cambios hasta ese mes.
Con posterioridad (noviembre de 1986)) es introducida otra
Esta escasez «naiurai» ha estado agravada por la faki ¿e un eniba!-
se para la recogida de las aguas de invierno que no son empleadas. Con
todo, en la actualidad ya existe un gran depósito que, sin duda, acabará
con muchos de los problemas presentes.
Núm. 41 (1995) 557
6 JOSÉ ANTONIO BATISTA MEDINA
innovación, a saber: un regante puede llevar el agua sobrante
de una parcela, esto es, el tiempo que le resta del otorgado, a
otra de su propiedad 3. A diferencia de los anteriores, estos
trasvases no están preacordados y son aplicables dentro del
mismo turno o ciclo.
El hándicap de estas dos modificaciones reside en que, en
realidad, no aumenta el caudal a disposición, sino que se pro-ducen
trasvases interparcelas, y no todos los individuos poseen
tierras de las que extraer el recurso hídrico. Sin embargo, en
1985 (1 de diciembre), la junta general adopta otra medida
consistente en que la Comunidad accede, como intermediaria,
a adquirir sobre la demanda agua de galerías para los regantes
que lo deseen. De esta manera, a partir de 1986, Unión de Ca-nales
de Barlovento suministra, bajo arriendo anual, determi-nadas
pipas cada 15 días, que son añadidas a aqueIios que
las han solicitado 5.
En 1992 el coste total de una pipa era de 13,25 pesetas, o,
desglosado, 12,5 pesetaslpipa, a lo que se añade 0,75 pesetas1
pipa en concepto de arrastres de canal, más un canon del 10
por 100 de la solicitada. Es decir, el caudal servido (neto)
siempre es el 10 por 100 menos del pedido (caudal bruto). El
principal problema de esta estrategia reside en que resulta
cara si tenemos en cuenta que sólo se realizan unos 12 riegos
'« ... a la vista de la escasez de agua que padecemos, se acordó que
el agua sobrante de una finca se puede llevar a otro trozo que sea del mis-mo
dueño, mediante un vale que extenderá el acequiero en favor del partí-cipe
que corresponda, para que éste pueda acreditar en su momento el
derecho que tiene a utilizar el agua que le pertenece y no ha utilizado,,
(acta de la junta general de 30 de noviembre de 1986).
Unagipa es el equivalente aproximado de 112 m3, para ser exactos,
4% litros.
Debe tenerse en cuenta que a pesar de que todo regante puede soli-citar
el agua que estima necesaria, en último término el caudal a suminis-trar
depende del que venda Barlovento. En tal sentido, Unión de Canales
de Barlovento últimamente no ha arrendado el 100 por 100 del líquido
demandado, sino una cantidad bastante inferior. Esto significa que aún el
recürsa hidico es, para müch~sIr gantes, insüficiclite. Por este müi i~üy
hasta que no se sepa (marzo de 1994) el caudal foráneo disponible, tienen
preferencia los expedientes de solicitud ya cursados en años anteriores. Los
nuevos y las enmiendas realizadas en los vigentes están en suspenso.
558 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS
CAMBIOS EN LA ASIGNACI~ND EL AGUA DE IRRIGACIÓN EN LOS SAUCES (LA PALMA) 7
y se «compran» 24 6, con lo cual el coste real es de unas 26,50
pesetaslpipa. No obstante, constituye una solución muy posi-tiva
para paliar el déficit hídrico de la Comunidad. No debe
extrañar, pues, que haya sido bien acogida entre los regantes.
Así, en 1986, fueron establecidos 152 acuerdos de arriendo y
en 1993 permanecían vigentes 225 7. Esto supone un incremen-to
porcentual del 48,02 por 100 en ocho años.
Aparte, varios agricultores han adquirido por su cuenta
.acciones de galerías. El caudal que les corresponde es añadi-do
al de la Comunidad para incrementar éste. Con todo, algu-nos
de tales propietarios arriendan a esta entidad parte de su
agua para atender las demandas de aquéllos con déficit.
2,2 2, Anslisis económico
Los cambios en la asignación descritos suavizan sensible-mente
los efectos adversos de las restricciones presentes bajo
el sistema de rigurosa adscripción del agua a la tierra. En teo-ría,
sigue operando esa ligazón, aunque en la práctica ambos
inputs se separan. Ello capacita al agricultor para decidir a
qué y dónde aplicar la cantidad proporcional a la que tiene
derecho, siendo, por lo tanto, más consciente de los costes de
oportunidad existentes en torno al empleo del agua de irriga-ción.
Estudios realizados en sistemas en los que están permiti-das
las transferencias indican que este factor se moverá hacia
los usos de mayor valor (Anderson, 1961: 58, ver también,
Cummings & Nercissiantz, 1992: 746, 755). En otras palabras,
dada la escasez de agua y la imposibilidad de atender todas
las necesidades, es muy probable que !as agRzükures asigfien
la cantidad a la que tienen derecho donde el valor del produc-to
obtenido por unidad aplicada es superior, esto es, donde se
Esto se debe a que las lluvias del invierno hacen innecesario, por lo
general, el riego durante todo el año.
' El riúmerü de acüerdos corresijunde aproñimadament con e! de
usuarios que solicitan agua, pues cada regante, con independencia de la
cantidad que arriende, hace una sola solicitud, que es renovada mientras
no se comunique lo contrario.
Núm. 41 (1995) 559
8 J O S ~AN TONIOB ATISTA MEDINA
prevé maximizar los beneficios netos. En el caso que nos ocu-pa,
podemos corroborar esta hipótesis. Los trasvases realiza-dos
de unas parcelas a otras, al igual que el agua comprada,
se destinan preferentemente a plátanos, uno de los cultivos
más exigentes en ese recurso y con mayor rentabilidad. Ahora
bien, la verticalidad del ecosistema de Los Sauces hace que la
productividad del banano sea diferencial según las zonas
ecológicas. El output logrado en los pisos costeros es más alto,
por lo que una parte significativa de los trasvases hídricos,.
especialmente del primer tipo (estacionales), favorecen a sec-tores
de riego enclavados en tal ecozona. Éste es el caso (cua-dro
l) de «Carreras» (3,19 %), «Valle» (2,18 %), «Ramírez»
(4,20 %), «Cercado» (4,03 %), «Convento» (1,84 %), «Mazapez»
(3,86 %) y «Manos de Oro)) (3,02 %).
SECTORES CON MAS DE 10 TRASVASES DE AGUA (1992)
Sector Trasvases 70
Pedrera.. ............................................ 1 O 1,68
Lomo Gil .......................................... 20 3,36
Carreras ............................................ 19 3,19
Valle .................................................. 13 2,18
Ramírez ............................................ 2 5 4,20
Fajanas .............................................. 17 2,85
L." G. Jorge ...................................... 13 2,18
Dragos ............................................... 20 3,36
Socarrás ............................................ 12 2,Ol
Convento ........................................... 11 1,84
Hoya Grande .................................... 20 3,36
Quinta Zoca ..................................... 25 4,20
'M.--a.'v"ya-nY- 7 ............................................ -7"7 ',>". 2 Rfí
Cercado ............................................. 24 4,03
Hoya Loro ........................................ 11 1,84
Cueva Jurada ................................... 20 3,36
Manos de Oro .................................. 18 3,02
Carda1 ................................................ 15 2,52
Silos ................................................ 18 3,02
Hacienda.. ......................................... 11 1 ,S4
Fuente: Comunidad de Regantes. Elaboración propia.
Muestra: 595 trasvases (1992).
560 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS
CAMBIOS EN LA ASIGNACI~ND EL AGUA DE IRRIGACI~NEN LOS SAUCES (LA PALMA) 9
En lo tocante al agua adquirida de galerías se observa (cua-dro
2) un fenómeno similar, dado que los lotes s con un nú-mero
superior de pipas añadidas son los localizados sobre
todo en el área litoral (p.e., lote 13 [7,59 %], 16 [13,48 %], 17
[l 1,43 %], 18 [6,71 %l...). De un análisis de ese cuadro también
se desprende que los sectores de los que más se traspasa este
recurso (en el cuadro: «sup. restada») son aquéllos de las zo-nas
medias o marginales. Asimismo, los beneficiados por esos
procesos («sup. añadida») suelen estar enclavados en áreas
con mayor potencial, en lo que respecta a la productividad del
plátano.
CUADR1O1
TRASVASES Y ADQUISICI~ND E AGUA (1992)
Lote Sup. alta Sup. añadida Sup. restada % Pipas añad. %
Fuente: Comunidad de Regantes. Elaboración propia.
Nota: Las superficies están expresadas en celemines (437 mZ)
Son los agrupamientos agncolas que riegan por el mismo «chorro», -- A--:.. -..A--: +a
CJ UCLll, J U b G 3 1 V a l l l G l L L G .
En realidad, ni se resta ni se añade superficie (aunque aparece así
en las listas de riego), sino el tiempo de acceso al agua que corresponde
a ella.
Núm. 41 (1995) 561
10 J O S A~ N TONIO BATISTA MEDINA
No obstante, debe tenerse en cuenta que tales fenómenos
no sólo obedecen a una «racionalidad económica)). Tras ello
existen razones ecológicas, a saber, los terrenos costeros re-quieren
más agua debido a la mayor insolación, temperaturas,
y otras características de tipo ecológico. Este hecho supone
que un procedimiento de asignación rígido en el que se ofrez-ca
la misma cantidad de este elemento por unidad de superfi-cie
irá en detrimento de las explotaciones del área litoral o
incluso medianía baja, para las cuales el tiempo otorgado se
traduce en déficit hídrico. Los trasvases y la compra de agua
foránea constituyen fórmulas por medio de las cuales se trata
de compensar la falta de sensibilidad del anterior patrón a los
cambios en los requerimientos de ese recurso en función de
variables medioambientales.
En sistemas de irrigación formados por un gran número de
pequeñas explotaciones de diferente calidad y con distintos
requerimientos hídricos, la adscripción del agua a la tierra y
la concesión de derechos proporcionales según su superficie
cuenta con notables inconvenientes bajo circunstancias de es-casez
crítica, bien sea por causas naturales, técnicas o por
aumento de la demanda, dando lugar a ineficiencias económi-cas.
Ello se debe a que la ligazón estricta de ambos factores
de producción impide que los agricultores puedan destinar el
caudal que corresponde a determinados terrenos a otros don-de
estiman que maximizarán los beneficios. Para muchos eco-nomistas
la solución viene de la mano de la instauración de
derechos transferibles en el agua y de mercados. De esta ma-nera,
los sujetos están capacitados para determinar, entre las
alternativas disponibles, dónde y en qué emplear tal recurso
basándose en cálculos más o menos adecuados de los costes
y beneficios que se generan de optar por distintas posibili-dades.
En Los Sauces, los regantes adoptaron colectivamente carn-bios
en la fórmula de asignación que han contribuido a una
562 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CAMBIOS EN LA ASIGNACI~N DEL AGUA DE IRRIGACI~N EN LOS SAUCES (LA PALMA) 1 1
mayor eficiencia en la utilización de un factor productivo es-caso
y de enorme valor. Este resultado se alcanza gracias a la
tom'a de acuerdos que permiten a un agricultor traspasar el
recurso hídrico otorgado a una parcela, o el sobrante, a otras
deficitarias de este elemento, siempre y cuando sean de su
Propiedad y estén en el área de riego. Teóricamente, el líquido
continúa estando ligado a las tierras, aunque en la práctica se
ha producido un proceso de separación, pero incompleto.
En tal sistema de asignación no intervienen los mercados,
pues la venta o arriendo del agua está prohibida. En otras
palabras, no existen transferencias en sentido estricto, pero sí
más flexibilidad^ lo a la hora de asignar este factor. Se podría 2
decir que esta estrategia cuenta con algunos de los rasgos w
positivos de la asignación de recursos vía-mercados al incre- P
mentar ia eficiencia económica de este proceso, pero, a SU vez, -n- a
evita muchos de sus efectos adversos. En este orden de cosas, E
asegura que el agua permanezca en el pueblo, algo que es su- B
mamente importante si se tiene en cuenta que su economía -
se basa en la agricultura de regadío, y aleja los problemas 5
socieconómicos del «mercado-libren. Asimismo, el hecho de no -
a
Q
tener que acceder a este elemento mediante compra o arrien- B
P do hace que los costes de producción de determinados culti- S vos con altos requerimientos hídricos sean inferiores, lo que n
beneficia al productor, en especial cuando está constreñido por $
la disponibilidad de capital. De acuerdo con Quirantes (1981, An
1: 224-225), «pensamos ... que la adscripción de las aguas a la n
n
S tierra ... impide la supeditación de los cultivos al mercado del 5
agua que, evidentemente, constituye un motivo de encareci- O
miento considerable de dichos productos». Ahora bien, en el
caso analizado estos costes son superiores para los agriculto-res
que, como se ha visto, han de obtener una cantidad adi-cional
de tal factor para el riego de sus explotaciones.
lo Esta condición, fundamental en la asignación de recursos, hace re-ferencia
a la posibilidad de cambiar su uso y lugar cuando cambian las con-diciones
(Howe, Schurmeier y Shaw, 1986: 440).
Núm. 41 (1995) 563
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