Francisco Suárez Moreno
Galerías filtrantes canarias:
MINAS DE AGUA
EN GRAN CANARIA
(1501-1950)
CABILDO DE GRAN CANARIA. CONSEJO INSULAR DE AGUAS
Las Palmas de Gran Canaria, 2014
PRESIDENTE DEL CABILDO DE GRAN CANARIA
José Miguel Bravo de Laguna Bermúdez
CONSEJERO DE AGRICULTURA, GANADERÍA, PESCA, PATRIMONIO Y AGUAS DE GRAN CANARIA.
VICEPRESIDENTE DEL CONSEJO INSULAR DE AGUAS DE GRAN CANARIA
Francisco Miguel Santana Melián
COORDINADORES DE LA EDICIÓN:
Gerardo Henríquez Pérez. Gerente del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria
José Imar Chirivella Guerra. Técnico del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria
COLABORACIÓN:
Consejería de Presidencia, Cultura y Nuevas Tecnologías. Servicio de Cultura y
Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria
PATROCINIO: Canaragua Concesiones, SA
© DE LA OBRA: Francisco Suárez Moreno
© DE ESTA EDICIÓN: Consejo Insular de Aguas. Cabildo de Gran Canaria, 2014
© DE LAS ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: Francisco Suárez Moreno y otros autores,
archivos e instituciones citados a pie en cada una de ellas
PRIMERA EDICIÓN, 2014: 1000 ejemplares
CORRECCIÓN DE PRUEBAS Y CUIDADOS: José Miguel Perera Santana
DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Francisco Suárez Moreno
ISBN: 978-84-8103-736-4
DL: GC 1045-2014
IMPRESIÓN: Taravilla SL. Artes Gráficas
Galerías filtrantes canarias:
MINAS DE AGUA EN
GRAN CANARIA (1501-1950)
«No hay un tema más hermoso
ni arte más sutil,
más provechoso, que la explotación
de las aguas subterráneas.
Ellas son las que hacen posible
el cultivo del suelo y la vida de sus habitantes (…)».
al Karayi (matemático-ingeniero persa)
Libro: Kitab inbat al-miyad al-jafiyya (Tratado de aguas subterráneas). 1017 d. C.
ÍNDICE
PRESENTACIÓN…………………………………………………...
INTRODUCCIÓN ……..…….…………………………….…………..…………
PRIMERA PARTE
MINAS Y GALERÍAS FILTRANTES……………….……………….…….…….
I. Minas y galerías: estrategias hidráulicas milenarias ……..……….…
II. Introducción en Canarias y transferencia al Nuevo Mundo……..
III. Minas y galerías en Canarias. Evolución histórica ………………..
IV. Características técnicas...……………………………...…………………
SEGUNDA PARTE
MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA ………………………..…………...
I. La Mina de Tejeda …………………..……………..…………….……..
II. Minas en el Este …………………………..………………...…………....
III. Minas en el Sureste …………………………………………....………...
IV. Minas en el Sur ...…………………………….…………..…………….…
V. Minas en el Suroeste ….…………………………………..……..........….
VI. Minas en el Oeste ……………………..…………….............…………....
VII. Minas en el Norte ……………..…...……………………..….……….…
FUENTES Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ………...…………………...
ÍNDICES COMPLEMENTARIOS ………………………………………………
973)…Ï……………………………………………………..................…
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349
SIGLAS Y ABREVIATURAS UTILIZADAS
AHPLP. Archivo Histórico Provincial de Las Palmas
AHN. Archivo Histórico Nacional. Madrid
AHVMT. Archivo de la Heredad de Aguas de la Vega Mayor de Telde
ACIAGC. Archivo del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria
BOPC. Boletín Oficial de la Provincia de Canarias
HMC. Hemeroteca de El Museo Canario
HMSCT. Hemeroteca de la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife
ULL. Universidad de La Laguna
ULPGC. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
aprox.: aproximadamente.
et al.: abreviatura de la expresión latina et alii, que significa ‘y otros’.
Ibíd. Ibídem (locución latina), ‘en el mismo lugar’: para cita de un texto referido a una fuente que ya fue declarada en la anterior nota a pie de página.
fg: fanegada, medida de superficie agraria, en Gran Canaria, 5505,55 m2.
ha: hectárea
km: kilómetro
m: metro
ob. cit.: obra citada, para aludir en una nota a una cita anterior, siempre y cuando no sea la inmediatamente anterior nota a pie de página.
p. y pp.: página en singular y en plural, respectivamente.
SISTEMA DE COORDENADAS EMPLEADO
Todas las minas se localizan, tanto en un cuadro de conjunto comarcal como en el estudio particular, con el sistema tradicional sexagesimal de coordena-das geográficas con su longitud y latitud, por ser este más comprensible a
todos los lectores. En algunos casos, en que no se ha podido hacer con pre-cisión, se advierte que son coordenadas de aproximación.
Ejemplo: «Mina de Los Ortigones (Fataga): aprox. 27º 51' 00,24'' N – 15º 33' 55,33'' O, a 600 m de altitud».
9
INTRODUCCIÓN
PRESENTACIÓN
Nuestra Isla debe buena parte de su desarrollo histórico al
conjunto de estrategias relacionadas con la captación, ges-tión
y distribución del agua; vital recurso que ha estado,
desde sus primeros pobladores, en el centro de todos los
aprovechamientos y estrategias que forman parte de su his-toria
social y económica.
A tal efecto, instituciones públicas y agentes privados
han querido gestionar las aguas que han regado nuestros
paisajes agrícolas y nos han dado de beber. Y es imposible
entender la historia de Gran Canaria sin explicar la impor-tancia
del sector hidráulico, en el que se han capitalizado
grandes inversiones para recoger, transportar y almacenar
aguas caídas del cielo y extraídas del subsuelo.
Hoy, casi la mitad de los bienes etnográficos de nuestra
Isla pertenecen al capítulo hidráulico. En este amplio aba-nico
de ingenierías del agua, las minas representan una de
las estrategias más eficientes y menos conocidas de los sis-temas
de captación. Este libro de Francisco Suárez More-no
nos abre la mirada sobre estas galerías filtrantes que ba-jo
nuestros pies han permitido recoger aguas subálveas de
nuestros mil y un barrancos para su aprovechamiento sin fuerza mecánica que las impulsara.
10. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Nuestro Cabildo Insular siempre atento a todo lo relati-vo
al agua y a sus bienes patrimoniales hidráulicos, cons-ciente
de que las minas conforman un valioso bien patri-monial
a nivel mundial, ha querido promocionar y publicar este proyecto de investigación, novedoso en la historio-grafía
y etnografía canaria por su metodología y contenido, con una explícita filosofía de sensibilizarnos de que esta-mos
ante una ingeniería hidráulica histórica casi en desuso y por ello patrimonio cultural de frágil conservación.
En Las Palmas de Gran Canaria, noviembre de 2014.
José Miguel BRAVO DE LAGUNA BERMÚDEZ
Presidente del Cabildo de Gran Canaria
11
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
La primera investigación que realizamos sobre las minas de agua en Canarias fue hacia 1990, cuando elaborábamos el apartado de arquitecturas hidráulicas del libro Ingenierías históricas de La Aldea. Diez años después emprendimos un nuevo estudio que abarcaba el conjunto de Gran Canaria y el Archipiélago en general por encargo de Jacinta Palerm (Universidad de México), con la que entablamos una fluida correspondencia cuando ella trabajaba las galerías filtrantes en México. Y, a tal efecto, participamos en el III Volumen de
Antología sobre pequeño riego (2002) que ella coordinaba, con
un extenso ensayo titulado «Minas de Agua en Canarias», el
primero que abordaba esta especificidad hidráulica canaria,
base de partida de una posterior investigación que confor-ma
los contenidos de este libro.
Tras aquella primera publicación, difundida luego a
través de la red de Internet, observamos que el tema de las minas interesó a investigadores canarios del agua pues aún,
salvo las excepciones de siempre, no estaban muy claras en
la comunidad científica insular del agua las especificidades diferenciales existentes entre minas y galerías, y de las prime-ras
no se conocían bien su dimensión y origen, puesto que
en aquel momento el tema empezaba a generalizarse en la
literatura científica mundial, a propósito de los qanats y de 12. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
otros tipos de galerías filtrantes. Tampoco se conocían mucho las relaciones que estas técnicas de captación de aguas subterráneas tenían con la historia de las Islas, con la de su entorno de África, Europa, América y con el más allá
del Oriente.
Deseamos que con esta nueva publicación las minas sean más conocidas y valoradas por nuestra sociedad más si, co-mo
en el resto del mundo, han ido perdiendo su función y
así se han deteriorado, abandonado y, en muchos casos, han
desaparecido. Por tanto, también aquí constituyen un pa-trimonio
cultural en peligro que necesita atención, pro-tección
y conocimiento, por aquello de que «amamos lo
que conocemos y conocemos lo que nos enseñan», senten-cia
que explica la perspectiva didáctica que hemos querido
imprimir en este libro, cuyos contenidos no hubiéramos
podido conseguir sin la colaboración de tantos: informantes
locales, investigadores, colectivos y cronistas municipales,
artistas, responsables de archivos e instituciones, corrector,
etc.; a todos expresamos nuestro agradecimiento.
13
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
PRIMERA PARTE MINAS Y GALERÍAS FILTRANTES: DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA EN EL MUNDO ACTUAL 14. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
15
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
I MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS Cualquier tipo de galería o mina de agua representa una es-trategia de obra horizontal de captación de agua subterránea que, por propia gravedad, la conduce a un espacio abierto. El agua alumbrada de esta forma se regula y gestiona en primer lugar conduciéndola a un estanque regulador o, en su caso, a otros canales de distribución. Las técnicas de capta-ción de aguas, incluida la de la perforación vertical, los po-zos, tienen un origen muy remoto, milenario, que parte de las regiones áridas del cercano Oriente hacia las regiones del Mediterráneo, donde son conocidas y aplicadas por los ro-manos, y luego expandidas y desarrolladas aún más, en la Edad Media, por todo el Norte de África y la Península Ibé-rica por la cultura islámica. En la Edad Moderna los reinos de Castilla y Portugal transfieren a las islas de Madeira, Cana-rias y regiones del Nuevo Mundo toda la tecnología hidráulica conocida, entre la que encontramos los pozos y las galerías-minas de agua, sin olvidarnos de que los nativos de estas re-giones de Ultramar habían desarrollado antes de la coloniza-ción europea sus propias estrategias de captación, conducción y regulación de aguas. 16. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Intentaremos aclarar cómo en las regiones más cercanas a Canarias (caso del Magreb y la Península Ibérica) o más allá, en el Oriente Próximo, o al otro lado del Atlántico, en América, encontramos diferentes prospecciones en busca de los acuíferos subterráneos: unas de tipo vertical, cuya termi-nología no admite duda, los pozos; y otras horizontales, de mayor complejidad tecnológica y semántica, más que nada al intentar generalizar a todas las galerías filtrantes, incluidas las minas con los milenarios qanats, un tipo de galería que saca el agua, a lo largo de muchos metros y con lumbreras de venti-lación, de un pozo madre en contacto con el acuífero.
Pero cualquier perforación subterránea, sea vertical o sea horizontal, para alumbrar aguas ocultas en cualquier lugar conlleva sus especificidades de diseño, tecnología minera, material geológico, acuífero… por lo que pretendemos, en este primer capítulo, contextualizar sintéticamente los ele-mentos básicos de este desarrollo tecnológico hidráulico que llegó a Canarias a finales del siglo XV y continuó hacia el Nuevo Mundo.
Zona de origen de los qanats hacia el año 1000 a. C.
Difusión de los qanats por el Imperio Persa hacia el 500 a. C. y luego por el Imperio Romano.
Expansión de los qanats y demás galerías y minas de agua por los árabes, después del siglo VII d. C.
Mapa de las áreas y líneas geográficas de difusión aproximadas de qanats-galerías-minas de agua a lo largo de la historia del Mundo Antiguo hasta la conquista y colonización de América y Canarias. 17
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
1. BREVE REFERENCIA HISTÓRICA Los pueblos protohistóricos del Oriente Medio ya excava-ban galerías, zanjas y pozos en busca del agua subterránea en las zonas áridas y semiáridas, y donde las superficiales abundaban, como era el caso de las áreas del Nilo o del Ti-gris y Éufrates, desarrollaron una extraordinaria tecnología hidráulica de conducción y regulación de las aguas recogida en los primeros documentos gráficos de las tablillas de barro sumerias. En lo que respecta a Canarias los aborígenes empleaban la sencilla técnica de los eres, unas pocetas excavadas en el cauce de los barrancos para captar las aguas subálveas.
La referencia más remota está en las galerías-qanats cons-truidas por las civilizaciones establecidas en la península de Omán a partir del año 1350 a. C., en estrecha relación histó-rica con otras galerías similares de la cercana meseta de Irán, según Boucharlat1; aunque lo más probable es que esta técni-ca fuera conocida desde mucho antes por todo el cercano Oriente, desde Siria y Palestina hasta Mesopotamia e Irán, sobre lo que mucho se ha investigado, escrito y está por es-cribir, con opiniones encontradas de historiadores especialis-tas en esta interesante materia hidráulica.
En el área de la Palestina bíblica consta la existencia, aparte de los pozos casi prehistóricos, de variados tipos de galerías subterráneas, unas de conducción de aguas y otras de captación, tema estudiado por el profesor israelí Zivi Y.
1 BOUCHARLAT, R. (2001): «Les galeries de captage dans la péninsule d’Oman au premier millénaire avant J. C.: questions sur leurs relations avec les gale-ries du plateau iranien», en Irrigation et drainage dans l’Antiquité, qanats et caanali-sations souterraines en Iran, en Égyte et en Gréce (seminario celebrado en el Colegio de Francia, París, el 25 de marzo de 2002, bajo la dirección de Pierre Briand).18. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
D. Ron2; e incluso en dos pasajes de la Biblia se hace refe-rencia a la ciudad de Qanat o Kenat, indicativo según el libro del investigador Henri Goblot (1979) de la existencia en ese lugar de galerías de agua antes de la conquista y difusión de los qanats por el Imperio Persa3. Son espectaculares las ga-lerías trazadas desde el interior de las ciudades amuralladas, hacia los siglos IX-VIII antes de nuestra era, en Gibeón, Gezer, Azor, etc., en búsqueda de los acuíferos subterráneos extramuros. El objetivo de estas costosas obras hidráulicas estaba en la propia supervivencia de estas ciudades: asegurar el agua de abasto a la población, en los largos asedios a que eran sometidas por los enemigos. En cuanto a terminología y variantes técnicas, en Tierra Santa se le denomina qanat al túnel excavado en terrenos de aluvión o de gravas a pie de monte, con pendientes muy suaves, obra que puede llevar varios ramales de captación; mientras que la mina es una ga-lería excavada en la roca, que puede alcanzar fuertes pen-dientes. Tanto qanats como minas continuaron aplicándose en las regiones de montaña de Judea, Samaria y Galilea, en la ocupación romana (los qanats romani) y en tiempos poste-riores de la dominación bizantina e islámica.
Pero para la historiografía concreta de este tema la obra hidráulica específica del qanat (con pozo madre, kilométrico túnel de salida con pozos de aireación) tiene su origen en la
2 RON, Z. Y. D. (1995): «Sistema de manantiales y terrazas irrigadas en las montañas mediterráneas», en II Coloquio Historia y Medio Físico Agricultura y Regadío en el al-Andalus... Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación de Almería. En esta publicación se hace referencia a la bibliografía sobre este tema y presenta interesantes dibujos de galerías de agua en Tierra Santa y en Andalucía, idénticas a las galerías y a las minas de agua de Canarias (pp. 400-408). Copia en: <http://www.biblioarqueologia.com/articulo.php?id=236>. 3 GOBLOT, H. (1979): Les qanats, une technique d´acquisition de l´eau, París, Mou-ton, p. 19. Qanatha o Kenat se encuentra en los libros Número 32 y 42, y Crónicas 2 y 23 de la Biblia. 19
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
amplia difusión, como ya indicamos, entre Omán y la mese-ta del antiguo Irán. Sargón II, rey asirio (722-705 a. C.), en-contró en su campaña un extraordinario sistema de capta-ción subterránea en Irán, empleado luego por su hijo Sena-querib para abastecer a Nínive. Más tarde, cuando el domi-nio persa, entre 550 y 331 a. C., se extendió desde Egipto hasta el río Indo, expandió la tecnología específica del qanat a través de la Ruta de la Seda: partiendo de Afganistán llegó hasta los oasis de Asia Central, el Turkestán Chino (Tur-pan), el interior de China, Corea y Japón, aunque en este ex-tremo geográfico parece que pudo también haberse origina-do en el propio lugar, sin ser transferido a partir de la aludi-da Ruta.
Mapa de Irán
y localización de Persépolis.
Imagen aérea del área arqueológica de Persépolis, donde se aprecian varias redes subterráneas de qa-nats, por la línea de puntos de cada lum-brera de ventilación.
|WULFF: SCIENTIFIC AMERICAN,
1968, PP. 94-105.
Persépolis
Golfo de Omán
IRÁN 20. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Los romanos desarrollaron al máximo y perfeccionaron las técnicas hidráulicas del Mundo Antiguo, tanto de canali-zaciones como de captaciones (pozos, minas, qanats, etc.), parte de las cuales fueron asimiladas de los pueblos conquis-tados en el cercano Oriente; aparte de que en cada uno de esos pueblos conquistados se conociera ya la tecnología mi-nera de simples galerías de agua, como la de los etruscos, en el corazón de su imperio. Pero se les atribuye la difusión de la tecnología más compleja de los qanats a partir de sus con-quistas por Palestina y Siria, los qanats romani, región donde se generalizaron de forma extraordinaria estas técnicas mi-neras del agua entre el año 64 a. C. y el 660 d. C., es decir, bajo la dominación romano-bizantina4; época en que mu-chos especialistas consideran que también se extendió hacia Europa, desde el Mediterráneo hacia el Norte, dejando ves-tigios de estas galerías hasta Luxemburgo. El arquitecto ro-mano Marco Vitrubio, del siglo I a. C., habla en su célebre obra de pozos conectados por acueductos subterráneos5.
Otra fase de expansión de qanats y galerías-minas de agua se desarrolla en la Edad Media; ahora de la mano de la po-tencia militar y cultural del Islam. En efecto, las invasiones y colonizaciones árabes propagaron muchas técnicas hidráuli-cas, toda una nueva cultura del agua, por el Norte de África, Península Ibérica e islas mediterráneas como Baleares, Sici-lia, Chipre… Es más, perfeccionaron sistemas hidráulicos tanto romanos como del Oriente Medio y formularon, a través de sus matemáticos, ingenieros y extraordinarios
4 Las galerías sirias han sido estudiadas con detalle por el profesor norteame-ricano Dale R. Lightfoot. Ver resumen titulado Qanats romanos en Siria en: <www.waterhistory.org/histories/syria/> (consulta: 21-I-2012). 5 VITRUBIO, M. L. (1996): Los Diez Libros de Arquitectura. Editorial Iberia, Barcelona, p. 199. El octavo libro lo dedica enteramente al agua, con especial detenimiento en los procedimientos para encontrarla y conducirla. 21
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
agrónomos (geóponos), tratados de construcción y conser-vación de artilugios y arquitecturas hidráulicas, entre los que se encontraba la tecnología minera de los qanats y las minas de agua6. Por tanto, en la Península Ibérica los musulmanes, tanto árabes como beréberes, pasan a la historia como ver-daderos especialistas en la captación y regulación de los re-cursos hidráulicos subterráneos y superficiales. Su objetivo era poner en producción grandes áreas agrícolas de las re-giones semiáridas colonizadas, sobre todo en el mayor mo-mento de esplendor de al-Andalus (siglos VIII-XI). Tales estrategias fueron rebautizadas con su semántica, adaptada luego por las lenguas románicas: acequia, alcavons, alberca, dula, noria, qanats, fogaras, etc. De esta época consta el gran desa-rrollo de las diferentes galerías, minas y qanats por todo el Suroeste hispano y la isla de Mallorca, que es la zona más densa en este tipo de captación de aguas, mantenidos luego por sus conquistadores, los reinos cristianos (siglos XIII-XV), así como por el Magreb-Sáhara7.
6 Por citar algunos lo hacemos con tres extraordinarios autores: A. Abu Bakr ibn Muhammad ibn al-Husayn al-Karaji, matemático e inge-niero persa (953-1029) que, en su libro Kitab inbat al miyab al-jafiyya (Tratado de exploración subterránea), en 30 capítulos trata de la construcción y los proble-mas técnicos, con sus soluciones, de los qanats, obra que supera a la de los especialistas en hidrología de siete siglos después, de tal manera que domina-ba los conceptos básicos actuales del ciclo hidrológico. B. Ibrahim Ibn Bassal (siglo XI), que vivió en Toledo y Sevilla, científico, ingeniero y agrónomo que en su libro Diwan al-Filaha (Libro de Agricultura), aparte de explicar sofisticadas técnicas agrícolas, describe cómo construir sistemas hidráulicos de pozos, zanjas y bombas. C. Ibn al-’Awwam al-Ishbili, sevillano de los siglos XII-XIII, fue uno de los más destacados autores de la escuela agronómica andalusí. Se ocupó de ingenierías y arquitecturas hidráulicas y anticipó un concepto integral y armónico de una agricultura ecológica. En su obra Kitab al-Filaha (El libro de la Agricultura) también explica con detalle cómo se construye un qanats y se solucionan sus problemas. 7 LIGHTFOOT, Dale R. (1977) (2000). 22. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
La tecnología hidráulica y agronómica islámica resultó, en conclusión, extraordinaria para el desarrollo económico no solo de la época andalusí, sino de los momentos poste-riores en aquellas regiones hispanas y en las tierras de Ul-tramar, que ocuparon luego portugueses y españoles.
En efecto, tras la Conquista, a finales del siglo XV, llega a Canarias toda la tecnología hidráulica de la cultura islámica tanto desde la cercana isla de Madeira, adonde los portugue-ses habían llevado la tecnología hidráulica andalusí (pozos, minas de agua, acequias, albercas…), como desde el área an-daluza, a través de los conquistadores castellanos; en un mo-mento en que se mantenía el alto grado de desarrollo recibido de los árabes en perforación de pozos y diferentes tipos de galerías y minas para captación de las aguas subterráneas, jun-to a las restantes estrategias de conducción, almacenamiento-regulación y gestión; además de la elevación de las mismas con heterogéneos artilugios como norias, tornos, poleas, etc., tecnología hidráulica que se recoge en obras hispanas del siglo XVI como Los veintiún libros de los ingenios y de las máquinas de Juanelo Turriano o Patentes de invención española en el Siglo de Oro de Nicolás García Tapia, entre otras8.
8 TURRIANO, Juanelo (Pseudo) (1983). GARCÍA TAPIA, Nicolás (1990).
Pozo (A), bocamina (B) y canalización de una galería filtrante tipo qanat, recogida en la página 153 del libro 8º, tomo II, de la obra Los veintiún libros de los ingenios y de las máquinas. 23
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
Asimismo, a través de los conquistadores y colonos his-panos se transfirieron dichas estrategias hidráulicas aprendi-das del mundo islámico, a partir de los siglos XV y XVI, a más tierras atlánticas de Ultramar: las Indias Occidentales o Nuevo Mundo, como veremos más adelante. A ello unimos que, en gran parte de Europa (Portugal, España, Francia, Italia…) y por zonas de América Latina (México, Perú y Chile), entre el siglo XVIII y principios del XX, se necesitó una mayor cantidad de recursos hidráulicos para su expansión agrícola, y en las regiones áridas y semi-áridas hubo que buscarlos en el subsuelo con la perforación de pozos y nuevas galerías filtrantes según los modelos de construcción preexistentes desde la época de los musulma-nes. Destacan las regiones de Andalucía, Levante Español e islas del Mediterráneo o del Atlántico como Baleares y Ca-narias, respectivamente, tanto por la generalización de la técnica de las galerías y minas como por los sistemas de ca-nalizaciones, regulación y bombeo del agua; para acabar, en los tiempos actuales, con estudios científicos sobre estos temas: el de la historia de la cultura del agua, sus ingenios y sus estrategias tradicionales.
De esta forma, en muchas partes del mundo, de acuerdo con las características hidrogeológicas de cada región, se de-sarrollaron diferentes variantes tecnológicas según las nece-sidades. Como ejemplos ponemos las técnicas y estrategias de perforación empleadas en la construcción de qanats por todo el Oriente Próximo y las de las minas más profundas en lechos de barrancos con potentes aluviones como el de Tirajana y Telde (Gran Canaria), lo que se repite por todo el Norte de África, Península Ibérica, América… En unas (los qanats) la dirección de las obras es aguas abajo y por tramos, 24. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
y en otras es hacia arriba (las cimbras andaluzas, minas y ga-lerías de Canarias, etc.). Por último, en tiempos recientes la ingeniería académica ha diseñado nuevos modelos inspirados en esta milenaria estrategia de captar aguas por filtración, tanto de mantos freáticos como subálveas. Además, en muchas regiones ári-das y semiáridas se mantienen estas arquitecturas hidráulicas tradicionales, que la UNESCO y otras organizaciones están revitalizando dentro del objetivo del desarrollo económico sostenible.
O sea, los estudios a nivel mundial del sistema original iraní del qanat y de cualquier forma de galerías de agua son de constante actualidad. Citar todos los proyectos y trabajos desarrollados desbordaría el espacio de este sencillo marco histórico que hemos pretendido diseñar para un lector inte-resado, por lo que solo consignamos unos pocos, los que a nuestro entender son significativos, con el riesgo que con-lleva tal síntesis, tanto en las citas bibliográficas que vamos reseñando como en los diferentes proyectos expuestos9.
9 Algunas referencias orientativas de proyectos y conferencias internacionales son las siguientes. En 2000 se producía la primera Conferencia Internacional sobre Qanats, en Irán. En 2001 se desarrollaba en España el Simposio Galerías de Cap-tación del Mediterráneo. En mayo de 2002 la UNESCO declaraba que los siste-mas tradicionales de captación y conducción de aguas subterráneas son pa-trimonio cultural a proteger en todo el mundo. En ese año se aprobaba, para 2003-2006, el Proyecto Europeo Foggara, Inventory, analysis and valorisation of traditional water techniques of European and Saharan drainage tunnels ICA3-CT-2002-10029 (Foggara. Inventario, análisis y valoración de las técnicas tradicionales de túneles de drenaje europeos y saharianos). En enero de 2006 se celebraba el Simposio Internacional sobre la Sostenibilidad del Agua Subterránea (ISGWAS) y, en 2012, la International Conference on Traditional Knowledge for Water Resources Management por parte del Centro Internacional sobre Qanats y Estructuras Hidráulicas Histó-ricas (ICQHS), con sede en Irán (Yazd). Este organismo dispone de su pági-na web: <http://www.qanat.info/en/index.php>. 25
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
Arriba: mapamundi de localización aproximada de países (no zonas concretas) donde se han
utilizado técnicas de captación de aguas subterráneas por qanats, galerías y minas de agua
|ELABORACIÓN PROPIA.
Abajo: esquema de líneas históricas aproximadas sobre la difusión de qanats y galerías a partir de Oriente Medio, sin descartar obras similares en áreas del Nuevo Mundo de sociedades
precolombinas
|MODIFICADO DE www.waterhistory.org/histories/qanats.
26. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
2. ESPECIFICIDADES ARQUITECTÓNICAS Y FUNCIONALES
La literatura científica denomina estas obras hidráulicas que estudiamos como galerías filtrantes, galerías drenantes y qanats; aunque, de ahí la confusión, dependiendo de cada zona ge-ográfica y de la naturaleza de las mismas, llevan diferentes nombres, incluso en una misma región o país. A tal efecto, Thomas F. Glick (1992) reconoce, al estudiar los qanats de las regiones áridas y semiáridas del Mediterráneo, que tal complejidad ha generado malentendidos porque «evidente-mente no estamos hablando de un modelo fijo de qanat y de sus variantes sino de un modelo general de minas o túneles asociados con matrices de aguas e innumerables variantes. Bajo tal concepto es posible hacer una taxonomía mucho más exhaustiva que lo que se ha intentado hasta ahora»10. Jacinta Palerm, investigadora de galerías filtrantes de Méxi-co, también se ha tropezado con ese problema y asegura que «en la descripción de la técnica, de tal manera que lo que pa-ra unos es lo mismo, para otros son técnicas distintas aun-que todas se refieren a captación de aguas subterráneas»11.
El concepto que en Canarias tenemos de minas de agua es muy similar al empleado en otras partes, aunque en algu-nas zonas de la Península Ibérica o de América se designan, generalizándolo, galerías filtrantes12.
Si queremos establecer una analogía más precisa entre las minas y galerías de agua canarias (con el riesgo que ello con-lleva por la variedad semántica y tipológica existente en
10 Tecnología, ciencia y cultura en la España Medieval. Alianza Editorial, Madrid. 11 «Las galerías filtrantes o qanats». En Antología sobre pequeño riego. Vol. III. Sistemas de riego no convencionales. México, 2002, p. 278. 12 Véase la voz minas de agua en la Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa Calpe Europea Americana, Tomo 35, pp. 376-378, donde se expresa un concepto claro y determinante sobre este tipo de obra subterránea en los cauces fluviales.27
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
otros lugares), las minas de agua son exactamente iguales a las cimbras de origen árabe localizadas en el Sureste de la Penín-sula Ibérica y Mallorca y a otros tipos de galerías de capta-ción de las aguas subálveas en las regiones del Norte de África, Oriente Próximo y América; mientras que las galerías insulares se corresponden con las galerías filtrantes excavadas en roca y con algunos tipos de túneles llamados también mi-nas de agua en Portugal, Suroeste español y México. Por tanto, habría que establecer entre unas y otras obras hidráulicas una mínima diferenciación conceptual y técnica, a partir de varios elementos, entre otros: A. LA NATURALEZA DEL ACUÍFERO QUE SE DRENA. Pueden ser aguas subálveas bajo los cauces de barrancos, ríos, depósitos aluviales… que conllevan una galería de obra de fábrica, o bien acuíferos colgados en terrenos montañosos cuya galería no precisa obra de fábrica, salvo que en su trayecto se en-cuentren tramos de materiales sueltos.
B. LA ESTRATEGIA MINERA EMPLEADA PARA LA CAPTACIÓN. Están las galerías más antiguas, las excavadas en roca u otros mate-riales a base de las técnicas mineras de cada momento histó-rico, que según zonas y necesidades han variado: así, en el interior de algunas se perforan pozos para buscar acuíferos más bajos o, en su caso, galerías laterales para salir al exte-rior; y las galerías excavadas dentro de los pozos, con o sin lumbreras de ventilación, que desde el interior de estos par-ten en busca de otros acuíferos. Un tipo también muy anti-guo es el citado qanat, galería subterránea que parte de un pozo madre y que en su largo recorrido hacia el exterior ne-cesita otros pozos de aireación o lumbreras. Después, entre otras técnicas más, se hallan las galerías drenantes excavadas en depósitos aluviales, bien en zanjas luego recubiertas o 28. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
bien haciendo el túnel directamente, y necesitan obras de fábrica para sostenerse. C. LAS DENOMINACIONES SEGÚN ZONAS GEOGRÁFICAS Y CULTURAS. En cada lugar del mundo se emplean diferentes nombres para estas galerías o túneles de agua, como ya hemos indica-do. Así el modelo básico de qanat del Oriente Medio en el Norte de África se conoce como foggara, entre otros térmi-nos, y en gran parte de la literatura científica actual se hace uso extensivo del nombre qanat para todo tipo de galería. Una clasificación por zonas geográficas o culturas, con el riesgo que conlleva determinar bien las diferentes clases de galerías de agua, podría ser esta: * Área de influencia islámica: qanat (Irán), kariz-karez (Turquía, Armenia, Afganistán, Pakistán, Turquestán chi-no…), kahan (Baloch), falaj (Arabia), foggara, fegaguir, chegga… (Túnez, Libia, Argelia) y khattara (Marruecos). * Oriente: Kanrjing (China), man-nun-poo (Corea) y mam bo (Japón). * Europa Mediterránea: galería, mina, alcavons (en varias zonas de España), zanja y cimbra (Andalucía Oriental), viaje de agua (Madrid, Toledo…), font d’agua, cave, mine (Levante y Ca-taluña), mina de água (Portugal), mine d’eau, source, cavernos (Centro y Sur de Francia), bottini (Siena, Italia), minere de’acqua, ingrutatti (Sicilia, Italia), etc. * América Latina: galería filtrante, pocería, tajo, socavón, túnel de agua, fuque… (México); puquio y pica (Perú y Chile), etc. * Área Anglosajona: draine gallery, infiltration gallery, chain well, etc. * Islas Atlánticas: mina de água (Madeira), mina de agua y ga-lería de agua, socavón (Canarias).
D. LA FUNCIÓN. La más extendida es para drenar el acuífe-ro y conducir el agua captada, por gravedad, hasta el exte-29
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
rior; o para recogerla de un río por medio de túneles latera-les y conducirla a otros puntos; o para acceder desde el in-terior de una ciudad amurallada hasta manantiales fuera de la misma, obras hidráulicas guardadas en secreto.
Por citar un ejemplo de esta última función lo hacemos con las redes de galerías y pozos ocultos de ciudades hebre-as (siglo IX a. C.) que conectaban con los manantiales ex-tramuros para el abastecimiento de la población en los mo-mentos de largos sitios por los enemigos, según ha estudia-do el profesor Zivi Y. D. Ron (1995)13.
Karez, galería de agua, tipo qanats, cercana a la ciudad de Turfán, Turquestán (China Oriental), región autónoma de Uigur de Sinkian. Es visitable como museo. Turfán es el centro de un fértil oasis regado gracias a este karez |WIKIMEDIA.ORG.
13 Ver nota nº 2, p. 18. 30. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
3. QANATS, FOGGARAS, KHATTARAS… El pozo constituye la estrategia hidráulica más antigua para captar agua subterránea en zonas áridas y semiáridas. Pero extraerla del mismo era muy costoso, hasta que se descubrió cómo hacer, en su fondo, una galería que alcanzara el nivel de la superficie y, a través de la misma, por gravedad poder sacar el agua. Ese fue el fundamento de la obra hidráulica del primigenio qanat iraní. La dificultad se presentó cuando, entre el pozo y el lugar adonde llevar su agua, la distancia era kilométrica. Para ello se necesitaba capital, complejos cálculos de niveles y ejecu-tar a lo largo de la galería de conducción una serie de pozos de ventilación por donde poder acceder a sus obras y con-seguir aireación. Alrededor del año 1000 a. C. ya se conocía en Irán y Omán, y se difundió por extensas regiones geográ-ficas a través de diversas civilizaciones antiguas y medieva-les, con las distintas denominaciones ya estudiadas para este tipo de sistema: karez (Afganistán, Pakistán y otros países del área), foggara (Magreb), khattara (Sur de Marruecos-Sáhara), kanrjing (China), viajes de agua, minas con pozo… (Es-paña), etc. y cuyas características principales son: un pozo madre capta el agua de un acuífero saturado (los hay de has-ta 70 m en Mallorca y más de 200 m de profundidad en Irán); el agua del pozo se desaloja por un canal subterráneo que parte de su fondo hasta alcanzar, con una pendiente del 0,5 al 2 %, la superficie, a veces recorriendo hasta casi 100 km (en Irán). Este túnel subterráneo puede tener una sec-ción de 0,6 a 2,4 m de ancho por 1,8 a 2 m de alto y, a lo largo de este trayecto, cada 20-50 m se encuentra un pozo de ventilación (ver esquema adjunto). 31
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
Dibujo esquemático del modelo común de qanat
|ELABORACIÓN PROPIA, según English (1968) y otros.
El interés por los qanats de todo el mundo ha generado
una prolija literatura científica, accesible hoy en la red de In-ternet14.
14 BOUCHARLAT, R. (2001), nota nº 1, y GOBLOT (1979), nota nº 3.
WULFF, H.E. (1968): «The Qanats of Iran». En Scientific American, abril, pp. 94-105. En línea: <http://users.bart.nl/~leenders/txt/qanats.html>.
ENGLISH, P. W. (1968): «The origin and spread of qanats in the Old World». En Proceedings of the American Philosophical Society, 112: 170-181. En línea (consulta el 09-I-2012):
<http://www.jstor.org/stable/986162>.
Ver además (c. 09-I-2012):
<http://www.qanat.info/en/index.php>.
<http://www.waterhistory.org/histories/Qanats>.
<http://es.wikipedia.org/wiki/Qanat>.
32. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
La construcción de un qanat requería una mano de obra muy especializada en localizar el acuífero (conocimientos hidrológicos) y capaz de calcular las distancias y los niveles precisos para que el túnel y sus pozos de ventilación se tra-zaran adecuadamente, además de conocer la tecnología mi-nera para cada terreno. La primera obra que se hacía era el pozo matriz para buscar el agua; luego por diversos tramos se realizaban el canal subterráneo y los pozos de acceso, hasta que se conectaban con el pozo principal y se desaloja-ba toda el agua. Todo esto teniendo en cuenta el añadido de que, tanto en parte del túnel como en los pozos de ventila-ción, se podían encontrar también bolsas de agua; o que el pozo matriz había que conectarlo por el fondo con otros pozos para una mayor obtención de agua. El resultado era, en ocasiones, una red de túneles interconectados con pozos de captación que, actualmente, se puede apreciar desde el aire por la hilera de sus pozos de aireación, como vemos en la imagen de las ruinas de Persépolis (pág. 19). Por tanto, la localización de un acuífero, más la acción de drenarlo por el sistema de qanat u otro tipo de galería, de forma que el agua salga por gravedad recorriendo debajo de la tierra distancias kilométricas con las nivelaciones adecua-das, era un trabajo minero muy difícil y de grave riesgo labo-ral. De ello, como ya dijimos, se escribieron por parte de agrónomos e ingenieros árabes medievales extraordinarios tratados técnicos.
Los qanats han dado durante miles de años asombrosos resultados no solo por la cantidad de agua potable captada sino igualmente porque, al ser canales subterráneos, las pérdidas por infiltración y evaporación son menores que en otras vías de agua. E incluso han servido de espacios refres-cantes en climas calurosos como el caso de Irán, donde so-33
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
bre sus lumbreras de ventilación se han acondicionado unas torretas que facilitan la circulación del aire caliente por la co-rriente del agua subterránea, que no es otra cosa que la apli-cación del efecto Bernouille por la sabiduría de los maestros de las obras hidráulicas del Oriente. En Irán se han construido más de 32 000 qanats; en Af-ganistán, unos 9000; y en España, de las 3000 galerías fil-trantes existentes, sólo un 20-30 %, aproximadamente, res-ponden a la naturaleza de esta singular obra hidráulica. En la zona de Marruecos más cercana a Canarias se di-fundió mucho esta técnica; así, en la hoya de Marrakech, en el piedemonte y aluviones del Alto Atlas, se han perforado desde tiempo inmemorial más de 800 galerías filtrantes de-nominadas kattharas con longitudes medias comprendidas entre 800 y 2500 m, que suman una red de unos 900 000 m, cuyas aguas abastecen aún a esta histórica ciudad y riegan unas 20 000 hectáreas. Y, poco más allá, en el linde con el desierto del Sáhara, se halla el aislado y extraordinario oasis de Tafilaft, irrigado desde el siglo XIV por el agua de sus kattharas. Este tipo de obra hidráulica (en el Magreb foggaras y el Sur del Atlas-Sáhara kattharas) presenta, aparte de su de-nominación, muchas especificidades. Una de ellas es el care-cer o no de un pozo matriz; en cambio, se contempla por lo general (debido a las longitudes de estas galerías que, aparte de conducir agua del pozo matriz, se comportan como con-ductos filtrantes) la existencia de muchos pozos o lumbreras de aireación. Además se observa que la distribución del agua captada hacia la zona de irrigación, desde la terminal de ace-quia matriz del agua, suele fraccionar el fluido por un siste-ma de medida y distribución similar al de las cantoneras ca-narias, como vemos en la imagen adjunta. 34. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Arriba: oasis de Tafilaft (Sur de Marruecos), irrigado con el agua de sus kattharas
| WIKIMEDIA.ORG.
Abajo: acequia matriz del agua de una foggara del Magreb con su sistema de medida y distribución, tan similar a las cantoneras canarias| WIKIMEDIA.ORG. 35
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
4. GALERÍAS FILTRANTES EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
La experiencia en tecnología hidráulica española, a partir de la Edad Moderna, tiene una primera referencia documental (aparte de las primeras patentes de invención de artilugios) en la famosa obra manuscrita, ya citada, de Los veintiún libros de los ingenios y de las máquinas15, atribuida primero al ingenie-ro-maquinario italiano Juanelo Turriano, al servicio de Car-los V y Felipe II, y ahora al maquinario aragonés Pedro Juan de Lastanosa, por lo que se calcula que pudo haberse redac-tado entre 1557 y 1564. De todos los procesos tecnológicos y las maquinarias descritos en esta obra, el «Tratado de Hidráulica» recogido en los libros 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 9 y 10 es el mejor elaborado y teóricamente justificado según el pensamiento renacentista. En ellos se traza con detalle cómo conocer indicios y descu-brir aguas subterráneas, conducirlas tanto por galerías, que las denomina minas, como por superficie; así como embal-sarlas y regularlas, entre otros muchos aspectos. No se hace una descripción específica de la tecnología de las galerías fil-trantes, aunque sí se dibuja un paisaje con una galería que parece disponer de un pozo madre (insertado en la pág. 22).
El contenido del Libro 7 es muy detallista sobre cómo calcular y nivelar adecuadamente las minas empleando artilu-gios curiosos de niveles, cuadrantes, graduaciones, baliza-
15 Este manuscrito se supone que es copia del primigenio (siglo XVI) pues lo escriben diversos copistas con estilos caligráficos distintos. Está ilustrado con 440 minuciosos dibujos que explican los procesos técnicos descritos. Se con-serva en la Biblioteca Nacional de Madrid procedente de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid, donde se hallaba al menos desde 1771. La obra fue publicada en 1983 por la editorial Tuner teniendo como autor a Juanelo Tu-rriano. María Isabel Ostolaza Eliozondo realiza un estudio de composición, proceso de copia, reconstrucción arqueológica y datación (c. 14-I-2013): <http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/12/72/09ostolaza.pdf>(c. 14-I-2013). <http://biblioteca.universia.net/html_bura/ficha/params/id/38363829.html>. 36. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
mientos; forrado de galerías con cantería y maderos, acue-ductos… Y presta, aparte de otros detalles, minuciosa in-formación técnica ilustrada sobre cómo perforar una mina de conducción de aguas, con lumbreras que denomina respi-raderos para dar luz y ventilar el interior, extraer materiales y alinear adecuadamente la dirección de la obra con maderos, a modo de balizas topográficas. Ahora bien, una cosa son los tratados de la tecnología hidráulica preexistentes y otra es la experiencia práctica des-plegada en la Península Ibérica e Islas Baleares en cuanto a una gran variedad y cantidad de galerías drenantes, desde el modelo de qanats hasta los de galerías, zanjas y minas de va-riada naturaleza ampliamente estudiadas.
Ese fue el legado hidráulico histórico, sobre todo de al-Andalus que luego se transfirió a Canarias, Madeira y el Nue-vo Mundo, de galerías, minas de agua (con otros nombres) que se hallan por Extremadura, Portugal, Galicia, Cornisa Cantá-brica, Euskadi y el Centro de la Península. Pero es en Catalu-ña, Comunidad de Valencia y Murcia donde aumentan el número y sus especificidades; y es en Andalucía donde se descubre la mayor densidad y variedad; aunque Baleares y Canarias no se quedan atrás ni en densidad ni en variedad. Los estudios recientes de las galerías drenantes establecen una taxonomía de síntesis para explicar la variedad arquitectónica, hidrogeológica y semántica de las mismas16.
16 Ver las obras coordinadas por Jorge Hermosilla Pla, en el marco del grupo ESTEPA, «Unidad de Investigación Estudios del Territorio, Paisaje y Patri-monio», de la Universidad de Valencia, publicadas en una colección de dos volúmenes, Gestión tradicional del agua, patrimonio y sostenibilidad, centrados en este tema: Las galerías drenantes del Sureste de la Península Ibérica. Uso tradicional del agua y sostenibilidad en el Mediterráneo español (Ministerio de Medio Ambiente. Madrid, 2006) y Las galerías drenantes en España. Análisis y selección de qanat(s) (Ministerio de Medio Ambiente. Madrid, 2008). 37
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
GALERÍAS FILTRANTES
MONTAÑA
PIEDEMONTE
CURSOS Y
TERRAZAS
FLUVIALES
Mina
(Galería en
Canarias)
Qanat sin lumbrera
Qanat
Galería /Alcavón
Cimbra
Tajea
(Mina en Canarias)
Zanja
Galería con lumbreras laterales
Cimbra / alcavón
Mina /
Alcavón
Mina con
lumbrera
Qanat con
lumbreras laterales
AGUAS
SUPERFICIALES
Y
SUBTERRÁNEAS
AGUAS
SUBTERRÁNEAS
AGUAS
SUBÁLVEAS
AGUAS
SUBTERRÁNEAS Y
SUBÁLVEAS
Cimbra con
lumbreras laterales
Cimbra-Zanja
Presa en subálveo
AMBIENTE
GEOGRÁFICO
TIPO DE OBRA
TIPO DE ACUÍFERO A DRENAR
Tipología de galerías filtrantes en España | ELABORACIÓN PROPIA.
Fuente: HERMOSILLA PLA (2006 y 2008) y otros autores. 38. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Tres son los ambientes geográficos donde se excavan las galerías. En cada uno existen los más variados materiales geomorfológicos: A. EN MONTAÑA. Se perfora el tipo de mina (con nombres diferentes) que en Canarias denominamos galería; si conlleva un pozo madre se acerca al modelo de qanat pues no suele llevar pozos de ventilación porque el desnivel es tanto en la montaña que no los permite. Son perforaciones de pocos metros, sin embargo en Canarias son kilométricas. Drenan acuíferos subterráneos colgados, aunque algunas de estas galerías suelen recoger por alguna boca vertical o lateral aguas superficiales, a lo que se denomina alcavón. B. EN LADERAS Y ZONA DE PIEDEMONTE. Se halla la galería del tipo qanat, con o sin lumbreras, pero este no es el nombre que suele darse sino el de mina, font, viaje de agua, etc., como ya hemos ido diciendo, según cada zona. A veces los pozos de aireación son laterales y por ellos suele desviarse agua haciendo una bocamina más. Estas galerías drenan acuíferos subterráneos. C. EN LOS CURSOS Y TERRAZAS FLUVIALES. Es el ambiente donde se da la mayor variedad de galerías para captar las aguas subálveas y a veces, con la estrategia del alcavón, cuando por alguna boca también recoge agua de superficie. En Andalucía Oriental abunda la cimbra (tajea en Guadix), túnel perforado en el subálveo, de obra de fábrica y cimbrado con lajas; un conjunto filtrante que es idéntico a la mina de agua de Canarias y que puede tener o no lumbreras; unas verticales o pozos de aireación, y otras laterales; y si por alguna de estas se capta agua superficial, cumple una función parecida a la del alcavón.
La Junta Consultiva Agronómica de España publicaba en 1918 unos datos para todo el territorio del Estado que arrojaban un total de 527 galerías y minas que regaban 39
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
unas 36 000 hectáreas, aunque fueron cifras poco fiables. Los datos oficiales del período 2001-2008 suman 2133 ga-lerías y 4139 pozos con galerías, que riegan 942 244 hectá-reas en el Estado español, según el Instituto Geológico Minero y el Plan Nacional de Regadíos; pero estos infor-mes tampoco son exactos y algunos investigadores calcu-lan un total en torno a las 3500 galerías17. En Canarias, ofi-cialmente, en 2001 solo se contabilizaban 1257 entre galer-ías (468 u.) y pozos con galerías (789 u.), frente a las más de 1800 que puede haber.
Las galerías y minas de agua españolas suelen tener longi-tudes comprendidas entre los pocos metros hasta los 4-6 km de algunas galerías de Tenerife o los 12 km de algunas de las vías de agua de Madrid. Conllevan secciones irregulares de techo oval, con medidas comprendidas entre 0,70 m de ancho y 1-1,20 m de altura, a excepción de algunas como las galerías más modernas de Canarias, que son más espaciosas para la entrada de maquinaria (1,5-2 m de ancho por 1,80-2,0 m de alto o más). Los caudales son variables según la es-tación del año o las zonas, pudiendo establecerse una fluidez de 10 a 1000 litros por segundo. Las técnicas mineras de las galerías-minas excavadas en montañas han sido arcaicas (manuales con pico y pala, explosivos rudimentarios con pólvora dentro de barrenos, extracción de materiales a hombros…; no así en Canarias, que por ser más modernas desde 1930 se emplearon compresores para martillos neumáticos, dinamita, vagonetas-raíles accionados por vehí-culos a motor, sistemas de extracción de aire con modernos motores fijos, etc.). La mayor densidad se localiza en las re-
17 HERMOSILLA PLA y otros (2006: 43 y 2008: 29-50). 40. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
giones del Sudeste y Sur de la Península, Mallorca e Islas Canarias.
Destacamos por su historia y singularidad los viajes de agua de Madrid y Toledo, que son similares a los qanats-foggara del Oriente Medio. El mismo nombre de Madrid pro-viene de ‘fuente’ en árabe: Mayrit, bautizado así precisamente por la presencia de las fuentes subterráneas o galerías, luego conocidas como viajes de agua, cuya red se consolidó después del siglo XVII, y estaba compuesta por 30 galerías de 7 a 12 km que traían las aguas de los alrededores con una amalga-ma subterránea de 120 km. Cada una disponía de una red de pozos madres, un canal subterráneo con lumbreras de venti-lación y parte de su trayecto reforzado con ladrillos y pie-dras labradas. Madrid llegó a contar con 77 fuentes públicas y 500 privadas, abastecidas de sus viajes de agua, declarados por la UNESCO, en 2002, como monumento de herencia mundial a proteger18.
18 GUERRA CHAVARINO, E. (2006): «Los Viajes de Agua de Madrid», en Ana-les del Instituto de Estudios Madrileños, nº 46, pp. 419-466.
Esquema de un viaje de agua.
|GUERRA CHAVARINO, 2006. 41
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
Por densidad y variedad destacamos las galerías filtrantes de las zonas áridas y semiáridas de Andalucía, Murcia, Va-lencia y Cataluña, con más de 2500 unidades que, como en todos los lugares del mundo, pueden atravesar distintos am-bientes geográficos con variadas combinaciones de acuíferos drenados o captados que precisan diferentes obras y arqui-tecturas hidráulicas. Asimismo, la denominación para unas y otras obras es compleja según las zonas y las características, como ya hemos estudiado para el conjunto del Estado: cim-bras (Andalucía Oriental), minas y galerías (por toda la región geográfica), canalizos (en Baza), tajeas (en Guadix), fonts (en Valencia)…; y más variada aún es la tipología de sus arqui-tecturas y funcionalidades.
En la Andalucía Oriental, territorio del antiguo reino na-zarí de Granada, se encuentran todos los tipos de galerías estudiados para el conjunto del Estado19, cuyas característi-cas constructivas esquematizamos a continuación. De la misma forma, como bien patrimonial a proteger, es en esta región geográfica mediterránea donde no solo existen más estudios históricos y técnicos, sino también didácticos20.
19 SAÉNZ LORITE, M. (1977): El Valle del Andarax y Campo de Níjar, Sección de Geografía. Universidad de Granada. BERTRAND, M. y SÁNCHEZ VICIANA, J. R. (2009): «Canalizos y tajeas, dos sistemas de captación de agua mediante galerías subterráneas en las altiplani-cies granadinas. Andalucía Oriental», en Arqueología y Territorio Medieval. Nº 116, Jaén, pp. 151-178. 20 MUÑOZ, J. A. y RUIZ GARCÍA, A. (2002): Itinerario por Cabo de Junta de Anda-lucía. La cultura del agua como aproximación histórica y etnográfica. Consejería de Educación y Ciencia, Almería. En línea (c. 06-II-2012): <http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/web/Bloques_Tematicos/Publicacies_Divulgacion_Y_Noticias/Documentos_Tecnicos/Itinerario_Cabo_Gata/pdfs/cabodegata_1.pdf>. 42. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
5.
Boca de la Mina de Los Candes
(Aspe) Valencia
7.
Qanat del Progreso
(Losa del Obispo) Valencia
Algunas secciones de los túneles de galerías y minas del Sudeste de la Península Ibérica
|MODIFICADO DE HERMOSILLA PLA (2006).
1.
Qanat de la Tosca
(Relleu) Alicante
2.
Cimbra de Santa Fe
(Mondújar) Almería
3.
Fuente de Albucel
(Alahana) Murcia
4.
Fuente de Los Molinos
(de río Aguas) Almería
6.
Mina del Cequiot
(Alquería)
Alicante
8.
Mina de la Tejería
(Buñol) Valencia
Algunos tipos de galerías y minas del Sudeste de la Península Ibérica
|ELABORACIÓN PROPIA. Fuente de información: HERMOSILLA PLA (2008) y otros autores.
43
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
Izquierda: mina de agua en zona de aluvión (Arca del Agua, Guadalupe, Extrema-dura). Derecha: Mina de Can de Portell (Barcelona), excavada en roca.
Localización de galerías y minas de agua en la España peninsular y Baleares |ELABORACIÓN PROPIA. Fuente: IGM (2001) y Hermosilla Pla (2008).
44. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
5. GALERÍAS, PUQUIOS Y PICAS EN AMÉRICA Galerías de agua de todo tipo y tiempo las encontramos en América, tanto en el Sur de Estados Unidos (en tiempos re-cientes y con tecnología moderna) como, sobre todo, en México (unas antiguas y otras más recientes), más algunas en el área montañosa de los Andes desde el Sur de Perú al Nor-te de Chile. En Venezuela, de la mano de canarios emigran-tes, a mediados del siglo XX también se construyeron algu-nas galerías de agua. Los especialistas americanos las designan genéricamente galerías filtrantes; aunque llevan diferentes nombres locales. Así en México, zona de Tehuacán (Puebla), las conocen como galerías, pozerías…; en Parras (Coahuila), fuques; en Te-camachalto, picos. En el Sur de Perú (Nasca y alrededores), puquios. Y en el Norte de Chile (Azapa) las denominan picas. Son obras hidráulicas, similares a las estudiadas, que cap-tan aguas tanto de acuíferos colgados en montañas como de los subterráneos y subálveos de laderas y cursos fluviales, para cada uno de los cuales se necesitan túneles diferentes (unos sin obras de fábrica al perforarse en rocas y otros re-forzados con paredes de piedra y techos de lajas o de made-ras). Y llevan o no lumbreras, dependiendo de su longitud. Unas galerías se construyeron entre los siglos XVI y XVIII por colonizadores y misioneros españoles; otras en siglos más recientes; y algunas, como los puquios de Perú, son consideradas obras de las culturas precolombinas, aun-que este origen no está exento de polémica científica. Por último, la ingeniería hidráulica académica en Estados Unidos y México ha realizado varias obras de captación moderna en los subálveos como los tubos filtrantes para el abasto de poblaciones. 45
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
Localización de zonas de América con galerías de agua | ELABORACIÓN PROPIA, 2012. 5.1. Galerías filtrantes en México México es el territorio americano con mayor cantidad de galerías de agua. A poco de la Conquista, en el siglo XVI, frailes franciscanos construyeron las primeras en el valle de Tehuacán (México) para poner en producción aquellas fera-ces tierras (aunque se ha llegado a plantear si algunas de es-tas pudieron ser obra de las culturas indígenas). La técnica se extendió a regiones cercanas, sobre todo en el siglo XIX, cuando el crecimiento económico y agrícola demandó más agua.
En el Estado de Puebla existe la mayor densidad: en Tehuacán, más de 200; al Norte, entre Tepeaca y Acatzingo, 150; y en Tecamachalco, 139. En el Estado de Coahuila, en-46. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
tre los poblados de Parras y Viesca y otros lugares de Sur a Norte, estas galerías conocidas como fuques, en número aún indeterminado, riegan grandes espacios. De igual forma se extiende esta estrategia hidráulica por los Estados de Jalisco (Guadalajara), San Luis Potosí, Nuevo León (en Monterrey), México y otras zonas, desde la Baja California hasta el Sur por Oaxaca, o hacia el Poniente por Veracruz, donde hay decenas de ellas, con menor densidad que en Tehuacán.
La tipología y función son variadas: hay galerías de mon-taña de corta longitud sin lumbreras; también más largas con pozo madre y lumbreras tipo qanat; galerías y zanjas cortas en subálveos con o sin lumbreras; presas y tubos fil-trantes sumergidos… Los estudios realizados sobre éstas de México son varios, aunque no hay un censo general21.
21 Los principales trabajos para todo México son los de PALERM VIQUEIRA (2001 y 2002): <http://www.geocities.com/jacinta_palerm>. Otros recientes para determinadas zonas: TORRES RODRÍGUEZ (en prensa, 2012), MONTES HERNÁNDEZ et al. (2011).
Zonas de México con galerías de agua
|ELABORACIÓN PROPIA, 2012. Fuente: Jacinta Palerm Viqueira (2001 y 2002).
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I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
5.2. Galerías, puquios y picas: de Venezuela a Perú y Chile En regiones áridas y semiáridas de América del Sur también se perforaron galerías. Las más recientes quizás sean las que emigrantes canarios perforaron en Quibor (Estado de Lara) y en Coro (Estado de Falcón), según el modelo y la tecno-logía propios de Canarias. Pero las galerías más antiguas y singulares de toda América son las del Sur de Perú y el Nor-te de Chile (conocidas por picas), sobre todo las de los tres valles de Nasca (puquios), aunque por el territorio peruano hubo y hay otras galerías: por ejemplo, las de la ciudad de Lima, del siglo XVII, para abastecimiento de la población, similares a los qanats de Madrid. Además, tras la frontera, ya en Chile, en el valle de Azapa y en otras partes del Norte Grande, también se encuentran galerías de agua, e incluso más al Sur, en Huasco.
Los puquios22 de Nasca merecen atención especial aunque sea en síntesis. Katharina Schreiber y Josué Lancho (2006) reafirman su procedencia nasca, y tras un examen sobre unos cuarenta sistemas en tres ambientes geográficos adyacentes (Nasca, Taruga y Las Trancas), con los materiales arqueológi-cos de los diversos asentamientos preincanos allí establecidos, plantean que gracias a la irrigación de los puquios se pudo desarrollar aquella sorprendente cultura precolombina del pueblo nasca en un ambiente extremadamente seco, llano y feraz, convertido gracias a ello en vergel. Sitúan el principio de la construcción de los puquios hacia el año 500 d. C., aun-que reconocen que si los primeros fueron profundas zanjas de drenaje, tras la Conquista europea la influencia de tecno-logía hidrominera hispana pudo haberlos mejorado hasta el
22 Puquios = ‘manantial’ en la lengua quechua. La floreciente civilización nasca (autora de los famosos trazos en el terreno de las Líneas de Nasca y del arte textil y cerámico más fino y elaborado de los Andes), destacó entre el año 1 y 750 d. C. 48. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
siglo XX con el relleno de las zanjas, la construcción de las singulares lumbreras de ventilación y la perforación de túneles cimbrados y reforzados con obra de mampostería seca, como las galerías o minas de agua del Viejo Mundo. Pero este ori-gen ha venido siendo cuestionado, a partir de 1991, por los arqueólogos americanos Mónica Barnes y David Fleming, quienes plantean un origen hispano23. En la actualidad funcionan 36 puquios en los valles de Nasca, Taruga y Las Trancas, aunque pudo haber más de 40. Están excavados en zonas de aluviones-cascajos para captar las aguas subálveas ya que estamos ante cauces secos casi todo el año; unos son simples zanjas reforzadas con paredes de piedra; otros son galerías filtrantes con singulares lumbreras de ventilación llamadas ojos (amplias y en rampas helicoidales) que en su día fueron zanjas luego rellenadas; también hay galerías y socavones excavados con técnicas mineras (con ramales cor-tos denominados cangrejeras), y algunos de ellos combinan va-rias técnicas de construcción. Su longitud varía entre los 260 y 1800 m. Las galerías, en casi todo su trayecto, son estrechas (0,4 a 0,8 m de ancho por 0,7 a 1,2 m de alto), pueden estar hasta 10 m bajo la superficie; desalojan entre 10 y 50 l/s. de agua, que son conducidos a unos estanques reguladores de-nominados cocha, cuyos volúmenes están entre los 200 y 1200 m3. Las tres zonas irrigadas por puquios, donde se asentó la civilización nasca, suman hoy más de 1500 hectáreas.
23 SCHREIRBER, K. y LANCHO ROJAS, J. (2006): Aguas en el desierto. Los puquios de Nasca. Pontificia Universidad de Perú. Fondo Editorial. Lima. BARNES, M. y FLEMING, D. (1991): «Filtration-Gallery Irrigation in the Span-ish New World», en Latin American Antiquity 2: pp. 48-68. ÍDEM (2002): «Acerca de la fecha de origen de los puquios de Nazca», en Tu-rismo y Patrimonio, nº 1 (enero), Universidad de San Martín de Porres, Lima, Perú, pp. 109-129. 49
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
Tres perspectivas de los puquios de Nasca: 1. Panorámica lateral de los ojos; 2. Zanjas de drenaje y conducción del agua; y 3. Vista aérea de los ojos en rampa de caracol.
|WIKIPEDIA.ORG.
Mapa de Nasca, con su red hidráulica y zonas irrigadas actualmente por 36 puquios |ELABORACIÓN PROPIA, 2012. Fuente: Schreiber y Lancho (2006).
Terrenos regados por puquios
Cauces secos de flujo subálveo 50. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
6. CANARIAS: GALERÍAS FILTRANTES Y POZOS Las Islas Canarias están formadas por siete islas mayores (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Go-mera, La Palma y El Hierro), cuatro menores (La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara y Lobos) y varios islotes o ro-ques, que suman una superficie de 7446,62 km2. Se hallan en el Atlántico Medio, entre los paralelos 27º y 30º Norte, cerca del trópico de Cáncer, y entre los 13º y 19º Oeste. Pertene-cen, a su vez, a la región biogeográfica de la Macaronesia, junto con las islas Salvajes, Madeira, Azores y Cabo Verde. Su antigüedad volcánica está comprendida entre los treinta millones de años de las islas orientales y un millón de la más occidental. La conforman estratos de diferente com-posición geológica, profundamente excavados por la erosión de largos períodos de inactividad ígnea, lo que determina un paisaje de montañas, acantilados, valles y paquetes aluviales que, a su vez, propician acuíferos diferentes. El viento alisio del NE suaviza las temperaturas y las montañas detienen su humedad en zonas de medianías, a excepción de las islas lla-nas. Por ello se presentan cuatro islas occidentales húmedas (La Palma, El Hierro, La Gomera y Tenerife), una en posi-ción más central y de ambiente montañoso con barlovento húmedo (Gran Canaria), y las dos orientales (Lanzarote, Fuerteventura e islotes) llanas y secas. Hasta principios del siglo XIX casi todas las galerías fil-trantes, denominadas minas, captaban aguas subálveas y al-gunas de los acuíferos colgados en montañas, que también tenían esa misma denominación, empleada por los portu-gueses. Pero según avanzó el siglo XIX hubo que realizar más galerías filtrantes, en roca incluso, desde el interior de los pozos a las que, para distinguirlas de las minas trazadas en los subálveos de los barrancos, se denominó galerías. 51
I. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS: ESTRATEGIAS HIDRÁULICAS MILENARIAS
La mina de agua, un estrecho túnel (0,35-0,60 m de ancho por 0,80-1,20 m de alto) entibado, con paredes y techo de piedras, que busca aguas subálveas en la capa de aluviones del cauce de los barrancos, es el objeto principal de este es-tudio, frente a la galería de agua, otro túnel, pero diferente, más amplio y largo, que se perfora en la roca, casi siempre sin entibar y sin lumbreras de ventilación. Casi todas las mi-nas se localizan en Gran Canaria, mientras que las galerías se hallan especialmente en las islas occidentales (sobre todo en Tenerife y La Palma), más húmedas y con ricos acuíferos en el interior de sus altas montañas. Las minas equivalen a las cimbras, zanjas y otras galerías drenantes de aguas subálveas en el mundo; mientras que las galerías se corresponden con las estudiadas minas de agua de montañas en la Península Ibérica y zonas del Mediterráneo. Pero son los pozos los que representan la estrategia de cap-tación de aguas ocultas más extendida en Canarias, desde el interior de los cuales ha sido común el trazado de galerías filtrantes tanto en los subálveos como en zonas rocosas. Cuadro I Pozos, galerías y minas de agua en Canarias, 2012 ISLAS POZOS Y SONDEOS GALERÍAS Y POZO-GALERÍA MINAS
Fuerteventura
985
0
0
Lanzarote
115
8
0
Gran Canaria
2318
339
106
Tenerife
395
1055
¿1-2?
La Palma
80
162
0
La Gomera
82
5
0
El Hierro
24
6
0 TOTAL 3999 1575 ¿108?*
FUENTE: Consejos Insulares de cada isla.
(*) Datos de nuestro estudio, 2013. 52. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Localización de las Islas Canarias en el Atlántico Medio,
en la región de Macaronesia, y detalles de su composición como archipiélago
|ELABORACIÓN PROPIA, 2012.
53
II. (1ª Parte) INTRODUCCIÓN EN CANARIAS Y TRANSFERENCIA AL NUEVO MUNDO
II INTRODUCCIÓN EN CANARIAS Y TRANSFERENCIA AL NUEVO MUNDO Cuando los primeros conquistadores europeos llegaron a Canarias, a lo largo del siglo XV, observaron que los cana-rios desarrollaban sencillas estrategias de captación de las aguas en los cauces de los barrancos. En unos casos las co-rrientes de aguas superficiales se derivaban hacia las huertas mediante una red de simples azudes y acequias de conduc-ción, e incluso regulaban el riego con albercones. En otros casos, en las zonas más áridas, el agua de las escorrentías se desviaba hacia las terrazas de cultivo para inundarlas por el sistema de las gavias o se captaba el agua subálvea de los ba-rrancos a través de prospecciones en forma de hoyos cono-cidos como eres. La naturaleza semántica de los eres está relacionada con el término beréber iris, pozo u hoyo hecho en la arena para captar agua de reservas subálveas. Parece claro, pues, que desde las sociedades protohistóricas del Noroeste de África, entre otros elementos humanos, culturales y tecnológicos, se traspasó a Canarias la técnica hidráulica de las gavias y los eres, mantenidas las primeras hasta la actualidad sobre todo en Lanzarote y Fuerteventura, además de hallarse en la to-ponimia de las otras islas. 54. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Es posible que los eres dieran paso a la construcción de pozos de poca profundidad y de minas sencillas, lo que si bien no consta en las fuentes etnohistóricas, se está plante-ando desde la ciencia arqueológica. Además, es lógico pen-sar que la sociedad aborigen ingeniaba la extracción de agua de los eres para el regadío con la simple observación de la alineación piezométrica fijada por las leyes de la naturaleza, para conseguir así el líquido por propia gravedad a través de zanjas, sin necesidad de elevarla. 1. INTRODUCCIÓN EN CANARIAS, SIGLOS XV-XVI
Tras la Conquista, buena parte de los colonos que se esta-blecieron en Canarias eran portugueses y andaluces, cono-cedores de la ingeniería hidráulica musulmana desarrollada a lo largo de siglos en al-Andalus, y que debieron transferir de forma anónima a estas islas. En aquellos primeros años, en-tre finales del siglo XV y principios del XVI, tras el reparti-miento de tierras y aguas por los gobernadores, la nueva economía canaria se orientó hacia el monocultivo azucarero. Se necesitaron profesionales (albañiles, carpinteros y "maes-tres de sacar agua") para ejecutar la infraestructura hidráulica que exigía el regadío de la cañadulce, que fueron traídos de la Península Ibérica y, sobre todo, de Madeira1.
A tal efecto se ejecutaron obras de fábrica, para captar las aguas superficiales y subterráneas, como acequias, cana-les, cantoneras, tanques, albercas, pozos domésticos y mi-nas2. También se construyeron otros ingenios, tanto para
1 FERNÁNDEZ ARMESTO, F. (1997): Las Islas Canarias después de la conquista. La creación de una sociedad colonial a principios del siglo XVI. Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria. Cap. V. «Las aguas de riego», pp. 153-179. Las Pal-mas de Gran Canaria. 2 AZNAR VALLEJO, E. (1983): La Integración de las Islas Canarias en la Corona de Castilla (1478-1526). S. P. Universidad de La Laguna. Madrid. 55
II. (1ª Parte) INTRODUCCIÓN EN CANARIAS Y TRANSFERENCIA AL NUEVO MUNDO
elevar el agua (norias y tornillos) como para aprovechar su energía en los saltos (molinos de agua y batanes). Pero pron-to surgió la competencia azucarera en las tierras conquista-das de América y los nuevos ingenios americanos termina-ron, a finales del siglo XVI, por arruinar la economía azuca-rera canaria, absorbiendo mano de obra especializada y tec-nología hidráulica.
La transferencia de tecnología agronómica e hidráulica de los reinos hispanos al Nuevo Mundo es un hecho evi-dente, aunque las civilizaciones preexistentes en aquellas tie-rras también habían desarrollado una interesante tecnología propia que los colonizadores asumieron, adaptaron o mejo-raron con la centenaria experiencia tanto de las culturas clásicas mediterráneas como de las medievales islámicas3.
Canarias, punto de escala obligada de las rutas marítimas y contribuyente continua de personas al Nuevo Mundo, rea-liza hasta avanzado el siglo XVIII una constante aportación de personal especializado a los ingenios azucareros america-nos y a las obras hidráulicas por regiones de las Antillas y el Golfo de México4.
3 VV.AA. (1992): Obras hidráulicas prehispánicas y coloniales en América. Vols. I y II. Instituto de la Ingeniería de España. Madrid. IGLESIA GÓMEZ, L. (1999): La transferencia de tecnología agronómica de España a América de 1492 a 1589. Tesis doctoral, inédita. Universidad Politécnica de Madrid. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos. BARNES, M. y FLEMING, D. (1991): «Filtration-Gallery Irrigation in the Spanish New World». En Latín American Antiquity 2, pp. 48-68. DÍAZ MARTA M. y GARCÍA DIEGO, J. A. (1990): «Las obras hidráulicas es-pañolas y su relación con América», en Llull, vol. 13, pp. 57-59. 4 LOBO CABRERA, M. (1990): Gran Canaria e Indias durante los Primeros Austria. Documentos para su historia. Madrid. MORALES PADRÓN, F. (1951): «Colonos canarios en Indias». En Anuario de Estudios Americanos, nº 26, Tomo VIII, p. 400. Sevilla. 56. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Mapa actual de México y Sur de Estados Unidos. Localización de San Antonio de Texas y poblados de Santo Domingo de Hoyos (Hidalgo) y Morelos (Coahulia), donde se implantaron sistemas hidráulicos canarios.
Trayecto realizado por los canarios desde Veracruz a San Antonio (1730-1731) |ELABORACIÓN PROPIA. Fuente: CURBELO, 1986.
Croquis de situación de los prime-ros asentamientos en San Antonio de Béjar (1718-1731). Y red de acequias madre del siglo XVIII y posterior: 1. Upper Labor Acequia (Acequia Alta). 2. Acequia Madre de San Pedro (Acequia principal de la villa, que irrigaba los terrenos de los canarios). 3. Acequia Madre del Álamo. 4. Acequia de La Concepción. 5. Acequia de San José. 6. Acequia de San Juan. 7. Acequia de La Espada. |ELABORACIÓN PROPIA. Fuente: GLICK, 1979; CURBELO FUENTES, 1986; y GONZÁLEZ CLAVERÁN, 1987. 57
II. (1ª Parte) INTRODUCCIÓN EN CANARIAS Y TRANSFERENCIA AL NUEVO MUNDO
2. UN EJEMPLO DE TÉCNICAS HIDRÁULICAS CANARIAS EN AMÉRICA: SAN ANTONIO, COAHULIA, MORELOS…
Un ejemplo de transferencia de tecnología específica canaria
en la captación, distribución y gestión del agua es el complejo
hidráulico llevado a cabo en San Antonio de Texas (EE.UU.),
con elementos transferidos a poblados de Cohualia (México) en el siglo XVIII. San Antonio de Texas fue fundada en 1731 por un grupo de 16 familias canarias5.
Entre estos colonos canarios se hallaba un especialista en obras hidráulicas: el joven Antonio Rodríguez Mederos, que
había aprendido el oficio en su pueblo, Tenoya (Gran Cana-ria).
Este aplicó la experiencia canaria para trazar la nueva red de regadío desde el arroyo de San Pedro hacia las tierras asig-nadas a los canarios, con tal éxito que fue contratado para trazar la red de acequias desde el río San Antonio por las tie-rras
de la Misión de Concepción, entre otras.
5 Fue una iniciativa colonizadora de las autoridades españolas, que costearon el viaje. Estas familias, de medio centenar de miembros, desembarcaron en Veracruz en junio de 1730; avanzaron en caravana escoltada militarmente hacia Texas y, tras ocho meses de penalidades y peligros por territorio indio,
el 9 de marzo de 1731 llegaron al Real Presidio de San Antonio de Béjar, donde pusieron la primera piedra de la población civil con el nombre de San Fernan-do de Béjar. El núcleo inicial se ubicó junto al río San Antonio y el arroyo de San Pedro, justo al lado del puesto militar y a unos 500 m de la misión fran-ciscana de San Antonio de Valero, conocida luego como El Álamo. Se repar-tieron las tierras y luego las trabajaron e irrigaron con técnicas hidráulicas isleñas. Además, organizaron administrativamente la villa haciendo valer sus privilegios pues habían obtenido el título de nobleza por aceptar el proyecto. En 1772 San Antonio se convirtió en la capital de Texas. Ver: CURBELO FUENTES, A. (1986): Fundación de San Antonio de Texas. Canarias, la gran deuda Americana. Real Sociedad Económica de Amigos del País. Las Palmas de Gran Canaria. GONZÁLEZ CLAVERÁN, V. (1987): «Una migración canaria a Texas en el siglo XVIII», en Historia Mexicana, XXXVII, 2, pp. 153-204. CURBELO FUENTES, A. (2011): Asentamientos canarios en EE.UU. Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, pp. 137-141. BALBUENA CASTELLANO, J. M. (2007): La odisea de los canarios en Texas y Luisiana. Anroart Ediciones. Las Palmas de Gran Canaria.
58. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
La llegada de los canarios a este lugar coincidió con la de
cuatro misiones más que se establecieron río abajo, en una
longitud de unos 10 km aproximadamente. La experiencia isleña en tecnología agrícola e hidráulica debió ser funda-mental
para el desarrollo agropecuario de la nueva villa y sus
misiones. Destacó el empleo de la piedra y el mortero de cal hidráulica, que debió ser la conocida en Canarias como mez-cla
real (cal con cierta proporción de arcilla, cuya dureza al
contacto con el agua asombraba a los indios)6; la excavación de profundas zanjas de captación y drenaje propias de las
minas de agua y de las madres de los barrancos de Gran Ca-naria
(con sus refuerzos de muros de piedra impermeabili-zados
donde procedía); la nivelación precisa de las acequias
madres, las cantoneras de distribución…; así como la ges-tión
y distribución del agua a través de las dulas, técnicas que
luego se expandieron hacia el Suroeste de la región, a más de 200 km de San Antonio, en poblados de Coahulia (Méxi-co),
Santo Domingo de Hoyos (hoy Hidalgo) y Morelos.
Por tanto, la primigenia red de acequias de San Antonio de Texas y su sistema de captación-gestión-distribución de
las aguas, a través de zanjas, acequias madre, acequias, dulas, can-toneras,
secuestros para el cabildo de la villa… fueron funda-mentales
para el crecimiento de la zona, a lo largo de 200 años. Se componía de siete acequias madre con una longitud total de más de 15 km. Cada una de ellas llevaba un compli-cado
sistema de zanjas, estanques-presas de almacenamien-to,
cauces de alivio, puertas de control, canales de obra de
fábrica, acequias de distribución…
Este legado hidraúlico ha sido estudiado desde 1972 por
Thomas Glick y otros historiadores americanos, que reco-
6 Sobre la cal canaria, su hidraulicidad y el aglomerante de la mezcla real ver nota 2, cap. IV, de la pág. 115.
59
II. (1ª Parte) INTRODUCCIÓN EN CANARIAS Y TRANSFERENCIA AL NUEVO MUNDO
nocen la labor de aquellos isleños que debieron asombrarse en 1731 cuando entraron en la tierra prometida del río de
San Antonio, de abundantes aguas y fértiles llanos, frente a
la escasez de tierra y agua que habían dejado para siempre
en sus islas. Y como ellos monopolizaron los puestos del
cabildo de San Antonio a lo largo de una generación, impu-sieron
leyes consuetudinarias canarias con respecto a la ges-tión-
distribución y propiedad de las aguas; más cuando, a
partir de 1790, se construye la Upper Labor Acequia (Acequia
de Labores de Arriba, en Canarias Acequia Alta) y se seculari-zan
las misiones, cuyas aguas quedaron bajo la jurisdicción municipal. Por tanto, la cultura canaria del agua se había
consolidado en la ciudad. Tras la independencia de España,
y a lo largo de las décadas de 1820 y 1830, el consejo muni-cipal
continuó incluyendo en sus ordenanzas y deliberacio-nes
procedimientos y preceptos de la gestión del agua que
antes no habían sido formalizados y que ya estaban consoli-dados
en la zona de riego de los descendientes canarios
(Acequia de San Pedro). En definitiva, se había realizado un proceso de codificación de la legislación de riegos implanta-da
por los canarios desde el siglo XVIII tanto en San Anto-nio
como en todo el estado mejicano de Coahulia-Texas7.
7 GLICK, T. F. (1972): «The Old World Background of The Irrigation System of San Antonio, Texas», en Southwestern Studies Monograph, nº 25. The Univer-sity of Texas at El Paso. Texas Western Press, pp. 43-44. Versión en castella-no por Manuel Díaz-Marta, en la revista CAUCE 2000, nº 15. Colegio de Ingenieros, Caminos, Canales y Puertos, Madrid, 1988; y en Obras hidráulicas prehispánicas y coloniales en América. Vol. I. Instituto de la Ingeniería de España. Madrid, 1992, pp. 225-264. También en Diario de Las Palmas, 18 de marzo de 1988, p. 24; y El Día, 20 de abril de 1988. Ver en XVI Coloquio de Historia Americana, 2004 (2006): ALMARX, F. D.: «La presencia canaria en San Antonio de Texas», pp. 574-580. SÁNCHEZ, J.: «Un ensayo historiográfico: los isleños canarios y la historia temprana de San An-tonio de Texas», pp. 582-589.60. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
Croquis antiguo de la Acequia Madre de El Álamo. San Antonio de Texas
|BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE EEUU. DIVISIÓN DE GRABADOS Y FOTOGRAFÍAS. SECCIÓN: HISTORIC AMERICAN ENGINEERING RECORD (HAER).
Imagen de mediados del siglo pa-sado de un tramo de la Acequia Madre de la Misión de San Francisco
de La Espada, construida en la década de 1731-1740 y que aún se
conserva.
Las paredes de estas acequias, hechas con una mampostería ordi-naria propia de Canarias, asombra-ron a los indios por su dureza y
perennidad, que no era otra que la hidraulicidad del tipo de mortero
empleado: la mezcla real
|BIBLIOTECA DEL CONGRESO EEUU.
SECCIÓN: HAER.
61
II. (1ª Parte) INTRODUCCIÓN EN CANARIAS Y TRANSFERENCIA AL NUEVO MUNDO
3. OTROS LEGADOS POR LAS ANTILLAS
Por el área de las Antillas se transfirieron desde Canarias, en los primeros decenios de la colonización hispana, no solo maestros azucareros, sino también de aguas para la puesta en marcha de los ingenios, como ya dijimos. En tierras ve-nezolanas, al menos desde el siglo XVIII, se constata la pre-sencia de tecnología canaria para la construcción de acequias y canalizaciones de maderas sostenidas por vigas (esteos). Y para uso doméstico generalizado se exportan desde las Islas pilas o destiladeras de agua, labradas en canteras de arenis-cas marinas segmentadas, en depósitos eólicos compactados y en otros materiales aptos para la filtración de aguas, lo que generó un comercio con Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela… a lo largo de los siglos, aprove-chando el tráfico y las conexiones marítimas8.
Una transferencia tecnológica más reciente es la que lle-van a Venezuela canarios de la generación de la oleada mi-gratoria, clandestina en la mayor parte de los casos, de me-diados de los años cuarenta a principios de los cincuenta del siglo pasado. Por ahora se ha localizado la construcción de obras hidráulicas de captación de aguas subterráneas (pozos y galerías), así como redes de canalizaciones y trasvases de aguas de unas zonas húmedas a otras secas, por la península de Paraguaná, en la costa Norte, área de Coro (Estado de Falcón), y poco más al Sur de esta zona, entre los llanos y
8 HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, M. (2000): «Los artesanos canarios en la Vene-zuela colonial: los constructores de acequias». En revista El Pajar, nº 7, pp. 47-49. La Orotava (Tenerife). ÍDEM (2001): «Las labores canarias de piedra en América». En revista El Pajar, nº 9, pp. 133-137. La Orotava (Tenerife). ÍDEM (2005): La artesanía canaria en América. Libros de Pinolere, Santa Cruz de Tenerife, pp. 53-58 («Las destiladeras»), pp. 79-86 («Las construcciones de acequias. La carpintería y la introducción del regadío en el valle de Cara-cas») y pp. 87-90 («San Antonio de Texas»).62. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
las primeras estribaciones de la cordillera de Mérida, concre-tamente en Quíbor (Estado de Lara), según información personal del profesor canario americanista Manuel Hernán-dez González (2012), conocedor in situ de los proyectos. Al-gunas de estas iniciativas las recoge en un artículo de opi-nión Andrés García Montes para el caso concreto de los ca-narios establecidos en la depresión de Quíbor, en alusión a uno de los emprendedores, José Rodríguez León, emigrante canario que llegó a Venezuela en 1944, del que cuenta: «(…) Se empeñó en conseguir agua del subsuelo y lo logró; se empeñó en acabar con la esterilidad de la tierra y también lo consiguió; todo esto con la intención de cultivar comer-cialmente dos y tres frutos; y obtuvo una alta productividad. La proeza de este hombre abrió nuevos horizontes a la de-presión de Quíbor y a la Ciudad de ese nombre; se llenó el campo de parcelas irrigadas y abonadas por multitud de agricultores que siguieron su ejemplo y copiaron los proce-dimientos ideados por él (…). Ese fue el inmigrante canario José Rodríguez León, ini-ciador de felices experiencias que desde 1960 han elevado la zona a un lugar privilegiado en la producción agroalimenta-ria nacional (…).
Exploró diversos parajes hasta encontrar los vestigios de un surco que le pareció sería el lecho de un río desapareci-do, cuyas aguas podrían localizarse en el subsuelo (…). Co-menzó a perforar con procedimientos rudimentarios, por ca-recer de recursos financieros para utilizar la tecnología dis-ponible en la región (…). En una primera oleada se alternaría el arribo de canarios procedentes de El Tocuyo y otros pun-tos del territorio nacional con nativos propietarios de tierras para seguir los pasos de José Rodríguez; luego vendrían otros criollos y más canarios procedentes del Archipiélago, llama-dos por familiares para que trabajaran con ellos. Hasta más de 63
II. (1ª Parte) INTRODUCCIÓN EN CANARIAS Y TRANSFERENCIA AL NUEVO MUNDO
tres mil isleños llegarían a estar dedicados al laboreo agrícola en la primera década»9. Aquellas iniciativas hidráulicas de los años cincuenta y sesenta promovidas por los canarios en Quíbor fueron en aumento hasta los años setenta, en los que trazaron obras de mayor complejidad para el trasvase de agua desde el río Ya-cambú hasta el otro lado de las montañas con el propósito de abastecer la capital del Estado de Lara, Barquisimeto, de-cisiones proyectadas desde 1974 a través de un túnel que aún no se ha terminado.
9 «La emigración y su trascendecia en la historia del pueblo canario», en Ame-ricanarias. Opinión. En línea (c. 17-II-2012): <http://elguanche.net/Articulos/emigracionytrascendenciaagm10.htm>.
Localización de los estados de Falcón y Lara, donde canarios de la última emigración implantaron sistemas hidráulicos de captación-conducción de aguas. |ELABORACIÓN PROPIA, 2012.
Estado de Falcón Estado de Lara 64. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
4. ¿TECNOLOGÍA CANARIA DE MINAS EN AMÉRICA?
De sobra es conocida la aportación que en materia agronó-mica e hidráulica hacen las misiones religiosas hispanas, so-bre todo franciscanas y jesuitas, por México, Perú y otras regiones americanas. Tenemos en Gran Canaria al menos una referencia precisa –pudiera haber alguna más– como punto de partida en materia hidráulica sobre minas de agua: la Mina de Balboa, trazada entre finales del siglo XVII y prin-cipios del XVIII, en Telde, en el valle de Casares, para el riego de la finca de estos religiosos, y que producía a princi-pios del siglo XX unas ocho azadas (80 l/s). En su boca se hallaba, labrado en piedra, el escudo de los jesuitas10. Pero, a pesar de todos estos indicios, por ahora, no dis-ponemos de fuentes directas y precisas sobre el traspaso ge-neralizado desde Canarias a las Indias de la técnica de cons-trucción de minas y galerías de agua. Teniendo en cuenta los casos concretos estudiados de perforación de galerías de agua en Venezuela, junto a los antecedentes históricos de la transferencia canaria al Nuevo Mundo de técnicas agronó-micas e hidráulicas, induce a pensar que sí pudiera haberse transmitido la tecnología minera para zanjas y minas de sub-álveos empleada en Canarias, desde los primeros años de la Colonización, para la captación de aguas ocultas en áreas de cascajos y aluviones de zonas áridas y semiáridas de Améri-ca. El tema queda planteado como hipótesis para futuros trabajos y nuevas aportaciones.
10 DÍAZ RODRÍGUEZ, J. M. (1989): Los molinos de agua en Gran Canaria. La Caja de Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, pp. 512, 563 y 617. ESCRIBANO GARRIDO, J. (1987): Los Jesuitas en Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, pp. 361-362. 65
III. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS EN CANARIAS...
III MINAS Y GALERÍAS EN CANARIAS. EVOLUCIÓN HISTÓRICA La técnica de captación de aguas subterráneas a través de minas (minados, minotes…) se generalizó desde los primeros años de la Colonización en la isla de Gran Canaria, con ma-yor desarrollo por el Este y Sureste. Durante tres siglos fue una técnica de captación de aguas subálveas en los cauces de las zonas semiáridas de esta isla y llevada a cabo por hereda-des, técnica que intentó llevarse, a mediados del siglo XIX, a Tenerife sin éxito. En el marco de las reformas liberales de dicho siglo, por un lado, se desarrolla la agricultura de autoconsumo y de exportación y, por otro, surgen nuevas leyes del agua de marco estatal que consolidan la iniciativa privada, tanto en cauces públicos como en terrenos privados; las viejas minas de agua se amplían y se generan otras formas de explotación en los acuíferos colgados a través de galerías ahora extensi-bles a todas las islas, sobre todo a Tenerife y La Palma; además, se produce la profundización de los viejos pozos y la perforación de otros con mejoras técnicas para la succión de las aguas (norias, molinos y motores con nuevas bombas hidráulicas) que roban los caudales de las viejas minas. Con ello nació un nuevo mercado del agua y nuevas formas de propiedad, gestión y captación de las aguas subterráneas con muchos conflictos sociales y judiciales. 66. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
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1. DE LA COLONIZACIÓN AL FIN DEL ANTIGUO RÉGIMEN: (SIGLOS XV-XIX) La Conquista de Canarias se llevó a cabo a lo largo del siglo XV, bajo el estandarte de la Corona de Castilla y León; pri-mero, en un marco jurídico señorial que afectó a Lanzarote, Fuerteventura, El Hierro y La Gomera (islas de señorío feu-dal); y, luego, bajo la autoridad directa de la Corona, delega-da en sus gobernadores, como un empresa mercantil avalada por socios financieros y militares, en las islas económica-mente más ricas, pobladas y difíciles de conquistar: Gran Canaria, Tenerife y La Palma (islas de realengo). Las islas realengas quedaron anexionadas a la Corona de Castilla no sin antes haberse desarrollado cruentas guerras insulares con las consiguientes muertes, esclavitudes y ani-quilamiento de la sociedad indígena, que fue de inmediato desposeída de sus riquezas (ganados, tierras y aguas). Se im-puso un nuevo orden político, social y económico y gran parte de las riquezas insulares (se dejaron espacios comuna-les y realengos) fueron repartidas entre los conquistadores y financieros de la empresa militar en proporción a su partici-pación en las guerras insulares.
En Canarias, tanto los dueños en las cuatro islas de se-ñorío (a lo que se une otro señorío, el obispal de Agüimes en Gran Canaria) como la Corona de Castilla-León en sus tres islas de realengo, ceden la explotación de los recursos naturales a diversos agentes: militares, financieros, colonos, instituciones… Sobre todo en las islas realengas, las aguas superficiales o manantes en su caso fueron adscritas a la tie-rra en la proporción que necesitaban sus cultivos, orientados obligatoriamente en las zonas bajas a la cañadulce para la industria azucarera y prioritariamente en otras áreas anexas para el autoconsumo, en el marco de una nueva economía 67
III. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS EN CANARIAS...
de mercado de ámbito internacional específica para las Islas. En la medida en que los cultivos de caña de azúcar, y los de autoconsumo en proporción al crecimiento continuado de la población, se iban expandiendo se necesitó más agua para su regadío y también para los ganados y el servicio domésti-co. Hubo islas y lugares concretos de estas donde las aguas superficiales iban escaseando cada vez más desde los prime-ros decenios de la Colonización, por lo que se buscaron de-bajo de la tierra. En los poblados se perforaron los primeros pozos con sus artilugios de elevación: sogas, roldanas, no-rias… En las áreas de cultivo de cañadulce de Gran Canaria, isla donde inicialmente se acomete el cambio económico, fue donde surgió en primer lugar tal demanda de agua. Al comienzo la sociedad colonizadora se había valido tanto de las terrazas que cultivaban los indígenas como de su infraestructura hidráulica de captaciones de aguas super-ficiales, además de sus redes de acequias y albercones de re-gulación. Esas primeras tierras de cultivo y espacios anexos, repartidos por los gobernadores, se situaban casi todos en los planos bajos, a la altura de los barrancos, cuyos cauces o álveos estaban aparentemente secos estacionalmente pero saturados de aguas subálveas. Es aquí donde tempranamen-te, quizás a principios del siglo XVI (primero con obras de fábrica para zanjas, azudes o desviaciones, las madres, o en su caso cuando se necesitó alumbrar las aguas del subálveo de los barrancos), hubo que emplear la milenaria técnica de la mina de agua, difundida desde al-Andalus, y que es el princi-pio de esta historia del agua. 68. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
1.1. Propiedad y gestión de las minas hasta el siglo XIX Los repartimientos de tierras-aguas tienen lugar en las islas de realengo entre finales del siglo XV y principios del XVI, aunque con posterioridad continúa tal proceso privatizador. Las aguas manantes o superficiales que discurrían desde el interior de cada isla hasta los planos costeros quedaron ads-critas como binomio a los lotes de tierras repartidas bien como aprovechamientos individuales o bien comunales, y algunas fueron concedidas por los reyes como bienes de propios a los cabildos, como el caso de las aguas de la Mina de Tejeda.
El tema es complejo e intentaremos resumirlo siempre con el foco puesto en las minas de agua1. El agua repartida lleva un volumen proporcional a la superficie de tierra co-rrespondiente, como decíamos, quedando la sobrante aguas abajo como propiedad pública o para los regantes de otras tierras repartidas en niveles bajos, para cuyo gobierno se creó un marco jurídico específico, el de los heredamientos de tierras-agua con un juez y administrador, el alcalde de aguas, un sistema de acequieros repartidores y una tecnología pro-pia de medida y distribución por las acequias.
Los heredamientos se encargaron de llevar a cabo todas las obras hidráulicas de captación de las aguas, bien desde los manantiales o bien a través de azudes y zanjas (las madres) y de minas de agua en los álveos de los barrancos, todo ello afrontado mancomunadamente entre los partícipes o adula-dos. Al aumentar la estudiada demanda de agua se necesita-ron más obras de captación que solo podían afrontarlas
1 Ver amplia y precisa información, referida a la historia del agua en Canarias, en el ensayo de Antonio M. MACÍAS HERNÁNDEZ (2000) «De Jardín de las Hespérides a Islas Sedientas. Por una historia del agua en Canarias, C. 1400-1990», en El Agua en la Historia de España. Edit. B. López y Melgarejo M. Universidad de Alicante. Salamanca, pp. 169-271. 69
III. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS EN CANARIAS...
quienes tenían dinero, y para asegurar el capital invertido consiguieron negociar con los cabildos el agua separada de la tierra, permitiendo tales inversiones a quienes no tenían tierra asignada o tanta proporción de ella en relación al dine-ro invertido. Esto permitió hacer nuevas obras en los cauces públicos usurpando derechos preexistentes, buena parte de ellas zanjas y minas de agua. Hacia 1520 casi todos los heredamientos ya solo eran de aguas susceptibles de regadío o de mercado; o sea, de una primigenia propiedad comunal del agua dentro de los mis-mos se había pasado a una mayor proporción de propiedad privada que cada vez se irá fraccionando por ventas y transmisiones hereditarias. Poco después iba a arruinarse la producción azucarera canaria y se destinaría más agua para regar cereales y policultivo intensivo, preferentemente millo y papas traídos de América; todo ello junto al nuevo ciclo ex-portador de los viñedos, que no precisaban de riego salvo al-gunas variedades, pero que constituían ahora la principal ri-queza agroindustrial canaria, base del nuevo crecimiento económico y demográfico.
Y así fue como, desde la segunda mitad del siglo XVII y en todo el XVIII, se afianza el autoconsumo de productos agropecuarios, en el que las zonas agrícolas de Gran Canaria juegan un papel fundamental para abastecer a las vitícolas receptoras de los capitales extranjeros de la venta de vinos. Para ello, aumentan zonas de riego con nuevas obras hidráu-licas (zanjas-madres, minas, acequias y albercones), sobre to-do en los planos costeros del Este y Suroeste, más secos, so-leados y muy productivos de toda variedad agrícola; y tam-bién en algunas de las plataformas litorales del Norte. Mu-chas de estas nuevas obras hidráulicas, especialmente el tra-zado de minas en los cauces de los barrancos, de propiedad 70. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
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realenga y sin derechos preexistentes de heredamientos o de agentes individuales, ya precisan de la correspondiente li-cencia del Cabildo, para la que había que demostrar la utili-dad pública de la obra; aunque tales solicitudes siempre las hacían gentes ricas y con poder político o militar. Entre otros, tres ejemplos de solicitudes al Cabildo grancanario de personas importantes para minar barrancos por iniciativa privada podemos verlos por el Norte (Guía-Gáldar): la que hizo, en 1749, el capitán de milicias Esteban Ruiz de Quesa-da con la Mina de Lomo de Guillén2; por el Sureste, con litigio incluido, en El Carrizal (Ingenio), la del coronel Rocha en 1777, para la Mina de El Carrizal; o más al Sur, en el Barran-co de Tirajana, en 1743, la del regidor y alférez mayor de la isla, el coronel Fernando Bruno del Castillo (luego Conde de la Vega Grande)3, para la Mina de la Heredad de Sardina y Al-dea Blanca.
Por tanto, entre la segunda mitad del siglo XVIII y prin-cipios del XIX se producen más «minamientos» de los ba-rrancos, ahora por nuevos agentes al margen de los prime-ros heredamientos; o, en su caso, estos asumen la construcción de nuevas minas. Además, políticos y personalidades ilus-tradas de esta época hacen referencia a la necesidad de tra-zar nuevas minas de agua para el desarrollo agrícola de la zona árida insular. Tal es el caso del corregidor Eguiluz, quien, en junio de 1785, se recorre las tierras realengas del Sur y Suroeste de Gran Canaria para informar sobre un pro-yectado plan oficial de repoblación de estos valles. Esta au-toridad real, presidente del poder civil o Cabildo, reitera en
2 QUINTANA DE ANDRÉS, P. C. (2006): Una mirada al pasado. El término de Guía en Gran Canaria (1600-1750). Ayuntamiento de Guía. Gobierno de Canarias, pp. 286-302. 3 SUÁREZ GRIMÓN, V. y QUINTANA DE ANDRÉS, P. C. (2003): Historia de la Villa de Agüimes (1486-1850). Ayuntamiento de Agüimes, p. 555. 71
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sus conclusiones, la necesidad de «minamientos de los ba-rrancos» visitados como única solución para dotar estos va-lles de los necesarios recursos hídricos para la promoción de aquel proyecto que pronto quedaría paralizado. En 1799, el Fiscal de la Real Audiencia, José María de Zuaznavar y Francia, se propone descongelarlo y, en su informe final de 28 de mayo de 1804, determina la necesidad de que el pro-yecto contenga seis puntos básicos. El último de ellos dice «proponer fondos para abrir minas, construir acequias y fa-bricar edificios» en los barrancos de Tasarte, Veneguera y Mogán, donde se proyectaba la repoblación4. Zuaznavar co-nocía muy bien esta técnica hidráulica y sus antecedentes históricos, lo que reflejó en su síntesis histórica de las Islas de 1816, al señalar que los primeros colonizadores ya habían emprendido «la grande obra de abrir minas, formar acequias, distribuir en ellas para el riego las aguas que antes corrían al mar (...)»5.
Por otro lado, es tiempo de muchos conflictos y pleitos entre los viejos heredamientos y los regantes de tierras por las que pasaban las aguas que no eran suyas, en virtud de los derechos adquiridos en los primeros decenios de la Coloni-zación. Los que carecían de agua alegaban que la gruesa de la misma de los heredamientos superaba la capacidad de riego de las superficies y que, por tanto, lo sobrante era público y no les correspondía, tal como se estipulaba en los reparti-mientos; y que por todo esto podían disfrutarlo. O sea, «los propietarios de tierras de secano denunciaban la usurpación
4 ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL (Madrid). Sección de Consejos Suprimi-dos. Legajo 4061, nº 13. Sobre este proyecto de repoblación ver BÉTHEN-COURT MASSIEU (1981).
5 ZUAZNAVAR Y FRANCIA, J. M. [(1816) 1946]: Compendio de la historia de Canarias... Madrid. Reedición de 1946 por El Museo Canario, Signt. III-D-19.72. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
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de las aguas comunes por parte de los adulados de los here-damientos, pero ambos rivalizaron por la privatización de los aprovechamientos de estas aguas»6. Estos conflictos se suceden a lo largo de este período y se acentúan entre fina-les del siglo XIX y principios del XX, en el marco jurídico liberal, como veremos más adelante. El proceso de privatización y de gestión de las aguas a lo largo de la historia de Canarias ha sido muy largo, complejo y cargado de conflictos constantes. En muchos casos, las aguas pluviales o las manantes que discurrían por los ba-rrancos de muchos pueblos del interior pertenecían a las heredades de la costa, en poder de la oligarquía insular. Fal-tos de este vital recurso, los habitantes de cumbres y me-dianías originaron centenarios pleitos y amotinamientos continuos.
Muchos son los ejemplos, de los que señalamos dos ca-sos en polos insulares opuestos, por donde sale y se pone el sol en esta isla, respectivamente: al naciente los agricultores de Tirajana, cuyas aguas barranco abajo se iban para el here-damiento de Sardina y Aldea Blanca (ya desvinculadas de la tierra); y al poniente los de Tejeda-Artenara, que veían fluir el agua para el heredamiento de La Aldea (donde la tierra aún permanecía vinculada al preciado líquido). En ambos casos las aguas que arriba usurpaban para sobrevivir, abajo cada vez más escaseaban en superficie; sin embargo, se va-lieron de la estrategia generalizada de varias minas. Se dieron muchos pleitos más, como decíamos, sobre todo en zona de minas como Telde, Ingenio y Agüimes, pero no queremos dejar atrás el mantenido a lo largo de 27 años por los jesui-tas, propietarios de la Mina de Balboa, en Telde, con la here-
6 Ob. cit. de MACÍAS HERNÁNDEZ (2000: 200). 73
III. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS EN CANARIAS...
dad de una mina más antigua, situada aguas abajo del Ba-rranco Real, por denuncias de esta dado el caudal de agua que le restaba; aunque, definitivamente, la Real Audiencia falló, en 1750, a favor de los derechos de la Compañía de Jesús7.
Es evidente que, alegando defensa de lo público y comu-nal, el deseo de todos era la privatización tanto de tierras como de aguas8. De esta forma, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, sobre todo Gran Canaria sufrió un fuerte proceso privatizador, fuera legal o fuera clandestino, auspiciado por las políticas ilustradas y liberales anteriores y posteriores a 1836. En definitiva: las minas de agua, en las zonas semiáridas de Gran Canaria, representan las primeras estrategias de captación de aguas subterráneas de Canarias para riego (frente a los pozos para abasto doméstico después de la Conquista), no exentas de litigios en torno a la complicada naturaleza jurídica de las explotaciones hidráulicas. Primero las vemos abiertas para regar tierras por agentes mancomu-nados en heredamientos a quienes se les conceden tierras-aguas en los repartimientos; y luego, ya en el siglo XVIII, por ini-ciativa de capitales privados, para especular con este bien preciado, promovidos por agentes individuales con poder político local.
7 ESCRIBANO GARRIDO, J. (1987): Los Jesuitas en Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, pp. 361-362. Otro pleito famoso fue el de la Mina de El Carrizal, desarrollado en el últi-mo tercio del siglo XVIII, porque el Heredamiento Principal de El Carrizal se opuso a los trabajos que el coronel Rocha llevaba a cabo en su mina, que termina con una sentencia un tanto ambigua. A partir de este pleito se de-nomina a dicha entidad Heredad Principal y Mina de El Carrizal, hasta la actua-lidad, según Rafael SÁNCHEZ VALERÓN (2012). 8 Ob. cit. de MACÍAS HERNÁNDEZ (2000: 169-271). 74. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
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1.2. Las minas más antiguas
Recordemos. A poco de finalizar la Conquista de Canarias ya consta la existencia de pozos (aunque mucho antes, al menos en Lanzarote, se habían perforado quizás desde tiempos remotos de púnicos y romanos) y de minas de agua en las zonas bajas de las partes semiáridas de Gran Canaria con amplios cauces. Pero ¿cuáles son las referencias más an-tiguas sobre minas de agua? En la documentación del Regis-tro General del Sello, de principios del siglo XVI, ya constan referencias sobre minas de agua en dicha isla9. Igualmente aparecen las minas de agua en el Libro de Protocolos de Repar-timiento de tierras año de 1542 de Gran Canaria, donde se reco-ge una merced de 1546 concedida al bachiller Diego de Fu-nes, de 80 fanegadas de tierra, en la boca del Barranco de Telde, con autorización para trazar un mina de agua para el riego de dichas tierras; y es que a lo largo de los barrancos de este municipio, como veremos más adelante, se constru-yeron entre los siglos XVI y XIX una veintena de minas10.
Un merced real de agua muy conocida es la de la Mina de Tejeda, concedida en 1501 al Cabildo de la isla, para cuyo trasvase desde el interior de la cuenca de Tejeda hacia la ver-tiente de barlovento se necesitó realizar una galería-túnel de 1840 m y kilométricas canalizaciones, como estudiaremos. Se le dio el nombre de mina y fue la primera gran obra hidráu-lica de Canarias, pero no es una galería filtrante en sí misma, a pesar de que por tramos lo sea o tenga huecos como los alca-vones hispanos. Es más bien una conducción/trasvase. La nomenclatura que se le aplicó quizás fuera porque en su ori-
9 AZNAR VALLEJO, E. (1983): La Integración de las Islas Canarias en la Corona de Castilla (1478-1526). S. P. Universidad de La Laguna. Madrid, pp. 244-245. 10 Repartimientos de Gran Canaria (1998). Ediciones del Cabildo de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria (Doc. nº 226, de 15-I-1546). 75
III. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS EN CANARIAS...
gen se denominaba también mina a un caudaloso manantial. Lo decimos porque de igual manera encontramos referen-cias de minas o minados en varios protocolos notariales y en el mismo Libro Rojo de Gran Canaria, con cédulas reales que recogen una precisa información de 1579 para alumbrar agua subterránea en Gáldar: «debaxo de la montaña que llaman Pico de Viento, donde se dize Lagaçal (...) donde se nombra la mina, de pocos dias a esta parte se ha entendido que ay cantidad de agua que va por debajo de la tierra a salir al mar». ¿Para captar las aguas que fluían desde un manantial llamado mina por debajo del barranco o es que ya se había hecho un socavón al pie de la montaña? Parece que el pro-yecto era para captar las aguas subálveas; pero en 1857 en-contramos ya ejecutado uno de 1850 con el nombre de Mina de El Agazal (Los Campitos) de una galería en risco con va-rios ramales11. Es decir, tanto los manantiales de mucha descarga como los túneles de agua filtrada en subálveos de barrancos, así como las galerías en montaña para captar o conducir agua, tenían en Canarias hasta el siglo XIX la misma denomina-ción: minas, minotes o minados de agua, aunque la mayor parte de estas denominaciones se referían a las obras trazadas en los cauces de los barrancos con una tecnología de captación similar a las cimbras andaluzas.
11 Libro Rojo de Gran Canaria o Gran libro de Provisiones y Cédulas Reales (1995). Cabildo Insular de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria (doc. nº 111 de 14-XII-1579). DOMÍNGUEZ MUJICA, J.; MORENO MEDINA, C. y GINÉS de la NUEZ, C. (2005): Agricultura y Paisaje en Canarias. La perspectiva de Francisco María de León y Falcón. Anroart Ediciones. Las Palmas de Gran Canaria: documento XVI, informe y croquis del Ingeniero Francisco Clavijo acerca de la construcción de una mina para regar la hacienda de El Agazal, pp. 471-475. 76. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
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Muchas minas fueron propiedad comunal para el abaste-cimiento de la población (fuentes y lavaderos públicos), caso de la famosa fuente de San Francisco de Telde o la de Las Casas de Veneguera.
Los minados se efectúan por todos los planos de barran-cos, llanos de aluviones y cascajos, sobre todo en el Sureste (Telde, Ingenio, Agüimes, curso bajo de Tirajana…), y además en los barrancos de Fataga, Arguineguín, Mogán, Veneguera, La Aldea y en la zona de la vega de Guía-Gáldar; incluso en cauces de barrancos de las medianías del Norte12. Unos tendrán licencia del Cabildo (durante el Antiguo Régimen), cuando afectaba a zonas cercanas a poblaciones importantes o a cauces de barrancos donde derechos pre-existentes sobre tomas de agua podían hacerlos valer con las correspondientes protestas; y otros carecían de estos permi-sos, cuando se hacían en zonas alejadas y no se solicitaba pues nadie se oponía a ello. ¿Qué ocurría en las restantes islas hasta el siglo XIX? En las occidentales (Tenerife, La Gomera, El Hierro y La Pal-ma), más húmedas, no se generalizó la técnica de las minas por la mayor cantidad de aguas manantes y superficiales. En las más orientales (Fuerteventura y Lanzarote), aún más se-cas, las estrategias hidráulicas se perfeccionaron en la capta-ción y el aprovechamiento de las aguas pluviales a través de alcogidas, aljibes y gavias, aparte los eres y pozos para las capta-ciones de aguas subterráneas.
12 Un ejemplo: en la obra de SUÁREZ GRIMÓN, V. y QUINTANA de ANDRÉS, P. C. (2008), Historia de la Villa de Moya. Siglos XV-XIX. Anroart Ediciones. Tomo I, p. 293, nota 88. Se hace referencia, en un deslinde de 1764, al punto conocido como la mina vieja, en el Barranco de Moya, zona de la Montaña de Doramas, que entendemos podía ser un manantial o una zanja más que una mina, por ser un estrecho barranco en un ambiente muy húmedo. 77
III. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS EN CANARIAS...
2. EN LOS COMIENZOS DEL CAPITALISMO AGRARIO: MINAS, GA-LERÍAS, POZOS… (SIGLO XIX-PRINCIPIOS DEL XX) En la transición del Antiguo Régimen al sistema liberal, Cana-rias entra en una grave crisis económica, en especial a partir de 1820 tras la ruina del vino y la barrilla y las continuas sequías, más cuando se implanta en la década siguiente una nueva pre-sión fiscal sobre el campo y se anula el tradicional privilegio del librecambio canario. De su consecuente recesión econó-mica no se sale hasta mediados del siglo con la recuperación de la deseada especificidad económico-fiscal concretada en la Ley de Puertos Francos de 1852, que permitió reencontrarse con el comercio libre internacional, generar un desarrollo por-tuario como jalón de la ruta del neocolonialismo europeo hacia territorios de Ultramar; y, además, propiciar una nueva agricultura de exportación, por etapas, hasta encontrar el mo-delo de desarrollo más adecuado a sus condiciones bioclimáti-cas y consecuentes recursos agrarios e industriales para la co-mercialización, una parte importante de ellos en los mercados internacionales. Primero fue el efímero ciclo de la cochinilla, después el de la cañadulce e industria azucarera y ya, al finali-zar la centuria, los plátanos, los tomates y las papas. De esta forma se consolidaba, como una base más del modelo de de-sarrollo económico, el capitalismo agrario de la exportación. Todo ello en el nuevo marco político del liberalismo que le-gisló a favor de su «sagrado principio de la propiedad privada». Todo creció. Más tierras de cultivo de regadío, más pobla-ción, más dinero para invertir y… más agua se necesitó para ello: un largo proceso de modernización productiva que re-basó la mediana del siglo XX con una fuerte presión sobre los recursos hídricos, explotados con nuevos sistemas y arti-lugios hidráulicos que los agotaron, siendo las minas de agua lo primero en secarse. 78. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
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2.1. Privatización y regulación de las aguas subterráneas Tras enconados debates y resoluciones político-legislativas continuadas desde 1833 se impone la privatización del agua y la transformación de los antiguos heredamientos en comunidades modernas, borrando con ello derechos consuetudinarios, or-denanzas antiguas, aguas comunes, etc.; además de la creación continuada de nuevas sociedades, bien como comunidades de regantes, bien como comunidades de agua o bien como agen-tes individuales. Todo ello, cargado de muchos conflictos y ríos de tinta en la prensa del naciente periodismo canario, quedó vertebrado primero con la Ley de Aguas de 3 de agosto de 1866 y consolidado con la siguiente Ley de Aguas de 13 de junio de 1879, a las que había que añadir en el caso de alumbramientos de aguas subálveas (minas) y subterráneas (galerías) otra mara-ña legislativa refundida en la Ley de Minas de 6 de julio de 1859, con las reformas de la Ley de 4 de marzo de 1868 y las resolucio-nes aclaratorias posteriores, en las que se incluyó también Ca-narias y su especificidad hidráulica ya que su única materia mi-nera de valor era el agua (en ese momento a precio de oro en mercado libre), que había que buscarla en el subsuelo y que, a veces, no era del capital buscador. A esto se suma el hecho de que había que trasladarla a los cultivos y puntos de venta por acequias, canales y tuberías sobre terrenos que no eran de los agentes comerciales hidráulicos. Así, la Real Orden de 30 de marzo de 1872 sobre alumbramientos de aguas aclara, a petición del Gobernador de Canarias, entre otros puntos, lo siguiente:
«1º. Que en cuanto a tramitar los expedientes para alum-bramiento y aprovechamiento de las aguas subterráneas, es preciso distinguir dos periodos: primero, el del alumbra-miento, que es pura y exclusivamente de la ley de minas; y el segundo el del aprovechamiento cuando ya en la superficie las aguas tienen que ponerse en circulación por terrenos de dominio público ó que no sean de la propiedad del que las alumbró, en cuyo periodo y circunstancias corresponde ins-79
III. (1ª Parte) MINAS Y GALERÍAS EN CANARIAS...
truir los Expedientes a la Dirección de Obras Públicas por la ley de aguas ó por la de canales y riego (…)»13.
Las antiguas heredades de aguas se transformaron en co-munidades de regantes y la privatización de las mismas que auspiciaba la legislación liberal en 1866 y 1879 abrió el camino del mercado del agua y la creación de comunidades para co-mercializar14, lo que afectó a minas, galerías y pozos. Pero al-gunas minas mantuvieron su naturaleza de propiedad pública para el abasto de la población (fuentes y lavaderos) y su so-brante era aprovechado para el riego de una heredad. 2.2. Nuevas minas, pozos, galerías y agentes comerciales del agua
Rebasada la mediana del siglo XIX, junto a la ampliación de la longitud de las minas en los barrancos comenzaba la aventura minera de los pozos en las llanuras aluviales y de las galerías de agua en las montañas; y luego, ya en el siglo XX, en el fondo de pozos cada vez más profundos se hora-daban horizontalmente catas y galerías que representaban nuevas líneas de filtración de los acuíferos colgados, cada vez más sobreexplotados. Para ello, las nuevas sociedades de aguas venían solicitando a la Administración, al amparo de
13 Legislación de Minas, Imprenta de Enrique de la Riva, Madrid, diciembre de 1875, «Orden de 30 de marzo de 1872 sobre alumbramientos de aguas», pp. 130-131. 14 La Ley de Aguas de 13 de junio de 1879 incorpora la figura de las comunida-des de regantes históricas de la Península y los heredamientos en Canarias al ordenamiento jurídico español. Constaba de 258 artículos de los que 25 tra-taban de las comunidades de regantes. Luego, el Ministerio de Fomento ela-boró un modelo oficial de comunidades de regantes, aprobado por R.O. de 25 de junio de 1884, que establecía un modelo de ordenanzas y reglamentos, inspirado en algunos aspectos de normas consuetudinarias de algunas comu-nidades históricas. La diferencia fundamental, en ese momento, entre las modernas comunidades de agua (comerciales y especulativas) y las comuni-dades de regantes es que, en estas, el destino del agua es el riego. 80. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
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las nuevas legislaciones siempre favorables a la iniciativa privada, las correspondientes concesiones mineras para ex-cavar, en los márgenes de los cauces públicos o en terrenos privados, tanto pozos como galerías y, además, la mejora de las minas, casi siempre de ampliación de la red preexistente desde siglos atrás. La Ley de Aguas de 1879 abordó la resolución del continua-do conflicto originado entre los agentes con derechos pre-existentes y los de nuevos alumbramientos que robaban el agua a los primeros, fueran superficiales, subálveas o de cual-quier forma oculta. Entre otras determinaciones propició el derecho del dueño del suelo a explotar el agua del subsuelo, aunque los caudales extraídos por nuevas concesiones no podían afectar a los aprovechamientos precedentes, fijando para ello la distancia de 100 m para nuevas obras con respec-to a las explotaciones preexistentes como fuentes, minas, ga-lerías y pozos. Pero ¿cómo se iban a controlar tales derechos desconociéndose por dónde y de qué manera circulaban las aguas debajo de la tierra? Bien es verdad que sí estaba más clara la dirección de las aguas subálveas por los cauces de los barrancos, por la ley física de la gravedad, para lo que la legis-lación de aguas las determinaba como propiedad pública sus-ceptible de concesión administrativa a agentes privados o comunitarios. Así, en la medida en que se fueron perforando más pozos en los márgenes de los barrancos, por lejos que se hicieran de las viejas o nuevas minas de agua, estos fueron de forma progresiva sustrayendo sus caudales y acabarán, a me-diados del siglo XX, como veremos más adelante, por secar-las. Es más, muchas minas se conectaron a pozos adonde vertían sus aguas.
La nueva legislación propició otro tipo de captación de aguas ocultas a través de la técnica minera de la galería fil-81
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trante en montaña. E igualmente, desde la costa a las me-dianías se desarrolló la técnica de captación de las aguas ocultas mediante pozos y galerías, con su fiebre de capta-ción y de consecuentes litigios entre colindantes. Aquí tiene sus efectos la privatización de tierras públicas a través de las desamortizaciones estatales, buena parte de ellas cubiertas de una importante masa forestal que durante miles de años facilitaba la infiltración de la lluvia horizontal del húmedo alisio y demás escorrentías de la lluvia vertical, que recargaba constantemente el acuífero y que ahora, a partir de la mitad del siglo XIX, al talarse los bosques, no producía tal recarga hídrica. Fue por esta zona y sus niveles inferiores donde comenzaron a perforarse galerías y pozos para explotar ma-sivamente cada acuífero insular, lo que determinó el co-mienzo de la ruina o de la crisis del sistema hidráulico cana-rio, «el mayor desastre “ecotransculturativo” de la historia isleña»15.
Todo empezó en unos lugares donde brotaban manantia-les centenarios, haciendo socavones para buscar más agua en los mismos, o en su caso túneles más profundos que llegan a ser kilométricos al acabar el siglo XX; y en otros haciendo pozos con galerías. En ello jugaron un activo papel, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, los agentes sociales de di-fusión de la idea de explotación de las aguas al soco de las nuevas legislaciones y los agentes económicos de las mismas; desde una iniciativa privada individual con capitales financie-ros, industriales y comerciales (del cultivo, empaquetado y exportación agrícola del tomate y de los plátanos…), desde heredamientos ya transformados en comunidades de regantes o desde sociedades o comunidades de aguas conformadas
15 Ob. cit. de MACÍAS HERNÁNDEZ (2008: 35-54). 82. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
expresamente para el negocio de las mismas, en las que tam-bién participan agentes enriquecidos en el sector económico industrial y comercial.
Por tanto, la mayor parte de la perforación de pozos y ga-lerías de aguas se va a realizar en el marco de las nuevas co-munidades de agua; un negocio seguro que se veía venir des-de mediados del siglo XIX por el potencial agrícola canario. Y en ello coadyuvó el modelo de desarrollo económico de librecambio nacido en 1852, que propició no solo el desarro-llo agrícola sino la recepción de adelantos tecnológicos de la Revolución Industrial para perforar el subsuelo, elevar aguas y construir estanques y presas. Un claro indicador de lo que decimos es que una de cada cinco empresas canarias creadas, entre 1896 y 1936, se dedicaban al negocio del agua16. Pero esto, a su vez, regeneró y con fuerza la secular «gue-rra del agua en Canarias» y una carrera de solicitudes-proyectos de concesión de aguas en cauces públicos, la mayor parte obras faraónicas irrealizables, que solo perseguían dere-chos de explotación antes de que otros, colindantes o no, pu-dieran hacerlo:
«(…) el abuso que, en este país, se ha hecho con las galerías particulares, que en la mayor parte de los casos no se ejecu-tan y que, casi en todos ellos, se piden con la exclusiva fina-lidad de imposibilitar al colindante, ha inducido a esta Jefa-tura de Obras Públicas a permitir solo en casos excepciona-les esos límites, y en general, solo se autoriza hasta los cin-cuenta metros los de distancias hasta fincas próximas (…)»17.
16 CARNERO LORENZO, F. y NÚÑEZ YÁNEZ, J. S. (2010): «Empresa capitalista y agua en Canarias…», en www.historidecanarias.com y la revista Canarii. 17 Archivo del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria. Fondo expedien-tes de concesiones. ACIAGC. Expte. nº 196 CP (año 1936). Recoge un largo conflicto entre la Heredad de la Mina de San Andrés y las colindantes. 83
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2.3. Informes, debates y experiencias tecnológicas Desde mediados del siglo XIX, todos hablaban y escribían sobre el agua, en especial de las captaciones subterráneas y de las concesiones de explotación en espacios públicos y priva-dos; lo hacían técnicos, políticos, colaboradores de la prensa, autores de las estadísticas oficiales...
Así, el comisionado regio para la Inspección de la Agri-cultura, Francisco María de León y Falcón (1795-1857), rea-liza tras su nombramiento en 1848 diversos informes y pro-puestas de mejora del sector, dedicando especial atención al tema de las aguas. Su abuelo, Francisco Jacinto de León y Matos, ya había hecho, en 1783, un primer tratado escrito en Canarias sobre materia de aguas que hacía referencia a los heredamientos y ordenanzas antiguas en Gran Canaria. Ahora, a mediados del siglo XIX, Francisco María llevará a cabo un extenso y valioso informe oficial: la Memoria de 185018, a partir de una encuesta que se hizo a todos los ayuntamientos sobre el estado de la agricultura en las Islas y en la que se dedican 20 páginas al regadío, lo que da una idea del interés que ya se tenía sobre este asunto. Si nos de-tenemos en el tema de nuestro estudio, las captaciones de aguas subterráneas, se confirma, con este informe, que aún no había comenzado la fiebre de la obtención de estas a través de la perforación de galerías en las montañas, y que sobre todo en el Este y Sureste de Gran Canaria es donde se mantenían las explotaciones con las minas de agua gestiona-das por sus correspondientes heredades, cuyos caudales eran
18 DOMÍNGUEZ MUJICA, J.; MORENO MEDINA, C. y GINÉS de la NUEZ, C. (2005): Agricultura y Paisaje en Canarias. La perspectiva de Francisco María de León y Falcón. Anroart Ediciones. Las Palmas de Gran Canaria. El informe de los heredamientos realizado por Jacinto de León (1783): en El Museo Canario, signatura I-C-16, tomo VI; citado en esta obra, pp. 75-76. 84. MINAS DE AGUA EN GRAN CANARIA
Francisco Suárez Moreno
muy cortos (de ¼ a 4 azadas). También se observa el co-mienzo de la generalización de pozos accionados por norias en Telde. Si bien es verdad que los informes de los ayunta-mientos no son precisos en cuanto a especificar el tipo de captación, y sin determinarse para los heredamientos de la banda Sur desde Tirajana a Mogán, sabemos con seguridad que son minas y minotes. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico (1845-1850), también se ocupa de los recursos hídricos insulares pero no distingue ni precisa adecuada-mente la técnica minera de captaciones de agua subterráne-as, y solo hace referencia a dos minas en construcción en el Barranco de Balos (Agüimes, Gran Canaria). Cuadro I Minas de agua en Canarias, según la Estadística de Olive, 1865 PUEBLOS Nº PIPAS 24 /H PÚBLICA PRIVADA METROS VE-CINOS FGS RIEGO
Agüimes
1
360
-
1
2890
20
5
Betancuria
17
5500
6
11
-
-
-
Telde
12
21 300
1
11
2144
75
151 TOTAL 30 27 160 7 23 5034 95 156
FUENTE: Diccionario de Olive (1865). Pipas (480 litros) las 24 horas. Fgs = fanegadas. Elaboración propia.
Poco después, Pedro María de Olive, en su Diccionario Es-tadístico... (1865), recoge la existencia en Canarias de 30 mi-nas con una producción diaria de 27 160 pipas (13 036,80 m3) frente a un mayor número de otros afloramientos: 1103 fuentes, 974 nacientes y 189 corrientes naturales que fluían un total de 2 737 476 pipas en 24 horas. La evaluación que se hace en este diccionario sobre las minas de agua, infrava-85
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lora la realidad, pues de las 30 localizadas en Gran Canaria sitúa tan sólo una en Santa Lucía de Tirajana y 12 en el Ba-rranco de Telde, cuando ya existían más de 50 (ver Cuadro