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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ f) .sr—c
EL CASCO t^sTORico
DE LA
VILLA DE TEROR
EDICIONES DEL
ILTRE. AYUNTAMIENTO DE LA
VILLA DE TEROR
-Tíb/T^^-
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Depósito Legal: G.C. 395 - 2002
DISEÑO E IMPRESIÓN:
IMPRENTA PÉREZ GALDÓS, S.L.U.
PROFESOR LOZANO, 25 • ELSEBADAL
35008 LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
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PRESEN.-IAQ.QN
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Lll origen del casco histórico de Teror es la Huerta de la
Virgen, que el Obispo Vázquez de Arce en un Sínodo
Diocesano de 1514 anexionó a la Catedral juntamente con la
ermita del Pino. Su dotación es incierta, debió ser un
repartimiento de tierras concedido después del primer
poblamiento peninsular de Teror, no sabemos cuando.
Los asentamientos en la Villa desde los primeros tiempos
de una incipiente urbanización en el entorno de la ermita,
fueron consecuencia de esa Huerta; primero el Cabildo
Catedral y desde el Obispo Rueda la Fábrica Parroquial,
cedieron parcelas para edificar mediante el pago de un
tributo; cuando se produjo la desamortización eclesiástica, el
núcleo alrededor del Santuario estaba ya prácticamente
edificado. Otra zona del casco histórico terorense fue la
Huerta de Matos de propiedad privada y de urbanización
muy posterior, se vendieron las primeras parcelas sobre 1830.
Por un Real Decreto de 1979 se declaró conjunto histórico
artístico este casco antiguo que tiene un gran valor, además
del histórico y arquitectónico el de ubicación por su
estructura en el centro neurálgico de la Villa; el Plan Especial
de Protección y Reforma Interior trata de revitalizarlo.
En este libro se contienen estudios y notas sobre la
urbanización terorense desde los primeros tiempos que
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VICENTE HERNÁNDEZ- JIMÉNEZ
conocemos, casas históricas y calles de entramado de la Villa.
Nuestras fuentes han sido el Archivo Histórico Provincial, el
Diocesano, el Museo Canario, el Archivo Parroquial y el del
hijo de nuestro pueblo Vicente Suárez Grimón en el libro La
Propiedad Pública, Vinculada y Eclesiástica, además de alguna
monografía en el Anuario de Estudios Atlánticos; a pie de
página citamos la bibliografía que hemos estudiado.
Nuestro propósito es el de una aportación a nuestro
pueblo, uno de los de más rica historia de Canarias. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2010
PRÓLOGO
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C>iendo conocedor de la dilatada labor investigadora que el
autor ha atesorado a lo largo de su productiva vida y del
reconocinniento público que se le tiene por su contribución a la
historia, no es de extrañar que cuando Don Vicente Hernández
Jiménez me invita a prologar su libro, cause en mi una situación de
sorpresa primero y transformándose posteriormente en
agradecimiento.
A medida que he recorrido cada una de las páginas del libro
que hoy ve la luz, este sentimiento inicial se ha incrementado por lo
que supone para este lector poder disfrutar en un breve espacio-tiempo
de toda una historia plagada de personajes y
acontecimientos, de los que en algunos casos estoy seguro que
muchos lectores se sentirán, al igual que yo, protagonistas
momentáneos de la misma.
En este intenso trabajo de investigación, el autor, gracias a su
capacidad de síntesis y con el rigor que le caracteriza, nos permite
acercarnos con la familiaridad que da ese parentesco histórico a
todos los pobladores de esta Villa, a personajes ilustres, dignos
representantes de históricas familias que han dejado huella pétrea
de sus ilusiones, deseos y ambiciones. Tal es el caso de los Del Toro,
Trujillo, Manrique, de Quintana, de Matos, Carvajal... y que dan
paso posteriormente a los Henríquez, Romero, Navarro,
Montesdeoca, Acosta...
Una vez que nos adentramos en sus páginas nos vemos
envueltos en el embrujo que este núcleo histórico-artístico encierra
y que es capaz de transmitir a todo aquel que se acerque a
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
conocerlo. De esta forma podrá realizar ese recorrido sentimental por
lo construido y lo vacío, por lo estrecho y lo diáfano, por lo
serpenteante y lo direccional, donde las emociones y vivencias
religiosas tienen la misma fuerza que las manos de los maestros
canteros.
Así, el autor, es capaz de enlazar junto al rigor de los datos y
las fechas, la enseñanza de la vida cotidiana, de un colectivo de
pequeñas dimensiones, que es en si un universo de fuerzas en
expansión, donde el sentir religioso de todo un pueblo se combina
magistralmente con el espíritu mercantil de sus gentes trayéndonos
el regusto de melancolía que supone el olor de la cera y el incienso
mezclado con el aroma de las flores y el dinero.
La lectura sosegada de estas notas sobre el proceso de
construcción y urbanización de la Villa de Teror han permitido por
mi parte dar rienda suelta a la imaginación, al poder transformar
estas magníficas palabras aquí contadas en ricas imágenes creadas
desde la visión interna del espacio y su materialización progresiva
en un hecho construido.
Estoy seguro que tanto las generaciones actuales como las
venideras leerán con emoción estas páginas recordando tantos y
tantos detalles ya perdidos en la memoria, pero que son la única
garantía de respeto y protección hacia esta querida Villa.
Las Palmas de Gran Canaria, a dos de julio de 2002
JOSÉ MIGUEL RODRÍGUEZ GUERRA
Arquitecto
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LA HUERTA
DE LA VIRGEN
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Lll Obispo Vázquez de Arce celebró un Sínodo Diocesano en
dos ocasiones, una en 30 de noviembre de 1514 y la segunda en 18
de abril de 1515"". En la Constitución 138 se acordó: Otrosí por justas
causas que a ello nos movieron de acuerdo e consentimiento de los
venerables hermanos nuestros Deán e Cabildo de la nuestra Iglesia de
Canarias hubimos unido e anexado a la Fabrica de Nuestra Iglesia
Catedral con una huerta perteneciente a la dicha ermita "^'. No hay
constancia documental de la dotación de la huerta, debió ser a
través de un repartimiento, solo se menciona que se llamaba de
Halcón pagado a censo de por vida "', ni tampoco de la fecha de la
construcción de la ermita, anterior al Sínodo como se desprende de
los términos de la Constitución. Puede explicarse la carencia de
fuentes escritas por la desaparición de gran parte de los libros y
papeles de la parroquia de Teror anteriores a 1605; además con el
incendio del Palacio Episcopal, el saqueo de los archivos e la
Catedral y Audiencia por los soldados de Van Der Doetz en 1599,
desapareció un gran tesoro documental que hubiese permitido dar
una base firme a los estudios sobre el origen de la ermita y en
general del culto a la Virgen del Pino; asimismo se perdieron los
primeros libros de repartimientos de la isla. El 9 de abril de 1551,
Juan de Villanueva en presencia de Bernardino de Vesga hizo
donación junto a la huerta de unas tierras calmas, también a censo,
por Diego Halcón y sus herederos'"". El 16 de enero de 1584 el
Obispo Hernando de Rueda deshizo la unión con la Catedral, la
(1) SANTIAGO CAZORLA LEÓN y JULIO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, Obispos de Canarias
y Rubicán, p. 77.
(2) JOSÉ GARCÍA ORTEGA, Nuestra Señora del Pino 1936, p. 61.
(3) Ibídem.
(4) Ibídem, p. 29, libro V de Fábrica y Visita de la Parroquia de Teror.
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titularidad pasó a la ermita así como las nueve doblas del censo de
por vida de Diego Falcón y sus herederos.
¿Qué delimitación tenía la Huerta de la Virgen? Hay que
situarlo en el entorno de la ermita y sus alrededores. La Ermita se
construyó junto al Pino de la Aparición, es el testimonio de Fray
Diego Henríquez y del Obispo De La Cámara y Murga que escribió
en 1631 apareció en un pino alto que esta junto a la iglesia; al derribarse
su espadaña por un temporal, la campana pendió del Pino hasta la
edificación de la torre del templo parroquial en 1700.
En los alrededores del Pino y de su ermita hay que situar la
Huerta de la Virgen, que probablemente tenía como linderos por el
Norte las actuales calles de la Herrería y La Escuela hasta la acera
de la derecha de la calle Real de la Plaza, Naciente el Barrio Bajo,
Poniente la calle de la Aldea Blanca y Sur la calle del Obispo
Urquinaona.
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LA HUERTA
DE LA VIRGEN:.
su PRIMER
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No existen unos Testimonios escritos sobre la totalidad de los
asentamientos para casas que se realizaron en la Huerta de la Viren;
es posible que se ubicaran en el entorno inmediato de la ermita, y
en el que hoy denominamos Barrio Bajo y los alrededores de la
Fuente de Santa María; sólo conocemos datos parciales de fichas del
Archivo Histórico Provincial y referencias a fuentes eclesiásticas.
Por una Escritura de 17 de octubre de 1522 ante el Escribano
Cristóbal de San Clemente, se consigna que Diego Fernández tiene
a censo y tributo una huerta que es de la ermita de Nuestra Señora
de Terore unida a un trozo de tierra, por quince doblas de oro y
quince gallinas al año; traspasa la huerta a Rodrigo Álvarez su hijo
y a Manuel Fernández su yerno, para que gocen sus frutos y
esquilmos, con la condición de poner en la tierra que esta junto a la
huerta, en el plazo de tres años hasta dos mil parras, curarlas,
cavarlas, podarlas y poner cerca al terreno; tenían que dejar a Juan de
Villanueva la entrada y servidumbre desde su casa hasta la ermita. Es una
referencia concreta a una casa que creemos es la actual del
mayorazgo de Manrique; la cesión debió hacerse por la Catedral
porque sabemos que hasta 1584 no se cedió la huerta a la parroquia
del Pino.
El 30 de abril de 1552 Catalina Gutiérrez arrienda a Diego
Álvarez una heredad de parral lindante con el camino real; el
arrendatario tenía que obligarse a alzar la casa que estaba en la
heredad y hacer un horno *^'; el lindero con el camino real nos
induce a señalar la proximidad a la ermita. Diego Pérez de
(5) MANUEL LOBO CABRERA, índices y extractos de los Protocolos de Fernández González y
de Luis Fernández Rasco, Escribanos de Las Palmas (1550-1551).
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Villanueva en testamento de 25 de agosto de 1611 manda que por
su alma se le digan en la iglesia del Pino una misa cantada el día de
la Festividad de la Virgen y otra por la devoción de Leonor de
Ortega, su mujer, el día de la Festividad del Santísimo Sacramento,
por una dobla en cada año de a quinientos maravedises, que grava
sobre una huerta de árboles frutales en el lugar de Terore lindando
por una parte con callejón de La Plaza, por arriba y por un lado con
huerta de Juan de Troya por otra parte con la calle Real que pasaba
junto a las casas del Capitán Miguel de Muxica'". Hemos de
mencionar que en 1611 ya se había construido el nuevo templo
parroquial que sustituyó a la ermita; puede que los linderos de esta
propiedad se situaran en las proximidades de la hoy calle Obispo
Marquina.
Otros asentamientos se produjeron en las proximidades de la
Fuente de Santa María. En una Escritura de 30 de junio de 1591,
Diego Rodríguez, vecino de Teror, vende a Lorenzo Martín una casa
pajiza junto a la Fuente de Santa María que es la fuente principal de
Terore. La casa tenía un único aposento y le pertenecían dos solares;
lindaba con la fuente y con el camino real, los bienes habían sido de
Juan de Troya y en el día de la venta eran propiedad de la iglesia;
se hizo por dieciséis doblas y media de oro en dineros de contado,
con cargo de once reales anuales de censo'^.
Con respecto al Barrio Bajo, que hoy conocemos como calle de
La Mina, Las Cuatro Esquinas y Los Viñatigos, los asentamientos
fueron muy antiguos, lo deducimos de una Providencia del Obispo
de La Cámara y Murga en 1629 que señalo el itinerario a seguir en
la procesión del 8 de septiembre. Dispuso: porque la procesión de
Nuestra Señora de la Natividad se hacía por muchos caminos con grande
incomodidad y no a propósito, mandamos se haga saliendo de la iglesia la
plaza adelante y la puerta de Sebastián Halcón ahajo a dar por la puerta de
Juan López y volviendo hacia arriba a dar a la puerta de la casa de Juan de
Ojeda, pasando por la puerta de la Sacristía a entrar por la puerta
principaV^K El itinerario se puede seguir hoy: calle Obispo Marquina
(6) Escribano BERNARDINO DE PALENZUELA JIMÉNEZ, Archivo Histórico Provincial,
folio 303-307.
(7) ARCHIVO PARROQUIAL DE TEROR, Legajo de testamentos y mandas piadosas.
(8) JOSÉ GARCÍA ORTEGA, Nuestra Señora del Pino, libros de Fábrica y Visita, folio 203.
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TER.OR
adelante, doblar por la casa que conocemos como de Candidito,
seguir por la calle de La Mina, volver hacia arriba a la Sacristía
ubicada cerca de la Cruz Verde y entrar por la puerta principal que
se situaba al Sur del casco urbano de Teror; creemos que la calle de
la Mina fue realmente la vía más importante de Teror.
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CASAS HISTÓRICAS:
GENERALIDADES
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L n el siglo XVIII se produjo en la edificación de Teror un
notable esplendor. La Basílica, el Palacio Episcopal, Casas del
Mayorazgo de Manrique y de Romero, rehabilitación de la de
Quintana, de los Patronos de la Virgen, de los Russell (después del
Cura Navarro), la Casa de los Henríquez, la de la Diputación
Eclesiástica, la de Carvajal, la de Capellanía llamada "del
monumento". Casas con un valor histórico y arquitectónico
incontrastable y con un valor de ubicación como muy pocos cascos
históricos por su estructura en el centro neurálgico de la Villa. Es
que estas casas con sus balcones cubiertos, como ha escrito
Fernando Gabriel Martín Rodríguez {Arquitectura Doméstica Canaria
1978), eran una explicación de tipo social: el balcón como lugar de
participación en las fiestas religiosas.
Las casas históricas de Teror eran la evidencia externa y
definitoria de la importancia económica de sus poseedores, sus
balconadas eran como tribunas, especialmente en la época de las
fiestas patronales del Pino. Pero no fue sólo el siglo XVIIl, el
patrimonio eclesiástico edificó casas relevantes en el casco urbano,
como es el supuesto de la Casa de los Diezmos, lamentablemente
derruida en la década de 1920.
La singularidad de las casas del casco urbano de Teror la
definió Viera y Clavijo en 1772 {Historia de Canarias. Edición de
Alejandro Cioranescu): la población yace en un profundo valle.
Incomódanle mucho los barrancos en el invierno, mas en el verano es país
sumamente divertido, hay mucho numero de vecinos arruados en calles,
plazuelas y casas muy decentes.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Mujeres con mantillas canarias los domingos a la salida de la misa mayor
Las canteras de Teror tenían excelentes materiales para la
construcción, como es la piedra dorada tirando a miel como escribió
Fray Leseo. Esta cantera amarilla fue propiedad de la Fabrica
Parroquial en el Barrio de Arriba, lindante con tierras que poseyó el
Párroco de la Villa de 1769 a 1802 Don Mateo Ponce de Vargas; la
pertenencia de la cantera se acredita por una Escritura otorgada el
24 de noviembre de 1686 entre el Presbítero Mayordomo de la
Fabrica Parroquial el Licenciado Francisco Gil de Ojeda y Diego
Pérez. También Romero y Ceballos {Diario \77A, folio 38. El Museo
Canario) escribió: la tierra de Teror es muy roja, fuerte y gregosa; y se
encuentra en ella yeso y tiene excelentes canteras rojas y amarillas.
Las casas del Casco Histórico de Teror tienen un valor
emblemático, por eso un Real Decreto de Febrero de 1979 las
declaró conjunto histórico-artístico.
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L A CASA DEL
MAYORAZGO DE
MANRIQUE
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na de las casas de más raigambre en la historia de la Villa
Mariana es la del Mayorazgo de los Manrique de Lara. Fue solar
donde en época incierta, fines del siglo XV o comienzos del XVI
levantaron su morada los Pérez de Villanueva, familia de origen
vasco con vinculaciones y Telde y Agüimes. En la mente de las
gentes de Teror ésta casa en el casco urbano de la Villa, era el
complemento principal del Cortijo de Ossorio, una gran propiedad
con una extensión cubierta de bosque de castañeros y componentes
de laurisilva, otros terrenos roturados para el cultivo de papas y
millo, zarzas, helechales, arrifes y monte bajo, y unos espacios
descubiertos en las degolladas del Pico; en 1910 Miguel de
Unamuno escribió: el frondosísimo castañar de Ossorio me recordaba
más de un rincón de mi nativa tierra vasca; y de ahí y en aquel castañar
de Ossorio me tendía la caída de la tarde hasta ver acostarse las colinas en
la serenidad del anochecer; es algo siempre nuevo, algo que nos invita
dulcemente a confundirnos ^"^K
En una Escritura de 17 de octubre de 1522 ante el Escribano
Cristóbal de San Clemente se traspasa a censo y tributo una huerta
de Nuestra Señora de Teror con la obligación de dejar a Juan de
Villanueva la entrada y servidumbre desde su caso hasta la
ermita'"".
Hacia 1560 esta casa pasó a ser propiedad de Cristóbal de
Vergara, poblador de Gran Canaria a comienzos del siglo XVI. Los
Vergara a través de sucesivos matrimonios enlazaron con los
Trujillo, Ossorio, Orellana, Tello y después con los Manrique de
(9) MIGUEL DE UNAMUNO, Por tierras de España y Portugal.
(10) Fichas del ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Lara por medio del matrimonio en 1643 de Francisco Manrique de
Lara con María Trujillo Ossorio Vergara; sus hijos ya usaron el
conjunto de los diversos apellidos"".
Un mayorazgo fundado por el Canónigo Don Gregorio Trujillo
Ossorio en testamento cerrado otorgado en 13 de junio de 1595 que
se abrió y publicó ante el Escribano Tome de Solís. La extinción de
la línea directa de la familia Trujillo, permitió acceder a la posesión
del vinculo a la familia Manrique, en concreto a Don Salvador
Cayetano Manrique; a la muerte de su esposa dispuso que se
agregaran al mayorazgo las casas de alto y bajo que tenía en la
Plaza de Teror; con lo bajo de estas casas y sus alquileres mandó
imponer sesenta y ocho reales de plata para que se dijesen nueve
misas perpetuas a Nuestra Señora del Pino en sus festividades y en
su Altar Mayor "^'.
Don García Manrique de Lara Trujillo, sucesor en los
Mayorazgos, Vínculos y Patronatos de la familia. Rector de la
Universidad de Salamanca y Canónigo de la Catedral de Canarias
con la dignidad de Chantre que vivió de 1723 a 1787"^' reconstruyó
la vieja edificación de la Plaza desde los cimientos; la terminación
de las o' as coincidió con las de la Basílica, dirigidas las dos por el
Coronel Rocha. En las crónicas de la descripción de la nueva iglesia
en agosto de 1767, hay una referencia escrita: El Chantre Don García
Manrique en celebración de tanto día, hizo un espléndido banquete en su
casa nueva, que añadía al mayorazgo que goza, la que da mucho ser a la
plaza, convidó a él a cuantas personas distinguidas eclesiásticas y
seculares estaban en Teror, sirvióse con abundancia de cubiertos de pescado
y carne ""'.
En la fachada de la casa con frontis en la calle de La Herrería
figura la inscripción: se reedificó por su actual poseedor el Teniente
Capitán Don Pedro Manrique del Castillo. Año 1811. En este
propietario y en el siguiente, Don Agustín Manrique de Lara y del
(11) FRANCISCO FERNÁNDEZ BETHENCOURT, Nobiliario de Canarias, tomo I.
(12) VICENTE SUÁREZ GRIMÓN, La Propiedad Publica, Vinculada y Eclesiástica. Ediciones
del Cabildo Insular, tomo 1, pp. 616-617.
(13) ANALES DE LAS ISLAS CANARIAS DE AGUSTÍN MILLARES, tomo VI.
(14) Descripción de las fiestas de la dedicación del Templo de Teror por Don Diego Álvarez
de Silva, Prebendado de la Catedral. Copia en El Museo Canario.
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
Casas del Mayorazgo de Manrique y de los Patronos de la Virgen
Castillo, coincidieron la titularidad de la Casa del Mayorazgo con la
mansión de los Patronos de la Virgen; con posterioridad ésta pasó
a Don Francisco Manrique de Lara y Manrique de Lara, y la
anterior a Doña Dolores Manrique de Lara y Bravo de Laguna
juntamente con el Cortijo de Ossorio'"'.
En la parte alta de la fachada hay dos escudos de la familia, la
estructura es semejante a la casa contigua de los Patronos de la
Virgen, con balcón central cubierto; en la del mayorazgo los huecos
se enmarcan con cantería amarilla del color dorado; ésta piedra fue
muy empleada en la fabrica de la Basílica. No existe zaguán, una
portada en la fachada lateral de acceso al patrio, del que arranca la
escalera a la planta principal.
(15) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes t€rorensesl990.
>1
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LA CASA DE LA.
IGLESIA CHICA
o DE LA C I L LA
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O e identificó con la denominación de la Cilla en los viejos
escritos de Teror, la edificación que en su solar corresponde a los
actuales números dos y cuatro de la calle de la Iglesia Chica;
construida en 1613 segregada del Beneficio de la Ciudad con la
finalidad de recoger la renta de los diezmos, que los fieles pagaban
para atender a la subsistencia del culto; su producto fue el diez por
ciento de todo producto agrícola o pecuario; su cobranza y
administración se realizaba por el Cabildo Catedralicio a través de
su Contaduría Decimal según las primeras Constituciones
Sinodales dictadas por el Obispo Muros en 1497; los cereales, a
excepción del millo eran ingresados en especies, mientras que el
resto se remataban anualmente en pública almoneda""; en 1841 se
extinguieron.
Un viejo edificio de trescientos años incluido en la legislación
desamortizadora y derribado a finales de la década de 1920.
El Decreto Episcopal que el 15 de febrero de 1760 clausuro por
ruinosa la iglesia parroquial, habilitó para el culto, hasta que
finalizó la actual Basílica, esta casa que denominó los bajos de la
Cofradía, por esta circunstancia el pueblo la denominó Casa de la
Virgen o Iglesia Chica. En la visita pastoral en Teror del Obispo
Delgado y Venegas el 15 de septiembre de 1766, fue llevado bajo
palio en esta iglesia provisional en la que el Notario leyó en el
pulpito el Edicto de la Visita.
(16) ANTONIO MACÍAS HERNÁNDEZ, £/ diezmo en la Diócesis Canariense, en "Anuario
de Estudios Atlánticos", n" 32 de 1986.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
La desaparecida Casa de los Diezmos o de la Cilla, junto a la de la Cal
La Casa de la Virgen tenía un artesonado mudejar que en 1929
adquirió Don Antonio Socorro Lantigua para colocarlo en el
Camarín de la Virgen. La antigua edificación era muy original;
existían por la fachada del naciente unos escalones a una
dependencia de nivel inferior a la calle y en lo alto un bonito balcón
de madera de tea; por el costado de la actual calle de La Diputación
tenía un portalón que daba a un patio, entrada a los carros de los
diezmos.
Al desamortizarse las propiedades eclesiásticas, se instaló en
uno de sus salones el Ayuntamiento y sirvió de vivienda a algunas
familias. En una de las habitaciones se cometió un crimen que
conmovió la vida local; en la mañana del 11 de agosto de 1879 la
vecina María Matos fue hallada muerta violentamente en su alcoba,
sin poderse determinar los autores del hecho""'.
(17) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, en "Audiencia", 2
septiembre de 1882.
de
^
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
El viejo caserón fue conocido después de la desamortización
con el nombre de Mariquita Antonia o Casas de Sarmiento; tenía
una popular tienda en el bajo de las que se llamaban de aceite y
vinagre, una especie de servicio permanente de venta de rapaduras,
tirijalas, papel de cometas y otras mercaderías semejantes; la
humanidad de Mariquita Antonia lo mismo despachaba un día
laborable que un Domingo a las cinco de la tarde.
V
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LA CASA DE LOS
PATRONOS DE LA
VIRGEN
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Lista casa perteneció a la familia Del Toro establecida en Teror
, donde Sebastián Del Toro El Viejo, de origen zamorano celebró un
segundo matrimonio con Catalina Pérez de Villanueva, rica
heredera. Los Del Toro por sus tierras y sus enlaces matrimoniales
fueron parte de la élite local desde la segunda mitad del siglo XVI
al XVIII. El linaje Del Toro tuvo notoriedad y prestigio; el primer
Marques del Toro, Bernardo Rodríguez del Toro, era hijo de
Catalina Heredia del Toro y biznieto del poblador Sebastián Del
Toro El Viejo. De esta familia fueron dos curas párrocos terorenses:
Don Domingo Del Toro de 1718 a 1728 y Don José Ignacio Del Toro
del745al750"«'.
En el siglo XVIII la familia del Toro emigró a Venezuela y la
caso pasó a ser propiedad del Deán de la Catedral Don Jerónimo de
Roo y Ponte; canónigo de origen lagunero, de gran personalidad,
apasionado por el prestigio y la prerrogativa, fundó en Las Palmas
un montepío para socorro de los necesitados, censor de la Real
Sociedad Económica de Amigos del País, Gobernador del Obispado
y promotor con su primo Diego Nicolás Eduardo de las obras de la
Catedral"".
(18) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Aproximación a los Orígenes de Teror 2002.
Ediciones del Ayuntamiento de Teror. REVISTA ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y
MÉSEOS, julio-septiembre 1976. Madrid. EL FONDO VILLARES-TORO. INFORME
NÉSTOR ÁLAMO HERNÁNDEZ 26 de febrero de 1979 en el Ayuntamiento de Teror
El título de Marqués del Toro se concedió en Venezuela el 26 de Septiembre de 1732.
(19) SEPARATA DE REVISTA DE HISTORIA, n. 90-91, abril, junio, julio y septiembre de
1950, El Deán Don lerónimo de Roo.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
El Prebendado Roo y Ponte adquirió unos terrenos colindantes
al poniente y reedifico la casa adquirida "'". Falleció el 23 de enero
de 1802 y su herencia se dividió en diez partes; entre sus herederos
estaba el Teniente Coronel Don Juan Tabares de Roo, Regidor
Perpetuo de Tenerife.
Por Escritura de 18 de mayo de 1815 ante el Escribano
Francisco Martínez de Escobar, la adquirió el Maestrante de la
Catedral de Sevilla Don Pedro Manrique de Lara y Castillo, casado
con la Camarera de la Virgen, Doña Luisa del Castillo Bethencourt.
Desde esa época cuatro generaciones de la familia han vivido en
esta mansión canaria como Patronos de la Virgen del Pino: Don
Agustín Manrique de Lara y del Castillo (Coronel de
Fuerteventura), Don Francisco Manrique de Lara y Manrique de
Lara (Alcalde Las Palmas), Don Francisco Manrique de Lara y
Massieu y Don Agustín Manrique de Lara y Bravo de Laguna. Por
su posición social, estas personas han tenido un gran relieve en
nuestra historia insular y en las festividades del Pino. En 1630 el
titular del Mayorazgo, Don Antonio Trujillo Suárez de Vergara,
antecesor de los Manrique de Lara dispuso una manda de misa
cantada ' procesión del día de la Natividad de Nuestra Señora del Pino por
la limos: a de veintidós reales, impuesta sobre dieciséis fanegadas de tierra
en Valsendero y ocho en Calderetas (Archivo Parroquial de Teror); y
por Escritura de 31 de octubre de 1691 ante el Escribano Jerónimo
del Toro y Noble, su hija Doña Luisa Antonia Trujillo Figueroa donó
a la imagen de la Virgen del Pino una rama de oro con cuatro
esmeraldas, las tres pequeñas y una grande, y una rosa con
veintitrés esmeraldas y un asentador de treinta y ocho amatistas'^".
Los Manrique de Lara han sido portadores de la imagen del
Pino en sus procesiones y depositarios de los útiles de plata y
tronos. Una serie de personalidades ilustres han desfilado por los
aposentos de esta casa, que está declarada museo y el público
puede visitarla. Tiene la configuración de casa canaria, en la
fachada hay un balcón central cubierto y, en lugar preferente, el
(20) ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL, Escritura de 23 de septiembre de 1791 ante el
Escribano Tomás Alvarado Oramas.
(21) ARCHIVO PARROQUIAL DE TEROR, Libro 3" de Fábrica, i. 58.
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
escudo de la familia Manrique de Lara. En el patio hay una fuente
central y tres galerías cerradas, por la escalera de piedra se accede
a las dependencias superiores. En el salón principal destaca un
magnífico techo de madera y una profusión de cuadros de
familiares; el comedor exhibe una colección de vajillas y muestra en
la parte alta de las paredes laterales los escudos de los Vergara,
Trujillo y Alvarado de Orellana, enlazados a través de sucesivos
matrimonios con los Manrique de Lara; existe también un pequeño
oratorio-capitalla.
Separados de la casa por un patio trasero hay unas
construcciones que constituían las caballerizas, cochera y
panadería, la cochera y las caballerizas presentan las pertenencias
de la familia en cuanto a carruajes y sillas de montar.
+5
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LA CASA DE
QgiNTANA
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u no de los descendientes del conquistador Juan de Soria fue
Blas de Quintana Cabrera, que casó en Teror en 1582 con la rica
heredera terorense Isabel Pérez de Villanueva Peñaranda. Los
Villanueva eran los grandes propietarios de Teror, Patronos de la
Iglesia Parroquial del Pino; a la desposada de Blas de Quintana le
encargaron vestir la imagen de la Virgen (Obispo Rueda. Libro e
Visita. Folio 76 del Archivo Parroquial de Teror).
Descendió de Blas de Quintana el primogénito Salvador; una
de sus hijas fue Isabel de Quintana casada con Luis de Montesdeoca
del linaje de Vicente Montesdeoca El Viejo, uno de los
conquistadores de Gran Canaria; el nieto, padre de Juana
Montesdeoca y Cristóbal Rodríguez de Vivar, es Juan Rodríguez de
Quintana Montesdeoca, cura de la Parroquia del Pino desde 1675 a
1718'^^'. De ésta familia procede el marquesado de Acialcazar, título
de 16 de abril de 1666 por el Rey Carlos II.
El origen hoy de la Casa de la Plaza de Nuestra Señora del Pino
número siete, del Condado de la Vega Grande, es un sitio y solar de
la Fabrica Parroquial, cedido por el Licenciado Miguel Jerónimo su
mayordomo, al Alférez Juan Rodríguez por un tributo perpetuo con
derecho de tanto y veintena'"'.
El Cabildo Catedralicio había adquirido la planta baja por
cesión que se le hizo estando en posesión desde el 7 de febrero de
(22) FRANCISCO FERNÁNDEZ BETHENCOURT, Nobiliario de las Islas Canarias, tomo I.
Árbol Genealógico de la familia Quintana, por el Presbítero Cronista de la Ciudad de
Arucas Pedro Marcelino Quintana Miranda. Estudios genealógicos de Miguel
Rodríguez Díaz de Quintana.
(23) ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL, Escritura ante Tomás de Meló el 31 de julio de
1665.
+7
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ.
1634 destinándose a encerrar el grano de los diezmos. A la planta
alta sucedió Juan de Quintana Montesdeoca que heredó a uno de
los hijos: Lorenzo de Quintana Bethencourt, Cura Párroco de Moya
y Arucas, que hizo agregación de sus bienes a la vinculación que
fundó su tío el Bachiller Juan Rodríguez de Quintana Montesdeoca'^"';
en la época de este párroco, el 13 de abril de 1684 un
vendabal derribó el Pino de la Virgen'^'^'.
Esta casa estuvo afecta al gravamen impuesto por el Capitán
Juan Quintana Montesdeoca a favor del Convento de Santa Clara y
a la fundación de un Vinculo Perpetuo por Juan Rodríguez de
Quintana "". En el supuesto de no existir descendientes, los bienes
pasarían a una sobrina monja Clarisa, a un sobrino sacerdote y
después a la Virgen del Pino. Se obligaban los bienes a una pensión
que se habría de poner a Jesucristo Sacramentado en la octava del
Corpus de cada año desde las diez de la mañana hasta las cuatro de
la tarde, y en la iglesia se debían encender y poner en el altar diez
velas de a libra, cuatro hachones y dos codales para los ciriales en
la procesión alrededor del templo.
Los Quintana enlazaron con la familia de los Llarena y las
propiedades afectadas por las leyes desvinculadoras y
desamortizadoras. El último mayorazgo fue Don José de Quintana
y Llarena, alcalde del primer Ayuntamiento constitucional de Las
Palmas"^'. La casa, con exclusión del bajo, la adquirió por herencia
el Coronel de Carabineros Don Pedro de Quintana y Llarena. El
salón del Cabildo Catedral lo compró Don Victorio Azopardo Sabi
en la desamortización de 1855; el Sr. Azopardo, comerciante de
origen maltes, estableció en él un gran comercio, posteriormente
adquirió el resto del edificio'^"'. Vendido años después al también
(24) ARCHIVO PARROQUIAL DE TEROR, Se tomó razón en el oficio de Hipotecas de
Teror al folio 20 del cuaderno S^ en 26 de julio de 1775. .
(25) MIGUEL SUÁREZ MIRANDA, El Árbol de la Virgen 1948. Edición del Ayuntamiento
de Teror. Tipografía Alzóla.
(26) ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL, Escritura ante el Escribano Luis de Castilla
Valdés en 11 de septiembre de 1714.
(27) VICENTE SUÁREZ GRIMÓN, La Propiedad Pública, Vinculada y Eclesiástica, t. 1 y II.
Ediciones del Cabildo de Gran Canaria.
(28) JOSÉ MIGUEL ALZÓLA GONZÁLEZ, Biografía de una caIle:La Peregrina, pp. 168-69.
Colección Viera y Clavijo 2001.
+a
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
comerciante de origen tinerfeño Don Guillermo Linares Mesa '^'" y
adquirido a fines de la década de los años cuarenta por la familia
del Conde de la Vega Grande.
Es una casa de gente de posición, la evidencia externa clara y
definitoria de la importancia económica y social de sus primeros
poseedores, los poderosos Quintana, titulares de un mayorazgo y a
veces Alcaldes Reales de la Villa. El balcón ocupa todo lo alto e la
fachada, es como una tribuna en la Plaza. En la planta alta no
existen ventanas, sólo puertas de acceso a la balconada.
(29) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, La Villa de Teror 1984. Gráficas Bordón. Se canceló
un crédito hipotecario del acreedor Don José Morgadas, Obispo de Vich.
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CASAS DE
CAPELLANÍAS
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L n el casco urbano de Teror existieron algunas casas con el
carácter de Capellanías, fundadas por personas con la obligación
aneja de cierto número de misas u otras cargas espirituales.
El vecino de Teror Miguel Ramos, por testamento cerrado que
otorgó ante Matías Espino el 18 de febrero de 1681, fundó con otras
propiedades de Teror, en Los Llanos, Arbejales y el Lomo del
Barbero, una casa situada en la hoy calle del Pino número dos del
Centro Histórico de la Villa Mariana, lindante con casa de La
Capellanía de Don Manuel García de los Reyes y su hija Gregoria.
La Capellanía fundada por Miguel Ramos estaba gravada con
veinticinco misas rezadas por su alma, sus padres y difuntos que se
habían de decir en la iglesia del Pino en las festividades de la
Patrona, de los Apóstoles y en los días festivos del años, con un
responso rezado sobre su sepultura. La Casa en 1806 fue adjudicada
al clérigo tonsurado Don Vicente Antonio Domínguez. Con
posterioridad al proceso desamortizador la adquirió el comerciante
Don Juan Rivero García. Hoy es titular propietario Don Juan Ortega
Montesdeoca.
Por testamento de 7 de septiembre de 1777 ante el Escribano
Juan Reyes Cabrera, el Capitán Manuel García de los Reyes y su hija
Gregoria de la Concepción Reyes, otorgaron común testamento.
Fundaron una Capellanía colativa de misas rezadas que se habrían
de decir en la iglesia parroquial del Pino los domingos y días de
precepto a la hora de las once y en el altar de la Virgen del Rosario.
Sus bienes mas importantes eran una casa de alto y bajo en la Plaza
de Teror, otra casa en El Terrero de Las Palmas, once fanegadas de
tierra labradías en los Mocanes de Teror con una casa de alto y bajo
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
y un molino, tierras en el termino terorense: Las Caldereras,
Guanchía, Los Llanos, El Pedregal y en Valleseco; en las casas de la
Plaza habitaría el Capellán'™; lo fue Carlos María de Quintana,
Mayordomo de la Fábrica Parroquial del Pino de 1801 a 1839,
persona de humor "". La casa se denomino Casa del Monumento
porque era depósito de los enseres del Jueves Santo y estaba frente
a un Cruz colocada para recuerdo del lugar que ocupó el Altar de
la Virgen en la antigua iglesia. Estaba situada en el número seis de
la actual Plaza Nuestra Señora del Pino. Reedificada en 1884, con la
colindante de Antonio Hernández, (una edificación construida en
1831 con solar de la Fábrica Parroquial) por Don Francisco Navarro
Sarmiento; en la planta baja comercio de los Hernández, hoy
propiedad de Doña María Castellano Déniz.
En el hoy edificio de La Caja de Ahorros en la Plaza del Pino,
existió en su solar una Capellanía Colativa fundada en testamento
de 14 de octubre de 1768 por el sacerdote Don Manuel Antonio
González. Al establecerse por Convenio con la Santa Sede el
derecho a los bienes de las Capellanías de los familiares más
próximos de los fundadores, recayó el derecho en Doña Fermina
Domínguez del Río Ramírez casada con Don Agustín Silva, como
pariente del fundador en la línea de Nicolás Domínguez del Río y
Manuela Ramírez, que compraron el 27 de febrero de 1892 al
comerciante Don Juan Rivero García.
(30) ARCHIVO PARRC)QUIAL DE TEROR, Legajo 7. Protocolos.
(31) JOSÉ MIGUEL ALZÓLA GONZÁLEZ, Chano Corvo, pp. 42-43.
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LA CASA DE
CARVAJAL
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O l a s de Carvajal, en 1690 se estableció en Teror destinado a
milicias territoriales; en este pueblo poseía la finca de Quevedo y
las montañetas de la Fuente Agria. Su hijo Francisco José de
Carvajal y la esposa Bernarda de Matos fundaron un mayorazgo
por Cédula Real concedida por Carlos III el 29 de junio de 1764
(Escritura ante el Escribano Pablo de la Cruz Machado en 1765).
Tuvieron tres hijas, dos fallecieron en corta edad, quedando tan solo
Marcela de Carvajal casada con José de la Rocha; en fe ha de la
fundación era difunta dejando por heredero a su hijo José Agustín
de la Rocha, nieto y heredero de los fundadores, por tanto el
mayorazgo se funda en él
En la dotación del mayorazgo se incluyó una casa con una
huerta de dos celemines, la que hoy se sitúa en el número cuatro de
la calle Real de la Plaza, adquirida por compra el 11 de agosto de
1750 ante José Cabrera Bethencourt por Antonia y Esteban
Rodríguez del Toro, hermanas del marqués del Toro; en 1879
lindaba por su izquierda con Doña Agustina Bravo de Laguna "^' y
casa escuela; por la derecha casa de Don Juan de La Fe Jiménez
Miranda, la de Don Antonio José Quevedo y la de Doña Bernarda
Henríquez; por la espalda serventía de Don José Hermógenes
Medina Henríquez'™.
(32) VICENTE SUÁREZ GRIMÓN, El Mayorazgo de Carvajal: un precedente de la Capellanía
del Coro de Teror, en Anuario de Estudios Atlánticos, n. 34 de 1988, pp. 389 y siguientes.
(33) La casa de Don Agustín de la Rocha y Lugo paso a los esposos Don Diego Manrique
de Lara y Doña Dolores de la Rocha Casabuena, y después a los hijos. Cayetana,
Rafaela del Rosario Manrique de Lara y de la Rocha; Doña Rafaela, casada con Don
Santiago Ascanio Montemayor la vendió el 12 de marzo de 1919 a Don Eusebio Pérez
Falcón. En la actualidad es propiedad de los herederos de Don Sebastián de la Nuez
Medina.
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VICENTE HERNÁNDEZ. JIMÉNEZ.
Los fundadores del mayorazgo de los Carvajal impusieron
condiciones relacionadas con el culto a la Virgen del Pino: 1°) costo
de toda la cera que se pusiese en el trono de la Virgen en el día de
su fiesta; 2-) costear los pebetes que tenían por costumbre dar los
fundadores y el Domingo de la celebración del Día de Nombre se
cantaría misa con vestuarios con exposición del Santísimo; 3°) dar
el aceite para una lampara que ardiera permanentemente en la
iglesia del Pino; 4-) dotar seis pellizas para el Coro de la parroquia
terorense, señalando frutos y rentas a cada uno de los eclesiásticos
que habían de servirlas; 5-) por el Deán y Cabildo de la Catedral se
repartirían doscientos reales corrientes la víspera de la festividad
del Pino entre cuatro viudas pobres y vergonzantes, vecinas del
lugar que hubieran de confesar y comulgar en el siguiente día; 6*^)
dotación de seis camas de pobres enfermos que se habrían de
mantener en el Hospital de San Martín de Las Palmas; 7-) todo el
capital sobrante de la administración de los bienes, se invertiría por
el Deán y Cabildo en la decencia de la iglesia y mayor culto a
Nuestra Señora del Pino.
Como acertadamente ha escrito Vicente Suárez Grimón, fue
una Capellanía de Coro vigente hasta la constituida por el Obispo
Herrerr jn 1783 que es un precedente de la establecida en el
mayorazgo de Carvajal.
En el testamento otorgado por Doña Bernarda de Matos el 23
de abril de 1767 en nombre de su esposo Don Francisco Carvajal se
dispuso abonarle los costos del retablo mayor de la iglesia de Teror
construida de 1761 a 1767, además de las varas del guión y palio de
la imagen del Pino '^'.
El Coronel Don Antonio Lorenzo de la Rocha, vinculado a
Teror merced a las labores de dirección del actual templo, no contó
con casa abierta en la Villa porque no obstante su linaje familiar con
los Rocha no tuvo ninguna vinculación con el mayorazgo de los
Carvajal; había nacido en 1708, en fecha anterior; por este motivo el
Obispo Delgado y Venegas le señaló una de las Casas del recién
construido Palacio Episcopal para que con su familia pudiera asistir
a las fiestas de la dedicación de la nueva iglesia.
(34) VICENTE SUÁREZ GRIMÓN, El mayorazgo de Carvajal, en Anuario de Estudios
Atlánticos, n" 34 de 1988.
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LA CASA HUERTA
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Lln el entorno del casco histórico de Teror , al naciente del
Palacio Episcopal existe un lugar que se denominó finca de Sintes,
desde 1961 propiedad municipal. Fue una hacienda de tierras
labradías, hndante con el barranco de Tenoya, con casa, árboles y
agua del Heredamiento de Los Llanos. Propiedad del Canónigo de
la Catedral y Capellán de Honor del Rey, Don Andrés de la Huerta
y Cigala. Es probable que su origen estuviera en las tierras legadas
a la Fábrica Parroquial por los Pérez de Villanueva o donadas por
Halcón o Falcón formando parte de la Huerta de la Virgen; en 1636
se denominó la Huerta de Julián según hemos constatado en el
Archivo Parroquial de Teror, un arrendatario de la Parroquia;
estuvo gravada con dos censos a favor de la Parroquia uno de
quince reales treinta maravedíes de rédito anual y otro de cuatro
cuartillos de aceite (Libros de Fabrica del Archivo Parroquial), el
Convento Dominico de Las Palmas era titular de otro censo de
cuarenta y cinco reales anuales de rédito.
El Canónigo Huerta donó la imagen del Arcángel San Rafael
colocado en el retablo lateral del lado del Evangelio en la Basílica
del Pino; fue un canónigo importante dentro del Cabildo
Catedralicio; el Prebendado Diego Álvarez de Silva lo cita en las
conmemoraciones de las fiestas de la dedicación del templo en
agosto de 1767.
Las hermanas del canónigo de La Huerta y Cigala fueron sus
sucesoras, Micaela y Mariana, denominadas Las Huertas; testaron
en 1785 designando como heredero universal a su sobrino Don
Pablo Bravo y Huerta con la condición de que los bienes no los
podía vender, ceder ni traspasar y tenían que transmitirse a los
descendientes legítimos conforme a las reglas de los mayorazgos
reales de España (Archivo Histórico Provincial).
6\
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VICENTE HERNÁNDEZ. JIMÉNEZ
Las leyes desvinculadoras de 1820 y 1836 autorizaron la
enajenación de los bienes vinculados y por Escritura de 10 de
agosto de 1848 ante el Escribano Manuel Sánchez Velázquez, Don
Pedro Bravo de Laguna como apoderado de su padre Don
Bartolomé Bravo de Laguna, sucesor de las vinculaciones de la
finca de Las Huertas, vendió la hacienda de tierras labradías a Don
Agustín Manrique de Lara y Castillo que concentró en Teror todo el
patrimonio de los Manrique de Lara, porque era titular propietario
del Cortijo de Ossorio, de la Casa del Mayorazgo de Manrique, de
la Casa de los Patronos de la Virgen y de la comprada finca.
La descripción de los linderos en la Escritura indica como era
esta zona de Teror en aquella época: lindaba al Naciente con el
Barranco Real de Tenoya, al Poniente con el Palacio Episcopal, al
Norte la mina de la iglesia y Los Hibiscos y al Sur con el
barranquillo de La Higuera donde existía un manantial que se
denominó la Fuente de la Higuera, un topónimo que hoy persiste.
En sucesivas transmisiones pasó a Doña María Dolores Manrique
de Lara Llarena, a Don Alfonso Manrique de Lara, Don José Sintes
Mora y adquirida posteriormente por el Ayuntamiento en 1961, en
tiempos del Alcalde Don Manuel Ortega Suárez.
Estimamos que la casa fue edificada en los primeros años del
siglo XVIII; Doña Micaela de La Huerta en una anotación ológrafa
de su testamento de 1785 declaró que su hermano ya fallecido había
realizado unas mejoras en la edificación, de lo que parece deducirse
que el canónigo Huertas la adquirió ya edificada; la parte posterior
fue algo deteriorado en 1932 al realizarse unas reformas y
destruirse el corredor.
En la actualidad ha sido rehabilitada con muy buen sentido
por el Ayuntamiento que tiene instalada la Concejalía de Cultura; es
un buen modelo de la Arquitectura rural de nuestras medianías.
Los Manrique de Lara la denominaron Casa de la Huerta; en
tiempos recientes fue conocida sucesivamente como Casa de
Juanito Manuel y Casa de Cheo por las personas que la habitaos)
VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Teror: Historias, Semblanzas, Apuntes, pp. 78-79.
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L A HUERTA
DE MATOS
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L a familia de Matos, de las principales y más ilustres del
archipiélago, procedía de Portugal; Antonio de Matos, natural de
Fayal en las islas Azores, se estableció en Gran Canaria hacia 1590:
uno de sus hijos, Juan de Matos, casó en Las Palmas en 1646 con
María González, también de origen portugués, y fundó un
mayorazgo con los cuantiosos bienes que poseían en la isla '^'.
Por escritura de 9 de enero de 1680 ante el Escribano Baltasar
González Perera se constituyó el Mayorazgo de los Matos; la
facultad real se concedió el 23 de mayo de 1680. El Capitán Juan de
Matos por Escritura de 11 de mayo de 1717 ante Francisco Guerra
de Mendoza instituyó una Capellanía en la ermita de San Nicolás
de Las Palmas edificada a sus expensas, relacionada con la historia
terorense por el origen del camino de la Virgen en las Bajadas a la
Ciudad.
Los Matos adquirieron grandes propiedades en Teror: Cortijo
del Brezo en Los Llanos, Los Barranquillo, El Llano del Burgalés,
agua del Heredamiento de Los Llanos, titulares de numerosos
tributos y unos terrenos próximos a la iglesia del Pino que
denominaron Huerta de Matos. El Capitán Francisco de Matos,
Regidor Perpetuo de la isla, dio de limosna a la Iglesia del Pino un
órgano que compró a las monjas Bernardas, y se trajo a Teror el 23
de noviembre de 1686"". Este órgano se conservó en el Camarín de
la Virgen hasta 1854, en que fue regalado a la Iglesia Parroquial de
Firgas '^'.
(36) FRANCISCO FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, Nobiliario de Canarias, t. II.
(37) ARCHIVO PARROQUIAL DE TEROR, Libro 3" de Fábrica.
(38) Nota de JOSÉ GARCÍA ORTEGA, Nuestra Señora del Pino, p. 92.
6^
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
La Huerta de Matos procedía de una venta de la vecina del
pueblo Josefa González al Capitán Juan de Matos por Escritura de
1737 ante el Escribano Pablo del Cruz Machado; las tierras de
dieciséis fanegadas de tierra labradía y frutales se agregaron al
mayorazgo, de 1767 a 1830 se arrendaron a varios vecinos"'".
La Huerta de Matos ocupaba una gran extensión de terreno,
lindante con la Calle Real, la de La Herrería, El Castaño y al Norte
las tierras de los Henríquez; de Poniente a Naciente discurría la
acequia de la Heredad de Los Llanos.
Por una Escritura de 25 de julio de 1631 (archivo parroquial de
Teror. Tributos) Diego Pérez de Villanueva impuso una limosna de
diez reales por una misa cantada el día de Corpus, sobre unos
terrenos que en su descripción correspondían a la Huerta de Matos.
Era una propiedad bastante productiva, en 1789 la viuda de Don
Matías Matos y Coronado la arrendó a un vecino de Teror por
sesenta y cinco pesos corrientes y cuatro cargas de leña anuales
puestas en la Ciudad *•"'.
Por escritura de 1832 ante Don Agustín de Silva'"" el terorense
Don José Montesdeoca se constituyó en arrendatario general de
todos los terrenos que en la jurisdicción de Teror poseía Don Pedro
Matos '''^', y por otra Escritura de 2 de mayo de 1851 ante Don
Francisco Quesada, le otorgó poderes sin limitación de todos los
bienes de los Matos en la isla.
En 1831 Don Pedro de Matos inició la venta de la Huerta en
parcelas para edificar; el pago se realizaba señalando un capital y
un rédito anual en concepto de censo redimible. El primer
comprador fue Don José Montesdeoca, de los solares que en la
actualidad corresponden a las casas números cinco y siete de la
(39) VICENTE SUÁREZ GRIMÓN, U Propiedad Publica, Vinculada y Eclesiástica, t. II pp. 587,
605 y 677.
(40) VICENTE FERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses. Imprenta Pérez Galdós 1990,
pp. 31-32.
(41) Don José Montesdeoca fue Alcalde de Teror; la actual alameda de la Villa se inicio por
una propuesta suya en 1844.
(42) ídem.
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
Casa de Don Francisco Bethciicuuit López en la Huerta de Matos.
Hotel Inglés de 1890 a 1900.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
calle Real de la Plaza. En 1837 se habían construido algunos
solares*"^'.
Se vendieron más parcelas por el mismo procedimiento; la
última venta fue por Escritura de 27 de diciembre de 1862 a Don
Juan Guerra Hernández, de dos fanegadas y diez celemines de
terreno con una casa, estanque y la mitad del agua del día 25 de
dula de la Heredad de Los Llanos. En 1852 tres edificios
construidos por Don José Montesdeoca se vendieron a su yerno
Don Francisco Bethencourt López que en las plantas bajas instaló
un gran comercio con almacenes y bodegas. Como recuerdo de esta
casa comercial existe hoy en su fachada una lápida conmemorativa.
En el número siete de la calle Real de la Plaza se instaló en 1890 un
Hotel Inglés desaparecido en 1900; una crónica del Diario de Las
Palmas del 9 de julio de 1894 refiere que con motivo de la visita del
General Ahumada a la isla, en el Hotel Inglés de la Villa terorense
le obsequiaron con un baile en el sitio destinado por la colonia
inglesa para el juego de la pelota.
(43) En un acta de la sesión del Ayuntamiento de Teror de 18 de agosto de 1837 se consigna
que Don José Montesdeoca y Don Andrés Ramírez desde hacía tres años impedían el
paso del agua por la calle principal, por causa de las fábricas que se construían. En esa
época el cauce de la acequia de la calle Real era un derecho de la Heredad de Los
Llanos.
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LA CASA DE LA
DIPUTACIÓN
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L.1 libro La Virgen del Pino en la Historia de Gran Canaria de Don
Ignacio Quintana y Don Santiago Cazorla contiene un plano de
Teror del siglo XVIII (del Archivo de la Marquesa de Arucas) en el
une se señala una casa contigua a la de Quintana, con la
nominación de Casa de la Virgen. Esta denominación errónea porque
siempre fue conocida como Casa de la Diputación, así lo acredita la
documentación sobre propiedades eclesiásticas en Teror; en un
recibo de 16 de agosto de 1801 firmado por el segundo mayordomo
de la Parroquia se escribe: recibí doscientos pesos corrientes para gastos
de la composición de la casa de la Diputación; si bien fue habilitado un
salón para el culto como iglesia provisional cuando el Obispo
Verdugo declaró ruinosa la Basílica, el nombre de Casa de la Virgen
estuvo adscrito a otro edificio del pueblo, la Casa de la Cilla o de
Los Diezmos. Tampoco puede admitirse que la primera ermita
estuviese ubicada en esa casa; la ermita se construyó junto al pino
de la Aparición que sirvió de campanario.
Una de las casas del antiguo patrimonio eclesiástico del casco
urbano de Teror fueron las ubicadas en la actualidad con los
números dos de la calle de la Diputación y la uno de la Plaza de
Nuestra Señora del Pino, que constituían un solo edificio. Era
propiedad del Cabildo Catedral, que tuvo una gran influencia en la
vida religiosa de Teror; a través de un Prebendado ostentaba la
mayordomía Principal del Pino, el de Fábrica de la Iglesia
Parroquial era segundo mayordomo y le rendía cuentas.
El Obispo Servera por escrito de 26 de septiembre de 1771
dispuso que la casa antigua de la Diputación en Teror amenazaba
ruina; siendo preciso para hospedaje de los capitulares obligados a
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
celebrar anualmente en la función del Pino, mandó el derribo de la
vieja y la construcción en el mismo solar de una nueva
enderezándola para su mejor línea con el dictamen del Coronel Don
Antonio de la Rocha; el Tesorero de la Catedral, el Canónigo Lugo
abonó al mayordomo del Fabrica Parroquial Don Sebastián
González quinientos pesos para suplir los gastos ''^'.
La Diputación del Cabildo Catedral se componía de un
Prebendado Presidente, un Canónigo y un Racionero, con
acompañamiento de cantores, mozos y ministriles, a quienes el
segundo mayordomo debía acomodarles la casa y el hospedaje""'.
La estancia en Teror de la Diputación Capitular a veces provocaba
conflictos por cuestiones de etiqueta con los capellanes del Coro de
la Virgen; para resolverlos el Obispo Servera decretó la primacía de
la Diputación eclesiástica de Las Palmas. De 1809 a 1810 se
reconstruyeron las obras del templo parroquial que se clausuraron
provisionalmente; para habilitación provisional del culto se adaptó
un salón en la Casa de la Diputación Capitular preparado por Lujan
Pérez; se invirtieron quinientos pesos. Esta situación terminó con
las leyes desamortizadoras. Vendidos en pública subasta los bienes
del patrimonio eclesiástico y por tanto la casa en que se alojaba la
Diputación, no se pensó mas en el desplazamiento a Teror por la
fiestas.
La adquirió en 1866 Don Sebastián Henríquez y Henríquez; era
una sola planta y fue reedificada hacia 1880 en dos viviendas que el
pueblo conocía como casas de Don Sebastián y Don Bernardo. Hoy
en estas casas no hay balcón de madera, quizá por un motivo
económico; son construcciones del último tercio del siglo XIX,
época en que escaseaba la tea por no existir la riqueza forestal de
períodos anteriores. Tienen unos balcones descubiertos de hierro,
que se apoyan en bases de piedra; los huecos se enmarcan en
cantería gris. Su estilo no es el de la arquitectura tradicional; es una
construcción sobria de familias burguesas '**"'.
(44) IGNACIO QUINTANA y SANTIAGO CAZORLA, La Virgen del Pino en la Historia de
Gran Canaria, Archivo Parroquial de Teror, p. 307.
(45) JOSÉ GARCÍA ORTEGA, Nuestra Señora del Pino, p. 221.
(46) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, pp. 45-46.
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LA CASA DE LOS
HENRÍQUEZ
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Lüntre las estirpes labradoras arraigadas al suelo terorense
que figuraron a la cabeza de la sociedad acomodada local en los
siglos XVlll y XIX es de mencionar la familia Henríquez, de origen
portugués; entre los primeros vecinos del término de Teror hay
apellidos de procedencia portugués: los Riveros, Báez, Acosta,
Hernández '*^.
Una persona de la familia Henríquez radicada en Arucas,
Bartolomé Henríquez, casó en Teror con Blasina del Toro, hija de
Fernando del Toro y María Perera (libro 2 de Casamientos. Teror.
Folio 11 vuelto. Archivo Parroquial); su hijo, José Henríquez
contrajo matrimonio con Catalina de Quintana, hija de Salvador de
Quintana y María Pulido (libro 2 de casamientos de Teror. Folio 98.
Archivo Parroquial). Por medio de estos enlaces constituyeron una
familia prepotente en el ámbito local, aunque no pudieron escalar a
cargos de rango insular como las alcaldías de fortalezas y
regidurías del Cabildo, vedados a las familias residentes en los
pueblos del interior, y se tuvieron que aferrar a los cargos de
alférez, teniente y capitán de milicias; no obstante, tuvieron la
habilidad de transmitir a sus descendencias el apellido paterno en
una época en que se solían adoptar los apellidos maternos.
De Henríquez y de Quintana nació Don Antonio Henríquez de
Quintana, casado en Arucas con Ana Andrea Ossorio, hija del
Alférez Miguel Suárez de Medina y Catalina Ortiz de Ossorio, una
prestigiosa familia (libros de casamientos de Arucas. Folio 27
vuelto. Archivo Parroquial). Don Antonio Henríquez de Quintana,
Capitán de milicias fue Alcalde Real de Teror en la fecha de 5 de
(47) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Aproximación a los Orígenes de Teror, p, 75.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
agosto de 1760, de bendición del solar y colocación de la primera
piedra del Templo de Nuestra Señora del Pino. Uno de sus hijos, el
Canónigo Don Francisco Henríquez de Quintana, Doctor en
Teología y Caballero de la Real Orden de Carlos III, fue una persona
apasionada de la Virgen el Pino; impuso en una reunión del
Cabildo Catedral el acuerdo que en las procesiones de la imagen los
clérigos asistieran bonete en mano; está sepultado en el panteón de
la Catedral. Al Capitán Don Antonio Henríquez de Quintana,
sucedieron en línea directa, descendiente: Don Domingo
Henríquez, teniente de milicias; y el Capitán Don Juan Henríquez
Vargas, casado con Doña Bernarda Henríquez Barrera, su tía, en Las
Palmas, el 11 de abril de 1815.
En la saga de los Henríquez no es posible omitir al hijo de Don
Juan Henríquez Vargas, Don Sebastián Henríquez, que ejerció un
liderazgo político terorense durante más de cincuenta años,
militando en el Partido Liberal de León y Castillo; fue el último
alcalde constitucional anterior a la dictadura en 1923 de Primo de
Rivera.
La casa solariega de los Henríquez aún existe correspondiendo
al actual número diez de la calle Real de la Plaza. Es una
construcción de finales del siglo XVII, de dos plantas; una
edificación que en su época sólo estaba al alcance de familias
burguesas. El balcón de madera ocupa casi todo el ancho de la
fachada; es sencillo y representativo de la arquitectura tradicional
canaria de núcleos rurales'""'. La organización de esta vivienda es
más castellana que andaluza. Tiene un patio rectangular que se
accede de la calle por un ancho zaguán. En la planta baja estaban
los graneros como correspondía a familias labradoras de posición;
en la alta, la sala, dormitorios, cocina y servicios. En esta casa se
alojaban los obispos en sus visitas a Teror cuando aun no estaba
construido el Palacio Episcopal.
(48) JOSÉ GARCÍA ORTEGA, Nuestra Señora del Pino, pp. 182-183.
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LA CASA
PARROQUIAL
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¿/Desde cuándo existió la parroquia de Teror con una cierta
organización y un párroco residente? El Obispo Herrera dejó
escrito: no se encuentran documentos por donde saberse la antigüedad de
dicha parroquia, su fundación y dotación; la primera referencia escrita
es el acta de la visita del Obispo Diego Deza el 12 de marzo de 1558:
se halló por cura al padre Lorente Martín (libro 1- de Fábrica del
Archivo Parroquial de Teror), se trataba de una ayuda de Parroquia
dependiente del territorio del Beneficio de la Catedral. Un factor de
confusión al tratar de aclarar cual fue la primera parroquia de Teror
lo introduce el historiador Marín y Cubas ""' que escribió que la
primera parroquia de Teror estuvo dedicada al apóstol San Matías:
puesta en la obediencia de los Reyes Católicos la isla de Canarias... puso
quien doctrinase la fe en varios lugares y en uno llamado Teror... se fabricó
iglesia de la advocación de San Matías *"*" por vía de limosna pedía a los
canarios paga por el agua del pozuelo. La Catedral mandó que se edificase
iglesia y se mudó a ella la Parroquia de San Matías. Existió una ermita
en el lugar del actual Monasterio de Las Dominicas, se ignora la
fecha de su construcción, se veneraba en ella una talla del apóstol
San Matías; en 1752 estaba ruinosa y la imagen fue trasladada a la
parroquia del Pino. Es posible que lo primeramente poblado del
término terorense fuera el entorno de la ermita de San Matías en la
proximidad del poblamiento de Guanchía y no en el entorno del
Pino de la Aparición. En la organización eclesiástica existían unos
beneficios, curatos regidos por rectores perpetuos elegidos por el
Cabildo y confirmados por el Rey, y simples curas movibles a la
(49) Historia de las Siete Islas de Canaria. Origen, Descubrimiento y Conquista, Redacción de
1687.
(50) El Cura que era portugués el Licenciado Tristán.
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VICENTE HERNÁNDEZ. JIMÉNEZ
voluntad del Obispo, del Cabildo Eclesiástico o de algunos
Beneficiados; estos curatos se establecieron en los parajes que
teniendo más de treinta vecinos distaban mucho de la parroquia
principal. En Gran Canaria existían nueve curatos amovibles, uno
de ellos era el de Nuestra Señora del Pino"". El 7 de octubre de 1617
se acordó que los cinco curatos rurales. La Vega, Teror, Arucas,
Moya y Tirajana fueran vicarios perpetuos al Concilio de Trento y
que se dieran por oposición a hijos naturales del país'"'.
En el archivo parroquial de Teror existe una relación de curas
de la Parroquia que no parece fiable, como tercer cura de 1560 a
1564 señala al padre Juan de Troya; un error, no creemos que
existiera otro con este nombre que el canónigo que tomó posesión
de la ermita y su huerta en 1514. En la relación de curas se omite al
portugués Licenciado Tristán citado por Marín y Cubas, no creemos
fuera un personaje imaginario, por su condición de médico conoció
bien el lugar de Teror, pariente de los Pérez de Villanueva. Tampoco
se cita un reconocimiento de deuda que el 28 de noviembre de 1550
hace Gonzalo Calvillo, clérigo, presbítero, estante'"'.
Es posible que los primeros curas fueran frailes del Clero
Regular dominicos o franciscanos que tenían un gran prestigio
entre el pueblo sencillo; potenciaron la religiosidad popular y es
probable que no fueran ajenos a las primeras fiestas y
organizaciones del Pino ''^'.
La primera referencia que tenemos de una casa parroquial es
de 1644, siendo párroco el Licenciado Don Blas Marrero; era
propiedad de Juan de Quintana Montesdeoca; desde esta vivienda
el Obispo Francisco Sánchez de Villanueva presencio en 1644 como
un portugués subió al Pino de la Virgen (El Árbol de la Virgen, M.
Suárez); era residencia de los Quintana, pasando a ser del Cura
Párroco Juan Rodríguez de Quintana que integró en ella su rectoría
parroquial.
(51) JOSÉ VIERA Y CLAVIJO, Noticias de la Historia de Canarias.
(52) IGNACIO QUINTANA y SANTIAGO CAZORLA, La Virgen del Pino en la Historia de
Gran Canaria.
(53) MANUEL LOBO CABRERA, índices y Extractos de los Protocolos de Hernán González y
Luis Fernández Rasco, Escribanos de Las Palmas (15509-1551). Archivo Histórico
Provincial
(54) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Aproximaciones a los Orígenes de Teror, p. 93.
«O
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EL CA5CO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
Por el Tribunal de la Santa Cruzada como consecuencia de
autos ejecutivos que se siguieron contra bienes de Gonzalo Gil y
Juan Bautista por decursos de un censo, se posesionaron el 17 de
agosto de 1759 en la calle de la Herrería de unas casas altas para
habitación del Cura Párroco; se reconstruyeron en 1767 con los
materiales sobrantes de las obras de edificación del templo del Pino
(Archivo Parroquial de Teror).
Reconstruida en 1976, la anterior tenía el severo sello de las
antiguas mansiones rectorales; era el silencioso caserón donde se
entraba con un profundo respeto; se pasaba por allí casi
silenciosamente, y es que se sabía que el cura vivía en esta casa;
recordamos el loro del patio y la figura procer de Don Antonio
Socorro. En la colindante a la parroquial vivió Pinito Yánez, hasta
1936; era la única dulcería existente en la Villa. La casa parroquial,
en la izquierda e la calle de la Herrería, una vía que fue confluencia
del camino de mar a cumbre y del paso de bestias que necesitaban
herraduras que se clavaban en los cascos.
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ü \ CASA DE
DON JOSÉ DE MEDINA
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D esde los años treinta hasta su fallecimiento en la década de
los sesenta paseaba por las calles de Teror un curioso personaje:
Pepito Medina Navarro, en sentido peyorativo Don José de
Medina; extravagante, bohemio, desaliñado en el vestir, parecía
una persona fuera de la realidad; no obstante, no tenia aspecto
grotesco porque había realidad en su talante. Vivía de un cercado
que desturronaba por las noches a la luz de un farol en el marco
fantasmal del próximo cementerio, el 18 de julio de 1936 sacó a la
calle una boina roja de tamaño descomunal. Vivía en una casa
viejísima, con los pisos medio despanzurrados, agujerados los
techos y las puertas roídas por las ratas.
Lo más esperpéntico de Don José de Medina era el lenguaje
barroco y gongorino que utilizaba; su léxico era ininteligible para el
común de los mortales: ninfas, galanes, piedras romboidales.
Patrimonio familiar, fenómenos atmosféricos, toda una jerga de
palabras. Realmente el linaje de Don José de Medina era de alta
alcurnia, en su árbol genealógico estaba el Regidor de la isla
Jerónimo de Pineda, uno de los Capitanes de la Conquista; procedía
de los abuelos paternos Don José Medina Rojas de Gáldar y Doña
Antonia Henríquez Pineda, de ascendencia terorense"''.
La casa y cercado de Don José de Medina tiene su origen en
una Capellanía que fundó el 24 de abril de 1739 en Caracas el
Marqués de Toro. La dotó con el valor principal de tres mil pesos
impuestos sobre tierras en El Rapador. Se destinaba a la concesión
de una misa rezada todos los domingos y días de precepto en el
(55) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, p. 65.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
altar mayor de la Parroquia del Pino por el alma del fundador y sus
padres. Nombró como primer capellán a Don Domingo Leal del
Castillo, sobrino del otorgante, y segundo a Don Domingo Navarro
del Castillo, hijo del Capitán Francisco Navarro del Castillo y de la
hermana del marqués Doña Antonia Rodríguez del Toro.
Con el objeto de que los sucesores de la capellanía tuvieran
donde habitar en el pueblo, el capellán Don Domingo Navarro del
Castillo, fundador de la Escuela del Patronato terorense, agregó a la
Capellanía una casa y terreno de forma triangular, lindante con el
Callejón de Las Palmas, con casa y huerta de Don Pedro Russell,
huerta de Don Agustín de la Rocha y Herederos de Don Antonio
Henríquez de Quintana; con anterioridad, hasta 1728, fue dueño el
Presbítero Vicente Muxica del Castillo; es la casa y terreno que
correspondería hoy a la denominada de Don José de Medina. En el
cercado había un humilladero, un lugar devoto con una cruz, a la
entrada y salida del pueblo, en el camino de mar a cumbre; en las
Bajadas de la Virgen del Pino a Las Palmas, la procesión a la salida
del templo hacía un alto en este lugar.
Por un escrito del 28 de noviembre de 1835 Don Antonio
Rodríguez Navarro, subcolector de anualidades de Capellanías
Vacantes comunica como por fallecimiento del Subdiácono Don Alonso de
la Nuez quedó vacante la Capellanía fundada por el marqués de Toro en la
que corresponde una casa con su huerta en Teror, en donde se hallaron al
fallecimiento de dicho capellán unas colmenas; el pueblo denominó en
tiempos pasados a esta casa Capellanías de Alonso.
La propiedad fue transmitida sucesivamente a Don Antonio
Henríquez Vargas, a sus herederos, a Don Diego Domínguez
Sarmiento y a Don Hermógenes Medina Henríquez. Hoy está
totalmente urbanizada y no existen vestigios de las Capellanías de
Alonso y del pintoresco Don José de Medina.
a6
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LA CASA DEL
CURA NAVARRO
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L a s casas del casco urbano de Teror tienen en gran parte un
origen histórico, como lo es el número catorce de la actual calle Real
de la Plaza. Por Escritura Pública de 10 de septiembre de 1746'*'el
Cura Párroco José Ignacio del Toro la compró a Pedro y Juan
Guerra. De dos plantas, fue construida en 1730 en un solar de la
Fabrica Parroquial que la gravó en su favor con un tributo por
quinientos reales de principal "^'.
El 17 de julio de 1750 la casa fue vendida a Don José Rusell. Los
Rusell eran una familia de comerciantes de origen irlandés; vivían
en la calle de Santa Clara de Las Palmas, hoy Domingo Déniz,
pertenecían a la burguesía rica de la Ciudad. El 22 de mayo de 1851
la permutaron con el Presbítero Juan Navarro Granado por una
casa terrera en la calle de La Gloria, de Las Palmas.
El Cura Navarro pudo disfrutarla por poco tiempo al morir a
los sesenta años el 17 de agosto en El Rincón de Teror del cólera
morbo (libro 7 de Enterramientos. Teror. Folio 75. Archivo
Parroquial). Primo hermano de Lujan Pérez, que tenía una relación
familiar con los Navarro terorenses; procedían del matrimonio el 4
de septiembre de 1734 del guíense Juan Felipe Navarro con la
terorense Francisca González Pérez. La madre de Lujan Pérez, Doña
Ana Pérez Sánchez Navarro, era sobrina de Juan Fehpe; el hijo de
éste, Vicente Navarro Pérez de Quintana, casó en Teror con Catalina
Granado y tuvieron como hijo al Sacerdote Juan Navarro Granado,
que en el testamento que otorgó el 21 de mayo de 1837 ante
(56) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, p. 53. Archivo Histórico
Provincial.
(57) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, La Semana Santa de Teror, p. 71.
»9
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Francisco Quesada cita a su prima Doña María Pérez Lujan que le
dejo en testamento de 6 de febrero de 1836 bienes raíces aun pendientes por
dividir entre los herederos de sus dos hermanos Don ]osé y Don Carlos.
Sobrino del Sacristán Mayor de la Basílica Vicente Navarro
Zambrano, tuvo un gran patrimonio, propietario de un cortijo en
Tamadaba lindante con Guayedra (Escritura de 3 de mayo de 1819
ante el Escribano José Hernández Navarro. Archivo Histórico
Provincial); fue Capellán y Vice-Rector del Colegio de San Marcial
de Las Palmas.
Siendo propietarios los Rusell, en lo bajo de la casa el padre del
Cura Navarro, Vicente Navarro Pérez de Quintana, estableció un
estanco de tabaco para el consumo, estanquillo, escribe la Escritura
otorgada ante el Administrador Principal de la isla Francisco Javier
Jiménez'^'.
En una sesión del Ayuntamiento de Teror de 22 de octubre de
1881, se contrato la sala alta de esta casa con destino a Panera del
Pósito, y en la del 13 de agosto de 1883 la sala baja para Juzgado.
En lo que fue huerta tuvo Sebastián Domínguez los carros y
bestias un negocio de transporte.
(58) Escritura otorgada el 18 de octubre de 1822 ante el Escribano José Hernández Navarro.
Se constituyó fianza.
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LA CASA DE
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IX omero, apellido de procedencia aragonesa; una de las
personas de relieve de la familia en Gran Canaria fue el canónigo
Don Andrés Romero Suárez y Calderín, que legó a la Compañía de
Jesús el edificio del antiguo Seminario en la calle Doctor Chil, antes
del Colegio. La popular poetisa canaria Agustina González y
Romero, por mal nombre La Pere jila era de ese linaje*'".
En su relación con Teror, la primera persona de esta familia con
relieve en la vida local fue Doña Ana Romero y Vibero del Toro que
por Escritura de 23 de agosto de 1783 ante el Escribano José
Alvarado compró al Alférez José de Ortega, vecino de Telde, un
terreno llamado E/ Cercadito, hoy, parque Teresa de Bolívar. Doña Ana
fundó un vinculo integrado por una casa en la calle Real de Teror
colindante con El Cercadito, los cortijos de Melero, Calderetas y
Madrelagua en Valleseco y una finca en Las Rosadas de Teror*"". Al
morir en 1788, la heredó en los bienes del mayorazgo su sobrino
Isidoro Romero y Ceballos, fallecido en 1819, que pasaba largas
temporadas en sus cortijos; por la lectura de su Diario sabemos que
en primero de junio de 1800 comenzó la reedificación de la casa de
Teror, actual Plaza Nuestra Señora del Pino, construida por sus
tatarabuelos; en 1801 se concluyó la fachada de la plaza y en 1809
se realizaron nuevas obras'*'".
En una anotación del Diario escribió Romero y Ceballos: En
este mes (septiembre)se concluyó y estrenó el Pilar de agua de abasto
(59) FRANCISCO FERNÁNDEZ BETHENCOURT, Nobiliario de Canarias. NÉSTOR
ÁLAMO HERNÁNDEZ, Agustina González y Romero, «la Perejila», Poesía. Prólogo y
notas 1983. Imprenta Editorial Católica. Santa Cruz de Tenerife.
(60) VICENTE SUAREZ GRIMÓN, La Propiedad Publica, Vinculada y Eclesiástica, t. II, p. 628.
(61) ISIDORO ROMERO Y CEBALLOS, Diario. Biblioteca El Museo Canario, dos tomos.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Mentidcw al aire Ubre. Casa de Romero, comercio de Don Manuel Acosta
público, así como su cañería subterránea desde la Fuente de Santa María
hasta dicho Pilar, por mi dirección, comisión e intervención, a costa del
pueblo y de la mayordomía de Nuestra Señora del Pino. Día 28 de
septiembre de 1795, en el cual se le echo agua y salió con facilidad. Por la
época de construcción del Pilar, se colocó en la fuente de Santa
María una inscripción que decía: Carlos IV. Req. De Novo Stratus
Utilisas que Ocates. Año 1793: de estilo rimbombante propio de
Romero y Ceballos.
A Romero y Ceballos le sucedió en el Vínculo su nieto Don José
Pablo Romero y Matos, fallecido en Teror el 10 de agosto de 1880,
fue alcalde de Teror y contribuyó con su peculio a mejorar los
caminos vecinales; su obra de mayor envergadura consistió en
encauzar las aguas del Cortijo de Meleros por una acequia de más
de mil metros de longitud para el riego del valle de Teror.
Fallecido Don José Pablo las propiedades pasaron a Don Pablo
Romero y Palomino, que en la imprenta de La Verdad publicó un
volumen de poesías con el título de Recuerdos y Suspiros; en El
Porvenir de Canarias de 14 de noviembre de 1852 compuso una
9^
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
canción al Guiniguada. Residió en la mansión de los Romero de la
Villa terorense hasta que como consecuencia de un frustrado lance
amoroso trasladó su residencia a Valleseco. Con su muerte en esta
localidad el 18 de septiembre de 1885 se acabó el gran patrimonio
de cortijos de la familia. El testamento fue impugnado y el juicio
declarativo ante los tribunales terminó con la publica subasta de los
bienes.
La casa y el Cercadito los adquirió Don Manuel Acosta
Sarmiento, alcalde de Teror en un dilatado período, estableció en la
planta baja un gran comercio, en su época, el más importante de la
isla. Posteriormente la edificación pasó a las hermanas Doña Luisa
y Doña Elvira del Castillo y Manrique de Lara, hoy es propiedad de
Don Virgilio Navarro Guerra.
El Cercadito fue cedido al Ayuntamiento de Teror en 1949. Era
un huerta-jardín que las raíces terorenses de Doña María Teresa
Rodríguez del Toro de Bolívar motivaron que Don Néstor Álamo
Hernández eligiera esta huerta como el lugar más adecuado para
dar presencia plástica a la estirpe de la esposa de Simón Bolívar.
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E L PALACIO
EPISCOPAL
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A propuesta del Coronel Don Antonio de la Rocha y del
Canónigo Lugo, con los materiales sobrantes de la construcción del
templo de 1761 a 1767, se edificó al Sur de la iglesia del Pino, una
residencia para utilización de los Obispos de la Diócesis; eran dos
casas unidas que se comunicaban por dentro, separadas de otras
dos que se estaban haciendo para ser alquiladas por cuenta de la
parroquia "'^*.
En 1867 el Obispo Joaquín Luch y Garrigue construyó la otra
ala del Palacio poniendo la puerta principal entre ambas sobre la
cual superpuso el escudo del Prelado. En los fuegos y luminarias de
las víspera de la dedicación del Templo, sábado 29 de agosto de
1767, las catorce ventana del Palacio Episcopal se iluminaron con
faroles y luminarias"'^'.
La edificación se construyó sobre terrenos de la Fabrica
Parroquial; en su costado Sur la Abadesa priora y demás madres
del monasterio de San Bernardo de Las Palmas, en nombre del
mayordomo de Fabrica Don Sebastián González Ortega vendieron
el 28 de julio de 1789 ante el Escribano Público Juan Reyes e
Cabrera, un terreno labradío de fanegada y media de sembradura,
lindante por el sur con camino real a Las Rosadas; el monasterio las
había adquirido en pago de la dote de una monja. Entre estas tierras
y el Palacio Episcopal se abrió una calle desde los solares del
presbítero Don José Ortega (hoy calle Obispo Marquina) y Casa
(62) Gran Canaria a Mediados del siglo XIX, dibujo de 1851.
(63) DIEGO ÁLVAREZ DE SILVA, Fiestas de la Dedicación del Templo, copia en El Museo
Canario. Las Palmas de Gran Canaria.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Alameda. Palacio Episcopal
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
Huerta hasta la de la Fuente de Santa María'"'; la apertura de esta
calle se concedió por licencia del obispo Bernardo Martínez
Carnero según consta en Escritura de 16 de enero de 1830 ante el
Escribano Francisco Quesada """. Estas tierras, en la actualidad
Centro de Salud, se enajenaron en la época de la legislación
desamortizadora por Don Francisco Quintana Cardoso, vecino de
Las Palmas, y Don José de la Nuez, de Teror.
Todos los Obispos de la Diócesis hasta el de Don Antonio
Pildaín y Zapiain pasaban largas temporadas en el Palacio de la
Alameda; varias de sus pastorales en él se escribieron. Algunos con
rango catedralicio. Con motivo de una epidemia de fiebre amarilla,
el Obispo Don Manuel Verdugo salió de la Capital estableciendo su
residencia provisional en la Villa Mariana; mientras duró el
contagio la Catedral y el Cabildo Eclesiástico establecieron su sede
provisional en la iglesia de Teror. En la Semana Santa de 1812 las
celebraciones en el Palacio terorense y en el Santuario del Pino se
hicieron con todo el ceremonial de la Catedral incluidos el
Pontifical y la consagración de los Santos Óleos. En la misión del
Padre Claret en Teror del 27 de septiembre al 22 de octubre de 1848,
no se hospedó en la Casa Parroquial sino en el Palacio Episcopal.
De 1881 a 1888 las religiosas del Cister lo ocuparon mientras se
construía su nuevo monasterio. El Obispo Marquina pasaba largas
temporadas en la residencia terorense; aun se recuerdan sus largos
paseos por las carreteras de Arucas y la de Teror.
En 1976 la Casa-Palacio se encontraba en una situación de
grave deterioro y a instancias del Alcalde Don Antonio Peña
Rivero, el Obispo Monseñor Infantes Florido concedió autorización
para la creación de una Casa de la Cultura; por la Administración
se costearon y ejecutaron las obras de rehabilitación del inmueble,
que hoy es una realidad en Teror, desarrollándose múltiples
actividades culturales: exposiciones, conferencias, museo
permanente de las pintoras canarias Yolanda Graciani Y Pino
Falcón y un largo etcétera.
(64) Es la calle hoy denominada Obispo Urquinaona.
(65) ARCHIVO DIOCESANO, Contaduría de Hipotecas del folio P, vuelto y siguiente del
Cuaderno de Teror
10!
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CASAS
CONSISTORIALES
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iZn la actual calle Padre Cueto, el 27 de noviembre de 1807 el
Obispo autorizó la apertura de una calle en un cercado de la
Mayordomía del Pino alrededor de un pilar, en dirección a la fuente
de Santa María. En su solar se edificó el Pósito o Casa Panera, una
institución de gran raigambre en la vida local; concedía prestamos
a los labradores de granos para la siembra, suministraba trigo a los
panaderos de la localidad para que amasasen el pan que consumían
los vecinos, además proporcionaban ayuda en otras ocasiones
como en el caso de los pleitos con Tenoya. Los terrenos er^n
propiedad de la Fábrica Parroquial que los cedía para fabricar casas
mediante un tributo; en el solar colindante a la Casa Panera,
Domingo Suárez recibió del Mayordomo de Fábrica por Escritura
de 16 de enero de 1830 ante el Escribano Francisco Quesada un sitio
para fabricar una casa, es la del actual número cuatro de la calle
Padre Cueto de la Villa. La Casa Panera se declaró ruinosa y
anunciada en pública subasta, se adjudicó al rematador el maestro
de Enseñanza Primaria Don Pedro Montesdeoca Suárez, que
solicitó la rescisión; la Comisión Provincial en sesión de 28 de enero
de 1876 acordó celebrar nuevo remate, desierto con posterioridad.
El Ayuntamiento acordó construir en el mismo solar una
nueva Casa Panera; se encargó la realización del proyecto a Don
Cirilo Moreno, con una edificación de una sola planta de doscientos
setenta y dos metros cuadrados y un presupuesto de nueve mil
novecientos treinta y dos pesetas. En la sesión del ayuntamiento de
16 de julio de 1883 se acordó adjudicar definitivamente las obras a
favor de Don Manuel Domínguez Sarmiento por ser la proposición
más ventajosa, por ocho mil quinientas ochenta y seis pesetas. El 25
de septiembre de 1884 el Ayuntamiento acordó concluida la obra
105
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
\y^::<l í¡f ir-
Cíísíís Consistoriales
con arreglo al proyecto y el contratista Don Manuel Domínguez
Sarmient'" hizo entrega de la casa"*'.
O' rió sin embargo, que las Casas Consistoriales nunca
Uegaroi. a construirse, tenían un salón habilitado en el antiguo
edificio de los Diezmos; a propuesta del Concejal Don Sebastián
Henríquez, en la sesión del Ayuntamiento de 12 de octubre de 1868
se acordó solicitar de la Junta Superior de Gobierno -eran tiempos
de la Revolución que destronó a Isabel II- autorización para extraer
fondos del Pósito con destino a la escuela de niñas y Casas
Consistoriales que no tenían en el municipio ningún local, pero
nada se hizo. En la realidad el edificio destinado a Casa Panera se
convirtió en las Casas Consistoriales. Se mantuvo la ficción legal
administrativo del Pósito y el 15 de septiembre de 1909 destinada la
Casa Panera en edificio para instalar escuelas públicas, cosas del
mundo del papel. En la década de 1940 se añadió una segunda
planta a las Casas Consistoriales.
(66) ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO DE TEROR, Información del Archivero Municipal
Francisco Sánchez Ojeda.
K)6
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LA CASA DEL
PRES5ÍTERO
PÉREZ MARRERO
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C>egún Escritura otorgada el 25 de marzo de 1813 ante
Francisco Froto Bethencourt, Don Vicente Férez Marrero,
Fresbítero, tomó a tributo perpetuo un sitio y solar para fabricar
una casa'en el cercado de la Fabrica Parroquial, lindando por el
frente calle nueva de la Fuente de Santa María, por detrás con sitio
de Juan Manuel Domínguez, por un lado huerto de Antonio
Herrera, y por otro sitio destinado para calle que resultaría cuando
se fabricasen las casas, en precio de diecisiete reales de vellón
antiguos que se pagaron en la fecha de la Escritura; a su seguridad
hipoteco la casa edificada y por fiador a su padre Don Antonio
Férez Magas garantizada con una suerte de tierra labradía de
secano en la Cuesta de Falcón. La calle destinada a la construcción
de las casas es la actual Pérez de Villanueva; la de Don Vicente
Pérez Marrero corresponde hoy a la de Obispo Urquinaona esquina
a Férez de Villanueva.
Don Vicente Férez Marrero fue un clérigo importante de la
Parroquia del Fino, dotado de un nivel cultural superior al de su
época; nació el 5 de abril de 1782 de Antonio Pérez Magas y
Bernarda Marrero, personas de relieve en el ámbito local, Juan
Férez Magas fue Alcalde constitucional hasta que en noviembre d
1823 se restableció el régimen absoluto; tuvo que intervenir en el
motín que en agosto participaron los pueblos de Moya, Teror,
Firgas y Arucas a favor de los absolutistas; en el Archivo Histórico
Provincial (Sección Audiencia n^ 14.057) existe un expediente de
una multa a varios vecinos impuestas por el Jefe Político por las
sublevaciones ocurridas.
K39
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Casa del Presbítero Pérez de Marrero, calle Fuente de Santa María
El Presbítero Pérez Marrero en 1830 organizó y dirigió en Teror
un estudio de latinidad autorizado por el Obispo Bernardo
Martínez, para el estudio por la juventud de la gramática latina con
la finalidad de que los jóvenes no tuvieran que salir de su pueblo.
Como Don Vicente Pérez era Capellán del Coro de la Virgen, se le
concedió licencia para que pudiera enseñar a los alumnos, al fin de
curso debían remitirse a la Secretaría de Cámara del Obispado lisa
de todos los discípulos con expresión de donde eran naturales y
cuáles más adelantados y aplicados, las calificaciones eran de bellas
disposiciones, buenas disposiciones, escasas disposiciones y
medias disposiciones. Por esta época eran capellanes del coro,
aparte de Don Vicente Pérez, el párroco Don José Montesdeoca, y
los clérigos Francisco de Medina, Carlos María de Quintana,
Francisco de Medina y Quintana, Juan Domínguez y Cárdenes,
Rafael Medina y Morales""^'.
(67) ARCHIVO DIOCESANO, Legajo. Teror.
ItO
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
Valleseco se segrego del municipio de Teror constituyendo
Ayuntamiento independiente en enero de 1842, la cuestión más
importante fue deslindar los respectivos territorios y designaron a
Don Vicente Pérez Marrero por sus conocimientos cómo persona
encargada de levantar un croquis o paño de pintura que definiera
la superficie, que el ayuntamiento de Teror no estimo por
considerar que el comisionado se excedió en su informe (acta de 12
de mayo de 1843). También le encargaron la confección de un plano
de La Alameda y otro para construir una Casa Panera y Las Casas
Consistoriales, que no se ejecutaron. Fue mayordomo de la
Cofradía de Ánimas, interinamente estuvo encargado e la
Parroquia de la Villa desde el cese de Don José Montesdeoca hasta
que el 8 de mayo de 1841 el Obispo designó Cura Ecónomo a Don
Antonio Florencio Jorge que lo era de Moya. Don Vicente Pérez
Marrero falleció en su Villa el 9 de diciembre de 1847.
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LAS CALLES
DE T E R O R;
GENERALIDADES
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L a s calles no existen sin las casas, su escenario, como ha
escrito José Miguel Alzóla González {Biografía de una calle: La
Peregrina) miran hacia su interior y averiguan que familias o
personas las han habitado. El casco histórico terorense discurre por
una calle principal que sirve de antesala a sus edificios más
representativo y se remata con unas construcciones emblemáticas
como la Basílica, el Ayuntamiento, La Plaza del Pino y la de Teresa
de Bolívar.
Por la época de la construcción de la Basílica, de 1761 a 1767,
se comenzó a distinguirse el suelo rústico del urbano, los llamados
sitios para la fabricación de casas y los vecinos se preocuparon de la
ordenación del casco urbano de la Villa, que adquirió una
valoración superior al de otros lugares de la jurisdicción; aunque
desde los primeros tiempos del poblamiento terorense existieron
las denominaciones de Real y La Herrería, solo eran confluencia de
caminos.
Las casas históricas de Teror, tienen su correlación con sus
calles y plazas, por lo que no es posible mencionar aquellas sin
éstas, su eje es la calle Real.
El viajero de Las Palmas entra en la Villa mariana por el
llamado Muro Nuevo, un espacio acotado por un paredón
construido a finales del siglo XIX como contención del terraplén
formado por la apertura de la carretera Las Palmas-Teror, en el
entorno esta situada una edificación construida a finales de la
década de los cuarenta como Colegio Salesiano.
"5
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VICENTE HERNÁNDEZ: JIMÉNEZ
La calle se inicia con una marquesina en el frontis del amplio
edificio del desaparecido Hotel El Pino Esta vía principal avanza
desde la entrada hasta la Plaza Nuestra Señora del Pino.
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LA CALLE
REAL
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O e abre en la Plaza del Pino en dos ramales que rodean la
Basílica. Fray Leseo en un artículo en la prensa local escribió sobre
esta calle: Al llegar a la Iglesia la abraza y rodea con una serie de plazas
de tan eficaz perspectiva que parecen ideadas por un Bernini.
Nominada Baldomcro Argenta de 1914 a 1937 y General
Franco desde ese año la denominación actual es Real de la Plaza.
Esta calle Mayor tiene un vetusto sabor de rango y señorío; en los
viejos planos terorenses se identifica como la Real; nombre
evocador que la sabiduría popular impuso a la vía más señorial del
pueblo.
Calle Real de la Plaza, es la mayor vía principal que avanza hasta la Basílica
V9
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VICENTE HERNÁNDEZ: JIMÉNEZ
Edificio del Hotel El Pino
La calle Real con sus balcones, es evocadora del comercio de
Don Pancho, del paseo de las mujeres con mantilla canaria los
domingos a la salida de la misa mayor, de las solemnes procesiones
de Semana Santa; esta calle se volvía silenciosa después del toque
del ángelus y el paso de la gente resonaba como entre un silencio
conventual, muro de Dolorcitas Quevedo, tertulia de historias
antiguas y modernas, mentidero de la villa.
Calle Real, como escribió Don Claudio de la Torre con sus
balcones de madera, como órganos mudos y al fondo la Basílica. Calle
Real de mansiones señoriales en épocas pasadas; de la casa de Doña
Agustina Bravo; de los Carvajal, de los Henríquez, de los Rusell; de
la Huerta de Matos, que ocupó toda la extensión de lo que hoy es
acera derecha. En el solar de la actual casa número doce radicaba la
residencia veraniega de Don Francisco Acosta Sarmiento,
Presidente que fue de la Audiencia Territorial de Zaragoza.
IZO
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
La arquitectura es dispar, a un lado una balconada de madera
con techumbre de tejas, al opuesto balcones de piedra volada con
antepecho de rejería de hierro, la fachada de la casa número uno es
muy original, con una cantería que representa unos capiteles
corintios, el balcón es una miniatura, el conjunto es realmente
hermoso.
La calle Real en las fiestas del Pino se viste de gala, las riadas
de romeros desembocan a los pies de la Virgen, la máxima
expresión de la romería es la ofrenda de frutos y productos de la
isla a la Patrona, los grupos folclóricos y carretas desfilan por esta
.vía'**'.
(68) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, pp. 15-17.
12J
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LA PLAZA
DE T E R OR
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L a plaza de Teror es parada en un recorrido sentimental por
Gran Canaria, meta de los peregrinos que visitan a la Señora del
Pino, y punto de llegada de las personalidades ilustres que han
visitado y visitan Teror.
Al viajero que entra en la Villa, le dará la bienvenida la calle
Real de La Plaza, que bien puede ser como la calle mayor de
cualquier pueblo o capital; al final una plaza rectangular
enmarcada por edificaciones nobles y la basílica. La plaza de Teror
es toda una historia, más que escrita, evocada. Evocación del Pino
La Plaza :>, Siglo XIX
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VICENTE HERNÁNDEZ. JIMÉNEZ
de la Aparición, de la ermita de la Virgen, de la primera iglesia.
Escenario de grandes concentraciones marianas, como fue la
coronación canónica de la imagen del Pino el 7 de septiembre de
1905.
El origen histórico de la plaza de Teror es la huerta de la
Virgen; la fábrica parroquial cedió parcelas en las que se edificaron
casas, que fueron delimitando un espacio. Plaza de casas históricas;
sus balconadas son como tribunas. \
Lo principal de la Plaza de Teror no es lo que construyeron los
hombres con cal y canto; existe un espíritu y una evocación en la
que ni los canteros ni los maestros de obras han puesto sus manos,
es una plaza también de emociones.
La Plaza de Teror no tiene un estilo arquitectónico definido,
pero sí mucho estilo y personalidad; hay edificaciones de nuestra
arquitectura tradicional canaria con balconadas de madera, y casas
con balcones de piedra volada con antepechos de rejería. Es una
plaza lo suficientemente amplia para contemplar todo el conjunto
del frontis de la basílica, con su campanario, la torre amarilla y al
fondo el macizo montañoso de la Hoya Alta. Un frondoso laurel de
Indias le da a la plaza de Teror un cierto aire romántico; el sector del
árbol parece a veces un lugar triste en los días de otoño y de
invierno de la mollizna terorense.
En el sitio donde estuvo el altar mayor de la primera iglesia se
colocó una cruz grande de tea llamada Cruz Verde, sustituida
después por un cruz de hierro sobre una columna de piedra
rodeada de una verja que resguardaba un pequeño espacio
plantado de flores, cuidadas amorosamente por Don Antonio
Melián; también recordamos con nostalgia al entrañable Candidito
adornando el sencillo monumento por la época de las fiestas de la
Cruz; en las reformas del entorno de la basílica trasladaron la
columna y la Cruz, desapareciendo el bello conjunto tradicional *•".
En el recinto de la plaza se montaban tenderetes de mercado.
Los domingos tenían un sabor típico de puestos de aceitunas.
(69) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, pp. 18-20.
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
La Plaza del Pino. Escenario de grandes concentraciones marianas.
Sus halcones son como tribunas
taburetes, yugos, quesos y zapatos; era una vieja estampa de
mercado. En los bajos de algunas casas existieron tiendas de
importancia en la vida local y hasta en la isleña. También la Plaza
de Teror era mentidero al aire libre, lugar de tertulias y de
transmisión de noticias locales. Con añoranza recordamos a las
mujeres con sus mantillas canarias, que ofrecían una estampa
pintoresca a la salida de la misa mayor de los domingos; y tantos
recuerdos entrañables: los bancos, los toques del ángelus, de
oraciones y de Animas y los repiques de las campanas graves y
sonoras de la basílica y el paso cadencioso o ligero , pero siempre
grave , de los clérigos"^"'.
(70) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, pp. 18-20.
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LA PLAZA
TeKESA DE 50LÍVAí<,
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Lista Plaza está situada en el viejo casco urbano del pueblo,
frente a la Basílica, con una de las mejores vistas del templo, hacia
el Sur, actual calle Obispo Marquina. Su origen fue El Cercadito,
terreno comprado por Doña Ana Romero y Vivero, fundadora el
vínculo de los Romero, al subteniente de Milicias, vecino Telde, José
de Ortega, adquisición efectuada en 1783 con la carga perpetua de
pagar tres doblas por la Mayordomía del Pino, posible segregación
de la huerta de la Virgen por una cesión a censo. En la escritura de
enajenación se describe el terreno con sus linderos, en el que hay
varios árboles frutales y un pino; para su riego, tenía la dotación de
dos horas y media de agua del Heredamiento de Los Llanos; por
herencia, la propiedad pasó a Don Isidoro Romero y Ceballos'^" y a
sus sucesivos herederos: Don Pablo Romero Matos y Don Pablo
Romero y Palomino. Al arruinarse la casa de Romero, El Cercadito
fue adquirido por Don Manuel Acosta Sarmiento, prohombre
terorense, alcalde, presidente local del partido liberal leonino y
comerciante, hasta tiempos relativamente recientes fue conocido
por la Huerta de Acosta; enajenado a Doña Luisa y Doña Elvira del
Castillo y Manrique de Lara, en 1949 fue cedido al Ayuntamiento
de Teror'^^'.
La huerta-jardín era un recinto recoleto, con unas especias
arbóreas centenarias, entre ellas un pino canario que la tradición
consideraba hijo de aquel en que se apareció la efigie de la Virgen,
un antiguo roble, un drago, un laurel canario, tres palmeras de
abanico y otros arbustos; el pino y el roble no existen actualmente.
(71) Diario de ROMERO y CEBALLOS. El Museo Canario.
(72) ARCHIVO DEL AYUNTAMIENTO DE LA VILLA DE TEROR.
1>l
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Domingo en la Plaza del Pino, mantillas cananas
R2
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
Las raíces grancanarias de Doña María Teresa Rodríguez de
Toro de Bolívar y el origen terorense de su bisabuelo, el primer
marqués de Toro, motivaron que en 1959 se eligiera esta huerta
como el lugar más adecuado para dar presencia plástica a la estirpe
de la esposa de Simón Bolívar, dándole nombre de Plaza de Teresa
de Bolívar. Su artífice fue Don Néstor Álamo.
La plaza tiene dos fuentes, una adosada al paramento del
Naciente, en un pino labrado en piedra volcánica, bajo un arco
rematado con el escudo de la familia terorense Rodríguez del Toro,
del ramaje del pino brota el agua que es recibida en una alberca, en
el centro existe otra fuente en forma de pilar, de piedra dorada del
barranco de Teror, a los lados de la alberca y frente a la fuente
central se destacan dos bancos que tienen en el respaldo los escudos
de Gran Canaria y Tenerife; la plaza está inacabada por faltarle una
portalada que no se ejecutó por diversas circunstancias.
La intervención de Don Néstor Álamo logró que la vieja huerta
de Romero, muy canaria con su aire romántico, no perdiera su
carácter.
Este rincón es de los más sugestivos de Teror, puede calificarse
como la rinconada más evocativa y umbrosa de su casco urbano.
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LA ALAMEDA
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L a Alameda de Teror es parte integrante del casco histórico
de la Villa. Su origen fue una explanada libre de construcciones
delante del Palacio Episcopal, propiedad de la Fábrica Parroquial
como parte de la Huerta de la Virgen. En tiempos del Obispo
Tavira, en 1793 se inauguró frente al Palacio un pilar con dos caños
para abasto público de agua, con una cañería subterránea desde la
fuente de Santa María.
En el Palacio de la Alameda, construido por el Coronel Rocha,
disfrutaban de paz y sosiego los prelados de la Diócesis, Codina,
Urquinaona, Cueto, Marquina y Pildaín dataron muchos de sus
escritos pastorales en la residencia terorense.
Encuadra La Alameda por el Poniente con el Ayuntamiento,
construido de planta baja en 1883 en el solar de la Casa Panera. En
la década de 1940 se le adicionó un segundo piso. Al costado
naciente se alza la Casa Huerta; edificada en el siglo XVII,
perteneció al Canónigo de la Catedral y Capellán de honor del Rey
Don Andrés de la Huerta y Cigala.
La formación de La Alameda con su arboleda, se debió a una
iniciativa en 1844 del alcalde Don José Montesdeoca. En 1866 se
trasladó el pilar de lugar, se ubicó próximo a la Araucaria; ese año
un periódico de Las Palmas publicó que La Alameda destinada a
recreo y embellecimiento del pueblo, se halla convertida en dehesa para
pastar toda clase de ganados, o en tendedero de ropas; no obstante, los
alcaldes pusieron remedio a estos hechos. Hasta 1926, junto al
Palacio Episcopal existía un tramo empedrado en toda su longitud
y de la misma anchura del actual; le llamaban el Paseo de los
Presbíteros, porque en las noches de los domingos en verano,
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
imM4,^
La casa y calle de la cal
paseab i por allí los seminaristas. El resto era tierra, con unos
esbeltos plátanos del Líbano, se accedía por dos subidas separadas
por tierra, con unos escalones de un metro aproximadamente de
anchura; al pie de esas subidas estaba el pilar; existía una verja con
unos hierros y unos palos de tea pintados de verde.
Esta Alameda se reformó en 1926 por el gran alcalde Don Isaac
Domínguez; hombre con espíritu de artista que hermoseó gran
parte del pueblo, respetó el arbolado, las palmeras y el drago
alineados ante la fachada del Palacio, pavimentó el suelo, se
hicieron unas amplias escalinatas rematadas por dos columnas o
pilastras de cantería de Arucas, se reconstruyó la verja, se trasladó
el pilar y en una de las esquinas se construyó un kiosko. Se
conservó el carácter de la Alameda con sus árboles, sus poyos
corridos y sus bancos. En el invierno estaba como desolada, con los
árboles desnudos, húmeda y sin pájaros, pero el primer pregón
oficial de la primavera corría a cargo de los plátanos que
comenzaban a echar hojas; aquella Alameda era una delicia.
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEKOR
inolvidables los paseos con música los veranos, la gente se paseaba
o se sentaba en los poyos o en los bancos a oír la banda municipal
de Candidito.
Encuadrada por el conjunto del Palacio Episcopal,
Ayuntamiento, Casa Huerta y Basílica, es hermosa; en pro de este
juicio están las espontáneas manifestaciones de cuantos forasteros
han pasado por la Villa '^^'.
(73) VICE^4TE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Tewrenses, pp. 21-23.
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LA CALLE DE LA
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Calle José Miranda Guerra, un terorense ilustre, catedrático
de la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Las Palmas,
Secretario de la Junta de Obras del Puerto, de la Asociación de
Consignatarios y de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y
Navegación; una de las grandes figuras de nuestra isla, fallecido en
1941. Escritor notable, en la Hemeroteca del Museo Canario se
pueden leer sus colaboraciones en la prensa, especialmente en el
Diario de Las Palmas. En 1975 se publicó un libro con el título Los
Puertos Francos de Canarias y otros Estudios, compendio de una serie
de trabajos de Miranda Guerra sobre problemas económicos en las
islas, escrito en una prosa clara y buen estilo. Es acreedor de la
nominación de una calle en Teror, es uno de sus ilustres hijos que
honran a la Villa'"".
Esta calle se denominó Cardenal Delgado por el Obispo Delgado
y Venegas, impulsor de las obras de la Basílica del' Pino, promovido
por el Rey en 1775 a Arzobispo de Sevilla. Si retrocedemos en el
tiempo nos encontramos con el nombre de La Escuela, por la
ubicación de la que fundó Don Domingo Navarro del Castillo. Hoy
se ha restablecido su antigua titulación y a continuación la de José
Miranda Guerra.
Los nombres de las calles forman un capítulo de la historia; la
calle de la Escuela es sugeridora del camino real de mar a cumbre.
Escuela de los tiempos de nuestros abuelos, de los entrañables
maestros Don José Pérez y Don Domingo Déniz; en su aula, como
colegio electoral, se hicieron polémicas elecciones y aprendieron a
leer y escribir nuestros padres.
(74) La continuación de la Escuela es la calle José Miranda Guerra, zaguán con el número uno.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Se denominó popularmente la calle de los Álvarez. No se
puede escribir la historia de Teror sin mencionar a esa saga,
protagonista en cierto modo de las funciones de iglesia. La familia
Álvarez sugiere la imagen de pentagramas, de instrumentos
musicales, de coros, de motetes en los oficios de la Semana Santa.
El recuerdo de los Álvarez nos trae un regusto de melancolía,
de tiempos de villancicos y pastores en las misas del Gallo de la
Navidad. De los alumbrados de Mayo, manifestación de
religiosidad mañana; en la Basílica se mezclaban el olor a cera, el
incienso, el aroma de las flores y las voces e las mujeres del coro; en
nuestros oídos suenan con remembranzas de la niñez, las cantatas
de Doña Pino Álvarez, cariñosamente Pinito Álvarez.
En toda la liturgia religiosa estaban los Álvarez por heredada
tradición; en el barroquismo de flores blancas, platas y luces del
monumento del Jueves Santo; en todo el movimiento de tronos,
faldones, lamparas y flores de las procesiones. Familia de
eclesiásticos, del ilustre Don Miguel Suárez, del Teniente Cura de la
Parroquia Don Antonio Álvarez, del canónigo Álvarez Alemán.
La calle de la Escuela tenía un cierto aire de patio de vecindad.
Casa de Juan Navarro Perera, pintoresco personaje terorense que
por los vericuetos de la política fue Alcalde de la Villa allá por los
inicios de la Dictadura de Primo de Rivera. Herrería de Maestro
Abelardo; en Teror existieron muchas herrerías por la circunstancia
de ser la Villa centro y confluencia de caminos por donde arribaban
al pueblo caballerías de toda la isla..
Calle del cercado de Don José de Medina, que desturronaba
por las noches a la luz de un farol en el marco fantasmal del
próximo cementerio.
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LA CALLE DE LA
HERRERÍA
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Lll nombre de la Herrería es muy antiguo; se designaba así
por una herrería existente por donde está el actual número trece.
Desde los primeros tiempos de culto a la Virgen del Pino, Teror fue
el centro y la confluencia de muchos caminos, con el consiguiente
paso de muchas bestias que necesitaban herraduras.
Es una de las calles de Teror con más identidad, porque es
sugeridora de viejos tiempos y de casas entrañadas en la historia
del pueblo: la casa del Cura, la de Don Vicente Morales, El Callejón
de los Galindos, la zapatería de Panchito Cruz, la casa de Los Peñas,
el colegio de Don Simeón, la escuela de Anita, la casa de Maestro
Toribio y la de Don Manuel Yánez. En los tiempos del párroco Don
Juan González subía por esta calle la procesión del Miércoles Santo
del Nazareno con la Cruz a cuestas, era como una subida al
calvario, una calle empinada, empedrada y hierbosa.
La derecha de la calle formaba parte de la Huerta de Matos; en
1830 se comenzó a vender en parcelas para la edificación de casas,
la venta era a censo redimible, se señalaba un capital y se pagaba
una cantidad anual. Por este sistema se construyeron varias casas;
la que tiene el número cuatro actual perteneció a Don Francisco
Esteban Miranda, organista de la Basílica por el año 1848, la
habitaron sucesivamente los médicos Don José Cabrera Medina y
Don Pedro Rodríguez Ramos, estaba gravada con un tributo a favor
de la casa de Matos de cuarenta pesos de capital, pagándose un
peso al año. La reconstruida por Don José Benítez Talavera fue
hasta 1856 de Don Antonio Pérez Guerra, el llamado maestro viejo,
titular hacia la mitad del siglo XIX de la única escuela que existía en
Teror, Valleseco, Tejeda y Artenara; en esta casa instaló, en agosto de
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VICENTE HERNÁNDEZ. JIMÉNEZ
ir
Calle de La Herrería
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EL CASCO HISTÓRICO DE LA VILLA DE TEROR
1909, el Hotel Royal Don Agustín Rodríguez Hernández, y
posteriormente hasta 1937 existió la Escuela de niños de Don
Domingo Déniz Marrero. Una casa con historia es la destinada
hasta tiempos recientes a Casa Cuartel de la Guardia Civil, la
edificó Don Carlos Yánez Melián, persona destacada en la vida
política local de la segunda mitad del siglo XIX; su nieta Doña
Enriqueta Yánez Arencibia la vendió en 1934 a Don Agustín Ortega
Pulido. El edificio inmediato lo construyó Don Antonio Rivero
Falcón en un solar cedido por un censo de dos y medio pesos
anuales. En el número veintidós actual, el presbítero Don Simeón
Caballero tuvo un colegio privado en la década de 1920, por donde
pasaron alumnos de Teror y Valleseco, algunos alcanzaron
posiciones destacadas en la vida insular. En la casa de Don Chano
Arencibia existía una institución: la escuela de las Arencibia, más
propiamente la escuela de Anita, de ejemplar ejecutoría en lo
docerite y en lo social, enseñaba a leer, las cuatro reglas, catecismo
y preparación para la primera comunión. A la terminación de la
calle existe hoy una casa reconstruida, es la llamada de Don Vicente
Morales, un curioso personaje terorense del siglo XIX, prestamista
con leyenda de dineros enterrados. A la izquierda de lá calle
destaca la casa parroquial.
La procesión del día del Pino en el siglo XVIII hasta el
Obispado de Don Antonio de la Plaza, se hacía por la calle de La
Herrería y llegaba hasta El Castaño, por donde hoy está el
Monasterio del Cister.
Una calle terorense con mucha historia, que ha conocido el
paso diario de clérigos y guardias civiles, el sonido de yunques de
herreros, el bullicio de niños de la escuelas, amoríos; una vía muy
singular dentro del casco histórico de Teror''".
(75) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, pp. 24-25.
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EL CASTAÑO
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L l casco de Teror tiene un Barrio Bajo y otro Alto, son como
dos mundos distintos. El Alto es como la balconada del pueblo.
En el Cercado de los Rochas existía una huerta de castañeros, en
el lindero del naciente se alzaba un hermoso ejemplar de castaño, a
cuya vera bajaba un camino que enlazaba el de mar a cumbre con
el de Teror a Arucas; el esbelto castañero dio nombre al lugar. Por
eso hoy conocemos el sitio donde se alza el convento cisterciense
por El Castaño.
En el Teror señorial y labriego de antaño. El Castaño se
destacaba como una prominencia desde donde se gozaba todo el
valle terorense, parecía que las casas del pueblo estaban echadas a
sus pies.
En el Castaño la piedad religiosa levantó a finales del siglo XIX
el Convento del Cister. Cien años de historia; desde entonces las
campanas de la espadaña de la Iglesia del Monasterio con sus
repiques o en los toques de la madrugada llamando a Maitines nos
recuerdan cada día que unas mujeres dedican su vida al trabajo y a
la oración. En la época en que el pueblo era un remanso de paz, sus
calle del Castaño debió de ser la expresión del silencio, apenas
alterado por el tañido de las campanas o el rumor de las tertulias de
los vecinos.
En la fiesta del Corpus, el veinte de agosto, -festividad de San
Bernardo-, o los días de las tomas de hábito de las novicias y los
votos perpetuos de las monjas, el Castaño se vestía de gala;
recordamos al ilustre Don Joaquín Artiles como Capellán de las
religiosas.
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VICENTE HERNÁNDEZ. JIMÉNEZ
En el álbum de los recuerdos terorenses está la calle conventual
de otros tiempos '^*'.
(76) VICENTE HERNÁNDEZ J1MÉNEZ:"E1 Monasterio Cisterciense de Teror".1998.
Ediciones del Iltre Ayuntamiento de Teror.
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LA CALLE
DE LA MINA
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L a calle de La Mina, en Teror debe su nombre al foso o túnel
de desagüe, de ocho metros de profundidad que se construyó en
1814 para evitar que las filtraciones de las aguas de lluvia
discurrieran hasta los cimientos de la Basílica. Se iniciaba junto al
antiguo matadero, cruzaba el costado del ayuntamiento y la
Alameda, pasaba por el lado sur del templo, hasta desaguar en las
proximidades de la casa que fue de Doña Concepción Benítez, en
los terrenos conocidos por Los Bibiscos.
El barrio más antiguo de Teror es el de Abajo y la primera vía
de la Villa fue la que hoy es calle de La Mina, por donde pasaba la
procesión del Pino en la época de la primera iglesia. Aunque en los
viejos papeles se citan las calles Real y a de La Herrería, sólo eran
tramos del camino de mar a cumbre.
El Barrio Abajo tenía unas calles, como La Mina, Callejón del
Pino, Las Cuatro Esquinas, Los Viñatigos, evocadoras de viejas
historias de fantasmas y leyendas.
La calle de La Mina, empedrada y dormida, con historias de
fantasmas y de personajes de la vida local, de ánimas en pena que
arrastraban cadenas, según hemos leído en el periódico La
Afortunada, de 20 de marzo de 1873: según noticias que tenemos de la
villa de Teror, parece que algunas personas aseguran haber visto un
penitente.
En esta calle está la vivienda hoy más antigua del casco de
Teror, la llamada de Los Jiménez, con un pequeño balcón de tea.
En la calle de La Mina tuvo una herrería maestro Juan
Quintana en la que se fabricaban cuchillos canarios.
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VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
En 1897 y 1898 el temor de una posible invasión
norteamericana a la isla movió a muchas familias de Las Palmas a
abandonar la ciudad e irse a Teror, estancias renovadas en años
posteriores, principalmente en la temporada de verano. El maestro
Valle y Fray Leseo vivieron en el Barrio Abajo.
Un Ayuntamiento nominó la calle de La Mina como del
Bachiller Riveras, título acertado para un terorense ilustre.
Calles sencillas y vetustas casas, nostalgia de un Teror viejo y
de la infancia lejana'^'.
(77) VICENTE HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Apuntes Terorenses, pp. 28-29.
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E L CALLEJÓN
DEL MURO
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