EL GOBERNADOR PEDRO DE VERA EN
LA CONQUISTA DEL REINO DE
GRANADA
POR
MnGiUm ANGEL JLAITE9CO QU~BISADA
Del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos
La figura y la biografía del conquistador de Gran Canaria se
han perfilado a través de estudios que utilizan fuentes muy hetero-ghneas.
La parquedad y escasa precisión de las noticias conteni-das
Ci-óiiiCaS (EDiiga a seguir camino hasb iiegar a nii niejoi-conocimiento
de Pedro de Vera, y para contribuir a él ha sido es-crito
este articulo, sobre la base de datos hallados en el transcurso
de investigaciones que tenían una finalidad diferente, y aun a ries-go
de complicar más ciertos aspectos de la cuestión l.
1 He utilizado los trabajos de don H~pólitaS ancho de Sopranis sobre Pe
dro de Vera, a los que completa éste, pues el período 1480 a 1491 era poco
conoc~doH. e aquí una relac115n de ellos:
Documentos interesantes diel archzvo del marqués de Casa Vargas Ma-chuca.
Un documento 6nteresante para la bwgrafh de Pedro de Vera Infor-mación
de sus serv~ciosh echa en Xerez en 1537, a instancia de su nieto Alvar
Núñez Cabeza de Vaca. Cádiz, 1943.
El resto de los trabajos ha aparecido en "Revista de Historia Canaria" de la.
Universidad de La Laguna He aquí titulos y años.
Pedro de Vera ñusta 6% gobzerno de Gran Canana, 1946.
La famdia del gobernador Pedro de Vera, 1946
Pedro de Vera, alcaide de Xz.ilyena, 1948-1949.
Pedro de Vera en los bandos andaluces entre Ponces y Gu.zmanes, 1949
Las contrariedades de los ziltimos a%os de Pedro de Vera, 1950
2 MIGUEL ANGEL LADEBíl QUESADA
Pedro de Vera fue personaje importante en la vida política de
la baja Andalucía durante los úItirnos y turbulentos años de En-rique
IV. Como alcaide de Jimena, desde 4068 2, y regidor de Jerez
a partir de 1472 3, secundó activamente a don Rodrigo Ponce de
León, quien le otorgó la tenencia de su fortaleza de Arcos de la
Frontera en 1470 4. La vinculación al gran marqués de Cádiz ha in-fluido
en los más importantes aspectos de su vida pública, porque
con él compartió la aventura de la frontera granadina y los azares
de las banderías nobiliarias, que marcan al guerrero andaluz de fi-nales
de siglo con esa mezcla caraeteristica de capacidad para el
mando y para la intriga, orgullo a flor de piel y codicia de bienes
y de fama.
Seguramente, como eswibe Castillo, "por apartarlo de las oca- B
N siones tan frecuentes en que andaban en la Andalucía" j, y tambi6n E
para recompensar sus servicios, le enviaron los reyes a Gran Ca- O
n naria, con los cargos de go'mrnador, corregidor, capith general 3 -
=m
O alcaide de la Isla. El tiempo de su gobierno puede encuadrarse fá- EE
cilmente entre la fecha de su nombramiento, febrero de 1480 6, y S
E
la de la carta real que ordenaba al contino Francisco de Ndaldonadta =
visitar la Isla para determinar sobre la rectitud de su gestión, dada 3
en marzo de 1491 7. Por el contrario, su actividad en los años com- - -
0m
E
EZ entwrro deZ gobernador Pedro de Vera, 1951
O
En torno a Pe&ro de Vera y su oscura cronoZogia, 1952
En tomo a Pedro & Vera y !os gomeros, 1954 n
La suceszón econámzca del gobernador Pedro de Vera Mendoxa, según. nue- -E
a
bos documentos, 1963-1964. A
2 Noticia de este dato en Simancas, R(egwtro) G(emera1) del S(&&), 20, n
0
VIII, 1484, f 42, y en E Sancho de Soprams
3 En Sim., R G. S., 30, DI, 1491, f. 64 y en K Sancho 3
O
4 H. Sancho de Soprams. En torno a Pedro de Vera y su oscura cronoZogia
3 Pedro Agustin del Castillo: Descmpción hmtórzca y g'eogrcifoca de lus
IsZn,. Cnpnmas. Ec? crí_tica, etiiriro hiohihliopáfico y notas de M~guel San-trago
Tomo 1, fasc. 2 Madrid, 1948-1960, p 337.
6 Sim. R. G. S., 4, IC, 1480, f 11: Carta real nombrando a Pedro de Verd.
corregdor, gobernador, capitán y alcaide de las islas de Gran Canaria.
7 Sim. R. G. S , 30, iiI, 1491, f 64 Orden para que el contino Francisco
Maldonado visite la isla de Gran Canaria y vea cómo se ha hecho justicla
Gpaiite :a. ap;ta-,ia gcr,era! y gebierni de Fedm de Ve-, ~l mal 1 s tuvo
durante los últimos nueve años
106 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
PEDRO DE VERA EN LA CONQUISTA DE GRANADA 3
prendidos entre ambas fechas presenta puntos oscuros. Las líneas
que siguen tratan de aclarar algunos de ellos.
El nuevo gobernador partió hacia la isla desde el Puerto de
Santa María en el primer dia de julio de 1480 8. Su labor tuvo co-mienzos
felices ; cumplió la orden de devolver preso a la Península
a su antecesor, Juan Rejón 5 y logró tambi6n disposiciones reales
que le permitieron contar con más tropas y medios, gracias, por
otra parte, a la diligencia que Pedro de Arévalo puso en enviárse-los
lo. Así, a comienzos de 1481, la situación del "Real" de los cas-tellanos
en Gran Canaria había mejorado mucho. A poco el gober-nador
logra pactar con uno de los miembros de la familia real, un
''g~adarterne'a~n únimo, que era obedecido por un sector de los
canarios. Esta pacificación parcial de 1481, ha dejado huellas do-cumentales
evidentes; el nuevo aliado viajo a la Península aquel
mismo año y rindió acatamiento a los reyes en Calatayud, en el
mes de mayoll. Un asiento en la nota de gastos de la Corte de
aquel año da cuenta escueta y expresiva del suceso: "A Diego de
Salamanca, en albricias por haber traído la noticia de la toma de
Canaria . . . 20.004) maravedis" 12.
La conquista continuó en los meses siguientes: a mediados de
1482, la "reina", esposa del "guadarteme" de Gáldar, todavía en re-beldía
y que tenía en su poder buena parte de la isla, cayó prisio-nera
de los castellanos al parecer. F"ue traída a Castilla, segura-mente
en el viaje que Miguel de NPujica hizo por entonces, pues es-
8 H. Sancho de Sopraniss Pedro de Vera en los bandos
9 Castillo: oip cit., libro 11, cap. X
10 Aparte de algunos documentos transcritos por Miguel Santiago (notas
a Castillo, pág. 363), sobre la gestión de Pedro de Arévalo, véase su cuenta
general, transcrita por mí en este número en Las Cuentas & la conqmsta de
Gran Canaria, págs. 11 y SS
1.1 Antonio Rumeu: Don Fernando Guanarteme nunca estuvo en Cala-tayud.
Qu~enc ompareci6 en la czudad aragonesa fue otro monarca canarzo,
publicado en "Diario de Las Palmas", 10 de julio de 1959
Notas a Castillo, op c&, p. 352 Pero no cabe duda de que era un "guadar-teme",
si atendemos al testimonio de Pedro de Arévalo en su cuenta (apar-tado
1.3 5 7.)
12 Ladero : La Haaenda Real castellana entre 1480 y 1492. Valladolid, 1967.
Gastos del año 1481. Otros testimonios en Castillo, op czt. (notas)
Núm 12 (1966) 107
4 MIGUEL AiUGEL LADERO BUESADA
estaba ya en la península a finales de agosto 13. El 12 de febrero de
1483, su esposo fue apresado y comenzó a colaborar con los caste-llanos;
con esta ayuda la conquista entr6 rápidamente en vías de
liquidación, porque este segundo "guanarteme" viajó a su vez a
Castilla en abril de 1483, y fue recibido por los reyes en Madrid.
donde el cardenal Mendoza lo bautizó con el nombre de don Fernan-do
de Guanarteme 14. En el mes de agosto seguramente regresó a
Gran Canaria con su esposa 15, después de una estancia en Córdoba
y Sevilla.
Esta reconstrucción esquemática y conjetural de la cronología
de la conquista, susceptible de discusión y perfeccionamiento 16, per-mite
suponer que en los primeros meses de 1484, la isla era por
completo castellana. En enero de este año, parte de los canquista-dores
son pagados y despedidos en Vitoria y otros reciben su sueldo
en Sevilla er, los últimos días del siguiente mes de agosto Ir.
Acabada su misih guerrera en Gran Canaria, Pedro de Vera
sintió la llamada de otra empresa que tocaba las fibras más sen-sibles
de su condición de caballero andaluz, y volvió a su tierra para
participar en la conquista del Reino de Granada. Hay autor que
afirma su presencia en la frontera jerezana ya en el otoño de
13 Cuenta de Juan de Frias en Las Cuentas de 'la conqwsta de Gran
Canaria, páigs. 58-60.
14 Castillo: op. czt. V. mi nota 16 sobre esta interpretación cronológica
y las noticias que da Antonm Rumeu de Armas Don Fernando Gzcanarteme y
las princesas Guayarmzna y Masequera en b Corte de los Reyes Catókcos
("R de Hist Canaria", 149-152 Años 1965-66, pp 35-40)
15 Cuenta citada de Juan de Frías
16 Un estado de la cuestión antes de las líneas aquí escrltas puede verse en
las ci3iiip:~tfSkin~a~ta s Ue Xigi&U a;lt:ag$ a SU n,&~:6rid e C C U S ~ ? ?p~af irl~
de las suposiciones a que dan lugar Las Cuentas de la conquzsta . No pienso que
el resultado sea defrmtivo, en absoluto, pero la ~nterpretación es verosímil
Se basa en la existencia de dos Guanartemes, que Castillo niega, pero qu@
afirman autores antiguos (Pulgar), y de dos rendiciones En torno a ambos
puntos gira el resto de la cronología
;7 cpiiia& &toso & e n LG$ c&u"i2tíiZoQ ~~?^@&i&.,& -&I-nas
61 y SS.
1 O8 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
PEDRO DE VERA EN LA CONQUISTA DE GRANADA 5
1483 Is; lo indudable, empero, es su participación en la cabalgada
y tala que se hizo en la tierra de Nálaga bajo el mando del Maestre
de Santiago y del Marqués de Cádiz en abril de 1484 19. El informe
del pagador del ejército en aquella acción no deja lugar a duda:
"Que pagó más a Pedro de Vera, governador de Canaria, en
quenta de los maravedís que Sus Altezas le devían del tienpo que
tovo la governe@n de Canaria, al tienpo que ovo de partir a la
dicha tala, XV mil1 E) maravedies". Al mrgepz: "'Hase de descontar
esto de lo que ha de aver el governador, e hase de ver con Franc1 'l SC0
Núñez, para en la quenta de Canaria." 20
Es fácil suponer que la presencia del gobernador en Andalucía
sería muy extraña si la conquista de la Isla no estuviera terminada
hacía tiempo. No dispongo de datos sobre su participación en otras
campañas de 1484, pero si una curiosa mención en las cuentas al
pago de veintitrés peones "canarios7' sevillanos, que lucharon en el
cerco de Alora y que, sin duda, formaban parte de la hueste con-quistadora
de Gran Canaria ".
Seguramente Pedro de Vera volvió a la Isla por entonces y re-sidiá
en ella buena parte de 1485. Año aquel bastante agitado: los
gomeros se habían rebelado contra su señor Hemán Peraza en
1484, y en la misma Gran Canaria hubo, sin duda, pequeñas re-vueltas
que obligaron a deportar a algunos indígenas en enero de
148522.E l gobernador auxilió, además, a Peraza y su actitud vio-lenta
hacia los ,gomeros fue motivo de protesta ante los reyes por
parte del obispo de Rubicón-Canaria, don Juan de Erias, quien per-
18 Benito de Cárdenas, citado por Moreno de Guerra: Bandos en Jerex
Madnd, 1924, y por H. Sancho de Sopranis. En torno a Pedro üe Vera y su
osmra cronubgh. Si esto fuese cierto habría participado en la llamac9a "ba-talla
de Lopera", contra una algara granadina
19 Aproximadamente entre 15 de abril y 10 O 15 ue mayo. Para deiaiies
v. mi tesis CastvZla y Za conquista de2 Rezno de Granada, de próxima publi-cación.
20 Simancas. Contaduríu Mayor de Cuentas, 1%ép oca, L.0 106. Cuentas
del tesorero Ruy L6pez de Toledo.
21 Sim. C. M. C., L.* 106.
2.2 Cuenta de Antonio de Arévalo en Las Cuentas de la coqqwista Parece
coincidir con las notas de la p. 432 de Castillo, op cit.
manece en Sevilla desde mayo a noviembre de 1485 23. La queja del
obispo hace que los monarcas llamen a su presencia a Pedro de Vera,
no con ánimo de desposeerlo de su cargo, sino, tal vez, con el de
tener una información más completa de los asuntos isleños.
De esta manera nuestro personaje regresa por algún tiempo a
la Península y, salvando la existencia de viajes breves que no co-nocemos,
está presente a las dos grandes campaílas reales contra
Granada de 1486 y 1487.
A la primera de ambas acudi6 como simple vecino de Jerez de
la Frontera, y así tomó parte en el cerco de Loja; pero una vez que
la hueste castellana penetró en La Vega granadina y durante el
asedio de Illora, Pedro de Vera alcanzG un cargo honroso, acorde
con su rango: el 7 de junio los reyes le pusieron al frente de una B
N
capitanía, por haber sido herido de gravedad el anterior capitác E
de ella, que era Hernando de Vega "". Ea capitanía estaba formada O n
por vasallos reaies que vivian de "acostamiento" y por algunos otros -- m
O
caballeros ; no era una fuerza permanente, pues se disolvía al ter- E
E
minar cada campaña 'j, pero los reyes acostumbraban conservar los 2
E
mismos capitanes de un año para otro, si habian demostrado tener
-
capacidad adecuada. Así fue cómo el gobernador de Gran Canaria 3
continuó en su puesto de capitán de los reyes al año siguiente 26,
- -
0
m - E
O
23 H. Sancho de Soprams: En torno a Pedro de Vera g 'Los gorneros, y
Woelfel: La Cuma Romana y la Corona de España en la W e m a de los abori- n
genes canarios. "Anthropos", 1930. -E
a
24 Simancas, Co?zt~duriad el Sz~eZdo,L o 3 8, f. 14 La cuenta de Pedro de A
Vera díce así: n
n
"Ovo de aver el drcho Pedro de Vera sueldo para XL ginetes que le davan
por capitanía, que tovo de la gente de Medina e Olmedo e Madrid e Sepúlveda O3
e Camón, desde syete dyas de junio que se le dio la capitanía en Yilora, que
solía tener Herrando de Vega, que fue ferido, fasta en fin de él, que son
dps, a CCL cada día, que son en los dichos XXiiI dyas V mil1 CCL
maravedís" "Data: Que rescivió en Moclín 11 mil D. F'yncan que ha de
aver iIi mili CCL Librados por carta en el thesorero a 1111 de jullio
de ochenta e seys años."
25 Sobre la organización del ejército en la guerra de Granada véase mi te-sis,
ya citada.
ZR f7natl &eIdo; L O 38; f. 218. Dice así :
"Alcayde Pedro de Vera Ovo de sueldo desde treze días del mes de abnl,
1 í C 4 NUARlO DE ESTUDIOS ATLA NTICOS
PEDEO DE VERA EN LA CONQUISTA DE GRANADA 'I
y como tal acudió a los cercos de Vélez Málaga y Málaga. En ellos
asistió a infinitos hechos de armas -bien conocida es la dureza
del asedio malagueño-; era el encargado de disponer la vigilancia
en el "real" D campamento del propio monarca 27 y no debió ser
pequeño su sobresalto cuando Abrahem Algerbí logró penetrar en
él y estuvo a punto de atentar contra la vida de los reyes 28. A xaiz
de aquel suceso se incrementaron la vigilancia y las precauciones:
peones de Calahorra guardaron continuamente la tienda donde ha-bitaba
el rey s?.
Cuando los malagueños se rindieron, los reyes encomendaron a
Pedro de Vera una misión delicada. El cronista Pulgar lo narra de
la siguiente manera: "Tomada la cibdat de Málaga, luego el rey e
la rema enviaron un capitán, que se llama Pedro de Vera, con cjer-
La gente de cauallo y de pie, e con algunos tiros de lonbardas, a dos
villas cercanas de la mar; la vna se dezía Mijas, e la otra Oznar,
que estauan en vna conserua con la cibdat de Málaga, e de continuo
facian guerra a las gentes que yvan e venían al real. E mandáron-las
conbatir, e poner a cochillo a todos los que en ellas fallasen, si
luego no se rendiesen, segúnd avían fecho los de Málaga. Los de
que le dieron cargo de la gente, diez laníjas cada día a veynt cinco maravedís,
que montan en un día duzientos e ginquenta maravedís, hasta XXV del mes
de agosto de este año de ochenta e syete, que son todos CXXX 11 días, que
montan mill.
"Derechos e Data: Cámara y contadores, mill e seysqentos e Cnnquenta
maravedis. / Al margen: No se le descontó estos maravedís. / Que resgibió
en gimo pagas veynte e gimo mill maravedis. FJTncan que ha de aver descon-tado
lo susodicho syete mil1 e nuev~ientose qinquenta maravedís. Librados
en el thesorero por &lula de primero de setienbre."
Cada capitán cobraba el sueldo diario equivalente al de 10 "lanzas". La
cap~taníad e Pedro de Vera estaba formada por caballeros de Jerez (Rodr~gO
de pe&ü Ue Tüi'uieQ AliL&i &xoje, ~:GUSO Ue IU-l~ch, y Me- ME),
y gente de Martín de Acosta, Juan de Valencia (alcaide de Hellín) y Diego de
Vera. Son en total de 110 a 120 jinetes y hombres de armas.
27 H. Sancho de Sopranis: En torno a Pedro de Vera y su oscura crono-lQgáCG.
as Fernando del Pulgar: CrÓrJica de los Reyes CatóZicos. , cap. CCXVI.
Edición de D. Juan de Mata arriazo. Xaüriü, 1943.
29 Simancas, Contaduriu Mayor de Cuentas, L.o 108.
8 MIGUEL ANGEL LADERO QUESADA
aquellas villas, vista la amonestación que les fue fecha, e que los
de Málaga se avían rendido, recelando la muerte, se ofrqieron al
cativerio; e luego fueron tomados e traydos a los corrales donde
estauan los de la qibdat de Málaga" ",
Bernáldez discrepa en cuanto a la motivación de los musulma-nes
para rendirse; según él, lo hicieron en la creencia de que se
respetabma su libertad La importancia de aquellas dos pequeñas
localidades había sido fundamental desde que, en 1485, el avance
cristiano las convirtió en avanzada defensiva de Málaga. Caída esta
ciudad, su rendición era inevitable, por más que para lograrla fuese
preciso enviar persona de confianza y dotes probadas. Y por si to-davía
fuera dudoso que ésta fue el gobernador Pedro de Vera, una
carta real, pocos meses posterior, viene a confirmarlo; dice así
"Don Fernando e Doña Ysabel, por la gracia de Dios, etc. A vos
García Fernández Manrique, del nuestro consejo e nuestro alcaide
e corregidor de la ciiuiat de IvIáiaga, Saiuii e gracia. Sepades que
a Nos es fecha relación que en la villa de Mijas se hallaron cinco
cabecas de moros que pertenecen a Nos, las quales diz que son de-más
e allende de las quarenta e qinco cabesas de moros que manda-mos
asegurar en la dicha villa al tienpo que se nos entregó, de 10
cual diz que se quexan los moros de la dicha villa de Mijas diziendo
que las dichas cinco cabecas de moros entraron en el partido de la
dicha villa juntamente con los moros della, porque diz que el go-vernador
Pedro de Vera los avía rescatado por virtud de una nuestra
carta." ?2
A partir de 1488, la cronología del conquistador se torna más
dificultosa. Volvió de nuevo a Gran Canaria y allí estaba cuando
lns gnmeros se sublevaron otra vez contra Hernán Peraza y le die-ron
muerte; esto le obligó a una segunda intervención en aquella
Isla, que sería desastrosa para sus intereses. La represi6n y escla-
30 Pulgar, op. czt , cap. 222
31 Bernáidez- Memrzas del reznado de los Reyes Católzcos , cap. 86. Edi-ción
de 1964.
32 S~n~ancaRs, G S , V 1488, f 172
112 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
PEDRO DE VERA EN LA CONQUISTA DE GRANADA 9
vización de los gomeros han sido bien estudiadas 33 y no es cues-tión
de repetir aquí tales hechos. Interesa, sin embargo, destacar
cbmo el nuevo obispo de Canaria, Pray Miguel Gpez de la Serna.
protestó ante los reyes y se inició acto y seguido una investigación
y proceso de los cuales ni Pedro de Vera ni doña Beatriz de Bobadi-
Ila, viuda de Peraza, salieron bien librados.
Mientras la cuestión se solventaba, el gobernador hubo de re-gresar
a @astilla y depositar en poder de Fray Hernando de Ta-lavera,
obispo de Avila, 500.000 maravedíes "para la restitución de
los precios pa,gados por los gomeros -que habían de ser puestos de
nuevo en libertad- a los que los habían comprado". Es curioso ano-tar
que por entonces nuestro personaje prestó otros 500.000 a los
reyes para ayudarles en los gastos que realizaban con motivo de la
guerra de Granada 34.
A través de estas incidencias transcurre el último momento de
la intervención de Pedro de Vera en la guerra de Granada y los
hechos y decisiones que pondrían fin a su gobierno en Gran Ca-naria.
Acudió, seguramente, a la campaña de 1489, y pudo estar pre-sente
a una parte del asedio de Baza, no como capitán, pues los
reyes no le renovaron en este cargo, sino como proveedor de las
armadas reales. Un docurneto de 15 de julio de aquel año, copiado
y comentado en repetidas ocasiones, lo prueba:
"Diego de Vera, mi veinticuatro de Jerez. Pedro de Vera, vues-tro
padre, mi gobernador de Canarias y proveedor general, me dice
que Juan de Olmedo, vecino del Puerto, le avía dicho que me serviría
-
33 J. D woeifei u n eposodzo de ia conqztz~ia ck &A Wrnera; Lüa gWiiLe-ros
vendridos por Pedro de Vera g doña Beatrw de Bobadzlb, "El Museo Ca-nano",
1933 (1), pp 5 a 84. Antonio de la Torre. Los canarws de Gomera
vendtdos como esclavos en 1489, "Anuario de Estudios Americanos", VII, 1950,
pp. 47 a 72 H. Sancho de Sopranis: E% tcrm a Pedro de Vera y los gorneros
34 Simancas, Estado, Lo 1, f. 116 Transcrito por Ladero' MzZzcia g eco-non&
en Zla guerra de Granada. Valladoiid, 1964 En octubre üe 1492, ya se ie
habían devuelto 400 000 m
10 MIGUEL ANGEL LADERO QUESADA
con cinco o seis carabelas, en que yo mucho seré servido, según ve-réis
por lo que vuestro padre sobre ello os escribe " 3í
Este Diego de Vera, o Diego G h e z de Vera, ha,bía formado par-te
de la capitanía de su padre en el aiio 1487 y fu2 pagador de ella.
Ambos extremos aparecen en sendos asientos de las cuentas del
tesoro Ruy López de aquel año:
"Que dio e pagó el dicho tesorero por otra carta de los dachos
contadores fecha IX días del dicho mes de junio a Diego de Vera
para pagar la gente de la capitanía de Pedro de Vera, XXXWI mi11
DCCCCL maravedís."
"Que dic. e pagó el dicho tesorero por otra carta fecha XXI
días de abril del dicho año a Diego de Vera, vecino de Xeres, VI
mi11 maravedíes en cuenta del sueldo que ha de aver" 36
No hay que confundirlo con su homónimo, capitán de artillería
y compañero del Gran Capitán en la empresa de Nápoles allá por
el año 1500, como ha ocurrido ya a varios autores 37.
Por fin, en 1490, Pedro de Vera hizo el depósito de los marave-díes
antes citados. A este revés pecuniario vino a unirse otro mu-cho
más grave: su hijo Hernando de Vera huyó de &"astilla des-pués
de haber manifestado críticas contra el corregidor de Jerez
de la Frontera, Juan de Robles, y contra los propios monarcas, que
le valieron una condena a muerte en rebeldía 38. Su padre no in-currió
en la ira regia, pero es evidente que este,$isodio contribuyo
a empeorar su situación en la Corte y con este empeoramiento cabe
Mena Tratado dsi amen generoso e %lustre del Zznaje de Vera y su-ceszón
de los señores de la casa de Vera y vzlla de Szerra Brava, 1617. Copiado
por H Sancho de Sopranis en diversas ocasiones. P&ro de Vera hasta su go-
Zrterno de Gran Canurna y En torno a Pedro de Vera y su oscura cronología
36 Oy;?h~sp a g ~ se" fhm-~n~acq. M Q L O 1 08
37 AS1 a Diego Ignacio Parada y Barreto: Hombres %lustres de h c z a
de Jerez de Za Frontera; Jerez, 1878, y a Arántegui: Apuntes hnstóricos sobre
la artzlleh espaizoh Madrrd, 1887. Pero Lucas de Torre: La Acaüemfa de2
Gran Ca'Pitán. 111 mego de Vera ("Ra Arch Bib Museos", 1912, pp 289 a 2991,
demuestra cumplidamente la diferente personalidad de ambos, apoyándose
i kn eii z.,70b,i; .-uí¿nu., Gr. xpedez E aru
38 H Sancho de Sopranis- Las colztrariedades
114 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
PEDRO DE VERA EN LA CONQUISTA DE GRAKADA 11
relacionar el fm de su gobernación en Gran Canaria, en marzo
de 1491 39.
Algo antes de cesar en su cargo, el gobernador presto al menos
otro servicio muy notable en relación también con el Reino de Gra-nada
y con la defensa de su costa. E's bien sabido que uno de los
problemas más ,graves a que hubieron de hacer frente los cas-tellanos
a raíz de la conquista fue el de evitar la connivencia de
los mudéjares con moros africanos que salteaban los lugares cos-teros
y regresaban impunes al otro lado del mar con bienes y cau-tivos;
la actitud más que sospechosa de rnuehos granadinos había
impulsado al rey a dictar una orden en que prohibía a todos los
mudbjares del obispado de Málaga habitar o entrar a menos de una
lqgua de la costa. La medida era catastrófica para los intereses
de aquellas gentes, pescadores muchos, agricultores otros de las
huertas y pequeñas vegas cercanas al Mediterráneo, y pronto logra-ron
que la prohibición se levantase a trueque de un tributo pagado
colectivamente para sostener atalayas, guardas y vigilantes caste-llanos
a lo largo de la costa.
No es ahora el momento de extenderse sobre este punto, en el
que se halla el más antiguo antecedente del pago de "fardas9' para
la defensa de la zona costera y la organización más primitiva de
ésta 40. ZZO importante es señalar que esta tarea organizadora, el
cálculo del número de guardas, torres o "estan~s" para vigías y
su distribución fue realizado por el genio militar de Pedro de Vera
y del comendador de Moratalla, Diego de Soto, otro gran especia-lista
en cuestiones granadinas, en un viaje que realizaron ambos
por la costa del obispado de Málaga -tkrminos de Vélez M á l ~ a ,
Málaga y Marbella-, seguramente en el tránsito de 1490 a 1491.
" . fueron por visitadores de la dicha costa -escribe el rey-el
gobernador Pedro de Vera e Diego de Soto, comendador de Mo-ratalla,
los cuales con mi poder e mandado hisieron visita de la
Jicha costa e estanqas de ella e con acuerdo del dicho bachiller Se-
39 Simancas, R G S, 30, III, 1491, f. 64
40 Alfonso Gámu. Sandoval: Organzxación de b defensa de la costa del
rezno de Gramda desde su reconquwta hasta finales del mglo XVI. Granaüa,
1947 Estuha el tema en su conjunto, aunque no conoce estos documentos
12 MIGUEL ANGEL LADERO QUESADA
rrano, que a ello fue presente, declararon e hisieron asyento para
las dichas guardas, de la forma e horden que avía de thener en el
atajar, e cuantas guardas convenía estar en cada estanca, e lo que
cada uno dellos avía de faser, e cómo se avía de pagar. " 41
Una postrera cuestión nos resta aclarar: ¿acudió Pedro de
Vera a la campaña de 1491, que puso fin a la guerra de Granada"
Con las noticias actualmente publicadas no podría afirmarse 42, pero
tampoco es prudente la negativa rotunda. Respecto a Hernando de
Vera, Sancho de Sopranis afirma que logró una amnistía a camb'io
de su servicio en esta campaña, donde murió 43. Y con esta noticia
termina el presente trabajo, en el que he petendido precisar la cro-nología
de Pedro de Vera en un decenio rico en sucesos, pero cuyo
conocimiento no es tan claro como fuera de desear.
-
41 Simancas, C. M C., Lo 25
42 A lo largo de mi mvestigación para la tesis doctoral no las he hallado
H. Sancho de Soprams afirmaba poseerlas, pero no las publico
a En Las contramedades
116 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS