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DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1 880- 1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO P O R I\ILARC"S t i " L ~ ~ K * SUMARIO Introducción-I. Nacimiento y primeros años.-IL Consejero y Vicepresidente del Cabildo (1 918-1 920): Asamblea «regional» de 191 9.-III. Presidente del Cabildo Insular (1 920-1 923): 1. Bienio 1920-1 921: La Avenida Marítima. El desglose del Presupuesto provincial. El Puerto de Santa Cniz de Tenerife. La Mancomunidad voluntaria y los puertos francos. Fricciones con la Junta de Obras del Puerto. El Reglamento de los Cabildos al Consejo de Estado. La Mancomunidad voluntaria. Los Decretos de Cambó y Francos Rodn-guez. Asamblea tinerfeña. 2. Bienio 1922-1923: La Avenida Marítima. El Empréstito. El Estatuto regional de la Diputación.-IV. Los últimos tiempos. Nos ocupa hoy el estudio de la figura de un destacado miembro de la familia Cólogan, que tantos hombres dio a la vida pública del país. Arraigada en Tenerife desde mediados dei siglo xvm, su primera generación isleña -la de los Cólogan Va-lois- dio dos Alcaldes al Puerto de la Orotava. La segunda -la de los hermanos Cólogan Fállon y su primo Cólogan Fran-chi- aumentó su cuota dando hasta tres primeros regidores a su pueblo natal: el último, el Marqués del Sauzal, fue asimismo 2 MARCOS GUIMERÁ PERAZA Diputado a Cortes. La tercera generación dio otro Alcalde al Puerto: Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla de Eslava. Y es un nieto de éste, miembro por tanto de la quinta generación na-cida en la Isla, Domingo Salazar y Cólogan, quien motiva el presente trabajo. El menor de tres hermanos -los dos mayores también destacados en la cosa pública-, nuestro personaje llega al Cabildo Insular de Tenerife, primero como Consejero y Vi-cepresidente, después como Presidente durante dos bienios, en un momento en el que estas tan importantes instituciones no han logrado arraigar del todo en el Archipiélago. Los Cabildos Insulares acaban ahora de cumplir el 75: ani-versario de su fundación. Regulados por la Ley de 1912, se constituyeron en marzo de 1913. A su largo proceso en las Cor-tes, con la decidida actuación de Canalejas al frente del go-bierno, hemos dedicado otros trabajos que ya han visto la luz. El Cabildo de Tenerife ha merecido -aparte homenajes insti-tucionales- dos valiosas publicaciones editadas por él mismo. La primera, intitulada Imágenes para una historia. Cabildo In-sular de Tenerife (1913-1988), ha sido realizada con la colabo-ración del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife con motivo del 75: aniversario. Obra de varios especialistas, allí se contempla, ilustrada bellamente, la historia de lo que intentó o hizo el Cabildo: el ferrocarril, el campo de Aviación, las ca-rreteras y caminos, los hospitales, los puertos o la red telefó-nica. La segunda, la Historia del Cabildo Insular de Tenerife. 1913-1988, obra del excepcional historiador Alejandro Cioranescu que, por sí solo, ha logrado levantar esos dos monumentos que son la Historia de Santa Cruz y el libro que acaba de aparecer. Tenerife difícilmente pagará a este insigne humanista la labor que nos ha dedicado a lo largo de más de cuarenta años. Pues bien; en esta Historia de Cioranescu se escudriñan y comentan certeramente las distintas etapas de la Corporación y las diversas vertientes a ias que dedico atención. Fijándonos detenidamente en sus diferentes capítulos, es posible rastrear los proyectos y realizaciones que pertenecen a la etapa -rela-tivamente larga- en que nuestro don Domingo Salazar rigió el Cabildo. Nosotros aquí, estimulados por ese importante libro, vamos a referirnos a algunas de sus iniciativas, destacando 432 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTZCOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 3 aquellas que nos parecen más relevantes o más logradas. Son facetas que, sin negligir aquellas otras no estudiadas, nos han parecido definitivas; no sólo en el orden administrativo sino muy principalmente en el político, en el que, aún sin quererlo, se vería implicado el Cabildo. Tiene como base no sólo las ac- A tas de los plenos -ya estudiadas por Cioranescu- sino también las de la Comisión Permanente, en muchos casos verdadera-mente esclarecedoras. Creo, en fin, que Domingo Salazar y Cólogan y las sucesivas Corporaciones que con él colaboraron, contribuyeron decisiva-mente a la consolidación y despegue de nuestras entrañables instituciones insulares. En suma, que el Cabildo, nuestro Cabil-do: fue tal a partir de esa etapa que podemos cifrar en el cua-trienio 1920-23. Y de ahí, el subtítulo con que encabezamos este trabajo: Domingo Salazar, un presidente para un Cabildo. 1. NACIMIENTOY PRIMEROS AROS Domingo Salazar y Cólogan nació en la Villa de La Orotava el 16 de noviembre de 1880, siendo bautizado en la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de La Concepción el 24 siguiente l. Se le impusieron los nombres de Domingo del Sacramento y Su nacimiento está inscrito en la Sección l.., Tomo 10, p. 91 v. del Registro Civil de La Orotava y dice así: Número doscientos setenta y ocho. Domingo Salazar y Cólogan. En la villa de La Orotava a las tres de la tarde del día veinte de noviembre de mil ochocientos ochenta: ante el Señor Don Vicente Martínez de la Peña, Juez municipal su- . plente y don Francisco García secretario, compareció don Esteban Salazar y Ponte, natural de dicha villa, mayor de edad, casado, pro-pietario, domiciliado en la calle de Horno [sic], según consta de su cédula personal demostrada con número seis, presentando para la correspondiente inscripción un niño y de efecto como padre del mis-mo declaró: que dicho niño nació en su casa el día diez y seis el corriente a las dos de la mañana. Que es hijo legítimo del declarante y de su mujer Doña Laura Cólogan y Cólogan, natural del pueblo y término municipal, del Puerto de la Cruz, mayor de edad, dedicada a las ocupaciones propias de su sexo, domiciliada en el de su mari-do. Que es nieto por línea paterna de Don Domingo Salazar y Molina, fue apadrinado por su abuela paterna doña Trinidad Ponte y Benítez de Lugo. En la inscripción del nacimiento se dice que le impondrán los nombres de ((Domingo, Edmundo, Leopoldo de la Trinidad)). Era el hijo menor de Esteban Salazar de Frías y Ponte, que sería VI11 Conde del Valle de Salazar tres años más tarde, y natural de esta referida Villa, difunto, y Doña Trinidad Ponte y Be-nítez, natural del pueblo y término municipal de Garachico, mayor de edad, de estado viuda, propietaria, domiciliada en el del decla-rante, y por la materna de Don Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla, natural de Eslaba [sic], y de doña Laura Cólogan y Héredia, natural de París, mayores de edad, casados, propietarios, domiciiiados en ia calle de las Chajas [sic], de esta población, y que dicho niño le pon-drán por nombre Domingo, Edmundo, Leopoldo de la Trini-dad.- Fueron testigos Don Francisco Ponte y Quintero y Don Manuel Perera y Cordero, naturales, el primero de esta mencionada Villa y el segundo de dicho Puerto de la Cruz, mayores de edad, casado el primero y soltero el segundo, propietario aquél y comerciante éste, domiciliados en dicha calle de Hornos [sic]. Leída íntegramente esta acta e invitadas las personas que deben suscribirlas a que la leyeran por sí mismos si así lo creían conveniente de cuyo derecho no usa-ron, se estampó en ella el sello del Juzgado municipal y la firmará el señor Juez y declarante y testigos y de todo ello como secretario certifico.-Firmado: Vicente Martínez.-Esteban Salazar y Ponte y Ma-nuel Perera. He aquí su Partida de bautismo, obrante en el Archivo de dicha Pa-rroquia al folio 56 del Libro 53 de Bautismos: En la Vida de la Orotava, Diócesis y Provincia de Tenerife, a vein-te y cuatro de Noviembre de mil ochocientos ochenta, el Párroco de la Iglesia de la Concepción Dr. D. José Borges Acosta, bautizó solemnemente a un niño que nació en la calle del Horno [sic], 5, el día dieciséis de los corrientes, a quien puse por nombre Domingo del Sacramento, hijo legítimo de D. Esteban Salazar y Ponte y de Doña ¿aura Cóiogan y Cóiogan, naturaies de esta Viila.-Abueios pa-ternos D. Domingo Salazar y Molina y Doña Trinidad Ponte y Bení-tez de Lugo; maternos: D. Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla de Es-lava y Doña Laura Cólogan y Heredia; fue apadrinado por la abuela paterna.-Para que conste, extendi la presente partida que autorizo con mi firma. Por autorización del M. Y. Sr. Gobernador Eclesiástico. Firmado y Rubricado.-Lic. Manuel Díaz Llanos y Bautista. 434 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Casa natal de Doniingo Salamr y Cólogan, calle cle Home -ho\ T~m¿ í sP érez-número 5. Luego «Casino de Orotava» y hov Biblioteca Municipal de la Villa [Foto Díaz Febles]. Domingo Salazar y Cólogarz (1880-1939), de J. Aspiro~. Oleo propiedad de doña Laura Salazar Ascanio. Villa de la Orotava, Tenerife. 1,25 X 1,10 m [Foto Díaz Feblesl. DOMINGO SALAZAR Y C~ LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 5 Laura Micaela Cólogan y Cólogan, que habían contraído ma-trimonio en Ginebra el año 1876 2. Fueron sus abuelos paternos Domingo Salaz& de Frías y Mo-h a y la citada Trinidad de Ponte y Benítez de Lugo. Y abuelos maternos Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla de Eslava y Laura Micaela Cólogan-Franchi y Heredia, IV Marquesa de la Candia3. La casa natal de nuestro personaje fue el número 5 de la entonces calle de «Heme» -hoy de ((Tomás Pérez»- que luego sería el ((Casino de Orotava)) y hoy alberga la importante Bi-blioteca Municipal '. Del matrimonio formado por don Esteban y doña Laura Mi-caela fueron fruto tres hijos, a saber: Esteban, nacido en 1877, A, 1, ,,.-.-*,-m nn-.-..l,v "..O o,.-:, a1 T Y P , , r l a r l a l \ I n l l a A* C-UG & a La1 1 L.L a I i u l m u & a & , qub JGL la 1i1 IIL UWLIUL uu v alib UL uu-lazar5; Tomás, nacido en 1879, Alcalde de su Villa natal y Di-putado a Cortes por Tenerife en cuatro legislaturas6; y nuestro actual personaje. Doña Laura Micaela fallecería en el Puerto de la Cruz de ~ s t e b a nS alazar y Ponte [1845-19051, Licenciado en Derecho civil y canónico por la Universidad de San Fernando de La Laguna, fue inicial-mente progresista y sobre su correspondencia de esa época con su pa-riente Luis Benítez de Lugo, VIII Marqués de la Florida, puede verse nues-tro trabajo Esteban Salazar y Ponte, VZZZ Conde del Valle de Salazar (1845- 1905). Libro homenaje Strenae Enrnanuelae Marrero Oblatae, Departamento de Historia de la Universidad de La Laguna, en honor de quien fue su Catedrática de Paleografía, Pars Prior, pp. 53 1-550. Esteban Salazar fue Diputado Provincial en 1872-73 y 1887-88; Diputado a Cortes por Tenerife en las elecciones liberales de mano de 1898; y junto con Martin Rodnguez y Peraza, jefe del partido conservador en Tenerife en la última década del siglo XIX. Puede verse nuestro trabajo «Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla (1813- 1888))). ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS, Madrid-Las Palmas, 1987, núm. 33. La Marquesa de la Candia era hija de Juan Antonio Cólogan Franchi, VIII Marqués del Sauzal [1793-18541 al que hemos dedicado una semblanza en el tomo 111 de la uSerta gratulatoria in honorem Juan Régulo», Geografía e Historia, La Laguna, 1988, pp. 449-459. Puede verse la casa natal en nuestra lámina 1. Sobre este importante patricio ver ISIDOROS ÁNCHEGZ A R CD~on Es-teban Salazar y Cólogan, Conde del ,Valle de Salazar, Fundación Conde del Valle de Salazar, Madrid, 1988. Puede. verse niuestrn trabajo -inédito hasta la fecha- Towiáy Salazar y Cólogan [1879-1924, Santa Cruz de Tenerife, 1989. Núm 39 (1 993) 435 6 MARCOS GUIMERÁ PERAZA Orotava el 13 de enero de 1881, a sus treinta años de edad, cuando el niño Domingo sólo contaba unos escasos dos meses. Por ello, cuando el abuelo Tomás Fidel otorga su testamento cerrado el 5 de septiembre de 1887, ante el Notario don Vi-cente Martínez de la Peña y Real, instituye herederos a su ocho hijos vivos los hermanos Cólogan y Cólogan, y a sus «tres nie-tos don Esteban, don Tomás y don Domingo Salazar y Cólo-gam, en representación de su madre premuerta. La escritura de Manifestación de herencia se otorgó ante el mismo fedatario el 24 de abril de 1889, al número 67 de su protocolo. El joven Domingo, junto con su hermano mayor Tomás, cur-só sus estudios de bachillerato en el Instituto de Canarias, de La LaSEal dGI?def Ue cGn&scip.u!e s c y ~e! !Urge escRter y pe-riodista Leoncio Rodríguez, que nos ha dejado unas sentidas semblanzas de ambos hermanos7. Alli retrata a uno y otro de los Salazar. De Tomás dice que representaba «el aristocratismo del espíritu ... era la ponderación, el aplomo, cierta aptitud para mandar sin causar enojos ni provocar rencores...)). Y de Do-mingo escribe: «Era la juventud vigorosa: alto, flexible, de rostro plácido y sonrisa amable de quien sentía ... la alegría de vivir.)) Refiere que se alojaban en el Colegio de internos -junto con don Antonio Fariñas Rodríguez-; y al ocuparse especialmente de nuestro personaje, a punto de entrar en política, añade: «Era, no ya la juventud risueña y triunfante; era la juventud serena y reflexiva, cultivado en todas las disciplinas del estudio, con una formación de cultura y de espíritu.)) ' Estudió Derecho con los Padres Agustinos de El Escorial y fue también alumno de la Universidad de Bonn en Alemania, donde estudió Filosofía e Idiomas. Según tradición familiar, fue compañero de Manuel Azaña, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala ... Den Dnmingn a s'is veintinii~ve años contrajo matrimonio con María Ascanio y Méndez de Lugo, en la Villa de La Oro-tava el 28 de enero de 1910. Esta joven señora, de veinte años de edad, era hija de Enrique Ascanio y Estévez y Eladia Mén- LEONCIOR ODR~GUEPZe:r files. ((Tomás y Domingo Salazar y Cólogam, Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias) [1970], pp. 313-326. 43 6 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 7 dez de Lugo y León-Huerta: De esta unión nacieron seis hijos: Domingo, que sería Alcalde de La Orotava y Consejero del Cabildo Insular; Enrique, Licenciado en Derecho en 1941 y com-a Dice así su partida núm. 25, sentada al folio 3 v. del Libro 15 de Matrimonios de la Parroquia de Nuestra Señora de La Concepción de La Orotava: En la Villa de la Orotava, Diócesis y Provincia de Tenerife, a vein-te y ocho de Enero de mil novecientos diez. Yo, Don Roque J. Ber-zal Cura encargado de la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción de esta expresada Villa, casé solemnemente por palabras de presente a D. Domingo Salazar y Cólogan, de estado soltero, de veinte y nueve años de edad, natural de esta Villa y vecino de la misma, hije legitimo de D Esteban Salazar y Ponte. y de D.. Laura Cólogan y Cólogan con D.. María Ascanio y Méndez, de estado sol-tera, de veinte años de edad, natural de esta dicha Villa y vecina de la misma, hija legítima de D. Enrique Ascanio y Estévez y de D.. Eladia Méndez y León, después de publicada una sola proclama por haber sido dispensados de las otras dos que prescribe el Derecho Canónico por el Exmo. e Ilmo. Sr. Obispo de esta Diócesis, y haber practicado todos los demás requisitos para la validez y Iicitud de este contrato sacramental.-Fueron sus padrinos D. -- y D.. --, siendo testigos del acto D. Enrique Ascanio y Estévez y D. Bernardo Cólogan y Ponte.-Y para que conste, lo firmo. Por autorización del M. 1. Sr. Vicario-General.-Lic. Manuel Díaz-Llanos y Bautista. Y seguidamente insertamos la inscripción del matrimonio en el Registro Civil de La Orotava, donde consta al número 7, tomo 12, p. 110 de la Sec-ción 2: En la Villa de la Orotava a veintiocho de Enero de mil nove-cientos diez, hallándome yo el infrascrito D. Tomás Méndez y Asca-nio, Juez Municipal del distrito de la misma en la Iglesia de la Con-cepción a donde me trasladé para asistir, en cumplimiento de lo dis-puesto en el art. 77 del Código civil, a la celebración del matrimonio canónico convenido entre D. Domingo Salazar y Cólogan y D.. María Ascanio y Méndez y en virtud de parte escrito de los mismos de-claro: Que a mi presencia ha procedido el Presbítero D. Manuel Mar-tínez y Rodnguez, Cura Párroco de la iglesia antedicha, a unir en matrimonio canónico a los referidos D. Domingo Salazar y Cólogan de edad de veintinueve años, de estado soltero, Abogado, natural de esta Villa, vecino de la misma hijo legítimo de D. Esteban y de D.. Laura y a D.. Mana Ascanio y Méndez, de edad de veinte años, de estde se!ter~, nattira! de esta W!!z y vpchzt de 1, misma, hija legítima de D. Enrique y de D.. Eladia, habiendo asistido a dicho acto Núm 39 (1 993) 437 8 MARCOS GUIMERÁ PERAZA pañero del autor de estas líneas; Laura, que casó con Rafael Machado y Llarena; Esteban; Tomás; y Eladia, que casó con Faustino de Rato y Rodríguez San Pedro. Doña María, que so-brevivió a su esposo, fallecería en La Orotava el 10 de abril de 1963. Antes de entrar en la faceta más importante -desde el pun-to de vista poiítico- de nuestro personaje, digamos que fue caballero cofrade de San Juan Evangelista de la Parroquia de La Concepción de La Laguna. Que ocupó la presidencia de la . Cámara Oficial Agrícola de La Orotava; y, en su consecuencia, fue administrador del Jardín de Aclimatación del Durazno, hoy término municipal del Puerto de la Cruz. 11. CONSEJEROY VICEPRESIDENTED EL CABILDO[ 19 18-1 9201 Los Cabildos Insulares de Canarias, desde su creación por la ley de Reorganización administrativa y representación en Cor-tes de Ias Islas Canarias de 11 de julio de 1912, debida -según hemos dejado dicho reiteradamente- «a los esfuerzos de mu-chos, pero singularmente al talento de gobernante y a la pericia parlamentaria de Canalejas)) 9; los Cabildos todos, decimos, y los testigos, mayores de edad y de esta vecindad, Don Melchor de Zárate y Monteverde y Don Bernardo Cólogan y Ponte, Marqués del Sauzal. Y para que conste, levanto la presente acta de inscripción del expresado matrimonio, la cual será transcripta inmediatamente en la Sección de matrimonios del Registro civil, del Juzgado municipal a los efectos del art. 77 del Código civil, firmándola conmigo los contrayentes y testigos, de que certifico.-Mana Ascanio y Mén-dez.- Domingo Salazar.-El Marqués del Sauza1.-Melchor de Zára-te.- Tomás Méndez. El acta transcrita queda archivada en este Registro civil, en el legajo número veintiseis de la Sección de matrimonios. Orotava, veintinueve de Enero de mil novecientos diez-El Juez municipal, Tomás Méndez.-El Secretario, Romualdo Panasco.-Ru-bricadas. Vid. MARCOSG UIMERÁP ERAZAP:r ólogo a las Actas de Constitución del Excmo. Cabildo Insular de Lanzarote. 1988? «En el 75 aniversario de los Cabildos Insulares», p. 20. 438 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~ LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 9 también el de la Isla de Tenerife, pese a tratarse de unas ins-tituciones naturalísimas como adaptadas perfectamente a sus límites geográficos -«¿Qué cosa más natural que la existencia de una isla?», pudo decir Azcárate a Maura, a quien «le parece naturalísimo que la unidad insular tenga su forma en la Ad-ministración local», durante la discusión del proyecto en el Con-greso- pasaron por serias dificultades hasta conseguir su arrai-go en la vida pública del país. Inicialmente, por el enfrenta-miento con la Diputación Provincial -especialmente el Cabildo de Gran Canaria-. Después, por la falta de medios para llevar adelante sus cometidos. Sin olvidar la falta del entusiasmo ne-cesario para lograrlos. A lo que se añade que fueron recibidos por importante sector crítico con dureza y desde luego con in-comprensión lo. Benito Pérez Armas, coautor de la propia ley de Cabildos, hubo de decir en una conferencia pronunciada en 1915 -nó-tese, poco más de dos años de instaladas las Corporaciones-. al recoger la postura que quería impedir que en los Cabildos entrara la política, lo siguiente: Cuando se constituyó el Cabildo fuimos requeridos los po-líticos de Tenerife ... ara que no creáramos obstáculos a la patriótica obra de 1 f evar a aquella Corporación elementos ale ados de las contiendas, espíritus ponderados, libres de to d a pasión y vínculo que no fuera el servicio de los inte-reses públicos. Accedimos con entusiasmo, y la mayoría de los Consejos ... se formó con personas de aquellas condicio-nes, intachables, de lo que aquí más vale y significa en cada partido judicial. Buscarlos, persuadirlos, fue una obra de romanos, pero al fin se logró en parte realizar el noble propósito. Los resultados todos los conocéis: poco a poco, por estas o aquellas causas, todas sin duda justificadas, fue-ron ausentándose, renunciando, y sólo han quedado algu-nos, muy pocos, de los que tenían tales características 0. Así lo hemos señalado en el Prólogo cit., con expresa mención de autores como Juan Maluquer y Viladot, Antonio Domínguez Alfonso, Hipó-lito González Rebollar o Manuel Ossuna y Van-den-Heede. " BENITOPÉ REZ ARMAS: Discurso pronunciado el 21 de agosto de 1915 en La Laguna por Don ...' Imp. Félix S. Molowny, Tenerife [Biblioteca de mi amigo José Hernández Morán]. Núm 39 (1993) 439 El Cabildo de Tenerife ya había tenido dos Corporaciones -la primera, constituida el 16 de marzo de 1913, bajo la pre-sidencia del prestigioso médico Eduardo Domínguez Alfonso; y la segunda, desde el 1: de enero de 1916, presidida por Antonio José Melo y Novo- cuando en las elecciones de 11 de noviem-bre de 1917 accede al de Consejero nuestro Dorriingo Salazar y Cólogan: lo hace por una de las tres vacantes ordinarias exis-tentes en el distrito de La Orotava. La primera sesión en que aparece mencionado es la de cons-titución de la Corporación de 1: de enero de 1918, ordenada por convocatoria del Gobernador Civil para ese día. Se trata de un «acta negativa)) por no concurrir el número suficiente de Consejeros. Mario Arozena protestó por esa falta de asis-tencia y recuerda la posible imposición de multa de 500 pese-tas. Mientras que Luis Rodnguez Figueroa pide se haga constar en el acta los nombres de los Consejeros «que no han concu-rrido ni alegado excusa legal)). El acta refiere que «La Presi-dencia me ordena que haga constar dicho extremo y en su vir-tud consigno que los Consejeros que no han concurrido ni jus-tificado su inasistencia son los siguientes).).. Y en una larga lista, aparece el nombre de Domingo Salazar y Cólogan. Firma el acta el Secretario Antonio Lara y Zárate, con el V.. B: del Pre-sidente accidental Martín Rodríguez y Díaz-Llanos. Si los in-gleses tienen razón, este mal principio auguraba una feliz ac-tuación de nuestro hombre ... Por fin, el Cabildo de Tenerife queda constituido en la se-sión del 3 de ese mismo mes de enero, con asistencia de Sa-lazar. Es la sesión inaugural del bienio 1918-19, que preside Martín Rodríguez, en su condición de Vicepresidente primero. Allí tomaron posesión los Consejeros electos. Y se procede a la elección de cargos. Toman parte en la elección veintinueve electores. Y resultan elegidos: Para Presidente, Eladio Alfonso y Sonzáiez, con veintiún votos. Para primer Vicepresidente, Domingo Salazar y Cólogan, con veintiuno. Para segundo Vicepresidente, Antonio Toribio Valle, con veinte. Para Vicepresidente de la Comisión Permanente, Ignacio Lla-rena y Monteverde, con veintiún votos. 440 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~NT~COS LAMINA III , , 7 Casa de la calle del Castillo, esquina a Juan Padrón, número 51 -hoy 49-, donde estuvo instalado el Cabildo Insular de Tenerife entre los años 1915 y 1928 [Foto Diaz Febles]. DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 11 Para Procuradores Síndicos, Arturo Sansón y Pons y Ramón Trujillo e Hidalgo, con veintiún votos cada uno. Se registraron ocho papeletas en blanco. Toman posesión in-mediata los dos Vicepresidentes. Para la Comisión Permanente quedaron elegidos los Conse-jeros Juan Vicente Mandillo y Tejera, Antonio Oramas y Díaz- Llanos, José Hernández Pérez y José Hernández Amador; que-dando pendiente la elección del quinto puesto, al no obtenerse la mayoría absoluta de votos reglamentaria. Para la Comisión Especial de Gobierno resultó también ele-gido Salazar, con veintiún votos; y con él Oramas, Antonio Mar-tínez de la Peña, Rodríguez Figueroa, José Tavío y Sierra, Her-ni5nd~ 7 Amadnr y A n t ~ n i-~M & y _N^vQ 12. Y con 10- &más, ---A---- --------- firma Domingo Salazar. La Asamblea "regional" de 191 9 El regionalismo tuvo su despertar por los años 1918 y 1919 ". Reseñemos que el 2 de enero de 1919 y convocada por José Mesa y López, presidente del Cabildo Insular de Gran Ca-naria, y Bernardino Valle y Gracia, Alcalde de Las Palmas, se celebró una reunión en la que se acordó ir a otra Asamblea Todo ello resulta del Libro de Actas del Cabildo Insular de Tenerife correspondiente al año de 1918, cuya lectura -así como la de las demás actas pertinentes- me ha sido facilitada gentilmente por el Secretario de la Corporación, Alonso Fernández del Castillo y Machado, a quien desde aquí reitero mi agradecimiento por su atención a mi demanda. l3 A aquellos testimonios negativos, opuestos a la flamante reinstau-ración de los Cabildos, se suman -ya en tiempo en que nuestro personaje ha sido elegido Consejero- las posturas adversas de la (cUniÓn Regiona-lista)) y de los comerciantes de Santa Cruz. Veamos. Aquella agrupación tenía como promotor a Santiago García Sanabria -el que habría de ser años adelante excelente Alcalde de Santa Cruz. La ((Unión Regionalista)) se proyectó el 28 de abril de 1918 bajo la presidencia de Juan Martí Dehesa -político conservador que ya había desempeñado con prestigio la citada Alcaldía, con Sanabria como Vicepresidente. Era una secuela de la tendencia de Cambó. Fundó un periódico vespertino, El Regionalista; dirigido por Juan Franchy Melgarejo: que apareció el 5 de julio de ese año. Sostiene este papel en su número del día 27: 12 MARCOS GUIMERÁ PERAZA canaria para contrarrestar los efectos de la que proyectaba Te-nerife para estudiar el establecimiento de la Región Canaria. En esa asamblea de Las Palmas se pediría la división de la Provincia; y de no ser esto posible, la autonomía insular más absoluta, con supresión de la Diputación Provincial, clave prin-cipal de todas las discordias. En efecto: el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife or-ganizó una Asamblea «para tratar del problema de la autono-mía », que debería celebrarse el 30 de ese mes de enero de 1919. El Cabildo Insular tinerfeño, en su sesión del 17, presi-diendo el primer vicepresidente nuestro Domingo Salazar y Có-logan, se ocupa de esta cuestión en un apartado que insertamos: En el expediente incoado con motivo de proposición de varios señores Consejeros, para que los Cabildos Insulares acuerden celebrar un concierto económico con el Estado para la recaudación de ciertas rentas, se vio un dictamen de la Comisión especial de Hacienda, fecha trece de Julio de mil novecientos diez y ocho, en el sentido de que de-ben practicarse toda clase de gestiones para celebrar la Asamblea a que alude el particular tercero de la proposi-ción efectuada, viéndose también un oficio de la presiden-cia del Cabildo Insular de Gran Canaria comunicando acuerdo de éste, expresivo de que no hay inconveniente en solicitar el concierto para la recaudación de la renta de puertos francos, siempre que sean dos los conciertos, uno para el grupo oriental y otro para el occidental. El señor Arozena (Don Mano) manifiesta que a su juicio, pro-cede celebrar una asamblea de las corporaciones de Te- Aparece nuestra capitalidad efectivamente perdida; el ridículo mo-saico de siete diminutas provincias sustituyendo a la antigua y glo-riosa provincia de Canarias; ... todos los orgnismos fraccionados; la armonía y la unidad regional desechas. Más contundentemenfe críticos aparecen los comerciantes de Santa Cruz, que en junio de ese año 1918 piden «la supresión de los Cabildos)) [Gaceta de Tenerife, 14 junio 19181. Y en una reunión de comerciantes, celebrada en el Parque Recreativo, el citado Sanabria estimó más ventajosa la división en dos de la provincia que los Cabildos, porque la provincia «se halla dividida en siete)). Allí mismo se pidió la anulación de los Cabil-dos, por fracasados [Gaceta.., cit., 28 junio 19181. DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 13 nerife, para deliberar si puede accederse o no a la pro-puesta del aludido Cabildo. En idéntico sentido se expresa el señor Bethencourt del Río (Don Manuel). El señor Oramas (Don Antonio) expone que en su con-cepto, deberá aplazarse la resolución de este asunto, y es-perar a que se celebre la asamblea convocada por el ayun-tamiento de esta capital y elabore el proyecto de autono-mía regional que está pendiente de presentarse a las Cortes. El señor Toribio Valle (Don Antonio) expone su adhe-sión a este criterio. Rectifica el señor Arozena. La presidencia usa en este momento de la palabra, para hacer el resumen del debate. Dice que no es partidario del criterio del señor Orarnas, por que el procedimiento que éste propone es dilatorio, sin que tampoco pueda estimar aceptable el del señor Aro-zena por entender que antes de tomar una resolución de-finitiva en el asunto, debe hacerse un último esfuerzo para intentar una avenencia con los elementos de Gran Canaria. Confiesa que no puede tener confianza absoluta en el éxito inmediato de esa gestión, porque es difícil borrar en poco tiempo el efecto de luchas y rencores todavía no ex-tinguidos, pero de todos modos considera un deber de to-dos los amantes del bienestar del archipiélago realizar esa gestión. Por ello propone que se designe una comisión que se traslade a Las Palmas para entrevistarse con la repre-sentación del Cabildo de aquella isla e intentar una con-ciliación, que si se obtiene será uno de los mayores be-neficios que habrán podido proporcionarse a la región; y si por desgracia no se obtuviera, si se llegara al conven-cimiento de que no es posible avenir a una familia que ha debido vivir siempre unida, entonces se adoptarían los acuerdos que esa desventurada rivalidad impusiera. Por unanimidad se acepta la proposición del señor Sa-lazar, sus endiéndose la sesión por cinco minutos, siendo la hora d"e las diez y siete y cuarenta cinco, para que los señores Consejeros puedan ponerse dé acuerdo respec-to a las personas que ha de integrar dicha comisión. Reanudada la sesión a las diez y siete y cincuenta mi-nutos, se acuerda por unanimidad, y a propuesta de los señores Cañadas (Don Manuel), Sansón (Don Arturo), y To-ribio Valle (Don Antonio), que la expresada comisión se forme con los señores consejeros Don Domingo Salazar y Cólogan, Don Antonio Oramas y Díaz-Llanos, Don Mario B Arozena, Don Domingo Cabrera Cruz, y el Se-cretario e la C~rporaci~ón. No sabemos más de la misión realizada por dicha Comisión insular. Sí encontramos en los libros de actas de la Diputación Provincial que en sesión del día 21 de ese mes se nombró otra Comisión, compuesta por Manuel de Cámara, Rafael Calzadilla, Benito Pérez Armas, Francisco Trujillo Hidalgo, Faustino Martín Albertos, Melchor Ordóñez y el Secretario Hipólito Fumagallo Medina. Tampoco conocemos qué fruto dio esta otra comisión. El Cabildo, en su sesión del 24 de enero, hace constar en acta levantada -como siempre- por su Secretario Lara: Di lectura inmediatamente a un oficio de la Alcaldía de esta capital, comunicando acuerdo del Ayuntamiento, en el que se interesa del Cabildo se sirva dirigir instancia al Gobierno ue Su Majestad solicitando la presentación a las Cortes 3 e un royecto de ley de restauración de la autonomía municipaf Asimismo, se interesa del Cabildo en el mencionado oficio acuerde concurrir a la asamblea, que convocada por el Ayuntamiento, y para tratar de la auto-nomía ue se considere conveniente a la erfecta organi-zación l e la región canaria, se celebrar á! l e treinta del que cursa, a las dos de la tarde en el Palacio municipal, pi-diéndose también que el Cabildo designe las personas que han de llevar su representación en dicha asamblea. Usan de la palabra los señores Cañadas y Arozena para tratar diversos extremos relacionados con este asunto, y se acuerda por unanimidad dirigir al Gobierno la instancia interesada por el Ayuntamiento, y que el Cabildo concurra a la asamblea a que antes se alude. El señor Arozena manifiesta ue como considera con-veniente que la representación de3 Cabildo en dicha asam-blea lleve a ella una norma que pueda orientarla en el curso de las deliberaciones, va a dar lectura, a un escrito en el que se consignan las Bases que a su juicio deben integrar aqueiia norma. Seguidamente da lectura a una proposición a tal fin encaminada; y al terminar la lectura es felicitado caluro-samente por los señores Toribio Valle, Cabrera Cruz, Ro-dríguez Díaz-Llanos y Presidente, si bien todos hacen la reserva de que necesitarían un más detenido estudio de la proposición, para poder formar juicio definitivo del asunto. 444 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~LOGAN(1 880.1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 15 En su vista y a propuesta de los señores Arozena y Cabrera Cruz, se acuerda que la comisión que haya de representar al Cabildo en la asamblea haga el estudio de la proposición, dando cuenta de su dictamen a la Corpo-ración, a cuyo efecto se convoque ésta a sesión extraor-dinaria para el veinte y nueve del corriente; y si por cual-quier causa no llegara a reunirse al Cabildo, que la ex-presada comisión quede facultada para llevar a la asamblea, como criterio del Consejo Insular, el dictamen que haya formulado. Seguidamente se procedió a designar la reiterada co-misión representativa del Cabildo en la Asamblea, resul-tando elegidos por unanimidad los señores Salazar, Ora-mas, Cabrera Cruz, Arozena y Rodríguez Figueroa. No conocemos el dictamen de esa comisión -la misma de la sesión del 17, sin más que la sustitución de Lara por Luis Rodríguez Figueroa-, pues el Cabildo no llegó a celebrar se-sión el anunciado día 29, por no haber número suficiente de Consejeros, según resulta de Acta negativa de esa fecha. Sí consta que el diario La Prensa planteó una encuesta, a la que acudirían algunos destacados políticos de la época. Entre ellos, Andrés Orozco y .Batista, Luis Rodríguez Figueroa y Be-nito Pérez Armas. Éste, que se profesa autonomista y regiona-lista, pero no nacionalista, exige primero ciudadanía, luego auto-nomía del Municipio y después constituir federativamente las regiones dentro del Estado soberano; si bien ((reconoce que en Canarias no existe unidad espiritual que determine el alma de la región)): hay que ir -dice- al reconocimiento de la perso-nalidad de la Isla, por medio de los ya creados Cabildos, que deben gozar de autonomía para todo lo que no sea municipal ni regional; y luego estudiar «si se hace una Diputación regional o una mancomunidad de Cabildos))14 . En !u sesión extraordiniria de! 18 de mzrm de 1?2!l, presi-dida por el Presidente titular Eladio Alfonso y González, con asistencia de Salazar, aparece de nuevo el tema del contingente provincial repartido por la Diputación. Dice el acta: iÁ Prensa; núm. 2.821, sábado. 1: de febrero de 1919, ((Canarias y la Autonomía)), «Opinión del Sr. Pérez Armas». 16 MARCOS GUIMERÁ PERAZA A continuación di lectura a un oficio del Gobierno civil de la provincia, fecha veinte y ocho de Febrero último, en el ue manifiesta haber aprobado el presupuesto ordi-nario 2 ormado por el Excelentísimo Cabildo Insular, para regir durante el próximo año económico de mil novecien-tos veinte a veinte y uno, a condición de que la partida de ochenta y cuatro mil pesetas, que figura en el Capítulo primero, Artículo único del de Gastos, para Contingente provincial, se eleve hasta la suma de ciento catorce mil, cuatrocientas setenta y tres pesetas tres céntimos, que es la cantidad que corresponde abonar a la Corporación por el citado concepto con arreglo al repartimiento realizado por la Diputación Provincial de Canarias. El señor Toribio Valle (Don Antonio), usa de la palabra para proponer que se eleve el mencionado crédito en la cuantla ordenada por ei Gobierno civii y que la suma de treinta mil, cuatrocientas setenta y tres pesetas, tres cén-timos, diferencia entre el crédito consignado y el que debe figurarse, se obtenga suprimiendo del Capítulo octavo, Car-gas, Artículo segundo, Créditos reconocidos, la suma de quince mil pesetas, consignadas para abonar al personal del Cabildo y de los Establecimientos que de él dependen o tengan subvenciones los haberes, gratificaciones muneraciones de todas clases que se le queden adeuc ?a nrdeo-a la terminación del año económico de mil novecientos diez y nueve a mil novecientos veinte; y aumentando en quince mil, cuatrocientas setenta y tres pesetas con tres céntimos el ingreso que se calcula puede producir el ar-bitrio sobre importación y fabricación de alcoholes y aguar-dientes neutros, aguardientes compuestos, coñacs y licores, aprobado por Real Orden de veinte y dos de Noviembre de mil novecientos diez y seis. El propio señor Valle propone que se entable contra la providencia del Gobierno civil el recurso que autoriza el párrafo segundo del artículo sesenta y dos del Regla-mento orgánico para el régimen de los Cabildos Insulares. El señor Rodríguez y Díaz-Llanos (Don Martín) llama la atención de la Corporación sobre el hecho anormal de que únicamente ei Cabiicio cie ienerife esté embargado or la Excelentísima Diputación, sin que se haya tomado & misma medida con los demás, singularmente con el de Gran Canaria, que no ha contribuido al sostenimiento de las cargas provinciales con ninguna cantidad; manifiesta que por tal razón resulta que tan sólo éste Cabildo viene sufragando los gastos de la Diputación Provincial; y con- 446 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 17 sidera que si se practica una liquidación con dicho Cuerpo aparecerá seguramente que lejos de adeudársele suma alguna deberá reintegrar al Cabildo cantidades que ha per-cibido de más, por lo que propone que se le invite a prac-ticar la expresada liquidación. Por unanimidad se aprueban las proposiciones del señor Toribio Valle (Don Antonio), y Rodríguez y Díaz-Llanos (Don Martín). Nuestra conclusión acerca de las causas del fracaso del in-tento de región canaria en aquellos años la hemos formulado ya en otra partefi; y mutatis mutandi, no tenemos inconveniente en reproducirlas ahora. Decían así: En primer lugar, la que pudiéramos llamar izquierda ti-nerfeña, siguiendo una vieja trayectoria, la repudió por an-tinatural. Para los federales de Gran Canaria, la región no era suficiente; ellos querían ir a la autonomía absoluta por Islas. Tampoco la admitían los divisionistas canarios, para los que la región no era más que una pantalla para mantener la unidad provincial. Por otra parte, para tinerfeños con criterio realista, la región sería siempre imposible, porque nunca habría acuer-do acerca de cuál sena la capitalidad regional. Y, or último, lo más decisivo a nuestro juicio: porque la reai !i dad Isla y Cabildo se iba imponiendo en las con-ciencias, frente a la caducidad manifiesta de la ya inviable Diputación provincial. Y si ésta ya no servía, jcómo se iba a mantener un órgano regional que no tenía la raigambre de cerca de un siglo que la provincia tenía? m. PRESIDENTDEEL CABILDION SULAR[1 920- 19231 El Cabildo Insular no acababa de salir adelante, pese a los nobles esfuerzos de las sucesivas Corporaciones. El testimonio l5 MARCOSG IILMFRÁP ERAZAE:l Pleito Insular [l808-l936j Caja de Ahorros Caja Canarias, 1976, p. 384, 2: ed., 1. de E. de A. L., Madrid, 1987, p. 406. 18 MARCOS GUIMERÁ PERAZA de Leoncio Rodnguez nos parece convincente. He aquí algo de lo que escribe, a propósito de nuestro personaje 16: Era el hombre que necesitaba su isla, que con tanta y tanta impaciencia le requería y reclamaba. Era, a la vez, el pacificador y el constructor del futuro. Los viejos pa-tricio~ ya estaban cansados, ya habían dado todo su es-fuerzo vital a la causa común (...). Quedaban pocos caudillos en la vanguardia -Pérez Ar-mas, Emilio Calzadilla, García Sanabria ... pero ellos también necesitaban colaboración y ayu a, hom-bres nuevos para las empresas nuevas. muy 'Í'°COS-J Había que consolidar los Cabildos, creados por el es-fuerzo colectivo en días de apremiantes peligros; ya habían pasado por ia presidencia de ia naciente institución los más altos prestigios de la Isla; pero había que infundirles savia y energías vitalizadoras; había, sobre todo, que rea-nimar y fomentar su hacienda, anquilosada ya, en trance de sucumbir bajo el agobio de crecientes obligaciones y escasez de recursos para afrontarlas. En estas circunstancias, nació la candidatura de Domin-go Salazar y Cólogan para residente del Cabildo. Le pre-cedían los más favorables y h" onrosos antecedentes (...). Y a su país se entregó, en cuerpo y alma, con aquella gallardía y aquella prestancia de juventud madura y acti-va, que al mismo tiempo infundía autoridad, respeto y con-fianza a todos. Caso, hasta entonces, poco frecuente entre nosotros, por-que ser joven, llevaba pocas veces anexo el prestigio para mandar. Treinta y nueve años contaba nuestro personaje cuando se le eligió para la presidencia de la Corporación insular. Volvemos a las actas. El 1.0 de abril de 1920 celebra sesión constitutiva el Cabildo; pero por falta de asistencia del número necesario de Consejeros se levanta ((Acta negativa)). Nueva protesta de Mario Arozena; y en la lista de ausentes sin justificación, numerosísima, figura también Salazar. La verdadera sesión de constitución tiene lugar dos días más tarde, el 3 de abril, inaugural del bienio 1920- l 6 LEONCIOR ODR~GUEPZer: files, cits., pp. 3 19 y S S . 448 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 19 1921. Preside Eladio Alfonso; y se procede a la elección secreta de los cargos. Resulta elegido para presidente nuestro personaje, que obtuvo veinticinco votos; primer Vicepresidente, Antonio To-ribio Valle, con veintiséis; segundo Vicepresidente, Vicente Díaz- Llanos y Fernández, también con veintiséis; y Procuradores Sín-dicos, Arturo Sansón y Pons y José Tavío y Sierra, con veinti-séis votos cada uno. Aparecieron cuatro papeletas en blanco, con otras dos que se anulan. Y posesionados de sus cargos, Salazar pronuncia el siguiente discurso, que tomamos del acta redactada por el Secretario Lara: El señor Salazar y Cólogan (Don Domingo), desde la Pre-sidencia, usa de la palabra para hacer notar la resistencia que ha opuesto a aceptar el cargo con que ha sido hon-rado no sólo ppr su falta de merecimientos sino por resi-dir en la Orotava, lo cual, dice, le obliga a significar su profundo agradecimiento a la Corporación por un acto que no puede explicarse sino como. una benévola demos-tración, un premio exagerado a su buena intención y al empeño que ha puesto, siem re que accidentalmente ha ocupado este puesto, en con f ucirse con entera imparcia-lidad y amparar los derechos de todos. Hace un llamamiento a todos los Sres. Consejeros para que puestos el corazón y la mente en el bien de Tenenfe, realicen una labor útil en beneficio de los intereses insulares. Dice que sin aumentar las funciones del Cabildo tiene éste una labor hondísima que realizar; y habla del aban-dono en que se encuentra la cultura, la enseñanza, la be-neficencia social y las obras públicas, materias todas en que puede y debe intervenir el Cabildo sin invadir ex-trañas jurisdicciones. Añade ue viendo el largo camino que tiene que reco-rrer el Ca 71 ildo le abruma la pequeñez de sus recursos, ya que su presupuesto excede apenas de ochocientas mil pesetas, suma mucho menor que la que constitu e el pre-supuesto del Ayuntamiento de la capital y con a que no es posibie acometer todas las obras. Y Considera que es menester lograr el aumento de las rentas insulares; y como los arbitrios ya establecidos no pueden recargarse, es necesario intentar el arriendo de los puertos francos, concertándose los Cabildos con el Estado, y mientras tanto, proceder con celo, honradez y escrupu-losidad en la confección de los presupuestos, y no con- Núm. 39 (1 993) 449 20 MARCOS GUIMERÁ PERAZA sentir que se abran en ellos brechas y portillos para sa-tisfacer ambiciones e intereses personales y políticos, y se desatiendan en cambio otras obligaciones importantes. Habla después de las obras pendientes de ejecución, re-firiéndose al teléfono insular, que a su juicio debe exten-derse a los pueblos del Sur; a las obras de ampliación del edificio que ocupan los Asilos benéficos de esta capital; a los anteproyectos del ferrocarril insular; r a la adquisición de terrenos para campos de aviación, 1 amando es ecial-mente la atención de los señores sobre la necesi d' ad de facilitar las comunicaciones con los sanatorios que han de establecerse en las cumbres de la Isla, que contendrán el desarrollo de la tuberculosis, refiriéndose también, con este motivo, a la enmienda presentada al Congreso de los Di-putados por don Julián Van Baumberghen, y estimando a patRóticG necesaRG qUe se invite a la ~D\ac-.1a l nAn~-Aan-u;n~ u u a N E de Medicina de esta capital, para que realice un estudio de la situación, emplazamiento y condiciones que debe reu- O n - nir el Sanatorio a que dicha enmienda se contrae. =m O Termina el señor Salazar manifestando que los Cabildos EE son Entidades todavía jóvenes que no han podido realizar S E aun la labor a que están llamados, pero no puede desco- = nocerse que en el de Tenerife, al menos, no han arraigado 3 los viejos resortes de la política, lo cual debe a las perso- - nas que en un principio lo constituyeron; recuerdo éste - 0m que le obliga a rendir un tributo de gratitud a su primer E Presidente, el ilustre patricio don Eduardo Domínguez Al- O fonso. n Es un buen prontuario de lo que nuestro personaje se pro-ponía acometer. Ya veremos qué pudo lograr y qué otras ini-ciativas le fue deparando su relativamente largo mandato. En la misma sesión se eligieron los miembros de la Comi-sión Permanente, que quedó integrada por José Hernández Ama-dor, como vicepresidente; y por Ulises Guimerá y Tejera, Aníbal Hernández Mora, Leoncio Oramas y Díaz-Llanos, Juan Vicente Mandillo y Tejera y Manuel Cañadas Amorós. Por excepción, el Secretario firma A. Lara y Zárate 17. Poco después, se había incendiado la casa natal de Domingo l7 La Comisión Permanente quedó constituida en la sesión del 8 de abril de 1920, bajo la presidencia de Salazar, el vicepresidente Hernández Amador y ios vocaies Eernánciez Xora, ivíandiiio Tejera y Guirnerá Tejera. 450 ANUARIO DE ESTUDIOS A TUTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~ LOCAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 2 1 Salazar en la calle de Tomás Pérez de La Orotava -ahora pro-piedad de su hermano Esteban-. Apagado el incendio, e l Al-calde de la Villa oficia a diferentes autoridades militares y ci-viles, dando cuenta del percance y expresando su gratitud a las fuerzas que contribuyeron a sofocarlo la. El Avuntamiento de la Villa de Güímar. en sesión del 18 de ese mismo mes, bajo la presidencia de Ignacio González García, conoció el oficio del Secretario de la Corporación, Aníbal Hernández Mora, en el que manifes-taba que habiendo sido elegido Consejero del Cabildo Insular, de cuyo car-go se había posesionado el día 1.0, y siendo el mismo incompatible con el que ostenta en este Ayuntamiento, solicitaba una licencia ilimitada, para !a si;hsigiiente excedencia. La CnpxaciSn si !n acuerda, !~adendn cnnstar el sentimiento por el cese, con el expresivo elogio para sus condiciones «de honradez, actividad y gran inteligencia)), que han colocado a «la Se-cretaria a'la altura de las primeras de la provincia)). Dice así el oficio al Capitán General, enviado por el Alcalde acci-dental de la Villa Pedro L. Machado y Benítez de Lugo: Excmo. Señor: Sumamente complacido del brillante comportarnien-to de las fuerzas del Regimiento Infantería de Tenerife destacadas en esta Plaza, que concurrieron en la mañana de hoy a la extinción del incendio ocurrido en la casa habitación de D. Domingo Salazar y Cólogan, sita en la calle de Tomás Pérez de esta población, al mando del Teniente D. Lorenzo Machado y Méndez, y bajo la di-rección del Comandante de dichas fuerzas, D. Fernando Salazar y Bethencourt, por sus valerosos y meritorios trabajos para localizar y extinguir el fuego, lo que obtuvo con los importantes servicios tan-to de la tropa como de sus dignos Jefes, me congratulo en comu-nicarlo a V. E. para legítima satisfacción del referido Destacamento, al que hago presente la gratitud de esta Alcaldía y del pueblo que representa, por su noble y plausible proceder. Dios guarde a V. E. muchos años. Orotava 3 de Marzo de 1920. Excmo. Sr. Capitán General de este Distrito.-Santa Cm de Tenerife. De este escritn din tras!ad~ a! Cnrine! de! Regimientn de Infanteh de Tenerife núm. 64 y al Comandante Jefe del Destacamento del Regi-miento en la plaza de La Orotava Fernando Salazar y Bethencourt, con mención expresa del Teniente, nuestro querido y admirado hoy General Lorenzo Machado Méndez-Fernández de Lugo. Dio cuenta asimismo al Gobernador civil de la provincia: Alcalde a Gobernador civil. Tenerife. 22 MARCOS GUIMERÁ PERAZA La Avenida Marítima En la sesión ordinaria de 23 de julio de ese año 20, Salazar manifiesta que ... como es sabido de los señores Consejeros, se ha pre-sentado a Su Excelencia, un ((Proyecto de Avenida marí-tima, enlace del ferrocarril insular con el puerto de Santa A las cinco próximamente de hoy se declaró un voraz incendio en la casa habitación de D. Domingo Salazar Cologan, sita en la caiie de Tomás Pérez. Avisadas por el Inspector de Policía que advirtió e! siniestro, las fuerzas militares destacadas en esta plaza, acudieron inmediatamente y con su eficaz auxilio y el de varios vecinos, que utilizaron las bombas del Municipio, se logró localizar el fuero en la crujía del poniente del edificio a la hora de las ocho. En estos trabajos se han distinguido las referidas fuerzas y varios paisanos, como asimismo el citado Jefe de policía. Al lugar del siniestro acu-dieron también las diferentes autoridades locales y la Guardia civil de este puesto, con el Jefe de línea, prestando todos su valiosa co-operación. Hasta ahora se ignora la causa del incendio, siendo im- &rtantes los daños sufridos. No ha ocurrido ninguna desgracia personal Orotava 3 de Marzo de 1920.-E1 Alcalde accl. Y certifi~ó.'~alraa C ompañía de Seguros: Don Pedro L. Machado y Benítez de Lugo, Alcalde accidental de la Vilia de la Orotava, Certifico: Que el día 3 del que cursa se produjo un incendio en la casa habitación de Don Domingo Salazar y Cólogan, que pertenece a su señor hermano D. Esteban de los mismos apellidos, Conde del Valle de Salazar, cuya casa se halla situada en la calle de Tomás Pérez (antes Home), de esta población, marcada con el número 5 de gobierno. El origen del siniestro, a juicio de esta Alcaldía, fue o una chispa eléctrica producida por ala tempestad que hubo en la madrugada del referido día, o corriente derivada de algún contacto de la instalación del alumbrado eléctrico, ocasionado por el temporal de lluvia rei-nante a la sazón. Y para que conste expido la presente a petición del Sr. Subagente de la Roya1 Exchange Assurance Corporation, D. Félix Ascanio y Pog-gio, en la Villa de la Orotava a 6 de Marzo de 1920. [Se encuentran en el Archivo Aníbal Hernandez Mora, hoy en poder de su hijo mi buen amigo José Hernández Morán, a quien expreso una vez más mi gratitud por su generosa facilitación.]. DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880.1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 23 Cruz de Tenerife)), de cuya trascendencia cree ocioso ha-blar, porque está en la mente de todos, cuyos autores son el Ingeniero Don Carlos Rossi y los Ayudantes de Obras públicas Don Belisario Guimerá y Don Luis Díaz de Lo-sada, a los cuales acordó felicitar la Comisión Permanente, acordando también traer el asunto al Pleno. Lo primero que debe hacer Su Excelencia, dice el señor Salazar, es acordar que conste en actas el agrade-cimiento de la Corporación a los autores del Proyecto, por su labor primorosa y concienzuda. Desde el primer momento, continúa la presidencia, fue para él objeto de gran preocupación la manera de ejecu-tar el proyecto, respecto de cuyo extremo celebró algunas conferencias con los autores, y asistió a una reunión que tuvo efecto en el despacho de la Alcaldía, por cuyo moti-vo advirtió la existencia de diversas ideas y orientaciones que a su juicio convenía unificar, y a tal efecto encargó al señor Contador de fondos, realizase un estudio del asun-to, teniendo la satisfacción de decir a los señores Conse-jeros, que dicho Funcionario lo realizó concienzudo y com-leto, por lo que la Presidencia se permite rogar que con ya mayor atención se considere tal trabajo. Y sigue el acta redactada por Lara: Di cuenta a continuación, de una carta de los señores Ros-si, Diaz de Losada y Guimerá, que encabeza el expediente de que se trata, y del acuerdo de la Comisión Permanente de veinte y cuatro de Junio úl t i rn~'~y ;h abiendo el Con-tador de fondos dado lectura a su infome, la presidencia l9 Dice el libro de actas de la Comisión Permanente: En la Ciudad de Santa Cruz de tenerife a veinte y cuatro de Junio de mil novecientos veinte, se reunieron en la Casa del Exce-lentísimo Cabildo, siendo la hora de las diez y seis y treinta minutos, los señores Don Domingo Salazar y Cólogan, Don Daniel Fernández del Castillo, Don Leoncio Oramas y Díaz-Llanos y Don Ulises Gui-merá y Tejera, Presidente y Vocales de la Comisión Permanente, con objeto de celebrar la sesión ordinaria correspondiente. ................................................................. Seguidamente se vio una carta de los señores Don Carlos Rossi, Don Luis Díaz de Losada y Don Belisario Guimerá, fecha diez y nueve del corriente, remitiendo un ((Proyecto de Avenida Marítima, enlace del ferrocarril Insular con el Puerto de esta Capital», proyecto Núm 39f1993) 453 24 MARCOS GUIMERÁ PERAZA lo felicita efusivamente en nombre de los señores Conse-jeros y manifiesta que se abre discusión sobre el Asunto. Se hace constar que el Contador propone para la eje-cución de la obra que se celebre un convenio entre el Cabildo, el Ayuntamiento de esta Capital y la Junta de Obras del Puerto, con arreglo a las bases que el informe propone. Intervienen en la discusión del asunto los señores Ora-mas, Valle, Mandillo, Albertos y Rumeu; y suficientemente discutido el asunto, se acuerda por unanimidad: Primero.-Que el Excelentísimo Cabíldo Insular ejecute la obra, en la forma y con el alcance que entrañan las bases propuestas por Contaduría, quedando facultada la Comisión Permanente para introducir en el articulado de dichas bases aquellas modificaciones que no alteren su esencia y tiendan a facilitar su ejecución. Segundo.-Aprobar el particular distinguido con el nú-mero segundo en el citado escrito, y someter por tanto al Excelentísimo Ayuntamiento y a la Junta de Obras del Puerto de esta Capital las referidas bases, para que se dig-nen manifestar las alteraciones que consideren oportuno introducir, así como para que expresen cuanto en defensa de sus intereses crean de usticia; y Tercero.-Que de con ! ormidad con lo propuesto por la Contaduría en el particular cuarto de este escrito, se desde luego al Excelentísimo señor Ministro de la Go cda er-nación el permiso que para la confección del proyecto es necesario. Aparece por vez primera en las actas del Cabildo la cons-trucción de la Avenida Marítima, tan ambiciosa como avanzada, primer paso para la apertura hacia el Sur de la Ciudad, con una clarísima visión de futuro. El nombre de mi tío carnal Be-que ofrecen al Excelentísimo Cabildo Insular, en la certeza de que si lo considera digno de ello, tomará la iniciativa para la realización de las obras. Y la Corporación acordó por unanimidad, acoger con verdadero entusiasmo tal ofrecimiento, significando a los autores del proyecto su mayor agradecimiento y los' más sinceros elogios, por el desinterés con que han procedido y que tanto les enaltece; y que se lleve el asunto a conocimiento del pleno del Excelentísimo Cabildo en la pró-xima reunión ordinaria que celebre para que tenga a bien adoptar la resolución que proceda. 454 ANUARlO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMlNGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 25 lisario Guimerá y del Castillo-Valero -que veinte años más tar-de sería Alcalde-de Santa Cniz- me veda hacer otras elogiosas consideraciones. Van sustituidas con ventaja por el comentario que a tal proyecto dedicó el repetido escritor Leoncio Rodrí-guez, con inserción de un artículo del propio Salazar 20: El recuerdo del inolvidable residente del Cabildo de Te-nerife va unido a una de /' as obras en ue Santa Cruz puso sus mayores entusiasmos y sus anhe1 o s de embelle-cimiento urbano. Nos referimos a la gran fachada de la ciudad y del puerto, la Avenida Marítima, por la que tanto habían suspirado nuestros abuelos, y que se proyectó al principio como vía de enlace con el futuro ferrocarril al norte de la isla. A pocos días de publicarse, el 25 de mayo de 1920, la edición especial de La Prensa, en apoyo de la importante obra, aparecía en sus columnas, suscrito por el señor Sa-lazar, un artículo sumamente alentador, de franca y en-tusiasta adhesión. Decía entre otras cosas: «La necesidad de higienizar embellecer la ciudad, nada de eso me es a mí ni pue ¿' e ser en manera alguna indiferente. iY cómo me habría de serlo! Yo, que siento vibrar de júbilo patriótico mi echo cada vez que cual-uier pedazo del terruño tiner ?eñ o conquista una mejora !e importancia, ¡cómo podría no sentirlo tratándose de un inmenso y positivo beneficio para nuestra capital, la ciudad heroica, donde nuestros abuelos, unidos en el sacrificio, sellaron con su pro ia sangre el triunfo de su amor a la patria; la ciudad hi cf' alga, que recibe con hospitalidad, que es proverbial, a cuantos vienen a establecer en ella su re-sidencia, y a los miles de viajeros que cada año la visitan!)) Y añadía: ((No conozco todavía detalles ni cifras para formar juicio acabado. Eso vendrá a su tiempo. Entre tanto, puedo ade-lantar que ia beiieza y magnitud de la idea y 1a sugestiva manera de iniciarla, han predispuesto completamente mi ánimo en su favor.)) LEONCIOR ODRÍGUEZPe: rfiles, c i t s . , pp. 323-324. Núm 39 (1 993) MARCOS GUIMERÁ PERAZA El desglose del presupuesto provincial En esa misma sesión del 23 de julio se vio un escrito diri-gido al Cabildo por los Diputados a Cortes por La Palma Pedro Poggio y Álvarez, de Los Llanos, y Julián Van-Baumberhen, de Santa Cruz, proponiendo una fórmula para realizar el desglose del presupuesto provincial en la siguiente forma: Primero.-Que se realice el desglose del presupuesto provincial atendiéndose a lo dispuesto en la Ley de reor-ganización administrativa de Canarias de once de Julio de mil novecientos doce, quedando como establecimientos be-néficos de carácter provinciai ia Leprosería de Las Paimas y el Manicomio de Santa Cruz de Tenerife. Segundo.-Que para facilitar la administración de estos establecimientos se constituyan dos secciones una para la Administración de la Leprosería con residencia en Las Pal-mas y otra para el Manicomio en Santa Cruz de Tenerife, en cuyas secciones podrán ingresar mensualmente los Ca-bildos de cada una de las dos Islas, hasta la totalidad del presupuesto de gastos de cada respectivo Establecimiento, descontándose dicha cifra de la del contingente a abonar directamente a la Diputación, a la cual estas secciones ren-dirán mensualmente las oportunas cuentas de ingresos y gastos; y Tercero.-Que para la confección del presupuesto pro-vincial se tengan en cuenta deben eliminarse del mismo o disminuirse partidas en cuya eliminación o disminución están conformes los representantes de todas las Islas, lo que reducina los contingentes a repartir entre los Cabildos. La Corporación tinefeña acordó lo siguiente: Primero.-Prestar su asentimiento al primero de los par-ticulares iranscriios. Segundo.-Prestarlo también al particular segundo, pero con la modificación de que el Manicomio sea administrado directamente por la Diputación, y la Leprosería por el Ca-bildo de Gran Canaria, a cuyo efecto delegará en el dicho Cuerpo la función meramente administradora, reteniendo todas las demás como se le reconoce en la proposición. 456 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 27 Tercero.-Que se haga presente a los señores Diputados por La Palma que el Cabildo considera aceptable cuanto se expone anteriormente con el número segundo, siempre que el depósito de dementes de esta Capital se convierta en Manicomio y se gestione y obtenga del Estado la con-cesión de los créditos necesarios para la construcción del edificio en que se instale, pues el que ocupa dicho depó-sito apenas es capaz para unos sesenta alienados, y en el de Las Palmas se asila igual número; fundando además dicha petición en la imposibilidad de construirlo por cuen-ta de la provincia, y en la justicia de que el Estado atien-da esa necesidad, como se propone atender a la leprosería de Las Palmas. Cuarto.-Que asimismo se les signifique que para que no resulte ilusoria toda solución de concordia. se facilite el funcionamiento de la Diputación, autorizándole para ce-lebrar sesiones de segunda cita, cualquiera que sea el nú-mero de Diputados asistentes, incluso para la formación del presupuesto; y Quinto.-Que deben en efecto eliminarse del presupues-to de gastos de la Diputación aquellas partidas que no se figuren para cubrir atenciones reales, aunque cometiendo a dicho Cuerpo la facultad exclusiva de fijarlos, a reserva de los recursos que consignan las Leyes2'. Este viejo problema, planteado principalmente entre el Ca-bildo de Gran Canaria y la Diputación Provincial, que daría lu-gar a recursos y sentencias, seguía vivo y no pudo ser solu- 21 En la sesión de la Permanente de 12 de agosto de 1920 se leyó oficio del Ayuntamiento de Santa Cruz en el que rogaba que el Cabildo «se inspire en las siguientes condiciones al contestar el escrito de los seño-res Diputados por La Palma referentes al desglose provincial)). Se insertan cuatro particulares; y por la Comisión, «en vista de haberse ya acordado por el Cabildo los términos en que había de contestar dicho escrito de los Diputados por La Palma, se acordó adicionar dicho acuerdo en la for-ma que se propone en los particulares segundo, tercero y cuarto del oficio de que se tratan. En ellos, el Ayuntamiento urgía la aprobación del Re-glamento de los Cabildos; que aprobado se cumpla la sentencia de la Sala 3: del Tribunal Supremo de 7 de mayo de 1920; y que los Diputados por Tenerife presenten proposición de ley sobre que las Diputaciones pro-vinciales puedan celebrar cesiones de segunda convocatoria «sea cualquiera e! nil?mero de Dipiutadni asistentes)). Como es sabido, esto no se conseguiría nunca. 2 8 MARCOS GUIMERÁ PERAZA cionado por la buena voluntad de los Diputados palmeros. Es necesario hacer un poco de historia. Publicada la Ley de Cabildos de 1912, las fricciones entre las nuevas instituciones insulares, singularmente el Cabildo de Gran Canaria, y la Diputación provincial fueron intensas y cons-tantes. Especialmente, en materia de presupuestos, desgloses y traspasos. Mientras la Diputación pretendía conservar cuantas cuestiones consideraba reunían carácter provincial, en el sentido de abarcar más de una Isla, a los Cabildos interesaba su total traspaso a los de la Isla en que estuvieran establecidos. El Re-glamento había significado el triunfo de este segundo criterio (arts. 32 y 34). Desde sii m~stitiiciSn e! 16 de m2rm de 1913, e! CaVi!& de Gran Canaria acordó pedir a la Diputación la entrega de los establecimientos benéficos que, por estar en dicha Isla y se sostenidos con fondos provinciales, le correspondían, proce-diéndose a su desglose y liquidación de cuentas. En la sesión del 17 siguiente, los diputados ((orientales)), en una enmienda firmada por Vicente Díaz Curbelo, Felipe Massieu de la Rocha y Diego Mesa de León, pidieron la entrega al Cabildo de Gran Canaria de los Hospitales de San Martín y San Lázaro; pero los «occidentales» se opusieron, sosteniendo que el Hospital de elefancíacos de San Lázaro -luego Leproseria- de Las Palmas, el Depósito provisional de dementes de Tenerife -nuestro Ma-nicomio- y algunas otras instituciones que no son del caso debían considerarse como centros provinciales; y así se acordó por mayoría de 9 votos contra 7. Así las cosas, una Real Orden de 23 de marzo de 1917 apro-bó el presupuesto de la Diputación provincial para ese año 17, creando al Cabildo de Gran Canaria una difícil situación en su hacienda. Ello motivó que se interpusiera un recurso conten-cioso- administrativo, que sería dirigido en Madrid por Leopoldo Matos Massieu. Es del caso una expresiva carta del presidente del Cabildo, José Mesa, al jefe del Gobierno «nacional» don An-tonio Maura. Dice así: El Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Particular. 6 junio 1918. 458 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 29 Excmo. Sr. D. Antonio Maura y Montaner, Presidente del Consejo de Ministros. Muy respetable y distinguido Señor: Agradecería a V. E., si dispone de un momento, tenga a bien leer el recurso al Ministerio de la Gobernación que acompaño en el adjunto ejemplar de periódico de esta lo-calidad, y el cual recurso fue presentado oportunamente al referido Centro ministerial. Por él verá V. E. que no es culpa de Gran Canaria la situación creada en el orden de las relaciones entre la Di-putación Provincial y los Cabildos Insulares, y sí de la Di-putación, que desde un principio obró en oposición a lo dispuesto en la Ley especial de Canarias de 11 de julio de 1912 y Reglamento para su ejecución de 12 de octubre de! misme uñe, pefidiende a purtir de 1413 recurses de-vados por este Cabildo al Ministerio de la Gobernación y los cuales aún no han sido resueltos. El Cabildo Insular de Gran Canaria lamenta que por la pasividad del Gobierno en resolver se haya llegado a la situación actual, y no pide ninguna concesión graciosa ni nada nuevo, sino que se lleve a la práctica lo que está legislado en los cuerpos legales que quedan citados, y con los cuales se puso término en 1912 al grave problema ad-ministrativo planteado en este Archipiélago. Ruego, pues, a V. E. se sirva interponer su poderosa autoridad para que los recursos pendientes de resuelvan en ley y justicia, que es lo que únicamente exige con de-recho Gran Canaria. Queda a las órdenes de V. E. affmo. amigo, s. s. q. e. S. m. José Mesa y López. [Archivo Maura Legajo ((1918, Asuntos diversos. Canarias. Ca-narias. Cabildo y Diputación. Duplicidades de Arbitrios en Te-nerife~.] El diputado por Gran Canaria Leopoldo Matos interpeló al gobierno Maura el 1: de agosto de 1919 sobre la determinación de los servicios de carácter provincial y de carácter insular en el Archipiélago canario. Y en 5 de mayo de 1920 se dictó por el Tribunal Supremo la sentencia que resolvía el recurso pre-sentado contra la Real Orden de 1917 aprobatoria del presu- Núm 39 (1 993) 459 puesto provincial, por la que se revoca dicha R. O., ya que se consignan partidas de servicios que no corresponden a la Diputación Provincial sino a los Cabildos Insulares; y se manda a la Administración que resuelva el recurso gubernativo inter-puesto por el Cabildo Insular de Gran Canaria (Sentencia núm. 46 de la Sala de lo Contencioso Administrativo, publicada el 5 de agosto de 1920). Entonces, pocos días después, los diputados por Los Llanos de Aridane Pedro Poggio Álvarez, y Santa Cruz de La Palma, Julián Van-Baumberghen desde Madrid -habían sido elegidos bajo el gobierno Maura el 1: de junio de 1919-, se dirigieron a los Cabildos -entre ellos el de La Palma- y Ayuntamientos de Canarias: para que: como fórmula de armonía. se acordase continuaran a cargo de la Diputación provincial el Hospital de San Lázaro en Gran Canaria -Leprosería- y el Manicomio de Santa Cruz de Tenerife. La prensa de Las Palmas y La Palma protestaron encendidamente. Veamos lo que refiere Carlos Na-varro: El ilustre patricio don Feli e Massieu y Falcón, separado ya por su avanzada edad d' e las luchas políticas, no pudo ser indiferente a las conveniencias de su patria y (...) es-cribió un folleto (...) que el Cabildo de Gran Canaria acor-dó publicar y repartir en el Archipiélago, en el que se de-mostraba no se debía acceder a lo solicitado por los gran-des perjuicios que había de causar a los Cabildos, ya que contra ellos iba todo lo que significara facultades y vida para la Diputación. Debíamos' siempre todos trabajar por-que la vida insular sea lo más autónoma posible, y porque la Diputación provincial desaparezca por no producir sino constantes perturbaciones (...). Todas sus funciones deben ser desempeñadas en cada Isla por su Cabildo respectivo ... [Carlos Navarro, Sucesos ..., cit., pp. 365-366.1 Con general aplauso -termina don Carlos- denego io pe-dido el Cabildo Insular de La Palma. El folleto de Felipe Massieu se titula El presupuesto provin-cial de Canarias y la fórmula de concordia propuesta por los Sres. Diputados por la Palma para fijar los términos del mismo. Está fechado en Las Palmas de Gran Canaria en agosto de 460 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 3 1 1920. [Las Palmas, Tip. del Hospicio de N: S: de los Ángeles, 1 920.1 Cbmo va dicho, está enderezado a la defensa a ultranza de los Cabildos Insulares, frente a la odiada Diputación, fuente de todo mal. Don Felipe, pese a sus años -o quizá precisamente por ellos- arremete con dureza contra los diputados propo-nentes. ((Impremeditada proposición», ((manifiesta carencia de ra-zón », ((desconocimiento absoluto de la materia)), ((artificiosas in-terpretaciones)), ((afirmaciones gratuitas e ilusorias», ((equivoca-dísimos conceptos)), son algunas de las frases cariñosas que el viejo abogado dedica a ((estos señores amigables componedores)), ((nuevos adalides de las islas menores)), que se erigen «en jueces Arhitrncir U V I C I V U r r , q'ur ({se hm creido cm derechn a proponer esa fór-mula de concordia)), que es ((completamente ilegal, científica-mente insostenible, lógicamente absurda)), «a todas luces incon-veniente)). Ha recogido hasta aquí Massieu, La fórmula; para seguir con la Naturaleza de la contienda; pasar luego a los An-tecedentes para el planteamiento de la proposición; la Ley de 11 de julio de 1912 y su alcance (donde recuerda a los palme-ros los sucesos del Viernes Santo de 1893, ((escenas de tal ma-nera llenas de borrón y oprobio, que hay que dejar caer la capa sobre ellas sin volver atrás la cara por no verlas))); el Re-curso a que se acogen los autores de la proposición, «en uso del derecho que, a su vez, entienden asistirles, y del que, por nuestra parte, hemos considerado que carecen)); para luego ana-lizar la citada Sentencia de la Sala de lo Contencioso del Su-premo Tribunal de Justicia, que entiende es mucho más que una mera reposición de trámite. A seguido entra en el estudio de El desglose del presupuesto provincial, con cifras que reduce al mínimo el presupuesto de la Diputación; por lo que pregunta a los Cabildos «si no ha de convenirles mucho más (...) pagar las dietas que sus desgraciados leprosos y dementes puedan de-vengar, que las respectivas cuotas del repartimiento que por la Diputación provincial se les viene reclamando)). Sigue con el Mejoramiento de servicios y su intervención, donde vuelve a atacar a la Diputación, «esa Corporación de tan funestos re-cuerdos)). para continuar en sus ataques y concluir el trabajo con el epígrafe Antaño y hogaño con elogios a la labor asis- Núm 39 (1 993) 46 1 32 MARCOS GUIMERÁ PERAZA tencial del Cabildo desde la fecha de su constitución en 1913 hasta el corriente años de 1920-21. Este es el resumen del vibrante alegato del buen abogado que sin duda fue Felipe Massieu y Falcón, a sus más de ochen-ta años de edad. El Puerto de Santa Cruz de Tenerife Si «el Puerto es lo primero)), como con razón ha quedado acuñado para la Isla, en la década de los 20 lo era con mucho mayor motivo. De ahí que no extrañe que una de las princi-pales preocupaciones del nuevo Presidente fuera acometer su ampliación y reforma. Así, en la sesión del 22 de octubre de 1920, el secretario Lara dio lectura una moción de la Presidencia, de fecha 15, en la que propone: Primero.-Que siendo, como notoriamente es, la termi-nación del puerto de esta Capital la aspiración esencial y preferente de la Isla, el Cabildo Insular tiene no solamente el derecho sino también el deber de velar porque ese an-helo se realice del modo más rápido y eficaz. Segundo.-Que en su consecuencias, y respetando na-turalmente la iniciativa de las Entidades y funcionarios a quienes la Ley atribuye directamente la gestión de los in-tereses del puerto, el Excelentísimo Cabildo declara que, a su juicio, es ineludible e inaplazable la formación de un Proyecto completo del conjunto de obras que en su día haya de constituir el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, o la redacción total de los proyectos parciales para ello precisos. Tercero.-Que del propio modo considera el Cabildo, in-dispensable, el estudio de los recursos económicos nece-sarios para la ejecucitn del proyecto y la de los trabajos preparatorios para obtenerlos, bien aumentan-do la cuantía de los arbitrios afectos a tales obras, bien concertando un empréstito, ya con la garantía de tales ar-bitrios, ya con la del Estado, mediante el oportuno pro-yecto de Ley; y Cuarto.-Que estos acuerdos se comuniquen a los re- 462 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 33 presentantes de este Excelentísimo Cuerpo en la Junta de Obras del Puerto de esta Capital, por si tienen a bien aceptarlos como norma de su gestión. Seguidamente, don Domingo apoya su moción, y comienza por encarecer la importancia que para la Isla entera entraña la terminación del Puerto de esta Capital, sosteniendo la necesidad de que exista un proyecto com-pleto, ya que el valioso programa de que es autor el In-geniero señor Matos [Pedro Matos y Massieu], entraña tan sólo una orientación. Considera el señor Salazar que es imprescindible revisar t.o dos los planes y todas las ideas, y adoptar uno definiti- ,- VU, sca el qüc sea, qüe respunda a !&S necesidades del irá-fico y tenga condiciones de viabilidad. Dice que no trata de menoscabar las atribuciones del organismo gestor de las obras del Puerto, pero proclama que, precisamente por tratarse de asuntos de tan vital in-terés para el país, es erróneo creer que nadie pueda tener iniciativas ni enjuiciar la cuestión. Alude al estado de opinión que se ha formado acerca de la marcha de las obras del puerto, y manifiesta que desconocerlo sería un funesto error, y que no debe me-nospreciarse, porque responde a una realidad. Por ello, dice, se permite invitar a la Junta encargada de la gestión de dichas obras, para que explique al país su actuación, y la índole y alcance de sus planes, respondiendo de ese modo.al unánime interés con que es acogido cuanto con el asunto se relaciona y que jojalá! nunca desaparezca. Ter-mina pidiendo a Su Excelencia, se sirva aprobar su pro-posición. El Consejero Díaz-Llanos impugna la moción, pues como Vo-cal representante del Cabildo en la Junta de Obras del Puerto, entiende que envuelve censuras a dicho Organismo y especial-mente a los '"?"ea~es que eri repi=eseriiaci&, & esta corporacitn forman parte de él. Para contestarle, Salazar abandona la pre-sidencia -que ocupa Toribio Valle-. Entiende «que su propues-ta no entraña censuras para nadie, y mucho menos para los señores Consejeros que en la Junta llevan la representación del Excmo. Cabiido)). Insiste don Vicente en sus asertos; y ahora Núm 39 (1 993) 463 interviene Leoncio Oramas, que ((estima censurable la actuación de la Junta, a la que acusa de negligente y poco acertada en su gestión, como lo prueba el que en mil novecientos veinte todavía no existe un proyecto completo del Puerto de esta Ca-pital)); y una «total inexistencia de servicios complementarios, de carga y decarga, lanchage, etc., cuyo uso y aprovechamiento radica en personas y empresas particulares)), así como el «de-ficientísimo régimen establecido para los trasbordosn. Díaz Llanos insiste en su defensa de la Junta y se da lec-tura a un escrito en tal sentido. Morales Clavijo se adhiere a la moción de Salazar y a lo dicho por don Leoncio; mientras que Mandillo Tejera {(defiende la gestión de la Junta y explica Inc trahnjic realizador para lograr el aumento de subvención, --u ----- cuya obtención atribuye al Ingeniero don Pedro Mato~)). Cáceres Sánchez presenta una proposición incidental, en ín-tima relación con la moción de la Presidencia; y ambas se vo-tan con el siguiente resultado: Primero.-Se aprueba el particular primero de la mo-ción de la Presidencia. Segundo.-Asimismo se aprueba el segundo, adicionán-dole el primero de la propuesta del señor Cáceres, que dice así: «Esta Corporación considera como obra preferente la prolongación del dique Sur y estima que debe empren-derse su construcción inmediata hasta la cantidad ya apro-bada de doscientos catorce metros, para dar a nuestro P uerto el necesario abrigo, que constituye su seguridad y acilita la inmediata construcción de varaderos, muelles de ribera, etc., etc.)) Tercero.-También se aprueba el particular segundo de la proposición del señor Cáceres, cuyo tenor literal es como sigue: «Que con toda urgencia se deben elevar las tarifas de . la junta de Obras hasta igualarkis coii !as de! p a t a de La Luz.)) El señor Cáceres manifiesta que retira el particular ter-cero, por estar incluido en la moción de la Presidencia. Cuarto.-Del propio modo se aprueba el tercer extremo de dicha moción, pero adicionándole la enmienda que de palabra, y modificando su proposición, formuia ei señor 464 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y cÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 35 Cáceres, en el sentido de que se añadan a aquel extremo las siguientes palabras: ((Para este mismo fin debiera someterse a la Junta la consideración de si sería conveniente gestionar del Estado la subvención anual permanente de un millón de pesetas, o que diera su aval por dicha suma, para la contratación de un empréstito durante el tiempo de amortización de éste.» Queda retirado por su autor el particular quinto de la proposición del señor Cáceres. Quinto.-Aprobar el particular sexto de la misma pro-posición, que queda redactado en estos términos: «Que teniendo en cuenta que esta es una población esencialmente mercantil, se gestione del Excelentísimo Ayuntamiento la sustitución del impuesto de consumos y de ios arbitrios extraordinarios, no por ia cuantía del gra-vamen, sino en razón de las trabas que el sistema de re-caudación de ambos impone al mayor desarrollo en las transacciones comerciales.»' Sexto.-Aprobar el particular séptimo de la proposición referida, que dice así: «Que se interese igualmente del Consejo de Adminis-tración de la Compañía de Depósitos Comerciales, que so-licite del Gobierno la modificación de las tarifas actuales, en el sentido de cobrar el almacenaje por bulto en vez de hacerlo sobre el valor de la mercancía, y en cuantía igual a lo tarifado por los Depósitos Comerciales de Gran Canaria.» Séptimo.-Aprobar el particular octavo que a continua-ción se transcribe: . «Que se interese del Círculo Mercantil ponga en prác-tica medidas que eviten las continuas faltas en las mer-cancías y aminoren los gastos de guardianes, encerados, etcétera, etcétera, a fin de evitar er uicios al comercio del interior de esta Isla y que los a e / as restantes prefie-ran otros puertos para el trasbordo de sus mercancías.)) Octavo.-Aprobar el particular noveno, que transcrito li-teralmente dice: «Que siendo una de ias mayores necesidades de este Puerto la existencia de un varadero en armonía con su importancia futura, se hagan inmediatamente gestiones cer-ca de las casas aquí establecidas, para la ampliación de los existentes o construcción de otros, ofreciendo esta Cor-poración coadyuvar por cuantos medios estén a su alcance a la realización de esta obra»; y Noveno.-Aprobar el extremo cuarto de la moción de la Presidencia antes transcrito 22. En punto a la Avenida Marítima, el Presidente dio cuenta del estado de la tramitación del expediente y estar a la espera de ciertos datos pedidos a la Alcaldía de Alicante, «cuyo Ayto. ha construido o tiene en ejecución un paseo marítimo de índole semejante a la Avenida)). En la sesión del 27 de enero de 1921, Leoncio Oramas ma-tiza el acta de la anterior en el sentido de que él censura a la Junta del Puerto no por lo que ha hecho, sino por lo que no ha hecho, por lo que ((había dejado de hacer)); es decir, das omisiones que estima fundamentales para las obras y servicios del Puerto)). Gonzalo Cáceres habla de dos enormes perjuicios que a esta Provincia y especialmente a Tenerife ocasiona el nuevo itine-rario de los vapores correos de la Compañía Trasmediterránea, y el considerable aumento en los fletes de carga y pasaje)); se dio lectura a su proposición y se acordó de urgencia. Debatida, y visto que, amén de otras gestiones, pide que «se telegrafíe al Gobierno y a la Compañía Trasmediterránea, protestando enérgicamente de itinerarios y tarifas altamente lesivas para los intereses morales y materiales de la Nación», se acordó ((diri-girse a los representantes en Cortes por esta Isla para que en nombre de ella, se sirvan formular la protesta de que se tratan. Por muerte del Consejero Cañadas, se eligió para ocupar su puesto en la Comisión Permanente a Daniel Fernández del Castillo. En ia sesion dei 24 de enero -presidida por ei primer Vi-l1 En unas declaraciones hechas por Salazar a Leoncio Rodríguez «al-gún tiempo después de haber comenzado a ejercer sus funciones)) queda de relieve que «su mayor ideal», «el problema capital», «el problema má-ximo », «la clave de todos nuestros problemas» era el Puerto de Santa Cruz [Perfiles, cit., pp. 321-3221. 466 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~ LOGAN(1 880.1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 37 cepresidente Toribio Valle- se dio lectura a un oficio de la Alcaldía de la ciudad comunicando acuerdo del Ayuntamiento relativo a las bases para la ejecución de las obras de la Ave-nida Marítima y otros documentos complementarios, como el ((escrito de Contaduría acompañando el Proyecto definitivo de Bases generales para la construcción de la citada Avenida Ma-rítima enlace del Ferrocarril insular con el Puerto de Santa Cruz de Tenerife)). El referido Proyecto de Bases, de 14 de ese mes de enero, se transcribe en el acta. La Mancomunidad voluntaria y los puertos francos En esta misma sesión se vio un expediente de 1918 para que el Cabildo acordase con el Estado ((celebrar un Concierto económico para la recaudación de la renta de puertos francos y otros extremos)), con lectura de las sesiones celebradas en Las Palmas los días 23, 24, 25, 27, 29 y 30 de noviembre de 1920 por las Comisiones designadas -por los Cabildos de Tene-rife y Gran Canaria, para tratar de este asunto; «y en cuyo documento figuran las bases convenidas por ambas Represen-taciones, y que a continuación se transcriben)). Figuran, asimis-mo, en el actaz3. En efecto, en Tenerife nació la idea de constituir la Mancomunidad de Cabildos uara obtener del Gobierno un concierto de los arbitrios de puertos francos, dejando a estudio de una Comisión de aquellos el canon, las garantías que el Gobierno exigina y la distribución de canon y pro-ducto entre las Islas. La idea fue aceptada y se propuso celebrar en Las Palmas una conferencia para acordar un proyecto de bases, que sena apro-bado por los Cabildos. El 22 de noviembre de 1920 llegó a Las Palmas la Comisión de Tenerife compuesta por Domingo Salazar [Cólogan], presidente del Cabildo; los consejeros Mario Arozena [Arozena] y Domingo Cabrera [Cruz]; el secretario Antonio de Lara [y Zárate] y el contador Emilio López [González]. Se reunieron con una Comisión del Cabildo de Gran Canaria, ((dentro de la mayor armonía y con el mayor interés)) y saludaron telegráficamente a los demás Cabildos, prometiendo remitirles, para su es-tudio y aprobación, el proyecto de bases, que quedó terminado el 30 de ese mismo mes. «La comisión de Tenerife marchó altamente satisfecha por las atenciones y obsequios de que había sido objeto y todo parecía que el nuevo régimen administrativo avanzaba por el sendero de las Manco- Núm 39 (1 993) 467 Mandillo Tejera pide que los integrantes de la Comisión ti-nerfeña informen a la Corporación. Y toma la palabra Domingo Cabrera Cruz, quien «se lamenta de la ausencia del señor Sa-lazar y Cólogan, que presidió la Comisión de Tenerife; dice que munidades voluntarias, constituidas cuando lo demandasen los intereses comunes de los Cabildos.)) En la sesión de la Comisión Permanente de 9 de diciembre de 1920 el Presidente Salazar dio cuenta del resultado de las gestiones con el Cabildo de Gran Canaria y se leyó el acta ((comprensiva de las bases aprobadas por ambas Comisiones)). Se acordó dar cuenta de ellas al Cabildo pleno ((informándole que a juicio de este Cuerpo procede prestarle su superior aprobación; y significar al Excmo. Cabildo de Gran Canaria el agradeci-miento de este Cuerpo por los agasajos y atenciones de que, durante su estunciu en Las PU!EUS, fzernil &jet<) !^S represe~tmtes de! C&i!d~ de Tenerifen. Los gastos del viaje ascendieron a 1.899,50 pesetas. El expediente núm. 24 de 1918 a que se alude en el texto -que se vio ahora en la sesión del 24 de enero de 1921- se inició con una pro-posición de los entonces Consejeros Mario Arozena, Manuel Cañadas, Co-riolano Marti, Carlos Pimienta, Manuel Bethencourt del Río, Julián Rodrí-guez Pastrana y Luis Rodnguez Figueroa, fecha 1.0 de enero de 1918, vista en la sesión del día 15 siguiente, en la cual se pedía invitar a los demás Cabildos para constituir una Comunidad para el arriendo de los arbitrios de puertos francos; y constituir una Asamblea Capitular de todos elios para discutir y aprobar sus Bases. Para tal fin se nombró una Comisión especial constituida por Arozena, Cañadas, Francisco La-Roche, Juan Vicente Man-diilo y Arturo Sansón. En la siguiente sesión, 7 de febrero -presidida por Salazar en su con-dición de Vicepresidente primero- se vio el informe de esa Comisión es-pecial que sometió a la Corporación el proyecto de Bases; y despuEs «de un animado debate» -en el que intervino Salazar- se acordó aprobarlas, remitirlas a los demás Cabildos y organizar la Asamblea prevista en la proposición inicial imprimiendo las Bases y circulándolas a los Consejeros, Ayuntamientos y demás entidades oficiales de la Provincia. En la sesión del 16 de abril siguiente -presidida también por Salazar-se vio la respuesta del Cabildo de Gran Canaria -presidente, Mesa y Ló-pez- en la que manifiesta estar de acuerdo en que se redacten las Bases, «siempre que sean ios conciertos uno para ei grupo orienta! y otro para el occidental)); y que para las contribuciones directas «no hay razón alguna que aconseje la mancomunidad entre los Cabildos Insulares, siendo asunto a resolver y tratar por cada Corporación)). Y ahora, en enero de 1921, resucitaba el proyecto, con las incidencias que veremos en el texto. Tales bases fueron -Cioranescu dixit [p. 651- la «llave de la futura prosperidad de las Haciendas insulares)). 468 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 39 esta Comisión recibió del Cabildo un encargo concreto y una norma previamente trazada, y que su misión consistió en no apartarse de aquella norma, al menos en sus puntos sustan-ciales, lo que la Comisión cree haber conseguido. Relata el señor Cabrera Cruz las diversas incidencias surgi-das en el curso de las deliberaciones, aludiendo muy especial-mente a la fijación del canon a repartir a cada Cabildo, y a la representación que éstos debían tener de la Mancomunidad, puntos respecto de los cuales pudo llegarse a un acuerdo des-pués de muchas discusiones por sostenerse diversos criterios. Se refiere también a la propuesta de convocar una Asam-blea de todos los Cabildos para discutir las Bases, y después munifestur 13 cezi.ión está di~rn -i-i-~-c-t í2l c g n t ~ ~ t caura n-tas observaciones se le hagan, termina ensalzando el espíritu de cordialidad que presidió en las deliberaciones y la cortesía con que en la Ciudad de Las Palmas fueron tratados los Co-misionados de Tenerifen. Leoncio Oramas se opone al proyecto: ((Entiende que la Man-comunidad no producirá la paz del Archipiélago, y que si se obtuviere, sería perjudicial para Tenerife, alegando en demos-tración de su aserto que todo el articulado se basa en la exis-tencia de dos grupos, estableciéndose la celebración alternativa de sesiones en Tenerife y Las Palmas, lo cual constituye, a jui-cio del señor Oramas, la aceptación de un criterio divisionista. Por ello entiende el señor Oramas que si la Mancomunidad tie-ne domicilio fijo, debe radicar en Tenerife; y si no lo tiene, celebrar sus sesiones alternativamente en todas las Islas del Ar-chipiélago en que puedan efectuarse, teniendo en cuenta la co-modidad de .los Consejeros. Termina significando su disgusto, porque para tratar de un asunto de tanta trascendencia como el que se discute, no se haya reunido más que un corto nú- ' mero de señores Consejeros.)) Juan Augusto Rumeu propone un voto de gracias para los Comisionados; y así se acuerda. Mario Arozena da las gracias y contesta a Oramas «que el proyecto en vez de representar un perjuicio para la paz del Archipiélago., significa el comienzo de una era de prosperidad y de desarroollo amplio de las fuerzas vitales de la región. In- Núm. 39 (1993) 469 40 MARCOS CUIMERÁ PERAZA voca el ejemplo del pasado, lleno de luchas y de discordias de las que ningún beneficio ha obtenido Tenerife; niega que en las Bases se reconozca la existencia de grupos, pues si bien la distribución del canon se hace constar de modo que puede apa-rentarlo, en realidad la forma adoptada responde a la manera como se desenvuelven las transacciones comerciales entre las Islas, por una parte, y por otra, a la necesidad de distribuir entre las dos principales del Achipiélago las responsabilidades emanadas del incumplimiento del concierto económico por parte de las Islas menores. Se extiende en consideraciones para jus-tificar por qué se ha señalado la celebración de las sesiones del Consejo Capitular alternativamente en Las Palmas y Tene-rife; pues no era posible, como pretende el señor Oramas, hacer que dicha entidad recorriera todas las Islas para la celebración de sus sesiones; y termina invitando a la Corporación a que apruebe el Proyecto, que, en su concepto, significa la aurora de un estado de paz y de concordia, dentro del cual cada Isla del Archipiélago podrá desenvolver sus iniciativas y fomentar su riqueza)). A ello se adhiere Domingo Cabrera. Pese a varias enmiendas presentadas por don Leoncio, acor-des con su deseo de respetar la capitalidad para Tenerife y evi-tar el reconocimiento de grupos de islas, todas son derrotadas y se aprueban «las bases en su totalidad)). Apostillo aquí que tenía razón Leoncio Oramas; y que sus contradictores confundían sus buenos deseos con la realidad. Así se ha seguido viendo año tras año. Pero sigamos con el acta. El Cabildo acuerda ((facultar a la Presidencia, para que con-venga con la del Excelentísimo Cabildo de Gran Canaria la fe-cha en que ha de celebrarse la Asamblea de representantes de todos los Cabildos Insulares, para deliberar acerca de las men-cionadas Bases; acordando asimismo designar a los señores Con-sejeros don Domingo Salazar y Cólogan, don Domingo Cabrera Cruz, don Mario Arozena y Arozena y al Secretario de la Cor-poración don Antonio Lara y Zárate, para que en nombre y representación de Su Excelencia asistan a la mencionada Asam-blea)). Y visto un telegrama «de la Presidencia del Cabildo Insular 470 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 41 de La Palma, manifestando que aquella Comisión Permanente estima que los Consejeros designados para tratar en la Asam-blea antes citada del Concierto de puertos francos deben que-dar facultados para deliberar acerca del desglose del Presupues-to Provincial; y teniendo en cuenta que no es conveniente en-globar asuntos de tan distinta naturaleza, y cuya simultánea discusión pudiera dificultar la resolución favorable del que más interesa a la provincia, se acordó reducir los poderes de la Co-misión antes designada a la facultad necesaria para deliberar sobre el punto concreto del proyectado concierto económico para la recaudación de la renta de puertos francos». Como veremos, el famoso desglose seguía ocupando las men- +-m --l:+:--" Lsa pviiuLaa de Urar: Canaria, e:: su err,l;efie de dejx tr?tdmen-te obsoleta a la «odiada» Diputación Provincial. Fricciones con la Junta de Obras del Puerto En esta misma sesión del 24 de enero se vio un oficio de la Presidencia de la Junta de Obras del Puerto de esta capital «comunicando los acuerdos adoptados por dicho Organismo con motivo de los de este Excelentísimo Cabildo, relativos a la mar-cha del referido Cuerpo», al que acompaña «escrito reseñando la labor de la Junta desde su instalación hasta la fecha*. Se leyó el informe de la Comisión Permanente [de 30 de diciembre de 19201 sobre contestación a ello. Dice así: El Excelentísimo Cabildo Insular, ha tomado en conside-ración el atento oficio de Usía en que se sirve comunicar los acuerdos adoptados por la Junta de su digna presi-dencia, con ocasión de los que tomó este Cuerpo Insular, relativos a la marcha del puerto de esta Capital, habién-dose instruido asimismo del escrito que a dicho oficio se acompaña, reseñando la labor de la reiterada Junta desde su instalación hasta la fecha. No desea el Cabildo reducir un asunto de tanta tras-cendencia como el que nos ocupa a los estrechos límites de una discusión entre ambas Corporaciones, por lo que, emitirnde cmntn p l ' i e r ~p arecer revelador de un p r o ~ ó - sito de controversia, y recogiendo sólo cuanto significa Núm 39 (1993) 47 1 42 MARCOS GUIMERÁ PERAZA coincidencia de aspiraciones y de miras, coincidencia que al Cabildo le es grato haber proporcionado la oportunidad de que se rríanifieste, se limita a consignar sucintamente lo siguiente: Primero.-Que agradece viva y sinceramente el acuerdo de la Junta relativo a explicar su gestión mediante la re-seña antes aludida, celebrando que la opinión pública pue-da .tener en cuenta los numerosos elementos de juicio que en aquella reseña se contienen, apreciándolos en su justa y valiosa estimación. Segundo.-Que en cuanto a conceder un subvención para las obras del Puerto, el Cabildo lamenta no poder acoger tal propuesta con el agrado que desearía hacerlo, porque aparte de sus atenciones ordinarias de grandísima cmriderwión, tierie U SIL c u r g ~i x p ~ r tmt e sp reyectes, u!- gunos en trámite de ejecución, como el teléfono insular y otros, cuyo estudio está ultimado, como la Avenida Ma-rítima, los cuales han de absorber por completo su capa-cidad económica; y Tercero.-Que el Cabildo desea reiterar que al adoptar los acuerdos que han motivado esta incidencia, y cualquie-ra que sea el juicio que tales acuerdos puedan merecer, no ha estado en su ánimo invadir ajenas atribuciones, ni dirigir a la Junta el menor reproche; y que está decidido no sólo a apoyar las gestiones para lograr el aumento de subvención, a que se refiere el particular quinto del oficio de Usía, sino a colaborar, en la medida y en la forma que en cada caso se requiera y esté dentro de sus posibilida-des, a la pronta terminación de las obras de nuestro Puerto. Se acordó contestar en esos mismos términos. El 8 de marzo de ese año de 1921 -trágico en tantos as-pectos- cae asesinado el jefe del Gobierno, don Eduardo Dato, líder del partido conservador idóneo al que pertenecían los di-putados por Tenerife Tomás Salazar y Cólogan y Andrés de Arroyo y González de Chaves; el diputado por Gran Canaria Leopoldo Matos; el diputado por Los Llanos, Pedro Poggio; el de la Gomera Martin Rodríguez y Díaz-Llanos; y el Senador José Miguel Sotomayor. El día 12 forma Gobierno Allendesala- 472 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y cÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 43 zar, que lleva en Guerra al Vizconde de Eza y en Gobernación al Conde de Bugallal. El día 15 de ese mismo mes se reunió en el Cabildo de Gran Canaria otra Asamblea para acordar las bases definitivas a que se sometena la Mancomunidad para contratar con el Es-tado el arrendamiento del arbitrio de puertos francos. Se cons-tituyó, nombrando presidente al Marqués de Acialcázar, presi-dente del Cabildo de Gran Canaria; vicepresidentes, Domingo Salazar y Cólogan, presidente del de Tenerife, y Manuel Van de Walle; secretarios, Prudencio Morales y Antonio Lara. Se aprobaron las bases estudiadas, que se remitieron a los Cabildos para su conocimiento y para que designaran la persona que al citársele concurriera a Tenenfe para constituir el Consejo Capitular 24. Los representantes eran: por Gran Canaria, el Marqués de Acialcázar; los consejeros Felipe de la Nuez, José Miranda Gue-rra, José Sintes, Antonio Cuyás; el secretario Prudencio Morales y el contador Eliseo Felipe Prieto. Por Tenerife, Domingo Sa-lazar, Mario Arozena y Domingo Cabrera, consejeros; el secre-tario, Antonio Lara; y el contador, Emilio López. Por La Palma, Manuel Van de Walle. Por Lanzarote, José Díaz. Por La Go-mera, Manuel Arteaga. Por Fuerteventura, Secundino Alonso. Por El Hierro, Graciliano Ayala y Rafael Zamora. Sin embargo de esta avenencia, la Diputación provincial formó el presupuesto para 1921 en la misma forma que el anterior, prescindiendo de la sentencia citada del Tribunal Su-prem6 de 5 de marzo de 1920. El Gobernador civil, Ernesto García de Velasco, ordenó al Delegado del Gobierno no apro-base los presupuestos del Cabildo sin consignar la cantidad asig-nada en el presupuesto provincial. El señor Gavilanes lo tras-iado ai Cabildo; y éste, en sesión del 2i de marzo de i92i, pro- Núm. 39 (1 993) 473 44 MARCOS GUIMERA PERAZA testó y amenazó al Delegado con pedir su cese. Éste los aprobó al fin Una carta de Antonio Lara de 23 de marzo a su amigo Aní-bal Hernández Mora toca estos dos puntos que venimos con-templando: el proyecto de Mancomunidad para los puertos fran-cos y la Avenida Marítima. Dice: Antonio Lara y Zárate. Abogado. Villalba Hervás, 25. Santa Cruz de Tenerife, 23 de marzo de 192 1. Sr. Dn. Aníbal Hernández Mora. Mi querido amigo: A su tiempo te fue prorrogada la licencia, según lo interesaste, y ahora se hará lo mismo, pues no creo que haya ninguna dificultad. Todavía no se ha ensado en nada de comisión a Ma-drid para el asunto Be puertos francos, pues hace pocos días -el 19- hemos llegado de Las Palmas, después de dejar definitivamente ultimado el convenio con los repre-sentantes de todas las Islas. Ahora se procederá a consti-tuir la Mancomunidad, y una vez que esté ello hecho será quizás cuando traten de la Comisión. Para entonces, tendré en cuenta tus deseos. 25 En la sesión de la Comisión Permanente del Cabildo de Tenerife de 28 de marzo de 1921 se dio cuenta de un escrito del Consejero Vicente Díaz-Llanos y Fernández en el que interesaba se adoptasen los siguientes acuerdos: #Primero.-Protestar enérgicamente de la actitud de rebeldia a las Leyes y Autoridades en que ha colocado el Cabildo Insular de Gran Canana; e igualmente de las amenazas y coacciones de que pretende hacer objeto a los demás Cabildos Insulares; así como también los términos en que ha procedido respecto a este asunto la prensa de Las Palmas.» «Segundo.-Que una Comisión del seno de esta Corporación visite al Excmo. Sor. Gobernador civil, para hacerle presente el anterior acuerdo y la complacencia con que el Cabildo representante de Tenerife ha visto su digna actitud y energía para exigir el estricto cumplimiento de las Leyes.)) «Tercero.-Telegrafiar estos acuerdos a los Excmos. Sres. Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Gobernación, y también a los re-presentantes en Cortes por Tenerife, requiriendo a estos últimos para que apoyen y robustezcan la autoridad del Gobernador Civil, que pretende me-noscabar el Cabildo de Gran Canaria, con grave riesgo de la tranquilidad provincial.)) Y dice el acta: «Por unanimidad se acordó como en dicho escrito se propone.)) 474 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y cÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 45 Ahora el asunto más importante que tiene el Cabildo es el de la Avenida Marítima, cuyo expediente saldrá para Madrid, ya ultimado, dentro de muy pocos días. Si te pa-rece cuando llegues a Madrid entérate de este asunto con los diputados y empujalos para que no lo dejen dormir. Te abraza tu buen amigo A. Lara Z á r ~ t e ~ ~ . A todas estas, los partidarios de la unidad provincial se mo-vían en Tenerife, ayudados por el Gobernador civil Ernesto Gar-cía de Velasco (lo fue desde el 11 de noviembre de 1920 hasta e! de sep:iembre de 1921). Se c=fistiiuyá !u niputzciSn ,P~Q-vincial y se aprobó su presupuesto, con la mayoría de Diputa-dos, prescindiendo de la sentencia dictada por el Tribunal Su-premo el 5 de mayo de 1920, ya estudiada. Y vuelve entonces al tapete la aspiración de Gran Canaria a la división de la pro-vincia. En el Congreso, el diputado Rafael Guerra del Río in-terpela al ministro de la Gobernación, conde de Bugallal. In-tervienen en el debate los diputados por Tenerife Arroyo y Be-nítez de Lugo y el de Gran Canaria Matos, en las sesiones de los días 13 y 14 de abril de 1921Z7G. uerra sostenía -con la idea de Canalejas- de que sólo hay Islas, y por tanto Cabildos; mientras que Arroyo entendía que hay Región y por ello tiene que haber Diputación. Para Guerra, la representación de la re-gión debe recaer en la Mancomunidad de Cabildos. Por fin, se obtuvo la Real Orden de 28 de julio de 1921, por la que se declaró que la Diputación Provincial no podía aprobar el re-parto de contingentes sino con los dos tercios de los diputados, anulándose los aprobados sin tal quórum. Volvamos ahora a las actas del Cabildo Insular de Tenerife. En ia sesion ciei 16 de abril, que preside Saiazar, se ven importantes asuntos, además del de la Mancomunidad tan ci- 26 Carta de Antonio Lara y Zárate a Aníbal Hernández Mora de 23 de marzo de 1921. Manuscrita e inédita [Archivo Hernández Mora A.H. M.]. 27 Dia~io de sesiones; m i é r c o l e s , 13 de abril, número 37' pp. 1269 y SS.; y jueves 14 de abril de 1921, número 38, pp. 1325 y SS. 46 MARCOS GUIMERÁ PERAZA tada. Veremos también otras informaciones paralelas sobre estos temas, procedentes de los diputados. El Reglamento de los Cabildos al Consejo de Estado Dice el acta en este punto: Se dio lectura a un telegrama suscrito por los Repre-sentantes en Cortes don Benito Pérez Armas, don Tomás Salazar, don Félix Benítez de Lugo, don Pedro Poggio, don Martín Rodríguez y Díaz-Llanos, don Antonio Izquierdo Vé-lez, don José Miguel Sotomayor, don Julián Vanbaumber-geen y don Andrés Arroyo comunicando haberse firmado Real Orden, remitiendo al Consejo de Estado el Reglamen-to de los Cabildos, para que dicho Cuerpo consultivo in-forme respecto a las contradicciones existentes con la Ley de mil novecientos doce. Consideran dichos Representantes esa medida como un gran triunfo que inútilmente habíase perseguido durante nueve años. Estiman que está expedito el camino de la Justicia; pero por ello' mismo, consideran conveniente convoque una reunión de toda la representa-ción parlamentaria del Archi iélago, para que, de acuerdo con el espíritu de las Asam f leas aquí celebradas, intente una fórmula conciliatoria equitativa [que] aleje todo mo-tivo de futuras discordias perjudicialísirnas para todos. Pre-guntan si debe procederse a hacer dicha convocatoria e indican la conveniencia de no exteriorizar este triunfo en términos que estimulen las pasiones de los adversarios. La Presidencia usa de la palabra para proponer se fe-licite efusivamente a los referidos señores Representantes en Cortes por la meritisima labor desarrollada en nuestros intereses; se apruebe su determinación ger Oredu e-nirse la Asamblea con los demás Representantes de la pro-vincia; y unánimemente, se les dé un amplio voto de con-fianza para adoptar cuantos acuerdos consideren conve-nientes para la solución definitiva del pleito provincial. Por unanimidad, y después de un corto debate en que intervienen los señores Arozena, Oramas, Cabrera Cruz, Al-berto~ Ruiz, y Morales Clavijo, es aprobada la proposición de la presidencia. 476 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y COLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 47 Pocos meses después, el propio Pérez Armas en uno de los artículos de la serie «Ante la opinión)), publicado en La PrensaZ8, refiere que toda la representación parlamentaria -diputados y sena-dores- de las Islas «occidentaleso consiguieron que, reser-vadamente, pasara el Reglamento de la Ley de Cabildos al Consejo de Estado, sin dejar traslucir sus «propósitos a los representantes de las Islas orientales)). Para lo que tu-vieron que «vencer las suspicacias de un espíritu tan aten-to y vigilante como lo es el del señor Bugallal, entonces ministro de la Gobernación)). Obtenida la Real Orden, el propio Pérez Armas lo hizo saber a don Leopoldo Matos en el Congreso, quien se llevó la gran sorpresa. Seguida-mente, reunidos iodvs lvs representantes de Canarias, se pactó una tregua, quedando pendientes de los resultados de la información que decidió abrir el Consejo de Estado, a fin de conocer el criterio de las Corporaciones provincial e insulares, para intentar ((establecer definitivamente la paz)). Y días despuésB insiste en que no había tal rnodus vivendi con Matos, sino una tregua pactada para tratar de solucionar «en paz las luchas insulares)). Concepto que vuelve a remachar al replicar al manifiesto publicado por el directorio del partido republicano -que le había acusado de haber celebrado un pac-to-, en un último capítulo de su citada serie. Don Benito escribió largamente a su amigo Leoncio Rodrí-guez una carta fechada en Madrid el 13 de abril, que La Pren-sa publicó en su edición del jueves 21 En ella, además de ocuparse de sus argumentos ante la Comisión de incompatibi-lidades para salvar su acta de diputado por La Gomera, insiste en la necesaria unión de toda Canarias bajo la ~iputación, la dieta o lo que fuese, proponiendo la convocatoria de una Asam-blea Regional para resolver definitivamente las discrepancias. -. Y reflere ia visita que todos ios representantes parlamentarios 28 BENITOP ÉREZA RMAS: «Ante la opinión)), La Prensa, jueves 17 de no-viembre de 1921. 29 La Prensa, viernes 18 y sábado 26 de noviembre de 1921. 'O Carta de Benito Pérez Armas a Leoncio Rodnguez de 13 de abril de 1921, publicada en La Prensa el jueves 21. 48 MARCOS GUIMERÁ PERAZA de Canarias hicieron al ministro de Fomento, La Cierva, quien al percatarse «de que hablaba íntegramente nuestro país)), se manifestó dispuesto a ayudar a las Islas; y que se le entregó una nota en la que se pedía la consignación en el próximo pre-supuesto de un millón de pesetas para el puerto de Santa Cruz y otro tanto para el de La Luz. En'ejecución de aquel acuerdo de dirigirse a los diputados y senadores, el presidente del Cabildo les transmitió su conte-nido; y el día 20 del mismo mes de abril recibió de la repre-sentación parlamentaria el siguiente telegrama: Agradecemos profundamente la honrosa prueba de con-fianza que nos otorga ese Cabildo, dándonos plena auto-rización para resoiver ei conflicto provinciai; y pesa mucho en nuestro ánimo ser la voz de Tenerife, tan noble y ge-nerosamente expresada. Afectuosos saludos, Pérez Armas, Martín Rodríguez Arroyo, Benítez de Lugo, Izquierdo Vélez Pero el 24 de abril hubo una reunión en el Cabildo de Gran Canaria, bajo la Presidencia de Tomás Morales Castellano -el cantor del mar- que lo era accidental. Habló Felipe de la Nuez Aguilar y se acordó: ((1.0 Robustecer los Cabildos. 2: Que las Delegaciones del Gobierno tuvieran facultades como los Go-bernadores. 3: Mancomunidad voluntaria de Cabildos. 4: Su-primir los organismos que carecen de contenido funcional, con-cediéndose a los Cabildos las funciones que la Ley provincial fija a las Corporaciones suprimidas)). Como se ve, un atisbo de «regionalización» y una machacona insistencia en el ataque a la aborrecida Diputación. El optimismo y la confianza de los representantes de Tenerife contrastaba con la inflexibilidad «oriental». El sueño se acreditana de imposible, entonces y des-pués ". ji Teiegrama pubiicado en La prensa ei citado ~ueves2 1 de abril. 32 En la sesión de la Comisión Permanente del Cabildo de Tenerife del 21 de abril de 1921 se dio cuenta de un telegrama de la presidencia del de Gran Canaria del día 19, en el que contestando al que se le había dirigido por aquél, con las razones que «le determinaban a no asistir a la Asamblea convocada por el referido de Gran Canaria para tratar de la defensa del régimen insular vigenten, se significaba que al convocarse la 478 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y COLOCAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 49 Uno de los soñadores era Pérez Armas. Le dice a su amigo Hernández Mora en carta del 8 de mayo j3: He logrado que la representación parlamentaria de to-das las islas lleguen a una fórmula común, conciliatoria, en el problema provincial. Estamos ahora pendientes de que en Tenerife y Las Palmas acepten lo que hemos pro-puesto que a mí me parece equitativo. Si llegamos a puerto emprenderemos la labor a que an-tes aludo [el arriendo de puertos francos] y creo obtener para los Cabildos aquella importante fuente de ingresos. El senador Sotomayor también estaba en esa línea. Le es-cribe a Hernández Mora el 16 de mayo j4: precitada Asamblea no se trata de asuntos prejuzgados, como demuestra el texto del telegrama invitando a dicha Asamblea». El Cabildo tinerfeño quedó enterado. Pero celebrada la reunión, en la siguiente sesión del 28 de ese mes de abril, se puede leer lo siguiente, que copiamos por su elocuencia en rela-ción con lo que decimos en el texto: Visto un teleerama de la Presidencia del Cabildo Insular de Gran u Canaria comunicando las conclusiones adoptadas en la Asamblea que dicha entidad convocó para el día veinte y cuatro del actual, a cuya reunión había convocado a las representaciones de todas las Islas, sin que hayan asistido más que representantes de las Corporaciones de Gran Canaria, se acordó significarle que este Cuerpo considera enteramente inaceptable, improcedente y absurda la orientación de las conclusiones aprobada, que se inspiran en el propósito de con-trariar la Ley de reformas administrativas del Archipiélago, preten-diendo atacar la unidad provincial que aquella Ley mantiene y pre-coniza, añadiendo que seguramente por presumir la adopción de tal criterio dejaron de asistir a la Asamblea los Representantes de las demás Islas del Archipiélago, que ni comparten ni admiten las solu-ciones que Gran Canaria pretende alcanzar, por todo lo cual esta Comisión estima que carece de toda eficacia el referido acto [los subrayados son nuestros]. j3 Carta de Benito Pérez Armas a Anibal Hernández Mora de 8 de mayo de 1921 [A.H.M.]. 34 Carta de José Miguel de Sotomayor y Sotomayor a Aníbal Hernán-dez Mora de 16 de mayo de 192 1 [A.H.M.]. La sesión de la Permanente de 18 de mayo es bien elocuente de esta armonía -que desgraciadamente no se confirmm'a-. Dice el acta: Crea V. que la cosa está revuelta con el dichoso leito provincial, aunque el esfuerzo de nuestros amigos l' o va sacando adelante, cooperando yo modestamente. Sabe V. que no siento ambiciones, y me conformo con la labor obscura que vengo haciendo. Como un eco de la anteriormente citada carta de Pérez Ar-mas a Hernández Mora, le escribe ampliamente su pariente po-lítico y funcionario de la Delegación Regia de Enseñanza Juan Reyes Vega el 25 de ese mes de mayo de 1921 La opinión aquí en lo tocante a la cuestión provincial, cambia a cada momento. Mejor dicho, hay tantas opinio-nes como personas que de ello se ocupan y todos están constantemente rectiticándose en sus criterios. Lo exacto es que carecen de él. Tomó el Cabildo el acuerdo de aceptar la fórmula pro-puesta por Vdes., pero como al mismo tiempo pensaban asistir a una especie de Asamblea que Domínguez Ramos había anunciado su propósito de reunir, dejaron de co-municarles a Vdes. el acuerdo de aceptación. La noticia Visto un telegrama de los señores Representantes en Cortes, trans-cribiendo la fórmula que, de acuerdo con los de la Isla de Gran Canana, han acordado proponer para solucionar el pleito provincial, así como otro telegrama de los propios Representantes significando que en vista de que los elementos de Las Palmas han realizado di-cha propuesta, es innecesario deliberar sobre ella en Tenerife, se acordó haber visto con satisfacción la actuación de dichos señores en este asunto, esperando a que regresen para determinar la línea de conducta que debe seguirse, y hacerles presente que, por las ra-zones que son de todos conocidas, procede gestionar con todo ahinco que se aumente a esta Audiencia provincial el número de magistra-dos necesario par que dicho organismo pueda conocer de los asuntos civiles [el subrayado, nuestro]. La vieja aspiración a tener en Tenerife una Audiencia completa sólo se ll.e na.n a cuando, pocos años más tarde -en 1927-, fuera dividida la A- P p1 U V I ~ I L Iu~c b a-i-l a-1- :i a-o,.. En la misma sesión se concedió al Presidente Salazar tres meses de licencia para ausentarse de la Isla, «a contar desde el veinte de este mes». Carta de Juan Reyes Vega a Benito Pérez Armas de 25 de mayo de 1921 [Archivo Pérez Armas. A.P.A.]. Uno de los escasos documentos que se conservan de lo que debió ser importantísimo archivo político del Ar-chipieiago. 480 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 5 1 de que en Canarias rechazaban la fórmula descacharró la Asamblea; y ello fue suerte, porque en la tal Asamblea hubiera predominado el criterio de que la fórmula era una derrota para Tenerife. Se oían argumentos como éste: «La paz es la muerte, la lucha es vida. Mientras Alemania lu-chó, fue poderosa, cuando plegó sus banderas, se vio hu-millada y aplastada.)) ¿Qué le parece? El propósito que se perseguía era preparar una segunda apoteosis a Domínguez. Aun después de fracasada la Asamblea, insistí yo y D. Cabrera y Mario [Arozena] con Valle (que subió un día y estuvo en la Delegación) para ue telegrafiara a Vdes. que el Cabildo había aprobado la 9ó rmula. Queríamos nos-otros que Vdes. lo supieran para si les servía como argu-mento de que Tenerife desea la paz y que quien perturba el Archipiélago es la intransigencia de los patrioteros de Las Palmas. Valle me ha dicho que así lo hizo, pero que a ello se oponía Lara. La Mancomunidad voluntaria El acta de 16 de abril citada se enfrenta ahora con el tema -ilusionante y fallido- de la Mancomunidad voluntaria de Ca-bildos,, en línea con lo hasta entonces acordado y debatido en-tre Islas. Las Bases generales aprobadas por ambas partes se consignan en esta acta. Y reitera Cioranescu: «Sólo a partir de ahora se puede afirmar que el Cabildo empieza a vivir)).. . y «pudo por fin pasar de los proyectos a las realizaciones [Loc. cit., p. 1421. Leoncio Oramas felicitó a la Comisión y expresó «las reser-vas que en otras ocasiones tiene formuladas»: «Por unanimidad se aprueban las bases transcritas.)) El Presidente Salazar manifiesta que «uno de los acuerdos adoptados en la mencionada Asamblea, fue el de interesar de ios Cabiicios ia designación de las personas que han de repre-sentarles en la proyectada Mancomunidad, por lo que somete a la deliberación de este Cuerpo, si se procede o no a efectuar dicho nombramiento, resolviéndose afirmativamente por unani-midad. Y debiendo para ello practicarse la oportuna votación no- 52 MARCOS CUIMERÁ PERAZA mina1 y secreta, de conformidad con lo que previene el Regla-mento, se resuelve suspender la sesión por breve tiempo, para que los señores Consejeros puedan ponerse de acuerdo, siendo hora en este momento de las diez y siete y veinte minutos. Reanudada la sesión a las diez y siete y treinta, y efectuada la votación en que tomaron parte los señores Consejeros al prin-cipio de esta acta mencionados, menos el señor Mandillo y Te-jera (Don Juan Vicente) habiendo además votado el señor Brier y Ponte (Don Conrado), dio el resultado siguiente: Número de papeletas leídas: veinte. Número de votos obtenidos: Para Vocal Propietario de la Mancomunidad: unv,,i i , :,nuulliiligv Qc,~a,,i,,a Lal ,y, PbXuI,,,, ivsaii uA:, i~ry,.. i,..i,..u, cvc. Don Mario Arozena y Arozena: uno. Para Vocal suplente. Don Domingo Cabrera Cruz: once. Don Mario Arozena y Arozena: nueve. Quedaron por tanto designados: para Vocal propietario, Don Domingo Salazar y Cólogan, y para Vocal suplente, Don Do-mingo Cabrera Cruz)). Todo este gran esfuerzo, toda la buena voluntad derrochada, resultaría baldío. La pugna entre Islas «orientales» y ((occiden-tales)); o si se quiere mejor, entre Tenerife y Gran Canaria, o entre Las Palmas y Santa Cruz, seguía fuerte y entera. El pleito sobre la capitalidad se mantendría por los años de los años ... Y prosigue más adelante el acta sobre algo a lo que hemos aludido en el anterior epígrafe: Vióse a continuación un telegrama de la Presidencia del Cabildo Insular de Gran Canana, comunicando acuerdo de su Comisión Permanente, por el que se invita a este Ca-bildo insuiar de Tenerife a que envíe una representación a la Asamblea que se celebrará el veinte y cuatro de este mes y hora de las diez en aquella Ciudad, para asistir a la reiterada Corporación en su actitud resuelta de defen-der la independencia administrativa de las Islas, al amparo del estatuto insular, y adoptar acuerdos para obtener las medidas más eficaces para su logro. 482 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 53 Asimismo se vieron los telegramas cursados con este motivo a la representación en Cortes. Y la Corporación acuerda por unanimidad y a propues-ta del señor Rumeu y Hardisson (Don Juan Augusto1 no concurrir a dicho acto por estimar su asistencia inúti, ya que no se trata de resolver cuestión alguna sino de pres-tar asentimiento a asuntos ya prejuzgados. No sabemos qué ataque se había producido a «la indepen-dencia administrativa de las Islas)); a menos que se refiriera a la existencia y mantenimiento de la Diputación frente al «esta-tuto Insular»[?]. Por eso creemos que estuvo muy en su punto la propuesta de. Juan Augusto Rumeu y el acuerdo unánime A - 1 - P , uc ia bulpuiaciuil. La respüesta de! Cabildo de Gran Canaria la hemos contemplado en la nota 32 (sesión del 21 de abril). Así como también el acuerdo de la Permanente del Cabildo de Tenerife (sesión del 28 siguiente). También se dio cuenta «de un telegrama del Diputado por La Palma Julián Van Baumberghen, expresando que para so-lucionar en firme las cuestiones provinciales, estima debiera reu-nirse en dicha Isla una Asamblea de las Entidades Canarias, con asistencia de los Diputados. Y después de un corto debate, se acuerda contestar al Sr. Van Baumberghen «que no habría inconveniente alguno en celebrar la Asamblea de que se trata, pero que no es éste el momento oportuno por estar ahora el asunto bajo la acción de la representación parlamentaria, segím resulta de los ante-cedentes que anteriormente se han expuesto)). El protagonismo intentado por la representación palmera ha-bía encontrado, según vimos, el rechazo de Gran Canaria por la pluma de Felipe Massieu y Falcón. Ahora, el Cabildo tiner-feño estimaba no ser «éste el momento oportuno)).. . El 21 de julio, la catástrofe de Annual. Más de un mes antes -el 2 de junio- había sido .«el zarpazo de Abarrán)). Después la pérdida cruel, «el degüello)) de Igueriben. Y a continuación del desastre de Annual, la retirada -Dar-Drius, Bentiel, El Ba-tel-, para llegar pocas semanas más tarde a la masacre de Monte-Arruit y el saqueo y matanzas de Zeluán y Nador ... La crisis de gobierno, la apertura de las Cortes, los durísimos de- Núm 39 (1 993) 483 54 MARCOS GUIMERÁ PERAZA bates sobre las responsabilidades, la lenta recuperación del te-rritorio perdido, el Expediente Picasso, la liberación de prisioneros, todo eso y más ocuparían la vida española durante los meses siguientes. Nosotros volvemos ahora a las actas de nuestro Cabildo, sin perjuicio de aludir a los hitos fundamen-tales de la política nacional. En la sesión del 23 de ese mes de julio vuelve a aparecer el tema de la Avenida Marítima, con motivo del nombramiento de una Comisión para llevar adelante un empréstito publico de c&&nt.c mi! pe~e t l cp ar. ~ C U ~ ~ ~ ~ TNGQ Cz &C.~i SeE ! .nr -r-e - sidente Salazar, quien como dijimos estaba en uso de licencia en Madrid. Se reincorporaría en la sesión de la Permanente de 25 de agosto siguiente. El 14 de agosto dimite el Gobierno Allendesalazar y forma gabinete Maura, que lleva en Estado a González Hontoria, en Guerra, a La Cierva y en Hacienda a Cambó. Son también mi-nistros de Trabajo y Gracia y Justicia Leopoldo Matos y José Francos Rodríguez, respectivamente. Preside el Congreso José Sánchez Guerra. El gobierno Maura comparece ante las Cortes el jueves 20 de octubre. Y se inicia un debate que habría de durar meses, inicialmente con la rúbrica Declaraciones del Sor. Presidente del Consejo de Ministros al presentar el nuevo Go-bierno y política de España en Marruecos ... El Cabildo celebra de nuevo sesión el 25 de octubre, bajo la presidencia de Salazar. Allí se ve el expediente para la re-novación bienal de la Corporación en el próximo año de 1922. De él resulta que por el Distrito de La Laguna ha de cesar Aníbal Hernández Mora -que se halla presente en esta se-sión-; y por el de La Orotava, el propio Domingo Salazar y 484 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 55 Cólogan: ambos en vacantes ordinarias. Don Aníbal ya figuraba en la Corporación desde el acta de 3 de abril de 1920 y asistía a las sesiones con intermitencia. No así en las actas del año 1921, en donde aparece por vez primera en la sesión «negativa» del 17 de octubre. Los Decretos de Carnbó y Francos Rodríguez El Gobierno publicó ciertos Decretos que afectaban a Cana-rias y alteraron la paz social en que por entonces se vivía. Cam-bó publicó una Real Orden el 7 de noviembre de 1921, exten-diende 12 ji?Rsr'iccióri_ de la De!epacih de Hacienda de Las Pal-mas a Lanzarote y Fuerteventura, y ordenando se enviase a la de Gran Canaria la documentación relativa a esas Islas que obra-se en Tenerife. Por su parte, Francos Rodríguez, por Real De-creto de igual fecha, creó el Registro Mercantil de Las Palmas. Y el Cabildo de Tenerife se significó enseguida en contra. En el acta de la sesión del 11 de ese mes de noviembre se lee: Ininediatamente la presidencia manifiesta que por la ín-tima relación que tiene con el informe relativo al Regla-mento de los Cabildos Insulares, de que en esta sesión se ha de tratar, tiene que recoger la justificadísima protesta producida por las disposiciones ministeriales dictadas últi-mamente, creando un Registro Mercantil en la Ciudad de Las Palmas y extendiendo a las Islas de Lanzarote y Fuer-teventura la 'urisdicción.de la Delegación de Hacienda de dicha ciudad, de las que dice, que son injustas y que se han dictado además en momentos en que el pleito canario había entrado en un periodo de tregua, como lo demues-tra el hecho mismo de hallarse pendiente del dictamen del Consejo de Estado, el aludido Reglamento. Añade que en-tiende que el Cabildo debe asociarse a aqueiia protesta y pedir al Gobierno además que se cree en la Audiencia de esta Capital una Sección con competencia para conocer los asuntos civiles, pues ya que los habitantes de Las Pal-mas no quieren depender para nada de Tenerife tampoco tengan que deuender de Las Palmas, en materia tan im-portante como la administración de Justicia. Núm 3 9 (1 993) 485 56 MARCOS GUIMERÁ PERAZA De orden de la Presidencia doy lectura a un telegrama de los Sres. Representantes en Cortes, fecha diez del ue cursa, dando cuenta de la publicación de las referidas &S-posiciones, y a otro telegrama de la Presidencia a los ci-tados representantes, protestando de aquella medida. La Presidencia invita a los Sres. Consejeros a que de-liberen sobre el importante extremo de que se trata. Y desR ués de un largo debate en que intervienen los Sres. Va e (Don Antonio), Mandillo (Don Juan Vicente), Oramas (Don Leoncio), Casariego (Don Jacinto), Ramirez (Don Pedro), Albertos (Don Efraim), Cáceres (Don Gonza-lo), y Cabrera Cruz (Don Domingo), acuerda por unani-midad la Corporación declararse en sesión permanente; pro-testar enérgicamente ante los poderes públicos contra el atropello cometido or el Gobierno pidiéndole, que derogue y deje sin efecto Es disposiciones Gltirnamrnte dictaaas, que son lesivas para las preeminencias y derechos de Te-nerife, y trasladarse en Co ración al Gobierno civil para hacer presente al señor Goy e rnador estos acuerdos, y sif - nificarle el daño que representan para los intereses de a Capital, aquellas disposiciones y la manifiesta injusticia con que han sido dictadas. En este estado el señor Cáceres (Don Gonzalo), propone que se convoque una Asamblea de todas las Corporaciones Organismos de Tenerife, ara que deliberen y adopten ros acuerdos que las necesi 1ad es del momento aconsejen. acordándose que
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Calificación | |
Título y subtítulo | Domingo Salazar y Cólogan (1880-1939). Un presidente para un cabildo |
Autor principal | Guimerá Peraza, Marcos |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 39 |
Sección | Historia |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1993 |
Páginas | p. 431-523 |
Materias | Salazar y Cólogan, Domingo (1880-1939) ; Biografía ; Políticos ; Canarias |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 9680589 Bytes |
Texto | DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1 880- 1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO P O R I\ILARC"S t i " L ~ ~ K * SUMARIO Introducción-I. Nacimiento y primeros años.-IL Consejero y Vicepresidente del Cabildo (1 918-1 920): Asamblea «regional» de 191 9.-III. Presidente del Cabildo Insular (1 920-1 923): 1. Bienio 1920-1 921: La Avenida Marítima. El desglose del Presupuesto provincial. El Puerto de Santa Cniz de Tenerife. La Mancomunidad voluntaria y los puertos francos. Fricciones con la Junta de Obras del Puerto. El Reglamento de los Cabildos al Consejo de Estado. La Mancomunidad voluntaria. Los Decretos de Cambó y Francos Rodn-guez. Asamblea tinerfeña. 2. Bienio 1922-1923: La Avenida Marítima. El Empréstito. El Estatuto regional de la Diputación.-IV. Los últimos tiempos. Nos ocupa hoy el estudio de la figura de un destacado miembro de la familia Cólogan, que tantos hombres dio a la vida pública del país. Arraigada en Tenerife desde mediados dei siglo xvm, su primera generación isleña -la de los Cólogan Va-lois- dio dos Alcaldes al Puerto de la Orotava. La segunda -la de los hermanos Cólogan Fállon y su primo Cólogan Fran-chi- aumentó su cuota dando hasta tres primeros regidores a su pueblo natal: el último, el Marqués del Sauzal, fue asimismo 2 MARCOS GUIMERÁ PERAZA Diputado a Cortes. La tercera generación dio otro Alcalde al Puerto: Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla de Eslava. Y es un nieto de éste, miembro por tanto de la quinta generación na-cida en la Isla, Domingo Salazar y Cólogan, quien motiva el presente trabajo. El menor de tres hermanos -los dos mayores también destacados en la cosa pública-, nuestro personaje llega al Cabildo Insular de Tenerife, primero como Consejero y Vi-cepresidente, después como Presidente durante dos bienios, en un momento en el que estas tan importantes instituciones no han logrado arraigar del todo en el Archipiélago. Los Cabildos Insulares acaban ahora de cumplir el 75: ani-versario de su fundación. Regulados por la Ley de 1912, se constituyeron en marzo de 1913. A su largo proceso en las Cor-tes, con la decidida actuación de Canalejas al frente del go-bierno, hemos dedicado otros trabajos que ya han visto la luz. El Cabildo de Tenerife ha merecido -aparte homenajes insti-tucionales- dos valiosas publicaciones editadas por él mismo. La primera, intitulada Imágenes para una historia. Cabildo In-sular de Tenerife (1913-1988), ha sido realizada con la colabo-ración del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife con motivo del 75: aniversario. Obra de varios especialistas, allí se contempla, ilustrada bellamente, la historia de lo que intentó o hizo el Cabildo: el ferrocarril, el campo de Aviación, las ca-rreteras y caminos, los hospitales, los puertos o la red telefó-nica. La segunda, la Historia del Cabildo Insular de Tenerife. 1913-1988, obra del excepcional historiador Alejandro Cioranescu que, por sí solo, ha logrado levantar esos dos monumentos que son la Historia de Santa Cruz y el libro que acaba de aparecer. Tenerife difícilmente pagará a este insigne humanista la labor que nos ha dedicado a lo largo de más de cuarenta años. Pues bien; en esta Historia de Cioranescu se escudriñan y comentan certeramente las distintas etapas de la Corporación y las diversas vertientes a ias que dedico atención. Fijándonos detenidamente en sus diferentes capítulos, es posible rastrear los proyectos y realizaciones que pertenecen a la etapa -rela-tivamente larga- en que nuestro don Domingo Salazar rigió el Cabildo. Nosotros aquí, estimulados por ese importante libro, vamos a referirnos a algunas de sus iniciativas, destacando 432 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTZCOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 3 aquellas que nos parecen más relevantes o más logradas. Son facetas que, sin negligir aquellas otras no estudiadas, nos han parecido definitivas; no sólo en el orden administrativo sino muy principalmente en el político, en el que, aún sin quererlo, se vería implicado el Cabildo. Tiene como base no sólo las ac- A tas de los plenos -ya estudiadas por Cioranescu- sino también las de la Comisión Permanente, en muchos casos verdadera-mente esclarecedoras. Creo, en fin, que Domingo Salazar y Cólogan y las sucesivas Corporaciones que con él colaboraron, contribuyeron decisiva-mente a la consolidación y despegue de nuestras entrañables instituciones insulares. En suma, que el Cabildo, nuestro Cabil-do: fue tal a partir de esa etapa que podemos cifrar en el cua-trienio 1920-23. Y de ahí, el subtítulo con que encabezamos este trabajo: Domingo Salazar, un presidente para un Cabildo. 1. NACIMIENTOY PRIMEROS AROS Domingo Salazar y Cólogan nació en la Villa de La Orotava el 16 de noviembre de 1880, siendo bautizado en la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de La Concepción el 24 siguiente l. Se le impusieron los nombres de Domingo del Sacramento y Su nacimiento está inscrito en la Sección l.., Tomo 10, p. 91 v. del Registro Civil de La Orotava y dice así: Número doscientos setenta y ocho. Domingo Salazar y Cólogan. En la villa de La Orotava a las tres de la tarde del día veinte de noviembre de mil ochocientos ochenta: ante el Señor Don Vicente Martínez de la Peña, Juez municipal su- . plente y don Francisco García secretario, compareció don Esteban Salazar y Ponte, natural de dicha villa, mayor de edad, casado, pro-pietario, domiciliado en la calle de Horno [sic], según consta de su cédula personal demostrada con número seis, presentando para la correspondiente inscripción un niño y de efecto como padre del mis-mo declaró: que dicho niño nació en su casa el día diez y seis el corriente a las dos de la mañana. Que es hijo legítimo del declarante y de su mujer Doña Laura Cólogan y Cólogan, natural del pueblo y término municipal, del Puerto de la Cruz, mayor de edad, dedicada a las ocupaciones propias de su sexo, domiciliada en el de su mari-do. Que es nieto por línea paterna de Don Domingo Salazar y Molina, fue apadrinado por su abuela paterna doña Trinidad Ponte y Benítez de Lugo. En la inscripción del nacimiento se dice que le impondrán los nombres de ((Domingo, Edmundo, Leopoldo de la Trinidad)). Era el hijo menor de Esteban Salazar de Frías y Ponte, que sería VI11 Conde del Valle de Salazar tres años más tarde, y natural de esta referida Villa, difunto, y Doña Trinidad Ponte y Be-nítez, natural del pueblo y término municipal de Garachico, mayor de edad, de estado viuda, propietaria, domiciliada en el del decla-rante, y por la materna de Don Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla, natural de Eslaba [sic], y de doña Laura Cólogan y Héredia, natural de París, mayores de edad, casados, propietarios, domiciiiados en ia calle de las Chajas [sic], de esta población, y que dicho niño le pon-drán por nombre Domingo, Edmundo, Leopoldo de la Trini-dad.- Fueron testigos Don Francisco Ponte y Quintero y Don Manuel Perera y Cordero, naturales, el primero de esta mencionada Villa y el segundo de dicho Puerto de la Cruz, mayores de edad, casado el primero y soltero el segundo, propietario aquél y comerciante éste, domiciliados en dicha calle de Hornos [sic]. Leída íntegramente esta acta e invitadas las personas que deben suscribirlas a que la leyeran por sí mismos si así lo creían conveniente de cuyo derecho no usa-ron, se estampó en ella el sello del Juzgado municipal y la firmará el señor Juez y declarante y testigos y de todo ello como secretario certifico.-Firmado: Vicente Martínez.-Esteban Salazar y Ponte y Ma-nuel Perera. He aquí su Partida de bautismo, obrante en el Archivo de dicha Pa-rroquia al folio 56 del Libro 53 de Bautismos: En la Vida de la Orotava, Diócesis y Provincia de Tenerife, a vein-te y cuatro de Noviembre de mil ochocientos ochenta, el Párroco de la Iglesia de la Concepción Dr. D. José Borges Acosta, bautizó solemnemente a un niño que nació en la calle del Horno [sic], 5, el día dieciséis de los corrientes, a quien puse por nombre Domingo del Sacramento, hijo legítimo de D. Esteban Salazar y Ponte y de Doña ¿aura Cóiogan y Cóiogan, naturaies de esta Viila.-Abueios pa-ternos D. Domingo Salazar y Molina y Doña Trinidad Ponte y Bení-tez de Lugo; maternos: D. Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla de Es-lava y Doña Laura Cólogan y Heredia; fue apadrinado por la abuela paterna.-Para que conste, extendi la presente partida que autorizo con mi firma. Por autorización del M. Y. Sr. Gobernador Eclesiástico. Firmado y Rubricado.-Lic. Manuel Díaz Llanos y Bautista. 434 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS Casa natal de Doniingo Salamr y Cólogan, calle cle Home -ho\ T~m¿ í sP érez-número 5. Luego «Casino de Orotava» y hov Biblioteca Municipal de la Villa [Foto Díaz Febles]. Domingo Salazar y Cólogarz (1880-1939), de J. Aspiro~. Oleo propiedad de doña Laura Salazar Ascanio. Villa de la Orotava, Tenerife. 1,25 X 1,10 m [Foto Díaz Feblesl. DOMINGO SALAZAR Y C~ LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 5 Laura Micaela Cólogan y Cólogan, que habían contraído ma-trimonio en Ginebra el año 1876 2. Fueron sus abuelos paternos Domingo Salaz& de Frías y Mo-h a y la citada Trinidad de Ponte y Benítez de Lugo. Y abuelos maternos Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla de Eslava y Laura Micaela Cólogan-Franchi y Heredia, IV Marquesa de la Candia3. La casa natal de nuestro personaje fue el número 5 de la entonces calle de «Heme» -hoy de ((Tomás Pérez»- que luego sería el ((Casino de Orotava)) y hoy alberga la importante Bi-blioteca Municipal '. Del matrimonio formado por don Esteban y doña Laura Mi-caela fueron fruto tres hijos, a saber: Esteban, nacido en 1877, A, 1, ,,.-.-*,-m nn-.-..l,v "..O o,.-:, a1 T Y P , , r l a r l a l \ I n l l a A* C-UG & a La1 1 L.L a I i u l m u & a & , qub JGL la 1i1 IIL UWLIUL uu v alib UL uu-lazar5; Tomás, nacido en 1879, Alcalde de su Villa natal y Di-putado a Cortes por Tenerife en cuatro legislaturas6; y nuestro actual personaje. Doña Laura Micaela fallecería en el Puerto de la Cruz de ~ s t e b a nS alazar y Ponte [1845-19051, Licenciado en Derecho civil y canónico por la Universidad de San Fernando de La Laguna, fue inicial-mente progresista y sobre su correspondencia de esa época con su pa-riente Luis Benítez de Lugo, VIII Marqués de la Florida, puede verse nues-tro trabajo Esteban Salazar y Ponte, VZZZ Conde del Valle de Salazar (1845- 1905). Libro homenaje Strenae Enrnanuelae Marrero Oblatae, Departamento de Historia de la Universidad de La Laguna, en honor de quien fue su Catedrática de Paleografía, Pars Prior, pp. 53 1-550. Esteban Salazar fue Diputado Provincial en 1872-73 y 1887-88; Diputado a Cortes por Tenerife en las elecciones liberales de mano de 1898; y junto con Martin Rodnguez y Peraza, jefe del partido conservador en Tenerife en la última década del siglo XIX. Puede verse nuestro trabajo «Tomás Fidel Cólogan y Bobadilla (1813- 1888))). ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS, Madrid-Las Palmas, 1987, núm. 33. La Marquesa de la Candia era hija de Juan Antonio Cólogan Franchi, VIII Marqués del Sauzal [1793-18541 al que hemos dedicado una semblanza en el tomo 111 de la uSerta gratulatoria in honorem Juan Régulo», Geografía e Historia, La Laguna, 1988, pp. 449-459. Puede verse la casa natal en nuestra lámina 1. Sobre este importante patricio ver ISIDOROS ÁNCHEGZ A R CD~on Es-teban Salazar y Cólogan, Conde del ,Valle de Salazar, Fundación Conde del Valle de Salazar, Madrid, 1988. Puede. verse niuestrn trabajo -inédito hasta la fecha- Towiáy Salazar y Cólogan [1879-1924, Santa Cruz de Tenerife, 1989. Núm 39 (1 993) 435 6 MARCOS GUIMERÁ PERAZA Orotava el 13 de enero de 1881, a sus treinta años de edad, cuando el niño Domingo sólo contaba unos escasos dos meses. Por ello, cuando el abuelo Tomás Fidel otorga su testamento cerrado el 5 de septiembre de 1887, ante el Notario don Vi-cente Martínez de la Peña y Real, instituye herederos a su ocho hijos vivos los hermanos Cólogan y Cólogan, y a sus «tres nie-tos don Esteban, don Tomás y don Domingo Salazar y Cólo-gam, en representación de su madre premuerta. La escritura de Manifestación de herencia se otorgó ante el mismo fedatario el 24 de abril de 1889, al número 67 de su protocolo. El joven Domingo, junto con su hermano mayor Tomás, cur-só sus estudios de bachillerato en el Instituto de Canarias, de La LaSEal dGI?def Ue cGn&scip.u!e s c y ~e! !Urge escRter y pe-riodista Leoncio Rodríguez, que nos ha dejado unas sentidas semblanzas de ambos hermanos7. Alli retrata a uno y otro de los Salazar. De Tomás dice que representaba «el aristocratismo del espíritu ... era la ponderación, el aplomo, cierta aptitud para mandar sin causar enojos ni provocar rencores...)). Y de Do-mingo escribe: «Era la juventud vigorosa: alto, flexible, de rostro plácido y sonrisa amable de quien sentía ... la alegría de vivir.)) Refiere que se alojaban en el Colegio de internos -junto con don Antonio Fariñas Rodríguez-; y al ocuparse especialmente de nuestro personaje, a punto de entrar en política, añade: «Era, no ya la juventud risueña y triunfante; era la juventud serena y reflexiva, cultivado en todas las disciplinas del estudio, con una formación de cultura y de espíritu.)) ' Estudió Derecho con los Padres Agustinos de El Escorial y fue también alumno de la Universidad de Bonn en Alemania, donde estudió Filosofía e Idiomas. Según tradición familiar, fue compañero de Manuel Azaña, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala ... Den Dnmingn a s'is veintinii~ve años contrajo matrimonio con María Ascanio y Méndez de Lugo, en la Villa de La Oro-tava el 28 de enero de 1910. Esta joven señora, de veinte años de edad, era hija de Enrique Ascanio y Estévez y Eladia Mén- LEONCIOR ODR~GUEPZe:r files. ((Tomás y Domingo Salazar y Cólogam, Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias) [1970], pp. 313-326. 43 6 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 7 dez de Lugo y León-Huerta: De esta unión nacieron seis hijos: Domingo, que sería Alcalde de La Orotava y Consejero del Cabildo Insular; Enrique, Licenciado en Derecho en 1941 y com-a Dice así su partida núm. 25, sentada al folio 3 v. del Libro 15 de Matrimonios de la Parroquia de Nuestra Señora de La Concepción de La Orotava: En la Villa de la Orotava, Diócesis y Provincia de Tenerife, a vein-te y ocho de Enero de mil novecientos diez. Yo, Don Roque J. Ber-zal Cura encargado de la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción de esta expresada Villa, casé solemnemente por palabras de presente a D. Domingo Salazar y Cólogan, de estado soltero, de veinte y nueve años de edad, natural de esta Villa y vecino de la misma, hije legitimo de D Esteban Salazar y Ponte. y de D.. Laura Cólogan y Cólogan con D.. María Ascanio y Méndez, de estado sol-tera, de veinte años de edad, natural de esta dicha Villa y vecina de la misma, hija legítima de D. Enrique Ascanio y Estévez y de D.. Eladia Méndez y León, después de publicada una sola proclama por haber sido dispensados de las otras dos que prescribe el Derecho Canónico por el Exmo. e Ilmo. Sr. Obispo de esta Diócesis, y haber practicado todos los demás requisitos para la validez y Iicitud de este contrato sacramental.-Fueron sus padrinos D. -- y D.. --, siendo testigos del acto D. Enrique Ascanio y Estévez y D. Bernardo Cólogan y Ponte.-Y para que conste, lo firmo. Por autorización del M. 1. Sr. Vicario-General.-Lic. Manuel Díaz-Llanos y Bautista. Y seguidamente insertamos la inscripción del matrimonio en el Registro Civil de La Orotava, donde consta al número 7, tomo 12, p. 110 de la Sec-ción 2: En la Villa de la Orotava a veintiocho de Enero de mil nove-cientos diez, hallándome yo el infrascrito D. Tomás Méndez y Asca-nio, Juez Municipal del distrito de la misma en la Iglesia de la Con-cepción a donde me trasladé para asistir, en cumplimiento de lo dis-puesto en el art. 77 del Código civil, a la celebración del matrimonio canónico convenido entre D. Domingo Salazar y Cólogan y D.. María Ascanio y Méndez y en virtud de parte escrito de los mismos de-claro: Que a mi presencia ha procedido el Presbítero D. Manuel Mar-tínez y Rodnguez, Cura Párroco de la iglesia antedicha, a unir en matrimonio canónico a los referidos D. Domingo Salazar y Cólogan de edad de veintinueve años, de estado soltero, Abogado, natural de esta Villa, vecino de la misma hijo legítimo de D. Esteban y de D.. Laura y a D.. Mana Ascanio y Méndez, de edad de veinte años, de estde se!ter~, nattira! de esta W!!z y vpchzt de 1, misma, hija legítima de D. Enrique y de D.. Eladia, habiendo asistido a dicho acto Núm 39 (1 993) 437 8 MARCOS GUIMERÁ PERAZA pañero del autor de estas líneas; Laura, que casó con Rafael Machado y Llarena; Esteban; Tomás; y Eladia, que casó con Faustino de Rato y Rodríguez San Pedro. Doña María, que so-brevivió a su esposo, fallecería en La Orotava el 10 de abril de 1963. Antes de entrar en la faceta más importante -desde el pun-to de vista poiítico- de nuestro personaje, digamos que fue caballero cofrade de San Juan Evangelista de la Parroquia de La Concepción de La Laguna. Que ocupó la presidencia de la . Cámara Oficial Agrícola de La Orotava; y, en su consecuencia, fue administrador del Jardín de Aclimatación del Durazno, hoy término municipal del Puerto de la Cruz. 11. CONSEJEROY VICEPRESIDENTED EL CABILDO[ 19 18-1 9201 Los Cabildos Insulares de Canarias, desde su creación por la ley de Reorganización administrativa y representación en Cor-tes de Ias Islas Canarias de 11 de julio de 1912, debida -según hemos dejado dicho reiteradamente- «a los esfuerzos de mu-chos, pero singularmente al talento de gobernante y a la pericia parlamentaria de Canalejas)) 9; los Cabildos todos, decimos, y los testigos, mayores de edad y de esta vecindad, Don Melchor de Zárate y Monteverde y Don Bernardo Cólogan y Ponte, Marqués del Sauzal. Y para que conste, levanto la presente acta de inscripción del expresado matrimonio, la cual será transcripta inmediatamente en la Sección de matrimonios del Registro civil, del Juzgado municipal a los efectos del art. 77 del Código civil, firmándola conmigo los contrayentes y testigos, de que certifico.-Mana Ascanio y Mén-dez.- Domingo Salazar.-El Marqués del Sauza1.-Melchor de Zára-te.- Tomás Méndez. El acta transcrita queda archivada en este Registro civil, en el legajo número veintiseis de la Sección de matrimonios. Orotava, veintinueve de Enero de mil novecientos diez-El Juez municipal, Tomás Méndez.-El Secretario, Romualdo Panasco.-Ru-bricadas. Vid. MARCOSG UIMERÁP ERAZAP:r ólogo a las Actas de Constitución del Excmo. Cabildo Insular de Lanzarote. 1988? «En el 75 aniversario de los Cabildos Insulares», p. 20. 438 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~ LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 9 también el de la Isla de Tenerife, pese a tratarse de unas ins-tituciones naturalísimas como adaptadas perfectamente a sus límites geográficos -«¿Qué cosa más natural que la existencia de una isla?», pudo decir Azcárate a Maura, a quien «le parece naturalísimo que la unidad insular tenga su forma en la Ad-ministración local», durante la discusión del proyecto en el Con-greso- pasaron por serias dificultades hasta conseguir su arrai-go en la vida pública del país. Inicialmente, por el enfrenta-miento con la Diputación Provincial -especialmente el Cabildo de Gran Canaria-. Después, por la falta de medios para llevar adelante sus cometidos. Sin olvidar la falta del entusiasmo ne-cesario para lograrlos. A lo que se añade que fueron recibidos por importante sector crítico con dureza y desde luego con in-comprensión lo. Benito Pérez Armas, coautor de la propia ley de Cabildos, hubo de decir en una conferencia pronunciada en 1915 -nó-tese, poco más de dos años de instaladas las Corporaciones-. al recoger la postura que quería impedir que en los Cabildos entrara la política, lo siguiente: Cuando se constituyó el Cabildo fuimos requeridos los po-líticos de Tenerife ... ara que no creáramos obstáculos a la patriótica obra de 1 f evar a aquella Corporación elementos ale ados de las contiendas, espíritus ponderados, libres de to d a pasión y vínculo que no fuera el servicio de los inte-reses públicos. Accedimos con entusiasmo, y la mayoría de los Consejos ... se formó con personas de aquellas condicio-nes, intachables, de lo que aquí más vale y significa en cada partido judicial. Buscarlos, persuadirlos, fue una obra de romanos, pero al fin se logró en parte realizar el noble propósito. Los resultados todos los conocéis: poco a poco, por estas o aquellas causas, todas sin duda justificadas, fue-ron ausentándose, renunciando, y sólo han quedado algu-nos, muy pocos, de los que tenían tales características 0. Así lo hemos señalado en el Prólogo cit., con expresa mención de autores como Juan Maluquer y Viladot, Antonio Domínguez Alfonso, Hipó-lito González Rebollar o Manuel Ossuna y Van-den-Heede. " BENITOPÉ REZ ARMAS: Discurso pronunciado el 21 de agosto de 1915 en La Laguna por Don ...' Imp. Félix S. Molowny, Tenerife [Biblioteca de mi amigo José Hernández Morán]. Núm 39 (1993) 439 El Cabildo de Tenerife ya había tenido dos Corporaciones -la primera, constituida el 16 de marzo de 1913, bajo la pre-sidencia del prestigioso médico Eduardo Domínguez Alfonso; y la segunda, desde el 1: de enero de 1916, presidida por Antonio José Melo y Novo- cuando en las elecciones de 11 de noviem-bre de 1917 accede al de Consejero nuestro Dorriingo Salazar y Cólogan: lo hace por una de las tres vacantes ordinarias exis-tentes en el distrito de La Orotava. La primera sesión en que aparece mencionado es la de cons-titución de la Corporación de 1: de enero de 1918, ordenada por convocatoria del Gobernador Civil para ese día. Se trata de un «acta negativa)) por no concurrir el número suficiente de Consejeros. Mario Arozena protestó por esa falta de asis-tencia y recuerda la posible imposición de multa de 500 pese-tas. Mientras que Luis Rodnguez Figueroa pide se haga constar en el acta los nombres de los Consejeros «que no han concu-rrido ni alegado excusa legal)). El acta refiere que «La Presi-dencia me ordena que haga constar dicho extremo y en su vir-tud consigno que los Consejeros que no han concurrido ni jus-tificado su inasistencia son los siguientes).).. Y en una larga lista, aparece el nombre de Domingo Salazar y Cólogan. Firma el acta el Secretario Antonio Lara y Zárate, con el V.. B: del Pre-sidente accidental Martín Rodríguez y Díaz-Llanos. Si los in-gleses tienen razón, este mal principio auguraba una feliz ac-tuación de nuestro hombre ... Por fin, el Cabildo de Tenerife queda constituido en la se-sión del 3 de ese mismo mes de enero, con asistencia de Sa-lazar. Es la sesión inaugural del bienio 1918-19, que preside Martín Rodríguez, en su condición de Vicepresidente primero. Allí tomaron posesión los Consejeros electos. Y se procede a la elección de cargos. Toman parte en la elección veintinueve electores. Y resultan elegidos: Para Presidente, Eladio Alfonso y Sonzáiez, con veintiún votos. Para primer Vicepresidente, Domingo Salazar y Cólogan, con veintiuno. Para segundo Vicepresidente, Antonio Toribio Valle, con veinte. Para Vicepresidente de la Comisión Permanente, Ignacio Lla-rena y Monteverde, con veintiún votos. 440 ANUARIO DE ESTUDIOS AT~NT~COS LAMINA III , , 7 Casa de la calle del Castillo, esquina a Juan Padrón, número 51 -hoy 49-, donde estuvo instalado el Cabildo Insular de Tenerife entre los años 1915 y 1928 [Foto Diaz Febles]. DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 11 Para Procuradores Síndicos, Arturo Sansón y Pons y Ramón Trujillo e Hidalgo, con veintiún votos cada uno. Se registraron ocho papeletas en blanco. Toman posesión in-mediata los dos Vicepresidentes. Para la Comisión Permanente quedaron elegidos los Conse-jeros Juan Vicente Mandillo y Tejera, Antonio Oramas y Díaz- Llanos, José Hernández Pérez y José Hernández Amador; que-dando pendiente la elección del quinto puesto, al no obtenerse la mayoría absoluta de votos reglamentaria. Para la Comisión Especial de Gobierno resultó también ele-gido Salazar, con veintiún votos; y con él Oramas, Antonio Mar-tínez de la Peña, Rodríguez Figueroa, José Tavío y Sierra, Her-ni5nd~ 7 Amadnr y A n t ~ n i-~M & y _N^vQ 12. Y con 10- &más, ---A---- --------- firma Domingo Salazar. La Asamblea "regional" de 191 9 El regionalismo tuvo su despertar por los años 1918 y 1919 ". Reseñemos que el 2 de enero de 1919 y convocada por José Mesa y López, presidente del Cabildo Insular de Gran Ca-naria, y Bernardino Valle y Gracia, Alcalde de Las Palmas, se celebró una reunión en la que se acordó ir a otra Asamblea Todo ello resulta del Libro de Actas del Cabildo Insular de Tenerife correspondiente al año de 1918, cuya lectura -así como la de las demás actas pertinentes- me ha sido facilitada gentilmente por el Secretario de la Corporación, Alonso Fernández del Castillo y Machado, a quien desde aquí reitero mi agradecimiento por su atención a mi demanda. l3 A aquellos testimonios negativos, opuestos a la flamante reinstau-ración de los Cabildos, se suman -ya en tiempo en que nuestro personaje ha sido elegido Consejero- las posturas adversas de la (cUniÓn Regiona-lista)) y de los comerciantes de Santa Cruz. Veamos. Aquella agrupación tenía como promotor a Santiago García Sanabria -el que habría de ser años adelante excelente Alcalde de Santa Cruz. La ((Unión Regionalista)) se proyectó el 28 de abril de 1918 bajo la presidencia de Juan Martí Dehesa -político conservador que ya había desempeñado con prestigio la citada Alcaldía, con Sanabria como Vicepresidente. Era una secuela de la tendencia de Cambó. Fundó un periódico vespertino, El Regionalista; dirigido por Juan Franchy Melgarejo: que apareció el 5 de julio de ese año. Sostiene este papel en su número del día 27: 12 MARCOS GUIMERÁ PERAZA canaria para contrarrestar los efectos de la que proyectaba Te-nerife para estudiar el establecimiento de la Región Canaria. En esa asamblea de Las Palmas se pediría la división de la Provincia; y de no ser esto posible, la autonomía insular más absoluta, con supresión de la Diputación Provincial, clave prin-cipal de todas las discordias. En efecto: el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife or-ganizó una Asamblea «para tratar del problema de la autono-mía », que debería celebrarse el 30 de ese mes de enero de 1919. El Cabildo Insular tinerfeño, en su sesión del 17, presi-diendo el primer vicepresidente nuestro Domingo Salazar y Có-logan, se ocupa de esta cuestión en un apartado que insertamos: En el expediente incoado con motivo de proposición de varios señores Consejeros, para que los Cabildos Insulares acuerden celebrar un concierto económico con el Estado para la recaudación de ciertas rentas, se vio un dictamen de la Comisión especial de Hacienda, fecha trece de Julio de mil novecientos diez y ocho, en el sentido de que de-ben practicarse toda clase de gestiones para celebrar la Asamblea a que alude el particular tercero de la proposi-ción efectuada, viéndose también un oficio de la presiden-cia del Cabildo Insular de Gran Canaria comunicando acuerdo de éste, expresivo de que no hay inconveniente en solicitar el concierto para la recaudación de la renta de puertos francos, siempre que sean dos los conciertos, uno para el grupo oriental y otro para el occidental. El señor Arozena (Don Mano) manifiesta que a su juicio, pro-cede celebrar una asamblea de las corporaciones de Te- Aparece nuestra capitalidad efectivamente perdida; el ridículo mo-saico de siete diminutas provincias sustituyendo a la antigua y glo-riosa provincia de Canarias; ... todos los orgnismos fraccionados; la armonía y la unidad regional desechas. Más contundentemenfe críticos aparecen los comerciantes de Santa Cruz, que en junio de ese año 1918 piden «la supresión de los Cabildos)) [Gaceta de Tenerife, 14 junio 19181. Y en una reunión de comerciantes, celebrada en el Parque Recreativo, el citado Sanabria estimó más ventajosa la división en dos de la provincia que los Cabildos, porque la provincia «se halla dividida en siete)). Allí mismo se pidió la anulación de los Cabil-dos, por fracasados [Gaceta.., cit., 28 junio 19181. DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 13 nerife, para deliberar si puede accederse o no a la pro-puesta del aludido Cabildo. En idéntico sentido se expresa el señor Bethencourt del Río (Don Manuel). El señor Oramas (Don Antonio) expone que en su con-cepto, deberá aplazarse la resolución de este asunto, y es-perar a que se celebre la asamblea convocada por el ayun-tamiento de esta capital y elabore el proyecto de autono-mía regional que está pendiente de presentarse a las Cortes. El señor Toribio Valle (Don Antonio) expone su adhe-sión a este criterio. Rectifica el señor Arozena. La presidencia usa en este momento de la palabra, para hacer el resumen del debate. Dice que no es partidario del criterio del señor Orarnas, por que el procedimiento que éste propone es dilatorio, sin que tampoco pueda estimar aceptable el del señor Aro-zena por entender que antes de tomar una resolución de-finitiva en el asunto, debe hacerse un último esfuerzo para intentar una avenencia con los elementos de Gran Canaria. Confiesa que no puede tener confianza absoluta en el éxito inmediato de esa gestión, porque es difícil borrar en poco tiempo el efecto de luchas y rencores todavía no ex-tinguidos, pero de todos modos considera un deber de to-dos los amantes del bienestar del archipiélago realizar esa gestión. Por ello propone que se designe una comisión que se traslade a Las Palmas para entrevistarse con la repre-sentación del Cabildo de aquella isla e intentar una con-ciliación, que si se obtiene será uno de los mayores be-neficios que habrán podido proporcionarse a la región; y si por desgracia no se obtuviera, si se llegara al conven-cimiento de que no es posible avenir a una familia que ha debido vivir siempre unida, entonces se adoptarían los acuerdos que esa desventurada rivalidad impusiera. Por unanimidad se acepta la proposición del señor Sa-lazar, sus endiéndose la sesión por cinco minutos, siendo la hora d"e las diez y siete y cuarenta cinco, para que los señores Consejeros puedan ponerse dé acuerdo respec-to a las personas que ha de integrar dicha comisión. Reanudada la sesión a las diez y siete y cincuenta mi-nutos, se acuerda por unanimidad, y a propuesta de los señores Cañadas (Don Manuel), Sansón (Don Arturo), y To-ribio Valle (Don Antonio), que la expresada comisión se forme con los señores consejeros Don Domingo Salazar y Cólogan, Don Antonio Oramas y Díaz-Llanos, Don Mario B Arozena, Don Domingo Cabrera Cruz, y el Se-cretario e la C~rporaci~ón. No sabemos más de la misión realizada por dicha Comisión insular. Sí encontramos en los libros de actas de la Diputación Provincial que en sesión del día 21 de ese mes se nombró otra Comisión, compuesta por Manuel de Cámara, Rafael Calzadilla, Benito Pérez Armas, Francisco Trujillo Hidalgo, Faustino Martín Albertos, Melchor Ordóñez y el Secretario Hipólito Fumagallo Medina. Tampoco conocemos qué fruto dio esta otra comisión. El Cabildo, en su sesión del 24 de enero, hace constar en acta levantada -como siempre- por su Secretario Lara: Di lectura inmediatamente a un oficio de la Alcaldía de esta capital, comunicando acuerdo del Ayuntamiento, en el que se interesa del Cabildo se sirva dirigir instancia al Gobierno ue Su Majestad solicitando la presentación a las Cortes 3 e un royecto de ley de restauración de la autonomía municipaf Asimismo, se interesa del Cabildo en el mencionado oficio acuerde concurrir a la asamblea, que convocada por el Ayuntamiento, y para tratar de la auto-nomía ue se considere conveniente a la erfecta organi-zación l e la región canaria, se celebrar á! l e treinta del que cursa, a las dos de la tarde en el Palacio municipal, pi-diéndose también que el Cabildo designe las personas que han de llevar su representación en dicha asamblea. Usan de la palabra los señores Cañadas y Arozena para tratar diversos extremos relacionados con este asunto, y se acuerda por unanimidad dirigir al Gobierno la instancia interesada por el Ayuntamiento, y que el Cabildo concurra a la asamblea a que antes se alude. El señor Arozena manifiesta ue como considera con-veniente que la representación de3 Cabildo en dicha asam-blea lleve a ella una norma que pueda orientarla en el curso de las deliberaciones, va a dar lectura, a un escrito en el que se consignan las Bases que a su juicio deben integrar aqueiia norma. Seguidamente da lectura a una proposición a tal fin encaminada; y al terminar la lectura es felicitado caluro-samente por los señores Toribio Valle, Cabrera Cruz, Ro-dríguez Díaz-Llanos y Presidente, si bien todos hacen la reserva de que necesitarían un más detenido estudio de la proposición, para poder formar juicio definitivo del asunto. 444 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~LOGAN(1 880.1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 15 En su vista y a propuesta de los señores Arozena y Cabrera Cruz, se acuerda que la comisión que haya de representar al Cabildo en la asamblea haga el estudio de la proposición, dando cuenta de su dictamen a la Corpo-ración, a cuyo efecto se convoque ésta a sesión extraor-dinaria para el veinte y nueve del corriente; y si por cual-quier causa no llegara a reunirse al Cabildo, que la ex-presada comisión quede facultada para llevar a la asamblea, como criterio del Consejo Insular, el dictamen que haya formulado. Seguidamente se procedió a designar la reiterada co-misión representativa del Cabildo en la Asamblea, resul-tando elegidos por unanimidad los señores Salazar, Ora-mas, Cabrera Cruz, Arozena y Rodríguez Figueroa. No conocemos el dictamen de esa comisión -la misma de la sesión del 17, sin más que la sustitución de Lara por Luis Rodríguez Figueroa-, pues el Cabildo no llegó a celebrar se-sión el anunciado día 29, por no haber número suficiente de Consejeros, según resulta de Acta negativa de esa fecha. Sí consta que el diario La Prensa planteó una encuesta, a la que acudirían algunos destacados políticos de la época. Entre ellos, Andrés Orozco y .Batista, Luis Rodríguez Figueroa y Be-nito Pérez Armas. Éste, que se profesa autonomista y regiona-lista, pero no nacionalista, exige primero ciudadanía, luego auto-nomía del Municipio y después constituir federativamente las regiones dentro del Estado soberano; si bien ((reconoce que en Canarias no existe unidad espiritual que determine el alma de la región)): hay que ir -dice- al reconocimiento de la perso-nalidad de la Isla, por medio de los ya creados Cabildos, que deben gozar de autonomía para todo lo que no sea municipal ni regional; y luego estudiar «si se hace una Diputación regional o una mancomunidad de Cabildos))14 . En !u sesión extraordiniria de! 18 de mzrm de 1?2!l, presi-dida por el Presidente titular Eladio Alfonso y González, con asistencia de Salazar, aparece de nuevo el tema del contingente provincial repartido por la Diputación. Dice el acta: iÁ Prensa; núm. 2.821, sábado. 1: de febrero de 1919, ((Canarias y la Autonomía)), «Opinión del Sr. Pérez Armas». 16 MARCOS GUIMERÁ PERAZA A continuación di lectura a un oficio del Gobierno civil de la provincia, fecha veinte y ocho de Febrero último, en el ue manifiesta haber aprobado el presupuesto ordi-nario 2 ormado por el Excelentísimo Cabildo Insular, para regir durante el próximo año económico de mil novecien-tos veinte a veinte y uno, a condición de que la partida de ochenta y cuatro mil pesetas, que figura en el Capítulo primero, Artículo único del de Gastos, para Contingente provincial, se eleve hasta la suma de ciento catorce mil, cuatrocientas setenta y tres pesetas tres céntimos, que es la cantidad que corresponde abonar a la Corporación por el citado concepto con arreglo al repartimiento realizado por la Diputación Provincial de Canarias. El señor Toribio Valle (Don Antonio), usa de la palabra para proponer que se eleve el mencionado crédito en la cuantla ordenada por ei Gobierno civii y que la suma de treinta mil, cuatrocientas setenta y tres pesetas, tres cén-timos, diferencia entre el crédito consignado y el que debe figurarse, se obtenga suprimiendo del Capítulo octavo, Car-gas, Artículo segundo, Créditos reconocidos, la suma de quince mil pesetas, consignadas para abonar al personal del Cabildo y de los Establecimientos que de él dependen o tengan subvenciones los haberes, gratificaciones muneraciones de todas clases que se le queden adeuc ?a nrdeo-a la terminación del año económico de mil novecientos diez y nueve a mil novecientos veinte; y aumentando en quince mil, cuatrocientas setenta y tres pesetas con tres céntimos el ingreso que se calcula puede producir el ar-bitrio sobre importación y fabricación de alcoholes y aguar-dientes neutros, aguardientes compuestos, coñacs y licores, aprobado por Real Orden de veinte y dos de Noviembre de mil novecientos diez y seis. El propio señor Valle propone que se entable contra la providencia del Gobierno civil el recurso que autoriza el párrafo segundo del artículo sesenta y dos del Regla-mento orgánico para el régimen de los Cabildos Insulares. El señor Rodríguez y Díaz-Llanos (Don Martín) llama la atención de la Corporación sobre el hecho anormal de que únicamente ei Cabiicio cie ienerife esté embargado or la Excelentísima Diputación, sin que se haya tomado & misma medida con los demás, singularmente con el de Gran Canaria, que no ha contribuido al sostenimiento de las cargas provinciales con ninguna cantidad; manifiesta que por tal razón resulta que tan sólo éste Cabildo viene sufragando los gastos de la Diputación Provincial; y con- 446 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 17 sidera que si se practica una liquidación con dicho Cuerpo aparecerá seguramente que lejos de adeudársele suma alguna deberá reintegrar al Cabildo cantidades que ha per-cibido de más, por lo que propone que se le invite a prac-ticar la expresada liquidación. Por unanimidad se aprueban las proposiciones del señor Toribio Valle (Don Antonio), y Rodríguez y Díaz-Llanos (Don Martín). Nuestra conclusión acerca de las causas del fracaso del in-tento de región canaria en aquellos años la hemos formulado ya en otra partefi; y mutatis mutandi, no tenemos inconveniente en reproducirlas ahora. Decían así: En primer lugar, la que pudiéramos llamar izquierda ti-nerfeña, siguiendo una vieja trayectoria, la repudió por an-tinatural. Para los federales de Gran Canaria, la región no era suficiente; ellos querían ir a la autonomía absoluta por Islas. Tampoco la admitían los divisionistas canarios, para los que la región no era más que una pantalla para mantener la unidad provincial. Por otra parte, para tinerfeños con criterio realista, la región sería siempre imposible, porque nunca habría acuer-do acerca de cuál sena la capitalidad regional. Y, or último, lo más decisivo a nuestro juicio: porque la reai !i dad Isla y Cabildo se iba imponiendo en las con-ciencias, frente a la caducidad manifiesta de la ya inviable Diputación provincial. Y si ésta ya no servía, jcómo se iba a mantener un órgano regional que no tenía la raigambre de cerca de un siglo que la provincia tenía? m. PRESIDENTDEEL CABILDION SULAR[1 920- 19231 El Cabildo Insular no acababa de salir adelante, pese a los nobles esfuerzos de las sucesivas Corporaciones. El testimonio l5 MARCOSG IILMFRÁP ERAZAE:l Pleito Insular [l808-l936j Caja de Ahorros Caja Canarias, 1976, p. 384, 2: ed., 1. de E. de A. L., Madrid, 1987, p. 406. 18 MARCOS GUIMERÁ PERAZA de Leoncio Rodnguez nos parece convincente. He aquí algo de lo que escribe, a propósito de nuestro personaje 16: Era el hombre que necesitaba su isla, que con tanta y tanta impaciencia le requería y reclamaba. Era, a la vez, el pacificador y el constructor del futuro. Los viejos pa-tricio~ ya estaban cansados, ya habían dado todo su es-fuerzo vital a la causa común (...). Quedaban pocos caudillos en la vanguardia -Pérez Ar-mas, Emilio Calzadilla, García Sanabria ... pero ellos también necesitaban colaboración y ayu a, hom-bres nuevos para las empresas nuevas. muy 'Í'°COS-J Había que consolidar los Cabildos, creados por el es-fuerzo colectivo en días de apremiantes peligros; ya habían pasado por ia presidencia de ia naciente institución los más altos prestigios de la Isla; pero había que infundirles savia y energías vitalizadoras; había, sobre todo, que rea-nimar y fomentar su hacienda, anquilosada ya, en trance de sucumbir bajo el agobio de crecientes obligaciones y escasez de recursos para afrontarlas. En estas circunstancias, nació la candidatura de Domin-go Salazar y Cólogan para residente del Cabildo. Le pre-cedían los más favorables y h" onrosos antecedentes (...). Y a su país se entregó, en cuerpo y alma, con aquella gallardía y aquella prestancia de juventud madura y acti-va, que al mismo tiempo infundía autoridad, respeto y con-fianza a todos. Caso, hasta entonces, poco frecuente entre nosotros, por-que ser joven, llevaba pocas veces anexo el prestigio para mandar. Treinta y nueve años contaba nuestro personaje cuando se le eligió para la presidencia de la Corporación insular. Volvemos a las actas. El 1.0 de abril de 1920 celebra sesión constitutiva el Cabildo; pero por falta de asistencia del número necesario de Consejeros se levanta ((Acta negativa)). Nueva protesta de Mario Arozena; y en la lista de ausentes sin justificación, numerosísima, figura también Salazar. La verdadera sesión de constitución tiene lugar dos días más tarde, el 3 de abril, inaugural del bienio 1920- l 6 LEONCIOR ODR~GUEPZer: files, cits., pp. 3 19 y S S . 448 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 19 1921. Preside Eladio Alfonso; y se procede a la elección secreta de los cargos. Resulta elegido para presidente nuestro personaje, que obtuvo veinticinco votos; primer Vicepresidente, Antonio To-ribio Valle, con veintiséis; segundo Vicepresidente, Vicente Díaz- Llanos y Fernández, también con veintiséis; y Procuradores Sín-dicos, Arturo Sansón y Pons y José Tavío y Sierra, con veinti-séis votos cada uno. Aparecieron cuatro papeletas en blanco, con otras dos que se anulan. Y posesionados de sus cargos, Salazar pronuncia el siguiente discurso, que tomamos del acta redactada por el Secretario Lara: El señor Salazar y Cólogan (Don Domingo), desde la Pre-sidencia, usa de la palabra para hacer notar la resistencia que ha opuesto a aceptar el cargo con que ha sido hon-rado no sólo ppr su falta de merecimientos sino por resi-dir en la Orotava, lo cual, dice, le obliga a significar su profundo agradecimiento a la Corporación por un acto que no puede explicarse sino como. una benévola demos-tración, un premio exagerado a su buena intención y al empeño que ha puesto, siem re que accidentalmente ha ocupado este puesto, en con f ucirse con entera imparcia-lidad y amparar los derechos de todos. Hace un llamamiento a todos los Sres. Consejeros para que puestos el corazón y la mente en el bien de Tenenfe, realicen una labor útil en beneficio de los intereses insulares. Dice que sin aumentar las funciones del Cabildo tiene éste una labor hondísima que realizar; y habla del aban-dono en que se encuentra la cultura, la enseñanza, la be-neficencia social y las obras públicas, materias todas en que puede y debe intervenir el Cabildo sin invadir ex-trañas jurisdicciones. Añade ue viendo el largo camino que tiene que reco-rrer el Ca 71 ildo le abruma la pequeñez de sus recursos, ya que su presupuesto excede apenas de ochocientas mil pesetas, suma mucho menor que la que constitu e el pre-supuesto del Ayuntamiento de la capital y con a que no es posibie acometer todas las obras. Y Considera que es menester lograr el aumento de las rentas insulares; y como los arbitrios ya establecidos no pueden recargarse, es necesario intentar el arriendo de los puertos francos, concertándose los Cabildos con el Estado, y mientras tanto, proceder con celo, honradez y escrupu-losidad en la confección de los presupuestos, y no con- Núm. 39 (1 993) 449 20 MARCOS GUIMERÁ PERAZA sentir que se abran en ellos brechas y portillos para sa-tisfacer ambiciones e intereses personales y políticos, y se desatiendan en cambio otras obligaciones importantes. Habla después de las obras pendientes de ejecución, re-firiéndose al teléfono insular, que a su juicio debe exten-derse a los pueblos del Sur; a las obras de ampliación del edificio que ocupan los Asilos benéficos de esta capital; a los anteproyectos del ferrocarril insular; r a la adquisición de terrenos para campos de aviación, 1 amando es ecial-mente la atención de los señores sobre la necesi d' ad de facilitar las comunicaciones con los sanatorios que han de establecerse en las cumbres de la Isla, que contendrán el desarrollo de la tuberculosis, refiriéndose también, con este motivo, a la enmienda presentada al Congreso de los Di-putados por don Julián Van Baumberghen, y estimando a patRóticG necesaRG qUe se invite a la ~D\ac-.1a l nAn~-Aan-u;n~ u u a N E de Medicina de esta capital, para que realice un estudio de la situación, emplazamiento y condiciones que debe reu- O n - nir el Sanatorio a que dicha enmienda se contrae. =m O Termina el señor Salazar manifestando que los Cabildos EE son Entidades todavía jóvenes que no han podido realizar S E aun la labor a que están llamados, pero no puede desco- = nocerse que en el de Tenerife, al menos, no han arraigado 3 los viejos resortes de la política, lo cual debe a las perso- - nas que en un principio lo constituyeron; recuerdo éste - 0m que le obliga a rendir un tributo de gratitud a su primer E Presidente, el ilustre patricio don Eduardo Domínguez Al- O fonso. n Es un buen prontuario de lo que nuestro personaje se pro-ponía acometer. Ya veremos qué pudo lograr y qué otras ini-ciativas le fue deparando su relativamente largo mandato. En la misma sesión se eligieron los miembros de la Comi-sión Permanente, que quedó integrada por José Hernández Ama-dor, como vicepresidente; y por Ulises Guimerá y Tejera, Aníbal Hernández Mora, Leoncio Oramas y Díaz-Llanos, Juan Vicente Mandillo y Tejera y Manuel Cañadas Amorós. Por excepción, el Secretario firma A. Lara y Zárate 17. Poco después, se había incendiado la casa natal de Domingo l7 La Comisión Permanente quedó constituida en la sesión del 8 de abril de 1920, bajo la presidencia de Salazar, el vicepresidente Hernández Amador y ios vocaies Eernánciez Xora, ivíandiiio Tejera y Guirnerá Tejera. 450 ANUARIO DE ESTUDIOS A TUTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~ LOCAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 2 1 Salazar en la calle de Tomás Pérez de La Orotava -ahora pro-piedad de su hermano Esteban-. Apagado el incendio, e l Al-calde de la Villa oficia a diferentes autoridades militares y ci-viles, dando cuenta del percance y expresando su gratitud a las fuerzas que contribuyeron a sofocarlo la. El Avuntamiento de la Villa de Güímar. en sesión del 18 de ese mismo mes, bajo la presidencia de Ignacio González García, conoció el oficio del Secretario de la Corporación, Aníbal Hernández Mora, en el que manifes-taba que habiendo sido elegido Consejero del Cabildo Insular, de cuyo car-go se había posesionado el día 1.0, y siendo el mismo incompatible con el que ostenta en este Ayuntamiento, solicitaba una licencia ilimitada, para !a si;hsigiiente excedencia. La CnpxaciSn si !n acuerda, !~adendn cnnstar el sentimiento por el cese, con el expresivo elogio para sus condiciones «de honradez, actividad y gran inteligencia)), que han colocado a «la Se-cretaria a'la altura de las primeras de la provincia)). Dice así el oficio al Capitán General, enviado por el Alcalde acci-dental de la Villa Pedro L. Machado y Benítez de Lugo: Excmo. Señor: Sumamente complacido del brillante comportarnien-to de las fuerzas del Regimiento Infantería de Tenerife destacadas en esta Plaza, que concurrieron en la mañana de hoy a la extinción del incendio ocurrido en la casa habitación de D. Domingo Salazar y Cólogan, sita en la calle de Tomás Pérez de esta población, al mando del Teniente D. Lorenzo Machado y Méndez, y bajo la di-rección del Comandante de dichas fuerzas, D. Fernando Salazar y Bethencourt, por sus valerosos y meritorios trabajos para localizar y extinguir el fuego, lo que obtuvo con los importantes servicios tan-to de la tropa como de sus dignos Jefes, me congratulo en comu-nicarlo a V. E. para legítima satisfacción del referido Destacamento, al que hago presente la gratitud de esta Alcaldía y del pueblo que representa, por su noble y plausible proceder. Dios guarde a V. E. muchos años. Orotava 3 de Marzo de 1920. Excmo. Sr. Capitán General de este Distrito.-Santa Cm de Tenerife. De este escritn din tras!ad~ a! Cnrine! de! Regimientn de Infanteh de Tenerife núm. 64 y al Comandante Jefe del Destacamento del Regi-miento en la plaza de La Orotava Fernando Salazar y Bethencourt, con mención expresa del Teniente, nuestro querido y admirado hoy General Lorenzo Machado Méndez-Fernández de Lugo. Dio cuenta asimismo al Gobernador civil de la provincia: Alcalde a Gobernador civil. Tenerife. 22 MARCOS GUIMERÁ PERAZA La Avenida Marítima En la sesión ordinaria de 23 de julio de ese año 20, Salazar manifiesta que ... como es sabido de los señores Consejeros, se ha pre-sentado a Su Excelencia, un ((Proyecto de Avenida marí-tima, enlace del ferrocarril insular con el puerto de Santa A las cinco próximamente de hoy se declaró un voraz incendio en la casa habitación de D. Domingo Salazar Cologan, sita en la caiie de Tomás Pérez. Avisadas por el Inspector de Policía que advirtió e! siniestro, las fuerzas militares destacadas en esta plaza, acudieron inmediatamente y con su eficaz auxilio y el de varios vecinos, que utilizaron las bombas del Municipio, se logró localizar el fuero en la crujía del poniente del edificio a la hora de las ocho. En estos trabajos se han distinguido las referidas fuerzas y varios paisanos, como asimismo el citado Jefe de policía. Al lugar del siniestro acu-dieron también las diferentes autoridades locales y la Guardia civil de este puesto, con el Jefe de línea, prestando todos su valiosa co-operación. Hasta ahora se ignora la causa del incendio, siendo im- &rtantes los daños sufridos. No ha ocurrido ninguna desgracia personal Orotava 3 de Marzo de 1920.-E1 Alcalde accl. Y certifi~ó.'~alraa C ompañía de Seguros: Don Pedro L. Machado y Benítez de Lugo, Alcalde accidental de la Vilia de la Orotava, Certifico: Que el día 3 del que cursa se produjo un incendio en la casa habitación de Don Domingo Salazar y Cólogan, que pertenece a su señor hermano D. Esteban de los mismos apellidos, Conde del Valle de Salazar, cuya casa se halla situada en la calle de Tomás Pérez (antes Home), de esta población, marcada con el número 5 de gobierno. El origen del siniestro, a juicio de esta Alcaldía, fue o una chispa eléctrica producida por ala tempestad que hubo en la madrugada del referido día, o corriente derivada de algún contacto de la instalación del alumbrado eléctrico, ocasionado por el temporal de lluvia rei-nante a la sazón. Y para que conste expido la presente a petición del Sr. Subagente de la Roya1 Exchange Assurance Corporation, D. Félix Ascanio y Pog-gio, en la Villa de la Orotava a 6 de Marzo de 1920. [Se encuentran en el Archivo Aníbal Hernandez Mora, hoy en poder de su hijo mi buen amigo José Hernández Morán, a quien expreso una vez más mi gratitud por su generosa facilitación.]. DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880.1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 23 Cruz de Tenerife)), de cuya trascendencia cree ocioso ha-blar, porque está en la mente de todos, cuyos autores son el Ingeniero Don Carlos Rossi y los Ayudantes de Obras públicas Don Belisario Guimerá y Don Luis Díaz de Lo-sada, a los cuales acordó felicitar la Comisión Permanente, acordando también traer el asunto al Pleno. Lo primero que debe hacer Su Excelencia, dice el señor Salazar, es acordar que conste en actas el agrade-cimiento de la Corporación a los autores del Proyecto, por su labor primorosa y concienzuda. Desde el primer momento, continúa la presidencia, fue para él objeto de gran preocupación la manera de ejecu-tar el proyecto, respecto de cuyo extremo celebró algunas conferencias con los autores, y asistió a una reunión que tuvo efecto en el despacho de la Alcaldía, por cuyo moti-vo advirtió la existencia de diversas ideas y orientaciones que a su juicio convenía unificar, y a tal efecto encargó al señor Contador de fondos, realizase un estudio del asun-to, teniendo la satisfacción de decir a los señores Conse-jeros, que dicho Funcionario lo realizó concienzudo y com-leto, por lo que la Presidencia se permite rogar que con ya mayor atención se considere tal trabajo. Y sigue el acta redactada por Lara: Di cuenta a continuación, de una carta de los señores Ros-si, Diaz de Losada y Guimerá, que encabeza el expediente de que se trata, y del acuerdo de la Comisión Permanente de veinte y cuatro de Junio úl t i rn~'~y ;h abiendo el Con-tador de fondos dado lectura a su infome, la presidencia l9 Dice el libro de actas de la Comisión Permanente: En la Ciudad de Santa Cruz de tenerife a veinte y cuatro de Junio de mil novecientos veinte, se reunieron en la Casa del Exce-lentísimo Cabildo, siendo la hora de las diez y seis y treinta minutos, los señores Don Domingo Salazar y Cólogan, Don Daniel Fernández del Castillo, Don Leoncio Oramas y Díaz-Llanos y Don Ulises Gui-merá y Tejera, Presidente y Vocales de la Comisión Permanente, con objeto de celebrar la sesión ordinaria correspondiente. ................................................................. Seguidamente se vio una carta de los señores Don Carlos Rossi, Don Luis Díaz de Losada y Don Belisario Guimerá, fecha diez y nueve del corriente, remitiendo un ((Proyecto de Avenida Marítima, enlace del ferrocarril Insular con el Puerto de esta Capital», proyecto Núm 39f1993) 453 24 MARCOS GUIMERÁ PERAZA lo felicita efusivamente en nombre de los señores Conse-jeros y manifiesta que se abre discusión sobre el Asunto. Se hace constar que el Contador propone para la eje-cución de la obra que se celebre un convenio entre el Cabildo, el Ayuntamiento de esta Capital y la Junta de Obras del Puerto, con arreglo a las bases que el informe propone. Intervienen en la discusión del asunto los señores Ora-mas, Valle, Mandillo, Albertos y Rumeu; y suficientemente discutido el asunto, se acuerda por unanimidad: Primero.-Que el Excelentísimo Cabíldo Insular ejecute la obra, en la forma y con el alcance que entrañan las bases propuestas por Contaduría, quedando facultada la Comisión Permanente para introducir en el articulado de dichas bases aquellas modificaciones que no alteren su esencia y tiendan a facilitar su ejecución. Segundo.-Aprobar el particular distinguido con el nú-mero segundo en el citado escrito, y someter por tanto al Excelentísimo Ayuntamiento y a la Junta de Obras del Puerto de esta Capital las referidas bases, para que se dig-nen manifestar las alteraciones que consideren oportuno introducir, así como para que expresen cuanto en defensa de sus intereses crean de usticia; y Tercero.-Que de con ! ormidad con lo propuesto por la Contaduría en el particular cuarto de este escrito, se desde luego al Excelentísimo señor Ministro de la Go cda er-nación el permiso que para la confección del proyecto es necesario. Aparece por vez primera en las actas del Cabildo la cons-trucción de la Avenida Marítima, tan ambiciosa como avanzada, primer paso para la apertura hacia el Sur de la Ciudad, con una clarísima visión de futuro. El nombre de mi tío carnal Be-que ofrecen al Excelentísimo Cabildo Insular, en la certeza de que si lo considera digno de ello, tomará la iniciativa para la realización de las obras. Y la Corporación acordó por unanimidad, acoger con verdadero entusiasmo tal ofrecimiento, significando a los autores del proyecto su mayor agradecimiento y los' más sinceros elogios, por el desinterés con que han procedido y que tanto les enaltece; y que se lleve el asunto a conocimiento del pleno del Excelentísimo Cabildo en la pró-xima reunión ordinaria que celebre para que tenga a bien adoptar la resolución que proceda. 454 ANUARlO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMlNGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 25 lisario Guimerá y del Castillo-Valero -que veinte años más tar-de sería Alcalde-de Santa Cniz- me veda hacer otras elogiosas consideraciones. Van sustituidas con ventaja por el comentario que a tal proyecto dedicó el repetido escritor Leoncio Rodrí-guez, con inserción de un artículo del propio Salazar 20: El recuerdo del inolvidable residente del Cabildo de Te-nerife va unido a una de /' as obras en ue Santa Cruz puso sus mayores entusiasmos y sus anhe1 o s de embelle-cimiento urbano. Nos referimos a la gran fachada de la ciudad y del puerto, la Avenida Marítima, por la que tanto habían suspirado nuestros abuelos, y que se proyectó al principio como vía de enlace con el futuro ferrocarril al norte de la isla. A pocos días de publicarse, el 25 de mayo de 1920, la edición especial de La Prensa, en apoyo de la importante obra, aparecía en sus columnas, suscrito por el señor Sa-lazar, un artículo sumamente alentador, de franca y en-tusiasta adhesión. Decía entre otras cosas: «La necesidad de higienizar embellecer la ciudad, nada de eso me es a mí ni pue ¿' e ser en manera alguna indiferente. iY cómo me habría de serlo! Yo, que siento vibrar de júbilo patriótico mi echo cada vez que cual-uier pedazo del terruño tiner ?eñ o conquista una mejora !e importancia, ¡cómo podría no sentirlo tratándose de un inmenso y positivo beneficio para nuestra capital, la ciudad heroica, donde nuestros abuelos, unidos en el sacrificio, sellaron con su pro ia sangre el triunfo de su amor a la patria; la ciudad hi cf' alga, que recibe con hospitalidad, que es proverbial, a cuantos vienen a establecer en ella su re-sidencia, y a los miles de viajeros que cada año la visitan!)) Y añadía: ((No conozco todavía detalles ni cifras para formar juicio acabado. Eso vendrá a su tiempo. Entre tanto, puedo ade-lantar que ia beiieza y magnitud de la idea y 1a sugestiva manera de iniciarla, han predispuesto completamente mi ánimo en su favor.)) LEONCIOR ODRÍGUEZPe: rfiles, c i t s . , pp. 323-324. Núm 39 (1 993) MARCOS GUIMERÁ PERAZA El desglose del presupuesto provincial En esa misma sesión del 23 de julio se vio un escrito diri-gido al Cabildo por los Diputados a Cortes por La Palma Pedro Poggio y Álvarez, de Los Llanos, y Julián Van-Baumberhen, de Santa Cruz, proponiendo una fórmula para realizar el desglose del presupuesto provincial en la siguiente forma: Primero.-Que se realice el desglose del presupuesto provincial atendiéndose a lo dispuesto en la Ley de reor-ganización administrativa de Canarias de once de Julio de mil novecientos doce, quedando como establecimientos be-néficos de carácter provinciai ia Leprosería de Las Paimas y el Manicomio de Santa Cruz de Tenerife. Segundo.-Que para facilitar la administración de estos establecimientos se constituyan dos secciones una para la Administración de la Leprosería con residencia en Las Pal-mas y otra para el Manicomio en Santa Cruz de Tenerife, en cuyas secciones podrán ingresar mensualmente los Ca-bildos de cada una de las dos Islas, hasta la totalidad del presupuesto de gastos de cada respectivo Establecimiento, descontándose dicha cifra de la del contingente a abonar directamente a la Diputación, a la cual estas secciones ren-dirán mensualmente las oportunas cuentas de ingresos y gastos; y Tercero.-Que para la confección del presupuesto pro-vincial se tengan en cuenta deben eliminarse del mismo o disminuirse partidas en cuya eliminación o disminución están conformes los representantes de todas las Islas, lo que reducina los contingentes a repartir entre los Cabildos. La Corporación tinefeña acordó lo siguiente: Primero.-Prestar su asentimiento al primero de los par-ticulares iranscriios. Segundo.-Prestarlo también al particular segundo, pero con la modificación de que el Manicomio sea administrado directamente por la Diputación, y la Leprosería por el Ca-bildo de Gran Canaria, a cuyo efecto delegará en el dicho Cuerpo la función meramente administradora, reteniendo todas las demás como se le reconoce en la proposición. 456 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 27 Tercero.-Que se haga presente a los señores Diputados por La Palma que el Cabildo considera aceptable cuanto se expone anteriormente con el número segundo, siempre que el depósito de dementes de esta Capital se convierta en Manicomio y se gestione y obtenga del Estado la con-cesión de los créditos necesarios para la construcción del edificio en que se instale, pues el que ocupa dicho depó-sito apenas es capaz para unos sesenta alienados, y en el de Las Palmas se asila igual número; fundando además dicha petición en la imposibilidad de construirlo por cuen-ta de la provincia, y en la justicia de que el Estado atien-da esa necesidad, como se propone atender a la leprosería de Las Palmas. Cuarto.-Que asimismo se les signifique que para que no resulte ilusoria toda solución de concordia. se facilite el funcionamiento de la Diputación, autorizándole para ce-lebrar sesiones de segunda cita, cualquiera que sea el nú-mero de Diputados asistentes, incluso para la formación del presupuesto; y Quinto.-Que deben en efecto eliminarse del presupues-to de gastos de la Diputación aquellas partidas que no se figuren para cubrir atenciones reales, aunque cometiendo a dicho Cuerpo la facultad exclusiva de fijarlos, a reserva de los recursos que consignan las Leyes2'. Este viejo problema, planteado principalmente entre el Ca-bildo de Gran Canaria y la Diputación Provincial, que daría lu-gar a recursos y sentencias, seguía vivo y no pudo ser solu- 21 En la sesión de la Permanente de 12 de agosto de 1920 se leyó oficio del Ayuntamiento de Santa Cruz en el que rogaba que el Cabildo «se inspire en las siguientes condiciones al contestar el escrito de los seño-res Diputados por La Palma referentes al desglose provincial)). Se insertan cuatro particulares; y por la Comisión, «en vista de haberse ya acordado por el Cabildo los términos en que había de contestar dicho escrito de los Diputados por La Palma, se acordó adicionar dicho acuerdo en la for-ma que se propone en los particulares segundo, tercero y cuarto del oficio de que se tratan. En ellos, el Ayuntamiento urgía la aprobación del Re-glamento de los Cabildos; que aprobado se cumpla la sentencia de la Sala 3: del Tribunal Supremo de 7 de mayo de 1920; y que los Diputados por Tenerife presenten proposición de ley sobre que las Diputaciones pro-vinciales puedan celebrar cesiones de segunda convocatoria «sea cualquiera e! nil?mero de Dipiutadni asistentes)). Como es sabido, esto no se conseguiría nunca. 2 8 MARCOS GUIMERÁ PERAZA cionado por la buena voluntad de los Diputados palmeros. Es necesario hacer un poco de historia. Publicada la Ley de Cabildos de 1912, las fricciones entre las nuevas instituciones insulares, singularmente el Cabildo de Gran Canaria, y la Diputación provincial fueron intensas y cons-tantes. Especialmente, en materia de presupuestos, desgloses y traspasos. Mientras la Diputación pretendía conservar cuantas cuestiones consideraba reunían carácter provincial, en el sentido de abarcar más de una Isla, a los Cabildos interesaba su total traspaso a los de la Isla en que estuvieran establecidos. El Re-glamento había significado el triunfo de este segundo criterio (arts. 32 y 34). Desde sii m~stitiiciSn e! 16 de m2rm de 1913, e! CaVi!& de Gran Canaria acordó pedir a la Diputación la entrega de los establecimientos benéficos que, por estar en dicha Isla y se sostenidos con fondos provinciales, le correspondían, proce-diéndose a su desglose y liquidación de cuentas. En la sesión del 17 siguiente, los diputados ((orientales)), en una enmienda firmada por Vicente Díaz Curbelo, Felipe Massieu de la Rocha y Diego Mesa de León, pidieron la entrega al Cabildo de Gran Canaria de los Hospitales de San Martín y San Lázaro; pero los «occidentales» se opusieron, sosteniendo que el Hospital de elefancíacos de San Lázaro -luego Leproseria- de Las Palmas, el Depósito provisional de dementes de Tenerife -nuestro Ma-nicomio- y algunas otras instituciones que no son del caso debían considerarse como centros provinciales; y así se acordó por mayoría de 9 votos contra 7. Así las cosas, una Real Orden de 23 de marzo de 1917 apro-bó el presupuesto de la Diputación provincial para ese año 17, creando al Cabildo de Gran Canaria una difícil situación en su hacienda. Ello motivó que se interpusiera un recurso conten-cioso- administrativo, que sería dirigido en Madrid por Leopoldo Matos Massieu. Es del caso una expresiva carta del presidente del Cabildo, José Mesa, al jefe del Gobierno «nacional» don An-tonio Maura. Dice así: El Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Particular. 6 junio 1918. 458 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 29 Excmo. Sr. D. Antonio Maura y Montaner, Presidente del Consejo de Ministros. Muy respetable y distinguido Señor: Agradecería a V. E., si dispone de un momento, tenga a bien leer el recurso al Ministerio de la Gobernación que acompaño en el adjunto ejemplar de periódico de esta lo-calidad, y el cual recurso fue presentado oportunamente al referido Centro ministerial. Por él verá V. E. que no es culpa de Gran Canaria la situación creada en el orden de las relaciones entre la Di-putación Provincial y los Cabildos Insulares, y sí de la Di-putación, que desde un principio obró en oposición a lo dispuesto en la Ley especial de Canarias de 11 de julio de 1912 y Reglamento para su ejecución de 12 de octubre de! misme uñe, pefidiende a purtir de 1413 recurses de-vados por este Cabildo al Ministerio de la Gobernación y los cuales aún no han sido resueltos. El Cabildo Insular de Gran Canaria lamenta que por la pasividad del Gobierno en resolver se haya llegado a la situación actual, y no pide ninguna concesión graciosa ni nada nuevo, sino que se lleve a la práctica lo que está legislado en los cuerpos legales que quedan citados, y con los cuales se puso término en 1912 al grave problema ad-ministrativo planteado en este Archipiélago. Ruego, pues, a V. E. se sirva interponer su poderosa autoridad para que los recursos pendientes de resuelvan en ley y justicia, que es lo que únicamente exige con de-recho Gran Canaria. Queda a las órdenes de V. E. affmo. amigo, s. s. q. e. S. m. José Mesa y López. [Archivo Maura Legajo ((1918, Asuntos diversos. Canarias. Ca-narias. Cabildo y Diputación. Duplicidades de Arbitrios en Te-nerife~.] El diputado por Gran Canaria Leopoldo Matos interpeló al gobierno Maura el 1: de agosto de 1919 sobre la determinación de los servicios de carácter provincial y de carácter insular en el Archipiélago canario. Y en 5 de mayo de 1920 se dictó por el Tribunal Supremo la sentencia que resolvía el recurso pre-sentado contra la Real Orden de 1917 aprobatoria del presu- Núm 39 (1 993) 459 puesto provincial, por la que se revoca dicha R. O., ya que se consignan partidas de servicios que no corresponden a la Diputación Provincial sino a los Cabildos Insulares; y se manda a la Administración que resuelva el recurso gubernativo inter-puesto por el Cabildo Insular de Gran Canaria (Sentencia núm. 46 de la Sala de lo Contencioso Administrativo, publicada el 5 de agosto de 1920). Entonces, pocos días después, los diputados por Los Llanos de Aridane Pedro Poggio Álvarez, y Santa Cruz de La Palma, Julián Van-Baumberghen desde Madrid -habían sido elegidos bajo el gobierno Maura el 1: de junio de 1919-, se dirigieron a los Cabildos -entre ellos el de La Palma- y Ayuntamientos de Canarias: para que: como fórmula de armonía. se acordase continuaran a cargo de la Diputación provincial el Hospital de San Lázaro en Gran Canaria -Leprosería- y el Manicomio de Santa Cruz de Tenerife. La prensa de Las Palmas y La Palma protestaron encendidamente. Veamos lo que refiere Carlos Na-varro: El ilustre patricio don Feli e Massieu y Falcón, separado ya por su avanzada edad d' e las luchas políticas, no pudo ser indiferente a las conveniencias de su patria y (...) es-cribió un folleto (...) que el Cabildo de Gran Canaria acor-dó publicar y repartir en el Archipiélago, en el que se de-mostraba no se debía acceder a lo solicitado por los gran-des perjuicios que había de causar a los Cabildos, ya que contra ellos iba todo lo que significara facultades y vida para la Diputación. Debíamos' siempre todos trabajar por-que la vida insular sea lo más autónoma posible, y porque la Diputación provincial desaparezca por no producir sino constantes perturbaciones (...). Todas sus funciones deben ser desempeñadas en cada Isla por su Cabildo respectivo ... [Carlos Navarro, Sucesos ..., cit., pp. 365-366.1 Con general aplauso -termina don Carlos- denego io pe-dido el Cabildo Insular de La Palma. El folleto de Felipe Massieu se titula El presupuesto provin-cial de Canarias y la fórmula de concordia propuesta por los Sres. Diputados por la Palma para fijar los términos del mismo. Está fechado en Las Palmas de Gran Canaria en agosto de 460 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 3 1 1920. [Las Palmas, Tip. del Hospicio de N: S: de los Ángeles, 1 920.1 Cbmo va dicho, está enderezado a la defensa a ultranza de los Cabildos Insulares, frente a la odiada Diputación, fuente de todo mal. Don Felipe, pese a sus años -o quizá precisamente por ellos- arremete con dureza contra los diputados propo-nentes. ((Impremeditada proposición», ((manifiesta carencia de ra-zón », ((desconocimiento absoluto de la materia)), ((artificiosas in-terpretaciones)), ((afirmaciones gratuitas e ilusorias», ((equivoca-dísimos conceptos)), son algunas de las frases cariñosas que el viejo abogado dedica a ((estos señores amigables componedores)), ((nuevos adalides de las islas menores)), que se erigen «en jueces Arhitrncir U V I C I V U r r , q'ur ({se hm creido cm derechn a proponer esa fór-mula de concordia)), que es ((completamente ilegal, científica-mente insostenible, lógicamente absurda)), «a todas luces incon-veniente)). Ha recogido hasta aquí Massieu, La fórmula; para seguir con la Naturaleza de la contienda; pasar luego a los An-tecedentes para el planteamiento de la proposición; la Ley de 11 de julio de 1912 y su alcance (donde recuerda a los palme-ros los sucesos del Viernes Santo de 1893, ((escenas de tal ma-nera llenas de borrón y oprobio, que hay que dejar caer la capa sobre ellas sin volver atrás la cara por no verlas))); el Re-curso a que se acogen los autores de la proposición, «en uso del derecho que, a su vez, entienden asistirles, y del que, por nuestra parte, hemos considerado que carecen)); para luego ana-lizar la citada Sentencia de la Sala de lo Contencioso del Su-premo Tribunal de Justicia, que entiende es mucho más que una mera reposición de trámite. A seguido entra en el estudio de El desglose del presupuesto provincial, con cifras que reduce al mínimo el presupuesto de la Diputación; por lo que pregunta a los Cabildos «si no ha de convenirles mucho más (...) pagar las dietas que sus desgraciados leprosos y dementes puedan de-vengar, que las respectivas cuotas del repartimiento que por la Diputación provincial se les viene reclamando)). Sigue con el Mejoramiento de servicios y su intervención, donde vuelve a atacar a la Diputación, «esa Corporación de tan funestos re-cuerdos)). para continuar en sus ataques y concluir el trabajo con el epígrafe Antaño y hogaño con elogios a la labor asis- Núm 39 (1 993) 46 1 32 MARCOS GUIMERÁ PERAZA tencial del Cabildo desde la fecha de su constitución en 1913 hasta el corriente años de 1920-21. Este es el resumen del vibrante alegato del buen abogado que sin duda fue Felipe Massieu y Falcón, a sus más de ochen-ta años de edad. El Puerto de Santa Cruz de Tenerife Si «el Puerto es lo primero)), como con razón ha quedado acuñado para la Isla, en la década de los 20 lo era con mucho mayor motivo. De ahí que no extrañe que una de las princi-pales preocupaciones del nuevo Presidente fuera acometer su ampliación y reforma. Así, en la sesión del 22 de octubre de 1920, el secretario Lara dio lectura una moción de la Presidencia, de fecha 15, en la que propone: Primero.-Que siendo, como notoriamente es, la termi-nación del puerto de esta Capital la aspiración esencial y preferente de la Isla, el Cabildo Insular tiene no solamente el derecho sino también el deber de velar porque ese an-helo se realice del modo más rápido y eficaz. Segundo.-Que en su consecuencias, y respetando na-turalmente la iniciativa de las Entidades y funcionarios a quienes la Ley atribuye directamente la gestión de los in-tereses del puerto, el Excelentísimo Cabildo declara que, a su juicio, es ineludible e inaplazable la formación de un Proyecto completo del conjunto de obras que en su día haya de constituir el Puerto de Santa Cruz de Tenerife, o la redacción total de los proyectos parciales para ello precisos. Tercero.-Que del propio modo considera el Cabildo, in-dispensable, el estudio de los recursos económicos nece-sarios para la ejecucitn del proyecto y la de los trabajos preparatorios para obtenerlos, bien aumentan-do la cuantía de los arbitrios afectos a tales obras, bien concertando un empréstito, ya con la garantía de tales ar-bitrios, ya con la del Estado, mediante el oportuno pro-yecto de Ley; y Cuarto.-Que estos acuerdos se comuniquen a los re- 462 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 33 presentantes de este Excelentísimo Cuerpo en la Junta de Obras del Puerto de esta Capital, por si tienen a bien aceptarlos como norma de su gestión. Seguidamente, don Domingo apoya su moción, y comienza por encarecer la importancia que para la Isla entera entraña la terminación del Puerto de esta Capital, sosteniendo la necesidad de que exista un proyecto com-pleto, ya que el valioso programa de que es autor el In-geniero señor Matos [Pedro Matos y Massieu], entraña tan sólo una orientación. Considera el señor Salazar que es imprescindible revisar t.o dos los planes y todas las ideas, y adoptar uno definiti- ,- VU, sca el qüc sea, qüe respunda a !&S necesidades del irá-fico y tenga condiciones de viabilidad. Dice que no trata de menoscabar las atribuciones del organismo gestor de las obras del Puerto, pero proclama que, precisamente por tratarse de asuntos de tan vital in-terés para el país, es erróneo creer que nadie pueda tener iniciativas ni enjuiciar la cuestión. Alude al estado de opinión que se ha formado acerca de la marcha de las obras del puerto, y manifiesta que desconocerlo sería un funesto error, y que no debe me-nospreciarse, porque responde a una realidad. Por ello, dice, se permite invitar a la Junta encargada de la gestión de dichas obras, para que explique al país su actuación, y la índole y alcance de sus planes, respondiendo de ese modo.al unánime interés con que es acogido cuanto con el asunto se relaciona y que jojalá! nunca desaparezca. Ter-mina pidiendo a Su Excelencia, se sirva aprobar su pro-posición. El Consejero Díaz-Llanos impugna la moción, pues como Vo-cal representante del Cabildo en la Junta de Obras del Puerto, entiende que envuelve censuras a dicho Organismo y especial-mente a los '"?"ea~es que eri repi=eseriiaci&, & esta corporacitn forman parte de él. Para contestarle, Salazar abandona la pre-sidencia -que ocupa Toribio Valle-. Entiende «que su propues-ta no entraña censuras para nadie, y mucho menos para los señores Consejeros que en la Junta llevan la representación del Excmo. Cabiido)). Insiste don Vicente en sus asertos; y ahora Núm 39 (1 993) 463 interviene Leoncio Oramas, que ((estima censurable la actuación de la Junta, a la que acusa de negligente y poco acertada en su gestión, como lo prueba el que en mil novecientos veinte todavía no existe un proyecto completo del Puerto de esta Ca-pital)); y una «total inexistencia de servicios complementarios, de carga y decarga, lanchage, etc., cuyo uso y aprovechamiento radica en personas y empresas particulares)), así como el «de-ficientísimo régimen establecido para los trasbordosn. Díaz Llanos insiste en su defensa de la Junta y se da lec-tura a un escrito en tal sentido. Morales Clavijo se adhiere a la moción de Salazar y a lo dicho por don Leoncio; mientras que Mandillo Tejera {(defiende la gestión de la Junta y explica Inc trahnjic realizador para lograr el aumento de subvención, --u ----- cuya obtención atribuye al Ingeniero don Pedro Mato~)). Cáceres Sánchez presenta una proposición incidental, en ín-tima relación con la moción de la Presidencia; y ambas se vo-tan con el siguiente resultado: Primero.-Se aprueba el particular primero de la mo-ción de la Presidencia. Segundo.-Asimismo se aprueba el segundo, adicionán-dole el primero de la propuesta del señor Cáceres, que dice así: «Esta Corporación considera como obra preferente la prolongación del dique Sur y estima que debe empren-derse su construcción inmediata hasta la cantidad ya apro-bada de doscientos catorce metros, para dar a nuestro P uerto el necesario abrigo, que constituye su seguridad y acilita la inmediata construcción de varaderos, muelles de ribera, etc., etc.)) Tercero.-También se aprueba el particular segundo de la proposición del señor Cáceres, cuyo tenor literal es como sigue: «Que con toda urgencia se deben elevar las tarifas de . la junta de Obras hasta igualarkis coii !as de! p a t a de La Luz.)) El señor Cáceres manifiesta que retira el particular ter-cero, por estar incluido en la moción de la Presidencia. Cuarto.-Del propio modo se aprueba el tercer extremo de dicha moción, pero adicionándole la enmienda que de palabra, y modificando su proposición, formuia ei señor 464 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y cÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 35 Cáceres, en el sentido de que se añadan a aquel extremo las siguientes palabras: ((Para este mismo fin debiera someterse a la Junta la consideración de si sería conveniente gestionar del Estado la subvención anual permanente de un millón de pesetas, o que diera su aval por dicha suma, para la contratación de un empréstito durante el tiempo de amortización de éste.» Queda retirado por su autor el particular quinto de la proposición del señor Cáceres. Quinto.-Aprobar el particular sexto de la misma pro-posición, que queda redactado en estos términos: «Que teniendo en cuenta que esta es una población esencialmente mercantil, se gestione del Excelentísimo Ayuntamiento la sustitución del impuesto de consumos y de ios arbitrios extraordinarios, no por ia cuantía del gra-vamen, sino en razón de las trabas que el sistema de re-caudación de ambos impone al mayor desarrollo en las transacciones comerciales.»' Sexto.-Aprobar el particular séptimo de la proposición referida, que dice así: «Que se interese igualmente del Consejo de Adminis-tración de la Compañía de Depósitos Comerciales, que so-licite del Gobierno la modificación de las tarifas actuales, en el sentido de cobrar el almacenaje por bulto en vez de hacerlo sobre el valor de la mercancía, y en cuantía igual a lo tarifado por los Depósitos Comerciales de Gran Canaria.» Séptimo.-Aprobar el particular octavo que a continua-ción se transcribe: . «Que se interese del Círculo Mercantil ponga en prác-tica medidas que eviten las continuas faltas en las mer-cancías y aminoren los gastos de guardianes, encerados, etcétera, etcétera, a fin de evitar er uicios al comercio del interior de esta Isla y que los a e / as restantes prefie-ran otros puertos para el trasbordo de sus mercancías.)) Octavo.-Aprobar el particular noveno, que transcrito li-teralmente dice: «Que siendo una de ias mayores necesidades de este Puerto la existencia de un varadero en armonía con su importancia futura, se hagan inmediatamente gestiones cer-ca de las casas aquí establecidas, para la ampliación de los existentes o construcción de otros, ofreciendo esta Cor-poración coadyuvar por cuantos medios estén a su alcance a la realización de esta obra»; y Noveno.-Aprobar el extremo cuarto de la moción de la Presidencia antes transcrito 22. En punto a la Avenida Marítima, el Presidente dio cuenta del estado de la tramitación del expediente y estar a la espera de ciertos datos pedidos a la Alcaldía de Alicante, «cuyo Ayto. ha construido o tiene en ejecución un paseo marítimo de índole semejante a la Avenida)). En la sesión del 27 de enero de 1921, Leoncio Oramas ma-tiza el acta de la anterior en el sentido de que él censura a la Junta del Puerto no por lo que ha hecho, sino por lo que no ha hecho, por lo que ((había dejado de hacer)); es decir, das omisiones que estima fundamentales para las obras y servicios del Puerto)). Gonzalo Cáceres habla de dos enormes perjuicios que a esta Provincia y especialmente a Tenerife ocasiona el nuevo itine-rario de los vapores correos de la Compañía Trasmediterránea, y el considerable aumento en los fletes de carga y pasaje)); se dio lectura a su proposición y se acordó de urgencia. Debatida, y visto que, amén de otras gestiones, pide que «se telegrafíe al Gobierno y a la Compañía Trasmediterránea, protestando enérgicamente de itinerarios y tarifas altamente lesivas para los intereses morales y materiales de la Nación», se acordó ((diri-girse a los representantes en Cortes por esta Isla para que en nombre de ella, se sirvan formular la protesta de que se tratan. Por muerte del Consejero Cañadas, se eligió para ocupar su puesto en la Comisión Permanente a Daniel Fernández del Castillo. En ia sesion dei 24 de enero -presidida por ei primer Vi-l1 En unas declaraciones hechas por Salazar a Leoncio Rodríguez «al-gún tiempo después de haber comenzado a ejercer sus funciones)) queda de relieve que «su mayor ideal», «el problema capital», «el problema má-ximo », «la clave de todos nuestros problemas» era el Puerto de Santa Cruz [Perfiles, cit., pp. 321-3221. 466 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~ LOGAN(1 880.1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 37 cepresidente Toribio Valle- se dio lectura a un oficio de la Alcaldía de la ciudad comunicando acuerdo del Ayuntamiento relativo a las bases para la ejecución de las obras de la Ave-nida Marítima y otros documentos complementarios, como el ((escrito de Contaduría acompañando el Proyecto definitivo de Bases generales para la construcción de la citada Avenida Ma-rítima enlace del Ferrocarril insular con el Puerto de Santa Cruz de Tenerife)). El referido Proyecto de Bases, de 14 de ese mes de enero, se transcribe en el acta. La Mancomunidad voluntaria y los puertos francos En esta misma sesión se vio un expediente de 1918 para que el Cabildo acordase con el Estado ((celebrar un Concierto económico para la recaudación de la renta de puertos francos y otros extremos)), con lectura de las sesiones celebradas en Las Palmas los días 23, 24, 25, 27, 29 y 30 de noviembre de 1920 por las Comisiones designadas -por los Cabildos de Tene-rife y Gran Canaria, para tratar de este asunto; «y en cuyo documento figuran las bases convenidas por ambas Represen-taciones, y que a continuación se transcriben)). Figuran, asimis-mo, en el actaz3. En efecto, en Tenerife nació la idea de constituir la Mancomunidad de Cabildos uara obtener del Gobierno un concierto de los arbitrios de puertos francos, dejando a estudio de una Comisión de aquellos el canon, las garantías que el Gobierno exigina y la distribución de canon y pro-ducto entre las Islas. La idea fue aceptada y se propuso celebrar en Las Palmas una conferencia para acordar un proyecto de bases, que sena apro-bado por los Cabildos. El 22 de noviembre de 1920 llegó a Las Palmas la Comisión de Tenerife compuesta por Domingo Salazar [Cólogan], presidente del Cabildo; los consejeros Mario Arozena [Arozena] y Domingo Cabrera [Cruz]; el secretario Antonio de Lara [y Zárate] y el contador Emilio López [González]. Se reunieron con una Comisión del Cabildo de Gran Canaria, ((dentro de la mayor armonía y con el mayor interés)) y saludaron telegráficamente a los demás Cabildos, prometiendo remitirles, para su es-tudio y aprobación, el proyecto de bases, que quedó terminado el 30 de ese mismo mes. «La comisión de Tenerife marchó altamente satisfecha por las atenciones y obsequios de que había sido objeto y todo parecía que el nuevo régimen administrativo avanzaba por el sendero de las Manco- Núm 39 (1 993) 467 Mandillo Tejera pide que los integrantes de la Comisión ti-nerfeña informen a la Corporación. Y toma la palabra Domingo Cabrera Cruz, quien «se lamenta de la ausencia del señor Sa-lazar y Cólogan, que presidió la Comisión de Tenerife; dice que munidades voluntarias, constituidas cuando lo demandasen los intereses comunes de los Cabildos.)) En la sesión de la Comisión Permanente de 9 de diciembre de 1920 el Presidente Salazar dio cuenta del resultado de las gestiones con el Cabildo de Gran Canaria y se leyó el acta ((comprensiva de las bases aprobadas por ambas Comisiones)). Se acordó dar cuenta de ellas al Cabildo pleno ((informándole que a juicio de este Cuerpo procede prestarle su superior aprobación; y significar al Excmo. Cabildo de Gran Canaria el agradeci-miento de este Cuerpo por los agasajos y atenciones de que, durante su estunciu en Las PU!EUS, fzernil &jet<) !^S represe~tmtes de! C&i!d~ de Tenerifen. Los gastos del viaje ascendieron a 1.899,50 pesetas. El expediente núm. 24 de 1918 a que se alude en el texto -que se vio ahora en la sesión del 24 de enero de 1921- se inició con una pro-posición de los entonces Consejeros Mario Arozena, Manuel Cañadas, Co-riolano Marti, Carlos Pimienta, Manuel Bethencourt del Río, Julián Rodrí-guez Pastrana y Luis Rodnguez Figueroa, fecha 1.0 de enero de 1918, vista en la sesión del día 15 siguiente, en la cual se pedía invitar a los demás Cabildos para constituir una Comunidad para el arriendo de los arbitrios de puertos francos; y constituir una Asamblea Capitular de todos elios para discutir y aprobar sus Bases. Para tal fin se nombró una Comisión especial constituida por Arozena, Cañadas, Francisco La-Roche, Juan Vicente Man-diilo y Arturo Sansón. En la siguiente sesión, 7 de febrero -presidida por Salazar en su con-dición de Vicepresidente primero- se vio el informe de esa Comisión es-pecial que sometió a la Corporación el proyecto de Bases; y despuEs «de un animado debate» -en el que intervino Salazar- se acordó aprobarlas, remitirlas a los demás Cabildos y organizar la Asamblea prevista en la proposición inicial imprimiendo las Bases y circulándolas a los Consejeros, Ayuntamientos y demás entidades oficiales de la Provincia. En la sesión del 16 de abril siguiente -presidida también por Salazar-se vio la respuesta del Cabildo de Gran Canaria -presidente, Mesa y Ló-pez- en la que manifiesta estar de acuerdo en que se redacten las Bases, «siempre que sean ios conciertos uno para ei grupo orienta! y otro para el occidental)); y que para las contribuciones directas «no hay razón alguna que aconseje la mancomunidad entre los Cabildos Insulares, siendo asunto a resolver y tratar por cada Corporación)). Y ahora, en enero de 1921, resucitaba el proyecto, con las incidencias que veremos en el texto. Tales bases fueron -Cioranescu dixit [p. 651- la «llave de la futura prosperidad de las Haciendas insulares)). 468 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 39 esta Comisión recibió del Cabildo un encargo concreto y una norma previamente trazada, y que su misión consistió en no apartarse de aquella norma, al menos en sus puntos sustan-ciales, lo que la Comisión cree haber conseguido. Relata el señor Cabrera Cruz las diversas incidencias surgi-das en el curso de las deliberaciones, aludiendo muy especial-mente a la fijación del canon a repartir a cada Cabildo, y a la representación que éstos debían tener de la Mancomunidad, puntos respecto de los cuales pudo llegarse a un acuerdo des-pués de muchas discusiones por sostenerse diversos criterios. Se refiere también a la propuesta de convocar una Asam-blea de todos los Cabildos para discutir las Bases, y después munifestur 13 cezi.ión está di~rn -i-i-~-c-t í2l c g n t ~ ~ t caura n-tas observaciones se le hagan, termina ensalzando el espíritu de cordialidad que presidió en las deliberaciones y la cortesía con que en la Ciudad de Las Palmas fueron tratados los Co-misionados de Tenerifen. Leoncio Oramas se opone al proyecto: ((Entiende que la Man-comunidad no producirá la paz del Archipiélago, y que si se obtuviere, sería perjudicial para Tenerife, alegando en demos-tración de su aserto que todo el articulado se basa en la exis-tencia de dos grupos, estableciéndose la celebración alternativa de sesiones en Tenerife y Las Palmas, lo cual constituye, a jui-cio del señor Oramas, la aceptación de un criterio divisionista. Por ello entiende el señor Oramas que si la Mancomunidad tie-ne domicilio fijo, debe radicar en Tenerife; y si no lo tiene, celebrar sus sesiones alternativamente en todas las Islas del Ar-chipiélago en que puedan efectuarse, teniendo en cuenta la co-modidad de .los Consejeros. Termina significando su disgusto, porque para tratar de un asunto de tanta trascendencia como el que se discute, no se haya reunido más que un corto nú- ' mero de señores Consejeros.)) Juan Augusto Rumeu propone un voto de gracias para los Comisionados; y así se acuerda. Mario Arozena da las gracias y contesta a Oramas «que el proyecto en vez de representar un perjuicio para la paz del Archipiélago., significa el comienzo de una era de prosperidad y de desarroollo amplio de las fuerzas vitales de la región. In- Núm. 39 (1993) 469 40 MARCOS CUIMERÁ PERAZA voca el ejemplo del pasado, lleno de luchas y de discordias de las que ningún beneficio ha obtenido Tenerife; niega que en las Bases se reconozca la existencia de grupos, pues si bien la distribución del canon se hace constar de modo que puede apa-rentarlo, en realidad la forma adoptada responde a la manera como se desenvuelven las transacciones comerciales entre las Islas, por una parte, y por otra, a la necesidad de distribuir entre las dos principales del Achipiélago las responsabilidades emanadas del incumplimiento del concierto económico por parte de las Islas menores. Se extiende en consideraciones para jus-tificar por qué se ha señalado la celebración de las sesiones del Consejo Capitular alternativamente en Las Palmas y Tene-rife; pues no era posible, como pretende el señor Oramas, hacer que dicha entidad recorriera todas las Islas para la celebración de sus sesiones; y termina invitando a la Corporación a que apruebe el Proyecto, que, en su concepto, significa la aurora de un estado de paz y de concordia, dentro del cual cada Isla del Archipiélago podrá desenvolver sus iniciativas y fomentar su riqueza)). A ello se adhiere Domingo Cabrera. Pese a varias enmiendas presentadas por don Leoncio, acor-des con su deseo de respetar la capitalidad para Tenerife y evi-tar el reconocimiento de grupos de islas, todas son derrotadas y se aprueban «las bases en su totalidad)). Apostillo aquí que tenía razón Leoncio Oramas; y que sus contradictores confundían sus buenos deseos con la realidad. Así se ha seguido viendo año tras año. Pero sigamos con el acta. El Cabildo acuerda ((facultar a la Presidencia, para que con-venga con la del Excelentísimo Cabildo de Gran Canaria la fe-cha en que ha de celebrarse la Asamblea de representantes de todos los Cabildos Insulares, para deliberar acerca de las men-cionadas Bases; acordando asimismo designar a los señores Con-sejeros don Domingo Salazar y Cólogan, don Domingo Cabrera Cruz, don Mario Arozena y Arozena y al Secretario de la Cor-poración don Antonio Lara y Zárate, para que en nombre y representación de Su Excelencia asistan a la mencionada Asam-blea)). Y visto un telegrama «de la Presidencia del Cabildo Insular 470 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 41 de La Palma, manifestando que aquella Comisión Permanente estima que los Consejeros designados para tratar en la Asam-blea antes citada del Concierto de puertos francos deben que-dar facultados para deliberar acerca del desglose del Presupues-to Provincial; y teniendo en cuenta que no es conveniente en-globar asuntos de tan distinta naturaleza, y cuya simultánea discusión pudiera dificultar la resolución favorable del que más interesa a la provincia, se acordó reducir los poderes de la Co-misión antes designada a la facultad necesaria para deliberar sobre el punto concreto del proyectado concierto económico para la recaudación de la renta de puertos francos». Como veremos, el famoso desglose seguía ocupando las men- +-m --l:+:--" Lsa pviiuLaa de Urar: Canaria, e:: su err,l;efie de dejx tr?tdmen-te obsoleta a la «odiada» Diputación Provincial. Fricciones con la Junta de Obras del Puerto En esta misma sesión del 24 de enero se vio un oficio de la Presidencia de la Junta de Obras del Puerto de esta capital «comunicando los acuerdos adoptados por dicho Organismo con motivo de los de este Excelentísimo Cabildo, relativos a la mar-cha del referido Cuerpo», al que acompaña «escrito reseñando la labor de la Junta desde su instalación hasta la fecha*. Se leyó el informe de la Comisión Permanente [de 30 de diciembre de 19201 sobre contestación a ello. Dice así: El Excelentísimo Cabildo Insular, ha tomado en conside-ración el atento oficio de Usía en que se sirve comunicar los acuerdos adoptados por la Junta de su digna presi-dencia, con ocasión de los que tomó este Cuerpo Insular, relativos a la marcha del puerto de esta Capital, habién-dose instruido asimismo del escrito que a dicho oficio se acompaña, reseñando la labor de la reiterada Junta desde su instalación hasta la fecha. No desea el Cabildo reducir un asunto de tanta tras-cendencia como el que nos ocupa a los estrechos límites de una discusión entre ambas Corporaciones, por lo que, emitirnde cmntn p l ' i e r ~p arecer revelador de un p r o ~ ó - sito de controversia, y recogiendo sólo cuanto significa Núm 39 (1993) 47 1 42 MARCOS GUIMERÁ PERAZA coincidencia de aspiraciones y de miras, coincidencia que al Cabildo le es grato haber proporcionado la oportunidad de que se rríanifieste, se limita a consignar sucintamente lo siguiente: Primero.-Que agradece viva y sinceramente el acuerdo de la Junta relativo a explicar su gestión mediante la re-seña antes aludida, celebrando que la opinión pública pue-da .tener en cuenta los numerosos elementos de juicio que en aquella reseña se contienen, apreciándolos en su justa y valiosa estimación. Segundo.-Que en cuanto a conceder un subvención para las obras del Puerto, el Cabildo lamenta no poder acoger tal propuesta con el agrado que desearía hacerlo, porque aparte de sus atenciones ordinarias de grandísima cmriderwión, tierie U SIL c u r g ~i x p ~ r tmt e sp reyectes, u!- gunos en trámite de ejecución, como el teléfono insular y otros, cuyo estudio está ultimado, como la Avenida Ma-rítima, los cuales han de absorber por completo su capa-cidad económica; y Tercero.-Que el Cabildo desea reiterar que al adoptar los acuerdos que han motivado esta incidencia, y cualquie-ra que sea el juicio que tales acuerdos puedan merecer, no ha estado en su ánimo invadir ajenas atribuciones, ni dirigir a la Junta el menor reproche; y que está decidido no sólo a apoyar las gestiones para lograr el aumento de subvención, a que se refiere el particular quinto del oficio de Usía, sino a colaborar, en la medida y en la forma que en cada caso se requiera y esté dentro de sus posibilida-des, a la pronta terminación de las obras de nuestro Puerto. Se acordó contestar en esos mismos términos. El 8 de marzo de ese año de 1921 -trágico en tantos as-pectos- cae asesinado el jefe del Gobierno, don Eduardo Dato, líder del partido conservador idóneo al que pertenecían los di-putados por Tenerife Tomás Salazar y Cólogan y Andrés de Arroyo y González de Chaves; el diputado por Gran Canaria Leopoldo Matos; el diputado por Los Llanos, Pedro Poggio; el de la Gomera Martin Rodríguez y Díaz-Llanos; y el Senador José Miguel Sotomayor. El día 12 forma Gobierno Allendesala- 472 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y cÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 43 zar, que lleva en Guerra al Vizconde de Eza y en Gobernación al Conde de Bugallal. El día 15 de ese mismo mes se reunió en el Cabildo de Gran Canaria otra Asamblea para acordar las bases definitivas a que se sometena la Mancomunidad para contratar con el Es-tado el arrendamiento del arbitrio de puertos francos. Se cons-tituyó, nombrando presidente al Marqués de Acialcázar, presi-dente del Cabildo de Gran Canaria; vicepresidentes, Domingo Salazar y Cólogan, presidente del de Tenerife, y Manuel Van de Walle; secretarios, Prudencio Morales y Antonio Lara. Se aprobaron las bases estudiadas, que se remitieron a los Cabildos para su conocimiento y para que designaran la persona que al citársele concurriera a Tenenfe para constituir el Consejo Capitular 24. Los representantes eran: por Gran Canaria, el Marqués de Acialcázar; los consejeros Felipe de la Nuez, José Miranda Gue-rra, José Sintes, Antonio Cuyás; el secretario Prudencio Morales y el contador Eliseo Felipe Prieto. Por Tenerife, Domingo Sa-lazar, Mario Arozena y Domingo Cabrera, consejeros; el secre-tario, Antonio Lara; y el contador, Emilio López. Por La Palma, Manuel Van de Walle. Por Lanzarote, José Díaz. Por La Go-mera, Manuel Arteaga. Por Fuerteventura, Secundino Alonso. Por El Hierro, Graciliano Ayala y Rafael Zamora. Sin embargo de esta avenencia, la Diputación provincial formó el presupuesto para 1921 en la misma forma que el anterior, prescindiendo de la sentencia citada del Tribunal Su-prem6 de 5 de marzo de 1920. El Gobernador civil, Ernesto García de Velasco, ordenó al Delegado del Gobierno no apro-base los presupuestos del Cabildo sin consignar la cantidad asig-nada en el presupuesto provincial. El señor Gavilanes lo tras-iado ai Cabildo; y éste, en sesión del 2i de marzo de i92i, pro- Núm. 39 (1 993) 473 44 MARCOS GUIMERA PERAZA testó y amenazó al Delegado con pedir su cese. Éste los aprobó al fin Una carta de Antonio Lara de 23 de marzo a su amigo Aní-bal Hernández Mora toca estos dos puntos que venimos con-templando: el proyecto de Mancomunidad para los puertos fran-cos y la Avenida Marítima. Dice: Antonio Lara y Zárate. Abogado. Villalba Hervás, 25. Santa Cruz de Tenerife, 23 de marzo de 192 1. Sr. Dn. Aníbal Hernández Mora. Mi querido amigo: A su tiempo te fue prorrogada la licencia, según lo interesaste, y ahora se hará lo mismo, pues no creo que haya ninguna dificultad. Todavía no se ha ensado en nada de comisión a Ma-drid para el asunto Be puertos francos, pues hace pocos días -el 19- hemos llegado de Las Palmas, después de dejar definitivamente ultimado el convenio con los repre-sentantes de todas las Islas. Ahora se procederá a consti-tuir la Mancomunidad, y una vez que esté ello hecho será quizás cuando traten de la Comisión. Para entonces, tendré en cuenta tus deseos. 25 En la sesión de la Comisión Permanente del Cabildo de Tenerife de 28 de marzo de 1921 se dio cuenta de un escrito del Consejero Vicente Díaz-Llanos y Fernández en el que interesaba se adoptasen los siguientes acuerdos: #Primero.-Protestar enérgicamente de la actitud de rebeldia a las Leyes y Autoridades en que ha colocado el Cabildo Insular de Gran Canana; e igualmente de las amenazas y coacciones de que pretende hacer objeto a los demás Cabildos Insulares; así como también los términos en que ha procedido respecto a este asunto la prensa de Las Palmas.» «Segundo.-Que una Comisión del seno de esta Corporación visite al Excmo. Sor. Gobernador civil, para hacerle presente el anterior acuerdo y la complacencia con que el Cabildo representante de Tenerife ha visto su digna actitud y energía para exigir el estricto cumplimiento de las Leyes.)) «Tercero.-Telegrafiar estos acuerdos a los Excmos. Sres. Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Gobernación, y también a los re-presentantes en Cortes por Tenerife, requiriendo a estos últimos para que apoyen y robustezcan la autoridad del Gobernador Civil, que pretende me-noscabar el Cabildo de Gran Canaria, con grave riesgo de la tranquilidad provincial.)) Y dice el acta: «Por unanimidad se acordó como en dicho escrito se propone.)) 474 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y cÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 45 Ahora el asunto más importante que tiene el Cabildo es el de la Avenida Marítima, cuyo expediente saldrá para Madrid, ya ultimado, dentro de muy pocos días. Si te pa-rece cuando llegues a Madrid entérate de este asunto con los diputados y empujalos para que no lo dejen dormir. Te abraza tu buen amigo A. Lara Z á r ~ t e ~ ~ . A todas estas, los partidarios de la unidad provincial se mo-vían en Tenerife, ayudados por el Gobernador civil Ernesto Gar-cía de Velasco (lo fue desde el 11 de noviembre de 1920 hasta e! de sep:iembre de 1921). Se c=fistiiuyá !u niputzciSn ,P~Q-vincial y se aprobó su presupuesto, con la mayoría de Diputa-dos, prescindiendo de la sentencia dictada por el Tribunal Su-premo el 5 de mayo de 1920, ya estudiada. Y vuelve entonces al tapete la aspiración de Gran Canaria a la división de la pro-vincia. En el Congreso, el diputado Rafael Guerra del Río in-terpela al ministro de la Gobernación, conde de Bugallal. In-tervienen en el debate los diputados por Tenerife Arroyo y Be-nítez de Lugo y el de Gran Canaria Matos, en las sesiones de los días 13 y 14 de abril de 1921Z7G. uerra sostenía -con la idea de Canalejas- de que sólo hay Islas, y por tanto Cabildos; mientras que Arroyo entendía que hay Región y por ello tiene que haber Diputación. Para Guerra, la representación de la re-gión debe recaer en la Mancomunidad de Cabildos. Por fin, se obtuvo la Real Orden de 28 de julio de 1921, por la que se declaró que la Diputación Provincial no podía aprobar el re-parto de contingentes sino con los dos tercios de los diputados, anulándose los aprobados sin tal quórum. Volvamos ahora a las actas del Cabildo Insular de Tenerife. En ia sesion ciei 16 de abril, que preside Saiazar, se ven importantes asuntos, además del de la Mancomunidad tan ci- 26 Carta de Antonio Lara y Zárate a Aníbal Hernández Mora de 23 de marzo de 1921. Manuscrita e inédita [Archivo Hernández Mora A.H. M.]. 27 Dia~io de sesiones; m i é r c o l e s , 13 de abril, número 37' pp. 1269 y SS.; y jueves 14 de abril de 1921, número 38, pp. 1325 y SS. 46 MARCOS GUIMERÁ PERAZA tada. Veremos también otras informaciones paralelas sobre estos temas, procedentes de los diputados. El Reglamento de los Cabildos al Consejo de Estado Dice el acta en este punto: Se dio lectura a un telegrama suscrito por los Repre-sentantes en Cortes don Benito Pérez Armas, don Tomás Salazar, don Félix Benítez de Lugo, don Pedro Poggio, don Martín Rodríguez y Díaz-Llanos, don Antonio Izquierdo Vé-lez, don José Miguel Sotomayor, don Julián Vanbaumber-geen y don Andrés Arroyo comunicando haberse firmado Real Orden, remitiendo al Consejo de Estado el Reglamen-to de los Cabildos, para que dicho Cuerpo consultivo in-forme respecto a las contradicciones existentes con la Ley de mil novecientos doce. Consideran dichos Representantes esa medida como un gran triunfo que inútilmente habíase perseguido durante nueve años. Estiman que está expedito el camino de la Justicia; pero por ello' mismo, consideran conveniente convoque una reunión de toda la representa-ción parlamentaria del Archi iélago, para que, de acuerdo con el espíritu de las Asam f leas aquí celebradas, intente una fórmula conciliatoria equitativa [que] aleje todo mo-tivo de futuras discordias perjudicialísirnas para todos. Pre-guntan si debe procederse a hacer dicha convocatoria e indican la conveniencia de no exteriorizar este triunfo en términos que estimulen las pasiones de los adversarios. La Presidencia usa de la palabra para proponer se fe-licite efusivamente a los referidos señores Representantes en Cortes por la meritisima labor desarrollada en nuestros intereses; se apruebe su determinación ger Oredu e-nirse la Asamblea con los demás Representantes de la pro-vincia; y unánimemente, se les dé un amplio voto de con-fianza para adoptar cuantos acuerdos consideren conve-nientes para la solución definitiva del pleito provincial. Por unanimidad, y después de un corto debate en que intervienen los señores Arozena, Oramas, Cabrera Cruz, Al-berto~ Ruiz, y Morales Clavijo, es aprobada la proposición de la presidencia. 476 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y COLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 47 Pocos meses después, el propio Pérez Armas en uno de los artículos de la serie «Ante la opinión)), publicado en La PrensaZ8, refiere que toda la representación parlamentaria -diputados y sena-dores- de las Islas «occidentaleso consiguieron que, reser-vadamente, pasara el Reglamento de la Ley de Cabildos al Consejo de Estado, sin dejar traslucir sus «propósitos a los representantes de las Islas orientales)). Para lo que tu-vieron que «vencer las suspicacias de un espíritu tan aten-to y vigilante como lo es el del señor Bugallal, entonces ministro de la Gobernación)). Obtenida la Real Orden, el propio Pérez Armas lo hizo saber a don Leopoldo Matos en el Congreso, quien se llevó la gran sorpresa. Seguida-mente, reunidos iodvs lvs representantes de Canarias, se pactó una tregua, quedando pendientes de los resultados de la información que decidió abrir el Consejo de Estado, a fin de conocer el criterio de las Corporaciones provincial e insulares, para intentar ((establecer definitivamente la paz)). Y días despuésB insiste en que no había tal rnodus vivendi con Matos, sino una tregua pactada para tratar de solucionar «en paz las luchas insulares)). Concepto que vuelve a remachar al replicar al manifiesto publicado por el directorio del partido republicano -que le había acusado de haber celebrado un pac-to-, en un último capítulo de su citada serie. Don Benito escribió largamente a su amigo Leoncio Rodrí-guez una carta fechada en Madrid el 13 de abril, que La Pren-sa publicó en su edición del jueves 21 En ella, además de ocuparse de sus argumentos ante la Comisión de incompatibi-lidades para salvar su acta de diputado por La Gomera, insiste en la necesaria unión de toda Canarias bajo la ~iputación, la dieta o lo que fuese, proponiendo la convocatoria de una Asam-blea Regional para resolver definitivamente las discrepancias. -. Y reflere ia visita que todos ios representantes parlamentarios 28 BENITOP ÉREZA RMAS: «Ante la opinión)), La Prensa, jueves 17 de no-viembre de 1921. 29 La Prensa, viernes 18 y sábado 26 de noviembre de 1921. 'O Carta de Benito Pérez Armas a Leoncio Rodnguez de 13 de abril de 1921, publicada en La Prensa el jueves 21. 48 MARCOS GUIMERÁ PERAZA de Canarias hicieron al ministro de Fomento, La Cierva, quien al percatarse «de que hablaba íntegramente nuestro país)), se manifestó dispuesto a ayudar a las Islas; y que se le entregó una nota en la que se pedía la consignación en el próximo pre-supuesto de un millón de pesetas para el puerto de Santa Cruz y otro tanto para el de La Luz. En'ejecución de aquel acuerdo de dirigirse a los diputados y senadores, el presidente del Cabildo les transmitió su conte-nido; y el día 20 del mismo mes de abril recibió de la repre-sentación parlamentaria el siguiente telegrama: Agradecemos profundamente la honrosa prueba de con-fianza que nos otorga ese Cabildo, dándonos plena auto-rización para resoiver ei conflicto provinciai; y pesa mucho en nuestro ánimo ser la voz de Tenerife, tan noble y ge-nerosamente expresada. Afectuosos saludos, Pérez Armas, Martín Rodríguez Arroyo, Benítez de Lugo, Izquierdo Vélez Pero el 24 de abril hubo una reunión en el Cabildo de Gran Canaria, bajo la Presidencia de Tomás Morales Castellano -el cantor del mar- que lo era accidental. Habló Felipe de la Nuez Aguilar y se acordó: ((1.0 Robustecer los Cabildos. 2: Que las Delegaciones del Gobierno tuvieran facultades como los Go-bernadores. 3: Mancomunidad voluntaria de Cabildos. 4: Su-primir los organismos que carecen de contenido funcional, con-cediéndose a los Cabildos las funciones que la Ley provincial fija a las Corporaciones suprimidas)). Como se ve, un atisbo de «regionalización» y una machacona insistencia en el ataque a la aborrecida Diputación. El optimismo y la confianza de los representantes de Tenerife contrastaba con la inflexibilidad «oriental». El sueño se acreditana de imposible, entonces y des-pués ". ji Teiegrama pubiicado en La prensa ei citado ~ueves2 1 de abril. 32 En la sesión de la Comisión Permanente del Cabildo de Tenerife del 21 de abril de 1921 se dio cuenta de un telegrama de la presidencia del de Gran Canaria del día 19, en el que contestando al que se le había dirigido por aquél, con las razones que «le determinaban a no asistir a la Asamblea convocada por el referido de Gran Canaria para tratar de la defensa del régimen insular vigenten, se significaba que al convocarse la 478 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y COLOCAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 49 Uno de los soñadores era Pérez Armas. Le dice a su amigo Hernández Mora en carta del 8 de mayo j3: He logrado que la representación parlamentaria de to-das las islas lleguen a una fórmula común, conciliatoria, en el problema provincial. Estamos ahora pendientes de que en Tenerife y Las Palmas acepten lo que hemos pro-puesto que a mí me parece equitativo. Si llegamos a puerto emprenderemos la labor a que an-tes aludo [el arriendo de puertos francos] y creo obtener para los Cabildos aquella importante fuente de ingresos. El senador Sotomayor también estaba en esa línea. Le es-cribe a Hernández Mora el 16 de mayo j4: precitada Asamblea no se trata de asuntos prejuzgados, como demuestra el texto del telegrama invitando a dicha Asamblea». El Cabildo tinerfeño quedó enterado. Pero celebrada la reunión, en la siguiente sesión del 28 de ese mes de abril, se puede leer lo siguiente, que copiamos por su elocuencia en rela-ción con lo que decimos en el texto: Visto un teleerama de la Presidencia del Cabildo Insular de Gran u Canaria comunicando las conclusiones adoptadas en la Asamblea que dicha entidad convocó para el día veinte y cuatro del actual, a cuya reunión había convocado a las representaciones de todas las Islas, sin que hayan asistido más que representantes de las Corporaciones de Gran Canaria, se acordó significarle que este Cuerpo considera enteramente inaceptable, improcedente y absurda la orientación de las conclusiones aprobada, que se inspiran en el propósito de con-trariar la Ley de reformas administrativas del Archipiélago, preten-diendo atacar la unidad provincial que aquella Ley mantiene y pre-coniza, añadiendo que seguramente por presumir la adopción de tal criterio dejaron de asistir a la Asamblea los Representantes de las demás Islas del Archipiélago, que ni comparten ni admiten las solu-ciones que Gran Canaria pretende alcanzar, por todo lo cual esta Comisión estima que carece de toda eficacia el referido acto [los subrayados son nuestros]. j3 Carta de Benito Pérez Armas a Anibal Hernández Mora de 8 de mayo de 1921 [A.H.M.]. 34 Carta de José Miguel de Sotomayor y Sotomayor a Aníbal Hernán-dez Mora de 16 de mayo de 192 1 [A.H.M.]. La sesión de la Permanente de 18 de mayo es bien elocuente de esta armonía -que desgraciadamente no se confirmm'a-. Dice el acta: Crea V. que la cosa está revuelta con el dichoso leito provincial, aunque el esfuerzo de nuestros amigos l' o va sacando adelante, cooperando yo modestamente. Sabe V. que no siento ambiciones, y me conformo con la labor obscura que vengo haciendo. Como un eco de la anteriormente citada carta de Pérez Ar-mas a Hernández Mora, le escribe ampliamente su pariente po-lítico y funcionario de la Delegación Regia de Enseñanza Juan Reyes Vega el 25 de ese mes de mayo de 1921 La opinión aquí en lo tocante a la cuestión provincial, cambia a cada momento. Mejor dicho, hay tantas opinio-nes como personas que de ello se ocupan y todos están constantemente rectiticándose en sus criterios. Lo exacto es que carecen de él. Tomó el Cabildo el acuerdo de aceptar la fórmula pro-puesta por Vdes., pero como al mismo tiempo pensaban asistir a una especie de Asamblea que Domínguez Ramos había anunciado su propósito de reunir, dejaron de co-municarles a Vdes. el acuerdo de aceptación. La noticia Visto un telegrama de los señores Representantes en Cortes, trans-cribiendo la fórmula que, de acuerdo con los de la Isla de Gran Canana, han acordado proponer para solucionar el pleito provincial, así como otro telegrama de los propios Representantes significando que en vista de que los elementos de Las Palmas han realizado di-cha propuesta, es innecesario deliberar sobre ella en Tenerife, se acordó haber visto con satisfacción la actuación de dichos señores en este asunto, esperando a que regresen para determinar la línea de conducta que debe seguirse, y hacerles presente que, por las ra-zones que son de todos conocidas, procede gestionar con todo ahinco que se aumente a esta Audiencia provincial el número de magistra-dos necesario par que dicho organismo pueda conocer de los asuntos civiles [el subrayado, nuestro]. La vieja aspiración a tener en Tenerife una Audiencia completa sólo se ll.e na.n a cuando, pocos años más tarde -en 1927-, fuera dividida la A- P p1 U V I ~ I L Iu~c b a-i-l a-1- :i a-o,.. En la misma sesión se concedió al Presidente Salazar tres meses de licencia para ausentarse de la Isla, «a contar desde el veinte de este mes». Carta de Juan Reyes Vega a Benito Pérez Armas de 25 de mayo de 1921 [Archivo Pérez Armas. A.P.A.]. Uno de los escasos documentos que se conservan de lo que debió ser importantísimo archivo político del Ar-chipieiago. 480 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 5 1 de que en Canarias rechazaban la fórmula descacharró la Asamblea; y ello fue suerte, porque en la tal Asamblea hubiera predominado el criterio de que la fórmula era una derrota para Tenerife. Se oían argumentos como éste: «La paz es la muerte, la lucha es vida. Mientras Alemania lu-chó, fue poderosa, cuando plegó sus banderas, se vio hu-millada y aplastada.)) ¿Qué le parece? El propósito que se perseguía era preparar una segunda apoteosis a Domínguez. Aun después de fracasada la Asamblea, insistí yo y D. Cabrera y Mario [Arozena] con Valle (que subió un día y estuvo en la Delegación) para ue telegrafiara a Vdes. que el Cabildo había aprobado la 9ó rmula. Queríamos nos-otros que Vdes. lo supieran para si les servía como argu-mento de que Tenerife desea la paz y que quien perturba el Archipiélago es la intransigencia de los patrioteros de Las Palmas. Valle me ha dicho que así lo hizo, pero que a ello se oponía Lara. La Mancomunidad voluntaria El acta de 16 de abril citada se enfrenta ahora con el tema -ilusionante y fallido- de la Mancomunidad voluntaria de Ca-bildos,, en línea con lo hasta entonces acordado y debatido en-tre Islas. Las Bases generales aprobadas por ambas partes se consignan en esta acta. Y reitera Cioranescu: «Sólo a partir de ahora se puede afirmar que el Cabildo empieza a vivir)).. . y «pudo por fin pasar de los proyectos a las realizaciones [Loc. cit., p. 1421. Leoncio Oramas felicitó a la Comisión y expresó «las reser-vas que en otras ocasiones tiene formuladas»: «Por unanimidad se aprueban las bases transcritas.)) El Presidente Salazar manifiesta que «uno de los acuerdos adoptados en la mencionada Asamblea, fue el de interesar de ios Cabiicios ia designación de las personas que han de repre-sentarles en la proyectada Mancomunidad, por lo que somete a la deliberación de este Cuerpo, si se procede o no a efectuar dicho nombramiento, resolviéndose afirmativamente por unani-midad. Y debiendo para ello practicarse la oportuna votación no- 52 MARCOS CUIMERÁ PERAZA mina1 y secreta, de conformidad con lo que previene el Regla-mento, se resuelve suspender la sesión por breve tiempo, para que los señores Consejeros puedan ponerse de acuerdo, siendo hora en este momento de las diez y siete y veinte minutos. Reanudada la sesión a las diez y siete y treinta, y efectuada la votación en que tomaron parte los señores Consejeros al prin-cipio de esta acta mencionados, menos el señor Mandillo y Te-jera (Don Juan Vicente) habiendo además votado el señor Brier y Ponte (Don Conrado), dio el resultado siguiente: Número de papeletas leídas: veinte. Número de votos obtenidos: Para Vocal Propietario de la Mancomunidad: unv,,i i , :,nuulliiligv Qc,~a,,i,,a Lal ,y, PbXuI,,,, ivsaii uA:, i~ry,.. i,..i,..u, cvc. Don Mario Arozena y Arozena: uno. Para Vocal suplente. Don Domingo Cabrera Cruz: once. Don Mario Arozena y Arozena: nueve. Quedaron por tanto designados: para Vocal propietario, Don Domingo Salazar y Cólogan, y para Vocal suplente, Don Do-mingo Cabrera Cruz)). Todo este gran esfuerzo, toda la buena voluntad derrochada, resultaría baldío. La pugna entre Islas «orientales» y ((occiden-tales)); o si se quiere mejor, entre Tenerife y Gran Canaria, o entre Las Palmas y Santa Cruz, seguía fuerte y entera. El pleito sobre la capitalidad se mantendría por los años de los años ... Y prosigue más adelante el acta sobre algo a lo que hemos aludido en el anterior epígrafe: Vióse a continuación un telegrama de la Presidencia del Cabildo Insular de Gran Canana, comunicando acuerdo de su Comisión Permanente, por el que se invita a este Ca-bildo insuiar de Tenerife a que envíe una representación a la Asamblea que se celebrará el veinte y cuatro de este mes y hora de las diez en aquella Ciudad, para asistir a la reiterada Corporación en su actitud resuelta de defen-der la independencia administrativa de las Islas, al amparo del estatuto insular, y adoptar acuerdos para obtener las medidas más eficaces para su logro. 482 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y C~LOGAN(1 880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 53 Asimismo se vieron los telegramas cursados con este motivo a la representación en Cortes. Y la Corporación acuerda por unanimidad y a propues-ta del señor Rumeu y Hardisson (Don Juan Augusto1 no concurrir a dicho acto por estimar su asistencia inúti, ya que no se trata de resolver cuestión alguna sino de pres-tar asentimiento a asuntos ya prejuzgados. No sabemos qué ataque se había producido a «la indepen-dencia administrativa de las Islas)); a menos que se refiriera a la existencia y mantenimiento de la Diputación frente al «esta-tuto Insular»[?]. Por eso creemos que estuvo muy en su punto la propuesta de. Juan Augusto Rumeu y el acuerdo unánime A - 1 - P , uc ia bulpuiaciuil. La respüesta de! Cabildo de Gran Canaria la hemos contemplado en la nota 32 (sesión del 21 de abril). Así como también el acuerdo de la Permanente del Cabildo de Tenerife (sesión del 28 siguiente). También se dio cuenta «de un telegrama del Diputado por La Palma Julián Van Baumberghen, expresando que para so-lucionar en firme las cuestiones provinciales, estima debiera reu-nirse en dicha Isla una Asamblea de las Entidades Canarias, con asistencia de los Diputados. Y después de un corto debate, se acuerda contestar al Sr. Van Baumberghen «que no habría inconveniente alguno en celebrar la Asamblea de que se trata, pero que no es éste el momento oportuno por estar ahora el asunto bajo la acción de la representación parlamentaria, segím resulta de los ante-cedentes que anteriormente se han expuesto)). El protagonismo intentado por la representación palmera ha-bía encontrado, según vimos, el rechazo de Gran Canaria por la pluma de Felipe Massieu y Falcón. Ahora, el Cabildo tiner-feño estimaba no ser «éste el momento oportuno)).. . El 21 de julio, la catástrofe de Annual. Más de un mes antes -el 2 de junio- había sido .«el zarpazo de Abarrán)). Después la pérdida cruel, «el degüello)) de Igueriben. Y a continuación del desastre de Annual, la retirada -Dar-Drius, Bentiel, El Ba-tel-, para llegar pocas semanas más tarde a la masacre de Monte-Arruit y el saqueo y matanzas de Zeluán y Nador ... La crisis de gobierno, la apertura de las Cortes, los durísimos de- Núm 39 (1 993) 483 54 MARCOS GUIMERÁ PERAZA bates sobre las responsabilidades, la lenta recuperación del te-rritorio perdido, el Expediente Picasso, la liberación de prisioneros, todo eso y más ocuparían la vida española durante los meses siguientes. Nosotros volvemos ahora a las actas de nuestro Cabildo, sin perjuicio de aludir a los hitos fundamen-tales de la política nacional. En la sesión del 23 de ese mes de julio vuelve a aparecer el tema de la Avenida Marítima, con motivo del nombramiento de una Comisión para llevar adelante un empréstito publico de c&&nt.c mi! pe~e t l cp ar. ~ C U ~ ~ ~ ~ TNGQ Cz &C.~i SeE ! .nr -r-e - sidente Salazar, quien como dijimos estaba en uso de licencia en Madrid. Se reincorporaría en la sesión de la Permanente de 25 de agosto siguiente. El 14 de agosto dimite el Gobierno Allendesalazar y forma gabinete Maura, que lleva en Estado a González Hontoria, en Guerra, a La Cierva y en Hacienda a Cambó. Son también mi-nistros de Trabajo y Gracia y Justicia Leopoldo Matos y José Francos Rodríguez, respectivamente. Preside el Congreso José Sánchez Guerra. El gobierno Maura comparece ante las Cortes el jueves 20 de octubre. Y se inicia un debate que habría de durar meses, inicialmente con la rúbrica Declaraciones del Sor. Presidente del Consejo de Ministros al presentar el nuevo Go-bierno y política de España en Marruecos ... El Cabildo celebra de nuevo sesión el 25 de octubre, bajo la presidencia de Salazar. Allí se ve el expediente para la re-novación bienal de la Corporación en el próximo año de 1922. De él resulta que por el Distrito de La Laguna ha de cesar Aníbal Hernández Mora -que se halla presente en esta se-sión-; y por el de La Orotava, el propio Domingo Salazar y 484 ANUARIO DE ESTUDIOS A TLÁNTICOS DOMINGO SALAZAR Y CÓLOGAN (1880-1939). UN PRESIDENTE PARA UN CABILDO 55 Cólogan: ambos en vacantes ordinarias. Don Aníbal ya figuraba en la Corporación desde el acta de 3 de abril de 1920 y asistía a las sesiones con intermitencia. No así en las actas del año 1921, en donde aparece por vez primera en la sesión «negativa» del 17 de octubre. Los Decretos de Carnbó y Francos Rodríguez El Gobierno publicó ciertos Decretos que afectaban a Cana-rias y alteraron la paz social en que por entonces se vivía. Cam-bó publicó una Real Orden el 7 de noviembre de 1921, exten-diende 12 ji?Rsr'iccióri_ de la De!epacih de Hacienda de Las Pal-mas a Lanzarote y Fuerteventura, y ordenando se enviase a la de Gran Canaria la documentación relativa a esas Islas que obra-se en Tenerife. Por su parte, Francos Rodríguez, por Real De-creto de igual fecha, creó el Registro Mercantil de Las Palmas. Y el Cabildo de Tenerife se significó enseguida en contra. En el acta de la sesión del 11 de ese mes de noviembre se lee: Ininediatamente la presidencia manifiesta que por la ín-tima relación que tiene con el informe relativo al Regla-mento de los Cabildos Insulares, de que en esta sesión se ha de tratar, tiene que recoger la justificadísima protesta producida por las disposiciones ministeriales dictadas últi-mamente, creando un Registro Mercantil en la Ciudad de Las Palmas y extendiendo a las Islas de Lanzarote y Fuer-teventura la 'urisdicción.de la Delegación de Hacienda de dicha ciudad, de las que dice, que son injustas y que se han dictado además en momentos en que el pleito canario había entrado en un periodo de tregua, como lo demues-tra el hecho mismo de hallarse pendiente del dictamen del Consejo de Estado, el aludido Reglamento. Añade que en-tiende que el Cabildo debe asociarse a aqueiia protesta y pedir al Gobierno además que se cree en la Audiencia de esta Capital una Sección con competencia para conocer los asuntos civiles, pues ya que los habitantes de Las Pal-mas no quieren depender para nada de Tenerife tampoco tengan que deuender de Las Palmas, en materia tan im-portante como la administración de Justicia. Núm 3 9 (1 993) 485 56 MARCOS GUIMERÁ PERAZA De orden de la Presidencia doy lectura a un telegrama de los Sres. Representantes en Cortes, fecha diez del ue cursa, dando cuenta de la publicación de las referidas &S-posiciones, y a otro telegrama de la Presidencia a los ci-tados representantes, protestando de aquella medida. La Presidencia invita a los Sres. Consejeros a que de-liberen sobre el importante extremo de que se trata. Y desR ués de un largo debate en que intervienen los Sres. Va e (Don Antonio), Mandillo (Don Juan Vicente), Oramas (Don Leoncio), Casariego (Don Jacinto), Ramirez (Don Pedro), Albertos (Don Efraim), Cáceres (Don Gonza-lo), y Cabrera Cruz (Don Domingo), acuerda por unani-midad la Corporación declararse en sesión permanente; pro-testar enérgicamente ante los poderes públicos contra el atropello cometido or el Gobierno pidiéndole, que derogue y deje sin efecto Es disposiciones Gltirnamrnte dictaaas, que son lesivas para las preeminencias y derechos de Te-nerife, y trasladarse en Co ración al Gobierno civil para hacer presente al señor Goy e rnador estos acuerdos, y sif - nificarle el daño que representan para los intereses de a Capital, aquellas disposiciones y la manifiesta injusticia con que han sido dictadas. En este estado el señor Cáceres (Don Gonzalo), propone que se convoque una Asamblea de todas las Corporaciones Organismos de Tenerife, ara que deliberen y adopten ros acuerdos que las necesi 1ad es del momento aconsejen. acordándose que |
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