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- ~' r'^. 1 ESTAMPAS DE LOS PUEBLOS DE GRAN CANARIA ' ISLA AZUL ... tierra fecunda de hombres de roca y corazones de oro... Por PABLO ARTILES AÑO DE 1937 ' ESCUELA TIPOGRÁFICA SALESIANA ' LAS PALMAS ( CANARIAS) i i i PABLO ARTILES " ÍSLA AZUL..." ^ - • ' . >/ M<^ r ¡ f^ WU.^ . ^;^^ " ESTAMPAS" ^ " • ^ DE LOS PUEBLOS ^ DE GRAN CANARIA ISLA AZUL "^ ... tierra fecunda de hombres de roca y corazones de oro~. por PABLO ARTILES AÑO DE 1937 ESCUELA TIPOGRÁFICA SALESIANA DE LAS PALMAS Con las debidas licencias. ES PROPIEDAD Con autorización de la censura militar " ISLA AZUL" /) j R,\¡ i' Española y lítrd < 1,: I autor dfl libro.) " ISLA AZUL", jardín de las Españas, Heroico solar, De hispana tradición; Que un día la Patria idolatrada Juró defender Con santa rebelión Franco, el Caudillo, en Canarias se alzó, Y España entera surge tras él a luchar; Y en Gran Canaria un Imperio nació: EL NUEVO IMPERIO ESPAÑOL TRADICIONAL. II üran Canaria, la Isla afortunada, El famoso Edén, De clima sin igual; Cuyos campos con frutos, aves, flores. Bendijera Dios, Que arrulla fuerte el mar; Huerto florido de eterno verdor Fuentes y arroyos bañan su riente faz. Libre en el bosque el canario cantor CON TRINO ALEGRE ENTONA EL CANTO DE LA PAZ. III Gran Canaria, la Isla Fuerte y Grande Que forjó el Volcán, Fiel, Noble y de Valor; Cuyos héroes lucharon bravenicnte. Con gran lealtad. Ser Grande mereció. Grande te hizo tu Rey Artemí, Por su heroísmo eres Grande e Inmortal; Grande es tu nombre por fuerte en la lid, ¡ Y VIVA GRAN CANARIA A UNA VOZ GRITAD! ' IV Con orgullo de ser de Gran Canaria, Con mi trabajar, Te quiero engrandecer; Será siempre el ser como tu eres. Noble y muy Leal, La prueba del querer. Hermosa tierra de vario color. Preclara historia, heroísmo y de luz, Tu mar sonoro, brillante tu sol, POR TUS PAISAJES ERES BELLA " ISLA AZUL". DEDICA TORIÁ AL INSIGNE GENERAL FRANCO, AL GLORIOSO EJERCITO ESPAÑOL, AL INVICTO REQUETE, A LA INTRÉPIDA FALANGE, A LAS MILICIAS PATRIÓTICAS, Y A TODOS LOS CANARIOS QUE ESTÁN DEFENDIENDO A ESPAÑA CONTRA LA BARBARIE ROJA, DEDICA ESTE LIBRO, QUE HABLA DE GRAN CANARIA, " ISLA AZUL", NUEVA CO-VADONGA DONDE COMENZÓ FRAN- : CO ESTA NUEVA RECONQUISTA... : EL AUTOR INTRODUCCIÓN Retratos literarios quisiera que fueran estas líneas... Cruzo frecuentemente los campos de Gran Canaria, y lecojo cada vez impresioms agradables, matices diversos de la Isla Pintoresca... Todo eso quisiera traspasar a las cuartillas que forman este libro, como una expansión de mi espíritu, que descansa al descifrar esos valores poéticos, folklorísticos y de perspectivas, sobre la blancura del papel. Confiar a la memoria las captadas impresiones es imposible. A vuelta de pocos días se borran, al menos en intensidad y luz, y se van desdibujando tras las nuevamente recibidas. Y como amo tanto a esta tierra, factor que me hace ver con cariño sus cosas, sus paisajes y sus pueblos, suben a mi mente, cada vez que atravieso sus caminos en un sentido o en otro, sentimientos varios, sugestiones, y nuevos aspectos del hermoso y siempre variado espectáculo que la Isla ofrece; y quiero, como un desahogo del espíritu, dejar correr la pluma, dibujando, literariamente, los bellos paisajes y las diversas variedades y características de los pueblos de Gran Canaria. Reflexionar sobre aquello que he visto, sentirlo, infundir su amor en los canarios y extraños, eso de- seara, si a la débil expresividad de mi pluma le fuera concedido. Abro un camino... Otros más afortunados podrán descubrir minas espirituales y explorarlas en el fecundo suelo poético de Canarias; pero me queda la satisfacción de haber participado en esta empresa. Al decidirme a ella no me forjo ilusiones... Si alguien obtuviere de la lectura de este libro algún provecho, aumentare un algo su cariño a esta nuestra Isla, se deleitare un átomo oyendo la relación de sus pueblos, quedarla yo sumamente satisfecho. No espero utilidades mercantiles...; los libros sufren crisis... y más en Canarias. Sólo anhelo el placer espiritual de que tengan mis paisanos uno que puedan llamar propio, y en el que se les describan cosas y bellezas de nuestra Isla, siquiera sea con la imperfección propia de mi pluma, mientras llega la hora de que algún escritor nos dé este manjar del espíritu, dulce y suave, con la rica dulzura de su péñola de oro... Creo que hasta el presente no ha habido ningún libro que recoja el ambiente literario, lirico, de la Isla, como Gran Canaria se merece: ninguno que haya sentido la emoción de lo " grande" en esta isla ^< Grande » . Por eso cábeme la satisfacción de haber intentado llenar una laguna de nuestra historia poética, si bien no lo haya logrado sino imperfectamente. Debería tener más estilo, más belleza expresiva, más talento literario para mi cometido. Pero en espera del que lo tenga, recibe, lector, este mi humilde libro, como ofrenda de un ferviente entusiasta de Gran Canaria, presentado ante el ara de la pública admiración, para que de los pechos generosos de los gran canarios y extranjeros suba un hito de amor y cariño sincero hacia esta tierra que canta con sus isas y folias: " Tiene mi patria querida Mucho valle encantador, Mucha delicada flor Y mucha gracia escondida..." iíe dicho que al describir este libro no me forjaba ilusiones mercantiles... Ni mercantiles... ni literarias... ni de prensa.. La critica local es un prisma individualista... teñido del color de que la amistad o la enemistad lo reviste. Pero ésto, personalmente, no deja de ser un bien; porquz puede las más de las veces el amor propio hinchar a los literatos y escritores, debido a las infundadas alabanzas que tal vez le presten los amigos en la prensa local; de donde se falta a aquella juiciosa y razonada critica, conveniente a todos, y a la naturalidad, que satisface y agrada. A trueque, pues, del olvido, me entro solo en este combate literario, para luchar por los campos y los montes, antes los paisajes y los riscos, con las armas de la pluma... por conquistar de nuevo esta tierra para nosotros. Porque suelen los extranjeros alabar y conocer más a Gran Canaria que sus mismos hijos... Eso llamo conquistarla: engrandecerla ante nuestros ojos, alabarla un hijo de Canarias, dándosela a conocer nosotros a ellos, no ellos a nosotros. Y en ésto han pecado los literatos del pais: hán-se preocupado muchas más veces de los defectos que de las gracias de la Isla. . Los grandes intérpretes del sentimiento canario, Fray Leseo y Néstor, han marcado la ruta a seguir: Realizar la posesión literaria y estética de Gran Canaria... El " motivo canario" debe ser el de los escritos de nuestros literatos y el de las obras de nuestros artistas. Fomenten las Corporaciones este « deporte intelectual » , con premios al mejor trabajo sobre temas locales, del terruño; ayude la prensa con justa y razonada crítica, y comenzará una nueva etapa que dará lustre y gloria a nuestra Isla. He reducido este trabajo a los pueblos de Gran Canaria que tienen Municipio. No dudo que hay otros muchos barrios y sitios de interés a que no alcanza este libro...; pero no podía salirme de una norma sin faltar a la justicia, pues, de haber encabezado un capitulo con el nombre de un pago, por importante que fuerza, resultaba una preterisión y comparación injusta con los demás de la Isla- Que acierto, bien; que no acierto, dispensa, lector, la molestia, porque es debida a una sana intención, a un deseo de hacerte amar esta tierra en que naciste: o, si no naciste en ella, que pertenece sin duda a esta España de la que las Islas Canarias forman parte, juntamente con la región en que por fortuna hayas nacido... Sin embargo, nunca tal vez se hayan escrito cosas que valgan menos..., porque no sé qué pueda haber más imperfecto que estas pobres líneas con que he querido hablar de una Isla a la que por su historia todas las generaciones y en todas las lenguas llaman « Grande » ... y que inaugura esta nueva « Era Azul » de España, surgida, como una resplandeciente aurora atlántica, de esta Rosa Marina de Gran Canaria, " ISLA AZUL" DEL COLOR Y DE LA LUZ. El Autor Overtma ¡ Isla azul...! ¡ Libro hermoso encuadernado con espumas del Atlántico\ ¡ Libro es éste que la musa de un poeta bautizara con un nombre singular!... ¡ Isla azul! Libro dulce que es redoma de Finezas; y sus hojas, más que un tomo de sabrosas impresiones instantáneas, son escenas armoniosas del pais de mis amores, del país de mis en. weños; ¡ ecos líricos triunfales! En ellas sobresale cual timbre de dulciana la voz del patriotismo. Ellas constituyen una exquisita ópera literaria, cuyas romanzas y arpegios adormecen de halago y de ternura... ¡ Lindo estuche de perlas! ¡ Guardajoyas de amor! Pero ved que me encargan la overtura. lYo overturas...! ¿ Cómo yo improvisar tus melodías iniciales, bello libro de nácar? ¡ Oh! ¡ Ni el médico a palos! ¡ Desdichado de mi! Pindaro encabezaría mejor tus acentos, forjando en tu portada un epinicio con el calor de su lira. El ruiseñor de Tesalia, ciego de pasión, habría de darnos para ti su dulce matinata, regocijado en la fronda de un olivo. Listz, el divino mago del clave, te hubiera bautizado con una lluvia de estrellas.... ¿ Yyo?... ¡ Infeliz! Un mirlo desplumado... constipado... ¿ qué voy a musitar aquí, que no resulte desazón y torpeza? ¿ Dónde buscar una hoja de laurel que añadir a las sienes del poeta paisano? Pero he de cantar. Mi corazón quiere cantar. Bien o mal, no importa. Es una necesidad cantar en ciertas ocasiones; pues adorando a mi patria, pienso que reventaría mi corazón si no vertiera de Heno sus himnos y salmodias campesinas. ** * lisia azul de placeres!... ¡ Salud, materna patria! ¡ Salud, oh paraíso que dibujó el anhelo de los vates con tenue luz amiga! ¡ Salud! ¡ Que el sol de Mayo, pontífice de estrellas, te unja con el crisma de sus radiosos dones!... ¡ Salud! ¡ La Luna llena de tibio amor... te inunde, fugitiva en la callada noche, de encantos mensajera! ¡ Salud, isla pirámide, ensueño de la magia faraónica, engendrada con fuego planetario, nacida— como Venus— a! reír las olas vespertinas!... ¡ Salud, edén secreto, basado en la marina superficie, atalaya de flores que nos guía del viejo al nuevo mundo!... Te llevo aquí espejada, en mis adentros, con el amor de un beso de ilusiones... con la sencillez pastoril deunhijode Arcadia... con la suave pasión con que encierra entre ápices de miel su aliento virginal una magnolia. De tus lomas veo surgir esa inmarcesible luz zodiacal con que te ornaron las bendiciones de Apolo. Tus fuentes van manando ficciones deliciosas... vírgenes hechas de cristalino gas... que enjugan sus facciones con mirto florecido... se coronan de anémonas danzando anacreónticas.. Tus playas... ¡ Morfinosa ilusión la de tus playas!... ¡ Oh griegas favoritas percepciones!... Yo creo desleírme, sin que pueda remediarlo, en un rosado golfo de sirenas que vienen hacia mí. lYo siento aquí un ambiente de inmensa languidez!... ¡ Brindadme con aroma de manzanas, por no desfallecer! * * El bien... ¡ que se difunda como sol de justicia! ¡ No todo para mil También para vosotros viajeros de otras zonas, hay gracias en mi patria y arrullos en mi cuna, y viandas en mis trojes, y nardos en mis huertos. ¡ Turistas de Germania y del País de Gales! ¡ Venid al finís terrae de Homero y de Platón! ¡ Dejad las frías nieblas del norte entristecido! / Venid a mis campiñas, bogando en lo ideal! / Venid aquí, conmigo bañaos de alegría, sintiendo en torno nuestro el grácil borear de los pinares, donde hacen contrapunto no aprendido la orquesta de avecillas, siempre amena y sonora! Olvidad vuestras ánforas de gélida cerveza. Yo os brindo el agridulce malvasia que heredamos de Chipre. Es un vaso de néctar soberano, fulminante de luces triunfadoras... que presta un calorcillo primoroso... pasional si queréis... ¡ Invención otoñal de Baco amigo que nos llena de térmicos placeres! ¡ Ved las páteras llenas de vinos espumantes!¡ Alcemos nuestras copas a salud de los dioses del Olimpo! ¡ A salud de los genios de la Atlántida, modelados en bronce, exhalando volcánicos alientos!... ¡ Bebamos otra copa de seductor aroma... según piadoso ejemplo de Virgilio y de Horacio... de Goethe, Verdaguer y compañía.'... ¡ Placeres de una copa canariense! ¡ Placeres de isla azull lYo siento aquí un ambiente de inmensa languidez! ¡ Oh nórdicos turistas de las selvas de abetos que venís a mis playas como garzas viajeras, impulsadas del fresco viente-cilio, perforando las nubes cloroscuras! Dejad ya vuestras naves, que es la hora del alba, ¡ que es hora de arribar! Tornad ya los bastones de gruesa caña indiana. Encended vuestras pipas, que imitan fumarolas... / Andemos una legua< tierra adentro!.... / Llenaos de emociones.'.... ¡ Enfocad vuestro " kodak"! / Oh!¡ Detened el paso!... Ved aquí las casitas pueblerinas... Las ermitas que se posan en el nido de los valles... Las irsutas atalayas de la sierra vencedora... Ved en sotos de mimbreras y dz cañas cual se Fugan los arroyos... [ Aquí nace la recóndita fontanal... [ AlH afina el capirote sus decires en el arpa de la brisa.'... Ved los rústicos senderos con linderos de zarzales, de retamas y de agaves... donde cruzan noche y dia jadeantes los garzones campesinos que cabalgan en sus potros... Ved aquí en cercano otero una aldeana de quien tengo referencias... ¡ perfumada yerba- buena, inocente flor tempranal... que a la sombra de un almendro, va tejiendo una calceta de hilo pardo... ¡ Y sintiéndose agraciada, de la vida en plenitud.' Observadla de soslayo... Aplicadle una instantánea... mientras canta a su manera con tonadas guturales los romances de las fiestas en la augusta soledad de los trigales salpicados de poleos y gladiolos... mientras rumia cerca de ella la cabrita melenuda... [ Bellos campos... donde Dios— que es Padre nuestro— hace bodas en los nidos de las aves primerizas]... [ Hace nupcias enlazando los botones de las rosasl... [ Hace el pan de cada dia con harina de centeno en la choza del pastoñ... lYo siento aqui un ambiente de inmensa languidez! [ Rapsodias del amoñ [ Rapsodias de isla azull [ Oh, íuristasl... [ Bien venidosl [ Ya llegó el amanecen [ Ya no hay tiempo que perdeñ [ Adelante sin tardan Viene el alba dispersando las tinieblas, y trazando pinceladas tenues, puras, de una luz blanca y rosada en oriente, va animando prepotente las alturas de una mágica alegría singular, encendiendo el firmamento enamorada, derramando por los ámbitos de suavísimas tinturas la cascada; y postrada de las playas hasta el circulo infinito, diluyéndose perlina, irisada, cristalina, en las ondas de la mar... .' A marchar/ Pues el cielo nos convida con efluvios venturosos, con sus hálitos de vida, con svs brisas matinales, ¡ oh! marchemos presurosos por los prados y colinas, por las peñas, y las márgenes risueñas de las vides y trigales. ¡ Escalemos las alturas al compás de nuestro cántico¡ ¡ Ved los hijos del Atlántico que os saludan jubilosos... que os saludan de mañana¡... Los hijitos que veneran a su madre... lisia azul, que las nubes envolvieron para gloria de su historia, para abrigo de sus flores, con mantilla de oro y tul...¡ ¡ Con mantilla canariense de aldeana! ¡ Adelante sin temores, que tremola a nuestra vista, como lauro de conquista, una fingida amapola, que es el premio del turista¡ ¡ Bello premio, que es divisa del amor de los amores! ¡ Dulce cáliz de las bodas de las silfides isleñas. ¡ Amapola... mi querida, bendecida! ¡ Vivo límpido rubí/ ¡ Flor doncella que con bálsamo de opio narcotizas mis pasiones/ ¡ Roja estrella de encendidas ilusiones¡ ¡ Ven a mi, que guardas plácida como en nitido sagrario, entre pétalos de sangre, el secreto misterioso de un elixir dé vigor! El anémico viajero aproxima a ti sus labios y te aspira como ensalmo de consuelo en su duelo; como símbolo de vida, como emblema de salud y bienandanza, como fórmula de dicha que se atisba en lontananza, que adormece los pesares; como santo vulnerario extraído dd cantar de los cantares, como célico breviario... ¡ El breviario del amor! ( Isla azul, con mantilla de amapolas, de oro y tul! / Qué placer en andar de tus cúspides al mar!... ¿ Adelante sin tardar, oh turistal \ Ya no hay tiempo que perder! Pedro Marcelino Quintaila LAS PALMAS ECOSTADA a orillas del mar Atlántico, que besa sus plantas, cual una preciosísima perla engarzada en el cinturón de espuma con que el Mar Tenebroso ciñe a mi querida isla, Las Palmas, floreciente, activa, industriosa, rica y bella, tiene el clima más delicioso que en parte alguna de la tierra podemos encontrar. Afortunada, más que afortunada ciudad, donde es constante un sol que acaricia y no quema, un perfumado aire cargado de esencias marinas y campestres, un acogedor ambiente de luz, aroma y color, que es vida y es placer, y que recibimos en un continuado anhelo de respirar y de vivir. ¿ Qué tienen tus plazas, playas y jardines, dulce ciudad, que tanto se adentran en el corazón, haciéndolo latir con sentimiento extraño, mezcla de recuerdo y esperanza? Bulle la vida en tu Puerto de la Luz, donde flamean al aire las banderas de cien naciones, y hay 18 PUEBLOS DE GRAN CANARIA un ajetreo de trabajo intenso en tus muelles y en tus calles. Y cae a torrentes el dulzor de la poesía en las puestas solares de tu nunca bien alabada playa de las Canteras, coronada al fondo por el majestuoso Tcide. El sol se vierte en cascadas de luz sobre las tranquilas aguas, donde los niños juegan con barquitos que surcan serenos el espejo del mar. Musita, mimoso, un canto de alegría y misterio el gran Atlante en el regazo de tu seno, mientras las aguas abrazan y se rompen contra el muelle natural de La Barra, jugando en las molduras del Con-fital, donde « entra el mar por bordes y salientes, escúrrese bajo sus arcos de rocas negras y azul oscuro y extiéndese sobre las alisadas por el continuo desgaste del oleaje, como un velo blanquísimo, orlado de encajes de espuma » , según nos describe Concepción Sanjuán en su « Tierra de Guanartemc » . El Parque de Santa Catalina es un alegre rincón, sosegado y luminoso, que las flores engalanan con sus perfumadas esencias, fuertes y olorosas. Lindos senderos, boscajes soñadores, dragos canarios y palmeras elegantes sombrean su placentero recinto. Se oye el cantar de las aves en la placidez de la tarde, unidos al gorjeo de los niños del cercano colegio salesiano, de donde a veces llegan rumores de cantos de alegría, de vida y fiesta. Y en tus viejas plazas, y en tus antiguas calles, y en tus palacios vetustos y abalconadas casas de tipismo singular e ítjtimo, se viv^ la vida inkrior y ca- PUEBLOS DE GRAN CANARIA 19 naria que la calle de Triana, bulkníc y comercial, ignora y olvida. •' Esta es la paz callada... A su dormida ausencia No llegan los rumores roncos de la Urbe en celo; Junto a las torres del Seminario y la Audiencia Mejor parece el aire y es más azul el cielo... Se oye el rumor de los siglos, gravemente murmurando en silencio en estas calles muertas, de arcaicas casas seculares que, « Dentro serán más bellas: habrá tiestos floridos, Y, soto las arcadas, colgantes jardineras; Habrá fuertes pilares de tea, renegridos, Sostén de las crujías y amor de enredaderas. Una clásica ^< pila « con su loza chinesca, Con la destiladera llena de culantrillo Y el bernegal de barro rebosando agua fresca... ( 1) iQué bien lo supo decir el Poeta que en el Parque de Cervantes recibe las saladas caricias del mar que su estro cantaral ( 1) Rosas de Hércules - Libro II « El Barrio de Vegueta » mmmmmmmmmm 11 LAS PALMAS NCANTADORA visión del barrio típico de Vegucta la que Tomás Morales pintara en sus sonoros versos, describiendo el encanto local y primitivo de la ciudad de antaño: « Yo prefiero estas calles serias y luminosas Que tiene un indígeno sabor de cosa muerta; Donde el paso que hiere las roldas baldosas, El rumor de otros pasos, legendarios, despierta... Yo prefiero estas plazas al duro sol tendidas, Que aclamaron un dia los fastos insulares; Donde hay viejas iglesias de campanas dormidas, Y hay bancos de granito, y hay fuentes populares... Frente al mar, en el florido rincón que piadoso recuerdo ofreciera al Poeta, orlado de rosas y enredaderas, menos bellas y perfumadas que las que en 22 PUEBLOS DE GRAN CANARIA -.—^ su rosal florecieran, Tomás Morales parece cantar « al gran amigo de sus sueños^: « Bs una concha inmensa de vividos fulgores; Cuajó al marísmo en ella ¡ a esencia de sus sales, Y en sus vidriadas minas quebraron sus colores Las siete iridiscentes lumbreras espectrales... ¿ Y el mar? Desperezaba alegre los flancos liberados Riéndose al contorno de emerg^ ntis bajíos, O entrenaba sus brios Asaltando el granito c/ e los acantilados... » Si; el poeta de Moya , íJOza de la eternal primavera de sus « Rosas » inmarchitas, frente a su « mar » , que <- le salpica con su espuma liviana » , como al héroe de su canto... * ¡ Quietud del Parque de San Telmo, junto al viejo muelle de caducos recuerdos! Desgrana la música su sinfonía de notas sobre la gama de luces y colores, y un aroma de azucenas invade, en alas de una fresca brisa, sus avenidas, donde hay rincones discretos, bancos tranquilos, rumor de olas, caricia de espumas, motivos de recuerdos de tiempos de antaño y de viejas historias. En la cercana ermita, amor de los viejos marinos, se acumula el sabor del pasado, de gestas atlánticas y de africanas leyendas, cuando los barquitos PUEBLOS DE GRAN CANARIA 23 " Costeros- partían de junto a San Telmo para la vecina costa. Y desde el viejo castillo de S. Cristóbal, guardián del sur, hasta el de La Isleta, del norte, soldados prehistóricos, de disciplina romana, todavía firmes en actitud marcial, la ciudad extiende su cuerpo de sirena, gentilmente culebreando por la ensenada marina, al amor de las olas y de las montañas. Y surgen en éstas las siluetas pardas de sus modernos castillos, bravos hijos de aquellos lobos marinos que en la playa toman el sol, descansando de sus andanzas guerreras. Diríase que al crecer la ciudad hubieron de remontar el vuelo, alzar la vista, siempre vigilantes, bravos centinelas de la isla amada... Y en la Isleta, el faro envía destellos de luz a los navegantes, atravesando con sus puñales de fuego — verdes, blancos, rojos— el aire quieto de las noches serenas y el cristal vidrioso de las tardes de lluvia. Las farolas de los barcos son bichitos de luz que se mueven en las aguas, brillando y reverberando en ellas, jugando con los peces y las gaviotas. Forman líneas de oro brillante, cual los brazos abiertos de Gran Canaria, tendidos al mar, las dos hileras de luces de sus muelles, caminitos de ilusión, sobre el mar y el misterio, donde hay rumores de onda, besos de espumas, chapoteo de aguas claras, dulce brisa, deliciosa melodía de los mares y de los espacios, que se retratan mutuamente en una lluvia de estrellas y luceros. m^ mmmmmmmm LA CATEDRAL IDO de la tradición! Por las lomas pendientes cruzan los alegres sonidos de sus campanas de bronce, que cantara el Poeta e inmortalizara Saint- Saens en un poema musical: Volteó, lentamente, con ásperos chhridos, hirió el mazo de hierro los bordes musicales y cruzaron el aire los vibradores ruidos con un sonoro vuelo de alondras matinales. ( 1) Rebotan en los muros de sus castillos, águilas guerreras que defienden el peñón y avizoran los espacios marinos, extendiéndose sobre el mar azul con que soñara Tomás Morales, y que surcara Colón con sus tres carabelas. ( 1) Rosas de Hércules: La campana a vuelo. 26 PUEBLOS DE GRAN CANARIA La vieja caterlra], lioy ernnta de San Antonio Abad, es grande por la significdción espiritual de su historia ; la nueva, por la grandeza del arte que trazara sus líneas. Cuando repican las campanas, cual en otra plaza de San Marcos de Vcnecia, vuelan en bandadas las palomas, para posarse otra vez en los ventanales abiertos, en la rosa de piedra que Lujan trazara y que es un beso de luz estampado en su hermoso frontis. Y dentro, surgen las columnas acanaladas — ramos de ilusiones— que se despliegan en cimbreantes palmas sutiles, sosteniendo con el aliento de sus ramas el impulso aéreo de la bóveda, donde los Apóstoles que el escultor guíense creara, destacan graciosamente nimbados de clara luz de cielo, sus artísticas formas. Bajo sus graves arcadas, graciosas y elegantes, hay como un rumor de siglos, como un fluir de acontecimientos, que constituyen la historia de Gran Canaria- Ideada por los conquistadores, de grandes pensamientos y mayores empresas, pusieron en ella sus manos los hijos de aquellos indígenas que antes habíanlas empleado en lanzar dardos y arrojar piedras en defensa de su terruño amado... Hay, pues, en sus cimientos esfuerzos de " puros canarios," y oyeron estos cantos, labrados por sus manos, sus gemidos y sus cantares, sus penas por una patria perdida, noblemente amada, y el misterioso acento con que mutuamente, consolándose en su nuevo destino, se contarían las tradiciones venerandas de su isla idolatrada, las que no comunicaban a los extraños a su patria. Y, a través de los años, las generaciones siguientes fueron dejando aqiií algo de su vida, de su arte, de PUEBLOS DE GRAN CANARIA 27 sus sentimientos,,. Diríasc que la Catedral fue hecha por los siglos, y que el tiempo, al rozar, ha ido labrando estas piedras, levantando esas columnas, ramificando esos techos con palmeras de azulados cantos. Cuando la luz se filtra por las hermosas cristaleras — última piedra que los siglos han colocadc en esta obra de todos — un color celeste se expande por los ámbitos perfumados de incienso del espacioso templo. Desgrana el órgano, pulsadas sus teclas por el gran maestro Tejera, las armoniosas notas de su sinfonía celeste, que golpean cual dardos de luz en las paredes, subiendo por las acanaladas columnas, hasta perderse en svis rameadas pencas abiertas, sosten de la bóveda, spnando allá arriba, junto al tambor central, festoneado de luz y de aroma, cual enjambre de pajaritos que en sus ramas anidaran. Y en las viejas capillas— penumbra y quietud— moran los recuerdos de las generaciones canarias, haciéndose visibles al conjuro de los rezos y las plegarias... Hermosas capillas de sereno misticismo, tionde el tiempo ha dejado m\ sabor arcaico, primitivo y dulce. En el viejo banco, de tea de pino canario, fuerte y macizo, de ribeteados bordes y adornos, cual encaje de oro viejo, se sienten felices los que ya viven de imaginaciones y recuerdos... ¡ Hermosa catedral canaria! En el místico ambiente de tus naves se oye el grave pisar de rudos varones de Castilla, el vibrar de ardorosos cánticos de gloria a la de Gran Canaria y a la de aquella inmortal región españolal Cuatrocientas veces se han pregonado tus fastos, Gran Canaria, bajo el sutil tambor de la claraboya 28 PUEBLOS DE GRAN CANARIA de hiz de lu catedral, Cuatrociciilds veces salió de tus arcas el pendón glorioso de la conquista, brochazo de luz blanca y morada, para mostrarse a los isleños, como recuerdo íntimo de nuestros tiempos heroicos. í. Tan sólo la República, que decía traerte libertad, ha volcado el curso de la tradición con un rompimiento brusco y desconocedor de tus grandezas. Síntesis de recuerdos, arca de los sentires, emotiva forjación del espíritu, alma y aliento de tu pueblo ioh bella catedral canaria!, atalaya siempre despierta de la fe isleña, eres el Escorial glorioso de la Isla, como aquél, rico tesoro de arte, de grandezas y recuerdos... iLas airosas palmas de tus columnas de piedra sostienen en alto la heroica grandeza de Gran Canaria! •< n • v f> na r^ e* u o re S tu OA re tare • I 2. SB' o o. re « E, 3o*. tu >< ta. re a. e Í3 o re g 1 - ^ B) re Ci^ 0) d > a o o" > tf a. oB o> re ( 1) 9r0e d> B ei S: ñ' ao-o 1 o. on. u5^ IV COLON - SAN ANTONIO ABAD ¡ N la reducida extensión de este templo se concentra un recuerdo solemne. Colón, en su paso para América, estuvo en el Puerto de las Isletas. Sus carabelas fueron reparadas y retocadas por los carpinteros canarios, y, mientras ellos hacían esta faena, nueva ayuda prestada a la colonización de America, el genio de los navegantes estuvo orando en San Antonio Abad. iSilencio! ¡ El gran conquistador medita en la magnitud de su empresa! iTal vez su espíritu, recogido en la diminuta nave celeste, por do el alma asciende a los cielos, ante el Cristo Sacramentado, para quien quería descubrir nuevas tierras, sacara fuerzas para yu empresa! Bajo el techo del pequeño templo bullen los grandes pensamientos. Un nuevo mundo aparece ante los ojos de Colón, envuelto en los encajes que cubren el altar. Colón ve la cruz de Cristo clavada en las nuevas tierras que su espíritu va descubriendo, y millones de 30 PUEBLOS DE GRAN CANARIA salvajes reciben con la luz de la fe el beneficio de la civilización. El pequeño templo se ha convertido en un fanal donde aparecen tierras nuevas y vírgenes, islas y continentes, dando renovados bríos a Colón en el camino de la gloria. Este sale de orar Por breves y estrechas callc-iuelas abandona el reducido casco de la población de entonces y se dirige al puerto de las Isletas. Sus ojos contemplan de nuevo el mar, el océano que había de ser testigo de su gloria. Una cinta de amarillenta arena se extiende ante su vista, y las pisadas de su cabalgadura quedan impresas en el suelo, hundidas y bien marcadas. Le siguen varios arcabuceros y gente de tropa. Frente a él, las carabelas se mecen graciosas y elegantes, bajólas caricias de un sol que besa y no quema. Sus velas, ya desplegadas, aguardan recoger al gran descubridor para emprender de nuevo su camino de gloria y de ilusiones. La guarnición del castillo sale a recibir y despedir al enviado de Isabel la Católica. Gran Canaria ve partir al genio de los descubrimientos, quien soñaba ofrecer a Castilla nuevos paraísos afortunados, como aquellos que Pedro de Vera y Alonso Fernández de Lugo la habían conquistado. Sobre el mar vuelan las carabelas, llevadas por las lonas que expertos isleños retocaran y compusieran, y dirigidas por los timones que un día fueron robustos troncos de pinos que engalanaban los pinares de Gran Canaria. Gran Canaria había ofrecido su tributo a la gran empresa, y, desde entonces, ofreció siempre su sangre generosa para ayudar a la conquista de América. ¡ Había puesto su grano de incienso a la magna expedición de Castilla y de Colónl V EL CASTILLO DE LA LUZ lENE todas las trazas de un guerrero prehistórico, en- íntimas y seculares amistades con el mar! [ Monumento de la historia, heroico defensor de nuestras playas, que ha visto a su alrededor las ardorosas luchas de nuestros antepasados, que ha vigilado los mares más de trescientos años para defender la isla, con indomables bríos, de piratas y corsarios! Hasta ahora, el trozo de playa donde está se ha conservado íntegro y primitivo... El mar sube diariamente a buscar a su viejo amigo, y éste baña sus pies en el agua salada mientras aquél le abraza y besa con sus ósculos de espuma... Cuando el agua sube, los niños, amigos del anciano, acuden a echar sus barquitos, miniaturas de barcos costeros, moiándose y bañándose gozosos, y alegrando las murallas del glorioso atleta... Las palomitas se posan en las almenas, como voladores recuerdos que brotan del misterio que envuelve al viejo castillo, y los niños hacen cariños al viejo marino de la costa de Las Isletas, arrojando 32 PUEBLOS DE GRAN CANARIA piedras a sus almenas, para hacer volar a las palomitas... Sus paredes llevan impresas el rasíro del tiempo que ha rodado por sus murallones, y éstos muestran cicatrices, recuerdos de hechos heroicos y guerreros. La hermosa leyenda de la lu?. que surgía de sus almenas rondando el confín de las montañas vecinas y posándose como una estrella en la antigua ermita, su hermana— ya ilástima grande! desaparecida--, llena de suave sabor místico sus troneras y los desdentados cuadros de sus almenas de piedra. Es como una viñeta antigua que adorna la primera página de nuestra historia, allí conservada por nuestros abuelos para ilustrar con colores de oro el libro que se abre ante los ojos del viajero que visita a Gran Canaria. Al verlo, los turistas se paran, sacan sus cartapacios, y dibujan o pintan en sus cuadernos las líneas borrosas del guardián de Las Isletas, que un día ahuyentara a Drake, hundiendo en la bahía a dos de sus atrevidas naves, y otro esfallara de corage al ser entregado por la traición de un extranjero al invasor Vander- Doex... El vio la hazaña de Ciprián de Torres, cuando, el cuchillo en los dientes, luchando con las aguas, se acercó a la lancha en que aquel general venía, quebrando su puñal en la malla de acero del holandés. ¡ Cuántos recuerdos, cuántos hechos gloriosos no tiene grabados en su rostro este amigo de los niños, enamorado del mar y las ¡ íalomas, antiguo y solitario centinela de Las Isletas! El genio de los mares, Cristóbal Colón, contempló sus cimientos, y las tres inmortales caravelas se mecieron frente a su silueta parda, cuando el Castillo surgía de la tierra, cual guerrero primitivo, para cubrirse de heridas por la independencia canaria. PuixBi. os DE GRAN CANARIA 33 El anicano llora... Diríasc que presiente su cercana muerte... Clama piedad para sus huesos, en atención al servicio que a Gran Canaria durante siglos prestara... El día que caiga, desaparecerá un recuerdo más de nuestras pretéritas grandezas, habráse cortado un nuevo hilo que nos une al pasado, llenando la vida de prosaicas e insípidas novedades. ¡ El castillo no debe morir! ¡ Es algo típico que hay que conservar para que no todo sea insulsa novelería en la ciudad! VI ERMITAS Y CASTILLOS üUILAS Io5 castillos que cuidan las ciudades! Aguilos son que, desde las altura'^, avizoran los espacios, las indefinidas extensiones marinas y el cielo luminoso de Gran Canaria... En las playas, besadas sus plantas por las saladas aguas, que los arrullan y miman, los viejos castillos descansan, tumbados al sol, de los duros combates, de las arduas luchas por defender la isla. ¡ Son como antiguos guardianes jubilados que merecen compasión y recuerdol En las lomas, los nuevos castillos afinan su puntería, aguzan su vista, vigilan, otean los horizontes. Clavan sus ojos en las olas para arrancar de ellas el misterio que pueda envolver un peligro para la pa- 36 PUEBLOS DR GRAN CANARIA tria, hunden su vista en los cielos, tras nublados y nubes, por si Gran Canaria mereciera otra vez que sus bocas lancen fuego y rechinen sus ruedas metálicas con el estampido sonoro de los cañones... Mientras tanto, saludan cariñosos a los huéspedes y, todos los años, prueban sus fuerzas disparando a distancia, por sobre los viejos castillos jubilados, que tal vez se espanten y alegren de las precocidades y adelantos de sus hijos.... ¡ Pero los antiguos castillos son mis amigosl ¡ Guardan recuerdos, saben historias y oyeron contar temerosas leyendas! Y ellos vieron varias veces surcar naves de moros, siendo su fuerza la que rechazó sus diabólicas acometidas.... Y el Castillo de la Luz, « de la luz llamado por una leyenda de luz y misterio que los viejos cuentan... » , sabe de la leyenda misteriosa de una luz que rodeaba las Isletas, posándose luego en la vieja ermita — su hermana del alma,— y que atemorizaba a los pescadores y marinos, y hasta a los m, ismos rudos soldados que vigilaban sus troneras... Y en la noche silenciosa, el centinela mudo del torreón de piedra veía cruzar la solitaria luz, cual una hermosa estrella, que, besando los picos de los montes de la Isleta, ¡ primitivo faro de Gran Canarial, cual una hostia santa con brillar de luna llena, deja- PUEBLOS DE GRAN CAÑARÍA 37 há < . jer sus firriKi;. rayos sobre \ a vieja errtiilti en que el Deán Bermúdez celebrara por vez primera en Gran Canaria el santo sacrificio... ¡ Oh, dulces recuerdos de los castillos! ¡ Cuántas cosas nos podrían contar si pudieran hablarnos! ¡ Hoy son el amor de los marinos y las palomas!.. ¡ Y los niños juegan con sus barquitos de alas de seda junto al viejo guardián de las íslctas, que parece remozar sus carnes, gozoso, cuando los niños tiran piedras a las palomitas que se posan en sus almenas..! VII ERMITAS Y CASTILLOS II JIEMPOS heroicos aquellos! ¡ Castilla descubría nuevos mundos y sojuzgaba imperios que ofrecía a su Dios, y a su Rey! Sus " tercios" eran invencibles, y sus soldados ardorosos y atrevidos... Se luchaba por la Fe. Sus enemigos lo eran de la religión, y la espada defendía a la Cruz... iLa espada levantaba los castillos para defender la Patria!.. iLa cruz levantaba las ermitas para avivar la Fe! ¡ Ermitas y Castillos! ¡ Cruz y Espada! ¡ Águilas los castillos que vigilan los horizontes de la patria!... 40 PUEBLOS DE GRAN CANARIA iPalomitas blancas las ermitas, que avivan el fne- ¿ , 0 de la Fe!... Por íso en Gran Canaria hay viejos castillos y hay viejas ermitas... Los conquistadores levantaron uno y otra como base de un pueblo. La fuerza de la autoridad, representada en la espada, y la fuerza del amor, representada en la cruz... Y junto al viejo castillo de las Lsletas se construyó la venerada ermita de " la Luz", la del recuerdo y la leyenda. Y donde sentaron sus reales los castellanos de Isabel la Católica, labraron su fortaleza y levantaron un templo: la ermita de S. Antonio Abad. iSon las ermitas como mojones blancos que señalan los senderos de la historia de Gran Canaria! Gando, Las Nieves, La Luz, Santa Catalina, San Antonio Abad, faros de luces en forma de ermitas que los forjadores de Las Palmas levantaron para manifestar su fe. Encierran ellas gratos recuerdos, y fueron el centro vital, como el corazón de los pueblos primitivos... jErmitas y Castillos! Donde se levantaba un castillo, allí había una ermita... Y se erigió el castillo— oratorio de Gando, donde se desarrollaron tan importantes acontecimientos de nuestra historia... Y fué en la ermita de S. Antonio Abad donde Colón orara, con aquella gran fe de descubridor de continentes, antes de emprender su arriesgada empresa a través del Atlántico, PUEBLOS DE GRAN CANARIA 41 Y Uh': Id íTiniía di- la Luz donde el Di'án Ht- nmi-dez levantara por vez primera la hostia santa en Gran Canaria. Y fué en Agaete, que tanta influencia tuvo en la conquista de la isla, donde se erigió otra ermita a la Virgen de las Nieves. Y aún hoy, donde se quiere formar un pueblo, se eleva una ermita... ¡ Pero las viejas ermitas, como los viejos castillos, son nuestros amores! Elias saben de historias, cuentan leyendas, vieron las proezas de indígenas y conquistadores, luchando cada uno por sus ideales... La de S. Antonio Abad presenció escenas de heroísmo, de gloria y de triunfo... Oyó los esplendorosos gritos de Alonso Jiménez: « ¡ Gran Canaria por los muy altos y muy poderosos Reyes de Castilla y Aragón! » , ( 1) grito que repitió tres veces, como broche de oro que cerraba el círculo de los tiempos de conquista... Y ella supo de los afanes de aquellos " bravos hombres de Castilla", y de aquellos " nobles varones de Canaria", por ennoblecer la isla y la ciudad, poniendo los cimientos de su grandeza material y espiritual. Y la ermita de la Luz vio las naves enemigas rodear las aguas, ávida de caer como aves de rapiña sobre sus costas. Y contempló, suavemente mecidas por la brisa, las tres carabelas descubridoras de mundos, besando la luna sus blancas velas. ( 1) [, a Gran Canaria por los muy allos y poderosos Reyes Católicos D. ¡'" ernando y Diia, Isubtl, nucstio- i Stíiiores, Rey y U ¿ \- na lie Cas. i¡ lla y Aragón.>. 42 PUEBLOS DE GRAN CANARIA ¡ Qu « ' se dirían las carabelas y la ermita, en medio de la vasta soledad de las arenas y las aguas, en el misterioso silencio de la noche callada, de ? stas dulces noches serenas del Puerto de las Isletas! Y el oratorio de Gando presenció la ingeniosa estratagema de los canarios para apoderarse del castillo, vestidos con los hábitos de los soldados castellanos para sorprender a sus moradores. Y la ermita de las Nieves vio a Alonso Fernández de Lugo acechando para apoderarse de Tenesor, el rey bueno, el Guanarteme generoso... Viejas ermitas, formadas de luz, de recuerdos, humildes y recogidas, palomitas blancas posadas a lo largo de las costas de Gran Canaria, como mensage-ras de paz y de amor! ¡ Benditas mil veces las viejas ermitas de Gran Canarial VIII VIÑETA HISTÓRICA ¡] YÓ Doramas al enviado de Juan Rejón. Doraraas era el más valiente guerrero de los invencibles héroes canarios... Juan Rejón el enviado de Castilla para someter la isla. — « Os conjuramos— dijo, el mensajero de Rejón a Doramas— que os sometáis a los soberanos de Castilla y Aragón » ... Enardecióse el espíritu del noble guerrero, defensor intrépido de Gran Canaria, y contestó con espartana brevedad: — « Mañana os llevaremos la respuesta » ... Aquella noche, sobre los montes de la isla aparecieron hogueras ardientes cual el valor de aquellos isleños indomables, y los guerreros de Gáldar, los 44 PuERi. os DE GRAN CANARIA de Tíidc, lo.' i de lodd la isla, acuiiiefon [¡ roulo a la llamada... Jamás habían sido vencidas sus huestes impetuosas, ni el extranjero había puesto su pie en son de guerra sobre la Gran Canaria sin que los descendientes de Artemí Semidán, vencedores de Bethencourt, le hubieran hecho probar los amargores de una derrota... Y allí estaban, al amanecer el día, sobre las montañas que rodean a Las Palmeas, donde hoy se levantan los modernos castillos, para defender, como éstos, con el ímpetu de su amor y valentía a la patria y por la patria de Gran Canaria, el terruño amado. Reión prepara la defensa... Su corazón se torna precavido, sabedor de la invencible furia de los hijos de « Tamarán » o « País de los Valientes, » como los mismos insulares llamaban a su isla. Aguarda parapetado en sus trincheras, en el fortín de S. Antonio Abad, a que aquel nublado descargue su primera tormenta... Los isleños esperan impacientes... Desean ser acometidos para probar el valor de sus brazos robustos contra las espadas y las flechas... Pero, ante la prudencia castellana de Rejón, se enardece el amor patriótico de los canarios, y bajan, como una tempestad humana, arrolladores c impetuosos, a atacar el Real de Las Palmas, donde los esperaba el castellano. Generalízase la lucha... Pelean los " guayres" con su acostumbrada bravura, frente a las flechas y por entre los caballos de PUEBLOS DE GRAN CANARIA 45 Castilla, sin temor a las picas y arcabuces enemigos, y bajo el seguro fuego de la artillería de los invasores. ( 1) Aliéntanse mutuamente los indígenas con sus aji-jidos bélicos, lanzando con puntería infalible sus dardos, que abollan corazas y abren corazones... La espada de Adargoma, espada de tea de los pinos canarios, es más fuerte y temible que las aceradas de Toledo. Arrogante y fiero, manejando con inimitable destreza su tizona invencible, ábrese paso él sólo por entre la caballería enemiga, cuyos jinetes caen malheridos bajo los caballos, desventrados por aquella especie de furia guerrera de Adargoma « espaldas de risco » , como significa su nombre en canario antiguo... Doramas ordena la lucha.. Entrase por entre filas de enemigos, que su espada deshace, no conteniéndose ni ante la artillería que dispara certeramente. El héroe Maninidra obra prodigios de valor... Tazarte, Bentaguayre, Antindana, la flor y nata de la valentía isleña, los más temibles y famosos « Guai-res » de Gran Canaria quieren probar la incontenible heroicidad de los isleños. Juan Rejón cúbrese de gloria. Sus soldados demuestran su valentía. Rodrigo de Solórzano resiste con ardor las acometidas de Adargoma; Fernández de Lugo prueba su nunca desmentida fiereza en la pelea; el Deán Bcrmú-dc?., al frente de la caballería, maniobra con coraje anhelando el triunfo. ( 1) « Tenían la ventaja ( los castellanos) de pelear con las espaldas resguardadas de las murallas de su campamento, a que se añadía., las " piezas de artillería" y los caballos.. » ( Viera y Clavi-jo, Libro II, Batalla de Guiniguada). 46 PUEBLOS DE GRAN CANARIA La lucha está indecisa... Varias horas llevan en la más dura refriega, y aún se pelea esforzadamente, se acometen con arrogancia y temeridad. Frente a frente dos razas heroicas: la bravura in" domable de Castilla, frente al invencible heroísmo de los pechos canarios, de Gran Canaria, de Tama-rán, País de los Valientes. — Aquel canario — dice Rejón a sus acompañantes— aquel isleño que acomete solo al ala izquierda acabará con nosotros... ¿ No veis cómo desbándan-se nuestros escuadrones ante el irresistible ímpetu de su espada de tea...? Y, seguido de los suyos, mostrando el pendón real de Castilla Jáimez de Sofomayor, como quien muestra todo el valor y el tesoro de la Patria, Rejón se avalanza contra Adargoma, fiero y enardecido... Aquella inesperada acometida suprema del jefe castellano fue el comienzo del fin de la batalla de « Guiniguada » , como se conoce en la historia esta celebre lucha entre invasores e invadidos. La lanza de Rejón, arrojada con todo el ímpetu de su caballo en desenfrenada carrera, atravesó el muslo de Adargoma, que cayó malherido, haciendo crujir el suelo con sus espadas de risco. Desarmóle rápido Sotomayor. Doramas, al ver caído a su mejor guerrero, convencido por primera vez en su vida heroica de que podía haber una tropa más fuerte o tan valiente como la suya, ordena a la isleña hueste dejar el campo de batalla, en espera de mejor ocasión y más próspera fortuna, y rehacer sus fuerzas... Así fué, indecisa la victoria, aquel primer encuentro entre Castilla, la Conquistadora de mundos, y Gran Canaria, la Indomable, Batalla del Guiniguada Frente a frente dos razas heroicas: la bravura indomable de Castilla, frente al invencible heroísmo de los pechos canarios.... ( P. 46) IX VISION DE CONJUNTO NTERESANTE visión magnífica la de la isla cuando va a ocultarse el sol...! Desde el mirador del Puerto de la Luz— de Las Palmas no se puede apreciar, por ocultar las montañas vecinas la vista del cuadro — se distingue en estas tardes claras y luminosas,— loh, dulce suavidad encantadora de la luz que irradia el sol sobre Las Palmas!,— la aerea y clevadí-sima silueta espiritual del Teide, lejos, muy lejos, cual una pirámide de cristal, que yergue su elevado perfil ardiente sobre el tranquilo espejo sin fin— reflector de los rayos de oro del sol poniente — del Atlántico... Junto al Teide, en un escenario más próximo, la que parece su miniatura perfecta, la gentil montaña llamada de Guía, o de Gáldar, pues ambas ciudades se asientan, bellas y soñadoras, al cuidado y vigilancia de esa artística montaña geométrica, labrada a cincel —{ obra de primitivos Atlantes!— en el 48 PUEBLOS DE GRAN CANARIA risueño y hermosísimo valjc que forman las zonas cultivadas de ambas poblaciones. En línea, algo más cerca todavía, la montaña de Arucas, atalaya esbelta, poblada de árboles, desde donde se admira la incomparable visión de las costas norteñas, en las que el mar y la tierra se aunan en I) erfccta armonía para ofrecernos los más sorprendentes cuadros e inimitables paisajes... íQuc bellas y qué sorprendentes por lo encantado-ramente hermosas las perspectivas de color, de ambiente y de luz que presentan estas costas norteñas de Gran Canaria! Más al fondo del cuadro se adivinan las blancas, risueñas y atractivas poblaciones de Firgas,—- junto a su montaña que desde aquí distinguimos, con sus " aguas" y su inigualable Barranco de la Virgen,- y Moya, que guarda los restos de la que fué admirabilísima " Montaña de Doramas", cuyas reliquias quedan en los celebérrimos Tilos y en las arboledas del caserío y palacio de San Fernando, donde fabricó su morada el héroe isleño, general Tomás Morales, cual queriendo habitar la tierra que un día fuera dominio del gran Doramas, el más grande de los gran canarios, como si las almas gemelas se buscaran para admirarse y comprenderse mutuamente. Tras estas líneas primerizas, colúmbrase lejos, por sobre los altos picos y montañas, el perfil de una parte del pinar de Tamadaba, el cerro de aquel lomo elevado que se destaca, como una triangular muralla ingente, frente a los pagos de Juncaliílo y Barranco Hondo... Sus crestas están serruchadas por los dientes que figuran los pinos, y el sol pone coloraciones singulares en este monte, incendiando el pinar con sus torrentes de luz el disco brillante que se derrite... Sigamos con la vista hacia la izquierda, en esta visión poética de la isla en los explendorosos atardece- PUEBLOS DE GRAN CANARIA 49 res canarios, y veremos las iiubes cabalgando sobre el lomo de caballo que forma el Pico Ossorio... ¿ Qué imán nebuloso tiene esta montaña que casi siempre está tocada, como mujer canaria, con una blanca mantilla de nubes...? Hoy aparecen teñidas de fulgores de oro, dando resplandor a los castaños del bosque de Teror, donde el sol pone tintes subidos de matiz rosado en las cogollas, en que cantan y anidan los pájaros canarios, entonando sus endechas, las más finas armonías de sus gargantas argentinas, al sol que se pone majestuosamente tras la pirámide cristalina del Pico Teidc... Y atrás, más atrás, unos cuantos pinos gigantes, que vistos del Puerto parecen monolitos, destacan sus cabezas esbeltas sobre el inclinado declive de un cerro que corta el lomo de caballo del monte Ossorio— al menos visualm€ ntc—, y parecen saludar al sol como dignos competidores suyos, en esta hora solemne en que todo es sublime y grande en la hermosa y nunca bien alabada naturaleza de las Islas Afortunadas. A su lado presentimos la sima de un volcán, la " Caldera de los Pinos de Gáldar", hosca y negra, donde parece que estos gigantes de la naturaleza se asoman, únicos que pueden soportar sin vértigo aquella visión de la isla en esta hora, en aquel balcón solemne de la loma en que está la caldera, y ante la terrorífica hondura negra del hoyo volcánico, que se deshace en picón negruzco y resbaladizo... La " Montana Negra", de oro en esta dorada visión del momento, se levanta como un verrugón brotado en las carnes de Gran Canaria- Más acá, más cerca al sur, en el descenso que forman las montañas de uno y otro pimto cardinal, en el ^ entroncamicnto de las dos gigantescas alas 4 50 PUEBLOS DE GRAN CANARIA de la inmensa y monumental águila posada sobre el Atlántico que semejan formar las dos partes en que al mirarse desde el Puerto aparece dividida la isla, se distingue el monolito del Nublo, dedo de hierro que marca al cielo como a fuente de esta belleza que extasiados contemplamos... Sí nos colocáramos sobre su base... [ qué vistas más grandiosas no sorprenderían nuestros ojos! Veríamos el sol hecho ascuas volcar sus ríos de luz, matizada por el vendabal de encaje de unas nubes transparentes, sobre el mar de riscos, tempestad de montañas, tormenta de la tierra en ebullición de peñas y monolitos, que forman los paisajes de verdad atlánticos, superiores, únicos, de aquella parte de Gran Canaria, sublime a fuerza de ser terrorífica y desgarradora su naturaleza. Los Pechos, más a la izquierda, nos señalan el punto más alto de Gran Canaria. El Saucillo, proa de un barco de hierro, de esos antiguos barcos guerreros, levanta su cabezota cuadrada por entre riscos y honduras. Una cruz, grato ex- voto de navegantes canarios, remata su altura santificando la sublimidad del momento y del paisaje. Al bajar de la curva que hace el ala izquierda de este águila colosal de Gran Canaria, aparecen los modernísimos y elegantísimos barrios de las Tafiras, como un desfile de casas, sobre verdoso tapiz, que une la ciudad de Las Palmas con los interiores de la isla... Todavía una montaña, la de la Atalaya, elévase como centinela de hierro de los pueblos y los valles... Ya al final del ala, la tierra se introduce en el mar, y es pluma fina del águila real de Gran Canaria, magníficamente posada sobre el mar Atlántico, mirando de hito en hito al sol que la baña de oro, luz y colores, en estas encantndorns, inimitnblcs y sublimes puestas solares » X ARUCAS | S la ciudad más rica, más industriosa, más activa de Gran Canaria, excluyendo a Las Palmas. En el orden agrícola, posee una riqueza de cultivos que hacen de su zona la más interesante en el aspecto comercial, alcanzando la inmensa vega de Arucas extensiones magníficas, y siendo soberbio el aspecto impresionante de este riquísimo valle. En el orden artístico, se vanagloria Arucas, y puede sentirse orgullosa, de la perla arquitectónica de su nueva iglesia, lo más destacado que en nuestra patria se ha concebido en materia de arte en el siglo presente. En el aspecto cultural, tiene Arucas una buena red de escuelas nacionales, el celebrado colegio de S. Juan de la Salle, al que asisten niños de toda la isla de Gran Canaria, y otro de religiosas para niñas. Si pasamos al aspecto histórico, es conocida la importancia que para la conquista y rendición de Gran Canaria tuvo la famosísima batalla de Arucas, 52 PUEBLOS DE GEAN CANARIA entre las huestes isleñas, dirigidas por Doramas, y las tropas de Castilla, mandadas por el general español Pedro de Vera. En este combale singular, en el que se enfrentaron cara a cara los dos héroes: el de las cumbres bravias, Doramas, y el caballero de Isabel la Católica, Pedro de Vera , el indomable valor generoso de los hijos de Tamarán fué vencido por la astucia de los leones de Castilla Doramas murió noblemente, guerreando por su patria, y ennobleciendo esta tierra de Arucas con su sangre de héroe El ínclito e invencible " guaire" pidió ser bautizado antes de morir, habiéndosele administrado este sacramento sacrosanto con el agua cogida en una fuente cercana, y usando para ello el " casco alemanisco" de uno de los soldados castellanos... ¡ Asi mereció morir aquel héroe, terror de los invasores y alma del pueblo canario! Rodean la ciudad de Arucas lindos pagos, blancos y atractivos, que están como sembrados, formando un Belén de Nochebuena, entre los barranquillos, lomas, llanuras y costas de aquella hermosísima vega aruquense. Cardones, Transmontaña, Trapiche, Cruz de Pineda, Bañaderos, S. Andrés, Pagador, forman la nivea y argéntea corona de la inigualable hermosura de la ciudad de Arucas. Forman sus casas un bello y armonioso conjunto, presentando un golpe de vista magnífico cuando se la contempla desde la carretera de Las Palmas, pues destacan de perfil y a primera vista las elefantes, altas y artísticas at^ ujas de su iglesia parroquial, remontadas en los aires milagrosamente, labradaj? por PUEBLOS DE GRAN CANARIA 53 un estambre de fino y sutil encaje de piedra azul, arrancada a las canteras de la misma ciudad. Si penetramos en este templo sagrado, grandemente bello, y extasiamos nuestra vista en la contemplación de su maravillosa elegancia interior, con sus columnas acanaladas, sus atrevidos y a la par delicados arcos, con sus cristaleras de luz y colores, sus bellísimas imágenes y su segundo piso circular, modalidad interesante de la arquitectura religiosa en nuestra isla, quedaremos fuertemente impresionados de tanta belleza, tanta armonía, tanta elegancia y tanto arte Es el templo aruquensc solamente por si solo una incalculable riqueza espiritvial que ennoblece la de suyo floreciente y hermosísima ciudad de Arucas. Si subimos a sus finísimas torres, deslumbraran-se nuestros ojos con el más indescriptible cuadro que ojos humanos puedan soñar. Culebrean los últimos rayos del sol sobre la extensísima alfombra verde de los platanares inmensos. Son éstos un apretado y cerrado ejercito, cuyas huestes alcanzan de mar a monte, cubriendo cuanto la vista puede vislumbrar. Por entre el verde mar de platanares cruza la cinta de plata de la carretera, y vuelan sobre sus verdes ondas las palomitas de las casas campestres, amables y acogedoras. La ciudad se extiende por el lomo del Cerrillo como una fuga de casas que huyen... El mar azota fuertemente las acantiladas costas, poniendo brochazos de blancura semiviva, al romper de las espumas de las olas, en este cuadro, obra maestra del Divino Artista. La luz se quiebra en sus moléculas con brillar de arco- iris, y el mismo aire parece un prisma qiae divide y cromatiza la luz, aromatizada juntamente ' ^ , , PUEBLOS DE GRAN GANARÍA I por el suave y grato aroma, riquísimo perfume de oro, de los plátanos Refléjase la luz en las grandes maretas, en las represas inmensas, en los pozos humildes, pupilas de esta tierra bellísima... íGran Canaria mira al cielo con los húmedos ojos . bellos de sus tanques, espejo de las bellas nubes! Arucas reúne toda la belleza suprema de estas tardes luminosas de Gran Canaria...., y deslumbra con la maravilla de sus encantadoras puestas solares, aumentadas por el cuadro grandioso de su bellísimo y ^ obre toila ponderación hermoso paisaje. a. ^ O S. ar r> • u S-C - O < K O S c sr S2. O 2 2. a tí S. a, S. O DI t 3 3. - Bl O " O o " O 5 q S. a •< P- ? J 01 N XI G U IA I bella y hermosa es la ciudad de Anicas, no menos hermosa y bella es la ciudad de Guía. Asentada sobre un lomo, presenta a nuestros ojos un agradable conjunto de casas blancas, unidas estéticamente, con armonía y arte, y apretadas alrededor de las dos elegantes torres de su iglesia. Es el tipo clásico de ciudad de Gran Canaria: por el regular trazado de sus calles, por su antigüedad y origen, por su pulcritud... No es de las anteriores a la conquista; pero sí inmediatamente posterior: la ciudad de los conquistadores- Sancho Vargas Machuca construyó la primitiva ermita, poco después de terminadas las sangrientas luchas por la dominación de Gran Canaria, — en las que Gáldar, y su Guanarteme, jugaron un papel decisivo —, y la ciudad se fué formando, elegantemente, en aquel promontorio que surgía en la entonces Anzofé, con elegancia castellana, con orgullo de dominadora... 56 PUEBLOS DE GRAN CANARIA ¡ Parece que ai'm conserva el j^ esto de su española arrogancia, y la caballeresca etiqueta cortesana de los conquistadores! Silenciosa y pacífica, es una viva estampa de ciudades canarias. El viajero que viene de Las Palmas a este pueblo culto y laborioso, descubre primero con la vista la ciudad hermana de Gáldar, fundada en la misma extensísima vega de Guía, rival de ésta en todos los aspectos de la historia de los pueblos... Pero antes llega n Gin'a, ciudad de bien trazadas calles, magnífica plaza poblada de árboles, buenos colegios, y una tradición de cultura, siendo muchos los hijos ilustres i| ue a Gran Canaria ha ofrecido la simpática ciudad nc^ rteña, graciosa y pulcra como un cristal. Su templo no desmerece en nada de la ilustre ciudad, embellecido y enriquecido por el cariño de los guicnses, y por la simpatía que los Párrocos de Guía han prestado a su iglesia, principalmente el llorado y tan querido del pueblo Dn. José Martín Morales, que durante 22 años rigió los destinos de esta parroquia. Pero lo que eleva de punto el valor artístico de su templo y de toda la rica ciudad, gentil y armoniosa, es el estro artístico de su gloria predilecta: Lujan Pérez. Enriquecen los altares de su templo parroquial varias preciosísimas imágenes salidas de las manos de oro de este artista guíense, honra y prez de toda Gran Canaria. La imagen de nuestra Sra. de las Mercedes, que Guía venera en uno de los altares de su iglesia como una joya de inapreciable valor, y que el insigne escultor regalara como ofrenda de su amor a su ciudad natal, a la parroquia de Guía, es una obra digna de contemplarse. PUEBLOS DE GRAN CANARIA 57 No $ e comprende cómo de un tronco de fosco pino canario, haya podido el escultor ir arrancando, con sus cinceles de luz y su celeste inspiración, una sonrisa, una divina elegancia, aquel conjunto armonioso y sobrehumano, como si la misma Virgen bajada de los cielos apareciera a nuestras ojos, risueña y amable, sobre nubes y ángeles: ángeles de sonrosadas íaccioncs y caras redondas, coloradas, como la de los niños de los campos de Guía, de donde Lujan tomara sus modelos... Cuando el viejo maestro Ratista, tradición viva de Guía, pulsaba las teclas del valiosísimo armonium, una brisa celeste penetraba en las ricas naves y devotas capillas, como torrente de divina claridad luminosa, en forma de angélica armonía, formando coro a la inspirada sonrisa arrebatadora de aquella bendita imagen, obra maestra del gran maestro de la escultura en Gran Canaria, que el amor y el cariño hicieron más bella, pues el fxiego del corazón del artista fué hablandando con más facilidad la dureza de los pinos de las cumbres bravias de Gran Canaria. Las imágenes de Lujan Pérez enriquecen notablemente los altares de este templo, de recogida quietud. En el altar mayor, rica e n joyas y mantos, aparece la imagen vcncradísima de Santa María de Guía, Patrona de la ciudad, que celebra su fiesta con lujo de detalles, anhelando superar siempre a su rival vecina, la ciudad de Gáldar... Los guienses repiten con fruición la leyenda de que la santa imagen no quiso pasar del lugar llamado '' Abercón de la Virgen", haciéndose pesadísima 58 PUEBLOS DE GRAN CANARIA cuando llegaba a este sitio para ser transportada a Las Palmas..., demostrando así su gran amor a esta ciudad encantadora y riente. Frente a la iglesia que guarda la joya de la más estimable obra de Lujan Pérez, el inspirado artista, lia levantado Guía un busto a este imaginero que tantas imágenes hizo. Permítasenos decir que si fuéramos a medir la gloria de Lujan por el recuerdo que su ciudad natal le ha ofrecido, sería este busto una muy pequeña expresión de su artística grandeza... Pero alabemos el hecho de que un pueblo de Gran Canaria haya honrado asi a un hijo, aunque sea con esto poco, porque la sensibilidad isleña es más honda que aparente, y no acostumbra a exteriorizar sus afectos colectivos. Pero Guía le ha dedicado su mejor calle, y conserva un religioso cariño por este hijo ilustre. Otra gloria guíense fué el célebre canónigo « Gor-dillo » , diputado por Gran Canaria en las celebérrimas cortes de Cádiz. El autor de este libro debe dedicar un recuerdo al maestro Francisco Artiles, que enseñó durante tres años en esta ciudad, y en este breve espacio de tiempo llevó a cabo la enseñanza de toda iraa generación guíense, que recuerda con cariño sus enseñanzas y su celosa actividad en pro de la cultura. La vega de Guía es de una hermosura impresionante... La vista se pierde en la interminable extensión del valle fecundo, rebosante de plataneras. PUEBLOS DE GRAN CANARIA 59 lil gusto, el arte, la profunda vida aj^ rícola de esíe pueblo se manifiesta en sus maravillosas y cultivadas tierras, donde no hay un palmo de terreno sin que crezca en él una planta. Guía es otro verde mar, en el que el pueblo flota como nave guerrera, con los mástiles enhiestos de sus dos esbeltos campanarios. Cuando el sol refleja sus rayos en las cristaleras de sus casas, al atardecer, semejan focos reflectores de un potente navio... que navega en el mar de la abundancia, que para Guía representa la incalculable riqueza de sus e. xtensos platanares... Pulcra y luciente ciudad, empinada en un lomilo, de agradable vista y perspectivas, que parece copiar de la montaña que frente a ella se presenta con toda la elegancia suprema de sus formas esmeradas y elegantes, la acicalada* pulcritud y limpieza con que se nos entra en el alma, toda blanca, como nna rosa abierta a los vientos y las brisas, perfumando el tendido verdoso de la vega de Anzofc, avizorando el mar, centinela de las olas; y mirándose en el espejo de su cielo azul, que parece cristalino para reflejar la elegancia y la aristocracia de formas de esta ciudad, perla del norte, desde donde irradia sus destacados colores luminosos de inteligencia, organización y vida, sobre los pueblos, los valles y las campiñas de esta parte de la Isla. XII GÁLDAR I juzgáramos de la importancia de un pueblo por su historia, Gáldar llevaría la palma entre todos los de Gran Canaria. Ninguno como el tuvo tan decisiva influencia en la historia de la isla. Antigua capital, cuando Gran Canaria era " Tama-rán", País de los Valientes, vio llegar a la corte de sus " Guanartemes", los Reyes Canarios, embajadas honrosas de las naciones más poderosas de la tierra. Las famosas expediciones que Príncipes y Reyes enviaban a explorar el misterio encantado de las islas que ocultaba un Mar Tenebroso y un volcán de fuego, venían a ofrecer sus respetos a los monarcas de Taraarán, cuya corte era la ciudad de Gáldar. Y son los Fenicios, y más tarde los Cartagineses, y luego los Romanos, y también los Árabes, quienes envían embajadas a las Islas, para conocerlas y descubrirlas. Ben Farrouk, al frente de sus huestes árabes, atraviesa estas llanuras en el año 999, después de haber dado nombre a la bahía de Gando, y viene a saludar al Guanarteme Guañanga...., 62 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Los Árabes irán después pregonando por el mundo civilizado la generosidad isleña, y la magnificencia de aquella " cámara regia" de Gáldar, reparando, admirados, " en lo pulido y labrado de sus maderos, y en el ajuste de sus tablones de tea muy juntos, y con tal orden dispuestos y curiosamente pintados, que a primera vista parecen ser todos una pieza ," según más tarde escribía maravillado el P. Sosa. ( 1) Y son luego los trece españoles náufragos del buque de Francisco López, regiamente atendidos por el noble pecho isleño... Y el aventurero florentino Angiolino del Tegghia le rinde homenaje en nombre de Alfonso IV de Portugal. Los humildes hijos de S. Francisco vienen más tarde a predicar la doctrina de Cristo, y el Guanarte-me los recibe amablemente, permitiendo su convivencia con los subditos de Tamarán. ¿ Y quién no recuerda aquel corazón fuerte y generoso que latía en el pecho del Guanartcmc a quien sus vasallos llamaron " Tenesor el Bueno"? En cierta ocasión, cuando una nutrida expedición de portugueses había desembarcado en la isla, en plan de guerra, fueron acorralados en un cerco que en estas llanuras los canarios tenían... AIK hubieran perecido, si el noble y piadoso gua-narteme no se deja coger prisionero, para que su libertad fuera el pago de su rescate.... Y al bajar la cuesta Silva, para volver a sus bajeles, el brazo de hierro del canario valiente sujeta al ( 1) Vcrneau califica de " bárbaros" a los que destruyeron cs( e palacio, que durante muchos años se conservó en üáldar ¿ Seguiremos mereciendo este dictado, acabando con los pocos restos que nos quedan d^ la antigüedad? PUEBLOS DE GRAN CANARIA 63 tímido Silva, jefe de aquella expedición, quien temía una emboscada entre aquellos espantosos precipicios. Lo mismo hacen los restantes isleños. El nombre de la cuesta eterniza el rasgo generoso... De allí en adelante, Tenesor empuñará una espada sobredorada, regalo de Silva, y éste " promete no tomar las armas contra nación tan noble y generosa como la de los canarios". Estando en Lisboa, tuvo más tarde ocasión de pagar la nobleza isleña, protegiendo a un centenar de desterrados canarios llegados a aquella ciudad.... El Guanartcme sufrió una conjuración, vencida por su valiente actitud generosa frente al traidor descubierto. Si fuéramos a reseñar la historia de Gáldar, nos saldríamos de los moldes de esta obrita. El impulso patriótico de aquellos hijos de Ta-marán pasó a los nuevos descendientes, ya españoles, y levantaron aquel templo de Gáldar, de graves y severas líneas, de robusta proporción, de semi-obscuras naves y capillas, que guardan el valor auténtico de la sangre generosa de los canarios primitivos. El templo de Gáldar, de magnífica fachada, de color de hierro, es como la expresión hecha piedra, el monumento vivo de aquella valentía canaria de " guayrcs" y " guanartcmes", cuya generosa nobleza heredaron los nuevos fundadores ( k- la ciudad moderna, hermosa y elegante, 64 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Los árboles sombrean la circular y artística plaza, de pacífica quietud isleña, como si conservara el silente y grato recuerdo de sus grandezas... Pueblo laborioso, honrado, histórico, ha tenido siempre buenos hijos que aman su patria, que ennoblecen su ciudad. Hermano de Guia, rival en sus glorias, parece ufano de la importancia de su nombre en la historia patria. Sus calles ostentan nombres genuinamente canarios, de savia y reciedumbre isleña, y sus vegas son modelo de cultivo, al cuidado de aquella ideal pirámide de la montaña de su nombre, mirador de los horizontes, torre de su vega, que creyera se; artísticamente labrada a golpes de cincel por los valientes guerreros de Gáldar... En la quietud silenciosa de las noches serenas, cuando la luna pone reflejos de plata en las charcas y las maretas, y las palmeras de los altos de Guía se mecen y columpian— gigantes que se besan— el recuerdo de la histórica importancia de este pueblo prende en el aire esencias de gloria, perfumes de valentías, resplandores de grandeza, luz de pechos generosos que se sacrificaron por su pueblo, alientos de fe y de lucha por una patria libre, grande, digna de " Tamarán" y de Gran Canaria. XIII AGAETE JUCHO influyó también este pueblo en la historia de la conquista. Hacen algunos derivar su nombre de " Gaeta", pequeña ciudad de Italia, cercana a Roma, por unos italianos que en tiempos pretéritos llegaron a la isla y construyeron allí un oratorio o castillo, especie de casa fuerte, al que llamaron, y llamaban también los isleños, Roma. Otros dicen que de " agua" provino " agüete", Agaete..; tal vez, por la abundancia de aguas ferruginosas, " agua agria", que Agaete encierra en su verde e imponderable " Valle", por excelencia llamado así... Lo cierto es que tuvo mucha parte en la primitiva historia canaria. El caballero jerezano Pedro de Vera desembarcó aquí con tropas recién venidas de España, para cooperar a la ardua empresa de dominar a unos isleños amantes cual ninguno de la independencia de su tierra. 66' " • ' * PUEBLOS DE GRAN CANARIA Aquí construyó un torreón, utilizando el edificio antes citado que los canarios llamaban Roma. El primero de Febrero de 1482 ancló en el Puerto de Agaetc una escuadra capitaneada por el arrogante Hernán Peraza, quien desembarcó sus tropas, entre las que se contaban setenta bravos lanzaro-teños. Venía Peraza a sufrir un - castigo impuesto por la Pnna Isabel de Castilla, a causa de la raucrtp que los subditos Gomeros de aquel habían dado al primer general de la conquista, Juan Rejón... Estas fuerzas reunidas lograron el éxito más resonante, en una noche triste para la causa de los primitivos canarios. Enterado FcrnánJc?, de Lugo, lugarteniente de Vera, dé que el Guanartemc había venido a pernoctar a Gáldar, una noche en que las huestes canarias se batían con las de Pedro de Vera en las cumbres, valióse de la soledad y el sigilo de la noche para rodear con una buena cohorte de lanzaroteños y castellanos la casa- cueva donde el Rey descansaba, ; •^, . y' : • ': Sorprendido éste, sin tiempo aiín para empuñar la espada sobredorada que Silva le regalara en recuerdo de su agradecimiento, sucumbió a la astucia española.. ^ . Desde entonces, " Tenesor el Bueno" llamóse Don Fernando Guanartemc.., Los Reyes de España fueron sus padrinos, y ayiidó eficazmente a la empresa de acabar la ya prolongada lucha por la rendición de Gran Canaria. Estos recuerdos aumentan la importancia histórica de este pueblo de Agaetc, cuyo preciosísimo PUEBLOS DE GRAN CANARIA 61 Valle de S. Pedro es tan conocido como universal-mente alabado... Es una amplia cuenca entre bloques enormes de macizas montañas, do crecen los pinos, cuyo verdor y perenne floración intensa lo hacen un rincón afortunado de estos ya afortunados campos y paisajes canarios... La naturaleza extremó allí su lujosa vegetación... Un frescor agradable baja de las cumbres bravias, y una brisa confortante penetra en el valle desde fl cercano mar. Bien cultivados huertos, agua abundente, casitas de ensueño, un pueblo o pago de preciosa estampa, unos campesinos generosos y amables, como lo fueron los primitivos canarios, he aquí algo de lo mucho y bueno que este primoroso y hermosísimo valle contiene. íTendamos la vista desde el nuevo y estratégico Hotel Guayarmina, dulce nombre bellamente canario, y contemplemos a nuestros pies toda la hermosura impresionante de este valle sin igual..! Un color azulado envuelve en cendales de misterio la vega extendida. Los altos roques alargan sus cabezas monolíticas, mascarones de proa de un fantástico barco guerrero, sobre el hondo valle, todo armonía y ensueño, temblando de emoción el ramaje siempre verde, fuertemente oloroso, de los pinos robustos.... Las palmeras se elevan con airoso perfil elegante, meciéndose suavemente como pendones de gloria y mástiles de ilusiones.... Todo es bello, todo respira grandeza y luz de cumbres en este valle delicioso. Desde la alta sierra bajo el agua ferruginosa, que horada las rocas c impregna de color de hierro las 68 PUEBLOS DE GRAN CANARIA cuencas del barranco, para venir a saltar, jubilosa, hecha fuerza y salud, en las tinaias del Balneario. ¡ La montaña robusta produce agua de férreo sabor y fuerza! Diriase que el licor, exprimido, de los ardientes y robustos pinos, de sus raíces hondas y resinosas, brota en la viva peña, convertido en « agua agria » , ferruginosa y azufrada.., como la expresión más justa de esta naturaleza grandiosa y digna, gratamente hermosa y grandemente florida... El pueblo es un lindo conjunto de casitas, junto a su iglesia, amplia, no exenta de serena belleza y clásicas líneas... Pero la alegría de los hijos de Agacte son < Las Nieves » . Cuando su fiesta llega, el pueblo arde en regocijada algarabía... Los pescadores lucen sus flamantes tcrnos de « marineritos » , azules, planchados, para llevara su Patrona, en dos filas, con el mayor al frente... más orondo, flamante, más planchado, si cabe, que los pescadores vestidos de niños... ¿ Quién les quita ese regocijo? Son los amos... Disponen, discuten, ordenan . ¡ la Virgen y su ermita es de ellos! ¡ A. ellos se les apareció la imagen, según viejas leyendas cuentan... Más de ima vez les ha sacado de apuros y tormentas, lo que atestiguan los cx- votos, los barquitos primorosos que las paredes de la ermita santa ostenta..! Y al llegar al pueblo, las campanas vuelan, los « voladores » estallan, los fuegos repercitten con sonoridad inigualable, las lágrimas corren pov los, rostros de aquellos marinos curtidos al sol y al PUEBLOS DE GRAN CANARIA 69 aire, que no lloran cuando las bravas tormentas azotan su barca... ¡ Cuántas veces los marinerltos saldrán a la pesca, desafiando la mar, solamente con el pensamiento de esta fiesta, que baña sus espíritus de fuerte hu de cielo, de divino gozo, singular e infantil! « ¡ Las Nieves » de Agaete es una de las pocas fiestas de verdadero tipismo isleño que nos quedan...! XIV MOYA Moya corresponde en Gran Canaria la tradición poética... Bajo las frondosas arboledas de su famosa " Montaña," el " divino" poeta escribió las más elengantcs estrofas de sus versos... El arpa lírica de Cairasco, inventor de los esdrújulos, arrancaba a la selva las sonoridades más armoniosas de su sinfonía de ramas, pájaros y luces, color y claras fuentes de límpidas aguas. Su estro cantó la " Selva" umbrosa, aquella que habitó Doramas, y Tomás Morales, el guerrero canario que inmortalizó a España en América, escogió para descansar..., labrando un palacio en medio de la " Montaña Deleitosa," como la llamó Via-na. ( 1) ( 1) ..." Doramas valeroso,— Señor de la Montaña Deleitosa, Que celebra en sus rimas y bucólicas— La heroica pluma del divino Ergasto."— Viana, Canto II: Antigüedades de las Islas Canarias. 72 í> UEBLOS DE ORAN CANARIA Moya se ufana de su tradición lírica, de la especialidad de sus paisajes, de sus " selvas," antaño sobremanera frondosas, de inigualable belleza, hoy conservadas en parte en la famosísima zona de Los Tilos, restos de aquella incomparable " Montaña de Doramas",— fecunda y florida, de innumerable variedad de especies e incalculable diversidad de pájaros cantores,— que canta Cairasco: " Eres el bosque umbrífero Que de Doramas tiene el nombre célebre, Y aquestos son los árboles Que frisan ya con los del Monte Líbano. Y también: Aquí sustenta Apolo sus laureles Su enamorada yedra Cipriana, Mercurio antiguas hierbas, y noveles De gran virtud, para la vida humana: Los altos Tilos verdes capiteles Con mil diversos árboles, Diana, Y tu sagrada Palma, tanto subes Que tienes competencia con las nubes." « « * Era natural que aquí naciera el " Poeta", autor de las " Rosas de Hércules"... Moya es el país de las Rosas..., de la floración, de las selvas y de la frondosidad... Moya dio a luz al Poeta..: suyo es...; aunque Gran Canaria toda se vanagloria de su numen ardiente y de sus cadenciosas y rítmieamente sonoras estrofas. ¡ Armonía, armonía! 2 f^ a n^< t/) ' i i ^> Bo> l - ^ 0- • o i « ^ 9 —; B> o VI o e> oa^ « ; * O o Bl 5 eBnl -" <- « O d d a Bl -< •- » O* 1M t* f& il Oi (^ a" da 3 1 Bl D* *—• < rsí Bl » í W O. Bl a w (^ V) • rooa * • ' • e> VI K 3" n— nd 1 — > 01 >- » Bl 3 oV9 Vi 3" Bl N O sBl a (^ f O v> H • O"- • Cft « t O Vi ( « B) A d ro Bl a" n O S • o Bl ' B* l 2 ( S* S o BaT Ba< l roe. P5 a 01 cu x> a n Bl J3 Bl n t(^ Bl n O ' Zi " ^ ? N • í^ ^ 6) 8 O >* O. Csftr ) 5 W O en 01 0> O. ( « ma- H n ss n o-o. n B> Bl CA ' « S o. K Bl " 4 O s o en ex Bl P* ; O ^ Bl en re d >- n Bl S Bl & 10 tí 1 - ^ " 1 Bl g. ñ" 0^ 13 I- di ñBl ' re re • o Bl SS* cu re Bl en t O en Bl en i ex re i_ rf Bl oa PUEBLOS DE GRAN CANARIA 73 iHe aquí lo que Moya encierra en sus campos, y lo que Tomás Morales, el luchador de la pluma, no el guerrero, engarzó, como la joya más preciada de su patrimonio, a sus inmarchitas y perfumadas " Rosas"..! Y si Lujan ofrendó a Guía la mejor obra de su arte, ¿ no habría de mostrar su amor a Moya el " ülto poeta",.., todo afecto y emoción...? De sus mejores estrofas, de los más inspirados versos de su vena lírica es su " Tarde en la Selva", I oda luz y encanto. Sin duda que los rescoldos de aquella " Montaña" que él contemplara en sus doradas ilusiones de niño, en la plácida quietud de estas tardes de los campos de Moya, produjeron el milagro de aquellos versos, ecos de luz y de armonía,.., y de dolor por la selva perdida... Oid el cantar, todo emoción, del Poeta: « Tarde en la selva. Agreste soledad del paisaje, decoración del rayo de sol entre e/ ramaje y lento silabeo del agua cantarína, madre de la armoniosa tristeza campesina... ¡ Tarde en la selva! Tarde de otoño en la espesura Del boscaje, en el triunfo de la arboleda oscura, Bajo la advocación de las copas sonoras Y el plácido consorcio de las dormidas horas. » ( J) ¿ No parece que estas estrofas han sido esculpidas para expresar bellamente las dulces tardes del agro moyense, cuando el sol invade sus selvas, po- ( 1) Tomás Morales: Rosas de Hércules. Libro II: " Tarde en la Selva". 74 PuEBLoá DE GRAN CANARIA nicndo armonías luminosas en el ramaje espeso de la arboleda florecida? ¡ « La armoniosa tristeza campesina » ! ¡ Brochazo que pinta todo el bello sentimiento, hondo, algo triste, evocador, como todo lo que siente de veras, de esta naturaleza canaria, que parece un trozo del perdido paraíso, cuyo recuerdo entristece y torna fuertemente sentimentales a los hijos de las Afortunadas! Y Tomás Morales sigue cantando a su " Selva": ¡ Oh paz! ¡ Oh último ensueño crepuscular del día! El ambiente era todo fragancia; atardecía, y la lumbre solar en fastuosas tramas quemaba en las florestas su penacho de llamas. Todo el bosque era un hálito de aromas peculia- ( res; las hojas despertaban sus ritmos seculares, y bajo ellas, soñando y a su divino amparo, la música frescura del riachuelo claro que el salto de una roca transformaba en torrente: Cabellera brumosa, donde, divinamente, Ilustró el arco iris con siete resplandores la fugaz maravilla de sus siete colores... ¡ Los campos de Moya, sin duda, dieron color y armonía a estos sentidos versos del Poeta! Y el estro ardiente y vigoroso del Poeta de Moya PUEBLOS DE GRAN CANARIA 75 se desgaja, como las copas de los árboles, por el 3o-lor de ver morir a los colosos de su selva: « De pronto, en el silencio, un golpe temeroso Atraviesa el recinto de la selva en reposo... ¡ Es el hacha! Es el golpe de su oficiar viole nto Que, bruscamente, llega, desolador y cruento... Y los viejos del bosque, los viejos de alma fuerte Temen, presentidores de una uniforme suerte; Y hay en sus copas trémulas como un sollozo huma- { no, Como un plañir de preces por el perdido hermano... Heridas por la muerte sus savias vigorosas, Ved, como el triste extiende sus ramas temblorosas... Aun en el aire, un punto, gira alocado, incierto Y raudo cae de bruces sobj^ e el camino: ¡ muerto! ( 1), En su parte material, el pueblo de Moya es pulcro como una tacita... Es escogida estación de veraneo, y ordinaria estancia de las colonias escolares de Gran Canaria; ( 1) Rosas de Hércules: Id, id. 76 PUEBLOS DE GRAN CANARIA y se asoma al risco de un barranco, como viejo gua-narteme que añora las andanzas épicas... Tiene un hálito de modernidad, que contrasta con los recuerdos de su vieja historia, y deseos de cultura, que encauza y fomenta con generales elogio. s el benemérito secretario Dn. Jnan González. sS. Fernando, Corvo, Fontanales, toda la jurisdicción de Moya es amenísima e interesante. Este último pago, en la avanzada de las cumbres, es un bellísimo rincón isleño, de carácter campesino, y con su estampa de vigoroso tipismo, une el frío de las medianías, con sus neblinas y medias tintas, y el sol de las recias alturas, con sus luminosidades y amplias perspectivas... En su parte heroica, el recuerdo más grato de sa historia es Doramas. Este insigne guairc, famosísimo guerrero de Ta-marán, valiente hijo de este " País de Valientes", habitó la selva de la Montaña de Moya, y de su nombre llamóse y llámase a ésta, " Montaña de Doramas". Todavía se conserva la casa- cueva de este héroe... — al menos así lo dice la tradición—, y es una soleada vivienda entre riscos, y sobre el barranco de La Virgen, o Azuje. Está en un pintoresco rincón, al borde del precipicio,— junto a otras casas- cuevas, albeadas y limpias, que acogen a los que tal vez son restos de la raza valerosa...,— y es habitada por una familia isleña, que vive en lo que fué palacio de Doramas. ¡ Los grandes corazones buscan y aman las cosas grandes...! Primero Doramas, más tarde Cairasco, luego el general Morales, habitaron la selva brava y fecunda, para encontrar algo parejo a sus ansias de grandeza y de gloria... Yo me figuro al héroe de Moya,— por aquí venció Dorama a las tropas castellanas—, penetrando en PUEBLOS DE GRAN CANARIA 77 este enmarañado bosque, después de sus brillantes acometidas a los invasores, para descansar el espíritu, más que el cuerpo, de las duras faenas de la pelea... iSobre los lomitos vigilan las guardias, los centinelas y espías traen avisos, y acechan las tropas que están dispuestas a marchar al combate! Cuando las hogueras incendian los montes, silencioso grito de guerra de las cumbres canarias, las huestes que acaudilla el ínclito guerrero marchan, veloces como un rayo, a defender la patria... Ya en Arguineguin, ya en Gáldar, ora en Telde, ora en las orillas del Guiniguada, en la cuesta Silva como en Gando, las tropas aguerridas del héroe de estos campos siempre están en la lucha. Por eso Doramas mereció ser Rey. Y donde el sistema de Gobierno era una Monarquía hereditaria, Doramas, im pastor, más tarde « Guairc » , o jefe de tropa, fué elegido « Guanarteme » , Rey, por su. valor y su arrojo, por sobre las viejas leyes canarias y costumbres de Tamarán y del reino Teldense. ¡ Parece que se oye el bélico caracol marino, resonando trágico bajo el tupido laberinto de la selva virgen, y que convoca a la lucha a los guerreros..! Ajijidos y cantos bélicos resuenan, clamorosos, como rugir de un torrente, cuando las falanges isleñas marchan al combate, ebrias de la guerra. Doramas va al frente de la atrevida hueste... El héroe respira fuerza y valor, y su rostro briHa con los destellos que da la decisión y el arrojo. [ Tamarán! ¡ Tus hijos marchan al combate, surgiendo, bravos, de la « Montana de Doramas » , con el héroe a la cabeza, y como fieros leones que saben acometer y triunfar..! ¡ De esos valientes brotó el nuevo retoño de la raza de la Isla, entroncada en la vieja rama de la robusta gente de Castilla! < l « tQ ei ¡ 3 O a tC u M tí 0s . s 1 n es o « 1 tf F ^ s tí D tí O 5 s* ( « ( B O a0 p ; i ' TI 1 9Q ai 1 1 ff 5* 2 { Ü a VI tí ( » 1 O* I - - Bl i 1 W f^ £. 2 tí oo. 5< g* fr K XV FIRGAS EXOSTADA sobre un lomito, Firgas presenta la belleza de sus casitas blancas, sobre el fondo verde de la vega florecida y ricntc. Risueñamente hermosa, tiene un nombre sonoro, un clima de fama, unos bellísimos pagos, como palomares de nítida blancura, bandadas de palomitas posadas sobre el césped frondoso de las montañas, a orillas de los torrentes y los arroyos... Su vieja iglesia es un oasis de paz y mística quietud, en el ambiente sereno del pueblo, todo atracción y acogedora tranquilidad. El antiguo convento de dominicos, junto a la parroquia, fundado en 1613, ofrece sus desvencijadas galerías, con sus típicas y frailescas persianas, y con su diminuto claustro, donde todavía parece revivir la paz conventual de los monasterios, y oirse el ligero rumor de las sandalias, junto a un pozo que destila humedad y suave tintineo de aguas... En el hueco de una escalera está incrustado, como inmemorial recuerdo, una pequeña imagen de S. Do- 80 PUEBLOS DE GRAN CANARIA mingo, la que tal vez colocaran allí un día los frailes con devoto regocijo y piadosa procesión, y que nos queda como la estampa añeja que al acaso se encuentra en un libro que ha visto rodar los siglos... ¡ Parece que la quietud conventual, dormida en el claustro, tiende su manto de silencio y mansedum- bre por todas las calles del pueblo...! Los frailes parecen cruzar, invisibles, con sus remendados hábitos y su talego de limosnas, el quieto recinto de las callejas empedradas, silenciosas... De viejo son conocidísimas y umversalmente renombradas las " aguas" de Firgas... El agua agria, acida, de cualidades curativas, tiene en Firgas su máxima manifestación, dentro de la isla de Gran Canaria, tan rica en fuentes minerales... Penetremos en el llamado " Barranco de la Virgen"... Uno, dos, tres, cuatro, cinco, y más manantiales de agua acida brotan en la cuenca de este tan famoso como bellísimo barranco. Dos de ellas se aprovechan; y se exportan, convenientemente embotellada m. iles de litros, de estas aguas saludables y confortantes. A la antigua " agua de Firgas", del primer aprovechamiento comercial de la isla en este aspecto, se ha añadido hoy la novísima « F'uente Nueva » , que recoge y aprovecha el abundante chorro hirviente que brota de una viva peña en un rincón del barranco... Varios siglos, aquella agua que nadie podía beber de bruces en su naciente [ tanta es su fuerza!, se perdía en el cauce del Barranco, de la Virgen, mezclada, apenas nacida, con las aguas que discurren por el mismo... PUEBLOS DE GRAN CANARIA 81 Hoy, esa agua pregona las excelencias de Firgas y de Gran Canaria por todas las partes y en todos los pueblos... Hay un punto del barranco que los campesinos gráficamente llaman: " Las Madres". iMadrcs del agual Todo este barranco, sumamente florido y de ex-pléndida y abundante vegetación intensa, es como la madre de las aguas..: brotan por todas partes fuentes y manantiales, de agua acida, de agua dulce, de agua ferruginosa, y se oye como un murmullo de cristalina armonía, música suave de aguas que corren, saltan las peñas, y murmuran perennemente, llenando de suave encanto místico estos parages scmi- soli-tarios, donde vivieron nuestros primitivos antepasados..., y donde enterraban a sus muertos, como si arrullaran su eterno descanso con la acordada sinfonía de las aguas sonoras, gratamente límpidas y fuertemente bulliciosas, con sabor ácido y de hierro, arrancado del mismo corazón de esta tierra, toda belleza, ensueño, natural grandiosidad y sin igual hermosura... Porque aquí, en las " Madres", hay un cementerio de canarios... Son tumbas de piedras, abovedadas, con sarcófagos así mismo de cantos labrados. Los pechos canarios reposan en aquellas tumbas seculares... Los seguidores de Doramas, cuya famosa selva llegaba a estos rincones, encontraban adecuado reposo en este barranco, lleno de poética y solitaria belleza. Unas tumbas de piedra son los verdaderos tributos a unos pechos de acero y unos corazones de hierro, valientes y atrevidos... El agua arrulla la eternal quietud de los restos 82 PUEBLOS DE GRAN CANARIA que dejaron aquellas almas nobles, grandes, entusiásticamente amantes de su terruño isleño... El " Barranco de la Virgen", asi llamado porque fué patrimonio de la de Teror por luengos años, es bcllisimo... Todo él está cultivado, los árboles abundan, las vertientes que lo encajonan se empinan altamente, hasta casi perderse de vista, asombrando con sus riscos y precipicios, en- los que a lo mejor apercibimos algún canario que " coge tunos" con su " rueca" de caña, pendiente de un invisible punto de apoyo; colgado al-parecer del alto y feísimo risco, como si fuera uno, de aquellos ágiles y atrevidos hijos de Tamarán.., todavía escondido en las cuevas del precipicio ingente. Y si seguimos el curso del barranco, llegaríamos a Valsendcro, y al pasar más arriba encontraríamos una desbordante floración de árboles y manantiales, avaramente encauzadas las gotas de éstos, como si fueran oro, o perlas preciosas, por pequeños canales que las juntan al canal madre, rebozante de liquido huidizo y bullidor... ¡ Con ser tan pintoresco y hermoso este barranco, cuando él se enfurece temen los campesinos la suerte de sus tierras!... Las destroza, las levanta, se las bebe y come este monstruo del barranco en furia... Las casitas del hondo cauce tiemblan si el fiero salvaje, aparentemente manso, convierte en ira su pacífica mansedumbre... PUEBLOS DE GRAN CANARIA 83 Cuando el barranco ruge, la tierra gime, las peñas se desploman, los animales huyen despavoridos, o son arrastrados hasta el mismo mar; los campesinos lloran sus sudores deshechos por la locura indomable y cruel del barranco en celos de furia y arrebatadora agonía Pero esto sucede pocas veces Porque el barranco es dulce, como el canario, afable, risueño, atrayente... Pero cuando su pasión se impone, es fuego de volcán, invencible ardor que irresistiblemente empuja y arrastra.... ifiel reflejo del quietismo típico del campesino isleño! * » Firgas posee toda esta belleza natural, que comparte con Vallescco y Moya, los tres pueblos hermanos que se discuten la posesión del barranco de la Virgen... La carretera va penetrando estos parajes indescriptibles... Lugares de verdadera y expléndida alegría de la naturaleza, hecha agua, verdor, flores y árboles, recuerdo y sentimiento La expresión más fiel es el mismo cantar, lleno de dulzura y sonoridad, de la folia, cuyo dulce son repercute con agradable eco en la cuenca de vegetación florida de este preciosísimo Barranco de la Virgen, lleno de recuerdos: « [ Folias, tristes folids... Alma dzl pueblo cdnario; Voces de << guanchesy> que suenan Todavía en estos camposl.,'^ XVI TEROR UE pueblo, de Gran Canaria puede pedir para sí, con más títulos que Tcror, el de ser el. depositario genuino de la verdadera tradición canaria? Ninguno le supera en " motivos de emoción", en poseer más notas de intensa sensibilidad en el haz de nervios que forman el conjunto sentimental de la isla. Porque, aunque otros pueblos sean mayores en extensión y habitantes, hayan tenido más importancia en la historia p, rimitiva, contengan más riquezas materiales, y aunque alguno tal vez le supere en belleza de paisajes, con ser tan hermosos los del valle de Teror, ninguno le aventaja en influencia moral y eficacísima sobre el resto de los pueblos de Gran Canaria... El nervio espiritual de los pueblos, como el de los individuos, es el más sensible e influente en los actos, ya individuales, ya colectivos, afectados por ese motivo superior. Y Teror lleva en esto la ventaja. Porque la Patro- 86 PUEBLOS DE GRAN CANARIA na de las islas de Canarias Oriental es como el centro de la sensibilidad del isleño, el punto de do vienen y en donde convergen los senderos de nuestra historia, el entronque de los hechos gloriosos de Gran Canaria, el compendio de su vida, que gira en torno a este " pinar santo" do apareció la itnai? en bendita. Podríase decir que así como la " fiesta del Pino" lo es de la Isla, y acuden a ella de todos los pagos y rincones, en regocijados grupos, atravesando a pié y de noche las cumbres y las carreteras, con la alegría que produce esa fiesta en toda Gran Canaria, así también el factor " Virgen del Pino" se encuentra unido y sumado a todos los hechos importantes de nuestra historia, como si el " pino santo" fuera el árbol do se posan los acontecimientos de la isla, y hubiera recogido en sus verdes gajos toda la gama de la espiritual armonía de los pueblos de Gran Canaria, y el encanto de su belleza material, con sus pájaros, sus flores, su sol, sus fuentes, sus bosques, y las verdes praderas tapizadas de esta " Isla Azul" del color y de la luz... Toda la hermosura material de Tcror, con sus encantadores barrios, sus indescriptibles perspectivas luminosas de intenso color y variedad, con el damero inmenso de sus cercados, divididos y en plena flcra-ción, con " su agua agria" de fama, su puente secular, sus arboledas extendidas, restos de grandezas pretéritas, con sus lindas casitas y estético conjunto, sus calles empedradas, de sabor arcaico y grato, sus " monasterios" ejemplares,— el uno de severa y antigua estampa, el otro de risueña y moderna arquitectura, bella obra de arte—, con sus " campos oliendo a PUEBLOS DE GRAN CANARIA 8? tomillo y sus monasterios oliendo a incienso"; con ser tan extraordinaria su grandeza natural, de paisaje y campos, bosques y barrancos, que culjren geranios y ñameras, es sin comparación mucho mayor su importancia moral, en este afortunado paraíso de Las Cananas... Y todo esto se lo debe a la Virgen del Pino... Allí donde no había más que un bosque, sesteo de ganados y pastores, apareció la luz misteriosa que brillaba sobre el " pino iluminado", descubriéndose en él ima imagen sagrada de María, la misma que hoy veneramos, entre prodigios y raras manisfesta-ciones de la naturaleza; y se formó un pago, luego un pueblo, que conserva la pura tradición de Gran Canaria, la más típica representación de la " Isla Nueva". Y aquella luz divina del pino del bosque primitivo que atemorizaba a los caminantes y pastores aún antes de la conquista, hasta que en 1481 el obispo Sr. Frías se acercó a ella, encontrando la risueña imagen,— con dos dragos injertados en el pino, formando arco heléchos y culantrillos, alimentados de la misma savia resinosa, sobre una " peana de mármol jaspeado", de rara hermosura y materia, desaparecida misteriosamente después de la caída del pino, caída que se realizó en circunstancias también providenciales y misteriosas—; aquella luz de la leyenda, que infundía temor a los pastores canarios, se ha trastrocado en faro luminoso, que atrae y vivifica, iluminando con resplandores de gloria, de amor y de fe a Gran Canaria, sus pueblos y sus campos, su_ s valles y sus montañas, sus cumbres bravias y sus pinares extensos, su historia toda, que se desliza junto a este pino santo de la tradición y la leyenda... 88 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Y la piedad levantó un hermoso santuario, preciosa concha de oro que encierra la perla de la imagen aparecida en t'l Pino; los siglos la han enriquecido con bellos mantos y riquísimos tronos, las generaciones aclaman sus milagros y ofrécenla sus votos; los Reyes de España la han invocado y bendecido, honrado los gobiernos con títulos y honores extraordinarios, llamado los canarios en sus calamidades, amargtu'as y contiendas guerreras,— en AMca contra el moro, en Cádi:; contra los franceses, en América contra los enemigos de España ; y en las faenas de la pesca los bravos marineros la veneran, pues su imagen es carga obligada y dulce de los barquitos pesqueros que desafían las olas y el mar... ¿ Qué momento isleño no está invadido por este sentimiento profundo del amor a la Virgen del Pino que arde en el corazón de todos los Gran canarios? lY en las grandes calamidades públicas, en las ocasiones de emoción histórica, el pueblo canario traía a su Virgen a Las Palmas, en larga y devota procesión! ( Veinte y dos veces han contemplado los campos el paso de esta Reina por los valles, que, « con sola su fígvra, vestidos los dejó de su hermosura..] » Estas venidas a Las Palmas eran causa de popular c intenso regocijo. La imagen descansaba en la ermita de San José del Álamo, ya destruida, y al amanecer, el santo titular de la ermita acompañaba, ¡ santa cortesía!, a la imagen en su largo camino. En la raya de S. Brígida recibíale el clero con PUEBLOS DE GRAN CANARIA 89 cruz alzada, y todo el pueblo acompañaba, con sus santos, la venerada imagen. Igual hacían las parroquias de Arucas y S. Lorenzo, por cuyas respectivas jurisdicciones pasaba la Virgen del Pino... Al llegar a la raya de Las Palmas recibíala la oficialidad del Castillo del Rey, mientras éste anunciaba a la ciudad entera, con el sonoro estampido de sus cañones, la llegada de tan ilustre huésped... ¡ Repicaban entonces las campanas de todas las iítjlcsias, subía alborozado el pueblo, entre gritos y ajijidos de entusiasmo, a encontrar a su celestial Pa-trcma..! En la ermita de S. Justo y Pastor se hacía entrega protocolaria de la imagen a la ciudad de Las Palmas, comprometiéndose ésta, representada por su alcalde, y en presencia del Cabildo y Regidores, y bajo acta notarial, a devolver a Teror tan estimado tesoro. Sólo entonces, bajo esa promesa formal, cruzaba la imagen de la Patrona de Gran Canaria las calles de la ciudad, siendo llevada a la iglesia matriz de S. Agustín, donde los frailes del convento honrábanla suntuosamente; marchando después en triunfal procesión, precedida del Santo Cristo de la Vera Cruz, a la Iglesia Catedral, bajo cuyas bóvedas y elegantes arcos desbordábase el entusiasmo del pueblo canario, en arranques jubilosos de vivo y devoto fervor. De idéntica manera volvía la Virgen del Pino a su templo, atravesando, procesionahnente, los campos risueños de Gran Canaria, que el hálito blando de su verde manto iba llenando de hermosura y de color, irisidas flores de la tierra, los lomos y los valles, para festejar a tan distinguida Pasagera. 90 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Teror, su Virgen, sus campos y bosques, sus monasterios, su historia, su influencia tradicional en la de Gran Canaria, merecía para ser dignamente alabados un libro aparte, exclusivamente suyo... Contentémonos con haber dicho algo tan sólo de lo muchísimo y bueno que de este pueblo, su templo y su imagen, decirse pudiera... Teror es como el corazón de Gran Canaria. De allí se difunde la savia vigorosa de la fe, y los latidos de este corazón repercuten en todas las extensiones de la isla, como si ésta fuese un manojo de fibras cuyo centro nervioso estuviera en el pino santo... De la Aldea a Las Palmas, de Agaete o Arguine-guín, de uno a otro pinar, de un lomito a otro, de barranco a barranco, todo pregona y manifiesta el amor de los Gran Canarios a la Virgen del Pino, la protección de la Madre de Cristo a los isleños, la influencia en sus costumbres, el poder misterioso de María, bajo la advocación del Pino, sobre los corazones de los hijos de Gran Canaria. La vida religiosa de Teror es intensa, y el ascetismo de la Isla tiene su máxima manisfcstación en el viejo convento de clausura- arca de ancestrales virtudes canarias, con su gran capilla y altar de blancas paredes, solas para Dios, como las religiosas-, y en el templo parroquial, nido de la piedad colocado en medio de los valles, con que hace juego el vetusto palacio episcopal, de vieja estampa y fachada, y los árboles de su alameda, que guardan los antiguos recuerdos en sus trémulas copas...; y en el convento de las Dominicas, tan canario, bello y moderno, alegre, como si compendiara en sí todo el perfume de los campos... ¡ Teror debe su fe a la Virgen del Pino... l PUEBLOS DE GRAN CANARIA 91 Gran Canaria la conserva por su intensa devoción a esta imagen de María, y puede decir como el pueblo que la venera, lo que la copla: « TM Virgen del Pino es mía, Que en el pinar me la hallé, Cogiendo ramos de pinos Para su hijo Manuel... y' XVII VALLESECO N grito de júbilo se escapa al viajero al llegar a la's alturas donde se asienta el pueblo de Vallescco. Mirando hacia atrás, desde la « Fuente de Zamora, » en invierno, húndese la vista en aquel gelatinoso océano de nubes que, frecuentemente, oculta a nuestra mirada el lindísimo valle de Teror, La neblina, reina del paisaje, abre un vacío blanco, indefinido, como un piélago de nivea espuma, a nuestros ojos... Si nos lanzáramos sobre ese abismo, nos parece que caeríamos muellemente sobre una montaña de plumas. El frescor nos penetra fuertemente... La tierra húmeda tirita de frío, al contacto de aquella veste de trasparencia cristalina, ropaje de seda de la naturaleza. La hierba matiza, esmaltada de flores, el risueño alfombrado verde de la pradera. Allí donde el sol pone un brochazo de luz, sobre 94 PUEBLOS DE GRAN CANARIA el ramaje verdoso de un castaño, un canario trina las delicadas armonías de su garganta de oro. iQuc bello este baño de nubes, confortante y grato! Nos agrada porque es lo opuesto de la ciudad... Allí no hay nubei' blancas, ni fresca tierra empapada de rocío. ¡ Qué penetrante la caricia suave de estos imperceptibles hilos de seda, de cristal y agua, que nos rozan y atraviesan con invisibles cortes! Pero, de pronto, el vacío insondable se llena..- de luz y color. A medida que las nubes lo vacían, cae sobre el hondo valle, donde se dibuja el caserío bien trazado de Teror, una lluvia de numerosas perspectivas, de casitas, huertos, árboles... Oyese el cantar del campesino, los mastines ladran, el pájaro cruza piando, anudando en el aire, con aéreos puntos, las trayectorias curvas de su vuelo; balan las ovejas, cuyas esquilas saben a gloria, a poesía bucólica, y mugen las vacas que aran lentamente los cercados. iSe ha descorrido ante nosotros el velo mágico de la neblina, y, como en el diorama de un impresionante y natural kaleidoscopio, vemos aparecer el telón corrido de los promontorios frontc-rizoz y el cambiante vario de los huertos frondosos! ¡ Qué bello este paisaje hondo, de alfombrada pradera verde y lindas casitas blancas! íEn el centro del telón inmenso, el caserío, el santuario, los monasterios, las alboredps...! ••^ ií-:. '•• up •< fj-^- V^' - AW « { A ^ ífc ~ i3^ g'-- i/ í^ 9^ rí^^/ ÍS^ i^ wwmm^^ ' Valleseco de quieta y mística serenidad silenciosa, con su templo, todo blanco, como un cisne sobre el verde explcndoroso de la naturaleza de estas medianías ( P. 95) PUEBLOS DE GRAN CANARIA 95 En la era cercana, los niños juegan contentos, en coro cantando la popular copla infantil: Llueva... ¡ qué llueva! Porque la Virgen, Está en la cueva... Y repiten a coro; ¡ San Isidro, labrador, Quita el agua..., pon el sol! Y acentuando las finales, repiten con jubilosa alegría: Los pafarillos cantan, las nubes se levantan... ¡ Qué si, qué no! ¡ Quita el agua, pon el sol! iEl pequeño caserío que forma el casco del pueblo de Valleseco es encantador! ÍDC quieta y mística serenidad silenciosa, con su templo, todo blanco, como un cisne, sobre el verde cxplendoroso de la naturaleza de estas « medianías » ¡ Simpática estampa de pueblo tranquilo y apacible, de acogedora franqueza y agradable paz...! El culto escritor y Doctoral de la catedral de Las Palmas, Dr. D. Tomás Ventura, forjó y publicó unos años hará varios preciosos sonetos, sintetizando, en la concreción de catorce endccasílabos, toda la hermosura Hrica de los pueblos de Gran Canaria... 96 PUEBLOS DE GRAN CANARIA :-— A Vallescco dedicóle el siguiente, publicado con el seudónimo de Félix de Montemar, y que compendia, como una estampa poética, toda la belleza íntima y campestre de este pueblo: « ¡ Pueblecito cimero y trepador Que escala los peldaños de la cumbre, Para bañarse en su celeste lumbre Y embria^^ arsc en las , qlorias del Señor! ¡ Su vida es un idilio encantador, Hecho de paz, de fe, de mansedumbre; Ama la tradición y la costumbre Y reza con ascético fervor..! ¡ Le dan las aves música y arrullo, Las fuentes cantarínas son su orgullo, Se arropa en hopalandas de arboleda: Y si el rigor canicular le hostiga Acaricia su sien con mano amiga Un aura mansa, susurrante y leda...! [ Esta es la viva expresión de Valleseco..! Añádese a ésto la variedad y belleza de sus barrios. El de Lanzarote, el más cercano al pueblo, conforme subimos hacia las « cumbres » , es como un gran jardín. Las casas están ocultas por los frondosos castaños y las fecundas higueras, por los nogales de verde brillante y los manzanos floridos. Las rosas se entrelazan con los humildes geranios) :—: PUEBLOS DE GRAN CANARIA 97 embelleciendo los catninitos, senderos de ilusión. [ Zamora, Monagas, Sobradillo, Carpinteras, Tro-yanas, Caserón, Madrclagua, Somacall ¡ Hermosos rincones! iCómo alegran estos paisajes de traza bien definida, cuadros de color subido, de brillantes combinaciones y matizadas tonalidades, que la luz varía en infinidad de sombras y luces, recalcando la natural belleza con los colores de estas tierras hermosas, de fina humedad penetrantel Oid sobre la cogolla de un árbol al pájaro canario, con su piquito de oro ensalzando las maravillas de Dios. íQué música más pareja con la hermosura de estos campos! iVed cómo desgrana su inimitable sinfonía musical, cayendo sus notas sobre la acequia jubilosa y sobre el ramaje verde, por do resbalan, hasta caer en la tapizada alfombra de la pradera: [ lluvia de gotas de luz que ilumina el suave terciopelo de las rosas, los geranios y las margaritas! iQuc música más acordada, qué variedad de tono, qué filigrana de canto! [ Ora despide un chorro de notas jubilantes, altas, como límpido brillor de metal...; ora su místico rezo, ensartado con una variedad de tonos y matices que hace increíble la potencia acústica de su garganta de fuego, donde se forjan las caldeadas notas de luz y armonía; ' ora lanza un elevado y rápido rocío de perlas sonoras, surtidor de música; ora un suavizado gorjeo de tonos medios, recobrando resuello para enviar de nuevo la triunfante algarabía de su pico de oro! T 98 PUEBLOS DE GRAN CANARIA iTodá la honda variedad de paisajes canarios es recogida por el cantor vcrdi- amarillo de las selvas solitarias! Formando tono con sus trinos, el agua bulle en los cañaverales de los barranquillos, se desliza suave entre las ñameras, riega los cercados repletos de buena y abundante cosecha, cae sobre una peña, con sonora y festiva música cristalina. Subamos a la acequia de Arucas, tendida sobre el filo de los riscos que caen hacia el " Barranco de la Virgen", en la vertiente de este profundísimo cauce, más allá de las Carpinteras y el Caserón- Sobre el breve caminito del borde de la acequia, ancho un palmo, cinta de cal luciente que ciñe los flancos de las montañas, caminamos, con tímidos pasos, teniendo a nuestros pies un insondable abismo, atra-ycnte, de vegetación y verdor, pero hondo, precipitado y resbaladizo. ¡ Qué bello paisaje, y qué hermosas vistas! En el fondo del barranco se dibujan las casitas blancas, entre el cuarteado tendido de los maizales. Los castaños forman aguerrido ejército en los barranquillos, y dispersas avanzadas en lo alto de la vertiente umbrosa. Hacia arriba y hacia abajo del barranco todo es frondosidad y vegetación. De pronto se yergue ante nosotros un alto picacho agudo, aguzada punta de flecha que los titanes clavaran, al disparar con sus arcos de descomunal grandeza, sobre estas vertientes hundidas. La " acequia" bordea el liso y limado lomo de aquel monolito, que cruzamos colgados de un hilo sobre el barranco. ¡ Si subiéramos a su altura, nos entrarían ganas de volar sobre el espacio! { Rincones de Valleseco! PUEBLOS DE GRAN CANARIA 99 [ Estrpchos senderos, caininitos que ocultan los castaños, árboles corpulentos donde anidan los canarios, chillando los pajarillos con sus piquitos rojos; perdidos atajos intransitables, veredas de cabras, florecidas y lustrosas de verde hierba; caminos reales, de empedrado suelo, amor de bestias y arrieros, que alinean las pitas en interminable hilera, presentando los filos puntiagudos de sus hojas de puñales, que atemorizan a las- sufridas bestias!... Y si tendemos la vista hacia el océano, hacia los siempre luminosos horizontes de este pueblo, iqué hermosas perspectivasl Las nubes forman a veces un mar de encrespadas olas de algodón al que llaman la Barra. Bajo ese toldo, océano de espuma, está Gran Canaria, ocultando la belleza de sus campos y ciudades. Los tonos azulados predominan, confundidos con el verde de la tierra florecida y con el multicolor aspecto y colorido de las vegas y de los valles: [ tierra roja y blanca, parda y ceniza, negra en los cerros agudos, verde en los huertos, amarilla en los trigales; brillar de espejos en los tanques y las charcas, opaca en las nubes, que fingen formas fantásticas, en desfile lento sobre el valle, y violeta en la atmósfera transparente...! Toda la gama de los colores, multiplicada en indefinida variedad de tonos, se refleja en los campos de Valleseco, propicios al reposo... iSus casitas parecen una bandada de palomas posadas en un valle ameno, semiocultas entre las arboledas y los castaños! En los barrios hay cuadros bellos, de sana quietud, donde descansan los nervios y reposa el espíritu... Valleseco es la flor de las medianías, el pueblo 100 PUEBLOS DE GRAN CANARIA nuevo de las alturas suavizadas, el ideal para perderse en parajes que hagan olvidar los ruidos ciudadanos. Los habitantes de estos soleados rincones son de genuina estirpe canaria y castellana. Una bondad caritativa los distingue, fruto de sus cristianos sentimientos. iHay una paz profunda, una natural gravedad en estos rincones floridos, entre barranquillos, árboles y fuentesl Podría decirse de Valleseco aquello de, « ¡ Qué descansada vida La del que huye el mundanal ruido...! » Y en sus sombreados paisajes bellos tiene máxima expresión lo de la copla canaria: « iTiene mi patria querida Mucho valle encantador Mucha delicada ñor Y mucha gracia escondida! » El citado Félix de Montemar lo expresó bien en uno de sus sonetos, que termina: « ¡ Pueblecito sin par, que hasta la bruma, enriqueciendo su tesoro lírico, deja en sus rocas un jirón y un fleco...! ¡ Pueblecito feliz, que tiene, en suma, su más perfecto y bello panegírico ?, n su modesto nombre: Valleseco! » • o a' o P t H T3 a- ( O 9 o. o> en pa sg .° va t a a Zn < Bl » l O •• tí ñ O- B* « O gS I" Si: f 8 o 1- Mun « svi^ lpip^ a « Ki,< « i&>> t » ü . <^ M # « i ) W < M » ^ W ^ s XVIII ARTENARA S el pueblo más alto de Gran Canaria, y está situad © a unos 1300 metros sobre el nivel del mar. Es el más típico y canario, auténticamente canario... Y el más impresionante. Por su soledad, por las vistas magníficas que domina, por sus cuevas- viviendas, colgadas algunas, — bellas, casi lujosas, — sobre las precipitadas vertientes del barranco de Tejeda y La Aldea. iEstá asentado en medio de las cumbres, de los pinares y los riscos! Sus incomparables puestas de sol son de una variedad y belleza que subyugan... Es todo un poema vivido, de fuego y de luces, que Apolo vuelca sobre el rocío de riscos, los pinos de Tamadaba y los monolitos de basalto. iEl que la haya visto una vez no olvidará jamás la emoción sentida! 102 Í'UEBLOS DE GRAN CANARIA El ya últimamente citado escritor dedicó a este pueblo un soneto en que se alude a su previligiado paisaje, a su fe religiosa, a sus virtudes cívicas, y que lo retrata perfectamente: <' Eres como las águilas reales Que colocan su nido en las alturas, Para ti son las ráfagas más puras Que cruzan los espacios siderales. Del luminar del día los raudales En sus mismos orígenes apuras, Y ce las rocas las entrañas duras Te brindan generosos manantiales. ¡ Te arrulla la salmodia del pinar Y te asomas al borde del abismo, O extiendes tu mirada sobre el mar! ¡ Tu tesoro es la Fe y el patriotismo: Eres un corderillo ante el altar Y un león en las luchas del civismo!" jArtenara! iAguila de los pueblos, palomita salvaje de los pinares, cernícalo de las alturas...! Vives solitaria y asceta, Quijote isleño, sobre una peña de las cumbres canarias. Eres balcón de los riscos, corredor de los precipicios, ventana de los pinares, pueblo de fuego y sol, caldeado por los ardores del estío, y aterido bajo la escarcha invernal de los inviernos. iQué hondo respirar de satisfacción y suficiencia en tus campos, con este aire sutil que parece cortar las cosas con su fina transparencia...! t> uEBLOS DE GRAN CANARIA 103 iEl pueblecito es un rebaño de ovejas que pasta en las cumbres, junto a los pinares y los riscos,,.! De histórico antepasado-— se habla de él en tiempos de la conquista—, ha conservado el sello primitivo en las numerosas cuevas habitadas que conserva. Hasta tiene una Virgen de la « Cucvita » , con su capilla que es un santuario labrado en la cantería de un precipicio. Confesonario, pulpito, coro, altar, bancos, todo está arrancado por las manos artísticas de los hijos de Artenara a la misma roca. Una campanita, en un campanario esculpido en piedra, resuena sobre el valle hondo: esquila de gloria en mañanita de Resurrección.., iArtenara! iPueblo cumbrero, de las tierras soleadas y las perspectivas grandiosas! Sus paisajes son solemnes, trágicos, paisajes épicos, donde la línea es un risco, el color de acero, el difumino los pinares, y las sombras vacíos inmensos de tierras hundidas en infinito quebrantamiento y desgarro. Cuando el sol se hunde tras los pinares y el Tei-de, inundando de fuego el brazo de mar de las islas, los cerros agudos y denticulados de los montes, agrios y ariscos, parecen corcovas de fantásticos dromedarios que se bañan a plena luz, en un mar de nubes y espuma, que no se sabe si es un mar de olas o un mar de nubes. Los monolitos surgen victoriosos, mástiles de aquel barco de hierro que navega en una tormenta de tierras y barrancos. El Nublo diríasc el capitán amarrado al alto puente, que aguanta el empuje de la tormenta, y di- 104 PUEBLOS DE GRAN CANARIA rige las pétreas naves marinas por entre el sin fin de escollos de aquel mar de nubes y rayos de oro... [ Qué espectáculo más sublimel Incendia el sol las crestas del pinar con sus rojos fulgores; los promontorios de los cerros hunden sus proas de hierro en las aguas del mar ardiente; la tierra se desfonda y desfallece de emoción ante el terrífico cuadro; las águilas se remontan, girando en círculos de triunfadora majestad; los monolitos se tambalean, coronados de luz de gloria, las montañas se sobreponen y empujan, se cortan y entremezclan en extraña confusión: ¡ ganado de fauna gigante que se acurruca al soco de la brisa, resguardándose del fuego deslumbrador de las puestas solares...! Estos cerros y monolitos que se aperciben desde el balcón de Artenara, y que la luz descompone en toda clase de raros caprichos, los ve el « Mago del Pinar » — bajo cuyo seudónimo adivinamos al tan amigo de las cosas canarias Don Tomás Arroyo,— convertidos. En gárgolas y pórticos de alcázares caídos, En columnas torcidas de raros capiteles, En estrechos recintos por gnomos construidos, En torreones plasmados por mágicos cinceles... En sierpes que se enroscan a árboles partidos, En monstruos que se atacan desgarrando sus pieles, En enormes centauros, en gigantes fornidos Que se baten, se enlazan y se apretujan crueles... ( 1) Qué versos más expresivos del paisaje de los roques y los riscos por excelencia! ( 1) " Creación y Visión de Cráter." Poesía publicada en un periódico local. PUEBLOS DE GRAN CANARIA 105 Y el Nublo es el pastor que, vestido de pellica, con capote canario de burda lana, está de pié en la altura de una peña, vigilando el rebaño mitológico, como un dios del Olim. po griego, aparecido ante la misteriosa agonía de la luz sobre la tierra... íSe ha ido el sol...! Artenara se arrebuja en su manto negro. La tierra se a^ tjivjerea, saliendo de ella luces misteriosas. Diríamos que los restos de la raza aborigen salen de sus cuevas, de las entrañas del Bentaiga, para recorrer y llorar las reliquias de su patria perdida. Los no acostumbrados a tales soledades sienten un extraño temor en estas noches silenciosas, obscuras, de luces y ladridos, en que el cielo es negro, la tierra viscosa y húmeda, hundiéndose, resquebrajándose, camo arcilla deleznable, en visionarias cañadas y profundísimos barrancos. Cuando el sol vuelva, la vida retorna... Cantan las fuentes y el pájaro; balan las ovejas, mugen las vacas, grazna el cuervo; y la tierra vuelve a pintarse de colores, alumbrando de nuevo los paisajes sublimes, las lineas quebradizas, los motivos impresionantes, los pinares repletos, los cerros altos y los barrancos quebrados, los monolitos soberbios y las casitas humildes, ¡ palomitas blancas que picotean en los cercados pendientes y en las laderas inclinadas...! Y surge el labriego de Artenara, estampa clásica de canaria estirpe, con su « sacho y su yunta » , su perro y su manta, que va al cercado lejano, para arar la tierra, dulce y suave, en medio de los peñones negros y duros. 106 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Y el gañán saca las vacas a sestear, cantando isas y folias: « Desde la cumbre bravia hasta el mar que nos abraza todo es luz y poesía: ¡ no hay tierra como la mía, ni raza como mi raza! » El pastor surge majestuoso en lo alto de una peña, silba agudo, ladra el perro, corren asustadas las ovejas, suenan las esquilas con grato tintineo metan-cólico, y se llenan de rumores los senderos impracticables, por donde lleva el pastor a sus ovejas, a sus cabras, amorosas y saltonas. De pronto se oye un grito agudo, gutural y canario: ljái... ri... ta! lY nos creemos ver un resto de la raza aborigen, con su cayado regio, monarca de las cumbres y de las soledadesl Su figura se recorta en el perfil de unas peñas, recordando épocas patriarcales y tiempos heroicos-iEl pastor es un recuerdo vivo de otras edades, que hallamos al acaso en las cumbres y sobre los peñascos...! * « * Artenara es un pueblo primitivo, pero culto... Tiene, con ser tan pequeño, muchos hijos de estudio y en puestos de consideración; quizá, proporcional-mente, más que ninguno otro en Canarias. Sin duda que mucho influyó la labor ininterrumpida que durante 20 años realizara el maestro Fran- PUEBLOS DE GRAN CANARIA 107 cisco Artiles, enseñando en una cueva,— que todavía se conserva, como reliquia de la enseñanza en aquellas tierras de Juncalillo, — a niños, mujeres y hombres de todos estos campos. Si fuéramos a calificar a los pueblos de Gran Canaria por su « tipismo » , éste se ganaba la palma. Típico en todo... Hasta en vivir sin carretera que lo una al resto de la isla ( 1). Típico en paisajes... En paisajes genuínamente atlánticos, canarios hasta el íin, de las Canarias mitológicas y volcánicas... Típico en sus viviendas... En su Virgen, que habita en un risco y una cueva. Típico en estar asomado al precipicio, como un " guaire » que va a arrojarse fiero a un abismo. Único en altura... ' Singular en sus vistas, de frente a los pinares y los monolitos. Artenara es una « viva estampa canaria » , un caserío isleño, cumbrero, rocoso y soleado, que domina a todos los pueblos gran- canarios, como un águila triunfal, posada al borde de los riscos y los barrancos, a do no llegan las pequeneces ni las medianías... Todo allí es grande; todo exhala sublimidad, todo rezuma esencias vigorosas, de subido valor, de oro viejo... Mirando a los pinares, tiene toda la recia contextura de los colosos que en la Caldera de los Pinos atestiguan la existencia de una flora gigante. ( 1) Ya pronío tendrá también Artenara su carretera. Entonces serán muchos los que a él irán, para contemplar el paisaje de los roques, los monolitos y los riscos. 10^ PUEBLOS DE GRAN CAÑARÍA :—'• Mirando a Tcjeda, su naluralcza es arisia, bravia, picona, de pitas, cardos y tuneras... Hacia el norte, tiene bellísimos barrancos donde los huertos se sobreponen en escalonados peldaños verdes, y donde el agua canta perennemente entre cauces umbrosos; y pintorescos pagos que esmaltan el tapiz de esmeralda de los cercados florecidos... Juncalillo es uno de estos preciosos pueblecitos que circundan a Artcnara, y cuyo retrato pintó así el ya citado escritor que se ocultó bajo el seudónimo de Félix de Montemar: « ¡ Oh, quién tuviera el mágico pincel con que pintó sus Vírgenes MuriUo para copiar tu imagen, Juncalillo, de un soneto en el lírico troquel! Pueblecito bucólico y doncel, oloroso a retamas y tomillo: ¡ no se encuentra una joya de más brillo del firmamento azul bajo el dosel! Ved cómo se escalonan sus bancales, guarnecidos por setos de nopales, mitad huerto feraz, mitad pensil. Y ved cómo, en la calma del ambiente, se diluye esa música inocente que vierte el caramillo pastoril.^' [ Artcnaral ¡ Es de lo mejor que tenemos en Canarias.! XIX TEJEDA IGZAGUEANDO en multitud de volteretas, despeñada de un alto risco, baja la carretera desde la degollada de la « Cruz » al pueblo de este nombre, tan canario y antiguo. Es que la misma carretera se ha desvanecido ante el ingente cuadro atlántico que a nuestra vista se presenta al llegar al cruce de los caminos de la isla, a la « rosa de sus vientos » , de donde parten los senderos que atraviesan las cumbres de Gran Canaria, y donde habría que decirle al viajero con los versos de Tomás Morales: « Cual rosa de los vientos desgrana tus sentidos, y atiende a los variados y eternos espectáculos con claridad de ojos y claridad de o/ cfos... » ( 1) Como si fuéramos a penetrar en un insondable abismo, la cinta de la carretera, atada en caprichos ( 1) Alegoría del otoño. l io PUEBLOS DE GRAN C
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Calificación | |
Título y subtítulo | Estampas de los pueblos de Gran Canaria : Isla azul |
Autor principal | Artiles, Pablo |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Las Palmas |
Editorial | Escuela Tipográfica Salesiana |
Fecha | 1937 |
Páginas | 220 p. |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 4004433 Bytes |
Texto | - ~' r'^. 1 ESTAMPAS DE LOS PUEBLOS DE GRAN CANARIA ' ISLA AZUL ... tierra fecunda de hombres de roca y corazones de oro... Por PABLO ARTILES AÑO DE 1937 ' ESCUELA TIPOGRÁFICA SALESIANA ' LAS PALMAS ( CANARIAS) i i i PABLO ARTILES " ÍSLA AZUL..." ^ - • ' . >/ M<^ r ¡ f^ WU.^ . ^;^^ " ESTAMPAS" ^ " • ^ DE LOS PUEBLOS ^ DE GRAN CANARIA ISLA AZUL "^ ... tierra fecunda de hombres de roca y corazones de oro~. por PABLO ARTILES AÑO DE 1937 ESCUELA TIPOGRÁFICA SALESIANA DE LAS PALMAS Con las debidas licencias. ES PROPIEDAD Con autorización de la censura militar " ISLA AZUL" /) j R,\¡ i' Española y lítrd < 1,: I autor dfl libro.) " ISLA AZUL", jardín de las Españas, Heroico solar, De hispana tradición; Que un día la Patria idolatrada Juró defender Con santa rebelión Franco, el Caudillo, en Canarias se alzó, Y España entera surge tras él a luchar; Y en Gran Canaria un Imperio nació: EL NUEVO IMPERIO ESPAÑOL TRADICIONAL. II üran Canaria, la Isla afortunada, El famoso Edén, De clima sin igual; Cuyos campos con frutos, aves, flores. Bendijera Dios, Que arrulla fuerte el mar; Huerto florido de eterno verdor Fuentes y arroyos bañan su riente faz. Libre en el bosque el canario cantor CON TRINO ALEGRE ENTONA EL CANTO DE LA PAZ. III Gran Canaria, la Isla Fuerte y Grande Que forjó el Volcán, Fiel, Noble y de Valor; Cuyos héroes lucharon bravenicnte. Con gran lealtad. Ser Grande mereció. Grande te hizo tu Rey Artemí, Por su heroísmo eres Grande e Inmortal; Grande es tu nombre por fuerte en la lid, ¡ Y VIVA GRAN CANARIA A UNA VOZ GRITAD! ' IV Con orgullo de ser de Gran Canaria, Con mi trabajar, Te quiero engrandecer; Será siempre el ser como tu eres. Noble y muy Leal, La prueba del querer. Hermosa tierra de vario color. Preclara historia, heroísmo y de luz, Tu mar sonoro, brillante tu sol, POR TUS PAISAJES ERES BELLA " ISLA AZUL". DEDICA TORIÁ AL INSIGNE GENERAL FRANCO, AL GLORIOSO EJERCITO ESPAÑOL, AL INVICTO REQUETE, A LA INTRÉPIDA FALANGE, A LAS MILICIAS PATRIÓTICAS, Y A TODOS LOS CANARIOS QUE ESTÁN DEFENDIENDO A ESPAÑA CONTRA LA BARBARIE ROJA, DEDICA ESTE LIBRO, QUE HABLA DE GRAN CANARIA, " ISLA AZUL", NUEVA CO-VADONGA DONDE COMENZÓ FRAN- : CO ESTA NUEVA RECONQUISTA... : EL AUTOR INTRODUCCIÓN Retratos literarios quisiera que fueran estas líneas... Cruzo frecuentemente los campos de Gran Canaria, y lecojo cada vez impresioms agradables, matices diversos de la Isla Pintoresca... Todo eso quisiera traspasar a las cuartillas que forman este libro, como una expansión de mi espíritu, que descansa al descifrar esos valores poéticos, folklorísticos y de perspectivas, sobre la blancura del papel. Confiar a la memoria las captadas impresiones es imposible. A vuelta de pocos días se borran, al menos en intensidad y luz, y se van desdibujando tras las nuevamente recibidas. Y como amo tanto a esta tierra, factor que me hace ver con cariño sus cosas, sus paisajes y sus pueblos, suben a mi mente, cada vez que atravieso sus caminos en un sentido o en otro, sentimientos varios, sugestiones, y nuevos aspectos del hermoso y siempre variado espectáculo que la Isla ofrece; y quiero, como un desahogo del espíritu, dejar correr la pluma, dibujando, literariamente, los bellos paisajes y las diversas variedades y características de los pueblos de Gran Canaria. Reflexionar sobre aquello que he visto, sentirlo, infundir su amor en los canarios y extraños, eso de- seara, si a la débil expresividad de mi pluma le fuera concedido. Abro un camino... Otros más afortunados podrán descubrir minas espirituales y explorarlas en el fecundo suelo poético de Canarias; pero me queda la satisfacción de haber participado en esta empresa. Al decidirme a ella no me forjo ilusiones... Si alguien obtuviere de la lectura de este libro algún provecho, aumentare un algo su cariño a esta nuestra Isla, se deleitare un átomo oyendo la relación de sus pueblos, quedarla yo sumamente satisfecho. No espero utilidades mercantiles...; los libros sufren crisis... y más en Canarias. Sólo anhelo el placer espiritual de que tengan mis paisanos uno que puedan llamar propio, y en el que se les describan cosas y bellezas de nuestra Isla, siquiera sea con la imperfección propia de mi pluma, mientras llega la hora de que algún escritor nos dé este manjar del espíritu, dulce y suave, con la rica dulzura de su péñola de oro... Creo que hasta el presente no ha habido ningún libro que recoja el ambiente literario, lirico, de la Isla, como Gran Canaria se merece: ninguno que haya sentido la emoción de lo " grande" en esta isla ^< Grande » . Por eso cábeme la satisfacción de haber intentado llenar una laguna de nuestra historia poética, si bien no lo haya logrado sino imperfectamente. Debería tener más estilo, más belleza expresiva, más talento literario para mi cometido. Pero en espera del que lo tenga, recibe, lector, este mi humilde libro, como ofrenda de un ferviente entusiasta de Gran Canaria, presentado ante el ara de la pública admiración, para que de los pechos generosos de los gran canarios y extranjeros suba un hito de amor y cariño sincero hacia esta tierra que canta con sus isas y folias: " Tiene mi patria querida Mucho valle encantador, Mucha delicada flor Y mucha gracia escondida..." iíe dicho que al describir este libro no me forjaba ilusiones mercantiles... Ni mercantiles... ni literarias... ni de prensa.. La critica local es un prisma individualista... teñido del color de que la amistad o la enemistad lo reviste. Pero ésto, personalmente, no deja de ser un bien; porquz puede las más de las veces el amor propio hinchar a los literatos y escritores, debido a las infundadas alabanzas que tal vez le presten los amigos en la prensa local; de donde se falta a aquella juiciosa y razonada critica, conveniente a todos, y a la naturalidad, que satisface y agrada. A trueque, pues, del olvido, me entro solo en este combate literario, para luchar por los campos y los montes, antes los paisajes y los riscos, con las armas de la pluma... por conquistar de nuevo esta tierra para nosotros. Porque suelen los extranjeros alabar y conocer más a Gran Canaria que sus mismos hijos... Eso llamo conquistarla: engrandecerla ante nuestros ojos, alabarla un hijo de Canarias, dándosela a conocer nosotros a ellos, no ellos a nosotros. Y en ésto han pecado los literatos del pais: hán-se preocupado muchas más veces de los defectos que de las gracias de la Isla. . Los grandes intérpretes del sentimiento canario, Fray Leseo y Néstor, han marcado la ruta a seguir: Realizar la posesión literaria y estética de Gran Canaria... El " motivo canario" debe ser el de los escritos de nuestros literatos y el de las obras de nuestros artistas. Fomenten las Corporaciones este « deporte intelectual » , con premios al mejor trabajo sobre temas locales, del terruño; ayude la prensa con justa y razonada crítica, y comenzará una nueva etapa que dará lustre y gloria a nuestra Isla. He reducido este trabajo a los pueblos de Gran Canaria que tienen Municipio. No dudo que hay otros muchos barrios y sitios de interés a que no alcanza este libro...; pero no podía salirme de una norma sin faltar a la justicia, pues, de haber encabezado un capitulo con el nombre de un pago, por importante que fuerza, resultaba una preterisión y comparación injusta con los demás de la Isla- Que acierto, bien; que no acierto, dispensa, lector, la molestia, porque es debida a una sana intención, a un deseo de hacerte amar esta tierra en que naciste: o, si no naciste en ella, que pertenece sin duda a esta España de la que las Islas Canarias forman parte, juntamente con la región en que por fortuna hayas nacido... Sin embargo, nunca tal vez se hayan escrito cosas que valgan menos..., porque no sé qué pueda haber más imperfecto que estas pobres líneas con que he querido hablar de una Isla a la que por su historia todas las generaciones y en todas las lenguas llaman « Grande » ... y que inaugura esta nueva « Era Azul » de España, surgida, como una resplandeciente aurora atlántica, de esta Rosa Marina de Gran Canaria, " ISLA AZUL" DEL COLOR Y DE LA LUZ. El Autor Overtma ¡ Isla azul...! ¡ Libro hermoso encuadernado con espumas del Atlántico\ ¡ Libro es éste que la musa de un poeta bautizara con un nombre singular!... ¡ Isla azul! Libro dulce que es redoma de Finezas; y sus hojas, más que un tomo de sabrosas impresiones instantáneas, son escenas armoniosas del pais de mis amores, del país de mis en. weños; ¡ ecos líricos triunfales! En ellas sobresale cual timbre de dulciana la voz del patriotismo. Ellas constituyen una exquisita ópera literaria, cuyas romanzas y arpegios adormecen de halago y de ternura... ¡ Lindo estuche de perlas! ¡ Guardajoyas de amor! Pero ved que me encargan la overtura. lYo overturas...! ¿ Cómo yo improvisar tus melodías iniciales, bello libro de nácar? ¡ Oh! ¡ Ni el médico a palos! ¡ Desdichado de mi! Pindaro encabezaría mejor tus acentos, forjando en tu portada un epinicio con el calor de su lira. El ruiseñor de Tesalia, ciego de pasión, habría de darnos para ti su dulce matinata, regocijado en la fronda de un olivo. Listz, el divino mago del clave, te hubiera bautizado con una lluvia de estrellas.... ¿ Yyo?... ¡ Infeliz! Un mirlo desplumado... constipado... ¿ qué voy a musitar aquí, que no resulte desazón y torpeza? ¿ Dónde buscar una hoja de laurel que añadir a las sienes del poeta paisano? Pero he de cantar. Mi corazón quiere cantar. Bien o mal, no importa. Es una necesidad cantar en ciertas ocasiones; pues adorando a mi patria, pienso que reventaría mi corazón si no vertiera de Heno sus himnos y salmodias campesinas. ** * lisia azul de placeres!... ¡ Salud, materna patria! ¡ Salud, oh paraíso que dibujó el anhelo de los vates con tenue luz amiga! ¡ Salud! ¡ Que el sol de Mayo, pontífice de estrellas, te unja con el crisma de sus radiosos dones!... ¡ Salud! ¡ La Luna llena de tibio amor... te inunde, fugitiva en la callada noche, de encantos mensajera! ¡ Salud, isla pirámide, ensueño de la magia faraónica, engendrada con fuego planetario, nacida— como Venus— a! reír las olas vespertinas!... ¡ Salud, edén secreto, basado en la marina superficie, atalaya de flores que nos guía del viejo al nuevo mundo!... Te llevo aquí espejada, en mis adentros, con el amor de un beso de ilusiones... con la sencillez pastoril deunhijode Arcadia... con la suave pasión con que encierra entre ápices de miel su aliento virginal una magnolia. De tus lomas veo surgir esa inmarcesible luz zodiacal con que te ornaron las bendiciones de Apolo. Tus fuentes van manando ficciones deliciosas... vírgenes hechas de cristalino gas... que enjugan sus facciones con mirto florecido... se coronan de anémonas danzando anacreónticas.. Tus playas... ¡ Morfinosa ilusión la de tus playas!... ¡ Oh griegas favoritas percepciones!... Yo creo desleírme, sin que pueda remediarlo, en un rosado golfo de sirenas que vienen hacia mí. lYo siento aquí un ambiente de inmensa languidez!... ¡ Brindadme con aroma de manzanas, por no desfallecer! * * El bien... ¡ que se difunda como sol de justicia! ¡ No todo para mil También para vosotros viajeros de otras zonas, hay gracias en mi patria y arrullos en mi cuna, y viandas en mis trojes, y nardos en mis huertos. ¡ Turistas de Germania y del País de Gales! ¡ Venid al finís terrae de Homero y de Platón! ¡ Dejad las frías nieblas del norte entristecido! / Venid a mis campiñas, bogando en lo ideal! / Venid aquí, conmigo bañaos de alegría, sintiendo en torno nuestro el grácil borear de los pinares, donde hacen contrapunto no aprendido la orquesta de avecillas, siempre amena y sonora! Olvidad vuestras ánforas de gélida cerveza. Yo os brindo el agridulce malvasia que heredamos de Chipre. Es un vaso de néctar soberano, fulminante de luces triunfadoras... que presta un calorcillo primoroso... pasional si queréis... ¡ Invención otoñal de Baco amigo que nos llena de térmicos placeres! ¡ Ved las páteras llenas de vinos espumantes!¡ Alcemos nuestras copas a salud de los dioses del Olimpo! ¡ A salud de los genios de la Atlántida, modelados en bronce, exhalando volcánicos alientos!... ¡ Bebamos otra copa de seductor aroma... según piadoso ejemplo de Virgilio y de Horacio... de Goethe, Verdaguer y compañía.'... ¡ Placeres de una copa canariense! ¡ Placeres de isla azull lYo siento aquí un ambiente de inmensa languidez! ¡ Oh nórdicos turistas de las selvas de abetos que venís a mis playas como garzas viajeras, impulsadas del fresco viente-cilio, perforando las nubes cloroscuras! Dejad ya vuestras naves, que es la hora del alba, ¡ que es hora de arribar! Tornad ya los bastones de gruesa caña indiana. Encended vuestras pipas, que imitan fumarolas... / Andemos una legua< tierra adentro!.... / Llenaos de emociones.'.... ¡ Enfocad vuestro " kodak"! / Oh!¡ Detened el paso!... Ved aquí las casitas pueblerinas... Las ermitas que se posan en el nido de los valles... Las irsutas atalayas de la sierra vencedora... Ved en sotos de mimbreras y dz cañas cual se Fugan los arroyos... [ Aquí nace la recóndita fontanal... [ AlH afina el capirote sus decires en el arpa de la brisa.'... Ved los rústicos senderos con linderos de zarzales, de retamas y de agaves... donde cruzan noche y dia jadeantes los garzones campesinos que cabalgan en sus potros... Ved aquí en cercano otero una aldeana de quien tengo referencias... ¡ perfumada yerba- buena, inocente flor tempranal... que a la sombra de un almendro, va tejiendo una calceta de hilo pardo... ¡ Y sintiéndose agraciada, de la vida en plenitud.' Observadla de soslayo... Aplicadle una instantánea... mientras canta a su manera con tonadas guturales los romances de las fiestas en la augusta soledad de los trigales salpicados de poleos y gladiolos... mientras rumia cerca de ella la cabrita melenuda... [ Bellos campos... donde Dios— que es Padre nuestro— hace bodas en los nidos de las aves primerizas]... [ Hace nupcias enlazando los botones de las rosasl... [ Hace el pan de cada dia con harina de centeno en la choza del pastoñ... lYo siento aqui un ambiente de inmensa languidez! [ Rapsodias del amoñ [ Rapsodias de isla azull [ Oh, íuristasl... [ Bien venidosl [ Ya llegó el amanecen [ Ya no hay tiempo que perdeñ [ Adelante sin tardan Viene el alba dispersando las tinieblas, y trazando pinceladas tenues, puras, de una luz blanca y rosada en oriente, va animando prepotente las alturas de una mágica alegría singular, encendiendo el firmamento enamorada, derramando por los ámbitos de suavísimas tinturas la cascada; y postrada de las playas hasta el circulo infinito, diluyéndose perlina, irisada, cristalina, en las ondas de la mar... .' A marchar/ Pues el cielo nos convida con efluvios venturosos, con sus hálitos de vida, con svs brisas matinales, ¡ oh! marchemos presurosos por los prados y colinas, por las peñas, y las márgenes risueñas de las vides y trigales. ¡ Escalemos las alturas al compás de nuestro cántico¡ ¡ Ved los hijos del Atlántico que os saludan jubilosos... que os saludan de mañana¡... Los hijitos que veneran a su madre... lisia azul, que las nubes envolvieron para gloria de su historia, para abrigo de sus flores, con mantilla de oro y tul...¡ ¡ Con mantilla canariense de aldeana! ¡ Adelante sin temores, que tremola a nuestra vista, como lauro de conquista, una fingida amapola, que es el premio del turista¡ ¡ Bello premio, que es divisa del amor de los amores! ¡ Dulce cáliz de las bodas de las silfides isleñas. ¡ Amapola... mi querida, bendecida! ¡ Vivo límpido rubí/ ¡ Flor doncella que con bálsamo de opio narcotizas mis pasiones/ ¡ Roja estrella de encendidas ilusiones¡ ¡ Ven a mi, que guardas plácida como en nitido sagrario, entre pétalos de sangre, el secreto misterioso de un elixir dé vigor! El anémico viajero aproxima a ti sus labios y te aspira como ensalmo de consuelo en su duelo; como símbolo de vida, como emblema de salud y bienandanza, como fórmula de dicha que se atisba en lontananza, que adormece los pesares; como santo vulnerario extraído dd cantar de los cantares, como célico breviario... ¡ El breviario del amor! ( Isla azul, con mantilla de amapolas, de oro y tul! / Qué placer en andar de tus cúspides al mar!... ¿ Adelante sin tardar, oh turistal \ Ya no hay tiempo que perder! Pedro Marcelino Quintaila LAS PALMAS ECOSTADA a orillas del mar Atlántico, que besa sus plantas, cual una preciosísima perla engarzada en el cinturón de espuma con que el Mar Tenebroso ciñe a mi querida isla, Las Palmas, floreciente, activa, industriosa, rica y bella, tiene el clima más delicioso que en parte alguna de la tierra podemos encontrar. Afortunada, más que afortunada ciudad, donde es constante un sol que acaricia y no quema, un perfumado aire cargado de esencias marinas y campestres, un acogedor ambiente de luz, aroma y color, que es vida y es placer, y que recibimos en un continuado anhelo de respirar y de vivir. ¿ Qué tienen tus plazas, playas y jardines, dulce ciudad, que tanto se adentran en el corazón, haciéndolo latir con sentimiento extraño, mezcla de recuerdo y esperanza? Bulle la vida en tu Puerto de la Luz, donde flamean al aire las banderas de cien naciones, y hay 18 PUEBLOS DE GRAN CANARIA un ajetreo de trabajo intenso en tus muelles y en tus calles. Y cae a torrentes el dulzor de la poesía en las puestas solares de tu nunca bien alabada playa de las Canteras, coronada al fondo por el majestuoso Tcide. El sol se vierte en cascadas de luz sobre las tranquilas aguas, donde los niños juegan con barquitos que surcan serenos el espejo del mar. Musita, mimoso, un canto de alegría y misterio el gran Atlante en el regazo de tu seno, mientras las aguas abrazan y se rompen contra el muelle natural de La Barra, jugando en las molduras del Con-fital, donde « entra el mar por bordes y salientes, escúrrese bajo sus arcos de rocas negras y azul oscuro y extiéndese sobre las alisadas por el continuo desgaste del oleaje, como un velo blanquísimo, orlado de encajes de espuma » , según nos describe Concepción Sanjuán en su « Tierra de Guanartemc » . El Parque de Santa Catalina es un alegre rincón, sosegado y luminoso, que las flores engalanan con sus perfumadas esencias, fuertes y olorosas. Lindos senderos, boscajes soñadores, dragos canarios y palmeras elegantes sombrean su placentero recinto. Se oye el cantar de las aves en la placidez de la tarde, unidos al gorjeo de los niños del cercano colegio salesiano, de donde a veces llegan rumores de cantos de alegría, de vida y fiesta. Y en tus viejas plazas, y en tus antiguas calles, y en tus palacios vetustos y abalconadas casas de tipismo singular e ítjtimo, se viv^ la vida inkrior y ca- PUEBLOS DE GRAN CANARIA 19 naria que la calle de Triana, bulkníc y comercial, ignora y olvida. •' Esta es la paz callada... A su dormida ausencia No llegan los rumores roncos de la Urbe en celo; Junto a las torres del Seminario y la Audiencia Mejor parece el aire y es más azul el cielo... Se oye el rumor de los siglos, gravemente murmurando en silencio en estas calles muertas, de arcaicas casas seculares que, « Dentro serán más bellas: habrá tiestos floridos, Y, soto las arcadas, colgantes jardineras; Habrá fuertes pilares de tea, renegridos, Sostén de las crujías y amor de enredaderas. Una clásica ^< pila « con su loza chinesca, Con la destiladera llena de culantrillo Y el bernegal de barro rebosando agua fresca... ( 1) iQué bien lo supo decir el Poeta que en el Parque de Cervantes recibe las saladas caricias del mar que su estro cantaral ( 1) Rosas de Hércules - Libro II « El Barrio de Vegueta » mmmmmmmmmm 11 LAS PALMAS NCANTADORA visión del barrio típico de Vegucta la que Tomás Morales pintara en sus sonoros versos, describiendo el encanto local y primitivo de la ciudad de antaño: « Yo prefiero estas calles serias y luminosas Que tiene un indígeno sabor de cosa muerta; Donde el paso que hiere las roldas baldosas, El rumor de otros pasos, legendarios, despierta... Yo prefiero estas plazas al duro sol tendidas, Que aclamaron un dia los fastos insulares; Donde hay viejas iglesias de campanas dormidas, Y hay bancos de granito, y hay fuentes populares... Frente al mar, en el florido rincón que piadoso recuerdo ofreciera al Poeta, orlado de rosas y enredaderas, menos bellas y perfumadas que las que en 22 PUEBLOS DE GRAN CANARIA -.—^ su rosal florecieran, Tomás Morales parece cantar « al gran amigo de sus sueños^: « Bs una concha inmensa de vividos fulgores; Cuajó al marísmo en ella ¡ a esencia de sus sales, Y en sus vidriadas minas quebraron sus colores Las siete iridiscentes lumbreras espectrales... ¿ Y el mar? Desperezaba alegre los flancos liberados Riéndose al contorno de emerg^ ntis bajíos, O entrenaba sus brios Asaltando el granito c/ e los acantilados... » Si; el poeta de Moya , íJOza de la eternal primavera de sus « Rosas » inmarchitas, frente a su « mar » , que <- le salpica con su espuma liviana » , como al héroe de su canto... * ¡ Quietud del Parque de San Telmo, junto al viejo muelle de caducos recuerdos! Desgrana la música su sinfonía de notas sobre la gama de luces y colores, y un aroma de azucenas invade, en alas de una fresca brisa, sus avenidas, donde hay rincones discretos, bancos tranquilos, rumor de olas, caricia de espumas, motivos de recuerdos de tiempos de antaño y de viejas historias. En la cercana ermita, amor de los viejos marinos, se acumula el sabor del pasado, de gestas atlánticas y de africanas leyendas, cuando los barquitos PUEBLOS DE GRAN CANARIA 23 " Costeros- partían de junto a San Telmo para la vecina costa. Y desde el viejo castillo de S. Cristóbal, guardián del sur, hasta el de La Isleta, del norte, soldados prehistóricos, de disciplina romana, todavía firmes en actitud marcial, la ciudad extiende su cuerpo de sirena, gentilmente culebreando por la ensenada marina, al amor de las olas y de las montañas. Y surgen en éstas las siluetas pardas de sus modernos castillos, bravos hijos de aquellos lobos marinos que en la playa toman el sol, descansando de sus andanzas guerreras. Diríase que al crecer la ciudad hubieron de remontar el vuelo, alzar la vista, siempre vigilantes, bravos centinelas de la isla amada... Y en la Isleta, el faro envía destellos de luz a los navegantes, atravesando con sus puñales de fuego — verdes, blancos, rojos— el aire quieto de las noches serenas y el cristal vidrioso de las tardes de lluvia. Las farolas de los barcos son bichitos de luz que se mueven en las aguas, brillando y reverberando en ellas, jugando con los peces y las gaviotas. Forman líneas de oro brillante, cual los brazos abiertos de Gran Canaria, tendidos al mar, las dos hileras de luces de sus muelles, caminitos de ilusión, sobre el mar y el misterio, donde hay rumores de onda, besos de espumas, chapoteo de aguas claras, dulce brisa, deliciosa melodía de los mares y de los espacios, que se retratan mutuamente en una lluvia de estrellas y luceros. m^ mmmmmmmm LA CATEDRAL IDO de la tradición! Por las lomas pendientes cruzan los alegres sonidos de sus campanas de bronce, que cantara el Poeta e inmortalizara Saint- Saens en un poema musical: Volteó, lentamente, con ásperos chhridos, hirió el mazo de hierro los bordes musicales y cruzaron el aire los vibradores ruidos con un sonoro vuelo de alondras matinales. ( 1) Rebotan en los muros de sus castillos, águilas guerreras que defienden el peñón y avizoran los espacios marinos, extendiéndose sobre el mar azul con que soñara Tomás Morales, y que surcara Colón con sus tres carabelas. ( 1) Rosas de Hércules: La campana a vuelo. 26 PUEBLOS DE GRAN CANARIA La vieja caterlra], lioy ernnta de San Antonio Abad, es grande por la significdción espiritual de su historia ; la nueva, por la grandeza del arte que trazara sus líneas. Cuando repican las campanas, cual en otra plaza de San Marcos de Vcnecia, vuelan en bandadas las palomas, para posarse otra vez en los ventanales abiertos, en la rosa de piedra que Lujan trazara y que es un beso de luz estampado en su hermoso frontis. Y dentro, surgen las columnas acanaladas — ramos de ilusiones— que se despliegan en cimbreantes palmas sutiles, sosteniendo con el aliento de sus ramas el impulso aéreo de la bóveda, donde los Apóstoles que el escultor guíense creara, destacan graciosamente nimbados de clara luz de cielo, sus artísticas formas. Bajo sus graves arcadas, graciosas y elegantes, hay como un rumor de siglos, como un fluir de acontecimientos, que constituyen la historia de Gran Canaria- Ideada por los conquistadores, de grandes pensamientos y mayores empresas, pusieron en ella sus manos los hijos de aquellos indígenas que antes habíanlas empleado en lanzar dardos y arrojar piedras en defensa de su terruño amado... Hay, pues, en sus cimientos esfuerzos de " puros canarios," y oyeron estos cantos, labrados por sus manos, sus gemidos y sus cantares, sus penas por una patria perdida, noblemente amada, y el misterioso acento con que mutuamente, consolándose en su nuevo destino, se contarían las tradiciones venerandas de su isla idolatrada, las que no comunicaban a los extraños a su patria. Y, a través de los años, las generaciones siguientes fueron dejando aqiií algo de su vida, de su arte, de PUEBLOS DE GRAN CANARIA 27 sus sentimientos,,. Diríasc que la Catedral fue hecha por los siglos, y que el tiempo, al rozar, ha ido labrando estas piedras, levantando esas columnas, ramificando esos techos con palmeras de azulados cantos. Cuando la luz se filtra por las hermosas cristaleras — última piedra que los siglos han colocadc en esta obra de todos — un color celeste se expande por los ámbitos perfumados de incienso del espacioso templo. Desgrana el órgano, pulsadas sus teclas por el gran maestro Tejera, las armoniosas notas de su sinfonía celeste, que golpean cual dardos de luz en las paredes, subiendo por las acanaladas columnas, hasta perderse en svis rameadas pencas abiertas, sosten de la bóveda, spnando allá arriba, junto al tambor central, festoneado de luz y de aroma, cual enjambre de pajaritos que en sus ramas anidaran. Y en las viejas capillas— penumbra y quietud— moran los recuerdos de las generaciones canarias, haciéndose visibles al conjuro de los rezos y las plegarias... Hermosas capillas de sereno misticismo, tionde el tiempo ha dejado m\ sabor arcaico, primitivo y dulce. En el viejo banco, de tea de pino canario, fuerte y macizo, de ribeteados bordes y adornos, cual encaje de oro viejo, se sienten felices los que ya viven de imaginaciones y recuerdos... ¡ Hermosa catedral canaria! En el místico ambiente de tus naves se oye el grave pisar de rudos varones de Castilla, el vibrar de ardorosos cánticos de gloria a la de Gran Canaria y a la de aquella inmortal región españolal Cuatrocientas veces se han pregonado tus fastos, Gran Canaria, bajo el sutil tambor de la claraboya 28 PUEBLOS DE GRAN CANARIA de hiz de lu catedral, Cuatrociciilds veces salió de tus arcas el pendón glorioso de la conquista, brochazo de luz blanca y morada, para mostrarse a los isleños, como recuerdo íntimo de nuestros tiempos heroicos. í. Tan sólo la República, que decía traerte libertad, ha volcado el curso de la tradición con un rompimiento brusco y desconocedor de tus grandezas. Síntesis de recuerdos, arca de los sentires, emotiva forjación del espíritu, alma y aliento de tu pueblo ioh bella catedral canaria!, atalaya siempre despierta de la fe isleña, eres el Escorial glorioso de la Isla, como aquél, rico tesoro de arte, de grandezas y recuerdos... iLas airosas palmas de tus columnas de piedra sostienen en alto la heroica grandeza de Gran Canaria! •< n • v f> na r^ e* u o re S tu OA re tare • I 2. SB' o o. re « E, 3o*. tu >< ta. re a. e Í3 o re g 1 - ^ B) re Ci^ 0) d > a o o" > tf a. oB o> re ( 1) 9r0e d> B ei S: ñ' ao-o 1 o. on. u5^ IV COLON - SAN ANTONIO ABAD ¡ N la reducida extensión de este templo se concentra un recuerdo solemne. Colón, en su paso para América, estuvo en el Puerto de las Isletas. Sus carabelas fueron reparadas y retocadas por los carpinteros canarios, y, mientras ellos hacían esta faena, nueva ayuda prestada a la colonización de America, el genio de los navegantes estuvo orando en San Antonio Abad. iSilencio! ¡ El gran conquistador medita en la magnitud de su empresa! iTal vez su espíritu, recogido en la diminuta nave celeste, por do el alma asciende a los cielos, ante el Cristo Sacramentado, para quien quería descubrir nuevas tierras, sacara fuerzas para yu empresa! Bajo el techo del pequeño templo bullen los grandes pensamientos. Un nuevo mundo aparece ante los ojos de Colón, envuelto en los encajes que cubren el altar. Colón ve la cruz de Cristo clavada en las nuevas tierras que su espíritu va descubriendo, y millones de 30 PUEBLOS DE GRAN CANARIA salvajes reciben con la luz de la fe el beneficio de la civilización. El pequeño templo se ha convertido en un fanal donde aparecen tierras nuevas y vírgenes, islas y continentes, dando renovados bríos a Colón en el camino de la gloria. Este sale de orar Por breves y estrechas callc-iuelas abandona el reducido casco de la población de entonces y se dirige al puerto de las Isletas. Sus ojos contemplan de nuevo el mar, el océano que había de ser testigo de su gloria. Una cinta de amarillenta arena se extiende ante su vista, y las pisadas de su cabalgadura quedan impresas en el suelo, hundidas y bien marcadas. Le siguen varios arcabuceros y gente de tropa. Frente a él, las carabelas se mecen graciosas y elegantes, bajólas caricias de un sol que besa y no quema. Sus velas, ya desplegadas, aguardan recoger al gran descubridor para emprender de nuevo su camino de gloria y de ilusiones. La guarnición del castillo sale a recibir y despedir al enviado de Isabel la Católica. Gran Canaria ve partir al genio de los descubrimientos, quien soñaba ofrecer a Castilla nuevos paraísos afortunados, como aquellos que Pedro de Vera y Alonso Fernández de Lugo la habían conquistado. Sobre el mar vuelan las carabelas, llevadas por las lonas que expertos isleños retocaran y compusieran, y dirigidas por los timones que un día fueron robustos troncos de pinos que engalanaban los pinares de Gran Canaria. Gran Canaria había ofrecido su tributo a la gran empresa, y, desde entonces, ofreció siempre su sangre generosa para ayudar a la conquista de América. ¡ Había puesto su grano de incienso a la magna expedición de Castilla y de Colónl V EL CASTILLO DE LA LUZ lENE todas las trazas de un guerrero prehistórico, en- íntimas y seculares amistades con el mar! [ Monumento de la historia, heroico defensor de nuestras playas, que ha visto a su alrededor las ardorosas luchas de nuestros antepasados, que ha vigilado los mares más de trescientos años para defender la isla, con indomables bríos, de piratas y corsarios! Hasta ahora, el trozo de playa donde está se ha conservado íntegro y primitivo... El mar sube diariamente a buscar a su viejo amigo, y éste baña sus pies en el agua salada mientras aquél le abraza y besa con sus ósculos de espuma... Cuando el agua sube, los niños, amigos del anciano, acuden a echar sus barquitos, miniaturas de barcos costeros, moiándose y bañándose gozosos, y alegrando las murallas del glorioso atleta... Las palomitas se posan en las almenas, como voladores recuerdos que brotan del misterio que envuelve al viejo castillo, y los niños hacen cariños al viejo marino de la costa de Las Isletas, arrojando 32 PUEBLOS DE GRAN CANARIA piedras a sus almenas, para hacer volar a las palomitas... Sus paredes llevan impresas el rasíro del tiempo que ha rodado por sus murallones, y éstos muestran cicatrices, recuerdos de hechos heroicos y guerreros. La hermosa leyenda de la lu?. que surgía de sus almenas rondando el confín de las montañas vecinas y posándose como una estrella en la antigua ermita, su hermana— ya ilástima grande! desaparecida--, llena de suave sabor místico sus troneras y los desdentados cuadros de sus almenas de piedra. Es como una viñeta antigua que adorna la primera página de nuestra historia, allí conservada por nuestros abuelos para ilustrar con colores de oro el libro que se abre ante los ojos del viajero que visita a Gran Canaria. Al verlo, los turistas se paran, sacan sus cartapacios, y dibujan o pintan en sus cuadernos las líneas borrosas del guardián de Las Isletas, que un día ahuyentara a Drake, hundiendo en la bahía a dos de sus atrevidas naves, y otro esfallara de corage al ser entregado por la traición de un extranjero al invasor Vander- Doex... El vio la hazaña de Ciprián de Torres, cuando, el cuchillo en los dientes, luchando con las aguas, se acercó a la lancha en que aquel general venía, quebrando su puñal en la malla de acero del holandés. ¡ Cuántos recuerdos, cuántos hechos gloriosos no tiene grabados en su rostro este amigo de los niños, enamorado del mar y las ¡ íalomas, antiguo y solitario centinela de Las Isletas! El genio de los mares, Cristóbal Colón, contempló sus cimientos, y las tres inmortales caravelas se mecieron frente a su silueta parda, cuando el Castillo surgía de la tierra, cual guerrero primitivo, para cubrirse de heridas por la independencia canaria. PuixBi. os DE GRAN CANARIA 33 El anicano llora... Diríasc que presiente su cercana muerte... Clama piedad para sus huesos, en atención al servicio que a Gran Canaria durante siglos prestara... El día que caiga, desaparecerá un recuerdo más de nuestras pretéritas grandezas, habráse cortado un nuevo hilo que nos une al pasado, llenando la vida de prosaicas e insípidas novedades. ¡ El castillo no debe morir! ¡ Es algo típico que hay que conservar para que no todo sea insulsa novelería en la ciudad! VI ERMITAS Y CASTILLOS üUILAS Io5 castillos que cuidan las ciudades! Aguilos son que, desde las altura'^, avizoran los espacios, las indefinidas extensiones marinas y el cielo luminoso de Gran Canaria... En las playas, besadas sus plantas por las saladas aguas, que los arrullan y miman, los viejos castillos descansan, tumbados al sol, de los duros combates, de las arduas luchas por defender la isla. ¡ Son como antiguos guardianes jubilados que merecen compasión y recuerdol En las lomas, los nuevos castillos afinan su puntería, aguzan su vista, vigilan, otean los horizontes. Clavan sus ojos en las olas para arrancar de ellas el misterio que pueda envolver un peligro para la pa- 36 PUEBLOS DR GRAN CANARIA tria, hunden su vista en los cielos, tras nublados y nubes, por si Gran Canaria mereciera otra vez que sus bocas lancen fuego y rechinen sus ruedas metálicas con el estampido sonoro de los cañones... Mientras tanto, saludan cariñosos a los huéspedes y, todos los años, prueban sus fuerzas disparando a distancia, por sobre los viejos castillos jubilados, que tal vez se espanten y alegren de las precocidades y adelantos de sus hijos.... ¡ Pero los antiguos castillos son mis amigosl ¡ Guardan recuerdos, saben historias y oyeron contar temerosas leyendas! Y ellos vieron varias veces surcar naves de moros, siendo su fuerza la que rechazó sus diabólicas acometidas.... Y el Castillo de la Luz, « de la luz llamado por una leyenda de luz y misterio que los viejos cuentan... » , sabe de la leyenda misteriosa de una luz que rodeaba las Isletas, posándose luego en la vieja ermita — su hermana del alma,— y que atemorizaba a los pescadores y marinos, y hasta a los m, ismos rudos soldados que vigilaban sus troneras... Y en la noche silenciosa, el centinela mudo del torreón de piedra veía cruzar la solitaria luz, cual una hermosa estrella, que, besando los picos de los montes de la Isleta, ¡ primitivo faro de Gran Canarial, cual una hostia santa con brillar de luna llena, deja- PUEBLOS DE GRAN CAÑARÍA 37 há < . jer sus firriKi;. rayos sobre \ a vieja errtiilti en que el Deán Bermúdez celebrara por vez primera en Gran Canaria el santo sacrificio... ¡ Oh, dulces recuerdos de los castillos! ¡ Cuántas cosas nos podrían contar si pudieran hablarnos! ¡ Hoy son el amor de los marinos y las palomas!.. ¡ Y los niños juegan con sus barquitos de alas de seda junto al viejo guardián de las íslctas, que parece remozar sus carnes, gozoso, cuando los niños tiran piedras a las palomitas que se posan en sus almenas..! VII ERMITAS Y CASTILLOS II JIEMPOS heroicos aquellos! ¡ Castilla descubría nuevos mundos y sojuzgaba imperios que ofrecía a su Dios, y a su Rey! Sus " tercios" eran invencibles, y sus soldados ardorosos y atrevidos... Se luchaba por la Fe. Sus enemigos lo eran de la religión, y la espada defendía a la Cruz... iLa espada levantaba los castillos para defender la Patria!.. iLa cruz levantaba las ermitas para avivar la Fe! ¡ Ermitas y Castillos! ¡ Cruz y Espada! ¡ Águilas los castillos que vigilan los horizontes de la patria!... 40 PUEBLOS DE GRAN CANARIA iPalomitas blancas las ermitas, que avivan el fne- ¿ , 0 de la Fe!... Por íso en Gran Canaria hay viejos castillos y hay viejas ermitas... Los conquistadores levantaron uno y otra como base de un pueblo. La fuerza de la autoridad, representada en la espada, y la fuerza del amor, representada en la cruz... Y junto al viejo castillo de las Lsletas se construyó la venerada ermita de " la Luz", la del recuerdo y la leyenda. Y donde sentaron sus reales los castellanos de Isabel la Católica, labraron su fortaleza y levantaron un templo: la ermita de S. Antonio Abad. iSon las ermitas como mojones blancos que señalan los senderos de la historia de Gran Canaria! Gando, Las Nieves, La Luz, Santa Catalina, San Antonio Abad, faros de luces en forma de ermitas que los forjadores de Las Palmas levantaron para manifestar su fe. Encierran ellas gratos recuerdos, y fueron el centro vital, como el corazón de los pueblos primitivos... jErmitas y Castillos! Donde se levantaba un castillo, allí había una ermita... Y se erigió el castillo— oratorio de Gando, donde se desarrollaron tan importantes acontecimientos de nuestra historia... Y fué en la ermita de S. Antonio Abad donde Colón orara, con aquella gran fe de descubridor de continentes, antes de emprender su arriesgada empresa a través del Atlántico, PUEBLOS DE GRAN CANARIA 41 Y Uh': Id íTiniía di- la Luz donde el Di'án Ht- nmi-dez levantara por vez primera la hostia santa en Gran Canaria. Y fué en Agaete, que tanta influencia tuvo en la conquista de la isla, donde se erigió otra ermita a la Virgen de las Nieves. Y aún hoy, donde se quiere formar un pueblo, se eleva una ermita... ¡ Pero las viejas ermitas, como los viejos castillos, son nuestros amores! Elias saben de historias, cuentan leyendas, vieron las proezas de indígenas y conquistadores, luchando cada uno por sus ideales... La de S. Antonio Abad presenció escenas de heroísmo, de gloria y de triunfo... Oyó los esplendorosos gritos de Alonso Jiménez: « ¡ Gran Canaria por los muy altos y muy poderosos Reyes de Castilla y Aragón! » , ( 1) grito que repitió tres veces, como broche de oro que cerraba el círculo de los tiempos de conquista... Y ella supo de los afanes de aquellos " bravos hombres de Castilla", y de aquellos " nobles varones de Canaria", por ennoblecer la isla y la ciudad, poniendo los cimientos de su grandeza material y espiritual. Y la ermita de la Luz vio las naves enemigas rodear las aguas, ávida de caer como aves de rapiña sobre sus costas. Y contempló, suavemente mecidas por la brisa, las tres carabelas descubridoras de mundos, besando la luna sus blancas velas. ( 1) [, a Gran Canaria por los muy allos y poderosos Reyes Católicos D. ¡'" ernando y Diia, Isubtl, nucstio- i Stíiiores, Rey y U ¿ \- na lie Cas. i¡ lla y Aragón.>. 42 PUEBLOS DE GRAN CANARIA ¡ Qu « ' se dirían las carabelas y la ermita, en medio de la vasta soledad de las arenas y las aguas, en el misterioso silencio de la noche callada, de ? stas dulces noches serenas del Puerto de las Isletas! Y el oratorio de Gando presenció la ingeniosa estratagema de los canarios para apoderarse del castillo, vestidos con los hábitos de los soldados castellanos para sorprender a sus moradores. Y la ermita de las Nieves vio a Alonso Fernández de Lugo acechando para apoderarse de Tenesor, el rey bueno, el Guanarteme generoso... Viejas ermitas, formadas de luz, de recuerdos, humildes y recogidas, palomitas blancas posadas a lo largo de las costas de Gran Canaria, como mensage-ras de paz y de amor! ¡ Benditas mil veces las viejas ermitas de Gran Canarial VIII VIÑETA HISTÓRICA ¡] YÓ Doramas al enviado de Juan Rejón. Doraraas era el más valiente guerrero de los invencibles héroes canarios... Juan Rejón el enviado de Castilla para someter la isla. — « Os conjuramos— dijo, el mensajero de Rejón a Doramas— que os sometáis a los soberanos de Castilla y Aragón » ... Enardecióse el espíritu del noble guerrero, defensor intrépido de Gran Canaria, y contestó con espartana brevedad: — « Mañana os llevaremos la respuesta » ... Aquella noche, sobre los montes de la isla aparecieron hogueras ardientes cual el valor de aquellos isleños indomables, y los guerreros de Gáldar, los 44 PuERi. os DE GRAN CANARIA de Tíidc, lo.' i de lodd la isla, acuiiiefon [¡ roulo a la llamada... Jamás habían sido vencidas sus huestes impetuosas, ni el extranjero había puesto su pie en son de guerra sobre la Gran Canaria sin que los descendientes de Artemí Semidán, vencedores de Bethencourt, le hubieran hecho probar los amargores de una derrota... Y allí estaban, al amanecer el día, sobre las montañas que rodean a Las Palmeas, donde hoy se levantan los modernos castillos, para defender, como éstos, con el ímpetu de su amor y valentía a la patria y por la patria de Gran Canaria, el terruño amado. Reión prepara la defensa... Su corazón se torna precavido, sabedor de la invencible furia de los hijos de « Tamarán » o « País de los Valientes, » como los mismos insulares llamaban a su isla. Aguarda parapetado en sus trincheras, en el fortín de S. Antonio Abad, a que aquel nublado descargue su primera tormenta... Los isleños esperan impacientes... Desean ser acometidos para probar el valor de sus brazos robustos contra las espadas y las flechas... Pero, ante la prudencia castellana de Rejón, se enardece el amor patriótico de los canarios, y bajan, como una tempestad humana, arrolladores c impetuosos, a atacar el Real de Las Palmas, donde los esperaba el castellano. Generalízase la lucha... Pelean los " guayres" con su acostumbrada bravura, frente a las flechas y por entre los caballos de PUEBLOS DE GRAN CANARIA 45 Castilla, sin temor a las picas y arcabuces enemigos, y bajo el seguro fuego de la artillería de los invasores. ( 1) Aliéntanse mutuamente los indígenas con sus aji-jidos bélicos, lanzando con puntería infalible sus dardos, que abollan corazas y abren corazones... La espada de Adargoma, espada de tea de los pinos canarios, es más fuerte y temible que las aceradas de Toledo. Arrogante y fiero, manejando con inimitable destreza su tizona invencible, ábrese paso él sólo por entre la caballería enemiga, cuyos jinetes caen malheridos bajo los caballos, desventrados por aquella especie de furia guerrera de Adargoma « espaldas de risco » , como significa su nombre en canario antiguo... Doramas ordena la lucha.. Entrase por entre filas de enemigos, que su espada deshace, no conteniéndose ni ante la artillería que dispara certeramente. El héroe Maninidra obra prodigios de valor... Tazarte, Bentaguayre, Antindana, la flor y nata de la valentía isleña, los más temibles y famosos « Guai-res » de Gran Canaria quieren probar la incontenible heroicidad de los isleños. Juan Rejón cúbrese de gloria. Sus soldados demuestran su valentía. Rodrigo de Solórzano resiste con ardor las acometidas de Adargoma; Fernández de Lugo prueba su nunca desmentida fiereza en la pelea; el Deán Bcrmú-dc?., al frente de la caballería, maniobra con coraje anhelando el triunfo. ( 1) « Tenían la ventaja ( los castellanos) de pelear con las espaldas resguardadas de las murallas de su campamento, a que se añadía., las " piezas de artillería" y los caballos.. » ( Viera y Clavi-jo, Libro II, Batalla de Guiniguada). 46 PUEBLOS DE GRAN CANARIA La lucha está indecisa... Varias horas llevan en la más dura refriega, y aún se pelea esforzadamente, se acometen con arrogancia y temeridad. Frente a frente dos razas heroicas: la bravura in" domable de Castilla, frente al invencible heroísmo de los pechos canarios, de Gran Canaria, de Tama-rán, País de los Valientes. — Aquel canario — dice Rejón a sus acompañantes— aquel isleño que acomete solo al ala izquierda acabará con nosotros... ¿ No veis cómo desbándan-se nuestros escuadrones ante el irresistible ímpetu de su espada de tea...? Y, seguido de los suyos, mostrando el pendón real de Castilla Jáimez de Sofomayor, como quien muestra todo el valor y el tesoro de la Patria, Rejón se avalanza contra Adargoma, fiero y enardecido... Aquella inesperada acometida suprema del jefe castellano fue el comienzo del fin de la batalla de « Guiniguada » , como se conoce en la historia esta celebre lucha entre invasores e invadidos. La lanza de Rejón, arrojada con todo el ímpetu de su caballo en desenfrenada carrera, atravesó el muslo de Adargoma, que cayó malherido, haciendo crujir el suelo con sus espadas de risco. Desarmóle rápido Sotomayor. Doramas, al ver caído a su mejor guerrero, convencido por primera vez en su vida heroica de que podía haber una tropa más fuerte o tan valiente como la suya, ordena a la isleña hueste dejar el campo de batalla, en espera de mejor ocasión y más próspera fortuna, y rehacer sus fuerzas... Así fué, indecisa la victoria, aquel primer encuentro entre Castilla, la Conquistadora de mundos, y Gran Canaria, la Indomable, Batalla del Guiniguada Frente a frente dos razas heroicas: la bravura indomable de Castilla, frente al invencible heroísmo de los pechos canarios.... ( P. 46) IX VISION DE CONJUNTO NTERESANTE visión magnífica la de la isla cuando va a ocultarse el sol...! Desde el mirador del Puerto de la Luz— de Las Palmas no se puede apreciar, por ocultar las montañas vecinas la vista del cuadro — se distingue en estas tardes claras y luminosas,— loh, dulce suavidad encantadora de la luz que irradia el sol sobre Las Palmas!,— la aerea y clevadí-sima silueta espiritual del Teide, lejos, muy lejos, cual una pirámide de cristal, que yergue su elevado perfil ardiente sobre el tranquilo espejo sin fin— reflector de los rayos de oro del sol poniente — del Atlántico... Junto al Teide, en un escenario más próximo, la que parece su miniatura perfecta, la gentil montaña llamada de Guía, o de Gáldar, pues ambas ciudades se asientan, bellas y soñadoras, al cuidado y vigilancia de esa artística montaña geométrica, labrada a cincel —{ obra de primitivos Atlantes!— en el 48 PUEBLOS DE GRAN CANARIA risueño y hermosísimo valjc que forman las zonas cultivadas de ambas poblaciones. En línea, algo más cerca todavía, la montaña de Arucas, atalaya esbelta, poblada de árboles, desde donde se admira la incomparable visión de las costas norteñas, en las que el mar y la tierra se aunan en I) erfccta armonía para ofrecernos los más sorprendentes cuadros e inimitables paisajes... íQuc bellas y qué sorprendentes por lo encantado-ramente hermosas las perspectivas de color, de ambiente y de luz que presentan estas costas norteñas de Gran Canaria! Más al fondo del cuadro se adivinan las blancas, risueñas y atractivas poblaciones de Firgas,—- junto a su montaña que desde aquí distinguimos, con sus " aguas" y su inigualable Barranco de la Virgen,- y Moya, que guarda los restos de la que fué admirabilísima " Montaña de Doramas", cuyas reliquias quedan en los celebérrimos Tilos y en las arboledas del caserío y palacio de San Fernando, donde fabricó su morada el héroe isleño, general Tomás Morales, cual queriendo habitar la tierra que un día fuera dominio del gran Doramas, el más grande de los gran canarios, como si las almas gemelas se buscaran para admirarse y comprenderse mutuamente. Tras estas líneas primerizas, colúmbrase lejos, por sobre los altos picos y montañas, el perfil de una parte del pinar de Tamadaba, el cerro de aquel lomo elevado que se destaca, como una triangular muralla ingente, frente a los pagos de Juncaliílo y Barranco Hondo... Sus crestas están serruchadas por los dientes que figuran los pinos, y el sol pone coloraciones singulares en este monte, incendiando el pinar con sus torrentes de luz el disco brillante que se derrite... Sigamos con la vista hacia la izquierda, en esta visión poética de la isla en los explendorosos atardece- PUEBLOS DE GRAN CANARIA 49 res canarios, y veremos las iiubes cabalgando sobre el lomo de caballo que forma el Pico Ossorio... ¿ Qué imán nebuloso tiene esta montaña que casi siempre está tocada, como mujer canaria, con una blanca mantilla de nubes...? Hoy aparecen teñidas de fulgores de oro, dando resplandor a los castaños del bosque de Teror, donde el sol pone tintes subidos de matiz rosado en las cogollas, en que cantan y anidan los pájaros canarios, entonando sus endechas, las más finas armonías de sus gargantas argentinas, al sol que se pone majestuosamente tras la pirámide cristalina del Pico Teidc... Y atrás, más atrás, unos cuantos pinos gigantes, que vistos del Puerto parecen monolitos, destacan sus cabezas esbeltas sobre el inclinado declive de un cerro que corta el lomo de caballo del monte Ossorio— al menos visualm€ ntc—, y parecen saludar al sol como dignos competidores suyos, en esta hora solemne en que todo es sublime y grande en la hermosa y nunca bien alabada naturaleza de las Islas Afortunadas. A su lado presentimos la sima de un volcán, la " Caldera de los Pinos de Gáldar", hosca y negra, donde parece que estos gigantes de la naturaleza se asoman, únicos que pueden soportar sin vértigo aquella visión de la isla en esta hora, en aquel balcón solemne de la loma en que está la caldera, y ante la terrorífica hondura negra del hoyo volcánico, que se deshace en picón negruzco y resbaladizo... La " Montana Negra", de oro en esta dorada visión del momento, se levanta como un verrugón brotado en las carnes de Gran Canaria- Más acá, más cerca al sur, en el descenso que forman las montañas de uno y otro pimto cardinal, en el ^ entroncamicnto de las dos gigantescas alas 4 50 PUEBLOS DE GRAN CANARIA de la inmensa y monumental águila posada sobre el Atlántico que semejan formar las dos partes en que al mirarse desde el Puerto aparece dividida la isla, se distingue el monolito del Nublo, dedo de hierro que marca al cielo como a fuente de esta belleza que extasiados contemplamos... Sí nos colocáramos sobre su base... [ qué vistas más grandiosas no sorprenderían nuestros ojos! Veríamos el sol hecho ascuas volcar sus ríos de luz, matizada por el vendabal de encaje de unas nubes transparentes, sobre el mar de riscos, tempestad de montañas, tormenta de la tierra en ebullición de peñas y monolitos, que forman los paisajes de verdad atlánticos, superiores, únicos, de aquella parte de Gran Canaria, sublime a fuerza de ser terrorífica y desgarradora su naturaleza. Los Pechos, más a la izquierda, nos señalan el punto más alto de Gran Canaria. El Saucillo, proa de un barco de hierro, de esos antiguos barcos guerreros, levanta su cabezota cuadrada por entre riscos y honduras. Una cruz, grato ex- voto de navegantes canarios, remata su altura santificando la sublimidad del momento y del paisaje. Al bajar de la curva que hace el ala izquierda de este águila colosal de Gran Canaria, aparecen los modernísimos y elegantísimos barrios de las Tafiras, como un desfile de casas, sobre verdoso tapiz, que une la ciudad de Las Palmas con los interiores de la isla... Todavía una montaña, la de la Atalaya, elévase como centinela de hierro de los pueblos y los valles... Ya al final del ala, la tierra se introduce en el mar, y es pluma fina del águila real de Gran Canaria, magníficamente posada sobre el mar Atlántico, mirando de hito en hito al sol que la baña de oro, luz y colores, en estas encantndorns, inimitnblcs y sublimes puestas solares » X ARUCAS | S la ciudad más rica, más industriosa, más activa de Gran Canaria, excluyendo a Las Palmas. En el orden agrícola, posee una riqueza de cultivos que hacen de su zona la más interesante en el aspecto comercial, alcanzando la inmensa vega de Arucas extensiones magníficas, y siendo soberbio el aspecto impresionante de este riquísimo valle. En el orden artístico, se vanagloria Arucas, y puede sentirse orgullosa, de la perla arquitectónica de su nueva iglesia, lo más destacado que en nuestra patria se ha concebido en materia de arte en el siglo presente. En el aspecto cultural, tiene Arucas una buena red de escuelas nacionales, el celebrado colegio de S. Juan de la Salle, al que asisten niños de toda la isla de Gran Canaria, y otro de religiosas para niñas. Si pasamos al aspecto histórico, es conocida la importancia que para la conquista y rendición de Gran Canaria tuvo la famosísima batalla de Arucas, 52 PUEBLOS DE GEAN CANARIA entre las huestes isleñas, dirigidas por Doramas, y las tropas de Castilla, mandadas por el general español Pedro de Vera. En este combale singular, en el que se enfrentaron cara a cara los dos héroes: el de las cumbres bravias, Doramas, y el caballero de Isabel la Católica, Pedro de Vera , el indomable valor generoso de los hijos de Tamarán fué vencido por la astucia de los leones de Castilla Doramas murió noblemente, guerreando por su patria, y ennobleciendo esta tierra de Arucas con su sangre de héroe El ínclito e invencible " guaire" pidió ser bautizado antes de morir, habiéndosele administrado este sacramento sacrosanto con el agua cogida en una fuente cercana, y usando para ello el " casco alemanisco" de uno de los soldados castellanos... ¡ Asi mereció morir aquel héroe, terror de los invasores y alma del pueblo canario! Rodean la ciudad de Arucas lindos pagos, blancos y atractivos, que están como sembrados, formando un Belén de Nochebuena, entre los barranquillos, lomas, llanuras y costas de aquella hermosísima vega aruquense. Cardones, Transmontaña, Trapiche, Cruz de Pineda, Bañaderos, S. Andrés, Pagador, forman la nivea y argéntea corona de la inigualable hermosura de la ciudad de Arucas. Forman sus casas un bello y armonioso conjunto, presentando un golpe de vista magnífico cuando se la contempla desde la carretera de Las Palmas, pues destacan de perfil y a primera vista las elefantes, altas y artísticas at^ ujas de su iglesia parroquial, remontadas en los aires milagrosamente, labradaj? por PUEBLOS DE GRAN CANARIA 53 un estambre de fino y sutil encaje de piedra azul, arrancada a las canteras de la misma ciudad. Si penetramos en este templo sagrado, grandemente bello, y extasiamos nuestra vista en la contemplación de su maravillosa elegancia interior, con sus columnas acanaladas, sus atrevidos y a la par delicados arcos, con sus cristaleras de luz y colores, sus bellísimas imágenes y su segundo piso circular, modalidad interesante de la arquitectura religiosa en nuestra isla, quedaremos fuertemente impresionados de tanta belleza, tanta armonía, tanta elegancia y tanto arte Es el templo aruquensc solamente por si solo una incalculable riqueza espiritvial que ennoblece la de suyo floreciente y hermosísima ciudad de Arucas. Si subimos a sus finísimas torres, deslumbraran-se nuestros ojos con el más indescriptible cuadro que ojos humanos puedan soñar. Culebrean los últimos rayos del sol sobre la extensísima alfombra verde de los platanares inmensos. Son éstos un apretado y cerrado ejercito, cuyas huestes alcanzan de mar a monte, cubriendo cuanto la vista puede vislumbrar. Por entre el verde mar de platanares cruza la cinta de plata de la carretera, y vuelan sobre sus verdes ondas las palomitas de las casas campestres, amables y acogedoras. La ciudad se extiende por el lomo del Cerrillo como una fuga de casas que huyen... El mar azota fuertemente las acantiladas costas, poniendo brochazos de blancura semiviva, al romper de las espumas de las olas, en este cuadro, obra maestra del Divino Artista. La luz se quiebra en sus moléculas con brillar de arco- iris, y el mismo aire parece un prisma qiae divide y cromatiza la luz, aromatizada juntamente ' ^ , , PUEBLOS DE GRAN GANARÍA I por el suave y grato aroma, riquísimo perfume de oro, de los plátanos Refléjase la luz en las grandes maretas, en las represas inmensas, en los pozos humildes, pupilas de esta tierra bellísima... íGran Canaria mira al cielo con los húmedos ojos . bellos de sus tanques, espejo de las bellas nubes! Arucas reúne toda la belleza suprema de estas tardes luminosas de Gran Canaria...., y deslumbra con la maravilla de sus encantadoras puestas solares, aumentadas por el cuadro grandioso de su bellísimo y ^ obre toila ponderación hermoso paisaje. a. ^ O S. ar r> • u S-C - O < K O S c sr S2. O 2 2. a tí S. a, S. O DI t 3 3. - Bl O " O o " O 5 q S. a •< P- ? J 01 N XI G U IA I bella y hermosa es la ciudad de Anicas, no menos hermosa y bella es la ciudad de Guía. Asentada sobre un lomo, presenta a nuestros ojos un agradable conjunto de casas blancas, unidas estéticamente, con armonía y arte, y apretadas alrededor de las dos elegantes torres de su iglesia. Es el tipo clásico de ciudad de Gran Canaria: por el regular trazado de sus calles, por su antigüedad y origen, por su pulcritud... No es de las anteriores a la conquista; pero sí inmediatamente posterior: la ciudad de los conquistadores- Sancho Vargas Machuca construyó la primitiva ermita, poco después de terminadas las sangrientas luchas por la dominación de Gran Canaria, — en las que Gáldar, y su Guanarteme, jugaron un papel decisivo —, y la ciudad se fué formando, elegantemente, en aquel promontorio que surgía en la entonces Anzofé, con elegancia castellana, con orgullo de dominadora... 56 PUEBLOS DE GRAN CANARIA ¡ Parece que ai'm conserva el j^ esto de su española arrogancia, y la caballeresca etiqueta cortesana de los conquistadores! Silenciosa y pacífica, es una viva estampa de ciudades canarias. El viajero que viene de Las Palmas a este pueblo culto y laborioso, descubre primero con la vista la ciudad hermana de Gáldar, fundada en la misma extensísima vega de Guía, rival de ésta en todos los aspectos de la historia de los pueblos... Pero antes llega n Gin'a, ciudad de bien trazadas calles, magnífica plaza poblada de árboles, buenos colegios, y una tradición de cultura, siendo muchos los hijos ilustres i| ue a Gran Canaria ha ofrecido la simpática ciudad nc^ rteña, graciosa y pulcra como un cristal. Su templo no desmerece en nada de la ilustre ciudad, embellecido y enriquecido por el cariño de los guicnses, y por la simpatía que los Párrocos de Guía han prestado a su iglesia, principalmente el llorado y tan querido del pueblo Dn. José Martín Morales, que durante 22 años rigió los destinos de esta parroquia. Pero lo que eleva de punto el valor artístico de su templo y de toda la rica ciudad, gentil y armoniosa, es el estro artístico de su gloria predilecta: Lujan Pérez. Enriquecen los altares de su templo parroquial varias preciosísimas imágenes salidas de las manos de oro de este artista guíense, honra y prez de toda Gran Canaria. La imagen de nuestra Sra. de las Mercedes, que Guía venera en uno de los altares de su iglesia como una joya de inapreciable valor, y que el insigne escultor regalara como ofrenda de su amor a su ciudad natal, a la parroquia de Guía, es una obra digna de contemplarse. PUEBLOS DE GRAN CANARIA 57 No $ e comprende cómo de un tronco de fosco pino canario, haya podido el escultor ir arrancando, con sus cinceles de luz y su celeste inspiración, una sonrisa, una divina elegancia, aquel conjunto armonioso y sobrehumano, como si la misma Virgen bajada de los cielos apareciera a nuestras ojos, risueña y amable, sobre nubes y ángeles: ángeles de sonrosadas íaccioncs y caras redondas, coloradas, como la de los niños de los campos de Guía, de donde Lujan tomara sus modelos... Cuando el viejo maestro Ratista, tradición viva de Guía, pulsaba las teclas del valiosísimo armonium, una brisa celeste penetraba en las ricas naves y devotas capillas, como torrente de divina claridad luminosa, en forma de angélica armonía, formando coro a la inspirada sonrisa arrebatadora de aquella bendita imagen, obra maestra del gran maestro de la escultura en Gran Canaria, que el amor y el cariño hicieron más bella, pues el fxiego del corazón del artista fué hablandando con más facilidad la dureza de los pinos de las cumbres bravias de Gran Canaria. Las imágenes de Lujan Pérez enriquecen notablemente los altares de este templo, de recogida quietud. En el altar mayor, rica e n joyas y mantos, aparece la imagen vcncradísima de Santa María de Guía, Patrona de la ciudad, que celebra su fiesta con lujo de detalles, anhelando superar siempre a su rival vecina, la ciudad de Gáldar... Los guienses repiten con fruición la leyenda de que la santa imagen no quiso pasar del lugar llamado '' Abercón de la Virgen", haciéndose pesadísima 58 PUEBLOS DE GRAN CANARIA cuando llegaba a este sitio para ser transportada a Las Palmas..., demostrando así su gran amor a esta ciudad encantadora y riente. Frente a la iglesia que guarda la joya de la más estimable obra de Lujan Pérez, el inspirado artista, lia levantado Guía un busto a este imaginero que tantas imágenes hizo. Permítasenos decir que si fuéramos a medir la gloria de Lujan por el recuerdo que su ciudad natal le ha ofrecido, sería este busto una muy pequeña expresión de su artística grandeza... Pero alabemos el hecho de que un pueblo de Gran Canaria haya honrado asi a un hijo, aunque sea con esto poco, porque la sensibilidad isleña es más honda que aparente, y no acostumbra a exteriorizar sus afectos colectivos. Pero Guía le ha dedicado su mejor calle, y conserva un religioso cariño por este hijo ilustre. Otra gloria guíense fué el célebre canónigo « Gor-dillo » , diputado por Gran Canaria en las celebérrimas cortes de Cádiz. El autor de este libro debe dedicar un recuerdo al maestro Francisco Artiles, que enseñó durante tres años en esta ciudad, y en este breve espacio de tiempo llevó a cabo la enseñanza de toda iraa generación guíense, que recuerda con cariño sus enseñanzas y su celosa actividad en pro de la cultura. La vega de Guía es de una hermosura impresionante... La vista se pierde en la interminable extensión del valle fecundo, rebosante de plataneras. PUEBLOS DE GRAN CANARIA 59 lil gusto, el arte, la profunda vida aj^ rícola de esíe pueblo se manifiesta en sus maravillosas y cultivadas tierras, donde no hay un palmo de terreno sin que crezca en él una planta. Guía es otro verde mar, en el que el pueblo flota como nave guerrera, con los mástiles enhiestos de sus dos esbeltos campanarios. Cuando el sol refleja sus rayos en las cristaleras de sus casas, al atardecer, semejan focos reflectores de un potente navio... que navega en el mar de la abundancia, que para Guía representa la incalculable riqueza de sus e. xtensos platanares... Pulcra y luciente ciudad, empinada en un lomilo, de agradable vista y perspectivas, que parece copiar de la montaña que frente a ella se presenta con toda la elegancia suprema de sus formas esmeradas y elegantes, la acicalada* pulcritud y limpieza con que se nos entra en el alma, toda blanca, como nna rosa abierta a los vientos y las brisas, perfumando el tendido verdoso de la vega de Anzofc, avizorando el mar, centinela de las olas; y mirándose en el espejo de su cielo azul, que parece cristalino para reflejar la elegancia y la aristocracia de formas de esta ciudad, perla del norte, desde donde irradia sus destacados colores luminosos de inteligencia, organización y vida, sobre los pueblos, los valles y las campiñas de esta parte de la Isla. XII GÁLDAR I juzgáramos de la importancia de un pueblo por su historia, Gáldar llevaría la palma entre todos los de Gran Canaria. Ninguno como el tuvo tan decisiva influencia en la historia de la isla. Antigua capital, cuando Gran Canaria era " Tama-rán", País de los Valientes, vio llegar a la corte de sus " Guanartemes", los Reyes Canarios, embajadas honrosas de las naciones más poderosas de la tierra. Las famosas expediciones que Príncipes y Reyes enviaban a explorar el misterio encantado de las islas que ocultaba un Mar Tenebroso y un volcán de fuego, venían a ofrecer sus respetos a los monarcas de Taraarán, cuya corte era la ciudad de Gáldar. Y son los Fenicios, y más tarde los Cartagineses, y luego los Romanos, y también los Árabes, quienes envían embajadas a las Islas, para conocerlas y descubrirlas. Ben Farrouk, al frente de sus huestes árabes, atraviesa estas llanuras en el año 999, después de haber dado nombre a la bahía de Gando, y viene a saludar al Guanarteme Guañanga...., 62 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Los Árabes irán después pregonando por el mundo civilizado la generosidad isleña, y la magnificencia de aquella " cámara regia" de Gáldar, reparando, admirados, " en lo pulido y labrado de sus maderos, y en el ajuste de sus tablones de tea muy juntos, y con tal orden dispuestos y curiosamente pintados, que a primera vista parecen ser todos una pieza ," según más tarde escribía maravillado el P. Sosa. ( 1) Y son luego los trece españoles náufragos del buque de Francisco López, regiamente atendidos por el noble pecho isleño... Y el aventurero florentino Angiolino del Tegghia le rinde homenaje en nombre de Alfonso IV de Portugal. Los humildes hijos de S. Francisco vienen más tarde a predicar la doctrina de Cristo, y el Guanarte-me los recibe amablemente, permitiendo su convivencia con los subditos de Tamarán. ¿ Y quién no recuerda aquel corazón fuerte y generoso que latía en el pecho del Guanartcmc a quien sus vasallos llamaron " Tenesor el Bueno"? En cierta ocasión, cuando una nutrida expedición de portugueses había desembarcado en la isla, en plan de guerra, fueron acorralados en un cerco que en estas llanuras los canarios tenían... AIK hubieran perecido, si el noble y piadoso gua-narteme no se deja coger prisionero, para que su libertad fuera el pago de su rescate.... Y al bajar la cuesta Silva, para volver a sus bajeles, el brazo de hierro del canario valiente sujeta al ( 1) Vcrneau califica de " bárbaros" a los que destruyeron cs( e palacio, que durante muchos años se conservó en üáldar ¿ Seguiremos mereciendo este dictado, acabando con los pocos restos que nos quedan d^ la antigüedad? PUEBLOS DE GRAN CANARIA 63 tímido Silva, jefe de aquella expedición, quien temía una emboscada entre aquellos espantosos precipicios. Lo mismo hacen los restantes isleños. El nombre de la cuesta eterniza el rasgo generoso... De allí en adelante, Tenesor empuñará una espada sobredorada, regalo de Silva, y éste " promete no tomar las armas contra nación tan noble y generosa como la de los canarios". Estando en Lisboa, tuvo más tarde ocasión de pagar la nobleza isleña, protegiendo a un centenar de desterrados canarios llegados a aquella ciudad.... El Guanartcme sufrió una conjuración, vencida por su valiente actitud generosa frente al traidor descubierto. Si fuéramos a reseñar la historia de Gáldar, nos saldríamos de los moldes de esta obrita. El impulso patriótico de aquellos hijos de Ta-marán pasó a los nuevos descendientes, ya españoles, y levantaron aquel templo de Gáldar, de graves y severas líneas, de robusta proporción, de semi-obscuras naves y capillas, que guardan el valor auténtico de la sangre generosa de los canarios primitivos. El templo de Gáldar, de magnífica fachada, de color de hierro, es como la expresión hecha piedra, el monumento vivo de aquella valentía canaria de " guayrcs" y " guanartcmes", cuya generosa nobleza heredaron los nuevos fundadores ( k- la ciudad moderna, hermosa y elegante, 64 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Los árboles sombrean la circular y artística plaza, de pacífica quietud isleña, como si conservara el silente y grato recuerdo de sus grandezas... Pueblo laborioso, honrado, histórico, ha tenido siempre buenos hijos que aman su patria, que ennoblecen su ciudad. Hermano de Guia, rival en sus glorias, parece ufano de la importancia de su nombre en la historia patria. Sus calles ostentan nombres genuinamente canarios, de savia y reciedumbre isleña, y sus vegas son modelo de cultivo, al cuidado de aquella ideal pirámide de la montaña de su nombre, mirador de los horizontes, torre de su vega, que creyera se; artísticamente labrada a golpes de cincel por los valientes guerreros de Gáldar... En la quietud silenciosa de las noches serenas, cuando la luna pone reflejos de plata en las charcas y las maretas, y las palmeras de los altos de Guía se mecen y columpian— gigantes que se besan— el recuerdo de la histórica importancia de este pueblo prende en el aire esencias de gloria, perfumes de valentías, resplandores de grandeza, luz de pechos generosos que se sacrificaron por su pueblo, alientos de fe y de lucha por una patria libre, grande, digna de " Tamarán" y de Gran Canaria. XIII AGAETE JUCHO influyó también este pueblo en la historia de la conquista. Hacen algunos derivar su nombre de " Gaeta", pequeña ciudad de Italia, cercana a Roma, por unos italianos que en tiempos pretéritos llegaron a la isla y construyeron allí un oratorio o castillo, especie de casa fuerte, al que llamaron, y llamaban también los isleños, Roma. Otros dicen que de " agua" provino " agüete", Agaete..; tal vez, por la abundancia de aguas ferruginosas, " agua agria", que Agaete encierra en su verde e imponderable " Valle", por excelencia llamado así... Lo cierto es que tuvo mucha parte en la primitiva historia canaria. El caballero jerezano Pedro de Vera desembarcó aquí con tropas recién venidas de España, para cooperar a la ardua empresa de dominar a unos isleños amantes cual ninguno de la independencia de su tierra. 66' " • ' * PUEBLOS DE GRAN CANARIA Aquí construyó un torreón, utilizando el edificio antes citado que los canarios llamaban Roma. El primero de Febrero de 1482 ancló en el Puerto de Agaetc una escuadra capitaneada por el arrogante Hernán Peraza, quien desembarcó sus tropas, entre las que se contaban setenta bravos lanzaro-teños. Venía Peraza a sufrir un - castigo impuesto por la Pnna Isabel de Castilla, a causa de la raucrtp que los subditos Gomeros de aquel habían dado al primer general de la conquista, Juan Rejón... Estas fuerzas reunidas lograron el éxito más resonante, en una noche triste para la causa de los primitivos canarios. Enterado FcrnánJc?, de Lugo, lugarteniente de Vera, dé que el Guanartemc había venido a pernoctar a Gáldar, una noche en que las huestes canarias se batían con las de Pedro de Vera en las cumbres, valióse de la soledad y el sigilo de la noche para rodear con una buena cohorte de lanzaroteños y castellanos la casa- cueva donde el Rey descansaba, ; •^, . y' : • ': Sorprendido éste, sin tiempo aiín para empuñar la espada sobredorada que Silva le regalara en recuerdo de su agradecimiento, sucumbió a la astucia española.. ^ . Desde entonces, " Tenesor el Bueno" llamóse Don Fernando Guanartemc.., Los Reyes de España fueron sus padrinos, y ayiidó eficazmente a la empresa de acabar la ya prolongada lucha por la rendición de Gran Canaria. Estos recuerdos aumentan la importancia histórica de este pueblo de Agaetc, cuyo preciosísimo PUEBLOS DE GRAN CANARIA 61 Valle de S. Pedro es tan conocido como universal-mente alabado... Es una amplia cuenca entre bloques enormes de macizas montañas, do crecen los pinos, cuyo verdor y perenne floración intensa lo hacen un rincón afortunado de estos ya afortunados campos y paisajes canarios... La naturaleza extremó allí su lujosa vegetación... Un frescor agradable baja de las cumbres bravias, y una brisa confortante penetra en el valle desde fl cercano mar. Bien cultivados huertos, agua abundente, casitas de ensueño, un pueblo o pago de preciosa estampa, unos campesinos generosos y amables, como lo fueron los primitivos canarios, he aquí algo de lo mucho y bueno que este primoroso y hermosísimo valle contiene. íTendamos la vista desde el nuevo y estratégico Hotel Guayarmina, dulce nombre bellamente canario, y contemplemos a nuestros pies toda la hermosura impresionante de este valle sin igual..! Un color azulado envuelve en cendales de misterio la vega extendida. Los altos roques alargan sus cabezas monolíticas, mascarones de proa de un fantástico barco guerrero, sobre el hondo valle, todo armonía y ensueño, temblando de emoción el ramaje siempre verde, fuertemente oloroso, de los pinos robustos.... Las palmeras se elevan con airoso perfil elegante, meciéndose suavemente como pendones de gloria y mástiles de ilusiones.... Todo es bello, todo respira grandeza y luz de cumbres en este valle delicioso. Desde la alta sierra bajo el agua ferruginosa, que horada las rocas c impregna de color de hierro las 68 PUEBLOS DE GRAN CANARIA cuencas del barranco, para venir a saltar, jubilosa, hecha fuerza y salud, en las tinaias del Balneario. ¡ La montaña robusta produce agua de férreo sabor y fuerza! Diriase que el licor, exprimido, de los ardientes y robustos pinos, de sus raíces hondas y resinosas, brota en la viva peña, convertido en « agua agria » , ferruginosa y azufrada.., como la expresión más justa de esta naturaleza grandiosa y digna, gratamente hermosa y grandemente florida... El pueblo es un lindo conjunto de casitas, junto a su iglesia, amplia, no exenta de serena belleza y clásicas líneas... Pero la alegría de los hijos de Agacte son < Las Nieves » . Cuando su fiesta llega, el pueblo arde en regocijada algarabía... Los pescadores lucen sus flamantes tcrnos de « marineritos » , azules, planchados, para llevara su Patrona, en dos filas, con el mayor al frente... más orondo, flamante, más planchado, si cabe, que los pescadores vestidos de niños... ¿ Quién les quita ese regocijo? Son los amos... Disponen, discuten, ordenan . ¡ la Virgen y su ermita es de ellos! ¡ A. ellos se les apareció la imagen, según viejas leyendas cuentan... Más de ima vez les ha sacado de apuros y tormentas, lo que atestiguan los cx- votos, los barquitos primorosos que las paredes de la ermita santa ostenta..! Y al llegar al pueblo, las campanas vuelan, los « voladores » estallan, los fuegos repercitten con sonoridad inigualable, las lágrimas corren pov los, rostros de aquellos marinos curtidos al sol y al PUEBLOS DE GRAN CANARIA 69 aire, que no lloran cuando las bravas tormentas azotan su barca... ¡ Cuántas veces los marinerltos saldrán a la pesca, desafiando la mar, solamente con el pensamiento de esta fiesta, que baña sus espíritus de fuerte hu de cielo, de divino gozo, singular e infantil! « ¡ Las Nieves » de Agaete es una de las pocas fiestas de verdadero tipismo isleño que nos quedan...! XIV MOYA Moya corresponde en Gran Canaria la tradición poética... Bajo las frondosas arboledas de su famosa " Montaña," el " divino" poeta escribió las más elengantcs estrofas de sus versos... El arpa lírica de Cairasco, inventor de los esdrújulos, arrancaba a la selva las sonoridades más armoniosas de su sinfonía de ramas, pájaros y luces, color y claras fuentes de límpidas aguas. Su estro cantó la " Selva" umbrosa, aquella que habitó Doramas, y Tomás Morales, el guerrero canario que inmortalizó a España en América, escogió para descansar..., labrando un palacio en medio de la " Montaña Deleitosa," como la llamó Via-na. ( 1) ( 1) ..." Doramas valeroso,— Señor de la Montaña Deleitosa, Que celebra en sus rimas y bucólicas— La heroica pluma del divino Ergasto."— Viana, Canto II: Antigüedades de las Islas Canarias. 72 í> UEBLOS DE ORAN CANARIA Moya se ufana de su tradición lírica, de la especialidad de sus paisajes, de sus " selvas," antaño sobremanera frondosas, de inigualable belleza, hoy conservadas en parte en la famosísima zona de Los Tilos, restos de aquella incomparable " Montaña de Doramas",— fecunda y florida, de innumerable variedad de especies e incalculable diversidad de pájaros cantores,— que canta Cairasco: " Eres el bosque umbrífero Que de Doramas tiene el nombre célebre, Y aquestos son los árboles Que frisan ya con los del Monte Líbano. Y también: Aquí sustenta Apolo sus laureles Su enamorada yedra Cipriana, Mercurio antiguas hierbas, y noveles De gran virtud, para la vida humana: Los altos Tilos verdes capiteles Con mil diversos árboles, Diana, Y tu sagrada Palma, tanto subes Que tienes competencia con las nubes." « « * Era natural que aquí naciera el " Poeta", autor de las " Rosas de Hércules"... Moya es el país de las Rosas..., de la floración, de las selvas y de la frondosidad... Moya dio a luz al Poeta..: suyo es...; aunque Gran Canaria toda se vanagloria de su numen ardiente y de sus cadenciosas y rítmieamente sonoras estrofas. ¡ Armonía, armonía! 2 f^ a n^< t/) ' i i ^> Bo> l - ^ 0- • o i « ^ 9 —; B> o VI o e> oa^ « ; * O o Bl 5 eBnl -" <- « O d d a Bl -< •- » O* 1M t* f& il Oi (^ a" da 3 1 Bl D* *—• < rsí Bl » í W O. Bl a w (^ V) • rooa * • ' • e> VI K 3" n— nd 1 — > 01 >- » Bl 3 oV9 Vi 3" Bl N O sBl a (^ f O v> H • O"- • Cft « t O Vi ( « B) A d ro Bl a" n O S • o Bl ' B* l 2 ( S* S o BaT Ba< l roe. P5 a 01 cu x> a n Bl J3 Bl n t(^ Bl n O ' Zi " ^ ? N • í^ ^ 6) 8 O >* O. Csftr ) 5 W O en 01 0> O. ( « ma- H n ss n o-o. n B> Bl CA ' « S o. K Bl " 4 O s o en ex Bl P* ; O ^ Bl en re d >- n Bl S Bl & 10 tí 1 - ^ " 1 Bl g. ñ" 0^ 13 I- di ñBl ' re re • o Bl SS* cu re Bl en t O en Bl en i ex re i_ rf Bl oa PUEBLOS DE GRAN CANARIA 73 iHe aquí lo que Moya encierra en sus campos, y lo que Tomás Morales, el luchador de la pluma, no el guerrero, engarzó, como la joya más preciada de su patrimonio, a sus inmarchitas y perfumadas " Rosas"..! Y si Lujan ofrendó a Guía la mejor obra de su arte, ¿ no habría de mostrar su amor a Moya el " ülto poeta",.., todo afecto y emoción...? De sus mejores estrofas, de los más inspirados versos de su vena lírica es su " Tarde en la Selva", I oda luz y encanto. Sin duda que los rescoldos de aquella " Montaña" que él contemplara en sus doradas ilusiones de niño, en la plácida quietud de estas tardes de los campos de Moya, produjeron el milagro de aquellos versos, ecos de luz y de armonía,.., y de dolor por la selva perdida... Oid el cantar, todo emoción, del Poeta: « Tarde en la selva. Agreste soledad del paisaje, decoración del rayo de sol entre e/ ramaje y lento silabeo del agua cantarína, madre de la armoniosa tristeza campesina... ¡ Tarde en la selva! Tarde de otoño en la espesura Del boscaje, en el triunfo de la arboleda oscura, Bajo la advocación de las copas sonoras Y el plácido consorcio de las dormidas horas. » ( J) ¿ No parece que estas estrofas han sido esculpidas para expresar bellamente las dulces tardes del agro moyense, cuando el sol invade sus selvas, po- ( 1) Tomás Morales: Rosas de Hércules. Libro II: " Tarde en la Selva". 74 PuEBLoá DE GRAN CANARIA nicndo armonías luminosas en el ramaje espeso de la arboleda florecida? ¡ « La armoniosa tristeza campesina » ! ¡ Brochazo que pinta todo el bello sentimiento, hondo, algo triste, evocador, como todo lo que siente de veras, de esta naturaleza canaria, que parece un trozo del perdido paraíso, cuyo recuerdo entristece y torna fuertemente sentimentales a los hijos de las Afortunadas! Y Tomás Morales sigue cantando a su " Selva": ¡ Oh paz! ¡ Oh último ensueño crepuscular del día! El ambiente era todo fragancia; atardecía, y la lumbre solar en fastuosas tramas quemaba en las florestas su penacho de llamas. Todo el bosque era un hálito de aromas peculia- ( res; las hojas despertaban sus ritmos seculares, y bajo ellas, soñando y a su divino amparo, la música frescura del riachuelo claro que el salto de una roca transformaba en torrente: Cabellera brumosa, donde, divinamente, Ilustró el arco iris con siete resplandores la fugaz maravilla de sus siete colores... ¡ Los campos de Moya, sin duda, dieron color y armonía a estos sentidos versos del Poeta! Y el estro ardiente y vigoroso del Poeta de Moya PUEBLOS DE GRAN CANARIA 75 se desgaja, como las copas de los árboles, por el 3o-lor de ver morir a los colosos de su selva: « De pronto, en el silencio, un golpe temeroso Atraviesa el recinto de la selva en reposo... ¡ Es el hacha! Es el golpe de su oficiar viole nto Que, bruscamente, llega, desolador y cruento... Y los viejos del bosque, los viejos de alma fuerte Temen, presentidores de una uniforme suerte; Y hay en sus copas trémulas como un sollozo huma- { no, Como un plañir de preces por el perdido hermano... Heridas por la muerte sus savias vigorosas, Ved, como el triste extiende sus ramas temblorosas... Aun en el aire, un punto, gira alocado, incierto Y raudo cae de bruces sobj^ e el camino: ¡ muerto! ( 1), En su parte material, el pueblo de Moya es pulcro como una tacita... Es escogida estación de veraneo, y ordinaria estancia de las colonias escolares de Gran Canaria; ( 1) Rosas de Hércules: Id, id. 76 PUEBLOS DE GRAN CANARIA y se asoma al risco de un barranco, como viejo gua-narteme que añora las andanzas épicas... Tiene un hálito de modernidad, que contrasta con los recuerdos de su vieja historia, y deseos de cultura, que encauza y fomenta con generales elogio. s el benemérito secretario Dn. Jnan González. sS. Fernando, Corvo, Fontanales, toda la jurisdicción de Moya es amenísima e interesante. Este último pago, en la avanzada de las cumbres, es un bellísimo rincón isleño, de carácter campesino, y con su estampa de vigoroso tipismo, une el frío de las medianías, con sus neblinas y medias tintas, y el sol de las recias alturas, con sus luminosidades y amplias perspectivas... En su parte heroica, el recuerdo más grato de sa historia es Doramas. Este insigne guairc, famosísimo guerrero de Ta-marán, valiente hijo de este " País de Valientes", habitó la selva de la Montaña de Moya, y de su nombre llamóse y llámase a ésta, " Montaña de Doramas". Todavía se conserva la casa- cueva de este héroe... — al menos así lo dice la tradición—, y es una soleada vivienda entre riscos, y sobre el barranco de La Virgen, o Azuje. Está en un pintoresco rincón, al borde del precipicio,— junto a otras casas- cuevas, albeadas y limpias, que acogen a los que tal vez son restos de la raza valerosa...,— y es habitada por una familia isleña, que vive en lo que fué palacio de Doramas. ¡ Los grandes corazones buscan y aman las cosas grandes...! Primero Doramas, más tarde Cairasco, luego el general Morales, habitaron la selva brava y fecunda, para encontrar algo parejo a sus ansias de grandeza y de gloria... Yo me figuro al héroe de Moya,— por aquí venció Dorama a las tropas castellanas—, penetrando en PUEBLOS DE GRAN CANARIA 77 este enmarañado bosque, después de sus brillantes acometidas a los invasores, para descansar el espíritu, más que el cuerpo, de las duras faenas de la pelea... iSobre los lomitos vigilan las guardias, los centinelas y espías traen avisos, y acechan las tropas que están dispuestas a marchar al combate! Cuando las hogueras incendian los montes, silencioso grito de guerra de las cumbres canarias, las huestes que acaudilla el ínclito guerrero marchan, veloces como un rayo, a defender la patria... Ya en Arguineguin, ya en Gáldar, ora en Telde, ora en las orillas del Guiniguada, en la cuesta Silva como en Gando, las tropas aguerridas del héroe de estos campos siempre están en la lucha. Por eso Doramas mereció ser Rey. Y donde el sistema de Gobierno era una Monarquía hereditaria, Doramas, im pastor, más tarde « Guairc » , o jefe de tropa, fué elegido « Guanarteme » , Rey, por su. valor y su arrojo, por sobre las viejas leyes canarias y costumbres de Tamarán y del reino Teldense. ¡ Parece que se oye el bélico caracol marino, resonando trágico bajo el tupido laberinto de la selva virgen, y que convoca a la lucha a los guerreros..! Ajijidos y cantos bélicos resuenan, clamorosos, como rugir de un torrente, cuando las falanges isleñas marchan al combate, ebrias de la guerra. Doramas va al frente de la atrevida hueste... El héroe respira fuerza y valor, y su rostro briHa con los destellos que da la decisión y el arrojo. [ Tamarán! ¡ Tus hijos marchan al combate, surgiendo, bravos, de la « Montana de Doramas » , con el héroe a la cabeza, y como fieros leones que saben acometer y triunfar..! ¡ De esos valientes brotó el nuevo retoño de la raza de la Isla, entroncada en la vieja rama de la robusta gente de Castilla! < l « tQ ei ¡ 3 O a tC u M tí 0s . s 1 n es o « 1 tf F ^ s tí D tí O 5 s* ( « ( B O a0 p ; i ' TI 1 9Q ai 1 1 ff 5* 2 { Ü a VI tí ( » 1 O* I - - Bl i 1 W f^ £. 2 tí oo. 5< g* fr K XV FIRGAS EXOSTADA sobre un lomito, Firgas presenta la belleza de sus casitas blancas, sobre el fondo verde de la vega florecida y ricntc. Risueñamente hermosa, tiene un nombre sonoro, un clima de fama, unos bellísimos pagos, como palomares de nítida blancura, bandadas de palomitas posadas sobre el césped frondoso de las montañas, a orillas de los torrentes y los arroyos... Su vieja iglesia es un oasis de paz y mística quietud, en el ambiente sereno del pueblo, todo atracción y acogedora tranquilidad. El antiguo convento de dominicos, junto a la parroquia, fundado en 1613, ofrece sus desvencijadas galerías, con sus típicas y frailescas persianas, y con su diminuto claustro, donde todavía parece revivir la paz conventual de los monasterios, y oirse el ligero rumor de las sandalias, junto a un pozo que destila humedad y suave tintineo de aguas... En el hueco de una escalera está incrustado, como inmemorial recuerdo, una pequeña imagen de S. Do- 80 PUEBLOS DE GRAN CANARIA mingo, la que tal vez colocaran allí un día los frailes con devoto regocijo y piadosa procesión, y que nos queda como la estampa añeja que al acaso se encuentra en un libro que ha visto rodar los siglos... ¡ Parece que la quietud conventual, dormida en el claustro, tiende su manto de silencio y mansedum- bre por todas las calles del pueblo...! Los frailes parecen cruzar, invisibles, con sus remendados hábitos y su talego de limosnas, el quieto recinto de las callejas empedradas, silenciosas... De viejo son conocidísimas y umversalmente renombradas las " aguas" de Firgas... El agua agria, acida, de cualidades curativas, tiene en Firgas su máxima manifestación, dentro de la isla de Gran Canaria, tan rica en fuentes minerales... Penetremos en el llamado " Barranco de la Virgen"... Uno, dos, tres, cuatro, cinco, y más manantiales de agua acida brotan en la cuenca de este tan famoso como bellísimo barranco. Dos de ellas se aprovechan; y se exportan, convenientemente embotellada m. iles de litros, de estas aguas saludables y confortantes. A la antigua " agua de Firgas", del primer aprovechamiento comercial de la isla en este aspecto, se ha añadido hoy la novísima « F'uente Nueva » , que recoge y aprovecha el abundante chorro hirviente que brota de una viva peña en un rincón del barranco... Varios siglos, aquella agua que nadie podía beber de bruces en su naciente [ tanta es su fuerza!, se perdía en el cauce del Barranco, de la Virgen, mezclada, apenas nacida, con las aguas que discurren por el mismo... PUEBLOS DE GRAN CANARIA 81 Hoy, esa agua pregona las excelencias de Firgas y de Gran Canaria por todas las partes y en todos los pueblos... Hay un punto del barranco que los campesinos gráficamente llaman: " Las Madres". iMadrcs del agual Todo este barranco, sumamente florido y de ex-pléndida y abundante vegetación intensa, es como la madre de las aguas..: brotan por todas partes fuentes y manantiales, de agua acida, de agua dulce, de agua ferruginosa, y se oye como un murmullo de cristalina armonía, música suave de aguas que corren, saltan las peñas, y murmuran perennemente, llenando de suave encanto místico estos parages scmi- soli-tarios, donde vivieron nuestros primitivos antepasados..., y donde enterraban a sus muertos, como si arrullaran su eterno descanso con la acordada sinfonía de las aguas sonoras, gratamente límpidas y fuertemente bulliciosas, con sabor ácido y de hierro, arrancado del mismo corazón de esta tierra, toda belleza, ensueño, natural grandiosidad y sin igual hermosura... Porque aquí, en las " Madres", hay un cementerio de canarios... Son tumbas de piedras, abovedadas, con sarcófagos así mismo de cantos labrados. Los pechos canarios reposan en aquellas tumbas seculares... Los seguidores de Doramas, cuya famosa selva llegaba a estos rincones, encontraban adecuado reposo en este barranco, lleno de poética y solitaria belleza. Unas tumbas de piedra son los verdaderos tributos a unos pechos de acero y unos corazones de hierro, valientes y atrevidos... El agua arrulla la eternal quietud de los restos 82 PUEBLOS DE GRAN CANARIA que dejaron aquellas almas nobles, grandes, entusiásticamente amantes de su terruño isleño... El " Barranco de la Virgen", asi llamado porque fué patrimonio de la de Teror por luengos años, es bcllisimo... Todo él está cultivado, los árboles abundan, las vertientes que lo encajonan se empinan altamente, hasta casi perderse de vista, asombrando con sus riscos y precipicios, en- los que a lo mejor apercibimos algún canario que " coge tunos" con su " rueca" de caña, pendiente de un invisible punto de apoyo; colgado al-parecer del alto y feísimo risco, como si fuera uno, de aquellos ágiles y atrevidos hijos de Tamarán.., todavía escondido en las cuevas del precipicio ingente. Y si seguimos el curso del barranco, llegaríamos a Valsendcro, y al pasar más arriba encontraríamos una desbordante floración de árboles y manantiales, avaramente encauzadas las gotas de éstos, como si fueran oro, o perlas preciosas, por pequeños canales que las juntan al canal madre, rebozante de liquido huidizo y bullidor... ¡ Con ser tan pintoresco y hermoso este barranco, cuando él se enfurece temen los campesinos la suerte de sus tierras!... Las destroza, las levanta, se las bebe y come este monstruo del barranco en furia... Las casitas del hondo cauce tiemblan si el fiero salvaje, aparentemente manso, convierte en ira su pacífica mansedumbre... PUEBLOS DE GRAN CANARIA 83 Cuando el barranco ruge, la tierra gime, las peñas se desploman, los animales huyen despavoridos, o son arrastrados hasta el mismo mar; los campesinos lloran sus sudores deshechos por la locura indomable y cruel del barranco en celos de furia y arrebatadora agonía Pero esto sucede pocas veces Porque el barranco es dulce, como el canario, afable, risueño, atrayente... Pero cuando su pasión se impone, es fuego de volcán, invencible ardor que irresistiblemente empuja y arrastra.... ifiel reflejo del quietismo típico del campesino isleño! * » Firgas posee toda esta belleza natural, que comparte con Vallescco y Moya, los tres pueblos hermanos que se discuten la posesión del barranco de la Virgen... La carretera va penetrando estos parajes indescriptibles... Lugares de verdadera y expléndida alegría de la naturaleza, hecha agua, verdor, flores y árboles, recuerdo y sentimiento La expresión más fiel es el mismo cantar, lleno de dulzura y sonoridad, de la folia, cuyo dulce son repercute con agradable eco en la cuenca de vegetación florida de este preciosísimo Barranco de la Virgen, lleno de recuerdos: « [ Folias, tristes folids... Alma dzl pueblo cdnario; Voces de << guanchesy> que suenan Todavía en estos camposl.,'^ XVI TEROR UE pueblo, de Gran Canaria puede pedir para sí, con más títulos que Tcror, el de ser el. depositario genuino de la verdadera tradición canaria? Ninguno le supera en " motivos de emoción", en poseer más notas de intensa sensibilidad en el haz de nervios que forman el conjunto sentimental de la isla. Porque, aunque otros pueblos sean mayores en extensión y habitantes, hayan tenido más importancia en la historia p, rimitiva, contengan más riquezas materiales, y aunque alguno tal vez le supere en belleza de paisajes, con ser tan hermosos los del valle de Teror, ninguno le aventaja en influencia moral y eficacísima sobre el resto de los pueblos de Gran Canaria... El nervio espiritual de los pueblos, como el de los individuos, es el más sensible e influente en los actos, ya individuales, ya colectivos, afectados por ese motivo superior. Y Teror lleva en esto la ventaja. Porque la Patro- 86 PUEBLOS DE GRAN CANARIA na de las islas de Canarias Oriental es como el centro de la sensibilidad del isleño, el punto de do vienen y en donde convergen los senderos de nuestra historia, el entronque de los hechos gloriosos de Gran Canaria, el compendio de su vida, que gira en torno a este " pinar santo" do apareció la itnai? en bendita. Podríase decir que así como la " fiesta del Pino" lo es de la Isla, y acuden a ella de todos los pagos y rincones, en regocijados grupos, atravesando a pié y de noche las cumbres y las carreteras, con la alegría que produce esa fiesta en toda Gran Canaria, así también el factor " Virgen del Pino" se encuentra unido y sumado a todos los hechos importantes de nuestra historia, como si el " pino santo" fuera el árbol do se posan los acontecimientos de la isla, y hubiera recogido en sus verdes gajos toda la gama de la espiritual armonía de los pueblos de Gran Canaria, y el encanto de su belleza material, con sus pájaros, sus flores, su sol, sus fuentes, sus bosques, y las verdes praderas tapizadas de esta " Isla Azul" del color y de la luz... Toda la hermosura material de Tcror, con sus encantadores barrios, sus indescriptibles perspectivas luminosas de intenso color y variedad, con el damero inmenso de sus cercados, divididos y en plena flcra-ción, con " su agua agria" de fama, su puente secular, sus arboledas extendidas, restos de grandezas pretéritas, con sus lindas casitas y estético conjunto, sus calles empedradas, de sabor arcaico y grato, sus " monasterios" ejemplares,— el uno de severa y antigua estampa, el otro de risueña y moderna arquitectura, bella obra de arte—, con sus " campos oliendo a PUEBLOS DE GRAN CANARIA 8? tomillo y sus monasterios oliendo a incienso"; con ser tan extraordinaria su grandeza natural, de paisaje y campos, bosques y barrancos, que culjren geranios y ñameras, es sin comparación mucho mayor su importancia moral, en este afortunado paraíso de Las Cananas... Y todo esto se lo debe a la Virgen del Pino... Allí donde no había más que un bosque, sesteo de ganados y pastores, apareció la luz misteriosa que brillaba sobre el " pino iluminado", descubriéndose en él ima imagen sagrada de María, la misma que hoy veneramos, entre prodigios y raras manisfesta-ciones de la naturaleza; y se formó un pago, luego un pueblo, que conserva la pura tradición de Gran Canaria, la más típica representación de la " Isla Nueva". Y aquella luz divina del pino del bosque primitivo que atemorizaba a los caminantes y pastores aún antes de la conquista, hasta que en 1481 el obispo Sr. Frías se acercó a ella, encontrando la risueña imagen,— con dos dragos injertados en el pino, formando arco heléchos y culantrillos, alimentados de la misma savia resinosa, sobre una " peana de mármol jaspeado", de rara hermosura y materia, desaparecida misteriosamente después de la caída del pino, caída que se realizó en circunstancias también providenciales y misteriosas—; aquella luz de la leyenda, que infundía temor a los pastores canarios, se ha trastrocado en faro luminoso, que atrae y vivifica, iluminando con resplandores de gloria, de amor y de fe a Gran Canaria, sus pueblos y sus campos, su_ s valles y sus montañas, sus cumbres bravias y sus pinares extensos, su historia toda, que se desliza junto a este pino santo de la tradición y la leyenda... 88 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Y la piedad levantó un hermoso santuario, preciosa concha de oro que encierra la perla de la imagen aparecida en t'l Pino; los siglos la han enriquecido con bellos mantos y riquísimos tronos, las generaciones aclaman sus milagros y ofrécenla sus votos; los Reyes de España la han invocado y bendecido, honrado los gobiernos con títulos y honores extraordinarios, llamado los canarios en sus calamidades, amargtu'as y contiendas guerreras,— en AMca contra el moro, en Cádi:; contra los franceses, en América contra los enemigos de España ; y en las faenas de la pesca los bravos marineros la veneran, pues su imagen es carga obligada y dulce de los barquitos pesqueros que desafían las olas y el mar... ¿ Qué momento isleño no está invadido por este sentimiento profundo del amor a la Virgen del Pino que arde en el corazón de todos los Gran canarios? lY en las grandes calamidades públicas, en las ocasiones de emoción histórica, el pueblo canario traía a su Virgen a Las Palmas, en larga y devota procesión! ( Veinte y dos veces han contemplado los campos el paso de esta Reina por los valles, que, « con sola su fígvra, vestidos los dejó de su hermosura..] » Estas venidas a Las Palmas eran causa de popular c intenso regocijo. La imagen descansaba en la ermita de San José del Álamo, ya destruida, y al amanecer, el santo titular de la ermita acompañaba, ¡ santa cortesía!, a la imagen en su largo camino. En la raya de S. Brígida recibíale el clero con PUEBLOS DE GRAN CANARIA 89 cruz alzada, y todo el pueblo acompañaba, con sus santos, la venerada imagen. Igual hacían las parroquias de Arucas y S. Lorenzo, por cuyas respectivas jurisdicciones pasaba la Virgen del Pino... Al llegar a la raya de Las Palmas recibíala la oficialidad del Castillo del Rey, mientras éste anunciaba a la ciudad entera, con el sonoro estampido de sus cañones, la llegada de tan ilustre huésped... ¡ Repicaban entonces las campanas de todas las iítjlcsias, subía alborozado el pueblo, entre gritos y ajijidos de entusiasmo, a encontrar a su celestial Pa-trcma..! En la ermita de S. Justo y Pastor se hacía entrega protocolaria de la imagen a la ciudad de Las Palmas, comprometiéndose ésta, representada por su alcalde, y en presencia del Cabildo y Regidores, y bajo acta notarial, a devolver a Teror tan estimado tesoro. Sólo entonces, bajo esa promesa formal, cruzaba la imagen de la Patrona de Gran Canaria las calles de la ciudad, siendo llevada a la iglesia matriz de S. Agustín, donde los frailes del convento honrábanla suntuosamente; marchando después en triunfal procesión, precedida del Santo Cristo de la Vera Cruz, a la Iglesia Catedral, bajo cuyas bóvedas y elegantes arcos desbordábase el entusiasmo del pueblo canario, en arranques jubilosos de vivo y devoto fervor. De idéntica manera volvía la Virgen del Pino a su templo, atravesando, procesionahnente, los campos risueños de Gran Canaria, que el hálito blando de su verde manto iba llenando de hermosura y de color, irisidas flores de la tierra, los lomos y los valles, para festejar a tan distinguida Pasagera. 90 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Teror, su Virgen, sus campos y bosques, sus monasterios, su historia, su influencia tradicional en la de Gran Canaria, merecía para ser dignamente alabados un libro aparte, exclusivamente suyo... Contentémonos con haber dicho algo tan sólo de lo muchísimo y bueno que de este pueblo, su templo y su imagen, decirse pudiera... Teror es como el corazón de Gran Canaria. De allí se difunde la savia vigorosa de la fe, y los latidos de este corazón repercuten en todas las extensiones de la isla, como si ésta fuese un manojo de fibras cuyo centro nervioso estuviera en el pino santo... De la Aldea a Las Palmas, de Agaete o Arguine-guín, de uno a otro pinar, de un lomito a otro, de barranco a barranco, todo pregona y manifiesta el amor de los Gran Canarios a la Virgen del Pino, la protección de la Madre de Cristo a los isleños, la influencia en sus costumbres, el poder misterioso de María, bajo la advocación del Pino, sobre los corazones de los hijos de Gran Canaria. La vida religiosa de Teror es intensa, y el ascetismo de la Isla tiene su máxima manisfcstación en el viejo convento de clausura- arca de ancestrales virtudes canarias, con su gran capilla y altar de blancas paredes, solas para Dios, como las religiosas-, y en el templo parroquial, nido de la piedad colocado en medio de los valles, con que hace juego el vetusto palacio episcopal, de vieja estampa y fachada, y los árboles de su alameda, que guardan los antiguos recuerdos en sus trémulas copas...; y en el convento de las Dominicas, tan canario, bello y moderno, alegre, como si compendiara en sí todo el perfume de los campos... ¡ Teror debe su fe a la Virgen del Pino... l PUEBLOS DE GRAN CANARIA 91 Gran Canaria la conserva por su intensa devoción a esta imagen de María, y puede decir como el pueblo que la venera, lo que la copla: « TM Virgen del Pino es mía, Que en el pinar me la hallé, Cogiendo ramos de pinos Para su hijo Manuel... y' XVII VALLESECO N grito de júbilo se escapa al viajero al llegar a la's alturas donde se asienta el pueblo de Vallescco. Mirando hacia atrás, desde la « Fuente de Zamora, » en invierno, húndese la vista en aquel gelatinoso océano de nubes que, frecuentemente, oculta a nuestra mirada el lindísimo valle de Teror, La neblina, reina del paisaje, abre un vacío blanco, indefinido, como un piélago de nivea espuma, a nuestros ojos... Si nos lanzáramos sobre ese abismo, nos parece que caeríamos muellemente sobre una montaña de plumas. El frescor nos penetra fuertemente... La tierra húmeda tirita de frío, al contacto de aquella veste de trasparencia cristalina, ropaje de seda de la naturaleza. La hierba matiza, esmaltada de flores, el risueño alfombrado verde de la pradera. Allí donde el sol pone un brochazo de luz, sobre 94 PUEBLOS DE GRAN CANARIA el ramaje verdoso de un castaño, un canario trina las delicadas armonías de su garganta de oro. iQuc bello este baño de nubes, confortante y grato! Nos agrada porque es lo opuesto de la ciudad... Allí no hay nubei' blancas, ni fresca tierra empapada de rocío. ¡ Qué penetrante la caricia suave de estos imperceptibles hilos de seda, de cristal y agua, que nos rozan y atraviesan con invisibles cortes! Pero, de pronto, el vacío insondable se llena..- de luz y color. A medida que las nubes lo vacían, cae sobre el hondo valle, donde se dibuja el caserío bien trazado de Teror, una lluvia de numerosas perspectivas, de casitas, huertos, árboles... Oyese el cantar del campesino, los mastines ladran, el pájaro cruza piando, anudando en el aire, con aéreos puntos, las trayectorias curvas de su vuelo; balan las ovejas, cuyas esquilas saben a gloria, a poesía bucólica, y mugen las vacas que aran lentamente los cercados. iSe ha descorrido ante nosotros el velo mágico de la neblina, y, como en el diorama de un impresionante y natural kaleidoscopio, vemos aparecer el telón corrido de los promontorios frontc-rizoz y el cambiante vario de los huertos frondosos! ¡ Qué bello este paisaje hondo, de alfombrada pradera verde y lindas casitas blancas! íEn el centro del telón inmenso, el caserío, el santuario, los monasterios, las alboredps...! ••^ ií-:. '•• up •< fj-^- V^' - AW « { A ^ ífc ~ i3^ g'-- i/ í^ 9^ rí^^/ ÍS^ i^ wwmm^^ ' Valleseco de quieta y mística serenidad silenciosa, con su templo, todo blanco, como un cisne sobre el verde explcndoroso de la naturaleza de estas medianías ( P. 95) PUEBLOS DE GRAN CANARIA 95 En la era cercana, los niños juegan contentos, en coro cantando la popular copla infantil: Llueva... ¡ qué llueva! Porque la Virgen, Está en la cueva... Y repiten a coro; ¡ San Isidro, labrador, Quita el agua..., pon el sol! Y acentuando las finales, repiten con jubilosa alegría: Los pafarillos cantan, las nubes se levantan... ¡ Qué si, qué no! ¡ Quita el agua, pon el sol! iEl pequeño caserío que forma el casco del pueblo de Valleseco es encantador! ÍDC quieta y mística serenidad silenciosa, con su templo, todo blanco, como un cisne, sobre el verde cxplendoroso de la naturaleza de estas « medianías » ¡ Simpática estampa de pueblo tranquilo y apacible, de acogedora franqueza y agradable paz...! El culto escritor y Doctoral de la catedral de Las Palmas, Dr. D. Tomás Ventura, forjó y publicó unos años hará varios preciosos sonetos, sintetizando, en la concreción de catorce endccasílabos, toda la hermosura Hrica de los pueblos de Gran Canaria... 96 PUEBLOS DE GRAN CANARIA :-— A Vallescco dedicóle el siguiente, publicado con el seudónimo de Félix de Montemar, y que compendia, como una estampa poética, toda la belleza íntima y campestre de este pueblo: « ¡ Pueblecito cimero y trepador Que escala los peldaños de la cumbre, Para bañarse en su celeste lumbre Y embria^^ arsc en las , qlorias del Señor! ¡ Su vida es un idilio encantador, Hecho de paz, de fe, de mansedumbre; Ama la tradición y la costumbre Y reza con ascético fervor..! ¡ Le dan las aves música y arrullo, Las fuentes cantarínas son su orgullo, Se arropa en hopalandas de arboleda: Y si el rigor canicular le hostiga Acaricia su sien con mano amiga Un aura mansa, susurrante y leda...! [ Esta es la viva expresión de Valleseco..! Añádese a ésto la variedad y belleza de sus barrios. El de Lanzarote, el más cercano al pueblo, conforme subimos hacia las « cumbres » , es como un gran jardín. Las casas están ocultas por los frondosos castaños y las fecundas higueras, por los nogales de verde brillante y los manzanos floridos. Las rosas se entrelazan con los humildes geranios) :—: PUEBLOS DE GRAN CANARIA 97 embelleciendo los catninitos, senderos de ilusión. [ Zamora, Monagas, Sobradillo, Carpinteras, Tro-yanas, Caserón, Madrclagua, Somacall ¡ Hermosos rincones! iCómo alegran estos paisajes de traza bien definida, cuadros de color subido, de brillantes combinaciones y matizadas tonalidades, que la luz varía en infinidad de sombras y luces, recalcando la natural belleza con los colores de estas tierras hermosas, de fina humedad penetrantel Oid sobre la cogolla de un árbol al pájaro canario, con su piquito de oro ensalzando las maravillas de Dios. íQué música más pareja con la hermosura de estos campos! iVed cómo desgrana su inimitable sinfonía musical, cayendo sus notas sobre la acequia jubilosa y sobre el ramaje verde, por do resbalan, hasta caer en la tapizada alfombra de la pradera: [ lluvia de gotas de luz que ilumina el suave terciopelo de las rosas, los geranios y las margaritas! iQuc música más acordada, qué variedad de tono, qué filigrana de canto! [ Ora despide un chorro de notas jubilantes, altas, como límpido brillor de metal...; ora su místico rezo, ensartado con una variedad de tonos y matices que hace increíble la potencia acústica de su garganta de fuego, donde se forjan las caldeadas notas de luz y armonía; ' ora lanza un elevado y rápido rocío de perlas sonoras, surtidor de música; ora un suavizado gorjeo de tonos medios, recobrando resuello para enviar de nuevo la triunfante algarabía de su pico de oro! T 98 PUEBLOS DE GRAN CANARIA iTodá la honda variedad de paisajes canarios es recogida por el cantor vcrdi- amarillo de las selvas solitarias! Formando tono con sus trinos, el agua bulle en los cañaverales de los barranquillos, se desliza suave entre las ñameras, riega los cercados repletos de buena y abundante cosecha, cae sobre una peña, con sonora y festiva música cristalina. Subamos a la acequia de Arucas, tendida sobre el filo de los riscos que caen hacia el " Barranco de la Virgen", en la vertiente de este profundísimo cauce, más allá de las Carpinteras y el Caserón- Sobre el breve caminito del borde de la acequia, ancho un palmo, cinta de cal luciente que ciñe los flancos de las montañas, caminamos, con tímidos pasos, teniendo a nuestros pies un insondable abismo, atra-ycnte, de vegetación y verdor, pero hondo, precipitado y resbaladizo. ¡ Qué bello paisaje, y qué hermosas vistas! En el fondo del barranco se dibujan las casitas blancas, entre el cuarteado tendido de los maizales. Los castaños forman aguerrido ejército en los barranquillos, y dispersas avanzadas en lo alto de la vertiente umbrosa. Hacia arriba y hacia abajo del barranco todo es frondosidad y vegetación. De pronto se yergue ante nosotros un alto picacho agudo, aguzada punta de flecha que los titanes clavaran, al disparar con sus arcos de descomunal grandeza, sobre estas vertientes hundidas. La " acequia" bordea el liso y limado lomo de aquel monolito, que cruzamos colgados de un hilo sobre el barranco. ¡ Si subiéramos a su altura, nos entrarían ganas de volar sobre el espacio! { Rincones de Valleseco! PUEBLOS DE GRAN CANARIA 99 [ Estrpchos senderos, caininitos que ocultan los castaños, árboles corpulentos donde anidan los canarios, chillando los pajarillos con sus piquitos rojos; perdidos atajos intransitables, veredas de cabras, florecidas y lustrosas de verde hierba; caminos reales, de empedrado suelo, amor de bestias y arrieros, que alinean las pitas en interminable hilera, presentando los filos puntiagudos de sus hojas de puñales, que atemorizan a las- sufridas bestias!... Y si tendemos la vista hacia el océano, hacia los siempre luminosos horizontes de este pueblo, iqué hermosas perspectivasl Las nubes forman a veces un mar de encrespadas olas de algodón al que llaman la Barra. Bajo ese toldo, océano de espuma, está Gran Canaria, ocultando la belleza de sus campos y ciudades. Los tonos azulados predominan, confundidos con el verde de la tierra florecida y con el multicolor aspecto y colorido de las vegas y de los valles: [ tierra roja y blanca, parda y ceniza, negra en los cerros agudos, verde en los huertos, amarilla en los trigales; brillar de espejos en los tanques y las charcas, opaca en las nubes, que fingen formas fantásticas, en desfile lento sobre el valle, y violeta en la atmósfera transparente...! Toda la gama de los colores, multiplicada en indefinida variedad de tonos, se refleja en los campos de Valleseco, propicios al reposo... iSus casitas parecen una bandada de palomas posadas en un valle ameno, semiocultas entre las arboledas y los castaños! En los barrios hay cuadros bellos, de sana quietud, donde descansan los nervios y reposa el espíritu... Valleseco es la flor de las medianías, el pueblo 100 PUEBLOS DE GRAN CANARIA nuevo de las alturas suavizadas, el ideal para perderse en parajes que hagan olvidar los ruidos ciudadanos. Los habitantes de estos soleados rincones son de genuina estirpe canaria y castellana. Una bondad caritativa los distingue, fruto de sus cristianos sentimientos. iHay una paz profunda, una natural gravedad en estos rincones floridos, entre barranquillos, árboles y fuentesl Podría decirse de Valleseco aquello de, « ¡ Qué descansada vida La del que huye el mundanal ruido...! » Y en sus sombreados paisajes bellos tiene máxima expresión lo de la copla canaria: « iTiene mi patria querida Mucho valle encantador Mucha delicada ñor Y mucha gracia escondida! » El citado Félix de Montemar lo expresó bien en uno de sus sonetos, que termina: « ¡ Pueblecito sin par, que hasta la bruma, enriqueciendo su tesoro lírico, deja en sus rocas un jirón y un fleco...! ¡ Pueblecito feliz, que tiene, en suma, su más perfecto y bello panegírico ?, n su modesto nombre: Valleseco! » • o a' o P t H T3 a- ( O 9 o. o> en pa sg .° va t a a Zn < Bl » l O •• tí ñ O- B* « O gS I" Si: f 8 o 1- Mun « svi^ lpip^ a « Ki,< « i&>> t » ü . <^ M # « i ) W < M » ^ W ^ s XVIII ARTENARA S el pueblo más alto de Gran Canaria, y está situad © a unos 1300 metros sobre el nivel del mar. Es el más típico y canario, auténticamente canario... Y el más impresionante. Por su soledad, por las vistas magníficas que domina, por sus cuevas- viviendas, colgadas algunas, — bellas, casi lujosas, — sobre las precipitadas vertientes del barranco de Tejeda y La Aldea. iEstá asentado en medio de las cumbres, de los pinares y los riscos! Sus incomparables puestas de sol son de una variedad y belleza que subyugan... Es todo un poema vivido, de fuego y de luces, que Apolo vuelca sobre el rocío de riscos, los pinos de Tamadaba y los monolitos de basalto. iEl que la haya visto una vez no olvidará jamás la emoción sentida! 102 Í'UEBLOS DE GRAN CANARIA El ya últimamente citado escritor dedicó a este pueblo un soneto en que se alude a su previligiado paisaje, a su fe religiosa, a sus virtudes cívicas, y que lo retrata perfectamente: <' Eres como las águilas reales Que colocan su nido en las alturas, Para ti son las ráfagas más puras Que cruzan los espacios siderales. Del luminar del día los raudales En sus mismos orígenes apuras, Y ce las rocas las entrañas duras Te brindan generosos manantiales. ¡ Te arrulla la salmodia del pinar Y te asomas al borde del abismo, O extiendes tu mirada sobre el mar! ¡ Tu tesoro es la Fe y el patriotismo: Eres un corderillo ante el altar Y un león en las luchas del civismo!" jArtenara! iAguila de los pueblos, palomita salvaje de los pinares, cernícalo de las alturas...! Vives solitaria y asceta, Quijote isleño, sobre una peña de las cumbres canarias. Eres balcón de los riscos, corredor de los precipicios, ventana de los pinares, pueblo de fuego y sol, caldeado por los ardores del estío, y aterido bajo la escarcha invernal de los inviernos. iQué hondo respirar de satisfacción y suficiencia en tus campos, con este aire sutil que parece cortar las cosas con su fina transparencia...! t> uEBLOS DE GRAN CANARIA 103 iEl pueblecito es un rebaño de ovejas que pasta en las cumbres, junto a los pinares y los riscos,,.! De histórico antepasado-— se habla de él en tiempos de la conquista—, ha conservado el sello primitivo en las numerosas cuevas habitadas que conserva. Hasta tiene una Virgen de la « Cucvita » , con su capilla que es un santuario labrado en la cantería de un precipicio. Confesonario, pulpito, coro, altar, bancos, todo está arrancado por las manos artísticas de los hijos de Artenara a la misma roca. Una campanita, en un campanario esculpido en piedra, resuena sobre el valle hondo: esquila de gloria en mañanita de Resurrección.., iArtenara! iPueblo cumbrero, de las tierras soleadas y las perspectivas grandiosas! Sus paisajes son solemnes, trágicos, paisajes épicos, donde la línea es un risco, el color de acero, el difumino los pinares, y las sombras vacíos inmensos de tierras hundidas en infinito quebrantamiento y desgarro. Cuando el sol se hunde tras los pinares y el Tei-de, inundando de fuego el brazo de mar de las islas, los cerros agudos y denticulados de los montes, agrios y ariscos, parecen corcovas de fantásticos dromedarios que se bañan a plena luz, en un mar de nubes y espuma, que no se sabe si es un mar de olas o un mar de nubes. Los monolitos surgen victoriosos, mástiles de aquel barco de hierro que navega en una tormenta de tierras y barrancos. El Nublo diríasc el capitán amarrado al alto puente, que aguanta el empuje de la tormenta, y di- 104 PUEBLOS DE GRAN CANARIA rige las pétreas naves marinas por entre el sin fin de escollos de aquel mar de nubes y rayos de oro... [ Qué espectáculo más sublimel Incendia el sol las crestas del pinar con sus rojos fulgores; los promontorios de los cerros hunden sus proas de hierro en las aguas del mar ardiente; la tierra se desfonda y desfallece de emoción ante el terrífico cuadro; las águilas se remontan, girando en círculos de triunfadora majestad; los monolitos se tambalean, coronados de luz de gloria, las montañas se sobreponen y empujan, se cortan y entremezclan en extraña confusión: ¡ ganado de fauna gigante que se acurruca al soco de la brisa, resguardándose del fuego deslumbrador de las puestas solares...! Estos cerros y monolitos que se aperciben desde el balcón de Artenara, y que la luz descompone en toda clase de raros caprichos, los ve el « Mago del Pinar » — bajo cuyo seudónimo adivinamos al tan amigo de las cosas canarias Don Tomás Arroyo,— convertidos. En gárgolas y pórticos de alcázares caídos, En columnas torcidas de raros capiteles, En estrechos recintos por gnomos construidos, En torreones plasmados por mágicos cinceles... En sierpes que se enroscan a árboles partidos, En monstruos que se atacan desgarrando sus pieles, En enormes centauros, en gigantes fornidos Que se baten, se enlazan y se apretujan crueles... ( 1) Qué versos más expresivos del paisaje de los roques y los riscos por excelencia! ( 1) " Creación y Visión de Cráter." Poesía publicada en un periódico local. PUEBLOS DE GRAN CANARIA 105 Y el Nublo es el pastor que, vestido de pellica, con capote canario de burda lana, está de pié en la altura de una peña, vigilando el rebaño mitológico, como un dios del Olim. po griego, aparecido ante la misteriosa agonía de la luz sobre la tierra... íSe ha ido el sol...! Artenara se arrebuja en su manto negro. La tierra se a^ tjivjerea, saliendo de ella luces misteriosas. Diríamos que los restos de la raza aborigen salen de sus cuevas, de las entrañas del Bentaiga, para recorrer y llorar las reliquias de su patria perdida. Los no acostumbrados a tales soledades sienten un extraño temor en estas noches silenciosas, obscuras, de luces y ladridos, en que el cielo es negro, la tierra viscosa y húmeda, hundiéndose, resquebrajándose, camo arcilla deleznable, en visionarias cañadas y profundísimos barrancos. Cuando el sol vuelva, la vida retorna... Cantan las fuentes y el pájaro; balan las ovejas, mugen las vacas, grazna el cuervo; y la tierra vuelve a pintarse de colores, alumbrando de nuevo los paisajes sublimes, las lineas quebradizas, los motivos impresionantes, los pinares repletos, los cerros altos y los barrancos quebrados, los monolitos soberbios y las casitas humildes, ¡ palomitas blancas que picotean en los cercados pendientes y en las laderas inclinadas...! Y surge el labriego de Artenara, estampa clásica de canaria estirpe, con su « sacho y su yunta » , su perro y su manta, que va al cercado lejano, para arar la tierra, dulce y suave, en medio de los peñones negros y duros. 106 PUEBLOS DE GRAN CANARIA Y el gañán saca las vacas a sestear, cantando isas y folias: « Desde la cumbre bravia hasta el mar que nos abraza todo es luz y poesía: ¡ no hay tierra como la mía, ni raza como mi raza! » El pastor surge majestuoso en lo alto de una peña, silba agudo, ladra el perro, corren asustadas las ovejas, suenan las esquilas con grato tintineo metan-cólico, y se llenan de rumores los senderos impracticables, por donde lleva el pastor a sus ovejas, a sus cabras, amorosas y saltonas. De pronto se oye un grito agudo, gutural y canario: ljái... ri... ta! lY nos creemos ver un resto de la raza aborigen, con su cayado regio, monarca de las cumbres y de las soledadesl Su figura se recorta en el perfil de unas peñas, recordando épocas patriarcales y tiempos heroicos-iEl pastor es un recuerdo vivo de otras edades, que hallamos al acaso en las cumbres y sobre los peñascos...! * « * Artenara es un pueblo primitivo, pero culto... Tiene, con ser tan pequeño, muchos hijos de estudio y en puestos de consideración; quizá, proporcional-mente, más que ninguno otro en Canarias. Sin duda que mucho influyó la labor ininterrumpida que durante 20 años realizara el maestro Fran- PUEBLOS DE GRAN CANARIA 107 cisco Artiles, enseñando en una cueva,— que todavía se conserva, como reliquia de la enseñanza en aquellas tierras de Juncalillo, — a niños, mujeres y hombres de todos estos campos. Si fuéramos a calificar a los pueblos de Gran Canaria por su « tipismo » , éste se ganaba la palma. Típico en todo... Hasta en vivir sin carretera que lo una al resto de la isla ( 1). Típico en paisajes... En paisajes genuínamente atlánticos, canarios hasta el íin, de las Canarias mitológicas y volcánicas... Típico en sus viviendas... En su Virgen, que habita en un risco y una cueva. Típico en estar asomado al precipicio, como un " guaire » que va a arrojarse fiero a un abismo. Único en altura... ' Singular en sus vistas, de frente a los pinares y los monolitos. Artenara es una « viva estampa canaria » , un caserío isleño, cumbrero, rocoso y soleado, que domina a todos los pueblos gran- canarios, como un águila triunfal, posada al borde de los riscos y los barrancos, a do no llegan las pequeneces ni las medianías... Todo allí es grande; todo exhala sublimidad, todo rezuma esencias vigorosas, de subido valor, de oro viejo... Mirando a los pinares, tiene toda la recia contextura de los colosos que en la Caldera de los Pinos atestiguan la existencia de una flora gigante. ( 1) Ya pronío tendrá también Artenara su carretera. Entonces serán muchos los que a él irán, para contemplar el paisaje de los roques, los monolitos y los riscos. 10^ PUEBLOS DE GRAN CAÑARÍA :—'• Mirando a Tcjeda, su naluralcza es arisia, bravia, picona, de pitas, cardos y tuneras... Hacia el norte, tiene bellísimos barrancos donde los huertos se sobreponen en escalonados peldaños verdes, y donde el agua canta perennemente entre cauces umbrosos; y pintorescos pagos que esmaltan el tapiz de esmeralda de los cercados florecidos... Juncalillo es uno de estos preciosos pueblecitos que circundan a Artcnara, y cuyo retrato pintó así el ya citado escritor que se ocultó bajo el seudónimo de Félix de Montemar: « ¡ Oh, quién tuviera el mágico pincel con que pintó sus Vírgenes MuriUo para copiar tu imagen, Juncalillo, de un soneto en el lírico troquel! Pueblecito bucólico y doncel, oloroso a retamas y tomillo: ¡ no se encuentra una joya de más brillo del firmamento azul bajo el dosel! Ved cómo se escalonan sus bancales, guarnecidos por setos de nopales, mitad huerto feraz, mitad pensil. Y ved cómo, en la calma del ambiente, se diluye esa música inocente que vierte el caramillo pastoril.^' [ Artcnaral ¡ Es de lo mejor que tenemos en Canarias.! XIX TEJEDA IGZAGUEANDO en multitud de volteretas, despeñada de un alto risco, baja la carretera desde la degollada de la « Cruz » al pueblo de este nombre, tan canario y antiguo. Es que la misma carretera se ha desvanecido ante el ingente cuadro atlántico que a nuestra vista se presenta al llegar al cruce de los caminos de la isla, a la « rosa de sus vientos » , de donde parten los senderos que atraviesan las cumbres de Gran Canaria, y donde habría que decirle al viajero con los versos de Tomás Morales: « Cual rosa de los vientos desgrana tus sentidos, y atiende a los variados y eternos espectáculos con claridad de ojos y claridad de o/ cfos... » ( 1) Como si fuéramos a penetrar en un insondable abismo, la cinta de la carretera, atada en caprichos ( 1) Alegoría del otoño. l io PUEBLOS DE GRAN C |
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