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SEMINARIO CÍVICO- MILITAR DE CANARIAS C I C L O V ( 1979 - 84) CONFERENCIAS SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS CONFERENCIAS CICLO V BISliOTECA yMiVEñSITARIA LAS PALMAS DE G. CANARIA N." Dosumento SCM "^ ^ N.° Copia ^ Ü Í 3 3 _ Í _ _ "" Tu^ Vm^ ^ i^' i'^ U Depósito Legal: M- 5.788- 1986 ISBN.: 84- 505- 3051- 2 Obra completa ISBN.: 84- 505- 3056- 3 Tomo V TALLERES DEL SERVICIO GEOGRÁFICO DEL EJÉRCITO.—^ MADRID, 1986 CONFERENCIAS NDICE GENERAL Páginas C I C L O I LA ECONOMÍA PARA LA DEFENSA EN EL ÁMBITO DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO Primera Conferencia: LA DEFENSA NACIONAL, PROBLEMAS DE COORDINACIÓN 3 Segunda Conferencia: DEFENSA ECONÓMICA DE ESPAÑA Y LA CRISIS DE 1974 23 Tercera Conferencia: ASPECTOS MILITARES DE LA DEFENSA NACIONAL 49 1. Consideraciones previas e introducción 51 2. Defensa Nacional 53 2.1. Concepto general 53 2.2. Política general ( PG.) 53 2.3. Política de Defensa ( PD.) 54 3. Defensa militar 55 3.1. Concepto general • 55 3.2. Política militar ( PM.) 55 3.3. Organización 58 3.4. Proceso de planeamiento 58 4. Datos bases 59 4.1. Situación estratégica 59 4.2. Amenazas 62 5. Organización y articulaciones de la fuerza 63 5.1. Misiones 63 5.2. Capacidades de acción 63 5.3. Organización 64 6. Doctrina 65 7. Moral 66 8. Conclusiones 67 VI ÍNDICE GENERAL Páginas Cuarta Conferencia: DEFENSA CIVIL 77 I. Introducción ,. 81 1. Una situación a medias entre la realidad y la ficción 81 2. La Seguridad Nacional 82 II. La Defensa Civil según el concepto actual de Defensa Nacional. 82 1. El concepto de Defensa Nacional 82 2. La Defensa Nacional no es competencia exclusiva de los militares. 83 3. Falsa idea y concepto auténtico de la Defensa Civil 83 4. Trascendencia del tema. Lo que nadie desconoce o debería desconocer 83 5. Las misiones de la Defensa Civil 84 5.1. Sostenimiento y robustecimiento de la capacidad moral de resistencia de la población 84 5.2. Continuidad y seguridad de la acción de gobierno y de las administraciones públicas 84 5.3. Protección de personas y bienes. Proteccón Civil 84 5.4. Movilización para el apoyo de la defensa militar y económica. 84 III. La Protección Civil 85 1. Teoría o doctrina general 85 1.1. Sus orígenes: de la defensa pasiva a la Protección Civil 85 1.2. Las enseñanzas de la II Guerra Mundial 85 1.3. Los comienzos de la Protección Civil en diversos países 85 1.4. Generalidades de la Protección Civil 86 1.5. Concepto actual de la Potección Civil 86 1.6. La eficacia de la Potección Civil: algunos datos estadísticos ... 86 1.7. Amplitud de tareas de la Protección Civil. El « Cuarto Ejército » . 87 1.8. Lo que comprende la Protección Civil 87 1.9. Lo que requiere la Protección Civil 87 1.10. La Protección Civil, derecho y deber: necesidad de una « moral » de la Protección Civil 88 1.11. Las funciones precisas para ordenar los medios o servicios que exige la Protección Civil: mando, seguridad, socorro, protección.- 88 1.12. Consideración especial de la autoprotección 89 1.13. Referencia a los refugios o espacios subterráneos 90 2. La Protección Civil en el ámbito internacional. Los países más avanzados en materia de Protección Civil 91 2.1. Proyección internacional de la Protección Civil. « L'Union Internationale de Secours » ; la « Organisation International de Pro-tection Civile » 91 2.2. La Protección Civil en Francia, Alemania, Suiza, Suecia y Dinamarca 91 2.3. La Protección Civil en Estados Unidos y en la URSS., como factor determinante de cambios en las estrategias soviética y norteamericana. El efecto disuasorio de la Protección Civil 93 ÍNDICE GENERAL vn Páginas 3. La Protección Civil en España 96 3.1. Organización 96 3.2. Legislación 97 3.3. Los medios de la Protección Civil en España 97 3.4. Programas generales y particulares y planes de emergencia. 98 3.5. Lo que tenemos y lo que nos falta en materia de Protección Civil 99 3.6. Principios inspiradores de una reforma de la Protección Civil en España 100 IV. Sostenimiento y robustecimiento de la capacidad moral de resistencia de población 101 1. Creación de una voluntad colectiva de defensa. Evitar el « pánico social » 101 2. Papel de los medios de información; la formación de cuadros de personal; acción psicológica; la educación cívica en los planes de EGB., BUP., Formación Profesional y Enseñanza Superior. 102 V. La movilización como apoyo a la defensa militar y económica. 103 1. Aplicación de todos los recursos para fines de defensa: recursos en ejercicio y recursos latentes 103 2. La legislación española sobre movilización 104 3. Necesidad de una transformación y adaptación a las nuevas situaciones derivadas de la Constitución de 1978 y a la perfecta integración de la movilización en el conjunto de fines de la Defensa Civil dentro del marco de la Defensa Nacional. 105 VI. La continuidad y seguridad de la acción de gobierno y de las Administraciones Públicas 105 1. Es la menos estudiada y la menos estructurada de las misiones que integran la Defensa Civil 105 2. Causas y supuestos de la posible perturbación o ruptura de la continuidad 106 3. La actual situación española, es decir, la construcción de un nuevo modelo de Estado — a partir de la Constitución de 1978—, hace más difícil, pero también más necesario, el estudio de las soluciones posibles 107 4. La « cadena civil de mando » ; fallos actuales y fórmulas de solución. El ejemplo de proyecto de Ley Orgánica del Gobierno, de la Administración del Estado y de la Función Pública. La doctrina de la autoridad o funcionario « de facto » 107 Vil. Conclusiones. Lineas de acción 109 Conferencia de clausura ( quinta): REFLEXIONES SOBRE UN SEMINARIO CÍVICO MILITAR 111 vm ÍNDICE GENERAL Páginas C I C L O II LOS COSTES DE LA INSULARIDAD CANARIA Y LA DEFENSA NACIONAL Primera Conferencia: LOS COSTES DE LA INSULARIDAD EN CANARIAS. 127 1. Las dificultades de la industrialización sustitutiva de importaciones en áreas pequeñas 130 2. Las dificultades de la creación de Industrias nuevas 131 3. Recapitulación 134 Segunda Conferencia: LA DEFENSA COMO PROBLEMA ECONÓMICO ... 139 1. Introducción 141 2. El problema económico de la Defensa 142 3. ¿ Defensa contra qué? 145 4. Implicaciones del potencial económico 147 5. Eficiencia en el empleo de los recursos para la Defensa 149 6. La Defensa Económica 151 7. Dependencia energética de España 153 7.1. Algunos condicionantes exteriores políticos y económicos ... 154 7.2. Posibles líneas de acción para reducir la dependencia del exterior y facilitar la fluidez en el aprovisionamiento de recursos energéticos 155 Tercera Conferencia: LA INSULARIDAD COMO PROBLEMA CONTEMPORÁNEO 157 1. Dualidad entre mar y continente 160 2. Las consecuencias de una situación internacional polivalente. 165 3. Problema de la renta de situación y de los costes de situación. 166 4. El problema de Occidente y su estrategia insular 172 C I C L O I II LOS PROBLEMAS DEL SECTOR AGRARIO EN LA ECONOMÍA CANARIA Y EN RELACIÓN CON LA DEFENSA NACIONAL Primera Conferencia: LA AGRICULTURA ESPAÑOLA: UN SECTOR CON FUTURO 183 Segunda Conferencia: LA PROBLEMÁTICA EN CANARIAS EN RELACIÓN CON NUESTRA POLÍTICA DE DEFENSA 203 1. Introducción 205 2. Cuatro pilares geográficos de Canarias: Situación, suelo, agua y clima 207 ÍNDICE GENERAL IX Páginas 3. La economía canaria en relación con nuestra Defensa Nacional. 211 4. La Política de Defensa en relación con Canarias 212 5. Aspectos de nuestra política militar más relacionados con la problemática canana 215 , 6. Incidencia de los problemas del sector agrario en determinados momentos de la Defensa en Canarias 219 7. El « habitat » agrícola canario en relación con la Defensa 221 8. Los recursos agrícolas canarios y su importancia para la Defensa Nacional 223 9. Aspectos logísticos de la agricultura canaria 224 10. Planes ministeriales de Defensa relacionados con la agricultura. 225 11. Problemática canaria de las zonas e instalaciones de interés para la Defensa Nacional 227 12. Conclusiones 229 Nota bibliográfica 230 Tercera Conferencia: LA PLANIFICACIÓN DE LOS RECURSOS AGRO-ALIMENTARIOS EN LA DEFENSA DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO 233 C I C L O IV ENERGÍAS ALTERNATIVAS Y AHORRO ENERGÉTICO Conferencia de inauguración ( primera): ENERGÍA SOLAR: ESTADO ACTUAL Y PERSPECTIVAS 255 1. Consideraciones preliminares 257 1.1. El mundo moderno, mundo energético 257 1.2. La energía en España. El PEN 259 1.3. Propósito 259 2. Naturaleza de la radiación solar 260 2.1. El Sol como fuente de energía 260 2.2. La Tierra y la radiación solar. La constante solar ... 262 2.3. Factores que afectan a su empleo 265 3. Sistemas de captación térmica 268 3.1. Sistemas pasivos y activos 268 3.2. Sistemas pasivos 268 3.3. Colectores activos 271 4. Sistemas de captación fotónica 278 4.1. Captación fotoquímica 278 4.2. La captación fotovoltaica 282 5. Comparación entre los distintos sistemas 285 5.1. Requerimientos en tecnología, materiales y almacenamiento ... 285 5.2. Comparación de características esenciales 286 5.3. El impacto social 286 ÍNDICE GENERAL Páginas 5.4. Datos energéticos. La relación coste/ potencia 287 5.5. Adecuación 288 6. Algunas aplicaciones de la energía solar 289 6.1. Generación de agua caliente sanitaria 289 6.2. Desalación 290 6.3. Generación termodinámica de electricidad 291 6.4. Aplicaciones de los generadores solares fotovoltaicos 294 6.5. Producción de combustibles líquidos a partir de la biomasa ... 295 7. El futuro de la energía solar 295 7.1. Planteamiento 295 7.2. Producción de calor a baja temperatura. Los colectores planos. 297 7.3. Producción de electricidad 297 7.4. La bioenergética 299 Segunda Conferencia: ESTADO ACTUAL DE LA PROSPECCIÓN Y EXPLOTACIÓN DE LA ENERGÍA GEOTÉRMICA 301 Tercera Conferencia: LA ENERGÍA EOLICA: UNA RESPUESTA AL DESAFIO RIEGO- ENERGÍA EN LAS ISLAS CANARIAS. 319 1. Introducción 321 2. El desafío riego- energía en las Islas Canarias 323 3. Las energías renovables 325 4. La energía del viento ...• 326 5. Aeroturbinas. Potencia y aspecto del diseño 329 6. Clases de aerogeneradores y estado actual de la tecnología ... 331 6.1. Aerogeneradores de eje horizontal ... 333 6.2. Aeroturbina de eje vertical « Darrieus » 334 6.3. Aerogenerador de eje vertical « Gyromill » 335 7. Almacenamiento de la energía eólica 335 7.1. Almacenamiento de energía 336 7.2. Aerogenerador asistido por un sistema energético autónomo de apoyo 338 7.3. Autogeneración interconectada en paralelo con la red eléctrica comercial 339 8. Aplicaciones de la energía eólica a Canarias 341 Anexos 345 C I C L O V Primera Conferencia: EL ESPACIO ESTRATÉGICO GIBRALTAR - CANARIAS 359 1. Introducción y consideraciones previas 363 2. El espacio físico 366 3. Los subespacios estratégicos 367 3.1. Golfo de Cádiz y Gibraltar 367 ÍNDICE GENERAL XI Páginas 3.2. Archipiélago canario 370 4. Aspectos estratégicos y de seguridad ... 372 4.1. Elementos estratégicos 372 4.2. Tensiones existentes y posible conflictividad 373 5. Intereses y amenzas en el espacio 376 5.1. Intereses 376 5.2. Amenazas 378 6. Algunas conclusiones 379 Segunda Conferencia: A VUELTAS CON LA INDUSTRIALIZACIÓN DE CANARIAS 383 1. Introducción 385 2. El papel de la industria ante la problemática socioeconómica de Canarias 385 3. Antecedentes próximos de la industrialización de Canarias ... 390 4. Análisis estructural de la industria en Canarias 393 5. Industria y entorno 395 5.1. Las posibles grandes líneas de evolución de la industria mundial 395 5.2. La evolución del entorno exterior: la adhesión a la CEE 397 6. Posibles directrices para una estrategia industrial 400 6.1. . Sectores potenciales 400 6.2. Plan industrial de Canarias 403 6.3. Marco económico legal 404 7. Conclusiones 405 Tercera Conferencia: IMPORTANCIA ESTRATÉGICA DE LAS ISLAS CANARIAS A TRAVÉS DE LA HISTORIA 407 SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS CICLO I « LA ECONOMÍA PARA LA DEFENSA EN EL ÁMBITO DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO » CONFERENCIAS I. « La Defensa Nacional, problemas de coordinación » , por el Excmo. señor D. AGUSTÍN RODRÍGUEZ SAHAGUN. II. « Defensa económica y la crisis de 1974 » , por © I limo. Sr. D. JUAN VELARDE FUENTES. III. �� Defensa militar » , por el Excmo. Sr. D. RICARDO AROZARENA GIRÓN. IV. « Defensa Civil » , por el limo. Sr. D. ANDRÉS DE LA OLIVA DE CASTRO. V. « Reflexiones sobre un Seminario Cívico- Militar » , por el limo. Sr. D. ENRIQUE FERNANDEZ CALDAS. SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS C I C L O I CONFERENCIA DE INAUGURACIÓN ( PRIMERA) Tema: « LA DEFENSA NACIONAL. PROBLEMAS DE COORDINACIÓN » Pronunciada por el Excmo. Sr. Ministro de Defensa D. Agustín Rodríguez Sahagún, en el Salón de Actos de la Escuela Superior de la Marina Civil, en Santa Cruz de Tenerife. 29 de octubre de 1979 DEFENSA NACIONAL. PROBLEMAS DE COORDINACIÓN « Excmos. e limos. Sres., Sras,, Sres., queridos amigos todos: Permítamele, en primer lugar, expresar públicamente mi satisfacción por encontrarme hoy aquí, entre Vdes., en este maravilloso trozo de España, que son las Islas Canarias, las " Islas Afortunadas", las islas donde esa prodigiosa combinación de su clima, su emplazamiento, sus tierras y la amabilidad de sus gentes hacen que todos los sueños de futuro sean posibles. Satisfacción también, por el hecho de que mi preáencia tenga lugar, precisamente, con ocasión de inaugurar este seminario cívico- militar, feliz iniciativa conjxmta a cargo de la Capitanía General de Canarias y de la Universidad de La Laguna, que yo he prometido apoyar y que considero un modelo de la colaboración pernaanente que debe existir entre las Fuerzas Armadas y la sociedad a la que pertenecen y a la que sirven, y un instrumento fundamental para lograr la formación imprescindible de ima auténtica conciencia común de Defensa Nacional como enuncia el programa del Seminario al señalar los objetivos del mismo. Porque la Defensa Nacional, Sras. y Sres., no es sólo cosa de militares, sino que nos concierne a todos los ciudadanos, a todos los españoles, a todos nosotros. Mi satisfacción, también, y mi agradecimiento, Sres., por su asistencia y su atención, que espero no defraudar. Aunque déjenme anticiparles que, a pesar de que se trate de una corrferencia, no desearía que fuera una conferencia académica, sino más bien, casi im relajarme un rato con Vdes., un desahogo, ima especie de pensamiento en voz alta sobre los que son mis problemas e inquietudes de este momento, la tarea de mi quehacer cotidiano, pues ese es el tema que he elegido precisamente para esta conferencia, cuyo título es " Defensa Nacional, proble. mas de coordinación". Y la ordenación y coordinación de la Defensa, junto a la ejecución de la Política Militar son, precisamente, las principales funciones que la normativa vigente asigna al Ministro de Defensa. CICLO PRIMERO Decía antes, Señores, que la Defensa Nacional es cosa de todos y exige una auténtica voluntad nacional, pero permítanme que añada que la Defensa es imo de los campos más complejos de la política administrativa, complejidad que aumenta en el mundo de hoy por su interrelación con el resto de las ramas, ya sean la política interior o la política exterior, la política económica en cualquiera de sus aspectos o la política educativa y cultural. De todas ellas, y muchas más, depende la Defensa Nacional y todos los T> er parlamentos de la Administración, todos los Ministerios tienen una misión que ciunplir en el desarrollo de la política de Defensa. Como decía Clause-witz: " Afrontar ima guerra exige toda la potencia de ima nación, y es esta visión global del conflicto bélico, no sólo como im combate entre los Ejércitos, sino como una verdadera confrontación entre estructuras y fuerzas nacionales y la necesidad de coordinación que de ella deriva lo que ha llevado en los Estados modernos al nuevo concepto de Defensa y a su nueva organización estructural." La Defensa Nacional implica tm volumen importante de gastos, pero tam. bién vm importante volumen de empleó y de creación de puestos de trabajo. Supone vai " background" de ciencia avanzada y de tecnología. Fuertes dosis de información y de formación profesional y general. Supone medios personales y materiales propios,' pero puede suponer también cooperar con otros países. Representa vtn considerable esfuerzo civil, pero igualmente la disposición de un adecuado potencial militar. Y supone cantidades ingentes de organización, coordinación y " management". Porque entre las decisiones políticas para preservar la paz en todo momento y defender nuestros valores e intereses, llegando al empleo de la fuerza en caso necesario y el conjunto de mandos y soldados de tierra, mar y aire, a quienes corresponde la puesta en práctica de su utilización, debe existir todo vin complejo y elaborado sistema, en parte civil, pero fxmdamentalmente militar, que asegure la operatividad y el estar permanentemente a ptinto durante la paz, y que permita la planificación, dirección, control, coordinación y desarrollo de las operaciones en la guerra o en caso de emergencia. Un complejo y elaborado sistema que debe garantizar que disponemos de xmas Fuerzas Armadas que constituyan por sí mismas un decisivo factor de disuasión, con capacidad de reacción inmediata y de respaldo de nuestra política exterior. Una concepción moderna de la Defensa en una sociedad altamente tec-nificada, quiere decir wa alto grado de organización que permita poner a disposición de los objetivos de la misma, en caso necesario, a través de la adecuada moviüzación de los recursos nacionales: su tecnología, su industria, su energía, sus medios de transporte y de comimicación; en fin, toda la capacidad de la Nación. La Defensa Nacional, como dice el Proyecto de Ley Orgánica, por la que se regulan las bases de la Defensa Nacional y de PRIMERA CONFERENCIA la Organización Militar actualmente en tramitación en el Congreso, es " la disposición, integración y acción coordinada de todas las energías y fuerzas morales y materiales de la Nación, ante cualquier forma de agresión. Y tiene por finalidad garantizar, de modo permanente, la unidad, soberanía e independencia de España, su seguridad e integridad territorial y el ordenamiento constitucional, asegurando la vida de la población y los intereses de la Patria". Se trata, en definitiva, de todo el conjxmto de medidas que el Estado debe adoptar para lograr y mantener la Seguridad Nacional y preservar la paz, como obligación primordial respecto de la Comunidad Nacional. George Washington decía, recogiendo la idea de los clásicos latinos: " Que estar preparados para la guerra es uno de los métodos más eficaces para preservar la paz". Para las Fuerzas Armadas, que constituyen el componente básico y esencial de la Defensa Nacional, aunque no sea el único, estar preparadas para la guerra implica, por supuesto, el desarrollo de unos planes operativos y de xaia doctrina táctica conforme a la consecución de im equipo adecuado y de los medios para sostenerlo, la disposición de hombres capaces y experimentados en el mantenimiento y viso de este equipo, pero supone también — y de forma fundamental— la motivación de estos hombres con lui sentido y tui propósito claró de victoria, es decir, con voluntad de vencer. En definitiva, con unos ideales elevados y una alta moral e ilusión. Yo, quizás por el hecho de que hasta hace año y medio que me metí en las tareas de gobierno había repartido mi tiempo entre la vida de la empresa y la enseñanza de la política económica y de las técnicas de organización en la Universidad, he comparado siempre el trabajo del Ministro de Defensa con el " management" de ima gran empresa. Una gran empresa en la que la dirección debe estar muy bien organizada y en la que para que se funcione con un perfecto sincronismo, los individuos deben adecuarse a niveles muy altos de integración y disciplina. No podemos olvidar que el Ministerio de Defensa afecta directamente a más de 440.000 personas: 100.000 militares profesionales, en números redondos; más de 40.000 funcionarios civiles y unos 300.000 de reemplazo, además de sus familias y de las clases pasivas. Y no podemos olvidar, que al final de la cadena de decisiones está siempre el hombre. El hombre con sus necesidades, sus preocupaciones, sus inquietudes. Y no se pueden alargar las esperas ni los plazos. Yo soy consciente de esta situación y he hecho uno de mis primeros objetivos — aun conociendo todas las hmitaciones que tengo—, el de agilizar la burocracia, porque, como antes decía: al otro lado del muro de la burocracia está siempre el hombre, a veces padeciendo fuertemente sus consecuencias. Decía, señores, que estamos en un proceso. En un proceso que hay que conocer cuáles son los objetivos que perseguimos, pero saber también que. CICLO PRIMERO como decía el poeta francés, Paul Valery: " Nuestro deber no es tanto alcanzar los objetivos, sino estar en marcha." Sin embargo, este esfuerzo metódico de organización — utilizando el término del Presidente de la República francesa, Valery Giscard d'Estaing—. Sin embargo, repito, este esfuerzo metódico de organización y este alto nivel de adiestramiento y disciplina, ambos requisitos absolutamente indispensables, por sí solos no son suficientes. Se exige también — como antes señalaba— una fuerte dosis de ilusión. Es decir, un Ejército, para vencer, debe estar bien dirigido, bien armado y bien entrenado; pero debe estar, igualmente, " bien inspirado". Creo que puede decirse con verdad que nuestra fuerza está en nuestro ideal. Abordar con posibilidades de éxito estas tareas de Defensa Nacional en un mundo cambiante como el de hoy, exige la elaboración de una política de áejensa a corto, medio y largo plazo, y exige también la definición clara y precisa de la responsabilidad de cada uno de los órganos que en ella deben participar, así como disponer de las estructuras adecuadas de coordinación. Respecto a esta política, explicaré luego el llamado ciclo de Defensa, que constituye el nuevo procedimiento en aplicación mediante el sistema de planeamiento, programación, presupuesto, de cara a la década decisiva de los años ochenta. En este ciclo se establece la responsabilidad de participación que corresponde a los diferentes Órganos superiores de la Defensa Nacional, según la normativa vigente. Me referiré primero, sin embargo, a los instrumentos y estructuras con que se cuenta para la coordinación, que es — como antes he sañalado— la responsabilidad principal del Ministro de Defensa. En España, hasta hace dos años, existían tres Ministerios distintos: uno para cada imo de los Ejércitos. Consecuencia lógica de esta independencia ha sido probablemente una insuficiente coordinación, a la que, en los aspectos operativos, se trató de poner remedio con la creación del Alto Estado Mayor. Administrativamente, como ocurría en todos los países que pasaban por la misma situación, la coordinación resultaba más difícil si cabe, dado que no existía una autoridad con la responsabilidad de imponerla. Por ello, siguiendo el camino de otras naciones que nos habían precedido en la decisión, en 1977 se creaba en España el Ministerio de Defensa, integrando los antiguos Ministerios del Ejército, la Marina y el Aire. Una vez que fué decidida su creación, absorbiendo los . tres Ministerios militares anteriormente existentes, para su puesta en marcha se podían haber seguido tres caminos o procedimientos diferentes que corresponden a tres diferentes alternativas. . El primero era empezar por arriba, desde el vértice de la pirámide hacia abajo. Comenzar, por tanto, por la Ley de Criterios Básicos, esta Ley Orgá- PRIMERA CONFERENCIA nica definitoria del marco de la Defensa que ahora estamos presentando; seguir con la Liey constitutiva del Ministerio de Defensa, estructurando a priori los órganos a existir; institucionalizar la Jiinta de Jefes « de Estado Mayor, etc., llegando hasta los últimos elementos de la base, es decir, perfilando desde arriba hacia abajo todos los componentes del Ministerio. Habría sido probablemente un proceso muy claro, pero un tanto teórico, porque no se trataba de una Nación nueva, de un Estado que empieza a existir y se construye todo él ex- novo, sino que había que partir de. imas estructuras preexistentes y ya en funcionamiento que había que integrar. Un segundo camino habría sido — a la inversa— empezar por la base de la pirámide, resolviendo una a uno los diversos aspectos parciales y los problemas particulares de cada Ejército para después, por integración, llegar al vértice. El último sistema, que fué precisamente el que se siguió, es un sistema intermedio. Aceptando — como digo— que se partía de tmas estructuras ya existentes, a veces tremendamente heterogéneas, que había que coordinar, armonizar e integrar; pero aceptando también con realismo que esto era un proceso, y no bastaba el simple toque de una varita mágica que produjera la transformación. Y aceptando, asimismo, que se trataba de estructuras humanas que exigen un proceso paulatino de adaptación para esa integración, y que no se pretende unificar, sino integrar, porque pueden existir diferencias o matices cuya subsistencia se justifique, bien sea por razón de los medios a utilizar por cada Ejército, o de otras diversas circunstancias, incluida la propia tradición. Un proceso arduo, largo y laborioso que exige entrega, buena voluntad e imaginación para superar diferencias de terminología, de normativa, de orgánica, de criterios, de tantas y tantas cosas que constituyen un verdadero desafío a la capacidad de organización de cuantos estamos en esta tarea. Un apasionante desafío. Les decía, señores, que se eligió el sistema intermedio, y creo que fué xm acierto total. Se trataba — como dice el poeta— " de hacer camino al andar", y ciertamente que, aunque todavía queda un largo trecho por recorrer para lograr un verdadero Ministerio de Defensa, también es cierto que mirando hacia atrás puede verse que es mucho el camino realizado. Como antes indicaba, al Ministro de Defensa le están encomendadas las tareas de ordenación y coordinación de la política del Gobierno de Defensa Nacional, y cuando no se la reserva el Presidente, también la dirección de esta política. Es de su competencia, asimismo, la ejecución de la política militar, sobre la que no me voy a extender, pues en las próximas sesiones del ciclo habrá una Conferencia dedicada específicamente, a ella. Debo añadir qué el Ministerio es también responsable de capacitar a los Ejércitos para. 10 CICLO PRIMERO cxunplir sus misiones, proporcionándoles los medios adecuados dentro de los recursos disponibles. Para hacer frente a mis cometidos, dispongo en el organigrama del Ministerio de unos órganos constitutivos de la cadena de mando militar y otras que forman parte de la rama político- administrativa. La cadena de mando militar está integrada por los Jefes de Estado Mayor del Ejército, la Armada y del Ejército del Aire, y por la Administración Militar dependiente de los mismos. Estos Jefes, como primeras Autoridades de la cadena de mando militar de cada Ejército, junto a un Presidente, nombrado por Decreto y que debe ser un Teniente General o Almirante, forman la Jtinta de Jefes de Estado Mayor, que, bajo la dependencia del Presidente del Gobierno, ejercida por delegación por el Ministro de Defensa, constituye el Órgano colegiado superior de la cadena de mando militar responsable de la conducción de las operaciones y de la operatividad y eficacia conjunta de las Fuerzas Armadas, cuyo mando supremo corresponde a S. M. el Rey, de acuerdo con el artículo 62 de la Constitución. Las competencias de la Jxmta de Jefes de Estado Mayor son muy variadas. Así, por ejemplo, le corresponde asesorar en política militar a la Junta de Defensa Nacional, que es, a su vez, el supremo Órgano asesor y consultor de la Defensa. La Jimta tiene igualmente que formular el Plan Estratégico Conjunto y ejercer su conducción a través de los planes de cada Ejército. Compete también a la Junta asesorar en la fijación de los criterios básicos de la Organización Militar de alto nivel. Así lo ha hecho en la elaboración del Proyecto de Ley Orgánica, que está en este momento en la Cámara, y está trabajando en el nuevo Proyecto de Ley de Organización Militar. Otras funciones de la Junta son programar la realización de ejercicios y maniobras conjuntos, coordinar la logística de los tres Ejércitos de acuerdo con el Plan Estratégico Conjunto y coordinar también los sistemas de telecomunicaciones y de guerra electrónica, necesarios para el ejercicio de la conducción estratégica. Otro órgano fundamental de la Defensa es la Subsecretaría. Está definida como el principal colaborador del Ministro de Defensa en tareas de política y gestión de recursos de orden legal, financiero y los que se determinen de personal. Es el verdadero elemento de trabajo de diario y ayuda del Ministro, y el órgano encargado de hberar a los Cuarteles Generales de un sinfín de problemas y preocupaciones. Sobre él está recayendo el peso fimdamental de llevar adelante el proceso de homogeneización e integración de los Ejércitos en los aspectos normativos y administrativos. Cuenta, para realizar su tarea, con una Secretaría General de Personal y Acción Social, que está desarrollando una importantísima labor en la retaguardia.: Hay. también una Secretaría General Técnica, encargada, entre PRIMERA CONFERENCIA 11 otras fiinciones, de toda la tarea de homogeneización de la normativa; una Intervención General, que hace también todas las tareas de Asesoría Fiscal; una Secretaría General de Asuntos Económicos, y, finalmente, una Secretaría General de Política de Defensa, cuyo titular es al mismo tiempo Secretario de la Junta de Defensa Nacional y que es el encargado del segui-mieftto del Ciclo de Defensa Nacional, al que luego me referiré. De gran trascendencia para la Defensa es la Dirección General de. Armamento y Material. Su importancia es capital, pues le corresponde el coordinar y ejecutar la política de armamento y m, aterial de las Fuerzas Armadas con las normas y especificaciones que señalen los Estados Mayores de los Ejércitos respectivos. Si antes he dicho que la existencia durante tantos años de tres Ministerios militares separados ha dado lugar a múltiples diferencias y a una dispersión de esfuerzos grande, éste es uno de los campos en que más se puede observar las consecuencias de esa dispersión. Hasta hace poco, cada Ejército llevaba su política particular en temas tan importantes como la investigación y el desarrollo, la fabricación y nuevas construcciones, las compras y las ventas de material, el mantenimiento, la inspección industrial y hasta las ventas de armamento y material al extranjero. Una gran parte de las actuaciones en estos campos ha pasado a ser competencia de la DEGAM., y su tratamiento global y conjunto puede tener una gran trascendencia en los aspectos de eficacia, economicidad, un nivel más racional de stocks, con la consiguiente disminución del inmovilizado que ello representa; normalización, reducción de la dependencia tecnológica y muchas otras ventajas que podremos obener. Del éxito o fracaso de esta Dirección puede depender, en gran parte, la consolidación final del Ministerio de Defensa. Es precisamente la existencia de la DEGAM., junto a la importante cifra de compras e inversiones a realizar previsiblemente en los años ochenta, lo que puede permitir vina nueva política para la industria del armamento en España. La situación actual de nuestra industria armamentística se caracteriza por el hecho de que lo que fabricamos lo hacemos con calidad; pero ni el tamaño de nuestras series es sxificientemente grande, ni tampoco la gama de productos es lo bastante amplia. El resultado es costes altos en muchas de nuestras fabricaciones, un bajo nivel de nacionalización en el amaamento de nuestros Ejércitos, elevados precios y plazos de entrega en las importaciones y, lo que es más grave, xma fuerte dependencia estratégica del exterior, tanto en lo que se refiere a adquisiciones de armas como a su mantenimiento y reparación. Cierto es que una parte importante del armamento que nuestros Ejércitos precisan es demasiado sofisticado como para pensar en producirlo aquí. Pero también es cierto que nuestra dependencia estratégica es excesiva y 12 CICLO PRIMERO que los costes extra que nos ocasiona permitirían aumentar sensiblemente nuestras dotaciones y medios. De ahí que el Ministro de Defensa, al amparo de las compras que tenemos que realizar, quiere aprovechar esta oportunidad no sólo para obtener contrapartidas comerciales e industriales, sino también contrapartidas tecnológicas que permitan iniciar nuevas fabricaciones e incluso el desarrollo de proyectos conjuntos con otros países. Debemos utilizar —^ y lo vamos hacer— estas compras como un elemento de apoyo a nuestra estructura productiva, ayudando así al proceso de reconversión industrial, de que tan necesitada está nuestra economía. No quisiera, sin embargo, que cayéramos en utopías, pues, evidentemente, de lo que se trata es de un proceso a largo plazo, un proceso nuevo en algunos aspectos y que, en otros, hay que acelerar. Ello implica mía política realista de ejsportaciones y una política de investigación e inversiones suficientemente ambiciosas, aun a pesar del difícil momento económico y financiero por el que atraviesan nuestras empresas. Algionas experiencias del pasado, como la fabricación del carro AMX- 30 por la empresa Santa Bárbara, han demostrado las posibilidades que hay. En el campo de la construcción naval, Bazán está abriendo nuevos mercados con el desarrollo propio de la corbeta tipo " Descubierta", y cabe tener fundadas esperanzas en el nuevo modelo de portaaeronaves. En el campo de la aeronáutica, el " Aviocar" y el 101 de CASA, están teniendo una gran aceptación, que puede amnentar en este último con algunas adaptaciones que se están proyectando para atender necesidades planteadas por terceros países. Debemos, sin embargo, hacer un esfuerzo mayor en campos como la electrónica, en que nuestra dependencia sigue siendo excesiva. Y otros muchos proyectos tenemos ahora entre manos, que podremos hacer realidad con la colaboración de unos y otros. Un núcleo decisivo dentro de la estructura del Ministerio para la Defensa Nacional son los Servicios de Información. Como destaqué hace unos ineses, con motivo de la toma de posesión del nuevo Director del CESID., una sociedad moderna no puede vivir sin amplias dosis de información. Una información adecuada es absolutamente imprescindible para una toma racional de decisiones. En el campo de la Defensa, se está haciendo una reestructuración importante para disponer de una información activa, oportuna y coordinada. Una información debidamente evaluada para sacar de ella cuanto pueda contener, una información continua tanto en su obtención como en su explotación. Una información, en resuraen, realizada a partir de un programa permanente de inteligencia de la Defensa. Este es el sentido de la Comunidad de inteligencia de la Defensa que se está' desarrollando y de la reestructuración que estamos haciendo del CESID., PttlMEÍlA CONFERENCIA ! § buscando adecuar su estructura interna a un modelo presidido por la idea de funcionalidad. Pero — como dije también el día a que antes hacía referencia— debemos ser todavía más ambiciosos y hacer frente al reto que la Sociedad y el Gobierno de la Nación tienen en el momento presente. El reto de abordar la estructuración de una verdadera Comunidad Nacional de Inteligencia que coordine la información de todos los Departamentos y desarrolle nn verdadero Plan de Información Nacional, asignando a los distintos Servicios los diferentes objetivos del mismo y estableciendo los Órganos adecuados de coordinación y control. Les he expuesto a ustedes hasta ahora las estructuras del Ministerio para realizar las tareas de coordinación de la Defensa Nacional, y les he expuesto también algunos de los planteamientos concretos que estamos desarrollando en el campo de la industria de armamento, de la información, etc. Pero abor^ dar la Defensa Nacional — como antes decía— supone establecer una política adecuada no sólo a corto, sino también a medio y largo plazo; una política que garantice que dispondremos en cada momento de los medios necesarios Y ello implica establecer unas prioridades, elegir entre diversas alternativas, fijar calendarios, hacer muy diversas evaluaciones de todo tipo, prever y planificar. Siguiendo también el ejemplo de otros países más avanzados y con. más recursos que nosotros, para elaborar la política de Defensa estamos poniendo en práctica este año v¡ n nuevo sistema de planeamiento, programación. y presupuesto que integra el llamado Ciclo de Defensa a que antes he hecho referencia. El punto de partida y la idea central del sistema es la necesidad de mantener una preparación continua que permita, sin necesidad de tm estado de movilización permanente, reaccionar ante los ataques que puedan presentarse, disponiendo de los instrumentos militares necesarios y facilitando la movilización total si es precisa. Esta preparación continua no es otra cosa que la suma de la preparación presente y la futura, expresada en términos de fuerza. Ahora bien, mientras la preparación presente es el resultado de las previsiones que se hicieron en el pasado, y resulta a su vez de la conjunción de la capacidad que tenemos y de la forma en que podemos utilizarla, la preparación futura depende de las estimaciones que hagamos en el presente sobre lo que necesitaremos mañana y de los programas y presupuestos que podamos aplicar para la elección de sistemas y obtención de los fondos necesarios. Lo que necesitamos en el futuro requiere que efectuemos un planteamiento en profxm. didad. Aunque no puedan efectuarse predicciones basadas en realidades firjnes, es absolutamente necesario proyectar las perspectivas a partir de datos reales, porque, debemos tener con stificiente antelación una 14 CICLO PRIMERO idea clara de las fuerzas que serán precisas en los años venideros, de cómo se van a crear y cómo se va a dar continuidad a la actual capacidad de las fuerzas existentes. No olvidemos que algunos sistemas de armas llevan muchos años para su construcción u obtención y que es preciso planificar con antelación suficiente para disponer de ellos en el mom^ ento deseado. De otra parte, es necesaria también esta orientación para informar a la industria de los proyectos en desarrollo, para que puedan poner a punto en tiempo oportuno sus estructuras productivas. La determinación que pretendemos realizar del objetivo de fuerza conjunto implica conocer precisamente una serie de datos, como " con qué clase de conflicto nos podemos enfrentar", " contra quién", " cuándo y en qué zona de operaciones podría tener lugar", " cuál debería ser la estrategia militar", " qué operaciones resultarían necesarias para la aplicación de esta estrategia" y otras muchas cuestiones que trata de resolver el Ciclo de Política de Defensa, Ciclo que, en definitiva, constituye un verdadero ejercicio de prospectiva, que se inicia a partir de la Política General definida por el Gobierno en su Programa y establece el orden en que deben realizarse las distintas acciones y las Autoridades y Organismos competentes para cada una de ellas. Teniendo en cuenta — como digo— los criterios de Política General, de la que la Política de Defensa es una parte integrante, como lo es de ésta la Política Militar, en una especie de tres círculos que están uno dentro de otro y que abarcan áreas cada vez más reducidas. Teniendo en cuenta esos criterios — repito—, el Gobierno, asistido por la Junta de Defensa Nacional — como supremo Organismo asesor y consultor para estos temas—, determina la Política de Defensa, que establece en base a la concepción estratégica elaborada por la Junta de Jefes de Estado Mayor y a las aportaciones a la Política de Defensa de los diversos Ministerios, concretando en lo que podríamos llamar el docuTnento base: — De un lado, los objetivos de la Defensa Nacional; — de otro, el reparto de responsabilidades entre el potencial militar y no militar de la Nación. A partir de este reparto, y de acuerdo con las directrices establecidas en dicho documento de política con la coordinación del Ministro de Defensa, los diversos Ministerios elaboran sus planes parciales en el aspecto industrial, financiero, diplomático, energético, etc., de manera a cumplir la misión que a cada uno le ha sido asignada. Por su parte, la Junta de Jefes de Estado Mayor, que — como antes he indicado— es el Órgano colegiado superior de la cadena del mando militar, dicta la directiva inicial de estrategia, recibe e integra las propuestas de los Jefes de Estado Mayor ( y, en su caso, de los Mandos Operativos Conjuntos) PRIMERA CONFERENCIA Í5 y redacta el Plan Estratégico Conjunto, que incluye los objetivos estratégicos a alcanzar, la evaluación militar de las amenazas que pueden ser necesarias enfrentar, la propuesta de estrategia conjionta y I9. estructura de fuerza u objetivo de fuerza que se precisa para conseguir los objetivos estratégicos. La consecución del objetivo de fuerza conjunto va a exigir que el Ministerio de Defensa disponga de vm nuevo instrumento legal para la financiación que sea precisa hasta finales de la década de los ochenta, ya que, como saben, actualmente está todavía vigente la Ley 32/ 71, prorrogada hasta 1982 por el Decreto- Ley de 1977. ^ t e Decreto- Ley señalaba que antes de terminar este año 1979 se estudiaría un nuevo programa de modernización de las Fuerzas Armadas, que luego se recogería en los presupuestos de años futuros; este programa es lo que estamos realizando con la definición del Objetivo de Fuerza Conjunto. Asimismo, en contacto los Órganos centrales del Ministerio de Defensa y la Junta de Jefes de Estado Mayor, se prepara, a partir del Plan Estratégico Conjimto y de los planes de los diversos Ministerios, el Plan Logístico de Alto Nivel que determina la forma; es decir, el dónde, cuándo, cómo y con qué proporcionar oportunamente . en tiempo y espacio los medios de toda índole establecidos como Objetivo de Fuerza en el Plan Estratégico Conjimto. En el caso de que no haya podido ajustarse binomio posibilidades de la Nación - necesidades previstas para la Defensa, la Junta de Jefes de Estado Mayor estudia los riesgos que para la consecución de los objetivos asignados al potencial militar comportan los posibles recortes en el Objetivo de Fuerza. Asimismo, la Junta de Defensa Nacional, convocada para ello, estudia la integración de los Planes Ministeriales de Defensa, del Plan Estratégico Conjunto y del Plan Logístico de Alto Nivel, comprobando si se cubren todos los objetivos de la Defensa sin superposiciones innecesarias de esfuerzos. En el caso de no haberse podido llegar, tras resolverse por los Organismos representados en la Junta los posibles problemas de lagunas o superposiciones citados en el párrafo anterior, a un equilibrio posibilidades - necesidades, la Junta de Defensa Nacional propondrá al Gobierno algunas de estas medidas: 1.^ Que incremente los gastos de Defensa, por no ser aceptables los riesgos, alimentando el peso de la carga fiscal de la Defensa. 2.^ Que se recorte el Objetivo de Fuerza, por ser aceptables los riesgos que este recorte puede conllevar. 3.^ Que se modifique la distribución de los objetivos de la Defensa entre el potencial militar y el no militar. 4.^ Que se trate de negociar nuevas aportaciones exteriores por medio de cooperación con otros países. 16 CICLO PRIMERO Él Gobierno adopta su decisión, que puede implicar la repetición de alguno de los pasos anteriores. Al final, en todo caso, existirá un ajuste entre posíbilidades- Tiecesidades y ñesgos aceptados, si los hay, que se presentará a la aprobación del Gobierno. La decisión definitiva del Gobierno es recogida por el Ministro de Defensa en el Plan General de Defensa, que es la expresión completa de cómo se pretende conducir la Política de Defensa durante un determinado período de tiempo. Lo componen: el Plan Estratégico Conjunto, el Plan Logístico de Alto Nivel, del que es parte fundaiílental el Plan de Inversiones de la Defensa; la aprobación de los planes correspondientes al potencial no militar, y el desarrollo de los Tratados, Acuerdos o Convenios con otros países. El Plan de Inversiones refleja la cifra global de inversiones a efectuar en el período considerado y tin desglose anual aproximado de las mismas. Del Plan General de Defensa — de carácter ftmdamentalmente militar y de niáximo secreto— sólo se difimde a los Organismos civiles la aprobación de la parte que a cada uno corresponde ejecutar. La segunda etapa del Plan General de Defensa, redactada también por el Ministro de Defensa, constituye la directiva para la programación por fases. Supone el primer paso de la etapa de programación del Ciclo y contiene datos más precisos, especialmente sobre posibilidades sucesivas de gastos de Defensa a lo largo del período, posibilidades generales de adquisiciones, tanto nacionales como extranjeras; previsiones sobre personal, determinaciones concretas de sistemas de armas y un sinfín de detalles más. Finalmente, viene la etapa presupuestaria. En ella, el Gobierno señala Unas directrices que el Ministerio de Hacienda traduce en instrucciones presupuestarias detalladas y concretas, en las que deben tenerse en cuenta los compromisos antes citados. Como han podido ver a través de este resumen, el Ciclo de Política de Defensa representa \ m conjunto de tareas complejo y laborioso, pero tremendamente clarificador y eficaz para ima buena gestión y sacar el mejor partido posible a los recursos que España puede destinar a la Defensa. Recursos que hoy por hoy son inferiores a lo que destinan otros países semejantes a nosotros. Esto es luia situación que viene de muy atrás y que tiene su explicación en un sinfín de causas, pero que tenemos que ir su��perando poco a poco en ese esfuerzo solidario a que me he referido. Las dotaciones para Defensa en 1979 han ascendido a unos 224.000 millones de pesetas. Algo más de la mitad ha sido para el Ejército de Tierra, y el resto, casi, a partes iguales, se ha repartido entre la Armada ( 54.000 millones) y el Ejército del Aire ( 48.000 millones). Pero estas cifras, con todo lo altas que puedan parecer, son sólo el 13,5 por 100 del Presupuesto General del Estado y, aproximadamente, un 2 por 100 del Producto Nacional Bruto, frente a PRIMERA CONFERENCIA 17 más de un 4,5 por 100 del mismo que destinan para Defensa Francia y Alemania, y casi un 3 por 100, Bélgica e Italia. Si en población somos el sexto país de Europa entre veintiséis y en Producto Nacional Bruto los quintos, por el volumen de nuestro Presupuesto de Defensa somos los novenos. Si la comparación la hacemos en cifra gastada por habitante y año, pasamos al lugar decimonoveno, y en Europa Occidental solamente Irlanda, Portugal y Turqma están a nuestro nivel. Nuestro índice en este sentido es la qiúnta parte que Francia o Alemania y menos de la tercera que Bélgica. Esto quiere decir que la carga fiscal española de la Defensa resulta insuficiente, y habrá que pensar en aumentarla. Somos conscientes de que esto no se puede resolver de la noche a la mañana, pero debemos mentalizamos para el sacrificio que requiere. Por supuesto, en paralelo, tenemos que hacer un serio esfuerzo para reducir aquellos gastos del Ministerio que no sean necesarios. El problema, de otro lado, no es sólo de cuantía, sino también de estruc-txira. Antes decía que somos los novenos de Europa por el Presupuesto de Defensa; pero somos, en cambio, los cuartos por los efectivos militares, y ocupamos el puesto 22 en cifra gastada por hombre en servicio. Esto quiere decir que tenemos waos ejércitos importantes en número, pero insuficientemente dotados, y, por tanto, que no es suficiente todavía el llamado índice de calidad de la Defensa. Estamos lejos todavía de la proporción ideal entre gastos de personal y material, y ello no por la cuantía de las remuneraciones, que no son suficientemente altas, sino por el número de los efectivos. En primer capítulo habrá que ir a ajustar efectivos dentro de xma nueva concepción de las actuaciones futuras, que permitan la disuasión y la reacción en base a una adecuada movilidad y disponibilidad para el combate. En cuanto al material, precisamos más y mayores asignaciones para poder realizar las inversiones adecuadas sin perjudicar los niveles de mantenimiento necesarios. Es un objetivo del Ministerio que las actuales proporciones del personal- material, que vienen a ser en los últimos años, como promedio, del 60 y 40 por 100, se sitúen hacia 1982- 1984 en los niveles de 50- 50, mucho más en Knea con lo que ocurre en otros países más avanzados. En fin, señores, que tenemos una larga tarea por delante; pero una tarea que no nos puede coger desprevenidos. El numdo que nos rodea es hoy un mxmdo superarmado, ante la hipótesis de un eventual conflicto Este- Oeste y la búsqueda de ^ xn equilibrio Norte- Sur, que no acaba de encontrar. Por otra parte, es vtn mundo muy inestable regionalmente por muy diversas razones, unas ideológicas y otras vinculadas a las tensiones del desarrollo. Pero todo ello contribuye a que asistamos un poco por todas partes a xin des-eqmlibrio de la seguridad. 18 CICLO PRIMERO Por otro lado, la situación geográfica de España, en la encrucijada Mediterráneo- Atlántico y África- Europa, con salidas libres al océano que escapan del geoHoqueo roarítimo de otros EstadcK, y la importancia geoestratégica del eje Baleares- Estrecho- Canarias, se puede decir que es privilegiada. Pero este privilegio, que puede constituir un factor de fuerza de potencia, también lo puede ser de debilidad si nos falta el conocimiento, los medios o la voluntad para saber aprovecharlo y desarrollarlo. Es necesario que los españoles hagamos un importante proceso de reflexión. No somos, en absoluto, una nación agresiva; pero tenemos como objetivos prioritarios la soberanía e independencia de España y la defensa de la integridad y de la unidad de todo el territorio nacional, y aspiramos a mantener nuestra seguridad y libertad y a ejercer el control de los espacios aéreos y marítimos que nos correspondan. Y la defensa de estos objetivos y de nuestros intereses exige lá disposición de una fuerza suficiente como medio disuasorio o de reacción. Para ello debemos disponer de los instrumentos propios que nos sean precisos y del marco de cooperación y de acuerdos que permitan garantizar la seguridad de la Patria. En la realización de estos convenios multilaterales o bilaterales, en mi opinión, debemos tener especiahnente presentes las sigxoientes circunstancias: a) Lia comunidad de cultura o intereses con los países de que se trate. h) Que los acuerdos deben ser, en cada caso y situación, los más convenientes para nuestra seguridad. c) Que los acuerdos deben representar ventajas para todas las partes que los realizan, es decir, deben ser hechos en razón del interés común. Yo pienso que España, con independencia del debate que en su día se celebre sobre la conveniencia o no del ingreso en la OTAN y de la decisión que al respecto se tome, es evidente que se encuentra situada ideológica, política y económicamente dentro del mundo occidental y, por ello, deben potenciarse las relaciones con sus países miembros. De otro lado, la Península ibérica debe desempeñar vxi papel fimdamental, por la importancia de su posición. Por ello y las buenas relaciones de vecindad con Portugal, debe potenciarse una estrategia ibérica integrada, desarrollando al respecto los correspondientes acuerdos. España preconiza una política de distensión, paz y cooperación en el Mediterráneo, pero como país ribereño y flanqueante de la puerta principal del Mediterráneo occidental debe reafirmar su presencia en él y potenciar nuestra posición en la zona geoestratégica Baleares- Estrecho- Canarias, con capacidad de disuasión suficiente para evitar cualquier agresión que amenace PRIMERA CONFERENCIA 19 nuestra soberanía y, en su caso, con capacidad de reacción inmediata para hacer frente a la agresión. España debe poner especial énfasis en su presencia en la Zona Atlántica y en proteger nuestros intereses y las comunicaciones que discurren por ella, y que tan vitales resultan para nosotros y, por ello, tanto en el mar Cantábrico como en la fachada Noroeste, saco de Cádiz y en el Archipiélago canario. A tal fin, será potenciada adecuadamente esta zona atlántica. Dentro de esta potenciación se contempla el establecimiento de la Base Naval de Arinaga, que, como ya he aclarado otras veces, se trata de un elemento de defensa imprescindible para nuestros intereses nacionales, que no tiene nada que ver con nuestra entrada o no en la CXTAN. Iberoamérica ha de merecer, asimismo, una atención prioritaria, tanto por constit^ lir un legado histórico del pasado como por las himensas posibilidades inherentes a unas mismas formas de vida e intereses. Nuestra opción occidental y nuestra vocación europea no serán nunca obstáculos —^ más bien al contrario— para nuestras especiales relaciones con Iberoamérica. Ello ha de tener un especial reflejo en lo que se refiere a las relaciones y cooperación con las Fuerzas Armadas de todos y cada uno de dichos países. Asimismo, España quiere ser un elemento de apoyo a la paz y estabilidad de la zona africana, y a tal fin colaborará con su posición de equilibrio, tanto en lo que se refiere a la Zona del Magreb, como con su ayuda y apoyo con aquellos países con los que nos unen vínculos comunes de amistad, lengua, cultura o tradición. He aquí una serie de pimtos y criterios que están en la base de nuestros objetivos de Defensa Nacional y de cooperación internacional. He hablado de que éstos son temas que nos conciernen a todos. En el apoyo económico, en el respaldo moral, en el esfuerzo solidario; pero, además, la Constitución establece en su artículo 30 que " todos los españoles tienen derecho y el deber de defender a España". Se refiere después a que una ley que espero presentar pronto a la aprobación de las Cortes fijará las obligaciones militares de los españoles, regulando también las causas de exención del servicio militar obligatorio. No podía ser de otra manera. Por vm lado, en lo económico, España no puede permitirse el lujo — al nivel de los efectivos que necesitamos— de un Ejército profesional porque sería un Ejército muy caro. Pero aunque yo sea por formación economista, no es para mí éste el argumento decisivo. He dicho que la Defensa nos concierne a todos y si esto es así, afrontarla adecuadamente necesita de un compromiso popular. Por otra parte, en casi todos los períodos en los que España ha sabido garantizar su seguridad, o ha tenido que recobrar su independencia, lo ha-hecho partiendo de un compromiso popular. 20 CICLO PRIMERO Por lo tanto, a partir del momento en que se considera que no es una función específica o de élite, es decir, que no se puede tener una garantía de Defensa asegurada por un débil porcentaje de la sociedad, sino que ésta debe ser lui compromiso popular, toda la población tiene que participar en este compromiso. Esta es la razón fundamental del concepto del servicio militar obligatorio. Las modalidades técnicas de esta participación pueden, como es natural, estudiarse y mejorarse con el tiempo. En definitiva, se trata de que cada español sea consciente en su vida, y en sus ocupaciones, de la contribución que ha de aportar a nuestro esfuerzo de defensa. Y que sienta un especial orgullo por ello. Puesto que la participación en esta defensa no es tan solo tm deber, sino también un derecho de cada ciudadano. Voy a intentar terminar mi discurso, que va resultando ya un tanto largo y no quiero abusar de la paciencia de ustedes. A lo largo de mi exposición, he tratado de hacerles llegar im. sentimiento íntimo de los problemas de mi Departamento, tal y como yo los contemplo y tal y como los vivo día a día, tanto en lo que se refiere a la preparación de ima adecuada política de Defensa, corao en lo que concierne al proceso de reforma que estamos llevando adelante, para una mejor integración de la acción de los tres Ejércitos, una coordinación importante de cuantos corresponde participar en las tareas de la Defensa y una utilización más racional de los medios de que disponemos. Unos medios que vamos a necesitar seguramente aumentar en el futuro, a tenor de las cifras que les he mencionado y con su comparación con otros países semejantes a nosotros. Pero no podemos olvidar que España es un país con recursos limitados, no somos una nación rica y debemos sacar a los medios económicos a nuestro alcance el máximo rendimiento posible y con-segmr con ellos la máxima eficacia. Otros países pueden permitirse el lujo de fijar unos objetivos y tratar luego de que resulten lo más económicos posibles. Nosotros no podemos ir por ese camino, sino que necesitamos ajtistar el binomio Necesidades de la Defensa- Posibilidades de la Nación. Posibilidades que van a derivar de un esfuerzo conjunto de todos los españoles. Porque, como he dicho desde el principio de mi intervención: La Defensa Nacional no es sólo cosa de los militares, aunque constituyan una parte muy importante, sino que afecta a todos los ciudadanos y todos tenemos que contribuir a ella de forma solidaria. La política de Defensa, de la que depende al fin y al cabo el destino de la Nación, debe suponer una amplia adhesión de todos sus elementos integrantes. Más que ninguna otra empresa, la Política de Defensa representa la cohesión nacional. Una Nación que no se ocupe de su Defensa, que se abandone a sí misma, no puede esperar socorro de los demás. Como dice el Alcalde de París, Jacques Schirac: " Una naci��n no tiene verdaderos ahados PRIMERA CONFERENCIA 21 más que cuando está en condiciones de aportar sus propias capacidades y propia determinación". Una PoKtica de Defensa es una verdadera necesidad nacional que concierne a todos los ciudadanos, y, por tanto, exige no sólo la aplicación de un conjunto de medios importantes, sino, como al principio decía, una perfecta integración entre las Fuerzas Armadas y el conjunto de la Sociedad, y una auténtica voluntad nacional. De ahí, la importancia para la Defensa de saber mantener la ilusión colectiva. Durante siglos, nuestros antepasados han sabido defender las tierras de España y mantener nuestra independencia y soberanía. En el mundo que vivimos hoy, mucho más complejo y comphcado, también los conflictos y las amenazas son mucho más sofisticadas y adoptan formas nuevas e impensadas. Hoy en día, los valores a defender son menos palpables y evidentes que la casa en que habitamos o la ciudad en que nos toca vivir. Pero ellos son menos importantes. Alguien ha dicho, y yo desde luego lo creo, que los hombres no protegen ni defienden más que lo que aman de verdad. Procuremos que nuestros hijos amen a España desde lo más profimdo de su corazón. Será la mejor manera de que asuman la parte que les toca en esa tarea colectiva, apasionante, creadora y decisiva en su compromiso de la Defensa Nacional. Como decía el Coronel De Gaulle, en 1934: " En las pocas ocasiones — dos o tres por siglo— en que el destino de un pueblo se juega sobre el campo de batalla, la actuación de nuestros hombres depende de los valores físicos, intelectuales y morales, adquiridos en toda la etapa anterior." Sepamos todos prepararnos, por si un día nos corresponde vivir esa ocasión. Porque la Defensa Nacional, y termino como empecé, es " misión de todos". Este es el mensaje que quisiera dejaros a cuantos estáis aquí presentes y pediros que enseñéis y transmitáis a cuantos podáis llegar. Un mensaje de participación y de ilusión colectiva como titular del Ministerio de Defensa, cincuenta años atrás llamado Ministerio de la Guerra y que quizás algún día se llame Ministerio de la Paz. Muchas gracias a todos. » SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS C I C L O SEGUNDA CONFERENCIA Tema: « DEFENSA ECONÓMICA DE ESPAÑA Y LA CRISIS DE 1974 « Pronunciada por el limo. Sr. D. Juan Velarde Fuentes, Presidente del Seminario de Defensa Económica del Instituto Español de Estudios Estratégicos del CESEDEN, en el Salón de Actos del Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria. 14 de noviembre de 1979 DEFENSA ECONÓMICA Y LA CRISIS DE 1974 « Qmzá, como mecanismo de encuadramiento, no viene mal señalar que España, en el siglo xrx, intentó desarrollar su industrialización a través de lo que hoy denominaríamos un modelo liberal. La Ley de Sociedades Anónimas de Crédito, la Ley de Ferrocarriles, la Ley de Banca de Emisión, la Ley de Minas, el Arancel Figuerola, la Reforma monetaria que crea la peseta y la Ley de Sociedades Anónimas, en un corto espacio de catorce años, entre 1855 y 1869, procxira crear él marco para que tal avance se genere. Simultáneamente, tiene lugar una fuerte imjportación de capital extranjero, sobre todo procedente de Francia, Gran Bretaña y Bélgica. Sin embargo, las condiciones naturales y la acción de los expertos que llegan a nuestro país provocan distorsiones muy fuertes en nuestro avance econórriico. Los capitales procedentes de otros países se dirigen ftxndamentalmente a explotaciones mineras, que dejan níuy poco valor añadido en el país, y a servitíiós públicos que, forzosamente, actúan con carácter de monopolio, entre los que se destacan los ferrocarriles. Las crisis económicas que se originan hacia los años 1870, con un gran hundimiento en las cotizaciones del trigo, y en el año 1880, con una disminución drástica de las inversiones de capital, muestran hasta qué ptinto nuestra economía era débil ante su embate, y por otra parte, dentro de España, comienza a surgir, coexistiendo con la pérdida de la mayor parte del I m ^ r i o colonial e^ añol, la necesidad de efectuar un desarrollo industrial, dentro de otro marco bien diferente. í ^ e nuevo marco, en el que se va a desenvolver la economía española, aparece con el inicio del reinado de Alfonso XII. En 1876 se suprime la más fundamental, tma famosa Base 5." del librecambista Arancel Figuerola. El movimiento proteccionista abarca no sólo a industriales catalanes, en los terrenos textil y el metal, sino también vascos, en los campos de la meta- Ixirgia b^ ica y de transformación metáhcos, y asturianos, que actúan en los sectores mineros, muy fundamentalmente del carbón, y metalúrgicos. La repatriación de capitales de ultr^ nar, como consecuencia de la pérdida de 26 CICLO PRIMERO la guerra con los Estados Unidos a finales del siglo xix, las exportaciones de mineral de hierro vasco, las alteraciones en los mecanismos de financiación como consecuencia del saneamiento de la Hacienda, en 1900, por el Ministro Fernández Villaverde, van creando el tejido a través del cual la industria española puede comenzar a desarrollarse. M reinado de Alfcaiso XIII queda marcado en sus comienzos por un proteccionismo muy fuerte hacia la industria, dentro del marco de lo que podríamos denominar tm nacionalismo económico. En los años 1921- 22, el Ministro Cambó afianza esta Hnea, que alcanza su culminación cuando en la época de la Dictadura se logra un fuerte desarrollo industrial, gracias a la dtemanda efectiva creada por un amíbicioso plan de obras públicas. Primo de Rivera fué, como creo haber demostrado en otro lado, un antecesor del Presupuesto deseqxuübrado del sueco Wigfors, para combatir la crisis, y desde luego de todo lo que Keynes nos iba a aportar. Eí modelo autártico, porque nada diferente de todo esto se buscaba, que España tenía como meta en aquellos momentos, era el modelo alemán. Gracias al abandono de una política económica liberal, Alemania había logrado afianzar vina fuerte indiistriahzación, que al misrrto tiempo se unía a todo un conjunto de mentalidades nacionalistas, relacionadas con la potencia de este país que se va consolidando a lo largo del siglo xx. M profesor español Gay dijo en este sentido: " El ideal estriba en que toda nación tenga tma industria que esté alinnentada por lo propio y que no dependa su suerte del granero ajeno." Por otra parte, sé considera que el estahlishement se ha vinculado con el gran capitalismo extranjero, y alarma el hecho de que, capitales esenciales de la defensa nacional, se encuentran relacionados con industrias de otros países. Economistas y políticos insignes dijeron que: " El siglo Xrx ha sido el siglo de la desnacionalización." A causa de esto, la vieja oligarquía es atacada fuertemente por la nueva burguesía, que exige lo que el representante de los intereses económicos catalanes Dnrán y Ventosa se��ñala como " uD. cambio radical". Stos palabras fueron muy claras: " El Régimen constitucional es en España la gangrena que corroe el organismo nacional. Es el Réginíen oügárquico el que mantiene a la nación adormecida bajo tm aparente bienestar". Por eso, cuando estas ideas que han nacido en el denominado grupo regeneracionista se hacen política económica en la época de la Dictadura de Primo de Rivera, la atención hacia actividades industriales y hacia el desarrollo de sectores económicos que liberen de. una demasiada agobiante presencia extranjera, se consideran esenciales. Por esta causa también, en la época de la Dictadiura se lograüi los índices mayores de desarrollo indtistrial antes de nuestra guerra. El índice de producción industrial que había pasado de 76 en 1906 a 85 en 1922, comienza un fuerte ritmo de incremento hasta alcanzar el índice 142 en 1929, 144 en 1930 y 146 en 1931. SEGUNDA CONFERENCIA 27 A partir de esta fedia, y coinddiend �� con el comienzo de la II República, el desplome pasa a ser m. uy fuerte, a pesar de que alguna reactivación, como la de 1935, permite alcanzar la cifra de 1930, pero sin superarla decisivamente. La sitixación de nuestra vida económiica después de 1939, al salir de un sangriento conEKcto de casi tres años, produjo, evidentemente, unas muy bajas cifías de producción industrial, ya que coexiste con un conflicto internacional que impide, por un lado, la llegada de capitales exteriores capaces de facüitar el esfuerzo de reconstrucción, y por otro, que por vía de itnjportación entrasen en nuestra Nación materias primas capaces de desarrollarlo de una manera eficaz. El estancamiento de 1940 a 1945 es palpable a través de todos los índices que se poseen. A partir de este año comienza un desarrollo industrial, primero débil, pero que se va autoacelerando hasta cruzar en el período 1953- 1954 los índices más altos de nuestra historia industrial y en 1959 casi duplicarlos. Pero este fuerte desarrollo indxistrial se ha consegmdo gracias a un conjim. to de importaciones, que no pueden ser pagadas por una balanza comercial y de pagos, cada vez mías deteriorada. El esquema autárquico de desarrollo que hemos dicho se remonta a finales del siglo Xtx; tuvo que ser o- ápidamiente cambiado en los añosi que van de 1957 a 1959. De 1960 a 1962 ' se ponen los cimientos de una nueva etapa en la que la economía de mercado y la apertura hacia el exterior, juntamente con las ventajas derivadas del mecanismo de nuestra industria, que actuaba con unos equipos con un alto grado de obsolescencia, determinan un saneamiento general de la economía, que se traduce instantáneamente en ua fuerte desarrollo indtistrial. Tomando como base 100 = 1962, en 1960 el índice de producción industrial era de 78, en 1972 de 289 y en 1974 de 357. Cuando se produce la crisis económica mundial reciente, el ritmo de desarrollo de nuestra industria era realmente muy fuerte. En el conjimto de países del mtindo occidental, la tasa acumtila-tiva anual de desarrollo era superada exclusivamente por el Japón. Progresivamente, se abren nuevos mercados, tanto interiores como exteriores, y España, que durante tantos años en los manuales de economía era señalada como un país esencialmente agrícola, pasa a tener a precios corrientes, dentro de su Producto Interior Bruto, menos de un 10 por 100 de producción en este sector; en 1960 era del 23 por 100. Por otro lado, la mano de obra que existía en la agricultura emigra hacia las zonas urbano- industriales, provocando una fuerte concentración demográfica, especialmente clara en el triángulo constituido por las provincias Vascongadas, Barcelona y Madrid. El gran peso de la vida económica española Se desplaza, pues, hacia lo que podríamos denominar el cuadrante nordeste del mapa de la Penínstxla ibérica. La balanza negativa comercial con el exterior en el terreno industrial se reduce cuando, en 1975,: se hace algo así como, un inventario de la obra del Régimen, 28 •• •• CICLO PRIMERO el 35 por 100 del Producto Nacional Bruto corresponde: a - la indiastria' y algo más al sector servicios. Simultáneamente,: la agricultura tradicional española se ha esfiunado. En 1975 ocupaba el sector rural el 23, por, 100 de la población activa; en 1955 era del 46. por 100. La marcha de mano de obra del campo obEga a una capitalización agraria fortísima y, por otro lado, se otservan crisis en la demanda de los productos propios' de una economía pobre ya desaparecida, al existir superproducción de cereales para la alir mentación humana, en tanto es necesario incluso importar bienes ganaderos, que están conectados con altos niveles de consumo.. Suben los salarios en la agricultura, y el tamaño medio de las granjas se racionaliza. ;; Dentro de este cuadro que muestra la industria española habría que destacar algunas cuestiones importantes. En primer término, que al estudiar la dimensión de la planta en nuestro país, nos encontramos con que ésta no alcanza en las empresas medias la significación que posee en otros países. El problema de la industria española no reside tanto en - grandes plantas industriales, pues en el terreno siderúrgico, en el químico y en el de construcciones metálicas alcanzan tamaños ' competitivos intemacionalmente, como en el fuerte peso de pequeños talleres, nacidos en la etapa de la autarquía y que no llegan en muchas ocasiones a adquirir las dimensiones de las plantas medias eficaces de otros, países. Un análisis sectorial nos indica que al lado de una siderurgia con excelentes instalaciones, existen otras con tamaños excesivamente pequeños. Lo mismo ocuríe en el terreno químico; pero no así en el de la construcción naval, o en el de los bienes de equipo, donde la ecología de empresas grandes, pequeñas y mediianas es la adecuada. En cambio, en máquinas herramientas: las empresas son medias o pequeñas, y en electrodomésticos, industrias textiles, de la alimentación y otras relacionadas con el constimo familiar, las dimensiones pequeñas pesan gravemente para poder sostener que el ámbito industrial español en estos sectores funcione con un máximo de eficacia. Estos problemas que habían ido surgiendo, también habían ido resolviéndose como consecuencia de la aparición de un gran holding estatal, el Instituto Nacional de Industria, y de una decidida protección hacia las industrias de cabecera: acero, cemento, energía y, dentro de ésta, una progresiva ra-cionahzación de la misma. En este momento se observa que para que crezca en un 1 por 100 el Producto Nacional Bruto es necesario que lo haga en im 0,88 por 100 la energía; medida ésta en unidades TEC., el consumo español del mismo se descompone en un 20 pior 100 de carbón, un 60 de petróleo, \ in 15 de energía hidráulica, un 2,5 de gas natural y vih 2,5 de energía nuclear. Este gran peso de la energía petrolífera produce vm fuerte impacto en el desarrollo de la economía española a partir de 1973. La incidencia en el SEGUNDA CONFERENCIA 29 nivel general de precios de la subida en la cotización de los crudos de 1972 a 1974 supuso, manejando las tablas inpwt- output, el 8,1 por 100. Este es el porcentaje de impacto nxás fuerte de todos los países de la OCDE., salvo el caso del Japón, análogo al de España. Contrastan estas magnitudes con las de Holanda, un 5,1 por 100, y nada digamos con las de Alemania, con un 3 por 100 de impacto. De aquí la importancia que para nuestro futuro económico tenga el hallazgo de nuevos campos petrolíferos offshore en el Cantábrico y en el Mediterráneo, xmidos por la zona potencialmente petrolífera del Valle del Ebro, situada al sur de los Pirineos. También aquí ha de mencionarse el que, dentro de tm cuadro de excelentes relaciones con países del Oriente Medio y de Hispanoamérica, las inversiones públicas y privadas españolas obtienen resultados petrolíferos aceptables. Es lógico también el papel creciente que posee la energía nuclear, con un cuadro de desarrollo tal que se preveía que en 1985 tendría este origen más del 50 por 100 de la potencia eléctrica establecida en nuestro país. Ciertos grupos ligados a movimientos ecologistas y a partidos minoritarios de izquierdas tratan de mantener un factor de estrangulamiento para nuestra economía, basándose en argumentos emotivos, que nunca escasean cuando se roza el tema de la energía nuclear. La consecuencia de todo esto es ^ xa avance notable en la estructura industrial española, en la que, al escalonarla por el valor de los productos, ocupan los puestos de vanguardia el sector siderometalúrgico y naval, el de la indiistria química, el de la industria de la alimentación, el de la industria textil y del calzado y el de la energía, por este orden. El resto de los sectores industriales quedan muy alejados de éstos. Dado que la actividad industrial posee las ventajas de lo que se ha denominado la ley de costes decrecientes, al revés que la agricultura, es susceptible de incorporar cada vez más una mayor cantidad de mano de obra, aumentar los ingresos de la misma y resolver los problemas de una demografía muy positiva como es la española. En este sentido, y sólo por vía de ejemplo, indicaremos que el avance siderúrgico es tan fuerte que se producen, en 1978, 11,3 millones de toneladas, con un incremento del 1,2 por 100 sobre 1977, y se exporta xm 50,6 por 100 más que en 1977. Los planes antes de la crisis, que preveían que en 1985 ocupásemos el puesto diez en el conjunto mundial, han tenido que abandonarse, sobre todo después de las medidas proteccionistas ante nuestros aceros adoptadas por la CECA. No es éste el momento de prodigar los ejemplos, pero sí indicar que en la actualidad la estructura industrial española, si la comparamos con la norteamericana, la soviética, la alemana o la sueca, se dirige más hacia la 30 • eiChO PRIMERO demanda final que hacia la producción de eqmpo capital o de productos semielaborados que se convertirían en inputs industriales. Por esta causa, los sectores que tienen que pasar a ocupar el puesto central en nuestras preocupaciones no son los relacionados con el automovilismo o los electrodomésticos, sino los vinculados a ordenadores, la electrónica o la construcción aeronáutica. También otro problema fundamental es el de tener garantizado el abastecimiento de materias primas, y por esta causa inversiones exteriores españolas en Colombia, Brasil o en Guinea Conakry, por ejemplo, pasan a tener marcada importancia. Una política económica continua a lo largo de estos últimos ochenta años, que no cabe dejar de calificarse, en sus líneas generales, de acertada, ha conseguido un desarrollo general del país, evidentemente fuerte. Quizá sea conveniente el señalar de qué modo había aumentado el consumo de algtinos artículos de uso' doméstico y de algxmos productos industriales cuando se produce la crisis económica. Eín el primer apartado, en energía eléctrica, se había pasado de consumir 18 KW/ h per cápita en 1935 a 250 en 1974; en azúcar, de 4 kg en 1945 a 25 en 1974; en papel, de 5 kilogramos en 1940 a 58 en 1974; en carne, de 13 kg en 1940 a 37 en 1974, y de tres automóviles en circulación por 1.000 habitantes en 1950 se ha pasado a 100 automóviles en 1974. En el terreno industrial, de 132 KW/ h per cápita de energía eléctrica en 1935 se había pasado a 1.850 en 1974. Entre las mismas fechas, el consumo per cápita en kilogramos de ácido sulfúrico había subido de 24 a 81; de lingote de hierro, de 23 a 100; de lingote de acero, de 29 a 297, y en cemento artificial, de 69 a 647. Como es lógico, todo este enérgico pulsar de toda la actividad productiva y de consiuno tuvo sus consecuencias en las cifras de renta nacional, midiéndolas en dólares de los Estados Unidos, y en cifra a precios del mercado, se había pasado de 356 dólares en 1945 a 2.208 en 1974. El proceso, obviamente, no se ha detenido. En términos de renta per cápita, en 1970 España estaba por debajo de Grecia e Irlanda; en 1975 ya las había superado; en 1975, la renta per cápita española ya era equivalente al 70 por 100 de la Gran Bretaña; en 1978, según el reciente informe del Departamento de Economía Política de la Unión de Bancos Suizos, continúa siendo la renta per cápita española el 70 por 100 de la británica en términos de PNB., y es un 84 por 100 de la de Italia; respecto a la Unión Soviética, el índice español sería de im 128 por 100. Se deduce de todo esto que el despegue español ha logrado que nuestra Nación abandone situaciones de país subdesarroUado, y tenga ya en este momento los problemas económicos que Se desprenden de tma economía normalmente desarrollada. Efectuando una comparación internacional, se observa que nos sobrepasan en renta, en África, exclusivamente Libia; en América, Canadá y los SEGUNDA CONFERENCIA 31 Estados Unidos, y en Asia, Arabia Saudí, Japón y Kuwait; en Oceanía, Australia y Nueva Zelanda; en Europa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Bélgica, Islandia, Italia, Austria, Luxemburgo, Noruega, Holanda, República Democrática Alemana, República Federal Alemana, Gran Bretaña, Suecia, Che-coslovaqma y Suiza. Se tienen rentas superiores a Islandia, Grecia, Hungría, Israel, Singapur, Polonia y Unión Soviética. Por esta causa, España forma parte del grupo de, los veinticinco países industrializados no socialistas de las Naciones Unidas, lo que hace cuarenta años hubiera parecido vm sueño imposible. En el total del PNB,, magnitud significativa a efectos de Defensa Nacional, es sólo sobrepasada España, por este orden, por Estados Unidos, Japón, Unión Soviética, República Federal Alemana, Francia, Gran Bretaña, Brasil, Canadá e ItaHa. Todas las cosas necesitan explicación, y creo que se las debo a xistedes. Para lograr escapar de la situación de tercermundismo a la de un país in-dxistriahzado y de renta creciente, España hu^ o de resolver tma serie de problemas, cuya explicación se deriva de tma serie de premisas que me parece oportuno señalar aquí. La primera de ellas es la de que, una vez superada la gran crisis político- económica del siglo xvn, en el siglo xin España se convierte en xma de las grandes potencias económicas europeas. El fuerte golpe político que sufre con la independencia de los países americanos no repercute sensiblemente en la economía, y la recuperación de la misma en el siglo xix es mucho más vivida que todo lo que puede imaginarse. Gracias a la puesta en marcha de lo que hoy caHficaríamos un Plan de Desarrollo Económico — entonces un " presupuesto de reconstrucción"—, en el que la palabra pnesupuesto no tiene un cariz fiscal, y en él intervienen fundamentalmente políticos conservadores, como Maura y García Alix, se logra el despegue después de 1900. Previo había sido el presupuesto de estabilización de Villaverde, como hemos dicho. Las cifras de que se disponen para renta y riqueza de estos años muestran que España se encuentra, por supuesto, aún alejada de las grandes potencias europeas; pero, sin embargo, que se va aproximando a la renta de las mismas, y que en muchas ocasiones los problemas de tipo comparativo — las cifras absolutas en economía no tienen sentido— evidencian ima España que difícilmente podría catalogarse de atrasada. Incluso dentro del propio terreno de la potencia bélica existen signos externos que evidencian que de 1920 a 1930 — e insisto que no en comparación con el tiempo, sino en el espacio— España había dejado atrás el fuerte tratnna que le originó la última guerra internacional en la que intervino: la hispanonorteamericana de 1898. La fehz culminación de las operaciones bélicas en el Protectorado de Marruecos es un residtado de ello, y no debo dejar de señalar que, a su vez, contribuye a incrementar el auge económico dentro de nuestro país. 32 CICLO PRIMERO Mas con la caída del Gobierno Primo de Rivera y, con él, de sus capaces Ministros Calvo Sotelo en Hacienda y Guadalhorce en Fomento, se origina Vina torpe política contractiva del gasto, que por cierto sorprende a Heynes cuando visita por aquellos años a España, y provoca un fatal encadenamiento que da lugar al engarce español con la " gran depresión" mundial iniciada en 1929 a 1930, así como la creciente desorganización económica mundial. Con nuestra Guerra Civil, y con el fortísimo aislamiento económico y político que se impone a España a partir de 1945, todo se ha de agravar; la renta per cápita desciende. Cuando he repasado, con serenidad, el conjunto de sucesos en nuestra vida económica desde 1936 a 1951, tengo que señalar que España vivió a lo largo de quince años en un régimen de economía de guerra. Solamente cuando en 1951 se han liquidado los últimos guerrilleros con base fuera de nuestras fronteras, con un impacto económico — que he tratado en otra ocasión de cuantiíicar con base en un artículo de Líster—, y cuando alcanza su final el aislamiento internacional — cierre de fronteras, bloqueo de importaciones, retirada de Embajadores—, es cuando la economía española inicia un fortísimo galopar en las cifras más corrientes enapleadas para conocer el desarrollo económico. De 1940 a 1960, la tasa de crecimiento anual acumulativo es del 2,48 por 100; de 1960 a 1974, tal tasa anual pasa a ser del 5,77 por 100; de 1977 a 1978, la crisis se muestra en la reducción del ritmo: un 1,02 por 100. De todos modos, España ha ingresado claramente, y en cabeza de los mismos, en el grupo de los NPI. ( Nuevos Países Industrializados), grupo en el que nos habían precedido Italia y Japón, hoy ya integrados en el conjunto de naciones denominadas del Centro Económico do- Tninador. Si he indicado todo esto, lo hago para que quede claro que España ha sufrido a lo largo de los últimos años una fuerte transformación en el terreno agrícola, industrial y de los servicios, y que, además, esto no ha sido fruto de la casualidad, sino de una política económica decidida a acortar distancias con el mundo occidental; esta política económica, en cuanto ha procurado huir de la casualidad y buscado una coherencia, podría cahficársele de' política dé planificación del desarrollo. Creo que no deja de ser aleccionador para este auditorio el que uno de los frutos positivos que se consiguen con el conflicto que tiene lugar en nuestra Patria desde 1936 a 1939, sea el de percatarse quienes dirigen la poHtica económica española que el Estado es capaz de poner orden, stisceptible de ser utiHzado no sólo en momentos de emergencia, sino también en situaciones de paz. En más de vina ocasión he indicado que la pérdida del miedo a la intervención del Estado en la economía tiene lugar precisamente en los años de nuestra Guerra. Pondré unos ejemplos que no pretenden ser exhaustivos. A partir del logro de la victoria, en 1939, el Gobierno español comienza a poner una serie de jalones, bien SEGUNDA CONFERENCIA 33 claros en este sentido, en el terreno ferroviario. Mencionemos la Ley de 8 de mayo de 1939, que constituye el primer aviso de que se van a estatificar los ferrocarriles e integrarse en la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles. También por estas fechas es cuando aparecen instituciones de crédito exclusivamente estatales por primera vez en nuestra Patria, salvo un previo y mínimo Servicio de Crédito Agrícola; destaca en este sentido el Instituto de Crédito para la Reconstrucción Nacional, hoy Banco de Crédito a la Construcción. Aún más claro, se observa con la estatificación de las actividades de construcción naval en El Ferrol del Caudillo y Cartagena, por Ley de 29 de enero de 1940, y cuando se completa con el Decreto de 16 de octubre de 1941, que afecta a las instalaciones que la misma empresa posee en La Carraca. El origen de todo ello se encontraba en una Ley, la de 2 de septiembre de 1939, que creó el denominado Consejo Ordenador de las Construcciones Navales Militares, hoy Empresa Nacional Bazán. Este sendero se continúa, incluso dentro del marco de la economía de enorme austeridad que ha de implantarse en los años que siguen a la última Guerra Mxmdial. Así, España procede a acciones estatificadoras y nacionali-zadoras tan importantes como las derivadas de la compra por el Estado de las acciones representativas del capital norteamericano invertido en la Compañía Telefónica de España, ligada hasta ese momento a la ITT.; si hoy la Standard Eléctrica no es su único suministrador y, con lógica baja en los costes, se adquieren equipos en la Ericsson, por ejemplo, a tal decisión se debe. Hoy sabemos, a través de una serie de documentos pubMcados por personajes bien conocidos de su dirección o de la representación diplomática norteamericana en Madrid, que se habían utilizado las instalaciones telefónicas españolas para favorecer los mecanismos de información del Gobierno de los Estados Unidos. Creo que el fuerte sacrificio que supuso esta estatificación queda aclarado. Aparte de ello, el impulso hacia el desarrollo se conecta de tal modo con la política de reconstrucción después de nuestra guerra, que resulta obligado recordar la frase de Lilley: " La mayor parte del progreso ha sido una consecuencia de la guerra." La guerra, por otra parte, obliga a una potenciación especial del sector público; muchos tabúes sobre la ineficacia de éste se derrumban. De aquí que también en España, a partir de la experiencia béhca de 1936 y 1939, el papel del sector púbHco como motor del progreso industrial y, en general, económico, se haya incrementado. Muy bien ha podido escribir, en su hbro Ejército y Sociedad, el Teniente General Diez- Alegría: " El impacto de los gastos de Defensa sobre la economía nacional es considerable, no porque se entienda que son indispensables para su prosperidad, sino i> orque suponen ^ xa gran estímulo para ello cuando se expansionan, y es difícil encontrar un sustituto para los mismos cuando se retraen"... Mayor 34 CICLO PRIMERO aún es la influencia de las necesidades militares sobre la investigación y el desarrollo, cuyo nivel ha de definirse como una combinación de tres factores: necesidad, progreso tecnológico y reciirsos disponibles... Es necesario reconocer que los avances tecnológicos más espectaculares en el sector público han sido hechos para la Defensa." Y ello es tan cierto, que concluye Diez Alegría: " Si desaparecen las necesidades de la Defensa como motor del ingenio humano, sería necesario buscar un sijstituto que hiciese apelación al sentido heroico que se alberga en su corazón. Por ello, algunos autores americanos presentan la carrera espacial como un campo hacia el que podrían derivar, si se lograse el ansiado desarme, las energías atraídas hasta hoy por los imperativos de Defensa." Esta serie de hechos, en el caso concreto de España, ha dado lugar a una ampliación de la planificación económica, al tmirse varios tipos de decisión sometidos a plan: uno, ya clásico, el plan anual del Estado, que recibe el tradicional nombre de presupuesto; pero a él deben añadirse las decisiones del sector público, en cuanto dueño de muy importantes empresas e instituciones públicas, desconocidas antes de 1939. El puesto central lo ocupa —^ Banca estatificada, monopolios fiscales, teléfonos y otras inversiones— el Ministerio de Hacienda; pero no es el único. A su lado se encuentra el gran holding denominado Instituto Nacional de Industria, que dependió en sus primeros pasos, a partir de 1941, de la Presidencia del Gobierno, y que posteriormente se ha integrado dentro del Ministerio de Industria; pero no acaba aquí la lista. Existen también otras inversiones de tipo público^ ligadas a otros organismos de la Administración. La RENFE. y la FEIVE. ( ferrocarriles), a Obras Públicas; la Seguridad Social — que en fecha no lejana, con sus decisiones sobre el seguro de accidentes de trabajo, ha estatificado buena parte de las carteras de las compañías privadas de seguros—, a Sanidad y Seguridad Social; la importante cadena hotelera Red de Albergues y Paradores, al Ministerio de Comercio y Turismo. Los ejemplos se multiplican fácilmente. Desde 1939, el Estado actúa de modo continuo dentro de los mecanismos productivos, y no ha dudado en actuar, a pesar de las presiones que, lógicamente, ha sufrido. Un caso claro es el de la empresa ENHER. Se efectuó, para crearla, una expropiación de concesiones hidroeléctricas del grupo multinacional SOFINA- SIDRO., para evitar el estran-gulamiento industrial de Cataluña. Gracias al Estado, y en medio de una fuerte polémica, tiene lugar, en la creación de la mayor empresa siderúrgica española controlada por el sector público, ENSIDESA. Buena parte del fuerte ritmo de desarrollo español, y de que se salvasen una serie de puntos clave de nuestra economía, se debe a que, a pesar de numerosos inconvenientes que se les crearon, las empresas del sector público ampharon su importancia; simultáneamente, su actuación tiene lugar dentro del marco SEGUNDA CONFERENCIA 35 de un plan, más o menos explicitado. Cuando se lee el artículo que en The Ohserver glosó, el 28 de agosto de 1961, la creación del National Development Coimcil, uno duda si se escribió en relación con la industria nacionalizada en Gran Bretaña o en España. Claro es que esta coordinación y programación del sector público se inicia de modo muy tosco; no creo que quepa hacerse de otro modo. El caso español es exactamente el relatado así por Joe S. Bain, en su obra International differences in industrial structure: " La propiedad estatal de las empresas y su actividad como productor es significativa ( en una serie de países). En todos estos casos, la participación no es dominante, está elegida entre los diversos sectores y, con mucha frecuencia, supone la existencia de empresas estatales que suministran sólo una parte de la producción de los sectores en que participan, cubriendo el resto las empresas privadas. Tales empresas estatales se emplean para llevar a cabo determinados objetivos de planificación nacional. La participación selectiva estatal en las empresas manufactureras, los grupos de supercontrol integrados verticalmente y las medidas protectoras de la cartelizadón son característicos de estos países; pero su integración coherente con la acción de otras empresas es difícil. Hace algunos años que he estudiado hasta qué punto existe separación entre lo programado y lo realizado a lo largo de estos años en el caso del Instituto Nacional de Industria; era fuerte tal discrepancia en gran número de casos, como derivado, quizá, de los estrangulamientos que nuestra economía sufrió en una serie de materias primas, que escasearon lo suficientemente como para que un proceso de desarrollo económico planificado o programado pudiese tener lugar. También, naturalmente, es claro que ima planificación forzosamente descoyuntada en las décadas 1940- 1950 por una serie de trastornos monetarios y dentro de un clima inflacionista y de escasez, adolecía de fuertes defectos y no podía ser una planificación perfecta, ni mucho menos. Añádase a ello que las estadísticas en aquellos años eran muy deficientes y que, por tanto, la programación en el terreno económico no dejaba de ser, en multitud de ocasiones, una simple utopía. Lo que me admira es qué el desarrollo, pese a todo, no se convirtiese en un cataclismo. No es im orgullo nacionalista el decir que otros países, en circunstancias políticas análogas, lo resolvieron bastante peor." Lo curioso es que, además de esta planificación que tiene lugar a escala nacional, se adquiere también en esta época plena conciencia de que existen fuertes desequilibrios regionales y de que es preciso procurar corregirlo de algún modo. En el año 1949, Juan Plaza Prieto es el primero que demuestra las enormes diferencias de renta que existen entre las diversas áreas españolas, y este original estudio de Plaza Prieto alcanza su confirmación muy pocos años más tarde, a través de las publicaciones que periódicamente co- 36 CICLO PRIMERO mienza a publicar, a escala provincial, el Servicio de Estudios del Banco de Bilbao, y que se completan después, a escala de municipio, con las del Servicio de Estudios del Banco Español de Crédito, que continuó así una labor, iniciada de modo espléndido sobre el análisis de las áreas de mercado en España, el Consejo Superior de Cámaras de Comercio. Tal preocupación ante los desequilibrios regionales originó dos tipos de planificación; por una parte, se pretende abarcar todo el conjunto nacional, y en este orden de cosas, se crea la Secretaría para la Ordenación Económico- Social de. las Provincias, que dependía de la Presidencia del Gobierno y que tuvo su máxima consagración en la declaración gubernamental de 20 de julio de 1951, y por otro lado, ciertas áreas regionales españolas planteaban ima serie de graves problemas, que se acometen con políticas específicas que, en ocasiones, reciben el nombre de Plan y en ocasiones no. Me refiero fundamentalmente a los denominados Plan Badajoz ( Ley de 7 de abril de 1952) y Plan Jaén ( 17 de abril de 1953). No puedo por menos de no olvidar tampoco toda la organización rural que se inició en la producción rural española a partir, sobre todo, de la etapa en que ocupó la cartera de Agricultura el Ministro Cavestany: política de concentración parcelaria ( Ley de 20 de octubre de 1952), o en relación con la actuación del Instituto Nacional de Colonización, la Ley de " Fincas manifiestamente mejorables", de 3 de diciembre de 1953, que en estos momentos reemprende una marcha muy viva. Otro tema que debe abordarse es el del proceso de financiación del sistema económico español. El proceso de crecimiento de la economía española tuvo que salvar la enorme dificultad de la capitalización, ya que no llegaban, ni nadie esperaba que llegasen en cantidad importante, inversiones sectoriales del exterior. Recuérdese que España quedó desligada de la Ayuda Marshall, como consecuencia de los acuerdos de Potsdam. Las consecuencias aún se perciben, porque, al no ser fundador de la OECE., no cupo opción para entrar ya en la CEE., ya en el Área Europea de Comercio Libre, como tuvo, por ejemplo, Portugal. Por otro lado, los trastornos originados por una economía dé guerra se añadieron a esta imposibilidad de encontrar capitales extranjeros. Los más importantes son los derivados de la dificultad de estructurar de modo adecuado un eficaz sistema fiscal que originase un ahorro forzoso, capaz de salvar las dificvdtades de ahorro que se originan como derivado de los bajos niveles de renta que por aquel entonces se percibían en España. Carencia de financiación procedente de otros países e imposibilidad de ahorro forzoso interno impulsan a la economía nacional hacia una financiación del crecimiento a través de la inflación, procedimiento evidentemente tosco, pero que en ciertos casos es preferible a la pura y simple aceptación del otro término del dilema: el estancamiento. Las tasas de aumento anual acumulativo de SEGUNDA CONFERENCIA 37 los precios son muy significativas: de 1901 a 1920, éstas fueron del orden del 4,20 por 100; de 1920 a 1935, la tasa resultó negativa, el 1,93 por 100; en cambio, de 1940 a 1960, el alza anual acimaulativa fué del 9,31 por 100, y de 1960 a 1974, de 7,66 por 100. El crecimiento con inflación, evidentemente, posee altos costes que, si son graves socialmente, no lo son menos desde el punto de vista económico. Entre éstos se encuentra el que originan un fuerte desequilibrio de la Balanza de Pagos, que llegó a colocar en ciertos momentos en cifras mínimas las reservadas españolas de divisas. El panorama que se presentó así ante los españoles en 1959 fué muy grave, y de aquí que. el sector público decidiese actuar a través del llamado Plan de Estabilización, que representó' una mayor apertura de nuestras fronteras, ima poKtica económica más liberal, una intervención en organism. os internacionales, al formar parte como país de primer derecho de la entonces llamada OECE. y hoy OCDE., y pronto a través de las Naciones Unidas, donde pasó España a ser país miembro de amplia gama de organismos internacionales. El Plan de Estabilización logró im marcado éxito, con una serie de medidas legales muy concretas y coactivas, publicadas en el espacio cortísimo de tiempo que va desde el 10 al 30 de julio de 1959. Este Plan de Estabilización mostró la posibilidad que se abría ante la Administración para tratar de coordinar, de una manera más amplia que en el programa de inversiones públicas, todo el funcionamiento de la vida económica del país. El Plan de Estabilización, en realidad, cambió nuestra estructura económica; de aquí, que sea im hito muy importante. El citado éxito del Plan de Estabilización movió a la petición de un dictamen sobre los principales problemas de la economía española al Banco Mimdial. Este envió una Misión, presidida por Sir Hugh EUis- Rees, que elaboró iin Informe que causó im profundo impacto. Si bien, tal Informe, que suscitó nimierosas críticas en el interior, constituyó vm elemento muy importante ante la opinión pública, porque reconoció la capacidad de desarrollo que poseía la economía española. Este encadenamiento de acciones llevó al sector público a estudiar también lo que ocurría más allá de nuestras fronteras, y, desde luego, imo de los países más analizados fué Francia y su planificación. Son importantes, en este sentido, las conversaciones con Pierre Massé. La resultante de todo ello fué que la posibilidad de una planificación sindical quedó abandonada, y el camino^ que marcaba la Secretaría para la Planificación Económico- Social para las Provincias quedó sumida dentro de la gran tarea que inicia la recién nacida Comisaría del Plan de Desarrollo Económico, que, administrativamente, se adscribe a la Presidencia del Gobierno. La fecha que podría denominarse base para poder ligarla al primer Plan de Desarrollo es la de 1962, en la que culminan los primeros trabajos que 38 CICLO PRIMERO van a marcar las directrices más importantes del I Plan de Desarrollo; éste tiene wa. primer ptinto de apoyo muy importante: la opinión pública está convencida de que es necesario que sean conservadas las ventajas planifi-cadoras que se habían logrado en nuestro país en el período inmediatamente anterior, y, simultáneamente con este aspecto positivo, se encuentra quien estudia estos problemas con el negativo de la falta de veteranía de los instrumentos planificadores. Cuando se repasa en todas las naciones cómo fué su primer plan de desarrollo, nos encontramos con una serie de frustraciones que van desde las famosas interrogaciones de Lenin, cuando pedía ansiosamente un plan, o cuando se contempla lo limitado de los objetivos de los primeros planes de otros países, incluido el Plan Monnet, que hubo de apelar a disciplinar la economía con instrumentos de economía de guerra. Incluso en algún caso, como en el Plan Vanloni, en Itaüa, el fracaso fué tan estrepitoso que se le calificó como el " Plan que nunca existió"; por otro lado, desde entonces la organización planificadora italiana ha marchado mal, y es escaso su peso entre los administrados y también en la Administración. Los tres primeros Planes de Desarrollo se cierran con la crisis económica que se abre a comienzos de 1974. Por eso, el IV Plan se aplazó varias veces y quedó ehminado después. A partir de esta fecha se desata xm. proceso creciente de alza de salarios, que se combina con un déficit creciente de la balanza de pagos y unos niveles cada vez más altos de desocupación. A partir de 1977 se considera preciso conseguir el éxito combinando una progresiva reforma tributaria, que alteró intensamente nuestro sistema fiscal; una devaluación de la peseta, y un concierto de fuerzas sociales, que recibió el nombre de Pacto de la Moncloa, firmado absolutamente por todos los partidos políticos con representación parlamentaria. Resalta su oportunidad cuando Vera Lutz, en su Central Planning jor the market econom, y, señala que en Francia, para superar una serie de tensiones de su planificación, " en la primera mitad de la década de los sesenta apareció una creciente tendencia a considerar el corporativismo ( combinado, quizá, con la ampliación de la esfera de la empresa pública) como el deseable o inevitable sistema económico del futuro. Esta tendencia tiene, en parte, su origen en fuentes de inspiración católica, ... y que sobre bases morales rechazan el lucro como criterio principal de las decisiones económicas, y prefieren la asociación ( llamada ahora concierto) a la competencia. Pero llegó, en parte, de otras fuentes de origen más reciente, entre las que se encuentran las siguientes: — " Primero: existía la teoría de que algún método de planificación central de rentas y precios era necesario para llenar el vacío creado por un supuesto fallo total o parcial d. e los mecanismos de mercado. SEGUNDA CONFERENCIA 39 — Segundo: existía la ambición de algunos técnicos de la econometría de hacer ftoncionar la economía de acuerdo con las soluciones dadas por el modelo computable. — Tercero: existía la creencia en la posibilidad y la conveniencia de una convergencia entre los sistemas económicos del Este y del Oeste. -^ Cuarto: se extendía un nuevo concepto de lo que significan libertad, voluntariedad y deTuocracia, combinado con la noción de que las decisiones económicas pueden y deben tomarse raediante la disuasión de las autoridades con los grupos de interés". El superávit de la balanza de pagos por cuenta corriente abandonó el fuerte déficit existente hasta 1977, con un superávit de 1.600 millones de dólares en 1978, y uno que se espera sea de 3.500 millones en 1979. Sin embargo, siguió sin resolverse el proceso de alza de precios, que creció en el período 1974 a 1978 a una tasa anual acumulativa del 18,98 por 100; el de la inversión y el del pago creciente, que supone el 9 por 100 de la población activa, que, al propio tiempo, decrece ligera y continuamente: 13.273.000 personas en el cuarto trimestre de 1977, y 13.024.000, en el segtmdo trimestre de 1979. Para solucionarlo, el Gobierno ha aprobado, muy recientemente, un programa a medio plazo para la economía española, que trata de disminuir la tensión inflacionista con una fuerte contracción del gasto público. Al propio tiempo, se ordena tina serie de medidas que favorecen la capitalización y el empleo. Evidentemente, estos problemas se encuentran muy directamente ligados con la posibilidad de que la economía española ofrezca recursos adecuados, bien por sí misma, o bien mediante importaciones. La etapa de la búsqueda de las autarquías ha caducado, pero no así la etapa de la búsqueda de las independencias. Como consecuencia de esto, parece lógico suponer que España va a buscar algún modo de desarrollo que le acerque hacia las Comunidades Económicas Europeas, con vistas a una evidente integración, y, por otro lado, que impida que el ritmo de desarrollo del país vaya por debajo de las de los Gobiernos que nos llevan la delantera. España no puede olvidar que, en el terreno industrial, si avanza con una tasa acumulativa del 10 por 100, tardará cincuenta años en alcanzar a Francia si ésta sigue desarrollándose al ritmo actual. Por supuesto que problemas relacionados con la calidad de la vida, la civilización del ocio, con la ayuda generosa que España debe estar dispuesta a prestar a otras naciones menos desarrolladas, nos hace impensable el creer que esta carrera vaya a continuar indefinidamente. Pero, sin embargo, durante los años que nos quedan del siglo xx, en España aún ha de trabajarse fuerte y duro, teniendo en cuenta que el desarrollo se puede lograr. A principios de este mismo siglo, Suecia era una nación ham- CICLO PRIMERO brienta, que enviaba emigrantes hacia otros piintos más ricos, y con una colocación marginal en Europa que podría llevar a pronóstico de que se convertiría en un país subdesarrollado. Suecia, hoy en día, no sólo ha ganado la carrera a España, sino que ha ganado la carrera incluso a Estados Unidos. Dentro del cuadro hacia donde se va a mover la estructura económica mundial, debemos aprovechar en el último cuarto del siglo x x las ventajas que nos deparan una serie de cuestiones que van a gravitar sobre la economía mundial, precisamente, en tomo al año 2000. La crisis de 1974 muestra que, de ahora en adelante, en el mTxndo habrá déficit de materias primas y déficit de alimentos, y dentro del déficit de materias primas habrá un considerable déficit de materias primas energéticas; pero aquí precisamente se encuentra nuestra salida. Un libro publicado por las Naciones Unidas y concluido en 1973 bajo la dirección de Leontief, sobre el fimcionamiento de la economía mundial de aquí a 1999, señala que, hasta este momento, los productores de bienes agrícolas o de materias poseían una relación real de intercambio, que empeoraba progresivamente, porque subían más aprisa los precios de los productos industriales que los de los agrícolas y materias primas. España quedaba así condenada de forma evidente. Sin embargo, según este estudio dirigido por Leontief, la demanda de cobre va a multiplicarse por 4,8; la de bauxita y cinc, por 4,2; la de níquel, por 4,3; la de plomo, por 5,3; la de hierro, por 4,7, y la de carbón, por 5. Se prevé tma pavorosa escasez de plomo y cinc, y un fuerte encarecimiento de mercurio, plata, flúor, wolframio y estaño; también va ser enorme el desabastecimiento agrícola. Una revolución verde es precisa, pero sólo podrá llevarse adelante si existen abonos y si los campesinos tienen un elevado nivel cultural. En este sentido, y por lo que se refiere a los abonos, España no tiene problema en lo concerniente a las potasas y a los nitrogenados; en los fosfóricos, la conexión con la Defensa Nacional surge nítida, tanto en lo concerniente al tema de Bu- Cráa y el Sahara como por lo que respecta a la conexión con Marruecos con otros posibles simiinistradores, y, en suma, con la industria petroleoquímica. En lo que se refiere al nivel cultural, el de España juega muy favorablemente a causa del esfuerzo educativo de los pasados veinte años. A principios de 1974, la crisis del petróleo sonó como un aldabonazo de la escasez en las opulentas viviendas de las naciones occidentales, pero fué el primero de una serie que afectó a mijltitud de otras materias primas vegetales y minerales. Las cotizaciones comenzaron a subir en estos mercados, y la relación real de intercambio de las naciones occidentales, lógicamente, a empeorar. El tema del petróleo pasó a ser el que más publicidad recibía, pero en los Gabinetes económicos de todo el mundo occidental el asegurar el stiministro de materias primas pasó a considerarse esencial. Ya el pro- SEGUNDA CONFERENCIA tí. graana " Nuevo Orden Económico Internacional" es observado con otra perspectiva desde los países más prósperos. El programa integrado para los productos básicos de la IV Reimión de la UNTAD., celebrada en Nairobi, se observa con marcado recelo y cómo se van pareciendo más a la de la OPEP. las asociaciones paralelas, como la del cobre, OPEC; la de la bauXita, SEA., o la del mineral de hierro, OIEC. Precisamente en este punto es donde se atisban, por causas históricas, talantes muy diferentes. Norteamérica efectúa una política de gigantescos acaparamientos de minerales de todo tipo, cuya colocación en los mercados internacionales origina violentas oscilaciones, y es uno de sus activos más importantes en las interminables conferencias Norte- Sur, si es que se adopta la terminología de. Gimnar Myrdal, para quien el Norte significa la opulencia, y el Sur, la pobreza. A esto se une una vigorosa puesta en marcha de las empresas multinacionales o transnacionales y, en particular, de las que giran sobre todo en la órbita americana, y que así coadyuven a afianzar la política general de los Estados Unidos. Alemania Occidental, por su parte, prefiere la implantación económica en vinculación con muy fuertes empresas multinacionales que se relacionan con el mundo europeo de los negocios, aunque es bien sabido que marcar fronteras nítidas entre las multinacionales es una de las más vanas tareas que se pueden acometer; más bien habría que decir que existen marcas fronterizas, y de esta manera nos entenderemos todos mejor. Francia, que está decidida a que, una vez sobrepasada económicamente Gran Bretaña, su objetivo siguiente sea alcanzar un desarrollo mayor que el alemán, actúa con decisión en tres sectores: el de la acción política; a través de acciones diplomáticas típicas, y con una decidida acción bélica, que ora se hace presente para defender Miferma con bombardeos sobre las tropas del Frente Polisario, ora la llevan a tener a la Legión preparada para intervenir en toda el área mediterránea, ora actúa contra Libia en la República del Tchad, por poner sólo ejemplos muy obvios y con im trasfondo minero. Al lado de esto, es clara la abulia del Reino Unido, que tiene como resialtado su débil pulsar económico. Es evidente que la acción española no puede compararse con la de estos colosos; pero nuestra renta per cápiía, análoga a la de Italia, muestra que, en el terreno minero y de las materias primas mundiales, es precisa toda una acción a largo plazo, en la que todas nuestras posibilidades políticas — y se subraya este término de todos— se empleen a fondo. El mundo pasa a ser consciente de la gravedad de esta crisis y de que van a salir, en principio, vencedores, quienes, ya en el Tercer Mundo — de modo anfflogo a como actúan los grandes productores del petróleo—, ya en el conglomerado occidental, actúen con más sagacidad. Pero las Naciones Uní- 42 CICLO PRIMERO das han comenzado a elaborar inventarios desde los estudios de prospectiva, que, de forma solvente, se encargan a economistas muy importantes. De este modo han surgido análisis como el titulado 1999, dirigido para las Naciones Unidas por Wassily Leontief, que, entre otras cosas, recoge que van a producirse muy serios estrangixlamientos en el desarrollo de muchas economías, porque van a escasear en los mercados occidentales, y de forma creciente en las próximas décadas, todo un conjunto de minerales metálicos. Es significativo que había sido considerado muy pesimista el Primer Informe del Cluh de Roma; pero Leontief ha podido, indudablemente, matizar aquellas previsiones, que hablaban de " que, de persistir los actuales niveles de constmio, las reservas de aluminio se habrían agotado en treinta y un años; las de carbón, en 111; las de cobre, en 21; las de estaño, en 15; las de mercurio, en 11; las de cinc, en 18; las de plomo, en 21; las de wolframio, en 28; las de petróleo, en 20, y las de hierro, en 93". Debería añadirse a esto que este Primer Informe del Club de Roma, titulado Los límites del crecimiento, debe corapletarse con la crítica del equipo de la Universidad de Sussex y con la obra de réplica El Cluz de Roma responde, que, asu vez, debe ampliarse con las conclusiones de la reunión de Tokio y con los sucesivos Informes del Club de Roma: La Humanidad ante la encrucijada; el coordinado por Jan Tinbergen: Reshaping the International Order, o Informe RIO. al Cluh de Roma; el titulado Más allá de la era del derroche, y el qiointo y último, Metas para la Humanidad. Añádase el preludio del profesor King Hubbert, geólogo y geofísico de la Universidad de Stanford, que, en la Conferencia Mundial de Población de Belgrado, en 1965, habló de " la ciega dilapidación de los recursos minerales de la Tierra a muy altas tasas exponenciales, provocando un irresistible e inaudito desarrollo, fomentado por la ideología consumista, que motivará que tal desarrollo no habrá sido más que un fenómeno intrínsicamente efímero ( doscientos años) en el más amplio cuadro de la historia de la Humanidad". Por eso es tan importante saber que esta escasez va a romper niveles de rentabilidad que hasta ahora se creen intangibles. Esto es interesante para España, especialmente por el número total de sustancias producidas, pues, según el PNAMPM, " es una de las variadas, figurando en el sexto lugar por el número de sustancias producidas", y sólo tras países como Estados Unidos, Unión Soviética, India, Australia y Canadá, que tienen considerables extensiones geográficas. Por otro lado, como se dice en la misma página XXXIV del volumen I del citado PNAMPM., Parte General y Resumen. Diciembre 1978, Dirección General de Minas e Industrias de la Construcción, 1979: " La inversión en investigación minera realizada en los últimos quince años ( 14.000 millones de pesetas) ha permitido encontrar minerales por valor de 150 veces la cifra de tal inversión." Todo esto ha de completarse con unos datos sobre reservas y SEGUNDA CONFERENCIA 43 producciones; por lo que se refiere a las primeras, España ocupa el primer lugar en cuanto a reservas de mercurio, el séptimo en las reservas de potasas, el octavo en las de uranio, y cifras muy altas en piritas, en hierro, en cobre, en plomo, en cinc, en caolín y en magnesita. Y por lo que se refiere a la producción, el siguiente cuadro marca la posición mundial de España, según el estudio de Anuales des Mines, diciembre 1975: SUSTANCIAS Mercurio Piritas Espato flúor Andalucita, cianita, silimanita Sulfato de sodio natural Potasa ... ._ Uranio Feldespato Asfalto Ilmenita Caolín ... Magnesita Oro ; Bentonita Plomo Plata Cinc Hulla ... Sal común Beritina Lignito Mineral de hierro ... Wolframio .... ... ... Talco Estaño Antimonio Cobre Petróleo Lugar mundial de España 1 2 2 4 4 7 8 8 9 9 9 9 12 12 14 14 14 16 16 17 18 18 18 18 21 22 25 53 Porcentaje español de la producción mundial 24,2 9,7 9,9 2,5 9,8 2,7 0,5 2,3 0,6 0,1 1,4 3,1 0,4 1,0 1,8 1,2 4,7 0,4 1,3 2,1 0,4 0,7 0,8 0,8 0,2 0,2 0,3 0,3 Porcentaje de la producción mundial del país con mayor producción 24,2 ( España) 23,4 ( URSS.) 23,4 ( Méjico) 34,5 ( EE. UU.) 32,1 ( EE. UU.) 26,3 ( URSS.) 35,5 ( EE. UU.) 26,6 ( EE. UU.) 67,6 ( EE. UU.) 32,1 ( Canadá) 26,5 ( EE. UU.) 19,1 ( Corea del Norte) 63,4 ( Sudáfrica) 79,7 ( EE. UU.) 15,4 ( EE. UU.) 16,6 ( Canadá) 23,3 ( Canadá) 23,7 ( EE. UU.) 26,3 ( EE. UU.) 22,7 ( EE. UU.) 30,0 ( Rep. Dem. Alemana) 26,3 ( EE. UU.) 21,0 ( China) 30,4 ( Japón) 32,6 ( Malasia) 22,2 ( Sudáfrica) 20,7 ( EE. UU.) 16,4 ( EE. UU.) De nuevo no es el porcentaje total de las producciones en globo — un 0,6 por loo—, sino la enorme diversificación de éstas y las posibilidades de aumentar, a plazo medio, algima de las minas de modo sustancial, lo que resulta significativo. 44 CICLO PRIMERO Efetos inventarios, que se ponen en relación con modelos econométricos bastante refinados, comienzan a generalizare en las naciones más prósperas y con mayores deseos de atisbar su futuro. Por eso, se ha de dar la bienvenida a la publicación en España del ya citado Plan Nacional de Abastecimiento de Materias Primas Minerales ( PNAMPM), 1979- 1987, por parte del Ministerio de Industria y Energía, en cumplimiento de la Ley 6/ 1977, de 4 de enero, de Fomento de la Minería, que se desarrolla gracias al Real Decreto 1.910/ 1977, de 10 de junio, por el que se determina la composición de la Comisión Interministerial Asesora del Plan Nacional de Abastecimiento de Materias Primas Minerales. Todo esto ha de relacionarse con la creación, por Real Decreto 273/ 1977, de 25 de febrero, de la Comisaría de la Energía y Recursos Mineros, que coordina la Dirección General de Minas e Industrias de la Construcción, y la Dirección General de. la Energía. La prim. era, por el mencionado R- eal Decreto, se estructura en cuatro Subdirecciones Generales, una de las cuales es la denominada de Ahastecimiento de Recur& os Minerales. Al propio tiempo se han ampliado las posibilidades del Instituto Geológico y Minero de España. Finalmente, el 22 de diciembre de 1978, se adoptó un acuerdo por el Consejo de Ministros, en el que se aprueba el PNAMPM. para el citado período 1979- 1987. Según declaró el entonces Ministro de Industria y Energía, Agustín Rodríguez Sahagún, " el objetivo fxmdamental del Plan es promover y desarrollar, dentro y fuera del territorio nacional, la investigación, la explotación y el beneficio de los minerales, con el fin de procurar el abastecimiento, en las mejores condiciones de economía y seguridad, de materias primas minerales a la industria. Se trata, en definitiva, de que nuestra dependencia económica del exterior, que es del orden del 70 por 100 y total en algunas sustancias, no sólo no siga aumentando, sino que se sitúe en un orden del 60 por 100 en 1982 y im 46 por 100 en 1987, pero tanto da". Los incrementos de precios de los mercados mundiales hacen que esta tarea, obviamente, sea más fácil cada vez en el interior, y cada vez más preñada de dificultades en el exterior. Se centra, según se señala en el punto 2 del referido Acuerdo, en las siguientes sustancias, que reciben la calificación de prioritarias: a) Con carácter deficitario: Fosfatos, manganeso, aluminio, níquel, cromo, hierro, cobre, estaño, asbestos, titanio, cinc y plomo. b) Con el potencial excedentario: Caolín, fluorita, granito, magnesita, mármoles, materiales arcillosos especiales, piritas, pizarras, potasas y wolframio. Tengamos en cuenta que el período anterior a la crisis marcó im^ evidente incremento en los índices de dependencia de nuestras producciones minerales. SEGUNDA CONFERENCIA 45 La Industrialización creciente utiliza materias primas minerales baratas, que resultan, en el período estudiado ( 1961- 1974), último normal en estos abastecimientos, fácilmente accesibles. No va a ocurrir lo mismo en los quince años que van a seguir: D E P E N D E N C I A ( porcentaje de importaciones S U S T A N C I A S sobre el consumo) Aluminio Asbestos Caolín Cinc Cobre Cromo Espato flúor Estaño Fosfatos , Hierro Magnesita Manganeso Níquel Plomo Sales potásicas Titanio Wolframio Granito Mármol ... Arcillas especiales ( sepiolita, bentonita). Piritas ... Pizarras 1 9 61 100,00 100,00 Nula Nula 73,70 100,00 Nula 87,20 100,00 Nula Nula 85,30 100,00 Nula Nula Nula Nula 66,80 Nula Nula Nula Nula 1974 100,00 100,00 18,30 39,70 77,10 100,00 Nula 87,20 32,00 35,40 Nula 100,00 100,00 45,00 Nula 100,00 Nula Nula 26,90 Nula Nula Nula Por tanto, es claro que nos encontramos en una situación crucial de nuestra producción minera, a causa del punto de imposible retomo que se ha cruzado en la importación, o punto de extrema abundancia. A partir de ahora, la tendencia hacia la autarquía va a progresar. Un nuevo condicionamiento ha surgido en el mundo occidental, y concretamente en España, con los denominados movimientos ecologistas. Es evidente que, una vez alcanzado voí alto nivel de renta, surge la idea de mejorar la calidad de vida. Una de estas mejoras viene de la existencia de ríos limpios, de la carencia de escombreras, de cielos azules que no se contaminen por los CICLO PRIMERO gases de los hornos que tratan minerales. Como dice Beckerman, " los primeros ecologistas fueron los ricos jugadores de golf, que deseaban que nada alterase los verdísiraos céspedes por donde evolucionaban tras los agujeros del golf". Después pasó este talante a movimientos de tipo izquierdista: es preciso destruir la civilización capitalista occidental. Es así que los movimientos obreros, cada vez más, procuran un acomodo con ésta; luego hay que romper con ella desde otro ángulo. Dado que la citada civilización capitalista occidental está basada en la industrialización, obsérvase como algo maligno a este proceso industrializador; sus hiunaredas, sus aguas llenas de sustancias tóxicas, sus ambientes pulvígenos, deben considerarse como el mal en esencia. A veces, se combinan con otros aspectos políticos. Por ejemplo, en España el separatismo vasco, desde los tiempos de Sabino Arana y Goiri, vio' con recelo la industrialización, porque exigía la llegada de inmigrantes maquetos, que, además de romper — lo que ya era grave— la unidad racial vasca, traían mentalidades agnósticas cuando menos, alterando el cuadro de respeto sumo a valores religiosos, derivado del lema básico: Dios y leyes viejas. Otras veces, se une a la lucha contra la contaminación un especial énfasis contra la contaminación nuclear, derivado prijnero de los específicos movimientos contra la bomba atómica, que se transformaron en movimientos antinucleares m ' genere. Todo esto se cruza y entrecruza con las tendencias anarquistas que la opulencia de los 60 depositó — y aún no se ha eliminado con el paro ese sedimento— en todo el mundo occidental, y que desde los campus universitarios americanos se propagó con violencia a Europa, hasta el estallido de mayo del 68 en Francia. Con cierto retraso, España se incorporó a estos movimientos ecologistas, pero no por ello lo hizo con menos calor y entusiasmo, y además su influencia, en vez de disminuir, crece. Como una expansión minera forzosamente empeora el medio ambiente, resulta obligado tenerlo en cuenta como algo que va a agravar, o dificultar, a la minería española en algún grado. Como resultado de todos estos panoramas, Leontief ha profetizado que la media de los precios relativos de los minerales aumentará en tin 2,7 por 100 entre 1970 y 1999; por su parte, los precios agrícolas lo harán en un 14 por 100, mientras que los productos mantifacturados bajarán en im 6 por 100. Países como España, si saben aprovechar esta situación, pueden alterar positivamente sus tasas de desarrollo. La profecía, pues, de que si sabemos mantenernos unidos, con adecuada disciplina laboral y con un sano espíritu patriota, las cosas pueden ir muy bien en lo material, es de las más fáciles. Las interacciones que corresponde a la Defensa para que esta favorable situación se genere son tan claras que resulta estúpido insistir sobre ellas; menos aún en Canarias, donde todo SEGUNDA CONFERENCIA 47 esto se comprende raejor todavía por la insularidad de este trozo de España. En el fondo, la Defensa, al hacer posible que las cosas jueguen favorablemente gracias a los esfuerzos del pasado, nos hace meditar en lo justo de aquella interrogación que se lee en el Fausto de Goethe: " Wer immer strebend rich bemüht dendürfen wir erlassen?", o sea, " ¿ por qué no salvar lo que ha costado tanto trabajo?" SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS C I C L O I TERCERA CONFERENCIA Tema: « ASPECTOS MILITARES DE LA DEFENSA NACIONAL » Pronunciada por el Excmo. Sr. D. Ricardo Arozarena Girón, Teniente General, Director del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, en el Salón de Actos de la Escuela Superior de la Marina Civil, en Santa Cruz de Tenerife. 5 de diciembre de 1979 DEFENSA MILITAR 1. CONSIDERACIONES PREVIAS E INTRODUCCIÓN. « Sean mis primeras palabras de agradecimiento al Capitán General y al Rector de esta Universidad por la invitación para venir aquí, en mi calidad de
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Calificación | |
Título y subtítulo | Seminario cívico militar de Canarias: conferencias: ciclo V |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Madrid |
Editorial | Talleres del Servicio Geográfico del Ejército |
Fecha | 1986 |
Páginas | 404 p. |
Datos serie | Seminario Cívico Militar de Canarias ; Ciclo V |
Materias |
Economía Canarias Congresos y conferencias |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 19159391 Bytes |
Notas | 5º Seminario Cívico Militar de Canarias |
Texto | SEMINARIO CÍVICO- MILITAR DE CANARIAS C I C L O V ( 1979 - 84) CONFERENCIAS SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS CONFERENCIAS CICLO V BISliOTECA yMiVEñSITARIA LAS PALMAS DE G. CANARIA N." Dosumento SCM "^ ^ N.° Copia ^ Ü Í 3 3 _ Í _ _ "" Tu^ Vm^ ^ i^' i'^ U Depósito Legal: M- 5.788- 1986 ISBN.: 84- 505- 3051- 2 Obra completa ISBN.: 84- 505- 3056- 3 Tomo V TALLERES DEL SERVICIO GEOGRÁFICO DEL EJÉRCITO.—^ MADRID, 1986 CONFERENCIAS NDICE GENERAL Páginas C I C L O I LA ECONOMÍA PARA LA DEFENSA EN EL ÁMBITO DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO Primera Conferencia: LA DEFENSA NACIONAL, PROBLEMAS DE COORDINACIÓN 3 Segunda Conferencia: DEFENSA ECONÓMICA DE ESPAÑA Y LA CRISIS DE 1974 23 Tercera Conferencia: ASPECTOS MILITARES DE LA DEFENSA NACIONAL 49 1. Consideraciones previas e introducción 51 2. Defensa Nacional 53 2.1. Concepto general 53 2.2. Política general ( PG.) 53 2.3. Política de Defensa ( PD.) 54 3. Defensa militar 55 3.1. Concepto general • 55 3.2. Política militar ( PM.) 55 3.3. Organización 58 3.4. Proceso de planeamiento 58 4. Datos bases 59 4.1. Situación estratégica 59 4.2. Amenazas 62 5. Organización y articulaciones de la fuerza 63 5.1. Misiones 63 5.2. Capacidades de acción 63 5.3. Organización 64 6. Doctrina 65 7. Moral 66 8. Conclusiones 67 VI ÍNDICE GENERAL Páginas Cuarta Conferencia: DEFENSA CIVIL 77 I. Introducción ,. 81 1. Una situación a medias entre la realidad y la ficción 81 2. La Seguridad Nacional 82 II. La Defensa Civil según el concepto actual de Defensa Nacional. 82 1. El concepto de Defensa Nacional 82 2. La Defensa Nacional no es competencia exclusiva de los militares. 83 3. Falsa idea y concepto auténtico de la Defensa Civil 83 4. Trascendencia del tema. Lo que nadie desconoce o debería desconocer 83 5. Las misiones de la Defensa Civil 84 5.1. Sostenimiento y robustecimiento de la capacidad moral de resistencia de la población 84 5.2. Continuidad y seguridad de la acción de gobierno y de las administraciones públicas 84 5.3. Protección de personas y bienes. Proteccón Civil 84 5.4. Movilización para el apoyo de la defensa militar y económica. 84 III. La Protección Civil 85 1. Teoría o doctrina general 85 1.1. Sus orígenes: de la defensa pasiva a la Protección Civil 85 1.2. Las enseñanzas de la II Guerra Mundial 85 1.3. Los comienzos de la Protección Civil en diversos países 85 1.4. Generalidades de la Protección Civil 86 1.5. Concepto actual de la Potección Civil 86 1.6. La eficacia de la Potección Civil: algunos datos estadísticos ... 86 1.7. Amplitud de tareas de la Protección Civil. El « Cuarto Ejército » . 87 1.8. Lo que comprende la Protección Civil 87 1.9. Lo que requiere la Protección Civil 87 1.10. La Protección Civil, derecho y deber: necesidad de una « moral » de la Protección Civil 88 1.11. Las funciones precisas para ordenar los medios o servicios que exige la Protección Civil: mando, seguridad, socorro, protección.- 88 1.12. Consideración especial de la autoprotección 89 1.13. Referencia a los refugios o espacios subterráneos 90 2. La Protección Civil en el ámbito internacional. Los países más avanzados en materia de Protección Civil 91 2.1. Proyección internacional de la Protección Civil. « L'Union Internationale de Secours » ; la « Organisation International de Pro-tection Civile » 91 2.2. La Protección Civil en Francia, Alemania, Suiza, Suecia y Dinamarca 91 2.3. La Protección Civil en Estados Unidos y en la URSS., como factor determinante de cambios en las estrategias soviética y norteamericana. El efecto disuasorio de la Protección Civil 93 ÍNDICE GENERAL vn Páginas 3. La Protección Civil en España 96 3.1. Organización 96 3.2. Legislación 97 3.3. Los medios de la Protección Civil en España 97 3.4. Programas generales y particulares y planes de emergencia. 98 3.5. Lo que tenemos y lo que nos falta en materia de Protección Civil 99 3.6. Principios inspiradores de una reforma de la Protección Civil en España 100 IV. Sostenimiento y robustecimiento de la capacidad moral de resistencia de población 101 1. Creación de una voluntad colectiva de defensa. Evitar el « pánico social » 101 2. Papel de los medios de información; la formación de cuadros de personal; acción psicológica; la educación cívica en los planes de EGB., BUP., Formación Profesional y Enseñanza Superior. 102 V. La movilización como apoyo a la defensa militar y económica. 103 1. Aplicación de todos los recursos para fines de defensa: recursos en ejercicio y recursos latentes 103 2. La legislación española sobre movilización 104 3. Necesidad de una transformación y adaptación a las nuevas situaciones derivadas de la Constitución de 1978 y a la perfecta integración de la movilización en el conjunto de fines de la Defensa Civil dentro del marco de la Defensa Nacional. 105 VI. La continuidad y seguridad de la acción de gobierno y de las Administraciones Públicas 105 1. Es la menos estudiada y la menos estructurada de las misiones que integran la Defensa Civil 105 2. Causas y supuestos de la posible perturbación o ruptura de la continuidad 106 3. La actual situación española, es decir, la construcción de un nuevo modelo de Estado — a partir de la Constitución de 1978—, hace más difícil, pero también más necesario, el estudio de las soluciones posibles 107 4. La « cadena civil de mando » ; fallos actuales y fórmulas de solución. El ejemplo de proyecto de Ley Orgánica del Gobierno, de la Administración del Estado y de la Función Pública. La doctrina de la autoridad o funcionario « de facto » 107 Vil. Conclusiones. Lineas de acción 109 Conferencia de clausura ( quinta): REFLEXIONES SOBRE UN SEMINARIO CÍVICO MILITAR 111 vm ÍNDICE GENERAL Páginas C I C L O II LOS COSTES DE LA INSULARIDAD CANARIA Y LA DEFENSA NACIONAL Primera Conferencia: LOS COSTES DE LA INSULARIDAD EN CANARIAS. 127 1. Las dificultades de la industrialización sustitutiva de importaciones en áreas pequeñas 130 2. Las dificultades de la creación de Industrias nuevas 131 3. Recapitulación 134 Segunda Conferencia: LA DEFENSA COMO PROBLEMA ECONÓMICO ... 139 1. Introducción 141 2. El problema económico de la Defensa 142 3. ¿ Defensa contra qué? 145 4. Implicaciones del potencial económico 147 5. Eficiencia en el empleo de los recursos para la Defensa 149 6. La Defensa Económica 151 7. Dependencia energética de España 153 7.1. Algunos condicionantes exteriores políticos y económicos ... 154 7.2. Posibles líneas de acción para reducir la dependencia del exterior y facilitar la fluidez en el aprovisionamiento de recursos energéticos 155 Tercera Conferencia: LA INSULARIDAD COMO PROBLEMA CONTEMPORÁNEO 157 1. Dualidad entre mar y continente 160 2. Las consecuencias de una situación internacional polivalente. 165 3. Problema de la renta de situación y de los costes de situación. 166 4. El problema de Occidente y su estrategia insular 172 C I C L O I II LOS PROBLEMAS DEL SECTOR AGRARIO EN LA ECONOMÍA CANARIA Y EN RELACIÓN CON LA DEFENSA NACIONAL Primera Conferencia: LA AGRICULTURA ESPAÑOLA: UN SECTOR CON FUTURO 183 Segunda Conferencia: LA PROBLEMÁTICA EN CANARIAS EN RELACIÓN CON NUESTRA POLÍTICA DE DEFENSA 203 1. Introducción 205 2. Cuatro pilares geográficos de Canarias: Situación, suelo, agua y clima 207 ÍNDICE GENERAL IX Páginas 3. La economía canaria en relación con nuestra Defensa Nacional. 211 4. La Política de Defensa en relación con Canarias 212 5. Aspectos de nuestra política militar más relacionados con la problemática canana 215 , 6. Incidencia de los problemas del sector agrario en determinados momentos de la Defensa en Canarias 219 7. El « habitat » agrícola canario en relación con la Defensa 221 8. Los recursos agrícolas canarios y su importancia para la Defensa Nacional 223 9. Aspectos logísticos de la agricultura canaria 224 10. Planes ministeriales de Defensa relacionados con la agricultura. 225 11. Problemática canaria de las zonas e instalaciones de interés para la Defensa Nacional 227 12. Conclusiones 229 Nota bibliográfica 230 Tercera Conferencia: LA PLANIFICACIÓN DE LOS RECURSOS AGRO-ALIMENTARIOS EN LA DEFENSA DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO 233 C I C L O IV ENERGÍAS ALTERNATIVAS Y AHORRO ENERGÉTICO Conferencia de inauguración ( primera): ENERGÍA SOLAR: ESTADO ACTUAL Y PERSPECTIVAS 255 1. Consideraciones preliminares 257 1.1. El mundo moderno, mundo energético 257 1.2. La energía en España. El PEN 259 1.3. Propósito 259 2. Naturaleza de la radiación solar 260 2.1. El Sol como fuente de energía 260 2.2. La Tierra y la radiación solar. La constante solar ... 262 2.3. Factores que afectan a su empleo 265 3. Sistemas de captación térmica 268 3.1. Sistemas pasivos y activos 268 3.2. Sistemas pasivos 268 3.3. Colectores activos 271 4. Sistemas de captación fotónica 278 4.1. Captación fotoquímica 278 4.2. La captación fotovoltaica 282 5. Comparación entre los distintos sistemas 285 5.1. Requerimientos en tecnología, materiales y almacenamiento ... 285 5.2. Comparación de características esenciales 286 5.3. El impacto social 286 ÍNDICE GENERAL Páginas 5.4. Datos energéticos. La relación coste/ potencia 287 5.5. Adecuación 288 6. Algunas aplicaciones de la energía solar 289 6.1. Generación de agua caliente sanitaria 289 6.2. Desalación 290 6.3. Generación termodinámica de electricidad 291 6.4. Aplicaciones de los generadores solares fotovoltaicos 294 6.5. Producción de combustibles líquidos a partir de la biomasa ... 295 7. El futuro de la energía solar 295 7.1. Planteamiento 295 7.2. Producción de calor a baja temperatura. Los colectores planos. 297 7.3. Producción de electricidad 297 7.4. La bioenergética 299 Segunda Conferencia: ESTADO ACTUAL DE LA PROSPECCIÓN Y EXPLOTACIÓN DE LA ENERGÍA GEOTÉRMICA 301 Tercera Conferencia: LA ENERGÍA EOLICA: UNA RESPUESTA AL DESAFIO RIEGO- ENERGÍA EN LAS ISLAS CANARIAS. 319 1. Introducción 321 2. El desafío riego- energía en las Islas Canarias 323 3. Las energías renovables 325 4. La energía del viento ...• 326 5. Aeroturbinas. Potencia y aspecto del diseño 329 6. Clases de aerogeneradores y estado actual de la tecnología ... 331 6.1. Aerogeneradores de eje horizontal ... 333 6.2. Aeroturbina de eje vertical « Darrieus » 334 6.3. Aerogenerador de eje vertical « Gyromill » 335 7. Almacenamiento de la energía eólica 335 7.1. Almacenamiento de energía 336 7.2. Aerogenerador asistido por un sistema energético autónomo de apoyo 338 7.3. Autogeneración interconectada en paralelo con la red eléctrica comercial 339 8. Aplicaciones de la energía eólica a Canarias 341 Anexos 345 C I C L O V Primera Conferencia: EL ESPACIO ESTRATÉGICO GIBRALTAR - CANARIAS 359 1. Introducción y consideraciones previas 363 2. El espacio físico 366 3. Los subespacios estratégicos 367 3.1. Golfo de Cádiz y Gibraltar 367 ÍNDICE GENERAL XI Páginas 3.2. Archipiélago canario 370 4. Aspectos estratégicos y de seguridad ... 372 4.1. Elementos estratégicos 372 4.2. Tensiones existentes y posible conflictividad 373 5. Intereses y amenzas en el espacio 376 5.1. Intereses 376 5.2. Amenazas 378 6. Algunas conclusiones 379 Segunda Conferencia: A VUELTAS CON LA INDUSTRIALIZACIÓN DE CANARIAS 383 1. Introducción 385 2. El papel de la industria ante la problemática socioeconómica de Canarias 385 3. Antecedentes próximos de la industrialización de Canarias ... 390 4. Análisis estructural de la industria en Canarias 393 5. Industria y entorno 395 5.1. Las posibles grandes líneas de evolución de la industria mundial 395 5.2. La evolución del entorno exterior: la adhesión a la CEE 397 6. Posibles directrices para una estrategia industrial 400 6.1. . Sectores potenciales 400 6.2. Plan industrial de Canarias 403 6.3. Marco económico legal 404 7. Conclusiones 405 Tercera Conferencia: IMPORTANCIA ESTRATÉGICA DE LAS ISLAS CANARIAS A TRAVÉS DE LA HISTORIA 407 SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS CICLO I « LA ECONOMÍA PARA LA DEFENSA EN EL ÁMBITO DEL ARCHIPIÉLAGO CANARIO » CONFERENCIAS I. « La Defensa Nacional, problemas de coordinación » , por el Excmo. señor D. AGUSTÍN RODRÍGUEZ SAHAGUN. II. « Defensa económica y la crisis de 1974 » , por © I limo. Sr. D. JUAN VELARDE FUENTES. III. �� Defensa militar » , por el Excmo. Sr. D. RICARDO AROZARENA GIRÓN. IV. « Defensa Civil » , por el limo. Sr. D. ANDRÉS DE LA OLIVA DE CASTRO. V. « Reflexiones sobre un Seminario Cívico- Militar » , por el limo. Sr. D. ENRIQUE FERNANDEZ CALDAS. SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS C I C L O I CONFERENCIA DE INAUGURACIÓN ( PRIMERA) Tema: « LA DEFENSA NACIONAL. PROBLEMAS DE COORDINACIÓN » Pronunciada por el Excmo. Sr. Ministro de Defensa D. Agustín Rodríguez Sahagún, en el Salón de Actos de la Escuela Superior de la Marina Civil, en Santa Cruz de Tenerife. 29 de octubre de 1979 DEFENSA NACIONAL. PROBLEMAS DE COORDINACIÓN « Excmos. e limos. Sres., Sras,, Sres., queridos amigos todos: Permítamele, en primer lugar, expresar públicamente mi satisfacción por encontrarme hoy aquí, entre Vdes., en este maravilloso trozo de España, que son las Islas Canarias, las " Islas Afortunadas", las islas donde esa prodigiosa combinación de su clima, su emplazamiento, sus tierras y la amabilidad de sus gentes hacen que todos los sueños de futuro sean posibles. Satisfacción también, por el hecho de que mi preáencia tenga lugar, precisamente, con ocasión de inaugurar este seminario cívico- militar, feliz iniciativa conjxmta a cargo de la Capitanía General de Canarias y de la Universidad de La Laguna, que yo he prometido apoyar y que considero un modelo de la colaboración pernaanente que debe existir entre las Fuerzas Armadas y la sociedad a la que pertenecen y a la que sirven, y un instrumento fundamental para lograr la formación imprescindible de ima auténtica conciencia común de Defensa Nacional como enuncia el programa del Seminario al señalar los objetivos del mismo. Porque la Defensa Nacional, Sras. y Sres., no es sólo cosa de militares, sino que nos concierne a todos los ciudadanos, a todos los españoles, a todos nosotros. Mi satisfacción, también, y mi agradecimiento, Sres., por su asistencia y su atención, que espero no defraudar. Aunque déjenme anticiparles que, a pesar de que se trate de una corrferencia, no desearía que fuera una conferencia académica, sino más bien, casi im relajarme un rato con Vdes., un desahogo, ima especie de pensamiento en voz alta sobre los que son mis problemas e inquietudes de este momento, la tarea de mi quehacer cotidiano, pues ese es el tema que he elegido precisamente para esta conferencia, cuyo título es " Defensa Nacional, proble. mas de coordinación". Y la ordenación y coordinación de la Defensa, junto a la ejecución de la Política Militar son, precisamente, las principales funciones que la normativa vigente asigna al Ministro de Defensa. CICLO PRIMERO Decía antes, Señores, que la Defensa Nacional es cosa de todos y exige una auténtica voluntad nacional, pero permítanme que añada que la Defensa es imo de los campos más complejos de la política administrativa, complejidad que aumenta en el mundo de hoy por su interrelación con el resto de las ramas, ya sean la política interior o la política exterior, la política económica en cualquiera de sus aspectos o la política educativa y cultural. De todas ellas, y muchas más, depende la Defensa Nacional y todos los T> er parlamentos de la Administración, todos los Ministerios tienen una misión que ciunplir en el desarrollo de la política de Defensa. Como decía Clause-witz: " Afrontar ima guerra exige toda la potencia de ima nación, y es esta visión global del conflicto bélico, no sólo como im combate entre los Ejércitos, sino como una verdadera confrontación entre estructuras y fuerzas nacionales y la necesidad de coordinación que de ella deriva lo que ha llevado en los Estados modernos al nuevo concepto de Defensa y a su nueva organización estructural." La Defensa Nacional implica tm volumen importante de gastos, pero tam. bién vm importante volumen de empleó y de creación de puestos de trabajo. Supone vai " background" de ciencia avanzada y de tecnología. Fuertes dosis de información y de formación profesional y general. Supone medios personales y materiales propios,' pero puede suponer también cooperar con otros países. Representa vtn considerable esfuerzo civil, pero igualmente la disposición de un adecuado potencial militar. Y supone cantidades ingentes de organización, coordinación y " management". Porque entre las decisiones políticas para preservar la paz en todo momento y defender nuestros valores e intereses, llegando al empleo de la fuerza en caso necesario y el conjunto de mandos y soldados de tierra, mar y aire, a quienes corresponde la puesta en práctica de su utilización, debe existir todo vin complejo y elaborado sistema, en parte civil, pero fxmdamentalmente militar, que asegure la operatividad y el estar permanentemente a ptinto durante la paz, y que permita la planificación, dirección, control, coordinación y desarrollo de las operaciones en la guerra o en caso de emergencia. Un complejo y elaborado sistema que debe garantizar que disponemos de xmas Fuerzas Armadas que constituyan por sí mismas un decisivo factor de disuasión, con capacidad de reacción inmediata y de respaldo de nuestra política exterior. Una concepción moderna de la Defensa en una sociedad altamente tec-nificada, quiere decir wa alto grado de organización que permita poner a disposición de los objetivos de la misma, en caso necesario, a través de la adecuada moviüzación de los recursos nacionales: su tecnología, su industria, su energía, sus medios de transporte y de comimicación; en fin, toda la capacidad de la Nación. La Defensa Nacional, como dice el Proyecto de Ley Orgánica, por la que se regulan las bases de la Defensa Nacional y de PRIMERA CONFERENCIA la Organización Militar actualmente en tramitación en el Congreso, es " la disposición, integración y acción coordinada de todas las energías y fuerzas morales y materiales de la Nación, ante cualquier forma de agresión. Y tiene por finalidad garantizar, de modo permanente, la unidad, soberanía e independencia de España, su seguridad e integridad territorial y el ordenamiento constitucional, asegurando la vida de la población y los intereses de la Patria". Se trata, en definitiva, de todo el conjxmto de medidas que el Estado debe adoptar para lograr y mantener la Seguridad Nacional y preservar la paz, como obligación primordial respecto de la Comunidad Nacional. George Washington decía, recogiendo la idea de los clásicos latinos: " Que estar preparados para la guerra es uno de los métodos más eficaces para preservar la paz". Para las Fuerzas Armadas, que constituyen el componente básico y esencial de la Defensa Nacional, aunque no sea el único, estar preparadas para la guerra implica, por supuesto, el desarrollo de unos planes operativos y de xaia doctrina táctica conforme a la consecución de im equipo adecuado y de los medios para sostenerlo, la disposición de hombres capaces y experimentados en el mantenimiento y viso de este equipo, pero supone también — y de forma fundamental— la motivación de estos hombres con lui sentido y tui propósito claró de victoria, es decir, con voluntad de vencer. En definitiva, con unos ideales elevados y una alta moral e ilusión. Yo, quizás por el hecho de que hasta hace año y medio que me metí en las tareas de gobierno había repartido mi tiempo entre la vida de la empresa y la enseñanza de la política económica y de las técnicas de organización en la Universidad, he comparado siempre el trabajo del Ministro de Defensa con el " management" de ima gran empresa. Una gran empresa en la que la dirección debe estar muy bien organizada y en la que para que se funcione con un perfecto sincronismo, los individuos deben adecuarse a niveles muy altos de integración y disciplina. No podemos olvidar que el Ministerio de Defensa afecta directamente a más de 440.000 personas: 100.000 militares profesionales, en números redondos; más de 40.000 funcionarios civiles y unos 300.000 de reemplazo, además de sus familias y de las clases pasivas. Y no podemos olvidar, que al final de la cadena de decisiones está siempre el hombre. El hombre con sus necesidades, sus preocupaciones, sus inquietudes. Y no se pueden alargar las esperas ni los plazos. Yo soy consciente de esta situación y he hecho uno de mis primeros objetivos — aun conociendo todas las hmitaciones que tengo—, el de agilizar la burocracia, porque, como antes decía: al otro lado del muro de la burocracia está siempre el hombre, a veces padeciendo fuertemente sus consecuencias. Decía, señores, que estamos en un proceso. En un proceso que hay que conocer cuáles son los objetivos que perseguimos, pero saber también que. CICLO PRIMERO como decía el poeta francés, Paul Valery: " Nuestro deber no es tanto alcanzar los objetivos, sino estar en marcha." Sin embargo, este esfuerzo metódico de organización — utilizando el término del Presidente de la República francesa, Valery Giscard d'Estaing—. Sin embargo, repito, este esfuerzo metódico de organización y este alto nivel de adiestramiento y disciplina, ambos requisitos absolutamente indispensables, por sí solos no son suficientes. Se exige también — como antes señalaba— una fuerte dosis de ilusión. Es decir, un Ejército, para vencer, debe estar bien dirigido, bien armado y bien entrenado; pero debe estar, igualmente, " bien inspirado". Creo que puede decirse con verdad que nuestra fuerza está en nuestro ideal. Abordar con posibilidades de éxito estas tareas de Defensa Nacional en un mundo cambiante como el de hoy, exige la elaboración de una política de áejensa a corto, medio y largo plazo, y exige también la definición clara y precisa de la responsabilidad de cada uno de los órganos que en ella deben participar, así como disponer de las estructuras adecuadas de coordinación. Respecto a esta política, explicaré luego el llamado ciclo de Defensa, que constituye el nuevo procedimiento en aplicación mediante el sistema de planeamiento, programación, presupuesto, de cara a la década decisiva de los años ochenta. En este ciclo se establece la responsabilidad de participación que corresponde a los diferentes Órganos superiores de la Defensa Nacional, según la normativa vigente. Me referiré primero, sin embargo, a los instrumentos y estructuras con que se cuenta para la coordinación, que es — como antes he sañalado— la responsabilidad principal del Ministro de Defensa. En España, hasta hace dos años, existían tres Ministerios distintos: uno para cada imo de los Ejércitos. Consecuencia lógica de esta independencia ha sido probablemente una insuficiente coordinación, a la que, en los aspectos operativos, se trató de poner remedio con la creación del Alto Estado Mayor. Administrativamente, como ocurría en todos los países que pasaban por la misma situación, la coordinación resultaba más difícil si cabe, dado que no existía una autoridad con la responsabilidad de imponerla. Por ello, siguiendo el camino de otras naciones que nos habían precedido en la decisión, en 1977 se creaba en España el Ministerio de Defensa, integrando los antiguos Ministerios del Ejército, la Marina y el Aire. Una vez que fué decidida su creación, absorbiendo los . tres Ministerios militares anteriormente existentes, para su puesta en marcha se podían haber seguido tres caminos o procedimientos diferentes que corresponden a tres diferentes alternativas. . El primero era empezar por arriba, desde el vértice de la pirámide hacia abajo. Comenzar, por tanto, por la Ley de Criterios Básicos, esta Ley Orgá- PRIMERA CONFERENCIA nica definitoria del marco de la Defensa que ahora estamos presentando; seguir con la Liey constitutiva del Ministerio de Defensa, estructurando a priori los órganos a existir; institucionalizar la Jiinta de Jefes « de Estado Mayor, etc., llegando hasta los últimos elementos de la base, es decir, perfilando desde arriba hacia abajo todos los componentes del Ministerio. Habría sido probablemente un proceso muy claro, pero un tanto teórico, porque no se trataba de una Nación nueva, de un Estado que empieza a existir y se construye todo él ex- novo, sino que había que partir de. imas estructuras preexistentes y ya en funcionamiento que había que integrar. Un segundo camino habría sido — a la inversa— empezar por la base de la pirámide, resolviendo una a uno los diversos aspectos parciales y los problemas particulares de cada Ejército para después, por integración, llegar al vértice. El último sistema, que fué precisamente el que se siguió, es un sistema intermedio. Aceptando — como digo— que se partía de tmas estructuras ya existentes, a veces tremendamente heterogéneas, que había que coordinar, armonizar e integrar; pero aceptando también con realismo que esto era un proceso, y no bastaba el simple toque de una varita mágica que produjera la transformación. Y aceptando, asimismo, que se trataba de estructuras humanas que exigen un proceso paulatino de adaptación para esa integración, y que no se pretende unificar, sino integrar, porque pueden existir diferencias o matices cuya subsistencia se justifique, bien sea por razón de los medios a utilizar por cada Ejército, o de otras diversas circunstancias, incluida la propia tradición. Un proceso arduo, largo y laborioso que exige entrega, buena voluntad e imaginación para superar diferencias de terminología, de normativa, de orgánica, de criterios, de tantas y tantas cosas que constituyen un verdadero desafío a la capacidad de organización de cuantos estamos en esta tarea. Un apasionante desafío. Les decía, señores, que se eligió el sistema intermedio, y creo que fué xm acierto total. Se trataba — como dice el poeta— " de hacer camino al andar", y ciertamente que, aunque todavía queda un largo trecho por recorrer para lograr un verdadero Ministerio de Defensa, también es cierto que mirando hacia atrás puede verse que es mucho el camino realizado. Como antes indicaba, al Ministro de Defensa le están encomendadas las tareas de ordenación y coordinación de la política del Gobierno de Defensa Nacional, y cuando no se la reserva el Presidente, también la dirección de esta política. Es de su competencia, asimismo, la ejecución de la política militar, sobre la que no me voy a extender, pues en las próximas sesiones del ciclo habrá una Conferencia dedicada específicamente, a ella. Debo añadir qué el Ministerio es también responsable de capacitar a los Ejércitos para. 10 CICLO PRIMERO cxunplir sus misiones, proporcionándoles los medios adecuados dentro de los recursos disponibles. Para hacer frente a mis cometidos, dispongo en el organigrama del Ministerio de unos órganos constitutivos de la cadena de mando militar y otras que forman parte de la rama político- administrativa. La cadena de mando militar está integrada por los Jefes de Estado Mayor del Ejército, la Armada y del Ejército del Aire, y por la Administración Militar dependiente de los mismos. Estos Jefes, como primeras Autoridades de la cadena de mando militar de cada Ejército, junto a un Presidente, nombrado por Decreto y que debe ser un Teniente General o Almirante, forman la Jtinta de Jefes de Estado Mayor, que, bajo la dependencia del Presidente del Gobierno, ejercida por delegación por el Ministro de Defensa, constituye el Órgano colegiado superior de la cadena de mando militar responsable de la conducción de las operaciones y de la operatividad y eficacia conjunta de las Fuerzas Armadas, cuyo mando supremo corresponde a S. M. el Rey, de acuerdo con el artículo 62 de la Constitución. Las competencias de la Jxmta de Jefes de Estado Mayor son muy variadas. Así, por ejemplo, le corresponde asesorar en política militar a la Junta de Defensa Nacional, que es, a su vez, el supremo Órgano asesor y consultor de la Defensa. La Jimta tiene igualmente que formular el Plan Estratégico Conjunto y ejercer su conducción a través de los planes de cada Ejército. Compete también a la Junta asesorar en la fijación de los criterios básicos de la Organización Militar de alto nivel. Así lo ha hecho en la elaboración del Proyecto de Ley Orgánica, que está en este momento en la Cámara, y está trabajando en el nuevo Proyecto de Ley de Organización Militar. Otras funciones de la Junta son programar la realización de ejercicios y maniobras conjuntos, coordinar la logística de los tres Ejércitos de acuerdo con el Plan Estratégico Conjunto y coordinar también los sistemas de telecomunicaciones y de guerra electrónica, necesarios para el ejercicio de la conducción estratégica. Otro órgano fundamental de la Defensa es la Subsecretaría. Está definida como el principal colaborador del Ministro de Defensa en tareas de política y gestión de recursos de orden legal, financiero y los que se determinen de personal. Es el verdadero elemento de trabajo de diario y ayuda del Ministro, y el órgano encargado de hberar a los Cuarteles Generales de un sinfín de problemas y preocupaciones. Sobre él está recayendo el peso fimdamental de llevar adelante el proceso de homogeneización e integración de los Ejércitos en los aspectos normativos y administrativos. Cuenta, para realizar su tarea, con una Secretaría General de Personal y Acción Social, que está desarrollando una importantísima labor en la retaguardia.: Hay. también una Secretaría General Técnica, encargada, entre PRIMERA CONFERENCIA 11 otras fiinciones, de toda la tarea de homogeneización de la normativa; una Intervención General, que hace también todas las tareas de Asesoría Fiscal; una Secretaría General de Asuntos Económicos, y, finalmente, una Secretaría General de Política de Defensa, cuyo titular es al mismo tiempo Secretario de la Junta de Defensa Nacional y que es el encargado del segui-mieftto del Ciclo de Defensa Nacional, al que luego me referiré. De gran trascendencia para la Defensa es la Dirección General de. Armamento y Material. Su importancia es capital, pues le corresponde el coordinar y ejecutar la política de armamento y m, aterial de las Fuerzas Armadas con las normas y especificaciones que señalen los Estados Mayores de los Ejércitos respectivos. Si antes he dicho que la existencia durante tantos años de tres Ministerios militares separados ha dado lugar a múltiples diferencias y a una dispersión de esfuerzos grande, éste es uno de los campos en que más se puede observar las consecuencias de esa dispersión. Hasta hace poco, cada Ejército llevaba su política particular en temas tan importantes como la investigación y el desarrollo, la fabricación y nuevas construcciones, las compras y las ventas de material, el mantenimiento, la inspección industrial y hasta las ventas de armamento y material al extranjero. Una gran parte de las actuaciones en estos campos ha pasado a ser competencia de la DEGAM., y su tratamiento global y conjunto puede tener una gran trascendencia en los aspectos de eficacia, economicidad, un nivel más racional de stocks, con la consiguiente disminución del inmovilizado que ello representa; normalización, reducción de la dependencia tecnológica y muchas otras ventajas que podremos obener. Del éxito o fracaso de esta Dirección puede depender, en gran parte, la consolidación final del Ministerio de Defensa. Es precisamente la existencia de la DEGAM., junto a la importante cifra de compras e inversiones a realizar previsiblemente en los años ochenta, lo que puede permitir vina nueva política para la industria del armamento en España. La situación actual de nuestra industria armamentística se caracteriza por el hecho de que lo que fabricamos lo hacemos con calidad; pero ni el tamaño de nuestras series es sxificientemente grande, ni tampoco la gama de productos es lo bastante amplia. El resultado es costes altos en muchas de nuestras fabricaciones, un bajo nivel de nacionalización en el amaamento de nuestros Ejércitos, elevados precios y plazos de entrega en las importaciones y, lo que es más grave, xma fuerte dependencia estratégica del exterior, tanto en lo que se refiere a adquisiciones de armas como a su mantenimiento y reparación. Cierto es que una parte importante del armamento que nuestros Ejércitos precisan es demasiado sofisticado como para pensar en producirlo aquí. Pero también es cierto que nuestra dependencia estratégica es excesiva y 12 CICLO PRIMERO que los costes extra que nos ocasiona permitirían aumentar sensiblemente nuestras dotaciones y medios. De ahí que el Ministro de Defensa, al amparo de las compras que tenemos que realizar, quiere aprovechar esta oportunidad no sólo para obtener contrapartidas comerciales e industriales, sino también contrapartidas tecnológicas que permitan iniciar nuevas fabricaciones e incluso el desarrollo de proyectos conjuntos con otros países. Debemos utilizar —^ y lo vamos hacer— estas compras como un elemento de apoyo a nuestra estructura productiva, ayudando así al proceso de reconversión industrial, de que tan necesitada está nuestra economía. No quisiera, sin embargo, que cayéramos en utopías, pues, evidentemente, de lo que se trata es de un proceso a largo plazo, un proceso nuevo en algunos aspectos y que, en otros, hay que acelerar. Ello implica mía política realista de ejsportaciones y una política de investigación e inversiones suficientemente ambiciosas, aun a pesar del difícil momento económico y financiero por el que atraviesan nuestras empresas. Algionas experiencias del pasado, como la fabricación del carro AMX- 30 por la empresa Santa Bárbara, han demostrado las posibilidades que hay. En el campo de la construcción naval, Bazán está abriendo nuevos mercados con el desarrollo propio de la corbeta tipo " Descubierta", y cabe tener fundadas esperanzas en el nuevo modelo de portaaeronaves. En el campo de la aeronáutica, el " Aviocar" y el 101 de CASA, están teniendo una gran aceptación, que puede amnentar en este último con algunas adaptaciones que se están proyectando para atender necesidades planteadas por terceros países. Debemos, sin embargo, hacer un esfuerzo mayor en campos como la electrónica, en que nuestra dependencia sigue siendo excesiva. Y otros muchos proyectos tenemos ahora entre manos, que podremos hacer realidad con la colaboración de unos y otros. Un núcleo decisivo dentro de la estructura del Ministerio para la Defensa Nacional son los Servicios de Información. Como destaqué hace unos ineses, con motivo de la toma de posesión del nuevo Director del CESID., una sociedad moderna no puede vivir sin amplias dosis de información. Una información adecuada es absolutamente imprescindible para una toma racional de decisiones. En el campo de la Defensa, se está haciendo una reestructuración importante para disponer de una información activa, oportuna y coordinada. Una información debidamente evaluada para sacar de ella cuanto pueda contener, una información continua tanto en su obtención como en su explotación. Una información, en resuraen, realizada a partir de un programa permanente de inteligencia de la Defensa. Este es el sentido de la Comunidad de inteligencia de la Defensa que se está' desarrollando y de la reestructuración que estamos haciendo del CESID., PttlMEÍlA CONFERENCIA ! § buscando adecuar su estructura interna a un modelo presidido por la idea de funcionalidad. Pero — como dije también el día a que antes hacía referencia— debemos ser todavía más ambiciosos y hacer frente al reto que la Sociedad y el Gobierno de la Nación tienen en el momento presente. El reto de abordar la estructuración de una verdadera Comunidad Nacional de Inteligencia que coordine la información de todos los Departamentos y desarrolle nn verdadero Plan de Información Nacional, asignando a los distintos Servicios los diferentes objetivos del mismo y estableciendo los Órganos adecuados de coordinación y control. Les he expuesto a ustedes hasta ahora las estructuras del Ministerio para realizar las tareas de coordinación de la Defensa Nacional, y les he expuesto también algunos de los planteamientos concretos que estamos desarrollando en el campo de la industria de armamento, de la información, etc. Pero abor^ dar la Defensa Nacional — como antes decía— supone establecer una política adecuada no sólo a corto, sino también a medio y largo plazo; una política que garantice que dispondremos en cada momento de los medios necesarios Y ello implica establecer unas prioridades, elegir entre diversas alternativas, fijar calendarios, hacer muy diversas evaluaciones de todo tipo, prever y planificar. Siguiendo también el ejemplo de otros países más avanzados y con. más recursos que nosotros, para elaborar la política de Defensa estamos poniendo en práctica este año v¡ n nuevo sistema de planeamiento, programación. y presupuesto que integra el llamado Ciclo de Defensa a que antes he hecho referencia. El punto de partida y la idea central del sistema es la necesidad de mantener una preparación continua que permita, sin necesidad de tm estado de movilización permanente, reaccionar ante los ataques que puedan presentarse, disponiendo de los instrumentos militares necesarios y facilitando la movilización total si es precisa. Esta preparación continua no es otra cosa que la suma de la preparación presente y la futura, expresada en términos de fuerza. Ahora bien, mientras la preparación presente es el resultado de las previsiones que se hicieron en el pasado, y resulta a su vez de la conjunción de la capacidad que tenemos y de la forma en que podemos utilizarla, la preparación futura depende de las estimaciones que hagamos en el presente sobre lo que necesitaremos mañana y de los programas y presupuestos que podamos aplicar para la elección de sistemas y obtención de los fondos necesarios. Lo que necesitamos en el futuro requiere que efectuemos un planteamiento en profxm. didad. Aunque no puedan efectuarse predicciones basadas en realidades firjnes, es absolutamente necesario proyectar las perspectivas a partir de datos reales, porque, debemos tener con stificiente antelación una 14 CICLO PRIMERO idea clara de las fuerzas que serán precisas en los años venideros, de cómo se van a crear y cómo se va a dar continuidad a la actual capacidad de las fuerzas existentes. No olvidemos que algunos sistemas de armas llevan muchos años para su construcción u obtención y que es preciso planificar con antelación suficiente para disponer de ellos en el mom^ ento deseado. De otra parte, es necesaria también esta orientación para informar a la industria de los proyectos en desarrollo, para que puedan poner a punto en tiempo oportuno sus estructuras productivas. La determinación que pretendemos realizar del objetivo de fuerza conjunto implica conocer precisamente una serie de datos, como " con qué clase de conflicto nos podemos enfrentar", " contra quién", " cuándo y en qué zona de operaciones podría tener lugar", " cuál debería ser la estrategia militar", " qué operaciones resultarían necesarias para la aplicación de esta estrategia" y otras muchas cuestiones que trata de resolver el Ciclo de Política de Defensa, Ciclo que, en definitiva, constituye un verdadero ejercicio de prospectiva, que se inicia a partir de la Política General definida por el Gobierno en su Programa y establece el orden en que deben realizarse las distintas acciones y las Autoridades y Organismos competentes para cada una de ellas. Teniendo en cuenta — como digo— los criterios de Política General, de la que la Política de Defensa es una parte integrante, como lo es de ésta la Política Militar, en una especie de tres círculos que están uno dentro de otro y que abarcan áreas cada vez más reducidas. Teniendo en cuenta esos criterios — repito—, el Gobierno, asistido por la Junta de Defensa Nacional — como supremo Organismo asesor y consultor para estos temas—, determina la Política de Defensa, que establece en base a la concepción estratégica elaborada por la Junta de Jefes de Estado Mayor y a las aportaciones a la Política de Defensa de los diversos Ministerios, concretando en lo que podríamos llamar el docuTnento base: — De un lado, los objetivos de la Defensa Nacional; — de otro, el reparto de responsabilidades entre el potencial militar y no militar de la Nación. A partir de este reparto, y de acuerdo con las directrices establecidas en dicho documento de política con la coordinación del Ministro de Defensa, los diversos Ministerios elaboran sus planes parciales en el aspecto industrial, financiero, diplomático, energético, etc., de manera a cumplir la misión que a cada uno le ha sido asignada. Por su parte, la Junta de Jefes de Estado Mayor, que — como antes he indicado— es el Órgano colegiado superior de la cadena del mando militar, dicta la directiva inicial de estrategia, recibe e integra las propuestas de los Jefes de Estado Mayor ( y, en su caso, de los Mandos Operativos Conjuntos) PRIMERA CONFERENCIA Í5 y redacta el Plan Estratégico Conjunto, que incluye los objetivos estratégicos a alcanzar, la evaluación militar de las amenazas que pueden ser necesarias enfrentar, la propuesta de estrategia conjionta y I9. estructura de fuerza u objetivo de fuerza que se precisa para conseguir los objetivos estratégicos. La consecución del objetivo de fuerza conjunto va a exigir que el Ministerio de Defensa disponga de vm nuevo instrumento legal para la financiación que sea precisa hasta finales de la década de los ochenta, ya que, como saben, actualmente está todavía vigente la Ley 32/ 71, prorrogada hasta 1982 por el Decreto- Ley de 1977. ^ t e Decreto- Ley señalaba que antes de terminar este año 1979 se estudiaría un nuevo programa de modernización de las Fuerzas Armadas, que luego se recogería en los presupuestos de años futuros; este programa es lo que estamos realizando con la definición del Objetivo de Fuerza Conjunto. Asimismo, en contacto los Órganos centrales del Ministerio de Defensa y la Junta de Jefes de Estado Mayor, se prepara, a partir del Plan Estratégico Conjimto y de los planes de los diversos Ministerios, el Plan Logístico de Alto Nivel que determina la forma; es decir, el dónde, cuándo, cómo y con qué proporcionar oportunamente . en tiempo y espacio los medios de toda índole establecidos como Objetivo de Fuerza en el Plan Estratégico Conjimto. En el caso de que no haya podido ajustarse binomio posibilidades de la Nación - necesidades previstas para la Defensa, la Junta de Jefes de Estado Mayor estudia los riesgos que para la consecución de los objetivos asignados al potencial militar comportan los posibles recortes en el Objetivo de Fuerza. Asimismo, la Junta de Defensa Nacional, convocada para ello, estudia la integración de los Planes Ministeriales de Defensa, del Plan Estratégico Conjunto y del Plan Logístico de Alto Nivel, comprobando si se cubren todos los objetivos de la Defensa sin superposiciones innecesarias de esfuerzos. En el caso de no haberse podido llegar, tras resolverse por los Organismos representados en la Junta los posibles problemas de lagunas o superposiciones citados en el párrafo anterior, a un equilibrio posibilidades - necesidades, la Junta de Defensa Nacional propondrá al Gobierno algunas de estas medidas: 1.^ Que incremente los gastos de Defensa, por no ser aceptables los riesgos, alimentando el peso de la carga fiscal de la Defensa. 2.^ Que se recorte el Objetivo de Fuerza, por ser aceptables los riesgos que este recorte puede conllevar. 3.^ Que se modifique la distribución de los objetivos de la Defensa entre el potencial militar y el no militar. 4.^ Que se trate de negociar nuevas aportaciones exteriores por medio de cooperación con otros países. 16 CICLO PRIMERO Él Gobierno adopta su decisión, que puede implicar la repetición de alguno de los pasos anteriores. Al final, en todo caso, existirá un ajuste entre posíbilidades- Tiecesidades y ñesgos aceptados, si los hay, que se presentará a la aprobación del Gobierno. La decisión definitiva del Gobierno es recogida por el Ministro de Defensa en el Plan General de Defensa, que es la expresión completa de cómo se pretende conducir la Política de Defensa durante un determinado período de tiempo. Lo componen: el Plan Estratégico Conjunto, el Plan Logístico de Alto Nivel, del que es parte fundaiílental el Plan de Inversiones de la Defensa; la aprobación de los planes correspondientes al potencial no militar, y el desarrollo de los Tratados, Acuerdos o Convenios con otros países. El Plan de Inversiones refleja la cifra global de inversiones a efectuar en el período considerado y tin desglose anual aproximado de las mismas. Del Plan General de Defensa — de carácter ftmdamentalmente militar y de niáximo secreto— sólo se difimde a los Organismos civiles la aprobación de la parte que a cada uno corresponde ejecutar. La segunda etapa del Plan General de Defensa, redactada también por el Ministro de Defensa, constituye la directiva para la programación por fases. Supone el primer paso de la etapa de programación del Ciclo y contiene datos más precisos, especialmente sobre posibilidades sucesivas de gastos de Defensa a lo largo del período, posibilidades generales de adquisiciones, tanto nacionales como extranjeras; previsiones sobre personal, determinaciones concretas de sistemas de armas y un sinfín de detalles más. Finalmente, viene la etapa presupuestaria. En ella, el Gobierno señala Unas directrices que el Ministerio de Hacienda traduce en instrucciones presupuestarias detalladas y concretas, en las que deben tenerse en cuenta los compromisos antes citados. Como han podido ver a través de este resumen, el Ciclo de Política de Defensa representa \ m conjunto de tareas complejo y laborioso, pero tremendamente clarificador y eficaz para ima buena gestión y sacar el mejor partido posible a los recursos que España puede destinar a la Defensa. Recursos que hoy por hoy son inferiores a lo que destinan otros países semejantes a nosotros. Esto es luia situación que viene de muy atrás y que tiene su explicación en un sinfín de causas, pero que tenemos que ir su��perando poco a poco en ese esfuerzo solidario a que me he referido. Las dotaciones para Defensa en 1979 han ascendido a unos 224.000 millones de pesetas. Algo más de la mitad ha sido para el Ejército de Tierra, y el resto, casi, a partes iguales, se ha repartido entre la Armada ( 54.000 millones) y el Ejército del Aire ( 48.000 millones). Pero estas cifras, con todo lo altas que puedan parecer, son sólo el 13,5 por 100 del Presupuesto General del Estado y, aproximadamente, un 2 por 100 del Producto Nacional Bruto, frente a PRIMERA CONFERENCIA 17 más de un 4,5 por 100 del mismo que destinan para Defensa Francia y Alemania, y casi un 3 por 100, Bélgica e Italia. Si en población somos el sexto país de Europa entre veintiséis y en Producto Nacional Bruto los quintos, por el volumen de nuestro Presupuesto de Defensa somos los novenos. Si la comparación la hacemos en cifra gastada por habitante y año, pasamos al lugar decimonoveno, y en Europa Occidental solamente Irlanda, Portugal y Turqma están a nuestro nivel. Nuestro índice en este sentido es la qiúnta parte que Francia o Alemania y menos de la tercera que Bélgica. Esto quiere decir que la carga fiscal española de la Defensa resulta insuficiente, y habrá que pensar en aumentarla. Somos conscientes de que esto no se puede resolver de la noche a la mañana, pero debemos mentalizamos para el sacrificio que requiere. Por supuesto, en paralelo, tenemos que hacer un serio esfuerzo para reducir aquellos gastos del Ministerio que no sean necesarios. El problema, de otro lado, no es sólo de cuantía, sino también de estruc-txira. Antes decía que somos los novenos de Europa por el Presupuesto de Defensa; pero somos, en cambio, los cuartos por los efectivos militares, y ocupamos el puesto 22 en cifra gastada por hombre en servicio. Esto quiere decir que tenemos waos ejércitos importantes en número, pero insuficientemente dotados, y, por tanto, que no es suficiente todavía el llamado índice de calidad de la Defensa. Estamos lejos todavía de la proporción ideal entre gastos de personal y material, y ello no por la cuantía de las remuneraciones, que no son suficientemente altas, sino por el número de los efectivos. En primer capítulo habrá que ir a ajustar efectivos dentro de xma nueva concepción de las actuaciones futuras, que permitan la disuasión y la reacción en base a una adecuada movilidad y disponibilidad para el combate. En cuanto al material, precisamos más y mayores asignaciones para poder realizar las inversiones adecuadas sin perjudicar los niveles de mantenimiento necesarios. Es un objetivo del Ministerio que las actuales proporciones del personal- material, que vienen a ser en los últimos años, como promedio, del 60 y 40 por 100, se sitúen hacia 1982- 1984 en los niveles de 50- 50, mucho más en Knea con lo que ocurre en otros países más avanzados. En fin, señores, que tenemos una larga tarea por delante; pero una tarea que no nos puede coger desprevenidos. El numdo que nos rodea es hoy un mxmdo superarmado, ante la hipótesis de un eventual conflicto Este- Oeste y la búsqueda de ^ xn equilibrio Norte- Sur, que no acaba de encontrar. Por otra parte, es vtn mundo muy inestable regionalmente por muy diversas razones, unas ideológicas y otras vinculadas a las tensiones del desarrollo. Pero todo ello contribuye a que asistamos un poco por todas partes a xin des-eqmlibrio de la seguridad. 18 CICLO PRIMERO Por otro lado, la situación geográfica de España, en la encrucijada Mediterráneo- Atlántico y África- Europa, con salidas libres al océano que escapan del geoHoqueo roarítimo de otros EstadcK, y la importancia geoestratégica del eje Baleares- Estrecho- Canarias, se puede decir que es privilegiada. Pero este privilegio, que puede constituir un factor de fuerza de potencia, también lo puede ser de debilidad si nos falta el conocimiento, los medios o la voluntad para saber aprovecharlo y desarrollarlo. Es necesario que los españoles hagamos un importante proceso de reflexión. No somos, en absoluto, una nación agresiva; pero tenemos como objetivos prioritarios la soberanía e independencia de España y la defensa de la integridad y de la unidad de todo el territorio nacional, y aspiramos a mantener nuestra seguridad y libertad y a ejercer el control de los espacios aéreos y marítimos que nos correspondan. Y la defensa de estos objetivos y de nuestros intereses exige lá disposición de una fuerza suficiente como medio disuasorio o de reacción. Para ello debemos disponer de los instrumentos propios que nos sean precisos y del marco de cooperación y de acuerdos que permitan garantizar la seguridad de la Patria. En la realización de estos convenios multilaterales o bilaterales, en mi opinión, debemos tener especiahnente presentes las sigxoientes circunstancias: a) Lia comunidad de cultura o intereses con los países de que se trate. h) Que los acuerdos deben ser, en cada caso y situación, los más convenientes para nuestra seguridad. c) Que los acuerdos deben representar ventajas para todas las partes que los realizan, es decir, deben ser hechos en razón del interés común. Yo pienso que España, con independencia del debate que en su día se celebre sobre la conveniencia o no del ingreso en la OTAN y de la decisión que al respecto se tome, es evidente que se encuentra situada ideológica, política y económicamente dentro del mundo occidental y, por ello, deben potenciarse las relaciones con sus países miembros. De otro lado, la Península ibérica debe desempeñar vxi papel fimdamental, por la importancia de su posición. Por ello y las buenas relaciones de vecindad con Portugal, debe potenciarse una estrategia ibérica integrada, desarrollando al respecto los correspondientes acuerdos. España preconiza una política de distensión, paz y cooperación en el Mediterráneo, pero como país ribereño y flanqueante de la puerta principal del Mediterráneo occidental debe reafirmar su presencia en él y potenciar nuestra posición en la zona geoestratégica Baleares- Estrecho- Canarias, con capacidad de disuasión suficiente para evitar cualquier agresión que amenace PRIMERA CONFERENCIA 19 nuestra soberanía y, en su caso, con capacidad de reacción inmediata para hacer frente a la agresión. España debe poner especial énfasis en su presencia en la Zona Atlántica y en proteger nuestros intereses y las comunicaciones que discurren por ella, y que tan vitales resultan para nosotros y, por ello, tanto en el mar Cantábrico como en la fachada Noroeste, saco de Cádiz y en el Archipiélago canario. A tal fin, será potenciada adecuadamente esta zona atlántica. Dentro de esta potenciación se contempla el establecimiento de la Base Naval de Arinaga, que, como ya he aclarado otras veces, se trata de un elemento de defensa imprescindible para nuestros intereses nacionales, que no tiene nada que ver con nuestra entrada o no en la CXTAN. Iberoamérica ha de merecer, asimismo, una atención prioritaria, tanto por constit^ lir un legado histórico del pasado como por las himensas posibilidades inherentes a unas mismas formas de vida e intereses. Nuestra opción occidental y nuestra vocación europea no serán nunca obstáculos —^ más bien al contrario— para nuestras especiales relaciones con Iberoamérica. Ello ha de tener un especial reflejo en lo que se refiere a las relaciones y cooperación con las Fuerzas Armadas de todos y cada uno de dichos países. Asimismo, España quiere ser un elemento de apoyo a la paz y estabilidad de la zona africana, y a tal fin colaborará con su posición de equilibrio, tanto en lo que se refiere a la Zona del Magreb, como con su ayuda y apoyo con aquellos países con los que nos unen vínculos comunes de amistad, lengua, cultura o tradición. He aquí una serie de pimtos y criterios que están en la base de nuestros objetivos de Defensa Nacional y de cooperación internacional. He hablado de que éstos son temas que nos conciernen a todos. En el apoyo económico, en el respaldo moral, en el esfuerzo solidario; pero, además, la Constitución establece en su artículo 30 que " todos los españoles tienen derecho y el deber de defender a España". Se refiere después a que una ley que espero presentar pronto a la aprobación de las Cortes fijará las obligaciones militares de los españoles, regulando también las causas de exención del servicio militar obligatorio. No podía ser de otra manera. Por vm lado, en lo económico, España no puede permitirse el lujo — al nivel de los efectivos que necesitamos— de un Ejército profesional porque sería un Ejército muy caro. Pero aunque yo sea por formación economista, no es para mí éste el argumento decisivo. He dicho que la Defensa nos concierne a todos y si esto es así, afrontarla adecuadamente necesita de un compromiso popular. Por otra parte, en casi todos los períodos en los que España ha sabido garantizar su seguridad, o ha tenido que recobrar su independencia, lo ha-hecho partiendo de un compromiso popular. 20 CICLO PRIMERO Por lo tanto, a partir del momento en que se considera que no es una función específica o de élite, es decir, que no se puede tener una garantía de Defensa asegurada por un débil porcentaje de la sociedad, sino que ésta debe ser lui compromiso popular, toda la población tiene que participar en este compromiso. Esta es la razón fundamental del concepto del servicio militar obligatorio. Las modalidades técnicas de esta participación pueden, como es natural, estudiarse y mejorarse con el tiempo. En definitiva, se trata de que cada español sea consciente en su vida, y en sus ocupaciones, de la contribución que ha de aportar a nuestro esfuerzo de defensa. Y que sienta un especial orgullo por ello. Puesto que la participación en esta defensa no es tan solo tm deber, sino también un derecho de cada ciudadano. Voy a intentar terminar mi discurso, que va resultando ya un tanto largo y no quiero abusar de la paciencia de ustedes. A lo largo de mi exposición, he tratado de hacerles llegar im. sentimiento íntimo de los problemas de mi Departamento, tal y como yo los contemplo y tal y como los vivo día a día, tanto en lo que se refiere a la preparación de ima adecuada política de Defensa, corao en lo que concierne al proceso de reforma que estamos llevando adelante, para una mejor integración de la acción de los tres Ejércitos, una coordinación importante de cuantos corresponde participar en las tareas de la Defensa y una utilización más racional de los medios de que disponemos. Unos medios que vamos a necesitar seguramente aumentar en el futuro, a tenor de las cifras que les he mencionado y con su comparación con otros países semejantes a nosotros. Pero no podemos olvidar que España es un país con recursos limitados, no somos una nación rica y debemos sacar a los medios económicos a nuestro alcance el máximo rendimiento posible y con-segmr con ellos la máxima eficacia. Otros países pueden permitirse el lujo de fijar unos objetivos y tratar luego de que resulten lo más económicos posibles. Nosotros no podemos ir por ese camino, sino que necesitamos ajtistar el binomio Necesidades de la Defensa- Posibilidades de la Nación. Posibilidades que van a derivar de un esfuerzo conjunto de todos los españoles. Porque, como he dicho desde el principio de mi intervención: La Defensa Nacional no es sólo cosa de los militares, aunque constituyan una parte muy importante, sino que afecta a todos los ciudadanos y todos tenemos que contribuir a ella de forma solidaria. La política de Defensa, de la que depende al fin y al cabo el destino de la Nación, debe suponer una amplia adhesión de todos sus elementos integrantes. Más que ninguna otra empresa, la Política de Defensa representa la cohesión nacional. Una Nación que no se ocupe de su Defensa, que se abandone a sí misma, no puede esperar socorro de los demás. Como dice el Alcalde de París, Jacques Schirac: " Una naci��n no tiene verdaderos ahados PRIMERA CONFERENCIA 21 más que cuando está en condiciones de aportar sus propias capacidades y propia determinación". Una PoKtica de Defensa es una verdadera necesidad nacional que concierne a todos los ciudadanos, y, por tanto, exige no sólo la aplicación de un conjunto de medios importantes, sino, como al principio decía, una perfecta integración entre las Fuerzas Armadas y el conjunto de la Sociedad, y una auténtica voluntad nacional. De ahí, la importancia para la Defensa de saber mantener la ilusión colectiva. Durante siglos, nuestros antepasados han sabido defender las tierras de España y mantener nuestra independencia y soberanía. En el mundo que vivimos hoy, mucho más complejo y comphcado, también los conflictos y las amenazas son mucho más sofisticadas y adoptan formas nuevas e impensadas. Hoy en día, los valores a defender son menos palpables y evidentes que la casa en que habitamos o la ciudad en que nos toca vivir. Pero ellos son menos importantes. Alguien ha dicho, y yo desde luego lo creo, que los hombres no protegen ni defienden más que lo que aman de verdad. Procuremos que nuestros hijos amen a España desde lo más profimdo de su corazón. Será la mejor manera de que asuman la parte que les toca en esa tarea colectiva, apasionante, creadora y decisiva en su compromiso de la Defensa Nacional. Como decía el Coronel De Gaulle, en 1934: " En las pocas ocasiones — dos o tres por siglo— en que el destino de un pueblo se juega sobre el campo de batalla, la actuación de nuestros hombres depende de los valores físicos, intelectuales y morales, adquiridos en toda la etapa anterior." Sepamos todos prepararnos, por si un día nos corresponde vivir esa ocasión. Porque la Defensa Nacional, y termino como empecé, es " misión de todos". Este es el mensaje que quisiera dejaros a cuantos estáis aquí presentes y pediros que enseñéis y transmitáis a cuantos podáis llegar. Un mensaje de participación y de ilusión colectiva como titular del Ministerio de Defensa, cincuenta años atrás llamado Ministerio de la Guerra y que quizás algún día se llame Ministerio de la Paz. Muchas gracias a todos. » SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS C I C L O SEGUNDA CONFERENCIA Tema: « DEFENSA ECONÓMICA DE ESPAÑA Y LA CRISIS DE 1974 « Pronunciada por el limo. Sr. D. Juan Velarde Fuentes, Presidente del Seminario de Defensa Económica del Instituto Español de Estudios Estratégicos del CESEDEN, en el Salón de Actos del Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria. 14 de noviembre de 1979 DEFENSA ECONÓMICA Y LA CRISIS DE 1974 « Qmzá, como mecanismo de encuadramiento, no viene mal señalar que España, en el siglo xrx, intentó desarrollar su industrialización a través de lo que hoy denominaríamos un modelo liberal. La Ley de Sociedades Anónimas de Crédito, la Ley de Ferrocarriles, la Ley de Banca de Emisión, la Ley de Minas, el Arancel Figuerola, la Reforma monetaria que crea la peseta y la Ley de Sociedades Anónimas, en un corto espacio de catorce años, entre 1855 y 1869, procxira crear él marco para que tal avance se genere. Simultáneamente, tiene lugar una fuerte imjportación de capital extranjero, sobre todo procedente de Francia, Gran Bretaña y Bélgica. Sin embargo, las condiciones naturales y la acción de los expertos que llegan a nuestro país provocan distorsiones muy fuertes en nuestro avance econórriico. Los capitales procedentes de otros países se dirigen ftxndamentalmente a explotaciones mineras, que dejan níuy poco valor añadido en el país, y a servitíiós públicos que, forzosamente, actúan con carácter de monopolio, entre los que se destacan los ferrocarriles. Las crisis económicas que se originan hacia los años 1870, con un gran hundimiento en las cotizaciones del trigo, y en el año 1880, con una disminución drástica de las inversiones de capital, muestran hasta qué ptinto nuestra economía era débil ante su embate, y por otra parte, dentro de España, comienza a surgir, coexistiendo con la pérdida de la mayor parte del I m ^ r i o colonial e^ añol, la necesidad de efectuar un desarrollo industrial, dentro de otro marco bien diferente. í ^ e nuevo marco, en el que se va a desenvolver la economía española, aparece con el inicio del reinado de Alfonso XII. En 1876 se suprime la más fundamental, tma famosa Base 5." del librecambista Arancel Figuerola. El movimiento proteccionista abarca no sólo a industriales catalanes, en los terrenos textil y el metal, sino también vascos, en los campos de la meta- Ixirgia b^ ica y de transformación metáhcos, y asturianos, que actúan en los sectores mineros, muy fundamentalmente del carbón, y metalúrgicos. La repatriación de capitales de ultr^ nar, como consecuencia de la pérdida de 26 CICLO PRIMERO la guerra con los Estados Unidos a finales del siglo xix, las exportaciones de mineral de hierro vasco, las alteraciones en los mecanismos de financiación como consecuencia del saneamiento de la Hacienda, en 1900, por el Ministro Fernández Villaverde, van creando el tejido a través del cual la industria española puede comenzar a desarrollarse. M reinado de Alfcaiso XIII queda marcado en sus comienzos por un proteccionismo muy fuerte hacia la industria, dentro del marco de lo que podríamos denominar tm nacionalismo económico. En los años 1921- 22, el Ministro Cambó afianza esta Hnea, que alcanza su culminación cuando en la época de la Dictadura se logra un fuerte desarrollo industrial, gracias a la dtemanda efectiva creada por un amíbicioso plan de obras públicas. Primo de Rivera fué, como creo haber demostrado en otro lado, un antecesor del Presupuesto deseqxuübrado del sueco Wigfors, para combatir la crisis, y desde luego de todo lo que Keynes nos iba a aportar. Eí modelo autártico, porque nada diferente de todo esto se buscaba, que España tenía como meta en aquellos momentos, era el modelo alemán. Gracias al abandono de una política económica liberal, Alemania había logrado afianzar vina fuerte indiistriahzación, que al misrrto tiempo se unía a todo un conjunto de mentalidades nacionalistas, relacionadas con la potencia de este país que se va consolidando a lo largo del siglo xx. M profesor español Gay dijo en este sentido: " El ideal estriba en que toda nación tenga tma industria que esté alinnentada por lo propio y que no dependa su suerte del granero ajeno." Por otra parte, sé considera que el estahlishement se ha vinculado con el gran capitalismo extranjero, y alarma el hecho de que, capitales esenciales de la defensa nacional, se encuentran relacionados con industrias de otros países. Economistas y políticos insignes dijeron que: " El siglo Xrx ha sido el siglo de la desnacionalización." A causa de esto, la vieja oligarquía es atacada fuertemente por la nueva burguesía, que exige lo que el representante de los intereses económicos catalanes Dnrán y Ventosa se��ñala como " uD. cambio radical". Stos palabras fueron muy claras: " El Régimen constitucional es en España la gangrena que corroe el organismo nacional. Es el Réginíen oügárquico el que mantiene a la nación adormecida bajo tm aparente bienestar". Por eso, cuando estas ideas que han nacido en el denominado grupo regeneracionista se hacen política económica en la época de la Dictadura de Primo de Rivera, la atención hacia actividades industriales y hacia el desarrollo de sectores económicos que liberen de. una demasiada agobiante presencia extranjera, se consideran esenciales. Por esta causa también, en la época de la Dictadiura se lograüi los índices mayores de desarrollo indtistrial antes de nuestra guerra. El índice de producción industrial que había pasado de 76 en 1906 a 85 en 1922, comienza un fuerte ritmo de incremento hasta alcanzar el índice 142 en 1929, 144 en 1930 y 146 en 1931. SEGUNDA CONFERENCIA 27 A partir de esta fedia, y coinddiend �� con el comienzo de la II República, el desplome pasa a ser m. uy fuerte, a pesar de que alguna reactivación, como la de 1935, permite alcanzar la cifra de 1930, pero sin superarla decisivamente. La sitixación de nuestra vida económiica después de 1939, al salir de un sangriento conEKcto de casi tres años, produjo, evidentemente, unas muy bajas cifías de producción industrial, ya que coexiste con un conflicto internacional que impide, por un lado, la llegada de capitales exteriores capaces de facüitar el esfuerzo de reconstrucción, y por otro, que por vía de itnjportación entrasen en nuestra Nación materias primas capaces de desarrollarlo de una manera eficaz. El estancamiento de 1940 a 1945 es palpable a través de todos los índices que se poseen. A partir de este año comienza un desarrollo industrial, primero débil, pero que se va autoacelerando hasta cruzar en el período 1953- 1954 los índices más altos de nuestra historia industrial y en 1959 casi duplicarlos. Pero este fuerte desarrollo indxistrial se ha consegmdo gracias a un conjim. to de importaciones, que no pueden ser pagadas por una balanza comercial y de pagos, cada vez mías deteriorada. El esquema autárquico de desarrollo que hemos dicho se remonta a finales del siglo Xtx; tuvo que ser o- ápidamiente cambiado en los añosi que van de 1957 a 1959. De 1960 a 1962 ' se ponen los cimientos de una nueva etapa en la que la economía de mercado y la apertura hacia el exterior, juntamente con las ventajas derivadas del mecanismo de nuestra industria, que actuaba con unos equipos con un alto grado de obsolescencia, determinan un saneamiento general de la economía, que se traduce instantáneamente en ua fuerte desarrollo indtistrial. Tomando como base 100 = 1962, en 1960 el índice de producción industrial era de 78, en 1972 de 289 y en 1974 de 357. Cuando se produce la crisis económica mundial reciente, el ritmo de desarrollo de nuestra industria era realmente muy fuerte. En el conjimto de países del mtindo occidental, la tasa acumtila-tiva anual de desarrollo era superada exclusivamente por el Japón. Progresivamente, se abren nuevos mercados, tanto interiores como exteriores, y España, que durante tantos años en los manuales de economía era señalada como un país esencialmente agrícola, pasa a tener a precios corrientes, dentro de su Producto Interior Bruto, menos de un 10 por 100 de producción en este sector; en 1960 era del 23 por 100. Por otro lado, la mano de obra que existía en la agricultura emigra hacia las zonas urbano- industriales, provocando una fuerte concentración demográfica, especialmente clara en el triángulo constituido por las provincias Vascongadas, Barcelona y Madrid. El gran peso de la vida económica española Se desplaza, pues, hacia lo que podríamos denominar el cuadrante nordeste del mapa de la Penínstxla ibérica. La balanza negativa comercial con el exterior en el terreno industrial se reduce cuando, en 1975,: se hace algo así como, un inventario de la obra del Régimen, 28 •• •• CICLO PRIMERO el 35 por 100 del Producto Nacional Bruto corresponde: a - la indiastria' y algo más al sector servicios. Simultáneamente,: la agricultura tradicional española se ha esfiunado. En 1975 ocupaba el sector rural el 23, por, 100 de la población activa; en 1955 era del 46. por 100. La marcha de mano de obra del campo obEga a una capitalización agraria fortísima y, por otro lado, se otservan crisis en la demanda de los productos propios' de una economía pobre ya desaparecida, al existir superproducción de cereales para la alir mentación humana, en tanto es necesario incluso importar bienes ganaderos, que están conectados con altos niveles de consumo.. Suben los salarios en la agricultura, y el tamaño medio de las granjas se racionaliza. ;; Dentro de este cuadro que muestra la industria española habría que destacar algunas cuestiones importantes. En primer término, que al estudiar la dimensión de la planta en nuestro país, nos encontramos con que ésta no alcanza en las empresas medias la significación que posee en otros países. El problema de la industria española no reside tanto en - grandes plantas industriales, pues en el terreno siderúrgico, en el químico y en el de construcciones metálicas alcanzan tamaños ' competitivos intemacionalmente, como en el fuerte peso de pequeños talleres, nacidos en la etapa de la autarquía y que no llegan en muchas ocasiones a adquirir las dimensiones de las plantas medias eficaces de otros, países. Un análisis sectorial nos indica que al lado de una siderurgia con excelentes instalaciones, existen otras con tamaños excesivamente pequeños. Lo mismo ocuríe en el terreno químico; pero no así en el de la construcción naval, o en el de los bienes de equipo, donde la ecología de empresas grandes, pequeñas y mediianas es la adecuada. En cambio, en máquinas herramientas: las empresas son medias o pequeñas, y en electrodomésticos, industrias textiles, de la alimentación y otras relacionadas con el constimo familiar, las dimensiones pequeñas pesan gravemente para poder sostener que el ámbito industrial español en estos sectores funcione con un máximo de eficacia. Estos problemas que habían ido surgiendo, también habían ido resolviéndose como consecuencia de la aparición de un gran holding estatal, el Instituto Nacional de Industria, y de una decidida protección hacia las industrias de cabecera: acero, cemento, energía y, dentro de ésta, una progresiva ra-cionahzación de la misma. En este momento se observa que para que crezca en un 1 por 100 el Producto Nacional Bruto es necesario que lo haga en im 0,88 por 100 la energía; medida ésta en unidades TEC., el consumo español del mismo se descompone en un 20 pior 100 de carbón, un 60 de petróleo, \ in 15 de energía hidráulica, un 2,5 de gas natural y vih 2,5 de energía nuclear. Este gran peso de la energía petrolífera produce vm fuerte impacto en el desarrollo de la economía española a partir de 1973. La incidencia en el SEGUNDA CONFERENCIA 29 nivel general de precios de la subida en la cotización de los crudos de 1972 a 1974 supuso, manejando las tablas inpwt- output, el 8,1 por 100. Este es el porcentaje de impacto nxás fuerte de todos los países de la OCDE., salvo el caso del Japón, análogo al de España. Contrastan estas magnitudes con las de Holanda, un 5,1 por 100, y nada digamos con las de Alemania, con un 3 por 100 de impacto. De aquí la importancia que para nuestro futuro económico tenga el hallazgo de nuevos campos petrolíferos offshore en el Cantábrico y en el Mediterráneo, xmidos por la zona potencialmente petrolífera del Valle del Ebro, situada al sur de los Pirineos. También aquí ha de mencionarse el que, dentro de tm cuadro de excelentes relaciones con países del Oriente Medio y de Hispanoamérica, las inversiones públicas y privadas españolas obtienen resultados petrolíferos aceptables. Es lógico también el papel creciente que posee la energía nuclear, con un cuadro de desarrollo tal que se preveía que en 1985 tendría este origen más del 50 por 100 de la potencia eléctrica establecida en nuestro país. Ciertos grupos ligados a movimientos ecologistas y a partidos minoritarios de izquierdas tratan de mantener un factor de estrangulamiento para nuestra economía, basándose en argumentos emotivos, que nunca escasean cuando se roza el tema de la energía nuclear. La consecuencia de todo esto es ^ xa avance notable en la estructura industrial española, en la que, al escalonarla por el valor de los productos, ocupan los puestos de vanguardia el sector siderometalúrgico y naval, el de la indiistria química, el de la industria de la alimentación, el de la industria textil y del calzado y el de la energía, por este orden. El resto de los sectores industriales quedan muy alejados de éstos. Dado que la actividad industrial posee las ventajas de lo que se ha denominado la ley de costes decrecientes, al revés que la agricultura, es susceptible de incorporar cada vez más una mayor cantidad de mano de obra, aumentar los ingresos de la misma y resolver los problemas de una demografía muy positiva como es la española. En este sentido, y sólo por vía de ejemplo, indicaremos que el avance siderúrgico es tan fuerte que se producen, en 1978, 11,3 millones de toneladas, con un incremento del 1,2 por 100 sobre 1977, y se exporta xm 50,6 por 100 más que en 1977. Los planes antes de la crisis, que preveían que en 1985 ocupásemos el puesto diez en el conjunto mundial, han tenido que abandonarse, sobre todo después de las medidas proteccionistas ante nuestros aceros adoptadas por la CECA. No es éste el momento de prodigar los ejemplos, pero sí indicar que en la actualidad la estructura industrial española, si la comparamos con la norteamericana, la soviética, la alemana o la sueca, se dirige más hacia la 30 • eiChO PRIMERO demanda final que hacia la producción de eqmpo capital o de productos semielaborados que se convertirían en inputs industriales. Por esta causa, los sectores que tienen que pasar a ocupar el puesto central en nuestras preocupaciones no son los relacionados con el automovilismo o los electrodomésticos, sino los vinculados a ordenadores, la electrónica o la construcción aeronáutica. También otro problema fundamental es el de tener garantizado el abastecimiento de materias primas, y por esta causa inversiones exteriores españolas en Colombia, Brasil o en Guinea Conakry, por ejemplo, pasan a tener marcada importancia. Una política económica continua a lo largo de estos últimos ochenta años, que no cabe dejar de calificarse, en sus líneas generales, de acertada, ha conseguido un desarrollo general del país, evidentemente fuerte. Quizá sea conveniente el señalar de qué modo había aumentado el consumo de algtinos artículos de uso' doméstico y de algxmos productos industriales cuando se produce la crisis económica. Eín el primer apartado, en energía eléctrica, se había pasado de consumir 18 KW/ h per cápita en 1935 a 250 en 1974; en azúcar, de 4 kg en 1945 a 25 en 1974; en papel, de 5 kilogramos en 1940 a 58 en 1974; en carne, de 13 kg en 1940 a 37 en 1974, y de tres automóviles en circulación por 1.000 habitantes en 1950 se ha pasado a 100 automóviles en 1974. En el terreno industrial, de 132 KW/ h per cápita de energía eléctrica en 1935 se había pasado a 1.850 en 1974. Entre las mismas fechas, el consumo per cápita en kilogramos de ácido sulfúrico había subido de 24 a 81; de lingote de hierro, de 23 a 100; de lingote de acero, de 29 a 297, y en cemento artificial, de 69 a 647. Como es lógico, todo este enérgico pulsar de toda la actividad productiva y de consiuno tuvo sus consecuencias en las cifras de renta nacional, midiéndolas en dólares de los Estados Unidos, y en cifra a precios del mercado, se había pasado de 356 dólares en 1945 a 2.208 en 1974. El proceso, obviamente, no se ha detenido. En términos de renta per cápita, en 1970 España estaba por debajo de Grecia e Irlanda; en 1975 ya las había superado; en 1975, la renta per cápita española ya era equivalente al 70 por 100 de la Gran Bretaña; en 1978, según el reciente informe del Departamento de Economía Política de la Unión de Bancos Suizos, continúa siendo la renta per cápita española el 70 por 100 de la británica en términos de PNB., y es un 84 por 100 de la de Italia; respecto a la Unión Soviética, el índice español sería de im 128 por 100. Se deduce de todo esto que el despegue español ha logrado que nuestra Nación abandone situaciones de país subdesarroUado, y tenga ya en este momento los problemas económicos que Se desprenden de tma economía normalmente desarrollada. Efectuando una comparación internacional, se observa que nos sobrepasan en renta, en África, exclusivamente Libia; en América, Canadá y los SEGUNDA CONFERENCIA 31 Estados Unidos, y en Asia, Arabia Saudí, Japón y Kuwait; en Oceanía, Australia y Nueva Zelanda; en Europa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Bélgica, Islandia, Italia, Austria, Luxemburgo, Noruega, Holanda, República Democrática Alemana, República Federal Alemana, Gran Bretaña, Suecia, Che-coslovaqma y Suiza. Se tienen rentas superiores a Islandia, Grecia, Hungría, Israel, Singapur, Polonia y Unión Soviética. Por esta causa, España forma parte del grupo de, los veinticinco países industrializados no socialistas de las Naciones Unidas, lo que hace cuarenta años hubiera parecido vm sueño imposible. En el total del PNB,, magnitud significativa a efectos de Defensa Nacional, es sólo sobrepasada España, por este orden, por Estados Unidos, Japón, Unión Soviética, República Federal Alemana, Francia, Gran Bretaña, Brasil, Canadá e ItaHa. Todas las cosas necesitan explicación, y creo que se las debo a xistedes. Para lograr escapar de la situación de tercermundismo a la de un país in-dxistriahzado y de renta creciente, España hu^ o de resolver tma serie de problemas, cuya explicación se deriva de tma serie de premisas que me parece oportuno señalar aquí. La primera de ellas es la de que, una vez superada la gran crisis político- económica del siglo xvn, en el siglo xin España se convierte en xma de las grandes potencias económicas europeas. El fuerte golpe político que sufre con la independencia de los países americanos no repercute sensiblemente en la economía, y la recuperación de la misma en el siglo xix es mucho más vivida que todo lo que puede imaginarse. Gracias a la puesta en marcha de lo que hoy caHficaríamos un Plan de Desarrollo Económico — entonces un " presupuesto de reconstrucción"—, en el que la palabra pnesupuesto no tiene un cariz fiscal, y en él intervienen fundamentalmente políticos conservadores, como Maura y García Alix, se logra el despegue después de 1900. Previo había sido el presupuesto de estabilización de Villaverde, como hemos dicho. Las cifras de que se disponen para renta y riqueza de estos años muestran que España se encuentra, por supuesto, aún alejada de las grandes potencias europeas; pero, sin embargo, que se va aproximando a la renta de las mismas, y que en muchas ocasiones los problemas de tipo comparativo — las cifras absolutas en economía no tienen sentido— evidencian ima España que difícilmente podría catalogarse de atrasada. Incluso dentro del propio terreno de la potencia bélica existen signos externos que evidencian que de 1920 a 1930 — e insisto que no en comparación con el tiempo, sino en el espacio— España había dejado atrás el fuerte tratnna que le originó la última guerra internacional en la que intervino: la hispanonorteamericana de 1898. La fehz culminación de las operaciones bélicas en el Protectorado de Marruecos es un residtado de ello, y no debo dejar de señalar que, a su vez, contribuye a incrementar el auge económico dentro de nuestro país. 32 CICLO PRIMERO Mas con la caída del Gobierno Primo de Rivera y, con él, de sus capaces Ministros Calvo Sotelo en Hacienda y Guadalhorce en Fomento, se origina Vina torpe política contractiva del gasto, que por cierto sorprende a Heynes cuando visita por aquellos años a España, y provoca un fatal encadenamiento que da lugar al engarce español con la " gran depresión" mundial iniciada en 1929 a 1930, así como la creciente desorganización económica mundial. Con nuestra Guerra Civil, y con el fortísimo aislamiento económico y político que se impone a España a partir de 1945, todo se ha de agravar; la renta per cápita desciende. Cuando he repasado, con serenidad, el conjunto de sucesos en nuestra vida económica desde 1936 a 1951, tengo que señalar que España vivió a lo largo de quince años en un régimen de economía de guerra. Solamente cuando en 1951 se han liquidado los últimos guerrilleros con base fuera de nuestras fronteras, con un impacto económico — que he tratado en otra ocasión de cuantiíicar con base en un artículo de Líster—, y cuando alcanza su final el aislamiento internacional — cierre de fronteras, bloqueo de importaciones, retirada de Embajadores—, es cuando la economía española inicia un fortísimo galopar en las cifras más corrientes enapleadas para conocer el desarrollo económico. De 1940 a 1960, la tasa de crecimiento anual acumulativo es del 2,48 por 100; de 1960 a 1974, tal tasa anual pasa a ser del 5,77 por 100; de 1977 a 1978, la crisis se muestra en la reducción del ritmo: un 1,02 por 100. De todos modos, España ha ingresado claramente, y en cabeza de los mismos, en el grupo de los NPI. ( Nuevos Países Industrializados), grupo en el que nos habían precedido Italia y Japón, hoy ya integrados en el conjunto de naciones denominadas del Centro Económico do- Tninador. Si he indicado todo esto, lo hago para que quede claro que España ha sufrido a lo largo de los últimos años una fuerte transformación en el terreno agrícola, industrial y de los servicios, y que, además, esto no ha sido fruto de la casualidad, sino de una política económica decidida a acortar distancias con el mundo occidental; esta política económica, en cuanto ha procurado huir de la casualidad y buscado una coherencia, podría cahficársele de' política dé planificación del desarrollo. Creo que no deja de ser aleccionador para este auditorio el que uno de los frutos positivos que se consiguen con el conflicto que tiene lugar en nuestra Patria desde 1936 a 1939, sea el de percatarse quienes dirigen la poHtica económica española que el Estado es capaz de poner orden, stisceptible de ser utiHzado no sólo en momentos de emergencia, sino también en situaciones de paz. En más de vina ocasión he indicado que la pérdida del miedo a la intervención del Estado en la economía tiene lugar precisamente en los años de nuestra Guerra. Pondré unos ejemplos que no pretenden ser exhaustivos. A partir del logro de la victoria, en 1939, el Gobierno español comienza a poner una serie de jalones, bien SEGUNDA CONFERENCIA 33 claros en este sentido, en el terreno ferroviario. Mencionemos la Ley de 8 de mayo de 1939, que constituye el primer aviso de que se van a estatificar los ferrocarriles e integrarse en la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles. También por estas fechas es cuando aparecen instituciones de crédito exclusivamente estatales por primera vez en nuestra Patria, salvo un previo y mínimo Servicio de Crédito Agrícola; destaca en este sentido el Instituto de Crédito para la Reconstrucción Nacional, hoy Banco de Crédito a la Construcción. Aún más claro, se observa con la estatificación de las actividades de construcción naval en El Ferrol del Caudillo y Cartagena, por Ley de 29 de enero de 1940, y cuando se completa con el Decreto de 16 de octubre de 1941, que afecta a las instalaciones que la misma empresa posee en La Carraca. El origen de todo ello se encontraba en una Ley, la de 2 de septiembre de 1939, que creó el denominado Consejo Ordenador de las Construcciones Navales Militares, hoy Empresa Nacional Bazán. Este sendero se continúa, incluso dentro del marco de la economía de enorme austeridad que ha de implantarse en los años que siguen a la última Guerra Mxmdial. Así, España procede a acciones estatificadoras y nacionali-zadoras tan importantes como las derivadas de la compra por el Estado de las acciones representativas del capital norteamericano invertido en la Compañía Telefónica de España, ligada hasta ese momento a la ITT.; si hoy la Standard Eléctrica no es su único suministrador y, con lógica baja en los costes, se adquieren equipos en la Ericsson, por ejemplo, a tal decisión se debe. Hoy sabemos, a través de una serie de documentos pubMcados por personajes bien conocidos de su dirección o de la representación diplomática norteamericana en Madrid, que se habían utilizado las instalaciones telefónicas españolas para favorecer los mecanismos de información del Gobierno de los Estados Unidos. Creo que el fuerte sacrificio que supuso esta estatificación queda aclarado. Aparte de ello, el impulso hacia el desarrollo se conecta de tal modo con la política de reconstrucción después de nuestra guerra, que resulta obligado recordar la frase de Lilley: " La mayor parte del progreso ha sido una consecuencia de la guerra." La guerra, por otra parte, obliga a una potenciación especial del sector público; muchos tabúes sobre la ineficacia de éste se derrumban. De aquí que también en España, a partir de la experiencia béhca de 1936 y 1939, el papel del sector púbHco como motor del progreso industrial y, en general, económico, se haya incrementado. Muy bien ha podido escribir, en su hbro Ejército y Sociedad, el Teniente General Diez- Alegría: " El impacto de los gastos de Defensa sobre la economía nacional es considerable, no porque se entienda que son indispensables para su prosperidad, sino i> orque suponen ^ xa gran estímulo para ello cuando se expansionan, y es difícil encontrar un sustituto para los mismos cuando se retraen"... Mayor 34 CICLO PRIMERO aún es la influencia de las necesidades militares sobre la investigación y el desarrollo, cuyo nivel ha de definirse como una combinación de tres factores: necesidad, progreso tecnológico y reciirsos disponibles... Es necesario reconocer que los avances tecnológicos más espectaculares en el sector público han sido hechos para la Defensa." Y ello es tan cierto, que concluye Diez Alegría: " Si desaparecen las necesidades de la Defensa como motor del ingenio humano, sería necesario buscar un sijstituto que hiciese apelación al sentido heroico que se alberga en su corazón. Por ello, algunos autores americanos presentan la carrera espacial como un campo hacia el que podrían derivar, si se lograse el ansiado desarme, las energías atraídas hasta hoy por los imperativos de Defensa." Esta serie de hechos, en el caso concreto de España, ha dado lugar a una ampliación de la planificación económica, al tmirse varios tipos de decisión sometidos a plan: uno, ya clásico, el plan anual del Estado, que recibe el tradicional nombre de presupuesto; pero a él deben añadirse las decisiones del sector público, en cuanto dueño de muy importantes empresas e instituciones públicas, desconocidas antes de 1939. El puesto central lo ocupa —^ Banca estatificada, monopolios fiscales, teléfonos y otras inversiones— el Ministerio de Hacienda; pero no es el único. A su lado se encuentra el gran holding denominado Instituto Nacional de Industria, que dependió en sus primeros pasos, a partir de 1941, de la Presidencia del Gobierno, y que posteriormente se ha integrado dentro del Ministerio de Industria; pero no acaba aquí la lista. Existen también otras inversiones de tipo público^ ligadas a otros organismos de la Administración. La RENFE. y la FEIVE. ( ferrocarriles), a Obras Públicas; la Seguridad Social — que en fecha no lejana, con sus decisiones sobre el seguro de accidentes de trabajo, ha estatificado buena parte de las carteras de las compañías privadas de seguros—, a Sanidad y Seguridad Social; la importante cadena hotelera Red de Albergues y Paradores, al Ministerio de Comercio y Turismo. Los ejemplos se multiplican fácilmente. Desde 1939, el Estado actúa de modo continuo dentro de los mecanismos productivos, y no ha dudado en actuar, a pesar de las presiones que, lógicamente, ha sufrido. Un caso claro es el de la empresa ENHER. Se efectuó, para crearla, una expropiación de concesiones hidroeléctricas del grupo multinacional SOFINA- SIDRO., para evitar el estran-gulamiento industrial de Cataluña. Gracias al Estado, y en medio de una fuerte polémica, tiene lugar, en la creación de la mayor empresa siderúrgica española controlada por el sector público, ENSIDESA. Buena parte del fuerte ritmo de desarrollo español, y de que se salvasen una serie de puntos clave de nuestra economía, se debe a que, a pesar de numerosos inconvenientes que se les crearon, las empresas del sector público ampharon su importancia; simultáneamente, su actuación tiene lugar dentro del marco SEGUNDA CONFERENCIA 35 de un plan, más o menos explicitado. Cuando se lee el artículo que en The Ohserver glosó, el 28 de agosto de 1961, la creación del National Development Coimcil, uno duda si se escribió en relación con la industria nacionalizada en Gran Bretaña o en España. Claro es que esta coordinación y programación del sector público se inicia de modo muy tosco; no creo que quepa hacerse de otro modo. El caso español es exactamente el relatado así por Joe S. Bain, en su obra International differences in industrial structure: " La propiedad estatal de las empresas y su actividad como productor es significativa ( en una serie de países). En todos estos casos, la participación no es dominante, está elegida entre los diversos sectores y, con mucha frecuencia, supone la existencia de empresas estatales que suministran sólo una parte de la producción de los sectores en que participan, cubriendo el resto las empresas privadas. Tales empresas estatales se emplean para llevar a cabo determinados objetivos de planificación nacional. La participación selectiva estatal en las empresas manufactureras, los grupos de supercontrol integrados verticalmente y las medidas protectoras de la cartelizadón son característicos de estos países; pero su integración coherente con la acción de otras empresas es difícil. Hace algunos años que he estudiado hasta qué punto existe separación entre lo programado y lo realizado a lo largo de estos años en el caso del Instituto Nacional de Industria; era fuerte tal discrepancia en gran número de casos, como derivado, quizá, de los estrangulamientos que nuestra economía sufrió en una serie de materias primas, que escasearon lo suficientemente como para que un proceso de desarrollo económico planificado o programado pudiese tener lugar. También, naturalmente, es claro que ima planificación forzosamente descoyuntada en las décadas 1940- 1950 por una serie de trastornos monetarios y dentro de un clima inflacionista y de escasez, adolecía de fuertes defectos y no podía ser una planificación perfecta, ni mucho menos. Añádase a ello que las estadísticas en aquellos años eran muy deficientes y que, por tanto, la programación en el terreno económico no dejaba de ser, en multitud de ocasiones, una simple utopía. Lo que me admira es qué el desarrollo, pese a todo, no se convirtiese en un cataclismo. No es im orgullo nacionalista el decir que otros países, en circunstancias políticas análogas, lo resolvieron bastante peor." Lo curioso es que, además de esta planificación que tiene lugar a escala nacional, se adquiere también en esta época plena conciencia de que existen fuertes desequilibrios regionales y de que es preciso procurar corregirlo de algún modo. En el año 1949, Juan Plaza Prieto es el primero que demuestra las enormes diferencias de renta que existen entre las diversas áreas españolas, y este original estudio de Plaza Prieto alcanza su confirmación muy pocos años más tarde, a través de las publicaciones que periódicamente co- 36 CICLO PRIMERO mienza a publicar, a escala provincial, el Servicio de Estudios del Banco de Bilbao, y que se completan después, a escala de municipio, con las del Servicio de Estudios del Banco Español de Crédito, que continuó así una labor, iniciada de modo espléndido sobre el análisis de las áreas de mercado en España, el Consejo Superior de Cámaras de Comercio. Tal preocupación ante los desequilibrios regionales originó dos tipos de planificación; por una parte, se pretende abarcar todo el conjunto nacional, y en este orden de cosas, se crea la Secretaría para la Ordenación Económico- Social de. las Provincias, que dependía de la Presidencia del Gobierno y que tuvo su máxima consagración en la declaración gubernamental de 20 de julio de 1951, y por otro lado, ciertas áreas regionales españolas planteaban ima serie de graves problemas, que se acometen con políticas específicas que, en ocasiones, reciben el nombre de Plan y en ocasiones no. Me refiero fundamentalmente a los denominados Plan Badajoz ( Ley de 7 de abril de 1952) y Plan Jaén ( 17 de abril de 1953). No puedo por menos de no olvidar tampoco toda la organización rural que se inició en la producción rural española a partir, sobre todo, de la etapa en que ocupó la cartera de Agricultura el Ministro Cavestany: política de concentración parcelaria ( Ley de 20 de octubre de 1952), o en relación con la actuación del Instituto Nacional de Colonización, la Ley de " Fincas manifiestamente mejorables", de 3 de diciembre de 1953, que en estos momentos reemprende una marcha muy viva. Otro tema que debe abordarse es el del proceso de financiación del sistema económico español. El proceso de crecimiento de la economía española tuvo que salvar la enorme dificultad de la capitalización, ya que no llegaban, ni nadie esperaba que llegasen en cantidad importante, inversiones sectoriales del exterior. Recuérdese que España quedó desligada de la Ayuda Marshall, como consecuencia de los acuerdos de Potsdam. Las consecuencias aún se perciben, porque, al no ser fundador de la OECE., no cupo opción para entrar ya en la CEE., ya en el Área Europea de Comercio Libre, como tuvo, por ejemplo, Portugal. Por otro lado, los trastornos originados por una economía dé guerra se añadieron a esta imposibilidad de encontrar capitales extranjeros. Los más importantes son los derivados de la dificultad de estructurar de modo adecuado un eficaz sistema fiscal que originase un ahorro forzoso, capaz de salvar las dificvdtades de ahorro que se originan como derivado de los bajos niveles de renta que por aquel entonces se percibían en España. Carencia de financiación procedente de otros países e imposibilidad de ahorro forzoso interno impulsan a la economía nacional hacia una financiación del crecimiento a través de la inflación, procedimiento evidentemente tosco, pero que en ciertos casos es preferible a la pura y simple aceptación del otro término del dilema: el estancamiento. Las tasas de aumento anual acumulativo de SEGUNDA CONFERENCIA 37 los precios son muy significativas: de 1901 a 1920, éstas fueron del orden del 4,20 por 100; de 1920 a 1935, la tasa resultó negativa, el 1,93 por 100; en cambio, de 1940 a 1960, el alza anual acimaulativa fué del 9,31 por 100, y de 1960 a 1974, de 7,66 por 100. El crecimiento con inflación, evidentemente, posee altos costes que, si son graves socialmente, no lo son menos desde el punto de vista económico. Entre éstos se encuentra el que originan un fuerte desequilibrio de la Balanza de Pagos, que llegó a colocar en ciertos momentos en cifras mínimas las reservadas españolas de divisas. El panorama que se presentó así ante los españoles en 1959 fué muy grave, y de aquí que. el sector público decidiese actuar a través del llamado Plan de Estabilización, que representó' una mayor apertura de nuestras fronteras, ima poKtica económica más liberal, una intervención en organism. os internacionales, al formar parte como país de primer derecho de la entonces llamada OECE. y hoy OCDE., y pronto a través de las Naciones Unidas, donde pasó España a ser país miembro de amplia gama de organismos internacionales. El Plan de Estabilización logró im marcado éxito, con una serie de medidas legales muy concretas y coactivas, publicadas en el espacio cortísimo de tiempo que va desde el 10 al 30 de julio de 1959. Este Plan de Estabilización mostró la posibilidad que se abría ante la Administración para tratar de coordinar, de una manera más amplia que en el programa de inversiones públicas, todo el funcionamiento de la vida económica del país. El Plan de Estabilización, en realidad, cambió nuestra estructura económica; de aquí, que sea im hito muy importante. El citado éxito del Plan de Estabilización movió a la petición de un dictamen sobre los principales problemas de la economía española al Banco Mimdial. Este envió una Misión, presidida por Sir Hugh EUis- Rees, que elaboró iin Informe que causó im profundo impacto. Si bien, tal Informe, que suscitó nimierosas críticas en el interior, constituyó vm elemento muy importante ante la opinión pública, porque reconoció la capacidad de desarrollo que poseía la economía española. Este encadenamiento de acciones llevó al sector público a estudiar también lo que ocurría más allá de nuestras fronteras, y, desde luego, imo de los países más analizados fué Francia y su planificación. Son importantes, en este sentido, las conversaciones con Pierre Massé. La resultante de todo ello fué que la posibilidad de una planificación sindical quedó abandonada, y el camino^ que marcaba la Secretaría para la Planificación Económico- Social para las Provincias quedó sumida dentro de la gran tarea que inicia la recién nacida Comisaría del Plan de Desarrollo Económico, que, administrativamente, se adscribe a la Presidencia del Gobierno. La fecha que podría denominarse base para poder ligarla al primer Plan de Desarrollo es la de 1962, en la que culminan los primeros trabajos que 38 CICLO PRIMERO van a marcar las directrices más importantes del I Plan de Desarrollo; éste tiene wa. primer ptinto de apoyo muy importante: la opinión pública está convencida de que es necesario que sean conservadas las ventajas planifi-cadoras que se habían logrado en nuestro país en el período inmediatamente anterior, y, simultáneamente con este aspecto positivo, se encuentra quien estudia estos problemas con el negativo de la falta de veteranía de los instrumentos planificadores. Cuando se repasa en todas las naciones cómo fué su primer plan de desarrollo, nos encontramos con una serie de frustraciones que van desde las famosas interrogaciones de Lenin, cuando pedía ansiosamente un plan, o cuando se contempla lo limitado de los objetivos de los primeros planes de otros países, incluido el Plan Monnet, que hubo de apelar a disciplinar la economía con instrumentos de economía de guerra. Incluso en algún caso, como en el Plan Vanloni, en Itaüa, el fracaso fué tan estrepitoso que se le calificó como el " Plan que nunca existió"; por otro lado, desde entonces la organización planificadora italiana ha marchado mal, y es escaso su peso entre los administrados y también en la Administración. Los tres primeros Planes de Desarrollo se cierran con la crisis económica que se abre a comienzos de 1974. Por eso, el IV Plan se aplazó varias veces y quedó ehminado después. A partir de esta fecha se desata xm. proceso creciente de alza de salarios, que se combina con un déficit creciente de la balanza de pagos y unos niveles cada vez más altos de desocupación. A partir de 1977 se considera preciso conseguir el éxito combinando una progresiva reforma tributaria, que alteró intensamente nuestro sistema fiscal; una devaluación de la peseta, y un concierto de fuerzas sociales, que recibió el nombre de Pacto de la Moncloa, firmado absolutamente por todos los partidos políticos con representación parlamentaria. Resalta su oportunidad cuando Vera Lutz, en su Central Planning jor the market econom, y, señala que en Francia, para superar una serie de tensiones de su planificación, " en la primera mitad de la década de los sesenta apareció una creciente tendencia a considerar el corporativismo ( combinado, quizá, con la ampliación de la esfera de la empresa pública) como el deseable o inevitable sistema económico del futuro. Esta tendencia tiene, en parte, su origen en fuentes de inspiración católica, ... y que sobre bases morales rechazan el lucro como criterio principal de las decisiones económicas, y prefieren la asociación ( llamada ahora concierto) a la competencia. Pero llegó, en parte, de otras fuentes de origen más reciente, entre las que se encuentran las siguientes: — " Primero: existía la teoría de que algún método de planificación central de rentas y precios era necesario para llenar el vacío creado por un supuesto fallo total o parcial d. e los mecanismos de mercado. SEGUNDA CONFERENCIA 39 — Segundo: existía la ambición de algunos técnicos de la econometría de hacer ftoncionar la economía de acuerdo con las soluciones dadas por el modelo computable. — Tercero: existía la creencia en la posibilidad y la conveniencia de una convergencia entre los sistemas económicos del Este y del Oeste. -^ Cuarto: se extendía un nuevo concepto de lo que significan libertad, voluntariedad y deTuocracia, combinado con la noción de que las decisiones económicas pueden y deben tomarse raediante la disuasión de las autoridades con los grupos de interés". El superávit de la balanza de pagos por cuenta corriente abandonó el fuerte déficit existente hasta 1977, con un superávit de 1.600 millones de dólares en 1978, y uno que se espera sea de 3.500 millones en 1979. Sin embargo, siguió sin resolverse el proceso de alza de precios, que creció en el período 1974 a 1978 a una tasa anual acumulativa del 18,98 por 100; el de la inversión y el del pago creciente, que supone el 9 por 100 de la población activa, que, al propio tiempo, decrece ligera y continuamente: 13.273.000 personas en el cuarto trimestre de 1977, y 13.024.000, en el segtmdo trimestre de 1979. Para solucionarlo, el Gobierno ha aprobado, muy recientemente, un programa a medio plazo para la economía española, que trata de disminuir la tensión inflacionista con una fuerte contracción del gasto público. Al propio tiempo, se ordena tina serie de medidas que favorecen la capitalización y el empleo. Evidentemente, estos problemas se encuentran muy directamente ligados con la posibilidad de que la economía española ofrezca recursos adecuados, bien por sí misma, o bien mediante importaciones. La etapa de la búsqueda de las autarquías ha caducado, pero no así la etapa de la búsqueda de las independencias. Como consecuencia de esto, parece lógico suponer que España va a buscar algún modo de desarrollo que le acerque hacia las Comunidades Económicas Europeas, con vistas a una evidente integración, y, por otro lado, que impida que el ritmo de desarrollo del país vaya por debajo de las de los Gobiernos que nos llevan la delantera. España no puede olvidar que, en el terreno industrial, si avanza con una tasa acumulativa del 10 por 100, tardará cincuenta años en alcanzar a Francia si ésta sigue desarrollándose al ritmo actual. Por supuesto que problemas relacionados con la calidad de la vida, la civilización del ocio, con la ayuda generosa que España debe estar dispuesta a prestar a otras naciones menos desarrolladas, nos hace impensable el creer que esta carrera vaya a continuar indefinidamente. Pero, sin embargo, durante los años que nos quedan del siglo xx, en España aún ha de trabajarse fuerte y duro, teniendo en cuenta que el desarrollo se puede lograr. A principios de este mismo siglo, Suecia era una nación ham- CICLO PRIMERO brienta, que enviaba emigrantes hacia otros piintos más ricos, y con una colocación marginal en Europa que podría llevar a pronóstico de que se convertiría en un país subdesarrollado. Suecia, hoy en día, no sólo ha ganado la carrera a España, sino que ha ganado la carrera incluso a Estados Unidos. Dentro del cuadro hacia donde se va a mover la estructura económica mundial, debemos aprovechar en el último cuarto del siglo x x las ventajas que nos deparan una serie de cuestiones que van a gravitar sobre la economía mundial, precisamente, en tomo al año 2000. La crisis de 1974 muestra que, de ahora en adelante, en el mTxndo habrá déficit de materias primas y déficit de alimentos, y dentro del déficit de materias primas habrá un considerable déficit de materias primas energéticas; pero aquí precisamente se encuentra nuestra salida. Un libro publicado por las Naciones Unidas y concluido en 1973 bajo la dirección de Leontief, sobre el fimcionamiento de la economía mundial de aquí a 1999, señala que, hasta este momento, los productores de bienes agrícolas o de materias poseían una relación real de intercambio, que empeoraba progresivamente, porque subían más aprisa los precios de los productos industriales que los de los agrícolas y materias primas. España quedaba así condenada de forma evidente. Sin embargo, según este estudio dirigido por Leontief, la demanda de cobre va a multiplicarse por 4,8; la de bauxita y cinc, por 4,2; la de níquel, por 4,3; la de plomo, por 5,3; la de hierro, por 4,7, y la de carbón, por 5. Se prevé tma pavorosa escasez de plomo y cinc, y un fuerte encarecimiento de mercurio, plata, flúor, wolframio y estaño; también va ser enorme el desabastecimiento agrícola. Una revolución verde es precisa, pero sólo podrá llevarse adelante si existen abonos y si los campesinos tienen un elevado nivel cultural. En este sentido, y por lo que se refiere a los abonos, España no tiene problema en lo concerniente a las potasas y a los nitrogenados; en los fosfóricos, la conexión con la Defensa Nacional surge nítida, tanto en lo concerniente al tema de Bu- Cráa y el Sahara como por lo que respecta a la conexión con Marruecos con otros posibles simiinistradores, y, en suma, con la industria petroleoquímica. En lo que se refiere al nivel cultural, el de España juega muy favorablemente a causa del esfuerzo educativo de los pasados veinte años. A principios de 1974, la crisis del petróleo sonó como un aldabonazo de la escasez en las opulentas viviendas de las naciones occidentales, pero fué el primero de una serie que afectó a mijltitud de otras materias primas vegetales y minerales. Las cotizaciones comenzaron a subir en estos mercados, y la relación real de intercambio de las naciones occidentales, lógicamente, a empeorar. El tema del petróleo pasó a ser el que más publicidad recibía, pero en los Gabinetes económicos de todo el mundo occidental el asegurar el stiministro de materias primas pasó a considerarse esencial. Ya el pro- SEGUNDA CONFERENCIA tí. graana " Nuevo Orden Económico Internacional" es observado con otra perspectiva desde los países más prósperos. El programa integrado para los productos básicos de la IV Reimión de la UNTAD., celebrada en Nairobi, se observa con marcado recelo y cómo se van pareciendo más a la de la OPEP. las asociaciones paralelas, como la del cobre, OPEC; la de la bauXita, SEA., o la del mineral de hierro, OIEC. Precisamente en este punto es donde se atisban, por causas históricas, talantes muy diferentes. Norteamérica efectúa una política de gigantescos acaparamientos de minerales de todo tipo, cuya colocación en los mercados internacionales origina violentas oscilaciones, y es uno de sus activos más importantes en las interminables conferencias Norte- Sur, si es que se adopta la terminología de. Gimnar Myrdal, para quien el Norte significa la opulencia, y el Sur, la pobreza. A esto se une una vigorosa puesta en marcha de las empresas multinacionales o transnacionales y, en particular, de las que giran sobre todo en la órbita americana, y que así coadyuven a afianzar la política general de los Estados Unidos. Alemania Occidental, por su parte, prefiere la implantación económica en vinculación con muy fuertes empresas multinacionales que se relacionan con el mundo europeo de los negocios, aunque es bien sabido que marcar fronteras nítidas entre las multinacionales es una de las más vanas tareas que se pueden acometer; más bien habría que decir que existen marcas fronterizas, y de esta manera nos entenderemos todos mejor. Francia, que está decidida a que, una vez sobrepasada económicamente Gran Bretaña, su objetivo siguiente sea alcanzar un desarrollo mayor que el alemán, actúa con decisión en tres sectores: el de la acción política; a través de acciones diplomáticas típicas, y con una decidida acción bélica, que ora se hace presente para defender Miferma con bombardeos sobre las tropas del Frente Polisario, ora la llevan a tener a la Legión preparada para intervenir en toda el área mediterránea, ora actúa contra Libia en la República del Tchad, por poner sólo ejemplos muy obvios y con im trasfondo minero. Al lado de esto, es clara la abulia del Reino Unido, que tiene como resialtado su débil pulsar económico. Es evidente que la acción española no puede compararse con la de estos colosos; pero nuestra renta per cápiía, análoga a la de Italia, muestra que, en el terreno minero y de las materias primas mundiales, es precisa toda una acción a largo plazo, en la que todas nuestras posibilidades políticas — y se subraya este término de todos— se empleen a fondo. El mundo pasa a ser consciente de la gravedad de esta crisis y de que van a salir, en principio, vencedores, quienes, ya en el Tercer Mundo — de modo anfflogo a como actúan los grandes productores del petróleo—, ya en el conglomerado occidental, actúen con más sagacidad. Pero las Naciones Uní- 42 CICLO PRIMERO das han comenzado a elaborar inventarios desde los estudios de prospectiva, que, de forma solvente, se encargan a economistas muy importantes. De este modo han surgido análisis como el titulado 1999, dirigido para las Naciones Unidas por Wassily Leontief, que, entre otras cosas, recoge que van a producirse muy serios estrangixlamientos en el desarrollo de muchas economías, porque van a escasear en los mercados occidentales, y de forma creciente en las próximas décadas, todo un conjunto de minerales metálicos. Es significativo que había sido considerado muy pesimista el Primer Informe del Cluh de Roma; pero Leontief ha podido, indudablemente, matizar aquellas previsiones, que hablaban de " que, de persistir los actuales niveles de constmio, las reservas de aluminio se habrían agotado en treinta y un años; las de carbón, en 111; las de cobre, en 21; las de estaño, en 15; las de mercurio, en 11; las de cinc, en 18; las de plomo, en 21; las de wolframio, en 28; las de petróleo, en 20, y las de hierro, en 93". Debería añadirse a esto que este Primer Informe del Club de Roma, titulado Los límites del crecimiento, debe corapletarse con la crítica del equipo de la Universidad de Sussex y con la obra de réplica El Cluz de Roma responde, que, asu vez, debe ampliarse con las conclusiones de la reunión de Tokio y con los sucesivos Informes del Club de Roma: La Humanidad ante la encrucijada; el coordinado por Jan Tinbergen: Reshaping the International Order, o Informe RIO. al Cluh de Roma; el titulado Más allá de la era del derroche, y el qiointo y último, Metas para la Humanidad. Añádase el preludio del profesor King Hubbert, geólogo y geofísico de la Universidad de Stanford, que, en la Conferencia Mundial de Población de Belgrado, en 1965, habló de " la ciega dilapidación de los recursos minerales de la Tierra a muy altas tasas exponenciales, provocando un irresistible e inaudito desarrollo, fomentado por la ideología consumista, que motivará que tal desarrollo no habrá sido más que un fenómeno intrínsicamente efímero ( doscientos años) en el más amplio cuadro de la historia de la Humanidad". Por eso es tan importante saber que esta escasez va a romper niveles de rentabilidad que hasta ahora se creen intangibles. Esto es interesante para España, especialmente por el número total de sustancias producidas, pues, según el PNAMPM, " es una de las variadas, figurando en el sexto lugar por el número de sustancias producidas", y sólo tras países como Estados Unidos, Unión Soviética, India, Australia y Canadá, que tienen considerables extensiones geográficas. Por otro lado, como se dice en la misma página XXXIV del volumen I del citado PNAMPM., Parte General y Resumen. Diciembre 1978, Dirección General de Minas e Industrias de la Construcción, 1979: " La inversión en investigación minera realizada en los últimos quince años ( 14.000 millones de pesetas) ha permitido encontrar minerales por valor de 150 veces la cifra de tal inversión." Todo esto ha de completarse con unos datos sobre reservas y SEGUNDA CONFERENCIA 43 producciones; por lo que se refiere a las primeras, España ocupa el primer lugar en cuanto a reservas de mercurio, el séptimo en las reservas de potasas, el octavo en las de uranio, y cifras muy altas en piritas, en hierro, en cobre, en plomo, en cinc, en caolín y en magnesita. Y por lo que se refiere a la producción, el siguiente cuadro marca la posición mundial de España, según el estudio de Anuales des Mines, diciembre 1975: SUSTANCIAS Mercurio Piritas Espato flúor Andalucita, cianita, silimanita Sulfato de sodio natural Potasa ... ._ Uranio Feldespato Asfalto Ilmenita Caolín ... Magnesita Oro ; Bentonita Plomo Plata Cinc Hulla ... Sal común Beritina Lignito Mineral de hierro ... Wolframio .... ... ... Talco Estaño Antimonio Cobre Petróleo Lugar mundial de España 1 2 2 4 4 7 8 8 9 9 9 9 12 12 14 14 14 16 16 17 18 18 18 18 21 22 25 53 Porcentaje español de la producción mundial 24,2 9,7 9,9 2,5 9,8 2,7 0,5 2,3 0,6 0,1 1,4 3,1 0,4 1,0 1,8 1,2 4,7 0,4 1,3 2,1 0,4 0,7 0,8 0,8 0,2 0,2 0,3 0,3 Porcentaje de la producción mundial del país con mayor producción 24,2 ( España) 23,4 ( URSS.) 23,4 ( Méjico) 34,5 ( EE. UU.) 32,1 ( EE. UU.) 26,3 ( URSS.) 35,5 ( EE. UU.) 26,6 ( EE. UU.) 67,6 ( EE. UU.) 32,1 ( Canadá) 26,5 ( EE. UU.) 19,1 ( Corea del Norte) 63,4 ( Sudáfrica) 79,7 ( EE. UU.) 15,4 ( EE. UU.) 16,6 ( Canadá) 23,3 ( Canadá) 23,7 ( EE. UU.) 26,3 ( EE. UU.) 22,7 ( EE. UU.) 30,0 ( Rep. Dem. Alemana) 26,3 ( EE. UU.) 21,0 ( China) 30,4 ( Japón) 32,6 ( Malasia) 22,2 ( Sudáfrica) 20,7 ( EE. UU.) 16,4 ( EE. UU.) De nuevo no es el porcentaje total de las producciones en globo — un 0,6 por loo—, sino la enorme diversificación de éstas y las posibilidades de aumentar, a plazo medio, algima de las minas de modo sustancial, lo que resulta significativo. 44 CICLO PRIMERO Efetos inventarios, que se ponen en relación con modelos econométricos bastante refinados, comienzan a generalizare en las naciones más prósperas y con mayores deseos de atisbar su futuro. Por eso, se ha de dar la bienvenida a la publicación en España del ya citado Plan Nacional de Abastecimiento de Materias Primas Minerales ( PNAMPM), 1979- 1987, por parte del Ministerio de Industria y Energía, en cumplimiento de la Ley 6/ 1977, de 4 de enero, de Fomento de la Minería, que se desarrolla gracias al Real Decreto 1.910/ 1977, de 10 de junio, por el que se determina la composición de la Comisión Interministerial Asesora del Plan Nacional de Abastecimiento de Materias Primas Minerales. Todo esto ha de relacionarse con la creación, por Real Decreto 273/ 1977, de 25 de febrero, de la Comisaría de la Energía y Recursos Mineros, que coordina la Dirección General de Minas e Industrias de la Construcción, y la Dirección General de. la Energía. La prim. era, por el mencionado R- eal Decreto, se estructura en cuatro Subdirecciones Generales, una de las cuales es la denominada de Ahastecimiento de Recur& os Minerales. Al propio tiempo se han ampliado las posibilidades del Instituto Geológico y Minero de España. Finalmente, el 22 de diciembre de 1978, se adoptó un acuerdo por el Consejo de Ministros, en el que se aprueba el PNAMPM. para el citado período 1979- 1987. Según declaró el entonces Ministro de Industria y Energía, Agustín Rodríguez Sahagún, " el objetivo fxmdamental del Plan es promover y desarrollar, dentro y fuera del territorio nacional, la investigación, la explotación y el beneficio de los minerales, con el fin de procurar el abastecimiento, en las mejores condiciones de economía y seguridad, de materias primas minerales a la industria. Se trata, en definitiva, de que nuestra dependencia económica del exterior, que es del orden del 70 por 100 y total en algunas sustancias, no sólo no siga aumentando, sino que se sitúe en un orden del 60 por 100 en 1982 y im 46 por 100 en 1987, pero tanto da". Los incrementos de precios de los mercados mundiales hacen que esta tarea, obviamente, sea más fácil cada vez en el interior, y cada vez más preñada de dificultades en el exterior. Se centra, según se señala en el punto 2 del referido Acuerdo, en las siguientes sustancias, que reciben la calificación de prioritarias: a) Con carácter deficitario: Fosfatos, manganeso, aluminio, níquel, cromo, hierro, cobre, estaño, asbestos, titanio, cinc y plomo. b) Con el potencial excedentario: Caolín, fluorita, granito, magnesita, mármoles, materiales arcillosos especiales, piritas, pizarras, potasas y wolframio. Tengamos en cuenta que el período anterior a la crisis marcó im^ evidente incremento en los índices de dependencia de nuestras producciones minerales. SEGUNDA CONFERENCIA 45 La Industrialización creciente utiliza materias primas minerales baratas, que resultan, en el período estudiado ( 1961- 1974), último normal en estos abastecimientos, fácilmente accesibles. No va a ocurrir lo mismo en los quince años que van a seguir: D E P E N D E N C I A ( porcentaje de importaciones S U S T A N C I A S sobre el consumo) Aluminio Asbestos Caolín Cinc Cobre Cromo Espato flúor Estaño Fosfatos , Hierro Magnesita Manganeso Níquel Plomo Sales potásicas Titanio Wolframio Granito Mármol ... Arcillas especiales ( sepiolita, bentonita). Piritas ... Pizarras 1 9 61 100,00 100,00 Nula Nula 73,70 100,00 Nula 87,20 100,00 Nula Nula 85,30 100,00 Nula Nula Nula Nula 66,80 Nula Nula Nula Nula 1974 100,00 100,00 18,30 39,70 77,10 100,00 Nula 87,20 32,00 35,40 Nula 100,00 100,00 45,00 Nula 100,00 Nula Nula 26,90 Nula Nula Nula Por tanto, es claro que nos encontramos en una situación crucial de nuestra producción minera, a causa del punto de imposible retomo que se ha cruzado en la importación, o punto de extrema abundancia. A partir de ahora, la tendencia hacia la autarquía va a progresar. Un nuevo condicionamiento ha surgido en el mundo occidental, y concretamente en España, con los denominados movimientos ecologistas. Es evidente que, una vez alcanzado voí alto nivel de renta, surge la idea de mejorar la calidad de vida. Una de estas mejoras viene de la existencia de ríos limpios, de la carencia de escombreras, de cielos azules que no se contaminen por los CICLO PRIMERO gases de los hornos que tratan minerales. Como dice Beckerman, " los primeros ecologistas fueron los ricos jugadores de golf, que deseaban que nada alterase los verdísiraos céspedes por donde evolucionaban tras los agujeros del golf". Después pasó este talante a movimientos de tipo izquierdista: es preciso destruir la civilización capitalista occidental. Es así que los movimientos obreros, cada vez más, procuran un acomodo con ésta; luego hay que romper con ella desde otro ángulo. Dado que la citada civilización capitalista occidental está basada en la industrialización, obsérvase como algo maligno a este proceso industrializador; sus hiunaredas, sus aguas llenas de sustancias tóxicas, sus ambientes pulvígenos, deben considerarse como el mal en esencia. A veces, se combinan con otros aspectos políticos. Por ejemplo, en España el separatismo vasco, desde los tiempos de Sabino Arana y Goiri, vio' con recelo la industrialización, porque exigía la llegada de inmigrantes maquetos, que, además de romper — lo que ya era grave— la unidad racial vasca, traían mentalidades agnósticas cuando menos, alterando el cuadro de respeto sumo a valores religiosos, derivado del lema básico: Dios y leyes viejas. Otras veces, se une a la lucha contra la contaminación un especial énfasis contra la contaminación nuclear, derivado prijnero de los específicos movimientos contra la bomba atómica, que se transformaron en movimientos antinucleares m ' genere. Todo esto se cruza y entrecruza con las tendencias anarquistas que la opulencia de los 60 depositó — y aún no se ha eliminado con el paro ese sedimento— en todo el mundo occidental, y que desde los campus universitarios americanos se propagó con violencia a Europa, hasta el estallido de mayo del 68 en Francia. Con cierto retraso, España se incorporó a estos movimientos ecologistas, pero no por ello lo hizo con menos calor y entusiasmo, y además su influencia, en vez de disminuir, crece. Como una expansión minera forzosamente empeora el medio ambiente, resulta obligado tenerlo en cuenta como algo que va a agravar, o dificultar, a la minería española en algún grado. Como resultado de todos estos panoramas, Leontief ha profetizado que la media de los precios relativos de los minerales aumentará en tin 2,7 por 100 entre 1970 y 1999; por su parte, los precios agrícolas lo harán en un 14 por 100, mientras que los productos mantifacturados bajarán en im 6 por 100. Países como España, si saben aprovechar esta situación, pueden alterar positivamente sus tasas de desarrollo. La profecía, pues, de que si sabemos mantenernos unidos, con adecuada disciplina laboral y con un sano espíritu patriota, las cosas pueden ir muy bien en lo material, es de las más fáciles. Las interacciones que corresponde a la Defensa para que esta favorable situación se genere son tan claras que resulta estúpido insistir sobre ellas; menos aún en Canarias, donde todo SEGUNDA CONFERENCIA 47 esto se comprende raejor todavía por la insularidad de este trozo de España. En el fondo, la Defensa, al hacer posible que las cosas jueguen favorablemente gracias a los esfuerzos del pasado, nos hace meditar en lo justo de aquella interrogación que se lee en el Fausto de Goethe: " Wer immer strebend rich bemüht dendürfen wir erlassen?", o sea, " ¿ por qué no salvar lo que ha costado tanto trabajo?" SEMINARIO CÍVICO MILITAR DE CANARIAS C I C L O I TERCERA CONFERENCIA Tema: « ASPECTOS MILITARES DE LA DEFENSA NACIONAL » Pronunciada por el Excmo. Sr. D. Ricardo Arozarena Girón, Teniente General, Director del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, en el Salón de Actos de la Escuela Superior de la Marina Civil, en Santa Cruz de Tenerife. 5 de diciembre de 1979 DEFENSA MILITAR 1. CONSIDERACIONES PREVIAS E INTRODUCCIÓN. « Sean mis primeras palabras de agradecimiento al Capitán General y al Rector de esta Universidad por la invitación para venir aquí, en mi calidad de |
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