E P I S C O P O L O G I O
FRAY JAIME OLZINA, O. P., OBISPO DE TELDE
(SIGLOS XIV-XV)
Nuevos textos y horizontes para una biografía
En el espacio de pocos años dos veces, y ambas gustosamente,
en el «&ARIO DE ESTUDIOAS TLÁNTICOaSf»r onté, aunque sólo parcial-mr&
e, reme != cenvedui, les dec~m&es y !us circzr.stancius, !u
biografía del último obispo de Telde fray Jaime Olzina, O. P. No-ticias
sueltas de la persona y del obispado ya circulaban desde el
siglo XIX, pero carecían de relieve y de identificación, hasta que don
Antonio Rumeu de Armas, en 1960, formalizó todo un estudio sobre
el obispado teldense y encuadró, en su ambiente, como a los otros
prelados, también a fray Jaime Olzina l.
Mi primera colaboración a la tarea biográfica del obispo de Tel-de
intentaba, más que alargar su vida, romper las brumas que se
1 La primera noticia del obispo Jaime Olzina, «bisbe de Canaria», es
de 1888, y la publicó el erudito mallorquín don Estanislao de Kostka kgui-
1ó. La segunda, tambien del siglo XIX, sin conexión formal alguna- con la
primera, e ignorando el apellido del obispo, pero acertando plenamente con
el nombre del obispado, la publicó en 1895 don Francisco de Paula Moreno
y Sánchez, canónigo de la S. T. M. de Zaragoza. La tercera, con el nombre,
apellido, diócesis y fecha de elección para el pontificado, en la obediencia
de Clemente VII, de Aviiibn, la editó en 1900 e1 padre Conrado Eubel, quien
la repetiría en el tomo 1 de la H%erarch%aC atholica -Munster, 1913-, sin
nuevas aclaraciones Don Antonio Rumeu de Armas, en su obra magnífica,
hoy agotada, sobre EZ obispado de TeMe. Miszoneros maZZorqzGines 21 cata-lames
en el Atlántzco, dedica al obispo fray Jaime Olzina el capitulo no-veno
de la obra, encerrado en las páginas 93-99.
cernían en su biografía por los años úitimos del siglo XIV. Al pre-sentarle
en pleno siglo m, concretamente el año tan dramático para
el reino de Aragón, y aun para todos los reinos orientales de Espa-ña,
como fue el de 1411, en el ambiente zaragozano primero con el
arzobispo don García Fernández de Heredia, y muerto alevosamente
éste en los campos de Almonacid de la Sierra, con los vicarios apos-tólicos
que en la archidiócesis de Zaragoza designó el papa Benedic-to
XIII ', de un trazo se prolongaban su vida y sus actividades pre-laticias.
En el estudio segundo no solamente reiteré la problemática pas-toral
de aquel año 1411 en la vertiente zaragozana, que a sus mu-chas
circunstancias notables suma el fin de la documentación ara-gonesa
sobre el obispo teldense fray Jaime Olzina, sino que abor-dé,
utilizando un manuscrito de la biblioteca universitaria de Zara-goza,
el 185, el aspecto religioso dentro de su orden domuiicano del
obispo teldense y dibujé parcialmente -como lo autorizaba la do-cumentación
puesta en juego- tanto el proceso mtelectual como los
viajes y estancias de fray Jaime antes y después de ser obispo tel-dense
S.
Después he vuelto, aunque indirectamente, a ocuparme de fray
Jaime Olzina en un estudio consagrado a otro dominico de la anti-gua
provincia de Aragón, fray Arnaldo Simó, que antes, y al igual
que el teldense, fue obispo auxiliar del arzobispo zaragozano don
García Fernández de Heredia. Posiblemente fray Jaime viene a Za-ragoza
bien porque hubiese muerto fray Arnaldo Simó o porque la
ancianidad y los achaques le hubieran prácticamente inutilizado en
sus funciones episcopales de auxiliar +.
Como toda tarea de investigación seria y especialmente la me-dieval,
por la pobreza y escasez de fuentes, sea siempre una labor
inconclusa, esta mi tercera aportación, al descartar repeticiones inú-
2 Francisco Fernández Serrano El ziltirno obbpo teldense, fray Jaa-me
Olzina, en 1911, en «Anuario de Estudios At lBntk~~>nú>m, 16 (lY?U),
páginas 287-323
3 Francisco Fernández Serrano Estuches, &ajes y estancias de fray
Jaime OZzina, obzspo de Telde, en «Anuario de Estudios Atlánticos», nú-mero
19 (1973), págs. 237-255.
4 Francisco Fernández Serrano Un domzntco gerzcndense obzspo auxr-laar
de Zaragoxa en el siglo XIV, en «Analecta Sacra Tarraconensia», to-mo
46 (1973), págs. 115-127.
256 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N r l C O S
tiles menos justificadas en el &UA~IO DE ESTUDIOSA TLÁNTICOSsBe,
orienta hoy en dos direcciones distintas: recolección y análisis de
textos no utilizados o menos valorados, y apertura de horizontes que
permitan en el futuro ampliar las noticias ahora conocidas de la
persona y de las actividades múltiples desarrolladas en varios fren-tes
por fray Jaime Olzina, el último obispo de Telde.
En el segundo de mis trabajos ya destaqué la irregularidad infor-mativa
que sobre fray Jaime Olzina se advierte en el principal his-toriador
dominicano de la provincia de Aragón, Francisco Diago,
que en pleno siglo xvr pudo utilizar muchas fuentes hoy desyracia-damente
perdidas, no solamente de los archivos civiles sino especial-mente
de los numerosos conventos que formaban en Aragón, Cata-luña,
Valencia, Mallorca y Navarra una provincia en la orden de
Predicadores. Hay que repetir que si un solo manuscrito, el 185 de
la biblioteca universitaria de Zaragoza, ha permitido iluminar tan-tos
aspectos de los estudios, de los viajes, de las relaciones con los
superiores del religioso fray Jaime Olzina, no es ilógico calcular las
muchas noticias que se podrían recopilar de otros documentos con-servados
en el siglo XVI dentro de los conventos a que fue destinado
el futuro obispo de Telde: Mallorca, Barcelona, Gerona, Sangüesa,
Tarragona, Cervera y Zaragoza por lo menos. Todos ellos 1m tuvo
a su disposición el historiador Diago, quien ni siquiera consignó en
su obra impresa el nombre de fray Jaime Olzina.
Lo mismo sucedió con e1 otro obispo auxiliar de Zaragoza, fray
Arnaldo Simó, para quien Diago y Sorió tuvieron la misma actitud
de silencio absoluto. Si dentro de la propia casa, provincia y fami-lia
religiosa a uno y a otro los pasaban por alto, no hay razón para
maravillarse de que a la distancia de varios siglos ni el uno ni el
otro parezcan dentro de una colección documental amplia, aunque
bien nutrida de informaciones medievales, como es el Archimm Da-tum
Praedicatorum, editado en Roma 5. Más explicable puede pare-
5 S610 he podido utilizar los tomos de esta colección «Archivum Fra-trum
Praedicatorum~ desde el 15 hasta el 41 (1945-1971), sin que en sus
páginas e índice se citen los nombres de fray Jaime Okina, del obispo de
Telde, y de fray Arnaldo Simo y del obispo Ottanense.
4 FRANCISCO FERNÁNDEZ SERRANO
cer la actitud del reciente Diccionario de la Historia Eclesiástica de
España, que también desconoce a fray Jaime Olzina 6.
Sobran, pues, las clásicas e inútiles lamentaciones acerca de fi-guras
medievales aun destacadas, como la de Nicolás Eymerich, pu-blicista
en los comienzos del cisma de Occidente, de quien dice En-rique
Finke en su trabajo inicialmente «Nos falta una buena mono-grafía
sobre él»
De otro signo es la lamentación formulada por Ciro Manca sobre
Miquel Ca-Rovira cuando escribe CNessuna notizia ci 6 pervenuta,
attinente alla vita familiare di Miquel Ca-Rovira: sono invece nu-merose
le notizie sulla sua attivita economica variamente disposte
nell'arco della lunga e laboriosa esistenza~
1) Sobre los estudios de frag Jaime.
El «Chronicon breviusculum fr. Joannis de Mena ab anno 1360 ad
annum 1388~n o es que encierre noticias sobre su contemporáneo fray
Jaime Olzina, pero al trazar la trayectoria autobiográfica del propio
redactor nos permite calibrar más certeramente lo que serían los
primeros años dominicanos del futuro obispo de Telde.
«Amo Domini 1366 ego frater Ioannes de Mena, intravi ordinem
et eram etatis X annorum» (sic en el texto impreso).
1370. in capitulo generali feci professionem.
1371. assignatus surn Gerundam, grammaticus de 1 . O aano.
1372. assignatus surn Ilerdam, logicus de 1.' anno
1373. assignatus surn Ilerdam, logicus de 2.O anno.
1374. assignatus surn Barchinonam, logicus de 3 . O anno.
1375. sic assignatus surn Barchinonam, logicus de 3.O anno.
1376. assignatus sum Valentiam, naturalis de 1.O anno.
1377. assignatus surn Barchinonam, naturalis de 2.O anno.
6 Dzccionclrio de Historza Ecleszástica de Espafúx, tomo 333 (Madrid,
1973), 1808; no se consigna el nombre ni la biografia de Jaime Ohina.
7 Enrique Finke NzcoZás Eymerach, publácista en los comiewos del
Cwma de Occidente, en «Anales del Inst~tuto de Estudios Gerundenses», 11
(1947), 129-132. Muchos d o s antes habia publicado Drei spanische Publz-zz'sten
aus der Anfangen des Crosses rSchzsmas {Munster, 1928).
8 Clro Manca ZZ Zzb~o dez Colzti di Miquel Ca-Eot%ra, Padova, 1969,
página 9
258 A N V A R I O DE ESTUDIOS A T L A N I I C O S
JAIME OLZINA, OBISPO DE TELDE 5
fui magister logicorum Ilerdae, de l." anno.
assignatus sum Barchinonam magister logicorum de 2.O amo.
fui studens Berchinonae, de 1." anno.
fui studens Barchinonae, de 2.O anno.
assignatus sum Ilerdam, magister studentium.
assignatus sum Valentiam, magister naturarum.
remansi Valentiae, magister naturarum.
assignatus sum Ilerdam, magister studentium.
assignatus surn lector in conventu Sedis Urgelli.
fui Parisiis et recessi.
eram lector conventus Valentiae
La cronología de fray Juan de Mena no coincide con la de fray
Jaime Olzina, ni sus estancias en los diversos conventos en que am-bos
estuvieron destinados; pero, con las naturales variantes, detalla
bien el curso de los estudios y las alternativas que se ofrecían a me-diados
del siglo XIV a los estudiantes dominicos de la provincia de Ara-gón.
Fray Jaime era sin duda algo mayor que el autor de este dhro-nicon
breviusculum», aun suponiendo que éste ingresase en la orden no
a los X años sino a los XII, XIII o XIIII. Pero los detalles estudian-tiles
«grammaticus, logicus, naturalzs, studens, magister logicorum,
magister naturarum, magister studentium, lector Hn conventu» y el
viaje de ida y vuelta a París son mucho más expresivos, y mucho
más explícitos que los recogidos sobre fray Jaime Olzina en el texto
jurídico de las actas provinciales contenidas dentro del manuscrito
de la Universidad de Zaragoza.
Z j Ei testimonio de un uiscipuio.
Tras el capítulo provincial de 1366 - e l año que entró en la orden
fray Juan de Mena- prosiguió fray Jaime Olzina la tarea iniciada
el curso anterior, enseñando lógica -mag.ister logicmm- en el con-vento
de Maiiorca. Los discípuios que ie iiegaron aquei año fueron
Guilabertus Comitis, Nicholaus Alquerii, Iaoobus Osseti, Petms de
9 Monzcmenta Ordtnzs Fratrmm Praedicatorwm Hwtorica, tomo VII, fa%
cfculo 1 (Roma, 1904), pags. 98-94.
6 FRANCISCO ~RNANDESZE RRANO
Arenzs y Antonius Sunyerii, más el repetidor del curso anterior Fran-
C~SCUS Cescala lo.
Uno de estos estudiantes, Petrus de Arenis, corriendo el tiempo,
sentiría también la comezón de escribir su «Chronicon», en el que
había de mezclar elementos autobiográficos y noticias detalladas de
su provincia. Sobre éstas especialmente llamaba la atención el mo-derno
historiador dominicano español, recientemente fallecido, padre
Vicente Beltrán de Heredia subrayando la importancia de las infor-maciones
que transmite fray Pedro de Arenis en materia de discor-dias
internas a partir del año 1363, que se manifiestan en continuo
crescendo y estallan de manera violenta en los capítulos general y
provincial de 1399 y se convierten en verdaderos escándalos durante
el capítulo provincial de 1402 celebrado en Zaragoza ll.
D
Las notas autobiográficas son para nosotros más interesantes O
porque completan las especies de fray Juan de Mena y porque ci- d-- m tan textual, y personalmente, a fray Jaime Olzina. O E
«Anno ab incarnatione Domini 1349, die 10 Decembris, ego fra- E
ter Petrus de Arenis sum et fui natus ... eodem mense natus est rex 3
Ishannes, primogenitus domini regis Petri IV, in die beati Ioannis -
evangelistae in castro Perpiniani; ideo vocatus est Iohannes ... illo 0
m
E
anno fuit inchoatum a nativitate Domini, non ab incarnatione. O
Anno 1362 die 9 Octobris in dominicali intravi sanctum Ordinem 5
Praedicatorurn Barchinonae; habebam XII annos, IX menses et n
E
XXM dies. a
2 Anno 1363 fuit annus novitiatus, et in mense octobris feci profes- n:
sionem. Anno 1365 capitulum provinciale fuit celebratum Stelle; fui n
assignatus Barchinone ad audiendam logicam in primo anno, et fuit 3
O
magister meus Michael Rourich.
Anno 1366 capitulum provinciale fuit celebratum Gerundae; fui
assignatus Mayoricas ad audiendam logicam in secundo anno, et fuit
magister meus fr. Jacobus UCHMAMNa ioricensis» z2.
iG D-I.UlI.I,U:L-~,C.C-~-TV TU--L: Y c ~ ~ l t a r i&a ZZ~~ZSCPXMLs, . 185, $g 933.
11 Vicente Beltrán de Heredia, O. P.: Documentos pontificws inédztos
acerca de la reforma dominicana en Aragón, en <Miscelanea Vicente Bel-trgn
de Heredia», tomo 1 (Salamanca, 1972), 427-428
12 iifonumnta 0rdint.s B a t m Prmdicatorocm Eistorica, tomo Viii,
fascfculo 1, Chronicon Petri de Arenis, pggs. 49-93.
260 ANUARIO DE BSTUDIOS ATLANTICOS
JAIME OLZINA, OBISPO DE TELDE 7
La cita de fray Pedro de Arenis merece una ligera reflexión. Los
años, los capítulos y los estudios se corresponden plenamente con el
manuscrito zaragozano de las actas provinciales. Ambos documen-tos
coinciden en situar tanto a fray Pedro de Arenis como a fray
Jaime Olzina en el convento de Mallorca, pero no debieron conocer-se
entonces, sino en el año 1363, cuando fray Pedro cumplía su año
de noviciado en Barcelona y fray Jaime iniciaba en aquel comento
de la capital catalana los estudios de <maturales». El conocimiento
se intensificó en Mallorca, cuando bajo la dirección de fray Jaime
Olzina estudiaran el segundo curso de lógica fray Pedro de Arenis
y sus compañeros.
No me atrevo a asegurar que de nuevo se encontrarían maestro
y Uiscip'io e1i Zaragczz e! añc! 1399, curndn el primero llevaba va-rios
años siendo obispo de Telde, y el segundo era, por entonces, co-misario
de la Inquisición 13.
3) Una transcripción germánica.
Beltrán de Heredia nos advierte que el editor ciei Cmonicon de
fray Pedro de Arenis había sido el P. Reichert, Benedicto María.
Ello explica que al maestro mayoricense de fray Pedro de Arenis
le apellidase UCHMANS.i nuestro erudito Villanueva en sus rebus-cas
por un archivo mallorquín descubrió en la isla, agosto de
1393, un obispo misterioso que no podía ser otro que el prelado tel-dense,
transcrito su nombre erróneamente 14, no ha de resultar extraño
que un dominico del norte de Europa transforme un apellido neta-mente
catalán y lo adapte a su mentalidad y sus esquemas germá-nicos,
sacando UCHMAN de OLZINA. Pero más importante que la
mera transcripcih material, en ia que también es posillie que el
editor no tuviera arte ni parte, y que se limitase a reflejar lo que
hallaba en un manuscrito, es el juicio valorativo que e1 editor otor-ga
tanto a fray Jaime Olzina como a los demás y restantes maes-tros
de fray Pedro de Arenis. Estas son las palabras del editor: &tu-dio
ivietaphysicae per unum annüm incuhii (1364) deinde pei- yuiü-que
annos studio Logicae, quod in eodem conventu Barchinonensi
incepit et etiam absolvit; ea tamen ratione ut secundum annum Lo-
18 Chronicon Petri de Arenis, pág. 68.
14 Antonio Rumeu de Amas: EZ obispado de Telde. , pág. 98
8 FRANCISCO FERNANDEZ SERRANO
gicae in conventu Maioricensi, quartum in Ilerdensi perficeret, qui-bus
omnibus in locis viri haud parvi ingenii erant Michael Rourich.
Iacobus UCHMANG, uilielmus de Casademunt B de Cavilla, Ioannes
de Boniro qui scribientiam illam tradebant~15 .
4) La vocación africana de fray Jaime Olzina.
La presencia física de fray Jaime en tierras africanas está muy
bien documentada, tanto en Tremecén como en Fez los años 1378 y
1384. Un franciscano, el padre Atanasio López, publicó ya en 1941 l6
la carta que remitieron los jurados valencianos al provincial domi-nicano
de Aragón, datada el 30 de septiembre de 1378. Los jurados
de Valencia exaltan el esfuerzo destacado que realiza fray Jaime
Olzina, natural y conventual de Mallorca, ante el rey de Tremecén,
con quien el religioso dominico mantiene singular familiaridad. Sir-viéndose
de tal confianza, estaba gestionando comprar por cuatro
mil doblas las personas y la libertad de cuarenta cautivos cristia-nos,
y, para rematar su gesto, piden al provincial los jurados valen-cianos
que, como superior, autorice otro viaje de fray Jaime a Tre-mecén
y que lleve de compañero otro fraile dommico que podría de-signar
el prior del convento valenciano. Hay que supmer la existe2-
cia de diversos viajes anteriores a éste que se prepara para fray
Jaime, o hay que concederle una singular habilidad diplomática para
en uno solo establecer lazos de familiaridad con el reyezuelo de Tre-mecén.
Tal vez estos desplazamientos pueden explicar las lagunas
cronológicas de 1373, 1378 y hasta el castigo que hubo de cumplir
fray Jaime en el convento de Sangüesa 17.
La fecha documental de Fez y del año 1384, también vacante en
la mencionada cronología, la publicó Gabriel Llompart editando el
testamento del mercader mallorquín Salvador Ferrer, quien lo ha-bía
otorgado en Fez el 23 de enero del año citado 1384. Actuó de no-tario.
en presencia de varios ciudadanos, efrare Jacme Olcina, de
la orda dels Predicadors, prevere, missa celebrant en la capella de
-. -
15 Chronicon Petri de Arenis, pág. V m
18 Atanasio López, O. F. M.: Obispos en el Africa septentrzonal desde
el siglo XIZI, Tanger, 1941, págs. M-X
17 Francisco Fernández Serrano- Estudeos, viajes y estancias de fray
Ja.ime Olzina, pág. 243.
262 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N i ICOS
JAIME OLZINA, OBISPO DE TELDE 9
Madona Santa Maria de la Duna de Fez a requesta del dit Salvador
Ferrer per co com assí no ha notari publich, he escrita, e closa, e
pressa de la mia propria má aquest present testament, dia et any
damunt notats. E per mayor fermetat poss assi mon sagell ques ay-talls
18.
Esta presencia personal de fray Jaime en tierras africanas no
responde solamente a una mera iniciativa personal; al contrario que-da
perfectamente encuadrada en unos movimientos de doble impul-so:
uno, de carácter meramente local, de Mallorca, compartido a
distintos niveles por los reinos de la corona de Aragón, y otro de
motivaciones específicamente religiosas, y concretamente dominica-nas.
El capitulo general de la orden, celebrado precisamente en Bar-celona
el año 1349, entre sus decisiones dejó formulada, y consig-nada,
la siguiente disposición: «Committimus et concedimus singu-lis
prioribus provincialibus, ve1 eorum vicesgerentibus, ut quilibet
eorum quatusr fratres, habiles, sufficientes, et voluntarios, sue pro-vincje,
societati fratrum peregrinantium propter Christum in Perside
et in Africa valeant assignares 19.
Tanto importa que la disposición del capítulo general canonizase
y otorgase norma y estatuto jurídico a una realidad, la de los fra-tres
peregrinantes propter Christum, de oriente y de occidente -se
indlcan expresamente Persia y Africa- como si el capítulo se conver-tía
en propulsor de una idea que estaba en e1 ambiente cristiano del
siglo, y que también practicaban los frailes franciscanos de Italia
y de España. Las actividades de fray Jaime, y posiblemente sus
excesos, en los viajes africanos estaban ya de antemano regulados,
y contaban necesariamente con el asentimiento del provincial, o de
su sustituto.
Pero es que tal actividad misionera encajaba perfectamente en
la política general aragonesa del siglo xrv.
Un historiador moderno, don Andrés Giménez Soler, vivió largos
18 Gabnel Llompart: Person/uies mallorquines de2 «Trescientos» cana-
&, en <Anuario de Estudios Atlánticos», núm. 19 (19731, págs. 217-235.
Apéndice IV. Testamento del mercader mallorquín Salvador Ferrer, rogado
en Fez ante fray Jaime Olzina, O. P., después obispo de Telde, en 23-1-1384.
19 Monumenta Ordink Pratrum Praedicatomcm HBstorica, tomo IT (Ro-ma,
1899), pág. 331
ie FRANCISCO F E R N A ~ ~ E Z SERRANO
años preocupado por aclarar las líneas de la convivencia pacifica
de Aragón, más que reino corona, con los moros del sur de España
y con los del Africa cercana, a partir de la muerte de Jaime 1 en
1275. «El estudio de las relaciones entre los cristianos españoles y
los musulmanes, de ambos lados del estrecho, lo llevo entre manos
desde 1893; pero las dificultades del asunto, la falta de medios mo-rales
y materiales entre otros, la de ambiente ..., han retardado la
publicación de mis investigaciones 20. Con San Fernando y con Jai-me
1, afirma, termina ese periodo de la reconquista en que, sin
grandes batallas, se adquieren grandes territorios. Por eso Jaime 1
sólo dos veces consta en los documentos que tuviese tratos directos
con los Alhamares, reyes de Granada 21. Pero Jaime 11 rectifica la
política de su abuelo, aceptando de los infantes de la Cerda el reino
de Murcia, y manteniendo con todos los príncipes del Islam rela-ciones
de amistad y aun de cortesía, más por explotarlos que por
favorecerlos.. . , y más frecuentes, lógicamente, con Argelia, Túnez y
Marruecos que con los del Oriente lejano 22. Será esta la política de los
reyes aragoneses del siglo XIV. Entre 1350 y 1369 Pedro IV establece
varios tratados y paces: en 1350, con el sultán de Marruecos, Ab-dalá
Yusuf 11; en 1357, con Don Bohamen, rey de Fez; en 1365, con
Abdalá, rey de Algarb, y en 1369, con Mohamed V de Granada, que
lo hace en nombre propio y ea los del sultán de Marruecos Don Mo-hamed
y de Don Abilferiz Abdelazid, rey del Garb 28. Esas buenas
relaciones de amistad, convivencia y comercio, se traducen en la
instalación y multiplicación de los consulados, que en 1347 para los
catalanes enumera Amalia López de Meneses los de Málaga, Alme-ría,
Carsella, Gendra Risa, Aufa (Casablanca), Safin, Arcila, Ceuta,
Alcudia, Fez, Xarch, Bugia, Callo, Orán, Mostaganen, Tenes, Brich,
Cherchell, Argel y Tremecén 24.
El paso de los reliqiosos mallorquines a tierras africanas con el
20 Andrés Giienez Soler. El sitio de Almeria en 1309, Barcelona, 1904,
p&oina 4.
21 Andrés Giménez Soler: El sitio de AZmeria , pág 9
22 Andrés Giénez Soler: El sitio de Almeria , pág 12
2s Andr6s Gimenez Soler: La corom de Aragón. y Granada Rzstoria
de las reZacZones entre ambos reinos, págs 293-313
24 Amaiia Lopez de Meneses- Los consulados catalanes de Alejndria
y Damasco en el reinado & Pedro eZ Ceremonioso, en «Estudios de Edad
Media de la Corona de Aragóm, tomo VI (Zaragoza, 1956), págs 83-183
264 A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
JAIME OLZINA, OBISPO DE TELDE 11
antecedente del beato Ramón Lull, y aun con las apostasías famo-sas
de fray Anselmo Turmeda o de fray Alonso de Mella, zamora-no
y hermano del cardenal Juan de Mella 25, no podían considerarse
como aventuras, más a, menos personales, y quijotescas. Tanto la
ída, como la vuelta, y la estancia africana, solían estar bien se-guras,
sin más peligros que los naturales de los viajes en la época
por otros países y otros mares 26. Todavía en el siglo XVI -y habían
cambiado parcialmente las perspectivas-, por el año 1541, Mateus
Fernández se presenta en Fez como capellán permanente de los
cristianos cautivos, que en la mencionada ciudad mantenían su co-fradía,
con ayuda para los pobres, además de sus específicos actos
religiosos 27. Dentro de este marco real de consulados, comerciantes,
&radi_a- y vi& cyi&iafi-, y fin pfi ~ f - o merampnte Etprari~, hay
que situar 10s viajes y estancias de fray Jaime Olzina en tierras
africanas, y explicar sus relaciones de amistad con el reyezuelo de
Tremecén.
Al enjuiciar los posibles apoyos humanos, aparte de los valores
personales y religiosos, que pudieron encumbrar hasta el episcopado
a fray Jaime Olzina, sin descartar previamente la influencia y las
relaciones del cardenal don Jaime de Aragón, y de su sobrino el
obispo don Luis de Aragón Prades, aludía yo a las posibles influen-cias
y actuaciones cortesanas de algunos Olzinas.
2s Darío Cabanelas, O. F. M : Un frmciscano heterodoxo en la Gra-nada
Nasri, f r 9 AZomo de Hez&, en «Al Andalum, XV (1950), 233-250.
«Fray Alonso de Mella, especie de segundo Turmeda, cuya celebridad em-pero
no llegó a igualar -afortunadamente-, debido sobre todo a su falta
de producción literaria y al corto espacio de tiempo que debió morar entre
los musulmanes granadinosil. Desde Granada escribe una carta, que pu-blica
Darfo Cabanelas, al rey de Castilla Juan 11.
26 El posible retorno de Tunneda al seno de la Iglesia Católica, y a
tierras de reyes cristianos, cuentan en la carta que desde Peñíscola el 22
de sephembre de 1412 le dirige Benedicto XIii. ~Anselmo Turmeda. Min.
ad Saracenos apostahe, sed ad fidem cath+olicam redire cupienti», en Mar-tín
de Alpartiz, (=hronica actitalomuna, tenvporibus dmznz Benedzcti XIII,
editada por Frans Eherle, tomo 1 (Paderbm, 1906), pág. 175.
27 Robert Richard: Bastiao de Vargas, agent de Jéan III de Portugal
m Maroc (1539-1541), en «Al Andalus», X (1945), 53-77.
Núm 24 (1978) 265
12 FRANCISCO FERXA~DEZ SERRANO
Este apellido y sus posibles connotaciones familiares, con deriva-ciones
hacia un nepotismo disimulado o descubierto, no es exclusivo
de Maliorca ni propio y exclusivo de la época. Ya se conoce en tie-rras
catalanas antes de la conquista cristiana de Mallorca 28, se
encontraba igualmente en el reino de Valencia 29, y se extendió por
las islas itálicas de Cerdeña y Sicilia especialmente y con le-ves
variantes ortográficas se conserva en nuestros díass1. Pero no
es fuera, sino en la corte real de Aragón, donde hay que situar la
ayuda externa que llevó hasta el nombramiento de obispo de Telde
al dominico fray Jaime Olzina. Aunque fueran los altos dignatarios
28 Salvador Ramón y Xavler Ricoma: hY necrologz de la Seu de Tcc-rragona,
en ~Miscellania Historica Catalana», Poblet, 1970, pág. 358. ~27.
Febrer. obiit Bn Olzina qul dimisit ecclesie totum honorem quem habebat
apud BJuellam» (sin año, pero antenor a 1229); pág. 379, ~ 3M. . anno
MCCXLV obiit Sperta, uxor Ioannis Olzina, qui dimisit quatuor morabeti-nos
sensuales pro pitancia qui expendantur ultra debitam portionem».
29 Elias Olmos Canalda: Inventareo de documentos escrztos e% perga-mzm
del archico catedrdicio de Valemcia, en <Boletín de la Real Acade-mia
de la Historia>, CVíI (1935), 419-440. Número 4.496, pergamino 7071.
14-VI-1408. Apoca de los albaceas de Antonio Olcina, presbitero, firmada
por Pascuala, mujer de Domingo Vives de Calp., y también en <BRAH»,
(;CM (1936), julio-septiembre, pág. 88. Número 4 907. Definición de cuentas
entre los albaceas de Antonio Olcina y el beneficiado del beneficio de San-ta
Clara y Santa Isabel. Valencia, 2-X-1421.
30 Ciro Manca: 11 labro def Confti de Miquel Ca-Rovirea , pág. 97, no-ta
76, <Si tenga presente qui i berquers della Lapola erano di prevalente
origine iberica, come attestano i loro nomi fra i quali ricorrono gli Aragó,
Busquets, Dalmau, Gibert, March, Muntaner, Olzina, Puig, Puyol, Quinta-na,
Riera, etc e perci6 stesso integrati nella societa catalana di Cagliari
Alle meta de1 secolo XIV ne abbiamo contato oltre una ventina».
Josefina Mateu ibars: Los Virreyes de Cerdeña. Fuentes para su estu-dzo,
Padova, 1964, pág. 118. <El rey Alfonso V. en 231.1439 estaba en AI-guer
con Pedro de la Caballerfa maestre Racional de Aragón y con Fran-cisco
de Olcina, secretario del Reyw; pág. 103, <Juan de Corberá virrey
1418-1420. en 4.N.1418 ordenó a Marcos Olcina mayor del Puerto en la
villa de Iglesias que pagase a Guantino Serra el salario que se le debía
como capitán del castillo».
31 <El ilustrísimo sefior don Camilo Olcina Alvarez de las Navas, Jefe
Superior de Administración del Sindicato Nacional, distinguido con la Cruz
de la Orden Imperial y Comendador de la Orden de Cisneros, falleció en
Madrid el día 13 de octubre de 1974,. Esquela aparecida en el diario ma-drileño
CABCS.
266 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
JAINE OLZINA, OBISPO DE TEIDE 13
eclesiásticos, llamados Aragón, los que presentaran la información
en la curia pontificia aviñonesa 32, yo señalaría a Pedro Olzina se-cretario
real de Juan 1 como al verdadero promotor episcopal de
fray Jaime 33. La política aragonesa de neutralidad en el cisma de
Occidente cambió rápidamente de orientación con el rey nuevo
Juan 1, que, a poco de subir al trono, el 24 de febrero de 1387 reco-nocía
a Clemente VI1 como verdadero Papa en la presencia del car-denal
legado Pedro de Luna a* y le prestaba su apoyo incondicional.
Se comprende que en este ambiente de identificación política entre
el papa de Aviñón y el rey de Aragón prosperase fácilmente la pro-puesta
de un nombramiento para el obispado lejano de Telde, si ve-nía
favorecida por el secretario real Pedro Olzina, contando ade-con
la iiite~ve~~ióíi los pf&&s aragor,eces, cüjjü mc&.,taE.
dad no discrepaba de la que sostenía en los puntos fundamentales
la corte real.
6) Jaime Olzina, obispo teldense en Zaragoza.
La elección o el nombramiento de fray Jaime Olzina para el epis-a2
Johannes Víncke. Comiewos de las misiones cristianas en las Islas
Canarias, en aHispania Sacra», XIi (1959), 193-207, publica en su apéndice
documental la bula de nombramiento de fray Jaime Olzina para el obis-pado
de Telde, Aviiión, 31-1-1392, en la que se leen estas frases: Ctui de
religionis zelo, Iitterarum scientia, wte ac morum honestate, spiritualium
providencia et temporalium circunspectione, aliisque multiplicium virtutum
meritis apud ms Zaudubzlia testimonia pwh~bentur».
as Amalia López de Meneses: Los consula&os catalanes de Alejandria
Y Damasco , publica dos documentos. El XXXV dado en San Cugat del
vy!& en 2 - x - l y 9 , c-Ji&$c-Jcv r z z n 1 a 1% ? ~ . e r ~ l & ~r &e2~! - ' 1 , ~ c-Je
masco y Beyrut, que firma no el rey sino ~Pe t r u sO ltzina» -sic-, pág. 170,
y el documento XXXVI, con idénticos lugar y fecha de expedición, pero di-rigido
a los oficiales de la soldanfa de Babilonia en Damasco y Beyrut,
firmado también sólo por d?etrus Oltzina>, págs. 171-172.
34 La neutralidad de Pedro TV la estudió Andrés Ivars, O. B M., en su
tra.ha.jn La «in.d9,feronmn.»d e P o d o _fV de Ay@@. e??e.Z d ~ n ad.e 0cn'dm,foj
publicado en Archivo Iberoamericano», primera época, XXIX (1928), 21-97,
y José Senabre, en El Cisma de Occidente y los reyes de Aragón, apare-cldo
en «Revista Eclesiástica», X (1928), págs. 17 y sigs
El cambio operado por Juan 1 en José Zunzunegui, La legacaón. espa-
Eob del Carden& Pedro de Luna (1379-1390), en aMiscellanea Historiae
Pontificiae», tomo VI1 (Roma, 1943), págs. 83-137.
copado coincide temporalmente con la revuelta general -tanto de
Castilla como de Aragón- antijudía que significó la desaparición de
no pocas aljamas españolas. Una de las pocas que se salvaron fue,
precisamente, la aljama de Zaragoza 35. Pero las estancias del nue-co
obispo de Telde hasta el año 1400 apenas si son conocidas, salvo
la documentada estancia en Maliorca de los años 1393-139436. Su
alejamiento de Zaragoza en cambio está bien justificado porque en
las tareas pontificales auxiliaba por esos años a don García Fer-nández
de Heredia otro prelado dominico, fray Arnaldo Simó. Ni de
Arnaldo Simó, ni de Jaime Olzina, hablaron los cronistas civiles
-cuando relataron los grandes acontecimientos sucedidos por estos
años en Zaragoza, como la coronación de los reyes Martín y su es- a N
posa, Ú- c ~ !am Ue~gud a U d 5.3 papz Renedicte XIII, a nn ser q ~ 1e0s E
incluyesen en esas fórmulas generales de los obispos asistentes, o n-O
más bien porque a estos auxiliares del arzobispo zaragozano los cm- - m
O
siderasen externos a la corona, aunque el uno fuese titular de Otta- E
E
na en Cerdeña y el otro de Telde en las islas Canarias-. 2
-E
Las estancias zaragozanas del obispo de Telde corren documen-talmente
desde enero de 1400 hasta finales de 1411, aunque la do- 3
-
cumentación no sea continua y mantenga muchas lagunas 37. A par- -
0
m
tir de 1412, faltando la serie de Actos Comunes y Ordenes del ar- E
zobispado de Zaragoza, no se vuelven a tener noticias de fray Jai- O
5
me Olzina. Ni las cortes de Maella, anteriores, de 1404, ni e1 com- n
E promiso de Caspe acontecimiento de primera magnitud, ni la co- -
a
->
n
a5 Francisco Cantera Burgos: Escrzto que enva6 el patricio y noble n
rabbá de Zaragoxa don Hasdai Grescas ru las comundades de Aviñón sobre 3
O las aflicciones que acaecieron en España en el año 1551 (1591-1391), en
<Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su reino», XVI
(1925), 60-62, atemblor de tierra en Valencia; y en la deliciosa Mallorca;
la comunidad de Barcelona arrasada; en Lérida se salvaron pocos; en Ge-rona
la mayor parte se salvó; en el reino de Valencia no qued6 ningún ju-dío,
salvo en Murviedro. Nosotros en Aragón no tenemos estrago ni cla-mor,
por la clemencia de Dios».
36 Antonio Rumeu de Armas, El obzspo de Telde , págs. 98-99
37 De la serie de Actos Comunes y Ordenes en el archivo arzobispal
de Zaragoza faltaban, al revisarlos para este trabajo, los documentos del
año 1403, en todos los más aparece regularmente en Zaragoza fray Jaime
Olzina, obispo teldense, confiriendo órdenes sagradas lo mismo que el ar-
~ o ~ s dpoon García Fernández de Heredia.
268 A A - U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
JAIME OLZINA, OBISPO DE TEME 15
ronación de Fernando 1, ni el concilio de Lérida llegan a mencio-narlo.
Todas las fuentes nos dejan a oscuras
No es siquiera por afición literaria a las paradojas por lo que
se puede tratar de nuevos horizontes en el problema de la biografía
de fray Jaime Olzina, el último obispo de Telde, ni menos por afán
de introducirme en el terreno apetecible de la ficción-ciencia histó-rica,
siempre más cargada de ficción que de historia verdadera, si
no porque las oscuridades, reconocidas anteriormente, dejan entre-abierta
la ventana de nuevas, y posiblemente fructuosas aunque len-
AL^a- s, =-lv - &igaciÜlies* iii-LZchas ilicúgn'lias
en esta vida un tanto novelesca, y en su despeje habrán de coincidir
muchos trabajos.
La abundante bibliografía, casi toda ella negativa, en torno a
fray Jaime Olzina, personalmente y en las relaciones con sus con-ci,
G-.-....~L~..l,-l.,.y- vlAllr;vJ,s S! ~ han pmmitido hcista ahura C O ~ I I ~ L Uii~~ü~cLh oss i-lencios,
explicados unos, inexplicables todavía otros, pero no han
agotado las posibilidades de ir encontrando nuevos testimonios. Ahí
está el de la presencia de fray Jaime Olzina en Fez, actuando como
notario sustituto o rogado el año 1384 en el testamento de Salvador
Ferrer, según documento del Archivo Histórico de Mallorca, Curia
del Bal.le. Este de los archivos mallorquines, civiles, eclesiásticos,
notariales y económicos, es un camino que nadie ha recorrido en-teramente,
y que tardará mucho en conocerse perfectamente. Aun con-tando
con las pérdidas, inevitables en el correr de los tiempos, he
aq'ií im horizonte ahiertn a 1. hi~grzfiz de fruy ,Tuime ^!zii,u. Den=
tro del esquema de los archivos mallorquines habría que contar sin-gularmente
con toda la documentación existente, aunque olvidada,
sobre el convento de Santo Domingo de Mallorca. Podemos esperar
que así como de Mallorca partió la moderna bibliografía, aunque
38 María Luisa Ledesma Rubio: Proceso de las Cortes de Maella de
1404, en «Estudios de Edad Media de la Corona de Apagón,, tomo IX (Za-ragoza,
19731, 527-639.
Para el concilio de Lérida, de 1418 vide España Bagradcb, tomo 47 (Ma-dnd,
1850), págs. 173-174.
desdibujada, de fray Jaime Olzina, también de Mallorca habrán de
llegar los más importantes descubrimientos del futuro.
La documentación abundosa de los varios conventos dominicanos
de la antigua provincia de Aragón, no quedó agotada, ni mucho me-nos,
con los estudios de Sorió, de Diago, y aun de escritores poste-riores.
Por lo que se refiere a Jaime Olzina, algo podían haber di-cho,
pero nada se encuentra en los últimos estudios relativos a los
conventos de Barcelona 39, Zaragoza y Cervera 41, y a determina-dos
capítulos generales de su tiempo 42. Ello no impide pensar en las
sorpresas que puede dar un códice, unas actas, una copia documen-tal,
tardía y aun parcialmente reformada. En Santa Sabina de Roma
quedan todavía muchos materiales de los dominicos españoles, co-piados
en los conventos de nuestra península en pleno siglo XVII, an-tes
de que los avatares de las revoluciones modernas diesen al tras-te
con antigua y numerosa documentación.
Sólo cuando estén debidamente ordenados, catalogados y aun pu-blicados,
sin transcripciones germánicas como la del P. Reichert,
antes citada, se podría cerrar el horizonte de esta ventana, que to-davía
nos autoriza para esperar algo positivo en la biografía de
fray Jaime mína, 0. l?
39 Thomas Kaeppelli, O. P . Domznicana Barcñononensia. Assigmtio-nes
labrorum, professwnes novztaomcnz, en «Archivum Fratrm Praedicato-rum
», XXXVII (1967), 47-118. Ni entre las profesiones de novicios es 1ó-g~
co; ni tampoco entre los que se llevaron hbros prestados de la b~blioteca
del convento de Barcelona está fray Jaime Oiziia, aunque allí estuvo re-sidiendo
40 Rosa Moda Blasco Martínez. Contribución a la hzstoria del covwen-to
de Predicadores de Zaragoza a través de Zos apuntes de$ mmestro f r q
Tomás Domango, en «J. Zurita Cuadernos de Historia», 23-24 (1970-1971),
págmas 7-122.
41 Agustí Durán I Senpere LZaáre de Cervera, Tárrega, 1972, que de-dica
al convento de Padres Predicadores las páginas 203-218.
42 Gilles Gérard Meersseman, O. P : PrR'gmentum actomm capituli ge-neral~
Bononzae celebrati anno 1407, en ~Archivum Fratrum Praedicato-rum
», XXII (1952), 196-200. Como trata de la obediencia romana, no hay
uaua +e se relaciíic. c a EspGa, a lus aspañdee, enc~adradus en 1% 6%-
diencia de Aviiíón.
Stephanus L Forte, O. P.. Acta cupituli gefleralzs celebruta Gmuae an-no
1413, en «Archivum fiatum Praedicatorum», XXVI (1956), 290-313 Se
trata de la obediencia de Juan XXLTI, y apenas si hay noticias de Espafia
donde prevalecfa la obediencia de Benedicto XIII
2 70 ANUARIO DB ESTUDIOS A T L A N T I C O S
JAIME OLZINA, OBISPO DE TELDE 17
Capítulo aparte merecen, sin duda, los archivos y aun los estu-diosos
zaragozanos, especialmente la figura de don Francisco de
Paula Moreno y Sánchez. El archivo arzobispal ha sido un venero
de noticias no despreciable, y aunque recientemente, en los últimos
años, ha sufrido dos traslados de local, con la natural desorienta-ción
de muchos de sus fondos, máxime los menos utilizados por an-tigtios,
todavía no se puede afirmar que haya quedado completamen-te
agotada la fuente. Del catedralicio aún no ha dicho nadie abso-lutamente
nada, y también puede ofrecer sorpresas, como los restos
que se conozcan del antiguo convento de los Dominicos o Predica-dores.
Don F'rancisco de Paula Moreno y Sánchez, canónigo maes-trescuela
en la catedral de Teruel, primero, yj ÚItimam~nte,
canónigo de la de Zaragoza, y académico correspondiente de
la Real Academia de la Historia, fue el primero que en la
península habló, escribió y aun editó algunas brevísimas no-ticias
sobre fray Jaime, obispo teldense, que actuaba en la archi-diócesis
de Zaragoza a las órdenes del arzobispo don García Fer-nández
de Heredia. Su testimonio, sin indicación precisa de las fuen-tes
en que había bebido, ha quedado bien confirmado por las inda-gaciones
posteriores 45, pero hay que seguir lamentando esos silen-cios
del canónigo andaluz, injektado en aragonés. Y sobre todo hay
que buscar el paradero de sus notas, de sus estudios, de sus traba-jos.
Algunos de estos fueron a parar en la Real Academia de la His-toria,
donde pueden consultarse beneficiosamente sus noticias de he-ráldica
episcopal. Pero no están allí todos los papeles de Moreno y
Sánchez. Su hermano y heredero, don Antonio, le sobrevivió en Za-ragoza
muchos años, y estuvo al frente del Real Seminario de San
Carlos. Hay que pensar que si don Antonio Moreno y Sánchez cum-plió
fiel y lealmente la voluntad de su difunto hermano enviando a
la Real Academia de la Historia las colecciones de heráldica epis-copal,
sabría custodiar acertadamente los restantes trabajos del his-toriador
y hermano, que tal vez contengan noticias y explicaciones
de los itinerarios, y de las actuaciones zaragozanas de fray Jaime
Olzina, obispo de Telde 44.
43 Francisco Femández Serrano: Estudios, viajes y estancia de fray
Jazme Oimrta, págs. 250-253.
44 FraRclSCo de Paula Moreno y S&n&ea: Notas &jogr&fim y he&&
No se ha hecho todavía una biografía serena, amplia, documen-tada
y moderna, del arzobispo zaragozano don García Fernández de
Heredia, a cuyo servicio estuvo por lo menos doce años fray Jaime
Olzina, obispo de Telde. Práctrcamente estamos viviendo documen-talmente
de las afirmaciones lejanas del gran historiador Jerónimo
Zurita. El día que alguien tome a pecho documentar seriamente la
personalidad, privada y pública, de don García Fernández de He-redia,
será difícll esquivar la presencia, y prescindir completamente,
de sus adjuntos, los obispos fray Arnaldo Simó y fray Jaime Olzina.
También quedan por hacer, hasta de forma elemental, las bio-grafías
de dos hombres que se movieron muy activamente en el en-torno
de Benedicto XIII. Sobre las personas de Eximino Dahe y Ju-lián
de Lobera, vicario- apost6licos de1 papa en la arcbidibcesis de
Zaragoza a la muerte violenta del arzobispo Fernández de Heredia,
a la postre cardenales del papa aragonés, se pueden fundamentar
algunas esperanzas para la iluminación de la biografía del último
obispo de Telde.
Pero es sobre todo en los estudios sobre Benedicto XIII donde
hay que ratificar la confianza, y aun esperar novedades. Felizmen-te,
en los tiempos modernos, dos estudiosos españoles han parado
mientes, y han puesto interés, tiempo y tenacidad para estudiar sus
registros y su documentación conservada en los archivos vaticanos.
Citaremos el primero, por haber sido el adelantado, y haber ter-minado
ya su carrera humana, a monseñor José Ríus y Serra, un
hombre determinatus ad unum, como dirían los escolásticos, y esa
determmación fue la investigación eclesiástica española, singular-mente
la medieval.
Procedente de la diócesis de Vich, formado en la universidad bar-celonesa,
aspirante a cátedras universitarias de España, el fracaso
de sus ilusiones juveniles tanto en la universidad como en las canon-jías
a que aspiró, y que tuvo prácticamente en sus manos, sin po-der
llegar a posesionarse de eilas, le orientaron hacia Roma y en la
ua&i-l<i&l,g,u- a vP,u,-.u.-*g-.~c.--g AaL~. w i iu2 -e rDw:bc..w- u- Lub~ uvu-a 1 put-As-~ uu2 u-vLilt-: u2e- -a---wL:l v--e-reu-,
dzcas de los Obispos auxz1zares de Zaragoza (Zaragoza, 18951, pág. 283. aEl
que esto escnbe, tiene nota detallada de los pueblos en que el mencionado
obispo don fray Jaime obispo Teldense, hizo la santa visita con expresidn
del día, mes y año en que la efectuó»
272 ANUARIO DE ESTUDPOS ATLRNTPCOS
JMME OLZINA, OBISPO DG TELDE 19
y de Azutante dz studio en la sección 111 para las causas históricas
de los siervos de Dios, y la corrección de los libros litúrgicos 45.
Su magnífica preparación profesional; sus fracasos en aspiracio-nes
universitarias y canonicales, y su larga estancia romana, flore-cieron
en multitud de artículos y trabajos que prestigian al investi-gador
nato e indeclinable que era monseñor Ríus. A él personalmen-te
debo la noticia de que tenía preparado ya un Registro Ibérico
de Benedicto XIII 46 semejante al que había publicado en dos volú-menes
sobre Calixto ID.
La muerte de monseñor Ríus, jubilado ya en sus tareas de ar-chivero
de la sagrada Congregación de Ritos, origina nuevos inte-rrogante~
sobre este «Registro Ibérico de Benedicto XIII», ignoran-do
si sus investigaciones quedaron en Roma, dentro de la misma Con-gregación;
en alguna casa religiosa de Roma, a cuyo servicio tam-bién
estuvo monseñor Ríus en calidad de Capellán y residente ha-bitual;
en su diócesis originaria de Vich, a cargo de sus familiares
catalanes, o de alguna otra entidad cultural. La futura biografía del
último obispo de Telde no deberá prescindir de estos horizontes de
la investigación sobre el papa Benedicto XIII.
El segundo estudioso que ha vuelto sus miradas al papa aragonés
es el sacerdote, también aragonés de origen -nació en Aguaviva (Te-ruel)
y fue ordenado en la diócesis de Zaragoza-, don Pedro Altabe-lla
Gracia. Pero monseñor Altabella no es el investigador nato por
vocación, afición y excelencia, sino un estudioso de Benedicto XIII,
al que le han llevado también sus circunstancias más que su persona.
Hombre de acción múltiple, anduvo con don Angel Herrera en la
Casa del Consiliario de Acción Católica, junto con otros hombres lo-cuaces
y universales, que han seguido distintos derroteros, si bien
ninguno ha recalado en la seria investigación de la historia, más
dotados para la fortuna de la oratoria, y aun de la verborrea. Hom-bre
de acción, monseñor Pedro Aitabeiia cuidó el apostolado en los
frentes y en la retaguardia; montó obras numerosas de apostolado
45 AIzmua~o Pont.ifiCw 2958, Citta del Vaticano, 1952, pggs. 837, 1068
y 1438.
46 La noticia me la dio en 1965 en la larga conversación mantenida a
las puertas del archivo Vaticano, sobre investigaciones españolas en Roma.
Monseñor Ríus se dolía del poco interes que suscitaban sus trabajos sobre
Benedicto Xm, cuando se trataba de editarlos
en Zaragoza, a niveles de alta sociedad y de humildes sirvientas; se
apuntó a la formación religiosa universitaria dentro del primer co-legio
mayor zaragozano que llevaba el nombre del obispo Pedro
Cerbuna; escaló diversos puestos canonicales en Salamanca y Roma,
ambos sin el mérito de una leal oposición, sino por la fuerza de las
influencias personales y mundanas; anduvo por las antesalas de la
diplomacia; conoció h s dificultades del apostolado social, obrero, y
hasta del litúrgico. Si monseñor Ríus Serra era el hombre predes-tinado
para la investigación, monseñor Altabella era su antítesis,
como hombre volcado en la acción puramente externa. De esta pri-mordial
disposición quedan las pruebas en las múltiples publicacio-nes
del primero, y en las escasas del segundo. Pero también volvió
sil rostro, durante la no coi-La estanc~a romana, hacia la figura de
Benedicto XIII y lleva muchos años revolviendo, tanto él como sus
improvisados ayudantes, los registros del papa aragonés. Indepen-dientemente
del valor personal de los investigadores, y de sus pre-ocupaciones
y afanes anteriores y exteriores, yo diría que también
hay un horizonte abierto, con perspectivas de realidades, en los tra-bajos
de monseñor Altabella Gracia.
No se refiere ya al obispo teldense fray Jaime Olzina, sino al
tema de los peninsulares que fueron cautivados por los canarios, de
los que en su día escribió Francisco Sevillano Colom 47.
Se trata de una licencia concedida por García de Maluenda, vi-cario
general sustituto, o lugarteniente, en el arzobispado de Zara-goza
a favor de Juan de Valencia, «qui fuit nuper per Canarios cap-tivatus,
et captivus per XV annos de ten tus...^^^. La Iicencia para
pedir limosna durante un año en el arzobispado de Zaragoza está da-tada
el 15 de diciembre de 1436; pero el adverbio latino <amper»
deja indeterminada la fecha de la cautividad de Juan de Valencia,
y su posible coincidencia con los años en que fue, por lo menos no-minalmente,
obispo de Telde fray Jaime Olzina.
47 Francisco Sevillano Colom. Maílo~ca y Canaraas, en «Hispania», nú-mero
120 (1972), págs 123-148 Sobre cautivos canarios en Mallorca, pá-ginas
136-138.
48 Archivo Arzobispal de Zaragoza Actos Comunes y Ordenes, 1436,
folio 107 v
274 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S