CANARIAS, AZORES Y CABO VERDE DURANTE
LA BATALLA DEL ATLANTICO
(Junio 1940 - Septiembre 1943)
POR
di el gobierno español cediera a las presiones ale-manas
y fuese aEZado de Hifler o co-beZigeranáe, ha-ciendo
inutiEZzabEe por eEEo Ea bahia de Gibraltar,
tendremos peparada una poderoso: brigada g cuatro
buques rápidos para capturar u ocupar algunas islas
del Atl6ntico.s
(VV. CHURCHILL.)
El lector tiene en sus manos lo que, en rigor, es retazo de una
obra en vías de concIusiÓn. k elIa le remitimos en el futuro.
Sin embargo, el <episodio» que aquí se cuenta (proyectada ope-ración
de desembarco y ocupación de varias islas de los Archipiéla-gos
hispano-portugueses por contingentes ingleses, en pleno auge de
la confrontacih anglo-alemana durante el invierno de 1940-41) posee
entidad suficiente para editarse por separado. Además de ello, la
codicia de naciones, beligerantes o no, pero con aspiraciones hege-monicas
en el AtI&ntieo, había motivado en siglos pasados operacio-nes
de captura u ocupaei6n adlogas a la que aqui se cuenta. E1
episodio es, por lo mismo, muy viejo ... y muy actual también.
La estrategia del Atlántico Norte sufre hoy una revisión que pue-de
no dejar inalteradas las plataformas flotantes y puntos de apoyo
2 V~CTOR MOR.4LES LEZCANO
hispano-portugueses del océano, máxime cuando las políticas exte-riores
de las metrópolis peninsulares -liberadas del corset autocrá-tico-
parecen iniciar un despegue de su gestión diplomática más de-mocrático,
y por lo mismo más independiente de lo que fueron du-rante
los largos interregnos dictatoriales de Francisco Franco y Oli-veira
Salazar. Con una novedad: que la codicia por los Archipiéla-gos
hispano-portugueses, no sólo procede ahora de los centros de po-der
expansionistas de Europa occidental y los Estados Unidos de
América, sino también del hinterland africano, cuya cornisa magre-bí
se encuentra en situación pre-explosiva de resultas de la descolo-nización
del antiguo Sahara español.
Esta contribución se divide en dos partes: a) el conjunto de la
i&qr&aciin qfie el aiit.or hace & i x ~ ppi s~di~a'mi»a, rcado en es-tructuras
de comprensión amplias, de carácter eminentemente pole-mológico
y diplomático; b) el texto original de un documento sobre
cuya importancia no necesita el lector advertencia alguna, puesto
que se desprende de su lectura historicista e invita a hacer una con-sideración
contrafáctica de este tipo: ¿qué habría sido de Azores,
Canarias, Madera y Cabo Verde si los países beligerantes hubiesen
decretado su ocupación durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Ha-brían
permanecido en manos de la potencia ocupante?, jo bien resti-tuidos
a España y Portugal? Pero en esta última hipótesis, jen qué
medida se habrían acelerado en el tejido social y en la voluntad po-lítica
de algunos sectores de la población isleña aspiraciones autono-mistas
y veleidades separatistas?
El historiador no puede ir más allá de su neopositivismo y lanzar,
como máximo, una hipótesis de trabajo que ayude a enriquecer las
reflexiones en torno a puntos concretos.
Se cierran estas líneas de advertencia con un doble reconocimien-to.
En principio al Public Record Office, Portugal Street (Londres),
por autorizar la publicación del documento anexo al artículo; en se-gundo
lugar a Manuel González Quevedo, capitán de corbeta y prác-c--
-1-1 n L- UCIJ uel ruerw de La Lüz eii Las Palmas, qüe coa caimraderfa y
paciencia ha facilitado nuestro aprendizaje.
A N U A R I O DE E S T U D I O 5 A T L A N T I C O S
CANARIAS EN LA EATALLA DEL ATJJÁNTICO
La resistencia y contraataque ingleses ante la ofensiva alemana
lanzada por Goring a través del canal, desde las bases aéreas ins-taladas
en Normandía, hicieron desistir a Hitler, en octubre de 1940,
de la operación Lobo de Mar. Se iniciaban así las moratorias im-previstas
y se desvanecían las posibilidades de culminar la guerra
pronto e incurriendo en pocos gastos, como el Alto Mando del Reich
había pensado.
A partir de entonces, el frente Atlántico, soportado por la ofensi-va
de la U-Bootwaffe o flota submarina del Reich alemán, pasó a
ocupar el centro de la contienda europea. La operación Felzx, el des-encadenamiento
de las maniobras en el Norte de Africa y en los
Balkanes aspiraban a obtener en los mares lo que no habían obteni-do
las escuadrillas aéreas de Heinkels y Messerschmidts: la rendi-ción
de Inglaterra.
La nueva modalidad de la ofensiva alemana en aguas del Atlán-tico
no dejaba de amenazar seriamente las comunicaciones maríti-mas
de Gran Bretaña con el Imperio y el Nuevo Mundo. Ni las pa-trullas
aéreas, ni la vigilancia y escolta de los mercantes de pabe-llón
inglés que surcaban el océano bastaban para contrarrestar su-ficientemente
la capacidad destructiva del arma submarina l.
La amenaza que pendía sobre Inglaterra, de resultas del frente
Atlántico encarnizadamente sostenido por la U-Bootwaffe, se hacía
extensiva también a la navegación de los pabellones neutrales. Esta-dos
Unidos de América, desde un principio, acusó la seriedad del
reto que implicaba el desplazamiento del centro de gravedad del con-flicto
europeo desde los teatros bélicos continentales a sus flancos,
y desde éstos al corazón del Atlántico.
Antes de diciembre de 1941, era evidente que F. D. Roosevelt no
dejaría sola a Gran Bretaña en la Batalla del Atlántico. Todo el re-fuerzo
naval y financiero, toda la tácita compenetración existente
entre los dos epicentros occidentales de la Gran Alianza revelaban
1 Cfr. en general, la Revista Mundo y, en particular, las edic~ones de
24 de enero y 11 de abril de 1943. Como es sabido, el valor informativo de
la Revista en el área militar viene descompensado por su gemanofilia
inalterable.
Núm 23 (1977) 207
4 VÍCTOR MORALES LWCANO
que el Atlántico era tan vital para las comunicaciones inglesas vía
el Cabo de Buena Esperanza como para el <anonroismo» extrapolado
al sector occidental y central del océano por los portavoces del De-partamento
de Estado.
La entrada en guerra de los Estados Unidos terminaría por per-mitir
una delimitación neta de las aguas atlánticas en dos zonas es-tratégicas,
una británica, Ia otra americana, divididas convencicrnaf-mente
a la altura de los 25O de longitud oeste. En 1942, el equipara-miento
de fuerzas contendientes en el frente Atlántico facilitaría la
feliz realización de una operación anfibia en tierras de Magreb que
marcaría el comienzo de un viraje inconfundible en el curso de la
segunda Guerra Mundial 2. N::
peroh astae iiionces, m&Ud e - ~ &i j, iiu se la
U suerte del forcejeo entablado en el océano, con la consiguiente san- U -
gría en el tonelaje de las flotas mercantes. Ello no obstante, el AI- 8'
mirantazgo inglés, y el propio Churchill que concentraba en su per- 8
I sona la presidencia del gobierno y el timón de los Ministerios de Ha- -
cienda y Defensa, habían concebido un plan de emergencia naval e
5 con el cual escapar a los efectos directos del predominio alemán en Y
el continente. -
m0
E3 7 de junio de 1940 -antes, pues, de culminar la campaña ale- U
mana en Francia-, el primer ministro inglés escribía al Almirante E
Alexander: <&cluso si España declara la guerra no tenemos por que n
1
desalojar el Mediterráneo oriental. Si tenemos que desalojar Gibral- a
2 tar, hemos de tomar inmediatamente las Canarias, que hará las ve- n
ces de una buena base para controlar la entrada occidental del Me- n e
diterránem 5
Con la ocupación de Francia y la ofensiva germana sobre el: Ré-gimen
de Franco, a partir del verano, aumenta la gravedad del, hnico
aliado imbatido. En 10 Downing Street, un pulso rápido y enérgico
-que teme el éxito de la o-fensiva alemana en todos los frentes-,
escribe apresuaradarnente así: <todas mis reflexiones sobre el pe-ligro
de nuestros barcos surtos en aguas de Gibraltar bajo ja ame-
-
2 Cfr. M. Matloff y E. M. Snell: Strategic Plaming for Ooditkm War-fare:
1941-42. Washington D. C, 1953, passim.
a Cfr. Ektory of the Seconcl WorZd War, vol. E, pags. 552 y s1gs. Tam-bién
vol. lii, p&g. 771.
208 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N f l C O S
Los Archipiélagos hispano-portugueses de Azores, Madera, Canarias y Cabo
Verde eran vitales para garantizar la seguridad de los convoyes de pabelldn
ingiés que vincuiaban Gran Bretaña con ia india, Canadá o ios Estados U-ni-dos.
Si Hitler decretaba el paso de las divisiones alemanas estacionadas en
el Bidasoa por España para cerrar el estrecho de Gibraltar, Gran Bretaña
tenía que realizar una ocupación preventiva de todos o parte de los Archi-pielagos
Ni Felix ni PiZgrim -nombres de código de las operaciones- ma-terializaron,
pero fueron meticulosamente articuladas por el Oberkemma%do
der Wehrrnacht alemBn y por el War Ca6i.net ingles.
6 V~CTOR MORALES LEZCANO
naza de fuego española me llevan continuamente a las Azores. ¿Es
que hay que esperar a que acaezca el desastre?». Y en un impulso
<cromántico» añade: «¿Me siento crecientemente atraído por la idea
de capturar las Azores una mañana cualquiera y explicarle todo a
Portugal a continuación» 4.
Meses después, sin embargo, el Primer Ministro inglés conside-raba
una alternativa menos pirática con respecto a los Archipiéla-gos
hispano-portugueses del Atlántico: «Si el gobierno portugués está
de acuerdo en que invoquemos la Alianza anglo-portuguesa de 1375
-"amigos para los amigos, enemigos para los enemigos"-, podría-mos
instalar velozmente una base en las Islas de Cabo Verde. .. esta
operación nos aseguraría las bases aéreas y de combustible para a
m ~ u t e ~ ee! rc ontrnl naval r l d critico tramo de la ruta alrededor de
Ciudad del Cabo» 5.
O n
Quedaba así concebido, y presto para ejecución, un plan contra- - m
O
ofensivo en los Archipiélagos hispano-portugueses del Atlántico que E
permitiera la fluidez de las comunicaciones de Inglaterra con el Im- 2
E
perio, al mismo tiempo que impidiera el control de los puntos de
apoyo insulares por el Reich alemán. 3
En pleno 1941, cuando se hace fuerte el clima de mutua sospecha -
0
m
E anglo-alemana con respecto a una operación militar de gran estilo
O en la Península Ibérica, Churchill escribe a F. D. Roosevelt con de-terminación:
n
E
<&tler puede obtener ahora, en cualquier momento, algunas ba- a
ses aéreas en el sur de España o en el Norte de Africa (español o n
francés), a partir de las cuales puede hacernos inutilizable Gibraltar n
para nuestra flota. En cuanto esto ocurra, y estamos seguros de que 3
O
ocurrirá, enviaremos nuestras tropas expedicionarias, preparadas ya
y que esperan ser embarcadas para ocupar Gran Canaria, las Islas
de Cabo Verde y una de las Azores» 6.
Consciente de la falible situación bélica de Gran Bretaña y de la
4 Cfr. Nota mecanograf~aaa, ii-nitenaii, 24, W i , i940, en F 3 jSiij245i5,
P(ublic), R(ecord) O(f£ice), Londres.
5 Cfr. W. Churchill, op. cit., vol. 11, 470
8 Cfr. F. L. Lowenheim, H D. Langley y M Jonas (ed.): Roosevelt
and QhurchiZl. Their Secret Wartirne Correspondence (Nueva York, 1975),
páginas 143-44
210 ANUARIO DE E S T U D I O S ATLANPICOS
honda preocupación que originaba al otro lado del Atlántico la po-sibilidad
de un reforzamiento alemán en el noroeste de Africa, pro-sigue
su texto astutamente: «Acogeríamos muy bien la colaboración
de una apoyo americano durante, antes o después de la ocupación
de las Islas Atlánticas ... y naturalmente acogeríamos la ocupación
de Dakar por los Estados Unidos, para lo cual pondríamos a dispo-sición
todos los medios de que disponemos».
Dakar, cuya conquista por la Francia libre había fracasado en
septiembre de 1940, constituía con Freetown una de las plazas más
codiciadas por Gran Bretaña, a causa de su estratégico emplaza-miento
en el morro atlántico de Africa 7. A los Estados Unidos tam-poco
podía serle indiferente el destino que corrieran otros dos tram-pdines
sküados en SerregA y Sierra. Lema; cumo tampucu ijudia ser-le
indiferente el destino que cayera en suerte a los Archipiélagos
Atlánticos.
Naturalmente, la presencia de contingentes y unidades navales o
aéreas americanas en aguas del Atlántico oriental no podía justifi-curse
k a j ~ni ngún c~nceptom iedrus h e s e Un he& !a cada vez
más ficticia neutralidad de los Estados Unidos. Sólo Inglaterra po-seía
en sus manos las cartas para ejecutar una operación «delicada>
en tanto en cuanto podía provocar en Madrid y en Lisboa una reac-ción
nacionalista.
¿Cómo reaccionarían los círculos políticos y militares de Franco
y Salazar si para contrarrestar la ofensiva naval alemana en aguas
del Atlántico, y en la creencia de la aquiescencia española a las pro-puestas
avanzadas por Hitler-Ribbentrop a Serrano Suñer, Gran Bre-taña
decidiera ocupar total o parcialmente los Archipiélagos hispa-nuyo;'
tügüe~es efi aq~e: ¿Exasperarfa la gsospeCiiosa
neutralidad» de Franco y deterioraría la benévola disposición de Sa-lazar,
con lo cual perdería Gran Bretaña una hipotética cabeza de
puente para iniciar un frente contra el 111 Reich en el «bajo vientre»
europeo?
T 9 ~nn*.nri;;\n P3nnin'rn I..r\-, --LA C-f -.-.:,.-L----L- -- --..- 1 -- u u vyr *ur~vi iL 1(rt /8 <i l l l i -11uy y a nc nave: lCllaLlCiiL.CiLit:11Lt: y dyUl bt:
tratará de ella en detalle-, estaba elaborada; en el ánimo de Chur-chill
había, además, la intención de ponerla en ejecución «antes de
7 Cfr. Ch. de GaulIe: Mémoires ., vol. 1, capitulo dedicado a Africa,
páginas 113-52 de la edición Plon.
Núm 23 (1977) 211
8 VICTOK XOBALES LEZCANO
que tenga lugar la violación de la Península Ibérica por los alema-nes..
., aunque ello provoque una crisis en la misma Península ... » *.
Sin embargo, la dllación alemana, de una parte, y las evasivas
españolas, de otra, a lo largo del invierno de 1940-41, impidieron ma-terializar
la operación Feíix. Y con elio pudo preservarse en Madrid
y en Lisboa una neutralidad de matices dispares, pero neutralidad
en suma de cuentas, que hizo desistir al mando británico prunero, y
al tándem anglo-americano más tarde, de la empresa de ocupación
de los Archipiélagos hispano-portugueses
En los meses del verano de 1941 la Wehrmacht avanzaba por la
estepa rusa, mientras que todos los centros neurálgicos de Alemania
se polarizaban en torno al nuevo frente. La batalla del Atlántico -to- a
daviu por dlrhk-, pzsrrha a ocupar un rango inferior en los planes
alemanes de guerra. O n
Gran Bretaña, temerosa de que sus presiones diplomáticas y eco- -
=m
O
nómlcas no bastaran para mantener al Régimen de Franco en la no- £
beligerancia, y de que éste pudiera consentir las propuestas d e 1 2
E
TII Reich, continuó durante la segunda mitad de 1941 y primeros
meses de 1942, manteniendo en su archivo de operaciones la deno- 3
minada Pzlgrim, cuyo objetivo y modalidad de ejecución se pasa a em-comentar
a continuación. E
La evolución de los acontecimientos la invalidó, y como en el caso O
de FeUx-Isabella, de la cual se pretendía contrarréplica, quedó como n
E prueba de una acción cuyos efectos sólo podrían calibrarse contra- -
a
fácticamente. n
n
3. OPERACI<~¿N¡? ILGRIM» 3
O
La operación Pilgrim no sólo fue concebida en función del cierre
del estrecho de Gibraltar por una doble ocupación hispano-alemana,
sino también en la medida en que su ejecución implicaba adelantarse
a la acción alemana en los Archipiélagos, obedeciendo a las «comu-
8 Cfr., 06. cit., vol. m, págs. 388-89.
9 Remitimos al lector a un estudio de conjunto sobre la ofensiva ale-mana
cerca del gobierno español y la paralela contra-gestibn del Foreign
Office y de Sir Sarnuel Hoare, Embajador de Gran Bretaña en Madrid, que
estamos terminando de elaborar y que se editará en breve.
212 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N l l C O S
nes necesidades de la defensa euroafricana frente al imperialismo
americanow lo, como había dicho Ribbentrop a Serrano Suñer.
Hitler, en persona, había afirmado apodícticamente el 18 de no-viembre
de 1940: <Hay que poner antiaéreos en los aeródromos de
Canarias y hay que llevar allí los stukas, es la finica manera de
alejar definitivamente de las Islas a la escuadra enemiga». A lo que
Serrano Suñer, con evidente exageración táctica, había respondido:
«Hay en el archipiélago guarniciones de tanta calidad que si e1 mo-mento
llega harán de cada isla un Alcázar» ll.
La operación Pilgrim, tal como aparece configurada en el primer
boceto que redactó el gabinete de guerra británico, data del 13 de
junio de 1940. Se redactó, pues, antes de la ocupación de Francia, y
por tu?ite a?itrs de i~irizrsela ofensiva alemana sobre el Nuevo Es-tado
español, demostrativa, pues, de las <~recaucionese»s tratégicas
que animaban al gabinete de coalición en Londres.
OriginaImente, la defensa de las Islas Baleares -por cuya auto-nomía
se temió-, quedaba encomendada a la flota francesa. Con el
hundiwi,ierite de la Repiíhlica se terminaría -provisionalmente-por
desistir de la idea de una defensa de este archipiélago español
mediante una ocupación preventiva: el equilibrio en el Mediterráneo
no permitiría a Inglaterra excederse en una maniobra que distraería
su flota de Malta, Chipre y Suez, en detrimento de todos sus inte-reses
en tales zonas.
En cambio, del proyecto original permanecerán como objetivo cons-tante
los Archipiélagos hispano-portugueses del Atlántico, y ello por
razones de peso para Gran Bretaña:
I
a) Los archipiélagos, en su conjunto (Cabo Verde incluido), han
sido un hito en el amarre de cables submarinos y en las comu-nicaciones
radiotelegráficas, tan vitales para la navegación.
Azores, por ejemplo, contaba con 10 estaciones de radio, dis-
10 Cfr. Serrano Súñer: Entre Renüaya y G4braltar (Madrid, 1947), pá-gina
182.
1% Cfr. Serrano Súñer: Ibüiememp, ágs. 247-48 Alemania poseía ya, a
punto de poner en funcionamiento, aviones con un radio de acción de 8.000
kilómetros, que en Ia mente de Hitler se encargarían de cercenar el trá-fico
marítimo a través de Ciudad del Cabo. Canarias serviría de base para
una operación de este tipo.
10 VÍCTORM ORALES LEZCANO
persas en sus islas, y con 15 cables submarinos que facilitaban
la telefonía de hilos con Europa, el Nuevo Mundo y Africa a
partir de Horta, la pequeña capital de Fayal. Las Islas Ca-narias
poseían seis estaciones de radio y 14 cables submari-nos,
casi todos ellos transmisores de alcance sólo peninsular
o local, pero que permitían, en un caso (localidad de Tejita,
en el sur de Tenerife), la continuidad de amarre del cable que
a través de San Luis (Senegal) y Cabo Verde, enlaza Gran
Bretaña con Africa del Sur y Extremo Oriente. Madera sólo
contaba con tres estaciones de radio y cinco cables subma-rinos,
tres de los cuales (vía Canarias) con arranque en Fun-chal.
Servían de eslabón en la red cablegráfica submarina del
Atlántico oriental 12.
b) La ocupación de los archipiélagos por Alemania hubiera obli-gado
a las unidades inglesas a desviar su derrota desde el
Sur de Africa más allá del meridiano 25O, para alcanzar la la-titud
de las Azores y aprovechar el corredor marítimo que des-de
Ealifax (en Nueva Escocia) garantizaba a la navegación
británica unas patrullas y una cobertura aérea fiable, hasta
alcanzar los puertos de destino en la vertiente occidental de
las Islas Británicas.
c) Las islas hispano-portuguesas habrían significado, en pleno
frente bélico, decorosas bases navales y escalas de avitua-llamiento
desde las que intensificar la guerra aerosubmarina
alemana contra la navegación comercial aliada entre junio de
1940-juIio de 1941, en la espera de que la merma del tonelaje
inglés consolidara la tesis de los Almirantes Doenitz y Raeder
de una <guerra negativa», :on la cual oponerse maritimamen-te
al enemigo imbatido.
La permanencia de las comunicaciones telegráficas entre conti-nentes,
de las rutas establecidas en el Atlántico Centro y Sur y la
satisfacción de imposibilitar a la marina del Reich un asentamiento
estratégico en pleno océano, constituían sobrados y poderosos mo-tivos
para efectuar la operación Pilgrim.
12 Cfr. el manual del Naval Intelltgence &iUision, dedicado a las Islas
Atlánticas, Londres, 1945, págs. 106-11 y 348-51.
214 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N S I C O S
CANARIAS EN LA BATALLA DEL ATLANTICO 11
Sin embargo, el proyecto estuvo erizado de inconvenientes desde
su gestación. En los medios londinenses reinaban tanto Ia inquietud
como la incertidumbre ante las veleidades germanófilas del Minis-terio
de Asuntos Exteriores madriIeño. A aquella inquietud e incer-tidumbre
-¿aceptaría F'ranco la ejecución del Plan Feliz?, ito-maría
la iniciativa el general Jodl, brazo derecho del jefe de la
O. K. W. alemana, eco a su vez de las líneas maestras geopolíticas
y estratégicas elaboradas por Hitler, e irrumpiría en la Península
Ibérica ocupando Gibraltar y el Norte de Marruecos?- se sumaba
el hecho de que las Islas Canarias presentaban las más sólidas de-fensas
de todos los Archipiélagos hispano-portugueses la.
En efecto: en junio de 1940 se había creado la Comandancia na-vai
de Canarias, con un Cüniraaiiiiii.anie eii calidad de jefe, con re-sidencia
en Las Palmas 14. El Capitán General del Archipiélago, por
órdenes de la superioridad en Madrid, había procedido a la defensa
de las costas con nidos de ametralladoras, y los dos objetivos pri-vilegiados
por el plan de captura inglés, el Puerto de La Luz y el
aeropuerto y peninsuia de Garidü en Gran Caiiaria y SI pi.i&~ de
Santa Cruz y aeropuerto de los Rodeos en Tenerife, estaban defen-didos
por un total de 34 baterías de costa que totalizaban 81 cañones.
Las guarniciones de las islas se componían de tres batallones, dos
brigadas de infantería, dos regimientos de artillería de costa, un pe-
Iotón de artiIleros, otro de lucha antiaérea y un regimiento de caba-llería
procedente de Marruecos, que aunque estaban deficientemente
armados suponían una presunta resistencia a la acción contemplada
por la operación Pilg*.
El plan de captura, de ejecutarse en este Archipiélago, habría de
iniciarse en el Puerto de La Luz, con el concurso de dos brigadas
de infantería británicas, una de las cuales podría pertenecer a la
marina real, y una batería de campo y otra pesada. Desde el mar,
la operación sería apoyada por uno o dos cruceros para proteger el
13 La elaboracih de estos comentarios se ha hecho a partir del docu-mento
titulado «Western Mediterranean and Atlantic Island Projects»,
F 0. 371/24515, ff. 316-26, P. R. O.-Londres. Se reproduce en el anexo.
14 Cfr. «B. O, E.>)3 0 de junio de 1940. La Comandancia de las Islas
Baleares, otra sensible extremidad insular, se habla creado en agosto de
1939.
12 VÍCTOR MORALES LEZCANO
desembarco, al tiempo que un porta-aviones habría de garantizar la
cobertura aérea hasta que se hubieran hecho fuertes las tropas de
asalto. Un mínimo de cuatro mercantes y otras unidades menores
tendrían que desplazarse para servir de almacenes y depósitos flo-tantes
de víveres, batallones de asalto y municiones necesarias.
Si la operación en Canarias pretendía aIgo más que realizar un
golpe de audacia y de represalia contra la captura de Gibraltar por
las divisiones alemanas acantonadas en el Bidasoa, el Ministerio de
la Guerra británico contemplaba también la permanencia de unos
contingentes y establecimientos técnicos sin los cuales no sería apro-vechable
el óptimo de facilidades que supondrían las Canarias en
cuanto base naval del Almirantazgo inglés en el frente Atlántico 15. N::
E! i n f e r ~ eg ermina1 de l:, operación recomendaba a la luz de
todas estas servidumbres y presuntas resistencias que «Las Canarias, U
'-Y
aunque importantes, no nos son vitales, por lo que, a la vista de las 8'
fuerzas considerables a movilizar -que no tenemos a nuestra dis- 8
posición en e1 momento presente- no recomendamos su captura» le.
I
Ahora bien, con respecto a las Azores y Cabo Verde (el núcleo de e
Madera quedaba descartado terminantemente por las precarias con- 5Y
diciones de este archipiélago para el establecimiento de una base na- E
=n
6
val), el tenor del mando británico era de otro tipo: d a existencia del
U Imperio está en juego» -se decía-, «y si sucumbimos, Portugal no E
puede albergar esperanzas de supervivencia en cuanto potencia de i
rango colonial. Por lo cual recomendamos que, en cuanto haya clara 1 a
~rueba de que España intenta entrar en guerra contra nosotros, o gA
exista un serio peligro de que los Archipiélagos de Cabo Verde o !
Azores sean ocupados por nuestro enemigo, deberemos capturarlos, 0 bajo promesa de retrocederlos a su soberanía portuguesa al final de
la contienda» Ir.
Azores y Cabo Verde poseían una importancia cablegráfica y es-tratégica
superior a la de Canarias para el Imperio británico a la
15 Cfr. J. R. M. Butler: Gran Strategy, Londres, 1957, vol Tí, pági-nas
430-37. La captura de Canarias fue rebautizada Puma a la altura de
la primera mitad de 1941 Véase también K. Duff: op. cit., págs 266 y 293
La fuerza expedicionaria inglesa seleccionada para la operación ascendió a
20.000 soídados.
le Cfr. documento cit. en n 13, f. 5.
17 ib*, ff. 4-5.
216 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAN'I'ICOS
altura de 1940, máxime después de obstaculizado el tráfico marítimo
vía canal de Suez, al desencadenarse la guerra en el teatro libio-egip-cio.
Pero, además, estaban menos fortificadas, sus defensas en baterías
y tropa no eran tan considerables como en Canarias y exigían, para-lelamente,
unos contingentes y apoyatura bélica y logística de menor
envergadura. En Azores, Horta (Fayal), Ponta Delgada (San Miguel)
y Terceira, constituirían el blanco de la maniobra; mientras que en
el archipiélago de Cabo Verde, los puntos estratégicos serían las is-las
de Sal, San Vicente, Maio y St. Jago. Gran Bretaña realizaría de
este modo una ocupación preventiva, aseguraría las estaciones de los
cables amarrados en estos archipiélagos y podría disponer de unas
bases navales valiosas en la batalla del Atlántico contra el III Reich.
S;,ri emhzrg~, tamhlPn esta fase de la operación Pilgrim, acari-ciada
por Churchill con cierta inconsistencia, corría el riesgo de ena-jenar
al doctor Salazar y a los círculos anglófilos de Oporto y Lís-boa.
(Y así pudo comprobarse en varios gestos -como la presencia
del Presidente de la República, General Carmona, en las Azores en
julio-agnsto de 1941, en visito de inspección; o las puntualizaciones
de Salazar, en mayo del mismo año, ante las sugestiones de un sena-dor
americano, en torno a la conveniencia de ocupar Azores y Cabo
Verde para anticiparse al presunto plan alemán de ubicación en es-tos
archipiélagos-) 18.
Es más, el texto del protocolo hispano-portugués de 1939 y el tra-tado
de amistad ratificado en octubre de 1940, excluía la agresión
entre las dos naciones ibéricas y especificaban la mutua consults en
caso de que se cerniera una amenaza sobre el territorio peninsular
e insular. Aunque la naturaleza de la vinculación distaba de apro-ximarla
r, 3:: trata& =fefisi\y-&fenuk=, rc&fu uireursr nrrLn-V
ducirse la ocupación de Azores y Cabo Verde-, y «legitimar» una
temida penetración de la Península por las divisiones alemanas 19.
Sir Samuel Hoare evacuaba desde Madrid unas indicaciones orien-tadas
a desalentar la ejecución de una parte de la operación Pilgrim
--
18 Cfr. Keesings, C. A., 1940-43, págs. 4606 y 4848.
19 (Sfr L. Woodward: British Foreign Policy in the Secolzd World War
(Londres, 1962), vol. 1, págs. 443-45. La política del Bloque IbBrico se ter-mina
de configurar más tarde, con la visita de Gómez Jordana a Lisboa,
en enero de 1943.
14 VÍCTOMRO RALES LZCZCANO
en base a las repercusiones que pudieran conllevar en el precario
recodo ibérico; y algunos funcionarios internacionales de los Estados
Unidos, algo más perceptivos que el común de sus compatriotas, man-tuvieron
hasta avanzado 1941 -e incluso después- la improcedencia
de cualquier propuesta velada o atisbo de iniciativa que se vertiera
cerca del gobierno de Lisboa, en relación con los archipiélagos lusi-tanos
en el Atlántico 20, toda vez que un paso precipitado no podía
sino redundar en contra de la precaria defensa del hemisferio oc-cidental
y de los intereses anglo-americanos.
Como estaba sucediendo en la Península Ibérica, también en los
Archipiélagos Atlánticos se promovieron conatos de golpes políticos,
protagonizados por la oposición ibérica desde el exterior a los regí-menes
de Franco y Salazar.
Por lo que parece, Alvarez del Vayo tomó la iniciativa de suge-rir
al gobierno inglés -ya desde octubre de 1940- el apoyo a una
acción articulada por el doctor Juan Negrín (exiliado en Londres)
para instalarse en Canarias, reclamado por la oposición izquierdista
insular, en cuanto Franco accediera a la invitación de Hitler de en-trar
en guerra. Evidentemente, en Canarias había rescoldos de cons-piración
democrática contra el Régimen militar encarnado allí en el
Mando Económico y arropado en los signos falangistas de rigor, ello
sin que hubiera habido Guerra Civil a-bierta aunque sí venganzas
personales, represalias y depuraciones a mansalva. Negrín, nacido
en Gran Canaria, contaba allí con algunos incondicionales que man-tenían
contactos con las cabezas más caracterizadas de la democra-cia
republicana en el exilio, tales como Franchy Roca, Valle y Gra-cia,
y Guerra del Río 21.
El Intelligence Service, dispuesto a servir hasta el final la causa
nacional británica, urdía imperceptiblemente una trama de peligros
20 Cfr. F. D. Roosevelt: Ek PersonaZ Letters 1928-45 (Nueva York,
1950), vol 11, págs. 832-33, y G F Kennan. Memorias de un d$pZomático
(Barcelona, 1971), págs. 119-35.
21 um.r.r . \,,\Duk--icw~u'-uT . wmi i-ru~au. u~j ~iu~nr . wi.io ruorkiirnurgrk+vrurn +A mArn:- nw:~~,, L. " L x z l g u u L L A b - / t , 15 de
octubre 1940 F. O 371/24517, ff 197-200 (bis), P. R O -Londres La «cons-piraci6n
» se apoyaba en Gil Robles y el coronel Beigbeder, cuyo f~lomonar-quismo
era dificilmente compatible con las ideas de Juan Negrín. Cfr. ade-más,
«Note from the British Consulate in Santa Isabel (Fernando Poo)»,
li de enero de 1941, F. 0. 371/24517, P R O -Londres
218 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
Luego de realizado el desembarco anglo-americano en el noroeste de Africa (Operaci6n Torch) en noviem-bre
de 1942, la plana mayor del Almirantazgo alemán relanzó su ofensiva submarina en aguas del Atlántico
contra las flotas de Gran Bretaña y los Estados Unidos El ArchipiBlago de Azores fue «legalmente» utili-zado
por los aliados, a partir de septiembre de 1943, para cerrar el dispositivo de bases aeronavales atlán-tico-
mediterráneas desde las cuales profundizar la contraofensiva dirigida hacia la «fortaleza» alemana.
16 VÍCTOR MORALES LESCANO
externos, de orden pditico y de tónica antifascista, para inquietar a
Franco y a los cuadros de mando del Nuevo Estado español, obtener
así su permanencia en la neutralidad y ahorrarse un enemigo que
controlaba accesos estratégicos para la ejecución de la guerra perj-férica
y la apertura de nuevos frentes contra el Eje en e! <bajo vien-tre
» de Europa. Nunca pasaron, en el caso de los Archip~élagos At-lánticos,
de espantajos manejados con sicología admirable que ex-plotaban
las rencillas internas del Régimen de Franco.
De los Archipiélagos hispano-portugueses del Atlántico, codicia-dos
por Gran Bretaña y los Estados Unidos de América, sólo uno
de ellos -las Azores- terminó por servir de base. E s t a instru-mentación
aeronaval y submarina de las Azores se produjo en una
fase de la segunda Guerra Mundial claramente favorable a los Alia-dos.
Se llegó a ello mediante un procedimiento que distaba ya de la
captura u ocupación contemplada por la operación Piígrim.
El frente ruso había abierto <ama sangría en el costado alemán»,
según frase de Galeazzo Ciano. La beligerancia de los Estados Unidos
en el Pacifico y en el Atlántico había equilibrado la preocupante si-tuación
naval de Gran Bretaña en los océanos. El desembarco anglo-americano
en las costas de Marruecos, Argelia y Túnez (Operación
Torch), en noviembre de 1942, permitió la batida de la fortaleza ale-mana
por el bajo vientre de la Península italima a lo largo de 1943:
la suerte ya estaba echada y el viraje de la guerra consolidado a fa-vor
de los Aliados.
S i n embargo, en las conferencias de Casablanca y Washington
(1943) se avizoraban meses de ardua contraofensiva en los enclaves
italogermanos y de delicada accijn ofensiva en las cabezas de puente
codiciadas por las fuerzas de los dos bloques encontrados
El Archipiélago de las Azores quedaba incluido en el informe fi-nal
del mando conjunto militar anglo-americano redactado luego de
concluida la conferencia Tridente, el 25 de mayo de 1943, bajo los
auspicios de Winston Churchill y F. D. Roosevelt. La inclusión del
Archipiélago en el Memorándum final comportaba la «captura» de
Fayal y Terceira por tropas británicas, así como la utilización de
220 A N U A R I O DE ESTUDIOS ATLANTZCOS
CANARIAS EN LA BATALLA DEL ATLÁNTICO 17
las bases y facilidades obtenibles se hacía extensiva a las naciones
en guerra con el fascismo internacional. ¿Pero qué otra nación, sino
los Estados Unidos, podía y pretendía obtener facilidades en el es-tratégico
archipiélago portugués? 22.
En pleno mes de agosto de 1943, unas directivas aliadas, pura
emanación del mando conjunto anglo-americano, consideraban vital
las facilidades en las Azores « + a r ala s operaciones navales y aéreas
contra los submarinos alemanes» 23, garantizando los jefes militares
de Gran Bretaña la utilización de aquéllas por la flota aérea de los
Estados Unidos.
Ya en 1917, Woodrow Wilson había conseguido instalar una base
antisubmarina en el Atlántico Central con sede en las Azores, zona
de hlc39~~&0r& B de l2 f l n h sghrnarina del Imperio alemán. En
1943, Gran Bretaña, acuciada por el desgaste de su productividad y
exhausta por el esfuerzo de una guerra que no admitía parangones
si medida en magnitudes de costes y de potencia agresiva desplega-da,
se res~stía, sin embargo, a que los Estados Unidos, instalados en
tc3U~s! ES i s ! ~&~! Czrihe y en les prnmo_ntr~rinrs. a~adien_sesd, eseen-diera
desde Groenlandia e Islandia para situarse en la plataforma
de las Azores. El imperialismo británico se resistía a hacer concesio-nes
que iban más allá de sus expectativas hegemónicas en la post-guerra.
Por encima de las suspicacias existentes entre los dos aliados,
permanecía el obstáculo jurídico. Nunca habían firmado los gobier-nos
de Portugal y los Estados Unidos un acuerdo bilateral que pu-diera
parangonarse a la inveterada alianza anglo-portuguesa de 1373
que había consagrado la solidaridad entre Londres y Lisboa en las
-=IlC:-1-- 'nn onrirori nri.irP1:nt;rrqci m ~ r ne n nvnAinQnnm AocA LIIULU~GO 1u&au\r;a~ LVILAAI~WVLC~> OCI r ~ w u a ~ c u we: * ~ ,,,e
el siglo XIX, hasta el punto de apoyar Gran Bretaña la causa liberal
lusitana desde Madera contra los absolutistas peninsulares. Sólo el
gobierno de Londres poseía los títulos jurídicos e históricos suficien-tes
para solicitar de Salazar las concesiones en las Azores 24.
22 Cfr. M. Howard: Grana Strategy) vol. IV, págs. 661-2.
2s Cfr. Howard, op. czt., pág. 683.
24 Cfr. Revista Mundo, 17 de octubre de 1943, págs. 253-54 y 303-04,
respectivamente. La Revista omitió siempre las serias amenazas que su-pusieron
las operaciones FéZix y PiZgrim para la soberanía e integridad del
18 VÍCTOR MORALES UZCANO
De una parte, Churchill no quería declinar la responsabilidad que
le incumbía -preso como era, el Primer Ministro, del viejo impe-rialismo
británico llamado a perecer-. De otra, Salazar, convencido
de que el viraje definitivo en la contienda era un hecho consumado,
se decidía a acceder -al fin- a las rogativas inglesas.
Sólo teniendo en cuenta el anterior preámbulo se entenderá, en su
justa perspectiva y correcta coyuntura, el acuerdo mutuo de los dos
gobiernos, firmado el 17 de agosto de 1943 25.
Las cacareadas «facilidades especiales» que el Estado portugués,
teóricamente neutral, y que se deslizaba sutilmente hacia la «cola-boración
», concedía al Reino Unido, ponían en las manos del Almi-rantazgo
y de la RAF las radas y aeródromos de Horta (Fayal), ::
N Ponta Delgada (San Miguel) y Lajens (Terceira), aunque Salazar se
acogiera al principio de la defensa nominal de las islas por los ejér- U
d
citos de tierra, mar y aire portugueses 26.
-
8'
A cambio, Portugal pedía un reforzamiento técnico y una presta- 8
ción económica que tanto en la metrópoli como en las islas contri- I
buyera a aliviar las dificultades materiales y los riesgos bélicos e
a que quedaba expuesto un estado neutral, benévolo para la causa 5
Y
de los Aliados. E
=n
Ni Salazar, ni Franco, ignoraban ya que la guerra corta y barata 6
había sido invalidada por la fórmula estrictamente opuesta, patro- U
E
cinada por los Aliados, y que a pesar de las dificultades que pudiera i
acarrear una concesión flagrante a los Aliados (como era el caso de a1
las dacilidades especiales» en las Azores), o del enfriamiento de las A
d
relaciones cordiales con el Eje (como era ya verificable en algunos
sectores del Régimen español), la evolución del conflicto internacional
0i
aconsejaba unas acomodaticias posturas en la fase de recorrido de la
recta final. Los protagonistas peninsulares comenzaban a ceder en su
territorio español. Escamoteó, pues, la información -monopolizada por el
Nuevo Régimen-. En la bibiografía española no se han prodigado páginas
objetivas sobre la cuestión, salvo menciones superficiales, y las líneas escrltas
por Manuei Amar en ei próiogo a ia edición española 6e As6 jur: iu Ur:gwndu
Guerra Mundial, ed. Noguer, págs. VII-XV.
25 Cfr. Documentos relativos aos acordos entre Portugal, Angíatewa e
Estados Unidos üe Amerwa, para a co.ncessao de faczliáades nos Aqores dzc-
?-unte a guerra Be 1959-45 (Lisboa, 1946).
26 Cfr. artfculo 2.9 del acuerdo.
222 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CANARIAS EN LA BATALLA DEL ATLÁNTICO 19
determinación neutral, aun pareciendo como si fuesen estrictos obser-vadores
de la más cortés de las neutralidades.
Gran Bretaña ganaba la partida a los Estados Unidos en la co-dicia
anglo-americana por los Archipiélagos hispano-portugueses du-rante
la segunda Guerra Mundial. Antes de que los gobiernos de Lon-dres
y Lisboa llegaran al acuerdo definitivo, el Ministerio de la Gue-rra
americano había alentado a la compañía de vuelo privada Pan
American en el establecimiento de una escala de sus DC-4 en cual-quier
aeropuerto de las Azores, así como tanteaba a la Embajada
en Lisboa con respecto a la disponibilidad de Salazar para consentir
en que las escuadras aéreas de los Estados Unidos, con destino al
Norte de Africa y el teatro de la guerra en Italia, repostaran en
arc~ip~élag27u. ~leoEenieiltes dz &fererLtei i-a,!eza (reti-cencia
justificada de Salazar, recelos de las autoridades portuarias
de Lisboa, prioridad reclamada por Gran Bretaña), impidieron la
materialización del proyecto.
El acuerdo anglo-portugués de agosto de 1943 especificaba, sin
elilbargo, qUe das fa2i!idades de abastecimi&o de combüstibk po-drán
ser utilizadas tanto por los buques de la Conmonwealth britá-nica
como por las Naciones Unidas» 28, es decir, por los Estados Uni-dos.
Este precedente, de consuno con el rol protagonista del Nuevo
Mundo en la guerra, a la altura de su final, motivó el acuerdo del
28 de noviembre de 1944 entre Lisboa y Washington D. C.
Se concedía en él la construcción de un aeropuerto en la isla de
Santa María -la más occidental del Archipiélago-, base que que-daría
bajo el mando de la fuerza aérea americana, aunque, por re-ciprocidad,
Gran Bretaña también accedía automáticamente al de-recho
de grc 29.
El artículo 3 . O del Acuerdo -que se pretendía una «participación
27 (;<Ir, Foreign Relatzons of Untted States, 1943, vol. 11, págs 531-33
Y 558-61.
28 Cfr. artículo 1 h. del acuerdo
29 Cfr. texto del acuerdo. La presión americana sobre Lisboa dividió
la opinión de la oligarquía gubernamental salazarista más intensamente de
lo que se cree. Cfr. Libro Blanco sobre Za politioa de Portz~gal durante la
II &erra Muw!tial (compilado y editado bajo los auspicios de Santos Cos-ta)
y Dex anos üe poHtica externa. 1936-47, Lisboa, Mmisterio de Asuntos
Extranjeros.
20 VÍCTORM ORALES L E Z C ~ O
indirecta de Portugal en las operaciones americanas en el Pacífico»,
donde se temía por la suerte de Timor y Macao-, puntualizaba la
terminación del período de utilización de la base aérea en las Azores
por los Estados Unidos, en la inteligencia de que al final de las hos-tilidades
se desalojarían los efectivos y caducaría la concesión.
Como en otros casos, la base militar era el núcleo de una forta-leza
que, en la postguerra, no haría sino conciliar la hegemonía mi-litar
de los Estados Unidos en el seno de la familia de Estados demo-liberales
de Europa. La segunda Guerra Mundial no había hecho sino
acelerar la potencial disposición expansionista americana. Las bases
en el Norte de Africa y en las Azores preservaban, de este modo, al
Nuevo Mundo de cualquier ofensiva inquietante desencadenada por
unu potencia elwopea, a! tiempc q~?pen i m les cimientos de una co-bertura
militar del océano Atlántico por el «hermano mayor» del He-misferio
occidental.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
APENDICE DOCUMENTAL
INFORMSEEC RETO DEL GABINETDEE GUERRAY ESTADOM AYORBR I T ~ ICOS
SOBRE LOS PROYECTOS DE CAPTURA U OCUPACI~N DE LOS ARCHIPIÉLAGOS
HISPANO-PORTUGUESES DEL ATLÁNTICO (13 de junio de 1940)
WAR CABINET
WESTERN MEDITERRANEAN AND ATLANTIC ISLAND PROJECTS (*)
We have been considering the military necessity of operations to secure
the Baleancs and the Spanish and Portuguese Atlantic Islands, under various
conditions, and the forces which would be required in each case.
2. The French have undertaken responsibility for plans to assist the
Spamards to hold the Balearics in the event of Italian attack (if Spain is
hostile, neither we nor the French are m a position to seize the Balearics) '.
We therefore confine our remarks here to Spanish, and Portuguese Atlan-tic
Islands. The military commitments which would be involved are consi-dered
in more detail in the Annex to this paper.
3. The groups of islands under consideration are:-
(a) Canaries (Spanish) - mth defended harbous in Grand Canary
(La Luz) and Teneriffe (Santa Cruz) and an aerodrome in Grand
Canary (Gando). There is also a landing ground at Teneriffe.
(*) Al principio del docum-nto figura la siguiente nota. This document is the property of
His Bntannic Malesty's Government Secret. C O. S. (40) 13th June, 1940.
1 No se olvide que el documento está redactado pocos días antes de la firma del armisticio
franco-alemán que consumaría Ia impobenna militar de la 111 Repfiblica Francesa Benito Musso-lini
había declarado la guerra a Francia tres dias antes de la fecha de redaccidn de este docu-mento,
con lo que la supremacia naval inglesa en el Mkditerráneo quedaba en suspenso Cfr
B. H Liddel Hart, History of the Second Wmld (Londres, Cassell, 1970), págs 51-86
VKCTOX MORALES LEZCANO
(b) Azores (Portuguese) - mth a lightly defended harbour (which
is also a seaplane base) and a cable station in Fayal (Horta),
a lightly defended harbour in San Miguel (Ponta Delgada) and
possible landmg grounds in Tercera.
fc) Madeira (Portuguese) - with a cable station at Funchal.
(d) Cape Verdes (Portuguese) - with an aerodrome in Sal har-bour
and cable station in St Vincent, and landing grounds in-some
of the other islands.
4. In existing circustances, with Spain and Portugal neutral and an
effective Allied hold on the Straits of Gibraltar, it is unhkely that our ene-mies
will attempt to establish air or naval bases in any of these islands.
They might try to interfere with our South Atlantic cables which run
through the Cape Verdes after having passed through either the Azores or
Madeira; but the importance of these cables is not sufficient to justify our
occupymg Ule cabie stations in existmg circumstances. Whiie Spain ana Por-tugal
are clearly and genuinely neutral, therefore, we should not take ac-tion
against any of these islands unless our enemies attempt to occupy them
or are evidently about to make the attempt2.
5. If Spain comes in against us our enemies will have air and naval ba-ses
on the mainlands of Spain and Africa and in the Canaries, and we shall
probably Iose effective control of the Straits of Gibraltar The main effects
of this will be:-
(a) Our trade will have to be routed further to the westward so as
to keep clear of the Canaries and Spain, and will therefore pass
closer to the Azores than at present.
(b) The chances of the enemy seizing the Portuguese Islands are
much increased.
6 If we occupy Grand Canary and Teneriffe we deny to the enemy the
use of air and naval bases and can if we wish use these bases for ourselves.
7. Denial to the enemy is not of outstanding importance in view of the
facts that :-
Es decir, el Gabinete inglés sólo daría el paso que comportaba la operación Pzlgrznz a ti-tulo
«prementivo~, cuando Lisboa y Madrid hubiesen cedldo bajo las presiones alemanas o vo
luntariamente se hubiesen comprometido en la cooperación militar con el Eje para cerrar el es-trecho
de Gibraltar mediante la captura del Peñón (Operación Feliz) De otro modo la ejecución
de Pdgnm constituiría una flagrante violación de un territorio neutral, de acuerdo con las in3s
elementales regulaciones del Derecho Internacionaf Público
226 A N U A R I O DE E S T U D I O S R T L A N 7 I C O S
CANARIAS EN LA BATALLA DEL A T ~ N T I C O 23
(a) Our trade can be routed well to the westward.
(b) There are air bases and harbours in Spanish territory on the
adjacent mainland.
8. Use of bases in the Canaries is not at present of irnportance, as, if
unable to use Gibraltar, we might still hope to use Casablanca as a fuelling
base. If France goes out of the war, holvever, and we are no longer able to
use Casablanca, the Canaries would be of importance to us as providing the
nearest bases to the Straits of Gibraltar that we could hope to h,oId.
9. We estimate that the minimum forces required to capture and hold
Grand Canary and Teneriffe for the use of the Navy (see Annex) to be:-
Anny -Two infantry brigades of which one might be Roya1 Marines,
each with Field Ambulante and Field Company.
One Field battery (25-pdr.).
One light A. A. Regiment.
One heavy A. A Regiment a.
Naval - One or two cruisers to cover the landing.
Escort and cover for the convoys depending on the naval si-tuation.
One aircraft carrier to provide and maintain air protection
until adequate A. A. defences have been put ashore.
Air - One fighter squadron.
Shipping- At least four liners and M. T. and store ships as necessary.
A. L. C's for the assault battalion5.
M. L. C's for landing guns and M. T. O.
It is doubtful, however, whether ever the above forces would be sufficient
to secure the bases against a heavy scale of air attack from the mainland.
10. The Canaries, though important, are not vital to us. In vlew of the
considerable forces involved - of which we cannot at present spare the
most important elements, e. g., fighters and A. A. guns - we do not re-commend
that we should seize these islands.
S A A Regment = Regimiento de artillería antiaérea, toda vez que se preveía una obstacu-lización
de la maniobra de desembarco por la f!ot^ &ea esp~&!a, reforzada con qaratos $e-manes.
"1 T = Motor Tankcis o buques-nodriza, destinados al transporte de agua y combustible
A. L C's = Assazclt Lmdzng Crafts, o barcazas para el desembarco de dos brigadas de
tnfanteria, de la batería de campaña y del regimiento de artillería antiaexa, a los que se alude
en el apartado número 9.
M. L C's = Motm Lafideng Crafts, o barcazas encargadas del desembarco de armas de
fuego
24 VÍCTOR MORALES LEZCANO
11. It 1s of great mportance that our enemes should not have air or
naval bases in the Cape Verde Islands, since we cannot route the Cape of
Good Hope trade (which now includes al1 trade and supplies for the Near,
Middle and Far East) clear of them without making a long detour if Free-town
is ~$11 used as a convoy assembly port, or involvmg an even greater
distance if trade 1s routed via the West indies '.
12. We estimate the forces required to capture and occupy the Cape
Verdes (see Aonex) to be:-
Army - One infantry brigade, Ekeld Company, Field Ambulance.
Naval -At Ieast one cruiser or destroyer to support landing on each
island Escort and cover for the convoys dependent upon the a
naval situation. N
Carrpr-borrie figiiiei. pr&eeciuiisi assenba! .J"re cu=
be sure that no enemy aircraft are based on Sal. O
d
Air -Reconnaissance aircraft (one flight of obsolete type) to be ad- -- m
ded to the garrison after capture for watching the islands O
E
Shipping-Two imers and store and M. T. ships as required. E
2
E
A Z O R E S
3
13. With Spain against us and our trade routed further to the westward, -
it will be of great importame to us to deny the prospective naval and air 0
m
E
bases in the Azores to the enemy.
O
5
14. We estimate the forces required to capture and occupy the requisite n
islands (see Annex) to be:- E
a
Army -0ne infantry brigade, Field Company, Field Ambulance 2
d
Naval -0ne battleship to neutralise the batteries and two destroyers n
n
to provide close covemg fire.
Air -Reconnalssance aircraft (one flight of obsolete type) to be 3
O
added to the garrison after capture for watching the islands
Shipping - Two liners, store and M. T. ships as required.
15. Occupation of these islands would also give us valuable fuelling ba-ses
(Gibraltar being no longer usable with Spain hostile) and would secure
the cables
7 Evidentemente, la situaci6n de la navegaci6n inglesa no podía ser mas precaria ante el
acoso practicado por las unidades de superficie y los submarinos del 111 Reich, a partir de ]u-ni0
de 1940 estratégicamente instalados en gran parte del litoral atlántico francés v en los fiordos
de Noruega (ocupados, junto con Dinamarca en abnl de 1940)
8 Como pruede comprobarse, el dictamen estratégico y militar era favorable a la ocupaci6n
prioritaria de las Azores por motivos obvios. aprovisionamiento de la. naves y cables amarrados
en ellas (Fayal, eminentemente)
228 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CANARIAS En LA BATALLA DEL ATLÁNTICO
16. As there is an alternative cable via the Azores, the occupation of
Madeira for the protection of the cable station is not justifiable. There is
no harbour suitable as a naval base.
17. In view of the above, the Cape Verdes and Azores should evidently
be captured in event of Portugal being hostile or being overrum by our ene-mies
But the further question arises whether, if Spain, enters or shows
signs of intending to enter the war, they should be occupied forthwith so as
to ensure forestailing the enemy. The argument against our doing so, apart
from the obvious one that we should be occupying by force the territory of
a neutra1 Power, are:- jaj üiat it might expose Yhe Poriuguese mainianci
to retaliation by Spain, and we should not be in a position to afford Por-tugal
direct assistance; (b) it might afford the Japanese a pretext for ac-tion
against Timor.
Nevertheless, we feel that the time is past when we can afford to allow
one policy to be dictated by these considerations. The existente of the Em-pire
1s at stake, and, if we go under, Portugal cannot hope to survive as a
Colonial Power, if she survives at all. We therefore recommend that the
moment there 1s clear evidence either that Spain intends to enter the war
against us, or that there is a serious risk of the Cape Verdes or Azores
being seized by our enemies, we should occupy the Islands, under a gua-rantee
to return them to Portuguese sovereignty at the end of the war.
18. We summarise the recommendations made above as follows, whether
or not France is still our aily:-
l
(1) With Spain and Portugal genuinely neutral we should not take any
action against their Atlantic islands.
(ii) If Spain comes in against us we should not attempt to occupy the
Carzaries.
(iii) If Spain comes in against us or shows signs of doing so, we should
act as follms with regard to the Portuguese Islands, whether or
iiot 'iortugiz; h s cDrrle iu us or iias üeen aitackea.
(a) Gape Verdes - to be seized forthwith SO as to deny them to
the enemy and secure the cable station.
Este apartado nBmero 18 es deftnitivo para el entendimiento de las alternativas ponderadas
por el Gobierno Y el Estado Mayor de Gran Bretaña con respecto a la ejecución de sus planes
«preventtvos» en los Archtpiélagos htspano-portugueses
VÍCTOR MORALES LEZCAHO
(b) Azores - to be sebed forthwith so as to deny them to the
enemy and to secure fuelling bases for ourselves and the ca-ble
station.
(c) Maáeira - no action.
19. We further recommend that as regards the capture of the Azores
and Cape Verdes:-
(i) The troops required for these operations should be definitely ear-marked
and mthdrawn from any other role
(11) Naval and Army commanders should be nominated now and ins-tructed
to prepare their detailed landing plans
(iii) Shipping necessary for the expeditions should be earmarked now
(this may involve dislocation of projected reinforcement plans). a
N
ANNEX
TACTICAL AND ADMINISTRATIVE IMPLICATIONS
3
1. The operatlons for the seizure of these islands 1s a French responsa-bihty.
Plans " have been prepared by the E'rench entailling the employment -
0m
of four battalions. However General Nogues, Comrnanding at Oran, does not
put much faith in the possibility of carrying out the plans omng the pro- O
fascist leanings of the Spanish Commander in the Balearics. n
British commitments will be limited to organising a Brrtish 5th Colum E
element in the islands and to assistig the French in obtaining mformation a
of Italian plans, intentions and preparatory moves. We note "* that the n
n French responsability for planning these operations is in the han& of Ad-mira1
Esteva and General Nogues In the plan no troops arrive in the is- 3
lands until the tMrd day In view of the necessity of speed in these opera- O
tions, we recommend that steps should be taken to quicken up the French
plan ".
* Attached Telegram from No 3 Ivíilitary Mission
A A
xx iM R i j j (40) 157, Minute 3
10 El comentario de este encabeza-.iiento fde desbordada por los aco~ltecir..ie.itos SI Es5orr
ni hToy6s, ni Darlan dieron un ochavo por Gian Bretaña hasta que el dewnharco angh-ame-ncano
en el noroeste de Africa, en noviembre de 1942, les puso frente al drainático dilema
o permanwer fieles al mariscal Petain o adherirse a la causa de los «invasores» Cfr Liddel
Hart, op cít, págs 310-33 Desde un angulo francés, cfr General de Gaulle, Mémorres de Gxe-rre
(PIon), v. 11, págs. 5-86.
230 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTXCOS
CANARLES
Ob ject
2. Our object would be to deny the facilities of the islands to the enemy.
Strategic Poimts
3. The strategic points to be denied to the enemy are:-
Grand Canary - the harbour at La Luz, the aerodrome at Gando.
Tenerif e - tbe harbour and landing ground at Santa Cruz.
Size and Population
4 The islands can be divided into three groups:-
(a) Tenenffe and Grand Canary, the most lmportant of tine archi-pelago.
íb) Western group consisting of Palma, Gomera and Ferro.
(c) Eastern group consistmg of Fuerteventura and Lanzarote.
The Grand Canary, which is mountainous, is approximate 25 miles squa-re
u=& ha& u p p ~ ! - l c,f~ lg~,Q~Q @ in 1QzQi'
Tenerife, 30 miles N. W. of Grand Canary, is slightly larger wth a con-siderably
smaller population than the latter island. It is extremely mountai-nous.
5. The two harbous of La Luz and Santa Cruz are strongly defended:-
La Luz. 17 batteries ranging from 5.9 in. to 10 in totalling some
48 guns 12.
Santa Cruz. 14 batteries ranging from 5.9 in. to 10 in. totalling some 33
guns in all.
A large number of the above are believed to be of obsolete
type, although modernization is known to have taken
place in some of the batteries.
Latest reports show the garrison o£ the islands to be:-
2 infantry brigades
" La pblac.ón de Gran Canaria, en 1940, era de 279 8i5 aliiias, 3 la de Tenerife hgrra-mente
inferior (261 817), el total demogr>fieo regional ascendía a 690 294 Cfr A González
Vieitez 3, O Bergasa, Desarrollo y s~kbdesarrolloe n la ecmmia canana Madrid, Guadiana 1969,
páguia 62
IZ In = znches, o sea pulgadas Una pulgada = 2,54 cm.
28 VÍCTOR MORALES LEZCANO
3 independent battalions (probably M. G. units)
1 Artdlery group
1 Anti Aircraft Awliary group
1 Regiment Moroccan Cavalry
2 Coast Defence Artillery Regiments
6 S. 81 bomber aircraft l4
These units are not
believed to be fully
equipped.
Reports show that the garrisons of these islands are beíng increased
but extent of &se reinforcements is not at present known. Warlike stores
have been sent there recently.
6. In the circumstances envisaged (e. g. Spain hostile), our commitments
will be too great for us to capture both the Grand Canary and Tenerife Is-
Iands at the same time. Therefore the plan should, in the first instance, be
only for the capture of Grand Canary. If we succeed in this operation the
aerodrome and harbour would provide us with a base for operations against
Tenerife It is even possible that Tenerife might capitulate.
7. A direct assault on La Luz, a defended port, would necessitate a rna-jor
combined operation at considerable risk. The capture of the port is ho-wever
an early necessity in order to enable us to land heavy anti-aircraft
guns and stores before aircraft can be operated from the aerodrome. Until
this 1s achieved it will be necessary to rely on air suport from a Carrier.
Th3e best alternative to a dlrect assault on La Luz appears to be to effect
a landing on the Gando peninsula and it is on this that the forces required
have been estimated *.
Forces requwed
8. Army -The infantry brigades, of which one might be Roya1 Marines,
each with Field Ambulante and Field Company.
One Field battery (25 pdr.)
One Light A. A. battery.
At Ieast one heavy A. A. battery
* M G umts = Motw Gacn Unots, unidades de fuego motorizadas
" Cazas bombarderos
15 Se trataba, pues, de reducir la presunta resistencia de las guarniciones destacadas en Las
Palmas, istmo de las Alcaravaneras y Puerto de la Luz (nidos de ametralladoras) con una mar-cha
iniciada desde el sur de la Isla (Gando) y con un simultáneo apoyo aeronaval Táctica que
cuenta con precedentes históricos conocidos.
232 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
CANARIAS EN LA BATALLA DE& ATL~NTICO 29
Naval - One of two cruisers to cover the landing. Escort and cover
for the convoys depending on the naval situation.
One aircraft carrier, to provide and maintain air protection
until adequate A. A. defences have been put ashore.
Air - One fighter squadron.
Shipping- At least four liners and M. T. and store ships as neccessary.
A. L. Cs. for the assault battalion.
M. L. Cs. for landing guns and M. T.
It is unlikely that sufficient landing craft will be available
before the end of June.
Permanent gamm
9. If, however, we wish to use the harbour as a naval base the following
would be required as a minimum:-
1 heavy A. A Regiment (less one battery).
1 light A. A. Regiment (less one battery)
R. D. F. StationtS
4/53 Defences 12.
It miy fiirther be nerpsssry to insta1 C. D ls equipment should Spanish
defences be effectively destroyed.
CAPE VERDE ISLANDS '"
Object
10. Our object would be to deny the islands to the enemy and to pro-tect
the cable station.
11. The strategic points are'-
(i) Sal - Italian civil aerodrome already established.
(ii) St. Vincent - (Porto Grande) - fuelling point for U-boats 20 and
raiders.
16 R D F Statton Radw Dwecb Fznder Statwiz, o estación detectora de radio " A/S = Defensas antisubmarinas
C D = Czvzl Defeme " El Archipiélago de Cabo Verde está situado entie los 140 45' 4 179 30' de latitud Norte
y los 220 30' y 250 10' de longitud oeste Su kxtensión es de 4 033 km2 (un total de 12 islas),
la poblaci6n ascendía a 170 000 almas en 1939 Cfr Revista Mzr7zdo 5 de julio de 1942, pági
nas 388-90
U-boats = submarinos
VÍCTOE IvIORALES LEZCANO
Very important cable station.
Landiig ground.
Maio - Landing Ground (property of Air France).
St. Jago - Landing ground.
12 The group which consists of eight principal islands is roughly 200
miles square Most of the islands are barren, mountainous, and lacking in
water.
Sal is some 15 miles by 6 with a population of about 1,000
St. Vincent is ten miles square with a population about 20,000
There are believed to be about 60 Gennans in Porto Grande and 100
Italians in Sal
Defence Forces
13. The Portuguese defences are:-
Porto Crawk- 2 batteries of absolete naval guns of small calibre
30 Native soldiers and one Portuguese Officer.
In October 1939 one battery was reported to be out of comrnission.
Bal - No Portuguese garrison.
Although these defences are weak, we must anticipate the possibility of
their having been reinforced by German or Italian elements
Plan recommended
In order to achieve surprise the two most important islands, e g , Sd
and St. Vincent, should be taken simultaneously. Maio and St Jago should
be dealt with subsequently
Forces required
14. Anny - One Infantry Brigade, Field Company, FieId Ambulance.
Naval -At least one cruiser or destroyer to support landing on each
island. Escort and cover for the convoys dependent upon the
naval situation
Aircr& callier - &y-ier borne fi&tei; pi=o+-ectioiiai casen-tia1
unless we can be sure that no enemy aircraft are based
on Sal.
Air -Reconnaissance alrcraft (one flight of obsolete type) to be
added to the garrison after capture for watching the islands
Shipping - Two liners and store and M T. ships as required.
234 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N r I C O S
Permanent Garrbon.
15. The lack of water facilities apart from any other consideration will
rnake it desirable to reduce the above force after capture of the islands.
16. Our object would be to deny the islands to the enemy to use them
as fuellmg bases and to protect the cable station
Strategic Points
17. The strategic points me:-
(i) Horta (Fayal) - Good small harbour, seaplane station (Atlantic
Clipper calIs). Potential base for U-boats and raiders. Important
cable station 21.
(ii) Ponta Delgada (San Miguel) - Good srnall harbour and seaplane
station.
(iii) Terceira - Potential landing grounds
Szxe and populatzon ??
18 The group consist of six rnam islands spread in an east to west di-rection,
over sorne 300 miles.
Fayal is about 10 miles square with a population of over 25,000
San Miguel 1s a longish island about 40 miles by 10 with a population
of over 150,000.
The islands are fertile and well watered.
Defence Forces
2% At Hertu it :u repertec! thut hxu 21 c x. gunu frcm un CM hzttle-ship
have been mounted. At Ponta Delgada there are two 15 c m guns
with a range of 12,000 yardsm. The total Portuguese garrison in the group
1s two battalions.
There are 50 Germans on the island of Fayal consisting of cable staff and
crews of two laid up merchant ships.
-4-ere 1s ene C1-er.nm merchant s h~pz t Pcnta Ee!garia.
21 Atlantzc Clzppw = grandes buques de pasaje o «trasat!ánticos» " Las Azores contaban con un total de 286969 almas en 1940, distribuidas en un total de
nueve islas que suman 2 300 km2. Cfr Revista Mundo, 14 de tneio de 1941, págs 97-8
2a Yard = 0,9144 m
VÍCTOR MORALES LEZCANO
Plan
20. Owng to the scarcity of good beaches and landing places, and the
prevalence of heavy ocean swell, it rnay be necessary to make frontal assault
on the harbours themselves where the opposltion will be at its strongest. In
view of this possibility, strong naval covering fire will be necessary. There-fore
we consider that we should first concentrate on Fayal and, subsequently
usmg that island as a base, capture San Miguel, leaving Terceira to be dealt
with later as necessaryz4.
Forces requzred
21 Army - One infantry bngade, Field Company, Field Ambulance
Naval - One battleship to neutralize the batteries and two destroyers
to provide close covering fire a
Air -Reconnaissance aircraft (one flight of obsolete type) to be N
added to the garrison after capture for watching the isiana
Shipping-Two liners, store and M. T. ships as required. O
n
=m
O
PemnmE Garrison E
E
2
22 It is not possible to state now what garrison will be subsequently E
required As far as can be judged now substantial reductions will be possible.
3
-
ADMINISTRATIVE IMPLICATIONS COMMON TO ALL THE AñOVE PLANSZ 0m
E
23. (a) Medical Each party 1s provlded with a Reld Ambulance but O
this wilI not get over the hospital accommodakon problem. In these semi- -
tropical islands there will probably be a fairly large cal1 on hospital faci- E
lities, which it is doubtful whether the local arrangernents could compete a
with. For this purpose detachments of a C C S. will be required. Evacuation n
will be done through the medium of the C. C. SS. One hospital ship for eva-cuation
will be necessary 26. 3
(b) Maimtemnce. After the capture of the islands thds could be met by O
including supply ships in the normal trade convoys. Water supply for the
garrison in the Cape Verde IsIands m11 require careful study and may pos-sibly
involve the provision of a distilling ship.
2' Como en el caso de Madera, las Azores ofrecían pocas facilidades naturales pata una ope-ración
anfibia como la proyectada por Gran Bretaña en el verano de 1940
25 Como se observará, Pzlgr~m no era un modelo acabado de maniobra liero nt militar ni
logísticamente puede negarse que >u 11ro~ecto embrionario mostraba cauielosos pieparativos qiie,
quizá, en ilrchlpiélagos pobremente defenddos como Cabo Verde e i.icluso Azores se hahrian tra-ductdo
en operactones exitosas
28 C C S = Cancalty Clcarzng Statwn, pabellón medico de cami~aña para facilitar la eva-cuación
de heridos o enfermos
236 A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S