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B E L L A S A R T E S ANTONIO SANCI-PEZ CONZALEZ, . . PIN.TOR ADOWNISTA Y CONSPIRADOR POB a N E JESUS HERNANDEZ PEEERA Secretario aei linstituto "Diego Velázquez" del C. S. 1. C. O Dos pintores canarios,'tinerfeños los dos y ambos partidarios de Fernando Vii, abandonaron consecutivamente la isla de Tene-riie- do~de, Ue spé s 62 fúi;lir~arsec on el mismo maestro, ei plntor Juan de Miranda, destacaron como retratistas, y donde los dos ejercieron la enseñanza del dibujo por varios años-para venir a' Madrid, y, con constancia y tenaz insistencia, llamar a la genero-sidad del rey, a quien adoraron, en pos de un nombramiento de pintor palatino. El más joven de los dos, Luis de la Cruz y Ríos, que obtuvo el título de Pintor honorario de ~ & r a , ha merecido bastante atención de la critica tanto en Madrid como en su isla natal, y hasta ha llegado a contar en 1953 con una atposici6n monngrkfi-ca en el Museo Romántico madrileño. El otro, Antonio Sánchez González, desconocido casi entera-mente de sus paisanos, intitulado por sí mismo "Pintor adornista de Cámara", tuvo una vida más agitada y trágica, que bien mere- , . ce tmcvmes SE trayectoris y re&ii~ámos ciei oivicio a esta figura ignorada del arte canario. Su arte no puede competir con el de Cruz y Ríos, miniaturista y retratista de muchos más quilates; pero lo novelesco de su exis- tencia y su intervención en la labor de decorador de los Palacios Reales de Aranjuez, El Escorial y El Pardo justifican estas cuar-tillas, máxime tratándose de un aspecto de la pintura española de fines del siglo xvm y comienzos del m, como la decoración pom-peyana, tantas veces citada de pasada, pero pocas enjuiciada con detalle e ilustrada con estudios monográficos de sus cultivadores en los dias de &los TV y Fernando VIH. LG JUVENT~TD, EN TENERDFE. Antonio Sánchez González nace en Santa Cruz de Tenerife el 7 de noviembre de 1758. Fueron sus padres don Bernardo Sánchez de Lías y doña Victoria Josefa González Telma, también canarios. En un artículo del periódico santacrucero "La Tarde" l, hizo públicos Sebastián Padrón Acosta los datos de la familia Sánchez que contienen los documentos conservados en Canarias. En ellos se esclarecen los primeros años del pintor, que fué bautizado en la parroquia de la Concepción el 12 del mismo mes y año en que nació, siendo padrino don Antonio Manuel Floria, de La Laguna, y ministro don Gaspar Domínguez. Desde muy niño debió sentir Antonio Sánchez afición por el dibujo, porque frecuenta pronto la escuela del pintor Juan de Mi-randa, a la que también asistió, entre otros discípulos, Luis de la Cruz y Ríos. Tenía consigo Miranda a su hija natural Andrea, nacida en Gran Canaria 2, de donde era también su madre doña Juana de Ledesma, segun las noticias de Padrón Acosta, ya que Miranda no consignó el nombre de la madre de Andrea en su testamento. El trato amistoso que en casa de su maestro recibía Sánchez le da ocasión de conocer y tratar a la hija de Miranda y, pese a que Andrea le llevaba algunos años, contrae con ella matrimonio i Sebastián Padrdn Acosta: El pintor Bdnchez GonzúEZez. "La Tarde", Santa Cruz de Tenerife, 28 de julio de 1945. 2 Nacida en Las Palmas en 1753, cf. Padrón Acosta, art. antes citado. 166 ANUARIO DE ESTUDKOS ATLANTICOS Aranjuez. Palacio Real. Salón del Trono. El techo. pintado por Vicente CamarOn y Antonio Garcfa SuáreZ. - Aranjuez. Palacio Real. Vista de una cirnara. ANTONIO ShNCHE3, PINTOR ADOBNISTA 3 d 6 de junio de 1777 en la parroquia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, ante el presbítero José González Sopranis, ac-tuando de padrinos don Nicolás González Sopranis y doña María Elena RusseL . Habría que poner en claro el nombre cierto de la mujer de Sánchez, pues entre los documentos madrileños que conciernen al pintor tinerfeño y la noticia de Padrón Acosta hay alguna dis-crepancia. En la certificación literal de la partida de defunción de , Antonio Sánchez se consigna así el nombre y apellidos de su pri-mera mujer: "Doña Andrea Seijas y Guerra". El Seijas puede a ser Cejas, pero lo chocante es que siendo hija natural, como era N E ;I..G" A..drrrr l l r r r r l.." ....-11:a..r, ar Ir -..a-- a- -hr:---2- a- uuuo AILCLLGQ, ~ I G V G AUD apc~uuuU~G di la UIQILLG UC: IULLLUU~, UG SU O abuela paterna, doña Josefa de Cejas y Guerra, según se le cita n - =m O en el propio testamento del suegro de Sánchez 4, y no el Ledesma E E que, al parecer, perteneció a su madre. l 2 E Sea como quiera, en la peniiltirna década del siglo xvm vive el = matrimonio Sánchez-Cejas en la calle santacrucera de la Noria; 3 - tenía entonces Andrea treinta y cuatro años y Antonio veintinuei - 0m E ve. Según el testimonio del citado testamento de hdíranda tuvieron' O "cuatro hijos: Doña Juana (nieta predilecta del pintor), doña Ma; n -E 3 "Dn. Antonio Shchez González, natl. de Sta. Cruz de Teneriie en Ca- a 2 marias. Casado en segs. nupcias con D.e María Manuela Flores y Blanco, y n en primers. lo estubo con D.n Andrea Seijas y Guerra, hijo de Dn. Bernardo 0 y D.@ Victoria González, mi feligs., Calle de la Estrella n.Q 13 = Recivi6 los 3 - S. S. S. Otorgó declaracián de Pobre en catorce de Abril de mil ochos. vt& O y S&, ~ i t esi esiiü. íie S. X. ?Omds Xaiía Xwriique, pr. ia qe. declara pr: herederos a sus siete hijos llamados Isidoro, Juana y Antonia Shchez 4. Sei: jas habidos en su primer matrimonio con la citada D.* Andrea; y a D.* María Micaela, D.8 Catalina, Dn. Félin José y D.* Josefa Sánchez y Flores procreados con la segunda y actual muger D.8 M.* Manuela. = Falleció día veinte y seis de Agosto de dho. afio; se enterrd en el cement?; y lo firmé = fr. Plácido Gamazo.,, = Rubricaüo.-Es copia iiterai aei original, al que me remito: fT, para que conste, expido la presente que firmo y sello con el de esta Parroquia, en Madrid, a 17 de febrero de 1956." Archivo parroquia1 de San Martin, de Madrid, Libro 32 de Defunciones, fol. 157 v. 4 Padrún Acosta: EZ pintor Juan de Miranda, 1793-1805. ''Revista de His-toria", La Laguna de Tenerife, t. XN (oct.-dic. 19-38). págs. 313-336. ría, doña Antonia y don Isidoro. En la partida de defunción de Antonio Sánchez, refiriéndose a una declaración anterior de éste, no se declaraba por herederos, como a hijos de su primer matri-monio, más que a Isidoro, Juana y Antonia, lo que tal vez permita suponer el falleci&ento de María durante los años que median entre ambos docrunent%s. Padrón Acosta añrma que en los primeros tiempos de casados Sánchez pasaba en Garachico y La Laguna largas temporadas. En la primera de estas ciudades (por 1787) pinta retratos de al@ aristócrata allí avecindado, según el articulista. Es lástima que no declare las fuentes que permiten hacer tal conjetura, pues en un pintor cuya producción se ha perdido totalmente, resulta el dato de extraordinaria importancia. Don Pedro Tarquis ha aclarado casi exhaustivamente cuanto se puede saber hoy sobre la vida y actividades del pintor Sánchez hasta su viaje a Madrid. Ha puntualizado de la biografía de Sán-chez detalles importantes en sucesivos artículos: "Sus trabajos en Santa Cruz", "Su permanencia en La Laguna" y "Su salida de Santa Cruz" 6. Recogiendo cuanto del señor Tarquis conozco, re-sulta claro que Antonio Sánchez colabora tan estrechamente con su suegro que con frecuencia los lienzos de la última etapa de Mi-randa son casi de mano de Sánchez, sobre todo los que se con-servan sin firma, que no la tendrían porque el yerno del conocido Miranda no había ganado aún prestigio para atreverse a ello, y sólo, al parecer, ñrmó uno, 'el único que, mientras no aparezcan otros, debió ser completamente pintado por Sánchez: El Nacimien-to, como io iiama ei seííor Tarqiiis, o Lii A&rm"w+ de. ko" pmtore_p. Este cuadro perteneció a don Felipe Tarquis y era atribuido a Miranda; sin embargo, el señor padrón Acosta descubrió que estaba ñrmado por Antonio Sánchez y también fechado, aunque esto Último ilegible 6. La pintura parece copia de otro Nacimieilato ''La Tarde", 21, 27 y 28 de enero de 1954. 6 Pedro Tarquís: Un 6Zeo & Antonw Sdnchez. "La Tarde", 22 de sep-. dembre de 1945. ANTONIO S,&NCHE. PINTOR ADORNISTA 5 de Miranda, de la parroquia matriz de la Concepción, introducien-do variantes. Según el señor Padrón, Sánchez se muestra inferior a su suegro; más realista, no tiene la ''finura italiana" de su mol delo Miranda, pero presenta muchos aciertos que prometen un buen pintor. Al parecer, y según quiere probarlo el señor Tarquis en su. artículo "Artistas de Santa Cruz" ?, la tela de La Adoración de los pastores presenta la particularidad de contener el retrato de la hija de Juan de Miranda. Está representada Andrea, s e g ~ nel citado crítico, en una dama alta y elegante que, ataviada a la moda de la época, se asoma a Arar el Niño del pesebre, y consi-dera este detalle del cuadro como lo mejor de la obra. No es se-mira.. desde li~egot~al identificación; y lo mismo podría ser otra o -- -, -- - - - - - - - ' - dama donante de esta pintura. En el Segundo artículo de esta serie insiste Tarquis en dife- . rentes atribuciones de frescos anónimos de la época que le pare-cen del pincel de Sánchez. Quedan, sin embargo, solo en conjetu-ras, io niismo de laca piza mawr de la iglesia del Pilar y los frescos que declara Primo de la Guerra en el convento de San Francisco, como también es completamente problemático el "Apostolado del Espíritu Santo" en La La&a y ian cuadro com-: prado por el señor López Ruiz cerca de Acentejo. No se puede atribuir sin más a Sánchez González cuanta obra pictórica de aque-llos años y de autor desconocido se encuentre en Tenerife. Hacia 1785 fué cuando S.ánchez se instaló en La Laguna y abrió una escuela de dibujo y geometría, que estableció en su propia casa habitación y dotó a sus expensas. La Real Sociedad Económica de Amigos del País, que funcionaba en La Laguna, patrocinó la empresa del pintor tinerfeño, y, según las propias de-claraciones de ~ánchez,c omentadas por el señor Tarquis, se in-teresó profundamente por las enseñanzas que en la Academia se- 7 Tarquis: Antonio Sánchez González, pintor de Cámara de Carbs ZV. Su producción artktica. "Hoja Oficial del Lunes", Santa Cniz de Tenerife, 19 de septiembre de 1955. 8 "Hoja Oficial del Lunes'', 26 de septiembre de 1955. Núm. 3 ,(1957) guían los alumnos, celebrando exámenes y distribuyendo premios. Tres años de vida tuvo la Academia Sánchez, durante los que, no cabe duda, el pintor tinerfeño realizó una benemérita labor. Pero no solo ejerció la docencia, sino que también allí, según descubre Pedro Tarquis en el citado artículo, se emplea en otras actividades artísticas. En la iglesia de Nuestra Señora de la Con-cepción, de La Laguna, se pagan, el año 1788, 740 reales de plata al pintor Antonio Sánchez por siete frontales pintados y dorados, según testimonio del Libro de Fábrica. Así, pues, dejó Sánchez documentadas en Canarias dos obras suyas: un cuadro en Santa Cruz y los perdidos frontales de la Concepción lagunera. Por aho-ra ningún otro producto del arte de Antonio Sánehez se ha des-cubierto. EL P~TOR, EX LA PEN~NsuLA. nunG- - ,u.Xy-u r;o udncrl Cr rn anbnanuovr. ;lr\ orr nnAnm;m al -mvnr\ An 1\K;r=on. o ur; uu !ibaub111.1u9 -1 5 u1 11v u\r AVTAL UI12Wf, d - to de horhontes artísticos y tal vez económicos-los encargos no debían ser muy abundantes-, debió pensar en abandonar la Isla. Entonces seguramente le aconsejaría su maestro que completase SU formación artística, como él mismo lo había hecho, en la Pen-ínsula, o codo haría luego su más aventajado discípulo Luis de la Cruz y Ríos marchando a Madrid, y Sánchez decide venir a la Corte. Él mismo así lo confirma en una de sus cartas exhumada por el señor Tarquis: "Estimulado de adquirir más extensos cono-cimientos y que el. país no era posible me los proporcionara, me pasé a la.Corte." Miranda, que guarda consigo a Juana, su nieta, y estimuló a Sánchez a embarcar, debió ofrecer ayuda económica a su hija Andrea y demás nietos mientras Sánchez no pudiera enviarles el fruto de su trabajo madrileño. Ye este mc~uentc cluw para !c, exiutemiu de Sárickez ku side también el señor Tarquis el afortunado investigador. Por él sa-bemos que pasa el pintor tinerfeño a la Península bajo la protec-ción y en compañía del entonces Comandante General de Cana- 170 AWUARIO DE B8TUDI08 ATLANTZCOS Aranjuet. Casita del Labrador. Gabinete de Platlno. Las pinturas. de Zacarias Gonzilez Velázquez. LAMINA I V ANTONIO SANCHEZ, IPWaOR ADORNISTA 7 rias don Miguel de la Grúa Branciforte, marqués de Branciforte, y que en este patrocinio también anduvo la mano de Miranda, ya que constan sus relaciones con Branciforte por un cuadro, hoy desaparecido, en el que retrató al Comandante General de Cana-rias rodeado de pobres del Hospicio de San Carlos, de Santa Cruz de Tenerife. Con el marqugis viaja Sánchez y liega a Madrid d año 1789. Estos datos y las cartas sobre la llamada cuestión del Consulado del Mar, que de nuevo vuelve a relacionar con Canarias al pintor tinerfeño, eran las únicas huellas documentales de la vida de Sán-chez; vida que parecia haberse esfumado después de las Cortes de Cádiz y que resume el articulista de "La Tarde" a base de soh iim curta cita sdxe Shchez, qae ha llegado a sus manos en una obra del señor Sánchez Cantóna: el yerno de Miranda fué pintor adornista de Cámara del rey Carlos IV, maestro charolista de Fernando VI', y en 1823 pide s u e l d v u e por fin le conce-den-, arguyendo su fidelidad absolutista y los trabajos padecidos por ella. Sánchez CantOn creía además que había muerto a hes del año 1825. El viaje de Sánchez a Madrid lo documentaban también el tes-tamento de su sueg-ro en 1805 y las declaraciones de su hijo bi-doro al contraer matrimonio en 1803 lo, aparte de las cartas cru-zadas entre Sánchez y el Consulado del Mar. Entre esta partida y el testamento de Miranda hay que situar la muerte de Andrea, de cuyo fallecimiento no se ha hallado aún la fecha exacta. Tanto las cartas conocidas por Tarquis, como su Memorial al ;',"y de 1797 **, declurun, zhiertt~ente e1 proprísitn que a Sánchez impulsó a dejar su tierra natal, separarse de sus hijos y mujer, a quien no vió morir, y abandonar la dirección y el amparo pres-tigioso de su suegro y maestro: queria ampliar sus estudios cur-sando las enseñanzas de la Real Academia de San Fernando. 9 F. J. Sánchez Cant6n: Los Pintores de Cúmarcr de los Reyes de Espark. Madrid, Hauser y Menet, 1916, págs. 167-168. 10 Padrón Acosta, art. cit. ,.? Archivo de Palacio, S-19, Ieg. 9312. , Efectivamente, entre los libros de matricula de aquel centro, el correspondiente a los años 1784 a 1795 contiene su inscripción. Ingresó en la Academia Antonio Sánchez el 3 de diciembre de 1789 12, y a continuación de su nombre dice así: "Nat. del Pto. de Santa Cruz de Tenerife de 29 a." Seguramente hubo un error por parte del escribiente al consignar la edad del pintor canario, pues de la fecha acreditada por la partida de nacimiento que utilizó Padrón Acosta resulta tener Sánchez para entonces treinta y un años, mientras en el libro de matrícula se escriben veintinueve. Formaban parte del claustro de la entonces Real Academia de San Fernando, entre otros profesores, los señores don José Cas- a N tillo, Teniente honorario de pintura, y don Gregorio Ferro, Te- E niente de pintura; ambos reciben sus nombrami~nf_oesn e! año O n - 1788. En ese mismo año, el 7 de junio, se nombra Director de Pin- =m O E tura a don F'rancisco Bayeu, el cuñado de Goya; el año anterior, E 2 octubre de 1787, lo había sido de Perspectiva don Guillermo Casa- =E nova. El propio año que se inscribe Sánchez prorroga la Real 3 Acaderia a düii Mmuei A i ~ r e zei cargo de Director Generai de -- 0 la misma, que venía desempeñando, y otorga el de Directora Ho- m E noraria a una mujer: doña Antonia de Vauguyon, princesa Ale- O xandro Listeneis Beaufremont. Entre estos maestros Iba a con- 6 n tinuar Sánchez la formación iniciada con Miranda. E a- Sin embargo, y a pesar de que las ocasiones de distinguirse 2 n no debieron ser escasas, el nombre del pintor canario no aparece 0 en ninguna de las listas de premios concedidos "por el Rey Nues- O3 tro Señor a los Discípulos de las nobles artes", que se leían en la Junta Pública de la Real Academia de 4 de ~g~cr tdne l?W. SS9 de una manera anónima, el entonces estudiante de pintura y di-bujo Antonio Sánchez, debió tomar parte como alumno en las de-coraciones de que se hace eco el libro de Juntas a que aludimos lS. Al subir al trono el Rey se celebran distintos actos públicos, las 12 Libro de Matrícula de los discípulos de la Real Academia de Belias Artes, años 1784 a 1795, letra A, Biblioteca de la R. Academia de San Fernando. 1s Fol. 15. L A M I N A V 1 B , m+-+- *.- y&- -;- Aranjuez. Casita del Labrador. Sala decorada por Japelli ANZY)NIO SmCI-IEZ, PINTOR ADORNISTA 9 calles por donde pasaban SS. MM. estaban engalanadas con mo-, tivos alegóricos ejecutados en cartones y telas, y en la calle de Alcalá, alrededores de la Real Academia, "los jóvenes que en ella estudian, encargados de estas decoraciones, merecieron justas ala-banzas". Ya que no consigue una primera medalla, al menos, en el campo del adorno, que va a ser su especialidad artística, se pue-de suponer,a Sánchez actuando por primera vez con lucidez para la Corte. Pero el camino que le llevó hasta las dependencias palaciegas debió ser no tanto sus maestros de la Real Academia, que ya famosos contribuían con su arte a la brillantez de los palacios ma-drileños, sino sus amistades politicas y tal vez el mecenazgo de Branciforte que desde Tenerife le traía recomendado. No comparto la opinión que quiere hacerle ascender hasta la Cámara Real por sus méritos solo, postura explicable más que nada por la carencia de datos sobre los pasos del tinerfeño en Madrid. Ue !os duc-üiieriiui; yue ahora he exaniiiñacio resulta claro que toda la vida del pintor se centra en derredor de la política, y fue-ron más bien losvpolíticos y hombres influyentes, que no sus pin-turas, los que jalonan la carrera madrileña del yerno de Miranda. EL PINTOR, EN PALACIO. . . . . , . . . . . Cursando los estudios d e Bellas Artes, Sánchez .no descuida sus amigog bien situados y frecuenta el trato de ~s.a . ncifortey los circuios coriesanos~y iiterarios. Que De i a Grúa tenía significa- ' ción política es bien sabido, y no es necesario insistir en su pos-tura y evoluciones a lo largo de las vicisitudes históricas, su afran- ; cesarniento y servidumbre - al rey José. . .. , . , . . ~ & q ~loes documentos 'del pintor tinerfeño llegados. . a ., ..m i. co.- . nocimiento dan fe de yn S'ánchez. absolutista'acé~imo, al pkin-cipio, forastero en Madrid, con filiación Politi& sin 'definir, serían Branciforte y sus amigos los que iniciaran al canario en las intri- 10 JESOS HERNANDIB PERERA gas cortesanas. Asi,,por el marqués que le trajo de la Isla conocería quizá a don Juan José Blesa, de la administración del Palacio de la Florida, que en 1808 le contesta una carta dándole trato de .amigo, y estos. nuevos. conocimientos inducen a ~á n c h e za inten- . . tar el albur de los cargos y-prebendas palaciegas. . :. . . . ' . . En. Z791' comienza el. yerno de Miranda sus trabajos de pintúra , por encargo .real. El' Archivo .de Palacio, que ya había. consultado para su tesis doctoral el señor Sánchez Cantón, es fue& pri- ' mordial ea la InvestigaciCin de la vida ma'drileña. de Sá3lchez.'-~n el Memorial.que elev'a al Rey en 1814 14, asegura .que desde i.791'. tuvo el honor .de ser empleado en los Sitios Reales de El Escorial y. Aranjuez,. en 'las obras propias. de su profesión: "En. 803 fu6' destinado por. e1 h g w t o Padre de V-M +. (Carlos.I V) :para con-tinuar las.-obras .de. pintura principiadas en el Palacio de'recreo que fué de. la duquesa. de Alba, en la Real Florida,. y en 'abri1:de 807 se le mandó formar planos para el adorno de varias .salas del expresado Real Palacio, los que merecieron su real aproba-: ción, y execiiian/Joa; gllnos & ec"s Zjúrl os extraordinarios acontecimientos de marzo de 808 y siguientes. .." " 'Sin embargo, en Aranjuez (marzp, 15 de i797) ~ n t ó n i oS án- : chez pide "los honores de supernumerario de Ayuda de la Furrie-la (sic.), sin sueldo", aduciendo para ello el haber establecido a sus expensas una escuela de dibujo en la isla de Tenerife, de cuyo mérito dice tener presentada certificación en la Secretaria Gene-ral de Gracia y Justicia, y añadiendo que "tiene el honor de estar empleado en h s obras de pintura de V. M. hace cuatro años, des-ernheñando cuanto se ha puesto a su cuidado ..." SUS OBRAS DE PINTLFRA. Sean cuatro o seis los años que en 1797 llevaba Sánchez al 14 Archivo de Palacio, S-19. 174 ANUARIO DE BSTUDIOS ATLANTICOS E1 Escorial. Casita del Príncipe. Decoración pompeyana de una hbveda. ANIY>NIO. SANCHEZ, PINTOB ADOBNISTA 1P. palacios de Carlos N. Primero debió ser El Escorial, después, e; simultáneamentei el Real %ti0 de Aranjuez, y más tarde el iia-mado Palacio de la Moncloa, en el Real Sitio de la Florida. La primera solicitud de Sánchez recorre el camino adrninis-trativo de costumbre, y pasa, a través de don Eugenio de Lla-, guno, autor del célebre tratado de Arquitectura, al marqués de Santa Cruz, mayordomo mayor de palacio, el cual informa des-, favorablemente a S. M., con lo, que Ia gracia pedida en marzo de 1797 en Aranjuez es denegada el 6 de julio en Madrid. Los hono-res de la Furriera permanecen inasequibles al pintor tiierfeño. Hasta e1 año 1808 el trabajo de Antonio Sánchez, al parecer, N:: se ~ 3 1 i tpi i~-e Yüii^inaakmeiite, si im exchsivamezte, en !a CLu,-i-, e da, a donde se le destina en 1803. U d - Era este Palacio la casa de recreo de la famosa duquesa Caye- 0" tana, y después de la muerte de ésta, a iniciativa de la Reina I 8 María Luisa, fué comprado por el rey Carlos IV, que continub e las obras de adorno del palacete iniciadas por la duquesa 15. Debe 5 Y recordarse que en la real posesión de la Florida entraban, a más =nE del palacio de Alba, otras construcciones conocidas por la casa, 6 de la Granjilla, del Botánico, de la Chispa, del -ende, de la Mon- , U E taña del Príncipe Pío, de Marcelo y la casa del Portal de Belén, i 1 Después del año 1797, fecha de su primer memorial conser- a vado, hay un intervalo de once años en los que, careciendo de do- 2 d cumentos que aclaren sus actividades, se le puede suponer tra- ! bajando en la Florido, como el propio pintor afirma en la antes 0 citada petición de la F'urriera (año 1814). Se encontraba Sánchez entre el plantel de artistas que traba-. jaban en decorar el palacio y colabora, en su especididad de pintu-\ ra pompeyana, en el adorno de techos y paredes, se* estaba ya. p h e s d ~p; m e :: abril cle 1801, o 12:: id!~e~artdse! pinter s m más efectivas o, lo que es mejor, su labor se hace digna de tar distinción, lo cierto es que se le destaca del conjunto que ayudaba . . ' 1s Joaquín ~ zque k ad el Bayo: El . ~ a ~ a c edt ee b 'i&ncloi. &. .&. irid; SO- . . . ciedad ~spa.fiola de Amigos del Arte, 1922, págs. 20-22; : : ' a los maestros y se le'pide, según afirma en su-escrito, que forme planos para el adorno de varias salas del expresado palacio, pro-yectos o bocetos que merecieron la real aprobación. , . ' pasa -Antonio' Sánchbz, por fin, a creador y .kj&cut& de un; abra propi& coin&tam&e suya 'desde l i idea hasta 'el' dibujo y factira de los 'frescos- de idoino. ~bdemos &@kar '.fácilmente cuá& cuidado y e~tk&smo pondría en ellbs un artiita que viene 8 Midiid .desde tan :lejos &-a. lograr este. momehto :. v& despe- . ~ . . . . jad6 elcamino que lleva a la fama y el bikriestir econón&.' CU& - to &bió significar para 'é1 aquel fugaz éx.it.o y. qué.gometedór di- - .bió p.ar.e c.& le..e&onces &. 'f.& uro nos.10 demuestra. la reiterada cita de aqueiios .'años,-c oino de una 'etapa iograd. .a , ..a io. iargo de ios-numerosos memoriaIes que jalonab su.'azaiosa vida. Pero: circu&an&s extrañas al arte, los acontecimiénto~ que en marzo'-de:1 808 conmueven ~ s ~ a yñ daan comie& a k ~ u i r i a ' de la lridt$endenciaf interrumpen de una'&&era trágica: lo. s.. p&i- %. 'bles acie&s de ~ánchezc omo fresquista,'~l;o que & peor; des-, tru'jin de I&i p i e b i s fehacientes de su arte, tanto 'de lo ejecutado como de lo abocetado o en proyecto. El 23 de marzo de aquel histórico año entraba en Madrid Mu-. -rat; ei .kan duque de Berg, al frente de las tropas francesas; al día ,siguiente 14 hacía ,j?ei.nando VI1 y comenzaba en'la capital de ' ~ s ~ aañquael estado.' d. e. , excitación popular que culminó en .el Dgs de ~ a h . . . ,. . . . . Por .una paradoja del destino, siempre ,a contrapelo de. nues-tro, pintor, el palacete de, la Moncloa es utilizado como alojadento del Séquito de' :~uratE: s nekesario .efectuar obras. de.acondicia-namiento en el' palacio, como una niievá bocina para 'la servidum- %re del gran duque de Berg, y en la cuenta. que de ¡a semana comprendida entre el 9 y el 14 de mayo de aquel año dió el ad- 176 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS H El Escorial. Casita del Principe. Bóveda de la Sala de Bordados. decorada con relieves de estuco por los Brlles. X E1 Escorial. Casita del Princir>e. Rbveda decorada ron estucos y pinturas. ANTONIO SANCBEZ, PINTOR ADORNISTA 13. ministrador de. la Forida, ~ u a nJo sé Blesa 16, se pagan a Antopio Sánchez: González 930 reales. por pintar' al. temple :techos y, made-: -es,d el.palacete: El ,recibo autógrafo del pintor,.que va uqido a la. cuenta' del administrador, lleva fecha-del 2 de junio de 1808,en. 'Madrid, y especifica que los' trabajos realizados por el,, artista ti-: nerfeño fueron: dar "de color al temple los techos y todas las ma- .deras de.l as cornisas provisionales hechas en el .~alaciod.e ~ q x yl o que fué de la Duquesa de Alva, y todas las puertas, bentanas.~. -todas las demás.maderas .que están al intemperie, ,como también: la escalera igualmente. provisional de .la Moncloa, .dadas .de color; a l olio, y un friso,. en la pieza grande de comer de, otro, Palacio, todo ello ejecutado de orden del señor Dn. lilorencio Martín, .Di-; .rector Gral. de 'la R1. F'lorida." Bien poco artística es la misión encomendada al pintor por-el, interventor de la Florida, a tenor de este insólito documento, ~k-. co que nos habla hasta entonces de la actuación de Sánchezen: .el palacete de la Moncloa por otra pluma que la suya:' TT.."" ,.,.-m-,.,. -Ar &....a,. :-"^l'a^-:^ ^^.r --.- --2:- S-*--- ulma i3rjluailla~u acs L ~uLt;, ~dlsuliuarluti u11 :Z 'utiupatiiuii rr dI~ce-sa, el artista abandona sus trabajos en la.Moncloa y huye 'de.la, .Corte, ocasión. que aprovechó el invasor -para-adueñarse :de ausi enseres. Así nos lo cuenta el' propio Sánchez -en el memorial .del año 1814, que continúo citando: "por cuyas causas ha ,sufrido 1% -pérdida. de su trabajo y suplementos hechos &las mismas obras y.de los acopios de materiales que tenía para éstas, robados: por: los enemigos, 'cuando se posesionaron de este' Real Sitio,; como: también lo fue su. casa-por haberse fugado de esta capital -por no :sucumbir a tales monstruos, cuyos hechos!son., notorios -tanto a. los jefes como a los ernple~dodse~. la Real ~ l ~ r i d;a y" d e q.u e. efec-: tivamente loera, nos ha quedado constancia en. la carta ya alu-:. dida de Blesa, alto empleado del personal de la Florida. Blesa contesta a Sánchez el 7 de diciembre en los siguientes. . . . .térATAincs: Sr. y amigo: reex spreejab!z &jg;,Tbv m . . iont{&d.o . a dilGe&iase modo y &&o d i 16s. ,&.o pios 16 Real Florida, leg. 5.9, Archivo de Palacio. xúm. S (19571 que Vmd. tenía en la Casa Palacio de la Florida. Yo sé se hah. informado que :el .día 4,' el. mismo que -entró -el exército Francés' en .Mad., quedaron cogidás todas sus puertas con sus-tropas, y el 5,'.a1 amanecer, ya se.habian apoderado dichas' tropas- del' Pa-lacio, casa de la Moncloa y dbás'de la posesión, robando .y rom-. piendo quantas. preciosidades y muebles contenían, sin atreberse a chistar .ningún dependiente, corriendo .su hacienda de Vmd. la misma ,suerte, que me informaron que .lo que no pudieron llevarse lo arrojaron por 'los balcones. Yo siento mucho su gran pérdida de'Vmd., pero podémos con justo motivo llorar los dos,. pues le. consta las gruesas pérdidas que sufriré por mi descomulga-i a da Admón.,.pues me coge con desembolsos sufridos en el pago de. Ins infelices jornaleros por no berlos perecer. No sé ,en qué vendrá: O a parar este embarazo tan embuelto de misterios que debemos. n-- m disponernos a padecer.-~speremos pidiendo a, Dios contenga su: O E E justa. venganza;: iiterin queda suyo su aMo. Q. B. S. ~ . 4 u a n ! 2 E JoGjé- Blesa." . . ' Adjunta este,d ocumeAo ~ & ~,a s~u 'ibnka~ii6ia$ Ze 1814 & la. 3 que pide se le confirme la plaza de pintor de la ~eal.'.Bl&idqau e' - 0 m E CaFIos' IV - l ec oncedió, y, cuando agrade a 'S. .M.,~ ernandoV II, O . - . continuar las obra~.~ictóricqause alii tiene empezadas; Esto prue-n ba &e -pasádos los primeros furores 'de la soldadesca francesa y: E dado que sus' frescos estaban apenas comenzados, debieron re-.: a sistir. los daños y'perdurar, en parte, puesto que. propone conti- n n . . nuarlos. 3 : Se desprende de la carta de Blesa que el.pint0r' tinerfeño 'vivía O cerca 'del .I>alacio- de la Florida, tal vez en .alguna.d ependencia del' mismo, y que. fueron, -tanto su:vivienda' como ..el taller 'instalado. en las salas que entonces decoraba,' arrasados .por los franceses. S~CHE;Zm, C h . Sánchez huyó en 1808, y huyó a Cádiz; de ello tenemos noti-, cias, no sólo por los documentos que venko manejando, sino. tam-. bién por los encontrados en Tenerife. 178 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS: Madrid. Palacete d e la MoncIoa. Techo del Gabinete Carlos IV (antes de sil dentr7~cci6n). De cómo realizir el viaje y con quiénes compartió Sánchez las molestias y sobresaltos que los traslados de guerra ocasionan, no tenemos noticia. Pero hasta la Isla de León llega el pintor tiner-feño en seguimiento de la Junta Suprema, de la Regencia, del Consejo de Estado; y desde allñ asistió al más prodigioso aconte-cimiento de la época: la apertura de las Cortes, la concentración de los personajes más representativos de aquel período critico y la fragua y promulgación de la Constitución española que venia a cambiar, de manera píblica ,y oficial, la ideología de la nación. Al año siguiente de promulgada la Constitución, estando la Regencia en el Puerto de Santa María (1813), a causa de la fiebre amarilla, y en funciones las Cortes ordinarias que se preparaban a partir hacia Madrid, recibe SBnchez, en 1% Id% de Le&, dende se encontrarían en aquel momento los organismos del disperso Go-bierno, un curioso nombramiento de Maestro Charollista de la Real Caballeriza, plaza "que resulta vacante por fallecimiento de don José Petit" 17. Está firmado por el marqués de Astorga y dirigido al señor 6on IvIanuel IvIantiiia de ios Ríos, para que ie dé cumpii-miento. En él se trata a Sánchez de "pintor adornista del Rey". Este favor entrañaba un sueldo que no sería muy crecido dada la fun'ción casi de tipo artesano que suponia. No puedo afirmar que lo solicitara el pintor canario, pues no he encontrado docu-mento que así lo acredite. Tal vez, a pesar del escaso apoyo que para su economía y, sobre todo, para su misión artística seme-jante nombramiento ofrecia, fué para Sánchez el titulo de Maes-tro Charolista señuelo bastante para abandonar definitivamente aquellos proyectos de regreso a su tierra forjados durante su es-tancia en Cádiz, y le sirvió de acicate para volver a la Corte y continuar una vida aventurera que había de durar ya hasta su muerte. Y esto lo decide Sánchez rechazando un nombramiento como el de profesor del Consuiado Gel Mar, de Tenerife, que le hubiera permitido ejercer honrosamente su profesión, y pin siquiera poder - - 17 Archivo de Palacio, S-19; está fechado el 29 de octubre de 1813. 16 JEsÚS HEILNANDEZ PERERA contar en firme con el exiguo sueldo de Maestro Charoiista, en tanto no estuvieran refrendados los dependientes palaciegos al regreso de Fernando VII. Antes de historiar el sesgo que el reinado de Fernando va a brindar a la vida de Antonio Sánchez, y los nuevos episodios de ésta, conviene que pase revista a los proyectos de regreso antes aludidos y recapitular las noticias que, sobre este asunto del Con-sulado del Mar y sobre la producción artística gaditana del pintor tinerfeño, también se deben al señor Tarquis. Representaban a Canarias en las Cortes de Cádiz, entre otros, los señores Key Muñoz y Llarena F'ranchy. Nos dice Pedro Tar-quis la que ha leído en Tenerife cartas de Sánchez en las cuales se dhm ~ U P , estmrln en CAdiz, victima de luna situación económica precaria, resolvió marchar a su Isla, y para ello visitó a los repre-sentantes en Cortes del Archipiélago pidiéndoles apoyo en la solici-tud que pnsaba hacer. Se lo prometieron éstos, y el yerno de Mi-randa elevó una instancia al prior del Real Consulado, don Juan Prospero de Torres Chirino, aduciendo en eiia ios mejores derechos que creía tener, habida cuenta del honor excepcional, en un hijo de Canarias, que significaban sus trabajos por encargo real, y de "algunos grandes de España" (por mi desconocidos y sin otra cita más en los memoriales de Sánchez), y por ser el Único artista que desinteresadamente y cuando más se necesitaba había arbitrado los medios de enseñar dibujo, fundando su Academia de la disci-plina, precisamente en La Laguna, lugar donde el Tribunal de Comercio dotaba ahora una plaza de este arte. Para entcnces pcseiu mrnbramimt~d e yropiet.ric! de 18 misma Cruz y Ríos, que había movido personajes influyentes, con la ven-taja de vivir allí donde Sánchez faltaba hacía muchos años y ha-bía ido perdiendo parientes y amigos. Pero, además, hacia mayo de 1811, el Consulado del Mar otorga segundo nombramiento de 18 Pedro Tarquis: Antonio Sdnchea Go~mi lezpJi ntor de Ccimara. Cuestión del Consulado del MarJ 1, "Hoja Oficial del Lunes", Santa Cruz de Tenerife, , . 29 de noviembre de 1955. . . . 180 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS. ANTONIO. SANCEE3, PINTOR AWRNISTA 17 "maestro de Dibujo" a favor del miniaturista canario Ossavarry, aprovechando la arbitraria permanencia de Ríos en el Puerto de 10 Cruz. Llegadas al Consulado las cartas de los Diputados y la ins-tancia de Sánchez, fueron aquellas tan elogiosas y convincentes que estando Ossavarry en trance de *aje hacia Tenerife, y Cruz y Ríos dando las clases, se complica aún más. la cuestión enviando a Cádiz un tercer nombramiento de Dibujo, y esta vez nada menos que bajo el rótulo de "Director de la Academia" : hasta tal punto habían pesado en el ánimo de los cónsules provincianos las presun-tas glorias cortesanas del pintor tinerfeño. ' Sánchez escribe pocas veces más, dando las gracias y pidiendo prórroga a su nombramiento: esto Último en agosto de 1812; des-pués no vuelve a acordarse más del Consulado del Mar, como afir-ma Tarquis le, ni para decir adiós. Se siente de nuevo deslumbrado por las nóminas palaciegas, y en 1813 le pagan esta dedicación -desde luego interesada-con el ya comentado nombramiento de Mzestr3 Ckarcfists. Parece Uesae&-ad3 e! trüepe de pi'e$jeiidaU oficiales que entonces realizó Antonio Sánchez, y efectivamente lo fué. Aquí podríamos dar fin a la estancia del pintor en Cádiz, si los señores Padrón Acosta y Tarquis no hubiesen dado a la estampa .sendos artículos sobre una faceta de la misma 20, aprovechando las noticias que de la producción artística de Sánchez en esta épo-ca proporcionan las mencionadas cartas de los diputadbs y el inte- .resado cruzadas entre Cádiz y el l a d e r o Consulado del Mar. En estas cartas se manifiesta repetidamente que nuestro pin-tor andaba entonces elaborando un cuadro, estampa, grabado o serie de episodios-que con respecto a esta cuestión no se ha lle-gado a esclarecimiento satisfactorio-sobre las Cortes de Cádiz de 1812. Concretamente estos son los datos: en* las cartas publi- 19 Pedro Tarquis: Alztonlo Sa?achex Gonzdilez, pintor de Cámara. Cuestión del Colzsulado deZ Mar. "Hoja Oficial del Lunes", Santa Cruz de Tenerife, 19 de diciembre de 1955. 20 '%a arde", 6 de agosto de 1945, y "La Tarde", 20 de abril de 1951. cadas por Padrón Acosta, Sánchez declara estar empeñado en la realización de una obra por encargo del "augusto congreso". Con ella pensaba acopiar medios económicos para desplazarse a Ca-narias, ya que en junio manifiesta carecer de ellos, a la vez que de salud. Añade a estos impedimentos, en agosto del mismo año 1812, que quiere recoger lo que "ha podido salvar en Madrid", . cuando ya sabemos por carta de Blesa que Antonio Sánchez es-taba en 1808 perfectamente enterado de que los franceses nada absolutamente habían dejado de cuanto de su arte el tinerfeño había abandonado al huir. Y, a menos que le supongamos dos ta-lleres montados, uno en la Real Florida y otro en la propia capi- a tal, que no fuera victima de la avaricia del invasor, resulta claro N E lo especiuso del prztexto, y, !O y ~ eeri, p eor, s! ag~fizarsec on esta O n pequeña falsedad el tono de largas que el "Director de la Acade- -- m O mia de Dibujo" viene dando a La Laguna en sus cartas, las otras E E S disculpas aducidas caen dentro de la órbita de lo sospechoso. -E ¿No exageraba el pintor al afirmar que estaba concluyendo la 3 obra llamada de "Las Cortes de Cádiz"? El señor Tarquis, por su -- 0 parte, cita párrafos de Llarena Franchy cuando le recomiendan m E al Consulado, y desmenuzándolos pacientemente se deja llevar por O su entusiasmo hasta edificar, sobre la interpretación de unos elo- . : gios vertidos en carta de recomendación, la fascinante hipótesis -E a de un Sánchez trabajador, aplaudido por la asamblea doceañista. nl n Por desgracia, no es admisible tal conclusión, pues de lo que n Tarquis transcribe, sólo laopalabra diseño basta para estar se- @ = guros de obra-cualquiera que esta fuere-inacabada. Y este es el sino de Sánchez: en ia Floriua "proyectó", y, auiiqut. alga de-bió ejecutar, tampoco pudo coronar su trabajo, y en los demás lugares reales de que tengo noticias, sólo consiguió colaborar, nun-ca crear. h!ü opinión es que, de ese cuadro fantasma sobre las Cor-tes de 1862, Sánbhez sólo hizo bocetos previos que esgrimió al recabar la protecci6n de los diputados tinerfeños, y posiblemente mostró a la Asamblea y a alguna otra oficina o secuela oficial, tal vez ante quien le otongó el modesto sueldo y título de Maestro Cha- 182 ANUARIO DE EBTUDIOS ATLANTICOS \ rolista; pero el cuadro o serie de ellos que, al decir de Sánchez .corno de sus protectores, nunca llega a dar por terminado, temo mucho que jamás tuvo fin, y permaneció olvidado entre los en-seres de Sánchez de regreso en un Madrid próximo a enconarse con liberales y absolutistas, entre los que el pintor obtendrá papel -demasiado activo para volver sobre un tema pictórico tan poco del agrado real, como era el de las Cortes elaborando la famosa Cons-titución que obligaron a jurar al amado soberano. Es lástima que, a pesar de los hondos baches de la vida de Sánchez, ningún ver-dadero logro, hasta los cincuenta y seis años, acierte a cuajar. Todavía cabría colocar, por las fechas de sus andanzas gadi- -tanas, un episodio más de la existencia del yerno de Miranda. .Como posibie puede aceptarse que ¡as segundas nupcias de S6n- .chez, acreditadas en su partida de defunción, fueran celebradas en-tonces en Cádiz, tal vez con una gaditana. Desde antes de 1805-fecha del testamento de Miranda-el pin- -Cor tinerfeño era viudo. Solo, con los hijos lejos y mayores, no -resulta sorprendente que vuelva a casarse. Supongo que fué en Cádiz porque, según el domicilio que Sánchez hace constar reite-radamente en Madrid desde sus primeros memoriales a Fernan-do VII, vivia, ya con la nueva familia, en la calle de la Estrella, -número 13, donde murió. La parroquia correspondiente, la de San Martín, guarda, por fortuna completo, su archivo. He buscado en él datos referentes .a doña María Manuela Flores y Blanco, partida de nacimiento, a n t a A n h n A a xr n ~ t i ar7 n alln an nnniinntra al l í rnm'atratin Notiiral, ..."'U UV UVU..., J I A U U U U" "Y" Y" " * A " U V I I " I U U.- A V b - Y I - U-". -.U"- V I . mente, y dado que ningún libro ni legajo falta en dicho archivo, la segunda esposa de Sánchez o vino con él de Cádiz o pertenecía -a otra parroquia madrileña. Me inclino más al primer supuesto, porque en el repetido memorial del 1814, pide se le coníirme en la plaza de pintor de la Real Florida, y que "hallándose vacante la que obtenía el difunto don Jacinto Gómez para el cuidado y con-servación de las pinturas de los Reales Palacios de V. M., le agra- cie con ella piwa, por este medio, resarcir en parte lo mucho que ha sufrido, y atender a su subsistencia y la de su familia." Realmente parecen cortos los meses que median entre octn-bre de 1813 a septiembre de 1814, para que quepan en ellos dos. acontecimientos tan aparejados con el tiempo, como son un viaje a través del país infestado de guerrilleros y entorpecido por ene- . migos y aliados y el conocimiento y trato de una mujer, con la propuesta y realización de un matrimonio; todo esto en el medio ambiente de una época de tan diversas costumbres en esta mate-ria a la nuestra. Además, jno influiría en el ánimo de Sánchez el proyecto de contraer segundo matrimonio en Cádiz, cuando ol-vida el Consulado del 'Mar y decide permanecer en la Península? . . DE NUEVO EN MADRID. Quizá sepamos más algún día del momento en que entra doña ' María Manuela en la vida de Sánchez. De ella tuvo cuatro hijos: María Micaela, Catalina; Félix Jo& y Josefa Sánchez y Flores. Mantener esta prole, que va trayendo al mundo cercanos sus se-senta años, tal vez revele alguno de los resortes que indujeron al pintor santacrucero a abandonar tan persistentemente el pincel para cambiarlo, cada vez con peor suerte, por la intriga, la cons-piración y el fructuoso merodeo a la nómina palaciega. Tal como debían andar las oficinas de palacio recién llegado Fernando VI1 a Madrid, no choca que la instancia de Sánchez per-manezca olvidada, y que su repetición textual en 18 de octubre de 1814, comience a tramitarse sólo diez meses después (el 8 de juiio de 1815) en Aranjuez, donde ei aaminisi;rador, Lorenzo a-mez, informa al duque de San Carlos, mayordomo mayor de Pa-lacio, que efectivamente Antonio Sánchez "fué nombrado por el Rey padre en 1803 para continuar las obras de pintura principia-das en el Palacio que fué de la duquesa de Alba", que realizó pla-nos y comenzó su ejecución, y que en la Florida perdió al entrar los enemigos cuanto en aquel palacio tenia acopiado, para seguir afirmando: "e igualmente creo, según los informes que he tomado,, 184 ANUARIO DE EETUDIOS ATLANTZCOCP ANT&O SANCHEZ, PINTOR ADORNISTA 2i que se le resta. algún dinero, sin podes decir cuánto por no constar en ningún asiento ; es cuanto puedo informar a VSA." Explica un tanto la ausencia de papeles relacionados con nues-tro pintor el hecho de que el aposentador mayor de Carlos N e intendente de la Real Florida, don José Merlo, estuvo huido a Fran-cia y preso luego en Dueñas el año 1803. De conservarse el inven-tario formalizado en 1809 de los planos y dibujos que Merlo tenia de la Real Florida, tal vez hubiéramos sabido a qué atenernos sobre la situación y trabajos de Sánchez en el palacete. El mayord&o mayor solicita que el señor Blesa, amigo y co-rresponsal ya citado de Sánchez, testifique en qué forma se pa-gaba al pintor tinerfeño. El encargado del palacio de la Moncloa cmtesta a! d-iiq~ed e San Carlos informando de ia curiosa forma administrativa que el nombramiento de Sánchez había sufrido. Antes de la invasión fué comunicada a Blesa, por don José Merlo, una Real Orden que nombraba a Ántonio Sáhchez "pintor adornista de las habitaciones de la Casa Palacio Real Posesión de la Florida", con el encargo de facilitar al tinerfeño su cometido, pero "no expresaba dicha Real Orden señalamiento de sueldo, por cuya razón no fué incluido en la Nómina de los &pendientesn, aunque le constaba "que en las cuentas, que entregó al referido don José Merlo, ponía el importe de materiales y el tiempo ocupa-do en su trabajo y a voluntad del Rey dejaba el premio de aquél." De manera que aquí nos enteramos cómo el nombramiento real, que cifra la cumbre del éxito profesional del artista cana-rio, no entrañó nunca asignación de sueldo fijo, siendo además de miar que 'tampoco reci'oe Sánchez, por parte de Biesa, enterado del nombramiento en la comunicación oficial de Merlo, el titulo de "pintor de Cámara", que, por otra parte, el tinerfeño recaba solo desde 1819, y no antes, como hubiera sido de esperar. En los trámites oficiales que ahora utilizamos es citado sim-plemente como "pintor adornista de la Florida", y en tal concep-to se le tuvo por los depkndientes y encargados de la misma. En diferentes ocasiones de la vida de Sánchez he encontrado docu- mentos que reclamarían una cuidadosa revisión de las circuns-tancias y requisitos que habían de darse en el pintor de Cámara de comienzos del siglo pasado, a fin de comprobar hasta qué pun-to se dan anomalías administrativas o de procedimiehto, en el nom-bramiento de Sánchez, y evitar así toda posible duda acerca del honroso titulo de Pintor de Cámara con que a Sánchez se viene apostrofando. Pero siguiendo con las vicisitudes del Memorial de 1814, se comunica, el 23 de agosto de 1815, al administrador de la Flo-rida, y para que lo haga saber al interesada, que "se ha digna-do S. M. resolver que quando se continúen las obras de su prufe-sión en la Florida se le llamará para que las execute.. ." Con Car-los PV era un nombramiento sin sueldo, ahora con Fernando VI1 es, además, un nombramiento sin tiempo. LA CONSPIRAGI~N DEL ''ABuE~o". Pasan cuatro años sin documentos en el expediente del pin-tor, en alguno de los cuales suponemos que efectivamente realid algún trabajo en la Florida, y quizá también pintase en su casa de la calle de la Estrella, pero no tenemos pruebas de estas obras. En cambio, sí las hay de que la política continuaba absorbiendo a Sánchez. Eran los tiempos del tercer matrimonio del rey; 13s primeras agitaciones constitucionales que prepararon el golpe de 1820 per-turbaban el reino. El ministerio liberal que, pese a ~ernandoy con su aparente beneplácito, abre Cortes y se dispone a gobernar bajo ei imperio de las ideas iiherales, time en freilte UE b h p e de eg-nión absolutista, cuyos partidarios, vencidos momentáneamente, no se resignaban a la derrota. Además, el ardor mismo de los ex-t remista~p artidarios de la revolución, fundando Sociedades pa-trióticas, obstaculizaban con exaltaciones de héroes y cabecillas populares, a la propia unidad de los liberales, que acabaron por separarse en moderados y exaltados. Estos últimos se reunían en cafés y salones, tenían oradores 386 ANUARIO DE ESTUDIO9 AT,LANTZCOS ANTONIO SÁNCHEZ, PJNTOR ADORNISTA 23 del porte de Akalá Galiano, y sus fogosas actividades liberales tuvieron frecuentemente sangriento eco en las calles madrileñas. "Ea Fontana de Oro", en la Carrera de San Jerónimo, era de las más rebeldes y famosas; allí se cantaba el "Trágala" y el "Himno de Riego", se organizaban motines, a veces de excepcional impor-tancia, como en el caso del cura Tamajón, se mantenía vivo un clima de repulsa contra todo lo que significaba Rey absoluto, e incluso contra los que prudentemente trataban de contemporizar y ofre- I cían insistentemente a Fernando Va1 ocasiones de colaborar, que el astuto rey declinaba una tras otra; también a estos moderados, algunos tan ilustres como Marthez de la Rosa, atacaba y ridicu-lizaba "La Fintana", que le incluía entre los que apodaba Ani- 7 7 o w n ~ Y"". "V. Se valían estas sociedades extremistas de folletos, carteles y periódicos, como "La Tercerola", "El amolador", "El látigo libe-ral", "El Zurriago", etc., publicaciones, en general, clandestinas, de tono sedicioso, que aparecen y desaparecen en la historia de estos años al ritmo de libertades y prohibiciones. Por su parte, los absolutistas cuentan con órganos de publicidad, tales como: "El Procurador general del Rey", "El Imparcial", "El Espectador", "El tribuno" y otros. En todos éstos, que no podemos llamar pe-riódicos, dado lo irregular de su aparición, se recoge una intere-santísima faceta de la historia menuda y de sucesos internos, pre-ciosa información que nos conserva fresco y sugestivo el medio ambiente de conspiraciones, intrigas, consignas secretas, corrup ciones de uno y otro partido, reuniones al margen de la ley, ma- D"U,L,,L,Gi,L la ,,,., 5 UGLL :u11,,.~ a ,u v, ,u Cuu, , l, ,,L ,,,, a, ,,, ,., a:11, ,:,+,..,r~r. L a V D L ~ L U~G I G~DG LLLULULLLU ~ I U L U LG DLU de la política de trastienda que subyugaba a Sánchez hasta con-sagrarle su propia vida. Leer estos documentos impresos del agitado forcejeo entre li-berales y absolutos es tropezar a cada paso con los intereses irre-conciliables de cada partido. Por ambos bandos se prodigaban los epítetos insultantes y se señalaba, abierta y sañudamente, la per-sona que se quería atacar. En "El Zurriago", por ejemplo, se in- cita al asesinato del general Elío y de los cabecillas absolutistas el Revocador y el Abuelo 21. Esta pareja de guerrilleros del parti-do absoluto fué apresada y encarcelada en enero del año 1821. "El Zurriago" hizo reiteradamente malévolos comentarios contra los procesos y los magistrados que intervinieron en los mismos, buscando desprestigiarlos 22. La partida del "Abuelo" era realista acérrima; de ella nos dan noticias historias como las de Ballesteros 23, y crónicas como !a del marqués de Villa Urrutia, o la del marqués de Miraflores 24. Por la obra de este Ultimo cronista conocemos las noticias sobre el "Abuelo" que a continuación transcribimos. Se trataba de un "cam-peón de la fe llamado por sobrenombre el "Abuelo", guerrillero de h Guerra de la Independencia, natural de Seseña, y de ínfima ex-tracción; apareció en las inmediaciones de la capital, y luego fué preso en Extremadura, sin haber podido nunca juntar veinte hombres." Efectivamente, los encartados que cita la "Gaceta de Madrid" cie 15 de sepiie-mkre de 1822, s b k süiiizn catorce ~ e = 1 ?msc,m - tando al propio jefe de la banda. Entre ellos se encontraba el pintor tinerfeño. El edicto con tal motivo publicado, cita a "Don Antonio Sánchez, pintor de Cámara de S. M.", entre don Juan Salas, comisario de guerra honorario, y don Lorenzo Gómez, ad-ministrador de la Moncloa, seguidos de "Doña María Gerónima Carbonell, americana, viuda; don Luis Chaves, guardarropa del Rey; don Pedro Podio, oficial segundo de la tesorería de S. M.; el P. F'r. Pedro Téllez, agonizante en el convento de Alcalá; don José Alejo Miraba1 (el "Moreno"), teniente coronel; el teniente coronel don F. Tarazona, o Dies; don Francisco Moso, oficial de la curia eclesiástica; don José Solera, presbítero, capellán de las Comen- 21 "E1 Zurriago", Madrid, t. 2, niím. 35, pág. 6. 22 Marqués de Miraflores: Apuntes Histórico-Criticos ... desde el año 1820 hasta 1823, Londres, en la oficina de R. Taylor, 1834, pag. 68. 23 A. Ballesteros y Beretta: Historia de España y su influeficia en la Hstoria Universal, Barcelona, Salvat, 1934, t. VII, pág. 182. 24 Marqués de Mirafiores, ob. cit., pAk. 81. 188 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS: ANTONIO SbICHEZ, PINTOR ADORNISTA 25 dadoras de Santiago en esta Corte; don José Mingo Otalora, y don Manuel Cece." A todos ellos convoca el juez, Martín de Pineda y Lara, para que se presenten en el Juzgado "a dar sus descargos" en la causa que se sigue contra don Manuel Hernández (alias el "Abuelo") ,' por delito de conspiración contra el, sistema constitu-cional (que felizmente rige). Y todos ellos, clérigos y seglares, em-pleados palaciegos y militares, se hallaban entonces huidos y en rebeldía, pues Únicamente al "Abuelo" se había logrado apresar, y estaba guardado en la cárcel de Corte. Las iras constitucionales y liberales señalaban al "Abuelo", igual que a todos los cabecillas realistas, como reo de muerte; sin em- Alcalá de Henares, y estamos a ciegas sobre los autos de causa tan importante para la oscura biografía de Antonio Sánchez. En los cargos que contra nuestro pintor allí constarían, se habría visto clara la amplitud y trascendencia penal del cometido de Sánchez en la conspiración absolutista, y, el grado de riesgo, y, por tanto, de mlérito, que su servicio al Rey entrañaba. Pero a falta del pro-ceso, y como no vuelve el tinerfeño a ocupar la atención pública, sólo a los datos que el propio pintor dejó en Palacio tendría que reducirme otra vez. Sin embargo, la notoriedad del "Abuelo", que continuó siendo objetivo político para los tendenciosos periódicos liberales, y la for-zosa relación de la suerte de Sánchez con la del cabecilla realista, sirven de relación, aunque indirecta, no menos cierta que los me-mxia! es de Uknchez, y u~ple::e = ?arte !a pérllidu de !es papdev jurídicos. "La Tercerola" (antes "Zurriago intermedio") 25 nos entera del resultado del proceso: "Al fin hemos salido del susto en que estábamos y el pobre "Abuelo" salvó la pellica. Igual suerte tuvo Victoriano Juárez, alias el "Revocador", en la Audiencia Territorial ,de esta provincia, cuyos individuos no doblaron sus varas, aunque 25 "La Tercerola", Madrid, tomo único, niím. 8,' pAg. 5. se empeñase en que las habían de doblar todo el poder ejecutivo, que es cuanto hay que decir, porque ya se ve, corno están en su mano los ascensos de los señores de la Audiencia.. . En estas dos causas conocieron que no había justicia para confirmar la.o sen-tencias de muerte dadas en primera instancia, y las revocaron con el salero del mundo, y con poco miedo; así, así se han de ser los jueces, firmes como rocas.. . Lucidos habríamos quedado con ha-ber sacrificado a estos infelices, que no tienen absolutamente más delito, según dice la voz pública, que el de haber conspirado contra la ley fundamental del Estado. Estas frioleras quedan bastante castigadas con la pena de presidio, que no es poca pena." Como se ve, la causa que atañía a Sánchez pasó a segunda ins-tmci., yE' p!lz ~ ~ n m ~ atl bje,fe & la rnnqimr.ión, la pena capital por la de destierro y prisión en Ceuta. Seguramente entre una y otra instancia pesó la influencia absolutista. De que asi lo creyeron los liberales dan buena prueba los ataques de "La Terce-rola" y "El Zurriago" contra la sentencia de los jueces. En este úitimo, se aice 'k "en ios TrY~unaies continúan administrando jus-ticia los que han quebrantado con osadía e impudencia la Cons-titución y las leyes para salvar a los conspiradores y para corn-placer al Gobierno pasado, y para oprimir a los liberales, como son los ministros de la Audiencia Territorial de esta provincia que salvaron a1 "Revocador" y al "Abuelo", y como los Pineda y Gómez D:az y los Moreno Ramirez, que han fallado a sabiendas contra ley expresa.. . " Por su parte, "La Tercerola'' 27 hacía al poco tiempo la siguien-te prqg~nt-_": tE1 s&c- E n ~&hi z m-nif&z& de aI,mS'n modo público o privado su afecto a la ley política.. . ?" Con anterioridad había dado irhnicamente cuenta a sus lectores 28 de que el "Abuelo" había llegado a Ceuta "sin novedad en su importante salud." In-cluso temen una evasión como la llevada a cabo por el Edlingo, "ca- 26 "El Zurriago", t. 3, págs. 2-3. 27 Núms. 24 y 25, p&. 8. 28 "La Tercerola", núm. 23, pág. 14. 190 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS marada de peine del "Abuelo" 29, al ser trasladado al hospital en calidad de enfermo, y si el jefemelo de Sánchez no consiguió fu-garse no debió ser por falta de ganas, pues andaban los ánimos, con estas y otras maledicencias, muy propensos a la violencia y los desmanes, y si el "Abuelo" pudo marchar a Ceuta a cumplir su condena fué gracias a la entereza del marqués de Pontejos, que le salvó de morir a manos de la chusma soliviantada en la "F'onta-na de Oro", inmediatamente después del asesinato en la cárcel del cura de Tamajón, absolutista y conspirador como él. En semejante situación los conjurados con el "Abuelo" optaron par zscuiiderse y hiair. Se trataba de salvar iá vida. Shchez, en un memorial al Rey de 1 de diciembre de 1823, expone, en estilo grandilocuente y dramático, cuánto sufrió de persecuciones y des-tierros a causa de su inveterado afán de aventuras y en aras de * su devoción al veleidoso monarca. Comienza recordando su primer choque con la invasión fran-cesa, la ya conocida pérdida de materiales y enseres que se siguió. y su huida a Cádiz "no queriendo sucumbir a las leyes del usur-pador." Continúa afirmando que "desde que en la Isla de León y Cádiz, se quitó la máscara la facción revolucionaria y atentó contra el Altar y el Trono ... es de pública notoriedad, cuánto se. expuso para defender los legítimos derechos de su Soberanía." Según esta declaración, desde entonces se sentia Sánchez abso-lutista. , , SigGe qUejaridvse & cusEtu le ha hecho o&oso. para los liberales y aiiade que "en el tiempo de su devastadora dominación nada han omitido para perderle." Continúa exponiendo su adhesión a la persona real, y en prueba de la misma cita el pro-ceso en que se había visto envuelto, "como lo acreditan los ex-pedientes formados contra los que han trabajado en destruir el infernal sistema constitucional: los diarios de esta capital de 8 29 ' ' ~ Z1u rriago", t. 2, nüm. intermedio, pág. 13. Nam. 3 (1957) de Set. de 822, del 3 de Otb. y 13 Nob. y las "Gacetas" de 15 Set., 26 Oct. y 27 de Nob. del mismo año; la sentencia del llamado el "'Abuelo" y consortes, de cuyos hechos, por de tanta notoriedad, no acompaña documentos". Seguramente ni los tenía, pues dificilmen-te pudo ocuparse en recoger las "Gacetas" que publicaban su requi- .sitoria, primero, mientras huía, más tarde, desde su escondite, como él mismo cuenta. 'Tampoco olvidaron dirigir treinta y cuatro requisitorias en todas direcciones para su aprensión y ofrecer premio a quien le descubriese y apresase : i El cadalso, Señor, esperaba al recurren-te, si la facción impía hubiese podido haberlo a las manos!, pues tal era el ansia de esta orda de Caribes por verter su sangre, sien-do tanto mayor habiendo desyiibiei.to qüe E.= casa culle de lz. Es-trella era el centro de las reuniones de los fieles amantes de V. M. y el foco qe. impedía y paralizaba las tramas proyectadas contra , su R1. Persona; mas el Señor, qe. conoce la rectitud del proceder en el que expone, le libertó milagrosamente, burlando sus maqui-naciones, y, faltos de quien tanto les interesaba, encarcelaron a su *riada anciana, haciéndola sufrir por el espacio de un año y ca-torce días todo género de vejaciones para qe. declarase lo qe. de- . seaban; pero nada consiguieron, y si que los mismos enemigos la confirmasen una heroína; no adelantando por este medio, como se * .creyeron, trataron de aprender a su.Mujer quien tuvo la suerte de fugarse a un pueblo, donde, con pretesto de respirar nuevos aires para restablecer su salud quebrantada, pudo salvarse, y si no lo hicieron en el principio fué por constarles qe. habla cuatro meses se hallaba enferma de cuidado: frusiraclos iodos 10s ph-nes qe. contra el esponente habían concebido, se vengaron pretes-tando otra causa, despojándole hasta de los clabos de su casa, dejando a su triste familia en el estado más deplorable de indi-gencia, reuniendo a esto lo qe. la alta penetración de V. M. puede concebir habrá sufrido el suplicante en beinte y nueve meses qe. ha estado encerrado sin más recursos qe. los de la Providencia." No puede darse más triste cuadro. Aun eliminado el ropaje 192 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB ANTONIO &iNCHEZ, PiETOR ADOENISTA 29 teatral con que Sánchez viste su relato, queda patente el grave riesgo de muerte o, por lo menos, de prisión como el "Abuelo". .¿Dónde logró esconderse esos veintinueve meses; quién era y qué fué de la abnegada criada que resistió declarar lo que supiese tan valientemente? Son problemas que quedan por resolver. El largo escrito está encaminado a obtener un sueldo fijo como pintor adornista; lo triste es que para conseguir lo que, en su ya larga dedicación a este arte y en los palacios reales, debió haber disfrutado por derecho, se vea obligado a hacer valer méritos con-traídos en los quehaceres de la conjuración y no su maestría pic-tórica. En la conspiración puso Sánchez en juego la vida propia y la de los suyos, allegados y servidores. Resulta precio demasiado elevado para ofrecerlo a cambio de una nómina. En lo irrisorio del premio que propone el tinerfeiio se encierra la triste concien-cia del fracaso de su carrera, la clarividencia de la propia decrepi-tud y el noble gesto del que todo lo da para salvar a los suyos sin aparentemente concederle importancia. R . . + . . . . 1 1 d . - - Y Urn ---A A u u b u a n U L L av L U L L D ~ L LC LC;LUUCD 3 P l l d l Z e L l lua LJUL I I ~ L ~ U,S ~e1-w~- rolas" y "Gacetas" de la época, pero "sobre todo en Madrid, que es el foco principal que produce el estrago y la desolación de los pueblos" 30, es donde los partidarios del Altar y el Trono intrigan y se reúnen clandestinamente, no sólo por patriotismo, sino taq-bién porque en la Corte estaba más cerca el Rey y, cambiadas las tornas de la política, podían más pronto ensalzarse los trabajos padecidos, ante los ojos de Fernando VII. Los miembros de la pandilla del Abuelo se reunían en la calle de la Estrella, en casa de Sánchez, como el pintor afirma; pero el complot tal vez se iniciara en las dependencias del propio palacio ,de la Monr.loac Allí pintaha Sán~he:~d i f reoentiihir e! kgti d d administrador don Lorenzo Gómez, otro de los consortes del "Abue- 30 "El Zurriago", t. 3, núms. 71 y 72, pág. 1. id5?, y, "a&el' fiiiacio' ~diimá.s& taba situado en las discretas af u e r e &a&&&& y i-esultaba más a .hano para entablar contacto. con &.;$peiriilkro de, oled do-como' &a Manuel Hernández. " ' h t e ' d o i i Lorenzo GÓmez 6s el .que en 1816-un año - despuék que Sánchei suplique a ~brnando la reposición en su puesto. ,di pintor adornista de la Real. Florida-solicita del conde de Mi- &nda que.el palacete de la Moncloa sea reparado "por lo mucho c&.han costado sus exquisitas pinturas y demás adornos" Como &el mi&& don Lorenzo Gómez que en 1815 testificaba en'favcir de¡ ti&eifeño, incluso haciendo constarque se le adeudaba dine-'. So, 'dando con elio prueba de honradez en su cargo y d s t a d ha-:' eia &lnch&, se puede conjeturar que habló-al pintor de la gestión' &iai &e iba a .hacer -'de lo oportuno. que seria presentar en-aquella conjet& sus reivindicaciones al cargo que desde Carlos IV o'enía desempeñ&do. . ,. . < .. ' El señor Gómez consiguió que se ordenase la ejecución de las'. obras desde abril de ese mismo año, lo que nos hace suponer que' entonces :Geai6 .reanudar Sárichez g~ labor & adorn&. se s2be a&= más qu. e"¡a. . pintura obtuvo especial aten&ón, pues el italiano Fer-iiando Brambila, pirit.or.de paisajes bastante conven@ionaless2 , eje- . . . ciita'entonces, sobre 1.0 ya pintado, reformas al gusto de la época, y aún, en el tie* de las bodas con .María Cristina de Nápoles, se ordenó adornar la-escalera, los techos del comedor, cuarto de baño. y el llamado gabinete de estucos. . ' Tiene que admitirse que muchas de estas guirnaldas, grecas,. palrnetas, falsos cortinajes; sartas de cuentas, pájaros, balaustra-das y balconajes de forja. figurados, angelotes y arabescos, tal vez. bu.e. na parte de las pinturas pornpeyana~q ue decoraban todas es-tis perdidas estancias, las ejecutó Sánchez, que a ello estaba des- &ado y en eso se había especializado. L o s trabajo.s .d e Antonio Sánchez aparecen refrendados, aun-tqit: 3~ está bien especi&a& labor d e c ~ r a * ~ ~ sg!~nes . . 31 Ezquerra del Bayo, ob. cit., pág. 27. 02 Ezquerra del Bayo, ob. cit., pág. 28. 194 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS 1 1 ANTONIO S&CHEZ, PINTOR ADORNISTA $C. , . , . . . _ , . , di1 enla &&&a pre'se&adap& ior&nzo d6m&i el '25-& junio de 1817, autorizada por el interventor don Florencio Martíii,: .. - " qwhibla de- obras ef&tiidas en el &e& jardín de la-:Mo&da, . . . . . . . . seguramente para recreo de ¡a reina ~ a r í Iasa bel de Braganzit,: por~~ellas'p&ibei p i n t o r la' suma de. 101373 *les. de veiióh. ~k r&ibonúmeio 30, rubricado por Antonio Sánchiz ~ o b á l e z',9 fe-: cliado e. l 5 , de agosto de 1816, aclara sus trabajos en el jardín'. &ev8 de la posesih, valuados en 5.373 reales: pintado de ¡os ce-' nadores, enverjado y puertas. , de. color verde; con los machones' . . - .. imitando piedra berroqueña, como se ve, de no gran in- &&S a&ístico, que dejan muy impreci&- valía para dicoracib-' nes al fresco de mayor rn0nt.a. ~n los 5000 reales restantes entró' el "importe de la obra de color verde &e&ada en ia acallera y puerta de subida en el jardín nuebo de la estufa y dorado de las cuatro cifras que están en las puertas del emberjado", según otro . . . . > ) > . . .,. . . . . . ... ..... recibo fechado por el pintor el 20 de diciembre de 1816 SS. - estos jyrtificzntes py-g&sn Igc hc~!dps ephlcprps pi&.S-ricos de Sánchez en el palacete de la Moncloa, por otro lado acredi: tan que allí, en las horas de descanso, cuandó la luz empezaba a £altar en los rápidos atardeceres del invierno, nuestro tinerfeño charlaría con el encargado de la Moncloa, y con él lamentaría los desmanes liberales, comentaría las intentonas absolutistas y cual-quier día desde la Real Florida llevarían al "Abuelo" a la calle de la Estrella; en casa de Sánchez se le acogió y escuchó, y, emborra-chado~ por el ambiente, se hicieron conspiradores personas tan respetables como el Capellán de las Comendadores de Santiago y el fraile agonizante del convento de Alcalá; tan heterogéneas como el guardarropa y el tesorero real j d t o a tenientes coroneles, un capitán, un comisario de guerra y hasta una viuda americana, acerca de la que-debe ser culpa de su nacionalidad-no consigo ~j-g& 12 idp. &rihuir!p pgye! & c~pitu!iutu de 18 apy,sZ, pues ;qué otra función cabe a la señora de Carbonell en una par- 33 Real Florida, leg. 6.9, núms. 30 y 37. Archivo de Palacio. I . . . . . . , Núm. 8 (1957) 195. tida de guerrilleros y teniendo de consorte a un zafio veterano como el "Abuelo" ? Quizá en principio les atrajese la aventura o el deseo de me-drar, pero una vez metidos a paladines del absolutismo debieron darse cuenta pronto de que les iba vida y hacienda en ello y puede que alguno de aquellos maduros-si juzgamos por la edad de Sán-chez- consortes de Manuel Hernández echase pronto de menos sus apacibles costumbres burguesas y lamentase amargamente los gra-ves trastornos que una conjura emprendida tan gratuitamente les acarreaba. Porque no sé las prebendas y honores que los demás conspiradores recibieron del monarca de nuevo absoluto, pero, en a cambio, tenemos pruebas de las menguadas muestras de gratitud c. E . . que Fex~aiidoT T testimvixo a Sámkez Ger,oá!vz. SO -- m O E! rey, enterlidn por infnmc? del contador general de la Real 3 Casa y patrimonio don Francisco Scarlati de Robles, que se había Om-concedido el año 1819-cuando pide Sánchez un sueldo-400 du- E cados a don Felipe Upez por pintar adornos en los Reales Sitios, O que lee en la instancia de Sánchez de 1823, como éste le prueba haber corrido peligro de muerte por su soberano y sólo le suplica a cambio sueldo de pintor de Cámara, después de treinta y un años de servicios, y luego lde asesorarse por los informes favorables al pintor canario que emiten Scarlati de Robles y Vicente López, to-davía el cauteloso Fernando escribe al dorso del expediente de su puño y letra lo siguiente: "Diga la Secretaria si no huele a pen-sión la propuesta de L��pez. E"." Seguramente de esta, tan poco generosa, nota no llegó a ente-rarse nuestro tinerfeño, porque la Secretaria responde al Rey que no sólo no "huele" a -pensión, sino que la "ha conceptuado como premio bien merecido para un hombre que se ha ocupado en obras del servicio de V. M., y como estipendio remuneración del trabajo que debe hacer en otras operaciones que se le sometan también en 196 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS I servicio de V. M." Sólo entonces se aviene el rey a escribir: "Como propone López, pero sin exemplar. F." Era el año 1824.'A los se-tenta y un años cobraba Antonio Sánchez su primer sueldo de pin-tor adornista, gracias a los informes de Vicente LÓpez, el primer pintor de palacio. El retratista de Fernando VIi gozaba de buena influencia cerca de la persona reaI; al monarca le complacían los minuciosos re-tratos que le pintaba. No es preciso repetir que Fernando tenía muy en cuenta su opinión, y cuántas veces se solicitaban sus in-formes sobre adistas y profesores de -kiias artes que constante-mente pretendían en Palacio. Sobre Antonio Sánchez emitió cuatro. En el primero, en 1819, año en el que Sánchez pide al Rey su agregación a la Florida, dice del tinerfeño: "Me consta su buena moralidad y arreglada conduc-ta y que ha pasado bastantes trabajos en su emigración de esta Corte a Cádiz", sin emitir juicio técnico sobre su pint&a. La segunda información de López, del año 1824, es más inte-resante. Había ya pasado el período constitucional y las hazañas absolutistas del pintor canario. Su memorial narrándolas debió suscitar cierto ambiente de expectación entre los dependientes.de la Casa Real; ciertamente Sánchez parecía haber dado un paso de gigante en la escala del favor real. Vicente López escribe lo si-guiente: "Los méritos y servicios que tiene contraídos don Anto-nio Sánchez le hacen digno de ia gracia de S. M., io que, reunido a su loable conducta y a la extrema necesidad en que se halla su-mergido con su familia, me obliga a proponer para recompensa de los servicios de Sánchez para remedio de sus miserias, reunién-dose a lo dicho los conocimientos artísticos que posee en el ramo de adornos ..." Parece como si el pintor de Cámara titubease en alegar lo más valioso justamente pasa la concesión del cargo, la aptitud que posee el solicitante, y, sin embargo, es este solo extre- mo, a mi entender, lo que procedía informar por parte de Lópe,z ,. Lo demás es materia sobre la que su dictado no vale más que la de otro empleado palaciego cualquiera. Prosigue el retratista del Rey: "Se digne S. M. poner a su car: go el cuidado y conservación [así] como el de recomponer los techos y paredes de dicho ramo de adornos que existen en este Real pala: cio,'la Moncloa y Aranjuez, con la asignación de cuatrocientos du-cados, en los mismos términos que está destinado en el Real Sitio de San Lorenzo don Felipe LÓpez, para cuya ocupación le concep-túo muy a propósito, entendiéndose esto no como plaza subsisten-te &e deba ser &emplazada por muerte de Sánchez, sino por gracia particular remuneratoria de sus servicios y lealtad.. ." Ar-guye L6pez con tanto verismo sobre la necesidad de Sánchez y la miseria de su familia, que realmente parece que lo baya visto con sus propios ojos, y da pie a pensar si no tuvo amistad o, por lo menos, algún trato directo el primer pintor con el desgraciado adornista de la calle de la Estrella. Sin embargo, no debi6 ser una reiación ni durable ri especial-mente cordial la que medió entre ambos, cuando el tercer informe de Vicente Gpez, el de1 año 1825, hecho sobre la solicitud que pre-senta Sánchez el año antes de morir para que se le confirme el titulo y trato de pintor de Cámara, que viene usando desde 1803, aparece redactado en los siguientes términos : "Que si en aquel tiempo hera el Exmo. Sr. Sumiller el Jefe de la Cámara es muy extraño que el nombramiento de pintor de ella, comunicado al mencionado don Antonio Sánchez González, se lo pasase el citado Merlo a la Admón. de la U.= orilla y este al 5 c h C~ m A 4 ~ t mpi ~~,e nsi en uno ni en otro residieron facultades para comunicar este nombramiento; por consiguiente, a mi .parecer, en el Archivo del R1. Palacio constará el modo cómo se expedían los títulos de los Pintores de Cámara el año 1803, y por qué conducto se comunicaban a los interesados que se agraciavan con este honroso dictado, y vistos ioa aliieee: dentes se saldrá de la duda que ofrece este nombramiento de Sán-chez GonzáIez." 198 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOR ANTONIO ShNCHEZ,, PiNTOR .@RNISTA 35 La tal duda ya la he expuesto al comentar los extraños trámi-tes del nombramiento de Carlos IV en fa& del tinerfeño. Pero ahora, removida la cuestión de manera oficial por el celoso purismo del primer pintor de Cámara, se busca en Palacio un compro-bante que debía haberse guardado del dichoso oficio de 1803, y en ninguna de las oficinas reales se encuentra huella del nombramien-to de Sánchez como Pintor de Cámara. "No hay noticia en este Archivo General de mi cargo de que el tal sugeto haya pertenecido ni pertenezca a la clase de Pintor o Adornista de Cámara como supone", contesta don Pedro de Vargas al Sumiller de Corps, y cüií muy buen acuerdo remite ia investigación a "la oficina de don Lorenzo Gómez, administrador de la R1. Florida, en donde exis-tían los papeles de su antecesor don José Merlo." Allí tal vez, si Merlo no lo destruyó antes de huir a Francia; hubo comprobante del nombramiento, que hubiera servido de pieza de convicción para la historia de Sánchez, si de la Real Florida se hubiera solicitado informe. Peso no se hizo; el Sumiller acon-seja la negativa a la confirmación tan largamente anorada por Sánchez, porque "ni entre los papeles que existen en la Secretaría del ramo de mi cargo, ni en los del Archivo General de la R1. Casa, consta de modo alguno que el expresado don Antonio Snchez González haya pertenecido ni pertenezca a la clase de Pintores o Adornistas de Cámara como supone, siendo muy extraño que este interesado no haya reclamado desde el año de 1803, en que dice fué irr-u -u-iLme.-a 3a o- , ia rehabiiitación que ahora soli~ita.~' No sólo no ha recibido ninguna recompensa ni' título por su arriesgada conspiración en obsequio del absolutismo del Rey, sino que Fernando VLI: deja para siempre en entredicho la distinción que con tanto aprecio ostentaba Sánchez. Sin embargo, la rutina persiste en lo desde antiguo establecido y en documentos jurídi-cos, como los edictos del juez Pineda, lo mismo que en los escri-tos de Palacio, aún posteriores a la investigación realizada por indicación de Vicente López, se le continúa llamando Pintor Ador-nista de Cámara. En lo que se refiere a López, nuestro pintor le debe los 400 du-cados concedidos en 1824, pero tambi6n el no ser rehabilitado por Fernando ViI como Pintor de Cámara. Posiblemente no hubo ofi-ciosidad en los distingos administrativos de López y el retratista del Rey cumplió con lo que él creía su obligación. Si el señor Su-dller de Corps hubiese agotado los medios de información, coms se le sugirió, ahora sabríamos a qué atenernos con certeza. a D m ~ Ys AC HAQUES. . m El sueldo de Sánchez iba a ser pagado en mensuaiidaües. La O n-- familia Sánchez-Flores tenía cuatro hijos pequeños y una anciana m o E criada, Teresa Mata, que, después de cuanto por culpa de las ve- s£ Ieidades guerrilleras de su viejo señor había padecido, debía resi- E dir en la casa como un miembro más de la familia; eran, por tanto, 3 siete las personas que vivían de1 flamante sueldo. O-La situación a que éste llegaba era extrema, luego de los m E expolios #que los constitucionales habían practicado en la calle de O la Estrella, y después del largo período en que Sánchez no había n E tenído otra ocupación que la de ocultarse o las poco productivas - : de conjurado que detalla en su último memorial antes de morir- - Sin embargo, pocas veces pudo Sánchez cobrar su sueldo ín- n tegro; los acreqdores a quienes debió contener tantas veces con 3 O la promesa de pagar, gracias al codiciado sueldo, se le echan en- \ cima y presentan demandas judi~iaks,e n virtud de ias cuales ei S6 de agosto de 1825 se ordena a la Tesorería retenga los 400 du-cadós, que Sánchez consiente en ceder, Para entregar mensualida-des a don Juan Bcharan, coronel retirado, hasta consumir la deu-da de 4.000 reales de vellón que con él tenía, más las costas de1 proceso, 228 reales; y en enero de 1826 se le descuenta del triste sueldo, también por orden judicial, el tercio de sus haberes para atender al crédito de 19.764 reales que con don Miguel Pérez ha- ANTONIO SANCHE, POTMR ADOBNISTA 37 bía contraído. Todos estos sinsabores y las enfermedades. que agra-vaban su vejez se unen a1 estado moral que, la negativa real a sus. pretensiones d título de Pintor de Cámara y el retraso en verse 0cupado en su destino de la Real Florida, hacen suponer. Esta demora duele a Sánchez, que quiere, próximo ya el mo-mento del descanso final, sentirse más activo que nunca, más pin-tor que en sus años mozos, y se impacienta de que malogren sus inquietudes artísticas; necesita ese quehacer que además le ayu-dará eficazmente, como otras veces, a olvidar la ingratitud de 106 grandes, la estrechez de su vida y el fracaso de sus sueños juve-niles cuando salió de una isla para conquistar la Corte. De nuevo escribe al Rey; ahora no pide sueldo, ni honores: sólo pide trabajoj el trabajo por e1 que 1- pagan y a1 qw m ha sido llamado ah; y vuelve a enumerar sus méritos, sus servicios, su lealtad: "Pero, Señor, aunque ha transcurrido tanto tiempo, en nada se le ha ocupado"; el viejo conspirador no quiere que se le olvide, aún tiene ganas y arrestos para pintar: "y teniendo enten-dido que en ia actuaiiciad se están egecutanüo varias obras de pin-tura en el R1. Sitio del Pardo y que además executan en la parte de su ramo de adorno"-aquí vuelve a encarecer "la deplorable y triste situación'en que la facción regicida le ha dejado sumergido con su desgraciada familiav-, suplicando "se le emplee en las obras de su ramo de adorno". Y en esta instancia, casi conmove-dora, del anciano pintor, es donde Vicente López estampa su cuar-to y 6.ltimo informe al expediente de Sánchez. El afortunado retratista de Fernando VII ha hablado con el ti-nerfeño, ha visto lo enfermo y acabado que está, pero ha compren-dido la necesidad de justificación que siente Sánchez y escribe: "Aunque la abanzada edad de este ynteresado no es la más a pro-pósito para andar por andamios y sobrellevar las fatigas de se-mejante clase de obras, hallándose en disposición de emprender- las (como él mismo me ha asegurado), parece mui justo que se le atienda en su solicitud, porque tiene su mérito." Pero López apw; ta a continuación que pudiera darse el caso que empezase &a obra que no pudiera proseguir y para eludir esta dificultad, al au; torizar a Sánchez a tomar de nuevo y por &tima vez los pinceles, hace al Surniller de Corps muy presente el primer pintor d$ Cá-mara que no le deje emprender obras por su cuenta, que sólo le permita trabajar en lo que se le indique (25 de septiembre de 18251,. Muy poco debió de pintar en El Pardo Antonio Sánchez, si realmente llegó a ir. El 7 de febrero de 1826, dirigía a1 Rey su Último memorial acompañado de un certificado médico que deja pocas dudas acerca del estado de salud del septuagenario pintor. El escrito sigue el esquema de siempre; simplemente la cuenta de los años de servicio es cada vez más elevada: al final de su vida suman treinta y dos. En este como resumen de su vida queda muy lejos su discipulado con Miranda, muy lejos sus amores con An-drea, incluso está ya borrosa en la memoria del pintor aquella sai P . iida de Xadricl huyendo del invasor, que cortaba !us iimeus de su vida, apenas si le dedica una línea al "Tirano de la Europa, Napoleón"; sus verdaderos recuerdos, los que le son más queridos, están en su papel de conspirador y los quiere contar detallada-mente. Como consideraba su deber exterminar la Constitución-aque- Ila que vió nacer en Cádiz y en la que pensó como inspiradora de un cuadro-, se propuso no omitir ningún riesgo ni fatiga, lo que b granjeó la confianza de todos los que pensaban como él, que empzuror, u t o m r SII caz de !a calle de 21 Estrella como centro de reunión. Estas tertulias fomentaron la partida que iba a ser del Abuelo-Manuel Hernández andaba entonces formándola con destino a la sierra de Sigüenza-, y también la del "valiente, pero desgraciado, Rojo de Valderas", otro cabecilla realista menos co-nocido. Antonio Sánchez, encendido de patriotismo, viaja de pueblo ea pueblo, "de incógnito", para allegar gente, y aún pasa a Toledo, 202 ANUARIO DE EBTUDI08 ATLANTICOS donde emplea "varios espías para que observasen los clubs y sus principales corifeos, cuánto hacían y pudiese convenir saber, y des-cubrir sus infernales maquinaciones", y logra desbaratar planes que se proponían ate,ptar contra el Rey. En Madrid mismo orga-niza cuadrillas que le eran adictas; él atendía a la compra de ca-ballos para las partidas, la de armas y municiones; metió y man-tuvo en su casa hombres con que nutrir estas partidas, todo lo mal no podía hacerse "sin la inversión de mucho dinero, y aunque recibió para ello algunas cantidades',-;quién procuraría el dine-ro, la viuda Carbonell o la propia Tesorería Real a través de su oficial segundo don Luis Chaves?-, "nunca fueron las suficien-tes para cubrir tantas atenciones". Así que, como era el cabeza y el más comprometido, tuvo que pagar con sus bienes, y cuando éstos se agotaron solicitó préstamos y se empeñó hasta las cejas. Pero no era bastante: la causa exigía más, y Sánchez fué per-seguido, buscado por todas partes, saquearon su casa y la de sus amigos, hicieron huir a su mujer y a sus hijos, apresa.r on a Tere- a-, su sin7kntg, y &~rarit.etr eiiita horribles meses viwo, encerrado y oculto, siempre en espera de ser cogido y muerto. Con Pa en-trada de las tropas aliadas parece que iban a tener término sus males, pero el largo encierro, las privaciones y una tan penosa eta-pa de sobresaltos en edad inadecuada, habían acabado con su sa-lud y llevaba, en la fecha del memorial, "dos años en un continuo padecer", habiendo estado por dos veces a punto de morir, y con-tribuyendo a agravar su estado las deudas apremiantes, la caren-cia de su sueldo embargado, con las tremendas repercusiones que todo ello acarreaba a su familia. Acaba por íin solicitando de1 Rey un socorro "que jamás olvidará" y por el que suplicará al Cielo conserve la vida a Su Majestad. ;Días después recibía del Rey el regalo de dos onzas, 650 reales de vellón! El 14 de abril del mismo año, ante la creciente presión de los acreedores y con la clarividencia de su próximo fin, otorga decla-ración de pobre y proclama por herederos a sus siete hijos, los que dejó en Canarias, salvo María, que como indicabarnos al prin-cipio no está incluida, y los que había tenido de María Manuela Flores. El día 26 de agosto de 1826, después de recibir los Santos Sa-cramentos, falleció el pintor adornista de Carlos l[V y conspira-dor sin fortuna al servicio de Fernando VII. a N Su viuda continúa por espacio de dos años las huellas de An-tonio Sánchez y trata de obtener, en insistentes escritos, los suel-dos que su marido había dejado en las manos de los acreedores como pago a sus escarceos politic& y de conspirador. Tenía aUn consigo a aquella pobre Teresa a quien ni siquiera sus salarios po-día pagar; pero no logra cobrar nado, !u. retemibn jiiríilicri n@ permitía disponer de un céntimo, y como Ia viuda intriga y pre-. senta escritos improcedentes, se acaba por ordenarle se atenga a lo establecido y use de su derecho en los tribunales ,que corres- ' ponda, pero que cese de importunar en Palacio. ANUARIO DE ESTUDZOX ATLANTICOS
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Calificación | |
Título y subtítulo | Antonio Sánchez González, pintor adornista y conspirador |
Autor principal | Hernández Perera, Jesús |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 03 |
Sección | Bellas artes |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1957 |
Páginas | p. 164-204 |
Materias | Sánchez González, Antonio ; Biografía |
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Texto | B E L L A S A R T E S ANTONIO SANCI-PEZ CONZALEZ, . . PIN.TOR ADOWNISTA Y CONSPIRADOR POB a N E JESUS HERNANDEZ PEEERA Secretario aei linstituto "Diego Velázquez" del C. S. 1. C. O Dos pintores canarios,'tinerfeños los dos y ambos partidarios de Fernando Vii, abandonaron consecutivamente la isla de Tene-riie- do~de, Ue spé s 62 fúi;lir~arsec on el mismo maestro, ei plntor Juan de Miranda, destacaron como retratistas, y donde los dos ejercieron la enseñanza del dibujo por varios años-para venir a' Madrid, y, con constancia y tenaz insistencia, llamar a la genero-sidad del rey, a quien adoraron, en pos de un nombramiento de pintor palatino. El más joven de los dos, Luis de la Cruz y Ríos, que obtuvo el título de Pintor honorario de ~ & r a , ha merecido bastante atención de la critica tanto en Madrid como en su isla natal, y hasta ha llegado a contar en 1953 con una atposici6n monngrkfi-ca en el Museo Romántico madrileño. El otro, Antonio Sánchez González, desconocido casi entera-mente de sus paisanos, intitulado por sí mismo "Pintor adornista de Cámara", tuvo una vida más agitada y trágica, que bien mere- , . ce tmcvmes SE trayectoris y re&ii~ámos ciei oivicio a esta figura ignorada del arte canario. Su arte no puede competir con el de Cruz y Ríos, miniaturista y retratista de muchos más quilates; pero lo novelesco de su exis- tencia y su intervención en la labor de decorador de los Palacios Reales de Aranjuez, El Escorial y El Pardo justifican estas cuar-tillas, máxime tratándose de un aspecto de la pintura española de fines del siglo xvm y comienzos del m, como la decoración pom-peyana, tantas veces citada de pasada, pero pocas enjuiciada con detalle e ilustrada con estudios monográficos de sus cultivadores en los dias de &los TV y Fernando VIH. LG JUVENT~TD, EN TENERDFE. Antonio Sánchez González nace en Santa Cruz de Tenerife el 7 de noviembre de 1758. Fueron sus padres don Bernardo Sánchez de Lías y doña Victoria Josefa González Telma, también canarios. En un artículo del periódico santacrucero "La Tarde" l, hizo públicos Sebastián Padrón Acosta los datos de la familia Sánchez que contienen los documentos conservados en Canarias. En ellos se esclarecen los primeros años del pintor, que fué bautizado en la parroquia de la Concepción el 12 del mismo mes y año en que nació, siendo padrino don Antonio Manuel Floria, de La Laguna, y ministro don Gaspar Domínguez. Desde muy niño debió sentir Antonio Sánchez afición por el dibujo, porque frecuenta pronto la escuela del pintor Juan de Mi-randa, a la que también asistió, entre otros discípulos, Luis de la Cruz y Ríos. Tenía consigo Miranda a su hija natural Andrea, nacida en Gran Canaria 2, de donde era también su madre doña Juana de Ledesma, segun las noticias de Padrón Acosta, ya que Miranda no consignó el nombre de la madre de Andrea en su testamento. El trato amistoso que en casa de su maestro recibía Sánchez le da ocasión de conocer y tratar a la hija de Miranda y, pese a que Andrea le llevaba algunos años, contrae con ella matrimonio i Sebastián Padrdn Acosta: El pintor Bdnchez GonzúEZez. "La Tarde", Santa Cruz de Tenerife, 28 de julio de 1945. 2 Nacida en Las Palmas en 1753, cf. Padrón Acosta, art. antes citado. 166 ANUARIO DE ESTUDKOS ATLANTICOS Aranjuez. Palacio Real. Salón del Trono. El techo. pintado por Vicente CamarOn y Antonio Garcfa SuáreZ. - Aranjuez. Palacio Real. Vista de una cirnara. ANTONIO ShNCHE3, PINTOR ADOBNISTA 3 d 6 de junio de 1777 en la parroquia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, ante el presbítero José González Sopranis, ac-tuando de padrinos don Nicolás González Sopranis y doña María Elena RusseL . Habría que poner en claro el nombre cierto de la mujer de Sánchez, pues entre los documentos madrileños que conciernen al pintor tinerfeño y la noticia de Padrón Acosta hay alguna dis-crepancia. En la certificación literal de la partida de defunción de , Antonio Sánchez se consigna así el nombre y apellidos de su pri-mera mujer: "Doña Andrea Seijas y Guerra". El Seijas puede a ser Cejas, pero lo chocante es que siendo hija natural, como era N E ;I..G" A..drrrr l l r r r r l.." ....-11:a..r, ar Ir -..a-- a- -hr:---2- a- uuuo AILCLLGQ, ~ I G V G AUD apc~uuuU~G di la UIQILLG UC: IULLLUU~, UG SU O abuela paterna, doña Josefa de Cejas y Guerra, según se le cita n - =m O en el propio testamento del suegro de Sánchez 4, y no el Ledesma E E que, al parecer, perteneció a su madre. l 2 E Sea como quiera, en la peniiltirna década del siglo xvm vive el = matrimonio Sánchez-Cejas en la calle santacrucera de la Noria; 3 - tenía entonces Andrea treinta y cuatro años y Antonio veintinuei - 0m E ve. Según el testimonio del citado testamento de hdíranda tuvieron' O "cuatro hijos: Doña Juana (nieta predilecta del pintor), doña Ma; n -E 3 "Dn. Antonio Shchez González, natl. de Sta. Cruz de Teneriie en Ca- a 2 marias. Casado en segs. nupcias con D.e María Manuela Flores y Blanco, y n en primers. lo estubo con D.n Andrea Seijas y Guerra, hijo de Dn. Bernardo 0 y D.@ Victoria González, mi feligs., Calle de la Estrella n.Q 13 = Recivi6 los 3 - S. S. S. Otorgó declaracián de Pobre en catorce de Abril de mil ochos. vt& O y S&, ~ i t esi esiiü. íie S. X. ?Omds Xaiía Xwriique, pr. ia qe. declara pr: herederos a sus siete hijos llamados Isidoro, Juana y Antonia Shchez 4. Sei: jas habidos en su primer matrimonio con la citada D.* Andrea; y a D.* María Micaela, D.8 Catalina, Dn. Félin José y D.* Josefa Sánchez y Flores procreados con la segunda y actual muger D.8 M.* Manuela. = Falleció día veinte y seis de Agosto de dho. afio; se enterrd en el cement?; y lo firmé = fr. Plácido Gamazo.,, = Rubricaüo.-Es copia iiterai aei original, al que me remito: fT, para que conste, expido la presente que firmo y sello con el de esta Parroquia, en Madrid, a 17 de febrero de 1956." Archivo parroquia1 de San Martin, de Madrid, Libro 32 de Defunciones, fol. 157 v. 4 Padrún Acosta: EZ pintor Juan de Miranda, 1793-1805. ''Revista de His-toria", La Laguna de Tenerife, t. XN (oct.-dic. 19-38). págs. 313-336. ría, doña Antonia y don Isidoro. En la partida de defunción de Antonio Sánchez, refiriéndose a una declaración anterior de éste, no se declaraba por herederos, como a hijos de su primer matri-monio, más que a Isidoro, Juana y Antonia, lo que tal vez permita suponer el falleci&ento de María durante los años que median entre ambos docrunent%s. Padrón Acosta añrma que en los primeros tiempos de casados Sánchez pasaba en Garachico y La Laguna largas temporadas. En la primera de estas ciudades (por 1787) pinta retratos de al@ aristócrata allí avecindado, según el articulista. Es lástima que no declare las fuentes que permiten hacer tal conjetura, pues en un pintor cuya producción se ha perdido totalmente, resulta el dato de extraordinaria importancia. Don Pedro Tarquis ha aclarado casi exhaustivamente cuanto se puede saber hoy sobre la vida y actividades del pintor Sánchez hasta su viaje a Madrid. Ha puntualizado de la biografía de Sán-chez detalles importantes en sucesivos artículos: "Sus trabajos en Santa Cruz", "Su permanencia en La Laguna" y "Su salida de Santa Cruz" 6. Recogiendo cuanto del señor Tarquis conozco, re-sulta claro que Antonio Sánchez colabora tan estrechamente con su suegro que con frecuencia los lienzos de la última etapa de Mi-randa son casi de mano de Sánchez, sobre todo los que se con-servan sin firma, que no la tendrían porque el yerno del conocido Miranda no había ganado aún prestigio para atreverse a ello, y sólo, al parecer, ñrmó uno, 'el único que, mientras no aparezcan otros, debió ser completamente pintado por Sánchez: El Nacimien-to, como io iiama ei seííor Tarqiiis, o Lii A&rm"w+ de. ko" pmtore_p. Este cuadro perteneció a don Felipe Tarquis y era atribuido a Miranda; sin embargo, el señor padrón Acosta descubrió que estaba ñrmado por Antonio Sánchez y también fechado, aunque esto Último ilegible 6. La pintura parece copia de otro Nacimieilato ''La Tarde", 21, 27 y 28 de enero de 1954. 6 Pedro Tarquís: Un 6Zeo & Antonw Sdnchez. "La Tarde", 22 de sep-. dembre de 1945. ANTONIO S,&NCHE. PINTOR ADORNISTA 5 de Miranda, de la parroquia matriz de la Concepción, introducien-do variantes. Según el señor Padrón, Sánchez se muestra inferior a su suegro; más realista, no tiene la ''finura italiana" de su mol delo Miranda, pero presenta muchos aciertos que prometen un buen pintor. Al parecer, y según quiere probarlo el señor Tarquis en su. artículo "Artistas de Santa Cruz" ?, la tela de La Adoración de los pastores presenta la particularidad de contener el retrato de la hija de Juan de Miranda. Está representada Andrea, s e g ~ nel citado crítico, en una dama alta y elegante que, ataviada a la moda de la época, se asoma a Arar el Niño del pesebre, y consi-dera este detalle del cuadro como lo mejor de la obra. No es se-mira.. desde li~egot~al identificación; y lo mismo podría ser otra o -- -, -- - - - - - - - ' - dama donante de esta pintura. En el Segundo artículo de esta serie insiste Tarquis en dife- . rentes atribuciones de frescos anónimos de la época que le pare-cen del pincel de Sánchez. Quedan, sin embargo, solo en conjetu-ras, io niismo de laca piza mawr de la iglesia del Pilar y los frescos que declara Primo de la Guerra en el convento de San Francisco, como también es completamente problemático el "Apostolado del Espíritu Santo" en La La&a y ian cuadro com-: prado por el señor López Ruiz cerca de Acentejo. No se puede atribuir sin más a Sánchez González cuanta obra pictórica de aque-llos años y de autor desconocido se encuentre en Tenerife. Hacia 1785 fué cuando S.ánchez se instaló en La Laguna y abrió una escuela de dibujo y geometría, que estableció en su propia casa habitación y dotó a sus expensas. La Real Sociedad Económica de Amigos del País, que funcionaba en La Laguna, patrocinó la empresa del pintor tinerfeño, y, según las propias de-claraciones de ~ánchez,c omentadas por el señor Tarquis, se in-teresó profundamente por las enseñanzas que en la Academia se- 7 Tarquis: Antonio Sánchez González, pintor de Cámara de Carbs ZV. Su producción artktica. "Hoja Oficial del Lunes", Santa Cniz de Tenerife, 19 de septiembre de 1955. 8 "Hoja Oficial del Lunes'', 26 de septiembre de 1955. Núm. 3 ,(1957) guían los alumnos, celebrando exámenes y distribuyendo premios. Tres años de vida tuvo la Academia Sánchez, durante los que, no cabe duda, el pintor tinerfeño realizó una benemérita labor. Pero no solo ejerció la docencia, sino que también allí, según descubre Pedro Tarquis en el citado artículo, se emplea en otras actividades artísticas. En la iglesia de Nuestra Señora de la Con-cepción, de La Laguna, se pagan, el año 1788, 740 reales de plata al pintor Antonio Sánchez por siete frontales pintados y dorados, según testimonio del Libro de Fábrica. Así, pues, dejó Sánchez documentadas en Canarias dos obras suyas: un cuadro en Santa Cruz y los perdidos frontales de la Concepción lagunera. Por aho-ra ningún otro producto del arte de Antonio Sánehez se ha des-cubierto. EL P~TOR, EX LA PEN~NsuLA. nunG- - ,u.Xy-u r;o udncrl Cr rn anbnanuovr. ;lr\ orr nnAnm;m al -mvnr\ An 1\K;r=on. o ur; uu !ibaub111.1u9 -1 5 u1 11v u\r AVTAL UI12Wf, d - to de horhontes artísticos y tal vez económicos-los encargos no debían ser muy abundantes-, debió pensar en abandonar la Isla. Entonces seguramente le aconsejaría su maestro que completase SU formación artística, como él mismo lo había hecho, en la Pen-ínsula, o codo haría luego su más aventajado discípulo Luis de la Cruz y Ríos marchando a Madrid, y Sánchez decide venir a la Corte. Él mismo así lo confirma en una de sus cartas exhumada por el señor Tarquis: "Estimulado de adquirir más extensos cono-cimientos y que el. país no era posible me los proporcionara, me pasé a la.Corte." Miranda, que guarda consigo a Juana, su nieta, y estimuló a Sánchez a embarcar, debió ofrecer ayuda económica a su hija Andrea y demás nietos mientras Sánchez no pudiera enviarles el fruto de su trabajo madrileño. Ye este mc~uentc cluw para !c, exiutemiu de Sárickez ku side también el señor Tarquis el afortunado investigador. Por él sa-bemos que pasa el pintor tinerfeño a la Península bajo la protec-ción y en compañía del entonces Comandante General de Cana- 170 AWUARIO DE B8TUDI08 ATLANTZCOS Aranjuet. Casita del Labrador. Gabinete de Platlno. Las pinturas. de Zacarias Gonzilez Velázquez. LAMINA I V ANTONIO SANCHEZ, IPWaOR ADORNISTA 7 rias don Miguel de la Grúa Branciforte, marqués de Branciforte, y que en este patrocinio también anduvo la mano de Miranda, ya que constan sus relaciones con Branciforte por un cuadro, hoy desaparecido, en el que retrató al Comandante General de Cana-rias rodeado de pobres del Hospicio de San Carlos, de Santa Cruz de Tenerife. Con el marqugis viaja Sánchez y liega a Madrid d año 1789. Estos datos y las cartas sobre la llamada cuestión del Consulado del Mar, que de nuevo vuelve a relacionar con Canarias al pintor tinerfeño, eran las únicas huellas documentales de la vida de Sán-chez; vida que parecia haberse esfumado después de las Cortes de Cádiz y que resume el articulista de "La Tarde" a base de soh iim curta cita sdxe Shchez, qae ha llegado a sus manos en una obra del señor Sánchez Cantóna: el yerno de Miranda fué pintor adornista de Cámara del rey Carlos IV, maestro charolista de Fernando VI', y en 1823 pide s u e l d v u e por fin le conce-den-, arguyendo su fidelidad absolutista y los trabajos padecidos por ella. Sánchez CantOn creía además que había muerto a hes del año 1825. El viaje de Sánchez a Madrid lo documentaban también el tes-tamento de su sueg-ro en 1805 y las declaraciones de su hijo bi-doro al contraer matrimonio en 1803 lo, aparte de las cartas cru-zadas entre Sánchez y el Consulado del Mar. Entre esta partida y el testamento de Miranda hay que situar la muerte de Andrea, de cuyo fallecimiento no se ha hallado aún la fecha exacta. Tanto las cartas conocidas por Tarquis, como su Memorial al ;',"y de 1797 **, declurun, zhiertt~ente e1 proprísitn que a Sánchez impulsó a dejar su tierra natal, separarse de sus hijos y mujer, a quien no vió morir, y abandonar la dirección y el amparo pres-tigioso de su suegro y maestro: queria ampliar sus estudios cur-sando las enseñanzas de la Real Academia de San Fernando. 9 F. J. Sánchez Cant6n: Los Pintores de Cúmarcr de los Reyes de Espark. Madrid, Hauser y Menet, 1916, págs. 167-168. 10 Padrón Acosta, art. cit. ,.? Archivo de Palacio, S-19, Ieg. 9312. , Efectivamente, entre los libros de matricula de aquel centro, el correspondiente a los años 1784 a 1795 contiene su inscripción. Ingresó en la Academia Antonio Sánchez el 3 de diciembre de 1789 12, y a continuación de su nombre dice así: "Nat. del Pto. de Santa Cruz de Tenerife de 29 a." Seguramente hubo un error por parte del escribiente al consignar la edad del pintor canario, pues de la fecha acreditada por la partida de nacimiento que utilizó Padrón Acosta resulta tener Sánchez para entonces treinta y un años, mientras en el libro de matrícula se escriben veintinueve. Formaban parte del claustro de la entonces Real Academia de San Fernando, entre otros profesores, los señores don José Cas- a N tillo, Teniente honorario de pintura, y don Gregorio Ferro, Te- E niente de pintura; ambos reciben sus nombrami~nf_oesn e! año O n - 1788. En ese mismo año, el 7 de junio, se nombra Director de Pin- =m O E tura a don F'rancisco Bayeu, el cuñado de Goya; el año anterior, E 2 octubre de 1787, lo había sido de Perspectiva don Guillermo Casa- =E nova. El propio año que se inscribe Sánchez prorroga la Real 3 Acaderia a düii Mmuei A i ~ r e zei cargo de Director Generai de -- 0 la misma, que venía desempeñando, y otorga el de Directora Ho- m E noraria a una mujer: doña Antonia de Vauguyon, princesa Ale- O xandro Listeneis Beaufremont. Entre estos maestros Iba a con- 6 n tinuar Sánchez la formación iniciada con Miranda. E a- Sin embargo, y a pesar de que las ocasiones de distinguirse 2 n no debieron ser escasas, el nombre del pintor canario no aparece 0 en ninguna de las listas de premios concedidos "por el Rey Nues- O3 tro Señor a los Discípulos de las nobles artes", que se leían en la Junta Pública de la Real Academia de 4 de ~g~cr tdne l?W. SS9 de una manera anónima, el entonces estudiante de pintura y di-bujo Antonio Sánchez, debió tomar parte como alumno en las de-coraciones de que se hace eco el libro de Juntas a que aludimos lS. Al subir al trono el Rey se celebran distintos actos públicos, las 12 Libro de Matrícula de los discípulos de la Real Academia de Belias Artes, años 1784 a 1795, letra A, Biblioteca de la R. Academia de San Fernando. 1s Fol. 15. L A M I N A V 1 B , m+-+- *.- y&- -;- Aranjuez. Casita del Labrador. Sala decorada por Japelli ANZY)NIO SmCI-IEZ, PINTOR ADORNISTA 9 calles por donde pasaban SS. MM. estaban engalanadas con mo-, tivos alegóricos ejecutados en cartones y telas, y en la calle de Alcalá, alrededores de la Real Academia, "los jóvenes que en ella estudian, encargados de estas decoraciones, merecieron justas ala-banzas". Ya que no consigue una primera medalla, al menos, en el campo del adorno, que va a ser su especialidad artística, se pue-de suponer,a Sánchez actuando por primera vez con lucidez para la Corte. Pero el camino que le llevó hasta las dependencias palaciegas debió ser no tanto sus maestros de la Real Academia, que ya famosos contribuían con su arte a la brillantez de los palacios ma-drileños, sino sus amistades politicas y tal vez el mecenazgo de Branciforte que desde Tenerife le traía recomendado. No comparto la opinión que quiere hacerle ascender hasta la Cámara Real por sus méritos solo, postura explicable más que nada por la carencia de datos sobre los pasos del tinerfeño en Madrid. Ue !os duc-üiieriiui; yue ahora he exaniiiñacio resulta claro que toda la vida del pintor se centra en derredor de la política, y fue-ron más bien losvpolíticos y hombres influyentes, que no sus pin-turas, los que jalonan la carrera madrileña del yerno de Miranda. EL PINTOR, EN PALACIO. . . . . , . . . . . Cursando los estudios d e Bellas Artes, Sánchez .no descuida sus amigog bien situados y frecuenta el trato de ~s.a . ncifortey los circuios coriesanos~y iiterarios. Que De i a Grúa tenía significa- ' ción política es bien sabido, y no es necesario insistir en su pos-tura y evoluciones a lo largo de las vicisitudes históricas, su afran- ; cesarniento y servidumbre - al rey José. . .. , . , . . ~ & q ~loes documentos 'del pintor tinerfeño llegados. . a ., ..m i. co.- . nocimiento dan fe de yn S'ánchez. absolutista'acé~imo, al pkin-cipio, forastero en Madrid, con filiación Politi& sin 'definir, serían Branciforte y sus amigos los que iniciaran al canario en las intri- 10 JESOS HERNANDIB PERERA gas cortesanas. Asi,,por el marqués que le trajo de la Isla conocería quizá a don Juan José Blesa, de la administración del Palacio de la Florida, que en 1808 le contesta una carta dándole trato de .amigo, y estos. nuevos. conocimientos inducen a ~á n c h e za inten- . . tar el albur de los cargos y-prebendas palaciegas. . :. . . . ' . . En. Z791' comienza el. yerno de Miranda sus trabajos de pintúra , por encargo .real. El' Archivo .de Palacio, que ya había. consultado para su tesis doctoral el señor Sánchez Cantón, es fue& pri- ' mordial ea la InvestigaciCin de la vida ma'drileña. de Sá3lchez.'-~n el Memorial.que elev'a al Rey en 1814 14, asegura .que desde i.791'. tuvo el honor .de ser empleado en los Sitios Reales de El Escorial y. Aranjuez,. en 'las obras propias. de su profesión: "En. 803 fu6' destinado por. e1 h g w t o Padre de V-M +. (Carlos.I V) :para con-tinuar las.-obras .de. pintura principiadas en el Palacio de'recreo que fué de. la duquesa. de Alba, en la Real Florida,. y en 'abri1:de 807 se le mandó formar planos para el adorno de varias .salas del expresado Real Palacio, los que merecieron su real aproba-: ción, y execiiian/Joa; gllnos & ec"s Zjúrl os extraordinarios acontecimientos de marzo de 808 y siguientes. .." " 'Sin embargo, en Aranjuez (marzp, 15 de i797) ~ n t ó n i oS án- : chez pide "los honores de supernumerario de Ayuda de la Furrie-la (sic.), sin sueldo", aduciendo para ello el haber establecido a sus expensas una escuela de dibujo en la isla de Tenerife, de cuyo mérito dice tener presentada certificación en la Secretaria Gene-ral de Gracia y Justicia, y añadiendo que "tiene el honor de estar empleado en h s obras de pintura de V. M. hace cuatro años, des-ernheñando cuanto se ha puesto a su cuidado ..." SUS OBRAS DE PINTLFRA. Sean cuatro o seis los años que en 1797 llevaba Sánchez al 14 Archivo de Palacio, S-19. 174 ANUARIO DE BSTUDIOS ATLANTICOS E1 Escorial. Casita del Príncipe. Decoración pompeyana de una hbveda. ANIY>NIO. SANCHEZ, PINTOB ADOBNISTA 1P. palacios de Carlos N. Primero debió ser El Escorial, después, e; simultáneamentei el Real %ti0 de Aranjuez, y más tarde el iia-mado Palacio de la Moncloa, en el Real Sitio de la Florida. La primera solicitud de Sánchez recorre el camino adrninis-trativo de costumbre, y pasa, a través de don Eugenio de Lla-, guno, autor del célebre tratado de Arquitectura, al marqués de Santa Cruz, mayordomo mayor de palacio, el cual informa des-, favorablemente a S. M., con lo, que Ia gracia pedida en marzo de 1797 en Aranjuez es denegada el 6 de julio en Madrid. Los hono-res de la Furriera permanecen inasequibles al pintor tiierfeño. Hasta e1 año 1808 el trabajo de Antonio Sánchez, al parecer, N:: se ~ 3 1 i tpi i~-e Yüii^inaakmeiite, si im exchsivamezte, en !a CLu,-i-, e da, a donde se le destina en 1803. U d - Era este Palacio la casa de recreo de la famosa duquesa Caye- 0" tana, y después de la muerte de ésta, a iniciativa de la Reina I 8 María Luisa, fué comprado por el rey Carlos IV, que continub e las obras de adorno del palacete iniciadas por la duquesa 15. Debe 5 Y recordarse que en la real posesión de la Florida entraban, a más =nE del palacio de Alba, otras construcciones conocidas por la casa, 6 de la Granjilla, del Botánico, de la Chispa, del -ende, de la Mon- , U E taña del Príncipe Pío, de Marcelo y la casa del Portal de Belén, i 1 Después del año 1797, fecha de su primer memorial conser- a vado, hay un intervalo de once años en los que, careciendo de do- 2 d cumentos que aclaren sus actividades, se le puede suponer tra- ! bajando en la Florido, como el propio pintor afirma en la antes 0 citada petición de la F'urriera (año 1814). Se encontraba Sánchez entre el plantel de artistas que traba-. jaban en decorar el palacio y colabora, en su especididad de pintu-\ ra pompeyana, en el adorno de techos y paredes, se* estaba ya. p h e s d ~p; m e :: abril cle 1801, o 12:: id!~e~artdse! pinter s m más efectivas o, lo que es mejor, su labor se hace digna de tar distinción, lo cierto es que se le destaca del conjunto que ayudaba . . ' 1s Joaquín ~ zque k ad el Bayo: El . ~ a ~ a c edt ee b 'i&ncloi. &. .&. irid; SO- . . . ciedad ~spa.fiola de Amigos del Arte, 1922, págs. 20-22; : : ' a los maestros y se le'pide, según afirma en su-escrito, que forme planos para el adorno de varias salas del expresado palacio, pro-yectos o bocetos que merecieron la real aprobación. , . ' pasa -Antonio' Sánchbz, por fin, a creador y .kj&cut& de un; abra propi& coin&tam&e suya 'desde l i idea hasta 'el' dibujo y factira de los 'frescos- de idoino. ~bdemos &@kar '.fácilmente cuá& cuidado y e~tk&smo pondría en ellbs un artiita que viene 8 Midiid .desde tan :lejos &-a. lograr este. momehto :. v& despe- . ~ . . . . jad6 elcamino que lleva a la fama y el bikriestir econón&.' CU& - to &bió significar para 'é1 aquel fugaz éx.it.o y. qué.gometedór di- - .bió p.ar.e c.& le..e&onces &. 'f.& uro nos.10 demuestra. la reiterada cita de aqueiios .'años,-c oino de una 'etapa iograd. .a , ..a io. iargo de ios-numerosos memoriaIes que jalonab su.'azaiosa vida. Pero: circu&an&s extrañas al arte, los acontecimiénto~ que en marzo'-de:1 808 conmueven ~ s ~ a yñ daan comie& a k ~ u i r i a ' de la lridt$endenciaf interrumpen de una'&&era trágica: lo. s.. p&i- %. 'bles acie&s de ~ánchezc omo fresquista,'~l;o que & peor; des-, tru'jin de I&i p i e b i s fehacientes de su arte, tanto 'de lo ejecutado como de lo abocetado o en proyecto. El 23 de marzo de aquel histórico año entraba en Madrid Mu-. -rat; ei .kan duque de Berg, al frente de las tropas francesas; al día ,siguiente 14 hacía ,j?ei.nando VI1 y comenzaba en'la capital de ' ~ s ~ aañquael estado.' d. e. , excitación popular que culminó en .el Dgs de ~ a h . . . ,. . . . . Por .una paradoja del destino, siempre ,a contrapelo de. nues-tro, pintor, el palacete de, la Moncloa es utilizado como alojadento del Séquito de' :~uratE: s nekesario .efectuar obras. de.acondicia-namiento en el' palacio, como una niievá bocina para 'la servidum- %re del gran duque de Berg, y en la cuenta. que de ¡a semana comprendida entre el 9 y el 14 de mayo de aquel año dió el ad- 176 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS H El Escorial. Casita del Principe. Bóveda de la Sala de Bordados. decorada con relieves de estuco por los Brlles. X E1 Escorial. Casita del Princir>e. Rbveda decorada ron estucos y pinturas. ANTONIO SANCBEZ, PINTOR ADORNISTA 13. ministrador de. la Forida, ~ u a nJo sé Blesa 16, se pagan a Antopio Sánchez: González 930 reales. por pintar' al. temple :techos y, made-: -es,d el.palacete: El ,recibo autógrafo del pintor,.que va uqido a la. cuenta' del administrador, lleva fecha-del 2 de junio de 1808,en. 'Madrid, y especifica que los' trabajos realizados por el,, artista ti-: nerfeño fueron: dar "de color al temple los techos y todas las ma- .deras de.l as cornisas provisionales hechas en el .~alaciod.e ~ q x yl o que fué de la Duquesa de Alva, y todas las puertas, bentanas.~. -todas las demás.maderas .que están al intemperie, ,como también: la escalera igualmente. provisional de .la Moncloa, .dadas .de color; a l olio, y un friso,. en la pieza grande de comer de, otro, Palacio, todo ello ejecutado de orden del señor Dn. lilorencio Martín, .Di-; .rector Gral. de 'la R1. F'lorida." Bien poco artística es la misión encomendada al pintor por-el, interventor de la Florida, a tenor de este insólito documento, ~k-. co que nos habla hasta entonces de la actuación de Sánchezen: .el palacete de la Moncloa por otra pluma que la suya:' TT.."" ,.,.-m-,.,. -Ar &....a,. :-"^l'a^-:^ ^^.r --.- --2:- S-*--- ulma i3rjluailla~u acs L ~uLt;, ~dlsuliuarluti u11 :Z 'utiupatiiuii rr dI~ce-sa, el artista abandona sus trabajos en la.Moncloa y huye 'de.la, .Corte, ocasión. que aprovechó el invasor -para-adueñarse :de ausi enseres. Así nos lo cuenta el' propio Sánchez -en el memorial .del año 1814, que continúo citando: "por cuyas causas ha ,sufrido 1% -pérdida. de su trabajo y suplementos hechos &las mismas obras y.de los acopios de materiales que tenía para éstas, robados: por: los enemigos, 'cuando se posesionaron de este' Real Sitio,; como: también lo fue su. casa-por haberse fugado de esta capital -por no :sucumbir a tales monstruos, cuyos hechos!son., notorios -tanto a. los jefes como a los ernple~dodse~. la Real ~ l ~ r i d;a y" d e q.u e. efec-: tivamente loera, nos ha quedado constancia en. la carta ya alu-:. dida de Blesa, alto empleado del personal de la Florida. Blesa contesta a Sánchez el 7 de diciembre en los siguientes. . . . .térATAincs: Sr. y amigo: reex spreejab!z &jg;,Tbv m . . iont{&d.o . a dilGe&iase modo y &&o d i 16s. ,&.o pios 16 Real Florida, leg. 5.9, Archivo de Palacio. xúm. S (19571 que Vmd. tenía en la Casa Palacio de la Florida. Yo sé se hah. informado que :el .día 4,' el. mismo que -entró -el exército Francés' en .Mad., quedaron cogidás todas sus puertas con sus-tropas, y el 5,'.a1 amanecer, ya se.habian apoderado dichas' tropas- del' Pa-lacio, casa de la Moncloa y dbás'de la posesión, robando .y rom-. piendo quantas. preciosidades y muebles contenían, sin atreberse a chistar .ningún dependiente, corriendo .su hacienda de Vmd. la misma ,suerte, que me informaron que .lo que no pudieron llevarse lo arrojaron por 'los balcones. Yo siento mucho su gran pérdida de'Vmd., pero podémos con justo motivo llorar los dos,. pues le. consta las gruesas pérdidas que sufriré por mi descomulga-i a da Admón.,.pues me coge con desembolsos sufridos en el pago de. Ins infelices jornaleros por no berlos perecer. No sé ,en qué vendrá: O a parar este embarazo tan embuelto de misterios que debemos. n-- m disponernos a padecer.-~speremos pidiendo a, Dios contenga su: O E E justa. venganza;: iiterin queda suyo su aMo. Q. B. S. ~ . 4 u a n ! 2 E JoGjé- Blesa." . . ' Adjunta este,d ocumeAo ~ & ~,a s~u 'ibnka~ii6ia$ Ze 1814 & la. 3 que pide se le confirme la plaza de pintor de la ~eal.'.Bl&idqau e' - 0 m E CaFIos' IV - l ec oncedió, y, cuando agrade a 'S. .M.,~ ernandoV II, O . - . continuar las obra~.~ictóricqause alii tiene empezadas; Esto prue-n ba &e -pasádos los primeros furores 'de la soldadesca francesa y: E dado que sus' frescos estaban apenas comenzados, debieron re-.: a sistir. los daños y'perdurar, en parte, puesto que. propone conti- n n . . nuarlos. 3 : Se desprende de la carta de Blesa que el.pint0r' tinerfeño 'vivía O cerca 'del .I>alacio- de la Florida, tal vez en .alguna.d ependencia del' mismo, y que. fueron, -tanto su:vivienda' como ..el taller 'instalado. en las salas que entonces decoraba,' arrasados .por los franceses. S~CHE;Zm, C h . Sánchez huyó en 1808, y huyó a Cádiz; de ello tenemos noti-, cias, no sólo por los documentos que venko manejando, sino. tam-. bién por los encontrados en Tenerife. 178 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS: Madrid. Palacete d e la MoncIoa. Techo del Gabinete Carlos IV (antes de sil dentr7~cci6n). De cómo realizir el viaje y con quiénes compartió Sánchez las molestias y sobresaltos que los traslados de guerra ocasionan, no tenemos noticia. Pero hasta la Isla de León llega el pintor tiner-feño en seguimiento de la Junta Suprema, de la Regencia, del Consejo de Estado; y desde allñ asistió al más prodigioso aconte-cimiento de la época: la apertura de las Cortes, la concentración de los personajes más representativos de aquel período critico y la fragua y promulgación de la Constitución española que venia a cambiar, de manera píblica ,y oficial, la ideología de la nación. Al año siguiente de promulgada la Constitución, estando la Regencia en el Puerto de Santa María (1813), a causa de la fiebre amarilla, y en funciones las Cortes ordinarias que se preparaban a partir hacia Madrid, recibe SBnchez, en 1% Id% de Le&, dende se encontrarían en aquel momento los organismos del disperso Go-bierno, un curioso nombramiento de Maestro Charollista de la Real Caballeriza, plaza "que resulta vacante por fallecimiento de don José Petit" 17. Está firmado por el marqués de Astorga y dirigido al señor 6on IvIanuel IvIantiiia de ios Ríos, para que ie dé cumpii-miento. En él se trata a Sánchez de "pintor adornista del Rey". Este favor entrañaba un sueldo que no sería muy crecido dada la fun'ción casi de tipo artesano que suponia. No puedo afirmar que lo solicitara el pintor canario, pues no he encontrado docu-mento que así lo acredite. Tal vez, a pesar del escaso apoyo que para su economía y, sobre todo, para su misión artística seme-jante nombramiento ofrecia, fué para Sánchez el titulo de Maes-tro Charolista señuelo bastante para abandonar definitivamente aquellos proyectos de regreso a su tierra forjados durante su es-tancia en Cádiz, y le sirvió de acicate para volver a la Corte y continuar una vida aventurera que había de durar ya hasta su muerte. Y esto lo decide Sánchez rechazando un nombramiento como el de profesor del Consuiado Gel Mar, de Tenerife, que le hubiera permitido ejercer honrosamente su profesión, y pin siquiera poder - - 17 Archivo de Palacio, S-19; está fechado el 29 de octubre de 1813. 16 JEsÚS HEILNANDEZ PERERA contar en firme con el exiguo sueldo de Maestro Charoiista, en tanto no estuvieran refrendados los dependientes palaciegos al regreso de Fernando VII. Antes de historiar el sesgo que el reinado de Fernando va a brindar a la vida de Antonio Sánchez, y los nuevos episodios de ésta, conviene que pase revista a los proyectos de regreso antes aludidos y recapitular las noticias que, sobre este asunto del Con-sulado del Mar y sobre la producción artística gaditana del pintor tinerfeño, también se deben al señor Tarquis. Representaban a Canarias en las Cortes de Cádiz, entre otros, los señores Key Muñoz y Llarena F'ranchy. Nos dice Pedro Tar-quis la que ha leído en Tenerife cartas de Sánchez en las cuales se dhm ~ U P , estmrln en CAdiz, victima de luna situación económica precaria, resolvió marchar a su Isla, y para ello visitó a los repre-sentantes en Cortes del Archipiélago pidiéndoles apoyo en la solici-tud que pnsaba hacer. Se lo prometieron éstos, y el yerno de Mi-randa elevó una instancia al prior del Real Consulado, don Juan Prospero de Torres Chirino, aduciendo en eiia ios mejores derechos que creía tener, habida cuenta del honor excepcional, en un hijo de Canarias, que significaban sus trabajos por encargo real, y de "algunos grandes de España" (por mi desconocidos y sin otra cita más en los memoriales de Sánchez), y por ser el Único artista que desinteresadamente y cuando más se necesitaba había arbitrado los medios de enseñar dibujo, fundando su Academia de la disci-plina, precisamente en La Laguna, lugar donde el Tribunal de Comercio dotaba ahora una plaza de este arte. Para entcnces pcseiu mrnbramimt~d e yropiet.ric! de 18 misma Cruz y Ríos, que había movido personajes influyentes, con la ven-taja de vivir allí donde Sánchez faltaba hacía muchos años y ha-bía ido perdiendo parientes y amigos. Pero, además, hacia mayo de 1811, el Consulado del Mar otorga segundo nombramiento de 18 Pedro Tarquis: Antonio Sdnchea Go~mi lezpJi ntor de Ccimara. Cuestión del Consulado del MarJ 1, "Hoja Oficial del Lunes", Santa Cruz de Tenerife, , . 29 de noviembre de 1955. . . . 180 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS. ANTONIO. SANCEE3, PINTOR AWRNISTA 17 "maestro de Dibujo" a favor del miniaturista canario Ossavarry, aprovechando la arbitraria permanencia de Ríos en el Puerto de 10 Cruz. Llegadas al Consulado las cartas de los Diputados y la ins-tancia de Sánchez, fueron aquellas tan elogiosas y convincentes que estando Ossavarry en trance de *aje hacia Tenerife, y Cruz y Ríos dando las clases, se complica aún más. la cuestión enviando a Cádiz un tercer nombramiento de Dibujo, y esta vez nada menos que bajo el rótulo de "Director de la Academia" : hasta tal punto habían pesado en el ánimo de los cónsules provincianos las presun-tas glorias cortesanas del pintor tinerfeño. ' Sánchez escribe pocas veces más, dando las gracias y pidiendo prórroga a su nombramiento: esto Último en agosto de 1812; des-pués no vuelve a acordarse más del Consulado del Mar, como afir-ma Tarquis le, ni para decir adiós. Se siente de nuevo deslumbrado por las nóminas palaciegas, y en 1813 le pagan esta dedicación -desde luego interesada-con el ya comentado nombramiento de Mzestr3 Ckarcfists. Parece Uesae&-ad3 e! trüepe de pi'e$jeiidaU oficiales que entonces realizó Antonio Sánchez, y efectivamente lo fué. Aquí podríamos dar fin a la estancia del pintor en Cádiz, si los señores Padrón Acosta y Tarquis no hubiesen dado a la estampa .sendos artículos sobre una faceta de la misma 20, aprovechando las noticias que de la producción artística de Sánchez en esta épo-ca proporcionan las mencionadas cartas de los diputadbs y el inte- .resado cruzadas entre Cádiz y el l a d e r o Consulado del Mar. En estas cartas se manifiesta repetidamente que nuestro pin-tor andaba entonces elaborando un cuadro, estampa, grabado o serie de episodios-que con respecto a esta cuestión no se ha lle-gado a esclarecimiento satisfactorio-sobre las Cortes de Cádiz de 1812. Concretamente estos son los datos: en* las cartas publi- 19 Pedro Tarquis: Alztonlo Sa?achex Gonzdilez, pintor de Cámara. Cuestión del Colzsulado deZ Mar. "Hoja Oficial del Lunes", Santa Cruz de Tenerife, 19 de diciembre de 1955. 20 '%a arde", 6 de agosto de 1945, y "La Tarde", 20 de abril de 1951. cadas por Padrón Acosta, Sánchez declara estar empeñado en la realización de una obra por encargo del "augusto congreso". Con ella pensaba acopiar medios económicos para desplazarse a Ca-narias, ya que en junio manifiesta carecer de ellos, a la vez que de salud. Añade a estos impedimentos, en agosto del mismo año 1812, que quiere recoger lo que "ha podido salvar en Madrid", . cuando ya sabemos por carta de Blesa que Antonio Sánchez es-taba en 1808 perfectamente enterado de que los franceses nada absolutamente habían dejado de cuanto de su arte el tinerfeño había abandonado al huir. Y, a menos que le supongamos dos ta-lleres montados, uno en la Real Florida y otro en la propia capi- a tal, que no fuera victima de la avaricia del invasor, resulta claro N E lo especiuso del prztexto, y, !O y ~ eeri, p eor, s! ag~fizarsec on esta O n pequeña falsedad el tono de largas que el "Director de la Acade- -- m O mia de Dibujo" viene dando a La Laguna en sus cartas, las otras E E S disculpas aducidas caen dentro de la órbita de lo sospechoso. -E ¿No exageraba el pintor al afirmar que estaba concluyendo la 3 obra llamada de "Las Cortes de Cádiz"? El señor Tarquis, por su -- 0 parte, cita párrafos de Llarena Franchy cuando le recomiendan m E al Consulado, y desmenuzándolos pacientemente se deja llevar por O su entusiasmo hasta edificar, sobre la interpretación de unos elo- . : gios vertidos en carta de recomendación, la fascinante hipótesis -E a de un Sánchez trabajador, aplaudido por la asamblea doceañista. nl n Por desgracia, no es admisible tal conclusión, pues de lo que n Tarquis transcribe, sólo laopalabra diseño basta para estar se- @ = guros de obra-cualquiera que esta fuere-inacabada. Y este es el sino de Sánchez: en ia Floriua "proyectó", y, auiiqut. alga de-bió ejecutar, tampoco pudo coronar su trabajo, y en los demás lugares reales de que tengo noticias, sólo consiguió colaborar, nun-ca crear. h!ü opinión es que, de ese cuadro fantasma sobre las Cor-tes de 1862, Sánbhez sólo hizo bocetos previos que esgrimió al recabar la protecci6n de los diputados tinerfeños, y posiblemente mostró a la Asamblea y a alguna otra oficina o secuela oficial, tal vez ante quien le otongó el modesto sueldo y título de Maestro Cha- 182 ANUARIO DE EBTUDIOS ATLANTICOS \ rolista; pero el cuadro o serie de ellos que, al decir de Sánchez .corno de sus protectores, nunca llega a dar por terminado, temo mucho que jamás tuvo fin, y permaneció olvidado entre los en-seres de Sánchez de regreso en un Madrid próximo a enconarse con liberales y absolutistas, entre los que el pintor obtendrá papel -demasiado activo para volver sobre un tema pictórico tan poco del agrado real, como era el de las Cortes elaborando la famosa Cons-titución que obligaron a jurar al amado soberano. Es lástima que, a pesar de los hondos baches de la vida de Sánchez, ningún ver-dadero logro, hasta los cincuenta y seis años, acierte a cuajar. Todavía cabría colocar, por las fechas de sus andanzas gadi- -tanas, un episodio más de la existencia del yerno de Miranda. .Como posibie puede aceptarse que ¡as segundas nupcias de S6n- .chez, acreditadas en su partida de defunción, fueran celebradas en-tonces en Cádiz, tal vez con una gaditana. Desde antes de 1805-fecha del testamento de Miranda-el pin- -Cor tinerfeño era viudo. Solo, con los hijos lejos y mayores, no -resulta sorprendente que vuelva a casarse. Supongo que fué en Cádiz porque, según el domicilio que Sánchez hace constar reite-radamente en Madrid desde sus primeros memoriales a Fernan-do VII, vivia, ya con la nueva familia, en la calle de la Estrella, -número 13, donde murió. La parroquia correspondiente, la de San Martín, guarda, por fortuna completo, su archivo. He buscado en él datos referentes .a doña María Manuela Flores y Blanco, partida de nacimiento, a n t a A n h n A a xr n ~ t i ar7 n alln an nnniinntra al l í rnm'atratin Notiiral, ..."'U UV UVU..., J I A U U U U" "Y" Y" " * A " U V I I " I U U.- A V b - Y I - U-". -.U"- V I . mente, y dado que ningún libro ni legajo falta en dicho archivo, la segunda esposa de Sánchez o vino con él de Cádiz o pertenecía -a otra parroquia madrileña. Me inclino más al primer supuesto, porque en el repetido memorial del 1814, pide se le coníirme en la plaza de pintor de la Real Florida, y que "hallándose vacante la que obtenía el difunto don Jacinto Gómez para el cuidado y con-servación de las pinturas de los Reales Palacios de V. M., le agra- cie con ella piwa, por este medio, resarcir en parte lo mucho que ha sufrido, y atender a su subsistencia y la de su familia." Realmente parecen cortos los meses que median entre octn-bre de 1813 a septiembre de 1814, para que quepan en ellos dos. acontecimientos tan aparejados con el tiempo, como son un viaje a través del país infestado de guerrilleros y entorpecido por ene- . migos y aliados y el conocimiento y trato de una mujer, con la propuesta y realización de un matrimonio; todo esto en el medio ambiente de una época de tan diversas costumbres en esta mate-ria a la nuestra. Además, jno influiría en el ánimo de Sánchez el proyecto de contraer segundo matrimonio en Cádiz, cuando ol-vida el Consulado del 'Mar y decide permanecer en la Península? . . DE NUEVO EN MADRID. Quizá sepamos más algún día del momento en que entra doña ' María Manuela en la vida de Sánchez. De ella tuvo cuatro hijos: María Micaela, Catalina; Félix Jo& y Josefa Sánchez y Flores. Mantener esta prole, que va trayendo al mundo cercanos sus se-senta años, tal vez revele alguno de los resortes que indujeron al pintor santacrucero a abandonar tan persistentemente el pincel para cambiarlo, cada vez con peor suerte, por la intriga, la cons-piración y el fructuoso merodeo a la nómina palaciega. Tal como debían andar las oficinas de palacio recién llegado Fernando VI1 a Madrid, no choca que la instancia de Sánchez per-manezca olvidada, y que su repetición textual en 18 de octubre de 1814, comience a tramitarse sólo diez meses después (el 8 de juiio de 1815) en Aranjuez, donde ei aaminisi;rador, Lorenzo a-mez, informa al duque de San Carlos, mayordomo mayor de Pa-lacio, que efectivamente Antonio Sánchez "fué nombrado por el Rey padre en 1803 para continuar las obras de pintura principia-das en el Palacio que fué de la duquesa de Alba", que realizó pla-nos y comenzó su ejecución, y que en la Florida perdió al entrar los enemigos cuanto en aquel palacio tenia acopiado, para seguir afirmando: "e igualmente creo, según los informes que he tomado,, 184 ANUARIO DE EETUDIOS ATLANTZCOCP ANT&O SANCHEZ, PINTOR ADORNISTA 2i que se le resta. algún dinero, sin podes decir cuánto por no constar en ningún asiento ; es cuanto puedo informar a VSA." Explica un tanto la ausencia de papeles relacionados con nues-tro pintor el hecho de que el aposentador mayor de Carlos N e intendente de la Real Florida, don José Merlo, estuvo huido a Fran-cia y preso luego en Dueñas el año 1803. De conservarse el inven-tario formalizado en 1809 de los planos y dibujos que Merlo tenia de la Real Florida, tal vez hubiéramos sabido a qué atenernos sobre la situación y trabajos de Sánchez en el palacete. El mayord&o mayor solicita que el señor Blesa, amigo y co-rresponsal ya citado de Sánchez, testifique en qué forma se pa-gaba al pintor tinerfeño. El encargado del palacio de la Moncloa cmtesta a! d-iiq~ed e San Carlos informando de ia curiosa forma administrativa que el nombramiento de Sánchez había sufrido. Antes de la invasión fué comunicada a Blesa, por don José Merlo, una Real Orden que nombraba a Ántonio Sáhchez "pintor adornista de las habitaciones de la Casa Palacio Real Posesión de la Florida", con el encargo de facilitar al tinerfeño su cometido, pero "no expresaba dicha Real Orden señalamiento de sueldo, por cuya razón no fué incluido en la Nómina de los &pendientesn, aunque le constaba "que en las cuentas, que entregó al referido don José Merlo, ponía el importe de materiales y el tiempo ocupa-do en su trabajo y a voluntad del Rey dejaba el premio de aquél." De manera que aquí nos enteramos cómo el nombramiento real, que cifra la cumbre del éxito profesional del artista cana-rio, no entrañó nunca asignación de sueldo fijo, siendo además de miar que 'tampoco reci'oe Sánchez, por parte de Biesa, enterado del nombramiento en la comunicación oficial de Merlo, el titulo de "pintor de Cámara", que, por otra parte, el tinerfeño recaba solo desde 1819, y no antes, como hubiera sido de esperar. En los trámites oficiales que ahora utilizamos es citado sim-plemente como "pintor adornista de la Florida", y en tal concep-to se le tuvo por los depkndientes y encargados de la misma. En diferentes ocasiones de la vida de Sánchez he encontrado docu- mentos que reclamarían una cuidadosa revisión de las circuns-tancias y requisitos que habían de darse en el pintor de Cámara de comienzos del siglo pasado, a fin de comprobar hasta qué pun-to se dan anomalías administrativas o de procedimiehto, en el nom-bramiento de Sánchez, y evitar así toda posible duda acerca del honroso titulo de Pintor de Cámara con que a Sánchez se viene apostrofando. Pero siguiendo con las vicisitudes del Memorial de 1814, se comunica, el 23 de agosto de 1815, al administrador de la Flo-rida, y para que lo haga saber al interesada, que "se ha digna-do S. M. resolver que quando se continúen las obras de su prufe-sión en la Florida se le llamará para que las execute.. ." Con Car-los PV era un nombramiento sin sueldo, ahora con Fernando VI1 es, además, un nombramiento sin tiempo. LA CONSPIRAGI~N DEL ''ABuE~o". Pasan cuatro años sin documentos en el expediente del pin-tor, en alguno de los cuales suponemos que efectivamente realid algún trabajo en la Florida, y quizá también pintase en su casa de la calle de la Estrella, pero no tenemos pruebas de estas obras. En cambio, sí las hay de que la política continuaba absorbiendo a Sánchez. Eran los tiempos del tercer matrimonio del rey; 13s primeras agitaciones constitucionales que prepararon el golpe de 1820 per-turbaban el reino. El ministerio liberal que, pese a ~ernandoy con su aparente beneplácito, abre Cortes y se dispone a gobernar bajo ei imperio de las ideas iiherales, time en freilte UE b h p e de eg-nión absolutista, cuyos partidarios, vencidos momentáneamente, no se resignaban a la derrota. Además, el ardor mismo de los ex-t remista~p artidarios de la revolución, fundando Sociedades pa-trióticas, obstaculizaban con exaltaciones de héroes y cabecillas populares, a la propia unidad de los liberales, que acabaron por separarse en moderados y exaltados. Estos últimos se reunían en cafés y salones, tenían oradores 386 ANUARIO DE ESTUDIO9 AT,LANTZCOS ANTONIO SÁNCHEZ, PJNTOR ADORNISTA 23 del porte de Akalá Galiano, y sus fogosas actividades liberales tuvieron frecuentemente sangriento eco en las calles madrileñas. "Ea Fontana de Oro", en la Carrera de San Jerónimo, era de las más rebeldes y famosas; allí se cantaba el "Trágala" y el "Himno de Riego", se organizaban motines, a veces de excepcional impor-tancia, como en el caso del cura Tamajón, se mantenía vivo un clima de repulsa contra todo lo que significaba Rey absoluto, e incluso contra los que prudentemente trataban de contemporizar y ofre- I cían insistentemente a Fernando Va1 ocasiones de colaborar, que el astuto rey declinaba una tras otra; también a estos moderados, algunos tan ilustres como Marthez de la Rosa, atacaba y ridicu-lizaba "La Fintana", que le incluía entre los que apodaba Ani- 7 7 o w n ~ Y"". "V. Se valían estas sociedades extremistas de folletos, carteles y periódicos, como "La Tercerola", "El amolador", "El látigo libe-ral", "El Zurriago", etc., publicaciones, en general, clandestinas, de tono sedicioso, que aparecen y desaparecen en la historia de estos años al ritmo de libertades y prohibiciones. Por su parte, los absolutistas cuentan con órganos de publicidad, tales como: "El Procurador general del Rey", "El Imparcial", "El Espectador", "El tribuno" y otros. En todos éstos, que no podemos llamar pe-riódicos, dado lo irregular de su aparición, se recoge una intere-santísima faceta de la historia menuda y de sucesos internos, pre-ciosa información que nos conserva fresco y sugestivo el medio ambiente de conspiraciones, intrigas, consignas secretas, corrup ciones de uno y otro partido, reuniones al margen de la ley, ma- D"U,L,,L,Gi,L la ,,,., 5 UGLL :u11,,.~ a ,u v, ,u Cuu, , l, ,,L ,,,, a, ,,, ,., a:11, ,:,+,..,r~r. L a V D L ~ L U~G I G~DG LLLULULLLU ~ I U L U LG DLU de la política de trastienda que subyugaba a Sánchez hasta con-sagrarle su propia vida. Leer estos documentos impresos del agitado forcejeo entre li-berales y absolutos es tropezar a cada paso con los intereses irre-conciliables de cada partido. Por ambos bandos se prodigaban los epítetos insultantes y se señalaba, abierta y sañudamente, la per-sona que se quería atacar. En "El Zurriago", por ejemplo, se in- cita al asesinato del general Elío y de los cabecillas absolutistas el Revocador y el Abuelo 21. Esta pareja de guerrilleros del parti-do absoluto fué apresada y encarcelada en enero del año 1821. "El Zurriago" hizo reiteradamente malévolos comentarios contra los procesos y los magistrados que intervinieron en los mismos, buscando desprestigiarlos 22. La partida del "Abuelo" era realista acérrima; de ella nos dan noticias historias como las de Ballesteros 23, y crónicas como !a del marqués de Villa Urrutia, o la del marqués de Miraflores 24. Por la obra de este Ultimo cronista conocemos las noticias sobre el "Abuelo" que a continuación transcribimos. Se trataba de un "cam-peón de la fe llamado por sobrenombre el "Abuelo", guerrillero de h Guerra de la Independencia, natural de Seseña, y de ínfima ex-tracción; apareció en las inmediaciones de la capital, y luego fué preso en Extremadura, sin haber podido nunca juntar veinte hombres." Efectivamente, los encartados que cita la "Gaceta de Madrid" cie 15 de sepiie-mkre de 1822, s b k süiiizn catorce ~ e = 1 ?msc,m - tando al propio jefe de la banda. Entre ellos se encontraba el pintor tinerfeño. El edicto con tal motivo publicado, cita a "Don Antonio Sánchez, pintor de Cámara de S. M.", entre don Juan Salas, comisario de guerra honorario, y don Lorenzo Gómez, ad-ministrador de la Moncloa, seguidos de "Doña María Gerónima Carbonell, americana, viuda; don Luis Chaves, guardarropa del Rey; don Pedro Podio, oficial segundo de la tesorería de S. M.; el P. F'r. Pedro Téllez, agonizante en el convento de Alcalá; don José Alejo Miraba1 (el "Moreno"), teniente coronel; el teniente coronel don F. Tarazona, o Dies; don Francisco Moso, oficial de la curia eclesiástica; don José Solera, presbítero, capellán de las Comen- 21 "E1 Zurriago", Madrid, t. 2, niím. 35, pág. 6. 22 Marqués de Miraflores: Apuntes Histórico-Criticos ... desde el año 1820 hasta 1823, Londres, en la oficina de R. Taylor, 1834, pag. 68. 23 A. Ballesteros y Beretta: Historia de España y su influeficia en la Hstoria Universal, Barcelona, Salvat, 1934, t. VII, pág. 182. 24 Marqués de Mirafiores, ob. cit., pAk. 81. 188 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS: ANTONIO SbICHEZ, PINTOR ADORNISTA 25 dadoras de Santiago en esta Corte; don José Mingo Otalora, y don Manuel Cece." A todos ellos convoca el juez, Martín de Pineda y Lara, para que se presenten en el Juzgado "a dar sus descargos" en la causa que se sigue contra don Manuel Hernández (alias el "Abuelo") ,' por delito de conspiración contra el, sistema constitu-cional (que felizmente rige). Y todos ellos, clérigos y seglares, em-pleados palaciegos y militares, se hallaban entonces huidos y en rebeldía, pues Únicamente al "Abuelo" se había logrado apresar, y estaba guardado en la cárcel de Corte. Las iras constitucionales y liberales señalaban al "Abuelo", igual que a todos los cabecillas realistas, como reo de muerte; sin em- Alcalá de Henares, y estamos a ciegas sobre los autos de causa tan importante para la oscura biografía de Antonio Sánchez. En los cargos que contra nuestro pintor allí constarían, se habría visto clara la amplitud y trascendencia penal del cometido de Sánchez en la conspiración absolutista, y, el grado de riesgo, y, por tanto, de mlérito, que su servicio al Rey entrañaba. Pero a falta del pro-ceso, y como no vuelve el tinerfeño a ocupar la atención pública, sólo a los datos que el propio pintor dejó en Palacio tendría que reducirme otra vez. Sin embargo, la notoriedad del "Abuelo", que continuó siendo objetivo político para los tendenciosos periódicos liberales, y la for-zosa relación de la suerte de Sánchez con la del cabecilla realista, sirven de relación, aunque indirecta, no menos cierta que los me-mxia! es de Uknchez, y u~ple::e = ?arte !a pérllidu de !es papdev jurídicos. "La Tercerola" (antes "Zurriago intermedio") 25 nos entera del resultado del proceso: "Al fin hemos salido del susto en que estábamos y el pobre "Abuelo" salvó la pellica. Igual suerte tuvo Victoriano Juárez, alias el "Revocador", en la Audiencia Territorial ,de esta provincia, cuyos individuos no doblaron sus varas, aunque 25 "La Tercerola", Madrid, tomo único, niím. 8,' pAg. 5. se empeñase en que las habían de doblar todo el poder ejecutivo, que es cuanto hay que decir, porque ya se ve, corno están en su mano los ascensos de los señores de la Audiencia.. . En estas dos causas conocieron que no había justicia para confirmar la.o sen-tencias de muerte dadas en primera instancia, y las revocaron con el salero del mundo, y con poco miedo; así, así se han de ser los jueces, firmes como rocas.. . Lucidos habríamos quedado con ha-ber sacrificado a estos infelices, que no tienen absolutamente más delito, según dice la voz pública, que el de haber conspirado contra la ley fundamental del Estado. Estas frioleras quedan bastante castigadas con la pena de presidio, que no es poca pena." Como se ve, la causa que atañía a Sánchez pasó a segunda ins-tmci., yE' p!lz ~ ~ n m ~ atl bje,fe & la rnnqimr.ión, la pena capital por la de destierro y prisión en Ceuta. Seguramente entre una y otra instancia pesó la influencia absolutista. De que asi lo creyeron los liberales dan buena prueba los ataques de "La Terce-rola" y "El Zurriago" contra la sentencia de los jueces. En este úitimo, se aice 'k "en ios TrY~unaies continúan administrando jus-ticia los que han quebrantado con osadía e impudencia la Cons-titución y las leyes para salvar a los conspiradores y para corn-placer al Gobierno pasado, y para oprimir a los liberales, como son los ministros de la Audiencia Territorial de esta provincia que salvaron a1 "Revocador" y al "Abuelo", y como los Pineda y Gómez D:az y los Moreno Ramirez, que han fallado a sabiendas contra ley expresa.. . " Por su parte, "La Tercerola'' 27 hacía al poco tiempo la siguien-te prqg~nt-_": tE1 s&c- E n ~&hi z m-nif&z& de aI,mS'n modo público o privado su afecto a la ley política.. . ?" Con anterioridad había dado irhnicamente cuenta a sus lectores 28 de que el "Abuelo" había llegado a Ceuta "sin novedad en su importante salud." In-cluso temen una evasión como la llevada a cabo por el Edlingo, "ca- 26 "El Zurriago", t. 3, págs. 2-3. 27 Núms. 24 y 25, p&. 8. 28 "La Tercerola", núm. 23, pág. 14. 190 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS marada de peine del "Abuelo" 29, al ser trasladado al hospital en calidad de enfermo, y si el jefemelo de Sánchez no consiguió fu-garse no debió ser por falta de ganas, pues andaban los ánimos, con estas y otras maledicencias, muy propensos a la violencia y los desmanes, y si el "Abuelo" pudo marchar a Ceuta a cumplir su condena fué gracias a la entereza del marqués de Pontejos, que le salvó de morir a manos de la chusma soliviantada en la "F'onta-na de Oro", inmediatamente después del asesinato en la cárcel del cura de Tamajón, absolutista y conspirador como él. En semejante situación los conjurados con el "Abuelo" optaron par zscuiiderse y hiair. Se trataba de salvar iá vida. Shchez, en un memorial al Rey de 1 de diciembre de 1823, expone, en estilo grandilocuente y dramático, cuánto sufrió de persecuciones y des-tierros a causa de su inveterado afán de aventuras y en aras de * su devoción al veleidoso monarca. Comienza recordando su primer choque con la invasión fran-cesa, la ya conocida pérdida de materiales y enseres que se siguió. y su huida a Cádiz "no queriendo sucumbir a las leyes del usur-pador." Continúa afirmando que "desde que en la Isla de León y Cádiz, se quitó la máscara la facción revolucionaria y atentó contra el Altar y el Trono ... es de pública notoriedad, cuánto se. expuso para defender los legítimos derechos de su Soberanía." Según esta declaración, desde entonces se sentia Sánchez abso-lutista. , , SigGe qUejaridvse & cusEtu le ha hecho o&oso. para los liberales y aiiade que "en el tiempo de su devastadora dominación nada han omitido para perderle." Continúa exponiendo su adhesión a la persona real, y en prueba de la misma cita el pro-ceso en que se había visto envuelto, "como lo acreditan los ex-pedientes formados contra los que han trabajado en destruir el infernal sistema constitucional: los diarios de esta capital de 8 29 ' ' ~ Z1u rriago", t. 2, nüm. intermedio, pág. 13. Nam. 3 (1957) de Set. de 822, del 3 de Otb. y 13 Nob. y las "Gacetas" de 15 Set., 26 Oct. y 27 de Nob. del mismo año; la sentencia del llamado el "'Abuelo" y consortes, de cuyos hechos, por de tanta notoriedad, no acompaña documentos". Seguramente ni los tenía, pues dificilmen-te pudo ocuparse en recoger las "Gacetas" que publicaban su requi- .sitoria, primero, mientras huía, más tarde, desde su escondite, como él mismo cuenta. 'Tampoco olvidaron dirigir treinta y cuatro requisitorias en todas direcciones para su aprensión y ofrecer premio a quien le descubriese y apresase : i El cadalso, Señor, esperaba al recurren-te, si la facción impía hubiese podido haberlo a las manos!, pues tal era el ansia de esta orda de Caribes por verter su sangre, sien-do tanto mayor habiendo desyiibiei.to qüe E.= casa culle de lz. Es-trella era el centro de las reuniones de los fieles amantes de V. M. y el foco qe. impedía y paralizaba las tramas proyectadas contra , su R1. Persona; mas el Señor, qe. conoce la rectitud del proceder en el que expone, le libertó milagrosamente, burlando sus maqui-naciones, y, faltos de quien tanto les interesaba, encarcelaron a su *riada anciana, haciéndola sufrir por el espacio de un año y ca-torce días todo género de vejaciones para qe. declarase lo qe. de- . seaban; pero nada consiguieron, y si que los mismos enemigos la confirmasen una heroína; no adelantando por este medio, como se * .creyeron, trataron de aprender a su.Mujer quien tuvo la suerte de fugarse a un pueblo, donde, con pretesto de respirar nuevos aires para restablecer su salud quebrantada, pudo salvarse, y si no lo hicieron en el principio fué por constarles qe. habla cuatro meses se hallaba enferma de cuidado: frusiraclos iodos 10s ph-nes qe. contra el esponente habían concebido, se vengaron pretes-tando otra causa, despojándole hasta de los clabos de su casa, dejando a su triste familia en el estado más deplorable de indi-gencia, reuniendo a esto lo qe. la alta penetración de V. M. puede concebir habrá sufrido el suplicante en beinte y nueve meses qe. ha estado encerrado sin más recursos qe. los de la Providencia." No puede darse más triste cuadro. Aun eliminado el ropaje 192 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB ANTONIO &iNCHEZ, PiETOR ADOENISTA 29 teatral con que Sánchez viste su relato, queda patente el grave riesgo de muerte o, por lo menos, de prisión como el "Abuelo". .¿Dónde logró esconderse esos veintinueve meses; quién era y qué fué de la abnegada criada que resistió declarar lo que supiese tan valientemente? Son problemas que quedan por resolver. El largo escrito está encaminado a obtener un sueldo fijo como pintor adornista; lo triste es que para conseguir lo que, en su ya larga dedicación a este arte y en los palacios reales, debió haber disfrutado por derecho, se vea obligado a hacer valer méritos con-traídos en los quehaceres de la conjuración y no su maestría pic-tórica. En la conspiración puso Sánchez en juego la vida propia y la de los suyos, allegados y servidores. Resulta precio demasiado elevado para ofrecerlo a cambio de una nómina. En lo irrisorio del premio que propone el tinerfeiio se encierra la triste concien-cia del fracaso de su carrera, la clarividencia de la propia decrepi-tud y el noble gesto del que todo lo da para salvar a los suyos sin aparentemente concederle importancia. R . . + . . . . 1 1 d . - - Y Urn ---A A u u b u a n U L L av L U L L D ~ L LC LC;LUUCD 3 P l l d l Z e L l lua LJUL I I ~ L ~ U,S ~e1-w~- rolas" y "Gacetas" de la época, pero "sobre todo en Madrid, que es el foco principal que produce el estrago y la desolación de los pueblos" 30, es donde los partidarios del Altar y el Trono intrigan y se reúnen clandestinamente, no sólo por patriotismo, sino taq-bién porque en la Corte estaba más cerca el Rey y, cambiadas las tornas de la política, podían más pronto ensalzarse los trabajos padecidos, ante los ojos de Fernando VII. Los miembros de la pandilla del Abuelo se reunían en la calle de la Estrella, en casa de Sánchez, como el pintor afirma; pero el complot tal vez se iniciara en las dependencias del propio palacio ,de la Monr.loac Allí pintaha Sán~he:~d i f reoentiihir e! kgti d d administrador don Lorenzo Gómez, otro de los consortes del "Abue- 30 "El Zurriago", t. 3, núms. 71 y 72, pág. 1. id5?, y, "a&el' fiiiacio' ~diimá.s& taba situado en las discretas af u e r e &a&&&& y i-esultaba más a .hano para entablar contacto. con &.;$peiriilkro de, oled do-como' &a Manuel Hernández. " ' h t e ' d o i i Lorenzo GÓmez 6s el .que en 1816-un año - despuék que Sánchei suplique a ~brnando la reposición en su puesto. ,di pintor adornista de la Real. Florida-solicita del conde de Mi- &nda que.el palacete de la Moncloa sea reparado "por lo mucho c&.han costado sus exquisitas pinturas y demás adornos" Como &el mi&& don Lorenzo Gómez que en 1815 testificaba en'favcir de¡ ti&eifeño, incluso haciendo constarque se le adeudaba dine-'. So, 'dando con elio prueba de honradez en su cargo y d s t a d ha-:' eia &lnch&, se puede conjeturar que habló-al pintor de la gestión' &iai &e iba a .hacer -'de lo oportuno. que seria presentar en-aquella conjet& sus reivindicaciones al cargo que desde Carlos IV o'enía desempeñ&do. . ,. . < .. ' El señor Gómez consiguió que se ordenase la ejecución de las'. obras desde abril de ese mismo año, lo que nos hace suponer que' entonces :Geai6 .reanudar Sárichez g~ labor & adorn&. se s2be a&= más qu. e"¡a. . pintura obtuvo especial aten&ón, pues el italiano Fer-iiando Brambila, pirit.or.de paisajes bastante conven@ionaless2 , eje- . . . ciita'entonces, sobre 1.0 ya pintado, reformas al gusto de la época, y aún, en el tie* de las bodas con .María Cristina de Nápoles, se ordenó adornar la-escalera, los techos del comedor, cuarto de baño. y el llamado gabinete de estucos. . ' Tiene que admitirse que muchas de estas guirnaldas, grecas,. palrnetas, falsos cortinajes; sartas de cuentas, pájaros, balaustra-das y balconajes de forja. figurados, angelotes y arabescos, tal vez. bu.e. na parte de las pinturas pornpeyana~q ue decoraban todas es-tis perdidas estancias, las ejecutó Sánchez, que a ello estaba des- &ado y en eso se había especializado. L o s trabajo.s .d e Antonio Sánchez aparecen refrendados, aun-tqit: 3~ está bien especi&a& labor d e c ~ r a * ~ ~ sg!~nes . . 31 Ezquerra del Bayo, ob. cit., pág. 27. 02 Ezquerra del Bayo, ob. cit., pág. 28. 194 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS 1 1 ANTONIO S&CHEZ, PINTOR ADORNISTA $C. , . , . . . _ , . , di1 enla &&&a pre'se&adap& ior&nzo d6m&i el '25-& junio de 1817, autorizada por el interventor don Florencio Martíii,: .. - " qwhibla de- obras ef&tiidas en el &e& jardín de la-:Mo&da, . . . . . . . . seguramente para recreo de ¡a reina ~ a r í Iasa bel de Braganzit,: por~~ellas'p&ibei p i n t o r la' suma de. 101373 *les. de veiióh. ~k r&ibonúmeio 30, rubricado por Antonio Sánchiz ~ o b á l e z',9 fe-: cliado e. l 5 , de agosto de 1816, aclara sus trabajos en el jardín'. &ev8 de la posesih, valuados en 5.373 reales: pintado de ¡os ce-' nadores, enverjado y puertas. , de. color verde; con los machones' . . - .. imitando piedra berroqueña, como se ve, de no gran in- &&S a&ístico, que dejan muy impreci&- valía para dicoracib-' nes al fresco de mayor rn0nt.a. ~n los 5000 reales restantes entró' el "importe de la obra de color verde &e&ada en ia acallera y puerta de subida en el jardín nuebo de la estufa y dorado de las cuatro cifras que están en las puertas del emberjado", según otro . . . . > ) > . . .,. . . . . . ... ..... recibo fechado por el pintor el 20 de diciembre de 1816 SS. - estos jyrtificzntes py-g&sn Igc hc~!dps ephlcprps pi&.S-ricos de Sánchez en el palacete de la Moncloa, por otro lado acredi: tan que allí, en las horas de descanso, cuandó la luz empezaba a £altar en los rápidos atardeceres del invierno, nuestro tinerfeño charlaría con el encargado de la Moncloa, y con él lamentaría los desmanes liberales, comentaría las intentonas absolutistas y cual-quier día desde la Real Florida llevarían al "Abuelo" a la calle de la Estrella; en casa de Sánchez se le acogió y escuchó, y, emborra-chado~ por el ambiente, se hicieron conspiradores personas tan respetables como el Capellán de las Comendadores de Santiago y el fraile agonizante del convento de Alcalá; tan heterogéneas como el guardarropa y el tesorero real j d t o a tenientes coroneles, un capitán, un comisario de guerra y hasta una viuda americana, acerca de la que-debe ser culpa de su nacionalidad-no consigo ~j-g& 12 idp. &rihuir!p pgye! & c~pitu!iutu de 18 apy,sZ, pues ;qué otra función cabe a la señora de Carbonell en una par- 33 Real Florida, leg. 6.9, núms. 30 y 37. Archivo de Palacio. I . . . . . . , Núm. 8 (1957) 195. tida de guerrilleros y teniendo de consorte a un zafio veterano como el "Abuelo" ? Quizá en principio les atrajese la aventura o el deseo de me-drar, pero una vez metidos a paladines del absolutismo debieron darse cuenta pronto de que les iba vida y hacienda en ello y puede que alguno de aquellos maduros-si juzgamos por la edad de Sán-chez- consortes de Manuel Hernández echase pronto de menos sus apacibles costumbres burguesas y lamentase amargamente los gra-ves trastornos que una conjura emprendida tan gratuitamente les acarreaba. Porque no sé las prebendas y honores que los demás conspiradores recibieron del monarca de nuevo absoluto, pero, en a cambio, tenemos pruebas de las menguadas muestras de gratitud c. E . . que Fex~aiidoT T testimvixo a Sámkez Ger,oá!vz. SO -- m O E! rey, enterlidn por infnmc? del contador general de la Real 3 Casa y patrimonio don Francisco Scarlati de Robles, que se había Om-concedido el año 1819-cuando pide Sánchez un sueldo-400 du- E cados a don Felipe Upez por pintar adornos en los Reales Sitios, O que lee en la instancia de Sánchez de 1823, como éste le prueba haber corrido peligro de muerte por su soberano y sólo le suplica a cambio sueldo de pintor de Cámara, después de treinta y un años de servicios, y luego lde asesorarse por los informes favorables al pintor canario que emiten Scarlati de Robles y Vicente López, to-davía el cauteloso Fernando escribe al dorso del expediente de su puño y letra lo siguiente: "Diga la Secretaria si no huele a pen-sión la propuesta de L��pez. E"." Seguramente de esta, tan poco generosa, nota no llegó a ente-rarse nuestro tinerfeño, porque la Secretaria responde al Rey que no sólo no "huele" a -pensión, sino que la "ha conceptuado como premio bien merecido para un hombre que se ha ocupado en obras del servicio de V. M., y como estipendio remuneración del trabajo que debe hacer en otras operaciones que se le sometan también en 196 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS I servicio de V. M." Sólo entonces se aviene el rey a escribir: "Como propone López, pero sin exemplar. F." Era el año 1824.'A los se-tenta y un años cobraba Antonio Sánchez su primer sueldo de pin-tor adornista, gracias a los informes de Vicente LÓpez, el primer pintor de palacio. El retratista de Fernando VIi gozaba de buena influencia cerca de la persona reaI; al monarca le complacían los minuciosos re-tratos que le pintaba. No es preciso repetir que Fernando tenía muy en cuenta su opinión, y cuántas veces se solicitaban sus in-formes sobre adistas y profesores de -kiias artes que constante-mente pretendían en Palacio. Sobre Antonio Sánchez emitió cuatro. En el primero, en 1819, año en el que Sánchez pide al Rey su agregación a la Florida, dice del tinerfeño: "Me consta su buena moralidad y arreglada conduc-ta y que ha pasado bastantes trabajos en su emigración de esta Corte a Cádiz", sin emitir juicio técnico sobre su pint&a. La segunda información de López, del año 1824, es más inte-resante. Había ya pasado el período constitucional y las hazañas absolutistas del pintor canario. Su memorial narrándolas debió suscitar cierto ambiente de expectación entre los dependientes.de la Casa Real; ciertamente Sánchez parecía haber dado un paso de gigante en la escala del favor real. Vicente López escribe lo si-guiente: "Los méritos y servicios que tiene contraídos don Anto-nio Sánchez le hacen digno de ia gracia de S. M., io que, reunido a su loable conducta y a la extrema necesidad en que se halla su-mergido con su familia, me obliga a proponer para recompensa de los servicios de Sánchez para remedio de sus miserias, reunién-dose a lo dicho los conocimientos artísticos que posee en el ramo de adornos ..." Parece como si el pintor de Cámara titubease en alegar lo más valioso justamente pasa la concesión del cargo, la aptitud que posee el solicitante, y, sin embargo, es este solo extre- mo, a mi entender, lo que procedía informar por parte de Lópe,z ,. Lo demás es materia sobre la que su dictado no vale más que la de otro empleado palaciego cualquiera. Prosigue el retratista del Rey: "Se digne S. M. poner a su car: go el cuidado y conservación [así] como el de recomponer los techos y paredes de dicho ramo de adornos que existen en este Real pala: cio,'la Moncloa y Aranjuez, con la asignación de cuatrocientos du-cados, en los mismos términos que está destinado en el Real Sitio de San Lorenzo don Felipe LÓpez, para cuya ocupación le concep-túo muy a propósito, entendiéndose esto no como plaza subsisten-te &e deba ser &emplazada por muerte de Sánchez, sino por gracia particular remuneratoria de sus servicios y lealtad.. ." Ar-guye L6pez con tanto verismo sobre la necesidad de Sánchez y la miseria de su familia, que realmente parece que lo baya visto con sus propios ojos, y da pie a pensar si no tuvo amistad o, por lo menos, algún trato directo el primer pintor con el desgraciado adornista de la calle de la Estrella. Sin embargo, no debi6 ser una reiación ni durable ri especial-mente cordial la que medió entre ambos, cuando el tercer informe de Vicente Gpez, el de1 año 1825, hecho sobre la solicitud que pre-senta Sánchez el año antes de morir para que se le confirme el titulo y trato de pintor de Cámara, que viene usando desde 1803, aparece redactado en los siguientes términos : "Que si en aquel tiempo hera el Exmo. Sr. Sumiller el Jefe de la Cámara es muy extraño que el nombramiento de pintor de ella, comunicado al mencionado don Antonio Sánchez González, se lo pasase el citado Merlo a la Admón. de la U.= orilla y este al 5 c h C~ m A 4 ~ t mpi ~~,e nsi en uno ni en otro residieron facultades para comunicar este nombramiento; por consiguiente, a mi .parecer, en el Archivo del R1. Palacio constará el modo cómo se expedían los títulos de los Pintores de Cámara el año 1803, y por qué conducto se comunicaban a los interesados que se agraciavan con este honroso dictado, y vistos ioa aliieee: dentes se saldrá de la duda que ofrece este nombramiento de Sán-chez GonzáIez." 198 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOR ANTONIO ShNCHEZ,, PiNTOR .@RNISTA 35 La tal duda ya la he expuesto al comentar los extraños trámi-tes del nombramiento de Carlos IV en fa& del tinerfeño. Pero ahora, removida la cuestión de manera oficial por el celoso purismo del primer pintor de Cámara, se busca en Palacio un compro-bante que debía haberse guardado del dichoso oficio de 1803, y en ninguna de las oficinas reales se encuentra huella del nombramien-to de Sánchez como Pintor de Cámara. "No hay noticia en este Archivo General de mi cargo de que el tal sugeto haya pertenecido ni pertenezca a la clase de Pintor o Adornista de Cámara como supone", contesta don Pedro de Vargas al Sumiller de Corps, y cüií muy buen acuerdo remite ia investigación a "la oficina de don Lorenzo Gómez, administrador de la R1. Florida, en donde exis-tían los papeles de su antecesor don José Merlo." Allí tal vez, si Merlo no lo destruyó antes de huir a Francia; hubo comprobante del nombramiento, que hubiera servido de pieza de convicción para la historia de Sánchez, si de la Real Florida se hubiera solicitado informe. Peso no se hizo; el Sumiller acon-seja la negativa a la confirmación tan largamente anorada por Sánchez, porque "ni entre los papeles que existen en la Secretaría del ramo de mi cargo, ni en los del Archivo General de la R1. Casa, consta de modo alguno que el expresado don Antonio Snchez González haya pertenecido ni pertenezca a la clase de Pintores o Adornistas de Cámara como supone, siendo muy extraño que este interesado no haya reclamado desde el año de 1803, en que dice fué irr-u -u-iLme.-a 3a o- , ia rehabiiitación que ahora soli~ita.~' No sólo no ha recibido ninguna recompensa ni' título por su arriesgada conspiración en obsequio del absolutismo del Rey, sino que Fernando VLI: deja para siempre en entredicho la distinción que con tanto aprecio ostentaba Sánchez. Sin embargo, la rutina persiste en lo desde antiguo establecido y en documentos jurídi-cos, como los edictos del juez Pineda, lo mismo que en los escri-tos de Palacio, aún posteriores a la investigación realizada por indicación de Vicente López, se le continúa llamando Pintor Ador-nista de Cámara. En lo que se refiere a López, nuestro pintor le debe los 400 du-cados concedidos en 1824, pero tambi6n el no ser rehabilitado por Fernando ViI como Pintor de Cámara. Posiblemente no hubo ofi-ciosidad en los distingos administrativos de López y el retratista del Rey cumplió con lo que él creía su obligación. Si el señor Su-dller de Corps hubiese agotado los medios de información, coms se le sugirió, ahora sabríamos a qué atenernos con certeza. a D m ~ Ys AC HAQUES. . m El sueldo de Sánchez iba a ser pagado en mensuaiidaües. La O n-- familia Sánchez-Flores tenía cuatro hijos pequeños y una anciana m o E criada, Teresa Mata, que, después de cuanto por culpa de las ve- s£ Ieidades guerrilleras de su viejo señor había padecido, debía resi- E dir en la casa como un miembro más de la familia; eran, por tanto, 3 siete las personas que vivían de1 flamante sueldo. O-La situación a que éste llegaba era extrema, luego de los m E expolios #que los constitucionales habían practicado en la calle de O la Estrella, y después del largo período en que Sánchez no había n E tenído otra ocupación que la de ocultarse o las poco productivas - : de conjurado que detalla en su último memorial antes de morir- - Sin embargo, pocas veces pudo Sánchez cobrar su sueldo ín- n tegro; los acreqdores a quienes debió contener tantas veces con 3 O la promesa de pagar, gracias al codiciado sueldo, se le echan en- \ cima y presentan demandas judi~iaks,e n virtud de ias cuales ei S6 de agosto de 1825 se ordena a la Tesorería retenga los 400 du-cadós, que Sánchez consiente en ceder, Para entregar mensualida-des a don Juan Bcharan, coronel retirado, hasta consumir la deu-da de 4.000 reales de vellón que con él tenía, más las costas de1 proceso, 228 reales; y en enero de 1826 se le descuenta del triste sueldo, también por orden judicial, el tercio de sus haberes para atender al crédito de 19.764 reales que con don Miguel Pérez ha- ANTONIO SANCHE, POTMR ADOBNISTA 37 bía contraído. Todos estos sinsabores y las enfermedades. que agra-vaban su vejez se unen a1 estado moral que, la negativa real a sus. pretensiones d título de Pintor de Cámara y el retraso en verse 0cupado en su destino de la Real Florida, hacen suponer. Esta demora duele a Sánchez, que quiere, próximo ya el mo-mento del descanso final, sentirse más activo que nunca, más pin-tor que en sus años mozos, y se impacienta de que malogren sus inquietudes artísticas; necesita ese quehacer que además le ayu-dará eficazmente, como otras veces, a olvidar la ingratitud de 106 grandes, la estrechez de su vida y el fracaso de sus sueños juve-niles cuando salió de una isla para conquistar la Corte. De nuevo escribe al Rey; ahora no pide sueldo, ni honores: sólo pide trabajoj el trabajo por e1 que 1- pagan y a1 qw m ha sido llamado ah; y vuelve a enumerar sus méritos, sus servicios, su lealtad: "Pero, Señor, aunque ha transcurrido tanto tiempo, en nada se le ha ocupado"; el viejo conspirador no quiere que se le olvide, aún tiene ganas y arrestos para pintar: "y teniendo enten-dido que en ia actuaiiciad se están egecutanüo varias obras de pin-tura en el R1. Sitio del Pardo y que además executan en la parte de su ramo de adorno"-aquí vuelve a encarecer "la deplorable y triste situación'en que la facción regicida le ha dejado sumergido con su desgraciada familiav-, suplicando "se le emplee en las obras de su ramo de adorno". Y en esta instancia, casi conmove-dora, del anciano pintor, es donde Vicente López estampa su cuar-to y 6.ltimo informe al expediente de Sánchez. El afortunado retratista de Fernando VII ha hablado con el ti-nerfeño, ha visto lo enfermo y acabado que está, pero ha compren-dido la necesidad de justificación que siente Sánchez y escribe: "Aunque la abanzada edad de este ynteresado no es la más a pro-pósito para andar por andamios y sobrellevar las fatigas de se-mejante clase de obras, hallándose en disposición de emprender- las (como él mismo me ha asegurado), parece mui justo que se le atienda en su solicitud, porque tiene su mérito." Pero López apw; ta a continuación que pudiera darse el caso que empezase &a obra que no pudiera proseguir y para eludir esta dificultad, al au; torizar a Sánchez a tomar de nuevo y por &tima vez los pinceles, hace al Surniller de Corps muy presente el primer pintor d$ Cá-mara que no le deje emprender obras por su cuenta, que sólo le permita trabajar en lo que se le indique (25 de septiembre de 18251,. Muy poco debió de pintar en El Pardo Antonio Sánchez, si realmente llegó a ir. El 7 de febrero de 1826, dirigía a1 Rey su Último memorial acompañado de un certificado médico que deja pocas dudas acerca del estado de salud del septuagenario pintor. El escrito sigue el esquema de siempre; simplemente la cuenta de los años de servicio es cada vez más elevada: al final de su vida suman treinta y dos. En este como resumen de su vida queda muy lejos su discipulado con Miranda, muy lejos sus amores con An-drea, incluso está ya borrosa en la memoria del pintor aquella sai P . iida de Xadricl huyendo del invasor, que cortaba !us iimeus de su vida, apenas si le dedica una línea al "Tirano de la Europa, Napoleón"; sus verdaderos recuerdos, los que le son más queridos, están en su papel de conspirador y los quiere contar detallada-mente. Como consideraba su deber exterminar la Constitución-aque- Ila que vió nacer en Cádiz y en la que pensó como inspiradora de un cuadro-, se propuso no omitir ningún riesgo ni fatiga, lo que b granjeó la confianza de todos los que pensaban como él, que empzuror, u t o m r SII caz de !a calle de 21 Estrella como centro de reunión. Estas tertulias fomentaron la partida que iba a ser del Abuelo-Manuel Hernández andaba entonces formándola con destino a la sierra de Sigüenza-, y también la del "valiente, pero desgraciado, Rojo de Valderas", otro cabecilla realista menos co-nocido. Antonio Sánchez, encendido de patriotismo, viaja de pueblo ea pueblo, "de incógnito", para allegar gente, y aún pasa a Toledo, 202 ANUARIO DE EBTUDI08 ATLANTICOS donde emplea "varios espías para que observasen los clubs y sus principales corifeos, cuánto hacían y pudiese convenir saber, y des-cubrir sus infernales maquinaciones", y logra desbaratar planes que se proponían ate,ptar contra el Rey. En Madrid mismo orga-niza cuadrillas que le eran adictas; él atendía a la compra de ca-ballos para las partidas, la de armas y municiones; metió y man-tuvo en su casa hombres con que nutrir estas partidas, todo lo mal no podía hacerse "sin la inversión de mucho dinero, y aunque recibió para ello algunas cantidades',-;quién procuraría el dine-ro, la viuda Carbonell o la propia Tesorería Real a través de su oficial segundo don Luis Chaves?-, "nunca fueron las suficien-tes para cubrir tantas atenciones". Así que, como era el cabeza y el más comprometido, tuvo que pagar con sus bienes, y cuando éstos se agotaron solicitó préstamos y se empeñó hasta las cejas. Pero no era bastante: la causa exigía más, y Sánchez fué per-seguido, buscado por todas partes, saquearon su casa y la de sus amigos, hicieron huir a su mujer y a sus hijos, apresa.r on a Tere- a-, su sin7kntg, y &~rarit.etr eiiita horribles meses viwo, encerrado y oculto, siempre en espera de ser cogido y muerto. Con Pa en-trada de las tropas aliadas parece que iban a tener término sus males, pero el largo encierro, las privaciones y una tan penosa eta-pa de sobresaltos en edad inadecuada, habían acabado con su sa-lud y llevaba, en la fecha del memorial, "dos años en un continuo padecer", habiendo estado por dos veces a punto de morir, y con-tribuyendo a agravar su estado las deudas apremiantes, la caren-cia de su sueldo embargado, con las tremendas repercusiones que todo ello acarreaba a su familia. Acaba por íin solicitando de1 Rey un socorro "que jamás olvidará" y por el que suplicará al Cielo conserve la vida a Su Majestad. ;Días después recibía del Rey el regalo de dos onzas, 650 reales de vellón! El 14 de abril del mismo año, ante la creciente presión de los acreedores y con la clarividencia de su próximo fin, otorga decla-ración de pobre y proclama por herederos a sus siete hijos, los que dejó en Canarias, salvo María, que como indicabarnos al prin-cipio no está incluida, y los que había tenido de María Manuela Flores. El día 26 de agosto de 1826, después de recibir los Santos Sa-cramentos, falleció el pintor adornista de Carlos l[V y conspira-dor sin fortuna al servicio de Fernando VII. a N Su viuda continúa por espacio de dos años las huellas de An-tonio Sánchez y trata de obtener, en insistentes escritos, los suel-dos que su marido había dejado en las manos de los acreedores como pago a sus escarceos politic& y de conspirador. Tenía aUn consigo a aquella pobre Teresa a quien ni siquiera sus salarios po-día pagar; pero no logra cobrar nado, !u. retemibn jiiríilicri n@ permitía disponer de un céntimo, y como Ia viuda intriga y pre-. senta escritos improcedentes, se acaba por ordenarle se atenga a lo establecido y use de su derecho en los tribunales ,que corres- ' ponda, pero que cese de importunar en Palacio. ANUARIO DE ESTUDZOX ATLANTICOS |
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