e GRANCANARIA E
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LAS PALMAS
TIPOGRAF~A DEL "DIARIO" RUENOS AIRES 36
1909
ESCUDO DE LA CIUDAD DE LAS PALMAS (Gran Canaria)
nuestro propósit o
CHC se ha dictío en diversoy sentidos acerca de[ guerfo de %efugio desde 9ue
a sur@ /a idea pue pareefa yueRo de imaginación juvenif exafiada por e/ patrio= N
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\ b W - f&mo, h f a hoy que h reabdad de[ éxifo ha corresponciido a fb cfarividencia O
de h concepcion; mucho fe ba escrito y Fe ha fmfafeodo acerca de h magna obro, ya conside=
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rándoh como piedra anguhr so ba¡re cuaf descanja ef ed~yciod e nuesfro engrandecimienfo E
2
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maferiad ya como faro de hz potenffsima; que irradia yobre e/ .5hh+ié/ago enfero hoces /u=
3
minosos de progreso, ondas de civili'zación y de cu &a; pero ey [o cierf o, pue tías fa el- presen fe, O-m
E no se ha dado á /a publicidad frabajo a/auno donde pueda herse fa h~jforifae f y docirmentada O
de nuesfro Tuerto, cuyo payado, preyeizfe yporvenir, fanfo infereya á b y buenos hqoy de esfa S
n
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fierra. a
G/ objeto, pues, de nueyfro trabajo, no es o t o gue e/ de ver ji fógmrnos si@ esa notoria n
n
de$ciencia en /o gue conyfifuye para [os canarios preciada refipia, fuen fe inagofabh de vida. O3
5% yerja poyibk, aun cuando /a ingratitud piara nueyfra pfuma, eycribir fu hiytoria, yiquiex
bre, e/ de aquél: sin cuya fecunda iniciafiva, poderosaj influenciay y perseveran f e hbor patrio fi=
ea, no hubiera cristahado en /a realiaod e/ grandri>so pensamiento; por ejo encabezamos esfe
irabajo con /o biopafla de Don Fernando de e e h 9 Casrifi.
ERSONA LIDAD en
treino compleja es la
iiisiyie cai,ario para
I~ozarla en un breve
tiidio biográfico. Siis
\ ersos as~ectos, sin
ex-del
es-es-di-m-la~.~
iii.iite.il~ iribuno. el ~~ol i t i ceol. diploinát,ico y cl
l'atrinta-di~eraas et:i! as de 511 carrera de hbinbrr 1'"-
Mico-en juicio defiiiitiro, merecerán la extensih que
I,Or su iriiportaiiiia, i.i.c:airia e~;-L iC La l ta figüia de :a Es-paña
contemporánea.
No es llegada aún la hora de la justicia, porque h t a ,
por su eterno contrasentido, es siempre póstuma. La
I ~ ~ s t e r i d asde limpia de la miseria moral que pade-cen,
en su indiferencia, los pueblos, y en su ingratitud
los hoinlwes.
A los espíritus que saben e l e ~ a re l pensamiento
!,or encima de las mezquinas ideas y sust,raer el cora-zbn
al embate de las Imjas pasiones, nada importan
estas ii~justicias del momento, fuegos fátr~os del pu-dridero
que se extinguen al acabarse la miseria liiima-na
que les díó vida 6 al sanearse el paritai:o social so-lire
ciiyns aguas piitridas aparecieron.
Lo que, en la obra de reconstituciíin i:aciorial, Es-pana
debe á Leiin y Castillo, !o que su tierra natal,
Gran Canaria, le es en deuda, su presente próspero y
SU gra~deza futura, lq reconocerán iiidefectil)leiuerite
geiieraciories que, por no tocar de cerca el favor, sean
acaso más agradecidas.
Bajo estos dos aspectos, bien puede decirse que,
con estraoidinarios esfuerzos de voluntad y de talen-to,
L e h '- C!ast,illo ha realizado el milagro de resil-citar
muertos. Certero en la visibn del por\.enir, para
sn patria ci.aritie, como para s i lieri-a nativa, encontr6
caminos á reditiiir e1 ii:fortiinio y la pobreza de am-bas,
prccisarneiite (w los momentos de mayor des-aü-
iparü .
Ci iar f i i t~a.i ios de vida piil,lica pueden constituir la
histoiia de cualquier político i la espaliola. Pero se
cierra con la yacuidad de un tieinpo exterilmente per-dido:
sin qiie deje tras sí la honda huella de iina labor
fecunda y perriinrieiite. A esta casta, pertenecen esos
mil nombres qiie ya se han olvida.do porque ningi'in
servicio itril prestaron A la patria, ni siquiera repor-taron
iin provecho al pueblo en que nacieran.
Tada la vida piiblica de LeOn y Castillo es de ac-riSn
y da combate. Sus niios de juventud transcurren
en la contienda parlamentaria, cua.ndo las luchas in-teri1.
n~ del ;;nís cii tiempos de agitación tempestuosa
hacían que en la tribuna se resolviesen los destinos de
la naci6n; sus arios de iiindiirez reflexiva los ha consa-grado
a i i r i cargo diplomático en que ha librado en si-lencio
las más grandes batallas y en silencio tarnbierr
I n s ha ganado, satisfecho del h i t o por ser en servicio
do sn patria y acaso con desden, inás que con descon-suelo,
viendo como otros, mendigos de vanidades y
mercedes, se engalanaban ilegítimameiit,e c o 11 s u
gloria.
Cuarenta años de vida pública lleva León y Casti-llo
y en todo ese tiempo no ha dejado de ser ui; iiloriien -
to un incansable luchador. Ni ha sentido la pereza
después del triunfo, ni el delaliento ante la coiitra-riedad.
Talento firme y voluct,ad rectilinea, nci ha te-nido
otra arnl~icióri qiie ser patriota. a
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Sobre los demás nih-itos. con ser tan grandes, ese E
sera el que iiri dia la posteridad le reconozca. P seri O
tenido Leóii y Castillo por uno de los primeros ciuda- n danos espnñoles, ya que la patria que otros desaiigra- -
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ron, i:l la puso en camino de redimirse, cuando la cre- E
yeron niorihunda, y de que volviese it reaiiiidar sil E
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historia. -E
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Jlíveii aún revelbse con plena personalidüd LeAii y -
Castillo. Quizás el suyo sea tino de los casos más sor- -
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prendentes de la vida politica espnliola. E
Yacido en la ciudad de Telde en la Gran Caiiaria, O
el 30 de h'oriernbre de 1822, cursó sus estudios de1 ¡)a-chilkrato
en el Colegio de San Agulitiii de Los Pd- n
mas, trasladándose i1espui.s a Xadrid para segiiir la -E
carrera de Derecho en la Universidad Central. a
2
Entonces y en la juvenil edad eii que las geiiern- n
ciories escolares se atienen á continuar las rutinas de n
la enseiianzn acnd&nica, sin buscar mris horizonte que 3
el aula universitaria, ni más fiiente de cultura que el O
vulgar libro de texto, ni más aspiracidn que ganar
airosamente los cursos reglameiitnrios, León y Castillo
frecuentó los libres con perseverante ahinco, ávido de
cultivar ciencias y artes que desenvolviesen su espíri-tu,
huxando m& tarde campo de acci6n á yus talenlos.
Tcdavía estudiant,e Iaimise A la palestra? afrontan-do
dific,iles einpeiios. Su inteligeiicia quiso probarse
I...,.:,..a, l",. .....,,,A, n ,.., : cuuu L m z pA , .m m.,, 1 - .-.l.,-, iiikc, ' L a c t , z u f t n \ , , u la pl.k>:ta. Y S ~ I I P ~ Z ~
por donde otros acalmii. Puesto de lionor fueron siein-pre
en el periodismo y en las letras españolas, las m-
Iiimnas de El Inipwcitrl. Ellas se aln-ieron, más jcs-ticieras
que bondadosas: al niievo escritor que llegaha
con lbríos demandando plaza. Sus artículos fueron hieii
recibidos y mejor ~omentadosH. abía en ellos la sávia
de un hoin!)re do estudio y ademAs el nervio de un
temperamento de combate.
Pero, más que los ejercicios periodísticos, reclaiua-ba
la vocaci0il de L e h y Castillo la controversia ora-toria.
Y seiitiase arrastrado á la poférnic~e n la tribu-ns,
por qiie sus marnvillosas nptitiides yii le indicahaii
el csmpo donde, andando el tiempo, seria una de las
más grandes figuras indiscutibles.
Fué su iniciación de orador en la Academia de Ju-risprudencia,
por aquella época como el Ateneo de
Madrid, en todo su esplendor. Allí se iniciaron tam-bién,
por enthces, las personalidades que, como Sil-vela
y otros, tuvieron el m& alto relieve en la vida
española de los últimos tiempos.
En un debate sobre la abolición de la esclavitud
alcanz6 su primer triunfo. Pusiéronse entonces de ma-nifiesto
sus cualidades excepcionales de orador. A
mris de las condiciones intelectuales, sentido critico
para juzgar 10s hechos y poder de visi6n para evocar-los;
viveza en la réplica y extensa cultura, con erudi-ci6n
sólida, para exponer los asuntgo cor? .rn;?!itil.i j
sobre todo bajo los diversos aspectos y con criterio
abierjo á las más contradictorias ideas, analizándolas
todas, reveló León y Castillo desde su debut oratorio
las innatas condiciones externas del tributo, la figura
gallarda que en el calor de la elocuencia se agigarita y
sugestiona, sonora y cálida la voz, expresivo el gesto,
solemne el ademán, que instintivamente y de un modo
armónico sabe poner en la expresi6n el calor de las
pasiones y el ímpetu de los pensamientos que cobran
vida en la palabra, eterno secreto de la elocuencia que
conmueve I convence, pero que arrebata. siempre al
auditorio.
Quien así revelábase, llamado estaba a su propio
Campo de acción, el Parlamento. En las elecciones de
1872 obtuvo la representación en Cortes del distrito de
Guia. Bien pronto, y en momentos dificilisiraos, sin
que buscara la ocasion, teniendo que improvisar una
defensa y contendiendo de añadidura con el príncipe
de la elocuencia española, Castelar, tuvo que hacer
L e h y Castillo SU debut parlamentario. Combatido el
Gobierno por SU política en las últimas elecciones y
expresamente sobre las de Valencia, donde Castelar
había sido candidato y donde León y Castillo desem-peñaba
á la sazón el mando civil de la provincia, á
requerimiento de los amigos vióse el jóveii Diputado
en el ineludible deber de levantarse en su escaño para
desvirtuar la8 acusaciones que, aunque no contra su
gestion direchmente, se habían formulado ante las
Cámaras. Tan dificil fue el paso, como brillante el
triunfo. Al día siguiente la prensa anunciaba que un
nuevo gran orador habia aparecido en ia t r i b u n a
españols.
Así fu8. En adelante, no hubo ocasión solemne en
el Parlamento sin que dejase de intervenir la ardorosa
elocuencia de Le6n y Castillo. Contendió, con airosa
fortuna, con todos los más altos tribunos de la Cámara
espaiiola, midiendo, de igual á igual y en ocasiones
con vent,aja, su cultura y su palabra. Famosas fueron
sus luchas parlamentarias con Cánovas del Castillo,
que tuvo siempre en su contendiente un adversario
formidable.
En los más importantes debates, León y Castillo se
singularizó de modo extraordinario. Su discurso ma-gistral,
de imperecedero recuerdo, acerca de la Repú-blica
federal, enterró definitivamente &tal según grá-fica
frase &e! imigue Rios Pisas.
Más tarde, en 1887, al discutirse la nueva lista
civil, obtuvo su triunfo más seiialado, que á la vez
constituye uno de los más grandes del Parlamento es-pañol.
Había salido Pí y Margall de su voluntario
apartamiento para ir á la Cámara a acusar, con su elo-cuencia
fría é implacable, la memoria del Rsy muerto,
Alfonso XII. El hecho habia despertado una expec-tación
enorme, temiéndose se volvieran á, encender las
viejas y no apagadas agitaciones revolncionarias. El
partido liberal, que estaba en el poder, encomendó la
misión de contestar al jefe republicano, á León y Cas-tillo,
juzgándolo acaso íinic.0, en aquellos momentos,
de librar con éxito la batalla.
Fué la sesión de las mAs memorables. Frío, inci-sivo,
Pí Margall lanzó sobre la monarquía las más
tremendas acusaciones. Al terminar reinaba en la Ci-mara
una impresidn de anonadamiento pero á la vez de
cblera sorda. Con un apóstrofe admirable, León y Cas-tillo
comenzb su discurso y desde el primer momento
exaltó al público que, bajo ia sugestión de la -ardorosa
elocuencia del tribuno, sentía removerse todos sus sen-tirniefitvs,
cg!d&ndose ha&& e! Ueshordsdg vnt~uissmo
nacido de la mhs honda etnoción con que, interrum-piendo
á cada instante su díscurso, larga y fervorosa-mente
lo ovacionaron.
Fui: ese triunfo de LeGn y Castillo de los que se
seiialan con fecha gloriosa en la historia del Parla-mento
nacional.
Y su nombre se recuerda entre los pocm de grandes
tribunos, que en Espaiia hubo en el último tercio del
siglo pasado, el periodo más brillante de la elocuencia
española.
La carrera política de Le6n y Castillo ha sido bre-ve,
feciinda y brillante. Sin agenn aynda, como otros
muchos que han contado con poderosos valedores, sus
propios m&ri:ritos lo elevaron. Xadn debe al azar, ni A
la fortulia. Rápidamente escal6 los mAs altos puestos,
nada más que porque en cada ocasión puso á prueba
sus talentos.
Un día, por la firmeza de su carácter y el senti-miento
de la dignidad que había mostrado ante el Mi-nistro
en ocasión que no hace nl caso referir, Don
Nic.olás Ma ~ í aR ivero le nombró, ir pesar de ser un
jóven de veinte y siete aflos, Gobernador Civil de Gra-nada,
precisamente de una ciudad en estado de revuel-ta,
con motines continuos, víctima del desenfreno de.
las turbas demagógicas.
No sin riesgos personales en diversas ocasiones,
Le6n y Castillo logró apaciguar los ánimos levantis-cos
y devolver la normrtlidsd, restableciendo el dere-cho
de tobos, en ia beiia ciuciad andaluza.
Tan a maravilla respollaid en el mando de Granada
á la confian.za del Gobierno, que f uB h r n ~ d oá Madrid
para ofrecerle el Gobierno civil de Valencia. h'inguna
misión más delicada, ni empefio más dificil. El pueblo
amotinado se habia adueñado de la poblacióin. Necesi-tábase,
pues, un hombre de talento y de carácter, que
afrontando lo peligroso de las circunstancias, supiese
imponer prudentemente, pero con energía, el principia
de autoridad quebrantado.
Le6n y Castillo aceptú el cargo. Al llegar á Valen-cia,
apenas habia tolnado posesión, recibió la noticia
del asesinato de Prin, Presidente del Consejo.
La situación por que atravesaba la ciudad levanti-na,
ya grave, agravábase inucho más ante este suceso
11--.. iiitiiiitd&~ ijiodücii taii hoiids conmoci.u ,n en tolla Es-paña.
La presencia de ánimo, la habilidad en adoptar
medidas, el sentido previsor que yuso entónces en jue-go
León y Castillo salvaron el pavoroso conBicto, qua
tan amenazante se presentara.
Al frente del Gobierno civil de Valencia, así en la
acción politka, como en l a gestión admini~trat~ivcao, -
mo en las complicadae cuestiones de orden público,
León y Castillo revelóse como un sagaz y extraordi-nario
gobernante.
Ya Diputado, poco después, hizo rápidos ascensos
en su carrera política. FuQS i ihsecret~r iod e TIT!krsi~mr
coi1 Balaguer, siendo él indiscutiblemente el alma del
Ministerio, desempeñando el cargo dos veces en dos
diferentes etapas en el poder del partido liberal.
Por legítimo derecho de conquista, merced á sus
conocimientos de los problemas coloniales y sobre todo
á cansa de sus ruidosas triunfos parlamentarios, en
1881 fué León y Castillo encargado por Sagasta de
formar parte de su Gobierno al frente del Ministerio de
Ultramar.
Ha sido uno de los pocos hombres piiblicos que de-jaron
honda huella é imborrable recuerdo de sus ini-ciativas
ministeriales en ese Departanient,~. Todavía
en Cuba y en Filipinas se cita con caluroso elogio su
nombr;, coino uno de los reformadores que llevaron un
espíritu progresivo, conciliador de intereses y apaci-guador
de los ánimos en las que fueron nuestras co-lonias.
El satisfizo las aspiraciones de los cubanos, hasta
entonces sistemáticamente rechazadas por todos los
Gobiernos de la Metrópoli.
bfifi eii la poliiice cubaii~ rio había acentuacio ia
llamada autonomía. Vivía la Gran Antilla bajo el ré-gimen
de ese~iciún colonial y Le6n y Castillo, con cer-tero
instinto político y sagaz vidente del porvenir, con-rrariando
las ideas dominantes enEspaña y á despecho
ciel partido Unión Constitucional en Cuba, fué resuelta-mente
á la asirnilacidu, quedando Cuba equiparada á
las demás provincias eupaliolaa, con todas las garan-tias
constitucionales en disfrute, los derechos de aso-ciación
y de reunión pública en ejercicio, cesando la
dictadiira militar y la prkvia censura que se venían
ejerciendo á todo trance y declarando abierto el cami-no
á exigir la responsabilidad de los funcionarios civi-
]?S, sin ~; e~r s idad( ei aiitorizacibri prévia, para sanear
la ~.d:nil:istraci6ii píiblica, según insistentemente ve-nia
demandando la opinión antillana. Los partidos in-sulnres
enco~i t ra~odiei sahogo á sus violentadas aspi-rac.
iur,ea, y los hombres de nlleiide el mar encontraron
at,iert,as las puertas del Ministerio de Ultramar á sus
peticiones y á sns quejas, a n t e s completamente
Cerradas.
Aquellas reformas, equitativas y prudentes, conce-didas
en la medida que aconsejaban las circunstan-cias,
llevaron á los partidos en rebeldía á las luchas
legales, cortando por el momento el peligro ~iempre
inminetite de las insurrecciones armadas.
El espiritu francambte liberal de estas reformas,
no solo produjo un enorme efecto en las Antillas, sino
que en la misma política espaiiola determinó la apro-ximación
á la Nonarquía de los distanciados elementos
democráticos, declarándolo así en el Parlamento la
eiocuente voz cie Xártos.
En Filipinas, sus iniciativas fueron extraordina-rias.
Con ellas dió León y Ca~t i l l op ruebas de un civis-mo
y de una singular integridad. Cuando se intentaba,
mediante un contrato con el Estado en que Bste cediera
sus derechos y casi el ejercicio de su soberanía, el mo-nopolio
del tabaco, negocio que representaba muchos
millones de beneficios, León y Castillo decreta el libre
cultivo y el desestanco. A virtud de esta reforma, los
indígenas filipinos cesaban en la especie de esclaritud
en que habían vivido, bajo la presión del rkgirnen co-lonial
y las imposício~ies del Estado, para convertirse
en ciudadanos con el derechwi la tierra y una plena
libertad en el trabajo.
Firme en este espiritu de reformas, León y Casti-
!e zbs?i(i,o=6 e! Mi::iutorio de Ultramar, cuaudo, a3
perfilar los últimos detallesuuprimiendo algunas prác-ticas,
resabios del viejo sístenia esclavista, por resis-tencia
de los reaccionarios cubanos, intransigentes y
deupóticos, no encontr6 el apoyo indispensable en el
Gobierno.
Ministro de la Gobernacibn más tarde, i donde io
llevaron no sus deseos y mucho menos sus ambicio-nes,
sino una indicaci6n de la Reina Regente, despues
de los sucesos de Villacarnpa en 1886, consagró su
atención & las cuestiones sociales, todavía poco aten-didas
en España, creando el Asilo de inválidos del
trabajo.
Pronto, V r no sentir la posiún política que se
complace en intrigas caciquilcs, dimitió la cartera i
la primera ocasión propicia.
En uno y en otro Ministerio consolid6 su reputación
de hombre que estudia, afronta y resuelve grrcndes
problemas nacionales,sin caer un momento en la vnlga-ridad
de las menudencias políticas tan á la española.
Nombrado Embajador el: París, el cargo de mayor
representación de España en el extranjero, revelóse al
instante bajo un nuevo aspecto SU flexible, vario y
poderoso talento. Improvisóse en uno de los diplomáti-cos
de mayor talla, segun se le r e p u t ,~e n justicia.
Hallóse con la hostilidad de Francia, enemiga de
las Instituciones en Espana. No estaba lejana todavia
la fecha de aquella manifestación de agravio que hi-ciera
el pueblo de París á Alfonso XII. En todas las
clases sociales y en todos los partidos políticos la hos-tilidad
era manifiesta. La nobleza recibía con regios
honores al Pretendiente Don Carlos en los salones del
faubourg Saint Germain; por su parte los republica-nos,
dueños del poder y de los destinos del país, favo-recían
los planes revolucionarios de Ruiz Zorrilla,
conspirando sin descanso.
Cambiar este espíritu fué el primer intento de León
y Castillo en los comieiizos de su Embajada. De su
tiempo, exclusivamente personal, hablan, en este pun-to,
con mayor elocuencia los hechos. Indudablemente
ha prestado un relevante servicio a la Monarquía y á la
dinastía espaiiolas.
Pero su empeño principal ha picado mis alto. Es
este de un singular valía patriótica, a estimar debi-damente
cuando se haga una liquidaciln justa de la
grave crisis histórica por que pasara España en lon
Últimos tiempos.
La política de aislamiento a que estadistas en error
llevaran á España durante muchos aüos, trajo el in-menso
desastre en que perdimos el último resto de
nuestro patrimonio colonial. Esa politica suicida, en
el instante de prueba, nos dejó en e1 más doloroso
abandono. Sin ninguna ayuda, sin un pueblo amigo
que interviniera en nuestro favor, fué España vencida
y á mansalva despojapa, extérilee sus quejas y sin eco
alguno SUR protestas. Europa, donde no habíamos bus-cado
una nación aliada, ni siquiera amiga, nada pudo
hacer por nosotros.
Lo perdimos todo, desde los territorios hasta el
rango que veníamos disfrutando. El año 1898, después
del nefasto tratado de Paris, en que la representación
diplomhtica nuestra se presentb mis que vencida, hu-millada,
EspaAa qned6 en una situacibn lamentable
que i~nrecwinr idiculn, si eii el fondo iio fuese tremeii-rlninente
~Icilnrwn.
Eti t n i w ~ n o ~ ~ i e iC~ItI AoIsI~~ O y a 110 h a l h lugni. ti la
espeixtix~~, i i io:i las desolarlns rexigiiaciciiies, T~nihi' ;
(hutillo inicia desde la Eniliajnd~d e París unn politi-rs
de aproxirnncih, de verdadera coiiqiiista tfe lns
sinilmtias de Frnncin 4 iiidirectari~ciited el respeto ])a-ra
~~owt rdoes Eiiropa. Eii e.qtn einl)resa. ncnso no coii-tí^
sieiiil~cro~it el eutwinstn npop de los Gobiarnns
espnfioles y tal vez, ocult~mmite. liallara unn sorda
npouiciciii. nacicin do la vnnidnd ci dcl recelo. Pero, su
empresa, por ~ 1 1al to eqiiritu y por su couvenisiicia
pntrintica. y a superior á estas miserias de los perso-iiniieinos
en juego. Aunque iio siempre franco el lmso,
Lehi y Castillo llegb ri un cornpleto acuerdo coi1 Fran-cin
sohre puntos capitales p r n nosotros.
T el primer tratado, nos entfiga los territorios del
Muni y del Río de Oro, un nuevo patrimonio colonial
qiie Ilezaha de 1ii1 nido inesperndo despids del de-gastre.
Por Ultimo, negocia y firuia, en Octubre de 1903, el
tmtado por el que, mancoinuiiando los intereses de
Espafiri coi^ los de Francin, se nos conceda por las po-te~
icinse l derecho de naciiiii preponderante en Narruc-cos.
Es decir. mlih Espofin de In sepultura el: que los
iiltimtis tlesautres, por culpa de estndistns si11 coiioci-mieiito
de IR walidatl sin la necesaria visióii del por-venir,
nl parecer definitivniiiexte, ln había11 enterrado.
Esta resurreccicín á todos ha sorprendido, y aún
vire:: e: 1% torpvzs de! ~ü~i i ibsrio2 6arso c a b d í;~eiiki
de la extraordinaria importancia del hecho, porque
tiene todos los carncteres de un milagro.
El secreto de todos estos Bxitos estd en la verdad
que encierran las siguientes frases que publicd Le
T ~ n i cpo n motivo del discurso pronunciado en el Eli-seo
ei día i.Ve Enero ciei corriente año, como decano
del cuerpo diplomático extranjero acreditado en ?aria:
<En verdad sea dicho, la combinacibn de la nnti-
@edad y del azar han dado en este caso un buen re-asultado,
y el cuerpo diploin&tico no podía haber teni-
&J mejor intérprete que e1 marqu8s del Muni. Nunca
~hiibo espectndor inteligente que siguiera con más
*provecho iin largo periodo histhico. El señor Le611 y
aCastillo es dos veces decano de los embajadores, por-
.que ii su embajada actual se afiade el tiempo de su
.primera misih. Ra asistido desde París 8. todos los
~acontacimientos que en quince años han modificado
wompletamente la situación de Francia y de Europa.
*Ha tomado parte en la preparncidn de algunos de es-
*tos sucesos. Habiendo entrado en la diplomncia por la
.puerta de la politica, nada pagado de lns apariencias,
realista y axcAptico, oculta bajo una bonhomia risue-
>%S, ünü i-ohiiitaii taiiaz 7 unn suiiiexa infinita. Es un
-negociador temible que ha logrado para su país, en
*todos loa asuntos en que lo represent6, el ~ntisimumd e
avent8jas.s
La miis elncnenk añrmaci6n de que estos extraor-dinarios
~ervioios, qiie bien pueden llamaree sin par,
se reconocen, aunque no se voden, ;Dios ssbe porqué!
es que, en los contlnnos vaivenes de la politica espa-fiola
con sns cambios de partidos en las esferas del po-d
o ~e,l Sr. M n y Castillo permanece inaustituible en
1s Embajada de Espafia en Paris.
Solo 6 sus grandes meritos Lebn g C~stillod ebe-su
p#icih y su renombre. Y hay que considerar en 41,
porque tambikn ea uno de ms grandes mtkitos, el ahin-
<x, ptribtico con que siempre l i q~ue rido llevar la re-pseiitncibn
en Córtes de su país iintnl. Desde los pri-meros
pasos.cm tanta fortilno en la vid& politica, bien
p d o inclinnrna k buscnr ii?i distrito, que hiibie.~;eer icoli-trncin
de sobra. Es este uii caso tnii corrieiite que es
iníltil i~isistieri l nclttraylo. h ' n i y Cnstillo, pitriota por
encima do todo, hn qiierido siempre ilovnr la reyreseii-t,
ncib~die su l~ai sp, or que esto mtis y inás le obligaba á ,
su servicií>. Alejado be estn representación coino tari-tos
otros ca:inrjos que han toiiido asiento eii las C6r-
Les, bieli podin desligarse de gestiones en prb de su
tierra coi1 lenitimo pero lainentnble olvido de los de-beres
patríóticos. Al se~vicioh a estado ~ontinuaineiite
de 1% Gran Cn:iaria. Ln sacó de la pobrezu en qne es-taba,
nrneiiazada de ruina, á raíz del desnstre agrícola
con la deprecittcibn de la cochinilla., pnra nbrirle nue-vos
horizontes á su porvenir y afianzar con sólidosi ine-dios
4e progreso su prosperidad presente y su iiidiitla-hle
engralideciinieiito o11 lo futuro.
Bien puede decirse que en la cuesti61i iiel Puerto de
Refugio la actitud patrilticn de Lehi y ,t:nstilh en-trañaba
tmta abi~egaci6n que llega los limites de
lo herciico. Contra 1%o pii~ilrit écnica, veticieiido ln re-sistencia
de nna iiaci6rl pobre, solo coii fB de videiite,
8.1 conseguir los 8 millones parn. el pnii proyecto,
León y Castillo se jugó al azar de esn cartti. tocln sn
porvenir politico. Si el Puerto fracasa p i & l hiibiern si-do
su responsabilidad y c i d su suerte?
Todo lo que es Grnii Cnii:wia actualmentí? se .lo 'rle-he
al celo coilstante, y nl patriotismo sin ineclidn de
León y Cnutiiio. En orcieii ti ios iiitereseu iiinterinies,
en que se ha irnprovivndo W;L extmordiiinrin riqueza,
coino en lo que respecta al sstndo;preYeilte de ciiltnm,
de importancia política, de independencia econiinien y
personalidrtd moral y chica, cuantos elementos coiisti-tiiyeii
y declaran la rnayoria de edad de un piieblo;
creados han sido bljo la iniciativa tutelar del primer
hijo de la Gran Caiinrin.
Sobre todo, hay que ndinirsr la abilegacibn .de sus
servicios. Es esta la que renlza su gritn fignrn de pn-triota.
El país se ha enriquecido; muchos se haii be-neficiado
de las mejoras renlizndas.
Pudo Le6n y Castillo itprovecharse, como se haii
nprovecliado otros, de lns ventajas materiales repor-tndas
al pais para su propio enriquecimiento.
Con gesto cli~no,~ neriondos er siempre iizda inás
que el pntriota desinteresado, ha visto las transfor-maciones
operadas, asi gencrnles como individuales,
7 ha presenciado ese resurgimiento da un país muerto
y ln nueva holgura de giaridezas decnidas y de pros-peridades
improvisadas:
Sereno de ñnimo kl ha visto también como después
de derramar favores á manos llenas entre paisnilns, ri
los que elevnra ri sn estiinación y á sus protecciones,
han ido desfilando, bnjn la cnliexn, viielta la espdda,
con aire receloso, ,olvidadizos é ingrntos, á engrosar
las filas de los mendigos de ayer, hoy muurm~wadores,
y de los villnnos envidiosos, que, ti. caza de mejor. 110-
tin, q u e r i d o P!RZR !ihr^ yaru c&ciae, pero. a=,s-tar
timoratos, disparan sils retacos ,en emboscadas.
No importa. La gloria no. se cimentn sobre la vo-lubilidad
de los.hombres, sino que tieno su reiz iniiy
honda en la obra positiva, gigante 8 imperecedera que
ha realizado para la ventura de .un pueblo, A cuyos
futuros destinos se ha consagrado una vid&, limpi* de
impurezas, y un alto espíritu en q u i v no hubo nunca
m& que un ~ l t iod es1 patridtico, a l que se,sacrific.oq
afanes, prestigios y talentos*
Esa es la gloria de Lebn y Castillo.
INTRODUCC
PESAR de cuaiito se 11 a
d i c h 6 escrito, en cun-trario,
la idea de cons-truir
un Puerto en la ra-da
de La Luz, debió sur-yir
en 1n mente de todo
~1 r r i r n cnli;ni-rln ln -,rn
V I Y L L Y ) i~<Il-IIGlIUV LU YUU
os un puerto, visitara por
primera vez aqiiellas dor-midas
aguas abrigadas R
todos los vientos, menos c?.
los del 2." cuadrante. ??o
fué, pues, ider: original de
nadie, sino patrimonio del
sentido comdn.
Consicleras el Puerto de
La Luz como un ausilinr
del de Las Palmas, propio
solo para los dias de re-boso,
y que nbandonnr 6s-to
por ac[ii6l equivaldría
6 trnslndm la ciudad al
interior de la Isln,como si
'"'\\ " dijéramos ri Tafirn, qui-táncloIe
Su ca~ncter mnrfti!no y comercial, y que,
aunque se construyera ti11 inmejorable piierto en La
Luz, esperarían al buen tiempo los marinos y co-merciantes
para hacer los desenlbarcos en el puerto
de Las Palmas, iuE pensamiento tstn arraigado en al-gunos
espiritus, que perduró hasta el ano de 18S0.
Sorprende ciertarnente, vistos los sucesos des-de
las alturas en que hoy nos encontramos, cómo
hombres de clarividente juicio y superior cultura
general y técnica que viajaron y conocieron el rtípi-do
desarrollo de las poblaciones inarltinms, y la im-portancia
extraordinaria del factor Puerto, en todos
los pueblos del mundo civilizado, pudieron tener tan
estrecha idea respecto al porvenir del Puerto de La
Luz. P la extmiieza sube de punto cuando observa-mos
en el curso de esto bosquejo histórico, que des-de
el ano de 1872 ya constaba oficialmente en el Mi-nisterio
de Fomento que con ei auxii~o de algunas
obras artificiales podin convertirse el Puerto de La
Luz en uno de los mejores puertos de Refitgio del
ocSano Ltlintico. Idea que tampoco revelaba grnn
clarividencin, ni profundos estudios para concebir-
IR, ri ia visin ;e ius aieirienios que oíieciii ia rsilii-dad,
obra de la naturaleza.
Es verdad que con anterioridad á aquella fecha,
se habló en menlorin~ oficiales de ln conveniencia
de sitiinr el iiinelle proyectado cn La LUZ de inanera
cine con el tieiiigo fuera susceptible de profonpei6n
pnrn con\-ertir la rncln el: iin puerto complctnincate
cerrado, 1- que? en apoyo de este pen.~a:nicnto sc?
int.o:ú el clc.r.orrollo general de la ricliiezit plíl>lica,
1;i mpor iniportnricin que lxdhii toxr,clo estas Islos
para ln nn~-egplcióidi e iargn Lr.:vesin, como ostncihi
nar-al y cstrat4gica y coino centro co!nercBil, pnrn cl
trbíico con la \-ecina costa de Xfrica, !- 1% inuitipli-cacih
de las irni1r;na:ioner comerciales que Iiacinn
necesario tenei. un puerto abrigado en todos los
tiemnas pnm facilitar nsesnrir las opernciones
mnritiinas y para atraer 5. 10s i~avegnntcs nlejridos
de astns Islas por falta de puertos que merecieran
este nombre: pero deiuasiado ~ n b e i ~ t~oodoss lo que
son 3leaiori;cls: y la forzosti relación que guwdnn
con e¡ proyecto que derienden, del que suelen ser
entusiasta panegirico. Testimonio el ~izis inseguro
pnix conocer el verdadero pensamiento del autor,
1nisiiiie cuando resultan contradichas con !iechos y
manifestaciones posteriores, igunlinen te o!i?iales.
Xo obstante, examinando los traBnjoS de :quelln
época, se T-é claro que aparte lo de la atrncción de
los na~egrintes, idea gonericn y rn~iy común trntán-doce
de preconiznr las ventajas de un puerto, todo
lo demas estaba referido R lns necesidades del pp:e-
Puerto de La Luz
(Opaca anterior a 1876)
Ila carretera del tPuerto
1
I ~ S E principio 8. la carretera de Las
Palmas al Puerto de La Luz el ~ Í I O de
1884, siendo Ingeniero encargado de
proyectar asta obra, el que entonces
prestaba sus servicios en la Provincia Don
Antonio MoIina, hijo de Guía, en Gmn Ca-naria,
el cual, con vistas al porvenir, gran
patriotismo y alteza do miras, t m ó la gran
vía que hoy lleva el nombre de *León y Cns-tillo*,
en linea recta y con extrnordinarin
anchura, partiendo de la casa que fu6 de
D. Dominm Jos6 Navarro Y hoy pertenece n
Qa 7 ..
D. Antun& f=iisl'iio; para io cuai hubo que 7 expropiar varias casas y terrenos de rnuiho
valor en relación con las circunstancim de
la época. De este modo, y por este motivo, tene-mos
hoy la calle de Triana, orgullo de IAS Palmas,
y la gran avenida do León y Castillo: primera y fini-ca
entre las distintas vias que dan acceso fi esta
ciudad.
jlástima grande que los ingenieros sucesores di31
Sr. Molina, no se hubieran inspirado en el mismo
criterio! Todo viajero que visita tí Las P&ln~anao ta
un defecto que han procurado corregir y van wni-giendo
todas 1 s poblaciones modernas I; que entre
nosotros ramrlta punto menos que incorregible si se
atiende d gasto que proporciona y B la escasaz do
nuestros recursos. L s grandes avenidas que dan
acceso á poblaciones que aspimn como 4sta á &en-tar
algún rango, son hoy una necesidad para el oma-to,
para la higiene, para la comodidad del vednda-rio.
T en poblaciones como Las Palmas de excop-cionales
condiciones para el turisrno,ademris de una
necesidad intensamente sentida, asrian un aliciente
para ni1 estros huéspedes quo vienen aquí buscando
alivio ;i BUS dolencias, sola;! y descanso para sus es-piritus,
y lo que primero requieren y solicitan son si-tios
5 propósito para el paseo, la m6s lilgibnim de
IRS distmeciones. LO mismo por el eontni que por
el sur de Las Palrnns, podfnmos tener wnds ave-nidas
corno sucede con el pmeo do los Castillos
pcias ti ios wicriiicios Gel A y uniamianio, si ai pro-yectar
las r~pectivas carreteras hubiera impamdo
el critario que presidió l~ obra del Ingeniero Aioli-nn.
Plficemes grandes merece este distinguido pai-sano;
y a1 redactar hoy wte b&squojo histhrioo so
los tributamos de todo c o d n por el -aran ~ervicio
prestado,
La eoilstrucciidn de ia carretera del Puerto, ari-la
idea que buliia en el cerebro de Wos loel ca-narios
ammtes dttI pah, de conseguir la construc-cilrn
do un mwUe en que1 tmnquilo mar, aspira-ción
quijoneadn conidanteniente par las pésimas
condiciones del puerto de Ia Palmas, intlbordable
con nuoha trecuancia, peüa;roso cagi siempre, que
se cristalizó en hechos práctiw d alío de 1866, con
la redacción del proyecto, de que tratarnos en epl-gafe
siguiente:
9roY ecto del Yngeniero Ckoijo
t aíio de 1856, nuestros sepreseniailtes
en Córtes, que lo eran 6 In sazón, D. Jaciii-to
de León y Falcón y D. Cristóbtil del
Castillo y Nanrique de Lara, ohtiivieron
del Crobjerno la Real Orden de 18 de No-riembre
y ue disponía el estudio de un pro-yecto
de muelle en la ensennda de La Luz.
Lo redacto Don Prmcisco Clarijo y P16, Ingeniero
jefe de la Provincia en aquel entonces, y en la $fe-moria
que acompalró al proyecto, se lee:
<La construccibn de un m~ ~ e l leen la rada de Ln
Luz, isla de Gran Cnuarin, es una real y vercladera
mejora para los intereses de esta Isla. Con aquella
obra se evitarán los perjuicios que eslieriine~ita en la
actualidad el comercio por no tener un ptiizto cbn~odoy
seguro,enel cualpuedanhacerse las operaciones de car -
ga y descarga en todas las &pocas del aiio: pues si bien
el muelle que hoy existe en el extremo norte de la po-blaci<
in llena este servicio el! los tiempos úonancibles,
la circunstancia de estar situado e11 un liunto de nna
costa enteramecte desabrigada y nclemis de poco fondo
6 aplace~adoh, acen que sea. muy frecuente los mwes de
fondo qrre imposibilitan absohitauente coinunicar con
tierra, obligando A los lmques á fondearse d una gran
distancia de ella. Estas circunstancias desfavorables
en que se encuentra el iniielle de In cilidad de Las PBI-mas,
dictaron la Real &den de cliez y ocho de Noviem-bre
próximo pasado, por la cual, reconocida la conve-niencia
de construir iin muelle en la rada de La Luz
de Gran Canaria, g en vista de los informes que con la
cornunjcnción del Gobernador civil de la Provincia,
fecha seis de Octubre último, se habían acompnfiado,
se mandn, que el Ingeniero de 1s Provincia proceda á
formar el proyecto de las obras que las necesidades
del comercio reclaman en el punto ya citado. En tal
virtud, y habiéndoseme comirnicado dicha Real dispo-sición
por la Direccibn General del ramo el día veinte y
ocho del ines de Moviembre de 1856, procedí inmediata-mente
i cninplimentarln, sometiendo, en su consecuen-cia,
á, 1% superior il.probnci6u1 el proyecto de las obras
que son iiece~ariasa l fin aludido, y tambibn las que
por circumtancias de localidad se hacían precisas.n
Evitw perjuicios al comercio, tener un pmto
cómodo y seguro en el cual pudieraii llacerse las
operaciones de carga y descarga en todas las épocas
del ano, fu6 !o que se propuso con su 11royecto el
ingeniero Clavijo; tanto qne, apenas Ilamó inuelle
la obra proyectada, sino .punto cbmodo y seguro..
Sin ernburgo, justo es confesar qae á pesar de no ser
canario, sino tinerfei~o,s e excediU en las diinensio- a
N
nes del proyecto, del espíritu de la R. O. de 1.8 de E
Noviembre antes citada que orden6 su Ioriliacih, O
y e1el.ó el coste de las obras n la respetable siitn~dt e n-- m 968.Oi9 pesetas, cifra qiio iio se ati.evi6 6 robasai., O E
cuatro anos después el Ingeniero eiicargado de re- s£ formar por completo y sin limitaciones el proyecto, E
por órden de la Direcclióii Genertrl de obras públicas,
-
segh verenlos mis adelante. 3
Autorizacla la subasta de !a obra de Clavijo por --
Real Úrden de 15 de Felwero de 1858, no se llevó á 0
m
E efecto. Quedó la seinilln e d~a d ae n el suco: ya ve-remos
coino geminU y fmctificU Iiiego. O
n
GZ libro del Capittin Lobo
111
on el citado aiio de 1868 ocurrió un aconteci-miento
notable para la historia del Puerto de
w Ref~pjqp r r j ~ aer roja c1ni.a 112 sobre 13' Q-!-
genes de ese ~nonui:iento de nuestrn prosperidad,
Iiaciendo imposible el falsemniento de 18 verdad en
ase punto >- coiifundiendo dv paso un error, lainen-talile.
si fué hijo de la equivocación, censurable si
!Q e~gp~! r10% m d'licia S !n pnsiciii de !E yltu uv
atribuveron 6 atribu~eronB otro la paternidad de
asa idea.
Has referimos 5. la pul~licación del iiaportaiite
libro Dtwotero de Zu.s I shs Ca?tu.f^i~obb~r,a del Ca-pibh
de Fragata de la marina espafioln D. Miguel
Lobo, cuya primera edición vi6 la luz el referido
aiio de 1858.
Eii la pá&n 49 de la segunda edición de ese
pan nosotros importantlsinlo libro, publicada el ano
de 1860, se lee:
.En el punto de rpunilii de la al s letn~c on 1s len-gua
de arena. ya meucionada, al S. de una pequeira po-blacitn
llamada La Lx, hace aynella un recodo has-tante
grande y forina ulia enseiiacla á oue se dB el
nombre de Puerto de Ls Liiz. Lo mismo que 1% bnhia
de Las Prtlinns? de que realmente forina parte, tiene
esta ensenada excelente nnclnds~o,c oi1 i o d o de arena
que desde brnzas escasas, raii clismi~i~qendgor n-dunlinente
hácm l a ~ l n y aE, ste pnerto es tiel todo se-guro
par% los vientos del 1 ."' citadrnnte, ?ne son los
q...u-e má~ip revalecen. Se halla descubierLo a los del 2.' -a-.---. ..-L --- 1 -1- -..-..-T - - 7 L- . -L- - - 2-
U U ~ U Ji~ uuu;p oru LIU ~ 2 W1 J ~ ~I VU ~ ~ SU I U ~ I L Ui i ~i.r nciu LLW
ponerse con elIos en vela, sieinyre qne el buque est&
bien fondeado. Por coii~ignieiite, los qrie lo visiten en
Novíembrs y Diciembre, que es In cílpocfi criticn del
S. E. debeii cpednrse frnnquendos entre 10 y 14 iws-me
de ngun; y si les faltasen las oiunrrns, pueden ~ I U -
barrancer sin peligro en la, plaga. Hay el gran pro-yecto
de constriiii. en el Puerto de Ln Luz, tmo de
REFUGIO que resg~iarcle lxrfectnineiite del S. E. ti
los Gziques.~
Conviene grabar inuy l)ie!i ln feclin (18%) y la
afirinación cnpital de que linbin el gran proyecto de
construir en el Puerto de La Luz uno de REFUGIO
que resguardase perf~stninented e1 S.E, ios buques,
para poder juzgar con acierto hechos y afirmaciones
posteriores que irán saliendo ti relucir en el tras-curso
de esta pequefla historia.
Por el pronto Creemos oportuno adelantar como
tributo debido á la verdad de ln misma, que amigos
indiscretos y apasionados del ilustrado Ingeniero D.
Juan de León y Castil10,ponen en suslabios frecuen-temente
la afirmación de que él, D. Juan, fui quien
inicid la idea de un puerto abrigado en La Luz el
ano de 1861, y que en 1879 el mismo Ingeniero de-finió
concretamente la obra, reclamando la declara-ción
de Puerto de Refugio.
Cuando Lobo, que escribió, corno liemos dicho,
su llerrotero de Zns I shs Ca~auriase l afio de 1868,
no se atrevió a adjudicarse la paternidad del gran
proyecto,que ya entonces existia,de construir en el
Puerto de La Luz uno de Refugio que resguardara
perfectamente A los buques de los rientos del S. E,
es decir, un Refngio por completo abrigado, mal
puede atribuirsela D. Juan de León Castillo con
mferrncl~E! afin dy 186!, tres anos d-pu&, cuan-do
ailn era estudiante; ni con rcforencía al ario 1879,
porque adernhs de aquel antecedente, multa que
en los afíos de 1870, 71 y 72, Iiabla presentado una
Nemoria sobre obras pública? a1 Ministerio de Yo-mento
el Director Genoral del ramo D. Eusebio Pa-ge,
en la cual, refirithdose al Puerto de La Luz, de-cía
que con el auxilio de algunas obras artificiales
podía convertirse en zcno de los t~q'wepsw t o s de
reftqio del Owtw Atldnlico; dato que aducire-mos
miis edolante siguiendo el órden cronolrípico
que nos hemos impuesto.
Otros méritos contrajo y no 0.50 ciertamente, el
distinguido Ingeniero, y todos ellos irán saliendo del
perol de nuestra piurna at igual que las deficiencias,
errores ó defectos,medidos por el rasero comÚn,co-mo
cuadra 6 la imparcialidad do la historia.
Hecha esta necesaria aclaraci6n, reanudemos el
hilo de nuestro interrumpido relato.
x virtud de nuevas gestiones encamina-
A la realización del pensamiento de
ir un muelle en la rada de La Luz,
la Dirección de Obras Públicas dis-puso
en 27 de Agosto de 1361,que
no habiéndose subastado las obras
del proyecto del Ingeniero Clavijo
y habiendo variado las circuns-tancias
en los cuatro anos transcurridos, se re~isa-ran
los precios y se refmuzra por com'ptetoel p o -
yecto si el Ingeniero encargado lo juzgaba conve-
.niente.
Sin duda comprendió 13 Dirección, ó alguien se
lo hizo notar, que la ensenada de La Luz era medio
apropiado para más altos fines, y por eso abrió ma-yores
horizontes y' puso en cainino al nuevo Inge-niero
cncargado para que ref0rmai.a por completo
el proyecto.
Era aquel A la sazón D.Juan de León y Castillo,
que cQmefizgl.g eil?Snc& el gjercici~ de s. cirre-ra,
encargado de las obras del grupo oriental,
quien redactó el proyecto en plazo breve, y usando
de las facultades ámplias que'en la Real orden se le
confirieron, modificó el de Clavijo, mejorhdolo
c~n,siñ,er&!eri..vnte en c~=te ni mp!mmivnt~ dv
las obras, sin alterar su presupuesto total, cosa que
seguramente no hubiera estnulado en la Dirección
dado el espiritu de amplitud que informó la R. O.
S i de .de Agosto.
En lq Memoria del proyecto que nos ocupa, se
hacen atinadas observacionas encaminadas á justi-ficar
sus diferencias WD-el anterior, fundthdol~tse n
necesidades del presente, pues en los cuatro aiíos
transcurridos habían varindo por completo las ideas
que se tuvieron presentes al redslctar el proyecto de
1857. .En efecto,-dice la Hernoria,-en aquella
época, un desembarcadero cómodo satisfacia todas
las necesidadec y llenaba todos los daseos y aspira-ciones.
Se consideraba como un inuelle auxiliar del
de esta ciudad pam los dias de gruesas mares en
los que no se podian efectuar en este Último los
desembarcas, y no se le daba más importancia..
Por cierto quo esta Iifeinori~h a sido mencionada
en la prensa, en convemciones particulares y hasta
en algún folleto escrito al parecer con miras ii la
posteridad, queriendo arrancar de alii la visión pro-fttica
del Prrerto de Refugio con su prodigioso des-arrollo
tal como lo liemos visto desenrolverse en el
transcurso de veinte y cinco aos; llqando hasta A
decirse yue en esa 3iemoria se fija, con la sobriedad
propia de esta clase de documentos, la verdadera
significacibn é importancia que había de tener esta
obra, bajo todos sus aspectos, on el porvenir; y que
lo que posteriormente se escribi6 acerca del mismo
asunto no fué la iniciación de un pensamiento sino
!n cnnfirmrrción y d ~l_q$dne lo que ya estaba rea-lizrindose.
A tal punto ha llegado la indiscreci6n y ceguera
en este asunto, que la pasión interesada ha querido
ver en el articulo que dos rifles m& tarde publicó
D. Femcind~ de LwJn y Castillo en J'hs CmwrEtcs:
la misma Memoria de D. Juan revestida con las ga-las
literarias propias del estilo periodistico, siendo lo
cierto que entre la Memoria y al artfculo tiay tanta
diferencia como entre la concepción de un vidente
al cAlculo de un ingeniero.
Aun cuando la idea no ha logrado favor en las
generaciones presentes, que han sido testigo de los
acontecimientos 6 los han bebido en fuentes pum
de referencias muy próximas, cuando aún no se
han borrado con'el tiempo 6 la malicia las huellas
de los acontecimientos, cumple A la verdad de ln
historia parar la atención en este punto, publicando
ambos docuinentos con las correspondientes glosas
ó comentarios en el lugar debido,siguiendo el orden
de nuestra narraci01-1.
He aqui los más substanciales prirrafos de la
Memoria:
&as ideas que hicieron dictar la Real orden de NO-viembre
de 1836, y que se hicieron presentes al redac-tar
en 1857 el proyecto de dicho muelle, han variado
por completo en los cuatro arios transcurridos. Otras
son las circnnstoncias hoy predominantes: otro el
objeto que la obra debe llenar.
En el desarrollo general de la riqiieza piiblica, con
la mayor importancia que han tomado estas Islas, co-mo
punto de escala para la navegación de larga trave-sía,
como estacih naval y estratkgica y como centro
comercial para el tráfico con la vecina costa de Africa,
son necesnrias obras de una índole esencialmente dis-tintas.
En efecto, en aquella época, un desembarca-dero
cGmodo satisfacía todas las necesidades y llenaba
todos los deseos y aspiraciones. Se le consideiaba co-mo
un muelle nuxiliar del de esta Ciudad para los dias
de gruesrts mares, en los que no se podían ofectu~re n
este i~ltimo los deseinbaicos y no se le daba más im-portancia.
Al presente, una obra de esa. naturaleza no
está en relación con el porvenir de esta Isla. Las tran-sncciones
comerciales se mnltiplican,y ya es necesario
tener un puerto abrigado en todos tiempos para facili-tar
J- asegurar las operaciones marítimas, y para atraer
á los navegantes, hoy alejados de estas Islas, por falta
de pnertos que merezcan este nombre.
Producto de aquellas circunstancias, hijo de las
ideas predominnntes, fu8 el proyecto primitivo. Aun-que
en sus dimensiones se eecediese de2 espiiitu de la
Real orden de 18 de Noviembre ya citado, las obras
que al pi--,yeato ~ ~ ase ~re&~ucene eii ~ &j
muelle de desembarco. Colocósele en su consecuencia
en el interior de la rada, bnscai~doe l mar m& tranqui-lo,
~e trató de proporcionar algún abrigo, terminando
con un martillo, y se quiso dar como finalizadas todas
las obras del Puerto, proyectando para el servioio de
lanchas, un muelle llamado de tierra, paralelamente
á la costa.
Las obras que proponemos ahora, sipog*e l p ~ o n t o12 0
dnn ~esultcidosn zucho m i s vewkt.josos que Zas pvimi-tivas,
se proyectan de modo que con igual coste puedan
obtener más longitud y sonda, y se sitfian de manera
que con el tiempo sean susceptibles de prolongaoión
para convertir la rada en un puerto completomente
cerrado. En una palabra, dejan el campo abierto y son
el principio de todas las que más tarde rcclamen las
necesidades de 18 navegación y recoinienden las exce-lentes
condiciones del fondeadero. En sn coiisecuenci~,
se ha elegido para el muelle u11 emplnzamiei~toin 8s al
N. E., á fin de obtener mayor espacio abrigado, se
pro1onga en lima recta y sigui~ndo siempre el rwn-bo
N. S., hasta una sonda casi doble de ladel pro-yecto
primitivo; se propone unn conducción de aguas
de siete kilbmetros de longitud, obra absolutan~~ite
indispensable parn la aguda de los biqiies. Mas, yava S
no au»zentnr m~lC720 el costo, se suprime el mnelle de N
tierra, se disminxye el ancho del 1nue11e principal; se E
reviste sille&. ',En snln lj.nn p r t o de su 105- O
n gitud; longitud, sin embargo, mayor que !a del primer -
=m
p:ogecto, y se deja 1% parte restante sin revestimiento, O
E
sirviendo solo de abrigo y en estado de recibir las mil- £
rallas y escrtleras; quedando en aptitud de prolongarse 2 E
en toda la extensión qile m&s tarde se tenga por oon- =
veniente.» 3
GZ articulo de
os alros mds tarde, el 4 de Marzo de 1863,
apareció eii Lcrs Cí¿w~i.ut.s periódico que
por aquel entonces se piiblicaba en Ua-drid
(i) un brillante artkulo que, con justa
razón, ha sido considerado heno con10 la
"g* partida hautirmel de nuestro-perto de
reflipio. Debióse ti la pluma del entonces
jSwn estudiante de Derecha y m58 t&e, y a h a ,
insigne bienhephor de Gran Canaria, D. Fernando de
Lettn y CastilIo. Y decía en sus pirrafos principales:
&a isla de Gran Canaria es la Ilninada Q prestar
este gran servicio, porque cuenta con elementos para
dh.
El puerto de La Luz, abrigado de todos los vientos,
si se ercceptíian los del segundo cuadrante, ha de con-vertirse
tan pronto como se construyan las obras en
ciirso de ejecucih, y las qut: mds tmdc hun de seg- SZL
co?y~lrrn~?ifeol: ; un puerto completamente cerrado,
capaz de dar abrigo Q 1111 inímero iabuloso de embarca-ciones.
Eutónces se cerd 7zacev en. el Puedo de la Luz,cuyas
playas hoy hnbitan huuiildes pescrtclwes, .iLn ?tuevo
(1) Sirigiclo por el ilustre paiioeroD. Benigno Carballo.
14
~zcebioh, ijo del conlercio, ~ Z L Gse wt, por s up wximiclad
il Lcls PuZnrns, yínttc de es t t~C iuclacl.
Entónces las launs, los cerealos, 13s inaderns de
co11strncci6n (1) y las producciones todas que encierrrt
el Africa en su abrasado seno, irriii L Gran Cariaria,
buscando 1% libertad de comercio.
Entólices, y solo entbnces, se palparhn las nninero-sas
ventajas que Ilesa consigo el puerto franco, qua
algunos se emueiínii en nepr: acaso parcpe i p o r n n
que la libertad de comercio es una, verdad iiiconcusa,
sancionada, admitida por la ciencia econCinicn.
El día en que termianclas las obras clel Puerto cle La
Luz, se abra éste A la nnvegaci6ii y a l c~mercios,r wcá
yvnzde, Zmnenso, cZ rlescwolto qzbe ezpe~inaccEi e7z-n
S^l¿i&i$ de L¿i.s? iiiii?¿¿s 'y i08~~ueb:Oi~oOs$ OS LCL G?'CL~%
Canaviu. La agriculttm de esta Isla, bastante d e -
lantada hoy, merced ri la prodigiosa fertiliclnd de su
suelo y B la abrmdnncia de sus agrias, Zo estcwci 9ncls,
?nuclzo nzds, nzai l~mc,e r que sus frutos tengan en el
Puerto de La Luz uim salida nati~ral,e n que se nbran
las puertas que hoy cierra el mar con porfiado empeiío,
(1) Una compailfn establecida en el Nuni, dedicnda á la
e-xplotacidn de i~iaderasc,o n grandes míquinas de cerrería, trata
de traerlas al puerto de La Luz como centro de esportnción. Al
iuisnlo D. Fernando debe Eepaiia esos tarritorios.
y,po?,l os c z rdc s l )en~hunintz~ct flcoza ZIA &p z n y el
Z l z e ~ z i d ~ cr l; .~~I I ~ I L E Z E L Lis I11.
Lo que cla iinpnlso, lo que acelera, lo que fncilita,
lo qiie en una palabra, cla vida y niovimiento 6 la pro-ducciiiii,
es el comercio; y el coiuercio inoririn sin Ins
-s-~ --l i d a ssi~n In posibilidad de recnger y trasinitii ~~1511-
to la n~riculcuray la fnbrícaci6n l~roduceii:d pero co-iuo
podrli haber salida sin puertos? sparn q~iClo s pner-tos
sin vías de coiimiiicaci6ii?
Es ocioso, coinpletamente iiiiitil, e.ncarecer Inu veii-tajas
qi1.e la constiuccibii de iiu muelle en el Puerto de
La Lii:: ha de llevar consigo para Grnii Canaria: por
inuclio que nos einpeileiuou eti eiicaveccrlns, nuuca 8%-
rtl lo bnstaiite, iiuncn qiiednri r;ufic'ielitrilieiite deriiou-trnds
su irnportnricin.
Ciiaiido se terminen lns ohrnx projcctadns, el d h
eii que se veo en nqiiel dormido inar oiidutnndo ni
y i i ~ c~iet!i ~L .'z&yns, ~e;:prse::t?.::& g y g s tncta:: i,-,-
cio~iese, ml>lamaud e vivos colores qiieeiicieiide can sus
rojas tintas el sol ardiente de los tApieou, m: (¿¿u swri
7611 di(^ gv(i~ide,L 1 mtis ymritl I+ quWds pcwu lci G m n
C ' r w i ~ i r r , ei:tonces coimiizarti ii aparecer, eii el riuiie-iio
liorizoi~te de s i por'vmii', In nonirn que nltirith~a 6
los pnehlos que realizan el ideal del siglo S1S.w
Consideraciones
- F ! ~ W X ~aSi~ tcriorineitteq ue entre la 9ieino-
~ 1dc3 D. Jmn y el articulo de Doii Periiniido, " li::? ;a mima difcl.oiicin y ue entre la obra de $- un iiigeiiiero y la concepeih de L I v~id ente. En
efecto, Don Jnnn mis6 al pPesente y Don Fernando
al porretiir. Aqut9 se Iij6 wi el desarrollo geiiernl
.de la ~iqaezap ública con la iiiayor iinportnncia
q u e hnl>im tomdo estas isliisconio puiito cle cscrdn
z p ~ r aia . naregaciúri de iarga trareaiti, coiiio estación
xnaral ! estrnt6gica y coino centro coniercial para.
.el triílico con 12 vecina costa de Africn. desde el
ano de 18513, fecha do la Memoria de Qavijo, tinsta
el de 1861, en que esci41ió la suya D. Juan, para
justificar In variación del proyecto y lu ilecesidad de
unas ohrns dc indole esencialineiitc distintas: ~iiiss
en wluella épocw-decía-au:i dosembarcadero
m5modo sntisfacin todas las iiecesidndes y lleiial~
.todos los deseos y aspiraciones. Se le coii.rideraba
woiiio un muelle auxiliar del dc esta ciudad para
)>los dias de p e s a s ninres, en los que no .se podian
.efectuar en este Ultimo, los deseinbarcos, y no se
.le daba in5s i~i~porttinciAn.l pmse~tfeu na obra de
.esa natwilexn no estii e11 relacih con el porre-
~ i i i rd e e-ta isla. Las tr:~nsaccioiies comerciales se
~~iniiltipIirsiyi ya es iieiesnrio tener un puerto
xdxigndo e:i todos los tiem\ioc: para fticilitru y
m:- asegurar las operncionas ma~ftimas1- pnrn atrae?
m:,' los i i n ~ e p ~ t ehso,y alejados de esta. idas, por
~ f i i dh e ;,iierius qug.iiiermc;aii esie iiui1lhrc.a
Es veiiclsd que se Iial~lae n 10 31oriioi.ia clei por-venir
de la isla, y so niiade que si 153 obras proycr-tadas
no darlaii por el pronto resultados ~iiuciioin iis
~-.c ntnjoso.:, cpc las primitims, se proyectaban de -1 . .
IIWUG que <i igual coste i,üiiiüi~a ~"uiijlieim m&
loiqititud y sonda, y se situaban de mailttiñ que con
el tiempo ftzrrnii susceptibles de prolotigtción parn
convertir la rada en uii puerto completamente
corrado; pero tninbién a5 cierto que leyendo la
Memoria eii sus di.qtintos jxíi~afna se 1-4 qiie no
entrd para nada en eI psnsamieiito de D. Juaii e!
desarrollo estrnordiiinrio, la traiisfor:iiacih pro-digiosa
que iiabin de operarse en el Puei-to. en Las
Palmas, y en los pzieblos todos do la isla. el día en
que se fsrniiiiarari las ohras proyxtndas.
Bien claro lo dkc la BIeinoria. obras que
3propoiietiios ahora, si por e¿ jw'oah iio dan resul-xtado
mas ent tajo so, que ~ J Spr iniitiras, se cituan
.de niancra que con el t k~ig~seoan suseeptiblea de
~prolong~ció-i i.
Hay dos prnelias pltisticac: psra domostrar que
110 d o el ano de 15'61, euurido D, Juan proyctú las
obriw de que nos ocupaiiios, siiio o1 aíio de 1881, en
cjiie proyectíi el Puerto de liefugio, no llegó 6 iinri-giiiar
lo que ayud iiabin de m;, iia ya en iin pei'ío-do
de cinciientli O c-ieii riiia:., pero ni siquiera a11
cuatro 6 cinco liistros. 1 la rnzóri es o!~via. El
Puerto de Refugio se proyectó para. coiistruirlo en
diez y sicte años. y cuando tcriiiinaroii las obras ya
era insuficiente pnrn coiiteiier el número de buqiies
parn el franco desen~olviiniento de las operacio-nes
marítimas.
Hay otra razón igualincnte tangible. El dique se
coiistriiyó de iiianers que iio es susceptible de pro-
Iongnción para aumentar la cnpaoidad del Puerto
sin cerrar lii boca de eiitrnda,;)oi rnziiii de SU curva-tura
Iilicia la costa prueba o~identedo que el iiige-niero
cstimó que en ilingíin tiempo se liaría neeesa-rio
el numento do cnpacidtid, pues pnxi conscgiiii'
este resnltado Iiny que prcicindir, e11 abcoliito, del
trazado y eiiiplnzniiiienín actuales, 6 destruir parte
de la ohrn Iiectia diindolo otra direccióii y einplaza-inicnto.
De s~iertc,q u e nuii ciinrido iio l~i ibie~ac,o xa
ti u- a lis:. 5 1o.l n&i.c;ieiiii>\ :urp. d0~ihlell:~~s k k i -
les pni deinostrnr yuc D. Juaii no tenía paii f& eii
el porvenir del Puerto de Lii Lnx, bastaría la RIerno-rin
y los Iicclros tniigibles consignndos, ptm llegw :i
la evidciicin do esa doniostrnci6ii.
*
$< *
En cainbio, D. Feriiando, el atto de 1863, Felb
riéndose tí las obras e11 c u r ~ od e ejecueidn ~y cf b c t ~
QICG 1 1 2 h hr& hr6bla~r de. ser $16 C O ~ $ ? ~ ~ J ? ~ ~ : I I Ú J ,
dscia que sentonces, el din que se ooncluyerxii, se
,vería iincer en el P I ~deO LC LL 7q c i p i piayss
al~ñbiti~bn5n Ix saz611 humildes peccadorw. zua
znlcerí> puddo, hijo ctd couiercio, que seria, por su
rpmxi;nidad A Lns Pcilmas, parte de esta ciudad, y
;.seria ,mnde, inmenso, el ctesnrrollo qiio csperi-zmentoria
la ciudad de Las Ptilinas y los ;)~ieb!os to-
*dos de la Gran Canaria; que la Agricultura de esta
*isla, entonces bastante adelantada, lo a~tarlam is,
*rniicho mlis, marinna. en que sus frutos tendrían en
aei Puerto de La LUZu na sa1idx411atura~q; ue por el
~Pubrtop enetmrfa en esta isla la riqueza y el bien-heshr!
y que el di8 en (pie se terminaran lm obrns
proyectad as, y se viern en aquel dormido mar, on-
~dulando al viento cien banderas, representando
a o h tantas naciones, seria un dfa grande, el mrís
s p n d e , quizA, para la Gran C~naria.2
Esto es predecir; esto es expresar de modo gi-fico
y con exactitud prodigiosa, lo que habfa de
suceder cuarenta años m8s tarde.
Hemos visto nacer en el Puerto de La Luz, un
nuevo pueblo, hijo del Comercio, parte integrante
de la Ciudad de Las Palmas; hemos presenciado el
grande,el inmenso desarrolloque han experimentado
la ciudad de Las Palmas y los pueblos todos de la
Gran Canaria. Nuestra Agricultura se ha desarro-llado
y prosperado de modo extraordinario, y por
el Puerto ha penetrado ln riqueza y el bienestar de
ia isin; y ei &a en que se terminaron les obrw del
Puerto de Refugio, f ~ u6n dla muy grande, el mhu
grande quizií pnra la Gran Canaria; y antes de ter-minarse
las obras, hemos visto en acjiicl dormido
mar, ondulando al viento, cien banderas, represen-tando
otras tantcls naciones.
Y sin embargo se ha dicho, que la profecia de
D. Fernando no es otra cosa que la Memoria de don
Juan revestida con galas literarias.
No es natural que un j6wn estudiante revol-viera.
polvorientos legajos en d Ministerio para bus-car
inspiración 5i. su poder os^ fantasia. Los hechos
corroboran la falsedad de tal supuesto. Mas natural
parece que D. Juan de León, a1 redactar su Memo-ria
el año de 1861, tuviera ti la vista el libro del
capititn Lobo, publicado en 1.858, en el cual se dice
q u e habfa el pan proyecto de construir en el
~Piiertod e La Luz,uno DE; REFUGIOqu e resguardase
*perfectamente del sudeste ,Z los buques.;>
GZ remate de Verdugo y la Nemoria de %ge
VI1
L 9 de Xano de 1863, se di6 comienzo R la
ejecución del proyecto de muelle redactado
por don Juan de León y Castillo siendo con-tratista
de las obras D. Santiago Verdugo que las
hirbfa subastado el 12 de Enero del mismo mio.
Sileve anos estuuo el Sr. Verdugo haciendo que
hacía en dichas obrna, i ciencia y paciencia de in-genieros
y autoridades, hasta que en Septiembre de
1872, obturo 13 rescisión de Ins mismas, liquidbn-dose
y abonándosele lo poquísimo que había cons-truido,
1- todo el material existente.
Rescindida la subasta pasaron cuatro ailos tsin
que nadie volviera ti acordarse del muelle de La Luz
ni de nada que con él tuviera relación, Qada la aten-ción
de todos en e1 muelle de Las Palmas con raras
y contadas ascepciones; y por cierto que las obras de
este último muelle adelantaban muy poco, como es
~isturnsl uponer: dadas las dificultades de tan desa-certado
propósito aomo el de construir un muelle en
lugar tan inadecuado. --
Por esos &~osd e 1870; 71 y 52;'presentó o! exie-lentísimo
Sr. D. Eusebio Page, B la sazón Director
Genemi de Obras Phblicas, una Memoria sobre las
mismas, al hhisterio de Fomento, consignando en
la p6gina 156, lo sisiente:
PUERTO DE LA LUZ
*A1 N. E. de la isla de Gran Canaria, se halla una
pqneiia pinsulrc llamada la Isleta, unida S la pri-mera
por una estrecha lengua de tierra que se cleno-minn
Istmo de Gunnarteme. A1 S. E. del istmo, se en- O
n -
cn~ntrfie! ?nl)/ii)ijjFnf b?;&y1&y~ :S9 LfiL :&z, =-
J."' ---
tsmeute nbrigndo ti 1;s vientos del 1.O 3 . O y 4.O cua- O
E
drnnte. La profundidnd de la sonda que permite el E
2
arribo de liuques de grnn cnlado, y la uatriralezn cle E
su fondo, limpio completameiite de piedras, y formado =
solo por una grnn cnpa de nrens finísima, se presta al 3
I üfügiü de üii cie~idou iii~ieui de Lri qiies que frecuenie- -
mente lo eligen para limpias y recorridos. Al lado em-opuesto
cle esta excelente cnsaactda, 6 gen nl N. O. del E
ietmo, se halla la bahia del Confital, que reune tnu O
buenas condiciones como 1% de La Luz, con la cual po-dría
ponerse fncilmente en comunicación cwtnndo el n
Istmo di: Gu~ncwteme,qiiem ide 140 metros de ancho, -E
formando de este modo, y con el auxilio de algunas a
2
obras artificiales, uno de 20s mejortrs yzse~tos de wfu- n
gio del Occsnno At1dntico.a o
El Capitffn Lobo, primero, con referencia i un 3
prop6sito que va existía el afio de 183.5; y el exce- O
lentfsimo Sr. D. Eusebio Page, como producto de
meditado estudio para una Memoria oficial, fueron
los primeros, que sepamos, en hablar de ln construc-ción
de un puerto de Refugi6 e11 e1 de LA Luz de
Gran Canaria.
PRcil es comprender, leyendo In Xemoria del
Sr. Page, cum abonndo estaba el terreno pard que
pasarn, con grnn rapidez, y sin ninguna dificultad
técnica, por las oficinas de Fomenta, el proyecto que
di6 vida ti ese pensamiento el ano de ISSl, siendo
Director General de Obras Publicas e1 propio don
Eiisebio Page Ministro del ramo, D. José Luis Al-bareda,
intimo amigo de D. Fernando de León y
Castillo.
Gl9uerto de Xa Luz desde 1876 á 1887
Xu moción de $Don Xanuel gonzález
VI11
L aflo de 1876, ocurrib un hecho de
los que forman Ppow en la historia
del Puerto de La Luz, Era d la sazón
irector de la 4konórnicrt de Amigos
el PRIsD~. Hanuel GonzRlez, patriota
e corazón, de voluntad resuelta, &ni-mo
sereno y gran sentido de la redi-ad,
que tenia una verdadera obcesibn
or el puerto, hasb tal punto que hemos
oído mencionarlo á. D. Fernando de León 1 y Castillo, como el que primero, y con
más entusiasmo y fervor le felicifi5,ai te-
\\ nerse noticia aquf de tan importante con-cesión.
Y el 4 de Febrero del referido ano,
presentó R IR sociedad una moción que motivó
larga série de informes, y ncdoradm contiendas, so-bre
la. conveniencia de abandonar el Puerto de Las
Palmas pwa fijar nuestra atenci0n en el de La Luz.
Aquella que pared6 entonces semilla de discor-dias,
puede eonsidemse hoy como un preciado
documento para el que toda alabanza nos parece
poco. En el calor de Ins polémiccis y contraposicióri
de criterios que por virtud de ellas sobre~inieron,
irradió rnuelia luz; y aun cuando el expediente pa-sG
por Último tí informe del Ayunkrniento y nlli
quedj sepultndo, no se perdih In semilln que muy
pronto liabia de dar ópimos frutos.
La importancia de ese dociimento exige que no
escatimemos de él una sola línea.
HtSlo aquf:
(111. 1. S.-& lamentarnos uno y otro dia del PO-CO
acierto qne tuvieron nuestros antepasados en la
e'teccidn de sitios pnra el emplazsmiento de obras de
la mayor importancia, parecaria Bn e mejor estudiadas las que de fiuevo se proyectan, de i8i-amos de antema-no
evitar los escollos en que squkllos tropezaron, y sin
embargo, no ha sido nsf, sino que t d s v i a criticamos
LA., nnn Ls+:n:n C a l nnir ln nne errar a= nrnoA In -do
UVJ , U"' J UO"bIU L U I ."Y, II, Y"" "J VI 4.2 Vl YJ V A V lYUU
acertado.
Esto demuestra, 6 la falta de profundos y medi
tados estudios, ir b condescendencia en la aprobación
definitiva de medidas tomadns de improviso, aunque
hubiesen sido presididas por la mejor buena fé. A evi-tar
estos extremos tienden estas consideraciones, en
el momento de someter á la Sociedad, para BU eatndio,
itn pro ecto de gran magnitud, pero qrie hoy mismo es
rebati 2' o por algunos de nnestroll paisRnas y paltrooi-nado
por otros entre los cunlat! me cuento y m contcrp.6
s i emp ~X' ~e refiero 4 la conveniencia de llevar á cabo
las mejoras que reclama e1 Puerto de La Luz, como
poderow medio de favorecer los interesa de esta Isla
de Qrau Canaria.
Jamás he comprendido las razones en qne se alto.
yan los detractoras de eate pensamiento. Ri hiihiese
sido fasil desviar la comieuta del Guiniguada y cnm-liearlo
desde su embocsdnra hasta cierta distancia; si
hubiese sido payible dar al actnsl muelle de esta cin-dad
un emylttzamisnto &S chntrico y menos costoso;
si la bahia de Las Palmas estuviese mas abrigada, y
si su mas fuese constmtemente bonancible, mi proyec-to
seria absurdo y hasta rídiculo; pero como par dm-gracia
el primer extremo es za impracticable y los de-más
en oposicih con ia vertta¿i ia mejor cunvenien-cia,
no comprerdo, repito, las mot i~osq ue milite11 en
contra de dicho proyecto.
Xo ser6 y0 quien iiieguo la utilidad del melle de
Las Palmas, y la i~éicasidad de proiouger Ins obras
hasta matar e1 bajo, pero a no ser en Bpocas norinales,
nunca prestará las ventajns que en todos conceptos
ofrece el Puerto de La Luz.
Siendo el comercio mn de las nrterias qae ni18
vid& y yrnsperidud yroprcionnn á. los pueblos, y en-contrú~
idouee l marltimo estrech~lineiitel igado co:i la
excehncia de los puertos, es indudable que aqui.1 to-maria
mayor eusnncho y nuestra poblacitn mayor
auge & ixremento, toda Tez qno,siendo estas Islns an
pinto de eseala pnra mrins y largas travesins, exoii-trarin~:
lo* 7,nrjues de trrdw portes como iinico asilo
segrxro, I;nm ms reparncioiias y refresco, el Puerto do
Ln Luz.
Xo ser2 ,-o quien se tome In tnren de jnstificai. mi
propxicl6c: lo hnee el E::cino. Sr. D. Eusebio Pane en
1% Xemorin cltie, coino Director General, yesentr; sulire
Ohras pid4icns en 1870, 71 y 72 nl Uinistario da Po.
mento, leyhdose ex ln pániun 136 lo siguiente:
('.hscr.ihe In descrfpcicin que dejamos consignarla
bajo el epimafe El ~cmc t t ed e Vc~dirgoy Z ~ NL ei~tnris
da Prtp). rí luego sünde:
.Son estos dntos tan elocnentw por si misaos,
que fne relevan de citar autoriclndes nnciounles y ex-tmnj~-
mfpi - a c ~mh ~ p - rnn » prtic>i!zr ~ h _ p p
todos estlin de acuerdo. Esto prueba tina vez m6s que
todos cm2 muy claro,acepto nasot?*osl os ccsnnrirur, co-mo
si una fcstalidndpesnaa sobra 9zzkesh.c.w dssbirros.
Abramos los G ~Wp, z te basta abbbrirlrw Bcbrf4 cmii.mcPt.8n
de la importuncia de2 Puwto d;: La Lua bajo diversos
conceptos, a m a de los cunles me permitir8 d p a s
apredacionrs.
Si d mudle de Las Palmas haatase oonstanb-mente
para Iss fm&g de la mar; si prestase mmro
abrigo 4 las ambarcaciones, y si 10s fondendaros derm-
~ninii.doiCi .!c-mdurins, JIarisco y Pldtaiios, i:o hiciesen
trabajar demasiado B los biicliies sobre sus nvrras,
viPiidosc espuestos 6 w x s i dejar aiis anclas y a zozo-
Itrnr, r:o sesin yo el qne abogase por el Puerto; yero
como dichas circii:istancins no las Ilciin cirruplid~.-
ine::te sino este, por aso me en~pefioe n ~atrociuarle.
?;o se diga que la distnncia desde estn ciudncl al
rcferidci piierto, es esceaim, toniai:clo en coiisideraciúii
lii -u? s e p ~ ~mauelll e de Las Palnms da los puntos
e:: r p IC C ?..tiqiies sueleu foiidear. Ui;a ojeadii. sobre la
certi. ~eo;rrific:i qi;e acompniio, copiada de los mejores
niitorcu por mi conipaiiero y nliiigo e1 Ds. Grau, hrA
cn!ciilar li.sra, nsi cci;no aqiidin viene represciit:ida por
t i liil¿uietros 2% metros cicsde la c,zrreterx del ii'orte
sl Istilio: J. pur :J Biliinieiros 210 metros corltaiido des-cie
los Cltinios casc?rios del barrio de los Arennles; siw-do
ln c1ista:xia del Itsmo y Arrecife al clerieinbnrcadero
del Puertu de Ln Luz de solo mi ldómetro 1C!>
Si :i esto se q e g n 13 facilic!ad de colocar iiii fcwocn-r-,
I'l u.' e sangre, tanto inba htil hoy crinnto que facilita-ria
la conducci6n de las rnercai~cinsd escmbarcaclas en
dicho puerto 6 detenidas en el Lazareto, que distan
entre si 150 iuetros, las faenas se liarira coii gran eco-iimiri.
y jacilidad.
Si ~ ? y dleu ego se aprovechase la iiiiueusidad de
inatcrinles que coii dírstixio h las obms del.puerto sa
oncaentraii alli diseminadas, qnednris se?rible por de
rwonto, debiéndose en 10 sucesivo prolongar más la es-collera
para darle mayor ensanche y perfección. Pero
esto no basta á rni intento. Encoiztrhdose h la otra
parte del Istmo una excelente bahía, abrigada & los
vientos del 2.0 cuadrante, es preciso profundizar su
boca de entrada, que solo tiene tres y media brazas cle
agua en pleamar, para que los buques la franqueen
con facilidiid, y practicar algunas obras de ensanche
y mejora, y sobre todo ponerlo en comunicaci6n con el
Puerto, por medio de un canal que corte el Istnlo de
Guanarteme.
Esta Ultima obra que ni por la elevaci6n del terre-no,
ni por el ancho del Istnlo, sería de dificil y costosa
ejecución, es, si no la priniera, una de las de mayor
importancia jr conio el complemento de las del puerto,
puesto que no solo daría paso tí los buques del Puerto
al Arrecife y vice-versa, para ponerse al abrigo de
los vientos contrarios, sino qne la travesía de los mis-mos
8. los puertos del norte de esta Isla, y, sobre todo
á los de Tenerife, é islas del Oeste, se liarla con suins
fttcilidad, evitado de este modo el pan rodeo que es
preciso hacer para montar la Isleta, y que suele consu-mir
cnsi la mitad dn! tiempo qi1.e 19s yirqnua de :re!B
gnstan en su trat-esin Q Santa Cruz de Tenerife.
Si el Municipio se apresurase 6 surtir el puerto
de agua potable, lo que no ofrece ya dificultad, se ve-ria,
F O ~de pronto, aumentar la constr~cciónd e edifi-cios
urba~ose c los Arenales y ea el mismo pe r tg,
concnrrir B. este mayor número de buqiies, por sil se-guridnd
propia para hacer aguada con comoclidnd y
estr.blecerse alli gn-ii número de oficiales de ribera,
atraídos por 1% excelencia de una dgrseila i~aturnl y
por la facilidad de construir un ~ s t i l h 0de que hoy se
ven casi privados en esta ciudad.
En h, si se desea poner á cubierto, no solo nues-tras
buques sino esta misma población y sus intereses
de las nscchanzas del primer aventurero de la naci6n
que pueda liallarse en pugna con la nuestra, la Isleta
se presta maravillosamente para la constriicción de
fortalezae inexpugnables que formarían contraste con
las rnquíticns y desmoronaliles c p hoy 110s circun-dan.
A primera vista parecerá tan gigantesco este pro-yecto,
que nrreclsard por lo costoso, y sin embargo, no
es zsi. Per.rionns elitei2didas el1 In materia me han de-mostrado,
conlo se ver8 e~iclei~ciadeon su clie, que el -.-- ,,iGDU-.r.L.-L..uno,-b.&V fi es +m.. .,rinn nni-in;dnnoliin n r r n .-.1 T ' j ( r r ~ - ~ l - u u u pvvv Luuar\.rultriurul ?r;u or uuuacru
debiera si!frnwrlo, p. que carecemos de vins fhrreas ? de coiuu:iicacio?ies. Pero si esto 110 fuera posible, eii
todo 6 e!] parte, ini;erisese A los mnniciyios de toda la
Isla, ii:stlilese en debida forma una Junta de Pnertos
qne arbitre recrtrsos, y s o b t~od o ~!:ristcL?~zo~d~e o9s1 ~ ~ -
t~z'atisnzo~, nzrcliop Z,~~¿ot i smo.
Bastan para ini objeto las coilsideraciones expues-tas,
colicret&idome, por el inoniexto, :i reclxinar de
V. S. se digne tomar en consideracicin el proyecto que
tengo la honra cle soineterle. Repito niie no debemos
partir do ligero. FOrinese el oportim espe,cliente. Re-vístase
c,oii la autoridad de este Xi;nicipio, de ln Jefn-tura
de Iiigenieros, de la C!ouiniiclancia cle esta Proviii-cia
marítima y C~oiifraterniclacld e San Tolmo, do1 eii-tendido
Jefe da Artillería Don A-ntonio de Qui-1-
tana y Llarcna, Junta de Cociercio y deirihs á quien
haya lugar, para qne, vuelto :i la Sociedad, dospu&s
de oidns tnnibi8ii lns corres~oid.iei:tes Secciones, se
abra ámplia y detenida disciisión, fiiializacla la cual, si a
hay lugar ií ello, elhese revereiite osposición b Siz N
Magestad (q. D. g.) con el objeto do qtm se digne pres- E
tar iorio su apoyo g sancioiinr las medidas que se u
p r o p o n p ~p ar8 la realizaci6n de un proyecto de tanto n--
interés par& este país.-Las Prtlinas Febrero 4 cle IsliG, m
O
E Nunzd Qowddez. E
2
-
Vistos los sucesos desde las alturas e11 que hoy 3 nos encontramos, con las perpcctivas que ln reali- -
dad nos ofrece,se aumeiita el valor de este precioso O-m
documento en que parece cpe Iinbla, por boca de E
D. Manuel Gonz5iez,la. mismn.rroz del sentido coinúii. O
iCuanto my o r aparecer5 su i n~p o~tmc ican ando n veamos que SUS opiniones chocaban con las de E hombres de valer y de culturn t6cnica que i'oriienta- -
a
bnn un medio ambiente decididamente favorable 6 nl
la continuación del puerto do Las Palmas! n
Aquella invocación de las lecciones del pasado
como ensefianzas para el porvenir en el emplaza- 3
O
miento de obras de la mayor ii.ilportnnciq aquella
prueba de arrnigadas con~icciones con que 11slce
pQfesióE do fé fi f:,.;=r de! i;zertu de Luz, e3ti-e
cuyos patrocinadores se contaba y qzceria co?etm-se
sieiqwe el Sr. Gonzilez; la invitación que liacla
para que abriernn 10s ojos, y vieran claro lo que
todos veían en el porvenir del puerto de La Luz,
monos ~LLpSa isdniis, GOZO si una faidida6 ptrsltstl so-bre
nuestros destinos; la lorma sesuda y pnrsimonio-sa
con que pedfa se desenvolviera su proyecto oyen-do
toda clase de informes que ilustraran el asunto;
y aquel supremo recurso en c p fi aba sobre todo la
realización del pensamiento, «revistiéndonos de pn-triotismo,
lnzzcho patrioticmo~~re,f rescan el alma. y
hacen levantar el espiritnn otras regiones superiores
que las del positivismo actua1,poniendo en los perfi-les
de la pluma un tributo de merecida alabanza, á
quien asi pensó, y de ese modo inirabn los intereses
de su pais.
3specto militar del Puerto
x que en la Nei?ioria del Sr. Gonz6lez, se
babln, coino uno cle los motivos para fijar
la ntencitri en el puerto de La Luz, de la
ilecesiclad de poner ti cubierto, no solo
nuestros Buques, sino esta misma poS1a-nión
E; su6 intereses, de las asechanzas del
I ?rimel- n~enturcroc lcln ilación que puclie-ya
hnllsrse en p131.% 1~n11ft nilesira, y de In conre-nie~
iciad e revestir cl expediente, eiitre otros infor-mes,
con d del entendido ,jefe de artillerh D. dil-toiiio
de Quin tann y Llnsenn, el orden Ibgico de los
$-pQ~~_t..erimíen5t nu xjnstnmos i~i.~i?straI.n bnr,
nos ohlip iil abrir rtil paréntesis para tratar clel
puerto deLa Luz bajo el punto de vista militar.
Por otra parte, no hemos podido encontxw 01
informe cjuo oí Sr. D. Blttunio de Quintana diera B
la EGC;:ZDIIdLe .i~l~nQz i p s del PuLs, en virtud de la
moción de D. Xaniiel GonzBicz, y nos sirve para el
caso, de suplemento, el que emitió por msndato del
3liiiistorio de In Guer~qaP. puesta ya lo mano en el
asunto, nos Im parecido tmibién oport,iino hacer
unn breve sesefin dei proceso de e j e cwi h~y estado
de las obras militaros clel puerto basta el inornento
actual, alterando, este punto, el órdeil de los
ncon tairnientos:
INFORME DI3 D. ANTONIO DE QUINTANA
<._w1_5____.__mW___r--_mW___r
Por Red orden de 4 de Novieiribi~e de 1863 se
mandó f o ~ ~ n aunr plan de defensa de las Islas
Canarias, designándose al efecto una comisión
mistn baj'o la presidencia ríe1 Capitán General que
lo era 6 la sazón D. Jonqufn Riquclnio. Representa-bn
en esa comisión al cuerpo de ingenieros el te-niente
coronel D, Nicolds Clavijo y Pl6 y al do arti-
Ileria, el del mismo empleo entónccs, D Antonio de
Quiniaña Liaiona. Entre ésic y ei seilor Cinvijo
surgió radical desacuerdo respecto B las bases ge-nerales
de dónde debia partir el plan de defensa, por
pretende^ el señor Cl~vijoq ue se concretua hsta
B Santa Cruz de Tenerife, y sostener D. Antonio de
Quintana que In base de todo el plan defensivo de
las Islas Canarias, de no atenderse de ígual manera
á las dos islas de Gran-C~nariay Tencrife, debia ser
exclusivamente la Isleta y el puerto deLa Luz.
Solo reproducímos, por su mucha extensión,
algunas de las conclusiones de este notable informa.
Dice mi:
>Los dos ptmtos cloude debe fijarse msis 1% ateiv5óil
son los puertos de Ln T~ue en Gran Canaria y Santa
&nz de Teaerifo, que couvendi'ía fuesen clelondiclos
hasta el rUtirno extremo, puesto qne en ellos seria lo
mtis conveuiouce apynr la base de opernciones inn-ritimns.
Si por rnzoiies ecoii6micas se coasideia preciso
colicretar la defersn estrema á uno solo de los indi~a-dos
i~iiertosr,l otiiidole de todos los recursos necesarios
como ímico pesto militnr, se prefiere par8 este objeto
el de Luz ea Gran Cnnarin ciie reune, eiwc otras
rrcilte;lias, la de estm resguwdada por la im;~ortmtisi-
IREL j.osici¿n de 13 u I s l e t~+d~e ,f ocil defensa con pocos
sncriScios ds s a q r e y dinero.
Af. ii:ilicnrse como peferible el Puerto de La Luz,
es iiidispeasnble manifestnr In cnusrL cltt esta elecciji:,
~ i s t reiL estcdo di! ubmclono ~n p a 8 s Ir, ?u&te izido has-
, . .,T.-
LLG LCICUILL, al bien i i e~ü i leg&ilve l caav & ei:Frar en 10s
auruerosos detalles que esigirin 61: su clin el proyecto
de sus obras defeiisivm.
Este piteito lo forma uus pequeiia peliinsula c35i
redondn de dos uiilhs proximainente de ditirnet~o,f la-mida
la «Isleta», que ligada en la pnrta N. E. de la
isla de Grm Cniiaria por w itsmo de uua mlllu da
longitud y 200 metros cle aochura ei' au meno? exten-s
i h , permito á los buques estar al abrigo de los vien-tos
reinantes, g solo está descubierto 6 los del 2 . O cm-dritritp.
El hldo de nrenn es hileno parn '! nni!nje, y
como In costa es aplacernda al frente del itsrno, la son-cln
maron una depresiiiu de poca importancia á meclidn
que Be aleja de Is costa; pero que sin embargo, encuen-tra
j poca distoncia fondo snficiente yars buques mn-yores.
Las obras que el arte oonsagwe ii este fosiden-clero
psrk coustituir un puerto ~nilitnrp, odrfnil efec-t,
iiarse con cierta ecoiiomin por ln proximidad de los
matelides, y proporcidii de te~lerla s~pei-ficiad e ngzm
q w se quiern, sin encontrar excesiv~sp rofundidrdes
que ha~en tan costosaa las obras hidráu~icas. Sste
puerto estaris delendido con la. ocupncih militnr de In
lata^, cuya posicibn dominante no solo desctibre 31
Iiorizolita marítimo en todo eI Y.', ?.O y 4.O cirndrnilte,
siiio que hhcia e l $.O las derivacio~esil e lss cordille-
I 'R8 .[ti8 desciondgn do ?as mesetas c ~ n t ~ adlue la~ i sla,
i3urms:&? bntir.su6 SLe !sgua ez cv;:Yoyno ppsn
110 favo~ecerc ontra la ((Isletau los aproches clel eile-uiipo,
RÚU suponiendo el caso extremo del iíltho Fe-ríodo
ds la defensa, comigiiiendo el invasor llevar h
cabo un desembarco en la i d o . Ln fscilihd de bncer 5
ia ~I s l o t c tin~n ccesible eil gran ?arte de su yerinzetro
evita obras oostosns dc fortiiicncih, 3. como s3 topo-gmfía
sermito el establecimiento do cwmteles:paifliiss
y alascenes en el pequeiio valle que sus moutaíías de-jan
en el centro,m hdlarian esos estahbciinimitou rus-g~~
nrdadeons cierto modo de los fuegos del mar, co
6010 por la clist~ncia Je los boqnes enemigos, sino
ternbih por la altura de las moiitafias que le rodeen
ea distintas direcciones á riiawra de nltns musellcri:
~aturales. Y ultimamente hall&udose situda e i l el
oentro geográfico de este ArchipiBlsgo, y ou la isln
que m&$ reonrsos pnede proporcionar, es indisponsd)le
recomendar a5cazmente sus ventajas, para que qwc-
y p ~ a ~ ~ ~ ~el, [~+t,&j i8eysilq 12 ~ p . ~ ~ A ~i 1t ,? ~ z lIc<> ~C~~W -
sldt*ñi~r q~vr tnms, r evitr R todo trance que algiin clia
1i5 citilit8erii tesgrncbiatIni~rei;tcii nestros cneniigos. Tarn-
Itii-ii w prwisi) (imsitIertw que estas islas, 8itizadns eii
e! tlerrtitm.~ de titiestras pc,srsic?~ies cle Jniéricn, A+qi~
S. (;olh de C+iiiim, iier~csitairm i p e s t o iiiilitnr de qiio
actuniuer!:e osrcceri. p r a Ilrtwger en caso de guerra.
lo- i q u r s dr' Ia nlfirinz tiel Estado, dar :i estos 5.- ti 10s
mcri :nib<c 14'3 imdi(,s~ i~ee:'liricw:s irviiiiilolrs eii to-da*
c i r cm~tmc i a sJt l refngic~lw r causa (le tenqiornles
J avwri3~.y lacqwrcioirar 10s de ~a:)ors eguros nliiia-cenes
de earl~rin..
1 fi notitiid rlnl cdnrifies teniente m r n n ~ l nnn -* ...,-- "-- ---" ----- - - --------- -------- -<v.,
Antonio Quintana, que defendía los verdaderos in-tereses
nacionales frente al Teniente Coronel Cla-vijo,
patrocinador del eterno privilegio de Santa
(kuz de Tenorife, merece aplausos .J. no hemos de
v:c&i!?l5rre!nr norotros ~1~ cono~erno- !a l~irtcyia
de sus afanes en defensa de los i i~te~esedse l país,
y slzhemos, ndeintís, que fué uno de los paladines
1ii:is entusiastas á Iavor del Puerto de La Luz cuan-do
acaloradamente se discutía en la «Económica»
sobre la preferencia entre aquél y el de Las Palmas.
Obras y proyectos militares posteriores
OR aquel ent81ices las cosas no fueron
mRc Ittjn~. El ininisterio de la Guerra, Ó
riiqjctr. ?u Junta Consultiva. debió liallarse
perpleja antc e? tliver~oc riterio sostenido
por los jefe. 5 quihes se enconiendó el
cztudio dc la deferm de las islas, pues que
L nada se recolvii, que sustantivamente con-rretaraun
plan al cual cc subordinara el estudio de
su.: crbr:~d e fortifir~:tciíin,q uedando el puerto en el
cstadci de indefmd5n en que le ha~nos alcanzado,
ron solas sus torres de La Luz y de Santa Catalina,
repreientarióii sinipliuima del arte dela fortificación
militar en los siglos SI'I y XVII.
A1 Ilepr el niio de 1898, el puerto se hallaba en
vías de terminacih, y con su con~itrucción se reve-
16 la importancia ecitratégica mundial de este Ar-c.
tiipi&iyo, interralado en la, comercial del
Xfrira y la Aniérica del Sur con el continente
suropeo. por su estraordinario moviniiento inten-sivo,
quc di6 origen y rigorizó tantos elementos
como m i prodigiosa rapidez se formaron y desarrci-lfaron
en el mismo: elanientos que siendo de ordi-nario
función coniereitil, podían en un momento de
conilicto trocarse en funcih de guerra, aproveelia-dos
por un enernipo que lo cogiera para estacionar
loi: Liriques de sus arrnadai. T cuando en el ex-presido
ario se almsiinaba nceleradamente el con-iiirtn
can los Estados Unidos de Am4rica, el Puerto
era ya lo que 110) es, y en él, ni un solo carlón podía
responder en coiidicíoiies: aceptables de combate,
al fuego del inis pequer~o crucero.
Tampoco se había estudiado un plan que fijara
la posición y fuerza de las defensas terrestres. Y á
medida que 18s pasibilidades de alejar la perra
dwpareclan, el Gobierno liubo de fijarse en la
irnparh~icidt e 1s islas y en su estado de abandono,
y 11-6 ti comprender al cabo todo lo que con este
amie.qpba, puac: que ellas ~erikiná ser en aquella
guerra que se avecinaba, algo así como frontera
dd territorio peninsular, y decidiá iinprovisar por
el rrkornento obms y acumular recursos en sus prin-c
i p a l ~p uertas, llevados del interes de que el
enemigo no pudiera ocuparlos de primera intención
y se aprovechase de su situacih como seguras bases
de otras operaciones sucesivas.
Para elegir posiciones, y determinar el tanteo
prévio do fuerza de aquellas que hubieran de forti-ficarse,
ya que plan de defensa debidamente estu-a:,.
a,. ,-.,.-:":,.-L -1 :1..-4",- -,....A-- 1 2-
U~UUU LIU tiAlr3CIC1i, o13 CjULlllDlUllU U1 IlUDLLG gVllGl~Z.1 Utl
Ingenieros D. Rafael Cerero, (1) que llegó á Cana-rias
por aquel entónces, y se fijó principalmente en
el Puerto de La Luz, y con arreglo 6 las órdenes
que dictó se llevaron 6 ejecución en el expuesto
afio de 1598, con el carácter de provisionales, las
obras que actualmente lo defienden, con excepción
de la batería en con~t~ucciódiel Marfecl y de las de
Snbinal y los GiIes que se han proyectado con
posterioridad.
Pasado el conflicto, se comprendió la necesidad
de rectificar de una parte, y consolidar de la otra,
las obras ejecutadas en tan apremiantes circunstan-cias,
como las que quedan seimladas, y se nombró
en el ano de 1900 una comisión de R. O., presidida
por otro ingeniero eminente, el general D. Leandro
Delgado, la cual, después de estudios pi1olijos,redac-tú
un plan completo á que lzubiera de sujetarse la
ejecución de las obras pai-a la dekmsa del Brclii-piélago
en general, y de cada isla en particular, cu-yo
pian sancionado se halla hoy en vigor, y en el
cual el Puerto adquiere toda la importancia militar
que sus condiciones y situación le dXn, dotándole
de un considerable nfirncio de obras que completen
y á su vez protejan h las que hoy existen; reforman-do
muciias de estas paya que ~tdquieran un grado
(1) Al viaje del Sr. Cersro p'e~edid una conferencia del
p r t l kc8rraga, entdnces Ministro de la Guerra, con don
elipe Massieu y Falc611, cuando este señor fué B Madrid 6
gestionar el que qued8r.i en suspenso el enibarque de reservis-tas
para la campaña de Cuba, oyendo ent6aces de labios del
niinistro que enviaba al general Cerero ara ue definiera de
una vez las cuestiones entre Sta. Cruz y ~ a u i a s e nm ateria
de fortificaciones. Tenemos motivos para saber que el informe
delgeneral Cerero sobre el valor extrñt6gico de 1ñ Isleta no so-lo
para la defensa de las Canarias sino en relación con los ma-res
qus la rodean, tiene para el orvenir niilitar de estn isla
y su preponderancia en 01 ~rcf i ipiála~ou,n a importanoia
exhxordinaria.
de fuerza, r; forin&ndose en fin, uii conjun-to
6 tlí'c,leo defensivo de primer órden.
Defiende11 hoy el puerto las haterias siguientes:
do car&cter permanente y terminadas: Scw Fernw-do,
ji'og7ta Celzioiento y S--a n cficcr.~;d e carhcter
provisi~nnl,G uarzarteme, V.ij.lu, Coloradas, PCWQ,
&enccles, San E'rancisco, Scwta Isabel,Giles y SU.-
l j i l 2 ~ 1 ; de carácter permanente en coilstrueción,
Jfarfea. La fuerza. de cada una de estas posiciones,
es inateria aparte en 12 que no podomos entrar,
aiiticlue pwece que la artillería do alguna. de estas
obras seíialadns lia de sufrii* transformaci0n.
Los apobios de n~iestros presupuestos, consc-cilencin
cle los linlit,ndos recursos de que iiiiestra
administrncióri dispone y las muclias y apreiriinnles
necesidades rí que la Nación ha do atender en sil
obra de reconstituci6ii, no coiisieiitei~ al rhpido y
progresivo desarrollo de nuestras obras defensiras;
pero por el conocimianto que toiienzos del vigente
plnn de defensa del puerto y plaza de Las Paltizas,
podeiilos si selialiir. yne si el inisirio pudiera i7eali-zarse
en toda su estensih: completiindose las obras
actuales de una parte, tomando carácter do perrna-nentes
aquellas que lo tienen reconocido, y dotando
6 otras de material ni6s moderno y adecuado, y
ejecutando en iin, todas las deiiicis obras que iiite-gran
el plan vigeiite; nuestro ~iizertoii sus condicio-nes
nrttuyales, y ti sus olms de ingenieria civil que
lo l~acen el primero de estos mares, reuniría tam-bién
coiidiciones militares de primer orden, que
bien aprovechadas, serfan garantla firme de que
nuestra bandera no se arriaria en ellos jamhs.
ria Puerto
%forme del Comandante de %orina
o era á la smón, D. Pedro del Casti-llo
VTesterlirig, de recuo~do grato
para las y iio tuvhos el gusto de
coriocello, por su car5ctey expansi-
YO y por sus nobles arranques de
hay algunas seriales en sn informe; pe-m
antes de corisignar éste, yuetiene fecha
de 26 de Abril de 1871, debemos liacer
referencia 6 otro anterior de la «Confm-teriiidad
de San Telino», presidida por el
:= inisino D. Pedro, del une solo liemos no- dido obtener un8extri&o de 23 de ~epti<rn-bre
de 1876, por donde se vé quo la Con- %'
-> fralornidad hizocoilstar las numerosils wn-
' r' tajas que se obteildrian: si se torini' nnm un
muelle en el Pnerto de LR Luz: clindole bautante
ancliura paya que resistiern inejor los eiribntes del
oleaje producido por Lin bajo que lo don~in~;yaílndió
que aquella obra no qiiednría bien, sin un muelle
en Ia punta de Santa Catalina.
Véaaso ahora las opiniones de Don Pedro del
Ci.?ti!!o J tV~stg!iq:
<(A1 informar hoy ó. la M. 1. y pntribticn Sociedad de
Amigos del País de esta cnpítal sobre la proposición
presentada 6 la rniamn en 4 de Febrero del ario próxi-
~ n opn sndo por su digiio Director el Sr . D. Manuel
Gollzález, cumplo á mi deber ante todo mnnifes-tarle,
qiie 1% tardanza en satisfacer por mi parte los
deseos de la misma Iia sido jmi. causas ajenas R mi vo-luntnd;
pero procuraré, nl emitir el informe que se me
pide, hacel.10 tal cual lo coiisidero oportuno, coiicretá~i-dorno
d Ics puntos siguientea: Kecesidad urgente de
Colltillunl.Y ie l.ILil , lUr ei, - -' - 1 1 - -- 3 1- 1- - 81 l l i d t i UlUVt : f i 1 ü 6 ~~J USILJIC:1 UiJ
obras inaritimas empezadas ylioy l~arnlizaclaseiicipl uer-to
de La Luz y conveniencia pnra este Piierto y 13 iia-vegiccidn
en general de cortar el istmo de Carianarteme,
foriua~idou n canal de ilavegaci611 que ponga en coniu-nicación
el expresado puerto con la bahin del Coiifital.
<Encuanto á laprimern parte, debo mnifestar, que eu
mi opinión unu gmn pnvte tiel por ve ni^ do esta imnpo18-
tmtepoblucidn estd en rb Puerto de La Luz: esto esth
no solo en In conciencia de la patriótica Sociedad, sino
del piiblico todo: en las distintas ocnsiones que por
órdenes superiores he teiiido que oir el parecer de los
navieros y pilotos de esta locnliclad par& iiiformar
sobre dicho Pnerto, siempre todos ellos han sido de
11ai-ecer que nuestros esfuerzos se dirijan 6 conseguir
q:ie se termine el inuelle del puerto de La Luz que aun
sin u.i f~.rrocarril de sangre y con los medios de
transporte que hoy asiste11 seria muy beneficioso B sus
intereses; esto por riiia pate, y por otra, el abrigo cpe
tendrien las e~nlia~cacionaelsl í fondeadas y la facili-dad
de salir de 81 en todos tiempos, hace que coiisidere
urgente y necesario la contii~uacibnd e dichn obra, &
fiil de que io más pronto posfiie Fenpmúu la 8atii;fao-cion
de poseer unpuerto que no solo sea útil al coineroio
y á las industrias maritimaas de la Oran Cmnria, sino
v e sirva de vefztgio á los buques de todas las naciones
que viiiieiido d. reconocer estas islas en sus viajes á las
Antillas, AmBrica Central y del 8ui y Costa de d f i i o a
fuesen sorprendidos por malos tiempos. Perosenecesita
rnhs núu para que la obra fuese completa y es de suma
aun antes de terininnrla que se abastezca
de aguas potables que1 punto á fin de que los buques
lm~clanh ncer s:i ngnada y no signmos pc~sandop o ~Z¿L
cctrgflcnza (1) de qiie los mismos de esta matriciila
tengan que hacer un viaje solo parn esto al puerto de
Smta Cruz de Tenerife, tanto por lo dificil de hacerla
por est,e muelle, como por la escasez notoria en las
iiientes y depósitos de ias aguas que á este 611 se hzii
ilec1icado.--En cunnto h In conveiiieiicia pnra el Puerto
de La Luz cle qire se cortase el istmo de @nuiinrteme,
abriendo nsi iinn vía mnritimn que pusiese á aqiiél en
comtinicncibn con la bahía del Confital y econoiniznsen
los buqucs, princi:~nlmeute cle vela, una gran pnrte de
tiempo no solo en sus viajes R Snntn Cruz de Teiierife,
si110 Ir todo el ~r i ipoo ccicientnl de este drchipi8lng0,
r :wO conw d SI.. 6032n&::.,' L'E Za co12vmic1~~d!i:a q w
sz 1Iei.c ri crcbri dicha i h a , pero es ella de t,sl
umgnitv.cI cual lo esigcn lns coiic!iciones gacernles cle
In iiaregacii~ii qiiv difícilmente la ~eriri.xos rsnlizada.
Fara que el cniml pidies,: prestar e! sp.rvicio que se
desen, es preciso que t e i p c.1 anc5o sniiciente d $11
(le ijrie p~idiesen dos 13 1n5s hii~:ics de rcln c:wznrse ea
5.1 y que su profunclidnd I'iiese de nileve B diez inetros
el? IR pleítinnr: cle tcner i m ~ o s ngun solo serk írtil d
nuestros buques de cnbotnje: pero no basta cortos e1
itsino para que qneh libre el paso ti la bnliia clel
(hitítal, es preii~o 1im;ri:a.r el Puerto clel Arreciie, de
pcico fondo y ~:ir;üi:c!o de esccllos y romper la, barra de
piedsn que o'~striiye íi paso: si se tiene todo esto en
ciient?. y se reficsione por una parte 1% magnitucl cle la
obra, si ;:ien seria inuy iitii absorberia un cnpitai
inii~enso~ely q ue adew5steiiin que seguir invirtiéiidose
p r n su conservnciim y dragndo constante, pues !a
corrienta que se establecería por desnivel de las aguas
ri diferencia de estnblecimients de puerto entre el cle
la Luz y Arrecife, acumularia arenas en tn1 cantidad
que en poco tiempo los obstriiirian, y finalmente que
solo seria 3til y no con toda clase de vieotos, para
algunos buques de vela, pues los de vapor no se
arriosgariaii a p$sar el Canal por ganar una hora á lo
snmo cle navegación en cambio de la exposición á varar
íj abordar li otro buque, es R mi jükici esto lo imstante,
d 111k de otras consideraciones inarirerns qiie no
enumero, lo suficiente parn desistir del proyecto del
corte clel istmo de Gnailorteine, coino estoy seguro
opii~aráe l Sr. Jefe de Ingenieros ti quien t~mbiBns e
le Iia pedido iilforines sobro el perticiilrtr, pues no
coriesponcle la. mngnitud de la obra y sii costo ti la
iinportitncia de niiestro puerto: considerandu inks iitil
y- de mejor Csito, que todos los esfuerzos cle esa ptrib-tica
C'orl~oracibn se dirijan 6 coilseguir del (*o bierno
de S. ?d. In coc&iilunci6i1 y 5erminnciÓn de ¡a obra ya
einyezacln en el Puerfio cle Ln Lnz, con lo cnnl hará
nii seiinlnclo G iaxienuo servicio 0.1 país.-las Palmas
de Groil Canaria 25 de Abril de 1877.-Pedro clel
Castillo,.
Ern, como vemos, D. Pedro del Castillo particla-rio
clccidido y entusiasta del porvenir del Puerto de
La Luz. Vaía en él un refugio apropiado para los
buques que navegarnn por el AtlRntico; se resistia á
prisa?-por 2a vergiisnsa de tener que rec~irrir 6
Tenerife para hacer ajunda los lmqiies por no te-nerla
en el Puerto de La Luz, \; creia, ~01110 el senor z
Uorizfiiei,, gil la UoriveriieilVia de abrir 01 Iicjinosi z.
E bien estiinabn la obra de dificil realización por m-zán
de su gran magnitud. Iiay que surnarlo, pues, 6 1
los defensores del puerto y tributarle nie~ecida. ala-banza.
E
E
2
3nforme de Bon guan de León y Castillo
XII
A. inteligencia clnrn,y la superior autoridad
de quehagozado siempre entre nosotros, en
materias técriicas, el distinguido ingeniero
D. Juan de León y Castillo, cerró los infor-mes
interesados en la mociónde D. Afaniiel
Gonzrilez. Por cierto que lo hizo en tér-minos
tales que debieronapagar no pocolos
ei~tusiasmos,producie~~doleons e~pí r ietuap~ o camien-
Lo y desencanto al inarchitnr, en gran parte, las es-peranzas
concebidas con la moción y los dictáme-nes
que ya conocemos,
Y todavía debió ser mayor Ia desilusión y el
desengallo cuando esas mismas opiniones exptiestas
al desnudo por D. Jnnn dos ailos después, en 1879,
perniliLiemi ieei entre líneas, io que no ujjo es-presamente
en este informe; el cual puede con ra-zón
considerarse como la mortaja de la moción
de D. Manuel Gonzhlez.
(1) Para evitnr esta uer&üenza, y que los uiarinos nndii-viosen
por ahl, en ~ospilnrespnblicosb,u scmdo agua para nbas-tecer
los buques, consh.uy6 un algibe iiotnnts el entusiasta
patriotn Don Luis Reinn, y la Junta de obras construyó un
deposito subterriZneo en la entrad?. del ho Paseo de los Caati-
110s con cañería 4 iuueue de Las Palmas. EI primer algibe que
tnrlmo~y, B que antes nos hemos referido, se bautizd con el
nombre de *Luz Reinan.
He aquí SLIS ppWrrafos más substmcialec: O
~ LmRem oria presentada por el Sr. D. Xauuel Gon-zdlez
y González B la +Sociedad de Amigos del País de
esta ciudad, proponiendo las obras que deben cons-truirse
en el Puerto de La Luz para mejorar sus con-dioiones,
revela una vez mas la constante solicitud
con que dicho sefior piensa en el fbmento y engrande-cimienko
de su patria.
Pero sin tener la ambicios,z preteiisi6xi de que mi
dictkmen sea iufnlible, considero el proyecto en toda
su magnitud como usa aspir~ción hija del caloroso
patriotismo; aspiracióa uoble y levantncln, p b o i wea-
Zizable, dads la i n z p o ~ ~ t a ndcei ~qz ucst?w ida, el estado
del Erario piiblico y la ininonsa importancia de las
obras.
Way que examiiirti~c on cnl'_nz :r ?'pgi'i~?llJi$
gran copia de datos esta importantisimn ciiestihn, pa-ra
no gastar las fuerzas del país en proyectos graii-diosos
pero iatp~~ncticablesfu, erzas que nylicndas 6,
necesidades urgentes I inmediatas proporcionnrhii re-sultados
prácticos en la riqueza y bienestar del país.
Las obras que propone el Si. González se reducen á
las siguientes: 1." Prolongnción del muelIe de La Luz
con los materiales alli existentes, por raz6n de la res-cisión
de la contrata: 2." Apertura del Istmo de Gua-narteme
por medio de un canal quo mia las dos radas
de La Luz y del C0ilfital.3.~ Conciucción de agusi, pota.
bjn 31 Puerto de F?a Ln y lisa &n&~~c.~iAn fg*=!pr.
eas inexpugaables en la Isleta.
La primera categoría de obras, es una necesidad
reconocida por todos. Nni?m~á s MgSw pzse aprowchar
krs materíales y t m i n a v d es@ b?t rtmipiado. Con
este aspig6n se proporciona un e 6 m J desembarcado-
=o, pero no un puerto capan y abrigado; para asto sería
prwiso prolongarlo 750,00 metros m h al Sur como
se propnso en el proyecto que redacte en 1861; y a h
esta roloqacidn no bastaría, si m habinn de recrlietar
las o E ras en la magnitud A que mpim el Sr. &mzHlez.
Seria preciso para dar toda la seguridad y capacidad
coirvenientes, construir un contramr~elleq ue partiendo
del castillo de Santa Cstalifia c~brierael fondeadero de
los vientos de1 S. E. . . . . . . . . . . . . . . . , . . .
Sipie una larp disertación para contrariar el
proyecto de abrir el ifsmo, con el cual, dice, q p a r f a
*poco la navegación. La de vapor, porque el tiempo
>>perdidoe n rodear la Isleta, es insignificante, J. la
=de vela, porque los gastos que le ocasionaria el
sremolcador que se habia de establecer para con-
~ d u c ilro s buques por el Canal, no compensaría el
.retardo que hoy sueleexperimentar. Pero cuestión
>es esta que tratad con más luces que yo el sefior
.Comandante de Xarina y la. Confraternidad de
.San Telmo, á quiénes también se consulta*; y
-
Para conocer todo el alcance y signiflmcibn de
este inforn~ey justificar el caliiiicativo que le dimoar
antoriormelito, os pr-o le~14u con detenimiento,
rnedir y pesar todas siis palabras, y sobre tadq, rol-verlo
ti leer despub de haber leido el capltulo que
siaue, donde su autor expone, 8iri eufernismw ni re-paros
de ninguna clase, su verdadero pemmien to
sobre fn construcción de puertw en C;mn Ckmarki!~.
Sola as[ se comprender6 ta frialdad glacial, con que
trata el distinguido ingeniero, de nqual exbmo de
la mocih de D. ;SIaniiel GondIex que $e míim 4
la prolnqpciijn del muelle de Lo, Luz con los mate-r
i a l ~al lí acopiadas desde lei misi6ri de la con-trata
de Verdugo; prophito que parwid excelen-ticimo
8 D. Pedro del CaYtillo 'llrasterling, en euyn
opinión,apoyada en el pw~cedre los naviero8 y püe-tos
de esta localidad, ee;tcLha cifrada en el Puerto da
La Luz una gran parto del porvenir de esta. pobla-eiÓn,
mientws que d D. Juan de Lsaín y C-astillosolo
p~reela16 &0 aprouschar los materiales exletanles
y tertninar el espigh principiado.
Opinión fija y completamente segura de
sobre muelles en Grm canaría
-)*C-m
o descansaba en su meritoria labor,
la 4ociedad Económica de Amigos
del País.. Si o t m grandes mdritvs
biera contraido en el fomento de
nuestros interesas morales y materiales,
bastaría su gestión en favor del Puerto de
La Luz, para eternizar su memoria y atraer
h..6un"i.a- a"l-ln- a-l- rAn-rrn-a=t-n y rorr-n-.t-it-i-r d d-o- -11---1s P -R--
narios.
Con fecha 2 de Mayo de 1870, se dirigigió
al ingeniero D. Juan de León y Castillo su-liaitando
su ilustrada y siempre respe-table
o~inidns,o bre diverso^ particulares
" relati& ti las puertos de L&J Palmas y
La Luz.
Seis m w de spués, el 4 de No~iembred el refe-rido
aiio, evaouó su informe d ilustrado in@niem
y en 61 después de justiiicar 01 mtraso con la impor-tancia
del problema que se sometfn B su c o d e r a -
ción, hizo la historia de las variaciones aufkidas por
la legisiación en materia do puertog rdatando las
vicisitudes por que atmves6 el muelle de Las Pal-mas
desde su comienzo fwha la fecha en que infor-maba,
y luego añade: .En vw de pmum el au-
>mento de consignaci6n, oundió el desaliento y se
procuró inclinar la opini6n pública 8 la ida dss-
=-da de abandonar el ~nuelled e Las Palmas y
*fijarse en al de La Luz* ...
Verdad es que en esa Xemoria se leen pBfiafw
Mimo &&o: 4cPero el muelle de Las Palmas repre-ssenta
el presente para esta isla, d de La Luz ~igni-snifica
el porvenir no solo para la Ida sino para la
*Nación.* Y también se leen estos otros: daexis-i~
tenciad e nn puerto de refugfo en estas hlw, es
.una necesidad no tanto para ellas mismas como
%para la navegación. Y, si esto fuera de to-
.da discusibn, ¿cual de los puertos de esta pro-ivin~
ffa está mh indicado para que con menos
prsacriíicias pueda la nación darle todas las con-
~dicionens eoesarias 5 &e objeto?-No cabe duda
=que aa el de La Luz. Su importancia y supe-prioridad
han sido reconocidas par la misma direo-
,cih de Obras piiblioas, que en la hltima Memoria
que acerca de los puertos de la Nación redactó en
aa
31873, dice que ate puerto con algunas obra
tGci&.s, seria %no de lo8 ~neojOTe8 pert0s de
,reftigw dd Ockatm Af l c i~t t~=As ip,u es, m es
&M.&&& intentar la declaración de puerto de
:43efugio para el de La Luz y conseguida que sea
taqu6lla, entonces eorrerian las obras' por cuenta
del Estado. a
***
Lsz preferencias de D. Juan de León y Castillo
por o1 muelle de Las Palmas, y la idea de inlrertir
en 41 todos los rrecursos, domina por completo en el
informe. y se expresa con tal viveza y colorido, que
revela obsesih y apasionamiento. Por eso, h pesar
de haberse subastado el 12 de Enero de 1873, el.
primitivo muelle de IA LUZ por un presupuesto de
cuatro inillones, doscientos mil quinientos reales,
el iiustmdo ingeniero formó un proyecto de prolon-e
c i h y abrigo del muelle de Líis Palmas por valor
de cuatro millones, seiscientos vointitres mil dos-cientos
ochenta y seis reales; pero la superioridad lo
rech~z0 diciendo que no podian construirse dos
muelles ri tres millas de distancia uno de otro, y
puesto que se habin elegido el de LR LUZ, solo de-h!:
, !emingrse e1 m~ i . t i ! l-~-1 & Las Palmas, deján-dolo
como desembarcadero.
Para corroborar la verdadera obsesión y hastn
preocupacih del distinguido ingeniero por o1 puerto
de h e Palmas, véase lo que más adelante afiade en
el informe ri que nos venirnos refiriendo: .Desde
a1673. en qnr vo1r.í al servicio, después de seis
Wms de licencia, ha sido mi preoctqación cons-h
a b e , resolver el probloma de asegurar el muelle
*de Las Palmas, no solo con el objeto inmediato de
.mejorar las transacciones nlaritirnas, sino princi-
~palmentec on el de demostrar que esta ciiidad pue-
.de construir un puerto sin temor ii la acción de las
#olas. contrariamente a lo que siempre se ha crei-
*do.* Y anade: .Si el problema se ha resuelto 6 no
d e t rrt I IWC?s~a tisfwtOraC), lo puede decir el estn-
.do actual (2879) del muelle, después de tantas
,temporales como ha resistido,>>
Heconoce en este informe su ilustrado autor que
pesar del estado tan satisfactorio del mueile de
bis ?~Jmasi! piiefio Santu C r ~ zha b!~, adqniri=
do en aquella fecha una supremacía maritima in-contestable
sobre el nuestro respecto á la navega-ción
de tránsito de tanto porvenir para este Archi-piélago,
y reconoce las razones en que se inspiraba
]a spzmnArninnw nnnom;nnrlo A n,--..,nnmin nl +A----
- L V U V Y . I " L L " L > I I C . U I I l I I I U U ' ~ a I r j b U p A a L OI b-JlLC)'I"
perdido, y arlade: *Natiiral~nente se presenta la
wmsti6n siguiente: ;en cuiil de los puertos se in-vertiritn
los rociiaos? <En el muelle de LRS Palmas?
-¿en el de Lrt Luz? ;6 en los dos i la t.ez?~
da respuesta no es dudow.SZ'n vm%a&ón opta-mm
por e2 de LCGSP almas, CNICAP HXCLUSIVAYES~.
*El puerio de JhPa lmas representa el presen-
.Le eldeLa Luz# porvenir. E1 primero estd en
~pobkacidtl, d segundo Ú 6 kiklmetr08 c k S & t ~ ~ .
'Sr -58 ABANDoM EL PPRLERO POR EL SEGUNDO, E Q ~ -
n u ~ ~ fA4 T. R AELADAR ESTA WBUCIÓN AL I N T ~ ~ O R
BDE 1- COHO SI DIJBRAXOS A TAFIRAQ, UITA~~DOLE
24
>su C A T ~ C T M! ~A R~TIMOY COMERCIAL en un periodo
ant&s 6 ntdnos lejano.,
apero ¿para qué cansarnos on demostrar la
*absoluta necesidad de ese muelle? Pregúntese á
B todos los marinos y comerciantes, sd aún construi-ncio
un INMEJORABLE PUERTO e n LCCLu z, ,me spera-d
a n d b~tenti anpo parahacer 20s desembarques
=pore l .~~zueldlee Las P a l r n a s . ~
Persistió D. Juan en estas opiniones fijas y
w~npletamentes egztrus, hasta el 7 DE n m o DE 1880
fecha en que celebrb sesión la <<SociedadE conómica
de Amigos del Pais~, con motivo del movimiento
general de protesta levantado aquí, por la clasifica-ción
de puertos,en que debido & las maquinaciones
del diputado por Tenerife Sr. Pérez Zamora, se
declaró como único de interés general en esta pro-vincia
el puerto de Santa Cruz,según veremos en el
epígrafe siguiente.
En la sesión á que nos referimos se leyó una car-ta
de D. Juan da León y Castillo que decia textual-mente:
cYo no tengo inconveniente en ampliar el informe
sobre muelles. Es más, tengo mucho gusto en ello, a pues pnra mi es lo que unicamente debiera ocupar la N
atencidn de todos los amantes del pais. Y con tanto E
mayor gusto ampliaré el informe cuanto que tengo una O
opinidn pjn 9 compzetmzente seguw sobre muelles de n -
C ~ n ~ r ieas ,ic saber: q u e no se debe y e n s a ~a l presente =m
O
(Mayo de 1880) mds que an el mueble d e Las Palmas E
y cpe esa rada tiene las mejores condiciones para pro- E
2
porcionar uu espacio abrigado en donde no hayan re- =E
Iiosos, asegurando, ademRs,,que las obras resistirían
mny bien y resnltaricm economicas. a 3
* - I. 0- m
No es posible consignar lo que queda escrito sin
que se escape de la pluma una reprobación y una
repulsa contra. todo lo que en contrario sa ha es-crito,
en folletos, revistas y peri6dicos1 1 aun en
trabajos inéditos preparados, al parecer ti guisa de
sorpresa, para la posteridad.
Escribir la historia que se ha vivido y se vive,
trae c? la misma el calor, la sangre y los nervios
que no puede tener o1 que refiere los acontecimien-tos
de otros tiempos, aunque ambos se hallen ins-n;
moa,,c L . ~ ~ nIm : + ~ n ; ~ a - ; - - n . . A m l : J m A
y i r w u v i r PUL L ~ U C C L L>LILOLIU uc l l u p a k u u u u a u .
En este momento se nos viene 6 la memoria un
artículo firmado poi el mismo D. Juan de León y
Castillo, que publicó el periódico La Ciu,dad y re-produjo
La. Defensa á fines de Julio de 19Q6, m. oti- .. ,,a,. ,,\.. , l.-. :,rn.n,in-:*-. -.'.1-1:.- ....- ..--.e---^. vauv yvr la u u v L u a c ; i u i l puunun que piuuluu LU la
Junta de puertos para estudiar las mejoras y en-sanche
del de La Luz, partiendo de la hase de que
el. dique actual esiti en gram riesgo de perderse por
la acción corrosiva. de las aguas sobre los materia-les
empleados. En ese articulo consigna el distin-guido
ingeniero, entre otras cosas que hnlxemos de
mencionar en el, transcurso de nuestra historia, lo
que se lee en el siguiente párrafo:
Desde aiztes de 1881, fijo siempre wi pen-mmiento
en reakwr el puerto rle Lu Lw, me
*dediqué A estudiar los libros que trntaban de la
~const-ruccibn de puertos, obras las mas vagas y
amenos precisas de 1t-i ciencia del ingeniero en BU
+trazado, c5lculos mecánicos y sistemas de cons-
~t r u c c i ó.n..~
Mal se compagina este aserto con las opiniones
fijm, y wmpldainenk =@ras, que sobre los mue-lles
da Gran Canaria tania D. Juan de León y Castillo
en ..Vigo íle 1880, pues entonces creía que no se
debia pensar m& que en el muelle de Las Palmas,
según hemos visto anteriormente; y mucho más in-comprensible
resulta pre dmie antes de 1881
turiera siempre fijo 8th pmzsarniento en el Puer-to
de La Luz, y que se dedicara á estudiar los li-bros
que trataban de la construcción de puertos
con miras B la realización de aquella magna obra,
cuando nos fijtlnios en las ideas emitidas en el infor-me
de 4 de Noviembre de 1879, fecha tan cercana ti
la de 1881, y leemos *que se consideraba una idea
descabellada abandonar el muelle de Las Palmas
sy fijarse en el Puerto de La Luz; que desde el ano
=de 1873, habia sido preocupación constante suya
>resolver el problema de megurar el muelle de Las
>Palmas optando sin vacilación por éste, única y
=exclusivamente, en la necesidad de elegir entre él
PY el de La Luz, considerando que abandonar el pri-
>mero por el segundo equivddrfa 6 trasladar esta
»población al interior de la isla, como si diiBra-
6 Tafira, qüi+&dv!e ;ü m&-..er mruf4dmo
*comercial en un período más 6 menos lejano* ...
Y a d q i r i ~ rt n~< - ~ v f ~r!n á6 v i p r y j~t i f i eac i6!E~
protesta cuando vemos asegurar en letras de mol-de,
con todas las apnieneiaq de lsi in~pirmión 6 el
asentimientu de D. Juari, y positivamente sin nlngu-na
demostración pública ni privada de deaaaproba-ción
6 dwapado por su parto. qua fn6 ésta el pri-mero
en definir, bajo todos sus rtepectoq la impor-tancia
futura del puerto do Ltt Luz en la Memoria
que acompafíó aI pmyxto de 1861; por que si en
los afios de 1877, (S8 de Abril), 1879 (4 de Soviern-bre)
y 1880 (7 de irlayo), tenia el pobre y t h t e con-cepto
que le hemw visto expreñar sobre eil puerto
de La Luz en su comparación con el de Las Palmtur,
¿qu8 opinión mejor pdIa tener el &o de 1881 acer-ca
de la inmediata realización del rnisrno?
Por eso dijimos bajo uno da nuestros primeros
epígrafes, que ya demos, todos lo que pon Msmo-riw
7 la estrecha relación que suelen guardar con
el proyecto que ayadrinan; p ue l-r opiniones @aip
y completamente S ~ ~UTOd.eP ? l on Juan de León y
Castillo acerca del puerto de La Luz, las encontra-ríamos
más adelanto. Y en efecto las han visto
nuestros lectores en este capítulo, como las encon-tramos
nosotros en las archivos de la &ocidad
!2,.,-.-A-:-a A- A -:mm d ~ Dler m- -e . mm.-.-dm.-.-,.r - ~ b u u u u u i r ruc n au~y;wu vi r mis-. ycua yvuaiiap arjw
al servicio de la verdad de la historia.
Un mal que produjo muchos bienes
XIV
re'r'rus aqui, en im Palmas, nos dcva-nitbamos
los sesos y perdiamos lastimo-s~
mentel tiempo en apasionadas di5
cusiones sobre cual de los dos puertos
debia preferirse, si el de esta Ciudad
6 el de La Luz, allA en Madrid, se pre-
I paraba un golpe de muerte para los dos,
6 lo quo es lo mismo para la isla todcl de Gran Ca-naria.
El 7 de Mayo de este aAo (1880) se publicó la
Ley de puertos con arreglo á lrrs bases aprobadas
por las Cortes y prom~ilgadas como Ley en 29 de Di-ciembre
de 1876, usando el Rfinistro de Fomento de
la autorización que la misma Ley le otorgaba, oído
el de Marina, la Junta consultiva de Caminos, Cana-les
y hertos, y el Conaajo de &do m pieno, y de
conformidad con el Consejo de Ministros.
En esa ley se declaran puertos de interSs gen~ral
de 1." orden, los de Alicante, Barcelona, Bilbao, C4-
diz, Cartaa;enri, Ferrol, Mñlaga, Palma de Mallorca,
Santímder, Sevilla, Tarragona, Valencia y Vigo; y de
interés general de 2." &den los de Almería, Avilh,
b t a , Coma, Gijún, Huelva, Prtsajes, San Sebm-tidn
y Santa Cruz de Tenerife: se consideran como
puertos de Refugio y por tanto de int& general
Los Alfaques, Xlgecim, Xuros, Musel, Rosas y San-ta
Pola, y se declaran puertos de intert5s local todos
aqueilos qua no se hallasen comprendidos en la
relación anterior y en que se hicieran operwcionw
comerciales, entre los cuales se eneontrnbn al de
Las Palmas.
Como los puertos de intercis general se liabian
de costear por el Estado y los de interes local con
fondos da las Diputmionw 6 de los Ayuntamientoa,
fué este un golpe rudo asestado Á Gran Canaria con
aviem intención y manifiesta alevosfa.
Era entonces Consejero de Estado, y personali-dad
influyente en la Corte, el diputado por Tenerifa
Di Feliciano Pérez Zarnora, que god ontre sus
paisanos gan predicainento mientras encairi6 la
iuea de exterminio para Gran Canaria, que iué ia
mayor parte del tiempo de su vida piiblica. A 41 ss
atribuyd, y ti sus mnquiavelismos fue debida, esñ
escandalosa preterición, y e rasgo de exclusivisrn o
que ha caracterizado siempre á la capital de ln
provincia en sus relaciones con los damis putablo8
del archipiélago.
Pera como las malas acciones sueiIen traer hpa-rejados
memidos~a s t ipy, los gandes m ales gran-des
remedioq al conocerse en Las Palmas el injusto
;tpraki~. !MI! i ~ : ~ j p ~ di teo indignacih ~ t : d Óf~
toh:: In;: c.orzuone.-. 1. un r4nmoreo gencrnl de qiiqjn
i; pfibke5ta ptrtitr todos 10s ~+m;irii):~1~. 116-
&nsc) 134 tr,iuntdcr. c.c.~ri1 s lucha entre 10s pW-tialaria..
tlt.! uno y cid ntrn piiorto: reiinihnse el
.jynI*pmjt?Iiir,! ja- >iri.i&dt.s t i ~ dpn~ru n?::dit
:ti r~ir!r;9inq w In en dcadr entonces. romo lo fui:
d p y u b ~y ,lo rjpc?s iendo aliom, 13. Fcrnundn de
L14;:t j (I:i.itiiin. quinti por pmpia iniciativ:~ estaba
en rartrparra ponicndn bus relerantos dotes do
hlrnto, a. tiuidad, ertnrpia 5 ptriotictno, al servicio
de l ~ qint ereses de 3u ;mis.
?;o halda trunscurrido un mes dosde la infausta
nue-iu. \wndv arniiv1; al 3liiiistro ia prornesa de
que SP ~~b.smarjei;i error padecido en la clnsiíica-cttirl
de yuertís, y 5 b roz la Real urdaii da 21 dc
Juriici tit4 ririsriict 3.10. ~ rqiu e --e disponía la renibión
de tjl.( !w~?fc~qp,i ia conthunr la5 obras del iiiue-
IIc de Ia.. I'dniw. La confesih de su emr por parte
del '\Iinjrtrl~. ;a Imi.riet;a de sillsfinarlo !. el eiivio
de 1s nmreicinad*i simc. caorno prcnd:~ dc sinxridad,
c*~~ritri~iu:cr:iu ~n. iliiitiru 11 tanto 103 ~~~~~~~~~,
=Muy mwto nos ha sido haber oido en estos dias,
E.-iet% +i mar ir:^ extmijeros. cdeLrar las niaKiiiticas
can&rione~ del puerto de La Luz de esta Capital,
para que m3 declarado de REI~U«IO.
aEn opinibn de todos, t.s el puerto que e&& llama-do
% ymttar tan imyortn~~tisimsae rvicio. E! a b r i ~ o
mguro que prqmrciana, las exceli.~itas co::dici:~nes de
m ionrio. y ei enmimame ZRXI imte(liato ii. esta yohirr-cion.
wi: circunstozcias ~entajosas qiie le colocnn
mt r s h mejores Pu~a~0D.Ec R EPCG10 de E~~mfia.
&iamdu ui&tit nnerctro puertu Ia gi-rrll iragatn
de g u m TiZ¿a de XWirid, hicieron sus Jefes y Ofi-c
i a l ~los mejores eloyios de ia eiixe-ril~d e LR5 -q
eanRideraínddo cou todos los reqiiisitos para ser decla-rado
Paerto de Refugio. Cornisioiies de la marina in-glm,
qwe tambih lo haii estudindo, han confirmado
su5 ttscdereilier p ~ n , el ixlicado ohjeto. i'odo, pses!
-viene Pi aiswaizm qne el declaratorio d. Alerto de &dfebae india cíitiblerae!ite obtenerlo el de La Luz
de Ora Canaria. Por consig~iirnte, no son grntuitas
a~r&aeianes. aico 1s antipa y general reputación de
pr~pimy" extmflos, que tiene adquirida el expresado
p~ertod, c a p a inmedircionss se halla el del Arrecife,
aaa m magnifico wnwo donde buques de gran ta-
~ a i i uc,o mo la fragata T h i d a d , han podido reparar
8\18 RVBT~&<yI si11 peligro nlgmo.
importa mucho que los hijos del país, se fijen en
tan interesante multo, pues de 61 han de resultar
reiitajas incalcula1)le:i para Gran Canaria. >
X
;4 n
Era ti la ~ a z hcli putado R Córtes conrervador,
D. Pedro 13r~vod e I,aguiia, y como tal ostentaba la
roprc-sentnciSn política on las islas dei grupo orien-tal,
en estreclin relación con D. F~ r n a n d od e León y
Castillo, diputado por Guia, de quien D. Pedro era
entusiasta admirador. Y ocupaba, coma hemos di-cho,
el Sub-Gobierno de Las Palmas D. Agustin
Bravo de Laguna quien, anto los catiallerosos eccrú-pulos
de su hermano para niover la cuestión del
puerto do La Luz, embargado por motivos de deli-cadeza.
conlo propietario de la Isleta, tomó la inicia-tiva
on la formación del expediente que sirrió do
base para la declaraciijn de Puerto de Refugio.
Entónces era jeh, como henios dicho, de la po-iitica
local D. Pedro Bravo de Laguna 5 quien sus-tituyó
Don Juan de Lebn y C:istillo en Febrero de
1881. Antes de esa época, y míri después, estuvo
aqukl en Tenerife en funciones de Tngeniero Jefe.
de donde regres6 5 Las Palmas con su familia ei 7
Julio, gi~aficiy,~a est$,z 3;: ;\la&iY e! ! n e n c i ~ n u b ~
expediente.
Nos tijarnos en este detalle porque todo revesth
iriiportnncia en aquella. época de nuestra historia, y
es curioso y digno de contarse; y en prueba de var-dad
de lo dicho vsmos 5 dar i conocer la fuente de
donde toniainos eso dnto.
Decía el periódo E2 ZirJemZ, órgano de D. Juan
de León y Castillo, en su primer níimero, corres-pondiente
a1 S de Octubre de 1582:
VES un hecho drmostrnrlo y tan;:ible, qiie, dignsa
cuanto se quiera eii contrniio,d s r . L e h y C~stillo(D.
Juan) solo hn dirizido escliisivamente 1% cosa p~ildicn
en el p i s desde Febrero di1 i851. Desde en'ihices, la
gestihi es suya y solo desde r:utdnces cowespo?rde tlr
d ~..ciho ~a!i$?*sdeI n . i~rspn:~snOi l¿cdi ca~d j ~ i i ~ u iZ~(L i e
gloria. *
Y mis adelante afiade:
.Pero descartadas esas fechas J. partiendo desde el
acontecimiento de la Bestaurncih, ed otro Diputadci
(el Sr. Bravo da Lagniir 5. Jownj el que ha n:giclo 20s
cli,stinos de estc Distibif3, J i i r n i~~ele l argo período de la
dominacih conserrndorn.s
I-leulin estn necesniia disgesióri para aclarar Ia
verdad en ese pui?to,niiizdireiilosque el espedieii te se
inició apareciendo que ¡o solicitaban nlpunos ayun-tamientos
v co~porncionese, n cuyas instancias -u-so
un decreto innrgiiial el Suh-Gobernador clispo-niendo
se oficiar:? al C:omandante de Marina de la
provincia de tiran ranaria: Ayuiitaniienlo de Las
Palnias, Ingeniero jefc de obras públicas, Sociedad
Económica de Amigos del País, Coiifraternid~dd e
Szin Telrno, hrnindores, etc,
He aqul los términos de1 oficio:
que este Centro pccdn ini'oniiar col el m-yor
nc!erto p copin de tintos varias solicihxlas
dfrlgen por condiicto del misino al Ui~is;iu, tle
menta, algunns Cs~poraaioiies estnblcctdaa eii estn
ciudad 1- Ayuntamientos de la Isla, pidimdo quo so
declare f i r c r t o clsRefirgio el de LaLuq qce forma pnr-tede
esta~ndac,o mo uaode losmedioseficaces de ayu-dar
B nuestra abatida agricultura de la crisie porque
atraviesa d consecaencia de la depreciacidn de ln
grann, haacordado dirigirse B V. S como tengo el ho-nor
de hacerlo, B Rn de que se siha emitir su ilus-trado
parecer en nsnuto de tan vital interbs p m $1
país.
Dios guarde B V. S. mirchos aííos. Las Palmas 9 de
Diciembre de 1880
Todos aquellos centros contestaron 6 la mayor
brevedad y con el mayor entusiacmo ti favor del
Puerto de Refiigio en La Luz, y si no transcribiinos
aquí esos informes, es porque no resulte deniasiado
voluminoso este trabajo. Unn excepción debemos
hacer, y la hacemos con mncliisimo agrado i favor
del de D. Juan de León y Castillo. Sus conoci-mientos
t4ci3icos en la materia, su autoridad supe-rior
como ingeniero .; como hombre público; el ser
éste el primer trabajo en que suma su iliistraei0n y
su autoridad y demás altas dotes de inteligencia ti
los veteranos an la defensa del Puerto de L3 LUZ, y
la circunstancia de haber registrado otros informes
suyos en que sustentaba diverso criterio, nos mue-ve
5 transcribir10 integro. Dice así:
*La creación de nnyuerto de Refugio en este Ar-
- l . : - :^l l r r . -,..,, :.?,a ,.,-&:;l.. ,,.. &^a-, 1--
L r U L j / l G l ( L & W ~ GJ UlLCU UGbGOlUSU U U I I U l U L I FUI LiUUVi') IUJ
marinos que recorren el Atldntico en direccidn B la
america del 8ur y h ln costa, occidental del Africa.
.Situadas estas Islas en el derrotero de las nave-gzciones
indicadas y especialmente de la última, piie-de
considerarse como el puerto de descanso para la
continuacibn de sus viajes. Por esto estas islas son
visitadas cada dín por mayor niimero de lineas de va.
pores para refrescar agnada, tomar víveres y provi-sionarse
de carbón.
*El movimiento actual no puede dnr idea del que
ha de tener en lo futuro, dado el inter6s con que las na-ciones
europeas principian ti explotar las inmensas
riquezas naturales que encierra el Africa, y que se
exportan por los diferentes piiertos de sil costa occi-dental.
Enfrente mismo de estas Islas, las pesquerías
que se verifican en los mares prbxiinos li Cabo Ním y
la expIoraci6n y explotaci01i de todos los productos de
la r e g i h antigua, estin imponi8iidose al Gobierno de
nuestra nacidn para establecer la factoria de Mar-pe.
queiia.
~Greemos supériluo esplanar, ea vista del movi-miento
marítimo ar.tnnl y filturo; la ~ecesidndd e qne
en estas islas encuentren los buques un puerto abriga-do
de todos los vie&os, en el que encuei:trer. refugio
en los te~nporalestn ii recios y frecuentes de fa estacfbn
de invierno y en el que puedan reparar averías. Espa-ha
ne tiene varios puertos de Refugio en e1 mar Can-td&
o y en el Mediterrbnao, está uGigodu con mayor
razbn, á establecer otro en medio del Atlántico y en
estas a p a r t a d ~lsa titiides, para llenar todas las nece-didades
de la nevegacioil aates citada.
.Entre todos los pnertos de la Provincia p u l es
el que mejores circunstai.cias reune para coinstruir en
41 nn puerto de esta clase? A nuestro entender, ningu-no
como el de La Lnz, cuyas excelentes condiciones
han sido reconocidas por todos los marinos que han
recorrido estos mares y que han descrito sus radns y
fondeaderos en diversos derroteros. Pero de estos tes-timonios,
ninguno mBs autorizado que el de 1s Direc-ción
de Obras Phblicas consignado en la Memoria re-lativa
Ct Puertos, Faros, etc., correspondiente b los
aiios de 1870 y 1872. Eu su ptigina 166 dice textual-mente:
r
Aquí traiiscribe ei prirrafo de la Xerrioria que
ya conocemcis, y luego &lade:
*Nada mis exacto que Ins ideas emitidas en los de.
rroteros y en el pbrrnfo copiado. En efecto: la rada B
que nos venimos refirieado, es la que en esto ArchipiB-lago
reuue mejores condiciones natiirales para la for-macibii
da un l~uertoab rigado, con todas las obras que
exije el adeIanto de la navegacibn y de la industria
maritima.
*Abrigado completamonte de los vientos del terce-ro
y cuarto cuadrante, y de gran parte de loa del pri-mero,
eslpecialmente de las brisas que reina^ en el
verano; necesita tan solo para su abrigo completo, la
yrolongacibn de! principiado Dique, que arraucaudo
de la Isleta en direccidn N. S., se ha de extender
hasta c ~ s ein frente del Castillo de Santa Catalina, y
la coiistruccibn de un contramuelle que partiendo de
dicho Castillo coi: rumbo aproximado al E. N. E., se
prolongitr hasta fwmar con 1n cabeza del otro dique la
entrada del 1, xtierto.
aDe este modo, con una longitud de 1,260 metros
para el prime: Dique y de 630 para el segundo, se ob-tiene
iin fondeadero de 130 hectáreas de superficie cu-ya
c&pacidad poseen pocos pnertos asi abrigados.
,,E& drCl cua:q~ora joUa:i&d irli-po~
tariau nn crecida suma de millones, $e pucde Zlewrr
d cabo con una sama rcíatiz;anente pegue&. Rasnl-tado
es este que se debe & las especiales y ventajosas
condioiones de la rada, así como k la abundancia con
que se encuentran á corfs distancia los materiales ne-cesarios
para la construcción de las obras.
qEn efecto: el fondeadero tiene el calado necesario
para recibir los mayores buques conocidos, pero solo
el necesnrio, pues la sonda, en la bajamar de equinoc-cio,
no pasa de trece metros, siendo la general de ocho
a doce. Así es que P nede calcularse una cota de ocho metros para el perfi longitudinal de los diques.
.Si fijamos seis desdc la linoa de bajamar hcsta el
piso de los mismos diques, resultarán cntorce metros
de altura madia rqroximndn pnrn el macizo de la obro.
que lo ha de formar.
*Dednciendo el ancho de estos diqucs qce han de
servir de rompeolas, á. la dimensibn extrictaiuente ne-cesaria
p r a resistir Ins fuerzas de los mares, y pnrn
poder servir las faeaav de nuxilio y salvnmento de
los buques, co -pedo exceder do siete metros, segun
acostumbran hoy los constrnctores ingleses.
,El vslúmen deducido del alto y nncho fijado, re-sultnrli
da noventa y ocho inetros cúbicos para el m-tro
ligenl de d i ~ u e ,v clíiinel excesivamei~tep equeno,
que es dificil obtener en diques de tanta longitud,
abrigmdo 6 1% vez espacio tan ctinsíderable.
r 1-. - _ L - --l.. 1 ~ -.. - .. .. .": .-., ,, ...,,Jli ..,,r,rr
> . l ~ 1 ' d l l i i ~ I lT~Wt )l ULb LIU I J I YbLV I I C U y I CLI * ILI I ILíV f I k . 6 l.
tl nl3ft.o c2íbic3 (E,: 620qu~stw tijlciales, pojs Z« obzbn-dt~
ncirc di! picdm y cwcizo ropicr pw estu clase (le
ob,.cts. Dicho precio no pite d' e exceder de qui?me $'vi:-
tru. Con tales datos el precio del metro linal ti c~torce
pesetas y setenta dntimos.
DA hora bien; siecdo 13 lo:lgitud ds los dos diriues
mil novecientos metros, mt presupuesto «sc~?zdevdd
dos m.t2lorzc$. ochocientnr trm'rctn y utur ple~ttccs, CWCJ
&timas, d s m n tiaes mtZ2olacs de p~setc16. con un presupuesto tan corto, se obtiene desdo
lne o el objeto primordid de un Puerto de Reingio:
onaf ; es el abrigo*L os muelles desembsrmd~osq ue se
hwt, dv entablwer en I M anismírf3 por Ir parte dc abrigo,
1x5 puntos m63 e~~ur~nieriawesn, obras de pocn im-prtrtanr-
ia qrla 80 í>(iiria:: ~jwut a rt h p ~ i ' s .
# h a r firitiijas ~: s :urdod~a eszn rada no se coucrn-tal;
a lra~q r:e b ews eriunciado. lieirne otras que COU-cunerl
g fwilifnr i-.l estahlec>imfe~~dtoe Puerto de
Rai~iuiu. El terreriu que rodea la raJn es bejn y areno-w
an m mbi~-ttrp r t ~d,e scanaandr+n obre la roca que se
srncwntm D cierta yrafunuilhatl. Fácil t.3 por lo ruisuio,
~mt r u i ren un plazo más U menos lejanu. los muelles
de :iwm ziua, ~14? han de cifieritar ti cinco O seis metros
de aguas, pm .I?IL. los buqnes aKraq?eit i ollos, aai co-mo
t~rrajJñlred~iclt r terrrbo riit,a~losa l mar, que liati de
wmir de emyla%aruientari loa D ~ C R4 dem&ae dificias
anexos al puerto. Tainhi6ii 13s ciiiiJicioiics del terreno
pmnitrn Con f~ciliiiadIs s cuu~trucciuiiesd e dárueuas
y i a C C" " : ~ de l ~ haq ues, ?iecesidnd hoy la iuk
n : pa~re lo s que criizali ebtos maras, !~iieu se lt'"a4l s'"n-impsibiiitailns
de reparar la menor avería, 6. cuya
ciaeuusta~cia M dek sin duda 'el rio hab2rue podido
eetnblecclr la navegac-iilii á oap3r entre Islas.
~ h p w i b l ~e4 en este informe detallar más las ven-zajm
que la rada de La Luz ofrece para un puerto de
Hefugio. ti, dicho i m t a p r a hacer comprender, á pri-mera
vista, que las expnulcioneu qua se han do dirijir
por cnrndncto de T. S. á la superioridad reelsinando
q:Pe $3 deelrrre dicho puerto en esta cntegoria, eon
~ U E L ~ Sy Pr ~~ pJ n d e na una necesidad, mas que pro-vincial,
d~ interth genera1 :jara 1s riavegaciim nacio-ml
p extr~njem.
i p C m todo lo exyumto oreo bnrhrr contestado su
ataata comunicaci6n del 9 del corriente.
*Dios parde 8 V. S. muchos años. Lns Palmas 14
de Diciembre de 18EC1.
E1 Iwniero Joia de Ir Provincia.
Juan de Leba y Castillo."
En este momento se nos viene R la memoria al
artaculo de Ci. Juan de Lo8n y I:astilfo apropusito do
let infonnacidn pfiblica organizada por estst Junta
da Obras del Puerto, articulo que ya mencionarnos
aiiferiormente, y del cual cortamos aioi-a el siguien-to
pfmfo:
&irle cibirse en Madrid o1 proyecto :.se refiere al
dsE primo de reíagio), se alarmaron Albareda y mi
berxnano con el presupuesto de echo !níllones, conside-ránUolo
el segwiiio como una atrocihi que no conce-b