NUEVAS NOTAS DE PREHISTORIA CANARIA
POR
1. - PIC"I?OGRAMAS ANTROPOMORFOS DE LA "CUEVA DEL MORO",
EN EL "MORRO DrE LkS MORISCASw (AGAETE, ISLADE GRANC ANARIA)
El día 3 de julio de 1963 visitamos de nuevo el conjunto de
cuevas emplazado en el "Morro de las Moriscas", del término de
Agaete, en la Isla de Gran Canaria, que en 1956 ya habíamos
explorado y estudiado l. Reiteramos la visita a pleno día para
mejor observar el interior de la llamada "Cueva del Moro", toda
vez que en días no muy favorecidos por la luz solar no permite
vérsela perfectamente por las sombras que en ella se proyectan,
pese a la luz artificial que utilizamos, y también por la calidad
deleznable de la toba en que está trabajada.
En la primera exploración a la cueva no advertimos pinturas
rupestres, precisamente por carencia de luz en su interior. En
cambio, en la segunda prospección, con mejor suerte y favorecido
por la luz solar de la tarde, que para la misma era la más apro-piada,
por penetrar en aquélla más directamente los rayos solares,
y, a la vez, auxiliado de una potente linterna, nos permitió descu-brir
dos tipos de pinturas rupestres antropomorfas. Ellas tienen
sus precedentes, Únicos en Gran Canaria, en las representaciones
pictóricas del abrigo pastoril de "Majada Alta", en el término de
1 Seibastrán J~rnenez Sánchez Locailzdud del Morro de las Momscas, en
la revista "Faycán", núm 7, año 1960 Las Palmas de Gran Canaria.
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Tejeda, por mi descubiertas y estudiadas en 1960 2. En ambas
visitas nos acompañaron don José Antonio García Alamo, Jefe
del SEU, y don Victorio Rodríguez Cabrera, nuestro benemérito
Ayudante.
La "Cueva del Moro" ocupa la parte central y alta del conjunto
de cuevas-viviendas y cuevas-graneros del "Morro de las Moris-
Planta del grupo de las Cuevas del Moro, en el Morro de las Moriscas (Agaete)
A. Cueva con pinturas antropomorfas -B Cueva grande -C Cueva labrada
D. Vestíbulo
cas". Es un recinto labrado en toba volcánica granidosa, de color
pajizo-grisáceo, en descomposición por efecto de la brisa del mar,
2 ISebastih Jiménez Sánohez. Pictogramas antropomorfos de un abrzgo
pastorel de MayarEa Alta, Tejeda, en la Isla de Gran Canarm, en la revista
"Faycán", núm. 8. Las Palmas de Gran Canaria. - Sebastifm Jiménez Sán-chez:
Pznturas rupestres antropomorfas en la Isla de Gran Cancurza (comu-mcacibn
presentada por el autor al V Congreso Panafrxano de Prehistoria
y Ue E&A$GU e! C~utrrxxir:~) Gl iz de Te~erif-LfP~, ~pt?emh.dree 1963
Véase "Actasv del citado Congreso. Publicaciones del Museo Arqueológico,
Santa Cruz de Tenerife, año 1966.
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NUEVAS NOTAS DE P R EH' ~ S ~ R ICAAN ARIA 3
que le da de frente por su aproximación al litoral. Su planta es
un poco irregular, con tendencia a circular, y ofrece una penetra-ción
o profundidad de 5,50 metros por 5 metros de ancho y un
alto de 1,80 metros. Las paredes interiores son un tanto cóncavas.
La boca es de 1,26 m. de ancho por 1,70 m. de alto. Presenta techo
semiabovedado. El hueco de puerta conserva vestigios de la ranura
que sujetaba la tabla del cierre. El acceso a la misma es a través
de toscos peldaños labrados en la propia toba. Es la cueva más
sobresaliente del grupo.
Interior de la Cueva del Moro (Agaete)
En la parte alta e izquierda de la cueva, en el testero del fondo,
y a 1,40 m. del suelo, descubrimos dos tipos de pinturas rupestres
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antropomrfas, circunstancia que, unida a ser el recinto más
notable del conjunto de cuevas, nos lleva a considerarla como
cavidad sagrada o residencia del jefe de los moradores del poblado
troglodita.
Las dos representaciones humanas aparecen situasdas cerca del
ángulo izquierdo y parte alta del paramento del fondlo de la cueva.
La figura de la izquierda del observador está ejecutada a base
de simples trazos más o menos rectos. Es figura humana esquemá-
Pinturas antropomoifas de la Cueva del Moro (Agaete)
tica, suficientemente representativa del arte neolitjco. La parte
superior se identifica con una cruz; las extremidades inferiores se
muestran un tanto alargadas, apareciendo una de ellas incompleta,
por lo que en el grabado que la reproduce la representamos con
puntos. Esta mutilación es debida a la descomposicii~n de la toba.
La figura tiene una longitud de 32 centímetros, con un ancho de
12 centímetros, de un extremo a otro de los brazos. La longitud
de las extremidades inferiores alcanza 12 centímetros. No se
advierte signo que indique el sexo, pero estimamos que ese tipo
de representación humana corresponde a figura masculina. Figu-ras
iguales y similares a ésta aparecen en los grabados del Ba-rranco
de Balos 3.
3 'Sebastián Jiménez Sánchez Nuevas aportaczones al melor conocimzen-
*.. &U tas i~sczl.ltzcra.sy gg 19% grahndos rupestres del Barramso de Balos, en
la Isla de Gran Canarta, en ANUARIO DE ESTUDIOAST L~NTICOnúSm, 8 Ma-drid,
año 1962
564 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
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NUEVAS NOTAS DE PREH'ISWRIA CANARIA 5
La otra figura, con la que forma pareja, es totalmente distinta
y extraña. Se muestra abultada y es de dos cuerpos, separados
por un pequeño cuello. El primero simboliza la cabeza y el segundo
el tronco con las extremidades superiores e inferiores cruzadas.
Tal vez sea la representación clásica de la figura femenina adiposa,
propia del régimen matriarcal. El alto total de la figura es de
35 centimetros. Ambas partes o cuerpos de la representación ori-ginal
son de formas rectangulares, un poco redondeadas en las
esquinas. Los lados del cuerpo superior miden 25 y 12 centimetros,
respectivamente, en tanto que los del cuerpo o parte inferior, que
corresponde al tronco, miden 23 y 16 centimetros, respectivamen-te.
El cuello que los une presenta un espesor de 5 centímetros por
8 centimetros de largo.
Ambas representaciones están a 1,40 m. del suelo (véase gra-bado).
Es una pena que la fotografía no permita apreciar detalles
mejores. Ambas figuras humanas fueron hechas con pintura a la
almagre, en color ocre, hoy muy débil y difuminada por la mucha
antigüedad y mal estado de conservación de la piedra piconera de
color pajizo-grisáceo. La técnica pictórica es la misma que la
empleada en la cerámica canaria prehispánica neolítica, utilizada
igualmente en la plastificación de las pinturas rupestres del abrigo
pastoril de Majada Alta (Tejeda), por mí estudiadas y dadas a
conocer en la revista "Faycán", núm. S. Repetimos que se trata
de representaciones neolíticas muy esquematizadas. La más abul-tada
trae el recuerdo de ciertos ídolos del sur de España, de Creta,
Tesalia, Troya, Teieilat y Ghassul, recogidas por el profesor Mar-tín
Almagro Basch y otros prehistoriadores. Estimamos que, más
que elementos decorativos, estas figuras de la "Cueva del Moro"
fueron representaciones espiritualistas de tipo matriarcal.
Insistimos en afirmar que lo más nuevo del neolítico en las Islas
Griarias, co~icr~iarIi~neine Gran Canafia, aun las i j i abl a~yf i-pestres
antropomorfas de "Majada Alta" (Tejeda) y las de la
"Cueva del Moro", en Agaete. Hasta descubrir este tipo de pin-turas
rupestres sólo se conocían grabados e insculturas antropo-modas,
como los ya conocidos del macizo basáltico del Barranco
R&fij en _A_@&meEfi;n &Q &riha 1- exr.qr.iona1 imp&ri.nr.ia
que damos a las pinturas antropomorfas de los yacimientos de
"Majada Alta" y "Cueva del Moro" (véase grabados).
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Mortero barquiforme y triturador de piedra, muelas de molino de piedra, y otro
tipo cle molino pétreo (Dibujos. Victorio Rodríguez Cabrera )
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NUEVAS NOTAS DE PREHISTORIA CANARIA 7
JL-ALDJXNTOB DE CANARIOS Y G_UANCHES. LA "MAFtONA"
O "MAIRONA"
Los canarios y los guanches, pobladores de las Islas Canarias,
fueron, se'gún los cronistas e historiadores, bastante frugales en
sus alimentos y bebidas; y esto fue así, no sólo por esa su cualidad
personal, sino, muy en especial, por los limitados recursos natu-rales
de las Islas en los tiempos prehispánicos. Estos hechos de
Geografía Humana que caracterizaron a la población primitiva
de las Canarias son los que han llevado a muchos investigadores
a decir que se criaban fuertes, musculosos y un tanto enjutos.
La frugalidad de canarios y guanches se constreñía a los si-guientes
alimentos: unos, de origen vegetal; otros, animccl, y aun
de origen mineral.
De origen vegetal son: trigo, cebada, habas, higos verdes o
secos, éstos pasados al sol y luego ensartados en cuerdas o tomizas
de junco o guardados en ceretos y cestones del propio material o
de anea; harina de otras especies vegetales, que llamaban "ahorén"
o "gofio", obtenido de la cebada (tamocén) y del trigo (irichen),
recolectados en las modestas sementeras de su incipiente agricul-tura
y triturados sus granos en molinos pétreos de mano, una vez
tostados; también obtenían de los mismos granos y en los propios
molinos, pero con un "punto" especial, una especie de rollón
"afrangollado", por trituración en los típicos "morteros" pétreos
(barquiformes, ovaloides y circulares). Este "gofio" (ahorén) o
harina de cebada y trigo lo comían con leche '(ahof), agua con sal
o caldo de carnes de cerdo, cabra, garañón, oveja o cabrito
(%aifo"). El dicho rollón o "frangollo" lo comían igualmente con
leche. Otros guisos peculiares fueron confeccionados con la "yoya"
o baya del árbol autóctono mocán, muy representativo en la, vida
del aborigen, y con las bellotas de otros arbustos silvestres como
el madroño, y aun con el ñame y semilla de helecho. Comían asi-mismo
el dátil y la miel de abeja. Como bebida tomaban el licor
obtenido del cogollo de la palmera, por especial incisión, que Ila-maron
"tazerquén" o "chacerquén", que hacían destilar en un odre
o gánigo de barro 4.
4 Para una mayor ilustración scbre este tema consiiltese mi estudio
NQm. 16 (1970) 567
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En el año 1946, a petición del entonces Comisario General de
Excavaciones Arqueológicas, profesor Dr. Julio Martinez Santa-
Olalla, le facilitamos un trozo de vísceras intestinales de una
momia de la localidad de Acusa, en Gran Canaria, con el fin de
analizarla y determinar el género alimenticio de los canarios pre-hispánicos;
el informe emitido por uno de los laboratorios de El
Cairo dio el resultado de que por lo menos comían los canarios
hasta doce especies de granos o semillas, entre ellas el trigo.
En distintos momentos de nuestras numerosas exploraciones
y excavaciones arqueológicas hemos recogido granos de trigo y
de cebada, especialmente el año 1944, entre las ruinas de un po-blado
canario aborigen del Barranco de Guanarteme, término de
Las Palmas de Gran Canaria, granos que localizamos dentro de
una olla '5. De estos mismos granos de trigo hemos recogido en las
cuevas de la "Sierra del Bentaiga", en las de "Las Fortalezas", de
Tirajana ; en las cuevas de "Montaña Bermeja", en Temisas, etc.
Alimentos de origen a n . i d utilizados por los canarios y guan-ches
fueron: distintas especies de pescados y moluscos, especial-mente
de estos útimos los llamados "mariscos", muy abundantes
y carnosos, entre los que destacaban las lapas o "patellas", cuyos
vestigios o residuos, formando concheros notables, hemos locali-zado
junto a los poblados prehistóricos de casas de piedra suelta
y de cuevas, al igual que en el curso de las diversas rutas de
trashumancia y en las propias necrópolis, esto último como pro-ducto
de la llamada comida sacra1 o ritual y de ofrenda a los difun-tos;
asimismo, la carne de cabra, oveja rasa o sin la.na, cerdo o
jabalí, de aves y aun de perros chicos, como se ha afirmado por
algún cronista ; caldo de carne, leche (ahof), sebo y manteca. Entre
los alimentos mentados necesario es el destacar la carne oreada
y seca al sol o acecinada, producto obtenido del ganado "guanil"
o salvaje, que para los canarios y guanches era muy fundamental,
como io fuera ei "gofio" y ei "frangoiio", que preparahan en p i -
sos especiales y en forma de "tasajo", carne que guardaban en las
monográfico E$ trzgo, uno de los ahmentos de los canarios prehz~álzicos, W-blicado
en "Revista de Historia Canaria", núms 98-99. La -gima, año 1952
5 V6ase mi trabajo anteriormente citado. El trigo, uno de los ahmentos
de los canarzos pr&zsp&nzcos, en "Revista de Historia Canana", n b e . Ya-99
La Laguna, 1952
568 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
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- Tipico toro, torreta de piedras ensambladas, que persiste en la localidad agrícola-pastoril de Guiayuey eii la isla de Fuerteventura.
LOS pr~mitivos habitantes de la isla, al igual que los actuales, lo utilizan para secar y conservar las ;ames de cabra o de "garañbn".
que a manera de tasaje constituyen alimento privilegiado Lleva estrechos y largos ventiladores. y al alto ventanal, aparte de la
puerta, por el costado posterior (Dibu~od e Victorio Rodríguez Cabrera )
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Algunos tipos de cazuelas y ánforas destinadas por los aborígenes canarios a con-servar
y freír la "marona" o "mairona" Los cuatro tipos superiores corresponden a
Gran Canaria y los dos inferiores son de la isla de Fuerteventura (Dibujos. Vic-torio
Rodriguez Cabrera )
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NUEVAS NOTAS DE PREHISTORIA CANARIA 11
viviendas: de ahí el mal olor que despedían esos recintos, y, sobre
todo, en la isla de Fuerteventura, aireados y conservados en sin-gulares
y elegantes construcciones llamadas "taros", de forma
troncocónica, que aún persisten, como el de la localidad de Guis-guey,
al norte de Puerto del Rosario, por mí estudiado y divul-gado
en la prensa de Las Palmas de Gran Canaria 6.
La "marona".
El guiso de carne de cabra, "baifo", garañón y de la oveja rasa
o sin lana, que por esta condición así se la llamaba, y la de puerco
o jabalí especial, recibió el nombre de "marona", "mairona",
"tamazanona" O "tamaranona", términos que así aparecen regis-trados
por los cronistas Sedeño y Escudero y por los historiadores
Abreu Galindo, Marín y Cubas, Padre José de Sosa y otros, reco-gidos
luego por Pedro Agustín del Castillo, José de Viera y Cla-vijo,
Dr. Chil y Naranjo, etc. El Padre Fray Juan de Abreu Ga-lindo,
hablando de la alimentación de los canarios, refiere en el
capítulo IV de su obra HistorZa de la conquista de las Siete Islas
de Canarias, que la carne de cabra cocida con sebo o tocino se la
comían con gofio, a la cual denominaban "tamazanona"; este
cocimiento hiciéronlo en las típicas cazuelas y cuencos de barro
cuyas tipologías tan variadas y vistosas se exhiben en las salas
de cerámica neolítica de la Sociedad el Museo Canario 7. Es de
subrayar que algún otro autor la llama "camarona" al hablar de
los banquetes y festines de los canarios, llamados "guatiboa". El
historiador del siglo XVII Tomás Marin y Cubas, al describir las
fiestas, bailes y convites de los aborígenes canarios, refiere "que
el convite es de noche, a la luna y a la luz de las hogueras, en las
6 Diana "Falange", de 28 de noviembre de 1947
7 Véase nuestro estudio monografico Ce:e*ámzca gmmcanarza prehzspánzca
de factura neoíitzca, znserto en el núm 4 de ANUARIO DE ESTUDIOATSL ANTICOS,
que lpublica el Patronato de la "Casa de Co1ó.n".
8 Así aparece en el tomo 1 de "Fontes Xerum Canariarum", tomado de
la Crónica anónma de La Laguna, Manuscrito de la Biblioteca Provincial,
editada por ei "Instituto de Estudios Sa~lariob", cm introducción y cüniefiia-rios
de los profesores Buenaventura Bonnet Reverón y Elías Serra Rafols.
9 En el cap XVIII de su Hastorta de Canamas
Núm 1G (1970) 571
que asan las carnes, y la comida de más estima es la1 "mairona",
que es la carne picada en pedazos y refrita en su gordura o sebo,
aunque primero cocida en agua y sal; usaban una cabra entera
desollada, que, quitado el vientre, allegaban al fuego, y medio
cruda sacaban tajadas y así le daban fin; tenían miel silvestre de
avejeras". El propio historiador Marín y Cubas nos dice en el capí-tulo
XIX, hablando de la naturaleza de los majoreros de Lanza-rote
y Fuerteventura, que comían carne seca al sol, JT que hacían
grandes provisiones de cecinas; y añade que "comjan crudo el
sebo y la carne fresca, por gran regalo, mejor que pan". El doctor
Chil y Naranjo dice que la "marona" es un compuesto de carne
con ajos silvestres, a modo de cochifrito, como refiere el cronista
Escudero, o la freían en su misma grasa.
Los canarios y guanches comían peces, es decir, que eran tam-bién
ictiófagos, los cuales cogían por medios muy rudimentarios;
tales fueron: anzuelos de huesos de cabras, redes de yerbas y
palma, algo cuadradas, que colgaban de una percha larga, y de
barcos hechos con troncos de dragos vaciados, los cuales nave-gaban
cerca de las costas y entre islas. en épocas de calma; Ile-vaban
remos y vela de palma, hecho que recoge Leonardo To-rriani
ll.
En las Canarias predominó el ganado caprino o cabrío, espe-cialmente
en la isla de Fuerteventura: de ahí que en los tiempos
de los romanos se la conociera con el nombre de Capraria, por las
muchas cabras que en ella se criaban, al igual que en la de Lan-zarote.
De ese ganado cabrío, muy característico, quedan ejempla-res
eii estado "guanil" o salvaje, tanto en esas mentadas Islas,
recogidos luego en las "gambuesas", con ocasión de las célebres
"apañadas", y seleccionado por sus marcas, como en la "Caldera
de Taburiente", en la isla de San Miguel de La Palma, y de ma-nera
m q principal en !a "Dekeoa de Ja~dia" ,Wdehevezturu).
La pareja de esta singular especie, que se exhibe en el Museo Ca-nario,
procede del mentado sorprendente paraje natural de La
Palma. En Gran Canaria, zonas de Juan Grande, Berriel, Maspa-lomas,
Arguineguín, San Nicolás de Tolentino, Tasarte y Tasar-l
o En su monumental obra Estz~dzos htstól~zcos , tomo 1, ,pág 512
11 En su obra Descrzpczón de las Islas del rezno de Canaruis, de 1590
ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
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NUEVAS NOTAS DE PREHISTORIA CANARIA r 9
tico, hemos visto reiteradamente ese ganado un tanto "guanil" o
salvaje, unas veces pastando en el llano y otras "entaliscado" en
las agrestes montañas que dan a los profundos y grandiososos ba-rrancos;
se trata de bellos ejemplares, incluso "garañones" o ma-chos,
de cuerpo no muy grande y de patas cortas, con cornamen-tación
alzada airosamente y original, en forma de V, que da al ani-mal
una prestancia extraordinaria; son, por lo general, de color
negro azabache brillante, canelo y gris, a veces con lunares, y fajas
estrechas de color blanco, 'que han dado origen a denominacio-nes
muy peculiares. La cornamentación del garañón es más larga
y resistente. La ubre de la cabra es pequeña y redondeada.
Horacio l2 habla del ganado de las Canarias y dice:
'Tihc uiiussae veniunt ad mulcta capellae
refertque tenta grex amcus ubera."
(Allí las cabras vienen solas a hacerse ordeñar
y la grey vuelve espontáneamente con las ubres cargadas )
El citado Leonardo Torriani, el cremonés, que escribiera
en 1590 su estudio sobre las Islas Canarias, narra que los canarios
"comen poco y solamente harina de cebada tostada, mojada con
agua, que ellos dicen "gofio" '(tal vez introducido por los berbe-riscos
en una de sus tantas entradas), y beben leche de camella,
que es muy saludable para muchas enfermedades, y se mantienen
delgados, ligeros y gallardos". A esta circunstancia, añade el mis-mo
Torriani, obedece el hecho de vivir muchos años, más que los
españoles. Desde luego el camello es de más moderna presencia en
las Canarias, y, al igual que el "gofio", procede del vecino Conti-nente,
del cual vino también el asno.
El puerco, especie de jabalí, como el perro, tiene en Canarias
singular arraigo. Vestigios de ambos, correspondientes a los tiem-nn--
n =n-r -~-h-i-n--t-ii-r-i-r-n- n,l- n-q- ----a--- hpmm E C Q ~ ~ Q tr~-+r& & c~&rg.r e q ! ~ ) -
raciones y excavaciones arqueológicas, desde el año 1939 hasta el
presente, tanto en cuevas como en ruinas de poblados aborígenes.
De esos vestigios hay bastantes exponentes en el Museo Canario,
especialmente colmillos aguzados, de los primeros. La presencia,
a veces abundante, en algunos yacimientos arqueológicos, de crá-
12 En Epodos, 40-50
Nzim 1C (19701
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neos de perros pequeños, es una prueba más de que los canarios
comían esta especie de animal, como ha afirmado algún cronista.
El puerco y el perro van asociados también a ciertas aparicio-nes
demoníacas, que llamabjan "aranfaibos" y "tibiseiias". El pro-pio
perro o can, por esa su notoria presencia en las Islas, ha sido
en buena parte fundamento de la denominación de Canarias.
Otro ejemplo de que los canarios conservaban sus manteni-mientos
en graneros o silos nos lo da la Crhica de ZI~S Rayes Ca-tólicos,
debida a Mosén Diego de Valera, cuando dice que en "Ti-tana",
risco áspero de los Tirajanas, ". . . quemaron todo el trigo e
cevada que allí tenían". Silos o graneros notables los hemos encon-trado
en el "Cenobio de Valerón" (Santa María de Guía), en "Cue-vas
del Pósito" (Temisas), "Cuevas del Moro" (Agaete) , "Cuevas
de Pilares" (Cuatro Puertas), "Cuevaa del Barranco de Silva" y
''Cuevas del Barranco del Draguillo" (Telde), "Cuevas; de la Sierra
del Bentaiga" (Tejeda), etc.
En cuanto a los caparazones de las lapas (patellas) debemos
decir que su mayoría son voluminosos y de supedicie estriada
radial, mayormente, a la vez que de cavidad profunda, donde con-servaban
sus ricas carnosidades, predilectas de los canarios y
guanches, como pueblos recolectores de mariscos que fueron. Esos
caparazones, abundantes en los poblados primitivos y cerca de las
necrópolis, dieron lugar a los típicos "concheros", que no deben
confundirse con los otros concheros fósiles, milenarios, tanto en
Gran Canaria (Isleta, Guanarteme, Bañaderos, Playa Cebolla, El
Rincón, etc.), como en Fuerteventura, producto del levantamiento
de antiquísimas capas calizas, estratigráficamente inferiores, y de
emersión de tierras submarinas. Esas "patellas" y bases de
"conus" sirvieron a los aborígenes canarios y guanches para con-feccionar
y decorar sus diademas y collares, y, a su vez, para hacer
de amuletos, junto a medianas caracolas, como los hemos descu-bierto
en las islas de Gran Canaria y Fuerteventura 13.
La alimentación de origen mineral se concretaba a la utiliza-ción
de aguas medicinales y a la sal, esta última empleada en la
conservación de carnes.
13 Véase la revista l'Fayc&n"n, Úms 3 y 7
57 t ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS
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NttcttAs NOTAS lb PREI-ITSTORIA CANARIA 15
La alimentación deficitaria de los canarios y guanches, agra-vada
con las frecuentes sequías, hambre e invasiones, a la par que
por quema de cosechas, dio origen a diversas enfermedades que
diezmaban la población y que se manifestaba en raquitismo y en
avitaminosis, en esas lagunas óseas craneales que los doctores en
Medicina y Antropología señalan, entre ellos el doctor Juan Bosch
Millares, y de los cuales hay exponentes numerosos en la sala se-gunda,
"Doctor Verneau", de Antropología, del Museo Canario.
De este tipo de alimentación vegetal y animal entre los cana-rios
y guanches, que hemos mencionado, nos hablan Boccaccio,
Cadamosto, Angiolino de Teggia, Nicoloso de Recco, Gómez Eanes
de Azurara, Mosén Diego de Valera, Jaime Dulcert, Hernando del
Pulgar, López de Gomara, Andrés Bernáldez, Gaspar Fructuoso ...,
Abreu Galindo, Padre José de Sosa, Marin de Cubas. ., recogido
a su vez por Pedro Agustín del Castillo 14, José de Viera y Clavi-jo
'j, doctor Chil y Naranjo y otros, alimentación comprobada en
los actuales tiempos merced a la sistematización de exploraciones
y excavaciones arqueológicas que hemos efectuado, dentro de las
de los varios planes nacionales, organizadas por la Dirección Ge-neral
de Bellas Artes, y en otras prospecciones.
14 DescrZTPc~Ón hzstórzca y geográfzca de las Islns Canarias, acabada en
1737 por D Pedro Agustín del Castillo, Alférez Mayor de Gran Canana m~-
ción crítica, estudio bio-b~bliográfico y notas de Miguel Santiago Pr6logo por
el Excmo Sr. D. Ramón Menéndez Pida1 Madrid, Imp. S Aguirre, 1948-1960,
5 vols Especmlmente vol 2, ,págs 177-181
15 Jo& de Viera y Clavqo Notzcms de la Hmto?ia General de las Islas
Cunar- [1772-17M] Edición definitiva, publicada con introducción, notas,
Indices e ilustraciones, a cargo de una Junta Editora, bajo la dirección del
Dr Elías Serra Ráfols Santa Cruz de Tenerde, "Goya", Ediciones, 19150-1952,
4 tomos en 3 vols
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