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H I S T O R I A ECONÓMICA EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS P O R MANUEL LOBO CABRERA Los cereales han ocupado un lugar importante en la historia del occidente europeo, pues de ellos dependía el abastecimiento de las poblaciones y a la vez constituían la riqueza de los pue-blos, pues los mismos eran fundamentales para el nivel de vida de la gente. A su cultivo se dedicaba una parte importante de la población y toda se alimentaba con ellos, de tal modo que una mala cosecha traía consigo la carestía y a continuación el ham-bre, por ello se ha afirmado que el trigo, la harina y el pan lle-naron la historia de Europa y era la mayor preocupación de los estados, de los comerciantes y de los hombres en general, para los cuales vivir era sinónimo de tener pan l. En Canarias la necesidad y el abastecimiento de su población marcará la historia de las islas, tal como acontenció en los archi-piélagos atlánticos de Madeira y Azores 2, creando un problema de preocupacion para íos gobernantes, y así ha sido puesto de manifiesto por algunos historiadores 3. Sin embargo, no en F, BRAUDEL: Civilización materiai economía y capitaiismo, siglos XV-XVZZI, t. 1, Madrid, 1984, p. 1 12. J. SERRAO(:( Sobre o "trigo das Ilhas" nos séculos XV e XVID,e n Te-mas Históricos ~adeirenses, Funchai, 1992, pp. 5 1-66. E. AZNAR VALLEJOL:a integración de las zsias Canarias en la Covona de Castilla (1478-1526). Aspectos administrativos, sociales y económicos, Sevi-lla- La Laguna, 1983, pp. 251 y SS.; A. MAC~AHSE RNANDE«ZL: a producción Núm. 40 (1994) 391 2 IMANUEL LOBO CABRERA todas las islas la situación creada por la abundancia o la ne-cesidad de trigo fue igual, pues en parte sus producciones dependieron de la orientación económica que dieron las auto-ridades, para las cuales la política cerealera era una de sus máximas preocupaciones. Gran Canaria fue una de las islas que más problemas tuvo con su abastecimiento a lo largo del siglo m, a pesar de que no conocemos a fondo su producción, pues carecemos de tazmías similares a las realizadas en Tenerife en el mismo siglo 4. Si esta información y otra simi-lar nos falta, por haber perecido bajo el fuego el archivo del antiguo cabildo de la Isla en dos ocasiones, algo similar suce-dió con la información decimal del Archivo catedralicio de Las B Palmas de Gran Canaria que sólo se conserva a partir de 1595, N E hemos de remitirnos a los protocolos notariales, en donde a O través de las distintas escrituras se nos van suministrando n-- m datos relativos a la escasez y a la necesidad que pasa la Isla a O E lo largo del Quinientos. Del mismo modo y de manera in- SE directa nos ha sido de utilidad la documentación conservada - E en el Archivo del Museo Canario, sección de Inquisición, en 3 el Archivo Municipal de La Laguna y la del Archivo General - de Simancas, con lo cual hemos podido seguir más de cerca - 0 m E como fueron resolviendo las autoridades insulares el abasto de O la Isla. 5 n -E a cerealista en Canarias: el ejemplo del trigo (1610-1820), en Congreso de His- 3 O toria Rural. Siglos XV-XIX, Madrid, 1983, pp. 747-768, y «Fuentes para el estudio de la producción agraria en las Islas Canarias: el diezmo en la dió- --A- ----4--.-- l l A Q n 1 Q 9 0 \ A \ r r i r o ~ n nc E c r r i n r n c A r r Á k l r r r n c 27 hñ~aGA- c-cala cai iai i~i i~\ ~c- r u v - i u ~ / ,n,i x v r i i \ ~ vU L Y ~UIYI VU I I I L ~ I X Las Palmas, 1986, pp. 269-354. F. MORENOF UENTES~: Tazmíad e la isla de Tenenfe en 1552», ANUA-RIO DE ESTUDIOSA TLANTICO2S5, , Madrid-Las Palmas, 1977, pp. 411-486. Además de ésta se confeccionaron otras, conocidas, en 1559, 1561 y 1592: ARCHIVO MUNICIPADLE LA LAGUNAle,g . E-XIII, doc. 5; leg. P-XIV, doc. 33. J. 1\Tfif?E DE LA PENA:C Q??~~&?>Q] Q ? ? ? ~@P ~ B ~ _dPe !QS ~ ! B Cde h G ~ Q&M-naria, Santa Cruz de Tenerife, 1847, p. 483; L. DE LA ROSA OLIVERA: Tazmía de Tenerife en 1531, Instituto de Estudios Canarios. 50 Aniversario (1932- 1982), La Laguna, 1982, pp. 579-584. 392 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 Concluida la conquista de Gran Canaria los repartimientos de tierras hicieron posible la obtención de los primeros ar-tículos necesarios abastecer a la población, a la vez que las plantaciones de cañas de azúcar y la explotación de los ingenios constituyeron la primera fuente de riqueza. Esta orientación económica que dieron los primeros gobernadores de Gran Canaria, y en especial Pedro de Vera, permitió gozar de una relativa prosperidad a sus habitantes, basada en ar-tículos especiales, pero esto mismo hizo que el abastecimien-to de pan y de otros artículos indispensables resultara proble-mático. Esta situación es la que explica que la Isla padeciera desde los primeros momentos escasez de cereales panifirables, y que los reyes y los gobernadores se preocuparan con el ob-jetivo de resolver tal problema, al convertirse la penuria en un hecho constante 5. Sin embargo, es cierto que muchas tierras situadas en las medianías fueron convirtiéndose en tierras de sembradura de secano 6 , donde los pobladores introdujeron técnicas agrícolas tradicionales, que trajeron de sus lugares de origen; sin embargo, no fueron las suficientes para abastecer a una población en continuo crecimiento, máxime si se tiene en cuenta que el trigo tiene el inconveniente de sus bajos ren-dimientos, más en aquella época; ello explica el por qué des-de los primeros momentos los vendedores de trigo no sean la-bradores sino hacedores de diezmo y del almojarifazgo, arrendadores de las tercias reales, beneficiarios de rentas ecle-siásticas y mercaderes italianos que hacían provisión de gra-nos con fines eminentemente comerciales 7. Por tanto, convi-ven en ia Isla dos cuituras paraieias, separadas una de otra: la de los cereales en manos de los agricultores y pobladores hispanos y portugueses preferentemente, con una menor ex- ' P. CULLÉN DEL CASTILLOL: ibro Rojo de Gran Canaria, transcripción y estudio de ..., Las Palmas, 1947, p. XXXVII. G. CAMACHOP ÉREZ-GALD~S«C: ultivos de cereales, viña y huerta en Gran Canana (15 10-15 37)», ANUARIOD E ESTUDIOAST LÁNTICOS, 12, Madrid- Las Palmas, 1966, p. 224. Ídem, p. 241. Núm. 40 (1994) 393 4 MANUEL LOBOCABRERA tensión de tierras y de peor calidad, y la del azúcar dirigida y controlada por los extranjeros, a la cual se dedican las más y mejores tierras, en especial de regadío Las alusiones que se hacen a las necesidades de la Isla, aluden a su esterilidad, por lo cual los monarcas, informados por personeros, regidores y otras autoridades, toman medidas con el intento de remediar la carencia casi absoluta de cerea-les. Ya desde fines del siglo m, con la Isla ya estabilizada, se tiene noticia de la provisión de cereales que llegan del exte-rior, pues en 1490 se acusa a Fernán Peraza de haber impedi-do violentamente llevar pan desde Fuerteventura a Gran Ca-naria 9. B Los reyes, en 1498, a petición del concejo y regimiento, N E prohíben que se saque trigo, cebada o centeno de la Isla, ya o cpe !es aecinns e miradores della recibirían mucho agravio n-- m y daño» en cumplimiento de las ordenanzas, incluyendo en di- o cha prohibición la décima del obispo y de los beneficiados lo. SE De este documento se desprende que el concejo había tomado -E las previsiones necesarias para evitar el desabastecimiento, 3 dictando incluso ordenanzas al respecto desde bien pronto, en - las cuales quizás se recogiera un texto similar al ordenado por - 0 m E Francisco de Melgarejo, en donde se incluye el título «De las U cosas que no se pueden sacar fuera desta ysla», donde se pro-hibe la salida de mantenimientos, entre ellos el pan ll. n -E Estas primeras dificultades en la provisión de cereal son las a 2 que hacen que un año más tarde, en 1499, se ordene al go- n bernador de Tenerife y La Palma, a la sazón el adelantado n Alonso Fernández de Lugo, y a los señores de las islas que 3 O vendan a su justo precio el pan, trigo y cebada que les fuera requerido por el gobernador de Gran Canaria 12. Situación similar se dio en la cercana isla de Madeira. Vid. J. SE-RRAO: art. cit., p. 57. E. AZNAR VALLEJO: Documentos canarios en el Registro del Selío (1476- 151 7), La Laguna, 198 1, doc. 156, 1490-junio-8. lo P. CULLÉN DEL CASTILLO: op. cit., doc. VIII, pp. 16-17; E. AZNAR TI. ----- n ,-- VALLEJU; UucumerLLw ..., doc. 440, p. 90. F. MORALESP ADR~NOr:d enanzas del Concejo de Gran Canaria (1531), transcripción y estudio de ..., Las Palmas, 1974, p. 92. F. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 457, p. 94. Se añade en la 394 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 5 Las medidas tendentes a asegurar la provisión se seguirán dictando a medida que transcurre el tiempo y la población aumenta. Ahora, ya en 1503, se ordena al gobernador de Gran Canaria que aplique a todos los extranjeros uno de los capítu-los firmados sobre el regimiento y la gobernación de dicha Isla, por el cual se obliga a los genoveses, propietarios de in-genios, a traer tanto trigo de fuera como el que compren en ella para aprovisionamiento y comienzo de la zafra, y a ven-derlo al mismo precio que lo hubieran comprado 13. Esta dis-posición real, debió aplicarse a rajatabla, pues en la década de los veinte encontramos a distintos señores de ingenios im-portando trigo de Tenerife para sus establecimientos, así en 1520 el vecino de Gran Canaria, el genovés Lucano de Riverol, compra en Tenerife al vecino de La Orotava, Juan de Vergara, 1.006 fanegas de trigo !" en i523 el importador es Hntón Ce-rezo, propietario del ingenio de Agaete, que hace traer 300 fanegas de trigo por el puerto de Agaete 15, y cinco años más tarde encontramos al nizardo Mateo Cairasco, dueño de un in-genio en Guía, haciendo traer de la misma isla 350 fanegas para su ingenio: 300 por el puerto de Sardina y 50 por el de las Isletas 16, y al año siguiente importa otras tantas 17, y años más tarde, em 1533, Gaspar Rodíguez de Palenzuela contrata la traída de 250 fanegas de trigo de Tenerife y la Palma 18, y aún en 1542 Lorenzo de Palenzuela apoderaba a dos personas para comprar en Tenerife todo el trigo, cebada y centeno que hubiera y enviarlo a Gran Canaria para el abastecimiento de cédula N... o a quien tuviere a su cargo los rescates que Berberían, lo que da a entender que puesto que estaba prohibido sacar pan para el exterior, es necesario comprarlo a las otras islas para pertrechar las naves que iban de rescate a la costa de África. l 3 F. AZNARV ALLEJOD: ocumentos ..., doc. 571, p. 117. l4 B. RIVERO SUAREZ: «Relaciones comerciales de Tenerife con Gran Canaria en la primera mitad del siglo XVI», VIII CoZoquio de Historia Ca-nario- Americana (1988), Las Palmas, 1991, t. 1, p. 850. IS A(RCHIVOH) (IST~RIC~O()R OVINCIADEL )L (As) ALMAS), Alonso de Herrera, núm. 2.317, fol. 230r. l6 A.H.P.L.P., Hernando de Padilla, núm. 744, fol. 273v. l7 A.H.P.L.P., Hernando de Padilla, núm. 745, fol. 134r. l8 A.H.P.L.P., Cristóbal de San Clemente, núm. 741, fol. 262r. Núm. 40 (1994) 395 6 MANUEL LOBO CABRERA las personas que trabajaban en los ingenios de los menores, de quien era tutor 19. Este remedio provisto por los reyes debía estar avalado por la escasez reinante en la Isla, en cuanto a mantenimientos se refiere, pues en 1508 se informa de la falta de pan, vino y ali-mentos 20. El mismo gobernador Lope de Sosa, en una carta remitida a los reyes, le informa de la necesidad que pasa la Isla, así suplica que «porque en aquella tierra no se ha cogido mucho pan este presente año ... le mande dar liqenqia para sacar del1 Andaluzía cien cahízes de trigo para sustentar su casa» 21. Esta continua necesidad va a traer consecuencias negativas en cuanto a las relaciones de Tenenfe con Gran Canaria, pues-to que esta úitima va a impedir que tanto ;lenerife como otras islas exporten sus cereales sin previamente haber quedado abastecida, por tal razón el regimiento grancanario va a de-nunciar vanas veces al de la otra isla por haber permitido la saca de trigo y cebada con destino a tierra de moros y a Por-tugal 22. Estas protestas van a llevar aparejadas la obtención por parte de Gran Canaria de una real cédula fechada en 29 de mayo de 1513 por la cual y en orden a que en ella «... se recoge muy poco cantidad de pan según lo que es menester para el proveymiento e bastecimiento della de los vezinos e moradores de la dicha ysla, a causa que las más de las tierras della son aqucarales e por los muchos conejos que en la dicha ysla se crían que comen e des-truyen los panes que en ella se siembran», !O B. i i iv~í iuS í;Amz: A I ~ .d .p,. 85:. 20 E. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 727, p. 148, Burgos, 1508- enero-4. 2i A(RCHIVO) G(ENERAL) DE ~(IMANCAS), Cámava de Castilla, leg. 129- 289. La carta está sin fechar, aunque da la sensación que se corresponde con los últimos años de su mandato, pues en la misiva señala «... que como ha tanto tiempo qde é l ha t e z i d ~!a gwemuc ih de !u ys!u de Ur 2 ~C2 m-ria, el llevó allá su muger e casa donde ha estado hasta que se viese su residencia o vuestra alteza le mandase servir en algo...)). 22 E. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 884, p. 177. 396 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 7 los excedentes de cereal producidos por Tenerife y La Palma se vendan en Gran Canaria, antes que en otros lugares, por el mismo precio que llevan los mercaderes que lo e~portan*~, pues estos y otros interesados en el comercio de granos no permitían que los vecinos de la Isla compraran pan alguno en Tenerife. Por esta razón en dicha cédula se ordena también que todo vecino que desease exportar lo hiciese pregonar pú-blicamente para que los vecinos de Gran Canaria lo pudieran comprar prioritariamente. De este modo al conseguir los veci-nos grancanarios comprar el trigo que necesitaban por el de-recho de tanteo, impedían a los de Tenerife venderlo a los mercaderes, iniciándose así un pleito entre ambas islas que va a continuar durante casi toda la primera mitad del siglo, has-ta el momento en que Tenerife comienza a sentir la escasez. En 15 17 y por la misma causa, ya comentada, el concejo de Gran Canaria se dirige a la Corona. En la petición y explica-ción que hace el personero Hernando de Espino hace relación de lo siguiente K... que el trato principal de aquella ysla es los aGucares que en ella se hazen, e que por ser muy general la más parte de la gente de la dicha ysla se ocupava en ellos, e que a causa de dicho trato no se coge en ella el pan que es necesario para el sostenimiento de los vezinos della, e or que falta della oy la dicha ysla se provee de trigo de Rera della, porque de otra manera no se podía sostener». En respuesta a dicha petición los reyes ordenan al adelantado Alonso Fern��ndez de Lugo que dé prioridad a los vecinos de Gran Canaria en la compra del pan que exportasen, pudiendo éstos tomado por el tanto diirante cpince diílc, a pecur de !u licencia que se había concedido a la isla de Tenerife para que pudiera exportar un tercio de sus cosechas a otras partes 24, y de hecho cuando había necesidad acuciante de pan y la ca-restía era notable, los regidores de Gran Canaria no dudaban 23 P. CULLÉN DEL CASTILLO: Op. cit., doc. mII, pp. 36 y 37; E. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 970, p. 195. 24 P. CULLÉN DEL CASTILLO: OP. cit., doc. =VI, PP. 41-42; E. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 1.193, p. 244. Núm. 40 (1994) 397 8 MANUEL LOBO CABRERA en apresar aquellos barcos que cargados de trigo estaban surtos en el puerto de Santa Cruz o de travesía por las aguas isleñas, tal como acontenció en 1521 en que Juan de Narváez tomó por la fuerza dos naves cargadas de cereales que esta-ban surtas en el puerto de Tenerife 25. El uso de estas facultades concedidas a Gran Canaria va a motivar la continuación del litigio, puesto que aquella no sólo reclamaba el trigo cuando su población se veía necesita-da sino también cuando el aprovisionamiento de grano en Tenerife no era suficiente, motivado por la escasez de las co-sechas 26, puesto que cuando Tenerife no satisfacía las deman-das de grano solicitadas, Gran Canaria acudía al concejo real para que se la obligara a cumplir lo estipulado. Ante esta si-tuación el vecino y regidor de Tenerife, Juan de Aguirre, en 152 1, protesta por !a fac~!:ad concedida c: Gra Cunark, acu-sando a los regidores de dicha isla de parte interesada, iniciándose un pleito sobre la saca del pan que concluye con carta ejecutoria del consejo de Castilla, fechada en agosto de 1533. En la petición que hace a la corona solicita se manten-ga la provisión que tenía la isla de exportar el tercio de su co-secha, pues de ella vivía una parte importante de la población, ya que del resto por haber abundancia de pan podía proveer-se la isla de Gran Canaria, y además los vecinos de Tenerife podrían seguir con sus contrataciones con el exterior, de las cuales salían muy beneficiados, puesto que los mercaderes les proveían de lo necesario a cambio del grano, ya que lo con-trario vendría en gran perjuicio para dicha isla; a su vez se aseguraba que la isla de Tenerife siempre había abastecido a su vecina del pan necesario, a la vez que hacía ver que hacia Gran Canaria siempre se llevaban todos los diezmos y la par-te perteneciente al obispo, fábrica y tercias, que eran en tanta 25 En cabildo celebrado en 15 de octubre de 1521 se platicó sobre la venida sobre el puerto de Santa Cruz de una carabela armada que quebran-tó el puerto real y se llevó una carabela de Pedro de la Marina, cargada de cebada, por lo cual se pedía que fuera hecho cumplimiento de justicia con-tra Juan de Narvaez y los otros deiincuentes: E. SIZKKRAA FOLSy ¿. ÜC LA ROSA: Acuevdos del Cabzldo de Tenenfe. IV 1518-1525, La Laguna, 1970, p. 107. 26 B. RIVEROS UÁREZ: Art. czt., p. 852. 398 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 9 cantidad que para la poca gente que vivía allí les sobraba. Tal petición fue notificada a la isla de Gran Canaria, en especial a los regidores Cristóbal Vivas y Antón de Serpa, y al mismo tiempo para la resolución del pleito fueron nombrados como jueces árbitros los jueces de apelación de la audiencia, que fueron impugnados por el concejo lagunero, aduciendo que como los tales residían en Las Palmas «serán más aficionados a lo que cumple a la dicha ysla de Canaria)), por lo cual fue nombrado por tal el inquisidor don Luis de Padilla, por ser persona letrada que tenía por costumbre poner paz en seme-jantes cosas 27. Después de esto, por parte de la isla de Gran Canaria, el licenciado Francisco Pérez de Espinosa hace una petición so-licitando de que se mantuviese lo ordenado hasta aquella fe-cha en ei sentido de que Tenerife les diese todo el pan que necesitaran los vecinos, al ser la Isla cabeza del archipiélago, donde había muy gruesa contratación de azúcares, donde se cogían cada año más de 80.000 arrobas, en más de 20 inge-nios, por lo cual se necesitaba mucha gente y mucho trigo y cebada, ya que el grano que se cogía en ella «hera muy poca cosa que avía más de para un mes», por lo cual solicitaba que el pan no saliese hasta tanto que los de Canaria fueren proveídos y que se pudiese guardar el grano allí, ya que al ser Gran Canaria una isla muy caliente no se podía guardar el pan tan bien 28. Contra lo expuesto por el representante de Gran Canaria se expresó el parecer de Tenerife por parte de Francisco de Lucena quien solicitaba no se aceptase lo pedido por ella, ya que aquello era contra todo derecho y total destrucción de su i&, de& qce se hu& c=r,qdista& habia teni& por principal actividad la labor del pan, consiguiendo que con su riqueza la ciudad de La Laguna se ennobleciera y tuviera una población mejor que la de todas las islas, con un volumen cercano a los 5 ó 6.000 vecinos, además de otros pueblos de hasta 1.000 vecinos, pues 27 L. DE LA ROSA y M. MARRERO: Acuerdos del Cabildo de Dneuife. b! 1525-1533, La Laguna, 1986, pp. 430-435. 28 Ídem, pp. 438-439. Núm. 40 (1994) 10 MANUELLOBOCABRERA K... avía en la dicha ysla de Tenerife mucha más pobla-ción e vezindad que en la dicha ysla de Gran Canaria y en todas las cinco yslas de Canaria todo a cabsa del di-cho pan ... 29», y lo que se pedía le parecía cosa maliciosa porque desde mayo a enero era mucho tiempo sin poder sacar ellos el trigo fuera de la isla, además de que los regidores de Gran Canaria no mirando el bien de su pueblo vendían el trigo a Portugal, de-jando en necesidad de mantenimientos a la isla de Tenerife, que no podía aprovecharse de exportarlo, ya que al tener aque-lla Isla el derecho a tomar los cereales por tanteo impedía que lo pudiesen vender a los mercaderes extranjeros. Por todo ello B piden que Gran Canaria se provea de pan sin merma de los derechos de Tenerife para exportar el tercio de la cosecha, y O n además que también podían importario de Castiiia donde va- -- m O lía más barato y de otras partes, en especial de aquellas don- £ de contrataban sus azúcares, ya que allí no había más de 2 E 600 vecinos, para lo cual con 4 ó 5.000 fanegas podían pro- - veerse 30. 3 Una vez vistas las alegaciones fue pronunciada sentencia Om-arbitral, según la cual se dictó un auto fechado en Madrid en E agosto de 1533, por el cual se proveyó lo siguiente: en primer O lugar los vecinos y habitantes de Gran Canaria podían com- n prar el pan en Tenerife desde que comenzara la cosecha hasta E a fines de septiembre, pudiendo dejarlo a guarda en ella para n írselo llevando poco a poco, haciendo previamente, ante el n n cabildo, relación del cereal que se había comprado, del que se 3 había llevado y del que dejaban en guarda. Los mismos de- O bían dar fianzas de que el trigo comprado e importado de Terierife se g~stzr?'ae n !a t i e l~ay EO se exportaria a otras par-tes. Después del mes de septiembre los vecinos de Gran Cana-ria que fueran a comprar pan a Tenerife lo tomarían al precio que valiere, pero si en Tenerife no se cogiere trigo suficiente para su provisión que no fuese obligada a dar pan a Gran Canaria. Asimismo se dictaba que los vecinos de Tenerife que 29 A.M.L.L., leg. E-XIII, 3 3O Ídem, pp. 440-442. 400 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTIcOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 11 fuesen labradores tendrían derecho a vender la tercia parte de su cosecha al exterior, gozando del beneficio de la saca. Mien-tras que los de Gran Canaria debían dar seguridad que desde la fecha del auto en adelante dejanan pasar libremente y no asaltarían los navíos cargados de trigo que desde Tenerife se dirigieran a Portugal o a otras partes 31. El auto fue obedecido por las partes litigantes, aunque los problemas no concluyeron con el mismo. A la par en Gran Canaria se toman medidas para evitar la carestía y el mejor aprovechamiento de las cosechas del país. En 1525, a petición de la justicia y regimiento, los reyes dic-tan cédula real, por la cual ordenan que no se permita al obis-po ni al cabildo catedral vender a los vecinos, a precios supe-riores, al de contado, pan de los diezmos al fiado y mediante contrato ", y en i52á se ordena al gobernador y justicia de la Isla que no se permita a los mercaderes comprar cereales ade-lantados antes de la cosecha, al ocasionar esto, por un lado, obtenerlo a menor precio y por otro que al tener la cosecha comprada en el momento de la venta lo hacían a precios ele-vados 33. En el mismo año y por la necesidad de pan, al ha-berse cogido poco en la Isla, se ordena al obispo de Canaria que impida que los beneficiados y clérigos de la catedral ven-dan el pan de los diezmos a los portugueses y a otros extran-jeros, los cuales llevaban a vender a la isla de la Madera, al Cabo de Aguer y a Safi, por el gran daño que se hacía a la población, ya que a causa de ello el pan se encarecía 34. A la par las autoridades insulares de otros tribunales procuran con-seguir el trigo necesario para abastecer a sus oficiales, así en 1532 el inquisidor don Luis de Padilla ante la necesidad de grano que «ay mucha falta de trigo e se prnvee de aamete de la ysla de Tenerife y La Palma» había enviado, con auto-rización del obispo al alguacil del Santo Oficio, a conseguir 31 fdem, pp. 442-444. 32 E. AZNAR VALLEJO y otros: Documentos canarios en el Registro Gene-ral del Sello (1518-1525), La Laguna, 1991, doc. 626, p. 144. 33 P. CULLÉN DEL CASTILLO: OP. cit., doc. L, PP. 75-76. 34 fdem, doc. LI, pp. 76-77. La cédula fue dictada a petición del bachi-ller de la Coba, en nombre de la isla de Gran Canaria. Núm. 40 (1994) 401 12 MANUEL LOBO CABRERA grano para el mantenimiento del inquisidor y oficiales del tn-bunal 35. De nuevo en 1539 se importa trigo de Tenerife para provi-sión de la Isla, de la parte correspondiente al canónigo Samarinas, en cantidad de 1.127 fanegas, además de otras cantidades de cebada 36. Esta situación de continua escasez y penuria para abaste-cer de grano a la población, va a continuar acrecentándose con el correr de los años, agravándose al coincidir las mayo-res calamidades con épocas de escasez en Tenenfe, el granero más importante hasta entonces de la Isla, poniéndose de ma-nifiesto tal situación en 1543, por la merma producida en las cosechas en aquella isla, puesto que si en años anteriores se recogía en el beneficio de La Laguna hasta 120.000 fanegas - n 1 1 ~ 1 - , !U prodi?crión de &&o año apenas alcanzaba las UIIUUIU.2 35.000 fanegas 37. La escasez de estos años es lo que motiva de nuevo una queja de la justicia de Gran Canaria, por haber mandado el gobernador de Tenerife requisar cierto trigo del pósito de Gran Canaria que estaba en poder de Juan Pérez de Hemerando, para repartirlo y venderlo a los vecinos. La Au-diencia pide información sobre este suceso, y se contesta por parte de la justicia y regimiento de Tenerife de la existencia de «una gran necesidad» 38. 35 A.M.C., Inquisición, leg. LXXXV-14. Según se deduce de una acusa-ción que se hace contra Pedro de Hermosilla, regidor de La Palma, por haber intentado impedir que el trigo se cargase. 36 A.M.L.L., leg. E-XIII, 1. '' B. RIVEROSU ÁREZ: Ay t . cit., pp. 853-854. 38 A.M.L.L., leg. P-XII, 5. De resultas de este litigio los oidores de la Audiencia emiten una provisión por la cual mandan que se haga cala y cata. Las autoridades tinerfeñas en vista de la escasez respoiideii en 15 de febre-ro de 1542 que no habían podido hacer la dicha cata ((porque se piensa e tiene por cierto que no se ha de hallar pan para provisión desta cibdad e que si así fuere se seguiría mucho escándalo e alboroto entre los vezinos desta ysla, y también si alguno tuviese algúnd trigo para vender lo subiría a precio inmoderado e por esa cabsa e por otras le avía parescido al señor gobernador de iio hazer tazinía sin^ dexarlo asi ... t o d ~!= q ~ u !a vfa cabsi de aver dado trigo a la ysla de Canaria por les hacer buena vezindad)). De-bemos esta transcripción del documento al profesor Francisco Fajardo, a quien lo agradecemos. 402 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 13 En esa misma década la escasez de pan en Gran Canaria llega a situaciones extremas, hasta el punto de que los gober-nadores tienen que requisar los excedentes de algunos vecinos importantes, tal como hizo el gobernador Alonso del Corral, en 1546, a causa de E . . . la extrema nescesidad e hanbre de pan que esta ysla padesce y tanta que por no aver en el pósito desta cibdad trigo para hasta más de ayer lunes próximo pasado que se contaron veynte e nueve deste presente mes de marco e viendo que a faltar del todo el dicho pan los vezinos de esta ysla padescían gran peligro de muerte de hanbre» 39. Esta escasez continuada, la corrobora el inquisidor y licen-ciado doii Luis de Padilia, quien en 1547 solicitaba iicencia para traer trigo de Tenerife para el proveimiento de los oficia-les del tribunal, puesto que los navíos que venían de allí con trigo, era por cuenta de los mercaderes, que lo importaban para negociarlo 40. Así por una carta pedía a las autoridades de Tenerife le enviasen 300 fanegas para repartirlas entre los que servían al Santo Oficio, lo cual por ser tiempo de necesi-dad estimaba no se le negase ~quantom ás en año tan largo y tan abundoso como lo es el presente y lo fue el pasado». Ale-gaba en su petición que veía que de allí venían navíos que traían entre 400 y 500 fanegas de trigo de particulares 41. Esta 39 A.G.S., Cámara de Castilla, leg. 2.755. En este documento el gober-nador acusa al licenciado Fernán del Castillo de haber estorbado la toma del trigo necesario para la población, máxime cuando tenía en sus graneles entre 145 y 150 fanegas de trigo, de las cuales tomó setenta y cinco fane-gas para el pósito. 40 A.M.C., Inquisición, leg. CLXXIII-81. El inquisidor Padilla pedía al cabildo de Tenerife 300 fanegas de trigo para repartirlo entre los que ser-vían al Santo Oficio. 41 fdem. Alegaba el inquisidor en su petición que se valía de sus ar-mas y privilegios «y vuestra señoría y mercedes me perdonarán porque el negocio no sufre dilación y a mí y a estos señores oficiales del Santo Ofi-cio nos costó hartos dineros no aver hecho otro tanto el año pasado. Ter-mina la carta comparando al Santo Oficio con el ayuntamiento de La La-guna ((donde ay tanta nobleza y linpieza». Núm. 40 (1994) 403 14 MANCEL LOBO CABRERA constante la comunican los inquisidores a la Suprema, y así hacen constar «Porque muchas vezes en la isla de Canaria suele aver falta de pan tanto que se padeqe necesidad y ordinaria-mente lo suele aver en las islas de Tenerife y La Palma, Lanqarote y Fuerteventura y lo suelen vender y dar saca dello a mercaderes y suelen cargar fecho en harinas para Indias y no lo quieren dar a los officiales que servimos en la Inquisición de Canaria por nuestros dineros...)) 42. Esta misma situación se comunica a los reyes por parte del concejo, quien informa que a causa de ser la tierra estéril B como por el mucho pan que se gastaba a causa de la canti-dad de gente qué acudía a la Isla para la fabricación de los O ~ z ú r x e s h, abia años en que a falta de pan se comían ñames. n =m palmitos y otras hierbas y raíces, por lo cual se dictan en 1547 O las ordenanzas del pósito para procurar remediar tales males, E 2 y que al menos hubiese pan para los vecinos 43. E En estas fechas la escasez se extiende a otras islas, agrava- = da por un lado por las malas cosechas, a consecuencia de la - sequía, y de las plagas, en especial de alhorra y de la apari- 0m E ción de unos insectos que atacaban el tallo, como sucedió en O Tenerife, y por otra por el mayor volumen del tráfico y por la inmigraci��n 44, razón por la cual los miembros del cabildo n E impiden que se saque de la isla la parte correspondiente al a diezmo del pan 45. Esto motiva que el cabildo catedral se diri- n ja al rey, a través de Juan de Álava, quien expone que en Gran Canaria a causa de los muchos azúcares que en ella se plan- 3 O taban se cogía muy poco pan, y el que se cogía no bastaba para el proveimiento de la mitad del año, por lo cual solicitan se les deje sacar el pan que les perteneía de ios diezmos. Ei monarca, en 1550, emite una cédula con destino a las justi- 42 A.H.N., Libvos de Castilla, leg. 575. Debemos esta noticia a la genti-leza del profesor Luis Alberto Anaya. " 9 -2 F. SU^& QsJ-~~JoG:E >c, ii,, doc. L;vzN:xV71:, 154 y ss. 44 J. M. RODRÍGUEYZA NES: El Antiguo Régimen en la comavca de Daute, Canarias, 1988, p. 70. 45 B. RIVERO SUÁREZ: Art. cit., p. 854. 404 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 15 cias de Tenerife y La Palma, donde les conminaba a que per-mitieran al deán y cabildo de la catedral sacar de dicha isla el pan que les pertenecía de sus diezmos, a causa de que en Gran Canaria se cogía muy poco pan, con la condición de que dieran fianzas de que el pan no lo sacarían de los reinos de España y lo llevarían a Gran Canaria para el proveimiento de sus casas, y el compromiso de enviar testimonio de como el pan se llevó y descargó en la dicha isla 46. En 1552 la situación debía mantenerse igual, pues dicho año fue considerado crítico, tal como se refiere en una carta del consejo de la Inquisición al inquisidor Padilla en que se le acusa de sacar pan de Tenerife en años de hambre, como fue el citado 47. En la misma el concejo de Gran Canaria, median-te poder otorgado en 28 de septiembre de 1552, apodera a ~e r n a n d od e ~gui iarm, ayordomo dei concejo, para que vaya a Tenerife a comprar pan para provisión de la isla, por «la gran falta y necesidad que ay» en ella, y haciendo uso del mismo compra 4.400 fanegas de trigo y 500 de cebada 48. Estos momentos dramáticos son paliados con el envío, en años de respiro, de algunas cantidades que son remitidas por el concejo tinerfeño, como las 10.000 fanegas de trigo que se permiten salir con destino a Gran Canaria en 1555 49. En adelante Tenerife dejará de cumplir el papel de granero de Gran Canaria, pues las dificultades que comienza a tener 46 A.G.S., Registro General del Sello, 1550-abril-23. En esta cédula el Emperador hace referencia a otras cédulas anteriores, expedidas a causa del mismo problema, como la fechada en Valladolid, a 26 de septiembre de 1544 y otra de fecha 23 de noviembre de 1548. El rey en la célula remite a una ley aprobada por Enrique IV en las cortes de Toledo de 1462, en don-de se alude que por causa de la saca del pan de distintos lugares se produ-cía carestía y desabastecimiento. 47 A(RCHIVO). H(IST~RICON)(.A CIONALL), ibros de Castilla, leg. 574, fol. 338. En el citado escrito se señala que Padilla sacaba pan de Tenerife con mandatos que hacía al cabildo, por lo que se le comunica que no lo haga, ya que con el de la prebenda tenía suficiente, y si necesitaba más que lo hiciera sin mandamiento sino pidiéndolo. 48 A.M.L.L., leg. E-XIII, 3. En este documento se hace alusión a los distintos litigios que mantuvieron Gran Canaria y Tenerife por la saca del pan. 49 J. M. ROD~GUEYZAN ES: op. cit., p. 70. Núm. 40 (1994) 405 16 MANUEL LOBO CABRERA le van a impedir acudir a las demandas de aquella isla, de tal modo que cuando se solicita pan, las autoridades ordenan la realización de tazmías para conocer las existencias de la Isla, así en 1552 se manda ejecutar una ante la petición del mayor-domo del cabildo de Gran Canaria que solicita 5.000 fanegas de trigo, 1.500 de cebada y 300 de centeno 50. En 1559, el pe-ticionario es el obispo, deán y cabildo de la catedral de Cana-rias, que solicitan la saca del trigo que tenían en los téminos de Adeje y Abona 51, mientras que la tazmía se realiza ante la provisión enviada por los oidores de la Audiencia para que se dejara sacar trigo para abastecer a las islas de La Palma y Gran Canaria por la necesidad existente en ellas. Una vez rea- S lizada la tazmía el cabildo discute en sus sesiones sobre la N E misma al comprobar que el trigo almacenado en Tenerife no O era s~ficientep ara abastecer a !a pb!acih p e h ~hi tahae n, n-- o> ella j2. O E El cabildo entonces prevé nuevas medidas, entre ellas rea- E 2 E lizar importaciones desde otros puntos para poder suministrar - a la población trigo a precios inferiores. Las importaciones se 3 realizan primero desde las islas de señorío de Lanzarote y -- 0 Fuerteventura, y cuando aquí escaseaba se acudía a los mer- m E cados andaluces y portugueses, para posteriormente realizar O compras, a través de los mercaderes flamencos y franceses, de n los granos del norte de Europa, ocupando este pan, cada vez -E más, un lugar importante en el comercio internacional que a 2 mantiene Gran Canaria con el exterior. Estas medidas se n n acompañaron de otras solicitadas al rey, como la que se ob-tiene de Felipe 11 en 1578, en donde se prorroga perpetuamen- 3 O te la petición realizada por el gobernador de Gran Canaria hacía seis años para que el trigo que entrase en la Isla proce-dente de los reinos de Castilla se pudiese vender libremente sin guardar la tasa del pan, puesto que si no se pudiese ven- F. MORENOF UENTESA:y t. cit. ji M. LOBO CABRERA: «¿a pobiación de Tenerife en ei sigio XXv%, &ÜA-RIO DE ESTUDIOAST LÁNTICOS, 33, Madrid-Las Palmas, 1987, p. 383. 52 M. LOBO CABRERA: «La población...», p. 383. A.M.L.L., Libro de Ac-tas, núm. 11, oficio primero, fols. 206r.-210r. 406 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 17 der de ese modo faltarían los mantenimientos 53. En 1574 el monarca se dirige al deán y cabildo para recordarle y orde-narle que no se hiciese repartimiento de pan sin dar previa-mente su parte a las tercias, puesto que estas tenían como fin engrosar las cantidades del pósito 54. Estas medidas tomadas en la década de los setenta son respuesta a la crisis que se produce en Gran Canaria en esos años, pues en 1572 un testi-go ocular, vecino de la ciudad, declara ante el tribunal del Santo Oficio, y descubre la desesperante situación de la po-blación con este relato «... que este presente año de setenta y dos por quaresma uvo en esta ysla de Canarias la mayor falta de pan y de todo géneros de mantenimientos que a avido jamás y vía este testicrn qi ir miirhac gerSyaS y muy muchas ~\7ia en a- -- ^"--"-" esta ysla que se les pasa an ías que no comían pan ni lo podían aber y que en el pósito tenían dadas cédulas por casas para cada persona un pan...». Añade que a él concretamente le tenían señalados tres panes por día, pero que muchos días sólo le daban un pan y otras veces dos, por lo cual perdía todo el día, y era tanta la necesi-dad que el obispo daba pan en su casa a más de doscientas personas, e igualmente en casa del inquisidor daban pan a mucha gente y lo mismo sucedía en casa de otros eclesiásti-cos, los cuales daban de comer pan a mucha gente, puesto que si no existiese este socorro hubiera perecido mucha gente de hambre 55. Ese mismo año el cabildo se vio obligado a acudir a los mercados exteriores a la vez que solicita la ayuda real, por lo 53 A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fol. 127v., San Lorenzo el Real, 1578-julio-4. 51 A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fols. 131v.-132r., Madrid, 1574- mayo-24. A.M.C., Inquisición, Fondo Bute, Procesos, t. 11, 2," serie, 1570-1573, fols. 105. y v. Añade el testigo que había muchos días que no se repartía pan en el pósito porque se había acabado. Al parecer el hambre se cernió sobre la Isla entre la Pascua de Navidad y la Pascua de Espíritu Santo, se-gún el testimonio del testigo Pedro Hidalgo, vecino de la ciudad. Núm. 40 (1994) 407 18 MANL-EL LOBO CABRERA que Felipe 11 dicta una cédula el 21 de octubre de 1572 para que el cabildo pueda importar 8.000 fanegas de trigo de los puertos andaluces para socorrer a la población, vista la nece-sidad que había en la Isla 56. En los años siguientes se sigue importando trigo de la Pe-nínsula para proveer al pósito, hasta el punto de que en 1573 estaba ya la isla abastecida j7, tanto por las partidas que se recibían de distintos puntos de Europa como por la compra que hacía el concejo al obispo, deán y cabildo para provisión de los vecinos y moradores, así en agosto del mismo año el regidor don Juan Pacheco, en nombre de la justicia y regi-miento, compra a fray Juan de Azoloras, obispo de Canarias, todo el pan, trigo y centeno que en dicho año perteneciera al prelado del diezmo, tanto del trigo de Tenerife como del trigo y centeno de la Palma, al precio, conforme a la pragmática, de 11 reales la fanega de trigo j8. En fechas posteriores abun-dan en el mercado tanto el pan de Castilla como el de la tie-rra, lo que indica que ha habido buena cosecha, y que los miembros del cabildo catedral siguen vendiendo el trigo que les pertenece de sus rentas decimales 59, sin embargo, el año de 1577 debió ser un año malo tanto en Gran Canaria como en las otras islas, pues en agosto el licenciado Jusepe de Ar-mas, fiscal del Santo Oficio, solicitaba le dejasen sacar de Tenerife 80 fanegas de trigo para el sustento de su persona, casa y familia, por ser notorio de que en Gran Canaria «ay tan estrecha necessidad que será imposible hallar en ella ni en otra ninguna grano de trigo a comprar)). Sin embargo, tal pe-tición no fue atendida, y el inquisidor Funes por un manda-miento, después de haber visto la carta del cabildo de Tenerife 56 A.G.S., Registro General del Sello. A.H.P.L.P., Luis de Balboa, núm. 860, fol. 34r. 58 A.H.P.L.P., Rodvigo de Mesa, núm. 784, fol. 421v. El centeno lo com-pra a 6 reales más 6 maravedís. 59 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 777, fol. 155v. El licenciado Diego 3 - 1 i(-..:l- -- ---L-.. 1 - 1 A--. P-'-+AL-l 17-1- ..-m 1- -1 ,:, .. ,, UCI figuiia, cii iiuiiiuic uci uuiopu uuii LlioLuual vcia, vciiuc ai LU~LLGJU y rc-gimiento, para el pósito, todo el trigo que perteneciera al obispo de las ren-tas decimales de Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura, a precio de 11 reales la fanega. 408 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 19 «y la necesidad que en ella ay de pana, ordena que le dejen sacar 50 fanegas 60. En la década de los ochenta vuelven a producirse que-brantos frumentarios, que al parecer no sólo fueron ex-clusivos de Gran Canaria, sino que se trataba de una situación generalizada, por lo cual no era posible acudir a otras zonas que hasta entonces solían abastecer a la Isla, como eran Andalucía y los mercados europeos, pues en Europa en los últimos años del siglo m las cosechas también habían sido de-sastrosas, hasta el punto que los precios se elevaron en un 50 por 100 con respecto a la década anterior 6'. A la vez en las islas el hambre era generalizada, pues en 1583 los in-quisidores Osorio y Lorenzo deciden no realizar la visita a Lanzarote y Fuerteventura porque no había llovido y no se habían cogido frutos, por lo cual la gente había huido hacia Gran Canaria y otras islas 62, y en 1582 a petición del síndico personero del cabildo de Tenerife se prohibe sacar trigo de aquella isla para llevarlo a Gran Canaria 63. Esta situación general es quizá la que motiva que el personero general Juan Sánchez de Canseco se queje al rey de los fieles del pó-sito, cuyo cargo solía recaer en uno o dos regidores, los cua-les repartían el pan entre sus deudos, parientes y amigos, de-jando a la mayor parte de los vecinos sin pan, a quienes lo vendían a mayor precio, razón por la cual Felipe 11 dicta una real cédula por la que prohibe que el fiel del pósito sea regidor 64. En estos años el cereal que llega a Gran Canaria, aunque no sea en mucha cantidad, procede de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife, bien porque se importa directamen-te como porque ios miembros del cabildo catedral venden al concejo lo perteneciente de los diezmos de sus prebendas, así don Pedro Salvago vende 600 fanegas del de la isla de Tene- 60 A.M.C., Inquisición, leg. CXXXII-5. P. L E ~ NH: istoria económica y social del mundo, Madrid, 1980. t. 1; p. 571. 62 A.M.C., Inquisición, leg. XXVIII-4, fol. 41v. 63 A.M.L.L., leg. E-XIII (Expedientes sobre trigo, l), núm. 9. 64 A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fols. 173r.-174r. Núm. 40 (1 994) 20 MANUEL LOBO CABRERA rife 65; don Pedro Ruiz de Salazar, relator del tribunal de la In-quisición, vende el grano perteneciente a la prebenda corres-pondiente al tribunal 66; don Diego de León, maestrescuela de la catedral hace lo propio 67, don Pedro Salvago y don Diego del Águila hacen otro tanto. También se acude a comprar el trigo de los señores de las islas, así en junio de 1580 se com-pra a don Gonzalo de Saavedra, señor de Fuerteventura, 2.000 fanegas de trigo de la cosecha del año 68. Del exterior, y concretamente de Francia, concurre trigo en el mercado, tal como se comprueba por las distintas ventas realizadas en el año de 1581 69, lo mismo que de FIandes 70. B En el año de 1585 vuelve a haber necesidad en la Isla, y es N E ahora un escribano, o su amanuense, quien refleja la situación O c;ue pudece Gran CmaR~i ,e n e! siguiente poema d-- m O «En esta villa no hay trigo ni carne si no es humana, aguarde a la otra semana o haga de esta malilla lo que le diere más gana» 71. Por esta razón el cabildo se moviliza y contrata los servicios O de un inglés para traer trigo de Inglaterra, con destino al pósi- 5 n -E a 65 A.H.P.L.P., AIonso de Balboa, núm. 778, fol. r. Vende el grano perte- 2 d neciente a su hermano don Juan Salvago, arcediano de Canaria, para el n n pósito. 3 66 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 778, fol. r. El trigo correspondía O a la cosecha del año de las islas de Tenerife, La Palma, Lanzarote y Fuerteventura. " A.H.P.L.P., Aionso de Baiboa, núm. 778, fol. 1: A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 778, fol. 852r. En noviembre de dicho año el señor de Fuerteventura daba poder para cobrar de los fieles del pósito los maravedís que habían montado las fanegas de trigo, a razón de 15,5 reales: Alonso de San Juan, núm. 878, fol. 394v. 69 A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.585, fol. r. '".H.P.L.P., o"eruiuudim Rosales, ixiiii. 888, %!s. 8Mr. y SS. 71 M. LOBO CABRERAy Y. ARENCIBIA SANTAN«AP:r otocolos grancana-rios y poesía», ANUARIO DE ESTUDIOAST LÁNTICOS, 39, Madrid-Las Pal-mas, 1993. 410 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 2 1 to 72. En 1587 la justicia y regimiento vuelve a tener necesi-dad de grano, por lo cual compra algunas partidas en Lan-zarote 73. En la última década del siglo la situación en vez de mejo-rar empeora, con el agravante de que no se puede acudir a los mercados exteriores, pues allí la escasez es tanta como aquí, hasta el punto de que el trigo andaluz tríplica su precio en el espacio de cuatro años, y el castellano se duplica 74, por lo cual han de contentarse con las escasas aportaciones que Uegan de Tenerife y Lanzarote, así el tribunal del Santo Ofi-cio se provee de trigo de esta última isla para el mantenimien-to de los presos y de los oficiales del tribunal, y en 1593 en-vía a comprar 700 fanegas con el alguacil mayor don Diego Sarmiento 75. Estas hambrunas de fines del siglo son remedia-das, a veces, gracias a los préstamos que hace el cabildo cate-dral, así en 1597 el mismo concede a la ciudad un préstamo de 16.000 reales para comprar trigo y remediar la pública ne-cesidad 76. De lo tratado hasta aquí, con respecto al abastecimiento de trigo por parte de la Isla, se deduce que ésta al haber orienta-do su actividad económica hacia las plantaciones de cañas para la fábrica y elaboración del azúcar, se encontró totalmen-te desprotegida en el tema de los mantenimientos, por lo que estuvo a lo largo del siglo x v ~to talmente supeditada a los ex-cedentes procedentes de las otras islas, quienes complementa-ban su economía, en concreto la isla de Tenerife, pues cuan-do en esta comienzan a escasear los granos por distintas vici-situdes ya comentadas, se ha de acudir a los mercados exte- 72 A.H.P.L.P.: Bevnavdino Rocnbc, núm 889, fo!. ?Ihr Se pone en e! contrato como condición que si el maestre trajere 500 fanegas en trigo más de las contratadas, 2.000, que la ciudad las recibina y pagaría lo convenido. 73 A.H.P.L.P., Francisco Casares, núm. 923, fol. 281r. 74 P. VILAR: «El tiempo del Quijote», en Cvecimiento y desawollo, Bar-celona, 1974, pp. 333-334. A.M.C., Inquisición, leg. CLXX-5. Diligencias para traer trigo de Lanzarote para los presos. Año 1593. 76 L. A. ANAYAH ERNÁNDEyZ A. ARROYOD ORESTE«: La peste de 1601- 1606 en las Islas Canarias)), en Revista de Historia de Canarias, núm. 174, La Laguna, 1984-1986, p. 198. 22 MANUEL LOBO CABRERA riores, primero a Andalucía y después al norte de Europa, desde donde el trigo llegaba de manos de los mercaderes fran-ceses y flamencos. Dadas las necesidades que desde bien pronto se dejan sen-tir en la Isla, las autoridades fundan un pósito concejil, con la finalidad de que cumpliese una doble función: servir de gra-nero para las rentas del cabildo y actuar como regulador du-rante los meses de escasez 77, de modo que en este tiempo se B entregaba a los vecinos el trigo necesario para su abasteci- N E miento, a la vez que se guardaba una parte que sirviese como O simiente puru !u gróx fm~re cechz E! micmn d&iS crease en n-- m el primer cuarto del siglo, como lo prueba el hecho de que en O E las actas del cabildo catedral se recogiese ya desde 1515 la E 2 orden de que se le vendiese trigo 78. Sin embargo, en la pri- -E mera mitad de la centuria su uso no debió de ser muy gene- = ralizado, dado que la Isla se proveía regularmente de Tenerife, -- y también porque el concejo prefería comprar el grano en 0 m E aquella isla y guardarlo allí, ya que en alguna ocasión se adu- O ce por parte de los regidores que n E como la dicha ysla de Canaria es tierra caliente, no se a podía guardar el pan como en la dicha ysla de Te- n nerifex 79. n 3 No obstante, a medida que las necesidades crecen se ve con O mayor urgencia la necesidad del pósito, tanto por la utilidad de: ya qic en é! se i;ad;.ia;', a!macenar hasta J.9W fu-negas, como porque así estaría la población mejor abastecida. Por ello se reguló a través de unas ordenanzas, que se apro-baron y confirmaron por los reyes en 1547, su uso. En las mismas se recogen aspectos de gran interés para su mejor 77 E. AZNAR VALLEJO: integración ..., p. 55. 78 fdem, p. 55. 79 L DE LA ROSAy M. MARREROO: p. cit., p. 438. 412 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 2 3 funcionamiento, con el objetivo de paliar las graves carencias de pan que subían los habitantes de la Isla, y de hecho cree-mos que el pósito a lo largo de su historia cumplió una de las funciones básicas de su creación: abastecer de pan en épocas de escasez o de hambre. En las ordenanzas se establece que sea el cabildo quien haga cumplir su buen funcionamiento, nombrando para ello en el primer cabildo del mes de enero de cada año a dos veci-nos para que administraran el trigo y lo procedido del mis-mo. Este cargo recaerá casi siempre en los regidores, lo que motivó que el personero general protestase por tal nombra-miento y fuese prohibido por el rey que el fiel del pósito fue-ra miembro del cabildo go. Estas personas tenían como misión guardar el dinero que se obtuviese por la venta del cereal, sin entregarlo a nadie, pues ei mismo tenía por destino cubrir los gastos del pósito, de todo lo cual debían dar cuenta anualmen-te ante la justicia y regimiento. Debían asimismo cuidar de que el grano no se estropease, pues debido al clima podía pi-carse de gorgojos, por lo cual debía traspasarse como mínimo cada quince días. En los momentos de escasez debían com-prar el trigo necesario para el depósito, con el permiso del concejo, por lo cual el gobernador debía notificar a los regidores tal decisión y nombrar las personas convenientes para que fueran a comprarlo, señalándose de salario lo que fuera conveniente por su trabajo, dándoles instrucción y po-der para que hicieran la voluntad del concejo, que debía ir fir-mada por el gobernador, dos regidores y el escribano. Estas compras se harían todas las veces que el regimiento lo esti-mara oportuno, por lo cual y para evitar pérdidas debían ase-g-~~ rarIsnes dineris y e1 gran^ q ~ see mmpraru c m ellos, tu! como se hace cuando el cereal se importa tanto de la Penín-sula como del extranjero. Llegado el cereal al puerto de las Isletas el cabildo debía nombrar una persona de confianza para que fuera a recibirlo, la cual debía comprobar los cono-cimientos de embarque para certificar que lo que debía reci-bir de los maestres de navío era lo correcto. A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fols. 173r.-174r. Ntim. 40 (1994) 413 24 MANUEL LOBO CABRERA El cereal recibido debía hacerse llevar hasta el pósito, si-tuado en las cercanías de las casas del cabildo, donde se da-ría cuenta al fiel, quien firmaría el recibo ante escribano, y al fin del año debía dar cuenta al cabildo del uso que había he-cho del trigo, y las pagas que había realizado por el flete, los acarretos y los medidores. Para evitar pérdidas y que el trigo se picase o mojase tenía el concejo en el puerto de las Isletas una casa, donde se depositaban los materiales necesarios para importar y transportar el grano, tales como esteras, costales y medidas, que debían tener una marca de la ciudad, cuya llave debía estar en poder del fiel del pósito. De estos materiales, cada vez que se enviaran navíos a comprar y cargar trigo en B el exterior, se debía entregar al maestre esteras suficientes y N E costales, con la obligación de devolverlos una vez entregado O e! trilg~. --- m En las ordenanzas también se contempla el control del O E grano, una vez llegado a las Isletas hasta que se depositaba E 2 E en los almacenes, por ello se ordena que ningún camellero - parta del puerto con trigo antes de la salida del sol y a la vez 3 se estipula que la llegada al pósito sea antes del anochecer, -- O para evitar conflictos y robos en el trayecto que debían reco- m E rrer los animales. También el cabildo nombra un medidor para O que compruebe si las cantidades encerradas son las correctas - O no. -E a Al tiempo que los trigos se vendieran, primero se debía A saber los costos que se habían hecho en ellos, para que cono- -- ciendo los mismos se pudiera saber a qué precio se podía ven- = der, de tal modo que el precio fuera conveniente para los ve- o cinos sin pérdida para el pósito. De la misma manera, en el momento que se fuese a repartir el cereal entre los vecinos, pueblos y señores de ingenios debía saberse la cantidad exis-tente para de acuerdo con esto y con la anuencia del cabildo y la presencia de dos vecinos de la ciudad y de los diputados hacer el reparto y notificar a cada uno de ellos la cantidad establecida para que enviaran por ella; asimismo se debía ha-cer saber a los alcaldes de los pueblos y términos la cantidad que les pertenecía para que luego hicieran repartimiento en-tre los vecinos y moradores del lugar, remitiendo copia al ca- 4 14 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 25 bildo para que se comprometieran por igual a hacer cobrar el trigo repartido. Como uno de los fines del pósito era también abastecer de pan a la población cuando ésta estaba desabastecida, se esta-blece que cuando las panaderas amasasen pan con el trigo del pósito debian marcarlo con las señales que para ello les faci-litara el cabildo para saber que dicho pan procedía del mis-mo al. El pósito así organizado cumplía con creces su cometido, satisfaciendo las necesidades del vecindario, con el reparto de trigo y pan entre los pueblos de la Isla 82, y enviando a com-prarlo al exterior cuando era necesario, aportando en este caso los vecinos por repartimiento el dinero suficiente. El pósito estaba situado en los alrededores de la cárcel pública, donde estaban los graneies, y el cabiido se preo-cupaba de su continua reparación para evitar que el grano se estropease, por ello se contratan los servicios de albañiles para su restauración, así en mayo de 1580 el regidor Andrea de Argiroffo, en nombre del concejo, requiere los ser-vicios del albañil Antonio González para que destejara y vol-viera a tejar de nuevo los graneles con la cal que fuera ne-cesaria 83. Sin embargo, este único depósito se hizo insuficiente para abastecer a toda la población de la Isla en los momentos crí-ticos, razón por la cual se abrieron nuevos establecimientos, al menos en Telde y Agüimes. El de Telde se crea con el mis-mo fin que el de la capital. Posiblemente el mismo se fundó con la aportación de los vecinos, y de hecho cuando había necesidad los mismos aportan cantidades de dinero para ha- 81 P. CULLÉN DEL CASTILLO: @. cit., doc. LXXXVII, pp. 154-161. Las ordenanzas fueron aprobadas por cédula real de 5 de agosto de 1547, y con-tenían 44 artículos. En 1568 el gobernador nombró por alguacil en la villa de Arucas y sus términos a Francisco Salguero con el encargo de cobrar el trigo del pósito que se había repartido a los vecinos de Arucas, Teror y términos: A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 776, fol. 106r. A.H.P.L.P., AZonso de Balboa, núm. 778, fol. 842v. Por su trabajo el albañil percibiría 30 doblas. Núm. 40 (1994) 415 2 6 MANUEL LOBO CABRERA cer provisión tal como se hacía en la capital 84, con el objeto, por un lado, de poseer un remanente de trigo para ser presta-do a los campesinos como simiente y disponer, a la vez, de al-gún dinero que permitiera la compra del mismo fuera del lugar o de la Isla en años de hambre, pues este pósito en palabras de la época era considerado como «bienes de pobres y sustento de ellos». Debía tener este pósito unas normas particulares, pues-to que cuando se acuerda en 1599 la creación de otro en Fuerteventura se copian las mismas 85, entre las cuales se en-contraba dar una ganancia sobre el trigo recibido 86. Debió crearse éste en la segunda mitad del siglo, puesto que ya en 1570 nos aparece la primera referencia al mismo, fecha en donde distintos vecinos de la zona se obligaban a pagar al pósito ciertas cantidades por haber recibido trigo de fiel, tal como hace el labrador Lázaro Hernández que se compromete a pagar 34 reales por 2 fanegas de trigo Sabemos que uno de sus depositarios fue Jerónimo Calderín que era el encargado en 1581 de cobrar el trigo prestado a los labradores, una vez concluida la sementera 88, y en 1585 cum-ple tales funciones Miguel Godino, vecino asimismo de Telde 89. El establecimiento debía estar ubicado en algunas casas alquiladas al efecto, en los alrededores del barrio de San Juan, según se desprende de una escritura otorgada en 1596 en que se entrega a renta al fiel del pósito un granel en la ciudad de Telde, junto al chorrillo, en un alto, para que en él se pudiese guardar el trigo y el centeno del mismo 90. 84 A.H.P.L.P., AZonso de Balboa, núm. 778, fol. r. En 1580, el fiel Baltasar de Armas se obligaba a pagar a Marina Sánchez 1.000 reales que prestó al pósito para hacer provisión de pan. = Ru¿~Ai\í VERDEJO; Acuei&s del cazldo de lTuer;ecen;ura, 1605- 1659, La Laguna, 1970, pp. 338-339. A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.592, fol. 113r. En 1596, un ve-cino se obliga a pagar al fiel del caudal y trigo del pósito de la ciudad 298 reales y 15 maravedís por 18,s fanegas de trigo que debía de las «cre-cencíasx que había de dar del año de 1595. " A.H.P.L.P., JMÜX de %gü, ;;úm. 3.117, fa!. 111'. A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.585, fol. r. 89 A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.586, fol. 125. 90 A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.592, fol. 274v. 416 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 2 7 Este pósito también tenía entre sus cometidos hacer pan para abastecer a sus vecinos como para venderlo, y en mo-mentos de crisis importantes importarlo de donde hiciera fal-ta, así en 1593, siendo fiel del pósito Luis Perdomo, los veci-nos de Telde le autorizan a vender el pan cocido para darlo a las personas que lo hubieran menester, según constaba por el nombramiento que se le hizo, por lo cual ofreció la cuarta parte del precio que había de haber de la venta 91. Asimismo, en 1597 el fiel Francisco Hernández Gallego, junto con el clé-rigo, presbítero y capellán de Telde, Andrés de Ortega, decla-raba que por auto de la Audiencia se emplease para comprar trigo en Lanzarote, mientras el grano, trigo y centeno, que se tuviera comprado se repartiese entre los vecinos para que de-volviesen su valor en dinero, para con él ir a comprar nuevo pan a Lanzarote. Los vecinos, como tales administradores del pósito, le autorizaron para que fuese a comprar el grano con 400 reales de salario, según el acuerdo y junta que para ello hicieron, a la vez que entregaban 5.500 reales para la com-pra 92. De lo anterior se deduce que aunque dicho granero te-nía sus ordenanzas y acuerdos, la Audiencia tenía jurisdicción sobre el mismo, para en momentos críticos poder dictar au-tos al respecto. Sin embargo, debieron tener problemas tanto con la Audiencia como con el concejo de la Isla, según se de-duce de un documento otorgado en 1593, en el cual los veci-nos de Telde reunidos se comprometieron a entregar cada año, según sus posibilidades, trigo, centeno y dinero, para la defen-sa de su pósito, en el pleito que el concejo trataba contra él, recaudándose en total 19 fanegas entre trigo y cebada y 33 reales y cuarto más un cuartillo 93. 91 A.H.P.L.P., Rodvigo de Cubas, núm. 2.591, fol. 29r. Como era costum-bre que se dieran fianzas, según estaba legislado, Hernán Luis Perdomo figura como su fiador. Por el trabajo en la venta debía de haber por cada fanega de pan cocido medio real. 92 A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.593, fol. 303r. 93 LOS vecinos fueron Lorenzo de Zurita, Juan Jara, Gaspar González; alcalde, Luis de la Mota, Hernando del Castillo, Garcia Ruiz, Alonso López Cabrera, Gonzalo de Mireles, Hernán Luis Perdomo, Sebastián González, Bartolomé Pérez, el mozo, Diego Alonso Calvillo, Luis González, Blas Sánchez, Andrea Calderín, Bernabé Pérez, Lorenzo Pérez, Juan de Savallos, Núm. 40 (1994) 417 2 8 MANUEL LOBO CABRERA En el siglo XVII este pósito siguió cumpliendo a la perfec-ción los cometidos para los que fue creado, así en 1615 el al-calde de Telde repartía entre los vecinos 90 fanegas de trigo que habían llegado del Puerto de la Cruz para el pósito de aquella ciudad, ante la escasez que reinaba 94. Del pósito de Agüimes poco sabemos acerca de su existen-cia y de la fecha de su creación, posiblemente el mismo se fun-da a instancia del obispo, para socorrer a los vecinos del seño-río episcopal. La primera referencia sobre el mismo se remonta a 1580, fecha en que se realiza una reclamación por parte de los vecinos de señorío, a través de sus diputados Martín Alemán y Francisco Yanes, quienes apoderan a un vecino de la villa para que los representara ante la Audiencia en un pleito que trata-ban con el provisor del obispado, en razón de que este había mandado que el trigo del pósito se depositase en el vecino Diego Guillén, lo cual se consideraba dañoso para el pueblo, por lo cual pedían se entregase el grano, dando cuenta de él al pósito, según lo ordenado por el obispo don Cristóbal Vela 95, de lo cual se deduce que fue bajo el mandato de este prelado, entre 1574 y 1580, cuando se debieron dictar las normas para la creación y funcionamiento del pósito. Las características del mismo eran similares a los otros que ya hemos comentado: prestar cereal a los vecinos bien para su aprovisionamiento o para hacer la se-mentera 96, e importarlo en época de necesidad 97. Diego Pérez de Medina, Juan Vélez de Valdivielso, Marcelo de Reina, Alonso López Romero, Juan de Santiago, Manuel González, Miguel Hernández, Do-mingos Anes, Sebastián Verganciano, Gaspar Báez, Juan Suárez, barbero, Tomé Ribero, Manuel Díaz, Jusepe Díaz, Juan Justo, Francisco Rodríguez y Baltasar de Nava. Dichas cantidades se obligaban a entregarlas a Sebastián González Bernal, vecino de Telde, su procurador: A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.591, fol. 22r. '"sí 24 vecinos recibieron una fanega, 76 media fanega, 56 cuatro celemines, 34 tres celemines y 10 más cuatro celemines: A.H.P.L.P., Matías Dávila, núm. 2.583, fol. r. (Incluido en el legajo de Rodrigo de Cubas). 95 A.H.P.L.P., Francisco Díaz Pelos, núm. 2.486, fol. r. 96 A.H.P.L.P., Francisco Díaz Pelos, núm. 2.487, fol. r. En diciembre de 1591 un vecino de Agüimes se obligaba entregar al pósito 6 fanegas de tri-go y 4 reales en el mismo cereal, puesto eri el p6slt0, por 5,s fanegas que de él había recibido. La diferencia de 11 reales eran de ganancia. 97 En 1591 circulaba por la villa trigo de Tenerife: A.H.P.L.P., Fuancis-co Díaz Pelos, núm. 2.487, fol. r. EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 29 Los responsables de este pósito eran dos diputados, elegi-dos por los vecinos, entre los cuales se encontraba el alcalde, que en 1592 era Andrés Espino, los cuales tenían como mi-sión vigilar por su buen funcionamiento, e incluso cuando el depósito en que estaba el cereal se mojaba, repartían el trigo entre los vecinos para su consumo o para que lo guardaran 98. En Gran Canaria hubo zonas, sobre todo en las medianías, que fueron dedicadas a tierras de pan sembrar, pero el produc-to obtenido era insuficiente para abastecer a la población, a causa de que las mejores tierras dadas en repartimiento estu-vieron dedicadas desde el principio ai cuitivo de la caña de azúcar, razón por la cual hubo de pensarse casi desde el primer momento en la importación de grano, iniciándose un comercio que venía desde antiguo en el continente europeo, y cuya ca-racterística es lo que tiene de caprichoso, debido no sólo a las oscilaciones de las cosechas, sino también a las especulacio-nes 99. Al ser el trigo la base de la alimentación, el concejo es el principal interesado en importarlo, para luego repartirlo entre la población a través del pósito, bien de las islas comarcanas como de otras partes. La necesidad de pan hizo que en torno a él gravitase un interés comercial, de tal modo que no es sólo el concejo el que se preocupa de las importaciones sino también los miembros de la administración, del clero y en especial los señores de ingenios y los mercaderes. Esto también generó un negocio entre los miembros del cabildo catedral, que son quie-nes en bastantes ocasiones nutren al cabildo y al pósito del tri- 98 A.H.P.L.P., Francisco Díaz Pelos, núm. 2.487, fol. r. En marzo de 1594 dos vecinos de Agüimes se obligaban a pagar al pósito de la villa 688 rea-les por 43 fanegas de trigo que habían recibido de Amador Espino, para repartir con los vecinos, atento a que se había mojado el granel donde es-taba, a precio de 16 reales la fanega. 99 R. GLAMANN«E: l comercio europeo (1500-1750), en Historia econó-mica de Europa (2). Siglos XVI y XVII, ed. de C. M. CIPOLLAB, arcelona, 1979, p. 355. Núm. 40 (1994) 419 3 0 MANUEL LOBO CABRERA go que procedía de sus prebendas y del diezmo recogido en las otras islas, que llega a Gran Canaria. A lo largo del siglo x v ~ra ro es el año en que la Isla no im-porta cereal, a veces en cantidades importantes, lo que da idea de la necesidad sufrida por la población en cuanto al abaste-cimiento de uno de los artículos principales, y las mismas debieron iniciarse desde muy pronto, pues en 1505 se denun-cia la salida de unos 15 cahices de trigo -180 fanegas- sin licencia, desde Sanlucar de Barrameda con destino a Gran Canaria 'O0, y en 15 12 se sabe que el mercader inglés Guillermo Flanigan había traído a la Isla pan para su proveimiento del extranjero, y a cambio de él había recibido en pago azúcar 'O'. Sin embargo, la mayor continuidad en los tratos para hacer llegar el trigo a la Isla se inicia en la década de los veinte. Desde estm 2fim bata cemie11zes de 11 décrdz de !^S sesenta el gran proveedor y granero más importante a donde se acu-de a importar el grano es Tenenfe, desde donde se trae no sólo trigo sino también cebada y centeno. Los encargados de ha-cer traer el cereal desde aquella isla son tanto el concejo como los propios vecinos y particulares, entre ellos los señores de ingenio, quienes necesitaban del mismo para poder iniciar la zafra. Todo esto, claro está, después de resolverse el pleito que enfrentaba a ambas islas sobre la saca del pan. Los propieta-rios de los establecimientos azucareros acuden personalmente a Tenerife o contratan los servicios de algún mercader o de algún vecino de aquella isla, para abastecerse, o también com-pran el cereal a los vecinos de Tenerife que acuden a Gran Canaria, conocedores de la escasez y de la carestía de los pre-cios, para ponerlo en venta. En ocasiones, incluso, se realizan conciertos con este fin, así en 1537 Gonzalo Fernández de Mesa, vecino de Tenerife, se compromete con Alvaro de Herrera, para traerle, antes de finales de septiembre del cita-do año 100 fanegas de trigo 'O2. Los señores de ingenio intere- 'O0 E. AZNAR VALLEJOD:o cumentos ..., doc. 652, p. 134. lo* Ídem, doc. 924, p. 185. Sobre este particular hubo pleito ante la Audiencia, dei cuai saiio airoso ei ingies. lo2 A.H.P.L.P., Hemando de Padilla, núm. 750, fol. 382r. En el documen-to se ponía como condición que si Fernández no cumplía con lo estipulado Herrera quedaría facultado para buscar el trigo donde lo hubiera. 420 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 1 sados en este trato son entre otros los italianos Antón Cerezo, Mateo Cairasco, Lucano de Riberol y Pedro Juan Leardo, ade-más del vecino Gaspar Rodríguez de Palenzuela. Entre 15 19 y 1555 las importaciones que se realizan pro-ceden o bien de Tenerife, y en algún caso de La Palma, en especial cuando lo que se demanda es cebada, salvo una car-ga que se recibe de Cádiz en 1522 con 6.000 fanegas 'O3, y otra que al parecer se recibe de las islas Azores en 1535, según se desprende del concierto realizado entre el mercader genovés Jerónimo Macía y Andrés Pérez, portugués, para que éste le mandase trigo de aquellas islas 'O4. Las cantidades recibidas en estos años no son muy eleva-das, a la vista de los datos que poseemos, salvo 1.200 fanegas en 1523 y 1 .O00 en 1520; el resto oscila entre las 300 y las 600 fanegas, que es ia cantidad que necesita aproximadamente un ingenio para comenzar la zafra. Sin embargo, ya en 1555 la Isla debió tener graves problemas, pues en dicho año la canti-dad solicitada al cabildo de Tenerife es de 10.000 fanegas de trigo, quien permite la salida después de haber pasado por años de escasez y necesidad 'O5. A partir de esta fecha aunque Tenerife siga en años pun-tuales socorriendo las necesidades de la Isla, bien a través del cereal perteneciente a las tercias reales o a los diezmos, Gran Canaria diversifica los puntos a donde debe acudir a comprar grano, pues Tenerife pasa por una situación muy similar a la suya, en cuanto a tener asegurado el abastecimiento. A partir de 1560, raro es el año en que no llegan al puerto de las Isletas cargamentos de trigo procedentes del exterior. En primer lugar cobran importancia las importaciones que pro-ceden de las islas, tanto de Tenerife romo de La Palma, Lanzarote y Fuerteventura. En su mayoría, frente a las com- 'O3 E. AZNARV ALLEJOy otros: Op. cit., doc. 421, p. 109. en 1522 Pedro de Peñalosa, regidor y vecino de Gran Canaria, en nombre de los vecinos, informa haber enviado a comprar trigo con 6.000 doblas, con las cuales se habían comprado 6.000 fanegas de trigo y sólo se habían enviado hasta la fecha 3.000, por lo cual se apodera a dos personas para que cumplan lo estipulado. 'O4 A.H.P.L.P., Hemando de PadiZZa, núm. 742, fol. 77r. los J. M. RODR~GUYEAZ NES:O p. cit., p. 70. Núm. 40 (1994) 42 1 32 MAiiUEL LOBO CABRERA pras que en décadas anteriores hacía el concejo para proveer al pósito y aquellas otras realizadas por particulares y señores de ingenios, el grano ahora procede de los diezmos y de las tercias reales, puesto que Tenerife estaba tan necesitado aho-ra como Gran Canaria, sobre todo por la inmigración, pues en 1557 en su cabildo se hace alusión a la entrada en la Isla de más de 2.000 personas ' O 6 , como por causas físicas, tales como las sequías o las plagas que asolan las cosechas, y también por la excesiva ocupación de tierras por el viñedo. Este grano pro-cedente de los impuestos eclesiásticos es comprado directa-mente por el cabildo o por los fieles del pósito a los canóni-gos o al cabildo catedral, o importándolo, en años de respiro, por el propio consistorio con autorización de los eclesiásticos o por reclamación que se hace de las tercias reales, así en Gc-bre de 1562 e! cGnceje, j=sticia y regimiente reur?iri,os cabildo, apoderan al vecino de Tenerife Blas Rodríguez para que pida y suplique al regimiento de aquella isla haga merced de dar licencia para sacar pan para el pósito, de todo el trigo perteneciente a las tercias reales que les pertenecía por entrar las tercias en el almojarifazgo de Gran Canaria, según la eje-cutoria real que tenían para sacar el trigo 'O7. Cuando este grano no es suficiente para proveer a la po-blación se recurre a la compra directa, que es lo que hace el cabildo en 1563. En enero de dicho año el consistorio apode-ra al gobernador el licenciado don Diego de Águila y al licen-ciado Luis Melián de Betancor, personero general, para que en nombre de la república y para la provisión de la Isla, por la gran necesidad que en aquel momento había de pan, pudie-ran comprar en Tenerife todo el trigo que les pareciera y ha-cerlo embarcar, y a la vez pedir al cabildo tinerfeño les hicie-ra merced de darle licencia para poderlo sacar dada la extre-ma necesidad que se tenía 'O8. En 1567 sucedió algo similar, 'O6 J. M. RODR~GUEYZA NES: Op. cit., p. 70. 'O7 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. En 31 de octubre el con-cejo vuelve a dar poder a Aionso de Eerrera y a "aernardino de San han, regidores, con el mismo fin. lo8 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. Asimismo, los apoderan para que si fuera necesario pudieran pedir prestado cantidad de trigo, el 422 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 3 solicitando por la vía de urgencia 500 fanegas de grano para socorrer la necesidad de la tierra 'Og. Junto a esto los canónigos y demás prebendados, hacen traer el trigo de sus prebendas para venderlo al pósito o al con-cejo, aunque, a veces lo venden directamente y son aquellos los encargados de ir a buscarlo; en 1569 el arcediano don Juan Salvago, requiere los servicios de un portugués, maestre de navío, para que fuera a Tenerife a buscar, al puerto de Santa Cruz, todas las fanegas de trigo que en su navío cupieran y entregarlo en el puerto de las Isletas "O, y en 1582 Alonso de Origüela, fleta su navío a los señores deán y cabildo para ir a la isla de Tenerife, a Garachico, y allí cargar todo el pan que tuviesen los señores deán y cabildo, y si no hubiera suficiente debía ir al puerto de La Orotava, de manera que por todo te-nia que cargar 700 fanegas, con las cuales tendría que retornar al puerto de las Isletas, donde lo entregan'a, por precio de un real de flete por fanega ll1. Son, por tanto, los eclesiásticos los que en estas fechas suministran el grano tanto al pósito como a los particulares, tal como se comprueba en 157 1 en que doña Inés de Herrera y su yerno Francisco de Azuaje, compran al obispo de Canarias 60 fanegas de trigo y 6 de cebada para la fabricación y molienda de los azúcares del ingenio del barran-co de Guadalupe l12. En la década de los ochenta encontramos a distintos miembros del cabildo catedral vendiendo a la justi-que les pareciera, con obligación de pago en otro tanto trigo del primero que a la Isla viniese, del próximo que se esperaba. 'O9 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. El apoderado ahora es Bernardino de San Juan, quien asimismo tiene facultad para que si quisie-ra pudiera obligarse a devolver dicha cantidad del primer trigo que viniese de España. A.H.P.L.P., Lorenzo de Palenzuela. núm. 827. fol. 401r. Por cada fa-nega le pagana de flete medio real. 11' En el contrato se señala que si el maestre no pudiera cargar, por peste o enfermedad que hubiese en los tales puertos, y por ello volviese de vacío, que en tal caso con testimonio se le pagaría la mitad del flete: A.H.P.L.P., Alonso de San Juan, núm. 879, fol. 395r. u2 A.H.P.L.P., Rodulgo de Mesa, núm. 783, fol. 282r. El trigo lo com-pran a Diego de Vadillo, en nombre del obispo Azoloras, como administra-dor de sus frutos y rentas, a 17 reales la fanega. Núm. 40 (1994) 423 3 4 MANUEL LOBO CABRERA cia y regimiento el trigo procedente de sus prebendas en la isla de Tenerife, puesto en el puerto de las Isletas H3. Por similares procedimientos la Isla también se provee de cereal de La Palma, Lanzarote y Fuerteventura. El trigo de La Palma procede íntegramente de los impuestos eclesiásticos y de las tercias reales, mientras que el de Lanzarote y Fuerte-ventura, aunque también llega a Gran Canaria por aquella vía, suele también ser comprado por el concejo y fieles del pósito tanto a los vecinos de aquellas islas como a los propios seño-res. Este grano comienza a llegar con cierta regularidad a partir de 1575, fecha en que ya las autoridades grancanarias tienen que acudir a otros mercados para proveerse de pan. Desde entonces el trigo llega vía los miembros del cabildo ca-tedral, pero cuando las necesidades apremian el cabildo apo-dera a uno de sus regidores para que se encargue de realizar la compra in situ, así en 1580 el regimiento fletaba el navío de un portugués para que fuese el puerto de Arrecife, en Lanzarote, a recibir 1.000 fanegas de trigo l14. Paralelamente, el cabildo había enviado al regidor Cristóbal de Serpa, que era el encargado de comprar el grano, con dinero, para hacer las operaciones que estimara conveniente l15. En 1592, se traen de 113 En estos casos le piden al cabildo el precio del trigo más las costas que se hicieran por la traída del mismo, y como se lo venden adelantado reciben siempre dinero a cuenta, obligándose ellos a la vez, para dar segu-ridad a las ventas, a hipotecar parte de sus bienes. En 1580 vendieron el trigo correspondiente a sus prebendas don Pedro Salvago, arcediano de Fuerteventura, don Juan Salvago, su hermano, arcediano de Canaria, don Diego Ruiz de Salazar, relator de la Inquisición, don Pedro de León, maes-trescuela, en nombre del deán y cabildo, don Diego de Águila, canónigo, don Juan Borrero, racionero, don Luis de Morales, canónigo, don Alonso 1 . , . A - 1 c - - ~ . .n S: - : - I TT n~ v a i u c a , L a i i u i i l g u y a c c i c r a i i u uci 3allLu VI ICIU, C L I L ~ CU LLUJ . ii.n.r.~.i'., Alonso de Balboa, núm. 778, fols. rs. 114 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 778, fol. 795v. El maestre se obli-ga a traerlo y desembarcarlo con su gente y barca en tierra, por precio de un real por fanega. Para traerlo se realizaron varios fletamentos, y en uno de ellos el muestre, Un vecinc de Tenerife, c~nfesaba recibir de! regidur dvil h a n Pacheco, en nombre del regimiento, 4.200 reales de plata para entregar en Lanzarote al regidor Serpa: A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 778, fols. 800v., 802v., fol. r. 424 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~NTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 5 Lanzarote 3.000 fanegas de trigo, mediante embargo que don Luis de la Cueva había hecho en los bienes de don Agustín de Herrera, por una deuda de 28.600 reales l16. Algo similar sucede cuando quien provee de pan al pósito es la isla de Fuerteventura; en este caso el señor de la isla es quien se concierta con el regimiento y con el pósito para simunistrarle el trigo que le demandan, así en el año 1580, año de escasez y de hambruna en la isla, don Gonzalo de Saavedra reconoce tener contratadas y vendidas a la justicia y regimiento y al pósito 2.000 fanegas de trigo de la cosecha de ese año en Fuerteventura, a precio de 11 reales, más los cos-tos de quintos y acarretos hasta ponerlo en los puertos de la Peña Horadada y Puerto de Cabras, que sumarían 4,5 reales más por fanega '17; en 1592 se vuelve de nuevo a comprar tri-go ai señor de Fuerteventura en condiciones similares, con el agravante de que el grano estaba embargado por orden del capitán general don Luis de la Cueva, por lo cual don Gonza-lo lo vende con la condición de que sea la justicia quien ne-gocie el desembargo 'la. 116 A.H.P.L.P., Francisco Casares, núm. 925! fol. 684r. La deuda estaba ocasionada por 28.600 y tantos reales que don Gonzalo Argote de Molina, su yerno, había recibido para la provisión del trigo de los soldados del pre-sidio que el rey tenía en las islas. Se obligaba a poner el trigo en Las Pal-mas a precio cada fanega de 13 reales, libre de costos y derechos. A.H.P.L.P., AIonso de Balboa, núm. 778, fol. 852r. Don Gonzalo dio por fiador a Hernán Peraza, regidor y alguacil del Santo Oficio: Ídem: fol. r. '18 A.H.P.L.P., Francisco Suárez, núm. 803, fol. 297r. En esta ocasión se compraron 400 fanegas de trigo bueno a precio de 16 reales la fanega, obli-gándose el señor de Fuerteventura a entregarlo en el puerto del Roque, dando por ello como fiador a Hernando Lezcano, regidor: Ídem, fol. 374v. Núm. 40 (1994) 425 MANUEL LOBO CABRERA Año 1520 1523 1 S28 1529 1533 1537 1539 1542 1543 1 546 1552 1555 1 562 1563 1567 1569 1570 1571 1573 1575 1578 1579 1580 1582 1587 1590 1591 1592 1593 1577 1598 1599 CUADRO 1 IMPORTACIONES DE LAS ISLASIFANEGAS Tenerife 1 .o00 1 SO0 350 350 1.127 cereales '19 400 600 4.400 10.000 tercias trigo 500 trigo 60 trigo 2.000 600 700 trigo trigo Lanzarote Fuerteventura La Palma Islas 303 668 5 O trigo trigo trigo 220 500 1.672 2.000 trigo 40 500 130 trigo 3.200 400 trigo gaQ 120 cereal cereal 119 Sólo indicamos ia iiegada de granos, sin saber si es trigo o cebada, puesto que no hemos podido saber la cantidad importada. I2O Además de cantidad de trigo, también se importan otras cantida-des, entre ellas la que se pueda comprar con 5.500 reales. EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 7 Cuando el pan escaseaba en Gran Canaria y las islas como mercados locales no podían remediar la penuria ni las deman-das de la población, entonces se recurría a importarlo del exte-rior, en primer lugar de la Península y luego del extranjero. Para traer el pan de los puertos peninsulares, el cabildo conta-ba con el apoyo del monarca y de las autoridades .del reino, quienes expedían cédulas para facilitar las exportaciones de cereal con destino a Gran Canaria. En febrero de 1563 el licen-ciado don Diego del Águila, gobernador a la sazón de la Isla, reconocía que el rey le había dado licencia para poder sacar de los puertos de Jerez, Málaga y Mazarrón 500 fanegas de trigo, y por dicha razón apoderaba al mercader Antonio López, resi-dente en España para que las pudiera sacar y embarcar con destino a la Isla 121. Sin embargo, un año más tarde, en 1563 la necesidad debía apremiar a las autoridades para apoderar a Esteban de Soberanis y a Hernando de la Fuente Velluga, veci-no de Cádiz, para que en nombre de la Isla solicitaran al rey les hiciera merced de darle licencia para sacar y embarcar por los puertos de Sevilla, Cádiz y otros de Andalucía 30.000 fane-gas de trigo para abastecer a la Isla, por haberse cogido en ella muy poco pan, por la esterilidad tan grande que había habido en la cosecha del año 12'. En efecto, tal petición debió surtir efecto porque al año siguiente el vecino de Cádiz, Juan Jinete, maestre de navío, confesaba haber venido de la Península con trigo, y daba poder para cobrar los fletes 123. El año de 1567 debió ser otro de penuria para la población insular, pues no había manera de encontrarse trigo, al haber-se perdido la sementera por el mal tiempo y la sequía, por ello IZ1 A.H.PL P. P ~ d mde E S C I ~GnKij m. 768, fe!. ?2r. lz2 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. En el mismo día el ca-bildo daba nuevos poderes. Uno a Martín de Campos, vecino de Sevilla, para que compareciese ante el rey y solicitara la merced y la presentase ante la justicia de cualquier ciudad donde fuese necesario para sacar el pan y embarcarlo, y otro al vecino de Cádiz, Diego de Polanco y al doctor Fiesco. para que pudieran sacar de cualquier parte de Frpafia y pr cm!- quier puerto la cantidad de trigo que quisieran y enviarlo a la Isla por la merced y licencia que él regidor Alonso Venegas había conseguido para im-portar hasta cantidad de 6.000 fanegas. lZ3 A.H.P.L.P., Francisco Méndez, núm. 819, fol. 61v. Núm. 40 (1994) 38 MANUEL LOBO CABRERA de nuevo el cabildo reunido según costumbre apoderaba al li-cenciado Luis Melián de Betancor, residente en la corte, y a Antonio de Quintela, solicitador en la corte, para que pidie-ran al rey nueva merced para sacar por los puertos de Sevilla, Jerez, Sanlúcar y Puerto Real 30.000 fanegas de trigo para la provisión de la gente de la Isla 124. Años más tarde, en 1572, y con una nueva licencia se im-portaron de los puertos andaluces 800 fanegas de trigo para socorrer al vecindario lZ5. Estas importaciones junto con otras que se hacen desde Europa van a permitir a los vecinos alcanzar algún respiro en su nivel de vida, hasta el punto que entre esto y las buenas B cosechas del año siguiente se consigue mantener a la Isla abastecida, de tal manera que en 1573 se había enviado a un O vecim u cemprar trigc! para e! pSsitn, pem d haber riificiente n =m trigo en el mercado y a la espera de que llegasen nuevas pro- O visiones del exterior, se le permitió emplear el dinero recibido E 2 en otras mercaderías de mantenimientos y de cosas de lence- E ría 126. Pero de nuevo, en 1574, la escasez volvía a ser un es- = pectáculo rutinario en Gran Canaria, y de nuevo el trigo de - Castilla circula en el mercado '27, a la vez que barcos con di- o m E cho grano aportan a las Isletas, tal como lo reconoce la tripu- O lación de un barco, que dice haber venido de España con car-n ga de trigo y de otras mercaderías '28, y por otros testimo- E nios '29. Este año, el concejo se moviliza para proveer a la pla- a za de trigo, y así hace concierto con el vecino Agustín García n Lozano, por el cual éste se obligaba a ir a España para com- 3 O 124 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. 125 A.G.S., Registro General del Sello, 21 de octubre de 1572. '2b A.H.P.L.P., Kodrigo de Mesa, núm. 734, foi. Óór.; Luis áe Balhou, núm. 860, fols. 34r y 41r. 12' A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 785, fols. 552r., 585r., 587r. Así consta en los distintos reconocimientos de deuda que se otorgan ante es-cribano por los vecinos, pagando la fanega de trigo a precio de 16 reales. 128 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 785, fol. 81r. El maestre del mis-mo era h a n Jinete, vecino de Cádiz. 129 A.H.P.L.P., Luis de Balboa, núm. 860, fol. 138r. Así el escribano de una nao reconoce haber recibido de un vecino 425 reales por el flete de 300 fanegas de trigo que trajo de Sevilla. 428 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~~NTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 39 prar y enviar con destino al pósito hasta 8.000 fanegas de tri-go bueno de la cosecha del 74, para lo cual había recibido del concejo 4.000 doblas, llevando por su trabajo de ganancia un real y cuartillo por fanega, tal como estaba establecido en las ordenanzas del pósito 130. Esta ocasión, como aquellas otras en donde la escasez es no-toria, es aprovechada por los mercaderes, tanto italianos como flamencos y franceses, para hacer sus mejores negocios, pues sabemos que en dicho año un mercader italiano, residente en la Isla, había vendido a menudo más de 1.500 fanegas a distintas personas, entre ellas al propio gobernador y a la Audiencia 131. El año de 1576 es el último del siglo en que Gran Canaria importa trigo de la Península, en parte porque a partir de di-cha fecha y ya desde antes, la escasez se extiende por igual por aquei territorio, de tai modo que Andalucía hasta más o menos estas fechas, exportadora de grano, no puede cubrir su consumo más que importando grano extranjero e incluso de las islas, en momentos en que hay buenas cosechas 132, por lo cual ya no puede acudir a las peticiones de socorro a aquella zona. En dicho año, el concejo se concierta con los genoveses Cosme Cibo de Riberol y Jacome Promontorio para que traje-ran para el proveimiento de la población hasta 10.000 fane-gas de trigo; el año debió ser tan malo que ni el cabildo ni el pósito tenían el suficiente numerario para entregar a los mer-caderes, por lo cual algunos vecinos se ofrecen para prestar el dinero con aquel objetivo 133. Agotada la vía de recurrir a la Península, cuando el trigo A.H.P.L.P., Tomás Marín, núm. 2.579, fol. 38r. Lozano se obliga a enviar la carga en un plazo de 20 días despiiér de que hubiera &teni& !E licencia del rey, para poder sacarlo. Para tal efecto da fianzas, constituyén-dose por sus fiadores los vecinos de Telde, Juan de Zorita y Alonso de Zorita: fdem, fol. 39r. 131 A.H.P.L.P., Lorenzo de Palenzuela, núm. 832, fol. 1.069r. El merca-der es Bernardo Coquilla y da poder para cobrar sus deudas, al también italiano Nicolao de Fránquez. 132 M. LOBO CABRERA: El comercio canario europeo bajo Felipe 11, Funchal, 1988, pp. 127-128. 133 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 755, fols. 605v., 608v., 609v., 610v. y 613r. Núm. 40 (1994) 429 40 MANUEL LOBO CABRERA recogido en las islas comarcanas no es suficiente el cabildo recurre al exterior, primero a las zonas más cercanas como las islas atlánticas y Portugal, y luego al norte de Europa, a don-de desde la segunda mitad del siglo se acude con cierta conti-nuidad, de manera que a partir de dichas fechas concurren en el mercado junto con el trigo de la tierra, el de las islas, el de Castilla y el trigo nórdico, que cada vez va cobrando mayor importancia en el comercio internacional de cereales, y que es el único que en estos momentos de crisis, cuando un granero se cierra, éste se abre para suministrar el trigo que falta. Las importaciones de trigo de Madeira y del Portugal con-tinental son más bien testimoniales, puesto que el territorio B lusitano peninsular siempre había sido un mercado receptor N E del grano canario desde comienzos del siglo m, e incluso en O 12 ceglmda mitad de1 siglo e1 reino portugués padeció conti- --: m nuas crisis frumentarias, convirtiéndose casi en una constante O E de su economía, por lo cual la escasez de pan le llevó a im- E 2 portarlo desde sus propias islas y cuando estas fuentes son -E insuficientes para satisfacer las necesidades del país lo impor- 3 ta desde los países nórdicos y mediterráneos 134. Las islas por- -- tuguesas, sobre todo Azores, donde se había impuesto la cul- 0 m E tura del pan, habían provisto, en épocas anteriores, de cereal O a Gran Canaria, pero Madeira había basado su abastecimien- 5 to en el cereal que compraba en Azores y en Canarias. Sin n -E embargo, en algunos años en que la escasez era tan grande y a 2 el pan poco se acude a estos graneros excepcionales, en don- -: de posiblemente el pan que se compra no sea de la tierra sino n a la vez importado de otras zonas. La primera fecha en don- 3 O de nos consta que desde Gran Canaria se trae trigo de Madeira es en 1572; en efecto en dicho año por la extrema necesidad de pan que la Isla tiene, el concejo acuerda enviar dií ai regi-dor Hernán Peraza a comprar alguna cantidad de trigo, con el agravante de que ni el cabildo ni el pósito tienen dinero para ello, por lo cual piden prestado a los vecinos 9.197 rea-les, que se comprometen a pagar en cuanto viniese el cereal o 134 V. MAGALHAEGS ODINHOO: S descob~imentose a economía mundial, Lisboa, 1982, vol. 11, pp. 217-244. EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 41 antes si antes se vendiese el trigo 135. Con dicho dinero Peraza se fue a la isla de la Madeira en enero de 1572, en la barca de Salvador Hernández, a comprar el pan, yendo el capital a riesgo del concejo 136E. l maestre se obligaba a llevarlo al puer-to principal de la isla portuguesa, donde le daría diez días de demora para cargar hasta 1.000 fanegas de trigo que era el porte de su barca 137. Del Portugal continental también se importó trigo en oca-siones excepcionales, todas en el último tercio del siglo, y en cantidades no muy importantes, salvo 6.000 fanegas que en 1583 se habían mandado buscar con Álvaro Rodríguez, a quien en 1585 se le pagan 1.380 reales de derechos, del trigo que había enviado a Gran Canaria 138l,o que indica que ante una mala coyuntura se acude a todos los graneros posibles para contar con el cereai suficiente. La primera importación, que conocemos, se realiza en 1573, año en que también se im-porta grano de España, de Tenerife y de La Palma. En la cita-da fecha llegan al puerto de las Isletas, procedente de Avero, 300 fanegas de trigo; al parecer se traía más cantidad, pero al aportar la nave a Lanzarote la justicia de aquella isla hizo sacar de la misma 500 fanegas para proveer a la población que también estaba necesitada 139. Dos importaciones más se realizaron en 1578 y en 1583. En la primera fecha el encargado de traer el trigo es un alemán, natural de Silesia, que posiblemente estuviera vinculado con la Isla por este trato, ya que en su testamento da distintas '35 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 776, fol. 249r. Entre los vecinos que entregan dinero para la compra del pan se encuentran el deán don Juan de Villalta, el chantre don Luis Corral, el regidor Hernán Peraza, el mayor-domo del concejo Miguel Arencibia y algunos mercaderes y artesanos jun-to con otros vecinos. 136 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm, 776, fol. 250r. 13' A.H.P.L.P., Antonio Lorenzo, núm. 812, fol. 12r. Por el flete de ida y vuelta cobraría 90 doblas de oro. 138 A.H.P.L.P., Bemardino Rosales, núm. 888, fol. 599v.; núm. 889, fol. 149r. En 1583, el teniente de gobernador reunido en su casa con varios regidores, dan poder a un vecino de Lisboa y a otro de la Isla, para recla-mar las 6.000 fanegas de trigo que Rodríguez era obligado a traer de Por-tugal para proveimiento de la Isla. 139 A.H.P.L.P., Pedro de Cabrejas, núm. 856, fol. 43r. Núm. 40 (1994) 43 1 42 MANUEL LOBO CABRERA noticias relativas al mismo. Llegó a Las Palmas en el navío de un portugués, en el cual había cargado 70 moyos de trigo 140. CUADRO11 IMPORTACIONES DE PENÍNSULA IBÉRICA E ISLASIFANEGAS Año Castilla Portugal Islas trigo (Azores) 30.500 trigo 30.000 8.100 trigo 300 8.575 600 10.000 70 moyos 254 6.798 * D 1 .O00 (Madeira) E Sin embargo, en la segunda mitad del XVI quien en verdad provee del cereal necesario a la Isla son los países del norte de Europa. Este trigo llega vía Francia y Flandes, pero posiblemen-te será cereal nórdico, redistribuido por las plazas flamencas. Tanto en las escrituras de reconocimiento de deuda como de venta se cita reiteradamente el trigo de Flandes; el mismo es traído por los mercaderes flamencos, quienes ven en este trato un modo más de hacer negocio, pero también es enviado a buscar por las autoridades isleñas para paliar las necesidades. Las primeras importaciones datan de la década de los sesenta. En 1567, los hermanos flamencos Cornieles y Gregorio Manacre, agentes de una compañía familiar radicada en Amberes, y asentados en la Isla por su interés en comerciar con los azúcares isleños, se conciertan con el cabildo para comprar 140 A.H.P.L.P., Luis de Balboa, núm. 863, fol. 474r. En el testamento aclara que e1 trigo que se cargó a bordo era por su propia cuenta y no de otro. 432 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 4 3 en Flandes, Holanda y Osterlan, para su provisión y para el pósito 6.000 fanegas de trigo, y traerlas a bordo de la urca que les pareciera, para entregarlo en Gran Canaria por la medida de ella, de acuerdo a lo previsto en las ordenanzas del pósito. El contrato otorgado para tal fin contempla cierto número de condiciones, entre las cuales son de señalar las siguientes: los mercaderes se obligan a defender la carga durante el trayecto diciendo que venía para la provisión de la población y si así y todo se la robaban la pagarían al regimiento; éste después de descargado el grano y entregado le debía pagar en un plazo no superior a dos meses a precio de 16,5 reales la fanega, habien-do descargado con los bateles que estuviesen en el puerto; el concejo debía poner persona en el puerto de las Isletas para recibir el cereal, y una vez recibido encerrarlo en un granel, el cual debioa tener dos ilaves, una para los mercaderes y otra para el cabildo, para una vez vendido el grano pagar con ello a los mercaderes; otra condición a señalar es que este trigo traído para el pósito debía ser el primero en venderse y hasta que no se acabara no se podía vender otro 141. En este mismo año llegan otras partidas de trigo por cuen-ta de distintos mercaderes, que lo fueron vendiendo al menu-deo entre los señores de ingenio y los vecinos 142. Por las ven-tas realizadas y por los reconocimientos de deudas que hacen estimamos que estos mercaderes importaron unas 2.500 fane-gas de trigo, que llegaron al puerto de las Isletas, a bordo de la nao «El León Rojo», y procedía del condado de Gelandia 143. 14' A.H.P.L.P., Alonso de BaZboa, núm. 755, fol. 753r. Los otorgantes se obligan a cumplir la escritura en los plazos contenidos so pena de 1.000 ducados para el pósito. 14* A.H.P.L.P., Lovenzo Paíenzuefa, núm. 826, fols. 926r y 948r. Los importadores eran un mercader flamenco y otro francés, y entre sus com-pradores se encontraban los señores Francisco Palomar Y -~uanA ntonio de Sobranis, quienes había comprado unas 90 fanegas cada uno, que paganan ,con el azúcar obtenido de la molienda que harían en sus ingenios de Agaete 'y Guía respectivamente. '43 A.H.P.L.P., Lorenzo Palenzuela, núm. 826, fol. r.; Fmncisco Méndez, núm. 822, fol. 58r. Sobre la liquidación de estas cuentas entre los mercade-res hubo pleito, por lo que tuvo que intervenir la justicia nombrando jue-ces árbitros para este negocio mercantil. Núm. 40 (1994) 433 44 MAhíUEL LOBO CABRERA En 1.57 1, de nuevo el concejo decide importar de Flandes, requiriendo para ello los servicios de Cornieles de Manacre, según consta por el poder que el capitán Pedro Cerón, en nombre del cabildo, da al regidor García Osorio, para otorgar las escrituras que fuesen necesarias con el flamenco, según el concierto realizado por la ciudad, para traer de Flandes o Francia, donde lo hallase, hasta 5.000 fanegas de trigo, a pre-cio de 17,5 reales, y ponerlas en el puerto de las Isletas 144. Seguidamente y por los mismos días de julio de aquel año Manacre apoderaba a varias personas entre ellas a sus herma-nos, al flamenco Adrián de Fiebres y al catalán Antonio Joven para que dieran cumplimiento a la escritura que él había otor- B gado para traer el trigo para el pósito 145. Para realizar dicha E operación Manacre recibió de la ciudad 1.400 doblas. o Este tipo de ~snt r i t í i c iorq?u~e~ r ealiza el concejo en nom- n - m bre del pósito, están acorde con las ordenanzas del mismo, en O donde se contempla que para comprar o enviar a comprar el SE trigo necesario para el establecimiento se debía nombrar per- E sona a la cual se le señalara salario por su trabajo en la com- 3 pra, asegurando los dineros que enviasen para tal efecto 146. - Sin embargo, los mercaderes enviados para tal fin, además de 0 m E recibir una comisión por su encomienda, obtenían también un U beneficio con este trato, tal como se observa en algunas escri-turas, en donde el comerciante se asocia con otro, en régimen n E de compañía, heredando uno de la misma dos tercias partes a de la ganancia y otro un tercio 14'. n Estas provisiones, tan necesarias, llegadas de Flandes se n interrumpen en los años siguientes, en parte por la piraten'a O 3 '44 A.H.P.L.P., Antonio Lorenzo, núm. 81 1 , fol. 320r. '" A.H.P.L.P., Francisco iviénáez, riúiii. 522, fol. 1 2 : ~ . Eli dicho poder se especificaba que el grano debía estar cargado y despachado por todo el mes de noviembre, por lo cual solicitaba que pidieran cumplimiento y tes-timonio a las justicias de la parte donde se cargaba el mismo. 146 P. CULLÉN DEL CASTILLO: Op. cit., doc. LXXXVII, pág. 155-156. 14' A.H.P.L.P., RodYigo de Mesa, núm. 783, fol. 399r. Así consta de la sociedad formada por Corriieks de Manacre cm e! es cribar?^ Frmciccn Méndez, que había sido su fiador ante el cabildo. Por Méndez había ido a Flandes a la compra del trigo su hermano Antonio Joven, que luego se asen-taría en Francia, en el señorío de Bretaña. 434 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 4 5 existente en el Atlántico que interceptaba la navegación tanto en el canal de la Mancha como en otras partes, y sobre todo a causa de la insurrección de Holanda y Zelanda que obliga a interrumpir el tráfico entre Canarias y Flandes, por ello hasta 1583 no volvemos a tener noticias de la arribada de trigo a Gran Canaria procedente de aquella región. Ahora bien, no sabemos si este cereal procede directamente de allí o si por el contrario llega a la Isla, a través de navíos de otra bandera distinta a la flamenca, ya que no nos consta que el cabildo contrate los servicios de mercaderes de aquella nacionalidad, ni tampoco tenemos noticias de la llegada a puerto de ningún barco que venga directamente de Flandes, pues ni siquiera en los expedientes de visitas de navíos del tribunal de la Inquisi-ción registramos ninguna entrada 148. Sin embargo, en los años de i583 y i584 se comprueba que en ei mercado circula trigo de Flandes, según se constata por las escrituras de reconoci-miento de deuda que otorgan los vecinos entre los meses de noviembre y diciembre de 1583 y entre enero y marzo de 1584. Por los pagos se deduce que el importador había sido el mercader flamenco, asentado en Las Palmas, donde adquiere prestigio y solvencia en poco tiempo, Daniel Vandama, aun-que también figura como receptor de los pagos por el grano el regidor y depositario general Alonso Venegas 149. En estas mismas fechas también se realizan pagos en don-de se hace mención a trigo extranjero o trigo de fuera de las islas, que posiblemente sea de origen flamenco, al estar impli-cado en su venta el propio mercader Vandama lS0. Otro granero importante para Gran Canaria, cuando se cerraban los habituales, era Francia. Las importaciones desde los puertos del litoral atlántico francés comienzan en 1580, y dichas relaciones entre ambos puntos a través del cereal no 148 Vid. M. LOBO CABRERAE: l comercio. .., p. 95. 149 A.H.P.L.P., Bemardino Rosales, núm. 888, fols. 804r., 805r., 809r., 810r., 812r., 813r., 814r. y 817r.; Luis de Loveto, núm. 870, fols. rs. En escri-tura otorgada en 16 de enero de 1584 se aduce al trigo desembarcado del navío de los mercaderes. lS0 A.H.P.L.P., Alonso Femández Saavedra, núm. 796, fols. 489r., 491r. y 492r.; Luis de Loreto, núm. 870, fols. 944r. y 948r. 46 MANUEL LOBO CABRERA deben extrañar, puesto que existía la misma conexión entre la Península Ibérica y el país galo, según ha demostrado La-peyre l5I. El trigo francés circula por el mercado isleño igual que cualquier otro, a diferencia de que su precio está subido por encima de la tasa, al poderse vender libremente. Sus impor-tadores son los mismos comerciantes, agentes de sociedades radicadas en Ruán, Le Havre y Sant Malo, aunque también hallamos flamencos, entre ellos el ya citado Daniel Vandama, que en 1581 había vendido a menudo distintas cantidades de grano, tanto en la ciudad, como en Telde y otras partes de la Isla lS2. A veces, el propio cereal es objeto de intercambio, así un señor de ingenio entregaba 210 arrobas de azúcar a un mercader como pago a 368 fanegas de trigo, apreciadas a 23 reales cada 1 ~ x 1 , qie había comprado para iniciar la molien-da de su ingenio y para mantener a la gente y oficiales del mismo, por estar la tierra tan necesitada 153. No sabemos las cantidades exactas que se importaron en el período, pero sí tenemos constancia de que los navíos pro-cedentes de Francia y arribados al puerto de las Isletas traían a bordo junto con otros artículos alimenticios y mercaderías, trigo, seis de los cuales llegaron a Gran Canaria entre octubre y diciembre de 1593 154. Por último, debemos señalar que Inglaterra fue también para la Isla un granero ocasional. Por dos veces se recibió tri-go de aquel origen: a comienzos y a finales de la centuria. En ambos casos son ingleses, un maestre de nao y un mercader, los encargados de tal operación. En 1512, trajo pan para el proveimiento de la población Guillermo Flanigan lS5, y en e1 último cuarto del siglo es el encargado Cristóbal Laque, veci-lS1 H. LAPEYREU: ne famille de marchandis: les Ruiz. Contribution a létude du cornrnerce entre la France et 1'Espagne ou temps de Philippe 11, Paris, 1955. lS2 A.H.P.L.P., Rodriga de Cubas, núm. 2.585, fols. rs.; Bemardino Ro-sales, núm. 866, fols. SSv., 72r. y 79v. lS3 A.E.?.L.P., Alonsv Femdndez Saüiedm, 746, f d !!Jr. lS4 A.M.C., Inquisición, leg. CV-7, CLIV-62 y Papeles sueltos. Entre los barcos tenemos a «La Juaneta,,, «La Granden, «La Lebrera)) y «La Margarita». 'j5 E. AZNARV ALLEJOL: a integración ..., doc. 924, p. 185. 436 ANUARiO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 47 no de Londres. Éste se compromete a traer un cargamento de Inglaterra, mediante contrato que realiza con el cabildo y el fiel del pósito. La escritura se realiza en 1585, fecha en que el inglés se obliga a ir a buscar para el pósito 2.000 fanegas de trigo, a precio de 19 reales cada una, que se le debían pagar en un plazo de 15 días después de descargado en la Isla, libre de derechos de almojarifazgo 156. IMPORTACIONES DEL NORTE DE EUROPNFANEGAS Año Flandes Francia Inglaterra trigo trigo 6.000 5.000 trigo trigo trigo trigo 368 2.000 trigo 15' trigo trigo Sobre las cantidades totales de trigo que entraron en Gran Canaria a lo largo del siglo, no podems dar cifras exactas, aunque sí conocemos las fechas concretas en que fueron en-trando en circulación los diferentes cargamentos y partidas. n- T---._ir - A-.- -.--- - L..-- -'-- -..-L---i -- 2 - 1- 2 - 2- YG IGI~GI-ILG LGI~GIIPUS C;vIlsLaIiC;ia u u m e I i C ; a ut: ia C r i L r a u a ut: 18.610 fanegas, cifra a todas luces ridícula puesto que cada año llegaban a los puertos de la Isla cantidades superiores, no sólo las contratadas por los vecinos, los señores de ingenio y el cabildo, sino también las que se traían como fruto de los diezma y de !as tercius reales. Ei, e! cuso de Lunzurete y lS6 A.H.P.L.P., Bernardino Rosales, núm. 889, fol. 116r. Salió por su fia-dor Baltasar de Armas. lS7 Este año llegaron 6 navíos de este destino cargados de trigo. Núm. 40 (1994) 437 48 MANCEL LOBO CABRERA Fuerteventura nos sucede algo similar, puesto que en la segun-da mitad del siglo actúan dichas islas como verdaderos grane-ros para proveer a Gran Canaria, ya que el cabildo mandó con frecuencia a algunos regidores para que se encargaran de la compra del pan, a la vez que los canónigos y el deán y cabil-do vendían a la ciudad el cereal producto de sus prebendas que tenía aquel origen, sin embargo, las cifras contables que aparecen en los protocolos son mínimas: 8.300 fanegas de Lanzarote y 2.400 de Fuerteventura. Las cantidades que tenemos sobre la importación desde los graneros andaluces, quizá pudiera estar más cercana a la rea-lidad, al contemplarse cifras concretas en las peticiones y rea-les cédulas emitidas al efecto, así tenemos contabilizadas la llegada de más de 80.000 fanegas de trigo. Francia y Fhdec debieron ser henos proveedores, aci a? menos se desprende de la continua concurrencia de cereal de aquel origen en el mercado insular como por la llegada de navíos que dicen venir cargados de trigo, pero no porque ten-gamos cifras al respecto, salvo en el caso de las contratacio-nes realizadas por el cabildo con distintos mercaderes para traer cargamentos puntuales en años de déficit. En Europa lo mismo que en la Península Ibérica el precio del trigo varió sin cesar, a merced de los stocks, de los trans-portes, de las inclemencias que presagiaban y determinaban las cosechas, de las propias cosechas y del momento del año 158, por tanto su precio, entre el de todos los productos, era el que más fluctuaba, y de hecho en España se hicieron esfuerzos para controlar los precios, en especial el del trigo, ante su constante incremento 'j9. Analizando las distintas gráficas publicadas al efecto se comprueba como el precio del trigo describe una línea fluc- 158 F. BRAUDELO:p . cit., p. 101. Is9 E. J. HAMILTON: El tesoro americano y la revolución de los precios en España, 1501-1650, Barcelona, 1975, pp. 258 y SS. 438 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 49 tuante siempre en alza, con grandes inflexiones y con aumen-tos considerables que en algún caso llegaban al 60 por 100 en relación a un período precedente 160. En Canarias el ritmo es desigual, y donde más se notan los desequilibrios es en Gran Canaria, así en el primer cuarto del siglo m los valores del trigo en esta Isla eran un 25 por 100 más elevados que en Tenerife 16'. En la segunda mitad de la centuria los precios fluctúan bastante en función de los acon-tecimientos aunque también es cierto que la mayor parte de los datos están tomados de los protocolos que representan el valor presente en las transacciones, y no de los acuerdos del cabildo donde seguramente se señalaría el valor acordado para la venta. Por otra parte, al coincidir en el mercado trigo de distintas procedencias, originado por la escasez, existe libertad de precio, tai como se estabiece en ia ceduia de i578 que se permite que se venda el pan de Castilla libremente, sin guar-dar la pragmática de la tasa, ya que si «faltase libertad de ven-derse libremente el dicho pan por el mismo caso les faltaría el mantenimiento» 162p, or lo cual se prorroga la licencia por diez años más. Imaginemos que igual medida se tomó con todo aquel grano que procediera del exterior y en especial del norte de Europa, que es el que más oscilaciones observa en los precios. Por tanto estas condiciones hacen que existan grandes diferencias en los precios entre el trigo de la tierra, al cual se aplica la tasa, y el trigo del exterior, tanto el de las islas comarcanas como el de Castilla, Francia y Flandes. La tasa puesta en vigor, de nuevo en 1539, por el rey Carlos, co-locaba el precio legal del trigo en 7 reales, y al parecer así estuvo vigente durante cerca de 20 años, según se desprende de algunas contabilidades peninsi-llares 163; pnstefinrmente estableció un nuevo precio en 1558 en que la tasa se elevó hasta 9 reales, pero quedando exento de tal valor el grano que procediera de fuera del reino, y así estuvo vigente hasta 1571, 160 B. BENNASSARVa: lladolid en el Siglo de Oro. Una ciudad de Castilla y su entorno agrario en el siglo XVZ, Valladolid, 1983, pp. 260-263. E. AZNARV ALLEJOL: a integvación. .., pp. 256-257. 162 A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fol. 127r. 163 E. J. HAMILTONO:p . cit., p. 261. Núm. 40 (1994) 439 50 MANUEL LOBO CABRERA en que se eleva a 11 reales, precio al que se vendía el trigo de la tierra en Gran Canaria, tal como se constata en algunas escrituras otorgadas en 1573 164, hasta que en 1582 fue eleva-do de nuevo por una pragmática datada en Lisboa, a 14 rea-les '65, y así comenzó a aplicarse en Canarias en 1583, quedan-do vigente hasta fin de siglo. Por debajo de este precio sólo se comercializó alguna partida procedente de la cilla como su-cedió en 1579, en que la fanega de este grano alcanzó un pre-cio de 8 reales, o el del pósito que fue vendido en 1585 a 10 reales. En lo que respecta al grano importado éste sufrió graves variaciones en sus precios, que oscilaban en función de una buena cosecha, de la llegada de abundante trigo, de la esca-sez y de la época en que era puesto en venta. El trigo de las islas se elevó por encima de la tasa en algunas ocasiones has-ta un 54 por 100 como sucede en 1571 con el trigo de Tene-rife, y el 8 1 por 100 en el caso del de Lanzarote. En 1582, año de escasez y de sequía, este mismo trigo sufrió un alza del 63 por 100 en relación al precio de la tasa, y en 1593 alcanza el 50 por 100 para descender en 1598 por debajo del precio máximo en dos reales. El trigo de Castilla, al venderse también libremente para fomentar las importaciones, llega a alcanzar un valor del 100 por 100 por encima de la tasa en algunas ocasiones, como sucedió en 1575. Algo similar sucedía con los trigos extranje-ros. Los de Flandes y Francia siguen oscilaciones similares, así mientras el grano francés llega a conseguir un precio en el mercado de hasta 18 reales, con el 63 por 100 subido sobre el precio de la tasa, el de Flandes alcanza un valor máximo de 24 reales en los años de 1583 y 1584, lo que significa un 71,4 por 100 más sobre su vaior. Mientras los índices comentados se dan en aquellos perío-dos en donde la escasez se acompaña del alza de los precios, en los momentos de tranquilidad y de abundancia de cereal 164 A.E.?.L.?., &&gs de Aíresu, núm. 784, fe!. 021~E. r, !a ',enta de t e - go que hace el obispo al regimiento se señala que el mismo es vendido conforme a la pragmática real que es de 11 reales por fanega. 165 E. J. HAMILTONO: p. cit., p. 266. 440 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLJ~NTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 5 1 los valores se equilibran, tal como sucedió en el último quin-quenio del siglo. En la tabla siguiente, donde se aprecian los precios míni-mos y máximos del trigo en el primer tercio y en el último del siglo, se puede observar la evolución que siguen los mis-mos a lo largo de la centuria, teniendo siempre en cuenta las limitaciones que tienen los mismos, en función de las fuentes utilizadas, para dar una idea de la propia coyuntura, donde los precios se duplican entre 1512 y 1537, fenómeno que lue-go se repite entre la década de los sesenta y de los ochenta, para volver en el último quinquenio a los valores de 1568. Su-gieren, no obstante, mucha carestía y algunas hambres, a la vez que beneficios para los importadores y los especuladores tanto insulares como extranjeros. PRECIOS DEL TRIGOIFANEGASIREALES Fecha Precio mínimo Precio máximo Núm. 40 (1994) MANUEL LOBO CABRERA CUADRO N (Cont.) PRECIOS DEL TRIGO/FANEGAS/REALES Fecha Precio mínimo Precio máximo - Fuente: Protocolos notariales
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Título y subtítulo | El trigo y el abastecimiento de Gran Canaria en el quinientos |
Autor principal | Lobo Cabrera, Manuel |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 40 |
Sección | Historia económica |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1994 |
Páginas | p. 391-442 |
Materias | Historia ; Siglo 16 ; Gran Canaria |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 3092973 Bytes |
Texto | H I S T O R I A ECONÓMICA EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS P O R MANUEL LOBO CABRERA Los cereales han ocupado un lugar importante en la historia del occidente europeo, pues de ellos dependía el abastecimiento de las poblaciones y a la vez constituían la riqueza de los pue-blos, pues los mismos eran fundamentales para el nivel de vida de la gente. A su cultivo se dedicaba una parte importante de la población y toda se alimentaba con ellos, de tal modo que una mala cosecha traía consigo la carestía y a continuación el ham-bre, por ello se ha afirmado que el trigo, la harina y el pan lle-naron la historia de Europa y era la mayor preocupación de los estados, de los comerciantes y de los hombres en general, para los cuales vivir era sinónimo de tener pan l. En Canarias la necesidad y el abastecimiento de su población marcará la historia de las islas, tal como acontenció en los archi-piélagos atlánticos de Madeira y Azores 2, creando un problema de preocupacion para íos gobernantes, y así ha sido puesto de manifiesto por algunos historiadores 3. Sin embargo, no en F, BRAUDEL: Civilización materiai economía y capitaiismo, siglos XV-XVZZI, t. 1, Madrid, 1984, p. 1 12. J. SERRAO(:( Sobre o "trigo das Ilhas" nos séculos XV e XVID,e n Te-mas Históricos ~adeirenses, Funchai, 1992, pp. 5 1-66. E. AZNAR VALLEJOL:a integración de las zsias Canarias en la Covona de Castilla (1478-1526). Aspectos administrativos, sociales y económicos, Sevi-lla- La Laguna, 1983, pp. 251 y SS.; A. MAC~AHSE RNANDE«ZL: a producción Núm. 40 (1994) 391 2 IMANUEL LOBO CABRERA todas las islas la situación creada por la abundancia o la ne-cesidad de trigo fue igual, pues en parte sus producciones dependieron de la orientación económica que dieron las auto-ridades, para las cuales la política cerealera era una de sus máximas preocupaciones. Gran Canaria fue una de las islas que más problemas tuvo con su abastecimiento a lo largo del siglo m, a pesar de que no conocemos a fondo su producción, pues carecemos de tazmías similares a las realizadas en Tenerife en el mismo siglo 4. Si esta información y otra simi-lar nos falta, por haber perecido bajo el fuego el archivo del antiguo cabildo de la Isla en dos ocasiones, algo similar suce-dió con la información decimal del Archivo catedralicio de Las B Palmas de Gran Canaria que sólo se conserva a partir de 1595, N E hemos de remitirnos a los protocolos notariales, en donde a O través de las distintas escrituras se nos van suministrando n-- m datos relativos a la escasez y a la necesidad que pasa la Isla a O E lo largo del Quinientos. Del mismo modo y de manera in- SE directa nos ha sido de utilidad la documentación conservada - E en el Archivo del Museo Canario, sección de Inquisición, en 3 el Archivo Municipal de La Laguna y la del Archivo General - de Simancas, con lo cual hemos podido seguir más de cerca - 0 m E como fueron resolviendo las autoridades insulares el abasto de O la Isla. 5 n -E a cerealista en Canarias: el ejemplo del trigo (1610-1820), en Congreso de His- 3 O toria Rural. Siglos XV-XIX, Madrid, 1983, pp. 747-768, y «Fuentes para el estudio de la producción agraria en las Islas Canarias: el diezmo en la dió- --A- ----4--.-- l l A Q n 1 Q 9 0 \ A \ r r i r o ~ n nc E c r r i n r n c A r r Á k l r r r n c 27 hñ~aGA- c-cala cai iai i~i i~\ ~c- r u v - i u ~ / ,n,i x v r i i \ ~ vU L Y ~UIYI VU I I I L ~ I X Las Palmas, 1986, pp. 269-354. F. MORENOF UENTES~: Tazmíad e la isla de Tenenfe en 1552», ANUA-RIO DE ESTUDIOSA TLANTICO2S5, , Madrid-Las Palmas, 1977, pp. 411-486. Además de ésta se confeccionaron otras, conocidas, en 1559, 1561 y 1592: ARCHIVO MUNICIPADLE LA LAGUNAle,g . E-XIII, doc. 5; leg. P-XIV, doc. 33. J. 1\Tfif?E DE LA PENA:C Q??~~&?>Q] Q ? ? ? ~@P ~ B ~ _dPe !QS ~ ! B Cde h G ~ Q&M-naria, Santa Cruz de Tenerife, 1847, p. 483; L. DE LA ROSA OLIVERA: Tazmía de Tenerife en 1531, Instituto de Estudios Canarios. 50 Aniversario (1932- 1982), La Laguna, 1982, pp. 579-584. 392 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 Concluida la conquista de Gran Canaria los repartimientos de tierras hicieron posible la obtención de los primeros ar-tículos necesarios abastecer a la población, a la vez que las plantaciones de cañas de azúcar y la explotación de los ingenios constituyeron la primera fuente de riqueza. Esta orientación económica que dieron los primeros gobernadores de Gran Canaria, y en especial Pedro de Vera, permitió gozar de una relativa prosperidad a sus habitantes, basada en ar-tículos especiales, pero esto mismo hizo que el abastecimien-to de pan y de otros artículos indispensables resultara proble-mático. Esta situación es la que explica que la Isla padeciera desde los primeros momentos escasez de cereales panifirables, y que los reyes y los gobernadores se preocuparan con el ob-jetivo de resolver tal problema, al convertirse la penuria en un hecho constante 5. Sin embargo, es cierto que muchas tierras situadas en las medianías fueron convirtiéndose en tierras de sembradura de secano 6 , donde los pobladores introdujeron técnicas agrícolas tradicionales, que trajeron de sus lugares de origen; sin embargo, no fueron las suficientes para abastecer a una población en continuo crecimiento, máxime si se tiene en cuenta que el trigo tiene el inconveniente de sus bajos ren-dimientos, más en aquella época; ello explica el por qué des-de los primeros momentos los vendedores de trigo no sean la-bradores sino hacedores de diezmo y del almojarifazgo, arrendadores de las tercias reales, beneficiarios de rentas ecle-siásticas y mercaderes italianos que hacían provisión de gra-nos con fines eminentemente comerciales 7. Por tanto, convi-ven en ia Isla dos cuituras paraieias, separadas una de otra: la de los cereales en manos de los agricultores y pobladores hispanos y portugueses preferentemente, con una menor ex- ' P. CULLÉN DEL CASTILLOL: ibro Rojo de Gran Canaria, transcripción y estudio de ..., Las Palmas, 1947, p. XXXVII. G. CAMACHOP ÉREZ-GALD~S«C: ultivos de cereales, viña y huerta en Gran Canana (15 10-15 37)», ANUARIOD E ESTUDIOAST LÁNTICOS, 12, Madrid- Las Palmas, 1966, p. 224. Ídem, p. 241. Núm. 40 (1994) 393 4 MANUEL LOBOCABRERA tensión de tierras y de peor calidad, y la del azúcar dirigida y controlada por los extranjeros, a la cual se dedican las más y mejores tierras, en especial de regadío Las alusiones que se hacen a las necesidades de la Isla, aluden a su esterilidad, por lo cual los monarcas, informados por personeros, regidores y otras autoridades, toman medidas con el intento de remediar la carencia casi absoluta de cerea-les. Ya desde fines del siglo m, con la Isla ya estabilizada, se tiene noticia de la provisión de cereales que llegan del exte-rior, pues en 1490 se acusa a Fernán Peraza de haber impedi-do violentamente llevar pan desde Fuerteventura a Gran Ca-naria 9. B Los reyes, en 1498, a petición del concejo y regimiento, N E prohíben que se saque trigo, cebada o centeno de la Isla, ya o cpe !es aecinns e miradores della recibirían mucho agravio n-- m y daño» en cumplimiento de las ordenanzas, incluyendo en di- o cha prohibición la décima del obispo y de los beneficiados lo. SE De este documento se desprende que el concejo había tomado -E las previsiones necesarias para evitar el desabastecimiento, 3 dictando incluso ordenanzas al respecto desde bien pronto, en - las cuales quizás se recogiera un texto similar al ordenado por - 0 m E Francisco de Melgarejo, en donde se incluye el título «De las U cosas que no se pueden sacar fuera desta ysla», donde se pro-hibe la salida de mantenimientos, entre ellos el pan ll. n -E Estas primeras dificultades en la provisión de cereal son las a 2 que hacen que un año más tarde, en 1499, se ordene al go- n bernador de Tenerife y La Palma, a la sazón el adelantado n Alonso Fernández de Lugo, y a los señores de las islas que 3 O vendan a su justo precio el pan, trigo y cebada que les fuera requerido por el gobernador de Gran Canaria 12. Situación similar se dio en la cercana isla de Madeira. Vid. J. SE-RRAO: art. cit., p. 57. E. AZNAR VALLEJO: Documentos canarios en el Registro del Selío (1476- 151 7), La Laguna, 198 1, doc. 156, 1490-junio-8. lo P. CULLÉN DEL CASTILLO: op. cit., doc. VIII, pp. 16-17; E. AZNAR TI. ----- n ,-- VALLEJU; UucumerLLw ..., doc. 440, p. 90. F. MORALESP ADR~NOr:d enanzas del Concejo de Gran Canaria (1531), transcripción y estudio de ..., Las Palmas, 1974, p. 92. F. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 457, p. 94. Se añade en la 394 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 5 Las medidas tendentes a asegurar la provisión se seguirán dictando a medida que transcurre el tiempo y la población aumenta. Ahora, ya en 1503, se ordena al gobernador de Gran Canaria que aplique a todos los extranjeros uno de los capítu-los firmados sobre el regimiento y la gobernación de dicha Isla, por el cual se obliga a los genoveses, propietarios de in-genios, a traer tanto trigo de fuera como el que compren en ella para aprovisionamiento y comienzo de la zafra, y a ven-derlo al mismo precio que lo hubieran comprado 13. Esta dis-posición real, debió aplicarse a rajatabla, pues en la década de los veinte encontramos a distintos señores de ingenios im-portando trigo de Tenerife para sus establecimientos, así en 1520 el vecino de Gran Canaria, el genovés Lucano de Riverol, compra en Tenerife al vecino de La Orotava, Juan de Vergara, 1.006 fanegas de trigo !" en i523 el importador es Hntón Ce-rezo, propietario del ingenio de Agaete, que hace traer 300 fanegas de trigo por el puerto de Agaete 15, y cinco años más tarde encontramos al nizardo Mateo Cairasco, dueño de un in-genio en Guía, haciendo traer de la misma isla 350 fanegas para su ingenio: 300 por el puerto de Sardina y 50 por el de las Isletas 16, y al año siguiente importa otras tantas 17, y años más tarde, em 1533, Gaspar Rodíguez de Palenzuela contrata la traída de 250 fanegas de trigo de Tenerife y la Palma 18, y aún en 1542 Lorenzo de Palenzuela apoderaba a dos personas para comprar en Tenerife todo el trigo, cebada y centeno que hubiera y enviarlo a Gran Canaria para el abastecimiento de cédula N... o a quien tuviere a su cargo los rescates que Berberían, lo que da a entender que puesto que estaba prohibido sacar pan para el exterior, es necesario comprarlo a las otras islas para pertrechar las naves que iban de rescate a la costa de África. l 3 F. AZNARV ALLEJOD: ocumentos ..., doc. 571, p. 117. l4 B. RIVERO SUAREZ: «Relaciones comerciales de Tenerife con Gran Canaria en la primera mitad del siglo XVI», VIII CoZoquio de Historia Ca-nario- Americana (1988), Las Palmas, 1991, t. 1, p. 850. IS A(RCHIVOH) (IST~RIC~O()R OVINCIADEL )L (As) ALMAS), Alonso de Herrera, núm. 2.317, fol. 230r. l6 A.H.P.L.P., Hernando de Padilla, núm. 744, fol. 273v. l7 A.H.P.L.P., Hernando de Padilla, núm. 745, fol. 134r. l8 A.H.P.L.P., Cristóbal de San Clemente, núm. 741, fol. 262r. Núm. 40 (1994) 395 6 MANUEL LOBO CABRERA las personas que trabajaban en los ingenios de los menores, de quien era tutor 19. Este remedio provisto por los reyes debía estar avalado por la escasez reinante en la Isla, en cuanto a mantenimientos se refiere, pues en 1508 se informa de la falta de pan, vino y ali-mentos 20. El mismo gobernador Lope de Sosa, en una carta remitida a los reyes, le informa de la necesidad que pasa la Isla, así suplica que «porque en aquella tierra no se ha cogido mucho pan este presente año ... le mande dar liqenqia para sacar del1 Andaluzía cien cahízes de trigo para sustentar su casa» 21. Esta continua necesidad va a traer consecuencias negativas en cuanto a las relaciones de Tenenfe con Gran Canaria, pues-to que esta úitima va a impedir que tanto ;lenerife como otras islas exporten sus cereales sin previamente haber quedado abastecida, por tal razón el regimiento grancanario va a de-nunciar vanas veces al de la otra isla por haber permitido la saca de trigo y cebada con destino a tierra de moros y a Por-tugal 22. Estas protestas van a llevar aparejadas la obtención por parte de Gran Canaria de una real cédula fechada en 29 de mayo de 1513 por la cual y en orden a que en ella «... se recoge muy poco cantidad de pan según lo que es menester para el proveymiento e bastecimiento della de los vezinos e moradores de la dicha ysla, a causa que las más de las tierras della son aqucarales e por los muchos conejos que en la dicha ysla se crían que comen e des-truyen los panes que en ella se siembran», !O B. i i iv~í iuS í;Amz: A I ~ .d .p,. 85:. 20 E. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 727, p. 148, Burgos, 1508- enero-4. 2i A(RCHIVO) G(ENERAL) DE ~(IMANCAS), Cámava de Castilla, leg. 129- 289. La carta está sin fechar, aunque da la sensación que se corresponde con los últimos años de su mandato, pues en la misiva señala «... que como ha tanto tiempo qde é l ha t e z i d ~!a gwemuc ih de !u ys!u de Ur 2 ~C2 m-ria, el llevó allá su muger e casa donde ha estado hasta que se viese su residencia o vuestra alteza le mandase servir en algo...)). 22 E. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 884, p. 177. 396 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 7 los excedentes de cereal producidos por Tenerife y La Palma se vendan en Gran Canaria, antes que en otros lugares, por el mismo precio que llevan los mercaderes que lo e~portan*~, pues estos y otros interesados en el comercio de granos no permitían que los vecinos de la Isla compraran pan alguno en Tenerife. Por esta razón en dicha cédula se ordena también que todo vecino que desease exportar lo hiciese pregonar pú-blicamente para que los vecinos de Gran Canaria lo pudieran comprar prioritariamente. De este modo al conseguir los veci-nos grancanarios comprar el trigo que necesitaban por el de-recho de tanteo, impedían a los de Tenerife venderlo a los mercaderes, iniciándose así un pleito entre ambas islas que va a continuar durante casi toda la primera mitad del siglo, has-ta el momento en que Tenerife comienza a sentir la escasez. En 15 17 y por la misma causa, ya comentada, el concejo de Gran Canaria se dirige a la Corona. En la petición y explica-ción que hace el personero Hernando de Espino hace relación de lo siguiente K... que el trato principal de aquella ysla es los aGucares que en ella se hazen, e que por ser muy general la más parte de la gente de la dicha ysla se ocupava en ellos, e que a causa de dicho trato no se coge en ella el pan que es necesario para el sostenimiento de los vezinos della, e or que falta della oy la dicha ysla se provee de trigo de Rera della, porque de otra manera no se podía sostener». En respuesta a dicha petición los reyes ordenan al adelantado Alonso Fern��ndez de Lugo que dé prioridad a los vecinos de Gran Canaria en la compra del pan que exportasen, pudiendo éstos tomado por el tanto diirante cpince diílc, a pecur de !u licencia que se había concedido a la isla de Tenerife para que pudiera exportar un tercio de sus cosechas a otras partes 24, y de hecho cuando había necesidad acuciante de pan y la ca-restía era notable, los regidores de Gran Canaria no dudaban 23 P. CULLÉN DEL CASTILLO: Op. cit., doc. mII, pp. 36 y 37; E. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 970, p. 195. 24 P. CULLÉN DEL CASTILLO: OP. cit., doc. =VI, PP. 41-42; E. AZNAR VALLEJO: Documentos ..., doc. 1.193, p. 244. Núm. 40 (1994) 397 8 MANUEL LOBO CABRERA en apresar aquellos barcos que cargados de trigo estaban surtos en el puerto de Santa Cruz o de travesía por las aguas isleñas, tal como acontenció en 1521 en que Juan de Narváez tomó por la fuerza dos naves cargadas de cereales que esta-ban surtas en el puerto de Tenerife 25. El uso de estas facultades concedidas a Gran Canaria va a motivar la continuación del litigio, puesto que aquella no sólo reclamaba el trigo cuando su población se veía necesita-da sino también cuando el aprovisionamiento de grano en Tenerife no era suficiente, motivado por la escasez de las co-sechas 26, puesto que cuando Tenerife no satisfacía las deman-das de grano solicitadas, Gran Canaria acudía al concejo real para que se la obligara a cumplir lo estipulado. Ante esta si-tuación el vecino y regidor de Tenerife, Juan de Aguirre, en 152 1, protesta por !a fac~!:ad concedida c: Gra Cunark, acu-sando a los regidores de dicha isla de parte interesada, iniciándose un pleito sobre la saca del pan que concluye con carta ejecutoria del consejo de Castilla, fechada en agosto de 1533. En la petición que hace a la corona solicita se manten-ga la provisión que tenía la isla de exportar el tercio de su co-secha, pues de ella vivía una parte importante de la población, ya que del resto por haber abundancia de pan podía proveer-se la isla de Gran Canaria, y además los vecinos de Tenerife podrían seguir con sus contrataciones con el exterior, de las cuales salían muy beneficiados, puesto que los mercaderes les proveían de lo necesario a cambio del grano, ya que lo con-trario vendría en gran perjuicio para dicha isla; a su vez se aseguraba que la isla de Tenerife siempre había abastecido a su vecina del pan necesario, a la vez que hacía ver que hacia Gran Canaria siempre se llevaban todos los diezmos y la par-te perteneciente al obispo, fábrica y tercias, que eran en tanta 25 En cabildo celebrado en 15 de octubre de 1521 se platicó sobre la venida sobre el puerto de Santa Cruz de una carabela armada que quebran-tó el puerto real y se llevó una carabela de Pedro de la Marina, cargada de cebada, por lo cual se pedía que fuera hecho cumplimiento de justicia con-tra Juan de Narvaez y los otros deiincuentes: E. SIZKKRAA FOLSy ¿. ÜC LA ROSA: Acuevdos del Cabzldo de Tenenfe. IV 1518-1525, La Laguna, 1970, p. 107. 26 B. RIVEROS UÁREZ: Art. czt., p. 852. 398 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 9 cantidad que para la poca gente que vivía allí les sobraba. Tal petición fue notificada a la isla de Gran Canaria, en especial a los regidores Cristóbal Vivas y Antón de Serpa, y al mismo tiempo para la resolución del pleito fueron nombrados como jueces árbitros los jueces de apelación de la audiencia, que fueron impugnados por el concejo lagunero, aduciendo que como los tales residían en Las Palmas «serán más aficionados a lo que cumple a la dicha ysla de Canaria)), por lo cual fue nombrado por tal el inquisidor don Luis de Padilla, por ser persona letrada que tenía por costumbre poner paz en seme-jantes cosas 27. Después de esto, por parte de la isla de Gran Canaria, el licenciado Francisco Pérez de Espinosa hace una petición so-licitando de que se mantuviese lo ordenado hasta aquella fe-cha en ei sentido de que Tenerife les diese todo el pan que necesitaran los vecinos, al ser la Isla cabeza del archipiélago, donde había muy gruesa contratación de azúcares, donde se cogían cada año más de 80.000 arrobas, en más de 20 inge-nios, por lo cual se necesitaba mucha gente y mucho trigo y cebada, ya que el grano que se cogía en ella «hera muy poca cosa que avía más de para un mes», por lo cual solicitaba que el pan no saliese hasta tanto que los de Canaria fueren proveídos y que se pudiese guardar el grano allí, ya que al ser Gran Canaria una isla muy caliente no se podía guardar el pan tan bien 28. Contra lo expuesto por el representante de Gran Canaria se expresó el parecer de Tenerife por parte de Francisco de Lucena quien solicitaba no se aceptase lo pedido por ella, ya que aquello era contra todo derecho y total destrucción de su i&, de& qce se hu& c=r,qdista& habia teni& por principal actividad la labor del pan, consiguiendo que con su riqueza la ciudad de La Laguna se ennobleciera y tuviera una población mejor que la de todas las islas, con un volumen cercano a los 5 ó 6.000 vecinos, además de otros pueblos de hasta 1.000 vecinos, pues 27 L. DE LA ROSA y M. MARRERO: Acuerdos del Cabildo de Dneuife. b! 1525-1533, La Laguna, 1986, pp. 430-435. 28 Ídem, pp. 438-439. Núm. 40 (1994) 10 MANUELLOBOCABRERA K... avía en la dicha ysla de Tenerife mucha más pobla-ción e vezindad que en la dicha ysla de Gran Canaria y en todas las cinco yslas de Canaria todo a cabsa del di-cho pan ... 29», y lo que se pedía le parecía cosa maliciosa porque desde mayo a enero era mucho tiempo sin poder sacar ellos el trigo fuera de la isla, además de que los regidores de Gran Canaria no mirando el bien de su pueblo vendían el trigo a Portugal, de-jando en necesidad de mantenimientos a la isla de Tenerife, que no podía aprovecharse de exportarlo, ya que al tener aque-lla Isla el derecho a tomar los cereales por tanteo impedía que lo pudiesen vender a los mercaderes extranjeros. Por todo ello B piden que Gran Canaria se provea de pan sin merma de los derechos de Tenerife para exportar el tercio de la cosecha, y O n además que también podían importario de Castiiia donde va- -- m O lía más barato y de otras partes, en especial de aquellas don- £ de contrataban sus azúcares, ya que allí no había más de 2 E 600 vecinos, para lo cual con 4 ó 5.000 fanegas podían pro- - veerse 30. 3 Una vez vistas las alegaciones fue pronunciada sentencia Om-arbitral, según la cual se dictó un auto fechado en Madrid en E agosto de 1533, por el cual se proveyó lo siguiente: en primer O lugar los vecinos y habitantes de Gran Canaria podían com- n prar el pan en Tenerife desde que comenzara la cosecha hasta E a fines de septiembre, pudiendo dejarlo a guarda en ella para n írselo llevando poco a poco, haciendo previamente, ante el n n cabildo, relación del cereal que se había comprado, del que se 3 había llevado y del que dejaban en guarda. Los mismos de- O bían dar fianzas de que el trigo comprado e importado de Terierife se g~stzr?'ae n !a t i e l~ay EO se exportaria a otras par-tes. Después del mes de septiembre los vecinos de Gran Cana-ria que fueran a comprar pan a Tenerife lo tomarían al precio que valiere, pero si en Tenerife no se cogiere trigo suficiente para su provisión que no fuese obligada a dar pan a Gran Canaria. Asimismo se dictaba que los vecinos de Tenerife que 29 A.M.L.L., leg. E-XIII, 3 3O Ídem, pp. 440-442. 400 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTIcOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 11 fuesen labradores tendrían derecho a vender la tercia parte de su cosecha al exterior, gozando del beneficio de la saca. Mien-tras que los de Gran Canaria debían dar seguridad que desde la fecha del auto en adelante dejanan pasar libremente y no asaltarían los navíos cargados de trigo que desde Tenerife se dirigieran a Portugal o a otras partes 31. El auto fue obedecido por las partes litigantes, aunque los problemas no concluyeron con el mismo. A la par en Gran Canaria se toman medidas para evitar la carestía y el mejor aprovechamiento de las cosechas del país. En 1525, a petición de la justicia y regimiento, los reyes dic-tan cédula real, por la cual ordenan que no se permita al obis-po ni al cabildo catedral vender a los vecinos, a precios supe-riores, al de contado, pan de los diezmos al fiado y mediante contrato ", y en i52á se ordena al gobernador y justicia de la Isla que no se permita a los mercaderes comprar cereales ade-lantados antes de la cosecha, al ocasionar esto, por un lado, obtenerlo a menor precio y por otro que al tener la cosecha comprada en el momento de la venta lo hacían a precios ele-vados 33. En el mismo año y por la necesidad de pan, al ha-berse cogido poco en la Isla, se ordena al obispo de Canaria que impida que los beneficiados y clérigos de la catedral ven-dan el pan de los diezmos a los portugueses y a otros extran-jeros, los cuales llevaban a vender a la isla de la Madera, al Cabo de Aguer y a Safi, por el gran daño que se hacía a la población, ya que a causa de ello el pan se encarecía 34. A la par las autoridades insulares de otros tribunales procuran con-seguir el trigo necesario para abastecer a sus oficiales, así en 1532 el inquisidor don Luis de Padilla ante la necesidad de grano que «ay mucha falta de trigo e se prnvee de aamete de la ysla de Tenerife y La Palma» había enviado, con auto-rización del obispo al alguacil del Santo Oficio, a conseguir 31 fdem, pp. 442-444. 32 E. AZNAR VALLEJO y otros: Documentos canarios en el Registro Gene-ral del Sello (1518-1525), La Laguna, 1991, doc. 626, p. 144. 33 P. CULLÉN DEL CASTILLO: OP. cit., doc. L, PP. 75-76. 34 fdem, doc. LI, pp. 76-77. La cédula fue dictada a petición del bachi-ller de la Coba, en nombre de la isla de Gran Canaria. Núm. 40 (1994) 401 12 MANUEL LOBO CABRERA grano para el mantenimiento del inquisidor y oficiales del tn-bunal 35. De nuevo en 1539 se importa trigo de Tenerife para provi-sión de la Isla, de la parte correspondiente al canónigo Samarinas, en cantidad de 1.127 fanegas, además de otras cantidades de cebada 36. Esta situación de continua escasez y penuria para abaste-cer de grano a la población, va a continuar acrecentándose con el correr de los años, agravándose al coincidir las mayo-res calamidades con épocas de escasez en Tenenfe, el granero más importante hasta entonces de la Isla, poniéndose de ma-nifiesto tal situación en 1543, por la merma producida en las cosechas en aquella isla, puesto que si en años anteriores se recogía en el beneficio de La Laguna hasta 120.000 fanegas - n 1 1 ~ 1 - , !U prodi?crión de &&o año apenas alcanzaba las UIIUUIU.2 35.000 fanegas 37. La escasez de estos años es lo que motiva de nuevo una queja de la justicia de Gran Canaria, por haber mandado el gobernador de Tenerife requisar cierto trigo del pósito de Gran Canaria que estaba en poder de Juan Pérez de Hemerando, para repartirlo y venderlo a los vecinos. La Au-diencia pide información sobre este suceso, y se contesta por parte de la justicia y regimiento de Tenerife de la existencia de «una gran necesidad» 38. 35 A.M.C., Inquisición, leg. LXXXV-14. Según se deduce de una acusa-ción que se hace contra Pedro de Hermosilla, regidor de La Palma, por haber intentado impedir que el trigo se cargase. 36 A.M.L.L., leg. E-XIII, 1. '' B. RIVEROSU ÁREZ: Ay t . cit., pp. 853-854. 38 A.M.L.L., leg. P-XII, 5. De resultas de este litigio los oidores de la Audiencia emiten una provisión por la cual mandan que se haga cala y cata. Las autoridades tinerfeñas en vista de la escasez respoiideii en 15 de febre-ro de 1542 que no habían podido hacer la dicha cata ((porque se piensa e tiene por cierto que no se ha de hallar pan para provisión desta cibdad e que si así fuere se seguiría mucho escándalo e alboroto entre los vezinos desta ysla, y también si alguno tuviese algúnd trigo para vender lo subiría a precio inmoderado e por esa cabsa e por otras le avía parescido al señor gobernador de iio hazer tazinía sin^ dexarlo asi ... t o d ~!= q ~ u !a vfa cabsi de aver dado trigo a la ysla de Canaria por les hacer buena vezindad)). De-bemos esta transcripción del documento al profesor Francisco Fajardo, a quien lo agradecemos. 402 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 13 En esa misma década la escasez de pan en Gran Canaria llega a situaciones extremas, hasta el punto de que los gober-nadores tienen que requisar los excedentes de algunos vecinos importantes, tal como hizo el gobernador Alonso del Corral, en 1546, a causa de E . . . la extrema nescesidad e hanbre de pan que esta ysla padesce y tanta que por no aver en el pósito desta cibdad trigo para hasta más de ayer lunes próximo pasado que se contaron veynte e nueve deste presente mes de marco e viendo que a faltar del todo el dicho pan los vezinos de esta ysla padescían gran peligro de muerte de hanbre» 39. Esta escasez continuada, la corrobora el inquisidor y licen-ciado doii Luis de Padilia, quien en 1547 solicitaba iicencia para traer trigo de Tenerife para el proveimiento de los oficia-les del tribunal, puesto que los navíos que venían de allí con trigo, era por cuenta de los mercaderes, que lo importaban para negociarlo 40. Así por una carta pedía a las autoridades de Tenerife le enviasen 300 fanegas para repartirlas entre los que servían al Santo Oficio, lo cual por ser tiempo de necesi-dad estimaba no se le negase ~quantom ás en año tan largo y tan abundoso como lo es el presente y lo fue el pasado». Ale-gaba en su petición que veía que de allí venían navíos que traían entre 400 y 500 fanegas de trigo de particulares 41. Esta 39 A.G.S., Cámara de Castilla, leg. 2.755. En este documento el gober-nador acusa al licenciado Fernán del Castillo de haber estorbado la toma del trigo necesario para la población, máxime cuando tenía en sus graneles entre 145 y 150 fanegas de trigo, de las cuales tomó setenta y cinco fane-gas para el pósito. 40 A.M.C., Inquisición, leg. CLXXIII-81. El inquisidor Padilla pedía al cabildo de Tenerife 300 fanegas de trigo para repartirlo entre los que ser-vían al Santo Oficio. 41 fdem. Alegaba el inquisidor en su petición que se valía de sus ar-mas y privilegios «y vuestra señoría y mercedes me perdonarán porque el negocio no sufre dilación y a mí y a estos señores oficiales del Santo Ofi-cio nos costó hartos dineros no aver hecho otro tanto el año pasado. Ter-mina la carta comparando al Santo Oficio con el ayuntamiento de La La-guna ((donde ay tanta nobleza y linpieza». Núm. 40 (1994) 403 14 MANCEL LOBO CABRERA constante la comunican los inquisidores a la Suprema, y así hacen constar «Porque muchas vezes en la isla de Canaria suele aver falta de pan tanto que se padeqe necesidad y ordinaria-mente lo suele aver en las islas de Tenerife y La Palma, Lanqarote y Fuerteventura y lo suelen vender y dar saca dello a mercaderes y suelen cargar fecho en harinas para Indias y no lo quieren dar a los officiales que servimos en la Inquisición de Canaria por nuestros dineros...)) 42. Esta misma situación se comunica a los reyes por parte del concejo, quien informa que a causa de ser la tierra estéril B como por el mucho pan que se gastaba a causa de la canti-dad de gente qué acudía a la Isla para la fabricación de los O ~ z ú r x e s h, abia años en que a falta de pan se comían ñames. n =m palmitos y otras hierbas y raíces, por lo cual se dictan en 1547 O las ordenanzas del pósito para procurar remediar tales males, E 2 y que al menos hubiese pan para los vecinos 43. E En estas fechas la escasez se extiende a otras islas, agrava- = da por un lado por las malas cosechas, a consecuencia de la - sequía, y de las plagas, en especial de alhorra y de la apari- 0m E ción de unos insectos que atacaban el tallo, como sucedió en O Tenerife, y por otra por el mayor volumen del tráfico y por la inmigraci��n 44, razón por la cual los miembros del cabildo n E impiden que se saque de la isla la parte correspondiente al a diezmo del pan 45. Esto motiva que el cabildo catedral se diri- n ja al rey, a través de Juan de Álava, quien expone que en Gran Canaria a causa de los muchos azúcares que en ella se plan- 3 O taban se cogía muy poco pan, y el que se cogía no bastaba para el proveimiento de la mitad del año, por lo cual solicitan se les deje sacar el pan que les perteneía de ios diezmos. Ei monarca, en 1550, emite una cédula con destino a las justi- 42 A.H.N., Libvos de Castilla, leg. 575. Debemos esta noticia a la genti-leza del profesor Luis Alberto Anaya. " 9 -2 F. SU^& QsJ-~~JoG:E >c, ii,, doc. L;vzN:xV71:, 154 y ss. 44 J. M. RODRÍGUEYZA NES: El Antiguo Régimen en la comavca de Daute, Canarias, 1988, p. 70. 45 B. RIVERO SUÁREZ: Art. cit., p. 854. 404 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 15 cias de Tenerife y La Palma, donde les conminaba a que per-mitieran al deán y cabildo de la catedral sacar de dicha isla el pan que les pertenecía de sus diezmos, a causa de que en Gran Canaria se cogía muy poco pan, con la condición de que dieran fianzas de que el pan no lo sacarían de los reinos de España y lo llevarían a Gran Canaria para el proveimiento de sus casas, y el compromiso de enviar testimonio de como el pan se llevó y descargó en la dicha isla 46. En 1552 la situación debía mantenerse igual, pues dicho año fue considerado crítico, tal como se refiere en una carta del consejo de la Inquisición al inquisidor Padilla en que se le acusa de sacar pan de Tenerife en años de hambre, como fue el citado 47. En la misma el concejo de Gran Canaria, median-te poder otorgado en 28 de septiembre de 1552, apodera a ~e r n a n d od e ~gui iarm, ayordomo dei concejo, para que vaya a Tenerife a comprar pan para provisión de la isla, por «la gran falta y necesidad que ay» en ella, y haciendo uso del mismo compra 4.400 fanegas de trigo y 500 de cebada 48. Estos momentos dramáticos son paliados con el envío, en años de respiro, de algunas cantidades que son remitidas por el concejo tinerfeño, como las 10.000 fanegas de trigo que se permiten salir con destino a Gran Canaria en 1555 49. En adelante Tenerife dejará de cumplir el papel de granero de Gran Canaria, pues las dificultades que comienza a tener 46 A.G.S., Registro General del Sello, 1550-abril-23. En esta cédula el Emperador hace referencia a otras cédulas anteriores, expedidas a causa del mismo problema, como la fechada en Valladolid, a 26 de septiembre de 1544 y otra de fecha 23 de noviembre de 1548. El rey en la célula remite a una ley aprobada por Enrique IV en las cortes de Toledo de 1462, en don-de se alude que por causa de la saca del pan de distintos lugares se produ-cía carestía y desabastecimiento. 47 A(RCHIVO). H(IST~RICON)(.A CIONALL), ibros de Castilla, leg. 574, fol. 338. En el citado escrito se señala que Padilla sacaba pan de Tenerife con mandatos que hacía al cabildo, por lo que se le comunica que no lo haga, ya que con el de la prebenda tenía suficiente, y si necesitaba más que lo hiciera sin mandamiento sino pidiéndolo. 48 A.M.L.L., leg. E-XIII, 3. En este documento se hace alusión a los distintos litigios que mantuvieron Gran Canaria y Tenerife por la saca del pan. 49 J. M. ROD~GUEYZAN ES: op. cit., p. 70. Núm. 40 (1994) 405 16 MANUEL LOBO CABRERA le van a impedir acudir a las demandas de aquella isla, de tal modo que cuando se solicita pan, las autoridades ordenan la realización de tazmías para conocer las existencias de la Isla, así en 1552 se manda ejecutar una ante la petición del mayor-domo del cabildo de Gran Canaria que solicita 5.000 fanegas de trigo, 1.500 de cebada y 300 de centeno 50. En 1559, el pe-ticionario es el obispo, deán y cabildo de la catedral de Cana-rias, que solicitan la saca del trigo que tenían en los téminos de Adeje y Abona 51, mientras que la tazmía se realiza ante la provisión enviada por los oidores de la Audiencia para que se dejara sacar trigo para abastecer a las islas de La Palma y Gran Canaria por la necesidad existente en ellas. Una vez rea- S lizada la tazmía el cabildo discute en sus sesiones sobre la N E misma al comprobar que el trigo almacenado en Tenerife no O era s~ficientep ara abastecer a !a pb!acih p e h ~hi tahae n, n-- o> ella j2. O E El cabildo entonces prevé nuevas medidas, entre ellas rea- E 2 E lizar importaciones desde otros puntos para poder suministrar - a la población trigo a precios inferiores. Las importaciones se 3 realizan primero desde las islas de señorío de Lanzarote y -- 0 Fuerteventura, y cuando aquí escaseaba se acudía a los mer- m E cados andaluces y portugueses, para posteriormente realizar O compras, a través de los mercaderes flamencos y franceses, de n los granos del norte de Europa, ocupando este pan, cada vez -E más, un lugar importante en el comercio internacional que a 2 mantiene Gran Canaria con el exterior. Estas medidas se n n acompañaron de otras solicitadas al rey, como la que se ob-tiene de Felipe 11 en 1578, en donde se prorroga perpetuamen- 3 O te la petición realizada por el gobernador de Gran Canaria hacía seis años para que el trigo que entrase en la Isla proce-dente de los reinos de Castilla se pudiese vender libremente sin guardar la tasa del pan, puesto que si no se pudiese ven- F. MORENOF UENTESA:y t. cit. ji M. LOBO CABRERA: «¿a pobiación de Tenerife en ei sigio XXv%, &ÜA-RIO DE ESTUDIOAST LÁNTICOS, 33, Madrid-Las Palmas, 1987, p. 383. 52 M. LOBO CABRERA: «La población...», p. 383. A.M.L.L., Libro de Ac-tas, núm. 11, oficio primero, fols. 206r.-210r. 406 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 17 der de ese modo faltarían los mantenimientos 53. En 1574 el monarca se dirige al deán y cabildo para recordarle y orde-narle que no se hiciese repartimiento de pan sin dar previa-mente su parte a las tercias, puesto que estas tenían como fin engrosar las cantidades del pósito 54. Estas medidas tomadas en la década de los setenta son respuesta a la crisis que se produce en Gran Canaria en esos años, pues en 1572 un testi-go ocular, vecino de la ciudad, declara ante el tribunal del Santo Oficio, y descubre la desesperante situación de la po-blación con este relato «... que este presente año de setenta y dos por quaresma uvo en esta ysla de Canarias la mayor falta de pan y de todo géneros de mantenimientos que a avido jamás y vía este testicrn qi ir miirhac gerSyaS y muy muchas ~\7ia en a- -- ^"--"-" esta ysla que se les pasa an ías que no comían pan ni lo podían aber y que en el pósito tenían dadas cédulas por casas para cada persona un pan...». Añade que a él concretamente le tenían señalados tres panes por día, pero que muchos días sólo le daban un pan y otras veces dos, por lo cual perdía todo el día, y era tanta la necesi-dad que el obispo daba pan en su casa a más de doscientas personas, e igualmente en casa del inquisidor daban pan a mucha gente y lo mismo sucedía en casa de otros eclesiásti-cos, los cuales daban de comer pan a mucha gente, puesto que si no existiese este socorro hubiera perecido mucha gente de hambre 55. Ese mismo año el cabildo se vio obligado a acudir a los mercados exteriores a la vez que solicita la ayuda real, por lo 53 A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fol. 127v., San Lorenzo el Real, 1578-julio-4. 51 A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fols. 131v.-132r., Madrid, 1574- mayo-24. A.M.C., Inquisición, Fondo Bute, Procesos, t. 11, 2," serie, 1570-1573, fols. 105. y v. Añade el testigo que había muchos días que no se repartía pan en el pósito porque se había acabado. Al parecer el hambre se cernió sobre la Isla entre la Pascua de Navidad y la Pascua de Espíritu Santo, se-gún el testimonio del testigo Pedro Hidalgo, vecino de la ciudad. Núm. 40 (1994) 407 18 MANL-EL LOBO CABRERA que Felipe 11 dicta una cédula el 21 de octubre de 1572 para que el cabildo pueda importar 8.000 fanegas de trigo de los puertos andaluces para socorrer a la población, vista la nece-sidad que había en la Isla 56. En los años siguientes se sigue importando trigo de la Pe-nínsula para proveer al pósito, hasta el punto de que en 1573 estaba ya la isla abastecida j7, tanto por las partidas que se recibían de distintos puntos de Europa como por la compra que hacía el concejo al obispo, deán y cabildo para provisión de los vecinos y moradores, así en agosto del mismo año el regidor don Juan Pacheco, en nombre de la justicia y regi-miento, compra a fray Juan de Azoloras, obispo de Canarias, todo el pan, trigo y centeno que en dicho año perteneciera al prelado del diezmo, tanto del trigo de Tenerife como del trigo y centeno de la Palma, al precio, conforme a la pragmática, de 11 reales la fanega de trigo j8. En fechas posteriores abun-dan en el mercado tanto el pan de Castilla como el de la tie-rra, lo que indica que ha habido buena cosecha, y que los miembros del cabildo catedral siguen vendiendo el trigo que les pertenece de sus rentas decimales 59, sin embargo, el año de 1577 debió ser un año malo tanto en Gran Canaria como en las otras islas, pues en agosto el licenciado Jusepe de Ar-mas, fiscal del Santo Oficio, solicitaba le dejasen sacar de Tenerife 80 fanegas de trigo para el sustento de su persona, casa y familia, por ser notorio de que en Gran Canaria «ay tan estrecha necessidad que será imposible hallar en ella ni en otra ninguna grano de trigo a comprar)). Sin embargo, tal pe-tición no fue atendida, y el inquisidor Funes por un manda-miento, después de haber visto la carta del cabildo de Tenerife 56 A.G.S., Registro General del Sello. A.H.P.L.P., Luis de Balboa, núm. 860, fol. 34r. 58 A.H.P.L.P., Rodvigo de Mesa, núm. 784, fol. 421v. El centeno lo com-pra a 6 reales más 6 maravedís. 59 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 777, fol. 155v. El licenciado Diego 3 - 1 i(-..:l- -- ---L-.. 1 - 1 A--. P-'-+AL-l 17-1- ..-m 1- -1 ,:, .. ,, UCI figuiia, cii iiuiiiuic uci uuiopu uuii LlioLuual vcia, vciiuc ai LU~LLGJU y rc-gimiento, para el pósito, todo el trigo que perteneciera al obispo de las ren-tas decimales de Tenerife, Lanzarote y Fuerteventura, a precio de 11 reales la fanega. 408 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 19 «y la necesidad que en ella ay de pana, ordena que le dejen sacar 50 fanegas 60. En la década de los ochenta vuelven a producirse que-brantos frumentarios, que al parecer no sólo fueron ex-clusivos de Gran Canaria, sino que se trataba de una situación generalizada, por lo cual no era posible acudir a otras zonas que hasta entonces solían abastecer a la Isla, como eran Andalucía y los mercados europeos, pues en Europa en los últimos años del siglo m las cosechas también habían sido de-sastrosas, hasta el punto que los precios se elevaron en un 50 por 100 con respecto a la década anterior 6'. A la vez en las islas el hambre era generalizada, pues en 1583 los in-quisidores Osorio y Lorenzo deciden no realizar la visita a Lanzarote y Fuerteventura porque no había llovido y no se habían cogido frutos, por lo cual la gente había huido hacia Gran Canaria y otras islas 62, y en 1582 a petición del síndico personero del cabildo de Tenerife se prohibe sacar trigo de aquella isla para llevarlo a Gran Canaria 63. Esta situación general es quizá la que motiva que el personero general Juan Sánchez de Canseco se queje al rey de los fieles del pó-sito, cuyo cargo solía recaer en uno o dos regidores, los cua-les repartían el pan entre sus deudos, parientes y amigos, de-jando a la mayor parte de los vecinos sin pan, a quienes lo vendían a mayor precio, razón por la cual Felipe 11 dicta una real cédula por la que prohibe que el fiel del pósito sea regidor 64. En estos años el cereal que llega a Gran Canaria, aunque no sea en mucha cantidad, procede de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife, bien porque se importa directamen-te como porque ios miembros del cabildo catedral venden al concejo lo perteneciente de los diezmos de sus prebendas, así don Pedro Salvago vende 600 fanegas del de la isla de Tene- 60 A.M.C., Inquisición, leg. CXXXII-5. P. L E ~ NH: istoria económica y social del mundo, Madrid, 1980. t. 1; p. 571. 62 A.M.C., Inquisición, leg. XXVIII-4, fol. 41v. 63 A.M.L.L., leg. E-XIII (Expedientes sobre trigo, l), núm. 9. 64 A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fols. 173r.-174r. Núm. 40 (1 994) 20 MANUEL LOBO CABRERA rife 65; don Pedro Ruiz de Salazar, relator del tribunal de la In-quisición, vende el grano perteneciente a la prebenda corres-pondiente al tribunal 66; don Diego de León, maestrescuela de la catedral hace lo propio 67, don Pedro Salvago y don Diego del Águila hacen otro tanto. También se acude a comprar el trigo de los señores de las islas, así en junio de 1580 se com-pra a don Gonzalo de Saavedra, señor de Fuerteventura, 2.000 fanegas de trigo de la cosecha del año 68. Del exterior, y concretamente de Francia, concurre trigo en el mercado, tal como se comprueba por las distintas ventas realizadas en el año de 1581 69, lo mismo que de FIandes 70. B En el año de 1585 vuelve a haber necesidad en la Isla, y es N E ahora un escribano, o su amanuense, quien refleja la situación O c;ue pudece Gran CmaR~i ,e n e! siguiente poema d-- m O «En esta villa no hay trigo ni carne si no es humana, aguarde a la otra semana o haga de esta malilla lo que le diere más gana» 71. Por esta razón el cabildo se moviliza y contrata los servicios O de un inglés para traer trigo de Inglaterra, con destino al pósi- 5 n -E a 65 A.H.P.L.P., AIonso de Balboa, núm. 778, fol. r. Vende el grano perte- 2 d neciente a su hermano don Juan Salvago, arcediano de Canaria, para el n n pósito. 3 66 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 778, fol. r. El trigo correspondía O a la cosecha del año de las islas de Tenerife, La Palma, Lanzarote y Fuerteventura. " A.H.P.L.P., Aionso de Baiboa, núm. 778, fol. 1: A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 778, fol. 852r. En noviembre de dicho año el señor de Fuerteventura daba poder para cobrar de los fieles del pósito los maravedís que habían montado las fanegas de trigo, a razón de 15,5 reales: Alonso de San Juan, núm. 878, fol. 394v. 69 A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.585, fol. r. '".H.P.L.P., o"eruiuudim Rosales, ixiiii. 888, %!s. 8Mr. y SS. 71 M. LOBO CABRERAy Y. ARENCIBIA SANTAN«AP:r otocolos grancana-rios y poesía», ANUARIO DE ESTUDIOAST LÁNTICOS, 39, Madrid-Las Pal-mas, 1993. 410 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 2 1 to 72. En 1587 la justicia y regimiento vuelve a tener necesi-dad de grano, por lo cual compra algunas partidas en Lan-zarote 73. En la última década del siglo la situación en vez de mejo-rar empeora, con el agravante de que no se puede acudir a los mercados exteriores, pues allí la escasez es tanta como aquí, hasta el punto de que el trigo andaluz tríplica su precio en el espacio de cuatro años, y el castellano se duplica 74, por lo cual han de contentarse con las escasas aportaciones que Uegan de Tenerife y Lanzarote, así el tribunal del Santo Ofi-cio se provee de trigo de esta última isla para el mantenimien-to de los presos y de los oficiales del tribunal, y en 1593 en-vía a comprar 700 fanegas con el alguacil mayor don Diego Sarmiento 75. Estas hambrunas de fines del siglo son remedia-das, a veces, gracias a los préstamos que hace el cabildo cate-dral, así en 1597 el mismo concede a la ciudad un préstamo de 16.000 reales para comprar trigo y remediar la pública ne-cesidad 76. De lo tratado hasta aquí, con respecto al abastecimiento de trigo por parte de la Isla, se deduce que ésta al haber orienta-do su actividad económica hacia las plantaciones de cañas para la fábrica y elaboración del azúcar, se encontró totalmen-te desprotegida en el tema de los mantenimientos, por lo que estuvo a lo largo del siglo x v ~to talmente supeditada a los ex-cedentes procedentes de las otras islas, quienes complementa-ban su economía, en concreto la isla de Tenerife, pues cuan-do en esta comienzan a escasear los granos por distintas vici-situdes ya comentadas, se ha de acudir a los mercados exte- 72 A.H.P.L.P.: Bevnavdino Rocnbc, núm 889, fo!. ?Ihr Se pone en e! contrato como condición que si el maestre trajere 500 fanegas en trigo más de las contratadas, 2.000, que la ciudad las recibina y pagaría lo convenido. 73 A.H.P.L.P., Francisco Casares, núm. 923, fol. 281r. 74 P. VILAR: «El tiempo del Quijote», en Cvecimiento y desawollo, Bar-celona, 1974, pp. 333-334. A.M.C., Inquisición, leg. CLXX-5. Diligencias para traer trigo de Lanzarote para los presos. Año 1593. 76 L. A. ANAYAH ERNÁNDEyZ A. ARROYOD ORESTE«: La peste de 1601- 1606 en las Islas Canarias)), en Revista de Historia de Canarias, núm. 174, La Laguna, 1984-1986, p. 198. 22 MANUEL LOBO CABRERA riores, primero a Andalucía y después al norte de Europa, desde donde el trigo llegaba de manos de los mercaderes fran-ceses y flamencos. Dadas las necesidades que desde bien pronto se dejan sen-tir en la Isla, las autoridades fundan un pósito concejil, con la finalidad de que cumpliese una doble función: servir de gra-nero para las rentas del cabildo y actuar como regulador du-rante los meses de escasez 77, de modo que en este tiempo se B entregaba a los vecinos el trigo necesario para su abasteci- N E miento, a la vez que se guardaba una parte que sirviese como O simiente puru !u gróx fm~re cechz E! micmn d&iS crease en n-- m el primer cuarto del siglo, como lo prueba el hecho de que en O E las actas del cabildo catedral se recogiese ya desde 1515 la E 2 orden de que se le vendiese trigo 78. Sin embargo, en la pri- -E mera mitad de la centuria su uso no debió de ser muy gene- = ralizado, dado que la Isla se proveía regularmente de Tenerife, -- y también porque el concejo prefería comprar el grano en 0 m E aquella isla y guardarlo allí, ya que en alguna ocasión se adu- O ce por parte de los regidores que n E como la dicha ysla de Canaria es tierra caliente, no se a podía guardar el pan como en la dicha ysla de Te- n nerifex 79. n 3 No obstante, a medida que las necesidades crecen se ve con O mayor urgencia la necesidad del pósito, tanto por la utilidad de: ya qic en é! se i;ad;.ia;', a!macenar hasta J.9W fu-negas, como porque así estaría la población mejor abastecida. Por ello se reguló a través de unas ordenanzas, que se apro-baron y confirmaron por los reyes en 1547, su uso. En las mismas se recogen aspectos de gran interés para su mejor 77 E. AZNAR VALLEJO: integración ..., p. 55. 78 fdem, p. 55. 79 L DE LA ROSAy M. MARREROO: p. cit., p. 438. 412 ANUARIO DE ESTUDIOS ATL~NTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 2 3 funcionamiento, con el objetivo de paliar las graves carencias de pan que subían los habitantes de la Isla, y de hecho cree-mos que el pósito a lo largo de su historia cumplió una de las funciones básicas de su creación: abastecer de pan en épocas de escasez o de hambre. En las ordenanzas se establece que sea el cabildo quien haga cumplir su buen funcionamiento, nombrando para ello en el primer cabildo del mes de enero de cada año a dos veci-nos para que administraran el trigo y lo procedido del mis-mo. Este cargo recaerá casi siempre en los regidores, lo que motivó que el personero general protestase por tal nombra-miento y fuese prohibido por el rey que el fiel del pósito fue-ra miembro del cabildo go. Estas personas tenían como misión guardar el dinero que se obtuviese por la venta del cereal, sin entregarlo a nadie, pues ei mismo tenía por destino cubrir los gastos del pósito, de todo lo cual debían dar cuenta anualmen-te ante la justicia y regimiento. Debían asimismo cuidar de que el grano no se estropease, pues debido al clima podía pi-carse de gorgojos, por lo cual debía traspasarse como mínimo cada quince días. En los momentos de escasez debían com-prar el trigo necesario para el depósito, con el permiso del concejo, por lo cual el gobernador debía notificar a los regidores tal decisión y nombrar las personas convenientes para que fueran a comprarlo, señalándose de salario lo que fuera conveniente por su trabajo, dándoles instrucción y po-der para que hicieran la voluntad del concejo, que debía ir fir-mada por el gobernador, dos regidores y el escribano. Estas compras se harían todas las veces que el regimiento lo esti-mara oportuno, por lo cual y para evitar pérdidas debían ase-g-~~ rarIsnes dineris y e1 gran^ q ~ see mmpraru c m ellos, tu! como se hace cuando el cereal se importa tanto de la Penín-sula como del extranjero. Llegado el cereal al puerto de las Isletas el cabildo debía nombrar una persona de confianza para que fuera a recibirlo, la cual debía comprobar los cono-cimientos de embarque para certificar que lo que debía reci-bir de los maestres de navío era lo correcto. A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fols. 173r.-174r. Ntim. 40 (1994) 413 24 MANUEL LOBO CABRERA El cereal recibido debía hacerse llevar hasta el pósito, si-tuado en las cercanías de las casas del cabildo, donde se da-ría cuenta al fiel, quien firmaría el recibo ante escribano, y al fin del año debía dar cuenta al cabildo del uso que había he-cho del trigo, y las pagas que había realizado por el flete, los acarretos y los medidores. Para evitar pérdidas y que el trigo se picase o mojase tenía el concejo en el puerto de las Isletas una casa, donde se depositaban los materiales necesarios para importar y transportar el grano, tales como esteras, costales y medidas, que debían tener una marca de la ciudad, cuya llave debía estar en poder del fiel del pósito. De estos materiales, cada vez que se enviaran navíos a comprar y cargar trigo en B el exterior, se debía entregar al maestre esteras suficientes y N E costales, con la obligación de devolverlos una vez entregado O e! trilg~. --- m En las ordenanzas también se contempla el control del O E grano, una vez llegado a las Isletas hasta que se depositaba E 2 E en los almacenes, por ello se ordena que ningún camellero - parta del puerto con trigo antes de la salida del sol y a la vez 3 se estipula que la llegada al pósito sea antes del anochecer, -- O para evitar conflictos y robos en el trayecto que debían reco- m E rrer los animales. También el cabildo nombra un medidor para O que compruebe si las cantidades encerradas son las correctas - O no. -E a Al tiempo que los trigos se vendieran, primero se debía A saber los costos que se habían hecho en ellos, para que cono- -- ciendo los mismos se pudiera saber a qué precio se podía ven- = der, de tal modo que el precio fuera conveniente para los ve- o cinos sin pérdida para el pósito. De la misma manera, en el momento que se fuese a repartir el cereal entre los vecinos, pueblos y señores de ingenios debía saberse la cantidad exis-tente para de acuerdo con esto y con la anuencia del cabildo y la presencia de dos vecinos de la ciudad y de los diputados hacer el reparto y notificar a cada uno de ellos la cantidad establecida para que enviaran por ella; asimismo se debía ha-cer saber a los alcaldes de los pueblos y términos la cantidad que les pertenecía para que luego hicieran repartimiento en-tre los vecinos y moradores del lugar, remitiendo copia al ca- 4 14 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 25 bildo para que se comprometieran por igual a hacer cobrar el trigo repartido. Como uno de los fines del pósito era también abastecer de pan a la población cuando ésta estaba desabastecida, se esta-blece que cuando las panaderas amasasen pan con el trigo del pósito debian marcarlo con las señales que para ello les faci-litara el cabildo para saber que dicho pan procedía del mis-mo al. El pósito así organizado cumplía con creces su cometido, satisfaciendo las necesidades del vecindario, con el reparto de trigo y pan entre los pueblos de la Isla 82, y enviando a com-prarlo al exterior cuando era necesario, aportando en este caso los vecinos por repartimiento el dinero suficiente. El pósito estaba situado en los alrededores de la cárcel pública, donde estaban los graneies, y el cabiido se preo-cupaba de su continua reparación para evitar que el grano se estropease, por ello se contratan los servicios de albañiles para su restauración, así en mayo de 1580 el regidor Andrea de Argiroffo, en nombre del concejo, requiere los ser-vicios del albañil Antonio González para que destejara y vol-viera a tejar de nuevo los graneles con la cal que fuera ne-cesaria 83. Sin embargo, este único depósito se hizo insuficiente para abastecer a toda la población de la Isla en los momentos crí-ticos, razón por la cual se abrieron nuevos establecimientos, al menos en Telde y Agüimes. El de Telde se crea con el mis-mo fin que el de la capital. Posiblemente el mismo se fundó con la aportación de los vecinos, y de hecho cuando había necesidad los mismos aportan cantidades de dinero para ha- 81 P. CULLÉN DEL CASTILLO: @. cit., doc. LXXXVII, pp. 154-161. Las ordenanzas fueron aprobadas por cédula real de 5 de agosto de 1547, y con-tenían 44 artículos. En 1568 el gobernador nombró por alguacil en la villa de Arucas y sus términos a Francisco Salguero con el encargo de cobrar el trigo del pósito que se había repartido a los vecinos de Arucas, Teror y términos: A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 776, fol. 106r. A.H.P.L.P., AZonso de Balboa, núm. 778, fol. 842v. Por su trabajo el albañil percibiría 30 doblas. Núm. 40 (1994) 415 2 6 MANUEL LOBO CABRERA cer provisión tal como se hacía en la capital 84, con el objeto, por un lado, de poseer un remanente de trigo para ser presta-do a los campesinos como simiente y disponer, a la vez, de al-gún dinero que permitiera la compra del mismo fuera del lugar o de la Isla en años de hambre, pues este pósito en palabras de la época era considerado como «bienes de pobres y sustento de ellos». Debía tener este pósito unas normas particulares, pues-to que cuando se acuerda en 1599 la creación de otro en Fuerteventura se copian las mismas 85, entre las cuales se en-contraba dar una ganancia sobre el trigo recibido 86. Debió crearse éste en la segunda mitad del siglo, puesto que ya en 1570 nos aparece la primera referencia al mismo, fecha en donde distintos vecinos de la zona se obligaban a pagar al pósito ciertas cantidades por haber recibido trigo de fiel, tal como hace el labrador Lázaro Hernández que se compromete a pagar 34 reales por 2 fanegas de trigo Sabemos que uno de sus depositarios fue Jerónimo Calderín que era el encargado en 1581 de cobrar el trigo prestado a los labradores, una vez concluida la sementera 88, y en 1585 cum-ple tales funciones Miguel Godino, vecino asimismo de Telde 89. El establecimiento debía estar ubicado en algunas casas alquiladas al efecto, en los alrededores del barrio de San Juan, según se desprende de una escritura otorgada en 1596 en que se entrega a renta al fiel del pósito un granel en la ciudad de Telde, junto al chorrillo, en un alto, para que en él se pudiese guardar el trigo y el centeno del mismo 90. 84 A.H.P.L.P., AZonso de Balboa, núm. 778, fol. r. En 1580, el fiel Baltasar de Armas se obligaba a pagar a Marina Sánchez 1.000 reales que prestó al pósito para hacer provisión de pan. = Ru¿~Ai\í VERDEJO; Acuei&s del cazldo de lTuer;ecen;ura, 1605- 1659, La Laguna, 1970, pp. 338-339. A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.592, fol. 113r. En 1596, un ve-cino se obliga a pagar al fiel del caudal y trigo del pósito de la ciudad 298 reales y 15 maravedís por 18,s fanegas de trigo que debía de las «cre-cencíasx que había de dar del año de 1595. " A.H.P.L.P., JMÜX de %gü, ;;úm. 3.117, fa!. 111'. A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.585, fol. r. 89 A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.586, fol. 125. 90 A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.592, fol. 274v. 416 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 2 7 Este pósito también tenía entre sus cometidos hacer pan para abastecer a sus vecinos como para venderlo, y en mo-mentos de crisis importantes importarlo de donde hiciera fal-ta, así en 1593, siendo fiel del pósito Luis Perdomo, los veci-nos de Telde le autorizan a vender el pan cocido para darlo a las personas que lo hubieran menester, según constaba por el nombramiento que se le hizo, por lo cual ofreció la cuarta parte del precio que había de haber de la venta 91. Asimismo, en 1597 el fiel Francisco Hernández Gallego, junto con el clé-rigo, presbítero y capellán de Telde, Andrés de Ortega, decla-raba que por auto de la Audiencia se emplease para comprar trigo en Lanzarote, mientras el grano, trigo y centeno, que se tuviera comprado se repartiese entre los vecinos para que de-volviesen su valor en dinero, para con él ir a comprar nuevo pan a Lanzarote. Los vecinos, como tales administradores del pósito, le autorizaron para que fuese a comprar el grano con 400 reales de salario, según el acuerdo y junta que para ello hicieron, a la vez que entregaban 5.500 reales para la com-pra 92. De lo anterior se deduce que aunque dicho granero te-nía sus ordenanzas y acuerdos, la Audiencia tenía jurisdicción sobre el mismo, para en momentos críticos poder dictar au-tos al respecto. Sin embargo, debieron tener problemas tanto con la Audiencia como con el concejo de la Isla, según se de-duce de un documento otorgado en 1593, en el cual los veci-nos de Telde reunidos se comprometieron a entregar cada año, según sus posibilidades, trigo, centeno y dinero, para la defen-sa de su pósito, en el pleito que el concejo trataba contra él, recaudándose en total 19 fanegas entre trigo y cebada y 33 reales y cuarto más un cuartillo 93. 91 A.H.P.L.P., Rodvigo de Cubas, núm. 2.591, fol. 29r. Como era costum-bre que se dieran fianzas, según estaba legislado, Hernán Luis Perdomo figura como su fiador. Por el trabajo en la venta debía de haber por cada fanega de pan cocido medio real. 92 A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.593, fol. 303r. 93 LOS vecinos fueron Lorenzo de Zurita, Juan Jara, Gaspar González; alcalde, Luis de la Mota, Hernando del Castillo, Garcia Ruiz, Alonso López Cabrera, Gonzalo de Mireles, Hernán Luis Perdomo, Sebastián González, Bartolomé Pérez, el mozo, Diego Alonso Calvillo, Luis González, Blas Sánchez, Andrea Calderín, Bernabé Pérez, Lorenzo Pérez, Juan de Savallos, Núm. 40 (1994) 417 2 8 MANUEL LOBO CABRERA En el siglo XVII este pósito siguió cumpliendo a la perfec-ción los cometidos para los que fue creado, así en 1615 el al-calde de Telde repartía entre los vecinos 90 fanegas de trigo que habían llegado del Puerto de la Cruz para el pósito de aquella ciudad, ante la escasez que reinaba 94. Del pósito de Agüimes poco sabemos acerca de su existen-cia y de la fecha de su creación, posiblemente el mismo se fun-da a instancia del obispo, para socorrer a los vecinos del seño-río episcopal. La primera referencia sobre el mismo se remonta a 1580, fecha en que se realiza una reclamación por parte de los vecinos de señorío, a través de sus diputados Martín Alemán y Francisco Yanes, quienes apoderan a un vecino de la villa para que los representara ante la Audiencia en un pleito que trata-ban con el provisor del obispado, en razón de que este había mandado que el trigo del pósito se depositase en el vecino Diego Guillén, lo cual se consideraba dañoso para el pueblo, por lo cual pedían se entregase el grano, dando cuenta de él al pósito, según lo ordenado por el obispo don Cristóbal Vela 95, de lo cual se deduce que fue bajo el mandato de este prelado, entre 1574 y 1580, cuando se debieron dictar las normas para la creación y funcionamiento del pósito. Las características del mismo eran similares a los otros que ya hemos comentado: prestar cereal a los vecinos bien para su aprovisionamiento o para hacer la se-mentera 96, e importarlo en época de necesidad 97. Diego Pérez de Medina, Juan Vélez de Valdivielso, Marcelo de Reina, Alonso López Romero, Juan de Santiago, Manuel González, Miguel Hernández, Do-mingos Anes, Sebastián Verganciano, Gaspar Báez, Juan Suárez, barbero, Tomé Ribero, Manuel Díaz, Jusepe Díaz, Juan Justo, Francisco Rodríguez y Baltasar de Nava. Dichas cantidades se obligaban a entregarlas a Sebastián González Bernal, vecino de Telde, su procurador: A.H.P.L.P., Rodrigo de Cubas, núm. 2.591, fol. 22r. '"sí 24 vecinos recibieron una fanega, 76 media fanega, 56 cuatro celemines, 34 tres celemines y 10 más cuatro celemines: A.H.P.L.P., Matías Dávila, núm. 2.583, fol. r. (Incluido en el legajo de Rodrigo de Cubas). 95 A.H.P.L.P., Francisco Díaz Pelos, núm. 2.486, fol. r. 96 A.H.P.L.P., Francisco Díaz Pelos, núm. 2.487, fol. r. En diciembre de 1591 un vecino de Agüimes se obligaba entregar al pósito 6 fanegas de tri-go y 4 reales en el mismo cereal, puesto eri el p6slt0, por 5,s fanegas que de él había recibido. La diferencia de 11 reales eran de ganancia. 97 En 1591 circulaba por la villa trigo de Tenerife: A.H.P.L.P., Fuancis-co Díaz Pelos, núm. 2.487, fol. r. EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 29 Los responsables de este pósito eran dos diputados, elegi-dos por los vecinos, entre los cuales se encontraba el alcalde, que en 1592 era Andrés Espino, los cuales tenían como mi-sión vigilar por su buen funcionamiento, e incluso cuando el depósito en que estaba el cereal se mojaba, repartían el trigo entre los vecinos para su consumo o para que lo guardaran 98. En Gran Canaria hubo zonas, sobre todo en las medianías, que fueron dedicadas a tierras de pan sembrar, pero el produc-to obtenido era insuficiente para abastecer a la población, a causa de que las mejores tierras dadas en repartimiento estu-vieron dedicadas desde el principio ai cuitivo de la caña de azúcar, razón por la cual hubo de pensarse casi desde el primer momento en la importación de grano, iniciándose un comercio que venía desde antiguo en el continente europeo, y cuya ca-racterística es lo que tiene de caprichoso, debido no sólo a las oscilaciones de las cosechas, sino también a las especulacio-nes 99. Al ser el trigo la base de la alimentación, el concejo es el principal interesado en importarlo, para luego repartirlo entre la población a través del pósito, bien de las islas comarcanas como de otras partes. La necesidad de pan hizo que en torno a él gravitase un interés comercial, de tal modo que no es sólo el concejo el que se preocupa de las importaciones sino también los miembros de la administración, del clero y en especial los señores de ingenios y los mercaderes. Esto también generó un negocio entre los miembros del cabildo catedral, que son quie-nes en bastantes ocasiones nutren al cabildo y al pósito del tri- 98 A.H.P.L.P., Francisco Díaz Pelos, núm. 2.487, fol. r. En marzo de 1594 dos vecinos de Agüimes se obligaban a pagar al pósito de la villa 688 rea-les por 43 fanegas de trigo que habían recibido de Amador Espino, para repartir con los vecinos, atento a que se había mojado el granel donde es-taba, a precio de 16 reales la fanega. 99 R. GLAMANN«E: l comercio europeo (1500-1750), en Historia econó-mica de Europa (2). Siglos XVI y XVII, ed. de C. M. CIPOLLAB, arcelona, 1979, p. 355. Núm. 40 (1994) 419 3 0 MANUEL LOBO CABRERA go que procedía de sus prebendas y del diezmo recogido en las otras islas, que llega a Gran Canaria. A lo largo del siglo x v ~ra ro es el año en que la Isla no im-porta cereal, a veces en cantidades importantes, lo que da idea de la necesidad sufrida por la población en cuanto al abaste-cimiento de uno de los artículos principales, y las mismas debieron iniciarse desde muy pronto, pues en 1505 se denun-cia la salida de unos 15 cahices de trigo -180 fanegas- sin licencia, desde Sanlucar de Barrameda con destino a Gran Canaria 'O0, y en 15 12 se sabe que el mercader inglés Guillermo Flanigan había traído a la Isla pan para su proveimiento del extranjero, y a cambio de él había recibido en pago azúcar 'O'. Sin embargo, la mayor continuidad en los tratos para hacer llegar el trigo a la Isla se inicia en la década de los veinte. Desde estm 2fim bata cemie11zes de 11 décrdz de !^S sesenta el gran proveedor y granero más importante a donde se acu-de a importar el grano es Tenenfe, desde donde se trae no sólo trigo sino también cebada y centeno. Los encargados de ha-cer traer el cereal desde aquella isla son tanto el concejo como los propios vecinos y particulares, entre ellos los señores de ingenio, quienes necesitaban del mismo para poder iniciar la zafra. Todo esto, claro está, después de resolverse el pleito que enfrentaba a ambas islas sobre la saca del pan. Los propieta-rios de los establecimientos azucareros acuden personalmente a Tenerife o contratan los servicios de algún mercader o de algún vecino de aquella isla, para abastecerse, o también com-pran el cereal a los vecinos de Tenerife que acuden a Gran Canaria, conocedores de la escasez y de la carestía de los pre-cios, para ponerlo en venta. En ocasiones, incluso, se realizan conciertos con este fin, así en 1537 Gonzalo Fernández de Mesa, vecino de Tenerife, se compromete con Alvaro de Herrera, para traerle, antes de finales de septiembre del cita-do año 100 fanegas de trigo 'O2. Los señores de ingenio intere- 'O0 E. AZNAR VALLEJOD:o cumentos ..., doc. 652, p. 134. lo* Ídem, doc. 924, p. 185. Sobre este particular hubo pleito ante la Audiencia, dei cuai saiio airoso ei ingies. lo2 A.H.P.L.P., Hemando de Padilla, núm. 750, fol. 382r. En el documen-to se ponía como condición que si Fernández no cumplía con lo estipulado Herrera quedaría facultado para buscar el trigo donde lo hubiera. 420 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 1 sados en este trato son entre otros los italianos Antón Cerezo, Mateo Cairasco, Lucano de Riberol y Pedro Juan Leardo, ade-más del vecino Gaspar Rodríguez de Palenzuela. Entre 15 19 y 1555 las importaciones que se realizan pro-ceden o bien de Tenerife, y en algún caso de La Palma, en especial cuando lo que se demanda es cebada, salvo una car-ga que se recibe de Cádiz en 1522 con 6.000 fanegas 'O3, y otra que al parecer se recibe de las islas Azores en 1535, según se desprende del concierto realizado entre el mercader genovés Jerónimo Macía y Andrés Pérez, portugués, para que éste le mandase trigo de aquellas islas 'O4. Las cantidades recibidas en estos años no son muy eleva-das, a la vista de los datos que poseemos, salvo 1.200 fanegas en 1523 y 1 .O00 en 1520; el resto oscila entre las 300 y las 600 fanegas, que es ia cantidad que necesita aproximadamente un ingenio para comenzar la zafra. Sin embargo, ya en 1555 la Isla debió tener graves problemas, pues en dicho año la canti-dad solicitada al cabildo de Tenerife es de 10.000 fanegas de trigo, quien permite la salida después de haber pasado por años de escasez y necesidad 'O5. A partir de esta fecha aunque Tenerife siga en años pun-tuales socorriendo las necesidades de la Isla, bien a través del cereal perteneciente a las tercias reales o a los diezmos, Gran Canaria diversifica los puntos a donde debe acudir a comprar grano, pues Tenerife pasa por una situación muy similar a la suya, en cuanto a tener asegurado el abastecimiento. A partir de 1560, raro es el año en que no llegan al puerto de las Isletas cargamentos de trigo procedentes del exterior. En primer lugar cobran importancia las importaciones que pro-ceden de las islas, tanto de Tenerife romo de La Palma, Lanzarote y Fuerteventura. En su mayoría, frente a las com- 'O3 E. AZNARV ALLEJOy otros: Op. cit., doc. 421, p. 109. en 1522 Pedro de Peñalosa, regidor y vecino de Gran Canaria, en nombre de los vecinos, informa haber enviado a comprar trigo con 6.000 doblas, con las cuales se habían comprado 6.000 fanegas de trigo y sólo se habían enviado hasta la fecha 3.000, por lo cual se apodera a dos personas para que cumplan lo estipulado. 'O4 A.H.P.L.P., Hemando de PadiZZa, núm. 742, fol. 77r. los J. M. RODR~GUYEAZ NES:O p. cit., p. 70. Núm. 40 (1994) 42 1 32 MAiiUEL LOBO CABRERA pras que en décadas anteriores hacía el concejo para proveer al pósito y aquellas otras realizadas por particulares y señores de ingenios, el grano ahora procede de los diezmos y de las tercias reales, puesto que Tenerife estaba tan necesitado aho-ra como Gran Canaria, sobre todo por la inmigración, pues en 1557 en su cabildo se hace alusión a la entrada en la Isla de más de 2.000 personas ' O 6 , como por causas físicas, tales como las sequías o las plagas que asolan las cosechas, y también por la excesiva ocupación de tierras por el viñedo. Este grano pro-cedente de los impuestos eclesiásticos es comprado directa-mente por el cabildo o por los fieles del pósito a los canóni-gos o al cabildo catedral, o importándolo, en años de respiro, por el propio consistorio con autorización de los eclesiásticos o por reclamación que se hace de las tercias reales, así en Gc-bre de 1562 e! cGnceje, j=sticia y regimiente reur?iri,os cabildo, apoderan al vecino de Tenerife Blas Rodríguez para que pida y suplique al regimiento de aquella isla haga merced de dar licencia para sacar pan para el pósito, de todo el trigo perteneciente a las tercias reales que les pertenecía por entrar las tercias en el almojarifazgo de Gran Canaria, según la eje-cutoria real que tenían para sacar el trigo 'O7. Cuando este grano no es suficiente para proveer a la po-blación se recurre a la compra directa, que es lo que hace el cabildo en 1563. En enero de dicho año el consistorio apode-ra al gobernador el licenciado don Diego de Águila y al licen-ciado Luis Melián de Betancor, personero general, para que en nombre de la república y para la provisión de la Isla, por la gran necesidad que en aquel momento había de pan, pudie-ran comprar en Tenerife todo el trigo que les pareciera y ha-cerlo embarcar, y a la vez pedir al cabildo tinerfeño les hicie-ra merced de darle licencia para poderlo sacar dada la extre-ma necesidad que se tenía 'O8. En 1567 sucedió algo similar, 'O6 J. M. RODR~GUEYZA NES: Op. cit., p. 70. 'O7 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. En 31 de octubre el con-cejo vuelve a dar poder a Aionso de Eerrera y a "aernardino de San han, regidores, con el mismo fin. lo8 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. Asimismo, los apoderan para que si fuera necesario pudieran pedir prestado cantidad de trigo, el 422 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 3 solicitando por la vía de urgencia 500 fanegas de grano para socorrer la necesidad de la tierra 'Og. Junto a esto los canónigos y demás prebendados, hacen traer el trigo de sus prebendas para venderlo al pósito o al con-cejo, aunque, a veces lo venden directamente y son aquellos los encargados de ir a buscarlo; en 1569 el arcediano don Juan Salvago, requiere los servicios de un portugués, maestre de navío, para que fuera a Tenerife a buscar, al puerto de Santa Cruz, todas las fanegas de trigo que en su navío cupieran y entregarlo en el puerto de las Isletas "O, y en 1582 Alonso de Origüela, fleta su navío a los señores deán y cabildo para ir a la isla de Tenerife, a Garachico, y allí cargar todo el pan que tuviesen los señores deán y cabildo, y si no hubiera suficiente debía ir al puerto de La Orotava, de manera que por todo te-nia que cargar 700 fanegas, con las cuales tendría que retornar al puerto de las Isletas, donde lo entregan'a, por precio de un real de flete por fanega ll1. Son, por tanto, los eclesiásticos los que en estas fechas suministran el grano tanto al pósito como a los particulares, tal como se comprueba en 157 1 en que doña Inés de Herrera y su yerno Francisco de Azuaje, compran al obispo de Canarias 60 fanegas de trigo y 6 de cebada para la fabricación y molienda de los azúcares del ingenio del barran-co de Guadalupe l12. En la década de los ochenta encontramos a distintos miembros del cabildo catedral vendiendo a la justi-que les pareciera, con obligación de pago en otro tanto trigo del primero que a la Isla viniese, del próximo que se esperaba. 'O9 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. El apoderado ahora es Bernardino de San Juan, quien asimismo tiene facultad para que si quisie-ra pudiera obligarse a devolver dicha cantidad del primer trigo que viniese de España. A.H.P.L.P., Lorenzo de Palenzuela. núm. 827. fol. 401r. Por cada fa-nega le pagana de flete medio real. 11' En el contrato se señala que si el maestre no pudiera cargar, por peste o enfermedad que hubiese en los tales puertos, y por ello volviese de vacío, que en tal caso con testimonio se le pagaría la mitad del flete: A.H.P.L.P., Alonso de San Juan, núm. 879, fol. 395r. u2 A.H.P.L.P., Rodulgo de Mesa, núm. 783, fol. 282r. El trigo lo com-pran a Diego de Vadillo, en nombre del obispo Azoloras, como administra-dor de sus frutos y rentas, a 17 reales la fanega. Núm. 40 (1994) 423 3 4 MANUEL LOBO CABRERA cia y regimiento el trigo procedente de sus prebendas en la isla de Tenerife, puesto en el puerto de las Isletas H3. Por similares procedimientos la Isla también se provee de cereal de La Palma, Lanzarote y Fuerteventura. El trigo de La Palma procede íntegramente de los impuestos eclesiásticos y de las tercias reales, mientras que el de Lanzarote y Fuerte-ventura, aunque también llega a Gran Canaria por aquella vía, suele también ser comprado por el concejo y fieles del pósito tanto a los vecinos de aquellas islas como a los propios seño-res. Este grano comienza a llegar con cierta regularidad a partir de 1575, fecha en que ya las autoridades grancanarias tienen que acudir a otros mercados para proveerse de pan. Desde entonces el trigo llega vía los miembros del cabildo ca-tedral, pero cuando las necesidades apremian el cabildo apo-dera a uno de sus regidores para que se encargue de realizar la compra in situ, así en 1580 el regimiento fletaba el navío de un portugués para que fuese el puerto de Arrecife, en Lanzarote, a recibir 1.000 fanegas de trigo l14. Paralelamente, el cabildo había enviado al regidor Cristóbal de Serpa, que era el encargado de comprar el grano, con dinero, para hacer las operaciones que estimara conveniente l15. En 1592, se traen de 113 En estos casos le piden al cabildo el precio del trigo más las costas que se hicieran por la traída del mismo, y como se lo venden adelantado reciben siempre dinero a cuenta, obligándose ellos a la vez, para dar segu-ridad a las ventas, a hipotecar parte de sus bienes. En 1580 vendieron el trigo correspondiente a sus prebendas don Pedro Salvago, arcediano de Fuerteventura, don Juan Salvago, su hermano, arcediano de Canaria, don Diego Ruiz de Salazar, relator de la Inquisición, don Pedro de León, maes-trescuela, en nombre del deán y cabildo, don Diego de Águila, canónigo, don Juan Borrero, racionero, don Luis de Morales, canónigo, don Alonso 1 . , . A - 1 c - - ~ . .n S: - : - I TT n~ v a i u c a , L a i i u i i l g u y a c c i c r a i i u uci 3allLu VI ICIU, C L I L ~ CU LLUJ . ii.n.r.~.i'., Alonso de Balboa, núm. 778, fols. rs. 114 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 778, fol. 795v. El maestre se obli-ga a traerlo y desembarcarlo con su gente y barca en tierra, por precio de un real por fanega. Para traerlo se realizaron varios fletamentos, y en uno de ellos el muestre, Un vecinc de Tenerife, c~nfesaba recibir de! regidur dvil h a n Pacheco, en nombre del regimiento, 4.200 reales de plata para entregar en Lanzarote al regidor Serpa: A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 778, fols. 800v., 802v., fol. r. 424 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~NTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 5 Lanzarote 3.000 fanegas de trigo, mediante embargo que don Luis de la Cueva había hecho en los bienes de don Agustín de Herrera, por una deuda de 28.600 reales l16. Algo similar sucede cuando quien provee de pan al pósito es la isla de Fuerteventura; en este caso el señor de la isla es quien se concierta con el regimiento y con el pósito para simunistrarle el trigo que le demandan, así en el año 1580, año de escasez y de hambruna en la isla, don Gonzalo de Saavedra reconoce tener contratadas y vendidas a la justicia y regimiento y al pósito 2.000 fanegas de trigo de la cosecha de ese año en Fuerteventura, a precio de 11 reales, más los cos-tos de quintos y acarretos hasta ponerlo en los puertos de la Peña Horadada y Puerto de Cabras, que sumarían 4,5 reales más por fanega '17; en 1592 se vuelve de nuevo a comprar tri-go ai señor de Fuerteventura en condiciones similares, con el agravante de que el grano estaba embargado por orden del capitán general don Luis de la Cueva, por lo cual don Gonza-lo lo vende con la condición de que sea la justicia quien ne-gocie el desembargo 'la. 116 A.H.P.L.P., Francisco Casares, núm. 925! fol. 684r. La deuda estaba ocasionada por 28.600 y tantos reales que don Gonzalo Argote de Molina, su yerno, había recibido para la provisión del trigo de los soldados del pre-sidio que el rey tenía en las islas. Se obligaba a poner el trigo en Las Pal-mas a precio cada fanega de 13 reales, libre de costos y derechos. A.H.P.L.P., AIonso de Balboa, núm. 778, fol. 852r. Don Gonzalo dio por fiador a Hernán Peraza, regidor y alguacil del Santo Oficio: Ídem: fol. r. '18 A.H.P.L.P., Francisco Suárez, núm. 803, fol. 297r. En esta ocasión se compraron 400 fanegas de trigo bueno a precio de 16 reales la fanega, obli-gándose el señor de Fuerteventura a entregarlo en el puerto del Roque, dando por ello como fiador a Hernando Lezcano, regidor: Ídem, fol. 374v. Núm. 40 (1994) 425 MANUEL LOBO CABRERA Año 1520 1523 1 S28 1529 1533 1537 1539 1542 1543 1 546 1552 1555 1 562 1563 1567 1569 1570 1571 1573 1575 1578 1579 1580 1582 1587 1590 1591 1592 1593 1577 1598 1599 CUADRO 1 IMPORTACIONES DE LAS ISLASIFANEGAS Tenerife 1 .o00 1 SO0 350 350 1.127 cereales '19 400 600 4.400 10.000 tercias trigo 500 trigo 60 trigo 2.000 600 700 trigo trigo Lanzarote Fuerteventura La Palma Islas 303 668 5 O trigo trigo trigo 220 500 1.672 2.000 trigo 40 500 130 trigo 3.200 400 trigo gaQ 120 cereal cereal 119 Sólo indicamos ia iiegada de granos, sin saber si es trigo o cebada, puesto que no hemos podido saber la cantidad importada. I2O Además de cantidad de trigo, también se importan otras cantida-des, entre ellas la que se pueda comprar con 5.500 reales. EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 3 7 Cuando el pan escaseaba en Gran Canaria y las islas como mercados locales no podían remediar la penuria ni las deman-das de la población, entonces se recurría a importarlo del exte-rior, en primer lugar de la Península y luego del extranjero. Para traer el pan de los puertos peninsulares, el cabildo conta-ba con el apoyo del monarca y de las autoridades .del reino, quienes expedían cédulas para facilitar las exportaciones de cereal con destino a Gran Canaria. En febrero de 1563 el licen-ciado don Diego del Águila, gobernador a la sazón de la Isla, reconocía que el rey le había dado licencia para poder sacar de los puertos de Jerez, Málaga y Mazarrón 500 fanegas de trigo, y por dicha razón apoderaba al mercader Antonio López, resi-dente en España para que las pudiera sacar y embarcar con destino a la Isla 121. Sin embargo, un año más tarde, en 1563 la necesidad debía apremiar a las autoridades para apoderar a Esteban de Soberanis y a Hernando de la Fuente Velluga, veci-no de Cádiz, para que en nombre de la Isla solicitaran al rey les hiciera merced de darle licencia para sacar y embarcar por los puertos de Sevilla, Cádiz y otros de Andalucía 30.000 fane-gas de trigo para abastecer a la Isla, por haberse cogido en ella muy poco pan, por la esterilidad tan grande que había habido en la cosecha del año 12'. En efecto, tal petición debió surtir efecto porque al año siguiente el vecino de Cádiz, Juan Jinete, maestre de navío, confesaba haber venido de la Península con trigo, y daba poder para cobrar los fletes 123. El año de 1567 debió ser otro de penuria para la población insular, pues no había manera de encontrarse trigo, al haber-se perdido la sementera por el mal tiempo y la sequía, por ello IZ1 A.H.PL P. P ~ d mde E S C I ~GnKij m. 768, fe!. ?2r. lz2 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. En el mismo día el ca-bildo daba nuevos poderes. Uno a Martín de Campos, vecino de Sevilla, para que compareciese ante el rey y solicitara la merced y la presentase ante la justicia de cualquier ciudad donde fuese necesario para sacar el pan y embarcarlo, y otro al vecino de Cádiz, Diego de Polanco y al doctor Fiesco. para que pudieran sacar de cualquier parte de Frpafia y pr cm!- quier puerto la cantidad de trigo que quisieran y enviarlo a la Isla por la merced y licencia que él regidor Alonso Venegas había conseguido para im-portar hasta cantidad de 6.000 fanegas. lZ3 A.H.P.L.P., Francisco Méndez, núm. 819, fol. 61v. Núm. 40 (1994) 38 MANUEL LOBO CABRERA de nuevo el cabildo reunido según costumbre apoderaba al li-cenciado Luis Melián de Betancor, residente en la corte, y a Antonio de Quintela, solicitador en la corte, para que pidie-ran al rey nueva merced para sacar por los puertos de Sevilla, Jerez, Sanlúcar y Puerto Real 30.000 fanegas de trigo para la provisión de la gente de la Isla 124. Años más tarde, en 1572, y con una nueva licencia se im-portaron de los puertos andaluces 800 fanegas de trigo para socorrer al vecindario lZ5. Estas importaciones junto con otras que se hacen desde Europa van a permitir a los vecinos alcanzar algún respiro en su nivel de vida, hasta el punto que entre esto y las buenas B cosechas del año siguiente se consigue mantener a la Isla abastecida, de tal manera que en 1573 se había enviado a un O vecim u cemprar trigc! para e! pSsitn, pem d haber riificiente n =m trigo en el mercado y a la espera de que llegasen nuevas pro- O visiones del exterior, se le permitió emplear el dinero recibido E 2 en otras mercaderías de mantenimientos y de cosas de lence- E ría 126. Pero de nuevo, en 1574, la escasez volvía a ser un es- = pectáculo rutinario en Gran Canaria, y de nuevo el trigo de - Castilla circula en el mercado '27, a la vez que barcos con di- o m E cho grano aportan a las Isletas, tal como lo reconoce la tripu- O lación de un barco, que dice haber venido de España con car-n ga de trigo y de otras mercaderías '28, y por otros testimo- E nios '29. Este año, el concejo se moviliza para proveer a la pla- a za de trigo, y así hace concierto con el vecino Agustín García n Lozano, por el cual éste se obligaba a ir a España para com- 3 O 124 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 782, s.f. 125 A.G.S., Registro General del Sello, 21 de octubre de 1572. '2b A.H.P.L.P., Kodrigo de Mesa, núm. 734, foi. Óór.; Luis áe Balhou, núm. 860, fols. 34r y 41r. 12' A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 785, fols. 552r., 585r., 587r. Así consta en los distintos reconocimientos de deuda que se otorgan ante es-cribano por los vecinos, pagando la fanega de trigo a precio de 16 reales. 128 A.H.P.L.P., Rodrigo de Mesa, núm. 785, fol. 81r. El maestre del mis-mo era h a n Jinete, vecino de Cádiz. 129 A.H.P.L.P., Luis de Balboa, núm. 860, fol. 138r. Así el escribano de una nao reconoce haber recibido de un vecino 425 reales por el flete de 300 fanegas de trigo que trajo de Sevilla. 428 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~~NTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 39 prar y enviar con destino al pósito hasta 8.000 fanegas de tri-go bueno de la cosecha del 74, para lo cual había recibido del concejo 4.000 doblas, llevando por su trabajo de ganancia un real y cuartillo por fanega, tal como estaba establecido en las ordenanzas del pósito 130. Esta ocasión, como aquellas otras en donde la escasez es no-toria, es aprovechada por los mercaderes, tanto italianos como flamencos y franceses, para hacer sus mejores negocios, pues sabemos que en dicho año un mercader italiano, residente en la Isla, había vendido a menudo más de 1.500 fanegas a distintas personas, entre ellas al propio gobernador y a la Audiencia 131. El año de 1576 es el último del siglo en que Gran Canaria importa trigo de la Península, en parte porque a partir de di-cha fecha y ya desde antes, la escasez se extiende por igual por aquei territorio, de tai modo que Andalucía hasta más o menos estas fechas, exportadora de grano, no puede cubrir su consumo más que importando grano extranjero e incluso de las islas, en momentos en que hay buenas cosechas 132, por lo cual ya no puede acudir a las peticiones de socorro a aquella zona. En dicho año, el concejo se concierta con los genoveses Cosme Cibo de Riberol y Jacome Promontorio para que traje-ran para el proveimiento de la población hasta 10.000 fane-gas de trigo; el año debió ser tan malo que ni el cabildo ni el pósito tenían el suficiente numerario para entregar a los mer-caderes, por lo cual algunos vecinos se ofrecen para prestar el dinero con aquel objetivo 133. Agotada la vía de recurrir a la Península, cuando el trigo A.H.P.L.P., Tomás Marín, núm. 2.579, fol. 38r. Lozano se obliga a enviar la carga en un plazo de 20 días despiiér de que hubiera &teni& !E licencia del rey, para poder sacarlo. Para tal efecto da fianzas, constituyén-dose por sus fiadores los vecinos de Telde, Juan de Zorita y Alonso de Zorita: fdem, fol. 39r. 131 A.H.P.L.P., Lorenzo de Palenzuela, núm. 832, fol. 1.069r. El merca-der es Bernardo Coquilla y da poder para cobrar sus deudas, al también italiano Nicolao de Fránquez. 132 M. LOBO CABRERA: El comercio canario europeo bajo Felipe 11, Funchal, 1988, pp. 127-128. 133 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 755, fols. 605v., 608v., 609v., 610v. y 613r. Núm. 40 (1994) 429 40 MANUEL LOBO CABRERA recogido en las islas comarcanas no es suficiente el cabildo recurre al exterior, primero a las zonas más cercanas como las islas atlánticas y Portugal, y luego al norte de Europa, a don-de desde la segunda mitad del siglo se acude con cierta conti-nuidad, de manera que a partir de dichas fechas concurren en el mercado junto con el trigo de la tierra, el de las islas, el de Castilla y el trigo nórdico, que cada vez va cobrando mayor importancia en el comercio internacional de cereales, y que es el único que en estos momentos de crisis, cuando un granero se cierra, éste se abre para suministrar el trigo que falta. Las importaciones de trigo de Madeira y del Portugal con-tinental son más bien testimoniales, puesto que el territorio B lusitano peninsular siempre había sido un mercado receptor N E del grano canario desde comienzos del siglo m, e incluso en O 12 ceglmda mitad de1 siglo e1 reino portugués padeció conti- --: m nuas crisis frumentarias, convirtiéndose casi en una constante O E de su economía, por lo cual la escasez de pan le llevó a im- E 2 portarlo desde sus propias islas y cuando estas fuentes son -E insuficientes para satisfacer las necesidades del país lo impor- 3 ta desde los países nórdicos y mediterráneos 134. Las islas por- -- tuguesas, sobre todo Azores, donde se había impuesto la cul- 0 m E tura del pan, habían provisto, en épocas anteriores, de cereal O a Gran Canaria, pero Madeira había basado su abastecimien- 5 to en el cereal que compraba en Azores y en Canarias. Sin n -E embargo, en algunos años en que la escasez era tan grande y a 2 el pan poco se acude a estos graneros excepcionales, en don- -: de posiblemente el pan que se compra no sea de la tierra sino n a la vez importado de otras zonas. La primera fecha en don- 3 O de nos consta que desde Gran Canaria se trae trigo de Madeira es en 1572; en efecto en dicho año por la extrema necesidad de pan que la Isla tiene, el concejo acuerda enviar dií ai regi-dor Hernán Peraza a comprar alguna cantidad de trigo, con el agravante de que ni el cabildo ni el pósito tienen dinero para ello, por lo cual piden prestado a los vecinos 9.197 rea-les, que se comprometen a pagar en cuanto viniese el cereal o 134 V. MAGALHAEGS ODINHOO: S descob~imentose a economía mundial, Lisboa, 1982, vol. 11, pp. 217-244. EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 41 antes si antes se vendiese el trigo 135. Con dicho dinero Peraza se fue a la isla de la Madeira en enero de 1572, en la barca de Salvador Hernández, a comprar el pan, yendo el capital a riesgo del concejo 136E. l maestre se obligaba a llevarlo al puer-to principal de la isla portuguesa, donde le daría diez días de demora para cargar hasta 1.000 fanegas de trigo que era el porte de su barca 137. Del Portugal continental también se importó trigo en oca-siones excepcionales, todas en el último tercio del siglo, y en cantidades no muy importantes, salvo 6.000 fanegas que en 1583 se habían mandado buscar con Álvaro Rodríguez, a quien en 1585 se le pagan 1.380 reales de derechos, del trigo que había enviado a Gran Canaria 138l,o que indica que ante una mala coyuntura se acude a todos los graneros posibles para contar con el cereai suficiente. La primera importación, que conocemos, se realiza en 1573, año en que también se im-porta grano de España, de Tenerife y de La Palma. En la cita-da fecha llegan al puerto de las Isletas, procedente de Avero, 300 fanegas de trigo; al parecer se traía más cantidad, pero al aportar la nave a Lanzarote la justicia de aquella isla hizo sacar de la misma 500 fanegas para proveer a la población que también estaba necesitada 139. Dos importaciones más se realizaron en 1578 y en 1583. En la primera fecha el encargado de traer el trigo es un alemán, natural de Silesia, que posiblemente estuviera vinculado con la Isla por este trato, ya que en su testamento da distintas '35 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm. 776, fol. 249r. Entre los vecinos que entregan dinero para la compra del pan se encuentran el deán don Juan de Villalta, el chantre don Luis Corral, el regidor Hernán Peraza, el mayor-domo del concejo Miguel Arencibia y algunos mercaderes y artesanos jun-to con otros vecinos. 136 A.H.P.L.P., Alonso de Balboa, núm, 776, fol. 250r. 13' A.H.P.L.P., Antonio Lorenzo, núm. 812, fol. 12r. Por el flete de ida y vuelta cobraría 90 doblas de oro. 138 A.H.P.L.P., Bemardino Rosales, núm. 888, fol. 599v.; núm. 889, fol. 149r. En 1583, el teniente de gobernador reunido en su casa con varios regidores, dan poder a un vecino de Lisboa y a otro de la Isla, para recla-mar las 6.000 fanegas de trigo que Rodríguez era obligado a traer de Por-tugal para proveimiento de la Isla. 139 A.H.P.L.P., Pedro de Cabrejas, núm. 856, fol. 43r. Núm. 40 (1994) 43 1 42 MANUEL LOBO CABRERA noticias relativas al mismo. Llegó a Las Palmas en el navío de un portugués, en el cual había cargado 70 moyos de trigo 140. CUADRO11 IMPORTACIONES DE PENÍNSULA IBÉRICA E ISLASIFANEGAS Año Castilla Portugal Islas trigo (Azores) 30.500 trigo 30.000 8.100 trigo 300 8.575 600 10.000 70 moyos 254 6.798 * D 1 .O00 (Madeira) E Sin embargo, en la segunda mitad del XVI quien en verdad provee del cereal necesario a la Isla son los países del norte de Europa. Este trigo llega vía Francia y Flandes, pero posiblemen-te será cereal nórdico, redistribuido por las plazas flamencas. Tanto en las escrituras de reconocimiento de deuda como de venta se cita reiteradamente el trigo de Flandes; el mismo es traído por los mercaderes flamencos, quienes ven en este trato un modo más de hacer negocio, pero también es enviado a buscar por las autoridades isleñas para paliar las necesidades. Las primeras importaciones datan de la década de los sesenta. En 1567, los hermanos flamencos Cornieles y Gregorio Manacre, agentes de una compañía familiar radicada en Amberes, y asentados en la Isla por su interés en comerciar con los azúcares isleños, se conciertan con el cabildo para comprar 140 A.H.P.L.P., Luis de Balboa, núm. 863, fol. 474r. En el testamento aclara que e1 trigo que se cargó a bordo era por su propia cuenta y no de otro. 432 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 4 3 en Flandes, Holanda y Osterlan, para su provisión y para el pósito 6.000 fanegas de trigo, y traerlas a bordo de la urca que les pareciera, para entregarlo en Gran Canaria por la medida de ella, de acuerdo a lo previsto en las ordenanzas del pósito. El contrato otorgado para tal fin contempla cierto número de condiciones, entre las cuales son de señalar las siguientes: los mercaderes se obligan a defender la carga durante el trayecto diciendo que venía para la provisión de la población y si así y todo se la robaban la pagarían al regimiento; éste después de descargado el grano y entregado le debía pagar en un plazo no superior a dos meses a precio de 16,5 reales la fanega, habien-do descargado con los bateles que estuviesen en el puerto; el concejo debía poner persona en el puerto de las Isletas para recibir el cereal, y una vez recibido encerrarlo en un granel, el cual debioa tener dos ilaves, una para los mercaderes y otra para el cabildo, para una vez vendido el grano pagar con ello a los mercaderes; otra condición a señalar es que este trigo traído para el pósito debía ser el primero en venderse y hasta que no se acabara no se podía vender otro 141. En este mismo año llegan otras partidas de trigo por cuen-ta de distintos mercaderes, que lo fueron vendiendo al menu-deo entre los señores de ingenio y los vecinos 142. Por las ven-tas realizadas y por los reconocimientos de deudas que hacen estimamos que estos mercaderes importaron unas 2.500 fane-gas de trigo, que llegaron al puerto de las Isletas, a bordo de la nao «El León Rojo», y procedía del condado de Gelandia 143. 14' A.H.P.L.P., Alonso de BaZboa, núm. 755, fol. 753r. Los otorgantes se obligan a cumplir la escritura en los plazos contenidos so pena de 1.000 ducados para el pósito. 14* A.H.P.L.P., Lovenzo Paíenzuefa, núm. 826, fols. 926r y 948r. Los importadores eran un mercader flamenco y otro francés, y entre sus com-pradores se encontraban los señores Francisco Palomar Y -~uanA ntonio de Sobranis, quienes había comprado unas 90 fanegas cada uno, que paganan ,con el azúcar obtenido de la molienda que harían en sus ingenios de Agaete 'y Guía respectivamente. '43 A.H.P.L.P., Lorenzo Palenzuela, núm. 826, fol. r.; Fmncisco Méndez, núm. 822, fol. 58r. Sobre la liquidación de estas cuentas entre los mercade-res hubo pleito, por lo que tuvo que intervenir la justicia nombrando jue-ces árbitros para este negocio mercantil. Núm. 40 (1994) 433 44 MAhíUEL LOBO CABRERA En 1.57 1, de nuevo el concejo decide importar de Flandes, requiriendo para ello los servicios de Cornieles de Manacre, según consta por el poder que el capitán Pedro Cerón, en nombre del cabildo, da al regidor García Osorio, para otorgar las escrituras que fuesen necesarias con el flamenco, según el concierto realizado por la ciudad, para traer de Flandes o Francia, donde lo hallase, hasta 5.000 fanegas de trigo, a pre-cio de 17,5 reales, y ponerlas en el puerto de las Isletas 144. Seguidamente y por los mismos días de julio de aquel año Manacre apoderaba a varias personas entre ellas a sus herma-nos, al flamenco Adrián de Fiebres y al catalán Antonio Joven para que dieran cumplimiento a la escritura que él había otor- B gado para traer el trigo para el pósito 145. Para realizar dicha E operación Manacre recibió de la ciudad 1.400 doblas. o Este tipo de ~snt r i t í i c iorq?u~e~ r ealiza el concejo en nom- n - m bre del pósito, están acorde con las ordenanzas del mismo, en O donde se contempla que para comprar o enviar a comprar el SE trigo necesario para el establecimiento se debía nombrar per- E sona a la cual se le señalara salario por su trabajo en la com- 3 pra, asegurando los dineros que enviasen para tal efecto 146. - Sin embargo, los mercaderes enviados para tal fin, además de 0 m E recibir una comisión por su encomienda, obtenían también un U beneficio con este trato, tal como se observa en algunas escri-turas, en donde el comerciante se asocia con otro, en régimen n E de compañía, heredando uno de la misma dos tercias partes a de la ganancia y otro un tercio 14'. n Estas provisiones, tan necesarias, llegadas de Flandes se n interrumpen en los años siguientes, en parte por la piraten'a O 3 '44 A.H.P.L.P., Antonio Lorenzo, núm. 81 1 , fol. 320r. '" A.H.P.L.P., Francisco iviénáez, riúiii. 522, fol. 1 2 : ~ . Eli dicho poder se especificaba que el grano debía estar cargado y despachado por todo el mes de noviembre, por lo cual solicitaba que pidieran cumplimiento y tes-timonio a las justicias de la parte donde se cargaba el mismo. 146 P. CULLÉN DEL CASTILLO: Op. cit., doc. LXXXVII, pág. 155-156. 14' A.H.P.L.P., RodYigo de Mesa, núm. 783, fol. 399r. Así consta de la sociedad formada por Corriieks de Manacre cm e! es cribar?^ Frmciccn Méndez, que había sido su fiador ante el cabildo. Por Méndez había ido a Flandes a la compra del trigo su hermano Antonio Joven, que luego se asen-taría en Francia, en el señorío de Bretaña. 434 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 4 5 existente en el Atlántico que interceptaba la navegación tanto en el canal de la Mancha como en otras partes, y sobre todo a causa de la insurrección de Holanda y Zelanda que obliga a interrumpir el tráfico entre Canarias y Flandes, por ello hasta 1583 no volvemos a tener noticias de la arribada de trigo a Gran Canaria procedente de aquella región. Ahora bien, no sabemos si este cereal procede directamente de allí o si por el contrario llega a la Isla, a través de navíos de otra bandera distinta a la flamenca, ya que no nos consta que el cabildo contrate los servicios de mercaderes de aquella nacionalidad, ni tampoco tenemos noticias de la llegada a puerto de ningún barco que venga directamente de Flandes, pues ni siquiera en los expedientes de visitas de navíos del tribunal de la Inquisi-ción registramos ninguna entrada 148. Sin embargo, en los años de i583 y i584 se comprueba que en ei mercado circula trigo de Flandes, según se constata por las escrituras de reconoci-miento de deuda que otorgan los vecinos entre los meses de noviembre y diciembre de 1583 y entre enero y marzo de 1584. Por los pagos se deduce que el importador había sido el mercader flamenco, asentado en Las Palmas, donde adquiere prestigio y solvencia en poco tiempo, Daniel Vandama, aun-que también figura como receptor de los pagos por el grano el regidor y depositario general Alonso Venegas 149. En estas mismas fechas también se realizan pagos en don-de se hace mención a trigo extranjero o trigo de fuera de las islas, que posiblemente sea de origen flamenco, al estar impli-cado en su venta el propio mercader Vandama lS0. Otro granero importante para Gran Canaria, cuando se cerraban los habituales, era Francia. Las importaciones desde los puertos del litoral atlántico francés comienzan en 1580, y dichas relaciones entre ambos puntos a través del cereal no 148 Vid. M. LOBO CABRERAE: l comercio. .., p. 95. 149 A.H.P.L.P., Bemardino Rosales, núm. 888, fols. 804r., 805r., 809r., 810r., 812r., 813r., 814r. y 817r.; Luis de Loveto, núm. 870, fols. rs. En escri-tura otorgada en 16 de enero de 1584 se aduce al trigo desembarcado del navío de los mercaderes. lS0 A.H.P.L.P., Alonso Femández Saavedra, núm. 796, fols. 489r., 491r. y 492r.; Luis de Loreto, núm. 870, fols. 944r. y 948r. 46 MANUEL LOBO CABRERA deben extrañar, puesto que existía la misma conexión entre la Península Ibérica y el país galo, según ha demostrado La-peyre l5I. El trigo francés circula por el mercado isleño igual que cualquier otro, a diferencia de que su precio está subido por encima de la tasa, al poderse vender libremente. Sus impor-tadores son los mismos comerciantes, agentes de sociedades radicadas en Ruán, Le Havre y Sant Malo, aunque también hallamos flamencos, entre ellos el ya citado Daniel Vandama, que en 1581 había vendido a menudo distintas cantidades de grano, tanto en la ciudad, como en Telde y otras partes de la Isla lS2. A veces, el propio cereal es objeto de intercambio, así un señor de ingenio entregaba 210 arrobas de azúcar a un mercader como pago a 368 fanegas de trigo, apreciadas a 23 reales cada 1 ~ x 1 , qie había comprado para iniciar la molien-da de su ingenio y para mantener a la gente y oficiales del mismo, por estar la tierra tan necesitada 153. No sabemos las cantidades exactas que se importaron en el período, pero sí tenemos constancia de que los navíos pro-cedentes de Francia y arribados al puerto de las Isletas traían a bordo junto con otros artículos alimenticios y mercaderías, trigo, seis de los cuales llegaron a Gran Canaria entre octubre y diciembre de 1593 154. Por último, debemos señalar que Inglaterra fue también para la Isla un granero ocasional. Por dos veces se recibió tri-go de aquel origen: a comienzos y a finales de la centuria. En ambos casos son ingleses, un maestre de nao y un mercader, los encargados de tal operación. En 1512, trajo pan para el proveimiento de la población Guillermo Flanigan lS5, y en e1 último cuarto del siglo es el encargado Cristóbal Laque, veci-lS1 H. LAPEYREU: ne famille de marchandis: les Ruiz. Contribution a létude du cornrnerce entre la France et 1'Espagne ou temps de Philippe 11, Paris, 1955. lS2 A.H.P.L.P., Rodriga de Cubas, núm. 2.585, fols. rs.; Bemardino Ro-sales, núm. 866, fols. SSv., 72r. y 79v. lS3 A.E.?.L.P., Alonsv Femdndez Saüiedm, 746, f d !!Jr. lS4 A.M.C., Inquisición, leg. CV-7, CLIV-62 y Papeles sueltos. Entre los barcos tenemos a «La Juaneta,,, «La Granden, «La Lebrera)) y «La Margarita». 'j5 E. AZNARV ALLEJOL: a integración ..., doc. 924, p. 185. 436 ANUARiO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 47 no de Londres. Éste se compromete a traer un cargamento de Inglaterra, mediante contrato que realiza con el cabildo y el fiel del pósito. La escritura se realiza en 1585, fecha en que el inglés se obliga a ir a buscar para el pósito 2.000 fanegas de trigo, a precio de 19 reales cada una, que se le debían pagar en un plazo de 15 días después de descargado en la Isla, libre de derechos de almojarifazgo 156. IMPORTACIONES DEL NORTE DE EUROPNFANEGAS Año Flandes Francia Inglaterra trigo trigo 6.000 5.000 trigo trigo trigo trigo 368 2.000 trigo 15' trigo trigo Sobre las cantidades totales de trigo que entraron en Gran Canaria a lo largo del siglo, no podems dar cifras exactas, aunque sí conocemos las fechas concretas en que fueron en-trando en circulación los diferentes cargamentos y partidas. n- T---._ir - A-.- -.--- - L..-- -'-- -..-L---i -- 2 - 1- 2 - 2- YG IGI~GI-ILG LGI~GIIPUS C;vIlsLaIiC;ia u u m e I i C ; a ut: ia C r i L r a u a ut: 18.610 fanegas, cifra a todas luces ridícula puesto que cada año llegaban a los puertos de la Isla cantidades superiores, no sólo las contratadas por los vecinos, los señores de ingenio y el cabildo, sino también las que se traían como fruto de los diezma y de !as tercius reales. Ei, e! cuso de Lunzurete y lS6 A.H.P.L.P., Bernardino Rosales, núm. 889, fol. 116r. Salió por su fia-dor Baltasar de Armas. lS7 Este año llegaron 6 navíos de este destino cargados de trigo. Núm. 40 (1994) 437 48 MANCEL LOBO CABRERA Fuerteventura nos sucede algo similar, puesto que en la segun-da mitad del siglo actúan dichas islas como verdaderos grane-ros para proveer a Gran Canaria, ya que el cabildo mandó con frecuencia a algunos regidores para que se encargaran de la compra del pan, a la vez que los canónigos y el deán y cabil-do vendían a la ciudad el cereal producto de sus prebendas que tenía aquel origen, sin embargo, las cifras contables que aparecen en los protocolos son mínimas: 8.300 fanegas de Lanzarote y 2.400 de Fuerteventura. Las cantidades que tenemos sobre la importación desde los graneros andaluces, quizá pudiera estar más cercana a la rea-lidad, al contemplarse cifras concretas en las peticiones y rea-les cédulas emitidas al efecto, así tenemos contabilizadas la llegada de más de 80.000 fanegas de trigo. Francia y Fhdec debieron ser henos proveedores, aci a? menos se desprende de la continua concurrencia de cereal de aquel origen en el mercado insular como por la llegada de navíos que dicen venir cargados de trigo, pero no porque ten-gamos cifras al respecto, salvo en el caso de las contratacio-nes realizadas por el cabildo con distintos mercaderes para traer cargamentos puntuales en años de déficit. En Europa lo mismo que en la Península Ibérica el precio del trigo varió sin cesar, a merced de los stocks, de los trans-portes, de las inclemencias que presagiaban y determinaban las cosechas, de las propias cosechas y del momento del año 158, por tanto su precio, entre el de todos los productos, era el que más fluctuaba, y de hecho en España se hicieron esfuerzos para controlar los precios, en especial el del trigo, ante su constante incremento 'j9. Analizando las distintas gráficas publicadas al efecto se comprueba como el precio del trigo describe una línea fluc- 158 F. BRAUDELO:p . cit., p. 101. Is9 E. J. HAMILTON: El tesoro americano y la revolución de los precios en España, 1501-1650, Barcelona, 1975, pp. 258 y SS. 438 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 49 tuante siempre en alza, con grandes inflexiones y con aumen-tos considerables que en algún caso llegaban al 60 por 100 en relación a un período precedente 160. En Canarias el ritmo es desigual, y donde más se notan los desequilibrios es en Gran Canaria, así en el primer cuarto del siglo m los valores del trigo en esta Isla eran un 25 por 100 más elevados que en Tenerife 16'. En la segunda mitad de la centuria los precios fluctúan bastante en función de los acon-tecimientos aunque también es cierto que la mayor parte de los datos están tomados de los protocolos que representan el valor presente en las transacciones, y no de los acuerdos del cabildo donde seguramente se señalaría el valor acordado para la venta. Por otra parte, al coincidir en el mercado trigo de distintas procedencias, originado por la escasez, existe libertad de precio, tai como se estabiece en ia ceduia de i578 que se permite que se venda el pan de Castilla libremente, sin guar-dar la pragmática de la tasa, ya que si «faltase libertad de ven-derse libremente el dicho pan por el mismo caso les faltaría el mantenimiento» 162p, or lo cual se prorroga la licencia por diez años más. Imaginemos que igual medida se tomó con todo aquel grano que procediera del exterior y en especial del norte de Europa, que es el que más oscilaciones observa en los precios. Por tanto estas condiciones hacen que existan grandes diferencias en los precios entre el trigo de la tierra, al cual se aplica la tasa, y el trigo del exterior, tanto el de las islas comarcanas como el de Castilla, Francia y Flandes. La tasa puesta en vigor, de nuevo en 1539, por el rey Carlos, co-locaba el precio legal del trigo en 7 reales, y al parecer así estuvo vigente durante cerca de 20 años, según se desprende de algunas contabilidades peninsi-llares 163; pnstefinrmente estableció un nuevo precio en 1558 en que la tasa se elevó hasta 9 reales, pero quedando exento de tal valor el grano que procediera de fuera del reino, y así estuvo vigente hasta 1571, 160 B. BENNASSARVa: lladolid en el Siglo de Oro. Una ciudad de Castilla y su entorno agrario en el siglo XVZ, Valladolid, 1983, pp. 260-263. E. AZNARV ALLEJOL: a integvación. .., pp. 256-257. 162 A.M.C., Libro Rojo de Gran Canaria, fol. 127r. 163 E. J. HAMILTONO:p . cit., p. 261. Núm. 40 (1994) 439 50 MANUEL LOBO CABRERA en que se eleva a 11 reales, precio al que se vendía el trigo de la tierra en Gran Canaria, tal como se constata en algunas escrituras otorgadas en 1573 164, hasta que en 1582 fue eleva-do de nuevo por una pragmática datada en Lisboa, a 14 rea-les '65, y así comenzó a aplicarse en Canarias en 1583, quedan-do vigente hasta fin de siglo. Por debajo de este precio sólo se comercializó alguna partida procedente de la cilla como su-cedió en 1579, en que la fanega de este grano alcanzó un pre-cio de 8 reales, o el del pósito que fue vendido en 1585 a 10 reales. En lo que respecta al grano importado éste sufrió graves variaciones en sus precios, que oscilaban en función de una buena cosecha, de la llegada de abundante trigo, de la esca-sez y de la época en que era puesto en venta. El trigo de las islas se elevó por encima de la tasa en algunas ocasiones has-ta un 54 por 100 como sucede en 1571 con el trigo de Tene-rife, y el 8 1 por 100 en el caso del de Lanzarote. En 1582, año de escasez y de sequía, este mismo trigo sufrió un alza del 63 por 100 en relación al precio de la tasa, y en 1593 alcanza el 50 por 100 para descender en 1598 por debajo del precio máximo en dos reales. El trigo de Castilla, al venderse también libremente para fomentar las importaciones, llega a alcanzar un valor del 100 por 100 por encima de la tasa en algunas ocasiones, como sucedió en 1575. Algo similar sucedía con los trigos extranje-ros. Los de Flandes y Francia siguen oscilaciones similares, así mientras el grano francés llega a conseguir un precio en el mercado de hasta 18 reales, con el 63 por 100 subido sobre el precio de la tasa, el de Flandes alcanza un valor máximo de 24 reales en los años de 1583 y 1584, lo que significa un 71,4 por 100 más sobre su vaior. Mientras los índices comentados se dan en aquellos perío-dos en donde la escasez se acompaña del alza de los precios, en los momentos de tranquilidad y de abundancia de cereal 164 A.E.?.L.?., &&gs de Aíresu, núm. 784, fe!. 021~E. r, !a ',enta de t e - go que hace el obispo al regimiento se señala que el mismo es vendido conforme a la pragmática real que es de 11 reales por fanega. 165 E. J. HAMILTONO: p. cit., p. 266. 440 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLJ~NTICOS EL TRIGO Y EL ABASTECIMIENTO DE GRAN CANARIA EN EL QUINIENTOS 5 1 los valores se equilibran, tal como sucedió en el último quin-quenio del siglo. En la tabla siguiente, donde se aprecian los precios míni-mos y máximos del trigo en el primer tercio y en el último del siglo, se puede observar la evolución que siguen los mis-mos a lo largo de la centuria, teniendo siempre en cuenta las limitaciones que tienen los mismos, en función de las fuentes utilizadas, para dar una idea de la propia coyuntura, donde los precios se duplican entre 1512 y 1537, fenómeno que lue-go se repite entre la década de los sesenta y de los ochenta, para volver en el último quinquenio a los valores de 1568. Su-gieren, no obstante, mucha carestía y algunas hambres, a la vez que beneficios para los importadores y los especuladores tanto insulares como extranjeros. PRECIOS DEL TRIGOIFANEGASIREALES Fecha Precio mínimo Precio máximo Núm. 40 (1994) MANUEL LOBO CABRERA CUADRO N (Cont.) PRECIOS DEL TRIGO/FANEGAS/REALES Fecha Precio mínimo Precio máximo - Fuente: Protocolos notariales |
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