MUSEO DE
ARTE ABSTRACTO
EN CUENCA
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N° Copia
E l C o l e g i o d e A r q u i t e c t o s d e S a n t a C r u z d e T e n e r i f e,
s o b r e u n a i d e a y r e a l i z a c i ó n d e l C o l e g i o d e A r q u i t e c t os
d e C a t a l u ñ a y B a l e a r e s , y e n c o l a b o r a c i ó n c o n l as
G a l e r í a s J u a n a I V I o r d ó , R e n e M e t r a s y G a s p a r , p r e s e n ta
e n l a s S a l a s d e l IVIuseo I M u n i c i p a l d e B e l l a s A r t e s de
S a n t a C r u z d- e T e n e r i f e u n a v i s i ó n d e l M u s e o d e A r te
A b s t r a c t o E s p a ñ o l e n l a s « C a s a s C o l g a d a s » d e C u e n ca
S a n t a C r u z d e T e n e r i fe A b r i l , 1968
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PRESENTACIÓN. LAS « CASAS COLGADAS » , POR EMILIO MACHADO
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Entre sus viejas paredes, en un ritmo de siempre, se cruzaron ecos de antiguas voces. Se oyó el lloro de algún niño, la canción
de una vieja, o el canto de brujas del curandero.
Partieron los hombres y en el horizonte un pájaro trazó un pequeño ^ círculo.
Y poco a poco la ventana, el tejado, y la chimenea triste, fueron haciéndose historia.
En la grieta de una paree}, entre el musgo húmedo, surgió pálida, una estúpida flor blanca.
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Existe siempre una vieja casa que no debe derribarse, aunque para ello sea necesario crear un taller de bicicletas, una
fábrica de muñecas, un museo de pintura o lograr del hombre, que olvidando ese concepto del derribo para el progreso,
para el falso progreso, conserve lo que es bello, porque es nuestro.
No es esta exposición una simple muestra de pintura. Es el homenaje a unos hombres que han llenado para siempre las
viejas « casas colgadas » de ecos eternos.
EL MUSEO DE ARTE ABSTRACTO ESPAÑOL, EN LAS « CASAS COLGADAS » DE CUENCA
POR J. RAMÍREZ DE LUCAS 3
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Al fondo de la « Bajada de los
Canónigos » se encuentra la rinconada
donde se entra al Museo
de Arte Abstracto.
( Texto publicado en
Arquitectura, órgano del Colegio de Arquitectos de Madrid),
El acontecimiento artistico más importante
registrado en España durante 1966 lia sido
la inauguración y apertura al ptiblico del
Museo de Arte Abstracto instalado en las
llamadas « Casas Colgadas » de la ciudad de
Cuenca. Un acontecimiento que ha rebasado
con mucho el ámbito nacional, convirtiéndose
en suceso de repercusión mundial.
Buena prueba del interés despertado en todos
los países es que a los pocos meses que
el Museo lleva abierto ha sido visitado por
las personalidades artísticas de más renombre
universal, entre ellas los directores de
museos más prestigiosos de Europa y América,
y la gran cantidad de artículos, fotografías
y reseñas críticas que han ido apareciendo
en las revistas y publicaciones
más exclusivistas en materias de arte que
en la actualidad se publican en el extranjero.
Directores de los museos de Basilea,
Munich, México, Baden- Baden, Amstérdam,
y el liltimo de ellos, hasta la fecha, Mr. Al-fred
Barr, director del Museo de Arte Moderno
de Nueva York, que, como todos los
anteriores, hizo los elogios más entusiastas
del nuevo Museo español. El entusiasmo de
Mr. Barr fue tal que en justa correspondencia
fue nombrado conservador honorario.
Teniendo en cuenta que Cuenca no está en
el camino de ninguna otra ciudad y que el
viaje no es ni demasiado corto ni demasiado
cómodo, ya se comprende que todos estos
visitantes han ido allí con el objeto de
conocer el Museo del cual se habla ahora
en todas partes con la mayor admiración.
Admiración a la que han contribuido especialmente
con sus informaciones y críticas:
Time Magazine, Architectural Forum. New
York Herald Tribune, New York Times,
todas de Nueva York; Studio International
y hondón Daily Telegraph, de Londres; Ga-zette
des Beaux Arts, París, y otros numerosos
diarios y revistas de Checoslovaquia,
Argentina, Portugal, Brasil, Japón, Filipinas,
Alemania, Panamá, México y Estados
Unidos. Esto es sólo el comienzo, pues a
punto de salir hay más artículos anuncia-
dos que los que ya se publicaron; así que
cuando asegurábamos que el Museo de
Cuenca ha constituido un suceso de repercusión
mundial no había en ello la menor
exageración. Y antes de pasar a ocuparnos
del Museo detengámonos en las difundidas
« Casas Colgadas » .
UN CURIOSO EJEMPLO DE SÍMBOLO
DE TODA UNA CIUDAD
Pocos paisajes urbanos españoles habrá
que hayan sido más difundidos que las « Casas
Colgadas » de Cuenca. Fotografías, postales,
sellos de correos, almanaques, cuadros,
litografías, grabados, etc. La silueta
de estos balcones que se asoman al vacio
son inconfundibles, pero para entendernos
hay que aclarar que casas colgadas son casi
todas las de la Cuenca antigua: colgadas o
apoyadas en lo inverosímil, desafiando todas
las leyes de la gravedad y de la resistencia
de materiales, pero las que han merecido
por antonomasia el sobrenombre de
« Casas Colgadas » son una serie de cuatro
de ellas empinadas en el pétreo barranco
por cuyo fondo discurre el escaso caudal
del Huécar.
Estas son las casas que han llegado a ser
el símbolo de toda la ciudad, su imagen
más representativa. Y lo más curioso de
todo es que son un « pastiche » que se inventó
un arquitecto municipal en el año
1927. Pero cuando un « pastiche » llega a
ser aceptado de esa manera hasta convertirse
en expresión típica de una ciudad, es
que el « pastiche » tenía una milagrosa categoría
superior.
Femando Alcántara fue el arquitecto que
se « inventó » estos balconajes de madera
que más tienen de común con las solanas
montañesas santanderinas que con lo propiamente
conquense, y la prueba es que en
todo el resto de las casas de Cuenca que
se conservan de la misma época no hay nada
igual. El arquitecto municipal realizó la
afortunada e inventada restauración exterior,
mas las « Casas Colgadas » venían a ser
como esas hermosas nueces en apariencia
sanas, y que su interior está podrido y derrengado.
Casi cuarenta años pensando en
qué se podría instalar dentro de las « Casas
Colgadas » , cuando ese dentro estuviera habitable:
residencia para artistas, museo arqueológico,
mesón típico, posada, todas estas
posibilidades y más se barajaron sin
que se llegase a concretar ninguna. Afortunadamente.
Porque nada de lo que hubiera
podido hacerse tendría la categoría tras-cedente
de lo que ahora se ha hecho.
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AUNQUE SOLO SEA UN POCO
DE REFERENCIA HISTÓRICA
Tanto difundir las « Casas Colgadas » y resulta
que apenas sabe alguien cualquier
cosa de ellas. Ahora que procuramos datos
históricos es aún muy poco lo reunido y las
más de las veces deducido por coincidencias.
Se conservan en la fachada de las
« Casas Colgadas » y en diversas salas interiores
un escudo nobiliario, idéntico al de
una capilla de la catedral. Este escudo es
el de Gonzalo González de Cañamares, fundador
de dicha capilla, que construyó a sus
expensas el colegio de « Santa María y todos
los Santos » en la ciudad de Salamanca.
Al ser el mismo el escudo se supone que
dicho benefactor habitó en dichas casas o
que tal vez las construyó a finales del siglo
XV, Desde luego son casas palaciegas
con artesonados mudejares en algunas estancias,
techos de vigas labradas y pintadas,
celosías góticas esculpidas en escayola,
decoraciones renacentistas en algunos arcos
y pinturas murales de un gótico tardío en
uno de los salones principales. Todos estos
elementos arqueológicos han ido apareciendo
al efectuar las obras de adaptación para
el museo actual y se han conservado in situ,
procurando valorarlas sin ninguna clase de
alteraciones. *
Hasta el siglo xviii sirvieron para albergar
la Casa Consistorial, trasladándose después
el Ayuntamiento al edificio construido en
la entrada de la plaza Mayor, en la época
de Carlos III. Desalojadas de depedencias
municipales, las « Casas Colgadas » fueron
acentuando su ruina a lo que contribuiría
el haber servido en diversas épocas turbulentas
de polvorín guerrero. En un estado
lamentable llegan a la segunda década de
este siglo nuestro, y es en el citado año de
1927 cuando el Ayuntamiento decide restaurarlas
de nuevo, según se ha indicado, sin
saber con certeza su destino futuro.
NACE EL PRIMER MUSEO
DE ARTE ARSTRACTO ESPAÑOL
Una serie de felices circunstancias tiene
que producirse para que las « Casas Colgadas
» encuentren al fin la utilización más
acorde con su carácter de monumento singular:
pintoresco y artístico. Es el propio
fundador del Museo, Fernando Zobel, el
que lo ha escrito: « Hace más de diez años,
entusiasmado por la categoría de la obra
abstracta de mis compañeros, y viendo con
pesar que los mejores ejemplares de este
tipo de manifestación artística se marchaban
al extranjero, me puse a coleccionar
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Estas cuatro ventanas del último
piso corresponden a la Biblioteca
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cuadros, esculturas, dibujos y grabados. Po-co
a poco la colección fue cobrando importancia
hasta superar a cualquier otra que
de arte abstracto español se haya hecho. Me
surgió una especie de deber moral de colgarla
dignamente y ponerla a la vista del
público. »
Zobel pensó primero en Toledo, como ciudad
monumental de fácil acceso desde Madrid,
y una noche de junio de 1963, estando
reunidos en cena amistosa con los pintores
Eusebio Sempere y Gustavo Tomer y
el escultor Abel Martín, Tomer sugirió por
primera vez el nombre mágico de las « Casas
Colgadas » .
« Una visita a Cuenca nos dejó convencidos
de que las « Casas Colgadass- reunían todas
las condiciones deseadas y algunas más que
ni siquiera habíamos imaginado. Los trámites
necesarios para alquilar tan maravilloso
local se llevaron a cabo velozmente,
gracias al espíritu abierto y entusiasta del
Excmo. Ayuntamiento de Cuenca y de su
alcalde don Rodrigo Lozano de la Fuente.
Algo más tarde pudimos ampliar el primer
espacio, consiguiendo varias salas destinadas
en sus principios a la Dirección General
de Bellas Artes y que ésta generosamente
nos ha cedido. »
Las obras de adaptación comenzaron enseguida
y fueron lentas por concienzudas y
cuidadas. Del laberinto de pasillos, salas,
desvanes, cuadras, balcones, zaguanes, salieron
dos locales distintos y complementarios:
en uno de ellos funciona el restaurante
« Mesón de las Casas Colgadas » y en el
contiguo el Museo de Arte Abstracto. Alimento
para cuerpo y espíritu en una misma
unidad.
No son frecuentes en España gestos como
este de la creación de un Museo de Arte
Abstracto en una olvidada ciudad. Ya hay
quien ha dicho que el hecho de que varios
artistas de vanguardia hayan elegido Cuenca
para trabajar y soñar es un « snobismo » .
Pero es que hay muchas clases de « snobismo
» y la más nefasta de todas ellas es la
de los envidiosos y la de los impotentes
que, incapaces de crear, se revuelven y
atacan a todo lo que suponga creación.
¡ Bienvenidas sean empresas de cultura y
arte como esta de Cuenca! y que cunda su
ejemplo es lo deseable.
UN NUEVO MUSEO
PAKA tJN NUEVO ARTE
Otra clase de resentidos es la de los que
no les gusta o no comprenden el arte abstracto.
Algunos hasta llegan a odiarlo.
Pero esto no resta ni un pequeño ápice a su
mérito artístico y su categoría intelectual.
Está demasiado cercano el golpe para que
no existan ya resentidos. Y el arte abstracto
fue uno de los golpes o sacudidas más
considerables que ha llevado el zarandeado
arte del siglo xx. Fue una verdadera ruptura
con todo lo anterior, por lo menos con
ciertas maneras tópicas de entender la realidad.
Surgió una nueva realidad: la realidad
real de los carcomidos muros, la realidad
de la superficie terrestre vista desde
los aviones, la realidad del mundo microscópico
y del mundo astronómico; temáticas
que nunca habian sido objeto pictórico por
la sencilla razón de que nunca se habían
producido los veloces y grandes aparatos
voladores, la técnica revolucionando el vivir,
la manera de ver el mundo infinitamente
pequeño y el infinitamente grande.
Todas las conquistas de las que el hombre
se ha adueñado en muy pocos años poniéndolas
al alcance no sólo de los científicos
o especialistas, sino de todos los hombres,
forzosamente tenían que impresionar al artista.
Todo arte que no refleja con hondura
su tiempo está traicionando su principal razón
de ser.
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El arte abstracto irrumpió en la vida con
la turbulencia y la fuerza de una tromba.
Se produjo un nuevo Diluvio en el que parecía
que no iba a salvarse ni siquiera el
arca de Noé. Pero la tromba amenguó su
virulencia y las aguas fueron volviendo después
a sus cauces. Mas siempre que hay
una riada excepcional, queda señalada:
« Hasta aquí llegaron las aguas » . El « hasta
aquí » del abstracto alcanzó alturas muy
oonsiderables y queda en la Historia del
Arte como uno de los movimientos plásticos
de más profunda originalidad, ya que
al prescindir de la « representación » apuntó
directo a la entraña de los verdaderos
problemas pictóricos. *
Arte de una época turbulenta llena de in-certidumbres.
El Museo de las « Casas
Colgadas » quedará como el museo de
un determinado momento histórico en el
que el arte español logró rara perfección
y rabiosa personalidad. « Casas Colgadas »
del vacío lo mismo que en el vacío marcha
la humanidad, sin rumbos aparentes,
sin metas comunes. Época de derrumbes
espirituales, de enemigos contrastes ideológicos,
perdidas las fes religiosas y políticas,
a merced de fuerzas destructoras desatadas
por el hombre en su insaciable afán
de saber: siempre buscando y siempre insatisfecho.
La experimentación, base de la
ciencia, alcanzó también al arte y uno de
sus resultados más polémicos fue la llamada
abstracción.
Siempre a tientas, buscando un poco de
luz iluminadora, el artista es un ser místico
que tiene el privilegio de crear. En
cierta medida es un pequeño divino ser
que crea casi de la nada. Y tal vez el estado
más verdadero de nada virginal es
en el que se situó el arte abstracto: volviendo
a nacer desde la tiniebla.
EL TESTIMONIO DE UN DETERMINADO
MOMENTO ARTÍSTICO
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Imaginemos lo que sería tener ahora un
Museo de cada uno de los períodos y mo-
Al hacer las obras de adaptación aparecieron
elementos arqueológicos, que se han conservado.
vimientos artísticos por los que ha ido pasando
la humanidad. Un Museo seleccionado
y hecho en su propio tiempo, no con
carácter retrospectivo y aproximado como
después pueda conjuntarse. Seria una serie
de maravillas que nos explicarían muchos
enigmas y muchas contradicciones actuales.
Pues bien, de la categoría de esos Museos
ideales e imposibles es el de Arte Abstracto
de Cuenca. Esto ya es muy importante,
aunque pudiéramos prescindir del valor de
las obras en sí, por el solo hecho de haberse
constituido con tanto rigor y con
criterio selectivo tan didáctico. El Museo
de Cuenca es un testimonio y eso siempre
tendrá interés.
Todos los nombres del abstracto español
fundamentales están allí, no todos numéricamente,
pero desde luego son todos los
que están y si están lo es por imprescindibles.
España está llena de contradicciones permanentes
acusadísimas y a veces sin responder
a ninguna clase de lógica aparente.
Este Museo de las « Casas Colgadas » es
un buen ejemplo. Museo de los más minoritarios
y selectos del mundo en una ciudad
apartada de las rutas frecuentadas, en
una ciudad que era casi como el fantasma
de sí misma, y que precisamente por este
Museo vuelve a « sonar » por el mundo.
Sólo las personas no normales son capaces
de realizar las grandes hazañas. Los que
se proclaman normales bastante tienen con
intentar conservar el patrimonio de su mediocridad.
Hay otros a los que no importa
arriesgarlo todo por un ideal, por un hermoso
sueño. Estos son los descubridores,
los pioneros, los mártires, los poetas verdaderos,
en una palabra. De esta madera
de gentes soñadoras y audaces son los que
han hecho posible el Museo de Cuenca,
artistas como Zobel y Torner, que han sabido
sacrificarse, convencer, entusiasmar,
a los demás hasta embarcarlos en una empresa
que parecía loca y llena de riesgos.
Es siempre la misma historia. Y resulta que
en una hora determinada de un día incierto,
la frágil barquilla llega a nuevas tierras,
a desconocidos mundos, y el arriesgado
loco deja de serlo y se convierte en adelantado.
No es fácil, pues hay que tener dosis
nada comunes de valor, de paciencia, de capacidad
de aguante, de fe.
La nave antes escorada y a la deriva de
las « Casas Colgadas » no ha podido llegar
a puerto mejor; con ella navega por los
más famosos mares del mundo toda una
ciudad a la que se le han vuelto a encender
las apagadas luces de la ilusión.
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ARTISTAS QUK FIGURAN
EN EL MUSEO ABSTRACTO
DE LAS « CASAS COLGADAS »
PINTORES ESCULTORES
José Luis Balaguero, Néstor Bastarrechea,
Jaime Burgillos, Rafael Canogar, Gonzalo
Chillida, Juan Claret, Modesto Cuixart, José
Alfonso Cuni, Guillermo Delgado. Equipo
57, Francisco Farreras, Luis Feito, José Guerrero,
J. Hernández Pijuán, José María Iglesias,
José María Labra, Antonio Lorenzo,
Lucio Muñoz, César Manrique, Joaquín Mi-chavila,
Manuel Millares, Manuel H. Mom-pó,
Ricardo Montero, José Miguel Pardo,
Alejandro Reino, Manuel Rivera, Gerardo
Rueda, Fernando Sáez, Eduardo Sanz, Antonio
Saura, Eusebio Sempere, Antonio Suá-rez,
Antonio Tapies, Jorge Teixidor, Juan
José Tharrats, Gustavo Tomer, Vicente Vela,
Salvador Victoria, Juan Vila Casas, Manuel
Viola, José María L. Yturralde, Fernando
Zobel.
Eduardo Chillida, Martín Chirino, Amadeo
Gabino, Marcel Martí, Jorge de Oteiza, Joaquín
Rubio Camín, Eusebio Sempere, Pablo
Serrano.
DIRUJANTES Y GRARADORES
Muchos de los artistas citados figuran también
como dibujantes y autores de obra
gráfica. Existen otros artistas, pero el catálogo
de dibujantes no está ultimado.
Opiniones
Para mí, que tengo una honda raíz conquense, tierra de mis
mayores, en la que he pasado muchas horas de mi infancia,
todos sus acontecimientos venturosos me llenan de alegría. Y
el más venturoso y positivo acontecimiento de los últimos años
ha sido sin duda, la creación del Museo de Arte Abstracto de
las « Casas Colgadas » .
Cuenca, modesta ciudad venida a menos, como tantas otras ciudades
castellanas, no era tan rica en arte y monumentos como
Toledo, Salamanca, Avila o Segovia. Tenía, sin embargo, una
extraña y gran personalidad, amenazada con el crecimiento de
la ciudad « moderna » . Hace unos años su porvenir era sombrío.
La ciudad antigua, alta e incómoda, se despoblaba irremediablemente,
y al ser abandonada, su ruina parecía inevitable.
Hoy somos optimistas, porque una serie de fehces acontecimientos
ha cambiado, creo yo, definitivamente, el destino de
Cuenca. Un número cada vez mayor de artistas e intelectuales
va adquiriendo y restaurando muchas de las mejores casas de
la calle de San Pedro y sus alrededores, en lo más alto de la
Cuenca antigua. Los Festivales de Música Sacra, en la restaurada
iglesia de San Miguel. Y, por último, la reciente creación
del Museo de las « Casas Colgadas » ha incorporado Cuenca al
arte abstracto y el arte abstracto a Cuenca.
El acierto es grande por diversos motivos: La contraposición
entre una expresión artística actual y un entorno urbano que
parece dormido en el pasado o en la vulgaridad, produce un
choque inesperado. El paisaje de la Hoz del Huécar, tan conocido,
se intiodxíce hábilmente en el Museo y aparece como
transfigurado, nuevo ante nuestros ojos, tiansformado en arte.
El tratamiento de las salas y estancias, sobrio, desnudo v blanco,
es otro acierto.
No quiero dejar de resaltar la deuda que Cuenca y los aficionados
al arte tenemos para con sus creadores: Gustavo Torner,
el soÜtario pintor de Cuenca, ha resistido en su aislamiento
ascético y creador. El atrajo la atención de Zobel, propietario
de la colección y creador del Museo, hacia las famosas « Casas
Colgadas » . A ellos se unió el espíritu abierto e inteligente de
Rodrigo Lozano, entonces alcalde de Cuenca, y el apoyo del
Ayuntamiento. Gracias a todos ellos el Museo es hoy realidad.
El hecho de que una vieja ciudad sin esperanza se transforme
en centro creador, artístico y cultural, nos parece de la mayor
trascendencia. Algunos espíritus positivistas habían decretado
la defunción sin remedio de esas ciudades, cargadas de historia,
que habían dejado de ser « funcionalmente » válidas, es decir,
marco apropiado para la vida urbana en sus formas presentes.
Si la aventura de Cuenca llega a sus últimas consecuencias, se
habrá marcado el camino para la puesta en valor y revitaliza-ción
de esas ciudades. En España la descentralización cultural
es una necesidad.
JULIO CANO LASSO
El Museo de Arte Abstracto instalado en las famosas « Casas
Colgadas » de Cuenca, e inaugurado hace unos meses, me parece
uno de esos acontecimientos que deben ser elogiados sin
reservas. Su instalación ha sido una obra absolutamente personal
de los destacados artistas Fernando Zobel y Gustavo Tor-ner,
y en ella, además de admirar la extraordinaria sensibilidad
de ambos y su profundo conocimiento del problema, creo que
pueden destacarse tres factores importantes:
c) No ha existido un plazo de terminación rígidamente establecido,
lo que ha permitido introducir sobre la marcha las variaciones
pertinentes, precisamente aquellas que la propia obra
« señala » al tiempo que va tomando forma.
b) Al no existir propiamente « el cliente » , Zobel y Torner se
han evitado el forcejeo entre sus propias ideas y la de aquél,
y por tanto han podido reaUzar precisamente aquello que
pensaron.
c) No existió tampoco un tope económico y así pudieron ser
adquiridas aquellas obras verdaderamente representativas del
actual arte abstracto español.
Podría asimismo subrayarse que la instalación de este Museo,
modelo en su género, ha sido resuelta sin la colaboración de
ningún profesional de la arquitectura y que tal vez por ello
el conjunto ofrece una gran frescura y espontaneidad, al tiem-f
) 0 que una perfección en la ejecución del detalle, que no es
recuente encontrar en las obras realizadas por arquitectos.
Creo que el Museo de Cuenca, obra lograda, de gran nivel
« vital » e incluso arquitectónico, realizada sin arquitectos, encierra
una lección que los profesionales de la arquitectura no
deberíamos dejar de lado.
FERNANDO HIGUEBAS
Cuenca, milagro de integración entre la naturaleza, la arquitectura
y el hombre, vuelve a repetir dentro los muros de una de
sus casas colgadas, esa maravillosa conjunción con un museo
de arte abstracto contemporáneo ejecutado por artistas españoles
muy conocidos por todo el mundo y afortunadamente
empezados a valorar en nuestro país.
Femando Zobel, de exquisita sensibilidad y autor de la colección
junto a Gustavo Torner y otros colaboradores, han hecho
posible la realización del conjunto, cuyo talento, indenendien-temente
del valor y calidad intrínsecos de cada obra, ha consistido
en reunir un museo de arte vivo, alrededor del que
además se está formando un núcleo cada vez más numeroso
artístico e intelectual.
La arquitectura tiene un tratamiento justo. Los problemas plásticos
de iluminación e integración de la obra están resueltos
en conjunto e individualmente con tacto y buen gusto. Como
ejemplo veamos la estructura v viguería de la Gran Sala de
Vigas, los artesonados y murales del xv y xvi de la planta primera
en abrazo simbólico con las últimas expresiones del xx,
los ventanaltes del despacho superior abiertos a las Hoces, componiendo
una nueva abstracción.
Se echa de menos obra de Palazuelo y Corberó.
El Museo de Cuenca no sólo está encerrado en sus muros. Este
es rj^ uizá el valor más importante de esta obra. Cada visita nos
descubre algo nuevo que no siempre está en el museo v que,
sin embargo, existe gracias a su creación.
JOSÉ MANUEL RUÉ DE LA PBADA
La visita al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca que,
en colaboración con Torner, ha montado a sus expensas Fernando
Zobel, es no sólo una gratísima sorpresa, sino también
una triple y magistral lección de criterio selectivo de obras y
de artistas, de museografía en su tratamiento como auténtica
obra de arte en sí, que consigue dar unidad plástica a unas
obras magníficas, pero creadas sin ninguna preocupación inte-gradora,
y, por último, como admirable ejemplo del uso que podría
darse hoy, con gran eficacia cultural, a unos edificios y
unas agrupaciones urbanas que siendo un tesoro que tienen
muchas de nuestras ciudades corren el riesgo o de desaparecer
o de amojamarse en una frialdad arqueológica pasada e inútil.
La reciente creación del Museo de Arte Abstracto
español en la pequeña ciudad histórica de Cuenca
tiene una significación muy especial.
Puede parecer que el emplazamiento apartado corresponde
a un deseo escapista de aislamiento, pero
claramente se ve que el propósito ha sido el separarse
del bullicio y mantener su tranquilidad e independencia,
seguros de su vitalidad y fortaleza.
Al mismo tiempo, y por simpatía, se ha asentado
el Museo en base y vecindad de firmes tradiciones
seculares, cosa que es probable que contribuya a
su mejor comprensión.
Este es el primer caso que conocemos de un Museo
de obras de arte con una orientación muy definida,
en la que el fundador, también director y
propietario de la Colección, entre como uno de tantos
en el grupo perfectamente homogéneo de los
artistas expositores. Esta por todos conceptos gran
personalidad es don Femando Zobel de Ayala.
La instalación es perfecta, combinándose en forma
muy eficaz y agradable el alumbrado artificial, directo,
complementario o de ambiente. Pero lo que
entendemos que es esencialmente importante es el
sentido general que ha tenido esta obra en todo su
desarrollo.
Alguna vez se ha solido tratar de desvirtuar la buena
arquitectura moderna, asignando a su simplicidad
un carácter análogo al que tiene la limpieza
aséptica de un laboratorio científico. Muy distinta
es la auténtica pulcritud de esta obra en la que sobre
toda preocupación técnica o profesional ha dominado
una gran sensibilidad atendiendo amorosamente
a todas las cosas. Si consideramos que a todos
sus aciertos se ha llegado con un fin desinteresado,
con absoluta independencia y sin propaganda,
mostrando un conjunto extraordinario del pujante
arte moderno español, bien podemos decir
que nos encontramos ante algo admirable y que para
todos debe ser ejemplar.
MIGUEL FISAC JOSÉ MARÍA MUGURUZA
Tengo el privilegio de haber vivido en el ambiente artístico de
la Cuenca Vieja desde hace muchos años. He disfrutado de la
gestación del Museo. Creo que lo más interesante de todos estos
hechos es señalar la coyuntura sorprenjdente que permitió
coincidir en el tiempo y en el espacio a tres personas que se
compenetraron perfectamente:
Rodrigo Lozano de la Fuente, entonces alcalde de la ciudad,
que supo jugarse el todo por el todo ante una aventura que él
intuía acertada, pero que también podía dar lugar a muchas
críticas, nada menos que decidir el destino de las « Casas Colgadas
» .
Fernando Zobel, que como pintor y dibujante de enorme sensibilidad
y afortunadamente con medios para proporcionar una
colección selectísima de pintura contemporánea española, contribuyó
con todo su entusiasmo a que el Museo se convirtiera
en la realidad estupenda que es hoy día.
Gustavo Torner de la Fuente, que para mí es el hombre polifacético,
gran pintor y el mejor decorador que yo conozco. Con
una tenacidad y tesón que le permitió siempre definir todos los
temas, en los que se compromete, desde sus grandes líneas hasta
el menor detalle. Esto es lo que hizo en el Museo de Arte
Abstracto español de Cuenca.
Paseándose por sus salas y vericuetos con que el conjunto y
cada uno de los detalles ha sido cuidado y definido por él. La
luz, el color, la distribución general, la situación de los cuadros,
los muebles, las cortinas, etc., es una magistral lección de creación
y respeto de una arquitectura en un ambiente.
España debe gratitud a esos tres hombres que, con su voluntad,
altruismo y gran sentido, han sabido crear uno de los museos
más interesantes del mundo en un paisaje único en la Tierra,
basado en una magnífica colección particular de pintura
contemporánea española, y hacer que todos los demás podamos
disfrutar de ella en aquel ambiente inigualable. Dios se
lo pague.
RAFAEL LEOZ DE LA FUENTIE
LA PINTURA ABSTRACTA EN EL MUSEO DE CUENCA, POR EDUAR • I * WESTERDAHL
3
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L a historia del Museo de las « Casas Colgadas » de Cuenca aparece ampliamente narrada en este mismo catálogo.
Nos concierne detenemos en la presentación del hombre que hizo posible la formación de este museo
ejemplar: Fernando Zobel.
Zobel es un pintor de vena exquisita, nacido en Manila en 1924. Sus estudios los hace en España, en las Islas Filipinas,
en Suiza y en los Estados Unidos. Su primera exposición individual la abre en Boston, en 1950. Y luego
se suceden las de Nueva York, Washington, San Francisco, Manila, Tokio, Yokohama, Hong Kong, Djakarta, Sid-ney,
Melbourne, Habana, Bruselas, Madrid, Barcelona, Caracas, Singapur, Cambridge, etc. En Madrid expone
por primera vez en 1959. Reside en Manila y en Madrid, pero es un viajero mundial.
Antes del año 1966 —^ fecha inaugural del Museo de Arte Abstracto— tuve ocasión de conocerle y de visitar su
casa- estudio en Madrid. En una gran sala, teniendo como fondo una pared de color verde oscuro, la futura colección
española se empezaba a gestar a base de adquisiciones, de una cernida selección personal. Zobel no era
solamente un coleccionista de arte abstracto. Sorprendía a la entrada su nutrida sala de aguafuertes y dibujos.
Allí estaba Rembrandt. Allí estaba Coya. Luego los bronces antiguos. La estampería del 900. Las vitrinas cargadas
de objetos significativos. La ambientación total que llegaba hasta su estudio. En el caballete su sucedían los
cuadros de este pintor, de trazado oriental, de poética levedad, de esfumaturas y transparencias, de finísimas gra-tuidades,
espaciales, simples, precisos, desvanecidos y perfectos en su acabado y en su intención. Zobel era el
depositario de la belleza abstracta, de la limpidez del trazo y de la difícil y casi imposible fusión de la inocencia
con la sabiduría.
Este amor por la pintura, su amistad con toda la joven plástica española y sus holgados medios económicos dieron
como coBSecuencia el nacimiento de un museo excepcional. Junto a él hay que poner los nombres de dos
magníficos pintores: Gerardo Rueda y Gustavo Torner.
El desarrollo del arte abstracto español se produce en rápidas secuencias. El reconocimiento internacional empieza
hace unos once años. No es necesario' hablar de grandes figuras anteriores de todos conocidas. Nos referimos concretamente
a la joven pintura, a la pintura que ha dado origen a este museo.
En 1956 se abre una exposición de arte abstracto en Valencia y al año siguiente una exposición del llamado Arte
Otro, o Informal, en Barcelona, con grandes firmas extranjeras: Debuffet, Fautrier, PoUok, de Kooning,
Appel, Burri, Tobey, Riopelle, Francis, Wols... Entre ellos el español Tapies.
Ese mismo año, 1957, se constituye en Madrid el grupo « El Paso » : Canogar, Feito, Francés, Millares, Rivera,
Sausa, Serrano y Suárez.
En 1958, Vicente Aguilera Cerni obtiene el premio de la Crítica de Arte en la XXIX Bienal de Venecia. Y los
grandes premios empiezan a sucederse:
Chilüda, el Gran Premio de Escultura de dicha Bienal.
Tapies el Premio David E. Bright Foundation.
Los pintores españoles que participan obtienen el Premio de la Unesco. José Vento el Premio de Pintura,
en la III Bienal del Mediterráneo, de Alejandría.
Cuixart, Gran Premio de Pintura en la V Bienal de San Pablo, Brasil, y Premio internacional de arte abstracto,
en Suiza.
Antonio Suárez, Gran Premio de Pintura en la Exposición Internacional de Mainichi.
Millares obtiene el Premio de la Crítica en Tokio.
Estos son, a grandes trazos, los grandes reconocimientos internacionales logrados por el arte abstracto español.
Sus oportunidades: la Bienal de Venecia de 1958 y la Exposición en el Museo de Artes Decorativas de París,
de 1959, todos ellos actualmente representados en el Museo de Cuenca. Sus orígenes: dos grupos, el « Dau al Set » ,
de Barcelona ( 1948), y « El Paso » , de Madrid ( 1957).
El clima generador de estas inquietudes puede remitirse a 1925 con la aparición de los Ibéricos: Bores, Dalí, Solana,
Torres García, Moreno Villa, Barradas, Palencia, Ferrant. Después sigue la exposición del año 30, del Ateneo
Guipuzcoano, las del « Gatepac » y « Adían » , las de « gaceta de arte » , en Tenerife. La fundación del grupo
« Arte Constructivo » , de Joaquín Torres García ( 1933), de la « Academia Breve » , de d'Ors, del grupo de pintores
abstractos de Zaragoza, de los Salones de Mayo, barceloneses, de las reuniones de la Escuela de Altamira, de las
Bienales Hispano- americanas, del grupo « R » , de arquitectos catalanes, de la Asociación de Artistas Actuales,
fundada por Cirici PelHcer, del Museo E. W. del Puerto de la Cruz, de la fundación del M. A. M., de Valencia,
del Equipo de Córdoba, del grupo « Parpalló » , del grupo « Ibiza 59 » , etc., etc.
Todos estos movimientos jóvenes fueron el telón de fondo de esta gran eclosión que recoge el Museo de las
« Casas Colgadas » de Cuenca. No es la posición mimética de corrientes exteriores, sino la consecuencia de un
continuado esfuerzo, de una heroica lucha que había ido decantando, día tras día, la autónoma expresión del arte
abstracto español, incorporado a las corrientes universales y a sus inquietudes por la altura de unos artistas
que funcionan en una comunidad espiritual.
Con esta exposición, con las realizadas últimamente y con las que entran en sus proyectos, nuestro Colegio de
Arquitectos se une a esta trayectoria ya de tipo histórico. En este amanecer de sus actividades, permítaseme
que vea la sombra ingente de un gran arquitecto español, José Luis Sert, hoy en su cátedra de Harvard, en los
Estados Unidos, que en 1930 animara como propia creación los grupos del « Gatepac » y de « Adían » ( Amigos de
las Artes Nuevas), con sus congresos internacionales de Arquitectura y con la gran exposición Picasso, Madrid-
Barcelona, acontecimiento capital, junto a nuestra exposición surrealista, comentado por Umbro ApoUonio, como
índices de un renacimiento cultural.
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CATALOGO DE LAS OBRAS EXPUESTAS EN EL MUSEO MUNICIPAL DE BELLAS ARTES
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PRESENTACIÓN: KMILIO MACHADO • ARTÍCULOS DE J . RAMÍREZ DE LUCAS Y EDUARDO WESTERDAHL • OPINIONES DE JULIO CANO
LASSO, MIGUEL FISAC, JOSÉ MANUEL RUIZ DE LA PRADA, FERNANDO HIGUERAS, RAFAEL LEOZ DE LA FUENTE, JOSÉ MARÍA MUGURUZA
DISEÑO: E. MACHADO • FOTOGRAFÍAS DE LAS OBRAS: ALEJANDRO TOGORES • GRABADO: ARTE • DEPOSITO LEG. TF. 1 3 4 - 1 9 6 8.
CONFECCIÓN E IMPRESIÓN: EDITORA CATÓLICA, S. L. ALVAREZ DE LUGO, NUM. 60. SANTA CRUZ DE TENERIFE ( ISLAS CANARIAS)
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