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MANUAL DE FORMACIÓN PARA DINAMIZADORES DE LAS ECOÁREAS TÍTULO: MANUAL DE FORMACIÓN DE DINAMIZADORES DE LAS ECOÁREAS FINANCIACIÓN CONSEJERÍA DE TURISMO, INDUSTRIA Y COMERCIO Dr. José Antonio González Pérez (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) De la Cruz Modino, R. & González Pérez, J.A. (editores) 2019. Manual de Formación de Dinamizadores de las Ecoáreas. Proyecto Ecoáreas-mardetodos. Universidad de La Laguna, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Dirección General de Ordenación y Promoción Turística del Gobierno de Canarias. La Laguna (Santa Cruz de Tenerife): 28 pp. GOBIERNO DE CANARIAS Los estudios y trabajos recogidos en el presente Manual han sido efectuados en el marco del Convenio de Colaboración entre la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de Canarias a través de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes -Consejería de Turismo, Industria y Comercio en la actualidad- y las Universidades de La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria para la “Realización del Proyecto de Creación de la Red de Microáreas Ecoturísticas Litorales en Canarias”, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en el Marco del Programa Operativo de Canarias 2014-2020. Universidad de La Laguna, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Gobierno de Canarias, diciembre de 2019. EDITORES FONDO EUROPEO DE DESARROLLO REGIONAL (FEDER) Dra. Raquel de la Cruz Modino (Universidad de La Laguna) REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA Fotografía: Atilio Doreste Alonso Fondo Europeo de Desarrollo Regional AUTORES DEL PRESENTE MANUAL Universidad de La Laguna Martín Vázquez, Carolina De la Cruz Modino, Raquel González Pérez, José Antonio Sansón Acedo, Marta Ilustraciones: Marta Idaira Jiménez Sánchez Diseño y maquetación: Iñaki Granda Barceló Coordinación y edición: Asociación Voltereta, facilitando ideas Fotografías: Atilio Doreste Alonso, José J. Pascual Fernández, Yanira Cáceres (Asociación AVANFUER) y equipo de facilitación de la Universidad de La Laguna. BISAGRA (Banda de Interpretación de Saraos Gráficamente) es un Grupo de Innovación Educativa de la ULL y Unidad de Transferencia FGULL. Registro gráfico de la sesión en Punta del Hidalgo a cargo de Carlos Jiménez y Víctor García (Creative Commons Licence Attribution-Non Commercial-No Derivatives 4.0 International / CC BY-NC- ND 4.0). COLABORADORES AGRADECIMIENTOS: Dirección General de Ordenación y Promoción Turística: José Luis Cárdenes, Antero Cantador y Gina García Cantón. Además de Sara Rendal Freire, José Joaquín O'Shanahan Juan y Naroe Valls O'Shanahan REGISTRO: Depósito Legal: 57-2020 Fotografía: Atilio Doreste Alonso Fotografía: Atilio Doreste Alonso Fotografía: Atilio Doreste Alonso ÍNDICE El patrimonio natural en el litoral de Canarias ¿Qué es la dinamización? ¿Por qué y para qué la dinamización en espacios litorales? ¿Cómo dinamizar? La dinamización en el contexto de las ecoáreas Página 5 Página 7 Página 12 Página 15 Página 26 Las Islas Canarias forman un archipiélago situado en el Atlánco nororiental, apenas a 95 km de distancia de la costa noroeste africana. Se exende a lo largo de 500 km y está constuido por ocho islas mayores (El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa) además de varios islotes y roques. Las islas surgieron desde el fondo del océano hace unos 20 millones de años. Su origen volcánico, su situación geográfica y sus caracteríscas climácas, geomorfológicas y oceanográficas convierten a las islas en un entorno muy parcular en el que encontramos costas muy variadas: desde zonas rocosas muy acanladas hasta playas de callaos o arenas de escasa pendiente. Esa naturaleza volcánica también ha generado fondos marinos singulares, algunos abruptos, con accidentes rocosos, veriles y cuevas, y otros arenoso-lodosos. Debido al efecto del afloramiento (upwelling) de aguas profundas frías ricas en nutrientes que se produce en las costas africanas próximas, la temperatura superficial del agua de mar es diferente a lo largo del archipiélago, siendo las islas occidentales las que enen aguas más cálidas que las orientales. En general, esta temperatura oscila entre un mínimo de 16 a 18°C en invierno y un máximo de 23 a 25°C en verano, aunque estos valores pueden variar según las caracteríscas de las zonas costeras. Las aguas del Archipiélago están bañadas por la denominada Corriente fría de Canarias, una rama descendente de la Corriente cálida del Golfo con dirección SSO que afecta al Atlánco Norte, aunque también existen remolinos y estelas cálidas en las proximidades de las islas. Las costas canarias reciben regularmente oleaje de dos pos: mar de viento y un mar de leva o de fondo. Las costas orientadas al Norte de las islas son más expuestas al oleaje que las orientadas al Sur. Este oleaje es diferente a lo largo del año, siendo generalmente más intenso en invierno-primavera, cuando además del oleaje provocado por los alisios se genera oleaje por tormentas que llegan al archipiélago. en el litoral de Canarias El patrimonio natural Estas caracteríscas de las aguas de Canarias son diferentes de las que corresponderían a su latud, por lo que el archipiélago se considera una zona templada-subtropical. Lo que le aporta un valor singular del que los usuarios del litoral disfrutamos, a través de las más variadas acvidades, profesionales o recreavas. Sin embargo, no sólo los elementos “naturales” afectan y caracterizan las costas del Archipiélago. La elevada densidad de población, el intenso tráfico marímo, la agricultura intensiva, la industrialización y la contaminación en muchas zonas litorales impactan sobre los ecosistemas marinos naturales. En las úlmas décadas, los efectos del cambio climáco también se han notado en las aguas marinas canarias, con evidencias notables de calentamiento, incremento de la presión parcial del CO2 y acidificación. La fauna y la flora marina de Canarias es rica y diversa. Presenta ecosistemas muy complejos y producvos en los que habitan desde organismos microscópicos hasta grandes mamíferos. En total se conocen más de 5000 especies, de las que unas 700 son de peces y otras 700 de algas bentónicas. La gran variedad de hábitats y microhábitats que encontramos en las zonas costeras permite la existencia de una gran biodiversidad de especies endémicas o de más amplia distribución, con afinidades templadas y tropicales. No obstante, en los úlmos años muchos de esos hábitats se han podido ver seriamente dañados. Un ejemplo son los charcos de mareas, que son ambientes parculares en los que habitan muchas especies que no soportan los periodos de emersión (algas, invertebrados y pequeños peces) sobre los que interactuamos de manera codiana desarrollando acvidades de recreación, por ejemplo. Este Manual es fruto del trabajo colaboravo desarrollado entre diversos grupos de población, invesgadores, representantes de las administraciones públicas y representantes de los principales sectores producvos que se citan en el litoral (pescadores, empresarios turíscos, etc.) de las diferentes islas, donde se ha puesto en marcha el proyecto Ecoáreas-mardetodos. De hecho, todas las ecoáreas sobre las que se ha trabajado presentan un patrimonio natural y biodiversidad que merecen atención especial y proporcionan riqueza y servicios ecosistémicos a la población. De ahí la necesidad de involucrarnos en procesos de dinamización que integren todas las voces para favorecer una convivencia armónica y proponer mejoras en su gesón, a la vez que impulsar nuevas iniciavas. Tomar conciencia y pardo frente a los cambios producidos a los ecosistemas marinos puede ser una tarea extensible al conjunto de la población canaria y a sus instuciones. Por ello, en el contexto del proyecto Ecoáreas-mardetodos defendemos que la armonización de usos y la conservación de los valores excepcionales de nuestro litoral debe arcularse a través de la parcipación de las administraciones y de la sociedad civil. Muchas veces habremos oído la palabra “dinamizar” en diferentes contextos. Si nos sumergirnos en el origen griego de la palabra vemos que está relacionado con la capacidad de dar fuerza, energía o movimiento a un proceso. De igual manera, una de las acepciones de la palabra “dinamismo” ene que ver con una energía acva y propulsora. ¿Y qué factores o elementos hacen posible un proceso de colaboración entre personas diversas? ¿Qué podría hacer cualquier persona de una comunidad para converrse en esa energía que dinamiza y mueve un proceso de colaboración? Un proceso que nos permita afrontar retos, crear posibilidades y transformar nuestro litoral en un espacio más sostenible y responsable. Diferentes enfoques plantean que la colaboración se sosene en las relaciones personales y en las conversaciones que se producen en ellas. De manera que, para dinamizar un proceso de colaboración, no existen fórmulas mágicas ni recetas que puedan aplicarse de manera sistemáca en disntos contextos, más bien se podría hablar de una actud facilitadora-dinamizadora en las personas. Una actud que debe surgir de una forma de estar, una forma de conversar, de relacionarse y que implica unos principios y unos valores que nos orientarán a lo largo de todo el proceso. ¿Y si hablamos de dinamizar nuestro entorno o nuestra comunidad y la forma en la que nos relacionamos con él? En ese caso, podríamos hablar de la dinamización como una fuerza propulsora que da energía y mueve un proceso de colaboración entre diversas personas, colecvos y organizaciones privadas y públicas en torno a un mismo objevo. En el caso que nos ocupa, ese objevo estaría relacionado con lograr un desarrollo sostenible y responsable en nuestro espacio litoral. Un desarrollo que permita armonizar los usos del espacio litoral de manera que se favorezca su conservación y cuidado. ¿Qué es la dinamización? Si la colaboración se sosene en la relación entre personas, es evidente que sin las personas y sin relaciones entre ellas no hay proceso, por lo que son un tesoro que hay que cuidar y mimar. Prestar atención, poner en valor y honrar cada aportación y cada experiencia comparda, así como honrar la propia diversidad, puede generar un proceso de transformación mutua en el que cada persona está influida por las personas con las que dialoga y creamos algo común a medida que preguntamos, respondemos y se produce esa conversación. La colaboración genera creavidad, transformación y posibilidades. Además, da sendo de pertenencia y bienestar a las personas a través de las relaciones que se construyen. Por eso, invitamos a cuidar las relaciones desde el primer momento con una actud de hospitalidad, inspirada en la metáfora del anfitrión e invitado de Harlene Anderson. Esta metáfora nos permirá preguntarnos en cada momento del proceso qué podemos hacer para ser un buen anfitrión y para hacer senr a las personas bienvenidas, cómodas y especiales... Y también podemos preguntarnos qué podemos hacer para ser buenas invitadas, ser bienvenidas y que nos vuelvan a invitar a parcipar. Hacernos estas preguntas puede ayudarnos a la hora de pensar cómo plantear la invitación a otras personas para que parcipen o cómo comenzamos a recibir y a conocer a esas personas. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la gente en su vida codiana busca formas de avanzar, crecer y superarse. Esto nos lleva a pensar que las personas están llenas de recursos y herramientas y nos hace ver la ulidad de relacionar las situaciones que surgen en estos procesos con su día a día, con el saber codiano de cada persona. De este modo, ser capaz de acoger a cada persona con todas sus diferencias y recursos, facilita que el grupo que se vaya formando durante el proceso pueda enriquecerse a parr de sus diferencias y ofrece una visión posiva de las personas con las que colaboramos, independientemente de sus historias y circunstancias. Cuidado de las relaciones dinamizar Nos decantemos por unas formas u otras de facilitar esa relación de igualdad, podemos plantearnos cómo miramos las diferentes ideas, conocimientos, intereses y experiencias. Evidentemente, en una relación horizontal no hay una idea más válida que otra y mucho menos debe influir de quién venga esa idea o aportación. Estamos invitando a un proceso de indagación mutua, dando por hecho que la visión de la otra persona es tan valiosa como la nuestra, para que ambas podamos aportarnos mutuamente. Si queremos invitar a sumarse y colaborar a más personas es muy importante construir una relación horizontal, donde cada persona sienta que ene las mismas oportunidades de expresarse, aportar y decidir. Donde se valore y reconozca aquello que las hace diferentes y únicas: desde la persona extroverda a la más mida, desde el conocimiento y la sabiduría de la persona que pesca, a la que invesga desde la universidad… En todo momento es úl preguntarnos qué podemos hacer para facilitar esa relación horizontal. Por ejemplo, sentarnos en círculo permite que todas las personas puedan verse las caras y hablar con más facilidad que si nos sentamos en filas. Si ulizamos disntas formas de pensar y expresarnos, por ejemplo a través del arte o de dinámicas, será más probable que todas las personas aporten y no solo las más extroverdas o las que enen las ideas más claras. dinamizar Igualdad de condiciones desde la diferencia Las diferencias pueden entenderse como oportunidades porque abren nuevas posibilidades y ofrecen alternavas creavas y más ricas. En muchas ocasiones, las personas parmos de un punto de vista determinado y la riqueza de un grupo reside en la diversidad de puntos de vista y voces. Por mucho que creamos que entendemos a una persona, nunca podremos meternos en su cabeza y ver las cosas igual que ella. Por eso, el reto consiste en tratar de entender para aproximarse lo más posible a la mirada de cada persona. Si somos capaces de guiarnos por la curiosidad ante las diferentes opiniones, podremos abrir el enfoque, como cuando subimos a un mirador, y tomar decisiones con perspecva más amplia. En un diálogo guiado por la curiosidad y por la apertura ante las diferencias, realizar votaciones desaprovecha la riqueza de las diferencias como abono para la creavidad. Esto implica actudes como no defender posturas, evitar juicios de valor, relavizar las verdades absolutas y tratar de entender todo lo que aporta cada voz. Si pensamos en un grupo de música, entenderemos que los instrumentos no comperán para ver cuál suena mejor, sino que se ensayará para potenciar las diferencias armonizándolas en una melodía común. En nuestro caso, la curiosidad y apertura serán nuestras herramientas para afinar y armonizar los diferentes instrumentos. Curiosidad y Apertura Relación horizontal: Cuando nos embarcamos en un proceso colaboravo surge la necesidad de aceptar la incerdumbre del propio proceso para poder ser flexibles e ir ajustando nuestro movimiento a los cambios, imprevistos, dificultades, oportunidades y así adecuarnos al ritmo del propio proceso, al igual que un barco debe acompasarse al ritmo del mar. Esto no implica que el marinero o la marinera no tenga que prepararse para salir a navegar. Puede planificarse, marcarse objevos, calcular unos empos… y a la vez aceptar la incerdumbre del mar. En nuestro caso no se trata de ir a la deriva, ya que los planes, las metas y la manera de alcanzarlas nos ofrecen caminos para no perdernos en el proceso. Planificar nos puede proporcionar un mapa con el que podamos abordar el proceso, no como una certeza, sino como una posibilidad de la que estamos dispuestos a desprendernos, aceptando la incerdumbre y haciéndonos responsables de nuestra propia expectava para que no esclavice el proceso. Cuantas más posibilidades contemplemos, más creavidad y mayor libertad tendremos para elegir en cada momento y en cada circunstancia lo que resulte más úl, desapegándonos de los planes iniciales si es necesario y buscando alternavas o decidiendo ante las posibilidades que surjan. Con flexibilidad y capacidad de ajuste, no habrá errores, habrá aprendizajes que se podrán incorporar para fortalecer el trabajo que se va desarrollando. Nuestra ancla en medio de la incerdumbre del proceso es la presencia. Estar presentes implica que los ritmos y los empos los marcan las propias personas que parcipan en el proceso, no la planificación previa que nosotros hemos hecho. Es decir, se trabaja con lo que ocurre, no con lo que esperábamos que ocurriera. Los empos limitantes nos pueden llevar a apartar la mirada de lo importante: las personas y sus relaciones. La incertidumbre del proceso La combinación de todos los valores anteriores puede generar un movimiento de colaboración sostenible y en el que predomine la corresponsabilidad, al igual que sucede en los ecosistemas naturales. La corresponsabilidad se puede considerar una suma de responsabilidades, en la que cada persona solo puede empezar por sí misma. De este modo, la puesta en prácca de estos valores a lo largo del proceso debe empezar por la propia persona que lo promueve. La igualdad, la apertura, el cuidado de las relaciones y la flexibilidad son semillas que podemos plantar en nuestro propio jardín para que germinen y polinicen, preguntándonos en cada momento qué podemos hacer para movernos siempre desde esos valores y para fomentarlos en las relaciones que establecemos. Sostenibilidad: de la responsabilidad a la corresponsabilidad Los espacios marímo-costeros son entornos ricos y a la vez frágiles, en los que grandes grupos de población nos encontramos y a los que damos diferentes usos. Muchos de estos usos enen fines económicos, tal y como estamos acostumbrados a ver en las zonas sur y suroeste de las Islas Canarias, donde podemos encontrar marinas, establecimientos hoteleros y extrahoteleros a pie de playa, así como una variada oferta de acvidades marinas. Sin embargo, los espacios y los recursos marímo-costeros son empleados también por la población local como lugar de residencia, de relax y esparcimiento; siendo ideales para el recreo, el deporte o el veraneo. Usos como el surf o el submarinismo, por ejemplo, pueden ser praccados con fines educavos o comercializados como producto turísco. Y a su vez, siendo muy populares entre la población local que los pracca, pueden ser ejercidos por diferente po de usuarios y estar somedos a la vigilancia de disntas administraciones responsables. Esa mulplicidad de usos y de usuarios da una especial configuración a nuestro litoral, en el que turistas, residentes y trabajadores del turismo nos encontramos y donde, necesariamente, debemos convivir. Los espacios marímo-costeros están somedos a muchas normavas, por lo que las administraciones locales y regionales se pueden encontrar comparendo competencias y responsabilidades. Los usos que podemos llevar a cabo sobre estos espacios y recursos se encuentran muy regulados, incluso por diferentes administraciones a la vez. Además, otras endades, como las Reservas de la Biosfera o las Reservas Marinas, pueden también tener presencia y hallarse involucradas en su conservación, jugando un papel importante en su gesón. A todos ellos se suman ciertas organizaciones de la sociedad civil. Algunas, como las Cofradías de Pescadores, han podido parcipar históricamente en la co-gesón de determinados usos, aunque con diferentes limitaciones. En la actualidad, fundaciones y asociaciones también van tomando un papel protagonista en la conservación del patrimonio marímo-costero a través de diferentes acciones. ¿Por qué y para qué la dinamización en espacios litorales? Además, durante las úlmas décadas los espacios marímo-costeros se han converdo en lugar de residencia permanente para muchos habitantes de las islas que buscan vivir a la orilla del mar. Tanto los nuevos como los viejos residentes demandan mejoras en la configuración y la prestación de servicios en estos núcleos poblacionales, más allá de los que cabría esperar de los tradicionales entornos costeros empleados como meras residencias temporales. Mejorar la calidad de vida de los residentes en la zona marímo-costera no se limita a la conservación de los recursos sino que obliga a buscar fórmulas para adaptar infraestructuras, tales como accesos, que pueden estar obsoletas, así como una oferta de servicios sociales y culturales que puede resultar insuficiente para dar atención y garanzar la sostenibilidad de las poblaciones litorales. Dinamizar el diálogo entre los diferentes residentes y usuarios de los entornos marímo-costeros, con el fin de detectar las necesidades y plantear las demandas colecvas, es uno de los objevos del proyecto Ecoáreas. Pero para ello es necesario aprender y evaluar, en primer lugar, cómo podemos parcipar, aportando cada uno nuestro granito de arena. En el contexto de los foros de parcipación de las ecoáreas, por ejemplo, la vecindad, las personas usuarias del mar y las administraciones se encuentran para tomar decisiones y plantear propuestas o reivindicaciones colecvas que mejoren la gesón sostenible de los entornos marímo-costeros. Estos foros son un ejemplo más del po de organizaciones de la sociedad civil que, hoy por hoy, se encuentran para alzar su voz y parcipar en la gesón codiana de los espacios y recursos marímo-costeros. De este modo, encontramos una realidad compleja por la riqueza y fragilidad del espacio, por sus diversos usos, por la división de competencias entre administraciones y por la necesidad de buscar un equilibrio entre los diferentes intereses económicos, de convivencia y medioambientales. El uso desordenado en función de cada interés, así como una planificación limitada o divida entre diferentes administraciones públicas, pone en peligro y deteriora en muchas ocasiones estos espacios tan vulnerables. Fotografía: José J. Pascual Fernández De este contexto surge la necesidad de ir más allá de soluciones a corto plazo o propuestas parciales que tengan en cuenta un único interés. Estamos hablando de un bien común del que todas las personas somos responsables y sobre el que tenemos derecho a decidir y aportar para su conservación. Por todo ello, afrontamos el reto de buscar fórmulas de implicar a todas las voces protagonistas en estos espacios y aprovechar la riqueza de los disntos conocimientos, visiones, experiencias y movaciones, abriendo nuevas posibilidades hacia un desarrollo más sostenible y responsable de nuestro espacio litoral. Para tener resultados disntos a los habituales es necesario probar cosas disntas. Se trata de crear un movimiento sostenible que aúne a todas las voces, aprovechando todos los recursos, generando una red de colaboración que permita un cuesonamiento connuo, que esté en constante evolución, aprendiendo, marcándose nuevos horizontes, abriendo nuevas posibilidades, con el fin de crear una forma de desarrollo sostenible en la que todas las partes se sientan tenidas en cuenta y sean corresponsables del proceso y de su entorno. Esto supone que cualquiera de las personas u organizaciones que tengan relación con un espacio litoral puede converrse en el motor inicial que ponga en marcha un proceso de dinamización para que un espacio sea reconocido como Ecoárea. Un proceso que debe ser parcipavo, basado en el diálogo y en la colaboración y para el que, como decíamos, no hay fórmulas mágicas ni recetas milagrosas. Un proceso de búsqueda conjunta de alternavas y soluciones que tengan en cuenta todas las opiniones para poder actuar con una visión más amplia, global e integral, en la que se cuente con todas las personas que se quieran y puedan sumar para llegar más lejos. Fotografía: José J. Pascual Fernández Inspirado en disntas metodologías, como la Indagación Apreciava, la Intervención Sistémica Breve y el Art Thinking, y al resguardo de una misma filosoa, las Práccas Colaboravas y Dialógicas, a connuación se plantean situaciones y momentos claves que se pueden encontrar en un proceso de colaboración y se proponen algunas técnicas, dinámicas y formas de conversar para facilitar la parcipación. El uso de estas técnicas y dinámicas no ha de considerarse como una guía de pasos a seguir en orden prestablecido y de manera rígida. Más bien se puede ver como cuando las olas llegan a la orilla, que pueden venir en series, una tras otra o no. Puede cambiar el orden, el ritmo y podemos decidir cuáles queremos surfear, dependiendo del momento, y cuáles no. Lo ideal es que los principios y valores que guían esta filosoa sean los que nos sirvan como brújula para decidir cuál es el paso más adecuado en cada momento. ¿Cómo dinamizar? El primer diálogo empieza dentro de la propia persona que quiere clara nuestra intención para poder hacer pública la invitación y que puedan parcipar más personas. Es importante que el proceso esté siempre abierto y sea público y visible para que más personas puedan unirse cuando lo deseen. Cuantas más personas parcipen y más diversas sean, más rico será el proceso y el resultado. Sin olvidar que un pequeño grupo de personas con ilusión, paciencia y apertura puede mover montañas y contagiar a muchas más personas. Desde ese punto de parda, hay que tener en cuenta que cada comunidad es disnta, al igual que lo es cada litoral y cada ecosistema. Así pues, en cada territorio habrá que buscar a aquellas personas, colecvos y organizaciones vinculadas a ese espacio litoral que quiere proponerse como Ecoárea. Aquí podemos contar, en función de la ulización que hacen del litoral, con cualquier persona de la vecindad, ya sea porque son usuarias de las zonas costeras o porque desarrollan alguna profesión o deporte relacionado con el mar: pescadores, buceadores, surferos, invesgadores, etc. También encontramos al tejido asociavo (asociaciones de vecinos, de mayores, juveniles, medioambientales, culturales, sociales, etc.); empresas que de alguna forma explotan el litoral (hoteles, restaurantes, escuelas de deportes náucos) y también las administraciones públicas con competencias relacionadas. Dependiendo de la comunidad de la que se trate, la información sobre el proceso podrá facilitarse desde la administración pública, desde las personas de la propia comunidad, a través de Internet… impulsar el proceso. Ser consciente de ese diálogo ayuda a tener ¿Y por dónde empiezo? ¿Con quién hablo? La primera conversación genera unas expectavas Al igual que la persona que inicia un proceso de colaboración ene una intención que le mueve a ello, cada persona a la que queremos invitar a la conversación puede tener una visión o un interés que es importante conocer. La curiosidad que tanto se ha nombrado y la capacidad de escucha son la mejor brújula para guiar el diálogo. Recordando la metáfora del anfitrión y el invitado, podemos diseñar en cada caso la manera de ponerla en prácca, mientras hacemos pública nuestra intención, invitamos a parcipar y descubrimos la visión e intereses de los demás respecto al litoral. Con hospitalidad y respeto podemos elegir la manera de plantear estos aspectos y converrlos en preguntas que nos ayuden a dinamizar la conversación: ¿Cuál es tu visión de nuestro litoral? ¿En qué situación lo ves? ¿Cómo te sueles relacionar con él? ¿Qué ha significado en tu vida? ¿Qué te mova del litoral? ¿Qué valoras del mismo? ¿Qué te preocupa de él? ¿Cómo te gustaría verlo dentro de unos años? ¿Qué tendría que pasar para que sucediera eso que imaginas? No se trata de hacer todas las preguntas, ni tampoco hacerlas en un orden determinado. Podemos encontrar personas a las que les digas: “Quería hablar de nuestro litoral y saber qué opinas” y te cuenten todo lo que piensan. Sin embargo, para otras personas será más fácil ayudarles a reflexionar a través de preguntas y también habrá quien no encuentre, en principio, la respuesta a algunas preguntas. No importa. No hay que forzar. Siempre es más importante cuidar a la persona, ser flexible, valorar lo que ofrece y honrarlo, confiando en el proceso, como cuando cocinas a fuego lento. sobre el po de relaciones que se van a establecer. Por lo tanto, si queremos iniciar un proceso de colaboración podemos prepararnos para cuidar las relaciones desde la primera conversación, tratando de ser lo más coherentes con los valores que queremos promover. ¿Cómo iniciamos la conversación? En este aspecto, el arte y lo simbólico ene un potencial infinito, no solo en la forma de registrar esa diversidad de experiencias y voces (con libros, fotos, vídeos, murales, etc.), sino también para reflexionar, aprender, emocionar y contagiar. Lo ideal es que todas las personas parcipantes vean, oigan y sientan lo que se va descubriendo, con las disntas voces que parcipan, para ampliar la mirada y empezar a construir algo común. En un primer momento, las conversaciones pueden ser individuales o por grupos. En cualquier caso, es úl que en algún momento se entremezclen las visiones, miradas, movaciones, senres y experiencias de las disntas voces que se van uniendo al proceso para empezar a construir algo común. Por ello, sería interesante diseñar una forma creava de recoger y comparr la información que se va descubriendo en esta etapa. Así se podría devolver a la comunidad y connuar dialogando a parr de esa visión común que se va creando. Además, esta información será muy úl para difundir el proceso e invitar a más personas a parcipar y seguir sumando. En este punto podría ser buen momento para invitar a todas las personas que han parcipado, y también a nuevas incorporaciones, a encontrarse para presentarles la información recogida y, a parr de ahí, connuar con un diálogo y un trabajo colaboravo que nos permita empezar a definir los temas y objevos que se quieren abordar respecto al espacio litoral que queremos proponer como Ecoárea… Estamos creando una historia a parr de muchas historias. Estamos encajando un puzle, integrando las disntas miradas, senres, movaciones e inquietudes respecto al litoral que queremos proponer como Ecoárea. Integrar toda la información que hemos recogido en las primeras conversaciones y devolverla a la comunidad facilita que cada persona que parcipa pueda ampliar su punto de vista con el del resto de personas, enriqueciendo la visión y movaciones que tenía inicialmente y abriendo nuevos horizontes y posibilidades para seguir conversando en esa búsqueda de metas compardas. de lo individual a lo grupal? ¿Y cómo pasamos Cuidar las relaciones también implica dar espacio para que la gente se pueda conocer de manera más personal, cercana y distendida, por lo que puede ser úl reservar un empo en cada encuentro para comparr una pequeña merienda o hacer algunas dinámicas que permitan romper el hielo, conocerse y favorecer el trabajo en equipo. Lo normal es que si han parcipado disntas personas nos encontremos con variedad de visiones, inquietudes y movaciones sobre el litoral… ¿Y si a la hora de decidir, en lugar de votar apostamos por escuchar las diferencias, curioseamos sobre las ventajas que aportan y valoramos si podemos fusionar las disntas visiones en lugar de dividir o priorizar en función de los intereses de las personas parcipantes? Es posible consensuar objevos o ideas diferentes sin necesidad de votaciones. Hay muchas maneras de facilitar la creación colaborava sin descartar las diferencias para así cuidar y enriquecernos con todas las personas y todas las visiones. Por ejemplo, se puede invitar a cada persona a reflexionar, parendo de toda la información que tenemos, sobre la manera en que les gustaría ver el espacio litoral dentro de unos años con un uso más sostenible y responsable. Indagar sobre cuál es su sueño para ese espacio, qué cosas serían disntas en ese futuro hipotéco y en qué cosas o situaciones notaría que su sueño se ha hecho realidad. Cada persona puede escribir en un papel el resultado de esa reflexión y después formar pequeños grupos, en los que podemos comparr todas las respuestas y escribir las ideas (una idea por papel) para después comparrla con el gran grupo, sin descartar ninguna propuesta. De esta manera, al comparr las ideas de los pequeños grupos con todo el grupo se parte de lo común y se suman las diferencias. Que tengamos una idea en cada papel permirá que, posteriormente, podamos agrupar esas ideas por categorías, proporcionando una visión global de los diferentes temas que se quieren abordar. Esta dinámica para parr de lo individual al pequeño grupo, y posteriormente al gran grupo, facilita que todas las personas puedan pensar, expresarse y aportar de manera igualitaria, tanto las extroverdas como las más midas. Evidentemente, hay otras maneras de hacerlo y esta es solo una posibilidad. Otra forma podría ser llevar al encuentro materiales diversos (telas, bolsas, envases reciclados, materiales para manualidades, etc.) y formar pequeños grupos, invitando a las personas a representar con una arquitectura emera (o con una canción, un dibujo, una pequeña representación teatral, etc.) la imagen que les viene a la cabeza cuando piensan en su espacio litoral como una Ecoárea sostenible y responsable. Cada grupo tendría que explicar lo que representa su obra de arte. Y después se puede lanzar un reto a todos los grupos preguntándoles si serían capaces de unir todas esas imágenes y obras de arte. Si aceptan el reto, les damos espacio y empo para que lo hagan y vuelven a explicar el resultado final. En los momentos de puesta en común es importante tener curiosidad y hacer preguntas para profundizar en el significado de la creación. Al final se puede validar con el grupo cuáles son los temas concretos que tratan las representaciones y qué objevos se plantean a parr de esos temas. En el momento en el que se diseñan objevos comunes es recomendable dejar los “cómo” para cuando se hayan definido los “qué”, a no ser que surja una idea de “cómo” hacer algo nos ayude a sumar y avanzar. No se trata de frenar las buenas ideas que puedan surgir, sino de evitar el hecho de que pensar en cómo lo vamos a hacer, desvíe la atención o coarte la creavidad del grupo para pensar en “qué” queremos conseguir. En cualquier caso, si aparece una buena idea sobre cómo alcanzar una meta se puede tener en cuenta para cuando llegue el momento. Es importante que cada persona pueda aportar allí dónde se sienta más cómoda y movada, ya que buscamos dar alas, no cortarlas. Una manera de desarrollar el diseño puede ser: tener los objevos que se hayan consensuado escritos en cartulinas y ponerlos en disntos rincones para invitar a cada persona a que se coloque en aquella tarea u objevo por el que más le move trabajar. Dependiendo de cada contexto, del número de personas, de sus movaciones, etc., los objevos obtenidos se pueden priorizar unos ante otros, se pueden unir o mezclar y se pueden dividir para desarrollarlos de forma paralela a través de comisiones que se formen para bordar algunas cuesones. Todas estas cosas, obviamente, habrá que decidirlas en grupo. Las maneras de hacer que los objevos y los sueños aterricen, en el diseño de acciones y pasos concretos del día a día que permitan alcanzarlos, pueden ser variadas. El uso de una u otra manera dependerá del grupo que se ha formado y lo que más le pueda encajar. Como en todos los momentos de este proceso de colaboración, lo más importante será cuesonarnos sobre cómo ser lo más coherentes con los valores propuestos. Por eso, aunque las preguntas puedan cambiar y podamos ser creavos con las dinámicas, la mecánica puede ser similar. Una vez formados los grupos en función de sus movaciones comunes, se puede dar empo para que las personas dialoguen sobre lo que se podría hacer para alcanzar ese objevo concreto que les ha unido. Se puede esmular ese diálogo con algún planteamiento como, por ejemplo: ¿Y ahora qué? Muy bonito todo lo que sonamos, pero... ¿cómo lo hacemos? Imaginen que ha pasado un año y han tenido tanto éxito trabajando por el objevo propuesto que han superado sus propias expectavas respecto al objevo a alcanzar. Gracias a ese éxito, ha salido una nocia en la portada de un periódico contando lo que han logrado, lo que han hecho para conseguirlo y de qué manera se han organizado para hacerlo posible. Escriban lo que pondría en esa nocia del periódico. A parr de las propuestas que hayan diseñado en grupos sobre las acciones para lograr cada objevo y las ideas que hayan podido aparecer en la puesta en común, seguimos conversando para avanzar hacia la concreción de pasos específicos con el compromiso de las personas responsables y posibles fechas para llevarlo a cabo. Podemos plantearnos preguntas como: ¿Qué vamos a hacer para lograr ese objevo? ¿En qué consiste la acción que quieren desarrollar? ¿Por dónde empezamos? ¿Qué necesitaremos para desarrollarla? ¿Quién, cuándo y dónde se desarrollará cada paso? Habrá objevos que sean más fáciles y rápidos de conseguir que otros, por lo que temporalizarlos y valorar cuánto empo nos puede llevar cada paso ayudará a transmir al grupo la visión de un proceso en el que es necesaria la paciencia para avanzar poco a poco. Documentar todo el proceso (de manera escrita, audiovisual, con facilitación gráfica, etc.) sigue siendo vital a lo largo del proceso. Si tenemos algún soporte en el que poder comparr el sueño común, los objevos que tenemos, lo que valoramos del espacio litoral, lo que vamos consiguiendo y cómo queremos connuar, nos ayudará a tenerlo presente y, a la vez, seguir difundiendo el proceso para que siga vivo. Además de animar a cada grupo a escribir su nocia o a diseñar otra acción, lo más importante es que cuando compartan sus nocias o lo que hayan diseñado sea considerado como una propuesta inicial para reflexionar y enriquecer entre todas las personas parcipantes. A parr de ese momento tendremos que empezar, paso a paso, a desarrollar las acciones diseñadas conjuntamente. Mientras tanto, podemos ir valorando, cuesonando y ajustando cada paso, redefiniendo objevos o acciones cuando sea necesario, procurando reconocer los logros y las mejoras alcanzadas e incorporando los aprendizajes al propio proceso. La sostenibilidad del proceso puede ser un gran logro en sí mismo. Un proceso de colaboración no se orienta solo a solucionar un problema o situación, va más allá de las metas y las acciones que se desarrollen, con mayor o menor éxito. Al igual que las mareas suben y bajan, puede haber momentos en los que se unan muchas personas y se logren objevos que impulsen el proceso; y puede haber momentos en los que parcipen pocas personas y parezca que el proceso se ralenza… Son parte de un mismo ciclo. En ambos casos, invitamos a connuar en movimiento. Las metas se pueden replantear a medida que avanzamos y mientras seguimos invitando a parcipar, soñando, concretando objevos y diseñando acciones para lograrlos. En todo este proceso de colaboración se puede generar una forma de relacionarnos y unos beneficios para cada persona que parcipa, y para la comunidad e n s í m i s m a , q u e p ro b a b l e m e n t e trasciendan los objevos iniciales y faciliten la creación de modelos de desarrollo s o s t e n i b l e b a s a d o s e n l a corresponsabilidad, la igualdad y la apertura a la diferencia… ¿Y ya está? Primeras conversaciones: realizar la invitación y descubrir otras visiones individuales, movaciones, sueños, experiencias, saberes, fortalezas… Decidir si quiero embarcarme en esta aventura y estar abierto a las movaciones de otras personas. Comparr las visiones, movaciones y fortalezas descubiertas en las primeras conversaciones. Preguntarme por mi intención y movación para poder transmirla. Descubrir a qué personas, colecvos y organizaciones relacionadas con el litoral podría invitar a colaborar. Parendo de la información comparda, preguntamos qué queremos lograr, para pasar de lo parcular a lo común obteniendo un sueño compardo. Concretar el sueño en metas o acciones para lograrlo. Parmos de lo común y sumamos las diferencias. Pasamos a la acción: desde un cuesonamiento connuo, con capacidad de ajuste y flexibilidad, tratamos de integrar el aprendizaje del propio andar. Valoramos y redefinimos metas y acciones. Propiciar el encuentro de las personas parcipantes para: ¿Cómo organizarme ¿Cómo trasladar y discutir colectivamente a nivel local? una idea o propuesta de mejora? Si en lugar de crear conjuntamente una propuesta, se quiere trasladar y discur colecvamente, lo ideal es hacerlo de manera tentava, es decir, plantearla como una posibilidad, de la forma más honesta y pública, con total desapego de lo que pase, para que la diversidad del grupo la enriquezca. Si surgen dudas, objeciones, miedos u otras alternavas es vital escucharlas, explorarlas, valorar qué podrían aportar esos puntos de vista. Curiosear otras posibilidades da margen a una creavidad y flexibilidad que pueden provocar la transformación de la propia propuesta. Crear un ambiente adecuado para el diálogo, invitando a escuchar desde la curiosidad las diferencias, a expresarse haciendo explícito que cada voz habla desde su punto de vista, evitando juicios de valor y defender posturas y, ante la duda, priorizar siempre el respeto. Las personas que forman parte del proceso también pueden estar preparadas para estas situaciones de acogida y diseñar una forma de comparr su historia, sus valores y sus metas cuando lleguen nuevas personas para posibilitar que éstas puedan parcipar en igualdad de condiciones. No obstante, es importante ver ese empo dedicado a las personas nuevas como una inversión, en lugar de una pérdida de empo o un retraso ya que todas las personas pueden parcipar y dejar de parcipar en diferentes momentos, de manera que estar abierto y ser capaz de acoger puede ser una clave vital para mantener el proceso vivo. Además, las personas que se incorporan traen nuevas miradas, ideas, ilusiones y ánimos que pueden ser muy ricos para revitalizar el propio proceso. Siempre desde la hospitalidad, nos preguntaremos qué podemos hacer para que las personas sientan ganas de volver o qué nos haría a nosotros volver. No obstante, es necesario buscar un equilibro para que las personas no sientan que se deene el proceso cada vez que llega una persona nueva pero, a la vez, encontrar ese espacio para comparr la visión, la historia y las metas con las personas que se incorporan. ¿Cómo gestionar la llegada de nuevos miembros al proceso? ¿Cómo gestionar el conflicto ante intereses o posturas opuestas? En el marco del proyecto Ecoáreas hemos desarrollado diversos encuentros de dinamización, con vecinos y representantes de diversas endades y administraciones, en el contexto de las diferentes ecoáreas piloto propuestas. Una de las más recientes se celebró el día 30 de noviembre de 2019 en el Centro Ciudadano de Punta del Hidalgo. Además de vecinos e invesgadores, a esta sesión se sumaron agentes y representantes de otros entornos de trabajo del resto del Archipiélago en los que se están poniendo en marcha ecoáreas. Como herramientas de dinamización, nos apoyamos en dos elementos. En primer lugar, una mesa redonda que contó con la parcipación de ponentes o expertos en cuesones y planteamientos que los vecinos de La Punta habían idenficado previamente como elementos de interés o inquietudes. En segundo lugar, un grupo experto en dinamización visual iba recogiendo gráficamente todo lo acontecido mientras tenía lugar la mesa redonda y el debate: problemas, planteamientos, intervenciones clave y conclusiones de la sesión. La sesión comenzó con la exposición por parte de una vecina, integrante del foro de parcipación local, que relató los problemas más acuciantes en esta zona marímo-costera. Se refirió a cuesones abordadas durante los meses de trabajo previo con el apoyo de un dinamizador del proyecto, que resulta un elemento vital de cara a preparar estas sesiones. Con posterioridad, la mesa redonda permió “romper el hielo” y profundizar técnicamente en algunos de los problemas planteados, tales como la gentrificación de la zona costera, la sostenibilidad turísca o la accesibilidad y los problemas de conecvidad de la misma. En la segunda parte de la sesión la figura del moderador fue esencial para garanzar la pluralidad de intervenciones, gesonar el empo y avanzar hacia una serie de propuestas comunes. Las conclusiones se recogieron en soporte gráfico para ser compardas con el resto de vecinos. La dinamización en el contexto de las Ecoáreas Fotografías: Equipo de facilitación de la ULL Tanto las redes sociales como la generación de material rápidamente asimilable de manera visual son elementos que pueden ayudar a la difusión de las convocatorias de reuniones y de los problemas que surjan en el proceso. Son una valiosa herramienta de cohesión dentro de un grupo de trabajo y de transmisión de la información para el conjunto del colecvo. En ocasiones, también sirven para ayudar a expresar ideas o dar forma a problemas y soluciones durante las mismas sesiones grupales. Trabajar con mapas conceptuales y con representaciones visuales del territorio y sus elementos puede resultar ideal para, además, mantener el ritmo y la atención de las personas parcipantes. En las fotos, el equipo de dinamización del proyecto Ecoáreas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, apoyado por los integrantes de Enrala Sostenibilidad, durante una sesión de trabajo con los vecinos de Puerto Lajas en Fuerteventura el 26 de noviembre de 2019. Acaso, M., Megía, C. 2017. Art Thinking. Cómo el arte puede transformar la educación. Editorial Paidós, Barcelona. Anderson, H. 1997. Conversación, Lenguaje y Posibilidades. Un enfoque posmoderno de la terapia. Editorial Amorrortu, Barcelona. Barrett, F.J., Fry, R.E. 2010. Indagación Apreciativa: un enfoque positivo para construir capacidad cooperativa. Xn Consultores, Montevideo. Beyebach, M. 2006. 24 ideas para una psicoterapia breve. T.B. Herder Editorial, Barcelona. Anderson, H. 2012. Relaciones de colaboración y conversaciones dialógicas: ideas para una práctica sensible a lo relacional. Family Process 51 (1): 1-20. Varona Madrid, F. 2007. La intervención Apreciativa: una nueva manera de descubrir, crear, compartir e implementar conocimiento para el cambio en instituciones gubernamentales o privadas. Investigación y Desarrollo 15 (2): 394-419. Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia. George, S., London, S., Wulf, D. 2009. Guía para la Colaboración. London, St. George & Wulf Guides for Collaborating. International Journal of Collaborative Practices 1 (1): 1-8. Gergen, K.J., Gergen, M. 2011. Reflexiones sobre la construcción social. Editorial Paidós, Barcelona. O’Hanlon, W.H., Weiner-Davis, M. 1990. En busca de soluciones. Editorial Paidós, Barcelona. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Fondo Europeo de Desarrollo Regional
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Calificación | |
Título y subtítulo | Manual de formación de dinamizadores de las ecoáreas |
Autor principal | Martín Vázquez, Carolina |
Autores secundarios | Cruz Modino, Raquel de la ; González Pérez, José Antonio ; Sansón Acedo, Marta |
Entidad |
Canarias. Consejería de Turismo, Industria y Comercio Fondo Europeo de Desarrollo Regional |
Tipo de documento | Manual |
Fecha | 2020 |
Páginas | 28 p. |
Materias |
Educación ambiental Canarias |
Enlaces relacionados | Más enlaces relacionados : https://mdc.ulpgc.es/cdm/search/collection/MDC/searchterm/ecoareas/field/title/mode/all/conn/and/order/nosort |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 20617216 Bytes |
Notas | Proyecto Ecoáreas mardetodos (Universidad de La Laguna, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Dirección General de Ordenación y Promoción Turística del Gobierno de Canarias) |
Texto | MANUAL DE FORMACIÓN PARA DINAMIZADORES DE LAS ECOÁREAS TÍTULO: MANUAL DE FORMACIÓN DE DINAMIZADORES DE LAS ECOÁREAS FINANCIACIÓN CONSEJERÍA DE TURISMO, INDUSTRIA Y COMERCIO Dr. José Antonio González Pérez (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria) De la Cruz Modino, R. & González Pérez, J.A. (editores) 2019. Manual de Formación de Dinamizadores de las Ecoáreas. Proyecto Ecoáreas-mardetodos. Universidad de La Laguna, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Dirección General de Ordenación y Promoción Turística del Gobierno de Canarias. La Laguna (Santa Cruz de Tenerife): 28 pp. GOBIERNO DE CANARIAS Los estudios y trabajos recogidos en el presente Manual han sido efectuados en el marco del Convenio de Colaboración entre la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de Canarias a través de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes -Consejería de Turismo, Industria y Comercio en la actualidad- y las Universidades de La Laguna y Las Palmas de Gran Canaria para la “Realización del Proyecto de Creación de la Red de Microáreas Ecoturísticas Litorales en Canarias”, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en el Marco del Programa Operativo de Canarias 2014-2020. Universidad de La Laguna, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Gobierno de Canarias, diciembre de 2019. EDITORES FONDO EUROPEO DE DESARROLLO REGIONAL (FEDER) Dra. Raquel de la Cruz Modino (Universidad de La Laguna) REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA Fotografía: Atilio Doreste Alonso Fondo Europeo de Desarrollo Regional AUTORES DEL PRESENTE MANUAL Universidad de La Laguna Martín Vázquez, Carolina De la Cruz Modino, Raquel González Pérez, José Antonio Sansón Acedo, Marta Ilustraciones: Marta Idaira Jiménez Sánchez Diseño y maquetación: Iñaki Granda Barceló Coordinación y edición: Asociación Voltereta, facilitando ideas Fotografías: Atilio Doreste Alonso, José J. Pascual Fernández, Yanira Cáceres (Asociación AVANFUER) y equipo de facilitación de la Universidad de La Laguna. BISAGRA (Banda de Interpretación de Saraos Gráficamente) es un Grupo de Innovación Educativa de la ULL y Unidad de Transferencia FGULL. Registro gráfico de la sesión en Punta del Hidalgo a cargo de Carlos Jiménez y Víctor García (Creative Commons Licence Attribution-Non Commercial-No Derivatives 4.0 International / CC BY-NC- ND 4.0). COLABORADORES AGRADECIMIENTOS: Dirección General de Ordenación y Promoción Turística: José Luis Cárdenes, Antero Cantador y Gina García Cantón. Además de Sara Rendal Freire, José Joaquín O'Shanahan Juan y Naroe Valls O'Shanahan REGISTRO: Depósito Legal: 57-2020 Fotografía: Atilio Doreste Alonso Fotografía: Atilio Doreste Alonso Fotografía: Atilio Doreste Alonso ÍNDICE El patrimonio natural en el litoral de Canarias ¿Qué es la dinamización? ¿Por qué y para qué la dinamización en espacios litorales? ¿Cómo dinamizar? La dinamización en el contexto de las ecoáreas Página 5 Página 7 Página 12 Página 15 Página 26 Las Islas Canarias forman un archipiélago situado en el Atlánco nororiental, apenas a 95 km de distancia de la costa noroeste africana. Se exende a lo largo de 500 km y está constuido por ocho islas mayores (El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa) además de varios islotes y roques. Las islas surgieron desde el fondo del océano hace unos 20 millones de años. Su origen volcánico, su situación geográfica y sus caracteríscas climácas, geomorfológicas y oceanográficas convierten a las islas en un entorno muy parcular en el que encontramos costas muy variadas: desde zonas rocosas muy acanladas hasta playas de callaos o arenas de escasa pendiente. Esa naturaleza volcánica también ha generado fondos marinos singulares, algunos abruptos, con accidentes rocosos, veriles y cuevas, y otros arenoso-lodosos. Debido al efecto del afloramiento (upwelling) de aguas profundas frías ricas en nutrientes que se produce en las costas africanas próximas, la temperatura superficial del agua de mar es diferente a lo largo del archipiélago, siendo las islas occidentales las que enen aguas más cálidas que las orientales. En general, esta temperatura oscila entre un mínimo de 16 a 18°C en invierno y un máximo de 23 a 25°C en verano, aunque estos valores pueden variar según las caracteríscas de las zonas costeras. Las aguas del Archipiélago están bañadas por la denominada Corriente fría de Canarias, una rama descendente de la Corriente cálida del Golfo con dirección SSO que afecta al Atlánco Norte, aunque también existen remolinos y estelas cálidas en las proximidades de las islas. Las costas canarias reciben regularmente oleaje de dos pos: mar de viento y un mar de leva o de fondo. Las costas orientadas al Norte de las islas son más expuestas al oleaje que las orientadas al Sur. Este oleaje es diferente a lo largo del año, siendo generalmente más intenso en invierno-primavera, cuando además del oleaje provocado por los alisios se genera oleaje por tormentas que llegan al archipiélago. en el litoral de Canarias El patrimonio natural Estas caracteríscas de las aguas de Canarias son diferentes de las que corresponderían a su latud, por lo que el archipiélago se considera una zona templada-subtropical. Lo que le aporta un valor singular del que los usuarios del litoral disfrutamos, a través de las más variadas acvidades, profesionales o recreavas. Sin embargo, no sólo los elementos “naturales” afectan y caracterizan las costas del Archipiélago. La elevada densidad de población, el intenso tráfico marímo, la agricultura intensiva, la industrialización y la contaminación en muchas zonas litorales impactan sobre los ecosistemas marinos naturales. En las úlmas décadas, los efectos del cambio climáco también se han notado en las aguas marinas canarias, con evidencias notables de calentamiento, incremento de la presión parcial del CO2 y acidificación. La fauna y la flora marina de Canarias es rica y diversa. Presenta ecosistemas muy complejos y producvos en los que habitan desde organismos microscópicos hasta grandes mamíferos. En total se conocen más de 5000 especies, de las que unas 700 son de peces y otras 700 de algas bentónicas. La gran variedad de hábitats y microhábitats que encontramos en las zonas costeras permite la existencia de una gran biodiversidad de especies endémicas o de más amplia distribución, con afinidades templadas y tropicales. No obstante, en los úlmos años muchos de esos hábitats se han podido ver seriamente dañados. Un ejemplo son los charcos de mareas, que son ambientes parculares en los que habitan muchas especies que no soportan los periodos de emersión (algas, invertebrados y pequeños peces) sobre los que interactuamos de manera codiana desarrollando acvidades de recreación, por ejemplo. Este Manual es fruto del trabajo colaboravo desarrollado entre diversos grupos de población, invesgadores, representantes de las administraciones públicas y representantes de los principales sectores producvos que se citan en el litoral (pescadores, empresarios turíscos, etc.) de las diferentes islas, donde se ha puesto en marcha el proyecto Ecoáreas-mardetodos. De hecho, todas las ecoáreas sobre las que se ha trabajado presentan un patrimonio natural y biodiversidad que merecen atención especial y proporcionan riqueza y servicios ecosistémicos a la población. De ahí la necesidad de involucrarnos en procesos de dinamización que integren todas las voces para favorecer una convivencia armónica y proponer mejoras en su gesón, a la vez que impulsar nuevas iniciavas. Tomar conciencia y pardo frente a los cambios producidos a los ecosistemas marinos puede ser una tarea extensible al conjunto de la población canaria y a sus instuciones. Por ello, en el contexto del proyecto Ecoáreas-mardetodos defendemos que la armonización de usos y la conservación de los valores excepcionales de nuestro litoral debe arcularse a través de la parcipación de las administraciones y de la sociedad civil. Muchas veces habremos oído la palabra “dinamizar” en diferentes contextos. Si nos sumergirnos en el origen griego de la palabra vemos que está relacionado con la capacidad de dar fuerza, energía o movimiento a un proceso. De igual manera, una de las acepciones de la palabra “dinamismo” ene que ver con una energía acva y propulsora. ¿Y qué factores o elementos hacen posible un proceso de colaboración entre personas diversas? ¿Qué podría hacer cualquier persona de una comunidad para converrse en esa energía que dinamiza y mueve un proceso de colaboración? Un proceso que nos permita afrontar retos, crear posibilidades y transformar nuestro litoral en un espacio más sostenible y responsable. Diferentes enfoques plantean que la colaboración se sosene en las relaciones personales y en las conversaciones que se producen en ellas. De manera que, para dinamizar un proceso de colaboración, no existen fórmulas mágicas ni recetas que puedan aplicarse de manera sistemáca en disntos contextos, más bien se podría hablar de una actud facilitadora-dinamizadora en las personas. Una actud que debe surgir de una forma de estar, una forma de conversar, de relacionarse y que implica unos principios y unos valores que nos orientarán a lo largo de todo el proceso. ¿Y si hablamos de dinamizar nuestro entorno o nuestra comunidad y la forma en la que nos relacionamos con él? En ese caso, podríamos hablar de la dinamización como una fuerza propulsora que da energía y mueve un proceso de colaboración entre diversas personas, colecvos y organizaciones privadas y públicas en torno a un mismo objevo. En el caso que nos ocupa, ese objevo estaría relacionado con lograr un desarrollo sostenible y responsable en nuestro espacio litoral. Un desarrollo que permita armonizar los usos del espacio litoral de manera que se favorezca su conservación y cuidado. ¿Qué es la dinamización? Si la colaboración se sosene en la relación entre personas, es evidente que sin las personas y sin relaciones entre ellas no hay proceso, por lo que son un tesoro que hay que cuidar y mimar. Prestar atención, poner en valor y honrar cada aportación y cada experiencia comparda, así como honrar la propia diversidad, puede generar un proceso de transformación mutua en el que cada persona está influida por las personas con las que dialoga y creamos algo común a medida que preguntamos, respondemos y se produce esa conversación. La colaboración genera creavidad, transformación y posibilidades. Además, da sendo de pertenencia y bienestar a las personas a través de las relaciones que se construyen. Por eso, invitamos a cuidar las relaciones desde el primer momento con una actud de hospitalidad, inspirada en la metáfora del anfitrión e invitado de Harlene Anderson. Esta metáfora nos permirá preguntarnos en cada momento del proceso qué podemos hacer para ser un buen anfitrión y para hacer senr a las personas bienvenidas, cómodas y especiales... Y también podemos preguntarnos qué podemos hacer para ser buenas invitadas, ser bienvenidas y que nos vuelvan a invitar a parcipar. Hacernos estas preguntas puede ayudarnos a la hora de pensar cómo plantear la invitación a otras personas para que parcipen o cómo comenzamos a recibir y a conocer a esas personas. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la gente en su vida codiana busca formas de avanzar, crecer y superarse. Esto nos lleva a pensar que las personas están llenas de recursos y herramientas y nos hace ver la ulidad de relacionar las situaciones que surgen en estos procesos con su día a día, con el saber codiano de cada persona. De este modo, ser capaz de acoger a cada persona con todas sus diferencias y recursos, facilita que el grupo que se vaya formando durante el proceso pueda enriquecerse a parr de sus diferencias y ofrece una visión posiva de las personas con las que colaboramos, independientemente de sus historias y circunstancias. Cuidado de las relaciones dinamizar Nos decantemos por unas formas u otras de facilitar esa relación de igualdad, podemos plantearnos cómo miramos las diferentes ideas, conocimientos, intereses y experiencias. Evidentemente, en una relación horizontal no hay una idea más válida que otra y mucho menos debe influir de quién venga esa idea o aportación. Estamos invitando a un proceso de indagación mutua, dando por hecho que la visión de la otra persona es tan valiosa como la nuestra, para que ambas podamos aportarnos mutuamente. Si queremos invitar a sumarse y colaborar a más personas es muy importante construir una relación horizontal, donde cada persona sienta que ene las mismas oportunidades de expresarse, aportar y decidir. Donde se valore y reconozca aquello que las hace diferentes y únicas: desde la persona extroverda a la más mida, desde el conocimiento y la sabiduría de la persona que pesca, a la que invesga desde la universidad… En todo momento es úl preguntarnos qué podemos hacer para facilitar esa relación horizontal. Por ejemplo, sentarnos en círculo permite que todas las personas puedan verse las caras y hablar con más facilidad que si nos sentamos en filas. Si ulizamos disntas formas de pensar y expresarnos, por ejemplo a través del arte o de dinámicas, será más probable que todas las personas aporten y no solo las más extroverdas o las que enen las ideas más claras. dinamizar Igualdad de condiciones desde la diferencia Las diferencias pueden entenderse como oportunidades porque abren nuevas posibilidades y ofrecen alternavas creavas y más ricas. En muchas ocasiones, las personas parmos de un punto de vista determinado y la riqueza de un grupo reside en la diversidad de puntos de vista y voces. Por mucho que creamos que entendemos a una persona, nunca podremos meternos en su cabeza y ver las cosas igual que ella. Por eso, el reto consiste en tratar de entender para aproximarse lo más posible a la mirada de cada persona. Si somos capaces de guiarnos por la curiosidad ante las diferentes opiniones, podremos abrir el enfoque, como cuando subimos a un mirador, y tomar decisiones con perspecva más amplia. En un diálogo guiado por la curiosidad y por la apertura ante las diferencias, realizar votaciones desaprovecha la riqueza de las diferencias como abono para la creavidad. Esto implica actudes como no defender posturas, evitar juicios de valor, relavizar las verdades absolutas y tratar de entender todo lo que aporta cada voz. Si pensamos en un grupo de música, entenderemos que los instrumentos no comperán para ver cuál suena mejor, sino que se ensayará para potenciar las diferencias armonizándolas en una melodía común. En nuestro caso, la curiosidad y apertura serán nuestras herramientas para afinar y armonizar los diferentes instrumentos. Curiosidad y Apertura Relación horizontal: Cuando nos embarcamos en un proceso colaboravo surge la necesidad de aceptar la incerdumbre del propio proceso para poder ser flexibles e ir ajustando nuestro movimiento a los cambios, imprevistos, dificultades, oportunidades y así adecuarnos al ritmo del propio proceso, al igual que un barco debe acompasarse al ritmo del mar. Esto no implica que el marinero o la marinera no tenga que prepararse para salir a navegar. Puede planificarse, marcarse objevos, calcular unos empos… y a la vez aceptar la incerdumbre del mar. En nuestro caso no se trata de ir a la deriva, ya que los planes, las metas y la manera de alcanzarlas nos ofrecen caminos para no perdernos en el proceso. Planificar nos puede proporcionar un mapa con el que podamos abordar el proceso, no como una certeza, sino como una posibilidad de la que estamos dispuestos a desprendernos, aceptando la incerdumbre y haciéndonos responsables de nuestra propia expectava para que no esclavice el proceso. Cuantas más posibilidades contemplemos, más creavidad y mayor libertad tendremos para elegir en cada momento y en cada circunstancia lo que resulte más úl, desapegándonos de los planes iniciales si es necesario y buscando alternavas o decidiendo ante las posibilidades que surjan. Con flexibilidad y capacidad de ajuste, no habrá errores, habrá aprendizajes que se podrán incorporar para fortalecer el trabajo que se va desarrollando. Nuestra ancla en medio de la incerdumbre del proceso es la presencia. Estar presentes implica que los ritmos y los empos los marcan las propias personas que parcipan en el proceso, no la planificación previa que nosotros hemos hecho. Es decir, se trabaja con lo que ocurre, no con lo que esperábamos que ocurriera. Los empos limitantes nos pueden llevar a apartar la mirada de lo importante: las personas y sus relaciones. La incertidumbre del proceso La combinación de todos los valores anteriores puede generar un movimiento de colaboración sostenible y en el que predomine la corresponsabilidad, al igual que sucede en los ecosistemas naturales. La corresponsabilidad se puede considerar una suma de responsabilidades, en la que cada persona solo puede empezar por sí misma. De este modo, la puesta en prácca de estos valores a lo largo del proceso debe empezar por la propia persona que lo promueve. La igualdad, la apertura, el cuidado de las relaciones y la flexibilidad son semillas que podemos plantar en nuestro propio jardín para que germinen y polinicen, preguntándonos en cada momento qué podemos hacer para movernos siempre desde esos valores y para fomentarlos en las relaciones que establecemos. Sostenibilidad: de la responsabilidad a la corresponsabilidad Los espacios marímo-costeros son entornos ricos y a la vez frágiles, en los que grandes grupos de población nos encontramos y a los que damos diferentes usos. Muchos de estos usos enen fines económicos, tal y como estamos acostumbrados a ver en las zonas sur y suroeste de las Islas Canarias, donde podemos encontrar marinas, establecimientos hoteleros y extrahoteleros a pie de playa, así como una variada oferta de acvidades marinas. Sin embargo, los espacios y los recursos marímo-costeros son empleados también por la población local como lugar de residencia, de relax y esparcimiento; siendo ideales para el recreo, el deporte o el veraneo. Usos como el surf o el submarinismo, por ejemplo, pueden ser praccados con fines educavos o comercializados como producto turísco. Y a su vez, siendo muy populares entre la población local que los pracca, pueden ser ejercidos por diferente po de usuarios y estar somedos a la vigilancia de disntas administraciones responsables. Esa mulplicidad de usos y de usuarios da una especial configuración a nuestro litoral, en el que turistas, residentes y trabajadores del turismo nos encontramos y donde, necesariamente, debemos convivir. Los espacios marímo-costeros están somedos a muchas normavas, por lo que las administraciones locales y regionales se pueden encontrar comparendo competencias y responsabilidades. Los usos que podemos llevar a cabo sobre estos espacios y recursos se encuentran muy regulados, incluso por diferentes administraciones a la vez. Además, otras endades, como las Reservas de la Biosfera o las Reservas Marinas, pueden también tener presencia y hallarse involucradas en su conservación, jugando un papel importante en su gesón. A todos ellos se suman ciertas organizaciones de la sociedad civil. Algunas, como las Cofradías de Pescadores, han podido parcipar históricamente en la co-gesón de determinados usos, aunque con diferentes limitaciones. En la actualidad, fundaciones y asociaciones también van tomando un papel protagonista en la conservación del patrimonio marímo-costero a través de diferentes acciones. ¿Por qué y para qué la dinamización en espacios litorales? Además, durante las úlmas décadas los espacios marímo-costeros se han converdo en lugar de residencia permanente para muchos habitantes de las islas que buscan vivir a la orilla del mar. Tanto los nuevos como los viejos residentes demandan mejoras en la configuración y la prestación de servicios en estos núcleos poblacionales, más allá de los que cabría esperar de los tradicionales entornos costeros empleados como meras residencias temporales. Mejorar la calidad de vida de los residentes en la zona marímo-costera no se limita a la conservación de los recursos sino que obliga a buscar fórmulas para adaptar infraestructuras, tales como accesos, que pueden estar obsoletas, así como una oferta de servicios sociales y culturales que puede resultar insuficiente para dar atención y garanzar la sostenibilidad de las poblaciones litorales. Dinamizar el diálogo entre los diferentes residentes y usuarios de los entornos marímo-costeros, con el fin de detectar las necesidades y plantear las demandas colecvas, es uno de los objevos del proyecto Ecoáreas. Pero para ello es necesario aprender y evaluar, en primer lugar, cómo podemos parcipar, aportando cada uno nuestro granito de arena. En el contexto de los foros de parcipación de las ecoáreas, por ejemplo, la vecindad, las personas usuarias del mar y las administraciones se encuentran para tomar decisiones y plantear propuestas o reivindicaciones colecvas que mejoren la gesón sostenible de los entornos marímo-costeros. Estos foros son un ejemplo más del po de organizaciones de la sociedad civil que, hoy por hoy, se encuentran para alzar su voz y parcipar en la gesón codiana de los espacios y recursos marímo-costeros. De este modo, encontramos una realidad compleja por la riqueza y fragilidad del espacio, por sus diversos usos, por la división de competencias entre administraciones y por la necesidad de buscar un equilibrio entre los diferentes intereses económicos, de convivencia y medioambientales. El uso desordenado en función de cada interés, así como una planificación limitada o divida entre diferentes administraciones públicas, pone en peligro y deteriora en muchas ocasiones estos espacios tan vulnerables. Fotografía: José J. Pascual Fernández De este contexto surge la necesidad de ir más allá de soluciones a corto plazo o propuestas parciales que tengan en cuenta un único interés. Estamos hablando de un bien común del que todas las personas somos responsables y sobre el que tenemos derecho a decidir y aportar para su conservación. Por todo ello, afrontamos el reto de buscar fórmulas de implicar a todas las voces protagonistas en estos espacios y aprovechar la riqueza de los disntos conocimientos, visiones, experiencias y movaciones, abriendo nuevas posibilidades hacia un desarrollo más sostenible y responsable de nuestro espacio litoral. Para tener resultados disntos a los habituales es necesario probar cosas disntas. Se trata de crear un movimiento sostenible que aúne a todas las voces, aprovechando todos los recursos, generando una red de colaboración que permita un cuesonamiento connuo, que esté en constante evolución, aprendiendo, marcándose nuevos horizontes, abriendo nuevas posibilidades, con el fin de crear una forma de desarrollo sostenible en la que todas las partes se sientan tenidas en cuenta y sean corresponsables del proceso y de su entorno. Esto supone que cualquiera de las personas u organizaciones que tengan relación con un espacio litoral puede converrse en el motor inicial que ponga en marcha un proceso de dinamización para que un espacio sea reconocido como Ecoárea. Un proceso que debe ser parcipavo, basado en el diálogo y en la colaboración y para el que, como decíamos, no hay fórmulas mágicas ni recetas milagrosas. Un proceso de búsqueda conjunta de alternavas y soluciones que tengan en cuenta todas las opiniones para poder actuar con una visión más amplia, global e integral, en la que se cuente con todas las personas que se quieran y puedan sumar para llegar más lejos. Fotografía: José J. Pascual Fernández Inspirado en disntas metodologías, como la Indagación Apreciava, la Intervención Sistémica Breve y el Art Thinking, y al resguardo de una misma filosoa, las Práccas Colaboravas y Dialógicas, a connuación se plantean situaciones y momentos claves que se pueden encontrar en un proceso de colaboración y se proponen algunas técnicas, dinámicas y formas de conversar para facilitar la parcipación. El uso de estas técnicas y dinámicas no ha de considerarse como una guía de pasos a seguir en orden prestablecido y de manera rígida. Más bien se puede ver como cuando las olas llegan a la orilla, que pueden venir en series, una tras otra o no. Puede cambiar el orden, el ritmo y podemos decidir cuáles queremos surfear, dependiendo del momento, y cuáles no. Lo ideal es que los principios y valores que guían esta filosoa sean los que nos sirvan como brújula para decidir cuál es el paso más adecuado en cada momento. ¿Cómo dinamizar? El primer diálogo empieza dentro de la propia persona que quiere clara nuestra intención para poder hacer pública la invitación y que puedan parcipar más personas. Es importante que el proceso esté siempre abierto y sea público y visible para que más personas puedan unirse cuando lo deseen. Cuantas más personas parcipen y más diversas sean, más rico será el proceso y el resultado. Sin olvidar que un pequeño grupo de personas con ilusión, paciencia y apertura puede mover montañas y contagiar a muchas más personas. Desde ese punto de parda, hay que tener en cuenta que cada comunidad es disnta, al igual que lo es cada litoral y cada ecosistema. Así pues, en cada territorio habrá que buscar a aquellas personas, colecvos y organizaciones vinculadas a ese espacio litoral que quiere proponerse como Ecoárea. Aquí podemos contar, en función de la ulización que hacen del litoral, con cualquier persona de la vecindad, ya sea porque son usuarias de las zonas costeras o porque desarrollan alguna profesión o deporte relacionado con el mar: pescadores, buceadores, surferos, invesgadores, etc. También encontramos al tejido asociavo (asociaciones de vecinos, de mayores, juveniles, medioambientales, culturales, sociales, etc.); empresas que de alguna forma explotan el litoral (hoteles, restaurantes, escuelas de deportes náucos) y también las administraciones públicas con competencias relacionadas. Dependiendo de la comunidad de la que se trate, la información sobre el proceso podrá facilitarse desde la administración pública, desde las personas de la propia comunidad, a través de Internet… impulsar el proceso. Ser consciente de ese diálogo ayuda a tener ¿Y por dónde empiezo? ¿Con quién hablo? La primera conversación genera unas expectavas Al igual que la persona que inicia un proceso de colaboración ene una intención que le mueve a ello, cada persona a la que queremos invitar a la conversación puede tener una visión o un interés que es importante conocer. La curiosidad que tanto se ha nombrado y la capacidad de escucha son la mejor brújula para guiar el diálogo. Recordando la metáfora del anfitrión y el invitado, podemos diseñar en cada caso la manera de ponerla en prácca, mientras hacemos pública nuestra intención, invitamos a parcipar y descubrimos la visión e intereses de los demás respecto al litoral. Con hospitalidad y respeto podemos elegir la manera de plantear estos aspectos y converrlos en preguntas que nos ayuden a dinamizar la conversación: ¿Cuál es tu visión de nuestro litoral? ¿En qué situación lo ves? ¿Cómo te sueles relacionar con él? ¿Qué ha significado en tu vida? ¿Qué te mova del litoral? ¿Qué valoras del mismo? ¿Qué te preocupa de él? ¿Cómo te gustaría verlo dentro de unos años? ¿Qué tendría que pasar para que sucediera eso que imaginas? No se trata de hacer todas las preguntas, ni tampoco hacerlas en un orden determinado. Podemos encontrar personas a las que les digas: “Quería hablar de nuestro litoral y saber qué opinas” y te cuenten todo lo que piensan. Sin embargo, para otras personas será más fácil ayudarles a reflexionar a través de preguntas y también habrá quien no encuentre, en principio, la respuesta a algunas preguntas. No importa. No hay que forzar. Siempre es más importante cuidar a la persona, ser flexible, valorar lo que ofrece y honrarlo, confiando en el proceso, como cuando cocinas a fuego lento. sobre el po de relaciones que se van a establecer. Por lo tanto, si queremos iniciar un proceso de colaboración podemos prepararnos para cuidar las relaciones desde la primera conversación, tratando de ser lo más coherentes con los valores que queremos promover. ¿Cómo iniciamos la conversación? En este aspecto, el arte y lo simbólico ene un potencial infinito, no solo en la forma de registrar esa diversidad de experiencias y voces (con libros, fotos, vídeos, murales, etc.), sino también para reflexionar, aprender, emocionar y contagiar. Lo ideal es que todas las personas parcipantes vean, oigan y sientan lo que se va descubriendo, con las disntas voces que parcipan, para ampliar la mirada y empezar a construir algo común. En un primer momento, las conversaciones pueden ser individuales o por grupos. En cualquier caso, es úl que en algún momento se entremezclen las visiones, miradas, movaciones, senres y experiencias de las disntas voces que se van uniendo al proceso para empezar a construir algo común. Por ello, sería interesante diseñar una forma creava de recoger y comparr la información que se va descubriendo en esta etapa. Así se podría devolver a la comunidad y connuar dialogando a parr de esa visión común que se va creando. Además, esta información será muy úl para difundir el proceso e invitar a más personas a parcipar y seguir sumando. En este punto podría ser buen momento para invitar a todas las personas que han parcipado, y también a nuevas incorporaciones, a encontrarse para presentarles la información recogida y, a parr de ahí, connuar con un diálogo y un trabajo colaboravo que nos permita empezar a definir los temas y objevos que se quieren abordar respecto al espacio litoral que queremos proponer como Ecoárea… Estamos creando una historia a parr de muchas historias. Estamos encajando un puzle, integrando las disntas miradas, senres, movaciones e inquietudes respecto al litoral que queremos proponer como Ecoárea. Integrar toda la información que hemos recogido en las primeras conversaciones y devolverla a la comunidad facilita que cada persona que parcipa pueda ampliar su punto de vista con el del resto de personas, enriqueciendo la visión y movaciones que tenía inicialmente y abriendo nuevos horizontes y posibilidades para seguir conversando en esa búsqueda de metas compardas. de lo individual a lo grupal? ¿Y cómo pasamos Cuidar las relaciones también implica dar espacio para que la gente se pueda conocer de manera más personal, cercana y distendida, por lo que puede ser úl reservar un empo en cada encuentro para comparr una pequeña merienda o hacer algunas dinámicas que permitan romper el hielo, conocerse y favorecer el trabajo en equipo. Lo normal es que si han parcipado disntas personas nos encontremos con variedad de visiones, inquietudes y movaciones sobre el litoral… ¿Y si a la hora de decidir, en lugar de votar apostamos por escuchar las diferencias, curioseamos sobre las ventajas que aportan y valoramos si podemos fusionar las disntas visiones en lugar de dividir o priorizar en función de los intereses de las personas parcipantes? Es posible consensuar objevos o ideas diferentes sin necesidad de votaciones. Hay muchas maneras de facilitar la creación colaborava sin descartar las diferencias para así cuidar y enriquecernos con todas las personas y todas las visiones. Por ejemplo, se puede invitar a cada persona a reflexionar, parendo de toda la información que tenemos, sobre la manera en que les gustaría ver el espacio litoral dentro de unos años con un uso más sostenible y responsable. Indagar sobre cuál es su sueño para ese espacio, qué cosas serían disntas en ese futuro hipotéco y en qué cosas o situaciones notaría que su sueño se ha hecho realidad. Cada persona puede escribir en un papel el resultado de esa reflexión y después formar pequeños grupos, en los que podemos comparr todas las respuestas y escribir las ideas (una idea por papel) para después comparrla con el gran grupo, sin descartar ninguna propuesta. De esta manera, al comparr las ideas de los pequeños grupos con todo el grupo se parte de lo común y se suman las diferencias. Que tengamos una idea en cada papel permirá que, posteriormente, podamos agrupar esas ideas por categorías, proporcionando una visión global de los diferentes temas que se quieren abordar. Esta dinámica para parr de lo individual al pequeño grupo, y posteriormente al gran grupo, facilita que todas las personas puedan pensar, expresarse y aportar de manera igualitaria, tanto las extroverdas como las más midas. Evidentemente, hay otras maneras de hacerlo y esta es solo una posibilidad. Otra forma podría ser llevar al encuentro materiales diversos (telas, bolsas, envases reciclados, materiales para manualidades, etc.) y formar pequeños grupos, invitando a las personas a representar con una arquitectura emera (o con una canción, un dibujo, una pequeña representación teatral, etc.) la imagen que les viene a la cabeza cuando piensan en su espacio litoral como una Ecoárea sostenible y responsable. Cada grupo tendría que explicar lo que representa su obra de arte. Y después se puede lanzar un reto a todos los grupos preguntándoles si serían capaces de unir todas esas imágenes y obras de arte. Si aceptan el reto, les damos espacio y empo para que lo hagan y vuelven a explicar el resultado final. En los momentos de puesta en común es importante tener curiosidad y hacer preguntas para profundizar en el significado de la creación. Al final se puede validar con el grupo cuáles son los temas concretos que tratan las representaciones y qué objevos se plantean a parr de esos temas. En el momento en el que se diseñan objevos comunes es recomendable dejar los “cómo” para cuando se hayan definido los “qué”, a no ser que surja una idea de “cómo” hacer algo nos ayude a sumar y avanzar. No se trata de frenar las buenas ideas que puedan surgir, sino de evitar el hecho de que pensar en cómo lo vamos a hacer, desvíe la atención o coarte la creavidad del grupo para pensar en “qué” queremos conseguir. En cualquier caso, si aparece una buena idea sobre cómo alcanzar una meta se puede tener en cuenta para cuando llegue el momento. Es importante que cada persona pueda aportar allí dónde se sienta más cómoda y movada, ya que buscamos dar alas, no cortarlas. Una manera de desarrollar el diseño puede ser: tener los objevos que se hayan consensuado escritos en cartulinas y ponerlos en disntos rincones para invitar a cada persona a que se coloque en aquella tarea u objevo por el que más le move trabajar. Dependiendo de cada contexto, del número de personas, de sus movaciones, etc., los objevos obtenidos se pueden priorizar unos ante otros, se pueden unir o mezclar y se pueden dividir para desarrollarlos de forma paralela a través de comisiones que se formen para bordar algunas cuesones. Todas estas cosas, obviamente, habrá que decidirlas en grupo. Las maneras de hacer que los objevos y los sueños aterricen, en el diseño de acciones y pasos concretos del día a día que permitan alcanzarlos, pueden ser variadas. El uso de una u otra manera dependerá del grupo que se ha formado y lo que más le pueda encajar. Como en todos los momentos de este proceso de colaboración, lo más importante será cuesonarnos sobre cómo ser lo más coherentes con los valores propuestos. Por eso, aunque las preguntas puedan cambiar y podamos ser creavos con las dinámicas, la mecánica puede ser similar. Una vez formados los grupos en función de sus movaciones comunes, se puede dar empo para que las personas dialoguen sobre lo que se podría hacer para alcanzar ese objevo concreto que les ha unido. Se puede esmular ese diálogo con algún planteamiento como, por ejemplo: ¿Y ahora qué? Muy bonito todo lo que sonamos, pero... ¿cómo lo hacemos? Imaginen que ha pasado un año y han tenido tanto éxito trabajando por el objevo propuesto que han superado sus propias expectavas respecto al objevo a alcanzar. Gracias a ese éxito, ha salido una nocia en la portada de un periódico contando lo que han logrado, lo que han hecho para conseguirlo y de qué manera se han organizado para hacerlo posible. Escriban lo que pondría en esa nocia del periódico. A parr de las propuestas que hayan diseñado en grupos sobre las acciones para lograr cada objevo y las ideas que hayan podido aparecer en la puesta en común, seguimos conversando para avanzar hacia la concreción de pasos específicos con el compromiso de las personas responsables y posibles fechas para llevarlo a cabo. Podemos plantearnos preguntas como: ¿Qué vamos a hacer para lograr ese objevo? ¿En qué consiste la acción que quieren desarrollar? ¿Por dónde empezamos? ¿Qué necesitaremos para desarrollarla? ¿Quién, cuándo y dónde se desarrollará cada paso? Habrá objevos que sean más fáciles y rápidos de conseguir que otros, por lo que temporalizarlos y valorar cuánto empo nos puede llevar cada paso ayudará a transmir al grupo la visión de un proceso en el que es necesaria la paciencia para avanzar poco a poco. Documentar todo el proceso (de manera escrita, audiovisual, con facilitación gráfica, etc.) sigue siendo vital a lo largo del proceso. Si tenemos algún soporte en el que poder comparr el sueño común, los objevos que tenemos, lo que valoramos del espacio litoral, lo que vamos consiguiendo y cómo queremos connuar, nos ayudará a tenerlo presente y, a la vez, seguir difundiendo el proceso para que siga vivo. Además de animar a cada grupo a escribir su nocia o a diseñar otra acción, lo más importante es que cuando compartan sus nocias o lo que hayan diseñado sea considerado como una propuesta inicial para reflexionar y enriquecer entre todas las personas parcipantes. A parr de ese momento tendremos que empezar, paso a paso, a desarrollar las acciones diseñadas conjuntamente. Mientras tanto, podemos ir valorando, cuesonando y ajustando cada paso, redefiniendo objevos o acciones cuando sea necesario, procurando reconocer los logros y las mejoras alcanzadas e incorporando los aprendizajes al propio proceso. La sostenibilidad del proceso puede ser un gran logro en sí mismo. Un proceso de colaboración no se orienta solo a solucionar un problema o situación, va más allá de las metas y las acciones que se desarrollen, con mayor o menor éxito. Al igual que las mareas suben y bajan, puede haber momentos en los que se unan muchas personas y se logren objevos que impulsen el proceso; y puede haber momentos en los que parcipen pocas personas y parezca que el proceso se ralenza… Son parte de un mismo ciclo. En ambos casos, invitamos a connuar en movimiento. Las metas se pueden replantear a medida que avanzamos y mientras seguimos invitando a parcipar, soñando, concretando objevos y diseñando acciones para lograrlos. En todo este proceso de colaboración se puede generar una forma de relacionarnos y unos beneficios para cada persona que parcipa, y para la comunidad e n s í m i s m a , q u e p ro b a b l e m e n t e trasciendan los objevos iniciales y faciliten la creación de modelos de desarrollo s o s t e n i b l e b a s a d o s e n l a corresponsabilidad, la igualdad y la apertura a la diferencia… ¿Y ya está? Primeras conversaciones: realizar la invitación y descubrir otras visiones individuales, movaciones, sueños, experiencias, saberes, fortalezas… Decidir si quiero embarcarme en esta aventura y estar abierto a las movaciones de otras personas. Comparr las visiones, movaciones y fortalezas descubiertas en las primeras conversaciones. Preguntarme por mi intención y movación para poder transmirla. Descubrir a qué personas, colecvos y organizaciones relacionadas con el litoral podría invitar a colaborar. Parendo de la información comparda, preguntamos qué queremos lograr, para pasar de lo parcular a lo común obteniendo un sueño compardo. Concretar el sueño en metas o acciones para lograrlo. Parmos de lo común y sumamos las diferencias. Pasamos a la acción: desde un cuesonamiento connuo, con capacidad de ajuste y flexibilidad, tratamos de integrar el aprendizaje del propio andar. Valoramos y redefinimos metas y acciones. Propiciar el encuentro de las personas parcipantes para: ¿Cómo organizarme ¿Cómo trasladar y discutir colectivamente a nivel local? una idea o propuesta de mejora? Si en lugar de crear conjuntamente una propuesta, se quiere trasladar y discur colecvamente, lo ideal es hacerlo de manera tentava, es decir, plantearla como una posibilidad, de la forma más honesta y pública, con total desapego de lo que pase, para que la diversidad del grupo la enriquezca. Si surgen dudas, objeciones, miedos u otras alternavas es vital escucharlas, explorarlas, valorar qué podrían aportar esos puntos de vista. Curiosear otras posibilidades da margen a una creavidad y flexibilidad que pueden provocar la transformación de la propia propuesta. Crear un ambiente adecuado para el diálogo, invitando a escuchar desde la curiosidad las diferencias, a expresarse haciendo explícito que cada voz habla desde su punto de vista, evitando juicios de valor y defender posturas y, ante la duda, priorizar siempre el respeto. Las personas que forman parte del proceso también pueden estar preparadas para estas situaciones de acogida y diseñar una forma de comparr su historia, sus valores y sus metas cuando lleguen nuevas personas para posibilitar que éstas puedan parcipar en igualdad de condiciones. No obstante, es importante ver ese empo dedicado a las personas nuevas como una inversión, en lugar de una pérdida de empo o un retraso ya que todas las personas pueden parcipar y dejar de parcipar en diferentes momentos, de manera que estar abierto y ser capaz de acoger puede ser una clave vital para mantener el proceso vivo. Además, las personas que se incorporan traen nuevas miradas, ideas, ilusiones y ánimos que pueden ser muy ricos para revitalizar el propio proceso. Siempre desde la hospitalidad, nos preguntaremos qué podemos hacer para que las personas sientan ganas de volver o qué nos haría a nosotros volver. No obstante, es necesario buscar un equilibro para que las personas no sientan que se deene el proceso cada vez que llega una persona nueva pero, a la vez, encontrar ese espacio para comparr la visión, la historia y las metas con las personas que se incorporan. ¿Cómo gestionar la llegada de nuevos miembros al proceso? ¿Cómo gestionar el conflicto ante intereses o posturas opuestas? En el marco del proyecto Ecoáreas hemos desarrollado diversos encuentros de dinamización, con vecinos y representantes de diversas endades y administraciones, en el contexto de las diferentes ecoáreas piloto propuestas. Una de las más recientes se celebró el día 30 de noviembre de 2019 en el Centro Ciudadano de Punta del Hidalgo. Además de vecinos e invesgadores, a esta sesión se sumaron agentes y representantes de otros entornos de trabajo del resto del Archipiélago en los que se están poniendo en marcha ecoáreas. Como herramientas de dinamización, nos apoyamos en dos elementos. En primer lugar, una mesa redonda que contó con la parcipación de ponentes o expertos en cuesones y planteamientos que los vecinos de La Punta habían idenficado previamente como elementos de interés o inquietudes. En segundo lugar, un grupo experto en dinamización visual iba recogiendo gráficamente todo lo acontecido mientras tenía lugar la mesa redonda y el debate: problemas, planteamientos, intervenciones clave y conclusiones de la sesión. La sesión comenzó con la exposición por parte de una vecina, integrante del foro de parcipación local, que relató los problemas más acuciantes en esta zona marímo-costera. Se refirió a cuesones abordadas durante los meses de trabajo previo con el apoyo de un dinamizador del proyecto, que resulta un elemento vital de cara a preparar estas sesiones. Con posterioridad, la mesa redonda permió “romper el hielo” y profundizar técnicamente en algunos de los problemas planteados, tales como la gentrificación de la zona costera, la sostenibilidad turísca o la accesibilidad y los problemas de conecvidad de la misma. En la segunda parte de la sesión la figura del moderador fue esencial para garanzar la pluralidad de intervenciones, gesonar el empo y avanzar hacia una serie de propuestas comunes. Las conclusiones se recogieron en soporte gráfico para ser compardas con el resto de vecinos. La dinamización en el contexto de las Ecoáreas Fotografías: Equipo de facilitación de la ULL Tanto las redes sociales como la generación de material rápidamente asimilable de manera visual son elementos que pueden ayudar a la difusión de las convocatorias de reuniones y de los problemas que surjan en el proceso. Son una valiosa herramienta de cohesión dentro de un grupo de trabajo y de transmisión de la información para el conjunto del colecvo. En ocasiones, también sirven para ayudar a expresar ideas o dar forma a problemas y soluciones durante las mismas sesiones grupales. Trabajar con mapas conceptuales y con representaciones visuales del territorio y sus elementos puede resultar ideal para, además, mantener el ritmo y la atención de las personas parcipantes. En las fotos, el equipo de dinamización del proyecto Ecoáreas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, apoyado por los integrantes de Enrala Sostenibilidad, durante una sesión de trabajo con los vecinos de Puerto Lajas en Fuerteventura el 26 de noviembre de 2019. Acaso, M., Megía, C. 2017. Art Thinking. Cómo el arte puede transformar la educación. Editorial Paidós, Barcelona. Anderson, H. 1997. Conversación, Lenguaje y Posibilidades. Un enfoque posmoderno de la terapia. Editorial Amorrortu, Barcelona. Barrett, F.J., Fry, R.E. 2010. Indagación Apreciativa: un enfoque positivo para construir capacidad cooperativa. Xn Consultores, Montevideo. 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