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REAL SOCIEDAD ECON~ MCA DE AMIGOS DEL PA~ S APORTACI~ DNE GRAN CANARIA DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA r LAS PALMAS DE GRAN CANARIA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAIS APORTACIÓN DE GRAN CANARIA DESCUBRIMIENTO DE AMERICA Y CONMEMORACIÓN DEL LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 1995 Queda prohibida la reproducción total o parcial de cualquiera de estos trabajos, por cualquier sistema o procedimiento, sin autorización expresa de los autores, entidades, etc. Q REAL SOCIEDAD ECON~ MICA DE AMIGOS DEL PAÍS. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA ISBN: 84- 605- 4055- 3 Depósito Legal: M- 32333- 1 995 Gráficas Loureiro, S. L. - San Pedro, 23 bis - 28917 Leganés ( Madrid). Teléf.: 61 1 59 94 - Fax: 61 1 59 88. 8 GABRIEL CARDONA WOOD Es oportuno ofrecer la lectura del Capítulo XVlI y fragmentos del XVTII de la historia del Almirante. de Hernando Colón: Cói? zo e( Alitrrran( r & go a [ as Canarias y al& se proveyó cofrrpktarrrerrtr ( Ir turlo lo que necesrtaha. Partido el almirante, de Palos, hacia las Canarias, el día siguiente, quc h e sábado, a cuatro días de agosto, a una de las carabelas de la armada, llamada la Piizta, le saltaron fuera los hierros del timón, y conlo, con tal defecto, los que allí navegaban tenían que amainar las velas, pronto el almirante se les acercó, bien que por la fuerza del temporal no pudieron dar- les socorro, pero tal es la costumbre de los capitanes en el mar, para dar ánimo a los que padecen algún daño. Hízolo así con presteza, porque sospechaba que tal accidente había sobrevenido por astucia o malignidad del patrón, creyendo de este modo librarse de aquel viaje, como antes de la salida intentó hacer. Pero como quiera que Pinzón, capitán de dicho navío, era hombre práctico y marinero diestro, puso tal remedio con algu-nas cuerdas, que pudieron seguir su camino, hasta que el marte siguiente, con la fuerza del viento, se rompieron dichas cuerdas y fue necesario que todos amainasen para volver a comporierlos ... Volviendo, pues, a lo que y « contaba, digo que procuraron entonces remediarse lo mejor que pudie-ron, hasta que llegasen a las Canarias, las cuales descubrieron los tres navíos el jueves, a 9 de agosto, a la hora del alba: mas por el viento con-trario, y por la calma, no les fue posible, ni aquel día, ni los dos siguien-les, tomar tierra en la Gran Canana, a la que estaban entonces muy próxi-mos, por lo que el almirante dejó allí a Pinzón, a fin dc que, saliendo a tierra pronto, procurase haber otro navío, y él para el mismo efecto corrió a la isla de la Gomera, juntamente con la Niña, para que, si en una de aquellas islas no hallase ocasión de navío, buscarlo en la otra. Con tal propósito, siguiendo su camino, el domingo siguiente, que fue 12 de agosto, por la tarde llegó a la Gomera, y luego mandó al bale1 a tierra, el cual regresó en la mañana siguiente a la nave, diciendo que entonces no había ningún navío en aquella isla, pero que de una hora a otra, los del país esperaban a doña Beatriz de Bobadilla, sefior- a de la misma isla, que estaba en la Gran Canai- ia, que llevaba un navío de cierto Grajeda, de Sevilla, de cuarenta toneladas, el cual por ser a propósito para su viaje, podría tomarlo. Por esto, el alriiiraiite resolvió esperar en aquel puerto, creyendo que si Pinzón no hubiese podido aderezar su nave, habría hallado alguna otra en la Gomcra. Estuvo allí los dos días siguientes, pcro viendo que dicho navío no se preseritaba, y que partía para la Gran Canaria un carabelón de la isla de Gomera, mandó en él un hombre para que anunciase a Pinzón su arribada y le ayudase a conipo- 1 0 GABRIEL CARDONA WOOD gobernario y I hazia agua, y quisiera tomar allí otra I si la hallara; no pudieron tomarla aquel I día. Hasta el domingo en la noche no pudo I el Almjrante tomar la Gomera, y Martjn Alon I so quedóse en aquella costa de Gran Canaria I por mandado del Almjrante, porque no podía na I vegar. Después tornó el nimjrante a Canaria o ienerife2', ¡ y adobaron muy bien la Pinta con mucho tra l bajo y dilignccia del Almjrante, de Martjin Alonnso l y de los demás; y al cabo vinjeron a la Gome l ra30. Vieron salir gran huego3' de la sierra de I la ysla de Tenerife, qu'es muy alta en gran manera3'. Hizieron la Pinta redonda3', porque era latina34; I tornó35 a la Gomera, dü~ jngüa dos Uc sc i ticmbrc con ! a Piiita adobada. I Pize el Almjrariie que juravan muchos36 hom l bres honrrados españoles que en la Gomera I estavan con doña Inés Peraca, madre de Gujllén l Peraca3', que después fue el primer Conde de la I G ~ m e r a39~, ~ qu, e eran vezinos de la ysla de Hier I 1- 0, que cada año veían tierra al weste40 de la I Canarias, que es al ponjente; y otros de la I Gomera, afirmavan otrn tan! n con i~. iramen? o. l Dize aquj el Almjrante que se acuerda qu'estando I en ~ o r t u g a le~ l ~ añ, o de 1484 1 vino vno42 de la ysla de la Madera al rey a lc l pedir vna cara-vela para yr a esta tjen- a que vía, I el qual lo mjsmo dezían en la yslas de los Acores I y todos estos en vna derrota y en vna manera 1 de señal, y en bna grandeza4'. Tomada, pues l [ f. 31- 1 agua y leña y carnes y lo demás que I tenjian los hombres que dejó en la Gomera" el Almjrante quan I do fue a la ysla de canaria4" adobar la I caravela Pinta finalmente se hizo a la vela46 de la dicha I ysla de la Gomera con sus tres caravelas, I jueves a sevs días de setiembre. Jueves, 6 de septiembre Partió aquél día por la mañana del puerto de la Gomera y tomó la vuelta para ir su viaje y supo el Almirante de una carabela que venía de ! a &! a del Hierro que andahan por a!! i tres rarahelas de Pnrtugz! para In tomar; debía de ser de envidia que el Rey tenía por haberse ido a Castilla. Y anduvo iodo aquél día y noche en calma y a la mañana se halló entre la Gomera y Tenerife. Otros temas de indudable interés también fueron contemplados para su inclusión en este volumen, a cargo de destacados investigado-res insulares, pero finalmente, con esfuerzo, tesón y paciencia se ha logrado la concurrencia de diez autores, con otros tantos trabajos que muestran, en conjunto, una amplia información de la valiosa aporta-ción de Gran Canaria. La disposición de los d i e ~ tra bajos que componen el presente libro se ha establecido en razón del orden alfabético del primer apellido de cada uno de los autores. 1. Sr. D. CTPRIANACOO STAN AVARRnOa, c ido en Gran Canaria, ha resi-dido muchos años en Andalucía, en Aragón y en Asturias donde ha desarrollado una intensa labor literaria. Ha cursado estudios de Huma-nidades y Filosoh, especializándose en Lengua y Literatura latinas. Su extensa obra poética « Otra ve7 Hamletn, « Esta sedienta voz » , « Un hombre va por el camino,,, « Aire sin sombra » , « Oscuro espejo,,, « Pasión y sed de un viento que nos nace » , (( Ciudad de los Faicancs » , . Savia de tu raíz » , entre otras muchas, ha sido merecidamente prc-miada: Medalla de Plata del Círculo de Escritores y Poetas Iberoameri-canos de Nueva York, 1962; Primer Premio Dicgo de Losada. IV Cente-nario de la Fundación de Caracas, 1967; Accésit del Premio Guatemala, 1974; Premio García Larca, 1992; Casa de España, Los Ángeles ( Cali-fornia); Premio Jorge Rechany, del Consejo Superior de Educación de Río Piedras ( Puerto Rico), 1992; Medalla de Plata del Instituto de Cul-tura Americana de Tampico ( México), 1992: Medalla de Plata del Cír-culo de Escritores y Poetas iberoamericanos de Nueva York, 1995. Figura cn la (( Historia de la Literatura Canaria)) de Arliles y Quin-tana, en (( 99 Poctas de las Islas Canarias)) de José Quintana v en varias antologías poéticas españolas. Es « Ilijo Predilecto » de Arucas, su ciudad natal, miembro de número de « El Museo Canario » y de la Real Sociedad Económica de Amigos de! Puf$ de Lar, S * A. A. 11. Excmo. Si.. D. ANTONIO DE BÉTIIENCOCMKATS SIEUe s Catedrático de Historia Moderna, Profesor. Emérito de la U. N. E. D., Ex- Rector de La Laguna ( Tenerife), Ex- Decano de la Facultad de Geográfia e Histo-ria de la U. N. E. D. ( Madrid), Académico Corrcspondiente de la Real 12 GABRIEL CARDONA WOOD Academia de la Historia, Director del Seminario de Humanidades « Agustín Millares Carlon, U. N. E. D. Es autor de catorce libros y de numerosos artículos que versan sobre temas canarios. Ha participado con Ponencias y Comunicaciones en varios Congresos de su especiali-dad y ha dirigido una cuarentena de Tesis doctorales. Está en posesión de la Medalla de Oro de la Universidad de La Laguna, del Premio Canarias de Acervo Histórico, 1992, del Título de Hijo Predilecto. de Las Palmas de Gran Canaria, del de « Socio de Honor* de El Museo Canario. Es miembro de número de la Real Socie-dad Económica de Amigos dei Pais de Las Paimas. 111. Rvdo. P. D. FRANCISCCOA BALLERMOU JICAn, atural de Arucas ( Craíi Canaria) h e oi- deliado sacerdote en 1952. Es " voctvi~ e n Gel- eciio Canónico y actualmente Canónigo Doctoral de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Canarias. Ha impartido clases de Religión en el Instituto « Santa Catalina. y de Historia de la Iglesia en Canarias en el Centro de Estudios Superiores de Teología, ambos en Las Palmas de Gran Cana-ria. Ha publicado trabajos tales como « Pedro Cerón y el Mayorazgo de Arucasx, « El manuscrito de República Cristiana del Bachiller Juan Mateo de Castro., « Canarias hacia Castilla: Datos de un proceso histó-rico » y autor de trabajos aún inéditos titulados « Obispos Canarios en América » y ,> Documentos Episcopales Canarios » . Es miembro de número de El Museo Canario. IV. Excmo. Sr. D. CRIST~ BACLO LÓND E CARVAJAY LG OROSABEL, nacido en Madrid es Capitán de Corbeta de la Armada Española y Piloto Naval, can más de dos mil horas de vuelo en maniobras, pilo-tando heiicópreros. Ostenta los Títulos de Duque de Veragua, Duque de la Vega, Mar-qués de la Jamaica, Almirante de la Mar Océana y Adelantado Mayor de las Indias. Posee varias condecoraciones españolas y otras extranje-ras, siendo ciestacabie ia de ia República Popular de Polonia « For Seif Sacrifice and Braveryn por su valerosa actuación en el rescate, en alta mar, de ocho marineros polacos durante un fuerte temporal. 14 GABRIEL CARDOniA WOOD Económica de Amigos del País de Las Palmas de la que durante muchos años ha sido Secretario y en la actualidad Director. VI. Sr. D. CARLOEST AYOEL IZONDnOa, v arro de nacimiento, tras los estudios elementales ingresó cn la Escuela Naval. Es Teniente de Navío ( retirado) de la Armada Española. En septiembre de 1962 y con la carabela nombrada la Niña 11 idéntica a la del mismo nombre que Colón llevó en su primer viaje a América- realizó la travesía del Atlántico desde Palos de la Frontera hasta San Saivabor, siguiendo e¡ mismo cierrotero que Coirin en su pri-mer viaje. En julio de 1987 funda en Pamplona la asociación . Promoción Quinto Centenario de los Viajes del descubrimiento^^ ( P. V. C. V. D.) con el objetivo entre otros, de « difundir al máximo la verdad histórica de las empresas del Descubrimiento y Evangelización del Nuevo Mundo resal-tando el espíritu católico y los frutos espirituales de tales empresas. En agosto de 1992 repite la travesía en otra carabela, reproducida lo más similar posible a la Niña que formó parte en el Viaje del Descu-brimiento, denominada la Niña 111 y en cuya travesía siguió un régi-men dc oración y penitencia. Ha publicado varios trabajos sobre estos temas de navegación, tales como << Leax pedición de la Niña 113 y « La verdad sobrc la Santa María, Pinta y Niña » y pronunciado numerosas confcrcncias y charlas que revelan ser uno de los más sefíalados especialistas de historia y tkni-cas de la navegación de los siglos XV y XVI. Está en posesiún de la encomienda de la Orden de Isabel La Cató-lica y de la Gran Cm7 del Mérito Naval con distintivo blanco. VTT. Sr. D. VICENTHE ERNAKDJEIMZ ÉNEZn, a ció en la Villa Mariana de Teror, en Gran Canaria. Es Abogado y Técnico de la Administración Civii del Estado, en situación de jubiiado, ex- Direcror Provinciai dc la Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado y Cronista Oficial de la mencionada Villa de Teror. incansable investigador de la historia insular, preferentemente de la de su billa natal, cuyos resultados están recogidos en los libros ya publicados . La Villa de Terorn, « Apuntes terrenses » , « Las Aguas del Barranco de Tenoya » , ~ Teror: H istorias, semblanzas, apuntes » , y « El Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria » , entre otros. Tam-bién ha colaborado en periódicos y revistas con interesantes artículos de su especialidad. Ha pronunciado diversas conferencias y charlas y ha sido Pregonero de las Fiestas Patronales del Pino en la Villa de Teror. Es miembro de número de El Museo Canario, Vocal del Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria y miembro de número de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas. VIII. Sr. D. ALFREDO HERRERPAI QUERn, acido en Las Palmas de Gran Canaria, obtuvo las licenciaturas de Derecho y de Periodismo. Ensayista, Escritor, Historiador y Conferenciante ha tratado temas e ideas fundamentales de actualidad, entre ellos los relativos a la Paz Mundial, el papel del intelectual en la sociedad, las relaciones entre el hombre y el medio y los valores de la Ilustración y también algunos aspectos de la realidad canaria. Ha publicado un extenso ensayo de inteqretación de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, una historia de la exploración científica de las Islas Canarias en el Siglo de las Luces y una aproximación a la antropología prehistórica de Canarias a través de las colecciones del Museo Canario. Ha sido el primer Consejero de Cultura del Gobierno Autónomo de Canarias, Senador por Gran Canaria, desempeñando la Vicepresiden-cia de la Comisión Educación, Universidades, Investigación y Cultura del Senado; Director de varias publicaciones periódicas de carácter cul-tural y es colaborador habitual en otros medios de comunicación de las Islas Canarias. Es miembro de número y ex- Presidente de El Museo Canario y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas. IX. Sr. D. PABLOJ. DE JESUSY VÉLEZ- QUESADnaAc, i do en la Ciudad de Arucas en Gran Canaria, hizo los estudios de Bachillerato y de Comercio y dada su vocación por el Dibujo, tanto lineal como artístico, obtuvo la titulación de Proyectista de Instalaciones Técnicas, cuya acti-vidad ejerció durante muchos años en Las Palmas de Gran Canaria. Al tiempo accede a los estudios de Historia en la Universidad Nacional de 1 0 GABRIEL CARDONA WOOD Educación a Distancia. Por sus dotes de investigador y redactor ha sido requerida su colaboración en distintos medios regionales de difusión y como buen conocedor de la Isla de Gran Canaria fundó la (( Agrupación para Investigaciones Históricas y Prehistóricas sobre Canarias)), de la que fue Presidente. Ha dedicado especial atención a la exploración arqueológica y ha hecho levantamiento en planos de cuevas - viviendas y funerarias- en Gran Canaria, habiendo hallado, rescatado y reconstruido el (( Ídolo de Arucas » , figurilla de arcilla de unos diez y siete centímetros, datada como neolítica canaria con más de mil trescientos años de antigüedad y que se conserva - depositada por él mismo- en el Museo Canario, considerada como una de sus más valiosas piezas. Creo con otros investigadores (( Tarja 3 » , página del diario granca-nario « La Provincia » que tuvo gran proyección en el bienio 1975- 76. Ha sido pregonero de las Fiestas Patronales de la Ciudad de Arucas en Gran Canaria de la que es Cronista Oficial. Es Director Conservador honorario del Museo Regional Arehucas, miembro del Instituto Cana-rio de Estudios Históricos « Rey Fernando Guanartemex, del Centro de iniciarivas y Turismo de Gran Canaria y de Ei ivíuseo Canario. X. Sr. D. JUANJO SÉ LAFOREHTE RNANDEnaZc, i do en Las Palmas de Gran Canaria, ha cursado las disciplinas de Licenciatura y Doctorado en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense ( Alcalá de Henares, Madrid) y estudios en la Facultad de Sociología, en la Escuela de Estudios Internacionales y en la Real Academia de Jurispru-dencia y Legislación. Es Diplomado, por la Escuela de Estudios Coope-rativos de la Universidad Politécnica de Madrid y en Documentación y Biblioteconomía por la aludida Complutense. Su actividad profesional la ha desarrollado en diferentes adminis-traciones públicas dcntro de la esfera de las Relaciones Internacionales y el Protocolo y de forma permanente colabora en medios periodísti-cos, tanto locales como peninsulares. Está especializado en la historia del periodismo canario, principalmente en la de sus orígenes. Han sido publicados sus trabajos (( Orígenes de la Información y la Opinión Pública en Canarias » , (( Orígenes de la Imprenta en la Provin-cia de Las Palmas)), (( Metodología para el Análisis de la Historia del Periodismo Canario)) y « Los Primeros Años de Diario de Las Palmas)). Ha ocupado cargos directivos en varias Instituciones grancanarias y es miembro de número de El Museo Canario, del Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria y de la Real Sociedad Económica de Ami-gos del País de Las Palmas. Este « Cuerpo Patriótico » que tan vinculado ha estado con la celc-bración del IV Centenario del Descubrimiento de América, se siente orgulloso por su participación en la conmemoración del V Centenario, ! u ir, tenciiSr, este ."' G! UmeE, ir, corpGrc.& ;; s. d co! eiiciSn de publicaciones con el número Ventitrés, sea expresión material de tan loable realidad y se congratula por la desinteresada labor llevada a cabo por los autores mencionados para realizar los interesantes traha-jos seguidamente expuestos. GABRIEL CARDONA WOOD. Secretario de la R. S. E. de Amigos del País. Las Palmas de Gran Canaria. A",, t,, A, 1ooc r i g V J C V UC 1 / / d . Tres Carabelas Surge la luz de un nuevo día hacia el encuentro de una tierra nueva que ya presiente el corazón del mundo. J. H. HARTMAN La nueva aurora Palos de la Frontera. Hacia una singladura de brumas y de sueños zarpan tres carabelas. Tres carabelas que aun no saben a dónde van, qué buscan, qué avatar les espera. Lentos, los días y las noches, sobre un mar fatigado de mitos y leyendas su velamen encienden con relumbres de soles y de estrellas. Y hay un rumor de siglos que llega, entre sargazos, de unas remotas tierras. Tres carabelas, iniciales de oro sobre el húmedo friso de una gran epopeya, e, impávido en el puente de la Santa María, el futuro Almirante de la ancha mar océana. CIPRIANO ACOSTA NAVARRO Un alto en el camino en el remanso azul de las Isletas, - qué insólito fervor el dc tus olas, playa de las Canteras-. Cerca, el Castillo de la Luz intuye, como un eco de gesta, no sé qué viento o qué temblor de historia dormido entre los pliegues de sus velas. Mientras, allá a lo lejos, el Real de las Palmas trcmola, junto al mar, su blasón de palmeras imaginando, acaso, la gran ciudad futura en la que sueña. Tú, Gran Canaria, afortunada huésped - cinco centurias ya- de las tres carabelas: Colón viene hoy de nuevo al frente de cien naos corno aquéllas; todo un bosque de mástiles, un vibrante arcoiris de banderas en tu puerto recalan, como entonces, ingrávidas y esbeltas, mensajeras de paz y de esperanza, para decirte: Mereció la pena amar el riesgo, navegar las sombras, atravesar la espesa niebla de un poderoso ockano - soledad y misterio- Porque alguien dijo de improviso: [ Tierra! y, a su conjuro, allá en el horizonte, como una aurora espléndida, se irguih la inmensa magia verde, la salvaje belleza, el vivo testirnonio de una tierra aun sin nombre, la eclosión, el asombro, la presencia de un nuevo continente, corazón indomable, dueño del sol y el viento, del volcán y la selva: razas con propia voz, torsos desnudos, pueblos vivierido en par y en libertad: AMERICA. SAVIA DE UN MISMO TRONCO América, Esperanza Verde soberanía sin ocaso. Un caminar entre las espesuras de los días futuros. OCTAVTPOA Z La estación violeta América, esperanza, alto destino, rotunda voluntad de ser tú misma: hoy mido tu estatura, tu vocación de cráter por la sombra alargada de tu insomnio sobre la altiplanicie en que te yergues. América, milagro detenido. frutal polifonía, altorrelieve en que los viejos dioses ancestrales aún siguen presidiendo las ofrendas del agua, del sol y de la tierra, mientras los nuevos régulos del oro ofician la liturgia del poder y la sangre. América, pasión de verde fuego, sordo rumor de enjambre, flor de cactus, herida de nostalgias, ardiente de maizales, intemperie del mezcate, el bohío y la sabana; América del hombre que malvive y espera morir sin esperanza; del pretexto y del mito, de la promesa inútil, de la difícil paz que nunca llega. Pedestal de ceniza, cúpula de silencio para un bronco aquelarre de volcanes. Tú, América, esperanza, continente mordido por la furia de todas las codicias, crisol de razas y espiral de sueños: te vuelvo a ver, para entenderte CIPRIANO ACOSTA NAVARRO mejor, después de cinco siglos, de cinco largos siglos respirando, junto al umbral del tiempo y la distancia, tus desoladas soledades, mi- ntr: ic c! \ riejo P S C Q ~ ! d~ e ! & iC1_ o te sigue percutiendo el bronce dc tus últimas preguntas. Ser como tú. saberme trascendido por- los ríos urgentes de tu sangre, sentirme solidario de tu impulso esencial, del unánime grito que late cn lo más hondo de tu entraña. Tener sed como tú, tierra impaciente que intenlas apagarla desde cuándo. Tú, América, esperanza. Porque quiero COL-.. ,.. e , AO ,., A., ., ..; a,+, ,! A ,, h, ., U" C. YL'L b.> yUUU V Y",., YUC " C " C \ , X' ..\- LUU atravicsan la oscura quemazón de tus labios y, porque desde siempre, ando todas tus prisas y todos los caminos de tu atávica angustia, voy hacia tí, tierra amasada de silencios y lavas, de anacondas y ceibas y nopales y lunas. Xmcrica, esperanza de que iiegue cse día que has estado soñando tanto tiempo: gigantesca secuoya de mil brazos, alarido ancestral de mil gargantas, espesura quemada de mil soles, insumiso latido de mil cráteres, clamor de libertad y rebeldía trepadoras de cóndores y nubes. SAVIA DE UK MISMO TRONCO Q~ ierose ntirme espuma de tus mares, orilla de tus ríos, misterio de tus junglas, ansiedad de tus sueños. Dcscúbreme y conquístame tú, América, que tanto sabes de conquistadores. Si tú y yo conseguimos que se entrañen en una nuestras viejas raíces, si tu voz y la mía se hacen voz y denuncia de tus pueblos sedientos, aquel día trémulo de banderas y de espadas y cruces sobre la arena virgen de tus playas, no habrú sido ni inútil ni infecundo, a pesar de la niebla de los siglos y del oscuro viento de la historia. Es hora ya de que iniciemos - juntas las manos y las . coces-esa intrépida y nueva singladura que nos sigue esperando hace milenios. Será, sin duda, América, la más grata aventura, el fraternal reencuentro de tu pueblo y el mío. Un vendaval de pájaros rebeldes estremece tus venas. Multiplica tus manos y ábrelas a la arcángel cetrería que te bulle en el pecho: tus alas inauguren las nieves más cimeras, los nuevos y más claros horizontes, esa alta luz que ciega tus pupilas. Hoy he venido, América, a decirte mi mejor y más íntima palabra y a que tiendas tus brazos CIPRTANO ACOSTA NAVARRO como llamas a un viento de presentida paz, urgente atisbo de tu definitivo mediodía. Déjame amar apasionadamente la luz de tu paisaje innumerable, el polvo de tus piedras milenarias, el verde millonario de tu fronda, la excitante ebriedad de tus cantiles. el rumor de tus selvas y tus ríos, la tez cobriza de tus altiplanos, el torso abru~ tode tus cordilleras. el grito de tu sed liberadora, la amarga lluvia inútil de tu llanto, la nómada tristeza de tus indios, la anchurosa hidalguía de tus pueblos. América y Canarias: lengua común, idéntico latido, brazos de un mismo cuerpo, voz de una misma sangre, savia de un mismo tronco en que florece la rosa antigua y nueva de una « esencial aurora)). América y Canarias: tierra y hogar, besana y primavera, raíz, árbol y aroma, espiga de un trigal aún no maduro, promesa y plenitud de más altos afanes, conjunción de dos sueños y un destino. Y, en medio, ese ancho mar, labios de espuma besando sus bravíos litorales y uniendo en una sola y viva llama - tan lejos y tan cerca y tan hermano-el mutuo abra~ ode sus dos orillas. CIPRIANO ACOSTA NAVARRO Para la sed de América tu verso fue como el fondo de un espejo terso donde se pudo ver tal como era: piedra uncestra! temb! asd:: e:: FA retina que, entre una espesa bruma, ya adivina la flor de su inminente primavera. Tú, la raíz y el árbol de su vuelo, la llama que se enrosca a su cintura; tú, Miguel Angel, savia de esa dura mazorca de sus hombres en desvelo: « sudor hecho raíces » bajo un cielo de tomos zopilotes quc apresura un destino de maíz, en cuya hondura late el impulso del más alto anhelo. Por tí el indio de pálidas mejillas no volverá a ponerse de rodillas ni a mascullar rencores en su ayate. Y América, de pie, pulso seguro, mirará esperanzada hacia el futuro con ojos de quetzal y de aguacate. SAVJA DE UN MISMO TRONCO Junto a la sed del Guiniguada Rincones queridos de la ciudad vieja, refugio del alma que en vosotros sueña S~ u1. oT ORON Las monedas de cobre Soñando luz naciste un día a orillas de este mar que ciñe tu cintura e, hilando paz, fuiste creciendo, nereida entre los brazos de su espuma. Las Palmas, tú, palmera viva, inmenso rumor de caracola: más allá de las nubes, cerca de las estrellas, tu vertical empeño cabalgue sobre el lomo de tus cumbres. Junto a la sed del Guiniguada Vegueta es un balcón que respira sosiego y San Antún y Santa Ana, - dos nombres augurales- lírica piedra en vuelo. La catedral, la plaza, las palomas ... El tiempo aquí jadea como un niño dormido y Ana en su rueca de gemelas torres devana la madeja de su místico lino. Colón estuvo aquí, sobre estas piedras y entre estos muros de tu vieja ermita: qué pátina de siglos, qué hondo vaho de historia, Antón, en ellos todavía. Ciudad alegre y confiada, confía sólo en ti y en tu tesón. Y en esta tierra tuya - malpaís del olvido-dura y amarga como tu sudor. Cinco siglos y aún sigues sin descubrir tu propia identidad. Pero dentro de ti tienes la clave de tu destino de isla y de alcotán. CIPRlANO ACOSTA NAVARRO Piensas, acaso, que son tuyos el mar, la noche, el viento, la alborada ... ¿ Eres siquiera dueña de ti misma? ¿ Segura, de verdad, tienes la palma? Mientras hilas el copo de tu aventura ciudadana, vas - gaviota y carabela- definiendo tu innata vocación de pleamar. CIPRIANO ACOSTA NAVARRO Tus sueños: que ellos sean, isla azul, realidad más que utopía. Nadie mejor que tú para ayudarte. Gran Canaria: despierta. Descúbrete a tí misma. Se volverán tus manos mieses de oro, si antes fueron espigas en tus surcos. Mira siempre adelante, alta la frente: avanza y no desmayes: TUYO SERA EL FUTURO. UNA EMIGRACIÓN ETNOLÓGICA: LAS RINAS DE GALLOS EN CANARIAS Y NUEVA ESPAÑA POR: ANTONIO DE BETHENCOURT MASSIEU « En el principio debi6 existir el ocio. El lionibre vivía en el ocio y sin ocio el hombre no tenía nada que hacer. Pescar, adorar, amar, cazar-, existir no eran acciones útiles, sino actividades ociosas, profun-damente h~ imanasC. on el pecado debió venir la ncgación del ocio ... cl r~ eco i i t l r n n , e~ cribíah ace tiempo Martín Paliño. Traigo la cita a colación, porque, en efecto, el ocio ha pervivido en la raíz de la naturaleza humana, en la esencia del hombre a través del tiempo y el espacio. Constituye, pues, connotación esencial de su pro-pia humanidad. Por- eiio ha sido definido con reiteración como homa ltrdens. No es extraño, entonces, que los historiadores hayan mostrado su interés por conocer como el hombre disfrutaba de sus no niiiy abundan-tes ratos de descanso. Qué entretenimientos y deportes practicaban, porqué tales manifestaciones patentizan rasgos de su personalidad, - si la práctica es individual-, o de su psicología y comportamiento colectivo, si la realizaban en grupos, e incluso aunque fueran meros espectadores. Es también lógico que coloquen el énfasis en los jucgos colectivos o los que arrastran mayor número de practicantes, por ser los mas esclarecedor- es de la mentalidad colectiva. Finalmente: se trata de participar en el juego de alguna manera activa. Sin actividad no hay , juego. 1 ci interés por espectácuios y entretenimientos dei pasado iue moneda de circulación corriente para historiador- es de cualquier época. Al tratar ahora de reconstruir la vida del hombre y su entorno como una globalidad totalizarite, es natural que se liaya acentuado el interés por aspectos tan reveladores de la actividad humana, tanto en el campo de la antropología cultural y el Folklore, la etnología, conlo de las men-talidades, también denominado el Tercer tzivel. 3 6 ANTONIO DE BÉTHENCOURT MASSIEU Pero la dificultad radica cn la carencia de fuentes. Salvo pasaticm-pos que exigían como rasgo imprescindible la escritura, como el tealro, actividades de este tipo, secundarias, dcjan escasas hucllas. Tanto cs así, que si no fuera por las disposiciones regulando la licitud del juego y los reglamentos de policía, que la asistencia Cuera tan masiva que el fisco encucntrc en el mismo un saneado ingreso, o quC su práctica ori-gine conflictos de intereses a solventar por la autoridad judicial, desco-noceríamos como el hombre ha llenado su ocio. Corno confirmación de lo anterior- trataremos en la presente aporta-ción desentrañar- la riña de gallos en el ámbito de Canarias América, con espec��fica relación a la Nueva España en el siglo XVIII. El juego, como otras tantas cosas ( instituciones, hombres, usos y costunibres, plantas y animales) emigró de Canarias a Indias. En cada orilla del Océano cvolucionó y adquirió idiosincracia en consonancia con el carácter de sus moradores. Antes de entrar en materia, un rápido paseo por la historia. Ei gaiio de ~ ombarea, nimd doido de ur~ a~ X L I ~ U I L ~ I I A fIuMe [ ~ d , una cnorme rapidcz de reflejos y aspirante a una absoluta exclusividad en territorio tan ilimitado como sus propias Cuer~ as, p rocede de la región indo- malaya Y deriva de las variedades Bakoru o Bankiz~ rr o de la Sonnevattt . Las riñas aparecen ya en 1440 a. c. en China. En Mesopotamia se lidiaban en el siglo XVIII a. c., de donde pasa al Egipto faraónico y la Grecia clásica. Aquí fueron famosos los gallos de Tanagra v Rodas. De la Baja Edad Media tenemos referencias en la Península, alcanzan ya alta fama el gallo jerczann. De la Baja Andalucía debió difundirse por todo el ámbito atlántico. De un lado alcanzó los Países Bajos e Inglate-rra. Es fama quc se jugaban en Amberes y no es de extrañar dada la pasión por el juego y la especulación desari- ollada al amparo de la Bolsa. Grandes maestros como Synder, Fitt, Kondar-, etc. nos han dejado lienzos importantes. En Ingiaterra tuvieron gran auge hasta su prohibición bajo el Protectorado de Olivei- o Ci- onwell. Pero luego reco-braron todo su esplendor. A Hoggart le sirvieron de pretexto y aún se conserva en Saint Aller una taberna donde se corrieron gallos. A Indias, emigraron desde Canarias, donde se adaptaron a la per-fección desde muy temprano. Durante la travesía se jugaban en las LAS KINAS DE GALLOS EN CANARIAS Y NUEVA ESPANA 37 cubiertas de las naves de las flotas para reducir el hastío de la navega-ción, desde el XVI como ha probado Fernández Duro. De las Antillas, donde prendieron con enormc fuerza, sc extienden como mancha de aceite por la Nueva España, el lstmo y Sudamérica, para llegar a Filipinas, donde tuvieron extraordinaria acogida, sin que fuera menor la de las 13 colonias ingleses en América del Norte y des-pués los Estados Unidos. Rccucrden el ncgro con su gallo de la serie Raíces. En todos sitios han permanecido con fuerza. Valgan tres testi-monios literarios: El covonel no tielze quien le escriba de García Már-quez, Don Segundo Sonzbra de Ricardo Güiraldes, o la deliciosa escena del reñidero que nos describe el inefable Juan Ramón Jiménez en Pla-tero y yo. Por traer a cuento unos pocos ejemplos, entre muchos exis-tentes. Pero si queremos entender lo que represento el juego de gallos durante el Antiguo Régimen, tanto en An- iérica como en el Viejo Mundo, tenemos, coino paso previo, que despeja1 la siguiente incóg-nita: ievzcei- varon uiz problernu social? En todas las latitudes al espectáculo se añadía - y añade hoy- un atractivo más: la apuesta a favor de uno de los contendientes en la lucha a muerte que los enfrenta. El margen de inseguridad en la victoria, las ocasionales manipula-ciones y el exceso en las apuestas son la\ tachas que apuntan los mora-listas contra su licitud. Y entre ellos los obispos y arzobispos de Nueva España que en la segunda mitad del siglo XVII ponen en tela de juicio la licitud ante la Corte y el Consejo de Indias, llegando a ofrecer pagar de su bolsillo las cantidades que recibía la Real Hacienda. Pero ya en el XVIII la duda no va por este camino; pues a la ilicitud del azar y la manipulación, añaden una motivación social: una afición desmesurada acarreaba el abandono de las obligaciones laborales y domésticas y lo que para los Ilustrados era peor: conducía inexorable-mente a! íriás grave de los pecados, al ocio. Tacha social tan perjudici~ ii a la sociedad como a los intereses del Estado y poder del Monarca. María Jcsús Saravia lo ha estudiado en su sugestivo libro El j t q o de G'ullos e12 Nueva Espatla. El planteamiento de la licitud produjo una amplia polémica que cruzó en parte del reinado de Carlos TT e inicios Diferentes aspectos de una riBa o pelea de gallos. Bajo relieve en piedra natural procedente de un templo griego ( Aprox. siglo V a. de C.) que se conserva en el Museo Británico de Londres. LAS RI& M DE GAUOS EN CANARIAS Y NUEVA ESPARA de Felipe V, quien por R. C. dada en San Tldefonso, el 21 de marzo de 1721, despejó la incógnita, admitiendo en América las riñas de gallos, siempre que las apuestas « / iueuan moderndas » , se « juegue poco t sin malicia » , pues las peleas « Ton por su natt( rale~ ui t~ ocentes~ e, n czllas y S L ~ wI zalzcia » En la disposición se justifica la inteivención real en beneficio de sus súbditos su seguridad, con el fin de preservar al juego de la nota de juego de azar. En otras palabras, para evitar lo que venía sucediendo entre 1668 y 1723 en que estuvieron prohibidos en Nueva España a petición de la casi totalidad de la jerarquía eclesiástica. Y de paso que se autori~ abae, l Rey aprovecha parte de las transac-ciones como ?- entue ~ tuncadad e la Hacienda. Las galleras o reñideros se arrendarían junto con los naipes mediante concurso y remate a favor del mejor postor. El primer arrendatario, fue don Isidoro Rodríguez La Madrid, jno les suena el apellido? Verdadero promotor del expediente de licitud y que hacía muchos años venía ganando mucho dinero con la práctica subrepticia del espectáculo. Gracias a formar parte de las rentas estancadas conocemos bien su trayectoria e incidencias entre i 728 y i 79 1. Soio unos datos: ei valor de remate por décadas oscilaba entre los 105.000 v 21 0.000 pesos con un producto global para el período de 1.474.228 pesos ( Savaria Viejo), pasando según Humboldt su valor anual de 41 . O00 pesos en 1746 a 45.000 en 1803. Para hacernos una idea: producían los gallos el doble del estanco de la nieve y un tercio de la de naipes. Todo Centroamérica y las Antillas siguieron el modelo novohis-pano, y ya en el siglo XIX, como en España, en Cuba y Puerto Rico, el producto de los gallos se concedía a instituciones benéficas. Podemos decii- que en el Nuevo Mundo, el juego de gallos pasó de la ilicitud a renta de la Hacienda real. ¡ Más legal, imposible! En Tenerife - con diferente cronología- sucedió algo semejante. Las riñas estuvieron prohibidas entre 1787 y 1795, 18 años. Año en que fueron declaradas ilícitas y su licitud reglamentada por una Carta- Orden de Carlos IV. De todas formas es necesaria una matización derivada del escalona-miento cronológico. Mientras que en Nueva España el origen estuvo en la presión de la jerarquía eclesiástica, con apoyo de las civiles. En 42 ANTONIO DE BÉTHENCOURT MASSIEU mayo de 1795 firma su Car ta- Orden. Para el Consejo, los gallos gozan « de la ventala de w r I ~ C I I UISza, n estos e znocentes t' logia también por ahora dfrtraev a aquellos habzluntes de otros pasatietnpos vtciosos y pev-pdzczale~ u w s pevxmzs > famzlzas » En efecto, en Canar- las no había casi otra diversión, como no fuera la lucha, el palo v las peleas de b, irdmos y carneros o las carreras de caballo a pelo El largo pleito y sus vicisitudes me han permitido reconstruir como ci, iscul- ri2n peleas ei, Cufinrius y ci; mí; arar! as con las de Indias, a donde indefectiblemente pasaron de estas islas. En Canarias como en América el gusto por los gallos procede del siglo XVI, pero fue en el XVII cuando se extienden, a causa del papel preeminente que juega el campo, después de una etapa de vida gue-rrera. Es cuando los juegos y deportes pop~ ilares adquirieron carta de naturaleza, frente a los deportes cal~ allerosq ~ iep redominaron cn el qiiiiiientos, como afirma CéspecIes de! Cris! i!!~. . A mcdi-? doc de! s. X17! los gallos rebasan el carácter de juego privado, para adquirir su carác-ter de público, como asevera Saravia Viejo para Nueva España y se cleriva de las declaraciones de testigos y peritos cn cl pleito lagunero, « lo que es ptíblico, cierta y notovio » , pues desde mucho antes de ini-ciarse la centuria, La Laguna « está en posesión del juego de gallos.. También dc otros documentos, sc desprende que estaban extendidos por otros lugares c islas, llegando a convertirse en el entretenimiento por antonomasia del insular. Pero vavanios por partes primero La Laguna, como espécimen del Archipiélago, y, luego, Nueva España, en representaciún de las Indias. Los gallos era un espectáculo popular, que presenciaban desde los estratos inferiores a los privilegiados. Al igual que en otros parajes, las riñas poseen unas connotaciones de estirpe aristocrática. Aquí, los hacendados las fomentan y prestan los patios canarios de sus mansio-nes como reñideros. Es clave la participación del grupo hegemónico, porque las personas nobles preservaban el método y al ser sujetos de honor y distinción se responsabilizaban del buen orden en el trans-curso de las mismas, dando un tono de mesura, incluso a los perdedo- III ESTANCIA DE CRISTÓBAL COLÓN EN EL REAL DE LAS PALMAS EN AGOSTO- SEPTIEMBRE DE 1492 POR: FRANCISCO CABALLERO MUJICA El doce del presente mes de octubre, tu\ e la lortuna de visitar, cn cl puerto de Hiielva, la carabela « Santa María,,. Junto a ella, a popa y proa, respectivamente, estaban ancladas la « Pinta » y la << Niña, T). u ve, entonces, en mi interior, dos sentimientos contrapuestos: la pequeñez c insignificancia de las naves y la grandeza dc la empresa americana con sus cunsecuencias universales. No sospeché en aquel momento, quc dcbiera intervenir en este día y en esle lugar, con sus tripulaciones. en la santa misa que celebramos, centro y culmen dc la vida cristiana y si, me lo permitís, de la propia \ ida española de todos los ticmpos. Y es que la fe en Jesucristo informa nuestra Historia, con las luces y sombras propias de nuestra raza. Con una misa, en el Puerto de las Isletas, el 24 de junio de 1478, cornen~ óla conquista dc csta isla. En esa precisa fecha, en este miii- i- io liigar, sc estableció el Real, embrión de la Muy Leal y Muy Noble Ciu-dad de Las Palmas de Gran Canaria. En este mismo espacio que hoy ocupamos, ya habían edificado los expedicionarios castellanos la primera ermita dedicada a San Antón, catedt. al pruvisiurial d e señora Santa Ana » , después del 20 de mayo de 1483. Aquel primitivo templo, testigo de grandes acontecimientos de riiiestr- a historia canaria, fue reconstruida en el siglo XVIII, la ermita que nos cobija. En este recinto y en la plaza inmediata, fueron sepultados misione-ros y capitancs, soldados y clérigos, hoy testigos mudos, como entoii-ces, dcl paso por csta ciudad del Gran Almirante de la Mar Océana, en sus viajcs a lo desconocido, primero, y al continente nuevo, después. Y « ( w e3tu snnto lugar oró Colón*, proclama la lápida en la fachada de esta h~ imilde crmita, colocada con motivo del IV Centenario del S 2 FRANCISCO C,\ RAT. T. F. RO MIJJICA Descubr- irnienlo de Arriérica. Con otros actos singulares celebi- 6, ade-más, nuestra el 12 de octubre de 1492: E. 1 moiiumento al Almirante en la alameda que lleva desde entonces su nombre, con otros actos religio-sos, literarios y niusicales. Junto con Madrid y Huelva, Las Palmas de Gran Canaria for- rn6 la tripleta de capitales españolas que celebraron aquel acontecimiento. Y todo ello fue posible porque Cristóbal Colón en agosto- septiem-bre de 1492, estuvo en la entonces Villa del Real de Las Palmas. Las pruebas históricas de su estancia son tcrminantcs. En efecto: El cluncs, sei.\ rle ugosto ( le 1492, . sulftj o desencasose el gover- riavio a ltz carabela Pinra, dorzde iba ,2i[ artírz Alo~ iso Pinzón ... Viéiidose al Ab7iira1zte eii gr( 217 t~ trbi~ cid~ nO 1Y1 0 jmd~ r( ¡ ~ L I ~ ( uA Ylu d i c h cumhela ~ i. T~ IApze li gro » . Pudo componer lo la ti- ipulacinn, pues el martes, siete de agosto, El jueves, nueve de agosto, al alba, están Ins tres naves a la vista de Gran Canaria, al esk de sus costas, p. x e. c. e evidente que, en tales circunstancias, Colón no desembar-cara en Gr- a11C anai- ia. En la tarde del domingo, doce dc agosto, arribó a la Goniera, pei- o no tomó tierra de inmediato. Supo a bordo dc la CRIST~ BAL COLÓN EN EL REAL DE LAS PALMAS 53 « Santa María » que no había en la isla navío disponible, informándole, además, que « de crvza lzor- u a oti- a » , llegaría procedente de Gran Canaria la señora de la isla, la célebre Beatriz de Bohadilla. Aquello d e uvla hora a otra,,, se convirtió en doce días de estancia sin que la dama apa-reciera. Tmpaciente, v sin noticias de Alonso Martín Pin~ ónr, e torna Colón con la santa María » v la « Niña,, al Real de Las Palmas. Diez días, entre el veinticuatru de agosto y dos de septiembre, per-ninneció Colón y la totalidad de la tripulación de las tres carabelas en nuestra ci~ idad. E n la rada de San Telmo, quizá, la más cercana al Keai, tuvo arreglo ia « Pinta » y sc dotó a la « Niña » de vela « redonda, porqzie era latilza),, la quc tenía. El dos dc scpticmbrc, zarpan para la Gomera, y de su había capitalina. el seis del mismo mes, enfilan las rutas desconocidas del nzaue teizebuostiili. Por fin, el 12 de octubre, vier-nes, se produce el descubrimiento de América, amanecer de una nueva cdad histórica. Lástima que las actas de nuestro Cabildo Catedral v del Concelo de Gran Canaria de aquellos aiios prelios y posteriores al Descubrimiento de América, se hayan perdido. Sin duda, encontraríamos en ellas noti-cias de Coion v de sus expedicionarios. Nuestra itiiaginacióri pudiera suplii- parcamente, conio en aquellas actas solía hacerse, los actos reli-giosos -- las colaboraciones prestadas, propias de la iiiagriitiid de la empresa, pues algo más que un gobernalle y L I I v~ e la redonda necesita-rían aquellos marinos. La estancia dc Colón y de las naves onubenscs cn nuestra isla, fue un eslabón preciso y neccsario que sc cnlazó muy pronto en los qucha-ceres americanos procedentes de España y- quc de América volvían. Otrus descubridores y otros cxpcdicionarios, acudirían a Gran Canaria, rn fecha5 diversas, para complctar singladuras y horizontcs hasta casi completar la geografía universal. Y esa legítima gloria de España, se intenta hoy vilipendiar. Los renovados filibusteros de la mentira y sembradores del odio, tratan de ,.-- L..- A:.. .. . x-.. --.. + - A - - 1-.. -- A:-- - L 1 - - .-- J LUiiiUllUll 3 G l l ~ U I l U l i pul LUUUU 1UU IIICUIVU qUC UllISCISlL I I I h [ ItIUCl Ohllb resortes dc comunicación actuales, a ingenuos e ignorantes, y cuando parecen cultos v científicos, sólo se les brinda la visión sesgada de la verdad histórica, partidista e ideologizada. Son los clásicos peritos de la confusión y del error por sistema. ¿ Cuál es la última razón de esos ci- iterios y de esas campañas? No pue-den escapar a un análisis sereno v objetivo, ciiyo i. esultado ser6 siempre el 5 4 FRANCISCO CABALLERO MIiJICA odio ancestral y visceral de los exponenles de \, erdades a medias y de la calumnia en su totalidad. En el caldo de cultivo de sus rencores, está una realidad para todos ellos inaceptable: A España jamás se le perdonará que haya descubieri « y evangelizado todo el conjunio de las naciones hispa-noamericanas. Este, según ellos, fue el graii pecado de España. Así se explica la agresiva contestación que, en ambas orillas del Atlántico, está recibiendo la conmemoración del V Centenario del Des-cubrimiento y Evangelización de América. A ello está contribuyendo la vergonzante siembra de sucedáneos que tratan de encubrir la real sig- . . : C : - - - : L . - A - 11- - - l - - - l 1. .---- . L .--- lllllLdLIIJII UC d q U C l l d C l l l ~ I l C > dL UlUbdl, LUI1 > U> 1ULC> Y LU11 > Ub > UIIIUld>, va que no fuei- on ángeles los realizadores del descubrin~ ientoe, vangeli- 7ación e incultui- aci6n de tantos pueblos y naciones. Se acusa a España de genocidio, de destruir la cultura de los pue-blos americanos. Sólo la malicia y rencores insatisfechos, pueden sos-tener tales calumnias. Si para cierta cultura contcmporánca a la espa-ñola de entonces el indígena muerto era el más útil, no fue así para España, muy a pesar de los atropellos contrastables. Basta contemplar hoy los indígenas americanos, de la más pura raza, que pueden con-te::: p! a:--. e en tndar ! as naci~ fiesh isp~ fimrnericanasE. !! Qs ser, ! es mejores testigos de la realidad contraria a tales afirmaciones. Y respecto a la cultura nativa americana, cs harto sabido el axioma indiscutido, común a todas las regiones del mundo, que pucstas sus culturas con otra de nivel superior, se empobrecen, aunque pudieran permanecer valores comunes. Negar esta verdad en AmCrica, podría inclinarnos a aceptar en la actualidad fenómenos como el caniba 1i' smo, los sacrificios humanos y otros abusos como exponentes rclcvantcs de una « cultura » indigna del ser humano. Oiras niiiclias actitudes apasionadas y partidistas, pudiéramos exponer. Pero, antes de terminar, pei- mítasenos dos ideas que bien pudieran servir de aviao a navegantes de tierra adentro. Obsememos que los detractores de la empresa española en AmCrica . - .- - .- ~ i c i i c i i , en sus moradas, tejados de frágil cristal. Cüalqüicr picdrcci:~ les dejará a la intemperie. No se puede calumniar cuando el genocidio sistemático americano lo realizaron sus progenitores en inmensas regiones de aquel continente, donde el indio está hoy reducido a la mínima expresión numérica. Que en los territorios que foiman las actuale5 naciones hispano-americanas, mer~ eda la Tglesia v a la coi ona española, se propago la CRISI'ÓBAL C O L ~ KEN EL REAL DE LAS PALMAS 5 5 cultura castellana y europea, con la creación de las doctrinas y univer-sidades, la introducción de la imprenta y la protección de las lenguas indígenas, con el establecimiento de hospitales otros centros asisten-ciales, etc., etc. No obstante, hubo logreros, abusadores, criminales. No faltaron correcciones severas, y la admirable legislación contenida en las Leyes de Indias, es fehaciente testimonio de ello. España no tiene por qué avergonzarse de su empresa americana. Ni los espatioles de hoy, tampoco. Simplemente aceptamos aquella Histo-ria como realmente fue, y la asumimos en su tolalidaci, con todas sus iucea j curi ivdas aus aorri'orns. Nos vicnc a la memoria, unos vcrsos del extremeño Gabriel y Galán, que bien pudieran resumir tantos episodios ejecutados por hombres, que no ángeles, en las tierras americanas. Dicen así: « De luz y de sombras, soy, y quiero dejar de mí en post rtibiisia y santa semilla, de esto que tengo de arcilla. de esio que iengo de Dios » . Quiero desear a la tripulación de las carabelas colombinas que nos acompañan, la m& feliz de sus singladuras atlánticas en su viaje a América; la bendición del Señor v el amparo de la Virgen de los Mila-gros, patrona de Palos de la Frontera, donde otrora rezara Colón y expedicionarios onubenses antes de zarpar hacia lo desconocido. Las Palmas de Gran Canaria, domingo, 27 de octubrc de 1991. LAS CANARIAS Y LA PRIMERA TRAVES~ A DEL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO POR: CRISTÓBAL COLÓN DE CARVAJAL Y GOROSÁBEL DUQUE DE VERAGUA Antecedentes Cuando daba comien~ oel mes de ' igosto del y,~ l ejano año de 1492 la pcqucña flotilla colombina, comp~ iesta por la nao « Santa María)) v las carabclas « Pinta » \. « Niña » ,~ iltimabas ~ isp reparativos para la par-tida. El proyecto había pasado por innumerables dificultades y Cristóbal Colón había tenido que escuchar por doquier juicios y comentarios adversos a su original idea de aicanzar ias costas de Asia navegando hacia el Oeste, surcando el océano. En las postt- inierías del siglo XV, el inundo conocido para el hom-bre europeo se reducía a su propio territorio continental, a las regiones de Asia,& las que tenía conocimiento a través de las nar. raciones de viajeros como Juan de Mandeville o Marco Polo, y de Africa o Lihia. La fantasía ' j la leyenda cubrían los liuecos por- las lagunas del saber medieval y tejían un mundo de sombras rnonstr- iiosas que alcanzaba incl~ isoa las nientes más prikilegiadas. Hacía ya bastantes años que Portugal, al hallarse libre todo su terri-torio dcl podcr musulmán, había dedicado su energía a la navegación akicana. Aunque con retraso, las naves andaluzas también se habían lanzado a las navcgacioncs atlánticas. Surgido el conflicto de intcrc- - l."? -" A *--..**:- ..-- " 1 -* L.:+*..:?. a- 1 D-..,. kT:,.,. lA" T T -..:-- J L J , ~ L I I V ~ LJL ~ L L V ~ L L J I LCUI I ILLV IL ai ai v i r i a ~ cuc - i i apa ~ u ~ ~ v v~ cyuliaci i, por la Bula Romanux Pontifex de 1555, concedió a los portugueses las islas, puertos, costas y mares a descubrir más allá del cabo Bojador en la costa africana. Pero Castilla no quedó satisfecha y aprovechó la gue-rra por la sucesión al reino castellano para volver a plantear el reparto de los archipiélagos atlánticos y de las tierras ya exploradas de la costa africana. 60 CRTST~ BAcLo 1.6~ DE C4RVAJ41. Y GOROSAREI Los Reyes Católicos, desde el coinierizo de su reiiiado en 1474, cori-cedieron a sus súbditos licencia para navegar a Guinea. El consiguiente conflicto surgido con Portugal dio lugar a que l~ iesena presados barcos por ambas partes y el viaje alricano se conviriió en un peligro tal que los castellanos llegaron a or. gariizar armadas en toda regla como medida de protección de las carabelas propias. Pero al terminar la guerra, Portugal y Castilla firmaron la paz en Alcapmas el 4 de septiembre de 1474, que sería ratificada en Toledo ciii afio despciés. En el tratado figuraron aspecto políticos sobre la suce-sión a la Corona de Castilla, a la vez que se creo la base de una paz duradera en ei Atiríntico Se acordó que correspondiese a Portugai ia posesión de las islas Maderas, Azores g Cabo Verde y se le reservaba en exclusiva el dominio de Guinea y de otras iierras e islaa que se encon-traran navegando desde « Canarias para abajo)). A Castilla sc le recono-ció la posesión de las Canarias y (( todas las otras islas dc Canarias ganadas o por ganar » . Estos hechos históricos, previos al Descubrimiento dc America, son trascendentales tanto para conocer aspectos de elección de la pri-mera derrota atlántica por Cristóbal Colón como para cntcnder la con-troversia surgida entre Casriiia y Portugai cuando ambos reinos tuvie-ron conocimiento del descubrimiento colombino de unas islas allende la mar y que no estaban comprendidas cn cl reparto dc Alcacovas- Toledo. En la madrugada del día 3 de agosto, en el puerto fluvial de Palos de la Frontera se registraba un movimiento mucho más numeroso dcl habitual. Todos los marinos debían embarcar al amanecer. Cristóbal Colón y los hermanos Pinzón se trasladaron en barcas, desde la orilla hasta la nao y las carabelas que suavemente se mccían cn las aguas, mitad dulces, mitad saladas del fondeadero. El navcgante, al dcspcdirse con todo el cariño paterno de SLI hijo Diego, que hasta ese último momento le había acompafiado, lo dejó bajo la custodia dc un vecino llamado Juan Rodríguer. Cabe~ udoy del clérigo Martín Sánchez. quienes asumieron el compromiso de lle-varlo a Córdoba donde quedaría al cuidado de Beatrir. Fhr íqiiel dr Arana. CANARIAS Y LA PRIMERA TRAVESÍA DEL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO 6 1 El Almirante mandó levar anclas y estas zarparon, poniéndose los bar-cos en movimiento arrastrados por la suave corriente producida por la marea vaciante. A eso de las ocho horas cruzaban la barsa de Saltés. en la conjunta desembocadura de los ríos Tinto y Odiel, iniciándose la travesía. Atrás quedaban todos los sufrimiento, sinsabores y burlas acumula-dos a lo largo de los siete años de espera en Castilla a los que debían sumarse su previa estancia y fracaso en Porlugal. Se amontonaban en su memoria los recuerdos de la Corte, los de Luís Santangel y de todos los amigos que le habían ayudado, los de los frailes de La Rábida que tantas veces le sirvieron de consuelo y a quienes recurrió con éxito cuando se había encontrado con problemas que parecían irresolubles; los de su inseparable hermano Bartolomé que entonces se hallaba en Inglaterra o tal vez en Francia cumpliendo con el encargo de exponer allí su plan si faltaba el apoyo de los monarcas españoles. Muchas imá-genes más flotaban en su mente como la « Santa María » lo hacía en aquellas tranquilas aguas del Atlántico andaluz. El primer destino de la pequeña flotilla sería las Canarias. Consti-tuía una escala obligada porque las islas se hallaban situadas en la derrota de los vientos alisios que habían de empujarles a lo largo del Océano. En e¡¡ as podrian compietar- su provisirin de iena para los fogo-nes, el relleno de los barriles de agua dulce para consumo de las dota-ciones v adquirir quesos, carne, animales y vegetales frescos con los que al~ meritarsee n la 11- avesía, q ue se espeiaba larga, hasta que alcan asen la China de que hablaba Marco Polo. La travesía y avenas de la Pinta El relato colombino no añade nada más para explicamos cual fue el camino que tomó para el arcliipiélago. Hemos de recurrir- a Baltasa~. Veller- ino de Villalolms quien nos describe la derrota hasla las Canarias partiendo de Sanlúcar de Barrameda, lugar. no muy alejado geográiica-mente de la desembocadura del Tinto y el Odiel. Por- Vellerino sabemos que ia travesía se iniciaba navegando ai Surcstc cuarta ciei Sur hasta quedar a la altura del cabo de Cantín, en la actual costa marroquí y desde allí se arrumbaba a la punta de Naga, en la isla de ~ enerife*. Por lo anterior deducimos que el Almirante navegó hasta las proxi-niidades del cabo de Cantín. Allí cambió el rumbo y navegó en demanda de la isla de Lanxarote. 62 CRISTÓBAL COLÓN DE CARVAJAL Y GOKOSÁBEL De los primeros días de navegación nada sabemos a excepción de que los buques navegaban a buena marcha con vientos largos de la aleta a la popa corrcspondientes a los vientos alisios del Noreste que soplan en esa época del año. El lunes 6 de agosto a la « Pinta » le saltaron los hierros de refuerzo de la pala del timón. Tuvieron que arriar las vclas y la & anta María » que venía por la popa de las carabelas, les dio alcance. El Almirante preguntó a voces por la importancia dc la avería pero no pudo ayudar-les por impedirlo el estado dc la mar. Martín Alonso Pinzón llevó a cabo una reparación de fortuna por medio de unas cuerdas y en el dia-rio queda constancia dc la buena opinión que tenia de él Cristóbal Colón cn aquellos días. Sin embargo, del incidente queda escrita la sospecha de que la avería se debiese a un sabotaje llevado a cabo por Gómez Rascón y Cristóbal Quintero, éste último propietario de la carabela, quienes no deseaban llevar a cabo el viaje. El hecho de figu-rar los nombres parece indicar una cierta seguridad en la sospeclia. Ésta se basaba en que antes de partir va se habían descubierto varias irregularidades en el buque causadas con ánimo de que la embarca-ci6n no partiera de Palos. Al día sigiiiente volvió a saltar- el timón cle la « Pinta » , l o cc! al no es de extrr~ ñarp iirs n: ivegrinc! o ron virntcrs !-? rOa- n-.: trabaja bastante. Volvió a repararse de manera andoga a la anterior y siguieron rumbo. El día 8 de agosto Cristóbal Colón manilestó en el diario hu mien-clGn de cambiar la « Pinta » por otra carabela piitts, aparte del problema del timón, su casco hacía agua Esta decisión ~ ondi~ ionmóú s tarde > de for rna notable la estancia j los mo\ iin~ eritosd e la flotilla en el arclii-pielago. Recalada en Canarias, Colón llega a La Gomera Los momentos de espera motivados por las averías de la « Pinta » hubfuxd esXv, iuduv Ius : iu.,. es de derrota, Yrn iricxTitui? Ie ; h3ti-miento hacia el Sur- oeste motivado por el viento y las corrientes de la 7ona. La flotilla debió pasai- a poniente de Alegranza, La Graciosa y Lanzarnte. Con las primeras luces del alba del 9 de agosto avistaron las islas. Se liallabari próxinios a Gran Canaria. Sin embargo ni ese día ni los dos siguientes pudieron acercarse a tierra poi- causa del viento en calma. No se sabe con exactitiid el lugar en que se hallaban en el CAVARTAS Y 1. A PRIMFRA TRAVESÍA DEL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO 63 momento de ver tierra, pero lo más probable es que Cuera al Noreste de Punta Sardina ( extremo Noroexte de la isla de Gran Canaria). La noche del día 1 1 o la madrugada del 12 volvió a saltar el alisio y el Aln~ iranteto mó la decisión de dividir la flotilla. Martín Alonsu entra-ría en Las Palmas mientras él con la « Santa María » y la « Niña » , se diri-giría a la isla de La ~ oiner- a3D. e esta forma podrían buscar una cara-bela para sustituir a la « Pinta » en ambos puertos al mismo liempo. En caso de no encontrar sustituto se 1- epai. aría la carabela en Gran Cana-ria. Iicliipu atr6s, Ci- ist6bai Ci>: 6i1 liabia coiiocido eii la Cor- te a Doría Beatriz de Bobadilla, sobrina de la marquesa de Moya, que había con-traído matrimonio con Hernán Peraza, primer conde de La Gomera. Según nar- ración de la época4 era sabido que el matrimonio entre ambos había sido promovido por la propia Reina Isabel 1 dc Castilla como forma de alejar a la dama de la Corte al advertir que el Rey se le aficionaba demasiado. En aquellos momentos, Colún pensaba recurrir a Doña Beatriz, que pnt- entonces estaba viuda, para que le ayuclase a encontrar la carabela qüL & n: andu'; u, i.! cí;: üb! ado na- b. rgaci& i hasta La Gomera bien pudo hacerse cn 20 horas5 y cl Almirante con sus dos bar-cos lleg6 al anochecer del 12 de agosto a la isla. Al llegar mandó el batel a tierra y este regresó a bordo a la mañana siguiente informando de que no había ningún navío en la isla y que Doña Beatriz de Bobadi- Ila sc hallaba en Gran Canaria, a donde había viajado a bordo de un navío de cuarenta toneladas propiedad de un tal Grajeda y que espei- a-ban su regreso en breve. Ante aquellas noticias, el Almirante resolvi6 esperar en la isla la llegada de la dama y, sobre todo, del buque en que viajaba. Colón y Pinzón en Gran Canaria P . , ~ + , * . LI r IA- -..- D.-- A- ----- A---:.. iarv. v- Ci~ iviii LlLia ~ U rL ii i~ viiS e L i i L u l i r l ai i d en Las Pa: mas act~ iandos egún lo acordado, pero la realidad era bien diferente v éste no consiguió entrar en el puerto de Gandoh hasta el día 24. Lo aconte-cido a la « Pinta)) y la derrota que siguió entre las fechas I 1 y 24 \ » lo alcanzan el nivel de conjetura. Bajo el punto de vista náutico, es de suponer que el viento no permitió a la « Pinta)> re montar Punta Sardina y La Isleta, motivo por el cual su capitán se vio obligado a bordear toda 64 CRIST~ BALC O L ~ NDE CARVATAL Y GOROSÁBFI la isla por el Sur. Este ra~ onamientoc oncuerda de forma plena con la entrada en Gando en lugar de hacerlo en Las Palmas7. Parece lógico pensar que en un principio el capitán Palermo pretendía entrar en la capiial de la isla, no sólo porque así lo había mandado el Almirante sino porque en su piierto existirían mayores posibilidades de encontrar una carabela adecuada para el cambio que se proponía, sino también mayores medios de reparación. De igiial manera, en la capital se encontrarían f~ incionariosr eales y éstos, con su inil~ ienciap odrían agi-lizar los trámites y ablandar voluntadcs a la vista de la importante misión encomendada a la flotilla por los Reyes. Mientras tanto, el tiempo pasaba Cristóbal Colón se impacien-taba cspcrando en La Gomera la arribada del navío de Grajeda. El día 15 de agosto, partió de dicha isla un carabelón8 para Gran Canaria; en él embarcó un mcnsajcro con el encargo de informar a Martín Alonso de la llegada a La Gomera de la (( Santa María » y la « Niña » . Esto parece indicar que como cl destino del barco era la capita1, allí era donde debía encontrarse la « Pinta » . Pero el carabelón debió encontrarse en su derrota entre las islas con el mismo viento contra-rio que obligó a la « Pinta. a bordear Gran Canaria por el Sur y que corresponden a los vientos del Noreste predominantes en la zona en esa época del año9. El día 23 de agosto, el Almirante, que seguía sin recibir noticia alguna de unos ni de otros, al ver que cambió el viento al tercer cua-drante, resolvió navegar con sus buques a Gran Canaria v partió de La Gomer- a a la mañana siguientelo. En el camino, navegando los dos buques colombinos con viento favorable, dieron alcance al carabelón, que había salido de puerto nueve días antes. En la mar, Colón recogió al mensajero enviado con anterioridad y continuó navegando por el sur de Tcnerifc a buena vclo-cidad. Esa noche, presenciaron algo extraordinario, cuando sc cncon-traban a corta distancia de la isla. Hernando Colón lo describe así: « de cuya montaña vieron salir grandísimas llamas, de lo que maravillán-dose su gente, les dio a entender el fundamento y la causa de tal fuego, comprobando todo con el ejemplo del monte Etna de Sicilia y de otros muchos montes donde se vería lo mismo,,. Cristóbal Colón navegó por la costa meridional de Gran Canaria y el sábado 25 de agosto entró en puerto. Allí fue donde sc enteró de la noticia de que Pinzón, a quicn creía en tierra desde hacía tiempo, había arribado el día antes. CANARIAS Y LA PRIMERA TRAVESIA DEL VIAJE DEL DESCLBKIMltN 10 6 j El Almirante se dirigió con la « Santa María. y la « Niña » a la ciudad dc Las Palmas, pues éste era el lugar donde pensaba que se hallaba Martín Alonco con la carabela . Pinta)), ya que así lo había acordado al separarse. En este punto, el « Diario » así lo afirma cuando expresa << Des-pués tornó el Almirante a Canaria y adobaron muy bien la " Pinta"...)). En el mismo sentido escribió Hernando Colón: « ... se propuso arreglar-en Canaria dicha carabela ... » . Entendenios que con el nombre de « Canaria » se referían ambos a la ciudad de Las Palmas, de acuerdo con la terminología geográfica que sc cmplcaba rii la Cpca, p e s e n ! as iiarracioiics de aiiiibos se t- ncueii-tra repetidas veces el término das Canarias » para referirse al archipié-lago y da Gran Canaria » para indicar la isla1'. En la capital de la isla debió enterarse que Pinzón, se había visto obligado a entrar en Gando. Tal vez el motivo fuese que después de repetidas averías y sus consiguientes reparaciones, la pinta » acabó perdiendo el timóntn lo cual le impidio navegar a partir de este momento. Si esto aconteció en las pi- oximidades de Gando he explica la obligada entrada en este puerto. Desconocemos si la entrevista entre aiiibos ocüi- i- i6 eii üii lugar LJ oii- o. Eii ciiaiuuier caso. Soión sc -, entero a su llegada que la carabela averiacla se encontraba en el segundo puerto y, al conipi- obai que Doña Beatriz había partido de regreso a La Gomera y que no había en Las Palmas ningún barco que sirviese par- a la sustitución que pretendía, se debió dirigir a Gando con los dos barcos que llevaba. Allí quedaría reunida la flotilla después de dos semanas de reparación. Reparaciones de los barcos A la vista de las dificultades surgidas, el Almirante que no estaba dispuesto a perder más tiempo persiguiendo al navío Grajeda, a lo que habría que sumar el necesario para el trasbordo de las mercancías que llevaban. Por ello, renunció al cambio de los barcos y determinó repa-rar la carabela de Martín Alonso. Al verse obligados a pasar unos cuan-tos días en puerto mientras se calafateabalZ el casco de la « Pinta » v la herrería de Las ~ a l r n a s ' h~ ac ia un timón nuevo para sustituir al que había perdido, y que pudo ser la razón de la obligada entrada en Gando de la carabela, Colón decidió preparar convenientemente los otros dos barcos. Les esperaban largas navegaciones y cra una elemental norma 66 CRISTÓBAL COLÓN DE CARVAJAL Y GOKOSÁBEL de prudencia, que se corresponde con su habitual actitud previsora, iniciar el viaje con los cascos y aparejos en condiciones óptimas. Por ello, es de suponer que se procedería a la varada, limpieza de fondos y calafateo de las dos carabelas y la nao en la costa de Gando. En aquellos tiempos la operación de varada o (( Sacar al monten un buque se realizaba adentrándolo cuanto se podía en una playa de arena situada en el interior de una ensenada protegida a los vientos, después de aligerarlo en lo posible de toda su carga y gente. Luego se inclinaba el casco, tirando por medio de aparejos del palo mayor, de fnrma qiie se 2poyari s ~ h r e1 x 1 costrlbo, que estaba protegido por gruesas bulárcamas14 y cintonesi5 a propósito para realizar la rnanio-bra. Con ello quedaba en seco un costado en el que se trabaja para desprender los moluscos adheridos, se calafateaban las junias con estopa y brea y se finalizaba tratando las tablas del forro con una mez-cla de pez, resina y aceites naturales. Acabada la operación en un cos-tado se procedía a acostar el barco sobre éste mientras se repetía la operación en el otro. También sc aprovechaba para tensar la jarcia fija16 de los barcos, s~ stitilir! a cahu!!~ ria~ q~ u e fi- iem nece~ arinv para repasar las costuras de las velas. Además, Cristóbal Colón procedió a la modificación del aparejo de la carabela « Niña » '% Este hecho, que pasa casi desapercibido en la lec-tura del diaria colombino, tiene sin embargo, gran trascendencia por su significado. La carabela, desde los primeros momentos que se tiene constancia de su existencia en Portugal, había nacido con velas latinas19 que pro-porcionaban una gran maniobrabilidad y aseguraban una buena capa-cidad para navegar de bolina20. Este era el aparejo adecuado para moverse en las proximidades de la costa y entrar en las ensenadas o en los estuarios de los ríos, tal y como se requería en los viajes de explora-ción. Sin embargo, con bientos largos el aparejo latino2' presenta inconveniente^^^. Para esta clase de vientos es mas apropiado el apa-rejo redondo23 y proporciona un mayor rendimiento, aunque a costa de una menor capacidad de ceñida. La flotilla colombina ya había partido de Palos de la Frontera con dos de sus buques, la « Santa María » y la « Pinta » con aparejo redondo. Por algún motivo no se había aparejado de igual forma la « Niña » . En Gran Canaria, con motivo de las obligadas reparaciones en la « Pinta, el Llegada de las carabelas del V Centenario al Puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria, el día 25 de octubre de 199 1. PARTICIPACI~ N DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PA~ SD E LAS PALMAS EN LAS CONMEMORACIONES DEL IV Y V CENTENARIOS DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA POR: NICOLÁS DIAZ- SAAVEDRA DE MORALES Aunque existen datos anteriores que confirman la preocupación sentida en diversas ciudades dc España por organizar actos comnemo-rativos del 1V Centenario del Descubrimiento de América, el primer documento oficial quc trata de tan importante evento es el Real Decreto de 28 de febrero de 1888, que aparece firmado por la Reina Regente, María Cristina, a solicitud del Presidente del Consejo de Ministros, Sagasta. Dicho instrumento es punto de partida para que los principales I ~ ~ d i ec. o4lo riibirios espafioiea comiencen a preparar conmemoraciones solemnes de su participación en la Gran Aventura. En Canarias, es la ciudad de Las Palnias de Gran Canaria el único punto que se apresta a recordar que Cristóbal Colón y sus hombres recalaron en la isla, donde repara- ori las carabelas colocando un nuevo timón a « La Pinta,, y cambiando el aparejo a « La Niña., amén de avi-tuallar antes de partir para la isla de La Gornera, desde donde inician el viaje a lo desconocido. Es la Real Sociedad Económica de Amigos del País la pionera en fomentar la inquietud para la conmemoración del IV Centenario. La primera mención sobre dicha iniciativa aparece en Acta de 26 de agosto de 1888 en la que luego de amplia discusión se acuerda (( oficiar-al consocio D. Agustín Millares Torres para que aporte los datos opor-t.. ri-,. y en ! a prSxims sesión de: Cüei- po patt- i6tico exyoriga sus conoci-mientos en la materia que tanto interés entraña para la isla » . En junta dc 2 1 de octubre, también de 1888, se vuelve al asunto y se habla de la flotilla^^ ( de réplicas de las carabelas) que repetir5 el dcrrotero de Colón. Advierte que << hayq uienes pretenden que la " flotilla" pase por Tcnerife ignorando a Gran Canaria)). El SI-. Millares tomó la palabra e hizo una elocuente reseña histórica, anadiendo que (( hay formadas dos 7 8 NICOLÁS D~ AZ- SAAVEDRAD E MORALES comisiones que entienden el asunto: una en Madrid y otra en Huelva » y propone que la Sociedad se dirija a los presidente de las comisiones para deshacer errores, así como practicar cuantas diligencias sean posibles a fin de que la dlotilla)> haga escala en el puerto de La Luz, antes de las Isletas, y celebrarlo con toda clase de festejos. Los Amigos del País ofician al Ayuntamiento de la ciudad, al Gabi-nete Literario y al Museo Canario para que se constituya una Junta del Centenario que unifique esfuerzos para organizar la conmemora-ción. Además, acuden a su socio y ex directivo D. Fernando de León y Castillo, ilustre político afincado en Madrid, para que apoye las ini-ciativas en marcha. Asimismo, fuerzan una campaña de prensa para despertar la conciencia general ante la participación de Gran Canaria en el Viaje del Descubrimiento. Se llega a pensar en bajar a la Virgen del Pino desde su santuario de Teror a la Catedral de Canarias para revestir de mayor solemnidad los actos conmemorativos del IV Cente-nario. Los Amigos del País mueven sin cesar a todas las instituciones invo-lucradas para que no decaiga el espíritu de la conmemoración. La directiva llega a tener serios encontronazos con el Ayuntamiento ante ia indiferencia que muestra. Así, en junta de i 7 de enero de 189.2 se ie anima para « que venza las dificultades, si las hay, para llevar a efecto de manera digna y cual corresponde a la altura en importancia de la ciudad de Las Palmas, los festejos que han de celebrarse en agosto pró-ximo para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de Amé-rica)). Pero Gran Canaria no se beneficia del presupuesto habilitado por el Gobierno para la conmemoración, que había distribuido entre las Comisiones de otras ciudades, por lo que la Comisión de Las Palmas decide acudir a la suscripción popular para financiar los actos y encar-gar y erigir un monumento a Colón. El emplazamiento del mismo pone más ácidas las relaciones entre los Amigos del País y el Ayuntamiento ya que los primeros consideran que el lugar en el que pretendía colo-carlo, y se colocó, es poco visible y no es el que la opinión publica seña-laba como ei mejor. De paso se iamenta de ¡ a inercia de ia Junta dei centenario, que pese a la premura del tiempo no confecciona el pro-grama de festejos, por lo que propone se llame la atención para que proceda a realizarlo. Ni el Ayuntamiento de la ciudad ni la Junta asumen la preocupa-ción de los Amigos del País e incluso llegan al extremo de no contestar a sus comunicaciones. En 25 de septiembre dc 1892. la Junta Directiva acuerda dirigirse nuevamente a ambas instituciones « a fin de que se dignen contestar las observaciones hechas sobre el emplazamiento del monumento a Colón.. Asimismo, se acucrda nombrar una comisión para que conferencie con el Sr. alcalde al objeto de . ver si es posible organizar una manifestación pública cn honor del almirante Colún el día 12 de octubre próximo en que habrá dc celebrarse el 1V Centenario del Descubrimiento de América » . Finalmcnte, y después de muchos esfuer~ osy altibajos, se conine-mora c! IV Centenario COE ! a ce! ehraciún de un solemne Te Deuwr en la Catedral de Canarias, así como una gran manifcstación que, encabe-zada por las autoridades, sc dirigió al monumento de Colón, donde hubo discursos, concierto de la Banda de Música, repique de campa-nas, cañonazos y fuegos artificiales. Posteriormente hubo paseo en la Alameda también amenizado por la Banda de Música y en el tcatro una velada literario- musical organizada por la Sociedad Filarmómca. De la famosa « flotilla » arribó en primer lugar al puerto de La Luz, en febrero de 1893, la réplica dc la « Santa María)). Una gran multitud se desplazó al Muelle para: en solemne silencio, presenciar el atraque de la nao, mientras sonaban los acordes de la Marcha Real. Las répli-cas de << LPa inta » y « La Niña. llegaron el 22 de febrero coincidiendo su estadía en la isla con la visita de los infantes doña Eulalia de Borbón y D. Antonio de Orleáns. Hubo también diversos agasajos y fiestas popu-lares. El IV Centenario del Descubrimiento fue conmemorado, con la debida importancia, en Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Huelva y Las Palmas de Gran Canaria. La aún inconclusa comnemoración del V Centenario también ha sido brillante en esta isla, pese a la continua interferencia de un amplio grupo de seudo entendidos tinerfeños que se ha empeñado inútilmente, en sustraer a Gran Canaria la gloria que le corresponde por su esencial participación al Viaje del Descubri-miento, creyendo, equivocadameníe, que con ello exaltan la también importaníe participación de La Gomera v no habiendo logrado otro resultado que el casi total olvido de la Conlisión Nacional hacia las dos únicas islas canarias que ostentan el carácter de colombinas. La conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de Amé-rica no se circunscribió en Canarias a las dos islas que tuvieron prota-gonismo en el Viaje Alboral, Gran Canaria y La Gomera, sino que por caprichos de los políticos y de la obsesiva obstinación de buena parte 80 NICOLAS DIAZ- SAAVEDRA DE MOKALES de la sociedad tinerfeña, tradicionalmente empeñada en negar la evi-dencia del paso y estancia en el Viaje del Descubrimient, de Cristóbal Colón, sus tripulaciones y sus naves por Gran Canaria y su capital, en aquel entonces la incipiente Villa del Real de las Tres Palmas, Tenerife obtuvo una participación en el evento a todas luces improcedente, en detrimcnto, precisamente, de La Gomera. A imagen de la Nacional, creada en Madrid, fue constituida la Comisión Canarias para la Conmemor- ación del V Centenario, inte-grada por el Gobierno de Canarias, los Cabildos Insulares, los Avunta-y diie?- sas inst; tuciGnes cu! pd:- u! es, e:: t:- e e!! ac la Sücie& d Económica de Amigos del País de Las Palmas. Dicha Comisión atravesó por cinco etapas diferentes: la primera y la segunda presididas por el Catedrálico Dr. D. Antonio Rumeu dc Armas; la tercera por el periodista D. Fernando González Delgado; la cuarta por el tambih Catedrático Dr. D. Juan Manuel García Ramos y la quinta y última por D. Francisco Ramos Camcjo. Las cinco etapas tuvieron un denominador común: la inoperancia. Fueron causa dc ksta . d.. i. - v,- e . rsPa s razones, entre ellas la absoluta indiferencia con que la Comi- ---- :-.. c..- ---+--- I,.. J.. A,.~, I,. 1- hr..-:,.-- i -..- :--..-- I: A 1.. ~ i v i iLL LIIUIICLJ LUC CVIILCIII~ IUUCLU C ~ U Cl a ~ Y U C I U I I U ~ Y, U C; IIILUIII~ IIUi a mayoría de las promcsas efectuadas; la escasez presupuestaria y, en el fondo de todo ello, el velado deseo de los cuatro primeros Presidentes, tinerfeños todos, de que la participación de Gran Canaria resultase menos brillante que la de La Gomera, a lo que se sumaría el contínuo intento de los políticos de Tenerife de rapiñar todo lo posible para su isla. Sólo la quinta etapa tuvo un talante más acorde con la Historia, tratando de dar a ambas islas colombinas el protagonismo correspon-diente. En su primera etapa la Comisión se constituyó en 1981, bajo la Pre-sidencia del ilustre investigador Dr. D. Antonio Rumeu de Armas quien, apoyado por un grupo de historiadores y por los demás mieni-bros de la Coniisión preparó un Programa de actos conmemorativo del descubrimiento de América. Son de destacar unas Jornadas celebradas en Gran Canaria, La Gomera y Tenerife en ias que comisiones de Jefes de la Armada española, de Capitanes de la Marina Mercante, de la Deportiva, una de Geógrafos y otra de Meteorólogos, habiendo estu-diado concienzudamente las naves que utilizó Cristóbal Colón, sus con-diciones de navegabilidad así como las naturales en las que se desarro-lló la travesía desde la península al archipiélago canario, establecieron que el punto en el que Colón ordenó a Pinzón que se refugiara en una PARTICIPACIÓLUD b LA REAL SOCIEDAD ECONOMICA Dh AMlGOS DEL PAíS 8 1 cala de la costa de Gran Canaria ante el pésimo estado en que se encontraba « La Pintan, está situado al Noroeste de la Isla, en las cerca-nías de Agaete. Dichos estudios y conclusiones quedaron reflejados en el libro titulado (( Derrotas de las naves de Cristóbal Colón en las Islas Canarias en el Viaje del Descubrimiento,,. Esta etapa dio paso a la siguiente, también presidida por el Dr. Rumeii. auien terminó dimitiendo en 1985 al no ser coniorrne con los ~ riteriosp resupuestarios impuestos desde la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias La tercera etapa, presidida por D. Fernando González Delgado, contó con presupuesto, aunque insuficiente y su gestión no tuvo tras-cendencia. Intentó corregir algunos olvidos sobre el protagonismo de Gran Canaria y La Gomera y trató de me. jorar y recuperar los lugares colon~ binosd e las mencionadas islas, sobre todo los de la segunda así como la impresión de sellos de Correos conmen~ orativosv solicitó de los Ministerios de Justicia de los países americanos la condonación o atenuación de penas para presos canarios. La cuarta etapa fue presidida por el Dr. D. Juan Manuel Carcía Ramos, que si bien elaboró ideas más ambiciosas, tales como el pro-yecto « Canarias 92 » y consiguió un significativo aumento de presu-puesto que de diez pasó a cincuenta millones dc pcsctas, la realidad es que finalmente sólo logró materializar algunas iniciativas, como la publicación de un Diccionario de Historia Natural; una Gramática del español actual; apoyo al Ayuntamiento de Teguise de Lanzarote para la instalación de un Museo Etnográfico del Emigrante Canario; ayuda al Instituto de Estudios Hispánicos del Puerto de La Cruz de Tenerife; creación del Museo de Etnografía y Folklore de La Orotava de Tene-rifc y otras más de las que quedó absolutamente excluída Gran Cana-ria. La quinta y íiltinia etapa fue presidida por. D. Francisco Ramos Caniejo, quien pese a su buena voluntad, no logró hacer otra cosa que i- epartii- el pr~ esiipiirs! o asiynadri para :'. tericl. er diwersos proy~ ctos en marcha, siendo los principales el Congreso Canario- Americano organi-zado poi la Cds'i- Museo de Colón de Lcih Palmas dc Gran Canaria y el pio\. ecio « Alisios » del Inst~ t~ itdoe Estudios Hispánicos del Pucrto de La Ciu7 de Tener ife. La referida inoperancia de la Comisión Canarias para el V Centena-rio \. > u persistente sibilino intento dc marginar a Gran Canaria, dieron 82 NICOLAS DIAZ- SAAVEDRA DE MORALES lugar a que se constituyera por el Excmo. Cabildo Insular una Comi-sión paralela, de la que tambien formó parte la Real Sociedad Econó-mica de Amigos del País de Las Palmas, así como otras Tnstituciones culturales de la isla, que bajo la presidencia del Consejero D. Jesús Gómez Rodríguez logró, pese a las penurias presupueslaria y de otra índole, resaltar la importantísima participación de Gran Canaria en el Viaje del Descubrimiento, consiguiendo aunar voluntades e insuflar en sus Organismos públicos la decisión dc destacar dicha participación, lo que sc llevó a cabo con brillantez. C E ! ~ u n2 de 11s I~ stitxionesin tegrantes de ! a Cnmisión Ins-.! ar estudió y propuso, por separado, un posible programa de actos. El de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas fue del siguiente tenor: Actos de Estado 1. Reunion de Jefes de Estado americanos para tratar asuntos dc interés común, presidida por S M. El Rey de España. ( Aprobar su iealización en Gran Canaria). - Cuantificar posible presiipueato. - Contactar con la Casa del Rey para pulsar sil opinión. - Acordar fecha de tal forma que los invitados estén en Gran Canaria cl día 12 de octubre de 1992. - Cursar invitaciones. - Pensar en alojamientos. - Pensar en actos complementarios. 2. Ceremonia dc rendimiento de honore~ a las banderas española y ame-ricanas. Desfile con intervención de los tres Ejércitos cspañolcs y reprcscntaciones de los arnericam)~( A. probar- s u realización). - Cuantificar posible presupuesto. - Acordar fecha que debe coincidir con la estancia de Jefes de Estado cn Cran Canaria. - Cursar invitaciones ( Fcnsar en aiojamienrosj 3. Congreso de la Emigración. ( Aprobar su realización en Cran Canaria) - Cuantificar posible presupuesto. - Acordar fecha cercana al 12 de octubre de 1992. - Cursar invitaciones solicitando ponencias. - Pensar en actos complementarios. P~ RTICTPACID~ NE LA REAL SOCIEDAD ECON~ MTCAD E AMIGOS DEL PAíS 83 4. Congreso de Empresarios españoles y americanos. ( Aprobar su reali-zación en Gran Canaria). - Cuantificar posible presupuesto. - Acordar fecha cercana al 12 de octubre de 1992. - Cursar invitaciones ( Pensar en actos complementarios). 5. Desfile naval de buques- escuela españoles y ameiicanos, o buque5 de guerra. ( Aprobar su realización en Gran Canana). 0... - &: P- -- -.-: Ll. .- -*- LudiiLiiicai puaiuit: picaupucs~ u. - Acordar fecha cercana al 12 de octubre de 1992 - Cursar invitaciones. 6. 1 Congreso Oficial de Cronistas de Ciudades de España y América Actos religiosos 1. Bajada de la Virgen del Pino para conmemorar la participación de Gran Canaria e: e! Eesc~ br'. mie:: ts de Adricr y despedir a ! es x i e - gantes que tomen parte en la Regata del ~ escubrimiento. 2. Inauguración de la obra con que ha sido terminada la Catedral de Canarias. ( Hacer los contactos correspondientes para que la Iglesia dé su conformidad). - Cuantificar posible presupuesto. - Acordar fecha anterior pero muy cercana al 12 de octubre de 1992. - Cursar invitaciones. 3. Función en la Catedral de Canarias a la que serán invitados cl Rey de España y los Jefes de Estado americanos. Actos culturales 1. Exposiciones: a) Segunda Fiesta de las Flores. ( Repetir la celebrada en 1892, debida-mente ampliada y mejorada). b) Exposición Canarias- América. C) Exposición de obras propiedad de la Iglesia, oriundas o relaciona-das con América. 84 XICOLÁS DIAZ- SAAVEDRA DE MORALES 2. Lít~ ea editorial a) Historia de la Catedral de Canarias de D. Santiago Cazorla. 13) Historia de la Ermita de San Antonio Abad y restantes ermitas de Gran Canaria, de D. Santiagv Cazorla. c) Historia dc los Obispos canar- ios en America, dc D. Francisco Cabn-llero Mújica. 3. Festivales: a) Intei- nacional de Música española- americana. ( Debe ser contactada la Sociedad Filarmónica dc Las Palmas, los Amigos Canarios dc la Opcra v cl Patronato de la Orquesta de Gran Canaria). Debe ser-incluida en programa la « Cantata al Descubrimiento de Améiicax de Maestro Valle. 1)) Internacional de Teatro español y americano. C) Internacional de Ballet español y americano. d) Internacional de folckorc cspañol y americano. e) Internacional de poesía cspañola y americaria. Actos deportivos 1. Competiciones intcrnacionales e\ pañ « la y americanas de: Fútbol. Tenis. Baloncesto. Gull. Nataciíin y otros deportes. Vr4rlia ciclista a Espatia: Sugerir que en 1992 se prolongue a América y pedir que se corra una ctapa cn Gran Canaria. ( El Cabildo dehe crear-trofeos con premio cn methlico para cada una de las modalidades deportivas que iriie~ vengan, cuyos trofesos deben jugarse cada equis anos). 2. Buladiira del balaiidi o de regatas aGran Canaria » . Otros actos 1. Tiiauguración de los monumcntos al V Cenienario y al Emigrante canario. ( Aprobar su ejecución, emplazaniiento, presupuesto, con-cnrso par- a su proyecto y ejecución). 2 Inauguración del Centro Cultural de la Catedral de Canarias. 3. Juegos de artificio ( cn la inauguración de los nlonumentos al V Cente-nario y al Emigrante canario y en la noche víspera de la salida de la Regata del Descubrimiento). PARTICIPACIÓN DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMTCA DE AMIGOS DEL PAiS 85 4. Excur. siones al interior de la isla. ( Solicitar colaboración de los dife-rentes Ayuntamientos). 5. Vcrbcnas coincidentes con cl final de cada campeonato deportivo, salida de la Regata del Descubrimiento, etc. 6. Otras fiestas. Pedir colaboración a Sociedades de recreo Las Palmas de Gran Canaria. febrero 1989. Si bien algiiiio de los actos propuestos no llegó siquiera a ser consi- - 1 l,> 1,- m.,.,,\, ,<,. , la ', llnc co llOT. A -, O fc.,- tn i, , m tn Pnm ntvnc nn,- ! e qGe UC'', L, U> IL, IIIC<"" UI.'< UL Cll"., ., L I l L Y ' I U L I C L L I I , JL. 1.1\ 1 C l l l l . I L I \ I Y y<,. dicho Programa conmemorativo resultó brillante, lo que liav que agra-decer u las Insiituciones partícipes en la Coniisión Insular y a la buena voluntad y cmp~ ijed e su mencionado Presidente. El primero de los actos de relieve internacional relacionado con la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América en Gran Canaria fue la arribada, el martes 6 de agosto de 1991, de una réplica de la nao « Santa María » , adquirida poi- una Fundación iapo-nesa presidida por el enlpresario y Sacerdote Haruki Kadokawa, cuya coristrc!- r. ión rncrlrgb : r - x! i!! eru rsp. ñn!, cnn 1.1 inecliacibn ( ir ! a Socicdad Eslatal para el V Centenariu. Dicha réplica reprod~ ijo el Viaje del Descubrimiento, tocando en todos los lugares en los que lo hizo Cristóbal Colón. Luego atravesó cl Canal dc Panamá y navegó por cl Océano Pacífico hasta llegar a su base en el puerto japonés de Kobe. El Sr. Kadokawa explicó que con este viaje pretendía « crear un puente tendido hacia una época de armonía mundial)) y destacó que, al fin y al cabo, cl objetivo del Descubridor era arribar a Zipango, nombre con cl que era conocido Japón en la Edad Media. La . Santa María » japonesa vino al mando del Capitán Maruo Yamamoto, a quien acompañaban vcintiún tripulantes. Fue objeto de la curiosidad popular y su tripula-ción recibió múltiples agasajos entre los que hay que destacar los orga-nizados por la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias, el Cabildo Insular de Gran Canaria, el Ayuntamiento de la Ciudad y otras Instituciones, entre ellas la Real Sociedad Económica de Amigos del Pais de Las Palmas que en acto soiemne ceiebracio a bordo de ¡ a nao, hizo entrega a su Capitán de la Medalla de Plata al Mérito. El jueves 15 de agosto, la « Santa María), japonesa zarpó i~ iniboa La Gomera como lo había hecho cuatrocientos noventa y nueve años antes el que luego fuera Almirante de la Mar Oceana. Su paso por el Puerto de La Luz está perpetuado por un monolito erigido por la Autoridad Portuaria con leyenda alusiva en japonés, inglés y español. El segundo acto de resonancia internacional fue la arribada oficial, el 25 de octubre de 1991, de las réplicas de las tres carabelas de Colón, construidas para la Sociedad del V Centenario. Si bien habían llegado al Puerto de La Luz el martes 22, las carabelas atracaron directamente en el Muelle del Arsenal de la Base Naval de Canarias, para ser sorneti-das a reparaciones como consecuencia de la dura travesía soportada entre la Península y esta Isla. La Historia se repitió porque las origina-les, de Colón, también hubieron de ser reparadas en Gran Canaria por la misma razón. El día 25 la carabelas izaron velas v navegaron, reposadamente, desde el Arsenal hasta la Explanada de Tomás Quevedo, donde las esperaba una abigarrada multitud congregada para darles la bienve-nida. El atraque coincidió con la llegada del trasatlántico « J. J. Sister » , rebautizado « Guanahaní » que entró, a toda máquina, en el Puerto de La Luz para dejar a un marinero gravemente herido que había reco-gido de un pesquero al Sur del Archipiélago. A bordo del « Guanahaní » viajaban 439 jóvenes de 36 países distintos, entre ellos 9 canarios. Aquí se dio por finalizada la llamada (( Aventura 92)) que consistió en un recorrido por los países bañados por los ríos Orinoco y Amazonas. El Alcalde de la Ciudad pronunció unas palabras de bienvenida a los tripulantes de las carabelas a cuyos Comandantes entregó la ban-dera de Las Palmas de Gran Canaria. Seguidamente y mientras la Banda de Música Municipal interpretaba el pasodoble « Islas Canarias » y otras composiciones, las Autoridades y representaciones presentes, entre las que se encontraba el Director General de Puertos, pasamos a bordo de la (( Santa María,) donde tuvo lugar una recepción. Los jóve-nes del « Guanahaní » , uniformados, visitaron las carabelas. También fue permitida la visita al público. El ambiente en la engalanada Expla-nada fue de lo más bullicioso y alegre. Luego de permanecer en Puerto hasta el jueves 21 y habiendo reci-bido sus tripulaciones toda clase de agasajos y asistido a una Misa en la Ermita de San Antón Abad, erigida en el solar en que se alzaba la primitiva, donde oró Cristóbal Colón en el Viaje Alboral, las carabelas partieron hacia La Gomera siguiendo la ruta del Descubrimiento. El tercer acto de importancia fueron las reuniones, que se celebra-ron en Londres, los días 30 y 31 de octubre de 1991, del Comité Téc-nico Internacional de la Gran Regata Colón 92 V Centenario. Se des-plazó a la Capital del Reino Unido una representación de Instituciones de esta isla, integrada por el Consejero de Turismo del Cabildo Insular PARTICIPACIÓV DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAíS 89 El cuarto acontecimiento y este es uno de los que se puede decir que los nacidos no volverán a xPer en su vida, fue la arribada al Puerto de La Luz de la bien llamada « Armada Increíble. o Gran Regata Colón 92 que, desde luego, fue un grandioso evento para la Ciudad y su Puerto, en cuya organización participó la R. S. E. de Amigos dcl País de Las Palmas, muy en particular en cuanto a la preparación del pro-grama de actos con que fueron agasajados los miles de tripulantes de los 108 veleros que arribaron. El Muelle de Santa Catalina, al que he-ron atracados los de la clase A o grandes veleros: el chileno ~ Esme-ralda~ e, l holandés « Urania » , e l italiano ~ AinerigoV espucci » , el mexi-cano « Cuahiemoc » , el poiaco ~ F r e d e i Ci ~ ho piii » , el portügüés « Sagresn, el succo « Falken » , el ucraniano « Tovarich>) e, l uruguavo « Capitán Miranda,, y el español « Juan Sebastián Elcano » , se convirti6 en un alegre punto de encuentro de cientos de miles de ciudadanos que quisieron disti- utar de un espectáculo marinero de muy difícil repeti-ción. Los buques, la mayoría dc ellos Escuela. empavesados con multi-colores gallardetes componían un atractivo panorama de obligada con-templación ya que simbolizaban los años heróicos de la navegación, de los descubrimientos y de las grandes gestas. Ko en vano la Gran Regata Colón 92 h e ideada para conmemorar el más importante de los descu-brimientos de la Historia. La vistosidad de los grandes veleros convirtió al Muelle de Santa Catalina en un multitudinario paseo en el quc mayores y chicos se extasiaban contemplándolos así como a las tripulaciones enzarzadas en las faenas propias de su actixidad. Los barcos estuvieron en Puerto cinco días, en los que los marinos fueron agasajados incesantemente por Corporaciones oficiales e Instituciones culturales. Se organizaron verbenas populares en la que la población confratcrnizó con los visi-tantes y diversas fiestas sociales de mayor empaque. Una de ellas, un cocktail celebrado en El Gabinete Literario de Las Palmas, sirvió para hacer entrega de trofeos y recuerdos a los Comandantes de los veleros, para lo que fueron expresamente invitados. La R. S. E. de Amigos del País de Las Palmas hizo entrega de una salvilla de plata de ley al Comandante del ~ Hispania,, u, n balandro de la clase « maxi » pertene-ciente a la Armada, que fue la primera embarcación española que arribó al Puerto de La Luz, razón por la que ganó dicho trofeo. El día 12 de mayo los barcos largaron velas para hacerse a la mar, rumbo a La Gomera, en cuyas aguas se reunieron con los que habían cstado en el Pucrto dc Santa Cruz de Tcncrife para tomar la salida y continuar la rcgata hacia la Isla de Pucrto Rico. El cspcctáculo de la partida de los veleros, desdc el Puerto de La Luz, bajo un radiante sol de medio día, resultó asimismo inenarrable. En los muelles y en la Ave-nida Marítima se había congregado una abigarrada multitud para des-pedirlos alegremente, agitando banderas. Varios remolcadores lan-zaban al aire potentes chorros de agua y un gran número dc embarcaciones deportivas, a motor y a vela, acompañaba a cada gran velero hasta la bocana del Puerto y regresaba rápidamente para repetir la operación con el siguiente. Alguno de los grandes barcos, que llevaba banda de música, salía al son de alegres marchas militarcs. Los mer-cantes atracados a los muelles hacían sonar sus sirenas y así, lenta-riienie, ia « Nr- rnacia increíble » h e cicsvaneciénciose en ei horizonte. El quinto evento en el que participó la R. S. E. de Amigos del País de Las Palmas fue el viaje que hizo a la isla de Pucrto Rico para recibir a los tripulantes de los vcleros españoles partícipes en la Gran Regata Colón 92 y entre ellos los dos de Canarias, el « Isla de Gran Canaria* patroneado por Antonio Arias Megías y el « Isla de Fuerteventura » patroneado por Tomás Machín. La Comisión, que estuvo integra da por los representantes del Cabildo Insular de Gran Canaria, los Consejeros Alfono Armas Ayala v Andrés Herrer- a Trri_ iillo y el Técnico Eloy Martín Franco, el Industrial Francisco Herrera Kodrígucz y el Director de la R. S. E. de Amigos del País Nicolás Díaz- Saavedra de Morales, partió de Gran Canaria el día 9 de junio hacia la mencionada isla del Caribe donde fue rccibida por la Jefe dc Protocolo del Gobierno de Puerto Rico, Estela Ruano, que luego de facilitar todos los trámites de entrada en el País puso a disposición de los visitantes dos grandes limousinas del Gobierno, que los llevaron al Hotel « Condado Plaza » donde habría de alojarse durante su estancia en San Juan. Por la noche la comisión fue invitada a una recepción a bordo del « Juan Sebastián Elcanon, siendo recibida por el Comandante acompañado de Oficiales superio-res del buque. Este comunicó la desagradable noticia de quc el Depar-tamento Federal de Agricullura había incautado e incinerado las ocho palmeras de la especie ~ PhoenixC anaricnsc » que en representación de . cv. a i. c deap irselsai cciaennarrci ac ihcai bCíaa btiriacnios pionrstuadiaor ecli eB Guqruaen- ECsacnucalrai ap, ojre seúnsc aGrgóom deezl Rodríguez, para ser plantadas en acto oficial en el famoso Jardin Botá-nico de aquella isla, como recuerdo del V Centenario de la aportación de Gran Canaria al Descubrimiento de América. Según comentó, la razón de la quema h e debida a que no se habían cun~ plidola s normas Fitosanitarias exigidas para la entrada de plantas en Puerto Rico, que son rigurosísimas. A bordo se encontraban numerosas personalidades, entre ellas el Embajador de España Sr. de Tena v esposa, Luis Ayesta y esposa, el Comandante del maxi « Hispania » Sr. Rodríguez Toubes que, como se ha dicho anteriormente, ganó la salvilla donada por la R. S. E. de Amigos del País. Al día siguiente los integrantes de la comisión nos dirigimos al Palacio « La Fortaleza>, residencia del Gobernador. Es reconstrucción del anterior que era de la época de la anexión de la Isla por Castilla. En el vestíbulo de acceso se conserva una cancela de hierro rematada por las armas de España. El titular nos recibió con especial diferencia. Explicó no habia coiicedi~ o aU& ericia a rlirlgúrl COilliandailte de buque por ser más de doscientos los partícipes en la Gran Regata. El Gobernador Rafael Hernández Colón, Catedrático de Universidad, es persona muy culta, sencilla y agradable. Se mostrá interesado cuando se le comentó sobre las similitudes de habla, arquitectónicas y hasta económicas que vinculan Puerto Rico con Canarias, que no en vano la isla caribeña fue colonizada por familias procedentes del Archipiélago. Alfonso Armas invitó al Gobernador a visitar Gran Canaria para estar presente eL 12 de octubre, en la solemne conmemoración del V Cente-nario. El Sr. Hernández Colón fue obsequiado con diversos regalos, entre eiios una coiección de iibros pubiicados por la R. S. E. de Amigos del País de Las Palmas. Por la tarde asistió a la recepción oficial que el Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto rico ofreció a los Comandantes, Patrones y representaciones de la Gran Regata Colón 92, en el Centro de Recepciones del Gobierno, que es un magnífico y amplio inmueble, rodeado de jardines, sito en las cercanías del Puerto. Allí encontramos a nuestro paisano Antonio Arias Megías, que según indicó, sería el ganador de la etapa Canarias- Puerto Rico en los balan-dros de la clase del que patroneó. Se quejó amargamente de que el Gobierno de Canarias no hubiese otorgado subvención a su « Isla de Gran Canaria » y sí, con largueza, al « Isla de Fuerteventura » . En el gran vestíbulo del Centro de Recepcioncs, desde donde arranca una noble escalera de mármol blanco para acccder a la planta alta, se encontraban el Gobernador, el Presidente del Senado y otras autoridades de la Isla que fueron dando la bienvenida a cada uno de los n- iás de quinientos invitados. Cuando tocó turno a la comisión de Gran Canaria el Sr. Hernández Colón nos reconoció y dirigió amables pala-bras de bienvenida, haciendo un gesto al maestro de ceremonias en el sentido de que no hacía falta que nos presentara. Accedimos al gran salón, que es impresionante por sus proporciones, donde fue servida una magnífica cena fría. Hubo varios discursos oficiales, todos en espa- ñol y en el acto tuvimos ocasión de saludar a todos los personajes iniportantes del grupo español y entre otros al Comandante del velero « Falkland » , quien me dijo que como las fiestas de la Gran Regata en Gran Canaria no había habido ninguna. Sin embargo, y en honor a la verdad hay que decir que las de Puerto Rico las igualaron. El jueves día I 1, Alfonso Armas y yo sostuvimos una larga conver-sación en la que tratamos la conveniencia de que Las Palmas de Gran Canaria se hermanase con San Juan de Puerto Rico, habida cuenta que ambas ciudades están al « cuidado » del SI-. San Juan, aprovechando que en i993 se habrá de cuiiiiierriorar el Qüiiiieiiios Aiiivei- sai- io del descubrimiento dc esta última isla, por Col6n. Puede organizarse un intercambio de actividadades culturales y deportivas para que sus res-pectivos habitantes conozcan las características y cmodus vivendi » de una y otra. Una semana de Puerto Rico en Gran Canaria puede resultar muy interesante y llevar a aquella isla una exposición itiner- ante de El Museo Canario, libros, fotografías y lilografías de Gran Canaria, todo ello aderezado con un ciclo de conferencias y la implantación de un monumento al emigrante canario, cuya ausencia es notoria, podría ser una digna aportación de esta isla al referido Quinientos Aniversario de aquella. Por la tarde, asistimos en el Teatro . Montada. a una función del Ballet de Puerto Rico, organizada con motivo de la estancia de los bar-cos de la Gran Regata. Allí fuimos presentados al Alcalde de San Juan de Puerto Rico, Héctoi- Ruiz Acevedo, persona muy agradable que como todos se intei. esó por nuestro viaje, estancia y por Canarias. Luego de obsequiarnos con iin vino blanco español, nos pasaron a pla-tea desde donde contemplamos el magnífico espectáculo de Ballet. En el entreacto nos pi- esentar- on al Presidente del Tribunal Supremo, Juan R. Ton~ ellaq, ue hizo la Gran Regata patroneando el balandro represen-tativo de Puerto Rico. Había pasado por Tenerife y nos dijo que estaba enterado de lo bien que estuvo la estancia de los veleros en Gran Cana-ria. El viernes 12 por la rnariana, nos dirigimos a la Alcaldía en coches oficiales puestos a disposición de la coinisión. El Ayuntamiento tiene su sede en un edilicio en la parte antigua de la ciudad. El alcalde aten-tísimo nos recibió inmediatamente, nos colocó a su alrededor, se sentó en su mecedora y nos habló de temas diversos dando cierta sensación de serenidad y distensión. Alfonso Armas le indicó la idea del hermana-miento entre San Juan de Puerto Rico y Las Palmas de Gran Canaria. PARTICIPACI~ ND E LA REAL SOCIEDAD ECONOMICA DE AMIGOS DEL PAíS 93 También le habló de organizar una semana canaria en San Juan y una Puertorriqueña en Las Palmas de Gran Canaria, idea que apreció. El Sr. Acevedo nos obsequió con varios regalos y recibió con mucho agrado una bandeja de plata, con inscripción alusiva, que le entrcgó Alfono Armas, así como libros de la R. S. E. de Amigos del País y otros presentes. Al terminar- la audiencia un Concejal bastante docto nos acompañó a visitar la Catedral de San Juan. A renglón seguido fuimos a almorzar a un restaurante típico invitados por el Secretario de Estado, General Salvador Padilla, a quien acompañaba su séquito. Luego del almuerzo nos trasladamos al Cementerio Viejo de San Juan, que es15 en ios aiedaños dci Fuerte de San Felipe de El Morro. El cam-posanlo es pequeño y precioso por los magníficos monumentos funera-rios que lo adornan, todos en mármol blanco. Lo llaman << ECl ontem-plado » , por unos versos de Pedro Salinas, el poeta español exiliado que vivió y murió en aquella isla y en este cementerio esta enterrado. Ante su tumba se congregó un buen número de catedráticos y profesores de la Universidad ya que se trataba de un acto relacionado con su aniver-sario. Hubo varias intervenciones orales, entre ellas una, bellísima, de Alfonso Armas que emocionó a muchos de los presentes, y ofrerida de coronas de flores ante la tumba de Salinas, en la cinta de una de ellas se podía leer « Cabildo Insular de Gran Canaria*. Al Lérmino de tan excelso acto regresamos al hotel, para desde allí salir hacia el Tcatro de Festivales del Centro de Bellas Artes, donde la Sociedad Española del V Centenario ofrecici un concierto de Zarzuela de AmCrica y de España. Con este concierto finalizaron los actos del programa quc nos había lle-vado a Puerto Rico. No se puede dudar que la presencia en Puerto Rico de la Comisión de Gran Canaria conslituyó un éxito, no sólo porque mantuvo bien alto el nombre de la isla, sino porque sembró la semilla de un posible her-nianamiento enlre las capitales de ambas islas, que sima para renovar la intensa relación que en el pasado hubo entre las misinas en base a la identidad de ambiente, de costumbres p sobre todo de idioma y de I- eli-gión. El sexto evento en el que tuvo pai iicipaciBri la R. S. E. de Amigos dei País fue la conmemoración de los Quinientos años dc la llegada de Cristóbal Colón a Gran Canaria en el transcurso del Viaje del Descubri-miento de América, que coincidió con la estancia en Puerto del intré-pido Capitán Etayo, con su « Niña III » . Con acertado criterio el Cabildo Insular de Gran Canaria adoptó el acuerdo de conmemorar el V Centenario de la arribada de Cristóbal Colón a Gran Canaria en el transcurso del Viaje Alboral. Tal hecho tuvo lugar el 25 de agosto de 1492 ( en realidad y a tenor del calendario Juliano que regía en aquel momento, dicha arribada fue el día 15 de dicho mes). Según el extracto del Diario, la razón de su arribada fue la de encontrar una carabela que sustituyera a « La Pinta » , que venía en muy malas condiciones de navegación, hasta el punto que la había dejado en un lugar de la costa del Norte de la Isla para que su tripula-ción llevara a cabo las necesarias reparaciones de emergencia. Cristóbal Colón, que estuvo una semana en Gran Canaria, no sólo reparó « La Pinta)) con esfuei- xo personal, el de sus hombres y la posible ayuda de artesanos residentes en la Isla, sino que le colocó un nuevo timón, hecho con maderas de Gran Canaria y aprovechó para cambiar el aparejo de « La Niña » , que de latino pasó a ser redondo. La indicada fecha se recordó con un solemne acto en el que el Cabildo Insular y otras Institucionei ofrendaron coronas de flores ante el monumento al Descubridor. Se" g uidamente El Gabinete Literario de 1 nc Pnlma<: n frrr- ih un íigasaj~ d urante e! qiie se hnmenajeó al Capitán -- u - Etayo llegado al Puerto de la Luz en su « Niña ITI » , réplica fiel de la carabela utilizada por Colón, con la que ha llevado a cabo una histhrica reproducción del Viaje del Descubrimiento, no sólo en cuanto a calen-dario y lugares de recalada, sino con similares medios de navegación, lo que hace que su aventura, emprendida junto a once tripulantes entre los que se encuentra el joven grancanario José Gabriel de Armas Her-nández, deba ser considerada, si no una heroicidad, sí una entusiasta y atrevida empresa. Entre otros actos, el programa conniernorativo incluyó una confe-rencia del propio Carlos Etayo Elizondo y un recital de piano del ilus-tre concertista Pedro Espinosa, que tuvieron lugar en el salón de actos de la Casa- Museo de Colón. El domingo 30 de agosio, se ofició una Misa en la ermita de San Antón Abad a la que asistió la tripulación de « La Niña III » para, segui-damente, participar en el primer desfile marítimo que se ha celebrado en aguas de Canarias, en el que intervinieron las cuatro Marinas: Armada, Mercante, Pesquera y Deportiva, que constituvó un ~ istosí-simo espectáculo, ya que un gran número de embarcaciones empavesa-das navegó de Sur a Norte, pai- alelo a la Avenida Marítima, aprove-chando que soplaba v~ entod el Este, lo que fue contemplado desde PARTICIPACIÓN DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAíS 95 tribunas montadas al efecto para Autoridades y público, que acudió masivamente y disfrutó con tan vistoso despliegue. El Cabildo Insular de Gran Canaria ofreció una cena de despedida al Capitán Etayo, sus compañeros y otros invitados en el Restaurante del Gran Casino de Las Palmas, sito en el Hotel « Santa Catalina,,. En el transcurso de la misma se entregaron diversos obsequios y recuerdos a Carlos Etayo. El Director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, Nicolás Dk- Saavedra de Morales dirigió unas palabras alusi-vas a la aventura emprendida por los intrépidos navegantes, felicitán-do! cs por tan & s: aca& inii. ia! iIgv & at; eú r,&! es e! mu:" Gr de éXitnr, en su culminación, haciendo entrega al Capiián Elavo de la Medalla de Plata al Mérito de los Amigos del País, distinción que fue muy agrade-cida por el indómito y septuagenario Marino. El séptimo evento en el que intervino activamente esta Institución fue la brillante conmen~ oraciónd el 12 de octubre de 1992, coincidente con la del V Centenario del Descubrimiento de América. En reunión con la Real Sociedad Económica de Amigos del País, -- I- L-- J- - 1 A:- 7c A- ---.. t-. - 1,. r nn? C c l c u l a u a C l ula LJ uc a K" U J L U uL i , / L . JC. ~ L I S C ~ C! : ~ tc íriü dc c6mo lograr el mayor realce a la conmemoración de la aportación de Gran Canaria al Descubrimiento dc América, con motivo del V Centenario de tan importante efemérides, habida cuenta la cercanía de dicha fecha. En el cambio de impresiones surgido, el Vicesecretario de la Institu-ción Gabriel Cardona Wood alumbró la idea de que se invitara a presi-dir los actos principales del programa al Excmo. Sr. D. Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosábel, XX Duque de Veragua, descendiente del Des-cubridor. La idea h e inmediatamente asumida por los Directivos pre-sentes, que facultaron al Director para proponerla en la reunión de la Comisión Insular para el V Centenario que había sido convocada por el Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria para el día 16 de sep-tiembre. Constiluida la Comisión Insular en la sede del Cabildo, bajo la Pre-sidencia de Jesús Gómez Kodríguez, h e estudiado ei programa defini-ti170 de actos dc la conmemoración del V Centenario del Descubri-miento de América. Por el Director de la R. S. E. de Amigos del País se hizo la propuesta de que la Corporación Insular invitara al Duque de Veragua a presidir los principales, propuesta que fue aprobada por unanimidad. quedando cl programa redactado cn los siguicntcs térmi-nos: Y6 NICOLÁS D~ Az- sAAvEDRA DE MORALES Día 8 dc octubre, las 20 horas: Pregón de las Fiestas de La Naval por Jesús Gómez Rodríguez, Vicepresidentc dcl Cabildo Insular de Gran Canaria, en la Sala principal del Castillo de La Luz. Día 10, a las 22 horas: Vcrbena popular en los jardines del Castillo de La Luz. Día 11, a las 10 horas: Regata de botes de vela latina, realizando la travesía tradicional. A las 18 horas, iiada de las banderas dc los países iberoarncricanos, en el Castillo de La Luz. Día 12, a las 10 horas: Misa conmemorativa en la Ermita de San Hnrón Abaci. A ia misma hora, saiida de la Regata de ia Hispanidad, de balandros de Lrawsía. A las 1 1 horas, ofrenda floral ante el monumento a Cristóbal Colón. A las 14 horas, en el Muelle Deportivo, entrega de ti- 11- feos de la Regata. A las 20,10 horas, acto académico en el Teatro Pérez Galdós, con la intervención el escritor y diplomático Jorge Eduwds y ; I conlinuaciAn coricieriu a cargo de la Orqucsta Filarmónica de Gran Canaria. Día 13, a las 11,30 horas: Visita de las personalidades invitadas a lugares turísticos de la Isla. A las 19,30 horas, intervención del Dr. D. Rafacl Hcrnández Colón, Honorable Gobernador del Estado Libre Aso-ciado de Puerto Kico, en el Salón de Actos del Cabildo Insular dc Gran Canaria, quien desarrollará el tema « El Descubrimiento de América,). Día 14, a las 12 horas: Fallo del concurso infantil sobre el Descubri-miento y encuentro con las culturas americanas. Día 15, a las 19,30 horas: en la Casa- Museo de Colón, conferencia del Excmo. Sr. D. Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosábel, Duque de Vcra-pua y Almirante v Adelantado Mayor dc las Indias, quien desarrollará el tema << Laso rprendente aventura del cuarto viaje coloinbiiio~. A las 20,30 horas, cn la propia Casa- Museo de Colón, inauguración de la exposición de Jesús Arencibia . Colón y los olvidad os^^. Día 18, a las 9 horas: Regata de embarcaciones neumáticas Gran Caiiai- ia- Teiiei- ife- Gral1 Canaria, or- ganimda por la Liga Naval Española. Días 19 al 23, a las 20 horas, en la Casa- Museo de Colón, ciclo de conierencins sdbre « El Viejo Mundo encuentra al Nucvo Mundo., coor-dinado por el Dr. D. Francisco Morales Padrón. Días 26 de octubre al 15 de novicmbrc: << Améric5a 00n. rcgata Intcr-nacional de veleros entre Gran Canaria y Las Bahamas. Días 16 a1 30 dc novicmbrc: A. R. C.' 92. Regata Internacional de vele-ros entre Gran Canaria y Santa Lucía. 98 NICOLAS DÍAZ- SAAVEDRA DE MORALES por su titular Sebastián Ramírez. Entre otras arias h e cantado el « Glo-rian de la Misa « Pastorella » del Maestro Valle. Terminada la ceremonia religiosa, que fue repetición casi quinientos años más tarde de aquella Misa que el primer Cristóbal Colón oyera en el mismo lugar el domingo que permaneció en la Villa del Real de las Tres Palmas, los Duques y demás asistentes se trasladaron al emplazamiento del monu-mento al Descubridor, que aparecía enmarcado por astas con las ban-deras de todos los Paises americanos, amén de la de España, de Cana-rias y de Gran Canaria. Una vez reunidos frente al monumento, comenzó el acto de ofrenda tloral, colocando la primera corona su des-cendiente Cristóbal Colón de Carvajal, con el Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria, Pedro Lezcano Montalvo, emocionante momento que fue muy aplaudido por los allí presentes. Finalizada la ofrenda floral, el Honorable Sr. Cónsul de la Argentina, Antonio Tomassini pronunció un discurso en nombre de los países americanos en el que, entre otras cosas importantes, seiíaló que « la fecha del 12 de octubrc, según el cristal con que se mire, puede unir o dividir a los pue-blos.. El acto fue cerrado por el Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria con unas doctas palabras en eI que resaltó que « lo que ícne-mos que celebrar no es una Fiesta de la Raza, sino una fiesta del mesti-zaje, de la mezcla, una fiesta popular de la solidaridad humana, de la existencia de Iberoamérica y del esfuerzo común y colectivo para que todos los pueblos encuentren la felicidad » . Concluido el acto, los Duques y algunos de los presentes se dirigieron al Gabinete Literario donde fueron obsequiados con refrescos y la Duquesa con un hermoso ramo de flores. Luego de visitar los distintos salones de la Casa los Duques se retiraron al Hotel. Inmediatamente el Presidente del Cabildo lnsular Sr. Lezcano Mon-talvo, el Vicepresidente Sr. Gómez Rodríguez, los Consejeros Sres. Armas Ayala y Herrera Trujillo, el Alcalde de Telde, Sr. Santiago Caste-llano, el Director y el Vicesecreiario de la R. S. E. de Amigos del País, Sres. Díaz- Saavedra de Morales y Cardona Wood y el Cronista de Telde, Sr. González Padrón, se reunieron nuevamente en el Aeropuerto de Gran Canaria para recibir al Honorable Sr. Dr. Rafael Hernández Colón, Gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y esposa que llegaban a la Isla para tomar parte en alguno de los actos del pro-grama para la conmemoración del V Centenario. Una vez recibido a la puerta de la Sala de Jefes de Estado, tuvo lugar una improvisada rueda de prensa con periodistas que acudieron al recibimiento y luego de otra corta reunión con Autoridades y Directivos de Instituciones cultu- PARTICIPACION DE LA REAL SOCIEDAD ECON~ MTCDAE AMIGOS I) hL PAíS 101 lar, Si-. Gónie7 Rodríguez y del Coronel Sr. Becerro Mamblona giró visita al Iltre. historiador, cspccialista en temas colombinos, Néstor Álamo Hernández, que se encuentra internado en la Clínica « Santa p..&-¡: ...... ..,. -.. --..,.,....-.. A, A- c.. A ~ I : , ~ A , nr+ nAri AP C. qJ1, A T I ,.,' LLCLIILI~'~ LVIII" , , " I L , L L L L L I , C I ' I UC ., U U C L I C U U C , L. I, UUI, " C . I U L U U ., U V U l l zada edad. El Duque estuvo muy cariñoso con el Sr. Álamo que agra-deció muy vil~ amente la deferencia que tenía con él. Seguidamente el Duque, acompañado por el Coronel Becerro se dirigió al Museo Cana-rio. en cuya puerta fue recibido por el Presidente de la Institución Lot-liar Sienlens Hernhndez, acon~ pañadod el Vicepresidente Nicolás Díaz- Saavedra de Morales, también Director de esta R. S. E. de Amigos del País. El Duque mostró extraordinario interés por las diferentes colecciones, en especial por la de Antropología, habiéndole llamado poderosamentc la atención las momias enibalsamadas de canarios prehispánicos que allí son exhibidas así como la extensa colección de cráneos ci- oniagnoides. Antes de finalizar la visita, el Duque de Vera-gua firmó en el Libro de Honor dcl Museo y rccibió como obsequio varios libros sobre temas de inlrcstigación canaria. A continuación el n ........ ......-- -;-. l.. -.... 1-, c,,, n:,, c,,.., A.-, Y L i q L L C , L L L V I I I ~ U I L C I U U FUI 1UJ GIL>. " , L>,,. d aa" Cu, a R P+-,.-- '. a A;.-:&& " LLL' I I, JL U,, 1& 11, al restaurante del Jardín Canario, donde se les unió la Duquesa, para almorzar en privado. Concluido el almuerzo, los Duques se retiraron al Hotel . Santa Catalina,) para luego de descansar, desplazarse a las ocho de la tarde a la Casa- Museo de Colon, donde, ante nurner. oso niiditorio el Duque dicto una importante conferencia explicando los avatares que sufrió su ilustre antepasado, el Almirante de la Mar Oce-ana, en el cuarto y último viaje que hizo al Nucvo Continente, en cuyo periplo, al igual que en el primero y en el segundo, reparó y repostó sus naves en csta Isla de Gran Canaria. Terminada la disertación, el Duque acompaiíado del Presidente del Cabildo Insiilar, Sr. Lezcano Mnntalvo, del Vicepresidente Sr. Gómez Rodrígue7 de los Conseje-ros Sres. Armas Ayala y Angulo González, quien hizo la presentación dcl artista y su obra, a los que se unió el Viceconsttjero de Cultura del Gobierno de Canarias Sr. Ramos Caniejo y el Director General de Cul-tura Sr. Díaz- Bertrana Marrero, presidió la inaiiguración de la exposi-ción « Colón y los Olvidados., integrada por ochenta y seis lienzos pin-tados por cl insigne artista grancanario Jesús Gon~ álezA rencibia, quien ha ideali~ aclolo s rostros de los hombres de mar que acompaña-ron a Colón en el Viaje del Descubrimiento y cuyos non- ibres, con escasas excepciones, han sido prácticamente ignorados por la Histo-ria. Finalmcnte, los Duques cenaron con un grupo de amigos entre los que se encontraban el que relata, Director y Vicesecretario de esta Ins-titución Sres. Díaz- Saavedra de Morales y Cardona Wood y el Coronel Becerro Mamblona, con sus esposas, cena quc tuvo lugar en el British Club de esta Ciudad. Vierfirs 16 de octubre: a las ! 2,3g de l2 rnafi-. na n ~ y i ? ed e vera-gua se reunió en el hall del Hotel {( Santa Catalina » con el Director y con el Vicesecretario de la R. S. E. de Amigos del País para cambiar impresiones sobre los actos del día, que comcnzaron con una detenida visila al Jardín BotAnico « Viera y Clavija)). Cristóbal Colón en gesto amistoso decidió dejar el coche oficial y acompañar al que relata en el suyo particular. A las puertas del Jardín Botánico esperaba la bióloga Alicia Roca Salinas, quien dirigió con habilidad un interesante reco-rrido, mostrando las especies más curiosas y dando toda clase de expli-caciones científicas y populares sobre las mismas. El Duque, que en todo ha n~ ostradoL in gran inicrés por conocer y cnterarse, quedó grata-mente sorprendido por lo que se le mostró y en especial por los dragos, pinos y otras especies autóctonas del Archipiélago, así como por el cxó-tico jardín de cactus. Concluida la visita continuó la excursiún hacia - l'eror, pasando por San Mareo. En ia Viiia, ei Duque y acompañantes fueron recibidos por el Alcalde Juan de Dios Ramos Quintana y el Con-cejal de Cultura José Luis Yánez, así como por el Patrono de la Santí-sima Virgen del Pino, Agustín Manriqiie de Lara y Bravo de Laguna, que había tenido la gentileza de invitar- a los Duques a visitar la Casa- Museo de los Patronos. Inmediatamente pasaron a visitar el San~ uar- io de la Virgen donde el Duque fue recibido por el Párroco Vicente Rivero Pérez, que les mostró, detenidamente la Iglesia, el Camerino de la Vir-gen y el pequeño Museo de Tesoros de la Basílica. El Duque admiró los adornos en piara tanto ciei Airar ivíayor como dei Trono de la Virgen. Luego siguió la visita a la Casa- Museo de los Patronos donde el Sr. Manrique de Lara dio todas clases de explicaciones sobre los objetos que allí sc exhiben. Durante el transcurso de la visita llegó la Duquesa que, pur haber pasado una mala noche, sc incorporó al grupo a última hora. Una vez firmados por los Duques los Libros de Oro de la Villa de Teror y de la Casa- Museo de los Patronos de la Virgen, la comitiva, dcs-pués de un corto paseo por el centro urbano, sc dirigió al Parador dc « San Matíasn donde fue recibida por el Consejero de Excmo. Cabildo Insular, Alfonso Armas Ayala, acoinpañado de su esposa, quien ofreció un almuerzo a los ilustres visitantes y amigos, con lo que se dio por ter-minada la excursión, regresando los Duques al Hotel « Santa Catalina)) no sin previamente recoger el Duque algunas castañas, que tanto abun-dan en Teror, para plantarlas en una de sus fincas en la Península. PARTIcIPACIÚN DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAíS ] 03 Por la noche, atendiendo a invitación que le había cursado el Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Sr, León Fernández, el Duque presidió el Concierto ofrecido por la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, dirigida por Alfred Walter, con los solistas Carole Farlay \ Jupiuii" i,, unu -.--, u Pb- uLu.- l c- l. u-- (\ Jpup-. r. u. i- rnujs, PuA... u: A- i iu u ID ; LLi\' L- i I \ m r - L-. L-. i. U-\ l j uai , L. AV-- i ii" I1' L-Coral Polifónica de Las Palmas, en el que fue interpretada la Sinfonía n." 28 de Mozart, las cuatro últimas canciones de Richard Strauss y la Sinfonía n." 2 de Félix Mendelsohn. El Teatro ~ PérezG aldósu presen-taba un lleno absoluto. El Duque estuvo flanqueado en el palco munici-pai por el Aicaide y el Consejero de Cuitura dei Cabildo Insuiar Sr. Angulo González y otras personalidades, quedando todos muy compla-cidos por la brillantez del concierto inaugural de la temporada. Terminado el acto, el Duque se dirigió al British Club acompañado de la Duquesa y allí se unieron al grupo de amigos de costumbre para cenar en la intimidad. La reunión resultó muy animada, presentando el Club un agradable ambiente puesto que se celebraba un cocktail para los socios. Sábado, 17 de octubre: A primera hora de la mañana los Duques de Veragua tenían previsto salir hacia la isla de Lanzarote, en visita pri-vada. Fueron despedidos en el hall del Hotel por el Director y el Vicese-cretario de la R. S. E. de Amigos del País y respectivas esposas. Los Duques expresaron su satisfacción por las muchas atenciones recibidas y por la brillantez de los actos en que habían participado e intercam-biaron obsequios con los Directivos mencionados. Según se desprende de este relato y de la documentación comple-mentaria que ha quedado en los archivos de la Institución, la conme-moración del V Centenario del Descubrimiento de América en Gran Canaria, csceptuada la de Sevilla que fue presidida por SS. MM. los Reyes D. Juan Carlos 1 y Doña Sofía, ha sido una de las más brillantes de las celebradas en España, habida cuenta la importancia y variedad del Programa de actos y las personalidades invitadas a intervenir en los principales. BASES PRINCIPALES Base l. a: Cristóbal Colón, para alcanzar las islas Canarias desde Palos, practicaba la navegación de altura, sirviéndose no solamente de las situaciones estimadas, sino de la obtención de la latitud por observación del sol en la meridiana, y de la Polar al alba u ocaso. rara io que ernpieaba ei cuadrante, astrolabio y probablemente algo análogo a la « Kamal » de los árabes. En la 2" mitad del siglo XV los pilotos que practicaban la navega-ción relacionada con los descubrimientos atlánticos, utilizaban en sus navegaciones de altura cuadrantes, o algo similar, con los que hallaban latitudes con errores que, ordinariamente, no les impedía alcanzar los archipiélagos de Madeira, Canarias o AZOI- es1C. onsidérese que ya en tiempos del Rey Alfonso X El Sabio de Castilla - siglo XI11- figuraban ias iaiiiudes de aigurras ciudades y corno ei iriPariie D. Eenrique de Por-tugal - que murió en 1460- se rodeó de famosos cartógrafos para incorporar sus conocimientos a la empresa de los descubrimientos, que aquel glorioso Infante comenzó hacia 14202. Se sabe que D. Hcnrique, encargó a su hermano, el Infante D. Pedro, que le llevara desde Italia cartas náuticas y relatos de viajes y se cree que entre aquel material se encontraba el libro de Marco Polo: EI Millione y un mapa de Africa, Catay y Cipango3. Existían, especialmente en Venecia, y el Vaticano, abundantes noti-cias sobre los países del Medio y E
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Calificación | |
Título y subtítulo | Aportación de Gran Canaria al descubrimiento de América y conmemoración del V centenario |
Entidad | Real Sociedad Económica de Amigos del País (Las Palmas de Gran Canaria) |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria |
Fecha | 1995 |
Páginas | 259 p. |
Materias |
América Descubrimiento y exploración Gran Canaria (Canarias) Historia Siglo 15º |
Enlaces relacionados | Documento facilitado por la RSEAPGC: http://www.rseapgc.com/ |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 21,34 Mb |
Texto | REAL SOCIEDAD ECON~ MCA DE AMIGOS DEL PA~ S APORTACI~ DNE GRAN CANARIA DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA r LAS PALMAS DE GRAN CANARIA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAIS APORTACIÓN DE GRAN CANARIA DESCUBRIMIENTO DE AMERICA Y CONMEMORACIÓN DEL LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 1995 Queda prohibida la reproducción total o parcial de cualquiera de estos trabajos, por cualquier sistema o procedimiento, sin autorización expresa de los autores, entidades, etc. Q REAL SOCIEDAD ECON~ MICA DE AMIGOS DEL PAÍS. LAS PALMAS DE GRAN CANARIA ISBN: 84- 605- 4055- 3 Depósito Legal: M- 32333- 1 995 Gráficas Loureiro, S. L. - San Pedro, 23 bis - 28917 Leganés ( Madrid). Teléf.: 61 1 59 94 - Fax: 61 1 59 88. 8 GABRIEL CARDONA WOOD Es oportuno ofrecer la lectura del Capítulo XVlI y fragmentos del XVTII de la historia del Almirante. de Hernando Colón: Cói? zo e( Alitrrran( r & go a [ as Canarias y al& se proveyó cofrrpktarrrerrtr ( Ir turlo lo que necesrtaha. Partido el almirante, de Palos, hacia las Canarias, el día siguiente, quc h e sábado, a cuatro días de agosto, a una de las carabelas de la armada, llamada la Piizta, le saltaron fuera los hierros del timón, y conlo, con tal defecto, los que allí navegaban tenían que amainar las velas, pronto el almirante se les acercó, bien que por la fuerza del temporal no pudieron dar- les socorro, pero tal es la costumbre de los capitanes en el mar, para dar ánimo a los que padecen algún daño. Hízolo así con presteza, porque sospechaba que tal accidente había sobrevenido por astucia o malignidad del patrón, creyendo de este modo librarse de aquel viaje, como antes de la salida intentó hacer. Pero como quiera que Pinzón, capitán de dicho navío, era hombre práctico y marinero diestro, puso tal remedio con algu-nas cuerdas, que pudieron seguir su camino, hasta que el marte siguiente, con la fuerza del viento, se rompieron dichas cuerdas y fue necesario que todos amainasen para volver a comporierlos ... Volviendo, pues, a lo que y « contaba, digo que procuraron entonces remediarse lo mejor que pudie-ron, hasta que llegasen a las Canarias, las cuales descubrieron los tres navíos el jueves, a 9 de agosto, a la hora del alba: mas por el viento con-trario, y por la calma, no les fue posible, ni aquel día, ni los dos siguien-les, tomar tierra en la Gran Canana, a la que estaban entonces muy próxi-mos, por lo que el almirante dejó allí a Pinzón, a fin dc que, saliendo a tierra pronto, procurase haber otro navío, y él para el mismo efecto corrió a la isla de la Gomera, juntamente con la Niña, para que, si en una de aquellas islas no hallase ocasión de navío, buscarlo en la otra. Con tal propósito, siguiendo su camino, el domingo siguiente, que fue 12 de agosto, por la tarde llegó a la Gomera, y luego mandó al bale1 a tierra, el cual regresó en la mañana siguiente a la nave, diciendo que entonces no había ningún navío en aquella isla, pero que de una hora a otra, los del país esperaban a doña Beatriz de Bobadilla, sefior- a de la misma isla, que estaba en la Gran Canai- ia, que llevaba un navío de cierto Grajeda, de Sevilla, de cuarenta toneladas, el cual por ser a propósito para su viaje, podría tomarlo. Por esto, el alriiiraiite resolvió esperar en aquel puerto, creyendo que si Pinzón no hubiese podido aderezar su nave, habría hallado alguna otra en la Gomcra. Estuvo allí los dos días siguientes, pcro viendo que dicho navío no se preseritaba, y que partía para la Gran Canaria un carabelón de la isla de Gomera, mandó en él un hombre para que anunciase a Pinzón su arribada y le ayudase a conipo- 1 0 GABRIEL CARDONA WOOD gobernario y I hazia agua, y quisiera tomar allí otra I si la hallara; no pudieron tomarla aquel I día. Hasta el domingo en la noche no pudo I el Almjrante tomar la Gomera, y Martjn Alon I so quedóse en aquella costa de Gran Canaria I por mandado del Almjrante, porque no podía na I vegar. Después tornó el nimjrante a Canaria o ienerife2', ¡ y adobaron muy bien la Pinta con mucho tra l bajo y dilignccia del Almjrante, de Martjin Alonnso l y de los demás; y al cabo vinjeron a la Gome l ra30. Vieron salir gran huego3' de la sierra de I la ysla de Tenerife, qu'es muy alta en gran manera3'. Hizieron la Pinta redonda3', porque era latina34; I tornó35 a la Gomera, dü~ jngüa dos Uc sc i ticmbrc con ! a Piiita adobada. I Pize el Almjrariie que juravan muchos36 hom l bres honrrados españoles que en la Gomera I estavan con doña Inés Peraca, madre de Gujllén l Peraca3', que después fue el primer Conde de la I G ~ m e r a39~, ~ qu, e eran vezinos de la ysla de Hier I 1- 0, que cada año veían tierra al weste40 de la I Canarias, que es al ponjente; y otros de la I Gomera, afirmavan otrn tan! n con i~. iramen? o. l Dize aquj el Almjrante que se acuerda qu'estando I en ~ o r t u g a le~ l ~ añ, o de 1484 1 vino vno42 de la ysla de la Madera al rey a lc l pedir vna cara-vela para yr a esta tjen- a que vía, I el qual lo mjsmo dezían en la yslas de los Acores I y todos estos en vna derrota y en vna manera 1 de señal, y en bna grandeza4'. Tomada, pues l [ f. 31- 1 agua y leña y carnes y lo demás que I tenjian los hombres que dejó en la Gomera" el Almjrante quan I do fue a la ysla de canaria4" adobar la I caravela Pinta finalmente se hizo a la vela46 de la dicha I ysla de la Gomera con sus tres caravelas, I jueves a sevs días de setiembre. Jueves, 6 de septiembre Partió aquél día por la mañana del puerto de la Gomera y tomó la vuelta para ir su viaje y supo el Almirante de una carabela que venía de ! a &! a del Hierro que andahan por a!! i tres rarahelas de Pnrtugz! para In tomar; debía de ser de envidia que el Rey tenía por haberse ido a Castilla. Y anduvo iodo aquél día y noche en calma y a la mañana se halló entre la Gomera y Tenerife. Otros temas de indudable interés también fueron contemplados para su inclusión en este volumen, a cargo de destacados investigado-res insulares, pero finalmente, con esfuerzo, tesón y paciencia se ha logrado la concurrencia de diez autores, con otros tantos trabajos que muestran, en conjunto, una amplia información de la valiosa aporta-ción de Gran Canaria. La disposición de los d i e ~ tra bajos que componen el presente libro se ha establecido en razón del orden alfabético del primer apellido de cada uno de los autores. 1. Sr. D. CTPRIANACOO STAN AVARRnOa, c ido en Gran Canaria, ha resi-dido muchos años en Andalucía, en Aragón y en Asturias donde ha desarrollado una intensa labor literaria. Ha cursado estudios de Huma-nidades y Filosoh, especializándose en Lengua y Literatura latinas. Su extensa obra poética « Otra ve7 Hamletn, « Esta sedienta voz » , « Un hombre va por el camino,,, « Aire sin sombra » , « Oscuro espejo,,, « Pasión y sed de un viento que nos nace » , (( Ciudad de los Faicancs » , . Savia de tu raíz » , entre otras muchas, ha sido merecidamente prc-miada: Medalla de Plata del Círculo de Escritores y Poetas Iberoameri-canos de Nueva York, 1962; Primer Premio Dicgo de Losada. IV Cente-nario de la Fundación de Caracas, 1967; Accésit del Premio Guatemala, 1974; Premio García Larca, 1992; Casa de España, Los Ángeles ( Cali-fornia); Premio Jorge Rechany, del Consejo Superior de Educación de Río Piedras ( Puerto Rico), 1992; Medalla de Plata del Instituto de Cul-tura Americana de Tampico ( México), 1992: Medalla de Plata del Cír-culo de Escritores y Poetas iberoamericanos de Nueva York, 1995. Figura cn la (( Historia de la Literatura Canaria)) de Arliles y Quin-tana, en (( 99 Poctas de las Islas Canarias)) de José Quintana v en varias antologías poéticas españolas. Es « Ilijo Predilecto » de Arucas, su ciudad natal, miembro de número de « El Museo Canario » y de la Real Sociedad Económica de Amigos de! Puf$ de Lar, S * A. A. 11. Excmo. Si.. D. ANTONIO DE BÉTIIENCOCMKATS SIEUe s Catedrático de Historia Moderna, Profesor. Emérito de la U. N. E. D., Ex- Rector de La Laguna ( Tenerife), Ex- Decano de la Facultad de Geográfia e Histo-ria de la U. N. E. D. ( Madrid), Académico Corrcspondiente de la Real 12 GABRIEL CARDONA WOOD Academia de la Historia, Director del Seminario de Humanidades « Agustín Millares Carlon, U. N. E. D. Es autor de catorce libros y de numerosos artículos que versan sobre temas canarios. Ha participado con Ponencias y Comunicaciones en varios Congresos de su especiali-dad y ha dirigido una cuarentena de Tesis doctorales. Está en posesión de la Medalla de Oro de la Universidad de La Laguna, del Premio Canarias de Acervo Histórico, 1992, del Título de Hijo Predilecto. de Las Palmas de Gran Canaria, del de « Socio de Honor* de El Museo Canario. Es miembro de número de la Real Socie-dad Económica de Amigos dei Pais de Las Paimas. 111. Rvdo. P. D. FRANCISCCOA BALLERMOU JICAn, atural de Arucas ( Craíi Canaria) h e oi- deliado sacerdote en 1952. Es " voctvi~ e n Gel- eciio Canónico y actualmente Canónigo Doctoral de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Canarias. Ha impartido clases de Religión en el Instituto « Santa Catalina. y de Historia de la Iglesia en Canarias en el Centro de Estudios Superiores de Teología, ambos en Las Palmas de Gran Cana-ria. Ha publicado trabajos tales como « Pedro Cerón y el Mayorazgo de Arucasx, « El manuscrito de República Cristiana del Bachiller Juan Mateo de Castro., « Canarias hacia Castilla: Datos de un proceso histó-rico » y autor de trabajos aún inéditos titulados « Obispos Canarios en América » y ,> Documentos Episcopales Canarios » . Es miembro de número de El Museo Canario. IV. Excmo. Sr. D. CRIST~ BACLO LÓND E CARVAJAY LG OROSABEL, nacido en Madrid es Capitán de Corbeta de la Armada Española y Piloto Naval, can más de dos mil horas de vuelo en maniobras, pilo-tando heiicópreros. Ostenta los Títulos de Duque de Veragua, Duque de la Vega, Mar-qués de la Jamaica, Almirante de la Mar Océana y Adelantado Mayor de las Indias. Posee varias condecoraciones españolas y otras extranje-ras, siendo ciestacabie ia de ia República Popular de Polonia « For Seif Sacrifice and Braveryn por su valerosa actuación en el rescate, en alta mar, de ocho marineros polacos durante un fuerte temporal. 14 GABRIEL CARDOniA WOOD Económica de Amigos del País de Las Palmas de la que durante muchos años ha sido Secretario y en la actualidad Director. VI. Sr. D. CARLOEST AYOEL IZONDnOa, v arro de nacimiento, tras los estudios elementales ingresó cn la Escuela Naval. Es Teniente de Navío ( retirado) de la Armada Española. En septiembre de 1962 y con la carabela nombrada la Niña 11 idéntica a la del mismo nombre que Colón llevó en su primer viaje a América- realizó la travesía del Atlántico desde Palos de la Frontera hasta San Saivabor, siguiendo e¡ mismo cierrotero que Coirin en su pri-mer viaje. En julio de 1987 funda en Pamplona la asociación . Promoción Quinto Centenario de los Viajes del descubrimiento^^ ( P. V. C. V. D.) con el objetivo entre otros, de « difundir al máximo la verdad histórica de las empresas del Descubrimiento y Evangelización del Nuevo Mundo resal-tando el espíritu católico y los frutos espirituales de tales empresas. En agosto de 1992 repite la travesía en otra carabela, reproducida lo más similar posible a la Niña que formó parte en el Viaje del Descu-brimiento, denominada la Niña 111 y en cuya travesía siguió un régi-men dc oración y penitencia. Ha publicado varios trabajos sobre estos temas de navegación, tales como << Leax pedición de la Niña 113 y « La verdad sobrc la Santa María, Pinta y Niña » y pronunciado numerosas confcrcncias y charlas que revelan ser uno de los más sefíalados especialistas de historia y tkni-cas de la navegación de los siglos XV y XVI. Está en posesiún de la encomienda de la Orden de Isabel La Cató-lica y de la Gran Cm7 del Mérito Naval con distintivo blanco. VTT. Sr. D. VICENTHE ERNAKDJEIMZ ÉNEZn, a ció en la Villa Mariana de Teror, en Gran Canaria. Es Abogado y Técnico de la Administración Civii del Estado, en situación de jubiiado, ex- Direcror Provinciai dc la Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado y Cronista Oficial de la mencionada Villa de Teror. incansable investigador de la historia insular, preferentemente de la de su billa natal, cuyos resultados están recogidos en los libros ya publicados . La Villa de Terorn, « Apuntes terrenses » , « Las Aguas del Barranco de Tenoya » , ~ Teror: H istorias, semblanzas, apuntes » , y « El Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria » , entre otros. Tam-bién ha colaborado en periódicos y revistas con interesantes artículos de su especialidad. Ha pronunciado diversas conferencias y charlas y ha sido Pregonero de las Fiestas Patronales del Pino en la Villa de Teror. Es miembro de número de El Museo Canario, Vocal del Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria y miembro de número de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas. VIII. Sr. D. ALFREDO HERRERPAI QUERn, acido en Las Palmas de Gran Canaria, obtuvo las licenciaturas de Derecho y de Periodismo. Ensayista, Escritor, Historiador y Conferenciante ha tratado temas e ideas fundamentales de actualidad, entre ellos los relativos a la Paz Mundial, el papel del intelectual en la sociedad, las relaciones entre el hombre y el medio y los valores de la Ilustración y también algunos aspectos de la realidad canaria. Ha publicado un extenso ensayo de inteqretación de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, una historia de la exploración científica de las Islas Canarias en el Siglo de las Luces y una aproximación a la antropología prehistórica de Canarias a través de las colecciones del Museo Canario. Ha sido el primer Consejero de Cultura del Gobierno Autónomo de Canarias, Senador por Gran Canaria, desempeñando la Vicepresiden-cia de la Comisión Educación, Universidades, Investigación y Cultura del Senado; Director de varias publicaciones periódicas de carácter cul-tural y es colaborador habitual en otros medios de comunicación de las Islas Canarias. Es miembro de número y ex- Presidente de El Museo Canario y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas. IX. Sr. D. PABLOJ. DE JESUSY VÉLEZ- QUESADnaAc, i do en la Ciudad de Arucas en Gran Canaria, hizo los estudios de Bachillerato y de Comercio y dada su vocación por el Dibujo, tanto lineal como artístico, obtuvo la titulación de Proyectista de Instalaciones Técnicas, cuya acti-vidad ejerció durante muchos años en Las Palmas de Gran Canaria. Al tiempo accede a los estudios de Historia en la Universidad Nacional de 1 0 GABRIEL CARDONA WOOD Educación a Distancia. Por sus dotes de investigador y redactor ha sido requerida su colaboración en distintos medios regionales de difusión y como buen conocedor de la Isla de Gran Canaria fundó la (( Agrupación para Investigaciones Históricas y Prehistóricas sobre Canarias)), de la que fue Presidente. Ha dedicado especial atención a la exploración arqueológica y ha hecho levantamiento en planos de cuevas - viviendas y funerarias- en Gran Canaria, habiendo hallado, rescatado y reconstruido el (( Ídolo de Arucas » , figurilla de arcilla de unos diez y siete centímetros, datada como neolítica canaria con más de mil trescientos años de antigüedad y que se conserva - depositada por él mismo- en el Museo Canario, considerada como una de sus más valiosas piezas. Creo con otros investigadores (( Tarja 3 » , página del diario granca-nario « La Provincia » que tuvo gran proyección en el bienio 1975- 76. Ha sido pregonero de las Fiestas Patronales de la Ciudad de Arucas en Gran Canaria de la que es Cronista Oficial. Es Director Conservador honorario del Museo Regional Arehucas, miembro del Instituto Cana-rio de Estudios Históricos « Rey Fernando Guanartemex, del Centro de iniciarivas y Turismo de Gran Canaria y de Ei ivíuseo Canario. X. Sr. D. JUANJO SÉ LAFOREHTE RNANDEnaZc, i do en Las Palmas de Gran Canaria, ha cursado las disciplinas de Licenciatura y Doctorado en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense ( Alcalá de Henares, Madrid) y estudios en la Facultad de Sociología, en la Escuela de Estudios Internacionales y en la Real Academia de Jurispru-dencia y Legislación. Es Diplomado, por la Escuela de Estudios Coope-rativos de la Universidad Politécnica de Madrid y en Documentación y Biblioteconomía por la aludida Complutense. Su actividad profesional la ha desarrollado en diferentes adminis-traciones públicas dcntro de la esfera de las Relaciones Internacionales y el Protocolo y de forma permanente colabora en medios periodísti-cos, tanto locales como peninsulares. Está especializado en la historia del periodismo canario, principalmente en la de sus orígenes. Han sido publicados sus trabajos (( Orígenes de la Información y la Opinión Pública en Canarias » , (( Orígenes de la Imprenta en la Provin-cia de Las Palmas)), (( Metodología para el Análisis de la Historia del Periodismo Canario)) y « Los Primeros Años de Diario de Las Palmas)). Ha ocupado cargos directivos en varias Instituciones grancanarias y es miembro de número de El Museo Canario, del Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria y de la Real Sociedad Económica de Ami-gos del País de Las Palmas. Este « Cuerpo Patriótico » que tan vinculado ha estado con la celc-bración del IV Centenario del Descubrimiento de América, se siente orgulloso por su participación en la conmemoración del V Centenario, ! u ir, tenciiSr, este ."' G! UmeE, ir, corpGrc.& ;; s. d co! eiiciSn de publicaciones con el número Ventitrés, sea expresión material de tan loable realidad y se congratula por la desinteresada labor llevada a cabo por los autores mencionados para realizar los interesantes traha-jos seguidamente expuestos. GABRIEL CARDONA WOOD. Secretario de la R. S. E. de Amigos del País. Las Palmas de Gran Canaria. A",, t,, A, 1ooc r i g V J C V UC 1 / / d . Tres Carabelas Surge la luz de un nuevo día hacia el encuentro de una tierra nueva que ya presiente el corazón del mundo. J. H. HARTMAN La nueva aurora Palos de la Frontera. Hacia una singladura de brumas y de sueños zarpan tres carabelas. Tres carabelas que aun no saben a dónde van, qué buscan, qué avatar les espera. Lentos, los días y las noches, sobre un mar fatigado de mitos y leyendas su velamen encienden con relumbres de soles y de estrellas. Y hay un rumor de siglos que llega, entre sargazos, de unas remotas tierras. Tres carabelas, iniciales de oro sobre el húmedo friso de una gran epopeya, e, impávido en el puente de la Santa María, el futuro Almirante de la ancha mar océana. CIPRIANO ACOSTA NAVARRO Un alto en el camino en el remanso azul de las Isletas, - qué insólito fervor el dc tus olas, playa de las Canteras-. Cerca, el Castillo de la Luz intuye, como un eco de gesta, no sé qué viento o qué temblor de historia dormido entre los pliegues de sus velas. Mientras, allá a lo lejos, el Real de las Palmas trcmola, junto al mar, su blasón de palmeras imaginando, acaso, la gran ciudad futura en la que sueña. Tú, Gran Canaria, afortunada huésped - cinco centurias ya- de las tres carabelas: Colón viene hoy de nuevo al frente de cien naos corno aquéllas; todo un bosque de mástiles, un vibrante arcoiris de banderas en tu puerto recalan, como entonces, ingrávidas y esbeltas, mensajeras de paz y de esperanza, para decirte: Mereció la pena amar el riesgo, navegar las sombras, atravesar la espesa niebla de un poderoso ockano - soledad y misterio- Porque alguien dijo de improviso: [ Tierra! y, a su conjuro, allá en el horizonte, como una aurora espléndida, se irguih la inmensa magia verde, la salvaje belleza, el vivo testirnonio de una tierra aun sin nombre, la eclosión, el asombro, la presencia de un nuevo continente, corazón indomable, dueño del sol y el viento, del volcán y la selva: razas con propia voz, torsos desnudos, pueblos vivierido en par y en libertad: AMERICA. SAVIA DE UN MISMO TRONCO América, Esperanza Verde soberanía sin ocaso. Un caminar entre las espesuras de los días futuros. OCTAVTPOA Z La estación violeta América, esperanza, alto destino, rotunda voluntad de ser tú misma: hoy mido tu estatura, tu vocación de cráter por la sombra alargada de tu insomnio sobre la altiplanicie en que te yergues. América, milagro detenido. frutal polifonía, altorrelieve en que los viejos dioses ancestrales aún siguen presidiendo las ofrendas del agua, del sol y de la tierra, mientras los nuevos régulos del oro ofician la liturgia del poder y la sangre. América, pasión de verde fuego, sordo rumor de enjambre, flor de cactus, herida de nostalgias, ardiente de maizales, intemperie del mezcate, el bohío y la sabana; América del hombre que malvive y espera morir sin esperanza; del pretexto y del mito, de la promesa inútil, de la difícil paz que nunca llega. Pedestal de ceniza, cúpula de silencio para un bronco aquelarre de volcanes. Tú, América, esperanza, continente mordido por la furia de todas las codicias, crisol de razas y espiral de sueños: te vuelvo a ver, para entenderte CIPRIANO ACOSTA NAVARRO mejor, después de cinco siglos, de cinco largos siglos respirando, junto al umbral del tiempo y la distancia, tus desoladas soledades, mi- ntr: ic c! \ riejo P S C Q ~ ! d~ e ! & iC1_ o te sigue percutiendo el bronce dc tus últimas preguntas. Ser como tú. saberme trascendido por- los ríos urgentes de tu sangre, sentirme solidario de tu impulso esencial, del unánime grito que late cn lo más hondo de tu entraña. Tener sed como tú, tierra impaciente que intenlas apagarla desde cuándo. Tú, América, esperanza. Porque quiero COL-.. ,.. e , AO ,., A., ., ..; a,+, ,! A ,, h, ., U" C. YL'L b.> yUUU V Y",., YUC " C " C \ , X' ..\- LUU atravicsan la oscura quemazón de tus labios y, porque desde siempre, ando todas tus prisas y todos los caminos de tu atávica angustia, voy hacia tí, tierra amasada de silencios y lavas, de anacondas y ceibas y nopales y lunas. Xmcrica, esperanza de que iiegue cse día que has estado soñando tanto tiempo: gigantesca secuoya de mil brazos, alarido ancestral de mil gargantas, espesura quemada de mil soles, insumiso latido de mil cráteres, clamor de libertad y rebeldía trepadoras de cóndores y nubes. SAVIA DE UK MISMO TRONCO Q~ ierose ntirme espuma de tus mares, orilla de tus ríos, misterio de tus junglas, ansiedad de tus sueños. Dcscúbreme y conquístame tú, América, que tanto sabes de conquistadores. Si tú y yo conseguimos que se entrañen en una nuestras viejas raíces, si tu voz y la mía se hacen voz y denuncia de tus pueblos sedientos, aquel día trémulo de banderas y de espadas y cruces sobre la arena virgen de tus playas, no habrú sido ni inútil ni infecundo, a pesar de la niebla de los siglos y del oscuro viento de la historia. Es hora ya de que iniciemos - juntas las manos y las . coces-esa intrépida y nueva singladura que nos sigue esperando hace milenios. Será, sin duda, América, la más grata aventura, el fraternal reencuentro de tu pueblo y el mío. Un vendaval de pájaros rebeldes estremece tus venas. Multiplica tus manos y ábrelas a la arcángel cetrería que te bulle en el pecho: tus alas inauguren las nieves más cimeras, los nuevos y más claros horizontes, esa alta luz que ciega tus pupilas. Hoy he venido, América, a decirte mi mejor y más íntima palabra y a que tiendas tus brazos CIPRTANO ACOSTA NAVARRO como llamas a un viento de presentida paz, urgente atisbo de tu definitivo mediodía. Déjame amar apasionadamente la luz de tu paisaje innumerable, el polvo de tus piedras milenarias, el verde millonario de tu fronda, la excitante ebriedad de tus cantiles. el rumor de tus selvas y tus ríos, la tez cobriza de tus altiplanos, el torso abru~ tode tus cordilleras. el grito de tu sed liberadora, la amarga lluvia inútil de tu llanto, la nómada tristeza de tus indios, la anchurosa hidalguía de tus pueblos. América y Canarias: lengua común, idéntico latido, brazos de un mismo cuerpo, voz de una misma sangre, savia de un mismo tronco en que florece la rosa antigua y nueva de una « esencial aurora)). América y Canarias: tierra y hogar, besana y primavera, raíz, árbol y aroma, espiga de un trigal aún no maduro, promesa y plenitud de más altos afanes, conjunción de dos sueños y un destino. Y, en medio, ese ancho mar, labios de espuma besando sus bravíos litorales y uniendo en una sola y viva llama - tan lejos y tan cerca y tan hermano-el mutuo abra~ ode sus dos orillas. CIPRIANO ACOSTA NAVARRO Para la sed de América tu verso fue como el fondo de un espejo terso donde se pudo ver tal como era: piedra uncestra! temb! asd:: e:: FA retina que, entre una espesa bruma, ya adivina la flor de su inminente primavera. Tú, la raíz y el árbol de su vuelo, la llama que se enrosca a su cintura; tú, Miguel Angel, savia de esa dura mazorca de sus hombres en desvelo: « sudor hecho raíces » bajo un cielo de tomos zopilotes quc apresura un destino de maíz, en cuya hondura late el impulso del más alto anhelo. Por tí el indio de pálidas mejillas no volverá a ponerse de rodillas ni a mascullar rencores en su ayate. Y América, de pie, pulso seguro, mirará esperanzada hacia el futuro con ojos de quetzal y de aguacate. SAVJA DE UN MISMO TRONCO Junto a la sed del Guiniguada Rincones queridos de la ciudad vieja, refugio del alma que en vosotros sueña S~ u1. oT ORON Las monedas de cobre Soñando luz naciste un día a orillas de este mar que ciñe tu cintura e, hilando paz, fuiste creciendo, nereida entre los brazos de su espuma. Las Palmas, tú, palmera viva, inmenso rumor de caracola: más allá de las nubes, cerca de las estrellas, tu vertical empeño cabalgue sobre el lomo de tus cumbres. Junto a la sed del Guiniguada Vegueta es un balcón que respira sosiego y San Antún y Santa Ana, - dos nombres augurales- lírica piedra en vuelo. La catedral, la plaza, las palomas ... El tiempo aquí jadea como un niño dormido y Ana en su rueca de gemelas torres devana la madeja de su místico lino. Colón estuvo aquí, sobre estas piedras y entre estos muros de tu vieja ermita: qué pátina de siglos, qué hondo vaho de historia, Antón, en ellos todavía. Ciudad alegre y confiada, confía sólo en ti y en tu tesón. Y en esta tierra tuya - malpaís del olvido-dura y amarga como tu sudor. Cinco siglos y aún sigues sin descubrir tu propia identidad. Pero dentro de ti tienes la clave de tu destino de isla y de alcotán. CIPRlANO ACOSTA NAVARRO Piensas, acaso, que son tuyos el mar, la noche, el viento, la alborada ... ¿ Eres siquiera dueña de ti misma? ¿ Segura, de verdad, tienes la palma? Mientras hilas el copo de tu aventura ciudadana, vas - gaviota y carabela- definiendo tu innata vocación de pleamar. CIPRIANO ACOSTA NAVARRO Tus sueños: que ellos sean, isla azul, realidad más que utopía. Nadie mejor que tú para ayudarte. Gran Canaria: despierta. Descúbrete a tí misma. Se volverán tus manos mieses de oro, si antes fueron espigas en tus surcos. Mira siempre adelante, alta la frente: avanza y no desmayes: TUYO SERA EL FUTURO. UNA EMIGRACIÓN ETNOLÓGICA: LAS RINAS DE GALLOS EN CANARIAS Y NUEVA ESPAÑA POR: ANTONIO DE BETHENCOURT MASSIEU « En el principio debi6 existir el ocio. El lionibre vivía en el ocio y sin ocio el hombre no tenía nada que hacer. Pescar, adorar, amar, cazar-, existir no eran acciones útiles, sino actividades ociosas, profun-damente h~ imanasC. on el pecado debió venir la ncgación del ocio ... cl r~ eco i i t l r n n , e~ cribíah ace tiempo Martín Paliño. Traigo la cita a colación, porque, en efecto, el ocio ha pervivido en la raíz de la naturaleza humana, en la esencia del hombre a través del tiempo y el espacio. Constituye, pues, connotación esencial de su pro-pia humanidad. Por- eiio ha sido definido con reiteración como homa ltrdens. No es extraño, entonces, que los historiadores hayan mostrado su interés por conocer como el hombre disfrutaba de sus no niiiy abundan-tes ratos de descanso. Qué entretenimientos y deportes practicaban, porqué tales manifestaciones patentizan rasgos de su personalidad, - si la práctica es individual-, o de su psicología y comportamiento colectivo, si la realizaban en grupos, e incluso aunque fueran meros espectadores. Es también lógico que coloquen el énfasis en los jucgos colectivos o los que arrastran mayor número de practicantes, por ser los mas esclarecedor- es de la mentalidad colectiva. Finalmente: se trata de participar en el juego de alguna manera activa. Sin actividad no hay , juego. 1 ci interés por espectácuios y entretenimientos dei pasado iue moneda de circulación corriente para historiador- es de cualquier época. Al tratar ahora de reconstruir la vida del hombre y su entorno como una globalidad totalizarite, es natural que se liaya acentuado el interés por aspectos tan reveladores de la actividad humana, tanto en el campo de la antropología cultural y el Folklore, la etnología, conlo de las men-talidades, también denominado el Tercer tzivel. 3 6 ANTONIO DE BÉTHENCOURT MASSIEU Pero la dificultad radica cn la carencia de fuentes. Salvo pasaticm-pos que exigían como rasgo imprescindible la escritura, como el tealro, actividades de este tipo, secundarias, dcjan escasas hucllas. Tanto cs así, que si no fuera por las disposiciones regulando la licitud del juego y los reglamentos de policía, que la asistencia Cuera tan masiva que el fisco encucntrc en el mismo un saneado ingreso, o quC su práctica ori-gine conflictos de intereses a solventar por la autoridad judicial, desco-noceríamos como el hombre ha llenado su ocio. Corno confirmación de lo anterior- trataremos en la presente aporta-ción desentrañar- la riña de gallos en el ámbito de Canarias América, con espec��fica relación a la Nueva España en el siglo XVIII. El juego, como otras tantas cosas ( instituciones, hombres, usos y costunibres, plantas y animales) emigró de Canarias a Indias. En cada orilla del Océano cvolucionó y adquirió idiosincracia en consonancia con el carácter de sus moradores. Antes de entrar en materia, un rápido paseo por la historia. Ei gaiio de ~ ombarea, nimd doido de ur~ a~ X L I ~ U I L ~ I I A fIuMe [ ~ d , una cnorme rapidcz de reflejos y aspirante a una absoluta exclusividad en territorio tan ilimitado como sus propias Cuer~ as, p rocede de la región indo- malaya Y deriva de las variedades Bakoru o Bankiz~ rr o de la Sonnevattt . Las riñas aparecen ya en 1440 a. c. en China. En Mesopotamia se lidiaban en el siglo XVIII a. c., de donde pasa al Egipto faraónico y la Grecia clásica. Aquí fueron famosos los gallos de Tanagra v Rodas. De la Baja Edad Media tenemos referencias en la Península, alcanzan ya alta fama el gallo jerczann. De la Baja Andalucía debió difundirse por todo el ámbito atlántico. De un lado alcanzó los Países Bajos e Inglate-rra. Es fama quc se jugaban en Amberes y no es de extrañar dada la pasión por el juego y la especulación desari- ollada al amparo de la Bolsa. Grandes maestros como Synder, Fitt, Kondar-, etc. nos han dejado lienzos importantes. En Ingiaterra tuvieron gran auge hasta su prohibición bajo el Protectorado de Olivei- o Ci- onwell. Pero luego reco-braron todo su esplendor. A Hoggart le sirvieron de pretexto y aún se conserva en Saint Aller una taberna donde se corrieron gallos. A Indias, emigraron desde Canarias, donde se adaptaron a la per-fección desde muy temprano. Durante la travesía se jugaban en las LAS KINAS DE GALLOS EN CANARIAS Y NUEVA ESPANA 37 cubiertas de las naves de las flotas para reducir el hastío de la navega-ción, desde el XVI como ha probado Fernández Duro. De las Antillas, donde prendieron con enormc fuerza, sc extienden como mancha de aceite por la Nueva España, el lstmo y Sudamérica, para llegar a Filipinas, donde tuvieron extraordinaria acogida, sin que fuera menor la de las 13 colonias ingleses en América del Norte y des-pués los Estados Unidos. Rccucrden el ncgro con su gallo de la serie Raíces. En todos sitios han permanecido con fuerza. Valgan tres testi-monios literarios: El covonel no tielze quien le escriba de García Már-quez, Don Segundo Sonzbra de Ricardo Güiraldes, o la deliciosa escena del reñidero que nos describe el inefable Juan Ramón Jiménez en Pla-tero y yo. Por traer a cuento unos pocos ejemplos, entre muchos exis-tentes. Pero si queremos entender lo que represento el juego de gallos durante el Antiguo Régimen, tanto en An- iérica como en el Viejo Mundo, tenemos, coino paso previo, que despeja1 la siguiente incóg-nita: ievzcei- varon uiz problernu social? En todas las latitudes al espectáculo se añadía - y añade hoy- un atractivo más: la apuesta a favor de uno de los contendientes en la lucha a muerte que los enfrenta. El margen de inseguridad en la victoria, las ocasionales manipula-ciones y el exceso en las apuestas son la\ tachas que apuntan los mora-listas contra su licitud. Y entre ellos los obispos y arzobispos de Nueva España que en la segunda mitad del siglo XVII ponen en tela de juicio la licitud ante la Corte y el Consejo de Indias, llegando a ofrecer pagar de su bolsillo las cantidades que recibía la Real Hacienda. Pero ya en el XVIII la duda no va por este camino; pues a la ilicitud del azar y la manipulación, añaden una motivación social: una afición desmesurada acarreaba el abandono de las obligaciones laborales y domésticas y lo que para los Ilustrados era peor: conducía inexorable-mente a! íriás grave de los pecados, al ocio. Tacha social tan perjudici~ ii a la sociedad como a los intereses del Estado y poder del Monarca. María Jcsús Saravia lo ha estudiado en su sugestivo libro El j t q o de G'ullos e12 Nueva Espatla. El planteamiento de la licitud produjo una amplia polémica que cruzó en parte del reinado de Carlos TT e inicios Diferentes aspectos de una riBa o pelea de gallos. Bajo relieve en piedra natural procedente de un templo griego ( Aprox. siglo V a. de C.) que se conserva en el Museo Británico de Londres. LAS RI& M DE GAUOS EN CANARIAS Y NUEVA ESPARA de Felipe V, quien por R. C. dada en San Tldefonso, el 21 de marzo de 1721, despejó la incógnita, admitiendo en América las riñas de gallos, siempre que las apuestas « / iueuan moderndas » , se « juegue poco t sin malicia » , pues las peleas « Ton por su natt( rale~ ui t~ ocentes~ e, n czllas y S L ~ wI zalzcia » En la disposición se justifica la inteivención real en beneficio de sus súbditos su seguridad, con el fin de preservar al juego de la nota de juego de azar. En otras palabras, para evitar lo que venía sucediendo entre 1668 y 1723 en que estuvieron prohibidos en Nueva España a petición de la casi totalidad de la jerarquía eclesiástica. Y de paso que se autori~ abae, l Rey aprovecha parte de las transac-ciones como ?- entue ~ tuncadad e la Hacienda. Las galleras o reñideros se arrendarían junto con los naipes mediante concurso y remate a favor del mejor postor. El primer arrendatario, fue don Isidoro Rodríguez La Madrid, jno les suena el apellido? Verdadero promotor del expediente de licitud y que hacía muchos años venía ganando mucho dinero con la práctica subrepticia del espectáculo. Gracias a formar parte de las rentas estancadas conocemos bien su trayectoria e incidencias entre i 728 y i 79 1. Soio unos datos: ei valor de remate por décadas oscilaba entre los 105.000 v 21 0.000 pesos con un producto global para el período de 1.474.228 pesos ( Savaria Viejo), pasando según Humboldt su valor anual de 41 . O00 pesos en 1746 a 45.000 en 1803. Para hacernos una idea: producían los gallos el doble del estanco de la nieve y un tercio de la de naipes. Todo Centroamérica y las Antillas siguieron el modelo novohis-pano, y ya en el siglo XIX, como en España, en Cuba y Puerto Rico, el producto de los gallos se concedía a instituciones benéficas. Podemos decii- que en el Nuevo Mundo, el juego de gallos pasó de la ilicitud a renta de la Hacienda real. ¡ Más legal, imposible! En Tenerife - con diferente cronología- sucedió algo semejante. Las riñas estuvieron prohibidas entre 1787 y 1795, 18 años. Año en que fueron declaradas ilícitas y su licitud reglamentada por una Carta- Orden de Carlos IV. De todas formas es necesaria una matización derivada del escalona-miento cronológico. Mientras que en Nueva España el origen estuvo en la presión de la jerarquía eclesiástica, con apoyo de las civiles. En 42 ANTONIO DE BÉTHENCOURT MASSIEU mayo de 1795 firma su Car ta- Orden. Para el Consejo, los gallos gozan « de la ventala de w r I ~ C I I UISza, n estos e znocentes t' logia también por ahora dfrtraev a aquellos habzluntes de otros pasatietnpos vtciosos y pev-pdzczale~ u w s pevxmzs > famzlzas » En efecto, en Canar- las no había casi otra diversión, como no fuera la lucha, el palo v las peleas de b, irdmos y carneros o las carreras de caballo a pelo El largo pleito y sus vicisitudes me han permitido reconstruir como ci, iscul- ri2n peleas ei, Cufinrius y ci; mí; arar! as con las de Indias, a donde indefectiblemente pasaron de estas islas. En Canarias como en América el gusto por los gallos procede del siglo XVI, pero fue en el XVII cuando se extienden, a causa del papel preeminente que juega el campo, después de una etapa de vida gue-rrera. Es cuando los juegos y deportes pop~ ilares adquirieron carta de naturaleza, frente a los deportes cal~ allerosq ~ iep redominaron cn el qiiiiiientos, como afirma CéspecIes de! Cris! i!!~. . A mcdi-? doc de! s. X17! los gallos rebasan el carácter de juego privado, para adquirir su carác-ter de público, como asevera Saravia Viejo para Nueva España y se cleriva de las declaraciones de testigos y peritos cn cl pleito lagunero, « lo que es ptíblico, cierta y notovio » , pues desde mucho antes de ini-ciarse la centuria, La Laguna « está en posesión del juego de gallos.. También dc otros documentos, sc desprende que estaban extendidos por otros lugares c islas, llegando a convertirse en el entretenimiento por antonomasia del insular. Pero vavanios por partes primero La Laguna, como espécimen del Archipiélago, y, luego, Nueva España, en representaciún de las Indias. Los gallos era un espectáculo popular, que presenciaban desde los estratos inferiores a los privilegiados. Al igual que en otros parajes, las riñas poseen unas connotaciones de estirpe aristocrática. Aquí, los hacendados las fomentan y prestan los patios canarios de sus mansio-nes como reñideros. Es clave la participación del grupo hegemónico, porque las personas nobles preservaban el método y al ser sujetos de honor y distinción se responsabilizaban del buen orden en el trans-curso de las mismas, dando un tono de mesura, incluso a los perdedo- III ESTANCIA DE CRISTÓBAL COLÓN EN EL REAL DE LAS PALMAS EN AGOSTO- SEPTIEMBRE DE 1492 POR: FRANCISCO CABALLERO MUJICA El doce del presente mes de octubre, tu\ e la lortuna de visitar, cn cl puerto de Hiielva, la carabela « Santa María,,. Junto a ella, a popa y proa, respectivamente, estaban ancladas la « Pinta » y la << Niña, T). u ve, entonces, en mi interior, dos sentimientos contrapuestos: la pequeñez c insignificancia de las naves y la grandeza dc la empresa americana con sus cunsecuencias universales. No sospeché en aquel momento, quc dcbiera intervenir en este día y en esle lugar, con sus tripulaciones. en la santa misa que celebramos, centro y culmen dc la vida cristiana y si, me lo permitís, de la propia \ ida española de todos los ticmpos. Y es que la fe en Jesucristo informa nuestra Historia, con las luces y sombras propias de nuestra raza. Con una misa, en el Puerto de las Isletas, el 24 de junio de 1478, cornen~ óla conquista dc csta isla. En esa precisa fecha, en este miii- i- io liigar, sc estableció el Real, embrión de la Muy Leal y Muy Noble Ciu-dad de Las Palmas de Gran Canaria. En este mismo espacio que hoy ocupamos, ya habían edificado los expedicionarios castellanos la primera ermita dedicada a San Antón, catedt. al pruvisiurial d e señora Santa Ana » , después del 20 de mayo de 1483. Aquel primitivo templo, testigo de grandes acontecimientos de riiiestr- a historia canaria, fue reconstruida en el siglo XVIII, la ermita que nos cobija. En este recinto y en la plaza inmediata, fueron sepultados misione-ros y capitancs, soldados y clérigos, hoy testigos mudos, como entoii-ces, dcl paso por csta ciudad del Gran Almirante de la Mar Océana, en sus viajcs a lo desconocido, primero, y al continente nuevo, después. Y « ( w e3tu snnto lugar oró Colón*, proclama la lápida en la fachada de esta h~ imilde crmita, colocada con motivo del IV Centenario del S 2 FRANCISCO C,\ RAT. T. F. RO MIJJICA Descubr- irnienlo de Arriérica. Con otros actos singulares celebi- 6, ade-más, nuestra el 12 de octubre de 1492: E. 1 moiiumento al Almirante en la alameda que lleva desde entonces su nombre, con otros actos religio-sos, literarios y niusicales. Junto con Madrid y Huelva, Las Palmas de Gran Canaria for- rn6 la tripleta de capitales españolas que celebraron aquel acontecimiento. Y todo ello fue posible porque Cristóbal Colón en agosto- septiem-bre de 1492, estuvo en la entonces Villa del Real de Las Palmas. Las pruebas históricas de su estancia son tcrminantcs. En efecto: El cluncs, sei.\ rle ugosto ( le 1492, . sulftj o desencasose el gover- riavio a ltz carabela Pinra, dorzde iba ,2i[ artírz Alo~ iso Pinzón ... Viéiidose al Ab7iira1zte eii gr( 217 t~ trbi~ cid~ nO 1Y1 0 jmd~ r( ¡ ~ L I ~ ( uA Ylu d i c h cumhela ~ i. T~ IApze li gro » . Pudo componer lo la ti- ipulacinn, pues el martes, siete de agosto, El jueves, nueve de agosto, al alba, están Ins tres naves a la vista de Gran Canaria, al esk de sus costas, p. x e. c. e evidente que, en tales circunstancias, Colón no desembar-cara en Gr- a11C anai- ia. En la tarde del domingo, doce dc agosto, arribó a la Goniera, pei- o no tomó tierra de inmediato. Supo a bordo dc la CRIST~ BAL COLÓN EN EL REAL DE LAS PALMAS 53 « Santa María » que no había en la isla navío disponible, informándole, además, que « de crvza lzor- u a oti- a » , llegaría procedente de Gran Canaria la señora de la isla, la célebre Beatriz de Bohadilla. Aquello d e uvla hora a otra,,, se convirtió en doce días de estancia sin que la dama apa-reciera. Tmpaciente, v sin noticias de Alonso Martín Pin~ ónr, e torna Colón con la santa María » v la « Niña,, al Real de Las Palmas. Diez días, entre el veinticuatru de agosto y dos de septiembre, per-ninneció Colón y la totalidad de la tripulación de las tres carabelas en nuestra ci~ idad. E n la rada de San Telmo, quizá, la más cercana al Keai, tuvo arreglo ia « Pinta » y sc dotó a la « Niña » de vela « redonda, porqzie era latilza),, la quc tenía. El dos dc scpticmbrc, zarpan para la Gomera, y de su había capitalina. el seis del mismo mes, enfilan las rutas desconocidas del nzaue teizebuostiili. Por fin, el 12 de octubre, vier-nes, se produce el descubrimiento de América, amanecer de una nueva cdad histórica. Lástima que las actas de nuestro Cabildo Catedral v del Concelo de Gran Canaria de aquellos aiios prelios y posteriores al Descubrimiento de América, se hayan perdido. Sin duda, encontraríamos en ellas noti-cias de Coion v de sus expedicionarios. Nuestra itiiaginacióri pudiera suplii- parcamente, conio en aquellas actas solía hacerse, los actos reli-giosos -- las colaboraciones prestadas, propias de la iiiagriitiid de la empresa, pues algo más que un gobernalle y L I I v~ e la redonda necesita-rían aquellos marinos. La estancia dc Colón y de las naves onubenscs cn nuestra isla, fue un eslabón preciso y neccsario que sc cnlazó muy pronto en los qucha-ceres americanos procedentes de España y- quc de América volvían. Otrus descubridores y otros cxpcdicionarios, acudirían a Gran Canaria, rn fecha5 diversas, para complctar singladuras y horizontcs hasta casi completar la geografía universal. Y esa legítima gloria de España, se intenta hoy vilipendiar. Los renovados filibusteros de la mentira y sembradores del odio, tratan de ,.-- L..- A:.. .. . x-.. --.. + - A - - 1-.. -- A:-- - L 1 - - .-- J LUiiiUllUll 3 G l l ~ U I l U l i pul LUUUU 1UU IIICUIVU qUC UllISCISlL I I I h [ ItIUCl Ohllb resortes dc comunicación actuales, a ingenuos e ignorantes, y cuando parecen cultos v científicos, sólo se les brinda la visión sesgada de la verdad histórica, partidista e ideologizada. Son los clásicos peritos de la confusión y del error por sistema. ¿ Cuál es la última razón de esos ci- iterios y de esas campañas? No pue-den escapar a un análisis sereno v objetivo, ciiyo i. esultado ser6 siempre el 5 4 FRANCISCO CABALLERO MIiJICA odio ancestral y visceral de los exponenles de \, erdades a medias y de la calumnia en su totalidad. En el caldo de cultivo de sus rencores, está una realidad para todos ellos inaceptable: A España jamás se le perdonará que haya descubieri « y evangelizado todo el conjunio de las naciones hispa-noamericanas. Este, según ellos, fue el graii pecado de España. Así se explica la agresiva contestación que, en ambas orillas del Atlántico, está recibiendo la conmemoración del V Centenario del Des-cubrimiento y Evangelización de América. A ello está contribuyendo la vergonzante siembra de sucedáneos que tratan de encubrir la real sig- . . : C : - - - : L . - A - 11- - - l - - - l 1. .---- . L .--- lllllLdLIIJII UC d q U C l l d C l l l ~ I l C > dL UlUbdl, LUI1 > U> 1ULC> Y LU11 > Ub > UIIIUld>, va que no fuei- on ángeles los realizadores del descubrin~ ientoe, vangeli- 7ación e incultui- aci6n de tantos pueblos y naciones. Se acusa a España de genocidio, de destruir la cultura de los pue-blos americanos. Sólo la malicia y rencores insatisfechos, pueden sos-tener tales calumnias. Si para cierta cultura contcmporánca a la espa-ñola de entonces el indígena muerto era el más útil, no fue así para España, muy a pesar de los atropellos contrastables. Basta contemplar hoy los indígenas americanos, de la más pura raza, que pueden con-te::: p! a:--. e en tndar ! as naci~ fiesh isp~ fimrnericanasE. !! Qs ser, ! es mejores testigos de la realidad contraria a tales afirmaciones. Y respecto a la cultura nativa americana, cs harto sabido el axioma indiscutido, común a todas las regiones del mundo, que pucstas sus culturas con otra de nivel superior, se empobrecen, aunque pudieran permanecer valores comunes. Negar esta verdad en AmCrica, podría inclinarnos a aceptar en la actualidad fenómenos como el caniba 1i' smo, los sacrificios humanos y otros abusos como exponentes rclcvantcs de una « cultura » indigna del ser humano. Oiras niiiclias actitudes apasionadas y partidistas, pudiéramos exponer. Pero, antes de terminar, pei- mítasenos dos ideas que bien pudieran servir de aviao a navegantes de tierra adentro. Obsememos que los detractores de la empresa española en AmCrica . - .- - .- ~ i c i i c i i , en sus moradas, tejados de frágil cristal. Cüalqüicr picdrcci:~ les dejará a la intemperie. No se puede calumniar cuando el genocidio sistemático americano lo realizaron sus progenitores en inmensas regiones de aquel continente, donde el indio está hoy reducido a la mínima expresión numérica. Que en los territorios que foiman las actuale5 naciones hispano-americanas, mer~ eda la Tglesia v a la coi ona española, se propago la CRISI'ÓBAL C O L ~ KEN EL REAL DE LAS PALMAS 5 5 cultura castellana y europea, con la creación de las doctrinas y univer-sidades, la introducción de la imprenta y la protección de las lenguas indígenas, con el establecimiento de hospitales otros centros asisten-ciales, etc., etc. No obstante, hubo logreros, abusadores, criminales. No faltaron correcciones severas, y la admirable legislación contenida en las Leyes de Indias, es fehaciente testimonio de ello. España no tiene por qué avergonzarse de su empresa americana. Ni los espatioles de hoy, tampoco. Simplemente aceptamos aquella Histo-ria como realmente fue, y la asumimos en su tolalidaci, con todas sus iucea j curi ivdas aus aorri'orns. Nos vicnc a la memoria, unos vcrsos del extremeño Gabriel y Galán, que bien pudieran resumir tantos episodios ejecutados por hombres, que no ángeles, en las tierras americanas. Dicen así: « De luz y de sombras, soy, y quiero dejar de mí en post rtibiisia y santa semilla, de esto que tengo de arcilla. de esio que iengo de Dios » . Quiero desear a la tripulación de las carabelas colombinas que nos acompañan, la m& feliz de sus singladuras atlánticas en su viaje a América; la bendición del Señor v el amparo de la Virgen de los Mila-gros, patrona de Palos de la Frontera, donde otrora rezara Colón y expedicionarios onubenses antes de zarpar hacia lo desconocido. Las Palmas de Gran Canaria, domingo, 27 de octubrc de 1991. LAS CANARIAS Y LA PRIMERA TRAVES~ A DEL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO POR: CRISTÓBAL COLÓN DE CARVAJAL Y GOROSÁBEL DUQUE DE VERAGUA Antecedentes Cuando daba comien~ oel mes de ' igosto del y,~ l ejano año de 1492 la pcqucña flotilla colombina, comp~ iesta por la nao « Santa María)) v las carabclas « Pinta » \. « Niña » ,~ iltimabas ~ isp reparativos para la par-tida. El proyecto había pasado por innumerables dificultades y Cristóbal Colón había tenido que escuchar por doquier juicios y comentarios adversos a su original idea de aicanzar ias costas de Asia navegando hacia el Oeste, surcando el océano. En las postt- inierías del siglo XV, el inundo conocido para el hom-bre europeo se reducía a su propio territorio continental, a las regiones de Asia,& las que tenía conocimiento a través de las nar. raciones de viajeros como Juan de Mandeville o Marco Polo, y de Africa o Lihia. La fantasía ' j la leyenda cubrían los liuecos por- las lagunas del saber medieval y tejían un mundo de sombras rnonstr- iiosas que alcanzaba incl~ isoa las nientes más prikilegiadas. Hacía ya bastantes años que Portugal, al hallarse libre todo su terri-torio dcl podcr musulmán, había dedicado su energía a la navegación akicana. Aunque con retraso, las naves andaluzas también se habían lanzado a las navcgacioncs atlánticas. Surgido el conflicto de intcrc- - l."? -" A *--..**:- ..-- " 1 -* L.:+*..:?. a- 1 D-..,. kT:,.,. lA" T T -..:-- J L J , ~ L I I V ~ LJL ~ L L V ~ L L J I LCUI I ILLV IL ai ai v i r i a ~ cuc - i i apa ~ u ~ ~ v v~ cyuliaci i, por la Bula Romanux Pontifex de 1555, concedió a los portugueses las islas, puertos, costas y mares a descubrir más allá del cabo Bojador en la costa africana. Pero Castilla no quedó satisfecha y aprovechó la gue-rra por la sucesión al reino castellano para volver a plantear el reparto de los archipiélagos atlánticos y de las tierras ya exploradas de la costa africana. 60 CRTST~ BAcLo 1.6~ DE C4RVAJ41. Y GOROSAREI Los Reyes Católicos, desde el coinierizo de su reiiiado en 1474, cori-cedieron a sus súbditos licencia para navegar a Guinea. El consiguiente conflicto surgido con Portugal dio lugar a que l~ iesena presados barcos por ambas partes y el viaje alricano se conviriió en un peligro tal que los castellanos llegaron a or. gariizar armadas en toda regla como medida de protección de las carabelas propias. Pero al terminar la guerra, Portugal y Castilla firmaron la paz en Alcapmas el 4 de septiembre de 1474, que sería ratificada en Toledo ciii afio despciés. En el tratado figuraron aspecto políticos sobre la suce-sión a la Corona de Castilla, a la vez que se creo la base de una paz duradera en ei Atiríntico Se acordó que correspondiese a Portugai ia posesión de las islas Maderas, Azores g Cabo Verde y se le reservaba en exclusiva el dominio de Guinea y de otras iierras e islaa que se encon-traran navegando desde « Canarias para abajo)). A Castilla sc le recono-ció la posesión de las Canarias y (( todas las otras islas dc Canarias ganadas o por ganar » . Estos hechos históricos, previos al Descubrimiento dc America, son trascendentales tanto para conocer aspectos de elección de la pri-mera derrota atlántica por Cristóbal Colón como para cntcnder la con-troversia surgida entre Casriiia y Portugai cuando ambos reinos tuvie-ron conocimiento del descubrimiento colombino de unas islas allende la mar y que no estaban comprendidas cn cl reparto dc Alcacovas- Toledo. En la madrugada del día 3 de agosto, en el puerto fluvial de Palos de la Frontera se registraba un movimiento mucho más numeroso dcl habitual. Todos los marinos debían embarcar al amanecer. Cristóbal Colón y los hermanos Pinzón se trasladaron en barcas, desde la orilla hasta la nao y las carabelas que suavemente se mccían cn las aguas, mitad dulces, mitad saladas del fondeadero. El navcgante, al dcspcdirse con todo el cariño paterno de SLI hijo Diego, que hasta ese último momento le había acompafiado, lo dejó bajo la custodia dc un vecino llamado Juan Rodríguer. Cabe~ udoy del clérigo Martín Sánchez. quienes asumieron el compromiso de lle-varlo a Córdoba donde quedaría al cuidado de Beatrir. Fhr íqiiel dr Arana. CANARIAS Y LA PRIMERA TRAVESÍA DEL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO 6 1 El Almirante mandó levar anclas y estas zarparon, poniéndose los bar-cos en movimiento arrastrados por la suave corriente producida por la marea vaciante. A eso de las ocho horas cruzaban la barsa de Saltés. en la conjunta desembocadura de los ríos Tinto y Odiel, iniciándose la travesía. Atrás quedaban todos los sufrimiento, sinsabores y burlas acumula-dos a lo largo de los siete años de espera en Castilla a los que debían sumarse su previa estancia y fracaso en Porlugal. Se amontonaban en su memoria los recuerdos de la Corte, los de Luís Santangel y de todos los amigos que le habían ayudado, los de los frailes de La Rábida que tantas veces le sirvieron de consuelo y a quienes recurrió con éxito cuando se había encontrado con problemas que parecían irresolubles; los de su inseparable hermano Bartolomé que entonces se hallaba en Inglaterra o tal vez en Francia cumpliendo con el encargo de exponer allí su plan si faltaba el apoyo de los monarcas españoles. Muchas imá-genes más flotaban en su mente como la « Santa María » lo hacía en aquellas tranquilas aguas del Atlántico andaluz. El primer destino de la pequeña flotilla sería las Canarias. Consti-tuía una escala obligada porque las islas se hallaban situadas en la derrota de los vientos alisios que habían de empujarles a lo largo del Océano. En e¡¡ as podrian compietar- su provisirin de iena para los fogo-nes, el relleno de los barriles de agua dulce para consumo de las dota-ciones v adquirir quesos, carne, animales y vegetales frescos con los que al~ meritarsee n la 11- avesía, q ue se espeiaba larga, hasta que alcan asen la China de que hablaba Marco Polo. La travesía y avenas de la Pinta El relato colombino no añade nada más para explicamos cual fue el camino que tomó para el arcliipiélago. Hemos de recurrir- a Baltasa~. Veller- ino de Villalolms quien nos describe la derrota hasla las Canarias partiendo de Sanlúcar de Barrameda, lugar. no muy alejado geográiica-mente de la desembocadura del Tinto y el Odiel. Por- Vellerino sabemos que ia travesía se iniciaba navegando ai Surcstc cuarta ciei Sur hasta quedar a la altura del cabo de Cantín, en la actual costa marroquí y desde allí se arrumbaba a la punta de Naga, en la isla de ~ enerife*. Por lo anterior deducimos que el Almirante navegó hasta las proxi-niidades del cabo de Cantín. Allí cambió el rumbo y navegó en demanda de la isla de Lanxarote. 62 CRISTÓBAL COLÓN DE CARVAJAL Y GOKOSÁBEL De los primeros días de navegación nada sabemos a excepción de que los buques navegaban a buena marcha con vientos largos de la aleta a la popa corrcspondientes a los vientos alisios del Noreste que soplan en esa época del año. El lunes 6 de agosto a la « Pinta » le saltaron los hierros de refuerzo de la pala del timón. Tuvieron que arriar las vclas y la & anta María » que venía por la popa de las carabelas, les dio alcance. El Almirante preguntó a voces por la importancia dc la avería pero no pudo ayudar-les por impedirlo el estado dc la mar. Martín Alonso Pinzón llevó a cabo una reparación de fortuna por medio de unas cuerdas y en el dia-rio queda constancia dc la buena opinión que tenia de él Cristóbal Colón cn aquellos días. Sin embargo, del incidente queda escrita la sospecha de que la avería se debiese a un sabotaje llevado a cabo por Gómez Rascón y Cristóbal Quintero, éste último propietario de la carabela, quienes no deseaban llevar a cabo el viaje. El hecho de figu-rar los nombres parece indicar una cierta seguridad en la sospeclia. Ésta se basaba en que antes de partir va se habían descubierto varias irregularidades en el buque causadas con ánimo de que la embarca-ci6n no partiera de Palos. Al día sigiiiente volvió a saltar- el timón cle la « Pinta » , l o cc! al no es de extrr~ ñarp iirs n: ivegrinc! o ron virntcrs !-? rOa- n-.: trabaja bastante. Volvió a repararse de manera andoga a la anterior y siguieron rumbo. El día 8 de agosto Cristóbal Colón manilestó en el diario hu mien-clGn de cambiar la « Pinta » por otra carabela piitts, aparte del problema del timón, su casco hacía agua Esta decisión ~ ondi~ ionmóú s tarde > de for rna notable la estancia j los mo\ iin~ eritosd e la flotilla en el arclii-pielago. Recalada en Canarias, Colón llega a La Gomera Los momentos de espera motivados por las averías de la « Pinta » hubfuxd esXv, iuduv Ius : iu.,. es de derrota, Yrn iricxTitui? Ie ; h3ti-miento hacia el Sur- oeste motivado por el viento y las corrientes de la 7ona. La flotilla debió pasai- a poniente de Alegranza, La Graciosa y Lanzarnte. Con las primeras luces del alba del 9 de agosto avistaron las islas. Se liallabari próxinios a Gran Canaria. Sin embargo ni ese día ni los dos siguientes pudieron acercarse a tierra poi- causa del viento en calma. No se sabe con exactitiid el lugar en que se hallaban en el CAVARTAS Y 1. A PRIMFRA TRAVESÍA DEL VIAJE DEL DESCUBRIMIENTO 63 momento de ver tierra, pero lo más probable es que Cuera al Noreste de Punta Sardina ( extremo Noroexte de la isla de Gran Canaria). La noche del día 1 1 o la madrugada del 12 volvió a saltar el alisio y el Aln~ iranteto mó la decisión de dividir la flotilla. Martín Alonsu entra-ría en Las Palmas mientras él con la « Santa María » y la « Niña » , se diri-giría a la isla de La ~ oiner- a3D. e esta forma podrían buscar una cara-bela para sustituir a la « Pinta » en ambos puertos al mismo liempo. En caso de no encontrar sustituto se 1- epai. aría la carabela en Gran Cana-ria. Iicliipu atr6s, Ci- ist6bai Ci>: 6i1 liabia coiiocido eii la Cor- te a Doría Beatriz de Bobadilla, sobrina de la marquesa de Moya, que había con-traído matrimonio con Hernán Peraza, primer conde de La Gomera. Según nar- ración de la época4 era sabido que el matrimonio entre ambos había sido promovido por la propia Reina Isabel 1 dc Castilla como forma de alejar a la dama de la Corte al advertir que el Rey se le aficionaba demasiado. En aquellos momentos, Colún pensaba recurrir a Doña Beatriz, que pnt- entonces estaba viuda, para que le ayuclase a encontrar la carabela qüL & n: andu'; u, i.! cí;: üb! ado na- b. rgaci& i hasta La Gomera bien pudo hacerse cn 20 horas5 y cl Almirante con sus dos bar-cos lleg6 al anochecer del 12 de agosto a la isla. Al llegar mandó el batel a tierra y este regresó a bordo a la mañana siguiente informando de que no había ningún navío en la isla y que Doña Beatriz de Bobadi- Ila sc hallaba en Gran Canaria, a donde había viajado a bordo de un navío de cuarenta toneladas propiedad de un tal Grajeda y que espei- a-ban su regreso en breve. Ante aquellas noticias, el Almirante resolvi6 esperar en la isla la llegada de la dama y, sobre todo, del buque en que viajaba. Colón y Pinzón en Gran Canaria P . , ~ + , * . LI r IA- -..- D.-- A- ----- A---:.. iarv. v- Ci~ iviii LlLia ~ U rL ii i~ viiS e L i i L u l i r l ai i d en Las Pa: mas act~ iandos egún lo acordado, pero la realidad era bien diferente v éste no consiguió entrar en el puerto de Gandoh hasta el día 24. Lo aconte-cido a la « Pinta)) y la derrota que siguió entre las fechas I 1 y 24 \ » lo alcanzan el nivel de conjetura. Bajo el punto de vista náutico, es de suponer que el viento no permitió a la « Pinta)> re montar Punta Sardina y La Isleta, motivo por el cual su capitán se vio obligado a bordear toda 64 CRIST~ BALC O L ~ NDE CARVATAL Y GOROSÁBFI la isla por el Sur. Este ra~ onamientoc oncuerda de forma plena con la entrada en Gando en lugar de hacerlo en Las Palmas7. Parece lógico pensar que en un principio el capitán Palermo pretendía entrar en la capiial de la isla, no sólo porque así lo había mandado el Almirante sino porque en su piierto existirían mayores posibilidades de encontrar una carabela adecuada para el cambio que se proponía, sino también mayores medios de reparación. De igiial manera, en la capital se encontrarían f~ incionariosr eales y éstos, con su inil~ ienciap odrían agi-lizar los trámites y ablandar voluntadcs a la vista de la importante misión encomendada a la flotilla por los Reyes. Mientras tanto, el tiempo pasaba Cristóbal Colón se impacien-taba cspcrando en La Gomera la arribada del navío de Grajeda. El día 15 de agosto, partió de dicha isla un carabelón8 para Gran Canaria; en él embarcó un mcnsajcro con el encargo de informar a Martín Alonso de la llegada a La Gomera de la (( Santa María » y la « Niña » . Esto parece indicar que como cl destino del barco era la capita1, allí era donde debía encontrarse la « Pinta » . Pero el carabelón debió encontrarse en su derrota entre las islas con el mismo viento contra-rio que obligó a la « Pinta. a bordear Gran Canaria por el Sur y que corresponden a los vientos del Noreste predominantes en la zona en esa época del año9. El día 23 de agosto, el Almirante, que seguía sin recibir noticia alguna de unos ni de otros, al ver que cambió el viento al tercer cua-drante, resolvió navegar con sus buques a Gran Canaria v partió de La Gomer- a a la mañana siguientelo. En el camino, navegando los dos buques colombinos con viento favorable, dieron alcance al carabelón, que había salido de puerto nueve días antes. En la mar, Colón recogió al mensajero enviado con anterioridad y continuó navegando por el sur de Tcnerifc a buena vclo-cidad. Esa noche, presenciaron algo extraordinario, cuando sc cncon-traban a corta distancia de la isla. Hernando Colón lo describe así: « de cuya montaña vieron salir grandísimas llamas, de lo que maravillán-dose su gente, les dio a entender el fundamento y la causa de tal fuego, comprobando todo con el ejemplo del monte Etna de Sicilia y de otros muchos montes donde se vería lo mismo,,. Cristóbal Colón navegó por la costa meridional de Gran Canaria y el sábado 25 de agosto entró en puerto. Allí fue donde sc enteró de la noticia de que Pinzón, a quicn creía en tierra desde hacía tiempo, había arribado el día antes. CANARIAS Y LA PRIMERA TRAVESIA DEL VIAJE DEL DESCLBKIMltN 10 6 j El Almirante se dirigió con la « Santa María. y la « Niña » a la ciudad dc Las Palmas, pues éste era el lugar donde pensaba que se hallaba Martín Alonco con la carabela . Pinta)), ya que así lo había acordado al separarse. En este punto, el « Diario » así lo afirma cuando expresa << Des-pués tornó el Almirante a Canaria y adobaron muy bien la " Pinta"...)). En el mismo sentido escribió Hernando Colón: « ... se propuso arreglar-en Canaria dicha carabela ... » . Entendenios que con el nombre de « Canaria » se referían ambos a la ciudad de Las Palmas, de acuerdo con la terminología geográfica que sc cmplcaba rii la Cpca, p e s e n ! as iiarracioiics de aiiiibos se t- ncueii-tra repetidas veces el término das Canarias » para referirse al archipié-lago y da Gran Canaria » para indicar la isla1'. En la capital de la isla debió enterarse que Pinzón, se había visto obligado a entrar en Gando. Tal vez el motivo fuese que después de repetidas averías y sus consiguientes reparaciones, la pinta » acabó perdiendo el timóntn lo cual le impidio navegar a partir de este momento. Si esto aconteció en las pi- oximidades de Gando he explica la obligada entrada en este puerto. Desconocemos si la entrevista entre aiiibos ocüi- i- i6 eii üii lugar LJ oii- o. Eii ciiaiuuier caso. Soión sc -, entero a su llegada que la carabela averiacla se encontraba en el segundo puerto y, al conipi- obai que Doña Beatriz había partido de regreso a La Gomera y que no había en Las Palmas ningún barco que sirviese par- a la sustitución que pretendía, se debió dirigir a Gando con los dos barcos que llevaba. Allí quedaría reunida la flotilla después de dos semanas de reparación. Reparaciones de los barcos A la vista de las dificultades surgidas, el Almirante que no estaba dispuesto a perder más tiempo persiguiendo al navío Grajeda, a lo que habría que sumar el necesario para el trasbordo de las mercancías que llevaban. Por ello, renunció al cambio de los barcos y determinó repa-rar la carabela de Martín Alonso. Al verse obligados a pasar unos cuan-tos días en puerto mientras se calafateabalZ el casco de la « Pinta » v la herrería de Las ~ a l r n a s ' h~ ac ia un timón nuevo para sustituir al que había perdido, y que pudo ser la razón de la obligada entrada en Gando de la carabela, Colón decidió preparar convenientemente los otros dos barcos. Les esperaban largas navegaciones y cra una elemental norma 66 CRISTÓBAL COLÓN DE CARVAJAL Y GOKOSÁBEL de prudencia, que se corresponde con su habitual actitud previsora, iniciar el viaje con los cascos y aparejos en condiciones óptimas. Por ello, es de suponer que se procedería a la varada, limpieza de fondos y calafateo de las dos carabelas y la nao en la costa de Gando. En aquellos tiempos la operación de varada o (( Sacar al monten un buque se realizaba adentrándolo cuanto se podía en una playa de arena situada en el interior de una ensenada protegida a los vientos, después de aligerarlo en lo posible de toda su carga y gente. Luego se inclinaba el casco, tirando por medio de aparejos del palo mayor, de fnrma qiie se 2poyari s ~ h r e1 x 1 costrlbo, que estaba protegido por gruesas bulárcamas14 y cintonesi5 a propósito para realizar la rnanio-bra. Con ello quedaba en seco un costado en el que se trabaja para desprender los moluscos adheridos, se calafateaban las junias con estopa y brea y se finalizaba tratando las tablas del forro con una mez-cla de pez, resina y aceites naturales. Acabada la operación en un cos-tado se procedía a acostar el barco sobre éste mientras se repetía la operación en el otro. También sc aprovechaba para tensar la jarcia fija16 de los barcos, s~ stitilir! a cahu!!~ ria~ q~ u e fi- iem nece~ arinv para repasar las costuras de las velas. Además, Cristóbal Colón procedió a la modificación del aparejo de la carabela « Niña » '% Este hecho, que pasa casi desapercibido en la lec-tura del diaria colombino, tiene sin embargo, gran trascendencia por su significado. La carabela, desde los primeros momentos que se tiene constancia de su existencia en Portugal, había nacido con velas latinas19 que pro-porcionaban una gran maniobrabilidad y aseguraban una buena capa-cidad para navegar de bolina20. Este era el aparejo adecuado para moverse en las proximidades de la costa y entrar en las ensenadas o en los estuarios de los ríos, tal y como se requería en los viajes de explora-ción. Sin embargo, con bientos largos el aparejo latino2' presenta inconveniente^^^. Para esta clase de vientos es mas apropiado el apa-rejo redondo23 y proporciona un mayor rendimiento, aunque a costa de una menor capacidad de ceñida. La flotilla colombina ya había partido de Palos de la Frontera con dos de sus buques, la « Santa María » y la « Pinta » con aparejo redondo. Por algún motivo no se había aparejado de igual forma la « Niña » . En Gran Canaria, con motivo de las obligadas reparaciones en la « Pinta, el Llegada de las carabelas del V Centenario al Puerto de La Luz en Las Palmas de Gran Canaria, el día 25 de octubre de 199 1. PARTICIPACI~ N DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PA~ SD E LAS PALMAS EN LAS CONMEMORACIONES DEL IV Y V CENTENARIOS DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA POR: NICOLÁS DIAZ- SAAVEDRA DE MORALES Aunque existen datos anteriores que confirman la preocupación sentida en diversas ciudades dc España por organizar actos comnemo-rativos del 1V Centenario del Descubrimiento de América, el primer documento oficial quc trata de tan importante evento es el Real Decreto de 28 de febrero de 1888, que aparece firmado por la Reina Regente, María Cristina, a solicitud del Presidente del Consejo de Ministros, Sagasta. Dicho instrumento es punto de partida para que los principales I ~ ~ d i ec. o4lo riibirios espafioiea comiencen a preparar conmemoraciones solemnes de su participación en la Gran Aventura. En Canarias, es la ciudad de Las Palnias de Gran Canaria el único punto que se apresta a recordar que Cristóbal Colón y sus hombres recalaron en la isla, donde repara- ori las carabelas colocando un nuevo timón a « La Pinta,, y cambiando el aparejo a « La Niña., amén de avi-tuallar antes de partir para la isla de La Gornera, desde donde inician el viaje a lo desconocido. Es la Real Sociedad Económica de Amigos del País la pionera en fomentar la inquietud para la conmemoración del IV Centenario. La primera mención sobre dicha iniciativa aparece en Acta de 26 de agosto de 1888 en la que luego de amplia discusión se acuerda (( oficiar-al consocio D. Agustín Millares Torres para que aporte los datos opor-t.. ri-,. y en ! a prSxims sesión de: Cüei- po patt- i6tico exyoriga sus conoci-mientos en la materia que tanto interés entraña para la isla » . En junta dc 2 1 de octubre, también de 1888, se vuelve al asunto y se habla de la flotilla^^ ( de réplicas de las carabelas) que repetir5 el dcrrotero de Colón. Advierte que << hayq uienes pretenden que la " flotilla" pase por Tcnerife ignorando a Gran Canaria)). El SI-. Millares tomó la palabra e hizo una elocuente reseña histórica, anadiendo que (( hay formadas dos 7 8 NICOLÁS D~ AZ- SAAVEDRAD E MORALES comisiones que entienden el asunto: una en Madrid y otra en Huelva » y propone que la Sociedad se dirija a los presidente de las comisiones para deshacer errores, así como practicar cuantas diligencias sean posibles a fin de que la dlotilla)> haga escala en el puerto de La Luz, antes de las Isletas, y celebrarlo con toda clase de festejos. Los Amigos del País ofician al Ayuntamiento de la ciudad, al Gabi-nete Literario y al Museo Canario para que se constituya una Junta del Centenario que unifique esfuerzos para organizar la conmemora-ción. Además, acuden a su socio y ex directivo D. Fernando de León y Castillo, ilustre político afincado en Madrid, para que apoye las ini-ciativas en marcha. Asimismo, fuerzan una campaña de prensa para despertar la conciencia general ante la participación de Gran Canaria en el Viaje del Descubrimiento. Se llega a pensar en bajar a la Virgen del Pino desde su santuario de Teror a la Catedral de Canarias para revestir de mayor solemnidad los actos conmemorativos del IV Cente-nario. Los Amigos del País mueven sin cesar a todas las instituciones invo-lucradas para que no decaiga el espíritu de la conmemoración. La directiva llega a tener serios encontronazos con el Ayuntamiento ante ia indiferencia que muestra. Así, en junta de i 7 de enero de 189.2 se ie anima para « que venza las dificultades, si las hay, para llevar a efecto de manera digna y cual corresponde a la altura en importancia de la ciudad de Las Palmas, los festejos que han de celebrarse en agosto pró-ximo para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de Amé-rica)). Pero Gran Canaria no se beneficia del presupuesto habilitado por el Gobierno para la conmemoración, que había distribuido entre las Comisiones de otras ciudades, por lo que la Comisión de Las Palmas decide acudir a la suscripción popular para financiar los actos y encar-gar y erigir un monumento a Colón. El emplazamiento del mismo pone más ácidas las relaciones entre los Amigos del País y el Ayuntamiento ya que los primeros consideran que el lugar en el que pretendía colo-carlo, y se colocó, es poco visible y no es el que la opinión publica seña-laba como ei mejor. De paso se iamenta de ¡ a inercia de ia Junta dei centenario, que pese a la premura del tiempo no confecciona el pro-grama de festejos, por lo que propone se llame la atención para que proceda a realizarlo. Ni el Ayuntamiento de la ciudad ni la Junta asumen la preocupa-ción de los Amigos del País e incluso llegan al extremo de no contestar a sus comunicaciones. En 25 de septiembre dc 1892. la Junta Directiva acuerda dirigirse nuevamente a ambas instituciones « a fin de que se dignen contestar las observaciones hechas sobre el emplazamiento del monumento a Colón.. Asimismo, se acucrda nombrar una comisión para que conferencie con el Sr. alcalde al objeto de . ver si es posible organizar una manifestación pública cn honor del almirante Colún el día 12 de octubre próximo en que habrá dc celebrarse el 1V Centenario del Descubrimiento de América » . Finalmcnte, y después de muchos esfuer~ osy altibajos, se conine-mora c! IV Centenario COE ! a ce! ehraciún de un solemne Te Deuwr en la Catedral de Canarias, así como una gran manifcstación que, encabe-zada por las autoridades, sc dirigió al monumento de Colón, donde hubo discursos, concierto de la Banda de Música, repique de campa-nas, cañonazos y fuegos artificiales. Posteriormente hubo paseo en la Alameda también amenizado por la Banda de Música y en el tcatro una velada literario- musical organizada por la Sociedad Filarmómca. De la famosa « flotilla » arribó en primer lugar al puerto de La Luz, en febrero de 1893, la réplica dc la « Santa María)). Una gran multitud se desplazó al Muelle para: en solemne silencio, presenciar el atraque de la nao, mientras sonaban los acordes de la Marcha Real. Las répli-cas de << LPa inta » y « La Niña. llegaron el 22 de febrero coincidiendo su estadía en la isla con la visita de los infantes doña Eulalia de Borbón y D. Antonio de Orleáns. Hubo también diversos agasajos y fiestas popu-lares. El IV Centenario del Descubrimiento fue conmemorado, con la debida importancia, en Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Huelva y Las Palmas de Gran Canaria. La aún inconclusa comnemoración del V Centenario también ha sido brillante en esta isla, pese a la continua interferencia de un amplio grupo de seudo entendidos tinerfeños que se ha empeñado inútilmente, en sustraer a Gran Canaria la gloria que le corresponde por su esencial participación al Viaje del Descubri-miento, creyendo, equivocadameníe, que con ello exaltan la también importaníe participación de La Gomera v no habiendo logrado otro resultado que el casi total olvido de la Conlisión Nacional hacia las dos únicas islas canarias que ostentan el carácter de colombinas. La conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de Amé-rica no se circunscribió en Canarias a las dos islas que tuvieron prota-gonismo en el Viaje Alboral, Gran Canaria y La Gomera, sino que por caprichos de los políticos y de la obsesiva obstinación de buena parte 80 NICOLAS DIAZ- SAAVEDRA DE MOKALES de la sociedad tinerfeña, tradicionalmente empeñada en negar la evi-dencia del paso y estancia en el Viaje del Descubrimient, de Cristóbal Colón, sus tripulaciones y sus naves por Gran Canaria y su capital, en aquel entonces la incipiente Villa del Real de las Tres Palmas, Tenerife obtuvo una participación en el evento a todas luces improcedente, en detrimcnto, precisamente, de La Gomera. A imagen de la Nacional, creada en Madrid, fue constituida la Comisión Canarias para la Conmemor- ación del V Centenario, inte-grada por el Gobierno de Canarias, los Cabildos Insulares, los Avunta-y diie?- sas inst; tuciGnes cu! pd:- u! es, e:: t:- e e!! ac la Sücie& d Económica de Amigos del País de Las Palmas. Dicha Comisión atravesó por cinco etapas diferentes: la primera y la segunda presididas por el Catedrálico Dr. D. Antonio Rumeu dc Armas; la tercera por el periodista D. Fernando González Delgado; la cuarta por el tambih Catedrático Dr. D. Juan Manuel García Ramos y la quinta y última por D. Francisco Ramos Camcjo. Las cinco etapas tuvieron un denominador común: la inoperancia. Fueron causa dc ksta . d.. i. - v,- e . rsPa s razones, entre ellas la absoluta indiferencia con que la Comi- ---- :-.. c..- ---+--- I,.. J.. A,.~, I,. 1- hr..-:,.-- i -..- :--..-- I: A 1.. ~ i v i iLL LIIUIICLJ LUC CVIILCIII~ IUUCLU C ~ U Cl a ~ Y U C I U I I U ~ Y, U C; IIILUIII~ IIUi a mayoría de las promcsas efectuadas; la escasez presupuestaria y, en el fondo de todo ello, el velado deseo de los cuatro primeros Presidentes, tinerfeños todos, de que la participación de Gran Canaria resultase menos brillante que la de La Gomera, a lo que se sumaría el contínuo intento de los políticos de Tenerife de rapiñar todo lo posible para su isla. Sólo la quinta etapa tuvo un talante más acorde con la Historia, tratando de dar a ambas islas colombinas el protagonismo correspon-diente. En su primera etapa la Comisión se constituyó en 1981, bajo la Pre-sidencia del ilustre investigador Dr. D. Antonio Rumeu de Armas quien, apoyado por un grupo de historiadores y por los demás mieni-bros de la Coniisión preparó un Programa de actos conmemorativo del descubrimiento de América. Son de destacar unas Jornadas celebradas en Gran Canaria, La Gomera y Tenerife en ias que comisiones de Jefes de la Armada española, de Capitanes de la Marina Mercante, de la Deportiva, una de Geógrafos y otra de Meteorólogos, habiendo estu-diado concienzudamente las naves que utilizó Cristóbal Colón, sus con-diciones de navegabilidad así como las naturales en las que se desarro-lló la travesía desde la península al archipiélago canario, establecieron que el punto en el que Colón ordenó a Pinzón que se refugiara en una PARTICIPACIÓLUD b LA REAL SOCIEDAD ECONOMICA Dh AMlGOS DEL PAíS 8 1 cala de la costa de Gran Canaria ante el pésimo estado en que se encontraba « La Pintan, está situado al Noroeste de la Isla, en las cerca-nías de Agaete. Dichos estudios y conclusiones quedaron reflejados en el libro titulado (( Derrotas de las naves de Cristóbal Colón en las Islas Canarias en el Viaje del Descubrimiento,,. Esta etapa dio paso a la siguiente, también presidida por el Dr. Rumeii. auien terminó dimitiendo en 1985 al no ser coniorrne con los ~ riteriosp resupuestarios impuestos desde la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias La tercera etapa, presidida por D. Fernando González Delgado, contó con presupuesto, aunque insuficiente y su gestión no tuvo tras-cendencia. Intentó corregir algunos olvidos sobre el protagonismo de Gran Canaria y La Gomera y trató de me. jorar y recuperar los lugares colon~ binosd e las mencionadas islas, sobre todo los de la segunda así como la impresión de sellos de Correos conmen~ orativosv solicitó de los Ministerios de Justicia de los países americanos la condonación o atenuación de penas para presos canarios. La cuarta etapa fue presidida por el Dr. D. Juan Manuel Carcía Ramos, que si bien elaboró ideas más ambiciosas, tales como el pro-yecto « Canarias 92 » y consiguió un significativo aumento de presu-puesto que de diez pasó a cincuenta millones dc pcsctas, la realidad es que finalmente sólo logró materializar algunas iniciativas, como la publicación de un Diccionario de Historia Natural; una Gramática del español actual; apoyo al Ayuntamiento de Teguise de Lanzarote para la instalación de un Museo Etnográfico del Emigrante Canario; ayuda al Instituto de Estudios Hispánicos del Puerto de La Cruz de Tenerife; creación del Museo de Etnografía y Folklore de La Orotava de Tene-rifc y otras más de las que quedó absolutamente excluída Gran Cana-ria. La quinta y íiltinia etapa fue presidida por. D. Francisco Ramos Caniejo, quien pese a su buena voluntad, no logró hacer otra cosa que i- epartii- el pr~ esiipiirs! o asiynadri para :'. tericl. er diwersos proy~ ctos en marcha, siendo los principales el Congreso Canario- Americano organi-zado poi la Cds'i- Museo de Colón de Lcih Palmas dc Gran Canaria y el pio\. ecio « Alisios » del Inst~ t~ itdoe Estudios Hispánicos del Pucrto de La Ciu7 de Tener ife. La referida inoperancia de la Comisión Canarias para el V Centena-rio \. > u persistente sibilino intento dc marginar a Gran Canaria, dieron 82 NICOLAS DIAZ- SAAVEDRA DE MORALES lugar a que se constituyera por el Excmo. Cabildo Insular una Comi-sión paralela, de la que tambien formó parte la Real Sociedad Econó-mica de Amigos del País de Las Palmas, así como otras Tnstituciones culturales de la isla, que bajo la presidencia del Consejero D. Jesús Gómez Rodríguez logró, pese a las penurias presupueslaria y de otra índole, resaltar la importantísima participación de Gran Canaria en el Viaje del Descubrimiento, consiguiendo aunar voluntades e insuflar en sus Organismos públicos la decisión dc destacar dicha participación, lo que sc llevó a cabo con brillantez. C E ! ~ u n2 de 11s I~ stitxionesin tegrantes de ! a Cnmisión Ins-.! ar estudió y propuso, por separado, un posible programa de actos. El de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas fue del siguiente tenor: Actos de Estado 1. Reunion de Jefes de Estado americanos para tratar asuntos dc interés común, presidida por S M. El Rey de España. ( Aprobar su iealización en Gran Canaria). - Cuantificar posible presiipueato. - Contactar con la Casa del Rey para pulsar sil opinión. - Acordar fecha de tal forma que los invitados estén en Gran Canaria cl día 12 de octubre de 1992. - Cursar invitaciones. - Pensar en alojamientos. - Pensar en actos complementarios. 2. Ceremonia dc rendimiento de honore~ a las banderas española y ame-ricanas. Desfile con intervención de los tres Ejércitos cspañolcs y reprcscntaciones de los arnericam)~( A. probar- s u realización). - Cuantificar posible presupuesto. - Acordar fecha que debe coincidir con la estancia de Jefes de Estado cn Cran Canaria. - Cursar invitaciones ( Fcnsar en aiojamienrosj 3. Congreso de la Emigración. ( Aprobar su realización en Cran Canaria) - Cuantificar posible presupuesto. - Acordar fecha cercana al 12 de octubre de 1992. - Cursar invitaciones solicitando ponencias. - Pensar en actos complementarios. P~ RTICTPACID~ NE LA REAL SOCIEDAD ECON~ MTCAD E AMIGOS DEL PAíS 83 4. Congreso de Empresarios españoles y americanos. ( Aprobar su reali-zación en Gran Canaria). - Cuantificar posible presupuesto. - Acordar fecha cercana al 12 de octubre de 1992. - Cursar invitaciones ( Pensar en actos complementarios). 5. Desfile naval de buques- escuela españoles y ameiicanos, o buque5 de guerra. ( Aprobar su realización en Gran Canana). 0... - &: P- -- -.-: Ll. .- -*- LudiiLiiicai puaiuit: picaupucs~ u. - Acordar fecha cercana al 12 de octubre de 1992 - Cursar invitaciones. 6. 1 Congreso Oficial de Cronistas de Ciudades de España y América Actos religiosos 1. Bajada de la Virgen del Pino para conmemorar la participación de Gran Canaria e: e! Eesc~ br'. mie:: ts de Adricr y despedir a ! es x i e - gantes que tomen parte en la Regata del ~ escubrimiento. 2. Inauguración de la obra con que ha sido terminada la Catedral de Canarias. ( Hacer los contactos correspondientes para que la Iglesia dé su conformidad). - Cuantificar posible presupuesto. - Acordar fecha anterior pero muy cercana al 12 de octubre de 1992. - Cursar invitaciones. 3. Función en la Catedral de Canarias a la que serán invitados cl Rey de España y los Jefes de Estado americanos. Actos culturales 1. Exposiciones: a) Segunda Fiesta de las Flores. ( Repetir la celebrada en 1892, debida-mente ampliada y mejorada). b) Exposición Canarias- América. C) Exposición de obras propiedad de la Iglesia, oriundas o relaciona-das con América. 84 XICOLÁS DIAZ- SAAVEDRA DE MORALES 2. Lít~ ea editorial a) Historia de la Catedral de Canarias de D. Santiago Cazorla. 13) Historia de la Ermita de San Antonio Abad y restantes ermitas de Gran Canaria, de D. Santiagv Cazorla. c) Historia dc los Obispos canar- ios en America, dc D. Francisco Cabn-llero Mújica. 3. Festivales: a) Intei- nacional de Música española- americana. ( Debe ser contactada la Sociedad Filarmónica dc Las Palmas, los Amigos Canarios dc la Opcra v cl Patronato de la Orquesta de Gran Canaria). Debe ser-incluida en programa la « Cantata al Descubrimiento de Améiicax de Maestro Valle. 1)) Internacional de Teatro español y americano. C) Internacional de Ballet español y americano. d) Internacional de folckorc cspañol y americano. e) Internacional de poesía cspañola y americaria. Actos deportivos 1. Competiciones intcrnacionales e\ pañ « la y americanas de: Fútbol. Tenis. Baloncesto. Gull. Nataciíin y otros deportes. Vr4rlia ciclista a Espatia: Sugerir que en 1992 se prolongue a América y pedir que se corra una ctapa cn Gran Canaria. ( El Cabildo dehe crear-trofeos con premio cn methlico para cada una de las modalidades deportivas que iriie~ vengan, cuyos trofesos deben jugarse cada equis anos). 2. Buladiira del balaiidi o de regatas aGran Canaria » . Otros actos 1. Tiiauguración de los monumcntos al V Cenienario y al Emigrante canario. ( Aprobar su ejecución, emplazaniiento, presupuesto, con-cnrso par- a su proyecto y ejecución). 2 Inauguración del Centro Cultural de la Catedral de Canarias. 3. Juegos de artificio ( cn la inauguración de los nlonumentos al V Cente-nario y al Emigrante canario y en la noche víspera de la salida de la Regata del Descubrimiento). PARTICIPACIÓN DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMTCA DE AMIGOS DEL PAiS 85 4. Excur. siones al interior de la isla. ( Solicitar colaboración de los dife-rentes Ayuntamientos). 5. Vcrbcnas coincidentes con cl final de cada campeonato deportivo, salida de la Regata del Descubrimiento, etc. 6. Otras fiestas. Pedir colaboración a Sociedades de recreo Las Palmas de Gran Canaria. febrero 1989. Si bien algiiiio de los actos propuestos no llegó siquiera a ser consi- - 1 l,> 1,- m.,.,,\, ,<,. , la ', llnc co llOT. A -, O fc.,- tn i, , m tn Pnm ntvnc nn,- ! e qGe UC'', L, U> IL, IIIC<"" UI.'< UL Cll"., ., L I l L Y ' I U L I C L L I I , JL. 1.1\ 1 C l l l l . I L I \ I Y y<,. dicho Programa conmemorativo resultó brillante, lo que liav que agra-decer u las Insiituciones partícipes en la Coniisión Insular y a la buena voluntad y cmp~ ijed e su mencionado Presidente. El primero de los actos de relieve internacional relacionado con la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América en Gran Canaria fue la arribada, el martes 6 de agosto de 1991, de una réplica de la nao « Santa María » , adquirida poi- una Fundación iapo-nesa presidida por el enlpresario y Sacerdote Haruki Kadokawa, cuya coristrc!- r. ión rncrlrgb : r - x! i!! eru rsp. ñn!, cnn 1.1 inecliacibn ( ir ! a Socicdad Eslatal para el V Centenariu. Dicha réplica reprod~ ijo el Viaje del Descubrimiento, tocando en todos los lugares en los que lo hizo Cristóbal Colón. Luego atravesó cl Canal dc Panamá y navegó por cl Océano Pacífico hasta llegar a su base en el puerto japonés de Kobe. El Sr. Kadokawa explicó que con este viaje pretendía « crear un puente tendido hacia una época de armonía mundial)) y destacó que, al fin y al cabo, cl objetivo del Descubridor era arribar a Zipango, nombre con cl que era conocido Japón en la Edad Media. La . Santa María » japonesa vino al mando del Capitán Maruo Yamamoto, a quien acompañaban vcintiún tripulantes. Fue objeto de la curiosidad popular y su tripula-ción recibió múltiples agasajos entre los que hay que destacar los orga-nizados por la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias, el Cabildo Insular de Gran Canaria, el Ayuntamiento de la Ciudad y otras Instituciones, entre ellas la Real Sociedad Económica de Amigos del Pais de Las Palmas que en acto soiemne ceiebracio a bordo de ¡ a nao, hizo entrega a su Capitán de la Medalla de Plata al Mérito. El jueves 15 de agosto, la « Santa María), japonesa zarpó i~ iniboa La Gomera como lo había hecho cuatrocientos noventa y nueve años antes el que luego fuera Almirante de la Mar Oceana. Su paso por el Puerto de La Luz está perpetuado por un monolito erigido por la Autoridad Portuaria con leyenda alusiva en japonés, inglés y español. El segundo acto de resonancia internacional fue la arribada oficial, el 25 de octubre de 1991, de las réplicas de las tres carabelas de Colón, construidas para la Sociedad del V Centenario. Si bien habían llegado al Puerto de La Luz el martes 22, las carabelas atracaron directamente en el Muelle del Arsenal de la Base Naval de Canarias, para ser sorneti-das a reparaciones como consecuencia de la dura travesía soportada entre la Península y esta Isla. La Historia se repitió porque las origina-les, de Colón, también hubieron de ser reparadas en Gran Canaria por la misma razón. El día 25 la carabelas izaron velas v navegaron, reposadamente, desde el Arsenal hasta la Explanada de Tomás Quevedo, donde las esperaba una abigarrada multitud congregada para darles la bienve-nida. El atraque coincidió con la llegada del trasatlántico « J. J. Sister » , rebautizado « Guanahaní » que entró, a toda máquina, en el Puerto de La Luz para dejar a un marinero gravemente herido que había reco-gido de un pesquero al Sur del Archipiélago. A bordo del « Guanahaní » viajaban 439 jóvenes de 36 países distintos, entre ellos 9 canarios. Aquí se dio por finalizada la llamada (( Aventura 92)) que consistió en un recorrido por los países bañados por los ríos Orinoco y Amazonas. El Alcalde de la Ciudad pronunció unas palabras de bienvenida a los tripulantes de las carabelas a cuyos Comandantes entregó la ban-dera de Las Palmas de Gran Canaria. Seguidamente y mientras la Banda de Música Municipal interpretaba el pasodoble « Islas Canarias » y otras composiciones, las Autoridades y representaciones presentes, entre las que se encontraba el Director General de Puertos, pasamos a bordo de la (( Santa María,) donde tuvo lugar una recepción. Los jóve-nes del « Guanahaní » , uniformados, visitaron las carabelas. También fue permitida la visita al público. El ambiente en la engalanada Expla-nada fue de lo más bullicioso y alegre. Luego de permanecer en Puerto hasta el jueves 21 y habiendo reci-bido sus tripulaciones toda clase de agasajos y asistido a una Misa en la Ermita de San Antón Abad, erigida en el solar en que se alzaba la primitiva, donde oró Cristóbal Colón en el Viaje Alboral, las carabelas partieron hacia La Gomera siguiendo la ruta del Descubrimiento. El tercer acto de importancia fueron las reuniones, que se celebra-ron en Londres, los días 30 y 31 de octubre de 1991, del Comité Téc-nico Internacional de la Gran Regata Colón 92 V Centenario. Se des-plazó a la Capital del Reino Unido una representación de Instituciones de esta isla, integrada por el Consejero de Turismo del Cabildo Insular PARTICIPACIÓV DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAíS 89 El cuarto acontecimiento y este es uno de los que se puede decir que los nacidos no volverán a xPer en su vida, fue la arribada al Puerto de La Luz de la bien llamada « Armada Increíble. o Gran Regata Colón 92 que, desde luego, fue un grandioso evento para la Ciudad y su Puerto, en cuya organización participó la R. S. E. de Amigos dcl País de Las Palmas, muy en particular en cuanto a la preparación del pro-grama de actos con que fueron agasajados los miles de tripulantes de los 108 veleros que arribaron. El Muelle de Santa Catalina, al que he-ron atracados los de la clase A o grandes veleros: el chileno ~ Esme-ralda~ e, l holandés « Urania » , e l italiano ~ AinerigoV espucci » , el mexi-cano « Cuahiemoc » , el poiaco ~ F r e d e i Ci ~ ho piii » , el portügüés « Sagresn, el succo « Falken » , el ucraniano « Tovarich>) e, l uruguavo « Capitán Miranda,, y el español « Juan Sebastián Elcano » , se convirti6 en un alegre punto de encuentro de cientos de miles de ciudadanos que quisieron disti- utar de un espectáculo marinero de muy difícil repeti-ción. Los buques, la mayoría dc ellos Escuela. empavesados con multi-colores gallardetes componían un atractivo panorama de obligada con-templación ya que simbolizaban los años heróicos de la navegación, de los descubrimientos y de las grandes gestas. Ko en vano la Gran Regata Colón 92 h e ideada para conmemorar el más importante de los descu-brimientos de la Historia. La vistosidad de los grandes veleros convirtió al Muelle de Santa Catalina en un multitudinario paseo en el quc mayores y chicos se extasiaban contemplándolos así como a las tripulaciones enzarzadas en las faenas propias de su actixidad. Los barcos estuvieron en Puerto cinco días, en los que los marinos fueron agasajados incesantemente por Corporaciones oficiales e Instituciones culturales. Se organizaron verbenas populares en la que la población confratcrnizó con los visi-tantes y diversas fiestas sociales de mayor empaque. Una de ellas, un cocktail celebrado en El Gabinete Literario de Las Palmas, sirvió para hacer entrega de trofeos y recuerdos a los Comandantes de los veleros, para lo que fueron expresamente invitados. La R. S. E. de Amigos del País de Las Palmas hizo entrega de una salvilla de plata de ley al Comandante del ~ Hispania,, u, n balandro de la clase « maxi » pertene-ciente a la Armada, que fue la primera embarcación española que arribó al Puerto de La Luz, razón por la que ganó dicho trofeo. El día 12 de mayo los barcos largaron velas para hacerse a la mar, rumbo a La Gomera, en cuyas aguas se reunieron con los que habían cstado en el Pucrto dc Santa Cruz de Tcncrife para tomar la salida y continuar la rcgata hacia la Isla de Pucrto Rico. El cspcctáculo de la partida de los veleros, desdc el Puerto de La Luz, bajo un radiante sol de medio día, resultó asimismo inenarrable. En los muelles y en la Ave-nida Marítima se había congregado una abigarrada multitud para des-pedirlos alegremente, agitando banderas. Varios remolcadores lan-zaban al aire potentes chorros de agua y un gran número dc embarcaciones deportivas, a motor y a vela, acompañaba a cada gran velero hasta la bocana del Puerto y regresaba rápidamente para repetir la operación con el siguiente. Alguno de los grandes barcos, que llevaba banda de música, salía al son de alegres marchas militarcs. Los mer-cantes atracados a los muelles hacían sonar sus sirenas y así, lenta-riienie, ia « Nr- rnacia increíble » h e cicsvaneciénciose en ei horizonte. El quinto evento en el que participó la R. S. E. de Amigos del País de Las Palmas fue el viaje que hizo a la isla de Pucrto Rico para recibir a los tripulantes de los vcleros españoles partícipes en la Gran Regata Colón 92 y entre ellos los dos de Canarias, el « Isla de Gran Canaria* patroneado por Antonio Arias Megías y el « Isla de Fuerteventura » patroneado por Tomás Machín. La Comisión, que estuvo integra da por los representantes del Cabildo Insular de Gran Canaria, los Consejeros Alfono Armas Ayala v Andrés Herrer- a Trri_ iillo y el Técnico Eloy Martín Franco, el Industrial Francisco Herrera Kodrígucz y el Director de la R. S. E. de Amigos del País Nicolás Díaz- Saavedra de Morales, partió de Gran Canaria el día 9 de junio hacia la mencionada isla del Caribe donde fue rccibida por la Jefe dc Protocolo del Gobierno de Puerto Rico, Estela Ruano, que luego de facilitar todos los trámites de entrada en el País puso a disposición de los visitantes dos grandes limousinas del Gobierno, que los llevaron al Hotel « Condado Plaza » donde habría de alojarse durante su estancia en San Juan. Por la noche la comisión fue invitada a una recepción a bordo del « Juan Sebastián Elcanon, siendo recibida por el Comandante acompañado de Oficiales superio-res del buque. Este comunicó la desagradable noticia de quc el Depar-tamento Federal de Agricullura había incautado e incinerado las ocho palmeras de la especie ~ PhoenixC anaricnsc » que en representación de . cv. a i. c deap irselsai cciaennarrci ac ihcai bCíaa btiriacnios pionrstuadiaor ecli eB Guqruaen- ECsacnucalrai ap, ojre seúnsc aGrgóom deezl Rodríguez, para ser plantadas en acto oficial en el famoso Jardin Botá-nico de aquella isla, como recuerdo del V Centenario de la aportación de Gran Canaria al Descubrimiento de América. Según comentó, la razón de la quema h e debida a que no se habían cun~ plidola s normas Fitosanitarias exigidas para la entrada de plantas en Puerto Rico, que son rigurosísimas. A bordo se encontraban numerosas personalidades, entre ellas el Embajador de España Sr. de Tena v esposa, Luis Ayesta y esposa, el Comandante del maxi « Hispania » Sr. Rodríguez Toubes que, como se ha dicho anteriormente, ganó la salvilla donada por la R. S. E. de Amigos del País. Al día siguiente los integrantes de la comisión nos dirigimos al Palacio « La Fortaleza>, residencia del Gobernador. Es reconstrucción del anterior que era de la época de la anexión de la Isla por Castilla. En el vestíbulo de acceso se conserva una cancela de hierro rematada por las armas de España. El titular nos recibió con especial diferencia. Explicó no habia coiicedi~ o aU& ericia a rlirlgúrl COilliandailte de buque por ser más de doscientos los partícipes en la Gran Regata. El Gobernador Rafael Hernández Colón, Catedrático de Universidad, es persona muy culta, sencilla y agradable. Se mostrá interesado cuando se le comentó sobre las similitudes de habla, arquitectónicas y hasta económicas que vinculan Puerto Rico con Canarias, que no en vano la isla caribeña fue colonizada por familias procedentes del Archipiélago. Alfonso Armas invitó al Gobernador a visitar Gran Canaria para estar presente eL 12 de octubre, en la solemne conmemoración del V Cente-nario. El Sr. Hernández Colón fue obsequiado con diversos regalos, entre eiios una coiección de iibros pubiicados por la R. S. E. de Amigos del País de Las Palmas. Por la tarde asistió a la recepción oficial que el Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto rico ofreció a los Comandantes, Patrones y representaciones de la Gran Regata Colón 92, en el Centro de Recepciones del Gobierno, que es un magnífico y amplio inmueble, rodeado de jardines, sito en las cercanías del Puerto. Allí encontramos a nuestro paisano Antonio Arias Megías, que según indicó, sería el ganador de la etapa Canarias- Puerto Rico en los balan-dros de la clase del que patroneó. Se quejó amargamente de que el Gobierno de Canarias no hubiese otorgado subvención a su « Isla de Gran Canaria » y sí, con largueza, al « Isla de Fuerteventura » . En el gran vestíbulo del Centro de Recepcioncs, desde donde arranca una noble escalera de mármol blanco para acccder a la planta alta, se encontraban el Gobernador, el Presidente del Senado y otras autoridades de la Isla que fueron dando la bienvenida a cada uno de los n- iás de quinientos invitados. Cuando tocó turno a la comisión de Gran Canaria el Sr. Hernández Colón nos reconoció y dirigió amables pala-bras de bienvenida, haciendo un gesto al maestro de ceremonias en el sentido de que no hacía falta que nos presentara. Accedimos al gran salón, que es impresionante por sus proporciones, donde fue servida una magnífica cena fría. Hubo varios discursos oficiales, todos en espa- ñol y en el acto tuvimos ocasión de saludar a todos los personajes iniportantes del grupo español y entre otros al Comandante del velero « Falkland » , quien me dijo que como las fiestas de la Gran Regata en Gran Canaria no había habido ninguna. Sin embargo, y en honor a la verdad hay que decir que las de Puerto Rico las igualaron. El jueves día I 1, Alfonso Armas y yo sostuvimos una larga conver-sación en la que tratamos la conveniencia de que Las Palmas de Gran Canaria se hermanase con San Juan de Puerto Rico, habida cuenta que ambas ciudades están al « cuidado » del SI-. San Juan, aprovechando que en i993 se habrá de cuiiiiierriorar el Qüiiiieiiios Aiiivei- sai- io del descubrimiento dc esta última isla, por Col6n. Puede organizarse un intercambio de actividadades culturales y deportivas para que sus res-pectivos habitantes conozcan las características y cmodus vivendi » de una y otra. Una semana de Puerto Rico en Gran Canaria puede resultar muy interesante y llevar a aquella isla una exposición itiner- ante de El Museo Canario, libros, fotografías y lilografías de Gran Canaria, todo ello aderezado con un ciclo de conferencias y la implantación de un monumento al emigrante canario, cuya ausencia es notoria, podría ser una digna aportación de esta isla al referido Quinientos Aniversario de aquella. Por la tarde, asistimos en el Teatro . Montada. a una función del Ballet de Puerto Rico, organizada con motivo de la estancia de los bar-cos de la Gran Regata. Allí fuimos presentados al Alcalde de San Juan de Puerto Rico, Héctoi- Ruiz Acevedo, persona muy agradable que como todos se intei. esó por nuestro viaje, estancia y por Canarias. Luego de obsequiarnos con iin vino blanco español, nos pasaron a pla-tea desde donde contemplamos el magnífico espectáculo de Ballet. En el entreacto nos pi- esentar- on al Presidente del Tribunal Supremo, Juan R. Ton~ ellaq, ue hizo la Gran Regata patroneando el balandro represen-tativo de Puerto Rico. Había pasado por Tenerife y nos dijo que estaba enterado de lo bien que estuvo la estancia de los veleros en Gran Cana-ria. El viernes 12 por la rnariana, nos dirigimos a la Alcaldía en coches oficiales puestos a disposición de la coinisión. El Ayuntamiento tiene su sede en un edilicio en la parte antigua de la ciudad. El alcalde aten-tísimo nos recibió inmediatamente, nos colocó a su alrededor, se sentó en su mecedora y nos habló de temas diversos dando cierta sensación de serenidad y distensión. Alfonso Armas le indicó la idea del hermana-miento entre San Juan de Puerto Rico y Las Palmas de Gran Canaria. PARTICIPACI~ ND E LA REAL SOCIEDAD ECONOMICA DE AMIGOS DEL PAíS 93 También le habló de organizar una semana canaria en San Juan y una Puertorriqueña en Las Palmas de Gran Canaria, idea que apreció. El Sr. Acevedo nos obsequió con varios regalos y recibió con mucho agrado una bandeja de plata, con inscripción alusiva, que le entrcgó Alfono Armas, así como libros de la R. S. E. de Amigos del País y otros presentes. Al terminar- la audiencia un Concejal bastante docto nos acompañó a visitar la Catedral de San Juan. A renglón seguido fuimos a almorzar a un restaurante típico invitados por el Secretario de Estado, General Salvador Padilla, a quien acompañaba su séquito. Luego del almuerzo nos trasladamos al Cementerio Viejo de San Juan, que es15 en ios aiedaños dci Fuerte de San Felipe de El Morro. El cam-posanlo es pequeño y precioso por los magníficos monumentos funera-rios que lo adornan, todos en mármol blanco. Lo llaman << ECl ontem-plado » , por unos versos de Pedro Salinas, el poeta español exiliado que vivió y murió en aquella isla y en este cementerio esta enterrado. Ante su tumba se congregó un buen número de catedráticos y profesores de la Universidad ya que se trataba de un acto relacionado con su aniver-sario. Hubo varias intervenciones orales, entre ellas una, bellísima, de Alfonso Armas que emocionó a muchos de los presentes, y ofrerida de coronas de flores ante la tumba de Salinas, en la cinta de una de ellas se podía leer « Cabildo Insular de Gran Canaria*. Al Lérmino de tan excelso acto regresamos al hotel, para desde allí salir hacia el Tcatro de Festivales del Centro de Bellas Artes, donde la Sociedad Española del V Centenario ofrecici un concierto de Zarzuela de AmCrica y de España. Con este concierto finalizaron los actos del programa quc nos había lle-vado a Puerto Rico. No se puede dudar que la presencia en Puerto Rico de la Comisión de Gran Canaria conslituyó un éxito, no sólo porque mantuvo bien alto el nombre de la isla, sino porque sembró la semilla de un posible her-nianamiento enlre las capitales de ambas islas, que sima para renovar la intensa relación que en el pasado hubo entre las misinas en base a la identidad de ambiente, de costumbres p sobre todo de idioma y de I- eli-gión. El sexto evento en el que tuvo pai iicipaciBri la R. S. E. de Amigos dei País fue la conmemoración de los Quinientos años dc la llegada de Cristóbal Colón a Gran Canaria en el transcurso del Viaje del Descubri-miento de América, que coincidió con la estancia en Puerto del intré-pido Capitán Etayo, con su « Niña III » . Con acertado criterio el Cabildo Insular de Gran Canaria adoptó el acuerdo de conmemorar el V Centenario de la arribada de Cristóbal Colón a Gran Canaria en el transcurso del Viaje Alboral. Tal hecho tuvo lugar el 25 de agosto de 1492 ( en realidad y a tenor del calendario Juliano que regía en aquel momento, dicha arribada fue el día 15 de dicho mes). Según el extracto del Diario, la razón de su arribada fue la de encontrar una carabela que sustituyera a « La Pinta » , que venía en muy malas condiciones de navegación, hasta el punto que la había dejado en un lugar de la costa del Norte de la Isla para que su tripula-ción llevara a cabo las necesarias reparaciones de emergencia. Cristóbal Colón, que estuvo una semana en Gran Canaria, no sólo reparó « La Pinta)) con esfuei- xo personal, el de sus hombres y la posible ayuda de artesanos residentes en la Isla, sino que le colocó un nuevo timón, hecho con maderas de Gran Canaria y aprovechó para cambiar el aparejo de « La Niña » , que de latino pasó a ser redondo. La indicada fecha se recordó con un solemne acto en el que el Cabildo Insular y otras Institucionei ofrendaron coronas de flores ante el monumento al Descubridor. Se" g uidamente El Gabinete Literario de 1 nc Pnlma<: n frrr- ih un íigasaj~ d urante e! qiie se hnmenajeó al Capitán -- u - Etayo llegado al Puerto de la Luz en su « Niña ITI » , réplica fiel de la carabela utilizada por Colón, con la que ha llevado a cabo una histhrica reproducción del Viaje del Descubrimiento, no sólo en cuanto a calen-dario y lugares de recalada, sino con similares medios de navegación, lo que hace que su aventura, emprendida junto a once tripulantes entre los que se encuentra el joven grancanario José Gabriel de Armas Her-nández, deba ser considerada, si no una heroicidad, sí una entusiasta y atrevida empresa. Entre otros actos, el programa conniernorativo incluyó una confe-rencia del propio Carlos Etayo Elizondo y un recital de piano del ilus-tre concertista Pedro Espinosa, que tuvieron lugar en el salón de actos de la Casa- Museo de Colón. El domingo 30 de agosio, se ofició una Misa en la ermita de San Antón Abad a la que asistió la tripulación de « La Niña III » para, segui-damente, participar en el primer desfile marítimo que se ha celebrado en aguas de Canarias, en el que intervinieron las cuatro Marinas: Armada, Mercante, Pesquera y Deportiva, que constituvó un ~ istosí-simo espectáculo, ya que un gran número de embarcaciones empavesa-das navegó de Sur a Norte, pai- alelo a la Avenida Marítima, aprove-chando que soplaba v~ entod el Este, lo que fue contemplado desde PARTICIPACIÓN DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAíS 95 tribunas montadas al efecto para Autoridades y público, que acudió masivamente y disfrutó con tan vistoso despliegue. El Cabildo Insular de Gran Canaria ofreció una cena de despedida al Capitán Etayo, sus compañeros y otros invitados en el Restaurante del Gran Casino de Las Palmas, sito en el Hotel « Santa Catalina,,. En el transcurso de la misma se entregaron diversos obsequios y recuerdos a Carlos Etayo. El Director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, Nicolás Dk- Saavedra de Morales dirigió unas palabras alusi-vas a la aventura emprendida por los intrépidos navegantes, felicitán-do! cs por tan & s: aca& inii. ia! iIgv & at; eú r,&! es e! mu:" Gr de éXitnr, en su culminación, haciendo entrega al Capiián Elavo de la Medalla de Plata al Mérito de los Amigos del País, distinción que fue muy agrade-cida por el indómito y septuagenario Marino. El séptimo evento en el que intervino activamente esta Institución fue la brillante conmen~ oraciónd el 12 de octubre de 1992, coincidente con la del V Centenario del Descubrimiento de América. En reunión con la Real Sociedad Económica de Amigos del País, -- I- L-- J- - 1 A:- 7c A- ---.. t-. - 1,. r nn? C c l c u l a u a C l ula LJ uc a K" U J L U uL i , / L . JC. ~ L I S C ~ C! : ~ tc íriü dc c6mo lograr el mayor realce a la conmemoración de la aportación de Gran Canaria al Descubrimiento dc América, con motivo del V Centenario de tan importante efemérides, habida cuenta la cercanía de dicha fecha. En el cambio de impresiones surgido, el Vicesecretario de la Institu-ción Gabriel Cardona Wood alumbró la idea de que se invitara a presi-dir los actos principales del programa al Excmo. Sr. D. Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosábel, XX Duque de Veragua, descendiente del Des-cubridor. La idea h e inmediatamente asumida por los Directivos pre-sentes, que facultaron al Director para proponerla en la reunión de la Comisión Insular para el V Centenario que había sido convocada por el Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria para el día 16 de sep-tiembre. Constiluida la Comisión Insular en la sede del Cabildo, bajo la Pre-sidencia de Jesús Gómez Kodríguez, h e estudiado ei programa defini-ti170 de actos dc la conmemoración del V Centenario del Descubri-miento de América. Por el Director de la R. S. E. de Amigos del País se hizo la propuesta de que la Corporación Insular invitara al Duque de Veragua a presidir los principales, propuesta que fue aprobada por unanimidad. quedando cl programa redactado cn los siguicntcs térmi-nos: Y6 NICOLÁS D~ Az- sAAvEDRA DE MORALES Día 8 dc octubre, las 20 horas: Pregón de las Fiestas de La Naval por Jesús Gómez Rodríguez, Vicepresidentc dcl Cabildo Insular de Gran Canaria, en la Sala principal del Castillo de La Luz. Día 10, a las 22 horas: Vcrbena popular en los jardines del Castillo de La Luz. Día 11, a las 10 horas: Regata de botes de vela latina, realizando la travesía tradicional. A las 18 horas, iiada de las banderas dc los países iberoarncricanos, en el Castillo de La Luz. Día 12, a las 10 horas: Misa conmemorativa en la Ermita de San Hnrón Abaci. A ia misma hora, saiida de la Regata de ia Hispanidad, de balandros de Lrawsía. A las 1 1 horas, ofrenda floral ante el monumento a Cristóbal Colón. A las 14 horas, en el Muelle Deportivo, entrega de ti- 11- feos de la Regata. A las 20,10 horas, acto académico en el Teatro Pérez Galdós, con la intervención el escritor y diplomático Jorge Eduwds y ; I conlinuaciAn coricieriu a cargo de la Orqucsta Filarmónica de Gran Canaria. Día 13, a las 11,30 horas: Visita de las personalidades invitadas a lugares turísticos de la Isla. A las 19,30 horas, intervención del Dr. D. Rafacl Hcrnández Colón, Honorable Gobernador del Estado Libre Aso-ciado de Puerto Kico, en el Salón de Actos del Cabildo Insular dc Gran Canaria, quien desarrollará el tema « El Descubrimiento de América,). Día 14, a las 12 horas: Fallo del concurso infantil sobre el Descubri-miento y encuentro con las culturas americanas. Día 15, a las 19,30 horas: en la Casa- Museo de Colón, conferencia del Excmo. Sr. D. Cristóbal Colón de Carvajal y Gorosábel, Duque de Vcra-pua y Almirante v Adelantado Mayor dc las Indias, quien desarrollará el tema << Laso rprendente aventura del cuarto viaje coloinbiiio~. A las 20,30 horas, cn la propia Casa- Museo de Colón, inauguración de la exposición de Jesús Arencibia . Colón y los olvidad os^^. Día 18, a las 9 horas: Regata de embarcaciones neumáticas Gran Caiiai- ia- Teiiei- ife- Gral1 Canaria, or- ganimda por la Liga Naval Española. Días 19 al 23, a las 20 horas, en la Casa- Museo de Colón, ciclo de conierencins sdbre « El Viejo Mundo encuentra al Nucvo Mundo., coor-dinado por el Dr. D. Francisco Morales Padrón. Días 26 de octubre al 15 de novicmbrc: << Améric5a 00n. rcgata Intcr-nacional de veleros entre Gran Canaria y Las Bahamas. Días 16 a1 30 dc novicmbrc: A. R. C.' 92. Regata Internacional de vele-ros entre Gran Canaria y Santa Lucía. 98 NICOLAS DÍAZ- SAAVEDRA DE MORALES por su titular Sebastián Ramírez. Entre otras arias h e cantado el « Glo-rian de la Misa « Pastorella » del Maestro Valle. Terminada la ceremonia religiosa, que fue repetición casi quinientos años más tarde de aquella Misa que el primer Cristóbal Colón oyera en el mismo lugar el domingo que permaneció en la Villa del Real de las Tres Palmas, los Duques y demás asistentes se trasladaron al emplazamiento del monu-mento al Descubridor, que aparecía enmarcado por astas con las ban-deras de todos los Paises americanos, amén de la de España, de Cana-rias y de Gran Canaria. Una vez reunidos frente al monumento, comenzó el acto de ofrenda tloral, colocando la primera corona su des-cendiente Cristóbal Colón de Carvajal, con el Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria, Pedro Lezcano Montalvo, emocionante momento que fue muy aplaudido por los allí presentes. Finalizada la ofrenda floral, el Honorable Sr. Cónsul de la Argentina, Antonio Tomassini pronunció un discurso en nombre de los países americanos en el que, entre otras cosas importantes, seiíaló que « la fecha del 12 de octubrc, según el cristal con que se mire, puede unir o dividir a los pue-blos.. El acto fue cerrado por el Presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria con unas doctas palabras en eI que resaltó que « lo que ícne-mos que celebrar no es una Fiesta de la Raza, sino una fiesta del mesti-zaje, de la mezcla, una fiesta popular de la solidaridad humana, de la existencia de Iberoamérica y del esfuerzo común y colectivo para que todos los pueblos encuentren la felicidad » . Concluido el acto, los Duques y algunos de los presentes se dirigieron al Gabinete Literario donde fueron obsequiados con refrescos y la Duquesa con un hermoso ramo de flores. Luego de visitar los distintos salones de la Casa los Duques se retiraron al Hotel. Inmediatamente el Presidente del Cabildo lnsular Sr. Lezcano Mon-talvo, el Vicepresidente Sr. Gómez Rodríguez, los Consejeros Sres. Armas Ayala y Herrera Trujillo, el Alcalde de Telde, Sr. Santiago Caste-llano, el Director y el Vicesecreiario de la R. S. E. de Amigos del País, Sres. Díaz- Saavedra de Morales y Cardona Wood y el Cronista de Telde, Sr. González Padrón, se reunieron nuevamente en el Aeropuerto de Gran Canaria para recibir al Honorable Sr. Dr. Rafael Hernández Colón, Gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y esposa que llegaban a la Isla para tomar parte en alguno de los actos del pro-grama para la conmemoración del V Centenario. Una vez recibido a la puerta de la Sala de Jefes de Estado, tuvo lugar una improvisada rueda de prensa con periodistas que acudieron al recibimiento y luego de otra corta reunión con Autoridades y Directivos de Instituciones cultu- PARTICIPACION DE LA REAL SOCIEDAD ECON~ MTCDAE AMIGOS I) hL PAíS 101 lar, Si-. Gónie7 Rodríguez y del Coronel Sr. Becerro Mamblona giró visita al Iltre. historiador, cspccialista en temas colombinos, Néstor Álamo Hernández, que se encuentra internado en la Clínica « Santa p..&-¡: ...... ..,. -.. --..,.,....-.. A, A- c.. A ~ I : , ~ A , nr+ nAri AP C. qJ1, A T I ,.,' LLCLIILI~'~ LVIII" , , " I L , L L L L L I , C I ' I UC ., U U C L I C U U C , L. I, UUI, " C . I U L U U ., U V U l l zada edad. El Duque estuvo muy cariñoso con el Sr. Álamo que agra-deció muy vil~ amente la deferencia que tenía con él. Seguidamente el Duque, acompañado por el Coronel Becerro se dirigió al Museo Cana-rio. en cuya puerta fue recibido por el Presidente de la Institución Lot-liar Sienlens Hernhndez, acon~ pañadod el Vicepresidente Nicolás Díaz- Saavedra de Morales, también Director de esta R. S. E. de Amigos del País. El Duque mostró extraordinario interés por las diferentes colecciones, en especial por la de Antropología, habiéndole llamado poderosamentc la atención las momias enibalsamadas de canarios prehispánicos que allí son exhibidas así como la extensa colección de cráneos ci- oniagnoides. Antes de finalizar la visita, el Duque de Vera-gua firmó en el Libro de Honor dcl Museo y rccibió como obsequio varios libros sobre temas de inlrcstigación canaria. A continuación el n ........ ......-- -;-. l.. -.... 1-, c,,, n:,, c,,.., A.-, Y L i q L L C , L L L V I I I ~ U I L C I U U FUI 1UJ GIL>. " , L>,,. d aa" Cu, a R P+-,.-- '. a A;.-:&& " LLL' I I, JL U,, 1& 11, al restaurante del Jardín Canario, donde se les unió la Duquesa, para almorzar en privado. Concluido el almuerzo, los Duques se retiraron al Hotel . Santa Catalina,) para luego de descansar, desplazarse a las ocho de la tarde a la Casa- Museo de Colon, donde, ante nurner. oso niiditorio el Duque dicto una importante conferencia explicando los avatares que sufrió su ilustre antepasado, el Almirante de la Mar Oce-ana, en el cuarto y último viaje que hizo al Nucvo Continente, en cuyo periplo, al igual que en el primero y en el segundo, reparó y repostó sus naves en csta Isla de Gran Canaria. Terminada la disertación, el Duque acompaiíado del Presidente del Cabildo Insiilar, Sr. Lezcano Mnntalvo, del Vicepresidente Sr. Gómez Rodrígue7 de los Conseje-ros Sres. Armas Ayala y Angulo González, quien hizo la presentación dcl artista y su obra, a los que se unió el Viceconsttjero de Cultura del Gobierno de Canarias Sr. Ramos Caniejo y el Director General de Cul-tura Sr. Díaz- Bertrana Marrero, presidió la inaiiguración de la exposi-ción « Colón y los Olvidados., integrada por ochenta y seis lienzos pin-tados por cl insigne artista grancanario Jesús Gon~ álezA rencibia, quien ha ideali~ aclolo s rostros de los hombres de mar que acompaña-ron a Colón en el Viaje del Descubrimiento y cuyos non- ibres, con escasas excepciones, han sido prácticamente ignorados por la Histo-ria. Finalmcnte, los Duques cenaron con un grupo de amigos entre los que se encontraban el que relata, Director y Vicesecretario de esta Ins-titución Sres. Díaz- Saavedra de Morales y Cardona Wood y el Coronel Becerro Mamblona, con sus esposas, cena quc tuvo lugar en el British Club de esta Ciudad. Vierfirs 16 de octubre: a las ! 2,3g de l2 rnafi-. na n ~ y i ? ed e vera-gua se reunió en el hall del Hotel {( Santa Catalina » con el Director y con el Vicesecretario de la R. S. E. de Amigos del País para cambiar impresiones sobre los actos del día, que comcnzaron con una detenida visila al Jardín BotAnico « Viera y Clavija)). Cristóbal Colón en gesto amistoso decidió dejar el coche oficial y acompañar al que relata en el suyo particular. A las puertas del Jardín Botánico esperaba la bióloga Alicia Roca Salinas, quien dirigió con habilidad un interesante reco-rrido, mostrando las especies más curiosas y dando toda clase de expli-caciones científicas y populares sobre las mismas. El Duque, que en todo ha n~ ostradoL in gran inicrés por conocer y cnterarse, quedó grata-mente sorprendido por lo que se le mostró y en especial por los dragos, pinos y otras especies autóctonas del Archipiélago, así como por el cxó-tico jardín de cactus. Concluida la visita continuó la excursiún hacia - l'eror, pasando por San Mareo. En ia Viiia, ei Duque y acompañantes fueron recibidos por el Alcalde Juan de Dios Ramos Quintana y el Con-cejal de Cultura José Luis Yánez, así como por el Patrono de la Santí-sima Virgen del Pino, Agustín Manriqiie de Lara y Bravo de Laguna, que había tenido la gentileza de invitar- a los Duques a visitar la Casa- Museo de los Patronos. Inmediatamente pasaron a visitar el San~ uar- io de la Virgen donde el Duque fue recibido por el Párroco Vicente Rivero Pérez, que les mostró, detenidamente la Iglesia, el Camerino de la Vir-gen y el pequeño Museo de Tesoros de la Basílica. El Duque admiró los adornos en piara tanto ciei Airar ivíayor como dei Trono de la Virgen. Luego siguió la visita a la Casa- Museo de los Patronos donde el Sr. Manrique de Lara dio todas clases de explicaciones sobre los objetos que allí sc exhiben. Durante el transcurso de la visita llegó la Duquesa que, pur haber pasado una mala noche, sc incorporó al grupo a última hora. Una vez firmados por los Duques los Libros de Oro de la Villa de Teror y de la Casa- Museo de los Patronos de la Virgen, la comitiva, dcs-pués de un corto paseo por el centro urbano, sc dirigió al Parador dc « San Matíasn donde fue recibida por el Consejero de Excmo. Cabildo Insular, Alfonso Armas Ayala, acoinpañado de su esposa, quien ofreció un almuerzo a los ilustres visitantes y amigos, con lo que se dio por ter-minada la excursión, regresando los Duques al Hotel « Santa Catalina)) no sin previamente recoger el Duque algunas castañas, que tanto abun-dan en Teror, para plantarlas en una de sus fincas en la Península. PARTIcIPACIÚN DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA DE AMIGOS DEL PAíS ] 03 Por la noche, atendiendo a invitación que le había cursado el Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Sr, León Fernández, el Duque presidió el Concierto ofrecido por la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, dirigida por Alfred Walter, con los solistas Carole Farlay \ Jupiuii" i,, unu -.--, u Pb- uLu.- l c- l. u-- (\ Jpup-. r. u. i- rnujs, PuA... u: A- i iu u ID ; LLi\' L- i I \ m r - L-. L-. i. U-\ l j uai , L. AV-- i ii" I1' L-Coral Polifónica de Las Palmas, en el que fue interpretada la Sinfonía n." 28 de Mozart, las cuatro últimas canciones de Richard Strauss y la Sinfonía n." 2 de Félix Mendelsohn. El Teatro ~ PérezG aldósu presen-taba un lleno absoluto. El Duque estuvo flanqueado en el palco munici-pai por el Aicaide y el Consejero de Cuitura dei Cabildo Insuiar Sr. Angulo González y otras personalidades, quedando todos muy compla-cidos por la brillantez del concierto inaugural de la temporada. Terminado el acto, el Duque se dirigió al British Club acompañado de la Duquesa y allí se unieron al grupo de amigos de costumbre para cenar en la intimidad. La reunión resultó muy animada, presentando el Club un agradable ambiente puesto que se celebraba un cocktail para los socios. Sábado, 17 de octubre: A primera hora de la mañana los Duques de Veragua tenían previsto salir hacia la isla de Lanzarote, en visita pri-vada. Fueron despedidos en el hall del Hotel por el Director y el Vicese-cretario de la R. S. E. de Amigos del País y respectivas esposas. Los Duques expresaron su satisfacción por las muchas atenciones recibidas y por la brillantez de los actos en que habían participado e intercam-biaron obsequios con los Directivos mencionados. Según se desprende de este relato y de la documentación comple-mentaria que ha quedado en los archivos de la Institución, la conme-moración del V Centenario del Descubrimiento de América en Gran Canaria, csceptuada la de Sevilla que fue presidida por SS. MM. los Reyes D. Juan Carlos 1 y Doña Sofía, ha sido una de las más brillantes de las celebradas en España, habida cuenta la importancia y variedad del Programa de actos y las personalidades invitadas a intervenir en los principales. BASES PRINCIPALES Base l. a: Cristóbal Colón, para alcanzar las islas Canarias desde Palos, practicaba la navegación de altura, sirviéndose no solamente de las situaciones estimadas, sino de la obtención de la latitud por observación del sol en la meridiana, y de la Polar al alba u ocaso. rara io que ernpieaba ei cuadrante, astrolabio y probablemente algo análogo a la « Kamal » de los árabes. En la 2" mitad del siglo XV los pilotos que practicaban la navega-ción relacionada con los descubrimientos atlánticos, utilizaban en sus navegaciones de altura cuadrantes, o algo similar, con los que hallaban latitudes con errores que, ordinariamente, no les impedía alcanzar los archipiélagos de Madeira, Canarias o AZOI- es1C. onsidérese que ya en tiempos del Rey Alfonso X El Sabio de Castilla - siglo XI11- figuraban ias iaiiiudes de aigurras ciudades y corno ei iriPariie D. Eenrique de Por-tugal - que murió en 1460- se rodeó de famosos cartógrafos para incorporar sus conocimientos a la empresa de los descubrimientos, que aquel glorioso Infante comenzó hacia 14202. Se sabe que D. Hcnrique, encargó a su hermano, el Infante D. Pedro, que le llevara desde Italia cartas náuticas y relatos de viajes y se cree que entre aquel material se encontraba el libro de Marco Polo: EI Millione y un mapa de Africa, Catay y Cipango3. Existían, especialmente en Venecia, y el Vaticano, abundantes noti-cias sobre los países del Medio y E |
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