EL ENTERRAMIENTO CANARIO PREHISPANICO
El trabajo que presentamos sobre las necrópolis canarias l,
trata de estructurar y poner en claro, en primer ltigar, todo lo que
de cierto sabemos sobre estas necrópolis, dejando a un lado los
tópicos existentes.
Podemos afirmar que a pesar de todo lo escrito sobre el tema,
no se ha hecho más que repetir en mayor o menor grado lo que
sobre las prácticas de enterramiento narran los cronistas. Se plan-teaba
pues una puesta en orden de los materiales y de los cono-cimientos
para saber qué era lo válido de lo realizado hasta la
fecha y qué consecuencias podían extraerse de ello.
EI interés fundamenta1 del tema radicaba en la existencia cier-ta
de unas prácticas funerarias que era necesario comprobar. Sa-bíamos
de esas prácticas ya que el hecho de dar a los cuerpos una
sepultura, los cuidados sufridos por el muerto y la presencia de
un ajuar nos lo indican. Por otra parte, la aparición de un rito de
momificación y de diversas formas de enterramiento así como de
acondicionamiento diferente traían consigo la posibilidad de ha-blar
de distinciones sociales, de diferente religión, edad, sexo o un
diferente horizonte etnológico, conducente todo ello, por otra par-te,
a dilucidar el viejo debate del origen de los canarios.
-
1 Memoria de Licenciatura llevada a cabo bajo la dirección del doc-tor
M. Pellicer en el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la
Universidad de La Laguna
2 M ' CARMEN DEL ARCO
Para este estudio contamos en primer lugar con los relatos de-jados
por los cronistas del momento de la Conquista, referidos
fundamentalmente, en lo que concierne a nuestro tema, al modo
de enterrar de los primitivos canarios y a la práctica de la mo-mificación.
Pero hemos de hacer notar como las islas más favo-recidas
en estos relatos, por la amplitud de ellos, son sobre todo
Tenerife y Gran Canana.
Los escritos posteriores no hacen más qw limitarse a seguir
las directrices marcadas por estos autores, siendo totalmente rei-terativos.
Los trabajos realizados en el siglo x ~ xpo r S. Berthelot,
R. Verneau y G. Chil y Naranjo serán fundamentales para el co-nocimiento
de la antropología y etnología canaria. La aportación
m&s vaii"sa es is eii este siendo de destacar
entre los investigadores canarios para las islas occidentales, J. Al-varez
Delgado, E. Serra Ráfols y sobre todo L. Diego Cuscoy,
mientras que para las islas orientales contamos casi exclusiva-mente
con los estudios realizados por S. Jiménez Sánchez. Por
ia paiiZs& eii el Depariaiiieiito & eehzBtoria
y Arqueología de la Universidad de Ea Laguna, se ha orientado
a la realización de la Carta Arqueológica del Archipiélago, a es-tudios
monográficos y excavaciones arqueológicas llevadas a cabo,
hasta ahora, en Tenerife, La Palma y La Gomera. Investigado-res
extrainsulares, entre los que podemos destacar a M. Fusté,
1. Schwidetzky, G. Camps, L. Balout y G. Souville, proporcionan
datos de indudable interés para el conocimiento de la prehistoria
canaria.
Nuestra tarea consistió en la recopilación y lectura de toda la
bibliografía concerniente al tema; en la localización de yacimien-tos,
siéndonos, en muchos casos, imposible porque los datos que
poseíamos sobre ellos eran escasos; en el conocimiento directo
del material extraído de las necrópolis y conservado en el Museo
Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife, en el Museo Canario de
Las Palmas y en el Museo del Instituto de Estudios Hispánicos
del Puerto de la Cruz.
Ahora bien, durante la elaboración de este trabajo nos hemos
encontrado con un gran número de dificultades. En primer lugar,
el expolio sufrido por los yacimientos, la búsqueda de momias y
14 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O J
restos óseos para ser utilizados como abono y para ser llevados
a los Gabinetes de Historia Natural de toda Europa, así como
para engrosar las colecciones particulares; la reutilización pos-terior
de muchas de estas cuevas, fmdamentalmente por los paa-tores;
la presencia constante de los destrozos realizados por los
aficionados a la Arqueología; la inaccesibilidad de yacimientos
que podrian encontrarse intactos, y el estado de abandono en que
se encuentran necrópolis tumulares 2. Se trata pues de un cÚmu!o
de elementos que dificultan la realización de un estudio siste-matico
sobre el enterramiento canario.
Por otra parte, los estudios realizados sobre yacimientos in-tactos
son escasos, muchos de ellos del siglo pasado, y los actua-ies
no proporcionan ios datos nec-arios para iiegar a -üiias con-clusiones
válidas en torno a todos estos interrogantes que nos
hacíamos, ya que estos estudios carecen, en su gran mayoría, de
una metodología arqueológica a través de la cual pudiesen es-tudiarse
todas las implicaciones posibles que traen los enterra-mientos.
Por todo ello creemos que es ahora cuando nos encontramos
preparados para realizar una bfisqueda de yacimientos sepulcra-les
intactos que nos permitan conocer más a fondo las prácticas
funerarias de los primitivos canarios.
Queremos expresar nuestro agradecimiento al doctor Pellicer,
director de este trabajo, por su orientación y apoyo constante; a
don L. Diego Cuscoy, director del Museo Arqueológico de Santa
Cruz de Tenerife, por la ayuda prestada; a don José Naranjo,
conservador del Museo Canario, que puso a nuestra disposición
todas sus dependencias; a nuestros compañeros de Departamen-to,
y a todas aquellas personas que desinteresadamente prestaron
SU colaboración.
3 Así, la necrópolis de E1 Agujero (Gáldar, Gran Canana), tras su
excavación fue reconstruida, dando pie a la fantasía, rodándose en ella la
pellcula «Tirma», y hoy es utilizada como vertedero de basuras por los
habitantes del lugar, a pesar de la indicación de pertenecer al Patrimonio
Nac~onal.
M " CARMEK DEL AECO
LOS ENmRRAMIENTOS EN CUEVA NATURAL
Y ARTIFICIAL EN EL ARCHIPHELAGO CANAR.10
El enterramiento en cueva lo encontramos presente en todo el
Archipiélago, pero, ante todo, es necesario distinguir entre el en-terramiento
realizado en cueva natural y el practicado en cueva
artificial. E1 primero aparece en las siete islas, mientras que el
segundo sólo podemos constatarlo, en muy contados casos, para
la isla de Gran Canaria.
La inhumación en cuevas aparece junto a otras formas de en-terramiento,
como ocurre en Gran Canaria, donde además de és-tas
se utilizan t b u l o s y cistas; y otras, como unica forma de
inhumación, tal caso de las islas occidentales.
Creemos que es la estructura geológica de las islas que pre-senta
una mayor o menor abundancia de cuevas, la que va a con-dicionar,
en parte, el uso de éstas como lugar de enterramiento o
de habitación, y más aún si tenemos en cuenta que la presencia
de cuevas artificiales es muy escasa, y sólo podemos constatarla
en Gran Canaria.
Las cuevas sepulcrales las encontramos en coladas basálticas,
en masas de conglomerado, en pequeñas grietas situadas en lu-gares
inaccesibles y tubos volcánicos, es decir all�� donde exista
una quedad re-&naI za mPiii. iz as corizeioureeLeuearsia u par2
convertirse en lugar de enterramiento: capacidad para albergar
como minimo un cuerpo e inaccesibiIidad. Por todo ello resuIta
difícil llegar a establecer diferencias respecto a la situación de
las necrópolis según se encuentren en una zona de barranco o de
acantilado 2.
Las necrópolis relacionadas con campos de pastoreo no deben
ser considerados como hechos aislados sino que, cada vez más,
y según avanza la investigación en las islas, van apareciendo ha-
3 L Diego Cuscoy: 1968, págs. 73-74
16 A N U A R I O DE E S 7 U D I O S ATLANI I C O S
bitats de superficie en las rutas de pastoreo, sobre todo en Te-nerife
y La Palma, a los que hemos de asociar estas cuevas se-pulcrales.
E4 enterramiento en cueva se realiza a cualquier cota, de tal
manera que podemos hablar de la existencia de cuevas sepulcrales
situadas a nivel del mar, y de inhumaciones practicadas a consi-derable
altura, como las de Roque Blanco (Tenerife) a 1.970
metros sobre el nivel del mar, y las de la necrópolis del Llano de
Maja (Tenerife) 5, que alcanza la cota de 2.300 metros.
Por otra parte, no existe una correspondencia entre las cue-vas
con unas dimensiones determinadas y las que se utilizan como
necrópolis, de tal manera que podemos hablar de yacimientos se-pulcrales
con dimensiones mínimas, como Los Canalizos (San Bar-tolomé
de Tirajana, Gran Canaria) 6, que tiene 1,45 metros de lar-go
por l,6 de ancho y de grandes necrópolis, tal el caso del ya-cimiento
del Barranco de Ia Cruz de las Animas (El Rosario, Te-nerife)
'. con más de 20 metros de largo por 15 metros de ancho.
El interior de estos yacimientos presenta muy diversos aspec-tos,
dependiendo del acondicionamiento realizado antes de prac-ticarse
el enterramiento, de los ritos funerarios y del ajuar que
acompaña al muerto.
La entrada de las cuevas sepulcrales suele aparecer tapiada
por una pared de piedra seca, levantada una vez realizada la in-humación.
Este hecho queda constatado entre los cronistas. Así,
Torriani dice respecto a los palmeros: «Eran tan tristes y me-lancólicos
que se morían cuando les daba la gana ... al sentirse
eiiferiiios 6ecfaii que q ~ e r i a n !es pur;:lan en ü r , ~m w.ra,
con un vaso de leche y tapaban la puerta, dejándolos morir así».
Los canarios prehispánicos no enterraban a sus muertos en
contacto con la tierra, de ahí el acondicionamiento de las cuevas
sepulcrales al que hacen alusión los cronistas. Así, en Lanzarote --
4 L; Dieg~ CUSCOy: 1960, págs. 13-30.
5 J. Alvarez Delgado: 1947, pág. 99. L. Diego Cuscoy: 1965, pagi-nas
33-49.
6 M. Pons Porcada: 1972.
7 L. Diego Cuscoy: 1953, págs. 111-123.
8 L. Torriani: 1959, p5g. 225
6 M ' CARMEN DEL ARCO
los cuerpos eran introducidos en cuevas, siendo colocados sobre
pellejos de cabras y cubiertos también por éstos 9.
En El Hierro «si el difunto tenia mucho ganado lo metian con
sus vestidos en cuevas y lo arrimaban a un lado, a los pies un ta-blón
y su bordón arrimado a un lado del difunto, y cerraban la
cueva con piedras, porque los cuervos no lo comiesen» lo.
En Gran Canaria, «a los nobles e hidalgos mirlaban al sol ...
y poniéndoles sus kmarcos y toneletes como cuando vivían y hin-cados
en unos palos, los metían en cuevas que tenían diputadas
para este efecto, arrimados en pie» ".
Espinosa relata que el modo que tenían de enterrar en Tene-rife
consistía en que <<a algunos ponían en ataúd de madera in-ccmqt
ihk, c w m es tez, h e c h~tn do de ~ n paiez a, y cavadn m
sé con qué, a la forma del cuerpo; y desta suerte lo llevaban a al-guna
inaccesible cueva, puesta en algún risco sajado.. . y allí lo
ponían y dejaban, habiéndole hecho en esto el Último beneficio
y honra» 12.
Este acondicionamiento consiste en el empleo de una o varias
capas de diversos materiales que aisIan al cuerpo del suelo de la
cueva y que, la mayor parte de las veces, son los mismos que
hay en los alrededores del emplazamiento del yacimiento.
Puede darse el caso de que una misma cueva presente diver-sas
áreas de enterramiento con un diferente tipo de acondicio-namiento
para cada una de ellas. Así, !a cueva de Uchova en
San Miguel (Tenerife) l3 presentó cuatro tipos diferentes de acon-dicionamiento.
Ahora bien, hemos de mencionar que de la gran mayoría de
yacimientos no se puede decir tengan un determinado tipo de
acondicionamiento, ya sea debido al saqueo que han sufrido, que-
'J J Abreu Galindo: 1956, pág 57
10 J Abreu GaIindo. 1855, pág. 89
11 J. Abreu Galindo: 1955, pág 162
12 S Espmosa: 1848, pág. 44.
13 L Diego Cuscoy. 1952 b, págs 390-412.
18 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N I I C O S
ENTERRAMIENTO PBEHISPANICO 7
dando un simple amasijo de restos óseos, ya a que los estudios
realizados en ellos fueron insuficientes, de tal manera que para
todo el Archipiélago solamente podemos hablar de un 15 por 100
de yacimientos de este tipo con un claro acondicionamiento pre-vio
al enterramiento.
A continuación haremos una clasificación de estos yacimien-tos
basándonos en la capa superior de materiales de acondiciona-miento
que aparece en contacto con el cadáver.
1. Cadáveres colocados sobre una yacija de troncos. Está
presente en Gran Canaria, El Hierro y Tenerife, recibiendo el nom-bre
de «chajasco». En Gran Canaria nos encontramos con momias
que habían sido depositadas sobre cortezas de drago, hoy conser-vadas
en el Museo Ganarlo.
11. Inhumaciones realizadas sobre una capa vegetal, pudién-dose
distinguir, en función del mayor o menor grosor de sus ele-mentos
:
11 a. Capa de ramas entrelazadas. Presente en Tenerife, como
sucede en una cueva sepulcral de E,l Escobonal 14.
II b. Yacija vegetal de materiales de pequeño tamaño, gene-ralmente
orijama, y según los casos, cerrillo, tomillo, tallos de
cardhn, hojas de drago y de pino. Lo encontramos en Tenerife,
La Palma, la Gomera y Gran Canaria. Como tipos característi-cos
podemos aludir al yacimiento de Roque Blanco (La Orotava,
Tenerife), que presenta diversos estratos. De abajo a arriba: capa
de sahorra o lapilli - lajas - capa de tierra - lajas - yacija de
hojas de pino 15. En la cueva sepulcra1 del Barranco de Jagua (El
Rosario, Tenerife), la yacija vegetal está formada por cerrillo,
tornillo y tallos de cardón16. El yacimiento del Barranco del Pi-lón
(San Miguel, Tenerife) muestra cinco capas de acondiciona-miento
en las que se incluye la yacija vegetal formada por hojas
de drago 17.
111. Inhumaciones realizadas. sobre un enlosado de piedras:
que puede darse el caso sirvan para la nivelación del suelo. Apa-
14 XXX: 1965-66.
15 Cfr. nota 2.
16 L. Diego CZiscoy: 1957 13, págs. 62-75.
17 L. Diego Cuscoy: 1965, p5gs. 23-32.
Núm 22 (1976)
8 U.' CARMEN DEL ARCO
rece en Tenerife, El Hierro, La Gomera y Gran Canaria. Así, la
cueva de Los Toscones (La Gomera) l8 presentaba de abajo a arri-ba
: embaldosado-cinco cadáveres-losas de basalto-dos cadáveres-embaldosado.
En la zona de El Júlan lY, en El Hierro, contamos con un
caso en que el cadáver había sido colocado sobre una capa de
lajas, con la particularidad de que sobre los restos humanos se
había colocado una gruesa tabla de sabina y una pequeña pirá-mide
de piedras.
N. Inhmaciones practicadas sobre un simple relleno de tie-rra
diferente al de la cueva. Tal sucede en una cueva sepulcral
del Barranco de Herques (Tenerife), que presentaba un relleno
de 5Ta,T;!p& m.
V. Cadáveres en nichos o repisas naturales, estando prote-gidos
sus bordes, en algunos casos, con hiladas de piedras. So-lamente
lo encontramos en Tenerife.
VI. Inhurnaciones practicadas en nichos excavados artificial-
Iiieiite e~ el ifitei.iui- de la && tipo es excillsivo & Gran
Canaria 21.
Podemos seiíalar para Gran Canaria y Tenerife la presencia
en algunos enterramientos, de hiladas 6 pequeños muros de pie-dra
que delimitan el espacio sepulcral.
Incluimos dentro de los materiales de acondicionamiento frag-mentos
de madera o losas de piedra, que aparecen en algunos en-terramiento~
situados bajo la cabeza del cadáver a modo de ca-bezales.
La utilización de éstos no implica la inexistencia de otro
tipo de acondicionamiento. Aparece en Tenerife, La Gomera, El
T.,.. nierro, Gran Canaria y Lanzarote
La posicGn del cadáver.-Hasta ahora se ha venido repitien-do
insiitentemente sobre la generalidad del uso de la inhumación
1s L. Diego Cuscoy: 1953, phgs. 130-133
19 J. Alvarez Delgado. 1947, págs 190-191
20 Cfr nota 12.
21 S Jimdnez Sánchez: 1946, pgg. 42
A N U A R I O DE BSTUDIQS ATLANTICOS
ENTERRAMIENTO PREHISPÁNICO 9
en decúbito supino para todo el Archipiélago, es decir el cadáver
extendido y con la espalda en contacto con el suelo. Si bien esto
es cierto, debemos tener en cuenta que solamente conocemos la
posición exacta del cadáver en el 6 por 100 de los yacimientos que
hemos catalogado, por lo que resulta imposible hacer esta gene-ralización.
Por otra parte, se tienen como elementos anómalos
ia aparición de restos humanos en posición de decúbito lateral fle-xionado
en el yacimiento de Los Toscones (La Gomera) 22, en una
cueva sepulcral de Tacoronte (Tenerife), a la que alude Berthe-lot
28 afirmando haber encontrado una vieja cuyo cuerpo había
sido disecado en una posición acurrucada, los pies doblados so-bre
las rodillas. En estos momentos, y según avanza la Carta Ar-queológica
de La Gomera 24. podemos hablar de la presencia en
esta isla de la inhumación en decúbito lateral flexionado como
posición más generalizada del cadáver, y que, en absoluto pode-mos
asociar a una práctica accidental por necesidades de adapta-ción
a las dimensiones y características de la cueva, sino que he-mos
de considerarlo como rito de enterramiento.
Debido a los continuos saqueos que han sufrido estos yaci-mientos
resuIta también imposible llegar a conclusiones válidas
en torno a las posibles diferencias existentes en los ritos usados
para los diferentes sexos 25 y para los diversos grupos de edades.
0rientacZón.-Se nos plantea el mismo problema que para la
posición de los cadáveres. Los escasos datos que poseemos nos
impiden hablar de una determinada orientación, y en aquellos ya-cimientos
que ha sido posible obtener estos datos, solamente en el
6 por 100 de la totalidad, no parece existir una orientación fija.
CoZectizrism0.-Está presente en todas las islas, quedando re-flejado
en la existencia de cuevas con gran número de inhuma-
22 L. Diego Cuscoy: 1953, págs. 130-133
23 S. Berthelot: 1849, p&g. 130.
24 Actualmente en vías de realización por J F Navarro Mederos, como
trabajo de Tesis de Licenciatura.
25 De esta forma podríamos comprobar SI es cierto lo que afinna Ber-theIot
(1836-1850) en torno a una diferente posición de las manos segun
el sexo: las momias masculinas tienen los brazos tendidos a lo largo de
muslos, y las mujeres cruzadas sobre el vientre.
10 M.' CARMEN DEL ARCO
ciones. Ahora bien, el estado en que se encuentran estos yacimien-tos
sepulcrales nos impide llegar a discernir sobre la anterioridad
y posterioridad de los enterramientos y el n h e r o de cadáveres
que correspondían a cada etapa de utilización del yacimiento.
N m ~ f . i c-~ ~Es.te rito es constatado para cuatro de las
siete islas. En Lanzaroe y Fuerteventura no han aparecido res-tos
momificados, aunque esta ausencia viene condicionada por lo
escasamente conocidas y estudiadas que han sido estas dos islas
en lo relativo a cuevas sepulcrales. En La Palma, Chil y Naranjo
y Verneau confirman esta práctica, pero en los restos comerva-dos
no hay señales de ella. a
N
Los cronistas suministran datos sobre la existencia de este E
rito y el proceso seguido hasta iograr la momificación ", pero aian O
n no se han realizado análisis para conocer exactamente el tipo de
-
m
O
E sustancias que eran utilizadas para la conservación de los cadá- E
2 veres. -E
Por otra parte, Schwidetzky, analizando las momias conser-vadas,
iiega a ia conciusión de que frente a lo afirmado por ios 3
-
cronistas, el vaciado de vísceras se hizo muy pocas veces, y la -
0
m
extracción del cerebro no se practicó Ya en el siglo pasado E
Chil y Naranjo indicaba que los canarios prehispánicos no ex- O
traían los órganos contenidos en las tres cavidades cefálica, to- n
E rácica y abdominal lo cual acentúa las diferencias entre el rito -
a
de momificación canario y el egipcio. 2
n
Creemos que la momificación, representada por un escaso por- -
centaje frente a la no momificación es indicativo de la existencia O3
de unas diferenciaciones sociales manifestadas a la hora de en-terrar.
Schwidetzky, despu6s de realizar la clistincion entre mo-mificado~
y no momificados en función de la conservación de
restos con partes blandas en los primeros, y sólo restos óseos en
los segundos, considera que: dos momificados pueden conside-rarse
como gentes de capa social superior, ante todo son más
grandes: en la talla y en las dimensiones absolutas de los cr&
neos. Son más esbeltos: se nota en el rostro relativamente estre-
26 J. Abreu Galindo: 1955, pag. 299. S. Espinosa: 1848, pág. 44
27 1 Schwdetzky 1963, pag. 21
2s G. Ch11 y Naranjo- 1880 b, pág. 483
A N U A R I O DE E S T U D I O S ATLAN'I'ICOS
ENTERRAMIENTO PREHISPKNICO 11
cho, en la nariz delgada y en sus altas órbitas, así como en los
huesos largos, poco robustos.. . La duración de la vida de los mo-mificado~
es -más larga. El nfimero de muertos jóvenes que no
alcanzan la cuarentena, es entre los momificados más bajo y el
número de individuos relativamente ancianos es para ellos más
elevado que entre los no momificados. En resumen: una talla por
encima de la media, una leptosomia más pronunciada y una vida
más larga son las principales características biológicas de las ca-pas
sociales superioresw 28.
La cremmiólz.-Segian el estado actual de las investigaciones
!a inhumación no parece ser el Único rito existente en La Palma,
sino que hemos de hablar de la presencia de la cremación, ya que
los restos óseos de una serie de yacimientos sepulcrales presen-tan
señales de haber sido parcialmente quemados. El problema ra-dica
en la necesidad de encontrar un yacimiento intacto con ma-nifestaciones
de este rito, pues hasta ahora tales restos han sido
encontrados en cuevas expoliadas y es de todos conocido, ade-más,
la reutilización de estos lugares. De tal manera que sólo de
esta forma podriamos saber si estos restos cremados correspori-den
a un rito o si, por el contrario, proceden, esos indicios, de un
incendio posterior a la época del enterramiento.
Por otra parte, podemos hablar también para Tenerife de ma-nifestaciones
de este tipo, ya que una cueva sepulcral de La Oro-tava,
el yacimiento de Pino Leris 30, proporcion6 en su estrato in-ferior
restos óseos con señales de haber sido quemados.
Según los restos conservados, tanto los momificados como los
no momificados eran envueltos en sus vestidos, en tejidos o pieles.
Las p&Zes.-Eran utilizadas las de aquellos animales que te-nían
a qc airededcr, Za mayor parte $fe las veces cabra, pero he-mos
observado en el Museo Canario de Las Palmas restos de su-dario
de piel de cerdo. Estas pieles eran más o menos trabajadas,
29 1. Schwxdetzky: 1966, p&g. 239
30 M Lorenzo Perera. Información oral
12 M.a CARMEN DJCL ARCO
estando algunas de ellas muy cuidadas, de tal modo que presen-tan
un curtido y decoración muy finos, así como cosidos delica-dos,
ya que la envoltura funeraria suele estar hecha de varias pie-zas.
Para sujetar la envoltura se utilizan finas comillas hechas
también de piel o tendones. Hay momias que presentan numero-sas
capas de piel, tal el caso de una procedente de Guayadeque y
conservada en el Museo Canario, que llega a alcanzar las diecisie-te.
Algunas de estas envolturas pueden aparecer pintadas de rojo.
Estas numerosas capas podemos considerarlas como signo de dis-tinción
social, así como el curtido más o menos cuidado, ya que
indican un mayor trabajo en los ritos funerarios de un individuo
determinado.
Eímntss vegetales.-Entre estos podemos distinguir :
- Los tejidos están hechos de junco, palma y mimbre. Estos
restos, frecuentes en casi todas las cuevas sepulcrales de Gran
Canaria, presentan dos tipos de utilización en cuanto a su fun-ción
de envolturas funerarias. Así pueden aparecer como Única
capa que envuelve al cadáver o estar a su vez cubiertos por una
envoltura de piel.
- Trenzas de fibra vegetal aparecen en Tenerife, La Palma
y Gran Canaria, presentando diversos gruesos y tamaños.
- La presencia de abundantes semillas de orijama (Neochcc-muela
pdvertdenta} en Tenerife, Gran Canaria y La Gomera cree-mos
está en función de las propiedades conservativas de tal plan-ta.
E1 hallazgo no sólo de semillas sino también de troncos de la
misma planta podrla indicar su uso como yacija vegetal, de la
que sólo se conservan, en la mayor parte de los casos, sus bayas.
Material Zífico.
- Hojas de basalto y obsidiana (lám. 1, B), llamadas tabo-nas,
se han encontrado en Tenerife, El Hierro y La Palma. En
cuanto a la posición que ocupan respecto a1 cadáver, solamente
-..L---- 2- ----e ----:--:--A-- J--J- --A-- --A--L-l-- c--- sawt:u~us ue UIIUS escasus yaclrrlierl~us uullue csws rnauxlales ~ u a -
ron encontrados hz situ: en el Llano de Maja (Tenerife), junto al
costado derecho del cadáver 31; en el Barranco de Jagua (Tene-
31 J. AIvarez Delgzdo 1947, págs 99-111. L. Diego Cuscoy: 1965, gá-ginas
33-49
24 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N í I C O S
LAMINA 1
R.-Conjunto de ajuar perteneciente a cuevas sepulcrales de Tenerife. (Museo
Arqucold~ico de Santa Cruz de Tenerife.)
rife), junto a las manos 32, y en La Cucaracha (La Palma),, a la
altura de la cadera 33. - Esferoides aparecen en Tenerife, La Palma y El Hierro. Su
.utilidad es desconocida aunque se han interpretado como arma
arrojadiza.
- Bruñidores: Se trata de una pieza de basalto cavernoso,
denominada, según la tipología de B. Galván Santos, útil abra-sivo
cuya principal función sería la de pulimentar toscamente 84.
Está presente en La Palma, apareciendo en la cueva de La Cuca-racha,
junto al cadáver y a la altura de la cadera 35.
- Punzón: Lo tenemos presente en lenerife, La faha, S:
Hierro y Gran Canaria (lám. 1, B). Su aparición en las cuevas se-pulcrales
puede explicarse. además de ser un objeto de uso en la
vida corriente, y como tal participar en el ajuar funerario, por
iina clara utilidad en el rito de enterramiento según nos narra
Bertheiot refiriéndose a ias momias: «¿os iistonciios que ias en-vuelven
y las tienen ligadas juntas, son iguaImente de la misma
materia; alguna vez un gancho de cuerno de cabra o de hueso está
atado a la extremidad del listoncito, y sirve para fijarlo alrededor
del cuerpo»
- Espátulas: Muy escasas, aparecen en Tenerife. Es proba-ble
fuesen utilizadas para el trabajo de las pieles.
(Terámica.-Hay manifestaciones de ella en las cuevas sepul-crales
de todas las islas, y no parece diferir en absoluto de la ce-rámica
de uso corriente, ya que se da el mismo tipo en yacimien-to
de habitat y en los sepulcrales.
Hemos de destacar para La Palma la presencia de un deter-minado
tipo de cerámica en las cuevas sepulcrales con señales de
cremación, cuyas caracteristicas son las siguientes: vasos cilín-dricos
con base redondeada? de color rojizo y con una decoración
32 L. Diego Cuscoy: 1962.
33 M. Hernández Perez: 1972, págs. 622-623.
a4 B. GaIván Santos: 1975, pág. 20. " Cfr. nota 31
30 S. BePthelot: 1849, pág. 127.
Ndm 22 (1976)
14 M ' CARMEN DEL ARCO
a base de la alternancia de metopas -tipo acanaladuras verti-cales-
con zonas sin decorar.
El uso de ofrendas alimenticias en vasos cerámicos ha sido
comprobado. Así, en La Palma, en la cueva de La Cucaracha, uno
de los vasos hallados tenia en su fondo materia orgánica des-compuesta.
- Lanzas y bastones, presentes en La Palma en el Barranco
de Gallegos, y conocidos en Tenerife según los datos suministra-dos
por L. Diego Cuscoy 37.
- Solamente sabemos de la existencia de una aguja de pal-mu
eli 12 cueva de e! R s q e Ue !,C ~mp um@ %rrume de Abdvs,
La Gomera).
- Colgantes de madera: Tenemos manifestaciones de ellos en
-T .-n Pnlma ínnnrAnnl ia & Tdzzc Negre), est&11#= heches ten m%- r u-lu \**"",. vyvrliu
dera de acebiño.
- Conchas perforadas: Muy abundantes, es probable tuvie-sen
una finalidad ornamental. Junto a ellas están presentes res-tos
de conus y patellas.
En el Museo Canario se conserva una diadema formada por
una tira de piel de cabra decorada con diez conchas, tipo conus,
muy pulimentadas y sujetas a la base por finos fragmentos de
piel anudados en un extremo. Fue hallada en torno al cráneo de
ima momia.
- L w c ~ e z ; &+ ~ !r~;& ar s o ~ ~ s a~jytecse i; T,aEerife, y
tanto en cadáveres momificados como los que no lo están. Son
pocos los enterramientos de los que conocemos la colocación exac-ta
de estas cuentas. Asi en la cueva sepulcral del Barranco de Ja-gua
aparecieron situadas junto al cuello del cadáver (lám. 1, B).
Zstas cuentas pueden estar hechas de cerámica, hueso y vér-tebras
de pescado, siendo sus formas variadas: tubulares, discoi-dales,
segrnentadas.
$7 L. Diego Cuscoy. 1952 a
33 L. Diego Cuscoy: 1962
ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N I I C O J
Para la Gornera podemos hablar del hallazgo 39 de una pieza
caliza semejante a las cuentas de collar.
Fama.
- E'l perro solamente ha sido constatado en Tenerife. Su pre-sencia
en las cuevas sepulcrales puede tener una significación ri-tual,
ya que este animal sería sacrificado luego de haber muerto
su amo. Incluso, en la necrópolis del Llano de Maja apareció un
cráneo de un perro con señales de haber sido momificado y con-servando
zonas con pelo de color crema oscuro ".
- Otros restos de animales como cuernos y molares de ca-bra,
vértebras de pescado y colmillos de cerdo aparecen* en ya-cimientos
sepulcrales, pudiendo ser considerados como ofrendas
alimenticias.
INVENTARIO
LOS ENTERRAMIENTOS EN CUEVA NATURAL EN !ECNERIFE
Según el estado actual de las mvestigaciones, la inhumación en cueva
natural es la única forma de enterramiento usada por los primitivos habi-tantes
de Tenerife
Para esta isla, así como para el resto del Archipiélago, realizarnos el
inventario de los yacimientos atendiendo al siguiente esquema.
Nonmbre del yac2mzento (signatura para localización en los mapas).
l. Situación
2. Descripción ; dimensiones, orientacrdn
3. Características del enterramiento:
- Acondicionamiento.
- Ritos: inhumación, cremación, posición, orientación, colectivismo,
momificación.
- Halla,zgos: restos humanos y ajuar
4 Bibliografia
as Cueva sepulcral del Roque de La Campana. L Diego Cuscoy: 1953,
páginas 127-130.
40 L Diego Cuscoy. 1968, pág. 109.
A D E J E .
- Hoya Grande (1, 10)-
3. Diversos cráneos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242.
3. Diversos cráneos y ajuar.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242
- Barranco del Infierno:
3. Momificacidn (una momia), diversos cráneos y fragmentos de pelo
humano. El ajuar estaba formado por granos de cebada, regatones a
N
de asta y pelos de cabra. E
4. Diego Cuscoy, L.: 1968. pág. 242. O -
- Hoya Honda:
3. Varios cráneos.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pag. 242.
- Playa de la Viuda (1, 12):
3. Cueva sepulcral colectiva: haIIazgo de varios cráneos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 240.
- Arafo (1, 13) :
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de varios cráneos.
4. Diego Cuscoy, L.. 1968, pág. 240.
3
- Viñas Viejas: O
-9. sUx-a?iia..f.i-g a Ue r&os ii-ur-iiáüüs.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 240.
-- Barranco de la Piedra:
3. Hallazgo de restos humanos.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág 240.
A R I C O
- Barranco de la Cuerva (1, 1):
3. Hallazgo de restos humanos y un cráneo
4. Diego Cuscoy, L.: 1968 pág. 241.
28 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N l I C O S
- Ladera Negra (1, 2) :
1. Situada en el Barranco de Guasiegre (costa de El Rio), y en su
margen quierda.
2. Yacimiento expoliado, cubierto de un polvillo fino rojizo.
3. Hallazgo de restos óseos.
4. Jiménez, Tejera y Lorenzo: 1973, pág. 35.
1. Situada en la margen derecha del Barranco de Guasiegre, en el ki-lómetro
71 de la carretera general del Sur, debajo del Camino Viejo.
3. Hallazgo de restos humanos muy fragmentados.
4 JimBnez, Tejera y Lorenzo: 1973, pág. 35
3. Hallazgo de restos humanos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 241
- Barranco de Juan Andrés:
3. CUCY~a. epuicral coieciiva. íie ia que se extrajeron una serie de mo-mias,
que serían llevadas en el siglo XVIII al Gabinete de Historia
Natural de París, según datos proporcionados por Viera y Clavijo.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, p&g. 241.
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
El ajuar estaba formado por cucharas de cuerno, banot, cerámica
y vasijas.
4. Dfego Cuscoy, L.: 1968, pcig. 241.
- Las Laderas:
3. Cueva sepulcral expoliada.
Hallazgo de un cráneo. El ajuar estaba formado por 80 cuentas de
collar,
4. Alvarez Delgado, J.: 1947, phg. 131.
- Roque de Jama (1, 14):
3. Cueva sepulcral colectiva: hailazgo de varios crtlneoa.
Presencia de ajuar.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242.
18 M.' CARMEN DEL ARCO
- Montaña de Guasa (1, 15):
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de varios cráneos.
Presencia de ajuar.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242.
- Roque de Igara (1, 16):
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de varios cráneos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242
- Roque de Bento (1, 17):
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de varios cráneos.
Presencia de ajuar
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242.
- Guayero:
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de varios cr5neos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242.
3. Cueva sepulcral colectiva. hallazgo de varios cráneos
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242.
- La Laja (1, 18):
1. Situada en la costa de Buenavista.
3. Hallazgo de abundantes restos óseos humanos, pero muy deteriora-dos.
El ajuar estaba formado por 12 cuentas de collar.
4. Alvarez Delgado, J.: 1947, pág. 131.
Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 239.
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Presencia de ajuar.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 239
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Presencia de ajuar.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, p&g. 239.
30 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
3. Cueva sepulcral colectiva. hallazgo de varios cráneos y otros res-tos
óseos. El ajuar estaba fonnado por: una espátula, collar, pun-zón
de hueso y un chajasco.
4. Diego Cuscoy, L.: 19o8, pág. 239.
- La Asomada:
3. Hallazgo de un cráneo.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 239.
- Zgueste (1, 21) :
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
El ajuar estaba formado por: cuerda vegetal, punzones, collares, ce-rámica
y posible materia balsámica.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 240.
- Barranco del Rincón (1; 22).
1. Situada en la localidad de Araya.
2. Se trata de un tubo volcánico de 10 metros de largo, con dos bocas
de reducidas dimensiones.
3. Para cerrar una grieta del suelo del yacimiento se utilizó una serie
de piedras planas, que se colocaron en hilera.
Hallazgo de un cráneo y una mandíbula
Presencia de restos vegetales.
4 Jxménez, Tejera y Lorenzo: 1973, pág. 46.
- Barranco del Rzncón (I, 23):
1. Urt.üa& ee:: !a margez Uerecha. de: Sarraiicu de: R i ~ 6 i i , en ia iü-calidad
de Araya.
3. Hallazgos de restos humanos. El ajuar estaba formado por fragmen-tos
de cerámica y cuentas de collar.
4. JimBnez, Tejera y Lorenzo. 1973, pág. 46
1 Dos cuevas sepulcrales situadas en el tramo de este barranco, de-nominado
Barranco del Balo, en la localidad de Araya.
2. Se trata de dos tubos volcánicos.
3. S610 en una de ellas se encontraron restos humanos y vegetales.
4. Jiménez, Tejera y Lorenzo. 1973, pág. 46
Niím 22 (1976) 31
M.' CZIRNEN DEL ARCO
- La Ladera.
1. Situada en la localidad de Araya.
3. Presencia de momificación: varias momras, entre ellas un niño, des-truidas
por sus descubridores.
4. J~menez, Tejera y Lorenzo: 1973, pág. 46.
- Cuesta de las Tablas (1, 25):
1. Situada a unos 3 kilómetros del pueblo de Candelaria, hacia el Norte.
2. Orientada al Sureste, mide en su boca 0,75 m. de ancho por 0,60
metros de alto, tiene una profundiciad de 1,50 metros y una anchura
de 1,55. La altura máxima es de 0'90 metros en su centro.
3 La boca estaba obturada por una ,pared de piedra seca. a
N Presencia del colectivismo. restos óseos pertenecientes por lo me- E
nos a 10 mdividuos? entre ellos un cráneo masculino y otro femenino. O
Ajuar: semillas de orijama y un punzón de hueso n -
=
4 Alvarez Delgado, J : 1947, págs. 132-140. m
O
E
E - Las Cuevitas (1, 26): a
E
1. Dos cuevas sepulcrales situadas en la margen derecha del Barran-co
de Chamarro. 3
2. La mayor tiene unas dimensiones de 12 metros de largo por 6 me- - - 0
tras de ancho, y la menor 1 metro de largo por 4 de ancho y 0,50 m
de alto. O
3 Hallazgo de restos óseos humanos.
Ajuar: fragmentos de cergmica, cuatro tablas de tea y huesos no n
E humanos. a
4. Jiménez Gómez, C.: Información oral.
n J~ménez, Tejera y Lorenzo: 1973, pág. 46. n
- Barranco de Feria- 3
O
3. Eaiia-o de restos de una posíbk mater:s ba!uhmicu
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, p6.g. 240.
- El Picacho:
1. Situada en la localidad de Igueste.
3. Cueva sepulcral colectiva- hallazgo de varios cráneos.
Restos de maderos y otras muestras de ajuar.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 240.
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 240.
32 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
-- Cueva del Guirre.
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos.
Ajuar : tabonas y cerámica.
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, p&g. 240.
- Igonce
3 Cueva sepulcral colectwa: hallazgo de cráneos
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, p&g. 240.
- Candelarea
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Presencia del colectivismo: hallazgo de varios cráneos.
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 240.
3. Necrópol~s perteneciente a un poblado de cuevas
Hallazgo de varias momias.
Ajuar: magado, vasijas.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968: p8g. 240.
- Montaña de Taco (1, 57):
3 Hallazgo de restos humanos.
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 239
-- Barranco de Las Hzgueras (1, 59)
1 Situada en la localidad de El Chorrillo.
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de crgneos.
1. Diep Onisrny, L.: 1%8, p&. 239.
- Barranco Hondo (1, 60) :
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas
Presencia de ajuar.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág 239
22 M' CARMEN DEL ARCO
- Cuem de los 1Nuertos-
1 Situada en la localidad de Taco.
3. Cueva sepulcral colectiva. hallazgo de cráneos
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág. 239
- Cueva de la Nea:
3. Cueva sepulcral colectiva- hallazgo de cráneos.
4 Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 239.
- Barranco de la Cruz cFe las Animas (1, 62):
i Situada en la margen izquierda del barranco, cerca de la desembo-cadura
a
2 La boca está formada por una grieta de 5 metros de largo y 0,75 E
metros de altura. En su interior tiene más de 20 metros de largo, O
15 de ancho y 5 de alto Partiendo la cueva en dos hay un levan- - -
tamiento natural de conglomerado, y a ambos lados de él zonas de m
O
E enterramiento. E
3. Cueva sepulcral colectiva: el número de inhumaciones asciende a 26. 2
E
Se pueden distinguir seis áreas de enterramiento: la número 1, con
las inhumaciones en sentido diagonal al plano de la cueva, junto a 3
la pared de la misma. La número 2, de E. a W., con la cabeza al
fondo de la cueva. La número 3 y número 4 de E. a W. La núme- -
0
m
ro 5 y 6 a nivel más alto que el piso de la cueva En la 6 se co- E
locó una hilada de piedras para servir de contención al enterramien- O
to; en él había huesos de un niño, y restos de ajuar. Y en el 5 un
adulto. -E
Aparecen abundantes restos vegetales, entre los que se encuentran a
fragmentos de madera de pino, astillas de tea del Pznus Canarzensis,
varas de brezo (Erica arborea), tallos muy viejos y descompuestos
de cardón (Euphorbza canarzensk), restos y semillas de leña blanca 3
(Neocharnela pdzierulenta) O
Ajuar. fragmentos cerámicas, de color pardo oscuro, pertenecientes
a una vasija de forma ovoide. Y 55 cuentas de collar: 11 tubulares
lisas; 10 tubulares, con incisiones; 14 cilíndricas, sin decorar; 20 ci-líndricas,
con decoración incisa Y ocho punzones de hueso.
4 Diego Cuscoy, L : 1953, págs. lli-123
- Barranco de Jagua (11 61):
l . Situada en la margen derecha del barranco, en el tramo conocido por
el Barranco del Brezo, a 20 metros del alveo y a una altitud de 450
metros
2 De contorno irregular, mide 2,50 metros de largo y 2 metros de an-cho.
Su altura es de 1,75 metros. Está abierta al N.
34 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ENTERRAMIENTO PREHISPANICO 23
3. El yacimiento sufrió un acondicionamiento previo a la inhumacih,
consistente en la colocación de diversas capas de materiales, que de
abajo a arriba son: seis lajas basálticas a lo largo y crnco a lo an-cho,
una capa de conglomerado volcánico; cinco maderos de tea, y
una capa vegetal, formada por cerrillo, tomillo y tallos de cardón,
sobre la que ir��a colocado el cadáver, cuya cabeza aparecía levan-tada
sobre dos lajas. El cadáver estaba cubierto con pieles de ca-bra,
agamuzadas y cos~das en sentido longitudinal. La piel era de
color pajizo. La envoltura de la cabeza era independiente y de co-lor
ceniciento oscuro. Bajo este sudario, la momia llevaba vestido de
pieles.
Se trata de un enterramiento colectivo: hallazgo de restos de tres
cadáveres, uno con señales de momificación y colocado en dirección
N.4. Y los otros dos orientales de E. a W.
Ajuar: cuentas de collar y material de pie1 para enhebrarlas, situa-das
junto ai cueiio; dos punzones y tabonas, colocados junto a las
manos.
4 Diego Chscoy, L.: 1962.
- Cueva de los Caninos (1, 94):
1. Sltuada en el Risco de la Garañona.
2. Tiene 10 metros de largo. Se bifurca en su punto medio formando
otra galería de unos 2,50 metros de largo. La boca tiene algo más
de 2 metros, pero en el interior se estrecha, no llegando a 1 metro
3. El suelo fue nivelado colocando piedras planas
Hallazgo de restos humanos.
Ajuar: 15 cuentas de collar.
4 Alvarez Delgado, J.: 1947, págs. 123-124.
Nos encontramos con dos enterramientos individuales.
1 Ambos enterramientos están situados en la margen derecha del ba-rranco;
el número 1 a pocos metros del puente sobre el que pasa la
carretera general, y el número 2, en un punto equidistante de la ca-rretera
y de la terminación del barranco.
2. El número 1 es un pasadizo de 3 metros de largo y 1 metro de alto,
mientras que el número 2 es un covacho de 1,80 metros de largo y
1,15 de alto.
3. Hallazgo de restos humanos: el número 1 present6 un rnetacarpia-no,
un fragmento de tib~a y el extremo'de una clavícda. Y el nii-mero
2, falanges de los dedos de un pie, metatarsianos, el calcáneo
M.B CARMEN DEL ARCO
y toda la columna vertebral en una posición que se acercaba a la
sedente.
Ajuar: el número 1, 25 cuentas de collar; el número 2, cuatro vér-tebras
de pescado, tres tabonas y tres trozos de piel animal
4. Alvarez Delgado, J.. 1947, págs. 18-19
- Las Breñas (1, 97)'
3. Cueva sepulcral con abundantes restos humanos esparcidos. En una
pequeña cámara sepulcral, separada del resto de la cueva por una
pared, aparece un amontonamiento de huesos y dos cráneos
4 Alvarez Delgado, 3 . 1947, p8gs. 131-f32.
- La Baranda:
3. Hallazgo de restos humanos y ajuar.
4 Diego Cuscoy, L : 1968, p5g 23'1.
- Risco del CastzlZo:
2 Cueva sepulcral con 4 metros de largo, una altura máxima de 2 me-tros
y una mínima de 0'90 metros.
3 Inhxmac?Sn c11ectiv~1-1- ~ i nme nterramiento%- en una estrecha y-lerfa
que se abre en la parte del poniente de la cueva.
Ajuar: 347 cuentas de collar de diversos tipos. anulares, cilíndricos,
globulares.
4 Alvarez Delgado, J : 1947, págs 124-127.
- La Caleta (1, 33)
3 Presencia de ajuar
4 Diego Cuscoy, L.. 1968, pág 239
- San Juan DegolZado (1, 34) :
3. Ajuar: tabonas, collares, punzones.
4. Diego Cuscoy, L - 1968, pág. 239.
1 Cueva sepulcral situada en la zona baja de Chimiche y en la mar-gen
derecha del Barranco de El Río. Se llega a ella tomando una
36 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N l Z C O S
pista que conduce desde el río al mar, a la altura de Las Marinas,
tomando un camino que conduce &rectamente a la margen izquier-da
del barranco, frente al yacimiento.
2. Es una cueva de pequeñas dimensiones, y en su interior aparece a-vidida
en dos partes, que consideramos como Cámara 1 y Cámara 11.
3 Presenta su boca tapiada con un murete de piedras, traídas del fon-do
del barranco
En la Cámara 1 se halló un amontonamiento de huesos, y en la II
restos de un segundo cadáver en avanzado estado de descomposición
Ajuar. En la Cámara 1: 12 cuentas de collar, nueve de hueso y tres
de cerámica; dos cantos rodados, uno de ellos con señales de haber
sido utilizado; fragmentos de madera y semillas de oqama.
En la Cámara 11: cinco cuentas cilíndricas de hueso, y semillas de
orijama,
4. .Tmé.nez; Tejera y Lorenzo: 1973, p&g. 36.
-- La Jaqzczta (1, 36) :
3. Cueva sepulcral colectiva. hallazgo de cráneos
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 241.
-- Barranco ¿'&znama (1, 3ij:
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas. En ella se encon-traron
restos humanos
Ajuar: vasijas y punzones
4. Diego Cuscoy, L., 1968, pág. 241.
3. Hallazgos de restos humanos.
4. Diego Cuscoy, L. 1968, pág. 241
-- Hagueras de Indias.
3 Hallazgo de restos humanos.
4 Diego Cuscoy, L.: 1968. pág. 242.
- Cha~ogo (1, 30):
3. Hallazgo de restos humanos y ajuar.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 242.
3. Hallazgo de restos humanos.
4. Diego Cuscoy, L.. 1968, pág. 242.
M " CARMEN DEL ARCO
3. Hallazgo de restos humanos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág 242.
-- Risco de las Cabras:
3. Hallazgo de restos humanos.
4. Diego Cuscoy, L : 1M8, pág. 242.
- Chajajo:
3. Hallazgo de varias momias.
4. Diego Cuscoy, L : 1958, pág. 242.
-- Ladera de GZGimar (1, 6 ) :
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas Hallazgo de ajuar
4. Diego Cuscoy, L 1968, pág. 240
- Barranco de Bada~ox (1, 7 )
3 Hallazgo de restos humanos y ajuar
4. Diego Cuscoy, L.. 1968, pág 240
- Barranco de Guasa (1, 8 ) :
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas Hallazgo de ajuar
4 Diego Cuscoy, L : 1968, pág 240.
- Barramco de Xerques (1, 9 ) .
1 Sit~aC?rei = !a marge= :zy~:erll~U e! b z m ~ c o ,e n la. !cca!idad de E?
Escobonal.
3 Se trata de un enterramiento individual. La boca de la cueva estaba
cerrada con tres piedras bien trabadas. Se había practicado un re-lleno
de gravilla para nivelar el piso, y colocado un cabezal de la-jas
sobre el que descansaba el cráneo
4. XXX: 1965-66
3. Dos cuevas sepulcrales colectivas -de 12 a 14 enterrarnientos-, en
las que se practicó una disposición de lajas y pequeñas paredes que
seoalaban el lugar de enterramiento, así como el empleo de troncos
A X U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N I I C O S
y ramas entrelazadas sobre las que se depositaron los cadáveres, tras
una labor de embaldosado y allanado de la cueva
4. XXX: 1965-66.
-- Cueva de Za Arena:
1 Situada en el Socorro.
3. Hallazgo de restos humanos.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág 240
3. Hallazgo de restos humanos y ajuar.
4 Diego Cuscoy, L.- 1968, pág. 240.
-- Las Barandas (1, 39):
1 Situada en e1 promontorio que está al S. de la playa de San Mar-cos
y i 150 metros de 4sta. Est& orientada al N.
2 Su boca mide 8,50 metros de ancho y 4 3 metros de alto. Forma una
especie de galería de 10 metros de ancho, que acaba en una roton-da
30 metros más adentro. A lo largo de esa galería se encuentran
rocas de tamaño diverso. En dirección N.-S. la primera que se en-cuentra
en el costado E., obstruye parcialmente el acceso a una ga-leria
estrecha. Hacra el centro de la caverna se hallan hasta cinco
rocas, y dos al fondo, cada una a la entrada de una galería.
3. Cueva sepulcral colectiva Los restos humanos se agrupan cerca de
las rocas: detrás de las rocas de entrada aparecen abundantes res-tos
destruidos; en la primera galería del E., tras la piedra de en-trada,
más restos; en la parte central de la cueva, en el costado W
y en la segunda galería, más restos, y un enterramiento en un di-vertículo
cercano al techo de la cueva en su parte central
Ajuar. 79 tabonas, cuatro utensilios de piedra tallada, cuatro pun-zones
de hueso, un punzón en bruto (falto de pulimento) y 53 cuen-tas
de collar.
4 Diego Cuscoy, L.: 1953, págs. 97-103
- El Andén (1, 40):
1. Situada en el promontorio que está al S. de la Playa de San Mar-cos.
Está orientada al N
2. Posee una planta muy irregular, con una boca de 5,40 metros de
ancho y 1,50 de alto De la boca al fondo hay 6,50 metros de prc-fundidad
28 M.' CARMEN DEL ARCO
3. El yacimiento habia sido expohado. Sólo se encontró un maxilar
humano y seis esternones, tres de ellos perforados.
Ajuar: 54 cuentas de collar, seis punzones y doce tabonas.
4. Diego Cuscoy, L.: 1953, págs. 103-105.
- Hoya Brwco
1. Situada en la localidad de La Guancha.
3 Hallazgo de momias, pieles y ajuar.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 238.
LA LAGUNA.
- MontaZa de &erra (1, 41):
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 236.
1. Situada en el Barranco de Santos, a 250 metros sobre el nivel del
mar y a más de 40 metros sobre el lecho del barranco 3
2. La planta de la cueva mide 5,50 metros de largo por 2,50 de an- o-chura
máxima en la parte central. La boca mide 1,50 metros de
m
E
alto por 0,75 de ancho. O
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de restos de unos 50 cadáveres.
Uno de ellos en la boca y bajo las piedras de la pared que taponaba n
E
la entrada hasta una altura de 0,50 metros. El resto de los cad8ve-
-
a
res aparecen colocados a todo lo largo de la cueva desde la boca n
al fondo, y entres capas superpuestas. No se descubrió señales de n
n
momificación.
Ajuar: cuatro tabonas, tres punzones de hueso y 85 cuentas de co- 3
O
llar: 20 anulares y 50 cilíndricas, de éstas 15 segmentadas
4. Alvarez Delgado, J.: 1947, pags. 60-69
- Barranco Milún (1, 45) :
1. Cueva sepulcral situada en la margen izquierda de este barranco, en
la localidad de Tejina.
2 rn --L.-- a- I--^... ---. w w n ,,L.,, an n..ri~r.
r U 3 C C ",dU IIICLIUD UC IdilfjU p V L 0 < U IIICLIUU U= QLLbLIU. d k r a
dia es de unos 2,50 metros. Tiene dos pequeñas bocas de acceso, orien-tadas
una al W. y otra al S. La primera con una anchura de 0,75
metros, y la segunda de 1,75; ésta conserva el paredón de cierre.
Hacia el fondo del yacimiento hay una especie de nicho natural
cuyo frente presenta dos aberturas separadas por una columna de
conglomerado.
40 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
3. Cueva sepulcral colectiva: las inhumacrones se elevaban a 21. Los
restos humanos se extienden hacia el fondo, siendo el número de
enterramiento pracbcado en el nicho bastante numeroso. Dos ca-dáveres,
situados delante del nicho, estaban orientados de E. a W.,
y otros dos, hacla el centro de la cueva, de N. a S. Todos los res-tos
humanos aparecen a partir de 0,80 metros y hasta 1,75 metros
de profundidad
En el momento de descubrir el yacimiento, se extrajeron del nicho
una serie de momias, posteriormente destruidas.
Ajuar: un cordón de fibra vegetal, fragmentos cerámicas, tabonas,
restos de punzones, un caracol marino de la especie conus y 164
cuentas de collar. 63 tubulares, no segmentadas; 32 anulares y 69
de hpos diversos y de pequeiio tamaño.
4. Alvarez Delgado, J.: 1947, págs. 149-156.
- Barranco Mzlán (1, 46) :
1. Situada en la margen derecha del barranco, a unos 6 metros sobre
el cauce, y bajo una alineación de prismas basálticos.
2. El yacimiento posee 40 metros cuadrados de superficie
3. Hallazgo de abundantes restos humanos.
4. .Alvarez Delgado, J : 1947, pág. 149.
- La Palmita.
1. Situada en la localidad de Tejina.
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos.
Ajuar. pulidor de lava y cuerda vegetal.
4 Diego Cuscoy, L.. 1968, pág. 236.
- Los Pilones
1 Situada en la localidad de Tejina.
3 Haiiazgo ae restos ñumanos.
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, p��g. 236
1. Necrópolis del poblado de la Playa de la Barranquera, en la costa
2,. 'rr...1,,. ,-Y..,.-,. uw v au- UUGLLCL.
2. Se trata de un tubo volcánico, expoliado, con dos bocas y entre ellas
una distancia de 12 metros.
3. Las bocas del yacimiento estaban tapiadas con una pared de piedra
seca
Hallazgo de maxilares mferiores, algunas vértebras y trozos de cos-tilla,
todos ellos muy desheuhos
M.n CARMEN DEL ARCO
Ajuar. un punzón de hueso, despuntado, y 28 cuentas de collar, to-das
de barro cocido.
4. Alvarez Delgado, 9 1947, p&gs. 82-84
- Los Guanches Q, 48):
1. Situada entre los poblados aborígenes de los Riscos de Tacoronte y
el del Puerto de la Madera, a 150 metros sobre el nivel del mar.
2. De planta irregular, mide 9,50 metros de largo y su anchura máxi-ma
es de 435 metros. Onentada al N. W., su boca tiene 3 metros
de largo por 1,50 de alto.
3 HaIlazgo de tres maxilares inferiores y un esternón perforado
Ajuar: cuentas de collar de barro cocido, de vértebras de pescado
y de hueso.
4 Alvarez Delgado, J . 1947, págs. 80-82
- Callao Marquex (1, 49):
1. Necrópohs del poblado emplazado en las proximidades de la Caleta
Mendez, en la costa de Valle Guerra.
2 La boca posee 3,50 metros de ancho, siendo la profundidad de la
cueva 3 metros.
3 Eocasus restas hUmanos
Ajuar: 41 cuentas de collar de barro cocido
4. Alvarez Delgado, J : 1947, págs. 84-85
- Las Cardonerm (1, 50):
1. Situada en Valle Guerra
3. Hallazgo de restos humanos y ajuar
4 Diego Cuscoy, L : 1968, pág 236
- El Boquerón-
1 Situada en la localidad de Valle Guerra
3. ATecrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Ajuar: restos de cocina, cerámica, collar, punzones, conchas, tabo-nas
y utensilios de piedra
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág. 236.
- Las Goteras (1, 51)
1 Situada en la localidad de Punta Hidalgo.
3. Cueva sepulcra1 colectiva: hallazgo de cr5neos.
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 236
- Bajamar (1, 52):
3. Ajuar: punzón, collar.
4 Diego Ctiscoy, L.: 1968, pág. 236
42 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A R T I C O S
- Cuezia de los Guanchies (1, 53):
1 Situada en el Risco del Perro, a 300 metros sobre el nivel del mar.
2. En el centro del yacimiento aparece un túmulo funerario natural,
con capacidad para un solo cadáver. Se trata de un boquete abierto
en una masa de conglomerado, de una longitud de 2,80 metros y un
ancho de 0,95
3. Debido a la mclinación del piso, éste fue nivelado con pledras planas
Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de gran número de restos hu-manos.
En el interior del túmulo había huesos humanos.
Ajuar. escaso número de cuentas de collar, tabonas y fragmentos
cerámicos con incisiones.
4 Alvarez Delgado, J. 1947, pags 127-128.
- Roque Blanco (1, 54) :
1 Situada a 1.970 metros sobre el nivel del mar en la cordillera dorsal,
en el punto de intercesión de dos coordenadas, una al SW de la
Montaña de Joco y otra al NE. de la cumbre de Aguamansa.
2. Se trata de un tubo volc&nico.
3. Necrópolis de pastores, cuya boca aparecía tapiada por una pared
de piedra seca El yacimiento recibió un acondicionamiento antes de
practicarse las inhumaciones dos embaldosados de lajas. Entre uno
y otro una capa de tierra, y debajo da la inferior una capa de sa-horra
o lapilli El espesor total era de unos 40 centímetros. Sobre el
embaldosado se colocó una yacija de hojas de pino. La parte usada
para enterramiento era de 3 metros de largo. En el interior de la
cueva. había una zona con lajas en la que aparecieron restos de
tres cuerpos, lo que indicarfa una reuhlización del yacimiento y un
amontonamiento de los cuerpos pertenecientes a las primitivas in-humaciones.
Sólo las más recientes inhumaciones presentaban res-tos
de momificación. Las inhumaciones recientes se correspondfan a
dos cadáveres, adulto y niño
El <-! 14 ha dado una cronología del año 600 +. 120 para los m-s
antiguos, y del 1050 f 80 para las más recientes.
Ajuar: una lasca de basalto, un pequeño núcleo de obsidiana, seis
tabonas, un punzón de hueso y un fragmento de cerámica lisa. Frag-mentos
de pleles como trozos de correillas para el cosido, cinturones
y correas más anchas, algunas todavía con nudos
4. Diego Cuscoy, L.: 1960 a, págs. 13-30.
32 M CARMEX DEL ARCO
1. Situada en el Barranco de La Arena, sobre una cueva de habitación.
3. Habfa sido expoliada
Presenta un estrato superficial, un estrato superior con inhumacio-nes
orientadas de E. a W., y un estrato inferior con restos de huesos
parcialmente quemados.
Ajuar: fragmentos de madera y cerámicas.
4. Lorenzo Perera, M.: Información oral.
- Cxeva de la Arena (1, 55)
1. Situada cerca de la desembocadura del barranco, a unos 20 metros
de su alveo y cerca de 300 metros de distancia de la Playa del Bo- a
llullo
2 Se trzta de 1m tnho volcánico que tiene en su boca 0,80 metros de
alto por 1,20 de ancho y una profund~dad de 4,50 metros. O
3 Hallazgo de restos humanos- un calcáneo, 16 falanges (de pies y - m
O
manos), tres metacarpíanos y una vértebra cervical
4 Alvarez Delgado: 1947, págs. 70-71 E
2
1. En la localidad del Puerto de la Cruz.
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas: hallazgo de
cr5neos
Ajuar: collar, punzones, tabonas, cerkmica
4 Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 238
- BZ Ancón.
3. Necrópohs perteneciente a un poblado de cuevas: hallazgo de res-tos
humanos.
Ajuar: punzones, cuentas de collar
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 238.
- Playa del BoZlzsZio:
3 Ajuar: collar, punzón, conchas
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 238
- Cueva de Bencomo:
3. Hallazgo de un cráneo
4 Diego C'uscoy, L : 1968, pág. 238
l. Situada en el Puerto de la C m
44 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ENTERRAMIENTO PREHISPANICO
3 Cueva sepulcral colechva: hallazgo de cráneos.
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 238.
1. Situada en la localidad de el Puerto de la Cruz.
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 238.
1 Situada en la margen izquierda del Barranco Hondo, en el tramo
que se llama Barranco Tagoro.
2 Pwee 5 mrtr~r c?e !m@ pcr 1,?5 metros de ancho y una altura de
1,25. Está orientada al N. La boca aparece dividida por una roca.
3. Cueva sepulcral colectiva: cuatro enterrarnientos en el sector de la
derecha, dos orientados al W. y dos al E., y otro cadáver, orientado
de NW. al NE. al abrigo de la roca de la entrada.
Ajuar: dos tabonas de basalto y cinco de obsidiana, varias conchas
Ue !upus.
4. Diego (ruscoy, L.: 1953, págs. 107-110.
3 Hallazgo de restos humanos.
Ajuar: fragmentos de cerámica
4 Diego Cuscoy, L - 1968, pág. 237.
- Llano de Maja (1, 5 ) :
1 Situada entre la montaña del Cerrillar al N.. la del Corral Be1 Niño
al E., la de las Piedras y la de Abreu al S. y la de Arenas Ne-gras
a1 W.
2. Es una oquedad con dos cuerpos, separados por una plataforma co-locada
a una distancia de 5 metros de la boca y 8 metros del techo
de la cueva. En Ia vertical de la cueva y bajo la plataforma, sólo
a 0,RO metros del nivel superior de la capa de piedras que cubre el
fondo de la cueva se encuentra una repisa natural de 1,80 metros
de largo por 0,713 de ancho.
3. HaIIazgo de abundantes restos óseos; un esqueleto en dirección N.-S ,
estaba colocado sobre un lecho de palos o troncos de sabina y el
cráneo sobre un cabezal del mismo material, y otro esqueleto de un
hombre adulto, pero aún joven
M.a CARMEN DEL ARCO
Ajuar: dos esferoides de basalto, uno de ellos pulimentado; seis go-tas
de lava; esferoides; cuatro piezas de basalto toscamente talla-das;
punzón; 26 cuentas de collar; un fragmento de borde de con-chas
de patella; tabonas; varios cráneos de perro, alguno con seña-les
de momificación; tres cuernos de cabra; fragmentos de cráneo y
huesos de patas de cabra; un gran colmillo de cerdo; fragmentos de
pieles, restos del sudario de las momias; hachones de madera; tron-cos
y ramas de la yacija sepulcral.
4. Alvarez Delgado, J.: 1947, págs. 99-iil.
Diego Cuscoy, L : 1965, págs. 33-49.
- Roques de Ucanca Q, 27):
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos.
Ajuar: cerámica, tabonas.
4 Diego Cuscoh L.: 1968, pág. 244.
1. Situada en la Montaña de La Camellita
3. Los restos encontrados estaban colocados sobre yacijas de lana, so-bre
largos palos de tea. Presencia de la momificación: se extrajo un
pie periecilzmente conservado, 60s cráneos con parte del peio y ias
cejas, una mano y medio cuerpo de un hombre con su cráneo co-rresponcüente.
Ajuar: cueros con cosidos delicados.
4. Arroyo, A.: 1959. Noticia tomada de un manuscrito de P. Perdigón,
de la primera mitad del siglo XIX.
- Cueva del Salitre (1, 29):
1. Situada en uno de los contrafuertes de la Montaña Rajada, que cie-rra
por el W. la Cañada de Los Rastrojos.
2. La boca mide 4,20 metros de ancho y 10 metros de alto. La longitud
total del yacimiento es de poco más de 26 metros La cueva tiene
dos partes: una con luz cürecta y a oscuras, desde que se inclina, y
otra parte más estrecha hacia el fondo.
3. Hallazgo de restos humanos muy esparcidos y algunos cráneos en
el exterior.
Troncos, de cüversas dimensiones, de cedro, sabina y pino, cubiertos
de una sustancia muy descompuesta, indican la existencia de an-damiajes.
Ajuar: cerámica tosca, sin decorar, y algunos fragmentos con incisio-nes
en los bordes; restos de pieles y huesos de animales formando
masas apelotonadas; numerosas astas; restos de pieles de embalsa-miento,
apergaminadas y culdadosarnente agamuzadas
4 Alvarez Delgado, J : 1947, págs. 48-59
46 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
3. Hallazgo de restos humanos.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 238.
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Hallazgo de restos humanos.
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 238.
LOS SILOS.
-MaCzxo de las Moradas (1, 98):
3 Ajuar. cuentas de coilar.
4. Alvarez Delgado, J : 1947, pág. 130.
3. Ajuar: cuentas de collar de barro y de vértebras de pescado
4. I3r~go r'irr~ny, L.: 1968, p&g. 239.
3. Ajuar: punzones, tabonas, fragmentos de cerámicas, cuentas de co-llar
y conchas.
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág. 239
- Barranco de Costa.
3. Cueva sepulcral expoliada. Debió ser indmdual por sus pequeñas
dimensiones.
Ajuar. una cuenta de collar negra y de aspecto vítreo, y dos cuen-tas
Ue cc!!ar Ue vertebz-as U: pesezde.
4. Alvarez Delgado, J : 1947, pág. 130.
3. Hallazgo de un cráneo.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 239.
- La Gotera (1, 64).
1 Situada en la margen izquierda del Barranco Poncio.
2. La boca aparece orientada en dirección E. El yacimiento está for-
M CARMEN DEL ARCO
mado por dos cuerpos, uno va de E. a W. y otro de ME. a SW. Al
fmal de este tramo tiene una pequeña boca. La boca más amplia
mide 5,50 metros, la pequeña 1,50. La longitud del primer cuerpo es
de 5,50 metros y de 10,50 metros la del segundo. La anchura má-xima
del primer cuerpo es de 8 metros y de 3,50 la del segundo.
3 Hallazgo de numerosos huesos humanos : maxilares, f emures f rag-mentados
y escápulas.
Ajuar: 12 cuentas de collar de barro cocido: 10 tubulares y dos
anulares.
4. Diego Cuscoy, L : 1953, págs. 87-89
1 En el Risco de El MasapB, situado entre el Barranco de Tamaracei- a
te por el E. y el de ehaurera por el W. E
2. Yacimiento expoliado, cuya boca mide 7,50 metros de ancho y unos O
7 metros de alto. De la boca al fondo hay 10 metros. En el fondo n
=
hay una fosa a 1,25 metros más baja que el nivel del suelo, que m
O
posee 3 metros de largo por 2 de ancho. E
E
3. Colectivismo: 23 cráneos, 55 maxilares inferiores, tres femures con 2
E
anomalías de conformación.
4- niego ascoy, L : 1953. págs. 82-86. 3
1. Situada junto a la cueva anterior. O
3 Pequeños fragmentos de huesos humanos y abundantes piezas den-tarias.
n
E Ajuar. dos punzones completos, dos incompletos, dos tabonas, un a
coMillo de cerdo y un pequefío maxilar de perro.
n
4 Diego Cuscoy, L.. 1953, pág 87. n
- Barranco de los Chacones (1, 66)
j, slirra&eii ZUaSL de pieate e ,e,,l,, E-*"- a 1.VYO metros sohre el ni-vel
del mar.
2. Está orientada al poniente
3 Hallazgo de huesos pulverizados y un cráneo incompleto
4 Diego Cuscoy, L 1953, págs. 91-92.
- Barranco del P&B (1, 67):
1 Situado a 550 metros sobre el nivel del mar, en la margen izquier-da
del barranco y a unos 200 metros sobre su fondo.
2 Se trata de un tubo volcánico de 4 metros de profundidad.
48 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N ? I C O S
LAMINA XX
&.-Envoltura de momia infantil de El Pilón, San Miguel-Trnerife. (Recons-trucción
dc L. Diego Cuscoy. i
R.-Restos momificados. (Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife.)
ENTERRAMIENTO PREHISPÁNICO 37
3. La boca del yacimiento aparecía cerrada por una pared de piedra
seca. El interior había sufrido un acondicionamiento, distinguiéndose
de abajo a arriba: un embaldosado de lajas, una capa de menuda
gravilla, otro embaldosado de lajas, y encima una capa de tierra.
Esto hasta el escalón que dimdía en dos al yacimiento. A partir de
61, aparece la capa superior de lajas recubierta por una capa de tie-rra
y sobre ella una yacija compuesta de diversos elementos vege-tales.
El cuerpo se colocó sobre esta yacija vegetal compuesta pnn-cipalmente
con hojas de drago, almácigo y vinagrera. La posición
del cadáver era la de decúbito supino.
Se trata de un enterramiento infantil: la momia se encontraba en
buen estado y envuelta de la cabeza a los pies con pieles de cabra,
sin pelo, bien curtidas y algunas fmamente agamuzadas. Estaba en-vuelto
en cuatro capas de pieles. La capa exterior de piel que en-volvía
a la momia estaba cosida a todo lo largo, desde los pies al
cuello. La cabeza aparecía envuelta por otras tantas capas de piel
(lámina ii, A).
Ajuar: hachones de tea y pelotas de resina de pino, quizá emples-das
con fines balsámicos
4. Diego <Tuscoy, L.. 1965, pág 23-32.
3 Enterrarmento colectivo realizado sobre unas piedras de grandes di-mensiones
y unos palos colocados cuidadosamente.
Hallazgo de gran número de esqueletos en posición decúbito supino.
Sólo seis tienen intactas las uñas, y uno de ellos un pie aperga-minado.
Ajuar: aparición de una zalea junto a uno de los cuerpos
4. XXX: 1933.
- Barranco OrchzlZa (1, 68).
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas Colectivismo' ha-llazgo
de crhneos.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág 241
- Barranco de OrchiZZa:
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas
Ajuar.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 241.
l. Situada en el Barranco de La Tafetana, a 750 metros de altura.
2. Su entrada esta orientada al NW y tiene una anchura de 1,50 me-
BI ' CARMEN DEL ARCO
tros La cueva está formada por cuatro cuerpos: el 1 9 es una ga-lería
tubular ae 16 metros de largo, 2 y 3 de ancho y 1,5 de alto,
el 2.9 es una gran bolsa de 23 metros de largo, 16 de ancho, con
techo abovedado de 2 metros de alto en su punto inicial y 5 en el
más elevado; el 3.9, otra galería de 8 metros de largo, 2 y 3 metros
de alto; el 4.O, una bolsa de gruesos conglomerados de 10,50 metros
de largo, 3,50 metros de ancho y 2,50 de alto. La longitud total es
de 57,50 metros. Existen trece nichos naturales, ya en alto, ya al
nivel del suelo.
3. Dentro de este yacimiento hemos de distinguir diversos tipos de en-terramiento.
- Cadzveres colocados sobre andamios de troncos apoyados en ro-cas.
Con varios cadáveres superpuestos. a
N
-- Cadáveres en el suelo sobre lajas y cercados de piedras Varios E
superpuestos. O
- Cadáveres en mchos o repisas naturales, protegidos los bordes n--
por hiladas de piedras. Aparecen varios cadáveres untos m
O
E - Sepultura individua! acoiidicionada coc piedras y troncos -E
Los cuerpos no parecen tener una orientación fija, ya que esta viene E
impuesta por Ias condiciones de la cueva.
La ~t;,oii?ificaci&ei s rara. sU:a seis c ~ e r p o sp resentan kie::as de hs- 3
ber sido sometidos a secado Se confirma por la presencia de frag- -
0
mentos de piel adobada. m
E
El número de cadáveres no llega a los 60. O
Ajuar. 90 cuentas de collar, una cabeza de punzón de hueso, una
vasija, restos de pieles, hachones de tea, cuenco de madera. n
4 Diego Cuscoy, L.: 1952 b -E
a
- San Andrés (1, 69)
3. Cueva sepulcrai colectiva. hallazgo de cráneos
4 Diego Cuscoy, L . 1968, pág. 235.
-- San Andrés (1, 70):
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Hallazgo de restos humanos.
A:....*. ^iill....,-." ,.a..Km.nn 4-nknmnc. ri..morinno a j u a a . bvriosru, brraiulra, a,cruvuru, y u i - v - r u s
4 Diego Cuscoy, L : 1968, pág 235.
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas
Hallazgo de huesos humanos
50 A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
Ajuar : cerámica, collares, tabonas.
4. Diego Cuscoy, L. 1%8, p&g. 235.
- Barranco de Santos (1, 72).
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas
Hallazgo de huesos humanos.
Ajuar: cerámica, tabonas, punzones.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 235.
- Taganana (1, 73):
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas
Hallazgo de restos humanos.
Ajuar. collares, punzones, cerámica.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 235.
- Taganana (1, 74):
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas
Hallazgo de restos humanos.
Ajuar: collares, punzones, tabonas
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 235.
- Zqzceste de San Andrés (1, 75)
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Hallazgo de huesos humanos.
Ajuar cerámica, tabonas, punzones, collares
4. Diego Cuscoy, L 1968, pág. 235.
1. Situada en la orilla derecha del Barranco de Bemjo, a la Iat~tud
280 33' 50" y la lonyttid de 12Q29 ' 15".
2 Se trata de un yacimiento expoliado con 3 metros de largo por 1,5
de alto y 1,5 de ancho.
3 Restos de dos cadáveres. un hueso sacro, dos temporales, fragmen-tos
de cráneo, huesos de la mano y pies, un trozo de mandíbula con
tres piezas dentarias, vértebras y costillas
Halla-zgo de otros Y&QS &POS no identifl~z&s.
4. Jiménez, Tejera y Lorenzo. 1973, pág. 41.
3. Necr6polis perteneciente a un poblado de cuevas
Hallazgo de restos humanos
M." CARMEN DEL ARCO
Ajuar: cerámica, tabonas
4 Diego Cuscoy, L.- 1968, pág. 235
- Taborno (1, 79).
3 Necrópolis perteneciente a un pobIado de cuevas.
Hallazgo de restos humanos
Ajuar. cerámica, tabonas
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág. 235
- Hoya Fr% (1, 80)
3 Ajuar. collares de barro
4 Diego Cuscoy, L - 1968, pág. 235
-- Era Empedrada
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas
Hallazgo de restos humanos.
Ajuar. collares, asas cerámicas.
4 Diego Cuscoy, L. 1968, pág. 235.
- Barranco de los Morascos
3 Hallazgos de restos humanos
Ajuar. fragmentos cerámicas, tabonas
4 Diego Cuscoy, L : 1968, pág 235.
-- Las Calderetas
3 Hallazgo de un cráneo
4. Diego Cuscoy, L 1968, pág 235
- Caeea Colorada.
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de cráneos
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 235.
3 Cueva sepulcral colectwa: hallazgo de cráneos
4 Diego Cuscoy, L.. 1968, pág. 235
3 Ajuar. collares de barro y punzones
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág 235.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
- La Resbdada:
2 Su boca inide 80 centímetros. En el interior tlene una altura máxi-ma
de 1 metro, con 2,5 metros de ancho por 4 metros de largo.
3. Cueva sepulcral. colectiva. restos de ocho adultos y un niño.
Apar . fragmentos cerámicos y restos vegetales
4 Alemán, G.: 1966
- Roque de Tserra (1, 78):
1. Situada en la cima del Roque de Tierra (Roques de Anaga), en su
cara Sur.
2 El yacimiento tiene 6 metros de largo por 3 metros de ancho y 2 me-tros
de alto. La boca es muy abierta.
3 Presentaba diversas capas de acon&cionamiento, distingui6ndose de
arnba a abajo: capa vegetal con restos de sab~na,y lajas de 20 cen-tímetros
de largo, 15 de ancho y 5 de alto aproximadamente, for-mando
una especie de embaldosado. Sobre la yacija vegetal descan-saban
los cadáveres cubiertos por pieles de cabra.
Restos de cuatro cadáveres en dirección E.-W y un quinto en di-rección
S.-N.
4 Guimerh Ravina, A . 1973, págs. 207-212
SANTA URSULA
- Qumnta Roja (1, 81)
3. Ajuar collares, conchas, tabonas, punzones y fragmentos de cera-mica.
4. Diego Cuscoy, L.. 1968, pág. 237
- MzqwZ (I, 82):
3 Hallazgos de restos humanos
Ajuar. fragmentos cerámicos
4. Diego Cuscoy, L 1968, pág. 237.
- Barranco de 20s Acebigos:
3. Hallazgo de un crhneo.
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 237.
- Barranco de los Naranfos:
1. Situada en la margen derecha del barranco, a 12 metros sobre su
lecho
3. Hallazgo de dos momias, una de ellas mujer. Ambas estaban en-vueltas
en bandas de cuero, y ambas fueron destruidas.
Ajuar: tres vasijas de barro, veinte cuentas de collar
4 A!v&rez Delgado, J : 1947, págs 129130
M.a CARMEN DEL ARCO
- Llano Negro (1, 83).
1. Yacimiento enclavado en un campo de pastoreo Está situado a 1500
metros sobre el nivel del mar.
2. Orientado al E., su longitud máxlma es de 8 metros por 3,50 de an-cho
y 1 de alto.
3 Una hilada de lajas desde la boca seguía el trazado de la cueva
hasta terminar en el estrechamiento del lado S. En el eje trans-versal
una serie de lajas divide la cueva en dos zonas sepulcrales,
la N. y la S. a
En la zona N. apareció un cráneo, un maxilar inferior, un fémur E
y numerosos huesos fragmentados Esta zona por ser la más cerca- O
na a la boca, sería la utilizada para las inhumaciones más recientes n
=
En la zona S. se encontraron falanges de manos y pies, un calcá- m
O
neo, una vertebra atlas, un molar de un niño de cinco a seis anos E
E
y seis vertebras entre dorsales y lumbares. Esta zona presenta ma- 2
E yor abundancia de restos óseos y ajuar.
Ajuar 298 fragmentos cerámicos, 320 tabonas, un percutor, un ma- 3
chacador, esferoides de piedra, una cuenta de collar de barro coci-do,
otra de madera g dos de hueso, molares de cabra y cerdo, hue- -
0m
sos largos de estos animales, una vértebra de pescado, varias con- E
ches de pate!!a, un fra,gmento de un gran caracol marino, y restos O
vegetales pertenecientes a la yacija sobre la que se colocaron los n
cadáveres, y que estaba formada por piñas desmenuzadas de Pznus -E
canarzeom2s, leña de escobón, de sabina, astillas de tea del pino ca- a
nario y un solo tronco de retama. n
n 4 Diego Cuscoy, L : 1965, págs 13-22.
3
3 Ajuar cuentas de collar, punzones
4 Diego Cuscoy, L - 1968, pág. 243
- Cueva de Los Guanches (1, 85)
1. Situada en el PICO Yeje, eii el Caserío de Masca
3 ¿"ueva sepuicrai c&c¿iva. abundantes restos óseos
Ajuar. restos de madera
- Masca (1, 86) :
3. Cueva sepulcral colectiva: hallazgo de dos cadáveres
4. Serra Ráfols, E : 1964.
54 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
ENTERRAMIENTO PREHISPAN~CO
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Ajuar: punzones, pulidores, discos de huesos perforados
4. Diego Cuscoy, L + 1968, pkg. 243.
3. Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas Presencia del co-lectivismo
: hallazgo de cráneos
Ajuar.
4 Diego Cuscoy, L.. 1968, pág. 243.
- Arguayo (1, 89):
3 Necrdpolis perteneciente a un poblado de cuevas.
Ajuar.
4 Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 243.
- Puerto Santiago (1, 90).
3. Cueva sepulcral colectiva. hallazgo de cráneos.
TA . unii&r.5-.v,. .r i.irtnriT. r inco ..A,-+ O A O VUUCVJ, Y I ~ / V O , ya6 Y=U
3 Necrópolis perteneciente a uil poblado de cuevas
Ajuar.
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág. 243
-- Valle de Santiago (1, 92).
3 Necrópolis perteneciente a un poblado de cuevas
Ajuar.
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág 243
3 Presencia del colectivismo: hallazgo de cráneos
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, p&g 243
3 Presencia del colectivismo. hallazgo de cráneos
4. I)lego Cuscoy, L . 1968, p&g 243.
- Cueva del Sagzal:
3. Presencia del colectivismo: hallazgo de cráneos.
44 M a CARMEN DEL ARCO
Ajuar: peine, cucharas.
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 243.
- Andén del Ramo:
B. Presencia del colectivismo: hallazgo de cráneos.
4. Eiego Cuscoy, L : 1968, pág. 243
- Portillo del Tabaibal
3. Hallazgo de restos humanos y de posible matena balsámica
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág 243
- Los Quemados:
3 Hallazgo de restos humanos y ajuar
4 Diego Cuscoy, L.: 1968, pág. 243.
3. Hallazgo de restos humanos y ajuar
4 Diego Cuscoy, L 1968, pág. 243
3. Hallazgo de restos humanos y ajuar
4 Diego Cuscoy, L - 1968, pág. 243
-- Ladera del Lzcnchón.
3 Hallazgo de restos humanos y ajuar
4. Diego Ctiscoy, L. 1968, pág 243
- La Cabezada
-- montaña de los Cascajos:
3 Hallazgo de restos humanos
4. Diego Cuscoy, L : 1968, pág. 243
- Juan Bernándes-
3. Hallazgo de restos humanos y ajuar
4. Diego Cuscoy, L.: 1968, pág 236.
56 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANI'ICOS
-- El Roque.
3. Ajuar: cuentas de collar y tabonas
4. Diego CSiscoy, L.. 1968, pág. 236.
- El Sauce:
3. Ajuar: punzones, cuentas de collar, tabonas.
4. Diego Cuscoy, L 1968, pág. 237
- Rasco de 'la Fuente.
3. Hallazgo de restos humanos y ajuar
4 Diego Cuscoy, L. 1968, p&g. 237
1. Cueva sepulcral de los Riscos de Tacoronte, entre el Risco del Se-ñorito
y la Punta del \lento, límite N. del poblado. Esta situada en
el Barranco de Guayonje, y en su margen izquierda.
3 Junto a la boca aparece una piedra.
Hallazgo de restos humanos.
4 Alvarez Delgado, J : 1947, pág. 22
- Rasco de La Puentecalla (1, 102)
1 Necrópolis del poblado de los Riscos de Tacoronte Situada a 8 me-tros
de altura sobre la base del risco.
2. Orientada al Poniente, está dividida al interior en dos partes por
una columna de conglomerado La parte izquierda es una cámara
rectangular de 10 m. de largo por 4'50 de ancho, con techo above-dado
y una altura aproximada de 2'50 metros; la derecha, casi circu-lar,
tlene un radio de 3 metros, y 2,50 metros de alto
3. Presencia de repisas naturales, donde se practicaron parte de las in-humac~
ones.
Hallazgo de restos humanos amontonados en el exterior: seis maxi-lares
y cuatro fragmentos de cráneo.
Ajuar- cinco takonas, 14 cuentas de collar, un punzón de hueso.
4 Alvarez Delgado, J : 1947, pCLgs 25-26
- Risco del Boquerórz (1, 103):
1. Necrópolis del poblado de los riscos de Tacoronte.
2. El yacimiento está, formado por un vestibulo bajo a cuya izquierda
hay una galería que desciende en rampa y conduce muy cerca de
vanas cuevas de habitaci6n. Al S. del vestíbulo se levanta un muro
natural de 2,50 metros de alto tras el cual esta la verdadera cámara
Núm 22 (1976) 57
2 Tiene dos cuerpos. uno exterior, de I , V O xetros de alto y 3 metros
de ancho, y otro icterior, de 1 metro de ancho y 0,90 de alto, es-tando
separado del exterior por una pared de la que quedan esca-sos
restos.
3. Hallazgo de restos huma~os muy deteriorados, destacando un nia-xilar
inferior
Ajuar: 47 cuentas de collar
4 A!varez Delgado, J. 1947, págs. 121-122
- Tegueste (1, 43):
3 Presenta un acondicionamiento exterior y un mejoramiento interior.
Ajuar. cerámica y cuentas de collar
4 XXX- 1970.
- Cueva sepdcral rzzimero 4 (1, 44)
1 Situada en el Barranco del. Agua de Dios, en la localidad de Te-gueste.
2. Posee dos cámaras, A y B. Con una longitud total de 8 metros. La
primera cámara mlde 3,50 metros de profundidad, y la segunda 2
metros.
3. En la cámara B, ocupando la mitad de su superficie hay una serie
de piedras, generalmente laps, que formabao una especie de esca-lón
sobre el cual fueron colocados varios cadáveres, cuyo número no
se ha podido precisar
En este yacimiento aparece el colectivismo, calculándose hipoteti-camente
la presencia de 30 a 49 enterrarnientos
Ajuar: Para la cámara A: 20 tabonas, 28 cuentas de collar, dos
puntas de punzones, dos troncos y 97 fragmentos cer8micos. Para
la cámara B: 29 tabonas, 30 cuentas de collar, un punzón, tres tron-cos
y 105 fragmentos cerámicas.
4. Diego Cuscoy, L.. 1964
- La Enladrillada (1, 109).
1 Srtuada en la localidad de Tegueste, dentro del bosque de laurisilva
y bajo una alineación de rocas basglticas, cercana a la Casa del
Caidero
3. La cueva presenta diversos niveles arqueológicos y en cada uno de
ellos, distintas áreas de enterramiento.
- Nivel 1: inhumación sobre chalasco, orientada E.-W., estando el
cráneo sobre un cabezal; enterramiento orientado NE -SW., con
cabeza! de piedra; inhumación junto a la pared S., orientada
31 ' CBRliIEN DEL ARCO
E -W , con cabezal, restos de nuevas inhumaciones orientadas
de E.-W., S -N
- Nivel If comenzada la excavación, este nivel sufrió las conse-cuencias
de un saqueo. Presenta diversos espacios sepulcrales 1i-mitados
por lajas, sm orientación fija Posibilidad de la presen-cia
de osanos a base de enterramientos anteriores para mejor
aprovechamiento del yacimiento.
- Nivel 111. previo acondicionamiento del piso de la cueva. Diver-sos
espacios sepulcrales delimitados por lajas, sin orientación fija
Ajuar. cerámica de coloración rojiza y negra, 56 fragmentos sin
borde, 15 fragmentos con borde; cuentas de collar de barro cocido;
22 tabonas de obsidiana; 11 esquirlas de obsidiana; cuatro tabonas a
de basalto; siete punzones de hueso; chajasco de tea, compuesto de N
E cinco tablas y tres astillas; dos trozos de hachones de tea; un trozo
O de tronco n Cronología el C 14 proporciona fechas del siglo VIII-IX después de -
m
O
Cristo E
E
4 Diego Cuscoy, L : 1972 2
-E
LOS ENTERRAMIENTOS EN CUEVA NATURAL EN LA PALMA
- Barranco del Cuervo (11, 1)
1. Situada en las cercanías de la desembocadura del barranco.
3. Yacimiento saqueado, presentaba tres estratos, teniendo el infenor
signos de cremación
Hallazgo de abundantes restos humanos
i+juar:c erca de Uiias 20 vaSijj'aa, de tLpciolL ndrLcu, base redc-,deada
y decorada con acanaladuras alternando con zonas lisas, a modo de
metopas y formando bandas; lascas de basalto y fragmentos de pi-nus
canariemis semicarbonizados.
4. Hernández Pérez, M. 1972, pág 605.
1. Situada en lugar inaccesible, frente a la central eléctrica de Los
Guinchos.
3. Es posible que a ella pertenezcan los materiales de la Cosmológica
bajo la etiqueta de Breña Alta. unas trenzas de pelo y dos cráneos
4. Hernández PBrez, M: 1972, p&g. 620
60 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
MAPA II
LA PALMA
cueva natural de eaterrrmi4nto a
4 5 6 7 8 9 lOl<a.
50 M a CARMEN DEL ARCO
EL PASO
- Hermosiila:
3. Cueva sepulcral colectiva, totalmente destrozada
Hallazgo de cráneos, mandíbulas y gran número de huesos humanos.
Ajuar: una vasija, una piedra ahumada.
4. Descubrim~ento de un enterramiento prehispánico en La Palma: <El
Día», Santa Cruz de Tenenfe, W-71.
- Barranco de Fondero (II, 3):
1. Cuevas sepulcrales cercanas a la estación de petroglifos de Buracas.
3. Hallazgo de restos humanos. a
N
Ajuar: fragmentos de cerámica incisa, punzón E
4. Hernández P6rez M: 1972, pág. 606 O
-- m - Toscano (11, 4): O
E
1 Situada en el Barranco de Briesta, a unos 300 metros sobre el nivel 2
E del mar, fue saqueada a comienzos del presente siglo.
3. Hallazgo de restos óseos.
3
Ajuar: seis punzones, restos de cuerda trenzada, tres bruñidores y
una piedra comenzada a agujerear. -
0
m
4. Hernández Pérez, M: 1972, pág. 633. E
-- San BrancZsco (ii, 5 )
n
1. Situada en el barranco de izcagua, al SW del molino de las Tricias. -E
a
3 Hallazgo de un esqueleto
Ajuar: cuatro yacijas vegetales, fragmentos cerámicos. n
n
4. Hernández Pérez, M ' 1972, pág. 630.
3
O
- Llano Negro (11, 6 ) :
1 Situada en el barrio de Llano Negro, entre las Llanadas y los Sa-bres,
en el barranco de Fernando Porto.
3. Hallazgo de cráneos y fémures quemados
Ajuar: cuentas de collar de madera.
4. Hernández Pérez, M.: 1972, pág. 627.
-S LLANOS DE ARIDANF
- Los Llanos.
3. Restos de ajuar
4. Diego Cliscoy, L.: 1957a.
Hernández Pérez, M - 1972, p&g. 627
52 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
MAZO
- La í?ucaracha (a, 7):
1. Situada en la cara sur de la Montaña de las Tabaibas o de La Cu-caracha,
a 140 metros sobre el nivel del mar
2 Carece de techo, y tiene 6 metros de largo y otros tantos de pro-f
undidad.
3. Los trabajos realizados en ella por los señores Rodríguez Martíí,
Morera Bravo y Soler en septiembre de 1963, dieron como resultado
la presencia de tres estratos: El más profundo presentó huesos de
color amarillento, cadáveres en posición E.-W., con la cara vuelta
hacia arriba o a un lado, y separados por piedras puestas de canto;
el estrato 11, huesos de color más blanco e igual posición de los ca-d&
veres, y el estrato Ili, dos vasijas sobre los cadáveres, una de
ellas con restos de materia orgánica descompuesta, bruñidores y las-cas
a la altura de la cadera, cuchillos de basalto, punzones. piedras
redondas de playa, y piedras negras-brillantes
4. Acosta Pérez, D.: 1963 8.
Hernández Pérez, M : 1972, págs 622-623.
1 Situada en el barranquillo que divide al poblado de cabañas de Cruz
de la Reina.
2 Tiene dos bocas
3. Se trata de una cueva sepulcral perteneciente al poblado de caba-fias
y cuevas de habitación de Cruz de la Reina
Hallazgo de fragmentos de cráneo y costillas.
Ajuar. fragmentos cerámicas
4 Hernández Pérez, X : 1972, pág 618
SAXTA CRUZ DE LA PALMA.
3. Presencia de ajuar
4 Diego Cuscoy, L.: 1957 a
Hernández Perez, M 1972, pág. 625.
- Cueva del Palmero
1 Cueva sepulcral saqueada, situada en el borde N. de La Caldera, en
las próximidades de El Time
3 Hallazgo de restos humanos
4 Hernández Pérez, M : 1972, pág. 616.
LOS ENTERRAMIENTOS EN CUEVA NATURAL EN LA GOMERA
MAPA III
cueva natural de enterramiento
- Los Toscones (111, 1):
1. Situada en la margen izquierda del Barranco de Abalos
2. Orientada al W., presenta una planta semicircular con un radio de
1,80 metros
3. Su boca estuvo tapiada con pequeños prismas basálticos.
Presentaba un relleno de unos 0,85 metros, y en ella se había prac-ticado
un acondicionamiento con diversas capas de materiales, que
indicamos de arriba a abajo capa de lajas -dos cadáveres-, losas
de basalto -cinco cadáveres- embaldosado que forma el fondo del
yacimiento Dos de los cadkveres estaban en posición decúbito su-
ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
ENTERRAMIENTO PREHISPÁNICO 53
pino, en dirección N.-S., y los brazos cruzados sobre el vientre. De
los cinco cadáveres inferiores, cuatro estaban en posición deciibito
prono, doblados sobre sf mismos, de tal forma que la columna ver-tebral
se hallaba entre los fbmures, y el quinto con las extremidades
inferiores dobladas y a la altura del pecho. Sobre cada cráneo había
una laja o losa.
4. Diego Cuscoy, L.. 1953, págs. X30-133.
- Roque de La Campana (111, 2):
1. Situado en la margen izquierda del barranco de Abalos, al pie del
pico Roque de La Campana, a 500 metros sobre el nivel del mar y
a 150 metros de altura sobre el fondo del barranco.
2 Su boca mide 1,75 metros de ancho y 3 metros de alto. La altura
interior es de 1,45 metros.
3 Estuvo tapiada con una pared de bloques basálticos.
Sufrió un acondicionamiento, distinguiéndose de abajo a arriba, en
una potencla de 0,45 metros: lajas -astillas de sabina y restos de
ramas y semillas de orijama-, juncos y cañuelas.
Los enterramientos, tres adultos y un niño, se realizaron en la par-te
central de la cueva.
Aluar: 83 bayas de orijama; una agu.la de púa de palma, y una pie-za
caliza, semejante a las cuentas de collar.
4 Diego Cuscoy, L.: 1953, págs. 127-130.
- Roque de La Cruz (iii, 3) :
1 Cueva sepulcral número 1, situada a unos 20 metros de altura, en
la cara sur del Roque, mirando al mar. En el Barranco de Santiago
(Alajeró).
2 Mide 4 metros de la boca al fondo y 1,50 de ancho.
3 La boca estuvo tapiada, y el fondo fue allanado con caladillo y so-bre
este se colocaron ocho lajas en hilera, pavimentado el piso.
Se trata de un enterramiento individual: restos humanos fragmen-tados.
4 Diego Cuscoy, L.: 1953, pág. 145.
- Roque de La Qrw (111, 4):
1 Cueva sepulcral número 2, situada en el Barranco de Santiago (Ala-jer6).
2. Está orientada al m.
3. La boca estuvo tapiada. Tres lajas cruzan diagonalmente el yaci-miento.
Hallazgo de huesos muy desmenuzados y fragmentos de cráneo bajo
las lajas más cercanas a la boca.
4. Diego Cuscoy, L.: 1953, págs 145-146.
Núm 22 (1976)
5
54 M..' CARMEN DEL ARCO
1 Cueva sepulcral número 3, situada en el Barranco de Santiago (Ala-jeró).
2. Orientada al M.m,id e 2 metros de fondo, 1,50 de ancho y 0.80 de
alto.
3. El piso aparece enlosado con regularidad y nivelado su fondo
Escasos restos humanos, dos rótulas y fragmentos de un occipital
Es posible se trate de un enterramiento individual
4 Diego Cuscoy, L. 1953, p&g 146
- La Perla (III, 6):
1. Situada en la margen derecha del Barranco de Santiago (Aiajeró),
en el lugar conocido por La Perla, a 25 metros sobre el fondo del
barranco.
2. Su boca tiene 0,75 de ancho Miae en e1 interior 3 metros de iargo
y 2,513 de ancho.
3 Es un yacimiento expohado, cuya boca estuvo tapiada Su interior
habfa sido acondicionado, presentando de abajo a arriba: arena grue-sa
para nrvelación del suelo, formando una capa de 0,20 metros de
espesor; seis lajas basálticas; cadáveres y ramas de orijama
Aparecen restos humanos esparcidos por todo ei yacimiento, y abun-dantes
restos de semillas y troncos de orijama.
4 Diego Cuscoy, L.. 1953, págs 141-144.
- Barranco de Los Cocos (111, 7)
1. Cueva sepulcral número 1, situada en el tramo final de Punta Ne-gra
(Alajeró).
2. Presenta dos cuerpos una oquedad exterior de 1,50 metros de lar-go
por 2 metros de ancho, que da paso a la cámara funeraria, cuyo
acceso está cerrado por una pared de piedra seca.
3 Ha sufrido un acondicionamiento: relleno de gravilla, lajas y sobre
estas se efectúan las inhumaciones.
Se trata de un enterramiento colectivo: restos pertenecientes a cua-tro
cadáveres, dos adultos y dos nifíos. Los cráneos de los adultos
estaban colocados sobre lajas, lo que indicaría la posibilidad del uso
de éstas como cabezales.
4. Diego mscoy, L : 1953, pags. 152-153.
- Barranco de Los Cocos (111, 8):
1. Cueva sepulcral número 2.
2. Mide 6 y 7 metros de diámetro y una altura máxima de 2,50 metros
3. Presenta como acondicionamiento un piso inferior de gravilla y un
embaldosado.
66 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOJ
Cueva sepulcral colectiva: restos de 15 cadáveres, y es probable que
el número fuese mayor, ya que el yacimiento había sido expoliado.
Aparecen semillas de oyana y fragmentos de tronco del mismo ve-getal.
4. Diego Cuscoy, L.: 1953, págs. 153-154.
- Cueva de Los Cocos (111, 9):
1. Cueva sepulcral número 3.
3. Enterramiento individual, cuya boca estaba obturada por una laja.
Toda la superficie del yacimiento presentaba una capa de orijama,
estando colocado el cadáver en sentido longitudinal al de la cueva.
4. Diego Cuscoy, L.: 1953, pág. 154.
- Barranco de Los Cocos (in, 10) :
1. Cueva sepuicrai iiiiiiie~Y.~, situa& en un piano más bajo que ia nú-mero
1.
3. Su boca estuvo tapiada.
Hallazgo de restos humanos muy fragmentados, asi como orijama en
toda la superficie del yacimiento.
4 Diego Cuscoy, L : 1953, p5g. 154.
- La Degollada de Zas Vacas @I, 1):
1. Situada cerca de la cima de Lomito Fragoso, a unos 600 metros so-bre
el nwel del mar.
2. Tiene 3,73 metros de largo por 2,20 de ancho. La altura máxima es
de 1,25 metros.
3. Su boca estaba cerrada por una pared de piedra seca.
Hallazgo de dos esqueletos, uno de mujer joven y otro de hombre
de edad avanzada El cráneo de la mujer presentaba señales de mc-mificación.
Ajuar: fragmentos de palos carcomidos y raíces de helecho.
4. Alvarez Delgado, J.: 1947, págs. 94-99.
LOS ENTERRAMIENTOS EN CUEVA NATURAL EN EL HIERRO
- El Júlan.
3. Según Alvarez Delgado, se trata de una noticia llegada a través de
J. Baltasar, que se refiere a una cueva cuya entrada estaba cerrada
por una pared y en su intenor un enterramiento compuesto por una
serie de lajas sobre las que se colocó el cadáver, y sobre éste en
capas superpuestas, un grueso tabldn de sabina y una pirámide de
piedras.
4. Alvarez Delgado, J.. 1947, págs. 190-191.
EL HIERRO
cueva natural de enterramiento
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 S K r
Q % x 5 a s ? a s l ~
1 Situada en el Barranco de los Garañones, en su margen derecha
2 La boca mlde 1,25 metros de ancho por 1,50 de alto. En el interior
tiene una profundidad de 6 metros y 4,50 de ancho. Está orientada
al Este.
3 Ajuar: dos punzones de hueso
4. Alvaree Delgado, J 1947, p&gs 188-190
- La Punta SzuZ (13.7, 2 ) :
1 Situada en la costa de Taibique, a mas de 200 metros sobre el nivel
del mar
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS
2. Está orientada al E.
3. El piso está formado por tres escalones que atraviesan la cueva ¿ha-gonalmente,
existiendo entre ellos espacios de berra y grava En el
inferior de estos escalones, el más cercano a la boca, se encontraron
cráneos y restos humanos.
Hallazgo de seis cadáveres en dirección SW.-NE
Ajuar. un trozo de basalto puntiagudo en forma de lanceta, un cuer-no
de macho cabrío y fragmentos de piel
4 Alvarez Delgado, J : 1947, págs. 169-171
- El Pozo de la BalZena (N, 3).
1. Situada en la costa de Taibique, a 210 metros sobre el nivel del mar
2. Mide en su interior 8 metros de largo y 4,70 de ancho
3. En el costado derecho de la boca aparecen restos de pared. Las in-humaciones
se reaiizaron en ei centro de la cueva.
Hallazgo de restos humanos. 13 maxilares y cuatro esternones, dos
de ellos perforados.
Ajuar: tres fragmentos de cer&mica, un cuchillo de basalto.
4 Alvarez Delgado, J.. 1947, págs 167-169.
- Axofa (Tv, 4j:
1 Situada en la localidad de Isora, a 300 metros sobre el nivel del mar
2 Mide 2,80 metros de largo, 2,50 de ancho y 1,25 de alto
3. Yacim~ento expoliado, presentó una capa de cuatro cadáveres orien-tados
de N. a S., y bajo él la otra capa de siete cadáveres orien-tada
de E. a W., y una tercera capa con seis cadgveres, orientados
de E. a W. y colocados sobre un lecho de cuatro troncos de sabina
Ajuar: cabezal de tronco de pino de forma cuadrangular de 40 cen-tímetros
de lado y 7 de espesor. Y un canto rodado
4. Alvarez Delgado, J.: 1947, págs. 172-179.
- Hoya de los Mtcertos (IV. 5):
1. Situada en la zona de Guarasoca, cercana al mar y frente a los ro-ques
de Salmore.
3 La entrada aparecía tapiada por una gran roca. Hallazgo de abun-dantes
restos óseos, alcanzando quizá los 30 enterramientos
Ajuar: tablones con un espesor de 3 y 4 centímetros, muy bien pu-
LOS ENTERRAMIENTOS EN CUEVA EN GRAN CANARIA
Para la isla de Gran Canaria podemos constatar la existencia de cuevas
de enterramiento de dos tipos, naturales y artificiales La mayor parte de
58 M." CARMEN DEL ARCO
las veces, los datos que poseemos se limitan a denommar estos yacimientos
como cuevas sepulcrales, sin especi£icar si son naturales o artificiales. Siem-pre
que nos sea posíble haremos constar en nuestro inventario esta diferencia.
YRPA Y
--- Cueva Beí-meja (V, 1).
Cueva sepulcral.
4. Sim6nez Sánchez. 1952 b.
- Cerro de los Picachos de Tzfaracds (V, 22)
' 1 Srtuada en la parte más elevada del cerro.
70 A N U A R I O DE ESTUDIOS ATLANl ICOS
2 Está orientada al naciente.
3. Su boca estuvo tapiada por un muro de piedra seca.
Hallazgo de restos h,umanos dos esqueletos, uno de varón, de edad
superior a los setenta y cinco años, y el otro perteneciente a un su-jeto
de mediana edad.
Ajuar: fragmentos de mortaja de junco.
4. Jiménez SAnchez, S. : 1960 d
- Cerro del Roque o Lomo Guayedra (V, 2):
1. Se trata de tres cuevas sepulcrales, profanadas hace mucho tieKLp0,
y situadas en la margen izquierda y tenmnal del Barranco de Gua-yedra.
3 Hallazgo de restos humanos.
Ajuar: envolturas funerarias de junco.
4. Jimenez Sánchez, S.: 1960 j
- Los Acarraderos (V, 3):
1. Situada en la margen derecha del Valle, a 550 metros sobre el nivel
2-1 --- UCL 11iaJ..
2. Posee 3 metros de largo por 2 de ancho y 1,50 de alto.
3. Con dos bocas, ambas cerradas por una pared de piedra seca.
Hallazgo de cinco esqueletos, en decúbito supino, sin orientación y
formando dos camadas superpuestas. Uno es de niño, y los otros son
adultos, teniendo uno de ellos cortes de arma blanca.
4. Doreste García, y Río Ayala, J. del- 1935.
AGUIMES.
- Rzsco Pintado (V, 4):
1. Cuevas sepulcrales situadas en la margen uquierda del Barranco de
Temisas en <La D~sarraparla»
3. Hallazgo de restos humanos: mandíbula inferior de un niño de seis
a diez años; parte superior de un cráneo de adulto.
Ajuar: envolturas funerarias de junco
4. Jimenez Sánchez, S : 1952 a
2. Tiene una extensidn de 20 metros cuadrados.
3. Los esqueletos aparecen colocados con cierto orden sobre astillas de
tea. Aparece una momia de niño de corta edad, conservando integras
las dos envolturas internas, que son de tejido de junco, y la externa,
de piel adobada, en peor estado.
4. Grau Bassas, V.: 1880.
M.= CARMEN DEL ARCO
2. De planta circular, comunica con otra pequeña cueva interior. En
su centro tiene una gran piedra plana y redonda de 1 metro de
diámetro.
3. Hallazgo de cráneos y huesos largos.
Ajuar: envolturas de momias. En la primera cueva aparecen frag-mentos
de tejidos de junco, estenllas de palma, pieles de cabras,
trozos de tea y pequeñas estacas de madera.
4. Jiménez Sánchez, S.: 1946, pág. 72.
1. Situada en la margen izquierda del Barranco de Guayadeque. a
3. Hallazgo de huesos humanos y tejidos deshechos Bajo ellos había E
gruesos tablones de pino; toscamente labrados O
4. Chil y Naranjo, G : 1880 a. n
=m
O
ARGUINEGU~N
- Arguineguin (V, 8).
neguín
4. JimBnez Sánchez- 1946, pág. 68.
- A rguineguán .
1. Situada a 2 kilómetros aproximadamente de Arguinegufn.
3 Hallazgo de cráneos y otros restos humanos
4. J i é n e z Sánchez, S 1946, pág. 68.
w
- Barrio del Hospital (V, 9)'
3. Oquedades funerarias Iabradas en el interior de cuevas artificiales.
Hallazgo de restos humanos.
Ajuar- fragmentos de cerámica lisa
4. Jiménez Sánchez, S - 1946, pág. 42.
G U I A .
- EZ Morro (V, 10)
1. Situada en la ladera izquierda del Barranco de Valerón, en la zona
de Cuesta de Silva.
2. Tiene una boca de 6,70 metros de ancho por 5 metros de alto Mide
12 metros de largo
72 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N l ICOS
3. Los enterrarnientos estaban protegidos por muros artificiales for-mando
entre sí ángulo recto. Estos muros son de piedra seca y ml-den
0,65 metros de espesor En este espacio aparecieron dos cadá-veres
superpuestos, recubiertos por envolturas de junco y pieles, des-truidas
en parte El esqueleto inferior apareció completo Pertenece
al sexo masculino y a un individuo cromagnon cuya edad no debía
rebasar los treinta aflos.
Apar: semillas de cneorm puZverdentum
4. Fuste Ara, M : 1960.
- Barranco de San Pelaps (V, 11):
1. Situado en la margen izquierda del barranco, a 50 metros de la ca-rretera
general que va a Guia.
2. Es un covacho alargado de 10,30 metros de largo por 3,70 de pro-
,L---T.2-2
1 UlIUlUiíU.
3. El enterramiento se halla tras una pared de piedra seca de 50 cen-tímetros
de espesor. Se trata de una mujer de edad avanzada, ma-yor
de setenta años.
4. J~menez Sánchez, S : 1960 g
1. Se trata de ocho cuevas sepulcrales situadas en la margen Izquierda
del Barranco de Moya.
3 Sufrieron un acondicionamiento de piedras colocadas sobre la super-ficie
&el sueIo antes de prachcarse las inhumaciones. Todas ellas tu-meron
en su boca una pared de piedra seca
La cueva central proporcionó cinco esqueletos orientados al N., den-tro
de envolturas, uno de ellos pertenecía a un'varón de sesenta y
cinco aiios, y otro a una mujer de setenta.
Ajuar: esterillas de junco y de palma, y tallos de junco
4. JimBnes Sánchez, S.: 1960 e
- Guia (V, 13):
1. Situada frente al Barranco de Moya
3. Hallazgo de restos humanos.
Ajuar: restos de esterillas de junco.
4. XXX: 1965.
- Morro de La Lapa (V, 14) :
3 Su boca aparecfa cerrada por un muro de piedra seca
Ballazgo de restos humanos.
Ajuar: esterillas de junco.
4. XXX 1965.
31.' CARMEX DEL ARCO
- Hoya del Paso (V, 15)
1. Situada en el Barranco de Guanarteiiie.
3 Hallazgo de restos humanos.
Ajuar: cabezal de 29 por 21 centímetros.
4 Jiménez Sánchez, S : 1951
-- Muro de la Presa (V, 16)
1. Dos cuevas se?ulcrales situadas en la margen derecha del barranco a
2. El ancho de la boca es de 4,20 y 3,70 metros. N
E
3 Hallazgo de restos humanos
4 Pons Forcada, M : 1972.
- Llanos de Gamona (V, 17)
Cuevas sepulcrales
4 Jiménez Sánchez, S 1952 b
- Las Cogolias de Velzeguera (V, 17)
Cuevas sepulcrales.
4. Jimenez Sánchez, S. 1952 6.
3 Nécrópohs perteneciente a un poblado de cuevas.
4. Jimenez Sánchez, S : 1952 ó
- Las Longumas:
Cueva sepulcral
4 Ernenez Sanchez, S. 1952 ó
- Las Teheras.
Cuevas sepulcrales.
4. Jiménez Sánchez, S - 1952 b
- La Montañeta (V, 19):
3. Cuevas sepulcrales pertenecientes a un poblado de cuevas.
4. JimBnez Sánchez, S.: 1952 b
A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A N l I C O J
ENTERRAMIENTO PREHISPÁNICO
SAN BARTOLOMDEÉ TIRAJANA.
- Los Canalzxos (V, 20) .
1. Cuatro cuevas sepulcrales situadas al final de la pista que va a la
Ermlta de Santiago desde los Cercados de Araña.
2. Sus dimensiones: 1) 2,5 metros de ancho, 4,3 de Iargo y 1,s metros
de alto. 2) 1,6 de ancho, 1,45 de largo y 1,6 de alto. 3) 1,6 metros
de ancho, 1,55 de largo y 1,6 de alto. 4) 1,7 metros de ancho, 1,50 de
largo y 1,50 de alto.
3. Han sido expoliadas, pero conservan los muros de piedra seca que
las tapiaban.
Sólo se encontraron huesos largos.
Ajuar: esteras de mimbre
4. Pons Porcada, M.: 1972.
- El Puntón de la Hoya de los Muertos (V, 21):
1. Situada en la localidad de Berriel Alto.
4. XXX: 1967.
1. Situada a 8 metros de altura en relación con el lecho del barranco,
y en su margen izquierda.
2. Mide 2,50 metros de largo, 2 de ancho y 80 centímetros de alto.
3. Hallazgo de cráneos, mandíbulas, costillas y huesos largos. El nfi-mero
de los enterramientos debió alcanzar los 22, de ambos sexos
Carecen de una orientación determinada.
Ajuar : esterillas de junco.
4. Jimenez Sánchez, S : 1946, págs. 135-136.
SAN LORENZO.
- San Lorenzo (V, 29):
3. Cueva sepulcral colectiva y artificial.
Hallazgo de restos humanos correspondientes a 50 cadáveres.
4. Verneau, R.: 1887 a
- El Pajito (V, 23):
1. Situada en el kilómetro 50 de la carretera de Las Paimas a San
Bartolomé de Tirajana.
2 Tiene una planta casi circular con diámetros de 3,30 y 3,80 metros
64 M CARMEX DEL ARCO
3. Hallazgo de un número importante de esqueletos y momias que ya-cían
en decúbito supino, con orientación, en su mayoría, al NW. Se
pueden cifrar en 21 los esqueletos encontrados.
Ajuar. trozos de tejidos de junco, pieles de cabras, fragmentos de
tea y sabina
4 Jimdnez Sánchez, S 1960 a
TEJEDA
- Barranco de Cazdero de Mujada Alta (V, 24)
Cueva sepulcral.
4 Jiménez Sánchez. S. 1952 ó
- Morro Gonzalo (V, 25).
3 Solapones funerarios medio tapiados Hallazgo de restos humanos.
varios fémures, fragmentos de cráneo, una mandíhla inferior de
- m
O
adulto, una de niño, costillas y vértebras E
E
Ajuar- fragmentos de esterillas de junco 2
E
4. Jiménez Sánchez, S: 1958.
3
T E L D E .
- =
- Szlva fV, 26): m
E
3. Cuevas sepulcrales colectivas, en las que se practicaron inhumacio- O
nes sucesivas Las momias se encontraban colocadas en p~e, en ni- -
chos excavados en las paredes de las cuevas. -E
4 Hernández Benftez, P . 1958 a
-
- Las Haesas -
Cuevas sepulcrales.
4 Hernández Benítez, P 1958
- Barranco de San Bormdón
3 Cuevas sepulcraIes colectivas cuya boca aparecía tapiada. Hallazgo
de gran número de restos humanos
4. Jiménez Sánchez, S . 1955
- Barranco del Draguillo (V, 27)
1. Situadas en la montaña de Juan Tello, entre los municipios de In-genio
y TeIde
3. Se trata de unas 30 cuevas sepulcrales, muy deterioradas, que pro-porcionaron
gran número de restos humanos.
4. Jiménez Sánchez, S 1946, pág 115
76 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LOS ENTERRAMIENTOS EN CUEVA EN LANZAROTE
MAPA VI
- La Chzfletera (VI, 1)
1. Situada a 2 kilómetros de El Golfo (Yaiza).
3 Hallazgo de un esqueleto en posición decúbito supino, perteneciente
a un individuo de cuarenta a cincuenta años.
Ajuar. parece que en 1900 junto al esqueleto aparecieron leños que-mados,
una vasija y numerosas conchas Sobre el pecho del cadgver
se encontró un esternón de un niño de catorce años.
4. XXX: 1968
66 M" CARWEN DEL ARCO
- Gzcanapay (VI, 2)
3. Cueva sepulcral colectiva. restos de cuatro inhumaciones.
Ajuar: cabezal de p~edra, fragmentos de cer&mica decorada, pate-llas
y una guija grande fragmentada.
4 Brlto, 3.: información oral, transmitida a trav6s de B Gahraa.
LOS ENTERRAKIEWTOS EN CUEVA EN 37UERTEVENTURA
- Cueva de Esqsqzcinxo (VII, 1).
1 Situada en el Barranco de Esquinzo, a 5 kilómetros al interior de la
Punta de Paso Chico.
3 Hallazgo de dos o tres cadáveres
4 Martín Socas, D : 1971
- Haga del Dznero, Llanos de Santa Catalina, La Atalaya (W, 2-4):
Cuevas sepulcrales.
Jimknez Sánchez, S. 1952 b
Situada a kilómetro y medio del poblado de La Atalayita, en dtrec-ción
a la ensenada de Pozo Negro.
Posee unos siete metros de profundidad. -~-a i i a z g od e restos óseos humanos.
Ajuar. fragmentos de cerámica decorada
Castro Alffn, D . 1972-73, pág. 128.
SegCin el estado actual de las investigaciones, el enterramien-to
en túmulo está totalmente ausente de las islas occidentales.
Para las islas orientales, Lanzarote y Fuerteventura, podemos ha-blar
con grandes reservas de necrópolis tumulares. No es que ne-guemos
la existencia de este tipo de sepultura sino que debido a
la escasez de estudios y prospecciones sobre ambas islas no po-demos
contar aún con la presencia clara de túmulos. Los estudios
realizados hasta hoy, llevados a cabo, en su gran mayoría, por
Jiménez Sánchez, sólo mencionan un número muy determinado
de yacimientos sin especificar más datos.
Por todo ello, en este capítulo analizamos el enterramiento en
túmulo limitándonos solamente a la isla de Gran Canaria.
Estos yacimientos suelen encontrarse situados en campos de
lava o «malpaises», y en zonas más o menos llanas y despejadas.
68 M " CARMEN DEL ARCO
Su situación es fundamentalmente costera, pero muestran infil-traciones
hacia el interior siguiendo el cauce de los barrancos.
Este tipo de enterramiento parece contraponerse al habitat y
a la inhumación practicada en cuevas, de tal manera que aparece
ligado, en un gran numero de casos, a un habitat determinado:
casas de piedra seca con planta cuadrada y crucifome al inte-rior
y paredes ovales al exterior.
La diversidad de entemamientos la reflejan los cronistas en
sus escritos, haciendo depender cada tipo de una clase social de-terminada
:
Según Sedeño, «hacían sus entierros y sepulturas grandes a
manera de torrejón de grandes piedras por fuera, y todo lleno de
@iect-au ~ ~ emUsPs~. r ,ia:: !=a c ~ e r p sen ilm c m x utafid de CW-tro
tablones gruesos debajo de tierra, después ponían la piedra
encima, y en lo alto tres piedras muy grandes que hacían cruz
ansí f. Había otro enterramiento de la gente común, con sola la
tierra y unas piedras hincadas a la redonda, y la cruz como los
41.
Abreu Gaiindo narra que «sin no había cuevas, procuraban
hacer sus sepulturas en logares pedregosos que llaman malpai-ses,
y apartaban las piedras movedizas y hacían llano el suelo, tan
cumplido como el difunto y lo tendían allí, siempre la cabeza al
norte; y le llegaban unas grandes piedras a los lados, de suerte
que no llegasen al cuerpo. y quedaba como en bóveda. Y sobre
esto hacían una como tumba redonda, de dos varas, de piedra,
tan bien obrada y prima que admira su edificio. P por dentro,
desde encima de la bóveda para arriba hasta emparejar con las
-p.a- i =e&s, lo henchiarL de pi3&fiz pUes& tacto niw!q,d e da. a
entender el ingenio de los canarios. AIgunos nobles enterraban
en ataúdes de cuatro tablas de tea, y las pilas mucho mayores
y de mayores piedras» 42.
Podemos hablar a escala general del enterramiento turnular,
proa iyai'uarl&j S-- Til-arl~-fea~a~~uT1eeas ti.u&-6rarL us srLcOa-tramos
:
e l A Sedaño 1936, pág 67.
42 J Abreu Galindo. 1955, pág 162
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ENTERRAMIENTO PREHISPÁ NICO
1. Túmulo simple. Sepultura individual cuya superestructu-ra
está formada por un simple amontonamiento de piedras. La
forma más corrientemente adoptada es la troncocónica, encon-trándose
túmulos con base cuadrada, circular u oval.
Es bastante raro que este tipo de enterramiento aparezca ais-lado.
Suele estar agrupado formando necrópolis con un número
variado de túmulos: la de Arguineguín llega a alcanzar los sesen-ta
43. En algunos casos el área de la necrópolis es limitada por
una muralla de la que con frecuencia se encuentran escasos res-tos.
La infraestructura de este tipo de enterramiento consiste, la
gran mayoría de las veces, en una cista cubierta en sus cuatro
lados, así como en su parte superior por piedras.
La necrópolis de La Isleta, desaparecida hoy, estaba integrada
por este tipo de cistas, aunque se&n datos suministrados por
Verneau, cuando las piedras volcánicas usadas para tapar la cista
no eran suficientemente grandes había de hacerse uso de otro
procedimiento consistente en colocar ramas de árboles bifurca-das
verticalmente al lado del cadáver y sobre estas bifurcaciones
se apoyaban las piedras que cubrían el cadáver, descansando por
un lado en las paredes de la fosa y por el otro sobre las ramas 44.
Por otra parte, en un enterramiento tumular troncocónico en-contrado
en el Cascajo de Ias Nieves (Agaete), la inhumación no
estaba realizada en cista sino en un ataúd de tronco de pino 45.
11. Cistas pétreas cubiertas por lajas. De tipo individual, a
veces están rodeadas de una hilada de piedras, que puede indicar
el límite del enterramiento, o hacernos pensar en la existencia de
una superestructura tumular hoy desaparecida.
Es muy frecuente que este tipo de enterramiento aparezca en
zonas lávica o malpaíses.
muLu...l..1u..l v bnnu.l. l 5,-.1..,a%da-. s y t~r r s6icis iití-z:. C1: i i -k~srode g a -
das varía de uno a cuatro, pudiendo ser irregulares para un lado
43 S. Jimenez Sánchez: 1946, pág. 68.
44 R. Verneau: 1882 c, pág. 322.
45 S. Jimenez Sánchez: 1963.
70 M ' CAZMEii DEL ARCO
i? otro del 'cúmulo por adaptación a los desniveles del terreno 4G.
Lz planta más frecuente es la circuiw y oval. Es enterramiento
individual, cuya infraestructura está compuesta por una cista p6-
trea cubierta por lajas y situada bajo ei torreón central.
W. Túmulo circular con gradas y departamentos interiores.
Se trata de un túmulo múltiple con un número variable de gra-cias
y radios que delimitan áreas de inhumación. Los enterra-mientos
están realizados en estas áreas y de forma pardeia a
las gradas, encontrándonos con la presencia de cistas y fosas.
Este tipo de túmulo suele tener torreón central en cuyo interior
se practica también una inhumación.
E1 enterramiento más espectacular de este tipo es el de La
Chancha Gáldar) ( l b . PII? A).
En cuanto a las dimensiones de estos enterramlentos sojamen-te
las conocemos en un 26 por 100 de la totalidad, dado que los
datos proporcionados por la bibliografía son muy escasos, el es-tado
de conservación de los yacimientos es muy deficiente y a
que las reconstmcciones realizadas en alguna de las necrópolis
no ofrecen la menor garantía de veiosimiiitud. El resultado será
que no podamos extraer conclusión alguna de taies datos, limi-tándonos
a especificar las oscilaciones de estas dimensiones co-nocidas
para cada tipo de enterramiento:
Tipo 1: Las medias del túmulo oscilan, en función de la cis-ta
que cubre éste, entre 1,85 metros y 3,50 metros de diámetro
mayor y 0,85 metros de diámetro menor.
Tipo 11: Cistas con oscilaciones de í,65 metros a 2 metros de
largo por 0,50 a 0,65 metros de ancho.
Tipo III: Los túmulos de este tipo oscilan de 1,25 metros de
diámetro menor a 7 metros de diámetro mayor. Y las medidas
de las cistas varían de 1,40 metros de largo por 0,35 metros de
ancho ", lo que presupone su utilización para un enterramiento
4s Así sucede en uno de los túmulos del yacimiento de Lomo Guaye-dra
(Agaete) (S. Jiménez Sánchez: 1960 f), que por uno de sus lados tiene
cuatro gradas, y por el otro sólo tres.
47 S. Jiménez Sánchez: 1946, págs. 28-34.
48 Cista central perteneciente a un túmulo con grada y torreón del ya-cimiento
de Lomo Guayedra (Agaete) (S. Jménez Sánchez: 1960 f )
82 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N I I C O S
LAMINA 111
I
4.-Gran túmulo de <La Guanchar (Ggldar, Gran Canaria)
B.-Cerámica procedente :le1 túmulo de <El Agujeros, Gáldar (Gran Canaria).
(Fot. J. Naranjo.)
LAMINA TV
-=m
o
r 5 2
r
2
-
A.-Momia procedente de Guayadeque (Gran Canaria). (Fot. J. Naranjo.) nm
r
n
a
R.-Mcmfas procedentes de Guayadeque (Gran Canaria). (Fot. J. Naranjo.)
ENTERRAMIENTO PREHISPÁNICO 71
infantrl o de adolescente, hasta los 2 metros de largo por 0,70
metros de ancho.
Tipo W: Por su carácter múltiple es el tipo que alcanza ma-yores
dimensiones. Así, el túmnulo de La Guancha (Gáldar) tiene
20 metros de diámetro mayor y 17,25 metros de dihetro menor.
Resulta prácticamente imposible hablar de unos ritos funera-rios
determinados por las causas que ya hemos expresado -es-casez
de estudios rigurosos, expolio de los yacimientos-, de tal
manera que solamente produciéndose nuevos hallazgos podríamos
liegar a conclusiones vaidas en este aspecto.
Posición.-Unicamente conocemos la posición exacta del ca-dáver
en el 4 por 100 de los yacimientos, y nos indican el uso fini-co
de la posición en decúbito supino.
OrienlSacio~,4610 en un 3 por 100 de los yacimientos conc-cemos
la orientación del cadáver y, según estos datos, no pare-cen
seguir una orientación fija y común para todos los enterra-mientos,
frente a lo que nos indican los cronistas sobre el cui-dado
que ponían los canarios en colocar siempre sus cadáveres
con la cabeza orientada al N ~ r t e *A~h.o ra bien, este tanto por
ciento que conocemos es tan escasamente revelador que no po-demos
descartar en absoluto los datos que nos proporcionan los
cronistas, sino que aún está por conocer la orientación exacta de
estas inhumaciones.
Enterramierzto i??xi!iv.iCEual y co1ecZivo.-Hemos visto al realizar
la tipología de estos yacimientos como los túmulos pueden ser in-dividuales
y múltiples.
Los enterrarnientos individuales suelen ser tales en cuanto no
49 Así, L. Torriani (1959, p&g 1141, dice: «Pero siempre tuvieron cui-dado
de volver la cabeza hacia el septentrión, y los pies hacia el austro;
la cual superstición no se sabe de dónde viniese, ni por que la observaban
invariablemente w.
J. Abreu Galindo (1955, pág. 162): << y lo tendían allí, siempre la
/- cabeza al Norte».
72 M." CARMm DEL ARCO
sirven más que para realizar una inhumación, pero por otra par-te
aparecen formando necrópolis con un número variable de tía-mulos,
llegando a alcanzar los trescientos como la necrópolis si-tuada
en la margen derecha del Barranco de Agaete 50.
El enterramiento colectivo está representado por los túmulos
múltiples. Podemos hablar así mismo de la presencia de colecti-vismo
en un enterramiento tumular en cuya cista aparecieron
restos de doce cadáveres 51.
T z i m h , indicios de una diferenczac*. -Ante la oposición
existente entre el enterramiento tumialar y el uso de la cueva cabe
plantearse si esta diferenciación señala que los tiiulos son ocu-pados
por gentes diferentes a las que utilizan las cuevas como
lugar de habitat y de enterramiento y si su utilización es un me-dio
de distinción social.
Schwidetzky realiza un estudio antropológico de los restos en-contrados
en túmulos y cuevas sepulcrales, liegando a la conclu-sión
de que la población de los tímulos se distingue de la restan-te
por das características generales de las capas socialmente su-periores
-medidas corporales mayores, constitución leptosoma,
con caras altas y estrechas- y en segmdo lugar, por caraete-rísticas
especiales, como cráneo alto acentuado y rumbo sencillo
de la sutura sagital, analogías que se encontraron en Gáldar y
Arguineguin, es decir, en los extremos opuestos de la isla. Estos
resultados antropológicos se refieren a un grupo consanguíneo
limitado, socialmente notable; se supone su correspondencia con
la capa dominante de los guayres mencionada en las fuentes his-tóricas,
y que esta capa superior desde el punto de vista social,
se remonta a una superposición étnica, que conservó más ade-lante
su carácter antropológico, también por tamización» 52
Fusté insiste en esa distinción entre población de los túmu-los
y población de las cuevas. Afirma que los caracteres antro-pológicos
revelan una población de tipo mediterráneo robusto para
los túmulos, aunque no deben excluirse en ella un pequeño por-centaje
de cromañoides y orientálidos, siempre teniendo en cuen-
50 S. Jménez Sánchez: 1946, pág. 89.
51 S. Jiménez Sánchez: 1946, pág. 55.
52 1 Schwidetzky: 1963, pág. 199.
84 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
ENTERRAMIENTO PREHISPÁNICO 73
ta que el número de mediterranoides es muchísimo más escaso
para la serie de restos procedentes de las cuevas sepulcrales de
Guayadeque. Por otra parte, la abundancia de dientes cariados y
piezas caídas revela para los habitantes del interior de Gran Ca-naria
una diferencia clara con la población de los túmulos en el
régimen alimenticio: los habitantes costeros situados en las tic-rras
más fértiles (Gáldar y Argninegufn) completarían su ali-mentacih
con productos del mar, mientras en el interior habrfa
un predominio de una agricultura y ganadería rudimentaria. Fus-té
llega a la conclusión de que esta oposición está en probable re-lación
con diferencias de carácter político-social, que habrfan de-terminado
el asentamiento en diferentes biotipos de los dos gru-pos
comparados "".
Ahora bien, creemos que los restos óseos conservados proce-dentes
de túmulos no son suficientes para llegar a tales conclu-siones,
máxime si se tien2 en cuenta que los restos estudiados
proceden casi todos ellos de Gáldas y Arguineguin, y que de otras
nedpolis, muy numerosas, son muy escasos los rest~sc onserva-dos;
y que, además la presencia de grandes necrópolis tumulares
indicaría no el uso excIusivo del túmulo para la clase social su-perior
sino para todo un nficleo de población. P que en consecuen-cia,
hemos de tomar estos datos con la reserva que supone un
análisis limitado por la procedencia de los hallazgos y la limi-tación
numérica de éstos.
La ~iü&ras & z f ü ~pI u~&e-&=s& 10s t?&vAü!Gs ~ g c g -
sísimas. Haremos una clasificación en función de la materia pri-ma
de cada uno de los objetos conocidos pertenecientes al ajuar.
Materia2 ZZtko.-Contamos para hablar de é1 con los datos su-ministrados
por S. Jinnénez Sánchez, que afirma haber encontra-do
en e1 Cascajo de Belén varias hachas de piedra y un objeto
de piedra tallada. en forma de cuerno.
Hachas de piedra fueron encontradas en túmulos de La isle-
74 M.* CARMEN DEL ARCO
ta, según Berthelot 55, aunque Verneau 56 afirma la no existencia
de ajuar en estos túmulos.
Berthelot dice haber hallado, también en La Meta, unas piezas
basálticas con un dibujo de rombos en su base y una punta en
el centro, a modo de pintaderas.
C?erám$ccr;.-Los restos cerámicas encontrados son muy esca-sos,
siendo de destacar los vasos de fondo plano, decorados con
motivos pintados triangulares y circulares, as: como con pico
*zertedero, procedentes de el gran t b u l o de El Agujero 57 (lámi-na
III, B).
IMaterial mdacok5gico.-Ebcasos restos de conchas y capara-v
n n ~ =d e m d ~ s c ~ysU,e er, e! caso de !=u mt emmi e ~ t o sd e La ,..--A-u
Gabia (T'elde) aparecieron en e1 interior de un vaso, lo que
podría indicar la existencja de ofrendas alimenticias.
EZementos vegetales.
- presentid. & selrfd:e lB p&,m
lenta).
- Envolturas: La ausencia de restos de tejidos de junco, pal-ma
u otro material revela la inexistencia de envolturas funera-rias
en los túmulos. Por una parte hemos de tener en cuenta que
en este tlpo de entermmientos no se practica la momificación,
pero también es cierto que los restos aparecidos no son tan nu-merosos
como para llegar a afirmar categóricamente la inexis-tencia
de envolturas funerarias, ya que éstas pudieron haber sido
utilizadas y desaparecer como ha ocurrido con los restos óseos.
m. -. ror otra parte, los únicos datos que poseemos sobre ei haiiazgo
de tejidos en seplturas tumulares nos los proporcionan Berthe-lot
y Verneau, que afirman haber encontrado en los túmulos de
La Isleta fragmentos de vestidos de un tejido vegetal de trama
muy cerrada, así como restos de calzado y esteras59.
55 S. Berthelot: 1849, pág. 148.
5s Cfr. nota 4
57 J. del Rfo Ayala: 1934
58 S. JimBnez S&nchez: 1955.
59 S. Serthelot: 1879 a, pág. 229
R Verneau: 1882 a, pág. 4.
86 7 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANPICOS
- Fragmentos muy desmenuzados de madera de sabina, tea
y barbusano.
- Procedente de un túmulo del Cascajo de Las Nieves (Agae-te)
se conserva en el Museo Canario un ataúd de pino con su
tapa, que tiene 2,32 metros de largo por 0,38 metros de ancho.
- Tapa de una cista con un orificio central en el que encaja
perfectamente una piedra. Procede de un túmulo de Mogán 60 y
mide 1 metro de largo por 0,48 metros de ancho, conservándose
en el Museo Canario.
LOS ENTERRAMIENTOS EN TUMULO EN GRAN CANARIA
A G A E T E
1. Situado en la parte alta de la barrancada de Agaete
3 asta en estado ruinoso.
4. Jiménez Sánchez, S.: 1946, p$g. 88.
- Morros de las Moriscas (Vm, 2):
1. Situado en una estrecha punta-promontorio del Roque del Puerto,
entre el Barranco de la Caleta y la Bahía del Puerto.
2 Se trata de un túmulo preeminente, de planta circular y con diáme-tros
de 6,60 y 7,10 metros. Está formado por dos gradas de piedras
seleccionadas, apareciendo en el centro del círculo central la cista
funeraria, de planta rectangular y compuesta por medianas piedras
y lajas. Sobre todo ello, restos de una torreta troncocónica. Las di-mensiones
de la cista son 2 metros de largo por 70 centímetros de
ancho, con un alto de 60 centímetros. La cabecera está orientada al
Norte.
3 No aparecieron restos humanos por estar profanado desde hace lar-go
tiempo.
4 Jimenez Sánchea, S. : 1960 6.
- Lomo de íos Canarios
1. Situado en la margen derecha del barranco de Guguy Grande.
2 Se trata de una necrópolis tumular, actualmente desaparecida.
4. Jimenez Sánchez, S 1960 c.
60 Cfr. nota 11.
Nhn 22 (1976)
76 M.= CARMEN DEL ARCO
- Agaete (VIU, 3)'
Srtuado en la margen derecha del barranco, en un campo Iávlco de
3 krlómetros.
Necrópolis de más de 300 túmulos unipersonales de base cuadrada,
circular y romboidal. Están formados por torreones de escorias vol-camcas
de altitud variable, entre 1 a 2,45 metros. Se levantan sobre
cistas del mlsmo material lávico. alenen la forma de tronco de cono.
Hallazgo de huesos largos fragmentados, restos de material dseo des-compuesto
y un cráneo, que destaca por su mandíbula mnfenor y por
los huesos wormianos.
Jlmenez Sánchez, S: 1946, pStgs 89-9U.
RAP~ vnr
- Cerro del Roque o Lomo Guayedra. (VíiI, 4):
1 Situado en el talud que está frente al Barranco de La Palma.
2. De planta casi oval, cuyo &&metro mayor es de 2,313 metros. For-mado
por una sola grada, tiene un pequeño torreón de med~anas pie-dras,
con una altura de 90 centfmetros. La cista, bajo el torreón,
apareció cubierta por seis lajones de piedra de 60 a 65 centímetros
de largo. Está Imitada por tres largas piedras en el lado izquierdo,
dos en el derecho, una en la cabecera y dos en los pies. Mide 1,40
metros de largo por 35 centímetros de ancho. La altura oscila entre
25 y 30 centímetros. Está onentada de E. a W., con la cabecera al
pomente.
3. Los restos, mal conservados, debieron pertenecer a un a6oiesceni;e de
doce a catorce años.
2. Formado por dos gradas de piedra y un torreón que cubre la cista.
La planta alcanza los 4 metros Üe áiámetro. La cisia tiene i,a3 me-tros
de largo y está cubierta por lajones de 1,80 metros de largo por
40 centímetros de ancho La anchura de Ja cista es de 30 centíme-tros
en la cabecera, 60 en el medio y 40 en los pies. La orientación
es de V. a S.
3. Restos de un adulto en posición decúbito supino, ligeramente incli-nado
hacia el lado derecho.
2. Formado por cuatro gradas que disminuyen para salvar las irregu-laridades
del talud. El digmetro mayor alcanza los 4 metros.
2. Formado por tres gradas y una torreta troncocónica. Entre la 2.s y
3.8 grada hay un espacio de 2 metros. La cista mide 2 metros de
largo por 80 centímetros de ancho y está cubierta por una sola laja
de i,33 iTietroUde largo.
3. El esqueleto apareció en decúbito supino, recostado hacia el lado de-recho,
con la cara al poniente.
2 En estado ruinoso, sólo está formado por una grada.
78 M.' CAR= DEL ARCO
2. Ambos aparecen en estado ruinoso.
4 Jiménez Sánchez, S.: 1960 f.
- Cerro del Roque o Lomo de Gwcyedra (VZII, 5):
1. Situado en la margen izquierda y terminal del Barranco de Guayedra.
2. Está formado por dos túmulos troncocónicos, de planta casi circu-lar,
integradas por piedras medianas y alargadas. Tienen 3,50 por
2'80 metros de diámetro. La altura del tronco de cono es de 1,20
metros.
4. Jlménez Sánchez, S : 1960 f
1. Yacimiento situado en el kilómetro 2 de la carretera de Agaete a los
Berrazales, en la margen Üerecña üei barranco.
2 Se trata de enterramientos múltiples limitados por murallas elípticas
construidas con escorias volcánicas.
El primer recinto encierra cuatro enterrarnientos tumulares, de los
que quedan restos de las paredes de los torreones, que hoy alcanzan
la altura de 0,40, 0,6U y 0,85 metros. La altura de las ruinas de la
muralla exterior se eleva a casi 2 metros, presentando un espesor
de 0,80 metros.
El segundo recmto, limitado por un anillo elíptico, encierra cinco
enterramientos unipersonales, cuatro de ellos torreones circulares, y
uno de cista sin superestructura. El eje mayor de este recinto es de
36 metros de largo, y el menor de 20 metros. La altura máxima de
su pared es de 2,20 metros.
4. Jiménez Sánchez, S: 1946, págs. 90-91.
- Roque Partido:
2. Yacimiento formado por dos túmulos unipersonales, separados por
unos 4 metros. Uno de ellos está orientado al S. y el otro a1 naciente.
La longitud interror del túmulo es de 1,85 metros y la altura de las
paredes que forman la entrada de 0,40 metros. Cada túmulo estaba
cubierto con lajones de basalto de 0,60 y 0'70 metros de largo por
0,30 metros de ancho, y todo ello, a su vez, recubierto de una capa
de barro amasado.
3. En cada túmulo aparecieron restos óseos
4. Jiménez Sgnchez, S.: 1940.
-Cascajo de las Nieves (Vm, 7 ) :
3. Enterramiento tumular troncocónico, en cuyo interior se encontró un
ataúd de tronco de pino
4. Jimenez Sgnchez, S.: 19613
90 ANUARIO DE ESTUDIOS RTLAMTZCOS
ALDEA DE SAN NICOLAS.
- Los Caserones, enterrumzento tz~mzclar número 1 (VIII, S ) ,
1. Situado en la margen derecha del barranco de La Aldea.
2. Túmulo de carácter múltiple, cuyo &ámetro mayor es de 12 metros
de largo por 8,90, con torreón central de 1,20 metros de alto. For-mado
por cuatro gradas, tiene una cista central de 2 metros de largo
y cubierta de cuatro piedras de 1,20 metros de largo, 50 centímetros
de ancho y 30 centímetros de espesor. La cabecera de la cista está
orientada al poniente. Entre las gradas aparecen ocho disposiciones
radiales que limitan otras tantas sepulturas.
3. En el interior de la cista central aparecieron restos humanos muy
fragmentados.
4, 'Ti_&nei Sánchez9 S;: 1946, pes, 118-120.
- Los Caserones, enterramiento tumzclar número 8 (VIII, 9 ) :
1 Situado en la margen derecha del barranco de La Aldea.
2. Se trata de un túmulo sencillo enlazado al número l. Está formado
por tres gradas con-8ntfic-i_s en tr>rno al t0rre-n centraa!; -4 fin ten-metros
de profundidad aparece una cista petrea cubierta de lajas,
cuya cabecera est& orientada al naciente.
3. Presencia de restos óseos muy deshechos.
Ajuar: en el intenor de la cista aparecieron restos de madera de
sabina.
4. Jimdnez Sánchez, S.: 1946, p&gs. 118-120.
- Los e%cserones, enterramiento tumzGZar número S (VIII, 10):
1. Satuado en la margen derecha del barranco de La Aldea.
2. TúimuIo sencillo con una grada y torre6n central. La cista tiene la
~ l h e ~ e r1>1l n & e ~ t e y e&& f e - ~& p r t e $ grmces piecr,
locadas de canto o verticalmente a cada lado, y otras a la cabecera
y pies. Estaba cubierta por grandes lajones.
3. Presencia de fragmentos humanos muy descompuestos
4. Jimdnez Sánchez, S.: 1946, págs. 118-120.
- Lomito de los Burros m, 11):
1. Situado en la parte alta y margen derecha del Barranco del