C R O N I C A
SIMPOSIO INTERNACIONAL CONMEMORATI-VO
DEL CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO
DEL PRIMER HOMBRE DE CRO-MAGNON
ISiAS CANARIAS, 1969.
Se ha cumplido el centenario del descubrimiento, en el "trou"
de Cro-Magnon, en Les Eyzies, capital prehistórica de la Dordoña,
de los restos de un hombre prehistórico que se llamó entonces "el
viejo" y que recibió el nombre del lugar del hallazgo. Una conme-moración
de la importante efemérides tuvo lugar en tierras fran-cesas.
En España, las Islas Canarias, con sus excepciondes colec-ciones
antropológicas del Museo Canario de Las Palmas y del Ar-queol6gico
de Tenerife merecían mejor que ninguna otra comar-ca
del país la celebración de una reunión internacional que, en esta
ocasión, plantease y, en su caso, resolviese, los problemas en torno
al h o m h de Cro-Magnon y a sus culturas prehistóricas y, al mis-mo
tiempo, cargase el acento sobre las debatidas cuestiones del
pobíamiento y culturas primitivas de las Islas Afortunadas.
Este anhelo general pudo hacerse al cabo realidad merced al
apoyo de diversas instituciones y al espíritu de colaboración de
cuantos fueron convocados.
Entre los días 16 y 22 de febrero de 1969 se ha celebrado en
las Islas Canarias ( ~ i a Cn a naria, Tenerife y La Palma) el ''Sim-posio
Internacional conmemorativo del centenario del descubri-miento
del primer hombre de Cro-Magnon", organizado por los
Patronatos "José M." Quadrado" y "Saavedra Fajardo", del C. S.
de 1. C., con la colaboración del Museo Canario de Las Palmas,
del Museo Arqueol6gico de Santa (Cruz de Tenerife y de la Univer-sidad
de La Laguna. F'ueron presidente del simposio, en nombre
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, D. José Luis
de Arrese; director de las tareas científicas, el Dr. D. Luis Pericot,
y secretario, el Dr. D. Antonio Beltrán.
2 CRONICA
Los especialistas convocados a esta reunión, nombrados por
orden alfabético de sus apellidos, fueron:
Prof. Almagro Basch, Martin, catedrático de la Universidad de
Madrid.
Prof. Balout, Lionel, director del Institut de Paléontologie Hu-maine,
de París.
Prof. Barandiarán Maestu, Ignacio, agregado de la Universidad
de Zaragoza.
Dr. Basahe García, José M.", del Laboratorio de Antropología
de la Universidad de Barcelona.
Prof. Beltrán Martínez, Antonio, catedrático de la Universidad
de Zaragoza.
Dm. Eiiiy-, Gir1&&, de 1% hcU:tsd de eisiieia&J fimoges.
Prof. Camps, Gabriel, director del Centre de Recherches An-thropologiques,
Phrehistoriques et Ethnographiques, Argel.
Dr. González Echegaray, Joaquín, Museo de Prehistoria, San-tander.
Dr. ~ e i n t zN, icoie, dei Centre iu'aiionai de la ñecherche Ssieii-tifique,
París.
Prof. Hugot, Henri, director del Instituto Fundamental del
Africa Negra, Dakar.
Prof. Jordá Cerdá, Francisco, catedrático de la Universidad de
Salamanca.
Prof. Movius, Hallam L., Peabody Museum, Harvard Univer-sity,
USA.
Prof. Pericot García, Luis, catedrático de la Universidad de
Barcelona.
Prof. Pons, José, catedrático de ia Üni-uelruiiiad de ivíálirid.
Dr. Ripoll Perelló, Eduardo, director del Museo Arqueológico
de Barcelona.
Prof. San Valero Aparisi, Julián, catedrático de la Universidad
de Valencia.
Prof. Souville, G., de ia Universidad de Aix-en-Provence.
Prof. Tarradell Mateu, Kiguel, catedrático de la Universidad
de Valencia.
Prof. Vallois, ex director del Institut de Paléontologie Humaine
y del Musee de lJHomme, de París.
e a ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTI'ICOB
Asistieron también a las reuniones antropólogos y prehistoria-dores
de las Islas Canarias, entre ellos D. Luis Diego Cuscoy, di-rector
del Museo Arqueológico de Tenerife; D. Juan Díaz, D. Juan
Rodriguez Doreste y D. Manuel Hernández Suárez, del Museo Ca-nario
de Las Palmas, quienes tomaron una parte esencial en la or-ganización,
así como los historiadores Profesores Elias Serra Ráfols
y Antonio Rumeu de Armas. Comunicaron sus trabajos los señores
Obrador, Bosch Millares y L. Siemens. Y tomaron parte en tareas
auxiliares científicas y de organización los Profs. Almagro Gorbea,
de la Universidad de Madrid; María Luisa Pericot, de la de Bar-celona;
D. Ehrique Llobregat, director del Museo de Alicante; el
Sr. Beltrán Woris, del Seminario de Prehistoria de la Universidad
de aragoza, y la S d a . M. D. Gamida, del íns i i tui~d e F~ehis-toria
de Madrid.
Llegados los participantes a Las Palmas de Gran Canaria el
día 16, al siguiente, 17, tuvo lugar la visita al Museo Canario,
siendo recibidos en el zaguán por el Sr. Rodriguez Doreste, quien
hizo una breve exposición de la historia y fondos de la Institución,
y recorriendo después las salas, con especial detención en la dedi:
cada al Dr. Verneau, precursor de los estudios sobre Canarias,
depositando una corona de laurel junto a la lápida conmemorativa
el Dr. H. Vallois, sucesor de Verneau en la dirección del laboratorio
que fue su centro de trabajo; el Sr. Rodriguez Doreste y el propio
Dr. Vallois pronunciaron sentidas palabras, en las que se puso de
relieve que el sabio francés descubrió individuos de la raza de
Cro-Magnon en Canarias ocho años después del hallazgo clásico
de Les Eyzies y fue el primero que estudió científicamente el pro-blema
de los aborígenes de las Canarias.
La solemne sesión de apertura, en el salón de actos del Museo
'Canario? estuvo presidida por D. José Luis Arrese, a quien acom-pañaban
el gobernador civil de la provincia, Sr. Fernández Galar;
presidente del Museo Canario, Sr. Díaz; obispo de la diócesis,
Dr. Infantes Florido ; alcalde de Las Palmas, Sr. Ramirez Bethen-court;
presidente de1 Cabildo, Sr. Diaz Bartrana, y otras perso-nalidades.
Dkmrso del Presidente del Museo Canario
Abierto el acto, hizo uso de la palabra el presidente del Museo
Canario, Lb. D. Jwn DEax Rodrígzcex, en los siguientes términos:
"Un examen superficial o alegre de la Historia, nos llevaría a
engarzar nuestro Archipiélago en el concierto universal, partiendo
de cero, en el momento de la conquista del mismo por los españoles.
Los hechos que se sucedieron y el papel que por razones geo-gráficas
hubimos de desempeñar en la forja del Imperio, princi-palmente
en la fabulosa aventura de América, no dejaron tiempo
en aquellos momentos para ocuparse del pasado.
Till aal tn pridccide, cl_p -?i!ow & C~C)Sp, usz,"~d~ ?JeG!i~CG U, -- ---"-
los albores de la Eka Moderna, de la Edad de la Piedra a la utili-zación
de las armas de fuego, contribuyeron a que se produjera
este fenómeno.
Desde aquella fecha de la conquis&, desde hace siglos, habla-mncl
=, niimnlimnn nl nn-1 An mnirnrJn n i 4-2" nri 1- m.+- dri +--m
UAVU J U U L A A ~ U A ~ L V U UI y u p ~U- p~W LIIW y JVIW .AL L a L u- UG C L G ~
continentes. Hoy, por razones socio-económicas -de todos cono-cidas
y que no son del caso analizar-, somos encrucijada de los
cinco continentes, produciéndose la lógica amalgama de pueblos
que este hecho lleva consigo.
Bastaría una mirada a nuestros puertos y aeropuertos, un pa-seo
por las calles de nuestras ciudades, una visita a nuestros co-mercios,
para tropezar con razas y costumbres de cualquier rincón
del globo, con asentamiento definitivo de muchos de ellos, dando
lugar a una transformación social y a un hecho biológico, cuyas ------..-,'.:-- .-.-C.-.,-- l-i-- A- ----Y-- n- m-+-- -n-nri+no
C i U 1 1 U C ~ U G L L C i L L L 3 G U L ( L 1 L L U U L G J U U U G y L G V G L G I L C O L U U 1 L l U L I l C j l l L V ~ .
Pero hace miles de años también tuvimos conexión, al menos,
con los dos viejos continentes vecinos, produciéndose en diversas
épocas oleadas de pueblos, que aquí asentaron.
El aislamiento posterior, consecuencia de desconocido cataclis-
----:--:--a- -- -11-.-. ..- -..#.Ll- #.-m a.-.+-..-:ri'.a..- -'.-.,.+,.:- IILU, ~ S I - V I V I ~ X L U UGI L C L L L L ~ U LL y u~U LU L U ~ L UGIZL lluuauaa C i a L a L L c LW -
ticas, es hoy uno de los motivos de este simposio.
Pero pasa el tiempo de la Conquista y, ya para siempre, las
Islas Canarias, con sus peculiaridades de todo orden, son perpetuo
motivo de interés y estudio para los hombres de ciencia de diversas
16 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB
ramas. El hecho tardío de su conquista por las armas españolas, a
finales del siglo xv, y la persistencia de una población antigua de
raza blanca, con usos y costumbres privativos, contribuyeron a
aumentar ese preocupado interés.
fieron innumerables los sabios e investigadores que en los
siglos siguientes llegaron a estas tierras: naturalistas, cartógra-fos,
geógrafos, navegantes, etc.
Pero, en rigor, los primeros que con solvencia científica hicieron
larga estancia y motivo de estudio de nuestros problemas locales,
fueron Philip Barker-Webb y Sabin Berthelot, este último cónsul de
Francia en Tenerife durante muchos años.
Fruto de su labor fue la monumental obra titulada Histoire
naturelle des lles Canaries, aparecida en e! año 1842, mzche antes
del descubrimiento del primer esqueleto de Cro-Magnon. Estos dos
sabios, aun no siendo precisamente antropólogos, ya repararon en
el hecho sorprendente de que los indígenas del país -los descen-dientes
directos o mezclados de los aborígenes y los restos huma-nos
ri i ie niidiernn examinar- pedenedan -. '~"-2rz za d i ~ t i y~ t ~ 1-- r--------
-especial; por ello, en el primer tomo de su gran obra publican los
primeros grabados conocidos de cráneos de habitantes de las Islas,
dividiéndolos en varias clases, que tipifican como : a) guanche do-minante;
b) tipo canario; c) variedad tipo árabe o bereber; y
d) tipo árabe beduíno.
Pero fue al ilustre investigador francés Dr. Verneau a quien
corresponde la gloria y primacía de estudiar, con rigorismo cienti-fico,
los problemas de la población canaria, tanto la desaparecida
como la viviente, descubriendo por primera vez la presencia en el
archiijié:a- caiiario dz! tipo hiiiano croiii-noide.
E1 Dr. Verneau llegó a nuestras Islas, en misión científica, en
el año 1876, ocho años después del hallazgo del Cro-Magnon, pa-sando
después otras temporadas, la última de las cuales fue
en 1935.
Fmto de sus estudios fue ia pu'aiicación de variadas e impor-tantes
obras, destacando entre ellas RappoTt sur une mksion scien-tifiqm
dawls Z'ArchipeZ Canarien y Cinq ans de sejours aux ZZes
Canaries, aparecidas en 1891, y que constituyen un verdadero re-sumen
científico y geográfico de la vida de nuestras Islas. El doc-
tor Verneau hizo la primera clasificación y ordenación de las co-lecciones
antropológicas de nuestro Museo.
Después no ha cesado la continua y valiosa aportación de la
ciencia antropológica al estudio de los problemas que plantea la
población del Archipiélago: la aborigen, formada, según parece,
por sucesivas oleadas, que debió ser cromagnoide, y la actual, fruto
de múltiples mezclas.
En este orden, debemos mencionar la visita a nuestras Islas
del Prof. Hooton, en el año 1926; del Prof. Fischer, en 1931; del
Prof. Dominik Wdfel, cuya visita primera fue en 1931, con otras
posteriores, ocupándose en los Últimos años antes de su muerte
de problemas lingüisticos canarios; el Prof. Falkenburger, que
permaneció en nuestras Islas largas temporadas, los años 1939 y
1940, llegando como resultado de sus trabajos a conclusiones pro-visionales
según las cuales la población canaria, entre los habi-tantes
antiguos, de los que él llama raza guanche -es decir, cro-magnoide-,
alcanza desde el 33 por 100 en Gran Canaria, la más
mezclada, hasta el 46 por 100 en la isla de la Gomera.
La ProP Ilse Schwidetzky, cuya primera visita fue en 1959,
con otras posteriores, publicando en 1963 un valioso libro titu-lado
La población pre-hzsphnica de las Islas Cana*, cuya tra-ducción
al castellano supervisó y cuidó el actual director del Museo
ArqueolOgico de Tenerife, D. Luis Diego Cuscoy.
Los trabajos del Dr. Verneau, sobre todo la elaboración de los
datos que recogiera en su Última visita, en 1935, quedaron sin
terminar.
El Prof. Vallois, que hoy nos honra con su presencia, ex direc-tor
del Museo del Hombre, de París, se dirigió al Prof. Alcobé,
catedrático de la Universidad de Barcelona, para que procurara
completarlos, ponerlos al día a la luz de las nuevas técnicas y darles
publicidad. Para esta importante tarea fue designado el Prof. Mi-guel
F'usté Ara, prematuramente fallecido en 1966. El Prof. ~ u s t é
dedicó largas estancias a estas Islas, a las que llegó en 1957. Pu-blicó
varios e interesantes trabajos, de rigurosa documentación,
en la revista de nuestro Museo Canario y también con motivo del
V Congreso Panafricano de Prehistoria y de Estudio del Cuater-
-8 o ANT7ARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
nario, celebrado en nuestro Archipiélago en 1963, algunas de cuyas
sesiones se celebraron precisamente en esta misma aula.
Su muerte inesperada nos privó a los canarios, de un modo
especial, y a la ciencia universal, de un investigador excepcional.
Esperamos que las notas inconcluSas que dejara sean algún día
recogidas, completadas y publicadas por alguno de los investiga-dores
asistentes a este simposio.
Pienso en particular -y me dirijo a él, aprovechando su pre-sencia-
en el Prof. Pons, su amigo y compañero, al cual me unen
afectos y años de conocimiento.
Fero quedaría incompleto este breve resumen de nuestra his-toria
científica si no se mencionara a los investigadores y estu-diosos
canarios! que no sólo han mantenido en todo momento infor-mación
cercana y contacto con los problemas que plantea el pa-sado
de nuestras Islas, sino que han contribuído decisivamente, en
muchos aspectos, al progreso y perfección de tales estudios.
En primer lugar, a la memoria de! Dr. Chil, al cual debemos,
en fabuloso legado, parte de !as coleccinnes que qci re 2!??erg2n,
incluso el vetusto edificio que las custodia, ennoblecido con ello.
Quiero mencionar de un modo especial en nuestra isla, entre
tantos otros, al ilustre ex presidente, socio de honor de este Museo,
D. Simón Benítez Padilla, autor de numerosos trabajos de ciencias
naturales en relación con nuestro Archipiélago, a quien, en nom-bre
de todos los canarios, rindo desde esta tribuna homenaje de
gratitud.
En la isla de Tenerife, entre otros, al Prof. D. Elias Serra Ra-fols,
igualmente socio de honor de este Museo; al Prof. Alvarez
Delgado, que de pi~obieiiiias iiiig&.iicss a"uui-fgelLea,
de cuyas obras versa sobre Inscripmones lZbic,as en Canarias; y,
sobre todo, al ilustre director del Museo Arqueológico de ~enerife,
D. Luis Diego Cuscoy, al que tuve ocasión de conocer en mi se-gunda
etapa universitaria, cuando alternaba los estudios de De-recho
con ei tiempo iiare, acompañ8ndoie en sus dependencias dei
Cabildo Insular, aprendiendo de él, donde coleccionaba y clasifi-caba,
estudiándolos, sus hallazgos, producto de numerosas e incan-sables
correrías por la dificil, apasionante y bella geografía tiner-feña.
Núm 15 (19691 19
No quiero ofender su modestia al proclamar públicamente la
calidad y originalidad de sus trabajos, por los que el Archipiélago
canario, su patria chica adoptiva, le debe reconocimiento y gra-titud.
He de terminar, no sin antes expresar nuestro agradecimiento
al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el cual, a través
de sus Patronatos "Saavedra Fajardo" y "José Mia Quadrado", y
sus respectivos presidentes, D. Luis Pericot y D. José Luis de
Arrese, han hecho posible esta realización. Al Prof. Pericot, por
el cariño con que ha llevado el peso de la organización de este
simposio, y a D. José Luis de Arrese, cuyo interés por nuestros
problemas es notorio y que, al distribuir su tiempo entre Madrid,
Corella y Las Palmas, ha adquirido carta de naturaleza, y enton-ces
hemos de agradecerle menos, porque para los naturales es obli-gación
o deber. A nuestras Corporaciones provinciales, que con su
apoyo, material y espiritual, han culminado la realización de este
simposio.
Y nada más. Para este Museo Canario, que me honro en presi-dir,
es un privilegio y una satisfacción el haber contribuído mo-destamente
-ya que son los miembros de la directiva los que han
realizado la gran labor- a la preparación de este simposio, de-seando
poder ofrecer a los sabios extranjeros y nacionales, que
nos distinguen con su asistencia, la mejor acogida, la hospitalidad
de nuestra casa y nuestros servicios, que es un reflejo de la de
nuestra provincia, deseando a todos una feliz, grata y fructífera
estancia en estas Islas, donde tantas huellas dejó la presencia ini-cial
del hombre de Cro-Magnon.
Señores profesores y amigos : bienvenidos a Gran Canaria."
Discurso del Presidente del P a t r m t o "José M." QuudraW
Terminada su disertación, el ex ministro y presidente del Pa-tronato
"José M." Quadrado", D. José Luis de Arrese, pronunció
el siguiente discurso de apertura :
"Se me ha otorgado el honor de presidir este simposio y, como
tal, de abrir las tareas que van a realizar en las dos provincias
canarias ilustres profesores dedicados a conocer las huellas del
hombre en la noche remota de los tiempos.
20 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB
Y se me ha otorgado este honroso privilegio por encargo di-
Acto del presidente del Consejo Superior de Investigaciones Cien-tíficas,
de quien traigo, además, un saludo afectuoso, y porque el
Patronato "José M." Quadrado" reúne las dos importantes seccio-nes
de cultura que se encargan en el Archipiélago de llevar ade-lante
la incansable vocación analítica de sus hombres: el Museo
Canario, del que nos acaba de hablar su presidente, el Dr. Díaz,
cuyo afecto a mi persona agradezco sinceramente, y el Instituto
de Estudios Canarios, crecido en Tenerife a la buena sombra uni-versitaria
de La Laguna.
Esta razón de mi presencia aquí me libera de hacer una comu-nicación
profesora1 y me lleva a poner en mis palabras un eco de
gratitud a la presencia de las autoridades y un aire de bienvenida
a vosotros, hombres de especialidad.
Me libera porque, al fin y al cabo, la obligación de aquellos a
quienes el azar ha puesto en sillones elevados no consiste en ganar
la carrera científica a los sabios, sino en dar a la ciencia de los
demás un amplio estadio al concurso de sus opiniones, un cauce
abierto al esfuerzo individual de sus propósitos y una meta unita-ria,
armoniosa y coordinada a los afanes colectivos.
A los hombres del más alto sitial directivo, si nos queda un
deber meridiano para no confundir las tareas propias con las ta-reas
de los demás, yo diría que es la de bajar cada tarde sus gradas
hasta el más íntimo confesionario de la vida, para repetirse con
humildad que si está en sus manos, porque Dios lo ha querido, una
batuta admirable, el más dorado instrumental de la orquesta ha
de seguir encomendado a los especialistas de cada. parcela-
Y lo diría porque este dar a cada cual lo suyo, este saber el
papel de cada uno, es el que mejor nos puede llevar a descubrir la
eficacia del trabajo, no sólo porque es entonces cuando mejor se
hace que estas reuniones, nacidas para el serio resultado intelec-t~
z!, se alejen par2 s i p q r n &! f r í -g~!ri~ps gc de dej~r!ac ost idas
de gala como en los juegos florales, sino también, y sobre todo,
porque estando como estamos en tierras que pueden llamarse con
justicia "umbrales del paraíso", la interferencia de lo uno y de lo
otro daría lugar a que muchos relacionaran nuestra llegada aquí,
más que con la ciencia, con el afán moderno de practicar el turis-
nio; y esa creencia pudiera asfixiar, con abrazo de pulpo, a este
y a todos los congresos científicos que en estas provincias envi-diables
se intentara organizar.
Pero este peligro de que alguien confunda nuestra cita en Ca-narias
con otras ocultas aficiones turísticas merece unas palabras
de claridad : porque estamos, si, y vaya por delante esta afirmación
que todo lo aclara y todo lo confunde, en una de las zonas encan-tadas
que el mundo tiene para saber apreciar el valor de la pausa
frente al vértigo de la prisa, y el encanto de la paz frente a la
angustia, que la vida, empeñada en reñir la batalla del espacio, ha
puesto en el hombre de hoy; estamos en uno de los lugares que
más pródigamente ha recibido los dones de la naturaleza para
gozar la caricia de un sol medicinal; pero estamos tamvién en el
Último baluarte del universo civilizado, donde una raza primitiva,
la más interesante de las razas primitivas, refugió su pervivencia
hasta el punto de casi llegar a nuestros días, cuando en el resto
del mundo cultural llevaba decenas de siglos borrada.
Pero hay también otra razón que nos conviene señalar para
dejar bien claramente fijado el limpio motivo de esta acertada
elección e impedir que cualquiera deje colgada sobre ella una son-risa
de ironía.
En España tenemos los dos mejores Museos del mundo relacio-nados
con esa raza milenaria objetivo y objeto de nuestro simpo-sio:
el grandioso museo del arte que los hombres del Cro-Magnon
montaron en la cueva de Altamira, y éste que en Las Palmas se ha
juntado, como un imponente panteón de hombres ilustres, con los
restos venerables de lejanos antepasados. Entonces, ¿por qué
estamos aquí, al sol de todos los días, y no en Santillana del Mar,
aunque a estas horas la belleza de sus campos se viera cubierta
de frío?
Permitidme, y no es que trate con ello de invocar -como titulo
que ostento sin merecer- la presidencia de la Sociedad Española
de Antropología, Etnología y Prehistoria, sino de justificar voca-ciones,
que al ser un hombre venido a la prehistoria por el camino
del arte o, si se quiere, por el camino de la etnología y no de la
antropología, me sienta atraído por la estética y, al plantear la
22 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB
interrogante, empiece por dar primacía al aspecto de mis propias
aficiones.
Ya sé que, en lh~uena y apretada exactitud de significados, decir
historia del arte es menos perfecto que decir historia del hombre,
porque, al fin y al cabo, el hombre es el autor de las cosas y el
actor de la vida; pero si las Sagradas Escrituras nos recuerdan la
manera de conocer el árbol por sus frutos, no extrañe que, al plan-tearnos
la doble visión analítica del Cro-Magnon, cupiera un titubeo
de sólo un minuto, al pesar la atracción secundaria de los gustos
y el primario rigor de la ciencia.
Si este simposio se hubiera centrado en el arte prehistórico,
si en torno a él viniéramos a dar meditación a las constantes pre-guntas
que nos podemos nacer, es cierto que se debiera estar reali-zando
en Santillana del War.
Porque estoy seguro de que a todos nos gustaría discurrir tam-bién
sobre si el arte nació por el arte o para la utilidad; si la uti-lidad
les vino, corno a !os ecnnn~i r tasd e h y , ycz pr&!ema
de pura materia o por una inquietud mágica; si ello demuestra
una incipiente necesidad humana de espiritualizarse; si este feti-chismo
religioso vinculado a la caza y a la fccundidad no fue, en
' el fondo, otra cosa que una adivinación, una interpretación rudi-mentaria
de aquel primer mandato que Dios puso al primer hom-bre
: "Creced y multiplicaos".
Pero estamos reunidos en torno al suceso antropológico que
hace cien años se planteó en la apertura de un ferrocarril de la
Dordoña, con el descubrimiento del primer vestigio Oseo del Cro-
Magnon, y no nos podíamos reunir en ninguna parte del mundo
mejor que en este venerable santuario de Las Palmas.
Por eso, y no buscando el calor del invierno, hemos venido aquí
a celebrar un diálogo erudito sobre esa raza-eslabbn que aparece
entre el cero de un mundo cerrado en tinieblas humanas, aunque al
hombre de ese mundo cerrado le llamemos "Homo Sapiens", y un
paisaje que después, muy poco a poco, se iría poblando de recuer-dos
pasados y de sueños futuros, hasta formar con ellos el surco
profundo y permanente de la historia.
Probablemente hubo un afán de buscar apellidos sonoros a
nuestros antepasados, cuando se llamó "Homo Sapiens" al ser
consciente que, poblando la tierra en el mayor desamparo, dio las
primeras muestras de habilidad mental; porque "sapiens", con
más o menos sabiduría, no empezó a serlo hasta el momento en
que tuvo conocimiento de su calidad humana,
Mientras tanto, pudo llamarse hombre a secas, o todo lo más
hombre inteligente; pero "sapiens" no, y hasta casi tampoco inte-ligente,
en tanto ignorara el capítulo más importante de su propia
vida: conocerse a si mismo.
Lo que pasó fue que la época de las grandes definiciones vino a
coincidir con la afición de desglosar en el hombre su doble función ;
de intimidad y de externidad; y exaltando la faceta de individuo ;
iiqlicadii ea un c ü i i t i ~sio~ci al de mutua toierancia, ia muestra de f - sabiduría -para aquellos oficiantes de la ciencia bautismal- re-sultó
más cercana a la necesidad de juntarse con otros, al objeto
2 de ayudarse, viviendo en compañía, que a la aptitud de pensar en E
solitario.
-
No señaio con esto una contradicción en los significados o una
pedantería en el calificativo ; a lo sumo digo que nosotros siempre
veremos la sabiduría más cerca de la verdad que de la fuerza. E
Nadie dudaría, por ejemplo, que el Neanderthal constituyó una
raza importante; sin embargo, su mejor inclusión en el calificativo
de "sapiens" está en ese sentido de eternidades que le llevó a cons-tmir
sepulturas para sus muertos; pues si no los hubiera creído
portadores de un espíritu más o menos definido, hubiera dejado a
las aves la misión de precipitar su olvido. O3
Si estos seres, con bastantes milenios de antigüedad sobre la
raza del iCro-Magnon, dieron reposo de tumba a sus antecesores,
seguramente fue por dos razones que los filósofos de hoy no po-drían
superar :
l.= Por sentirse, a su vez, vivificados con tres potencias subli-mes:
memoria, entendimiento y voluntad; y eso es, precisamente,
lo que caracteriza al alma.
2.e Por creer a los muertos dignos de recuerdo, para enseñar
al futuro la presencia del pasado; y eso, que, más o menos balbu-ciendo,
es buscar la continuidad, es también, aunque sin tinta, ni
pluma, ni papel, un intento primario de escribir la historia.
24 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICUB
En el principio anduvo el hombre demasiado zarandeado por
el hambre para descubrir en él las raíces de un pensamiento ra-cional
y de una espontánea vocación asociativa, pero también en-tonces
fue lo discursivo y lo unitario el motor que le había de empu-jar
a conocerse a sí mismo y a reunirse con el prójimo.
Quizá porque en su lucha por la vida no le quedaba tiempo de
inventar la filosofía, dejó para los siglos posteriores el análisis de
su perímetro; pero ella fue la primera muestra de sabiduría que
caracterizó al verdadero "Homo Sapiens", fuera de las razas que
hasta ahora conocemos, o de las que aún nos quedan por conocer;
porque al tiempo de hacerle saber que el sentirse social (tal vez
rn-r-ir-n-p--r-nu e ! r m n i i r a n A 6 h i l i le Ilo~rX e wniinircia nnrr 1-0 damno -A-* Y I I I I I L Y U Ubhlll, ILL."" 'A IL.UIIILOF. b"II IVU U~lllOU, V l l l U
también a comprender que el encontrarse protagonista de su vida
le obligaba a mirarse criatura de un creador desconocido.
Y aqui llegó la gran escalada del hombre por la ruta de los
saberes; porque si el prójimo, ese "próximo" con el cual se unió,
le descubrió la vocación social de su naturaleza, la aceptación de
un espíritu superior le llevó a la magia o, dicho en el idioma reli-gioso
de nuestros días, a la creencia, a la fe; no todavía a la fe
suficiente para elevar su pensamiento a las plantas de un Ser Su-premo,
Juez de lo bueno y de lo malo, pero si la creencia en el gran
poseedor de una fuerza capaz de resolver sus más elementales
deseos.
Así, a golpe de exigencias, fue haciéndose la vida primitiva;
caza, fecundidad, agrupación y magia; o, hablando con palabras
un tanto redondas y manoseadas, porque luego se hicieron con
ellas grandes y hermosos titulares, "el hombre y su contorno".
Tal vez, por tanto, el verdadero "Homo Sapiens" empezó en el
hombre mágico; al menos, es aqui donde dejó de moverse por ins-tintos
y comenzó a guiarse por raciocinios, aunque sean raciocinios
traídos por ei miedo o por ei egoísmo.
Pero la magia era, por un lado, darse respuesta a las cosas que
veía alrededor y no acertaba a comprender, y por otro, buscar el
modo de acercarla a sus necesidades. Por eso, a la hora de dar a
la magia una forma plástica, a la hora de interpretarla figurati-vamente
a través del grabado, el color o la escultura, no refugió
su imaginación en el símbolo del Ser que se adora, sino en el objeto
.que se pretende alcanzar.
Muchos siglos después será el sol o la luna; pero entonces fue
el animal nutncio (bisonte, caballo, mamut) y la mujer reproduc-tora,
sin importarle siquiera en esta mujer elemental la belleza y,
muchas veces, ni los signos del rostro, sino de la fecundidad.
Pero lo que a todos nos gustaría conocer es a qué espacio de
tiempo corresponde la llegada del Cro-Magnon a Canarias y por
qué procedimiento de invasión o de naufragio. Es decir: de dónde,
cómo y cuándo vino esta raza a instalarse (tal vez sucediendo a
otras o tal vez inaugurando la vida) en este puñado de tierras.
Los historiadores religiosos que acompañaron - en el siglo xv a
los conquistadores, nos hablan de rubios y morenos, altos y bajos,
y este simplismo descriptivo ha permitido otear procedencias di-versas,
de seres llegados incluso del norte de Europa, pero prin-cipalmente
de los pueblos mediterráneos y del berebere libio.
Quizá en esto haya habido alguna esclavitud de la investigación
nacional a escuelas foráneas; pero también ha habido atisbos ge-fiiales
y destaco entre todos el hecho de que un hombre de historia
y no de prehistoria, un hom%re entrañablemente nuestro, como
D. Marcelino Menéndez Pelayo, dedicara unas páginas de sus
Heterodoxou a tratar los albores canarios, rompiendo la preocu-pación
rigorista de aplicar a los espacios del cuaternario las fron-teras
que separan geográficamente las nacionalidades del mundo
actual, y a tratar, por tanto, la historia y la prehistoria de cada
zona, dentro de la unidad hispánica.
Pero hay todavía en el camino abierto por Menéndez Pelayo
otro argumento de mayor universalidad. El Cro-Magnon laboró el
arte en su doble vertiente de abstracto y figurativo; creó nuevas
y avanzadas tknicas de industria, recolección y caza, dando al
género humano, con su progreso acelerado, la posibilidad de una
mayor concentración; pero, además, mirándolo con ojos de exten-sión
racial, el Cro-Wagnon tiene dos antelaciones: aparecer como
la primera plasmación de una lejana europeidad reunida, y mirar
el Mediterráneo como el lago de los hombres de una misma fac-tura,
anticipándose así, a efectos étnicos y de cultura elemental,
a tantos milenios de luchas y de sueños posteriores.
26 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Porque decir que el Cro-Magnon nació a la escena biológica en
el área palestiniana sobre el viejo tipo arcantrópico del Nean-derthal,
es poco decir, si no añadimos que ocupó casi toda Europa,
y luego, por una difusión circunmediterránea, habitó los espacios
del norte africano y las tierras abundantes del Sahara, hasta que
un paulatino proceso de desecación los fue empujando a la costa
atlántica.
Pues bien; de todo este ámbito racial que conserva el denomi-nador
común de un esquema más o menos análogo, pudo venir el
hombre remoto de las Islas; aunque yo, para errar lo menos, depo-site
en las manos de los antropólogos y de los arqueólogos la misión
de establecer parentescos étnicos y comparación de morfos que
nos dieran ei cuánuo y el dónde del problema.
Al igual que deposito la explicación del "cómo" en el sabio
mareante, ya que siendo el camino inevitablemente seguido el mar,
que desdibuja en el acto los vestigios del tránsito, entraría de lleno
en el terreno de la fantasía si no fuera porque nos dice que todas
las corrientes marinas se acercan a sus costas y quedan prendidas
en ellas sin dar con las rutas de vuelta.
Claro está que para entonces otra circunstancia meteorológica
llevaba miles de siglos iniciando la formación terrosa y el creci-miento
vegetal en estas Islas venidas por eclosión volcánica al con-cierto
del universo.
Y así, mientras los vientos habían recubierto las áridas lavas
volcánicas con toneladas inmensas de tierra africana y miles de
especies, tanto vegetal como de fauna volátil, las corrientes lleva-ron
a arribar y a dejar ancladas para simpre todas las balsas nave-gantes
que cayeron en su trampa, antes que el timón y la vela die-ran
a los nautas primitivos el billete necesario para el regreso.
Pero ya dije al principio que seria un acto de pedantería si me
dejara llevar a algo parecido a una comunicación profesoral, y ter-mino
ya, porque es aquí donde los sabios tienen la mejor de las
palabras, y los que no lo somos, el más decoroso lugar para el si-lencio.
Además, dije que la misión de un hombre venido al simposio
en función de cargo y no de especialidad es abrir las tareas con
un saludo de bienvenida a todos los que os reunís aquí, en estas
Islas de atormentada geología, sobre las cuales se instaló una raza
que a lo largo de los siglos fue cruzando sus rasgos y dejando las
muestras de su cultura con una extraordinaria continuidad.
Bienvenida, pues, a vosotros, llegados de varios paises con el
hermoso equipa~ed e la antropología, como el Prof. Vallois, que di-rigió
el Museo del Hombre, en París ; Madame Billy, de la Facultad
de Ciencias de Limoges. Y otros venidos del campo de la arqueo-logía,
como Balout, director del Instituto de Palontología Huma-na,
de París; el africanista Souville; el director del Instituto del
Africa Negra del Senegal, Prof. Hugot, y el Prof. Camps, director
del Centro de Investigaciones Prehistóricas de Argel.
Y bienvenida también a los peninsulares: mi buen amigo y com-pafiero
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Dr. Pe-ricot,
que con Alcobé, el P. Basabe y Ripoll representan la Univer-sidad
y el Museo Arqueológico de la ciudad condal; Almagro y
Pons, de la Universidad de Madrid; Beltrán y Barandiarán, de la
de Zaragoza; Tarradell y San Valero, de la de Valencia; Jordá, de
iz, de Saiamanca, y Gonzáiez Echegaray, dei Museo de Santander.
A los arqueólogos y antropólogos de las dos provincias cana-rias
no me atrevo a darles la bienvenida; están en su casa, y aun-que
hable en estos momentos en nombre de todos, sólo les puedo
decir la gratitud que les debemos por el esfuerzo realizado para
llevar adelante este simposio, con dos Patronatos tan cercanos y
unidos entre sí que yo mismo ocupé un día la presidencia simul-tánea
de los dos, aunque ahora, dirigido el "Saavedra Fajardo" por
la acertada mano de Pericot, haya salido ganando cien veces.
Muchos son compañeros míos de la Comisaría General de Ex-cavaciones,
en los viejos tiempos de Martínez Santa-Olalla (cuya
obligada ausencia lamentamos todos), como Alvarez Delgado,
Serra Ráfols y Diego Cuscoy; o están enlazados con el Patronato
"José M." Quadrado" a través del Museo Canario y el Instituto de
Estudios Canarios, como sus presidentes, Diaz y Hernández Pe-rera,
y sus secretarios, Doreste y Martinez de la Peña.
Pero hay otros que voy a destacar, porque han enviado comu-nicaciones
científicas, bien aisladas, como Siemens, Bosch ~ i l l a r e s
y Hemández Crespo, o en equipo, como la remitida por los doc-tores
Obrador y Queirnadeles, de Madrid, junto con los Dres. Vera
28 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
y López, de Tenerife, y los Dres. Martínez Pastor y Peñate, de
Las Palmas; comunicaciones que, unidas a las otras redactadas
por los demás profesores extranjeros y peninsulares, han de que-dar
en los anales de la ciencia local como un jalón de claridades
para el estudio de la prehistoria canaria.
A todos, patriarcas de la antropología mundial y profundos
sabedores de la arqueología local, entusiastas del suelo que pisan
y de una flora que, a punto de extinguirse, fue recogida por el Ca-bildo
en el jardín-museo que dentro de unas horas visitaréis, se
ha de deber que este centenario del Cro-Magnon vaya a tener, en
su marco más a propósito y en su más inmediato panorama, la
más resonante palabra. Mi único sentimiento es que, por mi estado
precario de salud, me va a ser imposible seguir con la asiduidad
que hubiera deseado vuestra agradable compañía y vuestros des-plazamientos.
Pero voy a terminar con el anuncio de algo que a todos os ha
de llenar de satisfacción.
Acabáis de visitar !as aulas l [ ~ g r qd& i(?e a! efihsiasme
de unos hombres que siguen la obra cientíñca iniciada por el doc-tor
Chil, y todos habréis admirado la riqueza de sus fondos, prin-cipalmente
en orden a la espléndida colección antropológica del
Cro-Magnon; pero todos habréis sentido también correr por la
espina dorsal un escalofrío de horror pensando qué sería de esta
riqueza, mundialmente alabada por lo única y por lo abundante,
si la cerilla de un descuido prendiera el entramado del edificio o
los viejos papeles del archivo de la Gomera o los legajos de la
Inquisición. . . pdes3i enla. ,pu eUijae;oz de aqiie:lus efi cuyas manos 5:
deber de evitar que pueda perderse el tesoro fabuloso de estas co-lecciones,
ha conseguido aunar los esfuerzos y las colaboraciones
más diversas en torno a la única solución perfecta para que una
mañana de catástrofe no nos despierte la torva campana del desas-
C..-. nri,n+,,:, r., nrrnrrri ri;l.fin:- m.... &---A
Ll =. LulWLI ULL lLuGY C ; U ~ I L ~ UY Uc L ~ ~ l gadae,m ás, e: espaciu iiece-sario
para una mejor exposicibn.
Ningún momento sería mejor para colocar la primera piedra
como el día destinado a la clausura de estas jornadas dedicadas al
estudio de los primeros pobladores; y allí quedará construído,
frente a ese mar de leyendas, baio el mismo sol y las mismas estre-llas
que ellos miraron con asombro día a día y nosotros debemos
recibir como un regalo de Dios, hecho no sólo para librarnos de
las tinieblas materiales, sino también para enseñarnos, a la luz
inmutable de sus dos mandamientos resumidos, el camino de llegar
a su bondad infinita y el de aprender a acercarnos los unos a los
otros llevando la paz y el amor en el brillo de las pupilas.
Aquí están las autoridades que más han trabajado para resol-ver
los problemas que a cada paso surgían, como guijarros del ca-mino,
y para que nadie pueda decir que en estas Islas de su mando
se buscan turistas para venderles clima y no para mostrar al mun-do
sus otras riquezas de altura científica. Sé que voy a herir su
modestia, pero quiero dejar la constancia de sus nombres: el go-bernador
civil, mi viejo amigo Fernández Galar; el presidente del
Cabildo, Díaz Bertrana, y el alcalde de la ciudad, Ramírez Bethen-court
(a quien pido que active los trámites para hacer efectiva esta
fecha), los cuales, con los sucesivos ministros de Educación, Lora
Tamayo y Villar Palasi; el vicecomisario de Desarrollo, Vicente
Mortes, y el presidente del Museo Canario, Juan Díaz, han formado
el equipo mejor para llevar al final esta empresa.
A ellos, nuestra gratitud; a vosotros, nuestra bienvenida, y a
mí, vuestro perdón, por haberos cansado en mi larga intervención,
cuando las pocas palabras que tenia que añadir a las justas obli-gadas
por mi cargo son estas que voy a decir para depr empezadas
nuestras tareas: Queda abierto el simposio internacional conme-morativo
del hombre de Cro-Magnon."
Sesiones de trabajo
A continuación tuvo lugar la I." seszón de trabajo, bajo la presi-dencia
del Prof. H. L. Movius, procediéndose a la lectura y discu-sión
de las si'guientes comunicaciones :
Prof. H. Vallois (París), "L'Homme de Cro-Magnon et les
Dra. Ginette Billy (Limoges), "Sur la validité des crit6res Cro-magniens".
Dr. Hernández Crespo (Las Palmas), "Un caso de fosilización
de una momia canaria".
30 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Prof. José Pons (Madrid), "Algunas consideraciones sobre an-tropología
canaria".
Terminada la sesión científica, los miembros del simposio se
desplazaron a las cuevas de Artiles, en la villa de Santa Brígida,
donde fueron invitados del Excmo. Cabildo Insular de Gran Cana-ria.
Más tarde visitaron el "Jardín Canario".
Por la tarde tuvo lugar la ZZ? sesión de trabajo, bajo la presi-dencia
del Prof. L. Balout, considerándose las siguientes po-nencias
:
Prof. H. L. Movius (Harvard, USA), sobre "El Abri Pataud, de
Les Eyzies, y la repercusión de sus excavaciones en la cronología
del Paleolítico superior francés".
El Prof. Balout intervino para mostrar su complacencia por
que se haya afirmado el Noaillense, tan importante en el Abri
P&agd, y pñ& yce !a ngpva vi idn qfip ~ t f i - b ~ yme& &
horizontes al Auriñaciense es más importante y matizada que la
vieja.
Dr. G. Camps (Argel), "L'ñlomme de Mechta el Arbi et sa civi-lisation:
contribution A l'étude des origines guanches".
Terminada la comunicación, se entabla una discusión sobre el
término de "ibero-mauritano" que ha sustituido a la denominación
de "Oraniense" propuesta por Breuil (Almagro), y que son ambos
falsos (Balout), aclarando el Prof. ~Camps que la idea de una cul-tura
costera no es cierta porque en los tiempos de que se habla
la costa iba mucho más mar adentro.
Prof. Martín Almagro (Madrid), "El arte rupestre de Africa del
norte en relación con la rama norteafricana de Cro-Magnon".
Interviene el Prof. Balout, para subrayar que debe sustituirse la
!isibn tradicional de ia cuiiui=a de oi=ienie, cuyo ciwuciai
entre los milenios IX a III; los Sres. Camps e Hugot muestran que
existe una tradición africana que no hay que buscar en Egipto;
esto especialmente referido al arte rupestre, acerca de cuyo origen
piensan de modo diferente.
Núm 15 (19691 31
20 CRÓNICA
ZZZ.a sesión de trabajo, bajo la presidencia del Prof. Almagro.
Prof. L. Pericot García (Barcelona), expuso consideraciones so-bre
las culturas que pueden atribuirse al hombre de Cro-Magnon
en España, haciendo hincapié en los yacimientos levantinos, en la
diferenciación de las culturas cantábricas y el gravetiense y epi-gravetiense
del oriente de España.
Prof. 1. Barandiarán (Zaragoza), "Las industrias óseas del hom-bre
de Cro-Magnon. Su génesis y dinámica".
Dr. Eduardo Ripoll (Barcelona), "Problemas del arte rupestre
paleolítico".
Prof. A. Beltrán (Zaragoza), "El arte parietal del Paleolítico
superior y el hombre de Gro-Magnon".
DfA ~~.-EXCURSIÓN AL SUR DE GRAN CANARIA.
Por la mañana se visitó Telde, especialmente la iglesia de San
harci,- ~yüi= &MÜ fue exIjiicado pmf. numeud e A ~ ~ ~ ~ Seguidamente, se estudió detenidamente el conjunto de cuevas arti-ficiales
de Cuatro Puertas y después el intersante grupo de petro-glifos
del barranco de Balos; a uno y otro yacimiento fueron acom-pañados
por los alcaldes de Telde y de Agüimes. Finalmente, en
Maspalomas, el Ayuntamiento de Las Palmas ofreció una comida
a los participantes en el simposio, tras la cual pronunciaron unas
palabras D. Juan Rodriguez Doreste, el Prof. Vallois y el
Prof. Beltrán.
1V.a se& de trabajo. Presidente, Prof. H. Vaiiois (París j .
Prof. Souville (Rabat), expuso una importante comunicación
sobre las relaciones entre el norte de Africa y las Islas Canarias,
el mecanismo posible de las mismas y la fecha.
n-a nT:--i- VA:..+- ID^..:.-.\ I<T ,.- u,.....,. a-i iirimnan
U L ~ . LYLGVLG I I G L L L L ~ (L ~ L L U J , YVU n u u u oapclm UGL u a L u a u u
"tipo cromañoide" dentro del esquema general de la evolución
craneana de los hominidos".
Dr. Obrador (Las Palmas), quien expuso los resultados de un
trabajo realizado por un equipo de médicos de Las Palmas y Santa
32 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Cruz de Tenerife, sobre veintiséis cráneos de aborígenes, que no
se diferencian, en general, de las medidas normales actuales, sobre-pasando
la longitud las medias.
Dr. J. Bosch Millares (Las Palmas), "Paleopatologia craneana
de los primitivos pobladores de Canarias".
Tras ser recibidos por el Sr. vicerrector de la Universidad y
representantes del Cabildo Insular (a cuyo presidente cumplimentó,
en nombre de todos, el Prof. Beltrán) y del Instituto de Estudios
Canarios, se desplazaron los participantes en la reunión a las Ca-ñadas
del Teide, explicando el Sr. Diego Cuscoy las características
de la Isla en relación con el habitat y la ocupación prehistórica.
En el Parador Nacional, el Cabildo obsequió a los miembros del
simposio con una comida, tras la cual usaron de la palabra los
Profs. Balout y Pericot, a quienes contestó el Sr. vicepresidente
del Cabildo Insular.
V." sesión de trabajo. En el hotel "Las Vegas", del Puerto de la
Cruz, bajo la presidencia de D. Luis Diego Cuscoy (Santa Cruz de
Tenerife), se discutieron las siguientes ponencias :
Prof. L. Balout (París), "Reflexions sur le probl'&me du peuple-ment
préhistorique de l'archipel canarien".
Intervienen el Dr. Camps, aceptando las fechas y razonamien-tos;
el Dr. Pericot, para subrayar el problema que plantean las
figuras de barro, que se ponen en relación con el Eneolítico tardío
español y mediterríneo; el Dr. Almagro, para postular los enlaces
con el Sahara meridional (a lo que el Dr. Balout replica que sólo
en época mucho más tardía) ; el Sr. Diego Cuscoy, para poner de
relieve la existencia de elementos antiguos y ritos fúnebres con
flexión lateral derecha y lajas encima de la cabeza, en la Gomera.
Prof. Julián San Valero Aparisi (Valencia), "Hombre y cul-tura
en las *Canarias prehispánicas".
Dr. H. Hugot (Dakar), "Le Néolithique de la cate de llAfrique
occidentale fran'caise", entre Dakar y el limite norte de Maurita-
22 CRONICA
nia; respecto de su origen, hay uno de tradición guineana que tiene
tradición sudanesa y que ha cruzado el Africa de este a oeste; al
riorte hay un poblamiento peculiar en el neolítico, todavía por
estudiar, al que habría que seguirle la pista por los concheros del
Sahara español hasta Marruecos.
Lothar Siemens (Las Palmas), "Instrumentos de sonido en las
Canarias prehispánicas".
Dr. J. M. Basabe (Barcelona), "Los cromañones vascos".
Terminada la reunión, la Corporación municipal del Puerto de
la Cruz cumplimentó a los miembros del simposio, a quienes aga-sajó.
a N
E
DfA ISLA DE LA PALMA. O n -
=m
Recibidos por las autoridades en el puerto y agasajados en el $E
Parador Nacional de Turismo, se trasladaron los participantes al
E
Caboso de Belmaco, para estudiar sus petroglifos y el yacimiento
contiguo, primero con estratigrafia segura en las Islas, siendo
acompañados por el alcalde de Mazo, donde se halla la estación. - -
0m
Siguió la excursión hacia el valle de Aridane y el mirador del Time, E
siendo obsequiados con una comida por el Cabildo Insular, en El
Paso, y regresando a Santa Cruz de La Palma, donde, en la sala
de Juntas del Cabildo, se celebró la VI." seszón de trabajo, bajo la
presidencia del Prof. L. Pericot, con las siguientes intervenciones: l
J n
Pro£ Francisco Jordá (Salamanca), "El Paleolítico superior en j
Asturias". 3
Dr. J. González Echega r a~(S antander), "La transición del Pa- O
leolítico medio al Superior en la costa cantábrica".
Prof. M. Tarradell (Valencia), "El homb're de Cro-Magnon y
los horizontes de la prehistoria canaria".
Terminada la sesión, el secretario del simposio, Prof. Beltrán,
pronunció unas exaltadas palabras para expresar la gratitud de
los congresistas a las autoridades y hacer un entusiasmado canto
de alabanza a la Isla de San Miguel de La Palma y a las bellezas de
la misma.
Más tarde se visitó el Museo Etnográfico y de Historia Natural
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
de la Sociedad Cosmológica, explicando los materiales arqueoló-gcos
el delegado de Excavaciones, Sr. Diego Cuscoy, siendo des-pués
nuevamnte agasajados los participantes por el Cabildo In-sular.
Por la mañana se visitó el Museo Arqueológico, bajo la guía de
su director, D. Luis Diego Cuscoy; tras estudiar las colecciones,
el Prof. Balout, director del Museo del Hombre, de París, hizo en-trega
al Museo del vaciado de uno de los cráneos hallados en Gro-
Magnon, hecho en cuya conmemoración se celebra este simposio.
A s i j p~z lzhras r_gnteytsrcny ! Pref. pericet y e! &r&=r &! &pdseo.
Seguidamente, en el aula magna de la Facultad de Filosofía y
Letras, se ceiebró ia seswn de coaciusiones, bajo ia presidencia de
los Profs. Hernández Perera, rector ma,gnífico de la Universidad;
Pericot y Beltrán, director y secretario, respectivamente, del sim-posio.
Primeramente, el Dr. Vera hizo la exposición de los traba-jos
que con el Dr. Osbrador, de Las Palmas, ha realizado sobre los
cráneos cromañoides de Canarias.
Las conclusiones que presentó el secretario, Prof. Beltrán, fue-ron
las siguientes:
Temas de discusión : 1, Antropología ; 1, consideraciones gené-ticas
acerca de la diferenciación de tipos humanos; 2, microevolu-ción
y macroevoiución de ios hominidos. 11, Prehistoria; 1, la lle-gada
de los cromañones a Canarias: puntos de coincidencia y des-acuerdo
entre los participantes en el simposio; 2, los materiales
arqueológicos canarios y problemas que su estudio plantea.
En cuanto a las conclusiones de lo hasta ahora actuado, podían
ser las siguientes:
1. Antropología: Sería deseable la definición por parte de los
antropólogos del estado actual del conocimiento del hombre de
Cromañón en cuanto a génesis, caracteres, difusión temporal y
espacial y perduraciones.
Aplicación de la definición anterior al problema de los aborí-genes
canarios y a otros posibles grupos cromañoides históricos o
actuales.
2. Prehistoria: De lo expuesto en el simposio se deduce la
necesidad de revisar el esquema clásico de las culturas del Paleo-lítico
superior, de acuerdo con los nuevos hallazgos en cuanto a
estratigrafías y a técnicas (Abri Pataud, cueva Morín, etc.).
En relación con las Islas Canarias, los problemas estriban en
el análisis sistemático de los hallazgos y materiales ya conocidos
y promoción de las excavaciones arqueológicas necesarias para la
obtención de su cultura material, y en tratar de obtener datacionea
absouutas por medio de los métodos adecuados y de secuencias
~i l l l i l r&a~ través & iln m&& z q l e&g ; l -~e stratigráfico j final-mente,
la determinación cronológica de la llegada a las Islas de
cada uno de los elementos e individualización de las bases cultu-rales
indígenas. Asimismo, fijar los contactos de las Canarias con
los mundos africano, mediterráneo y atlántico Se debe solicitar
qw se ~ X C ~cWm, t n d ~ s!n s medies T I PCP S ~ ~e! EJSI C, ~ ~ Y ~ E XdIe~! Q
Caboso de Belmaco, posible clave de la prehistoria en Canarias.
Respecto de estos puntos, el Prof. Pons (Madrid) hizo la si-guiente
exposición :
"A lo largo de este congreso he advertido ciertas imprecisiones
acerca de lo que se entiende por tipos antropológicos, que conviene
aclarar. El punto de partida puede ser la comunicación de la
Dra. Heinz, donde se señala la conveniencia de estudiar la morfo-logía
del cráneo atendiendo a unidades genéticas. Naturalmente,
-.-A--- .-.---lA+.-.-A-a+-n .-. ~ , . , ~ ~ . 4 ~ ,-."+A .,;m+n pm, -,-m-
CDLUY c w u l p c L a l l l c u L c UG a k u G A u u b u i ~~ u b ~cL U L L U ur, v i u c u . U A -u--
bio, no lo estoy tanto cuando señala que los huesos aislados del
cráneo constituyen unidades genéticas. Ciertamente, se aproximan
más a la acción génica primaria que los conjuntos de huesos, pero
distan aún de ella. De todos modos, es bueno proceder al estudio
3- 3 - . 7 2- ae los nuesos pur separ-auu, -p-e-r-u r-i-u ~ U I C L I L L ~ L I L .G,a uc .u.u- pcu UaG- IILLGDU~,
ya que para definir un tipo antropológico conviene atender al ma-yor
número posible de caracteres. Solamente procediendo así podrá
obtenerse una idea más completa del complejo genotipico del indi-viduo
analizado.
30 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Si con este criterio estudiamos el conjunto de individuos que
componen una población natural, una variedad o una especie, se
obtendrá una expresión de la variabilidad fenotípica del conjunto,
debida en parte a la variabilidad genética del mismo. Queremos
decir con esto que no existe una uniformidad genética entre los
individuos, sino que, por el contrario, se da una notable diversidad
que puede ser analizada de acuerdo con los principios de la ley de
Hardy-Weinberg.
Pasemos ahora al problema de la posible diferenciación o evo-lución
de este grupo natural. Si ocupa una determinada área geo-gráfica,
cualquier mutación biológica que se presente podrá ser
rechazada o aprovechada por la selección natural. En este Últira
caso, la mutación se difundirá dentro de la población y lo propio
podrá ocurrir si se presentan otras mutaciones. De esta manera,
dicho grupo evolucionaría como un todo. Pero si este grupo natu-ral
se fragmenta y ocupa diversas áreas geográficas, pueden pre-sentarse
distintas mutaciones y tam'bién ser distintos los fenó-menos
selectivos que ocurren en cada una de estas áreas geográ-ficas.
Debido a ello, podrá darse una diferenciación en el grupo
inicial, que quedará subdividida en variedades, razas o tipos. Na-turalmente,
dentro de cada uno de estos tipos existe también una
variabilidad genética que puede analizarse de acuerdo con el pro-ceder
antes indicado.
Nos queda por señalar que esta pauta evolutiva es válida para
todos los tiempos. Decimos esto porque muchas veces, al estudiar
las poblaciones prehistóricas con muy escaso número de ejempla-res,
se cae en el peligro de olvidar que a.qi-~~.llapan hlaciones presen-taban
una variabilidad genética y que, por lo tanto, unos pocos
ejemplares sólo pueden suministrar una pálida idea de esta varia-bilidad.
Por consiguiente, se comprende que todas las precauciones
son pocas antes de emitir conclusiones derivadas del estudio de
t m P ^C2SC! m2teri2!. yn este ~~I l t ? dCY^W,l CPYIn^B !Y fl~i!irllC! CI r !
que algunos autores establecen tipos antropol6gicos basados en
algunos pocos cráneos, las más de las veces incompletos, olvidán-dose
de la variabilidad genética a que nos referimos.
Ciertamente que la trascendenc~a de dicho estudio de antropo-logía
prehistórica es muc,has veces extraordinaria, y es lógico que
se quiera sacar la máxima información de tan parco material. Algo
parecido sucede en prehistoria, donde, con mucho acierto, se ha
hablado de "miseria y grandeza de la prehistoria", ya que con
escasos datos se pide información a momentos muy interesantes
de la cultura humana. Y, análogamente, podemos hablar nosotros
también de "miseria y grandeza de la paleantropolagía"."
Profa Heinz (París) : En prlmer lugar hace notar que la falta
de unidad entre las comunicaciones de los antropólogos se debe a
que abordan los problemas desde ángulos muy distintos. Simpson
dice que hay que distinguir dos cosas que no proceden del mismo g N modo de pensar: E
-1 T s m n - 7 . - AA- dr. ..- "-L--ii-.-u de aili- uw n r - , V V V V ( ~ M I U V V I Y ~ . v ~ u UaG uu p l y l l u ~ ~ l O
n
males- en un tiempo muy largo. Si se considera el filum homínido g O
desde que se puede ver su vida hasta el Paleolítico superior, los E
paleontólogos no encuentran ninguna solución de continuidad. Los
hombres del Paleolítico superior en Europa caen perfectamente
dentr= de !a !fnea. evo!.;ti;~a & 1% HUmanidad, 30 raro 2
(Billy), sino que dentro de la variabilidad de los hombres ante-riores
ya aparecen los caracteres que posteriormente conformarán
al leo-Magnon. O
No ha de ser confundida nunca la macroevolución con la n
b) Microevolucih, de la que salen los fenómenos de especia- k
ción o de raciación, que son mucho más oscuros como conjunto,
pero al estudiar la adaptación al biotipo en períodos cortos es nor-mal
encontrar variedades humanas que parece que no entran en
la línea general. Ahora bien, este problema es distinto, puesto que
se pierde de vista la línea general.
Así, el problema de los Cro-Magnon no se puede abordar con
el mismo método que la evolución en su conjunto y la genética de
las poblaciones vale igual para el pasado que para hoy, pero no
se puede aplicar el método a la antigüedad, ya que nos faltan ca-racteres
como ios dermopapiiares o ios grupos sanguíneos. Sóio
tenemos la biometría, y hay que llevarla al máximo.
Prof. G. Camps (Argel) : Tras las comunicaciones parece que
se puede aceptar un acuerdo en los siguientes puntos:
1. La llegada a Canarias, aparte de la pos?bilidad de otros,
38 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOY
de un grupo humano cromañoide que depende de los hombres del
tipo Mechta el Arbi.
2. i La llegada es anterior o posterior al Neolítico ? El profesor
Balout, opina que es tardía, del final de la prehistoria, en un mcimen-to
en que el Neolítico moría en Africa del norte y norte del Sanara.
Hay quien cree que llegaron durante el Neolítico y mucho antes.
(Interviene el Prof. Pencot para manifestar su acuerdo con la tesis
dt: los Sres. Balout y Camps.)
3. No parece que haya habido una cultura canaria unitaria,
sino que cada isla, recibiendo aportes sucesivos, ha constituído su
propia cultura. Entre las llegadas de diferentes culturas hay que
señalar ciertos e1ementn.c. (Tarmde!!) d?rectarnf:~tem v&terrA,n,e~s
de época calcolitica. Tarradell tiene razón, sobre todo, en lo refe-rente
a las cuevas funerarias artificiales. Cree el comunicante en
una pequeña aportación de tipo sahariano en La Palma.
No se sabe si se puede dlsociar este elemento del resto: la im-pwrtaiiie
iiiirodücción 'bereber de ia iengua y toponimia.
Prof. M. Tarradell: Hay que matizar las normas generales se-ñaladas
por el Sr. Camps; por ejemplo, la diferencia cultural entre
las islas: también existe algo pancanario. Debería salir de la re-unión
el deseo de que se pueda profundizar rápidamente en el aná-lisis
del material conocido. Hay que analizar de nuevo antes de
intentar nuevas síntesis y, además, nos faltan dataciones de C-14.
Igualmente, quiere hacer constar el sentimiento de admiración
por los colegas canarios, que han trabajado mucho y bien.
Prof. Pericot: Cierra la sesión de conclusiones dando las gra-cias
a los canarios por su acogida y atenciones; al C. S. de 1. C., en
sus Institutos "Saavedra Fajardo" y "José M." Quadrado" y, en
fin, manifiesta su admiración por los arqueólogos canarios.
El Sr. Rector de la Universidad agasajó a los miembros del
simposio con un vino de honor, pronunciando unas sentidas pala-bras
de ofrecimiento y adhesión a las tareas científicas y con'ics-tándole
en parecidos términos el Prof. Pericot.
Diversos participantes en el simposio asistieron a la ceremonia
de colocación de la primera piedra del nuevo Museo Canario, pre-sidida
por las autoridades de la Isla y bendecida por el Sr. obispo
de la diócesis. Los Sres. Pericot y Beltrán depositaron paletadas
de cemento en la piedra fundamental, tras hacerlo las personali-dades
de la Isla y el Sr. Arrese.
A las siete, en la "Casa de Colón", tuvo lugar la sesión de cZuw
a sura del simposio, bajo la presidencia de las autoridades, con las
E siguientes intervenciones : O
Sr. Beltrán: "En primer lugar, quiero hablar de estas Islas y
de sus gentes, a quienes quiero y necesito llamar nuestros amigos.
Amarse es tener cosas en común. Tras estos apretados días, todo
se mezcla en mi interior; si me preguntan qué, es lo que más me j
ha impresionado, no lo sé, porque en las Islas he encontrado las
más maravillosas sensaciones de mi vida y no podía reducir mis -
palabras a resumir fríamente la labor científica del simposio." 0
m
E
Como resumen de los trabajos, da lectura a las conclusiones
aprobadas en la sesión plenaria de la La Laguna. n
-E
Toma la palabra el Prof. Lionel Balout: "En nombre de los miem- a
2 bros extranjeros del simposio, quiero dar las gracias. Hemos ha- ;
llado aquí, y en Tenerife, y en La Palma, la acogida más maravi- 1
llosa, llena de amistad. Desde el siglo XIX se han establecido mu- 2
chas hipótesis sobre el poblamiento de las Islas y sobre su origen
geográfico, pero al fin es ahora, por vez primera, cumdo un grupo
de especialistas europeos se ha reunido y discutido sus puntos de
estudio y, además, han descubierto que estaban de acuerdo en lo
esencial. Hacia el 2000 a. J. [C.,n avegantes o náufragos llegaban
a las Islas y luego se enriquece su cultura con aportes sucesivos.
Ha habido muchos descubrimientos de las Canarias antes del defi-nitivo,
en época medieval. Así, las Islas son un cruce, un mmefour
de civilizaciones.
Admás, hemos visto cosas: el paisaje natural ha sido enrique-cido
por el hombre canario; el hombre, prisionero en el interior
40 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
de las Islas, ha conseguido convertir en jardín unas rocas volcá-nicas
de fuego y de abandono; es uno de los más notables conjuntos
de trabajo humano que se puede ver.
Con estas palabras rindo homenaje a la hospitalidad que nos
ha acogido y al conjunto de trabajo humano que ha convertido a
las islas en auténticas Islas Afortunadas."
Le sigue en el uso de la palabra el Dr. Diaz, presidente del Mu-seo
Canario:
"En esta semana han acontecido dos hechos importantes para
la cuItura isleña: uno que mira hacia el futuro, la colocación de
la primera piedra del edificio del nuevo Museo Canario. El otro
mira hacia ei esciarecimiento ciei pasado: ei simposio que estamos
clausurando.
Quiero dar las gracias al Prof. Balout, por sus pplabras, y al
Prof. Beltrán, por sus elogios, y su actuación, que le ha convertido
en un canario más. Gracias igualmente a todos."
El último discurso de la sesión corre a cargo del Prof. Pericot,
presidente del simposio, quien se expresa en los siguientes tér-minos
:
"Excmos. e Ilmos. Sres., queridos compañeros :
Mi salud ha estado a punto de jugarme una mala pasada al
obIigarme a romper la tradición, o rutina si queréis, de que yo
estuviera siempre a vuestro lado en esta lucha de cada momento
por el progreso de nuestros conocimientos sobre el pasado de Es-paña.
Pero gracias a Dios he podido superar; por lo menos momen-táneamente,
este peligro y hoy siento la emoción de hallarme de '
nuevo en estas Islas maravillosas junto a viejos colegas españoles
y extranjeros.
Deseo hablaros un poco de cómo fue posible organizar este
acto: qué nos proponíamos con 61 y cómo era nixstm desen e q i i -
jar la investigación prehistórica de ~Canarias,q ue los peninsulares
hemos tenido -vamos a reconocerlo- un poco abandonada, y
promover diversas tareas, insistiendo en lo que ya, en o1 Congreso
Panafricano de 1963, propusimos. En realidad, como veis, nuestra
reunión podría pasar como un apéndice de aquel importante Con-
Núm 15 (1969) 41
greso, al que por diversas circunstancias pocos españoles pudieron
concurrir.
El pretexto nos lo ha dado la circunstancia de haber tenido
lugar en el pasado año la celebración en Les Eyzies, Dordoña fran-cesa,
del centenario del descubrimiento del hombre de Cro-Magnon.
Nuestros colegas franceses conmemoraron debidamente este acon-tecimiento,
paralelo al que en 1956 reunió en Alemania a los antro-pólogos
que festejaban el centenario del descubrimiento del hom-bre
de Neanderthal, o acaso sería mejor decir su reconocimiento,
si atendemos a que fue en España, en Gibraltar, donde se halló
en 1848 el primer resto de esta raza. N a
Las circunstancias de aquellos meses hizo que la representa- E
ci6n española fuera muy escasa. Así no es extraño que en nues- 0
n -
tras conversaciones con mi compañero del Consejo Superior de
E Investigaciones Científicas Sr. Arrese, presidente del Patronato E
2 "José María Quadrado"; con mi colega del Consejo Dr. Alcobé y - E
con ese gran canario que es D. Juan Rodriguez Doreste, cuya pa-sión
por las Islas me había contagiado, y también con otro exce- 2 -
lente compañero ligado, como tantos canarios, por lazos familiares B
E con Cataluña, D Antonio Rumeu de Armas, madurase el pasado
verano la idea de que no podíamos dejar pasar esta ocasión sin E
exaltar una faceta tan interesante de nuestra prehistoria, pues te- n
-E
niamos, nada menos, la posibilidad de estudiar en vivo esta raza $ 2 que ha jugado un papel decisivo en la Historia de la Humanidad. n
Esta raza se halla aún viva en el Archipiélago canario, con lo que n
la Providencia ha otorgado a ~ s p a ñ ean este finisterre de Eurasia 2
el privilegio de que podamos alternar con viejas, viejisimas, razas
\ europeas: los vascos y los guanches.
No podríamos, pues, faltar a la cita de este centenario, y aun-que
reconozcamos a las tierras francesas el privilegio de haber
tenido los focos más importantes de las nuevas técnicas perfec-cionadas
por ese viejo Homo Su-mens y de contar con los mejores
yacimientos del hombre de Cro-Magnon, no podemos olvidar que
fue en los momentos en que dicha raza se extendió por el Extremo
Occidente cuando las tierras hispanas fueron asiento de sus pri-meras
creaciones geniales y cuando podemos hablar de los prime-ros
españoles en la Historia de la Humanidad.
42 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Y no imaginéis en mi un chauvinismo, trasnochado en nues-tros
tiempos, en que casi parece ser delito el sentirse ligado a una
gran tradición cultural y en que nadie parece querer reconocer lo
que las sociedades actuales deben a oscuros antepasados. Varias
veces he dicho, y cada vez me convenzo más de ello, que la época
del hombre de Cro-Magnon en el Paleolítico superior constituye
el verdadero meollo de la Prehistoria, el verdadero tournant de la
Historia Humana, cuando el hombre pueda dar ya por ganada la
batalla de su supervivencia después de cientos de miles o de mi-llones,
;quién sabe!, de años de lucha, en que la pequeña llama que
la vida humana representaba estuvo muchas veces a punto de apa-garse
ante tantos peligros y ante tanta miseria de sus medios de
defensa y subsistencia. Pero al mismo tiempo esa etapa significa
el ponerse en camino de manera ya firme y decidida en el umbral
del mundo moderno. Los grandes progresos de la técnica y, sobre
todo, la invención del arte justifican nuestro aserto. Por desgracia,
enormes misterios quedan aún por resolver o por aclarar. El mis-mo
fenómeno de la presencia en esos hombres de Cro-Magnon que
estos días han sido aquí estudiados, incorporados como autores del
progreso cultural del Norte de Afma, sus dudosos caminos que
explican su presencia aqui y sobre todo la época y manera de su
paso al Archipiélago, son enigmas por ahora insolubles. Aún no
conocemos la historia de sus grupos aislados sobre los que ocasio-nalmente
se insertan nuevas poblaciones. Casi nada, sobre una de
sus posibles andanzas atlánticas, a no ser aquellos grabados que
como tarjeta de visita dejaron primitivos marinos en las cuevas
de la isla de La Falma, que hemos visitado. Casi todo es aqui
misterio e incertidumbre, pero por eso mismo nos atrae con pa-sión,
y este es el motivo de que nos hayamos reunido unos cuantos
apasionados de tales temas en este simposio.
Yo quisiera desde aquí ahora, amigos y colegas, antropólogos
y arqueólogos de diversos países europeos, agradeceros vuestro in-terés
en acercaros a nuestros problemas. De vuestra cooperación
esperamos mucho. Naturalmente, sois en mayoría investigadores
franceses, con algunos de los cuales hemos tenido, a lo largo de
nuestra vida, ocasión de discutir mucho. Muchos de los que aqui
estáis habéis tomado parte en esas espléndidas realizaciones que
son los Congresos Panafricanos de Prehistoria. A muchos de vos-otros
debemos inmensa gratitud por la manera como nos habéis
recibido incluso cuando nuestra ciencia contaba poco al lado de
la vuestra, y en cierta manera el que os tengamos ahora aquí se
debe al deseo de corresponder, a nuestra manera, con el aire gene-roso
y de amistad con que solemos tratar a nuestros colegas, al
afecto que en otras ocasiones se nos mostró.
Y qué decir de nuestros colegas isleños, alejados, demasiado
alejados, de nuestros centros de investigación. Han mantenido el
fuego sagrado con grandes aciertos, a pesar de su aislamiento.
Han realizado excelentes excavaciones y han publicado dignamen-te
sus resultados. Quiero destacar aquí la labor de un viejo amigo
mío y colega, que une la moderna escuela canaria con la escuela
barcelonesa, fundada por el Prof. Bosch Gimpera, a la que varios
participantes y yo mismo pertenecemos. Me refiero, claro está, al
Prof Dr. Elías Serra Rafols, formado también en la escuela de
aquel gran maestro y que ha sabido mantener el interés a la vez
sobre campos tan diversos como la investigación de la Prehistoria
y la de la Historia medieval y moderna.
También quiero resaltar la muy eficaz labor, modesta sólo en
apariencia, por el temperamento de este investigador, de Luis Die-go
Cuscoy, en la que destaca, junto a difíciles y numerosas exca-vaciones,
la ordenación de un gran Museo, como no dudamos en
calificar al de Santa Cruz de Tenerife.
Pero toda esta labor, aun siendo tan meritoria y aun agregán-dole
todo el peso de la cooperación extranjera, que tuvo en René
Y 7. - .... . - -- su máxima eXpresibn en .al campc, de la Paieoaniropoio-gia,
no podemos considerarla suficiente.
Tenemos los arqueólogos peninsulares una deuda con las Islas
Canarias. Por múltiples razones interesa el cultivo de su Prehis-toria,
llena de enigmas, pero sin duda más ligada a la Península
y.al Mediterráneo de lo que pudiera pensarse a priori.
Esta ha sido una de las razones que nos movieron a pedir insis-tentemente
a nuestros colegas extranjeros el que se reuniera en
Canarias uno de los congresos de Prehistoria africana, lo que lo-gramos
en 1963 y que creemos constituyó un franco éxito. Esto
es lo que nos ha movido ahora a organizar la presente reunión,
de la que hemos visto sus buenos resultados.
Por mi parte estoy encantado de haber contribuido a realizar
el propósito que nos reunió hace unos meses a algunos de los aquí
presentes. El volver a Canarias con tan buena compañía de espe-cialistas
es un regalo para nuestro afán científico y colma mis
afanes en este año en que termina mi función oficial.
Y para terminar, es un grato deber reiterar nuestra gratitud
al Consejo Superior de Investigaciones Científicas por su amplio
y generoso apoyo, actitud que ha compartido con los Cabildos de
las islas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, con la Univer-sidad
de La Laguna y con las autoridades locales y provinciales.
A todos muchas gracias."
Inmediatamente después, D. Josk Luis de Arrese declaró clau-surado
el Simposio Internacional del Hombre de Cro-Magnon.