Entre el Valle
y el Barranco.
El poblamiento
guanche en Tejina
y Valle de Guerra
2
Índice
•
Historia de la investigación..........................................................................4
•
Historia de los descubrimientos.................................................................6
•
Distribución de yacimientos en el Barranco de Tejina-Milán..................................................................................................8
•
El poblado en cuevas del Barranco de Milán......................................10
•
El mundo funerario en el Barranco de Tejina-Milán..........................12
•
La economía de producción en el Barranco de Tejina-Milán................................................................................................14
•
Distribución de yacimientos en el Valle de Guerra...........................16
•
El poblamiento costero guanche de La Barranquera......................18
•
Las manifestaciones rupestres en el Valle de Guerra.....................20
•
La explotación y consumo de recursos marinos en la costa de Valle de Guerra............................................................................22
•
Reutilizaciones históricas y nuevos usos.............................................24
•
Estado de conservación de los yacimientos arqueológicos........26
•
Comportamiento cívico ante el Patrimonio Arqueológico...........28
•
Bibliografía arqueológica sobre la zona..............................................30
CRÉDITOS
Edita: Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna (Concejalía de Patrimonio Histórico)
Textos: Francisco Pérez Caamaño y Javier Soler Segura
Fotografías, Maquetación y Diseño: Cultania. Gestión Integral de la Cultura y el Patrimonio Histórico · 922 079 830 · info@cultania.com www.cultania.com
ISBN: 978-84-17522-20-9
Depósito Legal: TF 1024-20183
Introducción
Esta breve publicación es un complemento didáctico a la exposición «Entre el Valle y el Barranco. El poblamiento guanche de la costa lagunera» que el Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna ha ideado como proyecto de investigación, difusión y puesta en valor del Patrimonio Arqueológico presente en los núcleos de Tejina y Valle de Guerra. Se enmarca en el Aniversario de Patrimonio Mundial, así como en el 25 Aniversario del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España y el Año Europeo de Patrimonio Cultural 2018.
Pretende no solo ofrecer una síntesis rigurosa del conocimiento arqueológico que se posee actualmente en las zonas sino, sobre todo, proporcionar material de consulta con el que involucrar a la ciudadanía en la conservación y protección del legado aborigen presente en esta parte del municipio lagunero.Será a lo largo del siglo XIX cuando se haga evidente la necesidad de atender a los restos arqueológicos como fuente documental esencial para conocer la tecnología, economía, sociedad o creencias de los primeros habitantes del Archipiélago. Investigadores como Sabino Berthelot, René Verneau o Juan Bethencourt Alfonso contribuyeron a extender esta idea. Un lugar importante donde se constató las posibilidades que ofrecían los restos arqueológicos fue el Barranco de Agua de Dios-Tejina-Milán y Valle de Guerra, de donde se extrajeron innumerables restos que pasaron a engrosar muchas colecciones privadas y públicas.
Historia de
la Investigación
Excavación de El Calabazo, 1985. Tomado de Valencia y Álamo
Retrato de Sabino Berthelot
45
Pero no será hasta la década de los cuarenta del siglo XX cuando la investigación arqueológica se centre de manera sistemática en los restos arqueológicos existentes en Tejina y Valle de Guerra. Entre 1944 y 1947, Luis Diego Cuscoy realizó diversas intervenciones en la zona, poniendo de manifiesto una vez más su riqueza arqueológica: excavó intensamente entre la costa de Tacoronte y Valle de Guerra, en el Barranco de Agua de Dios, así como en sus tramos de Tejina-Milán, revelando la importancia de la comarca para entender los contextos funerarios y domésticos de los guanches. En décadas posteriores, el propio Diego Cuscoy expuso sus propias conclusiones sobre el poblamiento guanche de la zona noreste de Tenerife, y posteriormente a sus investigaciones, han tenido lugar diversos trabajos técnicos de recopilación de información arqueológica y patrimonial, destacando la excavación en 1985 de la cueva de El Calabazo, en la costa de La Barranquera, la declaración como BIC en 2005 de esta misma zona o, más recientemente, la prospección arqueológica del Barranco de Tejina-Milán.
BIC de La Barranquera
Portada de Los Guanches,
de Luis Diego Cuscoy (1968)6
Distribución de los yacimientos arqueológicos conocidos en Tejina y Valle de Guerra
Valle de Guerra
de ellas en la Caleta de Milán
y otra en la ladera izquierda
del barranco, de donde
extrajo hasta 21 individuos,
poniendo de manifiesto que
la zona había sido un poblado
guanche de relevancia. También
reconocerá la cueva sepulcral
de Los Pilones, en la ladera
izquierda del Barranco de
Tejina, y excavará la cueva
de La Palmita cerca del
núcleo de Tejina, de donde
extrajo otros 15 individuos.
Los descubrimientos
arqueológicos en la comarca
noreste de Tenerife, y
específicamente en Valle de
Guerra y Tejina, han sido la
consecuencia de un creciente
interés por el conocimiento
del poblamiento guanche de la
zona desde el siglo XIX hasta
la actualidad. Será Luis Diego
Cuscoy en la década de los
cuarenta quien concrete, con
yacimientos específicos, la
importancia arqueológica de
este territorio. Así, excavará una
cueva de habitación cerca de la
Fuente de Milán (Cueva Jurada)
y tres cuevas sepulcrales, una
Historia de los
descubrimientos
TEJINA
VALLE DE
GUERRA
BIC de
La Barranquera
BIC del Barranco
de Agua de Dios
7
Planta del yacimiento Barranco Milán.
Luis Diego Cuscoy, 1944
Planta del yacimiento de La Palmita.
Luis Diego Cuscoy, 1947
Cueva de La Palmita
Tejina
Labores de excavación en la Cueva de La Palmita
Por su parte, en la costa de Valle de Guerra intervino en la cueva sepulcral de La Caleta, de donde se extrajeron algunos restos humanos y un ajuar compuesto por cuentas de collar y cerámica, y en una de las cuevas sepulcrales de El Roquillo en La Barranquera, un conjunto doméstico y funerario donde Diego Cuscoy reconoció varios cráneos y constató la destrucción del yacimiento, tanto por causas naturales como por el expolio. En los años ochenta se conoce y se excava la importante cueva de habitación de El Calabazo, en La Barranquera, que forma parte de un conjunto doméstico y sepulcral más amplio. Mientras que la relevancia del ámbito rupestre no aparece hasta los años dos mil, cuando se realizan diversas prospecciones, y donde la estación de cazoletas y canales de Pico Bermejo puede considerarse un referente de este tipo de manifestaciones en la Isla.Distribución
de yacimientos en el Barranco de Tejina-Milán
también en la ladera izquierda. Probablemente hubo más, pero la reutilización histórica impide reconocer más enclaves. Actualmente, el tramo más prolífico en yacimientos es el sector de Milán, que a su vez puede subdividirse en varios subsectores. En la parte más alta, entre El Cardón y Los Risquetes, existe un conjunto funerario y doméstico de relevancia, con cuevas muy reutilizadas hasta la actualidad. El tramo lagunero del Barranco de Agua de Dios puede subdividirse en tres sectores: La Fuente, Tejina y Milán. El primero de ellos es el tramo más alto, inundado por zarzales y cañaverales. En su ladera izquierda existen numerosas cuevas, tres de las cuales pueden definirse como sepulcrales. En el tramo de Tejina se localiza una unidad doméstica con, al menos, una cueva de habitación y dos sepulcrales,
Barranco de Tejina
8Barranco de la Fuente
Barranco de Milán
En el entorno de Los Risquetes existe un salto del barranco, alrededor del cual se localiza un conjunto funerario con numerosas cuevas sepulcrales, en su mayoría de difícil acceso, conformando la Necrópolis del Salto Chico, cerca de las cuales se localiza la cueva que excavó Diego Cuscoy en 1944-45 y en la que contabilizó 21 individuos. Ya en las proximidades de La Fuente de Milán se sitúa el núcleo central del poblamiento guanche en el barranco, con un conjunto doméstico y funerario destacado. El tramo final del barranco hasta La Caleta contempla otro conjunto poblacional y funerario importante, aunque más disperso, preferentemente en la margen derecha. Así, el sector de La Fuente y la zona de Los Risquetes parecen haberse comportado exclusivamente como zonas funerarias, mientras que el resto de espacios habrían sido destinados al hábitat doméstico.
9El poblado en cuevas del Barranco de Milán
actividades domésticas frecuentes; en el caso de la primera es mayoritaria la presencia del denominado Grupo II, más relacionado con actividades de almacenaje, cocina y transporte, aunque también existe representación del Grupo I, generalmente vinculado con actividades pastoriles. Podría afirmarse que el poblado en cuevas del Barranco de Milán se sitúa entre el Salto Chico y la Fuente de Milán. Se trata de un conjunto que, al menos, habría albergado 5 cuevas sepulcrales (entre las cuales deben contemplarse las dos intervenidas por Diego Cuscoy entre 1944 y 1945) y 5 cuevas de habitación, de las cuales excavó la Cueva Jurada. Lo cierto es que existen varias cavidades más, pero las reutilizaciones históricas, que alcanzan en algunos casos hasta el presente, impiden evaluar con mayor precisión la ocupación guanche en este poblado. El registro arqueológico doméstico que puede reconocerse en la actualidad es aún diverso. Se observa que la producción cerámica y lítica fueron
Cuevas de habitación y sepulcrales en Milán
Cueva de habitación de Barranco de Milán XX
1011
Mango cerámico del Grupo II en Cueva Jurada
Poblado del Barranco de Milán
En cuanto a la producción lítica, el basalto y la obsidiana fueron las materias primas por excelencia, observándose núcleos de desbaste y lascas en la caso del basalto, y lascas y nódulos en el caso de la obsidiana. Además, la presencia de restos óseos, preferentemente de ovicápridos, y malacológicos (lapas y burgados), señalan una explotación de los recursos ganaderos y marinos frecuente. La presencia de basalto vacuolar (piedra cochinera) para la fabricación de molinos de mano, indica actividades de molturación de alimentos vegetales, tanto naturales (recolección) como producidos (agrícolas). La existencia de diversas fuentes en el barranco (siendo la más destacada la Fuente de Milán), así como la propia circulación hídrica del cauce del barranco, habrían garantizado sin mayores problemas el abastecimiento de agua.12
El mundo funerario
en el Barranco de Tejina-Milán
es la más destacada, aunque en la mayoría de los casos se trata de evidencias muy fragmentadas y de pequeño tamaño, acompañados de otros materiales, posiblemente pertenecientes a un ajuar y a comidas rituales, como fragmentos cerámicos, piezas de talla lítica sobre basalto y obsidiana, conchas de moluscos marinos y restos óseos animales. Si se tiene en cuenta únicamente la cantidad de yacimientos existente en la actualidad en el barranco en función de su tipología, las cuevas sepulcrales representan una mayoría incuestionable. Existen sepulcros guanches en todos los tramos del barranco (La Fuente, Tejina y Milán), y en ellos se reproducen características parecidas: cavidades estrechas y oscuras, de difícil acceso, cercanas a cuevas de habitación, presencia de diversos acondicionamientos sencillos del espacio interior a partir de muretes que taponan huecos, y pequeños muros de cerramiento en la entrada, derruidos o desaparecidos en el presente. En cuanto a su contenido arqueológico, la presencia de restos humanos
Entrada a la cueva sepulcral de Barranco de Milán XVII
Cueva sepulcral de Barranco de Milán XIV13
Cueva sepulcral de Barranco de Tejina III
Vértebras humanas en Barranco de Milán XVII
Restos humanos en Barranco de Tejina I
Frecuentemente se trata de cuevas pequeñas que posiblemente solo llegaron a albergar los restos de dos o tres individuos. Atendiendo a la distribución de los espacios funerarios en el barranco, pueden citarse sin embargo tres singularidades: el tramo de barranco La Fuente parece haberse comportado como un espacio cuya funcionalidad habría sido sobre todo funeraria; la importante concentración de cuevas sepulcrales en el Salto Chico permite considerar el lugar como una zona de necrópolis; y la cueva funeraria intervenida por Diego Cuscoy en 1944 es excepcionalmente amplia y albergó posiblemente a la mayor cantidad de individuos en esta parte del barranco. Estos tres espacios funerarios debieron haberse comportado como lugares de reconocimiento y cohesión grupal, pues no parecen responder a aspectos únicamente de hábitat doméstico.14
Economía de producción en Barranco Tejina-Milán
Tejina-Milán, y revelan que el consumo de productos vegetales entre la población del antiguo Menceyato de Tegueste habría sido mayor que el de otras poblaciones guanches de la Isla. La agricultura de cereales debió de ser una de las actividades que contribuyó a esa dieta, desarrollada probablemente en los márgenes del barranco, y quizás en el mismo interior en pequeñas parcelas. La existencia de molinos de mano elaborados en basalto vacuolar y los estudios de microscopía realizados en algunos de ellos procedentes del barranco, han revelado la presencia frecuente de partículas derivadas de la molturación de cereales, posiblemente para la preparación del gofio. La economía guanche estuvo sustentada, en relación a la producción de alimentos, por las actividades básicas de la agricultura y la ganadería, a las que acompañaron de forma habitual la obtención de recursos marinos y la recolección vegetal. En cuanto a la producción tecnológica, la elaboración de instrumentos en piedra, barro, hueso y concha orientados a la obtención de alimentos, vestidos y objetos para la vida cotidiana, fueron también actividades necesarias y cotidianas para el desarrollo de la vida social. En casi todos los yacimientos identificados en el barranco hay evidencias de esta economía de producción. Algunas investigaciones sobre la paleodieta guanche han tenido como objeto restos humanos procedentes del Barranco de Agua de Dios-
Paladar de vieja en Cueva Jurada-Milán IV
Talla lítica sobre obsidiana en Cueva Jurada-Milán IV15
Restos de ovicápridos y patellas en Cueva Jurada
La ganadería de cabras y ovejas constituyó una fuente principal de obtención de alimentos (carne, leche, manteca, queso) y diversos instrumentos (pieles, tendones y huesos), y debió desarrollarse tanto en el interior como en los márgenes del barranco, con traslados de
Cerámica del Grupo II en Barranco de Milán XIX
Talla lítica sobre basalto en Barranco de Milán XX
los rebaños en la horizontal de la costa y en la vertical hacia el entorno de La Laguna y del Monteverde. El acceso al mar en esta zona es fácil y cercano, lo cual evidencian los restos malacológicos presentes en todos los yacimientos estudiados.Distribución
de yacimientos en
el Valle de Guerra
cuevas de habitación, una situada en el tramo medio del Barranco de las Cuevas y otra en el entorno del Pico Bermejo, el resto de enclaves arqueológicos se localiza en aquellos tramos de la línea costera que no han sufrido transformaciones antrópicas graves en el último siglo. Con toda seguridad, la distribución de yacimientos que actualmente se conoce en el Valle de Guerra no es representativa de los lugares que los guanches eligieron para desarrollar su vida social. Solo en los márgenes del valle (línea de costa y medianía más alta) se constata la presencia de yacimientos, mientras que en el resto del territorio, la transformación agrícola y urbanística ha ocultado la huella de los guanches. Así, salvo dos estaciones de cazoletas y canales ubicadas en la parte alta del valle y dos
Zona de La Barranquera
Lomo del Cardón y Valle de Guerra
1617
Entre la Punta del Fraile y la Punta de la Romba se sucede una serie de sitios en los que aún pueden observarse restos arqueológicos, ya sea en forma de cuevas de habitación, cuevas sepulcrales, asentamientos en superficie o pequeños concheros, y que contemplados en conjunto permiten afirmar que la costa vallera fue ocupada y explotada por los guanches de forma habitual. El BIC con categoría de Zona Arqueológica de La Barranquera viene a confirmar la relevancia patrimonial de este
Zona entre Punta de la Romba y Punta de La Barranquera
Zona de Punta de la Romba
Zona de Caleta de Méndez
enclave, siendo especialmente idóneo para conocer la relación del guanche con el mar y sus recursos. Aun así, es necesario acentuar que la mayoritaria presencia de yacimientos en la zona costera no debe llevar a engaño y pensar que en Valle de Guerra el guanche vivió exclusivamente en la costa, puesto que es imposible conocer con exactitud cómo ocupó y explotó el espacio en el que se emplaza el actual núcleo urbano y la gran cantidad de parcelas dedicadas al cultivo de exportación.18
El poblamiento costero guanche de La Barranquera
no es posible afirmar que todos los enclaves funcionaron de forma contemporánea, y es necesario contemplar la posibilidad de que otras cuevas que actualmente no presentan restos arqueológicos, debido a su reutilización histórica, hayan podido ser yacimientos. En cualquier caso, el conjunto reconocido hasta el momento representa un ejemplo extraordinario para conocer el modo en que los guanches ocuparon las zonas costeras accesibles y explotaron los recursos marinos. Declarado en 2005 como Bien de Interés Cultural (BIC) de la Comunidad Autónoma de Canarias con categoría de Zona Arqueológica, se enclava en un suave acantilado costero que, además del valor patrimonial que alberga, contempla una representación de vegetación costera (tabaibal, cardonal y tarajal) de gran interés y aceptable conservación. El poblamiento guanche en este espacio pudo haber utilizado al menos 18 cuevas de habitación, un poblado de cabañas y 6 cuevas sepulcrales. Pero, sin excavaciones arqueológicas,
Cabaña guanche en el Roquillo IIal poblado, tanto por la línea costera de playas de callao, como por el propio acantilado, de poca pendiente, no debió presentar dificultades serias, y la existencia de diversas fuentes de agua en la zona debió garantizar el acceso a este recurso esencial. Por tanto, el tránsito hacia la medianía del valle, hacia las tierras tacoronteras y hacia el Barranco de Tejina-Milán debió ser asiduo.
Cueva de El Calabazo
Cueva sepulcral en el entorno de El Calabazo
Conjunto de El Roquillo
El poblamiento se extiende fuera del BIC, donde existen otros conjuntos arqueológicos relevantes. En el caso concreto de La Barranquera pueden distinguirse hasta cinco posibles unidades domésticas guanches, con cuevas de habitación y sepulcrales: la desembocadura del Barranco del Horno, El Roquillo (al que se le puede asociar un pequeño asentamiento de cabañas), la Punta del Jurado y la desembocadura del Barranco Chamorro. La accesibilidad
1920
Las manifestaciones rupestres en el Valle de Guerra
por canalillos, también de diferentes dimensiones. La autoría guanche de este tipo de manifestaciones rupestres comenzó a ser valorada en los años noventa, pero es en los últimos quince años cuando se ha multiplicado su existencia de forma muy considerable en el panorama arqueológico insular. La estación de Pico Bermejo es un conjunto singular, ya que su composición y características no son muy habituales en el resto de conjuntos rupestres de la Isla. Hasta el momento se conocen dos enclaves rupestres en Valle de Guerra: las estaciones de cazoletas y canales de Pico Bermejo I y Lomo del Cardón. Sería conveniente realizar prospecciones sistemáticas intensivas en los entornos montañosos del Valle, pues sin duda existirán más estaciones aún sin localizar. Las cazoletas y canales son pequeños huecos, labrados generalmente en toba, de profundidades variables, frecuentemente de tendencia circular, y unidos habitualmente
Canalillos en el Lomo del Cardón21
Se sitúa en la cima del pico que le da nombre, conformado por una potente capa de toba roja (de ahí su topónimo), que fue incluso utilizada en el pasado histórico para la extracción de sillares destinados a la construcción. El conjunto se compone de 13 cazoletas, de formas y tamaños variables, aunque hay una de grandes dimensiones, de forma rectangular, con anchos canales de desagüe y que se configura como la cazoleta central de la estación. Rodeando el conjunto aparecen dos grandes canales, tanto en recorrido como en anchura y profundidad. Se interpreta que las cazoletas y canales eran lugares cultuales, en el que se derramaban líquidos en rituales o se almacenaba agua para consumo. En cualquiera de los casos, la complejidad y las dimensiones de la estación de Pico de Bermejo la hacen casi única en la Isla.
Canal de desagüe en la poceta central de Pico Bermejo I
Cazoleta central en el Lomo del Cardón
Poceta central en Pico Bermejo I
Cazoletas y canales en Pico Bermejo I22
La explotación y consumo de recursos marinos en la costa de Valle de Guerra
características domésticas, y por tanto de una frecuencia cotidiana. Si bien la explotación y consumo de recursos marinos fue una constante en el sistema económico guanche, hay lugares en la Isla donde esa relación pareció ser más intensa, como la Isla Baja o la costa entre Tacoronte y Punta del Hidalgo. En todos los yacimientos arqueológicos de La Barranquera la presencia de conchas de moluscos marinos en la superficie, especialmente lapas, es habitual, cuestión que se constató también en la excavación de El Calabazo. El intenso poblamiento ya reseñado de la costa vallera no debió responder a una estrategia puramente económica destinada a la explotación de los recursos marinos, y por tanto meramente estacional. La presencia de numerosas cuevas sepulcrales es un elemento que permite defender que la fijación del guanche a ese territorio fue permanente, y ello también puede deducirse analizando la composición del registro arqueológico superficial, donde la producción lítica y cerámica presentan unas
Pequeño conchero en Punta de la Romba23
nulos los estudios que muestren qué técnicas utilizaron los guanches para pescar y, sobre todo, tratar las capturas para ser consumidas (secado, ahumado, consumo fresco, salado, etc.). La excavación de yacimientos de La Barranquera podría ofrecer información de primera mano al respecto, pues su ocupación habría tenido entre sus orientaciones, presumiblemente, la obtención de recursos marinos.Además de la recolección marina, los guanches debieron practicar la pesca, preferentemente acorralando al pescado en charcos y utilizando el veneno de cardones, tabaibas o verodes como narcotizante. En ocasiones se habla del uso de anzuelos de hueso o concha para pescar, pero lo cierto es que no existen demasiados ejemplos en la arqueología insular que constaten esa práctica como habitual. Más allá de estas afirmaciones generales, poco definidas, resultan escasos o
Acumulación de conchas en Punta del Fraile
Conchas y cerámica en Punta del Jurado I
Conchas de patella en la cueva 4 de El CalabazoReutilizaciones históricas y nuevos usos
a diversos usos: establos y corrales ganaderos, bodegas, almacenes de productos agropecuarios, secaderos, etc., e inevitablemente alteraron la ocupación guanche previa. Tras la conquista de la Isla por los castellanos en 1496, estos implantaron una nueva sociedad y un nuevo sistema económico, y con ellos nuevos modelos de ocupación y explotación del territorio. Los antiguos usos fueron desapareciendo, más lentamente allí donde el guanche perduró más tiempo. Incluso, muchas de las cuevas utilizadas por los guanches como viviendas, fueron usadas también como viviendas por los nuevos pobladores. La economía rural y tradicional de Tenerife, viva hasta mediados del siglo XX, adaptó las cuevas guanches
Muro de cerramiento para el ganado en Punta del Jurado I
Reutilización ritual en Pico Bermejo I
2425
sillares y varias de las cuevas de La Barranquera fueron transformadas en corrales para la guarda de cabras cuando los pastores trashumaban desde la medianía y la cumbre hasta la costa. Pero las reutilizaciones continúan en muchos casos, con nuevos usos, tanto en Tejina como en Valle de Guerra. Así, muchas cuevas son en la actualidad almacenes, pozos negros, vertederos o corrales, e incluso lugares nuevamente ritualizados por el cristianismo, como la implantación de una cruz en lo alto del Pico Bermejo o la creación de un santuario mariano en la cueva de La Caleta.Los restos humanos llegaron a ser utilizados en el pasado reciente como material para elaborar abonos agrícolas orgánicos, machacados y mezclados con el propio polvo y sedimento de las cuevas. La práctica totalidad de los yacimientos emplazados en el Barranco de Tejina-Milán presentan reutilizaciones históricas, en la mayoría de los casos como corrales, establos y almacenes, algunos incluso en la actualidad, para lo cual se levantaron muros de cerramiento y se limpió y vació el interior. En Valle de Guerra, la toba roja de Pico Bermejo fue utilizada como cantera de
Parcela junto a Barranco de Milán X
Santuario mariano en La Caleta
Uso actual como corral de Barranco de Milán I26
Estado de conservación de los yacimientos arqueológicos
que siendo posteriores a la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias, se convierten en claras infracciones contra la conservación del patrimonio arqueológico. A este respecto, si bien las diferentes administraciones (Ayuntamientos, Cabildos y Gobierno de Canarias) deben ser los garantes de la protección y conservación, la ciudadanía tiene también una gran responsabilidad en ello. Si se tienen en cuenta las características reseñadas en relación a las reutilizaciones históricas y los nuevos usos, resulta evidente que el estado de conservación de la mayoría de yacimientos arqueológicos no es el idóneo. Habría que distinguir sin embargo las alteraciones producidas por esos usos históricos, que son fruto de procesos de reutilización lógica de los mismos entornos a lo largo del tiempo, y los nuevos usos,
Expolio reciente. Amontonamiento de restos arqueológicos27
En el caso de los yacimientos ubicados en el Barranco de Tejina-Milán, no solo todos los yacimientos están afectados por alteraciones que en ocasiones los han destruido casi completamente, sino que los propios barrancos, como espacios medioambientales, están en un estado lamentable de conservación y con un deterioro preocupante. En cuanto a los yacimientos ubicados en Valle de Guerra, su estado de conservación es algo mejor. La declaración de BIC de La Barranquera ha contribuido a preservar la zona de atentados medioambientales y patrimoniales, aun así en el algunos espacios, como por ejemplo en la desembocadura del Barranco del Horno o en el propio conjunto de El Calabazo, los vertidos y basuras afean enormemente el paisaje. En el conjunto de El Roquillo, el acceso de transeúntes es frecuente. La estación de cazoletas y canales de Pico Bermejo está rodeada por un núcleo de casas, y la actividad humana allí es también habitual.
Basuras en Barranco de Milán I
Pozo negro en Punta del Guincho
Vertidos en la cueva 2 de El Calabazo
Estado actual del tramo del Barranco de TejinaComportamiento cívico ante el Patrimonio Arqueológico
otros comportamientos que, en ocasiones de forma inconsciente, alteran irremediablemente estos vestigios del pasado. Por ejemplo, la mera presencia de un grupo de personas en el interior de una cueva natural con restos arqueológicos puede estar condicionando el estado de conservación de los sedimentos que se encuentran en el subsuelo. Los yacimientos arqueológicos de época guanche poseen una peculiaridad que condiciona enormemente su conocimiento, conservación y difusión ante la ciudadanía: pueden ser alterados o destruidos muy fácilmente. Dejando de lado los expolios y afecciones conscientes de los yacimientos, que son delitos penados con multa económica y varios años de cárcel, existen
Visita arqueológica
a La Barranquera con vecinos de la zona
2829
Caminar por la superficie de un soporte blando como la toba, materia prima habitual en la que aparecen las estaciones de cazoletas y canales, genera una erosión que, si es recurrente, podría motivar su desaparición parcial o total. Si a ello se le añade la práctica habitual de recoger restos de cerámica, obsidiana o huesos humanos que aparecen en superficie, no solo estamos sustrayendo un material arqueológico que no podrá ser documentado en el futuro, sino alterando de manera irrecuperable un vestigio del pasado que se había conservado inalterado durante casi veinte siglos. Pedir los permisos adecuados, acceder en grupos reducidos, tener cuidado donde se pisa, y no tocar ni llevarse nada son comportamientos básicos que deben cumplirse cuando se accede a un yacimiento arqueológico. Por tanto, y aunque el disfrute de un enclave guanche es un derecho de todos los canarios, si no se realiza manteniendo unas normas simples de civismo puede que, cuando se desee volver a visitar, se encuentre irreconocible.
Barranco de Tejina
Costa de La Barranquera30
Bibliografía arqueológica
sobre la zona
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