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PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Fiestas Fundacionales 2009 MUJER Y CULTURA ENTRE LA Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria L S'IGLO XX PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Fiestas Fundacionales 2009 MUJER Y CULTURA ENTRE LA ILU~TRACIÓN y EL ~IGLO XX ., ... ,. IJ Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria © por los textos: los autores. © de la presente edición: Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Coordinador del paseo y de la edición: Juan José Laforet. Depósito Legal: G. C. 616 - 2009 Imprime: TEGRARTE, s.1. - Textos, Gráficos & Arte de Telde. Tfn. 928 69 55 51 - La Herradura - Telde - Gran Canaria. PRESENTACiÓN Jerónimo Saavedra Acevedo. Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Con las Fiestas Fundacionales, un año mas, las calles de Vegueta y Triana, los monumentos, los edificios, las plazoletas, las callejuelas y los rincones mas señeros y entrañables del centro histórico de Las Palmas de Gran Canaria, nos ofrecen la oportunidad de asomarnos a la memoria de nuestro pasado, de nuestras tradiciones, de efemérides y personajes que contribuyeron a dibujar el paisaje urbano, humano, cultural de esta capital a través de los siglos, al que nosotros , en las vísperas de la conmemoración fundacional, nos asomamos en cada una de las ediciones de este Paseo Nocturno por la Vieja Ciudad. Son ya muchas las ediciones de estos Paseos, desde aquel primero organizado con motivo de los actos del 500 Aniversario de la Fundación de la ciudad, en junio de 1978, y a través de los que también se organizaron, en algunos años, con motivo de los actos culturales de la Semana Santa, PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD y en todos ellos se ha tenido la oportunidad de retomar la memoria de personajes, monumentos y efemérides diversas, que en conjunto constituyen ya un libro bastante amplio sobre la historia de nuestra ciudad.· En esta edición se ha considerado la importancia de acercamos a las calles y casas de Triana y Vegueta que fueron escenario de la vida y el trabajo de muchas mujeres creadoras, en muy distintas etapas de la historia de Las Palmas de Gran Canaria. Como testimonio del recuerdo y del reconocimiento que las actuales generaciones tienen hacia todas ellas se ha escogido a cuatro mujeres, de los siglos XVIII, XIX Y XX, que realizaron su trabajo en distintos campos de la creación artística, literaria e intelectual, que son rememoradas por otras cuatro mujeres actuales, todas ellas destacadas intelectuales y profesionales. Se trata de la poetísa María Joaquina Viera y Clavijo, que vivió en la plaza de Santa Ana, la profesora de música y canto María Suárez Fiol, que vivió un tiempo en la misma casa de los Viera y Clavijo y luego en la que en la calle Agustín Millares construyera como su hogar este egregio intelectual grancanario, la escultora Pilar de Lugo y Eduardo, que vivió en un edificio que aún pervive en la Plaza de San Antonio Abad, donde se fundó la ciudad el 24 de junio de 1478, y la escritora Carmen Laforet, que dedicó a su querida Gran Canaria una novela de enorme interés como es «La Isla y los demonios», en la casa que vivió de joven en la esquina de las calles San Pedro con Remedios, en el Barrio de Triana. 4 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL ')IGLO XX Será recordadas respectivamente por la Catedrática de Literatura Yolanda Arencibia, la soprano y ex - alumna suya Pepita Miñón Jorge, la Catedrática de Historia del Arte María de los Reyes Hernández Socorro y la Profesora de Literatura de la ULPGC Carmen Márquez Montes, en un paseo que, un año mas, está coordinado y conducido por el Cronista Oficial de Las Palmas de Gran Canaria Juan José Laforet. A todas ellas, así como al coordinador, nuestro agradecimiento por su participación en un paseo que constitu ye una nueva y destacada aportación al descubrimiento de uno de los capítulos de la historia de la ciudad, a la vez que darnos la oportunidad de revivirlo en directo, en los mismos lugares y escenarios donde vivieron y desarrollaron su profesión sus protagonistas. 5 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Edificio en la confluencia de las calles Remedios y Bajada de San Pedro, en el que vivió la escritora algunos años de su infancia en Las Palmas de Gran Canaria. Cannen Laforet 6 CARMEN LAFORET, AL VOLVER LA ESQUINA Carmen Márquez Montes Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Carmen Laforet está con nosotros esta noche de 22 de junio de 2009, ahí, detrás de cualquier esquina, observando en silencio y con extrañeza este homenaje, y nosotros nos volvemos para buscarla y decirle, sí, Carmen Laforet, estamos aquí contigo, en esta isla «en forma de cabeza de gato que sólo tuviera una oreja en el noroeste» 1, como a ti te gustaba describirla, y estamos aquí, en estas calles, algo cambiadas ahora, pero que en otras noches no festivas, continúan siendo «solitarias, con viejos balcones de madera en las calladas casas antiguas. Con un hermoso cielo arriba, cuyo resplandor no vencían los tímidos faroles eléctricos, que después de un cerco de luz hacían más misteriosos y encantados las esquinas y los rincones.»2 Casi idénticas a aquellas otras por las que tu alter ego adolescente y literario Marta Camino gustaba de vagar, saboreando una libertad transitoria, también vamos en pos de la creatividad, primero contigo, aquí en esta casa que habitaste y luego tras la PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD estela de la escultora Pilar Lugo, la maestra de canto María Suárez Fiol y la poeta María Joaquina Viera y Clavijo; que no son Pablo, ese pintor que se te representaba en tu adolescencia ficticia como la cima de libertad y del ejemplo creativo que ya indagabas. A pesar de ello, seguro que te identificas con ellas, pues son mujeres que lucharon por expresarse en unos tiempos de hombres, como lo has hecho tu durante toda tu vida. Esa lucha que hemos seguido y recreado desde tus palabras y con tus otros yoes, los literarios: te hemos seguido por la Barcelona de Andrea en Nada (1945), por la espiritualidad de Paulina en La mujer nueva (1955) e incluso por los retruécanos de la memoria del Martín Santos de La insolación (1963) y del más reflexivo de Al volver la esquina (2004). Siempre has estado con nosotros, a pesar de ese deseado retiro en la intimidad primer03 yen las neblinas del Alzheimer después. Hemos caminado juntos las calles de la vida acompañados de las palabras que nos has regalado y hemos intuido esas otras que te has guardado, en la impenitente escritura de tu lúcida mente, como la tan esperada Jaque mate de tu trilogía Tres pasos fuera del tiempo4. El itinerario de esta noche es una escala en el recodo del camino, uno de esos que a ti tanto te han gustado siempre, esos viajes físicos o simbólicos, en el sentido esgrimido por los poetas griegos de considerar la vida como búsqueda o viaje hacia lo desconocido, en pos de la esencia de lo humano. Como ejemplo más característico podría citarse el Edipo Rey de Sófocles, que es la más fiel representación de la pasión por el propio conocimiento y por escudriñar quién es él en realidad, aunque tal pesquisa 8 MUJER Y CULTURA. ENTRE lA ILUSTRACiÓN Y EL í lGLO XX redundara en catástrofe. Y este propósito de indagar en la propia identidad será retomado más tarde por el Humanismo, unido al tema del yo, al redescubrimiento de la individualidad, que permanecerá en todas las épocas con una u otra entonación y que llega a nuestros días como una aventura cada vez más desesperanzada con el existencialismo, como tu bien sabes. Pero todas las sendas identifican la vida como peregrinaje del vivir. Éste es tema recurrente en tu producción y en tu vida, porque ambas, vida y obra, están en ti íntimamente ligadas, y en la mayoría es el detonante para el desarrollo de la obra. Sin movimiento, sin una senda a seguir no hay vida ni obra. Este ha sido desde La Biblia o desde La Odisea un motivo ampliamente utilizado en la literatura y los viajeros tuyos, Carmen Laforet, tienen ingredientes de todos los buscadores del Grial, de El Dorado, de lo transcendente, etc. Sería tentador hacer un paralelismo entre tus viajeros y los personajes románticos, especialmente los de Novalis, así como con los del existencialismo y sus iniciáticos viajes, en los que persiguen un sentido para sus vidas alienadas. Tus personajes, como tu misma, creen en la búsqueda y creen encontrar algo que les oriente en la existencia. Así es desde tu primera novela, Nada, con Andrea «testigo que desde un tiempo cero de la escritura, busca reconstruir la memoria de una época. Memoria individual, fragmentaria que necesita actualizarse en verbos de percepción y en la duda y la reflexión para poder enunciar.»5 Así ha continuado siendo en las posteriores novelas, cuentos, ensayos y artículos, el viaje como aprendizaje, en El piano (1952), La muerta (1952, cuento), Un noviazgo 9 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD (1953 ), La llamada (1954), Un viaje divertido (1954) , La mujer nueva (1955), La insolación (1963), Paralelo 35 (1967), La niña y otros relatos (1970), Articulas literarios (1977) , Rosamunda (1995, Cuento), Al colegio (1996, cuento), o en la póstuma, de emblemático título, Al volver la esquina (2004). Pero nos queremos detener hoy en esa joven viajera de La isla y los demonios (1952), con esa joven que deambulaba por Las Palmas de Gran Canaria, atesorando impresiones, vivencias, y sensaciones, que es la que ha permanecido en ti, la joven que desea mudar ambientes y salir de los pequeños mundos en pos de otros novedosos, la que usa ese mismo deseo íntimo en su técnica narrativa, que describ iste tan bien en la introducción a La insolación6, cuando afirmabas que creas desde esa realidad íntima que se conforma a través de «sensaciones» y «deslumbramientos» , en ese continuado juego de fragmentos en los que se cifra la vida humana. Reitero, paseamos contigo y con Marta, porque del mismo modo que tu nunca quisiste volver a esta isla ni a esta ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, donde viviste tu infancia, adolescencia y primera juventud, para que tus recuerdos permanecieran indelebles; asimismo queremos nosotros recordarte hoy, desde estas calles rememoramos a la adolescente con ardores de escritora, que anotaba experiencias en su diario y que componía fábulas sobre Alcorah, esa misma que se decía en secreto «Si alguien supiera [ ... ] todos mis sueños de marcharme, y además de hacer algo, de escribir algo, de ... no sé, de que algo hecho por mí quede para siempre ... »7, con esa previa estamos, la 10 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL ~IGLO XX anterior a los intentos de estudios de Filosofía y letras y de derecho, de la mujer/madre, de la premiada escritora, de la solicitada pensadora, de la que logró que esos sueños juveniles se realizaran con su lúcida y extraordinaria obra, tampoco deseamos encontrarnos con la descrita por tu hija Cristina en Música blanca, a pesar de que todas ellas seas tu, Carmen Laforet. Deseamos estar con la jovencita que se preguntaba «¿Puede llegar a ser una caldera hirviente, un gran nido de pájaros, el corazón de una niña perdida en una isla de los océanos?»8, desde luego que sí, respondemos a aquella pregunta retórica tuya, serlo y proseguir así cada amanecer. Estamos seguros que la luz de mañana, esa luz «de la mañana, verde, [que] tiene una frescura salobre, como si la isla saliese de las aguas cada amanecem9, según decir tuyo en La isla y los demonios, será la que veas mañana desde el gran nido de pájaros que fue y será tu corazón. Notas I Carmen Laforet, La isla y los demonios, Barcelona, Destino, 1970, p. 15. 2 lbidem, p. 138. 3 Cfr. C. Laforet / R. J. Sender, Puedo contar contigo. Correspondencia, Madrid, Destino, 2003 (ed. de 1. Rolón Barada). 4 De esta trilogía se publica La insolación (J 963) Y Al volver la esquina (2004, póstuma), mientras que la que debía ser la tercera parte, Jaque Mate, nunca llegó a publicarse, ello a pesar de que Carmen Laforet mencionara en la introducción a La insolación que ay estaban escritas las dos siguientes. Además de ello, se lo comunicaba a Ramón J. Sénder en su correspondencia - concretamente, en carta del 10 de febrero de 1967- que ya estaba hecha y «sólo necesito escribirla». Por estas palabras suponemos que la tenía en mente cempletamente organizada, sin que se materializara. 11 PASEO NOCTURNO POR LA VI EJA CIUDAD 5 Adriana Minardi, «Trayectos urbanos: paisajes de la postguerra en Nada, de Carmen Laforet. El viaje de aprendizaje como estrategia narrativa», en Espéculo, n° 30 [http ://www.ucm.es/info/especulo] . 6 Carmen Laforet, La insolación, Madrid, Castalia, 1992, (ed. de J. M. Martinez Cachero), p. 48. 7 La isla y los demonios, opus cit., p. 156. 8 La Isla y los demonios, opus cit., p. 33. 9 Ibidem, p. 32. 12 MUJER Y CULTURA. ENTRE lA ILUSTRACIÓN Y EL ílGLO XX Retrato de la pinlOra Pilar de Lugo Eduardo (1850). Manuel Ponce de León 13 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Casa en la que vivió la pintora con su familia, en la actualidad, en la Plaza de San Antonio Abad (Barrio de Vegueta), en una fotografia de Teodoro Maiscb (1925-30). FEDAC. 14 Detalle del Retrato de Pilar de Lugo. Manuel Pon ce de León. PILAR DE LUGO EDUARDO. UNA PINTORA ROMÁNTICA MALOGRADA: 1820-1851 María de los Reyes Hernández Socorro Universidad de Las Palmas de Gran Canaria I.Preámbulo En el panorama pictórico español decimonónico existe un número más o menos representativo de mujeres pintoras, aunque no todas puedan considerarse realmente artistas profesionales, sino más bien diletantes. Dentro de la historia del arte occidental, la mujer ha sido fundamentalmente venero de inspiración para las artistas más pinta-da que pintora- tal y como reseñara Estrella de Diego en su monografía La mujer y la pintura del siglo XIX español. El arte femenino ha estado casi siempre condicionado por el entorno familiar y social, al tener las mujeres que compaginar las actividades supuestamente artísticas con las del hogar y cuidando de los hijos y del marido. De ahí, no es de extrañar, que muchas pintoras permaneciesen solteras para poder disfrutar de mayor tiempo libre y dedicarse más intensamente a cultivar la pintura y las artes decorativas o aplicadas. Hasta algo más PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD de mediados de la decimonovena cinturia no podían acudir a las Academias, debiendo asistir a los estudios particulares de determinados maestros para iniciarse en el aprendiza-je de las Bellas Artes, como la prestigiosa academia parisina de Julien en París. No obstante, la iniciación y estudio de la pintura, el dibujo, la música, los idiomas y las labores servían para «adornar» la educa-ción de las señoritas burguesas pertenecientes a familias acomodadas. Estas enseñanzas no iban pues dirigidas hacia la profesionalización de la mujer en el terreno de las Bellas Artes, teniendo por lo tanto, la consideración de aficionadas. Bien es verdad que a finales de siglo, y debido a la creciente demanda de obras pictóricas en el mercado del arte, las mujeres pintoras van a poder vivir honestamente de su traba-jo como tales. Una de las principales fuentes de que disponemos para poder co-nocer la nómina femenina que se dedicaba a cultivar la pintura y el dibujo en el siglo XIX, nos viene dada a través de su participación en las exposiciones de Bellas Artes nacionales y regionales, así como de Industria, que tanto se prodigaron en aquella centuria para dar a conocer los adelantos conseguidos en uno y otro campo. 11. Mujer y Arte en Las Palmas a mediados del XIX En el ámbito canario, antes del Ochocientos, son muy escasas las mujeres relacionadas con el mundo de las Bellas Artes. En el Setecientos conocemos por un trabajo de la Dra. Rodríguez González de la existencia de pintorasdoradoras en la isla tinerfeña, como es el caso de Ana Francisca, que surgían «a la sombra de los hombres que 16 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL ~IGLO XX poseían titularidad del trabajo». Dentro del mismo siglo, en el campo escultórico descuella el nombre de la ilustrada María Joaquina Viera y Clavijo (1737-1819)- hermana del insigne historiador- de quien la Dra. Carmen Fraga reseñaba en la década de los ochenta del pasado siglo que esculpió retratos, personajes del propio entorno, sin hacerlo a través de encargos ni de un taller, obrador o tienda abierta al público. A partir del Ochocientos constatamos un mayor número de mujeres vinculadas a las artes en el Archipiélago, a tenor del registro de sus nombres en los catálogos de las exposiciones de Artes e Industria a los que ya hemos hecho obligada referencia. Algunas de ellas llegaron a obtener determinadas distinciones por parte de los jurados calificadores. Hay que tener en cuenta que, a la participación de este tipo de certámenes públicos de carácter regional o local, se instaban desde las columnas de los principales periódicos que circulaban en-ton ces en las islas, al efecto de intentar potenciar las actividades artísticas del país. Valga, como ejemplo, el siguiente fragmento publicado en El Ómnibus en 1862, con motivo de la magna Expo-sición Provincial de Agricultura, Industria y Artes: «Las artes viven de la publicidad y del aplauso; pribeseles de estos dos elementos de vida y se les verá languidecer, como se marchita una flor a quien falta color y aire. Estos concursos públicos, son, pues, los que están llamados a proporcionar esa publicidad, que de otro modo, con el esfuerzo aislado de cada individuo, no sería posible obtener. Asimismo facilitan el aplauso de los concurrentes, que viendo y comparando objetos de igual especie y naturaleza, deducen de esa comparación el mérito relativo de cada uno, y calculan los adelantos del país y los medios que este encierra para prosperar y elevarse a mayor altura, aumentando sus medios de producción, e importando 17 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD en el país mejores materiales en el cultivo de las plantas, en la cría de animales, en los objetos industriales, y por último en las nobles artes de la pintura, escultura, arquitectura y música». Teniendo como eje de nuestro trabajo la información suministrada por folletos , catálogos y memorias de las distintas exposiciones que tuvieron lugar en Las Palmas hasta algo más de mediados de siglo, así corno los datos aportados por la prensa local, podemos anotar un total de 35 mujeres que participaron en estos eventos. La mayoría se decantaba por la pintura y el dibujo, exponiendo primordialmente bodegones, estudios, copias y retratos, siendo las técnicas más utilizadas el óleo, el pastel , la acuarela y los dibujos a lápiz y a plumilla. No hemos encontrado ninguna escultora ni diseñadora de arquitectura que acu-diese a este tipo de muestras, y tan sólo una mujer (Teresa Saurín), relacionada con las actividades musicales. Si atendemos a la extracción social de este colectivo femenino vinculado a las artes, un amplio número pertenecía a sig-nificativas familias acomodadas de Las Palmas, como es el caso de Pilar de Lugo Eduardo, Dolores y Luisa de León y Joven de Salas, María del Rosario Falcón o Dolores Massieu. En cuanto a la procedencia geográfica se refiere, la mayoría residía en Gran Canaria, siendo menor el número procedente de Tenerife, Lanzarote y La Palma. ¿Eran bien consideradas por la sociedad canaria de la época las obras artísticas realizadas por este colectivo? .. A tenor de los comentarios de la prensa del momento, diríamos que sí; aunque hay que matizar que los críticos locales, al igual que ocurría en el resto del país, eran generalmente bastante generosos y galantes con el sexo femenino, enalteciendo todas aquellas obras, relacionadas 18 MUJER V CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN V EL \IGLO XX con las artes, salidas de las manos de las mujeres. En honor a la verdad, hay que dejar constancia, no obstante, que algunas mujeres obtuvieron medallas en la Exposición Provincial de 1862- una de las más importantes de las celebradas en el Ochocientos en todo el archipiélago cana-rio- en franca competencia con artistas masculinos. Es el caso de la tinerfeña Catalina Aguilar, que consiguió una medalla de bronce por su obra Un joven con un canastillo de frutas, o la grancanaria Eloisa Farruggia, merecedora de igual galardón por la pintura titula-da Napoleón l. Idéntico premio obtuvieron la lanzaroteña Ma Concepción Martinón por la obra Una aldeana y la pintora oriunda de Tenerife Jacobina Bello, por la tela Cuadro de costumbres. ¿Dónde adquirieron estas mujeres los conocimientos artísticos que poseían? La mayoría eran jóvenes estudiantes en colegios particula-res dedicados a la educación de señoritas, que existían por entonces. Todos estaban dirigidos por personal femenino ofreciendo una esme-rada educación para niñas de clase acomodada de la ciudad de Las Palmas. Entre las materias que en ellos podían cursarse ofrecían el dibujo, la pintura, variedad de labores artesanales y música. Es el caso, especialmente, de la deno-minada Casa de educación para Señoritas- fundada en septiembre de 1851- del Colegio de Señoritas de la Concepción, creado en 1864. Entre los princi-pales profesores del momento, que abrieron estudios privados en Las Palmas para el aprendizaje de la pintura y el dibujo, destacamos a Manuel Ponce de León, quien utilizaba los célebres mo-delos de Julien entre sus métodos de enseñanza, para que fuesen copiados por sus alumnas. 19 PASEO NOCTURNO POR LA VI EJA CIUDAD En general, conforme discurre la decimonovena centuria, vamos observando un cierto interés por la educación femenina, aunque lógi-camente considerada di scriminadamente respecto a la del hombre. Traemos a colocación un editorial del periódico El Independiente de marzo de 1879 titulado «Un progreso importante», dedicado a los estudios de la mujer, en donde se valoraba su incorporación a las carreras de tipo científico: «Una de las cosas que tenemos más descuidadas en España es la educaci ón de la muj e r. Aunque van desa parec iendo las preocupaciones de nuestros abuelos, que consideran perjudicial y hasta pecaminoso culti var la inteligencia de la mujer, elevándola al conocimiento de las verdades científicas, todavía no podemos decir que ha quedado redimida de la ignorancia esa bella mitad del linaje humano, y vemos con pena que no se adelanta todo lo que fuera de desear en esa obra tan necesaria como justa. Sin embargo, en estos últimos tiempos se ha despertado algún tanto en el bello sexo el deseo de saber, lo cual, unido al loable esfuerzo que hacen algunas asociaciones científicas para educar a la muj er, contribuye a que muchas vayan convenciéndose de la necesidad de cultivar su inteli gencia y se dediquen al estudio, despreciando todo linaje de preocupaciones». La situación de desigualdad social a la que se veía sometida la mujer puede colegirse atendiendo a la publicidad de los libreros, dirigida a las féminas como amas de casa, ofreciéndoles el reclamo de los libros de cocina tales como «El libro de las familias novísimo manual de cocina y economía doméstica», «La cocinera del campo y de la ciudad», o «La cocina moderna según la escuela francesa y española. Estudios prácticos de este arte según los adelantados de la época». Aún podemos añadir, en nuestro pro-pio ámbito canario, la existencia de publicaciones periódicas dirigidas especialmente al público femenino como 20 MUJER Y CULTURA. ENTRE lA ILU'iTRAClÓN y EL í lGLO AA El Instructor y Recreo de las Da-mas, de mediados de siglo. En ella colaboran la poetisa Victoria Bridoux Mazzini, el maestro e historiador J. de la Puerta Canseco y José Lentini, entregándose con aquella publicación piezas de músi-ca, como las de Teowaldo Power, y dibujos de labores. 111. En torno a la pintora Pilar de Lugo Eduardo Nació en Las Palmas de Gran Canaria el26 de febrero de 1820. Formaba parte de una acomodada familia constituida por siete hermanos y encabezada por Manuel de Lugo y Herrera Leyva -teniente coronel del Regimiento Provincial de Guía y Regidor perpetuo de Gran Canaria- y por Ma de la Concepción Eduardo y Romero. Sus abuelos paternos eran José Lugo y Cabrera, natural de la Orotava y Catalina Herrera Leyva y Sotomayor, oriunda de La Laguna; mientras que los matemos fueron Tomás Eduardo Wadding -naci-do asimismo en la ciudad de los Adelantados, Coronel de los Reales Ejércitos, y Pilar Romero y Ximénez, natural de Las Palmas. Pilar era pues, por línea materna, sobrina-nieta del arquitecto ilustra-do de la Catedral de Santa Ana Diego Nicolás Eduardo. Fue bautizada en la parroquia del Sagrario, el 27 del citado mes, por el entonces párroco de dicho templo Lucas Rodríguez Ramírez, siendo apa-drinada por su tío materno Juan Bautista Eduardo y Romero Al no existir durante su infancia ningún colegio dedicado a la educación femenina, su educación debió de transcurrir en la propia casa paterna. Sabemos que el aprendizaje en el campo pictó-rico lo realizó con el artista Manuel Ponce de León, pariente suyo por parte de los 21 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Romero, que la retratara en 1850 realzando su condición de pintora al representarla en unión de la paleta y los pinceles La afición que demostraba por la pintura hizo que su padre, Ma-nuel de Lugo, indicara el 27 de Marzo de 1847 a la Sociedad del Gabinete Literario (de la que formaba parte), que Pilar podía efectuar sendas copias de los retratos del canónigo Eduardo, y del también clérigo e historiador Viera y Clavija, para adornar la sala de lectura de la referida entidad, utilizando como modelos dos obras existentes en la Catedral de Santa Ana de Las Palmas. En el caso del arcediano de Fuerteventura, la pintora tomó como referencia el lienzo realizado por el pintor Ossavarry que se conserva en la sacristía mayor del referido templo. Estimamos que la obra realizada por Pilar de Lugo se encuentra en la referida entidad para la que se ejecutó, no hallándose firmada . Representa un busto de Viera y Clavijo ya anciano. El lienzo fue colgado en los salones de la citada Sociedad el 18 de marzo de 1848, conj untamente con la tela que mostraba la imagen de su pariente Diego Nicolás Eduardo. Para la realización de este último retrato se inspiró en el original del pintor de la corte Luis de La Cruz, conservado también, como indicábamos, en el prin-cipal templo grancanario. La que suponemos debe tratarse de su copia, se encuentra localizada en el mencionado recinto religioso. El acto que tuvo lugar con motivo de la inauguración de estas dos obras fue solemne. La música y la creación literaria formaron parte del señalado evento, leyéndose por parte del Licenciado Juan E. Doreste sendas memorias biográficas de los re-presentados. Como resultado de la realización de estos lienzos la pintora Lugo Eduardo fue nombrada socia de mérito del Gabinete Literario, incluyéndosela en la 22 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUIIRACIÓN y EL ílGLO XX denominada sección de «Ciencias, Li-teratura y Bellas Artes». Nuestra artista concurrió a los certámenes públicos que tuvieron lugar en su ciudad natal en 1847 y 1849, a los que ya hemos aludido con anterioridad. En la primera de ellas presentó una serie de copias y retratos, cuya temática no aparece especificada en la hoja impresa que se distribuyó al público con motivo del acontecimiento. Nos parece probable, para el caso de las copias, que reprodujera algu-nas de las ejecutadas por su maestro Manuel Ponce de León, durante su estancia en la Academia de San Fernando, mostradas a los habitantes de Las Palmas en la primera exposición pública que tuvo lugar en Canarias en 1845 en el Gabinete Literario. En una colección particular de esta ciudad hemos encontrado una reproducción exacta de la copia efectuada por su profesor de la obra titulada El charlatán sacamuelas, de Teodoro Rombouts, cuyo original se conserva en el Prado. Pilar, al igual que P. de León, no reprodujo sino únicamente el fragmento central (1 ,4 x 81 cm.) del lienzo del pintor flamenco . En la muestra de 1849 expuso cuatro obras, de enh·e las que sobresalían la copia del Marqués de Mirajlores de Federico Madrazo, cuya primera versión se encontraba en manos de su maestro de pintura, así como una reproducción del San Francisco de Paula de Murillo. La crítica del momento, alabó elogiosamente los trabajos expuestos: «Con estos trabajos ha acabado de probamos la alumna del Señor León que es un genio para la pintura». Esta mujer pintora, no fue sólo autora de copias, sino que nos ha dejado también una serie de retratos familiares. Es el caso de los realizados a sus padres, Manuel 23 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD de Lugo y Concepción Eduardo, (firmados y fechados en 1844 y 1846), así como de algu-nos de sus hermanos (Juan, Dolores y Catalina). Todos ellos pueden incluirse dentro de la estética del Romanticismo de corte purista del momento, observándose ciertos ecos ingresianos, consecuen-cia del magisterio de Ponce de León. Características a destacar en estos retratos son, el predominio de la línea dinámica, el esmerado dibujo, el gusto por la composición cerrada, así como cierto sentimentalismo y gusto pintoresco. Pilar de Lugo falleció el 16 de junio de 1851 en su casa de la Plaza de San Antonio Abad del histórico barrio de Vegueta de Las Palmas. Fue una de las muchas víctimas de la epidemia de cólera morbo que azotó esta ciu-dad en el citado año, siendo sepultada en el cementerio de aquella urbe, truncándose su carrera pictórica. Días después, el 20 y 22 de junio, murieron, afectados por el mismo mal, su madre y su hermano José Juan. En la exposición de 1853, dedicada a las Artes e Industria de Canarias, se le tributó un homenaje póstumo. Junto al retrato que le hiciera Manuel P. de León en 1850, se expusieron algunas de sus obras, como es el caso del retrato de Juan Evangelista Doreste «perfectamente pintado» y el que representaba a su hermana Catalina de Lugo. El comentarista anónimo del certamen escribió que su pérdida llorarán siempre todos los amantes de las bellas artes, por haber sido esta joven una de las discípulas que más laureles alcanzaron bajo el entendido sistema de enseñanza del Sr. León 24 MUJ(R y CULTURA. E:NTRE: LA ILUíTRAClÓN y E:L 'iIGLO XX V. El retrato de Pilar de Lugo pintado por Ponee de León El lienzo que representa a esta malograda pintora (85 x 66 cm.) fue realizado por su maestro en 1850, cuando la retratada tenía 30 años, un año antes de su fallecimiento. Está firmado en color rojo en el lado inferior derecho: «M. de León». Se trata de un retrato sedente, casi de cuerpo entero, que realza su condición de artista y no su personalidad femenina. Lleva un vestido de largas mangas de color negro, cuya sobriedad se ve alterada por las dos vueltas de encaje del cuello, unidas por un broche. Hay una búsqueda del plano inclinado respecto al espectador para conseguir efectos de profundidad. La modelo muestra un rostro alargado impregnado por una atenta y nostálgica mirada. Un romántico peinado le cubre las orejas, mostrando el cabello recogido en un moño, aderezado con una cinta roja y negra. Las manos permanecen sobre el regazo, asiendo la diestra el codo de la izquierda. El autor ha buscado la armonía entre los pendientes y los botones- gemelos que unen los puños del vestido, jugando con las tonalidades rojizas, doradas y blanquecinas. En líneas generales, el colorido de la obra se basa en el contraste cromático negro-rojo. La silla donde reposa Pilar, se nos esconde, al estar cubierta por un paño rojo. En el lado derecho, la obra se abre a una especie de jardín, mediante un gran ventanal con tracería a través del cual se percibe un arbusto de blancas florecillas, advirtiéndose en el alfeizar la paleta de pintora con cuatro pinceles, colocada en escorzo de abajo hacia arriba para realzarla. Un blanco bote de porcelanacon adornos en la tapa superior- vinculado al quehacer 25 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD pictórico, completa la discreta composición. El cortinaje verde oscuro que recorre la parte superior del lienzo se recoge escénicamente en el lado izquierdo, contribuyendo a fragmentar la estancia en dos espacios; un primer plano, ocupado por la artista, y la zona del fondo del lienzo, definida por la decorativa ventana y el utillaje pictórico. Bibliografía DIEGO OTERO, E. de ( 1987): La mujer y la pintura del siglo XIX español, Madrid, p. 11. FRAGA GONZÁLEZ, C. (1985-86-87): «María Viera y Clavijo en el ambiente artístico de los ilustrados de Canarias». En El Museo Canario, T. XLVIII, Las Palmas de Gran Canaria, p. 323. HERNÁNDEZ SOCORRO, M. de R. ( 1992): «La Mujer y las Bellas Artes en Las Palmas a mediados del Siglo XIX: Pilar de Lugo Eduardo, Una pintora romántica malograda». En Actas del IX Coloquio de Historia Canario- Americana ( 1990). Tomo Ir. Las Palmas de Gran Canaria, Casa de Colón, Cabildo de Gran Canaria, pp. 1411 - 1442. HERNÁNDEZ SOCORRO, M. de R. (1996): Manuel Ponce de León y Falcón Pintor Grancanario del Siglo XiX (1996). Real Sociedad Económica de Amigos del País de Las Palmas. HERNÁNDEZ SOCORRO, M. de R. (2004) : Un artista para una ciudad y una época. Manuel Ponce de León. Tomo II. Fundación Mapfre -Guanarteme, Las Palmas de Gran Canaria. RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, M. (1984): «Pintoras doradoras tinerfeñas: Ana Francisca». En Actas del VI Coloquio de Historia Canario- Americana (1984). Tomo Il. Las Palmas de Gran Canaria, Casa de Colón, Cabildo de Gran Canaria, p. 344. 26 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL ~IGLO XX Retrato de la profesora de canto Dña. María Suárez Fiol 27 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD ", ' .. <~'.' .' '., • l ~ .. \o~~. . : .• I Casa en la calle Agustín Millares donde vivi ó e impartió sus clases Dña. María uárez Fiol, edificio que originariamente perteneció al historiador Agu tÍn Millares Torres. 28 A DOÑA MARíA SUÁREZ FIOl. Pepita Miñón Jorge Soprano Hoy, en este entorno que es nuestra Vegueta, con tanta historia, nos encontramos frente a la casa de D. Agustín Millares Torres, nuestro gran historiador e insigne padre de aquellos estupendos hermanos Millares Cuba, cuyas paredes de la misma están impregnadas de cultura y de momentos hermosos de sus vidas; hay que añadir que fue la última morada de otra persona insigne, que a su vez, enriqueció dicha casa o morada, con la belleza de la música. Esa persona no es otra que Doña María Suárez Fiol, mi querida y admirada maestra, mujer bonita, castiza, arrolladora por todo lo que la música significó en su vida. Hay que decir que Maruja nació en Madrid, luego se educó en Ferrol y a los trece años, Canarias, con sus hermanos Emilio y Amalia. Tan solo un año después, da su primer concierto con solo catorce años en nuestro teatro. Ese día nació para Las Palmas de Gran Canaria y su sociedad cultural la gran dama que años mas tarde sería la esposo de otro ilustre en esta ciudad, Don Gregorio de León y Morales, médico querido PASEO NOCTURNO POR LA VI EJA CIUDAD y apreciado en todo CÍrculo como gran profesional y altruismo. Ayer esta casa llena de alegría a borbotones, hoy vacía y parte anexa del Colegio de Abogados, permanece en el alma de todos aquellos que contribuyeron a esas tardes tan en el recuerdo de todos como un teatro cuyo contenido fue siempre la belleza y armonía de la música. El azar fue el que me trajo a dicho entorno, una merienda, en casa de la familia Manrique de Lara y Maza amigos de mi familia paterna hizo que allí estuviese esta dignísima persona sentada sonriente rodeada de sus hijas y entré yo en su vida con mi guitarra debajo del brazo, era la gran profesora de los hermanos Kraus. Me sobrecogió el respeto y más tarde el cariño con que ella me trató al oírme cantar con la guitarra Madame Butterfiy y mi atrevimiento, sonriendo me cogió de la oreja y me dijo: «Pepita, si quieres mañana puedes venir a casa, yo estaré encantada». Me asombró y alegró y lo transmití en seguida y no paré de cantar hasta que salí de la casa. Debo decir, que yo no conoCÍ los momentos tan gloriosos de sus conciertos con los Kraus y todas esas maravillosas voces que llenaron su casa de la calle Castillo, alumnos que aún están hoy y doy fe de esas voces tan extraordinarias; otros se han ido pero siguen en la memoria de todos. Sus hijos eran su orgullo, todos cantaban y formaban parte de esos coros y conciertos que han quedado en el recuerdo de la sociedad Canaria, por su exquisitez musical y bien hacer y por el orden con que siempre hizo todo para su público de Las Palmas. La anécdota graciosa que ella 30 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUI1RACIÓN y EL ílGLO XX siempre me contaba de esa época era la siguiente: «Pepita, de esa casa salieron muchos matrimonios unidos por la música y todos ¡Felices y cantando!». Su recuerdo para todos sigue vigente con su hijo Juan e hijas, nietos y bisnietos, todos de ellos dignos del nombre que llevan. Su conocimiento era tan extenso en ella para encontrar la belleza de las composiciones musicales y enseñarlas a cada uno con elegancia y con la mesura que la misma conlleva. Su docencia era innata, seria y ciertamente exigente con los que ella consideraba que debía serlo, lo de Maestra no le gustaba porque siempre dijo que lo de ella era algo tan natural como respirar. Me enseñó todo lo que se, y se mucho. La imitaba en todo, en la feminidad, en el canto, la expresión en los textos y la exigencia en la memoria. Siempre decía que para cantar bien teníamos que emprender la marcha con el Barroco, el Lied y el gran Mozart, «cuando cantes algo de esto bien lo demás te será fácil» . Tenía infinidad de partituras magníficamente ordenadas por tomos y de todos, gran parte me enseñó con paciencia y esa maestría que en ella eran parte de su natura. Fuerte carácter, viuda muy joven y un ramillete de hijos, todos contribuyeron a una casa ejemplar dignos de su padre, grandes médicos y otros formaron todos ellos la gran familia de León y Suárez. No quiero dejar en el olvido la casa de la plaza de Santa Ana donde comenzó la segunda etapa en la vida musical de nuestra querida Maruja. Allí conocí con gran emoción a los hermanos Kraus y a todos sus magníficos compañeros que fueron de la etapa gloriosa a la que yo no pertenecía; la 31 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD mía acababa de comenzar y así empezó otra trayectoria con voces jóvenes mezcladas con muchas de aquellas voces de la primera. Quiero hablar de la facilidad increíble que ella poseía para tocar una partitura por difícil que fuese a primera vista. Era un don, aquí entra lo que los sabios de Grecia decían sobre los que recibían dones de los dioses: «Regalarlos, nunca esperad ser remunerados, pues ellos, dejarán de ser dones» y ella lo cumplía así, tal cual fue dicho. Si, ella, Doña María, mi querida Maruja, merece el reconocimiento de una placa en el teatro, rememorando todo lo que el carisma de esta mujer dejó en la cultura canaria, y no olvidar que su platea en el mismo teatro fue la número seis y merece ser recordada como el lugar donde pasó todas aquellas extraordinarias tardes de aquellos memorables conciertos. Puesto que a ella le debemos como gran pilar esa gran Sociedad que somos lo Amigos Canarios de la Ópera, conocida hoy en todo el mundo como una de las temporadas de ópera de gran calidad, y lo se bien, porque me hablan en Berlin, en el Covent Garden, Zurich , Hamburgo, Salzburgo y muchos, muchos saben el bien hacer de la Sociedad Amigos Canarios de la Ópera, con su hijo al frente y otros componentes que no enumero pero que todos conocen como grandes amantes de la música. Recordad que contribuyó con gran empeño al nuevo resurgir de la Sociedad Filarmónica después de la guerra, para ella de muchísima importancia. Doña María recibió en vida muchos honores, puedo decir que a ella el que mas le emocionó fue El Lazo de 32 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUíTRAClÓN y EL ílGLO XX dama de Isabel La Católica, también tiene una calle con su nombre y sobre todo cartas y agradecimientos de sociedades a las que contribuyó con sus conciertos. Pero yo siempre digo que aun falta su nombre, y me repito, en el lugar al que tanto dio y llenó con tardes hermosas dejando una gran estela en la cultura canaria, y ese lugar no es otro, que nuestro Teatro Pérez Galdós. Talento para la música y la matemática es la esencia que según los sabios es el equilibrio del mundo que gira, lo más perfecto. Quiero terminar con algo un poco jocoso, frente a esta casa se encontraba el cuartel de la Benemérita, o sea, La Guardia Civil, que eran Lunes, Miércoles y Viernes desde las tres y media de la tarde nuestros incondicionales oyentes. Se cuadraban cuando llegábamos con grandes saludos y al irnos, teniendo como final hasta El Comandante y demás oficiales de dicho cuartel, sus ventanas abiertas en dichas horas. Doña María, mi querida Maruja y mi querida y admirada Maestra, carismática, alegre, con unas manos que hasta su muerte fueron de una niña de quince años, no te olvidaré ni espero que se te olvide porque has dejado una gran herencia en hijos, nietos y bisnietos y todos tus alumnos. Hasta siempre. 33 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Retrato de Maria Joaquina Viera y Clavijo. Col. pa rt ic ul a r. Pu e rto de la Cru z, Tenerife. 34 DOÑA MARíA JOAQUINA DE VIERA Y CLAVIJO Yolanda Arencibia Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Muy escasa, casi nula es la presencia de la mujer en la producción y la recepción de la cultura del siglo XVIII; en toda España y también en nuestras islas. Hubo sin embargo mujeres afortunadas que llenaron con sus nombres la excepción que conviene a todo regla; porque, ligadas siempre a un entorno familiar culto, recibieron educación sólida, enseñanzas más que primarias y fueron adiestradas y hasta encaminadas hacia actividades manuales de utilidad. Tal es el caso de doña María Joaquina de Viera y Clavijo (Puerto de la Cruz de la Orotava, 1737-Las Palmas de Gran Canaria, 1819), que, educada con esmero por su padre don Gabriel del Álamo Viera en su villa natal y en La Laguna, vivió aquí mismo, en pleno centro de la Plaza de Santa Ana, en el hermoso edificio que es hoy sede del Archivo Histórico Provincial, desde que su ilustre hermano, don José de Viera y Clavijo, viniera a residir en ella a partir de 1784. PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Convivió doña María en esta casa con sus hermanos Nicolás y José hasta la muerte de ambos, cumpliendo el cometido de cuidar de sus hermanos y de su casa, y conservando para sí misma el entorno de decoro y honestas costumbres que el ideal femenino de la época demandaba para una dama como ella. Que no estaba reñido con ejercer alguna actividad; al contrario; desde el propósito que defendieron nuestros moralistas de la Ilustración de alejar a las mujeres de una peligrosa ociosidad. Nos consta que doña María fue una mujer austera y respetuosa siempre con las normas del decoro, del recato y de la buena crianza; igualmente que fue una ferviente católica, como cabía esperar. Nos consta también que desempeñó otras actividades artísticas para las que estaba especialmente dotada. Porque doña María fue escultora, pintora y poeta. Como escultora y pintora se inició en sus años juveniles, alternando estas habilidades técnicas con la escritura. En La Laguna, adonde se trasladó la familia desde La Orotava por imperativos profesionales del padre, don Gabriel, pudo tener como maestro al prestigioso imaginero don José Rodríguez de la Oliva y formar parte del inquieto e interesante círculo artístico de aquella ciudad. La afición vino con ella al trasladarse a Las Palmas; y en el selecto círculo de su hermano, continuó en ese camino artístico recibiendo impulso y maestría junto a los artífices artísticos de la Catedral de Las Palmas: el imaginero don José Lujan Pérez y el arquitecto don Diego Nicolás Eduardo quien, con don José de Viera impulsaría, precisamente, la Escuela de Dibujo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. 36 MUJER Y CULTURA. E:NTRE: LA ILUSTRACIÓN Y E:L í lGLO XX También se inició doña María de Viera como poeta en los CÍrculos ilustrados de La Laguna. Más de un centenar de poemas de ella conocemos hoy. En la generalidad de los mismos se muestra como una más que interesante poeta cuya valía hemos de situar en el contexto de su vida y de su época. Demostró gran habilidad para jugar con la rima y el ritmo y supo hallar el fiel equilibrado entre la distancia poética, respetuosa y culta, y el tono directo y cercano que atrapa al lector. Leyendo sus poemas pueden encontrarse tantos ecos herederos del cercano barroco como elementos neoclásicos e ilustrados que propendía a la composición de circunstancias: conmemoraciones, efemérides, panegíricos, elogios, etc. Así n el poema que ahora veremos, de 1801 , que le valió el título de primera poeta canaria cuando Elías Mujica lo escogió para iniciar su colección, publicada en 1878. Se trata de un soneto nacido para cantar la partida del arcediano D. Luis de la Encina hacia Arequipa que muestra la habilidad versificadora de doña María además de su vertiente de persona que se mantiene al día de los acontecimientos insulares: Tu talento tan rico y tan profundo En Canarias no cabe ¡oh, grande Encina! y por inspiración toda divina Fue preciso buscarle un nuevo mundo. El cielo con misterio muy profundo A una vasta región hoy te destina Donde por tu bondad y tu doctrina Admiren a un obispo sin segundo. La indiana mitra, sin apetecerla, Ciñe tus sienes por hallarla honrada; 37 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD y la canaria Catedral al verla Llama a la de Arequipa afortunada. Ella cual concha le va a dar su Perla, y la Encina cual palma es esmaltada. No descuida doña María el cultivo de la sátira; de la sátira de costumbres y de la sátira política: entre las primeras, un largo poema juvenil (260 versos) contra las nuevas modas femeninas titulado Vejamen a las presumidas modistas, que causo algún revuelo social; entre las segundas, redactó invectivas declaradas, como ésta aguda letanía dedicado al privado Manuel Godoy, de afilada dureza: Duque por usurpación. Príncipe de iniquidad, General en la maldad, Almirante en la traición, Lascivo, mal garañón, De rameras rodeado, Con dos mujeres casado, En la ambición sin igual, En la soberbia sin par y la ruina del Estado. Pero el tema poético de doña María es por excelencia el religioso, respondiendo así tanto a sus propias convicciones como siguiendo una línea tradicional muy acreditada. Como ejemplo, esta octava, dedicada a «Una imagen de Belén». 38 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACIÓN Y EL í lGLO XX Mirad en esta imagen de María Pintado aquel trasporte más sagrado, Cuando vio que en sus brazos sostenía Al ser supremo, al Verbo ya humanado. Reparad bien como se confundía. Sintiéndose madre del que la ha criado. Llena de amor, extática, enmudece y el dulce hijo nuevo amor ofrece. Una última muestra del estro poético de doña María, que no podemos dejar de indicar por curiosa, es su cultivo del verso esdrújulo, un metro dificil y una propensión formal que la sitúa en la línea de la tradición cultista del XVI en la que había destacado el poeta Cairasco de Figueroa. De un criminal espíritu Que se lava con lágrimas, Es un sagrado símbolo, La piscina probática . . Una contricción íntima Le dé impulso a la máquina; y este glorioso médico Conmueva esta agua cándida. Doña María de Viera y Clavijo fue, sin duda, una interesante personalidad cuya vida y cuya obra, dejan asomar el atractivo perfil de un ser inqu ieto que, sin dejar de responder a las limitaciones que han de marcarle las circunstancias, se esfuerza por superar con su actividad artística. En la poesía como hemos visto; pero también en la pintura y en la escultura. Sin duda, respondiendo a su 39 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD educación, se sintió siempre orgullosa de la proyección científica y social de su hermano del José, con lo cual debió sentirse íntimamente compensada. No es difícil imaginar a doña María en el papel subsidiario de celosa cuidadora de sus hermanos; de su hermano José, principalmente, incluso prestándose a quehaceres de ayuda intelectual que su propia cultura y preparación personales le permitían. Así parece probarlo el completo inventario de los escritos del arcediano «cuatro hojas en octavo, con los títulos perfectamente ordenados por temas» que preparó doña Maria con cuidada ortografía y que remata el texto del bello manuscrito de su poema Los meses que se conserva El Museo Canario. Al don José autor de este poema, Los meses, dedica doña María un sentido elogio en quintillas que dice así: En doce cantos produces Del Solla vasta influencia; Pero tan bién tú conduces Que el Sol y tú en competencia Tienes tú mayores luces. Con exquisitos primores Pintas a la primavera; Pero unos cuadros mejores De tu amenidad yo hiciera Si me prestaras colores. El rico y pomposo estío Al oírte se envanece; Pero perderá su brío Viendo que tu ciencia ofrece Más riqueza y atavío. De los frutos la sazón 40 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL )IGLO XX Que el buen otoño asegura, De ti tiene emulación, Que en madurez y dulzura Le gana tu erudición. Deja el Invierno parada La tierra en sus producciones, Mas tu cultura estimada Labrará siempre sus dones, Aún en la edad mas helada. Nadie podrá hacer la historia, De tus talentos extraños; Los tiempos canten tu gloria. Los días meses y años Eternicen tu memoria. Debió ser unan gran mujer doña María de Viera. Una mujer consciente de su importancia, de su valor y de la trascendencia social del papel que su situación le imponía desempeñar. En ese sentido, term inaré recordando la existencia de un texto en prosa de nuestra escritora, una arenga en realidad, dirigido a las mujeres canarias llamándolas a sumar su esfuerzo a los nacionales con motivo de los hechos políticos de la llamada Guerra de la Independencia. Se titula Una señora de Canaria a las de su sexo y en su último párrafo podemos leer lo siguiente: Sigamos pues, canarias generosas, el ejemplo de las madrileñas, gaditanas y demás señoras de los principales pueblos de la Península dignas por su patriotismo de un eterno renombre; proporcionemos a esta juventud que se presenta voluntaria para unirse con los demás valientes guerreros, deseosa de vengar tantos ultrajes ( ... ) los auxilios 41 PASEO NOCTURNO POR LA VI EJA CIUDAD de que carece y estuviere en nuestra mano suministrarle; contribuyamos todas sin distinción de clases con el trabajo de nuestra aguja a que se aliste en breve tiempo su reducido equipaje; y aliviemos con las ofertas y donativos que nuestra situación y economía nos permitieren los inmensos gastos que en defensa de sus derechos, de su religión y de su rey ha de sufrir indispensablemente esta pequeña parte de la agobiada monarquía española. Doña María de Viera y Clavijo, presente hoy en nuestro recorrido histórico frente al que fue su domicilio. Hoy podemos sentirnos orgullosos de ella. 42 MUJER Y CULTURA. ENTRE lA ILUITRAClÓN Y EL )IGLO XX Edificio de la Plaza de Santa Ana, hoy Archivo Hi tórico Provi ncial, donde vivió María Joaquina Viera y Clavijo. 43 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Edificio de la Plaza de Santa Ana, hoy Archivo Histórico Provincial, donde vivió María Joaquilla Viera y Clavijo a principios del siglo XIX, y a mitad del siglo XX la profesora María Suárez Fiol, en una foto hacia 1905. 44 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL )'IGLO XX íNDICE PRESENTACIÓN ........... .................... ..... .................. ...... .. ... 3 Jerónimo Saavedra Acevedo. Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. CARMEN LAFORET, AL VOLVER LA ESQUINA ............ .. 7 Carmen Márquez Montes. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. PlLARDELUGO EDUARDO. UNAPlNTORAROMÁNTlCA MALOGRADA: 1820-1851 ........... ... ........................ ....................... ... .. ... ....... 15 María de los Reyes Hernández Socorro. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. A DOÑA MARÍA suÁREz FIOL ...................................... 29 Pepita Miñón Jorge. Soprano. DOÑAMARÍAJOAQUlNADEVIERA YCLAVIJO ...... ... 35 Yolanda Arencibia. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. 45 Este libro se terminó de imprimir el día 22 de junio de 2009, para el «Paseo Nocturno por la Vieja Ciudad», en el curso del programa de las Fiestas Fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria, 2009.
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Calificación | |
Título y subtítulo | Paseo nocturno por la vieja ciudad. Mujer y cultura entre la Ilustración y el siglo XX |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria |
Fecha | 2009 |
Páginas | 47 p. |
Datos serie | Paseo Nocturno por la vieja ciudad - Fiestas Fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria |
Materias | Mujeres artistas |
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Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 9379023 Bytes |
Notas | Fiestas Fundacionales de la Ciudad San Juan, 2009 |
Texto | PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Fiestas Fundacionales 2009 MUJER Y CULTURA ENTRE LA Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria L S'IGLO XX PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Fiestas Fundacionales 2009 MUJER Y CULTURA ENTRE LA ILU~TRACIÓN y EL ~IGLO XX ., ... ,. IJ Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria © por los textos: los autores. © de la presente edición: Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Coordinador del paseo y de la edición: Juan José Laforet. Depósito Legal: G. C. 616 - 2009 Imprime: TEGRARTE, s.1. - Textos, Gráficos & Arte de Telde. Tfn. 928 69 55 51 - La Herradura - Telde - Gran Canaria. PRESENTACiÓN Jerónimo Saavedra Acevedo. Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Con las Fiestas Fundacionales, un año mas, las calles de Vegueta y Triana, los monumentos, los edificios, las plazoletas, las callejuelas y los rincones mas señeros y entrañables del centro histórico de Las Palmas de Gran Canaria, nos ofrecen la oportunidad de asomarnos a la memoria de nuestro pasado, de nuestras tradiciones, de efemérides y personajes que contribuyeron a dibujar el paisaje urbano, humano, cultural de esta capital a través de los siglos, al que nosotros , en las vísperas de la conmemoración fundacional, nos asomamos en cada una de las ediciones de este Paseo Nocturno por la Vieja Ciudad. Son ya muchas las ediciones de estos Paseos, desde aquel primero organizado con motivo de los actos del 500 Aniversario de la Fundación de la ciudad, en junio de 1978, y a través de los que también se organizaron, en algunos años, con motivo de los actos culturales de la Semana Santa, PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD y en todos ellos se ha tenido la oportunidad de retomar la memoria de personajes, monumentos y efemérides diversas, que en conjunto constituyen ya un libro bastante amplio sobre la historia de nuestra ciudad.· En esta edición se ha considerado la importancia de acercamos a las calles y casas de Triana y Vegueta que fueron escenario de la vida y el trabajo de muchas mujeres creadoras, en muy distintas etapas de la historia de Las Palmas de Gran Canaria. Como testimonio del recuerdo y del reconocimiento que las actuales generaciones tienen hacia todas ellas se ha escogido a cuatro mujeres, de los siglos XVIII, XIX Y XX, que realizaron su trabajo en distintos campos de la creación artística, literaria e intelectual, que son rememoradas por otras cuatro mujeres actuales, todas ellas destacadas intelectuales y profesionales. Se trata de la poetísa María Joaquina Viera y Clavijo, que vivió en la plaza de Santa Ana, la profesora de música y canto María Suárez Fiol, que vivió un tiempo en la misma casa de los Viera y Clavijo y luego en la que en la calle Agustín Millares construyera como su hogar este egregio intelectual grancanario, la escultora Pilar de Lugo y Eduardo, que vivió en un edificio que aún pervive en la Plaza de San Antonio Abad, donde se fundó la ciudad el 24 de junio de 1478, y la escritora Carmen Laforet, que dedicó a su querida Gran Canaria una novela de enorme interés como es «La Isla y los demonios», en la casa que vivió de joven en la esquina de las calles San Pedro con Remedios, en el Barrio de Triana. 4 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL ')IGLO XX Será recordadas respectivamente por la Catedrática de Literatura Yolanda Arencibia, la soprano y ex - alumna suya Pepita Miñón Jorge, la Catedrática de Historia del Arte María de los Reyes Hernández Socorro y la Profesora de Literatura de la ULPGC Carmen Márquez Montes, en un paseo que, un año mas, está coordinado y conducido por el Cronista Oficial de Las Palmas de Gran Canaria Juan José Laforet. A todas ellas, así como al coordinador, nuestro agradecimiento por su participación en un paseo que constitu ye una nueva y destacada aportación al descubrimiento de uno de los capítulos de la historia de la ciudad, a la vez que darnos la oportunidad de revivirlo en directo, en los mismos lugares y escenarios donde vivieron y desarrollaron su profesión sus protagonistas. 5 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Edificio en la confluencia de las calles Remedios y Bajada de San Pedro, en el que vivió la escritora algunos años de su infancia en Las Palmas de Gran Canaria. Cannen Laforet 6 CARMEN LAFORET, AL VOLVER LA ESQUINA Carmen Márquez Montes Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Carmen Laforet está con nosotros esta noche de 22 de junio de 2009, ahí, detrás de cualquier esquina, observando en silencio y con extrañeza este homenaje, y nosotros nos volvemos para buscarla y decirle, sí, Carmen Laforet, estamos aquí contigo, en esta isla «en forma de cabeza de gato que sólo tuviera una oreja en el noroeste» 1, como a ti te gustaba describirla, y estamos aquí, en estas calles, algo cambiadas ahora, pero que en otras noches no festivas, continúan siendo «solitarias, con viejos balcones de madera en las calladas casas antiguas. Con un hermoso cielo arriba, cuyo resplandor no vencían los tímidos faroles eléctricos, que después de un cerco de luz hacían más misteriosos y encantados las esquinas y los rincones.»2 Casi idénticas a aquellas otras por las que tu alter ego adolescente y literario Marta Camino gustaba de vagar, saboreando una libertad transitoria, también vamos en pos de la creatividad, primero contigo, aquí en esta casa que habitaste y luego tras la PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD estela de la escultora Pilar Lugo, la maestra de canto María Suárez Fiol y la poeta María Joaquina Viera y Clavijo; que no son Pablo, ese pintor que se te representaba en tu adolescencia ficticia como la cima de libertad y del ejemplo creativo que ya indagabas. A pesar de ello, seguro que te identificas con ellas, pues son mujeres que lucharon por expresarse en unos tiempos de hombres, como lo has hecho tu durante toda tu vida. Esa lucha que hemos seguido y recreado desde tus palabras y con tus otros yoes, los literarios: te hemos seguido por la Barcelona de Andrea en Nada (1945), por la espiritualidad de Paulina en La mujer nueva (1955) e incluso por los retruécanos de la memoria del Martín Santos de La insolación (1963) y del más reflexivo de Al volver la esquina (2004). Siempre has estado con nosotros, a pesar de ese deseado retiro en la intimidad primer03 yen las neblinas del Alzheimer después. Hemos caminado juntos las calles de la vida acompañados de las palabras que nos has regalado y hemos intuido esas otras que te has guardado, en la impenitente escritura de tu lúcida mente, como la tan esperada Jaque mate de tu trilogía Tres pasos fuera del tiempo4. El itinerario de esta noche es una escala en el recodo del camino, uno de esos que a ti tanto te han gustado siempre, esos viajes físicos o simbólicos, en el sentido esgrimido por los poetas griegos de considerar la vida como búsqueda o viaje hacia lo desconocido, en pos de la esencia de lo humano. Como ejemplo más característico podría citarse el Edipo Rey de Sófocles, que es la más fiel representación de la pasión por el propio conocimiento y por escudriñar quién es él en realidad, aunque tal pesquisa 8 MUJER Y CULTURA. ENTRE lA ILUSTRACiÓN Y EL í lGLO XX redundara en catástrofe. Y este propósito de indagar en la propia identidad será retomado más tarde por el Humanismo, unido al tema del yo, al redescubrimiento de la individualidad, que permanecerá en todas las épocas con una u otra entonación y que llega a nuestros días como una aventura cada vez más desesperanzada con el existencialismo, como tu bien sabes. Pero todas las sendas identifican la vida como peregrinaje del vivir. Éste es tema recurrente en tu producción y en tu vida, porque ambas, vida y obra, están en ti íntimamente ligadas, y en la mayoría es el detonante para el desarrollo de la obra. Sin movimiento, sin una senda a seguir no hay vida ni obra. Este ha sido desde La Biblia o desde La Odisea un motivo ampliamente utilizado en la literatura y los viajeros tuyos, Carmen Laforet, tienen ingredientes de todos los buscadores del Grial, de El Dorado, de lo transcendente, etc. Sería tentador hacer un paralelismo entre tus viajeros y los personajes románticos, especialmente los de Novalis, así como con los del existencialismo y sus iniciáticos viajes, en los que persiguen un sentido para sus vidas alienadas. Tus personajes, como tu misma, creen en la búsqueda y creen encontrar algo que les oriente en la existencia. Así es desde tu primera novela, Nada, con Andrea «testigo que desde un tiempo cero de la escritura, busca reconstruir la memoria de una época. Memoria individual, fragmentaria que necesita actualizarse en verbos de percepción y en la duda y la reflexión para poder enunciar.»5 Así ha continuado siendo en las posteriores novelas, cuentos, ensayos y artículos, el viaje como aprendizaje, en El piano (1952), La muerta (1952, cuento), Un noviazgo 9 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD (1953 ), La llamada (1954), Un viaje divertido (1954) , La mujer nueva (1955), La insolación (1963), Paralelo 35 (1967), La niña y otros relatos (1970), Articulas literarios (1977) , Rosamunda (1995, Cuento), Al colegio (1996, cuento), o en la póstuma, de emblemático título, Al volver la esquina (2004). Pero nos queremos detener hoy en esa joven viajera de La isla y los demonios (1952), con esa joven que deambulaba por Las Palmas de Gran Canaria, atesorando impresiones, vivencias, y sensaciones, que es la que ha permanecido en ti, la joven que desea mudar ambientes y salir de los pequeños mundos en pos de otros novedosos, la que usa ese mismo deseo íntimo en su técnica narrativa, que describ iste tan bien en la introducción a La insolación6, cuando afirmabas que creas desde esa realidad íntima que se conforma a través de «sensaciones» y «deslumbramientos» , en ese continuado juego de fragmentos en los que se cifra la vida humana. Reitero, paseamos contigo y con Marta, porque del mismo modo que tu nunca quisiste volver a esta isla ni a esta ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, donde viviste tu infancia, adolescencia y primera juventud, para que tus recuerdos permanecieran indelebles; asimismo queremos nosotros recordarte hoy, desde estas calles rememoramos a la adolescente con ardores de escritora, que anotaba experiencias en su diario y que componía fábulas sobre Alcorah, esa misma que se decía en secreto «Si alguien supiera [ ... ] todos mis sueños de marcharme, y además de hacer algo, de escribir algo, de ... no sé, de que algo hecho por mí quede para siempre ... »7, con esa previa estamos, la 10 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL ~IGLO XX anterior a los intentos de estudios de Filosofía y letras y de derecho, de la mujer/madre, de la premiada escritora, de la solicitada pensadora, de la que logró que esos sueños juveniles se realizaran con su lúcida y extraordinaria obra, tampoco deseamos encontrarnos con la descrita por tu hija Cristina en Música blanca, a pesar de que todas ellas seas tu, Carmen Laforet. Deseamos estar con la jovencita que se preguntaba «¿Puede llegar a ser una caldera hirviente, un gran nido de pájaros, el corazón de una niña perdida en una isla de los océanos?»8, desde luego que sí, respondemos a aquella pregunta retórica tuya, serlo y proseguir así cada amanecer. Estamos seguros que la luz de mañana, esa luz «de la mañana, verde, [que] tiene una frescura salobre, como si la isla saliese de las aguas cada amanecem9, según decir tuyo en La isla y los demonios, será la que veas mañana desde el gran nido de pájaros que fue y será tu corazón. Notas I Carmen Laforet, La isla y los demonios, Barcelona, Destino, 1970, p. 15. 2 lbidem, p. 138. 3 Cfr. C. Laforet / R. J. Sender, Puedo contar contigo. Correspondencia, Madrid, Destino, 2003 (ed. de 1. Rolón Barada). 4 De esta trilogía se publica La insolación (J 963) Y Al volver la esquina (2004, póstuma), mientras que la que debía ser la tercera parte, Jaque Mate, nunca llegó a publicarse, ello a pesar de que Carmen Laforet mencionara en la introducción a La insolación que ay estaban escritas las dos siguientes. Además de ello, se lo comunicaba a Ramón J. Sénder en su correspondencia - concretamente, en carta del 10 de febrero de 1967- que ya estaba hecha y «sólo necesito escribirla». Por estas palabras suponemos que la tenía en mente cempletamente organizada, sin que se materializara. 11 PASEO NOCTURNO POR LA VI EJA CIUDAD 5 Adriana Minardi, «Trayectos urbanos: paisajes de la postguerra en Nada, de Carmen Laforet. El viaje de aprendizaje como estrategia narrativa», en Espéculo, n° 30 [http ://www.ucm.es/info/especulo] . 6 Carmen Laforet, La insolación, Madrid, Castalia, 1992, (ed. de J. M. Martinez Cachero), p. 48. 7 La isla y los demonios, opus cit., p. 156. 8 La Isla y los demonios, opus cit., p. 33. 9 Ibidem, p. 32. 12 MUJER Y CULTURA. ENTRE lA ILUSTRACIÓN Y EL ílGLO XX Retrato de la pinlOra Pilar de Lugo Eduardo (1850). Manuel Ponce de León 13 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Casa en la que vivió la pintora con su familia, en la actualidad, en la Plaza de San Antonio Abad (Barrio de Vegueta), en una fotografia de Teodoro Maiscb (1925-30). FEDAC. 14 Detalle del Retrato de Pilar de Lugo. Manuel Pon ce de León. PILAR DE LUGO EDUARDO. UNA PINTORA ROMÁNTICA MALOGRADA: 1820-1851 María de los Reyes Hernández Socorro Universidad de Las Palmas de Gran Canaria I.Preámbulo En el panorama pictórico español decimonónico existe un número más o menos representativo de mujeres pintoras, aunque no todas puedan considerarse realmente artistas profesionales, sino más bien diletantes. Dentro de la historia del arte occidental, la mujer ha sido fundamentalmente venero de inspiración para las artistas más pinta-da que pintora- tal y como reseñara Estrella de Diego en su monografía La mujer y la pintura del siglo XIX español. El arte femenino ha estado casi siempre condicionado por el entorno familiar y social, al tener las mujeres que compaginar las actividades supuestamente artísticas con las del hogar y cuidando de los hijos y del marido. De ahí, no es de extrañar, que muchas pintoras permaneciesen solteras para poder disfrutar de mayor tiempo libre y dedicarse más intensamente a cultivar la pintura y las artes decorativas o aplicadas. Hasta algo más PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD de mediados de la decimonovena cinturia no podían acudir a las Academias, debiendo asistir a los estudios particulares de determinados maestros para iniciarse en el aprendiza-je de las Bellas Artes, como la prestigiosa academia parisina de Julien en París. No obstante, la iniciación y estudio de la pintura, el dibujo, la música, los idiomas y las labores servían para «adornar» la educa-ción de las señoritas burguesas pertenecientes a familias acomodadas. Estas enseñanzas no iban pues dirigidas hacia la profesionalización de la mujer en el terreno de las Bellas Artes, teniendo por lo tanto, la consideración de aficionadas. Bien es verdad que a finales de siglo, y debido a la creciente demanda de obras pictóricas en el mercado del arte, las mujeres pintoras van a poder vivir honestamente de su traba-jo como tales. Una de las principales fuentes de que disponemos para poder co-nocer la nómina femenina que se dedicaba a cultivar la pintura y el dibujo en el siglo XIX, nos viene dada a través de su participación en las exposiciones de Bellas Artes nacionales y regionales, así como de Industria, que tanto se prodigaron en aquella centuria para dar a conocer los adelantos conseguidos en uno y otro campo. 11. Mujer y Arte en Las Palmas a mediados del XIX En el ámbito canario, antes del Ochocientos, son muy escasas las mujeres relacionadas con el mundo de las Bellas Artes. En el Setecientos conocemos por un trabajo de la Dra. Rodríguez González de la existencia de pintorasdoradoras en la isla tinerfeña, como es el caso de Ana Francisca, que surgían «a la sombra de los hombres que 16 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL ~IGLO XX poseían titularidad del trabajo». Dentro del mismo siglo, en el campo escultórico descuella el nombre de la ilustrada María Joaquina Viera y Clavijo (1737-1819)- hermana del insigne historiador- de quien la Dra. Carmen Fraga reseñaba en la década de los ochenta del pasado siglo que esculpió retratos, personajes del propio entorno, sin hacerlo a través de encargos ni de un taller, obrador o tienda abierta al público. A partir del Ochocientos constatamos un mayor número de mujeres vinculadas a las artes en el Archipiélago, a tenor del registro de sus nombres en los catálogos de las exposiciones de Artes e Industria a los que ya hemos hecho obligada referencia. Algunas de ellas llegaron a obtener determinadas distinciones por parte de los jurados calificadores. Hay que tener en cuenta que, a la participación de este tipo de certámenes públicos de carácter regional o local, se instaban desde las columnas de los principales periódicos que circulaban en-ton ces en las islas, al efecto de intentar potenciar las actividades artísticas del país. Valga, como ejemplo, el siguiente fragmento publicado en El Ómnibus en 1862, con motivo de la magna Expo-sición Provincial de Agricultura, Industria y Artes: «Las artes viven de la publicidad y del aplauso; pribeseles de estos dos elementos de vida y se les verá languidecer, como se marchita una flor a quien falta color y aire. Estos concursos públicos, son, pues, los que están llamados a proporcionar esa publicidad, que de otro modo, con el esfuerzo aislado de cada individuo, no sería posible obtener. Asimismo facilitan el aplauso de los concurrentes, que viendo y comparando objetos de igual especie y naturaleza, deducen de esa comparación el mérito relativo de cada uno, y calculan los adelantos del país y los medios que este encierra para prosperar y elevarse a mayor altura, aumentando sus medios de producción, e importando 17 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD en el país mejores materiales en el cultivo de las plantas, en la cría de animales, en los objetos industriales, y por último en las nobles artes de la pintura, escultura, arquitectura y música». Teniendo como eje de nuestro trabajo la información suministrada por folletos , catálogos y memorias de las distintas exposiciones que tuvieron lugar en Las Palmas hasta algo más de mediados de siglo, así corno los datos aportados por la prensa local, podemos anotar un total de 35 mujeres que participaron en estos eventos. La mayoría se decantaba por la pintura y el dibujo, exponiendo primordialmente bodegones, estudios, copias y retratos, siendo las técnicas más utilizadas el óleo, el pastel , la acuarela y los dibujos a lápiz y a plumilla. No hemos encontrado ninguna escultora ni diseñadora de arquitectura que acu-diese a este tipo de muestras, y tan sólo una mujer (Teresa Saurín), relacionada con las actividades musicales. Si atendemos a la extracción social de este colectivo femenino vinculado a las artes, un amplio número pertenecía a sig-nificativas familias acomodadas de Las Palmas, como es el caso de Pilar de Lugo Eduardo, Dolores y Luisa de León y Joven de Salas, María del Rosario Falcón o Dolores Massieu. En cuanto a la procedencia geográfica se refiere, la mayoría residía en Gran Canaria, siendo menor el número procedente de Tenerife, Lanzarote y La Palma. ¿Eran bien consideradas por la sociedad canaria de la época las obras artísticas realizadas por este colectivo? .. A tenor de los comentarios de la prensa del momento, diríamos que sí; aunque hay que matizar que los críticos locales, al igual que ocurría en el resto del país, eran generalmente bastante generosos y galantes con el sexo femenino, enalteciendo todas aquellas obras, relacionadas 18 MUJER V CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN V EL \IGLO XX con las artes, salidas de las manos de las mujeres. En honor a la verdad, hay que dejar constancia, no obstante, que algunas mujeres obtuvieron medallas en la Exposición Provincial de 1862- una de las más importantes de las celebradas en el Ochocientos en todo el archipiélago cana-rio- en franca competencia con artistas masculinos. Es el caso de la tinerfeña Catalina Aguilar, que consiguió una medalla de bronce por su obra Un joven con un canastillo de frutas, o la grancanaria Eloisa Farruggia, merecedora de igual galardón por la pintura titula-da Napoleón l. Idéntico premio obtuvieron la lanzaroteña Ma Concepción Martinón por la obra Una aldeana y la pintora oriunda de Tenerife Jacobina Bello, por la tela Cuadro de costumbres. ¿Dónde adquirieron estas mujeres los conocimientos artísticos que poseían? La mayoría eran jóvenes estudiantes en colegios particula-res dedicados a la educación de señoritas, que existían por entonces. Todos estaban dirigidos por personal femenino ofreciendo una esme-rada educación para niñas de clase acomodada de la ciudad de Las Palmas. Entre las materias que en ellos podían cursarse ofrecían el dibujo, la pintura, variedad de labores artesanales y música. Es el caso, especialmente, de la deno-minada Casa de educación para Señoritas- fundada en septiembre de 1851- del Colegio de Señoritas de la Concepción, creado en 1864. Entre los princi-pales profesores del momento, que abrieron estudios privados en Las Palmas para el aprendizaje de la pintura y el dibujo, destacamos a Manuel Ponce de León, quien utilizaba los célebres mo-delos de Julien entre sus métodos de enseñanza, para que fuesen copiados por sus alumnas. 19 PASEO NOCTURNO POR LA VI EJA CIUDAD En general, conforme discurre la decimonovena centuria, vamos observando un cierto interés por la educación femenina, aunque lógi-camente considerada di scriminadamente respecto a la del hombre. Traemos a colocación un editorial del periódico El Independiente de marzo de 1879 titulado «Un progreso importante», dedicado a los estudios de la mujer, en donde se valoraba su incorporación a las carreras de tipo científico: «Una de las cosas que tenemos más descuidadas en España es la educaci ón de la muj e r. Aunque van desa parec iendo las preocupaciones de nuestros abuelos, que consideran perjudicial y hasta pecaminoso culti var la inteligencia de la mujer, elevándola al conocimiento de las verdades científicas, todavía no podemos decir que ha quedado redimida de la ignorancia esa bella mitad del linaje humano, y vemos con pena que no se adelanta todo lo que fuera de desear en esa obra tan necesaria como justa. Sin embargo, en estos últimos tiempos se ha despertado algún tanto en el bello sexo el deseo de saber, lo cual, unido al loable esfuerzo que hacen algunas asociaciones científicas para educar a la muj er, contribuye a que muchas vayan convenciéndose de la necesidad de cultivar su inteli gencia y se dediquen al estudio, despreciando todo linaje de preocupaciones». La situación de desigualdad social a la que se veía sometida la mujer puede colegirse atendiendo a la publicidad de los libreros, dirigida a las féminas como amas de casa, ofreciéndoles el reclamo de los libros de cocina tales como «El libro de las familias novísimo manual de cocina y economía doméstica», «La cocinera del campo y de la ciudad», o «La cocina moderna según la escuela francesa y española. Estudios prácticos de este arte según los adelantados de la época». Aún podemos añadir, en nuestro pro-pio ámbito canario, la existencia de publicaciones periódicas dirigidas especialmente al público femenino como 20 MUJER Y CULTURA. ENTRE lA ILU'iTRAClÓN y EL í lGLO AA El Instructor y Recreo de las Da-mas, de mediados de siglo. En ella colaboran la poetisa Victoria Bridoux Mazzini, el maestro e historiador J. de la Puerta Canseco y José Lentini, entregándose con aquella publicación piezas de músi-ca, como las de Teowaldo Power, y dibujos de labores. 111. En torno a la pintora Pilar de Lugo Eduardo Nació en Las Palmas de Gran Canaria el26 de febrero de 1820. Formaba parte de una acomodada familia constituida por siete hermanos y encabezada por Manuel de Lugo y Herrera Leyva -teniente coronel del Regimiento Provincial de Guía y Regidor perpetuo de Gran Canaria- y por Ma de la Concepción Eduardo y Romero. Sus abuelos paternos eran José Lugo y Cabrera, natural de la Orotava y Catalina Herrera Leyva y Sotomayor, oriunda de La Laguna; mientras que los matemos fueron Tomás Eduardo Wadding -naci-do asimismo en la ciudad de los Adelantados, Coronel de los Reales Ejércitos, y Pilar Romero y Ximénez, natural de Las Palmas. Pilar era pues, por línea materna, sobrina-nieta del arquitecto ilustra-do de la Catedral de Santa Ana Diego Nicolás Eduardo. Fue bautizada en la parroquia del Sagrario, el 27 del citado mes, por el entonces párroco de dicho templo Lucas Rodríguez Ramírez, siendo apa-drinada por su tío materno Juan Bautista Eduardo y Romero Al no existir durante su infancia ningún colegio dedicado a la educación femenina, su educación debió de transcurrir en la propia casa paterna. Sabemos que el aprendizaje en el campo pictó-rico lo realizó con el artista Manuel Ponce de León, pariente suyo por parte de los 21 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Romero, que la retratara en 1850 realzando su condición de pintora al representarla en unión de la paleta y los pinceles La afición que demostraba por la pintura hizo que su padre, Ma-nuel de Lugo, indicara el 27 de Marzo de 1847 a la Sociedad del Gabinete Literario (de la que formaba parte), que Pilar podía efectuar sendas copias de los retratos del canónigo Eduardo, y del también clérigo e historiador Viera y Clavija, para adornar la sala de lectura de la referida entidad, utilizando como modelos dos obras existentes en la Catedral de Santa Ana de Las Palmas. En el caso del arcediano de Fuerteventura, la pintora tomó como referencia el lienzo realizado por el pintor Ossavarry que se conserva en la sacristía mayor del referido templo. Estimamos que la obra realizada por Pilar de Lugo se encuentra en la referida entidad para la que se ejecutó, no hallándose firmada . Representa un busto de Viera y Clavijo ya anciano. El lienzo fue colgado en los salones de la citada Sociedad el 18 de marzo de 1848, conj untamente con la tela que mostraba la imagen de su pariente Diego Nicolás Eduardo. Para la realización de este último retrato se inspiró en el original del pintor de la corte Luis de La Cruz, conservado también, como indicábamos, en el prin-cipal templo grancanario. La que suponemos debe tratarse de su copia, se encuentra localizada en el mencionado recinto religioso. El acto que tuvo lugar con motivo de la inauguración de estas dos obras fue solemne. La música y la creación literaria formaron parte del señalado evento, leyéndose por parte del Licenciado Juan E. Doreste sendas memorias biográficas de los re-presentados. Como resultado de la realización de estos lienzos la pintora Lugo Eduardo fue nombrada socia de mérito del Gabinete Literario, incluyéndosela en la 22 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUIIRACIÓN y EL ílGLO XX denominada sección de «Ciencias, Li-teratura y Bellas Artes». Nuestra artista concurrió a los certámenes públicos que tuvieron lugar en su ciudad natal en 1847 y 1849, a los que ya hemos aludido con anterioridad. En la primera de ellas presentó una serie de copias y retratos, cuya temática no aparece especificada en la hoja impresa que se distribuyó al público con motivo del acontecimiento. Nos parece probable, para el caso de las copias, que reprodujera algu-nas de las ejecutadas por su maestro Manuel Ponce de León, durante su estancia en la Academia de San Fernando, mostradas a los habitantes de Las Palmas en la primera exposición pública que tuvo lugar en Canarias en 1845 en el Gabinete Literario. En una colección particular de esta ciudad hemos encontrado una reproducción exacta de la copia efectuada por su profesor de la obra titulada El charlatán sacamuelas, de Teodoro Rombouts, cuyo original se conserva en el Prado. Pilar, al igual que P. de León, no reprodujo sino únicamente el fragmento central (1 ,4 x 81 cm.) del lienzo del pintor flamenco . En la muestra de 1849 expuso cuatro obras, de enh·e las que sobresalían la copia del Marqués de Mirajlores de Federico Madrazo, cuya primera versión se encontraba en manos de su maestro de pintura, así como una reproducción del San Francisco de Paula de Murillo. La crítica del momento, alabó elogiosamente los trabajos expuestos: «Con estos trabajos ha acabado de probamos la alumna del Señor León que es un genio para la pintura». Esta mujer pintora, no fue sólo autora de copias, sino que nos ha dejado también una serie de retratos familiares. Es el caso de los realizados a sus padres, Manuel 23 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD de Lugo y Concepción Eduardo, (firmados y fechados en 1844 y 1846), así como de algu-nos de sus hermanos (Juan, Dolores y Catalina). Todos ellos pueden incluirse dentro de la estética del Romanticismo de corte purista del momento, observándose ciertos ecos ingresianos, consecuen-cia del magisterio de Ponce de León. Características a destacar en estos retratos son, el predominio de la línea dinámica, el esmerado dibujo, el gusto por la composición cerrada, así como cierto sentimentalismo y gusto pintoresco. Pilar de Lugo falleció el 16 de junio de 1851 en su casa de la Plaza de San Antonio Abad del histórico barrio de Vegueta de Las Palmas. Fue una de las muchas víctimas de la epidemia de cólera morbo que azotó esta ciu-dad en el citado año, siendo sepultada en el cementerio de aquella urbe, truncándose su carrera pictórica. Días después, el 20 y 22 de junio, murieron, afectados por el mismo mal, su madre y su hermano José Juan. En la exposición de 1853, dedicada a las Artes e Industria de Canarias, se le tributó un homenaje póstumo. Junto al retrato que le hiciera Manuel P. de León en 1850, se expusieron algunas de sus obras, como es el caso del retrato de Juan Evangelista Doreste «perfectamente pintado» y el que representaba a su hermana Catalina de Lugo. El comentarista anónimo del certamen escribió que su pérdida llorarán siempre todos los amantes de las bellas artes, por haber sido esta joven una de las discípulas que más laureles alcanzaron bajo el entendido sistema de enseñanza del Sr. León 24 MUJ(R y CULTURA. E:NTRE: LA ILUíTRAClÓN y E:L 'iIGLO XX V. El retrato de Pilar de Lugo pintado por Ponee de León El lienzo que representa a esta malograda pintora (85 x 66 cm.) fue realizado por su maestro en 1850, cuando la retratada tenía 30 años, un año antes de su fallecimiento. Está firmado en color rojo en el lado inferior derecho: «M. de León». Se trata de un retrato sedente, casi de cuerpo entero, que realza su condición de artista y no su personalidad femenina. Lleva un vestido de largas mangas de color negro, cuya sobriedad se ve alterada por las dos vueltas de encaje del cuello, unidas por un broche. Hay una búsqueda del plano inclinado respecto al espectador para conseguir efectos de profundidad. La modelo muestra un rostro alargado impregnado por una atenta y nostálgica mirada. Un romántico peinado le cubre las orejas, mostrando el cabello recogido en un moño, aderezado con una cinta roja y negra. Las manos permanecen sobre el regazo, asiendo la diestra el codo de la izquierda. El autor ha buscado la armonía entre los pendientes y los botones- gemelos que unen los puños del vestido, jugando con las tonalidades rojizas, doradas y blanquecinas. En líneas generales, el colorido de la obra se basa en el contraste cromático negro-rojo. La silla donde reposa Pilar, se nos esconde, al estar cubierta por un paño rojo. En el lado derecho, la obra se abre a una especie de jardín, mediante un gran ventanal con tracería a través del cual se percibe un arbusto de blancas florecillas, advirtiéndose en el alfeizar la paleta de pintora con cuatro pinceles, colocada en escorzo de abajo hacia arriba para realzarla. Un blanco bote de porcelanacon adornos en la tapa superior- vinculado al quehacer 25 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD pictórico, completa la discreta composición. El cortinaje verde oscuro que recorre la parte superior del lienzo se recoge escénicamente en el lado izquierdo, contribuyendo a fragmentar la estancia en dos espacios; un primer plano, ocupado por la artista, y la zona del fondo del lienzo, definida por la decorativa ventana y el utillaje pictórico. Bibliografía DIEGO OTERO, E. de ( 1987): La mujer y la pintura del siglo XIX español, Madrid, p. 11. FRAGA GONZÁLEZ, C. 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Las Palmas de Gran Canaria, Casa de Colón, Cabildo de Gran Canaria, p. 344. 26 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL ~IGLO XX Retrato de la profesora de canto Dña. María Suárez Fiol 27 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD ", ' .. <~'.' .' '., • l ~ .. \o~~. . : .• I Casa en la calle Agustín Millares donde vivi ó e impartió sus clases Dña. María uárez Fiol, edificio que originariamente perteneció al historiador Agu tÍn Millares Torres. 28 A DOÑA MARíA SUÁREZ FIOl. Pepita Miñón Jorge Soprano Hoy, en este entorno que es nuestra Vegueta, con tanta historia, nos encontramos frente a la casa de D. Agustín Millares Torres, nuestro gran historiador e insigne padre de aquellos estupendos hermanos Millares Cuba, cuyas paredes de la misma están impregnadas de cultura y de momentos hermosos de sus vidas; hay que añadir que fue la última morada de otra persona insigne, que a su vez, enriqueció dicha casa o morada, con la belleza de la música. Esa persona no es otra que Doña María Suárez Fiol, mi querida y admirada maestra, mujer bonita, castiza, arrolladora por todo lo que la música significó en su vida. Hay que decir que Maruja nació en Madrid, luego se educó en Ferrol y a los trece años, Canarias, con sus hermanos Emilio y Amalia. Tan solo un año después, da su primer concierto con solo catorce años en nuestro teatro. Ese día nació para Las Palmas de Gran Canaria y su sociedad cultural la gran dama que años mas tarde sería la esposo de otro ilustre en esta ciudad, Don Gregorio de León y Morales, médico querido PASEO NOCTURNO POR LA VI EJA CIUDAD y apreciado en todo CÍrculo como gran profesional y altruismo. Ayer esta casa llena de alegría a borbotones, hoy vacía y parte anexa del Colegio de Abogados, permanece en el alma de todos aquellos que contribuyeron a esas tardes tan en el recuerdo de todos como un teatro cuyo contenido fue siempre la belleza y armonía de la música. El azar fue el que me trajo a dicho entorno, una merienda, en casa de la familia Manrique de Lara y Maza amigos de mi familia paterna hizo que allí estuviese esta dignísima persona sentada sonriente rodeada de sus hijas y entré yo en su vida con mi guitarra debajo del brazo, era la gran profesora de los hermanos Kraus. Me sobrecogió el respeto y más tarde el cariño con que ella me trató al oírme cantar con la guitarra Madame Butterfiy y mi atrevimiento, sonriendo me cogió de la oreja y me dijo: «Pepita, si quieres mañana puedes venir a casa, yo estaré encantada». Me asombró y alegró y lo transmití en seguida y no paré de cantar hasta que salí de la casa. Debo decir, que yo no conoCÍ los momentos tan gloriosos de sus conciertos con los Kraus y todas esas maravillosas voces que llenaron su casa de la calle Castillo, alumnos que aún están hoy y doy fe de esas voces tan extraordinarias; otros se han ido pero siguen en la memoria de todos. Sus hijos eran su orgullo, todos cantaban y formaban parte de esos coros y conciertos que han quedado en el recuerdo de la sociedad Canaria, por su exquisitez musical y bien hacer y por el orden con que siempre hizo todo para su público de Las Palmas. La anécdota graciosa que ella 30 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUI1RACIÓN y EL ílGLO XX siempre me contaba de esa época era la siguiente: «Pepita, de esa casa salieron muchos matrimonios unidos por la música y todos ¡Felices y cantando!». Su recuerdo para todos sigue vigente con su hijo Juan e hijas, nietos y bisnietos, todos de ellos dignos del nombre que llevan. Su conocimiento era tan extenso en ella para encontrar la belleza de las composiciones musicales y enseñarlas a cada uno con elegancia y con la mesura que la misma conlleva. Su docencia era innata, seria y ciertamente exigente con los que ella consideraba que debía serlo, lo de Maestra no le gustaba porque siempre dijo que lo de ella era algo tan natural como respirar. Me enseñó todo lo que se, y se mucho. La imitaba en todo, en la feminidad, en el canto, la expresión en los textos y la exigencia en la memoria. Siempre decía que para cantar bien teníamos que emprender la marcha con el Barroco, el Lied y el gran Mozart, «cuando cantes algo de esto bien lo demás te será fácil» . Tenía infinidad de partituras magníficamente ordenadas por tomos y de todos, gran parte me enseñó con paciencia y esa maestría que en ella eran parte de su natura. Fuerte carácter, viuda muy joven y un ramillete de hijos, todos contribuyeron a una casa ejemplar dignos de su padre, grandes médicos y otros formaron todos ellos la gran familia de León y Suárez. No quiero dejar en el olvido la casa de la plaza de Santa Ana donde comenzó la segunda etapa en la vida musical de nuestra querida Maruja. Allí conocí con gran emoción a los hermanos Kraus y a todos sus magníficos compañeros que fueron de la etapa gloriosa a la que yo no pertenecía; la 31 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD mía acababa de comenzar y así empezó otra trayectoria con voces jóvenes mezcladas con muchas de aquellas voces de la primera. Quiero hablar de la facilidad increíble que ella poseía para tocar una partitura por difícil que fuese a primera vista. Era un don, aquí entra lo que los sabios de Grecia decían sobre los que recibían dones de los dioses: «Regalarlos, nunca esperad ser remunerados, pues ellos, dejarán de ser dones» y ella lo cumplía así, tal cual fue dicho. Si, ella, Doña María, mi querida Maruja, merece el reconocimiento de una placa en el teatro, rememorando todo lo que el carisma de esta mujer dejó en la cultura canaria, y no olvidar que su platea en el mismo teatro fue la número seis y merece ser recordada como el lugar donde pasó todas aquellas extraordinarias tardes de aquellos memorables conciertos. Puesto que a ella le debemos como gran pilar esa gran Sociedad que somos lo Amigos Canarios de la Ópera, conocida hoy en todo el mundo como una de las temporadas de ópera de gran calidad, y lo se bien, porque me hablan en Berlin, en el Covent Garden, Zurich , Hamburgo, Salzburgo y muchos, muchos saben el bien hacer de la Sociedad Amigos Canarios de la Ópera, con su hijo al frente y otros componentes que no enumero pero que todos conocen como grandes amantes de la música. Recordad que contribuyó con gran empeño al nuevo resurgir de la Sociedad Filarmónica después de la guerra, para ella de muchísima importancia. Doña María recibió en vida muchos honores, puedo decir que a ella el que mas le emocionó fue El Lazo de 32 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUíTRAClÓN y EL ílGLO XX dama de Isabel La Católica, también tiene una calle con su nombre y sobre todo cartas y agradecimientos de sociedades a las que contribuyó con sus conciertos. Pero yo siempre digo que aun falta su nombre, y me repito, en el lugar al que tanto dio y llenó con tardes hermosas dejando una gran estela en la cultura canaria, y ese lugar no es otro, que nuestro Teatro Pérez Galdós. Talento para la música y la matemática es la esencia que según los sabios es el equilibrio del mundo que gira, lo más perfecto. Quiero terminar con algo un poco jocoso, frente a esta casa se encontraba el cuartel de la Benemérita, o sea, La Guardia Civil, que eran Lunes, Miércoles y Viernes desde las tres y media de la tarde nuestros incondicionales oyentes. Se cuadraban cuando llegábamos con grandes saludos y al irnos, teniendo como final hasta El Comandante y demás oficiales de dicho cuartel, sus ventanas abiertas en dichas horas. Doña María, mi querida Maruja y mi querida y admirada Maestra, carismática, alegre, con unas manos que hasta su muerte fueron de una niña de quince años, no te olvidaré ni espero que se te olvide porque has dejado una gran herencia en hijos, nietos y bisnietos y todos tus alumnos. Hasta siempre. 33 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Retrato de Maria Joaquina Viera y Clavijo. Col. pa rt ic ul a r. Pu e rto de la Cru z, Tenerife. 34 DOÑA MARíA JOAQUINA DE VIERA Y CLAVIJO Yolanda Arencibia Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Muy escasa, casi nula es la presencia de la mujer en la producción y la recepción de la cultura del siglo XVIII; en toda España y también en nuestras islas. Hubo sin embargo mujeres afortunadas que llenaron con sus nombres la excepción que conviene a todo regla; porque, ligadas siempre a un entorno familiar culto, recibieron educación sólida, enseñanzas más que primarias y fueron adiestradas y hasta encaminadas hacia actividades manuales de utilidad. Tal es el caso de doña María Joaquina de Viera y Clavijo (Puerto de la Cruz de la Orotava, 1737-Las Palmas de Gran Canaria, 1819), que, educada con esmero por su padre don Gabriel del Álamo Viera en su villa natal y en La Laguna, vivió aquí mismo, en pleno centro de la Plaza de Santa Ana, en el hermoso edificio que es hoy sede del Archivo Histórico Provincial, desde que su ilustre hermano, don José de Viera y Clavijo, viniera a residir en ella a partir de 1784. PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Convivió doña María en esta casa con sus hermanos Nicolás y José hasta la muerte de ambos, cumpliendo el cometido de cuidar de sus hermanos y de su casa, y conservando para sí misma el entorno de decoro y honestas costumbres que el ideal femenino de la época demandaba para una dama como ella. Que no estaba reñido con ejercer alguna actividad; al contrario; desde el propósito que defendieron nuestros moralistas de la Ilustración de alejar a las mujeres de una peligrosa ociosidad. Nos consta que doña María fue una mujer austera y respetuosa siempre con las normas del decoro, del recato y de la buena crianza; igualmente que fue una ferviente católica, como cabía esperar. Nos consta también que desempeñó otras actividades artísticas para las que estaba especialmente dotada. Porque doña María fue escultora, pintora y poeta. Como escultora y pintora se inició en sus años juveniles, alternando estas habilidades técnicas con la escritura. En La Laguna, adonde se trasladó la familia desde La Orotava por imperativos profesionales del padre, don Gabriel, pudo tener como maestro al prestigioso imaginero don José Rodríguez de la Oliva y formar parte del inquieto e interesante círculo artístico de aquella ciudad. La afición vino con ella al trasladarse a Las Palmas; y en el selecto círculo de su hermano, continuó en ese camino artístico recibiendo impulso y maestría junto a los artífices artísticos de la Catedral de Las Palmas: el imaginero don José Lujan Pérez y el arquitecto don Diego Nicolás Eduardo quien, con don José de Viera impulsaría, precisamente, la Escuela de Dibujo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. 36 MUJER Y CULTURA. E:NTRE: LA ILUSTRACIÓN Y E:L í lGLO XX También se inició doña María de Viera como poeta en los CÍrculos ilustrados de La Laguna. Más de un centenar de poemas de ella conocemos hoy. En la generalidad de los mismos se muestra como una más que interesante poeta cuya valía hemos de situar en el contexto de su vida y de su época. Demostró gran habilidad para jugar con la rima y el ritmo y supo hallar el fiel equilibrado entre la distancia poética, respetuosa y culta, y el tono directo y cercano que atrapa al lector. Leyendo sus poemas pueden encontrarse tantos ecos herederos del cercano barroco como elementos neoclásicos e ilustrados que propendía a la composición de circunstancias: conmemoraciones, efemérides, panegíricos, elogios, etc. Así n el poema que ahora veremos, de 1801 , que le valió el título de primera poeta canaria cuando Elías Mujica lo escogió para iniciar su colección, publicada en 1878. Se trata de un soneto nacido para cantar la partida del arcediano D. Luis de la Encina hacia Arequipa que muestra la habilidad versificadora de doña María además de su vertiente de persona que se mantiene al día de los acontecimientos insulares: Tu talento tan rico y tan profundo En Canarias no cabe ¡oh, grande Encina! y por inspiración toda divina Fue preciso buscarle un nuevo mundo. El cielo con misterio muy profundo A una vasta región hoy te destina Donde por tu bondad y tu doctrina Admiren a un obispo sin segundo. La indiana mitra, sin apetecerla, Ciñe tus sienes por hallarla honrada; 37 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD y la canaria Catedral al verla Llama a la de Arequipa afortunada. Ella cual concha le va a dar su Perla, y la Encina cual palma es esmaltada. No descuida doña María el cultivo de la sátira; de la sátira de costumbres y de la sátira política: entre las primeras, un largo poema juvenil (260 versos) contra las nuevas modas femeninas titulado Vejamen a las presumidas modistas, que causo algún revuelo social; entre las segundas, redactó invectivas declaradas, como ésta aguda letanía dedicado al privado Manuel Godoy, de afilada dureza: Duque por usurpación. Príncipe de iniquidad, General en la maldad, Almirante en la traición, Lascivo, mal garañón, De rameras rodeado, Con dos mujeres casado, En la ambición sin igual, En la soberbia sin par y la ruina del Estado. Pero el tema poético de doña María es por excelencia el religioso, respondiendo así tanto a sus propias convicciones como siguiendo una línea tradicional muy acreditada. Como ejemplo, esta octava, dedicada a «Una imagen de Belén». 38 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACIÓN Y EL í lGLO XX Mirad en esta imagen de María Pintado aquel trasporte más sagrado, Cuando vio que en sus brazos sostenía Al ser supremo, al Verbo ya humanado. Reparad bien como se confundía. Sintiéndose madre del que la ha criado. Llena de amor, extática, enmudece y el dulce hijo nuevo amor ofrece. Una última muestra del estro poético de doña María, que no podemos dejar de indicar por curiosa, es su cultivo del verso esdrújulo, un metro dificil y una propensión formal que la sitúa en la línea de la tradición cultista del XVI en la que había destacado el poeta Cairasco de Figueroa. De un criminal espíritu Que se lava con lágrimas, Es un sagrado símbolo, La piscina probática . . Una contricción íntima Le dé impulso a la máquina; y este glorioso médico Conmueva esta agua cándida. Doña María de Viera y Clavijo fue, sin duda, una interesante personalidad cuya vida y cuya obra, dejan asomar el atractivo perfil de un ser inqu ieto que, sin dejar de responder a las limitaciones que han de marcarle las circunstancias, se esfuerza por superar con su actividad artística. En la poesía como hemos visto; pero también en la pintura y en la escultura. Sin duda, respondiendo a su 39 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD educación, se sintió siempre orgullosa de la proyección científica y social de su hermano del José, con lo cual debió sentirse íntimamente compensada. No es difícil imaginar a doña María en el papel subsidiario de celosa cuidadora de sus hermanos; de su hermano José, principalmente, incluso prestándose a quehaceres de ayuda intelectual que su propia cultura y preparación personales le permitían. Así parece probarlo el completo inventario de los escritos del arcediano «cuatro hojas en octavo, con los títulos perfectamente ordenados por temas» que preparó doña Maria con cuidada ortografía y que remata el texto del bello manuscrito de su poema Los meses que se conserva El Museo Canario. Al don José autor de este poema, Los meses, dedica doña María un sentido elogio en quintillas que dice así: En doce cantos produces Del Solla vasta influencia; Pero tan bién tú conduces Que el Sol y tú en competencia Tienes tú mayores luces. Con exquisitos primores Pintas a la primavera; Pero unos cuadros mejores De tu amenidad yo hiciera Si me prestaras colores. El rico y pomposo estío Al oírte se envanece; Pero perderá su brío Viendo que tu ciencia ofrece Más riqueza y atavío. De los frutos la sazón 40 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL )IGLO XX Que el buen otoño asegura, De ti tiene emulación, Que en madurez y dulzura Le gana tu erudición. Deja el Invierno parada La tierra en sus producciones, Mas tu cultura estimada Labrará siempre sus dones, Aún en la edad mas helada. Nadie podrá hacer la historia, De tus talentos extraños; Los tiempos canten tu gloria. Los días meses y años Eternicen tu memoria. Debió ser unan gran mujer doña María de Viera. Una mujer consciente de su importancia, de su valor y de la trascendencia social del papel que su situación le imponía desempeñar. En ese sentido, term inaré recordando la existencia de un texto en prosa de nuestra escritora, una arenga en realidad, dirigido a las mujeres canarias llamándolas a sumar su esfuerzo a los nacionales con motivo de los hechos políticos de la llamada Guerra de la Independencia. Se titula Una señora de Canaria a las de su sexo y en su último párrafo podemos leer lo siguiente: Sigamos pues, canarias generosas, el ejemplo de las madrileñas, gaditanas y demás señoras de los principales pueblos de la Península dignas por su patriotismo de un eterno renombre; proporcionemos a esta juventud que se presenta voluntaria para unirse con los demás valientes guerreros, deseosa de vengar tantos ultrajes ( ... ) los auxilios 41 PASEO NOCTURNO POR LA VI EJA CIUDAD de que carece y estuviere en nuestra mano suministrarle; contribuyamos todas sin distinción de clases con el trabajo de nuestra aguja a que se aliste en breve tiempo su reducido equipaje; y aliviemos con las ofertas y donativos que nuestra situación y economía nos permitieren los inmensos gastos que en defensa de sus derechos, de su religión y de su rey ha de sufrir indispensablemente esta pequeña parte de la agobiada monarquía española. Doña María de Viera y Clavijo, presente hoy en nuestro recorrido histórico frente al que fue su domicilio. Hoy podemos sentirnos orgullosos de ella. 42 MUJER Y CULTURA. ENTRE lA ILUITRAClÓN Y EL )IGLO XX Edificio de la Plaza de Santa Ana, hoy Archivo Hi tórico Provi ncial, donde vivió María Joaquina Viera y Clavijo. 43 PASEO NOCTURNO POR LA VIEJA CIUDAD Edificio de la Plaza de Santa Ana, hoy Archivo Histórico Provincial, donde vivió María Joaquilla Viera y Clavijo a principios del siglo XIX, y a mitad del siglo XX la profesora María Suárez Fiol, en una foto hacia 1905. 44 MUJER Y CULTURA. ENTRE LA ILUSTRACiÓN Y EL )'IGLO XX íNDICE PRESENTACIÓN ........... .................... ..... .................. ...... .. ... 3 Jerónimo Saavedra Acevedo. Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. CARMEN LAFORET, AL VOLVER LA ESQUINA ............ .. 7 Carmen Márquez Montes. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. PlLARDELUGO EDUARDO. UNAPlNTORAROMÁNTlCA MALOGRADA: 1820-1851 ........... ... ........................ ....................... ... .. ... ....... 15 María de los Reyes Hernández Socorro. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. A DOÑA MARÍA suÁREz FIOL ...................................... 29 Pepita Miñón Jorge. Soprano. DOÑAMARÍAJOAQUlNADEVIERA YCLAVIJO ...... ... 35 Yolanda Arencibia. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. 45 Este libro se terminó de imprimir el día 22 de junio de 2009, para el «Paseo Nocturno por la Vieja Ciudad», en el curso del programa de las Fiestas Fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria, 2009. |
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