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EXCAVACIONES ARQUEOLOGHCAS EN LA CUEVA DE EA ARENA (BARRAKO HONDO, TENERIFE) 1. INTRODUCCION En los años 50 parece ser que, por causa de la erosión fluvial, se abrió una pequeña boca que daba a un tubo volcánico del barranco de La Arena, junto al pueblo de Barranco Hondo, en la isla canaria de Tenerife. Apenas descubierto el orificio, algunos vecinos del pue-blo penetraron por vez primera en él, pisando un vestíbulo, final de un tubo volcánico deshabitado desde hacía bastantes cientos de lus-tros. Utilizando linternas y teas fue recorrido gran parte de dicho tubo, encontrando en superficie algunos restos arqueológicos. Esta nueva cueva es propiedad de don Antonio Hernández, siendo el en-cargado de los campos de cultivo circundantes don Domingo de la Rosa. En diciembre de 1969, don José Navarro, gran aficionado a la Arqueología, habiéndose puesto en contacto con el Departamento de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de La Laguna, comuni-có Ia noticia y el Departamento no dudó en realizar la prospección correspondiente, quedando patente, en principio, el interés como ya-cimiento arqueológico con grandes posibilidades de excavación, dado su aparente relleno y la presencia de cerámicas, fauna y restos de molino circular en superficie. Antes de solicitar la correspondiente 2 PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER autorización a la Comisaría General de Excavaciones, deb;l mos cer-ciorarnos del carácter positivo del yacimiento mediante un pequeño sondeo, efectuado a la entrada del tubo, que posteriormente defini-remos, y que dio lugar a una comunicación nuestra en el «Symposium sobre posibles relaciones atlánticas precolombinas entre el Viejo y el Nuevo Mundo» l. En los trabajos del sondeo participaron un gru-po de alumnos de Arqueología y Prehistoria de la Facultad de Fi-losofía y Letras de la Universidad de La Laguna, como prácticas de excavación. Solicitada la correspondiente autorización para una campaña de excavación a la Comisaría Genera1 de Excavaciones, fue c~ncedida con oficio de fecha del 14 de mayo de 1970, siendo director de las mismas uno de los firmantes, y siendo financiadas con 50.000 pese-tas, cantidad verdaderamente exigua dadas las características del yacimiento y de su excavacih. La campaña se llevó a cabo duran-te el mes de marzo de 1971 con la participación de los siguientes miembros: Doctora doña M." del Pilar Acosta Martínez, profesora de Prehistoria de la Universidad de La Lciguna, como directora de campo; doctor don Manuel Pellicer Catalán, profesor agregado de Arqueología de la misma Universidad, y los alumnos del Departa-mento de Prehistoria y Arqueología don Mauro S. Hernández Pérez, don Antonio Tejera Gaspar, don Dimas Martín Socas, doña María Cruz Jiménez Gómez, don Mario Pons Forczda y don Rafael González Antón, habiendo igualmente colaborado gran parte de los alumnos que en ese ano cursaban Arqueología. Para esta primera investigación arqueológica que realizamos en Canarias, escogimos precisamente este yacimiento porque existía el proyecto por parte del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la citada Universidad, de obtener en cada una de las islas del Archipiélago Canario unas estratigrafías, suficientemente claras, que definiesen, por vez primera, los orígenes y evolución de las culturas en cada isla y, por otra parte, establecer una estratigrafía compa-rada y una cronología que solucionase de una vez los arduos pro-blemas que siempre han envuelto y, en parte, siguen envolviendo a 1 M. Pellicer y P. Acosta: Estratzgraficm arqueoZ6gzcas canarias: .La. Cueva del Barranco de la Arena (Tznemfe), «An Est Atl», núm 17 (Ma-drid- Las Palmas), 1971, págs. 275-279. 126 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N í I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 3 la especial civilización canaria. Con la estratigrafía de la cueva de La Arena se lograba una base donde apoyar el estudio de tantos materiales dispersos y de tantas teorías emitidas. En realidad, si este estudio presenta interés, no es de la fuerza que hubiéramos deseado, quizá por los problemas del yacimiento o quizá por la pobreza y monotonía de las culturas prehispánicas ti-nerfeñas. La excavación ha planteado auténticos problemas en sus conclusiones que no han sido del todo resueltos, problemas como la cronología, basada casi excIusivamente en el método del análisis del carbono radiactivo que tantas sorpresas produce y confusrones crea en la Prehistsrm de estos últimos años. Otro problema cuya solución r,= aparece clara es la de &arert~>; c=m= setu pr-mlGvu y cusi exclusiva de los primeros tinerfeños. Por otra parte, la monotorda y el conservadurismo y la falta de evolución de lo tinerfeño prehis-pánico, hacen difícil establecer fases culturales, por falta de ele-mentos característicos. No obstante, creemos que el yacimiento no ha podido dar más de si, dentro de su relativa pobreza, y espera-mos que alguna otra estratigrafía pueda ser más explícita. Nos hemos limitado, en la parte crítica de este trabajo, a tratar solamente los aspectos internos de los elementos culturales del ya-cimiento, sin proyectarlos hacia paralelos intra y extrainsulares por la inexistencia de éstos unas veces y por su poca importancia otras. Desgraciadamente, por una serie de circunstancias que no son de explicar aquí, nos hemos visto restringidos a trabajar en gran escala por lo que se refiere al trabajo de campo, en las islas de Tenerife, La Palma y La Gomera. En Tenerife, aparte de la Carta Arqueoló-gica publicada en síntesis 2, presentamos este trabajo de la primera estratigrafía de habitación. En La Palma fueron excavadas tambiém por el Departamento y estratigráficamente las cuevas de Los Guin-chos y de El Humo 3, bajo la dirección del doctor don Manuel Pe-llicer Catalán: y la de Belmaco *, bajo la dirección del doctor don Mauro S. Hernández Pérez, quien a su vez publicó la Carta Arqueo- 2 Jiménez M. C.; Tejera, A., y Lorenzo, M.: Carta Arqweotógzca de Te-werife. Enciclopedia Canaria. Aula de Cultura de Tenenfe, 1973. 3 M. Pellicer y P. Acosta: E.stratigrrcfZas en la ida de La PaZma (Ca- ~la?+.as). XiiI Congr. Nac. Arq. (Huelva, 1973). Zaragoza, 1975, págs. 289-292, 4 Actualmente en curso de publicación por M. S. Hernández Pérez. 4 PILAR AGOSTA Y MANUEL PELLICER iógica de dicha isla 5. En la isia de La Gomera, y subvencionada por la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de 'lenerife, fue efectuada la excavación de la llamada Fortaieza de Chipude que no deja de ser todavía un problema G. Sobre generah-dades de Prehistoria canaria en sus aspectos de estado actual, pers-pectivas y elementos culturales, presentamos un par de estudios de síntesis '. Debemos mostrar nuestro agradecimiento más sincero a todos cuantos dxecta o indxectamenfe han colaborado en este estudio, a nuestro amigo don José Navarro que fue prácticamente el descubri-dor del yacimiento, a los entonces alumnos, y hoy día algunos ya a profesores, que antes citamos, y muy especialmente ai doctor don E '1'~1esforo Bravo, catedrático de Petrologia de la Universidad de La O Laguna, que resistió pacientemente nuestras interminables consul- n-- m tas sobre la fauna y otros materiales hallados en la excavac:ón. O E Los análisis del C-14 fueron realizados en el laboratorio de Geo- E 2 E cronología del Departamento de Radioisótopos del Instituto de Quí-mica R;-sica &icar~lang? (C. S. 1. C) de Madrid 3 Los dibujos de los materiales y de los planos son obra de don O-Alejandro Romero Bañolas, dibujante de nuestro Departamento. m E O E n 11. PARTE DESCRIPTIVA E a 2 La cueva de Barranco Hondo, del Barranco de la Arena o del n n Pino Esrengao, que estas tres denominaciones tiene, se halla srtuada 3 en el llamado Barranco de la Arena, afluente por su margen izquier- O da de! Yar runc~H er,Ue. Aprox:madz!mente se explaza a 1 kilómetro en dirección W.-N. W. del pueblo de Barranco Hondo. Con referencia 5 Hernández Pérez, M S: Co.ntribuczón a la Carta Arqueológica de la zsla d e La Palma (Canarms), «An Est At l .~n, úm. 18 (Madrid-Las Palmas), la?-, @g-. 537-641- 6 Excavación dirigida por M Pellicer, en curso de publicación 7 Pellxcer Catalán, M.. Panorama y perspect.ivas de la arqueologia canana, «Rev. Hist Can.», XXXII, 1968-69 (La Laguna de Tenerife), 1970, páginas 291-302 Id : Elementos culturales de la p-ehzstoria cana&, «Rev. Hist. Can», número XXXiV (La Laguna de Tenerife), 1971-12 128 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS LAMINA 1 l.-Barranco de la Arena. 2.-Acceso a la Cueva de la Ar~na, EXCAVACIONES EN LA C DE LA ARENA 5 a Santa Cruz de Tenerife, está situada a 13 kdómetros en dirección S. W. y con respecto al centro del pueblo de Igueste de Candelaria, se sitúa a 2.100 metros en dirección N. (figs. 1 y 2). El acceso a dicha cueva se practica partiendo del pueblo por una vereda ascendente, en ocasiones muy pronunciada, dirigida hacia el N. y hacia el W., siguiendo sensiblemente la cota 120 en parte de su trayecto. La vereda, a mitad de trayecto, desciende hacia el fon-do del barranco, precisamente en la confluencia del barranco de La Arena con el barranco Hondo. Prosiguiendo el ascenso por el cauce de aquel barranco, la cueva a que nos referimos se abre a una dis-tancia de unos 300 metros de la desembocadura en la margen iz-quierda y a unos 5 metros de altura sobre el fondo del barranco, siendo apenas visible desde cualquier punto y menos desde la parte baja, a causa de su exigua entrada y de una vegetación de nopales y tabaibas que la ocultan. Su altura sobre el nivel del mar es de unos 670 metros, distando de él en línea recta y hacia el S. E. unos 3 kilómetros. Fig. 9 Núm 22 (1976) 9 JsIa de Tenerifa Situaciríni Cueva de la Arena EXCAVACIONES EN LA C DE LA ARENA 7 El pueblo tinerfeño de Barranco Hondo, en cuyo término si sitúa la cueva, se halla emplazado a unos 7 kilómetros al N.-N. E. de Can-delaria, a cuyo partido pertenece. Se trata de un tubo volcánico que desciende en dirección E.-S. E. Su acceso, a causa de derrumbamientos de grandes bloques basál-ticos, permaneció cerrado durante un tiempo no definido hasta que la erosión fluvial practxó una pequeña abertura triangular entre los bloques de basalto de unes 0,70 metros, por donde, en la actuzlidad, con cierta dificultad puede penetrarse en ella. El interior del tubo (fig. 3) consta de dos partes principales: un amplio vestíbulo y el tubo volcánico propiamente dicho. El vestibulo, la parte arqueológica más interesante del yacimiento, presenta una planta irregular, con tendencia a circular y con un diámetro med-io de 12 metros. Hacia la parte N. E; se abren imas concavidades de difícil acceso, en dirección más o menos paralela al barranco, mien-tras que hacia el Sur y junto a la boca, la pared penetra profunda-mente casi paralela al rellano. Los bloques basálticos de tamaños dr-ferentes y de un dlámetro medio de unos 0,50 metros, en su derrum-bamiento, obstruyeron la entrada, irrumpiendo hacia el interror y deteniéndose en la mitad del vestíbulo y presentando un fuerte bu-zamiento hacia el N. W. Este derrumbamiento formó un relleno amor-fo de 4 metros de potencia, extendiéndose hasta unos 9 metros de la entrada. Indudablemente, Ia zona más interesante arqueológicamen-te se halia sellada por este ciímuln de derriibiosj znna. qix con 10s medios a nuestra alcance fue imposible despejar y, en consecuencia, excavar. Estos derrumbamientos no afectan a la mitad N. W. del vestíbulo ni al final del tubo volcánico propiamente dicho, de tal manera que la excavación debió practicarse en esa superficie de1 yacimiento prácticamente horizontal; con presencia de sedimentos de arenas arcillosas y con una superficie de unos 50 metros cua-drados. La altura del vestíbulo es muy irregular, aunque oscila en los 4 metros. El tubo volcánico propiamente dicho se dirige ascendente hacia su origen, y en línea recta, en una longitud de unos 80 metros CUEVA DE LA ARENA (Barranco de! fa Arena,Tenerife) Planta mg. 3 practicables y en sentido W.-N. W. La planta del tubo tiene una an-chura entre sus paredes casi paralelas de 6 metros y una altura análoga entre la superficie del relleno y el techo del tubo. A partir del vestíbulo, en los primeros 13 metros del tubo, el suelo se pre-senta muy regular y con materiales sedirnentarios muy finos y a par-tir de este tramo y hacia el interior, el suelo del tubo está constituido por grandes bloques de basalto desprendidos de las paredes y del techo de la formación volcánica. En enero de 1970, como antes se ha indicado, se realizó un son-deo para concretar exactamente el interés clel yacimiento y sus po-sibilidades de excavación, sondeo cuyos materiales fueron publica-dos por nosotros s. Uno de los motivos que nos indujo a practicar un sondeo en este yacimiento fue, aparte de su evidente relleno estratigráfico, la pre-sencia de restos arqueológicos en superficie, entre los que cabe des-tacar algunos fragmentos de cerámica a mano, pertenecientes a grandes vasos de pasta grosera, con abundantes inclusiones, con for-mas de grandes cuencos de tendencia sernies£érica con fuertes ma-melones de sección oval junto al borde, de coloraciones negruzcas, tanto en la superficie externa e interna, como en el interior del ba-rro, advirtiéndose un tratamiento de espatulación imperfecto e irre-gular, que en ocasiones llegan a formar una especie de ligeras aca-naladuras con cierto aspecto decorativo. Uno de los fragmentos de superficie, localizado en el punto donde comienza el tubo propiamen-te dicho y a unos 10 metros de la &roda, debe pertenecer a un gran cuenco de unos 0,50 metros de diámetro de boca. En superficie, tan-to en los resquicios de las paredes de la roca volcánica, como en el suelo e incluso en la parte media del tubo, entre los grandes bloques desprendidos, es frecuente la presencia de huesos de cáprido, con indicios de cremación. En diferentes puntos de la ci.mm y en 1a su-perficie, especialmente a partir de unos 25 metros de la entrada, son frecuentes los restos de hogares con abundantes carbones y fauna mayor quemada. Otro hallazgo de superficie está constituido por un 8 Ver nota 1. N6m 22 (1976) EXCAVACIONEIS EN LA C. DE U ARENA 11 fragmento de molino de tipo circular y muy plano, correspondiente a la muela superior, de naturaleza volcánica extraordinariamente porosa y con un diámetro de unos 0,30 metros. El sondeo previo fue practicado a 11 metros de la entrada y en dirección W.-N. W., precisamente en la línea que dividía el vestíbulo del tubo propiamente dicho y a 1 metro al N. de la pared S. del vestíbulo, estando orientado su eje mayor en dirección S. E.-N. W., su superficie es de forma rectangular, con unos ejes de 1,50 metros por 1 metro, planta suficiente para poder trabajar cómodamente un obre-ro y situado precisamente en un punto donde no pudiera crear pro-blemas a su ulterior proyecto de excavación. Oaservada la topografía del yacimiento, se determinó reaiizar cinco cortes estratigráficos de planta cuadrada y de 2 metros de lado cada uno, dispuestos en forma de T y separados entre sí por test~gos de 0,75 metros (fig. 4). Este conjunto de cortes se abre en la zona más próxima a la entrada evitando la parte del derrumba-miento antes aiuüida. Los cortes i, ¿ y 3 se s~tuane n una línea trans-versal al tubo (fig. S), y los cortes 4 y 5 en Lana línea perpendicular a la anterior y sensiblemente paralela a la dirección del tubo (figu-ra 6). La signatura topográfica la denominamos B. H.-71, como de-nominador común, añadieedo el número del corte en cifras arábigas, el del estrato en cifras romanas y el del subestrato en letras del alfabeto, de manera que B. H.-71/1-I-A significa Barranco Hondo, afío 1971, corte 1, estrato 1, subestrato A. A su vez en determinadas ocasiones cada planta de los cortes se subdividió en cuatro cua-drícula~ d enominadas: a (E.), b m.), c (S.), d m.).E l orden nu-mérico de los estratos va de la superficie al fondo. Siendo imposi-ble situar el vertedero en el exterior de la cueva por las dificultades que ofrece la extracción de la tierra por la diminuta entrada, se si-tuó uno de ellos cerca del acceso de la cueva y al N. de ella, mien-tras que el segundo vertedero para la excavación de los cortes 4 y 5 se situo en el interior del tubo y junto a su pared N. Los cortes, antes de ser comenzados se señalaron con estacas de madera unidas por cuerdas. Antes de comenzar la, excavación se procedió a limpiar los derrubios de toda la superfic& a excavar y a separar los blo-ques de basalto de las proximidades que pudieran dificultar los tra-bajos de excavación. Para evitar derrumbamientos fue señalado con 12 PILAR ACCSTA Y MANUEL PELLICER GXCAVACIOKES EN LA C DE LA ARENA 13 cuerdas una zona distante 0,50 metros fuera de los cortcs. Una gran dificultad de la excavación fue la falta de luminosidad, a pesar de haberse utiiizado varias lámparas de butano. Otra dificu.ltad, no me-nos grave, fue !a intensa humedad de la cueva a causa de las con-tinuas f~ltraciones de agua. En la excavación de los cortes se levantó primeramente el estrato superficial hasta una profundidad de 0,20 metros, quedando una plan-ta paralela a la desaparecida superficie. Limpiados los perfiles se observaron 10s buzamientos de los estratos, para tratar de corregir a continuación las profundidades en cada uno de los puntos de di.cha planta. De esta manera se logró realizar una excavación puramente estrati,gráfica, siguiendo cada uno de los estratos en cada uno de los cinco cortes. Esta técnica, que tz6ricamente es perfecta, en la prác-tica y en yacimientos con gran buzamiento de sus capas geológicas y, en especial, en estratigrafías con incrustaciones frecuentes de g:ran-des bloques de desprendimientos, como es el caso de la cueva de La Arena, resulta verdaderamente problemática seguir un estrato en toda su pureza. Y -7, 1 CUEVA DEL BARRANCO DE LA ARENA (TENERIFE) . PERFIL V-A (PERFILES SE DE LOS CORTES 1.2 Y 3 ) CORTE 1 (SE) CORTE 3 (SE) 16 PILAR ACOSTA Y MANUEL i'ELLICER Los CORTES ESTRATIGRÁFICOS Sondeo. Superficie: 1 m. x 1,50 m. Estratigrafía. - Potencia: 0,40 m. Sensiblemente horizontal. - Natwaleza: arcilla rojiza con abundantes guijarros basálticos de un diámetro medio de 0,05 m. - Materiales : a) Lítico: una l a x a atípica de obsidiana de 0,025 m. b) Ger5snxo: una decena de fragmentos pertenecientes a cua-tro vasos de la misma naturaleza: pasta tosca, a mano, cocción insuficiente, fuego oxidante, coloración crema bei- -ae- tant.0 en s ~ ~ p i r f j rcoim~o en el i d e r i ~ r r, c pprfiap irre-guiar con indicios de tosca espatulación, con formas de cuencos de tendencia semiesférica unos (fig. 4: 1 y 3) y otro de ellos con borde fino saliente (fig. 4: 2). c) Fauna: huesos de cáprido muy fragmentados. d) Carb6n vegetal: abundante, perteneciente a los hogares de la base del estrato o zona de contacto con el siguiente in-f erior . Estrato II: - Potencia: 0,40 m. Sensiblemente horizontal. - Naturaleza: arcilla negruzca muy compacta con menos guija-rros y abundante carbón vegetal. - Materjales : viticuü:ii a Iasca. at;pica de o"usidiana, cierto aswCto de raedera, de 0,025 m. (fig. 4: 6 ) . b) Cerámico: cuatro fragmentos de características análogas a la del estrato superior pertenecientes a vasos de gran ta- 9 Ibidem, fig 4. 140 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A M T I C O S CUELA DEL BARRANCO DE LA ARENA (TENERIFE) PERFIL Y-z (PERFILES sw DE LO:SC ORTES 2 , 4 5~) CORTE 5 (SW) Fig. 6. LAMINA 111 l.--Excavación del estrato 11 del corte 3 de la Cueva del Barranco de la Arena. 8.-Estratos 1 y 11 del corte 3 de la Cueva dcl Barranco de la Arena. EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 17 maño, de forma redondeada excepto uno de forma de cuen-co peraltado y de tendencia semiesférica, con borde grueso y un diámetro de boca de unos 0,13 m. (fig. 4: 5). c) Fauna: en mayoría corresponde a la especie Lacerta Sthe-lznz Symoni, o Lacerta Symoni Symoni, existiendo a su vez algún resto de fauna mayor, probablemente de cáprido. Mu-chos de estos restos presentan vestigios de cremación con indicios de deshechos de alimentación. d) Carbón: más abundante que en el estrato superior, algu-nos de cuyos fragmentos parecen ser de Euphorbia. Estrato III: - Potencia: entre 0,10 m. y 0,15 m. Sensiblemente horizontal y regular. - Naturaleza: arena arcillosa, negruzca o clara según los puntos. - Materiales: a) Imxistenciu de Wcas y cer8m:cas. b) Fauna: restos de Laceria Sthelinz Symoni o Lacerta Sy-moni Symoni. c) Carbón: indicios. Fstrato IV: - Potencia: 1 m. Sensiblemente horizontal. - Naturaleza: grandes bloques basálticos de desprendimiento, de un diámetro de 0,5 m., encajados entre sí, en un medio de ar-cilla arenosa, más abundante en la parte más profunda, y pre-sentándose fértiles arqueológicamente los 0,65 m. superiores. - Materiales: a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: gran abundancia de Lacerta Sthelini Symoni o La-certa Symoni Symoni, con algún indicio de restos de CI-mida. c) Carbón: presente. Corte l. Superficie: 2 m.x2 m. PILAR ACOSTA P MANUEL PELLXCER Estrato 1: - Potencia: 0,60 m. Buzamiento: en 2 m.: 20 cm. hacia el S. E-Dividido en dos subestratos: I A (0,30 m.) y 1 B (0,30 m.). Subesbato H A (estratrgrafía general: 1). - Naturaleza: arcilla rojiza y guijarros basálticos de OJO m. de diámetro medio. - Materiales : a) Líticos: dos lascas de obsidiana (fig. 8: 9 y 10); sólo la se-gunda de ellas presenta retoques abruptos en el talón y en el extremo distal. b) Cerámica: sesenta y tres fragmentos de los cuales veintiu-no pertenecen a bordes (fig. 7: 1-12 y fig. 8: 1-8) y el resto atipicos. Existe gran predominio de fragmentos de pastas toscas y groseras con abundantes inclusiones en general gruesas, de corte irregular, cocción y coloración irregu-lares, aunque aparecen tres fragmentos de cocción regu-lar reducida y dos de tendencia oxidante. No existen frag-mentos decorados. En algunos de los fragmentos se obser-va ligero engobe, en un tercio aproximadamente las su-perficies son alisadas y regulares, y en dos tercios rugo-sas y el grosor del vaso irregular; en una quinta parte apro-ximadamente se advierte la superficie agrietada. La su-perficie interna, en general, está mejor tratada que la ex-terna, siendo interesante destacar la presencia, aunque ns muy frecuente y siempre en la cara externa, de negro de humo por haber estado expuestos al fuego de cocina. Un tercio aproximado de los fragmentos presenta espatulación vegetal en su superficie externa y en una sexta parte apro-ximadamente de ellos este tipo de tratamiento se extiende por ambas superficies. Este tratamiento de espatulación vegetal raramente coincide con la circunstancia de la pre-sencia en la superficie externa de negro de humo. E1 gro- A N U A R I O DE E S T U D I O S ATLAMTICOC EXGAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 2k sor de los vasos varía entre 0,003 m. y 0,01 m., correspon-diendo las pastas más cuidadas y compactas a los vasos. menos gruesos. Las formas de los vasos son en general de tendencia semiesférica, observándose variabilidad en el tipo de los bordes. Un sólo fragmento (fig. 8: 6 y 7) corresponde a un cuenco semiesférico con borde indicado y asa tubular real-zada. c) Fauna: cápridos: varios fragmentos de cuerno, huesos tri-turados y molares. Suidos: una falange y una mandíbula, al parecer, de feto. Patellas y caracoles de tierra. d) Carbón: abundante en dos capas gruesas, perteneciente a hogares. Subsh&h I B (estratigrafia general: IH) . - Naturaleza: arcilla rojiza y guijarros basálticos más abundan-tes que en la parte superior de este estrato 1 y de un tamañ~ análogo junto con algún bloque. - Materiales: a) Ausencia de materiales líticos. b) Cerámicos: nueve fragmentos cerámicos, de los que sólo dos pertenecen a bordes (fig. 12: 2 y 3), de pasta tosca y grosera, predominantemente no compacta, con abundantes, y gruesas inclusiones, corte irregular, con espatulación ve-getal en sus superficies internas y externas en dos frag-mentos (fig. 12: 1, v. g.), habiendo otros dos con espatula-ción solamente interna y otros dos externa, observándose dicha espatulación más marcada, en general, en la super-ficie externa. La superficie externa es a veces más cui-dada que la interna. Las formas son indefinidas, aunque se advierte la tendencia semiesférica. La cocción es irre-gular y en consecuencia la coloración es muy variada en-tre los tonos cIaros y rojizos y los grises y negruzcos. No. existe decoración alguna. En un fragmento (fig. 12: 2) s e observan restos de negro de humo en su superficie externa. PILAX ACCSTA Y PvZANUEL PELLICER c) Fauna: cápridos: fragmentos de mandíbula de animal jo-ven, dientes y huesos largos triturados. Caracoles de tierra. d) Carbón: abundantes, correspondientes a grandes hogares de unos 0,75 m. de diámetro. Estrato 11 (estratigrafía general: DI). - Potencia: 0,75 m. Buzamiento paralelo al anterior. - Naturaleza: arcilla rojiza y bloques basálticos de desprendi-miento, algunos de 0,70 m. de diámetro. - Materiales: a E a) Ausencia de materiales líticos y cerámicos. O b) Fauna: cápridos: dientes y huesos de ejemplares adultos, n = muy fragmentados, abiertos para extraer la médula. La- m O E c6rtidos Goliat. E 2 c) Carbón: presente. E 3 Estrato III (estratigrafía general: IV). - 0m E - Potencia: 0,20 m. O - Naturaleza: grandes guijarros basálticos de unos 0,15 m. de diámetro, en un medio de arcilla oscura. n -E - MateriaIes: ausencia total. a - n Estrato IV (estratigrafía general: IV). 3 O - Potencia: indefinida. - Iu'aturaieza: grandes bloques de basaito de cerca de i m. de diámetro en un medio análogo al anterior. - Materiales : a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: escasa: un diente, al parecer de cánido, presencia de caracoles de tierra, lacértldos y un burgado. Corte 2. Superficie: 2 m. x 2 m. A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S Estratigrafía. Estrato I. - Potencia: 0,70 m. Buzamiento: en 2 m.: 20 cm. hacia el S. E. Dividido en dos subestratos: 1 A (0,30 m.) y 9. B (0,30 m.). Subestrato 1 A (estratigrafía general : 1). - Naturaleza: arciila rojiza con abundantes guijarros basálticos de un diámetro medio de 0,05 m. - Materiales: a) Líticos: tres pequeñas laminillas de obsidiana (fig. 9: 9-11). Sólo una de ellas presenta retoques, abruptos. b) Cerámicos: veintitrés fragmentos, de los cuales tres perte-necen a bordes y otro a un asa (fig. 9: 1-4). Las pastas son insistentemente toscas y groseras, con abundantes y grue-sas inclusiones, de corte irregular, con tratamiento claro de espatulación vegetal en la superficie externa de cinco fragmentos, presencia de ligero engobe en el 40 por 100 de los fragmentos y, en general, en su cara interna, siendo éste menos frecuente en las superficies externas. Cocción a baja temperatura e irregular. Coloración irregular, con predominio de tonos oscuros. Decoración inexistente. En cuanto a las formas, están presentes una gran asa verti-cal y semicircular de sección ovalada (fig. 9: 1) y cuencos de tendencia semiesférica (fig. 9: 2-4). c) Fauna: presencia de eápridos. d) Carbón: restos pertenecientes .a dos hogares. e) Muestra de carbón vegetal para análisis de carbono ra-diactivo: muestra núm. 5. Cronología 1800 k 60 años=150 años p. C. Referencia: C. S. 1. C.-187. BinlbesBz~ts 1 B (estratigrafía general : 11). - Naturaleza: arcilla rojiza con guijarros basálticos en mayor abundancia y de mayor diámetro que en el nivel anterior. - Materiales: a) Líticos: dos lascas de obsidiana, de las cuales sólo una Ndm 22 (1976) 10 presenta retoques ligeros, una pequeña lámina y una es-quirla del mismo material (fig. 9: 12-15). Un fragmento de la muela superior de un molino circular de 0,45 m. de diá-metro de toba volcánica (fig. 13: 1). b) Cerámicos: ocho fragmentos de los cuales cuatro pertene-cen a bordes (fig. 9: 5-8). Pastas groseras y muy toscas, con abundantes y gruesas inclusiones, de corte irregular. Uno de los fragmentos con indicios de espatulación vege-tal en su superficie externa (fig. 9: 8). En general ausen-cia de engobe. Alisamiento en ambas superficies en un 40 por 100. Cocción irregular y tendencia a reducida, con co-loraciones irregulares rojizas y negruzcas. Entre las for-mas se ~hsermn 12 de ES cgence de pareCoes &as (figx-ra 9: 5), cuencos de tendencia semiesférica (fig. 9: 6 y 7) y un cuenco de tendencia esférica (fig. 9: 8). No existe de-coración alguna. c) Fauna: abundantes restos de cápridos pertenecientes a fragmentos de cráne~, md~res, urt,icu!ucio*.es de huec~s largos más o menos triturados, sin indicios de cremación. d) Carbón: abundante, perteneciente a tres hogares. Estrato II (estratigrafía general: 111). / - Potencia: 0,20 m.-0,30 m. - Naturaleza: arcilla rojiza y grandes guijarros basálticos de mayor diámetro que en el estrato superior, asentados sobre los grandes bloques del estrato inferior. - Materiales : a) Líticos: una lasca de obsidiana ligeramente retocada de 0,035 m. (fig. 12: 15). b) Cerámicos: doce fragmentos de los cuales cinco pertene-cen a bordes (fig. 12: 4-7). Pastas muy toscas y groseras, con abundantes inclusiones gruesas o finas, de corte irre-gular, superficies internas en general más cuidadas, coc-ción deficiente, irregular, aunque algunos fragmentos se presenten reducidos, y coloraciones que van de tonos cla-ros y rojizos a los grises y negruzcos, con presencia de negro de humo en la superficie externa de tres fragmentos PILAR ACOSTA Y MANUEL PELIJCER de bordes (fig. 12: 4, 5 y 6). Espatulación vegetal en tres fragmentos en la superficie externa (fig. 12: 5 y 6). Deco-ración de impresiones vegetales en el borde (fig. 12: 5) y ligeras acanaladuras semiclrculares en la superficie exter-na (fig. 12: 4) que pudieran considerarse como decoración o bien como simple alisamiento de la pasta. Formas de cuencos de tendencia semiesférica (fig. 12: 4 y 5) o esfé-rica (fig. 12: 7) con bordes variables y un vaso de tenden-cia globular con borde vuelto convexo (fig. 12: 6). c) Fauna: ausente. d) Carbón: restos pertenecientes a cuatro hogares. - Potencia: 0,27 m.-0,30 m. - Naturaleza: grandes bloques basálticos de desprendimiento que alcanzan 0,90 m. de diámetro, en un medio de arcilla arenosa. - Materiales: ausentes. Estrato IV (estratigrafía general- IV). - Potencia : indefinida. - Naturaleza: análoga a la anterior. - Materiales: ausentes. Corte 3. Superficie: 1,72 m.x2 m. Estratigrafía. Estrato I (estratigraffa general: I y 11). - Potencia: 0,50 m. Buzamiento: en 2 m.: 20 cm. hacia el S. E. Dividido en dos subestratos I A e I B que se estudian con-juntamente. - Naturaleza: arcilla rojiza con guijarros y pequeños bloques basálticos. 150 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS FXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA - Materiales : a) Líticos: una pequeña lámina atipica de obsidiana (fi-gura 10: 13) y cuatro esquirlas del mismo material. Dos fragmentos de molino circular de toba volcánica, pertene-cientes a la muela superior, de 0,25 m. de diámetro uno de ellos (fig. 14: 2), siendo el otro tan reducido que no pueden deducirse sus dimensiones exactas (fig. 14: 1). b) Cerámicas: cincuenta y dos fragmentos y un vaso casi completo fragmentado (fig. 10: 1-12). Pastas mayoritaria-mente groseras y toscas con abundantes inclusiones grue-sas y finas, de corte irregular, tratamiento de espatulación vegeta1 en un tercio de los fragmentos, siendo mas fre-cuente en la superficie externa que en la interna, aunque en contados casos dicha espatulación vegetal aparece en ambas superficies. Las superficies internas se presentan más cuidadas que las externas y en algunos casos con una , especie de engobe. Cocción y coloracion irregulares, con tendencia a la reducción. Aproximadamente la quinta par-te de los fragmentos presenta huellas de negro de humo en la superficie externa. Decoración de indicios de acana-laduras (fig. 10: 2) y hendiduras (fig. 10: 9) de impronta se-micircular en las superficies externas. Formas de cuencos de tendencia semiesférica con variabilidad de bordes. C) ~ a u n a :c ápridos: exponentes de ejemplares jóvenes y adul-tos: un diente de adulto, mandíbula superior y cuerno de joven, omóplato y articulaciones de huesos largos abiertos. Suídos: un diente de ejemplar joven. Posible diente de cá-nido. d) Carbón: abundante, perteneciente a cinco hogares. e) Vegetal: restos de junco torsionados. Estrato II (estratigrafía general: III). - Potencia: 0,80 m. Dividido en dos subestratos: 11 A (0,20 m.) y 11 B (0,20 m.). EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA Sinbestrah HI A (estratigraf ía general : III) . - Naturaleza: tierra bastante suelta con menos guijarros basál-ticos que el estrato anterior y presencia de hogares. - Materiales: a) Líticos: ausentes. b) Cerámicos: veinticuatro fragmentos de los cuales sólo dos pertecen a bordes (fig. 12: 8 y 9). Pastas toscas y groseras, con abundantes inclusiones tanto gruesas como finas, de corte irregular, alisamiento en superficie interna en algu-nas de ellas y superficies externas más descuidadas, coc-ción irregular y coloración variada de tonos claros y os-caos, presencia de negro de humo en la superficie exter-na en dos fragmentos. Decoración inexistente. Formas: un vaso posiblemente de tendencia globular con cuello de ten-tencia troncocónica ligeramente saliente (fig. 12: 8) y bor-de de cuenco (fig. 12: 9). c) Fauna: cápridos: dientes. Suídos: dientes y un fragmento de mandíbula de ejemplar joven. Todos ellos muy frag-mentados y sin indicios de cremación. Restos de pescado. d) Carbón: abundante, con presencia de hogares. e) Muestra de carbón vegetal para análisis de carbono radiac-tivo. Muestra núm. 6, tomada en la zona de contacto entre el subestrato 11 A y 11 B. Cronología: 1970 + 60 años = 20 años a. C. Referencia: C. S. 1. C.-188. Subeshato Iñ B (estratigrafia general m). - Naturaleza: similar a la anterior. - Materiales: a) Líticos: ausentes. b) Cerámicos: ocho fragmentos de los cuales cinco pertenecen a bordes (fig. 12: lü-11 y fig. 11: 1-4). Pastas muy toscas y groseras, con abundantes inclusiones, algunas de gran grosor, corte irregular, insistencia de espatulación vegetal tanto en ambas superficies como en una sola de ellas, con mayor frecuencia en la interna, alisamientos en mayoría en superficies internas, más cuidadas generalmente, coc- EXCAYACIONES EN LA C. DE LA ARENA 31 ción y coloración irregular, predominio de existencia de negro de humo en superficies externas aunque en su caso esto sólo ocurre en la interna, lo que hace pensar en el re-sultado de descomposición de materia orgánica que el vaso contuviera. Formas : vaso con pico-vertedero (fig. 12: 10-ll), cuencos de tendencia esférica (fig. 11: 1 y 2), un vaso de paredes altas y borde saliente (fig. 11: 4) y un borde sa-liente de un vaso de forma indefinida (fig. 11: 3). c) Fauna: cápridos: molares y mandíbula. Suídos: molares, Lacértidos: vértebra de Lacerta Máxima o Goliat. Algunos de los huesos se presentan triturados. d) Carbón vegetal: abundante, procedente de hogares. Estrato III (estratigrafía general: N). + Potencia: 0,30 m. - Naturaleza: pequeños bloques y guijarros basálticos en un me-dio arcilloso y arenoso oscuro. - Materiales: a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: Lacértidos: coraza exterior y huesos laterales de la cabeza, mandíbulas, vértebras y omóplato de Lacerta Máxima. C) Carbón: escasa presencia. Estrato IV (estratigrafía general: N). - P&nda : ifidefhda. - Naturaleza: grandes bloques basálticos de desprendimiento en un medio de arena y arcilla. - Materiales: a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: Lacértidos abundantes. C) Carbón: ausencia. Corte 4. Superficie: 2 x 2 m. Estratiarafía. PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER Estrato 1. - Potencia: 0,68 m. Buzamiento: en 2 m.: 0,20 m. hacia el S. E. Dividido en dos subestratos : 1 A (0,30 m.) y 1 B (0,38 m.). Subestrato 1 A (estratigrafía general : 1). - Naturaleza: arcilla rojiza con guijarros basálticos de unos 0,15 metros de diámetro. - Materiales : a) Líticos: una esquirla atípica de 0,025 m. y un posible nú-cleo amorfo de 0,035 m., ambos de obsidiana. b) Cerárnicos: veintiocho fragmentos, de los cuales seis per-tenecen a bordes (fig. 11: 5-11). Pastas groseras y toscas, con abundantes inclusiones gruesas y finas, cortes irregu-lares, espatulación vegetal en un tercio aproximadamente de los fragmentos, encontrándose dos casos en que dicha espatulación aparece en ambas superficies a la vez, super-ficies internas generalmente más cuidadas que las exter-nas con indicios de ligero engobe, cocción y coloración irre-gular, presencia de huellas de negro de humo en las su-perficies externas de un casi 50 por 100 de los fragmentos, presentándose en un caso la superficie interna con huellas de materia orgánica adherida. Decoración en dos fraymen-tos de acanalados paralelos (fig. 11: 9 y 11). Formas: cuen-tos de tendencia semiesférica con variabilidad de bordes (figura 11: 5, 8), un cuenco de paredes altas (fig. 11: 6), un vaso de tendencia esférica con borde vuelto convexo (figu-ra 11: 7) y dos bordes de vasos de forma indefinida Ggu-ra 11: 9 y 10). C) Fauna. cápridos: molares, vértebras y huesos largos frag-mentados. d) Carbón: abundante y perteneciente a dos hogares. e) Madera: fragmentos de madera de sabina. ANUARIO DE ESTUDIOS R T L A N l I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 33 Subestrata H B (estratigrafia general : 11). - Naturaleza: arcilla rojiza y pequeños guijarros basálticos abun-dantes con algún pequeño bloque. - Materiales: a) Líticos: ausentes. b) Cerámicas: tres fragmentos atípicos, de pasta tosca y gro-sera, con abundantes inclusiones, corte irregular, indicios de espatulación vegetal en la superficie externa en dos de ellos, superficies internas más cuidadas que las externas, cocción deficiente e irregular, coloraciones oscuras grisá-ceas y negruzcas, presencia de negro de humo en la su-perficie interna en dos de ellos. Decoración inexistente. c) Fauna: cápridos: mandíbulas, costillas, omóplato y huesos largos de ejemplares adultos. No hay indicios de cremación. d) Carbón: abundante, perteneciente a tres hogares. Estrato II (estratigrafia general: 111). - Potencia: 0,40 m. - Naturaleza: arcilla rojiza suelta y pequeños bloques de basalto de unos 0,12 m. de diámetro. - Materiales : a) Líticos: una lasca de obsidiana de sección irregular (figu-ra 12: 14). b) Cerárnicos: trece fragmentos, de los cuales dos pertenecen a bardes (fig. 12: 12 y 13). Pastas groseras y toscas, c m abundantes inclusiones gruesas y finas, corte irregular con espatulaclón vegetal, predominando en las superficies ex-ternas, existiendo algunos casos en que dicha espatulación se presenta en ambas superficies. Superficies internas en m&S Cüi&&C las exterzas, cucci.o, f i cü:üra-ción irregular, presencia de negro de humo en superficies externas en cinco fragmentos, apareciendo no obstante en la superficie interna de dos fragmentos atípicos huellas de materia orgánica adherida. Decoración inexistente. For-mas: vaso de tendencia esférica con borde vuelto convexo EXCRVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 35 (figura 12: 12) y cuenco de tendencia semiesférica con bor-de saliente (fig. 12: 13). c) Fauna: cápridos: omóplato, molares, vértebras y huesos largos triturados. LacéAdos: restos de tres ejemplares de Lacerta Máxima o Goliat consistentes en placas de la ca-beza, esfenoides, mandíbulas, clavículas, costillas, pelvis. d) Carbón: abundante perteneciente a varios hogares. Estrato 111 (estratigrafía general: IV). - Potencia: 0,151 m. - Naturaleza: pequeííos bloques de basalto en un medio arcilloso y arenoso oscuro sobre grandes bloques basálticos. - Materiales: a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: Lacértidos en abundancia. c) Carbón: abundante. Estrato IV (estratigrafía general: IV). - Potencia: indefinida. - Naturaleza: grandes bloques de basalto de unos 0,80 m. con otros de menor tamaño, en un medio arcilloso y arenoso oscuro. - Materiales : a) Ausencia de liticos y cerámicos. b) Fauna: abundancia de huesos de Lacerta Goliat o Lacerta B-axzma tiznados de carbón. Un caracol de tierra. c) Carbón: abundante. - d) Muestra de carbón vegetal para análisis de carbono radiac-tivo: Muestra núm. 7, tomada en la zona de contacto entre el estrato 111 y N. Cronología: 2490 rt 60 años=540 años antes de Cristo. Referencia: C. S. 1. C.-189. Corte 5. Superficie: 2 m. x 2 m. 36 PILAR ACOSTA Y NLANUFL PELLICER Estratigrafía. Estrato I (estratigrafía general 1 y 11). - Potencia: 0,50 m. Buzamiento en 2 m.: 0,20 m. hacia el S. E. Divldido en dos subestratos, 1 A (0,25 m.) y 1 B (0,25 m.), cuyos materiales se estudian conjuntamente. - Naturaleza: guijarros basálticos de unos 0,10 m. de diámetro, en un medio de arcilla rojiza en el subestrato I A y guijarros de menor tamaño en el mismo medio, pero más abundantes, en el subestrato 1 B. - Materiales : Lítico: una pequeña Iámma de obsidiana de 0,02 m., con ligeros retoques abruptos en un borde y un núcleo informe del mismo material de 0,04 m. Dos fragmentos de un mis-mo molino circular de toba volcánica, correspondrente uno de ellos al subestrato I A y el otro a subestrato 1 B (figu-ra 13: 2), con un diámetro de 0,37 m. Cerámicos: dieciséis fragmentos, de los cuales tres corres-ponden a bordes (fig. 11: 12-14). Pastas toscas y groseras, con inclusiones abundantes gruesas y finas, corte irregu-lar, espatulación vegetal en la cara externa en cuatro frag-mentos y en ambas su~erficiese n otros dos, superficies in-ternas en general más cuidadas y alisadas que las externas, cocción y coloración muy irregular, presencia de negro de humo en superficies externas en cuatro fragmentos. En un fragmento atípico que parece corresponder a un fondo de ten-dencia plana la superficie interna presenta adherencias de materia oscura orgánica. Decoración inexistente. Formas: un cuenco de tendencia esférica (fig. 11: 12), otro de ten-dencia semiesférica (fig. 11: 13) y un tercero de paredes altas (fig. 11: 14). Fauna : cápridos : fragmentos de mandibula, huesos largos y otros restos fragmentados. Suídos: una falange. Lacér-tidos: un húmero y dos mandíbulas, posiblemente de La-certa Goliat. Carbón: abundante, perteneciente a varios hogares. Madera: restos de madera de pino. A N U A R I O DE ESTUDIOS ATLANTZCOS MCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 37 Estrato II (estratigrafía general: 111). - Potencia: 0,60 m. Dividido en dos subestratos, II A (0,lO m.) y 11 B (0,50 m.), cuyos materiales se estudian conjuntamente. - Naturaleza: grandes bloques basálticos de un diámetro apro-ximado de unos 0,45 m., en un medio de arcilla rojiza suelta. - Materiales: Líticos : ausentes. Cerámicas: abundantes en el subestrato 11 A y casi ausen-tes en el subestrato 11 B. Atípicos. Pastas toscas y grose-ras con abundantes inclusiones, corte irregular, superficies internas en general más cuidadas que las externas, coc-ci6n y coloraciin irregularj decoración ausente. Fauna : cápridos : más abundantes en el subestrato 11 A y lacértidos, más abundantes en el subestrato 11 B. De cá-pridos se encuentran restos pertenecientes a dientes, a una mandíbula y a fragmentos de una costilla. Los exponentes de Ixc6rkidns corresponden a mñndíbidas de varios ejem-plares, huesos de la cabeza, una vértebra y una tibia pe-queña. Carbón: abundante, perteneciente a varios hogares. Estrato 111 (estratigrafía general: IV). - Potencia: 0,50 m. - Naturaleza: pequeños y grandes bloques de basalto en un me-dio arcilloso y arenoso oscuro. - MateriaIes: a) Ausencia de Iíticos y cerámicas. b) Fauna: restos de Lacerta Máxima y Lacerta Goliat, per-tenecientes a varios ejemplares, consistentes en placas de la cabeza, una capela craneal, varias mandíbulas, dos omó-plates, *m húmere y h e m s de !us extremidudes. c) Carbón: abundante, perteneciente a hogares. Estrato IV (estratigrafía general: IV). - Potencia : indefinida. 40 PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLiCER - Naturaleza: grandes bloques basálticos de un diámetro medio de unos 0,80 m., en un medio arcilloso y arenoso oscuro. - Materiales : ausentes. Ante el peligro de desprendimientos que ofrecían los bloques de sus laterales, el corte debió ser necesariamente abandonado. III. PARTE CRITICA Los cortes realizados en la cueva de La Arena fueron en total seis, esto es, un sondeo previo y cinco cortes de 2x2 metros, según hemos indicado. Naturalmente la potencia de relleno de cada corte fue &ferente, "scsand" -urius g,$-j uietros el corte 2 y 2 E+ tros en los cortes 1, 3 y 5. Estudiados parcialmente los niveles de cada corte y estableciendo una comparación estratigráfica entre cada uno de ellos, se ha podido llegar a la conclusión de que existen tres estratos geológicos y cuatro arqueológicos más o menos coinciden-tes, por eso ~iabiareiiios más bien & -m3a estrilt&T,-riifict geaparea rcrl evitar confusiones con las estratigrafías parciales. Pertenecen al nivel general 1 el estrato I del sondeo y los sub-estratos 1 A de cada uno de los cinco cortes. Al nivel general 11, co-rresponden el estrato 11 del sondeo y los subestratos I B de cada uno de los cortes. Pertenecen al nivel general 111 el estrato 111 del sondeo, los estratos II de los cortes 1, 2 y 4 y los subestratos 11 A y B de los cortes 3 y 5. Corresponden al subnivel general IV A el es-trato N del sondeo y los estratos 111 de cada uno de los cortes. Fi-nalmente, corresponden al subnivel general IV B los estratos IV, tanto dei sondeo como de cada uno de ios cortes. En cuanto a la naturaleza del relleno de la cueva de La Arena, éste se presenta con una estratificación relativamente horizontal, ya que solamente buza hacia el S. E. unos 0,20 m. cada 2 m., y parale-la, si prescindimos de la presencia de algún bloque basáltico de des-prendimiento que atormenta la regularidad de los estratos. Analizan-do grosso modo la grandometría de las diferentes capas geológicas tendríamos una base de grandes bloques basálticos con un diámetro medio oscilante entre 0,50 m. y 1 m. en el estrato IV. En el estrato 111 estos bloques están presentes y con tendencia a menor tamaño. En 164 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLRNTICOS EXCAVACIONES EN LA C. DE I I ARENA 41 dos estratos 11 y 1 son ajenos a la naturaleza de los niveles. Los grandes guijarros o pequeños bloques de basalto con un diámetro medio entre 0,20 y 0,30 m. son frecuentes en los estratos correspon-dientes a la estratigrafía general 111 y 1, siendo más abundantes en el estrato 111 que en el 1 y estando simplemente presentes en el es-trato general II. Los guijarros entre 0,05 y 0,15 m. son más bien propios del estrato general 11. Sintetizando más todavía, la natura-leza geológica de la estratigrafía, se puede pensar, incluso, sola-mente en dos grandes estratos: Uno superior, correspondiente a la estratigrafía general 1 y 11, a base de guijarros en un medio arci-lloso rojizo-marrón, y otro gran estrato, correspondiente a los nive-les 111 y IV de la estratigrafía general caracterizados por los gran- A-" Ll.-.-.. ,... L..,.Alt:#.n" A - ,-a ,...---- ,-a:-;,.*&-,. ve-+,, l.-, .-."t-.,t:~,...,f:- U C U UlULj ,UCD u a 3 a l b l L u D UG uc3p c l l u l l l l l c l l b u ~ . A a l l b u la c s b a~b l g r u rru comparada de los diferentes cortes como la naturaleza geológica de cada uno de ellos, puede verse sintetizado en las figuras 5 y 6. Respecto a la cronología, ya que en Tenerife no han aparecido hasta ahora materiales arqueológicos fechables por pertenecer a cul-turas extrainsulares datadas, tenemos que recurrir necesariamente a procedimientos físicos como el del C-14 para establecer cronolo-gías absolutas, a pesar de las reservas que hay que tener en cuen-ta, debido a los frecuentes errores derivados de este sistema de da-tación. De la cueva de La Arena fueron analizadas tres muestras de carbón vegetal, procedentes la primera del subestrato 1 A del corte 2, correspondiente al estrato general 1, con una cronología ya indicada de 150 años p. C. La segunda muestra, procedente de la zona de con-tacto entre el subestrato 11 A y 11 B del corte 3 y perteneciente al estrato general 111, dio una cronología de 20 años a. C. La tercera muestra, procedente de la zona de contacto entre los estratos 111 y IV del corte 4 y correspondiente al estrato general IV dio una fe-cha de 540 años a. C., fechas todas estas con una aproximación de -1- 60 años. De estos datos cronológicos proporcionados por el análisis del car-bono radiactivo pueden deducirse interesantes consecuencias. En pri-mer lugar, se trata de las fechas más arcaicas obtenidas hasta el presente, no solamente en la isla de Tenerife sino en el resto del Archipiélago Canario, respecto al primer momento de la presencia humana, ya que tal fenómeno ha de considerarse muy probable ya Nkm 22 (1976) 165 42 PILAR AGOSTA Y MANUEL PELLICER en este estrato IV por la presencia e incluso abundancia relativa de carbón vegetal, aunque no de hogares ni de cualquier tipo de indus-tria humana. Esta fecha del 540 a. C. podría significar el momento del acto de presencia de los primeros tinerfeños en la cueva en pleno proceso espeleogenésico con el derrumbamiento de grandes bloques basálticos. La fecha del 20 a. C. del estrato general 111 se refiere a un mo-mento todavía de desprendimientos en la cueva, aunque en menor escala, momento en que, con absoluta evidencia puede hablarse de la presencia humana a través no solamente de los hogares, sino de la fauna quemada de restos de comida y muy especialmente por la a N relativa abundancia de cerámicas, que más tarde estudiaremos, y de E industria iitlca. O n - La muestra más moderna, con su cronología del 150 p. C., co-rresponde al momento final de la habitación de la cueva, con abun- EE dantes hogares, restos de comida, cerámicas, industria lítica y mo- 2 E linos con relatlva abundancia. Posiblemente, a partir del siglo 11 p. C la entrada de la cueva quedaría obturacia, sin que en íbii iiimeiita 3 posterior hubiese servido habitualmente de habitación. O-m A parte de estos datos cronológicos proporcionados por el carbo- E no radiactivo existente, otros en Tenerife, en ciertas cuevas sepul-crales como son las de Roque Blanco, en el valle de La Orotava, con n E una c r o n o 1 o g í a del 610 -t 70 p. C. lo, 570 1 1 2 0 p. C. y - B 720 t 80 p. C 12. La cueva sepulcral de La Palmita, en Tejina, dio n n una cronología del 910 t 110 p. C. 13. La cueva sepulcra1 de Boya Brunco, en L a G u a n c ha, proporcionó una cronologia del 1020 + 110 p. C., 1040 i 110 p. C. y 1170 i- 100 p. C. 14. Finalmente, l o Diego Cuscóy, L.: Los manches Santa Cruz de Tenerife, 1968, pá-gina 212 11 Nydal, R.. Trondheim Natural Radzocarbon Memwrements III,'«Ra-cüocarbon », 4, pág. 178. . - - o ---- -.-- n~n-+~- -ao an fnrihn ~ntor inrd p 640 p. c , ~ e g í í ns e refiere A* C~LLGCLFLLFU~CUUO UU b~ ~ r u i r uw en «Radiocarbon Index», 1950-65, pág 167 1s Diego (Suscóy, L : Op. cit., pág. 211. Crane, H. R, and Griffin, J : Unive-rsity of Wwhigan Radiocarbon Du-tes XZI, aRa&ocarbon», 10, 1, pág. 107. 14 Crane, H. R , and Gnffin, J B.: Op clt Diego (Suscóy, L : Op. cit 166 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARFXA 43 la cueva sepulcral de La Enladrillada, en Tegueste, dio una crono-logía de 1150 t 50 p. C. y 1215 & 75 p. C. 15. Esta cronología proporcionada por las cuevas de enterramiento tinerfeñas nos demuestra que los materiales cerámicos y los con-textos culturales de los enterramientos hasta ahora conocidos, son de momento bastante posteriores a la primera presencia de grupos humanos en Tenerife. Los materiales Iíticos, tan interesantes en Prehistoria, en la cue-va de La Arena, son relativamente escasos, reduciéndose a tabonas o lascas de obsidiana en general .sin retoques, atípicas y de muy mala factura, a útiles frecuentemente muy dudosos de basalto, que en la mayoría de los casos no parecen de factura humana sino sim-p! rrilente piezas nritt?_ra!es ii1-ilizadasj y a fragmentos de molinos cir-culares. Las tabonas comienzan en el estrato general 111 y en una pro-porción mínima correspondiente al 10 por 100. En el estrato general 11 este porcentaje de tabonas aumenta hasta el 30 por 100, mientras que en el erskute gemrs 1 e! prcentaje alcanza hasta un 60 por 100. En consecuencia, tenemos que concluir que la industria lítica de ob-sidiana va aumentando en progresión aritmética conforme avanza la cronología. La presencia de molinos circulares se inicia en el estrato gene-ral 11 y, si este estrato se fecha en el siglo I p. C., tendríamos en ese momento una prueba evidente de los inicios de la agricultura en Tenerife. Esta presencia de molinos circulares aumenta en el estra-to superior. En otras ocasiones hemos tratado el problema de la pre-sencia del molino circular en el Archipi61ago Canario, el cual, aten- Uier,Uc a !e, expansión de este kstrulnente przr e! RjIediterráne~ OC-cidental y Norte de Africa, no puede ser anterior a los finales del I milenio a. C. 16. Los materiales cerámicos, aunque no muy abundantes y de una agobiante monotonía, no dejan de prestar alguna luz al estudio de esta s~ceufónv dtrrra! y ~ teat umcx de est~h!ecer. 15 Almagro Gorbea, M.: Las fechas deZ C 14 para la Prehistoria g la Arqueoloogjia Pemiwdar. Trab. Preh. Inst. Esp Preh. C S. 1. C., Madrid, 191'0, pág. 30. 16 Pellicer Catalán, M.. Elementos culturales de la prehzstoma canaria, aRev Hist Can », X X X N (La Laguna de Tenerife), 1971-72, pág. 61. 44 PILAR AGOSTA Y MANUEL PELLICER Analizados los fragmentos, puede observarse a primera vista una gran homogeneidad a través de los estratos en cuanto a la pasta generalmente tosca y grosera, con inclusiones basálticas tanto grue-sas como finas, corte de los fragmentos irregular, tratamientos de las superficies generalmente por espatulación vegetal, más insisten-te en la superficie externa que en la interna, un especial cuidado y en ocasiones engobes en las superficies internas, cocción deficiente y a baja temperatura, coloración heterogénea con los tonos más di-versos, desde lo rojizo y claro hasta lo gris y marrón-negruzco, y algún atisbo de decoración de gran rudeza, consistente en trazos aca-nalados con varilla posiblemente vegetal e impresiones digitales en a el borde. N E Las formas cie los vasos son probabiemelite el elei-iieíito más cm- O - - creto entre los materiales arqueológicos para determinar una posible - O m sucesión cultural a pesar de los pocos datos que en este caso pres- E E tán. No obstante, analizados todos los fragmentos cerámicas de la 2 E excavación, han podido deducirse doce tipos que a continuación des- - crillimos 17. 3 - - 0m Tipo 1: Cuenco de tendencia esférica. Presente en un 50 por 100 en el estrato general 111, en un 15 por 100 en el estrato general 11 y en un 35 por 100 en el estrato general 1. Estos porcentajes indican que se trata de una forma primitiva que llega con los primeros ha-bitantes de la cueva y que persiste hasta el final de la habitación en menor porcentaje (figs. 7: 10; 9: 8; 11: 1, 2, 12; 12: 7). Tipo 2: Vaso de tendencia globular con borde de tendencia sa-liente. Esta forma es como una evolución del vaso globular en que el borde tiende a gollete, apareciendo en nuestra estratigrafía con unos porcentajes del 20 por 100 en el estrato general 111, del 20 por 17 Cuando hablamos de dato concreto evolutivo, al referirnos a las for-mas de los vasos, lo hacemos en este caso con grandes reservas, ya que resulta diffcil, si no imposible, establecer una tipología con vasos a mano, anárquicos y heterogdneos, de tal manera que, por una parte, podrían cla-sificarse en dos o tres tipos con un nomero indefinido de subtipos o, por otra parte, podrían establecerse tantos tipos casi como fragmentos. 168 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS 100 en el 11 y del 60 por 100 en el 1, lo cual indica que se trata de una clara evolución Tipo 3: Cuenco de tendencia esférica con borde vuelto convexo. A pesar de lo específico del galbo, esta forma aparece ya en el es-trato general 111, con un porcentaje del 40 por 100 y en el estrato general 1 en un porcentaje del 60 por 100, lo cual nos indica que no puede considerarse como ninguna forma evolucionada in situ (fi-guras 8: 3; 10: 1; 11: 5, 7; 12: 6, 12). Tipo 4: Cuenco de tendencia esférica con borde grueso en bisel interior. Este tipo, según nuestro yacimiento, es exclusivo del estra-to general I, y en consecuencia, corresponcie ai momento dei aban-dono de la cueva y más concretamente a fines del siglo 11 p. C., lo cual no quiere decir que persistiera en lo sucesivo hasta la época de la Conquista (fig. 7: 11; 8: 1, 2 y 4). Tzpo 5: Cuenco de paredes altas. Es también propio dei momento final, haciendo acto de presencia en el estrato general 11 en un 25 por 100 y prosiguiendo, con más abundancia y en un 75 por 100, en el estrato general 1 (figs. 7: 12; 9: 5; 11: 4, 6 y 14). Tipo 6: Cuenco de tendencia semiesférica. Está presente en un 10 por 100 en el estrato general 111, prosiguiendo en progresión arit-mética en el estrato general 11 con un 35 por 100 y en el estrato ge-neral 1 con un 50 por 100 (figs. 7: 1-6; 9: 2, 4, 5 y 7; 10: 3, 5, 6 y 7; 11: 13). Tipo 7: Cuenco de tendencia semiesférica con borde grueso. Este tipo significa una evolución del tipo 6 al definirse el borde en el es-trato general 11 con un porcentaje del 10 por 100 y prosiguiendo en el estrato general I con un 90 por 100 (figs. 9: 3; 11: 8). Tipo 8: Cuenco de tendencia semiesférica con borde fino indica-do. En realidad se trata de un fenómeno de evolución análogo al an- 1s Este tipo 2, al tener estrechas analogías con Ios tipos 3 y 9, resulta dificil adscribir a 61 cualquier fragmento. Núm 22 (1976) 169 46 PILAR ACUSTA Y MANUEL PELLICER terior, pero a la inversa, con el borde definido por su delgadez y con unas porcentajes muy similares a los del tipo anterior, ya que en el estrato general 11 aparece en un 15 por 100 y en el estrato ge-neral 1 o superior en un 85 por 100 (fig. 10: 8, 9 y 11). Tipo 9: Cuenco de tendencia semiesférica con borde saliente. Este tipo, puesto que se da con cierta exclusividad en determinados estra-tos, hemos optado por dividirlo en dos subtipos (figs. 10: 2, 10 y 12; 12: 3, 4, 5 y 13). - Saia>$Hpcs 9 A: Con el borde saliente horizontal aparece con cierta abundancia en un porcentaje del 80 por 100 en el estrato ge-neral III, y con menos intensidad, en un porcentaje del 20 por 100, en el estrato general 11, lo cual parece indicar que se trata de una forma arcaica que desaparece, según la cronología del carbono ra-diactivo en nuestro yacimiento, hacia el siglo I de nuestra Era. Como otras muchas formas cerámicas de nuestro yacimiento, existen frag-mentos de las excavaciones de L. Diego Cuscóy, análogos, proceden-tes del barranco de Cabrera, de los acantilados de Tacoronte y de Cota del Valle de Guerra 19. Este subtipo representa una forma evo-lucionada en el borde saliente horizontal, ya que, atendiendo a la prehistoria clásica del Mediterráneo, los bordes salientes son pro-pios de un momento avanzado en la evolución cerámica y concreta-mente del Bronce Pleno y Final, lo cual nos indicaría que esta for-ma tan primitiva en la estratigrafía del yacimiento llegaría a él ya definida y en un momento de finales del I milenio a. C. - 8zbtipo 9 B: Cuenco de tendencia semiesférica con borde sa-iiente inciinado. tendiendo a ios porcentajes en que aparecen, slg-nifica una evolución del subtipo anterior a1 realzarse el borde sa-liente ya que sus porcentajes son del 20 por 100 en los estratos gene-rales 111 y II y del 60 por 100 en el estrato general '4: (fig. 8: 5 y 8). Tipo 10: Asa verticai semicircuiar de secclon ovai. Aunque esta asa lógicamente no debería considerarse como un tipo de un vaso 19 Diego Cuscóy, L . Cornt./.ihzcción al estudio de la cerámica de Tene-rife. XI Congr. Nac. Arqueo1 (Merida, 1968) Zaragoza, 1970, págs. 385-394, figuras 6:4, 16 y 27. 170 ANUARIO DE E S T U D I O S ATLANZ ICOS EXCRVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 47 indefinido, su presencia en el estrato superficial, crea problemas, de tal manera que podría muy bien corresponder a un elemento de-masiado tardío para las cronologías que estamos conjugando (figu-ra 9: 1). Tipo 11: Cuenco semiesférico con borde indicado y asa tubular realzada. Este tipo es un elemento muy frecuente entre las colec-ciones de la isla, constituidas en su mayor parte por vasos enteros procedentes de Las Cañadas del Teide. Esta circunstancia y, espe-pecialmente la de haber aparecido un ejemplar en el estrato supe-rior de nuestro yacimiento, nos confirman su reciente cronología (fi-gura 8: 6 y 7). Tipo 12: Pico-vertedero. Se trata de un ejemplar único y anómalo en la tipología cerámica de Tenerife, ya que podría relacionarse, aunque muy remotamente, con los &ofios» tan abundantes en Fuer-teventura y presentes en La Palma. Todavía resulta más curiosa su presencia ei, el estrate genera! IZ, cvrrerpnnríiente i, iin rr?~mentn extraordinariamente arcaico (fig. 12: 10-11). En cuanto a la decoración de las cerámicas poco podemos decir, ya que brilla por su ausencia, si exceptuamos algunos trazos incisos o acanalados, dos fragmentos de surcos horizontales paralelos del estrato general 1 y series de impresiones digitales en el borde de un vaso del estrato general 111. Un aspecto intefesante en la cerámica, por razones de su fun-ción y porque aclara detalles de la alimentación de los primitivos guanches, es la presencia en el interior de algunos fragmentos ce-rwaXrmri; rnbnvca< durn. rL.aLaU+UnJc~< rln mofnrnin rrrrrhnina ndknr idn ~ n ;nn mn l o nrnnnn- ur; IIILIII~LIU V ~ ~ C I I I I ~ C L UUII~LIUV, UUL ~VIIIV IU y ~ r o b z s cia tambih de cerámicas ahumadas con tiznes de negro de humo por haber estado encima de los hogares y que sirvieron, consecuen-temente, para preparar alimentos hervidos, lo cual reviste especial importancia, si consideramos que prácticamente la mayoría de los L. .~C. - .d~e !acért:,dos y am Ue chpridos han -,=&ido ser -,re-,arr;dos por este sistema, al no presentar huellas de cremación directa. La ausencia de estas huellas de cremación en los huesos de lacértidos podrían explicarse también por haber sido asados muy someramen-te sobre las brasas. En todos los estratos con cerámica aparece esta circunstancia del ahumado en las superficies externas. 4.8 P U AC OSTA Y MANUEL PELLICER No deja de ser curiosa la ausencia absoluta de fondos cónicos, tan frecuente por otra parte entre las formas más conocidas y di-vulgadas de las cerámicas de Tenerife, lo cual nos induciría a creer que los vasos ovoides de fondo cónico pertenecerían a un momento posterior a la deshabilitación de la cueva, es decir, posteriores al siglo 11 p. C., o, por otra parte, pudieron también ser exclusivos de ciertas poblaciones pastoriles y trashumantes que frecuentaban las Cañadas del Teide. La fauna aparecida en el yacimiento se reduce a lacértidos, cá-pridos, suídos, cánidos, peces y moluscos. Los lacértidos predominan casi exclusivamente en el estrato general IV, junto con algún es-caso resto de moluscos y con la presencia de abundante carbón, lo cual nos induce a formular la teoría de que hacia el siglo VI a. C., en el primer momento de habitación de la cueva, la dieta de los prime-ros habitantes consistiría fundamentalmente en esta fauna. Los la-certa hallados disminuyen en porcentaje considerablemente en el es-trato general III, cuando se impone en gran escala el cáprido y hace su aparición el suído. Estos lacértidos no desaparecen de la dieta de los habitantes de la cueva hasta el estrato general 11, en que su abundancia desciende considerablemente. Los tipos de lacértidos exis-tentes y que más o menos conviven en los dos estratos inferiores son los Lacerta Goliat, Lacerta Máxima, Lacerta Sthelini Symoni y Lacerta Sgmoni Symoni. Los cápridos y probablemente también los óvidos se inician en el estrato general 111 para aumentar progresivamente en los estra-tos generales 11 y 1, momento en que deben representar la dieta fun-damental. Los huesos de cáprido suelen aparecer muy fragmentados, abiertos para extraer la médula y algunos con restos de cremación. Los suídos comienzan en el estrato general 111 y prosiguen has-ta el final, manteniéndose en proporción muy por debajo de los cá-pridos. La presencia de cánidos está documentada por un diente en el nivel superior y por otro dudoso en el inferior. La fauna marina es muy escasa y reducida a restos de peces en el nivel 111 y algunas muestras de patellas y burgados a través de los cuatro estratos generales. 172 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 49 Un documento interesante para probar la presencia humana es el fuego, restos de carbón se diseminan, junto con los lacerta, en el estrato general IV. A partir del estrato general 111 las manchas de carbón son ya auténticos hogares que, en gran abundancia, persis-tirán hasta el estrato superficial. Entre los elementos estudiados, por su ausencia, no lo han sido los ornamentos, como las famosas cuentas segmentadas de barro, tan abundantes en algunas cuevas sepulcrales tinerfeñas, de la misma manera que instrumentos óseos como los punzones y espátulas de metacarpos de cápridos. IV. SINTESIS Y CONCLUSIONES Establecidas las correspondientes comparaciones entre los cinco cortes estratigráficos realizados en la cueva, se llegó a la conclu-sión de una estratigrafía general de la misma dividida en cuatro es-tratos y dos subestratos pertenecientes al estrato IV. Estos estratos que llegan a alcanzar en conjunto más de 2 metros de potencia, es-tán constituidos geológicamente por grandes bloques basálticos de hasta 1 metro de diámetro en la base, equivalente a los estratos ge-nerales IV y 111 y por grandes guijarros o pequeños bloques o gran-des guijarros de unos 0,20 metros en un medio arcilloso oscuro en los dos estratos generales superiores. Tres muestras de carbón vegetal tomadas para ser analizadas medfaüte el prozedimi&u Ud C-14 o carbono radiaetiiio, 6iem:: mc, cronología del 540 I+ 60 a. C. para el estrato IV, 20 + 60 años a. C. para el estrato JII y 150 _t 60 años p. C. para el estrato 1 o super-ficial. Estas fechas son las más arcaicas obtenidas hasta ahora, no sólo en Tenerife sino en el resto de las islas respecto a los orígenes y sucesión de las culturas. PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER Reducidos a instrumentos de basalto, obsidiana y toba volcánica, son relativamente escasos, comenzando las tabonas con certeza en el estrato general 111 y aumentando su porcentaje hasta el estrato superficial. Los útiles de basalto son de tal atipismo que frecuente-mente resultan dudosos como tales Útiles. Los molinos circulares co-mienzan en el estrato general 11, aumentando también su proporción en el estrato general 1, dato interesante si tenemos en cuenta la muy posible asociación de este instrumento con la agricultura cerealística en un momento tan remoto como el S. I. Si exceptuamos las formas de los vasos, los demás elementos de las cerámicas del yacimiento ofrecen insistentemente característi-cas comunes, de tal manera que es imposible a través de ellos de-terminar diferencias y evoluciones. En cuanto a las formas, han sido divididas en doce tipos, con dos subtipos la forma 9. Si esta-bleciéramos dos fases respecto a la cerámica del yacimiento, po-drían considerarse como de la fase antigua los tipos 9 A y 12, de la fase reciente los tipos 4, 5, 7, 8, 10 y 11, dentro del marco cronológico asig-nado. La presencia constante de negro de humo en la superficie ex-terior de los vasos es un claro exponente de su función culinaria y de la dieta observada. Si bien es abundante, es poco variada, reduciéndose a lacértidos, cápridos, suídos, cánidos, peces y moluscos. Los primeros en apare-cer son los lacértidos en sus diferentes especies de Lacerta Máxima, Lcr.c&a &/idj Laceda Sfh.&ni. sym.oni y Lacerta Qmoni Sgmoni, que ocupan casi exclusivamente la fauna del estrato general IV, pro-siguiendo en menor escala en los estratos generales 111 y 11, des-apareciendo progresivamente conforme se van incrementando otras especies animales a partir del estrato general DI, especies como los cápridos que desplazarán prácticamente al resto de la fauna, mien- 174 A N U A R I O DE E S T U D I O S 4 T L A N I ' Z C O S GUIJARROS IO'lOml FAUNA CARBON HOEiARE1 PECES EXCRVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 51 tras que los suídos, aparecidos también en el estrato general 111, se mantendrán sensiblemente invariables. Los peces son escasos y pro-pios de los estratos bajos, maentras que los moluscos, también esca-sos, se dan en todos los niveles. Los hogares propiamente dichos no comienzan en el estrato infe-rior sino a partir del estrato general 111 hasta el superficial, siendo cada vez más abundantes. En conjunto esta estratigrafía de habitat que consideramos la úni-ca practicada y publicada en ia isia de Tenerife, nos presenta un panorama del primitivo guanche verdaderamente arcaizante y sin apenas visos evolutivos, características que vendrán observándose jz~luso en las épocas posteriores hasta el momento de la conquista hispana. EXPLICACION DE LAS FIGURAS Fig. 1-Sztuaci6m de Barranco Hondo en Tenenfe Fig. 2.-Emplazamiento de Za Cueva del BUTYU~CdOe aa Arena en Ba-rranco Hondo. Fig. 3.-Planta de b Cueva del Barranco de la Arena con indicaci6n de los cortes estratigríificos Fig. 4-Situaci6n de los covtes estratigráficos en Za Cueva del Barranco de la- Arem. Fig. 5.-Perf4es de Zos cortes 1, 2 y S ( e ~ eV- X). Fig. 7.-Materid cerámico procedente del corte 1, estrato 1, subestrato I A, estrattgrafh genmal I. 7: l. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco compacta, descuida-da, con gruesas y abundantes inclusiones, corte irregular, ligero 52 PILAR ACOSTA Y MANUEL PEZLICER engobe en ambas superficies, cocción regular oxidante, coloración rojiza. Cuenco de tendencia semiesferica. Pasta bastante compacta, tos-ca y grosera, con abundantes inclusiones finas, corte irregular, ausencia de engobe, cocción irregular, coloración negruzca en su-perficie interna y externa, y corte rojizo-castafio. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta bastante compacta, tos-ca y grosera, abundantes inclusiones finas, corte irregular, ausen-cia de engobe, espatulación en superficie externa, cocción regular reducida, coloración negruzca en ambas superficies y cortes. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco compacta, tosca y grosera, gruesas inclusiones, corte irregular, ausencia de engobe, indicios de espatulación vegetal en la superficie interna, cocción regular reducida, coloración negruzca en ambas superficies y corte. Cuenco de tendencia semiesferica. Pasta algo compacta, tosca y gr-oaei*a, ab-jji&&eo iiichsiúiies gr-üesaa & e;;as, irregular, ligero engobe en ambas superficies y alisamiento en la externa, cocción irregular, coloración rojiza y negruzca en ambas superficies y negruzca en el corte. Cuenco de tendencia sem~esferica. Pasta nada compacta, de mala factura, tosca y grosera, con inclusiones abundantes y gruesas, corte irregular, engobe rojizo en la supericie interna, espatula-ción vegetal en la superifcie externa, cocción irregular, colora-ción rojizo-marrón mayor en superficie interna, castaño-rojizo en el borde y negruzca en la superficie externa con posibles huellas de negro de humo. Posible cuenco de tendencia semiesferica con borde indicado li-geramente saliente. Pasta bastante compacta, tosca, con finas in-clusiones, corte bastante regular, ligero engobe y alisamiento en ambas superficies, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia semiesférica con borde en bisel interior. Pas-ta descuidada, muy tosca y grosera, abundantes inclusiones, corte irregular. Superficie interna con ligero engobe e indicios de ali-samiento, presentándose más cuidada que la externa la que, a su vez, presenta espatulación vegetal. Cocción y coloración irregu-lares. Posibles huellas de negro de humo en superficie externa. Cuenco de tendencia ovoide. Pasta bastante compacta, poco ciu-dada, tosca y grosera, inclusiones muy abundantes, corte relati-vamente regular, ausencia de engobe, ligero alisamiento en am-bas superficies, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia esferica. Pasta nada compacta y de mala calidad, muy tosca, abundantes y gruesas inclusiones, corte irre-gular, ligero engobe y alisamiento en ambas superficies, cocción y coloraciones irregulares. Huellas de negro de humo. Cuenco de tendencia esfenca y borde grueso en bisel interior. Pas- 176 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 53 ta poco compacta, tosca, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ligero engobe e indicios de alisamiento, cocción y colo-ración irregulares. 7: 12. Cuenco de paredes altas. Pasta nada compacta y de mala calidad, muy tosca, inclusiones abundantes y gruesas, corte irregular, li-gero engobe y alisarmento en ambas superficies, cocción y colo-ración irregulares. Toda la superficie externa presenta claras hue-llas de negro de humo. Fig. 8.-Materia2 cerúrnico y Gftico del corte 1, estrato 1, subestrato I A, estratigrafh general I. Cuenco de tendencia semiesférica con borde grueso en bisel in-terior. Pasta poco compacta, tosca y grosera, finas inclusiones, corte irregular, ligero engobe en ambas superficies, espatulación vegetal en superficie externa, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia semiesferica con borde grueso en bisel in-terior. Pasta poco compacta, tosca y grosera, gruesas inclusiones, corte irregular, Iigero engobe y espatulación vegetal en superfi-cies interna y externa, presentándose ambos m&s acusados en la última de ellas. Cocción regular, coloración rojizo-vmoso en am-bas superficies y negruzca en el corte. Cuenco de tendencia semiesférica con borde indicado ligeramente vuelto. Pasta algo compacta, tosca y grosera, finas inclusiones, corte irregular, ligero engobe, cocción y coloración irregulares, presencia de negro de humo en superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica con borde en bisel interior. Pas-ta relativamente cuidada, compacta, inclusiones finas, corte bas-tante regular, engobe en superficies interna y externa, cocción regular, coloración castafio en ambas superficies y negruzca en el corte. Cuenco semiesférico con borde fino saliente. Pasta poco compac-ta, muy tosca y grosera, gruesas inclusiones, corte irregular, su-perficie interna con engobe y más cuidada que la externa, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo en toda la superficie externa. 8: 6 y 7. Cuenco semiesférico con borde indicado y asa tubular realzada. Pasta muy tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ligero engobe en ambas superfic~es, acusándose más en la interna, cocción reducida, coloración grisáceo-negruzca en ambas superficies y rojiza en el corte. 8: 8. Cuenco de tendencia semiesferica con borde fino saliente. Pasta tosca y grosera, inclusiones abundantes y gruesas, corte irregu-lar, indicios de engobe en ambas superficies y de alisamiento en la externa, cocción y coloración irregulares, presencia de negro de humo en la superficie externa. Núm. 22 (1976) 177 54 PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER 8: 9 Lasca de obsidiana. 8: 10. Lasca de obsidiana con retoques abruptos en .tl talón y extremo distal. Fig. 9-Materiales cerámzcos y Mtzcos del corte 2, estrato 1, subestratos I A y I B, estratigrafia general I y II. Materiales caramicos.-9 1-4. subestrato 1 A 9: 5-8: subestrato 1 B Materiales l&cos.-9- 9-11 : subestrato 1 A 9: 12-15. subestrato IB. Asa semicircular de sección oval. Pasta algo compacta, tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, ligero engobe e indi-cios de alisamiento, cocción y coloración irregulares Cuenco de tendencia semiesf6rica. Pasta algo compacta, tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ausen-cia casi total de engobe en ambas superficies, presentándose más cuidada la interna, cocción y coloración irregulares Cuenco de tendencia semiesférica con borde grueso. Pasta poco compacta, tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, cor-te irregular. ligero engobe. cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia semiesférica Pasta poco compacta, muy tos-ca y grosera, abundantes inclusiones con dominio de las gruesas, corte irregular, ausencia de engobe, alisamiento en superficies ex-terna e interna, estando más cuidada esta última y presentando la primera indicios de espatulación vegetal, coccrón regular re-ducida, coloración negmzca en ambas superficies y corte rojizo-grisáceo. Cuenco de paredes altas. Pasta bastante compacta, tosca y gro-sera, abundantes incliisiones con dominio de las gruesas, corte irre-gular, ausencia de engobe, tosco alisamiento en ambas superfi-cies, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia serniesférica. Pasta nada compacta. muy tos-ca y bastante grosera, inclusiones abundantes y gruesas, corte irregular, ausencia de engobe, alisamiento en ambas superficies, cocción regular reducida y coloración negruzca en las dos super-ficies y corte. Cuenco de tendencia semiesférica Pasta compacta, tosca, inclu-siones abundantes; gruesas algunas de ellas, corte irregular, au-sencia de engobe, tosco alisamiento en ambas superficies, cocción y coloración irregulares Cuenco de tendencia esférica Pasta algo compacta, muy tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, ligero engobe rojizo-violáceo en la superficie interna, indicios de espatulación vegetal en la superficie externa, cocción regular oxidante, coloración ro- ANUARIO DE ESTUDIOS ATLRNTZCOS EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 55 jizo-violácea en ambas superficies, siendo más intensa en la in-terna, y corte rojizo y negruzco. Laminilla de obsidiana. Laminilla de obsidiana con retoques abruptos. Laminilla de obsidiana. Lámina de obsidiana. Lasca de obsidiana. Esquirla de obsidiana. Lasca de obsidmna ligeramente retocada -Iflíateriaks cerámicas y 7,ticos del corte 3, estrato I, subestratos 11 y IB, estratigrafía gerceraF I g IZ. Cuenco de tendencia esferica con borde vuelto convexo. Pasta tosca, grosera, abundantes inclusiones de tamaño variable, corte irreguiar, superficie interna más cuidada que la externa, alisa-miento en ambas, presentándose mas regular en la interna. En-globe crema claro en superficie interna y espatulación vegetal irregular en la externa. Cocción y coloración irregulares. Posi-bles restos de materia orgánica adherida en el interior del vaso, hacia el fondo, y de negro de humo en zonas de la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica y borde ligeramente saliente. Pasta compacta, tosca, abundantes inclusiones con dominio de las gruesas, corte relativamente regular, ausencia de engobe, indicios de alisamiento en la superficie interna, espatulación, indicios de acanaladuras, de impronta semicircular, en la superficie externa, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesferica Pasta compacta, tosca, inclu-siones finas, corte irregular, ligero engobe, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia semiesférica con borde ligeramente entrante. Pasta poco compacta, tosca y grosera, inclusiones abundantes y gruesas, ausencia de engobe, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco compacta, muy tos-ca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, presencia de engobe en la superficie interna e indicios de tosco aiiüam~enio en ia externa que se presenta más descuidada, cocción oxidante, coloración rojiza-violácea en superficie interna, marrón-rojiza en superficie externa y corte castaño y negruzco. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco compacta, tosca y grosera, inclusiones abundantes con dominio de las gruesas, corte irregular, ligero engobe en la superficie interna, coccidn y colo-ración irregulares, posibles huellas de negro de humo. PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco cornpada, tosca p grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ligero engobe en superficie interna e indicios de espatulación vegetal en la externa, cocción oxidante. Cuenco de tendencia semiesférica con borde indicado. Pasta tosca, inclusiones abundantes, corte irregular, engobe rojizo-violáceo en la superficie interna, y ligero engobe en la externa que se pre-senta más descuidada, cocci6n y coloración irregulares. Cuenco semiesf6rico con borde fino indicado. Pasta compacta, re-lativamente cuidada, inclusiones en general finas, corte irregular, decoración de acanalados y hendiduras de impronta semicircular en la superficie externa que, a su vez, se presenta más cuidada que la interna, cocción regular reducida, coloración negruzca en a ambas superficies y corte castafio-negruzco. w Cremo de tendencia semiesférica con borde ligeramente saliente, U Pasta algo compacta, tosca, inclusiones gruesas, corte relativa- d - mente regular, engobe crema en la superficie interna que se pre- 0" senta más cuidada, y espatulación vegetal en la superficie exter- E na, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo I en la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica con borde fino indicado. Carac-teres de pasta, cocción, ..similares a la anterior, aunque en este 5 B no se observan ni el engobe en la superficie interna, ni las hue- 2 = n 6 llas de negro de humo. Cuenco de tendencia semiesferica con borde ligeramente salrente. U Pasta muy tosca y grosera, inclusiones con dominio de las grue- t sas, corte irregular, superficie interna con ligero engobe y alisa-a 1 miento, present5ndose más cuidada que la externa, en la cual se C observan indicios de espatulación vegetal, cocción y coloración irre- 2 d gulares, posibles huellas de negro de humo en la superficie ex- - a terna. Lasca de obsidiana. 5 Fig. 11-Material cerdmico de los cortes S, 4 y 5. 11: 1- 4: Corte 3, estrato 11, subestrato IEB, estratigrafia ge-neral m. 11: 5-11. Corte 4, estrato 1, subestrato IA, estratigrafía gene-ral 1. 11: 12-14: Corte 5, estrato 1, subestratos IA y IB, estratigrafia general 1 y 11. 11: 1. Cuenco de tendencia esférica. Pasta nada compacta, tosca, muy grosera, abundantes inclusiones, algunas de ellas muy gruesas, corte irregular, ligero engobe en superficie externa, alisamiente en ambas superficies, siendo más patentes en la externa que, a SE 180 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N I ' I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 57 vez, presenta indicios de espatulación vegetal, cocción y colora-ción irregulares. Cuenco de tendencia esférica. Pasta muy tosca y grosera, inclu-siones abundantes, corte irregular, ausencia de engobe, alisa-miento en ambas superficies, cocción y coloración irregulares, pre-sencia de negro de humo en superficie externa. Forma indefinida, borde saliente. Pasta tosca y grosera, abun-dantes inclusiones, corte irregular, ligero engobe en ambas su-perficies, alisamiento en la interna e indicios de espatulación ve-getal en la externa, cocción y coloración irregulares. Vaso de paredes altas y borde saliente. Pasta algo compacta, muy tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte relati-vamente regular, ausencia de engobe, alisamiento en la superficie interna y espatulación vegetal en la externa, cocción y coloración fi-reg-u;ai-es, ü-cper-ficie e-iter-iia totsimeiite cüh&a pi- iiegru de humo. Cuenco de tendencia semiesférica con borde vuelto convexo. Pasta poco compacta, tosca y grosera, abundantes inclusiones, corte re-lativamente regular, ligero engobe en la superficie interna e in-dicios de alisamiento en ambas superficies, cocción regular, co-loracidn castafio-negruzca en ambas superficies y corte, presen-cia de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de paredes altas. Pasta compacta, tosca, inclusiones en general finas, corte irregular, ligero engobe en la superficie in-terna que se presenta m& cuidada, indicios de alisamiento en superficie externa, cocción regular oxidada y coloración rojiza en ambas superficies y corte, siendo algo mks intensa dicha tonali-dad en la superficie interna. Vaso de tendencia esférica con borde vuelto convexo. Pasta poco compacta, tosca, inclusiones gruesas, corte irregular, engobe os-curo en superficie interna, que se presenta alisada y m&s cuidada. que la externa, cocción regular, coloración castaño-negruzca en ambas superficies y corte, posibles huellas de negro de humo err? la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica con borde grueso. Pasta poco compacta, muy tosca y grosera, inclusiones gruesas algunas, cor-te irregular, indiclos de alisamiento en el borde y superficie in-ternaj cocción y cnlarsci6n irrep~lareoh, ~~el ladoe negro de. h m o en la superficie externa. Forma indefinida. Pasta compacta, tosca, inclusiones abundantes con predominio de las finas, corte irregular, engobe y alisa-miento regular en ambas superficies que se presentan muy cui-dadas, cocción regular, coloración rojiza en ambas superficies y corte castaño, decoración de acanalado paralelo junto al borde. Núm 22 (1976) 18X PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER Forma indefmda. Pasta poco compacta, de mala calidad, tosca, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, m&cios de en-gobe y alisamiento en superficie interna y borde, cocción regular, coloración castaño-negruzca en ambas superficies y corte. Fragmento atípico con decoración de acanalados paralelos hori-zontales. Pasta compacta, tosca, inclusiones abundantes en gene-ral finas, corte irregular, ligero engobe rojizo e indicios de alisa-miento en la superficie interna que está, no obstante, más des-cuidada que la externa, la cual se presenta claramente alisada, cocción y coloración irregulares, posibles huellas de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de tendencia esférica. Pasta poco compacta, de mala ca-lidad, tosca y grosera, inclusiones abundantes en general finas, corte irregular, indicios de engobe en la superficie interna y ali-samiento en ambas superficies, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesf6rica Pasta algo compacta, tosca, in-clusiones algunas gruesas, corte irregular, engobe y alisamiento en ambas superficies, presentándose, no obstante, más cuidada la interna, cocción y coloración irregulares. Cuenco de paredes altas. Pasta muy tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ligero engobe en la super-ficie interna, alisamiento en ambas superficies, siendo más regu-lar en la interna, cocción y coloración irregulares, posibles hue-llas de negro de humo en la superficie externa Fig. 12.-Hateriales cerámicas y Zt2cos de los cortes 1, 2, 3 y 4. Materzales cerúmicos-12: 1- 3: Corte 1, estrato 1, subestra-to 1 B, estratigrafía general 11. 12. 4- 7: Corte 2, estrato 11, estratigrafla general 111 12: 8- 9: Corte 3, estrato 11, subestrg-U C- TT A ri..C-.-C:---2C- ------1 TTT LU II il, ' I U L L C L L L ~ L ~p~ cL u~ ciu~s al. 12: 10-11: Corte 3, estrato 11, subestra-to iI B, estratlgrafía general III 12: 12-13. Corte 4, estrato 11, estratigra-fía general III Maternales liticos -12 : 14 : Corte 4, estrato 11, estrat1,qafía gene-rai 12: 15: Corte 2, estrato 11, estratigrafía gene-ral liI 12. 1 Fragmento atípico Pasta poco compacta, tosca y grosera, ~nclu-siones, corte irregular, ligero engobe en superficies interna y ex-terna, aunque algo más acusado en esta última, espatulación ve- A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N I I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 59 getal en superficies externa e interna, siendo más marcada en esta última, cocción irregular, coloración grisáceo-castaña en la super-ficie interna, rojo-violgcea en la externa y corte grisáceo. Forma indefinida. Pasta nada compacta, muy tosca y grosera, inclusiones abundantísimas gruesas, corte irregular, ausencia de engobe, cocción y coloración irregulares, presencia de negro de humo en superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica con borde indicado horizontal saliente. Pasta poco compacta, tosca, abundantes inclusiones en general finas, corte irregular, engobe en superficies interna y ex-terna, alisamiento igualmente en ambas superficies apreciándose con mayor claridad en la interna que, a su vez, presenta huellas de espatulación vegetal en la zona cercana al borde, cocción re-ducida y coloración negruzca. CUemc Ue tendencia sp,rn!e&&ic~ borde hni_zntal saliente, Pasta nada compacta, de muy mala calidad, muy tosca y grosera, abundantes y finas inclusiones, corte irregular, indicios de en-gobe, superficie interna más cuidada con alisamiento junto a1 borde, superficie externa con unas ligerísimas acanaladuras for-mando semicírculo que, quizá, pudieran considerarse en sentido & ahsarr.i&= n,ce e= sentzk decnmtiv~, mxxión y colora-cidn irregulares, superficie externa cubierta toda ella por negm de humo. Cuenco de tendencia semiesférica con borde ligeramente saliente con impresiones digitales. Pasta tosca y muy grosera, inclusiones finas relativamente abundantes, corte irregular, ausencia de en-gobe en ambas superficies, observándose sólo indicios en el bor-de, superficie interna más cuidada que la externa, presentando ésta una espatulación vegetal muy tosca, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo. Vaso de tendencia globular con borde vuelto convexo. Pasta nada compacta, muy tosca y grosera, inclusiones gruesas algunas de ellas, corte irregular, ausencia de engobe, alisamiento en super-ficie interna y espatulación vegetal en la externa, cocción regu-lar reducida, coloración negruzca en ambas superficies y corte castaño, posible huellas de negro de humo en la superficie ex-terna. Cuenco de tendencia esferica Caracteres similares en pasta, coc-ción, al anterior, excepto que éste no presenta espatulación ve-getal ni huellas de negro de humo. Vaso posiblemente de tendencia globular con cuello de tendencia troncocónica ligeramente saliente. Pasta nada compacta, muy tos-ca y grosera, abundantes y finas inclusiones, corte irregular, au-sencia de engobe, alisamiento en superficies, presentándose la fn- PILAR AGOSTA Y MANUEL PELLICER terna más cuidada, cocción y cobración irregulares, presencia de negro de humo en superficie externa 12: 9. Forma indefinida. Similar en sus caracteres al fragmento anterior. 12: 10-11. Vaso con pico-vertedero (perfil y sección). Pasta poco compacta, muy tosca, grosera, abundantes inclusiones con dominio de las gruesas, corte irregular, ausencia de engobe, alisamiento en su-perficie Interna y espatulación vegetal en la externa, cocción y coloración irregulares, huellas claras de negro de humo en la su-perficie externa. Vaso de tendencia esf6rica con borde vuelto convexo. Pasta tosca y grosera, abundantes inclusiones, algunas de ellas gruesas, cor-te irregular, ligero engobe marrón-rojizo y alisamiento en la SU-perficie interna, espatulación vegetal en la externa, cocción y co- a locación irregulares, superficie externa totalmente cubierta de ne- N gro de humo. E ¿'uenco de ien,=jencisae miesferica con borde pas'& tuse& O n y grosera, abundantes inclusiones en general finas, corte irregu- -- m lar, ligero engobe castaño-rojizo e indicios de alisamiento en la O E superficie interna, cocción y coloración irregulares, superficie ex- E 2 terna con huellas de negro de humo. -E Lasca de obsidiana. Lasca rie obsiriiana con ligeros retoques. 3 - - 0 Fig. 13.-Molinos circulares de Zos cortes 2 y 5 m E O 13: 1. Fragmento de la muela superior de un molino circular proceden-te del corte 2, estrato 1, subestrato IB, estratigrafía general TI. n 13: 2. Fragmentos de la muela supenor de un molino circular proceden- -E a te del corte 5, estrato 1, subestratos I A y IB, estratigrafía ge-neral 1 y 11. n Fig. 14.-Molinos circukbres de1 corte 3, estrato 1, subestratos 1 A y 1 B, e* O3 tratigrafía general 1 y TI. ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
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Título y subtítulo | Excavaciones arqueológicas en la Cueva de la Arena (Barranco Hondo, Tenerife) |
Autores secundarios | Acosta Martínez, Pilar ; Pellicer Catalán, Manuel |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 22 |
Sección | Prehistoria |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1976 |
Páginas | p. 125-184 |
Materias | Excavaciones (Arqueología) ; Tenerife ; Canarias |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 5379556 Bytes |
Texto | EXCAVACIONES ARQUEOLOGHCAS EN LA CUEVA DE EA ARENA (BARRAKO HONDO, TENERIFE) 1. INTRODUCCION En los años 50 parece ser que, por causa de la erosión fluvial, se abrió una pequeña boca que daba a un tubo volcánico del barranco de La Arena, junto al pueblo de Barranco Hondo, en la isla canaria de Tenerife. Apenas descubierto el orificio, algunos vecinos del pue-blo penetraron por vez primera en él, pisando un vestíbulo, final de un tubo volcánico deshabitado desde hacía bastantes cientos de lus-tros. Utilizando linternas y teas fue recorrido gran parte de dicho tubo, encontrando en superficie algunos restos arqueológicos. Esta nueva cueva es propiedad de don Antonio Hernández, siendo el en-cargado de los campos de cultivo circundantes don Domingo de la Rosa. En diciembre de 1969, don José Navarro, gran aficionado a la Arqueología, habiéndose puesto en contacto con el Departamento de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de La Laguna, comuni-có Ia noticia y el Departamento no dudó en realizar la prospección correspondiente, quedando patente, en principio, el interés como ya-cimiento arqueológico con grandes posibilidades de excavación, dado su aparente relleno y la presencia de cerámicas, fauna y restos de molino circular en superficie. Antes de solicitar la correspondiente 2 PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER autorización a la Comisaría General de Excavaciones, deb;l mos cer-ciorarnos del carácter positivo del yacimiento mediante un pequeño sondeo, efectuado a la entrada del tubo, que posteriormente defini-remos, y que dio lugar a una comunicación nuestra en el «Symposium sobre posibles relaciones atlánticas precolombinas entre el Viejo y el Nuevo Mundo» l. En los trabajos del sondeo participaron un gru-po de alumnos de Arqueología y Prehistoria de la Facultad de Fi-losofía y Letras de la Universidad de La Laguna, como prácticas de excavación. Solicitada la correspondiente autorización para una campaña de excavación a la Comisaría Genera1 de Excavaciones, fue c~ncedida con oficio de fecha del 14 de mayo de 1970, siendo director de las mismas uno de los firmantes, y siendo financiadas con 50.000 pese-tas, cantidad verdaderamente exigua dadas las características del yacimiento y de su excavacih. La campaña se llevó a cabo duran-te el mes de marzo de 1971 con la participación de los siguientes miembros: Doctora doña M." del Pilar Acosta Martínez, profesora de Prehistoria de la Universidad de La Lciguna, como directora de campo; doctor don Manuel Pellicer Catalán, profesor agregado de Arqueología de la misma Universidad, y los alumnos del Departa-mento de Prehistoria y Arqueología don Mauro S. Hernández Pérez, don Antonio Tejera Gaspar, don Dimas Martín Socas, doña María Cruz Jiménez Gómez, don Mario Pons Forczda y don Rafael González Antón, habiendo igualmente colaborado gran parte de los alumnos que en ese ano cursaban Arqueología. Para esta primera investigación arqueológica que realizamos en Canarias, escogimos precisamente este yacimiento porque existía el proyecto por parte del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la citada Universidad, de obtener en cada una de las islas del Archipiélago Canario unas estratigrafías, suficientemente claras, que definiesen, por vez primera, los orígenes y evolución de las culturas en cada isla y, por otra parte, establecer una estratigrafía compa-rada y una cronología que solucionase de una vez los arduos pro-blemas que siempre han envuelto y, en parte, siguen envolviendo a 1 M. Pellicer y P. Acosta: Estratzgraficm arqueoZ6gzcas canarias: .La. Cueva del Barranco de la Arena (Tznemfe), «An Est Atl», núm 17 (Ma-drid- Las Palmas), 1971, págs. 275-279. 126 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N í I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 3 la especial civilización canaria. Con la estratigrafía de la cueva de La Arena se lograba una base donde apoyar el estudio de tantos materiales dispersos y de tantas teorías emitidas. En realidad, si este estudio presenta interés, no es de la fuerza que hubiéramos deseado, quizá por los problemas del yacimiento o quizá por la pobreza y monotonía de las culturas prehispánicas ti-nerfeñas. La excavación ha planteado auténticos problemas en sus conclusiones que no han sido del todo resueltos, problemas como la cronología, basada casi excIusivamente en el método del análisis del carbono radiactivo que tantas sorpresas produce y confusrones crea en la Prehistsrm de estos últimos años. Otro problema cuya solución r,= aparece clara es la de &arert~>; c=m= setu pr-mlGvu y cusi exclusiva de los primeros tinerfeños. Por otra parte, la monotorda y el conservadurismo y la falta de evolución de lo tinerfeño prehis-pánico, hacen difícil establecer fases culturales, por falta de ele-mentos característicos. No obstante, creemos que el yacimiento no ha podido dar más de si, dentro de su relativa pobreza, y espera-mos que alguna otra estratigrafía pueda ser más explícita. Nos hemos limitado, en la parte crítica de este trabajo, a tratar solamente los aspectos internos de los elementos culturales del ya-cimiento, sin proyectarlos hacia paralelos intra y extrainsulares por la inexistencia de éstos unas veces y por su poca importancia otras. Desgraciadamente, por una serie de circunstancias que no son de explicar aquí, nos hemos visto restringidos a trabajar en gran escala por lo que se refiere al trabajo de campo, en las islas de Tenerife, La Palma y La Gomera. En Tenerife, aparte de la Carta Arqueoló-gica publicada en síntesis 2, presentamos este trabajo de la primera estratigrafía de habitación. En La Palma fueron excavadas tambiém por el Departamento y estratigráficamente las cuevas de Los Guin-chos y de El Humo 3, bajo la dirección del doctor don Manuel Pe-llicer Catalán: y la de Belmaco *, bajo la dirección del doctor don Mauro S. Hernández Pérez, quien a su vez publicó la Carta Arqueo- 2 Jiménez M. C.; Tejera, A., y Lorenzo, M.: Carta Arqweotógzca de Te-werife. Enciclopedia Canaria. Aula de Cultura de Tenenfe, 1973. 3 M. Pellicer y P. Acosta: E.stratigrrcfZas en la ida de La PaZma (Ca- ~la?+.as). XiiI Congr. Nac. Arq. (Huelva, 1973). Zaragoza, 1975, págs. 289-292, 4 Actualmente en curso de publicación por M. S. Hernández Pérez. 4 PILAR AGOSTA Y MANUEL PELLICER iógica de dicha isla 5. En la isia de La Gomera, y subvencionada por la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de 'lenerife, fue efectuada la excavación de la llamada Fortaieza de Chipude que no deja de ser todavía un problema G. Sobre generah-dades de Prehistoria canaria en sus aspectos de estado actual, pers-pectivas y elementos culturales, presentamos un par de estudios de síntesis '. Debemos mostrar nuestro agradecimiento más sincero a todos cuantos dxecta o indxectamenfe han colaborado en este estudio, a nuestro amigo don José Navarro que fue prácticamente el descubri-dor del yacimiento, a los entonces alumnos, y hoy día algunos ya a profesores, que antes citamos, y muy especialmente ai doctor don E '1'~1esforo Bravo, catedrático de Petrologia de la Universidad de La O Laguna, que resistió pacientemente nuestras interminables consul- n-- m tas sobre la fauna y otros materiales hallados en la excavac:ón. O E Los análisis del C-14 fueron realizados en el laboratorio de Geo- E 2 E cronología del Departamento de Radioisótopos del Instituto de Quí-mica R;-sica &icar~lang? (C. S. 1. C) de Madrid 3 Los dibujos de los materiales y de los planos son obra de don O-Alejandro Romero Bañolas, dibujante de nuestro Departamento. m E O E n 11. PARTE DESCRIPTIVA E a 2 La cueva de Barranco Hondo, del Barranco de la Arena o del n n Pino Esrengao, que estas tres denominaciones tiene, se halla srtuada 3 en el llamado Barranco de la Arena, afluente por su margen izquier- O da de! Yar runc~H er,Ue. Aprox:madz!mente se explaza a 1 kilómetro en dirección W.-N. W. del pueblo de Barranco Hondo. Con referencia 5 Hernández Pérez, M S: Co.ntribuczón a la Carta Arqueológica de la zsla d e La Palma (Canarms), «An Est At l .~n, úm. 18 (Madrid-Las Palmas), la?-, @g-. 537-641- 6 Excavación dirigida por M Pellicer, en curso de publicación 7 Pellxcer Catalán, M.. Panorama y perspect.ivas de la arqueologia canana, «Rev. Hist Can.», XXXII, 1968-69 (La Laguna de Tenerife), 1970, páginas 291-302 Id : Elementos culturales de la p-ehzstoria cana&, «Rev. Hist. Can», número XXXiV (La Laguna de Tenerife), 1971-12 128 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS LAMINA 1 l.-Barranco de la Arena. 2.-Acceso a la Cueva de la Ar~na, EXCAVACIONES EN LA C DE LA ARENA 5 a Santa Cruz de Tenerife, está situada a 13 kdómetros en dirección S. W. y con respecto al centro del pueblo de Igueste de Candelaria, se sitúa a 2.100 metros en dirección N. (figs. 1 y 2). El acceso a dicha cueva se practica partiendo del pueblo por una vereda ascendente, en ocasiones muy pronunciada, dirigida hacia el N. y hacia el W., siguiendo sensiblemente la cota 120 en parte de su trayecto. La vereda, a mitad de trayecto, desciende hacia el fon-do del barranco, precisamente en la confluencia del barranco de La Arena con el barranco Hondo. Prosiguiendo el ascenso por el cauce de aquel barranco, la cueva a que nos referimos se abre a una dis-tancia de unos 300 metros de la desembocadura en la margen iz-quierda y a unos 5 metros de altura sobre el fondo del barranco, siendo apenas visible desde cualquier punto y menos desde la parte baja, a causa de su exigua entrada y de una vegetación de nopales y tabaibas que la ocultan. Su altura sobre el nivel del mar es de unos 670 metros, distando de él en línea recta y hacia el S. E. unos 3 kilómetros. Fig. 9 Núm 22 (1976) 9 JsIa de Tenerifa Situaciríni Cueva de la Arena EXCAVACIONES EN LA C DE LA ARENA 7 El pueblo tinerfeño de Barranco Hondo, en cuyo término si sitúa la cueva, se halla emplazado a unos 7 kilómetros al N.-N. E. de Can-delaria, a cuyo partido pertenece. Se trata de un tubo volcánico que desciende en dirección E.-S. E. Su acceso, a causa de derrumbamientos de grandes bloques basál-ticos, permaneció cerrado durante un tiempo no definido hasta que la erosión fluvial practxó una pequeña abertura triangular entre los bloques de basalto de unes 0,70 metros, por donde, en la actuzlidad, con cierta dificultad puede penetrarse en ella. El interior del tubo (fig. 3) consta de dos partes principales: un amplio vestíbulo y el tubo volcánico propiamente dicho. El vestibulo, la parte arqueológica más interesante del yacimiento, presenta una planta irregular, con tendencia a circular y con un diámetro med-io de 12 metros. Hacia la parte N. E; se abren imas concavidades de difícil acceso, en dirección más o menos paralela al barranco, mien-tras que hacia el Sur y junto a la boca, la pared penetra profunda-mente casi paralela al rellano. Los bloques basálticos de tamaños dr-ferentes y de un dlámetro medio de unos 0,50 metros, en su derrum-bamiento, obstruyeron la entrada, irrumpiendo hacia el interror y deteniéndose en la mitad del vestíbulo y presentando un fuerte bu-zamiento hacia el N. W. Este derrumbamiento formó un relleno amor-fo de 4 metros de potencia, extendiéndose hasta unos 9 metros de la entrada. Indudablemente, Ia zona más interesante arqueológicamen-te se halia sellada por este ciímuln de derriibiosj znna. qix con 10s medios a nuestra alcance fue imposible despejar y, en consecuencia, excavar. Estos derrumbamientos no afectan a la mitad N. W. del vestíbulo ni al final del tubo volcánico propiamente dicho, de tal manera que la excavación debió practicarse en esa superficie de1 yacimiento prácticamente horizontal; con presencia de sedimentos de arenas arcillosas y con una superficie de unos 50 metros cua-drados. La altura del vestíbulo es muy irregular, aunque oscila en los 4 metros. El tubo volcánico propiamente dicho se dirige ascendente hacia su origen, y en línea recta, en una longitud de unos 80 metros CUEVA DE LA ARENA (Barranco de! fa Arena,Tenerife) Planta mg. 3 practicables y en sentido W.-N. W. La planta del tubo tiene una an-chura entre sus paredes casi paralelas de 6 metros y una altura análoga entre la superficie del relleno y el techo del tubo. A partir del vestíbulo, en los primeros 13 metros del tubo, el suelo se pre-senta muy regular y con materiales sedirnentarios muy finos y a par-tir de este tramo y hacia el interior, el suelo del tubo está constituido por grandes bloques de basalto desprendidos de las paredes y del techo de la formación volcánica. En enero de 1970, como antes se ha indicado, se realizó un son-deo para concretar exactamente el interés clel yacimiento y sus po-sibilidades de excavación, sondeo cuyos materiales fueron publica-dos por nosotros s. Uno de los motivos que nos indujo a practicar un sondeo en este yacimiento fue, aparte de su evidente relleno estratigráfico, la pre-sencia de restos arqueológicos en superficie, entre los que cabe des-tacar algunos fragmentos de cerámica a mano, pertenecientes a grandes vasos de pasta grosera, con abundantes inclusiones, con for-mas de grandes cuencos de tendencia sernies£érica con fuertes ma-melones de sección oval junto al borde, de coloraciones negruzcas, tanto en la superficie externa e interna, como en el interior del ba-rro, advirtiéndose un tratamiento de espatulación imperfecto e irre-gular, que en ocasiones llegan a formar una especie de ligeras aca-naladuras con cierto aspecto decorativo. Uno de los fragmentos de superficie, localizado en el punto donde comienza el tubo propiamen-te dicho y a unos 10 metros de la &roda, debe pertenecer a un gran cuenco de unos 0,50 metros de diámetro de boca. En superficie, tan-to en los resquicios de las paredes de la roca volcánica, como en el suelo e incluso en la parte media del tubo, entre los grandes bloques desprendidos, es frecuente la presencia de huesos de cáprido, con indicios de cremación. En diferentes puntos de la ci.mm y en 1a su-perficie, especialmente a partir de unos 25 metros de la entrada, son frecuentes los restos de hogares con abundantes carbones y fauna mayor quemada. Otro hallazgo de superficie está constituido por un 8 Ver nota 1. N6m 22 (1976) EXCAVACIONEIS EN LA C. DE U ARENA 11 fragmento de molino de tipo circular y muy plano, correspondiente a la muela superior, de naturaleza volcánica extraordinariamente porosa y con un diámetro de unos 0,30 metros. El sondeo previo fue practicado a 11 metros de la entrada y en dirección W.-N. W., precisamente en la línea que dividía el vestíbulo del tubo propiamente dicho y a 1 metro al N. de la pared S. del vestíbulo, estando orientado su eje mayor en dirección S. E.-N. W., su superficie es de forma rectangular, con unos ejes de 1,50 metros por 1 metro, planta suficiente para poder trabajar cómodamente un obre-ro y situado precisamente en un punto donde no pudiera crear pro-blemas a su ulterior proyecto de excavación. Oaservada la topografía del yacimiento, se determinó reaiizar cinco cortes estratigráficos de planta cuadrada y de 2 metros de lado cada uno, dispuestos en forma de T y separados entre sí por test~gos de 0,75 metros (fig. 4). Este conjunto de cortes se abre en la zona más próxima a la entrada evitando la parte del derrumba-miento antes aiuüida. Los cortes i, ¿ y 3 se s~tuane n una línea trans-versal al tubo (fig. S), y los cortes 4 y 5 en Lana línea perpendicular a la anterior y sensiblemente paralela a la dirección del tubo (figu-ra 6). La signatura topográfica la denominamos B. H.-71, como de-nominador común, añadieedo el número del corte en cifras arábigas, el del estrato en cifras romanas y el del subestrato en letras del alfabeto, de manera que B. H.-71/1-I-A significa Barranco Hondo, afío 1971, corte 1, estrato 1, subestrato A. A su vez en determinadas ocasiones cada planta de los cortes se subdividió en cuatro cua-drícula~ d enominadas: a (E.), b m.), c (S.), d m.).E l orden nu-mérico de los estratos va de la superficie al fondo. Siendo imposi-ble situar el vertedero en el exterior de la cueva por las dificultades que ofrece la extracción de la tierra por la diminuta entrada, se si-tuó uno de ellos cerca del acceso de la cueva y al N. de ella, mien-tras que el segundo vertedero para la excavación de los cortes 4 y 5 se situo en el interior del tubo y junto a su pared N. Los cortes, antes de ser comenzados se señalaron con estacas de madera unidas por cuerdas. Antes de comenzar la, excavación se procedió a limpiar los derrubios de toda la superfic& a excavar y a separar los blo-ques de basalto de las proximidades que pudieran dificultar los tra-bajos de excavación. Para evitar derrumbamientos fue señalado con 12 PILAR ACCSTA Y MANUEL PELLICER GXCAVACIOKES EN LA C DE LA ARENA 13 cuerdas una zona distante 0,50 metros fuera de los cortcs. Una gran dificultad de la excavación fue la falta de luminosidad, a pesar de haberse utiiizado varias lámparas de butano. Otra dificu.ltad, no me-nos grave, fue !a intensa humedad de la cueva a causa de las con-tinuas f~ltraciones de agua. En la excavación de los cortes se levantó primeramente el estrato superficial hasta una profundidad de 0,20 metros, quedando una plan-ta paralela a la desaparecida superficie. Limpiados los perfiles se observaron 10s buzamientos de los estratos, para tratar de corregir a continuación las profundidades en cada uno de los puntos de di.cha planta. De esta manera se logró realizar una excavación puramente estrati,gráfica, siguiendo cada uno de los estratos en cada uno de los cinco cortes. Esta técnica, que tz6ricamente es perfecta, en la prác-tica y en yacimientos con gran buzamiento de sus capas geológicas y, en especial, en estratigrafías con incrustaciones frecuentes de g:ran-des bloques de desprendimientos, como es el caso de la cueva de La Arena, resulta verdaderamente problemática seguir un estrato en toda su pureza. Y -7, 1 CUEVA DEL BARRANCO DE LA ARENA (TENERIFE) . PERFIL V-A (PERFILES SE DE LOS CORTES 1.2 Y 3 ) CORTE 1 (SE) CORTE 3 (SE) 16 PILAR ACOSTA Y MANUEL i'ELLICER Los CORTES ESTRATIGRÁFICOS Sondeo. Superficie: 1 m. x 1,50 m. Estratigrafía. - Potencia: 0,40 m. Sensiblemente horizontal. - Natwaleza: arcilla rojiza con abundantes guijarros basálticos de un diámetro medio de 0,05 m. - Materiales : a) Lítico: una l a x a atípica de obsidiana de 0,025 m. b) Ger5snxo: una decena de fragmentos pertenecientes a cua-tro vasos de la misma naturaleza: pasta tosca, a mano, cocción insuficiente, fuego oxidante, coloración crema bei- -ae- tant.0 en s ~ ~ p i r f j rcoim~o en el i d e r i ~ r r, c pprfiap irre-guiar con indicios de tosca espatulación, con formas de cuencos de tendencia semiesférica unos (fig. 4: 1 y 3) y otro de ellos con borde fino saliente (fig. 4: 2). c) Fauna: huesos de cáprido muy fragmentados. d) Carb6n vegetal: abundante, perteneciente a los hogares de la base del estrato o zona de contacto con el siguiente in-f erior . Estrato II: - Potencia: 0,40 m. Sensiblemente horizontal. - Naturaleza: arcilla negruzca muy compacta con menos guija-rros y abundante carbón vegetal. - Materjales : viticuü:ii a Iasca. at;pica de o"usidiana, cierto aswCto de raedera, de 0,025 m. (fig. 4: 6 ) . b) Cerámico: cuatro fragmentos de características análogas a la del estrato superior pertenecientes a vasos de gran ta- 9 Ibidem, fig 4. 140 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A M T I C O S CUELA DEL BARRANCO DE LA ARENA (TENERIFE) PERFIL Y-z (PERFILES sw DE LO:SC ORTES 2 , 4 5~) CORTE 5 (SW) Fig. 6. LAMINA 111 l.--Excavación del estrato 11 del corte 3 de la Cueva del Barranco de la Arena. 8.-Estratos 1 y 11 del corte 3 de la Cueva dcl Barranco de la Arena. EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 17 maño, de forma redondeada excepto uno de forma de cuen-co peraltado y de tendencia semiesférica, con borde grueso y un diámetro de boca de unos 0,13 m. (fig. 4: 5). c) Fauna: en mayoría corresponde a la especie Lacerta Sthe-lznz Symoni, o Lacerta Symoni Symoni, existiendo a su vez algún resto de fauna mayor, probablemente de cáprido. Mu-chos de estos restos presentan vestigios de cremación con indicios de deshechos de alimentación. d) Carbón: más abundante que en el estrato superior, algu-nos de cuyos fragmentos parecen ser de Euphorbia. Estrato III: - Potencia: entre 0,10 m. y 0,15 m. Sensiblemente horizontal y regular. - Naturaleza: arena arcillosa, negruzca o clara según los puntos. - Materiales: a) Imxistenciu de Wcas y cer8m:cas. b) Fauna: restos de Laceria Sthelinz Symoni o Lacerta Sy-moni Symoni. c) Carbón: indicios. Fstrato IV: - Potencia: 1 m. Sensiblemente horizontal. - Naturaleza: grandes bloques basálticos de desprendimiento, de un diámetro de 0,5 m., encajados entre sí, en un medio de ar-cilla arenosa, más abundante en la parte más profunda, y pre-sentándose fértiles arqueológicamente los 0,65 m. superiores. - Materiales: a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: gran abundancia de Lacerta Sthelini Symoni o La-certa Symoni Symoni, con algún indicio de restos de CI-mida. c) Carbón: presente. Corte l. Superficie: 2 m.x2 m. PILAR ACOSTA P MANUEL PELLXCER Estrato 1: - Potencia: 0,60 m. Buzamiento: en 2 m.: 20 cm. hacia el S. E-Dividido en dos subestratos: I A (0,30 m.) y 1 B (0,30 m.). Subesbato H A (estratrgrafía general: 1). - Naturaleza: arcilla rojiza y guijarros basálticos de OJO m. de diámetro medio. - Materiales : a) Líticos: dos lascas de obsidiana (fig. 8: 9 y 10); sólo la se-gunda de ellas presenta retoques abruptos en el talón y en el extremo distal. b) Cerámica: sesenta y tres fragmentos de los cuales veintiu-no pertenecen a bordes (fig. 7: 1-12 y fig. 8: 1-8) y el resto atipicos. Existe gran predominio de fragmentos de pastas toscas y groseras con abundantes inclusiones en general gruesas, de corte irregular, cocción y coloración irregu-lares, aunque aparecen tres fragmentos de cocción regu-lar reducida y dos de tendencia oxidante. No existen frag-mentos decorados. En algunos de los fragmentos se obser-va ligero engobe, en un tercio aproximadamente las su-perficies son alisadas y regulares, y en dos tercios rugo-sas y el grosor del vaso irregular; en una quinta parte apro-ximadamente se advierte la superficie agrietada. La su-perficie interna, en general, está mejor tratada que la ex-terna, siendo interesante destacar la presencia, aunque ns muy frecuente y siempre en la cara externa, de negro de humo por haber estado expuestos al fuego de cocina. Un tercio aproximado de los fragmentos presenta espatulación vegetal en su superficie externa y en una sexta parte apro-ximadamente de ellos este tipo de tratamiento se extiende por ambas superficies. Este tratamiento de espatulación vegetal raramente coincide con la circunstancia de la pre-sencia en la superficie externa de negro de humo. E1 gro- A N U A R I O DE E S T U D I O S ATLAMTICOC EXGAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 2k sor de los vasos varía entre 0,003 m. y 0,01 m., correspon-diendo las pastas más cuidadas y compactas a los vasos. menos gruesos. Las formas de los vasos son en general de tendencia semiesférica, observándose variabilidad en el tipo de los bordes. Un sólo fragmento (fig. 8: 6 y 7) corresponde a un cuenco semiesférico con borde indicado y asa tubular real-zada. c) Fauna: cápridos: varios fragmentos de cuerno, huesos tri-turados y molares. Suidos: una falange y una mandíbula, al parecer, de feto. Patellas y caracoles de tierra. d) Carbón: abundante en dos capas gruesas, perteneciente a hogares. Subsh&h I B (estratigrafia general: IH) . - Naturaleza: arcilla rojiza y guijarros basálticos más abundan-tes que en la parte superior de este estrato 1 y de un tamañ~ análogo junto con algún bloque. - Materiales: a) Ausencia de materiales líticos. b) Cerámicos: nueve fragmentos cerámicos, de los que sólo dos pertenecen a bordes (fig. 12: 2 y 3), de pasta tosca y grosera, predominantemente no compacta, con abundantes, y gruesas inclusiones, corte irregular, con espatulación ve-getal en sus superficies internas y externas en dos frag-mentos (fig. 12: 1, v. g.), habiendo otros dos con espatula-ción solamente interna y otros dos externa, observándose dicha espatulación más marcada, en general, en la super-ficie externa. La superficie externa es a veces más cui-dada que la interna. Las formas son indefinidas, aunque se advierte la tendencia semiesférica. La cocción es irre-gular y en consecuencia la coloración es muy variada en-tre los tonos cIaros y rojizos y los grises y negruzcos. No. existe decoración alguna. En un fragmento (fig. 12: 2) s e observan restos de negro de humo en su superficie externa. PILAX ACCSTA Y PvZANUEL PELLICER c) Fauna: cápridos: fragmentos de mandíbula de animal jo-ven, dientes y huesos largos triturados. Caracoles de tierra. d) Carbón: abundantes, correspondientes a grandes hogares de unos 0,75 m. de diámetro. Estrato 11 (estratigrafía general: DI). - Potencia: 0,75 m. Buzamiento paralelo al anterior. - Naturaleza: arcilla rojiza y bloques basálticos de desprendi-miento, algunos de 0,70 m. de diámetro. - Materiales: a E a) Ausencia de materiales líticos y cerámicos. O b) Fauna: cápridos: dientes y huesos de ejemplares adultos, n = muy fragmentados, abiertos para extraer la médula. La- m O E c6rtidos Goliat. E 2 c) Carbón: presente. E 3 Estrato III (estratigrafía general: IV). - 0m E - Potencia: 0,20 m. O - Naturaleza: grandes guijarros basálticos de unos 0,15 m. de diámetro, en un medio de arcilla oscura. n -E - MateriaIes: ausencia total. a - n Estrato IV (estratigrafía general: IV). 3 O - Potencia: indefinida. - Iu'aturaieza: grandes bloques de basaito de cerca de i m. de diámetro en un medio análogo al anterior. - Materiales : a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: escasa: un diente, al parecer de cánido, presencia de caracoles de tierra, lacértldos y un burgado. Corte 2. Superficie: 2 m. x 2 m. A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S Estratigrafía. Estrato I. - Potencia: 0,70 m. Buzamiento: en 2 m.: 20 cm. hacia el S. E. Dividido en dos subestratos: 1 A (0,30 m.) y 9. B (0,30 m.). Subestrato 1 A (estratigrafía general : 1). - Naturaleza: arciila rojiza con abundantes guijarros basálticos de un diámetro medio de 0,05 m. - Materiales: a) Líticos: tres pequeñas laminillas de obsidiana (fig. 9: 9-11). Sólo una de ellas presenta retoques, abruptos. b) Cerámicos: veintitrés fragmentos, de los cuales tres perte-necen a bordes y otro a un asa (fig. 9: 1-4). Las pastas son insistentemente toscas y groseras, con abundantes y grue-sas inclusiones, de corte irregular, con tratamiento claro de espatulación vegetal en la superficie externa de cinco fragmentos, presencia de ligero engobe en el 40 por 100 de los fragmentos y, en general, en su cara interna, siendo éste menos frecuente en las superficies externas. Cocción a baja temperatura e irregular. Coloración irregular, con predominio de tonos oscuros. Decoración inexistente. En cuanto a las formas, están presentes una gran asa verti-cal y semicircular de sección ovalada (fig. 9: 1) y cuencos de tendencia semiesférica (fig. 9: 2-4). c) Fauna: presencia de eápridos. d) Carbón: restos pertenecientes .a dos hogares. e) Muestra de carbón vegetal para análisis de carbono ra-diactivo: muestra núm. 5. Cronología 1800 k 60 años=150 años p. C. Referencia: C. S. 1. C.-187. BinlbesBz~ts 1 B (estratigrafía general : 11). - Naturaleza: arcilla rojiza con guijarros basálticos en mayor abundancia y de mayor diámetro que en el nivel anterior. - Materiales: a) Líticos: dos lascas de obsidiana, de las cuales sólo una Ndm 22 (1976) 10 presenta retoques ligeros, una pequeña lámina y una es-quirla del mismo material (fig. 9: 12-15). Un fragmento de la muela superior de un molino circular de 0,45 m. de diá-metro de toba volcánica (fig. 13: 1). b) Cerámicos: ocho fragmentos de los cuales cuatro pertene-cen a bordes (fig. 9: 5-8). Pastas groseras y muy toscas, con abundantes y gruesas inclusiones, de corte irregular. Uno de los fragmentos con indicios de espatulación vege-tal en su superficie externa (fig. 9: 8). En general ausen-cia de engobe. Alisamiento en ambas superficies en un 40 por 100. Cocción irregular y tendencia a reducida, con co-loraciones irregulares rojizas y negruzcas. Entre las for-mas se ~hsermn 12 de ES cgence de pareCoes &as (figx-ra 9: 5), cuencos de tendencia semiesférica (fig. 9: 6 y 7) y un cuenco de tendencia esférica (fig. 9: 8). No existe de-coración alguna. c) Fauna: abundantes restos de cápridos pertenecientes a fragmentos de cráne~, md~res, urt,icu!ucio*.es de huec~s largos más o menos triturados, sin indicios de cremación. d) Carbón: abundante, perteneciente a tres hogares. Estrato II (estratigrafía general: 111). / - Potencia: 0,20 m.-0,30 m. - Naturaleza: arcilla rojiza y grandes guijarros basálticos de mayor diámetro que en el estrato superior, asentados sobre los grandes bloques del estrato inferior. - Materiales : a) Líticos: una lasca de obsidiana ligeramente retocada de 0,035 m. (fig. 12: 15). b) Cerámicos: doce fragmentos de los cuales cinco pertene-cen a bordes (fig. 12: 4-7). Pastas muy toscas y groseras, con abundantes inclusiones gruesas o finas, de corte irre-gular, superficies internas en general más cuidadas, coc-ción deficiente, irregular, aunque algunos fragmentos se presenten reducidos, y coloraciones que van de tonos cla-ros y rojizos a los grises y negruzcos, con presencia de negro de humo en la superficie externa de tres fragmentos PILAR ACOSTA Y MANUEL PELIJCER de bordes (fig. 12: 4, 5 y 6). Espatulación vegetal en tres fragmentos en la superficie externa (fig. 12: 5 y 6). Deco-ración de impresiones vegetales en el borde (fig. 12: 5) y ligeras acanaladuras semiclrculares en la superficie exter-na (fig. 12: 4) que pudieran considerarse como decoración o bien como simple alisamiento de la pasta. Formas de cuencos de tendencia semiesférica (fig. 12: 4 y 5) o esfé-rica (fig. 12: 7) con bordes variables y un vaso de tenden-cia globular con borde vuelto convexo (fig. 12: 6). c) Fauna: ausente. d) Carbón: restos pertenecientes a cuatro hogares. - Potencia: 0,27 m.-0,30 m. - Naturaleza: grandes bloques basálticos de desprendimiento que alcanzan 0,90 m. de diámetro, en un medio de arcilla arenosa. - Materiales: ausentes. Estrato IV (estratigrafía general- IV). - Potencia : indefinida. - Naturaleza: análoga a la anterior. - Materiales: ausentes. Corte 3. Superficie: 1,72 m.x2 m. Estratigrafía. Estrato I (estratigraffa general: I y 11). - Potencia: 0,50 m. Buzamiento: en 2 m.: 20 cm. hacia el S. E. Dividido en dos subestratos I A e I B que se estudian con-juntamente. - Naturaleza: arcilla rojiza con guijarros y pequeños bloques basálticos. 150 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS FXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA - Materiales : a) Líticos: una pequeña lámina atipica de obsidiana (fi-gura 10: 13) y cuatro esquirlas del mismo material. Dos fragmentos de molino circular de toba volcánica, pertene-cientes a la muela superior, de 0,25 m. de diámetro uno de ellos (fig. 14: 2), siendo el otro tan reducido que no pueden deducirse sus dimensiones exactas (fig. 14: 1). b) Cerámicas: cincuenta y dos fragmentos y un vaso casi completo fragmentado (fig. 10: 1-12). Pastas mayoritaria-mente groseras y toscas con abundantes inclusiones grue-sas y finas, de corte irregular, tratamiento de espatulación vegeta1 en un tercio de los fragmentos, siendo mas fre-cuente en la superficie externa que en la interna, aunque en contados casos dicha espatulación vegetal aparece en ambas superficies. Las superficies internas se presentan más cuidadas que las externas y en algunos casos con una , especie de engobe. Cocción y coloracion irregulares, con tendencia a la reducción. Aproximadamente la quinta par-te de los fragmentos presenta huellas de negro de humo en la superficie externa. Decoración de indicios de acana-laduras (fig. 10: 2) y hendiduras (fig. 10: 9) de impronta se-micircular en las superficies externas. Formas de cuencos de tendencia semiesférica con variabilidad de bordes. C) ~ a u n a :c ápridos: exponentes de ejemplares jóvenes y adul-tos: un diente de adulto, mandíbula superior y cuerno de joven, omóplato y articulaciones de huesos largos abiertos. Suídos: un diente de ejemplar joven. Posible diente de cá-nido. d) Carbón: abundante, perteneciente a cinco hogares. e) Vegetal: restos de junco torsionados. Estrato II (estratigrafía general: III). - Potencia: 0,80 m. Dividido en dos subestratos: 11 A (0,20 m.) y 11 B (0,20 m.). EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA Sinbestrah HI A (estratigraf ía general : III) . - Naturaleza: tierra bastante suelta con menos guijarros basál-ticos que el estrato anterior y presencia de hogares. - Materiales: a) Líticos: ausentes. b) Cerámicos: veinticuatro fragmentos de los cuales sólo dos pertecen a bordes (fig. 12: 8 y 9). Pastas toscas y groseras, con abundantes inclusiones tanto gruesas como finas, de corte irregular, alisamiento en superficie interna en algu-nas de ellas y superficies externas más descuidadas, coc-ción irregular y coloración variada de tonos claros y os-caos, presencia de negro de humo en la superficie exter-na en dos fragmentos. Decoración inexistente. Formas: un vaso posiblemente de tendencia globular con cuello de ten-tencia troncocónica ligeramente saliente (fig. 12: 8) y bor-de de cuenco (fig. 12: 9). c) Fauna: cápridos: dientes. Suídos: dientes y un fragmento de mandíbula de ejemplar joven. Todos ellos muy frag-mentados y sin indicios de cremación. Restos de pescado. d) Carbón: abundante, con presencia de hogares. e) Muestra de carbón vegetal para análisis de carbono radiac-tivo. Muestra núm. 6, tomada en la zona de contacto entre el subestrato 11 A y 11 B. Cronología: 1970 + 60 años = 20 años a. C. Referencia: C. S. 1. C.-188. Subeshato Iñ B (estratigrafia general m). - Naturaleza: similar a la anterior. - Materiales: a) Líticos: ausentes. b) Cerámicos: ocho fragmentos de los cuales cinco pertenecen a bordes (fig. 12: lü-11 y fig. 11: 1-4). Pastas muy toscas y groseras, con abundantes inclusiones, algunas de gran grosor, corte irregular, insistencia de espatulación vegetal tanto en ambas superficies como en una sola de ellas, con mayor frecuencia en la interna, alisamientos en mayoría en superficies internas, más cuidadas generalmente, coc- EXCAYACIONES EN LA C. DE LA ARENA 31 ción y coloración irregular, predominio de existencia de negro de humo en superficies externas aunque en su caso esto sólo ocurre en la interna, lo que hace pensar en el re-sultado de descomposición de materia orgánica que el vaso contuviera. Formas : vaso con pico-vertedero (fig. 12: 10-ll), cuencos de tendencia esférica (fig. 11: 1 y 2), un vaso de paredes altas y borde saliente (fig. 11: 4) y un borde sa-liente de un vaso de forma indefinida (fig. 11: 3). c) Fauna: cápridos: molares y mandíbula. Suídos: molares, Lacértidos: vértebra de Lacerta Máxima o Goliat. Algunos de los huesos se presentan triturados. d) Carbón vegetal: abundante, procedente de hogares. Estrato III (estratigrafía general: N). + Potencia: 0,30 m. - Naturaleza: pequeños bloques y guijarros basálticos en un me-dio arcilloso y arenoso oscuro. - Materiales: a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: Lacértidos: coraza exterior y huesos laterales de la cabeza, mandíbulas, vértebras y omóplato de Lacerta Máxima. C) Carbón: escasa presencia. Estrato IV (estratigrafía general: N). - P&nda : ifidefhda. - Naturaleza: grandes bloques basálticos de desprendimiento en un medio de arena y arcilla. - Materiales: a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: Lacértidos abundantes. C) Carbón: ausencia. Corte 4. Superficie: 2 x 2 m. Estratiarafía. PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER Estrato 1. - Potencia: 0,68 m. Buzamiento: en 2 m.: 0,20 m. hacia el S. E. Dividido en dos subestratos : 1 A (0,30 m.) y 1 B (0,38 m.). Subestrato 1 A (estratigrafía general : 1). - Naturaleza: arcilla rojiza con guijarros basálticos de unos 0,15 metros de diámetro. - Materiales : a) Líticos: una esquirla atípica de 0,025 m. y un posible nú-cleo amorfo de 0,035 m., ambos de obsidiana. b) Cerárnicos: veintiocho fragmentos, de los cuales seis per-tenecen a bordes (fig. 11: 5-11). Pastas groseras y toscas, con abundantes inclusiones gruesas y finas, cortes irregu-lares, espatulación vegetal en un tercio aproximadamente de los fragmentos, encontrándose dos casos en que dicha espatulación aparece en ambas superficies a la vez, super-ficies internas generalmente más cuidadas que las exter-nas con indicios de ligero engobe, cocción y coloración irre-gular, presencia de huellas de negro de humo en las su-perficies externas de un casi 50 por 100 de los fragmentos, presentándose en un caso la superficie interna con huellas de materia orgánica adherida. Decoración en dos fraymen-tos de acanalados paralelos (fig. 11: 9 y 11). Formas: cuen-tos de tendencia semiesférica con variabilidad de bordes (figura 11: 5, 8), un cuenco de paredes altas (fig. 11: 6), un vaso de tendencia esférica con borde vuelto convexo (figu-ra 11: 7) y dos bordes de vasos de forma indefinida Ggu-ra 11: 9 y 10). C) Fauna. cápridos: molares, vértebras y huesos largos frag-mentados. d) Carbón: abundante y perteneciente a dos hogares. e) Madera: fragmentos de madera de sabina. ANUARIO DE ESTUDIOS R T L A N l I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 33 Subestrata H B (estratigrafia general : 11). - Naturaleza: arcilla rojiza y pequeños guijarros basálticos abun-dantes con algún pequeño bloque. - Materiales: a) Líticos: ausentes. b) Cerámicas: tres fragmentos atípicos, de pasta tosca y gro-sera, con abundantes inclusiones, corte irregular, indicios de espatulación vegetal en la superficie externa en dos de ellos, superficies internas más cuidadas que las externas, cocción deficiente e irregular, coloraciones oscuras grisá-ceas y negruzcas, presencia de negro de humo en la su-perficie interna en dos de ellos. Decoración inexistente. c) Fauna: cápridos: mandíbulas, costillas, omóplato y huesos largos de ejemplares adultos. No hay indicios de cremación. d) Carbón: abundante, perteneciente a tres hogares. Estrato II (estratigrafia general: 111). - Potencia: 0,40 m. - Naturaleza: arcilla rojiza suelta y pequeños bloques de basalto de unos 0,12 m. de diámetro. - Materiales : a) Líticos: una lasca de obsidiana de sección irregular (figu-ra 12: 14). b) Cerárnicos: trece fragmentos, de los cuales dos pertenecen a bardes (fig. 12: 12 y 13). Pastas groseras y toscas, c m abundantes inclusiones gruesas y finas, corte irregular con espatulaclón vegetal, predominando en las superficies ex-ternas, existiendo algunos casos en que dicha espatulación se presenta en ambas superficies. Superficies internas en m&S Cüi&&C las exterzas, cucci.o, f i cü:üra-ción irregular, presencia de negro de humo en superficies externas en cinco fragmentos, apareciendo no obstante en la superficie interna de dos fragmentos atípicos huellas de materia orgánica adherida. Decoración inexistente. For-mas: vaso de tendencia esférica con borde vuelto convexo EXCRVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 35 (figura 12: 12) y cuenco de tendencia semiesférica con bor-de saliente (fig. 12: 13). c) Fauna: cápridos: omóplato, molares, vértebras y huesos largos triturados. LacéAdos: restos de tres ejemplares de Lacerta Máxima o Goliat consistentes en placas de la ca-beza, esfenoides, mandíbulas, clavículas, costillas, pelvis. d) Carbón: abundante perteneciente a varios hogares. Estrato 111 (estratigrafía general: IV). - Potencia: 0,151 m. - Naturaleza: pequeííos bloques de basalto en un medio arcilloso y arenoso oscuro sobre grandes bloques basálticos. - Materiales: a) Ausencia de líticos y cerámicos. b) Fauna: Lacértidos en abundancia. c) Carbón: abundante. Estrato IV (estratigrafía general: IV). - Potencia: indefinida. - Naturaleza: grandes bloques de basalto de unos 0,80 m. con otros de menor tamaño, en un medio arcilloso y arenoso oscuro. - Materiales : a) Ausencia de liticos y cerámicos. b) Fauna: abundancia de huesos de Lacerta Goliat o Lacerta B-axzma tiznados de carbón. Un caracol de tierra. c) Carbón: abundante. - d) Muestra de carbón vegetal para análisis de carbono radiac-tivo: Muestra núm. 7, tomada en la zona de contacto entre el estrato 111 y N. Cronología: 2490 rt 60 años=540 años antes de Cristo. Referencia: C. S. 1. C.-189. Corte 5. Superficie: 2 m. x 2 m. 36 PILAR ACOSTA Y NLANUFL PELLICER Estratigrafía. Estrato I (estratigrafía general 1 y 11). - Potencia: 0,50 m. Buzamiento en 2 m.: 0,20 m. hacia el S. E. Divldido en dos subestratos, 1 A (0,25 m.) y 1 B (0,25 m.), cuyos materiales se estudian conjuntamente. - Naturaleza: guijarros basálticos de unos 0,10 m. de diámetro, en un medio de arcilla rojiza en el subestrato I A y guijarros de menor tamaño en el mismo medio, pero más abundantes, en el subestrato 1 B. - Materiales : Lítico: una pequeña Iámma de obsidiana de 0,02 m., con ligeros retoques abruptos en un borde y un núcleo informe del mismo material de 0,04 m. Dos fragmentos de un mis-mo molino circular de toba volcánica, correspondrente uno de ellos al subestrato I A y el otro a subestrato 1 B (figu-ra 13: 2), con un diámetro de 0,37 m. Cerámicos: dieciséis fragmentos, de los cuales tres corres-ponden a bordes (fig. 11: 12-14). Pastas toscas y groseras, con inclusiones abundantes gruesas y finas, corte irregu-lar, espatulación vegetal en la cara externa en cuatro frag-mentos y en ambas su~erficiese n otros dos, superficies in-ternas en general más cuidadas y alisadas que las externas, cocción y coloración muy irregular, presencia de negro de humo en superficies externas en cuatro fragmentos. En un fragmento atípico que parece corresponder a un fondo de ten-dencia plana la superficie interna presenta adherencias de materia oscura orgánica. Decoración inexistente. Formas: un cuenco de tendencia esférica (fig. 11: 12), otro de ten-dencia semiesférica (fig. 11: 13) y un tercero de paredes altas (fig. 11: 14). Fauna : cápridos : fragmentos de mandibula, huesos largos y otros restos fragmentados. Suídos: una falange. Lacér-tidos: un húmero y dos mandíbulas, posiblemente de La-certa Goliat. Carbón: abundante, perteneciente a varios hogares. Madera: restos de madera de pino. A N U A R I O DE ESTUDIOS ATLANTZCOS MCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 37 Estrato II (estratigrafía general: 111). - Potencia: 0,60 m. Dividido en dos subestratos, II A (0,lO m.) y 11 B (0,50 m.), cuyos materiales se estudian conjuntamente. - Naturaleza: grandes bloques basálticos de un diámetro apro-ximado de unos 0,45 m., en un medio de arcilla rojiza suelta. - Materiales: Líticos : ausentes. Cerámicas: abundantes en el subestrato 11 A y casi ausen-tes en el subestrato 11 B. Atípicos. Pastas toscas y grose-ras con abundantes inclusiones, corte irregular, superficies internas en general más cuidadas que las externas, coc-ci6n y coloraciin irregularj decoración ausente. Fauna : cápridos : más abundantes en el subestrato 11 A y lacértidos, más abundantes en el subestrato 11 B. De cá-pridos se encuentran restos pertenecientes a dientes, a una mandíbula y a fragmentos de una costilla. Los exponentes de Ixc6rkidns corresponden a mñndíbidas de varios ejem-plares, huesos de la cabeza, una vértebra y una tibia pe-queña. Carbón: abundante, perteneciente a varios hogares. Estrato 111 (estratigrafía general: IV). - Potencia: 0,50 m. - Naturaleza: pequeños y grandes bloques de basalto en un me-dio arcilloso y arenoso oscuro. - MateriaIes: a) Ausencia de Iíticos y cerámicas. b) Fauna: restos de Lacerta Máxima y Lacerta Goliat, per-tenecientes a varios ejemplares, consistentes en placas de la cabeza, una capela craneal, varias mandíbulas, dos omó-plates, *m húmere y h e m s de !us extremidudes. c) Carbón: abundante, perteneciente a hogares. Estrato IV (estratigrafía general: IV). - Potencia : indefinida. 40 PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLiCER - Naturaleza: grandes bloques basálticos de un diámetro medio de unos 0,80 m., en un medio arcilloso y arenoso oscuro. - Materiales : ausentes. Ante el peligro de desprendimientos que ofrecían los bloques de sus laterales, el corte debió ser necesariamente abandonado. III. PARTE CRITICA Los cortes realizados en la cueva de La Arena fueron en total seis, esto es, un sondeo previo y cinco cortes de 2x2 metros, según hemos indicado. Naturalmente la potencia de relleno de cada corte fue &ferente, "scsand" -urius g,$-j uietros el corte 2 y 2 E+ tros en los cortes 1, 3 y 5. Estudiados parcialmente los niveles de cada corte y estableciendo una comparación estratigráfica entre cada uno de ellos, se ha podido llegar a la conclusión de que existen tres estratos geológicos y cuatro arqueológicos más o menos coinciden-tes, por eso ~iabiareiiios más bien & -m3a estrilt&T,-riifict geaparea rcrl evitar confusiones con las estratigrafías parciales. Pertenecen al nivel general 1 el estrato I del sondeo y los sub-estratos 1 A de cada uno de los cinco cortes. Al nivel general 11, co-rresponden el estrato 11 del sondeo y los subestratos I B de cada uno de los cortes. Pertenecen al nivel general 111 el estrato 111 del sondeo, los estratos II de los cortes 1, 2 y 4 y los subestratos 11 A y B de los cortes 3 y 5. Corresponden al subnivel general IV A el es-trato N del sondeo y los estratos 111 de cada uno de los cortes. Fi-nalmente, corresponden al subnivel general IV B los estratos IV, tanto dei sondeo como de cada uno de ios cortes. En cuanto a la naturaleza del relleno de la cueva de La Arena, éste se presenta con una estratificación relativamente horizontal, ya que solamente buza hacia el S. E. unos 0,20 m. cada 2 m., y parale-la, si prescindimos de la presencia de algún bloque basáltico de des-prendimiento que atormenta la regularidad de los estratos. Analizan-do grosso modo la grandometría de las diferentes capas geológicas tendríamos una base de grandes bloques basálticos con un diámetro medio oscilante entre 0,50 m. y 1 m. en el estrato IV. En el estrato 111 estos bloques están presentes y con tendencia a menor tamaño. En 164 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLRNTICOS EXCAVACIONES EN LA C. DE I I ARENA 41 dos estratos 11 y 1 son ajenos a la naturaleza de los niveles. Los grandes guijarros o pequeños bloques de basalto con un diámetro medio entre 0,20 y 0,30 m. son frecuentes en los estratos correspon-dientes a la estratigrafía general 111 y 1, siendo más abundantes en el estrato 111 que en el 1 y estando simplemente presentes en el es-trato general II. Los guijarros entre 0,05 y 0,15 m. son más bien propios del estrato general 11. Sintetizando más todavía, la natura-leza geológica de la estratigrafía, se puede pensar, incluso, sola-mente en dos grandes estratos: Uno superior, correspondiente a la estratigrafía general 1 y 11, a base de guijarros en un medio arci-lloso rojizo-marrón, y otro gran estrato, correspondiente a los nive-les 111 y IV de la estratigrafía general caracterizados por los gran- A-" Ll.-.-.. ,... L..,.Alt:#.n" A - ,-a ,...---- ,-a:-;,.*&-,. ve-+,, l.-, .-."t-.,t:~,...,f:- U C U UlULj ,UCD u a 3 a l b l L u D UG uc3p c l l u l l l l l c l l b u ~ . A a l l b u la c s b a~b l g r u rru comparada de los diferentes cortes como la naturaleza geológica de cada uno de ellos, puede verse sintetizado en las figuras 5 y 6. Respecto a la cronología, ya que en Tenerife no han aparecido hasta ahora materiales arqueológicos fechables por pertenecer a cul-turas extrainsulares datadas, tenemos que recurrir necesariamente a procedimientos físicos como el del C-14 para establecer cronolo-gías absolutas, a pesar de las reservas que hay que tener en cuen-ta, debido a los frecuentes errores derivados de este sistema de da-tación. De la cueva de La Arena fueron analizadas tres muestras de carbón vegetal, procedentes la primera del subestrato 1 A del corte 2, correspondiente al estrato general 1, con una cronología ya indicada de 150 años p. C. La segunda muestra, procedente de la zona de con-tacto entre el subestrato 11 A y 11 B del corte 3 y perteneciente al estrato general 111, dio una cronología de 20 años a. C. La tercera muestra, procedente de la zona de contacto entre los estratos 111 y IV del corte 4 y correspondiente al estrato general IV dio una fe-cha de 540 años a. C., fechas todas estas con una aproximación de -1- 60 años. De estos datos cronológicos proporcionados por el análisis del car-bono radiactivo pueden deducirse interesantes consecuencias. En pri-mer lugar, se trata de las fechas más arcaicas obtenidas hasta el presente, no solamente en la isla de Tenerife sino en el resto del Archipiélago Canario, respecto al primer momento de la presencia humana, ya que tal fenómeno ha de considerarse muy probable ya Nkm 22 (1976) 165 42 PILAR AGOSTA Y MANUEL PELLICER en este estrato IV por la presencia e incluso abundancia relativa de carbón vegetal, aunque no de hogares ni de cualquier tipo de indus-tria humana. Esta fecha del 540 a. C. podría significar el momento del acto de presencia de los primeros tinerfeños en la cueva en pleno proceso espeleogenésico con el derrumbamiento de grandes bloques basálticos. La fecha del 20 a. C. del estrato general 111 se refiere a un mo-mento todavía de desprendimientos en la cueva, aunque en menor escala, momento en que, con absoluta evidencia puede hablarse de la presencia humana a través no solamente de los hogares, sino de la fauna quemada de restos de comida y muy especialmente por la a N relativa abundancia de cerámicas, que más tarde estudiaremos, y de E industria iitlca. O n - La muestra más moderna, con su cronología del 150 p. C., co-rresponde al momento final de la habitación de la cueva, con abun- EE dantes hogares, restos de comida, cerámicas, industria lítica y mo- 2 E linos con relatlva abundancia. Posiblemente, a partir del siglo 11 p. C la entrada de la cueva quedaría obturacia, sin que en íbii iiimeiita 3 posterior hubiese servido habitualmente de habitación. O-m A parte de estos datos cronológicos proporcionados por el carbo- E no radiactivo existente, otros en Tenerife, en ciertas cuevas sepul-crales como son las de Roque Blanco, en el valle de La Orotava, con n E una c r o n o 1 o g í a del 610 -t 70 p. C. lo, 570 1 1 2 0 p. C. y - B 720 t 80 p. C 12. La cueva sepulcral de La Palmita, en Tejina, dio n n una cronología del 910 t 110 p. C. 13. La cueva sepulcra1 de Boya Brunco, en L a G u a n c ha, proporcionó una cronologia del 1020 + 110 p. C., 1040 i 110 p. C. y 1170 i- 100 p. C. 14. Finalmente, l o Diego Cuscóy, L.: Los manches Santa Cruz de Tenerife, 1968, pá-gina 212 11 Nydal, R.. Trondheim Natural Radzocarbon Memwrements III,'«Ra-cüocarbon », 4, pág. 178. . - - o ---- -.-- n~n-+~- -ao an fnrihn ~ntor inrd p 640 p. c , ~ e g í í ns e refiere A* C~LLGCLFLLFU~CUUO UU b~ ~ r u i r uw en «Radiocarbon Index», 1950-65, pág 167 1s Diego (Suscóy, L : Op. cit., pág. 211. Crane, H. R, and Griffin, J : Unive-rsity of Wwhigan Radiocarbon Du-tes XZI, aRa&ocarbon», 10, 1, pág. 107. 14 Crane, H. R , and Gnffin, J B.: Op clt Diego (Suscóy, L : Op. cit 166 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARFXA 43 la cueva sepulcral de La Enladrillada, en Tegueste, dio una crono-logía de 1150 t 50 p. C. y 1215 & 75 p. C. 15. Esta cronología proporcionada por las cuevas de enterramiento tinerfeñas nos demuestra que los materiales cerámicos y los con-textos culturales de los enterramientos hasta ahora conocidos, son de momento bastante posteriores a la primera presencia de grupos humanos en Tenerife. Los materiales Iíticos, tan interesantes en Prehistoria, en la cue-va de La Arena, son relativamente escasos, reduciéndose a tabonas o lascas de obsidiana en general .sin retoques, atípicas y de muy mala factura, a útiles frecuentemente muy dudosos de basalto, que en la mayoría de los casos no parecen de factura humana sino sim-p! rrilente piezas nritt?_ra!es ii1-ilizadasj y a fragmentos de molinos cir-culares. Las tabonas comienzan en el estrato general 111 y en una pro-porción mínima correspondiente al 10 por 100. En el estrato general 11 este porcentaje de tabonas aumenta hasta el 30 por 100, mientras que en el erskute gemrs 1 e! prcentaje alcanza hasta un 60 por 100. En consecuencia, tenemos que concluir que la industria lítica de ob-sidiana va aumentando en progresión aritmética conforme avanza la cronología. La presencia de molinos circulares se inicia en el estrato gene-ral 11 y, si este estrato se fecha en el siglo I p. C., tendríamos en ese momento una prueba evidente de los inicios de la agricultura en Tenerife. Esta presencia de molinos circulares aumenta en el estra-to superior. En otras ocasiones hemos tratado el problema de la pre-sencia del molino circular en el Archipi61ago Canario, el cual, aten- Uier,Uc a !e, expansión de este kstrulnente przr e! RjIediterráne~ OC-cidental y Norte de Africa, no puede ser anterior a los finales del I milenio a. C. 16. Los materiales cerámicos, aunque no muy abundantes y de una agobiante monotonía, no dejan de prestar alguna luz al estudio de esta s~ceufónv dtrrra! y ~ teat umcx de est~h!ecer. 15 Almagro Gorbea, M.: Las fechas deZ C 14 para la Prehistoria g la Arqueoloogjia Pemiwdar. Trab. Preh. Inst. Esp Preh. C S. 1. C., Madrid, 191'0, pág. 30. 16 Pellicer Catalán, M.. Elementos culturales de la prehzstoma canaria, aRev Hist Can », X X X N (La Laguna de Tenerife), 1971-72, pág. 61. 44 PILAR AGOSTA Y MANUEL PELLICER Analizados los fragmentos, puede observarse a primera vista una gran homogeneidad a través de los estratos en cuanto a la pasta generalmente tosca y grosera, con inclusiones basálticas tanto grue-sas como finas, corte de los fragmentos irregular, tratamientos de las superficies generalmente por espatulación vegetal, más insisten-te en la superficie externa que en la interna, un especial cuidado y en ocasiones engobes en las superficies internas, cocción deficiente y a baja temperatura, coloración heterogénea con los tonos más di-versos, desde lo rojizo y claro hasta lo gris y marrón-negruzco, y algún atisbo de decoración de gran rudeza, consistente en trazos aca-nalados con varilla posiblemente vegetal e impresiones digitales en a el borde. N E Las formas cie los vasos son probabiemelite el elei-iieíito más cm- O - - creto entre los materiales arqueológicos para determinar una posible - O m sucesión cultural a pesar de los pocos datos que en este caso pres- E E tán. No obstante, analizados todos los fragmentos cerámicas de la 2 E excavación, han podido deducirse doce tipos que a continuación des- - crillimos 17. 3 - - 0m Tipo 1: Cuenco de tendencia esférica. Presente en un 50 por 100 en el estrato general 111, en un 15 por 100 en el estrato general 11 y en un 35 por 100 en el estrato general 1. Estos porcentajes indican que se trata de una forma primitiva que llega con los primeros ha-bitantes de la cueva y que persiste hasta el final de la habitación en menor porcentaje (figs. 7: 10; 9: 8; 11: 1, 2, 12; 12: 7). Tipo 2: Vaso de tendencia globular con borde de tendencia sa-liente. Esta forma es como una evolución del vaso globular en que el borde tiende a gollete, apareciendo en nuestra estratigrafía con unos porcentajes del 20 por 100 en el estrato general 111, del 20 por 17 Cuando hablamos de dato concreto evolutivo, al referirnos a las for-mas de los vasos, lo hacemos en este caso con grandes reservas, ya que resulta diffcil, si no imposible, establecer una tipología con vasos a mano, anárquicos y heterogdneos, de tal manera que, por una parte, podrían cla-sificarse en dos o tres tipos con un nomero indefinido de subtipos o, por otra parte, podrían establecerse tantos tipos casi como fragmentos. 168 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS 100 en el 11 y del 60 por 100 en el 1, lo cual indica que se trata de una clara evolución Tipo 3: Cuenco de tendencia esférica con borde vuelto convexo. A pesar de lo específico del galbo, esta forma aparece ya en el es-trato general 111, con un porcentaje del 40 por 100 y en el estrato general 1 en un porcentaje del 60 por 100, lo cual nos indica que no puede considerarse como ninguna forma evolucionada in situ (fi-guras 8: 3; 10: 1; 11: 5, 7; 12: 6, 12). Tipo 4: Cuenco de tendencia esférica con borde grueso en bisel interior. Este tipo, según nuestro yacimiento, es exclusivo del estra-to general I, y en consecuencia, corresponcie ai momento dei aban-dono de la cueva y más concretamente a fines del siglo 11 p. C., lo cual no quiere decir que persistiera en lo sucesivo hasta la época de la Conquista (fig. 7: 11; 8: 1, 2 y 4). Tzpo 5: Cuenco de paredes altas. Es también propio dei momento final, haciendo acto de presencia en el estrato general 11 en un 25 por 100 y prosiguiendo, con más abundancia y en un 75 por 100, en el estrato general 1 (figs. 7: 12; 9: 5; 11: 4, 6 y 14). Tipo 6: Cuenco de tendencia semiesférica. Está presente en un 10 por 100 en el estrato general 111, prosiguiendo en progresión arit-mética en el estrato general 11 con un 35 por 100 y en el estrato ge-neral 1 con un 50 por 100 (figs. 7: 1-6; 9: 2, 4, 5 y 7; 10: 3, 5, 6 y 7; 11: 13). Tipo 7: Cuenco de tendencia semiesférica con borde grueso. Este tipo significa una evolución del tipo 6 al definirse el borde en el es-trato general 11 con un porcentaje del 10 por 100 y prosiguiendo en el estrato general I con un 90 por 100 (figs. 9: 3; 11: 8). Tipo 8: Cuenco de tendencia semiesférica con borde fino indica-do. En realidad se trata de un fenómeno de evolución análogo al an- 1s Este tipo 2, al tener estrechas analogías con Ios tipos 3 y 9, resulta dificil adscribir a 61 cualquier fragmento. Núm 22 (1976) 169 46 PILAR ACUSTA Y MANUEL PELLICER terior, pero a la inversa, con el borde definido por su delgadez y con unas porcentajes muy similares a los del tipo anterior, ya que en el estrato general 11 aparece en un 15 por 100 y en el estrato ge-neral 1 o superior en un 85 por 100 (fig. 10: 8, 9 y 11). Tipo 9: Cuenco de tendencia semiesférica con borde saliente. Este tipo, puesto que se da con cierta exclusividad en determinados estra-tos, hemos optado por dividirlo en dos subtipos (figs. 10: 2, 10 y 12; 12: 3, 4, 5 y 13). - Saia>$Hpcs 9 A: Con el borde saliente horizontal aparece con cierta abundancia en un porcentaje del 80 por 100 en el estrato ge-neral III, y con menos intensidad, en un porcentaje del 20 por 100, en el estrato general 11, lo cual parece indicar que se trata de una forma arcaica que desaparece, según la cronología del carbono ra-diactivo en nuestro yacimiento, hacia el siglo I de nuestra Era. Como otras muchas formas cerámicas de nuestro yacimiento, existen frag-mentos de las excavaciones de L. Diego Cuscóy, análogos, proceden-tes del barranco de Cabrera, de los acantilados de Tacoronte y de Cota del Valle de Guerra 19. Este subtipo representa una forma evo-lucionada en el borde saliente horizontal, ya que, atendiendo a la prehistoria clásica del Mediterráneo, los bordes salientes son pro-pios de un momento avanzado en la evolución cerámica y concreta-mente del Bronce Pleno y Final, lo cual nos indicaría que esta for-ma tan primitiva en la estratigrafía del yacimiento llegaría a él ya definida y en un momento de finales del I milenio a. C. - 8zbtipo 9 B: Cuenco de tendencia semiesférica con borde sa-iiente inciinado. tendiendo a ios porcentajes en que aparecen, slg-nifica una evolución del subtipo anterior a1 realzarse el borde sa-liente ya que sus porcentajes son del 20 por 100 en los estratos gene-rales 111 y II y del 60 por 100 en el estrato general '4: (fig. 8: 5 y 8). Tipo 10: Asa verticai semicircuiar de secclon ovai. Aunque esta asa lógicamente no debería considerarse como un tipo de un vaso 19 Diego Cuscóy, L . Cornt./.ihzcción al estudio de la cerámica de Tene-rife. XI Congr. Nac. Arqueo1 (Merida, 1968) Zaragoza, 1970, págs. 385-394, figuras 6:4, 16 y 27. 170 ANUARIO DE E S T U D I O S ATLANZ ICOS EXCRVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 47 indefinido, su presencia en el estrato superficial, crea problemas, de tal manera que podría muy bien corresponder a un elemento de-masiado tardío para las cronologías que estamos conjugando (figu-ra 9: 1). Tipo 11: Cuenco semiesférico con borde indicado y asa tubular realzada. Este tipo es un elemento muy frecuente entre las colec-ciones de la isla, constituidas en su mayor parte por vasos enteros procedentes de Las Cañadas del Teide. Esta circunstancia y, espe-pecialmente la de haber aparecido un ejemplar en el estrato supe-rior de nuestro yacimiento, nos confirman su reciente cronología (fi-gura 8: 6 y 7). Tipo 12: Pico-vertedero. Se trata de un ejemplar único y anómalo en la tipología cerámica de Tenerife, ya que podría relacionarse, aunque muy remotamente, con los &ofios» tan abundantes en Fuer-teventura y presentes en La Palma. Todavía resulta más curiosa su presencia ei, el estrate genera! IZ, cvrrerpnnríiente i, iin rr?~mentn extraordinariamente arcaico (fig. 12: 10-11). En cuanto a la decoración de las cerámicas poco podemos decir, ya que brilla por su ausencia, si exceptuamos algunos trazos incisos o acanalados, dos fragmentos de surcos horizontales paralelos del estrato general 1 y series de impresiones digitales en el borde de un vaso del estrato general 111. Un aspecto intefesante en la cerámica, por razones de su fun-ción y porque aclara detalles de la alimentación de los primitivos guanches, es la presencia en el interior de algunos fragmentos ce-rwaXrmri; rnbnvca< durn. rL.aLaU+UnJc~< rln mofnrnin rrrrrhnina ndknr idn ~ n ;nn mn l o nrnnnn- ur; IIILIII~LIU V ~ ~ C I I I I ~ C L UUII~LIUV, UUL ~VIIIV IU y ~ r o b z s cia tambih de cerámicas ahumadas con tiznes de negro de humo por haber estado encima de los hogares y que sirvieron, consecuen-temente, para preparar alimentos hervidos, lo cual reviste especial importancia, si consideramos que prácticamente la mayoría de los L. .~C. - .d~e !acért:,dos y am Ue chpridos han -,=&ido ser -,re-,arr;dos por este sistema, al no presentar huellas de cremación directa. La ausencia de estas huellas de cremación en los huesos de lacértidos podrían explicarse también por haber sido asados muy someramen-te sobre las brasas. En todos los estratos con cerámica aparece esta circunstancia del ahumado en las superficies externas. 4.8 P U AC OSTA Y MANUEL PELLICER No deja de ser curiosa la ausencia absoluta de fondos cónicos, tan frecuente por otra parte entre las formas más conocidas y di-vulgadas de las cerámicas de Tenerife, lo cual nos induciría a creer que los vasos ovoides de fondo cónico pertenecerían a un momento posterior a la deshabilitación de la cueva, es decir, posteriores al siglo 11 p. C., o, por otra parte, pudieron también ser exclusivos de ciertas poblaciones pastoriles y trashumantes que frecuentaban las Cañadas del Teide. La fauna aparecida en el yacimiento se reduce a lacértidos, cá-pridos, suídos, cánidos, peces y moluscos. Los lacértidos predominan casi exclusivamente en el estrato general IV, junto con algún es-caso resto de moluscos y con la presencia de abundante carbón, lo cual nos induce a formular la teoría de que hacia el siglo VI a. C., en el primer momento de habitación de la cueva, la dieta de los prime-ros habitantes consistiría fundamentalmente en esta fauna. Los la-certa hallados disminuyen en porcentaje considerablemente en el es-trato general III, cuando se impone en gran escala el cáprido y hace su aparición el suído. Estos lacértidos no desaparecen de la dieta de los habitantes de la cueva hasta el estrato general 11, en que su abundancia desciende considerablemente. Los tipos de lacértidos exis-tentes y que más o menos conviven en los dos estratos inferiores son los Lacerta Goliat, Lacerta Máxima, Lacerta Sthelini Symoni y Lacerta Sgmoni Symoni. Los cápridos y probablemente también los óvidos se inician en el estrato general 111 para aumentar progresivamente en los estra-tos generales 11 y 1, momento en que deben representar la dieta fun-damental. Los huesos de cáprido suelen aparecer muy fragmentados, abiertos para extraer la médula y algunos con restos de cremación. Los suídos comienzan en el estrato general 111 y prosiguen has-ta el final, manteniéndose en proporción muy por debajo de los cá-pridos. La presencia de cánidos está documentada por un diente en el nivel superior y por otro dudoso en el inferior. La fauna marina es muy escasa y reducida a restos de peces en el nivel 111 y algunas muestras de patellas y burgados a través de los cuatro estratos generales. 172 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 49 Un documento interesante para probar la presencia humana es el fuego, restos de carbón se diseminan, junto con los lacerta, en el estrato general IV. A partir del estrato general 111 las manchas de carbón son ya auténticos hogares que, en gran abundancia, persis-tirán hasta el estrato superficial. Entre los elementos estudiados, por su ausencia, no lo han sido los ornamentos, como las famosas cuentas segmentadas de barro, tan abundantes en algunas cuevas sepulcrales tinerfeñas, de la misma manera que instrumentos óseos como los punzones y espátulas de metacarpos de cápridos. IV. SINTESIS Y CONCLUSIONES Establecidas las correspondientes comparaciones entre los cinco cortes estratigráficos realizados en la cueva, se llegó a la conclu-sión de una estratigrafía general de la misma dividida en cuatro es-tratos y dos subestratos pertenecientes al estrato IV. Estos estratos que llegan a alcanzar en conjunto más de 2 metros de potencia, es-tán constituidos geológicamente por grandes bloques basálticos de hasta 1 metro de diámetro en la base, equivalente a los estratos ge-nerales IV y 111 y por grandes guijarros o pequeños bloques o gran-des guijarros de unos 0,20 metros en un medio arcilloso oscuro en los dos estratos generales superiores. Tres muestras de carbón vegetal tomadas para ser analizadas medfaüte el prozedimi&u Ud C-14 o carbono radiaetiiio, 6iem:: mc, cronología del 540 I+ 60 a. C. para el estrato IV, 20 + 60 años a. C. para el estrato JII y 150 _t 60 años p. C. para el estrato 1 o super-ficial. Estas fechas son las más arcaicas obtenidas hasta ahora, no sólo en Tenerife sino en el resto de las islas respecto a los orígenes y sucesión de las culturas. PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER Reducidos a instrumentos de basalto, obsidiana y toba volcánica, son relativamente escasos, comenzando las tabonas con certeza en el estrato general 111 y aumentando su porcentaje hasta el estrato superficial. Los útiles de basalto son de tal atipismo que frecuente-mente resultan dudosos como tales Útiles. Los molinos circulares co-mienzan en el estrato general 11, aumentando también su proporción en el estrato general 1, dato interesante si tenemos en cuenta la muy posible asociación de este instrumento con la agricultura cerealística en un momento tan remoto como el S. I. Si exceptuamos las formas de los vasos, los demás elementos de las cerámicas del yacimiento ofrecen insistentemente característi-cas comunes, de tal manera que es imposible a través de ellos de-terminar diferencias y evoluciones. En cuanto a las formas, han sido divididas en doce tipos, con dos subtipos la forma 9. Si esta-bleciéramos dos fases respecto a la cerámica del yacimiento, po-drían considerarse como de la fase antigua los tipos 9 A y 12, de la fase reciente los tipos 4, 5, 7, 8, 10 y 11, dentro del marco cronológico asig-nado. La presencia constante de negro de humo en la superficie ex-terior de los vasos es un claro exponente de su función culinaria y de la dieta observada. Si bien es abundante, es poco variada, reduciéndose a lacértidos, cápridos, suídos, cánidos, peces y moluscos. Los primeros en apare-cer son los lacértidos en sus diferentes especies de Lacerta Máxima, Lcr.c&a &/idj Laceda Sfh.&ni. sym.oni y Lacerta Qmoni Sgmoni, que ocupan casi exclusivamente la fauna del estrato general IV, pro-siguiendo en menor escala en los estratos generales 111 y 11, des-apareciendo progresivamente conforme se van incrementando otras especies animales a partir del estrato general DI, especies como los cápridos que desplazarán prácticamente al resto de la fauna, mien- 174 A N U A R I O DE E S T U D I O S 4 T L A N I ' Z C O S GUIJARROS IO'lOml FAUNA CARBON HOEiARE1 PECES EXCRVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 51 tras que los suídos, aparecidos también en el estrato general 111, se mantendrán sensiblemente invariables. Los peces son escasos y pro-pios de los estratos bajos, maentras que los moluscos, también esca-sos, se dan en todos los niveles. Los hogares propiamente dichos no comienzan en el estrato infe-rior sino a partir del estrato general 111 hasta el superficial, siendo cada vez más abundantes. En conjunto esta estratigrafía de habitat que consideramos la úni-ca practicada y publicada en ia isia de Tenerife, nos presenta un panorama del primitivo guanche verdaderamente arcaizante y sin apenas visos evolutivos, características que vendrán observándose jz~luso en las épocas posteriores hasta el momento de la conquista hispana. EXPLICACION DE LAS FIGURAS Fig. 1-Sztuaci6m de Barranco Hondo en Tenenfe Fig. 2.-Emplazamiento de Za Cueva del BUTYU~CdOe aa Arena en Ba-rranco Hondo. Fig. 3.-Planta de b Cueva del Barranco de la Arena con indicaci6n de los cortes estratigríificos Fig. 4-Situaci6n de los covtes estratigráficos en Za Cueva del Barranco de la- Arem. Fig. 5.-Perf4es de Zos cortes 1, 2 y S ( e ~ eV- X). Fig. 7.-Materid cerámico procedente del corte 1, estrato 1, subestrato I A, estrattgrafh genmal I. 7: l. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco compacta, descuida-da, con gruesas y abundantes inclusiones, corte irregular, ligero 52 PILAR ACOSTA Y MANUEL PEZLICER engobe en ambas superficies, cocción regular oxidante, coloración rojiza. Cuenco de tendencia semiesferica. Pasta bastante compacta, tos-ca y grosera, con abundantes inclusiones finas, corte irregular, ausencia de engobe, cocción irregular, coloración negruzca en su-perficie interna y externa, y corte rojizo-castafio. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta bastante compacta, tos-ca y grosera, abundantes inclusiones finas, corte irregular, ausen-cia de engobe, espatulación en superficie externa, cocción regular reducida, coloración negruzca en ambas superficies y cortes. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco compacta, tosca y grosera, gruesas inclusiones, corte irregular, ausencia de engobe, indicios de espatulación vegetal en la superficie interna, cocción regular reducida, coloración negruzca en ambas superficies y corte. Cuenco de tendencia semiesferica. Pasta algo compacta, tosca y gr-oaei*a, ab-jji&&eo iiichsiúiies gr-üesaa & e;;as, irregular, ligero engobe en ambas superficies y alisamiento en la externa, cocción irregular, coloración rojiza y negruzca en ambas superficies y negruzca en el corte. Cuenco de tendencia sem~esferica. Pasta nada compacta, de mala factura, tosca y grosera, con inclusiones abundantes y gruesas, corte irregular, engobe rojizo en la supericie interna, espatula-ción vegetal en la superifcie externa, cocción irregular, colora-ción rojizo-marrón mayor en superficie interna, castaño-rojizo en el borde y negruzca en la superficie externa con posibles huellas de negro de humo. Posible cuenco de tendencia semiesferica con borde indicado li-geramente saliente. Pasta bastante compacta, tosca, con finas in-clusiones, corte bastante regular, ligero engobe y alisamiento en ambas superficies, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia semiesférica con borde en bisel interior. Pas-ta descuidada, muy tosca y grosera, abundantes inclusiones, corte irregular. Superficie interna con ligero engobe e indicios de ali-samiento, presentándose más cuidada que la externa la que, a su vez, presenta espatulación vegetal. Cocción y coloración irregu-lares. Posibles huellas de negro de humo en superficie externa. Cuenco de tendencia ovoide. Pasta bastante compacta, poco ciu-dada, tosca y grosera, inclusiones muy abundantes, corte relati-vamente regular, ausencia de engobe, ligero alisamiento en am-bas superficies, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia esferica. Pasta nada compacta y de mala calidad, muy tosca, abundantes y gruesas inclusiones, corte irre-gular, ligero engobe y alisamiento en ambas superficies, cocción y coloraciones irregulares. Huellas de negro de humo. Cuenco de tendencia esfenca y borde grueso en bisel interior. Pas- 176 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 53 ta poco compacta, tosca, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ligero engobe e indicios de alisamiento, cocción y colo-ración irregulares. 7: 12. Cuenco de paredes altas. Pasta nada compacta y de mala calidad, muy tosca, inclusiones abundantes y gruesas, corte irregular, li-gero engobe y alisarmento en ambas superficies, cocción y colo-ración irregulares. Toda la superficie externa presenta claras hue-llas de negro de humo. Fig. 8.-Materia2 cerúrnico y Gftico del corte 1, estrato 1, subestrato I A, estratigrafh general I. Cuenco de tendencia semiesférica con borde grueso en bisel in-terior. Pasta poco compacta, tosca y grosera, finas inclusiones, corte irregular, ligero engobe en ambas superficies, espatulación vegetal en superficie externa, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia semiesferica con borde grueso en bisel in-terior. Pasta poco compacta, tosca y grosera, gruesas inclusiones, corte irregular, Iigero engobe y espatulación vegetal en superfi-cies interna y externa, presentándose ambos m&s acusados en la última de ellas. Cocción regular, coloración rojizo-vmoso en am-bas superficies y negruzca en el corte. Cuenco de tendencia semiesférica con borde indicado ligeramente vuelto. Pasta algo compacta, tosca y grosera, finas inclusiones, corte irregular, ligero engobe, cocción y coloración irregulares, presencia de negro de humo en superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica con borde en bisel interior. Pas-ta relativamente cuidada, compacta, inclusiones finas, corte bas-tante regular, engobe en superficies interna y externa, cocción regular, coloración castafio en ambas superficies y negruzca en el corte. Cuenco semiesférico con borde fino saliente. Pasta poco compac-ta, muy tosca y grosera, gruesas inclusiones, corte irregular, su-perficie interna con engobe y más cuidada que la externa, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo en toda la superficie externa. 8: 6 y 7. Cuenco semiesférico con borde indicado y asa tubular realzada. Pasta muy tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ligero engobe en ambas superfic~es, acusándose más en la interna, cocción reducida, coloración grisáceo-negruzca en ambas superficies y rojiza en el corte. 8: 8. Cuenco de tendencia semiesferica con borde fino saliente. Pasta tosca y grosera, inclusiones abundantes y gruesas, corte irregu-lar, indicios de engobe en ambas superficies y de alisamiento en la externa, cocción y coloración irregulares, presencia de negro de humo en la superficie externa. Núm. 22 (1976) 177 54 PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER 8: 9 Lasca de obsidiana. 8: 10. Lasca de obsidiana con retoques abruptos en .tl talón y extremo distal. Fig. 9-Materiales cerámzcos y Mtzcos del corte 2, estrato 1, subestratos I A y I B, estratigrafia general I y II. Materiales caramicos.-9 1-4. subestrato 1 A 9: 5-8: subestrato 1 B Materiales l&cos.-9- 9-11 : subestrato 1 A 9: 12-15. subestrato IB. Asa semicircular de sección oval. Pasta algo compacta, tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, ligero engobe e indi-cios de alisamiento, cocción y coloración irregulares Cuenco de tendencia semiesf6rica. Pasta algo compacta, tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ausen-cia casi total de engobe en ambas superficies, presentándose más cuidada la interna, cocción y coloración irregulares Cuenco de tendencia semiesférica con borde grueso. Pasta poco compacta, tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, cor-te irregular. ligero engobe. cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia semiesférica Pasta poco compacta, muy tos-ca y grosera, abundantes inclusiones con dominio de las gruesas, corte irregular, ausencia de engobe, alisamiento en superficies ex-terna e interna, estando más cuidada esta última y presentando la primera indicios de espatulación vegetal, coccrón regular re-ducida, coloración negmzca en ambas superficies y corte rojizo-grisáceo. Cuenco de paredes altas. Pasta bastante compacta, tosca y gro-sera, abundantes incliisiones con dominio de las gruesas, corte irre-gular, ausencia de engobe, tosco alisamiento en ambas superfi-cies, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia serniesférica. Pasta nada compacta. muy tos-ca y bastante grosera, inclusiones abundantes y gruesas, corte irregular, ausencia de engobe, alisamiento en ambas superficies, cocción regular reducida y coloración negruzca en las dos super-ficies y corte. Cuenco de tendencia semiesférica Pasta compacta, tosca, inclu-siones abundantes; gruesas algunas de ellas, corte irregular, au-sencia de engobe, tosco alisamiento en ambas superficies, cocción y coloración irregulares Cuenco de tendencia esférica Pasta algo compacta, muy tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, ligero engobe rojizo-violáceo en la superficie interna, indicios de espatulación vegetal en la superficie externa, cocción regular oxidante, coloración ro- ANUARIO DE ESTUDIOS ATLRNTZCOS EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 55 jizo-violácea en ambas superficies, siendo más intensa en la in-terna, y corte rojizo y negruzco. Laminilla de obsidiana. Laminilla de obsidiana con retoques abruptos. Laminilla de obsidiana. Lámina de obsidiana. Lasca de obsidiana. Esquirla de obsidiana. Lasca de obsidmna ligeramente retocada -Iflíateriaks cerámicas y 7,ticos del corte 3, estrato I, subestratos 11 y IB, estratigrafía gerceraF I g IZ. Cuenco de tendencia esferica con borde vuelto convexo. Pasta tosca, grosera, abundantes inclusiones de tamaño variable, corte irreguiar, superficie interna más cuidada que la externa, alisa-miento en ambas, presentándose mas regular en la interna. En-globe crema claro en superficie interna y espatulación vegetal irregular en la externa. Cocción y coloración irregulares. Posi-bles restos de materia orgánica adherida en el interior del vaso, hacia el fondo, y de negro de humo en zonas de la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica y borde ligeramente saliente. Pasta compacta, tosca, abundantes inclusiones con dominio de las gruesas, corte relativamente regular, ausencia de engobe, indicios de alisamiento en la superficie interna, espatulación, indicios de acanaladuras, de impronta semicircular, en la superficie externa, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesferica Pasta compacta, tosca, inclu-siones finas, corte irregular, ligero engobe, cocción y coloración irregulares. Cuenco de tendencia semiesférica con borde ligeramente entrante. Pasta poco compacta, tosca y grosera, inclusiones abundantes y gruesas, ausencia de engobe, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco compacta, muy tos-ca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, presencia de engobe en la superficie interna e indicios de tosco aiiüam~enio en ia externa que se presenta más descuidada, cocción oxidante, coloración rojiza-violácea en superficie interna, marrón-rojiza en superficie externa y corte castaño y negruzco. Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco compacta, tosca y grosera, inclusiones abundantes con dominio de las gruesas, corte irregular, ligero engobe en la superficie interna, coccidn y colo-ración irregulares, posibles huellas de negro de humo. PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER Cuenco de tendencia semiesférica. Pasta poco cornpada, tosca p grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ligero engobe en superficie interna e indicios de espatulación vegetal en la externa, cocción oxidante. Cuenco de tendencia semiesférica con borde indicado. Pasta tosca, inclusiones abundantes, corte irregular, engobe rojizo-violáceo en la superficie interna, y ligero engobe en la externa que se pre-senta más descuidada, cocci6n y coloración irregulares. Cuenco semiesf6rico con borde fino indicado. Pasta compacta, re-lativamente cuidada, inclusiones en general finas, corte irregular, decoración de acanalados y hendiduras de impronta semicircular en la superficie externa que, a su vez, se presenta más cuidada que la interna, cocción regular reducida, coloración negruzca en a ambas superficies y corte castafio-negruzco. w Cremo de tendencia semiesférica con borde ligeramente saliente, U Pasta algo compacta, tosca, inclusiones gruesas, corte relativa- d - mente regular, engobe crema en la superficie interna que se pre- 0" senta más cuidada, y espatulación vegetal en la superficie exter- E na, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo I en la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica con borde fino indicado. Carac-teres de pasta, cocción, ..similares a la anterior, aunque en este 5 B no se observan ni el engobe en la superficie interna, ni las hue- 2 = n 6 llas de negro de humo. Cuenco de tendencia semiesferica con borde ligeramente salrente. U Pasta muy tosca y grosera, inclusiones con dominio de las grue- t sas, corte irregular, superficie interna con ligero engobe y alisa-a 1 miento, present5ndose más cuidada que la externa, en la cual se C observan indicios de espatulación vegetal, cocción y coloración irre- 2 d gulares, posibles huellas de negro de humo en la superficie ex- - a terna. Lasca de obsidiana. 5 Fig. 11-Material cerdmico de los cortes S, 4 y 5. 11: 1- 4: Corte 3, estrato 11, subestrato IEB, estratigrafia ge-neral m. 11: 5-11. Corte 4, estrato 1, subestrato IA, estratigrafía gene-ral 1. 11: 12-14: Corte 5, estrato 1, subestratos IA y IB, estratigrafia general 1 y 11. 11: 1. Cuenco de tendencia esférica. Pasta nada compacta, tosca, muy grosera, abundantes inclusiones, algunas de ellas muy gruesas, corte irregular, ligero engobe en superficie externa, alisamiente en ambas superficies, siendo más patentes en la externa que, a SE 180 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N I ' I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 57 vez, presenta indicios de espatulación vegetal, cocción y colora-ción irregulares. Cuenco de tendencia esférica. Pasta muy tosca y grosera, inclu-siones abundantes, corte irregular, ausencia de engobe, alisa-miento en ambas superficies, cocción y coloración irregulares, pre-sencia de negro de humo en superficie externa. Forma indefinida, borde saliente. Pasta tosca y grosera, abun-dantes inclusiones, corte irregular, ligero engobe en ambas su-perficies, alisamiento en la interna e indicios de espatulación ve-getal en la externa, cocción y coloración irregulares. Vaso de paredes altas y borde saliente. Pasta algo compacta, muy tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte relati-vamente regular, ausencia de engobe, alisamiento en la superficie interna y espatulación vegetal en la externa, cocción y coloración fi-reg-u;ai-es, ü-cper-ficie e-iter-iia totsimeiite cüh&a pi- iiegru de humo. Cuenco de tendencia semiesférica con borde vuelto convexo. Pasta poco compacta, tosca y grosera, abundantes inclusiones, corte re-lativamente regular, ligero engobe en la superficie interna e in-dicios de alisamiento en ambas superficies, cocción regular, co-loracidn castafio-negruzca en ambas superficies y corte, presen-cia de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de paredes altas. Pasta compacta, tosca, inclusiones en general finas, corte irregular, ligero engobe en la superficie in-terna que se presenta m& cuidada, indicios de alisamiento en superficie externa, cocción regular oxidada y coloración rojiza en ambas superficies y corte, siendo algo mks intensa dicha tonali-dad en la superficie interna. Vaso de tendencia esférica con borde vuelto convexo. Pasta poco compacta, tosca, inclusiones gruesas, corte irregular, engobe os-curo en superficie interna, que se presenta alisada y m&s cuidada. que la externa, cocción regular, coloración castaño-negruzca en ambas superficies y corte, posibles huellas de negro de humo err? la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica con borde grueso. Pasta poco compacta, muy tosca y grosera, inclusiones gruesas algunas, cor-te irregular, indiclos de alisamiento en el borde y superficie in-ternaj cocción y cnlarsci6n irrep~lareoh, ~~el ladoe negro de. h m o en la superficie externa. Forma indefinida. Pasta compacta, tosca, inclusiones abundantes con predominio de las finas, corte irregular, engobe y alisa-miento regular en ambas superficies que se presentan muy cui-dadas, cocción regular, coloración rojiza en ambas superficies y corte castaño, decoración de acanalado paralelo junto al borde. Núm 22 (1976) 18X PILAR ACOSTA Y MANUEL PELLICER Forma indefmda. Pasta poco compacta, de mala calidad, tosca, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, m&cios de en-gobe y alisamiento en superficie interna y borde, cocción regular, coloración castaño-negruzca en ambas superficies y corte. Fragmento atípico con decoración de acanalados paralelos hori-zontales. Pasta compacta, tosca, inclusiones abundantes en gene-ral finas, corte irregular, ligero engobe rojizo e indicios de alisa-miento en la superficie interna que está, no obstante, más des-cuidada que la externa, la cual se presenta claramente alisada, cocción y coloración irregulares, posibles huellas de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de tendencia esférica. Pasta poco compacta, de mala ca-lidad, tosca y grosera, inclusiones abundantes en general finas, corte irregular, indicios de engobe en la superficie interna y ali-samiento en ambas superficies, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo en la superficie externa. Cuenco de tendencia semiesf6rica Pasta algo compacta, tosca, in-clusiones algunas gruesas, corte irregular, engobe y alisamiento en ambas superficies, presentándose, no obstante, más cuidada la interna, cocción y coloración irregulares. Cuenco de paredes altas. Pasta muy tosca y grosera, abundantes y gruesas inclusiones, corte irregular, ligero engobe en la super-ficie interna, alisamiento en ambas superficies, siendo más regu-lar en la interna, cocción y coloración irregulares, posibles hue-llas de negro de humo en la superficie externa Fig. 12.-Hateriales cerámicas y Zt2cos de los cortes 1, 2, 3 y 4. Materzales cerúmicos-12: 1- 3: Corte 1, estrato 1, subestra-to 1 B, estratigrafía general 11. 12. 4- 7: Corte 2, estrato 11, estratigrafla general 111 12: 8- 9: Corte 3, estrato 11, subestrg-U C- TT A ri..C-.-C:---2C- ------1 TTT LU II il, ' I U L L C L L L ~ L ~p~ cL u~ ciu~s al. 12: 10-11: Corte 3, estrato 11, subestra-to iI B, estratlgrafía general III 12: 12-13. Corte 4, estrato 11, estratigra-fía general III Maternales liticos -12 : 14 : Corte 4, estrato 11, estrat1,qafía gene-rai 12: 15: Corte 2, estrato 11, estratigrafía gene-ral liI 12. 1 Fragmento atípico Pasta poco compacta, tosca y grosera, ~nclu-siones, corte irregular, ligero engobe en superficies interna y ex-terna, aunque algo más acusado en esta última, espatulación ve- A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N I I C O S EXCAVACIONES EN LA C. DE LA ARENA 59 getal en superficies externa e interna, siendo más marcada en esta última, cocción irregular, coloración grisáceo-castaña en la super-ficie interna, rojo-violgcea en la externa y corte grisáceo. Forma indefinida. Pasta nada compacta, muy tosca y grosera, inclusiones abundantísimas gruesas, corte irregular, ausencia de engobe, cocción y coloración irregulares, presencia de negro de humo en superficie externa. Cuenco de tendencia semiesférica con borde indicado horizontal saliente. Pasta poco compacta, tosca, abundantes inclusiones en general finas, corte irregular, engobe en superficies interna y ex-terna, alisamiento igualmente en ambas superficies apreciándose con mayor claridad en la interna que, a su vez, presenta huellas de espatulación vegetal en la zona cercana al borde, cocción re-ducida y coloración negruzca. CUemc Ue tendencia sp,rn!e&&ic~ borde hni_zntal saliente, Pasta nada compacta, de muy mala calidad, muy tosca y grosera, abundantes y finas inclusiones, corte irregular, indicios de en-gobe, superficie interna más cuidada con alisamiento junto a1 borde, superficie externa con unas ligerísimas acanaladuras for-mando semicírculo que, quizá, pudieran considerarse en sentido & ahsarr.i&= n,ce e= sentzk decnmtiv~, mxxión y colora-cidn irregulares, superficie externa cubierta toda ella por negm de humo. Cuenco de tendencia semiesférica con borde ligeramente saliente con impresiones digitales. Pasta tosca y muy grosera, inclusiones finas relativamente abundantes, corte irregular, ausencia de en-gobe en ambas superficies, observándose sólo indicios en el bor-de, superficie interna más cuidada que la externa, presentando ésta una espatulación vegetal muy tosca, cocción y coloración irregulares, huellas de negro de humo. Vaso de tendencia globular con borde vuelto convexo. Pasta nada compacta, muy tosca y grosera, inclusiones gruesas algunas de ellas, corte irregular, ausencia de engobe, alisamiento en super-ficie interna y espatulación vegetal en la externa, cocción regu-lar reducida, coloración negruzca en ambas superficies y corte castaño, posible huellas de negro de humo en la superficie ex-terna. Cuenco de tendencia esferica Caracteres similares en pasta, coc-ción, al anterior, excepto que éste no presenta espatulación ve-getal ni huellas de negro de humo. Vaso posiblemente de tendencia globular con cuello de tendencia troncocónica ligeramente saliente. Pasta nada compacta, muy tos-ca y grosera, abundantes y finas inclusiones, corte irregular, au-sencia de engobe, alisamiento en superficies, presentándose la fn- PILAR AGOSTA Y MANUEL PELLICER terna más cuidada, cocción y cobración irregulares, presencia de negro de humo en superficie externa 12: 9. Forma indefinida. Similar en sus caracteres al fragmento anterior. 12: 10-11. Vaso con pico-vertedero (perfil y sección). Pasta poco compacta, muy tosca, grosera, abundantes inclusiones con dominio de las gruesas, corte irregular, ausencia de engobe, alisamiento en su-perficie Interna y espatulación vegetal en la externa, cocción y coloración irregulares, huellas claras de negro de humo en la su-perficie externa. Vaso de tendencia esf6rica con borde vuelto convexo. Pasta tosca y grosera, abundantes inclusiones, algunas de ellas gruesas, cor-te irregular, ligero engobe marrón-rojizo y alisamiento en la SU-perficie interna, espatulación vegetal en la externa, cocción y co- a locación irregulares, superficie externa totalmente cubierta de ne- N gro de humo. E ¿'uenco de ien,=jencisae miesferica con borde pas'& tuse& O n y grosera, abundantes inclusiones en general finas, corte irregu- -- m lar, ligero engobe castaño-rojizo e indicios de alisamiento en la O E superficie interna, cocción y coloración irregulares, superficie ex- E 2 terna con huellas de negro de humo. -E Lasca de obsidiana. Lasca rie obsiriiana con ligeros retoques. 3 - - 0 Fig. 13.-Molinos circulares de Zos cortes 2 y 5 m E O 13: 1. Fragmento de la muela superior de un molino circular proceden-te del corte 2, estrato 1, subestrato IB, estratigrafía general TI. n 13: 2. Fragmentos de la muela supenor de un molino circular proceden- -E a te del corte 5, estrato 1, subestratos I A y IB, estratigrafía ge-neral 1 y 11. n Fig. 14.-Molinos circukbres de1 corte 3, estrato 1, subestratos 1 A y 1 B, e* O3 tratigrafía general 1 y TI. ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S |
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