CERAMICA GRANCANARIA
PWEHISPANICA DE FACTURA NEOLITICA
P O R
SEBASTW XiMENEZ SPLPdmZ
Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas en las Canarias Orientales.
Uno de los problemas más apasionantes de la arqueología elel
Archipiélago Canario es el de la cerámica, y muy en especial el de
la cerámica grancanaria prehispánica de factura neslitica. De ella,
hasta el momento, muy poco o nada se ha escrito con categoría de
estudio. Algún que otro tipo de ánfora se ha difundido en revistas y
publicaciones turísticas o ha servido para ilustrar, con cierta esti-lización,
tarjetas de felicitaciones de Navidad o algunos artículos de
prensa, que nada tienen que ver con la cerámica grancanaria pre-hispánica.
El estudio de la alfarería popuIar de Ins ??h~rlgems ewwrko8 !e
hemos encontrado virgen hasta el momento en que lo acometemos,
no sin temor. Para su desarrollo nos valemos del muy valioso mate-rial
recogido directa y personalmente, localizado a través de explo-raciones
diversas h a n t e dieciséis afíos, y, muy en especial, en las
campaiías arq~~eológiedaes Ins Plaws Nwinndes desde 1942 a 1956,
que hemos dirigido, por designación ministerial, a propuesta de la
Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas. Igualmente hemos
tenido a nuestra disposicih las magníficas colecciones de cerámica
aborigen que se exhiben en el Museo Canario de Las Palmas. Uno y
otro material nos ha servido de laboratorio en el que hemos encon-trado
los testimonios y datos más precisos y valiosos para el estudio
de la cerámica grancanaria neolítica; mzterial que, por ser el uno
obtenido de primera mano en dichas exploraciones y excavaciones,
estimamos de altísima valoración para ulteriores estudios, y de eom-paración
necesaria, a los efectos de localización de zonas, con el otro
material existente en dicho Museo Canario, de procedencia dudosa
a veces en cuanto a localidad, pero nunca ¿tl de la Isla.
La eerámica grancanaria prehispknica es totalmente distinta a
toda otra cerámica aborigen g-uanche o canaria. Esta diferencia abso-luta
es la que le ha daao primacía, categoría y novedad insospechadas,
llamando la atención a arqueólogos nacionales y extranjeros. Sobre
ella se han hecho mcltiples conjeturas, pero ning-hn trabajo se ha
publicado en serio como resultado de un análisis meticv.loso y de ian
nnfmA;ri A a r>nmn~rnan;A.r> nr\n 7n nn7X,m;nn nnril:f:nn dr, f i 6 n r i m v.n:mrim QA
.,.,CCCUIV u., UVLLLL.rLC*L<ICIAVII b&V' AL L bblCrllll.,CI.I IGVIIbiba UL. VLlVU yarUGU. UG
ha hablado y se sigue hablando de su neolitismo y, cuando más, se ka
destacado su acusada elegancia. El neolitismo de la cerámica canaria
es muy especial. Su confección artesana es debida a un pueblo que
no fué de agricultores de azadón metdico, y si de modestos e inci-pientes
zvgricul'cores que al roturar sus tierras sólo utilizaron los cuer-nos
de las cabrs?s y de los garañones, práctica que responde a una
cult-cra psstoril y guerrera que sirnultaneó la vivienda en cuevas con
la de poblados en casas de piedra seca y sin argamasa, lo mismo en
la costa que en la medianía o cumbres, extremo que tenemos com-probado
plenamente l.
De las Isias Canarias, con sus acuciantes problemas antropológkos
y etnológicos, y, en estos filtimos más concretamente, con los que
plantea la lengua o lenguas de los que las habitaron, reflejada a veces,
siquiera parcialmente, en la toponimia, y de manera especial los pro-blemas
de la cerámica y los de 'ea práctica y técnica de momificación
de cadáveres y de enterrar a los muertos, no se puede olvidar que
constituyen la parte terminal de una vasta cultura oriental y medi-terránea,
producto de oleadas de pueblos invasores, cuya cronología
1 Sebastián Jiménez Sánchez: Viviendas de los aborigenes gzca%ches y ca-ftarios.
Inédita,
S 4 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
es difícil precisar, si bien en nuestros días, con el procedimiento del
Carbono 14, pueden aclararse muchos enigmas. Por esta razón no
podemos pasar inadvertida la aproximación de las Islas Canarias a
la costa atlántica del Continente africano, ni el hecho geográfico de
que muchos de esos pueblos invasores pasaron por las rutas del
Africa Blanca o del Norte, ya junto al mar o sobre tierra firme del
interior de esa misma Africa Blanca, venidos del hoy llamado Oriente
Medio, cuya cultura al llegar a las Canarias se aisló y barbarizó. No
obstante, exponentes de la cerámica de esos pueblos se mantienen
firmes y en continuidad manifiesta en el Archipiélago, sin mayor
adulteración, hasta el momento esnucial de la evangelización e hispa-nizacih.
Buena prueba de ello son las 11p.ilaltiples ánforas de variadas -
tipologáas, formas y temáticas decorativas que se exhiben en las salas
del Museo Canario y las que consefvamos como resultado de las ex-ploraciones
y excavaciones que hemos dirigido.
El Sáhara, a través del tiempo, especialmente después del período
de desecación, Tu6 el vehiculo y el. camino de paso de los grandes
movimientos de pueblos venidos desde el lejano Oriente hasta la zona
atlántica, singularmente desde Fenicia, Egipto y Libia hacia el resto
de la costa mediterrhea en su unión con el Atlántico. Ahí está la
clave de las conexiones de las culturas canarias primitivas con pue-blos
libio-fenicios y con la vieja cultura faraónica. El Sáhara y sus
culturas ha sido el poderoso nexo que ha unido muy distantes elemen-tos
culturales,
La primitiva poblacibn de las Canarias fué en extremo pobre.
Fué pescadora y recolectora de mariscos; por eso vivió siempre en
las playas o próximamente a ellas, como nos lo demuestran los impor-tantes
coneheros, residuos de sus comidas, descubiertos en las explo-raciones
y excavaciones; su tosca Industria lática, y su singular ce-rámica,
pintada unas veces, o adornada otras con cumosas y extrañas
incisiones de muy arcaica factura.
- --.; -" .*A
Como resultado de una remotísima invasión extranjera, proce-dente
de Ba costa atlántica norteafricana, surgió el pueblo guanche y
el canario, en sus dos formas perfectamente definidas, a los que se
considera como introductores de la ganadería. Estos dos pueblos fue-ron
los que vivieron y enterraron en cuevas, los que utilizaron la
práctica de momificar los cadáveres de sus deudos, al igual que los
egipcios.
En época más posterior, pueblos saharianos y de Libia, especial-mente
númidas, llegan a las Islas Canarias y son los que edifican los
poblados más o menos ciclópeos, dando origen a una incipiente arqui-tectura
rural, simple sí, pero bella de forma y esencialmente geome-tricista,
rodeada de murallas protectoras que limitaban los grupos de
tribus pastoriles y cantonales, como los que hemos descubierto abun-dantemente
en nuestras exploraciones en Gran Canaria, Lanzarote y
Fuerteventura. Estos mismos pueblos, con más o menos modifica-ciones,
producto de fusión, según el medio ambiente, y en ligazón con
sus predecesores, fueron los que enterraron en cajas de piedras o
cistas y en túmulos de variada tipología, pero con predominio de
pluntw circulwr y con gradas, similares w los que se encue~t rmp r
todo el Sáhara. Esta forma de construir sepulturas la simultanean
con los enterrarnientos en cavernas y "solapones" 2.
En la cerámica y en muchas de las figurillas idolátricas de los
amuletos, y en las representaciones simbólicas, a través de su orna-mentación
pictórica e incisiones, notamos acusadas conexiones con la
base predinástica de la vieja cultura egipcia.
Ahora bien, donde actualmente vemos una mayor influencia árabe,
bereber y sahariana es en la isla de Fuerteventura y aún en 1% de
Lanzarote, en las que su cerámica se nos presenta campaniforme,
pezoniforme, ovaloide, etc., con temática incisa variadísima, desde
toscos canalones combinados, en una superficie rugosa, a finas y deli-cadas
incisiones florales en forma de espigas, en líneas sinuosas, etc.,
muy en contraste con la cerámica neolitica de la isla de Gran ea-naria,
que se nos presenta más pura y arcaica, y aún más elegante,
m,,, :a,,+:',A,,3,,, a,, A, ,+%, ,.;A:n nrrlC.rmn Cn~*nAm:nn 1;l.i:-
~ G uL ~ u e i i ~ l i ~ ~ ab u~l ru cauac UL L a v lcja b u r L ¿ u a r a L a v l r l b a y L I U L U - L ~ ; L L L L ~ ~
en conexión con la del alto Mediterráneo, con la civilización Chigriota
y Cretense.
2 Sebastián Jiménez Sánchez: Mo?tzcmentos fuwerarws de Zos grancanarios
prehispcinicos. Separata de la comunicación inserta en la "Memoria del III Con-greso
Arqueo:ógico Nacional. Galicia, 1953".
195 ANUARIO DE ESTUDIOS XTLANI'ICOS
CERÁMICA GRANCANARIA PREHISPÁNICA DE FA@rURA NEOLfTICA 5
C) ?~ÉCNICAS CQNSTRUCTNAS.
La cerámica grancanaria prehispánica es uniforme. Responde a
una misma cultura, a una misma técnica alfarera y a unos mismos
tipos morfoMgicos. En la zona verde del norte, noroeste, centro,
oriental y parte de1 sur, a juzgar por los hallazgos de material, la ce-rámica
fué más uniforme en técnica constructiva, en bruñido a la
almagra y en temática decorativa; en ella parece que el ingenio crea-tivo
del aborigen fué más acusado y delicado. En contraposición te-nemos
mmiiltiples muestras de cerámica indígena, de buena parte de
la zona sur y suroccidental, que se nos presenta más pobre en todos
los mismos aspectos. Es el hecho geográfico y el medio ambiente el
qw f n f l i ~ yl~a-: tierras y Ior. recursos natur&s bien Cl_i~tintp~ns
ambas zonas. Las tierras de la zona sur y suroceidental son más
pobres y más calizas ; en ellas no afioran las aguas, y las lluvias no son
tan frecuentes como en las tierras del norte, centro, este y parte del
noroeste. Por eso la cerámica de estas últimas zonas es más variada,
más primorosa, más bella, de mejor técnica, más decorativa y mejor
ornamentada. Ejemplos de esta cerámica son las ánforas recogidas
en distintas localidades arqueológicas de Gáldar, Agaete, La Mon-tañeta
de Moya, Cuevas de Valerón (Guía de Gran Canaria), Los
Casarones (Aldea de San Nicolás), Telde, Tara, Cendro, Tiafía, Silva,
Agüimes, Barranco de Guayadeque, Tejeda y San Bartolomé de
Tirajana. En cambio, la cerámica de ciertas zonas de Arguineguín,
Veneguera, Mogán, Maspalomas, Juan Grande, Tauro, Puerto Rico,
Llanos de Gamona, Berriel y Tasartico, es, por lo general, más áspera
en su superficie, carece de bruiíido y es menos variada y menos ele-mv-
a--"n-, + ~~ i nni i e olln ycierl decir qcp en_ &SE z~n_zc haya encon-trado
cerámica bruñida.
Permítasenos que insistamos en afirmar que la cerámica recogida
en cuevas-viviendas de los aborígenes grancanarios coincide plena-mente
con la localizada en los múltiples poblados ciclópeos, tanto de
COS~U cm19 Ge iz?rUiar,ia y c~mhr eh, echc q w prceha hubo ~nsc?d -
tura común, o al menos dominante en los tiempos que precedieron
a la conquista.
Los vasos, por su destino, podemos agruparlos en: vasos de uso
ordinario, para actos del culto divino y ceremonias, y para ofrendas
funerarias. De los primeros son exponentes la mayoria de los frag-mentos
y piezas recogidcls, tanto de los de superricie rugosa y por lo
tanto sin barnizar o bru5ir, como de los excelentemente pulidos y deco-rados.
Entre los segundos podemos citar las h e r ~ ~ o s aáns f oras de
elegancia insu,perable, con decoración astral, lccakzadas en la Villa
de Agiiimes, y una lámpara ritual, conservadas unas y otra en el
Museo Canario. P entre los de tipo funerario, las bellas vasijas de
forma exagonal, con garboso pico-vertedero y decoración pintada
triangular, y una pequeña cazuela, localizadas en el. túmulo de "El
Agujero'; (Gáíüar j .
La cerámica canaria prehispánica respondió en todo momento a
las necesidades de la población isleña indigena. La tipologia de la
misma, la belleza de foma, la temática decorativa y el colorido son
producto de la clase social y del medio ambiente en que vivían los
moradores de la aldehuela, del poblado o de la tribu, ya montaraz y
de base pastoril o ya de simples colectores de mariscos, sin olvidar
el taller alfarero de procedencia.
Las vasijas más elegantes, con pico-vertedero (decorativo y utili-tario),
o con pico ciego (éste meramente decorativo), con decoración
en franjas ja$alonadas, con decoración de boquique, con ar?otivoa
triangulares y cuadrados, y con asas redondas, arqwadas, rectangu-lares
o cuadradas, las Sernos recogido lo mismo en cuevas qaae en
casas de planta crucifome de los poblados cici6pxxx ?or lo que a
nosotros respecta, jam$s hemos localizado ánfora alguna en enterra-mientos,
lo :niamo de cuevas que de .túmulos mi-ersor~aks o de car&c-ter
familiar, escaleriforrms o no, y ello a pesar de los numerosisirnos
yacimie~tosa rqwol6gicos que he~.osd escubierto y estudiado en dis-tin'cas
zonas. Sin ernbacgo, corno ya se ha dicho, en el tiirnulo grande
de '"1 Agujero" (Gáldar) fueron recogidos en 11934 por lo nenos tres
vasijas de vivo color ocre, con decoración triangulífsrme, y pico-ver-tedero,
y una pequeña cazuela, que se custodian en el Museo Canario.
En tanto las vasijas tipológicamente más elegantes ofrecen vivo
color bermellón, que, como se hz dicho, corresponden comúnmenJce a
198 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIGOS
CEXÁMICA GBANCATYARIA PREHISPÁNICA DE FACTURA NEOLfTICA 7
las zonas verdes y de tierras jugosas de Gran Canaria, las vasijas más
modestas, arcaicas y sin bruñido, de cobr caoba claro, terroso o pa-jizo,
corresponden, mayormente, a las zonas sur y suroccidental, en
las que la tierra es sumamente pobre. El primer hecho, aunque es
de peso, no lo podemos enarbolar como argumento absoluto, debido a
que el indígena, en su vida de trashumancia, pudo adquirir las án-foras
en talleres alfareros situados en lugares bien distintos al del empla-zamiento
de las viviendas en que moraba, o recoger el material
terroso, apto para estas mejores confecciones, en sitios apartados
de la zona en la que habitualmente vivía. Este es el motivo por el
cual en localidades como Mogán, Veneguera, Puerto Rico, Arguine-guh,
etc., en las que, como se ha dicho, predomina la cerámica más
tosca y más simple, hayamos localizado fragmentos de ánforas bien
bruñidas y de vivo color 'bermellón. Existe, pues, una constante en la
cerámica grancanaria prehisphnica.
Las distintas piezas de la alfareria arqueológica indígena se pre-sentan
o sin bruñiil, o brerñiidas a la almagra, y estas Gktimas, lisas o
pintadas, aunque no faltan ejemplares con decoración incisa.
La alfareria grancanaria prehispánica de factura neolítica estuvo
vinculada a la mujer. Ella fué siempre ocupación esencialmente fe-menina,
sin que esto quiera decir que no hubiese hombres que la
practicasen, como sucede actualmente. En dgw.ss trozos cerárnieos
y en los p~opios "gánigos" hemos advertido huellas digitaks esen-cialmente
femeninas.
E1 historiador canario del siglo XVII Tomás Marín y Cubas, ha-blando
de las magum, magadm o ha~hagzcmdas, dice qiie las hijas
de los nobles "hacían loza, de barro o greda parda. mezclada con are-na,
platos, gAnigos o barreláoracillos pailones o moiones para echar
agua; untaban con almagra los cuarterormes y brufiíanlos con guija-rrillos;
cocían la Boza en un hoyo en el suelo cubierto Ole arena y enci-ma
mucho fuego, y salían buenos". El cronísLta Antonio Sedeño con-signa
que <'hacáan loza, para su servicio, de barro, hecha sin molde;
y esto hacían mujeres oficialas de ello9'. El historiador P-ray José de
Sosa, también del siglo xmnj refiere: ' 6 H a ~ ílan~s cm-?r i~cIG ZWd e
barro para su servicio, sin molde, torno ni otro artiáicio alguno más
que el de sus manos", y añade que "para esto tenían los canarios mu-jeres
oficialas muy diestras, que le sabían dar la templa, lo cual ha
quedado de unas en otras hasta hoy".
La cerámica grancanaria prehispánica de factura neolítica, desde
la más tosca, arcaica y primitiva confección a la de la más bella crea-ción
tipológica y variada temática decorativa, sorprende a, cuantos
arqueólogos la contemplan, ya directamente o a través de fotogra-fías
y dibujos. De ella se dice que es desconcertante. Ante sus varia-das
y yáciles formas y ornamentación acusadamente geometricista,
muchas de las veces simbólica, alusivas al culto fálico, al culto astral
y al culto al fuego, surgen cronologias, paralelismos y comparaciones
con antiquísimas culturas mediterráneas y del Oriente Medio, espe-cialmente
con la cerámica de los sepulcros megaliticos de Euelva, lo-calidades
de "La Zarcita" y "San Bartolomé" 3 ; con los vasos bicó-nicos
de la cultura de Almería y de Alentejo; con los de AIbuñol (Gra- B
N nada) ; con la cerámica iberosahariana del Bronce Mediterráneo 4 ; E
con la ornamentación de la cerámica de "El Redal" (Logroño) ; con O
n ci&u cer&mic',u&. !a neerSpe!is arg&riea de z&bí QC;i.z~a&7j c;on -- m
O
la cazuela Mpica pintada con decoración incisa del sepulcro del Villar E E
(Soria) 6 ; con la alfarería de la "Cueva de Los Murciélagos" (Alme- S
E
ría) ?; con la cerámica del círculo cultural hispanomarroquí del neo- -
lítico con los vasos blcónicos, cazuelas y otras ánforas de la cultura 3
alrneriense y preargárica; con la cerámica neolítica de la cultura agrí- Om-cola
primitiva de Stentinello (Sicilia), considerada por muchos ar- E
queólogos como la más característica de 12 cuenca del Mediterráneo ; O
con la de la isla de Malta, muy similar a la de Stentinello; con la n
E cerámica chipriota de color rojo y decoración geométrica, descrita a
por P. Dikaios lo; con la alfareria de la cultura del V milenio en Me- - n
sopotamia l*, y, sobre todo, con la cerámica egipcia de las estaciones
3
O
3 Carlos Cerdán y George Lesner y Vera: Los sepiclcros megaliticos de
IlzLeZva, en "Informes y Memorias", núm. 25 de las publicaciones de la Comisaria
General de Excavaciones Arqueológicas. Láminas XXIV y XXV.
4 Juiio Martínez Santa-üiaiia: Esquema paietnoMgzco de ¿a Peninsula Ibd-
~ i c ap, u blicación del Seminario de Historia Primitiva. Xadrid, 1946.
5 Miguel Tarradell: Investigaciones arqueoZÓgicas en la provi?zcia de Gra-nada,
en rev. "Ampurias", núms. IX-X, años 1947-48, láminas N y V.
6 Museo Provincial de Soria.
7 Jos6 Pérez de Barradas: La Cueva de los MurciéZagos y la arqueologh de
Canarias, en "Archivo Español de Arqueología", núm. 40, pág. 60. Año 1940.
8 José Pérez de Barradas: Inscr@ciones canarias, en "Archivo EspaSol de
Arqueología", núm. 44 pág. 68. Año 1940.
9 Bernardo Brea Luigi: Revista "Ampurias", pág. 144 del núm. XV-XVI.
lo P. Dikaios, en The Excavations at Erimi, lg%%lgS5 ... Nicosia, 1936.
13 "The Illustrated London News", de 11 de agosto de 1945, págs. 163 a 165.
200 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOB
CERAMICA GRANCANARIA PREHISP&VICC4 DE FACTURA NEOLfTICA 9
neoliticas del Valle del Nilo, bruñidas en color totalmente rojo o negro
y de vasos rojos y negros, irregulargente distribuidos, correspondien-tes
a la civilización badariense de la época predinástica, con formas y
decpraciones casi idénticas a las de la cerámica grancanaria 12.
A la cerámica prehispánica de Gran Canaria, teniendo en cuenta
los paralelismos y las semejanzas anotados, la situamos como intro-ducida
hacia el tercero y cuarto rnilenio antes de Jesucristo, especial-mente
al comienzo de la segunda mitad del tercer milenio.
Para el doctor Daminik Josef Wolfel, Ia cerámica canaria arqueo-lógica
está relacionada con la de la isla de Creta, del neolítico tardío,
así como con la del Egipto predinástico y con Ea de los primeros tiem-r~
ps dinásticos. Wolfel sostiene que la cultura megalítica-con sus
contineiaciones-se mantuvo con mayor pureza en el oeste atlántico
afi3icailo, especfalmeiile e,i Caliai=ias '9. El pi~ehis~oi-ia~io-i~i & G or-don
Childe, considerando las reiteradas visitas de navegantes me-diterráneos
y del occidente de Europa a las Canarias, reconoce, en
cierto tipo de cerámica de estas Islas, la cerámica del antiguo me-galítico,
criterio que coincide con el del etnólogo Dr. WIolfel, tan
versado en temas canaristas. Por otra parte, el tambih arqueólogo
inglés Dr. O. Gr. S. Crawford, al que acompañamos en su visita a Gran
Canaria en 1955, sostiene que la t6cnica de la cerámica grancanaria
prehispánica tiene la misma característica que la de la civilización
mediterránea, añadiendo que a6n se practica en las cabilas de Argel.
CraIwford afirma asimismo que la cerámica pintada, entre ella la
de Gran Canaria, es característica de los comienzos del tercer mi-lenio
en las culturas de Italia y Sicilia. Esta conexión señalada la
extiende a las "pintaderas" canarias de barro cocido, que considera
semejantes a las de los tiempos prehistóricos en el Mediterráneot cos-tas
de Liguria y de Francia y del Oriente 14. Martinez Santa-Olalla,
hablando de la cultura ibero-sahariana, representada por elegante
cerámica incisa y pintada, excelentemente bruñida, la clasiilca den-
~2 EImile Massoulard: Prebisto4re et Protoh/istoire dJEg-ypte. Publicación del
"Institut dlEtnologie de la Universit6 de Paris". Año 1949.
13 Dominik Josef Wolfel: Los p-obZemas capitales del Africa BZanca. "EX
Museo Canario", nfims. 9 al 13. Las Palmas de Gran Canaria, 1944-1945.
14 "The Listener". London, 17 noviembre de 1955.
tro del Bronce Mediterráneo y Zdad del Mierro 15; Sáez ~ a r t í n ; al
hablar de la Misión del Prof. Schaeffer en Chipre, subraya que varias
especies cerámicas chipriotas de vasos rojos a la almagra e intenso
pulimento tienen alto interés para la comparación con la vajilla más
rica de Ia cultura hispanomauritana, como la de la Cueva de los Mur-ciélagos,
la de Benaojiin, en Málaga, y aun con la de ciertos vasos de
Gran Canaria '7 Attiiio Gaudio, ante la ornamentación y b d i d o de
la cerámica neolítica de Gran Canaria, no ha dudado en manifestar
que tiene mucha afinidad con la de ciertas zonas de Berberia y nmy
en especial con la del Alto Va!le del Nilo
B
E) E~mmoCsON STITU'TIVOS Y TIPOS DE EA CERAMICA GRANCANARIA. E
EMPLEYO É POCA.
O
n - m
O
El verdadero conocimiento de toda pieza cerámica, sea arqueoló- E
E
2 gica o folklórica, precisa distintas facetas de estudio: E
- localización y caracterización del taller alfarero; 3
- olleras y locezas ; -
0
m
E - material terroso ;
O - confección ;
- instrumentos utilizados; n
-E - coloración y bruñido; a
-
1s Julio Ivlar-Líízez Santa-Olalla: Esquema PaletnoZógico de la Peninsuia Sb6-
rica. Madrid, 1946.
16 Bernardo Sáez Xartín: iTuez;os precedentes chi'priotas de los idolos placc~s
de Za cuztura iberosahariarm, en "Actas y l&rnorias de la Sociedad Española de
Antropología, Etnog-fafía y Prehistoria", t. S, págs. 134 a 136.
Juiio Martínez santa-Üiaiia: Esquema Paietmlógico Ce Za PeninsuZu Eíispd-nica,
en "Corona de Estudios que la Sociedad Española de Antropología, Etno-grafía
y Prenistoria dedioa a sus Mártires". M,adrid, 1941, págs. 151-153.
Idern: La fecha de Za cerámica a la almagra en el neolitico F;ispanomuritano,
en "Cuadernos de Eistoria Primitiva", nÚm. 2, correspondiente al año 1948.
17 Attiiio Gaudio: Influencia de2 Oriente y cZe Africa en Za Prehistoria Ca-naria
y enlace de su primitiva civiZixación con la época nhn.ida de2 occidente
afrEcano y atkíntico. Trabajo publicado en el diario "Falange", de Las Palmas
de Gran Canaria, el 28 de mayo de 1950.
Idern: í2eTaciones eventuales entre Canaria8 y Egipto en la antigiiedad, via
Sáhara, conferencia pronunciada por el etnólogo Gaadio, a través de Radio Gi-nebra,
el 15 de noviembre de 1952.
202 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CERAMICA GRANCANARIA PREHISPÁNICA DE FACTURA NEOL~TICA 11
- tipos y formas;
- cocción ;
- espesor y dimensiones;
- ornamentación.
Elementos complementarios de vasos y ánforas, que delben m-recer
igualmente atención, son :
- cuello;
- borde;
- dimensionies ;
- escotadura ;
- asas ;
- pitorros o pico-vertederos,
- picos ciegos ;
- aletas;
- pezones;
- otros asideros;
- técnica de la inserción de las asas y de los picos o asideros asa&
El estudio de la seccibn de cada uno de los tipos de hforas es m
factor esencialisirno en el conocimiento de las mismas.
Para el arqueólogo tiene casi el mismo valor la olla, ghnigo o
pieza completa que el fragmento de la misma. Ambos elementos se
compllernentsn. Si la vasija entera da el tipo de ánfora, la forma d-efi-nida,
el bruiíido, las dimensiones y la exacta temática decorativa, el
fragmento de la misma permite el estudio de su sección, el espesor,
la calidad del material empleado, la t@cníca constructiva, el eÉéctr,
de su cocción, las señales de alisamiento vertical o longitudinal, las
impurezas de la masa (mica, cuarzo, calccpirita, etc.) y Ias huellas
dactiiares, datos que son rigurosamente necesarios para su completo
estudio, máxime si corresponden a vasijas de tipos no conocidos. Por
eso no nos explicamos el desdén o desprecio de muchos hacia este
material fragmentario, criando es asi que, a falta de piezas enteras,
son los fragmentos 10s que pueden dar la clave y solución a muchos
problemas.
La alfarería grancanaria prehispánica de factura neolítica se
presenta ya con tosco pulimento y superficie rugosa, o bien con bru-ñido
excepcional; esta última en colores rojo, bermellón, caoba,
negro y terroso.
Las piezas de factura tosca en su superficie y en espesor, ya kmos
indicado que son las menos numerosas. Ellas corresponden a deter-minadas
zonas y están en reIación con el medio ambiente.
La cerámica bruñida a la almagra, perfectamente alisada con bru-ñidores,
piedras o guijarros seleccionados, recogidos en los barrancos
y playas, podemos encontrarla con decoracibn o sin ella. Esta deco-ración
es generalmente pintada y excepcionalmente geometricista, de
extraordinaria originalidad creativa. Sin embargo, no faltan ejem- B
plares arcaicos y primitivos con decoración incisa y punteada en E
O cuello, vientre y asas y con resaltes. n - m La alfarería arqueológica grancanaria es grácil y bella de forma, O E
desde la más arcaica representación, pasando por la "Lroncocónica, SE
con sus varias evoluciones, hasta las vasijas altas y ventrudas. E
-
0
m
E
O La cerámica neolitica grancanaria podemos clasificarla así :
E - Vasos troncocónicos, de base plana y paredes laterales rectas, a
casi verticales, con una sola asa rectangular o cuadrada.
n - Vasos troncocónicos, de base curva y paredes laterales casi n
verticales, con una sola asa. O3 - Vasos troncocónicos con paredes ligeramente arqueadas y de
una sola asa.
- - - vasos bicóncavos con una sola asa.
- Cuencos, grandes y pequeños.
- Cazuelas troncocónicas, de poca altura.
- Cazuelas de base plana o curva, de distintas dimensiones, con
una o con dos asas.
- Cazuelas de fondo semiesférico, borde saiiente y eiegante perfil.
- Cazuelas-platos un tanto escotados, y de fondo plano, con asa
alargada.
- Platos circulares o elípticos con una o dos asas.
204 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB
CERAMICA GRANCANARIA PREHISPÁXICA DE FACTURA NEOLfTICA 13
Vasos troncocónicos.-Museo Canario, Las Palmas. (Dibujos de Cirilo Suárea.)
Anforas de distintas tipologías, en las que destacan las de pico-vertedero y las de pico
ciego, meramente decorativo.-Museo Canario, Las Palmas. (Dibujos de Cirilo Suárez.)
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Colador, lámpara y otras vasijas.-Museo Canario, Las
palmas. (Dibujos de Cirilo Sukrez.)
Cazuelas y otros tipos de vasijas.-Museo Canario, Las
Palmas. (Dibujos de Cirilo Suárez.)
;uelas y eiegan-ces aiiluras cori pico-ver~euero ue corw
co.-Museo Canario, Las Palmas. (Dibujos de Victorio
Rodríguez Cabrera.)
Distintos tipos de tazos troncoc6nicos.-Museo Canario,
Las Palmas. (Dibujos de Victorio Rodríguez Cabrera.)
Elegantísimas ánforas de asas femeninas,. localizadas en Agüimes.-Museo Canario,
Las Palmas. (Dibujos de Victorio Rodrígiiea Cabrera.)
Fragmentos de vasos troncocónicos con varlada decoración; asa de vasija ventruda
con decoración punteada; en el centro, elegantísimos tipos de ánforas con decoración
astral, localizadas en AgGimes (Gran. Canaria.).-Museo Canario, Las Palmas. (Dibujos
de Victorio Rodríguez Cabrera.)
Parte superior: Vasijas altas y ventrudas con cuatro asas; en el centro, tipo de cazuela.
Museo Canario, Las Palmas. - Parte inferior: Originales tipos de ánforas.-Colección
de la Comisaría Provincial de Excavaciones Arqueo!ógicas, Las Palmas. (Dibujos de
Victorio Rodriguez Cabrera.)
--
?mática decorativa del fondo exterior de vasija; ánfora con vertedero v asa ; cazuela
n vertedero; cazuela con dos asas.-Museo Canario, Las Palmas. (Dibujos de Vi~torio
Rodriguez Cabrera.)
210 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CEEÁMICA GRANCANARIA PRENISPÁNICA DE FACTURA NEOLfiICA 19
- Tazas con una sola asa.
- Jarros con asa.
- Ollas esféricas, por lo general, con dos asas o asideros cilín-dricos,
perforados o no; con cuello y pico-vertedero o con
pico vertedero y asa.
- Anforas grandes y ventrudas con dos o más asas arqueadas o
redondas.
- Anforas medianas, elegantísimas, con asa y pico-vertedcm
o pico ciego.
- Anforas de forma exa,gonal con asas redondas o simplemente
con aletas perforadas o con pezones.
- Anforas grandes o tinajas panzudas con dos o cuatro asas ar-queadas
en la parte superior y pequeño apéndice taladrado
junto a la base.
- Vasijas casi campaniformes.
- Vasos ovaloides con cuello ancho, altos, de base plana y cuatro
asas arqueadas, o de cuello estrecho y una sola asa.
- Jarritas con asa.
Dentro de estos tipos y formas se advierten variantes muy cu-riosas.
El principal destino de todos estos vasos fué: recoger la Ieche de
cabra, alimento fundamentalísimo en el hogar; hacer otros guisos, y
depositar el agua.
Completan esta variadísima tipologia de cerámica otras vasijas
menores, como si fueran juguetes de los hijos de los aborígenes, ¿por
qué no?, o recipientes para los afeites de las indígenas o para hacer
o depositar los mejunjes. Todos ellos, o al menos en su mayoría, re-plodüceii
Pos tipos y las formas de las vasijas grandes, con iodos sus
elementos decorativos. Igualmente los llamados coladores, Iámparas,
cucharas, botellas, copas, "pintaderas", botones para sujetar los ca-potillo~
y tamarcos, e idolos o simples representaciones humanas de
héroes, y amuletos o meras figuraciones abstractas.
Estas miiltiples manifestaciones alfareras, propias de un pueblo
eminentemente pastor o rudimentariamente agricultor, que llegan
hasta la hispanizacñón de Gran Canaria, son producto de una vieja
cultura que no puede rebasar de los tres mil años antes de Cristo,
pero que en concreto puede corresponder al siglo 111 después de Cristo,
que sitúa a lo hispano-romano en la región peni~sular y aun al pe-riodo
preislámico. Ellas son evidentes muestras de la pervivencia de
lejanas culturas llegadas a las Islas Canarias a través del Sáhara,
como ya se ha apuntado.
F) ESTUDIEOSP ECIAL DE LOS ELEXZNTGS Y TIPOS DE LA CERÁMICA
GRANCANARIA PREHISPÁNICA.
a) LocalixacGn y carmterixacGn del taller alfarm-o.-la orga-nización
cantonal de los grancanarios prehispánicos, formando pobla-dos
pastoriles, contribuyó mayormente a que cada uno de ellos tuviese
su taller alfarero u ollería, a cargo de mujeres especializadas en esta
importante tarea artesana. Ello lo colegi~osd el resultado de nuestras
exploraciones y excavaciones, a lo largo de dieciséis años consecutivos,
en más de trescientas localidades o yacimientos arqueológicos. Esos
talleres alfareros estuvieron situados tanto en cuevas como en los
grupos de viviendas ciclópeas. De unos y otros hemos encontrado
huellas indubitables l8 y hasta su rastro pervive en decominaciones
toponimicas, como sucede, entre otras, en el punto eonocido por "La
'Olleria", cerca de donde llaman "La Matanza", dentro del pago de
1s Sebastián Jiménez Sánchez: Informes y Memorias. Excavac.io?zes Ar-queoiágicas
en la Isla de Gran Canaria, del Plan Nacional de 1942, 1943 y 1944.
Pub. de la Comisaria General de Excavaciones Arqueológicas. Madrid, 1946.
Idem: Excmaciones arqueológicas en Gra?~C anaria. El yacimiento de La Mon-taceta
de la Villu de Moya, en "Rev. Historia", núm. 89, enero a marzo de 1930.
La Laguna de Tenerife.
Idem: La prehistoria de Gran Canaria, en "Boletín de la Real Sociedad Geo-
g-.rLscl-l-l,c,a , m- - : - r, ono ~r,a. .:a l n r n ~ e i l eD, 1 1 ~ 1 1 ~P.U U. & v ~ a u ~ I~~ Tu- 6 ,.
Idem: !dolos de los canarios prekpánicos, en volumen II "Homenaje a Julio
Martínez Santa-Olalla". Madrid, 1947.
Idem: Yacimientos arqueológicos grancanarios, descubiertos y estudindos
e% 1951: Localidades de Arrastre de Casarones, Cascajo de Beléñ, El Baladero y
Risco Pintado o Za Azldizncia, en Publicaciones "Faycan", niim. 2. Las Palmas
de Gran Canaria.
Idem: Numos idolos de los canarios prehisphicos, en "El Museo Canario",
nZim. 13, enero a marzo de 1945. Las Palmas de Gran Canaria.
Idem: Memoria de las excíwaciones arqueológicas en Zas islas de Gran Ca-naria,
Lanzarote y Fuerteventura, de los Planes Nacionales de 1945 a 1953 inclu-sive.
Inkdita.
212 ANUAIZIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CERÁMICA GRLVCANARIA PREHISFANICP. DE FACTURA NEOLEICA 21
Jinámar. En esos centros de fabricación se abastecia la población indí-gena,
Io mismo la de poblados de cuevas o de casas de piedra, que apun-tara
Torriani (h. 1590), como la de aquellas otras viviendas aisladas
entre abruptas barrancadas y valles de medianías y cumbres. Los talle-res
más importantes estuvieron situados en las localidades de "Las
Cruces" y "Atalaya", en la zona de Gáldar; en "Virbique", Agaete; en
"Los Casarones", Aldea de San Nicolás; en "Cuevas de Valerón", Guia
de Gran Canaria; en "La Montañeta", de la Villa de Moya; en "Hoya
de1 Paso", Barranco de Guanarteme (Las Palmas) ; en "Tara", "Cen-dro",
"Silva" y "E2 Ollería", Telde; en "Guayadeque", Ingenio-
Agüimes; en "Cuevas del Risco Pintado" o "Cuevas de la Audiencia",
Temisas; en "Tunte", San Bartolomé de Tirajana; en Arguineguín,
Mogán, Tejeda, etc. Pervivencia de algunos de esos talleres u ollerías
de alfarería popular primitiva son, entre otros, los actuales de "El
Horniiio!, y %ugarejo", en Agaeie; los de "Hoya de Yineda" y ''La
Degollada", en Guía; el de "La Atalaya", en Santa Brígida, y el pro-pio
de "Tunte", en San Bartolomé de Tirajana, si bien no con la depu-rada
tipología, técnica constructiva y bella ornamentación y bruñido
de la cerámica grancanaria prehispánica. Como se ve, el emplaza-miento
de unos y otros talleres alfareros, primitivos y actuales, res-ponde,
en principio, a esa clasificación de zona verde que hemos es-tablecido.
Encargadas y ejecutoras de las obras de esos talleres alfareros
fueron las mujeres, aunque de seguro no faltaron hombres especiali-zados
en este arte de extraordinaria habilidad manual, como en la
actualidad los hay. A esas artífices de loza neolitica, sin torno, se les
conoce por "olleras" y "loceras", calificativo que se da actualmente
a las que confeccionan esta clase de cerámica popular, que forma un
capítulo interesantísimo del folklore canario.
b) Material bdsico: la. tierra.-La loza de los canarios prehis-pánicos
fué hecha con tierra volcánica, molida muy finamente en mo-linos
de piedra o triturada en morteros barquiformes. De esta labor
fundamental hemos apreciado huellas en piezas de esa clase, que
conservamos. La arcilla empleada fué obtenida en lugares más o me-nos
apartados del núcleo de población, a los que acudían, como sucede
hoy día, las "olleras" y "loceras". Esta materia prima fué siempre
muy seleccionada, por lo que los sitios en que se encontraba fueron
bien localizados, ya que todo barro no es apto para estas csafeccio-nes.
Lo hay de color rojo, amarillento, siena, negro, pardo y gr:~-.~' a c e o .
De aquí la importancia del estudio &el barro ya directamente del de
la masa empleada o del que resul'ca de triturar los fragmentos de va-sijas
rotas y abandonadas en los derrumbaderos de las viviendas.
C) Ccnfeccichn y espesor.-Teniendo en cuenta la actual. fabri-caciin
de .la loza pqxlar, deducimos que las "olieras" y "loceras"
de los grancanarios prehispánícos dispusieron en sus talleres de gran
cantidad de Sarro que, axasado y "sobado" convenientemente des-pues
de una depizada criba, mantenían húmedo, por lo que se pre-sentaba
pegajoso. En estas condiciones ya podía utilizarse la rnasa
en la fabricación de vasos y objetos diversos, con los tipos y formas
~ L Xla habilidad manual y el espíritu creativo y artístico les llevaba
a construir; tipos y formas que se han clasificado anteriormente.
La fabricación de la loza, sin torno alguno, se hizo de abajo arriba,
es decir desde la base a la boca. AIiladian masa cada vez que la pre-cisaban,
a medida que la vas+ tomaba altura. Así iban moldeándola,
siguiendo la técnica constructiva y la forma elegida, labor que se
simultaneaba con el alisamiento interior y exterior, obtenido con
espátulas y biuiidores o puiidores de piedras seleccionadas, reco-gidas
en los barrmcos y playas. En la tarea de construir vasos y
otros objetos cerámieos no pudo faltar la llamada operación de "tem-plar"
la rnasa, es decir, la dr añadir a la pasta humedecida cierta
especizil arena finísima qae servía para darle mayor consistencia.
En la construcción de ánforas mereció siempre especial atencih
la de las asas y pico-vertederos, singularmente aquéllas, toda vez que
a1 encontrar asas sueltas advertimos en algunas cle ellas una especie
de puón o resalte d? la masa que enmalletaba en la pared de la vasija.
O t r ~&t a]]a c i ~ i&r ~mn.i l&o f :~ée l &l espesor d-e las pare de.^
de los gánigos, para lo cual tuvieron m y en cuenta el destino de los
mismos. Hay espesores de paredes desde tres milínxtros a seis y más
centímetros. Asi vemos que las grandes tinajas o recipientes para
encerrar e1 agua alcanzaron espesores variables en proporción al
~ ~ - n ; r \ nonnon- r<r .n on QI > ~ T PmA i a hapi s la han@ ianiakiu, ~ j u y b u uy~c rb riv wv-v rrr-rr AA---- -- -----
d) Instrumentos utilizados en los talleres alfareros.-Pocos y
simples fueron los instrumentos empleados. Ninguna diferencia se
214 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CERÁ~CA GRAPJGANARIA PREHLSPANICA DE FACTURA NEOL~TICA 23
precia con 10s que las "loceras" y "olleras" actuales emplean en sus '
labores. Ellos .son : molino de piedra y mortero para triturar o moler
la tierra; coladores; laja ancha sobre la que descansa la vasija que se
confecciona; depSsito para el agua; bruiíidor o pulidor de piedra;
espátula; pedazos de caiia; púas de plantas espinosas; tallos secos de
cañahejas, gamona o de junco; espinas de pescado, etc. No faltó tam-bién
en el taller un poyete gtreo sobre el que tenían estos knstru-mentos
o colocaban algunas vasijas. De todos estos instrumentos
destaca la espátula de hueso o -madera. Ella fué utilizada para tomar
la masa de arcilla y muy en especial para perfilar la confección de
las ánforas y demás objetos cerámicos. Hemos recogido gran canti-dad
de todo este material en antiguos talleres alfareros, como los lo-calizados
en "Hoya del Paso9' (Barranco de Guanarteme), "Risco
Pintado" (Temisas), "Los @asarones9' (Aldea de San Nicolás), etc.
e) CoZoracibre y bruñido. Decorach.-Faceta muy im~lportante
era la confección de la cerámica arqueolbgica fué el de su coloración
y brklñido. La coloración la dió siempre el color de1 barro, si bien se
enriqueció y avivó con el bruñido a la almagra. El color predominante
fué el rojo-bermellón y el achocolatado. El color negro y sin mayor
brillo fué el menos abundante. Hecha la vasija u objeto eerámico,
era colocado a la sombra uno o dos días para que se oreara o secara.
A esta operación siguió la de Bru%ir, dándosele la almagra, a la ~>af
que se Be ornamentaba caprichosamente.
La decoración fué incisa, punteada, excisa, ungnlada, cardial o
pintada; esta última ]la más frecuente, la más delicada y Ia más mo-derna
dentro de la antigiiedad (v. págs. 28-32 = 220-2241. Sin embargo,
no hemos encontrado huellas Ole1 arcaico procedimiento. .de imprimir la deceracién con C E P ~ ~ E S ;e n cambio, si de h ~ ~ C G ~ B Cea~ G"cEes t~".
E1 bruñido permitió a los aborágemes obtener m total y perfecto
alisamiento que llama poderosamente la atención. En esta operación
mezclaban el almagre con grasas, como sebo y mantecas de cabra y
cerdo, detalle que contribuyb a avivar el color de la arcilla, dán-dole
Ejeza y esma:te. El dekado p~liiiie~itoob tenianio con el bru-ñidor.
Este procedimiento es el que originó el tipo de cerámica a la
almagra.
El almagre es el producto de tobas volchnicas de arcilla roja, reeo-
cidz por altas temperaturas, que se manifiesta en grandes masas o
vetas especiales a lo largo de ciertas montañas, formando curiosos
estratos. Lo aprovecharon las "olleras" y "loceras" prehistóricas y
lo siguen utilizando las "ollerasas"y "loceras" popdares de hoy, y los
pintores para barnizar y dar vivo colorido a las "tallas" y ollas, a los
"bernegalesl', tinajas, cazuelas, cuencos, platos, búcaros diversos,
figurillas decorativas, idoIos, amuletos, "pintaderas", etc.
EI esmalte del excepcional bruñido queda bien patente en los
fragmentos arcaicos recogidos: a pesar de la dura acción de las Ilu-vias,
de los rayos solares y del rozamiento de las tierras de acarreos,
se mantiene aquél casi sin detrimento alguno, en su prístino color y
brillantez. Especiales espátulas emplearon para hacer la ornamenta-ciGn
sobre el engobe brillante del bruñido, técnica singularísima des-aparecida.
La ingenua y simplista decoración pintada que llevan a.
cabo los air'areros popíares actuaies en nada se parece a aqueiia otra
técniczi depurada que permitió obtener en negro, rojo o color caoba
claro una temática ornamental geometriclsta y originalísima.
La depurada técnica constructiva de la cerámica grancanaria pre-hispánica
responde a la de la cerámica a 'la almagra de culturas neolí-ticas:
calidad del barro, modelacijn especial, formas regulares y ar-mónicas
y enlucido esmerado y brillante, esto último obtenido me-diante
singular pulimento. La perfección de esta técnica es lo que más
poderosamente ha liamado fa atención y es la que permitió 2 las indí-genas
canarias prehispánicss obtener elegantes vasijas, de formas
regulares y bien proporcionadas, simétricas y uniformes. Esta cerá-mica,
con su especiai barnizado y enlucido a la almagra, se corres-ponde
con la alfarería de la antigua civilización mediterránea. Un
cotejo de algunos de sus tipos y formas, de su bruñido y decoracio-nes,
wsf b cs:.~I;,-?i_ar,. p u r t i c ~ f ~ r tf,&s ni i~ea~ c nnstrcct;vg p la
que también hacen notar el Prof. Julio Martínez Santa-Olalla y el pre-historiador
Bernardo Sáez Martin 'O; aproximación que apunta asi-
19 Julio Martínez Santa-Olalla: La fecha de la cerámica. a la azmagra eN et
neolitico hispanomauritano, publicado en "Cuadernos de Historia Primitiva", níi-mero
2. Madrid, 1948.
Bernardo Sáez Martin: Nuevos precede$%tesc hipriotas de los idolos PZacas de
la czcltura ibwosccha~imza, en "Actas y Memorias de la Sociedad Espaiiolz de
216 AA'UARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
mismo Antonio Tovar al hablar de la relación de la cultura canaria
con la bereber 20. El profesor inglés 0. G. S. Gawford coincide, igual-mente,
con nosotros en apuntar esas conexioaies; as$, afirma, que la
técnica constructiva de la cerámica canaria arqueológica se practica
en las cabilas de Argel. Craiwford dice que esta cerámica barnizada
a Za almagra es la característica de los eomiei~zosd el tercer milenio
en las culturas neoliticas de Italia y Sicilia; conexión que robustece
con la no menos importante confeccih y utilización de las "pinta-deras
canarias", semejantes a las de los tiempos prehistóricos en el
Mediterráneo, costas de Liguria, de Francia y del Oriente. Concre-tándose
a las de Liguria, afirma deben fecharse en el tercer milenio ?l.
a
f) T"ipos y formas.-Fueron muy variables las formas y dimen-siones,
dentro de cada tipología: tazos troncocónicos de paredes rec- O
tus y base plana; tmos t f ~ ~ c ~ c S r icimc ~ ~uw s z d ue sc~tudwa,b ase n-- m curva, ambas de dimensiones variables; cuencos, cazuelas, cazuelas- O
E
platos, cazuelas troncocianicas, jarras, tazas, vasos cilíndricos y ova- E
2
Ies, cazuelas de fondo esErico y borde saliente, ollas esféricas, olIas E
un tanto exagonales, vasijas exagonales, ánforas ventrudas u ovoides 3
de considerable altura; tinajas, platos elípticos, con una y dos asas, -
0 y circulares sin reborde ni asa o can una, y, a veces, con pico-ver- m
E
tedero (véasen las iliastraciones anteriores, págs. 13-18 = 205121O). O
Hay vasijas con cuello alto o sin cuello; con boca amplia o estre- n
cha, con fondo plano, ligeramente curvo o esférico; con una o dos aE
asas, ya acintada, circular o arqueada; los grandes vasos ovaloides
n
presentan cuatro asas; Ias hay con pico erecto, totalmente ciego y n
n
decorativo, o con pico-vertedero con pulpejo taladrado, etc. 22. 3
O
Antropología, Etnografía y Prehistoria", tomo XTX, págs. 134 y siguientes. &fa-
>-.? > . 0 4 ,
U i L U , I Y I L t .
20 Antonio Tovar, en la revista "Emérita", págs. 389 y 203. Años 1942 y
1941, respectivamente.
21 0. G. S. Crawford: "The Listener". Londres, de 17 de noviembre de 1955.
Idem: The eye goddess, chapter X y Xñ, "Africa" y "The Canary Xsland".
Ed. Pnoenix Kouse Ltd. London. 38 Wiliian IV St., Charing Cross, w. c. 2, 1957.
22 José Pérez de Barradas: CatáZogo de la cerámica y objetos arqueoidgicos
del Museo (Tawt~oL. as Palmas.
Bebastián Jiménez Sánchez: Informes y Memorias. Excasaciones arqueoZó-gicas
en la isla üe Gmn Canaria, de los PZanes Naciowles de 1942-43 y 44. Publi-cación
de la Comisaria General de Excavaciones, tomo 11. Madrid, 1946.
Mem: Memoria de ZZCGS exoavucciones arqwoMgicas m las islas de Cran Ca-
Ya hemos dicho que los indigenas grancanarios tuvieron grmdea
vasijas ovaloides o tinajas con cuatro asas arqueadas y taladradas,
insertas a la altura superior de su abultado vientre; esas vasijas pre-sentan
un pequeño asidero taladrado en el extremo exterior de1 fondo.
Este tipo de ánfora mayor fué el que emplearon para recoger el agua
que habían de utilizar en !a vivienda. Corrientemente las eolgabm;
por" eso el nfmero de cuatro grandes asas arqueadas o redondas, ta-ladradas,
por las que hacian pasar la cuerda o tomiza de palma, que
a su vez bajaba al pequeño asidero inferior, permitiendo con ello rea-lizar
un juego de subida, bajada o de inclinación de la vasija, seg-lin lo
precisasen.
Si originales fueron los tipos y las formas de las vasijas de los
grancanarios prehispánicos, no menos lo fueron asimismo las tapa-deras,
las asas y los picos ciegos o de vertecleros, que es t~~d"ieam,o s
al hablar de la ornamentación.
Las ánforas y los demás objetos cerámicos de los grancanarios
aborigenes tuvieron especia! colocación, ya en e1 propio suelo, bien
en una alacena labrada en la toba volcánica, o en poyetes taonbién
labrados en la misma toba de las viviendas de cuevas, asi como en los
interiores de las casas de planta cuadrada o eruciforme, de los po-blados
cmtonales de costa, medianía y clwabre.
g) OTnamentmZón.-Aspecto iiiteresantísimo, de muy alto valor
en la cerámica grancanaria prehispánica, es su ornamentaci6n. Si,
como ya hemos dicho, la técnica constmtiva, la forma y el bru5ido
esmerado, apuntan claras y evidentes conexiones de !a cerámica, neo-
Bitica canaria con piezas ce-?&micas de antiquísimas cuituias del Me-diterráneo
y de! Egeo, del Egipto de los faraones y de Mesopotamia,
otra prueba m&, también elocuentisirna, nos la da !a omamentación.
En la decoración de la loza grancanaria prehispánica, de factura
neo!it&=2, interviecer, los kc+,aiea si-izntee : e&lac;Sa, temática
decorativa, incisa sin o con relleno de pasta blanca, excisa o de resalte,
%aria, Lanxarote y Fuerteventura, correspondientes a los Planes Naciomles de
1945 a 1952. InBdita. Idem de los de 1953 a 1956. Inbdita.
Idem : Yacimientos anqueoZógicos grancanarios, descubiertos y estudiados - 2951: Lo~&.&-&o &o Pwmftes C*-c-ol&s, c&-Cíúj&o se&&, ,y; &&&ro
y Risco Phtado o de la Audiewia, en la revista "Faycan", núm. 2. Las Palmas
de Gran Canaria, 1952.
Idem: Nzmws estaciones urqzceoZÓgicas en Gran Canaria y Fuerteventura.
Cantpafia de 1952, en la revista "Faycan", niim. 3. Las Palmas de Gran Canaria.
218 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CERÁMICA GRAXCAXARIA PREHISPÁNICA DE FACTURA XEOLÍTICP. 21
y de punti,i!la&, las más arcaicas; y la pintada, en los colores bsr-mellón,
negro, gris o color caoba sobre fondos caoba, rojo o gris. @om-pIetan
esta ornamenlaci6n las distintas formas y evoBuelones de las
ánforas con las gráciles líneas del corte garboso de las mismas, y las
inserciones y distintos tipos de asas, aletas, pitorros, pzones, asi-deros
y tapadieras (véanse las ilustraciones que siguen inrnediata-mente).
La ornaínentacih incisa, excisa, ungdada o cardial, se presenta,
comúnmente, en los bordes, cuelios y asas; pero con predominio en el
v i e ~ t r ey fondo de %asá nlsras llamadas caz-eaeha y euencos y en al-gunos
platos (v. pág. 33 = 225 y lám. H-a) .
La ornamentación pintada a la almagra es la predominante y la
más vistosa (v. pág. siguiente). Ella es simplista, p r o muy geornétrica
y deco~ativaC. arece, por taxto, de líneas envolverates y barrocas como
la "fiecel a cer&m;Ca de la isla ,& ¿a palma, y h3 e- ~- I OAL!-L-- V U- Srm i o- -n--- a' l-a -s
y zoomo~Tos, aunque en a l g h plato y en fragmento de cierta ánfora,
recogidos por e1 autor ea el yacimiento de "La ldontañeta", de la Villa
de Moya, y en el de "'Los Casarones", de la Aldea de San Nicolás, res-pectivamente,
hayaroos ñocalizsdo atisbas florales ineisos o pintados,
especialmente en un trozo de Bedora con decoración en ('cesto" (Aldea
de San Nieol6s) y "Cuevas de Valerói9' (Guía de Gran Canaria). Sin
embargo, no faltan en la ceramica pintada grancanaria originales re-presentaciones
astrales, sol y luna; asi en la elegantísima vasija, de
asa femenina y corte asirio, localizada hace años en la Villa de A&i-mes
(Gran Canaria), expuesta en el Museo Canario; estrellas, en el
fondo esfkrico de algunos platos, y, simplemente, lunares, lunas llenas
o menguantes, en otras vasijas. Otro motivo ornamental valiosfsirno
es el simbólico. De carácter humano y femenino, estilizado, es el que
en forma de triángulo equiiátero o isósceles, superpuesto, embellece
dos esbeltas y originalísimas ánforas localizadas en el túmulo grande
de "El Agujero" (Gáldar), expuestas en dicho Museo Canario. Son
decoraciones en color ocre, figurando esquematizaciones humanas
trianpliformes, verdaderas sintesis de figuras humanas femeninas
que recuerdan a las figuraciones arcaicas de la Susiana, recogidas por
Breuil 23. De carácter posiblemente religioso estimamos ciertos ojos
23 Paul Wernet: Figurm bumanus esquemíiticas del MagZemosiense: Publica-ciones
de la Comisión de Tnvestigaciones Paleontológicas y Prehistóricas. Madrid.
Múltiples tipos de la temática dccorativa en los vasos troncocónicos, cucncos y otras vasijas de la cerámica ncolitica panca-paria,
acusadamente geornétrica.-Nuseo Canario y Colección de la Comisaría Provincial cic Exca1w3oncs Arqueológicas, Las
Palmas. (Dibujos del sutor.)
;Mlás tipos de la LernStica decorativa en la cerámica de la Isla de Gran Canaria.
Otros tipos de la misma temática decorativa.
Parte supeior: Otros motivos de ornamentación. Parte inferior: Vistosa decoración exterior del fondo de algunos cuencos y
cuencos-cazuelas.-IvXu$eo Canario, Las Palmqs. (Dibujos del autos.)
Bella ornamentación clel fondo exterior de cuencos-cazuelas.-Museo Canario, Las Palmas.
(1)ibujos del autor.)
CERÁMICA GRANCAWAXIA PREHISPÁNICA DE EACRJRA NEOLmCA 33
pintados en rojo sobre fondo negro, especie de "ojos de los dioses",
en el vientre de tazos, y las cruces pintadas en rojo o en negro, den-tro
de círculos, también pintados, que aparecen en el fondo exterior
de algunos cuencos y cazuelas, como en la cerámica badariense y en
la de los vasos egipcios predinásticos.
Como ornamentación más arcaica figuran : la incisa, la excisa o de
resalte, la cardial y la puntillada con o sin relleno de pasta blanca.
De estas clases de decoración es la iwka la más predominante.
Decoracijn incisa. Los Casarones, San Nicolás (Gran Canaria).-Colección y dibujos
del autor.
Sus motivos son simples incisiones lineales en forma de ángulo o de
grmo dz trigo, yüe d repetirse f ~ m easp igas. Ella, eüzmh es m&
compacta, da origen a la peculiar técnica que llaman "técnica de la
cerámica en cesto", un tanto parecida a la cerámica de "El Redal"
(kogroiío), que a su vez presenta cierta identidad con Ba cerámica
neolitica de la isla de Fuerteventura 24. Ejemplares de este tipo de
L - - 2 ' - - 1-- 1 2.7- --- -1 -2-- _ . - - 2 - - : - - - L - l í u 2 - -
UKU~~IIPCIIL~CIULILU S ntx~lusr e~ugiuue n el rlcu yawrriieriw aryucuruglw
24 Sebastián Jiménez Sánchez: Cerámica neolitica de las islas de Puertezwsuz-tu?-
a y Eawarote, en "El Nuseo Canario". Las Palmas de Gran Canaria, 1946.
de "Los Casarones", en el tbrmino de la Aldea de San Nicolás, corres-pondientes
a fragmentos de ánforas y de figuras idolátricas o amuIe-tos,
y en "Hoya de San Juan" (Arucas), con rellena en rojo; y con
anterioridad localizados también en "Cuevas de Valerón" (Guia), en
la misma clase de figuras, y en el yacimiento de "El Agujero" (Gál-
Vasija de color rojo con decoración punteada y rellena en color blanco; detalle de la
decoración del fondo externo de la misma. Pala de barro cocido. Cazuela típica. LOS
Arrastres de Casarones, San Nicolás. -Colección del autor. (Dibujos de Victoria
Rodríguez Cabrera.)
dar), etc. 25. En la colección de ídolos y amuletos que se exhiben en
el Museo Canario y en la colección del autor se puede apreciar cla-ramente
este tipo de decoración incisa. Ella fué hecha con espinas de
2s SebastiCtn Jim6nez Sánchez: Idolos de Zos camrws pi-efipúnicos. Separata
del vol. 11 de "Homenaje a Julio Pdartinez Santa-Olalla". Madrid.
Idem: Nwos idolos de los canarios pi-ehispúnicos, en "El Museo Canario".
Las Palmas, 1945.
Idem: Nuevas estaciones arqueoZógicas en Gran Canaria Fuerteventura.
CamP& de 1952, &mina WI. Revista "Faycán", núm. 3. Las Palmas.
226 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIC08
necorocirin en horrlc de vasija y clccoracirin ~iunteatla rellenada con almagre. Hoya de
C'in Juan. hriicas (Gran Canaiint.
Colección fotogrnfins del autor.
Fragmento de «tibisena». Hoya de San Juan. Arucas (Gran Canaria).
Museo Canario de Las Palmas.
Tres aspectos de boton de barro cocido utilizado como sujetador de los
cctarnarcos)) o capotes de los indicenas canarios.
Coleccidn de don Pedro Herndndez Benitez.
~RÁMICA GRANCANARIA PREKISPAN~CA DE FACTURA NEOUTICA 35
pescado, púas de arbustos o con esquirlas de basalto y sílex, aunque
no faltan otras hechas con la uña (decoración ungulada) y con pun-tas
de huesos. De tipo cardial son muy raras.
La decora&% exeisa es muy rara y pasa casi inadvertida. La
hemos localizado en alguna extrafia ánfora con ciertos canalones. De
la de resalte sí se han localizado ejemplares, no muy numerosos, a
base de rebordes, surcos y saliente curvos.
La decoraci4n punteada, con cierta profundidad, ya en eírculos u
ovoides de distintos diámetros, la hemos encontrado en vasijas, y
fragmentos de éstas, en cuevas y en los derrumbaderos de los po-blados
ciclópeos, especialmente en los yacimientos de "Los Casaro-nes",
"La Caletilla" y "Arrastres de Casarones", en el término de la
Aldea de San Nicolás, y en las cuevas del "Barrio del Hospital" (Gál-dar),
en el yacimiento de "La Montañeta" de la Villa de Moya, en la
10ca:idad de "Eüya 6ei Taso" @arranco de Guanarteme, -Las Palmas j ,
en "Hoya de San Juan" (Arucas), en "Pasitos Altos" (Mogán), etc. 26.
Entre los ejemplares de esta decoraciMz incisa destaca una desco-munal
asa arqueada, de 22 centímetros de longitud de cuerda, toda
ella decorada con círculos incisos profundos, de 1,4 centímetros de
diámetro. Los círculos, un tanto imperfectos, presentan claras huellas
de haber estado rellenados con pasta blanca, al estilo de las vajillas
hispanomauritanas señaladas por Gómez Moreno. Igualmente una
ollita en color rojo con decoración incisa rellena en blanco, por mí
localizada, como el asa anterior, en la localidad de "LOS Morros de los
Casarones", en la Aldea de San Nicolás 27.
h) Cerámica phtada.-Es ésta la más representativa, abundan-te
y vistosa dentro de la ornamentación de la alfarería grancanaria
neolítiea (véase antes, págs. 28-32 = 220-2241.
26 Sebastián Jiménez Sánchez: Informes y Memorias. Excavaciones arqueo-lógicas
en b bla d& Gran Canctricc, de bs Planes Nacionales de 1942 a 19-64, t. 11
de las publicaciones de la Comisaría General de Excavaciones. Madrid, 1946.
Idem: Yacimientos arqueozdgicos grcvncanarios, descubiertos y estudiados
en 1951: LocaZidades de Arrastres de Casarones, Cascajo de Belbn, EZ Balade-ro
y Risco Pi~tadoo de Icc Audiencia, en la revista "Faycán", niim. 2. Las Palmas
de Gran Canaria, 1952.
Idem: Excavaciones arqueoE6gicas en las islas de Gran Canarta, Lanxarote y
Fuerteventura, corresponclientes a los Planes de 1945 a 1958. Inédita.
27 Sebastián Jiménez Bánchez: Nzlevas estaciones arqueológicas en Gran ba-naria
y Fuertsventura. Campaña de 195.9, en la revista "Faycán", niám. 3, Iámi-nas
X y Xi. Las Palmas de Gran Canaria.
Esta ceráaica es de color negro, bermellón, caoba claro, achoco-latado
y grisáceo. Sobre estos colores de engobe brillante, en espe-cial
sobre el rojo, ricamente bruiíido, destaca la gran variedad de
una original pintura geométrica, bien equilibrada y bella, de altísi-ma
valoración, dentro de su técnica compositiva, evolutiva y de sín-tesis;
cerámica que, como hemos dicho repetidas veces, tiene sus pa-ralelos
en viejas culturas del bronce mediterráneo y atlántico. Las
cerámicas pintadas de Chipre, Creta, Malta.. ., al igual que la bada-riense
y la predinástica de la tierra de los faraones, son sus parientes
más cercanas. Dentro de ese parentesco no podemos dejar de consig-nar
que la decoración geometricista de la cerámica grancanaria neo-
Iítáca tiene cierta similitud con la cerámica de Vilaricos y la propia ,
cerámica ibérica barnizada de Cigarralejos, estudiada por Emeterio ? E
Cuadrado =. O
En 1% ~ ~ ~ ~ I e ni~~in~ta~daid eS la: c:er &ri,ica primitiva granca- --= m
narria no se advierte el predominio de líneas ondulantes y envolventes,
ni círculos concéntricos, ni meandros, que se identifiquen con los pe- 5
E troglifos de Belmaco y Garafía, en la isla de La Palma, trasplantados
en parte en la ornamentación incisa de la cerámica aborigen de dicha
Isla; ni tarnpoco los arcos labrados y concéntricos que presenta el
m
petroglifo de Zonzamas, en la isla de Lanzarote, por mí estudiado y
dado a conocer 29. En cambio, la temática de esa decoración pintada,
y esencialmente geométrica, la hallamos repetida y representada con ;
profusión en la ornamentación de algunas cuevas canarias, como en
la llamada "Cueva Pintada" (Gáldar) y en el relleno de las "pinta- 1 n
deras" canarias 30. Insistiendo sobre la temática de la cerámica pin-tada
pancanaria, decimos que esos motivos geométricos, desde la 2
Enea mas simple, se combinan graciosamente para formar ángulos,
pecas, franjas simosas y paralelas, tanto horizontales como verti-cales
e inclinadas; dentelladas de lobos, cuadriiáteros, rombos, exá-gonos,
ek., y especiales combinaciones de estos mismos motivos;
28 Emeterio Cuadrado, en "1 Congreso Arqueológico del Marruecos ~spafi~!".
Tetuh, 1953.
29 Sebastián Ziménez Sánchez: EZ pstroglifo de Zonxamas, trabajo publicado
en el diario "Falange", de 3 de noviembre cie í953. ¿as Iahias.
30 Sebastián Jiménez Sánchez: fnformes y Memorias. Excavaciones arqueo-
'lógicas en la isia de Gran Canaria, de los Planes NacionaZes de 1942 a 1944, t. 11
de Ias pubIicaeiones de la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas.
Madrid, 1946.
228 ANUAIZIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
dameros, arcos y cuerdas, medios círculos, lunares con pestañas o
fiecos, círculos simples y combinados, ruedas dentadas, motivos fu-siformes
y romboidales, estrellas, etc., etc. Contactos de estos mo-tivos
romboidales los encontramos en la alfarería antigua de Persia
y Mesopotamia 31.
El triángulo equilátero, el más bello de todos los triángulos, en
opinión de Platón 32, supera a todos los motivos de decoración pin-tada
en la alfarería canaria prehispbica; le sigue el triángulo isós-celes,
que en sus dentelladas extáticas simboliza la llama de fuego,
que tanto llamara la atención al hombre primitivo y utilizara como
elemento purificador y religioso en sus danzas rituales. Estos mo-tivos
son los que adornan las ánforas más bellas, en combinaciones
caprichosas, fruto del espíritu creativo del aborigen. Ellos puede que
sean exponentes del culto al fuego y al padre sol. Ese mismo elegante
"~e ometricismod ecorativo que ob~erva~moeen la cerámica 10 regis-tramos
igualmente en los prñles arquitecturales de las cuevas-vi-viendas
y, sobre todo, en las cuevas ampliadas a base de construcción
pétrea, así como en la estructura de los poblados ciclópeos, singu-larmente
en los de "El Agujero", "Tufia", "La Felisa", "Los Casa-rones",
"Lomo de Berriel" y "Tabaibales de 'Veneguera" 33.
i) Otros elementos copmplementarios o destwables en la onza-rnemtackh
cerámica.-Corno se d e ~ adi cho, son elementos complemen-
81 Sebastián Jiménez Sánchez : Inf ormes y Memorias. Excavaciones arqueo-lógicas
en la isla de Gran Canaria, de los Planes Nacionales de 1942 a 1944, t. 11
de las publicaciones de la Comisaría General de Excavaciones. Madrid, 1946.
Julio Martínez Santa-Olalla: Obras maestras Mpánicas de la cerámica de
estilo campaniforme, en "Cuadernos de Historia Primitiva", núm. 32. Nadrid, 1947.
32 PlatOn: Timeo.
33 Sebastián PJiminez Sánchez : Informes y Hemorias. Excavacwnes arqueo-lógicas
en la isla de Gran Canaria, de los Planes Nacionales de 1942 a 1944, pu-
,-7: uir-c -a -ci.o- .r.i .e-s de ia. Comisaría General ae Excavaciones. Madrid, 1946.
Idem: Monumentos funerarios de Zos canarios prehisp6nicos. Separata de la
comunicación inserta en la ''Nemoria del DI Congreso Arqueológico Nacional.
Galicia, 1953".
Idem: La prehistoria de Gran Canaria. Separata del "Boletín de la Real So-ciedad
Geográfica", Serie B, núm. 206. madrid, 1947. Idem en "Revista de His-toria",
La Laguna (Tenerife}.
bdem: Embalsarmamientos y emterramimtos de los canarios w gmmches, pue-blos
aborlgenes de Zas Islas Canarias. Separata de la "Revista de Historia", La
Laguna, 1941.
Idem: Nusvas estaciones anqueológicas en Gran Canaria Fuwteven~z~rcb
Campaiia de 2952, en la revista "Faycán", núm. 3. Las Paimas de Gran Canaria.
tarios en la ornamentación: boca, cuello, borde, casa, aleta, p e h ,
pico-vertecho con o sin pulpejo, pico ciego y tapadera.
La boca puede ser ancha o estrecha; esta CItima predomina en
los vasos troncocónicos, que carecen de cuello y bordes resaltados,
si bien en alguna vasija de esta tipologia se advierte cierta tendencia
a dar origen a cuello, como acontece en un vaso loca'nizado en "Las
Longueras", en tanto que en otro que localizamos en una cueva de la
peqiieña localidad de "Pino Gordo" (Aldea de San Nicolás) el borde
de la vasija troncochica se pronuncia acusadamente.
Los cuellos correspondientes a las vasijas ventrudas ofrecen dis-tintas
alturas, desde los de una pequeña iniciación a los de altura y
elegancia destacada, y desde íos de dess?rrollo vertical o curvo a los
de acusada escotadura, como sucecle con la bellísima ánfora de
Agüimes.
Los bordes, de distintos espesores, pueden presentarse sencillos o
con reborde inclinado o recto. Unos y otros, aunque no constituyen
casos frecuentes, suelen ofrecer cierLta escarificac2ón a base de deco-ración
incisa acanalada. Este tipo de ornamentación es propio de va-sijas
de boca ancha y la utilizaron para verter el suero de la leche
de cabra. En el yacimiento de "La Hoya de San Juan" (Arucas), ex-plorado
por el auto;., recogimos un notable fragmento de vasija con
esta clase de decoración (v. lám. 1-a). Borde con vertedero sólo se ha
registrado en alguna cazuela-plato de forma elíptica, que recuerda a
los vertederos de los fojios y tabajsstes empleados para el ordeño en
la isla de Fuerteventura.
Las asos son elementos mtiy decorativos. En las ánforas gran-canarias
prehispánicas las encontramos de variadisirnos tipos, formas
y estilos, pasando por facetas de transición. Las vemos iniciadas en
un simple a@ndice, tipo pexoniforme, llegando hasta complicarse en
asas tubulares con pulpejo taladrado, como sucede en los picos-ver-tederos.
El estudio de los distintos tipos de ánforas existentes en las salas
del Museo Canario y la notable colección que poseemos, fruto esta
230 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Diversos tipos de asas.-Colección de la Comisaria Provincial de Excavaciones Arqueoló-gicas,
Las Palmas. (Dibujos del autor y de Victorio Rodriguez Cabrera.)
Más tipos de asas.-Colección de la Comisarla Provincial de Excavaciones Arqueoló-gicas,
Las Palmas. (Dibujos del autor y de Victorio Rodríguez Cabrera.)
Otros tipos de asas.-Colección de la Comisarla Provincial de Excavaciones Arqueoió-gicas,
Las Palmas. (Dibujos del autor y de Victorio Rodríguez Cabrera.)
Elegantes tipos de asas, verdadera manifestación del espfritu creativo del aborigen
grancanario.-Colección de la Comisaria Provincial de Excavaciones Arqueológicas,
Las Palmas. (Dibujos del autor y de Victorio Rodríguez Cabrera.)
232 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
GER~IICA GRANCANARPA PREHISP~NICA DE FACTURA NEOL~TICA 41
siltima de las exploraciones y excavaciones que hemos dirigido, nos
permiten clasificar las asas en los siguientes tipos: asa &ntada,
redonda, cuadrada, rectangular y trc@ezoidaZ, para los tazos tronco-chicos,
simples o dobles, con predominio de la cuadrada y rectan-gular.
Unas y otras presentan taladros en su centro, ya cuadrado,
circular u ovaloide.
En las ollas y vasos ventrudos, de distintos tipos, predominan: las
asas pezoniformes, de pequeños y medianos asideros macizos y sin
taladro ; asa-aletas arqueadas, con o sin taladro ; asa acintada maciza;
asa redunda, con taladro o sin él; asct arqueada de pequeEas y grmdes
dimensiones, de seis a veintidós centímetros de longitud; asas tubu-lares,
con perforación en su base; asas cónicas con taladro; asm-pitorros,
éstos extraordinariamente anchos, terminados a veces en un
ensanchamiento a manera de arandela; asas $aEpicm o masculinas,
Ue elegante y erecto pico-vertedero con pulpejo perforado; asas ja-lópicas
de erecto pico ciego, meramente decorativo, y asas femeninces,
de acusada ranura alargada con resalte lateral, con inicio desde la
base o mitad de la vasija hasta la mitad del cuello, de kllásimas lí-neas.
Ejemplo claro de este último tipo es la de h ya varias veces
mentada vasija localizada en ANimes, de corte asirio.
La inserción de las asas en los vasos y ánforas en general es cu-riosísima.
De ella, en relación con la forma, depende en gran pafte
el garbo y belleza de la vasija. En los vasos troncocónicos la inserción
de las asas es entre parte del fondo esférico y el cuerpo medio inferior
de la vasija, y otras veces su iniciación parte del mismo fondo en un
arranque elegante.
Ea técnica constructiva de las asas, y muy en especial la de las
asas falópicas en sus dos modalidades de pico-vertedero y pico-ciego,
fué singular. Algunas de las que hemos r~rogidod, esprendidas de las
vasijas, presentan un puón o resalte que enmalletaba en !a pared de
aqu6llas. Las asas tubulares y de pico-vertedero debieron construirse
perforando la masa con tallos seleccionados y secos de cafíahejas o,
simplemente, con medianos trozos de ramas secas de árboles; este
~ i s r n np r~c e r i imi e~rrit?~,p lewrvn par2 haeer les taladras de !su rasas,
que luego agrandaron y perfilaron con los dedos.
Tipos de asas y pitorros, similares a los de la cer&mica granca-narPa
neolítica, se han localizado en todos los pueblos de las riberas
del Mediterráneo: Chipre, Grecia, Egipto, Malta, Italia, Málaga, Gra-nada
(Cuevas de los IvZurciélagos y de Albuñol 34), en la cultura arg&-
rica o de Almería, en Huelva 35 y en mfiltiples vasos hispanomauri-tanos.
El predominio de los picos-vertederos o "pitorros", en los vasos
de la cerámica grancanaria neolítica, nos hace pensar si los canarios
prehispánicos (al igual que los moradores del vecino continente afri-cano,
entre otros los buamranis del territorio de Hlni) practicaban la
costumbre de tomar infusiones de hierbas.
Consideración notable debemos hacer sobre el predominio de los
erectos picos~ertedems y picos ciegos, ambos con pulpejo taladrado
o sin taladrar.
El culto fálico entre los grancanarios prehispánicos se pone bien
de manifiesto en su alfarería a través de los pitsrros-asas ciegos y
p.ltorros-asas vertederos, con pulpejo globular, que representan y
simbolizan los órganos masculinos, al igual que las grandes asas la-terales
arqueadas, cor, amplia ranura central. resaltada y bordeada,
de ciertas vasijas elegantes, representan el 6rgano femenino. El culto
fálico lo vemos también en algunos grabados antropornorfos del Valle
del "Barranco de Balos", en los que se destaca el órgano masculino;
en !os betilos de "Tara" descubiertos por mi dilecto amigo el sacerdote
&. Hernán6ez Benitez 36; en los betilos que descubrimos en "El Agia-jero"
(Ghldar), "Montaiíeta" (de la Villa de Moya) y otras localida?
des. Tero donde, de una forma excejjcional, queda bien patente este
culto, sin dar lagar a dudas, es en la figurilla que descubrimos en ei
yacimiento arqueológico de '%os Caidedlos de Casarones", término
de la Aldea de San Nicolás, de estrmtiaiia penifome, con doble cara
humana esculpida toscamente en el glande, en el que aparecen és'cas
conjugadas en su parte superior. Es una figura que nos place dar a
conocer por lo extraña (v. p%g. 51 = 243) 37. Prueba semejante de este
34 Véase "Archivo Espa,Ííd de Arqueología", núm. 68, págs. 212 a 215.
35 George Lesner y Carlos Cerdán: Los sepulcros megaMticos de EueZva, en
"Informes y Memorias", núm. 26 de las publicaciones de la Comisaria General
de ~xcavaci"iiea. Iv&&-i&
36 Pedro Hernández Benitez: Tres betilos y un ara, en el diario "Falange", de
21 de octubre de i942. Las Palmas de Gran Canaria.
37 Sebastián Jiménez Sánchez: Yacimientos arqueológicos grancawizrios,
descubiertos y estudtados en 1951: Localadades de Arrastres de Casarm, Cas-
2?4 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CEBAMICA GRANCANARIA PREHISIP&ICA DE FACTURA ANEOLfTICA 43
mismo culto fálico ha sido localizada en la rsgih de Soddu in Wotarm,
al sur de Etiopía, en la que Iiguran dos grandes menhlres fálicos 3s.
Las tapaa7R-ra.s son otro de los elementos importantes en la orna-mentación
de las vasijas. Las tapaderas de las ollas y demás vasijas
guardan entre sí un denominador común. Las hay totalmente pla-nas,
ligeramente curvas y acusadamente arqueadas, si se quiere con
cierto aire gótico. Unas y otras corresponden a ollas y otras hforss
de tipo evolutivo, ya de juguete, ya de tamaño mediano y mayor.
En las tapaderas planas podemos distinguir, bien =m asidero een-tral,
arqueado, con taladro, o un asidero central de forma piramidal,
con doble taladro opuesto; como asimismo un asidero central ar-queado
con doble perforación, y aún asidero central rectangular con
doble taladro; también las hay con dos pequeños asideros perforados,
de oreja de gato, uno a cada lado, g con dos asideros tubulares bosí-zontales
y paralelos, ambos perforados a lo largo (v. pág. siguiente).
En las tapaderas ligeramente curvas predominan los asideros re-dondos,
y en las tapaderas acusadamente arqueadas o de casquete
esférico también predominan los asideros redondos taladrados.
La cara interna de las tapaderas ofrece singular interés y no-vedad.
Ella presenta original técnica. constructiva para mejor adap-tarse
al borde de la boca de Ia vasija. Para ello construyó la alfarera
un canal circular más o menos profundo, junto al borde de aquélla,
con lo que facilitaba el perfecto ajuste de la pieza. Otras tapaderas
llevan este canal circular en el centro, presentsndose como dos
círculos concéntricos. Otras, en cambio, tienen en el centro de sea cara
interior c ~ a t r oam plias dentelladas o lenguas macizas. También he-mos
localizado una pequeña tapadera de ein pico-vertedero, formada
por una masa redonda, que permite el cierre u obtwaci6n del tubo;
ella tiene en su parte media un disco y un pezSn que hace de asidero.
j) Coca%%.-La cocción es muy fundamental en Is alfarería; de
ella depende en gran parte la duración de km piezas cerámicas. La
cocción es la operación final y más delicada, que se obtiene en las
cajo de Belén, El Baladao y Risco Pintado o de la Audiencia, en revista "Fay-cán",
núm. 2. Las Palmas, 1952.
Idem: Piuwas estaciones arqueok5gi.e~e~n Oran Canaria y Fuertevmtzcrar.
Campaña de 1952, en la revista "Faycán", núm. 3. Las Palmas.
38 0. 0, S. Crawford: Tk oye goddess, lámina 39. Londres, 1957.
Interior de tapaderas.-Colección de la Comisarla Pro-vincial
de Excavaciones Rrqucoli)gicas, Las Palmas.
(Dibujos de Victorio Rodriguez Cabrera.)
hornillas alfareras. Esta tarea es la que sigue a la del bkiruiiido, des-pués
de haberse secado la vasija a la sombra. ]Más o menos es la mis-ma
técnica que actualmente realizan las alfareras populares o folkió-ricas
de "Lugarejos", "Hoya de Pineda", "Ablaya de Guía", "Ata-
Saya de Santa Brígida", "El Hornillo", "San Bartolornt5 de Tiraja-na",
etc., en la isla de Gran Canaria, e igual a la de las alfareras del
"Valle de Santa Inés", en la isla de Fuerteventura, y a las de "El
Mojten" y "Muiíique", en la isla de Lanzasote.
Los lugares para el cocimiento de las vasijas estuvieron siempre
emplazados en sitios resguardados de1 viento predominante, a fin de
que las calorías fueran siempre uniformes. Estas hornillas estuvie-ron
bien al aire %fbre, ya en cuevas o junto a paredones p6treos más a N
o menos arqueados, formando parte de los poblados cicl6peos, como E
las que hemos localizado en el yacimiento de "Hoya del Paso", en el O n Barranco de Guanarteme (Las Palmas), etc. Restos de estas horni- -
m
O
E llas, leña carbonizada y fragmentos cerámicas los hemos recogido E
2 muy abundantes en los yacimientos de "Ea Cale'ci.illan y "Loa Casa- -E
rones" en la Aldea de San Nicolás, en la mentada "Hoya del Paso",
3 en "Risco Pintado" de Temisas, en "El Junquillo" y "La Torre", en -
la isla de Fuerteventura, etc. La leña carbonizada recogida responde, -
0
m
E
en Gran Canaria, a las especies "pino" y "sabina". La práctica más O
usual debi6 ser la de formar haces de leña, un tanto abiertos, colo-n
cados sobre el hoyo en que estaban las vasijas, las que a su vez 'cenian -E
debajo una cama de leña más ligera. Las ánforas debieron estar w- a
2
locadas ya boca abajo o boca arriba, y a veces, con trozos de leña n
n
dentro. Con el calor, y llegado a su punto, las vasijas se enrojecían
3
y adquirían dureza y consistencia. Estas vasijas son las que, al en- O
friarse y al hacerlas sonar con un ligero golpe de dedo, producen ian
sonido característico.
Que los canarios prehispánicos cuidaron mucho la cocción de su
cwámica queda bien patente en los magaa%cos y numerosos ejem-plares
de ánl'oras y otros objetos que se custodian en el Museo Ca-nario
y en la colección particular que poseemos, lo mismo en vasijas
eoup~c~as ea fraf;TIent-s & En &bs se adv-ier';e,
triturados, la fuerte dureza adquirida con la cocción, a la vez que la
calidad selecta de la arcilla y la presencia de ciertos corpáasculos
brillantes como mica, cwzo, caleopirita, etc.
k) Otros objetos y piezas cerhkas. Ejemplares destacados.-
Caso verdaderamente extraordinario fué la localización en el pueblo
de Mogán, en el pasado siglo, de una cazuela de perfil escotado, con
cuatro asas redondas, equidistantes, de inserción en el cuello esco-tado,
con terminación a la altura del borde. Esta hermosa y original
cazuela de 35 centimetros de diámetro, con altura interior de 11 cen-tímetros,
seiíalada con el núm. 181, se exhibe en el primer andamio
de la vitrina núm. 4 de la Sala 1." de Cerámica del TEuseo Canario.
La podemos cdxdogar entre las raras por presentar en su fondo .ex-terno
tres claras y definidas huellas circulares de haber tenido tres
patas, posiblemente de seis centímetros de diámetro en su base por
diez centímetros de altura. El donador de esta pieza excepcional fué
don Gregorio Cnil y Naranjo, fundador del expresado Museo.
No hemos registrado otras vasijas con patas; por eso cataloga-mos
a ésta entre las de tipo Único. Sin embargo, hablando con la
anciana de más de ochenta años htonia Rivero Hernández, vecina
de la localidad de San Lorenzo (Gran Canaria), nos ha referido que
con ocasión de obras de construcción de un estanque en el dicho lugar,
aparecieron en donde llaman "Cuevas de Maestro Juan Suárez" va-rias
vasijas y esqueletos humanos, que entonces dijeron que perte-necieron
a los antiguos canarios. En el mismo lugar aparecieron,
hará unos treinta años, otras vasijas que ella vió, llamándole enton-ces
la atención no sólo por lo hermosas y rojo colorido, sino porque
una de ellas presentaba. cuatro patas; recordando, además, haberlas
visto, después del hallazgo, convertidas en macetas durante largo
tiempo, hasta que se rompieron. Este es el único caso de paralelismo
que hemos podido encontrar. En "La Zarcita" (Huelva) se han regis-trado
igualmente hallazgos de vasijas con pie 30.
Otro caso extraño nos lo da un pequeño cuenco de barro negro,
2- m,r,- a, ,,,U..A4- ....c;\n;nr. a,, 7 Q Q ñ nanf:mnf.rnn ,.qn
Ut: Iu1111a uo G ~ D ~ U C L GGD LGL rLu, u= I ,0 pur V,V +o r r í r l r ibiLvu ub u s u v ~ v
tro, que se exhibe en la vitrina núm. 15 de la Sala de Cerámica del
Museo Canario, con el núm. 598 del Catálogo. Del borde nace un pe-queño
y estrecho asidero o mango que tiene en su extremo una cara
humana con ojos y boca redonda, cachetes mofletudos y nariz sa-
89 Oeorge Lesner y Carlos Cerdán: Los sepdcros rnegditkos &e f?uelua, en
vol. 26 de "Informes y Memorias", Iám. W.P~a blicacidnd e !a Comisaría
General de Excavaciones ArclueoMgicas.
235 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Iiente. Debajo de la cara ofrece una perforación como para colgar.
Fué localizado y recogido en el lugar de Arguineguín y donado al
Museo Canario por don Fernando del Castillo y Uanrique de Lara,
Conde de la Vega Grande. Este caso de decoración con motivo hu-mano
sólo tiene precedente o paralelo en alguno de los ídolos y figuras
amuletos recogidos en las "Cuevas del Valer&' (Guía), descritos
por S. Berthelot "O, y en las figurillas de cuello largo y caras ovoidales
descubie~tasp or el autor en el yacimiento arqueológico de "Los Ca-sarones",
en la Aldea de San Nicolás 41. Igualmente en ciertos a@n-dices
zoomorfos de vasijas, descritas por Brthelot, que quieren re-presentar
una cabeza de perro o de cerdo, especie de tihkena.
En el recién creado Museo Arqueológico Municipal de la ciudad
de Gáldar figura un fragmento de cazuela con asa trapezoidal, de
doble perforación, superada por una cabeza semihumana o de perro,
localizada en su término.
Dentro de los trabajos de la alfarería caxiria prehispánica situa-mos
también a los botones de barro cocido o ajustadores de los "ta-marcos"
y capotillos, con perforación en V, que usaron los aborígenes,
que tiene su parigual en los botones minoicos (v. lám. I4) . Son botones
ovaloides de unos seis centímetros de diémetro mayor 42.
Igualmente son curiosos los cobdores (v. pág. 207), las cacharas y
ldmparas (estas filtimas a manera de páteras) y ciertos vasos sayfccdos
de forma cónica, con mango, para hacer libaciones místicas. Estos ob-jetos
se exhiben en el Museo Canario. No falta también una especie de
40 Sabin Berthelot: Ethnografáa y a w h de La conquista & las Islas Ca-narias.
Santa Cruz de Tenerife, 1849.
41 Sebastih Jiménez Sánchez: La prehistoria de Gran. Camria, en "Revista
de Historia". La Laguna, 1945.
Idem: Idolos de Tos canarios prehispánicos. Separata del "Boletín de la Real
Souiedad Geogr$frca Española'', Serie R, nLv-. 3%. 3CsC!rici,, l94?. Icern en vd. Y
de la obra "Homenaje a Julio Nartinez Santa-Olalla". Madrid.
Idem: Nwvos idobs de los canarios prehbp6nicos, en "El Museo Canario",
enero-marzo de 1945. Las Palmas.
ICem: Yauiwbentos urqzceol~gicos grancanarios, descolbisrtos y estudeados
en 1951: LocaZ%dades de Arrastres de Gasarones, Cascajo de Del&, EZ Daladero
y Risco Pintado o de la Audiencia, en la revista 9?ay&", niím. 2: Lsls Palmas.
Id=: AT2:sem ~st&U,~?íuu" ~ ~ q i i e üMg i c&e n &m Ca%a& y EuerbevenCura
GrnpancL de 1952, en la revista "FaycAn", niám. 3. Las Palmas.
42 Pedro Mernandez Ekrnitez: La cerámb.kca aborigera cZe Gran Cmada, ~ ~ s c u l a
de cinco pAginas y una lámina. ComunicaciSn presentada al "W Congreso Ar-queológico
del Sudeste Espailol". Elehe, 1948.
48 SEBASTIÁN J I I d X 5 Z SANCEEZ
pala pequeña de barro corrido, abarquiliada, con asidero redondo,
localizada por mi en las excavacio-nes del poblado aborigen de "Los
Casarones", Aldea de San Nicolás, que utilizaron para trasvasar ha-rinas
o granos desde urma vasija grande a otra peqiaeiía, similar a la
que hoy se usa en las casas canarias para sacar el "gofio" de maíz,
trigo o de cebada a-l)
Pintaderax-Las "pintaderas" o sellos, también de barro co-cido
(aunque no faltan buenos ejemplares de madera), con su varía-dísima
tipologia y complicada ornamentación, forman parte de las
piezas cerámicas neolíticas de los grancanarios prehlspánicos. Como
se cree saber, fueron utilizadas p r los aborfgeaies en el arte deco-
B
rativo del tatuaje. En ellas, como en todas las manifestaciones cul-
E turales de los indignas canarios, destaca el geometricismo de forma ;
y el geometrkismo de motivos internos. Las hay triangula-fes, cua- n - m
&angulares, rorrnboidales, rectangulares, circulares, lanceoladas, fes- O E
toneadas, ete., a su vez rellenas con combinaciones de alto y bajo re- E
2
E lieve de triángulos, cuadrados y circulos perfectamente ssime'cricos,
en los que sobresalen los triángulos isbsceles, formando dientes de 3
sierra o de lobos. Poseen fin asidero, mango a agndice, taladrado o O-m
no. Es de destacar que los motivos geométrieos de las pintaderas ca- E
narias son los mismos $lue exornan las vasijas, especiahnente las Ila- O
madas troncoehicas y trapezoiddes; coinciden a su vez con la te- n
E mnática decorativa que, a manera de friso, decora el interior de la fa- -
a
mosa '‘Cueva Pintada", en Gáldar (Gran Canaria). Ejemplares nu- n
merosísianos forman parte de la rica coiecci6n del Nuseo Canario y
de la colección de %Ca omisaria Provincial de Excavaciones Arqueo6 O3
gicas, fruto de las exccdvaciones que hemos dirigido. También se cus-todian
algunos ejemplares en la colección particular del investigador
don Pedro Hernández Benítea (Telde). Todas estas "pintaderas" de
barro cocido se han localizado y recogido lo mismo en poMados de
43 Sebastián Jim6nez Sánchez: Tdaci.mP,entos ~rq.ueoZógims grmcavi,arios,
desczcbiertos y estadiados en 1951: LocaZdudes de Arrastres de Casaro.lzes, Cas-cajo
de BeZ&z, 5? Baladso 31 Risco Pintado o de Za AuclsencBa, en la revista "Fay-cán",
nfim. 2. Las Palmas, %m. 1. Año 1952.
Idem: Nuevas estacioszes arqueológicas en Grm Cawal'h g Fuertedentzcra.
Campaña 6% 1958, m la revista "PaycBn", nfim. 3, l6m. 1. -Las Palmas.
240 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Cara anterior de figura femenina con tocado. Hoya de San Juan
Arucas (Gran Canaria).
Cara pozterior de la mizma pieza
Museo Cflnnrlo.
cuevas como en los de viviendas de planta interior cruciforme o cua-
.&ada y al exterior oval 44.
m) F@uras humrunas y de animales.-Otras manifestaciones al-fareras,
vigorosas y muy representativas, son las figuras humanas,
los amuleto$, los Zdoíos y tal vez las rqresentaciones simMEcas de
béroes que hemos dado a conocer en varias monografias 45. Las di-versas
figmiilas de barro cocido, semihumanadi, y semibestiales, que
se exhiben en las colecciones del Museo Canario, las descubiertas por
Verneau y a1gunas de ellas en el Museo de Arqueología de París, las
descubiertas por mí en los yacimientos de "Los Casarones", de la
Aldea de San Nicolás; en "La Montafieta", de la Villa de Moya, y en
"Alto de los Pasitos", Mogán, y las que poseen en SUS colecciones
particulares don Pedro Hernández Benitez (Telde) y doña Margarita
Pérez Auyanet (Gáldar), hacen pensar si serán, en su mayoría, las
representaciones tothicas de un cuito primitivo en familias o gru-pos
de familias aborigenes; en Idolos, en divinidades, especialmente
femeninas ; en un culto fálico ; en fetiches o arnuletos para ahuyentar
s los espiritus del mal o para representar a las famosas "tibisenas"
(v. lám. 1-b) que, a manera de perros lanudos, aves y figurillas mons-truosas,
con apariencias demoniacas, se aparecían de noche a los indí-
Sebastián Jimknez Sánchez: Informes y Uemorias. Excavaciones arqueo-
Iógicus en la isla de Graaz Canaria, de los Planes NucionaJes de 1948 a 1944. Publi-caciones
de la Comisaría General de Excavaciones, vol. 11. Madrid, 1946.
Idem: Yacimientos arqueológicos grancanarios, descubiertos y estudiaáor
en 1951: Arrastres de Casarones, Cascajo de Belén, EL Baladero y Risco Pintada
o de Za Audkmciu, en la revista "Faych", ním. 2. Las Palmas, 1952.
Pdem: ATztevas estuciones arqwoZÓgicas en Gran Canaria y Fuertevmtura.
Camp.a.Ti,a de 1959, en la revista "Faycán", nam. 3, lám. 1. Las Palmas.
Pedro Hernández Beníteiz: Vindicuci6n de nuestras gi~taderm, en "El Museo
Canario".
Jos6 Alcina Franch: Las "pintaderas" de Canarias y sus posibzes rekmkmes,
en ANUARIODE ESTUDIOSA TLKNTICOS,n úm. 2, 1956, págs. 77-107.
45 Sebastign Jiménez Sánchez : IdoZos de los canarios prehispdnicos, en vol. 11
de la obra "Homenaje a Julio Martínez Santa-Olalla", correspondiente al t.
de "Actas y Xemorias de la Sociedad Española de Antropología, Etnogrdía y
Prehistoria". Madrid, 1948.
Idem: Nuevos idolos de íos canmios prehispánicos, en "El. Museo Canario",
enero-marzo de 1945. Las Palmas.
Idem: La prehistoria. de Gran Canaria, en "Rev. de Historia". La Laguna, 1945..
Josk Pérez de Barradas: Estado actual de las iwvestigaciones preBcistóricas
$obre Ca~~t r iaPsu. bl. del Museo Canario, 1939.
genas, según refieren los más antiguos cronistas 4 6 ; en representacio-nes
humanas de seres queridos o de jefes de tribus; en juguetes o en
simples y toscas representaciones de un arte figurativo incipiente,
apreciaciones que coinciden con los descubrimientos hechos por nos-otros.
Analizando las distintas figuras de barro cocido podemos señalar
Idolo femenino localizado en
Museo Arqueológico, París.
"La Fortaleza", Santa Lucla de Tirajana.
(Dibujo de Victorio Rodrlguez Cabrera.)
seis tipos: los tres primeros corresponden a la clasi6cación hecha por
el Prof. Pérez de Barradas, en el propio Museo Canario, en el año 1939 ;
y el cuarto, quinto y sexto tipo son clasificacioiles nuestras como re-sultado
de los hallazgos arqueológicos en los yacimientos que hemos.
&se.G~;er~uy e s k d iB& desde1 194 S 28957. -f-iAs-m c- 7l-a s-.n?lEi -c -s -ci':u n- e% - Como
16 Fray Juan de Abreu Galindo: Historia de Za Corzqt&ta de las Siete Isam
cBe Gran Canaria. ABo 14%2 (reds?ctada de 1592 a 16%).
Tomás Marín y Cubas: MistwrBa de las Siete Islas Ccvnarim. Años 1687 y 1694.
242 IBUAEIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS-
C E R ~ ~ I CGARA NCANARIA PREHISPhNICA DE FACTURA NEOL~~ICA 51
sigue: 1.0, ídolos placas de pechos femeninos, redondos o alargados,
llamados de "teta de cabra", qrie se corresponden con los ídolos neo-láticos
del Mediterráneo, también denominadss "ídolos de violín";
2.0, idolss femeninos de cabeza redonda y cuello alargado; 3 . O , cabezas
varias de figuras monstruosas y demoniacas, a las que corresponden
las representaciones de las "tibisenas" ; 4.0, amuletos para colgar en
las habitaciones; 5.0, figuras humanas esquematizadas, labradas en
piedra o en barro, y 6?, betilos y falos. Algunas de estas figuras las
identificamos con los idolillos neolíticos de piedra y tierra cocida del
Distintos tipos de representaciones humanas, una de ellas de caras conjugadas, inspi-rada
en el culto falico y en la fuente de la vida.-Colewión del autor. (Dibujos de
Victorio Rodríguez Cabrera.)
Mediterrhneo oriental, especialmente con los de Tesalia, Creta. y otras
culturas del. Mar Egeo, de Malta y de Almería 47.
De es'tas figuras de barro hemos de destacar, entre otros ejempla- - -
res, 10s siguientes: la figura de sexo indefinido, posiblemente feme- -
nlna, de cuello alto con cabeza pequeña, brazos y piernas rni~tilarllcx
en parte, que se conserva en el Museo Canario ; otra figurUa de mujer,
también de cuello largo, cabeza y cara redondas, ojos y boca. redondos
y nariz alargada; esta representación lleva apéndices laterales, a ma-
'>"ew-f,
, ~ ; 7q.3
47 Sebastián Jiménez Sánchez: Zdolos de los canarios preaisp&nicos,~en vol. U:
de "Homenaje a Julio Martínez Santa-Olalla", vol. XXIII de "Actas y M,ernorias
de la Soc. Esp. de Antropología, Etnografía y Prehistoria". Madrid, 1947.
Idem: Nuevos idoíos de los cmarios prehispán.icos, en "El Museo Canario",
- núim. 13, enero-marzo de 1945. Las Palmas.
ñdem: El yacimie~to de la. Montañeta de Za ViZZa de Moya, en "Revista de
Historia", niim. 89, enero-marzo de 1950. La Laguna de Tenerife.
nera de cabellera peinada y trenzada, representada por incisiones an-guiosas;
la extraña figura de deidad femenina localizada en la "Hoya
de San Juan" (Arucas), de esmerada confección, en color ocre, que
lleva en la parte superior un tocado o gorro de pico alargado, con
apéndices laterales de cabello peinado, que semeja la cofia o tiara de1
simulacro de Ransés II y la cabeza de la Reina Nefertá, de Luxor;
la cabeza de perro o "tibisena" descubierta en el mismo yacimiento
"Hoya de San Juan"; el fragmento de figurilla femenina con pe-chos
alargados y caídos, localizado por mí en "Altos de los Pasitos"
(Mogán) ; el torso humano con incisiones sobre "tamarco", por mi
descubierto en "Los Casarones", Aldea de San Nicolás; el par de figu-r
i l l a~z oomorfas, en barro negro, que representan dos animales con
B pico, ojos redondos y fosa nasal pronunciada; su cuerpo en forma de N
concha o corazón recxerda a un cuervo, a una tortuga o a un glipto- E
donte, animal fósil de la clase de mamíferos placentarios y desden- f
tados, raros ejemplares que, descubiertos por mí en el tan repetido
E yacimiento arqueológico de "Los Casarones", Aldea de San Nicoláls, E
2
se exhiben en el Museo Canario ; estas dos figuras pueden catalogarse -
en el tipo amdetos o en el d.e juguetes; fragmento de región abdo-mina1
femenina, con inicio de muslos, con perfecto señalamiento del -
órgano genital femenino, recogido en Gáldar; cabeza humana con ojos
y boca circulares y profundos, nariz pronunciada y con sombrero en
forma de almeja que recuerda al sombrero femenino chino; figura
de animal no definido, localizada en Arguineguín (Gran Canaria), y
que, al igual que las anteriores, se custodia en el Museo Canario; y
la excepcional figura humana de barro cocido, color siena, de tosca i
construcción y extraño simbolismo, producto del espiritu creativo del
aborigen canario; es pieza fragmentaria; conserva largo cuello, en 2
cuyo extrano se conjugan, por la parte superior, dos caras ovaloides
con ojos redondos y profundos, fosas nasales acusadas y labios resal-t
a&~y gioseros; fighu.8 que para BOSVLLIUS es Una ~i\'mbzm as de!
culto fáiíco entre los grancanarios prehispánicos, como expresión del
principio de !a vida
Tai es e! panorama actual de la cerámica grancanaria ~rcehispá-nica.
48 SeGastián Jim6nez Sánchez : Nuevos yacimientos arqueoZ6gicos granca-narios,
descz~ba,ertosy estudiados ex 1951: LocaZiáades de Arrastres de Casarones,
Cascajo de BeZén, El Baladero y Ekco Pintado o de h Audie?zcia, en la revisia
Y;cla~án"n, 8m. 2, Iám. 1. Las Palmas de Gran Canaria, 1952.
AP7UAEIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS