C I E N C I A S
LOS YACIMIENTOS ARQUEOLOCICOS
DEL "MORRO DEL VERDUCADO",
"LA LAPA", "MORROS DE LA LAPA" Y
"LOS MONDRAGONES" EN CUIA
DE GRAN CANARIA
POR
SEBAS'paAN JXBENEZ SANO=
Delegado Provincial de Excavnciones Arqueológicas
El presente trabajo está constituido por dos series de estudios.
La primera se constriñe al enunciado "Morro del Verdugado" ; la
segunda, por los demás.
1.-Antecedentes y emplazamiento.
En el mes de agosto de 1957 fue objeto de particular explora-ción
y estudio la localidad de "Cuesta de la Negra", en el t6rmino
de la ciudad de Santa María de Guía de Gran Canaria, que nos
permitió dar a conocer varios covachos funerarios ubicados en la
parte media de la masa rocosa de la misma, en el lado que da frente
al Barranco de Moya, en su margen izquierda, y a la altura casi del
kilómetro 29 de la carretera general del Norte. Del resultado de la
exploración dimos cuenta en el número 7 de la Revista "Faycán"
año 1960.
Estimando no agotado el yacimiento y en compañía de nues-tro
veterano colaborador-ayudante, don Victorio Rodriguez Ca-brera,
y la asistencia valiosa de los jóvenes estudiantes del curso
preuniversitario de Ciencias, don Francisco León Pérez y don José
Agustín Alamo Molina, decidimos explorar y estudiar la parte al-ta
o de coronamiento del mentado bloque rocoso basáltico de la
"Cuesta de la Negra", conocido también por "Momo del Verduga-
1.-"Morro del Verdugado", Guía de Gran Canaria
do", por dominar las haciendas de este úitimo nombre, exploración
que tuvo efecto el día primero de mayo de 1964 l.
Zi aito morro es alargado. Su coronamiento forma uria especie
de lengtüeta estrecha e irregular que da origen a dos taludes áspe-ros,
que enmarcan el espolón en acantilado, cubiertos de vegetación
1 El nombre de "E3 Verdugado" tiene origen en las suertes de tierra que
en el siglo VI le fueron asignadas al verdugo de la Real Audiencia como
dotación. En esta misma zona tuvo tierras en los siglos XVIII y XIX, la noble
familia de Verdugo.
416 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
u>S YACIMIENTOS ARQUJCOL6GICOS. . EN GUfA ... 3
típicamente canaria. E.n el del lado derecho, que es el que da frente
al Barranco de Moya, están emplazados los solapones y las cuevas
funerarias que exploramos en 1957, y en el del lado izquierdo, que
da vista al Barranco de San Felipe o de Valerón y a las dilatadas
haciendas de platanales de la propia denominación, se encuentran
en su extremo más estrecho y tajado, sobre la carretera general
que bordea la dicha montaña, varias pequeñas cuevas funerarias
conocidas desde hace muchos años.
Muros 7 1aqo'ror
Solapones
F u n e r a r i o s
Depresión del Barranco de Moya
2 -Situación de los restos arqueológicos del "Morro del Verdugado"
El acceso al citado "Morro del Verdugo" puede efectuarse por
el antiguo sendero que lleva a las haciendas de "Falairaga", tam-bién
conocidas por "La Iraga", "Lairaga", "Faliraga", "Farilaga"
y "Farailaga", y por la pista que conduce a las dichas haciendas,
situadas después de la acusada vuelta que bordea el talud de la
izquierda del expresado morro.
La altura de esta masa rocosa, sobre el lecho del Barranco de
Moya, se estima en unos 285 metros.
La susodicha lengüeta es un tanto irregular y presenta un an-cho
mayor de unos veinte metros, por ciento cincuenta metros de
longitud, dividida en tres sectores. El panorama que desde ella se
domina es fascinante y dilatado: el litoral recortado, bordeado de
oleaje de blancas espumas y de curiorísimos cultivos de platana-les,
junto a ese litoral, y en terrazas escalonadas que pregonan el
Núm 11 (1965) 417
esfuerzo y el espíritu de lsboriosidad de los canarios. El que fue
lugar de un modesto poblado aborigen montaraz, y por lo tanto
esencialmente pastoril, de cuevas y de alguna otra vivienda de pie-dra
sin adobes, es un exponente reiterado de atalaya y de balcona-da
estratégica, corno tantos otros que hemos localizado por toda
la costa de medianías de Gran Canaria. Su altitud sobre el nivel
del mar alcanza los 400 metros. Fue lugar verdaderamente excep-cional
no ya por los amplios horizontes que dominaba, sino muy
principalmente por disponer de abundantes pastos, buenas tierras
de sembradura g de aguas corrientes de barrancos y nacientes. En
lugares inmediatos, sobre vaguadas, colinas y montañas, estuvie-ron
los poblados trogloditas de "Valerón", en la "Cuesta de Sil-va",
conocido por "Cenob:~ de Valerón", "Cenobio de las Harirna-guadas"
y por el de "Granero-fortaleza" 2, los de "Mondragones"
y "La Lapa", estos últimos descubiertos y estudiados por el autor
en el mes de febrero de 1964 y el "Tagó-ror del Gallego" 4.
La parte principal de la lengüeta del conjunto rocoso, que prin-cipalmente
forma el espolón, aparece enmarcada por dos paredo-nes
que, a juzgar por los vestigios que presentan actualmente de-bieron
alcanzar un alto no inferior a 1,65 metros y un ancho de
0,60 metros, paredones que a su vez hicieron, aparte de límite o
cerca, de guardabrisa de los vientos alisios, dada la singular si-tuación
del poblado. En ella están situados las raiínas de una vi-vienda
eliptica y un tagóror circular (V. grab. núm. 3).
En el "Morro del Verdugado" se distinguen los siguientes ele-mentos
:
a) Cuevas viviendas.
2 Sebastián Jiménez Sánchez. Memoria de las excavaciones arqueológi-cas
en la ala de Gran Gamrzu, de los planes nuczonaies de 1942, 1943 y 1944.
Publs de la Comisaría General de Excavac~ones, vol XI, Madrid, 1946
3 Sekstián Jiménez Sánchez: El Tagóror deZ Gallego. Las Palmas de
Gran Canana, año 1961.-Id. Memorwz de las excavacwnes arqueológicas en
la zsla de Gran Canaria, planes de 1942, 1943 y 1944 Publs. de la Comisaría
General de Excavaciones, vol. XI, Madrid, 1946 Ahora, adelante, se insiste
sobre ellos
4 Sebastián Jiménez Sánchez. El Tagóror. Estudio monográfico publi-cado
en el diario '*Falangew, de 25 de noviembre de 1961 y en separata de
fecha 1961.
4 18 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS EN GUÍA .
b) Cuevas y solapones funerarios.
C) Vivienda de piedras sin adobes.
d) Tagóror.
e) Muros de limitación y cerca.
El "Morro del Verdugado", al igual que sus taludes laterales,
aparecen cubiertos de típica flora canaria: berol, tabaiba, alhula-
Cuesta
E l V a l e r o o
(por El Gzllego)
3 -Detalles arqueológicos del "Morro del Verdugado"
ga, cardón, tomillo canario, zarza, góngoro, hinojo, melosilla, yer-ba
risco, tehera, salvia, vara de San José, etc.
2.-Cuevas viviendas.
Aunque son bastantes las cavidades naturales que se advierten
en el "Morro del Verdugado", auténtico zoco o refugio para el
hombre troglodita canario y para guarida de su ganado, para mi-tigar
la acciCbn del sol y de la lluvia, son cavidades naturales muy
retocadas o mejoradas, que corresponden a un núcleo de pobla-ción
esencialmente pastoril. Cuevas viviendas propiamente sólo
registramos tres, A, B y C. De ellas las dos últimas son bastante
amplias. Están emplazadas en el lugar más estratégico del mentado
morro, pero un tanto escondidas, con entrada y boca orientada al
naciente.
C u e v a - Tdnel A Verdclgado
4 -Primera Cueva vivienda
La cueva A es la más apartada. Está situada en el sector más
extremo. Tiene dos entradas, una orientada al suroeste y la otra
al norte. Constituye el tipo de cueva túnel. Es de planta irregular
y alargada, con una longitud de entrada a entrada, de 4,70 metros,
con anchos de 2,85, 2,10, 1,90 y 1,50 metros. Su corte en sección
da alturas interiores de 1,65 metros en la entrada del suroeste y
1 y 0,85 en su parte media, y 0,90 metros en la entrada que da
al norte. En la entrada principal o del suroeste y tuvo un murete de
resguardo, constituido por piedras seiecc~onadasy alargadas, boy
en ruína, cuya altura actual alcanza un metro por 0,65 de ancho.
420 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LOS YACIMIENTOS ARQUEIOL~GICOS.. E N GUÍA ... 7
No cabe duda que el tal muro en su plenitud de altura hizo de cie-rre
para amortiguar el efecto de la brisa. La entrada o ventanal al
norte es la que da vista a las bajas tierras del litoral, conocidas
C u e v a B
\'$ 5 -Segunda. Cueva vivienda.
por haciendas de "Lairaga", "San Felipe" y del "Bañadero", con
la extensa franja azul del Atlántico por fondo, y el blanco festbn
espumoso de las olas, al romperse en las rocas del recortado lito-ral.
!(Véase grabado núm. 4.)
En su interior tan sólo se encontraron al'gunos pequeños trozos
de tea, de madera de pino canario, con puntas carbonizadas, señal
evidente de que hicieron de iluminarias.
La cueva B es notable en proporciones. Como la anterior es
natural, pero muy retocada. Es de planta irregular y aparece con
entrada orientada al noroeste. De piso terroso, ofrece las siguientes
dimensiones: 7,40 metros de profundidad por 2,60 metros de an-cho
en su boca y 3 y 2 metros de ancho en su parte media y última.
Su sección arroja estas otras dimensiones: 1,20 metros de alto en
8 SEBASTIÁN JIMI?NEZ SÁNCI-IEZ
la entrada, y 1,70, 0,72 y 0,50 en su parte final. El cuerpo princi-pal
de la misma presenta una longitud de 4 metros. El aboveda-miento
es bastante irregular. A dos metros de la entrada y en el
lado derecho de la misma, a un metro del suelo, tiene un ventanal
casi circular, de 1,20 metros de diámetro, que lo mismo pudo servir
a los moradores prehispánicos de claraboya para recibir la luz, que
para penetrar en ella directamente.
En la parte casi central de la bbveda y más inmediata al ven-tanal
hay una curiosísima alacena labrada en la roca, en forma de
cruz latina, que recuerda a las casas de planta cruciforme, tan ca-racterísticas
en la población aborigen canaria alacena que pre-senta
dimensiones de 1,30 metros de longitud, de un extremo a
otro de su interior, por un metro de fondo, 0,70 de ancho en la
boca y 0,25 de alto en la misma. Esea original alacena está situa-da
a 1,50 metros del suelo. En ella se custodiaron los más precia-dos
objetos personales. X ia entrada de ia cueva hay un montón de
medianas piedras, que de seguro formaron parte del clásico mu-rete
de resguardo. Ella ofrece señales de haber sido utilizada por
pastores actuales, en sus viajes de trashumancia. (Véase graba-do
núm. 5.)
La cueva C es la más importante por su amplitud. Está situada
casi en la parte posterior del "Morro del Verdugado", sobre el inicio
del áspero talud que cae sobre la "Vuelta del Verdugado". Tiene de-lante
una pequeña terraza natural rocosa querdomina el sorpren-dente
litoral. Sus paramentos exteriores aparecen cubiertos de 1í-quenes
y de otras especies botánicas superiores. Es de planta casi
rectangular, estrechándose en su fondo. Mide de longitud unos 52
metros. El ancho medio alcanza 3,50 metros y su altura oscila
entre 1,80, 1,60 y 1,30 metros. Es de bóveda irregular: en la puerta
ofrece una altura de 1,70 metros, con un ancho de 2,65 metros. Al
qcp 12 i ~ t e f i c~gprv a presenta junto a la p - & - i _ un montón
de piedras, que fueron las que formaron la pared de cierre y res-
5 Sebastián Jiménez Sánchez: Memrut de Zas exca'vacwnes arqwológz-cas
en b isla de Gran Canarta, de los planes naczonales de 1942, 1943 y 19.44
Publs de la Comisaría General de Excavaciones, vol XI, Madrid, 1946.
Sebastián Jimenez Sancnez. sz'ntesis de b prebhioria áe Gran Canaira
Afio 1964 Las Palmas de Gran Canaria
422 ANOARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
guardo, ante la fuerte brisa de los alisios predominantes. En el
interior se advierten bastantes medianas piedras, que posiblemen-te
formaron divisorias de departamentos familiares, pues la cueva,
por su acusada amplitud, fue morada de varias familias. También
se advierten piedras ahumadas, que de seguro formaron el fogón.
En la búsqueda de material del hogar sólo encontramos peque-ños
trozos de cerámica primitiva, neolitica, trocitos de luminarias
de tea, unos cuantos caparazones de moluscos y abundantes frag-mentos
de huesos de ganado cabrío, entre los que destaca una her-mosa
calavera, con cuernos de especial inserción en ángulo agudo
y lados rectos. Estas formas y dimensiones nos lIeva a identificar
esta calavera con la del típico ganado gwnil o salvaje, posiblemen-te
2 12 de m m2&0 cabnie, gm~ d e"y ll~y er~.ivee : !o mno SU^ y
suroeste de Gran Canaria, en Arguineguin, Tauro Alto, Tasarte y
Veneguera.
3.-Covachos y sohpones funerarios.
En ia parte final y mas estrecha del "Morro del Verdugado", que
da frente al Barranco de San Felipe, hay varias pequeñas cuevas
funerarias con bastante osamenta humana maltreeha y revuelta,
con trozos de sudarios de junco de variada tipología, sin que entre
ella se localizaran cráneos. Ello responde al típico caso de profa-nación
ocurrido hace años, llevado a cabo por los que no dudamos
en llamar "vulgares cazadores de cráneos", bien por estudiantes
o diletantes de la prehistoria canaria, personas que no saben valo-rar
la importancia arqueológica de estos yacimientos.
En el extremo del propio morro, que mira al noreste, se locali-zaron
otras cuevas funerarias naturales, de reducidas dimensio-nes,
en el mismo estado de profanación que las anteriores. En ellas
se recogieron varios trozos de tejido de junco, correspondientes a
sudarios. El material óseo humano también apareció profanado,
sin que pudiéramos recoger cráneos.
En la curvatura que forma la parte media de la masa basálti-ca
del propio morro, en donde comienza la ladera, se encontraron
varieo s~!upomo, Ouiieruri~sd e !m cpe, e q b r u d ~ esii 2957, dimes
cuenta en el número 7 de la Revista "Faycán", bajo el título Loca-lidad
de la Cwsta de Ict Negra. Estos sdapones aparecieron tapia-dos
por grandes e irregulares piedras, cogidas en el barranco in-mediato,
dispuestas en forma de pequeño murete; si bien algunos
de esos solapones los hallamos profanados y con el material óseo
humano en total desorden, en otros localizamos dos cráneos en-teros
y tres muy estropeados por rotura, debida a la presión de las
piedras, cinco mandíbulas, huesos coxales, sacros, fémures, tibias,
húmeros, vértebras, etc., todos ellos envueltos en esterillas de jun-co
trenzado y majado, atados con cuerdas del mismo material Es-tos
vesti,gios se custodian en depósito en el Museo Canario de Las
Palmas de Gran Canaria, cedidos por la Delegación Provincial de
Excavaciones Arqueolúgicas.
4.-Vivienda de piedra de planta eziptica.
En la parte central de la pequeña explanada del "Morro del
Verdugado", en plano abierto a los cuatro vientos, dando vista al
424 ANUARIO DE EBTUDJOS ATLANTICOS
LOS YACIMIENTOS ARQUEOL6GICOS. . EN GUfA.. 11
espectacular panorama que forma por la derecha la abrupta de-presión
del Barranco de Moya, con sus sorprendentes y originales
cultivos de platanales, en disposición de anfiteatros, y por la iz-quierda,
la otra no menos mágica visión agrícola y de litoral re-cortado,
se encuentra la Única vivienda construída con ~iedras
sueltas. Es de planta elíptica con un diámetro mayor de 5,40 me-tros
y menor de 4,60 metros. Las ruinas de sus paredes alcanzan
alturas de 1,20 metros, con un espesor de 0,80 metros. Las piedras
que forman la pared elíptica son grandes y medianas (véase gra-badonúm.
3). Tiene entrada en forma de pequeño callejón, orientado
al sureste, de 1,25 metros de ancho por 1,20 de largo. Desde luego
su altura fue el doble de la actual. La vivienda estuvo cubierta con
ramajes sobre empalizada de madera y posiblemente con torta de
barro y lajas. se :lega, 2 vi-í-ienda, qUe de pei+teiieció jefe de
este modesto pdbilado pastoril, bien subiendo por la llamada "Cues-ta
de la Negra" o la que linda el "Morro del Verdugado".
5.-Tagóror del "Morro deZ Verdugado".
Colindando con la vivienda reseñada y a 1,50 metros de la mis-ma
hacia el norte (véase grabado n.o 3), localizamos entre malezas
una circunferencia de piedras más o menos regulares, verticalmente
dispuestas, cuyo diámetro es de 4,50 metros. Responde al clásico
recinto llamado "tagóror", que indefectiblemente venimos regis-trando
en los poblados aborígenes canarios, lo mismo de litoral
que de medianías y cumbres; recinto circular en el que los mora-dores
de aquéllos hacían sus juegos, como la lucha y danza, y sus
asambleas, y aún, por falta de "almogarén" o santuario, sus reu-niones
sacrales. Este "tagóror" es sencillo; no ofrece los elemen-
+*VAS an.Cr Y~Ui .L~Li:\r+runxanll+bUi - n n l nm ;Ule l -rnn;nrr , YZI\rIIIV ''Ta,g6i'm de! Ga!!egu", sí; UUia, ni
del "Tagóror de la degollada del Gigante", en Tejeda, etc. Esta
sencillez es la que corresponde a una modesta tribu pastoril cuyos
moradores habitaron mayormente cuevas '.
7 Sebastián Jiménez Sánchez: Memorza de las excazlacioms arqueozóyz-
Gas en la ida de Gran i2anaruc, de !os pianes wcionaies de íY4.2, 2YQY y 1944-
Publs. de la Comisaría General de Excavaciones, tomo XI. Año 1946. Madrid.
SebastiAn Jiménez Sánchez: &nteszs de la Prehstoria de Gran Canaria
Año 1964 Las Palmas de Gran Canaria.
Enmarcan las construcciones del coronamiento del "Morro del
Verdugado" unos muros en ruina, cuya altura actual apenas llega
a los ochenta centímetros. Están formados por grandes y regula-res
piedras de la masa rocosa del propio espolón basáltico y de la
terraza de "Farilaga" ; están en descomposición por hundimientos
antiguos. Estos muros cerraron la lengüeta que forma la cima, por
el norte y suroeste. (Véase plano y grgbado núm. 3.)
El material recogido fue escasísimo, seguramente debido
a las múltiples exploraciones clandestinas llevadas a cabo, con de-lictiva
profanación, especialmente en las cuevas-viviendas y cue-vas
funerarias, en fechas ya lejanas.
Dicho material se concreta a pequeños trozos de cerámica neo-lítica,
patelas y algunos raspadores corrientes, localizados en las
inmediaciones de la vivienda elíptica y del "tagóror", y a trozos
de sudarios de tejidos vegetales, especialmente de junco, que for-maron
esterillas bien acondicionadas y de urdimbre perfecta con
originales amarras. Junto con estos sudarios se localizaron
huesos largos, costillas, vértebras, coxis, pero, como se deja dicho,
ninguna calavera.
En el interior de la cueva mayor fue localizado el cráneo de un
ejemplar cabrío, al parecer de macho, con especial cornarnenta-ción,
que recuerda a la de estos animales en estado "guanil" o
salvaje.
El espíritu deportivo y de curiosidad de los estudiantes del cur-so
pre-universitario de Ciencias don Francisco Leon Perez y don
Jos6 Agustín Alamo Molina, vecinos de la ciudad de Santa María
426 4VUA RIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
U)S YACIMIENTOS ARQUEOLOCICOS.. EN GU h... 13
de Guía de Gran Canaria, permitió poner en conocimiento de éstos
la existencia de varias cuevas funerarias de los aborígenes canarios,
en las tierras de alta medianía de la margen izquierda del abrupto
Barranco de Moya, dentro del término de la mentada ciudad; he-cho
que participaron a la Delegación Provincial del Servicio de --
cavaciones Arqueológicas de Las Palmas de Gran Canaria, demos-trando
con ello un laudable gesto comprensivo y de respeto a los
vestigios del pasado y un ejemplar espíritu de colabración con el
organismo d que pertenece este tipo de investigaciones. Con tal
motivo el titular del Servicio se trasladó a la expresada zona, el
día 12 de febrero de 1964, en unión de los dichos jbvenes, del
ayudante de la Delegación, don Victorio ROdrí#gU?z Cabrera, y
don Diego Cmz Naranjo.
Ernplaxamiento y descripci6n.-la zona objeto de prospección y,. GnUoC+U.4U:AnV cnou+b::a 7u.hu;n~nbAan ua~,n nVmI InI VUo Gn uAnG;nJ a Aru:nbhunu , caar.l +u;.c-.-xro&n cwuA =n an&n&mL fr n- un Aubn
alta medianía. Es abierta y da frente, por la derecha, a la profun-da
depresión del Barranco de Moya, con vista a la localidad actual
de Cabo Verde. Por lo general son tierras pastizables y de sem-bradura.
Presenta algunas colinas de rocas bsálticas y traquí-ticas
y en sus taludes, colgados sobre el mentado barranco, culti-vos
varios en terrazas.
Las colinas están orientadas al norte y forman interesantes
vaguadas cerradas, que producen copiosas filtraciones de aguas
de lluvias, y otras abiertas, que son tributarias del citado barran-co.
Algunas de estas colinas, que se alzan en amplias terrazas, pre-sentan
estructura rocosa volcánica original, con múltiples cova-chos
naturales, varios de los cuales fueron utilizados por los abo-rígenes
canarios para depositar los cadáveres amortajados de sus
difuntos. Tambihn presentan algunas cuevas naturales, luego re-tocadas
por an;l'6110sj q i ~ e!e : ,qjyviler@nd e v:-&n&g y i z g t~tsl -
mente tallada.
La zona objeto de exploración y estudio comprende los puntos
topográficos conocidos por "La Lapa", "Morros de La Lapa" y
"Mondragón" o ('Mondragones".
Esta zona está situada en la parte alta de la carretera general
del norte de Gran Canaria, sobre la vecindad actual de "El Hormi-guero".
En ella predominan las más variadas especies de la botá-
nica canaria, circunstancia que la semeja a un auténtico jardín:
lentisco, salvia, tunera, guaidín, berol, tabaiba dulce, tabaiba mo-risca,
tabaiba salvaje, ahulaga, cañaheja, romero silvestre o hierba
estallona, incienso morisco, vinagrera, esparraguera, cardón, car-do
burriquero, melosilla, pata de gallina, brujilla, cebollino, ga-mona,
roseta, hierba puntera, tehera, junquillo, junco, lirio sal-vaje,
trebolina, helecho, cerrrllo, mayo blanco y violáceo, etc., es-pecies
que recoge y describe el historiador y naturalista canario
José de Viera y Clavijo y los también naturalistas Francisco Or-tuño
y Luis CeballosS.
2.-"La Lapa": cueva funeraria.
Al borde de una pista rural que en zig-zag enlaza la hacienda
de "La Lapa" con los "Morros de La Lapa", en la margen izquierda,
hado vista ai Eiarranco de Moya, frente a la localidad de Cabo
Verde, se localizó entre la masa rocosa de la montaña, una cueva
funeraria de carácter natural, que recoge el grabado correspon-diente
que ilustra esta monografía (v. n.o 7). Se halla a 150 metros
sobre el lecho del propio barranco. Presenta boca irregular y estre-cha,
que apenas llega a los 70 cm. de alto. La planta de la misma es
alargada y un tanto regular, con dimensiones de 5 metros de largo
por 1,W metros de ancho (véase plano y grabado núm. 7). A juzgar
por la osamenta humana localizada fue cueva funeraria familiar.
La filtración de aguas de lluvias hace que se presente con excesi-va
humedad y con gran cantidad de tierra fina, circunstancias que
contribuyeron a descomponer los sudarios de tejidos vegetales y
la propia osamenta. F'ue cueva profanada hace muchos años. Sólo
pudimos localizar en ella dos calaveras, las cuales por estar re-llenas
de tierra húmeda, debido a las filtraciones de lluvias, se
&&i&r~n 12s m z ~ ~&sS ; p rz~cjib-di~dse riares, fhüR8, hú-meros,
vértebras, costillas y trozos pequeños de sudarios de teji-dos
vegetales de junco, trabajo artesano primitivo y típico entre
8 José de Viera y Clavíjo. Dzcczowzo de Hzstorm Natural de las Islas
canamas, i7w (18~-1869).
Francisco Ortuño y Luis CebaUos Veyetaczón y flora forestal de Las
Canarias Occidentales. Madrid, 1951.
428 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LOS YACIMIENTOS ARQUEOLbGICOS ... EN GUfA . 15
los aborígenes canarios, como lo es también entre los pueblos de
culturas milenarias de América. Estos sudarios son de dos tipos,
uno bastante bien trenzado y otro de urdimbre longitudinal con
amarres transversales espaciados.
Una de las mandíbulas es fuerte y parece haber correspondi-
7 -Cueva funeraria de "La Lapa"
do a varón de mediana edad; presenta dentición desarrollada y
completa, con catorce piezas, un tanto gastadas las correspondien-tes
a los pequeños y grandes molares. La otra mandíbula corres-pondió
a un anciano o anciana; es menos robusta; al morir sólo
conservaba incisivos, caninos y dos molares ( p q i i e k y ga m-lar
del lado izquierdo) ; el resto de la mandíbula ofrece totaI reab-sorción
alveolar.
16 SEBASTIÁN JIM&VEZ S~YCHEZ
3.-"Morros de La Lapa" : sus vestigios arqueoMpicos.
Desmip&ón.-A unos setecientos metros de la descrita cueva
funeraria se alzan los "Morros de La Lapa". EXos están consti-tuidos
por una serie de grandes Moques basálticos, unos enhiestos
y otros hundidos y resquebrajados por efectos de antiguos corri-miento~
a. ta zona ofrece la vegetación típica citada, más la espe-cie
alibórea eucaliptus. La rodean amplias tierras pastizables de
medianías altas y longas terrazas dedicadas a cultivos ordinarios.
Presenta varios alcores desde los cuales se domina el interesante
vaso del Barranco de Moya. Sus ásperos taludes y vegetación un B
tanto selvática, hacen que sea una rinconada bella y subyugante, N
E
en la que campean aves como la perdiz, la paloma salvaje, el mir- o
lo. el capirote! el pájaro pinto, e! a p i q 6 s c! dmh i t ~e,! p5jzr~m - - -
=m
nario, el palmero, el hornero, el frailero, la alpispa, etc. Sus ma- O
E
jadas inmediatas son visitadas por los pastores con su ganado E
2
E transhumante, como en los tiempos prehistóricos lo hizo el pastor =
aborigen canario. 3
La planta o basamento de este alcor basáltico es de forma de - - 0
ese. I B el extremo sureste del mismo destaca un especial montículo m
E
rocoso volcánico en forma de penacho. En él fueron localizados o
varios cubiculos y tres cuevas funerarias naturales. Este penacho -
ofrece singular humedad. a-E
Cuevas funerarias.-Observamos aquí tres cuevas naturales, l - un poco adaptadas, que están situadas en distintos planos del ci- - 0
tado penacho, como puede apreciarse en el grabado correspondien- 3
te (n? 8). A ellas se llega por entre la flota indigena característica ya O
anotada. Las bocas de dichas cuevas tienen aspecto de media luna.
La primera es la que aparece en plano más alto. Es una cavidad
funeraria de techo y abovedamiento irregular, que tiene de fondo
unos 3,50 metros por 1,70 metros de ancho cerca de la entrada y
0,75 m. de alto (grabado n.Q 9). Aparece profanada desde antiguo.
Estuvo tapiada con doble ciere de piedras seleccionadas, de las cuales
quedan algunas formando un pequeño murete. En su interior se
encontraron cinco mandíbulas inferiores, algunas de ellas muti-ladas,
trozos de huesos largos, vértebras y pedazos de sudarios
430 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
vegetales, que responden a la técnica tipol@ca conocida y ya es-tudiada
por nosotros en otros estudios monográficos ".
La segunda y tercera cueva presentan el mismo aspecto, si bien
son un poco más reducidas. En ellas se recogieron igual material
muy deteriorado.
Vivienda de piedra suelta. -Hacia la mitad de este morro y
8 -"Morros de La Lapa"
entre la típica vegetación reseñada se localizaron las ruínas de
unas sencill-_s pwdes , ~ U uVmr espr?de,n, a !su Ue c m casa cena-truída
con piedras sin adobe que las una, de planta un tanto cir-cular,
adosada a las masas rocosas. Se trata de la tipica vivienda
9 Sebastián Jiménez Sánchez. Memorza de las etccavaczones arqueoló-gicas
en a¡! de Q&rg.n Cg?t&&, de 798 p k ~ e uF~ CVG%%O & 219452-4-44.
mo XI de las publicaciones de la Comisaría General de Excavaciones Ma-dnd,
1946.
pastoril. Sus dimensiones son 3,70 por 2 metros. El espesor del
muro es de noventa centímetros con un alto de un metro. La en-trada
está orientada al naciente (véase grabado núm. 10).
Creemos que este modesto poblado pastoril estuvo constituído
por otras viviendas del mismo tipo, las cuales, debido a corrimien-tos
de tierras, han quedado sepultadas o destrozadas.
Materia$ recogida-Entre los grandes bloques basáltiws que
forman este alcor se recogieron fragmentos de cerámica neolítica,
9 -Cueva funeraria de los "Morros de La Lapa".
bruñida a la almagre, con vestigios de ornamentación ya conoci-da
y estudiada lo; asimismo una olla de boca circ~dard e 16,5 cen-tímetros
de diámetro, con máximo ancho de vientre de veinticinco
centímetros y fondo ligeramente curvo. Lleva dos asas con tala-dros
circulares, una a cada lado y muy cerca del borde, de tipolo-gía
clásica (véase grabado n.o 11). El espesor de sus paredes es de 8
milímetros. Es de color siena sin mayor pulimento. Presenta hue-
432 ANTTARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS.. EN GUfA ... 19
llas de humo en sus paredes exteriores. El cuello es corto con li-gera
escotadura y reborde. También se recogieron pequeños trozos
de cazuelas y cuencos, pedazos de bandejas y pequeñas asas rec-tangulares
y redondas.
10-"Morros de La Lapa" con vzvienda.de piedra suelta
4.-"Los Mondragmes" .
Cueucas, tagórUr y aZmogarén.-Sobre la haciencta de "La La-pa"
y en una de las altiplanicies que la domina está el lugar cono-cido
por "El Mondragón" o "Mondragones". Es punto estratégico
y de singular visibilidad. Está emplazado entre la gran depresión
del Barranco de Moya y el, Barranquillo .de "El Hormiguero", a
unos 350 metros sobre el lecho de dicho barranco.
En la altiplanicie destaca una masa rocosa variada, en la que
bajo una arcada natural se ven varias cuevas antiguas, labradas,
que fueron moradas de los aborígenes canarios. Algunas de ellas
dan vista al propio Barranco de Moya y aparecen resquebrajadas
e inútiles.
El basamento rocoso que ocupa el centro de la altiplanicie pa-rece
haber sido un t a g h natural o lugar reservado para celebrar
11 -Naterial recogido en los "Morros de La Lapa"
reuniones, asambleas y realizar sus danzas rituales y juegos, en
tanto otra parte del mismo hizo de almogarén o santuario, a juz-gar
por los varios canalones y un gran cazoletón o pozuelo cir-cular,
labrado en la roca, que en el mismo descubrimos, todos ellos
relacionados evidentemente con el culto al dios Aborac, por lo
que tal planicie la consideramos de carácter sacral, propia de pue-blos
pastorilas megalíticos.
El acceso a esta notable meseta de los ritos, llena de interro-gante~
s,e hace por el extremo del naciente, a través de nueve pel-daños
labrados toscamente en la roca granítica, todos ellos con-cebidos
con bastante simetría, deiaiies que no son íos primeros en
localizarse entre los exponentes culturales de los canarios abori-genes
(véase grabados núms. 12 y 13).
11 &basti&n Jiménez Sánchez: Exponentes megalitzcos culturales de los
canarios aborigems. Año 1963 (Comunicacl6n presentada al V Congreso Pan-africano
de Prohistoria y de EWudio del Cuaternario. Santa Cruz de Teneri-fe
y Las Palmas de Gran Canaria).
434 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Cuevas funci.ai'ias en hforros de la Lnpn.
12 -"Los Nondragones" Topografía.
i
13 -Pozuelo labrado en la roca "Los Mondragones"
Nzlm. 11 (1965)
Próximo al borde de la altiplanicie aparece una cueva excava-da
primorosamente en la toba canelosa. Es de planta elíptica. Pre-
C o r t e
I
Planta
14 -Cueva granero de "Los Mondragones"
senta diámetros de tres metros por 1,80 metros. La altura interíor
es de 0,95 metros. La entrada aparece resguardada por el lado de-recho
de la propia roca, en forma de declive. ¿Granero o recinto
hzWtwri6n ? (V~WgU_PrU hdn ~6111l. d) .
(Dibujos orig?naXes del autor y de Vzctomo Rodriquez Cabrera j
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS