CONTRIBUCION A LA CARTA ARQUEOLOGICA
DE LA ISLA DE LA PALMA (CANARIAS)"
POR
U U R O S. HERNANDEZ PEREZ
INTRODUCCION
Con ocasión de los estudios bretones sobre el megalitismo sz
dijo: «Tout a eté fait en Bretagne.» Y alguien respondió: «Tout
est a faire.» Estas frases, que glosaba Luis Diego Cuscoy con
ocasión de una publicación suya sobre Belmaco ', encuentra una
certera aplicación a la prehistoria de Canarias. En efecto, pode-mos
afirmar que pese a los esfuerzos denodados de los investi-gadores
canarios y extrainsulares, todo, o casi todo, está por
hacer en el estudio de la prehistoria de Canarias, en general, y
de cada una de las islas, en particular.
La iabor a realizar es mucha. Pero ina'udabiemente se hacía
necesario la elaboración de una carta arqueológica, donde se
sintetizase todo lo conocido hasta la fecha. Es esta tarea la
que ha emprendido el Departamento de Arqueología de la Univer-sidad
de La Laguna, bajo la dirección del doctor Pellicer Catalán.
(*) Este trabajo ha sido reailizado en el Departamento ,de Arqueología
de la ~Universi~dadde La Laguna, loon fondos de da Ayuda a la I~nveshgación,
bajo la ~di~reociódne l profesor don [Manuel Pellica-.
1 L. Diego Cuscoy: Nuevas consideraciones en torno a los petroglifos
del Belmaco, «Revista de Historia», núm. 109-112. La Laguna.
2 MAURO S. HERNKKDEZ PÉREZ
Abordamos con esta carta arqueológica2 el estudio de la
prehistoria de la isla de La Palma, una de las más citadas por
los autores, merced a que sus petroglifos y cerámicas se presta-ban
a rápidas y no siempre certeras conexiones.
Cuando en 1942 Elías Serra y A. Mata daban a conocer algu-nas
estaciones con grabados rupestres de la isla de La Palma, se
veía la necesidad de una elaboración y sistematización de todos
los aspectos de la prehistoria palmera. Pronto aquella especie de
carta arqueológica de grabados rupestres se vio enriquecida
por nuevos hallazgos, insuficientemente publicados. Se hacía ne-cesario
abordar otra vez el tema, sin olvidar ahora los otros
aspectos de la prehistoria insular.
T~-a 1ia- 1u ur Llu-t-: d-IU-U-al, .y-a que, además de las ú ' i f i d i d e ~e n-puestas
por el doctor Pellicer (centenario saqueo de los yaci-mientos,
los aficionados a la arqueología, el desconocimiento de
la mayoría de los materiales conservados en los Museos, la in-existencia
de excavaciones estratigráficas, topografía abrupta.. ),
tuvimos que luchar coiiira la desi& i-ee&s de los co:eccicinis-tas
particulares.
Nuestro primer paso fue la recopilación bibliográfica, que
nos resultó escasa y, sobre todo, llena de tópicos.
La falta de cronistas entre los conquistadores dificulta, en
grado sumo, el conocimiento del primitivo auarita. Las primeras
noticias acerca de su modo de vida se conservan en las obras
de Abréu Galindo y Torriani, escritas un siglo posterior a la
conquista.
La historiografía de los siglo XVII y XVIII no aporta nada nue-vo,
al limitarse a seguir la obra de Abréu, ya que la obra de
Torriani es desconocida hasta el siglo xx. 0
La historiografía, en cambio, del siglo XIX, en especial las
2 Este trabajo P resumen de nuestra (Memoria de Licenciatura que.
con el mismo título, fue dirigida por el doctor ~Pellicer Catalán. Presen-tada
ante el Tribunal de la Facultad ,de Filasofía y Letras de la Univer-sidad
'de La 'Laguna,, mereció la edificación de «cobresaliente cum laude».
3 IM ~Pellicer Catalán. Panorama y perspectivas de la arqueología ca-naria,
aRevista de Historia Canaria», númm. 157-164. La Laguna, 1968-69,
página 296.
538 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOL6GICA DE LA PALMA 3
obras generales de Verneau, Berthelot y Chil y Naranjo, intenta
establecer conexiones extrainsulares (con Africa y la Europa at-lántica).
La aportación más valiosa es posterior a nuestra guerra
civil. Entre ésta destaca la labor del doctor Serra Ráfols, que, en
la Sección de Arqueología de la «Revista de Historia», recopilaba
y reseñaba todos los yacimientos que iban apareciendo. Es al
doctor Serra, ahora en colaboración con A. Mata, a quien debe-mos
lo que podría considerarse como la primera aportación a la
carta arqueológica de La Palma, aunque sólo se reseñasen las
estaciones con petroglifos 4.
El doctor Alvarez Delgado, de la Universidad de La Laguna,
ha aportado datos valiosos a ia prehistoria de La Palma. Debemos
destacar sus interpretaciones filológicas y sus estudios, muy
discutibles, en torno a los grabados rupestres.
Al señor Diego Cuscoy le correspondió la tarea más ingrata,
pero, sin duda, más interesante: el estudio directo de los yaci-mientos.
Debemos destacar su vaiiosa información, entre otras
muchas de singular valía, en torno a la estación de Belmaco y
la últimamente publicada excavación de la Covacha del Roque
de la Campana.
Prehistoriadores extrainsulares, por otra parte, han abordado
el problema, ya al tratar de sintetizar la prehistoria insular (Pe-ricot,
Tarradell), ya en artículos monográficos (Martínez Santa-
Olalla), ya en obras ajenas a Canarias (Mc White, Sobrino Lo-renzo,
etc.).
La prensa diaria, en especial la de Santa Cruz de La Palma
y Santa Cruz de Tenerife, nos ha faciiitado una interesante in-formación
acerca de algunos yacimientos descubiertos casual-mente.
Junto a esta labor de recopilación bibliográfica se hacía ne-cesario
el estudio de los materiales conservados en los museos y
coiecciones particulares. A lo iargo de innumerabies Jornadas de
estudio visitamos estos museos, que guardan, la mayona de las
4 A. Mata y E ~Serra: Nuevos grabados rupestres de la rsla de La Pal-ma,
«'Revista de 'Historia Canaria», XIII y XIV. La Laguna, 1940-41, pági-nas
352-358.
Núm 18 (1972) 539
veces con un afán meramente coleccionista y de anticuarios (Mu-seo
de La Cosmológica), restos del pasado insular. Todos los
materiales, de los que sólo se presentan aquí una pequeña par-te,
fueron dibujados (cerámica, adornos, molinos naviformes y
circulares.. ) indicando en todos ellos su perfil interno y ex-terno,
según método impuesto en Arqueología.
Los museos y colecciones, a cuyos directores y conservadores
nos sentimos profundamente agradecidos, fueron los siguientes:
- Museo Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife, cuyo di-rector,
el señor Diego Cuscoy, al tiempo que nos facilitaba
a el estudio de los materiales conservados en sus vitrinas,
nos ofreció interesantes datos acerca de los yacimientos
excavados en La Palma. O
n -
- Colección de la Facultad de Letras de la Universidad de E
E
La Laguna. SE
- Colección de la Sociedad de Amigos del País de La La- 1
guna.
- Museo de la Sociedad «La Cosmológica», de Santa Cruz $
de La Palma. -
0
m
E - Colección Rodríguez Martín. Las Tricias. La Palma. O - Colección A. Soler. Mazo. La Palma. 5
- Colección A. Santos. Santa Cruz de Tenerife. n
E
e - Colección García Luque. Breña Alta. La Palma. a
- Colección Pérez Díaz. Breña Alta. La Palma. n
- Colección Bravo Pérez. Breña Alta. La Palma. n
- Colección Hernández Pérez. Breña Alta. La Palma. 3
O
Conjuntamente se comenzó ei recorrido por La Palma, con
el fin de señalizar en el mapa los yacimientos, levantar planos
de conjunto y calcar sus petroglifos, de los que sólo ofrecemos
una ínfima representación.
La labor fue ardua, ya que la mayoría de los yacimientos
pubiicados carecían de una iocaiización exacta, io que dificuiio
su situación en el mapa; tal es el caso, por ejemplo, de algunas
necrópolis excavadas por Diego Cuscoy en las Nieves y los Lla-nos
'. La suerte, por otra parte, nos acompañó en nuestro recorri-
5 L Diego Cuscoy: Actwidades arqueológicas en Tenerzfe y La Palma
540 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOIhGICA DE LA PALMA 5
do, ya que merced a informaciones que pudimos recoger, tuvimos
ocasión de catalogar numerosos yacimientos, que enriquecen, sin
duda, todo el complejo panorama que presenta la prehistoria de
La Palma.
La cartografía, parte esencial en este trabajo, ha sido realiza-da
tomando por base las hojas 1.085, 1.090 y 1.094 del Servicio
Geográfico del Ejército (escala 1 : 50.000), cuya publicación corrió
a cargo del Instituto Geográfico y Catastral (1968) 6.
Antes de concluir esta introducción debemos expresar nuestro
agradecimiento a los siguientes amigos:
Al señor Rodríguez Martín e hijas, quienes nos facilitaron una
abundante información en torno a yacimientos desconocidos de
Garafía.
Los señores Soler, por otro lado, nos facilitaron abundante
información sobre yacimientos de Mazo.
Debemos agradecer a nuestros amigos V. Bravo, A. Santos,
E. Lorenzo y A. Brito, que nos acompañaron en nuestro reco-rrido
por La Palma y nos ayudaron en ia copia de ios grabados
rupestres.
Nuestro agradecimiento a E. Mir, quien nos ayudó en el
aspecto fotográfico.
A todas las personas, desde el director de un Museo, hasta -
esa persona anónima que nos hablaba de un yacimiento desco-nocido
o nos señalaba un camino o trocha a seguir, como fueron
pastores, agricultores, leñadores ..., sin olvidar a estos amigos
que no dudaron en acompañarnos en nuestro recorrido por las
cumbres y barrancos de La Palma, desafiando al frío. al can-sancio,
al calor y la sed, nos sentimos profundamente agradeci-durante
el año 1957, «Revista de Historia Canarias, XXX, núm. 119-120.
La 'Laguna, 1957, pág. 160.
6 Estos mapas pueden prestarse a error. En efecto, existen amplias
zonas sin catalogación 'de yacimientos, ya sea por estar arrasadas por
volcanes recientes (ángulo S W ), ya sea por estar poco explorada (án-gulo
N E ). La mayor concentración de yacimientos en Garafía, Mazo
y Las 'Breñas se explican por ser zonas donde las exploraciones han sido
más abundantes (señores Soler, Rodríguez Martín y el autor de esta
carta)
dos, ya que sin su desinteresada colaboración difícilmente podría
haber sido realizada esta carta arqueológica.
Con esta contribución a la carta arqueológica de La Palma
no hemos pretendido agotar el tema. Es indudable que muchos
yacimientos, como asimismo colecciones particulares que sus
dueños guardan en el más escrupuloso de los secretos, quedan
por conocer y cuya existencia sólo conoceremos cuando se rea-licen
varias campañas que recorran nuestros barrancos y valles.
Nuestro deseo no ha sido otro sino el presentar, lo más objetiva-mente
posible, el estado actual de nuestro conocimiento de la
prehistoria insular y dar a conocer nuevos yacimientos del más
indudable interés. De haberlo conseguido, ese será nuestro me-
;nr nr~min
J r- -u--
ESTUDIO SISTEMATKO
Marco geográfico.-Vegetación.-Demografía prehispánica.-An-tropo1ogía.-
Economía.-Reinos prehispánicos.-Vías natura-les.-
Vida espiritual.
1. Marco geográfico
La Palma, la isla más noroccidental del archipiélago canario,
tiene una extensión superficial de 728 (ó 729 según otros auto-res)
kilómetros cuadrados. Su forma es acorazonada, y su mayor
distancia longitudinal, de 47 kilómetros, está comprendida entre
las «Punta del Mudo», al norte, y la de «Fuencaliente», al sur. Su
anchura máxima es de 28 kilómetros, localizada entre «Punta
Salinas», en la vertiente oriental, y «Puntagorda», en la occiden-tal.
El litoral, análogo al de Tenerife, es escarpado y con pocos
abrigos naturales. Sus tres avanzadas principales son: «Punta
Cumplida* -nordeste-, «Punta del Mudo» -noroeste- y «Fuen-caliente
» -sur-.
La alineación principal de sus cumbres adopta la forma de
un gigantesco cayado, localizándose las mayores alturas en la
542 A X U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOIdG1CA DE LA PALMA 7
curva de éste, que forma la cumbre de Los Andenes, en donde
se encuentra el «Roque de los Muchachos» (2.423 metros) y los
picos de la «Fuente Nueva», «de la Cruz», del «Palmera» y de «La
Nieve», cuyas altitudes oscilan entre los 2.356 y 2.210 metros.
La «Caldera de Taburienten se encuentra en el interior de esta
curva. «Es, en su tipo, una de las depresiones mayores del
mundo, pues mientras su fondo se encuentra a unos 900 metros
sobre el nivel del mar, sus acantiladas paredes llegan hasta los
2.400 metros, lo que supone un abismo de 1.500 metros. Tiene un
diámetro de norte a sur de unos ocho kilómetros, y se abre por
una potente hendidura, iniciándose en el ((Barranco de las An-gustias~
p, or donde descienden las aguas de los arroyos natura-les
de <<La 7. C- --A- -..----.-- A l.." -t. ~ j aG ~ L Gb ar iaiibv uiia ue iaa ~i i rai d a ~X itU=
rales de «La Caldera,, La otra es por una hendidura situada en
la parte sur, conocida hoy por «La Cumbrecitan y que los auaritas
llamaban Adamancasis.
Las laderas septentrionales del arco montañoso, cruzadas por
una red fiuviai que se abre en forma de amplio abanico, presen-ta
profundos cortes que constituyen valles encajados.
La parte sur de La Palma se halla dividida por el eje monta-ñoso
central. Par la parte occidental el Bejenado, que cierra «La
Caldera», por el sur, desciende en rápido declive para dar lugar
a la extensa zona de «Los Llanos», rellena de materiales volcá-nicos
y aluviones, localizándose en la costa dos terrazas, con dos
niveles de conglomerados marinos adosados a sus laderas y gran-des
bandas de conglomerados con fósiles de igual naturaleza.
Por la parte oriental se extienden campos de lavas y escorias,
sobre los cuales se asientan los pintorescos vailes de ias Breñas
y Mazo.
En el extremo sur la parte originaria de la isla se encuentra
cubierta por campos de lavas, superpuestos la mayoría de las
veces, que han ido recubriendo el terreno y suavizando en algo la
pendiente por la alternancia de terrazas, dando a estas tierras un
aspecto de mar agitado por olas de espuma negra.
7 Tdesforo 'Bravo: Geografia general de las Islas Canartas, tomo 1,
Santa Cruz de Tenerife, 1954, pág. 148.
Los aborígenes palmeros llamaban a este arroyo dxerjo».
En toda la isla, y especialmente en las dos vertientes de la
parte sur, se observan numerosos conos volcánicos: «Tacade»,
«María Redonda», «Todoque», «Las Manchasp.. , por la parte
occidental; y por la oriental, «Brejillos», «Breña», «Tosca», aGo-teras
», «Cucaracha», «Estudiantes», «Pavona». . .
Geológicamente encontramos la misma constitución general
de todo el archipiélago. En el norte y en la zona de La Caldera
pueden apreciarse dos zonas ~rincipales: una antigua, formada
por basaltos y diabasas; y sobre ésta, otra más moderna, cons-tituida
por un manto traquifonolítico, profusamente surcado por
corrientes de lavas y bancos de tobas y arenas. En la parte me- a
ridional abundan lavas muy modernas, que la mayoría de las ve- N
E
C ~ E11 ~oan m~ r . "-b-'* O
Las temperaturas son poco constrastadas. En invierno son d-- o> poco bajas, mientras en verano, salvo algunos días de inten- O
E
so calor sahariano, suelen colocarse entre los 20-30". E
2
E Las lluvias, en cambio, son muy irregulares, aumentando con -
la a! t i~d,h astu e! p n t e jcfite 2 la P_GE~^(C mtz C~IZd e La 2
Palma) se registran unos 544 milímetros, a poco más de un kiló- O- -
metro de ella (Buenavista) 820 milímetros y en las cumbres de m
E
más de 2.000 9. O
2. Vegetación aE
2 De modo somero podemos dividir La Palma en cuatro zonas nE
vegetativas ": n
3
O
l." Hasta los 400 metros predomina la vegetación clásica
de la zona litoral con suelo rocoso, caracterizada por el crassica-letun
de etabaibas~y averodes~( Euphorbia balsamifera, Clenia
rnerifolia), en el que figuran otros elementos.
2." Hacia los 500 metros comienza la formación arbustiva de
!mre!es (LQ~YcUnSnn ~iensis),« acehiños» (Apolonza canariensis);
«fayas» (Myrica fayas), matizada por aglomeraciones de zarzales,
9 A. ,Huetz de ~Lemps. Le climat des ?les Canarzes, París, 1969.
'0 L. Ceballos y F. Ortuño. Vegetaczón y flora forestal de las Canarzas
Occzdentales, Madrid, 1951.
544 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOI~GICA DE LA PALMA 9
gran cantidad de helechos y abundante colonización de «hara-gán
» (Eupa f orium adenophorium).
3." Entre 700 y 1.600 metros la vegetación dominante es la
de fayalbrezal, aunque por el norte y sur esta zona fue colonizada
por el pinar. Entre 1.000 y 1.200 metros encontramos magníficos
ejemplares de Pinus canuriensis, con sotobosque claro de «faya»,
«brezo» y tapiz herbáceo a base de gramíneas (Briza cynosurus,
Brachypodium) y tréboles.
4.' A partir de los 1.900 metros comienza la zona de acode-
SOSPm, ezclados con mnagantesu (Citus vaginatus), que apare-cen
desde 10s 1.400 metros.
3. Demografía prehispánica
La Palma, a juzgar por los datos del Cura de los Palacios,
estaba escasamente poblada, ya que éste nos da la cifra de
«mil e doscientas' ánimas entre varones e mugeres, chicos e
grandesa 'l.
Según este dato demográfico, único que poseemos de la po-blación
aborigen, la densidad habitante-kilómetro cuadrado es
de 1,s. Esta escasa densidad de población podría hacernos pensar
que La Palma estaba casi despoblada. Mas si tenemos en cuenta
la economía recolectora y pastoril (15 cabras u ovejas por habi-tante)
de la población indígena 12, difícilmente se podría rebasar
aquella población.
4. Antropología
La escasa representación de restos humanos conservados difi-culta,
en gran manera, el estudio antropológico de la población
aborigen de La Palma. La doctora Schwidetzky, a quien tanto
debe la antropología de Canarias, se lamentaba de esta pobre
representación, viéndose en ia necesidad de limitar su estudio a
lo conservado en el Museo «La CosmoIógica~, de Santa Cruz de
La Palma, cuya procedencia, la mayoría de las veces, desconoce-
11 A. Bernáldez: Historza de los Reyes Catóficos, don Fernando y d&a
Isabel, «B. A. E.», Madrid, 1878, pág. 679.
12 A. Bernáldez: Op. cit. pág. 679.
Núm 18 (1972)
1
10 MAURO S. HERNANDEZ PÉREZ
mos 13. A esta colección relativamente escasa -25 cráneos y 26,
huesos largos- podríamos añadir los fragmentos óseos conser-vados
en las colecciones Soler y Rodríguez Martín. La cueva del'
Barranco del Cuervo ha aportado algunos cráneos y huesos lar-gos,
conservados en las colecciones García Luque y Pérez Díaz,
que no han sido estudiados.
Ante la falta de otros estudios antropológicos de la primitiva.
población palmera nos limitamos a seguir los estudios que la ya
citada doctora Schwidetzky publicó en su libro La población.
prehispánica de las Islas Canarias.
Cráneos.-Según tales estudios «La Palma está definida por a
pocas características; entre ellas dominan la poca anchura máxi- N
E
lila, la poca d!iUra abSO!üt4 dc 1, órbita y Ir, pqUeñ~ O
curvatura sagital de la bóveda. El índice cefálico es bajo (debido d-- m
a la poca anchura del cráneo), y, por consecuencia, los índices O
E
transverso-vertical, cráneo-facial y transverso-parieto-occipital son E
2
E altos. La sutura sagita1 es relativamente sencilla. Fuerte inclina- -
ción de ia frente y rc>bü~iag! ave!a, cuii 10s hüeszis de !a narir 2
estrechos. Predominan los grados bajos de significación y los O- -
números bajos para diferencias significativas con relación a otras m
E
islas. Sin duda esto no se basa solamente en el reducido número O
de individuos, como demuestra la comparación con la aún peor 5 n
representada Fuerteventura, sino también en una posición media a-E
métrico-morfognóstica de la isla» 14. : l
Tras estas conclusiones, analiza la doctora Schwidetzky las n
n
relaciones entre las islas. «Las relaciones de características de 3
La Palma -dice- son, evidentemente, las más llamativas. Sus. O
relaciones con ias dos isias vecinas, ia Gomera y Tenerife, son
de poca importancia, pero más con Hierro e igual que ésta,
por otra parte, con Gran Canaria. En las relaciones con Hie-rro
predominan las características métricas de la caja craneana;
poca anchura, con grandes dimensiones sagitales (curva sagita!
13 De los 26 cráneos existentes, cuatro proceden de Barlovento, dos de
Los Llanos y Breña Alta, y uno de La Caldera, El \Paso, ~Fuencaliente y
Puntallana. Del resto se desconoce su procedencia.
14 1. Schwidetzky: La poblac~dn prehispánrca de las Islas Canarias..
Santa Cruz de Tenerife, 1963, pág. 63.
546 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
total), parecidas proporciones de la altura (índice transversal,
índice vertical), pero también en las medidas nasales y en el
índice de la cara superior las relaciones con Hierro son las
más marcadas. De las características morfológicas hay que citar
en primer lugar la sutura sagita1 sencilla, mientras con respecto
a la frontalidad de los cigomas, las diferencias significativas refe-ridas
a Hierro, Tenerife y Gran Canaria son aproximadamente
iguales. También La Palma se relaciona con Gran Canaria, en
primer lugar por las medidas craneanas -que asimismo es el
caso entre Gran Canaria y Hierro-, es decir, longitud de la
base, módulo craneal, índice cefálico e índice de curvatura total,
y además la gran anchura biyugular y el correspondiente alto
índice craneofacial, a lo cual hay que añadir la acentuada curva-tura
de los arcos cigomáticos» 15.
Del estudio de los 26 huesos largos conservados en La Cosmo-lógica
obtiene la doctora Schwidetzky para la población de La
Palma «una altura que se corresponde a la de Gran Canaria» lb, es
decir, los varones medirían entre 164,O-166,9 centímetros, y las
hembras 153,O-155,9 centímetros.
Al acercar la doctora Schwidetzky la población prehispánica
de La Palma a la de Gran Canaria participa aquélla de las ca-racterísticas
mediterráneas, a las que alude la autora para Gran
Canaria, frente al grupo intensamente cromaiioide de Tenerife y
la Gomera.
5. Economía
::A! tirmp qUe esta isla se gam5 y cmqüis:S no habia ei,
ella, ni se halló, trigo, ni cevada, ni otro grano, ni legumbres» 17.
Los naturales de La Palma poseían la economía más rudimen-taria
del archipiélago, ya que, como dicen todos los cronistas,
carecían de toda clase de cereales. Los auaritas habían sustitui-d=
a &tGs por las emid!e!! ag amagan:eji (fiiils vügíiiuiiis) Y pr
la raíz del helecho. El «amagante~e ra cocido en caldo de carne
-
l5 1. Schwidetzky: Op. czt., pág. 104.
1. Schwi~detzky: Op. czt., pág 120.
17 J . Abréu (Galmdo: Noticias de la conquista de las szete islas de la
Gran Canaria. Santa Cruz de Tenerife, pág 182.
,Mapa 1.Carta arqueológica de 'La Paiima:
%DemarcacioneIsp rehispáIrui~as.
CARTA ARQUEOL~GICA DE LA PALMA 13
o leche, mientras la raíz del helecho servía de «gofio», una vez
triturada en molinos circulares y naviformes 18.
La carne era abundante, preferentemente la de cerdo, ya que
ovejas y cabras serían reservadas como productoras de leche.
Conocerían las frutas: «madroños», «vicácaros», moras de
zarza, piñas de pino, palmitos y amocanes», de donde extraían el
uchacerquenn, tan alabado por Viera y Clavijo.
Esta economía primitiva no necesitaba de intercambios, por lo
que no nos explicamos la afirmación de L. Diego Cuscoy de que
las lapas pulidas servían como monedas lg.
6. Reinos de la isla de La Palma
La isia de La Palma, ia antigua Denahüare, se eri~üiiil;dbo
en tiempos de la conquista dividida en doce cantones o reinos
(mapa l), que, según Abréu Galindo, eranz0:
1." Arzdane.-Comprende los actuales municipios de Taza-mrte,
Lm L!ams y parte de E! Pao, hasta las Cuevas de Herre-ra.
Su soberano era Mayantigo, que se ha traducido por «Pedazo
de cielo».
2." Tihuya.-Hasta la montaña de Tamanca. Su soberano
era Echedey.
3." Tumanca.-Su límite norte era posiblemente el barranco
conocido por Tamanca y el del sur El Charco, a través de algunos
de los barrancos que discurren cerca de la montaña de Los Fa-ros.
Su soberano era Tamanca.
4." Ahe~gtznrowro.-CP extendía desde E! Charco hasta algún
barranco de Montes de Luna. Sus soberanos eran Echentire y
Azucuabe.
18 Todavía hoy se continúan usando en las casas de campo el molino
circular para moler el «frangollo» y la raíz del helecho.
19 L. Diego Cuscoy: La covacha del Roque de la Campana (Mazo, zsia
de La Palma). La Laguna, 1970, pág. 162.
20 Aunque Abréu no cite límites concretos, es indudable que los can-tones
se extenderían de mar a cumbre. Por otro lado, hemos adoptado, en
la separación de los cantones, la línea marcada por los barrancos, única
vía natural, que aún hoy sirve de Iímite de vanos términos munic~pales.
Núm 18 (1972) 549
14 MAURO S. H~NANDEZ PEREZ
5." Tigalate.-Posiblemente se extendía hasta el barranco de
Amargavinos. Eran soberanos Juguiro y Garehagua.
6." Tedote.-Se extendía hasta la montaña de Tenagua2l. En
este reino está enclavado Tinibúcar, lugar donde se asentó la
ciudad de Santa Cruz de La Palma, capital de la isla. Su sobera-no
era Bentancaise, único superviviente que quedara de la riada
que llevara a sus hermanos Tinisuaga y Aguacencie, mientras se
divertían en un barranco de su cantón, que aún hoy conserva
el nombre de Aguacencio, situado un poco más al sur de San
Pedro, en la villa de Breña Alta.
7." Tenagua.-Límites aproximados del actual municipio de
Puntallana. Su soberano era Atabara.
8." Adeyajamem-Se corresponde con el actual municipio de
San Andrés y Sauces. Su soberano era Bediesta (?).
9." Tagaragra.-Actual municipio de Barlovento. Su sobera-no
era Timiaba, pero las riendas del gobierno las llevaba su va-
1 2 3 - &--A:-: ---- uuu i-iuiuuual a.
10. Taga1gen.-Se corresponde con el actual municipio de
Garafía. Su soberano era Bediesta (?).
11. Tijarafe.-Este reino, el más extenso de la isla, se exten-día
desde el barranco de Izcagua hasta El Time. Su soberano
era Atogmatoma.
12. Aceró.-Ocupaba todo el círculo de La Caldera. Su natu-raleza
fragosa lo hacía casi inexpugnable. Su soberano era
Tanausú.
21 Según el doctor Alvarez Delgado (Mzscelánea guanche: Benahoare,
La Laguna, 1942, pág. 92) existe error en «algunos cronistas en señalar
Tedote como emplazamiento de la ciudad capital; cuando, sin duda,
corresponde a las Breñas (B. Alta y B. Baja), que, como traducción de la
forma guanche, se llama aún hoy». Sin embargo, si delimitamos el can-tón
de Tigtilate hasta el barranco de ~Amargavinos y el de Tedote desde
Amargavinos a Tenagua, como hemos hecho en el mapa núm. 1, en Tedote
estarían incluidas las zonas de 'B. Alta y (B. ,Baja que se conocen como las
Breñas, al mismo tiempo que incluiríamos a Santa Cruz de La Palma.
550 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOMGDIEC ALA PALMA 15
7. Vías naturales
Una naturaleza tan fragosa como es la de La Palma dificulta
<de manera notoria los desplazamientos humanos y de ganados.
Una economía pastoril, y la de los auaritas lo era, está condi-cionada
por el aprovechamiento de los pastos, cuyo agostamiento
obliga a pequeños desplazamientos anuales. Estos, que todavía
hoy hemos podido observar y estudiar en Breña Alta, Mazo y
Garafía, obliga al pastor a permanecer cerca de la costa duran-te
el invierno, donde las lluvias son más escasas y las cuevas-establos
más abundantes, para remontarse a cotas más altas
a medida que los pastos se van agostando. Estos desplazamientos
alcanzan hoy cotas de 2.000 metros en el norte y de 1.200-1.500
metros en el este, donde la capa fayal-brezal garantiza un seguro
alimento para sus rebaños. Es posible que los auaritas no alcan-zasen
cotas tan altas, ya que las zonas intermedias -cotas 500-
1.200-, hoy totalmente cubiertas de cultivos, garantizarían pastos
abundantes durante todo el año; además, la intensa deforestación
ha hecho que la vegetación fayal-brezal abandone cotas que
indudablemente ocupaban hace 500 años.
La existencia de estaciones con grabados rupestres en cotas
superiores a los 2.000 metros parecen afirmar que los auaritas al-canzasen
estas cotas. Creemos que sólo ocasionalmente llegarían
hasta las cumbres, ya que incluso en pleno verano las noches
son extraordinariamente frías y las cuevas son muy escasas. No
hemos visto, a pesar de haber recorrido toda la cumbre, ni
cabañas ni cuevas con restos aborígenes, ya que las cuevas, como
la de los Frailes o de los Cochinos, no muestran hallazgos arqueo-lógicos,
a pesar de que en esta última, según tradición, se refu-giaron
los sublevados contra Lugo. Las cabañas, por otro lado,
existentes en las cumbres se encuentran en zonas de vegetación
de pinar, en cotas algo inferiores a los 2.000 metros.
El camino usado por los actuales cabreros es, sin duda, el
que usaron sus antepasados auaritas, esto es: el cauce de barran-co.
Cuando los continuos y bruscos desniveles del barranco im-pidiese
un tránsito normal, el pastor recurre a sus lanzas si son
salvables, o a desviarse para tomar la ladera o lomo más cer-
16 MAURO S. HERNÁNDEZ PÉREZ
cano, para, una vez rebasado el obstáculo, volver al cauce del
barranco.
8. Vida espiritual
Todos los cronistas insisten en la idiolatría de los aborígenes
palmeros. Según éstos, adoraban a la Luna y al Sol, por medio
de los cuales contaban los días.
Su dios era «Ahora», palabra que el doctor Alvarez ~elgado
relaciona con «Aba», que significa la luz. «De ser así, el Abora de
los auaritas no es otra cosa que la sustantivación y simbolización
de la luz, como atributo divinon 22.
Según Abréu y posteriores cronistas, que indudablemente le
sfguen, ios auaritas hacían un adoratorio en forma de pirámide
de piedras sueltas, reuniéndose en torno a ellas los días señala-dos
para sus devociones; éstas consistían en bailes, músicas, lu-chas
y demás pruebas osadas de agilidad y de fuerza.
Al parecer, cada c a ~ t ó npo seía uno o más adoratorios en for-ma
de pirámide, excepto el cantón de Aceró, donde existía un
monolito de piedra conocido como «Idafe». Este es, en realidad,
impresionante. Los aborígenes creían que su derrumbe traería
consigo una gran desgracia. Para evitarlo habían acordado sacri-ficar
a Abora en Idafe todas las asaduras de los animales que
matasen para comer, al tiempo que uno cantaba:
«Yguida y iguan Idafe» (¿Dice que caerá Idafe?)
a lo que otro contestaba:
«Que guerte y guan tano» (Dale lo que traes y no caerá)
arrojando luego estas asaduras, que eran pasto de buitres y que-brantahuesos.
Tanto Abréu Galindo como Torriani insisten en que a los pal-meros
se ies aparecía el demonio en forma de perro lanudo, a
quien Abréu llama «Irnene» y Torriani ~Haguarnrann.
Las ofrendas eran, además de las asaduras de los animales en
Idafe, leche y mantequilla, aunque es posible que existiesen sa-z
J. Alvarez Delgado: Op. czt., pág. 75.
552 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
crificios animales como parece indicar el ara de sacrificios de
las montañas de Los Sauces.
Indudablemente creían los auaritas en la vida de ultratumba,
como demuestra la ofrenda funeraria encontrada dentro de una
vasija, colocada sobre el pecho de un esqueleto de la cueva se-pulcra1
de La Cucaracha y en la del Barranco del Cuervo.
La arqueología, pues, nos ha facilitado datos acerca de las
creencias religiosas y rituales de los auaritas. Son éstas:
El ara de sacrificios de Los Sauces, la ofrenda funeraria de La
Cucaracha y el Barranco del Cuervo y la pirámide de El Calva-rio.
Por otro lado, no debemos olvidar que a los petroglifos se
les ha dado un significado religioso (véase IV).
Conquista de la isla de San Miguel de La Palma
El 29 de septiembre de 1492 dos navíos y una fragata de
transporte, que llevan a bordo 900 hombres entre canarios y pen-insulares,
fondean en una rada del W. de La Palma, en la juris-dicción
del príncipe Mayantigo. Se inicia definitivamente la con-quista
de San Miguel de La PalmaU.
Alonso Fernández de Lugo, concluida la conquista de Gran Ca-naria,
marcha a Castilla a solicitar de los reyes merced para
conquistar las islas de Tenerife y La Palma, únicas que permane-cían
en poder indígena.
El 8 de junio de 1492 los Reyes Católicos otorgan a Lugo el
derecho 24 de conquista de la isla de La Palma, recibiendo los
poderes de justicia y jurisdicción civil y criminal, el derecho de
decidir todos los pleitos y la autoridad de mandar salir de la isla
y prohibir la entrada en ella a cualquier persona. El 13 de julio
23 Antes de esta fecha la isla había sido visitada por navíos de
Bethencourt, primero, y de los señores de la 'Gomera, después. En una
de ellas muere Guillén Peraza, a quien se le dedican unas bellísimas
endechas. También fue reiteradamente visitada por los portugueses, en
busca de esclavos. Ver La crónica de Guiné, de Gomes Eanes de Azurara.
24 Archivo de Simancas. Consejo Real, [kg. 21, fol. 20, págs. 1 y sigs.
18 MAURO S. HERNANDEZ P~~REZ
del mismo año los reyes otorgan, asimismo, la merced E de todos
los quintos de los cautivos, ganados y bienes. En otro documen-to,
con la misma fecha, los reyes dan al conquistador seguridad
que le abonarán 70.000 maravedís para la conquista de la isla
de La Palma, si hiciere la conquista en el término de un año a sus
propias expensas.
Esta cláusula que imponen los reyes extrañó siempre a los
investigadores, pues, si la conquista de Gran Canaria había du-rado
cinco años -1478-1483-, no era lógico pensar que Lugo
hubiese aceptado la conquista de una isla en el plazo prefijado de
un año, isla que poseía una naturaleza muy abrupta y unos aborí-genes
celosos de sus libertadesz6. El motivo de la inclusión
A- +o1 nlA- - - * * l - a- -1 A n n ~ T - n n t n L-n hol l c .An mnv nl A n n t n ~UT XlCal UC. & a l C-lauau~Ca.LA GI UVC-UILI ~LILV LUC- LILIIIWUV ~ V Lb~ UVGCVL . .VILCI
en el Archivo General de Simancas. En efecto, en el juicio de
residencia que sufre el Adelantado entre el 22 de abril y 9 de
mayo de 1506, uno de los testigos, Pedro Valdés, manifiesta que
varios pnncipes palmeros, antes de que la isla fuese conquistada,
F..-...-., L...+ :",A," ,, 1, P,+,A..,l 1, P..*, Pn-,-,n iu=luu u a u u L i a u u a G i l la bat.culai u= viaii balialia y 52 declara-ron
vasallos de los reyes n. Con este documento se revaloriza la
E Archivo de Simancas. Registro General del Sello.
26 Las crónicas (Abréu, Torriani) dan cuenta de su valentía, en especial
de sus mujeres.
27 U ..que sabe que cuando estava el 'Real sobre Granada, antes de
que vynyese por capitan de La 'Palma el Adelantado, seyendo gobernador
de la Ysla de la Grand Canaria Francisco Maldonado e provysor de la
dicha ysla Pedro de Valdes, tío deste testigo que Dios aya, prior e canó-nigo
que fue de la yglesia de la Grand Canaria, que el dicho gobernador e
provysor acordaron embyar a (Francisca Palmesa. que hera ama de Diego
de Curita rregidor de la Grand Canaria, a la ysla de La [Palma, en una
caravela de Martin 'Cota, para que fablase con los cabdillos e principaIes
de los vandos ,de la dicha ysla, porquéllos avyan enbyado a dezir que
querían ser cristianos e darse al sefzorzo de Sus Altezas Y el dicho gober-nador
e provisor lo fablaron a los señores del cabildo de la yglesia, y
todos de un acuerdo enbyaron a la dicha Francisca en la dicha caravela!
e pagaron seys mil1 maravedis de flete de la mesa capitular y obyspal,
e la dicha Francisca fue a la dicha ysla e truxo consigo a la Grand Canaria
quatro o cinco de los cabdillos e más principales de la dicha ysla, e los
tornaron cristianos e los vabticaron en la dicha yglesia, e los vystieron, e
que el dicho provysor tio deste testigo vystió al uno dellos; e que cree
este testigo que uno destos cabdillos murió en la ,Grand Canaria; e des-
554 A N l í A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
figura del indígena palmero, tachado de cobarde por los cronis-tas,
al observar la escasa defensa que opusieron a los invasores.
Conseguido de los reyes el permiso de conquista, faltaba el
dinero para realizar la empresa. Según Abréu Galindo 2s, Lugo,
perdidas las esperanzas de conseguir ayuda, la pide al cielo, en
la Catedral de Sevilla. Esta le viene en la figura de San Pedro,
q-u e colocó en su bolsa las doblas necesarias . . Pero es más cierto
que la verdad es menos piadosa y más prosaica. Fue también
Wolfel quien encontró en Simancas una cédula 29 por la que Alon-so
Fernández de Lugo formó, a modo de compañía comercial,
una sociedad con Juanote Berardi, mercader florentino, y Fran-cisco
Riberol, mercader genovés, para la conquista de La Palma.
r?- -11- -- --c:-..l-L, ,.., ,,A, ..,, ,,,,,-,' ,.,,*,,,. .+, 1, ,+, , ,
GII t;iia sc: caupuiaua yuc Laua uiiu ~ uL lG L L ~b uii ia LGL LGL a yai LG
,de los gastos y se beneficiaría con la tercera parte de los pro-vechos;
recibiendo, una vez finalizada la conquista, un tercio de
los 70.000 maravedis reales.
Resuelto el problema económico, parte Lugo hacia Las Pal-mas,
a donde iiegaria en ei verano de í492. Se ie unió aiii don
Fernando Guanarteme y Pedro Maninidra, juntamente con otros
canarios, hasta formar una armada de 900 hombres.
Desembarca Lugo en Tazacorte, donde «nadie impidió a los
.conquistadores que desembarcasen e hiciesen trincheras, ni los
indígenas manifestaron oposición alguna a excursiones por el
-pués de [Cristianos los volvyó a la dicha ysla de La Palma para que avian
de facer que a,quellos de sus vandos se tornasen cristianos y al señorzo
de Sus Altezas; y el dicho gobernador de la Grand Canaria pregonó que
-ninguno fuese a saltear aquellos vandos dionde aquellos cabciiiios eran,
y el dicho provisor, por virtud de una bula apostólica que tenían los
"obispos en su obyspado de 'Canaria, que aquellos que vyniesen a ser
tornar cristianos, que no fuesen cabtyvos, e que guardasen las pazes que
avyan pregonado el dicho gobernador con los dichos cabdillos; e enton-
.ces quando esto paso se estorvó que no fuesen a saltear u Citado por
-
D. J Wolfel: Un episodzo desconmzdo de la conquuta de La Palma (Nue-
-va contribucrón documental a la hrstoria de Canarras), «Investigación y
Progreso)), V, Madrid, 1931, pág. 102.
'8 J. Abréu Galindo- Notzcias de la conquzsta de las stete islas de la
-6rand Canaria. Santa Cruz de Tenerife, 1957, pág. 182.
'9 Archivo de Simancas. A C W pág. XVII, 1494.
20 MAURO S. HERNANDEZ PEREZ
interior o por las playas» M. Esta carencia de hostilidad con que
fueron acogidos nos induce a pensar que los príncipes Mayan-tigo
de Aridane, Echedey de Tihuya, Tamanca de Guehevey y Azu-cuabe
de Ahenguareme sean los príncipes bautizados en Las Pal-mas.
Los dominios de Lugo se extienden así desde el bastión de
El Time hasta, aproximadamente, alguno de los barrancos del
actual pago de «Montes de Luna», en el término municipal de
Mazo.
Avanzan los conquistadores por la «banda» oriental hacia el
norte de la isla. En Tigalate tiene lugar el primer enfrentamiento
armado con los aborígenes, quienes, derrotados, se retiran a Ti-mibúcar,
en el cantón de Tedote. La conquista de la isla prosigue
sin hechos de armas de mayor importancia, de tal manera que
al finalizar el invierno sólo permanecía bajo dominio indígena el
cantón de Aceró, en la Caldera de Taburiente.
En la primavera de 1493 se inicia la conquista de Aceró, se-ñorío
de Tanausú31. Penetra Lugo por el paso de Adamacansis,
dende es f&cilm-ente rechazado por 10s aborígenes3*. Al día si-guiente
fuerza el paso por el barranco de Axerjo, a hombros de
indígenas sometidos, siendo asimismo fácilmente rechazado.
El plazo prefijado de un año no llevaba manera de cumplir-se.
Ante esta realidad recurre Lugo a la negociación, para lo cual
envía a Juan de La Palma, pariente lejano de Tanausú, a solicitar
una entrevista entre ambos caudillos. Esta es aceptada por Ta-nausú,
con la condición de que las tropas castellanas se retirasen
a Los Llanos. La entrevista tendría lugar en la Fuente del Pino.
Lugo, que «usó medios pacíficos mientras le fue posible y me-dios
&= tra&jvr cEan& FU&:> 33, I,izc? de ester CltimnS a!
apostar en el paso de Adamacansis parte de sus fuerzas, con la
misión de cortar la retirada de Tanausú, «que no había venido.
30 J. Abréu Galindo: Op. cit., pág. 184.
31 La Caldera sólo tiene dos entradas naturales: el barranco de Tabu-riente
-Axerjo- y el paso de la Cumbrecita -Adamacansis-.
32 Ese mismo día Tanausú o'rdena que los ancianos, mujeres y nlños
se refugien en las cumbres. Por la noche una helada puso fin a sus vidas.
Desde ese momento el lugar recibe el nombre de «Aisouragan», es decir
«lugar donde se helaron».
33 D. J. Wolfel: Op. cit., pág. 103.
556 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
hasta allí sino con el seguro de que Alonso de Lugo era hombre no-ble
que cumplía con fidelidad sus promesas» 34. Merced a esta
traición Tanausú y los suyos son hechos prisioneros, no sin antes
haberse defendido valerosamente. Era el 3 de mayo del «año
de 1493 años, e ovo de cabalgada e despojos mil e doscientas
ánimas entre varones e mugeres, chicos e grandes, e veinte mil
cabezas de ganado cabruno y ovejuno, y dio la isla desempeñada
a sus Altezas» 35.
Días después el conquistador establece la capital, que recibe
el nombre de Santa Cruz, en recuerdo del día de la conquista, en
el lugar de Timibúcar, del cantón de Tedote, en una rada situa-da
entre las puntas «Cumplida» y «Los Guinchosm.
La evangelización corrió a cargo de fray Luis Manuel de Lugo,
hermano del conquistador, y el canónigo Samarinas, entre otros
sacerdotes seculares y de la orden de San Francisco %.
Renuncia Lugo a los 70.000 maravedís de premio por la recien-te
conquista y a cambio solidtz y obtiene de 11 C ~ r e n zel p_F~ile-gio
de la conquista de la isla de Tenerife, sin tener en cuenta que
de tal numerario le correspondía solamente un tercio. Esto mo-tiva
una reclamación de uno de sus socios. En efecto, en 1494 los
reyes piden 37 al conde de Cifuentes, alférez mayor y asistente
de Sevilla, que abra información acerca de la reclamación que
hace Francisco Riberol de no haberle pagado Lugo el tercio que le
correspondía. Al parecer tampoco pagó Lugo a los canarios que
le ayudaron en la conquista, como acredita el poder que los natu-rales
de Gran Canaria dan a un notario de Sevilla para reclamar
scc roldadas.
Por codicia de Lugo y otros conquistadores se quebraron las
34 J. Viera y Clavijo: Noficins sobre fa Historia de Canarias. Santa
Cruz de Tenerife, 1967, pág. 586.
35 A. Brr&dez: ms:oi.iü de :es Reyes Catóticos, don Fernando y doña
Isabel, <B. A. E.*, LXX, Madrid, 1878, pág. 679.
Según tradición, los isleños de Tedote y cantones vecinos fueron
bautizados en hermosa pila verde salida de los talleres sevillanos, que hoy
se conserva en la Parroquia de San Pedro, tras haber pertenecido a ,las
parroquias 'de la Encarnación y Matriz del Salvador.
37 Véase nota 6.
Núm 18 (1972) 557
Mapa 1 1 . 4 a ~ t aar queológica de La Palma: Zonas de pastoreo
actual y caminos de itrashumancia.
paces, a fin de obtener presos y ganados 38, por lo cual más de
trecientos indígenas 39 se sublevana. Juan Fernández de Lugo
Señorino, a quien su tío don Alonso dejara como gobernador y
repartidor de La Palma 41 despachó sus mejores tropas al mando
de Diego Rodríguez de Talavera, conocedor de la orografía de
la isla, quien sofocó a los sublevados y ejecutó a los principales
cabecillas, mientras el resto fue reducido a prisión, para cuya
libertad hubo procesos desde 1498 42.
El aborigen, una vez bautizado, se integra de una manera total
a los nuevos métodos de vida importados. Y la asimilación fue
tan rápida, que en 1545 el italiano Girolamo Benzoni, en viaje a
las Indias, puede decir de los aborígenes p a lme r ~ s ~«Y~ o: he
,;'-+, ..m, e,, ..,,, a. ,,,, ,ú!, en !a. ida de La Pr;!ma, de üiios ~chelita zifios
de edad, y a quien, por ser sucesor de los principales de la isla,
los reyes de España le daban un tanto cada año para sustentarse.
Hablé con él algunas veces con el fin de conocer la manera de
vivir y las costumbres de ellos, pero nunca le pude encontrar
l-L-- a- 1-,. L a-1 -..A" A--A,. -..A 1- .....-LA *-A-llUlC
UC 1U3 IIUlIIU3 UC1 V I I l U , p U G 3 UC3UC YUC 1U plUUU L U U U SÜ
placer estuvo en emborracharse.»
-
38 D. J. Wolfel: Op. cit., pág. 103.
39 posiblemente no llegaron a 300, salvo que hubieran muerto muchos,
ya que a los socios de Lugo le correspondían 140 esclavos (los 213 según
acordado): « . no le hizimos de ciento e quarenta cabtyvos de los que
fueron en la dicha traición*. El documento (nota 6) habla de la subleva-ción
de un bando o reino ... «uno de los bandos de las pazes de la dycha
yslan.
40 Este levanltamiento aparece muy confuso.
41 Según Viera, desempeñó el cargo con universal aceptación
42 D. J. Wolfel: Op. crt., pág. 103.
43 G. ~Benzoni: La historia del mundo nuevo. Caracas, 1967, pág. 272.
Sin embargo, existe tradición en algunas partes de Garafía de que algunos
«palmeras» (nombre con el que suelen llamar a los aborígenes) permane-cieron
viviendo en las cumbres hasta finales del pasado siglo.
Núm 18 (1972) 559
24 MAURO S. HERNANDEZ PÉXEZ
111. LOS YACIMIENTOS ARQuEOL~GICOSSU: ESTUDIO
Estudio de los yacimientos: 1. Cuevas naturales de habitación.-
2. Cuevas naturales de enterramiento.
1. Cuevas naturales de habitación
La habitación del'aborigen palmero está determinada por la
orografía, el clima y la economía 43 b's.
- La Palma, excavada profundamente por barrancos con-siderados
como los más impresionantes de Canarias, es
muy rica en cuevas, sobre todo cerca de la desembocadura
de éstos y en ios acantiiados costeros: barrancos de Izca-gua,
Garome, Fernando Porto, Jurado, del Agua ...; acan-tilados
de Bajamar, Santo Domingo.. .
- La isla, cuyas máximas alturas se suelen cubrir de nieve,
posee un clima bastante irregular. Las lluvias en otoño,
invierno y parte de ia primavera son frecuentes, cayendo
corrientemente en forma irregular.
- La economía del aborigen palmero, como ya hemos tenido
ocasión de analizar en el capítulo 1, es eminentemente
pastoril y recolectora.
A estos tres condicionantes se adapta la habitación del abo-rigen
palmero, cuya vida se centra en las costas y zonas interme-dias,
donde el rigor del frío y de las lluvias es menos intenso. Por
otro lado, en cotas inferiores a los 1.500 metros los pastos, que
ea !as czlstcrs se agosta e= turm a !os meses de eneru-marzo,
son extraordinariamente abundantes, capaces de sostener a gran-des
contingentes de ganado. Es precisamente en estas cotas don-de
el hallazgo de poblados de cuevas de habitacióni ha sido más
numeroso. En efecto, en el mapa de distribución de cuevas de
L L. - - :A- /---e TTT\ 2- -L.. --*e- 1- S , . -e-- r i a u i i a ~ i u r i{ iiiapa 1111 Se ~ U G U Cu u w a v a l la l i l a y u r y ~ a s iu uiLa
concentración de éstas en las proximidades de la desembocadura
de los barrancos, precisamente donde son más abundantes. La
43bls L. Diego 'Cuscoy: Paletnología de las Islas Canarias. Santa Cruz de
Tenerife, 1963, pág. 19.
560 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOLdGICA DE LA PALMA 23
escasez en el precitado mapa de poblados de cuevas en las zonas
intermedias no implica que fuesen zonas deshabitadas o habi-tadas
temporalmente, como repetidamente se viene aduciendo,
ya que no debemos olvidar que es precisamente esta zona donde
se asientan los actuales núcleos de población y, por ende, donde
la roturación ha sido más intensa.
El aborigen aprovecha, pues, como habitación, las cuevas de
los acantilados costeros y el curso medio e inferior de los barran-cos,
y de éstos las cuevas situadas en las partes media y superior
de las paredes del álveo, y menos las situadas cerca del cauce.
La vida de la familia o grupo habitante de la cueva se desarro-llaba
cerca de la entrada de la misma, en lugar iluminado y airea-do.
Es aquí donde, posiblemente, se ubicara el hogar; siendo ésta
la zona más rica en hallazgos arqueológicos: fragmentos de ce-rámica,
punzones de hueso, lascas de basalto ... La parte más pro-funda
de la cueva está reservada para dormir, sobre yacijas
vegetales: tal es el caso de algunas cuevas excavadas por Diego
Cuscoy en el barranco de Izcagua".
Los derrubios de las cuevas, arrojados laderas abajo, son
ricos en fragmentos de cerámica: poblado de El Humo, Las
Hoyas, El Roque ...
2. Cuevas naturales de enterramiento
Muy escaso es el número de cuevas sepulcrales que hemos
podido catalogar, debido más a falta de estudios realizados que
a su inexistencia.
A pesar de. las pocas necrópolis catalogadas podemos deducir !a eqUiuoeazio,n de !us histuriadorec a! evocar !a r x ier te de!
aborigen palmero. Dice Viera46 que «los habitantes de la isla de
La Palma se dejaban dominar en sus achaques de ciertas ideas
tan melancólicas que, despreciando filosóficamente todos los au-xilios
que sus empíricos les podían dar y aun la misma muerte,
y ainigus para decides C Ü V~OZ
Aduares, Niquiomo y algunas otras en Garafía.
45 L Diego Cuscoy: Op. cit., pág. 20.
46 J. Viera y Clavijo: Noticias de la historza de las Islas Canarias.
Santa Cruz de Tenerife, 1967, pág. 177.
Núm 18 (1972)
36
firme: "Vacaguaré", "yo me quiero morir". Se tenía a crueldad
no darles este gusto, y al instante les trasladaban a una cueva
que habían elegido, los reclinaban en un catre de pieles blandas,
les ponían a la cabecera un gran vaso de leche y, cerrando des-pués
la entrada, nadie se atrevía a turbar e1 triste letargo de sus
ánimas en aquellos últimos momentos de la vida».
La arqueología, como hemos dicho, parece desmentir tal aser-to,
ya que la existencia de cuevas con vanos cadáveres colocados.
siguiendo una determinada posición y con sus objetos personales,
demuestran la existencia de prácticas de enterramiento. En efec-to,
en la cueva sepulcral de La Cucaracha, única de la que posee-mos
una descripción detallada 47, los cadáveres eran colocados en
orientación E.-W. u W.-E. (comprobado en dos estratos) y con
la cara vuelta hacia arriba o hacia un lado. Eran separados por
piedras puestas en sentido vertical. Junto a los cadáveres apare-cieron
sus utensilios personales, y sobre el pecho de uno de
ellos, dos vasijas, una de éstas, al parecer, con ofrendas funerarias.
Dato interesante es el de la posible existencia en La Palma de
prácticas de cremación. En efecto, ya habíamos observado en
la necrópolis de La Cucaracha la existencia de algunos huesos
quemados, que, por ser una cueva extraordinariamente saqueada
y derruida, habíamos aducido la posibilidad de que en la cueva
se hubiesen hecho fogatas por pastores y cazadores, fogatas que
hubiesen quemado alguno de los huesos que se encontraban en -
la superficie. Sin embargo, en una cueva sepulcral recientemen-te
descubierta y saqueada en el Barranco del Cuervo, apareció
en el estrato inferior (la cueva poseía tres estratos) gran abun-dancia
de huesos humanos quemados, algunos de ellos en avan-zado
estado de cremación. Junto a éstos aparecieron trozos de
pinus cannriensis también quemados 48. El interés de este dato es
indudabIe. La carencia de excavaciones en necrópolis en La Pal-ma49
nos impide tomar posturas entre un incendio casual o
47 Informacion fac~litada por ios señores Soier.
48 1Según estudios del doctor *Bravo la madera semicarbonizada era
de Ia rama de un pinus canariensis de unos veinticinco años.
49 S610 conocemos dos excavaciones realizadas por L. Diego Cuscoy
en Las Nieves y Los Llanos, en cuyo informe no se localizan exactamente
ni se publica un inventario completo, ya que s610 se dice que se encon-
562 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
una práctica de enterramiento: la cremación, abandonada poste-riormente
como lo demuestra los dos estratos superiores.
El doctor ChilM afirma que los auaritas seguían prácticas de
momificación, aunque todos los historiadores anteriores (Abréu,
Torriani, Viera ...) las niegan. Lo cierto es que en los restos huma-nos
conservados no se encuentran síntomas de momificación.
En un artículo publicado por el periódico «El Timen, en 1867,
se afirma que la cerámica encontrada en las cuevas sepulcrales
carecía de decoración. Las vasijas y fragmentos cerámicos de las
necrópolis que hemos tenido ocasión de estudiar (La Cucaracha,
Llano Negro, Barranco del Cuervo ) nos Iievan a una conclu-sión
contraria a la expuesta en dicho artículo, ya que todos apa-recen
decorados, siguiendo un determinado ritmo decorativo:
alternancia de zonas lisas con otras decoradas a base de incisio-nes
-acanaladuras- verticales. Estas vasijas presentan síntomas
de no haber sido usadas, o muy poco.
IV. Los YACIMIENTOS ARQUEOL~GICOS (continuación)
Estudio de los yacimientos: 3. Poblados de cabañas.4. Petrogli-fos:
a) Ideogramas (historia, técnicas, significado, orígenes).
b) Alfabetiformes.-5. Otras construcciones: tagoror y ara
de sacrificios.
3. Poblado de cabañas
«Sus habitaciones eran en cuevas, aunque habían algunas
chozas, viviendo separadas las familias unas de otras» 52.
Nada se había dicho acerca de estas cabañas de que nos habla
tr6 ajuar. Véase L. Diego Cuscoy: Activzdades arqueológtcas en Tenertfe y
La Palma durante 1957, «Rev. de Hfitorian, XXX, '.a 'Lapina, 19511, tpág; 160,
50 a aunque no he visto escrito por ninguno de ellos, s�� que se han
encontrado momias conservadas por el embalsamarnienton. G. Cñil y Naran-jo:
Estudios históricos, climatológicos y patológzcos de las Islas Canarias.
Las Palmas, 1878, tomo 11, pág. 92.
«El Times, Vasos guanchznescos, núm. 172, 22 de febrero de 1867
G. Chil y Naranjo: Estudios htstóricos, climatológzcos y patológicos
de las Islas Canartas. Las Palmas, 1878, tomo 11, pág 117.
Núm 18 (1972) 563
Fig. 1.-Ptlantas ,de cabañas: a), b) y c) de Corrallete de La (Barca;
d) Cruz ide 4a Rana, y e) Tanausú.
CARTA ARQUEOUGICA DE LA PALMA 29
el doctor Chil hasta que en 1951 Diego Cuscoy publica la descrip-ción
53 del interesante poblado de Cniz de la Reina, en Puntagor-da.
De información facilitada por don Ramón Rodríguez Martín
sabemos de la existencia de cuatro poblados más: acorralete de
la Barca» y «Los Guanchesn, en Garafía; «Tanausú», en La Calde-ra
de Taburiente (El Paso), y otro en 'las montañas de Los
Sauces 54.
El tipo de cabañas es, generalmente, rectangular, ligeramente
deformado. No se han conservado en su integridad, pero, por el
grosor de sus paredes, Diego Cuscoy ha calculado una altura
algo inferior a dos metros, con techumbre de arbustos leñosos
o paja. Las paredes, de piedra sin labrar, son dobles, es decir,
compuesta de dos muros sendos y paraieios, reiieno ei espacio
interno de tierra y guijarros.
Generalmente las cabafias se presentan en lugares escasos en
cuevas; tal es el caso de los poblados de las cumbres: Barca y Los
Sauces. El de La Caldera aparece asociado a la cueva de Ta-nausú.
Caso excepcional nos presenta ei pobiado de «Cruz de ia
Reinan, al aparecer asociado a cuevas de habitación, con una ne-crópolis,
asimismo, en cueva.
a) Zdeogramas:
Historia:
1752. Don Domingo Vandewalle y Cerbellón descubre, ca-sualmente,
los petroglifos de Belmaco.
1859. Rodríguez López envía dibujos de los petroglifos de
Belmaco a la Real Academia de la Historia, a través
del académico don Modesto Lafuente.
53 L. Diego Cuscoy: E2 determznzsmo geográfzco en la habztacidn del
aborrgen de las Islas Canarzas, [[Actas y memonas de la Sociedad Española
de ,Antropología, Etnografía y Prehistoria~, XXVI, (Madrid, 1951, pág. 28.
54 Véase el capítulo VI en los epígrafes correspondientes.
L. Diego Cuscoy: Op. cit., pág. 28.
Núm 18 (1972) 565
Fig. 2.-Petroglifos de Belmaco.
Fig.'3.--Pet~roglifcudse : a) Buracas; b) y c) 'Behmaco.
MAURO S. HERN~NDEZ aREZ
Europa conoce dibujos de Belmaco por medio del ba-rón
Karl von Fritsch".
Pedro de las Casas Pestana cita hallazgos en Garafía
de «líneas semejantes a Belmaco»
Diego Jiménez de Cisneros habla de un petroglifo en
la casa de Pedro Alcántara y en la Cruz de Pasións8.
Avelina Mata y Elías SerraS9 dan a conocer varias es-taciones
en:
- Garafía: «Buracas», «El Corchete», &El Calvario»,
«La Zarzaa y el barranquito de la derecha de La
Zarza.
- Salita C T I de La Tzlma: =La Ei.ii~~».
- El Paso: «Tajodeque».
- Mazo: «Roque de Niquiomos.
Se realizan trabajos en Buracas @.
Diego Cuscoy da a conocer la estación de tig gala te
Hondo» (Mazo) 61.
Otro nuevo yacimiento en Garafía: «Cueva del Saú-co
» 62.
El doctor Bravo descubre la estación de Teneguia, en
Fuencaliente 63.
56 K. von Fri~ts~chR. eisebilder von de Kanarzschen Znseln. Gotha, 1867
fl P. de las Casas ~Pestana: La z$la de San Miguel de La Palma. Bos-quejo
histórico. Santa 'Cruz de La Palma, 1898.
J. Jiménez Cisneros: Contnbuczón al estudio de las antiguedades
guanches, «Ibérica*, X X , Madrid, lY23, pags 28-30.
59 A. 'Mata y E. Serra: Nuevos grabados rupestres de la isla de La Pal-ma,
aAev. H.u Canaria*, XIII y XIV, La Laguna, 194041, págs. 352-358.
60 L. Diego Cuscoy: Actividades arqueológzcas en Tenerife y La Palma,
aRev. H u Canaria», XXX, La Laguna, 1957, pág. 160.
61 L. Diego Cuscoy: Los grabados rupestres de Tigalate Hondo (Mazo,.
La Palma), «)Rev. H.u Canaria>, La Laguna, 1958.
62 IE. Serra IRáfols: Memoria de la labor realizada en las prospeccio-nes
de la zona del distrito universitarzo de La Laguna, por el Servicio
Nacional de Excavaciones Arqueológicas ,durante el año 1960, aNotmario-
Arqueológico Hispano», VI, Madrid, 1962, pág. 352.
63 E. 'Serra Ráfols. De arqueologia canaria, «Rev. #H."C anaria*, XXVI-XXVII,
La Laguna, 1955, pág. 337.
5fJ8 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LAMINA 1
---.*-, --a --, '- -7-- ' -, -
1: Belmaco.
2: Cucvas dc habitación de Buracas.
LAMINA 11
1: Casa del Baile.
i
2: Cueva sepulcral dcl Barranco del Cucnro.
1962. Se da a conocer la estación de Bejenado, descubierta
por el doctor Bravo 64.
1967. La prensa diaria publica 65 la noticia de la aparición
en Garafía de dos nuevas estaciones: «La Ladera», de
«Don Pedro» y «Juan Adalid».
1970. Don Ramón Rodríguez Martín nos informa de la exis-tencia
de petroglifos en:
- Garafía: «Cueva del Aguan, «Ladera frente a Cueva
del Aguan, «Camino entre Cueva del Agua y Las
Moradas)), Fuentitas (?), «Fuente del Riachuelo»,
«Trocha Casa forestal a siete Fuentes», «Los Guan
nh*'... b11bJ M.
- A. Santos nos informa de la existencia de un petro-glifo
en la cúspide del Nambroque.
Técnicas:
La erosión y la desdichada afición de los visitantes a grabar
sobre los petroglifos, son los peores enemigos de los grabados
palmeros 66.
Los grabados están ejecutados, generalmente, en bloques
basálticos o en toba volcánica, aunque, como caso excepcional,
en la Fuente de la Calafute, existen motivos grabados en el
almagre.
. La técnica empleada es la del doble picado, generalmente
profundo y con sección en V o U. Algunos grabados aparecen tan
perfectos que hicieron pensar a Von Fritsch que «difícilmente
podrían cincelarse sin ayuda de instrumentos metálicos» 67. La
profundidad y anchura del surco varía según la dureza y consti-tución
de la piedra, pero se mantiene entre 1-2 centímetros para
su anchura y entre 0,s-1 para su profundidad.
61 E Serra Ráfols. Algo de arqueología, alRev. H." Cananan, XXX. La
Laguna, 1957, pág. 160.
65 D. Acosta ~Pérez: Más petroglifos en la villa de Garafía, aLa Tarde,,
8 de diciembre de 1967.
6 Hemos observado en La Zarza el destrozo que han sufrido los gra-bados,
en especial una hermosa espiral.
67 K. von Kritsch:
Núm 18 (1972) 569
a
L
12 cm .I._...._ __ _..--.-..e --.--- - -._-. .- -.---.- .. . t :
--
=e !
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'.. .- '--..---J - 0 - . ?
--?-.S ..-/ e- b w - 9 o&.*.: 12 cm
w.7' C
.e-
. '. L;
*r --
P'
18 cm
Fig. 4.-Petroglifos de La Erita.
Fig. 5.iPetroglifos de La Erita.
MAURO S. HERNANDEZ PÉREZ
Signzf icado:
El significado es el aspecto más discutido y de más difícil
solución en el complejo mundo de los petroglifos palmeros.
Para Viera, los grabados de Belmaco «no parecen sino unos
puros garabatos, juegos de la casualidad o de la fantasía de
los antiguos bárbaros» 68.
A la vista de los dibujos de Belmaco, la Real Academia de la
Historia dictaminó que se trata de signos convencionales, sin
poderse determinar a qué escritura correspondían.
Es muy avanzado el presente siglo cuando se comienza a dár- a
seles una interpretación religiosa. E
Primero es el doctor Alvarez Delgado @: «Los signos -se re- o
fiere a los de Belmaco- tienen indudablemente carácter sim- n - m
bólico solar .. [pues] me permiten hallar notorias semejanzas O
E
con otros signos pétreos de culturas neolíticas también alusivas E
2
E al culto solar.»
Martínez Santa-Olalla, al observar la coincidencia de que 3
todos (?) se encuentran cerca de fuentes o charcas de barran- O--
cos, o en caminos hacia estos lugares, formula una sugestiva teo- m
E
ría. Para él estos signos responden «a un culto a la fecundidad, o
a la diosa de las fuentes y de las aguas» m. n
Recoge el señor Diego Cuscoy esta teoría al afirmar7' que -E
a
das espirales meandros, y laberintos pueden ser representacio- n
nes ideográficas de charcos con ondas, regatos, pequeñas corrien- n
n
tes derramadas, trazos de significación mágica o topográfica. La 3
presencia de figuras zoomorfas 72 cae dentro de este mundo donde O
predomina el elemento pastoril».
Hemos de destacar que existen estaciones que no se encuen-
J Vlera y Clavijo. Notzcias de la hlstoria general de las Islas Ca-nariu;.
Smta Cmz de Temrife, 1967.
69 J. Alvarez delgado: Miscelánea guanche. Benahoare La Laguna, 1942.
página 98.
70 J. ~Martínez Santa-Olalla: Los grabados rupestres de Canarias y las
relaczones atlánticas. Citado por Cuscoy.
71 L. Diego Cuscoy: Nuevas consideraciones en torno a los petroglifos
de Belmaco, «!Rev. H." Canaria», XXVI-XXVII, La Laguna, 1955.
72 Se refiere Cuscoy a las figuras observadas por él en ~Belmaco
572 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
tran cerca de fuentes ni en caminos hacia ellas; tal es el caso de
las estaciones de Nambroque, Bejenado y La Erita, aunque desde
estas dos ultimas se pueden observar los nacimientos de aguas
de Los Cantos, e incluso el discurrir del agua por los barrancos
de La Caldera de Taburiente.
Orígenes:
El 6 de agosto de 1794 el sabio obispo don Antonio Tavira y
Almazán observa los dibujos de Belmaco, que le presenta don
Domingo Vandewalle, y opina que cestos signos eran desconoci-dos
en las naciones cultas», añadiendo que pudieran haber sido
realizados por aventureros fenicios.
Las opiniones acerca del origen del puebio que grabo Beima-co
llegan hasta lo absurdo. Tal es la opinión que recoge el doc-tos
Chi173: «Otro n o s dice el ilustre historiador- afirmaba
que siendo el principal timbre de los chinos un burgado o cara-col
que usan en sus banderas y pabellones, acaso pudieran ser
chinos aquellos que trabajasen las lápidas, dejando, para memo-ria,
grabadas las armas de su nación de origen.»
Fue Chil y Naranjo quien, por primera vez, compara los gra-bados
de Belmaco con otros europeos, concretamente con los del
Dolmen de Morbiham. Se inicia así una teoría que tendría múlti-ples
seguidores.
El profesor Martínez Santa-Olalla encuadra los grabados de
La Zarza y Belmaco, que visitó en su calidad de director del Ss-minario
de Historia Primitiva del Hombre y de comisario gene-ral
de Excavaciones Arqueológicas, dentro del ciclo mediterrá-neo,
con fechas que vienen dadas por los del norte de Africa, Ga-licia,
Bretaña, Escocia e Irlanda 74.
Mc Whitte observa similitud de los grabados de Garafía,
que conoció a través de fotografías y dibujos de Martínez Santa-
Olalla, con los bretones y con los del cementerio de Lough Crew,
en Irlanda. «Estos descubrimientos canarios -afirma- indican
73 G Chil y Naranjo: Op. cit., pág. 108
74 J. Martínez Santaalalla: Op. cit.
75 E. 'Mc White: Estudros sobre las relaciones atlánticas de la Penin-sula
Ibérica en la Edad del Bronce. Madrid, 1951, págs. 24-25
Fig. 6.-Petroglifos de La Zarza.
Fig. 7.+Petroglifos de La Zarza.
Fig. 8 -Petroglifos de La Zarza.
Fig. 9.1Petroglifos de La Zarza.
Fig. 10.-Petroglifos: a) Buracas; b) Fuente del Riachuelo,
y c) Tigalate Hondo.
Fig. 11.-Petroglifos: a) Tigalate Hondo; b) Barranquillo de La Zarza;
c) Casa del Baile; d) Teneguía.
Fig. 12.4etroglifos de Teneguía.
CARTA ARQUEOLÓGICA DE LA PALMA 45
la posibilidad de que la espiral de Europa occidental, en vez
de venir del Egeo, con escala en Malta, sea de origen egipcio pre-dinástico
y se diseminase por el norte de Africa, de donde pasa-rían
a Canarias y de allí a la provincia atlántica europea.»
Rechaza Diego Cuscoy esta teoría, al observar la dificultad
de remontar la fuerte corriente de Canarias en balsas prehis-tóricas.
Admite, por otra parte, el camino de Africa a Canarias
e incluso formula la posibilidad de que la espiral de La Palma
((tuviese una procedencia europea -de la Europa occidental-, ya
que las navegaciones de ella procedentes pueden alcanzar fácil-mente
el paralelo de la dicha isla».
. - 1 1 ,.-..,-.+m P..rr,.,, ,n -1 m:rmrr «Laa G a p i r a l G a pauiiG¿.las- a p u i r L a b u s G~IL ~GI ~r i u o r i i w +u- a-bajo
76- nos aproximan más a las bretonas e irlandesas, a las
de Grav'inis, a las de New Grange, incluso, con motivos de doble
espiral opuesta y enlazada.» Por otra parte, encuentra el precitado
autor otros motivos de similitud entre los dibujos de los petrogli-fos
irlandeses los tan &SC-u~i&bSi irEeíuÍígo rosses te:
Museo de la Sociedad «La Cosmológica», de Santa Cruz de La
Palma.
«Mientras los grabados de Garafía y algunos temas de Bel-maco
-escribe Cuscoyn- nos aproximan a los bretones e ir-landeses,
como ya hemos visto, otros temas nos llevan al mundo
africano. En determinado caso, como ocurre con el petroglifo de
Zonzamas, se puede establecer una comparación tanto con los
grabados en círculos concéntricos africanos como con cualquie-ra
de la misma morfología escandinava.»
Conclusiones:
El origen, cronología y relaciones de los petroglifos palmeros
se nos presenta, pues, como un problema de incierta solución, en
la cual, posibiemente, está la clave de la prehistoria de La Palma.
Lo cierto es que los motivos palmeros se encuentran en los
grabados del Bronce atlántico, como en Grav'inis, pero también
son abundantes en Africa, como ha observado G. Souville, que ha
76 L. Diego Cuscoy. Nuevas , pág. 24.
77 L. 2Diego 'Cuscoy: Nuevas , pág 26.
Núm 18 (1972)
46 MAURO S. HERNANDEZ PÉREZ
encontrado relaciones con las estelas marroquíes de N'Kheila y
el Maghreb 78.
Se hace necesario el estudio de los petroglifos no como un
fenómeno aislado, que se puede prestar a muy rápidas generali-zaciones
(megalitismo, por ejemplo), sino como integrante de
todo un conjunto que es necesario tener muy en cuenta: antro-pología,
cerámica, material lítico y óseo.
b) Petroglifos alfabetifomes:
Hasta 1962 se creyó en la inexistencia de escritura atifinagh~
en la isla de La Palma, tan abundante en las vecinas islas de
Hierro y Gran Canaria.
Con la aparición y publicación" de la estación de Tajodeque,
un nuevo problema hemos de añadir a la prehistoria palmera. La
existencia de la referida estación hace lógico pensar en la posi-bilidad
de otras estaciones de este tipo. Es natural que el grupo
humano que grabó Tajodeque, situado en una zona de difícil
acceso, conocía bien la isla, como prueba el hecho de que Tajo-deque
sea la única vía que ponía en comunicación La Caldera y
Ti jarafe.
5. Otras construcciones
a) Tagoror
Es una construcción de planta circular u oval, rodeada de un
-m- u- -r- e -t -e - & piedra seca & =rasa altura y & ci-rf~e spes~rE~n
la parte interior de este muro, y adosadas a él, se encuentran
grandes lajas apoyadas en el suelo o sobre algunas piedras para
lograr un poco más de altura. En un punto del tagoror, general-mente
frente a la entrada, un amontonamiento de lajas, con una
mayar en la parte ~ q - r i ~rr~,n stituiae! ~ r i e nmt ~& & S ~ Z C ~ ~ Q .
En el interior de este recinto se reunían los ancianos o conseje-
78 G. Souville: Remarques sur le problhe des relations entre I'Afrz-que
du Nord et les Canarzes au Neolzthique, «Anuario de Estudios Atlán-ticos~,
1 5, Madrid, 1969, pág. 375.
79 J. Alvarez Delgado: Inscripciones Iíbicas en Canarias. La Laguna,
1964, pág. 400.
582 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOI~GICA DE LA PALMA 47
ros del jefe del grupo para deliberar «tanto sobre las cuestiones
políticas como de justicia» 'O.
En la isla de San Miguel de La Palma sólo hemos podido ca-talogar
dos tagoros, ambos destruidos (véase capítulo VI, epígra-fes
Los Cantos y Toscanos).
b) Aya de sacrificio:
En las montañas de Los Sauces, término municipal de San
Andrés y Sauces, el señor Rodríguez Martín descubrió la única
ara de sacrificios conocida en La Palma. Esta tiene forma tron-cocónica
y sobre ella se encontraron fragmentos cerámicos y cu-chillos
cie basalto.
V. ESTUDIOD E LOS MATERIALES
1. Vasos cerámicos y otros objetos de barro cocido.-2. Materia-les
!iticm: u) Laxas. b ) Esfer&&s. c ) h k h e s (nmif~rmeys
circulares).-3. Objetos de madera: a) Armas. b ) Bastones.-
4. Objetos de hueso: Punzones.-5. Tejidos: a) Cestería. b) Pe-letería./..
Adornos: Cuentas de collar (de arcilla, de hueso,
de caracoles marinos).-7. Colgantes: a) De hueso. b) De
concha. c) De piedra.-8. Pintaderas.
1. Vasos cerámicos y otros objetos de barro cocido
La cerámica de San Miguel de La Palma es, sin duda, con los
petroglifos, lo mas característico de su prehistoria.
La bibliografía existente sobre el tema es practkamente
inexistente, ya que cuando se ha abordado el tema ha sido al tra-tar
de la cerámica de Canarias
En atención a sus formas, hemos agrupado las cerámicas de
La Palma en los siguientes tipos 82:
m L. Diego Cuscoy: Paletnología de las Islas Canarias. Santa Cruz de
Tenerife, pág. 25.
81 E. Serra tRáfols: Caracteres de las cerámicas canarias, uVII Con-greso
de Arqueologían, Zaragoza, 1962, págs. 191-197.
82 Debemos agradecer a Rafael Gonzhlez Antón, que realiza su tesis
,doctoral sobre las cerámicas prehispánicas, sus wnsejos en la elabora-ción
de estos tipos.
48 MAURO S. HERNÁNDEZ PkREZ
Tipo 1: Globular.
Tipo 2: Semiesfénco.
Tipo 3: Cilíndrico.
Estos han sido subdivididos, en atención a sus partes, en
varios subtipos, de manera tal que hemos obtenido estos tipos
finales:
Tipo la: Globular con borde reentrante.
Tipo lb: Globular con cuello entrante.
Tipo lc: Globular con gollete.
Tipo Id: Globular con cuello indicado y fondo cónico.
Tipo 2a: Semiesférico.
Tipo 2b: Semiesférico con apéndice macizo.
Tipo 2c: Semiesférico con hombros y borde exvasado.
Tipo 3a: Cilíndrico con base redondeada.
Tipo 3b: Cilíndrico con cuello entrante y base redondeada.
Tipo 3c: Cilíndrico con base redondeada y borde exvasado.
Vasos:
En estos tipos, algunos representados por un solo ejemplar,
creemos agrupar las cerámicas prehispánicas. Es posible que
nuevos hallazgos enriquezcan de tal manera dichas formas que
hagan variar este esquema.
Tipo la: Vaso globular con borde reentrante. Por lo general
se trata de vasos de regulares dimensiones (20-30 centímetros de
diámetro máximo). Decoración a base de incisiones o impresio-nes.
Los motivos decorativos más representativos son las líneas
horizontales combinadas con otras verticales, combinación de
semicírculos concéntricos con líneas horizontales o verticales y
la combinación de líneas verticales. horizontales o inclinadas
con punteado (impresión). El color es negruzco-parduzco. Pare-des
relativamente finas. Pasta con abundantes desgrasantes:
arenas volcánicas y materias vegetales (fig. 14, a y b).
Tipo lb: Vaso globular con cuello entrante. Vasijas, por lo
general, grandes (entre 30-40 centímetros de diámetro máximo).
Decoración a base de finas incisiones o, más abundantes, aca-
584 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOIhGICA DE LA PALMA 49
naladuras a. Motivos decorativos a base de semicírculos concén-tricos
aislados o combinados con líneas (incisiones o acanalados)
horizontales, y combinación de finas incisiones con acanaladu-ras
que recuerdan ovas. Color grisáceo, algunas amarillentas.
Paredes gruesas y buena cocción (fig. 15 a y b).
Tipo lc: Vaso globular con gollete. Sólo existe un solo vaso
de este tipo, procedente de la necrópolis del Barranco del Cuervo.
Se trata de un vaso cocido con fuego oxidante (color rojizo). Su
decoración se reduce a unas incisiones en la panza.
Tipo Id: Vaso globular con cuello indicado y fondo cónico.
Color amarillento-rojizo. Decoración a base de impresiones for-mando
cuatro líneas paralelas en la parte superior de la panza,
mientras que en la inferior varias acanaladuras paralelas des-cienden
hacia la base (fig. 18 a).
Tipo 2a: Vaso semiesférico. Por lo general, se trata de peque-ñas
vasijas. La decoración es muy escasa, a base de incisiones.
Color parduzco-negruzco. Algunas vasijas sin decorar (fig. 13
a, b Y c).
Mención aparte merece la pequeña vasija encontrada por
Cuscoy en Roque de la Campana. Se trata de un vaso de 4,2 cen-tímetros
de altura y 5 de diámetro de boca que presenta como
tema decorativo un petroglifo laberintiforme (fig. 13 c).
Tipo 2b: Vaso semiesférico con apéndice macizo. Este tipo
sólo está representado por una vasija procedente del Aljibe de
Benita. Color amarillento. Decoración a base de impresiones re-nartidas
en cuatro líneas paralelas' C --
Tipo 2c: Vaso semiesférico con hombros y borde exvasado.
La única representación de este tipo se encuentra en el Museo
Arqueológico de Santa Cruz de Tenerife. Color grisáceo y pasta
cuidada. El tránsito panza-hombros está marcado por un cordón
Diego Cuscoy habla de cerámicas pseudoexcisas (La covacha det
Roque de fa Campana, La Laguna, 1970, pág 156). Creemos que no existe,
por lo menos no la hemos visto, como tampoco existe la excisa como
afirma el doctor Beltrán (Los grabados rupestres del barranco de Balos,
Las Palmas, 1971, pág. 145). Ambos posiblemente se correspondan con
las acanaladuras
a L. Diego Cuscoy: Op. cit., pág. 158.
Fig 13.-Vasos cerárnicos: a), b), d) y e) Museo La Cosmológica;
c) Covacha de la Campana.
b
Fig. 14.-Tiipo globular con borde reentracnte.
Ag. 15 -Tipo globular cm cuello entrante.
iFig. 16.-a) !tipo semiesférico; b) titpo cillíndrilco con base
redondeada y borde exsavada.
Fig. 17 -a) Tq o cdíndrico con ibase ~edondeaida;b ) tipo
cilíndrico con cuello ent~antey base redondeada.
Fig. 1 8 . 4 ) )tipog hbdw con cuello mdicado y fon~do~ conico;
b) bipo ~samiesfkicoco n ~hom~bryo sb orde exvasado.
68 MAURO S. HERNANDEZ PRREZ
con impresiones. Los hombros están decorados con acanaladuras
verticales, mientras la panza lo está con incisiones (fig. 18 b).
Tipo 3a: Vaso cilíndrico con base redondeada. Color rojizo,
producto de la cocción (fuego oxidante). La decoración es simi-lar
en todas ellas. Esta se compone de la alternancia de metopas
(acanaladuras verticales) con zonas lisas.
Es de destacar que las vasijas de este tipo provienen de cuevas
sepulcrales. En efecto, en la cueva del Barranco del Cuervo la
mayorla de las vasijas, salvo la globular con gollete, son de este
tipo, aunque no podemos establecer en qué estrato, de los tres
que posee la cueva, fueron halladas, ya que fue saqueada total-mente
(fig. 17 a)
Tipo 3b: Vaso cilíndrico con cuello entrante y base redon-deada.
Dentro de este tipo hemos incluido un gran cuenco que
se conserva en el Museo La Cosmológica. Color grisáceo-negruzco.
Paredes finas. Decoración a base de incisiones (fig. 17 b).
Tipo 3c: Vaso cilíndrico con base redondeada y borde exva-szdn.
Cnlnr amarilkntn-pardwcn. Escasa decoración (dos líneas
incisas cercanas al borde) (fig. 16 b).
Asas:
S610 hemos podido catalogar dos tipos de asas:
Asa de lengüeta: Por coloración y pasta son similares a los
vasos del tipo cilíndrico. Decoración a base de incisiones.
Pitorros:
Color negruzco. Decoración a base de acanaladuras muy suti-les
paralelas al borde. Museo Canario.
Embudos:
Una cuestión que presenta un curioso interrogante es la exis-tencia
de unas piezas arqueológicas, profusamente decoradas a
base de incisiones o acanaladuras, a las que se ha venido llamando
embudos, por su forma, y de cuyo uso nada conocemos, así como
592 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
LAMINA VI11 -
1: Vaso ccr5inico.
2: Embudo.
CARTA ARQUWL~GICA DE LA PALMA 57
la circunstancia de su hallazgo, que pudiera arrojar alguna luz
sobre tal interrogante (Iám. VIII-2).
Cucharas:
Otro extraño objeto de barro cocido, que nosotros hemos ca-talogado,
con grandes reservas, como cuchara, fue encontrado en
una cueva del poblado de Humo por V. Bravo, en cuya colección
se guarda (fig. 19 b).
Datos para una cronología cerámica:
Los únicos datos que poseemos para intentar establecer una
cronoiogía ceramica nos io proporciona ia covacha del Roque de
la Campana, excavada por L. Diego CuscoyS6. Este yacimiento
nos presenta tres estratos con cerámica. A saber:
Estrato 2: Cerámica negra. Técnicas decorativas: incisa, pseu-ua,
u,.c.,x:,u, na, UaG, ~,A,,G ILIL:,,G-Lm,I, L, ~ Lc aa. IC nuzlmlli, a ~GILLLGJLLL iba, hUrU.rIA ,.- :,.ri;&.r\ci UC.J LLLUJUJ.
Cronología: neolítico tardío.
Estrato 3: Cerámica parda y rojiza. Paredes más gruesas que
las de la cerámica negra. Técnicas decorativas: plástica, acana-lada.
Bordes lisos, plásticos e incisos profundos. Forma acampa-nada.
Cerámica contemporánea de los grabados tipo Belmaco.
Estrato 5: Cerámica roja. Paredes y bordes lisos. Forma có-nica.
Neolítico canario de sustrato.
Al no poseer esta publicación de una tabla c.o n. formas (los fragiiieiiios d i b ü j z d ~s~ea pey~eñvsy iio =üy s i g n i f i ~ ~ t hse~ )
nos hace extraordinariamente difícil incluir en nuestra tipología
las formas y decoraciones de las que nos habla Cuscoy, quien
abusa, por otro lado, de una terininología europea que creemos
no se corresponde con Canarias (neolitico tardío, megalitismo,
-1--11!4c.2u-- i1u cu 2 - \ cariar iu . .l.
6 Sólo se conservan dos, en los Museos La Cosmológica y Arqueolb-gico,
ya que d exilstente en la ~Facd~tadde Letras de La Lagubna ha des-aparecmdo.
L. Diego Cuscoy: Op. cit., págs. 151-162.
Núm 18 (1972)
MI
Fig. 1 9 . 4 phtadera; b) cuchara; c) y el lbumerang;
d) punzón.
Fig. 20.-a) coilganrte de piedra; b) potapunzon; c) colgante de madera;
d) t-aspadonesd e basdto; e) ~uchillo,y f ) bruñi$oir.
60 MAURO S. HERNÁNDEZ PEREZ
2. Materiales líticos
Los materiales líticos palmeros están tallados en basalto, sal-vo
algunos hallazgos esporádicos en obsidiana 87.
a) Lascas:
Los objetos líticos presentan en su mayoría una talla atípica
o a lo sumo son unas lascas prismáticas o toscamente triangula-res.
Ambos tipos se encuentran en la superficie de las cuevas.
Sin embargo, es interesante el dato que aporta la excavación del
Roque de La Campana, realizada por Cuscoy 88. En efecto, en el
estrato 5 de la mencionada covacha aparecieron dos lascas atípi-cas
y otra irianguiar de mayor tamaño. En el estrato 3 ias ias-cas
atípicas son sustituidas por lascas prismáticas, aunque otras
menos cuidadas demuestran permanencias de técnicas del estra-to
5. En el estrato 2 domina una industria Iítica de pequeños
prismas. Esta sucesión tipológica no implica el abandono de
técnicas más antiguas, ya que en haiiazgos superficiaies coexis-ten
tallas atípicas muy toscas con pequeños prismas.
Como cuchillos han sido catalogados en el Museo La Cosmo-lógica
un conjunto de piezas de basalto, cuya larga «hoja>m, an-tiene
un borde biselado muy agudo (fig. 20 b).
Dentro de este conjunto lítico no debemos olvidar los bruñi-dores
y pulidores, ya sean labrados en lava porosa, ya aprove-chando
los pulidos guijarros de las playas. Uno de ellos, con-servado
en La Cosmológica, presenta forma de pera (fig. 20 e).
b) Esferoides:
Cuestión interesante presenta los esferoides. Su empleo es
harto problemático. Algunos autores piensan en armas arroja-dizas
@m, ientras otros aducen prácticas pastoriles.
87 L. Diego Cuscoy: Notas acerca de la industrza Mica guanche, «Revis-ta
de la Hrstoria de Canariasa, La Laguna, 1949, págs. 209.
L. Diego Cuscoy: La covacha , pág. 160.
89 L. Diego Luscoy. Armas de los przmitzvos canarios. Santa Cruz de
Tenerife, 1958.
596 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA AtCQUEOI&GICA DE LA PALMA 61
c) Molinos:
En La Palma podemos estudiar dos tipos de molinos: navi-formes
y circulares (km. XI-1 y 2).
Molino naviforme: Se labra en una piedra oblonga con una
excavación profunda central sobre la cual se desliza un ma-chacador.
El molino circular es, sin duda, el más abundante. Se compone
de dos piedras, una fija y otra móvil. La piedra superior presenta
una perforación central y unos pequeños hoyuelos, sobre los
cuales se colocan unos palos o los dedos para imprimir a la
muela un movimiento circular.
U,,,, ,,,,,h-,l,:,,d,,, ,-,.,+; ,-lo -,-,linn rirriillr
ILGIIIVJ )IVULUV L U L L q J L U U Q L L V I L I V L J L L C I p , UC IIIVIIiIV Cii Cb'lur
es usado actualmente en las casas de campog0 para moler el
«frangollo» y, según noticias que hemos recogido, se molían en
ellos la raíz del helecho una vez seca y tostada, siguiendo así las
costumbres impuestas por el antiguo aborigen palmero.
3. Objetos de madera
a) Armas:
Según los cronistas, sus armas eran lanzas, bastones, varas
(mocas) y jabalinas. «Es un conjunto compuesto de tres o cua-tro
piezas, en las cuales no estarían comprendidas todas.» La
corta relación de que se dispone hay que atribuirla más a falta
de información que a otra cosag1.
De todas estas armas, la más interesante es la amocan. Según
Abréu, ia «moca» era una vara tostada, muy aguzada y muy efec-tiva.
El doctor Alvarez Delgado identifica la «moca» con el
«banot,> de Tenerife y el cmagido. o «magado» de Gran Cana-ria,
y ambas con el godo «magáth» = lanza, y con los atamaza-ques
» de la Gomera y Hierro 92. Para el doctor Alvarez Delgado
90 Es posible que algunos de los molinos que se conservan como abo.
rígenes en La Cosmológica tengan una procedencia moderna, pues pan?
cen haber sido labrados con instrumentos metálicos.
91 L. Diego Cuscoy: Armas.. , pág. 18.
92 J. Allvarez ,Delgado: Miscelánea guanche: Bemhoare. La Laguna,
1942, pág. 91.
Núm 18 (1972) 597
62 MAURO S. HERNANDEZ PÉREZ
amuchos de los que nuestros arqueólogos dan como bastones de
mando o símbolos de autoridad, no son otra cosa que "mocas"
O "banottl más o menos fragmentarios, y de distinta forma em-pleadas
por los guanches)) 93. De estas antiguas armas aborígenes
sólo hemos podido catalogar las tres existentes en el Museo La
Cosmológica, cuyas dimensiones son 0,90, 0,74 y 0,70 metros.
b) Bastones:
Problema interesante plantean los bumerang o crosses del
Museo La Cosmológica. Fueron hallados sobre restos humanos
en alguna de las cuevas del acantilado de Bajamar, en Breña N a
Alta, en terrenos propiedad de la familia Rodríguez Acostag4. E
Martínez Santa-Olalla, que fue el primero que se ocupó de O
n ellos 95, los consideraba como los últimos representantes en oc -
m
O
cidente de una serie de emblemas de ciertas divinidades que se E
E
2 extienden por Mesopotamia y Egipto. Diego Cuscoy opina, sin E
embargo, que mejor sería «relacionarlas con las llamadas cros-
-
ses, que aparecen grabadas en algunos monumentos megalíticos 2 -
bretones, concretamente en el dolmen de Grav'inis, dolmen de -
0
m
Lizo, Piedra de Moustier, dolmen de Mané Rutual, menhir de E
Moustoirac, dolmen de Petit Mont, dolmen de Kefieresse, dolmen O
E
de Mané Luti, dolmen de Couedic.. . 96. n
E Para Cuscoy «podrían tratarse de emblemas jerárquicos; re- -
a
presentarían de una manera reducida y en cierto modo simbóli- 2
n
ca el cayado usado por un personaje relevante)) 97.
n
Recientemente estos emblemas jerárquicos han sido asimila- = O
dos como idiófonos de entrechoque, por ciertas coincidencias
con objetos similares de Egipto y Australia, similitudes que ve-mos
muy problemáticas.
93 J. Alvarez Delgado: Op. czt., pág. 92. * Información facilitada por V. Bravo.
95 J. Murtinez Sa~tu-G!a!!u: Lis btimernng rr>& eccidpntrr!er de! vie-jo
mundo, <Actas y memorias de la Sociedad Espaliola de Antropología,
Etnografía y Prehistoria», XIV, Madrid, 1949, pág. 99.
% L. Diego Cuscoy: Nuevas consideraciones en torno a los petroglzfos
del acaboco~ de Belmaco, aRev. H." Canarian, 109-112, La Laguna, 1965, pá-gina
22. " L. Diego Cuscoy: Armas. , pág. 32.
598 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
LAMINA XI
Molinos.-1: Circular.
2: Naviforme.
CARTA ARQUEOL6GICA DE LA PALMA 63
Las piezas (fig. 19 c y e), labradas en tea, presentan doble filo
en todo el cuerpo, excepto en el mango, que es redondeado.
La pieza c mide 58 centímetros de altura y 16 centímetros
$de ancho en la curva de cayado. Dos piezas tienen roto su cayado.
Su altura es de 54 y 55,2 centímetros.
La pieza e tiene 48 centímetros de altura y 16,s de cayado.
4. Objetos de hueso
Punzones:
Con relativa frecuencia se suelen encontrar en las cuevas de
habitación gran abundancia de punzones. Por lo general, están
grabados en los metacarpianos y metatarsianos de cabra u
oveja, aunque podrían emplearse huesos más largos (fig. 19 d).
La articulación del hueso, ligeramente desgastada, servía de
mango, puliéndose a continuación el resto.
Su uso sería el de ojeretero para coser las pieles de modo que
por el orificio practicado se pasaba luego la correílla.
Su fragilidad haría posible el uso de un portapunzón de
hueso hueco, como parece indicar el estuche y punzón de Llano
Negro, conservado en la colección Rodríguez Martín.
Los pequeños punzones, con una punta muy aguzada y otra
roma, serían empleados para decorar la cerámica.
5. Tejidos
a) Cestería:
Bajo este epígrafe hemos de incluir los objetos que en el Mu-seo
La Cosmológica están catalogados como sombreros, aunque
también podrían ser considerados como cestos. El desconoci-miento
de la circunstancia de su hallazgo nos impide inclinarnos
por una u otra clasificación, aunque se adapta fácilmente a la
*cabeza.
Están construidos a base de fibras vegetales muy bien tejidas
con una correílla de cuero.
NÚm 18 (1972) 599
64 MAURO S. HERNÁNDEZ PÉREZ
b) Peletería:
Aunque según el doctor Chil 98 los auaritas no sabían curtir
las pieles, hemos estudiado un costurero (?) de madera forrado
con pieles perfectamente cosidas, en el que se puede apreciar un
perfecto curtido.
Este es el único objeto de piel que hemos podido encontrar
entre los hallazgos aborígenes de La Palma.
6. Adornos
a) Cuentas de collar de arcilla:
Con repetida frecuencia se venía afirmando que La Palma
era la unica isla cuyos aborígenes no usaron cuentas de collar
de arcilla*. Pero en nuestras visitas a colecciones particulares
hemos comprobado que también existen en La Palma. En efec-tn,
en !a cn1ecdSn de dzcia Lnqne, de Breña Alta, se conserva
cerca de una veintena de cuentas de arcilla discoidal, encontradas
en una cueva situada en el Barranco de El Humo, bajo el acan-tilado
de Bajamar.
Recientemente se le ha asociado a la simple función de adorno
otra de instrumento musical. En efecto, Lothar Siemens Her-nández
loO ha tratado de ver en éstas, siguiendo comparaciones
con otras europeas, unos idiófonos indirectos.
b) Cuentas de collar de hueso:
Asimismo, hemos podido comprobar la existencia de cuentas
de collar labradas en hueso, algunas segmentadas. El tipo co-rriente
es el discoidal.
98 G. IChi! y Naranjo: Estudios hzstóricos climatológicos y patológzcos
de las Islas Canarias Las Palmas, 1867, pág 117.
99 L. Diego Cuscoy: Paletnología de las Islas Canarias. Santa Cruz de
Tenerife, 1963, pAg. 35.
100 'L. Siemens Hernández. Instrumentos de sonido entre los przmz-tivos
habitantes prehispánzcos de las Islas Canarias, «Anuario de Estudios
AtllBnticosn, 15, Madnd-Las (Palmas, 1969, pág. 95.
600 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
C) Cuentas de collar de caracoles:
Son corrientes en La Palma los collares a base de pequeños
caracoles marinos, por lo general Columbella, perforados. En la
colección A. Santos se conservan un conjunto muy interesante
de estos caracoles perforados.
7. Colgantes
a) Colgantes de madera:
En la necrópolis de Llano Negro encontró el señor Rodnguez
Martín unos hermosos colgantes de madera, dados a conocer por
Cusc~y'~'E. stos presentan un vértice muy agudizado, con un
estrechamiento cerca del orificio de perforación, que es de sec-ción
bicónica. Están labrados, al parecer, en madera de «acebiño»
O «palo santo».
En el Museo de la Sociedad La Cosmológica se conservan dos
colgantes de madera. Uno tiene forma de pera, mientras el otro,
de forma recta, nos hace recordar el colgante que los actuales
cabreros colocan al cuello de sus cabras cuando las sueltan en
el monte, para su posterior reconocimiento.
b) Colgantes de concha:
En la mayoría de las cuevas se encuentran abundantes lapellas,
muchas de ellas pulidas 'O2 y algunas con el orificio de perforación
para de
c) Colgantes de piedra:
Son muy corrientes, presentando las más variadas formas y
tamaños. La mayoría no llegan a sobrepasar los cinco centíme-
101 L. Diego 'Cuscoy: El determinismo geográfico en la habztación del
aborigen de las Islas Canarias, actas y Memorias de la Sociedad Española
de Antropología, Etnografía y Prehistoria», XXVI, Madrid, 1951
'02 1Cuscoy considera que éstas servían como monedas. Véase L. Diego
Cuscoy: La covacha , pág. 162.
Naím 18 (1972) 601
tros. Caso excepcional lo presenta uno encontrado en la cueva
del poblado de El Humo, no perforado totalmente. Por lo gene-ran,
están labrados en toba o lava volcánica poco porosa.
8. Pintaderas
Este extraño utensilio aborigen, tan corriente en la vecina
,Gran Canana, no había sido encontrado en ninguna otra isla del
archipiélago. En la colección del señor Rodriguez Martín hemos
podido observar un hallazgo de Las Goteras que, con grandes
reservas, hemos catalogado como pintaderas. Esta está labrada
e= t&u v~!&fiica y prpspnrz dihgjg de tipo ajedrezado (fip-ra
19 a).
VI. YACIMIENTOS SEGUROS
1. Inventario de los yacimientos seguros y sus materiales respectivos
ADUARES
Breña Alta (111 13-14)
En el barranco de Aduares, en el pago de Los Llanitos, muy
cerca de la fuente del mismo nombre, se encuentra un pequeño
poblado, formado por cuatro cuevas de habitación, dos a cada
-ovm~m L L ~ C ~e rI l l rUlCoIl hVU~Ir I rL~.IInCr~iVn.
Margen derecha:
Cueva número 1. De muy escasa profundidad. Potente relleno,
en el cual se han encontrado fragmentos de cerámica incisa, pro-
I;?dumrr,te decmuda, !ascau de Yasalte y rest~sl e f2ma anima!.
Orientación al Norte.
Cueva número 2. Situada a unos 75 metros hacia el Oeste
-naciente del barranco- de la cueva número 1. Sus caracterís-ticas
son semejantes a la anterior. Hallazgos: Fragmentos de cerá-mica
negra incisa, lascas de basalto y restos de fauna animal.
602 ANLrARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOIA5GICA DE LA PALMA 6 7
Margen izquierda:
Cuevas números 3 y 4. Separadas por unos dos metros, estas
cuevas están situadas frente a la número 1. Por sus característi-cas
se asemejan a abrigos naturales, aunque es posible que los
desprendimientos de la pared basáltica hayan reducido sus di-mensiones.
Escaso relleno. Hallazgos: Fragmentos de cerámica
incisa muy molidos y lascas de basalto.
Material disperso en varias colecciones.
ALJIBE DE BENITA
Mazo (111 9)
Está situada esta cueva, hoy totalmente destrozada, en la
playa del Pocito, en el Hoyo de Mazo.
Hallazgos: Dos vasijas.
a) Semiesférica con apéndice macizo. Color rojizo. Decora-ción
a base de punteado.
b) Cilíndrica. Color grisáceo-negruzco. Decoración a base de
incisiones.
Colección: A. Soler.
BARRANCO DE ALVARO
Barlovento (111 26)
En el barranco de Alvaro, cerca del caserío de Los Marantes,
se encuentra un interesante poblado de cuevas de habitación,
n r h r t i r a ar -AAn.- ~ n t-i-A~n-.- e~p]~rz&cS, ~ V QS ~ U ~ Qs~S~p &ir.i&s.
Hallazgos: Fragmentos cerámicos y lascas de basalto.
Material disperso en varias colecciones.
BARRANCO DE BRIESTA
Abundancia de cuevas de habitación a ambos márgenes del
barranco, la mayoría sin explorar.
En la colección del señor Rodríguez Martín se conservan múl-tiples
hallazgos procedentes de este barranco; entre ellos, frag-
Mapa EX-Carta arqueológica de La Palma: Cuevas
de haib~tacióny sntemamienlto.
CARTA ARQUEOIhGICA DE LA PALMA 69
mentos cerámicos e interesantes ejemplares representativos de la
industria de la piedra y del hueso.
BARRANCO DEL AGUA
San Andrés y Sauces (111 25)
Cerca de la desembocadura de este barranco se encuentra
un interesante poblado de cuevas de habitación, la mayoría prác-ticamente
inexploradas. Algunas parecen tener abundante relleno.
Hallazgos: Fragmentos cerámicos y lascas de basalto.
BARRANCO DEL CUERVO
Breña Alta (111)
Cueva sepulcral, situada cerca de la desembocadura de dicho
barranco. Ha sido totalmente saqueada (lám. 11-2).
Tenía la cueva tres estratos, con abundantes restos de huesos
humanos, entre ellos varios cráneos y hnesos largns En e1 estrato
inferior aparecieron huesos humanos con evidentes signos de
cremación 'O3.
Hallazgos: Cerca de una veintena de vasijas, la mayoría de
tipo cilíndrico, con base redondeada y decoración similar a la
representada en la figura 17 a. Una de las vasijas era de tipo
globular, único caso catalogado hasta el momento.
Entre los hallazgos debemos destacar la abundancia de res-tos
óseos (lámina 11-2), lascas de basalto y fragmentos de pinus
,canariensis semicarbonizados. Colecci.o,n r J, García T,mp y R iP &ez Diaz.
BARRANCO DE IZCAGUA
Garafía (111 43 a 46)
Gran abundancia de cuevas de habitación, con interesantes
muestras de ajuar.
El señor Rodríguez Martín posee cuatro hermosas vasijas,
'03 El saqueo fue tal que se hace imposible, incluso para los saquea-dores,
e) establecer a qué estrato se corresponden las vasljas.
Núm 18 (1972) 605
70 MAURO S. HERNANDEZ PPREZ
tres de ellas -tipo globular con borde reentrante- decoradas a
base de incisiones, y la cuarta -globular con cuello recto-, a
base de incisiones e impresiones. Además, considerable número
de fragmentos cerámicos, de idénticas técnicas, y ejemplares de
la industria de la piedra y del hueso.
En algunas cuevas de este barranco el señor Diego Cuscoy-descubrió
yacijas de elementos vegetales a modo de camas '".
BARRANCO DE FONDERO
Garafía (111 38)
Las cuevas sepulcrales de las que habla Cuscoy '" están situa-das
a ambos márgenes de este barrancc, e:: !us proxizdudrs de
la interesante estación de Buracas.
Hallazgos: Fragmentos de cerámica incisa, punzón y restos.
óseos.
Colección: R. Rodríguez Martin.
BARRANCO DE LA ZARZA
Garafía (IV 12)
En el barranco de La Zarza, a nivel inferior de la pista Barlo-vento-
Garafía, existe una estación de petroglifos, que, aun tenien-do
una valiosa información del señor Rodríguez Martín, no pudi-mos
localizar 'O6.
BARRANCO DE NOGALES
Puntallana (111 23-24>
En las márgenes de este barranco, que discurre cerca del
pago de La Galga, especialmente a unos 300-400 metros de su
'04 L. Diego Cuscoy: Paletnología de las Islas Canartas. Santa Cruz de
Tenerife, 1963, pág. 20.
1" L. Diego Cuscoy: Activrdades arqueolbgicas en Tenerife y La Palma
durante el año 1957, «Revista de H." Canariam, XXX, La Laguna, 1957, pá-gina
160.
1% [Esta zona es extraordinariamente abundante en petroglifos: La
Zarza, Caldera de Agua, San Antonio, Los Guanches ..
606 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOLÓGICA DE LA PALMA 71
desembocadura, existen abundantes cuevas de habitación, en
cuya superficie son extraordinariamente abundantes los frag-mentos
y las lascas de basalto.
Gaspar Fructuoso 'O7 cita este barranco como uno de los que
conservan abundantes necrópolis indígenas.
BARRANQUILLO DEL CALVARIO
Garafía (IV 17)
Está situada esta estación de petroglifos en el barranco que
separa Santo Domingo de El Calvario, muy cerca de la pista del
cementerio lm.
Los petroglifos, cuyo motivo principal es una greca que forma
a continuación un laberinto, se encuentran en la margen derecha
del barranquillo, sobre una cueva carente de relleno.
Con este mismo motivo, a unos diez metros sobre el cauce del
barranco, existen otros bloques grabados. El más interesante,
que sólo pudimos entrever a través de varias tabaibas, presenta
unos surcos profundamente grabados en la roca.
Frente a éstos, al otro lado del barranquillo, parece adivinarse
los que fueran otros petroglifos. El motivo mejor conservado es
una espiral, y junto a ella parecen seguirse unas líneas curvas.
BARRANQUILLO DE LA ZARZA
Garafía (IV 13)
En el barranquillo situado a la derecha de la estación de La
Zarza se encuentra una interesante estación de petroglifos, pu-blicada
por A. Mata y E. Serra 'Og.
Los grabados se encuentran en la confluencia del «Camino
de la Cumbre» con el barranquillo, repartidos en dos grupos:
107 Gaspar Fructuoso: Las Islas Canarias (de Saudades da Terra),
«Fontes rerum canariarum)), XII, La Laguna, 1964.
108 'M. Hernández Pérez: Grabados rupestres de Santo Domingo (Gara-fía),
en prensa.
109 A. Mata y E. Serra: Nuevos grabados rupestres en la Isla de La
Palma, «Rev. H." Canaria)), XIII y XI'V, La Laguna, 1940-41, pág. 283.
Núm 18 (1972) 607
Mapa 1V.-Carta arqueológica de La Palma: Petroglifos
alfabetif~rm~ees i deogramas.
CARTA ARQUEOL~%ICA DE LA PALMA 73
- Margen izquierda. Motivo: Una espiral (fig. 12 b).
- Margen derecha. Motivo: Laberinto a base de líneas cur-vas
que enlazan con espirales. Este laberinto mide 123 cen-tímetros.
BEJENADO
El Paso (IV 25)
En la cumbre del Bejenado, una de las cimas que cierran La
Caldera por el sur, fue localizada por el doctor Bravo una estación
de petroglifos 'lo.
El motivo más interesante está formado por una especie de
greca; A! parecer existían otros motivos a h a x de. espi_ralesi a-----
petroglifos que, según información de A. Santos, fueron trasla-dados
a Tenerife.
BELMACO
Mazo (Iv 3)
El yacimiento arqueológico más conocido de la isla de La Pal-ma
es, sin duda alguna, el «caboco» de Belmaco, hasta el punto
que ha sido considerado como la «Cueva de Altamira de la
prehistoria canaria)).
Emplazado en la confluencia del barranco de las Cuevas con
la carretera del Hoyo de Mazo, el «caboco» de Belmaco perma-nece
abandonado frente a los ataques naturales -riada de 1957,
erosión pluvial, etc.- y humanos (lámina 1-1).
En 1752 el gobernador militar de La Palma, don Domingo
Vandewalle y Cerbellón descubrió en una cueva de Mazo, cono-
110 E. Serra Ráfols: Algo de arqueología. revista de H." Canaria*,
XXXV, La Laguna, 1962, pág. 283.
1x1 Entre los muchos investigadores que se han dedicado a estudiar
los petroglifos de Belmaco destaca la labor de Cuscoy, entre cuyas pu-blicaciones
sobre el tema debemos destacar Nuevas consideraciones en
torno a los petroglifos de Belmaco y Los petroglifos del acaboco~ de
Belmaco.
Nún: 18 (1972)
39
74 MAURO S. HERNhLlEZ PfiREZ
cida con el nombre de Belmaco, «dos lápidas» insculpidas. Recien-temente,
como consecuencia de las excavaciones de Diego Cus-coy,
han aparecido dos bloques más, aunque los temas insculpi-dos
sean menos interesantes y estén peor conservados.
Belmaco 1.-En el relleno de la cueva aflora un pequeño blo-que
con dos motivos grabados (fig. 2 c y lám. 111-1).
Belmaco 11.-Este bloque, colocado junto a una pequeña
choza hoy destruida, se encuentra en la actualidad al pie del
«alpende» que conduce a la cueva. Los motivos más interesantes
son: un meandro, en el borde de fractura de la roca, que enlaza a
con una espiral que, a su vez, lo hace con otra de opuesto E
*r -r--a-s-a Ju-u , i-i-iu i;vu> yuc se ~~üiiiiúcieüü co~p!icado xeacdro (16- O
mina 111-2). n - m
O
E
Belmaco 111.-Es el bloque de mayores dimensiones (2,lO x 2 SE
metros). Los temas grabados son múltiples (fig. 2, a y b, y fig. 3, b). -E
- Grupo de espirales.
- Espirales enlazadas con meandros. -
0
m - Espirales aisladas. E
- Meandro aislado. O
n
Nos resta un tema, sin duda el m��s complicado. Según calcos aE
de Cuscoy, en el centro de la roca están insculpidos unos «surcos
horizontales que enlazan los temas zoomorfos con un ancho tema n
n
laberíntico. En las figuras zoomorfas parece advertirse el traza- 3
do de una cabra, con la línea del cuerno y el contorno del cuerpo, O
inciusv coa aIg-úii rasgo que hace pensar en e! d&!e zmturno.
Detrás de la primera parece marchar otro animal, figura o
perro» "2. A pesar de varios intentos con procedimientos diver-sos
de obtención de calcos, el tema zoomorfo de que nos habla
Cuscoy no lo pudimos obtener (fig. 3 c).
E, total hay, apr"xfmadamenie, "--'-A- -- -T.-"
r r c i i l r a iiiutivu~,~-A -u r p-i--l Ac uu-minio
del tema espiraliforme.
Belmaco 1V.-Espirales enlazadas y meandros (fig. 3 b).
"2 L Diego Cuscoy: Nuevas .
610 ANUARIO DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOL~OICDAE LA PALMA 75
Hallazgos: En otro lugar hemos citado que es Belmaco, con
la covacha de Roque de la Campana, los únicos yacimientos
excavados en La Palma en los que se ha podido establecer una
estratigrafía clara, aunque esto no quiere decir que no existan
otros yacimientos estratigráficos.
La excavación fue realizada en varias campañas por Diego
Cuscoy. Los resultados obtenidos sólo los conocemos por la pren-sa
diaria "3, ya que aún no ha sido publicada.
En la excavación se encontraron tres estratos, caracteriza-dos
por:
- Cerámica lisa, de color pardo, decorada a bandas en re-lieve
y temática liza.
- Vasijas más pequeñas decoradas. ~ s ~ u e l e thou'm ano.
- Cerámica más basta y práctica.
En el inventario realizado al término de la excavación se ca-talogaron
1.400 fragmentos cerámicos, 420 lascas de hasaltn,
60 restos óseos de animales, un centenar de conchas, 25 cuchillos
de piedra y carbón vegetal en dos estratos diferentes.
BURACAS
Garafía (IV 20)
Está situada esta estación de petroglifos junto a la fuente
del mismo nombre, al N.O. del molino de viento de Las Tricias,
pago de Garafía l14.
Les grzhzdec se r v p r t e n a uzbss c~st&x de! ~(cabueo;v,
- En la margen derecha, los grabados ocupan la pared basál-tica.
Motivo: Greca combinada con espiral y laberinto a base
de líneas curvas.
- En la margen izquierda, los bloques grabados se han des-prendido
de su primitivo enclave, estando dispersos por toda la
113 D. Acosta Pérez: Crónica de La Palma. Notable disertación de
Luis Diego Cuscoy sobre Belmaco, «La Tarden, Santa Cruz de Tenerife,
25 de mayo de 1963.
114 A. Mata y E. Serra. Nuevos , pág. 352.
ladera. Temas: Espirales, círculos concéntricos y greca combi-nada
con espiral y laberinto (figs. 3 a y 10 a).
Junto a estos petroglifos se encuentran unas interesantes
cuevas de habitación con potente relleno, donde se ha recogido
abundante cerámica Clám. 1-2).
El barranco donde se encuentra este yacimiento posee abun-dancia
de cuevas de habitación, en las cuaIes el señor Rodríguez
Martin ha recogido cerámica incisa e instrumentós Iíticos.
CALDERA DE AGUA
Garafia (IV 10)
Esta estación de petroglifos está situada en ia faida norte de
la montaña de las Varas, en el barrio de San Antonio, sobre la
fuente del mismo nombre, en la margen derecha del barranco.
Los petroglifos (Iám. V-1) han sido, en parte, destrozados al
añadir, sobre éstos, nombres modernos. Los temas principales
son las espirales, circulos concéntricos sueltos y combinados
entre si.
CAMINO A SANTA CRUZ DE LA PALMA
Garafia (IV 15)
En el antiguo camino Santa Cruz de La Palma-Garafía, en
el trayecto comprendido entre «La Cueva del Fraile» y «Las
Moradasa, descubrió casualmente el señor Rodríguez Martín una
nueva estación de petroglifos, con motivos semejantes a los co-nocidos
de otros yacimientos. Estos motivos están grahádüs subre
piedras sueltas, cubiertas en parte por codesos.
CASA DEL BAILE
lar&^ (IV 11)
El edificio, antiguamente casa de romeros y de bailes, situado
junto a la ermita de San Antonio del Monte, conserva en una
de sus esquinas una piedra grabada, cuya procedencia, según
información del señor Rodríguez Martín, es la estación de Los
Guanches (lám. 11-1).
612 ANUARIO DE ESTUDIOS AI'LANTICOS
CARTA ARQUEOL~GICA DE LA PALMA 77
CASA DE PEDRO ALCANTARA
Garafía (IV 16)
En una esquina de la casa de Pedro Alcántara, a unos 180
metros al sur de Santo Domingo, se encuentra un petroglifo,
cuya procedencia desconocemos "5.
CORCHETE
Garafía (IV 21)
Bajo el camino real de Garafía a Puntagorda, en la confluen-cia
de éste con el barranquillo que discurre cerca del cemente-rio
de Las Tricias, se encuentra esta estación de petroglifos,
pulc>licada por A. ?"tata E. seiera 11.5.
Las insculturas se reducen a un solo motivo, a base de «espi-ral,
curvas paralelas y formas que no corresponden a realidad
algunas (Iám. V-2).
Carece de fuente esta 'estación, aunque, gracias a su abundante
se conservan en del baí-i=ancoc harcas duran-te
todo el verano.
CORRALETE DE LA BARCA
Garafía (v 6)
En el Llano de la Barca, en las montañas de la villa de Gara-fía,
fueron descubiertas por el señor Rodríguez Martín tres ca-bañas
aborígenes. Estas presentan una estructura más compleja
(figuras 1 a, b y c) que las existentes en el poblado de Cmz de
!u xeiilu.
Hallazgos: Cerámica incisa e instrumentos líticos.
CRUZ DE LA REINA \
Puntagorda (V 5)
Este poblado, dado a conocer por L. Diego Cuscoy '17 y situado
1'5 J. Jiménez Qsneros: Contribución al estudio de las antigüedades
guanches, «Ibérica», XX, Madrid, 1923, pág. 29.
A. Mata y E. Serra: Op. cit., pág. 352.
117 L. Diego Cuscoy: El determinismo geográfico en la habitacidn del
Núm 18 (1972) 613
mara de sacrificio i/ ( **
Mapa V.-Ca'nta arqueológica !de La Pahma. cabañas,
tagoror y aras de sacrificio.
CARTA ARQUEOLÓGICA DE LA PALMA 79
en la costa de Puntagorda, en las cercanías del barranco de
Izcagua, está formado por cerca de un centenar de cabañas,
dispersas por las tierras en declive.
Las cabañas son de diversos tipos. Se presentan aisladas o
en grupos de dos, tres y cuatro cabañas. El tipo predominante
es el rectangular, más o menos deformado en los ángulos (fig. 1 d).
Entrada común, a veces con pasillo. Piedras mayores en la base,
señalando la entrada. La pared es doble, hecha de bloques sin
labrar. L. Diego Cuscoy ha calculado una altura que no rebasaría
los 1,70 metros.
Este poblado está asociado a otro de cuevas muy próximo.
Ambos con necrópolis en cueva (El Caldero).
Hallazgos: Restos de cocina, instrumentos líticos y cerámica
decorada.
Colección: Rodríguez Martín.
Breña Baja (111 16)
Está situado este conjunto de cuevas de habitación a la iz-quierda
de la Cuesta de la Pata, en terrenos del señor Hernández
Morera.
Las cuevas han sido, en parte, saqueadas. En la cueva supe-rior,
que ha sido en parte cubierta de escombros, hemos encon-trado
fragmentos cerámicos incisos, raspadores de basalto, res-tos
de fauna animal, punzón de hueso y gran cantidad de lapella.
Abundante relleno.
Según información que hemos recogido, en una de estas cue-vas
se hallaron restos humanos, así como otros objetos de ajuar,
que fueron trasladados al Museo de la Sociedad La Cosmológica
n cn T.n,-A;~rnn V OC p,IUIWI"II.
aborigen de las Islas Canarias, uActas y memorias de la Sociedad Espa-ñola
de Antropología, Etnografía y Prehistoria*, XXVI, Madrid, 1950, pá-gina
24.
80 MAURO S. HERNANDEZ PÉREZ
CUEVA DEL AGUA
Garafia (IV 19)
Está situada esta estación en el topo cercano a la fuente del
mismo nombre, en el barranco de Cueva de Agua, en cuyas már-genes
se encuentran gran cantidad de cuevas de habitación.
Los petroglifos, según información del señor Rodríguez Mar-tín,
se reparten en tres grupos:
- En la cueva.
- Doscientos metros más arriba.
- En el camino a los Hondos de Cueva de Agua.
CUEVA DEL CAMELLO
Mazo (111 20)
Está situada esta cueva entre el espigón del «Pocito» y aEl
Roqueii, frente a :a «Mona», en :a costa de: Zoy-o de Mazo.
Hallazgos: Fragmentos de cerámica incisa.
Colección: A. Soler.
CUEVA DEL PALMERO
Tijarafe
Necrópolis saqueada totalmente, hasta el punto de que el
relleno, con gran cantidad de huesos humanos, está siendo em-pleado
como abono. Está situada en el borde norte de La Cal-dera,
en ias proximidades de Ei Time "'.
CUEVA DEL PULIDOR
Mazo (111 4)
Está situada esta cueva cerca de la desembocadura del ba-rranco
de las Chícharas, de las Cuevas o de Belmaco.
Estado ruinoso.
118 En La Palma los
merosp, término que se
ancianos llaman a los antiguos habitantes upal-viene
actualmente sustituyendo por guanches.
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
Hallazgos: Fragmentos de cerámica incisa, Iapellas enteras y
semipulidas, punzón y hueso pulido a modo de colgante.
Colección: A. Soler.
CUEVA DEL SAUCO
Garafía (IV 23)
Situada en las proximidades del barranco de Carmona, en
el camino que conduce a «El Tabladon, camino que hay que
abandonar para tomar un pequeño sendero hacia el N.W.
Los petroglifos se encuentran en la entrada de la cueva y
frente a ésta, junto a una fuente. Orientada hacia el este, están
- v n h n A n c on ln nor+- ;i7$ov;r\~ IJo lnc hlnnlqoc hcic6lt;pnc slauauva LU la par rc. IIIL~IIVI uu IUU VIUYUV~ VUUUACIVVI.
Los grabados más interesantes, en cambio, son los situados
antes de llegar a la cueva. Los situados frente a éstos son más
pequeños.
Motivos: .E spirales, círculos y meandros. r-F,,,,,.,, , . D,A,:,..,, n n , ~ + : ~ L L I L U ~ ulaLluu. LXUUL lgubb l v l a l LUX.
CUEVA DE LAZAR0
Mazo
Situación: Costa del Hoyo de Mazo.
Hallazgos: Fragmentos de cerámica incisa.
Colección: A. Soler.
CUEVA DE LAS PALOMAS
Mazo
En esta cueva, cubierta actualmente por el aeropuerto de La
Palma, se encontró una vasija cilíndrica, con decoración a base
de acanaladuras similares a la de la figura 17 a, conservadas en
1,. -,.lnnAA- n p..l..A-la
LULGLLIULI U. u a l v a u .
DUVISA
Breña Alta (111 15)
En el barranco de Los Alamos, muy cerca de los polvorines,
Núm 18 (1972) 617
se encuentra un grupo de cuevas que hemos denominado Duvisa
por ser la mayor de éstas conocida por tal nombre.
La cueva Duvisa ha servido de redil, por lo que hoy se encuen-tra
totalmente modificada. Hemos encontrado fragmentos de
cerámica incisa y fragmentos de lapella. Según referencias, se
encontraron ya hace algunos años cucharas de madera (?) y va-sijas
decoradas, materiales que no hemos podido localizar.
Frente a esta cueva, en el otro margen, existen varias cue-vas,
en dos de las cuales hemos recogido cerámica incisa, ras-padores
de basalto y lapella.
a
EL CALDERO E
0
Puntagorda (111 41) n--
m
El Caldero es la cueva sepulcral del poblado de cabañas y O
E
cuevas de habitación de Cruz de la Reina. E
2
E La cueva, situada en el barranquillo que divide el poblado,
+: -- - LLGLIG dos bucas y i i h~a sido encavada.
Hallazgos: Fragmentos de cráneos -0ccipita1-, varias costi- O-llas
y abundantes fragmentos de cerámica. m
E
EL CALVARIO
Garafía
Esta estación de petroglifos se encuentra situada a unos 300
metros al este del cementerio de Santo Domingo, muy cerca 3
de la pista del Puerto llg.
O
Losp eirogiifos, gi-aloa&-,s en bloq-ues ZSi.&&Eis eiiliaa-dos
en una pequeña zona. Su estado es ruinoso, ya que se han gra-bado
nombres modernos sobre ellos (lám. IV-1).
Al parecer, estas piedras formaban parte de «una especie de
pirámide», de la cual, en la época de la conquista, sólo quedaba
un tercio de altura a juzgar por las dimensiones de la base.
Las insculturas ocupaban las superficies planas exteriores
de la piedra, y en algunas se continuaba de piedra en piedra.
En una de las referidas piedras aparecía un petroglifo de tipo
119 A. Mata y E. Serra: Op czt, pág. 351. Hernández Pérez: Op. ctt.
618 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOJ
CARTA ARQuEoL~GICA DE LA PALMA 83
laberintiforme, de un parecido desconcertante con la piedra
grabada de Mogor (Pontevedra) y muy semejante a otras inscul-turas
de Briteiros, y con las de Soskilgreni y Holliwood, en Ir-landa
» Izo.
Esta pirámide, conocida por el padre de nuestro amigo Ro-dríguez
Martín, responde al tipo de adoratorio de que nos habla
Abréu Galindo.
Los motivos grabados más importantes son:
- Círculos concéntricos. En uno de los bloques (hay dos
con círculos concéntricos) existen varias cazoletas, a las que con-fluyen
las líneas grabadas (lám. IV-2).
- Círculos (algunos concéntricos) combinados entre sí y uni-dos
por líneas serpentiformes.
Al parecer, una de las tres piedras de La Cosmológica procede
de este yacimiento.
EL PALMAR
Garafía (Iv 8)
En el barrio El Palmar, cerca del topo de Pedro Martín,
existe una interesante estación de petroglifos, muchos de los
cuales han sido destrozados.
Los motivos son varios, pero con predominio de los cur-vilíneos.
EL POCITO
Mazo (111 10)
En la cueva que existía en la montaña de la Arena, en la playa
del Pocito del Hoyo de Mazo, fueron encontradas, según referen.
cias que poseemos, varias vasijas con motivos decorativos a
base de incisiones.
120 P. Hernández: Culturas del Noroeste (petroglzfos cananos) Cróni-ca
del 111 Congreso Arqueológico Nacional Zaragoza, 1955, pág. 99
Núm 16 (1972) 619
EL ROQUE
Mazo
A los pies de este espigón, en la costa de Mazo, existe una
interesante cueva de habitación, excavada en parte por nuestro
amigo A. Santos.
Hallazgos: Fragmentos de cerámica rojiza, algunos tosca-mente
decorados, raspadores de basalto y lapella.
En las tierras aledañas al Roque se encuentran gran cantidad
de fragmentos cerámicos.
Colección: A. Soler y A. Santos. a
N
FLORIDA E
Breña Alta (111 19)
Situada hoy en lugar inaccesible, frente a la central eléctrica
de Los Guinchos, fue descubierta esta cueva sepulcral al derrum-barse
parte de ésta sobre la carretera Santa Cruz de La Palma-
Breña Baja, donde se realizaban trabajos.
En nuestra averiguación entre las gentes del lugar, acerca del
paradero de los materiales encontrados, se nos informó que
habían sido llevados a La Cosmológica. Posiblemente pertenez-can
a esta cueva los materiales conservados en este Museo bajo
la etiqueta de Breña Alta (dos cráneos, ajuar y unas trenzas de
pelo, junto a las cuales hay una etiqueta que reza «Cueva del S. del
Florida. No explorada científicamente»).
O
FUENTE DEL RIACHUELO
Garafía (IV 22)
En la falda este de la montaña de Las Tricias, junto a la
fuente del Riachuelo, fue encontrada una piedra grabada que se
custodia en la colección del señor Rodríguez Martín. Motivo:
Meandro espiraiif orme.
FUENTE DE LA CALAFUTE
Garafía
En la fuente de la Calafute, situada en la margen derecha del
620 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA AKQUEOL&ICA DE LA PALMA 85
barranco tributario por la derecha, el Fernando Porto, se en-cuentra
grabada en el almagre, hecho extraordinario, una espiral.
Frente a esta fuente, en la otra margen del barranco, se en-cuentran
varios grupos de grabados, repartidos por las laderas
del álveo. El conjunto principal está formado por una serie de
grabados en los que predominan los motivos circulares (cfrculos
concéntricos sencillos y combinados entre sí), meandros y un
extraño pectiniforme ''l.
GALION
Breña Alta (111 20)
En el barranco del Galión o Galeón, situado en el borde norte
del cráter de La Caldereta, en las cercanías de Tinibúcar, se halla
un poblado de cuevas de habitación. Todas ellas se encuentran
en la parte superior de la margen derecha de dicho barranco.
T a riiprra r l ~T a c P a l nma c la m 6 c i m n n r t a n t ~d e tidas, cgn- Y,.. .,--.u u" Y.." A uruiriuu, iri niiir --si Y----"--
serva a la izquierda de su boca potente relleno, en el cual, según
información de E. Mir, se han encontrado interesantes fragmen-tos
de cerámica negruzca incisa y una muela de molino.
El resto de las cuevas, menos interesantes, han proporciona-do
fragmentos muy molidos de cerámica, y gran abundancia de
lapella entre sus derrubios.
Estos materiales se encuentran en nuestra pequeña colec-ción,
habiendo sido donados por E. Mir.
HORNO DE LA CAL
Breña Alta (111 17)
En el Horno de la Cal, en la margen derecha del barranco
de! SGCGTTsQe , enclientran cincn cuevas de habitación, en '?SO
hasta ya avanzado el presente siglo.
Hallazgos: Fragmentos de cerámica incisa muy molidos, ras-padores
de basalto y lapellas.
121 M. Hernández Pérez. Op crt
Núm. 18 (1972)
HUMO
Breña Alta (111 18)
Cerca de la desembocadura del barranco de El Humo, en las
proximidades del acantilado de Bajamar, hemos descubierto
un interesante poblado compuesto por cerca de veinte cuevas de
habitación, repartidas a ambos márgenes del barranco.
Este poblado ha sido totalmente saqueado por algunos aficio-nados,
que han revuelto el relleno de las cuevas, muy potente en
algunas de ellas.
Hallazgos: Fragmentos de cerámica incisa, profusamente de-corada,
punzones de hueso, colgantes de piedra, esferoides, ras-padgreu
de b z s d t ~5 7 Ena p s i b ! ~c xhara de har ra
En este mismo barranco, a unos 100 metros de este poblado,
bajo los acantilados y frente a Los Guinchos, encontró el joven
Juan F. García Luque un conjunto de 20 cuentas de collar de
arcilla de tipo discoidal.
JUAN ADALID
Garaf ía (Iv 7)
Estación de petroglifos 122 situada en las cercanías de dicho
barrio, junto al camino hacia la punta del mismo nombre.
Un poco más al este, junto a1 barranco de Domingo, existe otra
estación.
LA CUCARACHA
Mazo (iii 7j
La montaña de Las Tabaibas o de La Cucaracha, donde se
encuentra esta interesante necrópolis, está situada al oeste de la
montaña de Las Goteras. Su altura sobre el nive1 de1 mar es de
unos 140 metros 123.
122 D. Acosta Pérez. Desde San Mzguel de La Palma. Mas petroglzfos en
la vzlla de Garafía, «La Tarde», Santa Cruz de Tenerife, 8 de diciembre
de 1967.
'3 D Acosta Pérez: Hallazgo de un cementerzo aborigen en la zona
de Mazo, «El Día», Santa Cruz de Tenerife, 27 de octubre de 1963.
622 ANUARIO DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
La cueva se encuentra situada en la parte sur de la montaña.
Carece de techo. Es accesible por el sur, este y oeste. Sus di-mensiones
son de seis metros de largo y seis de profuiididad.
Los datos de la excavación, mejor, cata, realizada el 20 de
septiembre de 1963 por los señores Rodríguez Martín, Morera
Bravo y Soler, nos fueron facilitados por estos últimos señores.
Son los siguientes:
a) Estrato más profundo: Huesos color amarillento, des-hechos
hasta confundirse con la tierra del estrato. Los huesos
más enteros estaban completamente esponjosos. Carencia de
utensilio. Cadáveres en posición E.-O. u 0.-E., con la cara vuelta
hacia arriba o hacia un lado. Cadáveres separados por piedras
puestas de canto.
b) Estrato caracterizado por huesos color más blanco. Esca-sos
utensilios. Disposición de los cadáveres igual a los del es-trato
a).
c) Estrato caracterizado por la abundancia de utensilios:
Cuchillos de basalto, punzones, piedras redondas de playas, bru-ñidores,
piedras negras y brillantes y dos vasijas (lám. VII-l),
colocadas sobre el pecho de uno de los cadáveres. En el fondo
de la vasija pequeña se encontró materia orgánica descompues-ta,
posiblemente ofrenda funeraria. La mayor, colocada boca
abajo, servía a modo de tapadera de la pequeña. Los bruñidores,
lascas de basalto ..., se encontraban a la altura de la cadera.
A la entrada se encontró un curioso bloque lávico con restos
óseos humanos fósiles.
Colección: A. Soler.
LA ERITA
Santa Cruz de La Palma (Iv 4)
Al sur del Pico de la Nieve. cerca de la «Veta de la Arena»,
se levanta una especie de «tagoror» natural, de unos doce me-tros
de diámetro, formado por bloques basálticos. Sólo en las
partes norte y sur permanecen las piedras hincadas vertical-mente,
ya que en sus costados este y oeste los vientos las han
Núm 18 (1972) 623
88 MAURO S. HERNÁNDEZ PÉREZ
demolido. Su altura llega a rebasar, en algunos puntos, los dos
metros.
Situada al borde este de La Caldera, domina el gigantesco
cráter, desde donde existe un camino que llega hasta este yaci-miento
-Barranquera abierta-.
Los petroglifos lZ4 han sido duramente atacados por la erosión,
hasta el punto de que muchos de ellos han desaparecido o están
incompletos, y, en los más, apenas ha quedado la impronta del
grabado sobre la piedra.
Estos petroglifos, de un grosor aproximado de un centíme-tro,
ocupan preferentemente la cara sur de ambos costados,
aunque también existan en la cara superior de los bloques y
en !as piedras acostadas dd !a& este, aumpe aqui !a erisi6n
los haya destrozado casi totalmente. n-- m
Motivos: Herraduras, círculos concéntricos, espirales, líneas E
sinuosas, círculos y espirales combinados (figs. 4 y 5). E
2
-E
T A @ U A V A C bíio n WI. nu 2
Mazo (111 9) B
E
A lo largo de esta hondonada del Hoyo de Mazo se encuentra
gran abundancia de fragmentos cerámicos rojizos con poca de-coración
a base de impresiones. E
Muy cerca se encuentra la cueva de los Cabreros, profunda
mente modificada, en la cual se han encontrado fragmentos de
cerámica rojiza y raspadores de basalto.
3
Colección. A. Soler, A. Santos y M. Hernández. O
LAS GOTERAS
Mazo (111 8)
Cueva de habitación situada bajo la montaña del mismo norn-l-
en :a cssia de Mazo, T,,,,- -k.,,4,,,- es mmcidu como C U P V ~d e!
Guano. Su estado es ruinoso.
Hallazgos: Bruñidores y fragmentos de cerámica negruzca
y rojiza.
124 A. Mata y E. Serra: Op. cit., pág. 352.
624 A N U A R I O DE ESTUDIOS A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOLOGICA DE LA PALMA 89
En el camino hacia esta cueva el señor Rodríguez Martín en-contró
un extraño objeto labrado en toba volcánica que, con
grandes reservas, hemos calificado como pintadera.
Colección: A. Soler y R. Rodríguez Martín.
LAS NIEVES
Santa Cruz de La Palma (111 21)
Cueva sepulcral excavada por Diego Cuscoy en 195 .'271
Hallazgos: Ajuar.
El grupo montañero de Santa Cruz de La Palma posee gran
abundancia de fragmentos cerámicos recogidos en cuevas de
habitación del barranco de Las Nieves, donde posiblemente se
ubique esta necrópolis.
LA ZARZA
Garafía (IV 13)
Este yacimiento, sin duda el más importante de La Palma, fue
dado a conocer como estación de petroglifos por A. Mata y
E. Serra 126.
Este «caboco» y cueva, situado a unos 200 metros de la pista
Barlovento-Garafia, en las cercanías de La Laguna, presenta una
orientación este-oeste. Se encuentra a una altura sobre el nivel
del mar de 900 metros.
Los petroglifos se encuentran repartidos a ambos lados de
la pared basaitica dei «caboco», y en unos bloques sueltos en la
margen derecha, fruto evidente de desprendimientos.
Margen derecha: Junto a espirales (fig. 9), extraños dibujos, in-terpretados
por el doctor Alvarez Delgado como un caracol (figu-ra
6 c), aparece una gran espiral de trazo fino y poco profundo,
a cuyo alrededor se han dibujado otras a menor escala a modo
da gigantesca flor (lámina VI-1). Junto a ésta se repite idéntico
tema, sin llegar a su desarrollo y belleza.
L. Diego Cuscoy. Acttvtdades pág. 160.
126 D. Acosta Pérez Desde San Mtguel
90 MAURO S. HERNÁNDEZ PÉREZ
Las piedras sueltas presentan motivos de espirales y otras
líneas curvas (lám. VI-2).
En la parte central del «caboco», muy cerca de la fuente, se
encuentran dos motivos de espirales y lo que parece ser resto
de un laberinto. Estado ruinoso.
En la margen izquierda, donde se encuentra una cueva con ,
potente relleno, se aprecian grabados varios grupos, que repiten
temas de círculos y espirales enlazados con líneas en zig-zag
paralelas y otros motivos laberínticos a base de círculos (fig. 8 a).
El señor Hernández Benítez ve semejanza de los petroglifos
de La Zarza con los «insculpidos en la cámara dolménica de Logh 2
Crew (Irlanda), en los que predominan círculos concéntricos, que
nos recuerdan los discos de l"i-orice de la Eüropa =eeiden:a!, re- "
lacionados con el culto al Sol, tan extendido en la referida etapa
cultural» lZ7.
O
E
E
2
LOS CANTOS -
El Paso (V 7)
Cerca del barranco de Los Cantos, en la Caldera de Taburien-te,
encontró el señor Bethen~ourtl*e~n, 1967, un «tagoror» de
cerca de 1.000 metros cuadrados. Ha sido destruido.
Hallazgos: Fragmentos de cerámica incisa profusamente de-corada.
n
n
LOS GUANCHES 3
O
Garaf ia (IV 9 y V 5)
Está situada la interesante estación de Los Guanches -caba-ñas
y petroglifos- a 300 metros al sudoeste de la montaña de
los Cirios, en la loma detrás de la montaña de las Varas, muy
cerca del barranco de La Magdalena.
La vivienda más completa, en la que 1iia-y dos piedras coii
127 P. Hernández. Culturas ., pág. 99.
128 D. Acosta Pérez. Importantes hallazgos de restos prehistórzcos en la
Caldera de Tuburiente, aEl Día», Santa Cruz de Tenenfe, 6 de noviembre
de 1959
626 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
insculturas, mide 5 x 3 metros, con un grosor de pared de 0,60
metros. Orientación de la entrada, al Poniente.
Frente a estas viviendas, en el barranco de La Magdalena, se
encuentra un grupo de grabados con motivos de espiral.
Nos ha informado el señor Rodríguez Martín que de este
yacimiento procede la piedra de la «Casa del Baile» de San An-tonio
y dos de las existentes en La Cosmológica.
LOS LLANOS DE ARIDANE
Los Llanos (111 48 ?)
Cueva sepulcral excavada por Diego Cuscoy en 1957 '".
Hallazgos: Ajuar.
LLANO NEGRO
Garafía (111 32)
Las cuevas de habitación y cueva sepulcral de Llano Negro
se encuentran situadas en el barrio del mismo nombre, entre
Las Llanadas y Los Sabres, en el barranco de Fernando Porto.
Hallazgos:
- En las cuevas de habitación: fragmentos cerámicos, ins-trumentos
de hueso, lapellas y huesos de pescado.
- En la necrópolis: restos de cráneos y fémures quemados
y cuentas de collar de madera, que ya hemos estudiado ante-riormente.
MONTARAS DE LOS SAUCES
San Andrés y Sauces (v 1 Y 2)
En las montañas de esta ciudad norteña, cerca de los «na-cientes
» del agua, se descubrió lM en 1960 un ara de sacrificios
animales, entre cuyas piedras se encontraban fragmentos ce-rámicos.
1x1 L. Diego Cuscoy. Actzvidades , pág. 160
1x1 Información facilitada por don Ramón Rodríguez Martín.
Núm 18 (1972)
92 MAURO S. HERNÁNDEZ PÉREZ
El señor Rodríguez Martín nos ha informado de la existencia
junto a esta ara de un poblado de cabañas sin estudiar.
NAMBROQUE
En la cima del Nambroque, en las cumbres de Mazo, se en-cuentra
una pequeña piedra que presenta insculpida una de
sus caras una espiral.
NIQUIOMO
(111 5 y 6)
a
Mazo
E Y! R c q ~ ed e Niqui~rr,~qu, e &znzl altiir:, d_e 1.643 me- "
tros sobre el nivel del mar, está situado sobre «El Pueblo» de n - m
Mazo, desde donde parte una pista y un camino de herradura O
E
que cruzan muy cerca de la fuente del Roque. E
2
Esta estación fue dada a conocer por A. Mata y E. Serra 13'
E
cuma estación de petrq$fes qde c$os hahi~fix r i ~ tA~ .rn -es-a-r-de
las referencias exactas acerca de su localización que poseía- -- 0 mos, no pudimos localizar ningún grabado. Cabría preguntarnos m
E
si los grabados a que se refieren las pocas personas que los han
visto no serán los existentes en una piedra de la fuente, excava- 5 n
dos por la acción del agua sobre la misma. E
En la parte sur del Roque se han localizado varios abrigos a
naturales, y lo que parece ser una cueva sepulcral, a juzgar n
n
por los restos humanos recogidos -0ccipita1, temporal y otros
huesos del cráneo. 3
O
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fundamente decorada a base de incisiones, y de cerámica rojiza
con escasa decoración a base de impresiones.
Colección: A. Soler.
Mazo (111 4)
En el exterior de una cueva de esta playa, situada en la des-
131 A Mata y E. Serra: Op. czt., pág. 352.
628 A N U A R I O DE E S T U D I O S A T L A N T I C O S
CARTA ARQUEOL~GICA DE LA PALMA 93