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LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES. ( CANARIAS ORIENTALES) SOCIEDAD DE EDICIONES LITERARIAS Y ARTfSTICAS Mbreria Paul Ollmdor$ 50, CHAUSSEE D’ANTIN, 50 - PARIS 2 MODO DE PREFACIO Entre las inftnitas cartas que recibí con motivo de mi discurso de la escuadra, aparté una fechada en Las Palmas el 8 de Mayo. El contenido de la posdata merecía la pena de leerla otra vez. - (( iSi usted quisiera venir por aquí y hacernos un librol... )) Y segían unas cuantas líneas mas en que me ratift-cuba su gran afecto el alcalde de Las Palmas, D. Ambro-sio Hurtado de Mendoza. / Ya lo creo que querría hacer un libro de CanariasI Desde que juntamente con el inolvidable Perojo y sus compañeros de circunscripcidn y el insigne Galdós, firmé todas las enmiendas que tendían cí la división del A~ rchipiélago, el pensamiento de visitarlo me andaba rondando por la menie y en ocasiones constituía una ver-dadera obsesión. Yo anhelaba con, ocer de cerca la tierra canaria, no para tender el erecho de intervencibn en SUS, VI A MODO ' DE PREFACIO cuestiones, que ese me lo da mi ciudadanía españolu, sino para ofrecerme el ‘ deleite de visitar una de las regiones’ más hermosas del planeta, á la que con rcudn denominaban los antiguos, . por la esplendidez de su fiaturaleza, Ilas Afortunadas. Y la oferta de ese Gaje fentador, de aplicar hondo y Zargo trabajo - jel mayor de los placeres, el de estudiar y el de escribir!, llegaba & hora propicia, en holganza de diputado y fn holganza de periodista. . I, a. s cuartil2a. s se amontonaban ci mi vista, formando montaña, pidiendo ser borroneadas... A- Será necesario decir que conte$ té en el acto aceptando? Pero mi amigo cesó en la Alcadia y esta circunstancia le suscitaba el escrúpulo de conciencia de no creerse au-torizado para reiterarme Zn invitación en nori- hre de la ciudad. Pasó el tiempo, corto por los días, mucho para mi deseo, y 2 fines de Junio otro buen amigo de Las Pal-mas, D. Salvador Fierro, me envid colección de perió-clicos que hablaban de la cuestión palpitante, de haberse perdido en el Ministerio de Fomento la Memoria del Ingeniero- inspector que proponia seriamente lu divi-sión de la jefatura de obras Públicas. Cogi Za pluma y escribí á La RITaííar1am i prinîel’ artículo. Aquello ya no. podia tolerarse, era una burla y una afrenta del unita-rismo centralizador. Una inepcia mas de la burocracia imperante. Mi trabajo provocó enLas Palmas un movi-miento de opinión y telegrama tras telegrama me pedían que me pusiera en marcha. Sobrevinieron sucesos trágicos para España : lar infausta campaña del Rifl, infausta por tantos concep-tos, el levantamiento de Barcelona y gran parte de Cata-luña contra la guerra. Chocaron con estrépitö horrendo Á MODO DE PREFACIO VII , clos mundos de pensamiento y de voluntad, dos modos de ser del alma nacional, y ‘ del choque brotó la hoguera. & os sucesos determinuson, kxrque no juslij% urorz jamás, la desatentada, la anticivilizada suspensión de las , gcirantícis constitucionales y, después, las odiosas repre-siones del siniestro foso de Monjuich... 1 Cómo apartar la mente y el cora.& de Barcelona y de la campaña del Norte de Africa! Y luego, jcómo hablar en mitins, cómo escribir en periOd& os, sin libertad de tribuna y sin li-bertad de prensa! P, ero la guerra iba despacio y para largo, y los eere-chos del Hombre, que ya no se suspenden en parte alguna del orbe libre, continuaban velados. No podía esperar mcís tiempo, y no esperk. La labor silenciosa de preparar elementos para un libro podía hacerse sin licencia clel poder. Atravesé de Asturias á Cadi- esta Espafia que daba IU impresión de una nueva Turquiu, pero de una Turquía antes de triunfar los principios revoluciona-rios. Y del 26 de Agosto al 10 cle Noviembre viví en el grupo oriental del . Archipiélago, en las rientes tierras donde llegaban muy amortiguados los sordos rumores clel sucudimienfo nacional y del empujen conque Europu nos forzaba á civilizurnos. En ese retiro, en aquel ousis material y moral, pusé largo tiempo consagrado á escu-clriñur hasfu el írltimo rincdn de Gran Canurias, cle Lanzarote y de Fuerteventura. Los días no dieron mús de sí, y dejé paila otra ocasión alargar mis excursiones al resto del Archipiélugo. Tal frré el origen de esfe libro que produma SU carác-tes de investigación de Za recrlidad. ; Obrct de bufalla? No; porque no infìere nin~ grma ofensa, no pugna con n~ in~ girn. derecho. Sería batalla ! le entregarme i( luchas mezquinas, VIII Á MODO DE PREFACIO no lo es por que se trata de la defensa de un noble ideal de independencia udministratiua. No pelea Gran Cana-ria, no pelean Lanzarote y Fuerteventrrru, de cuyks aspi-raciones procuro ser drgano, por 1112 pedazo de botín, por arrancar privilegias. Ni yo al escribir, ni los de Canarias Orientales al sugerirme con sus razones justas lo que trasladé al papel, estamos animados de odio para nadie. Esa palabra no está en mi diccionario; mis labios no saben pronunciurla, mi corazón no sabe sentirla. Tierra de España es Gran Canaria y tierra de España es Tenerife. Precisamente para reconciliarlas, queremos desceI2tralizarlas, diferenciarlas. Á Za hora que es de la centuriu vigésima, corriendo para todos lu Hisforia con su sol de libertad, de progreso, de tolerancia, sería insensato querer que prosiguiese para unos la llaga del yugo, para otros la estraña satisfacción del dominar. Cuando toa0 clama federaciól2, es empresa vana in+ pirarse w2 el régimen m2itarista c012denucl0 por largos siglos de desdichas. Para España, para nuestra Españu, amor sil2 límites, que en todo el ArcAipiélago vibra el sentimiento de la Patria como pueda vibrar en las entrañas de la penín-sula; para los gobernantes, queja, protesfa, condenación, pues hoy deshacen lo que ayer Izicieron, pasando del régimen provincial al sueño inzposible de un virreinato, y del virreinato, San pronto acariciado como fracasado, al comienzo de justicia de la capitalidad ulterl2atiua, y del articulo 26 del decretodes cenlralizador olra vez al statu quo, pero d un statu quo agravado con tanto hurgar en la herida sin sanarla. Si los gobernantes pudieran, si de ellos clependiera, habria que preguntar con mueca de dolor y de desesperanza : iqué tierras toca ahora perder? Á MODO DE PREFACIO IX. Felizmente las islas Canarias son españolas, espa-ñolísimas, y á que lo sean más y mas, frustrando las malas obras de gobernantes de Imperio Abisinio, se con-sagran estas humildes páginas con el lema aquel de mi primer articulo : Diferenciarse es vivir. Predicaciún de equidad, de justicia, de soluciones por la ley, ha sido mi perenne predicación, y por eso debo honda gralilud ;, los diarios & a Mañana, El País, La Defensa, al serna-nario El Tribuno, que, abriéndome generosa hospita-~ lidad en sus columnas, hicieron posible acarrear el mate-. rial indispensable prara La tierra de los Guanartemes. Tierra de los Guanartemes, es decir de aquellos caz& 110s y patriarcas que ejercían el poder supremo sin tira-~ nias ni despotismos, de aquellos soberanos de la antigua orgunizacidn política del grupo oriental, como Gumidafe el valiente, como Andamana la hermosa, como Artemis el esforzado, como Taghotcr el intrépido, como Benta-gache et bueno, como Thenesor Semidan el invencible,. como Doranas el lzdroico... Estos Guanurtemes ense-ñando prudencia F/ sabiduría, dando ejemplo á los Go-biernos futuros, no manclabctn por si, sino aconsejan dose de una Asamblea consultiva ó Sábor que era señora de los destinos del país. iY aún se teme que los habitantes de Gran Canaria no estén preparados para la libertad, no sean aptos pura Za uutonomia administra-~ tiva, con semejantes tradiciones, con tal historial t Tierra de Guanartemesl, de ti se puede ufirmar también lo que se dijo de Castilla y de toda’ España :~ « la libertad es antigua y el despotismo es moderno... » Explicado queda el titulo de la obra, justificada la intención de lo que se leera en sus capítulos. Fu. 4 una carta de Hurtado la que vino á interrumpir la soledad X Á MODO DE PREFACIO de mis pensamientos y de mis forzadas holganzas, brin-dándome á que visitara Gran Ganaria, á que estudiase sus problemas, á que escribiera un libro. El propósito está logrado. JÁ quién mejor dedicárselo con un abrazo , del alma?. GRAN CANARIA LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES LAS PALMAS Á VISTA DE PÁJARO 1 Estgbarnos en 10 alto. Bajamos del coche dejando á nuestra espalda el castillo del Rey ó de % an Francisco y & los pocos pasos entramos en la casa de selia&, en la Atalaya. Es un puro deslumbramiento de la vista, mirar la ciudad y mirar el vasto Océano desde aquella altura. Yo me rindo ante una naturaleza como esta, próvida y magnífica, suntuosa en sus panoramas, plau gada de bellezas, porque lo limitado de la palabra humana no acierta á reflejar las sensaciones del alma. Sí, limitación y pobreza del lenguaje hablado 6 escrito, al menos en mi caso, porque después de haber vertido sobre el papel adjetivos y ditirambos, todavía quedara algo intraducible, que se expresa mejor reco-giéndose en el silencio. Eso quise hacer durante un rato, no sc! cwnto rato, en que me puse ct mirar ca-llando, pero luego pudo más la curiosidad y medesate en preguntas. No dejé en paz al amigo Hurk~ do hüsk que me nom-br6 por sus nombres todo lo que se veía. 1 Encantador horizonte ! No hay ciudad que ‘ no sea bella contem-plada desde una altura; pero el espectáculo resulta más hermoso si esa ciudxl se asienta sobre el mar, como que se inclina y descansa sobre el mar. 4 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Lombroso que además de ser un sabio antropólogo fué uu poeta, escribib hace tiempo un opúsculo titu-lado : Per&? fu grande Venezk? Y A la pregunta con-testaba con un himno sublime cantado al mar, Éste con sus azotes, con sus furures, posee el clon de desper-tar las energías humanas, aun las mas dormidas. Tierra, ciudad 6 nar; ion que lucha con el mar y logra vencerlo es tierra preparada para toda clase de divinas empre-sas. Y lo es porque con esa lucha el hombre aprende á amar la libertad sobre todas las cosas. Por el mar viene el conocimiento y trato de pueblos y razas distintos; por el mar se aprende la noción de que la I- Iumanidad es grande é inmensa y además hermana; por el mar se establece el comercio entre las gentes, pues entre todos los dioses de la Mitología fué el bello Hermes con sus pies alados, el más liberal y tolerante y civili-zado de los Dioses. Desde que el mundo es mundo, el habitante de una isla es un ser despreocupado de supersticiones, de cImores insensatos y tenaces á unos mismos ídolos, llá-mense como se llamen. El isleño, por naturaleza, pos temperamento y hasta por necesidad, es tolerantete, aficionado al progreso. Dijérase que el mar con el beso de sus olas y el viento con el beso de sus ráfagas, le traen la fecunda semilla de nuevas ideas, de descu-brimientos nuevos. Perchè fil grctnde Venezin? II En lo antiguo se l! amaba á la isla de Gran Canaria, Tamarán, lo que, según los historiadores - y Jo tomo LAS PALMAS Á VISTA DE PAJAR0 5 de la historia de D. Agustin Millares, - significaba en la lengua de los primitivos habitantes, país de uaZien-tes. País de valicntcs tuvo que ser, en efecto, un pueblo que se aposentaba sobre volcanes, y lavas, sobre riscos y precipicios, sobre un suelo surgido del mar.“ País de valientes para que se dedicasen á labrar y sembrar te-niendo que inventar, que crear la ‘ misma ticrrn. País de valientes en una costa la más inabordable que cabe imaginar. Psis de valientes, porque tenían como única riqueza la inestimable riqueza del clima. Estamos en lo más fuerte de la tarde, en día en que el sol, libre del providente toldo de las nubes, luce todos sus esplendores; en una terraza sin techumbre’ y expuestos a todas las caricias de los rayos de Febo. Pues bien, el calor no se siente y el teniente Bonet, del castillo del Rey, asegura que por la noche hace frío. La claridad esplendorosa limpia el horizonte de sombras y celajes. A la derecha de la Atalaya y en la parte más alta de Vegueta, descubro el antiguo con-vento de Santo Domingo, donde está hoy el Hospital de San Lázaro para leprosos. Mas acá, el que fué en tiempos convento de San Agustfn y luego fué y aun es, Audiencia. En esta parte de a ciudad estim el semi-nario Conciliar, la Catedral, el Palacio Episcopal. La Catedral, que se descubre g lo lejos al llegar á Las Pal-mas desde el mar, por sus torres negras, por su masa negra de piedra. Ya en 1485, dos años despu& de la rendición de Gran Canaria á las armas españolas, se trasladó desde Rubicón a Las Palmas, la primitiva Catedral, ocupando el pobre y estrecho recinto de la ermita llamad4 de San Antón, que estaba’ èntonces, según cuentan, dentro de los tapiales del campamento. 6 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Y mhs tarde, en 1496, acord. 6 el cabildo construir un templo en el solar que se habia repartido 6 Juan de Siberio Mhjica. Y después pasó por las manos de una porción de arquitectos, desde el sevillano Motaude B los. plarlos del canonigo Diego Nicolás Eduardo. Así hecha á retíhzos no % ne ni pw3& e kxxw wx w$ i\ o defmi-do, la magnificencia de las famosas catedrales de la península, y sólo se puede considerar con aprecio el frontis principal, frontis greco- romano, la torre de la derecha con sus campanas y su reloj. Pero aun así es una mole respetable de cerca de seis mil metros cua-drados. Da la impresión frente al. mar, que es una forr taleza mas que un templo. También en Vegueta, y además de la Audiencia, están la casa Regencia, el Ayuntamiento, el Hospital general con su Hospicio y Casa- Cuna y la destartalada. Delegación ael gobierno cle la provincia. Junto al mar, el Mercado y la Pescadería. Bien se ve que el Regente de la Audiencia era en tiempos no muy pretéritos, hasta los comienzos del siglo XIX, la persona m6s consrderable de la ciudad y del Archipiélago, Fué el capitán general á Ia vez Regente, y de ahí la suntuosidad de su morada. La casa Regencia es uno de los edificios que honran á esta urbe. Ahora, miro á Triaua y empieza, la enumeración de conventos, unos que fueron y otros que son : el con-vento de San Francisco, hoy cuartel de infantería; el convento de Clarisas, donde están actualmente el Gabinete Literario y la Alameda de Colón; el convento de Dominicas ( moderno, de reciente planta); el con-vento de San Bernardo 4ue , derribó la Revolucibn y LAS PALMAS Á YISTA DE PÁJARO 7 se convirtió cn Hotel Contíuental; y, m6s nllá, las Her-manitas de los Pobres en la calle de Pérez Galdós... Ya he dejado, tiortunadamente, de contempplar los conveutos que son y de ver el , sitio que ocupaban los conventos que fueron. Me figuro lo que sería la ciudad de Las Palmas en aquellos días y me acuerdo de que así eran casi todas las ciudades de la península hasta que la Revolucibn se entregó á su obra saneadora. Ya es tiempo de que vea los edificios civiles. Junto al mar está el teatro Ptkez Galdós, con sus cuatro fa-chadas, con su independencia y seguridad para todo conato de fuego. Se combatió mucho su emplaza-miento, y el ilustre autor de los Episodios Nacionales trazó entonces unas caricaturas deliciosas represen-tando á cómicos, míwicos y espectadores nadando durante las funciones. También junto al mar está el Círculo republicano federal, casa modesta, pero bas-tante capaz y muy adecuada pari su objeto. Las olas batiendo debajo de sus ventatras son apropiado corc dd e los discursos enérgicos.- Mgs hacia el iuterior de la ciud~ ad, están el Gn, bin& Literario y el Círculo Mercantil. Y allá, á la izquierda de mi observa~ torio, un poco mas lejos, el Gobierno militar. En los Arenales descubro la fábrica de electri-cidad, hermosamente instalada, como para Exposición y no para los menesteres ordinarios del alumbrado. Descubro la Comandancia de Marina, desmantelada, con sus cuatro paredes al viento, que empezó y no se acaba, por lo que concluirá por caerse, para bochorno del Estado. Y es gr, ul lástima porque el edificio es bonito, almque esté emplazado muy distante del Puer-to de la Luz donde estaba su asiento natural. 8 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Luego el convento de Misioneros del Corazón de María, luego el convento del Sagrado Corazón de Jesús : aquél de frailes, éste de monjas.,, & Seguirá, volverá la pesadilla de los conventos? 1 Cómo se conoce que la ciudad de Las Palmas es ya rica y está en camino da serlo mucho más ! Desde la Atalaya no se divisan, pero sé que están alli y luego los veré, los tiagnos Hoteles de la carretera de Las Palmas al Puerto de la Luz : el Metropole y el de Santa Catalina. En ellos está como el sello del pro-greso de esta ciudad. Antaño, cuentan, que no habfa más que malas fondas. Al salir de la Atalaya dirijo una última mirada & aquellos sitios que me van siendo , familiares : la plaza de Santa Ana, Cairasco, San Bernardo, el Parque de San Telmo, la Alameda de Colón. A cada uno de ellos va unida una sensación agradable, el recuerdo de una cara bonita entrevista. Y ahora contemplo, cual en ojeada de despedida, estos barrios pobres que por lo míseros son Oajos y por YU situación son altos, como si los hombres hubieran bus-cado de propósito este original contraste ó como si la expansión de la ciudad no pudiera hacerse más que por arriba. Felizmente los pobres encuentran una com-pensación en el alejamiento de la ciudad. Pasean como cabras por los Iiscos dc la montaña, anida1 como p& jaros en las alturas; pero, en cambio, tienen el bien ina-preciable de la brisa del mar, del Ce refrigerante y tonificante en este sanatorio natural. Son las cinco de la tarde cuando tel’mina nuestro paseo por las alturas, posando la mirada por San LAzaro, San Bernardo, San Francisco, San Nicolás, San Roque, San Juan, San LAS PALMAS h VISTA DE PAJAR0 9 José, todo un santoral. Y hace tal fresco que, á poco que apretase, no estorbaría un gabán. Abajo, junto al mar, en la orilla, están el barrio de San Cristóbal y el Cementerio. Hasta los muertos no podrían quejarse, siresucitasen, de que se les había i~ ns-talado mal. Lugar triste y de sombras suele ser el cementerio,’ lugar de sol y de aire y hasta de alegría es en Las Palmas. Los ofre$ das que en las religiones antiguas y aun en las actuales de pueblos primitivos, se hicieron 6 se hacen á los muertos, no tendrían aquí tan disparatado simbolismo. Al fin, junto al mar, no resultaría tan extraño poner viandas para la última expedición á lo ignorado. Y de la Atalaya hemos salido y de la Atalaya nos alejamos clando un adiós al castillo del Rey, al castillo de San Juan, al castillo de Santa Isabel. 1 Duerman y callen por mucho tiempo los cañones ! Tan fuertes , ó más que esas bocas de fuego son los patriotismos de los ciudadanos de esta isla fidelísima... III Años hace, muchos años, creo que fué en 1865, cuan-do se estableció el servicio de vapores correos entre España y las Antillas. Entonces se señaló una escala en Canarias y se eligió como punto de estación la rada de Santa Cruz de Tenerife. Para mayor dolor, al reno-varse aquel contrato con el Estado en 1868, se acordó la supresión de esa escala con gran perjuicio de los intereses peninsulares, antillanos y canarios, Mientras existió esa escala en Santa Cruz, los de 10 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Las Palmas no protestaron, no intrigaron para que se suprimiese, Pero vino un día en que siendo ministro de Ultramar el señor Lebn. y Castillo, Gran Cana~ ria~ enmasa reclamó la restitución de lo qwera suyo : la escala en alguna de ms jslas. Se confió el informe á un experto marino, y éste dictamino que el puerto designado debía ser el de Las Pabnas, por reunir - afirmaba - (( más elementos mercantiles D,’ como así se consignó tani-bien en el R. D. expedido el 26 de, agosto de 1881. Por eso y por cien ejemplos enteramente probatorios, se podría hacer el experimento de confiar 4 personas imparciales, extrañas, exentas de prejuicios, la resolu-ción del problema de la independencia administrtitiva~. de Gran. Canaria. Entre mil árbitros habría probable-mente novecientos noventa y nueve y medio’ que ~ falla-rían sin titubear á favor de esta isla, & la que yo llamo mía al hablar solo y nuesfra al hablar con alguno de sus habitantes. Negarlo seria negar la evidencia. Sería lo mismo como si al bajar de la Atalaya me hubiera sentido , defraudado por la visión placentera, como si hubiera rechazado las caricias de la brisa del mar, las jaculato-rias del cielo que cantan la alegría de vivir, como si hubiera querido suponer que no fué siempre del Oriente de donde nos vino la luz. Los antiguos decían que la Naturaleza tiene horror al vacío ; yo voy creyendo que los gobiernos tienen horror B la justicia,.. VEGUETA Y TRIANA 1 Cuando la ciudad. es hembra gu. apa cunl lo es Lns Palmas, no hay que verla solamente en los ratos largos en que está acicalada. y compuesta, al salir del baño ó de1 Bouckoil; sino en los instantes de abandono y de intimidad. Esa es la hora psicológica, la hora de- la sorpresa para reconocerla en su verdadero estado natu-ral. Si resiste al examen, es porque resulta digna deins-pirar una pasión. Las ciudades, como las mujeres, es preciso contemplarlas á la luz del sol. Hecho el experimento con Las Palmas, vista á todas las lloras del día y de la noche, declzo que efectiva-mente puede resistir la prueba. Es limpia, coqueta, y no ~ 61.0 contemplade. desde 10 alto, mirándola desde el mar dormida, sino registrándola por dentro. Lector, ~, m. e acoml3añas? Vamos á pasear por la plaza de Santa Ana, por la calle de Triana, por la Alameda de Colón, par las calles de San Francisco, Pérez Galdós, Buenos- Aires, por el Iargo w lo diré á usanza portu-guesa e de San Bernardo, por el Mercado y Pesca-deria, hasta ‘ por las afueras, por la barriada de Carl&.. 12 LA TIERRA DE LOS GUANAFiTEYvIES Dividida está la ciudad por un barranco y este ba-rranco tiene dos puentes. A una parte quedaVegz; leía, á la otra ZXancr. Vegueta es la urbe antigua, la primi-tiva; Triana el barrio novisirno, la moderna Medina que está llamada á grandes progresos porque une Las Palmas con el Puerto de la Luz. Y envegueta comenzaremos por entrar en la Cate-dral. Se ve mirando al conjunto de las tres naves del templo que es armonioso y notable. La bbveda se sostiene por columnas muy altas, de 14 metros y 1mdi0. Y todavía es más bonito el remate, porque estas columnas se ligan entre sí, sobre el techo de las naves, conunas aristas cruzadas semejando grupos vistosos de palmeras. LHablaré de los sillares de cantería azul pro-ducto de la isla, que embellecen mucho Q la catedral, del bajo relieve en mármol de Garrara que en la galería del tercer piso representa á Santa Ana dando lec-ción á la Virgen, de la amplia y elegante escalinata que da entrada á la Basílica por el Norte y por el Sur? No insisto porque estoy viendo el estilo gótico que domina en el interior, ese estilo que es la belleza su-prema de las Catedrales, ese estilo cantado por los poetas, sublimado por Víctor Hugo. Estoy viendo también que en el centro del crucero se levanta el cimborio sobre cuatro columnas rematando en una lin-terna cilíndrica. Aquello es muy bonito, como lo son igualmente las estatuas de los doce apóstoles y de los cuatro evangelistas talladas por Luján. Estoy viendo, además, una de las cosas que hermosean en mayor me-clida las iglesias, que cantan la gloria de la Catedral de VEGUETA P TRIANA 13 León, las vidrieras de colores que cierran todas las ven-tanas. Y por fin, el patio á la andaluza, con palmeras y rosales que recuerda la Catedral de Sevilla, la Mez-quita de Córdoba... Frente & la Ca, leclral, el Ayuntamiento. El edificio viejo, donde estaban antes las casas consistoriales se quem6 por dos veces y n0 fué gran dario, pues en vez de aquella fea vivienda se levanta ahora el nuevo Concejo, si no con honores de palacio, almenosconbol-gura y prestancia. ¿ De que reyes son esos retratos de la amplia esckljlmta? Son de Carlos V y de su mujer, de Felipe II y de la suya. El alcalde actual, mi antiguo y buen amigo D. Fran-cisco Bethencourt y Armas me enseñó toda la casa con su habitual corte& con su galante y agradable modo de hacer las cosas. A la prevención municipal donde se recogen los beodos y escandalosos se lti llama el cucrrfo de Zas cachuclzas. Y es que allí en el Ayunta-mient, o hubo no hace muchos años una escuela. Los chicos entraban en el aula y en un cuar. to de junto g la puerta se dejaban las Cachuchas, especie de gorras con visera que eran por aquel entonces el tocado de los muchachos. Ya no hay escuela y el cuarto de las gorras se convirtió en prevención y sigue no obstante con el primer nombre que recibió. ‘@ nde vas? Al cuarto de las cachuchas y así resulta menos bochor-noso haber estado preso por escándalo y embriaguez. En el edificio viejo estabdn antes el Ayuntamiento, la Audiencia y la C& rcel. La Audiencia se c&+ nicaba con la casa Kegental - que era y es mansión magní-fica - por una especie de puente 6 corredor cubi~ erto. De ese modo ‘ cl Regente iba de su casa á las vistas ó a 14 LA TIERRA DE LOS GWANARTEMES la sala de gobierno sin ofrecer su toga á la publica cu-riosidad. II Me gusta mucho la plaza de Santa Ana. Es un . w~@ I para fiestas; jaleos y bailes populares. Este fué siempre su destino, Rqui se ponian cucañas, se disparaban cohe-tes, se bailaba por mozos y por mozas. Y, resguardada por un extenso toldo, se celebraba la fiesta de la ense-ñanza, con reparto de premios, llevando todas las escuelas sendos estandartes. Aun hoy conserva su prestigio, es teatro de una solemnidad anual. El dfa 29 de Abril, día del patrono de Gran Canaria, San Pedro de Verona 6 San Pedro Mártir, porque en tal fecha se acabo la conquista y se rindieron. todos los Guanartenas, salen el Ayunta-miento y las autoridades civiles y militares y se diri-gen atravesando la plaza á la puerta de la Catedral. A la puerta espera el cabildo y á su frente el Obispo. EI Dean entrega el pendón de la conquista al primer sín-dico del Ayuntamiento. Y con el pendón, procesional-mente, rindiendo 6 esa ensena honores de majestad, puesto que toca la banda la marcha real y se dispa-ran 21 cañonazos, va toda la comitiva á la iglesia de Santo Domingo. Se canta un Te Deum. Y lmy , esplén-dido Zunclz en el Ayuntamiento y hay sermbn en la Catedral y hay holgorio popular, ixti- tad clvico y mitacl religioso. Y el Dean y el Sindico pronuncian discursos al tiempo de recibir el pendón y de devolverlo. La víspera, gran iluminación en el Ayuntamiento, VEGUETA Y TRIANA 15 De . l% plaza de Santa Ana al Mercado y & la Fescä-derla. El Mercado es obra del gran alcaldeLópez Botas, una de las figuras más interesan+ s de la historia moderna de Las Palmas. Fui: su alcalde conlos modera-dos, facilitó como tal alcalde el erkbarque, de los gene-rales de la Revolución y llevo la voz y representacion de Gran Canaria en las Cortes Constituyentes de 1869., Para ser todo eso necesitaba tener como tuvo,, una personalidad extraordinaria de ilustre patriota. k esta hora, ocho de la mañana y en domingo, el mercado está animadísimo. Se ven muchas caras bonitas y al encanto natural de todo mercado se une el, de la afluencia de gente femenil selectti y distinguida. Con los sombreros y mantillas negras del señorío, alter-nan las clásicas mantillas Blancas que más parecen albornoces. Es lo tipico de esta tierra y, como todo lo típico y original, muy hermoso. Esos mantos á la usan-. za tradicional, al encuadrar cabelleras negras 6 rubias - abundan las rubias - realzan las perfecciones de los rostros,, prestan mayor brillo a los ojos. Don Ferreal Aguilar, que me acompañ~ a, es muy popular. 1 Don Ferreol, venga acá ! i Don Ferreol, mire esta hermosa pieza! Don Ferreol palpa el pescado,. pregunta el precio y diserta sobre su calidad. Con cherw ( especie de abadejo), con gofio ( el plato dásico de la tierra) se alimenta toda una familia con cuatro cuar-. tos. Pero i ah I que todo el mundo no se satisface con esas viandas del pobre, y en ese caso el mercado es. tan caro como en cualquier ciudad de la península. En Las Palmas, como en Sevilla, hay una Triana,. pero no jacarandosa y alborotada como aquella. En los primeros tiempos debió ser wmo en Sevilla,~ barrio, 16 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES mísero de pescadores y obreros del puerto. Pero, andando los , años, no muchos, porque la transformación apenas data de un cuarto de, siglo, fué ensanchAndose Triana y llevando á sus casas nuevas, de dos y aun de tres y ouatro pisos, el vecindario m8s adinerado. Puede convencerse el que quiera viendo Ya droguería- botica de Llcó. Hoy en este barrio viven los ricos, y la calle de Triana es la de Fernando en Barcelona, la de la Paz en Valencia, la de Larios cn Mólaga, todas las pro-’ porciones guardadas. Pasemos á la Alameda de Colón, donde se reunento-das las noches de los jueves y domingos, en que toca la excelente banda municipal, lo que ‘ en hombres y mujeres, galanes , y señoritas es la flor y nata de. Las Palmas. Esa es la great atraction de la bella capital. Capital, he dicho, y no retiro la palabra. Comparad si queréis con tantas y tantas pobres capitales de pro-vincia que se quedau g cien leguas. Y no ya con Teruel, Soria, Cuenca, Guaclalkjara, sino con todas las capi-tales que no son las ocho ó diez, que pasan de cien mil elmas en la península. De 10 á 49, ved si queda que contar. Falta, es claro, mucho que hacer eu Las Palmas, pero eso que queda por realizar se haría como la es-puma en caso de dividirse la provincia. Porque la , preeminenciade ser la cabeceradelaprovinciaoriental del Archipiélago, sobre atraer gentes y capitales, daría . álos que ya existenmucho mayor bríoyalma empren-dedora. Mirada desde la plaza de la Democracia, - muy bonita plaza ,- el aspecto de la parte baja de Vegueta es pobre, misero y malo. Debía hacerse una gran vía VEGUETA Y TRIANA 17 como continuación de la calle del Progreso - donde dan el jardín de la casa Regenta1 y de todos los pala? cias señoriales - que hermosease toda esa parte de la población. Apero quién la emprende7 LQué Ayunta-miento acomete la obra, privado como está de todo auxilio y protección? Grandes organismos que sientan las necesidades del progreso, no faltan. Alí está, sin ir más lejos el Ga& nete Literario. Es un Ateneo- Casino, compuesto de todo lo , mejor de Las Palmas, lo mejor intelectual-mente y socialmente. En la fiesta admirable con que sus socios me agasajaron lo recordaba su viceprcsi-dente D. AndrBs Navarro, recordaba con elocuenoia lo que hizo el Gabinete Literario por el colegio de San Agustin- institución modelo ácargo de D. Pedro Mesa - y por la Exposición regional que aquí se celebro, ~ Qué no sería capaz de acometer si sus felices inicia-tivas no estuviesen estranguladas por la unidad pro-vincial, por el eterno expedienteo? Basta ver lo mucho que dio de sí el Puerto de la Luz que en pocos años ha trastornado toda la vida de Las Palmas. Dígalo el movimiento, la plétora de acti-vidad que representa esa calle de Triana unida á la de León y Castillo. 1.500 metros hay hasta la plaza del Ingeniero León y Castillo, cinco kilómetros hasta el Puerto, Y toda esa extensión en plena , vida comer-cial. Y aun había más el día en que se haga la barriada Ca. rl~ ó,. É ste posee todo el monte de las Rehoyas con muchos kilómetros de terreno donde se podrA abrir en plazo próximo una nueva ciudad. Ya está su dueño D. José Garló asociado a una compañía francesa y va 2 18 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES A venir dentro de algunos días. un ingeniero que pon-drá manos á la obra, convirtiendo enpocos años lo que es monte pelado en espléndido cofiage. Ya tie levantan tres casitas con su jardín respectivo, tres coquetuelas casas que dan al mar y que no cambiarían SUS modestos poseedores - las obtuvieron por sorteo - asi les dieran palacios. A J, a altura de sesenta mc-tros sobre el. nivel, del mar tienen aire puro, orientación al Norte que barre la atmósfera de inicrohios y una vista panorámica que no se paga con oro. Dominan al propio tiempo el Puerto de la Luz y Las Palmas. Dentro de pocos años - me decía con su verbo , su-gestionadnr y su talmtntn para adivinar las cosas, Rafacl Mesa, - saldrá de este monte de las Rehoyas, una prolongaeibn admirable de Lis Palmas. Y los que vivan aquí, en calles ya alineadas, en calles , anchísi-mas, en casas con jardín, tendrgn á dos pasos el Puerto .- de la Luz y la ciudad por medio de un ferrocarril funi-cular que ha de construir esa compafiía. 1 Fantasías ! i Cuentos de hadas ! Hace 30 años nadie hubiera sospechado el desenvolvimiento que había d, e adquirir la ciudad de Las Palmas. Y que crecib lo prue-ban los hoteles con que cuenta. Capitales de primer orden hay en la península que no tienen tantos ni tan bellos, que no tienen un hotel Santa Catalina de insta-lación regia hecho para príncipes y multimillonarios. Y luego contad por los dedos : Santa Catalina, Conti-nental, Metropole, Quiney’s, Cuatro Naciones, Europa, CatalAn, Inglaterra,, Rayo. Y fuera de Las Palmas, en el monte, Santa Brígida, Victoria, Bella Vista, Qui-~ ney’s.,. Preguntad á Netzer. El, cómo precavido y nada fanfarrón, todavía se quejará; pero por kl , res- VEGUETA Y TRIANA 19 ponderán las legiones de ingleses que habitan su casa. III Las Palmas pasa en efecto por una gran crisis eco-nómica, tal vez de sobreproducción, tal vez de fiebre de crecimiento, pero ella se conjurará como se conjuró al cabo la crisis de la cochinilla. No hay ciudad en el mundo que no sufra estos contragolpes de su desa-rrollo y aquí aún nohubo crisis como la de Bilbao ó la de Gijón en las que se anochecfa rico y se amanecía mendigo. Esta es una urbe con todas las condiciones de tal, que sin protección oficial ‘ ninguna duplico y’ triplicó en un cuarto de siglo sus caudales y sus hab& tantes. Fe es lo que se necesita, fe en si mismo, fe en las grandes reservas vitales almacenadas. El ejemplo, está ahi : se la privó . de su capitalidad y, en vez de decaer, de hacerse indigna de ella, cobro fuerzas para serlo de hecho ya que no de derecho. AQuién la podra p& ar de moment6neos desfallecimientos? El caso es tirar las muletas, el caso, es proclamar su independen-cia provincial, su gran personalidad.,. EL MUSEO CANARIO 1 Amanece cuando empiezo á escribir este capitulo de historia. Y es que me he pasado una tarde y una noche enteras leyendo sin parar números y más núme-ros de El Museo Canario ( Revista quincenal). Estoy saturado del asunto y comienzo á llenar cuartillas no sin algún mareo mental, tan grahde es la cantidad’de datos que registré y apunté. Antes de leer la Revista estuve con Millares y Franchy en el Museo y durante, horas y mas horas ví una por una las ricas maravillas que atesora en, sus cuatro fvdamentales secciones : Mineralogía, Prehistoria, Zoología y Paleontología, Antropología y Loipografía. Salí extasiado, conside-rando y afirmando, valga por lo que valiere mi afirma-ción, que una ciudad que ha sabido fundar instituto semejante sin socorro directo ni indirecto del Estado, sin otra fuerza que la de la iniciativa individual, la iniciativa de unos cuantos beneméritos de la patria, es una ciudad de primer orden desde el punto de vista intelectual. EL MUSEO CANARIO 21 El amor ala ciencia es por su pureza, por su desin-terés, por las satisfacciones morales que produce, cl primero sin disputa de los amores humanos. 1 Ah ! La ciencia es hembra fiel que no engendra celos ni causa desengaños. Y como pasión divina esde eterna posc-sión y de virginidad eterna. Cada vez que el hombre cree dominarla, tenerla conquistada, haber agotado todos sus secretos y roto todos sus velos, surge de nuevo en serie inacabable de encarnaciones, descono-cida, ignorada, no revelada, cubierta de cendales. Dc abí que su amor sea fuente perenne de emociones y que su fruta prohibida no sea de males sino de bienes; porque mejora, enaltece, glorifica, separa al hombre del limo de la tierra. Y los que adueñándose de los , misterios de la Prehis-toria y de la Antropología han ido poco á poco reu-niendo esos tesoros del Museo Canario, merecen como el Dr. Chil y como sus ilustres continuadores, que la Fama pregone su talento y su paciencia, la, paciencia que ‘ es la hermana gemela del genio. II Sí, me entraron unas grandes ganas de leerlo todo, de saber lo m& s posible acerca de la historia de esa institución. Empecé desde d princ? pio, desde el nk-mero primero de EZ Museo Canario, que lleva la fecha de 7 cl& Marzo de 1880, y allí encontré un artículo de D. Domingo José Navarro que explica bien el objeto de la sociedad que acababa de constituirse. l? n p$ rra-fos sobrios, nobles, levantados, la presenta al público. 22 LA TIERRA DE LOSO GUANARTEMES S concluye diciendo : (( He aquí la moderna y meri-toria empresa que ha e, mpezado á realizarse 7 la de tener un Museo, una Biblioteca y una Revista en el Archipiélago Canarios - y que producirá bpimos frutos que han , de con. quistarnos la estimación de los. pueblos civilizados ) L Y ciertamente que esa estimación de 1~ 1s pueblos cWizados la logro hace años, cerca de treinta al? os, la sociedad de EZ Museo Canario, Al través de aquellas páginas se siente palpitar un legítimo y noble orgullo, el, que., pro, duce todo trabajo, científico perdurable y glorioso. Tres meses despuc? s, el numero del 7 de Junio,, da cuenta de la solemne inauguración del’. Museo en la velada del 24~ de Mayo bajo la presidencia del subgo-bernador del distrito y con la asistencia de todas las autoridades y de hombres tan ilustres como D. Do. ming, o José Navarro, , D. Juan Padilla, D. Víctor Grau; D, Manuel Quevedo, D. Amaranto Martínez de Escobar, D. Fernando Inglott, D. Emilio Alvarez de, Cueto, D. Teófilo Fernández, D. Juan Navarro To-rrens. No s$ cierta emoción he leído yo aquellos ~ discursos y aquellas poesias. 1 Qué entusiasmo fervoroso se descubre en todos los trabajos científicos y literarios consagrados á cantar las glorias de la fundacibn del Museo ! El discurso del presidente señor Navarro, el del Dr. D. Gregorio ChiI Naranjo, director del Museo, la Memoria del secretario general Martínez Escobar, el discurso de Quevedo Hijosa, el de Inglott, el de, Fer-nández Medina, acaban en diferentes términos pero con igual doble grito de amor, de fe y de esperanza; EL MUSEO CANARIO 23 i Viva Gran Canaria ! 1 Viva España ! Y en esos dos gritos se condensa toda una historia de aspiraciones y de luchas, todo un programa de presente y de por-venir. Se comprende lo que era el Dr Chil, un hombre de ciencia y de progreso, con solo leer este parrafo : (( En el ser humano todo es movimiento, composi-ción y descomposición, siendo la resultante de ello el transformismo.’ En el mundo físico lucha entre los diversos agentes que constituyen su organismo y en las manifestaciones morales entre las diversas ideas, venciendo siempre en este combate, el que se halla en circunstancias favorables, debido todo á las grandes leyes de la selección y de la & qAacidn. La. historia inorghnica de la tierra y la orgánica y fisiológica de los seres asi lo confirman 8. , Es Darwin hablando por uno de sus , discípulos, Darwin en laposesión entera de la verdad. A bien que no podía hablar de otra manera, el hombre que fué doctor en medicina y cirugía de la Facultad de París y era miembro de las principales Academias delextran-jera y autor de obras como los Estudios históricos, climatoZógicos y patológicos de las idus Canarias. Era un sabio el Dr. Chil. Tal vez por eso no mereció una sencilla cruz de los diferentes Gobiernos españoles que debieron conocerlo, estimarlo y honrarlo. Ano haber revalidado sus títulos de París en Cádiz, y la reválida era una ironía, hubiera podido decir, como Zola cuando trazaba su autobiografía en Mes haines : u no soy nada, ni nadie, no soy ni siquiera bachiller ‘)). 24 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES III He seguido leyendo. El 25 de Mayo de 1884 se cele-bra el IV aniversario de la fundación del Museo, ypro-nuncia un discurso hermoso D. Andrés N?+ arro y lee una Memoria interesantisima el secretario D. Ama-ranto Martínez de Escobar. Allí admiro además el dis-curso del Dr. Chil y en sus párrafos aparecenlos traba-jos del Dr, Verneau sobre los sellos ó plntaderas de los primitivos habitantes de Gran Canaria y las alusiones repetidas á los tesoros paleontológicos y antropolb-gícos que encierra el Museo. Los guanches, al través de las palabras del Dr. Chil aparecen aún mas grandes de lo que eran en realidad y eso que fueron colosos. La talla media de los hombres, deducida de la medicib’n de 1595 huesos largos, era de un metro 72 y la talla media de las mujeres según la medida de 734 ejemplares de un metro 58. Ya me lo decía el Dr. Millares al visitar el Museo : u Abundan entre los grranclzes los ejemplares que co-rresponden a estaturas de 1 m. 85 y aun pudiera pre-sentar otros excepcionales que acusan cifras de 2 m. y2 m. 10 » . 1 Dos metros de esL& ura 1 La raza primitiva tenía un empuje extraordinario. La confirmación de todo lo que Ieo en los discursos del Dr. Chil, porque son varios los que he registrado, la ofrece el Museo al contemplar sus cráneos. El crcinco número 61, es un cráneo de hombre viejo, procedente de la cuevas sepulcrales de Guayadeque, de figura pentagonal y que á primera vista puede clasificarse entre los dolicocéfalos verdaderos. Así resulta de la EL MUSEO CANARIO 25 midida : un diknetro’ antero- posterior m6ximo que alcanza 6 la cifra excepcional de 204 mm,, otro . trans-, versal máximo que mide 150 mm., ambos superiores ä los correspondìentes del viejo Cromañón, cuyo vaciado es obsequio del ilustre Quatrefagos al Museo Canario. 3% un cráneo de la raza guanche, es un cráneo que ofrece 10s ‘ estigmas de la raza, lti mandíbula del for-midable Cromañón. Y lo miSmo se puede estudiar en el cráneo, número 56, que es de una mujer vieja, pro-cedente como el primero del barranco de Guayadeque, dolicocéfalo y pentagonal. Todo esto prueba la tésis delDr. Chil y del Dr. Mi-llares y de cuantos han estudiado la cuestión, con espí-ritu sereno é imparcial. Oid al Dr. Millares eri su dis-curso hermoso que pronunció en la noche del 25 de Mayo de 1902, XXI aniversario del Museo Canario : (( Mucho mcls pudiera deciros en apoyo de esta tesis, si dando ina. yor extensión á esta prueba, presentara otrostestimonios irrecusables corno los que se deducen ‘ de los htiesos y de las armas primitivas y de la indus-tria cerAmica : la tibia platicnémica ó en boja de sable, de sección estrecha y borde cortante, $ 1 fémur robusto, encorvado, cuya línea Aspera refuerza el cuerpo, for-m& do columna, la superficie plana, infratrocanterea, la concavidad anterior del cúbito; $ en otro orden ‘ de cosas, las hachas de piedra pulimentada y tallada y los ejemplares cerámicos groseros de la @ oca primitiva ó guanche, excluyendo los otros posteriores en que se revelan los progresos aportad~ os por los semitas inva-sores, son otros tantos detalles que contribuyen EI formar y estrechnr~ los lazos de parentesco étnico, dé los guanches con aquella raza que en- la época cuater- 26 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES naria defendía en Europa la especie humana contra el oso de las cavernas y el mammut y que, empujada más tarde al Sur por los frfos y las necesidades de la vida, recorrió la peninsula Ibérica y la Italia, pasó al africa septentrional 9, dejando por todas partes hue- ‘ llas inequívocas de su paso, poblólas Canarias, conser-vkrdose gracias, á , su aislamiento, en el estado de pureza que esos cráneos revelan con la elocuencia muda de los documentos étnicos, guardadores pacien-tes de la verdad, más dignos de crédito que las voces de la tradicion y los relatos de la historia » . De suerte que estos hombres sabios, los fundadores y los continuadores del Museo Canario; no sólo han prestado el servicio de reunir tales preciosidades prehistóricas y antropológicas, sino que, además3 esta-bleciendo definitivamente la, verdadera progenie de los primeros que poblaron estas islas rindieron y rin-den un favor inmenso á la ciencia universal. Saber quienes fueron nuestros abuelos es mas útil de lo que, parece. El ser humano procede, vive, se porta según al medio y según la herencia y á la estatura física de los primitivos debe corresponder la grandeza moral de los actuales y de los futuros. No otra cosa proclamaba el insigne Dr. Chil al hablar del transformismo con dialéctica dalwinista. IV En el XXV altiversario del Museo ó sea en 1905, hubo una particularidad digna de notarse. Se adelantó la fecha del 25 al 7 de Mayo, para celebrar una fiesta EL MUSEO CANARIO 27 doble, el III centenario del Quijote y el XXV aniver-sario del Museo. ANO veis ahí un simbolismo bello? ~ Pues qué, no eran de la mejor especie de Quijotes, los que venciendo todos los obstáculos, s, aliendo á correr aventuras por los campos de Montiel del ideal, recons-truyeron y conservaron la historia de Gran Canaria? Discursos de los señores Inglott, Martinez Escobar, Morales, poesías, todo fué elocuente. Pero entre todos el discurso de D. Prudencio Moriles, quien decía que el Museo Canario recordaba y hacia presente’ « que somos algo más que obrerosdeuna gran factoría mercantil » . Y añado yo, que Gran Canaria tiene todos los ele-mentos necesarios para nutrirse de ideales y no caer en las concupiscencias de una simple factoría mercan-til. Lo prueba la sociedad el Museo Canario con la instalación que ahora se guarda en el segundo piso del < Ayuntamiento 9 mañana se establecerá regiamente en la casa que donó para Museo el ilustre Dr. Chil. Aqui, en España, donde todo se deja al morir para iglesias y conventos, bien esta que haya quiense acuerde de legar algo para instituciones civiles. Los libros aguar-dan á los cráneos, y si es colección hermosa y ricala de la Prehistoria, la de la Antropología, la de la Minera-logía, la de la Paleontología, no menos preciosa es la de veinte mil volúmenes ( biblioteca particular y del Museo) que se reunen en , aquella morada del saber. Cuando se logre la instalacibn oficial de la Sociedad, podrá decirse que K posee la mejor biblioteca de las islas Canarias en número y en calidad » . Una última ojeada á la primera m% quina de impri-mir que se introdujo en Las Palmas y que se conserva en el Museo Canario; un último vistazo á los números 28 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES de la Revista entre los que encuentro cosas tan curio-sas como un estudio de D. Antonio M. Manrique acerca de los juegos nacionales de los guanches y de los grie-gos que teman gran similitud y parentesco ; un ultimo recuerdo á la historia de Canarias en el Diario del Bachiller D. Isidoro Romero Ceballos y á la Historia de las siete Islas de Marín y Cubas y también al trabajo de Franchy sobre las pintaderas: ; Al dormirme todavía se me aparecen en sueños las s pintaderas de Galdar, Telde, Agüimes y Tirajana. Las. id2 hay cuadradas, rectangulares, romboideas, triangu- . lares, circulares, semicirculares, etc. Se me han queda-do grabadas en la mcmoriatalcomo lasví y palpé’en el Museo Canario. Peros en sueños, i extrañas divaga-ciones de la fantasía ! no las veo como me las enseña- B B ron, colocadas y clasificadas en las vitrinas, sino en m manos de los políticos de ahora - y no diré de los 5 guanches de ahora por no ofender a los guanches - i d que se entretienen en pintarse cara y brazos y piernas y todo el cuerpo. Se pintan y se adoban de diferentes colores y con diversos rótulos sin duda para que no se ca I les conozca, para evitar que se les recuerde que todos deben trabajar, como trabajarAn seguramente, por la personalidad é independencia de Gran Canaria,,. RÉMORAS CENTRALISTAS 1 Miraba la inmensidad del mar. Una línea vaga que apenas se percibe la limita, tocando al firmamento por todos lados menos aquel en que el limite es el puerto 6 es desde la Isleta el puerto y el antiguo muelle de Las Palmas. Un vapor airoso al navegar, marcha y marcha, con vibraciones ruidosas. Sol entoldado por protectoras nubes, viento que dice 1 andando ! La. nave se adelanta y deja tras si humo en el aire, estela en el Océano. Camina y carnina sobre el mar alboro-tado por un poco de rebozo como dicen acá, Alcanzó la, líneavaga donde esas dos inmensidades, la del agria y la del cielo, parece que se tocan. Yo se hundid enlos miste-. rios delontananza, seperdio anuestzavista, pobre vista, humana. Primero, lo vi como un punto, como una som-bra; después ya nada. 1 Que sensación de ignoto, de tenebroso como llamaban al mar los antiguos, se apo-dera del alma al desaparecer el barco 1 Todo es ilusión, todo es apariencia, pues tras la linea del horizonte se dilata el Océano grande y vasto;. ‘ y luego, hay tierras, naciones, continentes que lo 30 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES detienen; y después más mares; y más allá mas tierras, muchas más que baña el sol de los distintos climas y donde viven multitudes de castas de hombres. Es la estupenda extensión del planeta poblado y del planeta aún desierto, la redondez esplendorosa de este nuestro mundo que es polvo y grano de arena en el espacio infinito. Pero he aquí, que á los pocos minutos, no habría transcurrido media hora, contemplando la misma linea misteriosa, veo aparecer, como surgir de la nada un penacho de humareda y eti seguida un palo y muy ‘ luego un casco y por fin otra nave distinta de la que se alejó. 1 Es otro vapor quellega! Si uno se fue, otro , viene. Y así en serie inacabable, todos los días, todas las , noches, casi á todas horas, naves que parten y naves que arriban, humos que se desvanecen, , espe-ranzas que resucitan. El mar es, pues, emblema de la vida y lo es más cuando quedando aprisionado en un puerto como este de la Luz brinda refugio y taller y mercado á nuevos seres y á nuevas cosas. E, s imposible ‘ que un pueblo como Gran Canaria que cuenta con un vehículo tal de comercio y de civilización no vea llegar un día en un barco de la patria la solución, el remedio ‘ para sus penas que es la ansiada libertad, la indepen- ‘ dencia de su gobierno y de su economia. II Me saca de mi ensimismamiento la llegada del Mar-qués de Guisla, presidente de la Junta de Obras del . Puerto. Con conocimiento exacto de la materia y con RÉMORAS CENTRALISTAS 31 la filosofia del que est& resignado A las ckinoiseries de la administracibn pública, me va refiriendo una por-ción de casos notables, porlo estupendos, de lo qu. e es la rémora de Madrid y la remora de Tenerife. Aquello que oía nie recordaba un articulo que lef hace POCO en Le JournaZ de París. Nos hallamos en el arsenal de Tolón. Cierto día un obrero que tenía a su cargo pintar un torpedero, se encontró en la nece-sidad de utilizar para su pintura, yema de buovo. Se ful: al contramaestre y le pidib permiso para comprar tres huevos con que obtener las yemas. para la mezcla de su pintura. (( No puede ser; ni usted puede comprar los huevos, ni yo , autorizarle á que los compre. Hay que hacer un expediente en regla y pedirlos al Minis-terio de Marina. u En vano argumentó el buen pintor que eso le haría perder mucho tiempo y que adem6s - el torpedero no aguardaría pudiendo recibir. de un momento á otro la orden de salida. El reglamento esta-ba terminante y se hizo como mandaba el reglamento. Instruído el expediente se remitió á París, En el ministerio de Marina lo tramitaron enviándolo otra vez á Tolón para que la intendencia del Arsenal infor-mase si efectivamente hacían falta los huevos. El Arsenal contestó que síu y el dictamen fué á París. Entonces y tras de recorrer varios negociados, uno de ellos, el competente, pidió á las diferentes hueverías muestras de huevos y lista de precios Las casas imagi-nando que se trataba de un gran pedido de huevos, aunque sin comprender el motivo de pedirlos la marina . de guerra, enviaron, muestras y precios. Se nombró una comisibn encargada de examinar el coste y calidad de la frágil mercancía. 32 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Resultado final : á los tres meses de expedientes la administración de la Marina. compró tres huevos que le costaron la friolera ‘ de 1 tres francos !, Gastó un franco más en remitirlos á Tolón y cutido llegaron el torpede-ro se habia largado á . lti Indo- China,,. Es decir, que por las chinoiseries administrativas, por la paperasse inútil y ridícula de la administración costaron 3 francos los tres huevos que pudo adquirir por 30 céntimos el pintor de Tolón, y además llegaron tarde, y además se gastó encomisiones y expedientes é informesuna can-tidad incalculable de tiempo y de dinero. La historia de los tres huevos de Tolón tiene mnlti-tud de ediciones en la administracibn espaííola. El día en que estuve en la Junta de Obras del Puerto era el lo deSeptiembre, y en esa fecha, noveno mes del año, todavía no se habia aprobado en Madrid el presupuesto de obras para 1909. No sé lo que habrá pasado después, Lpero no juzga eso, no condena eso toda una adminis-tración? , J Se comprende que se tarden nueve meses en aprobar unos presupuestos normales sin ningún gasto excepcional, sin complicación alguna? Y aunque tu-viera esos gastos extraordinarios,, ¿ es que de Enero á Septiembre no hay una semana de hueco, para tarea como esta? ¿ Que sería de una casa de comercio, la más modesta, si viviera en sus cuentas y en sus libros con 3 trimestres de retraso? El Estado que se toma todo ese tiempo entre Santa Crti de Tenerife y Madrid para aprobar la inversión de unos cuantos miles de duros, enviaría á la cárcel al comerciante negligente que hi-ciera lo mismo. Sólo que la administración tiene bula para hacer atrocidades, para caminar á paso de , tot% uga y hasta RÉMORAS CENTRALISTAS 33 para decir tonterías. Hace tiempo la Junta de Obras del Puerto, cumpliendo disposiciones vigentes y ade-m& obcdecicndo 6 una necesidad publicamente sen-tida, se dispuso á establecer una Estación sanitaria. Cuando la Junta preguntó á Madrid con arreglo 6 que sistema y á que modelos hacia su Estación, Pero Grullo b Gedeón, que deben haberse refugiado en Madrid yen su Ministerio de Fomento, contestaron oficialmente : Q Hagan ustedes la Estacibn con arreglo & Zas adelantos modernos y á las prescripciones de la higiene. » Y se debieron quedar tan frescos y tan tranquilos en el Ministerio con esa respuesta sabia, de verdaderos su-perhombres, de émulos de Calino funcionario. Claro es, la Juntabuscó, indago, estudió por sí misma y pidió planosy datos y cifras á Amberes. De Amberes respondieron enviando una preciosidad como sistema de inskilación sanitaria. La Junta adoptó el sistema con reformas y reducciones de coste, formó su proyecto y lo remitió á Madrid. Y menos mal que en Madrid, por esta vez, les pareció bien y en este mes se subastaran las obras, y el Puerto de la Luz tendrá una Estación sanitaria modelo, la mejor de España. Y aún hay más. En el mes de Junio de 1908 sefor-muló el proyecto para la reparación del dique de refu-gio. Se ha hecho proponiendo el mejor sistema, el de la inyeccion de cemento en los bloques que constituyen el basamento del dique. Por medio de esa inyección se establece un ligamento, una juntura de los bloques . que ahora no tienen, puesto que es tan meramente yuxtapuestos. Pues bien : el proyecto que se formuló en Las Pal-mas en Junio de 1908 y fu6 enviado en seguida ti Santa 3 34 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Cruz, estuvo en Santa Cruz de Tenerife,, de Agosto de .1908 5. Abril de 1909 y todavía no ha venido aprobado, de Madrid. Para el presupuesto son nueve meses de tardanza, para un proyecto de reparación de dique quince meses de demora, suponiendo que se reciba la aprobación en seguida, que probablemente no se reci-birá. Meses, aíios que se pierden esterilmente, estúpida-mente por esta vuelta que han de dar las cosas más sencillas. ¿ No es esta una rémo, ra que para la vida de Gran Canaria 6 de seis islas del Archipiélago, existe en Tenerife y existe en Madrid? ANO sería más prác-tico, más lógico, más racional, exigiéndole todas las,~ responsabilidades, reconocerle á la Junta su autono-mía? ,$ Se puede sostenerun día mas tan absurdo, tan monstruoso régimen? Y ello en las cosas grandes y ello en las cosas peque-ñas. La centralizadora administración, para estorbar, tiene la libertad del disparate. Hke un año ó dos, reunióse en París un Congreso para deliberar y resolver las mejores soluciones en el problema deli pavimentado que tanto preocupa & los organismos. encargados de obras del Estado, provinciales y muni-cipales. Se acordó por el Congreso que para la firmeza y duración de un suelo pavimentado con adoquines. hacia falta poner estos no sobre una capa de arena sino encima de un hormigón de cemento. Conforme á tales conclusiones la Junta cle Obras de este puerto propuso á la superioridad armar con hormigon de cemento el suelo tan trabajado del muelle transversal. Claro es que colocar adoquines así, es. más caro que colocarlos sobre movediza arena., Pero RÉMORAS CENTRALISTAS 35 también es m6s duradero y por consiguiente y cn defi-nitiva, económico. De Madrid contestaron que (( eso sería sentar precedentes para otros puertos » y rcclm-zaron el proyecto. La Junta tenía una lancha mala y vieja para su scr-vicio en el puerto. No la . tenía, la tiene y no la puede vender ni dar Q nadie porque se oponen los regla-mentos, Y allí está en el muelle de la Luz pudriéndose hasta que se caiga á pedazos. tEs que al menos han autorizado á la Junta para’que adquiera otka lancha? No; no se la autoriza porque eso, sin duda, sería imitar á todas las Juntas de puertos de Espafía. En un caso estórbase una cosa útil para « no sentar prece-dentes 1) y ex el otro (( no se siguen los precedentes 1) establecidos universalmente. Un último ejemplo. El Puerto de la Luz ha de cobrar trimestralmente la cantidad destinada 8 subvención . en el presupuesto general del Estado. Lo natural sería que girasen de Madrid A Las Palmas. Pues no hay nada de eso : de Madrid giran B Santa Cruz de Tenerife y Gamo no va á ir cada vez 6 cobrar el Presidente de la Junta, tiene un apoderado en Santa Cruz para que cobre el giro y venga luego á ingresarlo en la sucursal del Banco de España en Las Palmas. Es decir que las pesetas dan la vuelta por el gusto de complicar una operación sencilla. Y aúnno hay que quejarse, pues que-rían los centros superiores que se ingresase el giro gen Santa Cruz y que cada ocho días se fuese allA en deman-da de una limosnita de dinero. 1 Oh santa y sabia admi-nistración ! 36 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES III Pese a todas las dificultades de una administracion ektorbosa y de un régimen estblido, el progreso de este puerto es evidente. Ahora, lo que haría falta averiguar es lo siguiente : si con tan grandes y casi insuperabl, es valladar, es progresó y creció, ,~ cuál no hubiera sido su adelanto con otro regimen en, que estuviera libre de ligaduras, desatadas las manos, sin la angustia de una doble opresión, en la capital de la provincia y en el centro de España? Si el centro esta en Madrid, si en Madrid reside el poder, si Madrid ha de resolver en definitiva, Lpor qué no entenderse directamente con Madrid? EL PUERTO DE LA LUZ 1 A D. Fernando deLeóny Castillo, muyilustrehijo de Gran Canaria, se debe la grandiosa obra que ha hecho de Las Palmas la primera ciudad del Archipielago y una de las primeras de España. En 1863, cerca, de veinte años antes de otorgarse gracias á él la concesión, pensaba y escribía lo siguiente respecto al porvenir del Puerto de la Luz : « Entonces se verá nacer en el Puerto de la Luz, cuyas playas hoy habitan humildes pescadores, un nuevo pueblo, hijo del comercio, que sera por su proxi-midad á Las Palmas, parte de esta ciudad, (( El día en que terminadas las obras del Puerto de la Luz, se abra éste á la navegación y al comercio, ser& grande, inmenso el desarrollo que experimenten la ciudad de Las Palmas y los pueblos todos de la Gran Canaria, La agricultura de esta isla bastante adelan-tada hoy, merced á la prodigiosa fertilidad de su suelo y ala abundancia de sus aguas, lo estará mucho más mañana, en que sus frutos tengan en el Puerto de la. 40 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES panario, gloria que proclaman todos los dias Zas em-blemas de vivos colores que enciende con sus rojas tintas el sol ardiente de los Trdpicos, gloria que perpetuarán por siglos y por siglos las naves que visiten el magno Puerto de la Luz. No importa que se desconozca ó que se olvide; no importa que el hecho y que. la fecha no csten grabados como debieran estarlo en mármoles y en bronces, el lo dijo y su profecía se ha consumado : (( El día en que se vean en aquel dormido mar, ondu-lando akenfo cien banderas, representando ofras tantas naciones.. . será un día grande, el más grande quizá para Za, Gran Canaria... 1) Voy á probarlo.* Empezaré - trazando el cuadro del movimiento marítimo en Las Palmas desde el 1.0 de Enero de 1883 al 1.0 de Octubre de 1909. Y digo en Las Palmas, y no en el ~ Puerto de la’ Luz por-que la expresión no sería propia y exacta. La ley del puerto es de 27 de Abril de 1882, la R. 0. primera de isubasta, del 28 de Abril, la segunda y por no encontrar licitadores, del 10 de Agosto y la adjudica-ci6n de las obras del 28 de Septiembre. Por cousiguien-te en esos primeros años, del 83 al 87 6 al 88, no puede entrar en función para nada el Puerto de la Luz y es precisamente entonces, en 1887 y en 1888, cuwdo se nota de pronto el salto brusco de los números, el aumento de los buques que entran con-virtiendo á esta capital en la primera ciudad del Archi-piélago, Son 27 años los que voy Q examinar y piense que es tiempo suficiente para deducir conclusiones. Si no lo fuese, ,$ que aguardaríamos para juzgar no ya de esa obra sino de cualquier empresa del mundo? Lo que ha EL PUERTO DE LA LUZ 41 Mmfado, y siempre en progresión ascendente, desde hace más de un cuarto de siglo tiene asegurado el por-venir. MOVIMIENTO MARÍTIMO EN LA CAPITAL DE GRAN CANARIA DE 1883 h 1909 Años 1883. ............... 1884. ............... 1 ¿ 385... ............. 1886 ................ 1887 ...... . ......... 1868 ................ 1889. ............... 1890. ........ 1s91.........::::::: 1892. ............... 1893. ............... 1894. ................ 1895. ............... 1896. ............... 1897. ............... 1898. ............... 1899. ............... 1900. ............... 190 1. ............... 1902 ................ 1903 ................ 1904., ............... í905. ............... 1906. ............... 1907. ............... 1908. .. , ............ Vapores 236 238 336 522 660 904 1.180 1.441 1.558 1.562 1.719 1.842 1.873 2.032 2.036 1.902 2.282 2.258 2.202 2.351 2.340 2.339 2.767 2.772 3.020 2.841 De doscientos y pico que eran en el año 1583., pasan á ser más de mil en el año 1889. En el primer septenado, 42 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES se duplica, se triplica, se ~ nadruplica, se quintuplica el número primitivo. 236 multiplicado por 5 hacen precisamente 1.180. @ 5nde se ha visto progreso seme-jante? Ni el 83, ni el 84, ni el 85 se pudo lograr que hubiese un vapor diario. En 1886 ya lo hubo y aun sobraron vapores. En 1889 se dió el caso, que á los de aquel año les parecía inaudito, de que hubiera por término medio tres vapores diarios. ,$ Era 6 no una gran conquista? Y la proporción siguió subiendo. De mil vapores anuales se pasa rápidamente á dos mil, es decir que se dobla el número en el corto espacio de , otros siete años’, Y lo importante no es subir en el primor impulso, en la fiebre natural del crecimiento, sino mantenerse arriba, en la cumbre. La prueba de que no era este un progreso artificial, - producto de circunstancias pasajeras está en los mismos números : 1890, 1.141 vaporas; 1591 y 92 por encima de 1.500; 1893, 94 y 95 de 1.700 á cerca de 1900; y 1896 más , cle 2.000. Esa firmeza es la seña! de que el progreso se asienta en bases solidas. A primera vista parece que de pronto hay un alto inexplicable, pues si en 1897 se contaron 2.036 vapo-res, en 1898 entraron únicamente 1.902. Pero es que ese año fué de triste recordación, el de la guerra infausta con los Estados- Unidos, y todo estuvo trastornado en España y no ya en Canarias, hasta en la misma penín-sula ocurrió que muchos barcos se retiraron de nues-tras costas. Había la amenaza cn el aire, había el bloqueo yanqui, había el estrépito mundial delas catAs-trefes de Cavite y de Santiago de Cuba. Aun así al acabo se repuso el Puerto de’la Luz, y de 2.036 vapores en 1897 se pasó 6 2.340 en 1903, es decir un aumento EL PUERTO DE L. 4 LUZ 43 total de 308 barcos ó sea un término medio de seis vapores diarios. LQuién lo . habi a d e sospechar? En el , breve plazo de un cuarto de siglo, breve para lahistoria deuna ciudad, el número de vapores anuales, subió de 236 á 3.020. 1 Qué inmenso desarrollo ! 1 Qué m6gico adelanto t 1 No tener un vapor diario y en 25 aiíos llegar á ocho, á diez, á doce 1 La cosa es para espantar y maravillar. y no se diga que eso fué sólo en 1907, un solo año, aquel en que se llega al punto más alto de la línea del gráfico. Cierto que en 1908 baja á 2.841; pero ese des-censo se remediará bien pronto como lo están ya anun- , ciando los últimos meses de 1909. Los números que tengo, hasta el 1.0 de Octubre, di-cen que van ya entrados 2.186 vapores. Y contando con que ahora llegan los meses buenos, se pueden con-tar de 800 á 900 vapores más 6 sen que el año 1909 liquidará con los 3.000 y pico de 1907. II Lo que importa ahora es hacer otra operación mucho más interesante y es la de comparar el movi-miento maritimo de Las Palmas con el de Santa Cruz. En ese estado ‘ los números hablarAn abrumadores. Dirán que los dos progresan, 1 no faltaba , más !, pero que Las Palmas está muy por encima de Santa Cruz de Tenerife. Y eso - sin ser Las Palmas la capital de la provincia, sin tener la proteccibn oficial, ‘ por la eficacia única de lo que hiio la naturaleza, apenas ayudada, escasamente ayudada por los hombres. t Se 44 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES quiere la prueba? Allá va la prueba, pero con un necesario comento. Los datos que voy á transcribir no aczibarían de cla-mar las diferencias existentes entre los dos puertos, en ventaja del de Las Palmas, si yo no completararel cuadro con una adición indispensable. Entrarán mejor por los ojos, quedarán mejor grabados, incrustados en la mente de todo el mundo, si apelando al signo más y al signo menos, se destacan esas diferencias, á la margen derecha de los datos escuetos. El signo más para Samta Cruz durará solo cuatro años, los cua'lro primeros años de la estadística aqui copiada; á partir de entonces, de 1887, siempre, siempre, siempre, acom-pañará la superioridad á Las Palmas., MOVIMIENTO ANUAL DE VAPORES Comparaei6n entre Santa Cruz y Las Palmas Diferencias en mas y en menos Años Santa Cruz Las Palmas Santa Cruz Las PaImas 1883. . . 438, . . 236. . , - f- 208. :. - 1884. . . 430. I . 238. . . + 192. . . - 1885. . . 464. . . 336. . . f- 138. . . -- 1886. . . 553. . . 522. . . i- 31. * , - 1887. . . 620. . . 660. * . - + 40 1888. . . 752. . . 964. . . - , t 191 1889. . . 912. . . 1.180. . . - +- 268 1890. . . 961. . . 1.441. . s - - k 480 1891. , * 962. :. 1.558. . . - + 596 1892. . . 964. . . 1.562. . . - + 598 1893. . . 948. . . 1.719. . , - i- 771 1894. , . 964. . . 1.842. . . - + 858 1895. . . i. fl68. . . 1.873. . . - + 805 1896. . , 1.324. l . 2.032. . , - - j- 708 EL PUERTO DE LA LUZ 45 Diferencias en mâs y en menos Años Santa Cruz Las Palmas Santa Cruz Las Palmas 1897. . . 1.375. , , 2.036. . . - + 661 1898. , . 1.277. , . 1.902. . . - -+- 625 1899. .'. 1.685. . . 2.282. . , - - l- 597 1900. . '. 1.814. . . 2.258. . _ - + 444 19oi. . . 1.789. . . 2.2a2. . . - -+ 513 1902: . . í. 720. . . 2.351. . . - + 631 1903. . . 1.875. . . 2.340. . . - - f- 465 1904. , . 2.063. , . 2.569. , . - + 506 ~ 3905. . . 2.322. . . 2.767. . . - + 445 1906. , . 2.427. , , 2.772. . s - 3 345 1907. . , 2.494. , , 3.020. . . - ,+ 526 Y no continúa el cuadro para el año 1908 y para los nueve meses de 1909 ( cuyas cifras respecto de Las Palmas tengo), porque me faltan los datos de la entrada de buques en ese período de tiempo en Santa Cruz. , Ahora, que no se necesitan, porque basta y sobra con todos esos signos de más y de menos en el período de 1883 á 1907. Los números no pueden ser de indole más convincente. Cantan la gloria del Puerto de la Luz. La columna correspon-diente á Santa Cruz acusa el signo más en los años 1883, 1884, 1885 y 1886, es decir cuando aun no estaba abierto al tráfico el grandioso Puerto de la Luz. Y la superioridad al principio era bastante crecida dado el escaso movimiento de los dos puertos : 208 buques más en Santa Cruz que en Las Palmas hubo el 83. En 1886 ya esa superio-ridad es insignificante : 31 vapores más. Ello está diciendo & gritos que pronto será el cambio. El descenso fué rápido de 208 á 192, de 192 á 138, de 138 á 31, de 31 ti cero... h. cero no, ámenos40 en Santa Cruz. 46 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Cuarenta vapores mas en Las Palmas en 1587. Se inicia en ese año el Puerto de la Luz y es un progreso que llegarb á ser triunfal. De 40 que era la superioridad en 1887 pasa á ser de 191 en el año siguiente y de 771 en 1893, de 855 en 1894. i 858 vupores de diferencia en-tre dos puertos tan cercanos ! 1 Y esa diferencia es en favor del puerto más reciente, mAs nuevo 1 i Y esa diferencia es en contra de la capital oficial de la pro-~ vincia 1 ANO está eso proclamando que la ley no da la capitalidad, sino que ésta es producto de losvictoriosos intereses económicos que aquí se aúnan con los dere-chos históricos? Á los pueblos los unge superiores la naturaleza y el trabajo de los hombres, no el capricho de los gobernantes. Se dirá que A partir del año 1594 las distancias se acortan. Ciertamente que sí; pero la baj a en la superio,- ridad de Las Palmas, no es hoy por hoy, para asustar á nadie. Hubo un año, el 1906, en que se justificó la alarma,. pues los barcos deI mAs en. Las Palmas sobre Santa Cruz, sólo alcanzaban la cifra de 345 habiendo sido hasta de S5S. Pero pronto se repuso el Puerto de la Luz y al año siguiente. - ultimo de mis datos comparativos -- en 1907, entraron en . Las Palmas 526 vapores rnf~ s que en Santa Cruz de Tenerife. Ya me parece fuera de duda que la superioridad se manten-drá siempre, que ni en lo presente ni en lo futuro habrá competencia posible. La batalla so ha ganado. Y no se olvide que Las Palmas, al registrar sus entra- . das, solo cuenta los buques de vapor y no los de vela. ¿ Se quiere que los contemos todos? Pues vamos á contarIos : el año 1907 entraron en el Puerto de la Luz 5.239 buques de todas clases : 3.020 de vapor y EL PUERTO DE LA LUZ 47 2.119 de vela. Es así que el número de buques entra-, dos en ese mismo año 1907 en Santa Cruz de Tenerife, ascendió tan solo 5. 3.547, contando naturalmente va-pores y barcos de vela : luego, resulta una diferencia CC favor de Las Palmas de 1.592 Buques. III Tengo un gráfioo sobre la mesa. Yo no conozco nadar que convenza más, que tenga igual fuerza probatoria,~ que entre en mayor medida por los sentidos. El gráfico es el arqueo total de los buques entrados en Las Pal-- mas en los años de 1858 á 1908, es decir, medio siglo completo. La escala es de 20.000 toneladas y empieza casi en un punto para concluir en una barra negra,, colosal. Año por año,~ aunque al principio lentamente, se va asistiendo al crecimiento del tonelaje que acaba por ser una cosa magnífica, tremenda, imponente. Aunque en constante alza, pues las oscilaciones son casi imperceptibles, el punto no se ‘ trueca en línea hasta el año 1879, y la linea pasa á ser barra en 1887. Por eso se pueden establecer cuatro épocas en este movimiento maritimo : 1.” & ma. - De 1858 á 1879, en que el tonelaje es-de 50.000 aproximadamente en el primer año hasta subir en el último a más de 300.000, 2.” &~ oca. - De 1879 B 1887 en que comenzando en 300.000 toneladas y pico llega á un millón y pasa del millón. 3.” Época. - De 1857 6 1899 en que de un millón 48 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES 400.000 toneladas alcanza al final la cifra imponente de cinco millones. 4.” Bpoca. - De, 1899 hasta el clía, período que llegó casi á los seis millones de toneladas en 1907 y no se sabe donde alcanzará. La primera época es de 21 años, la segunda de 8, la tercera de 12, la cuarta de 9. Y si en la primera el crecimiento en las toneladas es de 50.000 á 300.000 ( seis veces más que al principio), en la segunda es hasta 1.400.000 ( veintiocho veces más), en la tercera hasta 5.000.000 ( cien. veces más) y en la cuarta de 5.460.740 en 1908 ( ciento nueve veces más que la cifra primer punto de la escala). 6 sea dicho en otros términos : que en 50 años, el tonelaje de los buques entrados en Las Palmas que era de 50.000 ha llegado el año íúltimo á cinco miZZones y medio. ADónde se ha visto, cuándo se ha visto, nn aumento mayor, más rápido y . más terrible, igual andar en la marcha prodigiosa del progreso? ¿ En que puerto de España se ha de multiplicar por 109 para , obtener la diferencia en el relativamente corto espacio de tiempo de 50 años? Véanse algunas cifras de la primera época : 1858. . . . . , . . . . . . . . . 52.257 toneladas 1859. . . . . I I . . * . . . . . 52.828 - 1860. I . , . 1’ . . . . . . . . . 48.500 - 1861, . . . . . . . . . . . . . , 64.225 - Y así se mantiene, sobre poco más ó menos, hasta que en 1871 sube á 93 mg y en 1872 a 110 mil tone-ladas. Llega en 1879 á 338.432. En los años siguientes - segunda época - del EL PUERTO DE LA LUZ 49 ,80 al 87, la progresión es uniforme y acelerada. En 1887 el número de toneladas alcanza á 1.400.000. Pero cuando el movimiento es verdaderamente excepciOna1 es á partir de 1887. 1888. . . . . , . . . . . . . . 1.860.000to neladas 1889. . . . . _ . . . + . . . . 2.4.58.000 - 1890. . . . . . . . . . . . . . 3.063.506 - 1891. . , . . . . . . . . . . . 3.292.509 - 189.2. . . , . . . . . . . . < . 3.190.219 - 1893. . , . . , , _ . . . . . . 3.637.105 - 1894. . . . . . , . . . . . . . 3.922.645 - 1895. . . . . . . . n . . . . . 4.000.100 - 1896. . . . . . 1 , . . . . . . 4.423.090 - 1897. . . . . . . . . . . . . . 4.117.53s - 1898. . . . , . . . . . . . . . 4.604.902 - 1899. , . . . . . . . . . . . . Ii. 2S8.4’ 75 - Cansado sin duda de subir, desciende el tonelaje á cuatro millones y una fracción que varía inuy poco de 1900 á 1904. Pero de pronto en 1905 se repone y vuelve á subir como la espuma. 1905. . . . , . , . . . . . . , 5.200.537to neladas 1906. . . . . . . . . , . . . . 5.240.897 - 1907. . . . . , . . , . . . . * 5.930.727 - 1908. . . . . . . . . . . , . . 5.480.740 - Eso fué el año 1907, el excepcionalmente triunfador, el increíblemente alto, la línea que sube mas arriba en el gráfico y que parece que ya no va á encontrar papel que cubrir. Faltaron íuhamen~ te 69.273 toneladas para llegar á los seis millones, lo que antes, aI principio de la escala, entraba en un año, y ahora puede entrar en una semana y aun en menos de una semana. Y sólo 4 50 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES se cue@ an las loneladas de registro, no las de desl~ lti- ; samiento. Y sólo se suman las toneladas de los vap, orcs y no de los barcos devela. ¿ Hay ó 1x0 motivo para ason:- brarse, para ponderar este prodigio patente del Puerto de la Luz? IV El puerto de la Luz, con’toda su magnificencianatu-ral, no sería lo que es mercantilmente sin las indus-trias que le dan vida, que lo valorizan, que atraen A Las Palmas los barcos de todas las banderas. Imaginad por un instante que poseyendo un magnífico, un sóli-do, un bello edificio, no tuvierais en él más que 18s cua~ lro paredes limpias de toda decoración, de toclo mueble, de toda comodidad y confort. Ese . edificio sería inhabitable y de nada os servirían sus reciqs muros, sus balcones y ventanas de espléndidos pano-ramas, sus esbeltas columnas, su ancha capacidad, sino venía en vuestro socorro una legión de carpinteros, de ebanistas, de tapiceros, de decoradores, de electricistas que lo convirtieran en hogar digno de ser vivido. Pues como el edificio bello pero desnudo de asiento y de lecho, así sería el Puerto de la Luz con toda su esplendidez si le faltasen las industrias en cuya dc-manda acuden las naves de todos los países, Si esos barcos no supiesen que aquí se pueden reponer de carbón; que aquí en caso de avería encuentran fácil y pronta recomposición; que aquí hallan además del descanso y del refugio alimento y carga, comodidad y provecho, seguramente pasarían de largo admirando la inútil. belleza del Puerto. Calle sin tiendas ni bazares, EL PUERTO DE LA LUZ 51 mercado sin puestos de venta, máquina con las calcle-ras apagadas, cocina sin viandas, eso resultaría el magno Puerto de la Luz. Los que le han hecho tal, los que han llevado su fama al través de los mares y de unos a otros continentes son sus casas consignata-rias, sus varaderos, sus carboneras, sus docks, su afluencia de mercancias exportables, sus cámaras fri-goríficas, sus industrias en fin. Y no se alegue el argumento vulgarísimo de decir que siendo extranjeras sus industrias el Puerto de la Luz es como sucursal de Inglaterra 6 de Alemania ó de otras naciones, aunque la inglesa sea la predomi-nante. AI cabo eso pasa en todas partes, y ya Spencer hacia notar el cambio de capitales y servicios en todas las primeras poblaciones del mundo. Ingleses son los que explotan tales ó cuales industrias necesarias B la vida en Berlín y aIemanes son los que explotan cuales ó tales industrias de primera necesidad en Londres. & Se va por eso á renunciar á su servicio, á cerrar las puertas a sus capitales? El dinero no tiene patria. Sobre que es extraña tanta alarma en Canarias y tan poca en la península. 1 Fuera los extranjeros ! ¿ Va-mos á espulsarlOs? Pues apresuraos 5. arrancar los rie-les del tren en toda España, pues hay diez 6 doce mil kilómetros de vía ferrea, casi todos los que tenemos, . que no son obra del capital espaiíol. ¿ Y las minas? J, Y los saltos de agua? ¿ Y las fhbricas dc electricidad? ¿ Y los tranvías? ¿ Y los automóviles? l Medrada que- , daria España con semejante expatriación de dinero pero también de esfuerzo, de actividad, de inteligen-cia, de civilización ! Y ya puestos 6 nacionalizarlo todo, ~ 011 un criterio semejante al de, los moros en Casablan- 52 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES ca ó en Melilla, tendría que nacionalizarse no única-mente el capital sino el trabajo, y prohibir que obreros franceses trabajasen en Alemania, alemanes en Fran-cia, ingleses en todas las latitudes del planeta, Por ese sistema fiero y selvático, los obreros espaííoles no encontrarían techo, hogar, pan en América... $ 5. qué seguir refutando semejantes razones que no lo son? La libre Inglaterra, escuela de democracia en el mundo, maestra de derecho, madre de libertad, em-puja A su raza trabajadora é inteligente por todos los continentes, por todos los & mbitos de la tierra, Y los empuja y disemina felizmente para la civilización. Si todo se contagia, no hay mejor contagio que ese de la raza anglo- sajona que al fin ha ensenado á media hu-manidad y está en camino de enseñar i la otra media, desde comer hasta vestirse, desde la tolerancia y la libertad á hacer revoluciones. Afortunadamente los canarios viven muy contentos en esa convivencia que no es confusión, que no es amalgama con los extran-jeros y que no ha debilitado sino antes bien ha forta-lecido más y más su condición de leales cspañolcs. Ello es que la función ha de tener órganos que la des-empeñen. tqué sería dcl Puerto de la Luz sin esas industrias? La casa Tlze Grand Canary con sus magní-ficos talleres de herrería y fundición dedicados expre-samente á reparaciones de buques; con sus astilleros para la construcción de gabarras que van á la costa de Africa; con su servicio completo d, e salvamento; con sus embarcaciones capaces de alojar 8.000 toneladas de carbón; con su varadero en que aparece triunfante la mole de Liff 30 folzs, ocupa . uno de los primeros lu-gares entre las industrias del puerto. EL PUERTO DE LA LUZ 53 Lo mismo cabe decir de la antigua casa de Miller que despacha de 90.000 á 100.000 toneladas de car-bbn al año: que puede dar á los vapores que hacen escala en este puerto de 150 á 200 - toneladas de carbón por hora; que tiene á su disposición 15 embarcaciones para ese servicio; que ha establecido sus almacenes al pie del dique del rompeolas y por consiguienteen sitio admirable para proporcionar & los barcos su conibus- ~ tible; que despacha ial mes cOmo casa consignataria de 60 á 65 vapores de las primeras líneas del mundo. La cwa alemana Woermann Linie no les va en zaga, pues aunque establecida recientemente en 1906, es consignataria de siete grandes líneas que van de Ham-burgo á América, á la costa oriental y occidental de arica, a la costa del Pacífico y de retorno á los princi-pales puertos de Europa. Su importancia ‘ se compreh-derá con saber que sólo en su línea propia, en susvapo-res exportó en 1908, 230.000 bultos. Es admirable su mAquiha eléctrica para el transporte de carbón tal y tan grande que puede suministrar 3.500 toneladas diarias. La casa Wilson cuya oficina central radica en Lon-dres y que tiene sucursales para el desarrollo de su comercio de carbón eti Cardiff, eu Barry, en Madeira, en Las Palmas, en San Vicente ( Cabo Verde), en Per-nambuco, en Babia, en Río Janeiro, en Santos, en Sao Paulo, en Montevideo, en La Plata, en Buenos- Aires, en Rosario y en Bahía Blanca. Es la consignataria de la (( Pacific Steam Navigation Company 1). El varadero BZandy, Brotlzers and Co es el primer varadero del Puerto de la Luz y vale la pena de visi-tarlo para ver entre otras cosas la colosal rueda, y tam- 54 LA TIERRA DI3 LOS GUANARTEMES bor de 20 toneladas de peso donde se arrolla un enorme calabrote metálico, el cual es el encargado por trae-ción de varar los barcos, y para ver tamb, ién la tiáqui-nti de aire comprimido para cortar y remachar clavos, capaz en un día de colocar en su sitio y remacharlos, la friolera de 600 clavos. Esunaespecie deprovidenciapa-ralosbuques quellegan con averías al Puerto de la Luz. Y por si falt, ara algo ahí esta como digno comple-mento la gran industria frigorifica, organizada á la al-tura de las que mejor estén en los grandes puertos dey Europa. Eu la fábrica del portugués Francisco Gon-calves se conservan carnes, caza, pescados, frutas, legumbres y todo en cantidades enormes para apro-visionar á un ejérdito. Gracias & ese establecimiento el puerto de Las Palmas es el . prinlwo del Atlántico, como punto de ‘ escala en la larga travesía entre los puertos de Europa y los del Sur de Africa, Centro y Sur de America y Australia, pues al pasar por aquí los barcos, pueden abastecerse de viveres para meses. Bajando Q esas CAmaras frigoríficas se pasa por una , irnpresión inolvidable, la de gozcrr una temperatura de diez grados bajo cero enLasPalmasy en pleno verano... V En lo futuro, la victoria seguir& siendo del Puerto de la Luz. Lo será no obstante las leyes arcaicas que rigen, las dificultticles que un sistema provincial de , privilkgi? atraviesa en cl~ camino del desenvolvimiento de Las Palmas. Lo será por esta ventana abierta & todos los vientos dela libertad y de, la civilización. Poripe es eso del Puerto de la Luz, la primera posada que encuentra el viajero suponiendo que el mar fuese una vasta carretera. Aqui se tiene que hacer cl recam-bio, Ea mudanza de tiro, y se hace. Es como ventanal abierto Sobre el océano para que Gran Canaria aso-mándose á él tenga un nexo estrecho de relación con el planeta entero. Por aquí pasó el hombre- h& roe, el hombre- dios, el gran argonauta Colón que iba á busc-un nuevo mundo, y como aquí desembarcó y en esta tierra según es fama oró, hubo de apuntar en su. Diurio las impresiones de esta su primera etapa del viaje del descubrimiento. Con pintoresca é ingenua poesfa Colón ponderó en su Diario el entonces y por mucho tiempo más pobrfsinlo puerto, de Las Palmas. Y reco-giendo todas las bellas leyendas que los siglos habían acumulado, hizo el pronóstico de que andando el tiempo sería esta Atlántida otra vez emporio de vida y de riqueza. La predicción del genio se ha cumplido, su profecía es una esplendorosa realidad. 1 SaIve, Puerto de la Luz ! Su grandeza es grandeza del Archipiélago y tambikn de España, que’ no se concibe el bien de una de las partes de la Nación sin que red& nde eh gloria y en honor del todo que es la patria. 1 Salve, Puerto de la Luz 1 El afirma con la supe-rioridad de su movimiento marítimo, de sus tres mil vapores anuales con cerca de seis millones de tone-ladas, la suprema persona autónoma, independiente de las opresoras cadenas administrativas. i Salve, Puer-to de la Luz ! Elmar, gran confidente de meditabundos, nos trae el vago rumor de los destinos futpros de esta ciudad, cuando, ‘ al fin emancipada de la tutela provín-cial imitaría, con la conciencia de su poder, realice 56 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES hazañas famosas de progreso y de prosperidad. 1 Salve, Puerto de la Luz ! Su nombre se pronuncia en todos los mares y por todas las lenguas con respeto, pues al cabo tenemos algo que puede causar admiración á los e@ raños. i Salve, Puerto de la Luz !... LA AUDIENCIA 1 - ¿ Y cuantos años está usted en la Audiencia de Las Palmas?, le pregunté. - Estoy desde el año 56 en que ya había tomado mi absoluta después de haber servido en el ejército $ I la reina Isabel. r LDe modo que cuando la primera guerra de Africa ya estaba usted de portero en esta Audiencia? - Sí, señor, ya estaba en 1859, tres años en la Au- ~ diencia, pero no de portero, porque comencé de mozo de estrados... He abi un vejete, el señor Perea; de 70 y tantos años, que empezó tal vez de auxiliar de mozo de estra-dos y que fue ascendiendo poco á poco 9 su calidad actual de mayor de la Audiencia. 1 Lo que él habrá visto y oído en materia de causas, en materia de pleitos ! iSucienciaexperimentaln0 esci? taenningunaparte ! Y allí vive contento, satisfecho, fuerte, dispuesto á enterrar todavía una serie de presidentes, de oidores y de togados. Las veces que habrá dicho; I audiencia 5s LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES pública ! al comenzar un juicio ó habrá gritado; i señor, la hora ! 6 habra repetido la frase sacramental 1 visto y concluso para sentencia 1 1 Las veces que habrá lan-zado con voz estentórea los nombres de los litigantes o de los procesados ! Es un archivo viviente de historias, de anécdotas, de chascarrillos. Allí vive en aquel case-rón antiguo, pero confortable, hermoso, alegre, con, un patio capaz de quitarle las penas Q un reo de muerte, La Audiencia está hoy y des, de hace muchos años en el convento de San. Agustín. Un edificio grande, soleado, que por su parte posterior da al mar; es un alegre balcbn sobre el mar. Estuvo aquí también el colegio de San Agustin. En los primitivos tiempos y en el mismo lugar, hubo una mancebía, pero eso no es causa $ 3 quitarle su prestigio, pues cuentan las cróni-cas que igual aconteció en lo que es ahora Congreso de los Diputados y allí tiene su asiento la representa-ción nacional. El portero mayor y su yerno que con él comparte las funciones ciceronianas de mostrarnos la Audiencia, van enseñándonos todo el alegre y al par solemne edi-ficio. Lo veo todo, desde la sala de justicia, ordinario local de todas las vistas así civiles como criminales, que está en el -@ so bajo, hasta la sala de gobierno donde toman los magistrados posesión de sus poltro-nas, que está en el piso alto. Al llegar de vuelta de mi visita por toda la Audien-, cia, otra vez á la sala de justicia, me siento ante lay mesa del abogado defensor y me creo en funciones y abogo... Abogo en pro de los derechos de Gran Cana-ria. Este alegato fruto de mis estudios, helo aquí. LA AUDIENCIA 59 II Hubo un tiempo, el que subsiguió inmediatamente á la conquista de las Islas Canarias por los Reyes Cato-licos, en que las islas y ciudades de este Archipiélago formaban como otros tantos Estados y Repúblicas á. la usanza griega. Cada una estaba gobernada por sus, fueros, privilegios y ordenanzas municipales; cada una bajo la particular vigilancia de un senado de hombres enteramente consagrados á la felicidad común y que a sólo dependían del Supremo Consejo de Castilla 6, de la Chancilleria de Granada por lo perteneciente al gobierno D, Las cuatro islas menores, Lanzarote, Fuerteventura,. Gomera y Hierro fueron de señorío mientras que las, otras tres, Gran Canaria - que a todas dió nombre - Tenerife y La Palma eran realengas como conquista-das directamente por la Corona de Castilla. Lo repito para que no se olvide: cada una de estas tres islas estaba regida por un Ayuntamiento y un gobernador nombrado por la Corona. Pero á poco, á los 31 aiíos de ese régimen primitivo,. patriarcal, que se adelantaba en siglos á lo que es el ideal del gobierno par municipalidades autónomas & independientes, comenzó el unitarismo con toda esa fuerza é imperio que tan grandes estragos había de - causar en la Patria española. Era un emperador el que nos mandaba y extranjero por aiíadidura, que amando más á Alemania que á Espaiía, prefería la cruz y corona de hierro de los soberanos teutones á la gloriosa enseña de Castilla que triunfó en la vega de Granada y 60 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES se dilató por el planeta conquistando un nuevo mundo. Carlos V nos trató como 6 esclavos y no como B hombres libres que acabBbamos de realizar por el esfuerzo de cuarenta Estados independientes la epo-peya de ocho siglos. Y vino la unidad nacional, aunque ensuscomienzos ‘ tuvo que ser forzosamente mas templada, snave y racional, que lo que luego fué siguiendo el plano incli-nado de la tiranía. Todas , nuestras leyes históricas, desde el Fuero Juzgo hasta las Partidas, pasando por el Ordenamiento de AZcaZá, habían dicho que la sobe-ranía de la Corona y por consiguiente la soberania del embrionario Estado se contenían en cuatro grandes atributos : justicia, moneda, fonsadera é suos yantares. La justicia’: obsérvese bien - era la primera de todas. Ella con su espada y su. balanza iba delante de la moneda, de la hacienda, de las armas. Alli donde estaba la justicia, estoa el atributo real por excelen-cia, por an- tonomasia. - El rey ungido’- bar Dios, era el supremo juez, y no pudiendo juzgar por síen todos los casos, delegaba esa sobrehumana, divina función. Y asien Castilla y así en Aragón y así en todas partes de Españay del filundo; asi en la antigüedad helénica cuando Apolo libra 6 Orestes de las Furias insti-tuyendo el Areópago;~ así en Roma, patria eterna del Derecho en que el Pretor primero, y el Senado más tarde, elevaron la justicia á la categoría’ de una fun-cibn capital, esencialísimo á la vida. Nervio y alma de las sociedades civilizadas fué, es y serg la justicia, y quien lo dude acuérdese del Justicia Mayor de Ara-gón, que estaba sobre los reyes y evoque el Tribunal Supremo de los Estados- Unidos, que esttí sobre el pre- LA AUDIENCIA 61 sidente de la RepfMica y sobre el Congreso federal. Justicia, rnonedn, fonsadera é SIIOSy antares; pero la Justicia la primer& porque no hay pueblo en el mundo que pueda salvarse de la barbarie si apaga la antorcha del orden jurídico, si extingue la moral hecha carne que es el derecho, Y por eso cuando el enrperador Carlos V quiere establecer en el Archipielago un gobierno que dé la unidad 6 las islas, establece una Audiencia. adónde ? En Las Palmas. & on que carác-ter? Con el carhter august0 de una institución fija y permanente. La Audiencia ; he ahí la seííal última, la señal mas alta de la capitalidad de las islas Canarias. Y han pasado siglos y se ha ido á otra parte la Capitanía general y el gobierno civil; pero en las Palmas, vive, reside, está el primer atributo de la soberanía. Justicia, moneda, fonsadera é SLZOySa ntures, pero la Justicia la primera. Hay que leer esa Real cédula de erección de la Audiencia : « Don Carlos, por la gracia de Dios, Rey de Romanos. y Emperador semper Augusto, Doña Juana su madre, y el mesmo Don Carlos porla mesma gracia, Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Cór-cega, de Mallorca, de Jaén, de los Algarbes, de Alge-ciras, de Gibraltar, de las islas de Canaria, etc... 1) Nótese, aunque h primera vista parezca pueril detalle, que entonces no se decía Canarias, sino Canu-ricr en singular, porque era esta isla la que daba nombre y tenía la capitalidad y por la capitalidad la Audiencia Y sigo con la Reala Cédula : 62 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES N Por cuanto 6 Nos como Reyes y Señores conviene proveer, que la Justicia sea dandoles Jueces que resi-dan y estén en la parte más conveniente para ello y canformbndose con esto y como convenía que por algunas respectos que los Catblicos Reyes nuestros señores Padres y Abuelos, que Santa gloria hayan, ‘ proveyeron y mandaron, que los Pleitos y causas que los vecinos de las dos islas de Gran Canaria y Tenerife, y la Palma y Lxnzarote y fierteventura y la Gomera y el Hierro en grado de apelación, ó explicación viniesen axlr: el Presidwile y Oidores ùc nuestra . Audiencia y Chancillería que reside en esta ciudad de Granada, y así se ha hecho; y agora por más alivio de nuestros súbditos, acatando la gran distancia del , camino, así por mar como por tierra, que bay de la dicha Ciudad 6 de las dichas Islas; y por que los veci-nos de ellas no reciban vejación, ni fatiga en venir en seguimiento de los dichos pleytos, etc. » Continua la Real Cédula enumerando las sabias razones en que se funda la creación de la Audiencia, y upara que h Justicia les scn « mas brevemen- k admi-nistrada á los canarios » nombra tres jueces al efecto : Pedro González de Cárdenas ó Paradinas ( Presidente), Pedro de hduza y Pedro Ruíz de Sorita. Y el empera-clor los despachó títulos en Granada con fecha de 7 de Diciembre de 1526. La Real Ckdula ylas instruc-ciones para su régimen con arreglo & las Chwxilleríns, eran de 3 de Julio. La residencia no era eventual, ni fortuita, ni arbl-traria, sino fija y permanente en Gran Canaria y nada más que en Gran Canaria. <( Primeramente ordenamos y mandamos - dice la Real Cédula - que los dichos LA AUDD3NCIA 63 tres Jueces es- k y residan en la dicha isla de la Gran k- m& y allí tengan la Audiencia, ZJ si por algírn respecto necesario conviniere que se mude y discurra. ú otra parte de las dichas Islas por algún fiempo, que Zo puedan hacer JJ. Es decir, . que la residencia fija, permanente, nece-saria, ineludible fuera, siempre en Gran Canaria. , Cuando habla de mudar añade por alghz tiempo, no por siempre. Cuando habla de mudar no es en sentido de cambio de asiento fijo y estable, si no que agrega eE que discurra á otra parfe. Discurrir en el sentido de andar, de caminar, de trasladarse por una época deter-mtiada, no en el sentido de mudar la Audiencia y la capitaliclad. La autoridad superior fué dcsdc entonces la Audien-cia de Las Palmas. Tanto que al nombrarse en 1566, por el rey Felipe II, el primer regente de esta hudien-cia al seííor Hernán Pérez de Grado, fué diciéndole que se estable& 2 para terminar las diferencias que existían , entre los propios Ninistros ú oidores y con las demás autoridades. Las crónicas cuentan que la Audiencia estaba siempre en lucha con los gobernadores, con los Ayuntamientos, con el Obispo y con la Inquisición. No bastó con erigir una Audiencia y se erigió el cargo de Regente, superior, suprema autoridad sobre los jueces y sobre todas las demás autoridades. Porla necesidad de la defensa de las islas, amenazada cons-tanteme& e por los piratas berberiscos y por los ingleses y holandeses, en guerra continua con España, se nombró en 1588 el primer Capitán general de , Cana-rias D. Luis de In Cueva y Benavides que al mismo tiempo había de presidir la A4udiencia. 64 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES « Habéis de tener entendido - decía el Rey en las instrucciones al Capith general - que la principal causa que me ha movido g instituir y establecer el cargo que lleváis, ha sido la defensa y seguridad de las Islas, por ser de la importancia que son, y así os encargo y mando tengáis el cuidado y vigilancia de que vos confío. Que llegando h la isla de Chan Canaria donde á de ser vuestra principal residencia, ve&& y reconoz-cáis el estado en que ie hallan las cosas de la guerra, así quanto á las fortalezas, como la gente, artillería, municiones, y lo demás que de aquello convenga fortificar y proveer; y esto mismo haréis en las cien& islas, visi~ lamlo por uuesfra jxopia persona lo mtis presto que fuera posible, y en todas veréis y entende-réis, etc. » Además le decía, que (( conociera con Za Audiencia de fodas las causas civiles y criminales é hiciera que entre las Auioridades, las corporaciones y los naturales, no hubiese ruido ni cuestiones, y que todos los que hubiesen de gobernar fuesen personas prácticas, de experiencia y buen gobierno » . Argumentos hay á montones de que esto no fué solo por In voluntad de los reyes, sino por la voluntad de los pueblos , de todas las islas. Cierto que la Audien-cia estuvo en 1532 en la ciudad de la Laguna, pero fui? á consecuencia de las discordias suscitadas entre la Audiencia y los gobernadores. Felipe II, siendo aún Príncipe y Gobernador de los reinos por ausencia del Emperador su padre ( 1553), dispuso ‘: « Que ninguno de los tres Jueces salga fuera de la Audiencia con comisiones sin licencia Real 1). á no ser h K vistas de diferencias de pleitos cuando convenga, y eso por lo LA AUDIENCIA 65 menos que pueda ser, y con sólo 500 nmriìvedís diarios. n Aun hay mas. Creyendo la Audiencia ver en el Cabildo de Tenerife cierta aquiescencia á admitir barcos de potencias enemigas, expidió varias provi-siones B que no contestaran los Regidores, y altamente ofendida de este silencio mal interpretado, tomó la extraña resolución de marchar en cuerpo á Tenerife, y en 23 de Noviembre de 1630 mandó que la ciudad de la Laguna le preparase en las Casas consistoriales dos salas, una para la Audiencia y Acuerdo, otra pasa habitación de los ministros. La ciudad de la Laguna dió una soberana lección á la Audiencia. Le dijo que la Audiencia mirase bien con que facultad abando-naba el puesto que le había señalado el Soberano para su asiento, no pudtendo ignorar que la Gran Canaria era Za ISLA DE LOS THIBUNALES... y calificando tambik el hecho de « empresa desnuda de facultad legítima, contraria á la representación de capitalidad que. tenía Za Gran Canaria » . Aun hay más. Como se hiciera una nueva tentativa de traslado en 1772 por los oidores y en 1773 por soli-citud de la ciudad de la Laguna, el Fiscal del Supremo Consejo de Castilla informó en contra. Informó en contra, de acuerdo con los informes del Fiscal de la Audiencia y del Prelado dc la Diócesis, dando 1u1- titud de razones. Y concluía diciendo : que desde Za con-quista y’ reducción á la , luz eunngélica de estas islas, estaba Gran Canaria en el derecho de ser la Capital de todas y residencia de los Tribunales superiores de las siefe islas. Corno estoy informando, pido descanso y el mayor me lo ortoga. 8 66 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES III Al reanudar la sesión, en el aZarde de aquella vista,. el reducido auditorio no se ha movido. Lo componen. mis amigos Hurtado y Ferreol y los porteros y los chicos del mayor. Prosigo : El segundo periodo, el período funesto, fué el de los Capitanes Generales regentes á la vez de la Audiencia, Estos inauguraron contra derecho la traslación de residencia. JJ&- , qué? D. Antonio Ruíz de Bustamante en su Exposición de 1841 nos explica con bastante cla-ridad y exactitud á qué, obedecib la residencia de los. Capitanes Generales en Tenerife. (( Con el pretexto de visitar las demás islas - dice - y estimulados algu-. nos de esos mandatarios de la codicia de ampliar el, mando y enriquecerse, comenzaron á dilatar su estan-- cia en la isla de Tenerife, á donde se había determinados establecer, no una intendencia, sino una factoría de; Tabacos para las islas realengas 11-. Y aiíade : (( Hubo de escogerse á Tenerife para la residencia de los Intendentes, por hallarse esta isla entre las dos ( Gran Canaria y La Palma) y gozar todas tres del derecho de comerciaren las Indias. Mas los Capitanes Generales,. en sus distintas ausencias de la Gran Canaria, y no, bien conformes con la Real Cédula de instrucciones,. demorábanse en la ciudad de San’ Cristóbal, porque desde alli y á favor de la investidura de Superinten-dentes con que también se les amorizara, alcanzaban. mejor la de aquellos subalternos, y supeditábanla dey , diferentes maneras cuando les convenía. » Esto fué antiguo. En 1720. D. Juan Antonio Ceballos LA AUDIENCIA 67 representaba nl rey : « Me veo precisado árepresentar á S. M. y repetir el medio que se me ha proporcionado para obviar estas instancias, el apartar de eSta isla ( Tenerife) al CapitQn General por ser el qzze COIZs us comercios ocasiona estas displicencias, nacidas de lo que llevo expresado por sus ahusos; y lo que di0 motivo á vivir en ella á los Capitanes Generales fué el tener lasuperin tendeda de todas las ren tus, dejando con este pretexto de vivir en la isla de Gran Csnnria, donde & th la Real Audiencia, de gue son presidentes... 11 Y ya también D. Eusebio García del Rey á nombre ‘ de D. Tomás de Nava Grimón ( 2 de Junio de, 1636), comparecía i los pies del Trono, querellándose y acu-sando criminalmente al general D. Alonso Dávila en 36 capítulos, manifestando en el 14 : x Que debiendo residir en Canaria como Presidente de la Audiencia, se estaba de asiento en Tenerife por el cebo del comercio y granjería, » Que la residencia de lo$ Capitanes Generales se serial0 en Las Palmas con carácter estable, está fuera de duda. Si ellos trasladaron su residencia al olor del lucro ó de la conveniencia, no puede hacerse de eso serio mérito en pro de la capitalidad en Tenerife, toda vez que contravenían los mandamientos esplícitos y terminantes del Monarca. El Ayuntamiento de Las Palmas, en su exposición de 10 de Noviembre de 1834, decía, que según el documento número 65 del libro que era adjunto, (( todas las autoridades civiles . y militares habían residido en la Gran Canaria hasta 1723, sin embargo de que algunosCapitanes Generales habían intentado trasladar su residencia á Santa Cruz, 6 lo cual se había opues. to siempre enérgicamente el 68 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Gobierno ; pero que desde aquel año lo hizo el marqu& de Vallehermoso, acaso mas favorecido de la Corte, y lo imitaron sus sucesores, habiendo ido con los coman-dantes las oficinas de Hacienda en razón á ser aqué- 110s Superintendentes, y manifestándose á la vez, que las causas de su traslacibn hahian sido huir del lugar donde residía la Audiencia, con Ja cual tenían poca armonía por hacer sombra á su autoridad, y serles más útil para sus abusos como Superintendentes de Hacienda, el residir en Tenerife. N Han pasado los años, va para 1111 siglo que se csta-bleció la unidad provincial co. n la capitalidad en Tene-rife, y teniéndolo todo como lo tienen, aun pelean por agravar más y más el despojo de Gran Canaria. 1 Si le quit, iramos la Audiencia ! i Si la castigiiramos por tener historia y derechos ! Principio quieren las cosas, y ya estamos en los principios, porque Sc ha de s& x que hay un artículo, el 13 de los adicionales á los presu-puestos vigentes del Estado, que dispone lo siguiente : u Se creará una sección de la Audiencia Territorial que tenclr8 carácter fijo y residencia permanente en Tene-rife. n Eso es llevarse media Audiencia y no de una manera accidental, sino decisiva, definitiva; eso es algo más que lo dispuesto en la ley de 23 de Junio de 1888, adicional á la del Jurado y por la que se previene que en Baleares y Canarias se trasladará la Audiencia á la cabeza de partido correspondiente á celebrar jui-cios orales; eso es algo más que 10 que á la inversa pretendía aquella enmienda de Perojo relativa á la Comisión Provincial y aquella otra de las atribuciones de los delegados del gobierno en Menorca y Las Pal- LA AUDIENCIA 69 mas... Y tan es algo mA5, que yo llamo á todo el mundo á la razón y á la lógica. ¿ En qué quedarnos? tEs plausible, es lícito, es equí-tativo, es justo, dividir la Audiencia en dos kades y no lo es dividir la Diputación ó la Jefatura de Obras Públicas ó, la Delegación de Hacienda? Santa en un caso la resolución, L por qué se convierte en otro en abominable? Los de Tenerife dicen : CCn osotros no pudemos vivir teniendo toda la Audiencia en Gran Cana-ria. )) Esta bien y puecle que tengan razón, pues ellos han de hacer un viaje á Las Palmas cada vez que han de sostener un pleito en apelación. El mal no es tan grave en lo crinkal; puesto que la Audiencia deam-bula de aquí para allá en virtud cle la ley de 23 de Junio de ISSS. Mas en fin sea así, sea como ellos desean y ya han conseguido por el artículo 13 de los adicionales al presupuesto del Estado. Justicia pero no por mi casa. Si la necesidad de’la división de la Audie, ncia está probada, tcórno no lo ha de estar la división de la provincia en lo administra-tivo, en lo econhico, en lo político? Los litigantes, prow~ adcws, abogados que renieguen por tener que venir de Tcnerifc i Las Palmas piensen por el camino en que también reniegan y con mayor razón los que desde Las Palmas hacen cl viaje h la invwsa, y lo hacen para todo, para Beneficencia, para Obras Públi-cas, para In enseñanza de segundo grado, etc. Si los litigantes vienen, allá van todos los ve han de ver rrsu. elto un e, xpecliente, todos los n~ uchachos que es- tu-dian el bachillerato... Por eso yo digo, sin temor á ser desmentido, que el argumento mas concluyente, decisivo, elocuentísimo 70 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES que haya producido jamás nadie á favor de la división de la provincia, de la independencia mutua entre las dos islas, lo ha suministrado Tenerife, al lograr se con-signase en la ley de yresupuestos el partir por gala en dos 1~ Audiencia Territorial. LDiviclirsc? Sí, pero va-mos á dividirlo todo, porque Po demás sería una cuenta el; ccsivamcntc abusiva, lo cuenta de tcncrlo todo más la rrii- tnd de la Audiencia. Está bien que los interesados se equivoquen, pero no que se equivoque cl Gobierno... IV En este punio, 6 * sería ilusión ó realidad?, resuena potente la voz cláska, tradicional i señor, 1. a hora ! Me levanto de mi nsicnlo en wlrndos y sigo nl portero mayor. - Va usted B ver In c& nnrn dc tor~ lura... 1 La ck2ara de tor. lura ! Los ingleses cpe van siem-pre por el lmlnclo entero, i1 cara dc emociones violen- tas, se lo creen. 1 Ahí es nada c~ locnr el cuello en el cor-ha. tín de hierro del garrote ! Porque es el garrote, cl terrible y sinies, I; ro garrote, el que se enseíía á los extran-jeros, principalmente, en aquella cueva de In Audien-cia. Y hasta rubias y delicadas znisses ofrendan su blanco cuello para que el corbatín apriete lentamente, sunvemen~ te. 1 Poder de la ilusión 1 Se imaginan de buena fe que aquí hay ejecuciones cuando hace treinta Y tantos 60s que no hubo ninguna. La pena de muerte está abolida de hecho en Gran Canaria. La crimilxlidad está dulcemente atenuada por el clima. LA AUD’IENCIA 71 ‘ Raro es que se mate á nadie, y por eso el Estado no mata. El garrote ya no tiene m6s que una aplicación, ni causa más que una víctima. La ajusticiada, la eterna ajusticiada, es la pobre Gran Canaria, y no acaban de matarla ni acaban de libertarla, entre la esperanza de la redención y la amenaza de dar una vuelta mhs al torniquete del suplicio. Y los que pudieran remediarlo asisten impasibles al especthculo ó se entretienen en cubrir el rostro de la mártir para que no se vean sus muecas de dolor, las ansias crueles de su agonía... En un certamen público de establecimientos peni-tenciarios detestables 1 y cuidado que en España abun-dan !, probablemente se llevaría la capital de Gran Canaria uno de los primeros premios. Se ent. ra en la ckrcel como quien entra en una casa particular. Y eso es, una casa vieja de vecindad que para cualquier uso podría servir menos para encerrar infelices presos. En la puerta un piquete de soldados da la guardia & la casa número tantos de la calle de López Botas. Y a no ser por eso y por los cerrojos que abren á nuestro llamamiento, yo hubiera pasado cien veces por delante de ella sin sospechar lo que había dentro. Ya en el umbral, un gran letrero me advierte donde estoy : Odia al delito y compadece al delincuente. i Y t. ánto como lo compadezco ! Mi impresión, más fuerte que todos los razonamien-tos, es la de que hubo en algún tiempo y en alguna parte, una cárcel de partido y prisión correccional; pero que esa se quemo ó se desplomó, y provisional- LA CÁRCEL 73 mente, de una manera contingente y temporal, pre-sos y guardianes se refugiaron en la primera casa que hallaron abierta. Estan como salidos de un reciente incendio ó naufragio, sin atreverse á la instalación definitiva porque luego será inútil habilitar lo qne no tiene arreglo posible. Para dormir una noche, bueno ; para sufrir seis años de prisión correccional, impo-sible. i Aquello una cárcel ! Y menos mal que sólo hay 47 presos y 6 presas, . to-dos con sus causas en sustanciación; que condenados ya y extinguiendo sus penas correccionales sólo se cuentan tres ó cuatro. AQué sucedería de ser este país como el Sur y Levante de Espaiia ó como el Sur de Italia, con la predisposición á derramar sangre de que hablan Ferri, Garofalo, Lombroso? ADónde meterlos? Para los hombres, hay dos patios en que, con absoluta promiscuidad de delitos, pueden pasearse un poco y hasta jugar á la pelota en la alta pared á modo de vetusto murallón. Para las mujeres, el encierro es más infecto y repugnante, porque todas las seis presas habitan un cuarto pequeño ‘ sin luz y sin aire. Si quie-ren respirar, que respiren las emanaciones de sus pro-pios cuerpos. Así que por todo el ambiente de la tétrica habitación se esparce un hedor de sentina, de calabozo, que tumba de espaldas al visitante. 1 Pobres presas ! Dan una lástima infinita, con sus caras enflaquecidas, macilentas, sus ojos exhaustos de lágrimas y rebeldes al llanto de tanto sufrir, su espalda encorvada, su juventud marchita, su porvenir de esposas y madres tal vez roto para siempre. Y aún más compasión que las presas, que al fin están allí por actos propios, me inspira profunda piedad una 74 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES criatura de seis ó siete años, que, agazapadaenel regazo de su madre y con mirada entre atónita y temerka, nos contempla. 1 Infeliz criatura 1 Su inocencia orgánica, fisiológica, de flor no perdida corporalmente, pero sí moralmente, est6 clamando ~ LX la saquen de allí. Me-jor andaría errabunda por las calles de Las Palmas ó por los muelles del Puerto dc la Luz. Si ha de sentir á la postre las garras de la prostitución, mejor esta al aire y al sol que confinada en aquel tabuco que es de perversibn y también de insalubridad. 1 Quién sabe las conversaciones que oir6 ! II Audiencia Territorial de Canarias. Proyecto de edi-ficio con destino á cárcel del Partido, cárcel correccional y Depósito municipal para la ciudad de Las Palmas. Así reza el título del voluminoso expediente, ye1 ilustre D. Juan Melo, primer teniente alcalde, secretario de esa Junta, me fue leyendo los docnmen. tos, y yo fuí apuntando en la memoria varios hechos y fechas y detalles. Primer hecho. - Ea 10 de Noviembre de 1565 se aprobó por el Ministerio el anteproyecto de un Presi-dio correccional, cárcel de Audiencia y depósito muni-cipal, debido al ingenio fecundísimo y labor patrió-tica de D. Juan de León y Castillo, que en sus ratos de solaz se ha dedicado siempre, aun fuera de sus obliga-ciones estrictas, d pensar y hacer cosas útiles para su psis. Segundo hecho. - Esa obra está parada durante LA CbRCEL 75 cuarenta años, hasta que se crea por R. D. de 17 de Junio de 1901, la Junta de construcción de la cárcel compuesta: del Presidente de la Audiencia, el Alcalde, 1 magistrado, el juez, el delegado del gobierno, 2 con-cejale% 2 diputados provinciales, 2 médicos, 2 aboga-dos, 1 arquitecto, el parroco más antiguo, cl ingeniero de Obras Públicas de Grnn Canaria, 2 mayores con-tribuyentes y un representante de la Económica de Amigos del País. Tercerlzecho.- h pesar de lo numeroso de esa Junta ( 19 individuos), se reunen en seguida que se les notifica su nombramiento. Constituida la Junta el 19 de Sep-tiembre de 1901, procede á redactar su reglamento, examina los antecedentes de la cuestión, decide apro-vechar el proyecto notabilísimo de D. Juan de León’y Castillo y designa el emplazamiento de la nueva cárcel. Cuarto hecho. - En Madrid apruebanyautorizan el reglamento orgánico de la Junta por R. 0. de 13 No-viembre del mismo año, pero sin saberse bien por qué no apruehanel proyecto deD. Juan de Lecin y Castillo. Lo que era bueno, excelente en 1864, resulta rechazado en ,1903, y no se atribuya al diferencia de criterio al tiempo transcurrido entre las dos fechas, pues bastará ver el primitivo proyecto y cl definitivo para persua-dirse de que las diferencias son escasas y en ningún punto esenciales. Ítem más : D. Juan de León se tomó ese trabajo por gusto, sin recompensa alguna, después de viajar por el extranjero estudiando lo mejor que había en la materia. Que consiguió acertar, lo prueba el dictamen de la Junta, el acuerdo primero del Minis-terio y los planos por fin aprobados que son poco me-nos que un calco de lo que él ideó. 76 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Advierto que soy tanto más imparcial en el asunto, cuanto no me seduce. ni enamora el sistema celular : dytndo en uuo y en otro proyecto. Nada de celdas, de galerías simétricas y radiales, nada de locutorios, ras~ trillos y den& zarandajas. Eso es vieux jeu con pretensiones de nuevo. El gran Montesinos, el mejor penúlogo que hubo en España, el que, siendo, coma& dnnte del presidio de Valencia, en la primera mitad del siglo XIS, supo nplicw en matcG3 penitenciarjas pro-cedimientos del siglo xx y aún del siglo Xx1, al punto de mwccr el honor de que lo citase Spencer en uno de sns libros, no necesitó para nada del, régimen celular I> NYI corregir á sus penqdos. Él los corregía y los sal-vaba con una sola cosa superior á celdas, aisIamientos y silencios, con la justicia y la equidad de su trato. Y los salvaba y corregía hasta el extremo de que los mandaba salir dcl presidio il cobrar cuentas, CI llevar sacos de dinero A largas distancias y en tiempos de guerra civil, sin que jamás se diera el caso de que in-cumpliesen su comisión ó dejasen de volver al presidio de Valencia. III A partir de entonces comienza el calvario de la Junta, calvario que dura hace yà ocho años. Se cons-tituyó en Septiembre de 1901, estamos finalizando 1909 y todavía no ha podido empezarse la expropia-cibn de los terrenos en que ha de levantarse la cárcel. La historia cs instructiva por lo escandalosa. Sigo la serie de hechos. Qzrinfo hecho. - Devue~ ltos los planos de León y Lb ChCEL 77 Castillo, se confio la tarea de formular otros al arqui-tecto señor Albiñana. Esta vez el proyecto mereció la aprobación de la superioridad. El 24 de Agosto de 1906 terminó sus tr‘ abajos el señor Albiñana y se aprobaron por R. 0. de 16 de Abril de 1907. La administrack’m es-pañola nunca se da prisa. Los nííos no corren para ella. Sexto hecho. - La Junta eligió como sitio de empEa-zamiento de la nueva cárcel, las inmediaciones de la Audiencia. Su fachada principal estará en la prolon-gación de la calle de López Botas junto a la Audkncia.. Por la parte que mira al mar dara a la c. alle prolongada de Agustín Millares. Y por los otros dos lados, puesto que ha de formar una manzana, linda con 1:~ calle de la Marina y con una plazoleta. Así se logran dos ventajas: la proximidad á la Audiencia y el que sea un edificio aislado. El sitio no puede ser mejor. ‘ Formado el expediente de utilidad pública para expropiar los terrenos se envió á Santa Cruz de Ten+ rife. El secretario de la Junta tomó la precautiión de remitirlo por conducto del juez de 1” instancia Montes-deoca. Esto sucedía el 10 de Julio de 1908. Sbppfimo hecho. - E1 digno juez entregó en efecto el expediente y recogió el recibo. Pero como transcu-. rriera tiempo y en Santa Cruz no dieran señales de vida, se telegrafio y se eswibió implorarrdo un poce más de celo, de diligencia, de cumplimiento del deber. El 10 de Febrero de 1909 se publicaba un. edicto enel Boletín Oficial de la Provincia abriendo información pública en el expediente y remitiéndolo Q Las Pal-mas. Pero adviertase de qué manera. El 2 de Febrero de 1909 se enviaba por la Junta un telegrama apremiante 78 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES h Tenerife y cl dia 4 una carta cn apoyo del telegrama. Pues bien : el día 11 el gobernnclor contestaba diciendo de oficio que no se podía tramitas el expediente porque no se habían enviado los planos por duplicado. Es decir que el 10 se publicaba el edicto en el Bolctin ofi-cial y el 11 no lo sabia el gobernador. Y que no se sabía se confirma por una carta oficial del 25 do Febrero en que el gobernador repite al Presidente de la Audiencia « que no se puede despachar » un expediente ya despa-chado. 1 Admirable administracibn 1 Octavo Irecho. - Llega a Las Palmas el expediento y estb expuesto en el Ayuntamiento durante los 10 días que marca la ley. Evacuado ese trámitevuelve a Santa Cruz. Vuelve allí; pero no hay forma humana de que salga de allí. Se estanca y se eterniza. A los telegramas y más telegramas de la Junta durante el mes de Julio, el gobernador contestó que no se podía hacer nada en Tenerife N hasta que supiesen si las obras de la cárcel tenían que ser costeadas con fondos del Estado ó de la provincia N. i Y el gobernador, como presidente nato de la Diputación, aprobó las canti-dades que la provincia había votado para la carcel I 1 Admirable administración ! A mediados de Agosto vuelve á escribir la Junta. pidiendo urgente resolución. Y cuenta que como en Julio de 1998 se dió la comisión de entregar el expe-diente al juez de 1” instancia - entonces canario -’ ahora en 1909, se ha confiado igual encargo al juez - en la actualidacl peninsular - de Santa Cruz. Los dos jueces han quedado lo mismo. Ellos cumplen lo que se les encarga pero como si no lo cumpliesen. El calvario es largo y muy penoso, sobre todo cuan-. LA CÁRCEL 79 do aprieta In necesidad y urge el traslado de la c& cel del inmundo local de hoy al hermoso edificio proyec-tado.~ DescIc que se pensó en hacer una cárcel nueva van transcurridos cuarenta y cuatro ó cuarenta y cinco años; desde que actúa esta Junta actual, ocho años... AQuién habla ahi de pereza burocrática? IV En el expediente y documento relativo á los presu-puestos, leo : Total de gastos : 460.572, 55 peselas. Parte correspondiente al Depósito municipal : 79.460, 77; á la cárcel de partido 254.274, 53; Q la prisión co-rreccional 127.137, 25. Pues bien : esa obra corresponde en su parte prin-cipal, casi única, á~ la Diputacibn Provincial. El Aym-tamiento de Las Palmas ha entregado ya 28.486 pese-tas y la Diputación se comprometi& á entregar cuatro anualidades, importantes cada una 15.000pesetas. No es mucho, y aún eso se consiguió B cambio de que se consignasen 60.000 pesetas para una Granja agrícola en Tenerife, 60.000 para la cárcel, 60aOO0 para la Granja. La cárcel es una necesidad, la Granja un lujo, pero la necesidad no podía satisfacerse sin pactar conel lujo. Lasgranjas, claro es, que son convenientes y útiles, pero lo sería más enla Orotava que en Santa Cruz, Fué un pacto solemne, un do ut des. Pero la realidad es muy otra. La granja agrícola de Tenerife ha perci-bido A estas horas 80.000 pesetas y la cárcel 45.000, tres anualidades de 15.000. Las Palmas no dice nada, no reclama nada. Dice que la Diputación no sólo ha de 80 EA TIERRA DE LOS GUANARTEMES abonar Q la Junta constructora de la cárcel lo que falta hasta las 60.000 pesetas, sino lo que falta hasta lo que ha costado la granja agrícola. Visto lo que ocurría, atendiendo á que la Diputncibn Provincial interrumpia el pago de las anualidades con-venidas y votadas, D. Juan Melo, en aquellos momen-tos alcalde interino de Las Palmas, resolvió realizar un acto propio de un comité de Salud Pública. Resolvió y así se vive desde entonces pues el alcalde actual hace 10 mismo, y hace muy bien? suspender ipso facfo la entrega del contingente provincial. Es una división imperfectamente consumada, puesto que el A. yunta-miento de Las Palmas paga de un modo directo, de un modo religioso, las atenciones provinciales. Una divi-sión beneficiosa para Tenerife, pues debe segura-mente mBs que aquello que deja de percibir. Y actualmente la Junta constructora de la cárcel tiene por todo tener - y menos mal que lo tiene - 28.000 pesetas del Ayuntamiento y 45.000 de la Dipu-tación. Y le aguarda una obra de 460.000 pesetas y no tiene espera la inmunda c; iìrcel atitual. LES que esta vez como tantas otras habrá de recurrir Las Palmas á la suscripción pública? Por suscripción se ha hecho aquí todo ó casi todo : casino, teatro, jardines, ado-quinado de las calles. Al estado no le debe Las Pal-mas mb que el Puerto de la Luz y eso al fin si benefi-cia á la capital de Gran Canaria, también es de interés público, de interés general. LCuándo comenzarán á darle á esta isla y 6 esta ciudad lo mucho que se h adeuda en dinero, en consideración y hasta en amor? HOSPITAL OE SAN MARTÍN No,; no quiero co~ nparnr lo que , aquí desdichacla-mente se ve en materia de Beneficencia con lo que sucede en Alemania, en Inglaterra, en Francia, en los Estados- Unidos. Allá por el mundo culto y libre, es la piedad por la vida lmnmxt la primera de lasvirtudes, y es la defensa del hombre contra el dolor y aun con-tra la muerte, la primera de las obligaciones. En toda constitución orgániw, iuterua, de las nacionalidades modernas, de las que merecen ese nombre, al lado de la libertad y en el mismo rango de los Derechos del Homn-bre, está el culto 6 In salud inwal, uien~ tal y física, en-tmdieudo q- w estos tres géneros de sanidad se redu-cen ii una sola, á la sunidnd del cuerpo, al mens sana in corpore sano, axioma descendido al fin de las abstrae ciones filosóficns para ser una rcalidwl viva. El que ejerce el poder publico, sea el que quiera cl orgauismo en que encarne ( Estado, Provincia, Muni-cipio), lo ejerce uo SI título de cosa propia y que le viene de arribn como eu los tiempos del deyecho divino 6 83 LA TIERRA IjI?. LOS GUANARTEMES de los reyes, sino & calidad de depósito para devolver á todos los ciudadanos en bienes fecundos la suma de fuerza, de coaccibn que le han confiado. La Autoridad es tolerable, puede ser no tan sólo perdonaila sino agradecida, á condición de que garantice la vida, de que agrande y facilite la vida, ya en obras de cultura, ya en obras de fomento material de los intereses y ya sobre todo en obra de salud. La acción oficial ha de perxguir la infección, ha de procurar la extirpación de los microbios, ha de socorrer al miserable y desvalido, ha de vestir al densudo, ha de dar pan al hambriento, ha de lavar la roña intelec- lwl y física del prújimo, porque si no, no es tal acción oficial, tal autoridad, tal Estado ú organismo del Estado. Esas Naciones próceres han llegado á su fuerza y pujanza actual, porque la ciencia de la Higiene es sin duda una de las pirmeras ciencias, si no la primera, y’porque la Diosa Filantropía es la que ha heredado en los mitos modernos el trono más alto, la categoría teológica mas excelsa. Dia vendrá, y ya se encaminan los pueblos civilizados á ello, en que la. Medicina no se-rá el Arte cle curar, sino de preservar al cuerpo human de toda clase de dolencias y lesiones. Día vendrá tam-bién, y no debe estar lejano en los Estados progresivos, en que el primer Catecismo que aprenda el niño en la escueln~ sea el de los principi
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Calificación | |
Título y subtítulo | La tierra de los guanartemes : (Canarias orientales) |
Autor principal | Morote y Greus, Luis |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | París (Francia) |
Editorial | Sociedad de ediciones literarias y artísticas |
Fecha | 1900 |
Páginas | 431 p. |
Materias |
Canarias Descripciones y viajes |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 22 Mb |
Procedencia | Biblioteca Universitaria |
Texto | LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES. ( CANARIAS ORIENTALES) SOCIEDAD DE EDICIONES LITERARIAS Y ARTfSTICAS Mbreria Paul Ollmdor$ 50, CHAUSSEE D’ANTIN, 50 - PARIS 2 MODO DE PREFACIO Entre las inftnitas cartas que recibí con motivo de mi discurso de la escuadra, aparté una fechada en Las Palmas el 8 de Mayo. El contenido de la posdata merecía la pena de leerla otra vez. - (( iSi usted quisiera venir por aquí y hacernos un librol... )) Y segían unas cuantas líneas mas en que me ratift-cuba su gran afecto el alcalde de Las Palmas, D. Ambro-sio Hurtado de Mendoza. / Ya lo creo que querría hacer un libro de CanariasI Desde que juntamente con el inolvidable Perojo y sus compañeros de circunscripcidn y el insigne Galdós, firmé todas las enmiendas que tendían cí la división del A~ rchipiélago, el pensamiento de visitarlo me andaba rondando por la menie y en ocasiones constituía una ver-dadera obsesión. Yo anhelaba con, ocer de cerca la tierra canaria, no para tender el erecho de intervencibn en SUS, VI A MODO ' DE PREFACIO cuestiones, que ese me lo da mi ciudadanía españolu, sino para ofrecerme el ‘ deleite de visitar una de las regiones’ más hermosas del planeta, á la que con rcudn denominaban los antiguos, . por la esplendidez de su fiaturaleza, Ilas Afortunadas. Y la oferta de ese Gaje fentador, de aplicar hondo y Zargo trabajo - jel mayor de los placeres, el de estudiar y el de escribir!, llegaba & hora propicia, en holganza de diputado y fn holganza de periodista. . I, a. s cuartil2a. s se amontonaban ci mi vista, formando montaña, pidiendo ser borroneadas... A- Será necesario decir que conte$ té en el acto aceptando? Pero mi amigo cesó en la Alcadia y esta circunstancia le suscitaba el escrúpulo de conciencia de no creerse au-torizado para reiterarme Zn invitación en nori- hre de la ciudad. Pasó el tiempo, corto por los días, mucho para mi deseo, y 2 fines de Junio otro buen amigo de Las Pal-mas, D. Salvador Fierro, me envid colección de perió-clicos que hablaban de la cuestión palpitante, de haberse perdido en el Ministerio de Fomento la Memoria del Ingeniero- inspector que proponia seriamente lu divi-sión de la jefatura de obras Públicas. Cogi Za pluma y escribí á La RITaííar1am i prinîel’ artículo. Aquello ya no. podia tolerarse, era una burla y una afrenta del unita-rismo centralizador. Una inepcia mas de la burocracia imperante. Mi trabajo provocó enLas Palmas un movi-miento de opinión y telegrama tras telegrama me pedían que me pusiera en marcha. Sobrevinieron sucesos trágicos para España : lar infausta campaña del Rifl, infausta por tantos concep-tos, el levantamiento de Barcelona y gran parte de Cata-luña contra la guerra. Chocaron con estrépitö horrendo Á MODO DE PREFACIO VII , clos mundos de pensamiento y de voluntad, dos modos de ser del alma nacional, y ‘ del choque brotó la hoguera. & os sucesos determinuson, kxrque no juslij% urorz jamás, la desatentada, la anticivilizada suspensión de las , gcirantícis constitucionales y, después, las odiosas repre-siones del siniestro foso de Monjuich... 1 Cómo apartar la mente y el cora.& de Barcelona y de la campaña del Norte de Africa! Y luego, jcómo hablar en mitins, cómo escribir en periOd& os, sin libertad de tribuna y sin li-bertad de prensa! P, ero la guerra iba despacio y para largo, y los eere-chos del Hombre, que ya no se suspenden en parte alguna del orbe libre, continuaban velados. No podía esperar mcís tiempo, y no esperk. La labor silenciosa de preparar elementos para un libro podía hacerse sin licencia clel poder. Atravesé de Asturias á Cadi- esta Espafia que daba IU impresión de una nueva Turquiu, pero de una Turquía antes de triunfar los principios revoluciona-rios. Y del 26 de Agosto al 10 cle Noviembre viví en el grupo oriental del . Archipiélago, en las rientes tierras donde llegaban muy amortiguados los sordos rumores clel sucudimienfo nacional y del empujen conque Europu nos forzaba á civilizurnos. En ese retiro, en aquel ousis material y moral, pusé largo tiempo consagrado á escu-clriñur hasfu el írltimo rincdn de Gran Canurias, cle Lanzarote y de Fuerteventura. Los días no dieron mús de sí, y dejé paila otra ocasión alargar mis excursiones al resto del Archipiélugo. Tal frré el origen de esfe libro que produma SU carác-tes de investigación de Za recrlidad. ; Obrct de bufalla? No; porque no infìere nin~ grma ofensa, no pugna con n~ in~ girn. derecho. Sería batalla ! le entregarme i( luchas mezquinas, VIII Á MODO DE PREFACIO no lo es por que se trata de la defensa de un noble ideal de independencia udministratiua. No pelea Gran Cana-ria, no pelean Lanzarote y Fuerteventrrru, de cuyks aspi-raciones procuro ser drgano, por 1112 pedazo de botín, por arrancar privilegias. Ni yo al escribir, ni los de Canarias Orientales al sugerirme con sus razones justas lo que trasladé al papel, estamos animados de odio para nadie. Esa palabra no está en mi diccionario; mis labios no saben pronunciurla, mi corazón no sabe sentirla. Tierra de España es Gran Canaria y tierra de España es Tenerife. Precisamente para reconciliarlas, queremos desceI2tralizarlas, diferenciarlas. Á Za hora que es de la centuriu vigésima, corriendo para todos lu Hisforia con su sol de libertad, de progreso, de tolerancia, sería insensato querer que prosiguiese para unos la llaga del yugo, para otros la estraña satisfacción del dominar. Cuando toa0 clama federaciól2, es empresa vana in+ pirarse w2 el régimen m2itarista c012denucl0 por largos siglos de desdichas. Para España, para nuestra Españu, amor sil2 límites, que en todo el ArcAipiélago vibra el sentimiento de la Patria como pueda vibrar en las entrañas de la penín-sula; para los gobernantes, queja, protesfa, condenación, pues hoy deshacen lo que ayer Izicieron, pasando del régimen provincial al sueño inzposible de un virreinato, y del virreinato, San pronto acariciado como fracasado, al comienzo de justicia de la capitalidad ulterl2atiua, y del articulo 26 del decretodes cenlralizador olra vez al statu quo, pero d un statu quo agravado con tanto hurgar en la herida sin sanarla. Si los gobernantes pudieran, si de ellos clependiera, habria que preguntar con mueca de dolor y de desesperanza : iqué tierras toca ahora perder? Á MODO DE PREFACIO IX. Felizmente las islas Canarias son españolas, espa-ñolísimas, y á que lo sean más y mas, frustrando las malas obras de gobernantes de Imperio Abisinio, se con-sagran estas humildes páginas con el lema aquel de mi primer articulo : Diferenciarse es vivir. Predicaciún de equidad, de justicia, de soluciones por la ley, ha sido mi perenne predicación, y por eso debo honda gralilud ;, los diarios & a Mañana, El País, La Defensa, al serna-nario El Tribuno, que, abriéndome generosa hospita-~ lidad en sus columnas, hicieron posible acarrear el mate-. rial indispensable prara La tierra de los Guanartemes. Tierra de los Guanartemes, es decir de aquellos caz& 110s y patriarcas que ejercían el poder supremo sin tira-~ nias ni despotismos, de aquellos soberanos de la antigua orgunizacidn política del grupo oriental, como Gumidafe el valiente, como Andamana la hermosa, como Artemis el esforzado, como Taghotcr el intrépido, como Benta-gache et bueno, como Thenesor Semidan el invencible,. como Doranas el lzdroico... Estos Guanurtemes ense-ñando prudencia F/ sabiduría, dando ejemplo á los Go-biernos futuros, no manclabctn por si, sino aconsejan dose de una Asamblea consultiva ó Sábor que era señora de los destinos del país. iY aún se teme que los habitantes de Gran Canaria no estén preparados para la libertad, no sean aptos pura Za uutonomia administra-~ tiva, con semejantes tradiciones, con tal historial t Tierra de Guanartemesl, de ti se puede ufirmar también lo que se dijo de Castilla y de toda’ España :~ « la libertad es antigua y el despotismo es moderno... » Explicado queda el titulo de la obra, justificada la intención de lo que se leera en sus capítulos. Fu. 4 una carta de Hurtado la que vino á interrumpir la soledad X Á MODO DE PREFACIO de mis pensamientos y de mis forzadas holganzas, brin-dándome á que visitara Gran Ganaria, á que estudiase sus problemas, á que escribiera un libro. El propósito está logrado. JÁ quién mejor dedicárselo con un abrazo , del alma?. GRAN CANARIA LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES LAS PALMAS Á VISTA DE PÁJARO 1 Estgbarnos en 10 alto. Bajamos del coche dejando á nuestra espalda el castillo del Rey ó de % an Francisco y & los pocos pasos entramos en la casa de selia&, en la Atalaya. Es un puro deslumbramiento de la vista, mirar la ciudad y mirar el vasto Océano desde aquella altura. Yo me rindo ante una naturaleza como esta, próvida y magnífica, suntuosa en sus panoramas, plau gada de bellezas, porque lo limitado de la palabra humana no acierta á reflejar las sensaciones del alma. Sí, limitación y pobreza del lenguaje hablado 6 escrito, al menos en mi caso, porque después de haber vertido sobre el papel adjetivos y ditirambos, todavía quedara algo intraducible, que se expresa mejor reco-giéndose en el silencio. Eso quise hacer durante un rato, no sc! cwnto rato, en que me puse ct mirar ca-llando, pero luego pudo más la curiosidad y medesate en preguntas. No dejé en paz al amigo Hurk~ do hüsk que me nom-br6 por sus nombres todo lo que se veía. 1 Encantador horizonte ! No hay ciudad que ‘ no sea bella contem-plada desde una altura; pero el espectáculo resulta más hermoso si esa ciudxl se asienta sobre el mar, como que se inclina y descansa sobre el mar. 4 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Lombroso que además de ser un sabio antropólogo fué uu poeta, escribib hace tiempo un opúsculo titu-lado : Per&? fu grande Venezk? Y A la pregunta con-testaba con un himno sublime cantado al mar, Éste con sus azotes, con sus furures, posee el clon de desper-tar las energías humanas, aun las mas dormidas. Tierra, ciudad 6 nar; ion que lucha con el mar y logra vencerlo es tierra preparada para toda clase de divinas empre-sas. Y lo es porque con esa lucha el hombre aprende á amar la libertad sobre todas las cosas. Por el mar viene el conocimiento y trato de pueblos y razas distintos; por el mar se aprende la noción de que la I- Iumanidad es grande é inmensa y además hermana; por el mar se establece el comercio entre las gentes, pues entre todos los dioses de la Mitología fué el bello Hermes con sus pies alados, el más liberal y tolerante y civili-zado de los Dioses. Desde que el mundo es mundo, el habitante de una isla es un ser despreocupado de supersticiones, de cImores insensatos y tenaces á unos mismos ídolos, llá-mense como se llamen. El isleño, por naturaleza, pos temperamento y hasta por necesidad, es tolerantete, aficionado al progreso. Dijérase que el mar con el beso de sus olas y el viento con el beso de sus ráfagas, le traen la fecunda semilla de nuevas ideas, de descu-brimientos nuevos. Perchè fil grctnde Venezin? II En lo antiguo se l! amaba á la isla de Gran Canaria, Tamarán, lo que, según los historiadores - y Jo tomo LAS PALMAS Á VISTA DE PAJAR0 5 de la historia de D. Agustin Millares, - significaba en la lengua de los primitivos habitantes, país de uaZien-tes. País de valicntcs tuvo que ser, en efecto, un pueblo que se aposentaba sobre volcanes, y lavas, sobre riscos y precipicios, sobre un suelo surgido del mar.“ País de valientes para que se dedicasen á labrar y sembrar te-niendo que inventar, que crear la ‘ misma ticrrn. País de valientes en una costa la más inabordable que cabe imaginar. Psis de valientes, porque tenían como única riqueza la inestimable riqueza del clima. Estamos en lo más fuerte de la tarde, en día en que el sol, libre del providente toldo de las nubes, luce todos sus esplendores; en una terraza sin techumbre’ y expuestos a todas las caricias de los rayos de Febo. Pues bien, el calor no se siente y el teniente Bonet, del castillo del Rey, asegura que por la noche hace frío. La claridad esplendorosa limpia el horizonte de sombras y celajes. A la derecha de la Atalaya y en la parte más alta de Vegueta, descubro el antiguo con-vento de Santo Domingo, donde está hoy el Hospital de San Lázaro para leprosos. Mas acá, el que fué en tiempos convento de San Agustfn y luego fué y aun es, Audiencia. En esta parte de a ciudad estim el semi-nario Conciliar, la Catedral, el Palacio Episcopal. La Catedral, que se descubre g lo lejos al llegar á Las Pal-mas desde el mar, por sus torres negras, por su masa negra de piedra. Ya en 1485, dos años despu& de la rendición de Gran Canaria á las armas españolas, se trasladó desde Rubicón a Las Palmas, la primitiva Catedral, ocupando el pobre y estrecho recinto de la ermita llamad4 de San Antón, que estaba’ èntonces, según cuentan, dentro de los tapiales del campamento. 6 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Y mhs tarde, en 1496, acord. 6 el cabildo construir un templo en el solar que se habia repartido 6 Juan de Siberio Mhjica. Y después pasó por las manos de una porción de arquitectos, desde el sevillano Motaude B los. plarlos del canonigo Diego Nicolás Eduardo. Así hecha á retíhzos no % ne ni pw3& e kxxw wx w$ i\ o defmi-do, la magnificencia de las famosas catedrales de la península, y sólo se puede considerar con aprecio el frontis principal, frontis greco- romano, la torre de la derecha con sus campanas y su reloj. Pero aun así es una mole respetable de cerca de seis mil metros cua-drados. Da la impresión frente al. mar, que es una forr taleza mas que un templo. También en Vegueta, y además de la Audiencia, están la casa Regencia, el Ayuntamiento, el Hospital general con su Hospicio y Casa- Cuna y la destartalada. Delegación ael gobierno cle la provincia. Junto al mar, el Mercado y la Pescadería. Bien se ve que el Regente de la Audiencia era en tiempos no muy pretéritos, hasta los comienzos del siglo XIX, la persona m6s consrderable de la ciudad y del Archipiélago, Fué el capitán general á Ia vez Regente, y de ahí la suntuosidad de su morada. La casa Regencia es uno de los edificios que honran á esta urbe. Ahora, miro á Triaua y empieza, la enumeración de conventos, unos que fueron y otros que son : el con-vento de San Francisco, hoy cuartel de infantería; el convento de Clarisas, donde están actualmente el Gabinete Literario y la Alameda de Colón; el convento de Dominicas ( moderno, de reciente planta); el con-vento de San Bernardo 4ue , derribó la Revolucibn y LAS PALMAS Á YISTA DE PÁJARO 7 se convirtió cn Hotel Contíuental; y, m6s nllá, las Her-manitas de los Pobres en la calle de Pérez Galdós... Ya he dejado, tiortunadamente, de contempplar los conveutos que son y de ver el , sitio que ocupaban los conventos que fueron. Me figuro lo que sería la ciudad de Las Palmas en aquellos días y me acuerdo de que así eran casi todas las ciudades de la península hasta que la Revolucibn se entregó á su obra saneadora. Ya es tiempo de que vea los edificios civiles. Junto al mar está el teatro Ptkez Galdós, con sus cuatro fa-chadas, con su independencia y seguridad para todo conato de fuego. Se combatió mucho su emplaza-miento, y el ilustre autor de los Episodios Nacionales trazó entonces unas caricaturas deliciosas represen-tando á cómicos, míwicos y espectadores nadando durante las funciones. También junto al mar está el Círculo republicano federal, casa modesta, pero bas-tante capaz y muy adecuada pari su objeto. Las olas batiendo debajo de sus ventatras son apropiado corc dd e los discursos enérgicos.- Mgs hacia el iuterior de la ciud~ ad, están el Gn, bin& Literario y el Círculo Mercantil. Y allá, á la izquierda de mi observa~ torio, un poco mas lejos, el Gobierno militar. En los Arenales descubro la fábrica de electri-cidad, hermosamente instalada, como para Exposición y no para los menesteres ordinarios del alumbrado. Descubro la Comandancia de Marina, desmantelada, con sus cuatro paredes al viento, que empezó y no se acaba, por lo que concluirá por caerse, para bochorno del Estado. Y es gr, ul lástima porque el edificio es bonito, almque esté emplazado muy distante del Puer-to de la Luz donde estaba su asiento natural. 8 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Luego el convento de Misioneros del Corazón de María, luego el convento del Sagrado Corazón de Jesús : aquél de frailes, éste de monjas.,, & Seguirá, volverá la pesadilla de los conventos? 1 Cómo se conoce que la ciudad de Las Palmas es ya rica y está en camino da serlo mucho más ! Desde la Atalaya no se divisan, pero sé que están alli y luego los veré, los tiagnos Hoteles de la carretera de Las Palmas al Puerto de la Luz : el Metropole y el de Santa Catalina. En ellos está como el sello del pro-greso de esta ciudad. Antaño, cuentan, que no habfa más que malas fondas. Al salir de la Atalaya dirijo una última mirada & aquellos sitios que me van siendo , familiares : la plaza de Santa Ana, Cairasco, San Bernardo, el Parque de San Telmo, la Alameda de Colón. A cada uno de ellos va unida una sensación agradable, el recuerdo de una cara bonita entrevista. Y ahora contemplo, cual en ojeada de despedida, estos barrios pobres que por lo míseros son Oajos y por YU situación son altos, como si los hombres hubieran bus-cado de propósito este original contraste ó como si la expansión de la ciudad no pudiera hacerse más que por arriba. Felizmente los pobres encuentran una com-pensación en el alejamiento de la ciudad. Pasean como cabras por los Iiscos dc la montaña, anida1 como p& jaros en las alturas; pero, en cambio, tienen el bien ina-preciable de la brisa del mar, del Ce refrigerante y tonificante en este sanatorio natural. Son las cinco de la tarde cuando tel’mina nuestro paseo por las alturas, posando la mirada por San LAzaro, San Bernardo, San Francisco, San Nicolás, San Roque, San Juan, San LAS PALMAS h VISTA DE PAJAR0 9 José, todo un santoral. Y hace tal fresco que, á poco que apretase, no estorbaría un gabán. Abajo, junto al mar, en la orilla, están el barrio de San Cristóbal y el Cementerio. Hasta los muertos no podrían quejarse, siresucitasen, de que se les había i~ ns-talado mal. Lugar triste y de sombras suele ser el cementerio,’ lugar de sol y de aire y hasta de alegría es en Las Palmas. Los ofre$ das que en las religiones antiguas y aun en las actuales de pueblos primitivos, se hicieron 6 se hacen á los muertos, no tendrían aquí tan disparatado simbolismo. Al fin, junto al mar, no resultaría tan extraño poner viandas para la última expedición á lo ignorado. Y de la Atalaya hemos salido y de la Atalaya nos alejamos clando un adiós al castillo del Rey, al castillo de San Juan, al castillo de Santa Isabel. 1 Duerman y callen por mucho tiempo los cañones ! Tan fuertes , ó más que esas bocas de fuego son los patriotismos de los ciudadanos de esta isla fidelísima... III Años hace, muchos años, creo que fué en 1865, cuan-do se estableció el servicio de vapores correos entre España y las Antillas. Entonces se señaló una escala en Canarias y se eligió como punto de estación la rada de Santa Cruz de Tenerife. Para mayor dolor, al reno-varse aquel contrato con el Estado en 1868, se acordó la supresión de esa escala con gran perjuicio de los intereses peninsulares, antillanos y canarios, Mientras existió esa escala en Santa Cruz, los de 10 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Las Palmas no protestaron, no intrigaron para que se suprimiese, Pero vino un día en que siendo ministro de Ultramar el señor Lebn. y Castillo, Gran Cana~ ria~ enmasa reclamó la restitución de lo qwera suyo : la escala en alguna de ms jslas. Se confió el informe á un experto marino, y éste dictamino que el puerto designado debía ser el de Las Pabnas, por reunir - afirmaba - (( más elementos mercantiles D,’ como así se consignó tani-bien en el R. D. expedido el 26 de, agosto de 1881. Por eso y por cien ejemplos enteramente probatorios, se podría hacer el experimento de confiar 4 personas imparciales, extrañas, exentas de prejuicios, la resolu-ción del problema de la independencia administrtitiva~. de Gran. Canaria. Entre mil árbitros habría probable-mente novecientos noventa y nueve y medio’ que ~ falla-rían sin titubear á favor de esta isla, & la que yo llamo mía al hablar solo y nuesfra al hablar con alguno de sus habitantes. Negarlo seria negar la evidencia. Sería lo mismo como si al bajar de la Atalaya me hubiera sentido , defraudado por la visión placentera, como si hubiera rechazado las caricias de la brisa del mar, las jaculato-rias del cielo que cantan la alegría de vivir, como si hubiera querido suponer que no fué siempre del Oriente de donde nos vino la luz. Los antiguos decían que la Naturaleza tiene horror al vacío ; yo voy creyendo que los gobiernos tienen horror B la justicia,.. VEGUETA Y TRIANA 1 Cuando la ciudad. es hembra gu. apa cunl lo es Lns Palmas, no hay que verla solamente en los ratos largos en que está acicalada. y compuesta, al salir del baño ó de1 Bouckoil; sino en los instantes de abandono y de intimidad. Esa es la hora psicológica, la hora de- la sorpresa para reconocerla en su verdadero estado natu-ral. Si resiste al examen, es porque resulta digna deins-pirar una pasión. Las ciudades, como las mujeres, es preciso contemplarlas á la luz del sol. Hecho el experimento con Las Palmas, vista á todas las lloras del día y de la noche, declzo que efectiva-mente puede resistir la prueba. Es limpia, coqueta, y no ~ 61.0 contemplade. desde 10 alto, mirándola desde el mar dormida, sino registrándola por dentro. Lector, ~, m. e acoml3añas? Vamos á pasear por la plaza de Santa Ana, por la calle de Triana, por la Alameda de Colón, par las calles de San Francisco, Pérez Galdós, Buenos- Aires, por el Iargo w lo diré á usanza portu-guesa e de San Bernardo, por el Mercado y Pesca-deria, hasta ‘ por las afueras, por la barriada de Carl&.. 12 LA TIERRA DE LOS GUANAFiTEYvIES Dividida está la ciudad por un barranco y este ba-rranco tiene dos puentes. A una parte quedaVegz; leía, á la otra ZXancr. Vegueta es la urbe antigua, la primi-tiva; Triana el barrio novisirno, la moderna Medina que está llamada á grandes progresos porque une Las Palmas con el Puerto de la Luz. Y envegueta comenzaremos por entrar en la Cate-dral. Se ve mirando al conjunto de las tres naves del templo que es armonioso y notable. La bbveda se sostiene por columnas muy altas, de 14 metros y 1mdi0. Y todavía es más bonito el remate, porque estas columnas se ligan entre sí, sobre el techo de las naves, conunas aristas cruzadas semejando grupos vistosos de palmeras. LHablaré de los sillares de cantería azul pro-ducto de la isla, que embellecen mucho Q la catedral, del bajo relieve en mármol de Garrara que en la galería del tercer piso representa á Santa Ana dando lec-ción á la Virgen, de la amplia y elegante escalinata que da entrada á la Basílica por el Norte y por el Sur? No insisto porque estoy viendo el estilo gótico que domina en el interior, ese estilo que es la belleza su-prema de las Catedrales, ese estilo cantado por los poetas, sublimado por Víctor Hugo. Estoy viendo también que en el centro del crucero se levanta el cimborio sobre cuatro columnas rematando en una lin-terna cilíndrica. Aquello es muy bonito, como lo son igualmente las estatuas de los doce apóstoles y de los cuatro evangelistas talladas por Luján. Estoy viendo, además, una de las cosas que hermosean en mayor me-clida las iglesias, que cantan la gloria de la Catedral de VEGUETA P TRIANA 13 León, las vidrieras de colores que cierran todas las ven-tanas. Y por fin, el patio á la andaluza, con palmeras y rosales que recuerda la Catedral de Sevilla, la Mez-quita de Córdoba... Frente & la Ca, leclral, el Ayuntamiento. El edificio viejo, donde estaban antes las casas consistoriales se quem6 por dos veces y n0 fué gran dario, pues en vez de aquella fea vivienda se levanta ahora el nuevo Concejo, si no con honores de palacio, almenosconbol-gura y prestancia. ¿ De que reyes son esos retratos de la amplia esckljlmta? Son de Carlos V y de su mujer, de Felipe II y de la suya. El alcalde actual, mi antiguo y buen amigo D. Fran-cisco Bethencourt y Armas me enseñó toda la casa con su habitual corte& con su galante y agradable modo de hacer las cosas. A la prevención municipal donde se recogen los beodos y escandalosos se lti llama el cucrrfo de Zas cachuclzas. Y es que allí en el Ayunta-mient, o hubo no hace muchos años una escuela. Los chicos entraban en el aula y en un cuar. to de junto g la puerta se dejaban las Cachuchas, especie de gorras con visera que eran por aquel entonces el tocado de los muchachos. Ya no hay escuela y el cuarto de las gorras se convirtió en prevención y sigue no obstante con el primer nombre que recibió. ‘@ nde vas? Al cuarto de las cachuchas y así resulta menos bochor-noso haber estado preso por escándalo y embriaguez. En el edificio viejo estabdn antes el Ayuntamiento, la Audiencia y la C& rcel. La Audiencia se c&+ nicaba con la casa Kegental - que era y es mansión magní-fica - por una especie de puente 6 corredor cubi~ erto. De ese modo ‘ cl Regente iba de su casa á las vistas ó a 14 LA TIERRA DE LOS GWANARTEMES la sala de gobierno sin ofrecer su toga á la publica cu-riosidad. II Me gusta mucho la plaza de Santa Ana. Es un . w~@ I para fiestas; jaleos y bailes populares. Este fué siempre su destino, Rqui se ponian cucañas, se disparaban cohe-tes, se bailaba por mozos y por mozas. Y, resguardada por un extenso toldo, se celebraba la fiesta de la ense-ñanza, con reparto de premios, llevando todas las escuelas sendos estandartes. Aun hoy conserva su prestigio, es teatro de una solemnidad anual. El dfa 29 de Abril, día del patrono de Gran Canaria, San Pedro de Verona 6 San Pedro Mártir, porque en tal fecha se acabo la conquista y se rindieron. todos los Guanartenas, salen el Ayunta-miento y las autoridades civiles y militares y se diri-gen atravesando la plaza á la puerta de la Catedral. A la puerta espera el cabildo y á su frente el Obispo. EI Dean entrega el pendón de la conquista al primer sín-dico del Ayuntamiento. Y con el pendón, procesional-mente, rindiendo 6 esa ensena honores de majestad, puesto que toca la banda la marcha real y se dispa-ran 21 cañonazos, va toda la comitiva á la iglesia de Santo Domingo. Se canta un Te Deum. Y lmy , esplén-dido Zunclz en el Ayuntamiento y hay sermbn en la Catedral y hay holgorio popular, ixti- tad clvico y mitacl religioso. Y el Dean y el Sindico pronuncian discursos al tiempo de recibir el pendón y de devolverlo. La víspera, gran iluminación en el Ayuntamiento, VEGUETA Y TRIANA 15 De . l% plaza de Santa Ana al Mercado y & la Fescä-derla. El Mercado es obra del gran alcaldeLópez Botas, una de las figuras más interesan+ s de la historia moderna de Las Palmas. Fui: su alcalde conlos modera-dos, facilitó como tal alcalde el erkbarque, de los gene-rales de la Revolución y llevo la voz y representacion de Gran Canaria en las Cortes Constituyentes de 1869., Para ser todo eso necesitaba tener como tuvo,, una personalidad extraordinaria de ilustre patriota. k esta hora, ocho de la mañana y en domingo, el mercado está animadísimo. Se ven muchas caras bonitas y al encanto natural de todo mercado se une el, de la afluencia de gente femenil selectti y distinguida. Con los sombreros y mantillas negras del señorío, alter-nan las clásicas mantillas Blancas que más parecen albornoces. Es lo tipico de esta tierra y, como todo lo típico y original, muy hermoso. Esos mantos á la usan-. za tradicional, al encuadrar cabelleras negras 6 rubias - abundan las rubias - realzan las perfecciones de los rostros,, prestan mayor brillo a los ojos. Don Ferreal Aguilar, que me acompañ~ a, es muy popular. 1 Don Ferreol, venga acá ! i Don Ferreol, mire esta hermosa pieza! Don Ferreol palpa el pescado,. pregunta el precio y diserta sobre su calidad. Con cherw ( especie de abadejo), con gofio ( el plato dásico de la tierra) se alimenta toda una familia con cuatro cuar-. tos. Pero i ah I que todo el mundo no se satisface con esas viandas del pobre, y en ese caso el mercado es. tan caro como en cualquier ciudad de la península. En Las Palmas, como en Sevilla, hay una Triana,. pero no jacarandosa y alborotada como aquella. En los primeros tiempos debió ser wmo en Sevilla,~ barrio, 16 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES mísero de pescadores y obreros del puerto. Pero, andando los , años, no muchos, porque la transformación apenas data de un cuarto de, siglo, fué ensanchAndose Triana y llevando á sus casas nuevas, de dos y aun de tres y ouatro pisos, el vecindario m8s adinerado. Puede convencerse el que quiera viendo Ya droguería- botica de Llcó. Hoy en este barrio viven los ricos, y la calle de Triana es la de Fernando en Barcelona, la de la Paz en Valencia, la de Larios cn Mólaga, todas las pro-’ porciones guardadas. Pasemos á la Alameda de Colón, donde se reunento-das las noches de los jueves y domingos, en que toca la excelente banda municipal, lo que ‘ en hombres y mujeres, galanes , y señoritas es la flor y nata de. Las Palmas. Esa es la great atraction de la bella capital. Capital, he dicho, y no retiro la palabra. Comparad si queréis con tantas y tantas pobres capitales de pro-vincia que se quedau g cien leguas. Y no ya con Teruel, Soria, Cuenca, Guaclalkjara, sino con todas las capi-tales que no son las ocho ó diez, que pasan de cien mil elmas en la península. De 10 á 49, ved si queda que contar. Falta, es claro, mucho que hacer eu Las Palmas, pero eso que queda por realizar se haría como la es-puma en caso de dividirse la provincia. Porque la , preeminenciade ser la cabeceradelaprovinciaoriental del Archipiélago, sobre atraer gentes y capitales, daría . álos que ya existenmucho mayor bríoyalma empren-dedora. Mirada desde la plaza de la Democracia, - muy bonita plaza ,- el aspecto de la parte baja de Vegueta es pobre, misero y malo. Debía hacerse una gran vía VEGUETA Y TRIANA 17 como continuación de la calle del Progreso - donde dan el jardín de la casa Regenta1 y de todos los pala? cias señoriales - que hermosease toda esa parte de la población. Apero quién la emprende7 LQué Ayunta-miento acomete la obra, privado como está de todo auxilio y protección? Grandes organismos que sientan las necesidades del progreso, no faltan. Alí está, sin ir más lejos el Ga& nete Literario. Es un Ateneo- Casino, compuesto de todo lo , mejor de Las Palmas, lo mejor intelectual-mente y socialmente. En la fiesta admirable con que sus socios me agasajaron lo recordaba su viceprcsi-dente D. AndrBs Navarro, recordaba con elocuenoia lo que hizo el Gabinete Literario por el colegio de San Agustin- institución modelo ácargo de D. Pedro Mesa - y por la Exposición regional que aquí se celebro, ~ Qué no sería capaz de acometer si sus felices inicia-tivas no estuviesen estranguladas por la unidad pro-vincial, por el eterno expedienteo? Basta ver lo mucho que dio de sí el Puerto de la Luz que en pocos años ha trastornado toda la vida de Las Palmas. Dígalo el movimiento, la plétora de acti-vidad que representa esa calle de Triana unida á la de León y Castillo. 1.500 metros hay hasta la plaza del Ingeniero León y Castillo, cinco kilómetros hasta el Puerto, Y toda esa extensión en plena , vida comer-cial. Y aun había más el día en que se haga la barriada Ca. rl~ ó,. É ste posee todo el monte de las Rehoyas con muchos kilómetros de terreno donde se podrA abrir en plazo próximo una nueva ciudad. Ya está su dueño D. José Garló asociado a una compañía francesa y va 2 18 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES A venir dentro de algunos días. un ingeniero que pon-drá manos á la obra, convirtiendo enpocos años lo que es monte pelado en espléndido cofiage. Ya tie levantan tres casitas con su jardín respectivo, tres coquetuelas casas que dan al mar y que no cambiarían SUS modestos poseedores - las obtuvieron por sorteo - asi les dieran palacios. A J, a altura de sesenta mc-tros sobre el. nivel, del mar tienen aire puro, orientación al Norte que barre la atmósfera de inicrohios y una vista panorámica que no se paga con oro. Dominan al propio tiempo el Puerto de la Luz y Las Palmas. Dentro de pocos años - me decía con su verbo , su-gestionadnr y su talmtntn para adivinar las cosas, Rafacl Mesa, - saldrá de este monte de las Rehoyas, una prolongaeibn admirable de Lis Palmas. Y los que vivan aquí, en calles ya alineadas, en calles , anchísi-mas, en casas con jardín, tendrgn á dos pasos el Puerto .- de la Luz y la ciudad por medio de un ferrocarril funi-cular que ha de construir esa compafiía. 1 Fantasías ! i Cuentos de hadas ! Hace 30 años nadie hubiera sospechado el desenvolvimiento que había d, e adquirir la ciudad de Las Palmas. Y que crecib lo prue-ban los hoteles con que cuenta. Capitales de primer orden hay en la península que no tienen tantos ni tan bellos, que no tienen un hotel Santa Catalina de insta-lación regia hecho para príncipes y multimillonarios. Y luego contad por los dedos : Santa Catalina, Conti-nental, Metropole, Quiney’s, Cuatro Naciones, Europa, CatalAn, Inglaterra,, Rayo. Y fuera de Las Palmas, en el monte, Santa Brígida, Victoria, Bella Vista, Qui-~ ney’s.,. Preguntad á Netzer. El, cómo precavido y nada fanfarrón, todavía se quejará; pero por kl , res- VEGUETA Y TRIANA 19 ponderán las legiones de ingleses que habitan su casa. III Las Palmas pasa en efecto por una gran crisis eco-nómica, tal vez de sobreproducción, tal vez de fiebre de crecimiento, pero ella se conjurará como se conjuró al cabo la crisis de la cochinilla. No hay ciudad en el mundo que no sufra estos contragolpes de su desa-rrollo y aquí aún nohubo crisis como la de Bilbao ó la de Gijón en las que se anochecfa rico y se amanecía mendigo. Esta es una urbe con todas las condiciones de tal, que sin protección oficial ‘ ninguna duplico y’ triplicó en un cuarto de siglo sus caudales y sus hab& tantes. Fe es lo que se necesita, fe en si mismo, fe en las grandes reservas vitales almacenadas. El ejemplo, está ahi : se la privó . de su capitalidad y, en vez de decaer, de hacerse indigna de ella, cobro fuerzas para serlo de hecho ya que no de derecho. AQuién la podra p& ar de moment6neos desfallecimientos? El caso es tirar las muletas, el caso, es proclamar su independen-cia provincial, su gran personalidad.,. EL MUSEO CANARIO 1 Amanece cuando empiezo á escribir este capitulo de historia. Y es que me he pasado una tarde y una noche enteras leyendo sin parar números y más núme-ros de El Museo Canario ( Revista quincenal). Estoy saturado del asunto y comienzo á llenar cuartillas no sin algún mareo mental, tan grahde es la cantidad’de datos que registré y apunté. Antes de leer la Revista estuve con Millares y Franchy en el Museo y durante, horas y mas horas ví una por una las ricas maravillas que atesora en, sus cuatro fvdamentales secciones : Mineralogía, Prehistoria, Zoología y Paleontología, Antropología y Loipografía. Salí extasiado, conside-rando y afirmando, valga por lo que valiere mi afirma-ción, que una ciudad que ha sabido fundar instituto semejante sin socorro directo ni indirecto del Estado, sin otra fuerza que la de la iniciativa individual, la iniciativa de unos cuantos beneméritos de la patria, es una ciudad de primer orden desde el punto de vista intelectual. EL MUSEO CANARIO 21 El amor ala ciencia es por su pureza, por su desin-terés, por las satisfacciones morales que produce, cl primero sin disputa de los amores humanos. 1 Ah ! La ciencia es hembra fiel que no engendra celos ni causa desengaños. Y como pasión divina esde eterna posc-sión y de virginidad eterna. Cada vez que el hombre cree dominarla, tenerla conquistada, haber agotado todos sus secretos y roto todos sus velos, surge de nuevo en serie inacabable de encarnaciones, descono-cida, ignorada, no revelada, cubierta de cendales. Dc abí que su amor sea fuente perenne de emociones y que su fruta prohibida no sea de males sino de bienes; porque mejora, enaltece, glorifica, separa al hombre del limo de la tierra. Y los que adueñándose de los , misterios de la Prehis-toria y de la Antropología han ido poco á poco reu-niendo esos tesoros del Museo Canario, merecen como el Dr. Chil y como sus ilustres continuadores, que la Fama pregone su talento y su paciencia, la, paciencia que ‘ es la hermana gemela del genio. II Sí, me entraron unas grandes ganas de leerlo todo, de saber lo m& s posible acerca de la historia de esa institución. Empecé desde d princ? pio, desde el nk-mero primero de EZ Museo Canario, que lleva la fecha de 7 cl& Marzo de 1880, y allí encontré un artículo de D. Domingo José Navarro que explica bien el objeto de la sociedad que acababa de constituirse. l? n p$ rra-fos sobrios, nobles, levantados, la presenta al público. 22 LA TIERRA DE LOSO GUANARTEMES S concluye diciendo : (( He aquí la moderna y meri-toria empresa que ha e, mpezado á realizarse 7 la de tener un Museo, una Biblioteca y una Revista en el Archipiélago Canarios - y que producirá bpimos frutos que han , de con. quistarnos la estimación de los. pueblos civilizados ) L Y ciertamente que esa estimación de 1~ 1s pueblos cWizados la logro hace años, cerca de treinta al? os, la sociedad de EZ Museo Canario, Al través de aquellas páginas se siente palpitar un legítimo y noble orgullo, el, que., pro, duce todo trabajo, científico perdurable y glorioso. Tres meses despuc? s, el numero del 7 de Junio,, da cuenta de la solemne inauguración del’. Museo en la velada del 24~ de Mayo bajo la presidencia del subgo-bernador del distrito y con la asistencia de todas las autoridades y de hombres tan ilustres como D. Do. ming, o José Navarro, , D. Juan Padilla, D. Víctor Grau; D, Manuel Quevedo, D. Amaranto Martínez de Escobar, D. Fernando Inglott, D. Emilio Alvarez de, Cueto, D. Teófilo Fernández, D. Juan Navarro To-rrens. No s$ cierta emoción he leído yo aquellos ~ discursos y aquellas poesias. 1 Qué entusiasmo fervoroso se descubre en todos los trabajos científicos y literarios consagrados á cantar las glorias de la fundacibn del Museo ! El discurso del presidente señor Navarro, el del Dr. D. Gregorio ChiI Naranjo, director del Museo, la Memoria del secretario general Martínez Escobar, el discurso de Quevedo Hijosa, el de Inglott, el de, Fer-nández Medina, acaban en diferentes términos pero con igual doble grito de amor, de fe y de esperanza; EL MUSEO CANARIO 23 i Viva Gran Canaria ! 1 Viva España ! Y en esos dos gritos se condensa toda una historia de aspiraciones y de luchas, todo un programa de presente y de por-venir. Se comprende lo que era el Dr Chil, un hombre de ciencia y de progreso, con solo leer este parrafo : (( En el ser humano todo es movimiento, composi-ción y descomposición, siendo la resultante de ello el transformismo.’ En el mundo físico lucha entre los diversos agentes que constituyen su organismo y en las manifestaciones morales entre las diversas ideas, venciendo siempre en este combate, el que se halla en circunstancias favorables, debido todo á las grandes leyes de la selección y de la & qAacidn. La. historia inorghnica de la tierra y la orgánica y fisiológica de los seres asi lo confirman 8. , Es Darwin hablando por uno de sus , discípulos, Darwin en laposesión entera de la verdad. A bien que no podía hablar de otra manera, el hombre que fué doctor en medicina y cirugía de la Facultad de París y era miembro de las principales Academias delextran-jera y autor de obras como los Estudios históricos, climatoZógicos y patológicos de las idus Canarias. Era un sabio el Dr. Chil. Tal vez por eso no mereció una sencilla cruz de los diferentes Gobiernos españoles que debieron conocerlo, estimarlo y honrarlo. Ano haber revalidado sus títulos de París en Cádiz, y la reválida era una ironía, hubiera podido decir, como Zola cuando trazaba su autobiografía en Mes haines : u no soy nada, ni nadie, no soy ni siquiera bachiller ‘)). 24 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES III He seguido leyendo. El 25 de Mayo de 1884 se cele-bra el IV aniversario de la fundación del Museo, ypro-nuncia un discurso hermoso D. Andrés N?+ arro y lee una Memoria interesantisima el secretario D. Ama-ranto Martínez de Escobar. Allí admiro además el dis-curso del Dr. Chil y en sus párrafos aparecenlos traba-jos del Dr, Verneau sobre los sellos ó plntaderas de los primitivos habitantes de Gran Canaria y las alusiones repetidas á los tesoros paleontológicos y antropolb-gícos que encierra el Museo. Los guanches, al través de las palabras del Dr. Chil aparecen aún mas grandes de lo que eran en realidad y eso que fueron colosos. La talla media de los hombres, deducida de la medicib’n de 1595 huesos largos, era de un metro 72 y la talla media de las mujeres según la medida de 734 ejemplares de un metro 58. Ya me lo decía el Dr. Millares al visitar el Museo : u Abundan entre los grranclzes los ejemplares que co-rresponden a estaturas de 1 m. 85 y aun pudiera pre-sentar otros excepcionales que acusan cifras de 2 m. y2 m. 10 » . 1 Dos metros de esL& ura 1 La raza primitiva tenía un empuje extraordinario. La confirmación de todo lo que Ieo en los discursos del Dr. Chil, porque son varios los que he registrado, la ofrece el Museo al contemplar sus cráneos. El crcinco número 61, es un cráneo de hombre viejo, procedente de la cuevas sepulcrales de Guayadeque, de figura pentagonal y que á primera vista puede clasificarse entre los dolicocéfalos verdaderos. Así resulta de la EL MUSEO CANARIO 25 midida : un diknetro’ antero- posterior m6ximo que alcanza 6 la cifra excepcional de 204 mm,, otro . trans-, versal máximo que mide 150 mm., ambos superiores ä los correspondìentes del viejo Cromañón, cuyo vaciado es obsequio del ilustre Quatrefagos al Museo Canario. 3% un cráneo de la raza guanche, es un cráneo que ofrece 10s ‘ estigmas de la raza, lti mandíbula del for-midable Cromañón. Y lo miSmo se puede estudiar en el cráneo, número 56, que es de una mujer vieja, pro-cedente como el primero del barranco de Guayadeque, dolicocéfalo y pentagonal. Todo esto prueba la tésis delDr. Chil y del Dr. Mi-llares y de cuantos han estudiado la cuestión, con espí-ritu sereno é imparcial. Oid al Dr. Millares eri su dis-curso hermoso que pronunció en la noche del 25 de Mayo de 1902, XXI aniversario del Museo Canario : (( Mucho mcls pudiera deciros en apoyo de esta tesis, si dando ina. yor extensión á esta prueba, presentara otrostestimonios irrecusables corno los que se deducen ‘ de los htiesos y de las armas primitivas y de la indus-tria cerAmica : la tibia platicnémica ó en boja de sable, de sección estrecha y borde cortante, $ 1 fémur robusto, encorvado, cuya línea Aspera refuerza el cuerpo, for-m& do columna, la superficie plana, infratrocanterea, la concavidad anterior del cúbito; $ en otro orden ‘ de cosas, las hachas de piedra pulimentada y tallada y los ejemplares cerámicos groseros de la @ oca primitiva ó guanche, excluyendo los otros posteriores en que se revelan los progresos aportad~ os por los semitas inva-sores, son otros tantos detalles que contribuyen EI formar y estrechnr~ los lazos de parentesco étnico, dé los guanches con aquella raza que en- la época cuater- 26 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES naria defendía en Europa la especie humana contra el oso de las cavernas y el mammut y que, empujada más tarde al Sur por los frfos y las necesidades de la vida, recorrió la peninsula Ibérica y la Italia, pasó al africa septentrional 9, dejando por todas partes hue- ‘ llas inequívocas de su paso, poblólas Canarias, conser-vkrdose gracias, á , su aislamiento, en el estado de pureza que esos cráneos revelan con la elocuencia muda de los documentos étnicos, guardadores pacien-tes de la verdad, más dignos de crédito que las voces de la tradicion y los relatos de la historia » . De suerte que estos hombres sabios, los fundadores y los continuadores del Museo Canario; no sólo han prestado el servicio de reunir tales preciosidades prehistóricas y antropológicas, sino que, además3 esta-bleciendo definitivamente la, verdadera progenie de los primeros que poblaron estas islas rindieron y rin-den un favor inmenso á la ciencia universal. Saber quienes fueron nuestros abuelos es mas útil de lo que, parece. El ser humano procede, vive, se porta según al medio y según la herencia y á la estatura física de los primitivos debe corresponder la grandeza moral de los actuales y de los futuros. No otra cosa proclamaba el insigne Dr. Chil al hablar del transformismo con dialéctica dalwinista. IV En el XXV altiversario del Museo ó sea en 1905, hubo una particularidad digna de notarse. Se adelantó la fecha del 25 al 7 de Mayo, para celebrar una fiesta EL MUSEO CANARIO 27 doble, el III centenario del Quijote y el XXV aniver-sario del Museo. ANO veis ahí un simbolismo bello? ~ Pues qué, no eran de la mejor especie de Quijotes, los que venciendo todos los obstáculos, s, aliendo á correr aventuras por los campos de Montiel del ideal, recons-truyeron y conservaron la historia de Gran Canaria? Discursos de los señores Inglott, Martinez Escobar, Morales, poesías, todo fué elocuente. Pero entre todos el discurso de D. Prudencio Moriles, quien decía que el Museo Canario recordaba y hacia presente’ « que somos algo más que obrerosdeuna gran factoría mercantil » . Y añado yo, que Gran Canaria tiene todos los ele-mentos necesarios para nutrirse de ideales y no caer en las concupiscencias de una simple factoría mercan-til. Lo prueba la sociedad el Museo Canario con la instalación que ahora se guarda en el segundo piso del < Ayuntamiento 9 mañana se establecerá regiamente en la casa que donó para Museo el ilustre Dr. Chil. Aqui, en España, donde todo se deja al morir para iglesias y conventos, bien esta que haya quiense acuerde de legar algo para instituciones civiles. Los libros aguar-dan á los cráneos, y si es colección hermosa y ricala de la Prehistoria, la de la Antropología, la de la Minera-logía, la de la Paleontología, no menos preciosa es la de veinte mil volúmenes ( biblioteca particular y del Museo) que se reunen en , aquella morada del saber. Cuando se logre la instalacibn oficial de la Sociedad, podrá decirse que K posee la mejor biblioteca de las islas Canarias en número y en calidad » . Una última ojeada á la primera m% quina de impri-mir que se introdujo en Las Palmas y que se conserva en el Museo Canario; un último vistazo á los números 28 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES de la Revista entre los que encuentro cosas tan curio-sas como un estudio de D. Antonio M. Manrique acerca de los juegos nacionales de los guanches y de los grie-gos que teman gran similitud y parentesco ; un ultimo recuerdo á la historia de Canarias en el Diario del Bachiller D. Isidoro Romero Ceballos y á la Historia de las siete Islas de Marín y Cubas y también al trabajo de Franchy sobre las pintaderas: ; Al dormirme todavía se me aparecen en sueños las s pintaderas de Galdar, Telde, Agüimes y Tirajana. Las. id2 hay cuadradas, rectangulares, romboideas, triangu- . lares, circulares, semicirculares, etc. Se me han queda-do grabadas en la mcmoriatalcomo lasví y palpé’en el Museo Canario. Peros en sueños, i extrañas divaga-ciones de la fantasía ! no las veo como me las enseña- B B ron, colocadas y clasificadas en las vitrinas, sino en m manos de los políticos de ahora - y no diré de los 5 guanches de ahora por no ofender a los guanches - i d que se entretienen en pintarse cara y brazos y piernas y todo el cuerpo. Se pintan y se adoban de diferentes colores y con diversos rótulos sin duda para que no se ca I les conozca, para evitar que se les recuerde que todos deben trabajar, como trabajarAn seguramente, por la personalidad é independencia de Gran Canaria,,. RÉMORAS CENTRALISTAS 1 Miraba la inmensidad del mar. Una línea vaga que apenas se percibe la limita, tocando al firmamento por todos lados menos aquel en que el limite es el puerto 6 es desde la Isleta el puerto y el antiguo muelle de Las Palmas. Un vapor airoso al navegar, marcha y marcha, con vibraciones ruidosas. Sol entoldado por protectoras nubes, viento que dice 1 andando ! La. nave se adelanta y deja tras si humo en el aire, estela en el Océano. Camina y carnina sobre el mar alboro-tado por un poco de rebozo como dicen acá, Alcanzó la, líneavaga donde esas dos inmensidades, la del agria y la del cielo, parece que se tocan. Yo se hundid enlos miste-. rios delontananza, seperdio anuestzavista, pobre vista, humana. Primero, lo vi como un punto, como una som-bra; después ya nada. 1 Que sensación de ignoto, de tenebroso como llamaban al mar los antiguos, se apo-dera del alma al desaparecer el barco 1 Todo es ilusión, todo es apariencia, pues tras la linea del horizonte se dilata el Océano grande y vasto;. ‘ y luego, hay tierras, naciones, continentes que lo 30 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES detienen; y después más mares; y más allá mas tierras, muchas más que baña el sol de los distintos climas y donde viven multitudes de castas de hombres. Es la estupenda extensión del planeta poblado y del planeta aún desierto, la redondez esplendorosa de este nuestro mundo que es polvo y grano de arena en el espacio infinito. Pero he aquí, que á los pocos minutos, no habría transcurrido media hora, contemplando la misma linea misteriosa, veo aparecer, como surgir de la nada un penacho de humareda y eti seguida un palo y muy ‘ luego un casco y por fin otra nave distinta de la que se alejó. 1 Es otro vapor quellega! Si uno se fue, otro , viene. Y así en serie inacabable, todos los días, todas las , noches, casi á todas horas, naves que parten y naves que arriban, humos que se desvanecen, , espe-ranzas que resucitan. El mar es, pues, emblema de la vida y lo es más cuando quedando aprisionado en un puerto como este de la Luz brinda refugio y taller y mercado á nuevos seres y á nuevas cosas. E, s imposible ‘ que un pueblo como Gran Canaria que cuenta con un vehículo tal de comercio y de civilización no vea llegar un día en un barco de la patria la solución, el remedio ‘ para sus penas que es la ansiada libertad, la indepen- ‘ dencia de su gobierno y de su economia. II Me saca de mi ensimismamiento la llegada del Mar-qués de Guisla, presidente de la Junta de Obras del . Puerto. Con conocimiento exacto de la materia y con RÉMORAS CENTRALISTAS 31 la filosofia del que est& resignado A las ckinoiseries de la administracibn pública, me va refiriendo una por-ción de casos notables, porlo estupendos, de lo qu. e es la rémora de Madrid y la remora de Tenerife. Aquello que oía nie recordaba un articulo que lef hace POCO en Le JournaZ de París. Nos hallamos en el arsenal de Tolón. Cierto día un obrero que tenía a su cargo pintar un torpedero, se encontró en la nece-sidad de utilizar para su pintura, yema de buovo. Se ful: al contramaestre y le pidib permiso para comprar tres huevos con que obtener las yemas. para la mezcla de su pintura. (( No puede ser; ni usted puede comprar los huevos, ni yo , autorizarle á que los compre. Hay que hacer un expediente en regla y pedirlos al Minis-terio de Marina. u En vano argumentó el buen pintor que eso le haría perder mucho tiempo y que adem6s - el torpedero no aguardaría pudiendo recibir. de un momento á otro la orden de salida. El reglamento esta-ba terminante y se hizo como mandaba el reglamento. Instruído el expediente se remitió á París, En el ministerio de Marina lo tramitaron enviándolo otra vez á Tolón para que la intendencia del Arsenal infor-mase si efectivamente hacían falta los huevos. El Arsenal contestó que síu y el dictamen fué á París. Entonces y tras de recorrer varios negociados, uno de ellos, el competente, pidió á las diferentes hueverías muestras de huevos y lista de precios Las casas imagi-nando que se trataba de un gran pedido de huevos, aunque sin comprender el motivo de pedirlos la marina . de guerra, enviaron, muestras y precios. Se nombró una comisibn encargada de examinar el coste y calidad de la frágil mercancía. 32 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Resultado final : á los tres meses de expedientes la administración de la Marina. compró tres huevos que le costaron la friolera ‘ de 1 tres francos !, Gastó un franco más en remitirlos á Tolón y cutido llegaron el torpede-ro se habia largado á . lti Indo- China,,. Es decir, que por las chinoiseries administrativas, por la paperasse inútil y ridícula de la administración costaron 3 francos los tres huevos que pudo adquirir por 30 céntimos el pintor de Tolón, y además llegaron tarde, y además se gastó encomisiones y expedientes é informesuna can-tidad incalculable de tiempo y de dinero. La historia de los tres huevos de Tolón tiene mnlti-tud de ediciones en la administracibn espaííola. El día en que estuve en la Junta de Obras del Puerto era el lo deSeptiembre, y en esa fecha, noveno mes del año, todavía no se habia aprobado en Madrid el presupuesto de obras para 1909. No sé lo que habrá pasado después, Lpero no juzga eso, no condena eso toda una adminis-tración? , J Se comprende que se tarden nueve meses en aprobar unos presupuestos normales sin ningún gasto excepcional, sin complicación alguna? Y aunque tu-viera esos gastos extraordinarios,, ¿ es que de Enero á Septiembre no hay una semana de hueco, para tarea como esta? ¿ Que sería de una casa de comercio, la más modesta, si viviera en sus cuentas y en sus libros con 3 trimestres de retraso? El Estado que se toma todo ese tiempo entre Santa Crti de Tenerife y Madrid para aprobar la inversión de unos cuantos miles de duros, enviaría á la cárcel al comerciante negligente que hi-ciera lo mismo. Sólo que la administración tiene bula para hacer atrocidades, para caminar á paso de , tot% uga y hasta RÉMORAS CENTRALISTAS 33 para decir tonterías. Hace tiempo la Junta de Obras del Puerto, cumpliendo disposiciones vigentes y ade-m& obcdecicndo 6 una necesidad publicamente sen-tida, se dispuso á establecer una Estación sanitaria. Cuando la Junta preguntó á Madrid con arreglo 6 que sistema y á que modelos hacia su Estación, Pero Grullo b Gedeón, que deben haberse refugiado en Madrid yen su Ministerio de Fomento, contestaron oficialmente : Q Hagan ustedes la Estacibn con arreglo & Zas adelantos modernos y á las prescripciones de la higiene. » Y se debieron quedar tan frescos y tan tranquilos en el Ministerio con esa respuesta sabia, de verdaderos su-perhombres, de émulos de Calino funcionario. Claro es, la Juntabuscó, indago, estudió por sí misma y pidió planosy datos y cifras á Amberes. De Amberes respondieron enviando una preciosidad como sistema de inskilación sanitaria. La Junta adoptó el sistema con reformas y reducciones de coste, formó su proyecto y lo remitió á Madrid. Y menos mal que en Madrid, por esta vez, les pareció bien y en este mes se subastaran las obras, y el Puerto de la Luz tendrá una Estación sanitaria modelo, la mejor de España. Y aún hay más. En el mes de Junio de 1908 sefor-muló el proyecto para la reparación del dique de refu-gio. Se ha hecho proponiendo el mejor sistema, el de la inyeccion de cemento en los bloques que constituyen el basamento del dique. Por medio de esa inyección se establece un ligamento, una juntura de los bloques . que ahora no tienen, puesto que es tan meramente yuxtapuestos. Pues bien : el proyecto que se formuló en Las Pal-mas en Junio de 1908 y fu6 enviado en seguida ti Santa 3 34 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Cruz, estuvo en Santa Cruz de Tenerife,, de Agosto de .1908 5. Abril de 1909 y todavía no ha venido aprobado, de Madrid. Para el presupuesto son nueve meses de tardanza, para un proyecto de reparación de dique quince meses de demora, suponiendo que se reciba la aprobación en seguida, que probablemente no se reci-birá. Meses, aíios que se pierden esterilmente, estúpida-mente por esta vuelta que han de dar las cosas más sencillas. ¿ No es esta una rémo, ra que para la vida de Gran Canaria 6 de seis islas del Archipiélago, existe en Tenerife y existe en Madrid? ANO sería más prác-tico, más lógico, más racional, exigiéndole todas las,~ responsabilidades, reconocerle á la Junta su autono-mía? ,$ Se puede sostenerun día mas tan absurdo, tan monstruoso régimen? Y ello en las cosas grandes y ello en las cosas peque-ñas. La centralizadora administración, para estorbar, tiene la libertad del disparate. Hke un año ó dos, reunióse en París un Congreso para deliberar y resolver las mejores soluciones en el problema deli pavimentado que tanto preocupa & los organismos. encargados de obras del Estado, provinciales y muni-cipales. Se acordó por el Congreso que para la firmeza y duración de un suelo pavimentado con adoquines. hacia falta poner estos no sobre una capa de arena sino encima de un hormigón de cemento. Conforme á tales conclusiones la Junta cle Obras de este puerto propuso á la superioridad armar con hormigon de cemento el suelo tan trabajado del muelle transversal. Claro es que colocar adoquines así, es. más caro que colocarlos sobre movediza arena., Pero RÉMORAS CENTRALISTAS 35 también es m6s duradero y por consiguiente y cn defi-nitiva, económico. De Madrid contestaron que (( eso sería sentar precedentes para otros puertos » y rcclm-zaron el proyecto. La Junta tenía una lancha mala y vieja para su scr-vicio en el puerto. No la . tenía, la tiene y no la puede vender ni dar Q nadie porque se oponen los regla-mentos, Y allí está en el muelle de la Luz pudriéndose hasta que se caiga á pedazos. tEs que al menos han autorizado á la Junta para’que adquiera otka lancha? No; no se la autoriza porque eso, sin duda, sería imitar á todas las Juntas de puertos de Espafía. En un caso estórbase una cosa útil para « no sentar prece-dentes 1) y ex el otro (( no se siguen los precedentes 1) establecidos universalmente. Un último ejemplo. El Puerto de la Luz ha de cobrar trimestralmente la cantidad destinada 8 subvención . en el presupuesto general del Estado. Lo natural sería que girasen de Madrid A Las Palmas. Pues no hay nada de eso : de Madrid giran B Santa Cruz de Tenerife y Gamo no va á ir cada vez 6 cobrar el Presidente de la Junta, tiene un apoderado en Santa Cruz para que cobre el giro y venga luego á ingresarlo en la sucursal del Banco de España en Las Palmas. Es decir que las pesetas dan la vuelta por el gusto de complicar una operación sencilla. Y aúnno hay que quejarse, pues que-rían los centros superiores que se ingresase el giro gen Santa Cruz y que cada ocho días se fuese allA en deman-da de una limosnita de dinero. 1 Oh santa y sabia admi-nistración ! 36 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES III Pese a todas las dificultades de una administracion ektorbosa y de un régimen estblido, el progreso de este puerto es evidente. Ahora, lo que haría falta averiguar es lo siguiente : si con tan grandes y casi insuperabl, es valladar, es progresó y creció, ,~ cuál no hubiera sido su adelanto con otro regimen en, que estuviera libre de ligaduras, desatadas las manos, sin la angustia de una doble opresión, en la capital de la provincia y en el centro de España? Si el centro esta en Madrid, si en Madrid reside el poder, si Madrid ha de resolver en definitiva, Lpor qué no entenderse directamente con Madrid? EL PUERTO DE LA LUZ 1 A D. Fernando deLeóny Castillo, muyilustrehijo de Gran Canaria, se debe la grandiosa obra que ha hecho de Las Palmas la primera ciudad del Archipielago y una de las primeras de España. En 1863, cerca, de veinte años antes de otorgarse gracias á él la concesión, pensaba y escribía lo siguiente respecto al porvenir del Puerto de la Luz : « Entonces se verá nacer en el Puerto de la Luz, cuyas playas hoy habitan humildes pescadores, un nuevo pueblo, hijo del comercio, que sera por su proxi-midad á Las Palmas, parte de esta ciudad, (( El día en que terminadas las obras del Puerto de la Luz, se abra éste á la navegación y al comercio, ser& grande, inmenso el desarrollo que experimenten la ciudad de Las Palmas y los pueblos todos de la Gran Canaria, La agricultura de esta isla bastante adelan-tada hoy, merced á la prodigiosa fertilidad de su suelo y ala abundancia de sus aguas, lo estará mucho más mañana, en que sus frutos tengan en el Puerto de la. 40 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES panario, gloria que proclaman todos los dias Zas em-blemas de vivos colores que enciende con sus rojas tintas el sol ardiente de los Trdpicos, gloria que perpetuarán por siglos y por siglos las naves que visiten el magno Puerto de la Luz. No importa que se desconozca ó que se olvide; no importa que el hecho y que. la fecha no csten grabados como debieran estarlo en mármoles y en bronces, el lo dijo y su profecía se ha consumado : (( El día en que se vean en aquel dormido mar, ondu-lando akenfo cien banderas, representando ofras tantas naciones.. . será un día grande, el más grande quizá para Za, Gran Canaria... 1) Voy á probarlo.* Empezaré - trazando el cuadro del movimiento marítimo en Las Palmas desde el 1.0 de Enero de 1883 al 1.0 de Octubre de 1909. Y digo en Las Palmas, y no en el ~ Puerto de la’ Luz por-que la expresión no sería propia y exacta. La ley del puerto es de 27 de Abril de 1882, la R. 0. primera de isubasta, del 28 de Abril, la segunda y por no encontrar licitadores, del 10 de Agosto y la adjudica-ci6n de las obras del 28 de Septiembre. Por cousiguien-te en esos primeros años, del 83 al 87 6 al 88, no puede entrar en función para nada el Puerto de la Luz y es precisamente entonces, en 1887 y en 1888, cuwdo se nota de pronto el salto brusco de los números, el aumento de los buques que entran con-virtiendo á esta capital en la primera ciudad del Archi-piélago, Son 27 años los que voy Q examinar y piense que es tiempo suficiente para deducir conclusiones. Si no lo fuese, ,$ que aguardaríamos para juzgar no ya de esa obra sino de cualquier empresa del mundo? Lo que ha EL PUERTO DE LA LUZ 41 Mmfado, y siempre en progresión ascendente, desde hace más de un cuarto de siglo tiene asegurado el por-venir. MOVIMIENTO MARÍTIMO EN LA CAPITAL DE GRAN CANARIA DE 1883 h 1909 Años 1883. ............... 1884. ............... 1 ¿ 385... ............. 1886 ................ 1887 ...... . ......... 1868 ................ 1889. ............... 1890. ........ 1s91.........::::::: 1892. ............... 1893. ............... 1894. ................ 1895. ............... 1896. ............... 1897. ............... 1898. ............... 1899. ............... 1900. ............... 190 1. ............... 1902 ................ 1903 ................ 1904., ............... í905. ............... 1906. ............... 1907. ............... 1908. .. , ............ Vapores 236 238 336 522 660 904 1.180 1.441 1.558 1.562 1.719 1.842 1.873 2.032 2.036 1.902 2.282 2.258 2.202 2.351 2.340 2.339 2.767 2.772 3.020 2.841 De doscientos y pico que eran en el año 1583., pasan á ser más de mil en el año 1889. En el primer septenado, 42 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES se duplica, se triplica, se ~ nadruplica, se quintuplica el número primitivo. 236 multiplicado por 5 hacen precisamente 1.180. @ 5nde se ha visto progreso seme-jante? Ni el 83, ni el 84, ni el 85 se pudo lograr que hubiese un vapor diario. En 1886 ya lo hubo y aun sobraron vapores. En 1889 se dió el caso, que á los de aquel año les parecía inaudito, de que hubiera por término medio tres vapores diarios. ,$ Era 6 no una gran conquista? Y la proporción siguió subiendo. De mil vapores anuales se pasa rápidamente á dos mil, es decir que se dobla el número en el corto espacio de , otros siete años’, Y lo importante no es subir en el primor impulso, en la fiebre natural del crecimiento, sino mantenerse arriba, en la cumbre. La prueba de que no era este un progreso artificial, - producto de circunstancias pasajeras está en los mismos números : 1890, 1.141 vaporas; 1591 y 92 por encima de 1.500; 1893, 94 y 95 de 1.700 á cerca de 1900; y 1896 más , cle 2.000. Esa firmeza es la seña! de que el progreso se asienta en bases solidas. A primera vista parece que de pronto hay un alto inexplicable, pues si en 1897 se contaron 2.036 vapo-res, en 1898 entraron únicamente 1.902. Pero es que ese año fué de triste recordación, el de la guerra infausta con los Estados- Unidos, y todo estuvo trastornado en España y no ya en Canarias, hasta en la misma penín-sula ocurrió que muchos barcos se retiraron de nues-tras costas. Había la amenaza cn el aire, había el bloqueo yanqui, había el estrépito mundial delas catAs-trefes de Cavite y de Santiago de Cuba. Aun así al acabo se repuso el Puerto de’la Luz, y de 2.036 vapores en 1897 se pasó 6 2.340 en 1903, es decir un aumento EL PUERTO DE L. 4 LUZ 43 total de 308 barcos ó sea un término medio de seis vapores diarios. LQuién lo . habi a d e sospechar? En el , breve plazo de un cuarto de siglo, breve para lahistoria deuna ciudad, el número de vapores anuales, subió de 236 á 3.020. 1 Qué inmenso desarrollo ! 1 Qué m6gico adelanto t 1 No tener un vapor diario y en 25 aiíos llegar á ocho, á diez, á doce 1 La cosa es para espantar y maravillar. y no se diga que eso fué sólo en 1907, un solo año, aquel en que se llega al punto más alto de la línea del gráfico. Cierto que en 1908 baja á 2.841; pero ese des-censo se remediará bien pronto como lo están ya anun- , ciando los últimos meses de 1909. Los números que tengo, hasta el 1.0 de Octubre, di-cen que van ya entrados 2.186 vapores. Y contando con que ahora llegan los meses buenos, se pueden con-tar de 800 á 900 vapores más 6 sen que el año 1909 liquidará con los 3.000 y pico de 1907. II Lo que importa ahora es hacer otra operación mucho más interesante y es la de comparar el movi-miento maritimo de Las Palmas con el de Santa Cruz. En ese estado ‘ los números hablarAn abrumadores. Dirán que los dos progresan, 1 no faltaba , más !, pero que Las Palmas está muy por encima de Santa Cruz de Tenerife. Y eso - sin ser Las Palmas la capital de la provincia, sin tener la proteccibn oficial, ‘ por la eficacia única de lo que hiio la naturaleza, apenas ayudada, escasamente ayudada por los hombres. t Se 44 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES quiere la prueba? Allá va la prueba, pero con un necesario comento. Los datos que voy á transcribir no aczibarían de cla-mar las diferencias existentes entre los dos puertos, en ventaja del de Las Palmas, si yo no completararel cuadro con una adición indispensable. Entrarán mejor por los ojos, quedarán mejor grabados, incrustados en la mente de todo el mundo, si apelando al signo más y al signo menos, se destacan esas diferencias, á la margen derecha de los datos escuetos. El signo más para Samta Cruz durará solo cuatro años, los cua'lro primeros años de la estadística aqui copiada; á partir de entonces, de 1887, siempre, siempre, siempre, acom-pañará la superioridad á Las Palmas., MOVIMIENTO ANUAL DE VAPORES Comparaei6n entre Santa Cruz y Las Palmas Diferencias en mas y en menos Años Santa Cruz Las Palmas Santa Cruz Las PaImas 1883. . . 438, . . 236. . , - f- 208. :. - 1884. . . 430. I . 238. . . + 192. . . - 1885. . . 464. . . 336. . . f- 138. . . -- 1886. . . 553. . . 522. . . i- 31. * , - 1887. . . 620. . . 660. * . - + 40 1888. . . 752. . . 964. . . - , t 191 1889. . . 912. . . 1.180. . . - +- 268 1890. . . 961. . . 1.441. . s - - k 480 1891. , * 962. :. 1.558. . . - + 596 1892. . . 964. . . 1.562. . . - + 598 1893. . . 948. . . 1.719. . , - i- 771 1894. , . 964. . . 1.842. . . - + 858 1895. . . i. fl68. . . 1.873. . . - + 805 1896. . , 1.324. l . 2.032. . , - - j- 708 EL PUERTO DE LA LUZ 45 Diferencias en mâs y en menos Años Santa Cruz Las Palmas Santa Cruz Las Palmas 1897. . . 1.375. , , 2.036. . . - + 661 1898. , . 1.277. , . 1.902. . . - -+- 625 1899. .'. 1.685. . . 2.282. . , - - l- 597 1900. . '. 1.814. . . 2.258. . _ - + 444 19oi. . . 1.789. . . 2.2a2. . . - -+ 513 1902: . . í. 720. . . 2.351. . . - + 631 1903. . . 1.875. . . 2.340. . . - - f- 465 1904. , . 2.063. , . 2.569. , . - + 506 ~ 3905. . . 2.322. . . 2.767. . . - + 445 1906. , . 2.427. , , 2.772. . s - 3 345 1907. . , 2.494. , , 3.020. . . - ,+ 526 Y no continúa el cuadro para el año 1908 y para los nueve meses de 1909 ( cuyas cifras respecto de Las Palmas tengo), porque me faltan los datos de la entrada de buques en ese período de tiempo en Santa Cruz. , Ahora, que no se necesitan, porque basta y sobra con todos esos signos de más y de menos en el período de 1883 á 1907. Los números no pueden ser de indole más convincente. Cantan la gloria del Puerto de la Luz. La columna correspon-diente á Santa Cruz acusa el signo más en los años 1883, 1884, 1885 y 1886, es decir cuando aun no estaba abierto al tráfico el grandioso Puerto de la Luz. Y la superioridad al principio era bastante crecida dado el escaso movimiento de los dos puertos : 208 buques más en Santa Cruz que en Las Palmas hubo el 83. En 1886 ya esa superio-ridad es insignificante : 31 vapores más. Ello está diciendo & gritos que pronto será el cambio. El descenso fué rápido de 208 á 192, de 192 á 138, de 138 á 31, de 31 ti cero... h. cero no, ámenos40 en Santa Cruz. 46 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Cuarenta vapores mas en Las Palmas en 1587. Se inicia en ese año el Puerto de la Luz y es un progreso que llegarb á ser triunfal. De 40 que era la superioridad en 1887 pasa á ser de 191 en el año siguiente y de 771 en 1893, de 855 en 1894. i 858 vupores de diferencia en-tre dos puertos tan cercanos ! 1 Y esa diferencia es en favor del puerto más reciente, mAs nuevo 1 i Y esa diferencia es en contra de la capital oficial de la pro-~ vincia 1 ANO está eso proclamando que la ley no da la capitalidad, sino que ésta es producto de losvictoriosos intereses económicos que aquí se aúnan con los dere-chos históricos? Á los pueblos los unge superiores la naturaleza y el trabajo de los hombres, no el capricho de los gobernantes. Se dirá que A partir del año 1594 las distancias se acortan. Ciertamente que sí; pero la baj a en la superio,- ridad de Las Palmas, no es hoy por hoy, para asustar á nadie. Hubo un año, el 1906, en que se justificó la alarma,. pues los barcos deI mAs en. Las Palmas sobre Santa Cruz, sólo alcanzaban la cifra de 345 habiendo sido hasta de S5S. Pero pronto se repuso el Puerto de la Luz y al año siguiente. - ultimo de mis datos comparativos -- en 1907, entraron en . Las Palmas 526 vapores rnf~ s que en Santa Cruz de Tenerife. Ya me parece fuera de duda que la superioridad se manten-drá siempre, que ni en lo presente ni en lo futuro habrá competencia posible. La batalla so ha ganado. Y no se olvide que Las Palmas, al registrar sus entra- . das, solo cuenta los buques de vapor y no los de vela. ¿ Se quiere que los contemos todos? Pues vamos á contarIos : el año 1907 entraron en el Puerto de la Luz 5.239 buques de todas clases : 3.020 de vapor y EL PUERTO DE LA LUZ 47 2.119 de vela. Es así que el número de buques entra-, dos en ese mismo año 1907 en Santa Cruz de Tenerife, ascendió tan solo 5. 3.547, contando naturalmente va-pores y barcos de vela : luego, resulta una diferencia CC favor de Las Palmas de 1.592 Buques. III Tengo un gráfioo sobre la mesa. Yo no conozco nadar que convenza más, que tenga igual fuerza probatoria,~ que entre en mayor medida por los sentidos. El gráfico es el arqueo total de los buques entrados en Las Pal-- mas en los años de 1858 á 1908, es decir, medio siglo completo. La escala es de 20.000 toneladas y empieza casi en un punto para concluir en una barra negra,, colosal. Año por año,~ aunque al principio lentamente, se va asistiendo al crecimiento del tonelaje que acaba por ser una cosa magnífica, tremenda, imponente. Aunque en constante alza, pues las oscilaciones son casi imperceptibles, el punto no se ‘ trueca en línea hasta el año 1879, y la linea pasa á ser barra en 1887. Por eso se pueden establecer cuatro épocas en este movimiento maritimo : 1.” & ma. - De 1858 á 1879, en que el tonelaje es-de 50.000 aproximadamente en el primer año hasta subir en el último a más de 300.000, 2.” &~ oca. - De 1879 B 1887 en que comenzando en 300.000 toneladas y pico llega á un millón y pasa del millón. 3.” Época. - De 1857 6 1899 en que de un millón 48 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES 400.000 toneladas alcanza al final la cifra imponente de cinco millones. 4.” Bpoca. - De, 1899 hasta el clía, período que llegó casi á los seis millones de toneladas en 1907 y no se sabe donde alcanzará. La primera época es de 21 años, la segunda de 8, la tercera de 12, la cuarta de 9. Y si en la primera el crecimiento en las toneladas es de 50.000 á 300.000 ( seis veces más que al principio), en la segunda es hasta 1.400.000 ( veintiocho veces más), en la tercera hasta 5.000.000 ( cien. veces más) y en la cuarta de 5.460.740 en 1908 ( ciento nueve veces más que la cifra primer punto de la escala). 6 sea dicho en otros términos : que en 50 años, el tonelaje de los buques entrados en Las Palmas que era de 50.000 ha llegado el año íúltimo á cinco miZZones y medio. ADónde se ha visto, cuándo se ha visto, nn aumento mayor, más rápido y . más terrible, igual andar en la marcha prodigiosa del progreso? ¿ En que puerto de España se ha de multiplicar por 109 para , obtener la diferencia en el relativamente corto espacio de tiempo de 50 años? Véanse algunas cifras de la primera época : 1858. . . . . , . . . . . . . . . 52.257 toneladas 1859. . . . . I I . . * . . . . . 52.828 - 1860. I . , . 1’ . . . . . . . . . 48.500 - 1861, . . . . . . . . . . . . . , 64.225 - Y así se mantiene, sobre poco más ó menos, hasta que en 1871 sube á 93 mg y en 1872 a 110 mil tone-ladas. Llega en 1879 á 338.432. En los años siguientes - segunda época - del EL PUERTO DE LA LUZ 49 ,80 al 87, la progresión es uniforme y acelerada. En 1887 el número de toneladas alcanza á 1.400.000. Pero cuando el movimiento es verdaderamente excepciOna1 es á partir de 1887. 1888. . . . . , . . . . . . . . 1.860.000to neladas 1889. . . . . _ . . . + . . . . 2.4.58.000 - 1890. . . . . . . . . . . . . . 3.063.506 - 1891. . , . . . . . . . . . . . 3.292.509 - 189.2. . . , . . . . . . . . < . 3.190.219 - 1893. . , . . , , _ . . . . . . 3.637.105 - 1894. . . . . . , . . . . . . . 3.922.645 - 1895. . . . . . . . n . . . . . 4.000.100 - 1896. . . . . . 1 , . . . . . . 4.423.090 - 1897. . . . . . . . . . . . . . 4.117.53s - 1898. . . . , . . . . . . . . . 4.604.902 - 1899. , . . . . . . . . . . . . Ii. 2S8.4’ 75 - Cansado sin duda de subir, desciende el tonelaje á cuatro millones y una fracción que varía inuy poco de 1900 á 1904. Pero de pronto en 1905 se repone y vuelve á subir como la espuma. 1905. . . . , . , . . . . . . , 5.200.537to neladas 1906. . . . . . . . . , . . . . 5.240.897 - 1907. . . . . , . . , . . . . * 5.930.727 - 1908. . . . . . . . . . . , . . 5.480.740 - Eso fué el año 1907, el excepcionalmente triunfador, el increíblemente alto, la línea que sube mas arriba en el gráfico y que parece que ya no va á encontrar papel que cubrir. Faltaron íuhamen~ te 69.273 toneladas para llegar á los seis millones, lo que antes, aI principio de la escala, entraba en un año, y ahora puede entrar en una semana y aun en menos de una semana. Y sólo 4 50 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES se cue@ an las loneladas de registro, no las de desl~ lti- ; samiento. Y sólo se suman las toneladas de los vap, orcs y no de los barcos devela. ¿ Hay ó 1x0 motivo para ason:- brarse, para ponderar este prodigio patente del Puerto de la Luz? IV El puerto de la Luz, con’toda su magnificencianatu-ral, no sería lo que es mercantilmente sin las indus-trias que le dan vida, que lo valorizan, que atraen A Las Palmas los barcos de todas las banderas. Imaginad por un instante que poseyendo un magnífico, un sóli-do, un bello edificio, no tuvierais en él más que 18s cua~ lro paredes limpias de toda decoración, de toclo mueble, de toda comodidad y confort. Ese . edificio sería inhabitable y de nada os servirían sus reciqs muros, sus balcones y ventanas de espléndidos pano-ramas, sus esbeltas columnas, su ancha capacidad, sino venía en vuestro socorro una legión de carpinteros, de ebanistas, de tapiceros, de decoradores, de electricistas que lo convirtieran en hogar digno de ser vivido. Pues como el edificio bello pero desnudo de asiento y de lecho, así sería el Puerto de la Luz con toda su esplendidez si le faltasen las industrias en cuya dc-manda acuden las naves de todos los países, Si esos barcos no supiesen que aquí se pueden reponer de carbón; que aquí en caso de avería encuentran fácil y pronta recomposición; que aquí hallan además del descanso y del refugio alimento y carga, comodidad y provecho, seguramente pasarían de largo admirando la inútil. belleza del Puerto. Calle sin tiendas ni bazares, EL PUERTO DE LA LUZ 51 mercado sin puestos de venta, máquina con las calcle-ras apagadas, cocina sin viandas, eso resultaría el magno Puerto de la Luz. Los que le han hecho tal, los que han llevado su fama al través de los mares y de unos a otros continentes son sus casas consignata-rias, sus varaderos, sus carboneras, sus docks, su afluencia de mercancias exportables, sus cámaras fri-goríficas, sus industrias en fin. Y no se alegue el argumento vulgarísimo de decir que siendo extranjeras sus industrias el Puerto de la Luz es como sucursal de Inglaterra 6 de Alemania ó de otras naciones, aunque la inglesa sea la predomi-nante. AI cabo eso pasa en todas partes, y ya Spencer hacia notar el cambio de capitales y servicios en todas las primeras poblaciones del mundo. Ingleses son los que explotan tales ó cuales industrias necesarias B la vida en Berlín y aIemanes son los que explotan cuales ó tales industrias de primera necesidad en Londres. & Se va por eso á renunciar á su servicio, á cerrar las puertas a sus capitales? El dinero no tiene patria. Sobre que es extraña tanta alarma en Canarias y tan poca en la península. 1 Fuera los extranjeros ! ¿ Va-mos á espulsarlOs? Pues apresuraos 5. arrancar los rie-les del tren en toda España, pues hay diez 6 doce mil kilómetros de vía ferrea, casi todos los que tenemos, . que no son obra del capital espaiíol. ¿ Y las minas? J, Y los saltos de agua? ¿ Y las fhbricas dc electricidad? ¿ Y los tranvías? ¿ Y los automóviles? l Medrada que- , daria España con semejante expatriación de dinero pero también de esfuerzo, de actividad, de inteligen-cia, de civilización ! Y ya puestos 6 nacionalizarlo todo, ~ 011 un criterio semejante al de, los moros en Casablan- 52 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES ca ó en Melilla, tendría que nacionalizarse no única-mente el capital sino el trabajo, y prohibir que obreros franceses trabajasen en Alemania, alemanes en Fran-cia, ingleses en todas las latitudes del planeta, Por ese sistema fiero y selvático, los obreros espaííoles no encontrarían techo, hogar, pan en América... $ 5. qué seguir refutando semejantes razones que no lo son? La libre Inglaterra, escuela de democracia en el mundo, maestra de derecho, madre de libertad, em-puja A su raza trabajadora é inteligente por todos los continentes, por todos los & mbitos de la tierra, Y los empuja y disemina felizmente para la civilización. Si todo se contagia, no hay mejor contagio que ese de la raza anglo- sajona que al fin ha ensenado á media hu-manidad y está en camino de enseñar i la otra media, desde comer hasta vestirse, desde la tolerancia y la libertad á hacer revoluciones. Afortunadamente los canarios viven muy contentos en esa convivencia que no es confusión, que no es amalgama con los extran-jeros y que no ha debilitado sino antes bien ha forta-lecido más y más su condición de leales cspañolcs. Ello es que la función ha de tener órganos que la des-empeñen. tqué sería dcl Puerto de la Luz sin esas industrias? La casa Tlze Grand Canary con sus magní-ficos talleres de herrería y fundición dedicados expre-samente á reparaciones de buques; con sus astilleros para la construcción de gabarras que van á la costa de Africa; con su servicio completo d, e salvamento; con sus embarcaciones capaces de alojar 8.000 toneladas de carbón; con su varadero en que aparece triunfante la mole de Liff 30 folzs, ocupa . uno de los primeros lu-gares entre las industrias del puerto. EL PUERTO DE LA LUZ 53 Lo mismo cabe decir de la antigua casa de Miller que despacha de 90.000 á 100.000 toneladas de car-bbn al año: que puede dar á los vapores que hacen escala en este puerto de 150 á 200 - toneladas de carbón por hora; que tiene á su disposición 15 embarcaciones para ese servicio; que ha establecido sus almacenes al pie del dique del rompeolas y por consiguienteen sitio admirable para proporcionar & los barcos su conibus- ~ tible; que despacha ial mes cOmo casa consignataria de 60 á 65 vapores de las primeras líneas del mundo. La cwa alemana Woermann Linie no les va en zaga, pues aunque establecida recientemente en 1906, es consignataria de siete grandes líneas que van de Ham-burgo á América, á la costa oriental y occidental de arica, a la costa del Pacífico y de retorno á los princi-pales puertos de Europa. Su importancia ‘ se compreh-derá con saber que sólo en su línea propia, en susvapo-res exportó en 1908, 230.000 bultos. Es admirable su mAquiha eléctrica para el transporte de carbón tal y tan grande que puede suministrar 3.500 toneladas diarias. La casa Wilson cuya oficina central radica en Lon-dres y que tiene sucursales para el desarrollo de su comercio de carbón eti Cardiff, eu Barry, en Madeira, en Las Palmas, en San Vicente ( Cabo Verde), en Per-nambuco, en Babia, en Río Janeiro, en Santos, en Sao Paulo, en Montevideo, en La Plata, en Buenos- Aires, en Rosario y en Bahía Blanca. Es la consignataria de la (( Pacific Steam Navigation Company 1). El varadero BZandy, Brotlzers and Co es el primer varadero del Puerto de la Luz y vale la pena de visi-tarlo para ver entre otras cosas la colosal rueda, y tam- 54 LA TIERRA DI3 LOS GUANARTEMES bor de 20 toneladas de peso donde se arrolla un enorme calabrote metálico, el cual es el encargado por trae-ción de varar los barcos, y para ver tamb, ién la tiáqui-nti de aire comprimido para cortar y remachar clavos, capaz en un día de colocar en su sitio y remacharlos, la friolera de 600 clavos. Esunaespecie deprovidenciapa-ralosbuques quellegan con averías al Puerto de la Luz. Y por si falt, ara algo ahí esta como digno comple-mento la gran industria frigorifica, organizada á la al-tura de las que mejor estén en los grandes puertos dey Europa. Eu la fábrica del portugués Francisco Gon-calves se conservan carnes, caza, pescados, frutas, legumbres y todo en cantidades enormes para apro-visionar á un ejérdito. Gracias & ese establecimiento el puerto de Las Palmas es el . prinlwo del Atlántico, como punto de ‘ escala en la larga travesía entre los puertos de Europa y los del Sur de Africa, Centro y Sur de America y Australia, pues al pasar por aquí los barcos, pueden abastecerse de viveres para meses. Bajando Q esas CAmaras frigoríficas se pasa por una , irnpresión inolvidable, la de gozcrr una temperatura de diez grados bajo cero enLasPalmasy en pleno verano... V En lo futuro, la victoria seguir& siendo del Puerto de la Luz. Lo será no obstante las leyes arcaicas que rigen, las dificultticles que un sistema provincial de , privilkgi? atraviesa en cl~ camino del desenvolvimiento de Las Palmas. Lo será por esta ventana abierta & todos los vientos dela libertad y de, la civilización. Poripe es eso del Puerto de la Luz, la primera posada que encuentra el viajero suponiendo que el mar fuese una vasta carretera. Aqui se tiene que hacer cl recam-bio, Ea mudanza de tiro, y se hace. Es como ventanal abierto Sobre el océano para que Gran Canaria aso-mándose á él tenga un nexo estrecho de relación con el planeta entero. Por aquí pasó el hombre- h& roe, el hombre- dios, el gran argonauta Colón que iba á busc-un nuevo mundo, y como aquí desembarcó y en esta tierra según es fama oró, hubo de apuntar en su. Diurio las impresiones de esta su primera etapa del viaje del descubrimiento. Con pintoresca é ingenua poesfa Colón ponderó en su Diario el entonces y por mucho tiempo más pobrfsinlo puerto, de Las Palmas. Y reco-giendo todas las bellas leyendas que los siglos habían acumulado, hizo el pronóstico de que andando el tiempo sería esta Atlántida otra vez emporio de vida y de riqueza. La predicción del genio se ha cumplido, su profecía es una esplendorosa realidad. 1 SaIve, Puerto de la Luz ! Su grandeza es grandeza del Archipiélago y tambikn de España, que’ no se concibe el bien de una de las partes de la Nación sin que red& nde eh gloria y en honor del todo que es la patria. 1 Salve, Puerto de la Luz 1 El afirma con la supe-rioridad de su movimiento marítimo, de sus tres mil vapores anuales con cerca de seis millones de tone-ladas, la suprema persona autónoma, independiente de las opresoras cadenas administrativas. i Salve, Puer-to de la Luz ! Elmar, gran confidente de meditabundos, nos trae el vago rumor de los destinos futpros de esta ciudad, cuando, ‘ al fin emancipada de la tutela provín-cial imitaría, con la conciencia de su poder, realice 56 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES hazañas famosas de progreso y de prosperidad. 1 Salve, Puerto de la Luz ! Su nombre se pronuncia en todos los mares y por todas las lenguas con respeto, pues al cabo tenemos algo que puede causar admiración á los e@ raños. i Salve, Puerto de la Luz !... LA AUDIENCIA 1 - ¿ Y cuantos años está usted en la Audiencia de Las Palmas?, le pregunté. - Estoy desde el año 56 en que ya había tomado mi absoluta después de haber servido en el ejército $ I la reina Isabel. r LDe modo que cuando la primera guerra de Africa ya estaba usted de portero en esta Audiencia? - Sí, señor, ya estaba en 1859, tres años en la Au- ~ diencia, pero no de portero, porque comencé de mozo de estrados... He abi un vejete, el señor Perea; de 70 y tantos años, que empezó tal vez de auxiliar de mozo de estra-dos y que fue ascendiendo poco á poco 9 su calidad actual de mayor de la Audiencia. 1 Lo que él habrá visto y oído en materia de causas, en materia de pleitos ! iSucienciaexperimentaln0 esci? taenningunaparte ! Y allí vive contento, satisfecho, fuerte, dispuesto á enterrar todavía una serie de presidentes, de oidores y de togados. Las veces que habrá dicho; I audiencia 5s LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES pública ! al comenzar un juicio ó habrá gritado; i señor, la hora ! 6 habra repetido la frase sacramental 1 visto y concluso para sentencia 1 1 Las veces que habrá lan-zado con voz estentórea los nombres de los litigantes o de los procesados ! Es un archivo viviente de historias, de anécdotas, de chascarrillos. Allí vive en aquel case-rón antiguo, pero confortable, hermoso, alegre, con, un patio capaz de quitarle las penas Q un reo de muerte, La Audiencia está hoy y des, de hace muchos años en el convento de San. Agustín. Un edificio grande, soleado, que por su parte posterior da al mar; es un alegre balcbn sobre el mar. Estuvo aquí también el colegio de San Agustin. En los primitivos tiempos y en el mismo lugar, hubo una mancebía, pero eso no es causa $ 3 quitarle su prestigio, pues cuentan las cróni-cas que igual aconteció en lo que es ahora Congreso de los Diputados y allí tiene su asiento la representa-ción nacional. El portero mayor y su yerno que con él comparte las funciones ciceronianas de mostrarnos la Audiencia, van enseñándonos todo el alegre y al par solemne edi-ficio. Lo veo todo, desde la sala de justicia, ordinario local de todas las vistas así civiles como criminales, que está en el -@ so bajo, hasta la sala de gobierno donde toman los magistrados posesión de sus poltro-nas, que está en el piso alto. Al llegar de vuelta de mi visita por toda la Audien-, cia, otra vez á la sala de justicia, me siento ante lay mesa del abogado defensor y me creo en funciones y abogo... Abogo en pro de los derechos de Gran Cana-ria. Este alegato fruto de mis estudios, helo aquí. LA AUDIENCIA 59 II Hubo un tiempo, el que subsiguió inmediatamente á la conquista de las Islas Canarias por los Reyes Cato-licos, en que las islas y ciudades de este Archipiélago formaban como otros tantos Estados y Repúblicas á. la usanza griega. Cada una estaba gobernada por sus, fueros, privilegios y ordenanzas municipales; cada una bajo la particular vigilancia de un senado de hombres enteramente consagrados á la felicidad común y que a sólo dependían del Supremo Consejo de Castilla 6, de la Chancilleria de Granada por lo perteneciente al gobierno D, Las cuatro islas menores, Lanzarote, Fuerteventura,. Gomera y Hierro fueron de señorío mientras que las, otras tres, Gran Canaria - que a todas dió nombre - Tenerife y La Palma eran realengas como conquista-das directamente por la Corona de Castilla. Lo repito para que no se olvide: cada una de estas tres islas estaba regida por un Ayuntamiento y un gobernador nombrado por la Corona. Pero á poco, á los 31 aiíos de ese régimen primitivo,. patriarcal, que se adelantaba en siglos á lo que es el ideal del gobierno par municipalidades autónomas & independientes, comenzó el unitarismo con toda esa fuerza é imperio que tan grandes estragos había de - causar en la Patria española. Era un emperador el que nos mandaba y extranjero por aiíadidura, que amando más á Alemania que á Espaiía, prefería la cruz y corona de hierro de los soberanos teutones á la gloriosa enseña de Castilla que triunfó en la vega de Granada y 60 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES se dilató por el planeta conquistando un nuevo mundo. Carlos V nos trató como 6 esclavos y no como B hombres libres que acabBbamos de realizar por el esfuerzo de cuarenta Estados independientes la epo-peya de ocho siglos. Y vino la unidad nacional, aunque ensuscomienzos ‘ tuvo que ser forzosamente mas templada, snave y racional, que lo que luego fué siguiendo el plano incli-nado de la tiranía. Todas , nuestras leyes históricas, desde el Fuero Juzgo hasta las Partidas, pasando por el Ordenamiento de AZcaZá, habían dicho que la sobe-ranía de la Corona y por consiguiente la soberania del embrionario Estado se contenían en cuatro grandes atributos : justicia, moneda, fonsadera é suos yantares. La justicia’: obsérvese bien - era la primera de todas. Ella con su espada y su. balanza iba delante de la moneda, de la hacienda, de las armas. Alli donde estaba la justicia, estoa el atributo real por excelen-cia, por an- tonomasia. - El rey ungido’- bar Dios, era el supremo juez, y no pudiendo juzgar por síen todos los casos, delegaba esa sobrehumana, divina función. Y asien Castilla y así en Aragón y así en todas partes de Españay del filundo; asi en la antigüedad helénica cuando Apolo libra 6 Orestes de las Furias insti-tuyendo el Areópago;~ así en Roma, patria eterna del Derecho en que el Pretor primero, y el Senado más tarde, elevaron la justicia á la categoría’ de una fun-cibn capital, esencialísimo á la vida. Nervio y alma de las sociedades civilizadas fué, es y serg la justicia, y quien lo dude acuérdese del Justicia Mayor de Ara-gón, que estaba sobre los reyes y evoque el Tribunal Supremo de los Estados- Unidos, que esttí sobre el pre- LA AUDIENCIA 61 sidente de la RepfMica y sobre el Congreso federal. Justicia, rnonedn, fonsadera é SIIOSy antares; pero la Justicia la primer& porque no hay pueblo en el mundo que pueda salvarse de la barbarie si apaga la antorcha del orden jurídico, si extingue la moral hecha carne que es el derecho, Y por eso cuando el enrperador Carlos V quiere establecer en el Archipielago un gobierno que dé la unidad 6 las islas, establece una Audiencia. adónde ? En Las Palmas. & on que carác-ter? Con el carhter august0 de una institución fija y permanente. La Audiencia ; he ahí la seííal última, la señal mas alta de la capitalidad de las islas Canarias. Y han pasado siglos y se ha ido á otra parte la Capitanía general y el gobierno civil; pero en las Palmas, vive, reside, está el primer atributo de la soberanía. Justicia, moneda, fonsadera é SLZOySa ntures, pero la Justicia la primera. Hay que leer esa Real cédula de erección de la Audiencia : « Don Carlos, por la gracia de Dios, Rey de Romanos. y Emperador semper Augusto, Doña Juana su madre, y el mesmo Don Carlos porla mesma gracia, Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Cór-cega, de Mallorca, de Jaén, de los Algarbes, de Alge-ciras, de Gibraltar, de las islas de Canaria, etc... 1) Nótese, aunque h primera vista parezca pueril detalle, que entonces no se decía Canarias, sino Canu-ricr en singular, porque era esta isla la que daba nombre y tenía la capitalidad y por la capitalidad la Audiencia Y sigo con la Reala Cédula : 62 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES N Por cuanto 6 Nos como Reyes y Señores conviene proveer, que la Justicia sea dandoles Jueces que resi-dan y estén en la parte más conveniente para ello y canformbndose con esto y como convenía que por algunas respectos que los Catblicos Reyes nuestros señores Padres y Abuelos, que Santa gloria hayan, ‘ proveyeron y mandaron, que los Pleitos y causas que los vecinos de las dos islas de Gran Canaria y Tenerife, y la Palma y Lxnzarote y fierteventura y la Gomera y el Hierro en grado de apelación, ó explicación viniesen axlr: el Presidwile y Oidores ùc nuestra . Audiencia y Chancillería que reside en esta ciudad de Granada, y así se ha hecho; y agora por más alivio de nuestros súbditos, acatando la gran distancia del , camino, así por mar como por tierra, que bay de la dicha Ciudad 6 de las dichas Islas; y por que los veci-nos de ellas no reciban vejación, ni fatiga en venir en seguimiento de los dichos pleytos, etc. » Continua la Real Cédula enumerando las sabias razones en que se funda la creación de la Audiencia, y upara que h Justicia les scn « mas brevemen- k admi-nistrada á los canarios » nombra tres jueces al efecto : Pedro González de Cárdenas ó Paradinas ( Presidente), Pedro de hduza y Pedro Ruíz de Sorita. Y el empera-clor los despachó títulos en Granada con fecha de 7 de Diciembre de 1526. La Real Ckdula ylas instruc-ciones para su régimen con arreglo & las Chwxilleríns, eran de 3 de Julio. La residencia no era eventual, ni fortuita, ni arbl-traria, sino fija y permanente en Gran Canaria y nada más que en Gran Canaria. <( Primeramente ordenamos y mandamos - dice la Real Cédula - que los dichos LA AUDD3NCIA 63 tres Jueces es- k y residan en la dicha isla de la Gran k- m& y allí tengan la Audiencia, ZJ si por algírn respecto necesario conviniere que se mude y discurra. ú otra parte de las dichas Islas por algún fiempo, que Zo puedan hacer JJ. Es decir, . que la residencia fija, permanente, nece-saria, ineludible fuera, siempre en Gran Canaria. , Cuando habla de mudar añade por alghz tiempo, no por siempre. Cuando habla de mudar no es en sentido de cambio de asiento fijo y estable, si no que agrega eE que discurra á otra parfe. Discurrir en el sentido de andar, de caminar, de trasladarse por una época deter-mtiada, no en el sentido de mudar la Audiencia y la capitaliclad. La autoridad superior fué dcsdc entonces la Audien-cia de Las Palmas. Tanto que al nombrarse en 1566, por el rey Felipe II, el primer regente de esta hudien-cia al seííor Hernán Pérez de Grado, fué diciéndole que se estable& 2 para terminar las diferencias que existían , entre los propios Ninistros ú oidores y con las demás autoridades. Las crónicas cuentan que la Audiencia estaba siempre en lucha con los gobernadores, con los Ayuntamientos, con el Obispo y con la Inquisición. No bastó con erigir una Audiencia y se erigió el cargo de Regente, superior, suprema autoridad sobre los jueces y sobre todas las demás autoridades. Porla necesidad de la defensa de las islas, amenazada cons-tanteme& e por los piratas berberiscos y por los ingleses y holandeses, en guerra continua con España, se nombró en 1588 el primer Capitán general de , Cana-rias D. Luis de In Cueva y Benavides que al mismo tiempo había de presidir la A4udiencia. 64 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES « Habéis de tener entendido - decía el Rey en las instrucciones al Capith general - que la principal causa que me ha movido g instituir y establecer el cargo que lleváis, ha sido la defensa y seguridad de las Islas, por ser de la importancia que son, y así os encargo y mando tengáis el cuidado y vigilancia de que vos confío. Que llegando h la isla de Chan Canaria donde á de ser vuestra principal residencia, ve&& y reconoz-cáis el estado en que ie hallan las cosas de la guerra, así quanto á las fortalezas, como la gente, artillería, municiones, y lo demás que de aquello convenga fortificar y proveer; y esto mismo haréis en las cien& islas, visi~ lamlo por uuesfra jxopia persona lo mtis presto que fuera posible, y en todas veréis y entende-réis, etc. » Además le decía, que (( conociera con Za Audiencia de fodas las causas civiles y criminales é hiciera que entre las Auioridades, las corporaciones y los naturales, no hubiese ruido ni cuestiones, y que todos los que hubiesen de gobernar fuesen personas prácticas, de experiencia y buen gobierno » . Argumentos hay á montones de que esto no fué solo por In voluntad de los reyes, sino por la voluntad de los pueblos , de todas las islas. Cierto que la Audien-cia estuvo en 1532 en la ciudad de la Laguna, pero fui? á consecuencia de las discordias suscitadas entre la Audiencia y los gobernadores. Felipe II, siendo aún Príncipe y Gobernador de los reinos por ausencia del Emperador su padre ( 1553), dispuso ‘: « Que ninguno de los tres Jueces salga fuera de la Audiencia con comisiones sin licencia Real 1). á no ser h K vistas de diferencias de pleitos cuando convenga, y eso por lo LA AUDIENCIA 65 menos que pueda ser, y con sólo 500 nmriìvedís diarios. n Aun hay mas. Creyendo la Audiencia ver en el Cabildo de Tenerife cierta aquiescencia á admitir barcos de potencias enemigas, expidió varias provi-siones B que no contestaran los Regidores, y altamente ofendida de este silencio mal interpretado, tomó la extraña resolución de marchar en cuerpo á Tenerife, y en 23 de Noviembre de 1630 mandó que la ciudad de la Laguna le preparase en las Casas consistoriales dos salas, una para la Audiencia y Acuerdo, otra pasa habitación de los ministros. La ciudad de la Laguna dió una soberana lección á la Audiencia. Le dijo que la Audiencia mirase bien con que facultad abando-naba el puesto que le había señalado el Soberano para su asiento, no pudtendo ignorar que la Gran Canaria era Za ISLA DE LOS THIBUNALES... y calificando tambik el hecho de « empresa desnuda de facultad legítima, contraria á la representación de capitalidad que. tenía Za Gran Canaria » . Aun hay más. Como se hiciera una nueva tentativa de traslado en 1772 por los oidores y en 1773 por soli-citud de la ciudad de la Laguna, el Fiscal del Supremo Consejo de Castilla informó en contra. Informó en contra, de acuerdo con los informes del Fiscal de la Audiencia y del Prelado dc la Diócesis, dando 1u1- titud de razones. Y concluía diciendo : que desde Za con-quista y’ reducción á la , luz eunngélica de estas islas, estaba Gran Canaria en el derecho de ser la Capital de todas y residencia de los Tribunales superiores de las siefe islas. Corno estoy informando, pido descanso y el mayor me lo ortoga. 8 66 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES III Al reanudar la sesión, en el aZarde de aquella vista,. el reducido auditorio no se ha movido. Lo componen. mis amigos Hurtado y Ferreol y los porteros y los chicos del mayor. Prosigo : El segundo periodo, el período funesto, fué el de los Capitanes Generales regentes á la vez de la Audiencia, Estos inauguraron contra derecho la traslación de residencia. JJ&- , qué? D. Antonio Ruíz de Bustamante en su Exposición de 1841 nos explica con bastante cla-ridad y exactitud á qué, obedecib la residencia de los. Capitanes Generales en Tenerife. (( Con el pretexto de visitar las demás islas - dice - y estimulados algu-. nos de esos mandatarios de la codicia de ampliar el, mando y enriquecerse, comenzaron á dilatar su estan-- cia en la isla de Tenerife, á donde se había determinados establecer, no una intendencia, sino una factoría de; Tabacos para las islas realengas 11-. Y aiíade : (( Hubo de escogerse á Tenerife para la residencia de los Intendentes, por hallarse esta isla entre las dos ( Gran Canaria y La Palma) y gozar todas tres del derecho de comerciaren las Indias. Mas los Capitanes Generales,. en sus distintas ausencias de la Gran Canaria, y no, bien conformes con la Real Cédula de instrucciones,. demorábanse en la ciudad de San’ Cristóbal, porque desde alli y á favor de la investidura de Superinten-dentes con que también se les amorizara, alcanzaban. mejor la de aquellos subalternos, y supeditábanla dey , diferentes maneras cuando les convenía. » Esto fué antiguo. En 1720. D. Juan Antonio Ceballos LA AUDIENCIA 67 representaba nl rey : « Me veo precisado árepresentar á S. M. y repetir el medio que se me ha proporcionado para obviar estas instancias, el apartar de eSta isla ( Tenerife) al CapitQn General por ser el qzze COIZs us comercios ocasiona estas displicencias, nacidas de lo que llevo expresado por sus ahusos; y lo que di0 motivo á vivir en ella á los Capitanes Generales fué el tener lasuperin tendeda de todas las ren tus, dejando con este pretexto de vivir en la isla de Gran Csnnria, donde & th la Real Audiencia, de gue son presidentes... 11 Y ya también D. Eusebio García del Rey á nombre ‘ de D. Tomás de Nava Grimón ( 2 de Junio de, 1636), comparecía i los pies del Trono, querellándose y acu-sando criminalmente al general D. Alonso Dávila en 36 capítulos, manifestando en el 14 : x Que debiendo residir en Canaria como Presidente de la Audiencia, se estaba de asiento en Tenerife por el cebo del comercio y granjería, » Que la residencia de lo$ Capitanes Generales se serial0 en Las Palmas con carácter estable, está fuera de duda. Si ellos trasladaron su residencia al olor del lucro ó de la conveniencia, no puede hacerse de eso serio mérito en pro de la capitalidad en Tenerife, toda vez que contravenían los mandamientos esplícitos y terminantes del Monarca. El Ayuntamiento de Las Palmas, en su exposición de 10 de Noviembre de 1834, decía, que según el documento número 65 del libro que era adjunto, (( todas las autoridades civiles . y militares habían residido en la Gran Canaria hasta 1723, sin embargo de que algunosCapitanes Generales habían intentado trasladar su residencia á Santa Cruz, 6 lo cual se había opues. to siempre enérgicamente el 68 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Gobierno ; pero que desde aquel año lo hizo el marqu& de Vallehermoso, acaso mas favorecido de la Corte, y lo imitaron sus sucesores, habiendo ido con los coman-dantes las oficinas de Hacienda en razón á ser aqué- 110s Superintendentes, y manifestándose á la vez, que las causas de su traslacibn hahian sido huir del lugar donde residía la Audiencia, con Ja cual tenían poca armonía por hacer sombra á su autoridad, y serles más útil para sus abusos como Superintendentes de Hacienda, el residir en Tenerife. N Han pasado los años, va para 1111 siglo que se csta-bleció la unidad provincial co. n la capitalidad en Tene-rife, y teniéndolo todo como lo tienen, aun pelean por agravar más y más el despojo de Gran Canaria. 1 Si le quit, iramos la Audiencia ! i Si la castigiiramos por tener historia y derechos ! Principio quieren las cosas, y ya estamos en los principios, porque Sc ha de s& x que hay un artículo, el 13 de los adicionales á los presu-puestos vigentes del Estado, que dispone lo siguiente : u Se creará una sección de la Audiencia Territorial que tenclr8 carácter fijo y residencia permanente en Tene-rife. n Eso es llevarse media Audiencia y no de una manera accidental, sino decisiva, definitiva; eso es algo más que lo dispuesto en la ley de 23 de Junio de 1888, adicional á la del Jurado y por la que se previene que en Baleares y Canarias se trasladará la Audiencia á la cabeza de partido correspondiente á celebrar jui-cios orales; eso es algo más que 10 que á la inversa pretendía aquella enmienda de Perojo relativa á la Comisión Provincial y aquella otra de las atribuciones de los delegados del gobierno en Menorca y Las Pal- LA AUDIENCIA 69 mas... Y tan es algo mA5, que yo llamo á todo el mundo á la razón y á la lógica. ¿ En qué quedarnos? tEs plausible, es lícito, es equí-tativo, es justo, dividir la Audiencia en dos kades y no lo es dividir la Diputación ó la Jefatura de Obras Públicas ó, la Delegación de Hacienda? Santa en un caso la resolución, L por qué se convierte en otro en abominable? Los de Tenerife dicen : CCn osotros no pudemos vivir teniendo toda la Audiencia en Gran Cana-ria. )) Esta bien y puecle que tengan razón, pues ellos han de hacer un viaje á Las Palmas cada vez que han de sostener un pleito en apelación. El mal no es tan grave en lo crinkal; puesto que la Audiencia deam-bula de aquí para allá en virtud cle la ley de 23 de Junio de ISSS. Mas en fin sea así, sea como ellos desean y ya han conseguido por el artículo 13 de los adicionales al presupuesto del Estado. Justicia pero no por mi casa. Si la necesidad de’la división de la Audie, ncia está probada, tcórno no lo ha de estar la división de la provincia en lo administra-tivo, en lo econhico, en lo político? Los litigantes, prow~ adcws, abogados que renieguen por tener que venir de Tcnerifc i Las Palmas piensen por el camino en que también reniegan y con mayor razón los que desde Las Palmas hacen cl viaje h la invwsa, y lo hacen para todo, para Beneficencia, para Obras Públi-cas, para In enseñanza de segundo grado, etc. Si los litigantes vienen, allá van todos los ve han de ver rrsu. elto un e, xpecliente, todos los n~ uchachos que es- tu-dian el bachillerato... Por eso yo digo, sin temor á ser desmentido, que el argumento mas concluyente, decisivo, elocuentísimo 70 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES que haya producido jamás nadie á favor de la división de la provincia, de la independencia mutua entre las dos islas, lo ha suministrado Tenerife, al lograr se con-signase en la ley de yresupuestos el partir por gala en dos 1~ Audiencia Territorial. LDiviclirsc? Sí, pero va-mos á dividirlo todo, porque Po demás sería una cuenta el; ccsivamcntc abusiva, lo cuenta de tcncrlo todo más la rrii- tnd de la Audiencia. Está bien que los interesados se equivoquen, pero no que se equivoque cl Gobierno... IV En este punio, 6 * sería ilusión ó realidad?, resuena potente la voz cláska, tradicional i señor, 1. a hora ! Me levanto de mi nsicnlo en wlrndos y sigo nl portero mayor. - Va usted B ver In c& nnrn dc tor~ lura... 1 La ck2ara de tor. lura ! Los ingleses cpe van siem-pre por el lmlnclo entero, i1 cara dc emociones violen- tas, se lo creen. 1 Ahí es nada c~ locnr el cuello en el cor-ha. tín de hierro del garrote ! Porque es el garrote, cl terrible y sinies, I; ro garrote, el que se enseíía á los extran-jeros, principalmente, en aquella cueva de In Audien-cia. Y hasta rubias y delicadas znisses ofrendan su blanco cuello para que el corbatín apriete lentamente, sunvemen~ te. 1 Poder de la ilusión 1 Se imaginan de buena fe que aquí hay ejecuciones cuando hace treinta Y tantos 60s que no hubo ninguna. La pena de muerte está abolida de hecho en Gran Canaria. La crimilxlidad está dulcemente atenuada por el clima. LA AUD’IENCIA 71 ‘ Raro es que se mate á nadie, y por eso el Estado no mata. El garrote ya no tiene m6s que una aplicación, ni causa más que una víctima. La ajusticiada, la eterna ajusticiada, es la pobre Gran Canaria, y no acaban de matarla ni acaban de libertarla, entre la esperanza de la redención y la amenaza de dar una vuelta mhs al torniquete del suplicio. Y los que pudieran remediarlo asisten impasibles al especthculo ó se entretienen en cubrir el rostro de la mártir para que no se vean sus muecas de dolor, las ansias crueles de su agonía... En un certamen público de establecimientos peni-tenciarios detestables 1 y cuidado que en España abun-dan !, probablemente se llevaría la capital de Gran Canaria uno de los primeros premios. Se ent. ra en la ckrcel como quien entra en una casa particular. Y eso es, una casa vieja de vecindad que para cualquier uso podría servir menos para encerrar infelices presos. En la puerta un piquete de soldados da la guardia & la casa número tantos de la calle de López Botas. Y a no ser por eso y por los cerrojos que abren á nuestro llamamiento, yo hubiera pasado cien veces por delante de ella sin sospechar lo que había dentro. Ya en el umbral, un gran letrero me advierte donde estoy : Odia al delito y compadece al delincuente. i Y t. ánto como lo compadezco ! Mi impresión, más fuerte que todos los razonamien-tos, es la de que hubo en algún tiempo y en alguna parte, una cárcel de partido y prisión correccional; pero que esa se quemo ó se desplomó, y provisional- LA CÁRCEL 73 mente, de una manera contingente y temporal, pre-sos y guardianes se refugiaron en la primera casa que hallaron abierta. Estan como salidos de un reciente incendio ó naufragio, sin atreverse á la instalación definitiva porque luego será inútil habilitar lo qne no tiene arreglo posible. Para dormir una noche, bueno ; para sufrir seis años de prisión correccional, impo-sible. i Aquello una cárcel ! Y menos mal que sólo hay 47 presos y 6 presas, . to-dos con sus causas en sustanciación; que condenados ya y extinguiendo sus penas correccionales sólo se cuentan tres ó cuatro. AQué sucedería de ser este país como el Sur y Levante de Espaiia ó como el Sur de Italia, con la predisposición á derramar sangre de que hablan Ferri, Garofalo, Lombroso? ADónde meterlos? Para los hombres, hay dos patios en que, con absoluta promiscuidad de delitos, pueden pasearse un poco y hasta jugar á la pelota en la alta pared á modo de vetusto murallón. Para las mujeres, el encierro es más infecto y repugnante, porque todas las seis presas habitan un cuarto pequeño ‘ sin luz y sin aire. Si quie-ren respirar, que respiren las emanaciones de sus pro-pios cuerpos. Así que por todo el ambiente de la tétrica habitación se esparce un hedor de sentina, de calabozo, que tumba de espaldas al visitante. 1 Pobres presas ! Dan una lástima infinita, con sus caras enflaquecidas, macilentas, sus ojos exhaustos de lágrimas y rebeldes al llanto de tanto sufrir, su espalda encorvada, su juventud marchita, su porvenir de esposas y madres tal vez roto para siempre. Y aún más compasión que las presas, que al fin están allí por actos propios, me inspira profunda piedad una 74 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES criatura de seis ó siete años, que, agazapadaenel regazo de su madre y con mirada entre atónita y temerka, nos contempla. 1 Infeliz criatura 1 Su inocencia orgánica, fisiológica, de flor no perdida corporalmente, pero sí moralmente, est6 clamando ~ LX la saquen de allí. Me-jor andaría errabunda por las calles de Las Palmas ó por los muelles del Puerto dc la Luz. Si ha de sentir á la postre las garras de la prostitución, mejor esta al aire y al sol que confinada en aquel tabuco que es de perversibn y también de insalubridad. 1 Quién sabe las conversaciones que oir6 ! II Audiencia Territorial de Canarias. Proyecto de edi-ficio con destino á cárcel del Partido, cárcel correccional y Depósito municipal para la ciudad de Las Palmas. Así reza el título del voluminoso expediente, ye1 ilustre D. Juan Melo, primer teniente alcalde, secretario de esa Junta, me fue leyendo los docnmen. tos, y yo fuí apuntando en la memoria varios hechos y fechas y detalles. Primer hecho. - Ea 10 de Noviembre de 1565 se aprobó por el Ministerio el anteproyecto de un Presi-dio correccional, cárcel de Audiencia y depósito muni-cipal, debido al ingenio fecundísimo y labor patrió-tica de D. Juan de León y Castillo, que en sus ratos de solaz se ha dedicado siempre, aun fuera de sus obliga-ciones estrictas, d pensar y hacer cosas útiles para su psis. Segundo hecho. - Esa obra está parada durante LA CbRCEL 75 cuarenta años, hasta que se crea por R. D. de 17 de Junio de 1901, la Junta de construcción de la cárcel compuesta: del Presidente de la Audiencia, el Alcalde, 1 magistrado, el juez, el delegado del gobierno, 2 con-cejale% 2 diputados provinciales, 2 médicos, 2 aboga-dos, 1 arquitecto, el parroco más antiguo, cl ingeniero de Obras Públicas de Grnn Canaria, 2 mayores con-tribuyentes y un representante de la Económica de Amigos del País. Tercerlzecho.- h pesar de lo numeroso de esa Junta ( 19 individuos), se reunen en seguida que se les notifica su nombramiento. Constituida la Junta el 19 de Sep-tiembre de 1901, procede á redactar su reglamento, examina los antecedentes de la cuestión, decide apro-vechar el proyecto notabilísimo de D. Juan de León’y Castillo y designa el emplazamiento de la nueva cárcel. Cuarto hecho. - En Madrid apruebanyautorizan el reglamento orgánico de la Junta por R. 0. de 13 No-viembre del mismo año, pero sin saberse bien por qué no apruehanel proyecto deD. Juan de Lecin y Castillo. Lo que era bueno, excelente en 1864, resulta rechazado en ,1903, y no se atribuya al diferencia de criterio al tiempo transcurrido entre las dos fechas, pues bastará ver el primitivo proyecto y cl definitivo para persua-dirse de que las diferencias son escasas y en ningún punto esenciales. Ítem más : D. Juan de León se tomó ese trabajo por gusto, sin recompensa alguna, después de viajar por el extranjero estudiando lo mejor que había en la materia. Que consiguió acertar, lo prueba el dictamen de la Junta, el acuerdo primero del Minis-terio y los planos por fin aprobados que son poco me-nos que un calco de lo que él ideó. 76 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES Advierto que soy tanto más imparcial en el asunto, cuanto no me seduce. ni enamora el sistema celular : dytndo en uuo y en otro proyecto. Nada de celdas, de galerías simétricas y radiales, nada de locutorios, ras~ trillos y den& zarandajas. Eso es vieux jeu con pretensiones de nuevo. El gran Montesinos, el mejor penúlogo que hubo en España, el que, siendo, coma& dnnte del presidio de Valencia, en la primera mitad del siglo XIS, supo nplicw en matcG3 penitenciarjas pro-cedimientos del siglo xx y aún del siglo Xx1, al punto de mwccr el honor de que lo citase Spencer en uno de sns libros, no necesitó para nada del, régimen celular I> NYI corregir á sus penqdos. Él los corregía y los sal-vaba con una sola cosa superior á celdas, aisIamientos y silencios, con la justicia y la equidad de su trato. Y los salvaba y corregía hasta el extremo de que los mandaba salir dcl presidio il cobrar cuentas, CI llevar sacos de dinero A largas distancias y en tiempos de guerra civil, sin que jamás se diera el caso de que in-cumpliesen su comisión ó dejasen de volver al presidio de Valencia. III A partir de entonces comienza el calvario de la Junta, calvario que dura hace yà ocho años. Se cons-tituyó en Septiembre de 1901, estamos finalizando 1909 y todavía no ha podido empezarse la expropia-cibn de los terrenos en que ha de levantarse la cárcel. La historia cs instructiva por lo escandalosa. Sigo la serie de hechos. Qzrinfo hecho. - Devue~ ltos los planos de León y Lb ChCEL 77 Castillo, se confio la tarea de formular otros al arqui-tecto señor Albiñana. Esta vez el proyecto mereció la aprobación de la superioridad. El 24 de Agosto de 1906 terminó sus tr‘ abajos el señor Albiñana y se aprobaron por R. 0. de 16 de Abril de 1907. La administrack’m es-pañola nunca se da prisa. Los nííos no corren para ella. Sexto hecho. - La Junta eligió como sitio de empEa-zamiento de la nueva cárcel, las inmediaciones de la Audiencia. Su fachada principal estará en la prolon-gación de la calle de López Botas junto a la Audkncia.. Por la parte que mira al mar dara a la c. alle prolongada de Agustín Millares. Y por los otros dos lados, puesto que ha de formar una manzana, linda con 1:~ calle de la Marina y con una plazoleta. Así se logran dos ventajas: la proximidad á la Audiencia y el que sea un edificio aislado. El sitio no puede ser mejor. ‘ Formado el expediente de utilidad pública para expropiar los terrenos se envió á Santa Cruz de Ten+ rife. El secretario de la Junta tomó la precautiión de remitirlo por conducto del juez de 1” instancia Montes-deoca. Esto sucedía el 10 de Julio de 1908. Sbppfimo hecho. - E1 digno juez entregó en efecto el expediente y recogió el recibo. Pero como transcu-. rriera tiempo y en Santa Cruz no dieran señales de vida, se telegrafio y se eswibió implorarrdo un poce más de celo, de diligencia, de cumplimiento del deber. El 10 de Febrero de 1909 se publicaba un. edicto enel Boletín Oficial de la Provincia abriendo información pública en el expediente y remitiéndolo Q Las Pal-mas. Pero adviertase de qué manera. El 2 de Febrero de 1909 se enviaba por la Junta un telegrama apremiante 78 LA TIERRA DE LOS GUANARTEMES h Tenerife y cl dia 4 una carta cn apoyo del telegrama. Pues bien : el día 11 el gobernnclor contestaba diciendo de oficio que no se podía tramitas el expediente porque no se habían enviado los planos por duplicado. Es decir que el 10 se publicaba el edicto en el Bolctin ofi-cial y el 11 no lo sabia el gobernador. Y que no se sabía se confirma por una carta oficial del 25 do Febrero en que el gobernador repite al Presidente de la Audiencia « que no se puede despachar » un expediente ya despa-chado. 1 Admirable administracibn 1 Octavo Irecho. - Llega a Las Palmas el expediento y estb expuesto en el Ayuntamiento durante los 10 días que marca la ley. Evacuado ese trámitevuelve a Santa Cruz. Vuelve allí; pero no hay forma humana de que salga de allí. Se estanca y se eterniza. A los telegramas y más telegramas de la Junta durante el mes de Julio, el gobernador contestó que no se podía hacer nada en Tenerife N hasta que supiesen si las obras de la cárcel tenían que ser costeadas con fondos del Estado ó de la provincia N. i Y el gobernador, como presidente nato de la Diputación, aprobó las canti-dades que la provincia había votado para la carcel I 1 Admirable administración ! A mediados de Agosto vuelve á escribir la Junta. pidiendo urgente resolución. Y cuenta que como en Julio de 1998 se dió la comisión de entregar el expe-diente al juez de 1” instancia - entonces canario -’ ahora en 1909, se ha confiado igual encargo al juez - en la actualidacl peninsular - de Santa Cruz. Los dos jueces han quedado lo mismo. Ellos cumplen lo que se les encarga pero como si no lo cumpliesen. El calvario es largo y muy penoso, sobre todo cuan-. LA CÁRCEL 79 do aprieta In necesidad y urge el traslado de la c& cel del inmundo local de hoy al hermoso edificio proyec-tado.~ DescIc que se pensó en hacer una cárcel nueva van transcurridos cuarenta y cuatro ó cuarenta y cinco años; desde que actúa esta Junta actual, ocho años... AQuién habla ahi de pereza burocrática? IV En el expediente y documento relativo á los presu-puestos, leo : Total de gastos : 460.572, 55 peselas. Parte correspondiente al Depósito municipal : 79.460, 77; á la cárcel de partido 254.274, 53; Q la prisión co-rreccional 127.137, 25. Pues bien : esa obra corresponde en su parte prin-cipal, casi única, á~ la Diputacibn Provincial. El Aym-tamiento de Las Palmas ha entregado ya 28.486 pese-tas y la Diputación se comprometi& á entregar cuatro anualidades, importantes cada una 15.000pesetas. No es mucho, y aún eso se consiguió B cambio de que se consignasen 60.000 pesetas para una Granja agrícola en Tenerife, 60.000 para la cárcel, 60aOO0 para la Granja. La cárcel es una necesidad, la Granja un lujo, pero la necesidad no podía satisfacerse sin pactar conel lujo. Lasgranjas, claro es, que son convenientes y útiles, pero lo sería más enla Orotava que en Santa Cruz, Fué un pacto solemne, un do ut des. Pero la realidad es muy otra. La granja agrícola de Tenerife ha perci-bido A estas horas 80.000 pesetas y la cárcel 45.000, tres anualidades de 15.000. Las Palmas no dice nada, no reclama nada. Dice que la Diputación no sólo ha de 80 EA TIERRA DE LOS GUANARTEMES abonar Q la Junta constructora de la cárcel lo que falta hasta las 60.000 pesetas, sino lo que falta hasta lo que ha costado la granja agrícola. Visto lo que ocurría, atendiendo á que la Diputncibn Provincial interrumpia el pago de las anualidades con-venidas y votadas, D. Juan Melo, en aquellos momen-tos alcalde interino de Las Palmas, resolvió realizar un acto propio de un comité de Salud Pública. Resolvió y así se vive desde entonces pues el alcalde actual hace 10 mismo, y hace muy bien? suspender ipso facfo la entrega del contingente provincial. Es una división imperfectamente consumada, puesto que el A. yunta-miento de Las Palmas paga de un modo directo, de un modo religioso, las atenciones provinciales. Una divi-sión beneficiosa para Tenerife, pues debe segura-mente mBs que aquello que deja de percibir. Y actualmente la Junta constructora de la cárcel tiene por todo tener - y menos mal que lo tiene - 28.000 pesetas del Ayuntamiento y 45.000 de la Dipu-tación. Y le aguarda una obra de 460.000 pesetas y no tiene espera la inmunda c; iìrcel atitual. LES que esta vez como tantas otras habrá de recurrir Las Palmas á la suscripción pública? Por suscripción se ha hecho aquí todo ó casi todo : casino, teatro, jardines, ado-quinado de las calles. Al estado no le debe Las Pal-mas mb que el Puerto de la Luz y eso al fin si benefi-cia á la capital de Gran Canaria, también es de interés público, de interés general. LCuándo comenzarán á darle á esta isla y 6 esta ciudad lo mucho que se h adeuda en dinero, en consideración y hasta en amor? HOSPITAL OE SAN MARTÍN No,; no quiero co~ nparnr lo que , aquí desdichacla-mente se ve en materia de Beneficencia con lo que sucede en Alemania, en Inglaterra, en Francia, en los Estados- Unidos. Allá por el mundo culto y libre, es la piedad por la vida lmnmxt la primera de lasvirtudes, y es la defensa del hombre contra el dolor y aun con-tra la muerte, la primera de las obligaciones. En toda constitución orgániw, iuterua, de las nacionalidades modernas, de las que merecen ese nombre, al lado de la libertad y en el mismo rango de los Derechos del Homn-bre, está el culto 6 In salud inwal, uien~ tal y física, en-tmdieudo q- w estos tres géneros de sanidad se redu-cen ii una sola, á la sunidnd del cuerpo, al mens sana in corpore sano, axioma descendido al fin de las abstrae ciones filosóficns para ser una rcalidwl viva. El que ejerce el poder publico, sea el que quiera cl orgauismo en que encarne ( Estado, Provincia, Muni-cipio), lo ejerce uo SI título de cosa propia y que le viene de arribn como eu los tiempos del deyecho divino 6 83 LA TIERRA IjI?. LOS GUANARTEMES de los reyes, sino & calidad de depósito para devolver á todos los ciudadanos en bienes fecundos la suma de fuerza, de coaccibn que le han confiado. La Autoridad es tolerable, puede ser no tan sólo perdonaila sino agradecida, á condición de que garantice la vida, de que agrande y facilite la vida, ya en obras de cultura, ya en obras de fomento material de los intereses y ya sobre todo en obra de salud. La acción oficial ha de perxguir la infección, ha de procurar la extirpación de los microbios, ha de socorrer al miserable y desvalido, ha de vestir al densudo, ha de dar pan al hambriento, ha de lavar la roña intelec- lwl y física del prújimo, porque si no, no es tal acción oficial, tal autoridad, tal Estado ú organismo del Estado. Esas Naciones próceres han llegado á su fuerza y pujanza actual, porque la ciencia de la Higiene es sin duda una de las pirmeras ciencias, si no la primera, y’porque la Diosa Filantropía es la que ha heredado en los mitos modernos el trono más alto, la categoría teológica mas excelsa. Dia vendrá, y ya se encaminan los pueblos civilizados á ello, en que la. Medicina no se-rá el Arte cle curar, sino de preservar al cuerpo human de toda clase de dolencias y lesiones. Día vendrá tam-bién, y no debe estar lejano en los Estados progresivos, en que el primer Catecismo que aprenda el niño en la escueln~ sea el de los principi |
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