EY DON F A EXPLORADOR
DE S ES
CONTRIBUCION TINERFEÑA A LA ULTIMA EXPEhllCXOisb
DEL PILOSO MAYOR DEL REY, JUAN DIAZ DE SOLIS
P O R
ELIAS SERRA ZLW'OLS
Catedrático de la Universidad de La Laguna.
En las anuales lecciones dedicadas al glorioso reinado de Isabel
y de Fernando a que nos obligan los cursos universitarios de Historia
de España, uno de los tópicos en que solemos insistir para llamar
sobre 61 la atención de nuestros alumnos (más exactamente alumnas,
pues aiumno si alguno hay es simultáneamente cursante de Derecho
y no le interesan estas cosas) es el de que estos Reyes seguían un
plan político previamente trazado, y no solían dejarse guiar ni por
improvisaciones ni por las circunstancias segh se fuesen presen-tando.
Estos planes se esforzaban en realizarlos sucesivamente, en
jugar & an?,e~t~nar le= isr, tepferir!os finos eoii otros, col30 füé a&a-que
común en los siguientes siglos de los Austrias.
Creemos que la política de aquellas Altezas, ante el ingente pro-blema
del descubrimiento del mundo que se les presentó súbitamente,
está todavía sin completo estudio y nos referimos más a las líneas
de cozjüuto qüe a 19s detalles de las expediciones, siempre aumenta-b
l e ~po r algUin documento particular que aparezca. Aquellas líneas
generales son un claro ejemplo de las normas políticas de la real
pareja a que aludiamos.
Núm. 4 (2958) 555
Apenas los Reyes Católicos han llegado en Aleapbas (í419), y
no sin dificultades ', a un acuerdo marítimo con Portugal por el que,
a cambio de las Islas Canarias y su costa frontera de Berberís, renun-cian
a la navegación de Guinea, única navegación ultramarina en
aquel momento abierta y con perspectivas futuras, cuando Cristóbal
Colón, desatendido en el mismo Porixgal, se les presenta con un plan
propio de descubrimiento marítimo hasta entonces ignorado o por
lo menos despreciado. Por una imprudente generalización, cuyo
alcance acaso no fué comprendido, de momento, más que en Portugal,
en Akacobas se había renunciado no sólo al camino de Guinea, sino
a cualquier otro descubrimiento atlántico, así de continentes como
de isbs. Nada de esto existía en el conocimiento de los negociadores,
y así no resultaba penoso renunciar a lo inexistente. Pretender a-.1 c an- NB
zar las Indias Orientales por Occidente implica descubrir y colonizar E
cualquier punto intermedio como escala, y replantea por ello, si no O - por su fin último, el problema de la navegacibn atlántica. Los Cato- -
m
O
licos no apresuran su resolución; un conflicto con Portugal no les E
E
2 interesa mientras la difícil guerra granadina no esté resselta. En su -mE
momento se acepta el plan colombino, ya sólo ásperamente discutido
por las exorbitantes exigencias del genial genovés. El éxito fnlmi- 3
-
nante provoca igualmente el previsto confiicto diplomático liizso-eas- -
0
m
E tellano que, llevado con elasticidad pero con firmeza de hecho consu- O
mado, di6 el triunfo a @astilla en el pmtc debatido [Tordesillas, 1494)
y origen a la famosa línea de demarcación, de otro lado imposible -
-E
de fijar por entonces sobre la realidad del Océano. a
2
Mientras vivió Colón, ab después de alejado del Virreinato y Al- --
mirantazgo efectivos que le correspondian según eapítuiss, el plan E
descubridor f ~ eél s ugerido por el genovés y aíln ejecutado en parte
por él mismo: reconocer las Antillas, proceder a Occidente psra dar
en las Indias que debían buscarse en latitudes bajas, tanto por ser
éstas las propias de la India de Alejandro hzagno, como por darse en
ellas los mineros ae metales nobles y piedras finas según las ideas teó-ricas
del Almirante ; ya que lo que se busca no son simplemente tierras
nuevas, que a nadie interessn, sino preeismente sque!ias que Ia fama
antigua y, más todavia, la nizeva creada por Marco Polo, presenta
1 Vid. especialmente Pérez Embid: Los desczhinzie.ntos e% 61 Atkbt i~0y
rivalidad cnstelhno-pwtuguesa.. . Sevilh, 1948, pág. 180 y sig~ientes.
556 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTIGOS
5% mY DON Z%MANM), EXPLORADOR DE LOS MARES 3
como depbsitos inextinguibles de riquezas materiales al alcance de
la mano audaz capaz de posesionarse de ellas.
Siguiendo la inspiración del gran Almirante, no sólo los restantes
viajes colombinos, sino los de los otros nautas, conocidos por "Viajes
Menores", persiguen el mismo fin: llegar cuanto antes a la India.
El segundo viaje colombino se proponía, es claro, en primer lugar,
fundar un estaZIecimiento sólido que sirviese de base prólzima a toda
ulterior empresa; pero conseguido esto-y aun sólo aparentemente,
pues la efímera fundación de La Isabels fué en realidad tan desgra-ciada
como la del fuerte de Navidad-Colón se lanza hacia el Poniente
y llega a fa conviccibn de que en Cuba ha hallado el continente asiá-tico
buscado, aunque tal vez no todavia la India. Halló otro, el ame-ricano,
en szi tercer viaje, frente a la isla de la Trinidad, sin darse
-~ i i o n - Sd~e1 ~ar60Q.ornn ntinnntcal da 12 tierra e~~~x.7i sytu I;~ ego,& - ..%--=.w- .a"* "-A W" -"A ""&Z"AA*"*&bU& U"
caido ya de sus poderes universales en las nuevas navegaciones de
Castilla, todavña en su cuarto viaje se propone, como en los de aquellos
otros nautas, hallar camino marítimo que condujese a las ansiadas
Indias Orientales, tanto más urgentemente cuanto que Vasco da Gama
acababa de alcanzarlas all fin circunnavegando el Africa. Y tainbikn
porque las auevas islas, lejos de constituir un negocio lucrativo, resul-taban
por ahora una carga para el real erario y s610 las esperadas
especias y tesoros'indianos podían salvar la empresa del fracaso ma-terial.
El mismo propósito había sido el de las tenaces exploraciones ini-ciadas
por los portugueses desde Enrique el Navegante. Pero el fin
iiltimo vino a ser abandonado por largo tiempo, debido a dos causas
coadyuvantes: de un lado, la circunnavegación de Africa resultaba
mucho más larga que todo lo que pudo justanxnte imaginarse al ini-ciarla
conscientemente; de otro, ese esfuerzo, que result-ab a vano en
CUSLI ~ ~aO a lcanzar las riquezas de la India, había hallado una siafieiente
compensación en las menos pregonadas de Gzrinea: los esclavos y el
oro molido. Sólo en la novena década del siglo xv los exploradores lu-sitanos
recorrieron las costas de la Guinea meridional, y en 1487 Bar-tolome
13ia.s doblaba el Cabo de las Tormentas y alcanzaba la convic-ción
de qne el mayor obstáculo había sido superado. Nueva interrup-ción
hasta que las noticias que el propio CsSian da personalmente al
rey portuguéis Juan II al regresar de su hazaña inmortal, en 1493,
determinan qiae este reanude el abandonado esfuerzo y en 6491: Vasco
da Gama aieanza la codiciada costa y el puerto de Calicut.
En Castilla el momento de pausa, o acaso mejor, de desorientación,
sobreviene ya antes de la muerte de Cristóbal Col61-1, con la de la
Reina (15841, que Ie precedió en no mucho tiempo. El dificil conflicto
sucesorio que se presentó y que paralizó todo plan de envergadwa,
pareció resolverse con la expulsión del Rey Fernando, unánimemente
celebrada por la aristocracia a la que tan firmemente domeñaba; todos
los descontentos, desde el moribmdo Almirante de las Indias hasta
nuestro Adelantado Ge las Islas de Canaria, Alonso FernQndez de
Lugo, ponen sus esperanzas en el joven e irresponsable IFeIipe de Aus-tria.
Su muerte inesperada determina el desconcierto de estos ambicio-sos
egoístas y una sana reacción de parte de los hombres de gobierno
como Cisneros, y se suplica la vuelta del Rey Fernando, poco antes
desterrado. No regresó, empero, hasta 1507' ; entonces inicia su segmdo
reinado en Castiila, que sor su extraordinaria continuidad de acción
con el primero demuestra, si no un papel muy secundario de Isabel en
su tiempo, por lo aenos una grandisima identificación polltica %e Ia
regia unión de1 'Tanto monta".
Cuando en el verano de 150'7, de regreso de Nápoles, pisó Fernando
otra vez tierras de Castilla, la empresa descubridora se hallaba pric-ticamente
abandonada. Plan genera1 no había alguno; pero no tarda
Fernando, en medio de las preocupaciones de restablecimiento del
gobierno interior y de las ligas de Italia que dirigía, en pensar en el
problema en su conjunto. En noviembre del mismo 1507 convoca a los
pilotos de mayor prestigio y consanza de que disponfa CastilIa. Juan
de La Cosa, Américo Vespucio, Vicente Páñez Pinzón y Juzn Díaz de
Solís se reúnen en Burgos, en marzo de 1508, y alll trazan el deseado
r;lan en presencia del mismo Eey.
iQué no dariamos por tener actas o informes de estas reuniones!
En ellas se proyectó realizar el: mapa del mundo. Sólo sabemos que
mientras los capitanes Hojeda y Nicuesa tuvieron cargo de fundar
establecimientos avanzados en la costa del Continente ya conocida,
rrfrnc A n c ncnnilifrrci V í ñ e ~Pi nvAn .ir nSav & S&gP el u ~ ccsp it&n "CL "U UVU ~UVVLU~VU, rL U--"- L *--VI- J -'--
de tierra y el otro a cargo de la mar, en extrafia combinación, debian
marchar, desde La Espafiola hacia Poniente, en busca del paso s del
mar libre por donde trasponer las tierras nuevamente descubiertas y
558 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
EL REY DON FERNANDO, '@X~LOPADOR DE LOS -aaWE9 5
llegar, en su momento, a las Indias Orientales, que todaváa se siguen
creyendo único seguro emporio de riqueza, merecedor de tantos es-f
uerzos.
%F 3% :S
Esta expedición Pinzón-Solis, capitulada en 23 de marzo de 1508,
es una de las mrás misteriosas o, más bien, peor conocidas de cuantas
patrocinó @astilla. Careciéndose de una relación aut6ntica y contem-poránea,
los tratadistas han divagado mucho respecto de ella; mien-tras
unos la desdoblan y hacen dos viajes, urao a Honduras y otro al
Brasil, en fechas diferentes, otros suponen que nuestros marinos na-vegaron
de un tirón desde el Golfo de M6jico hasta el paralelo 20"ur,
;a, mitad de la costa oriental del Brasil! Parece claro, no obstante,
n.4r--a- p se pesseg~izu imp!exaente prulongar lacia Poniente ia costa cono-cida
de América, desde el último viaje de Colón. en 1502 habíia
abordado la costa contineneal-procedente de los Jardines de la Reina,
en los mares de Cuba-frente a la isla de Guanaja, actual Honduras;
pero desde alli, en lugar de proseguir a Poniente, descendió a Medio-
&a, sin duda inspirado por SU preocupaei6n de las bajas latitudes que
debían de corresponder a la India. Ahora se iban a exploras las @os-tas
desde el mismo punto pero en sentido contrario y en busca del
mismo paso libre que no pudo hallar Colón. Sin duda por ello el piloto
de la expedición era Pedro de Ledesma, que estuvo presente en el viaje
colombino y conocía por tanto el pnto de partida buscado.
Parece que los tres buques de que se componía la expedición sa-lieron
el 29 de junio de 1558, pasaron por la misma Guanaja y pote-diendo
al Oeste reconocieron el Golfo Dulce, el Cabo de las Higueras
y por lo menos el litoral oriental del Yucatkn. Desde ahí regresaron
a España. NLIe s i í í ü ~ hlo~ q ue navegaron para una expedicibn de
fines tan amplios ; además sus pocas realizaciones apenas dejaron ras-tro
posterior hasta que fueron ampliamente superadas por Hesnández
de Córdoba (1517) y Grijalva (1518). Apenas un par de mapas, ante-riores
a estos Últimos viajes, reflejan las singladuras de Pinzón y SoSís,
Es totalmente inverosímil, en cambio, el supuesto contrario de le
llegada hasta nada menos que el Brasil e incluso el Rio de la Plzta,
que se les ha atribuido a menudo. Aparte lo desmesurado de la nave-
Núm. 4 (1958)
EL REY DON FEXNA'íW, EXPLORADOR DE LOS BL.-LD,EC 7
1-110 1513. Se ha demostrado que ello no es cierto, sino que se hizo un
viaje secreto portugués por estas fechas de 1513-14 (Muiío Manuel y
Cristóbal de Haro). Hasta 24 de noviembre de 1514 no encomenid6
Fernando a Díaz de SoIís este viaje meiidional, por la capitulación
,de Mansllla, pero, desde luego, puso en él el máximo interés y espe-ranza.
Algunos documentos tinerfefios, hasta ahora desconocidos ",
ponen de relieve el cuidado que se tuvo en todos los detalles de los
preparativos de este viaje de Díaz de Solís. Vamos a dar noticia de
ellos y a reproducirlos integros al íin, pues creemos que los datos
documentales sobre las grandes exploraciones oceánicas del gran
siglo español son lo bastante escasos para que todos los conocidos
scm cuidadosamente estudiados; mientras, al contrario, sería inhtil
que nos extendiésemos en los pormenores de la historia del viaje
mismo.
Las capitulaciones, en las que se prescribía al navegante buscar
un paso meridional para llegar al mar "a espaldas de Castilla de1
Oro"-que de 'cal texto son las palabras citadas-, fueron otorgadas
en Mansilla, cerca de Buz-gos, en 24 de noviembre de 1514. Los pre-parativos
fueron la-rgos, pues, como hemos dicho, no se deseaba una
aventura sino una exploración metódica y prolongada. No hay que ex-trafiarse,
por tanto, de que hasta septiembre del siguiente aiío 1515 no
estuviesen aparejadas para el viaje las tres naves-4 número de tres,
que escogió Colón para su primer inmortal viaje, se habia hecho clá-sico
para exploraciones ultramarinas-de calado muy modesto, 60,
30 y 30 toneles, respectivamente, y eseasísima gente, 60 hombres en
total; pero, en cambio, iban abundantemente provistas de bastimen-tos
ha&% para das añss y xxedfo, esto es, coi1 üm amplásima auto-nomía,
como sr dlria hoy. Y todavía el naufragio de la mayor de estas
tres ligeras carabelas en Lepe, lugar de vecindad de Díaz de Solis,
adonde habría ido a cargar sus efectos, retrasó la salida de la barra
de SanlUcar de Barraineda, hasta el 8 de octubre, con rumbo al Sur.
Uevuban w bx&: a! piloto han de Lisboa, otro portugués, en este
2 De los Acuerdos de2 Cabildo de Teaerife, extractados por Leopoldo de la
Rosa y el autor de este artículo, volumen 3.9 en preparación, de la serie "Fontes
Rerum Canaria~um", del Instituto de Estudios Canarios.
caso vaEosísimo, pues había participado en la expedición secreta por-tuguesa
a estos mismos mares que hemos citado antes; a Diego Gar-cía.
de Moguer, patrón de de las naves, que más adelante había
de demostrar gran tenacidad en sus empresas; Alarcón; un factor
comercia!, Marquina, etc. Pero, al parecer, ninguno de ellos tenía
la autoridad o misión de sustituir al Jefe, caso de éste perderse o
inutilizarse: y esto debió ser parte principal en el fracaso definitivo
de la emr,presa, pues es sabido el trágico fin que halló el capitán en el
Río de la Plata. Eespués de reconocer cuidadosamente la costa deL
Brasil actual, con el afio 1516 llegan al gran estuario argentino, que
de ahí se denominó por algún tiempo Río de Solís en la cartografía;
si bien hoy parece seguro que había sido alcanzado ya antes por una
o más exsediciones. Y, en ñn, penetrando hasta el fondo del estuario,
siguiendo la actual costa uruguaya, frente a la isla fluvial de Martín
Gzrda, Juan D ~ dze S olís, su factor, su contador y seis marineros
desembarcaron en tierra con tanta confianza que fueron en el acto-capturados
por los guaraníes y comidos alegremente a la vista de
sus aterrados compañeros de las naves. Y tanta fué la impresión que
el hecho les produjo que, sin plantearse siquiera el caso de proseguir
su empresa, que niaméricamente no había sufrido gran pérdida, reFe-saron
cuanto antes a Castilla, al mando de uai cuñado de Solís, quien
ahora perdió una de las carabelas y abandonó muchos náufragos en
el desconocido Brasil. Es cosa cierta que si los compañeros de Ma-galñanes
no hubiesen sido más animosos, ningún rastro hubiese que-dado
de su proeza supra-humana.
Cuando Prancisco de Torres, el ciañado de Díaz de Solís, llegaba.
a Sevilla, a principios de septiembre del mismo 1516, hacia más de
medio año que había fallecido (en 25 de enero) el glorioso monarca
que le envió, Fernando el Católico, pues su salud y, probablemente
con ella, su actividad había ido decreciendo y aun da6 serios xemores
desde antes de 13 de agosto de 1515, como nos dicen las actas de nues-tro
Cabildo con ocasión de las degrz'm dispuestas en aquella fecha
para festejar un temporal restablecimiento del enfermo.
Los datos a que nos referiamos tocan a los preparativos bien ni-nuciosos
de expedición tan poco afortunada. Por marzo de 1515-a la.
verdad sin mucha prisa si recordamos que la capitulación de Mansilla.
562 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOLt
EL REY DON FERNANDO, EXPLORAWR DE LOS MARES .9
es de 24 de noviembre anterior-había llegado a manos del Sr. Ade-lantado
don Alonso Fvrnhdez de Lugo, gobernador y justicia mayor
de Tenerife, una carta de Lope Conchillos, el secretario del Rey, da-
Lada apenas un mes después de Ia mentada capitulación, y en el mis-mo
Mansilla, a 22 de diciembre de 1514; en ella se recomendaban fa-cilidades
extraordinarias para un agente de Solís, acaso él mismo,
que debía extraer madera de la Isla para sus naves. Esto era contra
ordenanzas, que habían prohibido, al principio, cualquier saca, y sólo
autorizaban el corte para consumo de los vecinos y construcción de
naves en ella y para uso de los mismos, si bien luego se autorizó el
corte y la exportación de ciertos montes, previo pago de derechos
de propios; pero la recomendación real, no sujetándose a tales limi-taciones,
chocó con la resistencia de los regidores, animados por su
habitual oposición a la política del Adelantado. No mdiS 4 Cabildo,
en efecto, hasta que quedó bien claro que la orden procedía del Rey
mismo y para SU real servicio, y no para complacer algían privado
interés.
En 17 de dicho marzo de 1515 sólo se nos dice que quede para
otro Cabildo el tratar "sobre cierta madera que se dice será para
llevar a Castilla a hacer navíos" (Acuerdos, 1515, fol. 584 v.). Ni tam-poco
se despachó el asunto en la sesión siguiente,^ 19 de marzo; pero
en 2 de abril el regidor Andrés Suárez Gallinato, sobrino del mismo
Adelantado, denuncia el hecho: un hombre de Lepe, cuyo nombre
protesta declarar, tiene aserradas treinta docenas de tablas de pino
grandes para hacer navíos y las tenía a punto para sacar con licencia
del Sr. Adelantado y pide que no se consienta la salida sin que pri-mero
paguen los derechos. Lope del Hoyo, regidor de nombramiento
real (la mayoría de los demás fueron designados por el Adelantado
conquistador y luego confirmados por el Rey), añade que hay orde-nanza
de que no se saque madera szho de Agache, más al sur de
Giiimar, y ahora el Sr. Adelantado ha dado licencia para sacar esta
madera de las montafias de la villa (de San Cristóbal de La Laguna)
y que no le constaba que hubiese mandamiento de Su Alteza para
d o . Ei Adeiantado, que preside, aclara que, en efecto, es por man-dado
de Su Alteza; que el secretario Conchillos le habPa escrito cómo
el Rey había dado licencia a un Solis, piloto mayor de Su Alteza,
para ir a descubrir y por ello tenía necesidad de ciertas docenas de
tablado de tea que es defensa apropiada de 11s &roma que come los
navios; que todo esto les constaba a los regidores, porque había mos-trado
la carta, aun siendo destinada a su sola persona, al teniente
Pero Lopes de vergara, a Alonso de las Hijas, regidor, y a Pedro
de Vergara, alguacil mayor; y que la carta no decáa que se leyese
en cabildo.
No se conforma Ga!iinato con la discreción del Adelantado e in-siste
en que no le consta el mandado del Rey y qur a h en tal caso
"en la Isla hay donde se puede sacar sin q~e%ra,nta!ra ordenanza,
esto es, en Agache, entre Abona y GüiehBnad QGGímar) donde hay
tanta maGera y tal de tea, no pasa un nwío pero para cien navíos".
Requiere al teniente que torne juramento al "'hombre de Lepe" qué
tablas saca y también sobre cciertas cajas de azúcar, para que quede
constancia de todo ello y, en fin, requiere a los demás regidores para
que se junten a él y a Valdés.
El Adelantado pide ahora al teniente a Las Hijas que juren
haber visto la dicha carta, y, en efecto, así lo hacen, y que en ella se
mandaba se diese a SoSís madera para hacer navíos, porque debía ir
a Tierrs Firme, y que le diesen de 24 hasta 30 doce~asd e tablas de
pino pam defensa de la @roma, y que en la carta se daba fe que Su
Alteza lo mandaba. Añade el Adelantado que? es verdad que él ofre-ció
a1 hombre que vino la madera de Agache, pero que éste no la
quiso, alegando que no había caminos y serían más las costas que el
principal; y para que el mandado de Su Alteza no quedase incum-plido,
le dió facultad de que sacese la madera de este termino de Illa
villa. Se conforman ahora los regidores, pero todavía Hoyos, Galli-nato
y Valdés piden testimonio para de nuevo declarar, a lo qze se
opone el Adelzntado, quien, en todo caso, exige que el traslado se
&ygrrc ~ 1n ~ ~sz e v a sa lpUm---r-i--n- nen 1-g- añadirá 61.
En Sn, en las actas del Cabildo el asunto tiene su término en 43
de abril de 1515, en que se otorgó una autentificación jurada de la
letra y firma de la tan repetida carta. "Parz. comprobar y averiguar
como Lope Conchillos escribió como Secretario de Su Alteza y su
escribano de Cámara al Adelantado, daiiLaü fe vt: Sie Alteza ?mi;-
daba que, para ciertos navíos que hclcía Solís para ir a Tierra Firme
por su mandado, le fuese dada madera de esta Isla; porque la carta
mostró a Graviel (Gabriel) Mas, se le pidió informase sobre ella.
564 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLBNTIGOS
EL REY PPON FERNANDO, EXPLORADOR DE LOS M.EES . .. 41
DecIar6 bajo juramento que el Sr. Adelantado le mostró una carta
escrita de letra de la mano de Fra,neisco de los Covos y ñrrnada del
Secretario de Su Alteza Lope Conchillos; Ia cual letra y firma este
testigo dijo conocer y ser cierto de mano de los susodichos y que
sabe que tales cartas firmadas por dicho Secretario reciben entera
fe; y en dicha carta decfa al Sr. Adelantado que Su Alteza mandaba
que se diese licencia a tznr Solís, que habh de hacer dos navíos por
mandado de Su Alteza, para que sacase libremente de esta Isla la
dicha madera. La carta era expedida en Nansilla, cree que a 22 de
dicienibre de 1554. Firmado, GabrieZ Mas".
No parece que este Mas tenga otra intervención en el asunto que
la de perito en las letras y signos de la correspondemia de la Corte.
Es persom conocida, negociante catalán estante en la Isla, en Ia que
emparentd por matrimonio coa familias c%stingnidas. No time im-portancia
la vaeilaci6n en el n.úimei;ero de razvíos que se dicen a C9ilS-truir;
ni es probable que esta tea se destinase a su obra total, sino
antes a revestimiento como las modernas chapas metálicas, para ase-gurarles
& los destrozos de Ea broma, de los que ya I d d a buena expe-riencia,
pues ests molusco ya fea6 responsable de %a comprometida
aventura de Colón en su árltimo viaje cuando quedó con sus naves
varadas en Jamaica aislado de todo socorro.
Ahora bien: el "hombre de Lepe9' es Diaz de Solás en persona?
No se hace distinción entre él y el concesionario del favor real, y
además sabemos que éste era vecino (y aun se ha pretendido natural)
de Lepe, entre HueEva y Ayamonte. Pero no puede afirmarse que no
se trate de un agente destacado a este fin; aun así me inclino a creer
que era el mismo Sslis : el asunto era importante, el "hombre de Lepe"
habla con autoridad al Adelantado para obtener las ventajas que
desea, y se explica la relativa demora en el negocio, desde diciembre
a marzo, dado que Solís tuvo que ocuparse de otros muchos detalles
antes de venir a Tenerife, en todo caso.
Tenerife, pues, tuvo su pslrte en la arriesgada empresa fracasada,
y 1a np~sición de lvv regiUores no debe interpretase e m o deavfo
para estos ambiciosos planes reales, sino, antes, como una actitud de
<abstriacción aI gobierno del Adelantado, tan impopular como firme,
actitud en que entraban hasta sus mismos parientes más allegadse
12 ELfAS SERRA RAFOLS
y que más le debian. En fin de cuentas, es respetable lo que pudo
haber de celo en la defensa de los intereses de la Isla.
Después de este fracaso, y ya la política de España en manos del
César Carlos o de sus consejeros, la ambición por las Islas de Ias
Especias no decae sino que toma caminos más positivos desde que
Magallanes y sus sucesores se hacen presentes en las Molucas, que
se pretende incluir en el hemisferio occidental reservado a España
por los convenios entre las coronas hispánicas y las bulas pontificias.
El supuesto era erróneo, pero admisible en aquellos momentos. No
obstante, al fin, Portugal consigue el reconocimiento castellano de su
legítimo derecho, del que le habían de desposeer los holandeses, que e
no los españoles, cuando la crisis moral que en el ánimo portugués D
N
E produjo su indeseada incorporación a la monarquía española. O
D O C U M E N T O S
-
E
Acuerdo.-Libro l." de acuerdos del Cabildo de Tenerife. O
En este cabildo Andrés Suares Gallinato, regidor, dixo: que por qiianto
un onbre de Lepe, cuyo nonbre protesta declarar, tiene aserradas treynta
dozenas de tablas de pino grandes para hazer navíos, e las tenía a punto
para sacar, con licencia e facultad del dP Sr. Adelantado, que pide e re-q
~ l e r ea l d." Sr. Adelantado que non consienta nin dé lugar a que se saquen
syn que primeramente aya de pagar e pague los derechos que está por
constitución e hordenanca en esta Ysla que pertenescen a los propios desta
d." Ysla; con protestación que haze que todo lo que se montare en los d.06
Uurrvh~s!e 2 5 7 e~ c~ob ren del d." Sr. Adelantado e de quien e cómo deva;
e pidió10 por testimonio.
E luego el d." C:-erónimo de Valdés dixo: que lo mismo pide e requiere
(en razón de la d." saca de las tablas, que se pague el derecho) qel d."
Andrés SU herzano; que aquello dize, pide e requiere e protesta, e pídelo
por testimonio.
-77: luego el d." Fernando del Hoyo, regidor, dixo: que ya sabe el d."
Sr. Adelantado cómo por su merced e por todos los regidores está hecha
.hordenanca qne no se sacase madera ninguna de toda esta Ysla para fuera
della salvo de las montañas de Agache, entre Abona e G i y h a d , segund
que en ella se contiene, e que agora paresce que su merced avía dado licencia
5643 ANUARIO DE ESTUDZOS ATLANTZCOS
EL REN DON FERNANDO, EXPLORAüOR DE LOS MARES 13
para sacar treynta dozenas de tablas grandes para navios de las montañas
desta villa defendidas, lo qual si asy pasase los propios perderían lo que
les conviene, e asy mismo sería quebrantar la d." hordenanca; por tanto,
como uno de los regidores de esta Ysla, le pedía e requería que non dexe
sacar nin enbarcar contra -la hordenanca las d.aS tablas pues que para ello
non le collstava nin parescia al d.O Fernando del Hoyo aver parescido man-damiento
de Su Alteza para se sacar, so protestación que sy de hecho lo
quisiere 'hazer que la villa aya su recurso contra el d.O Sr. Adelantado quanto
viere que le cunple, e pidió10 por testimonio.
E luego el d." Sr. Adelantado e Governador dixo: que por otra vez o
vezes a dicho en este Cabildo lo susod.", por manera que a ellos les consta
ser por mandado de Su Alteza la d." saca de la d." madera, porque por el
secretario Conchillos le avia sido escripto cómo el Rey N. S. le mandó que
le escriviese al d." Sr. Adelantado cómo le avía dado licencia a un Soliz,
piloto mayor de Su Alteza, para yr a descubrir, e tenía nescesidad de ciertas
dozenas de tablado de tea que es apropiada para defensa de la broma que
come los navios; y que, como conbstava al d." Sr. Adelantado el d." man-dado
riel Eey N. S., por la carta dei d.' secretario y non mandava Su Alteza
que diese parte deilo al Cabildo nin pagase derecho alguno, que el d."
Sr. del anta do lo avía mandado conforme al mandado de Su Alteza e carta
del d." secretario; e por mayor abondamiento él mostró la d." carta al te-niente
Pero Lopes de Vergara y a Alonso de Las Mija,s, regidor, y a Pedro
de Vergara, alguazil mayor; e, por razón de lo d.", les consta a todos en el
cabildo, y que el d.D Sr. Adelantado entiende de haser justicia en el caso
como contra onbres que hazen el contrario o cometen contra Ia voluntad
del Rey N. S.; y en lo demás que él guarda todas las hordenancas y esta
presto de las guardar y las a guardado.
E luego el d." Andrés Suares Gallinato, regidor, dixo: que él acostumbra
entrar y a entrado todas las vezes que se acostumbra a hazer cabildo en
este manífico Ayuntamiento, y que non le conbsta del mandado real de Su
Alteza en que mande sacar madera desta Ysla, nin menos del d." Sr. secre-tario
Conchillos que diga lo quel d." Sr. Adelantado dize; y aun que, caso
fuese quel Rey N. S. lo enbiase a mandar, en la Ysls avía donde se pudiese
eunplir su real mandado syn quebrantar la hordenanca nin perjuizio de la
república, que es en las partes de Agache, ente Abona y Giydmad, donde
asy está situado por la hordenanca, donde ay tal madera e tanta e tal de
tea por donde no se harán solamente un navío pero cien navios; e porque su
Señoría non quiere que salga de allí syno deste pueblo, que le pide e requiere
non mande quebrantar la hordenanca, so protestación que haz@ de se quexar
en su t i e q o e lugar e &pediarq uello que cunple a la repGblica, como buen regi-dor
debe hazer; e demás dixo que requiere a d.O Sr. teniente el bachiller Pero
Eopes de Vergara que tome juramento ante mí el d.O escrivanio quel r1.O
onbre de Lepe que está aquí sobre las tablas, para que declare las tablas
que saca e se asiente aquí, para que en todo tienpo se sepan, por que los
propios non pierdan 10 suyo; y demás ciertas caxas de acúcar que se saca
de aquí, para que se sepa e non pierda derecho la Psla.
14 E L ~ SSE RRA R Á ~ L S
E luego el d." Geróninio de Valdés dixo: cpe dize e pide e requiere
aquello que pedido e requerido tiene el d." Andrés Suares, como Qesuso se
contiene; e demás dixo que en el abto que d." Sr. Adelantado a hecho paresce
que a puesto mácula er, que van contra el mclnciado de sir real Aiteza, lo
qual tal non se hallaría ni parescería, antes, como buenos vasallos suyos
e leales servidores e criados, hazen sienpre lo que por Su Alteza les hera
mandado en obra e en dicho; y agora, porque paresce que como bilenos re-gidores
tornan por e! bien del pueblo e república, ei d." Sr. Adelantado dize
que hará justicia porque ellos non cunplian el mandado de Su Alteza, por-que,
por una carta que el d." Sr. Adelantado dize qüe le enbió el secretario
Conchillos, la qual non vieron ni saben Io que era ella, se contenía, avía san-dado
el d." Sr. Adelantado quebrantalles las hordenancas; e que viendo eUos
la d." carta, mandándolo Su Alteza e cunplirndo a su real servicio como
buenos regidores, hizieran lo que por Su Alteza les fuese mandado, pues
que avían por el [para ello] en esta Ysla a do se cunpliese el mandado de B
Su Alteza syn perjuizio de la república aviéndoio mandado, quanto más que N
tal non parescía ni a tales conbsta; y que pide y requiere aI d." Sr. Adelan- E
tado que non se edremeta en sus cosas, pues que lo tienen reusado de sos- o -
pechoso y non lo destruya rriás de lo destruydo; y que de nuevo ponya e
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puso sospecha en el d." Adelantado ; e juró a Dios y a Santa María e a las O
palabras de los Santos Evangellos que se Ia pone conforme a derecho, y que E
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especialmente la pone agora; e que pone su persona e bienes debaxo del -E
anparo e defendimiento real de Su Alteza; e cpe non entrava más en cali-dades
por miedo del d." Sr. Acelantado; e que todo lo pide por testimonio. 3
-
E luego el d." Sr. Andrés Suares Galliiatc, regidores [sic], dixo: que -
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ya sabían los d.OS Sres. regidores Giiillér, Castellano e Alonso de Las Hijas E
e el bachiller Alonso de las Casas, regidores, en cómo avía requerido sobre U
razón de la saca de las d.as tablas que non se sacasen, e que les pide e re- - quiere se junten a ellos a pedir e requerir lo mismo al d." Sr. Adelantado, -E
con protestación que haze que de sus personas e bieces cobren !a república a
su derecho e aya su recurso contra ellos. -2-
E luego el d." Sr. Adela~tado,p ara berificacibn de !a d." carta de Con- -
chilles ser verdad se la aver enbizldo qual la avía visto el 6." su teniente e 3
Alonso de Las Hijas, regidor, [pidió] que jurasen subre ello e lo declarasen; O
los quales juraron en forma devida e de derecho, so cargo del qual dixeron
que ellos vieron la d." carta firmada del d." Conchillos, por la qual dize que
Su Alteza mandava que al d." Solís se le diese, para haser ciertos navios
do el d." Solís se avía de yr a la Tierra Firme, veynte e quatro hasta treynta
dozenas de tablas de pino para defensa de la jlrroma, e que en !a d." carta
dava fee de cómo Su Alteza lo mandava.
E luego el d." Sr. Adelantado dixo: que hera verdad que al tienpo que
al d.o Sr _Adelantado le fué presentada la carta del d.0 secretario, que el
d." Sr. Adelantado dixo al que truxo la carta (le dixo) que la d." madera
tomase en otros términos y especialmente de Agache; e que el d." onbre
dixo que no lo haría sy no fuese destos términos, porque en Agache mn
avía caminos y serían más las costas que e! preiicipal, y dhdoseIa fuera
568 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
destos términos qne ncn se cunplía el mandado de Su Alteza; y que el
d." Sr. Adelantado, visto de cómo rehusó e non quiso, que él, por cunplir el
mandado de Su Alteza, le dió facultad que las cortase deste t é r ~ i n o .
E luego el bachiller Alonso de las Casas dixo: que el d." Sr. Adelantado
e governador a d." en este cabildo ciertas vezes, y agora lo dize, que el
secretario Eope de Conchi!los, secretario de Su Alteza, le escrivió una carta
haziéndole saber como a governador desta Ys!a que la voluntad de Su Alteza
hera en como se contiene en la carta del d." secretario, e que asy rescibió
juramento de su teniente el bachiller Pero h p e s da Vergara e de Alonso
de Las Hijas; regidor e fiel y eseculor, los quales por sus dichos declaren
aver visto la d." carta en que se contiene lo susod."; e que asy mismo el d."
Sr. Adelantado dize que, mandando cunplir la voluntad de Su Alteza, le di6
!a d." licencia coriforme a la d." carta del d." Sr. secretario por donde le
conbsta, la qual venía dirigida a él. solamente como a governador, con que
por eso le tiene dada la d." licencia,; e que lo demás, que su voluntad non
hera ni es de cpebrantar Ia d." hordenanca e hordenancas; que por tanto,
que pues su Señoría dize tener mandado de Su Alteza para ello, que como
&.ner~gdor e T.;sticiz =-ajo- &sta Bsla por Su _A_&we, hii.g. jiusticia ; y en
lo de las hordenancas, que syn escesiones pide e requiere que las mande
guardar; y esto dixo que desya respondiendo al d." requeriniento fecho por
e! Andrés Suares Gallinato, en lo que a él toca como regidor.
E luego el d." Guillén Castellano dixo: que él se arrima a lo mesmo d."
e respondido por el. d." bachiller Alonso de las Casas, al requerimiento fecho
por el d." Andrés Suares GaXnato.
E luego el d." Alonso de Las Hijas, regidor, dixo: que su vo!unts?d e voto
es que se guarden las hordenancas, y que sy eii esto desta madera non a
hablado es porque él vido una carta del secretario Conchillos, dirigida so-lamente
a d." Sr. Adelantado, en que por ella dava fee que Su Alteza manda
dar aquella tablazón; e por ser para su real servicio e solamente dirigida
al d." Sr. Adelantado non habla ni se entremete en ello; mas, de quanto en
todo lo demás, e4 d." Sr. Adelantado guarde las hordenanc,as.
E luego el d." Fernando del Hoyo dixo: que pedía por testimonio lo que
el d." Sr. Adelantado á d.", para responder e alegar lo que cunpla al servicio
de Su Alteza e bien de la república desta Ysla.
E Iuego el d." Sr. Adelantado dixo: que non se le diese hasta que el d."
Sr. Adelantado aya respondido e d."; e que entonces non se le dé testimonio
lo uno syn lo otro.
E luego el d." Fernando del Hoyo dixo, que lo pide synplemente para
responder.
El d.' Sr. Adelantado dixo: que 61 quiere treslado para responder, e de
que aya respondido, que se le dará treslado.
E luego el d." Fernando del Hoyo dixo, que lo reseibe por agravio, e pide
que todavía se le dé.
E Iuego el d.' Sr. Adelantado dixo, que lo verá y hará justicia.
i S abril 1515.
Para conprovar e averiguar de cómo h p e Conchiiios le escribió como
Secretario de Su Alteza y su escrivano de Cámara dando fee que Su Alteza
mandava que para ciertos navíos que hazía Solís para Tierra Firme por su
mandado, que le fuese dada madera de esta Ysla, porque la carta mostró
a Graviel Mas e !a vido e tyene noticia della, e porque se le pidió que sobre
eiio, asy dé1 como de otros, se oviese información, el qual d." Graviel Mas,
aviendo jurado en forma devida e de derecho sobre la señal de la cruz e por
Dios e Santa María, dixo: que lo que sabe es, que el d." Sr. Adelantado le B
N
mostró una carta que tiene escripta de letra de la mano de Francisco de los E
Covos y firmada del d." Secretario Lope ConchiUos; la qual letra y firma- O
este testigo dixo cooloscer e ser cierto suya de los suso dichns, el qii-il n-- m
d." Lope ConchiUos sabe e a visto e vee que es secretario de Su -4lteza e a O E
sus cartas semejantes se da entera fee, en la qual d." carta drzia al d." E
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Sr. Adelantado que Su Alteza mandava que se diese licencia a un Solis que E
avía de haser dos navíos por mandado de Su Alteza para que desta Ysla
-
cortase y sacase libremente la d.' madera para los d.OS navíos que Su Altezz. 3
mandava haser. E que la d." carta que hera hecha en MansyUa, y le paresce --
que Pa fecha dezía 22 de dizienbre a60 de catorze; y que esto es la verdad 0
m
E
para el jaramento que hizo. Gabiel Mas (autóg.). O
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ANUARIO DE ESTUDIOS dTLAN?'íCOS