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1 . B I ! .. CONSEJOS DE HIGIENE PÚBLICA .\ LA poa LAS PALMAS - ~ IF. ... . f,;, 2)::-:.. .1..," 5l.. m.... n: · ' ( .." - 2J", o. í (, tiC'J l.. B. étlií: Qft,.. J. 1896 I .!! I ; l] o A MIS LECTORES. La higiene en toda su extensión ( pública y privada) es la vanguardia de la medicina que acompafia ti la humanidad desde el engendro y el nacimiento basta la muerte y la sepultura. Como madre carillosa, no solo la dirige en el pacífico hogar doméstico, SillO que en el inmenso piélago social la protege y la tldiell( lc dc las borrascas y huracanes qne la como oaten. ' odie puede eximirse de sus preceptos sin ser ano ticipadamente y con premura borrado de la lista de los " i, ientes. La higiene y la moral se hallan tan intimamente unidas y sus benéficos efectos son tan poderosos que, si llegasen á imperar juntas, casi podríamos reproducir el paraiso terrenal, sin apelar á los remedios de la medicina ni ~ í la intervención de la Justicia. En efreto; la higiene e á la medicina lo que la moral es á la judicMura: cuanto mas se moralice al pue · blo, tantos menos delitos habrá que corregir, tantas menos deman das injustas que fallar: cuanto mas. II Á )! IS LECTORES. C'lllrOllice la higiene. m~ l1os enfermedadcs gm,- cs que Cllntl', meno naturalcza.... (' 1111 ble que re~ tahlecer. Si < ksemno. abolir la horribl ' p ' ua de muerte, los degradantes pn,' idio. y la trbt<' s cúrcel(':-, empefléroono ell moralizar la ., oei dad si mpl'c y " in descanso con el ej mplo y con la pahtbra; entonces los delito no ~ nín Illas quC' unu lamentable y rara excepción que la opinión pública <: u tigaría con la terrible pena de :-< u de.' pr~ cio .. i queremos di. lllinuir la epidemias, destruir lo' contagios, suprimir las enfL'l'metlades endémicas y aminorar la ( .... portÍdica,', obliguemos á 111. sol'Íedal1 y a sus indivíduo - Ú I) uc cUUlplan rigoro~ a. mellle los preceptos de la higiene; y la enfermedad seriÍ entollces una le,- o excopción que la medicina curaría con facilidad. :::** Todo lo que tiene de fácil la aplicación de lo~ precopto de la higiene privada, lo tiene de difícil la de la higiene pública. La higiene pri\' ada es una misma en tolia la~ poblacioncs del globo. porque una mi!' ma es la e pecie humana en todas ella. , salvo levcs die rencias exteriore de color y de fisonomía . .1.' 0 sucede lo mismo con la higicne pública; sus exigencias SOlt f: 1ll varjHdns como di\' C'r~ lls r- on la localidades : i qua ~ e aplican su ' leyes. De aquí resulta naturalmcnte el estudio e pecial y minucioso de cada pueblo para conscguir ponerlo en las plausibles condi · ciones de asegurar la salud y longevidad de sus babitantes. .{ AI~ LECTORES. IU JIac: ta la pI esente fecho uada se ha intentado en la ciudad de Las Palmas para entrar en camino de alcm- lZar aquel inestimable beneficio, Ó al menos para disminuir los males que puedan ocac: ionarle sus defectos higiénicos; existe pues, un vacío que dehe llenarse aunque sea d difícil consecusión. -:-*::: En mas de cincueuta mios de práctica con el cargo de médico titular. me acreditaron la observación y la e. · periencia que nue. tra población posee condiciones naturales de primer orden para que sus habitantes conserven ilesa su salud. En efecto, la templada temperatura de la ciudad, nunca interrumpida con bruscos cambios; sus mode' rada' fenómenos meteorológicos; su franca exposieión á las fre.. cas brisas que la bañan; . u abundan. tee: aguas corrientes; su suelo seco rodeado de fértil vegetación; ~ u subsuelo permeable y suavemente iuclinado bacia la orilla del mar que recibe sus filtra · ciones; libre de toda enfermedad contagiosa que no haya sido importada; sin otra.. epidemias que las catarrales, ca!" i nunca graves y excenta de enfermizas influencias endémicas, fuera La Palmas un Eden de salud, si varios defectos higiénico!", muy corregibles, no la produjeran feos lunares que desvirtúan sus naturales excelencias. Solo el deseo de intentar la desaparición de aquellos lunares es el objeto del presente trabajo que del dico á mi amada patria, no como obra importante ni IV Á MIS LECTORES. ele mérito alguno, sino como consejos de un cariflo · so amigo que á su vejez se los lega para que, sino alcanzan á serle útiles, sirvan al menos de estímulo á otras publicaciones mas cientificas y de mejores re · sultados: si llego á conseguir este fin, queda mas qu recompen ada mi modesta taren. Las Palmas 1.0 de Septiembre de 1 96. POMINGO rosÉ jiAYARRO. CON~ EJO~ DE RIGIE ' E PÚBLICA Á LA Cl: UDAD DE LAS PA. L: M: A. S ~:----=~>- PRELlM~ NARES. PRIMERA PARTE La ciudad de La Palmas de Gran Canaria e tú .: ituada á 10:- 5 2 ' 0 · 6' · 24'} lato ... T. en la o tu oriental de la i la, ocupando una faja de tliez kilúmetro~ de largo de. de d barrio del Puerto de la Luz ha~ ta el e hemo ud del de •' an . Tosé; y de uno ti tre kilómetros de dc.' ignal anchura limitada por las colinas ( riscos) que la rodean al occidente y originan el plano ] cyementc inclinado sobre el que desean. a u ca.' el'Ío que se extiende hasta la orilla del 111 1'. Por su proximid d al trópico y por disteu' 10 CO. · ~ EJOS DE lIIGIE.' E ptm. ICA sólo 36 legun del aran desierto africano, parece que debiera tener un clima cálido, y sin embargo e tan templado que ha merecido el calificativo de primaveral. Débelo en gran parte á los vientos generales del nordeste ( brisas) que en verano on los dominantes y soplan acompañados de nube más ó méno acumulada que, interceptando los rayos solare.. , refre can el ambiente. A" Í e que los me e de. ' cptiembre y O<, tubrE:', en los que decaen la brisas, son lo de mayor calor; pero á pesar de esto, rara vez sube el termómetro cent. O : í los 27°, así como tampoco baja en invieno de los 17 obre cero, La l1u\ Tias, ~ on largos intermedios de descanso, suelen empezar en . J.: Toyiembre y terminar en : Marzo: casi nunca ~ on torrenciales. L'l ciudad e~ tá dividida en dos mitades por el barranco Guiniguada que aunque desciende de las nItas montañas del centro de la isla y suele acarrear mucha agun, no deja charcos ni ciénagas en u trnyecto por la población. Las calles son de regular anchura y ca i todas bien pavimentadas. Las mayores corren en el bario de Triana de , lT. á S. y en el de Vegueta de E. ú O. El plano inclinado que ocupa el caserío Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 11 no le liberta de que las aguas pluviales, cuando son insistentes, se detengan en las calles mns baja", principalmente en la llamada ~ Iayor de Triana, cuyo piso por h8llar e cnsi al nivel de la pleamar carece de corriente. Como esta calle es el centro del 1ll0vÍlniento comercial, no puede evitarse que se acumulen en ella diversos de pojos con los que luego e formen fangales corrompidos. Este graV'e defecto puede remediarse <: on cloacas qne saliendo de todas las calles de travesía atraviesen la de Triana y recojan sus agl1HS para conducirlas al mar, mediante una inteligente razante de aquella calle á fin de que ~ ada trozo de ella desagüe en su respectiva cloaca. iII~ f ! o l~ CO.- SEJOS D~; HIGIE.- E p( BT, ICA Construcciones urbanas. Las casas son en general de dos pisos, con algunas e. · cepciones. Es muy lamentable quo en la construcción interior de las casas haya dominado siempre el capricho {> las e.- jgencias de lo::; propictarios y no la c.- perta dirección de lo' arquitectos para dotarla de la condicione. higiénicas que debieran tener, corno on la de ituación do 10. dormitorios, habitaciones y demás oficina, apgcidad l'elati'{[ I, ventilación, luz, acción benéfica del sol, upre ión de humedade8, letrina inodoras, desno" i. ie expedito do los líquidos á las doacas ó sumidero muy }) ermeab1es etc., etc. La vigilancia municipal no ha de quedar limitada á los frontis de las casas y dirección de las calles; debe intervenir en el arreglo r Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 13 ' oncierto del interior, para impedir todas In cau as de infección que, adquiriendo pábulo en las pelTer as cualidades de laH habitaciones, propagan la enfermedad al vecindario. l: Iuchos son los afectos infeccioso que como la tí i.." la difteria, el tífll", las fie · bres e.' antemáticas etc. terminarían en el desO'laciado indivíduo que lo contrae, si las ca a no quedaran con tituidas en focos de infección. El libre albedrío del propietario debe terminar donde termina toda acción que causa perjuicio de tercero. Entre los defectos de la constl'Uccioner-: urbanas, nótase uno común á todo el caserío, como lo es el que las r. asas terminen en azotea in ningún intermedio, Es observación constante que los rayo solares calientan la masa de cal y tierra que cubren los techos y almacena en ella enorme cantidad de calor que cuando -' e cierr: m los dormitorios irradü en u reducida atmó fera y la calienta con grave daño de la alud. Este perjuicio pnede evitar e interponiendo bohardillas ó otabancos, útiles para varios usos cco · nómicos; ó bien sustituyendo la enorme ma" a de cal y tierra con ladrillos que reflejen lo. rayo olare. E. { lostumbrc antigua, hasta hoy no in · tel' 1' umpida, que lo propietarios alquilen 14 CO SEJOS DE llIGIE. E PÚBLICA para viviendas las accesorias que no tenien · do más huecos de ventilación que los de la calle, carecen además de las oficinas necesarias para las necesidades de la vida. Tales accesorias transformadas en cocina~ y en depó ito de inmundos despojos, son focos de infección permanente donde las pobres familias, que viven allí como de milagro, se ven en la necesidad de arrojar á la calle todas la8 inmundicias que en el día han acumulado. Esta inveterada costumbre lleva consigo graves infracciones higiénicas de funestas consecuencias y debe corregirse con premura para evitar futurRs desgracias. A U CIUDAD DE LAS PALMAS. 15 Ensanche de población. La muy acertada apertura de la calle del Cano y prolongación de la de Pérez Galdós marcan perfectamente el ensanche de población hácia el norte de la ciudad, porque en aquellos sitios concurren todas las con · diciones favorables para formar barrios higiénico , si e aben aprovechar sus indiscutible ventajas. Fuá un error muy con iderable la preferencia que se dió, poco tiempo atrá , al en-anche de población en el barrio de an Jo. é, ma' allá de su iglesia; porque allí con · curren mucha cau a de in alubridad. En efecto, aquel ca erío recibe directamente la acometida de los viento del sud, siempre . eco~, irritantes y enfermizos en nuestro clima; el , 01 tuesta los fróntis de las casa 16 CONSEJOS DE HIGIENE l'tBLICA desde las primeras hora de la mañana hasta la noche; se halla siempre inyadido por la nube de poh'o que lenmta la carretera; rarece de agua del abasto público, cuya conducción sería muy co to a; y obre todo se halla enclayado en la únira zona de'tinada á los cementerios. Sin embargo, como al error que dejó crecer aquel barrio ya no puede remediarse, e conveniente atenuar en lo po~ ible sus malas condiciones, poniendo singular esmero en criar árboles frondo o en la cuneta izquierda de la carretera y i es posible, en las dos cunetas, para dar so111bm y }' efrige · río á las ardorosas casas. Otra o" l'an llH'jora sería la de convertir la abandonadas colinas en un bO. lque donde predominaran los pinos marítimos y lo eucaliptos, cuya frescura y resino a. emanacione atenuarían los malos efectos de los embates australe y" anearían la población. Aunque e" ta importante mejora no puede improvi al' e, con constancia y en el tran curso de alguno aflos se conseguiría conyertir en bueno lo que hoyes pernicioso. ada debemos decir del pequeño barrio de pescadores de an Cristóbal, porque éste en vez de ser un cas8río de ensanche, es un aduar beduillo que necesita fijar toda la atención del ~ Iunicipio para con,," el'tirlo en población aceptable. Remo. dieho qu' el (' n ' anche de la ciudad al . J.. T ol'te cra el yen1ac1er: nllcnte hi!.(' i{> nico; pero con harta pena no. Yemos obligados á manifestar que la extrema y 1l0YÍl'iroa población del Puerto de la Luz está muy léjos de alcanzar la lwrfección que debiera tener en higiene un ca (' río que, por sn si · tuación, está caela día expuesto á recibir la invasión de los gérmene' c( lnülO'iosos que pueden introducir 10. illnmnerable buques que vi itan u dique. El Puerto de 1< 1 Luz ha,' ta poco.~ año. 3. trá.. em una em- ieliable e. tación ' ulutífera: pero en el día e' rcc'bazablc por . u. pé. imas condicione higiénicas. Toda~ la' ca as qne confinan con la playa : e han con. truido al ni\- el de la pleamar, privándola. de tener expedito desagües que, careciendo de corriente, . e e tacionan y embeben en el terreno inmediato donde e~- halan su corrupción, En la limítrofe falda de la isleta abundan los tabuco.. y chozas cuyos míseros ha- 2 18 cO.- EJO DE IlWIE.\ E l'ÍBLICA bitantes viven allí como lo cerdo en l1R pocilgas. ~ Ias al poniente hay una ", érie de cuarto. de mampostería sin ninguna accesoria para la nece idade de la vida, cuya deficiencia suple el terreno inmediato convertido en estercolero de inmundicias, La larga calle principal e una carretera en contínua acción de trán ito de carruajes que envuelve en una nube do polvo á las ca", as y it los transeunte . De manera que, si no so remedian en lo po ible tantos abuso higiénicos, la atmósfera del ca erío del Puerto de la Luz será siempre perniciosa á la salud. ¡ Ay del día en qne allí eaiga nna chispa de contagio! Otro ensanche y 110 de pequefia importancia, e:: i el de lo' llamado l, i'co en el barrio de Triana. Aunque ha O'anado mucho trall formando ' us antigua" cuevas en peqlleüa' casas, ésta OH O'eneralmeute muy rct1ueidas, 1lO tionC'll In' acce~ oria' indi peusabIo para sus nee : idad~~', carecen de ventilación y dúndole' el 01 ue.:: dc que ale ha ta que e pone .' on " onlacIera' e · tufa '. Como su pobres habitantes 110 tienen sitio donde depositar sns de pajo", viértenlos en In. voredas inmediatas donde quedan depositado. hasta que las llnyia los arrastra sobro la ciudad. Hay, pues, necesidad do •.\. L.\ CILIIAlJ D¡': LA. 1'.\ LMA".. Hl vigilar e te barrio para .. anem'lo en lo po.. ible; y como .. n l~ af:, el'ío carece tle sombl': l, ganaría mucho si delante de cada ca.. a se plantasen dos ó tre árboles. IiI I 20 CO.' sEJOS DE llIGIE.' E PLBLICA Paseos y arbolados. Nuestros paseos de Colón, San Telmo y Plazuela, aunque peqneflos, son deliciosos y aptos para el recreo en las noches de ve, rano. Sin embargo hemos notado que para evitar el polvo que se levanta al pasear, hay la co tumbre de regar lo pi o abundantemente por las rnaflana . La arena que cubre el pi o consena la humedad que origi. na á lo paseante catarL' 08, renmati", mo, dolores neurálgico etc. E urgente corregir aquella antihigiénica o.: tumore y .., e con. e, g'uirii. . uprimien<. 10 en lo pa eo. la arena suelta que e la que contiene el polvo. El pi ~ o de la alamedas no debe tener mas 3renn que la que se identifica con la tierra por medio de un sucesivo riego y apisonado hasta eOIlstituir una capa sólida en la que •.\ LA CIl'DAD DE LAS l).~ L ! AS. 21 predomina la arena incrustada. Conseguido esto, queda el pa eo sin polvo, sin arena suelta y sin humedad, porque aunque se riegue de tiempo en tiempo, luego se evapora el agua excedente. El paseo de an Telmo, tan bien situado y de tan abundante ombra á toda las hora del día, está pidiendo con urgencia el en anche que debe tener en 10 que hoyes un mezquino a tillero. E~ ta importante mejora traería la " entaja de que los niños linfático y e cl'ofulosos, los que padecen afecciones crónicns pulmonares, las personas debili tadas y los conyalec'ientcs respirasen allí el salutífero aire marítimo puro y no las diveesns emanaciones que e de prenden de los dc...; pojo de 10 trabajadores, de lo ma · teriale que emplean y de las inmundicias de todo género que allí se depo itan. Ademá de estas importante consideraciones higiéni<, as, debe tomar e tambien en cuenta el decoeo que exigen la principal entrada de la ciudad y el palacio re idencia de la superior autoridad militar. Ya hemos dicho que nne tras alamedas on pequeñas. Ahora añadiremos que no , ati ' facen la necesidnd de lo~ paseos largos, donde al ejerdcio del cuerpo se añada el de la distracción y deleite de los sentidos. · ).) Clj ': SEJOS DE IIIGlE,- E PÚlLICA Para estc efecto no tenemo.' mas que la" earrctem~', lllUY deficiente por el polvo que en ella o re pira y por lo peligros consig'niel1te~ al tránsito de carruaje y de bestias d' caro'a. El único pa~ eo que pudiera llenar con inmen. a' ventaja. aquella necesidad . crin el : ituado: 11 pié de la colina del banio de los \. ren~ l1e quc, por sm; hel'lllo,,; os y alt':!: l'c.' paisaje~ mere/ · crín. llamarsc « Yü; ta alegre. » K · te pas(' o domina la po1..> laeiún, todo el ¿ 1llI<'! 10 barrio de los Arenales con HUS procio~' a:-; quintas, bUS espléndidos hoteles y HllH d{' lit'io ' os jardines; toda la e~ · tensa bahía de Las Palmas y el pucrto de la Luz (' on ,' 11: numorof'OS buques. En invierno sería inmejorable para tomar el 01 ha ta las horas d ' Imeuio día; en ventIlo no tendría rival para di. frutal' el fre ' co durante sus lm'g' ¿ t.' tm'th"-'. E.:: tambien . u..; eeptible de ser arbolado en ::- U' orilla' y de colocar en él ~ ra(' io ' 0:- kio",<, o para refresco y otm bebilla:. Con el fin de evitar lo' incollveJlil'lJie' de la: carreteras, debel'iaquedar destinado '.- du ~ ivaU1ellte ú los qm' pa ean {~ pit>, (' uitiaml0, sin embargo, de que, para nHl) 01' comodidad de los concurrentes, se c1e: stinen do ~ si tios de en trada r salida para estación de carruajes. i LA CIUD D DE ), AS PALl\ IA~. 23 . · '. ~ El al'bollulo público e~ el mejor y má . hi, giénico adorno de la.' poblacione~ y debe e_' tendcr, e ú todo~ lo: . itio . dondp. haya rapacidad para colorado D~. · de luego 10 e~ t{ L e. · igicndo la canett:' rn del Puerto de la Luz y no dudamo. que el entendido y digno Ingeniero de Obm!' públiC'a-; emprenderá e. a urgente reforma en una cal'letern tan importantt: que debió ¡;; cr la primera en ostentar un wagnífico arbolado. La placeta de ,' bwno, e~ tú pidiendo misericol'llia ú quien quiera lwcerle la caridad de reformarla en beneficio de la higiene pública y del Teatro de Tirso de Molina tan mal tratado con la illfraceione de lo. pre{' epto. higiénico en de doro de ,. us rique · za . arquitectúllí ' as. En el fl'ónti~ marítimo del mismo Teatro \- a dejando la liar un larO'o e pacio que debiera di ponerse bien para formar allí nn pequeflo bosque de ficus, cazuarinas y otl'os árboles que re-¡ ' tan los elr b: 1tes de las brí, a y abrigasen los sitios por donde éstas de-embocan con bastante perjuicio de las per- ~ I ::> i i j I~ j ! o 2. t. CON~ EJOS DE lIIGIE.' E l'tBLICA sollas que salen del Teatro. Para proteger e. te aoanee de playa sería conveniente adeItUltar la muralla de cOlltell~ ióll del barranco ha~ ta su de::; ellloocadura en el mar. Á. LA CleDAD DE LAS PAL US. 25 Calles y Plazas. Pl'e~ cintli(' ndo ecos de San ....\.. ntonio .\.. bad d a O'una " tl'cmidades del barrio de Y~ ueta, lit a) s de la ciu-dad yan O" anand mello co notable pro-yedo del adoquina > el nada tendría · moo: < lue advertir, si no e." i - tic ' e una calle que c.' el oprobio de nuestra civilización. Todo' ] 0 . pueblo' eulto . que confinan con el mar cuidan con singular (',,: mero de que ", u calle de ] a marina ea la mejor y la más e.' pl ~ lldida' l. orque no ": 010 e la que dá á lo fOl'a..: tero la idea de la illlpOl" tancia de la población, ", ino que por el aire puro ma, rítimo que en ella se re pira, es y debe ser el pa eo predilecto de esa plaga de niños linfático:; y cserofulosos, fatal herencia de la actual p; eneración. 2G co.~~ E. TO~ DE I1IGIEXE pénLICA ~ ne tra calle de la marina e el viceversa de todas la calle de u e pecie: en ninguna parte e ven acumulado má repugnantes abu~ o hi'Tiénico como en aquella de dichada calle, ba m'ero común de dlS inconscientes vecinos. E' Imes urgente un remedio radical ~ , aunque :" ea muy co toso; pero, mieníra esta reform::; no pueda emprclHlel'se, ganaría mucho la salud públi - a adoquinando el piso de toda la calle, quitando de ella lns lancha:", áncoras, cadenas, ruedas do carros y demás obstáculos que la obstruyen; prohibiendo toda manufadura ó composieiones fuera de la puerta de los talleres y deRtruyendo los focos de inmundicia en toda las salidas que van al mal'. Lit reforma radictll y verdaderamente higiénica de aquella importante calle ería la construcción de una muralla qn partiendo de la pared oriental de 10 almacenes de lo • res. "~ ood iguiera la orilla del mar hasta empalmar con el dique de an Telmo. Todo el terreno que se gana e y el que ocupan 10. actuales desconcertados trozos de muralla, se rellenarían con tierra vegetal para plantar pinos marítimoR cuyas emanaciones resinosas serían un poderoso auxiliar de las cualidades higiénicas del paseo. i LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 27 * ; 11 La eiudad no po ee l1lDguna plaza bastante capúz para que su actual vecindario pueda reunirse de", ahogadamente en los días de grande fe tejo~. La prolollO'ación ya ! TI uy crecida del cnserío húcia el Puerto de la Luz, ha ,- enido á dejar en sitio centml la hoy desierta Plaza de la Feria que es uu cuadrilongo espacioso susceptible, á nno y otro lado de la carretera, de magnífica ornamentación; pero esta empresa será obra del porvenir, Actualmente solo conviene que " O levante un plano de 10 que en su día ha de ser aquella plaza y que con sujeción al mismo plano se planten los árboles que en él..; e eilalen, para tener avanzado lo que no puede improvizarse y para ir aumentando (' 011 el arbolado el embellecimiento del importante barrio de lo Al'enale '. * '" : 1' 1 T uestras vías pú blicas y con notable es- 2 CO" SEJOS DI, 1Il0lE.' E PLIJUl'A peeialidad la carretera de los Arenales y la calle Mayor de Triana, adolecen de un grave defecto que nece ita pronta corrección: tal es el del polvo que levanta el viento. E tú completamente acreditado que el polvo e uno de los principales vehículos de lo gérmenes de las éufermedade infeccio as. La carretera de los Arenales, que es tambien una extensa ca lle, e la causante dcl polvo que hace intransitable la concurridísima calle . Mayor de Triana, centro de todo el movimiento comercial. Los riegos de la carrctera son ineficaces para contener el poh'o, porquc la acción del sol evapora el agua instantáneamente. Hay que apelar al l'emedio radical de adoquinar la canctera hasta la Plaza dc la Feria donde tuerce la dirección y pierde su anchura. E te beneficioso proyecto quizás no sen tan gravoso para el íunicipio como aparece á primera vista: el barrio de los Arenale , sufre con el polvo gran deterioro; el comercio se queja con razón del perjuicio que cansa en los efectos de sus almacenes; la colonia extranjera y los Hoteles claman por que se corrija tan grave mal y el mismo Gobierno gasta crecida cantidad en la anual conservación de aquel trozo de carretera. Es pues muy posible que todos ayuden á sufragar los gastos. i LA CIl'DAD DE LAS PALMA~. tH Muelle de Las Palmas. Mucha atención y vigil: mcia necesitn nuestro muelle para mejorar su desaseo. Despide con frecuencia un olor tan repugnante ({ ue llega á producir nauseas y mareo. Así es indispensable que suceda con la mezcla heterogénea de los despojos de las caballcría, los re tos del pescado alpreso, los fragmento de diver o fl'llÍos y lns inmundicias que al abriO'o de los cantos ", neltos de reye timiento depo itnn los trabnjadores. El muelle no c:, de e~- cl u i\" 0 11' 0 de las faena marítima'; es tambien el itio de embarque y de emharque de pa ajero., de la varias per~ ona que acuden á sus negocios y de las que vnn de paseo: todos son a~ ree · dores á re piral' allí aire puro y no el cargado de emanncione dailÍnas. Es de espe- 30 CONSEJOS DE HIGIENE Pl'IlLICA l'ar que la digna autoridad do : Marina y el Sr. Ingeniero de Obra públicas se sirvan remediar los abusos que dejarnos indicados. Ji LA eH'DAD DE LAS PALM. AS. Socorro de náufragos. 31 Aunque hace muchos años que en el muelle de Las Palmas no ha ocurrido ningún naufragio de lanchas, no por eso debemos razonablemeute confiar en que no suceda el día lllenos pensado. El mar de este muelle se suele agitar á veces repentinamente y sorprender en o-; liS aguas algún bote que tenga la deo-; gracia de naufragar. Los auxilios para socorrer lo asfixiados han de el' instantáneos y deben hallar e dispuestos lo mú cerca po ible del sitio del siniestro. Actualmente ignoramo o-; i la ociedad de f'alvamento de . J.: Táufragos ó la Junta provincial de la Cruz Roja han tomado las preventivas di po icione para los eficaces socorros de fortuitas de gracias; y por si aca0-; 0 no lo han hecho, , amos {\ consignar nnes- IiI I 1 ~ o tra pobre opinión. En el muelle debiera construir~ e una ca · seta de madera que aunque pequeña pudiera contener los iguiente recursos. Dos ó tres cama; media docena de mantas de lana; do ó trc bra ero; seis hierros de aplanchar; seis botijuelas para agua caliente; dos caldero ; cepillo~ y paño. de lana para fricciones; un cli · ter y diYer. o. € uyaces con substancias medicinale', Si, como tenemos entendido, existe el cODyenio de que el Fuerte de ~ alndos aYisa la alarma con dos cañonazo,-, los indicados recursos Fstarían allí Ít di ... p0f; ición de los facnltatiYos !] nc primero acndan al sOeOtTO. La Haye de la caseta devcrá quedar CH todiada en el cuerpo de guardia del Fuerte y CaD orden de abril' la pnerta de de que ocurra el iniestro. Rogamos á los humanitario. miembros de la aludidas ociedade '- e dignen fijar '- u atención en e te impol'tanlt' a ' unto de '- u incumbencia, empIcando ~ n ilu trada acti,- idad en pl'úparat · todo lo qne juzguen útil nI sahramento de 10 infelices náufragos. .\ J, A en'DAD DE LA' J'AL. B,. 33 Agua del abasto público. Hegún repetidos nnálisis el agnn de los Mornles tiene todas las l. melHl condiciones de las mejores aguas potables; 1) e1' O se adulo tera desde que snle de sn orígen y atraviesa la deteI'iorada caflerÍa llena de fango y de raice en maceración. ~ Iuchas y bien cono · (' idas son las diversa afecciones gástricas ocasionada por el agua del aba to público; y todos sabemos que á las 24 horas de depo. jtada entra en corrupción. Es pues m' gente u tituir las Yiejas tuherÍa por otra. oe llie1' 1' o gah'anizado. 1\: * Lo. sitios de los).; urtidores públicos son 3 IiI ! I ! o 34 ( O.' SEJO · DE J1Wn':.' E PÚnLICA un con tante lodazal corrompido con las in · mundicia del piso. Pocas /: ion las llayes que cierran bien y menos lo aguadores qne no dejan rebozar largo rato SUR ref'ipi ntef'. Es · tos de. órdenes deben corregirse con " igorosa yigilancia y dando expedita salílln á lo.' derrames por conductos nbterrúneo;-:,. Las agua. de los pozos, aún aquellas que tienen poco sabor Balitl'oso, deben ser rechazadas para el conSlIllJO de bebilla y cocina, en atcn(' ión ú qne reciben las inmundas filtrar. i\ Jnes de los f'umic1el'o. · y letrÍlHls, donde tanto abnndan c1iy(' l..... O~ gérmenes infeecio. o.. Fincas rústicas. 1 Tada hay más higiénico que las hucl'ta~ y (' creados en perfecto cultivo dentro y en los alrrededore. de nna población. En ellos se purifica la atmósfera, se suaviza la sequedad del aire y se refre cn la temperatura, Pero c ta mLma finca producPll de", a tro~ o efecto. y. e convierten en foco de infección, cuando la incuria y el de a. ea en 10 nlbergue' de III illlale' y en lo" montone~ de c tiél'col al aire libre. o.: tienen con tínuos foco de emanHcione VCl'Ilicio.;; a". En hcnerlcio de la ", nlud pública y aún de In mi - ma labranza debe imponer.' c á los culti" aI101' e: la obligación dim'ia de limpiar ron ('~ mero sus e. tablo"" (' nuallcrizas cte. y ú depOfo: itar los de.. pajos en un e tercolero abrigado y cubierto de tierra de tal manera que iii .8 I ! o ~ 6 CU.' SEJU;> DE IIWIENE PÚ. uLIC:\ no se puedan exhalar los gase de la fermentación; con cuyo proceder obtendrían un abono fértilizante y no dañarían la salud pública. Actualmente está sucediendo con el culo tivo de los plátanos lo mismo que con el de lo.~ nopales en otro tiempo. Así como se arrojaban ú la vfa pública ó ú la cercas las hoja inútiles de lo nopales, e arrojan ahora 6 e amontonan en la fincns los tronco de las platanerns hastn que .' e pudren. E de temer que del mismo modo que las palas corrompidas del nopal produjeron fie · bres intermitentes y tifoideas, los troncos dc las plntaneras en igual descomposición produzcan aquellos ú otros ll1nles. Pnra que los labrndore" entren en metódü: o cultivo, no son suficientes lns prescripciones de la Ordenanza municipale..., ni la rcpetidas intilllncionc,,; ' e nece ita un Inspector c. pecial que'on vigilante rigor obligue ú los clllti, ndore::; á cumplir los precepto' que le imponen ú la \'(:' z la higiéne pública y In perfeda labranza. i LA CIUDAD DE LAS PAUJAS. Aseo público. 37 El bal' 1' ido frecuente de las calles debo efectuarse á las horas de menos tránsito y cuidando de regar abundantemente el pi o para cYitar lo perjuicios que produce el poho. E mala la costumbre de dejar en montones la basura en las calle:::, como lo es tambiell que lo yecinos depo, itell la de us casas en la aceraL; porque el Yiento y los perros la e", prll'cen y cuando llega el carro ya no pueden recojerla. Para evitar una y otra cosa debe estar el calTO en perfedo acuerdo de hora y sitio con los Lal'l'enderos, lo mismo que con los yccinos' de las calles por donde ha de pasar anunciándose con un esquilón. Reprobable es tnmbiell la eOlldu<; Íóll en han'ile. de Jor-: depósitos de las letrinas á Bi:' eo..".. RJOS DE J[ IhI"~.. " E Pt DLIC..\ otras horas que las de la media noche ó la madrugaua, porque no pudiendo eyitar.~ e la L'lwlaci6n de los ga ~ c:-, lwy el rie~ go < le propagar infeccioncs mH < í m(' no gra\ C~. Por la mi ' 111a razón . e debe prohibir ú lo labradore~ fertilizar : u' terrenos con aquellos líquido - " in ante haberlo.~ depositado t: 11 lo . c - tercolero" bien eu bierto . (' on ti'~ lTa ha~ ta < Jue pa - c la fermcntación. La aguas que las lluYia acun1ll1en en algun punto de la población, deben remover e antes de que entren en putrefacción. Desde tiempos remotos se YÍenc abusando de los zngunnes, de las acmas y de los frónti. de los edificios para ~ atisfacer neceRidade~ perentorias, Hin tomar en cnenta 10:: 5 < laúo: de todo género que o< · ~ t.' ionan. ~\. l cortar de laiz tan indecorosa y Hntihigi0nica costmnbre, ha introducido la ciYilizaeión In. llanwdn colulDnaR mingitorias de la que ya tonemo. alguna mue tra en esta ciudad.: pero en nue... tro concepto dejan mucho que de" em' para que produzcan el bien que de eUas se espera. Las columnas wingitol'ia convienp. que sean mucha~ e11 todo: los sitio. de mayor concurrencia; deben colocarse de modo que no ofendan el decoro; han de ser tan holgada como lo permita fin g- énero; el ug- na deb(' correr so- Á J. A CrrDAD DE J, AS PAUIA,. 3!> bre los receptáculos para (' on ' eITarlos limpios y tener salida subtclTúncn. e. · pedita ú las cloaca:; por fin, nece:" itan eF- tar ~ ielllpre muy vigilada, pm'a evitar abu.: os de mornlitlad, dc ' aJeo . etc, etc. in e · to~ y otro. reql1i:::; itos que enseñará la p.- pcricncia, nada e remedial'Ía y la' <, olumna. · minO'itorias serían inútiles ó quizú.. llegarían tÍ ser perjudiciales. ::: El creciuo número de <:< nTlWjC' ha traído l'oll~ igo las lTIti. ltiplil'lldas eabal1erizas que se " cn en etlsi toda' las callcs. Lo ' du::; · pujos de la. be. tias caballare: [-; on. iomIne asql1ero o y de pésimo olor; pero cuando quedan hacinados on cllnlquicr punto, en · tran en pntrci'acciún y envonelHlll el aire. De aquí. e de,,: pl'eIlde la ('~ qni. ita. vicTilancia que e.' igen aquella cuadras para que sus pi o , que deben ser imper1l1eabI >, , .0: 1.11 diariamente barrido' y layados....\. dcmú. se debe prohibir con todo rigor la permanencia en la casa del e tiércol que se recoge. 4() co.- SEJOS DE / lIGIE. - E I'L1J1I A Es por desgracia costumbre antigua la de considerar las calles como sitio de basurero común á todos los yecinos; á ellas, tí. pesar de lo que previenen las Ordenanzas ~ Iu · nicipales, se arrojan aguas desperdiciadas, se vierten inmundicias, se encienden braseros, se componen muebles, se estacionan carruajes y se interceptan las aceras. Estos defectos de policía urbana ocasionan no solo de~ óJ'denes, sino muchos daños á la salud pública. ~ f ::> I .{ LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 41 Perros vagabundos. Parece que hay puja entre un gran uú · mel'O de vecinos do esta ciudad á cual ha de criar más perros para destinados á que tengan las calles por viviendas. Ya nos he · mos olvidado de las angustias que por espa · cio de mucho años nos hicieron pasar los perros rabio. os y como si e tuviéramos pIe · namente eguros de que no han de volver á rabiar, hemos entregado la calles y nuestras piernns á su albedrío. Además de este rie. gu CJU8 düuiamente corremos, aunque no fue ' c más que por evitar ciertos espec · táculos asquerosos que ofenden el pudor; debieran c.- terminarse todos lo perros ca · llejeros, Estos animales suelen ser tambien propagarlOl'f'H de la sarna, de algunas otras en · j J I . B i ; ji 42 CONSE. JOS DE ¡ maESE PlBLICA fermedades de la piel, de asquero os insectos y tal vez de alguua: especies de yermes intestinales. Hay pues ju ta' l'Hzones vara €" itar que discurran libres en la vía pública. Á LA CIGDAD DE LAS PALMAS. 43 Lavaderos. Las ropas sucias que semanalmente van á los lavadoras, llevan casi siempre gérmelles infecciosos que el aire y el agua se enea)' gnll de propagar; por esta. causa. y por lo indecoro o que es exponer á la vista. del público el degl'adante cuadro de asquerosos de.:; pojos humanos, debe prohibirse el lavado de ropas en las inmediaciones de los puente y do todas las vías públicas, mientras como es de esperar, se establezcan la~' adaos lllfjiónicos en los extremos de la ciudad. CO.' SEJOS DE I/ IGrE. · . I:: PLBLICA Seguridad personal. Los nUllit'l'OSOS canuajes y tranvías que atraviesan la población han ocasionado lamentables desgracins que debiera evitar la policía de seguridad pública; pero como es posible que aquellos y Otl'OS graves siniestros ocurran imprevistamentc, surge la neo cesidad de que haya en cada barrio de Triana y Vegueta una Casa ele Socorro, qne pudieran ser en dos Farmacia , donde están á la mano los auxilios medicinales y donde los médicos suelen concurrir ó llegar al menor aVISO. Juzgamos urgente la creación de este sal · vador recurso. .\ LA CIUllAD DI<; LA.' l'ALMA.'. 45 / Establecimientos insalubres. En las grandes ciudades es poco menos que imposible evitar el concurso de muchos establecimientos que son perjudiciales á la salud: este es un mal anexo á las populosas cnpitales donde hay que resignarse á respirar un aire envenenado. Pero en las poblaciones cortas es reprobable que, in necesi · dRd, se acepten aquellos graves inconvenientes. Sería pues un delito de leRa salud permitir en los centros de nnestros barrios las fábricas de jabón, las de velas, las de confección de abonos animales, las tenerías, los depósitos de sustancias de fácil corrupción, etc. etc. Bajo otro aspecto y por el peligro que llevan consigo, deben alejarse las má · quinas de vapor y los establecimientos que necesitan grande~ cantidades de combusti- 46 CO. SEJÚS DE IIIGIE<' J:: Pl nLIC.~ bIes, lo mismo que los depósitos de aleo11oles, pólvora, petróleo, fÓ8foros etc. Aún exige más la correcta higiéne; no e bastante evitar aquellos daflos y riesgos; es tambien de desear que, en cuanto sea posible, se alejen los talleres que producen contínuos y desapacibles ruidos ó frecuentes humal'edfls. En dos palabras; mientras no haya absoluta imposibilidad de alejar de los centros de población los establecimiento in alubres, peligrosos y molestos, deben ser relegados á lns afueras de la ciudad. .-\ LA el DAII DE LA' PAL fA . 47 Policía médica. No es suficiente que nuestra población posen. ilustrados y prácticos médicos · ciruja · nos para hacer frente á todas las dolencias; es necesario que preservemos á nuestros conciudadanos de la atroz y asoladora poli. 1111. de atrevidos curanderos, de industriososcharlatanes, de ignorantes propagadores de . istemas curativos, de vendedores de medicamentos especificos, de esa dañosa plaga en fin, de intrusos que venden la salud del prójimo y su conciencia al vil precio de su codicia envuelta casi siempre en su crasa ignoranCIa. La procaz invasión de los curandt' 1ros en el ejercicio de la medicina encierra en sí la mayor y más extravagante anomalía del espíritu humano. A nadie se le ha ocurrido tiI~ I ! o nunca invadir los derechos de una facultad, ni de ninguna carrera religiosa, miJitar, jurídica ó civil sin los indispensables títulos para ejercerla; pero en la medicina, en la más difícil de las ciencias naturales, en la que el hombre estudioso ha nece itado consumir para aprenderla una tercera parte de u vida y por larga que esta sea, siempre le falta tiempo para seguir estudiando; en esta ciencia que, como dice nuestro . abio higicnista MonIao, es WI(( J! agistraflll'a, es un Sacerdocio, es Wla Pl'o~' iaellci( t social; en estas altas funciones en que va envuelta la inmensa responsabilidad de la vida de l1uestros hermanos, cualquior pelafustán tiene el atrevimiento de resol\" or el tll'duo problema del dianóstico de la cnfermeclnd y aplicar el remedio que tal yez " erá el arma fUlle~ ta de un homicidio. Las leyes, la moral médica, la higiéne púo blica y la salud del pueblo é~- ígen qUf lo. Subdelegado de medicina y la autoridnll judicial per igan y castiguen con rio'or á IOR dcsapiados iufractores de las preeminencias médicas. A LA CIUDAD DJl LAS l'ALMAS. - lB Esta i ' la ú mas de doscientas leguas de navegación de las costas de Espafla, no ha podido proveerse de practicantes quirúrgicos, ni de matronas auxiliares que han de ser autorizad ns por los <: olegios de Medicina nacionales. Algún practicante ha obtenido recientemente el IJ(' lllliso 1am ejercer la pequeña cirujíaj pero no hay matronas autorizadas ni las hablá nunca por los obstáculos que ofrece la navegación al sexo femenino. Como creemos urgente remediar esta falta, proponemos que el municipio acuda al Gobierno exponiéndole la imposibilidad de proveerse de matronas y suplicándole nombre un tribunal de tres médicos de Las Palmas para la enseñanza y práctica auxiliar de obstetricia al número de jóvenes que se crea neceHario para llenar las deficieneias del servicio. 50 CONS! JOS DE IlIGIBNE PÚBLICA Sociego público. No es bastante preservar á nuestros con · ciudadanos de todas las causas materiales que puedan alterar su salud; es necesario tambien cuidar de evitarlas en lo posible aquellas perturbaciones de únimo, que sin justificado pro\~ echo de los que las produzcan, llevan el trastorno al seno de las familia . El sociego público en las horas de la noche destinadas al de canso del cuerpo y del espíritu, exige alto re peto, especialmente en consideración á los enfermos y á las personas delicadas ó impresionables. : Muy justo es que el pueblo trabajador busque en las noches las expansiones y el solar que no pueden tener en sus diarias faenas; pero no en las calles con gritos, can · tares y sonsonetes guital'rescos que atoro Ii !~ I ! o Á }, A ell'DAD DE LAS PALlIIAS, 51 mentan los oidos y privan del reparador sneflo á los afligidos enfermos, Al rechaza)' estos desahogos públicos, que al fin son bnstante inocentes, con mayor razón rechaza · mas los cohetes y algazaras con que en In t1' anquilidad de la noche expresan sus triunfos ó hacen sns manifestaeiones los llamados partidos con su vanguardia de alborotadoees granujas. Si hemos reprobado estas demostraciones mús ó menos alegres ¿ con cuanta mayor razón no reprouarémos el auuso de las procesiones fúnebres noctuenas con música y canto que abaten y contristan el espíritu? o pretendemos <' oartar la libertad de las familias que disponen la condución de sus muertos en la obscuridad de la noche; pero los que a", í lo ordenan no tienen derecho á pcrtu rbar clrcposo . Y contri tal' el [ mimo de los que buscm en la quietud de la noche el alivio de su~ quebrantos. Ektas impre'iones d primcntes que durante el día se atenúan con el bullicio natural de la población, se agravan con el silencio de la noche y son para los enfermos como el preludio de la S(> llten ' ia de muerte que se les apro~~ ima. El amor del prójimo y las cOllveniencias . ociales deben impulsarnos ú lllodific~ l' la costumbre de las procesiones fúnebres noc- ::>, I iI . B i ! o 52 CO.' SEJOS DE UIGIENE l'ÚBLICA turnas, ó al menos, si continúan, supI'imir ~ n ellas las músicas y los cantos. * * '" Impulsados por el rigoroso deber de médicos higienistas trataremos de dHucidnr en esta ocnsión una antigua costumbre religiosa que influye desfavorablemente en el ánimo de los pacientes. Desde la fundación de nuestra Catedral hasta el primer tercio de este siglo, era á la vez aquel templo la única parroquia de la jurisdicción de Las Palmas. En tan largo transcurso de tiempo era consiguiente que las campanas Je la Catedral doblasen por todos lo: muertos de la ciudad. Abolido aquel r{> crimcn, se crearon la. parroquias con sus respcctiyas é independientes juri dicciones. ¿ Por qué, pues, ..., iguen, como antes, doblando la campanas de la Catedral por todos lo que mueren? ¿ La costumbre antigua, que tUYO su razón, es ba tante para justififical' los dobles? o lo creemos asÍ, á no ser que haytl algún fundamento canónico que lo autorice: si no lo hay, abogamos porqne se limiten los dobles de aquel templo á las Á LA CIUDAD DE LAS }' AL) IAS. 53 eminencias eclesiásticas y á su clero catedral. Esta instancia no es hija de un vano ca · pricho, sino de las más estrictas prescripcio · nes higiénicas que tenemos la obligación de defender. Todo lo que tienen de alegres y expansivos los armoniosos repiques de la Catedral, tienen de tristes y deprimentes sus fúnebres dobles que se extienden lamentosos por todos los ámbitos de la pobla · ción, angustiando el ánimo de los enfermos, de las personas impresionables y do los que sufren ó han sufrido recientes desgracias. Entre todas las Catedrales del Orbe católico, tal vez nuestra suntuosa Basílica sea la única que desciende ú desempeñar un servicio exclusivamente parroquial. Estas consideraciones, que á la ligera dejamos indicadas, quizás sean suficientes para que el Excmo. Cabildo eclesiástico se digne discutir el asunto y acordar 10 que juzgue más conforme al alto decoro del Templo y en beneficio de los que sufren la dolorosa impresión de aquellos fúnebres dobles. 54 CO.' SliJOS DE mOlE. · E Pl" DLICA Auxilio de las autoridades sanitarias Al terminar estos preJiminarcl', no desCOlloccmos que la tarca por dcm< ls ingrata del médico higienista que con atrcvida IlHlnO levanta el espléndido manto COn que euhre sus úlcera el cuerpo ~ ol'ial, sería completamonto estéril, si la Autoridades SHllitarin no le ayudasen con sn eficaz llOder. El E~- cll1o. Ayuntamieuto y la Junta local do Sanidad tienen la ineludible obligación de sostener en perfecto e tado hi · < rjl- uieo la población y su. banios c." tremos. .1Tada interior ni e.- terior, público ni priva( 10 se halla c.' cento de I'n competente inyestigación, de SUR omnímodas facultades: hasta la rcspetable morada del ciudadano pierde su inviolabilidad y queda sujeta á Á LA CIUDAD DE LAg PALMAS. 55 las visitas domiciliarias cuando se trata de remover ó destruir toda causa de infección. A pesar de estas amplias facultades estamOR tan acostumbrados á la traidora bienandaJlza, que llegamos á olvidar que el enemigo nos asecha y nos amenaza, ocultándose tal vez dentro de los mi mos agentes que producen nuestra riqueza. El día menos pensado, entre los numerosos bu · ques que diariamente nos visitan, puede venir de América, de Africa y aún de la misma Europa un chispazo de fiebre amari · lla ó de cólera morbo que nos ponga en lamentable consternación. ¡ Ay, entonces, de nuestro puerto y de nuestra ciudad... ! He aquí justificada la necesidad de estar bien preparados para el combate, limpiando la población de toda inmundicia y destruyendo interior y exteriormente los perjudiciales pábulos de infección. « Para que esta importante y urgente Jreforma se verifique, es indispensable que Jentre los varios artículos del Presupuesto ) municipal, figure en cada afío una ' razonaJ ble cantidad para reformas hig'iém'cas de ! el , población. , Ya en nueskos Preliminares hemos denunciado muchos abusos y aconsejado im · portantes reformas; vamos á continuar iII I J !.. 56 co. · SEJOS DE IlIGIE~ E piBLICA aquel trabajo, tanto más enojo o, cuanto más ha de chocar con el egoi mo de lo intereses particulare ; pero e la obligación que nos hemos impuesto y á e~' pensas de nuestros sinsabores, 110S daremos por satisfechos si conseguimos C011 11ne tros cousejos librar á la amada patria de los male que le amenazan. a I ::> I~ iiIi ! o eoNEJO~ DE HIGIENE P'" BLICA Á LA Cl: UDAD DE LAS PÁL: M: AS -<~)----<->- SEGUNDA PARTE RmSIA HlGIÉN/ CA DE ESTABLEe/ MIEL ros PÚBLICOS. Templos. anta Igle ia Catedral. E " te suutuo o y magnífico edificio de reconocido mérito artí tico, de piso seco, de francn ycntilnción y buena luces que proceden do . n numero ns puertn y claraboyas, e de regular capacidad y puede alojar un crecido número de fieles sin que se noten en u recinto los inconyenientes anexos á las grandes reuniones. A este buen resultado higiénico contribu- 68 CO... · SEJOS DE HIGIB: E PÚlLICA ye mucho el rigor con que se guarda en este Templo la solemne severidad del rito católico para no encender má luce que las que estrictamente e ¿ - igen las diversa. clases de ferias. Tampoco e emplean nunca flores naturales cuyas emanacion~ s aromáticas vician el aire. A pe al' de tan recomendable cualidade~, nuestra precio aBa. ílica ganaría extraordinariamente en todas sus cualidade si el coro, á más de interrumpir con su gran mole las corrientes de aire, no fuese al mismo tiempo cansa de que los fieles se vean obligados á apiñarse en las inmediaciones del Pavimento. Por mús que ea ca tumbre antigua de las grandes catedrales la colo' cación del coro en el extremo inferior de la nave centrltl, estn costumbre no es aplicable á la nuestra de reducido límite y debe remediar e, si cabe en Jo po", ibJe. La atedral de La Palmas ", e construyó para una población que á penns llec- nba á ocho mil almas; hoy ya IHlsa de heinta mil y mañana llegal'á tal vez á má crecido número: no hay, pue", , e pa cio 1; u a ] a concurrencia del pueblo eulo días de las grandes festividades. Si el Excmo. Cabildo tuviese á bien aceptar la mejora de colocar el coro detrás del Á LA CruD \ D DE LA PAL~ fAS. 59 . Altar Mayor, la higiénc pública ganaría mudlO, el pueblo ", e situaría con más holgura, la yentiJación quedaría o." pollita y el magnífico tomplo luciría cntonce tolla su hermo. ura, el precio o cnlac de ' u;~ esbelta columna y 01 O'racio o artesonado de sus elevada bóbeda. He ha la modificación que indicamos y disponiendo algunas ycntann de modo que pudieran abril' e en lo' díns muy calorosos, la Catedral Ba, jlica higiénicamente conside · rada oría intachable en u interior. En el exterior hemos observado con profu nela pena que el Pól'tico tanrcspetable por sor la entl'ac1a de la " anta Casa de Dios, so c011yi(, 1' to, cnando hay fo' tiYidaues nocturnas, on un lago de orines junto á cada uua de la. torres. E~ te abu. 0, fuora de lo que tiene de irre\- erentc, e perjudicial por la cOlTupción que exhala y necesita extremada Yigilallcia y huen alumbrado para corregirlo. Lo all'ededore de la Catedral incluso su Í!"' JIlti . ~ e halbn convertidos en columnas ll. lingilotia · con grave daño de la higiéne, del decoro y del ornato público. ] Sunca serún bnstante rigorosas la penalidades que la autoridad local imponga á los transgresores del acatamiento y re petabilidad de nuestro primer templo. i f JI J o 60 CO,,- SEJO DE I1IGIE - E PÚBLIC.\ Parroquia inguna de n uestl'a parroquia tiene la necesaria cualidad de buena ventilación. Con una sola puerta pro,- i ta de cancel que impide la entrada del aire y sin ventanas abiertas que lo renueven, queda en el interior una atmósfera estancada que pronto se sobre- carga de ácido carbónico y disminuye el oxígeno que consnmen las respiraciones y las luces. Este defecto poco notable en las funciones ordinarias, es muy perceptible y dañoso en las grandes solemnidades que atraen mucha concurrencia; pues aunque para estos casos se abra el cancel, la gente que se agolpa á la puerta impide la libre entrada del aire y como no hay huecos interiore abiertos, elévase la temperatura y la atmósfera interior aumenta sus pernicio as cualidade con los Yal'ü, do efiu vios que exhala la muchedumbre. E tos males se agrayan con iderablemeute con el cúmulo de luce y de fiores naturales que en ciertas funciones se prodigan. Los venerables curas, por efecto de su celo religioso bien acreditado, y con la más Á LA CIUDA. D DE LAS l'A. Uus. 61 loable intención, han establecido de pocos años atrás la costumbre de iluminar con prodigalidad sus templos en las grandes solemnidades. Ya no se trata del aumento de unas cuantas velas ó cirios; es un empeño decidido, una verdadera puja á cual puede colocar más cirios y bujía , más lámparas y más arañas en el ámbito de su iglesia. Esta práctica, por muy santo que sea su fin, consume en corto tiempo gran parte del oxígeno de la atmósfera. interior y aumenta el ácido carbónico de tal manera que á corto rato de estar en el templo, en vez de disfrutar los fieles del plácido recogimiento que incita á la oración, sienten una angustia y un malestar acompañado de calor y sudor que explica la alta temperatura y el aire impuro que amenaza con la asfixia. Otra imprudencia, solo perdonable por no comprender su malas consecuencias, f: S la de colocar en las iglesias flores naturales, sobre todo la ~ muy aromáticas, como azucena , nardos, violeta , etc. abemos que las floles á má de consumir oxígeno y exhalar ácido carbónico, cuando on aromáticas impresionan perniciosamente el sistema nervioso del sexo femenino y de todas las personas débiles ó achaco as, produciendo molestos vahidos, dolores de cabeza, convulsio · 6~ CONSBJOS DE lIIUIENE 1'( DLICA nes, vómitos pertinace , etc. J.: Tos oponemos á e ta pernicio. a costumbre cuyas malas consecuencia hemo prúdicamente comprobado. Las frías y tal vez húmedtls loza de la iglesias donde la Illujere permanecen sentadas tres ó cuatro hora"" pueden ser ocasión de considerables dolencia~. La ' alud y la decencia exigen que la lwrroquia adquieran un crecido número do illas que el pllblico pueda utilizar por módico precio, como es costumbre en todo el orbe eristiano. ~~ n la construcción de todRs las iglesias se nota el defecto de que las puertas abren al interior y no al e~ · terior como deben abril' las de todos los edificio donde acude un concur o numeroso; porque al menor moti · vo de alarma, el tropel de gente. que .. e a ' umula con precipitación para : alir, pue! le inconscientemente c ' ITar la puerta' r qnedar apri ionnllo lo fuO'itiyos. Pam evitar este 1' i 0' 0, deben D.::: egurar. e las hoja de las puertas y del cnncel ú In. pared con cadenilla' y candado:, ~ iemp1' { Jue hay muo cha concurrencia. Aunque nada tenemo que reclamar . obre el asco y limpieza de la. pnrl'oqniaR, recomcnuamo ú los ' cflorcs púnocos empleen su ilustrndo celo en que dim'iamentc, Á LA CIUDAD DB LA!!! P..\ UBS. 03 si es posible, hagan barrer y sacudir el polvo en sus iglesia, no solo para remover todo motivo de infección, sino para evitar la propagación de insectos que se multiplican en nuestro clima con notable fecundidad. Antes de terminar estas adverteneias, qne deseamos sean acogidas con ánimo benévolo, como hijas de los vigorosos preceptos de la higiéne pública, duélenos manifestar la completa deficiencia higiénica de la ermita de San Telmo para una parroquia de tan extensa jurisdicción como es la de San Bernardo. Aquella preciosa ermita á más de su exigua capacidad, no tiene otra ventilación que la e~ casa que procede de la sacristía, no pocas veces cargada del mal olor que exhalan sus accesorias interiores. Es nula bajo todos conceptos para una jurisdicción parroquial que tal vez no está lejos de quince mil almas. Con tales precedentes bay justificadísima razón para emplear todo los reeur os efieace' que conduzcan ú la creación de nn nuevo templo parroquial que llene tan perentoria nece idad. Yamos tí concluir esta revi. ta de templos con la manifestación de una costumbre perniciosa que de eamos yer corregida. Siempre que bay funciones solemnes, especial · mente por la noche, se a~ olpan los hombres I J I l I ; JI Q 6' CONSEJOS DE IIIGIE E l'ÜnLICA á la salida y obstruyen la puerta interior y exteriormente. Este alm ~ o nItera el orden, ofende la circunspección que exige la casa de Dios y e al mismo tiempo antihigiénico porque impide á las perNonas que tratan de salir, detenerse alguno momentos para ntemperarse y defenderse del fresco exterior. A la autoridad local le toca corregir esta perniciosa co tumbre y para facilitar su protectora interyención, deben los seflores Curas poner en su conocimiento el día y hora de la función que pueda atraer mucha concurrencia. I .!!!! o .\ LA ( JrIJAD IIB LA' PAt. fAS. ( ji> Esta blecimientes de Beneficencia. HOSI) ital de San Jlal'till. Este hospital, relati\' amcllte al corto nú' mero do cama de quo se halla dotado y á su e~ ca a. capacidad, pudiera . ervir de modelo por. u bien (' seoo'ida situacióll, por su conecta. ventila(; ión, por n huellas luces, por la e merada a ' isten(; ia lf! édica de lo. nfermo. y por el orden y lim pieza que eUlvlean en él la benemérita Hermanas de caridad.... T aela puc.' tcu( lría que reprochar el hicriclli tn mú. cJ: rnpulo. O, . j no n( hirtie~ c qne lo do.::: dcpartnmentos, dé - tinadol'l ú los enfermos de ambos. c." OS, demne~ tmn dcfceto. nne.' o.. á La époea cn que se edificarOl). En \- ez de teller .. alas limitadas á dicz ó ó cloce camas con la debida ,: eparación de cnfcrmedade aguda: y crónicas, de las conta~ io: a . y no <: outagio.: a.:, de la de afectos e_ - temo::; y de las de lo' opel'adw etc., etc., ,' o compono de do grande' ~ alonüs conti"' no~ ú cada lado del edifit.: io donde el tí ico COJllllllü: a u...: emanaciones ú lo' que tienen Íll tegro, '" u. pUllllOll(:'~, el ori, ' ipelatoso al l' Cil'll operado y el tifódi(' o á lo,' inmune d :' COllt( l~ ÜO. El único < 1ep: 1l'tamento que e halla separado de la lllusa cumún de los enfCl'll1OS e' el de los sifilíticos y esa. tiene tan pCITel'SaS cOlllli~ io1l0;:¡ quo CHl: ii no dudamos deeil' que os pOOl' clrümüdio que el mal. Bien conocemos que la llotOl'Ía. pobreza del ho, 1ital e un ob...: iúculo insuperable para reformarlo dúmlo1e cOlldi<: iollCS aceptable.' d metódica t.: urabilidml: pero en parte stc ~ rn\' o ob._, túculo úcpclldc de que ello · (' al e pa · io.:: o, bajo cuyo techo ' e halla, se ha di\' idi lo ~' SI diyidido en <.: uatro e tablecillliento~ liliputicn: e' quc 110' rccuerda el p: 1iio d 1 ", a~ tro de 1<.' mont rilln deSallcho en , 1.1 ín nIn 13al'atal'ia. ' iu t Ud' e pacio ni l' ntn más que para uu bueu ha pital, se in talan 11 elmi:: Slllo" . e invicrtcn fondo en 1111a <, a: a- ho: picio, una una do ('~- pó~ itos y llll a ' iJu de mClH. 1icidad: todo pequeño. todo raquitieo J' sin positi \' Ll vcntnjas: pero .-\ LA ULD. W DI:: LA"': l'AL:' IAS. tii aunque e. tos tres establecimiento fne.. en ab.. olutamcnte n<:' ce.: a1' io', 110 10 neguIlla:::, comparado con la urgente nece ' ic1ac1 de un buen ho pital, deben quedm' l'cleO'ados ú se · uundo término. La isla que cuenta actualmente má de den mil alma, nece.: ita para la asistencia percntoria de lo pOOl' . cllfcl'mo . 10 menos cien cama mctúdicmncnte ( lí. tribuidas. E..' tas cicn camas pudieran arreglarse, , iu gl'ande ga to,', <.: oloenudo todos los cróllicos é in<.: uraLles, que son el mayor número, en las Halas de a ' ilo de mendicidad: los de enfermedades agudas no contauiosas y los de afectos quil'lll'gicos en los actuales depar tamento.. ; y los de af ccione ao'udns canta · gio. a en el local que o ' upa la Cuna de c.- pósitos, traf'ladando ( · ta ú una parte de las ;.; ala - de la ca · a- ho. picio. Si .. e pudiera hacer e.. te arreglo, el ho.' pital gnnuría muchí imo y 10' enfermo' di ' frutarían de mejore.: condieione hi'J'iéniea pam con e · ( fuir . u curación. E te c. tablecillliellto ctl. reC'Íú de buena II! I 1 ! o ¡ j co. ' EJO~ 1>. 1:: I1IlJI. I::• . I:: !' l' 11LICA organización desde que se im;; taló, Primero estuvo so ' tenido por un corto número de nodrizas ruda y poco piado a que, sin un átomo de amor, escatimaban el pecho á los infelices niño y suplían su malevolencia con alimentos que no pudjéndolos digerir la' tiernas criaturas eran vÍctimas del cruel tratamiento, Luego cundió en el país la mortífera sífilü3 y fué causa de que la entrada en la cuna do nn solo niilo inficionado contagia ' c á las nodrizas y á todos los exl) ósitos, ~ Ias tarde, para evitar estos graves accidontes, se introdujo la lactancia artifi · cial, lllUY encomiada á la sazón, pero á pesar llel e ' moro con que la emplearon hs benemérita, hermanas de la Caridad, dió funesto.' rt'sllltac1o', Tltimnlllento el dignÍsimo Vire ' tor de Bencfieiencia DI', D, Domingo J) l niz, d impere ' ellera ltIemoria, emprendió la ml'jom dl' 1loeal lÍe la Cuna de Expó- . ito dándole mayal' capacidad, buenas lnc ~, libr' ycntilacÍón, e ' qui~ íta limpieza, e. 111 rada' CcH1HlS, cual'Ío dc bailo., aparatos < le bota lll~ ia ul'tifieial pam los niilos sifilítit: O ./ ocho c. ,-, ogida. nouriza, Pero á l) esar de tan higiénicas precauciones la 1ll0rtaut1au de niüos ú penas disminuía: ¡ era que llecesitauan más aire.. lllcis luz y 1IIás espacio! Á LA CICDAD DE LAS PAUL\:'. ()! l Enterada de tan lamentable situación la llustre Sociedad de Amigos del Paí' y convencida: de que la tarenein de fondos era el ob táculo que inutilizaba - 1 e: merado ~ elo caritativo que con singular cariüo empleaban las heróicas bijas de Ran Yicente de Panl, imaginó crear una ociedad benéfica de ", eñoras que con. u iIu h'ación, f: U merecida influencia, sus piado: m; l'entimiento' y su acrisolado pahiotismo emprendiera la difícil reforma ndical de la Cuna de c: s: pcJsitos para criar los niüos fuora de la C: l. f- a. : B'elizmente im, talada aquella l'ocieda< 1 en Diciembre de 1871, sobrepujó desdo luego las esperanzas q ne en ella se habian fundado, En pocos días reuuieron lns sOÍloras creeiJas limosna, quc fueron ' uficiellte~ para que las nodrizas del campo ncndieran á acar niüo de la Cuna para eriarlo" en sus ca.. a como hijo. ac1optiYo.', dúndolcs la seguridad de que sel'Ían fielmente pn~' ndn , v ofreciendo premio..' Ú la' que on las rcvi tas trime trales pl'e" ental'l'n u niüos sanos y robusto . Desde aquella época, it penas ingresa un expó. ita, es k olicitado con empeño pnra criarlo fuera de la cn. n. La ociedad benMica de Reiiol': 1s no solo ha sufragado siempre todo el ," c. tum'io de los expósitos y los gastos do 1a Cuna, sino Iij I ! J J ! o 70 CO.' SEJOS DE IIIUrE. ' r; l'LDLrCA que tambieD, fltendiemlo Ú In pCI1m'ia de los fondos provincial ,~ del p, Jablccimiento, ha aJelanüHIo el'ccida' ,' 1l1l11V para pa!!,' tlr Ú la. nodriza.. us hab ' re:-:: pPl'O <: 11 el Í1' an:: 5cur~ o de \- into y <: in(' o afIo que YicHO dl'~ empéñando 01 cal'gl d \ ' rgunda Providencia do lo mono. tel'O, O' huí l'Ínllos, ha ~' n~ tado en aquello' ..¡¡ plemento.' todos ' u fondos de reserva: y como la. 1imo~ na.: hall disminuido con ielel'ah1emcnte, e' en la actualidml muy (' l'Ítica . n , ifl1aciún finanCIera, Bel'ía parn 10~ mala\ TcJ1tm'mIos c.' pósitos una pérdida irreparable la de que la Dociedad benéfica de Sellara' no pudiese continuar pl'estánel01es u cnl'i tati nI. protección; pero mncho trIllemos que tnl dcsCJ'l'ncia suceda SI la Iln.. tre ,,' patriótica Sociedad de Amigo' elel Paí 1 o YtlClve ú tomar su valioull. iniciati\ Ta para aumentar el número ele ocia., ya muy reducido, y e.- corritar rceur: o' d toc1o g ~ ncl'o para acrecer n · c.' íguo, fümIo . Como el' adora de la ~ ocie · dad de '('[¡ oras no dudmno que a -' í 10 haga. A1poner término á e¡;; to trntado, ._ e nos o · tHT(~ una idca que aunqne hoy no. ca reali · zable pudit: l'n. serlo en beml10 má ó monos eorto: e' la de una mejora que interesa á la vez á la administración de justicia; á la roo · Á T.\ el n \ D DE L. L l' \ T.)[ :. 71 ral y á la higiénf: l púhEra. Hay caso" en que la vergüenza de las ma( he~' les cunduce al infanticidio; otros on ( 111(' el de. amparo es ealisa de que varias madI' ~ que orllltau. u falta no pu dan el' hien atendidas yadquieran enfermedade. crt> nic: 1. incurablc...,; y otros en qne algmw: jóvene., , illanamento seducidas, no tienon dond" ocuItal' u de...: honor. A remediar esto. y otros male vien nlas Casas de : Matc] nida< l, donde al auriga del secroto inquebrantable y del pacífico retiro, encuentran 1m; desamparadas que ,,- an Ú sel' madres, por lUla módica rensión, alimolltos sanos, cama limpia y a. i., tenria caritativa hasta diez ó qnincc días de. pues de su alumbl'amiellto. E~ tc a.. ilo pn< li(\ l'l1 (' stnblc('(' l'c con poco ca to en el mi.' mo e... tablccimicnto de la llna y aeuiera ponsar ' 0 C'n él con el interés que ' u importan ' ia e.- ige. Jlo. pido. E te ostablecimiE'nto orupa toda b parto occidental del cditi ' io < le lJ( l1t'f1rcllcin., ' ns cuadras, de tetIlOs 1) 0(' 0 ele \' ndo , tienen. in embar~ o buenas luces y fresca ventilación I i5 ! I J ! o 72 co. · SE. rOS DE IlIGrE.' E Pl" DLICA del .,. orte y aunque son espaciosas, sería prud(' nte que se dividiera en departamentos de lG ú : W camas para. evitar los malos eí el os del hirc vi(' iado } lor la r{"' lliracióu tle mayor número de indivÍuuo . juntos. Lo hospiciano' reclaman muchas atenciones no solo respecto ú lo' alimento,', éalna' y ye tido... , f-> ino ú la di · po... i<.' ión y ca pacidad de los patio' para. que lo' ac(' gi<. los hagan ejer(' icio al aire libre por la mnüana y á la tnrde, ,,- in perjuicio de qne dm, ve(' es por semana, cnanuo menos, salgan ú dar grandes paseos extramuros de la. <.; iudad. Deben tamhien ser bien atendidos en la. enseüanza primaria y en su educadón moral y l' ligio... a. Lo~ Ym'ones deben aprender un oficio para que pnedan vivj¡' con independencia y sean miembros útiles de la , ociedad. La h~ lHbrns debeián <. ledical'se al arte de ffobel'llnl' bien UIla casa, ú la cosi m'a con todo ... u . detalle. , Ú la cOll1pli~ ada.. IabOl e de la <.: ocina, al planchado, etc, y ú todt. lo debere que han de desempeflm', rn 1>[ 1. en al servicio ele nna familia ya .. aIO'an para contraer matrimonio. Hay qnr. tomar tambien en cuenta. que lo hospicianos bien dirigidos nunca deben ser gl'avo... os al establecimiento que los acoge, si se sabe ii1 .!! 1 e! o Á LA CIl; DAD DE LAS PALMAS. 73 tenerlos ocupados en artes ó industrias fá · ciles, donde la división del trabajo perfecCiOllél. y comunica yclocidad á la mano de obm para que la. baratura del artefacto lo haO'a de fácil venta. Sala' de asilo. Cnando la fUllAsta invasión del cólera morbo asiútico diezmó el [ lÍlo de cincuenta y uno la población de Gran Canaria, la J unta local de Beneficencia [ lcordó la fábrica de dos amplios salonos para acoger en cllos á los muchos huérfanos que habian quedado abandonados. El edificio se COllStruyó con toda la premura po ible, pero cnalHlo so halló en e tado de habitabilidad, la neeesidad ha1Jí< pa", ado y las caritatiyas hel'm: 1llas < 1e Caridad, do acuerdo con la J ml! a, d<,:, tüwron los do'. alones á acoO'er en el!( 1) los pobre.' qt'ie por us defectos físicos ó por su avanzada edad no podian trabajar. Hoy ya. po", oo la ciudad do Las Palmas la Casa < 1e asilo regentada. por las Hermanitas de los pobres y aquella otra no tiene razón de existencia; por cuya causa hemos 74 CO.' SEJOS DE IIIGIE~ E pÍ" ULrCA propuesto en otro lugar que se destine al crecido número de crónicos incurables que ocupa la mayor parte del local de los dos actuales departamento' de ellfcl'mo~. A ilo de mendicidad ( le la: }) ermanita ( le los l} obre' En el extremo norte de la calle de Pérez Galdós y confinando con la carretera. de : Mata se halla ya ca8i terminado un amI) lio edificio que las beneméritas hermanitas de los pobres h:: m construido para acoger á los ancianos que carecen de amparo. Difícil es, ha ta qne el eoificio e. té terminado y realizada en (. 1 la definitiva di tribución de habitaciones, conocer '- u' cualidade8 higiénicas; pero por el buen local que ocupa y por ser dirigido por un arquitecto inteligente, snponemos que no ha de merecer ninguna censura. Urgente es que esta civilizada población ayude eficazmente ú las caritativas hermanitas de los pobres á terminar aquel importantísimo estableeimiento, no solo por su benéfico objeto, sino para evitar el abuso de los que para sostener FIn vRg- ancia co- I~ I ! o Á L el. CIVD \ D DE L.\ 8 P.\ L) JA8. 75 mienzan por ser mendigo., continúan como rateros y concluyen siendo ladrones. Cuando quede terminada ('" ta casa- asilo y se alojen e11 ella todos Jos poln'cs que nece~ itnn ' U nmparo, e do e: pomr quo el Excelentí~ imo Ayuntamiento prohiba la pública mendicidad y se dediquen todos los recursos de la caridad al so~ teni1llit.' nto y progreso de aquel importantísimo e tablecimiellto. Hospital pl'ovincial de Elefanciaco. Bnjo esta denominación se conoce un establecimiento cuya creación arranca desde la mitad del siglo diez y seis y no ha sido ni es otra co a que una caka de reclusión de leprosos. . A pesar de poseer actualmente nn magní1: i<- o edifl<: io con sólida parede., maderamen de pillO de tea, buenas luces, amplia ycntila(' ióll, do departamentos espaciosos para mnbo sexos con anrIla y largas galería., e~ · teD n. sala y grandes patios, no f>.- S ni ha podido ser hasta el día un verdadero hospital. El dignísimo director que fué de Benefi · cencia D. Felipe Mnssieu y Falcon, conti- I iI~ J ! o i6 CO~ · SE. JOS DE HIGIE.- E Pl'ULrC \ Dlmndo las importantes reformas que dejó iniciadas su ilustrado antece ' or, D. Diego le a de León, se propuso eonvertir aquella casa de asilo en yenladel'o ho: pital, empezando por ponerla bajo la dirección interior de las piadosas hermana de Caridad y dotándola de una cocina modelo, de un ámplio comf- dol' con todos ~ u utensilios'y ue una bien arreglada sala de baños para lo enfermos; todo perfectamente concluido, sin gravámen de las rentas de la casa y con solo los recnrsos que alcHllzt> aquel benemérito Director con su acreditado celo caritativo. Bajo esta sólida base solo faltaba la módica renta para proveer de medicamentos y del rt. Sgimen dietético que necesitasen los enfermos: pero todos su", esfuerzos quedaron anulados con la notoria penuria de las rentas provinciales. La humanidad y el interl> de la.~ ciencia médicas exigen que, e dé una orfranizacÍón metódica al ha. pital de elefanciaco, no 010 para que los enfermo. sean higiénicamente tratados, sino para que el acreditado médico que les asiste, pueda empInar los mModos de curación que aconseja la ciencia)~ con cuyo au ¿ - ilio pudieran recobrar la salud ó al menos nliviul'les el cruel martirio de los dolores ocasionados po. r la corrosión externa IiI~!! o ... LA CIUD.\ D D~ LA' ¡ · ... LM. " 77 é interna de los tejidos. Es verdaderamente vergonzoso para la provincia que el facultativo de un hospital, cuya enfermedad especial es objeto de muchas investigaciones de notables médicos nacionales y extranjeros, no pueda contestar á las diversas consultas que se le han dirigido, más que las siguientes palabras." cPor falta de recursos, el Establecimiento » de Elefanciacos de Las Palmas, se halla » reducido á una simple ca a de asilo, donde ) no es posible emplear ningún método cu » rntiyo, » Prescindiendo de esta humillante defi · ciencia científica, ¿ no exige la salud de la provincia que se haga. lo posible para libero tada de la indefinida propagación de la elef ¿ IllCÜl..'? Está acreditado actualmente que esta enfermedad e contagiosa y que el bao CillllS lepra: de ~ Teisser es el agente de transmisión de uno á otro indivíduo. Con esta idea . r con la. induJable propagación por he · rencia; hay sufieientes cama l) ara temer que e aumente cn progL'csiva proporción el número dc enfermos . r que nos toque, en día no lejano, el fatal dcstino de algunas islas Jel archipiélago griego y del de las Bar · badas. ¡ Horrible cuadro que ofrecerémos al mundo civilizado, como fruto de nuestra 1I ~ I ! o culpable imprevisión! Despertemos, pue del latargo que nos han tr: msmitico nUCL tras mayores y en nombre de la humanidad, de la ciencia y del vital interés de la provincia empefiémonos en conseguir que la E ¿ " Úll1a. Diputación provincial dote al ha. pital de la.. cantidades necesaria para aco< Yer todo lo elefanciacos del archipiélago con recurso. necesarios para intentar su curación ó al memos el alivio de sus crueles sufrimientos. Si esta tan humanitaria necesidad se sati ' face, quedal'án amparados los infelices lepro", os y extinguidos los focos de propagación. . l L.\ CIlDAlJ DE L.\ S l'AL~ J \ s. iH Cárceles. otaLi1í~ imos son los adelantos materia · les de la ciudad de Las Palmas en codo número de afios. Bastan para confirmarlos el palacio Municipal, el Militar, los dos teatros, la Plaza de . Mercado, la Pescadería, los Puentes sobre el Guiniguada, la lujosa Plaza de Banta Ana, las Alamedas de Colón, Caira · co, Plazuela y ~ an Telmo, las apertura de llUeyaS calles, el progreso del adoquinado, etc. etc. Pero en medio de tanta actividad y de tanta profu ión, ¿ no ", e de piarta, allá en el fondo de nue tra conciencia, un torcedor remordimiento que cuando lUenos nos acusa de indolentes por haber olyidado la construcción < le una casa que pusiera término á los sufrimientos de los seres desgraciados o 1,; 0. EJO~ DE JlIllIt.}; l)~ DL1C que se hallan hundidos en inmundas lH'isiones.. .? ¡ Las Cárcele 1. .. . J: To tl'atamos ue bosquejarlas, ni es necesario hacerlo, por que todo ~ las conocemos y hemo lamentado sus perniciosas condiciones: ¿ pero es bastante e te estéril sentimiento de cC1mpa ión paL'a ju tificar nuestra apatía ante el miserable e tado en que se encuentran los infelices asilauo,,-' r ¿ Hemos estudiado con fé y con enérgica YOluntad el proyecto de ] evantnr un edificio hi · giénico donde los presos puedan encontrnr limpieza, alimentos sanos, educación moral y religiosa y aún, si fuese posible, tril. bajos moderados que pudieran ser lucrati '- 0::;( ¿ Hemos consultado iquiera In. legislación penal para conocer lo medios de que podemos disponer y los derechos que podríamos utilizar...? Pues, i nada se ha hecho ni aún se ha intentado, grave es la re pon~ abiIillad de nuestra conciencia y mayor el cargo de barbarie que caerá obre no otros. lucho se ha. empcüado el desprendido pueblo canario en acreditar la repetida frase de « querer e.~ poder » ; ) 7 aunque parezca exEtgerada, es indudable que ha tenido entre nosotros vigorosa aplicación. Pues bien; si á tan alto gl'ado ha subido el impul o de nuestra voluntad, ¿ vacilaremos nhora en redimir iL nuestl'OS desventurados hermanos del martil'io ue lo.' .. nErimientos qnü (' s peol' qne la misma muerle': l... ~~ o tabc (' Jl nuo b'o piado'o corazón scnH'jante el'Ueluad. 1 námonos todo:- l para emprender con fé y constancia las cúr~ ele~ en qne tnnto se intere~ an la religión, la moral, la humanidad, la higiéno pública y la ju, ticia. -,-'" o e tan ímlna la " mpl'e ¡ t ni t: 1I1 co¡.; tOf'a r. omo Hpa/' cce Ít primera yi~ ta. El ('< lit: i(' io qne proponemos debe IC\' antal'~ c, en uuestl'o concepto, á espaldas del de la Andicll(' Ía Tel'l'itoria1. En aqupl sitio no necesita, el' reveRtido de omlttos extel'iores. En el interior no deue tener J1) il~ olH'[ l~ de e8rpüIterín que la de puertas y ventanas, pam evitar los mucho' inconveniente del ruadel'nje, Debe tener, uficiente cnpacidad pam la si · guiente di~ tribueióll: ]. 0 Depó. ita llnmiei · pal. 2./ l Cárcel de Partido. 3. 0 Cárcel de Audiencia. 4.° Casa de corrección para lo, que deban cumplir la condena en la } n'oYin · cia. Esta distribución neec..., arin, \- iene tmnbien á dividir el co to entre muchos contribuyentes según la índole de cada prisión. La importancia de la obra que proponemos, i llega á ser aceptada, exige que se estipule su construcción en cierto número de aflOS á fin de que los Ayuntamientos ti ! o , 2 COA · SE. JOS DE ! lIGIE.' E Pl'BLICA puedan pagar f'll cuotas con suficiente comodidad. Á LA CILDAD DE LAS PAL~ fA":. 83 Cernenteri08. Cuando Re construyó el bien rlcrOl': Hlo cenwnterio que tenemos, la poblaeión á penas pasaba de ocho mil almas y tenia amplia capacidad pal'a las anuales defllllcionCR. Pero el número de habitantes fué <' reriendo y el terreno dedicado á las sepulturns llrgó it ser tan eSC< l. o que fué ne<.: esario constl'll ir nichos en In:::; paredes laterales para suplie la deficiencia. Esta ampliación no fué, por de gmcia, bien meditada; por_ que habiéndo e hecho las bóvedas con cantos poroso , á travcz de ellos y de sus uniones, e e, eapan los gase y aún los líquid08 de la putrefacción, con notable riesgo de la salud pública. Hoy que se ha cuadruplicado la población de esta ciudad, ha sido necesario darle dobJe 4 co. · SEJO. DE HIOIRNE l't: nLICA (' abída al cementr: rio junto á sus tapias del 1101' te. Como higieni::; tas rechazamos toda sepul. tura que no se efeetúe én terreno seco; á la debida profundidad, bien apisonada la tie · rra y sin removerla ha ' ta lo tres ó cuatro aiio~ del enterramiento. Para seguir utilizando los nichos sin no · ta ule l'ieHgo, acousejamo que se hagan en · lncÍl' las paredes illtez'iores con una capa de cal hidráulica que evite la permeabilidad. El cementerio tiene en su interior un cuarto sin lecho doude se depositan los lestos humanos de las auiertas sepnlturn'. l~ stos restos no siempre salen secos ni e. en · tos de sustancias gracielltas, y cuando llueve entran con la humedad y el calor en pntreL'tweión . r fOl' 1llHll uu foco de infección que aumenta el natural del cementerio, Conviene e.- tingnirlo ú la mayor brevedad ( Intel'l'alHlo los l'P~ to, ú la dí'bida profun · didad, '"*,': La nu(: ión uritánica posee un cementerio pam sus súbditos en el barrio de San José; . J.. Y, A CIUDAD DE LAS P.' L:\ IA<:. 85 se halla cercado de huenos muros y con amplia ventilaeÍón en sitio ba tante elevado para pre ervar el casel'Ío de tOlla comuni · cacÍón pernicio a. :;:'"* Po(~ ns é in uficientcs on las IormaHda · des que se cumplen par: 1. efectum' los ente · rramientos de los que han muerto sin asi. · tencia médica. Generalmente los deudos ó vecinos hacen al médico una relación insubstancial de la enfermedad del finauo para obtener una papeleta de defunción y con tal pasaporte de pura fórmula queda e~' pHlito el camino de la inhumación. En t: lles casos y otros análogos sería <, on" o · niente <] uc antes de proceder al enterra · miento de aquello cuerpo: fue ' en faculta · tiyamente e." amiuado.. Muerte aparent(" l) reeaucione, ,.() Ilcccsitnmos e." ponel' (' l. wntos h: lll f; ido los caso de muerte a parellte para que se '( j CO.' SEJO: DE IlWI}; ' 1-; PlBLICA comprenda el horror que acompaña la ola so..: pceha de que una persona lIaya sido éll terrada en vida. Exceptuando la descomposición cadavérica, todas las demás seflales de muerte son faliblc..,; y aún la misma de', tOl}} po, jción pudiera equivocarla el vulgo con el mal olor de ciertos ga es compatible con la vida. Sólo el ojo práctico del intcli · gente facultati,- o puede en ciertos casos dudosos distinguir la verdadera muerte de la aparento. Para evitar las consecuencias de este grave error, son ya muchas las poblaciones que tienen médicos retribuidos para l'CCOllO' cel' el cadáver después de las veinte y cuatro horas de la muerte y dar la inapelable selltell<.~ ia de la in1.1Uluación. Pam (! ue la práctica indicada produzca sns beneficio os efeQto', es ne(' esario que el < jllC parece muerto, si llega á salir de su paL'o.' ismo, no se halle fÚllebremente atuviado, tendido sobre uu paño negro y rodeado de cirios encendidos. El desdichado Á LA eH'DAD DE LAS PALMAS. 87 que en tal situación vuelva ú la vidn; poco tardaría en morir de terror. A remediar este mal debe acudir el cariñoso cuidado de la familia. Es una perniciosa costumbre, que á nada conduce, el apresuramiento con que. e viste al finado, solo con el pretexto de hacerlo antes de que el cuerpo se ponga rígido; como si las botas, pantalones, chaleco, corbata y frac, fuesen prenda indispensables para el viaje á la eternidad. Lo razonable, lo decente y decoroso fuera que el cadáver con la sola camisa se dejase en sn misma cama como si estu \' iera vivo, hasta las veinte y cuatro horas del fallecimiento, en cuyo caso y pd- do el recOlJOci · miento métlico, puedp. el' conducido nI cementerio envuelto en llna " ábana que es lo suficiente para cumplir e n las reglas de la decencia. El referido proceder tiene la ventaja de que en ca o de muerte aparente, el que vuelv8 á la vida se halla en la~ mismns circllllsttlllCias dl' cunJquier cllfel1lH. Tal '~ ez las precauciones que aconsejamos introduzcan la alarma 0. n ciertos ánimo, apocados; pero , j con ella' llegamos á salvar de la muerte un iudivíduo C'lltre cincuenta mil, no habrán sido inútiles nuestros con!: leJos. 88 (' u. · H · ~, JOS DE JlH. fF. LE PÚH, IGA Sala ( le Autop la . ...- ue ' tro actual cementerio tiene una , ala de depó~ ito, una capilh y ca ' a habitación del ~ epulturero; pero carece de una sala de HUtt1p:-: ia muy ncce~ aria para la: frecuente Illn'::; tigadoncs jutí< 1icns. Hasta alguno aüos lltl'ás se hacüm las nutopsins, conh'a, todas 1, lS prescripciones higi{- uic: ls, rll 1m corral del Hospitn1 y ('( 111110 poco rief: g'o de los facultativos que 1ns ejecutaban. Para atenuar en parte este mal, los mé< 1ieos de Las Palmas acordaron crear á sus e. pensas llna sala de atÜOl) sia en el pórtico del Ho, pital, que si carecía. de condiciones higiénica~, era al menos más decoro ~ a. Para e tablecerla adquirieron con su peculio, una me, a e" peeial de mármol, instl'U mental completo, botella, con líquido desinf(' dallte~, un surtidor de agua corrientl', súLanas, toallas, te. En esta I" ala ,- e han " enido lweien< 1o la autop~ ias con notablepOI'juicio', por que tarece de ycntiJación y C01ll0 lo~ (' adá '" NCS que se imo; pcccionall estan, ielll[ ll'e plltl'efados, los wiasmal:: i qne desprclldell se esparcell en el interior del edi- Á LA CIUDAD DE LAS P- UMAS. 89 ficio q ne encierra crecido número de persollas sanas y enfermas. Para evitar este yotro gra,- es perjuicios de infección debe construirse en las inme. diaciones del cementerio una sala de autop. ja COIl buenas luces, ,- entilación á los cuatro viento cardinales, piso impermeable, subterráneo curso expedito de líq nidos y un surtidor con agua corriente. : Mientras esto no se haga, la sala de autop!'< ia del Hospital será un permanente foco de contaO'io. . Enterramiento de animalrs . .... T o poeas " eces hemos visto eOIl escándalo que se mTojan á la YÍa pública animales lUUCl'tOl';, sin calcular los que ] 0 ejecutan el inminente riesgo á que exponen la salud púo hliea. Los Hnimales muertos dentro de la pol) lat'il) ll, lo~ que en el matadero se rechazRll por cllfel'rno~, las carnes y lo' pescados cOl'l'ompido"" etc. deben tener seüalado fuera de la ciudad un ~ · itio de terl'eno manejable donde se entierren á la debida profundidad según sn tamaflO Ó yolúmen. Pero vara que estas opel'Reiones :-; e efectúen con regularidad dcbe ser obligatorio el prévio !} O CO.' SE. JOS DE IlIGIE. E PL- BLICA aviso á la autoridad para qne el acto sea presenciado por un lIgente municipal. .{ I,.~ CIUD.\ D m: L.\ S I'ALM.\ S. 91 Establecimientos sanitarios Lazareto del Puerto de La Luz. La urgente necesidad de po. eer una casa donde se pudieran acoger los pasajeros sujetos á observación sanitaria y ventilar y fumigar los efectos de igual procedencia, excitó el patriótico celo del Director de Sanidad Dr. D. Domingo Déniz para alcanzar fIlle el Comercio de Las Palmas contri · lmyera ti le,- autar un edificio destinado á aquel beneficioso servicio. De. graciadamente el Lazareto de Observación e construyó con ma honores de cárcel qne de observa · ción ~ aDitaria. Las dos úuicas salas destinadas á los IJasajcrof: l 110 tiellell más huecos de ventilación que la puerta y unas rejas IJf ~ I ! o 92 CO.' SEJOS DE IIIGlE.- E Pl- BLICA muy altas. o hay habitaciones independientes para los que no puedan ó no quieran vivir en cornUDo Los muros exteriores se elevaron tanto y tan próximos al edificio que la ventilación e casea y no es posible yer los horizont€ s. En fin, todo era triste y árido interior y exteriormente. Durante las frecuentes amenazas del cólera- morbo y de la procedencias sospechosas de fiebre amarilla, aquel lazareto, sin embargo, ha venido prestando grandes ser · vicios para disipar dentro de sus muros todo temor de infección en pasajeros, equipajes, géneros contumaces y corresponden · cia infestada. Lazareto sucioo "' ue tro digní imo representante y paiIólano el Excmo.• 1'. D. Fernando de León y Ca. JiIlo, comprendiendo que para qne el ma~' llífico puerto de Refugio que debemos á sn paternal solicitud, produjera todos los gloandes beneficios que de él se habia prometido, era muy oportuno un Lazareto sucio en el puerto de Gando á fin de que todos los buques procedente de Africa y do Á LA CIUDAD DE LAS PALMAI'l. H3 América que pasasen por estas islas con procedencia infestada, pudiesen hacer operaciones de expurgo antes de pasar á Europa ó descargar en estas islas. }~ n E: fecto, el Lazareto sucio de Gando se ha construido bajo la inteligente dirección del .. abio Ingeniero Excmo. Sl'. D. Juan de León y Castillo que levantó los plauos, y es fama que aquel establecimiento es uno de los más perfectos en sn género. Ya lleva el Lazareto más de dos años de concluido y no ha empezado á funcionar por falta de mobiliario y del pel'sonnl que debe atenderlo. ( 1) Es de temer que de continuar así algunos nilos, las ratas que allí son muchas, destruyan las obras que se han hecho á tanto costo y con tanto esmero. La falta de este Lazareto y la anulación del de la Luz ponen n eminente riesgo nuestra salud pública. En la actualidad 10 Directores de Sanidad marítima tienen bitstantes facultades para precaver el riesgo de introducción de enfermedade contagiosas; y aunque esta garantía es bastante para sostener la tranquilidad pl'lblica en medio ( 1) Ho)' se asegura que los foudos para estas atenciones esttíu incluidos en los presupuestos. II!!!! 94 co. SEJOS DE HIGIENE ptBLICA de las frecuentes comunicaciones con Africa y América, no obstante, nos permitirémos advertir que la transmisión de enfermedades contagiosas se ha efectuado en esta ciudad por el desa eo de los buques y por las ropas sucias de los pasajeros'y tripulación. Recuérdense dos hechos que lo confir · man: la fiebre amarilla de 183 y el cólera morbo de 1851: la primera la contrajeron unos marineros que de tierra fueron á trae bajar á bordo de un buque procedenté de la Habana con patente limpia; y el segundo pOl' la ropa sucia que se la'Tó en el banio de San José, de otro buque de la misma procedencia y con ignal patente. r: romuicn hace dos afios que por las mi mas ó análogas causas se introdujo la fiebrl~ amarilla en la ciudad de Santa Cl'UZ de la Palma. Pocas serán siempre la pl'eCaUCiolle~ y la yigilancia empleadas para evitar tan fune" tos male~. 1. LA CIUDAD DE LAS PALMA:>. 95 Centl'o de vacunación Regentado este establecimiento municipal por un inteligente y práctico facnltativo, encuentran en él las familias pobres fúcil acceso para " acnnar á sns hijos sin ningún estipendio; pero desgl'aciadamente nuestros apáticos paisanos miran con tal indiferencia este beneficio, que, para que 10 obtengan, es necesario emplear la iuvesti~ ación de los agentes municipales. Téngase presente que para atenuar esta perniciosa apatía está ordenado que en ningún establecimiento público ó privado, ci vil ó militar ingre. en jóvenes que no acrediten estar bien vacunados. La horrible plaga de la viruela que tiene siempre la puerta abierta para producir sus estragos, debiera ser bastante estímujo para HU CO.' SEJ(\ S DJo: IIIun;,}; Pl llLICA llcudir al salvador remedio de la. rllcunneión; pues llunque éstll 110 preselTe pnrn toda la viun, poea moll'stia e~ rC'novarla cada 0(' 110 aflos, como lo aCOll (' jan lo llliís eminentrR prit~ ticos. E. ta rCllo,- ación se ha mirado con notable indiferencia y aún hemoR atl vertido con bashmte pena que siempre ~ e espera á qlH' reine 01 contagio de la viruela parn acudir Ú l'cnonu' la vacnna, sin calcular que, cualldo el aire está ya infe~ tado, es mny posible que las pequefias heridas de la vacunaci{¡ n sean ltlS condllctOl'US del mismo contagio. l\~ ngnse, pues, entendido que lo higiéni<, o y mÍls segnro es la seucjJla l'cnovnci6u ( le In vacuna cada ocho ó diez aüos. •.\ L.\ CIL'DAD lJE LA j> ALMA~. H7 Baños públicos na de las mayores necesidades del cuerpo humano es la de con erval' la piel limpia para no dar lugar á quo p. e obstruyan los poros de la transpiración y del sudor, ni á que las concreciones de cuerpos extraflos In'oduzcan las múltiples afeccione~ cutáneas tan COlllune como mole ta . El agua pura es el único Ji mejor agente de limpieza del cuerpo y como se presta á auquil'Íl' valiada temperatura, es in ustituible para todos lo. efcc · to higiénicos que de ella e deben esperar. El agua del m< 1. r y la' minerales son de aplicaeiolle. médicas. Por llece idad, por ca. tumbre ó tal vez pOlO di, rel'sión, concurren en verano muchas familias ú baiíarse en cIma¡ · á las primeras 7 ~ I1 ~ ~ Ii 1 j Q ! J8 CO. · S. II: JOS DE IlIUIENl: PÚBLICA horas de la noche, in más amparo que el ue una moue ta estera para desnudarse y vestirse. Fuera de los inconvenientes de la temperatura, del viento más ó menos fuerte ó húmedo y del oleaje, hay el peligro siempre amenazante de perder pié y perecer ahogado. Por esta razones y por la de que estos baños por la noche y de la manera que se toman son más perjudiciales que útiles, deben restringir e · u uso, á no ser que se ordenen con receta facultativa. Pero si esta prescripción de los baños del mm' está conforme con los preceptos médicos, ¿ cómo cumplirá el menesteroso pueblo con el deber higiénico de lavar su cuerpo? He aquí ya presentada la necesidad que tiene todo pueblo que se precie de civili · zado de poseer una casa pública de baños, donde pueda haber departamentos de lujo para los que pagan bien y modestas tinas para lo pobres. i no hubiesen tran ' currido tantos años ell que ha sido muy notable la falta de un establecimiento balneario, pudiera esperar- '. e á que la iniciativa particular, atraida por el111cro, lo Crei1. ra; pero ya esta esperanza ha de aparecido y únicamente pudiera reproducirse si el Excmo. Ayuntamiento ofreciese local yagua gratuita por cierto Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 99 número de años. Ante tal necesidad ya demostrada, creemos que cualquier sacrificio s rá bien recompensado. 100 CON'EJOS DE UIGIE~ E Pt: llLICA Establecimientos de Instrucción públic" a. Hi hasta principios de este siglo no hflbia mús qne dos Escuela' para varones y el ~ eminnrio Conciliar para la instrucción ecundaria, hoy ha sido tan intensa la reacción que on cada calle y nI volver de cada e~( 1 uinn. hay escuelas y tolegio donde se pretendo dar en eüanza ú la juventud de ambo. se.' os; como.' i las e ' cuelas y los colegio.', para merecer ,1 nombre de tale', no ne ' e itúran amplio:- y bien yontilado edifi- ' io~, con buena~ lnce., cl'e<: ido acopio del material de in ' tl'lH: ción, n ' iento higiénico, e." pertos mae ' tros cte., etc. Y - i 10 colegios que admiten alulllnos internos, deben tener ademús largos p'lÍiC'S, . auendos dormitorios, de~ ahogados comedores, sala s de baño y de Á LA CrCDAD DE J,.-\ 5 rAL~ IAS. 101 vestuario, cocinns a" eada", , retretes inodoros, ftgua corriente y suficicn~ profesorado de n respectivo sexo, sin ninguna intervención del otro. y no e nos culpe de e ¿ ' igente : como lIigieni tas no toca cen Ul'ar no solo la cua · lidade del local, sino todos lo acto de la enseüanza, tanto para que los niño" no de · pauperen . u integridad eorporal, cuanto pa-ra preservar u mente de los trastornos que ~ pueden ocasionarles la enseüanzas superio · res á su edad, los abuso~ de la memoria, la tensión continuada de la intellgencia, la falo ta de variedad en los ejercicios y la continua-da fatiga corporal. Si á esto se aüade el asco irl'cprochablr. del cuerpo, vestidos y camas, la buena condición de comida. y bebidas en calidad y cantidad, la < listribuci<) I1 acertada de di traccione y juego etc., se compren-derá la iDmen~ a rekpon. abilidad que pesa sobre el que ' e atreve á regentar UD colegio sin ante medir el nlcance de ,, 11 poder. .. l o; el profesorado no (', un oficio para ganar la vida; es un " acerdocio en cuyo mi · ni terio no caben lo. ignorante., ni aún todos los que conocen la en eüanza; sino solo aquellos que pueden y saben en eüar. Por esta y otras muchas razones desea · mos que no se mire con tanta indiferencia 102 CO... · SEJOS DE HIGIENE PÚBLICA este principall'amo de instrucción pública y que la autoridad- competente por si, ó por medio de una comisión respetable pasase periódicamente una revista de inspección á todas las escuelas y colegios privados. no solo para corregir con mano fuerte todos los defectos ó deficiencias que en ellos se noten, sino para suprimir los que carecen de las cualidades que en el local, en el material de enseñanza y en el profesorado exigen tan importantes establecimientos. Escuelas de párvulos de tres , seis a408. En sustitución de las ineptas y á.' lperas Amigas de otros tiempos, debíamos esperar de nuestra actual civilización el planteamiento de los llAmados Jardines de la In · fancia tan justamente encomiados y útiles para despertar, con agradable suavidad, los primeros albores de la inteligencia en los parvulitos de tres á seis años. Y no se crea que los preciosos y humanitarios trabajos del célebre Froobel nos eran desconocidos; porque hace muchos años que con el objeto de introducir en la enseñanza tan notable mejora, leyó en la Ilustre Sociedad de Ami · Á LA CIUDAD DE US I'AL~ rAS. 103 gos del País una dilucidada memoria de aquel si tema sn socio de mérito D. Francisco Cabrera y Rodríguez, ilustrado profesor normal y de ¡;; ordo · mudo~ y ciegos. El proyecto sucumbió entonces bajo el peso de la falta de fondos. Algunos ensayos de aquel sistema han intentado después las beneméritas Hermanas de la Caridad de San Vicente de Panl; pero según competentes informes, dejan mucho que desear. Los Jardines de la Infancia, con toda la perfección que en el día alcanzan, son insustituibles para hs tiernas criaturas que por su corta edad y gradual desarrollo de su capacidad mental, no caben ni deben caber en las escuelas; cada día que pasa sin establecerlos es un derroche de tiempo, de inteligencia y aún de las atenciones y cuidados higiénicos que necesitan los párvulos. E , pues, de esperar que la Ilustre Sociedad patriótica saque del ohTido la luminosa memoria del Sr. Cabrera y Rodríguez y de acuerdo con el Excmo. Ayuntamiento excogíten los medios más oportunos para establecer al menos una escuela de párvulos del sistema de Frrebel, que sirva de modelo á la iniciativa particular. 104 CO,' SEJOS DE llIGIE?' E rtBLIc. t E cuelas l) úbJic: l. r llrhada . Colegio . ....,. ada nos tocn cen": Ul'ar en las Escuelas llúblicas de esta <, judad; 011 oficiale y al ln", pcetor del ramo ó á la Junta local de primera enseflanza cone ponde denunciar ú la Su pel'ioridad las que no reunan lns condieiones higiénicas y pcdngúgicas nece~ al'ias. Sin embargo, se oh erya con pena qne el : Municipio gasta cr(' cida cantidad en los alquileres de casa- escuelas que estún lejos de poseer nquella ~ condiciones. ¿ o sel'Ía más útil y económico que paulatinamente se fueran construyendo, e ¿ ' profeso, edificios que llenasen aquella deficiencia y qne al fin con el tran ' cm'so del tiempo ali "' iarían los gn · to · del pre upue to de ensefumza?". .. 1.. ... ótaocc tambien que á la presente fecha no posca esta ciudad lma escuela pública que sirva de modelo en el material de euseflanza y eE- pecüllnH · nte en el de mesa- bancos tan necesarios l) ara evitar á los niños los vicios de conformación. Es vana ilusión la de esperar { t que los maestros los adquieran con los escasos fondos del material de que I i I 11 J e! Q Á LA CIUDAD DE LAS P.\ LlIIA8, 105 disponen. 1T o hay, pues, esperanza de introducir esta higiénica reforma, si el Excelentísimo Ayuntamiento, movido á compasión, no va poco á poco dotando su escuelas de aquello~ urgente uten ~ ilio . Terminaremos llue tra indicaciones sobre la escuelas pública,' con manifestar n UCbt10 deseo de qUf' en lo meses de Septi cmore y Oetubre, que 011 los más calurosos en esta. ciudad, se disponga qne las horas de escuela sean solo desde las ocho hasta las doee del día llara evitar á los niflos el calor asfixiante del medio día y de la tarde, :;: * * Las e cuelas privadas de ambos se ¿ - os ": 011 tan nU1l1cro", a como malas, con cortas c ¿ - cepciollC'¡';, Cualquiera que sabe algo de 1 el' y c,' crilúr, se cree nutorizado para abrir una e.. euela, SÜl calcular la re ponsabilidad que c011trne en no acertar á dirigir bien e,' tos importantes semilleros de los que han de el' útiles y buenos ciudadanos ó inútiles y pen,- ersos; por aquello de que cLos niños son como los árboles que si crecen 106 CONSEJOS DE IIIorEN}; PÚBLICA torcidos tarde ó nunca se enderezan. ~ Pero prescindiendo de la ineptitud de algunos maestros para tan espinoso cargo, duélenos haber " isto en esta ciudad escuelas establecidas en una reducida habitación sin otro hueco de luz y de ventilación que el de la puerta cubierta con una cortina ¿ Cómo pueden cumplir tales maestros con los imprescindibles preceptos de holgura, luz, ventilación, aseo, higiénicos asientos, variedad de ejercicios, etc., etc. r * * * Relativamente, casi en análogo caso se hallan muchos de los que pomposamente se llaman colegios, y con especialidad los de niñas que exigen mayores atenciones higiénicas por tratar e de un sexo débil expuesto en su desarrollo á muchas pertur. baciones. En estos colegios no puede disi · mularse ningún defecto en las condiciones de capacidad, aseo, luces, ventilación, asien · tos cómodos é higiénicos, separación de edades, variedad metódica de trablljos, distribución de distraciones y descanso, profesoras en absoluto del mismo sexo y I .! l I ! o Á LA CIUDAD DE L S PALlll s. 107 prudente vigilancia en el comportamiento de las alumnas, en sns modales y conyer · saciones evitando que haya entre ellas íntimas amistades. ...*... o quedan satisfechas las obligaciones religiosas, morales y de enseñanza pedagógica de los niños, por bien que se cumplan, si no adquieren modesta compostura, ameno trato, modales correctos, prudente reserva y, en una palabra, urbanidad irreprochable. Con amargo desconsuelo observamos que nuestros establecimientos de ambos sexos dejan mucho que desear en este concepto, creyendo tal vez que cumplen su obligación con hacer aprender de memoria á los niños el indigesto opúsculo de reglas de urbani · dad. 1Toes esto bastante; la urbanidad ha de ser práctica como todas las enseñanzas. ... ... .. Fuera de las advertencias que en general Ii ,. B I ! o 10 CONSEJOS DE HIGIENE PtBLICA nos hemos permitido indicar, nada en particular tenemos que decir del 1 eminario Conciliar y de los dos Colegios de enseñanza secundaria; ímicamente rogamos á sus digno Directores se tomen la molestia de vigilar sns dependiente para conseguir que atiendan al e merado a eo y limpieza de toda la casa, tanto mil nece" arios cuanto mayor sea el número de alumnos. Tiene en nuestro concepto tanta importancia la estricta obsel'Yf1. l1cia de los preceptos higiénicos en lo establecimientos de enseñanza, que nos atrevemos á suplicar á la Ilustre Junta de Sanidad Municipal se digne acordar y llevar ú efecto cada seis meses una visita domiciliaria para corregir las deficiencias que observa sin contemplación de ningún género; a í 10 exige la actual depauperación de la juventud. Á LA CIUD.\ D DB LAS P. 4. LMAS. 109 Teatros El de Cairasco, á pesar de haberse construido á mitad de este siglo, ha sido con harta razón abandonado por sus muchas nulidades. Lo ha snstituido el de Tirso de . Molina, magnífico edificio de lujosa arquitectura y cuyas localidades interiores nada dejan que desear en sns condiciones higiénicas, si se tiene la precaución de abrir, según convenga, los hueco de nmtilación que tiene para con ervar una temperatura moderada y renovar el aire e tancado. . lT o obstante se notan algunos defectos qne deben ser corregidos. El alumbrado de petróleo eleva la temperatura del ambiente, daspide mal olor y es un perenne riesgo de incendio, especial- 110 co. SEJOS DE HIGIEXE }' ÚBLICA mente en el escenario: la más pequeña alal'ma de incendio que llegase á ocurrir produciría funestas consecuencias. Es pnes urgente sustituir el alumbrado del escenario por el eléctrico, ya que en el día hay pequeños aparatos económicos cuya instalación y gasto de consumo puede obtenerse sin grandes sacrificios. La sala del teatro se llena de humo de tabaco que procede de los que fuman en los salones del pórtico. El humo de tabaco no solo vicia el aire que se respira, sino qne produce toses violentas, vértigos y otros trastornos al bello sexo. Debe, pues, corregirse disponiendo dobles puertas de comunicación de tal manera que nunca se pueda abrir una sin que la otra esté cerra · da, 6 10 que sería mejor, arreglando una sala aislada para que en ella y no en otro sitio del t. eatro se fume. Las brisas frescas baten con frecuencia la salida del teatro, y si los concurrentes no tienen la precaución de atemperarse y abrigarse bien antes de salir, están muy expuestos á contraer afecciones graves de los órganos respiratorios. Para modificar la corriente de las brisas, convendria llenar de árboles frondosos todo el espacio que media entre el fróntis oriental del teatro, el Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 111 mar y la orilla de la muralla del Guinigua. da: 6 mejor aúu, le,' antar en el mismo sitio una casa de suficiente altura, que pudiera servir de restaurant, café, sala da fumar, etcétera, etcétera. La costumbre de obstruir los hombres los salones del pórtico para ver desfilar las señoras, impide que los que salen puedan detenerse en ellos para atemperarse. La autoridad debe corregir este abuso. Por último, debernos aconsejar, corno medida de precaución; que desde que comiencen las funciones, se abran todas las puertas de salida, poniendo en ellas una leve valla de madera que pueda romperse fácilmente cuando ocurra cualquier motivo de alarma. 112 éO~ SEJOS DE JlIGrE~. B l'Ú1JLlCA Palacio Municipal Este suntuoso edificio posee todas laR condiciones higiénicas apetecibles; pero hnbiéndose fabricado en un solar l'elllH'ido, carece de sufil'ientes lo<: alidades para albergar diversos estable~ jmicntosque están bajo su amparo. Uno de ello yellllá importante es el de la biblioteca pública, alojada en un entresuelo mllY bajo de techo, sin hH'es ni ventilnéÍón. La illl portancin de e ta biblioteca que actualmente cuenta rná de nueve mil volúmene , y la neúe, i<. lad < le que el público utilice esta inagotable fuente de instrucción, nos sugiere la idea de que el ExcclentÍfosimo Ayuntamiento excogitara los medios de C'omprarse á. plazos ó de otro modo la ensa que tiene alquilada para In Escuela A LA CIUDAD DJ.; LAS I'ALMAi'. 1W l: ormal y le" antá e en ella las salas y dependencias de la biblioteca pública. El resultante beneficio recompensaría el sacrificio. Q 114 CONSEJOS DE IlWIENE PÚBLICA Palacio de Justicia Las numerosas salas y oficinas del edificio de la Audiencia Territorial y de todas sus numerosas dependencias son de laudables condiciones higiénicas. Unicamente hay que evitar eon singular cuidado la humedad que suele notarse en los pi os de la planta baja, procedente de las filtraciones de los patios y de la huerta. Para corregir este " T~ 1. Ye defecto no e l> a tante suprimir el l'ieo'o de la huerta, porque las lluvias alimentarían la humedad; hay nece idad de adoquinar ó baldozar la huerta y los patios y dar salida e ¿ - pedita { t la acruas de lluvia. A LA CIl'DAD DI<] LAS !' ALMA::;. Palacio Episcopal 115 Este antiguo edificio ha tenido importantes reformas con recientes fábricas de de · partamentos altos y bajos en el interior y con las notables mejoras que en el patio y escalera principales ha ca teado nuestro digní illlO Obispo el P. Gueto. De su primi · tiya y mezquina arquitectura solo queda el fróntis que i bien rc,- ela • u antigüedad, no di, minl1ye las buenas condicione. higiénic'as del interior. 116 CO~ SEJOS DE ! lTUTE. E PlllLICA Palacio Militar De construcción reciente, y fabricado sin escasez de fondos, este edificio completamente aislado, recibe franca ventilación y buenas luces por los numerosos huecos de sus fachada y quizás no tenga otro defecto higiénico qne el del polvo que le introduce la t'arl'etera de los Arenales. . Ío. LA CIL'DAD DE LAS PAL; lIA: l. 117 Casa de Administre.. ción y Depositaria de Rentas Este edificio del Estado, no podía hasta hace algunos meses, con los defectos higié- j nicos que lo agobiaban. Actualmente parece I que se han hecho en él mejoras importante",; I y es de de ear que de aparezcan para siem- I pre los foco de inmundicia en sus depen- ~ dencias bajas del traspatio ( Iue oran intran- 1" sitables y pestilente". ! Q 118 CONSEJOS DE HIGIENE PÚBLICA Cuartel del Eatallón Regional E · ta casa que era un destartalado eon · vento, ha ido adquiriendo y ya posee lns eualidades higiéni('[\ indispensable~ para alojar cómodamente quinientos soldndo , eon toda::) las (' onvcnicnciai) de bueno y ventilados dormitorio , sala de armas, y de ve · tnario, comedor, localidades de aseo y limpieza con agua corriente y demás depelldcll<.: ia~ nece arias. E tas importalltí i · lllas mejoras son debidas en gran parte á la aetiddad é ilu traua iniciativa del General Gobernador Excmo. ~ r. D. Francisco de Alaminas. cuyo nombre será siempre en Las Palmas de grata y eterna memoria. Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 119 Cuartel de Artillería Con decir que la compañia do Artillería de esta guarnición está alojada en una casa de alquiler, relativamente pequeña, con escasa luz y poca ventilación 1 sin dormito rios higiénicos, sin accosorias capaces para la limpieza del cuerpo, ni de sala de armas, de vestuario, etc., etc. hay ju tificados motivos para rechazarla hieYiénicamente, implorando la intervención de la autoridades competente para la adqui ición de un cuartel de artillería de buena. condiciones. Esta úplica la encarecemo hoy con tanta más razón cuanto e tamo' en vísperas de que se aumenten las fortificaciones de esta plaza y su puerto, en cuyo caso se necesitará un batallón de Artillería para el servicio. 120 CO.' SE. ro · Dfl HIGIE. ' f: PlBLICA ... O e~ llc<: esario dccir que estos edifi · cios no::; e improvisan; ni aunque seól fácil en<: Olltl'ar una ca a de alquiler que sati faga la nece~ idad; por lo mi mo conviene prepararse para evitar el conflicto que ", e apro: nma, Á LA CIUDAD DH LAS PALMA",. l: H Establecimientos de sustancias alimenticias Plaza de JI( ll'eado. El principal laboratorio de .~ alnd ó de enfermedad e. Aá en la plt1za de mercado: tÍ ella concurre el puehlo pal'll pro,- eerse y en ella puede encontrar ó lo hueno. alimentos ( 1ue reparen ' us fuerza y con ' elTen su sao lurI t ó 10" malos qu> le oca ' louen enferme · dade., He aquí l' 0! que e.~ de ab.: oluta 110ce ' idad tn el mercado la coutínua . Y pro,- i · ' ora yierilancia de la autoridad municipal para que en {> 1 solo se pongan ú la " enta los productos irreprochablemente sallOS, En la plaza no se debe llerlllitir la entra · da á ningún producto perjudicial á la sao iiI~ J ! o 122 CO,: SEJOS DE HIGIENE PlBLICA lud: todo debe ser bueno en absoluto. Bajo este concepto debe proscribirse toda fruta verde ó madurada artificialmente, la que dé eñales de incipiente corrupción, las horta · lizas marchita, las legumbres picadas de insectos, los tubérculos enfermos ó que ya han germinado, las raices enmohecidas etc. o quisiéramo oir nunca la expresión de que el pueblo sabe bien lo que va á comprar y que es dueño de rechazar lo ma · lo y elegir lo bueno: aunque esto fuera a í, que no lo es, porque quizás la mayoría de los compradores carece de suficiente sutileza para evitar el engaño, la autoridad debe ser siempre previsora y paternal para preservar las faltas que pueda cometer el comprador, ya por defecto de inteligencia, ya porqne la pobreza le incline á comprar lo más barato, aunque sea pernicioso, ya finalmente porque le incita la golocina, como sucede con frecuencia ha ta en los que no son niños. La Plaza de Mercado es un edificio moderno bien construido, con e pacioso patio anchas y largas galerias, salas y cuartos de bastante capacidad, amplia ventilación y buenas luces: ni el sol ni las lluvias penetran en ella, porque lo impidE:: su techo de hierro. Sin embargo en la actualidad es muy Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 123 corta para la población á pesar de haber invadido la plazuela del fróntis norte. Esta deficiencia es de malos resultados, porque siendo exorbitante el concurso, los compradore se agolpan y se empujan en los puesto de venta y no pueden e. Taminar las conuicione de lo que van tt adquirir. Es, pues, ya de urgente necesidad la cOllstrncción de otra Plaza de Mercado en la entrada del barrio de los Arenales que ~ urtiría todo este barrio y la mitad del de ¡" TriaDa. ¡! Tada debemos decir de la llamada plaza de mercado del Puerto de la Luz, porque ~ ha", ilt hoy no es más que un esqueleto de plaza. Tienda de carnes La~ . ala. de la plaza de mercado y los cnarto tI ue fuera de ella se de tinan á la venta de carnes, carecen de las condiciones higiénica que requiere e te importante artículo de consmno. nas y otros carecen de ventilación; sus paredes, ganchos; pesas y mesas están impregnados de substancias animales enranciadas, de olor picante y 12~ en,' SE. JOS m: JlIllIE. · . B PIIJI, rc \ nau ' eo, O que indica permanente ' orrup · ción. Las carne' colgada,', en vez de estar cubiertas con cri tales { l ' on tela' blanca..; y transparentes, e tán al aire plaO'ada: de lllo: cas, ú\- idas de uepo itar n ella u' huevo . Lo . cortador en vcz de limpieza, o tenían en su ~ ropa lo - e. tigio de la matanza. Lo hue o : cortan con mach te produciendo menuda e quirla' qu ~ hay que e. · purgar como si fue. en e~ pina de pescado pequeüo; por último, en aquellas tiendas nadie compra lo que quiere sino lo que le dan, aunque ' oa un ' onjunto asqueroso de huo 0, pellejo y ~ eb(). En una palabra, el mercado uo carne lllUY poco ha adelantado al de la antigua carnicel'Ía. Para eoncluir con tanto: al) U~ os debiera e.- igil' ' e que la ' enta de carnes s'" hicie e en salas ó cuarto' l ne tengan arrcglado hueco' de ventilación, anaquelería con vidriera' ó cortinillas blancas de tela transparente, me a de mármol pam el de.. pacho, agua corriente y limpieza e~ m rada en lo cuchi · 110, ierra, pe,- a., O'tlllcho y persona de 10 cortadores. Iientras no . e rcalice una reforma radio cal, debe disponorse quo diariamente se laven todos los utensilios con legía caliente, . e cubran la' carne. con tela blancar-: Á LA en DAD DE LAS VAL~ IAS. 1;! r, siempre limpias, se ponga en uso la sierra para cortar 10::: i huesos y que los vendedores estén a eadok' La carne sobrante' no e podrán poner tÍ la yenía del siguiente día in prévio exámen de per,' ona competente y orden expre · 8a de la autoridad. Panadería " El producto más necesario y de mayor consumo es el pan y tambien es el que por defectos de elaboración ó de malas harinas ¡ n'oduce mayores daño . ~\ II1' unos panaderos, para dar mayor peso al pan, sobrecargan de agua la ma ' a y le dan al horno una temperatura alta para que en corto tiempo tueste la corteza, dejnndo crudo el interior; cste pan e:; indig- e~ to. Otl'O~ para dar mayor yolúmen al pan, ponen á la masa nn c." ceso de levadura que le dá una acidez pernicio a. Otro' Ú pena , e toman el trabajo de reyo1yer la ma a y : acan un pan engrudado que no se puede ma ticar y meno: digerir. Estos y otro." 1' ario defecto de elaboración tan comunes dan ú tan importante artículo de alimentación cualidades dailinas, cntre las I J I~ f ! o 126 CONSEJO' DE HIGIENE PÚBLICA que quizás sea la menor la de ser indigesto. Las harinas, que tanto se prestan á la adulteración, contribuyen á agrayar las perversas condiciones del pan. " Gnas proceden de trigos picados de gorgojo ó infestados de tizon y cornezuelo y son poeo menos que venenosas. Oteas vienen mezcladas con polvos siliceo desprendido de las piedras de moler y causan irritación en las membranas del estómago. Otras están mezcladas con harinas procedentes de diversos granos difíciles de digerir. Otras han sufrido fermentación y son pési. mas bajo todos couceptos. Otras, por fin, eslúu adulteradas con substancias minerales y son las más abundantes en el comercio y las peores de todas. Por lo mismo que el pan es el alimento más general y más necE: sario, debe ser objeto de preferente y exquisita vigilancia para impedir que se venda el que procede de malas harinas ó de mala elaboración. Lo primero se consigue di poniendo que las harinas no se pongan á la venta sin prévio análisis parcial; y lo se( fundo es más fácil de corregir mandando inutilizar el pan mal elaborado. Es de lamentar que á la presente fecha no se utilicen en esta ciudad las máquinas ! Q Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 127 ya tan generales para elabOl'ar el pan con uniformidad de peso, medida y tiempo en todas las operaciones, como igualmente los hornos mecánicos para cocerlo con exacta regularidad. Si se estableciese esta perfecta panificación, quedaría reducida la vigilancia de la autoridad al e crupuloso análisi de la harinas. Harinas de granos tostados. Estas harinas ( gofio) son de mucho con · sumo en los trabajadores del campo y solo exigen que los granos de que proceden esten sanos y limpios. Hay que desconfiar mucho del maiz que se desembarca, por que es muy común que durante el viaje haya sufrido fermentación, como lo indica] a alta temperatura que adquiere. E te maíz aun · que se refre que, ya es perjudicial para el con umo. Leche. Después del pan y de la carne, es la leche iiI .!! I ! o 12l; CON~ EJOS DIo; IlIllIE: E l'ÚlLICA el alimento más general y por lo mismo má: o; digno del empeüo que debe ponerse en que se venda en toda ,-, u pureza. Desgraciadamente la leche se pre ' ta á muchas adulteraciones, entre la . cuale sería la mú iuoc ute la del agua) , j para ocultarla al e. · á · men de11) e.. alico1' no e yalie en los vendedores de sub tancias pe1' j udiciale á la ,' alud) como lo han acreditado los vómito.." dia · rreas, conyulsione.. , cólico::; etc., que ha 1) 1' 0ducido 1'( 1) etidas vece'. unca serán hafltante rigorosas las pem18 que se impongan ú los ( lc~ pindados vendedores de leche llue IJor una ruil:; el'able ganancia 110 dudan en, enenat' á sus feligl't'ses. Toda leche que no se saque á la vi.. ta de " aras ..; auas, l'obw., tas y bien alimentadas) e cuando meno, sospechosa, si 110 e: dafli · na. Debe desconfiarse siempre de la que introduce en la población y acon...; e, imno · qne nunca se utilice ino de. 1Jl1C~ de bien hCl'\- ida; rechazando la que con la ehnlliciúll lUmla de color ó con ~ istencia. Tiendas de pe cado . · a1llreso. Este artículo ( fcneral de con nmo espe · Á LA CIUDA. D DE LAS PALMAS. 129 cialmente en la clase trabajadora, se altel'a y descompone pronto si la temperatura fresca no le favorece. Por e to creemos que la. tienda de pe cado salpre o, ( lonja) teniendo su exposición al oriente y poniente, están mal situadas. Para garantir por algún tiempo la integl'idad del pescado deben aquellas tiendas estal' en ombl'a permanente, con abundante ventilación al norte, con pi. o inclinado é impermeable para que la salmuera se deslice con facilidad y procurando siempre los vendedores un esmerado aseo en el local y en los utencilios. Desde que el pescado salpl'eso empieza á variar de color, seiiala su corrupción y debe inutilizal'se pora evitar los daüos que pueda ocasion~ l' á los consumidores. Es lamentable que nuestros pescadore. de la Costa africana ' can refractario á ciertas mejora que dal'Ían á su indu tria mayor valor y má. garantías para evitar la pronta corl'l1pción del pescado. .... ótase que é ta Riempre empieza á alterar e en la inmediación de los huesos; ¿ por qué, antes de salarlo no se le quita la cabeza yaún el espinazo, á los pescados grandes y gracientos? Si así .. e hiciera quedarían sus hojas en contacto m{\ s inmediato con la sal, más prensado con su propio peso, más libre del contacto del 9 o 130 CONSEJOS DE HIGIENE PÚBLICA aire que precipita su descomposidón, cada buque tmel'Ía casi el doble de carga comestible, ga taría relativamente menos sal, duraría má tiempo en buenas condiciones Ji quien sabe i con tal práctica se llegaría ú encontrar un procedimiento para secarlo como el bacalao. ' riempo e ya de que nuestra precio a indu tria pesquera salga de pañales Ji entre en la yia de progreso, abandonando ] ¿ ¡ s rutinarias prúcticas de nuestros antepa · sado.. • Pe cadería. Pocas poblacione e lisonjearnn de tener nna pescadel'Ía tan artísticn, tan aseada, con franca ventilación, buena luce, agua colTiente y todas la condiciones higiénicas apetecible , como la de c ta ciudad. Pero si el edificio nada dl'ja que de ear, no sucede Riempl'e 10 mi mo con el pe eado que allí se c." pone ú la venta. Los barquitos de pescar, á más de f- er de corta capacidad, están tan impl'cgnados de inmundicias, que desde que en ellos se filtra alguna porción de aCflUl, se forma una sentina cOl'l'ompida en la que Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 131 queda anegado diez ó doce horas el pescado que se va cogiendo. De aquí proviene que en los días calOl'osoS el pescado fresco, aunque sea reciente, adquiera mal olor y notable propensión á corromperse. Si á e to se aflade el mal trato que le dan los pescadores y el peor em paquetado para condncir. lo, muchas yeces de largas di tancia , no e e.- trañará la presteza con que entra en corrupción. Todo lo que el peRcado fresco, en su estado de integridad, tiene de sano y buen alimento, lo adquiere de malo y dailino desde que tiene Ja rnús leve seflal de descomposición: es entonces un veneno que puede hasta ori · ginar la muerte. Por esta causa es de desear que lwya iempl'e en la pescadería una " i. gilancia activa é inteligente que rechace é inutilice todo el pe cado que 1lO e halle en . u perfecto e tado de integridad. I A " eces uele quedar un re to de pescado freo co para el día ' igniente y hay la práctica de C'ortarle la aleta candal para que el público lo conozca; e...; to no e' bnstante; ( n nuestro clima es difícil ó quiza impo. ible que el peLcado dure 24 hora. sin corrOIl1PPl'. e; e pues muy arriesgado el permitir RU venta sin nuevo l'cconocimiellto qne acredite su buen estado. 132 CONSEJOS DE I1IGIENE PÚBLicA atadero. E te local de tinado excll1si\; amente á la matanza de las reses de consumo, está bien colocado {, orilla del mar y tiene buenas con · diciones para conseryal'lo aseado por el agua corriente que posee, por la expedita salida de las inlllundicias y por ~ u mucha ventilación. To obstante debe ser objeto de contínua vigilancia no solo en el interior y en los conductos de desagüe, sino en el exterior para evitar que se forme un foco de infección. Los cueros, el sebo, los intestinos, la san · gl'e y demás restos de las re es que se matan, son utilizados por ciertos industriales, pero con tanta incuria que ú larga distancia de la playa del matadero e percibe la hediondez que exhalan. Lo más higiénico sp- ría que aquella industrias se ejercieran en las afuel'a~ de la población, ya que no es posible evitar el daño que prodncen inficionando el aire. Las re. es destinadas al abasto de carnes no deben estar fiacas, porqUé á más de ser su carne poco nutritiva, debe sospecharse •.\ LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 133 que su flaqueza procede de alguna enfermedad ó de malos alimentos y en nno y otro caso son desechables. Lo toros padres y los recien castrados deben ser tambien prosCl'itos al igual de la re" e viejas y de las vacas fecundada ó recien paridas. La carne más sabrosa, tierna y nutritiva e la del buey criado con buenos pastos y poco ó ningún trabajo. Las vacas que por costum · bre antigua se dedican al consumo son las peores reses, porque no vienen al matadero sino despues de mucho~ partos y cuando ya por su edad no sirven para los trabajos de la labranza; sus carnes entonces son fila · mentosas, duras y escasas de jugos nutritivos. Todas las ant8riores prevenciones · son aplicables al ganado menor. Adviértase, como regla O'eneral, que el ~ llli · mal que no tenga todas sus entrañas y carnes en estado nOl DJal debe scr rechazado por enfermo. ada e mil" aplicable á este caso com o la antigua .: entencia Bonulll ex integra cau a; malnm c.' pervennque defectn. 1' ielldas de come tibJe., .[ ingún sitio dedicado á la venta de sus · 1,' l4 CONSEJOS DE HIGIE: SE PL- BLIC.- I. tancias alimenticicts, necesita tanta vigilan(' ia y tanta corrección como la tiendas de merceria, donde la codicia de los revendedore no reconoce otro deber que el de su lucro l'l- lrticular. Estas tiendas que on en general peqneüas, sin ventilación y de", a eat1a~, encierran en u corto espacio infinidad de vituallas sólidas y liquidas, reciente y añej < lS, frescas : r saladas qno sobrecargan sn e tancada atmó - fcm mezdada con el húlito de la familia qnü allí vive. Cuando por la maüana se abren su puerta es tal clmal olor que de ellas sale que no se pncde pasar por ¡;: us acera sin experimental' un sentimiento de asfixia. Por interés dlfl público y aún de sns mismos dueños debe c.' igírseles más capacidad, más venti, ladón, más limpieza, mellOS bacinamiell' to de comestibles y menos fraude en 10 que venden. Almacene de - nb tancia alimenticias. Estos establecimientos, aunque mucho más espaciosos, ventilados, y limpios que las tiendas de mercancia, encierran tambien mnchas más variedades de carnes y pesca · Á. J,.-\ CIUD. D DE LAS PAL:\ IAS. 135 dos diversamente preparados y expuestos á la corrupción. Deben pues ser vigilados } lU1' 80 exigirles la inutilización de todos los productos rancios ó corrompido~. }' ábri::& de pa~ 1& I duJeeria r chocolate• ..... T ada tenemos que increpar á la fábriea de pasta.' de esta Ciudad; ¡ me.' , juzgamo:-; qne no habrá en ella ningún defecto d~ · elaboración y sofisticación de las harinas que emplea; únicamente recomendamos ú su fabricante que nunca use otra tinta para dar el color amarillo á sus pustas que exclusivamente la del legítimo azafrano * : 1< '" El mismo con. ejo damos á lo. dneü08 de dulcel'Ía , que en .' us artefactos tOnSumell muchas sub taneias colorantes para dar á las confituras los brill: mte. colores que las hermo eau. Por ningún cn o deben emplear los preparados minerales, ni los de la : milina que son muy venenosos aún en peque- 136 CO.. · SEJOS DE JlIGIENE PÚBLICA lIlSlmaS dósis. Hay suficiente mímero de ~ ub~ t[ llleias yrgetnh s illofensiya..; pam todos los culores; y si no las hubiese, seda l'rcfe · ri ble que las confiturm; fuesen lUellOS vis · tu..; u::; á tambio de 110 • (' r envenenadoras. : j: ::: * JIal': 1t a pocos aflo. atl'á~ mH:' o..: Íros padre' sahoreaban con plac(' r el rico thocolate tOlllpuesto de partes iguales de almendras de cacao tostadas y azúcar con ú sin aroma de CHuela Ó vainilla. Esta pasta eminente · mellte nutritiva que el iumOltal Linneo npellidó alimento de los dioses ( theo broma) se impuso á todo el lIlundo civilizado y mal'c{) p(' rfeetamente la época más glorio a de nue · tra historia patria. Los especuladorC's ingleses con sn té y lo envidiosos franCt' e' (' on u café le hicieron cruda guerra; pero ha.. ta bien avanzado este siglo, el sa · bro o y confortante dlOcolate no reconoció ri\' a1. Habíamos de ~ el' nosotros mismos, los ingratos espaflOles, la (' ausa de sn ruina. Primero creyendo que para dar segura prueba de civilización debíamos introducir Á. LA CIUDAD DE LAS P.~ LM.~ S. 137 el té Yel café en nuestro desayuno; y después para ponerlo al alcance de todas las fortunas, sofisticándolo bárbaramente. Hoy con unas pocal' almendras de cacao, pan tostado, harina, arroz, cacahuetes, etc., y con almagre, minio y hasta bermellon para darle color, se plagan los pueblos de una pasta que con el nombre de chocolate se encarga de indigestar al prójimo, si no lo envenena. El abuso es ya tan escandaloso que, para corregido, se hace indispensable que la autoridad ordene un análisis de las pastas de las diversas espendedurías, para evitar al menos el pernicioso uso de los minerales colorantes. Bodegas)' Taberna.'. De ' de que el üidium y la Filoxel'a acometieron los ,' iñedos, e ha propagado una plaga de fabricantes de vinos artificiales que, vendiendo su conciencia al lucro, no han dudado envenenar al genero humano, Pocos son en el día los vinos que no se adulteran ó sr: fabrican sin la intervención de la uva ni de su alcohol. Los que se agriau, los i . li IIJ 1 ! o 138 CO.' SEJOS DE HIGIE,' E PL- BLICA que tienen poco espíritu, los que carecen de buen color, los que se quieran pasar como añejos y los que nunca han conocido la uva, todos se confeccionan con substancias orgánicas é ino
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Calificación | |
Título y subtítulo | Consejos de higiene pública a la ciudad de Las Palmas |
Autor principal | Navarro, Domingo José |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Tipografía La Verdad |
Fecha | 1896 |
Páginas | 146 p. |
Materias | Salud pública |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 12468703 Bytes |
Procedencia | Universidad de La Laguna. Biblioteca |
Texto | 1 . B I ! .. CONSEJOS DE HIGIENE PÚBLICA .\ LA poa LAS PALMAS - ~ IF. ... . f,;, 2)::-:.. .1..," 5l.. m.... n: · ' ( .." - 2J", o. í (, tiC'J l.. B. étlií: Qft,.. J. 1896 I .!! I ; l] o A MIS LECTORES. La higiene en toda su extensión ( pública y privada) es la vanguardia de la medicina que acompafia ti la humanidad desde el engendro y el nacimiento basta la muerte y la sepultura. Como madre carillosa, no solo la dirige en el pacífico hogar doméstico, SillO que en el inmenso piélago social la protege y la tldiell( lc dc las borrascas y huracanes qne la como oaten. ' odie puede eximirse de sus preceptos sin ser ano ticipadamente y con premura borrado de la lista de los " i, ientes. La higiene y la moral se hallan tan intimamente unidas y sus benéficos efectos son tan poderosos que, si llegasen á imperar juntas, casi podríamos reproducir el paraiso terrenal, sin apelar á los remedios de la medicina ni ~ í la intervención de la Justicia. En efreto; la higiene e á la medicina lo que la moral es á la judicMura: cuanto mas se moralice al pue · blo, tantos menos delitos habrá que corregir, tantas menos deman das injustas que fallar: cuanto mas. II Á )! IS LECTORES. C'lllrOllice la higiene. m~ l1os enfermedadcs gm,- cs que Cllntl', meno naturalcza.... (' 1111 ble que re~ tahlecer. Si < ksemno. abolir la horribl ' p ' ua de muerte, los degradantes pn,' idio. y la trbt<' s cúrcel(':-, empefléroono ell moralizar la ., oei dad si mpl'c y " in descanso con el ej mplo y con la pahtbra; entonces los delito no ~ nín Illas quC' unu lamentable y rara excepción que la opinión pública <: u tigaría con la terrible pena de :-< u de.' pr~ cio .. i queremos di. lllinuir la epidemias, destruir lo' contagios, suprimir las enfL'l'metlades endémicas y aminorar la ( .... portÍdica,', obliguemos á 111. sol'Íedal1 y a sus indivíduo - Ú I) uc cUUlplan rigoro~ a. mellle los preceptos de la higiene; y la enfermedad seriÍ entollces una le,- o excopción que la medicina curaría con facilidad. :::** Todo lo que tiene de fácil la aplicación de lo~ precopto de la higiene privada, lo tiene de difícil la de la higiene pública. La higiene pri\' ada es una misma en tolia la~ poblacioncs del globo. porque una mi!' ma es la e pecie humana en todas ella. , salvo levcs die rencias exteriore de color y de fisonomía . .1.' 0 sucede lo mismo con la higicne pública; sus exigencias SOlt f: 1ll varjHdns como di\' C'r~ lls r- on la localidades : i qua ~ e aplican su ' leyes. De aquí resulta naturalmcnte el estudio e pecial y minucioso de cada pueblo para conscguir ponerlo en las plausibles condi · ciones de asegurar la salud y longevidad de sus babitantes. .{ AI~ LECTORES. IU JIac: ta la pI esente fecho uada se ha intentado en la ciudad de Las Palmas para entrar en camino de alcm- lZar aquel inestimable beneficio, Ó al menos para disminuir los males que puedan ocac: ionarle sus defectos higiénicos; existe pues, un vacío que dehe llenarse aunque sea d difícil consecusión. -:-*::: En mas de cincueuta mios de práctica con el cargo de médico titular. me acreditaron la observación y la e. · periencia que nue. tra población posee condiciones naturales de primer orden para que sus habitantes conserven ilesa su salud. En efecto, la templada temperatura de la ciudad, nunca interrumpida con bruscos cambios; sus mode' rada' fenómenos meteorológicos; su franca exposieión á las fre.. cas brisas que la bañan; . u abundan. tee: aguas corrientes; su suelo seco rodeado de fértil vegetación; ~ u subsuelo permeable y suavemente iuclinado bacia la orilla del mar que recibe sus filtra · ciones; libre de toda enfermedad contagiosa que no haya sido importada; sin otra.. epidemias que las catarrales, ca!" i nunca graves y excenta de enfermizas influencias endémicas, fuera La Palmas un Eden de salud, si varios defectos higiénico!", muy corregibles, no la produjeran feos lunares que desvirtúan sus naturales excelencias. Solo el deseo de intentar la desaparición de aquellos lunares es el objeto del presente trabajo que del dico á mi amada patria, no como obra importante ni IV Á MIS LECTORES. ele mérito alguno, sino como consejos de un cariflo · so amigo que á su vejez se los lega para que, sino alcanzan á serle útiles, sirvan al menos de estímulo á otras publicaciones mas cientificas y de mejores re · sultados: si llego á conseguir este fin, queda mas qu recompen ada mi modesta taren. Las Palmas 1.0 de Septiembre de 1 96. POMINGO rosÉ jiAYARRO. CON~ EJO~ DE RIGIE ' E PÚBLICA Á LA Cl: UDAD DE LAS PA. L: M: A. S ~:----=~>- PRELlM~ NARES. PRIMERA PARTE La ciudad de La Palmas de Gran Canaria e tú .: ituada á 10:- 5 2 ' 0 · 6' · 24'} lato ... T. en la o tu oriental de la i la, ocupando una faja de tliez kilúmetro~ de largo de. de d barrio del Puerto de la Luz ha~ ta el e hemo ud del de •' an . Tosé; y de uno ti tre kilómetros de dc.' ignal anchura limitada por las colinas ( riscos) que la rodean al occidente y originan el plano ] cyementc inclinado sobre el que desean. a u ca.' el'Ío que se extiende hasta la orilla del 111 1'. Por su proximid d al trópico y por disteu' 10 CO. · ~ EJOS DE lIIGIE.' E ptm. ICA sólo 36 legun del aran desierto africano, parece que debiera tener un clima cálido, y sin embargo e tan templado que ha merecido el calificativo de primaveral. Débelo en gran parte á los vientos generales del nordeste ( brisas) que en verano on los dominantes y soplan acompañados de nube más ó méno acumulada que, interceptando los rayos solare.. , refre can el ambiente. A" Í e que los me e de. ' cptiembre y O<, tubrE:', en los que decaen la brisas, son lo de mayor calor; pero á pesar de esto, rara vez sube el termómetro cent. O : í los 27°, así como tampoco baja en invieno de los 17 obre cero, La l1u\ Tias, ~ on largos intermedios de descanso, suelen empezar en . J.: Toyiembre y terminar en : Marzo: casi nunca ~ on torrenciales. L'l ciudad e~ tá dividida en dos mitades por el barranco Guiniguada que aunque desciende de las nItas montañas del centro de la isla y suele acarrear mucha agun, no deja charcos ni ciénagas en u trnyecto por la población. Las calles son de regular anchura y ca i todas bien pavimentadas. Las mayores corren en el bario de Triana de , lT. á S. y en el de Vegueta de E. ú O. El plano inclinado que ocupa el caserío Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 11 no le liberta de que las aguas pluviales, cuando son insistentes, se detengan en las calles mns baja", principalmente en la llamada ~ Iayor de Triana, cuyo piso por h8llar e cnsi al nivel de la pleamar carece de corriente. Como esta calle es el centro del 1ll0vÍlniento comercial, no puede evitarse que se acumulen en ella diversos de pojos con los que luego e formen fangales corrompidos. Este graV'e defecto puede remediarse <: on cloacas qne saliendo de todas las calles de travesía atraviesen la de Triana y recojan sus agl1HS para conducirlas al mar, mediante una inteligente razante de aquella calle á fin de que ~ ada trozo de ella desagüe en su respectiva cloaca. iII~ f ! o l~ CO.- SEJOS D~; HIGIE.- E p( BT, ICA Construcciones urbanas. Las casas son en general de dos pisos, con algunas e. · cepciones. Es muy lamentable quo en la construcción interior de las casas haya dominado siempre el capricho {> las e.- jgencias de lo::; propictarios y no la c.- perta dirección de lo' arquitectos para dotarla de la condicione. higiénicas que debieran tener, corno on la de ituación do 10. dormitorios, habitaciones y demás oficina, apgcidad l'elati'{[ I, ventilación, luz, acción benéfica del sol, upre ión de humedade8, letrina inodoras, desno" i. ie expedito do los líquidos á las doacas ó sumidero muy }) ermeab1es etc., etc. La vigilancia municipal no ha de quedar limitada á los frontis de las casas y dirección de las calles; debe intervenir en el arreglo r Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 13 ' oncierto del interior, para impedir todas In cau as de infección que, adquiriendo pábulo en las pelTer as cualidades de laH habitaciones, propagan la enfermedad al vecindario. l: Iuchos son los afectos infeccioso que como la tí i.." la difteria, el tífll", las fie · bres e.' antemáticas etc. terminarían en el desO'laciado indivíduo que lo contrae, si las ca a no quedaran con tituidas en focos de infección. El libre albedrío del propietario debe terminar donde termina toda acción que causa perjuicio de tercero. Entre los defectos de la constl'Uccioner-: urbanas, nótase uno común á todo el caserío, como lo es el que las r. asas terminen en azotea in ningún intermedio, Es observación constante que los rayo solares calientan la masa de cal y tierra que cubren los techos y almacena en ella enorme cantidad de calor que cuando -' e cierr: m los dormitorios irradü en u reducida atmó fera y la calienta con grave daño de la alud. Este perjuicio pnede evitar e interponiendo bohardillas ó otabancos, útiles para varios usos cco · nómicos; ó bien sustituyendo la enorme ma" a de cal y tierra con ladrillos que reflejen lo. rayo olare. E. { lostumbrc antigua, hasta hoy no in · tel' 1' umpida, que lo propietarios alquilen 14 CO SEJOS DE llIGIE. E PÚBLICA para viviendas las accesorias que no tenien · do más huecos de ventilación que los de la calle, carecen además de las oficinas necesarias para las necesidades de la vida. Tales accesorias transformadas en cocina~ y en depó ito de inmundos despojos, son focos de infección permanente donde las pobres familias, que viven allí como de milagro, se ven en la necesidad de arrojar á la calle todas la8 inmundicias que en el día han acumulado. Esta inveterada costumbre lleva consigo graves infracciones higiénicas de funestas consecuencias y debe corregirse con premura para evitar futurRs desgracias. A U CIUDAD DE LAS PALMAS. 15 Ensanche de población. La muy acertada apertura de la calle del Cano y prolongación de la de Pérez Galdós marcan perfectamente el ensanche de población hácia el norte de la ciudad, porque en aquellos sitios concurren todas las con · diciones favorables para formar barrios higiénico , si e aben aprovechar sus indiscutible ventajas. Fuá un error muy con iderable la preferencia que se dió, poco tiempo atrá , al en-anche de población en el barrio de an Jo. é, ma' allá de su iglesia; porque allí con · curren mucha cau a de in alubridad. En efecto, aquel ca erío recibe directamente la acometida de los viento del sud, siempre . eco~, irritantes y enfermizos en nuestro clima; el , 01 tuesta los fróntis de las casa 16 CONSEJOS DE HIGIENE l'tBLICA desde las primeras hora de la mañana hasta la noche; se halla siempre inyadido por la nube de poh'o que lenmta la carretera; rarece de agua del abasto público, cuya conducción sería muy co to a; y obre todo se halla enclayado en la únira zona de'tinada á los cementerios. Sin embargo, como al error que dejó crecer aquel barrio ya no puede remediarse, e conveniente atenuar en lo po~ ible sus malas condiciones, poniendo singular esmero en criar árboles frondo o en la cuneta izquierda de la carretera y i es posible, en las dos cunetas, para dar so111bm y }' efrige · río á las ardorosas casas. Otra o" l'an llH'jora sería la de convertir la abandonadas colinas en un bO. lque donde predominaran los pinos marítimos y lo eucaliptos, cuya frescura y resino a. emanacione atenuarían los malos efectos de los embates australe y" anearían la población. Aunque e" ta importante mejora no puede improvi al' e, con constancia y en el tran curso de alguno aflos se conseguiría conyertir en bueno lo que hoyes pernicioso. ada debemos decir del pequeño barrio de pescadores de an Cristóbal, porque éste en vez de ser un cas8río de ensanche, es un aduar beduillo que necesita fijar toda la atención del ~ Iunicipio para con,," el'tirlo en población aceptable. Remo. dieho qu' el (' n ' anche de la ciudad al . J.. T ol'te cra el yen1ac1er: nllcnte hi!.(' i{> nico; pero con harta pena no. Yemos obligados á manifestar que la extrema y 1l0YÍl'iroa población del Puerto de la Luz está muy léjos de alcanzar la lwrfección que debiera tener en higiene un ca (' río que, por sn si · tuación, está caela día expuesto á recibir la invasión de los gérmene' c( lnülO'iosos que pueden introducir 10. illnmnerable buques que vi itan u dique. El Puerto de 1< 1 Luz ha,' ta poco.~ año. 3. trá.. em una em- ieliable e. tación ' ulutífera: pero en el día e' rcc'bazablc por . u. pé. imas condicione higiénicas. Toda~ la' ca as qne confinan con la playa : e han con. truido al ni\- el de la pleamar, privándola. de tener expedito desagües que, careciendo de corriente, . e e tacionan y embeben en el terreno inmediato donde e~- halan su corrupción, En la limítrofe falda de la isleta abundan los tabuco.. y chozas cuyos míseros ha- 2 18 cO.- EJO DE IlWIE.\ E l'ÍBLICA bitantes viven allí como lo cerdo en l1R pocilgas. ~ Ias al poniente hay una ", érie de cuarto. de mampostería sin ninguna accesoria para la nece idade de la vida, cuya deficiencia suple el terreno inmediato convertido en estercolero de inmundicias, La larga calle principal e una carretera en contínua acción de trán ito de carruajes que envuelve en una nube do polvo á las ca", as y it los transeunte . De manera que, si no so remedian en lo po ible tantos abuso higiénicos, la atmósfera del ca erío del Puerto de la Luz será siempre perniciosa á la salud. ¡ Ay del día en qne allí eaiga nna chispa de contagio! Otro ensanche y 110 de pequefia importancia, e:: i el de lo' llamado l, i'co en el barrio de Triana. Aunque ha O'anado mucho trall formando ' us antigua" cuevas en peqlleüa' casas, ésta OH O'eneralmeute muy rct1ueidas, 1lO tionC'll In' acce~ oria' indi peusabIo para sus nee : idad~~', carecen de ventilación y dúndole' el 01 ue.:: dc que ale ha ta que e pone .' on " onlacIera' e · tufa '. Como su pobres habitantes 110 tienen sitio donde depositar sns de pajo", viértenlos en In. voredas inmediatas donde quedan depositado. hasta que las llnyia los arrastra sobro la ciudad. Hay, pues, necesidad do •.\. L.\ CILIIAlJ D¡': LA. 1'.\ LMA".. Hl vigilar e te barrio para .. anem'lo en lo po.. ible; y como .. n l~ af:, el'ío carece tle sombl': l, ganaría mucho si delante de cada ca.. a se plantasen dos ó tre árboles. IiI I 20 CO.' sEJOS DE llIGIE.' E PLBLICA Paseos y arbolados. Nuestros paseos de Colón, San Telmo y Plazuela, aunque peqneflos, son deliciosos y aptos para el recreo en las noches de ve, rano. Sin embargo hemos notado que para evitar el polvo que se levanta al pasear, hay la co tumbre de regar lo pi o abundantemente por las rnaflana . La arena que cubre el pi o consena la humedad que origi. na á lo paseante catarL' 08, renmati", mo, dolores neurálgico etc. E urgente corregir aquella antihigiénica o.: tumore y .., e con. e, g'uirii. . uprimien<. 10 en lo pa eo. la arena suelta que e la que contiene el polvo. El pi ~ o de la alamedas no debe tener mas 3renn que la que se identifica con la tierra por medio de un sucesivo riego y apisonado hasta eOIlstituir una capa sólida en la que •.\ LA CIl'DAD DE LAS l).~ L ! AS. 21 predomina la arena incrustada. Conseguido esto, queda el pa eo sin polvo, sin arena suelta y sin humedad, porque aunque se riegue de tiempo en tiempo, luego se evapora el agua excedente. El paseo de an Telmo, tan bien situado y de tan abundante ombra á toda las hora del día, está pidiendo con urgencia el en anche que debe tener en 10 que hoyes un mezquino a tillero. E~ ta importante mejora traería la " entaja de que los niños linfático y e cl'ofulosos, los que padecen afecciones crónicns pulmonares, las personas debili tadas y los conyalec'ientcs respirasen allí el salutífero aire marítimo puro y no las diveesns emanaciones que e de prenden de los dc...; pojo de 10 trabajadores, de lo ma · teriale que emplean y de las inmundicias de todo género que allí se depo itan. Ademá de estas importante consideraciones higiéni<, as, debe tomar e tambien en cuenta el decoeo que exigen la principal entrada de la ciudad y el palacio re idencia de la superior autoridad militar. Ya hemos dicho que nne tras alamedas on pequeñas. Ahora añadiremos que no , ati ' facen la necesidnd de lo~ paseos largos, donde al ejerdcio del cuerpo se añada el de la distracción y deleite de los sentidos. · ).) Clj ': SEJOS DE IIIGlE,- E PÚlLICA Para estc efecto no tenemo.' mas que la" earrctem~', lllUY deficiente por el polvo que en ella o re pira y por lo peligros consig'niel1te~ al tránsito de carruaje y de bestias d' caro'a. El único pa~ eo que pudiera llenar con inmen. a' ventaja. aquella necesidad . crin el : ituado: 11 pié de la colina del banio de los \. ren~ l1e quc, por sm; hel'lllo,,; os y alt':!: l'c.' paisaje~ mere/ · crín. llamarsc « Yü; ta alegre. » K · te pas(' o domina la po1..> laeiún, todo el ¿ 1llI<'! 10 barrio de los Arenales con HUS procio~' a:-; quintas, bUS espléndidos hoteles y HllH d{' lit'io ' os jardines; toda la e~ · tensa bahía de Las Palmas y el pucrto de la Luz (' on ,' 11: numorof'OS buques. En invierno sería inmejorable para tomar el 01 ha ta las horas d ' Imeuio día; en ventIlo no tendría rival para di. frutal' el fre ' co durante sus lm'g' ¿ t.' tm'th"-'. E.:: tambien . u..; eeptible de ser arbolado en ::- U' orilla' y de colocar en él ~ ra(' io ' 0:- kio",<, o para refresco y otm bebilla:. Con el fin de evitar lo' incollveJlil'lJie' de la: carreteras, debel'iaquedar destinado '.- du ~ ivaU1ellte ú los qm' pa ean {~ pit>, (' uitiaml0, sin embargo, de que, para nHl) 01' comodidad de los concurrentes, se c1e: stinen do ~ si tios de en trada r salida para estación de carruajes. i LA CIUD D DE ), AS PALl\ IA~. 23 . · '. ~ El al'bollulo público e~ el mejor y má . hi, giénico adorno de la.' poblacione~ y debe e_' tendcr, e ú todo~ lo: . itio . dondp. haya rapacidad para colorado D~. · de luego 10 e~ t{ L e. · igicndo la canett:' rn del Puerto de la Luz y no dudamo. que el entendido y digno Ingeniero de Obm!' públiC'a-; emprenderá e. a urgente reforma en una cal'letern tan importantt: que debió ¡;; cr la primera en ostentar un wagnífico arbolado. La placeta de ,' bwno, e~ tú pidiendo misericol'llia ú quien quiera lwcerle la caridad de reformarla en beneficio de la higiene pública y del Teatro de Tirso de Molina tan mal tratado con la illfraceione de lo. pre{' epto. higiénico en de doro de ,. us rique · za . arquitectúllí ' as. En el fl'ónti~ marítimo del mismo Teatro \- a dejando la liar un larO'o e pacio que debiera di ponerse bien para formar allí nn pequeflo bosque de ficus, cazuarinas y otl'os árboles que re-¡ ' tan los elr b: 1tes de las brí, a y abrigasen los sitios por donde éstas de-embocan con bastante perjuicio de las per- ~ I ::> i i j I~ j ! o 2. t. CON~ EJOS DE lIIGIE.' E l'tBLICA sollas que salen del Teatro. Para proteger e. te aoanee de playa sería conveniente adeItUltar la muralla de cOlltell~ ióll del barranco ha~ ta su de::; ellloocadura en el mar. Á. LA CleDAD DE LAS PAL US. 25 Calles y Plazas. Pl'e~ cintli(' ndo ecos de San ....\.. ntonio .\.. bad d a O'una " tl'cmidades del barrio de Y~ ueta, lit a) s de la ciu-dad yan O" anand mello co notable pro-yedo del adoquina > el nada tendría · moo: < lue advertir, si no e." i - tic ' e una calle que c.' el oprobio de nuestra civilización. Todo' ] 0 . pueblo' eulto . que confinan con el mar cuidan con singular (',,: mero de que ", u calle de ] a marina ea la mejor y la más e.' pl ~ lldida' l. orque no ": 010 e la que dá á lo fOl'a..: tero la idea de la illlpOl" tancia de la población, ", ino que por el aire puro ma, rítimo que en ella se re pira, es y debe ser el pa eo predilecto de esa plaga de niños linfático:; y cserofulosos, fatal herencia de la actual p; eneración. 2G co.~~ E. TO~ DE I1IGIEXE pénLICA ~ ne tra calle de la marina e el viceversa de todas la calle de u e pecie: en ninguna parte e ven acumulado má repugnantes abu~ o hi'Tiénico como en aquella de dichada calle, ba m'ero común de dlS inconscientes vecinos. E' Imes urgente un remedio radical ~ , aunque :" ea muy co toso; pero, mieníra esta reform::; no pueda emprclHlel'se, ganaría mucho la salud públi - a adoquinando el piso de toda la calle, quitando de ella lns lancha:", áncoras, cadenas, ruedas do carros y demás obstáculos que la obstruyen; prohibiendo toda manufadura ó composieiones fuera de la puerta de los talleres y deRtruyendo los focos de inmundicia en toda las salidas que van al mal'. Lit reforma radictll y verdaderamente higiénica de aquella importante calle ería la construcción de una muralla qn partiendo de la pared oriental de 10 almacenes de lo • res. "~ ood iguiera la orilla del mar hasta empalmar con el dique de an Telmo. Todo el terreno que se gana e y el que ocupan 10. actuales desconcertados trozos de muralla, se rellenarían con tierra vegetal para plantar pinos marítimoR cuyas emanaciones resinosas serían un poderoso auxiliar de las cualidades higiénicas del paseo. i LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 27 * ; 11 La eiudad no po ee l1lDguna plaza bastante capúz para que su actual vecindario pueda reunirse de", ahogadamente en los días de grande fe tejo~. La prolollO'ación ya ! TI uy crecida del cnserío húcia el Puerto de la Luz, ha ,- enido á dejar en sitio centml la hoy desierta Plaza de la Feria que es uu cuadrilongo espacioso susceptible, á nno y otro lado de la carretera, de magnífica ornamentación; pero esta empresa será obra del porvenir, Actualmente solo conviene que " O levante un plano de 10 que en su día ha de ser aquella plaza y que con sujeción al mismo plano se planten los árboles que en él..; e eilalen, para tener avanzado lo que no puede improvizarse y para ir aumentando (' 011 el arbolado el embellecimiento del importante barrio de lo Al'enale '. * '" : 1' 1 T uestras vías pú blicas y con notable es- 2 CO" SEJOS DI, 1Il0lE.' E PLIJUl'A peeialidad la carretera de los Arenales y la calle Mayor de Triana, adolecen de un grave defecto que nece ita pronta corrección: tal es el del polvo que levanta el viento. E tú completamente acreditado que el polvo e uno de los principales vehículos de lo gérmenes de las éufermedade infeccio as. La carretera de los Arenales, que es tambien una extensa ca lle, e la causante dcl polvo que hace intransitable la concurridísima calle . Mayor de Triana, centro de todo el movimiento comercial. Los riegos de la carrctera son ineficaces para contener el poh'o, porquc la acción del sol evapora el agua instantáneamente. Hay que apelar al l'emedio radical de adoquinar la canctera hasta la Plaza dc la Feria donde tuerce la dirección y pierde su anchura. E te beneficioso proyecto quizás no sen tan gravoso para el íunicipio como aparece á primera vista: el barrio de los Arenale , sufre con el polvo gran deterioro; el comercio se queja con razón del perjuicio que cansa en los efectos de sus almacenes; la colonia extranjera y los Hoteles claman por que se corrija tan grave mal y el mismo Gobierno gasta crecida cantidad en la anual conservación de aquel trozo de carretera. Es pues muy posible que todos ayuden á sufragar los gastos. i LA CIl'DAD DE LAS PALMA~. tH Muelle de Las Palmas. Mucha atención y vigil: mcia necesitn nuestro muelle para mejorar su desaseo. Despide con frecuencia un olor tan repugnante ({ ue llega á producir nauseas y mareo. Así es indispensable que suceda con la mezcla heterogénea de los despojos de las caballcría, los re tos del pescado alpreso, los fragmento de diver o fl'llÍos y lns inmundicias que al abriO'o de los cantos ", neltos de reye timiento depo itnn los trabnjadores. El muelle no c:, de e~- cl u i\" 0 11' 0 de las faena marítima'; es tambien el itio de embarque y de emharque de pa ajero., de la varias per~ ona que acuden á sus negocios y de las que vnn de paseo: todos son a~ ree · dores á re piral' allí aire puro y no el cargado de emanncione dailÍnas. Es de espe- 30 CONSEJOS DE HIGIENE Pl'IlLICA l'ar que la digna autoridad do : Marina y el Sr. Ingeniero de Obra públicas se sirvan remediar los abusos que dejarnos indicados. Ji LA eH'DAD DE LAS PALM. AS. Socorro de náufragos. 31 Aunque hace muchos años que en el muelle de Las Palmas no ha ocurrido ningún naufragio de lanchas, no por eso debemos razonablemeute confiar en que no suceda el día lllenos pensado. El mar de este muelle se suele agitar á veces repentinamente y sorprender en o-; liS aguas algún bote que tenga la deo-; gracia de naufragar. Los auxilios para socorrer lo asfixiados han de el' instantáneos y deben hallar e dispuestos lo mú cerca po ible del sitio del siniestro. Actualmente ignoramo o-; i la ociedad de f'alvamento de . J.: Táufragos ó la Junta provincial de la Cruz Roja han tomado las preventivas di po icione para los eficaces socorros de fortuitas de gracias; y por si aca0-; 0 no lo han hecho, , amos {\ consignar nnes- IiI I 1 ~ o tra pobre opinión. En el muelle debiera construir~ e una ca · seta de madera que aunque pequeña pudiera contener los iguiente recursos. Dos ó tres cama; media docena de mantas de lana; do ó trc bra ero; seis hierros de aplanchar; seis botijuelas para agua caliente; dos caldero ; cepillo~ y paño. de lana para fricciones; un cli · ter y diYer. o. € uyaces con substancias medicinale', Si, como tenemos entendido, existe el cODyenio de que el Fuerte de ~ alndos aYisa la alarma con dos cañonazo,-, los indicados recursos Fstarían allí Ít di ... p0f; ición de los facnltatiYos !] nc primero acndan al sOeOtTO. La Haye de la caseta devcrá quedar CH todiada en el cuerpo de guardia del Fuerte y CaD orden de abril' la pnerta de de que ocurra el iniestro. Rogamos á los humanitario. miembros de la aludidas ociedade '- e dignen fijar '- u atención en e te impol'tanlt' a ' unto de '- u incumbencia, empIcando ~ n ilu trada acti,- idad en pl'úparat · todo lo qne juzguen útil nI sahramento de 10 infelices náufragos. .\ J, A en'DAD DE LA' J'AL. B,. 33 Agua del abasto público. Hegún repetidos nnálisis el agnn de los Mornles tiene todas las l. melHl condiciones de las mejores aguas potables; 1) e1' O se adulo tera desde que snle de sn orígen y atraviesa la deteI'iorada caflerÍa llena de fango y de raice en maceración. ~ Iuchas y bien cono · (' idas son las diversa afecciones gástricas ocasionada por el agua del aba to público; y todos sabemos que á las 24 horas de depo. jtada entra en corrupción. Es pues m' gente u tituir las Yiejas tuherÍa por otra. oe llie1' 1' o gah'anizado. 1\: * Lo. sitios de los).; urtidores públicos son 3 IiI ! I ! o 34 ( O.' SEJO · DE J1Wn':.' E PÚnLICA un con tante lodazal corrompido con las in · mundicia del piso. Pocas /: ion las llayes que cierran bien y menos lo aguadores qne no dejan rebozar largo rato SUR ref'ipi ntef'. Es · tos de. órdenes deben corregirse con " igorosa yigilancia y dando expedita salílln á lo.' derrames por conductos nbterrúneo;-:,. Las agua. de los pozos, aún aquellas que tienen poco sabor Balitl'oso, deben ser rechazadas para el conSlIllJO de bebilla y cocina, en atcn(' ión ú qne reciben las inmundas filtrar. i\ Jnes de los f'umic1el'o. · y letrÍlHls, donde tanto abnndan c1iy(' l..... O~ gérmenes infeecio. o.. Fincas rústicas. 1 Tada hay más higiénico que las hucl'ta~ y (' creados en perfecto cultivo dentro y en los alrrededore. de nna población. En ellos se purifica la atmósfera, se suaviza la sequedad del aire y se refre cn la temperatura, Pero c ta mLma finca producPll de", a tro~ o efecto. y. e convierten en foco de infección, cuando la incuria y el de a. ea en 10 nlbergue' de III illlale' y en lo" montone~ de c tiél'col al aire libre. o.: tienen con tínuos foco de emanHcione VCl'Ilicio.;; a". En hcnerlcio de la ", nlud pública y aún de In mi - ma labranza debe imponer.' c á los culti" aI101' e: la obligación dim'ia de limpiar ron ('~ mero sus e. tablo"" (' nuallcrizas cte. y ú depOfo: itar los de.. pajos en un e tercolero abrigado y cubierto de tierra de tal manera que iii .8 I ! o ~ 6 CU.' SEJU;> DE IIWIENE PÚ. uLIC:\ no se puedan exhalar los gase de la fermentación; con cuyo proceder obtendrían un abono fértilizante y no dañarían la salud pública. Actualmente está sucediendo con el culo tivo de los plátanos lo mismo que con el de lo.~ nopales en otro tiempo. Así como se arrojaban ú la vfa pública ó ú la cercas las hoja inútiles de lo nopales, e arrojan ahora 6 e amontonan en la fincns los tronco de las platanerns hastn que .' e pudren. E de temer que del mismo modo que las palas corrompidas del nopal produjeron fie · bres intermitentes y tifoideas, los troncos dc las plntaneras en igual descomposición produzcan aquellos ú otros ll1nles. Pnra que los labrndore" entren en metódü: o cultivo, no son suficientes lns prescripciones de la Ordenanza municipale..., ni la rcpetidas intilllncionc,,; ' e nece ita un Inspector c. pecial que'on vigilante rigor obligue ú los clllti, ndore::; á cumplir los precepto' que le imponen ú la \'(:' z la higiéne pública y In perfeda labranza. i LA CIUDAD DE LAS PAUJAS. Aseo público. 37 El bal' 1' ido frecuente de las calles debo efectuarse á las horas de menos tránsito y cuidando de regar abundantemente el pi o para cYitar lo perjuicios que produce el poho. E mala la costumbre de dejar en montones la basura en las calle:::, como lo es tambiell que lo yecinos depo, itell la de us casas en la aceraL; porque el Yiento y los perros la e", prll'cen y cuando llega el carro ya no pueden recojerla. Para evitar una y otra cosa debe estar el calTO en perfedo acuerdo de hora y sitio con los Lal'l'enderos, lo mismo que con los yccinos' de las calles por donde ha de pasar anunciándose con un esquilón. Reprobable es tnmbiell la eOlldu<; Íóll en han'ile. de Jor-: depósitos de las letrinas á Bi:' eo..".. RJOS DE J[ IhI"~.. " E Pt DLIC..\ otras horas que las de la media noche ó la madrugaua, porque no pudiendo eyitar.~ e la L'lwlaci6n de los ga ~ c:-, lwy el rie~ go < le propagar infeccioncs mH < í m(' no gra\ C~. Por la mi ' 111a razón . e debe prohibir ú lo labradore~ fertilizar : u' terrenos con aquellos líquido - " in ante haberlo.~ depositado t: 11 lo . c - tercolero" bien eu bierto . (' on ti'~ lTa ha~ ta < Jue pa - c la fermcntación. La aguas que las lluYia acun1ll1en en algun punto de la población, deben remover e antes de que entren en putrefacción. Desde tiempos remotos se YÍenc abusando de los zngunnes, de las acmas y de los frónti. de los edificios para ~ atisfacer neceRidade~ perentorias, Hin tomar en cnenta 10:: 5 < laúo: de todo género que o< · ~ t.' ionan. ~\. l cortar de laiz tan indecorosa y Hntihigi0nica costmnbre, ha introducido la ciYilizaeión In. llanwdn colulDnaR mingitorias de la que ya tonemo. alguna mue tra en esta ciudad.: pero en nue... tro concepto dejan mucho que de" em' para que produzcan el bien que de eUas se espera. Las columnas wingitol'ia convienp. que sean mucha~ e11 todo: los sitio. de mayor concurrencia; deben colocarse de modo que no ofendan el decoro; han de ser tan holgada como lo permita fin g- énero; el ug- na deb(' correr so- Á J. A CrrDAD DE J, AS PAUIA,. 3!> bre los receptáculos para (' on ' eITarlos limpios y tener salida subtclTúncn. e. · pedita ú las cloaca:; por fin, nece:" itan eF- tar ~ ielllpre muy vigilada, pm'a evitar abu.: os de mornlitlad, dc ' aJeo . etc, etc. in e · to~ y otro. reql1i:::; itos que enseñará la p.- pcricncia, nada e remedial'Ía y la' <, olumna. · minO'itorias serían inútiles ó quizú.. llegarían tÍ ser perjudiciales. ::: El creciuo número de <:< nTlWjC' ha traído l'oll~ igo las lTIti. ltiplil'lldas eabal1erizas que se " cn en etlsi toda' las callcs. Lo ' du::; · pujos de la. be. tias caballare: [-; on. iomIne asql1ero o y de pésimo olor; pero cuando quedan hacinados on cllnlquicr punto, en · tran en pntrci'acciún y envonelHlll el aire. De aquí. e de,,: pl'eIlde la ('~ qni. ita. vicTilancia que e.' igen aquella cuadras para que sus pi o , que deben ser imper1l1eabI >, , .0: 1.11 diariamente barrido' y layados....\. dcmú. se debe prohibir con todo rigor la permanencia en la casa del e tiércol que se recoge. 4() co.- SEJOS DE / lIGIE. - E I'L1J1I A Es por desgracia costumbre antigua la de considerar las calles como sitio de basurero común á todos los yecinos; á ellas, tí. pesar de lo que previenen las Ordenanzas ~ Iu · nicipales, se arrojan aguas desperdiciadas, se vierten inmundicias, se encienden braseros, se componen muebles, se estacionan carruajes y se interceptan las aceras. Estos defectos de policía urbana ocasionan no solo de~ óJ'denes, sino muchos daños á la salud pública. ~ f ::> I .{ LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 41 Perros vagabundos. Parece que hay puja entre un gran uú · mel'O de vecinos do esta ciudad á cual ha de criar más perros para destinados á que tengan las calles por viviendas. Ya nos he · mos olvidado de las angustias que por espa · cio de mucho años nos hicieron pasar los perros rabio. os y como si e tuviéramos pIe · namente eguros de que no han de volver á rabiar, hemos entregado la calles y nuestras piernns á su albedrío. Además de este rie. gu CJU8 düuiamente corremos, aunque no fue ' c más que por evitar ciertos espec · táculos asquerosos que ofenden el pudor; debieran c.- terminarse todos lo perros ca · llejeros, Estos animales suelen ser tambien propagarlOl'f'H de la sarna, de algunas otras en · j J I . B i ; ji 42 CONSE. JOS DE ¡ maESE PlBLICA fermedades de la piel, de asquero os insectos y tal vez de alguua: especies de yermes intestinales. Hay pues ju ta' l'Hzones vara €" itar que discurran libres en la vía pública. Á LA CIGDAD DE LAS PALMAS. 43 Lavaderos. Las ropas sucias que semanalmente van á los lavadoras, llevan casi siempre gérmelles infecciosos que el aire y el agua se enea)' gnll de propagar; por esta. causa. y por lo indecoro o que es exponer á la vista. del público el degl'adante cuadro de asquerosos de.:; pojos humanos, debe prohibirse el lavado de ropas en las inmediaciones de los puente y do todas las vías públicas, mientras como es de esperar, se establezcan la~' adaos lllfjiónicos en los extremos de la ciudad. CO.' SEJOS DE I/ IGrE. · . I:: PLBLICA Seguridad personal. Los nUllit'l'OSOS canuajes y tranvías que atraviesan la población han ocasionado lamentables desgracins que debiera evitar la policía de seguridad pública; pero como es posible que aquellos y Otl'OS graves siniestros ocurran imprevistamentc, surge la neo cesidad de que haya en cada barrio de Triana y Vegueta una Casa ele Socorro, qne pudieran ser en dos Farmacia , donde están á la mano los auxilios medicinales y donde los médicos suelen concurrir ó llegar al menor aVISO. Juzgamos urgente la creación de este sal · vador recurso. .\ LA CIUllAD DI<; LA.' l'ALMA.'. 45 / Establecimientos insalubres. En las grandes ciudades es poco menos que imposible evitar el concurso de muchos establecimientos que son perjudiciales á la salud: este es un mal anexo á las populosas cnpitales donde hay que resignarse á respirar un aire envenenado. Pero en las poblaciones cortas es reprobable que, in necesi · dRd, se acepten aquellos graves inconvenientes. Sería pues un delito de leRa salud permitir en los centros de nnestros barrios las fábricas de jabón, las de velas, las de confección de abonos animales, las tenerías, los depósitos de sustancias de fácil corrupción, etc. etc. Bajo otro aspecto y por el peligro que llevan consigo, deben alejarse las má · quinas de vapor y los establecimientos que necesitan grande~ cantidades de combusti- 46 CO. SEJÚS DE IIIGIE<' J:: Pl nLIC.~ bIes, lo mismo que los depósitos de aleo11oles, pólvora, petróleo, fÓ8foros etc. Aún exige más la correcta higiéne; no e bastante evitar aquellos daflos y riesgos; es tambien de desear que, en cuanto sea posible, se alejen los talleres que producen contínuos y desapacibles ruidos ó frecuentes humal'edfls. En dos palabras; mientras no haya absoluta imposibilidad de alejar de los centros de población los establecimiento in alubres, peligrosos y molestos, deben ser relegados á lns afueras de la ciudad. .-\ LA el DAII DE LA' PAL fA . 47 Policía médica. No es suficiente que nuestra población posen. ilustrados y prácticos médicos · ciruja · nos para hacer frente á todas las dolencias; es necesario que preservemos á nuestros conciudadanos de la atroz y asoladora poli. 1111. de atrevidos curanderos, de industriososcharlatanes, de ignorantes propagadores de . istemas curativos, de vendedores de medicamentos especificos, de esa dañosa plaga en fin, de intrusos que venden la salud del prójimo y su conciencia al vil precio de su codicia envuelta casi siempre en su crasa ignoranCIa. La procaz invasión de los curandt' 1ros en el ejercicio de la medicina encierra en sí la mayor y más extravagante anomalía del espíritu humano. A nadie se le ha ocurrido tiI~ I ! o nunca invadir los derechos de una facultad, ni de ninguna carrera religiosa, miJitar, jurídica ó civil sin los indispensables títulos para ejercerla; pero en la medicina, en la más difícil de las ciencias naturales, en la que el hombre estudioso ha nece itado consumir para aprenderla una tercera parte de u vida y por larga que esta sea, siempre le falta tiempo para seguir estudiando; en esta ciencia que, como dice nuestro . abio higicnista MonIao, es WI(( J! agistraflll'a, es un Sacerdocio, es Wla Pl'o~' iaellci( t social; en estas altas funciones en que va envuelta la inmensa responsabilidad de la vida de l1uestros hermanos, cualquior pelafustán tiene el atrevimiento de resol\" or el tll'duo problema del dianóstico de la cnfermeclnd y aplicar el remedio que tal yez " erá el arma fUlle~ ta de un homicidio. Las leyes, la moral médica, la higiéne púo blica y la salud del pueblo é~- ígen qUf lo. Subdelegado de medicina y la autoridnll judicial per igan y castiguen con rio'or á IOR dcsapiados iufractores de las preeminencias médicas. A LA CIUDAD DJl LAS l'ALMAS. - lB Esta i ' la ú mas de doscientas leguas de navegación de las costas de Espafla, no ha podido proveerse de practicantes quirúrgicos, ni de matronas auxiliares que han de ser autorizad ns por los <: olegios de Medicina nacionales. Algún practicante ha obtenido recientemente el IJ(' lllliso 1am ejercer la pequeña cirujíaj pero no hay matronas autorizadas ni las hablá nunca por los obstáculos que ofrece la navegación al sexo femenino. Como creemos urgente remediar esta falta, proponemos que el municipio acuda al Gobierno exponiéndole la imposibilidad de proveerse de matronas y suplicándole nombre un tribunal de tres médicos de Las Palmas para la enseñanza y práctica auxiliar de obstetricia al número de jóvenes que se crea neceHario para llenar las deficieneias del servicio. 50 CONS! JOS DE IlIGIBNE PÚBLICA Sociego público. No es bastante preservar á nuestros con · ciudadanos de todas las causas materiales que puedan alterar su salud; es necesario tambien cuidar de evitarlas en lo posible aquellas perturbaciones de únimo, que sin justificado pro\~ echo de los que las produzcan, llevan el trastorno al seno de las familia . El sociego público en las horas de la noche destinadas al de canso del cuerpo y del espíritu, exige alto re peto, especialmente en consideración á los enfermos y á las personas delicadas ó impresionables. : Muy justo es que el pueblo trabajador busque en las noches las expansiones y el solar que no pueden tener en sus diarias faenas; pero no en las calles con gritos, can · tares y sonsonetes guital'rescos que atoro Ii !~ I ! o Á }, A ell'DAD DE LAS PALlIIAS, 51 mentan los oidos y privan del reparador sneflo á los afligidos enfermos, Al rechaza)' estos desahogos públicos, que al fin son bnstante inocentes, con mayor razón rechaza · mas los cohetes y algazaras con que en In t1' anquilidad de la noche expresan sus triunfos ó hacen sns manifestaeiones los llamados partidos con su vanguardia de alborotadoees granujas. Si hemos reprobado estas demostraciones mús ó menos alegres ¿ con cuanta mayor razón no reprouarémos el auuso de las procesiones fúnebres noctuenas con música y canto que abaten y contristan el espíritu? o pretendemos <' oartar la libertad de las familias que disponen la condución de sus muertos en la obscuridad de la noche; pero los que a", í lo ordenan no tienen derecho á pcrtu rbar clrcposo . Y contri tal' el [ mimo de los que buscm en la quietud de la noche el alivio de su~ quebrantos. Ektas impre'iones d primcntes que durante el día se atenúan con el bullicio natural de la población, se agravan con el silencio de la noche y son para los enfermos como el preludio de la S(> llten ' ia de muerte que se les apro~~ ima. El amor del prójimo y las cOllveniencias . ociales deben impulsarnos ú lllodific~ l' la costumbre de las procesiones fúnebres noc- ::>, I iI . B i ! o 52 CO.' SEJOS DE UIGIENE l'ÚBLICA turnas, ó al menos, si continúan, supI'imir ~ n ellas las músicas y los cantos. * * '" Impulsados por el rigoroso deber de médicos higienistas trataremos de dHucidnr en esta ocnsión una antigua costumbre religiosa que influye desfavorablemente en el ánimo de los pacientes. Desde la fundación de nuestra Catedral hasta el primer tercio de este siglo, era á la vez aquel templo la única parroquia de la jurisdicción de Las Palmas. En tan largo transcurso de tiempo era consiguiente que las campanas Je la Catedral doblasen por todos lo: muertos de la ciudad. Abolido aquel r{> crimcn, se crearon la. parroquias con sus respcctiyas é independientes juri dicciones. ¿ Por qué, pues, ..., iguen, como antes, doblando la campanas de la Catedral por todos lo que mueren? ¿ La costumbre antigua, que tUYO su razón, es ba tante para justififical' los dobles? o lo creemos asÍ, á no ser que haytl algún fundamento canónico que lo autorice: si no lo hay, abogamos porqne se limiten los dobles de aquel templo á las Á LA CIUDAD DE LAS }' AL) IAS. 53 eminencias eclesiásticas y á su clero catedral. Esta instancia no es hija de un vano ca · pricho, sino de las más estrictas prescripcio · nes higiénicas que tenemos la obligación de defender. Todo lo que tienen de alegres y expansivos los armoniosos repiques de la Catedral, tienen de tristes y deprimentes sus fúnebres dobles que se extienden lamentosos por todos los ámbitos de la pobla · ción, angustiando el ánimo de los enfermos, de las personas impresionables y do los que sufren ó han sufrido recientes desgracias. Entre todas las Catedrales del Orbe católico, tal vez nuestra suntuosa Basílica sea la única que desciende ú desempeñar un servicio exclusivamente parroquial. Estas consideraciones, que á la ligera dejamos indicadas, quizás sean suficientes para que el Excmo. Cabildo eclesiástico se digne discutir el asunto y acordar 10 que juzgue más conforme al alto decoro del Templo y en beneficio de los que sufren la dolorosa impresión de aquellos fúnebres dobles. 54 CO.' SliJOS DE mOlE. · E Pl" DLICA Auxilio de las autoridades sanitarias Al terminar estos preJiminarcl', no desCOlloccmos que la tarca por dcm< ls ingrata del médico higienista que con atrcvida IlHlnO levanta el espléndido manto COn que euhre sus úlcera el cuerpo ~ ol'ial, sería completamonto estéril, si la Autoridades SHllitarin no le ayudasen con sn eficaz llOder. El E~- cll1o. Ayuntamieuto y la Junta local do Sanidad tienen la ineludible obligación de sostener en perfecto e tado hi · < rjl- uieo la población y su. banios c." tremos. .1Tada interior ni e.- terior, público ni priva( 10 se halla c.' cento de I'n competente inyestigación, de SUR omnímodas facultades: hasta la rcspetable morada del ciudadano pierde su inviolabilidad y queda sujeta á Á LA CIUDAD DE LAg PALMAS. 55 las visitas domiciliarias cuando se trata de remover ó destruir toda causa de infección. A pesar de estas amplias facultades estamOR tan acostumbrados á la traidora bienandaJlza, que llegamos á olvidar que el enemigo nos asecha y nos amenaza, ocultándose tal vez dentro de los mi mos agentes que producen nuestra riqueza. El día menos pensado, entre los numerosos bu · ques que diariamente nos visitan, puede venir de América, de Africa y aún de la misma Europa un chispazo de fiebre amari · lla ó de cólera morbo que nos ponga en lamentable consternación. ¡ Ay, entonces, de nuestro puerto y de nuestra ciudad... ! He aquí justificada la necesidad de estar bien preparados para el combate, limpiando la población de toda inmundicia y destruyendo interior y exteriormente los perjudiciales pábulos de infección. « Para que esta importante y urgente Jreforma se verifique, es indispensable que Jentre los varios artículos del Presupuesto ) municipal, figure en cada afío una ' razonaJ ble cantidad para reformas hig'iém'cas de ! el , población. , Ya en nueskos Preliminares hemos denunciado muchos abusos y aconsejado im · portantes reformas; vamos á continuar iII I J !.. 56 co. · SEJOS DE IlIGIE~ E piBLICA aquel trabajo, tanto más enojo o, cuanto más ha de chocar con el egoi mo de lo intereses particulare ; pero e la obligación que nos hemos impuesto y á e~' pensas de nuestros sinsabores, 110S daremos por satisfechos si conseguimos C011 11ne tros cousejos librar á la amada patria de los male que le amenazan. a I ::> I~ iiIi ! o eoNEJO~ DE HIGIENE P'" BLICA Á LA Cl: UDAD DE LAS PÁL: M: AS -<~)----<->- SEGUNDA PARTE RmSIA HlGIÉN/ CA DE ESTABLEe/ MIEL ros PÚBLICOS. Templos. anta Igle ia Catedral. E " te suutuo o y magnífico edificio de reconocido mérito artí tico, de piso seco, de francn ycntilnción y buena luces que proceden do . n numero ns puertn y claraboyas, e de regular capacidad y puede alojar un crecido número de fieles sin que se noten en u recinto los inconyenientes anexos á las grandes reuniones. A este buen resultado higiénico contribu- 68 CO... · SEJOS DE HIGIB: E PÚlLICA ye mucho el rigor con que se guarda en este Templo la solemne severidad del rito católico para no encender má luce que las que estrictamente e ¿ - igen las diversa. clases de ferias. Tampoco e emplean nunca flores naturales cuyas emanacion~ s aromáticas vician el aire. A pe al' de tan recomendable cualidade~, nuestra precio aBa. ílica ganaría extraordinariamente en todas sus cualidade si el coro, á más de interrumpir con su gran mole las corrientes de aire, no fuese al mismo tiempo cansa de que los fieles se vean obligados á apiñarse en las inmediaciones del Pavimento. Por mús que ea ca tumbre antigua de las grandes catedrales la colo' cación del coro en el extremo inferior de la nave centrltl, estn costumbre no es aplicable á la nuestra de reducido límite y debe remediar e, si cabe en Jo po", ibJe. La atedral de La Palmas ", e construyó para una población que á penns llec- nba á ocho mil almas; hoy ya IHlsa de heinta mil y mañana llegal'á tal vez á má crecido número: no hay, pue", , e pa cio 1; u a ] a concurrencia del pueblo eulo días de las grandes festividades. Si el Excmo. Cabildo tuviese á bien aceptar la mejora de colocar el coro detrás del Á LA CruD \ D DE LA PAL~ fAS. 59 . Altar Mayor, la higiénc pública ganaría mudlO, el pueblo ", e situaría con más holgura, la yentiJación quedaría o." pollita y el magnífico tomplo luciría cntonce tolla su hermo. ura, el precio o cnlac de ' u;~ esbelta columna y 01 O'racio o artesonado de sus elevada bóbeda. He ha la modificación que indicamos y disponiendo algunas ycntann de modo que pudieran abril' e en lo' díns muy calorosos, la Catedral Ba, jlica higiénicamente conside · rada oría intachable en u interior. En el exterior hemos observado con profu nela pena que el Pól'tico tanrcspetable por sor la entl'ac1a de la " anta Casa de Dios, so c011yi(, 1' to, cnando hay fo' tiYidaues nocturnas, on un lago de orines junto á cada uua de la. torres. E~ te abu. 0, fuora de lo que tiene de irre\- erentc, e perjudicial por la cOlTupción que exhala y necesita extremada Yigilallcia y huen alumbrado para corregirlo. Lo all'ededore de la Catedral incluso su Í!"' JIlti . ~ e halbn convertidos en columnas ll. lingilotia · con grave daño de la higiéne, del decoro y del ornato público. ] Sunca serún bnstante rigorosas la penalidades que la autoridad local imponga á los transgresores del acatamiento y re petabilidad de nuestro primer templo. i f JI J o 60 CO,,- SEJO DE I1IGIE - E PÚBLIC.\ Parroquia inguna de n uestl'a parroquia tiene la necesaria cualidad de buena ventilación. Con una sola puerta pro,- i ta de cancel que impide la entrada del aire y sin ventanas abiertas que lo renueven, queda en el interior una atmósfera estancada que pronto se sobre- carga de ácido carbónico y disminuye el oxígeno que consnmen las respiraciones y las luces. Este defecto poco notable en las funciones ordinarias, es muy perceptible y dañoso en las grandes solemnidades que atraen mucha concurrencia; pues aunque para estos casos se abra el cancel, la gente que se agolpa á la puerta impide la libre entrada del aire y como no hay huecos interiore abiertos, elévase la temperatura y la atmósfera interior aumenta sus pernicio as cualidade con los Yal'ü, do efiu vios que exhala la muchedumbre. E tos males se agrayan con iderablemeute con el cúmulo de luce y de fiores naturales que en ciertas funciones se prodigan. Los venerables curas, por efecto de su celo religioso bien acreditado, y con la más Á LA CIUDA. D DE LAS l'A. Uus. 61 loable intención, han establecido de pocos años atrás la costumbre de iluminar con prodigalidad sus templos en las grandes solemnidades. Ya no se trata del aumento de unas cuantas velas ó cirios; es un empeño decidido, una verdadera puja á cual puede colocar más cirios y bujía , más lámparas y más arañas en el ámbito de su iglesia. Esta práctica, por muy santo que sea su fin, consume en corto tiempo gran parte del oxígeno de la atmósfera. interior y aumenta el ácido carbónico de tal manera que á corto rato de estar en el templo, en vez de disfrutar los fieles del plácido recogimiento que incita á la oración, sienten una angustia y un malestar acompañado de calor y sudor que explica la alta temperatura y el aire impuro que amenaza con la asfixia. Otra imprudencia, solo perdonable por no comprender su malas consecuencias, f: S la de colocar en las iglesias flores naturales, sobre todo la ~ muy aromáticas, como azucena , nardos, violeta , etc. abemos que las floles á má de consumir oxígeno y exhalar ácido carbónico, cuando on aromáticas impresionan perniciosamente el sistema nervioso del sexo femenino y de todas las personas débiles ó achaco as, produciendo molestos vahidos, dolores de cabeza, convulsio · 6~ CONSBJOS DE lIIUIENE 1'( DLICA nes, vómitos pertinace , etc. J.: Tos oponemos á e ta pernicio. a costumbre cuyas malas consecuencia hemo prúdicamente comprobado. Las frías y tal vez húmedtls loza de la iglesias donde la Illujere permanecen sentadas tres ó cuatro hora"" pueden ser ocasión de considerables dolencia~. La ' alud y la decencia exigen que la lwrroquia adquieran un crecido número do illas que el pllblico pueda utilizar por módico precio, como es costumbre en todo el orbe eristiano. ~~ n la construcción de todRs las iglesias se nota el defecto de que las puertas abren al interior y no al e~ · terior como deben abril' las de todos los edificio donde acude un concur o numeroso; porque al menor moti · vo de alarma, el tropel de gente. que .. e a ' umula con precipitación para : alir, pue! le inconscientemente c ' ITar la puerta' r qnedar apri ionnllo lo fuO'itiyos. Pam evitar este 1' i 0' 0, deben D.::: egurar. e las hoja de las puertas y del cnncel ú In. pared con cadenilla' y candado:, ~ iemp1' { Jue hay muo cha concurrencia. Aunque nada tenemo que reclamar . obre el asco y limpieza de la. pnrl'oqniaR, recomcnuamo ú los ' cflorcs púnocos empleen su ilustrndo celo en que dim'iamentc, Á LA CIUDAD DB LA!!! P..\ UBS. 03 si es posible, hagan barrer y sacudir el polvo en sus iglesia, no solo para remover todo motivo de infección, sino para evitar la propagación de insectos que se multiplican en nuestro clima con notable fecundidad. Antes de terminar estas adverteneias, qne deseamos sean acogidas con ánimo benévolo, como hijas de los vigorosos preceptos de la higiéne pública, duélenos manifestar la completa deficiencia higiénica de la ermita de San Telmo para una parroquia de tan extensa jurisdicción como es la de San Bernardo. Aquella preciosa ermita á más de su exigua capacidad, no tiene otra ventilación que la e~ casa que procede de la sacristía, no pocas veces cargada del mal olor que exhalan sus accesorias interiores. Es nula bajo todos conceptos para una jurisdicción parroquial que tal vez no está lejos de quince mil almas. Con tales precedentes bay justificadísima razón para emplear todo los reeur os efieace' que conduzcan ú la creación de nn nuevo templo parroquial que llene tan perentoria nece idad. Yamos tí concluir esta revi. ta de templos con la manifestación de una costumbre perniciosa que de eamos yer corregida. Siempre que bay funciones solemnes, especial · mente por la noche, se a~ olpan los hombres I J I l I ; JI Q 6' CONSEJOS DE IIIGIE E l'ÜnLICA á la salida y obstruyen la puerta interior y exteriormente. Este alm ~ o nItera el orden, ofende la circunspección que exige la casa de Dios y e al mismo tiempo antihigiénico porque impide á las perNonas que tratan de salir, detenerse alguno momentos para ntemperarse y defenderse del fresco exterior. A la autoridad local le toca corregir esta perniciosa co tumbre y para facilitar su protectora interyención, deben los seflores Curas poner en su conocimiento el día y hora de la función que pueda atraer mucha concurrencia. I .!!!! o .\ LA ( JrIJAD IIB LA' PAt. fAS. ( ji> Esta blecimientes de Beneficencia. HOSI) ital de San Jlal'till. Este hospital, relati\' amcllte al corto nú' mero do cama de quo se halla dotado y á su e~ ca a. capacidad, pudiera . ervir de modelo por. u bien (' seoo'ida situacióll, por su conecta. ventila(; ión, por n huellas luces, por la e merada a ' isten(; ia lf! édica de lo. nfermo. y por el orden y lim pieza que eUlvlean en él la benemérita Hermanas de caridad.... T aela puc.' tcu( lría que reprochar el hicriclli tn mú. cJ: rnpulo. O, . j no n( hirtie~ c qne lo do.::: dcpartnmentos, dé - tinadol'l ú los enfermos de ambos. c." OS, demne~ tmn dcfceto. nne.' o.. á La époea cn que se edificarOl). En \- ez de teller .. alas limitadas á dicz ó ó cloce camas con la debida ,: eparación de cnfcrmedade aguda: y crónicas, de las conta~ io: a . y no <: outagio.: a.:, de la de afectos e_ - temo::; y de las de lo' opel'adw etc., etc., ,' o compono de do grande' ~ alonüs conti"' no~ ú cada lado del edifit.: io donde el tí ico COJllllllü: a u...: emanaciones ú lo' que tienen Íll tegro, '" u. pUllllOll(:'~, el ori, ' ipelatoso al l' Cil'll operado y el tifódi(' o á lo,' inmune d :' COllt( l~ ÜO. El único < 1ep: 1l'tamento que e halla separado de la lllusa cumún de los enfCl'll1OS e' el de los sifilíticos y esa. tiene tan pCITel'SaS cOlllli~ io1l0;:¡ quo CHl: ii no dudamos deeil' que os pOOl' clrümüdio que el mal. Bien conocemos que la llotOl'Ía. pobreza del ho, 1ital e un ob...: iúculo insuperable para reformarlo dúmlo1e cOlldi<: iollCS aceptable.' d metódica t.: urabilidml: pero en parte stc ~ rn\' o ob._, túculo úcpclldc de que ello · (' al e pa · io.:: o, bajo cuyo techo ' e halla, se ha di\' idi lo ~' SI diyidido en <.: uatro e tablecillliento~ liliputicn: e' quc 110' rccuerda el p: 1iio d 1 ", a~ tro de 1<.' mont rilln deSallcho en , 1.1 ín nIn 13al'atal'ia. ' iu t Ud' e pacio ni l' ntn más que para uu bueu ha pital, se in talan 11 elmi:: Slllo" . e invicrtcn fondo en 1111a <, a: a- ho: picio, una una do ('~- pó~ itos y llll a ' iJu de mClH. 1icidad: todo pequeño. todo raquitieo J' sin positi \' Ll vcntnjas: pero .-\ LA ULD. W DI:: LA"': l'AL:' IAS. tii aunque e. tos tres establecimiento fne.. en ab.. olutamcnte n<:' ce.: a1' io', 110 10 neguIlla:::, comparado con la urgente nece ' ic1ac1 de un buen ho pital, deben quedm' l'cleO'ados ú se · uundo término. La isla que cuenta actualmente má de den mil alma, nece.: ita para la asistencia percntoria de lo pOOl' . cllfcl'mo . 10 menos cien cama mctúdicmncnte ( lí. tribuidas. E..' tas cicn camas pudieran arreglarse, , iu gl'ande ga to,', <.: oloenudo todos los cróllicos é in<.: uraLles, que son el mayor número, en las Halas de a ' ilo de mendicidad: los de enfermedades agudas no contauiosas y los de afectos quil'lll'gicos en los actuales depar tamento.. ; y los de af ccione ao'udns canta · gio. a en el local que o ' upa la Cuna de c.- pósitos, traf'ladando ( · ta ú una parte de las ;.; ala - de la ca · a- ho. picio. Si .. e pudiera hacer e.. te arreglo, el ho.' pital gnnuría muchí imo y 10' enfermo' di ' frutarían de mejore.: condieione hi'J'iéniea pam con e · ( fuir . u curación. E te c. tablecillliellto ctl. reC'Íú de buena II! I 1 ! o ¡ j co. ' EJO~ 1>. 1:: I1IlJI. I::• . I:: !' l' 11LICA organización desde que se im;; taló, Primero estuvo so ' tenido por un corto número de nodrizas ruda y poco piado a que, sin un átomo de amor, escatimaban el pecho á los infelices niño y suplían su malevolencia con alimentos que no pudjéndolos digerir la' tiernas criaturas eran vÍctimas del cruel tratamiento, Luego cundió en el país la mortífera sífilü3 y fué causa de que la entrada en la cuna do nn solo niilo inficionado contagia ' c á las nodrizas y á todos los exl) ósitos, ~ Ias tarde, para evitar estos graves accidontes, se introdujo la lactancia artifi · cial, lllUY encomiada á la sazón, pero á pesar llel e ' moro con que la emplearon hs benemérita, hermanas de la Caridad, dió funesto.' rt'sllltac1o', Tltimnlllento el dignÍsimo Vire ' tor de Bencfieiencia DI', D, Domingo J) l niz, d impere ' ellera ltIemoria, emprendió la ml'jom dl' 1loeal lÍe la Cuna de Expó- . ito dándole mayal' capacidad, buenas lnc ~, libr' ycntilacÍón, e ' qui~ íta limpieza, e. 111 rada' CcH1HlS, cual'Ío dc bailo., aparatos < le bota lll~ ia ul'tifieial pam los niilos sifilítit: O ./ ocho c. ,-, ogida. nouriza, Pero á l) esar de tan higiénicas precauciones la 1ll0rtaut1au de niüos ú penas disminuía: ¡ era que llecesitauan más aire.. lllcis luz y 1IIás espacio! Á LA CICDAD DE LAS PAUL\:'. ()! l Enterada de tan lamentable situación la llustre Sociedad de Amigos del Paí' y convencida: de que la tarenein de fondos era el ob táculo que inutilizaba - 1 e: merado ~ elo caritativo que con singular cariüo empleaban las heróicas bijas de Ran Yicente de Panl, imaginó crear una ociedad benéfica de ", eñoras que con. u iIu h'ación, f: U merecida influencia, sus piado: m; l'entimiento' y su acrisolado pahiotismo emprendiera la difícil reforma ndical de la Cuna de c: s: pcJsitos para criar los niüos fuora de la C: l. f- a. : B'elizmente im, talada aquella l'ocieda< 1 en Diciembre de 1871, sobrepujó desdo luego las esperanzas q ne en ella se habian fundado, En pocos días reuuieron lns sOÍloras creeiJas limosna, quc fueron ' uficiellte~ para que las nodrizas del campo ncndieran á acar niüo de la Cuna para eriarlo" en sus ca.. a como hijo. ac1optiYo.', dúndolcs la seguridad de que sel'Ían fielmente pn~' ndn , v ofreciendo premio..' Ú la' que on las rcvi tas trime trales pl'e" ental'l'n u niüos sanos y robusto . Desde aquella época, it penas ingresa un expó. ita, es k olicitado con empeño pnra criarlo fuera de la cn. n. La ociedad benMica de Reiiol': 1s no solo ha sufragado siempre todo el ," c. tum'io de los expósitos y los gastos do 1a Cuna, sino Iij I ! J J ! o 70 CO.' SEJOS DE IIIUrE. ' r; l'LDLrCA que tambieD, fltendiemlo Ú In pCI1m'ia de los fondos provincial ,~ del p, Jablccimiento, ha aJelanüHIo el'ccida' ,' 1l1l11V para pa!!,' tlr Ú la. nodriza.. us hab ' re:-:: pPl'O <: 11 el Í1' an:: 5cur~ o de \- into y <: in(' o afIo que YicHO dl'~ empéñando 01 cal'gl d \ ' rgunda Providencia do lo mono. tel'O, O' huí l'Ínllos, ha ~' n~ tado en aquello' ..¡¡ plemento.' todos ' u fondos de reserva: y como la. 1imo~ na.: hall disminuido con ielel'ah1emcnte, e' en la actualidml muy (' l'Ítica . n , ifl1aciún finanCIera, Bel'ía parn 10~ mala\ TcJ1tm'mIos c.' pósitos una pérdida irreparable la de que la Dociedad benéfica de Sellara' no pudiese continuar pl'estánel01es u cnl'i tati nI. protección; pero mncho trIllemos que tnl dcsCJ'l'ncia suceda SI la Iln.. tre ,,' patriótica Sociedad de Amigo' elel Paí 1 o YtlClve ú tomar su valioull. iniciati\ Ta para aumentar el número ele ocia., ya muy reducido, y e.- corritar rceur: o' d toc1o g ~ ncl'o para acrecer n · c.' íguo, fümIo . Como el' adora de la ~ ocie · dad de '('[¡ oras no dudmno que a -' í 10 haga. A1poner término á e¡;; to trntado, ._ e nos o · tHT(~ una idca que aunqne hoy no. ca reali · zable pudit: l'n. serlo en beml10 má ó monos eorto: e' la de una mejora que interesa á la vez á la administración de justicia; á la roo · Á T.\ el n \ D DE L. L l' \ T.)[ :. 71 ral y á la higiénf: l púhEra. Hay caso" en que la vergüenza de las ma( he~' les cunduce al infanticidio; otros on ( 111(' el de. amparo es ealisa de que varias madI' ~ que orllltau. u falta no pu dan el' hien atendidas yadquieran enfermedade. crt> nic: 1. incurablc...,; y otros en qne algmw: jóvene., , illanamento seducidas, no tienon dond" ocuItal' u de...: honor. A remediar esto. y otros male vien nlas Casas de : Matc] nida< l, donde al auriga del secroto inquebrantable y del pacífico retiro, encuentran 1m; desamparadas que ,,- an Ú sel' madres, por lUla módica rensión, alimolltos sanos, cama limpia y a. i., tenria caritativa hasta diez ó qnincc días de. pues de su alumbl'amiellto. E~ tc a.. ilo pn< li(\ l'l1 (' stnblc('(' l'c con poco ca to en el mi.' mo e... tablccimicnto de la llna y aeuiera ponsar ' 0 C'n él con el interés que ' u importan ' ia e.- ige. Jlo. pido. E te ostablecimiE'nto orupa toda b parto occidental del cditi ' io < le lJ( l1t'f1rcllcin., ' ns cuadras, de tetIlOs 1) 0(' 0 ele \' ndo , tienen. in embar~ o buenas luces y fresca ventilación I i5 ! I J ! o 72 co. · SE. rOS DE IlIGrE.' E Pl" DLICA del .,. orte y aunque son espaciosas, sería prud(' nte que se dividiera en departamentos de lG ú : W camas para. evitar los malos eí el os del hirc vi(' iado } lor la r{"' lliracióu tle mayor número de indivÍuuo . juntos. Lo hospiciano' reclaman muchas atenciones no solo respecto ú lo' alimento,', éalna' y ye tido... , f-> ino ú la di · po... i<.' ión y ca pacidad de los patio' para. que lo' ac(' gi<. los hagan ejer(' icio al aire libre por la mnüana y á la tnrde, ,,- in perjuicio de qne dm, ve(' es por semana, cnanuo menos, salgan ú dar grandes paseos extramuros de la. <.; iudad. Deben tamhien ser bien atendidos en la. enseüanza primaria y en su educadón moral y l' ligio... a. Lo~ Ym'ones deben aprender un oficio para que pnedan vivj¡' con independencia y sean miembros útiles de la , ociedad. La h~ lHbrns debeián <. ledical'se al arte de ffobel'llnl' bien UIla casa, ú la cosi m'a con todo ... u . detalle. , Ú la cOll1pli~ ada.. IabOl e de la <.: ocina, al planchado, etc, y ú todt. lo debere que han de desempeflm', rn 1>[ 1. en al servicio ele nna familia ya .. aIO'an para contraer matrimonio. Hay qnr. tomar tambien en cuenta. que lo hospicianos bien dirigidos nunca deben ser gl'avo... os al establecimiento que los acoge, si se sabe ii1 .!! 1 e! o Á LA CIl; DAD DE LAS PALMAS. 73 tenerlos ocupados en artes ó industrias fá · ciles, donde la división del trabajo perfecCiOllél. y comunica yclocidad á la mano de obm para que la. baratura del artefacto lo haO'a de fácil venta. Sala' de asilo. Cnando la fUllAsta invasión del cólera morbo asiútico diezmó el [ lÍlo de cincuenta y uno la población de Gran Canaria, la J unta local de Beneficencia [ lcordó la fábrica de dos amplios salonos para acoger en cllos á los muchos huérfanos que habian quedado abandonados. El edificio se COllStruyó con toda la premura po ible, pero cnalHlo so halló en e tado de habitabilidad, la neeesidad ha1Jí< pa", ado y las caritatiyas hel'm: 1llas < 1e Caridad, do acuerdo con la J ml! a, d<,:, tüwron los do'. alones á acoO'er en el!( 1) los pobre.' qt'ie por us defectos físicos ó por su avanzada edad no podian trabajar. Hoy ya. po", oo la ciudad do Las Palmas la Casa < 1e asilo regentada. por las Hermanitas de los pobres y aquella otra no tiene razón de existencia; por cuya causa hemos 74 CO.' SEJOS DE IIIGIE~ E pÍ" ULrCA propuesto en otro lugar que se destine al crecido número de crónicos incurables que ocupa la mayor parte del local de los dos actuales departamento' de ellfcl'mo~. A ilo de mendicidad ( le la: }) ermanita ( le los l} obre' En el extremo norte de la calle de Pérez Galdós y confinando con la carretera. de : Mata se halla ya ca8i terminado un amI) lio edificio que las beneméritas hermanitas de los pobres h:: m construido para acoger á los ancianos que carecen de amparo. Difícil es, ha ta qne el eoificio e. té terminado y realizada en (. 1 la definitiva di tribución de habitaciones, conocer '- u' cualidade8 higiénicas; pero por el buen local que ocupa y por ser dirigido por un arquitecto inteligente, snponemos que no ha de merecer ninguna censura. Urgente es que esta civilizada población ayude eficazmente ú las caritativas hermanitas de los pobres á terminar aquel importantísimo estableeimiento, no solo por su benéfico objeto, sino para evitar el abuso de los que para sostener FIn vRg- ancia co- I~ I ! o Á L el. CIVD \ D DE L.\ 8 P.\ L) JA8. 75 mienzan por ser mendigo., continúan como rateros y concluyen siendo ladrones. Cuando quede terminada ('" ta casa- asilo y se alojen e11 ella todos Jos poln'cs que nece~ itnn ' U nmparo, e do e: pomr quo el Excelentí~ imo Ayuntamiento prohiba la pública mendicidad y se dediquen todos los recursos de la caridad al so~ teni1llit.' nto y progreso de aquel importantísimo e tablecimiellto. Hospital pl'ovincial de Elefanciaco. Bnjo esta denominación se conoce un establecimiento cuya creación arranca desde la mitad del siglo diez y seis y no ha sido ni es otra co a que una caka de reclusión de leprosos. . A pesar de poseer actualmente nn magní1: i<- o edifl<: io con sólida parede., maderamen de pillO de tea, buenas luces, amplia ycntila(' ióll, do departamentos espaciosos para mnbo sexos con anrIla y largas galería., e~ · teD n. sala y grandes patios, no f>.- S ni ha podido ser hasta el día un verdadero hospital. El dignísimo director que fué de Benefi · cencia D. Felipe Mnssieu y Falcon, conti- I iI~ J ! o i6 CO~ · SE. JOS DE HIGIE.- E Pl'ULrC \ Dlmndo las importantes reformas que dejó iniciadas su ilustrado antece ' or, D. Diego le a de León, se propuso eonvertir aquella casa de asilo en yenladel'o ho: pital, empezando por ponerla bajo la dirección interior de las piadosas hermana de Caridad y dotándola de una cocina modelo, de un ámplio comf- dol' con todos ~ u utensilios'y ue una bien arreglada sala de baños para lo enfermos; todo perfectamente concluido, sin gravámen de las rentas de la casa y con solo los recnrsos que alcHllzt> aquel benemérito Director con su acreditado celo caritativo. Bajo esta sólida base solo faltaba la módica renta para proveer de medicamentos y del rt. Sgimen dietético que necesitasen los enfermos: pero todos su", esfuerzos quedaron anulados con la notoria penuria de las rentas provinciales. La humanidad y el interl> de la.~ ciencia médicas exigen que, e dé una orfranizacÍón metódica al ha. pital de elefanciaco, no 010 para que los enfermo. sean higiénicamente tratados, sino para que el acreditado médico que les asiste, pueda empInar los mModos de curación que aconseja la ciencia)~ con cuyo au ¿ - ilio pudieran recobrar la salud ó al menos nliviul'les el cruel martirio de los dolores ocasionados po. r la corrosión externa IiI~!! o ... LA CIUD.\ D D~ LA' ¡ · ... LM. " 77 é interna de los tejidos. Es verdaderamente vergonzoso para la provincia que el facultativo de un hospital, cuya enfermedad especial es objeto de muchas investigaciones de notables médicos nacionales y extranjeros, no pueda contestar á las diversas consultas que se le han dirigido, más que las siguientes palabras." cPor falta de recursos, el Establecimiento » de Elefanciacos de Las Palmas, se halla » reducido á una simple ca a de asilo, donde ) no es posible emplear ningún método cu » rntiyo, » Prescindiendo de esta humillante defi · ciencia científica, ¿ no exige la salud de la provincia que se haga. lo posible para libero tada de la indefinida propagación de la elef ¿ IllCÜl..'? Está acreditado actualmente que esta enfermedad e contagiosa y que el bao CillllS lepra: de ~ Teisser es el agente de transmisión de uno á otro indivíduo. Con esta idea . r con la. induJable propagación por he · rencia; hay sufieientes cama l) ara temer que e aumente cn progL'csiva proporción el número dc enfermos . r que nos toque, en día no lejano, el fatal dcstino de algunas islas Jel archipiélago griego y del de las Bar · badas. ¡ Horrible cuadro que ofrecerémos al mundo civilizado, como fruto de nuestra 1I ~ I ! o culpable imprevisión! Despertemos, pue del latargo que nos han tr: msmitico nUCL tras mayores y en nombre de la humanidad, de la ciencia y del vital interés de la provincia empefiémonos en conseguir que la E ¿ " Úll1a. Diputación provincial dote al ha. pital de la.. cantidades necesaria para aco< Yer todo lo elefanciacos del archipiélago con recurso. necesarios para intentar su curación ó al memos el alivio de sus crueles sufrimientos. Si esta tan humanitaria necesidad se sati ' face, quedal'án amparados los infelices lepro", os y extinguidos los focos de propagación. . l L.\ CIlDAlJ DE L.\ S l'AL~ J \ s. iH Cárceles. otaLi1í~ imos son los adelantos materia · les de la ciudad de Las Palmas en codo número de afios. Bastan para confirmarlos el palacio Municipal, el Militar, los dos teatros, la Plaza de . Mercado, la Pescadería, los Puentes sobre el Guiniguada, la lujosa Plaza de Banta Ana, las Alamedas de Colón, Caira · co, Plazuela y ~ an Telmo, las apertura de llUeyaS calles, el progreso del adoquinado, etc. etc. Pero en medio de tanta actividad y de tanta profu ión, ¿ no ", e de piarta, allá en el fondo de nue tra conciencia, un torcedor remordimiento que cuando lUenos nos acusa de indolentes por haber olyidado la construcción < le una casa que pusiera término á los sufrimientos de los seres desgraciados o 1,; 0. EJO~ DE JlIllIt.}; l)~ DL1C que se hallan hundidos en inmundas lH'isiones.. .? ¡ Las Cárcele 1. .. . J: To tl'atamos ue bosquejarlas, ni es necesario hacerlo, por que todo ~ las conocemos y hemo lamentado sus perniciosas condiciones: ¿ pero es bastante e te estéril sentimiento de cC1mpa ión paL'a ju tificar nuestra apatía ante el miserable e tado en que se encuentran los infelices asilauo,,-' r ¿ Hemos estudiado con fé y con enérgica YOluntad el proyecto de ] evantnr un edificio hi · giénico donde los presos puedan encontrnr limpieza, alimentos sanos, educación moral y religiosa y aún, si fuese posible, tril. bajos moderados que pudieran ser lucrati '- 0::;( ¿ Hemos consultado iquiera In. legislación penal para conocer lo medios de que podemos disponer y los derechos que podríamos utilizar...? Pues, i nada se ha hecho ni aún se ha intentado, grave es la re pon~ abiIillad de nuestra conciencia y mayor el cargo de barbarie que caerá obre no otros. lucho se ha. empcüado el desprendido pueblo canario en acreditar la repetida frase de « querer e.~ poder » ; ) 7 aunque parezca exEtgerada, es indudable que ha tenido entre nosotros vigorosa aplicación. Pues bien; si á tan alto gl'ado ha subido el impul o de nuestra voluntad, ¿ vacilaremos nhora en redimir iL nuestl'OS desventurados hermanos del martil'io ue lo.' .. nErimientos qnü (' s peol' qne la misma muerle': l... ~~ o tabc (' Jl nuo b'o piado'o corazón scnH'jante el'Ueluad. 1 námonos todo:- l para emprender con fé y constancia las cúr~ ele~ en qne tnnto se intere~ an la religión, la moral, la humanidad, la higiéno pública y la ju, ticia. -,-'" o e tan ímlna la " mpl'e ¡ t ni t: 1I1 co¡.; tOf'a r. omo Hpa/' cce Ít primera yi~ ta. El ('< lit: i(' io qne proponemos debe IC\' antal'~ c, en uuestl'o concepto, á espaldas del de la Andicll(' Ía Tel'l'itoria1. En aqupl sitio no necesita, el' reveRtido de omlttos extel'iores. En el interior no deue tener J1) il~ olH'[ l~ de e8rpüIterín que la de puertas y ventanas, pam evitar los mucho' inconveniente del ruadel'nje, Debe tener, uficiente cnpacidad pam la si · guiente di~ tribueióll: ]. 0 Depó. ita llnmiei · pal. 2./ l Cárcel de Partido. 3. 0 Cárcel de Audiencia. 4.° Casa de corrección para lo, que deban cumplir la condena en la } n'oYin · cia. Esta distribución neec..., arin, \- iene tmnbien á dividir el co to entre muchos contribuyentes según la índole de cada prisión. La importancia de la obra que proponemos, i llega á ser aceptada, exige que se estipule su construcción en cierto número de aflOS á fin de que los Ayuntamientos ti ! o , 2 COA · SE. JOS DE ! lIGIE.' E Pl'BLICA puedan pagar f'll cuotas con suficiente comodidad. Á LA CILDAD DE LAS PAL~ fA":. 83 Cernenteri08. Cuando Re construyó el bien rlcrOl': Hlo cenwnterio que tenemos, la poblaeión á penas pasaba de ocho mil almas y tenia amplia capacidad pal'a las anuales defllllcionCR. Pero el número de habitantes fué <' reriendo y el terreno dedicado á las sepulturns llrgó it ser tan eSC< l. o que fué ne<.: esario constl'll ir nichos en In:::; paredes laterales para suplie la deficiencia. Esta ampliación no fué, por de gmcia, bien meditada; por_ que habiéndo e hecho las bóvedas con cantos poroso , á travcz de ellos y de sus uniones, e e, eapan los gase y aún los líquid08 de la putrefacción, con notable riesgo de la salud pública. Hoy que se ha cuadruplicado la población de esta ciudad, ha sido necesario darle dobJe 4 co. · SEJO. DE HIOIRNE l't: nLICA (' abída al cementr: rio junto á sus tapias del 1101' te. Como higieni::; tas rechazamos toda sepul. tura que no se efeetúe én terreno seco; á la debida profundidad, bien apisonada la tie · rra y sin removerla ha ' ta lo tres ó cuatro aiio~ del enterramiento. Para seguir utilizando los nichos sin no · ta ule l'ieHgo, acousejamo que se hagan en · lncÍl' las paredes illtez'iores con una capa de cal hidráulica que evite la permeabilidad. El cementerio tiene en su interior un cuarto sin lecho doude se depositan los lestos humanos de las auiertas sepnlturn'. l~ stos restos no siempre salen secos ni e. en · tos de sustancias gracielltas, y cuando llueve entran con la humedad y el calor en pntreL'tweión . r fOl' 1llHll uu foco de infección que aumenta el natural del cementerio, Conviene e.- tingnirlo ú la mayor brevedad ( Intel'l'alHlo los l'P~ to, ú la dí'bida profun · didad, '"*,': La nu(: ión uritánica posee un cementerio pam sus súbditos en el barrio de San José; . J.. Y, A CIUDAD DE LAS P.' L:\ IA<:. 85 se halla cercado de huenos muros y con amplia ventilaeÍón en sitio ba tante elevado para pre ervar el casel'Ío de tOlla comuni · cacÍón pernicio a. :;:'"* Po(~ ns é in uficientcs on las IormaHda · des que se cumplen par: 1. efectum' los ente · rramientos de los que han muerto sin asi. · tencia médica. Generalmente los deudos ó vecinos hacen al médico una relación insubstancial de la enfermedad del finauo para obtener una papeleta de defunción y con tal pasaporte de pura fórmula queda e~' pHlito el camino de la inhumación. En t: lles casos y otros análogos sería <, on" o · niente <] uc antes de proceder al enterra · miento de aquello cuerpo: fue ' en faculta · tiyamente e." amiuado.. Muerte aparent(" l) reeaucione, ,.() Ilcccsitnmos e." ponel' (' l. wntos h: lll f; ido los caso de muerte a parellte para que se '( j CO.' SEJO: DE IlWI}; ' 1-; PlBLICA comprenda el horror que acompaña la ola so..: pceha de que una persona lIaya sido éll terrada en vida. Exceptuando la descomposición cadavérica, todas las demás seflales de muerte son faliblc..,; y aún la misma de', tOl}} po, jción pudiera equivocarla el vulgo con el mal olor de ciertos ga es compatible con la vida. Sólo el ojo práctico del intcli · gente facultati,- o puede en ciertos casos dudosos distinguir la verdadera muerte de la aparento. Para evitar las consecuencias de este grave error, son ya muchas las poblaciones que tienen médicos retribuidos para l'CCOllO' cel' el cadáver después de las veinte y cuatro horas de la muerte y dar la inapelable selltell<.~ ia de la in1.1Uluación. Pam (! ue la práctica indicada produzca sns beneficio os efeQto', es ne(' esario que el < jllC parece muerto, si llega á salir de su paL'o.' ismo, no se halle fÚllebremente atuviado, tendido sobre uu paño negro y rodeado de cirios encendidos. El desdichado Á LA eH'DAD DE LAS PALMAS. 87 que en tal situación vuelva ú la vidn; poco tardaría en morir de terror. A remediar este mal debe acudir el cariñoso cuidado de la familia. Es una perniciosa costumbre, que á nada conduce, el apresuramiento con que. e viste al finado, solo con el pretexto de hacerlo antes de que el cuerpo se ponga rígido; como si las botas, pantalones, chaleco, corbata y frac, fuesen prenda indispensables para el viaje á la eternidad. Lo razonable, lo decente y decoroso fuera que el cadáver con la sola camisa se dejase en sn misma cama como si estu \' iera vivo, hasta las veinte y cuatro horas del fallecimiento, en cuyo caso y pd- do el recOlJOci · miento métlico, puedp. el' conducido nI cementerio envuelto en llna " ábana que es lo suficiente para cumplir e n las reglas de la decencia. El referido proceder tiene la ventaja de que en ca o de muerte aparente, el que vuelv8 á la vida se halla en la~ mismns circllllsttlllCias dl' cunJquier cllfel1lH. Tal '~ ez las precauciones que aconsejamos introduzcan la alarma 0. n ciertos ánimo, apocados; pero , j con ella' llegamos á salvar de la muerte un iudivíduo C'lltre cincuenta mil, no habrán sido inútiles nuestros con!: leJos. 88 (' u. · H · ~, JOS DE JlH. fF. LE PÚH, IGA Sala ( le Autop la . ...- ue ' tro actual cementerio tiene una , ala de depó~ ito, una capilh y ca ' a habitación del ~ epulturero; pero carece de una sala de HUtt1p:-: ia muy ncce~ aria para la: frecuente Illn'::; tigadoncs jutí< 1icns. Hasta alguno aüos lltl'ás se hacüm las nutopsins, conh'a, todas 1, lS prescripciones higi{- uic: ls, rll 1m corral del Hospitn1 y ('( 111110 poco rief: g'o de los facultativos que 1ns ejecutaban. Para atenuar en parte este mal, los mé< 1ieos de Las Palmas acordaron crear á sus e. pensas llna sala de atÜOl) sia en el pórtico del Ho, pital, que si carecía. de condiciones higiénica~, era al menos más decoro ~ a. Para e tablecerla adquirieron con su peculio, una me, a e" peeial de mármol, instl'U mental completo, botella, con líquido desinf(' dallte~, un surtidor de agua corrientl', súLanas, toallas, te. En esta I" ala ,- e han " enido lweien< 1o la autop~ ias con notablepOI'juicio', por que tarece de ycntiJación y C01ll0 lo~ (' adá '" NCS que se imo; pcccionall estan, ielll[ ll'e plltl'efados, los wiasmal:: i qne desprclldell se esparcell en el interior del edi- Á LA CIUDAD DE LAS P- UMAS. 89 ficio q ne encierra crecido número de persollas sanas y enfermas. Para evitar este yotro gra,- es perjuicios de infección debe construirse en las inme. diaciones del cementerio una sala de autop. ja COIl buenas luces, ,- entilación á los cuatro viento cardinales, piso impermeable, subterráneo curso expedito de líq nidos y un surtidor con agua corriente. : Mientras esto no se haga, la sala de autop!'< ia del Hospital será un permanente foco de contaO'io. . Enterramiento de animalrs . .... T o poeas " eces hemos visto eOIl escándalo que se mTojan á la YÍa pública animales lUUCl'tOl';, sin calcular los que ] 0 ejecutan el inminente riesgo á que exponen la salud púo hliea. Los Hnimales muertos dentro de la pol) lat'il) ll, lo~ que en el matadero se rechazRll por cllfel'rno~, las carnes y lo' pescados cOl'l'ompido"" etc. deben tener seüalado fuera de la ciudad un ~ · itio de terl'eno manejable donde se entierren á la debida profundidad según sn tamaflO Ó yolúmen. Pero vara que estas opel'Reiones :-; e efectúen con regularidad dcbe ser obligatorio el prévio !} O CO.' SE. JOS DE IlIGIE. E PL- BLICA aviso á la autoridad para qne el acto sea presenciado por un lIgente municipal. .{ I,.~ CIUD.\ D m: L.\ S I'ALM.\ S. 91 Establecimientos sanitarios Lazareto del Puerto de La Luz. La urgente necesidad de po. eer una casa donde se pudieran acoger los pasajeros sujetos á observación sanitaria y ventilar y fumigar los efectos de igual procedencia, excitó el patriótico celo del Director de Sanidad Dr. D. Domingo Déniz para alcanzar fIlle el Comercio de Las Palmas contri · lmyera ti le,- autar un edificio destinado á aquel beneficioso servicio. De. graciadamente el Lazareto de Observación e construyó con ma honores de cárcel qne de observa · ción ~ aDitaria. Las dos úuicas salas destinadas á los IJasajcrof: l 110 tiellell más huecos de ventilación que la puerta y unas rejas IJf ~ I ! o 92 CO.' SEJOS DE IIIGlE.- E Pl- BLICA muy altas. o hay habitaciones independientes para los que no puedan ó no quieran vivir en cornUDo Los muros exteriores se elevaron tanto y tan próximos al edificio que la ventilación e casea y no es posible yer los horizont€ s. En fin, todo era triste y árido interior y exteriormente. Durante las frecuentes amenazas del cólera- morbo y de la procedencias sospechosas de fiebre amarilla, aquel lazareto, sin embargo, ha venido prestando grandes ser · vicios para disipar dentro de sus muros todo temor de infección en pasajeros, equipajes, géneros contumaces y corresponden · cia infestada. Lazareto sucioo "' ue tro digní imo representante y paiIólano el Excmo.• 1'. D. Fernando de León y Ca. JiIlo, comprendiendo que para qne el ma~' llífico puerto de Refugio que debemos á sn paternal solicitud, produjera todos los gloandes beneficios que de él se habia prometido, era muy oportuno un Lazareto sucio en el puerto de Gando á fin de que todos los buques procedente de Africa y do Á LA CIUDAD DE LAS PALMAI'l. H3 América que pasasen por estas islas con procedencia infestada, pudiesen hacer operaciones de expurgo antes de pasar á Europa ó descargar en estas islas. }~ n E: fecto, el Lazareto sucio de Gando se ha construido bajo la inteligente dirección del .. abio Ingeniero Excmo. Sl'. D. Juan de León y Castillo que levantó los plauos, y es fama que aquel establecimiento es uno de los más perfectos en sn género. Ya lleva el Lazareto más de dos años de concluido y no ha empezado á funcionar por falta de mobiliario y del pel'sonnl que debe atenderlo. ( 1) Es de temer que de continuar así algunos nilos, las ratas que allí son muchas, destruyan las obras que se han hecho á tanto costo y con tanto esmero. La falta de este Lazareto y la anulación del de la Luz ponen n eminente riesgo nuestra salud pública. En la actualidad 10 Directores de Sanidad marítima tienen bitstantes facultades para precaver el riesgo de introducción de enfermedade contagiosas; y aunque esta garantía es bastante para sostener la tranquilidad pl'lblica en medio ( 1) Ho)' se asegura que los foudos para estas atenciones esttíu incluidos en los presupuestos. II!!!! 94 co. SEJOS DE HIGIENE ptBLICA de las frecuentes comunicaciones con Africa y América, no obstante, nos permitirémos advertir que la transmisión de enfermedades contagiosas se ha efectuado en esta ciudad por el desa eo de los buques y por las ropas sucias de los pasajeros'y tripulación. Recuérdense dos hechos que lo confir · man: la fiebre amarilla de 183 y el cólera morbo de 1851: la primera la contrajeron unos marineros que de tierra fueron á trae bajar á bordo de un buque procedenté de la Habana con patente limpia; y el segundo pOl' la ropa sucia que se la'Tó en el banio de San José, de otro buque de la misma procedencia y con ignal patente. r: romuicn hace dos afios que por las mi mas ó análogas causas se introdujo la fiebrl~ amarilla en la ciudad de Santa Cl'UZ de la Palma. Pocas serán siempre la pl'eCaUCiolle~ y la yigilancia empleadas para evitar tan fune" tos male~. 1. LA CIUDAD DE LAS PALMA:>. 95 Centl'o de vacunación Regentado este establecimiento municipal por un inteligente y práctico facnltativo, encuentran en él las familias pobres fúcil acceso para " acnnar á sns hijos sin ningún estipendio; pero desgl'aciadamente nuestros apáticos paisanos miran con tal indiferencia este beneficio, que, para que 10 obtengan, es necesario emplear la iuvesti~ ación de los agentes municipales. Téngase presente que para atenuar esta perniciosa apatía está ordenado que en ningún establecimiento público ó privado, ci vil ó militar ingre. en jóvenes que no acrediten estar bien vacunados. La horrible plaga de la viruela que tiene siempre la puerta abierta para producir sus estragos, debiera ser bastante estímujo para HU CO.' SEJ(\ S DJo: IIIun;,}; Pl llLICA llcudir al salvador remedio de la. rllcunneión; pues llunque éstll 110 preselTe pnrn toda la viun, poea moll'stia e~ rC'novarla cada 0(' 110 aflos, como lo aCOll (' jan lo llliís eminentrR prit~ ticos. E. ta rCllo,- ación se ha mirado con notable indiferencia y aún hemoR atl vertido con bashmte pena que siempre ~ e espera á qlH' reine 01 contagio de la viruela parn acudir Ú l'cnonu' la vacnna, sin calcular que, cualldo el aire está ya infe~ tado, es mny posible que las pequefias heridas de la vacunaci{¡ n sean ltlS condllctOl'US del mismo contagio. l\~ ngnse, pues, entendido que lo higiéni<, o y mÍls segnro es la seucjJla l'cnovnci6u ( le In vacuna cada ocho ó diez aüos. •.\ L.\ CIL'DAD lJE LA j> ALMA~. H7 Baños públicos na de las mayores necesidades del cuerpo humano es la de con erval' la piel limpia para no dar lugar á quo p. e obstruyan los poros de la transpiración y del sudor, ni á que las concreciones de cuerpos extraflos In'oduzcan las múltiples afeccione~ cutáneas tan COlllune como mole ta . El agua pura es el único Ji mejor agente de limpieza del cuerpo y como se presta á auquil'Íl' valiada temperatura, es in ustituible para todos lo. efcc · to higiénicos que de ella e deben esperar. El agua del m< 1. r y la' minerales son de aplicaeiolle. médicas. Por llece idad, por ca. tumbre ó tal vez pOlO di, rel'sión, concurren en verano muchas familias ú baiíarse en cIma¡ · á las primeras 7 ~ I1 ~ ~ Ii 1 j Q ! J8 CO. · S. II: JOS DE IlIUIENl: PÚBLICA horas de la noche, in más amparo que el ue una moue ta estera para desnudarse y vestirse. Fuera de los inconvenientes de la temperatura, del viento más ó menos fuerte ó húmedo y del oleaje, hay el peligro siempre amenazante de perder pié y perecer ahogado. Por esta razones y por la de que estos baños por la noche y de la manera que se toman son más perjudiciales que útiles, deben restringir e · u uso, á no ser que se ordenen con receta facultativa. Pero si esta prescripción de los baños del mm' está conforme con los preceptos médicos, ¿ cómo cumplirá el menesteroso pueblo con el deber higiénico de lavar su cuerpo? He aquí ya presentada la necesidad que tiene todo pueblo que se precie de civili · zado de poseer una casa pública de baños, donde pueda haber departamentos de lujo para los que pagan bien y modestas tinas para lo pobres. i no hubiesen tran ' currido tantos años ell que ha sido muy notable la falta de un establecimiento balneario, pudiera esperar- '. e á que la iniciativa particular, atraida por el111cro, lo Crei1. ra; pero ya esta esperanza ha de aparecido y únicamente pudiera reproducirse si el Excmo. Ayuntamiento ofreciese local yagua gratuita por cierto Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 99 número de años. Ante tal necesidad ya demostrada, creemos que cualquier sacrificio s rá bien recompensado. 100 CON'EJOS DE UIGIE~ E Pt: llLICA Establecimientos de Instrucción públic" a. Hi hasta principios de este siglo no hflbia mús qne dos Escuela' para varones y el ~ eminnrio Conciliar para la instrucción ecundaria, hoy ha sido tan intensa la reacción que on cada calle y nI volver de cada e~( 1 uinn. hay escuelas y tolegio donde se pretendo dar en eüanza ú la juventud de ambo. se.' os; como.' i las e ' cuelas y los colegio.', para merecer ,1 nombre de tale', no ne ' e itúran amplio:- y bien yontilado edifi- ' io~, con buena~ lnce., cl'e<: ido acopio del material de in ' tl'lH: ción, n ' iento higiénico, e." pertos mae ' tros cte., etc. Y - i 10 colegios que admiten alulllnos internos, deben tener ademús largos p'lÍiC'S, . auendos dormitorios, de~ ahogados comedores, sala s de baño y de Á LA CrCDAD DE J,.-\ 5 rAL~ IAS. 101 vestuario, cocinns a" eada", , retretes inodoros, ftgua corriente y suficicn~ profesorado de n respectivo sexo, sin ninguna intervención del otro. y no e nos culpe de e ¿ ' igente : como lIigieni tas no toca cen Ul'ar no solo la cua · lidade del local, sino todos lo acto de la enseüanza, tanto para que los niño" no de · pauperen . u integridad eorporal, cuanto pa-ra preservar u mente de los trastornos que ~ pueden ocasionarles la enseüanzas superio · res á su edad, los abuso~ de la memoria, la tensión continuada de la intellgencia, la falo ta de variedad en los ejercicios y la continua-da fatiga corporal. Si á esto se aüade el asco irl'cprochablr. del cuerpo, vestidos y camas, la buena condición de comida. y bebidas en calidad y cantidad, la < listribuci<) I1 acertada de di traccione y juego etc., se compren-derá la iDmen~ a rekpon. abilidad que pesa sobre el que ' e atreve á regentar UD colegio sin ante medir el nlcance de ,, 11 poder. .. l o; el profesorado no (', un oficio para ganar la vida; es un " acerdocio en cuyo mi · ni terio no caben lo. ignorante., ni aún todos los que conocen la en eüanza; sino solo aquellos que pueden y saben en eüar. Por esta y otras muchas razones desea · mos que no se mire con tanta indiferencia 102 CO... · SEJOS DE HIGIENE PÚBLICA este principall'amo de instrucción pública y que la autoridad- competente por si, ó por medio de una comisión respetable pasase periódicamente una revista de inspección á todas las escuelas y colegios privados. no solo para corregir con mano fuerte todos los defectos ó deficiencias que en ellos se noten, sino para suprimir los que carecen de las cualidades que en el local, en el material de enseñanza y en el profesorado exigen tan importantes establecimientos. Escuelas de párvulos de tres , seis a408. En sustitución de las ineptas y á.' lperas Amigas de otros tiempos, debíamos esperar de nuestra actual civilización el planteamiento de los llAmados Jardines de la In · fancia tan justamente encomiados y útiles para despertar, con agradable suavidad, los primeros albores de la inteligencia en los parvulitos de tres á seis años. Y no se crea que los preciosos y humanitarios trabajos del célebre Froobel nos eran desconocidos; porque hace muchos años que con el objeto de introducir en la enseñanza tan notable mejora, leyó en la Ilustre Sociedad de Ami · Á LA CIUDAD DE US I'AL~ rAS. 103 gos del País una dilucidada memoria de aquel si tema sn socio de mérito D. Francisco Cabrera y Rodríguez, ilustrado profesor normal y de ¡;; ordo · mudo~ y ciegos. El proyecto sucumbió entonces bajo el peso de la falta de fondos. Algunos ensayos de aquel sistema han intentado después las beneméritas Hermanas de la Caridad de San Vicente de Panl; pero según competentes informes, dejan mucho que desear. Los Jardines de la Infancia, con toda la perfección que en el día alcanzan, son insustituibles para hs tiernas criaturas que por su corta edad y gradual desarrollo de su capacidad mental, no caben ni deben caber en las escuelas; cada día que pasa sin establecerlos es un derroche de tiempo, de inteligencia y aún de las atenciones y cuidados higiénicos que necesitan los párvulos. E , pues, de esperar que la Ilustre Sociedad patriótica saque del ohTido la luminosa memoria del Sr. Cabrera y Rodríguez y de acuerdo con el Excmo. Ayuntamiento excogíten los medios más oportunos para establecer al menos una escuela de párvulos del sistema de Frrebel, que sirva de modelo á la iniciativa particular. 104 CO,' SEJOS DE llIGIE?' E rtBLIc. t E cuelas l) úbJic: l. r llrhada . Colegio . ....,. ada nos tocn cen": Ul'ar en las Escuelas llúblicas de esta <, judad; 011 oficiale y al ln", pcetor del ramo ó á la Junta local de primera enseflanza cone ponde denunciar ú la Su pel'ioridad las que no reunan lns condieiones higiénicas y pcdngúgicas nece~ al'ias. Sin embargo, se oh erya con pena qne el : Municipio gasta cr(' cida cantidad en los alquileres de casa- escuelas que estún lejos de poseer nquella ~ condiciones. ¿ o sel'Ía más útil y económico que paulatinamente se fueran construyendo, e ¿ ' profeso, edificios que llenasen aquella deficiencia y qne al fin con el tran ' cm'so del tiempo ali "' iarían los gn · to · del pre upue to de ensefumza?". .. 1.. ... ótaocc tambien que á la presente fecha no posca esta ciudad lma escuela pública que sirva de modelo en el material de euseflanza y eE- pecüllnH · nte en el de mesa- bancos tan necesarios l) ara evitar á los niños los vicios de conformación. Es vana ilusión la de esperar { t que los maestros los adquieran con los escasos fondos del material de que I i I 11 J e! Q Á LA CIUDAD DE LAS P.\ LlIIA8, 105 disponen. 1T o hay, pues, esperanza de introducir esta higiénica reforma, si el Excelentísimo Ayuntamiento, movido á compasión, no va poco á poco dotando su escuelas de aquello~ urgente uten ~ ilio . Terminaremos llue tra indicaciones sobre la escuelas pública,' con manifestar n UCbt10 deseo de qUf' en lo meses de Septi cmore y Oetubre, que 011 los más calurosos en esta. ciudad, se disponga qne las horas de escuela sean solo desde las ocho hasta las doee del día llara evitar á los niflos el calor asfixiante del medio día y de la tarde, :;: * * Las e cuelas privadas de ambos se ¿ - os ": 011 tan nU1l1cro", a como malas, con cortas c ¿ - cepciollC'¡';, Cualquiera que sabe algo de 1 el' y c,' crilúr, se cree nutorizado para abrir una e.. euela, SÜl calcular la re ponsabilidad que c011trne en no acertar á dirigir bien e,' tos importantes semilleros de los que han de el' útiles y buenos ciudadanos ó inútiles y pen,- ersos; por aquello de que cLos niños son como los árboles que si crecen 106 CONSEJOS DE IIIorEN}; PÚBLICA torcidos tarde ó nunca se enderezan. ~ Pero prescindiendo de la ineptitud de algunos maestros para tan espinoso cargo, duélenos haber " isto en esta ciudad escuelas establecidas en una reducida habitación sin otro hueco de luz y de ventilación que el de la puerta cubierta con una cortina ¿ Cómo pueden cumplir tales maestros con los imprescindibles preceptos de holgura, luz, ventilación, aseo, higiénicos asientos, variedad de ejercicios, etc., etc. r * * * Relativamente, casi en análogo caso se hallan muchos de los que pomposamente se llaman colegios, y con especialidad los de niñas que exigen mayores atenciones higiénicas por tratar e de un sexo débil expuesto en su desarrollo á muchas pertur. baciones. En estos colegios no puede disi · mularse ningún defecto en las condiciones de capacidad, aseo, luces, ventilación, asien · tos cómodos é higiénicos, separación de edades, variedad metódica de trablljos, distribución de distraciones y descanso, profesoras en absoluto del mismo sexo y I .! l I ! o Á LA CIUDAD DE L S PALlll s. 107 prudente vigilancia en el comportamiento de las alumnas, en sns modales y conyer · saciones evitando que haya entre ellas íntimas amistades. ...*... o quedan satisfechas las obligaciones religiosas, morales y de enseñanza pedagógica de los niños, por bien que se cumplan, si no adquieren modesta compostura, ameno trato, modales correctos, prudente reserva y, en una palabra, urbanidad irreprochable. Con amargo desconsuelo observamos que nuestros establecimientos de ambos sexos dejan mucho que desear en este concepto, creyendo tal vez que cumplen su obligación con hacer aprender de memoria á los niños el indigesto opúsculo de reglas de urbani · dad. 1Toes esto bastante; la urbanidad ha de ser práctica como todas las enseñanzas. ... ... .. Fuera de las advertencias que en general Ii ,. B I ! o 10 CONSEJOS DE HIGIENE PtBLICA nos hemos permitido indicar, nada en particular tenemos que decir del 1 eminario Conciliar y de los dos Colegios de enseñanza secundaria; ímicamente rogamos á sus digno Directores se tomen la molestia de vigilar sns dependiente para conseguir que atiendan al e merado a eo y limpieza de toda la casa, tanto mil nece" arios cuanto mayor sea el número de alumnos. Tiene en nuestro concepto tanta importancia la estricta obsel'Yf1. l1cia de los preceptos higiénicos en lo establecimientos de enseñanza, que nos atrevemos á suplicar á la Ilustre Junta de Sanidad Municipal se digne acordar y llevar ú efecto cada seis meses una visita domiciliaria para corregir las deficiencias que observa sin contemplación de ningún género; a í 10 exige la actual depauperación de la juventud. Á LA CIUD.\ D DB LAS P. 4. LMAS. 109 Teatros El de Cairasco, á pesar de haberse construido á mitad de este siglo, ha sido con harta razón abandonado por sus muchas nulidades. Lo ha snstituido el de Tirso de . Molina, magnífico edificio de lujosa arquitectura y cuyas localidades interiores nada dejan que desear en sns condiciones higiénicas, si se tiene la precaución de abrir, según convenga, los hueco de nmtilación que tiene para con ervar una temperatura moderada y renovar el aire e tancado. . lT o obstante se notan algunos defectos qne deben ser corregidos. El alumbrado de petróleo eleva la temperatura del ambiente, daspide mal olor y es un perenne riesgo de incendio, especial- 110 co. SEJOS DE HIGIEXE }' ÚBLICA mente en el escenario: la más pequeña alal'ma de incendio que llegase á ocurrir produciría funestas consecuencias. Es pnes urgente sustituir el alumbrado del escenario por el eléctrico, ya que en el día hay pequeños aparatos económicos cuya instalación y gasto de consumo puede obtenerse sin grandes sacrificios. La sala del teatro se llena de humo de tabaco que procede de los que fuman en los salones del pórtico. El humo de tabaco no solo vicia el aire que se respira, sino qne produce toses violentas, vértigos y otros trastornos al bello sexo. Debe, pues, corregirse disponiendo dobles puertas de comunicación de tal manera que nunca se pueda abrir una sin que la otra esté cerra · da, 6 10 que sería mejor, arreglando una sala aislada para que en ella y no en otro sitio del t. eatro se fume. Las brisas frescas baten con frecuencia la salida del teatro, y si los concurrentes no tienen la precaución de atemperarse y abrigarse bien antes de salir, están muy expuestos á contraer afecciones graves de los órganos respiratorios. Para modificar la corriente de las brisas, convendria llenar de árboles frondosos todo el espacio que media entre el fróntis oriental del teatro, el Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 111 mar y la orilla de la muralla del Guinigua. da: 6 mejor aúu, le,' antar en el mismo sitio una casa de suficiente altura, que pudiera servir de restaurant, café, sala da fumar, etcétera, etcétera. La costumbre de obstruir los hombres los salones del pórtico para ver desfilar las señoras, impide que los que salen puedan detenerse en ellos para atemperarse. La autoridad debe corregir este abuso. Por último, debernos aconsejar, corno medida de precaución; que desde que comiencen las funciones, se abran todas las puertas de salida, poniendo en ellas una leve valla de madera que pueda romperse fácilmente cuando ocurra cualquier motivo de alarma. 112 éO~ SEJOS DE JlIGrE~. B l'Ú1JLlCA Palacio Municipal Este suntuoso edificio posee todas laR condiciones higiénicas apetecibles; pero hnbiéndose fabricado en un solar l'elllH'ido, carece de sufil'ientes lo<: alidades para albergar diversos estable~ jmicntosque están bajo su amparo. Uno de ello yellllá importante es el de la biblioteca pública, alojada en un entresuelo mllY bajo de techo, sin hH'es ni ventilnéÍón. La illl portancin de e ta biblioteca que actualmente cuenta rná de nueve mil volúmene , y la neúe, i<. lad < le que el público utilice esta inagotable fuente de instrucción, nos sugiere la idea de que el ExcclentÍfosimo Ayuntamiento excogitara los medios de C'omprarse á. plazos ó de otro modo la ensa que tiene alquilada para In Escuela A LA CIUDAD DJ.; LAS I'ALMAi'. 1W l: ormal y le" antá e en ella las salas y dependencias de la biblioteca pública. El resultante beneficio recompensaría el sacrificio. Q 114 CONSEJOS DE IlWIENE PÚBLICA Palacio de Justicia Las numerosas salas y oficinas del edificio de la Audiencia Territorial y de todas sus numerosas dependencias son de laudables condiciones higiénicas. Unicamente hay que evitar eon singular cuidado la humedad que suele notarse en los pi os de la planta baja, procedente de las filtraciones de los patios y de la huerta. Para corregir este " T~ 1. Ye defecto no e l> a tante suprimir el l'ieo'o de la huerta, porque las lluvias alimentarían la humedad; hay nece idad de adoquinar ó baldozar la huerta y los patios y dar salida e ¿ - pedita { t la acruas de lluvia. A LA CIl'DAD DI<] LAS !' ALMA::;. Palacio Episcopal 115 Este antiguo edificio ha tenido importantes reformas con recientes fábricas de de · partamentos altos y bajos en el interior y con las notables mejoras que en el patio y escalera principales ha ca teado nuestro digní illlO Obispo el P. Gueto. De su primi · tiya y mezquina arquitectura solo queda el fróntis que i bien rc,- ela • u antigüedad, no di, minl1ye las buenas condicione. higiénic'as del interior. 116 CO~ SEJOS DE ! lTUTE. E PlllLICA Palacio Militar De construcción reciente, y fabricado sin escasez de fondos, este edificio completamente aislado, recibe franca ventilación y buenas luces por los numerosos huecos de sus fachada y quizás no tenga otro defecto higiénico qne el del polvo que le introduce la t'arl'etera de los Arenales. . Ío. LA CIL'DAD DE LAS PAL; lIA: l. 117 Casa de Administre.. ción y Depositaria de Rentas Este edificio del Estado, no podía hasta hace algunos meses, con los defectos higié- j nicos que lo agobiaban. Actualmente parece I que se han hecho en él mejoras importante",; I y es de de ear que de aparezcan para siem- I pre los foco de inmundicia en sus depen- ~ dencias bajas del traspatio ( Iue oran intran- 1" sitables y pestilente". ! Q 118 CONSEJOS DE HIGIENE PÚBLICA Cuartel del Eatallón Regional E · ta casa que era un destartalado eon · vento, ha ido adquiriendo y ya posee lns eualidades higiéni('[\ indispensable~ para alojar cómodamente quinientos soldndo , eon toda::) las (' onvcnicnciai) de bueno y ventilados dormitorio , sala de armas, y de ve · tnario, comedor, localidades de aseo y limpieza con agua corriente y demás depelldcll<.: ia~ nece arias. E tas importalltí i · lllas mejoras son debidas en gran parte á la aetiddad é ilu traua iniciativa del General Gobernador Excmo. ~ r. D. Francisco de Alaminas. cuyo nombre será siempre en Las Palmas de grata y eterna memoria. Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 119 Cuartel de Artillería Con decir que la compañia do Artillería de esta guarnición está alojada en una casa de alquiler, relativamente pequeña, con escasa luz y poca ventilación 1 sin dormito rios higiénicos, sin accosorias capaces para la limpieza del cuerpo, ni de sala de armas, de vestuario, etc., etc. hay ju tificados motivos para rechazarla hieYiénicamente, implorando la intervención de la autoridades competente para la adqui ición de un cuartel de artillería de buena. condiciones. Esta úplica la encarecemo hoy con tanta más razón cuanto e tamo' en vísperas de que se aumenten las fortificaciones de esta plaza y su puerto, en cuyo caso se necesitará un batallón de Artillería para el servicio. 120 CO.' SE. ro · Dfl HIGIE. ' f: PlBLICA ... O e~ llc<: esario dccir que estos edifi · cios no::; e improvisan; ni aunque seól fácil en<: Olltl'ar una ca a de alquiler que sati faga la nece~ idad; por lo mi mo conviene prepararse para evitar el conflicto que ", e apro: nma, Á LA CIUDAD DH LAS PALMA",. l: H Establecimientos de sustancias alimenticias Plaza de JI( ll'eado. El principal laboratorio de .~ alnd ó de enfermedad e. Aá en la plt1za de mercado: tÍ ella concurre el puehlo pal'll pro,- eerse y en ella puede encontrar ó lo hueno. alimentos ( 1ue reparen ' us fuerza y con ' elTen su sao lurI t ó 10" malos qu> le oca ' louen enferme · dade., He aquí l' 0! que e.~ de ab.: oluta 110ce ' idad tn el mercado la coutínua . Y pro,- i · ' ora yierilancia de la autoridad municipal para que en {> 1 solo se pongan ú la " enta los productos irreprochablemente sallOS, En la plaza no se debe llerlllitir la entra · da á ningún producto perjudicial á la sao iiI~ J ! o 122 CO,: SEJOS DE HIGIENE PlBLICA lud: todo debe ser bueno en absoluto. Bajo este concepto debe proscribirse toda fruta verde ó madurada artificialmente, la que dé eñales de incipiente corrupción, las horta · lizas marchita, las legumbres picadas de insectos, los tubérculos enfermos ó que ya han germinado, las raices enmohecidas etc. o quisiéramo oir nunca la expresión de que el pueblo sabe bien lo que va á comprar y que es dueño de rechazar lo ma · lo y elegir lo bueno: aunque esto fuera a í, que no lo es, porque quizás la mayoría de los compradores carece de suficiente sutileza para evitar el engaño, la autoridad debe ser siempre previsora y paternal para preservar las faltas que pueda cometer el comprador, ya por defecto de inteligencia, ya porqne la pobreza le incline á comprar lo más barato, aunque sea pernicioso, ya finalmente porque le incita la golocina, como sucede con frecuencia ha ta en los que no son niños. La Plaza de Mercado es un edificio moderno bien construido, con e pacioso patio anchas y largas galerias, salas y cuartos de bastante capacidad, amplia ventilación y buenas luces: ni el sol ni las lluvias penetran en ella, porque lo impidE:: su techo de hierro. Sin embargo en la actualidad es muy Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 123 corta para la población á pesar de haber invadido la plazuela del fróntis norte. Esta deficiencia es de malos resultados, porque siendo exorbitante el concurso, los compradore se agolpan y se empujan en los puesto de venta y no pueden e. Taminar las conuicione de lo que van tt adquirir. Es, pues, ya de urgente necesidad la cOllstrncción de otra Plaza de Mercado en la entrada del barrio de los Arenales que ~ urtiría todo este barrio y la mitad del de ¡" TriaDa. ¡! Tada debemos decir de la llamada plaza de mercado del Puerto de la Luz, porque ~ ha", ilt hoy no es más que un esqueleto de plaza. Tienda de carnes La~ . ala. de la plaza de mercado y los cnarto tI ue fuera de ella se de tinan á la venta de carnes, carecen de las condiciones higiénica que requiere e te importante artículo de consmno. nas y otros carecen de ventilación; sus paredes, ganchos; pesas y mesas están impregnados de substancias animales enranciadas, de olor picante y 12~ en,' SE. JOS m: JlIllIE. · . B PIIJI, rc \ nau ' eo, O que indica permanente ' orrup · ción. Las carne' colgada,', en vez de estar cubiertas con cri tales { l ' on tela' blanca..; y transparentes, e tán al aire plaO'ada: de lllo: cas, ú\- idas de uepo itar n ella u' huevo . Lo . cortador en vcz de limpieza, o tenían en su ~ ropa lo - e. tigio de la matanza. Lo hue o : cortan con mach te produciendo menuda e quirla' qu ~ hay que e. · purgar como si fue. en e~ pina de pescado pequeüo; por último, en aquellas tiendas nadie compra lo que quiere sino lo que le dan, aunque ' oa un ' onjunto asqueroso de huo 0, pellejo y ~ eb(). En una palabra, el mercado uo carne lllUY poco ha adelantado al de la antigua carnicel'Ía. Para eoncluir con tanto: al) U~ os debiera e.- igil' ' e que la ' enta de carnes s'" hicie e en salas ó cuarto' l ne tengan arrcglado hueco' de ventilación, anaquelería con vidriera' ó cortinillas blancas de tela transparente, me a de mármol pam el de.. pacho, agua corriente y limpieza e~ m rada en lo cuchi · 110, ierra, pe,- a., O'tlllcho y persona de 10 cortadores. Iientras no . e rcalice una reforma radio cal, debe disponorse quo diariamente se laven todos los utensilios con legía caliente, . e cubran la' carne. con tela blancar-: Á LA en DAD DE LAS VAL~ IAS. 1;! r, siempre limpias, se ponga en uso la sierra para cortar 10::: i huesos y que los vendedores estén a eadok' La carne sobrante' no e podrán poner tÍ la yenía del siguiente día in prévio exámen de per,' ona competente y orden expre · 8a de la autoridad. Panadería " El producto más necesario y de mayor consumo es el pan y tambien es el que por defectos de elaboración ó de malas harinas ¡ n'oduce mayores daño . ~\ II1' unos panaderos, para dar mayor peso al pan, sobrecargan de agua la ma ' a y le dan al horno una temperatura alta para que en corto tiempo tueste la corteza, dejnndo crudo el interior; cste pan e:; indig- e~ to. Otl'O~ para dar mayor yolúmen al pan, ponen á la masa nn c." ceso de levadura que le dá una acidez pernicio a. Otro' Ú pena , e toman el trabajo de reyo1yer la ma a y : acan un pan engrudado que no se puede ma ticar y meno: digerir. Estos y otro." 1' ario defecto de elaboración tan comunes dan ú tan importante artículo de alimentación cualidades dailinas, cntre las I J I~ f ! o 126 CONSEJO' DE HIGIENE PÚBLICA que quizás sea la menor la de ser indigesto. Las harinas, que tanto se prestan á la adulteración, contribuyen á agrayar las perversas condiciones del pan. " Gnas proceden de trigos picados de gorgojo ó infestados de tizon y cornezuelo y son poeo menos que venenosas. Oteas vienen mezcladas con polvos siliceo desprendido de las piedras de moler y causan irritación en las membranas del estómago. Otras están mezcladas con harinas procedentes de diversos granos difíciles de digerir. Otras han sufrido fermentación y son pési. mas bajo todos couceptos. Otras, por fin, eslúu adulteradas con substancias minerales y son las más abundantes en el comercio y las peores de todas. Por lo mismo que el pan es el alimento más general y más necE: sario, debe ser objeto de preferente y exquisita vigilancia para impedir que se venda el que procede de malas harinas ó de mala elaboración. Lo primero se consigue di poniendo que las harinas no se pongan á la venta sin prévio análisis parcial; y lo se( fundo es más fácil de corregir mandando inutilizar el pan mal elaborado. Es de lamentar que á la presente fecha no se utilicen en esta ciudad las máquinas ! Q Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 127 ya tan generales para elabOl'ar el pan con uniformidad de peso, medida y tiempo en todas las operaciones, como igualmente los hornos mecánicos para cocerlo con exacta regularidad. Si se estableciese esta perfecta panificación, quedaría reducida la vigilancia de la autoridad al e crupuloso análisi de la harinas. Harinas de granos tostados. Estas harinas ( gofio) son de mucho con · sumo en los trabajadores del campo y solo exigen que los granos de que proceden esten sanos y limpios. Hay que desconfiar mucho del maiz que se desembarca, por que es muy común que durante el viaje haya sufrido fermentación, como lo indica] a alta temperatura que adquiere. E te maíz aun · que se refre que, ya es perjudicial para el con umo. Leche. Después del pan y de la carne, es la leche iiI .!! I ! o 12l; CON~ EJOS DIo; IlIllIE: E l'ÚlLICA el alimento más general y por lo mismo má: o; digno del empeüo que debe ponerse en que se venda en toda ,-, u pureza. Desgraciadamente la leche se pre ' ta á muchas adulteraciones, entre la . cuale sería la mú iuoc ute la del agua) , j para ocultarla al e. · á · men de11) e.. alico1' no e yalie en los vendedores de sub tancias pe1' j udiciale á la ,' alud) como lo han acreditado los vómito.." dia · rreas, conyulsione.. , cólico::; etc., que ha 1) 1' 0ducido 1'( 1) etidas vece'. unca serán hafltante rigorosas las pem18 que se impongan ú los ( lc~ pindados vendedores de leche llue IJor una ruil:; el'able ganancia 110 dudan en, enenat' á sus feligl't'ses. Toda leche que no se saque á la vi.. ta de " aras ..; auas, l'obw., tas y bien alimentadas) e cuando meno, sospechosa, si 110 e: dafli · na. Debe desconfiarse siempre de la que introduce en la población y acon...; e, imno · qne nunca se utilice ino de. 1Jl1C~ de bien hCl'\- ida; rechazando la que con la ehnlliciúll lUmla de color ó con ~ istencia. Tiendas de pe cado . · a1llreso. Este artículo ( fcneral de con nmo espe · Á LA CIUDA. D DE LAS PALMAS. 129 cialmente en la clase trabajadora, se altel'a y descompone pronto si la temperatura fresca no le favorece. Por e to creemos que la. tienda de pe cado salpre o, ( lonja) teniendo su exposición al oriente y poniente, están mal situadas. Para garantir por algún tiempo la integl'idad del pescado deben aquellas tiendas estal' en ombl'a permanente, con abundante ventilación al norte, con pi. o inclinado é impermeable para que la salmuera se deslice con facilidad y procurando siempre los vendedores un esmerado aseo en el local y en los utencilios. Desde que el pescado salpl'eso empieza á variar de color, seiiala su corrupción y debe inutilizal'se pora evitar los daüos que pueda ocasion~ l' á los consumidores. Es lamentable que nuestros pescadore. de la Costa africana ' can refractario á ciertas mejora que dal'Ían á su indu tria mayor valor y má. garantías para evitar la pronta corl'l1pción del pescado. .... ótase que é ta Riempre empieza á alterar e en la inmediación de los huesos; ¿ por qué, antes de salarlo no se le quita la cabeza yaún el espinazo, á los pescados grandes y gracientos? Si así .. e hiciera quedarían sus hojas en contacto m{\ s inmediato con la sal, más prensado con su propio peso, más libre del contacto del 9 o 130 CONSEJOS DE HIGIENE PÚBLICA aire que precipita su descomposidón, cada buque tmel'Ía casi el doble de carga comestible, ga taría relativamente menos sal, duraría má tiempo en buenas condiciones Ji quien sabe i con tal práctica se llegaría ú encontrar un procedimiento para secarlo como el bacalao. ' riempo e ya de que nuestra precio a indu tria pesquera salga de pañales Ji entre en la yia de progreso, abandonando ] ¿ ¡ s rutinarias prúcticas de nuestros antepa · sado.. • Pe cadería. Pocas poblacione e lisonjearnn de tener nna pescadel'Ía tan artísticn, tan aseada, con franca ventilación, buena luce, agua colTiente y todas la condiciones higiénicas apetecible , como la de c ta ciudad. Pero si el edificio nada dl'ja que de ear, no sucede Riempl'e 10 mi mo con el pe eado que allí se c." pone ú la venta. Los barquitos de pescar, á más de f- er de corta capacidad, están tan impl'cgnados de inmundicias, que desde que en ellos se filtra alguna porción de aCflUl, se forma una sentina cOl'l'ompida en la que Á LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 131 queda anegado diez ó doce horas el pescado que se va cogiendo. De aquí proviene que en los días calOl'osoS el pescado fresco, aunque sea reciente, adquiera mal olor y notable propensión á corromperse. Si á e to se aflade el mal trato que le dan los pescadores y el peor em paquetado para condncir. lo, muchas yeces de largas di tancia , no e e.- trañará la presteza con que entra en corrupción. Todo lo que el peRcado fresco, en su estado de integridad, tiene de sano y buen alimento, lo adquiere de malo y dailino desde que tiene Ja rnús leve seflal de descomposición: es entonces un veneno que puede hasta ori · ginar la muerte. Por esta causa es de desear que lwya iempl'e en la pescadería una " i. gilancia activa é inteligente que rechace é inutilice todo el pe cado que 1lO e halle en . u perfecto e tado de integridad. I A " eces uele quedar un re to de pescado freo co para el día ' igniente y hay la práctica de C'ortarle la aleta candal para que el público lo conozca; e...; to no e' bnstante; ( n nuestro clima es difícil ó quiza impo. ible que el peLcado dure 24 hora. sin corrOIl1PPl'. e; e pues muy arriesgado el permitir RU venta sin nuevo l'cconocimiellto qne acredite su buen estado. 132 CONSEJOS DE I1IGIENE PÚBLicA atadero. E te local de tinado excll1si\; amente á la matanza de las reses de consumo, está bien colocado {, orilla del mar y tiene buenas con · diciones para conseryal'lo aseado por el agua corriente que posee, por la expedita salida de las inlllundicias y por ~ u mucha ventilación. To obstante debe ser objeto de contínua vigilancia no solo en el interior y en los conductos de desagüe, sino en el exterior para evitar que se forme un foco de infección. Los cueros, el sebo, los intestinos, la san · gl'e y demás restos de las re es que se matan, son utilizados por ciertos industriales, pero con tanta incuria que ú larga distancia de la playa del matadero e percibe la hediondez que exhalan. Lo más higiénico sp- ría que aquella industrias se ejercieran en las afuel'a~ de la población, ya que no es posible evitar el daño que prodncen inficionando el aire. Las re. es destinadas al abasto de carnes no deben estar fiacas, porqUé á más de ser su carne poco nutritiva, debe sospecharse •.\ LA CIUDAD DE LAS PALMAS. 133 que su flaqueza procede de alguna enfermedad ó de malos alimentos y en nno y otro caso son desechables. Lo toros padres y los recien castrados deben ser tambien prosCl'itos al igual de la re" e viejas y de las vacas fecundada ó recien paridas. La carne más sabrosa, tierna y nutritiva e la del buey criado con buenos pastos y poco ó ningún trabajo. Las vacas que por costum · bre antigua se dedican al consumo son las peores reses, porque no vienen al matadero sino despues de mucho~ partos y cuando ya por su edad no sirven para los trabajos de la labranza; sus carnes entonces son fila · mentosas, duras y escasas de jugos nutritivos. Todas las ant8riores prevenciones · son aplicables al ganado menor. Adviértase, como regla O'eneral, que el ~ llli · mal que no tenga todas sus entrañas y carnes en estado nOl DJal debe scr rechazado por enfermo. ada e mil" aplicable á este caso com o la antigua .: entencia Bonulll ex integra cau a; malnm c.' pervennque defectn. 1' ielldas de come tibJe., .[ ingún sitio dedicado á la venta de sus · 1,' l4 CONSEJOS DE HIGIE: SE PL- BLIC.- I. tancias alimenticicts, necesita tanta vigilan(' ia y tanta corrección como la tiendas de merceria, donde la codicia de los revendedore no reconoce otro deber que el de su lucro l'l- lrticular. Estas tiendas que on en general peqneüas, sin ventilación y de", a eat1a~, encierran en u corto espacio infinidad de vituallas sólidas y liquidas, reciente y añej < lS, frescas : r saladas qno sobrecargan sn e tancada atmó - fcm mezdada con el húlito de la familia qnü allí vive. Cuando por la maüana se abren su puerta es tal clmal olor que de ellas sale que no se pncde pasar por ¡;: us acera sin experimental' un sentimiento de asfixia. Por interés dlfl público y aún de sns mismos dueños debe c.' igírseles más capacidad, más venti, ladón, más limpieza, mellOS bacinamiell' to de comestibles y menos fraude en 10 que venden. Almacene de - nb tancia alimenticias. Estos establecimientos, aunque mucho más espaciosos, ventilados, y limpios que las tiendas de mercancia, encierran tambien mnchas más variedades de carnes y pesca · Á. J,.-\ CIUD. D DE LAS PAL:\ IAS. 135 dos diversamente preparados y expuestos á la corrupción. Deben pues ser vigilados } lU1' 80 exigirles la inutilización de todos los productos rancios ó corrompido~. }' ábri::& de pa~ 1& I duJeeria r chocolate• ..... T ada tenemos que increpar á la fábriea de pasta.' de esta Ciudad; ¡ me.' , juzgamo:-; qne no habrá en ella ningún defecto d~ · elaboración y sofisticación de las harinas que emplea; únicamente recomendamos ú su fabricante que nunca use otra tinta para dar el color amarillo á sus pustas que exclusivamente la del legítimo azafrano * : 1< '" El mismo con. ejo damos á lo. dneü08 de dulcel'Ía , que en .' us artefactos tOnSumell muchas sub taneias colorantes para dar á las confituras los brill: mte. colores que las hermo eau. Por ningún cn o deben emplear los preparados minerales, ni los de la : milina que son muy venenosos aún en peque- 136 CO.. · SEJOS DE JlIGIENE PÚBLICA lIlSlmaS dósis. Hay suficiente mímero de ~ ub~ t[ llleias yrgetnh s illofensiya..; pam todos los culores; y si no las hubiese, seda l'rcfe · ri ble que las confiturm; fuesen lUellOS vis · tu..; u::; á tambio de 110 • (' r envenenadoras. : j: ::: * JIal': 1t a pocos aflo. atl'á~ mH:' o..: Íros padre' sahoreaban con plac(' r el rico thocolate tOlllpuesto de partes iguales de almendras de cacao tostadas y azúcar con ú sin aroma de CHuela Ó vainilla. Esta pasta eminente · mellte nutritiva que el iumOltal Linneo npellidó alimento de los dioses ( theo broma) se impuso á todo el lIlundo civilizado y mal'c{) p(' rfeetamente la época más glorio a de nue · tra historia patria. Los especuladorC's ingleses con sn té y lo envidiosos franCt' e' (' on u café le hicieron cruda guerra; pero ha.. ta bien avanzado este siglo, el sa · bro o y confortante dlOcolate no reconoció ri\' a1. Habíamos de ~ el' nosotros mismos, los ingratos espaflOles, la (' ausa de sn ruina. Primero creyendo que para dar segura prueba de civilización debíamos introducir Á. LA CIUDAD DE LAS P.~ LM.~ S. 137 el té Yel café en nuestro desayuno; y después para ponerlo al alcance de todas las fortunas, sofisticándolo bárbaramente. Hoy con unas pocal' almendras de cacao, pan tostado, harina, arroz, cacahuetes, etc., y con almagre, minio y hasta bermellon para darle color, se plagan los pueblos de una pasta que con el nombre de chocolate se encarga de indigestar al prójimo, si no lo envenena. El abuso es ya tan escandaloso que, para corregido, se hace indispensable que la autoridad ordene un análisis de las pastas de las diversas espendedurías, para evitar al menos el pernicioso uso de los minerales colorantes. Bodegas)' Taberna.'. De ' de que el üidium y la Filoxel'a acometieron los ,' iñedos, e ha propagado una plaga de fabricantes de vinos artificiales que, vendiendo su conciencia al lucro, no han dudado envenenar al genero humano, Pocos son en el día los vinos que no se adulteran ó sr: fabrican sin la intervención de la uva ni de su alcohol. Los que se agriau, los i . li IIJ 1 ! o 138 CO.' SEJOS DE HIGIE,' E PL- BLICA que tienen poco espíritu, los que carecen de buen color, los que se quieran pasar como añejos y los que nunca han conocido la uva, todos se confeccionan con substancias orgánicas é ino |
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