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CAIWASCQ DE FICUERQA SU VIDA. SU FAMILIA. SUS AMIGOS POB * 0 E IPSJEJAND1R(3i CPORFhMESCU -6 - Profesor de la Facultad da Filosofía y Letras de la Universidad de La hguna. < ó" E E d E La biografía de Bartolomi. Cairasco de Figueroa es la historia < f 5 de una vida de más de setenta años, transcurrida en me&^ de ma ; tan perfecta monotonia, que parece no valía la pena de historiarla. m E Es la vida de un canónigo de la segunda mitad del siglo xv~y, en 6 m una pequeña ciudad española, alejado de todos los grandes acon- O - tecimientos, filosóficamente aislado en su Isla, lejos de la vida d bulliciosa de la Corte, donde se forja, a la par que la grandeza A - española, una nueva literatura condigna de tainta grandeza. Es na- - g tural, por consiguiente, que su vida parezca sin interés, probable- 5 mente tal como él mismo se la habia deseado. Faltan en ella los incidentes; y cuando los hay, setán forzosamente de tan poca trascendencia como son generalmente las pequeñas rencillas entre compsvros de coro, la venta de mía casa o de un esclavo, u otros detalles cuya suma constituye una vida común. Claro está que todo ello no tiene nada que ver con el interés de la biografía interior de nuestro LmrsonaJ:L~e. mnnete~iiad e ÜU vida pública y privada, la relativa falta de relieve de su persona-lidad física y social, no resta interés a sus actividades creadoras. El mismo Ariosto habia vivido de igual modo, en su modesto go- bierno de Garfagnana, y después en su casa de Ferrara, parva sed apta, preñriendo, como lo dice en sus sátiras, los rábanos que comía en su propia mesa, a los opíparos banquetes que hubiera podido ganarse con mucha adulación y con un poco de servilismo. Como en el caso del gran poeta italiano, la biografía de Cairasco, su verdadera vida, está en sus obras; y los incidentes diarios y de poca envecgadura que ilustraron su carrera; sólo tienen interés por la relación que guardan con su persona y, en algunos casos, i S , . I 3 / con su creación. , , Sin embargo, y a pesar de la poca envergadura de sus @talles, su vida merece sin duda la atención que aquí le dedicamos, si no a N por ella misma, por sus contingencias históricas y por sus im- E plicaciones con ei pasado insular. Por- -ea pzrte, C.airusce i!wt,'i On con su persona, y con la de sus familiares más inmediatos, la his- - m O E toria ejemplar de &a de las muchas familias extranjeras que se E 2 habían avecindado en Canarias a raíz de la conquista, llegando E en el espacio de una sola generación a situaciones prominentes, 3 al mismo tiempo que a una absoluta asimilación con el medio - español que los circundaba. Pos otra parte, su vida coincide con , 0 m E una época particularmente movida de la historia insular, y se halla O mezclada alguna vez en las agitaciones que vinieron a buscarlo, n sin que,él las hubiese esperado. En fin, esta misma época es un E a momento cultural de máximo florecimiento en el Archipiélago Ca- n nario, y sobre todo en Las Palmas de Gran Canaria, donde Cairasco n n no es un escritor aislado y una vocación al azar, sino un literato O3 en medio de un grupo de literatos, un miembro de una tertulia que. parece haber sido una de las primeras, Ge las m8s cürfusas y- de !as menos conocidas de España, y que, por tanto, merecería un estudio. más detenido. Por todas estas razones, la vida, la familia y el medio social de Cairasco no son indiferentes para quien quiera acercarse a su obra, poseyendo los datos susceptibles de proporcionarle una mejor comprensión de la misma. A'& ANUARIO DE ESTUDIOS ATCtltNTICOS ,Apenas terminada la conquista de las Islas, con la de Tenerife que fué la Última en someterse a la corona de Castilla, acudieron .a. ella numerosos mercaderes y traficantes, la mayor parte de ori-gen genovés. Al.gunos de ellos llegaban con la intención de resar-cirse de. las cantidades gastadas durante la conquista, en concepto de préstamo a los conquistadores, mientras que otros, más sim-plemente, venían para prospectar un terreno todavía virgen y ,donde, por consigujente, había algo que hacer. Los genoveses for-inaban la absoluta mayoría de estos mercaderes y capitalistasx,' de Portugal, como porque, desde antes, se hallaban ya orientados hacia el comercio del azúcar de caña, debido a sus relaciones con Madera. Por otra parte, la caída del imperio bizantino y la exten-sión del poderio otomano, con su acción monopolizadora, habian arruinado la potente armadura del comercio genovés con el Orien-te; de modo que la república ligur precisaba nuevos c a b s de acti-vidad para sus hijos, exactamente en el momento en que la con-quista de Canarias venía casi inesperadamente a ofrecerle nuevos mercados. Sea como fuese, lo cierto es que los genoveses llegaron pronto .a ser muy numerosos en las Islas, y la economía de hs mismas se concentró casi exclusivamente entre sus manos. La prosperidad vhe F Q E ~p~. 2 ~ r & ~ ~ +t ?e-uE& $ ros ecmo iute!ige;;tes; y, como era natural, las pretensiones a los cargos y a la nobleza fueronala inevitable secuela de la prosperidad. De este modo, en el .espacio de dos generaciones, los Ascanio, los Carrninatis, los Es-píqdola, los Justiniano, los Lercaro, los Ponte, los Riberol, los Salvago, los Viña, para no hablar sino de los apellidos más cono- 1 CP. Manuela Marrero: Los genoveses en Za colorzizaoión de - Ten-e rile, en "Revista de Historia", XVI (1950), págs. 52o5. cidos, llegaron a ocupar una posición de las más prominentes, en medio de la sociedad isleña. Después de haberlos enriquecido, el comercio les condujo a los cargos y a las aistinciones; pero todos ellos, los que llegaron a hacerse una situación tanto como los que se perdieron en el anonimato, habían empezado de igual modo: en una tienda de paños, en la compra-venta de azúcares o detrás del banco de cambista y prestamista. Entre los centenares de genoveses que llegaron a las Islas, en los primeros años del siglo XVI, los Cairasco ni fueron los prime-ros, ni eran verdaderamente genoveses. Eran naturales de la ciu-dad de Niza, que por aquel entonces pertenecía a la república ligur. a No estamos seguros de que su verdadero apellido haya sido tal N eu.mu. se ha conuer;.a& e:: Cuilariuu; m& bien es probable que la O n forma de Cairasco ,(que antiguamente se escribía Cayrasco) sea - m O el resultado de alguna corrupción local, igual a la que transforG E 2 a los Suaggi en Azuaje, a los Ascanio en Escaño y a ]Los Ceresole -E en Cerezo. 3 y El primero de ellos que vino a Canarias fue Constantin Cairas- -- 0 co. Estaba ya en las Islas en el año de 1508, en que consta su nom- m E bre por primera vez en relaciones de comercio con la isla de Te- O 1 nerife. Su biografía es dificil de reconstituir, por la gran escasez n de documentos de Gran Canaria, donde había fijado su domicilio; E a-de modo que, para estudiar sus actividades, sólo disponemos de 2 n pocos datos seguros y de algunos hipotéticos. n 'Como otros compatriotas suyos, Constantín Cairasco parece O3 haberse dedicado al comercio de azúcares. Generalmente, este co- ---- ' - L r - mercio curisls~iae n ade:a-iitar e: cume~ci~iiat?el prod~cturb ea::= tidad de dinero que este último necesitaba para el aprovechamiento de su tierra y de su cosecha, y, en una segunda fase, en pagar el productor su deuda, en azúcar de su cosecha, que después el co-merciante enviaba a alguna ciudad de Europa. Este tráfico era doblemente interesante, pues permitía al comerciante una ganan-cia muy sustanciosa, por cuanto le dejaba ganar dos veces, como 2 Cf. ~ a n u e l aM arrero, en "&vista de Historia", XVI (1950), pág. 65. 278 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIGOS prestamista y como exportador. Prueba de estas actividades se nos ha conservado en una obligación que en 16 de junio de 1519 le ñr-maba otro genovés, Bartolomé Fontana, reconociendo que debía a Cairasco y a su asociado Guillermo de Arnao la cantidad de 125 arrobas de azúcar blanco, que se comprometía pagarles de la pri-mera cosecha3. A los pocos días, Constantín Cairasco prestaba nueve doblas de oro a maestre Juan, cirujano de la ciudad de Las Palmas, quien adeudaba aquella misma cantidad a Bernardino de La Serna, tesorero de la Santa Cruzada d. Por el año de 1522 ocurrió un incidente que tiene el interés de indicar claramente la desahogada posición económica a que había llegado en pocos años nuestro genovés. Por aquel entonces, el ca-iónign y tesorere de !a catedra! de Lis Palmas, Feniánd Nvarez, personaje conocido, que había venido a las Islas en tiempos del obispo Juan de Frias y había tomado parte en la conquista de Te-nerife, exigió de los señores de ingenios de azúcar de Gran Canaria el diezmo de las maquilas, en virtud de una delegación que para eiio clecla tener del Santo Padre. Los propietarios interesados se negaron a pagar la contribución que así se les .exigía,' por pare-cerles sospechoso el tesorero, o su delegación; de resultas de lo cual Fernando Alvarez fulminó contra ellos censura y excomunión, estando de acuerdo en esta grave medida con el deán y con todo el Cabildo de la catedral. En estas circunstancias, los interesados se reunieron en Las Palmas, el 20 de octubre de 1522, y dieron sus poderes al doctor Alonso Gómez de Yepes y a Juan Fonte, resi-dentes en Roma, para que solicitasen de Su Santidad por razó~ au-,, au;iunrhran g vn*z..i,mni..urnrra a y-- t^--,A:- ~ -~- -2 ~'-i yí iai ~mi~sm~o ltie~m~po~, d;ie ron tam-bién poderes a Antón h e z y a Antón Fernández, procuradores de causas en Granada, para presentar querella contra el tesorero, Ante el escribano Cristóbal de San Clemente (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 734, fol. 167). En lo sucesivo, cuando se mencione aiPm escritura notarial sin indicación del folio, se entender& que dicha indicación se halla inutilizada por la mala conservación del legajo correspondiente. 4 Ante Crist6bal de San Clemente, en 21 de junio de 1519 (vol. 734, fol. 180 v.). 6 ALEJANDRO CIORAN'ESCU en la Chancillería de aquella ciudad Eran los excomulgados, e1 bachiller Cristóbal de la Coba, que había sido alcalde mayor de Gran Canaria, y entonces propietario del ingenio de Satautejo; Juan Mansel, el rico francés, propietario del ingenio de Arucas, que después pasó a ser propiedad de su yerno, el capitán general Pedro Cerón; el conocido Juan Ceberio, propietario de m ingenios en el valle de Tenoya; Cristóbal García de Moguer, dueño del in-genio de Telde, y Constantín Cairasco, todos ellos "vecinos de Gran Canaria y señores de ingenios de moler cañas". No tenemos ninguna indicación concreta sobre el ingenio de Cairasco, pero es muy probable fuese el que después siguió siendo-propiedad de sus herederos, situado en la vega de Gáldar. De todos mm6os, &~c-~-~&.g yUe aegb-os de me=cio~ur, y ni^^ a Constantín Cairasco en compañía de los hacendados más pode-- rosos de la Isla, indica sukientemente el camino que, desde su llegada a la Isla, había recorrido el genovés. Además, no era me-nester probarlo con documentos, pues el mismo hecho de ser pro-pietario de un ingenio de azúcar significaba, en aquella época, gozar de una pcisición económica más que desahogada. : ' Este documento es uno de los Úitimos en que consta nuestro personaje. El otro es una escritura del 2 de junio de 1522, por la cual compraba de Lorenzo Rodríguez, sastre, por precio de 15.000 maravedk, un tributo de 1.500 maravedís, pagadero en una casa en.Las Palmas, "donde fué la huerta que dicen de Juan de Ale-mda"; todo ello, sin perjuicio de otro tributo de 2.750 maravedís de que antes gozaba el mismo Constantín Cairasco El mismo día, nuestro biograíiado tomaba ~josesMii de zqüeh ewi, eumo U4eñ,=. del dominio Útil de la misma. Sin embargo, no debió gozarla mucho tiempo, pues falleció poco después, en fecha desconocida, pero seguramente anterior a agosto de 1523 7. . 4 Ante Cristbbal de San Clemente, en 20 de octubre de 1522 (vol. 733, fols. 708-9). 6 Ante Qiet6bal de San Clemente (ibidem,~f ols. 333 y 336). 7 Resulta de una escritura del 7 de agosto de 1523 Oídem, fol. 191 v.) ,280 ANUARIO DE ESTUDIOS 'ATLANTICQB CAIRASCO DE FIGUEROA .. 7 Además de su hacienda de ~áldar, , . Constantín Cairasco dejaba una casa propia en.la ciudad de Las Palmas; en la calle del con-vento franciscano, en un solar que, transformado modernamente en jardín público, lleva el nombre de Bartolomé Cairasco. Como, Constantín no se había casado, su herencia pasó a su sobrino,. Mateo Cairasco, de quien se hablará más adelante. Sin embargo, parece ser que Constantín dejaba descendencia en la Isla; pero de la circunstancia de no nombrar a estos descendientes por sus here-deros, se debe inferir que se trata de hijos naturales. Aunque no tengamos ningún documento seguro que lo pueda certificar, parece haber sido h i ~ asu ya una Catalina de Cairasco,, casada con Tomás de Capua, hijo de Juanote de Capua, mercader it.&p;. &rLc$,- --:.-a- --J...- 2-1 -c- 3- i e 9 n u n - L . 9 : - - -.l.-.% d.. .-...+a v l u u a ~ U L ~ LUIC A UIU UG 1 ~ ~ 3 4 -. ba~auua uuuu ut: o3~c matrimonio por lo menos tres hijos: Juanote de Capua, Sebastián Cairasco y Maria de Capua, cuyas vicisitudes ignoramos. Sólo po-demos añadir que- Catalina vivía aún en 1559, cuando era vecina de Guía O, y que tenía una criada, Agueda Cairasco, que consta en documentos de los años de 1557. También parece haber sido hijo de Constantín un Juan Cairasco, a quien dicen primo de Mateo, según más adelante se podrá ver. Este Juan Cairasco nos consta como vecino de Gáldar por los años de 1524 y, después, de 1532. Aparece como testigo en una escritura de poder que en 24 de octubre de 1528 otorgaban ~ u i s dae Béthen-court, viuda de Maciot de Béthencourt, y su hijo Juan Perdomo, todos ellos vecinos de ~ á l d alro. No sabemos nada más de su vida; de modo que sólo sospechamss, sin poderlo afirmar con seguridad, que Constantín Cairasco, ya difunto, había sido en su vida realizador de los bienes de un difunto Juan Luis, hijo de mteo Afonso y de Catalina Afonso. o 8 Un poder de Catalina de Cairasco, viuda, como tutora de su hija menor, en 15 de abril de 1532, ante Bernardino de Vesga (vol. 753, fol. 253). 9 Cosme de Santa María, en nombre de Catalina Cairasco, arrienda un caudal de agua perteneciente al heredamiento del Palmitai, en 13 de julie de 1559, ante Diego Fdres de San Juan, escribano de Guía (resumen de escri-turas de Guía, en el Amhivo de ~ c i a l c ~ z&&a,s Palmas). " Oidem (escritura ante Alonso @eS-a n Clemente). . . NQm. 3 (19571 I X I Constantin Cairasco I -1523. I Juan Cairaaco. 1 I r---- .- - .- Mateo Cairsco Fernando Constantlna Mateo Cairasco Marla Cairascri Argenta salvago i 1559- del Castillo Calrasco 1594-. 1577-. 1578-. = Peregrina de 1566-1607. 1581-. = Miguel de Montesa. Yoxica. I i Constantin Cairaaco 1579-. I Beatriz Cairasco de León 16s. = Bartolomé Vandama. CAIRASCO DE FIGüEROA 9 gue fueron sus hijas: María de Cairasco, casada con Jerónimo Ce-rezo, y quien, ya viuda, otorgaba testamento en 11 de abril de 1578 pidiendo se le diese sepultura en el convento franciscano de Las PaImas "en la capilla de los genoveses, donde se enterró el dicho Jerónimo Cerezo, ;mi marido" ll; y Violante Cairasco, casada con .Juan Chouet o Chovete, vecinos de Gran Canaria en 1573, y viuda por los años de 1582 12. De todos modos, no consta que haya habido ninguna clase de relaciones entre los Cairasco que aquí mencio-namos y la familia del poeta. Esta Última procede de Mateo Cairasco, sobrino de Constantin y primo de Juan, a quien su tío había hecho venir a Las Palmas desde muy joven, sin duda para que le ayudase en su trabajo, y también para dejar detrás de si im contintiarlnf de su casa y un .heredero de su fructífera labor. No sabemos con seguridad cuándo fué su llegada, pero debió ser por los años de 1520. Mucho más tarde, en 1574, el regidor de Tenerife F'rancisco de Coronado declaraba en el Santo Oficio de la iñquisición, al ser interrogado sobre los antecedentes de Mateo Cairasco, que a sus padres no los habia conocido "porque eran extrangeros, y su padre lo envió a un tío suyo, que se llamava Constantín de Cayrasco, nizardo"; pero que al mismo a t e o "lo conoció este testigo cuando lo trageron de Niza, que casi no sabia hablar e~~añol "7F~ra.n cisco de Coronado habia nacido en Gáldar, - por el año de 1507 ; de modo que es posible que hable de recuerdos de cuando tenía unos trece o quince años. Algunos más que él debía de tener por aquel entonces Mateo, quien parece haber nacido por el de 1505 l4, g wiz& z~tea, 11 Testamento ante Alonso de San Juan (Archivo Provincial, vol. 877). 1 2 Escritura de venta de una esclava, por Violante Cairasco, ante Alonso ,de (San Juan (vol. 789, fol. 53 v.). 13 Información abierta por el Santo Mcio de Las Palmas sobre la liin-pieza de Constantín Cairasco de Figueroa (Las Palmas, Archivo de Acialcá-zar; sdlo se conserva en copia moderna, sin que se conozca el paradero del original). 14 En una información hecha a petición de ~ernardino Canino, en 8 de agosto de 1571, ante Alonso de Cisneros (esa ante Antdn de Zenpa Padilla, 10 ALEJANDRO CIORANlESCU .Mate0 Cairasco quedó solo por muerte de su tío, heredero de toda su hacienda al mismo. tiempo que de sus negocios. Preparada ya para las actividades que antes habían sido propias de su tio, le vemos reanudar en seguida las mismas, dando dinero a tributo 15, prestando a los productores de .azúcar las cantidades que necesi- .taban para sus explotaciones l6 o encargándose de cobrar deudas en nombre de sus clientes 17. Estas actividades, u otras cosas que ignoramos, le enemistaron con algunos isleños, y entre otros con ~ u a nde Ceberio, alguacil m&or de Gran Canaria. El día de Pascua Florida de 1525, sobre las nueve de la noche, mientras Mateo de Caisasco, su primo Juan a de Cairasco y otras personas se hallaban en la proximidad del ce- c. E ?uer?terio del cnmknto frmciscano, esto es, a dos pasos de su pro- O pia casa, el dicho Ceberio les arremetió, junto con Juan de Casares, S-- m alguacil menor de la Isla, con Alonso Alvarez, mercader, Hazán el O E E morisco, esclavo de Ceberio, y otro morisco llamado Juan, esflavo 'año de 1616; Archivo ~rovincialv, ol. 1.034), Mateo *irasco interviene, como testigo, y declara tener cincuenta y tres años de edad. Se* esta deciaración, habría nacido en 1508, y tenía catorce o quince años al fallecer su tío. Perm se sabe la poca exactitud de estas declaraciones; y, por otra parte, los docu-mentos que se mencionan a c&nt&iuaci6n indican actividades que no son pro-pias de un niño y que requieren la capacidad jurídica del contrayente, por coneiguientela mayoría de edad, o por lo menos la edad de la emancipación- Si se adrnite.que Mateo Cairasco tenía por lo menos dieciocho d o s en 1523, había nacido en 1505 o antes. 16 Mateo Cairasco compra de Guillermo de Cárdenas un tributo perpetuo ,de 17 doblas de oro, sobre una huerta y parral en el Barranco del Agua, ante Crist6bal de San Clemente, el 7 de'agosto de 1523 (vol. 733, fol. 187). Compra de Alonso de Herrera y Ana de Ávila, vecinos de Gáidar, un tributo de cinco. doblas de oro, sobre una suerte de tierra que tienen en el Barranco de iaa Ganas, en Guía, ante Alonso de San Clemente, en 28 de junio de 1524 (VOL 1.316). le Mariana Jirnénez de Becerril, viuda de Alonso de Becerrii, y su h i j ~ ' Ginés de Becerril, deben a Mateo Cairasco 25.000 maravedfs que le prest6 en dinero, para la plantaci6n de cañas de azúcar en la vega de Gáldar; ex? Guía, ante ~ l o n dke San Clemente, el 24 de marzo de 1524 (vol. 1.316, fol. 313i.. 17 Poder de Maria, esposa de Cosme de Espindola, a Mateo Cairasco, para. cobrar una deuda, en febrero de 1525, ante Cristóbal de San Clemente (vo-lumen 733, fol. m); ...S ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS de Francisco de Casares; y así les fueron tirando de cuchilladas y atacándoles con puñales, "hasta los meter en el portal de la por-tería del dicho monesterio de Señor Sant F'rancisco, e ally rema-necieron heridos los dichos Mateo Cayrasco e Juan Cayrasco de ciertas heridas de que les cortaron cuero e carne e salió mucha san-gre; e, lo que peor es, assy mismo hirieron al Padre guardián del dicho monesterio, que salía abrir la puerta de la portería, a ver qué cosa era la contienda e pelea que sonava en el dicho portál, e le cortaron cuero e carne de una mano e le salió sangre". De todo ello hubo autos, promovidos por Diego de Villanueva, alguacil mayor y promotor fiscal del obispado, contra el dicho Ce- a berio y sus compañeros; y en 21 de abril de 1525, el provisor del N E obispado mandó se hiciese información de lo ocurrido. Pero parece O que, a raíz de aquel incidente que le había obligado a buscar refugio S-- m O en el convento de San F'rancisco, Mateo Cairasco no se atrevió a EE salir de allí y atravesar la calle para volver a su casa, puesto que 2 E el fiscal informa "que los tesfigos que tiene de presentar para la - echa i n f o r m a c son personas que p r jüatus impedi;;;e;\t~s 3 - pueden venir ante Su Merced, por estar como están retraydos en - 0 m E el convento de Señor San F'rancisco". Debido a ello, pide se nombre O un comisionado que vaya al convento a proceder a la información; 5 y efectivamente se di6 dicho cargo al bachiller Pedro de Góngora, n -E quien fué al conv&to a interrogar a los testigos, y entre ellos al a 2 d misma Mateo Cairasco 18. n n De este Último hay un poder, otorgado en Las Palmas el 17 de 3 O abril de 1526, nombrando por procurador a Bartolomé Peloz19. Ccrmn reghkr de 1a Isla consta a partir del año de 1529, en cuyo oficio sigue sin interrupción hasta el fin de su vida. Es posible haya obtenido su oficio de regidor a consecuencia del fallecimiento de su cuñado, Pedro Fernández de Peñalosa, regidor, cuyo albacea testamentario había sido, y cuyo fallecimiento ocurrió precisamen-te en ei año de 1529. 18 Archivo de Acialcázar. 19 Ante Cristóbal de San Clemente (vol. 733, fol. 971). 12 ALEJANDRO CIORANESCU A partir de esta época, su vida transcurre tranquilamente, en medio de sus familiares y de sus acostumbradas ocupaciones, de que se nos ha salvado algún que otro testimonio de poco interés: fianzasz0, poderes *l y venta de azúcares z2, que parece haber sido su más constante preocupación y lo más seguro de sus rentas. Como genovés, fué uno de los administradores de la capilla llamada de los Genoveses, en el convento de San F'rancisco de Las Palmas, en donde todos los que pertenecían a aquella nación tenían derecho a la sepultura, y en cuya administración le vemos intervenir a par-tir de 1546, por lo menos. Mateo Cairasco había casado, allá por el año de 1525, con María de Figueroa, hija de Bartolomé Fontana, genovés, de quien ya se ha hecho mención, y de su esposa Constanza MUnez de Fi=eroa. Fontana era otro mercader de origen genovés, que había llegado a Gran Canaria mucho antes que los Cairasco, pues consta como re-gidor de aquel Cabildo desde el año de 1500. Gozaba de próspera situación económica, y sus hijas casaron con algunos de los más prorñirler1tes rep-i=eseñtanies & clsw;e & iiacerl&dos, que pronto iba a constituir la aristocracia de la Isla 23. María de Mgue- 20 Mateo Cairasco y Francisco de Lorca, regidores, salen por fiadores de Diego de Narváez, regidor, quien habfa dado a censo a Lorenzo de Palenzuela, vecino de Tenerife, ciertas tierras y aguas en el heredamiento de Tirajana, en nombre del Ldo. Santiago, del Consejo de Su Majestad; en 23 de agosto de 1532, ante Bernardino de Vesga (vol. 753, fol. 520 v.). . 2-i Focier a Rodrigo Alvarez de Ortega, procurador, en 28 de julio de 1554, ante Adrián de Padilla (vol. 763). Poder a García de Medina, procurador de causas, en 20 de diciembre de 1554, y otro al mismo, en 13 de agosto de 1555, ante Adrián de Padilla (vol. 763). 22 Poder de Damián de ~ z u a j ea ~ i o n s oa e La Fuente para cobrar ae Mate0 Cairasco 50 arrobas de azúcar, en 8 de mayo de 1554 (Ibfdem). Poder de María de Figueroa a García de Medina, procurador, para que "se oponga a cierta execución fecha en mis bienes a pedimiento de Hernando de Herrera, vecino desta ysla, sobre ciertos maravedis que pretende serle devidos", en 7 de agosto de 1554 (midem). Varias escrituras de la misma sobre ventas de azúcares en su ingenio cie Gáidar, ante Diego Piores, en 15í3 y 1574. 23 Fueron hijos de Bartolome Fontana: Antonio Cherino, vecino de Gái-dar, que no debe confundirse con su tío materno y homónimo Antonio Cherino, casado con María Zambrana; Catalina de Valera, casada con Pedro Fernández roa, su hija, quien habia recibido las aguas bautismales en la igle-sia catedral de Las Palmas el 18 de marzo de 1512 y quien, por consiguiente, apenas si tenia unos catorce años en la fecha de su casamiento, representaba una alianza nada despreciable, desde to-dos los puntos de vista, para el joven Cairasco. Sin embargo, había en aquel matrimonio un pequeño punto negro, que sin duda ignoraban ambos esposos, aunque probable-mente, de haberlo sabido, no hubiera cambiado sus planes. Era una amenaza aún latente, si bien no se podía discernir, en las posiciones que por aquel entonces ocupaban las personas interesadas, pero que iba a influir más tarde sobre la vida de los Cairasco. Y es que la madre de María, la mencionada Constanza Núñez de F'igueroa, era hija de un tal Gómez de Ocaña, "hombre de baja suerte, que tenia por oficio de hazer cal" oficio tan hon-rado como cualquier otro: pero es que, al mismo tiempo, Gómez de Ocaña pertenecía a una familia de conversos, como también su primo o deudo cercano Gutierre de Ocaña, mayordomo de doña Inés -P p--r-n-s-a , y & ~ ~ u é g-C L . ~&~Q p f i b l i ~ ~ (Ir= Cznzriz. En cuanto a la madre de Constanza, parece ser, según declaración del mismo testigo, que había sido "una muges nuevamente convertida de los naturales de la isla de La Palma, con quien dizen que se casó" el dicho Gómez de Ocaña y cuyo nombre y apellido se ignoran 25. Esta clase de circunstancias se solían ocultar con tanto cui-de Peñalosa, regidor, de la familia del célebre obispo de mapa, fray Barto-lomé de Las Casas; Antonia Fontana, casada con el Ldo. Cristóbal ~enegas, y María de Figueroa, casada con Mateo Cairasco. 24 Información sobre la limpieza de Constantfn Cairasco de Figueroa, ,E", ,A--L:--- 2- .-:-,..A---\ &u L 9 [ r u ~ u v uUG nua~uua~- ) . 25 Esta declaración, cuyas circunstancias hacen indudable su veracidad, plantea un problema curioso. Constanza Nüñez de Figueroa, la mujer de Fon-tana, debía de tener por lo menos unos trece &os en 1504, cuando nació su primer hijo conocido, Mencia (bautizada en Las Palmas el 28 de 0ctubre.de 1504). Por consiguiente, habia nacido antes de 1491, es decir, seguramente &es Ue lo cuiiq&.t,ts de la isIa & Palma. EJo parece coiirrIyar i" tambien se puede deducir de otras fuentes, que entre La Palma y las islas ya conquistadas se habia establecido una corriente más o menos regular de inter-cambios y comunicaciones, desde antes de la conquista. dado, que ni siquiera los más directamente interesados conocían los exactos antecedentes de sus abuelos. Así es como, por los años (de 1535, Rodrigo de Ocaña, hijo de Gutierre y escribano de Gran Canaria, hallándose preso por el Santo Oficio de la Inquisición, quiso hacer informacih de su limpieza, con cuyo objeto envió a España a su sobrino, Marcos Perdomo. Naturalmente, éste UegÓ con los datos que demostraban su falta de limpieza, con gran sor-presa del escribano, quien, agobiado por esta inesperada noticia, abandonó su oficio de escribano y se fué a vivir retirado en la isla. de Fuerteventura **. De este modo, toda la descendencia de mmez de Ocaña "era avida y tenida por confesa" 27, cosa que muy verosímilmente igno-raba Mateo Cairasco. Además, como acabamos de indicar, incluso si llegó a saberlo, no es probable que la conciencia de aquella falta de limpieza hubiese influido en su decisión, pues por aquel enton-ces aún no se hacia caso de tal detalle, que sólo empezó a tenerse en cuenta a raíz de las declaraciones que se exigieron de los con- -V'-C-L-B-U-D- y-- ---@---- --- -1 +nih.innl iln ln T n n r l i a i n iAn o nar+ir 1528 LUiiLGDUCil p J A G A G L ~ u u i i u ur b r u rr*y-..za,avaa, r-- 1-- ,-. -,--- Sea como fuere, el casamiento de Mateo Cairasco no parece haberle acarreado disgustos y desventajas, a no ser la de no haber podido obtener el título de familiar del Santo Oficio que, según declaración del mismo testigo, había gestionado con el inquisidor Padilla. Su vida transcurre tranquilamente, en medio de su familia .y de sus negocios, hasta que los muchos años, y los achaques trans-formados en enfermedad, le acercan insensiblemente al ocaso. En 16 de febrero de 1578 le vemos otorgar escritura de poder, por presencia del escribano Luis de Balboa, declarando que, por cuanto "por la graveza de mi enfermedad que al presente tengo, yo no 28 Informacidn de la limpieza de Constantín Cairasco de Figueroa, 1574. , 27 Fueron hijos de Gómez de Ocafia: Antonio Cherino, casado con María Zambrana, hija de Esteban Zambrana y de Inés de Béthencourt; Francisco Srihez; Aria Miiia, qüieii parece hz5er cssadu e: Lo Pa!mu, &r?de fc6 ante-pasada de los Abreu; Canstanza Núñez de Figueroa, casada con Bartolomé Fontana; Juan de Valera, casada con el regidor Fernando Espino, e Isabel Gómez de Figueroa, casada con Juan Rodriguez de Orihuela. 288 ANUARIO DE ESTUDIOIS ATLANTICOB puedo fazer mi. testamento, , e porque María de Figueroa mi muger a muchos días que a tenido cargo e cuenta de mi hazienda, e sabe' lo que yo devo e a las personas con quien yo e tenido dares e to- .mares e otras quentas, por tanto otorgo y conosco que doy mi poder cumplido, tal qual de derecho se requiere, a la dicha María de Fi-gueroa, mi legítima muger, para que pueda hazer e haga mi tes- -tamento e última voluntad" 28. Lo grave de su enfermedad se ve, además, por el ducto de su firma, trazada con mano temblorosa. .El poder fué renovado delante del mismo escribano, en 3 de marzo .siguiente 29; a pesar de lo cual, Mateo Cairasco otorgó él mismo .su testamento, el día 3 del mismo mes y año ", falleciendo a los pocos días, en 12 de marzo de 1578. Fué sepultado en la capilla de 10s Genoveses, del convento de San FTancisco. Su viuda le sobre- -vivió algunos años y falleció en fecha, que ignoramos, pero que no . parece ser muy anterior al verano de 1586. De su matrimonio habían resultado ocho hijos, que son, por el :mismo orden en que los menciona el testamento de Mateo: - Constantín Cairasco de Figueroa, regidor, alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición. . - BARTOLOMCAÉI RASCOD E F'IGUEROAe,l 'poeta. - Serafín Cairasco, regidor. - Constantina Cairasco, mujer de Francisco Palomares. - Félix Cairasco de Figueroa, regidor. - Alejandra Cairasco, mujer de Jácome de Sobranis. - Luisa de Cairasco, y - Violaiite de Cairascn. Además de estos hijos, que consta que vivían en la fecha del .testamento paterno, hubo muchos más, que fallecieron en la infan-cia. Según una indicación de Bartolomé Cairasco, su madre había 1 28 Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 863, fol.. 451. 29 Ibídem, fol; 483 v. . .. . 80 Se abrió ante Luis de Balboa el 12 de marzo de 1578, día en que.había fallecido el otorgante (pdem). tenido catorce hijos 31. De uno de ellos, Mateo, se ha conservad@ la partida del bautismo, en el sagrario de la catedral, en 13 de diciembre de 1545. Otra hija, Antonia Cairasco, había casado con don García Sarmiento y Sotomayor, visitador de la Real Audiencia de Las Palmas; pero parece haber fallecido poco después 32. De los ocho hijos que vivieron, diremos en los párrafos siguientes lo poco que se sabe en la actualidad. Las dos Ultimas hijas de los Cairasco fueron monjas en el con-vento de La Laguna. Luisa de Caírasco, quien se iiamó después Luisa del Espíritu Santo, entró de monja en el "rnonesterio que. agora, mediante la divina gracia, ha fundado en la ysla de Thene- 31 B. Cairasco: Carta a D. Salvador Cayetano Manrique de Lara (inédita, Museo Canario, VIT, B. 23) : b Produjo catorce frutos y, por pagar 10s tributos en temprana flor los diez, gozando están del Juez los divinos atributos. 32 Más tarde, al escribir a don Diego Sarmiento de Acufia, canciller del hábito de Caiatrava, de1 Consejo de Su Majestad, señor de ~mpuhia, una. pesada esdrujdea, BarblomB Cairasco aludía al hecho de haber casado el. padre de su corresponsal con su hemana: Celebraron las nupcias en Canaria don Garcla Sarmiento y la Nereida dd no=..bre 6e Cairooci, dnka Antnnin; .y llevó (como dice el de la Eneida, aunque esto fué con fuerza voluntaria) >aris a Elena por la mar Ausonia. Con triste ceremonia hico Muerte el divorcio deste ilustre consorcio. Nacistes del segundo ... La escritura de dote de Antonia Cairasco, que comprendía bienes por un valor de diez.mil ducados, había pasado ante Jerónimo ~ a u t i s t a~ a ine loe,s cri-. bano publico de Las Palmas, en 4 de febrero de 1549. La escritura original se ha perdido; sólo queda un resumen en el Archivo de Acialchar. 290 ANUARI'Z, DE ESTUDIOS ATLANTZCOS CAIRASCO DE FTGUEROL 17 tife, en la @dad de San Chri$tobal de La Laguna", con licencia de fray Pedro de San Francisco, custodio de todos los conventos franciscanos de Canarias, firmado en La Laguna, a 18 de mayo de 1547; trajo una dote de 400 doblas de oro de contado, y renunció su herencia paterna y materna el mismo día, por presencia-del escribano Juan de Anchieta Su hermana, que se llamó después Violante de los Reyes, obtuvo la misma licencia del custodio en 21 de julio del mismo año, y íirmó su renuncia el 23 de julio si-guiente ". Ambas hermanas vivían aún, en el mismo convento, por el año de 1585. Alejandra Cairasco había casado en la iglesia de Guía, en 30 de septiembre de 1586, con Jácome Qbo de Sobranis, hijo de Fe-iipe C'ibo de Sobranis y de Clara Inglés del Castillo. Su matrimo-nio duró pocos años, pues su marido falleció antes del verano de 1590 35. Vivió después retirada, en su casa de Gáldar, en com-pañia de sus dos primas, Isabel de Figueroa e Inés de Béthenconrt, ' y de su sobrina Luisa de Béthencourt, hija de ~ d á An c edo y de Ursula de Béthencourt, por haber tenido la desgracia de prsder la vista. A esta desgracia alude su hermano, el poeta, en la vida-de San Alejandro, patrono de aquélla, para quien solicitaba su mi- . lagrosa intervención : , O, sagrado Alejandro, si en el suelo pudiste dar a ciegos la luz bella, agora que triunfas en el cielo, ¿por qué la de tu nombre está sin eiia? ;No ves la devoción, el alto celo, paciencia y humildad con que atropella . la discreta Alejandra sus enojos? i Por qué no alcanzas luz para sus ojos? 3C. 33 Archivo Provincial de Santa Cruz de ~enerifev, ol. 139, fols. 37-9. - 34 Ibidem, fols. 86-8. . . 35 Aiejandra Cairasco, viuda de Jácome de Soberanis, vecina de Guia; aiorga escritura por ia cuai arrienda a Juan cie B6thencourt Bracsmonte cier-tas tierras y aguas que tenía en el Ingenio Blanco; ante'Juan de. Q~intana, escribano pxíblico de Guia, en 26 de junio de 1590 (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 2.332). 36 Cairasco: El Templo militante, vol. 11, p&g. 125. Estos versos fueron ' ALEJANDRO CIORANESCU . Y lo mismo resulta del testamento de ~lejandrae,n que declara hallarse sana "aunque pribada de la vista corporal, de que caresco de muchos años a esta parte". Dicho testamento fué otorgado por presencia de Fernán Garcia Cabeza, escribano de Las Palmas, el 30 de agosto de 1613 ". De él se puede sacar que se le hubo de .dar ya citados por María.Rosa Alonso: La obra Ziteraraa de Bartolomé Cazrasco , de Pigueroa, en "ReYista de Historia", X m (1952), pág. 335. 37 Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 1.049. Cabe añadir que en mu-chos tr.abajos genealógicos y estudios (cf. por ejemplo el mencionado estudio de Maria Rosa Alonso) se confunde a esta Alejandra Cairasco con otra Ale-jandra Cairasco de Eigueroa, mujer del capitán Francisco de Béthencourt. a Dicha identiñcacion no es posible, por muchas razones, y en primer lugar por N la cl&usula del testamento de la Alejandra que aquí estudiamos, en donde dice iexiuainie&e: "De&rv qi~e:a s tierr= e , t e ~ g cn . 18 ~ixdzd& Tede n=-i -i-i-~ r- o, O n mando y e por bien que se den a mis sobrinas doña María y doña Alejandra -- m Cairasco, hijas de 10s sefíores Francisco de Betancor y doña Alejandra O Cairasco". E 2 Sin embargo, la confusión de las dos Alejandras era fácil, pues hemos de -E confesar que, a pesar de nuestras investigaciones, no hemos podido averiguar quién era ia erpüsa Bd capith Mancisco de EbtAmmrt, urg'!~".dz de !as be9 3 Alejandra Cairasco que se citan. Según las apariencias, era sobrina de la pri- - - 0 mera Alejandra; pero no sabemos de quien era hija. Cabe suponer que sera m E una de las hijas de Constantin Cairasco, quiza la última, Mariana, con el nom- O bre cambiado en la conñrmación. Esta suposición parece conñrmarse por la circunstancia de mencionarse en el testamento. citado dos de sus hijas, Marin - n -E y Alejandra (la tercera) : Maria era efectivamente su hija mayor, pero no tuvo a ninguna hija llamada en el bautismo Alejandra, de modo que también aquf 2 n se debe pensar en un cambio de nombre. n n El capitán Francisco de Béthencourt fue jefe de una expedición a Cabo 3 Verde en 1602, capitán del puerto de Las Isletas y alcaide del castillo de La Luz O (1609-28), y tuvo de su matrimonio los siete hijos siguientes: 1. Xaria, ?xdUzaiia eii 'as Ci4mss d 7 de iia-:iem?xe Ue 159% 2. Bartolomé de Cairasco Figueroa, quien adoptó el nombre y'los apellidos del poeta, fue su heredero, y estudió cánones en Sevilla (primera inscripción en 14 de abril de 1625; la segunda, en 7 de enero de 1626; la tercera, en 28 de septiembre de 1626; la cuarta, en 27 de septiembre de 1627, y la iiltima, el 18 de septiembre de 1628). 5. Zau-iar cailasco Bmeiicoui:, "-.-&:--A- 1 ' A ,,e,.h,.., A, IGnF; uauunauu 63, A, U, -- A---, de quien se hablará más adelante. 4. Constantina, bautizada el 6 de marw de 1609. 5. Mateo, bautizado el 2 de octubre de 1612, estudió cánones en Sevilla. por los años de 163447. (Contizwl.) - -- ?S2 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIRASCO DE FlGUEROA 19 sepultura en la capilla de los Genoveses del convento franciscano, a pesar de tener Alejandra capilla propia, de la advocación de San Juan Evangelista, en el convento de San Antonio de Gáldar. A esta Última dejó varios ornamentos, "con más la imagen de bulto que tengo en el dicho mi oratorio, con los vestidos que tiene, qu'es a la advocación de Nuestra Señora de Candelaria", mientras que "un retablo que tengo en mi oratorio, que fué de mis padres, que entiendo es a la advocasión de Nuestra Señora de Belén", lo dejaba a sus sobrinas Catalina y Constantina, hijas de Constantín Cai-rasco su hermano. En fin, dejaba por heredero a su hermano Se-rafín ~airascoe, l único de sus hermanos que aún vivía por aquel a N entonces, por no haber tenido descendencia la otorgante de su men- E - cinnadn c z s z ~ i entc~vr i Jácesze de S~branis. O n - = , Dos habían sido las hermanas del poeta, además de las que m O E habían tomado el hábito. De estas dos, SE E = Constantina, Alejandra, damas bellas que en virtud y en beldad han sido estrellas 3s. 3 - 0 Constantina había casado con Francisco Palomares, hijo de An- m tonio cerezo y de Sancha Díaz de ~urkad,u eños del heredamiento O de Agaete. fimcisco Palomares había estado casado antes, año n E de 1562, con Catalina Dumpierres de Ribera. Su segundo matri- a monio parece. deberse colocar allá por el año de 1569. Tuvieron una n sola hija; Sancha, bautizada en Las Palmas, a 22 de marzo de 1570; h r o esta hija debió de falleceren su infancia. El mismo Palomares 3 O 6. Ana, bautizada el 11 de enero de 1616. 7. Francisco, bautizado en 19 de febrero de 1619. Gaspar Cairasco ñabía sido nombrado por el poeta heredero en segundo lugar. Pasó a Indias, donde cas6 con Isabel de Venegas y Figueroa, natural de Pamplona de Indias, siendo padres de: Isabel de Cairasco y Ayala, casada con el maestre de campo Lope Orozco Carrillo; padres de: Alonso Orozco Carrillo, presbítero, natural de Pamplona de Indias, quien hizo información para familiar del Santo Oñcio de la Inquisición, en 22 de octubre de 1680. / 8s Cairasco: El Templo miiilante, vol. LII, pág. 149. murió por el año de 1580, de modo que Constantina, al igual que su hermana Alejandra, no dejó sucesión. Falleció en fecha desco-nocida, pero vivía aún en 1610 y, según parece, habia dejado de existir en 1613, pues su nombre no consta en el testamento de su mencionada hermana. Félix Cairasco de Figueroa parece haber sido el más joven de los cuatro hijos varones de Mateo Cairasco. Debió nacer por el año de 1545. De todos modos tenia por 10 menos veinticinco años en 1570, cuando consta por primera vez como regidor de la Isla, en el oficio que a su favor había renunciado Miguel de Moxica, alférez mayor de Gran Canaria. Con su hermano Serafín i con su a cuñado F'rancisco Palomares tomó en arriendo de sus padres la N E hacienda y el iilgonici Ge LG Vega & Gáldir, p r escritura que pasó o en 13 de agosto de 1574 39; pero no parece haberle interesado la n-- m administración de aquellos bienes, pues dió poder para ello a Se-o E E 2 rafín, desentendiéndose de todo cuanto se refería a aquellos ne- -E gocios 'O. Casó en 1576 con Leonor Salvago, hija de Juan Bautista Salvago y de Argenta Arnau y hermana de los dos canónigos, 3 - - Pedro Salvago, arcediano de Fuerteventura, y Juan Salvago, arce- 0 m E diano de Canaria. Recibió en dote la cantidad de 7.000 doblas, fir- U mando recibo ante Luis de Balboa, en 29 de septiembre de 1578, z casi al mismo tiempo en que otorgaba su testamento, que, por su B-E mala conservación, no se puede determinar en qué día pasó Sa-nl bemos por este testamento que su oficio de regidor lo había renun- n n * ciado en favor de Francisco Palomares, su cuñado; pero que la 3 O propiedad de aquel oficio pertenecía a María Salvago, tía de su mujer, quien tenía exdilsivémimtz e! dereck~ de d i s p m r de 41, Félix debió fallecer poco después de otorgado su testamento. Dejaba de su matrimonio dos hijas: María, que había recibido el -- 38 Ante el escribano Diego Flores de Sanjuán (Arohivo Provincial de Las Palmas. vol. 2.325). 40 Ante el mismo escribano, a 4 de septiembre de 1574. En 8 de agosto estaba aún en Guia, y consta como testigo de otra escritura (Pbldem, fol. 567). 41 Ante el escribano Alonso de Sanjuén, por septiembre de 1578 (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 877). 294 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLmTICOB O bautismo en la iglesia de Las Palmas, en 7 de septiembre de 1577, y Argenta, bautizada el 2 de septiembre del año siguiente. Como la herencia de Mateo Cairasco y de su esposa había quedado por indiviso entre sus hijos, las dos menores, y su madre como tutora, hicieron gestiones para entrar en posesión de su parte en el hese-damiento de Gáldar. Por escritura del 13 de enero de 1582, Leonor Salvago y su hermano el arcediano Pedro Salvago convenían "que, por quanto de los bienes que quedaron de Mateo Cayrasco difunto, padre del dicho Felis Cayrasco, no se ha hecho partición por cier-tas causas, y entre los herederos del dicho Mateo Cayrasco se pen- a saba tratar pleyto y se ha comenzado, sobre la parte que a las N E hijas del dicho Felis Cayrasco les pertenesce de los dichos bienes O del dicho ivíaieo Cayrasco, y por quitarnos de los dichos pleytos n - = 0, e por serbar el deudo que entre nosotros ay, e por lo que conviene O E E a la utilidad e probecho de los dichos menores e por otras causas S E justas que nos han movido, somos de acuerdo con el señor Cerafin -- Cayrasco de Rgueroa, que está presente, que dé y pague a María 3 - y Argenta Cayrasco, hijas del dicho Felis Cayrasco, mil doblas de - 0m E oro de quinientos maravedís desta moneda de Canarias cada una, U por razón de la parte que del dicho su padre les podía pestenescer n de los bienes del dicho Mateo Cayrasco" 42. -E Leonor Salvago volvió a casar en 1580, con el regidor Bernar- a 2 dino del Castillo Benavente, de cuyo matrimonio tuvo otros cuatro n 0 hijos "5 De las dos hijas de Félix Cairasco, Argenta, la menor, fué 3 heredera de su tia materna, Argenta Arnao, cuyo testamento pasó O en Telde, por presencia de Rodrigo de Cubas, a 9 de diciembre de 3592 ",y casó por ei año de 1599 con Miguel de Moxica Ramírez de Baeza, alférez mayor de Gran Canaria. No tuvo hijos de este matrimonio, y falleció a los pocos meses, pues su marido, ya viudo, 42 Ante Luis de Balboa ,(Aroh. Provincial de Las Palmas, vol. 866, fol. 31). 43 Cf. Francisro Ferm?nc!ez de ICL\enco.;rt: X&Z-&irio &e C~nna.ririasv, oi. i, La Laguna, 1952, pág. 447, donde se han deslizado algunos errores, coma e1 de suponer que dicho matrimonio se verificó en 1576, cuando aún vivía Faix .Cairasco . +r Archivo Provinciai de Las Palmas. vol. 2.590. volvió a casar en 1602 con María de Ayala. Su segunda hija, María. de Cairasco F'igueroa, casó con Fernando del Castillo Olivares, regidor y maestre de campo ; tuvo por el año de 16Oü un procesa, criminal en el Santo Oficio de la Inquisición, por haber sido scu-sada de uno de aquellos ineptos sortilegios cuyo uso era tan común: fué condenada a reprensión en la sala de audiencia del tribunal y 3.000 maravedís de multa, que parece acabaron por restituirseles 46; y dejó descendencia de su matrimonio, siendo progenitores de la. rama de los Castillo y Cairasco, dentro de la casa que más tarde fué de los condes de Vega Grande. Serafín Cairasco de Figueroa, mencionado ya varias veces, babia sido bautizado en el sagrario de la iglesia catedral, en 26 de-enero de í543. Por primera uez eomtc, c o re~g&r ~ en el año de 1574, pero es probable lo haya sido por lo menos desde el año+ anterior, dado el gracioso incidente que tuvo en la carnicería de la ciudad, a principios de febrero de 1574. El día 13 de aquel mes, el promotor fiscal del Santo Oficio, el Licenciado José de Armas, re-clamó ante los inquisidores Bravo de Zayas y Ortiz de Funes, "que después que el Señor Inquisidor y Visitador, Dbctor Bravo de qayas, está en esta isla de Canaria, no se a tenido la quietud y respecto a Su Merced por los regidores de esta ysla y demás. justicias, en el darle los mantenimientos y cosas necesarias para $u persona y criados; y particularmente usando de descomedimien-to y poco respecto, en un día de los deste presente mes, yendo a la carnesería desta cibdad Hernán Rodriguez, criado del secretario Bartholomé Martinez, a tomar carne para el dicho Señor Visitador y su casa, y aviéncioseie dacio -uña @@a Gs vzca, Serafin de Cairw-- co, regidor, ilegó a el dicho despensero y le tomó un pedaco de la dicha piga de vaca, &iendo que él era regidor y lo podía haser,. . 4s Cf. Francisco Femández de Béthencourt : Nobiliarw de Canarias, vol. 1, plgia 44% Diaha obra fija la fecha del matrimonío en 1589; pero es posible. padezca error, pues en aquella fecha Maria Cairasco &o tenia de once 8 doce afios. Archivo Hist6ríco Nacional de Madrid, Inquisici6n 1821, núm. 5. Cf. "El: ñauseo Canario", Ri (19361, págs. 55-6. 296 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS: CAIRASCO DE FIGUEROA ' 23 no obstante que el dicho despensero le dixo que era para el dich~ Señor Visitador". Hubo más, pues juntando Serafín Cairasco la amenaza con eL agravio, "diziéndole otras personas que por qué avía hecho aquello, respondió que a él le avía costado el regimiento sus dineros, y que - por esso los avía dado, para aprovecharse de lo que pudiesse; y que si el dicho despensero se lo estorbara, le diera una cuchillada por la cara, o se lo pagara a un negro para que se la diera". Impuestos los inquisidores del auto promovido por el fiscal, decretaron se abriese información, que se empezó a hacer el mismo día, siendo llamado en seguida el mencionado Hernán Rodríguez, criado del secretario de la Inquisición de Llerena y de la visita de 1- & cgnarig, y ?ric~m=ir ,oce?it,e & !u 2ba+w7gc cndzta rices-tro regidor. Dicho testigo sólo pudo confirmar los hechos, tales como habían sido presentados por el fiscal. Resulta de su deposi-ción que "el primer sábado que vino a comprar carne para el Inqui-sidor, apartó una piqa de vaca de unas diez libras"; que Serafin Cairasco sobrevino, y pidió se le cortase carne de la misma pieza; a lo cual, el criado le hizo observar que aquélla estaba ya reser-vada, y que mandase le cortaran de otro pedazo. "Y el dicho Se-rafín Cairasco respondió que ya no avía sino huesos, y que también quería él buena carne como el dicho Señor Inquisidor, y que no quería sino de aquélla; que por eso era regidor y le avía costado el regimiento sus dineros, para aprovecharse y tomar de lo mejor- Y este testigo le replicó que en ninguna parte donde este testigo. llegava por carne para su señor, no se la solían quitar, sino dalie ln mainr. rr nl A' hrr Qernf:- rlri plnr-aniri- - n - - ~ - , l : l --A- &--A:--- ~v ruujur , y GA UXIIV UGL a 1u UG uay L anbu L OD~UULU LL CD LC LC~LLSU + -"No vengáis tan bravo, porque aquí os amansaremos, si estu-viereis muy bravo". No pararon las cosas aquí, sino que de allí a ocho días, el otro domingo, "Serafin Cayrasco, que era diputado, vino de fuera para entrar en la dicha carnesería, que estava serrada, y hizo abrir la puerta y entró, y con él muchas personas; y este testigo yva a entrar como los demás, por tomar carne, y el dicho Serafín Cayras- co no le dexó entrar y serró las puertas y lo dexó fuera y le dixo que él le enviaría carne; y este testigo estubo esperando como media hora", al cabo de la cual le enviaron una pieza de cordero. Al quedar inútiles sus protestas, encaminadas a obtener carne da vaca, "este testigo se fué a el monesterio donde estava el dicho Señor Inquisidor, y le envió a dezir con un paxe que no le querían dar carne; y el paxe bolvió y le dixo que Su Merced mandava que fuese a pedirla al governador; y este testigo vino a casa del gover-nador y se lo dixo como avia pasado; y el dicho governador fué con este testigo a la carnesería y le hizo dar carne de un buey flaco que avia, porque la carne de vaca buena se avía ya pesado" 47. a Si hemos referido con todos sus detalles este incidente, a pesar de su nimiedad, no es sóio por io pinicoresco de esta escena de cüs- O n-- turnbres, en que el inquisidor tiene que acudir al gobierno para m O defender su derecho a un pedazo de carne, y en que el gobernador SE reparte él mismo la carne, cuando no está conforme con el reparto E de los regidores, sino porque al mismo tiempo este episodio pone 3 en plena luz, a la que no le aventaja ninguna otra descripción, el O-carácter del petulante Serafín, celoso más que todo de sus privi- m E legios y de su bienestar, y preocupado por sacar las máximas ven- O tajas de los gastos que le había ocasionado su nuevo cargo. Ade- n E más, de su conducta en esta circunstancia, se puede inferir que a todavía estaba ignorante de la oculta amenaza que se cernía sobre n . los Caírasco, pues de haber conocido la verdad sobre sus antece- n dentes maternos lo más probable es que hubiese adoptado ana 3 O actitud menos arrogante para con el inquisidor. Desde el año de 1571, Serafín Cairasco se había dedicado a continuar las actividades paternas, por lo menos en lo referente a la producción de azúcares. En aquel año había plantado de cañas un terreno situado en El. Albercbn, en Ea Vega de Gáldar, y se dedicaba al cultivo, mientras Francisco Palomares, su cuñado, se comprometía a comprarle la cosecha, para molerla en su ingenia 47 Autos contra Serafín Cairasco, 1574, en el Archivo de Aeialcázar. 298 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB de Agaete 48. En los años siguientes, y en compañia de su hermano Félix, tomó a renta, de sus padres, el ingenio de Gálldar "con todos los pertrechos dé1 y casas de aposento, de purgar y refinar, y todo lo demás de la serca adentro, por tiempo y espacio de un año, que se entiende la safra de setenta y sinco, hasta ser cogido y alsado el f uto que en él se moliere, por precio y contía de quinientas doblas" .!'l. A partir de esta kpoca son numerosas las escrituras de Serafín Cairasco que documentan sus actividades económicas, todas ellas relacionadas con las tierras y el ingenio de La Vega de Gáldaf. Sus clientes más fieles parecen haber sido genoveses: su cuñado 48 Escritura del 5 de marzo de 1571, en Guía, ante Diego Flores de San-ján (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 2.325, fol. 29). En Guía, ante Mego Flo-s de Banjuán (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 2.325, fol. 571 v.). Las 500 doblas fueron pagmias a su madre .en 23 de agosto del mismo año (Ibídem, fol. 585 v.). 60 Baltasar de Mendafía, obligación de moler en el ingenio de Gdldar las cafías de sus dos suertes de tierra de Guía, en 9 de julio de 1574 Obídem). Sirnón Afonso arrienda a Serafín y Félix Cairasco unos c.afíaverales en Guía, a 18 de julio (Ibidem). Serafín, Félix y Constantiia Cairasco, obligación de azúcares con Vicente Interián, el 28 de agosto (Ibídem). Serafín Cairasco, venta de remieles a Juan de Molina, en Las Palmas, a 4 .de junio de 1575, ante Alonso de Balboa (vol. 777). Concierto sobre azúcares con Pelegrino Interián, el 10 de marzo de 1576, ante Mateo Gil Pifieiro (resumen en el Archivo de Acialcázar). Arrendamiento de un cercado en San Roque a Alonso Hernández de Córdoba, el 13 de febrero de 1577 (Ibídem). Escritura de venta por María Joven, esposa de Serafín Cairasco, a Fernando de Herrera, vecino de Gáldar, en 29 de diciembre de 1577 (ibídem). Venta de azúcares a NicoKs de Franchi, en 7 de mayo de 1578, ante Alonso de Sanjuhn (vol. 877,' fol. 227). Venta de' azúcares a Pedro de Sojo, mercader, el 2 de septiembre de 1578, ante el mismo. Poder a Bartolomé Cairasco para cobrar de los herederos de i3altasa.r de Villalta Maldonado la parte que le pertenecía de las cien doblas que éste debía a Mateo Cairasco, ante Luis de Balboa, e1 18 de diciembre de 1580 (vol. 865, fol. 365 v. ) . Obligación de servicio de ~ n t o n i oH erngndez en el ingenio de Gáldar, el 30 de diciembre de 1580 (Ibídem). Poder de Serafín Cairasco y otro-de su mujer, ante Balboa, el 19 de enero de 1581 (vol. 866). Venta de azú-a r e s a Petro de Sojo, ante Alonso de Sanjuán, el 10 de octubre de 1581 (vol. 878). Obligación de molienda por María Jiménez, viuda de Antonio Ce- la muerte de sus padres, el heredamiento de Gáldar quedó indiviso entre los hermanos; pero fué Serafín quien lo administró perso-nalmente y quien parece haber sacado de aquellos bienes el mejor rendimiento. Ya se ha visto. cómo, en 1582, compró la parte que de aquella herencia hubiera debido tocarle a su hermano F'élix. Serafín Cairasco renunció su oficio de regidor, a favor de Fran-cisco de Soto, en 30 de junio de 1587 51. Posteriormente a esta fecha fué alcaide del castillo de La Luz, y lo era precisamente en 1595, en el momento del ataque del célebre Drake. De su discutida actua-ción en aquellas circunstancias no hace falta tratar aquí 52; basta O con saber que de su comportamiento hizo honrosa mencih su pro- a pio hermano : N E C.nirasco en los del número O ganó subidos méritos, n-- m pues como alcaide itálico O E contra el anglio y el gálico E 2 hizo el deber mejor que los pretéritos, -E a pesar de los émulos, 3 que aiií mostraron corazones trémulos 53. - 0 m Serafín falleció después de 1613, habiendo sobrevivido a todos E sus hermanos. Había casado, no sabemos si por el año de 1576, O 5 con María Joven, a quien dicen hija de Francisco de Solís, el her- n E mano del visitador militar Alonso Pacheco, y de Susana Ramirez. a De este matrimonio nacieron por lo menos dos hijos: Constantina, . n m bautizada en la iglesia catedral el 21 de diciembre de 1531, siendo sus padrinos los hermanos de su padre, el canónigo Bartolome 3 O Cairasco y Alejandra; y Mateo, bautizado en 8 de febrero de 1594. Parece, sin embargo, que ambos hijos murieron antes que su padre, rezo, ante el mismo, el 12 de enero de 1582 (vol. 879). Venta de azúcares a Pedro Sojo, ante el mismo, el 7 de noviembie de 1582 (vol. 878, fol. 419), y a Julio dJArpe, genovés, el día siguiente. Etc. 51 vol. 891, fol. 288. Se repitió con fecha de 17 de octubre. 62 Ci. A. Rumeu de Armas: Piratertas y ataqwes navah, voi. TI, ij6g1- nas 681-715. 53 Cairasco: Ca~to heroico; citado por A. Rumeu de Armas: Piraferias y ataques m i e s , vol. 11,' p6g. 712. 300 ' ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIC08 CAIRASCO DE FIGUEBOA 27 de modo que por su parte tampoco hubo sucesih. En cuanto a las tierras de Gáldar, pasaron, en virtud de transacciones que desco-nocemos, a ser propiedad del alférez mayor Miguel de Moxica y del regidor Nicolás de Franchi, quienes las poseían ya en 1605, en vida de Serafín. No se debe dejar de señalar que, en medio de sus prosaicas ocupaciones de refinador de azúcar, Serafín Cairasco trató de des-tilar también la miel más pura de la poesía. Bien fuese por inci-tación del medio en que se movía, y en el cual no escaseaban los poetas, o por propensión natural, cuando no por emulación con su hermano mayor, lo cierto es que dedicó algunos ratos de sus ocios a la Musa. Será más difícil decir si ésta le contestó, pues de sus pro&üccioms poéticas, pocas o muchas, sóio se nos ha conservado un soneto, inserto entre las piezas liminares de la obra de Luis Pacheco de Narváez, de que más adelante se volverá a tratar. Este soneto, como generalmente los que corresponden a esta clase de compromisos, apenas si se puede llamar poesía; de modo que seria injusto juzgarlo por el único aborto de su Musa, que el capricho de las circunstancias nos ha permitido conocer. Sin embargo, es cierto que aquella composición de circunstancia no era un produc-to del azar, y que en su tiempo se consideraba a Serafín como un poeta. Prueba de ello parece ser el soneto que a su vez le dedicaba Juan de la Cueva, y en que se le habla como a un entendedor y afi-cionado de las Musas o, como lo diríamos con términos de hoy, como a un colega BP. iii El último de los hijos de Mateo de quien aquí hablaremos, Cons-tantín Cairasco de Figueroa, era el primero por orden de nacimien-to. Había nacido en 1526, siendo bautizado en Las Palmas, a 12 de 54 Juan de la Cueva es autor de un soneto "Respondiendo a uno de Serafín Cairasco, en que le daba cuenta de una gran tristeza que padecía, por habello dvidado su dama ,FilisW;c itado por Gallardo: El~sayod e una biblioteca, vo-lumen 11, col. 660. noviembre de aquel año; fueron sus padrinos el Licenciado Cris-tóbal de Venegas, esposo de su tía materna, y Juan Mansel. Em-pieza a figurar como regidor a partir del año de 1550; de donde resulta que los tres hijos de Mateo habian comprado sus oficios de regidores desde el primer momento en que legalmente habían podido hacerlo, es decir, al cumplir la edad de veinticinco años. En una escritura de 1553, Constantin se declara vecino de fa villa de Guía 55. De varias otras escrituras resulta que por aquellos años se dedicaba, como su hermano menor, a la fabricación de azúcares, en un ingenio que al parecer poseía en el barranco de la ciudad de Las PaImas ". Al mismo tiempo, en su calidad de N:: regidor, tuvo varios encargos del Cabildo de la Isla, como por ejemplo el de comprar en Tenerife las can¿iGades de trigo mce- U %- sarias para asegurar el abastecimiento de Gran canaria, en 1556 ", 8' o el de traer de las reales fábricas de Bilbao los 500 arcabuces I 8 con 600 picas y cien coseletes, indispensables para la defensa de e la misma Isla, en la primavera de 1571 ". 5 Y Por lo~?años de 1573, o posiblemente antes, Constantin fué E =n nombrado alcaide de la fuerza del puerto de La Luz, la más irnpor- 6 U tante de toda la Ida. Por aquel entonces obtuvo también el desta- E cado cargo de alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición i 1 -prueba de que ni siquiera el Santo Oficio estaba aún enterado a 9 n i 55 Escritura de deuda a Hemán PBrez de Loya, mercader, ante Adrián de e 5 Padilla, el 26 de julio de 1553 (vol. 762, fol. 253 v.). O 56 Obligación de azúcares a Teodoro Rizo Espelta, genovés, ante Pedro de Escüb&r, d 4 de &cie=Yre de 1555 (vel. ?M, fol. 1.346). Venta de todos sus anícares del año a Juan Agostúi Justiniano, ante el mismo, 14 de abril de 1559 (vol. 766, fols. 181-4). Toma a censo un parral de Baltasar de Armas en Las Palmas, ante Alonso de Balboa, en 15 de julio de 1560 (vol. 7711, renovado en 31 de abril de 1563. 57 Poder para comprar trigo en Tenerife, ante Alonso Fernhdez de Saa- ---A veura, eii 4 de ueptie~.bre de 15%. T U ~om-pra de 200 fanegas de trigo está ante Gaspar Justiniano, en La Laguna, a 29 de septiembre del mismo año (Archivo Provincial de Santa Cruz de Tenerife, vol. 199, %Is. 1.020-2). 3s A. Rumeu de Armas: Piraterkm y ataques navales, vol. ii, págs. 533 Y 545. 302 -4NUARIO DE BSTUDIOS ATLANTICOS: CAIBaSCO DE FIGUEROA 26 de sus antecedentes y de su falta de limpieza, como más adelante se verá. Su vara de oficial de la Inquisición le acarreó bastantes más disgustos y complicaciones que ventajas. El primer conflicto no tardó en producirse; y por haber ocurrido con familiares de nues-tro biograñado y en circunstancias significativas para el medio en que vivía el poeta, no dejaremos de referirlo detalladamente. El hecho es que en la noche de1 -15 de julio de 1574, entre las. ocho y las nueve de la noche, vinieron a llamar a casa del teniente de gobernador, "diziendo que avía mucho ruido y muchas muertes y espadas" en casa del canónigo Pedro de León. El teniente se fué de prisa a ver qué pasaba, y la verdad es que no halló ninguna muerte, pero sí gran alboroto, espadas desenvainadas y al joven Francisco Osorio herido. Lo que pasaba era que aquella noche 1 debía de haber fiesta en casa del canónigo, por haber casado aquel mismo día su sobrina, Peregrina de Montesa, hija del regidor An-tonio de Montesa y de Beatriz de León, con Mateo Cairasco: hijo del aguacil mayor Constantín Cairasco. Para mejor celebrar aquef acontecimiento, y para divertir la muchedumbre de deudos y ami-gos allí reunidos, se había organizado una comedia, cuyo espec-táculo había completamente abarrotado los salones del canónigo. y maestrescuela. En aquellos'momentos, según declaración de un testigo, "que-riendo Constantín Cayrasco, alguacil mayor deste Santo Oficio, entrar en una piwa, estava alli que quería entrar con él un hije de Hernando Espino el mayor, que aora tiene en esta ysla, el qual estava rebosado; y el dicho alguasil de la Inquisición dixo: -Te-neos allí. Y el dicho hijo de Hernando Espino dixo: -No me tengo-de detener. Y diio el dicho alguazil de la '~n~uisición-P: ues en verdad que os tengo de conocer quien sois. Y el dicho moso desvió, -1 &-h~ c~nstmkínC gyrzsce si, pni&&!e !u 1~:: p= chos; y que, como se alteró desto el dicho Constantin Cayrasco, le dixeron que no tuviese pena, que era el dicho Espino, que era su pariente. Y entonces el dicho Constantín Cayrasco dixo: -Pues, ao. ALEJANDRO CIORAPFESCU .jcómo?: siendo mi sobrino, aora estoy más enojado con él Y que entonces el dicho Espino echó mano a su espada para el dicho Constantín Cayrasco, y el dicho Constantín Cayrasco echó. mano a su espada, y echaron mano otros muchos, que avía más de veinte espadas desnudas; y que el dicho Espino tiró una cuchillada al dicho Constantín Cayrasco, y que el dicho Fernando Ossorio mam-paró la dicha cuchillada, que por mampararla le dió el dicho Espino al dicho Ossorio una cuchillada en el rostro, de que le dieron nueve puntos"." 1;iformado de los hechos, y visto que se trataba de un ministro del Santo Oficio, el teniente no quiso proceder sin haber infor-mado primero al Tribunal. Por lo tanto, di6 parte de todo lo pasado inquiSi&jT-y, ~-k-1-1-U-- -I A~A~ L UV~ G-+--L-mG U G ~Q. L -mbAwr&J lY?UarrnViYn n \nr inafmiirlp proceso dos días más tarde, el 17 de julio. Constantín Cairasco fué llamado e interrogado bastante más tarde, el 3 de agosto; de modo que los ánimos habían tenido el tiempo de tranquilizarse, y las presiones de fadiares y amigos habían conseguido sin duda hacer las paces entre los ofensores y los ofendidos. Así se expiica que la deposición de Cairasco, bastante diferente en su tenor de la de los primeros testigos y del mismo teniente, es más bien un intento de dar por terminado tan desagradable asunto. El alguacil mayor sólo refirió que, estando en casa del canó-nigo León "una noche que querían representar una comedia, a la qual acudió tanta gente que apenas cabían en la sala y en el patio, 50 Más adelante se verá, por la propia declaracidn de Constantln Cairasco, que no le había dicho "sobrino", sino "primo". En realidad, Andrés no era primn s~gmdo; pero la grande diferencia de-edad podía justificar el titulo de sobrino. He aquí el grado de parentesco de ambos personajes: I 1 Juana de Valera Constanza Núfiez = Fernando Espino. = Bartolomé Fontana. I I I Fernando Espino = Luisa de Vesga. 8 . I Maria de F'igueroa = Maíeo Cairascu. 1 I Andrés Espino. Constantin ~airacco. ' Andrds Espino habia sido bautizado en Las Palmas, a 8 de diciembre de' X552. Scdesconocen los demás particulares de su biografía.- . 304 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIRASCO DE FIGUEROA 31 y que éste que depone todavía quiso hazer lugar, y salió al patio con el moso con una hacha ensendida delante y con su vara de alguacil desta Inquisición en la mano izquierda y en la mano de-recha su espada embaynada, llegó donde estavan algunos disfra-zados y les dixo : -Apártense. Los quales se apartaron, eseto'uno que no quiso apartarse; y éste que depone le dixo: -Apártese; apartándole con la espada. El qual, así cubierto como estava, con el herreruelo y el codo apartó a la espada de éste que depone, y éste que depone se Ilegó a él y le dixo: -¿Quién sois? Y lo des-cubrió y conoció que era el dicho Andrés Espino, y le dixo: -Pues, primo, ¿vos no me conoséis a mi? ¿Porqué no me desiais quién erais? Y el dicho Andrés Espino dixo: -Quítese de ay, déxeme. y éste qjv &;3=ne &o: de haEw es esa? M fué hazia él, y él se apartó; y otro hermano del dicho Andrés #Es-pino se abrazó con éste que depone y le dixo: -Déxele Vuestra Merced, Señor, qu'es un moco, y no mire a él, sino a mi padre. Y que, según dixeron a este testigo, se dixo dentro en la sala que tenlan pasión con éste que depone, y salieron Francisco de León y otros con las espadas desnudas, que avía más de quarenta espa- .das; y éste que depone asimesmo echó mano a su espada, sin saber *con quién lo avian, porque el dicho Andrés Espino se avia ido hazia la puerta sin ec'har mano a su espada para éste que depone, ni éste que depone para él; ni le vió con la espada desnuda, más de que después le dixeron que avia tornado al alboroto con la espada des-nuda". Terminó su declaracih con agregar que no pretendía pre-sentar querella de lo ocurrido, "porque no entiende que le injurió en C G S d~ g üiia". Probablemente el Tribunal no io entendía así, pues Andrés Espino siguió encarcelado hasta el 23 de agosto, en cuya fecha fué fiado a su padre como carcelero El conflicto no parece haber pasado más adelante. Pero hubo otro, antes de que hubiese terminado aquel mismo 60 Los autos del Archivo del Santo Oficio están en el Museo Canario, In-quisicibn, m - 2 7 . La petición de Hernando Espino, para poner en libertad a su hijo, en Acialcámr, carpeta Espino, II, 10. 32 ALEJANDRO CIORANSU año de 1574; y este último fué de bastante mayor gravedad. EL nuevo episodio formó el objeto de largas correspondencias, infor: maciones, autos y oficios, de modo que se halla referido en más de una docena de documentos diferentes; pero la versión más com-pleta y sin duda la más fiel es la que se contiene en la deposición del interesado en el Tribunal de la Inquisición, tal como la repro-ducimos a continuación : "En treze días de noviembre de mil1 y quinientos y setenta y quatro, estando yo Constantin de Cayrasco, alguazil del Santo Ofi-cio de las yslas de Canaria, por alcayde de la fortaleza de la dicha ysla, entró en el puerto una nao ynglesa, y luego di aviso dello a a los señores Inquisidores, para que la mandassen visitar. Y assí N E ~ i s r nes~cr iví al capitán Diego Melgarejo, governador de Canaria, O que después de visitada la dichaaao por la Inquisición, podía poner - -- m o en ella la orden que le pareciesse. Y el dicho governador fué luego EE al puerto, y, sin avisarme nada, mandó al alguazil Diego Romero 2 E que fuese a la dicha nao y truxesse della consigo a tierra al maes- - tro y ai piioto y escrivano. Y como yo iü eiiieiidi, sa!i a. !a plzyo y 3 - di bozes al dicho Diego Romero, que yba ya a la nao en un batel; - 0 m E el qual, como me oyó, bolvió a tierra a saber de mí lo que le quería. O "Yo le pregunté a qué yva. Respondióme que a traer de la nao o-inglesa el maestro y piloto y escrivano della, por mandado del go- -E vernador. Y a esto le dixe yo que no fuesse ni tratasse con hombre B 2 de la dicha nao, hasta que se visitasse por el Santo Oficio. Res- - z pondióme que no $día dexar de hazer lo que el governador le man- 3 dava. Y entonces le dixe yo estas palabras: -Pues yo os mando, O de pr t e de! Ssint~O ficio de la Inquisición, que os salgays luego a tierra y no bolvays a la nao ynglesa ni hableys a ningún hombre della, sin que primero se visite por los señores Inquisidores, sopena de cinquenta ducados para gastos-del Santo. Oficio. "Y entonces el dicho Diego Romero salió en tierra; y como lo vió salir el dicho governador, que estava en ia casa del dicho Diep Romero, salió corriendo a la playa y mandándole que hiziese lo que él le mandava, y a mi me dixo que por qué yo lo estorvava. 306 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIC08 CAIRASCO DE FIGUEROA 38. Respondíle que porque era costumbre que qualquier navío estran-gero que entrasse en el dicho puerto, y en todos los puertos donde ay Inqu%ición, se visitasse por el Santo Oficio primero que nin-gún hombre saliesse en tierra ni se tratasse con ellos; la qual cos-tumbre se devria guardar mejor con yngleses, por estar como están eg reputación de hereges. Dkome que él tenia noticia que éstos eran cossarios, y que antes todas cosas quería assegurar la nao, que no se le fuesse del puerto, y que después se visitaría. Repli-quéle yo, que la nao estava segura debaxo de la fortaleza y no se atrevería a salir sin mi licencia, mayormente que era de día; y yo la avía hecho atracasse junto a la fortaleza, para que no pudiesse levantuse sin echarla a fondo; y que le suplicava se detuviesse .-rn priCniVn,n n+r- dUcaIIL-4IV1 .- U2C1; . -IAlltA;:U- la h.-.-u.m ~aam- -v-- k ds verir el secretzrio de! Santo Oficio a visitar la dicha nao, y que era temprano, y avráa lugar y tiempo para que, después de visitada, se hiciesse lo que él mandasse. "No quiso estar por ello, antes bolvió a mandar al dicho Diego Romero, que fuese a la dicha nao y hiziesse lo que él le mandava. Y assi lo hizo el dicho Diego Romero, que luego se bolvió a em-barcar en el batel y se fué para la dicha nao. Bolvi yo entonces a dezir al dicho governador, con mucha crianqa y comedimiento, que le suplicaba no impidiesse las cosas del Santo Oficio. Díxome que no las impedía, antes hazia lo que convenía al servicio de Su Ma-gestad; y a bueltas desto se me comenqó a desmandar de tal ma-nera, estando presente Luys de Balboa escribano público y Juan Baptista, capitán de ia urca de don Juan de Guzmán y otros mari-neros que no me acuerdo. ¿e &e estas palabras: -Señor gover-nador, pues Vuestra Herced no me quiere hazer lo que yo de mi parte le supplico, de parte del Santo Oficio de la Inquisición le re-quiero que no- consienta salir gente de la nao ynglesa, ni que nadie trate con ella, sin que primero se visite como dicho está, sopena de dozientos ducados y de ser tenido por rebelde al Santo Oficio. "En esto lo dexé y me fuy a la fortaleza, a avisar dello a los Señores InquMdores. Dende a poco vi bolver al dicho Diego Ro- Núm. CI (1957) 307 34 ALEJANDRO CIORANESCU mero con los dichos yngleses a tierra, a los quales llamó el dicho governador y estuvo hablando con ellos un rato, hasta que llegaron al puerto el' fiscal y el secretario que p a n de la cibdad a visitar la dicha nao, y yo les dixe todo lo que passava; y al fin, por su orden? entré en ella y la visité, estando, como dicho es, fuera el maestre y el piloto y el escrivano." a Se trata, pues, de un confiicto de atribuciones, uno de los .mu-chos que periódicamente surgían entre las autoridades isleñas so-bre sus respectivas competencias y prerrogativas. Esta vez, el con-flicto tenía algo curioso, pues en su centro estaba Constantín Cai-rasco, representante a la vez de la autoridad militar, como alcaide que era del castillo de La Luz, y de1 tribunal de la Inquisición, en su .calidad de alg~zcilm zyer. El gobernador podía figurarse que no iba a encontrar resistencia, en sus intenciones, precisamente de parte de su alcaide. Pero, en aquella circunstancia, Constantín Cairasco hizo caso omiso de su calidid de subordinado del gober-nador, y actuó exclusivamente como representante del Santo Ofi-cio. No es de' extracar que esta actituci haya chocado al gober-nador, quien le declaró en seguida que había dejado de reconocerle por regidor y alcaide. Al decírselo, el capitán Melgarejo sabía muy bien lo que hacía: Debía de saber que la isla de Gran Canaria habia obtenido una real cédula, fechada en 29 de enero de 1526, y más o menos caída en desuso, que mandaba terminantemente a los regidores "que, agora ni de aquí adelante, siendo regidores de la dicha ysla, no podays tener ni tengays los dichos oficios de alguaziles e receptores que ayais perdido o perdays los dichos officios de regimientos e no seays más nuestros regidores""l. Fundado en esta real dispo-sición, el gobernador juntó el Cabildo y, habiendo hecho observar que Constantín Cairasco se hallaba en el caso previsto por la cé-dula, io deciaró decaído de su oficio de regimiento y de su cargo de alcaide de la fuerza del Puerto. Todo lo cual fué avisado por el G1 Libro rojo de G-ran Canaria, Las Palmas, 1947, pág. 73. 308 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS CNRASCO DE FiGUEROA 35 mismo interesado a los inquisidores, en su carta del 16 de no-viembre : "Muy Ilustres Señores : "Porque nunca nos falten en Canaria persecuciones a los pobres officiales del Sancto Officio, ha querido todavía el governador sa-tisfacerse de mí por tan mal término, que haziéndose ayer un semi-cabildo y presentado en él cierta provisión, de que alguno de mis collegas le devió de advertir, sobre que el alguazil de la Inquisición no pueda tener officio real, sopena de perdido, acordó que me des-poseyesen desta plaza, pareciendo lo que me afrentava en ello; y assí se hiso luego, sin averrne dado traslado de nada; y va diziendo a que no ha de parar hasta quitarme también el regimiento. Pero E tengo yo en tanto la vara, que quando me ayan, quitado todas las O n - comodidades que dizen que me ovieren hecho si no la tuviera, y =m O no me quedare otra cosa, la estimaré en más que a todo el regi- E E 2 miento. Y assí suplico a Vuestra Señoria buelva por mi y me favo- E resta, de suerte que el Consejo entienda que por que riño sus pen- 3 deiieias, Ueservii- en &o a Su &lagesiad, anies érndoie - desta manera, me quieren aquí destruir la onra y la hazienda, gra- o m E cias a Dios por todo. El qual guarde las muy ilustres personas de O Vuestra Señoría. n "Desta fortaleza, 16 de noviembre de 74 años. E a- "Muy Ylustres Señores n "B.a.V.S.I.1.m. n "Constantín de Cayrasco" 62. O3 El Tribunal abrió información sobre las circunstancias en que eI gobernador habia dictado aqueiia decision, 'y Ilamo a los regi-dores que .habían presenciado la sesión del Cabildo para interro-garles sobre el particular. Según los testigos, "aquello fué un ím-petu del governador", que no se debía a algún error o culpa de 62 Archivo Histórico Nacional de Madrid, Inquisición 1817, núm. 6 (Pro-ceso por habérsele quitado el cargo de regidor a Constantin Cairasco). Varios autos del proceso se hallan dispersos en el Archivo de la Inquisición,- conser-vado en parte en el M,useo Canario de Las Palmas, y en el de Acialcázar. 36 ALEJANDRO CIORANWXU Cairasco, sino que "fué por pasión y algunas palabras que entre ellos pasaron". Los regidores trataron de aplacar el conflicto y de obtener del gobernador que permitiese que Cairasco terminase su año de alcaidía; pero no les fué posible convencerlo. Los inquisidores comunicaron entonces .el asunto al Consejo de Madrid; y, con los acostumbrados atrasos, la Suprema les contestó, en carta del 19 de mayo de 1575, recomendando se insistiese con el gobernador para que no quitase al alguacil mayor su cargo de regidor; en cuanto a la alcaidía, parecía menos oportuno insistir, y sólo se recomendaba que "después que el dicho Melgarejo aya dejado su oficio de governador, haréis en ello lo que fuere justi- a c i a ~63 .. Sin embargo, lo más claro que se puede sacar de este con- N E fi,icte es qw Censtaath Csiirsisce nnn perdió solamente el cargo de O n alcaide, sino también su regimiento, en cuya posesión no volvemos -- m O a encontrarlo en los años que siguen. E E 2 Todo ello no era más que el principio de sus desventuras. El 6 -E ' de febrero de 1576 lo hallamos suplicando a los inquisidores le am- 3 parasen como aiguacii y ministro dei Santo Oíicio, porque "a mi - - noticia es venido que Pedro González de Pedrosa, executor de la 0 m E Abdiencia, trae mandamiento para prender mi persona, por ciertos O maravedis que dize devo a Corniles de Manacre". Los inquisidores, n en efecto, mandan pedir al regente de la Real Audiencia "sean a-E contentos suspender el dicho mandamiento de prisión"; pero al nl mismo tiempo llaman a Cairasco y le ordenan liquide cuanto antes n n sus cuentas con Manacre, obligándose el interesado a cumplir 3 O cuanto se le había mandado 64. km otru purte, uyue! misrric! Bltasar de Armasí de quien en años anteriores había tomado a renta ciertas tierras en, Las Pal-mas, había fallecido en 1577, dejando por su testamento ciertas mandas al convento de Santo Domingo. Como su hijo, Gaspar de Armas, era fraile en el mismo convento, los demás herederos ce-dieron al convento, por parte de la herencia de Gaspar y por su 6% Bíuseo Canario, Inquisición, CXXUI, 8. (14 Archivo de Acialcázar. ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIRASCO DE FICUEROK 37 legítima, la misma renta que desde antes les venía pagando Cons-tantín Cairasco, por los dos parrales que tenía arrendados 65. Cai-rasco no pagó las rentas debidas, de modo que se pusó ejecución en sus bienes, a petición del convento. Los bienes ejecutados, que debieron ser poca cosa, se remataron en el mismo convento, por diez doblas, el 16 de julio de 1577, por lo visto, sin asistencia del interesado; el 28 de agosto siguiente se dió posesión a los frailes, sin que Constantíh Cairasco hubiese vuelto a presentarse. ¿Qué es lo que había pasado en el ínterin? Algo muy grave había sucedido, pues Constantin ya no vuelve a aparecer en Ca-narias, y su carrera queda brutal y definitivamente truncada. JLo que hubo fué que los inquisidores habían tenido noticia, bien 10 -...-%.:.lL.. --L.A --- - - - 3 2 - uuuivasli aauiuo pur rriouio de alguna reclamación O clenuncia, O indirectamente, al reconstituir el árbol genealógico de alguno de los numerosos familiares de los Cairasco ", de que su ministro no poseía la calidad de limpieza que se requería. Sea cual fuese el origen de este descubrimiento, es lo cierto que a principios de 1574 los inquisidores sabian cuáles eran los antecedentes de los Cairas-co, cosa que seguramente ignoraban antes. Al averiguarlo, lo par-ticiparon a la Suprema de Madrid, que mandó se le indicase el nom-bre "de la persona que en esta ysla podría exercer el oficio de al-guacil desta Santa Inquisición, que entonces tenia Constantin Cay-rasco", sin duda con la intención de remover a este Último. Como la carta de la Suprema estaba fechada en 18 de junio de 1574, resulta que ya sabian los inquisidores la verdad sobre los Cairasco, anteriormente al conflicto con Andrés de Espino, cuya genealogía no pü6o ni& que confirmaries io que ya sabían "'. 65 Escritura ante Rodrigo de Mesa, el 25 de febrero de 1577 (vol. 886). 66 Por hjemplo, el del mencionado maestrescuela Pedro de Lean, proce-sado en aquel año de 1574, y que resultó confeso, por ser su abuela Maria Dumpierres, hija de Rodrigo de Ocafia, de quien se ha hecho menci6n !~Z%S arriba. O 67 Estos hechos se hallan recapitulados en una carta de la Inquisición de Canarias a la Suprema, su fecha por mayo de 1577 (Museo Canario, Inqui-sición, CXXI-30, fol. 138). 38 ALEJANDRO CIOBAN'ESCU Al mismo tiempo, el Tribunal iba formando el expediente que debía servir como instrumento jurídico de la remoción de su al-guacil mayor. Así es como en 6 de junio de 1574 el inquisidor Ortiz de Funes, valiéndose de una provisión que mandaba que a los ofi-ciales del Santo Oficio se les haga información de limpieza, firma un auto por el cual se hace constar que L'a Constantin Cayrasco, alguacil de esta Inquisición, no se le ha hecho la información, assi dé1 como de su muger doña Francisca del Castillo; antes en este Santo Oíicio hay aldn rastro que no tienen las dichas calidades de limpieza, como consta de una memoria que se halló entre los papeles de este Santo Oficio, que dicen es de letra del Bachiller Góngora, fiscal de esta Inquisición, en que dice que su abuela de el &cho Constantin de Ca_vrasco es confesa de los Chirinos de- Moguer; y de otra información que se empezó a hacer a el Bachiller Castillo, hermano de dicha Doña Francisca del Castillo, en que dizen aIgunos testigos que Cristóbal García, su abuelo, era de casta-de moriscos, como pos la dicha información parece". Así las cosas, el Tribunal Gecidió aprovechar la piieseiicia en Umr, (;tanaria & Francisco de Coronado, regidor de Tenerife y alguacil mayor del Santo Oficio en aquella isla, para abrir información sobre la lim-pieza de Cairasco. Coronado era persona bien escogida para el caso, pues además de su condición como ministro de la Inquisición, era. natural de Gáldar, había pasado su juventud en Gran Canaria y tenía unos sesenta y cinco años de edad; de modo que había cono-cido a los antepasados dudosos de los Cairasco, o por lo menos a personas que habían tenido trato con ellos. Su deposición conñrmó !:! y l ~ ey s szhemec; de m ~ d cqu e la de Constantín Cai-rasco vino a ser insostenible en el Tribunar. Así se explica su completa desaparición, a fines del año de 1576- Como era natural en tan delicada circunstancia, su destitución se hizo con toda la discreción que se requería, y no parece haberse hecho piiblica en esta forma. De todos modos, nadie habio nunca de ella. Sólo una nota genealógica existente entre los papeles del Santo Oficio puso lacónicamente, frente a su nombre, "quitósele la. 312 ' ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS. , CAIMSCO DE FIGUEBOA %' vara". Y para dar a las cosas un color que no despertase las sos-pechas de los de fuera, o quizá para alejarse espontáneamente de la ciudad en donde todos eran testigos mudos de su vergiienza, Constantín Cairasco se embarcó y se fué a las Indias, de donde no Ilegó hasta nosotros ninguna noticia, más que la de su muerte, ocurrida a los pocos años, y en todo caso antes de 1582 Os. Constantín Cairasco había casado dos veces. Su primer matri-monio, más o miraos desconocido, no ha sido mencionado por nin-gún genealogista o historiador. Consta de una escritura otorgada en 1555 por Constantín Cairasco, regidor, que éste vende a Her-nán Pérez de Loya, vecino de Gran Canaria, unos 1.750 maravedis. de tributo perpetuo que le pagan cada año los herederos del canó-nigo Juan de Troya, "por vertud de una escritura pública de tri-buto que el dicho canónigo otorgó a Luys Báez mi suegro, difunto, que Dios aya; el qual dicho tributo que yo agora vos vendo, yo lo ove en dote e casamiento con María Váez mi muger, difunta, que Dios aya, del dicho Luys Váez, la qual dicha escritura de tri- 5s En la carta mencionada de los inquisidores, que debe ser de mayo de 1577 Oa fecha falta; pero la carta anterior a ésta es de 25 de mayo), se insta a la Suprema que despache a Hernán Peraza de Ayala el titulo de alguacil mayor, "por estar esta Inquisición de muchos meses a esta parte sin alguacil, por el absencia de Constantín de Cayrasco, que se fué a las Pndias". La nota ' sobre su destitución consta en un árbol del Archivo de Acialcázar. Por otra parte, en otra carta de los inquisidores a la Suprema, del 29 de enero de 1581 (Ibídem, fol. 161), se hace mérito de la pr'etensidn de Alonso Venegas al carg* de alguacil mayor. El pretendiente había puesto, entre sus antecedentes fami-liares, "que Constantfn Cayrasco, primo hermano del pretendiente, fué al-guacil desta Inquisición; lo qual es así, pero Vuestra Señoría fué removido. como se escribi6 en la otra carta':. La fecha altte quem del fallecimiento de Constantin se deduce de la transaccidn intervenida en 1582 entre Scrafin Cairasco y los herederos de su hermano F&x, en donde se menciona a Cons-tantin como difunto. Es verdad que los historiadores islefios (Viera y Clavijo: Historia de Canarias, vol. 11, Santa Cruz de Tenertfe, 1951, pág. 527; Millares Torres: Historia de la Gran Canaria, pág. 386; odaria Rosa Alonso: La obra Ziteraria de Bartolonz& Cairasco de Figueroa, en "Revista de Historia", XVLII (1~52,p 6.g. 3361, alirman que Constantín Cairasco intervino en l a defensa de Las Palmas, en 1595, como alcaide del castillo de La Luz; pero es efecto de una confusión con su hermano Serafin, confusidn que ya fue señalada por A. Rumeu de Armas: Piraterkm ataques navales, vol. 11, p8g. 684. 90 ALEJANDRO CIOBANESCU buto se fizo e otorgó a 23 días del mes de octubre del año pasado de 1521" 69. Este Luis Báez y su hija nos son completamente desconocidos. Probablemente el casamiento se verificó por el año de 1553, cuando vimos a Constantin Cairasco declararse vecino de Guía, donde po-siblemente vivía su mujer. Sea como fuese, lo cierto es que el ma-trimonio no duró y que tampoco tuvo sucesión, pues su mujer, al fallecer, pudo dejarle por heredero de'su dote, en ausencia sin duda de cualquier heredero forzoso. Por segunda vez casó Constantín Cairasco con Francisca del Castillo, hija del Licenciado Hernán García del Castillo, regidor a de Gran ,Canaria, ya difunto, y de Catalina Maldonado, en el mis-mo año & 1555 ?\ s -s~-ü eaa le hizu escrikur-d8u ta!, por 1s 15 O n prometió 11.700 doblas de oro, cuya mayor parte estaba constituida - m O por "las dos terceras partes del ingenio de moler cañas que está E 2 en el barranco desZa sibdad, en compañia del Señor Mateo Cay- E rasco, cuya es Ia otra tercera parte", apreciados estos dos tercios 3 en 7.000 doblas. El mismo día su padre le hizo donación del último - tercio de aquella propiedad, de modo que Constantín quedó dueño 0 m E iinico del ingenio "con todas las tierras e aguas y cañas y frutos O pendientes y parrales y otras cosas que están en la dicha hacien- n da"; y a su vez, Constantín constituyó a su prometida una donacih E a ara arras propter nuptias, de mil doblas de oro n n De su segundo matrimonio tuvo Constantín a ]los ocho hijos n que mencionamos a continuación : O3 l. María, bautizada en la catedral de Las Palmas el 16 de junio de 1557. 6s Escritura del 24 de enero de 1555, ante Pedro de Escobar (Archivo Pro-vincial de Las Palmas, vol. 764, fols. 203-6). 70 Cf. Francisco Fernández de Béthencourt: Nobiliario de Camrias, Vo-lumen 1, pág. 416. 7 Escrituras del 9 de septiembre de 1555, ante Adrihn de Padilla (vol. 763, iols. 200-7). Constantín Cairasco otorgó recibo de dicha dote en 29 de noviem-bre (ibídem, %h. 249-54) y mandó hacer inventario de los bienes con que venla 81 matrimonio su mujer. 314 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS 2. Mateo, bautizado en la misma iglesia, por febrero de 1559, de quien se hablará a continuación. 3. Catalina, bautizada en 19 de septiembre de 1561; falleció o a los pocos días o meses. 4. Catalina, bautizada en 21 de febrero de 1564. Consta en escritura que su madre, ya viuda, otorga en-su nombre, como tutora, por el año de 1589 7 2 ; y más tarde en poder que otorgan entrambas a su deudo Francisco de Mon-tesa, estando en Las Palmas, el 28 de julio de 1593, ante Lorenzo de Palenzuela 73. Vivía aiin en 1613. 5. Fernando del Castillo Cairasco, bautizado en Las Palmas a 10 de abril de 1566, Licenciado en Cánones. Fué opsi-tor a iin_a ran~fijiad &~ra! en !U cutvdru! & h s P 3!- mas en 1600, racionero en 15 de marzo de 1601, canó-nigo en 3 de julio de 1603, por haber pasado a maestres-cuela el inquisidor Pedro de Camino, y falleció por julio de 1607. Desde su entrada en el Cabildo catedral fu6 mo-numentista dei Cabiido, y dió, durante aldn tiempo, lec-ciones de casos de conciencia. Se le conoce generalmen-te con el nombre de .Licenciado Castillo. 6. Francisco, beutizado en Las Palmas el 28 de febrero de 1570. 7. Constantina Cairasco, bautizada a 28 de diciembre de 1573. Vivía aún en 1613. Su tío el poeta la llama en determi-nada ocasión "segunda sin segunda", para encarecer sus méritos al mismo tiempo que para distinguirla de su tia, la viuda de Francisco Palomares 8- Mariana, hzctimdri eri Lus Pdmos a U 6e abri! de 1575. De todos los hijos de Constantín Cairasco, al que mejor cono-cemos documentalmente es a Mateo Cairasco. Sabemos que estudió Cánones en la Universidad de Sevilla, donde se matriculó para el ' 73 Escritura ante Pedro Hernández de Chaves (vol. 901). 73 Añte Juan de Anchieta estg la copia autorizada (Archivo Provincial de Santa Cruz de Tenerife, vol. 382, sin folió). 74 Cairasco: E2 Templo militante, N, 285. 42 W A N D R O CIORANESCU primer curso en 10 de septiembre de 1573. Durante el verano si-guiente hemos visto que casó en Las Palmas, el 15 de julio de 1574, con Peregrina de Montesa, a quien algunas veces llaman Espinosa, hija del regidor Antonio de Montesa, natural de Medina de Riosecc, y de Beatriz de León. Al año siguiente reanudó sus estudios en Sevilla, siendo matriculado para el mismo primer curso en 8 de noviembre de 1575, y para el segundo a 24 de febrero de 1576. Es-taba en Las PaImas en 1582, cuando consta como testigo del tes-tamento otorgado por el maestrescuela Pedro de León, tío de su mujer 15; pero probablemente había vuelto a la Isla bastante antes, desde 1578 76, con el título de doctor en ambos derechos. !Tuvo de su matrimonio dos hijos que nacieron en Las Palmas: Constantin, bautiuuOe en 9' de febrero de 1579: y Beatriz, bautizada en 23 de mayo de 1583. Con posterioridad a esta fecha, Mateo Cairasco pas6 a España, donde fué sucesivamente ministro del Real Consejo de, Italia, se-nador de Milán, auditor general de los ejércitos de Su Majestad en el Milanesado y goberna6or de Yaiieliina. Debit de fzllecer e= Italia, en fecha que desconocemos. Su hija Beatriz Cairasco de León vivía en 1609 en Las Palmas, casada con Bartolomé Vandama, hijo de Daniel Vandama, mercader flamenco; en 1627 era ya viuda y vivía en la ciudad de Sevilla. En cuanto al hijo de Mateo, vos que estáis en la región latina, Constantino novel 77, era en 1600 soldado en la compañia canaria del capitán Pedro de TUIYZ~yO m, & tarde, aegLn parece colegirse de la alusión de su tío-abuelo, pasó a residir en Roma, sin que tengamos más noticias de él y sin que se sepa si dejó sucesión. 75 Testamento otorgado el 26 de noviembre de 1582, ante Alonso Fer-nández de Saavedra. 76 Eh 1579 nace su primer hijo. En 19 de aiciembre de iSai coiista, en una escritura ante Francisco de Campos (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 868, fol. 146). 77 Cairasco: E1 TmpZo milita~tev, ol. IV, pág. 285. 316 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIBASCO DE FIGUEROA 43 N Llegamos así, después de tan larga introducción, al estudio de la vida del Único Cairasco que verdaderamente nos interesa. Hacia falta, sin embargo, presentar primero con todo detalle los antece-dentes de su familia, no sólo para corregir algunos errores que tradicionalmente se vienen repitiendo, sino también porque es pre-ciso admitir que, para conocer bien a una persona, tenemos que estar docurnenfados sobre el medio en que se desarrolla y que lo ha venido formando; máxime cuando aquella persona es un poeta, más sensible que 'cualquier otro a los ejemplos, a las sugerencias y, en resumidas cuentas, a las tentaciones que le vienen de fuera. Sabemos, pues, desde antes de conocer a nuestro personaje; que pertenecía a una buena familia con pretensiones de distinción aris-tocrática, y que disfrutaba de excelente posición material. Ello no es indiferente, en primer lugar, desde el punto de vista del mismo ' poeta, quien bien sabe que aun entre santos el linaje es buen^, y siempre es calidad ser bien nacido Evidentemente, nuestro autor, sacerdote y filósofo a la vez, no será de los que suelen hacerse ilusión sobre la verdadera impor-; tancia de esta pretendida ilustración social. Si el ser bien nacido es una calidad, es una de aquellas calidades de que no debemos presumir demasiado, tanto porque puede esperar, detrás de la som-bra de cualquier bisabuela mal conocida, el espectro siempre te-mible de algún morisco o la imagen simbólica del sambenito, como porque, con ello o sin ello, toda esta pretendida nobleza no es más que un famoso vilianaje, porque el humano traje tiene por padre al limo y por hermano y primo la corrupción y miserable guerra, y por abuelo a nada70. 7s Cairasco : El Templo militante, vol. iV, pág. '51 ibidem, vol. 111, pág. 281.' - .NQm. S (1957) . , . . . 44 ALEJANDRO CIORAN%SCU No se trata, pues, de vanidades nobiliarias que, en este caso, no tendrían lugar, sino que debemos subrayar la circunstancia de que la posición privilegiada de los padres del futuro poeta les per-mitió prepararle para una vida que, con ahorrarle las preocupa-ciones diarias, pudo consagrar enteramente a sus aficiones y a sus inclinaciones poéticas. Así nos explicamos que, a pesar de una juventud alegremente malgastada, nuestro autor pudo dejar detrás de sí una obra materialmente inmensa, que debe representar el fruto de toda una vida dedicada al trabajo poético y que incluso así llega a asombrar. En fin, para empezar por el principio, diremos que Bartolomé a Cairasco de Figueroa había nacido en Las Palmas por septiembre o en los primeros días de octubre de 1538, habiendo sido bautizado, O en el sagrario de la catedral, en 8 de octubre de aquel año, pczr el n-- m canónigo Alonso de MonIeón. Fueron sus paainos el célebre deán O E don Zoilo Ramírez y el licenciado Olivares 2 E Después de haber pasado los primeros años en Las Palmas, sus -------- ----S- -- -..-- padres 10 txrviaruir a i . i n r \ k n h l nmo n tm n Co~ri l la r lnnd~ I i r q ~ a i y~ , 3 Iliuy p U W O " I b I I * b I L C b U U". .u-, ..v.i--i- - 0 m de famosos maestros me mandaron E aprendiese las artes liberales; O y en esto como sabios acertaron, n pues no hay partes acá tan principales, E después de las virtudes, que se igualen a al precio que las buenas letras valen n n según él mismo conliesa por boca de uno de sus personajes. O3 Era aún, por aquel entonces, un niño de poca edad, once o doce años a io mis; y pür esA& rw6n es posible !o hayan e o ~&a ds~~r s. padres a algún sevillano conocido, como en tales ocasiones se solía hacer. Poco después, en circunstancias que ignoramos, pero sin duda debido a gestiones de su padre en Las Palmas, obtuvo del Rey una canonjía en la catedral canaria; lo cual consta de una so Las Palmas, Iglesia de San Agustín (antiguo Sagrario de la cate-- dral), Bautismos, Libro 11, fol. 72 (es copia del s. XvIu). 81 Cairasco: El TempZo militante, vol. 1, pág. 271. ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOE CAIRASCO DE FIGUEROA 45 escritura otorgada en Sevilla, a 18 de mayo de 1551, por la cuaL Gonzalo Hernández Baeza y Pedro Juan Leardo, vecinos de aquella ciudad, "dixeron que ellos conoscían al dicho Bartolomé de Cay-rasco de más tiempo a esta parte, e saben que es verdad que el dicho Bartolomé Cayrasco se parte oy, sábado diez e ocho días deste mes de abril en qu'estamos, para la cibdad de Gran Canaria, para resydir en servicio de una canongía de la dicha cibdad de Gran Canaria de que Su Magestad le tiene fecha merced" 82. Al joven canónigo le faltaba aún bastante para cumplir los trece años, y estaba lejos de haber terminado sus estudios con aquellos famosos maestros que había venido a buscar en la capital bética. Pero las canonjias no eran en aquella época lo que hoy día solemos. imaginlr, sinc ni io se ~ c n s i&r&a ~ me~c d cC Q E ~ o a n e ~ i e *-A- Y-- --r--- de becas que se daban a ciertos alumnos dotados, con el fin de per-mitirles una buena preparación. Véase, si no, la resolución tomada por el Cabildo catedral de Las Palmas, en su reunión del 16 de junio de 1540, de mandar que los canónigos Francisco Espino y Juan Carrillo y el racionero Marcos Espino, incapaces de servir "por su poca edad y ejercicio que en el estudio han hecho", debían de ser "obligados de aprender gramática y leer y cantar", y que mientras no lio sepan, no reciban sino la mitad de su prebenda y no tengan el derecho de jugar dados ni naipes s3. . Bartolomé Cairasco se fué, pues, a "servir" la canonjía que sus padres le habían ganado, es decir, a aumentar el número de los hijos de buena familia que jugaban dados sin tener derecho; y en 26 de mayo de 1553 tomó posesión de su canonicato, que antes kC.bia de Migde! 84. 29 & ~ c - & ~ b rdee 1554 sirni6 de padrino a un niño de padres desconocidos, traído a la iglesia a2 Fsancisco Rodrlguez Xarín: Nuevos datos para la biografkz de algzc-nos escritores españoles de los siglos XVI y XVZI, en "Boletín de la Real Aca.- demia Española", V (1918), págs. 623-4. 83 Cf. José Feo y Ramos: Don Fray AZolzso Ruia de Virués, en "El Museo.. Canario", 1II (1935), pág. 6. 84 Viera y Clavijo: Historia de Canarias, vol. m, Santa Cruz de Tene-rife, 1951, p&g. 428. 46 ALEJANDRO CIORANESCU por Beatriz Morena, la partera, y le puso su propio nombre, Bar-tolomé. Probablemente se dedicó también a completar su-instruc-ción, que debió de ser por aquel entonces su principal cometido; y no habrá dejado, entre dos clases de latín, de divertirse con los demás chiquillos de su edad, que importa en los estudios algún juego 85, para hacer descansar el espíritu y las facultades retentivas. Pero, bien fuese porque los juegos hubiesen tomado más impor-tancia que los estudios en las aficiones del joven canónigo, o porque Bste había ya agotado la ciencia que le podía proporcionar el maes- a tro.de gramática de la catedral, sus padres decidieron enviarlo otra E vez &era Se !a: iülrtu. En 16 de mere de 1555 se !e di6 licench pnr O n el Cabildo a que pertenecía para ausentarse por espacio de cinco - m O E años con el objeto de seguir sus estudios, disfrutando durante todo E 2 aquel tiempo de las dos terceras partes de la gruesa de su pre- E benda Aunque no tengamos ningún documento que lo asegure, 3 podemos afirmar que esta vez no fué Sevilla, sino Yortugai, donde - 0 debe haber estudiado, en Lisboa, y por algún tiempo en la célebre m E Universítiad de Coimbra. O E En efecto, no sólo que a su regreso, en 1558, veremos que es n E capaz de formas frases portuguesas y de representar la carica- a tura de un hidalgo portugués (lo cual parece indicar una ambien-. n n tación más o menos reciente), sino que en su TempZo militante, al n cantar la vida de San Antonio de Padua, dirige una invocación a O3 Portugal, patria del santo, y declara que, si acierta o tiene algún -L.:*.. ,.U ..- rrnu-A" U l G L I L V Gll SUD VG13V.3, otra paga no quiero y recompensa más del honor y grata cortesía que recebí en Coimbra y en Lisboa y en otras partes de tu ilustre gente 85 Cairasco: En Templo militante, vol. IIT, phg. 300. 86 Viera y Clavijo: Historia de Canarias, vol. III, pág. 028. 87 Cairasco: El Templo militante, vol. ii, pág. 257. 520 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB Volvió de sus estudios sin haberlos terminado, por el año de 3557, dispuesto a continuar -la agradable vida de canónigo .con casa y familia. Estaba en Las Palmas el 23 de enero de 1558, en cuya fecha le fué prorrogada por el Cabildo la licencia que antes se le habia dado, para la continuación de sus estudios sin em-. -bargo, ni cansta que tal prórroga fuese necesaria, pues aún no ha- 'bían terminado los cinco años de que disponía en virtud de la pri-mera licencia, ni parece que el interesado se hubiese dado prisa en aprovechar la nueva~facilidadq ue se le brindaba. Al contrario, el joven canónigo parecía tomar resueltamente el camino de la ,elegante ociosidad que le permitía su elevada posición social. Para amueblar convenientemente esta ociosidad dió en escribir entre-mnaoa r r n n An l n a mrnlna e n ~nnrnanm+Xn l A;n An l n A ~ r r n n i A nn n 10 -YYY"Y, UIIV U" YUUIUU U" A " y A C u C u * " "A U1w U" *U I~U\L.."i.Vi.i. U. i." misma iglesia de Las Palmas. Era éste el primer producto de la 'Musa del poeta canario; pero sólo se ha salvado de él una frase, que es precisamente la que el autor hubiera querido borrar de su ,obra y de sus remordimientos. En efecto, entre los persona~es de aquel entremes, Cairasco habia representado a un hidalgo portugués, muy blasonador y jac-tancioso, como era tradición representarlos en España. Para enca-recer su ilustre alcurnia, aquel personaje declaraba orgullosamen-te : "Consagro en Deus, que Deus nao he tan gentil home como eu". Simple jactancia, destinada nada más que a hacer reir a los espec-tadores; pero "después acá", dice el autor, "mirando más en ello, entendí que avía herrado; porque, aunque aquello era cosa de re-presentación de burlas y disparates de un loco portugués, pero ni an h r . r l a s ni sn karno mn l:n:Clr -nnrir ln 1nnm.n n- n:,.... -:-A nr.- -AA UULACLU 1 1 1 UGACLU AAV GU LABALV LJV~AGA LQ A G A L S U ~ GU ULVU UUIV C~VLI aquella adoración y beneración que se debe a su infinita bondad". Pensándolo mucho y hallándose culpable, tuvo por bien ir a dela-tarse al Santo Oficio de la Inquisición. El inquisidor, Licenciado Cervantes (quien iba a ser más tarde el fundador de la Inquisición de Méjico), debía de ser gran conocedor de los hombres, pues se limitó a decirle "que él a hecho bien en venir a dar su descargo, y 88 Viera y Clavijo: Historia üe Canarias, vol. iii, pág. a28. que esté advertido, pues que es eclesiástico y a de dar enxempl* a otros, que no diga palabras de que otro se escandalize ; y que esta le basta por el presente" El gesto del poeta que se delata a si mismo puede parecer CU-rioso. Posiblemente hay que ver en él algo de lo que hoy llama-riqmos necesidad de psicoanalizarse, afán de escapar a un com-plejo que no, sólo debía salir a la luz de la conciencia por medio de la confesión, sino que también debía recibir su castigo, para compensarse y anularse. Ello no significa, sin embargo, que hay que ver en el joven poeta un inquieto, puesto que, visto a la luz de lq poco que de él sabemos, este episodio no parece haber cambiado en nada su estilo de vida, sus aficiones y sus ideas. Afcontinuar su vida ociosa en Las Palmas, sin decidirse a termi-nar sus estudios y sin siquiera ordenarse de clérigo, a pesar de tener ahora suficiente edad para hacerlo, el Cabildo tuvo que intervenir otra vez, obligán(ío1e a ordenarse en las primeras órdenes que diese el obispo, so pena de que se le cortaría la renta OO. Entonces fue, en Íin, cuando recibió ias,óriienes, pro"ubiemeiile en el añe de 1559; y entonces también cu&o ofició su primera misa, en la iglesia d~ Agaete, en. presenciq de su familia reunida: Con las cinco palabras a mis manos, aquí bajó el eterno Rey piadoso. Alzar le vi6 con ojos soberanos de Mateo y María el par famoso, y viéronle sus hijos, mis hermanos, Constantin, Serafin, Félix brioso, Constantina, Alejandra, damas bellas que en virtud y beidad han sido estrellas 9:. En el. mismo año de. 1559, el, Cabildo catedral revocó la licencia. que le tenía dada para contin,uac sus estudios fuera de las islas, se ~ubliCado por A. Millares Carlo: Bio-bibliografla de escritores natu- TaZes de las islas Canarh, Madrid, 1932, ptig. 149. so Reunión del Cabildo de 20 ae febrero de 1559 (Cf. Viera y Clavijo: Hk-toria de Canarias, vol. m, pág. 428). 01 Cairasco: El Templo militante, vol. m, pBg. 149. 322 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIRASCO DE FIGUEROA 49 visto que hacia ya dos años desde que habia regresado a ellas sin demostrar alguna intención de volver a estudiar 92. Pero, como siempre ocurre en tales casos, el mismo estudiante calmoso que no se daba prisa en aprovechar las facilidades que, sin pedirllas, se le ofrecían, sintió despertarse su interés para el trabajo, al negársele la facultad de dedicarse al estudio ; y así es cómo, a su ruego, vol-vió a conseguir la deseada licencia, en 15 de enero de 1560 Os. Tam-poco se dió mucha prisa en aprovecharla, pues en 5 de febrero del año siguiente estaba todavia en Las Palmas, y servía de padrino en el bautismo de urna hija natural de Antón de Serpa, quien aca-baba de morir poco antes 04. Así y todo, como de todas formas habia que ir a estudiar, al fin y al cabo se decidió a emprender el tercer -&;'e & e!asz, iji.ub&lemsiiie -pr mis-ñio &o & iSBi. Tampoco conocemos dónde le habrá llevado esta vez su mode-rado deseo de trabajar. Sólo sabemos que su ausencia de Canarias fué bastante más larga-unos seis o siete años en total-y que su fruto fué tan modesto como la otra vez, por lo menos desde el punto de vista estrictamente universitario, puesto que, al volver a su patria, ni siquiera pudo ostentar el título de bachiller. Es tra-dición que habia pasado aquellos años en Italia, pero esta tradición descansa Únicamente. en el recuerdo de sus orígenes italianos; de modo que, con ser posible y hasta cierto punto probable, su estan-cia en Italia no se puede afirmar con seguridad. Donde quiera que fuese, los pocos éxitos que como alumno iba a cosechar, así como el conjunto y la tonalidad general de su obra poética, parecen autorizar la idea de que fué un estudiante calavera, dispuesto a di&~ütz de su jü~eiiiid,d e sus rentas y cie ia magnífica oportu-nidad que se le brindaba para viajar y para conocer el mundo. Quizá haya aprendido cánones, pero es más cierto que aprendió a tañer la guitarra con tanta destreza que, según la tradición, "sus- O* Ia'dem. Todos estos datos prnreden de aplntteo sacari~o'&! -A~~hivr? Catedral de Las Palmas por Viera y Clamo, e incluidos en la última edición de su HZstwia. En este'último apunte falta la indicación del mes. 9s Ibldem. Archivo de San Agustin de Las Palmas. Y. ALEJAN.D RO. CIOBANESC. U, pendía a los oyentes" y sobre to, do .a. las hermosas damas a quie-nes se proponía complacer. poesías. .l íri.c as,. están llenas de ~ u a - na?, de Jerónirnas, de Aguedas, de h a s y de ~onstaxkas,y hasta se atreve a dedicar una de sus ~ o ~ ~ o s i c i oAn eusn a danaa que no. la podh hber, una Marcela tan virtuosa como d&conocida, cuya incorruptibilidad le increpa el joven canónigo con una vehemencia que parece digna de una mejor causa: Ingrata, desleal, falsa, perjura, inconstante, cruel y fementida, jes éste el premio de mi fe tan pura? jes ésta la esperanza prometida? ¡Tan mal se emplea en mi tu hermosura! Como el amor, por ser desconocido, no me espantó de ti, de mi me espanto, que a tan frágil pastora quise tanto. Mas yo haré en mi propio tal castigo, que pueda ser ejemplo en toda parte: cruel me sea el cielo y enemigo, si voiviere Ius djr=te SE. - 0 Claro está que la resistencia de Marcela, tan amargamente re- m E sentida por el poeta, nada bueno nos dice sobre la de las Juanas y O o Jerónimas. Para con estas últimas, con quienes era más fácil po- n nerse de acuerdo, Cairasco sabe adoptar el lenguaje que conviene, -E B y prescindir de las circunlocuciones petrarquistas, para expresar n n lo poco que pretende de ellas: j . . . Abreme, casada, por tu fe, . , que ilueve menudito, y mójome. Para entretener a unas amigas de tan buena pasta, Cairasco. sabe" también entresacar de SUS lecturas lo más íino, es decir, lo más libre de las novelas italianas, y contar, con una gracia y una * , 05 Viera y Clqvijo: Historio de Ganarzas, woi., m, pág. 424. 98 Poesía inédita, sacada, como las dem&, del manuscrito inédito de la Biblioteca de Palacio, cuya edición estamos prepahdo para la Colección de Clásicos Canarios. . , 1 ,Sx- ) k ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAhTl'I.COS tlesenvoltura que ningún poeta español ha llegado a igualar, antes ni después, episodios atrevidos y cuentitos salaces, para los cuales sabe coger, cuando se necesita, no el frío buril del Aretino, sino la pluma fantaseadora y llena de peligrosas seducciones del Ariosto. Es lástima que el carácter muy peculiar de estas composiciones haga imposible su presentación al público, pues si se prescinde de su salacidad hay que reconocer que se trata, sin duda posible, de algunas de las mejores composiciones poéticas españolas anterio-res al Siglo de Oro. Este juicio podría parecer exagerado, 8910 porque se trata de composiciones desconocidas. Sin embargo, esta opinión coincide con la del único crítico que logró verlas, aun en vida del poeta y rn-r- n'-h'--a-h--l-~--m- ~ npt-~ ~em;ni~z~iSnp ~rscnz].- 41 h&!y & lg n e ~ a - "- sidad de escoger el poeta sus temas de acuerdo con sus aficiones y con la naturaleza de su ingenio, Juan de la Cueva añade.: . Claro tenemos el ejemplo de esto en el que hizo el Sueño a la viuda y a Venus el jardín tan deshonesto: que siempre fué su Musa tosca y muda, en no siendo lasciva y descompuesta, y en siendo obscena, fácil fué y aguda Juan de Pa Ciaeva escribía estos versos por el año de 1609, es decir, en un momento en que no era posible ignorar la magna obra de Cairasco, la obra de toda su vida, El Templo militante. No pon-dremos dificultad en admitir que su juicio sobre la "Musa tosca y muda", que le había inspirado aquellas millaradas de octavas, es c i i r r n n m n n i - n i n i r i a t ~ r a m w a o n n t n al c.n:trrn:r. drr r.ri l r r ~ t r i r: u---:n- LICL~)~I.YYICYCV SIIJUIJLV y ~ b y ~ L o e u 1G4z b L I C G L L U UG LLU I G b L U L L U p C L b I G U - te; sin embargo, es caracterizadora, a la par que perfectamente 97 Juan de la Cueva: Ejemplar poético, edición de F. A. de Icaza, Ma-drid, 1941, pág. 127. Evidentemente, los comentaristas del poeta sevillano no podían saber a-qué obras aludia éste, por desconocerse de la manera más absoluta aquellas actividades de Cairasco. Se trata de dos novelas en verso, de,Cairasco, que figuran en el mismo manuscrito, titulada la primera El ISueño de la Viuda, y la otra sin titulo, cuyo primer verso es En las secretas o n r . de Neptuno. Ntím. 3 (1957) 325 justificada, la escala de valores que sugiere el critico sevillano, ai considerar que, poéticamente, los cuentos libres de Cairasco se colocan por encima de todas sus demás actividades literarias. Así,' sacando un cuento de Straparola y otro de Paraboseo; cuando no de su propia minerva, para diversión de sus amigos, alternando la declamación pastoral a favor de unas inaccesibles Clenairdas o Felisas, con peticiones más directamente interesadas: Pues que no te pido m& de un beso, ninfa hermosa, antes que pida otra cosa, dámelo, Teresa, en paz, pasó nuestro joven poeta los mejores años de su juventud, en medio de un mundo que no nos es posible definir geográfica y físicamente, pero cuya principal preocupación debió ser, como la del poeta, la de obedecer al sabio consejo de Horacio: coger con tiempo la rosa, antes de que se fuesen al viento, uno a uno, los pétalos de los días +i ;la Ina i11ia;nnna Y U- I-R IICIDIV.IUYi Terminados sus "estudios", si es que de terminación se puede hablar, el poeta tuvo que volver a su Isla y a las ocupaciones que desde tanto tiempo tenía abandonadas. La fecha de su regreso a , Las Palmas no se puede determinar con precisión, pero debe de ser meses antes del verano de 1569. En 7 de junio de este año le vemos deponer como testigo en ia información y autos seguidos por la Inquisición de Las Palmas contra Juan Sánchez, inglés a pesar de su nombre y apellido hispanizados, quien estaba preso en las cár-celes del Santo Oficio, acusado de haber rasgado una santa imagen que adornaba una tienda de la ciudad. Bartolomé Cairasco, testigo presentado por el acusado, contestó a las preguntas de manera bastante evasiva: que es verdad que conoce a1 inglés; que no sabe si es cierto que al principio éste comprendía mal el romance, por- que entonces no lo conocía ; que no sabe si sus acusadores son sus enemigos y le quieren mal. De tales contestaciones es difícil sacar .conclusiones sobre el tiempo que había que conocía al inglés y, por consiguiente, sobre el tiempo que llevaba ya en Las Palmas después de su regreso A partir de este momento, su vida será forzosamente distinta de la que hasta entonces había llevado. No sólo que el medio de su ciudad natal se prestaba menos a las travesuras y a la galantería, sino que el poeta había pasado ya el cabo de los treinta años, se movía en un mundo conocido y representaba a sus ojos, mejor y más inmediatamente que hasta entonces lo habia hecho, la digni- a N dad sacerdotal. Al acostumbrarse poco a poco a una existencia E O cuya regularidad no cieja de ser monótona, ei poeta se acerca insen-n-= m siblemente a la vida interior al mismo tiempo que a la disciplina O E del trabajo. E 2 E Sin embargo, la historia no quiso tener en cuenta su calidad = de poeta, y sólo nos ha transmitido sobre su existencia, como sobre 3 la de todos sus contemporáneos, unos cuantos datos frios, selacio- - - 0m hados con su vida estrictamente material. Gracias a ellos podemos E seguir a distancia lo que podríamos llamar la biografía exterior O del poeta, la historia de su vida física, que fué, sin duda, la parte n -E menos interesante de su personalidad. a 2 El 31 de febrero de 1571, por escritura ante el escribano pu- n 0 blico Roque Loreto, Bartolomé Cairasco compraba de su padre 3 una casa en Las Palmas, en la banda de Triana, que lindaba con O casas de F'rancisca de Medina por un lado, y de Juan Sánchez por el otro 99. Posiblemente se fui$ a vivir a esta casa, que debió ocu-par hasta después de fallecido su padre; entonces volvió a vivir a la casa paterna, que antes había sido de su tío-abuelo, entre la puente del barranco Guiniguada y el convento de San Francisco. Mientras tanto, a partir del 7 de enero de 1572, 98 Autos seguidos en la Inquisición contra Juan ~gnche< de -4cialchr). 99 Archivo ProVlncial de Las Palmas, vol. 856, fol. 83. fecha de su 1569 ( ~ r c h i h 3Pi nominación en el cargo, actúa como secretario del Cabildo csetedraL al que pertenece 'O0. Sus acostumbrados quehaceres sólo de vez on-cuando quedan interrumpidos por incidentes de poca envergadura,. pero que, en la escasez de acontecimientos de mayor alcance, to-man proporciones mayores de las que debieron tener en la realidad. Así, el 4 de noviembre de 1572, delante de los inquisidores de Canaria, "pareció Marcos de Sanjuán, racionero de la Sancta Igle-sia de Canaria, secretario deste Santo Oficio, y juró en forma de derecho de dezir verdad; y dijo que el domingo veinte y seis de oetubre próximo pasado, en esta cibdad se dixo públicamente que en casa de Hemando de Vera, vecino desta ysla, se avía hecho un milagro, que una hija suya, que estava enferma, estava sana, y que sudava un retablo de piniel en que estava pintado el Descen-dimiento de la Cruz, y que acudía mucha gente a verlo; y este día en la tarde yo el dicho secretario y el canónigo Cayrasco y el ra-cionero Espino y Francisco de Cabrejas y otros, preguntamos a algunas personas de las que avían ydo a casa del dicho Hernando de mra,q ué era lo que aViá avi& r;erca de lo q ~ deez ia2 mi!cg~; y un Francisco Ortiz, pintor, vecino desta ysla, dixo que avía sido milagro, y que la moza estava sana y el retablo avía sudado y 61 lo avia visto, y que quien no creere aquel milagro era erege" lo'- Al racionero le pareció demasiado fuerte la pretensión del pin-tor, de tener por hereje a cualquiera que hubiera dudado del mi-lagro, y para solucionar sus dudas y sus aprensionesnse fué a de-nunciarlo al Santo Oficio. Parece que el Tribunal, siempre pru-dente, no di6 curso a la denuncia; de modo que no sabemos si el ~etablom ilagroso era obra del mismo Ortiz. ni cuál era la opinión 0 de Cairasco sobre los mismos particulares. En el Cabildo reunido el día 12 de diciembre de 1572 se discutió. Pa petición presentada por fray Basilio de Peñalosa, monje de Pa. 100 A. Mwares Carlo: Bio-bibliografiu de escritores cuwurios, pbg. 149- Eos datos que siguen a continuación, referentes a su actuación en ei seno dei: Cabildo catedral, están sacados del resumen de las actas de dicho Cabildo, formado por Viera y Clavijo, y conservado en copia en el Museo Canario. 101 Museo Canario, Inquisicibn, CLM, 15. 328 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Orden de San Benito, de admitirse la fundación de un conventc~. de monjas en la ciudad de Las Palmas. A esta pretensión se opuse el arcediano de Canaria, alegando, además de la consabida pobreza de la Isla, "que la isla es cálida, y el vecindario, de gente ociosa, de que se seguirian visitas a todas horas a las monjas", y pretex-tando también, no sabemos por qué, las frecuentes invasiones de los piratas extranjeros. Hubo otros canónigos que expresaron ideas bastante opuestas a las del arcediano, y Cairasco refutó una por una sus razones, sin que por ello se pudiese llegar a una decisión, ,La cuestión permaneció en suspenso hasta el 24 de mayo de 1576, cuando el obispo don Cristóbal Vela hizo saber al Cabildo que era su deseo y su resolución de aprobar la fundación de aquel convento. /b1 a1. ~ t-e.,-u-A -p ofier que en ei apoyo que daba ai proyecto de fray &- dio, nuestro canónigo se dejaba un poco arrebatar por la especial consideración que tenía a éste y por los lazos de'estrecho paren-tesco que con él le unían. Basilio de Peñalosa, en efecto; era hijo de Bartolomé Peloz y de Bernardina de Peñalosa (prima hermana de Cairasco) y nieto de Catalina de Valera y de Pedro Hernhdez de Peñalosa, siendo así pariente próximo de Bartolomé Cairasco, según más arriba se dejó indicado. Las relaciones entre los primos eran excelentes, según más adelante volveremos a ver; y en 20 de octubre de 1574 Bartolomé Cairasco consta como testigo en la escritura de dote otorgada por la misma Catalina de Valera a favor de su nieta y media hermana de fray Basilio, Mariana de Peñalosa, al casar esta última con Juan Martel Peraa lo*. En 20 de julio de 1576 se presentó al Cabildo una real provi-sión que imponia se asignase la tercera parte de las prebendas a distribuciones, en conformidad con lo dispuesto por el Concilio de Trento. El Cabildo acordó solicitar del obispo retrasase la aplica-ción de esta medida; pero como el obispo'volvió a exigir el c m - plimiento de la provhión, en su sesión de 2 de febrero siguiente de 1577 se acordó designar al arcediano de Canaria y al canónigo 102 Ante Lorenzo de Palenzuela, 20 de octubre de 1574. Cairasco para que fuesen a solicitar del obispo se contentase coh el pago de wi tercio de la +renta. Mientras tanto, para mejorar sus ingresos así disminuidos, nuestro canónigo y poeta no dejaba de ocuparse de vez en cuando en asuntos comerciales rnris o menos provechosos, como los que formaban las actividades preferidas de su hermano menor. Tam-bién intervino en cultivos de cañas y en venta de ahcares. Así, en , una escritura del 4 de abril de 1578, Nicolás de Franchi otorgaba ."que, por quanto oy día de la fecha, ante el presente escribano pú-blico, el señor canónigo Bartolomé de Cayrasco me vendió media suerte de tierra con las cañas que en ellas están al presente Bilan-tadas, debaxo de ciertos linderos", se compromete a devolverle las tierras .cuando tenga entregada la cantidad de 50 ai?v?xis Ue &- ,car, que era el objeto real de la transacción, "porque realme& dicha venta se hizo por seguridad del dicho azúcar lo3. - El 5 de octubre de 1577, estando en Las Palmas, sirvió otra vez .de padrino en el bautismo de Ana, hija de Lucano de Béthencourt :y de su mujer Melchora de Padilla. Después su nombre no vuelve :a constar hasta el 22 de diciembre de 1580, cuando el Cabildo trata ,del conflicto que antes había habido entre los canónigos Caisasco y Diego del Aguila, quienes se habían trabado de palabras e insul-tado recíprocamente, por lo cual habían sido castigados dándoseles su casa por cárcel. En aquella sesión se resolvió que ambos canó-nigos debían pedirse perdón de sus injurias y denuestos, dentro del segundo día, .y que, mientras tanto, a pesar de la cárcel que :se les había impuesto, tendrían licencia de salir de ella Únicamente . para ir a olr misa, recto trámite, es decir, sin detenerse en el cii-mino, el uno al vecino convento de San Francisco y 'el otro al de 'Santo Domingo. Posteriormente se les mandó poner en libertad; después de haber dado una fianza de mil ducados cada uno, la mitad para la guerra de Su lblajestad y la otra mitad para la fábrica de la catedral, de que tales incidentes no iban a renovarse. Asl pasaban los días del poeta aburguesado, entre sus obliga- 10s Escritura ante Luis de BaIboa (vol. 873, fols. 339 y 345) 330 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANZfICOS ciones sacerdotales y sociales por una parte, y por otra las peque- 5as fiestas y las pequeñas rencillas que ocurrían más o menos en familia y que, a falta de más anchos horizontes, tomaban aspecto de acontecimientos. Menos mal que alguna vez le era dable olvidar la monotonía de todos los días y divertir a sus amigos y conocidos con alguna muestra de su ingenio, y principalmente con alguna comedia o entremés, cuyo gusto aún no había perdido. Una de estas comedias, la que hizo representar en 1576, para dar la bienvenida al obispo don Cristóbal Vela, se ha perdido, al igual que las ante-riores. Pero hubo otras más, y algunas de ellas se nos han con-servado. Así, en la reunión del Cabildo catedral celebrada el 8 de mayo de 1581 se le encargaron "las letras para cantar, emblemas y epi-gramas para poner a los arcos" que se iban a elevar con motivo de la solemne entrada en Las Palmas del nuevo obispo, don Fer-nando de Rueda, y resultado de este encargo fué la Comedia det Rescebimiento, que se representó el 8 de mayo de 1582. Todo un año de preparación había sido aprovechado por los organizadores del festejo para darle el mayor lucimiento, y tenemos algún que otro detalle sobre su arreglo, debido a las confesiones algo inte-resadas de otro canónigo, Luis Morales, a quien se había encar-gado la parte decorativa de aquella entrada, teniendo en cuenta, según él mismo dice, que "desde mi niñez sé dibuxar y hago mu-chas cosas curiosas de mi ingenio". Al saberse la próxima llegada del nuevo obispo, dice el mismo, "por todos se me pidió muy encaresidamente que yo tomase a mi cargo e1 rescebir y regalar con el mayor aparato que pudiese hazer ; y ansi lo tomé tan de propósito, que al rey Phelipe y al Pontifice romano no creo que jamás se le a hecho tan ynsigne triunfo y rreal pompa como yo le hize, que lo tengo casi ya escrito, a pedimiento de muchos; porque uvo en él una sélebre comedia, y muchos versos latinos, y tantas ynvenciones, que os puedo hazei un Pibm de las curiosidades que se le pusieron". Cuenta más adelante el mal sa-tisfecho canónigo que, "habiendo el obispo llegado a esta ysla en primero de mayo de ochenta y d ~ se,n cornpañb de. una muy grande flota que- yva -a Piriá, le hizimos esperar en la fortaleza del Puerto, ocho &as, mientras se ponían las casas que estavan apersibidas, que, por gozar de verlo, se detuvo aquí la flota este tiempo y más. Y con saber de todo el cabildo que yo había sido el abtor de todo aquel aparato y recebimiento, y lo más heran trabajos de mi pes-sona, y que había [sido] tan bueno y tanto y tan a honor suyo y aplauso del pueblo y de seis, mil1 hombres de la flota, que yvan admirados, éste fué un obispo tan ingrato, que ni un Dios os d-6 salud o bueno estava no me dijo". Así lo escribía el rencoroso canónigo en cierta carta a un amigo a de España, la que, por efecto de un naufragio, llegó a manos del E Sante Olcie & 1. Inn;llsi~ihJT 1- valib a sil auhr varios meses O n de cárcel, de la cual salía bajo fianza el 6 de julio de 1585 lW. Si es - =m O cierto cuanto dice en lo referente a la importancia de su papel en E E 2 la ~r~anización'derelc ibimiento, no por ello deja de ser segur@ E que la comedia a que él mismo alude era obra de Cairasco. Es pro- 3 babie que este úitimo no tuviese mejor recompensa de sus esfuer- - zos, pero también es probable que no se la esperaba, y que esta clase 0m E de diversiones era pasa él un descanso inteligente, más bien que O una manera de lucir su ingenio. En esto de lucirse, nuestro Cai- n rasco debía de tener ideas preconcebidas y muy-bien fijadas en aE su mente, y entre ellas parece haber sido la más fija y profunda- - mente anclada la de pensar que su principal mérito consistía en la n invención de los esdrújulos.. Todo lo demás le parecía demasiado O3 fhcil, y, por consiguiente, tenía la tendencia natural a considerarlo teme lm jwg~,c empzr.i^ci,c~r in e1 k~.bajoe n g o ~ c -TT~ i ~ ~ r f ~ c t a - J r------- mente inútil que le debia de costar su inmensa esdrujdea. Le ocu-rría un poco como a Petrarca, quien escribía versos vulgares para divertirse, y pensaba que su mayor título de gloria iba a ser su poema latino, que nadie lee hoy día. La faciiidad fue ei peor enemigo de nuestro poeta. A eiia le debemos una asombrosa cantidad de versos, que vence la paciencia. Proceso del can6nigo Luis de Morales, en el Archivo' de Acialcázar. 332 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB' desde antes de emprender su lectura. Su obra constituye un océano en que hay de todo, en donde lo bueno y lo excelente se codea con lo peor. Y, por otra parte, como si él mismo se hubiese sentido cul-pable y cohibido por su extraña facilidad de versificador, trató de crearse problemas y de buscar un arte dificil en la desacertada invención de los esdrújulos, que es la peor de cuantas invenciones se le han ocurrido. Mientras tanto, Cairasco seguía dedicando lo mejor de sus des-cansos a una actividad dramática que parece haber sido muy fér-til, y de que, desgraciadamente, no se nos ha conservado sino una muy pequeña parte. Además de la Comedia del Rescebimiento de2 obispo Rueda, conocemos tres obritas suyas, escritas y .probable-mente i.epre~t.iitadai;e ii Grai; Cmwia. Si e! erUm c p v ofrece d manuscrito de dichas obras respeta la cronología d
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Calificación | |
Título y subtítulo | Cairasco de Figueroa : Su vida. Su familia. Sus amigos |
Autor principal | Cioranescu, Alejandro |
Publicación fuente | Anuario de estudios atlánticos |
Numeración | Número 03 |
Sección | Lengua y literatura |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid ; Las Palmas |
Editorial | Cabildo Insular de Gran Canaria |
Fecha | 1957 |
Páginas | p. 275-386 |
Materias | Cairasco de Figueroa, Bartolomé (1538-1610) ; Biografía |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 6615181 Bytes |
Texto | CAIWASCQ DE FICUERQA SU VIDA. SU FAMILIA. SUS AMIGOS POB * 0 E IPSJEJAND1R(3i CPORFhMESCU -6 - Profesor de la Facultad da Filosofía y Letras de la Universidad de La hguna. < ó" E E d E La biografía de Bartolomi. Cairasco de Figueroa es la historia < f 5 de una vida de más de setenta años, transcurrida en me&^ de ma ; tan perfecta monotonia, que parece no valía la pena de historiarla. m E Es la vida de un canónigo de la segunda mitad del siglo xv~y, en 6 m una pequeña ciudad española, alejado de todos los grandes acon- O - tecimientos, filosóficamente aislado en su Isla, lejos de la vida d bulliciosa de la Corte, donde se forja, a la par que la grandeza A - española, una nueva literatura condigna de tainta grandeza. Es na- - g tural, por consiguiente, que su vida parezca sin interés, probable- 5 mente tal como él mismo se la habia deseado. Faltan en ella los incidentes; y cuando los hay, setán forzosamente de tan poca trascendencia como son generalmente las pequeñas rencillas entre compsvros de coro, la venta de mía casa o de un esclavo, u otros detalles cuya suma constituye una vida común. Claro está que todo ello no tiene nada que ver con el interés de la biografía interior de nuestro LmrsonaJ:L~e. mnnete~iiad e ÜU vida pública y privada, la relativa falta de relieve de su persona-lidad física y social, no resta interés a sus actividades creadoras. El mismo Ariosto habia vivido de igual modo, en su modesto go- bierno de Garfagnana, y después en su casa de Ferrara, parva sed apta, preñriendo, como lo dice en sus sátiras, los rábanos que comía en su propia mesa, a los opíparos banquetes que hubiera podido ganarse con mucha adulación y con un poco de servilismo. Como en el caso del gran poeta italiano, la biografía de Cairasco, su verdadera vida, está en sus obras; y los incidentes diarios y de poca envecgadura que ilustraron su carrera; sólo tienen interés por la relación que guardan con su persona y, en algunos casos, i S , . I 3 / con su creación. , , Sin embargo, y a pesar de la poca envergadura de sus @talles, su vida merece sin duda la atención que aquí le dedicamos, si no a N por ella misma, por sus contingencias históricas y por sus im- E plicaciones con ei pasado insular. Por- -ea pzrte, C.airusce i!wt,'i On con su persona, y con la de sus familiares más inmediatos, la his- - m O E toria ejemplar de &a de las muchas familias extranjeras que se E 2 habían avecindado en Canarias a raíz de la conquista, llegando E en el espacio de una sola generación a situaciones prominentes, 3 al mismo tiempo que a una absoluta asimilación con el medio - español que los circundaba. Pos otra parte, su vida coincide con , 0 m E una época particularmente movida de la historia insular, y se halla O mezclada alguna vez en las agitaciones que vinieron a buscarlo, n sin que,él las hubiese esperado. En fin, esta misma época es un E a momento cultural de máximo florecimiento en el Archipiélago Ca- n nario, y sobre todo en Las Palmas de Gran Canaria, donde Cairasco n n no es un escritor aislado y una vocación al azar, sino un literato O3 en medio de un grupo de literatos, un miembro de una tertulia que. parece haber sido una de las primeras, Ge las m8s cürfusas y- de !as menos conocidas de España, y que, por tanto, merecería un estudio. más detenido. Por todas estas razones, la vida, la familia y el medio social de Cairasco no son indiferentes para quien quiera acercarse a su obra, poseyendo los datos susceptibles de proporcionarle una mejor comprensión de la misma. A'& ANUARIO DE ESTUDIOS ATCtltNTICOS ,Apenas terminada la conquista de las Islas, con la de Tenerife que fué la Última en someterse a la corona de Castilla, acudieron .a. ella numerosos mercaderes y traficantes, la mayor parte de ori-gen genovés. Al.gunos de ellos llegaban con la intención de resar-cirse de. las cantidades gastadas durante la conquista, en concepto de préstamo a los conquistadores, mientras que otros, más sim-plemente, venían para prospectar un terreno todavía virgen y ,donde, por consigujente, había algo que hacer. Los genoveses for-inaban la absoluta mayoría de estos mercaderes y capitalistasx,' de Portugal, como porque, desde antes, se hallaban ya orientados hacia el comercio del azúcar de caña, debido a sus relaciones con Madera. Por otra parte, la caída del imperio bizantino y la exten-sión del poderio otomano, con su acción monopolizadora, habian arruinado la potente armadura del comercio genovés con el Orien-te; de modo que la república ligur precisaba nuevos c a b s de acti-vidad para sus hijos, exactamente en el momento en que la con-quista de Canarias venía casi inesperadamente a ofrecerle nuevos mercados. Sea como fuese, lo cierto es que los genoveses llegaron pronto .a ser muy numerosos en las Islas, y la economía de hs mismas se concentró casi exclusivamente entre sus manos. La prosperidad vhe F Q E ~p~. 2 ~ r & ~ ~ +t ?e-uE& $ ros ecmo iute!ige;;tes; y, como era natural, las pretensiones a los cargos y a la nobleza fueronala inevitable secuela de la prosperidad. De este modo, en el .espacio de dos generaciones, los Ascanio, los Carrninatis, los Es-píqdola, los Justiniano, los Lercaro, los Ponte, los Riberol, los Salvago, los Viña, para no hablar sino de los apellidos más cono- 1 CP. Manuela Marrero: Los genoveses en Za colorzizaoión de - Ten-e rile, en "Revista de Historia", XVI (1950), págs. 52o5. cidos, llegaron a ocupar una posición de las más prominentes, en medio de la sociedad isleña. Después de haberlos enriquecido, el comercio les condujo a los cargos y a las aistinciones; pero todos ellos, los que llegaron a hacerse una situación tanto como los que se perdieron en el anonimato, habían empezado de igual modo: en una tienda de paños, en la compra-venta de azúcares o detrás del banco de cambista y prestamista. Entre los centenares de genoveses que llegaron a las Islas, en los primeros años del siglo XVI, los Cairasco ni fueron los prime-ros, ni eran verdaderamente genoveses. Eran naturales de la ciu-dad de Niza, que por aquel entonces pertenecía a la república ligur. a No estamos seguros de que su verdadero apellido haya sido tal N eu.mu. se ha conuer;.a& e:: Cuilariuu; m& bien es probable que la O n forma de Cairasco ,(que antiguamente se escribía Cayrasco) sea - m O el resultado de alguna corrupción local, igual a la que transforG E 2 a los Suaggi en Azuaje, a los Ascanio en Escaño y a ]Los Ceresole -E en Cerezo. 3 y El primero de ellos que vino a Canarias fue Constantin Cairas- -- 0 co. Estaba ya en las Islas en el año de 1508, en que consta su nom- m E bre por primera vez en relaciones de comercio con la isla de Te- O 1 nerife. Su biografía es dificil de reconstituir, por la gran escasez n de documentos de Gran Canaria, donde había fijado su domicilio; E a-de modo que, para estudiar sus actividades, sólo disponemos de 2 n pocos datos seguros y de algunos hipotéticos. n 'Como otros compatriotas suyos, Constantín Cairasco parece O3 haberse dedicado al comercio de azúcares. Generalmente, este co- ---- ' - L r - mercio curisls~iae n ade:a-iitar e: cume~ci~iiat?el prod~cturb ea::= tidad de dinero que este último necesitaba para el aprovechamiento de su tierra y de su cosecha, y, en una segunda fase, en pagar el productor su deuda, en azúcar de su cosecha, que después el co-merciante enviaba a alguna ciudad de Europa. Este tráfico era doblemente interesante, pues permitía al comerciante una ganan-cia muy sustanciosa, por cuanto le dejaba ganar dos veces, como 2 Cf. ~ a n u e l aM arrero, en "&vista de Historia", XVI (1950), pág. 65. 278 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIGOS prestamista y como exportador. Prueba de estas actividades se nos ha conservado en una obligación que en 16 de junio de 1519 le ñr-maba otro genovés, Bartolomé Fontana, reconociendo que debía a Cairasco y a su asociado Guillermo de Arnao la cantidad de 125 arrobas de azúcar blanco, que se comprometía pagarles de la pri-mera cosecha3. A los pocos días, Constantín Cairasco prestaba nueve doblas de oro a maestre Juan, cirujano de la ciudad de Las Palmas, quien adeudaba aquella misma cantidad a Bernardino de La Serna, tesorero de la Santa Cruzada d. Por el año de 1522 ocurrió un incidente que tiene el interés de indicar claramente la desahogada posición económica a que había llegado en pocos años nuestro genovés. Por aquel entonces, el ca-iónign y tesorere de !a catedra! de Lis Palmas, Feniánd Nvarez, personaje conocido, que había venido a las Islas en tiempos del obispo Juan de Frias y había tomado parte en la conquista de Te-nerife, exigió de los señores de ingenios de azúcar de Gran Canaria el diezmo de las maquilas, en virtud de una delegación que para eiio clecla tener del Santo Padre. Los propietarios interesados se negaron a pagar la contribución que así se les .exigía,' por pare-cerles sospechoso el tesorero, o su delegación; de resultas de lo cual Fernando Alvarez fulminó contra ellos censura y excomunión, estando de acuerdo en esta grave medida con el deán y con todo el Cabildo de la catedral. En estas circunstancias, los interesados se reunieron en Las Palmas, el 20 de octubre de 1522, y dieron sus poderes al doctor Alonso Gómez de Yepes y a Juan Fonte, resi-dentes en Roma, para que solicitasen de Su Santidad por razó~ au-,, au;iunrhran g vn*z..i,mni..urnrra a y-- t^--,A:- ~ -~- -2 ~'-i yí iai ~mi~sm~o ltie~m~po~, d;ie ron tam-bién poderes a Antón h e z y a Antón Fernández, procuradores de causas en Granada, para presentar querella contra el tesorero, Ante el escribano Cristóbal de San Clemente (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 734, fol. 167). En lo sucesivo, cuando se mencione aiPm escritura notarial sin indicación del folio, se entender& que dicha indicación se halla inutilizada por la mala conservación del legajo correspondiente. 4 Ante Crist6bal de San Clemente, en 21 de junio de 1519 (vol. 734, fol. 180 v.). 6 ALEJANDRO CIORAN'ESCU en la Chancillería de aquella ciudad Eran los excomulgados, e1 bachiller Cristóbal de la Coba, que había sido alcalde mayor de Gran Canaria, y entonces propietario del ingenio de Satautejo; Juan Mansel, el rico francés, propietario del ingenio de Arucas, que después pasó a ser propiedad de su yerno, el capitán general Pedro Cerón; el conocido Juan Ceberio, propietario de m ingenios en el valle de Tenoya; Cristóbal García de Moguer, dueño del in-genio de Telde, y Constantín Cairasco, todos ellos "vecinos de Gran Canaria y señores de ingenios de moler cañas". No tenemos ninguna indicación concreta sobre el ingenio de Cairasco, pero es muy probable fuese el que después siguió siendo-propiedad de sus herederos, situado en la vega de Gáldar. De todos mm6os, &~c-~-~&.g yUe aegb-os de me=cio~ur, y ni^^ a Constantín Cairasco en compañía de los hacendados más pode-- rosos de la Isla, indica sukientemente el camino que, desde su llegada a la Isla, había recorrido el genovés. Además, no era me-nester probarlo con documentos, pues el mismo hecho de ser pro-pietario de un ingenio de azúcar significaba, en aquella época, gozar de una pcisición económica más que desahogada. : ' Este documento es uno de los Úitimos en que consta nuestro personaje. El otro es una escritura del 2 de junio de 1522, por la cual compraba de Lorenzo Rodríguez, sastre, por precio de 15.000 maravedk, un tributo de 1.500 maravedís, pagadero en una casa en.Las Palmas, "donde fué la huerta que dicen de Juan de Ale-mda"; todo ello, sin perjuicio de otro tributo de 2.750 maravedís de que antes gozaba el mismo Constantín Cairasco El mismo día, nuestro biograíiado tomaba ~josesMii de zqüeh ewi, eumo U4eñ,=. del dominio Útil de la misma. Sin embargo, no debió gozarla mucho tiempo, pues falleció poco después, en fecha desconocida, pero seguramente anterior a agosto de 1523 7. . 4 Ante Cristbbal de San Clemente, en 20 de octubre de 1522 (vol. 733, fols. 708-9). 6 Ante Qiet6bal de San Clemente (ibidem,~f ols. 333 y 336). 7 Resulta de una escritura del 7 de agosto de 1523 Oídem, fol. 191 v.) ,280 ANUARIO DE ESTUDIOS 'ATLANTICQB CAIRASCO DE FIGUEROA .. 7 Además de su hacienda de ~áldar, , . Constantín Cairasco dejaba una casa propia en.la ciudad de Las Palmas; en la calle del con-vento franciscano, en un solar que, transformado modernamente en jardín público, lleva el nombre de Bartolomé Cairasco. Como, Constantín no se había casado, su herencia pasó a su sobrino,. Mateo Cairasco, de quien se hablará más adelante. Sin embargo, parece ser que Constantín dejaba descendencia en la Isla; pero de la circunstancia de no nombrar a estos descendientes por sus here-deros, se debe inferir que se trata de hijos naturales. Aunque no tengamos ningún documento seguro que lo pueda certificar, parece haber sido h i ~ asu ya una Catalina de Cairasco,, casada con Tomás de Capua, hijo de Juanote de Capua, mercader it.&p;. &rLc$,- --:.-a- --J...- 2-1 -c- 3- i e 9 n u n - L . 9 : - - -.l.-.% d.. .-...+a v l u u a ~ U L ~ LUIC A UIU UG 1 ~ ~ 3 4 -. ba~auua uuuu ut: o3~c matrimonio por lo menos tres hijos: Juanote de Capua, Sebastián Cairasco y Maria de Capua, cuyas vicisitudes ignoramos. Sólo po-demos añadir que- Catalina vivía aún en 1559, cuando era vecina de Guía O, y que tenía una criada, Agueda Cairasco, que consta en documentos de los años de 1557. También parece haber sido hijo de Constantín un Juan Cairasco, a quien dicen primo de Mateo, según más adelante se podrá ver. Este Juan Cairasco nos consta como vecino de Gáldar por los años de 1524 y, después, de 1532. Aparece como testigo en una escritura de poder que en 24 de octubre de 1528 otorgaban ~ u i s dae Béthen-court, viuda de Maciot de Béthencourt, y su hijo Juan Perdomo, todos ellos vecinos de ~ á l d alro. No sabemos nada más de su vida; de modo que sólo sospechamss, sin poderlo afirmar con seguridad, que Constantín Cairasco, ya difunto, había sido en su vida realizador de los bienes de un difunto Juan Luis, hijo de mteo Afonso y de Catalina Afonso. o 8 Un poder de Catalina de Cairasco, viuda, como tutora de su hija menor, en 15 de abril de 1532, ante Bernardino de Vesga (vol. 753, fol. 253). 9 Cosme de Santa María, en nombre de Catalina Cairasco, arrienda un caudal de agua perteneciente al heredamiento del Palmitai, en 13 de julie de 1559, ante Diego Fdres de San Juan, escribano de Guía (resumen de escri-turas de Guía, en el Amhivo de ~ c i a l c ~ z&&a,s Palmas). " Oidem (escritura ante Alonso @eS-a n Clemente). . . NQm. 3 (19571 I X I Constantin Cairasco I -1523. I Juan Cairaaco. 1 I r---- .- - .- Mateo Cairsco Fernando Constantlna Mateo Cairasco Marla Cairascri Argenta salvago i 1559- del Castillo Calrasco 1594-. 1577-. 1578-. = Peregrina de 1566-1607. 1581-. = Miguel de Montesa. Yoxica. I i Constantin Cairaaco 1579-. I Beatriz Cairasco de León 16s. = Bartolomé Vandama. CAIRASCO DE FIGüEROA 9 gue fueron sus hijas: María de Cairasco, casada con Jerónimo Ce-rezo, y quien, ya viuda, otorgaba testamento en 11 de abril de 1578 pidiendo se le diese sepultura en el convento franciscano de Las PaImas "en la capilla de los genoveses, donde se enterró el dicho Jerónimo Cerezo, ;mi marido" ll; y Violante Cairasco, casada con .Juan Chouet o Chovete, vecinos de Gran Canaria en 1573, y viuda por los años de 1582 12. De todos modos, no consta que haya habido ninguna clase de relaciones entre los Cairasco que aquí mencio-namos y la familia del poeta. Esta Última procede de Mateo Cairasco, sobrino de Constantin y primo de Juan, a quien su tío había hecho venir a Las Palmas desde muy joven, sin duda para que le ayudase en su trabajo, y también para dejar detrás de si im contintiarlnf de su casa y un .heredero de su fructífera labor. No sabemos con seguridad cuándo fué su llegada, pero debió ser por los años de 1520. Mucho más tarde, en 1574, el regidor de Tenerife F'rancisco de Coronado declaraba en el Santo Oficio de la iñquisición, al ser interrogado sobre los antecedentes de Mateo Cairasco, que a sus padres no los habia conocido "porque eran extrangeros, y su padre lo envió a un tío suyo, que se llamava Constantín de Cayrasco, nizardo"; pero que al mismo a t e o "lo conoció este testigo cuando lo trageron de Niza, que casi no sabia hablar e~~añol "7F~ra.n cisco de Coronado habia nacido en Gáldar, - por el año de 1507 ; de modo que es posible que hable de recuerdos de cuando tenía unos trece o quince años. Algunos más que él debía de tener por aquel entonces Mateo, quien parece haber nacido por el de 1505 l4, g wiz& z~tea, 11 Testamento ante Alonso de San Juan (Archivo Provincial, vol. 877). 1 2 Escritura de venta de una esclava, por Violante Cairasco, ante Alonso ,de (San Juan (vol. 789, fol. 53 v.). 13 Información abierta por el Santo Mcio de Las Palmas sobre la liin-pieza de Constantín Cairasco de Figueroa (Las Palmas, Archivo de Acialcá-zar; sdlo se conserva en copia moderna, sin que se conozca el paradero del original). 14 En una información hecha a petición de ~ernardino Canino, en 8 de agosto de 1571, ante Alonso de Cisneros (esa ante Antdn de Zenpa Padilla, 10 ALEJANDRO CIORANlESCU .Mate0 Cairasco quedó solo por muerte de su tío, heredero de toda su hacienda al mismo. tiempo que de sus negocios. Preparada ya para las actividades que antes habían sido propias de su tio, le vemos reanudar en seguida las mismas, dando dinero a tributo 15, prestando a los productores de .azúcar las cantidades que necesi- .taban para sus explotaciones l6 o encargándose de cobrar deudas en nombre de sus clientes 17. Estas actividades, u otras cosas que ignoramos, le enemistaron con algunos isleños, y entre otros con ~ u a nde Ceberio, alguacil m&or de Gran Canaria. El día de Pascua Florida de 1525, sobre las nueve de la noche, mientras Mateo de Caisasco, su primo Juan a de Cairasco y otras personas se hallaban en la proximidad del ce- c. E ?uer?terio del cnmknto frmciscano, esto es, a dos pasos de su pro- O pia casa, el dicho Ceberio les arremetió, junto con Juan de Casares, S-- m alguacil menor de la Isla, con Alonso Alvarez, mercader, Hazán el O E E morisco, esclavo de Ceberio, y otro morisco llamado Juan, esflavo 'año de 1616; Archivo ~rovincialv, ol. 1.034), Mateo *irasco interviene, como testigo, y declara tener cincuenta y tres años de edad. Se* esta deciaración, habría nacido en 1508, y tenía catorce o quince años al fallecer su tío. Perm se sabe la poca exactitud de estas declaraciones; y, por otra parte, los docu-mentos que se mencionan a c&nt&iuaci6n indican actividades que no son pro-pias de un niño y que requieren la capacidad jurídica del contrayente, por coneiguientela mayoría de edad, o por lo menos la edad de la emancipación- Si se adrnite.que Mateo Cairasco tenía por lo menos dieciocho d o s en 1523, había nacido en 1505 o antes. 16 Mateo Cairasco compra de Guillermo de Cárdenas un tributo perpetuo ,de 17 doblas de oro, sobre una huerta y parral en el Barranco del Agua, ante Crist6bal de San Clemente, el 7 de'agosto de 1523 (vol. 733, fol. 187). Compra de Alonso de Herrera y Ana de Ávila, vecinos de Gáidar, un tributo de cinco. doblas de oro, sobre una suerte de tierra que tienen en el Barranco de iaa Ganas, en Guía, ante Alonso de San Clemente, en 28 de junio de 1524 (VOL 1.316). le Mariana Jirnénez de Becerril, viuda de Alonso de Becerrii, y su h i j ~ ' Ginés de Becerril, deben a Mateo Cairasco 25.000 maravedfs que le prest6 en dinero, para la plantaci6n de cañas de azúcar en la vega de Gáldar; ex? Guía, ante ~ l o n dke San Clemente, el 24 de marzo de 1524 (vol. 1.316, fol. 313i.. 17 Poder de Maria, esposa de Cosme de Espindola, a Mateo Cairasco, para. cobrar una deuda, en febrero de 1525, ante Cristóbal de San Clemente (vo-lumen 733, fol. m); ...S ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS de Francisco de Casares; y así les fueron tirando de cuchilladas y atacándoles con puñales, "hasta los meter en el portal de la por-tería del dicho monesterio de Señor Sant F'rancisco, e ally rema-necieron heridos los dichos Mateo Cayrasco e Juan Cayrasco de ciertas heridas de que les cortaron cuero e carne e salió mucha san-gre; e, lo que peor es, assy mismo hirieron al Padre guardián del dicho monesterio, que salía abrir la puerta de la portería, a ver qué cosa era la contienda e pelea que sonava en el dicho portál, e le cortaron cuero e carne de una mano e le salió sangre". De todo ello hubo autos, promovidos por Diego de Villanueva, alguacil mayor y promotor fiscal del obispado, contra el dicho Ce- a berio y sus compañeros; y en 21 de abril de 1525, el provisor del N E obispado mandó se hiciese información de lo ocurrido. Pero parece O que, a raíz de aquel incidente que le había obligado a buscar refugio S-- m O en el convento de San F'rancisco, Mateo Cairasco no se atrevió a EE salir de allí y atravesar la calle para volver a su casa, puesto que 2 E el fiscal informa "que los tesfigos que tiene de presentar para la - echa i n f o r m a c son personas que p r jüatus impedi;;;e;\t~s 3 - pueden venir ante Su Merced, por estar como están retraydos en - 0 m E el convento de Señor San F'rancisco". Debido a ello, pide se nombre O un comisionado que vaya al convento a proceder a la información; 5 y efectivamente se di6 dicho cargo al bachiller Pedro de Góngora, n -E quien fué al conv&to a interrogar a los testigos, y entre ellos al a 2 d misma Mateo Cairasco 18. n n De este Último hay un poder, otorgado en Las Palmas el 17 de 3 O abril de 1526, nombrando por procurador a Bartolomé Peloz19. Ccrmn reghkr de 1a Isla consta a partir del año de 1529, en cuyo oficio sigue sin interrupción hasta el fin de su vida. Es posible haya obtenido su oficio de regidor a consecuencia del fallecimiento de su cuñado, Pedro Fernández de Peñalosa, regidor, cuyo albacea testamentario había sido, y cuyo fallecimiento ocurrió precisamen-te en ei año de 1529. 18 Archivo de Acialcázar. 19 Ante Cristóbal de San Clemente (vol. 733, fol. 971). 12 ALEJANDRO CIORANESCU A partir de esta época, su vida transcurre tranquilamente, en medio de sus familiares y de sus acostumbradas ocupaciones, de que se nos ha salvado algún que otro testimonio de poco interés: fianzasz0, poderes *l y venta de azúcares z2, que parece haber sido su más constante preocupación y lo más seguro de sus rentas. Como genovés, fué uno de los administradores de la capilla llamada de los Genoveses, en el convento de San F'rancisco de Las Palmas, en donde todos los que pertenecían a aquella nación tenían derecho a la sepultura, y en cuya administración le vemos intervenir a par-tir de 1546, por lo menos. Mateo Cairasco había casado, allá por el año de 1525, con María de Figueroa, hija de Bartolomé Fontana, genovés, de quien ya se ha hecho mención, y de su esposa Constanza MUnez de Fi=eroa. Fontana era otro mercader de origen genovés, que había llegado a Gran Canaria mucho antes que los Cairasco, pues consta como re-gidor de aquel Cabildo desde el año de 1500. Gozaba de próspera situación económica, y sus hijas casaron con algunos de los más prorñirler1tes rep-i=eseñtanies & clsw;e & iiacerl&dos, que pronto iba a constituir la aristocracia de la Isla 23. María de Mgue- 20 Mateo Cairasco y Francisco de Lorca, regidores, salen por fiadores de Diego de Narváez, regidor, quien habfa dado a censo a Lorenzo de Palenzuela, vecino de Tenerife, ciertas tierras y aguas en el heredamiento de Tirajana, en nombre del Ldo. Santiago, del Consejo de Su Majestad; en 23 de agosto de 1532, ante Bernardino de Vesga (vol. 753, fol. 520 v.). . 2-i Focier a Rodrigo Alvarez de Ortega, procurador, en 28 de julio de 1554, ante Adrián de Padilla (vol. 763). Poder a García de Medina, procurador de causas, en 20 de diciembre de 1554, y otro al mismo, en 13 de agosto de 1555, ante Adrián de Padilla (vol. 763). 22 Poder de Damián de ~ z u a j ea ~ i o n s oa e La Fuente para cobrar ae Mate0 Cairasco 50 arrobas de azúcar, en 8 de mayo de 1554 (Ibfdem). Poder de María de Figueroa a García de Medina, procurador, para que "se oponga a cierta execución fecha en mis bienes a pedimiento de Hernando de Herrera, vecino desta ysla, sobre ciertos maravedis que pretende serle devidos", en 7 de agosto de 1554 (midem). Varias escrituras de la misma sobre ventas de azúcares en su ingenio cie Gáidar, ante Diego Piores, en 15í3 y 1574. 23 Fueron hijos de Bartolome Fontana: Antonio Cherino, vecino de Gái-dar, que no debe confundirse con su tío materno y homónimo Antonio Cherino, casado con María Zambrana; Catalina de Valera, casada con Pedro Fernández roa, su hija, quien habia recibido las aguas bautismales en la igle-sia catedral de Las Palmas el 18 de marzo de 1512 y quien, por consiguiente, apenas si tenia unos catorce años en la fecha de su casamiento, representaba una alianza nada despreciable, desde to-dos los puntos de vista, para el joven Cairasco. Sin embargo, había en aquel matrimonio un pequeño punto negro, que sin duda ignoraban ambos esposos, aunque probable-mente, de haberlo sabido, no hubiera cambiado sus planes. Era una amenaza aún latente, si bien no se podía discernir, en las posiciones que por aquel entonces ocupaban las personas interesadas, pero que iba a influir más tarde sobre la vida de los Cairasco. Y es que la madre de María, la mencionada Constanza Núñez de F'igueroa, era hija de un tal Gómez de Ocaña, "hombre de baja suerte, que tenia por oficio de hazer cal" oficio tan hon-rado como cualquier otro: pero es que, al mismo tiempo, Gómez de Ocaña pertenecía a una familia de conversos, como también su primo o deudo cercano Gutierre de Ocaña, mayordomo de doña Inés -P p--r-n-s-a , y & ~ ~ u é g-C L . ~&~Q p f i b l i ~ ~ (Ir= Cznzriz. En cuanto a la madre de Constanza, parece ser, según declaración del mismo testigo, que había sido "una muges nuevamente convertida de los naturales de la isla de La Palma, con quien dizen que se casó" el dicho Gómez de Ocaña y cuyo nombre y apellido se ignoran 25. Esta clase de circunstancias se solían ocultar con tanto cui-de Peñalosa, regidor, de la familia del célebre obispo de mapa, fray Barto-lomé de Las Casas; Antonia Fontana, casada con el Ldo. Cristóbal ~enegas, y María de Figueroa, casada con Mateo Cairasco. 24 Información sobre la limpieza de Constantfn Cairasco de Figueroa, ,E", ,A--L:--- 2- .-:-,..A---\ &u L 9 [ r u ~ u v uUG nua~uua~- ) . 25 Esta declaración, cuyas circunstancias hacen indudable su veracidad, plantea un problema curioso. Constanza Nüñez de Figueroa, la mujer de Fon-tana, debía de tener por lo menos unos trece &os en 1504, cuando nació su primer hijo conocido, Mencia (bautizada en Las Palmas el 28 de 0ctubre.de 1504). Por consiguiente, habia nacido antes de 1491, es decir, seguramente &es Ue lo cuiiq&.t,ts de la isIa & Palma. EJo parece coiirrIyar i" tambien se puede deducir de otras fuentes, que entre La Palma y las islas ya conquistadas se habia establecido una corriente más o menos regular de inter-cambios y comunicaciones, desde antes de la conquista. dado, que ni siquiera los más directamente interesados conocían los exactos antecedentes de sus abuelos. Así es como, por los años (de 1535, Rodrigo de Ocaña, hijo de Gutierre y escribano de Gran Canaria, hallándose preso por el Santo Oficio de la Inquisición, quiso hacer informacih de su limpieza, con cuyo objeto envió a España a su sobrino, Marcos Perdomo. Naturalmente, éste UegÓ con los datos que demostraban su falta de limpieza, con gran sor-presa del escribano, quien, agobiado por esta inesperada noticia, abandonó su oficio de escribano y se fué a vivir retirado en la isla. de Fuerteventura **. De este modo, toda la descendencia de mmez de Ocaña "era avida y tenida por confesa" 27, cosa que muy verosímilmente igno-raba Mateo Cairasco. Además, como acabamos de indicar, incluso si llegó a saberlo, no es probable que la conciencia de aquella falta de limpieza hubiese influido en su decisión, pues por aquel enton-ces aún no se hacia caso de tal detalle, que sólo empezó a tenerse en cuenta a raíz de las declaraciones que se exigieron de los con- -V'-C-L-B-U-D- y-- ---@---- --- -1 +nih.innl iln ln T n n r l i a i n iAn o nar+ir 1528 LUiiLGDUCil p J A G A G L ~ u u i i u ur b r u rr*y-..za,avaa, r-- 1-- ,-. -,--- Sea como fuere, el casamiento de Mateo Cairasco no parece haberle acarreado disgustos y desventajas, a no ser la de no haber podido obtener el título de familiar del Santo Oficio que, según declaración del mismo testigo, había gestionado con el inquisidor Padilla. Su vida transcurre tranquilamente, en medio de su familia .y de sus negocios, hasta que los muchos años, y los achaques trans-formados en enfermedad, le acercan insensiblemente al ocaso. En 16 de febrero de 1578 le vemos otorgar escritura de poder, por presencia del escribano Luis de Balboa, declarando que, por cuanto "por la graveza de mi enfermedad que al presente tengo, yo no 28 Informacidn de la limpieza de Constantín Cairasco de Figueroa, 1574. , 27 Fueron hijos de Gómez de Ocafia: Antonio Cherino, casado con María Zambrana, hija de Esteban Zambrana y de Inés de Béthencourt; Francisco Srihez; Aria Miiia, qüieii parece hz5er cssadu e: Lo Pa!mu, &r?de fc6 ante-pasada de los Abreu; Canstanza Núñez de Figueroa, casada con Bartolomé Fontana; Juan de Valera, casada con el regidor Fernando Espino, e Isabel Gómez de Figueroa, casada con Juan Rodriguez de Orihuela. 288 ANUARIO DE ESTUDIOIS ATLANTICOB puedo fazer mi. testamento, , e porque María de Figueroa mi muger a muchos días que a tenido cargo e cuenta de mi hazienda, e sabe' lo que yo devo e a las personas con quien yo e tenido dares e to- .mares e otras quentas, por tanto otorgo y conosco que doy mi poder cumplido, tal qual de derecho se requiere, a la dicha María de Fi-gueroa, mi legítima muger, para que pueda hazer e haga mi tes- -tamento e última voluntad" 28. Lo grave de su enfermedad se ve, además, por el ducto de su firma, trazada con mano temblorosa. .El poder fué renovado delante del mismo escribano, en 3 de marzo .siguiente 29; a pesar de lo cual, Mateo Cairasco otorgó él mismo .su testamento, el día 3 del mismo mes y año ", falleciendo a los pocos días, en 12 de marzo de 1578. Fué sepultado en la capilla de 10s Genoveses, del convento de San FTancisco. Su viuda le sobre- -vivió algunos años y falleció en fecha, que ignoramos, pero que no . parece ser muy anterior al verano de 1586. De su matrimonio habían resultado ocho hijos, que son, por el :mismo orden en que los menciona el testamento de Mateo: - Constantín Cairasco de Figueroa, regidor, alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición. . - BARTOLOMCAÉI RASCOD E F'IGUEROAe,l 'poeta. - Serafín Cairasco, regidor. - Constantina Cairasco, mujer de Francisco Palomares. - Félix Cairasco de Figueroa, regidor. - Alejandra Cairasco, mujer de Jácome de Sobranis. - Luisa de Cairasco, y - Violaiite de Cairascn. Además de estos hijos, que consta que vivían en la fecha del .testamento paterno, hubo muchos más, que fallecieron en la infan-cia. Según una indicación de Bartolomé Cairasco, su madre había 1 28 Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 863, fol.. 451. 29 Ibídem, fol; 483 v. . .. . 80 Se abrió ante Luis de Balboa el 12 de marzo de 1578, día en que.había fallecido el otorgante (pdem). tenido catorce hijos 31. De uno de ellos, Mateo, se ha conservad@ la partida del bautismo, en el sagrario de la catedral, en 13 de diciembre de 1545. Otra hija, Antonia Cairasco, había casado con don García Sarmiento y Sotomayor, visitador de la Real Audiencia de Las Palmas; pero parece haber fallecido poco después 32. De los ocho hijos que vivieron, diremos en los párrafos siguientes lo poco que se sabe en la actualidad. Las dos Ultimas hijas de los Cairasco fueron monjas en el con-vento de La Laguna. Luisa de Caírasco, quien se iiamó después Luisa del Espíritu Santo, entró de monja en el "rnonesterio que. agora, mediante la divina gracia, ha fundado en la ysla de Thene- 31 B. Cairasco: Carta a D. Salvador Cayetano Manrique de Lara (inédita, Museo Canario, VIT, B. 23) : b Produjo catorce frutos y, por pagar 10s tributos en temprana flor los diez, gozando están del Juez los divinos atributos. 32 Más tarde, al escribir a don Diego Sarmiento de Acufia, canciller del hábito de Caiatrava, de1 Consejo de Su Majestad, señor de ~mpuhia, una. pesada esdrujdea, BarblomB Cairasco aludía al hecho de haber casado el. padre de su corresponsal con su hemana: Celebraron las nupcias en Canaria don Garcla Sarmiento y la Nereida dd no=..bre 6e Cairooci, dnka Antnnin; .y llevó (como dice el de la Eneida, aunque esto fué con fuerza voluntaria) >aris a Elena por la mar Ausonia. Con triste ceremonia hico Muerte el divorcio deste ilustre consorcio. Nacistes del segundo ... La escritura de dote de Antonia Cairasco, que comprendía bienes por un valor de diez.mil ducados, había pasado ante Jerónimo ~ a u t i s t a~ a ine loe,s cri-. bano publico de Las Palmas, en 4 de febrero de 1549. La escritura original se ha perdido; sólo queda un resumen en el Archivo de Acialchar. 290 ANUARI'Z, DE ESTUDIOS ATLANTZCOS CAIRASCO DE FTGUEROL 17 tife, en la @dad de San Chri$tobal de La Laguna", con licencia de fray Pedro de San Francisco, custodio de todos los conventos franciscanos de Canarias, firmado en La Laguna, a 18 de mayo de 1547; trajo una dote de 400 doblas de oro de contado, y renunció su herencia paterna y materna el mismo día, por presencia-del escribano Juan de Anchieta Su hermana, que se llamó después Violante de los Reyes, obtuvo la misma licencia del custodio en 21 de julio del mismo año, y íirmó su renuncia el 23 de julio si-guiente ". Ambas hermanas vivían aún, en el mismo convento, por el año de 1585. Alejandra Cairasco había casado en la iglesia de Guía, en 30 de septiembre de 1586, con Jácome Qbo de Sobranis, hijo de Fe-iipe C'ibo de Sobranis y de Clara Inglés del Castillo. Su matrimo-nio duró pocos años, pues su marido falleció antes del verano de 1590 35. Vivió después retirada, en su casa de Gáldar, en com-pañia de sus dos primas, Isabel de Figueroa e Inés de Béthenconrt, ' y de su sobrina Luisa de Béthencourt, hija de ~ d á An c edo y de Ursula de Béthencourt, por haber tenido la desgracia de prsder la vista. A esta desgracia alude su hermano, el poeta, en la vida-de San Alejandro, patrono de aquélla, para quien solicitaba su mi- . lagrosa intervención : , O, sagrado Alejandro, si en el suelo pudiste dar a ciegos la luz bella, agora que triunfas en el cielo, ¿por qué la de tu nombre está sin eiia? ;No ves la devoción, el alto celo, paciencia y humildad con que atropella . la discreta Alejandra sus enojos? i Por qué no alcanzas luz para sus ojos? 3C. 33 Archivo Provincial de Santa Cruz de ~enerifev, ol. 139, fols. 37-9. - 34 Ibidem, fols. 86-8. . . 35 Aiejandra Cairasco, viuda de Jácome de Soberanis, vecina de Guia; aiorga escritura por ia cuai arrienda a Juan cie B6thencourt Bracsmonte cier-tas tierras y aguas que tenía en el Ingenio Blanco; ante'Juan de. Q~intana, escribano pxíblico de Guia, en 26 de junio de 1590 (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 2.332). 36 Cairasco: El Templo militante, vol. 11, p&g. 125. Estos versos fueron ' ALEJANDRO CIORANESCU . Y lo mismo resulta del testamento de ~lejandrae,n que declara hallarse sana "aunque pribada de la vista corporal, de que caresco de muchos años a esta parte". Dicho testamento fué otorgado por presencia de Fernán Garcia Cabeza, escribano de Las Palmas, el 30 de agosto de 1613 ". De él se puede sacar que se le hubo de .dar ya citados por María.Rosa Alonso: La obra Ziteraraa de Bartolomé Cazrasco , de Pigueroa, en "ReYista de Historia", X m (1952), pág. 335. 37 Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 1.049. Cabe añadir que en mu-chos tr.abajos genealógicos y estudios (cf. por ejemplo el mencionado estudio de Maria Rosa Alonso) se confunde a esta Alejandra Cairasco con otra Ale-jandra Cairasco de Eigueroa, mujer del capitán Francisco de Béthencourt. a Dicha identiñcacion no es posible, por muchas razones, y en primer lugar por N la cl&usula del testamento de la Alejandra que aquí estudiamos, en donde dice iexiuainie&e: "De&rv qi~e:a s tierr= e , t e ~ g cn . 18 ~ixdzd& Tede n=-i -i-i-~ r- o, O n mando y e por bien que se den a mis sobrinas doña María y doña Alejandra -- m Cairasco, hijas de 10s sefíores Francisco de Betancor y doña Alejandra O Cairasco". E 2 Sin embargo, la confusión de las dos Alejandras era fácil, pues hemos de -E confesar que, a pesar de nuestras investigaciones, no hemos podido averiguar quién era ia erpüsa Bd capith Mancisco de EbtAmmrt, urg'!~".dz de !as be9 3 Alejandra Cairasco que se citan. Según las apariencias, era sobrina de la pri- - - 0 mera Alejandra; pero no sabemos de quien era hija. Cabe suponer que sera m E una de las hijas de Constantin Cairasco, quiza la última, Mariana, con el nom- O bre cambiado en la conñrmación. Esta suposición parece conñrmarse por la circunstancia de mencionarse en el testamento. citado dos de sus hijas, Marin - n -E y Alejandra (la tercera) : Maria era efectivamente su hija mayor, pero no tuvo a ninguna hija llamada en el bautismo Alejandra, de modo que también aquf 2 n se debe pensar en un cambio de nombre. n n El capitán Francisco de Béthencourt fue jefe de una expedición a Cabo 3 Verde en 1602, capitán del puerto de Las Isletas y alcaide del castillo de La Luz O (1609-28), y tuvo de su matrimonio los siete hijos siguientes: 1. Xaria, ?xdUzaiia eii 'as Ci4mss d 7 de iia-:iem?xe Ue 159% 2. Bartolomé de Cairasco Figueroa, quien adoptó el nombre y'los apellidos del poeta, fue su heredero, y estudió cánones en Sevilla (primera inscripción en 14 de abril de 1625; la segunda, en 7 de enero de 1626; la tercera, en 28 de septiembre de 1626; la cuarta, en 27 de septiembre de 1627, y la iiltima, el 18 de septiembre de 1628). 5. Zau-iar cailasco Bmeiicoui:, "-.-&:--A- 1 ' A ,,e,.h,.., A, IGnF; uauunauu 63, A, U, -- A---, de quien se hablará más adelante. 4. Constantina, bautizada el 6 de marw de 1609. 5. Mateo, bautizado el 2 de octubre de 1612, estudió cánones en Sevilla. por los años de 163447. (Contizwl.) - -- ?S2 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIRASCO DE FlGUEROA 19 sepultura en la capilla de los Genoveses del convento franciscano, a pesar de tener Alejandra capilla propia, de la advocación de San Juan Evangelista, en el convento de San Antonio de Gáldar. A esta Última dejó varios ornamentos, "con más la imagen de bulto que tengo en el dicho mi oratorio, con los vestidos que tiene, qu'es a la advocación de Nuestra Señora de Candelaria", mientras que "un retablo que tengo en mi oratorio, que fué de mis padres, que entiendo es a la advocasión de Nuestra Señora de Belén", lo dejaba a sus sobrinas Catalina y Constantina, hijas de Constantín Cai-rasco su hermano. En fin, dejaba por heredero a su hermano Se-rafín ~airascoe, l único de sus hermanos que aún vivía por aquel a N entonces, por no haber tenido descendencia la otorgante de su men- E - cinnadn c z s z ~ i entc~vr i Jácesze de S~branis. O n - = , Dos habían sido las hermanas del poeta, además de las que m O E habían tomado el hábito. De estas dos, SE E = Constantina, Alejandra, damas bellas que en virtud y en beldad han sido estrellas 3s. 3 - 0 Constantina había casado con Francisco Palomares, hijo de An- m tonio cerezo y de Sancha Díaz de ~urkad,u eños del heredamiento O de Agaete. fimcisco Palomares había estado casado antes, año n E de 1562, con Catalina Dumpierres de Ribera. Su segundo matri- a monio parece. deberse colocar allá por el año de 1569. Tuvieron una n sola hija; Sancha, bautizada en Las Palmas, a 22 de marzo de 1570; h r o esta hija debió de falleceren su infancia. El mismo Palomares 3 O 6. Ana, bautizada el 11 de enero de 1616. 7. Francisco, bautizado en 19 de febrero de 1619. Gaspar Cairasco ñabía sido nombrado por el poeta heredero en segundo lugar. Pasó a Indias, donde cas6 con Isabel de Venegas y Figueroa, natural de Pamplona de Indias, siendo padres de: Isabel de Cairasco y Ayala, casada con el maestre de campo Lope Orozco Carrillo; padres de: Alonso Orozco Carrillo, presbítero, natural de Pamplona de Indias, quien hizo información para familiar del Santo Oñcio de la Inquisición, en 22 de octubre de 1680. / 8s Cairasco: El Templo miiilante, vol. LII, pág. 149. murió por el año de 1580, de modo que Constantina, al igual que su hermana Alejandra, no dejó sucesión. Falleció en fecha desco-nocida, pero vivía aún en 1610 y, según parece, habia dejado de existir en 1613, pues su nombre no consta en el testamento de su mencionada hermana. Félix Cairasco de Figueroa parece haber sido el más joven de los cuatro hijos varones de Mateo Cairasco. Debió nacer por el año de 1545. De todos modos tenia por 10 menos veinticinco años en 1570, cuando consta por primera vez como regidor de la Isla, en el oficio que a su favor había renunciado Miguel de Moxica, alférez mayor de Gran Canaria. Con su hermano Serafín i con su a cuñado F'rancisco Palomares tomó en arriendo de sus padres la N E hacienda y el iilgonici Ge LG Vega & Gáldir, p r escritura que pasó o en 13 de agosto de 1574 39; pero no parece haberle interesado la n-- m administración de aquellos bienes, pues dió poder para ello a Se-o E E 2 rafín, desentendiéndose de todo cuanto se refería a aquellos ne- -E gocios 'O. Casó en 1576 con Leonor Salvago, hija de Juan Bautista Salvago y de Argenta Arnau y hermana de los dos canónigos, 3 - - Pedro Salvago, arcediano de Fuerteventura, y Juan Salvago, arce- 0 m E diano de Canaria. Recibió en dote la cantidad de 7.000 doblas, fir- U mando recibo ante Luis de Balboa, en 29 de septiembre de 1578, z casi al mismo tiempo en que otorgaba su testamento, que, por su B-E mala conservación, no se puede determinar en qué día pasó Sa-nl bemos por este testamento que su oficio de regidor lo había renun- n n * ciado en favor de Francisco Palomares, su cuñado; pero que la 3 O propiedad de aquel oficio pertenecía a María Salvago, tía de su mujer, quien tenía exdilsivémimtz e! dereck~ de d i s p m r de 41, Félix debió fallecer poco después de otorgado su testamento. Dejaba de su matrimonio dos hijas: María, que había recibido el -- 38 Ante el escribano Diego Flores de Sanjuán (Arohivo Provincial de Las Palmas. vol. 2.325). 40 Ante el mismo escribano, a 4 de septiembre de 1574. En 8 de agosto estaba aún en Guia, y consta como testigo de otra escritura (Pbldem, fol. 567). 41 Ante el escribano Alonso de Sanjuén, por septiembre de 1578 (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 877). 294 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLmTICOB O bautismo en la iglesia de Las Palmas, en 7 de septiembre de 1577, y Argenta, bautizada el 2 de septiembre del año siguiente. Como la herencia de Mateo Cairasco y de su esposa había quedado por indiviso entre sus hijos, las dos menores, y su madre como tutora, hicieron gestiones para entrar en posesión de su parte en el hese-damiento de Gáldar. Por escritura del 13 de enero de 1582, Leonor Salvago y su hermano el arcediano Pedro Salvago convenían "que, por quanto de los bienes que quedaron de Mateo Cayrasco difunto, padre del dicho Felis Cayrasco, no se ha hecho partición por cier-tas causas, y entre los herederos del dicho Mateo Cayrasco se pen- a saba tratar pleyto y se ha comenzado, sobre la parte que a las N E hijas del dicho Felis Cayrasco les pertenesce de los dichos bienes O del dicho ivíaieo Cayrasco, y por quitarnos de los dichos pleytos n - = 0, e por serbar el deudo que entre nosotros ay, e por lo que conviene O E E a la utilidad e probecho de los dichos menores e por otras causas S E justas que nos han movido, somos de acuerdo con el señor Cerafin -- Cayrasco de Rgueroa, que está presente, que dé y pague a María 3 - y Argenta Cayrasco, hijas del dicho Felis Cayrasco, mil doblas de - 0m E oro de quinientos maravedís desta moneda de Canarias cada una, U por razón de la parte que del dicho su padre les podía pestenescer n de los bienes del dicho Mateo Cayrasco" 42. -E Leonor Salvago volvió a casar en 1580, con el regidor Bernar- a 2 dino del Castillo Benavente, de cuyo matrimonio tuvo otros cuatro n 0 hijos "5 De las dos hijas de Félix Cairasco, Argenta, la menor, fué 3 heredera de su tia materna, Argenta Arnao, cuyo testamento pasó O en Telde, por presencia de Rodrigo de Cubas, a 9 de diciembre de 3592 ",y casó por ei año de 1599 con Miguel de Moxica Ramírez de Baeza, alférez mayor de Gran Canaria. No tuvo hijos de este matrimonio, y falleció a los pocos meses, pues su marido, ya viudo, 42 Ante Luis de Balboa ,(Aroh. Provincial de Las Palmas, vol. 866, fol. 31). 43 Cf. Francisro Ferm?nc!ez de ICL\enco.;rt: X&Z-&irio &e C~nna.ririasv, oi. i, La Laguna, 1952, pág. 447, donde se han deslizado algunos errores, coma e1 de suponer que dicho matrimonio se verificó en 1576, cuando aún vivía Faix .Cairasco . +r Archivo Provinciai de Las Palmas. vol. 2.590. volvió a casar en 1602 con María de Ayala. Su segunda hija, María. de Cairasco F'igueroa, casó con Fernando del Castillo Olivares, regidor y maestre de campo ; tuvo por el año de 16Oü un procesa, criminal en el Santo Oficio de la Inquisición, por haber sido scu-sada de uno de aquellos ineptos sortilegios cuyo uso era tan común: fué condenada a reprensión en la sala de audiencia del tribunal y 3.000 maravedís de multa, que parece acabaron por restituirseles 46; y dejó descendencia de su matrimonio, siendo progenitores de la. rama de los Castillo y Cairasco, dentro de la casa que más tarde fué de los condes de Vega Grande. Serafín Cairasco de Figueroa, mencionado ya varias veces, babia sido bautizado en el sagrario de la iglesia catedral, en 26 de-enero de í543. Por primera uez eomtc, c o re~g&r ~ en el año de 1574, pero es probable lo haya sido por lo menos desde el año+ anterior, dado el gracioso incidente que tuvo en la carnicería de la ciudad, a principios de febrero de 1574. El día 13 de aquel mes, el promotor fiscal del Santo Oficio, el Licenciado José de Armas, re-clamó ante los inquisidores Bravo de Zayas y Ortiz de Funes, "que después que el Señor Inquisidor y Visitador, Dbctor Bravo de qayas, está en esta isla de Canaria, no se a tenido la quietud y respecto a Su Merced por los regidores de esta ysla y demás. justicias, en el darle los mantenimientos y cosas necesarias para $u persona y criados; y particularmente usando de descomedimien-to y poco respecto, en un día de los deste presente mes, yendo a la carnesería desta cibdad Hernán Rodriguez, criado del secretario Bartholomé Martinez, a tomar carne para el dicho Señor Visitador y su casa, y aviéncioseie dacio -uña @@a Gs vzca, Serafin de Cairw-- co, regidor, ilegó a el dicho despensero y le tomó un pedaco de la dicha piga de vaca, &iendo que él era regidor y lo podía haser,. . 4s Cf. Francisco Femández de Béthencourt : Nobiliarw de Canarias, vol. 1, plgia 44% Diaha obra fija la fecha del matrimonío en 1589; pero es posible. padezca error, pues en aquella fecha Maria Cairasco &o tenia de once 8 doce afios. Archivo Hist6ríco Nacional de Madrid, Inquisici6n 1821, núm. 5. Cf. "El: ñauseo Canario", Ri (19361, págs. 55-6. 296 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS: CAIRASCO DE FIGUEROA ' 23 no obstante que el dicho despensero le dixo que era para el dich~ Señor Visitador". Hubo más, pues juntando Serafín Cairasco la amenaza con eL agravio, "diziéndole otras personas que por qué avía hecho aquello, respondió que a él le avía costado el regimiento sus dineros, y que - por esso los avía dado, para aprovecharse de lo que pudiesse; y que si el dicho despensero se lo estorbara, le diera una cuchillada por la cara, o se lo pagara a un negro para que se la diera". Impuestos los inquisidores del auto promovido por el fiscal, decretaron se abriese información, que se empezó a hacer el mismo día, siendo llamado en seguida el mencionado Hernán Rodríguez, criado del secretario de la Inquisición de Llerena y de la visita de 1- & cgnarig, y ?ric~m=ir ,oce?it,e & !u 2ba+w7gc cndzta rices-tro regidor. Dicho testigo sólo pudo confirmar los hechos, tales como habían sido presentados por el fiscal. Resulta de su deposi-ción que "el primer sábado que vino a comprar carne para el Inqui-sidor, apartó una piqa de vaca de unas diez libras"; que Serafin Cairasco sobrevino, y pidió se le cortase carne de la misma pieza; a lo cual, el criado le hizo observar que aquélla estaba ya reser-vada, y que mandase le cortaran de otro pedazo. "Y el dicho Se-rafín Cairasco respondió que ya no avía sino huesos, y que también quería él buena carne como el dicho Señor Inquisidor, y que no quería sino de aquélla; que por eso era regidor y le avía costado el regimiento sus dineros, para aprovecharse y tomar de lo mejor- Y este testigo le replicó que en ninguna parte donde este testigo. llegava por carne para su señor, no se la solían quitar, sino dalie ln mainr. rr nl A' hrr Qernf:- rlri plnr-aniri- - n - - ~ - , l : l --A- &--A:--- ~v ruujur , y GA UXIIV UGL a 1u UG uay L anbu L OD~UULU LL CD LC LC~LLSU + -"No vengáis tan bravo, porque aquí os amansaremos, si estu-viereis muy bravo". No pararon las cosas aquí, sino que de allí a ocho días, el otro domingo, "Serafin Cayrasco, que era diputado, vino de fuera para entrar en la dicha carnesería, que estava serrada, y hizo abrir la puerta y entró, y con él muchas personas; y este testigo yva a entrar como los demás, por tomar carne, y el dicho Serafín Cayras- co no le dexó entrar y serró las puertas y lo dexó fuera y le dixo que él le enviaría carne; y este testigo estubo esperando como media hora", al cabo de la cual le enviaron una pieza de cordero. Al quedar inútiles sus protestas, encaminadas a obtener carne da vaca, "este testigo se fué a el monesterio donde estava el dicho Señor Inquisidor, y le envió a dezir con un paxe que no le querían dar carne; y el paxe bolvió y le dixo que Su Merced mandava que fuese a pedirla al governador; y este testigo vino a casa del gover-nador y se lo dixo como avia pasado; y el dicho governador fué con este testigo a la carnesería y le hizo dar carne de un buey flaco que avia, porque la carne de vaca buena se avía ya pesado" 47. a Si hemos referido con todos sus detalles este incidente, a pesar de su nimiedad, no es sóio por io pinicoresco de esta escena de cüs- O n-- turnbres, en que el inquisidor tiene que acudir al gobierno para m O defender su derecho a un pedazo de carne, y en que el gobernador SE reparte él mismo la carne, cuando no está conforme con el reparto E de los regidores, sino porque al mismo tiempo este episodio pone 3 en plena luz, a la que no le aventaja ninguna otra descripción, el O-carácter del petulante Serafín, celoso más que todo de sus privi- m E legios y de su bienestar, y preocupado por sacar las máximas ven- O tajas de los gastos que le había ocasionado su nuevo cargo. Ade- n E más, de su conducta en esta circunstancia, se puede inferir que a todavía estaba ignorante de la oculta amenaza que se cernía sobre n . los Caírasco, pues de haber conocido la verdad sobre sus antece- n dentes maternos lo más probable es que hubiese adoptado ana 3 O actitud menos arrogante para con el inquisidor. Desde el año de 1571, Serafín Cairasco se había dedicado a continuar las actividades paternas, por lo menos en lo referente a la producción de azúcares. En aquel año había plantado de cañas un terreno situado en El. Albercbn, en Ea Vega de Gáldar, y se dedicaba al cultivo, mientras Francisco Palomares, su cuñado, se comprometía a comprarle la cosecha, para molerla en su ingenia 47 Autos contra Serafín Cairasco, 1574, en el Archivo de Aeialcázar. 298 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB de Agaete 48. En los años siguientes, y en compañia de su hermano Félix, tomó a renta, de sus padres, el ingenio de Gálldar "con todos los pertrechos dé1 y casas de aposento, de purgar y refinar, y todo lo demás de la serca adentro, por tiempo y espacio de un año, que se entiende la safra de setenta y sinco, hasta ser cogido y alsado el f uto que en él se moliere, por precio y contía de quinientas doblas" .!'l. A partir de esta kpoca son numerosas las escrituras de Serafín Cairasco que documentan sus actividades económicas, todas ellas relacionadas con las tierras y el ingenio de La Vega de Gáldaf. Sus clientes más fieles parecen haber sido genoveses: su cuñado 48 Escritura del 5 de marzo de 1571, en Guía, ante Diego Flores de San-ján (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 2.325, fol. 29). En Guía, ante Mego Flo-s de Banjuán (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 2.325, fol. 571 v.). Las 500 doblas fueron pagmias a su madre .en 23 de agosto del mismo año (Ibídem, fol. 585 v.). 60 Baltasar de Mendafía, obligación de moler en el ingenio de Gdldar las cafías de sus dos suertes de tierra de Guía, en 9 de julio de 1574 Obídem). Sirnón Afonso arrienda a Serafín y Félix Cairasco unos c.afíaverales en Guía, a 18 de julio (Ibidem). Serafín, Félix y Constantiia Cairasco, obligación de azúcares con Vicente Interián, el 28 de agosto (Ibídem). Serafín Cairasco, venta de remieles a Juan de Molina, en Las Palmas, a 4 .de junio de 1575, ante Alonso de Balboa (vol. 777). Concierto sobre azúcares con Pelegrino Interián, el 10 de marzo de 1576, ante Mateo Gil Pifieiro (resumen en el Archivo de Acialcázar). Arrendamiento de un cercado en San Roque a Alonso Hernández de Córdoba, el 13 de febrero de 1577 (Ibídem). Escritura de venta por María Joven, esposa de Serafín Cairasco, a Fernando de Herrera, vecino de Gáldar, en 29 de diciembre de 1577 (ibídem). Venta de azúcares a NicoKs de Franchi, en 7 de mayo de 1578, ante Alonso de Sanjuhn (vol. 877,' fol. 227). Venta de' azúcares a Pedro de Sojo, mercader, el 2 de septiembre de 1578, ante el mismo. Poder a Bartolomé Cairasco para cobrar de los herederos de i3altasa.r de Villalta Maldonado la parte que le pertenecía de las cien doblas que éste debía a Mateo Cairasco, ante Luis de Balboa, e1 18 de diciembre de 1580 (vol. 865, fol. 365 v. ) . Obligación de servicio de ~ n t o n i oH erngndez en el ingenio de Gáldar, el 30 de diciembre de 1580 (Ibídem). Poder de Serafín Cairasco y otro-de su mujer, ante Balboa, el 19 de enero de 1581 (vol. 866). Venta de azú-a r e s a Petro de Sojo, ante Alonso de Sanjuán, el 10 de octubre de 1581 (vol. 878). Obligación de molienda por María Jiménez, viuda de Antonio Ce- la muerte de sus padres, el heredamiento de Gáldar quedó indiviso entre los hermanos; pero fué Serafín quien lo administró perso-nalmente y quien parece haber sacado de aquellos bienes el mejor rendimiento. Ya se ha visto. cómo, en 1582, compró la parte que de aquella herencia hubiera debido tocarle a su hermano F'élix. Serafín Cairasco renunció su oficio de regidor, a favor de Fran-cisco de Soto, en 30 de junio de 1587 51. Posteriormente a esta fecha fué alcaide del castillo de La Luz, y lo era precisamente en 1595, en el momento del ataque del célebre Drake. De su discutida actua-ción en aquellas circunstancias no hace falta tratar aquí 52; basta O con saber que de su comportamiento hizo honrosa mencih su pro- a pio hermano : N E C.nirasco en los del número O ganó subidos méritos, n-- m pues como alcaide itálico O E contra el anglio y el gálico E 2 hizo el deber mejor que los pretéritos, -E a pesar de los émulos, 3 que aiií mostraron corazones trémulos 53. - 0 m Serafín falleció después de 1613, habiendo sobrevivido a todos E sus hermanos. Había casado, no sabemos si por el año de 1576, O 5 con María Joven, a quien dicen hija de Francisco de Solís, el her- n E mano del visitador militar Alonso Pacheco, y de Susana Ramirez. a De este matrimonio nacieron por lo menos dos hijos: Constantina, . n m bautizada en la iglesia catedral el 21 de diciembre de 1531, siendo sus padrinos los hermanos de su padre, el canónigo Bartolome 3 O Cairasco y Alejandra; y Mateo, bautizado en 8 de febrero de 1594. Parece, sin embargo, que ambos hijos murieron antes que su padre, rezo, ante el mismo, el 12 de enero de 1582 (vol. 879). Venta de azúcares a Pedro Sojo, ante el mismo, el 7 de noviembie de 1582 (vol. 878, fol. 419), y a Julio dJArpe, genovés, el día siguiente. Etc. 51 vol. 891, fol. 288. Se repitió con fecha de 17 de octubre. 62 Ci. A. Rumeu de Armas: Piratertas y ataqwes navah, voi. TI, ij6g1- nas 681-715. 53 Cairasco: Ca~to heroico; citado por A. Rumeu de Armas: Piraferias y ataques m i e s , vol. 11,' p6g. 712. 300 ' ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIC08 CAIRASCO DE FIGUEBOA 27 de modo que por su parte tampoco hubo sucesih. En cuanto a las tierras de Gáldar, pasaron, en virtud de transacciones que desco-nocemos, a ser propiedad del alférez mayor Miguel de Moxica y del regidor Nicolás de Franchi, quienes las poseían ya en 1605, en vida de Serafín. No se debe dejar de señalar que, en medio de sus prosaicas ocupaciones de refinador de azúcar, Serafín Cairasco trató de des-tilar también la miel más pura de la poesía. Bien fuese por inci-tación del medio en que se movía, y en el cual no escaseaban los poetas, o por propensión natural, cuando no por emulación con su hermano mayor, lo cierto es que dedicó algunos ratos de sus ocios a la Musa. Será más difícil decir si ésta le contestó, pues de sus pro&üccioms poéticas, pocas o muchas, sóio se nos ha conservado un soneto, inserto entre las piezas liminares de la obra de Luis Pacheco de Narváez, de que más adelante se volverá a tratar. Este soneto, como generalmente los que corresponden a esta clase de compromisos, apenas si se puede llamar poesía; de modo que seria injusto juzgarlo por el único aborto de su Musa, que el capricho de las circunstancias nos ha permitido conocer. Sin embargo, es cierto que aquella composición de circunstancia no era un produc-to del azar, y que en su tiempo se consideraba a Serafín como un poeta. Prueba de ello parece ser el soneto que a su vez le dedicaba Juan de la Cueva, y en que se le habla como a un entendedor y afi-cionado de las Musas o, como lo diríamos con términos de hoy, como a un colega BP. iii El último de los hijos de Mateo de quien aquí hablaremos, Cons-tantín Cairasco de Figueroa, era el primero por orden de nacimien-to. Había nacido en 1526, siendo bautizado en Las Palmas, a 12 de 54 Juan de la Cueva es autor de un soneto "Respondiendo a uno de Serafín Cairasco, en que le daba cuenta de una gran tristeza que padecía, por habello dvidado su dama ,FilisW;c itado por Gallardo: El~sayod e una biblioteca, vo-lumen 11, col. 660. noviembre de aquel año; fueron sus padrinos el Licenciado Cris-tóbal de Venegas, esposo de su tía materna, y Juan Mansel. Em-pieza a figurar como regidor a partir del año de 1550; de donde resulta que los tres hijos de Mateo habian comprado sus oficios de regidores desde el primer momento en que legalmente habían podido hacerlo, es decir, al cumplir la edad de veinticinco años. En una escritura de 1553, Constantin se declara vecino de fa villa de Guía 55. De varias otras escrituras resulta que por aquellos años se dedicaba, como su hermano menor, a la fabricación de azúcares, en un ingenio que al parecer poseía en el barranco de la ciudad de Las PaImas ". Al mismo tiempo, en su calidad de N:: regidor, tuvo varios encargos del Cabildo de la Isla, como por ejemplo el de comprar en Tenerife las can¿iGades de trigo mce- U %- sarias para asegurar el abastecimiento de Gran canaria, en 1556 ", 8' o el de traer de las reales fábricas de Bilbao los 500 arcabuces I 8 con 600 picas y cien coseletes, indispensables para la defensa de e la misma Isla, en la primavera de 1571 ". 5 Y Por lo~?años de 1573, o posiblemente antes, Constantin fué E =n nombrado alcaide de la fuerza del puerto de La Luz, la más irnpor- 6 U tante de toda la Ida. Por aquel entonces obtuvo también el desta- E cado cargo de alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición i 1 -prueba de que ni siquiera el Santo Oficio estaba aún enterado a 9 n i 55 Escritura de deuda a Hemán PBrez de Loya, mercader, ante Adrián de e 5 Padilla, el 26 de julio de 1553 (vol. 762, fol. 253 v.). O 56 Obligación de azúcares a Teodoro Rizo Espelta, genovés, ante Pedro de Escüb&r, d 4 de &cie=Yre de 1555 (vel. ?M, fol. 1.346). Venta de todos sus anícares del año a Juan Agostúi Justiniano, ante el mismo, 14 de abril de 1559 (vol. 766, fols. 181-4). Toma a censo un parral de Baltasar de Armas en Las Palmas, ante Alonso de Balboa, en 15 de julio de 1560 (vol. 7711, renovado en 31 de abril de 1563. 57 Poder para comprar trigo en Tenerife, ante Alonso Fernhdez de Saa- ---A veura, eii 4 de ueptie~.bre de 15%. T U ~om-pra de 200 fanegas de trigo está ante Gaspar Justiniano, en La Laguna, a 29 de septiembre del mismo año (Archivo Provincial de Santa Cruz de Tenerife, vol. 199, %Is. 1.020-2). 3s A. Rumeu de Armas: Piraterkm y ataques navales, vol. ii, págs. 533 Y 545. 302 -4NUARIO DE BSTUDIOS ATLANTICOS: CAIBaSCO DE FIGUEROA 26 de sus antecedentes y de su falta de limpieza, como más adelante se verá. Su vara de oficial de la Inquisición le acarreó bastantes más disgustos y complicaciones que ventajas. El primer conflicto no tardó en producirse; y por haber ocurrido con familiares de nues-tro biograñado y en circunstancias significativas para el medio en que vivía el poeta, no dejaremos de referirlo detalladamente. El hecho es que en la noche de1 -15 de julio de 1574, entre las. ocho y las nueve de la noche, vinieron a llamar a casa del teniente de gobernador, "diziendo que avía mucho ruido y muchas muertes y espadas" en casa del canónigo Pedro de León. El teniente se fué de prisa a ver qué pasaba, y la verdad es que no halló ninguna muerte, pero sí gran alboroto, espadas desenvainadas y al joven Francisco Osorio herido. Lo que pasaba era que aquella noche 1 debía de haber fiesta en casa del canónigo, por haber casado aquel mismo día su sobrina, Peregrina de Montesa, hija del regidor An-tonio de Montesa y de Beatriz de León, con Mateo Cairasco: hijo del aguacil mayor Constantín Cairasco. Para mejor celebrar aquef acontecimiento, y para divertir la muchedumbre de deudos y ami-gos allí reunidos, se había organizado una comedia, cuyo espec-táculo había completamente abarrotado los salones del canónigo. y maestrescuela. En aquellos'momentos, según declaración de un testigo, "que-riendo Constantín Cayrasco, alguacil mayor deste Santo Oficio, entrar en una piwa, estava alli que quería entrar con él un hije de Hernando Espino el mayor, que aora tiene en esta ysla, el qual estava rebosado; y el dicho alguasil de la Inquisición dixo: -Te-neos allí. Y el dicho hijo de Hernando Espino dixo: -No me tengo-de detener. Y diio el dicho alguazil de la '~n~uisición-P: ues en verdad que os tengo de conocer quien sois. Y el dicho moso desvió, -1 &-h~ c~nstmkínC gyrzsce si, pni&&!e !u 1~:: p= chos; y que, como se alteró desto el dicho Constantin Cayrasco, le dixeron que no tuviese pena, que era el dicho Espino, que era su pariente. Y entonces el dicho Constantín Cayrasco dixo: -Pues, ao. ALEJANDRO CIORAPFESCU .jcómo?: siendo mi sobrino, aora estoy más enojado con él Y que entonces el dicho Espino echó mano a su espada para el dicho Constantín Cayrasco, y el dicho Constantín Cayrasco echó. mano a su espada, y echaron mano otros muchos, que avía más de veinte espadas desnudas; y que el dicho Espino tiró una cuchillada al dicho Constantín Cayrasco, y que el dicho Fernando Ossorio mam-paró la dicha cuchillada, que por mampararla le dió el dicho Espino al dicho Ossorio una cuchillada en el rostro, de que le dieron nueve puntos"." 1;iformado de los hechos, y visto que se trataba de un ministro del Santo Oficio, el teniente no quiso proceder sin haber infor-mado primero al Tribunal. Por lo tanto, di6 parte de todo lo pasado inquiSi&jT-y, ~-k-1-1-U-- -I A~A~ L UV~ G-+--L-mG U G ~Q. L -mbAwr&J lY?UarrnViYn n \nr inafmiirlp proceso dos días más tarde, el 17 de julio. Constantín Cairasco fué llamado e interrogado bastante más tarde, el 3 de agosto; de modo que los ánimos habían tenido el tiempo de tranquilizarse, y las presiones de fadiares y amigos habían conseguido sin duda hacer las paces entre los ofensores y los ofendidos. Así se expiica que la deposición de Cairasco, bastante diferente en su tenor de la de los primeros testigos y del mismo teniente, es más bien un intento de dar por terminado tan desagradable asunto. El alguacil mayor sólo refirió que, estando en casa del canó-nigo León "una noche que querían representar una comedia, a la qual acudió tanta gente que apenas cabían en la sala y en el patio, 50 Más adelante se verá, por la propia declaracidn de Constantln Cairasco, que no le había dicho "sobrino", sino "primo". En realidad, Andrés no era primn s~gmdo; pero la grande diferencia de-edad podía justificar el titulo de sobrino. He aquí el grado de parentesco de ambos personajes: I 1 Juana de Valera Constanza Núfiez = Fernando Espino. = Bartolomé Fontana. I I I Fernando Espino = Luisa de Vesga. 8 . I Maria de F'igueroa = Maíeo Cairascu. 1 I Andrés Espino. Constantin ~airacco. ' Andrds Espino habia sido bautizado en Las Palmas, a 8 de diciembre de' X552. Scdesconocen los demás particulares de su biografía.- . 304 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIRASCO DE FIGUEROA 31 y que éste que depone todavía quiso hazer lugar, y salió al patio con el moso con una hacha ensendida delante y con su vara de alguacil desta Inquisición en la mano izquierda y en la mano de-recha su espada embaynada, llegó donde estavan algunos disfra-zados y les dixo : -Apártense. Los quales se apartaron, eseto'uno que no quiso apartarse; y éste que depone le dixo: -Apártese; apartándole con la espada. El qual, así cubierto como estava, con el herreruelo y el codo apartó a la espada de éste que depone, y éste que depone se Ilegó a él y le dixo: -¿Quién sois? Y lo des-cubrió y conoció que era el dicho Andrés Espino, y le dixo: -Pues, primo, ¿vos no me conoséis a mi? ¿Porqué no me desiais quién erais? Y el dicho Andrés Espino dixo: -Quítese de ay, déxeme. y éste qjv &;3=ne &o: de haEw es esa? M fué hazia él, y él se apartó; y otro hermano del dicho Andrés #Es-pino se abrazó con éste que depone y le dixo: -Déxele Vuestra Merced, Señor, qu'es un moco, y no mire a él, sino a mi padre. Y que, según dixeron a este testigo, se dixo dentro en la sala que tenlan pasión con éste que depone, y salieron Francisco de León y otros con las espadas desnudas, que avía más de quarenta espa- .das; y éste que depone asimesmo echó mano a su espada, sin saber *con quién lo avian, porque el dicho Andrés Espino se avia ido hazia la puerta sin ec'har mano a su espada para éste que depone, ni éste que depone para él; ni le vió con la espada desnuda, más de que después le dixeron que avia tornado al alboroto con la espada des-nuda". Terminó su declaracih con agregar que no pretendía pre-sentar querella de lo ocurrido, "porque no entiende que le injurió en C G S d~ g üiia". Probablemente el Tribunal no io entendía así, pues Andrés Espino siguió encarcelado hasta el 23 de agosto, en cuya fecha fué fiado a su padre como carcelero El conflicto no parece haber pasado más adelante. Pero hubo otro, antes de que hubiese terminado aquel mismo 60 Los autos del Archivo del Santo Oficio están en el Museo Canario, In-quisicibn, m - 2 7 . La petición de Hernando Espino, para poner en libertad a su hijo, en Acialcámr, carpeta Espino, II, 10. 32 ALEJANDRO CIORANSU año de 1574; y este último fué de bastante mayor gravedad. EL nuevo episodio formó el objeto de largas correspondencias, infor: maciones, autos y oficios, de modo que se halla referido en más de una docena de documentos diferentes; pero la versión más com-pleta y sin duda la más fiel es la que se contiene en la deposición del interesado en el Tribunal de la Inquisición, tal como la repro-ducimos a continuación : "En treze días de noviembre de mil1 y quinientos y setenta y quatro, estando yo Constantin de Cayrasco, alguazil del Santo Ofi-cio de las yslas de Canaria, por alcayde de la fortaleza de la dicha ysla, entró en el puerto una nao ynglesa, y luego di aviso dello a a los señores Inquisidores, para que la mandassen visitar. Y assí N E ~ i s r nes~cr iví al capitán Diego Melgarejo, governador de Canaria, O que después de visitada la dichaaao por la Inquisición, podía poner - -- m o en ella la orden que le pareciesse. Y el dicho governador fué luego EE al puerto, y, sin avisarme nada, mandó al alguazil Diego Romero 2 E que fuese a la dicha nao y truxesse della consigo a tierra al maes- - tro y ai piioto y escrivano. Y como yo iü eiiieiidi, sa!i a. !a plzyo y 3 - di bozes al dicho Diego Romero, que yba ya a la nao en un batel; - 0 m E el qual, como me oyó, bolvió a tierra a saber de mí lo que le quería. O "Yo le pregunté a qué yva. Respondióme que a traer de la nao o-inglesa el maestro y piloto y escrivano della, por mandado del go- -E vernador. Y a esto le dixe yo que no fuesse ni tratasse con hombre B 2 de la dicha nao, hasta que se visitasse por el Santo Oficio. Res- - z pondióme que no $día dexar de hazer lo que el governador le man- 3 dava. Y entonces le dixe yo estas palabras: -Pues yo os mando, O de pr t e de! Ssint~O ficio de la Inquisición, que os salgays luego a tierra y no bolvays a la nao ynglesa ni hableys a ningún hombre della, sin que primero se visite por los señores Inquisidores, sopena de cinquenta ducados para gastos-del Santo. Oficio. "Y entonces el dicho Diego Romero salió en tierra; y como lo vió salir el dicho governador, que estava en ia casa del dicho Diep Romero, salió corriendo a la playa y mandándole que hiziese lo que él le mandava, y a mi me dixo que por qué yo lo estorvava. 306 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIC08 CAIRASCO DE FIGUEROA 38. Respondíle que porque era costumbre que qualquier navío estran-gero que entrasse en el dicho puerto, y en todos los puertos donde ay Inqu%ición, se visitasse por el Santo Oficio primero que nin-gún hombre saliesse en tierra ni se tratasse con ellos; la qual cos-tumbre se devria guardar mejor con yngleses, por estar como están eg reputación de hereges. Dkome que él tenia noticia que éstos eran cossarios, y que antes todas cosas quería assegurar la nao, que no se le fuesse del puerto, y que después se visitaría. Repli-quéle yo, que la nao estava segura debaxo de la fortaleza y no se atrevería a salir sin mi licencia, mayormente que era de día; y yo la avía hecho atracasse junto a la fortaleza, para que no pudiesse levantuse sin echarla a fondo; y que le suplicava se detuviesse .-rn priCniVn,n n+r- dUcaIIL-4IV1 .- U2C1; . -IAlltA;:U- la h.-.-u.m ~aam- -v-- k ds verir el secretzrio de! Santo Oficio a visitar la dicha nao, y que era temprano, y avráa lugar y tiempo para que, después de visitada, se hiciesse lo que él mandasse. "No quiso estar por ello, antes bolvió a mandar al dicho Diego Romero, que fuese a la dicha nao y hiziesse lo que él le mandava. Y assi lo hizo el dicho Diego Romero, que luego se bolvió a em-barcar en el batel y se fué para la dicha nao. Bolvi yo entonces a dezir al dicho governador, con mucha crianqa y comedimiento, que le suplicaba no impidiesse las cosas del Santo Oficio. Díxome que no las impedía, antes hazia lo que convenía al servicio de Su Ma-gestad; y a bueltas desto se me comenqó a desmandar de tal ma-nera, estando presente Luys de Balboa escribano público y Juan Baptista, capitán de ia urca de don Juan de Guzmán y otros mari-neros que no me acuerdo. ¿e &e estas palabras: -Señor gover-nador, pues Vuestra Herced no me quiere hazer lo que yo de mi parte le supplico, de parte del Santo Oficio de la Inquisición le re-quiero que no- consienta salir gente de la nao ynglesa, ni que nadie trate con ella, sin que primero se visite como dicho está, sopena de dozientos ducados y de ser tenido por rebelde al Santo Oficio. "En esto lo dexé y me fuy a la fortaleza, a avisar dello a los Señores InquMdores. Dende a poco vi bolver al dicho Diego Ro- Núm. CI (1957) 307 34 ALEJANDRO CIORANESCU mero con los dichos yngleses a tierra, a los quales llamó el dicho governador y estuvo hablando con ellos un rato, hasta que llegaron al puerto el' fiscal y el secretario que p a n de la cibdad a visitar la dicha nao, y yo les dixe todo lo que passava; y al fin, por su orden? entré en ella y la visité, estando, como dicho es, fuera el maestre y el piloto y el escrivano." a Se trata, pues, de un confiicto de atribuciones, uno de los .mu-chos que periódicamente surgían entre las autoridades isleñas so-bre sus respectivas competencias y prerrogativas. Esta vez, el con-flicto tenía algo curioso, pues en su centro estaba Constantín Cai-rasco, representante a la vez de la autoridad militar, como alcaide que era del castillo de La Luz, y de1 tribunal de la Inquisición, en su .calidad de alg~zcilm zyer. El gobernador podía figurarse que no iba a encontrar resistencia, en sus intenciones, precisamente de parte de su alcaide. Pero, en aquella circunstancia, Constantín Cairasco hizo caso omiso de su calidid de subordinado del gober-nador, y actuó exclusivamente como representante del Santo Ofi-cio. No es de' extracar que esta actituci haya chocado al gober-nador, quien le declaró en seguida que había dejado de reconocerle por regidor y alcaide. Al decírselo, el capitán Melgarejo sabía muy bien lo que hacía: Debía de saber que la isla de Gran Canaria habia obtenido una real cédula, fechada en 29 de enero de 1526, y más o menos caída en desuso, que mandaba terminantemente a los regidores "que, agora ni de aquí adelante, siendo regidores de la dicha ysla, no podays tener ni tengays los dichos oficios de alguaziles e receptores que ayais perdido o perdays los dichos officios de regimientos e no seays más nuestros regidores""l. Fundado en esta real dispo-sición, el gobernador juntó el Cabildo y, habiendo hecho observar que Constantín Cairasco se hallaba en el caso previsto por la cé-dula, io deciaró decaído de su oficio de regimiento y de su cargo de alcaide de la fuerza del Puerto. Todo lo cual fué avisado por el G1 Libro rojo de G-ran Canaria, Las Palmas, 1947, pág. 73. 308 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTZCOS CNRASCO DE FiGUEROA 35 mismo interesado a los inquisidores, en su carta del 16 de no-viembre : "Muy Ilustres Señores : "Porque nunca nos falten en Canaria persecuciones a los pobres officiales del Sancto Officio, ha querido todavía el governador sa-tisfacerse de mí por tan mal término, que haziéndose ayer un semi-cabildo y presentado en él cierta provisión, de que alguno de mis collegas le devió de advertir, sobre que el alguazil de la Inquisición no pueda tener officio real, sopena de perdido, acordó que me des-poseyesen desta plaza, pareciendo lo que me afrentava en ello; y assí se hiso luego, sin averrne dado traslado de nada; y va diziendo a que no ha de parar hasta quitarme también el regimiento. Pero E tengo yo en tanto la vara, que quando me ayan, quitado todas las O n - comodidades que dizen que me ovieren hecho si no la tuviera, y =m O no me quedare otra cosa, la estimaré en más que a todo el regi- E E 2 miento. Y assí suplico a Vuestra Señoria buelva por mi y me favo- E resta, de suerte que el Consejo entienda que por que riño sus pen- 3 deiieias, Ueservii- en &o a Su &lagesiad, anies érndoie - desta manera, me quieren aquí destruir la onra y la hazienda, gra- o m E cias a Dios por todo. El qual guarde las muy ilustres personas de O Vuestra Señoría. n "Desta fortaleza, 16 de noviembre de 74 años. E a- "Muy Ylustres Señores n "B.a.V.S.I.1.m. n "Constantín de Cayrasco" 62. O3 El Tribunal abrió información sobre las circunstancias en que eI gobernador habia dictado aqueiia decision, 'y Ilamo a los regi-dores que .habían presenciado la sesión del Cabildo para interro-garles sobre el particular. Según los testigos, "aquello fué un ím-petu del governador", que no se debía a algún error o culpa de 62 Archivo Histórico Nacional de Madrid, Inquisición 1817, núm. 6 (Pro-ceso por habérsele quitado el cargo de regidor a Constantin Cairasco). Varios autos del proceso se hallan dispersos en el Archivo de la Inquisición,- conser-vado en parte en el M,useo Canario de Las Palmas, y en el de Acialcázar. 36 ALEJANDRO CIORANWXU Cairasco, sino que "fué por pasión y algunas palabras que entre ellos pasaron". Los regidores trataron de aplacar el conflicto y de obtener del gobernador que permitiese que Cairasco terminase su año de alcaidía; pero no les fué posible convencerlo. Los inquisidores comunicaron entonces .el asunto al Consejo de Madrid; y, con los acostumbrados atrasos, la Suprema les contestó, en carta del 19 de mayo de 1575, recomendando se insistiese con el gobernador para que no quitase al alguacil mayor su cargo de regidor; en cuanto a la alcaidía, parecía menos oportuno insistir, y sólo se recomendaba que "después que el dicho Melgarejo aya dejado su oficio de governador, haréis en ello lo que fuere justi- a c i a ~63 .. Sin embargo, lo más claro que se puede sacar de este con- N E fi,icte es qw Censtaath Csiirsisce nnn perdió solamente el cargo de O n alcaide, sino también su regimiento, en cuya posesión no volvemos -- m O a encontrarlo en los años que siguen. E E 2 Todo ello no era más que el principio de sus desventuras. El 6 -E ' de febrero de 1576 lo hallamos suplicando a los inquisidores le am- 3 parasen como aiguacii y ministro dei Santo Oíicio, porque "a mi - - noticia es venido que Pedro González de Pedrosa, executor de la 0 m E Abdiencia, trae mandamiento para prender mi persona, por ciertos O maravedis que dize devo a Corniles de Manacre". Los inquisidores, n en efecto, mandan pedir al regente de la Real Audiencia "sean a-E contentos suspender el dicho mandamiento de prisión"; pero al nl mismo tiempo llaman a Cairasco y le ordenan liquide cuanto antes n n sus cuentas con Manacre, obligándose el interesado a cumplir 3 O cuanto se le había mandado 64. km otru purte, uyue! misrric! Bltasar de Armasí de quien en años anteriores había tomado a renta ciertas tierras en, Las Pal-mas, había fallecido en 1577, dejando por su testamento ciertas mandas al convento de Santo Domingo. Como su hijo, Gaspar de Armas, era fraile en el mismo convento, los demás herederos ce-dieron al convento, por parte de la herencia de Gaspar y por su 6% Bíuseo Canario, Inquisición, CXXUI, 8. (14 Archivo de Acialcázar. ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIRASCO DE FICUEROK 37 legítima, la misma renta que desde antes les venía pagando Cons-tantín Cairasco, por los dos parrales que tenía arrendados 65. Cai-rasco no pagó las rentas debidas, de modo que se pusó ejecución en sus bienes, a petición del convento. Los bienes ejecutados, que debieron ser poca cosa, se remataron en el mismo convento, por diez doblas, el 16 de julio de 1577, por lo visto, sin asistencia del interesado; el 28 de agosto siguiente se dió posesión a los frailes, sin que Constantíh Cairasco hubiese vuelto a presentarse. ¿Qué es lo que había pasado en el ínterin? Algo muy grave había sucedido, pues Constantin ya no vuelve a aparecer en Ca-narias, y su carrera queda brutal y definitivamente truncada. JLo que hubo fué que los inquisidores habían tenido noticia, bien 10 -...-%.:.lL.. --L.A --- - - - 3 2 - uuuivasli aauiuo pur rriouio de alguna reclamación O clenuncia, O indirectamente, al reconstituir el árbol genealógico de alguno de los numerosos familiares de los Cairasco ", de que su ministro no poseía la calidad de limpieza que se requería. Sea cual fuese el origen de este descubrimiento, es lo cierto que a principios de 1574 los inquisidores sabian cuáles eran los antecedentes de los Cairas-co, cosa que seguramente ignoraban antes. Al averiguarlo, lo par-ticiparon a la Suprema de Madrid, que mandó se le indicase el nom-bre "de la persona que en esta ysla podría exercer el oficio de al-guacil desta Santa Inquisición, que entonces tenia Constantin Cay-rasco", sin duda con la intención de remover a este Último. Como la carta de la Suprema estaba fechada en 18 de junio de 1574, resulta que ya sabian los inquisidores la verdad sobre los Cairasco, anteriormente al conflicto con Andrés de Espino, cuya genealogía no pü6o ni& que confirmaries io que ya sabían "'. 65 Escritura ante Rodrigo de Mesa, el 25 de febrero de 1577 (vol. 886). 66 Por hjemplo, el del mencionado maestrescuela Pedro de Lean, proce-sado en aquel año de 1574, y que resultó confeso, por ser su abuela Maria Dumpierres, hija de Rodrigo de Ocafia, de quien se ha hecho menci6n !~Z%S arriba. O 67 Estos hechos se hallan recapitulados en una carta de la Inquisición de Canarias a la Suprema, su fecha por mayo de 1577 (Museo Canario, Inqui-sición, CXXI-30, fol. 138). 38 ALEJANDRO CIOBAN'ESCU Al mismo tiempo, el Tribunal iba formando el expediente que debía servir como instrumento jurídico de la remoción de su al-guacil mayor. Así es como en 6 de junio de 1574 el inquisidor Ortiz de Funes, valiéndose de una provisión que mandaba que a los ofi-ciales del Santo Oficio se les haga información de limpieza, firma un auto por el cual se hace constar que L'a Constantin Cayrasco, alguacil de esta Inquisición, no se le ha hecho la información, assi dé1 como de su muger doña Francisca del Castillo; antes en este Santo Oíicio hay aldn rastro que no tienen las dichas calidades de limpieza, como consta de una memoria que se halló entre los papeles de este Santo Oficio, que dicen es de letra del Bachiller Góngora, fiscal de esta Inquisición, en que dice que su abuela de el &cho Constantin de Ca_vrasco es confesa de los Chirinos de- Moguer; y de otra información que se empezó a hacer a el Bachiller Castillo, hermano de dicha Doña Francisca del Castillo, en que dizen aIgunos testigos que Cristóbal García, su abuelo, era de casta-de moriscos, como pos la dicha información parece". Así las cosas, el Tribunal Gecidió aprovechar la piieseiicia en Umr, (;tanaria & Francisco de Coronado, regidor de Tenerife y alguacil mayor del Santo Oficio en aquella isla, para abrir información sobre la lim-pieza de Cairasco. Coronado era persona bien escogida para el caso, pues además de su condición como ministro de la Inquisición, era. natural de Gáldar, había pasado su juventud en Gran Canaria y tenía unos sesenta y cinco años de edad; de modo que había cono-cido a los antepasados dudosos de los Cairasco, o por lo menos a personas que habían tenido trato con ellos. Su deposición conñrmó !:! y l ~ ey s szhemec; de m ~ d cqu e la de Constantín Cai-rasco vino a ser insostenible en el Tribunar. Así se explica su completa desaparición, a fines del año de 1576- Como era natural en tan delicada circunstancia, su destitución se hizo con toda la discreción que se requería, y no parece haberse hecho piiblica en esta forma. De todos modos, nadie habio nunca de ella. Sólo una nota genealógica existente entre los papeles del Santo Oficio puso lacónicamente, frente a su nombre, "quitósele la. 312 ' ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS. , CAIMSCO DE FIGUEBOA %' vara". Y para dar a las cosas un color que no despertase las sos-pechas de los de fuera, o quizá para alejarse espontáneamente de la ciudad en donde todos eran testigos mudos de su vergiienza, Constantín Cairasco se embarcó y se fué a las Indias, de donde no Ilegó hasta nosotros ninguna noticia, más que la de su muerte, ocurrida a los pocos años, y en todo caso antes de 1582 Os. Constantín Cairasco había casado dos veces. Su primer matri-monio, más o miraos desconocido, no ha sido mencionado por nin-gún genealogista o historiador. Consta de una escritura otorgada en 1555 por Constantín Cairasco, regidor, que éste vende a Her-nán Pérez de Loya, vecino de Gran Canaria, unos 1.750 maravedis. de tributo perpetuo que le pagan cada año los herederos del canó-nigo Juan de Troya, "por vertud de una escritura pública de tri-buto que el dicho canónigo otorgó a Luys Báez mi suegro, difunto, que Dios aya; el qual dicho tributo que yo agora vos vendo, yo lo ove en dote e casamiento con María Váez mi muger, difunta, que Dios aya, del dicho Luys Váez, la qual dicha escritura de tri- 5s En la carta mencionada de los inquisidores, que debe ser de mayo de 1577 Oa fecha falta; pero la carta anterior a ésta es de 25 de mayo), se insta a la Suprema que despache a Hernán Peraza de Ayala el titulo de alguacil mayor, "por estar esta Inquisición de muchos meses a esta parte sin alguacil, por el absencia de Constantín de Cayrasco, que se fué a las Pndias". La nota ' sobre su destitución consta en un árbol del Archivo de Acialcázar. Por otra parte, en otra carta de los inquisidores a la Suprema, del 29 de enero de 1581 (Ibídem, fol. 161), se hace mérito de la pr'etensidn de Alonso Venegas al carg* de alguacil mayor. El pretendiente había puesto, entre sus antecedentes fami-liares, "que Constantfn Cayrasco, primo hermano del pretendiente, fué al-guacil desta Inquisición; lo qual es así, pero Vuestra Señoría fué removido. como se escribi6 en la otra carta':. La fecha altte quem del fallecimiento de Constantin se deduce de la transaccidn intervenida en 1582 entre Scrafin Cairasco y los herederos de su hermano F&x, en donde se menciona a Cons-tantin como difunto. Es verdad que los historiadores islefios (Viera y Clavijo: Historia de Canarias, vol. 11, Santa Cruz de Tenertfe, 1951, pág. 527; Millares Torres: Historia de la Gran Canaria, pág. 386; odaria Rosa Alonso: La obra Ziteraria de Bartolonz& Cairasco de Figueroa, en "Revista de Historia", XVLII (1~52,p 6.g. 3361, alirman que Constantín Cairasco intervino en l a defensa de Las Palmas, en 1595, como alcaide del castillo de La Luz; pero es efecto de una confusión con su hermano Serafin, confusidn que ya fue señalada por A. Rumeu de Armas: Piraterkm ataques navales, vol. 11, p8g. 684. 90 ALEJANDRO CIOBANESCU buto se fizo e otorgó a 23 días del mes de octubre del año pasado de 1521" 69. Este Luis Báez y su hija nos son completamente desconocidos. Probablemente el casamiento se verificó por el año de 1553, cuando vimos a Constantin Cairasco declararse vecino de Guía, donde po-siblemente vivía su mujer. Sea como fuese, lo cierto es que el ma-trimonio no duró y que tampoco tuvo sucesión, pues su mujer, al fallecer, pudo dejarle por heredero de'su dote, en ausencia sin duda de cualquier heredero forzoso. Por segunda vez casó Constantín Cairasco con Francisca del Castillo, hija del Licenciado Hernán García del Castillo, regidor a de Gran ,Canaria, ya difunto, y de Catalina Maldonado, en el mis-mo año & 1555 ?\ s -s~-ü eaa le hizu escrikur-d8u ta!, por 1s 15 O n prometió 11.700 doblas de oro, cuya mayor parte estaba constituida - m O por "las dos terceras partes del ingenio de moler cañas que está E 2 en el barranco desZa sibdad, en compañia del Señor Mateo Cay- E rasco, cuya es Ia otra tercera parte", apreciados estos dos tercios 3 en 7.000 doblas. El mismo día su padre le hizo donación del último - tercio de aquella propiedad, de modo que Constantín quedó dueño 0 m E iinico del ingenio "con todas las tierras e aguas y cañas y frutos O pendientes y parrales y otras cosas que están en la dicha hacien- n da"; y a su vez, Constantín constituyó a su prometida una donacih E a ara arras propter nuptias, de mil doblas de oro n n De su segundo matrimonio tuvo Constantín a ]los ocho hijos n que mencionamos a continuación : O3 l. María, bautizada en la catedral de Las Palmas el 16 de junio de 1557. 6s Escritura del 24 de enero de 1555, ante Pedro de Escobar (Archivo Pro-vincial de Las Palmas, vol. 764, fols. 203-6). 70 Cf. Francisco Fernández de Béthencourt: Nobiliario de Camrias, Vo-lumen 1, pág. 416. 7 Escrituras del 9 de septiembre de 1555, ante Adrihn de Padilla (vol. 763, iols. 200-7). Constantín Cairasco otorgó recibo de dicha dote en 29 de noviem-bre (ibídem, %h. 249-54) y mandó hacer inventario de los bienes con que venla 81 matrimonio su mujer. 314 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS 2. Mateo, bautizado en la misma iglesia, por febrero de 1559, de quien se hablará a continuación. 3. Catalina, bautizada en 19 de septiembre de 1561; falleció o a los pocos días o meses. 4. Catalina, bautizada en 21 de febrero de 1564. Consta en escritura que su madre, ya viuda, otorga en-su nombre, como tutora, por el año de 1589 7 2 ; y más tarde en poder que otorgan entrambas a su deudo Francisco de Mon-tesa, estando en Las Palmas, el 28 de julio de 1593, ante Lorenzo de Palenzuela 73. Vivía aiin en 1613. 5. Fernando del Castillo Cairasco, bautizado en Las Palmas a 10 de abril de 1566, Licenciado en Cánones. Fué opsi-tor a iin_a ran~fijiad &~ra! en !U cutvdru! & h s P 3!- mas en 1600, racionero en 15 de marzo de 1601, canó-nigo en 3 de julio de 1603, por haber pasado a maestres-cuela el inquisidor Pedro de Camino, y falleció por julio de 1607. Desde su entrada en el Cabildo catedral fu6 mo-numentista dei Cabiido, y dió, durante aldn tiempo, lec-ciones de casos de conciencia. Se le conoce generalmen-te con el nombre de .Licenciado Castillo. 6. Francisco, beutizado en Las Palmas el 28 de febrero de 1570. 7. Constantina Cairasco, bautizada a 28 de diciembre de 1573. Vivía aún en 1613. Su tío el poeta la llama en determi-nada ocasión "segunda sin segunda", para encarecer sus méritos al mismo tiempo que para distinguirla de su tia, la viuda de Francisco Palomares 8- Mariana, hzctimdri eri Lus Pdmos a U 6e abri! de 1575. De todos los hijos de Constantín Cairasco, al que mejor cono-cemos documentalmente es a Mateo Cairasco. Sabemos que estudió Cánones en la Universidad de Sevilla, donde se matriculó para el ' 73 Escritura ante Pedro Hernández de Chaves (vol. 901). 73 Añte Juan de Anchieta estg la copia autorizada (Archivo Provincial de Santa Cruz de Tenerife, vol. 382, sin folió). 74 Cairasco: E2 Templo militante, N, 285. 42 W A N D R O CIORANESCU primer curso en 10 de septiembre de 1573. Durante el verano si-guiente hemos visto que casó en Las Palmas, el 15 de julio de 1574, con Peregrina de Montesa, a quien algunas veces llaman Espinosa, hija del regidor Antonio de Montesa, natural de Medina de Riosecc, y de Beatriz de León. Al año siguiente reanudó sus estudios en Sevilla, siendo matriculado para el mismo primer curso en 8 de noviembre de 1575, y para el segundo a 24 de febrero de 1576. Es-taba en Las PaImas en 1582, cuando consta como testigo del tes-tamento otorgado por el maestrescuela Pedro de León, tío de su mujer 15; pero probablemente había vuelto a la Isla bastante antes, desde 1578 76, con el título de doctor en ambos derechos. !Tuvo de su matrimonio dos hijos que nacieron en Las Palmas: Constantin, bautiuuOe en 9' de febrero de 1579: y Beatriz, bautizada en 23 de mayo de 1583. Con posterioridad a esta fecha, Mateo Cairasco pas6 a España, donde fué sucesivamente ministro del Real Consejo de, Italia, se-nador de Milán, auditor general de los ejércitos de Su Majestad en el Milanesado y goberna6or de Yaiieliina. Debit de fzllecer e= Italia, en fecha que desconocemos. Su hija Beatriz Cairasco de León vivía en 1609 en Las Palmas, casada con Bartolomé Vandama, hijo de Daniel Vandama, mercader flamenco; en 1627 era ya viuda y vivía en la ciudad de Sevilla. En cuanto al hijo de Mateo, vos que estáis en la región latina, Constantino novel 77, era en 1600 soldado en la compañia canaria del capitán Pedro de TUIYZ~yO m, & tarde, aegLn parece colegirse de la alusión de su tío-abuelo, pasó a residir en Roma, sin que tengamos más noticias de él y sin que se sepa si dejó sucesión. 75 Testamento otorgado el 26 de noviembre de 1582, ante Alonso Fer-nández de Saavedra. 76 Eh 1579 nace su primer hijo. En 19 de aiciembre de iSai coiista, en una escritura ante Francisco de Campos (Archivo Provincial de Las Palmas, vol. 868, fol. 146). 77 Cairasco: E1 TmpZo milita~tev, ol. IV, pág. 285. 316 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIBASCO DE FIGUEROA 43 N Llegamos así, después de tan larga introducción, al estudio de la vida del Único Cairasco que verdaderamente nos interesa. Hacia falta, sin embargo, presentar primero con todo detalle los antece-dentes de su familia, no sólo para corregir algunos errores que tradicionalmente se vienen repitiendo, sino también porque es pre-ciso admitir que, para conocer bien a una persona, tenemos que estar docurnenfados sobre el medio en que se desarrolla y que lo ha venido formando; máxime cuando aquella persona es un poeta, más sensible que 'cualquier otro a los ejemplos, a las sugerencias y, en resumidas cuentas, a las tentaciones que le vienen de fuera. Sabemos, pues, desde antes de conocer a nuestro personaje; que pertenecía a una buena familia con pretensiones de distinción aris-tocrática, y que disfrutaba de excelente posición material. Ello no es indiferente, en primer lugar, desde el punto de vista del mismo ' poeta, quien bien sabe que aun entre santos el linaje es buen^, y siempre es calidad ser bien nacido Evidentemente, nuestro autor, sacerdote y filósofo a la vez, no será de los que suelen hacerse ilusión sobre la verdadera impor-; tancia de esta pretendida ilustración social. Si el ser bien nacido es una calidad, es una de aquellas calidades de que no debemos presumir demasiado, tanto porque puede esperar, detrás de la som-bra de cualquier bisabuela mal conocida, el espectro siempre te-mible de algún morisco o la imagen simbólica del sambenito, como porque, con ello o sin ello, toda esta pretendida nobleza no es más que un famoso vilianaje, porque el humano traje tiene por padre al limo y por hermano y primo la corrupción y miserable guerra, y por abuelo a nada70. 7s Cairasco : El Templo militante, vol. iV, pág. '51 ibidem, vol. 111, pág. 281.' - .NQm. S (1957) . , . . . 44 ALEJANDRO CIORAN%SCU No se trata, pues, de vanidades nobiliarias que, en este caso, no tendrían lugar, sino que debemos subrayar la circunstancia de que la posición privilegiada de los padres del futuro poeta les per-mitió prepararle para una vida que, con ahorrarle las preocupa-ciones diarias, pudo consagrar enteramente a sus aficiones y a sus inclinaciones poéticas. Así nos explicamos que, a pesar de una juventud alegremente malgastada, nuestro autor pudo dejar detrás de sí una obra materialmente inmensa, que debe representar el fruto de toda una vida dedicada al trabajo poético y que incluso así llega a asombrar. En fin, para empezar por el principio, diremos que Bartolomé a Cairasco de Figueroa había nacido en Las Palmas por septiembre o en los primeros días de octubre de 1538, habiendo sido bautizado, O en el sagrario de la catedral, en 8 de octubre de aquel año, pczr el n-- m canónigo Alonso de MonIeón. Fueron sus paainos el célebre deán O E don Zoilo Ramírez y el licenciado Olivares 2 E Después de haber pasado los primeros años en Las Palmas, sus -------- ----S- -- -..-- padres 10 txrviaruir a i . i n r \ k n h l nmo n tm n Co~ri l la r lnnd~ I i r q ~ a i y~ , 3 Iliuy p U W O " I b I I * b I L C b U U". .u-, ..v.i--i- - 0 m de famosos maestros me mandaron E aprendiese las artes liberales; O y en esto como sabios acertaron, n pues no hay partes acá tan principales, E después de las virtudes, que se igualen a al precio que las buenas letras valen n n según él mismo conliesa por boca de uno de sus personajes. O3 Era aún, por aquel entonces, un niño de poca edad, once o doce años a io mis; y pür esA& rw6n es posible !o hayan e o ~&a ds~~r s. padres a algún sevillano conocido, como en tales ocasiones se solía hacer. Poco después, en circunstancias que ignoramos, pero sin duda debido a gestiones de su padre en Las Palmas, obtuvo del Rey una canonjía en la catedral canaria; lo cual consta de una so Las Palmas, Iglesia de San Agustín (antiguo Sagrario de la cate-- dral), Bautismos, Libro 11, fol. 72 (es copia del s. XvIu). 81 Cairasco: El TempZo militante, vol. 1, pág. 271. ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOE CAIRASCO DE FIGUEROA 45 escritura otorgada en Sevilla, a 18 de mayo de 1551, por la cuaL Gonzalo Hernández Baeza y Pedro Juan Leardo, vecinos de aquella ciudad, "dixeron que ellos conoscían al dicho Bartolomé de Cay-rasco de más tiempo a esta parte, e saben que es verdad que el dicho Bartolomé Cayrasco se parte oy, sábado diez e ocho días deste mes de abril en qu'estamos, para la cibdad de Gran Canaria, para resydir en servicio de una canongía de la dicha cibdad de Gran Canaria de que Su Magestad le tiene fecha merced" 82. Al joven canónigo le faltaba aún bastante para cumplir los trece años, y estaba lejos de haber terminado sus estudios con aquellos famosos maestros que había venido a buscar en la capital bética. Pero las canonjias no eran en aquella época lo que hoy día solemos. imaginlr, sinc ni io se ~ c n s i&r&a ~ me~c d cC Q E ~ o a n e ~ i e *-A- Y-- --r--- de becas que se daban a ciertos alumnos dotados, con el fin de per-mitirles una buena preparación. Véase, si no, la resolución tomada por el Cabildo catedral de Las Palmas, en su reunión del 16 de junio de 1540, de mandar que los canónigos Francisco Espino y Juan Carrillo y el racionero Marcos Espino, incapaces de servir "por su poca edad y ejercicio que en el estudio han hecho", debían de ser "obligados de aprender gramática y leer y cantar", y que mientras no lio sepan, no reciban sino la mitad de su prebenda y no tengan el derecho de jugar dados ni naipes s3. . Bartolomé Cairasco se fué, pues, a "servir" la canonjía que sus padres le habían ganado, es decir, a aumentar el número de los hijos de buena familia que jugaban dados sin tener derecho; y en 26 de mayo de 1553 tomó posesión de su canonicato, que antes kC.bia de Migde! 84. 29 & ~ c - & ~ b rdee 1554 sirni6 de padrino a un niño de padres desconocidos, traído a la iglesia a2 Fsancisco Rodrlguez Xarín: Nuevos datos para la biografkz de algzc-nos escritores españoles de los siglos XVI y XVZI, en "Boletín de la Real Aca.- demia Española", V (1918), págs. 623-4. 83 Cf. José Feo y Ramos: Don Fray AZolzso Ruia de Virués, en "El Museo.. Canario", 1II (1935), pág. 6. 84 Viera y Clavijo: Historia de Canarias, vol. m, Santa Cruz de Tene-rife, 1951, p&g. 428. 46 ALEJANDRO CIORANESCU por Beatriz Morena, la partera, y le puso su propio nombre, Bar-tolomé. Probablemente se dedicó también a completar su-instruc-ción, que debió de ser por aquel entonces su principal cometido; y no habrá dejado, entre dos clases de latín, de divertirse con los demás chiquillos de su edad, que importa en los estudios algún juego 85, para hacer descansar el espíritu y las facultades retentivas. Pero, bien fuese porque los juegos hubiesen tomado más impor-tancia que los estudios en las aficiones del joven canónigo, o porque Bste había ya agotado la ciencia que le podía proporcionar el maes- a tro.de gramática de la catedral, sus padres decidieron enviarlo otra E vez &era Se !a: iülrtu. En 16 de mere de 1555 se !e di6 licench pnr O n el Cabildo a que pertenecía para ausentarse por espacio de cinco - m O E años con el objeto de seguir sus estudios, disfrutando durante todo E 2 aquel tiempo de las dos terceras partes de la gruesa de su pre- E benda Aunque no tengamos ningún documento que lo asegure, 3 podemos afirmar que esta vez no fué Sevilla, sino Yortugai, donde - 0 debe haber estudiado, en Lisboa, y por algún tiempo en la célebre m E Universítiad de Coimbra. O E En efecto, no sólo que a su regreso, en 1558, veremos que es n E capaz de formas frases portuguesas y de representar la carica- a tura de un hidalgo portugués (lo cual parece indicar una ambien-. n n tación más o menos reciente), sino que en su TempZo militante, al n cantar la vida de San Antonio de Padua, dirige una invocación a O3 Portugal, patria del santo, y declara que, si acierta o tiene algún -L.:*.. ,.U ..- rrnu-A" U l G L I L V Gll SUD VG13V.3, otra paga no quiero y recompensa más del honor y grata cortesía que recebí en Coimbra y en Lisboa y en otras partes de tu ilustre gente 85 Cairasco: En Templo militante, vol. IIT, phg. 300. 86 Viera y Clavijo: Historia de Canarias, vol. III, pág. 028. 87 Cairasco: El Templo militante, vol. ii, pág. 257. 520 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB Volvió de sus estudios sin haberlos terminado, por el año de 3557, dispuesto a continuar -la agradable vida de canónigo .con casa y familia. Estaba en Las Palmas el 23 de enero de 1558, en cuya fecha le fué prorrogada por el Cabildo la licencia que antes se le habia dado, para la continuación de sus estudios sin em-. -bargo, ni cansta que tal prórroga fuese necesaria, pues aún no ha- 'bían terminado los cinco años de que disponía en virtud de la pri-mera licencia, ni parece que el interesado se hubiese dado prisa en aprovechar la nueva~facilidadq ue se le brindaba. Al contrario, el joven canónigo parecía tomar resueltamente el camino de la ,elegante ociosidad que le permitía su elevada posición social. Para amueblar convenientemente esta ociosidad dió en escribir entre-mnaoa r r n n An l n a mrnlna e n ~nnrnanm+Xn l A;n An l n A ~ r r n n i A nn n 10 -YYY"Y, UIIV U" YUUIUU U" A " y A C u C u * " "A U1w U" *U I~U\L.."i.Vi.i. U. i." misma iglesia de Las Palmas. Era éste el primer producto de la 'Musa del poeta canario; pero sólo se ha salvado de él una frase, que es precisamente la que el autor hubiera querido borrar de su ,obra y de sus remordimientos. En efecto, entre los persona~es de aquel entremes, Cairasco habia representado a un hidalgo portugués, muy blasonador y jac-tancioso, como era tradición representarlos en España. Para enca-recer su ilustre alcurnia, aquel personaje declaraba orgullosamen-te : "Consagro en Deus, que Deus nao he tan gentil home como eu". Simple jactancia, destinada nada más que a hacer reir a los espec-tadores; pero "después acá", dice el autor, "mirando más en ello, entendí que avía herrado; porque, aunque aquello era cosa de re-presentación de burlas y disparates de un loco portugués, pero ni an h r . r l a s ni sn karno mn l:n:Clr -nnrir ln 1nnm.n n- n:,.... -:-A nr.- -AA UULACLU 1 1 1 UGACLU AAV GU LABALV LJV~AGA LQ A G A L S U ~ GU ULVU UUIV C~VLI aquella adoración y beneración que se debe a su infinita bondad". Pensándolo mucho y hallándose culpable, tuvo por bien ir a dela-tarse al Santo Oficio de la Inquisición. El inquisidor, Licenciado Cervantes (quien iba a ser más tarde el fundador de la Inquisición de Méjico), debía de ser gran conocedor de los hombres, pues se limitó a decirle "que él a hecho bien en venir a dar su descargo, y 88 Viera y Clavijo: Historia üe Canarias, vol. iii, pág. a28. que esté advertido, pues que es eclesiástico y a de dar enxempl* a otros, que no diga palabras de que otro se escandalize ; y que esta le basta por el presente" El gesto del poeta que se delata a si mismo puede parecer CU-rioso. Posiblemente hay que ver en él algo de lo que hoy llama-riqmos necesidad de psicoanalizarse, afán de escapar a un com-plejo que no, sólo debía salir a la luz de la conciencia por medio de la confesión, sino que también debía recibir su castigo, para compensarse y anularse. Ello no significa, sin embargo, que hay que ver en el joven poeta un inquieto, puesto que, visto a la luz de lq poco que de él sabemos, este episodio no parece haber cambiado en nada su estilo de vida, sus aficiones y sus ideas. Afcontinuar su vida ociosa en Las Palmas, sin decidirse a termi-nar sus estudios y sin siquiera ordenarse de clérigo, a pesar de tener ahora suficiente edad para hacerlo, el Cabildo tuvo que intervenir otra vez, obligán(ío1e a ordenarse en las primeras órdenes que diese el obispo, so pena de que se le cortaría la renta OO. Entonces fue, en Íin, cuando recibió ias,óriienes, pro"ubiemeiile en el añe de 1559; y entonces también cu&o ofició su primera misa, en la iglesia d~ Agaete, en. presenciq de su familia reunida: Con las cinco palabras a mis manos, aquí bajó el eterno Rey piadoso. Alzar le vi6 con ojos soberanos de Mateo y María el par famoso, y viéronle sus hijos, mis hermanos, Constantin, Serafin, Félix brioso, Constantina, Alejandra, damas bellas que en virtud y beidad han sido estrellas 9:. En el. mismo año de. 1559, el, Cabildo catedral revocó la licencia. que le tenía dada para contin,uac sus estudios fuera de las islas, se ~ubliCado por A. Millares Carlo: Bio-bibliografla de escritores natu- TaZes de las islas Canarh, Madrid, 1932, ptig. 149. so Reunión del Cabildo de 20 ae febrero de 1559 (Cf. Viera y Clavijo: Hk-toria de Canarias, vol. m, pág. 428). 01 Cairasco: El Templo militante, vol. m, pBg. 149. 322 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS CAIRASCO DE FIGUEROA 49 visto que hacia ya dos años desde que habia regresado a ellas sin demostrar alguna intención de volver a estudiar 92. Pero, como siempre ocurre en tales casos, el mismo estudiante calmoso que no se daba prisa en aprovechar las facilidades que, sin pedirllas, se le ofrecían, sintió despertarse su interés para el trabajo, al negársele la facultad de dedicarse al estudio ; y así es cómo, a su ruego, vol-vió a conseguir la deseada licencia, en 15 de enero de 1560 Os. Tam-poco se dió mucha prisa en aprovecharla, pues en 5 de febrero del año siguiente estaba todavia en Las Palmas, y servía de padrino en el bautismo de urna hija natural de Antón de Serpa, quien aca-baba de morir poco antes 04. Así y todo, como de todas formas habia que ir a estudiar, al fin y al cabo se decidió a emprender el tercer -&;'e & e!asz, iji.ub&lemsiiie -pr mis-ñio &o & iSBi. Tampoco conocemos dónde le habrá llevado esta vez su mode-rado deseo de trabajar. Sólo sabemos que su ausencia de Canarias fué bastante más larga-unos seis o siete años en total-y que su fruto fué tan modesto como la otra vez, por lo menos desde el punto de vista estrictamente universitario, puesto que, al volver a su patria, ni siquiera pudo ostentar el título de bachiller. Es tra-dición que habia pasado aquellos años en Italia, pero esta tradición descansa Únicamente. en el recuerdo de sus orígenes italianos; de modo que, con ser posible y hasta cierto punto probable, su estan-cia en Italia no se puede afirmar con seguridad. Donde quiera que fuese, los pocos éxitos que como alumno iba a cosechar, así como el conjunto y la tonalidad general de su obra poética, parecen autorizar la idea de que fué un estudiante calavera, dispuesto a di&~ütz de su jü~eiiiid,d e sus rentas y cie ia magnífica oportu-nidad que se le brindaba para viajar y para conocer el mundo. Quizá haya aprendido cánones, pero es más cierto que aprendió a tañer la guitarra con tanta destreza que, según la tradición, "sus- O* Ia'dem. Todos estos datos prnreden de aplntteo sacari~o'&! -A~~hivr? Catedral de Las Palmas por Viera y Clamo, e incluidos en la última edición de su HZstwia. En este'último apunte falta la indicación del mes. 9s Ibldem. Archivo de San Agustin de Las Palmas. Y. ALEJAN.D RO. CIOBANESC. U, pendía a los oyentes" y sobre to, do .a. las hermosas damas a quie-nes se proponía complacer. poesías. .l íri.c as,. están llenas de ~ u a - na?, de Jerónirnas, de Aguedas, de h a s y de ~onstaxkas,y hasta se atreve a dedicar una de sus ~ o ~ ~ o s i c i oAn eusn a danaa que no. la podh hber, una Marcela tan virtuosa como d&conocida, cuya incorruptibilidad le increpa el joven canónigo con una vehemencia que parece digna de una mejor causa: Ingrata, desleal, falsa, perjura, inconstante, cruel y fementida, jes éste el premio de mi fe tan pura? jes ésta la esperanza prometida? ¡Tan mal se emplea en mi tu hermosura! Como el amor, por ser desconocido, no me espantó de ti, de mi me espanto, que a tan frágil pastora quise tanto. Mas yo haré en mi propio tal castigo, que pueda ser ejemplo en toda parte: cruel me sea el cielo y enemigo, si voiviere Ius djr=te SE. - 0 Claro está que la resistencia de Marcela, tan amargamente re- m E sentida por el poeta, nada bueno nos dice sobre la de las Juanas y O o Jerónimas. Para con estas últimas, con quienes era más fácil po- n nerse de acuerdo, Cairasco sabe adoptar el lenguaje que conviene, -E B y prescindir de las circunlocuciones petrarquistas, para expresar n n lo poco que pretende de ellas: j . . . Abreme, casada, por tu fe, . , que ilueve menudito, y mójome. Para entretener a unas amigas de tan buena pasta, Cairasco. sabe" también entresacar de SUS lecturas lo más íino, es decir, lo más libre de las novelas italianas, y contar, con una gracia y una * , 05 Viera y Clqvijo: Historio de Ganarzas, woi., m, pág. 424. 98 Poesía inédita, sacada, como las dem&, del manuscrito inédito de la Biblioteca de Palacio, cuya edición estamos prepahdo para la Colección de Clásicos Canarios. . , 1 ,Sx- ) k ANUARIO DE ESTUDIOS ATLAhTl'I.COS tlesenvoltura que ningún poeta español ha llegado a igualar, antes ni después, episodios atrevidos y cuentitos salaces, para los cuales sabe coger, cuando se necesita, no el frío buril del Aretino, sino la pluma fantaseadora y llena de peligrosas seducciones del Ariosto. Es lástima que el carácter muy peculiar de estas composiciones haga imposible su presentación al público, pues si se prescinde de su salacidad hay que reconocer que se trata, sin duda posible, de algunas de las mejores composiciones poéticas españolas anterio-res al Siglo de Oro. Este juicio podría parecer exagerado, 8910 porque se trata de composiciones desconocidas. Sin embargo, esta opinión coincide con la del único crítico que logró verlas, aun en vida del poeta y rn-r- n'-h'--a-h--l-~--m- ~ npt-~ ~em;ni~z~iSnp ~rscnz].- 41 h&!y & lg n e ~ a - "- sidad de escoger el poeta sus temas de acuerdo con sus aficiones y con la naturaleza de su ingenio, Juan de la Cueva añade.: . Claro tenemos el ejemplo de esto en el que hizo el Sueño a la viuda y a Venus el jardín tan deshonesto: que siempre fué su Musa tosca y muda, en no siendo lasciva y descompuesta, y en siendo obscena, fácil fué y aguda Juan de Pa Ciaeva escribía estos versos por el año de 1609, es decir, en un momento en que no era posible ignorar la magna obra de Cairasco, la obra de toda su vida, El Templo militante. No pon-dremos dificultad en admitir que su juicio sobre la "Musa tosca y muda", que le había inspirado aquellas millaradas de octavas, es c i i r r n n m n n i - n i n i r i a t ~ r a m w a o n n t n al c.n:trrn:r. drr r.ri l r r ~ t r i r: u---:n- LICL~)~I.YYICYCV SIIJUIJLV y ~ b y ~ L o e u 1G4z b L I C G L L U UG LLU I G b L U L L U p C L b I G U - te; sin embargo, es caracterizadora, a la par que perfectamente 97 Juan de la Cueva: Ejemplar poético, edición de F. A. de Icaza, Ma-drid, 1941, pág. 127. Evidentemente, los comentaristas del poeta sevillano no podían saber a-qué obras aludia éste, por desconocerse de la manera más absoluta aquellas actividades de Cairasco. Se trata de dos novelas en verso, de,Cairasco, que figuran en el mismo manuscrito, titulada la primera El ISueño de la Viuda, y la otra sin titulo, cuyo primer verso es En las secretas o n r . de Neptuno. Ntím. 3 (1957) 325 justificada, la escala de valores que sugiere el critico sevillano, ai considerar que, poéticamente, los cuentos libres de Cairasco se colocan por encima de todas sus demás actividades literarias. Así,' sacando un cuento de Straparola y otro de Paraboseo; cuando no de su propia minerva, para diversión de sus amigos, alternando la declamación pastoral a favor de unas inaccesibles Clenairdas o Felisas, con peticiones más directamente interesadas: Pues que no te pido m& de un beso, ninfa hermosa, antes que pida otra cosa, dámelo, Teresa, en paz, pasó nuestro joven poeta los mejores años de su juventud, en medio de un mundo que no nos es posible definir geográfica y físicamente, pero cuya principal preocupación debió ser, como la del poeta, la de obedecer al sabio consejo de Horacio: coger con tiempo la rosa, antes de que se fuesen al viento, uno a uno, los pétalos de los días +i ;la Ina i11ia;nnna Y U- I-R IICIDIV.IUYi Terminados sus "estudios", si es que de terminación se puede hablar, el poeta tuvo que volver a su Isla y a las ocupaciones que desde tanto tiempo tenía abandonadas. La fecha de su regreso a , Las Palmas no se puede determinar con precisión, pero debe de ser meses antes del verano de 1569. En 7 de junio de este año le vemos deponer como testigo en ia información y autos seguidos por la Inquisición de Las Palmas contra Juan Sánchez, inglés a pesar de su nombre y apellido hispanizados, quien estaba preso en las cár-celes del Santo Oficio, acusado de haber rasgado una santa imagen que adornaba una tienda de la ciudad. Bartolomé Cairasco, testigo presentado por el acusado, contestó a las preguntas de manera bastante evasiva: que es verdad que conoce a1 inglés; que no sabe si es cierto que al principio éste comprendía mal el romance, por- que entonces no lo conocía ; que no sabe si sus acusadores son sus enemigos y le quieren mal. De tales contestaciones es difícil sacar .conclusiones sobre el tiempo que había que conocía al inglés y, por consiguiente, sobre el tiempo que llevaba ya en Las Palmas después de su regreso A partir de este momento, su vida será forzosamente distinta de la que hasta entonces había llevado. No sólo que el medio de su ciudad natal se prestaba menos a las travesuras y a la galantería, sino que el poeta había pasado ya el cabo de los treinta años, se movía en un mundo conocido y representaba a sus ojos, mejor y más inmediatamente que hasta entonces lo habia hecho, la digni- a N dad sacerdotal. Al acostumbrarse poco a poco a una existencia E O cuya regularidad no cieja de ser monótona, ei poeta se acerca insen-n-= m siblemente a la vida interior al mismo tiempo que a la disciplina O E del trabajo. E 2 E Sin embargo, la historia no quiso tener en cuenta su calidad = de poeta, y sólo nos ha transmitido sobre su existencia, como sobre 3 la de todos sus contemporáneos, unos cuantos datos frios, selacio- - - 0m hados con su vida estrictamente material. Gracias a ellos podemos E seguir a distancia lo que podríamos llamar la biografía exterior O del poeta, la historia de su vida física, que fué, sin duda, la parte n -E menos interesante de su personalidad. a 2 El 31 de febrero de 1571, por escritura ante el escribano pu- n 0 blico Roque Loreto, Bartolomé Cairasco compraba de su padre 3 una casa en Las Palmas, en la banda de Triana, que lindaba con O casas de F'rancisca de Medina por un lado, y de Juan Sánchez por el otro 99. Posiblemente se fui$ a vivir a esta casa, que debió ocu-par hasta después de fallecido su padre; entonces volvió a vivir a la casa paterna, que antes había sido de su tío-abuelo, entre la puente del barranco Guiniguada y el convento de San Francisco. Mientras tanto, a partir del 7 de enero de 1572, 98 Autos seguidos en la Inquisición contra Juan ~gnche< de -4cialchr). 99 Archivo ProVlncial de Las Palmas, vol. 856, fol. 83. fecha de su 1569 ( ~ r c h i h 3Pi nominación en el cargo, actúa como secretario del Cabildo csetedraL al que pertenece 'O0. Sus acostumbrados quehaceres sólo de vez on-cuando quedan interrumpidos por incidentes de poca envergadura,. pero que, en la escasez de acontecimientos de mayor alcance, to-man proporciones mayores de las que debieron tener en la realidad. Así, el 4 de noviembre de 1572, delante de los inquisidores de Canaria, "pareció Marcos de Sanjuán, racionero de la Sancta Igle-sia de Canaria, secretario deste Santo Oficio, y juró en forma de derecho de dezir verdad; y dijo que el domingo veinte y seis de oetubre próximo pasado, en esta cibdad se dixo públicamente que en casa de Hemando de Vera, vecino desta ysla, se avía hecho un milagro, que una hija suya, que estava enferma, estava sana, y que sudava un retablo de piniel en que estava pintado el Descen-dimiento de la Cruz, y que acudía mucha gente a verlo; y este día en la tarde yo el dicho secretario y el canónigo Cayrasco y el ra-cionero Espino y Francisco de Cabrejas y otros, preguntamos a algunas personas de las que avían ydo a casa del dicho Hernando de mra,q ué era lo que aViá avi& r;erca de lo q ~ deez ia2 mi!cg~; y un Francisco Ortiz, pintor, vecino desta ysla, dixo que avía sido milagro, y que la moza estava sana y el retablo avía sudado y 61 lo avia visto, y que quien no creere aquel milagro era erege" lo'- Al racionero le pareció demasiado fuerte la pretensión del pin-tor, de tener por hereje a cualquiera que hubiera dudado del mi-lagro, y para solucionar sus dudas y sus aprensionesnse fué a de-nunciarlo al Santo Oficio. Parece que el Tribunal, siempre pru-dente, no di6 curso a la denuncia; de modo que no sabemos si el ~etablom ilagroso era obra del mismo Ortiz. ni cuál era la opinión 0 de Cairasco sobre los mismos particulares. En el Cabildo reunido el día 12 de diciembre de 1572 se discutió. Pa petición presentada por fray Basilio de Peñalosa, monje de Pa. 100 A. Mwares Carlo: Bio-bibliografiu de escritores cuwurios, pbg. 149- Eos datos que siguen a continuación, referentes a su actuación en ei seno dei: Cabildo catedral, están sacados del resumen de las actas de dicho Cabildo, formado por Viera y Clavijo, y conservado en copia en el Museo Canario. 101 Museo Canario, Inquisicibn, CLM, 15. 328 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS Orden de San Benito, de admitirse la fundación de un conventc~. de monjas en la ciudad de Las Palmas. A esta pretensión se opuse el arcediano de Canaria, alegando, además de la consabida pobreza de la Isla, "que la isla es cálida, y el vecindario, de gente ociosa, de que se seguirian visitas a todas horas a las monjas", y pretex-tando también, no sabemos por qué, las frecuentes invasiones de los piratas extranjeros. Hubo otros canónigos que expresaron ideas bastante opuestas a las del arcediano, y Cairasco refutó una por una sus razones, sin que por ello se pudiese llegar a una decisión, ,La cuestión permaneció en suspenso hasta el 24 de mayo de 1576, cuando el obispo don Cristóbal Vela hizo saber al Cabildo que era su deseo y su resolución de aprobar la fundación de aquel convento. /b1 a1. ~ t-e.,-u-A -p ofier que en ei apoyo que daba ai proyecto de fray &- dio, nuestro canónigo se dejaba un poco arrebatar por la especial consideración que tenía a éste y por los lazos de'estrecho paren-tesco que con él le unían. Basilio de Peñalosa, en efecto; era hijo de Bartolomé Peloz y de Bernardina de Peñalosa (prima hermana de Cairasco) y nieto de Catalina de Valera y de Pedro Hernhdez de Peñalosa, siendo así pariente próximo de Bartolomé Cairasco, según más arriba se dejó indicado. Las relaciones entre los primos eran excelentes, según más adelante volveremos a ver; y en 20 de octubre de 1574 Bartolomé Cairasco consta como testigo en la escritura de dote otorgada por la misma Catalina de Valera a favor de su nieta y media hermana de fray Basilio, Mariana de Peñalosa, al casar esta última con Juan Martel Peraa lo*. En 20 de julio de 1576 se presentó al Cabildo una real provi-sión que imponia se asignase la tercera parte de las prebendas a distribuciones, en conformidad con lo dispuesto por el Concilio de Trento. El Cabildo acordó solicitar del obispo retrasase la aplica-ción de esta medida; pero como el obispo'volvió a exigir el c m - plimiento de la provhión, en su sesión de 2 de febrero siguiente de 1577 se acordó designar al arcediano de Canaria y al canónigo 102 Ante Lorenzo de Palenzuela, 20 de octubre de 1574. Cairasco para que fuesen a solicitar del obispo se contentase coh el pago de wi tercio de la +renta. Mientras tanto, para mejorar sus ingresos así disminuidos, nuestro canónigo y poeta no dejaba de ocuparse de vez en cuando en asuntos comerciales rnris o menos provechosos, como los que formaban las actividades preferidas de su hermano menor. Tam-bién intervino en cultivos de cañas y en venta de ahcares. Así, en , una escritura del 4 de abril de 1578, Nicolás de Franchi otorgaba ."que, por quanto oy día de la fecha, ante el presente escribano pú-blico, el señor canónigo Bartolomé de Cayrasco me vendió media suerte de tierra con las cañas que en ellas están al presente Bilan-tadas, debaxo de ciertos linderos", se compromete a devolverle las tierras .cuando tenga entregada la cantidad de 50 ai?v?xis Ue &- ,car, que era el objeto real de la transacción, "porque realme& dicha venta se hizo por seguridad del dicho azúcar lo3. - El 5 de octubre de 1577, estando en Las Palmas, sirvió otra vez .de padrino en el bautismo de Ana, hija de Lucano de Béthencourt :y de su mujer Melchora de Padilla. Después su nombre no vuelve :a constar hasta el 22 de diciembre de 1580, cuando el Cabildo trata ,del conflicto que antes había habido entre los canónigos Caisasco y Diego del Aguila, quienes se habían trabado de palabras e insul-tado recíprocamente, por lo cual habían sido castigados dándoseles su casa por cárcel. En aquella sesión se resolvió que ambos canó-nigos debían pedirse perdón de sus injurias y denuestos, dentro del segundo día, .y que, mientras tanto, a pesar de la cárcel que :se les había impuesto, tendrían licencia de salir de ella Únicamente . para ir a olr misa, recto trámite, es decir, sin detenerse en el cii-mino, el uno al vecino convento de San Francisco y 'el otro al de 'Santo Domingo. Posteriormente se les mandó poner en libertad; después de haber dado una fianza de mil ducados cada uno, la mitad para la guerra de Su lblajestad y la otra mitad para la fábrica de la catedral, de que tales incidentes no iban a renovarse. Asl pasaban los días del poeta aburguesado, entre sus obliga- 10s Escritura ante Luis de BaIboa (vol. 873, fols. 339 y 345) 330 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANZfICOS ciones sacerdotales y sociales por una parte, y por otra las peque- 5as fiestas y las pequeñas rencillas que ocurrían más o menos en familia y que, a falta de más anchos horizontes, tomaban aspecto de acontecimientos. Menos mal que alguna vez le era dable olvidar la monotonía de todos los días y divertir a sus amigos y conocidos con alguna muestra de su ingenio, y principalmente con alguna comedia o entremés, cuyo gusto aún no había perdido. Una de estas comedias, la que hizo representar en 1576, para dar la bienvenida al obispo don Cristóbal Vela, se ha perdido, al igual que las ante-riores. Pero hubo otras más, y algunas de ellas se nos han con-servado. Así, en la reunión del Cabildo catedral celebrada el 8 de mayo de 1581 se le encargaron "las letras para cantar, emblemas y epi-gramas para poner a los arcos" que se iban a elevar con motivo de la solemne entrada en Las Palmas del nuevo obispo, don Fer-nando de Rueda, y resultado de este encargo fué la Comedia det Rescebimiento, que se representó el 8 de mayo de 1582. Todo un año de preparación había sido aprovechado por los organizadores del festejo para darle el mayor lucimiento, y tenemos algún que otro detalle sobre su arreglo, debido a las confesiones algo inte-resadas de otro canónigo, Luis Morales, a quien se había encar-gado la parte decorativa de aquella entrada, teniendo en cuenta, según él mismo dice, que "desde mi niñez sé dibuxar y hago mu-chas cosas curiosas de mi ingenio". Al saberse la próxima llegada del nuevo obispo, dice el mismo, "por todos se me pidió muy encaresidamente que yo tomase a mi cargo e1 rescebir y regalar con el mayor aparato que pudiese hazer ; y ansi lo tomé tan de propósito, que al rey Phelipe y al Pontifice romano no creo que jamás se le a hecho tan ynsigne triunfo y rreal pompa como yo le hize, que lo tengo casi ya escrito, a pedimiento de muchos; porque uvo en él una sélebre comedia, y muchos versos latinos, y tantas ynvenciones, que os puedo hazei un Pibm de las curiosidades que se le pusieron". Cuenta más adelante el mal sa-tisfecho canónigo que, "habiendo el obispo llegado a esta ysla en primero de mayo de ochenta y d ~ se,n cornpañb de. una muy grande flota que- yva -a Piriá, le hizimos esperar en la fortaleza del Puerto, ocho &as, mientras se ponían las casas que estavan apersibidas, que, por gozar de verlo, se detuvo aquí la flota este tiempo y más. Y con saber de todo el cabildo que yo había sido el abtor de todo aquel aparato y recebimiento, y lo más heran trabajos de mi pes-sona, y que había [sido] tan bueno y tanto y tan a honor suyo y aplauso del pueblo y de seis, mil1 hombres de la flota, que yvan admirados, éste fué un obispo tan ingrato, que ni un Dios os d-6 salud o bueno estava no me dijo". Así lo escribía el rencoroso canónigo en cierta carta a un amigo a de España, la que, por efecto de un naufragio, llegó a manos del E Sante Olcie & 1. Inn;llsi~ihJT 1- valib a sil auhr varios meses O n de cárcel, de la cual salía bajo fianza el 6 de julio de 1585 lW. Si es - =m O cierto cuanto dice en lo referente a la importancia de su papel en E E 2 la ~r~anización'derelc ibimiento, no por ello deja de ser segur@ E que la comedia a que él mismo alude era obra de Cairasco. Es pro- 3 babie que este úitimo no tuviese mejor recompensa de sus esfuer- - zos, pero también es probable que no se la esperaba, y que esta clase 0m E de diversiones era pasa él un descanso inteligente, más bien que O una manera de lucir su ingenio. En esto de lucirse, nuestro Cai- n rasco debía de tener ideas preconcebidas y muy-bien fijadas en aE su mente, y entre ellas parece haber sido la más fija y profunda- - mente anclada la de pensar que su principal mérito consistía en la n invención de los esdrújulos.. Todo lo demás le parecía demasiado O3 fhcil, y, por consiguiente, tenía la tendencia natural a considerarlo teme lm jwg~,c empzr.i^ci,c~r in e1 k~.bajoe n g o ~ c -TT~ i ~ ~ r f ~ c t a - J r------- mente inútil que le debia de costar su inmensa esdrujdea. Le ocu-rría un poco como a Petrarca, quien escribía versos vulgares para divertirse, y pensaba que su mayor título de gloria iba a ser su poema latino, que nadie lee hoy día. La faciiidad fue ei peor enemigo de nuestro poeta. A eiia le debemos una asombrosa cantidad de versos, que vence la paciencia. Proceso del can6nigo Luis de Morales, en el Archivo' de Acialcázar. 332 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOB' desde antes de emprender su lectura. Su obra constituye un océano en que hay de todo, en donde lo bueno y lo excelente se codea con lo peor. Y, por otra parte, como si él mismo se hubiese sentido cul-pable y cohibido por su extraña facilidad de versificador, trató de crearse problemas y de buscar un arte dificil en la desacertada invención de los esdrújulos, que es la peor de cuantas invenciones se le han ocurrido. Mientras tanto, Cairasco seguía dedicando lo mejor de sus des-cansos a una actividad dramática que parece haber sido muy fér-til, y de que, desgraciadamente, no se nos ha conservado sino una muy pequeña parte. Además de la Comedia del Rescebimiento de2 obispo Rueda, conocemos tres obritas suyas, escritas y .probable-mente i.epre~t.iitadai;e ii Grai; Cmwia. Si e! erUm c p v ofrece d manuscrito de dichas obras respeta la cronología d |
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