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CUADERNO PRIMERO DE NOTAS REFERENTES AL PUEBLO Y PARROQUIA DE ARUCAS PEDRO MARCELINO QUINTANA MIRANDA AYUNTAMIENTO DE ARUCAS 2012 Edición a cargo del Excmo. Ayuntamiento de Arucas Diseño y maquetación: Biblioteca Municipal de Arucas Depósito Legal: GC 446-2012 ISBN: 978-84-936351-9-0 SALUDA Como Concejala de Cultura, es para mí un placer y un honor poner a disposición de la ciudadanía aruquense una obra del que fuera primer Cronista Oficial de la Ciudad de Arucas. El trabajo que comenzó auspiciando el Departamento de Patrimonio Histórico municipal concluye ahora bajo la responsabilidad de Cultura, aunando así tradición y modernidad con proyección de futuro. Aprovechando las posibilidades de las nuevas tecnologías, confiamos además en ampliar el número de destinatarios pues tratamos de llegar, en esta ocasión, al segmento de población integrado por personas que valoran muy especialmente las facilidades de acceso a la información y el conocimiento que ofrece Internet. Qué mejor contenido que este primer Cuaderno de don Pedro Marcelino Quintana para inaugurar el apartado de publicaciones electrónicas en la web municipal, un espacio que continuará enriqueciéndose en fechas próximas con nuevas obras y contenidos que no habrían podido editarse en el tradicional soporte en papel. Nos parece bastante probable que esta nueva forma de difusión habría sido muy del agrado del autor, don Pedro Marcelino, quien manifiesta su curioso interés hacia los progresos de la modernidad en episodios como el del globo aerostático, hecho que transcribe más de una vez en este primer Cuaderno, afirmando haberlo retenido con detalle en la memoria durante más de treinta años. Queremos agradecer muy especialmente la labor de don Ramón Díaz Hernández, cuya iniciativa ha propiciado la realización de este proyecto. Agotadas las dos ediciones anteriores de la Historia de Arucas de Pedro Marcelino Quintana, publicadas por el Ayuntamiento en 1979 y 2003, ya se había hecho patente en numerosas ocasiones la necesidad de acceder a estos contenidos a través de una edición con las características de la que ahora les presentamos. A los amables lectores y a los afanados estudiosos, les auguramos largas horas de disfrute intelectual. Por nuestra parte, queda la satisfacción del deber cumplido en este humilde homenaje a quienes dedican gran parte de su vida al estudio y difusión de la historia de sus pueblos, haciendo nuestra la cita de Oscar Wilde según la cual “Cualquiera puede hacer historia; pero solo un gran hombre puede escribirla”. Lidia E. Morales Falcón Concejala de Cultura 5 MATERIALES PARA LA HISTORIA DE ARUCAS PRESENTACIÓN DE LA EDICIÓN DIGITALIZADA DE LOS “CUADERNOS DE NOTAS REFERENTES AL PUEBLO Y PARROQUIA DE ARUCAS” DE DON PEDRO MARCELINO QUINTANA MIRANDA, PRIMER CRONISTA OFICIAL Ramón Díaz Hernández Doctor en Filosofía y Letras Profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) 1. Introducción: Rescatando el Patrimonio Documental de Arucas En el año 2005 la inesperada fuerza del destino y, especialmente, la generosidad de una parte de los herederos de don Francisco Caballero Mujica1, fallecido en Las Palmas de Gran Canaria el día tres de febrero de 2002, nos dejó sorpresivamente una caja de importantísimos documentos pertenecientes al finado Deán de la Catedral o en poder del mismo en el momento de su óbito, con la encomienda de que la administráramos de la forma que estimáramos más conveniente. Ni que decir tiene que ante un hecho de esa naturaleza no pusimos el menor inconveniente. Entre otros documentos de interés que se encontraban en dicha caja estaban los tres famosos Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas inéditos de don Pedro Marcelino Quintana Miranda (Arucas 1886-1952) sobre los que se han elevado tantas especulaciones y que tanto han dado que hablar dentro y fuera de esta municipalidad. 1 Francisco Caballero Mujica nació en Arucas en 1921. Fue funcionario del Ayuntamiento de su ciudad natal hasta su ingreso en el Seminario para ser posteriormente ordenado sacerdote en 1952. Ha sido Ecónomo de la parroquia del Santísimo Cristo en Guanarteme (Las Palmas de Gran Canaria), doctor en Derecho Canónico, Canónigo Doctoral y Deán de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Canarias. Ha ejercido de docente en el Instituto de Enseñanza Media Santa Catalina y en el Centro de Estudios Superiores de Teología de Las Palmas de Gran Canaria. Entre sus principales publicaciones destacan Pedro Cerón y el Mayorazgo de Arucas (1974); El Manuscrito De Republica Christiana del Bachiller Juan Mateo de Castro (1979) y Canarias hacia Castilla: datos de un proceso histórico (1992). 7 Después de una reflexión compartida y consensuada con los citados herederos y contando con la entusiasta implicación de varios colaboradores voluntarios definimos el proyecto como Rescate del Patrimonio Documental de Arucas. Decidimos, en primer lugar, desarrollar una edición digital que pusiera esta obra tan costosamente acumulada en vida de su autor en Internet al alcance de todo el que quisiera consultarla. Y, en segundo lugar, adquirimos también el compromiso de devolver estos preciados Cuadernos al Excelentísimo Ayuntamiento de Arucas, porque, a nuestro juicio, es esa institución a quien al parecer se le confirió el derecho de propiedad en las condiciones que fueron pactadas entre ambas partes en su momento. Conscientes de la grave responsabilidad que adquiríamos y una vez tomada la decisión, nos pusimos manos a la obra. Y, sin más recursos que nuestro escaso tiempo libre, terminamos la transcripción y digitalización de los tres Cuadernos que suman unas 837 páginas manuscritas, desde el verano de 2006 hasta finales de 2011. Este arduo trabajo nos lo repartimos entre Doramas Díaz Llebry, Natalia Cruz Avero, Irene Herrera, Fátima Cabrera García, Penélope López Macías, Selvi Hell Selvadurai, Iván Rodríguez Macario, Alicia Hernández Padrón, Antonio Jiménez Medina2 y naturalmente el que estas notas escribe que, además de coordinar las tareas expuestas, ha asumido funciones correctoras, editoras y la gestión de todo el proceso. De forma particular debemos resaltar la estimable colaboración de la Concejalía de Patrimonio Histórico del Excmo. Ayuntamiento de Arucas y de sus respectivos responsables técnicos y políticos porque siempre y en todo momento acogieron este proyecto con el mayor entusiasmo. Como es de suponer hemos tenido que hacer esfuerzos considerables no sólo en la transcripción y digitalización de los textos, sino también en la realización de un diseño final que resultara auténtico y a la vez creíble atendiendo a una multiplicidad de criterios tan fundamentales como: a) procurar el máximo respeto a los contenidos de los textos y al pensamiento de su autor; b) el producto resultante tenía que ser legible fácilmente por parte de todos los que tengan a bien consultarlo; c) respetar que no se hurtara al posible lector ni un ápice de lo que está escrito y consta en el original; d) guardar fiel y escrupulosamente el contenido de estos manuscritos, con sus correspondientes notas aclaratorias en los márgenes o añadidos en hojas y tiras sueltas insertas en las páginas originales, explicando o ampliando lo que ya estaba escrito, tanto las que el propio cronista redactó de su puño y letra como las que se añadieron posteriormente por segundas manos y e) insertar a pie de página una serie de notas aclaratorias para que el lector no avezado pueda encontrar mayores facilidades en la comprensión de unos relatos impregnados del ‘espíritu’ de la época en el empleo de 2 Unos en calidad de colaboradores externos y otros como alumnos de la Facultad de Geografía e Historia de la ULPGC cursando la asignatura de Prácticas en Empresa con destino en el Departamento de Patrimonio Histórico del Excmo. Ayuntamiento de Arucas en cumplimiento del vigente Convenio de Colaboración entre ambas instituciones. 8 términos y construcciones gramaticales propios del ambiente cultural de las primeras décadas del siglo XX pero que hoy han entrado en desuso. En definitiva, hemos tratado por todos los medios de que la transcripción de los tres Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas difundan en la medida de lo posible el ambiente sociohistórico que existió en la época en que fueron concebidos con la mayor autenticidad deseable, a pesar de los años que han transcurrido desde que se terminaron de escribir hasta hoy en día y que, además, resulten comprensibles a cualquier lector. A nadie se le oculta que esta transcripción se podía haber realizado también mediante un compromiso entre la digitalización del manuscrito actualizando el lenguaje utilizado y su interpretación a través de notas aclaratorias, pero se desechó esa idea para no abrir espacios a la duda por aquello de tradutore, traditori3. Si hemos logrado o no los objetivos descritos que nos habíamos trazado inicialmente es algo que escapa a nuestras posibilidades autoevaluativas y, por lo tanto, no tenemos otra opción que someternos al juicio inapelable de los lectores. No obstante, sí debemos confesar que el esfuerzo en sí mismo ha valido la pena y que el objetivo de socializar al fin estos importantes materiales históricos y divulgarlos entre un público cada vez más ávido por conocer nuestro pasado es algo así como un sueño gratamente reparador. Modestamente estimamos también que con esta moderna fórmula de edición sin barreras y de fácil accesibilidad se le devuelve a la ciudadanía algo que le pertenece. Queremos destacar, finalmente, que este proyecto colectivo y voluntario fue concebido, como su propio nombre indica, un rescate del patrimonio escrito y lo hemos desarrollado desinteresadamente como un servicio más a la comunidad sin esperar por ello nada a cambio, más allá de la satisfacción personal y del amor que profesamos a nuestra patria chica. Y si acaso algún posible mérito nos pudiésemos subrogar, ese no sería otro que el convencimiento de que hemos actuado como seguramente le hubiese gustado a su autor. 2. Breve perfil humano y bibliográfico de don Pedro Marcelino Quintana Miranda Es posible que a las nuevas generaciones la figura de don Pedro Marcelino Quintana Miranda les resulte desconocida, pero puede también que el paso del tiempo y la fragilidad de la memoria hayan desvanecido su imagen entre los que ya sumamos años. Por eso hemos creído necesario insertar aquí algunas notas biobibliográficas e igualmente ofrecer una semblanza sucinta del referido autor. Para ello hemos recurrido a diferentes textos editados sobre nuestro personaje, escritos todos por cuatro 3 Proverbio italiano según el cual todo traductor traiciona siempre en alguna medida el texto original. 9 destacados aruquenses como son Pablo P. de Jesús Vélez, José Cabrera Vélez, Simón Pérez Reyes y Florencio Santana Sánchez.4 Todo empieza cuando el matrimonio compuesto por don Sebastián Quintana Domínguez y María de los Remedios Miranda Arencibia, naturales del municipio de Teror, deciden trasladar su residencia hacia Arucas en 1885 debido a que el cabeza de familia obtuvo la plaza de sochantre y sacristán de la parroquia de San Juan Bautista. Para ello fijaron su domicilio primero en la entonces calle El Terrero n.º 17 (renombrada ahora como Juan de Dios Martín) en donde nace el 8 de diciembre de 1886 Pedro Marcelino. Más tarde los Quintana-Miranda se mudaron al n.º 19 de la céntrica calle de San Juan. Siendo aun muy joven nuestro personaje toma la decisión de orientar su vida profesional hacia la dedicación religiosa y como tantos otros muchachos de su época ingresa en el Seminario, estudia Teología y Derecho Canónico en la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Canarias, recibiendo el título de licenciado en Sagrados Cánones y Filosofía el 19 de julio de 1910. En septiembre de ese mismo año y con 24 años de edad es ordenado sacerdote por el obispo Pérez Muñoz, diciendo su primera misa en Arucas el 29 de septiembre de 1910. Su primera misión la desarrolla en la parroquia de San Lorenzo como coadjutor con residencia en Tamaraceite. En aquel destino estará ejerciendo su ministerio hasta enero de 1918 en que es destinado a Cuba desde donde no regresará hasta 1921. Cuando regresa de la mayor isla de las Antillas decide instalarse en Arucas y hacerse cargo de la capellanía del Colegio de La Salle de la misma localidad, compatibilizando docencia y dirección espiritual. Contrae una enfermedad y tiene ciertas dificultades en la visión hacia 1950 que le obligan a desplazarse a Barcelona para curarse. Esas dolencias le fuerzan a cesar como docente pero continúa en el cargo de orientador espiritual del citado colegio, manteniéndose en el mismo hasta el preciso momento de su muerte acaecida el 23 de julio de 1952 cuando contaba con 65 años. En cuanto a su obra literaria digamos que cultivó prácticamente todos los géneros desde la poesía, el ensayo, la narrativa, artículos periodísticos y colaboraciones en la prensa local, hasta trabajos de mayor enjundia como los relacionados con la historia y las ciencias naturales. Escribió entre 1929 y 1932 unos 300 artículos sobre variados temas, especialmente sobre historia de Arucas y de Canarias, así como cuestiones relacionadas con el arte. Muchos de ellos los firmó con su propio nombre, pero singularmente los dedicados a Luján Pérez o la serie de artículos sobre “Datos históricos de Guía”, publicados en la Voz del Norte, entre 1931 y 1933, que los firmó 4 JESÚS VÉLEZ, P.P. de (2009): Arucas: hombres y hechos. Segunda Edición. Ed. Destilerías Arehucas. Tomo Iº, pp.338-343; Conferencia titulada Pedro Marcelino Quintana Miranda: 1886-1952, pronunciada en 1986 por el sacerdote José Cabrera Vélez en homenaje al centenario de su nacimiento. Texto de diez páginas mecanografiadas en folios pautados. PÉREZ REYES, S. “Biografía y comentarios”. In QUINTANA MIRANDA, P. M.: Historia del Seminario Conciliar de Canarias. Ediciones Anroart, pp. 262. Las Palmas de Gran Canaria, 2006. Y don Florencio Santana Sánchez que redactó las notas biográficas que aparecen en la primera edición de 1979 de la Historia de Arucas, aunque no se cita su autoría, que sí es reconocida en la segunda edición de 2003. 10 con los pseudónimos de Lupercio y M. Dice su alumno y amigo José Cabrera Vélez que escribió unas 21 novelas (la mayoría de ellas están aún inéditas) entre las que destacan Fiorina, Aves peregrinas y Aventuras del clérigo don Sebaldo. Practicó igualmente el viverismo de plantas y la recopilación de objetos y vestigios arqueológicos, pero su dendrofilia y su apasionada afición por la naturaleza le llevaron a escribir una serie de anotaciones al Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias de Viera y Clavijo5. Presentó igualmente unas “Correcciones a la Historia de Canarias de Viera y Clavijo” a un concurso organizado en 1930 por El Museo Canario por las que fue premiado. Dejó escritas varias obras históricas como Apuntes para una Historia de los Jesuitas en Las Palmas de Gran Canaria (aún sin publicar) y una Historia del Seminario Conciliar de Canarias que fue felizmente editada en 2006 por ediciones Anroart gracias a los desvelos de Simón Pérez Reyes. Cuando falleció en 1952 dejó sobre su mesa de trabajo una amplia e inconclusa Historia de San Cristóbal. Pero su obra principal es, sin la menor duda, la Historia de la Ciudad de Arucas a la que le dedicaremos un apartado especial. También diseñó una propuesta de escudo heráldico para la ciudad de Arucas que fue presentada en 1946 al Ayuntamiento y por la que recibe unánimes elogios por los entonces miembros de la Corporación. Sin embargo, después de varios años y de diversos avatares, fue finalmente aprobado el escudo heráldico diseñado por el Concejal don Florencio Santana Sánchez en 1954 basado, en parte, en algunas de las ideas originales de Quintana Miranda. 3. Vicisitudes de la Historia de Arucas de Pedro Marcelino Quintana Miranda Es de todos sabido que don Pedro Marcelino Quintana (1886-1952) dejó escrita una Historia de Arucas para el alumnado del colegio de La Salle como bien se recoge en el acta del Pleno Municipal celebrado el 9 de agosto de 1944 (en el punto 19 del orden del día. Libro de Actas de Pleno N.º 54, folio 393 recto,) que adopta el siguiente acuerdo: Expone a continuación el Sr. Alcalde6 que el Sacerdote D. Marcelino Quintana Miranda, es autor de una interesantísima Historia de Arucas y cree el mismo que dicha obra interesa sobremanera en el aspecto cultural a la ciudad, por lo cual propone se edite dicha obra por el Ayuntamiento, y la Corporación acuerda ponerse al habla con el Sr. Quintana sobre el particular, y a propuesta del Sr. Alcalde nombrarle a título honorífico Cronista Oficial de la Ciudad de Arucas, en reconocimiento de la interesantísima labor cultural de investigación histórica que dicho señor ha llevado a cabo7. Sin embargo, y a pesar del acuerdo reproducido, que tiene además el valor 5 Obra editada por la Real Sociedad Económica de Amigos del País en 1866 que luego se reeditaría en una versión más completa en 1982 por la Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas (Plan Cultural) dirigida y prologada por el académico Manuel Alvar. 6 En ese tiempo ostentaba la alcaldía Don José Henríquez Pitti. 7 Libro de Actas de Pleno en Microfilm. Rollo Nº 20, que contiene los libros de Actas de Pleno Corporativo Nº 54, 55 y 56. Archivo Histórico Municipal de Arucas. 11 añadido del nombramiento de nuestro autor como primer cronista oficial en reconocimiento de sus méritos, la publicación de la Historia de Arucas no se llevó a cabo de inmediato por una especie de fatalidad que, según asegura Cabrera Vélez, persiguió a la mayoría de sus escritos. Por eso es interesante conocer las explicaciones que se recogen en una carta personal que don Marcelino dirige al Marqués de Ciadoncha8 el 20 de mayo de 1952 sobre las vicisitudes de su inédita Historia de Arucas en donde, entre otras cosas, dice literalmente lo siguiente: Excmo. Sr.: Llegó el 25 actual a mis manos la muy razonada carta de V.S. fechada el 15 de este referido mes. En ella me dice que Arucas no tiene blasón antiguo y es el caso de adoptar uno nuevo en consonancia con su historia local. Considerando que la verdadera base del patriotismo es la historia, emprendí en 1922 el trabajo de escribirla. Cuando iba a publicarla en 1931 por súplica de los maestros nacionales de esta mi patria, estalló la república y se deshizo la legislación docente que hasta entonces ordenaba se diese como texto de lectura en las escuelas locales la historia de los respectivos pueblos, razón por la que desistí publicarla (y hasta que aguardara a tiempos mejores); pero en la revista ‘De La Salle’ que años pasados editaban en esta ciudad dí a la luz cuánto se sabía de la misma desde la fundación de la indígena ‘Arehucas’ (fines del siglo XIV) hasta fines del siglo 17; y no más porque dicha revista dejó de publicarse9. De sus propias palabras se deducen los siguientes hechos: a) que la Historia de Arucas la empezó a escribir desde 1922; b) que se intentó publicar en esos años pero el advenimiento de la República en 1931 hizo desistir a su autor del intento y c) que a pesar de esos contratiempos se publicó en la Revista de La Salle una primera parte que comprendía el relato histórico que va desde la Arucas aborigen hasta el S. XVII. La segunda parte no llegó a editarse por la desaparición de la citada revista. Más adelante el Ayuntamiento de Arucas solicitó el mencionado manuscrito de la Historia de Arucas para su publicación y se hizo entrega del mismo en 1952 bajo la promesa solemne y escrita de editarlo (Cabrera Vélez, 1986). Por otra parte hay constancia que, desde el 23 de enero de 1954, después de su fallecimiento el 23 de julio de 1952, fue depositado en el Ayuntamiento de Arucas un original mecanografiado con ese mismo título que luego sirvió de base para las ediciones que realizó el propio Ayuntamiento, respectivamente en 1979 y 2003. En efecto, en el Archivo Histórico Municipal de Arucas se encuentran nada menos que dos copias originales mecanografiadas de esa misma obra cuyos contenidos son idénticos y concuerdan fielmente con los textos que aparecen en las dos referidas ediciones, con la sola excepción de la dedicatoria que ocupa en la versión original unas seis páginas mecanografiadas en folios apaisados y que no fue finalmente incluida en ambas publicaciones sin que podamos saber las razones exactas de su omisión. El título y 8 Se trataba realmente de don José de Rújula y de Ochotorena, VIIIº Marqués de Ciadoncha, entonces director del Colegio Heráldico de España y de las Indias (Madrid). 9 Extracto de la carta manuscrita en 6 folios depositada en el Archivo Histórico Municipal de Arucas. 12 dedicatoria, hasta ahora inéditos, nos ha parecido oportuno reproducirlos aquí a continuación tal como fueron escritos por su autor: “LA CIUDAD DE ARUCAS”. Apuntes y papeles referentes a dicha población, que ha logrado recoger Pedro Marcelino Quintana, Pbro. “Quiero vivir porque mis muertos no mueran” Gabriel y Galán. DEDICATORIA Fue siempre antigua usanza de escritores españoles ofrecer a algún esclarecido personaje los libros que escribiesen; para que apadrinados por su sombra, fuesen del público recibidos con benevolencia y aplausos. Si el inmortal Cervantes no pudo sustraerse de seguir esta costumbre, porque la costumbre es ley, ¿cómo puedo yo no cumplirla, pobre clérigo infeliz, sin cédula de vecindad en la república de las letras? Así no es de extrañar que buscando un señorón encopetado a quien dedicar mis cuartillas, haya pasado en mi humilde cuchitril, los días de turbio en turbio y las noches de claro en claro, sentado en el escritorio, puesta la mano en la frente, y sosteniendo la pluma en la otra, en blanco la mirada y la imaginación por los aires. Así largo rato, vinieron mis ojos a posarse en una vieja estampa con anticuada barra, de caoba, herencia de mis mayores, colgada en la pared a poco trecho. En ella se destaca el divino Salvador sentado a la sombra de un olivo que hermosea la orilla de un trigal, alumbrando el panorama los tibios resplandores de Occidente, que encienden los celajes de puros sonrosados arreboles. No estaba solo el Maestro. Una turba de humanos pajarillos, un enjambre de pilluelos volados del cercano caserío, diversos en edades, sentados unos sobre los talones, otros de rodillas, en pié algunos é inmóviles todos, escuchaban alelados aquellos cuentos doctrinales, aquellas cosas tan nuevas, cosas queridas de una patria que no vemos, escondida en lo inmenso de lo azul…. ¡Y qué cosas aquellas! El complot de los ángeles, el incendio del sol en los espacios, las últimas tempestades de la creación, las primeras flores que se abrieron en las cóncavas soledades del planeta, la mujer que tomó del paraíso manzanas venenosas, el joven ruin que mató a su hermanito por envidia, la barca del diluvio que devoró tantos pueblos, las glorias incontables de Sión, los profetas, los reyes… causando en sus almas infantiles una impresión tan blanda como la de nosotros cuando aspiramos el aliento de las habas florecidas. No pasa inadvertida aquella escena: Las mujeres que venían del pozo llevando a la cabeza sus tinajas, el buen samaritano que tornaba a su cortijo ventilados 13 sus negocios, el fenicio que tira de sus recuas tan cargadas de púrpura y drogas, los pescadores de Genesaret anunciando por doquier el botín de sus mallas, el soldado romano de piernas desnudas, escamosa loriga y casco vencedor, airosamente montado sobre un caballo de Atenas…todos a lo lejos y cada cual a su manera comentaban con risueña admiración aquellas ocurrencias del hijo de David. Entonces dije en mi interior: ¡Oh vieja estampa desteñida! ¡Oh santo recuerdo de un ayer piadoso, que infundiste proverbios celestiales en el hogar de mis antepasados! Ya siento desde tus líneas una voz inefable, una callada inspiración que me ordena lo que debo hacer. Si Cristo Jesús consagraba sus crónicas divinas y sus horas de poeta a los pequeños del barrio, ¿Podré yo hacer otra cosa, siendo sacerdote como soy, obligado a seguir en cuanto pueda muy cerca sus ejemplos? Sean para ustedes estas páginas, tropel de corderillos, dulces retoños del hogar del pobre. Sean ustedes los nobles a quienes tribuye yo rendida cortesía, que de estrellas abajo nada hay más noble que el corazón de un niño. No tomen a sátira verse tratados por nobles, estando – como estáis – revueltos de cabellos, ausentes de botones, rotas las camisas y sucios por doquiera, que no andaban mejor los que escuchaban al Salvador en huertas y trigales. Cristo enseñaba a los niños la historia universal del Cielo, patria lejana, eterna casa solariega y luciente visión de lo increado. Yo les enseñaré a ustedes la historia particular de Arucas, cuna bendita, lecho de flores, brisa de azúcar y tropical jardín de plátanos y amores. ¡Arriba, pues! ¡Arriba! Mientras más pobres, seréis más grandes. Pobre el hueso del dátil, germinó inadvertido y vino a descollar triunfante sobre los árboles del bosque. Cervantes, Granada, Murillo, Pizarro, Verdaguer, Fortuny, y una lista sin fin de nuestras glorias, humildes, germinaron en un rincón obscuro. ¡Pilluelos de Cardones y Portales! ¡Diablillos de Goleta y Bañaderos! ¡Perdiz de Santidad, Cerrillo y Trasmontaña! Bien sirve a Dios quien a su patria sirve. En el Cielo hay un puesto de honor desocupado, para el primer hijo de Arucas que se eleve sobre los demás por su ciencia y sus virtudes. Su patria reserva para él un bloque de mármol con que erigirle una estatua y hacer saber a las gentes venideras que el talento no tiene que ver con los calzones rotos ni con las piernas al aire, que Dios ayuda al niño que trabaja, vence; y el que vence es inmortal. ¿Dónde está – me diréis – la historia de esta población para leerla y amarla? ¡Qué cerca está de vosotros! Comienza en la hoja siguiente, y vaciad en el corazón todos sus capítulos sin derramar una letra, en tanto que el autor de estas líneas, soltando alegre la pluma, dirá lleno de entusiasmo: ¡Viva Cristo Maestro! 14 ¡Viva el niño estudioso! ¡Viva la ciudad de Arucas! Esta Historia de Arucas que hoy conocemos gracias a las ya referidas ediciones de 1979 y 2003, según se desprende de la carta personal que don Marcelino dirige al Marqués de Ciadoncha, la tenía escrita desde 192210 y es, en realidad, un resumen dedicado a los niños tal como se afirma en la página 10 de la Noticia Biográfica del Autor [redactada por don Florencio Santana Sánchez, Concejal del Ayuntamiento de Arucas entre 1952 y 1958] correspondiente a la primera edición de 1979 que precede al texto. Eso explica tal vez la razón que impulsa a nuestro autor a continuar trabajando en la elaboración de una historia de Arucas más ambiciosa como queda suficientemente reflejado en sus tres Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas y a los que nos vamos a referir seguidamente. 4. Los tres Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas Comprende esta obra tres Cuadernos manuscritos que suman un total de 837 páginas. Es exactamente en el día 28 de mayo de 1926 cuando empezó don Marcelino Quintana a escribir su primer Cuaderno de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas acabándolo el 4 de abril de 1927. El segundo lo comenzó en 1927 y lo terminó en 1931. El tercero lo debió terminar en la primera mitad de los años 30. Como se puede apreciar, el primero lo terminó en sólo once meses; en acabar el segundo invirtió unos cuatro años, el mismo tiempo más o menos que tardó en confeccionar el Cuaderno tercero y último. Pero es difícil, si no imposible, precisar cuándo se terminaron de escribir realmente porque estos Cuadernos eran más bien documentos abiertos a los que su autor acudía una y otra vez para añadir detalles, incorporar nuevas pruebas, precisar datos, hacer anotaciones marginales e insertar los contenidos de cartas que le mandaban particulares, eruditos y párrocos de distintas parroquias de las Islas, etc. Se trata en definitiva de un registro general de anotaciones, fichas con datos de interés lingüístico, noticias genealógicas, tablas de cifras, comentarios, reproducción de textos, sucesos acaecidos en Arucas, visitas pastorales, rogativas, resúmenes, correspondencia, borradores y demás materiales que, en su conjunto, no guardaban un orden temático determinado, ni concordaban con los habituales hitos temporales de forma coherente. Aunque abundan las referencias a temas generales de la Historia de Canarias, suponemos nuevamente que estos apuntes estaban destinados a componer una Historia de Arucas más profunda y contextualizada en un momento en que su autor entraba de lleno en la madurez intelectual de los 40 y más años de edad. Como se ha 10 Como ya se comentó, la mitad se había publicado en la Revista de La Salle no pudiéndose editar la segunda parte por el cese de la misma ante la amenaza de cierre del colegio y suspensión de la orden en 1931 (Sobre esta última cuestión véase el trabajo de MARRERO PULIDO, V. (2008): La Salle de Arucas. Enseñanza centenaria 1908-2008. Edición de la Fundación MAPFRE-Guanarteme). 15 dicho anteriormente, por esta fecha ya ejercía de profesor y capellán en el Colegio de San Juan Bautista de La Salle de Arucas, cubriendo las labores docentes y espirituales que comenzó a desempeñar tan pronto como regresó de su viaje a Cuba y fue habilitado para ello en 1921. El trasiego de estos documentos ha constituido hasta ahora un enigma. Está probado que un 15 de julio de 1953 la madre de don Marcelino entregó los tres Cuadernos al Ayuntamiento de Arucas (Jesús Vélez, 2009). En otra información oral menos fiable se apunta a que fueron depositados en 1962 en el Ayuntamiento. Lo cierto es que, una vez que fueron recogidos los referidos Cuadernos en las Casas Consistoriales, vamos a suponer que (en algún momento dado) se tomó la decisión de pasárselos a don Francisco Caballero Mujica con la previsible finalidad de gestionar una posible edición de los mismos o bien para cotejar los contenidos y orientar la edición de la Historia de Arucas que aquél promoviera y prologara en 1973. Al fin y al cabo el compromiso de la edición de la consabida Historia de Arucas estaba aún vigente ya que no se había derogado el acuerdo adoptado en la sesión plenaria del 9 de agosto de 1944. Sea como fuere, la realidad de los hechos es que estos Cuadernos estuvieron en su poder hasta el fallecimiento del mencionado Deán de la Catedral de Canarias, suceso que aconteció exactamente el día 3 de febrero de 2002. 5. El Cuaderno 1.º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas Nos proponemos hacer una completa edición digitalizada de los Cuadernos de forma secuenciada en tres partes mientras tanto culminamos los trabajos pendientes aún de ejecutar como son las últimas correcciones y comprobaciones para que la obra quede así definitivamente acabada. Estas cautelas pretenden conciliar la no demora de la publicación al mismo tiempo que ahorrar al lector de molestas erratas, alteraciones e involuntarias infidelidades que las premuras podrían producir en la transcripción del referido manuscrito. Por consiguiente, empezaremos por el primero que corresponde exactamente al Cuaderno 1.º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas ya que es este el título del manuscrito original en donde don Pedro Marcelino Quintana Miranda iba anotando, no siempre siguiendo un orden cronológico ni respetando la habitual homogeneidad temática, las informaciones que extraía de la bibliografía consultada o los acopios de materiales históricos y demás fuentes documentales procedentes de los archivos que en vida frecuentó. En efecto, el Cuaderno 1.º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, junto a los dos restantes, no es más que un registro de anotaciones sueltas sobre la Historia de Canarias y de Arucas como su propio título indica. Como ya se dijo más arriba, este primer Cuaderno lo empezó a cumplimentar exactamente el 28 de mayo de 1926 cuando su autor rondaba los cuarenta años de edad y lo acabó el 4 de abril de 16 1927. Por lo que parece evidente, en apenas once meses escribió un cuaderno de papel pautado con 304 páginas de extensión. Redactó cada una de estas hojas a pluma y preferentemente con tinta china de color negro, empleando una caligrafía contundente, regular, con pocas alteraciones y un estilo de letra clara de trazo firme muy personal. En ocasiones utilizaba tinta roja para destacar con línea gruesa y signos ornamentales (siempre muy austeros) los epígrafes de sus notas y las frecuentes aclaraciones que escribía en el margen izquierdo o los textos añadidos entre líneas y al final de las notas. Subrayaba a menudo las cosas que, por su especial interés o importancia, quería destacar sobre el resto. En alguna ocasión, muy excepcional, escribió con tinta verde y no escasean las anotaciones hechas a lápiz. No suele intercalar ilustraciones en el texto a excepción de los seis dibujos que hace a mano para destacar el proceso de hinchazón del globo aerostático que trajeron unos acróbatas catalanes a la Ciudad de Arucas y que tanto llamó la atención de nuestro autor, que redacta nada menos que tres notas sobre dicho evento. En cualquier caso, y dadas las características de estos cuadernos de anotaciones, son frecuentes las tachaduras, correcciones, avisos, advertencias y añadidos que se hicieron al texto original en diferentes momentos y no siempre debidas a la mano del propio don Marcelino. Se ve claro que nuestro autor, exigente consigo mismo como se aprecia en estos rasgos grafológicos, volvió una y otra vez a sus notas vinculándolas o relacionándolas con otras que se encuentran insertas en los Cuadernos 2.º y 3.º de esta misma colección. En los textos se advierte también con nitidez diferentes caligrafías, destacando particularmente la de don Francisco Caballero Mujica (además de la de nuestro autor) para incorporar pequeños matices, correcciones y actualizaciones, como (por ejemplo) completar las series de párrocos, obispos y curas de la parroquia de San Juan Bautista, de la Diócesis y de sacerdotes nacidos en Arucas con posterioridad a su fallecimiento en 1952 y que, en general, no violentan el sentido de los textos. Por si no ha quedado suficientemente claro en todo lo relatado hasta aquí, en la transcripción que hemos realizado reproducimos el texto tal cual lo escribió don Marcelino y no hemos cambiado absolutamente nada salvo cuando se trata de palabras repetidas, tachadas o corregidas por su propio creador. Consideramos que era mejor transcribirlo con absoluta fidelidad de tal forma que el lector pueda, si lo desea, comparar los textos en PDF que copian el original y la transcripción en tipo de letra Times New Roman 12 con las citas a pie de página y las anotaciones marginales en recuadros insertos en las mismas notas, con tipos de letra Times New Roman 9 y 10 respectivamente, y reproduciendo el color empleado en la escritura original. Una prueba más, a nuestro juicio muy cabal, de que estas notas fueron para su autor una especie de borrador, de recogida de información para uso personal con la intención, tal vez como se ha dicho anteriormente, de volcarla luego en una obra mucho más trascendental, son los frecuentes descuidos ortográficos que aparecen en el mismo. 17 En general, no hay autor que se precie que no vigile su ortografía sobre todo cuando se escribe para editar. En el caso que nos ocupa, quizás por premura o cansancio nos encontramos frecuentemente con frases de creación genuina (aunque nunca cuando copia o reproduce textos originales tomados de diferentes fuentes11) que empiezan con apertura de guión o entrecomilladas y que luego no se cierran; párrafos que se terminan sin sus correspondientes puntos y comas; ausencia de correspondencia entre sujeto, verbo y predicado; zetas, ges o bes en vez de eses, uves o jotas y viceversa; mayúsculas en donde debían ir minúsculas o/y al revés. Sin duda, se trata de las lógicas licencias que nuestro autor se concedía habida cuenta de que, al fin y al cabo, el destinatario principal de esos textos no podía ser otro que él mismo. En cualquier caso, y como el lector podrá apreciar por sí mismo, reiteramos que los contenidos de este Cuaderno (y de los dos restantes) están lejos de ofrecer un relato histórico ordenado cronológicamente, con un discurso narrativo coherente o una técnica interpretativa rigurosa y sistemática de los hechos acontecidos de forma parecida, por ejemplo, a la que el propio don Marcelino nos ofrece en su brillante Historia del Seminario Conciliar de Canarias, editada póstumamente en 2006, en cumplimiento de los deseos expresados por el erudito don Santiago Santana Cazorla. Al contrario, aquí los temas se van sucediendo unos detrás de otros sin seguir una secuenciación temática y cronológica que vayan desde las épocas más antiguas a las más modernas como suele ser habitual en cualquier relato histórico. Se aprecia claramente que se trata de un trabajo previo. Y no sólo por las razones ya apuntadas, sino porque básicamente se trata de noticias puntuales sobre la parroquia de San Juan Bautista de Arucas y de las diferentes ermitas que ha habido en esta demarcación, en donde el contexto socioeconómico, cultural y político local inserto dentro de las lógicas coordenadas globales de cada momento presentan a menudo un peso menor. El primer cronista oficial nos ofrece evidentemente un relato en donde se representa el desarrollo del designio divino a través de una iglesia afanada en imponer su hegemonía12 en tanto que el mundo del trabajo, la sociedad civil, los poderes económicos, los emigrantes o las amas de casa no tenían aún la entidad suficiente para ser sujetos de la petite histoire. En la citada carta que, dos meses antes de morir, remite don Marcelino al Marqués de Ciadoncha (el 20 de mayo de 1952) en relación con la polémica desatada por su propuesta de escudo municipal, explica muy bien sus prejuicios sobre el otro gran poder que existió en la jurisdicción de Arucas como fue el Mayorazgo, al que reprocha su tacañería y sus excesos durante el tiempo en que se mantuvo vigente. Hacia esa institución tan típica del antiguo régimen lanzó acusaciones muy virulentas como se puede leer en el extracto que reproducimos a continuación: 11 Por ejemplo, en la página 158 dice textualmente: “No todo lo he copiado al pie de la letra pero no se me ha quedado ninguna idea atrás”. O cuando añade con absoluta sinceridad: “Todo lo cual ad pedem litterae” (o sea, fue copiado al pie de la letra) (pág. 143). 12 Lo dicho en estas dos líneas me acarrearon más de un problema personal y, sobretodo, me supuso la suspensión temporal de amistad y colaboración entre 1974 y 1979 por parte de un conocido sacerdote aruquense. 18 1º. El capitán Francisco de Santa Gadea, vecino de Lanzarote, compró a los herederos del Capitán Tomás de Palenzuela el ingenio de Azúcar y las tierras que tenía en Arucas durante la primera mitad del siglo 16. Estos bienes los heredó su hija Dña. Sofía de Santa Gadea. 2º. Don Pedro Cerón, hijo de Martín Fernández de Cerón, 24 de Sevilla, Gobernador y Justicia Mayor de la isla de Gran Canaria de 1526 a 1529 y de 1532 a 1533. Tuvo un hijo llamado Pedro Cerón, también 24 de Sevilla. Vino este de regidor y capitán general a Gran Canaria por R.C. expedida en 1555. 3º. Don Pedro Cerón y Doña Sofía de Santa Gadea contrajeron matrimonio pero no tuvieron sucesión. Con los bienes que ésta y con los que en estas inmediaciones compraron ambos después en Arucas, fundaron un mayorazgo por escritura pública celebrada en Las Palmas de Gran Canaria ante el escribano Alonso de Balboa el 10 de Julio de 1572. 4º. Dicho general y su mujer vivían en Las Palmas, siendo su casa junto al hoy Seminario Conciliar. En Arucas ni residieron jamás ni dejaron obra alguna que recordara su generosidad ni intervinieron lo mínimo para cosa alguna en el bienestar del pueblo. Más aun, la parroquia de Arucas fundada por el Obispo Don Fernando Vázquez de Arce el 18 de abril de 1515, no pudo tener el Stmo. Sacramento hasta 40 largos años más tarde, es decir, el 18 de Octubre de 1556, por no tener renta suficiente para costear el aceite de la lámpara. Esto se consiguió porque una buena mujer llamada María Hernández, dejó tres doblas anuales como censo de unas Tenerías que poseía en Las Palmas. Doña Sofía se limita a dar un pequeño cestito de alambre de plata para que sirviera de píxide13 según consta en unas escrituras de nuestra parroquial, año de 1556, y no pasó de aquí dándose por satisfecha en pagar dos censos piadosos en que están grabadas las fincas adquiridas por sus padres y por su marido. 5º. Con la fundación del Mayorazgo quedóse constituida en esta jurisdicción algo así como un rico e inmenso cortijo cuyos propietarios residentes en Sevilla o en Florencia nombraban administradores que les enviaran las rentas un siglo y otro siglo. Si fueron dadivosos en otras partes los condes de Benazuza lo celebramos cordialmente; pero en Arucas no dejaron de recuerdo ni una cabeza de alfiler. 6ª. Y no quiero tocar el punto de las iniquidades aquí atribuidas en Arucas tanto al General Cerón como a los administradores del mayorazgo para que esta carta no resulte in infolio ni un libelo, ya por entender que con lo dicho es bastante para demostrar lo improcedente que hoy resultaría pretender que el escudo de Cerón llegara a ser nuestro blasón y lo inexacto que parece a todas luces considerarle como síntesis de nuestra historia. 13 Receptáculo en el que se guardan las hostias consagradas o se transportan por ejemplo para llevar la comunión a los enfermos. 19 Lo que nos viene a decir el cronista es que el Mayorazgo de Arucas fue un poder ausente y lejano que no solo no supuso grandes beneficios a la sociedad local sino que constituyó una rémora en su desarrollo. Por el contrario, los restantes propietarios que no estaban por un poder único, prefirieron ponerse bajo el paraguas protector de la Iglesia con la que colaboraron en su sostenimiento. En el análisis de los contenidos de este primer Cuaderno (se repite la misma tónica en los dos restantes) vemos como el papel y la influencia social de la Iglesia adquieren un papel protagónico. La mayoría de estos textos describen preferentemente temas relacionados con el clero regular, capellanías y capellanes, prebendas y prebendados, curatos, beneficios y beneficiados, presbíteros, religiosos (claustrales y exclaustrales), mayordomos de fábrica, cofradías, las sucesivas obras de mejora y mantenimiento de la iglesia o de la casa parroquial, las visitas episcopales de 1556, 1558, 1560, 1564, 1565, 1574, 1576, 1579, 1582, 1603, 1628, 1631, 1649, 1671, 1687, 1724, 1730, 1778, 1787, 1793, etc. y las relaciones de párrocos, sacerdotes y religiosos nacidos en esta misma demarcación, listado de obispos de la Diócesis, inventarios de bienes patrimoniales y litúrgicos, bienhechores de la iglesia, del convento de San Juan de Ortega de Firgas, de las diferentes ermitas desparramadas por toda la jurisdicción, misiones y misioneros, peregrinaciones a Las Palmas de Gran Canaria o a Teror por diversos motivos (plagas, pestes, invasiones de langosta, tormentas, etc.) y demás celebraciones festivas. Don Marcelino fue testigo directo de la transformación agrícola y urbana - y por lo tanto paisajística- de la Arucas de finales del XIX y primeras décadas del siglo XX. Fue por lo tanto contemporáneo y espectador privilegiado de una etapa muy dinámica en que se efectúa la roturación de tierras para la creación de fincas en donde en primer lugar se cultivaron cañamieles para la producción azucarera que dieron un gran esplendor económico al municipio. La potente industria azucarera y sus efectos económicos hacen que la antigua villa de Arucas adquiera el título de ciudad en 1894 por concesión real. Posteriormente, es la platanera la que se extiende por todo el municipio en régimen de monocultivo agroexportador y para lo que se requiere la creación de una intrincada red de captación, transporte, distribución y almacenamiento de agua mediante estanques, presas, pozos, galerías, acequias, cantoneras y tuberías que dieron lugar a prósperos hidronegocios. En ese contexto de cambio, los emergentes poderes económicos locales favorecidos por el triunfo del liberalismo se decantaron por una retórica monumentalista que en lo civil tiene sus concreciones edificatorias en la construcción del Mercado Municipal, las Casas Consistoriales, la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas y algunas viviendas de adinerados finqueros y comerciantes. Hasta la antigua iglesia parroquial va a ser sustituida por otra neogótica espectacular que es casualmente el estilo del proceso de recristianización de la población y la reclamación simbólica del progresismo municipalista europeo de los siglos XIV y XV. En este primer Cuaderno se describen, además, diferentes hechos históricos (humildes glorias pasadas) de Arucas y Canarias con profusas anotaciones, 20 seguramente pensadas en la contextualización regional en la que debía insertarse su proyectada microhistoria local, en la que tanto hemos insistido, tal vez para ensalzar su alcance y diferenciarla radicalmente de la que escribió a principios de los años veinte dedicada a los alumnos del Colegio de La Salle. No tenemos la menor duda que de no ser por la grave enfermedad que sufrió en 1950, por los problemas que tuvo con la vista y sobre todo por la muerte sobrevenida tempranamente, hubiese llevado a buen puerto ese gran proyecto de escribir una obra histórica de la localidad equiparable a sus elevados e indudables méritos bajo los efectos del inmenso amor maternal que le profesaba a su tierra chica la que cariñosamente llamó: Arucas, dulce patria de mis anhelos!; …Arucas, cuna bendita, lecho de flores, brisa de azúcar y tropical jardín de plátanos y amores. Ciertamente, nuestro autor se esmera en ofrecernos lo mejor de lo mejor de la información histórica que hasta entonces se había producido en el Archipiélago por la vasta nómina de prestigiosos autores canarios como Abreu Galindo, Marín y Cubas, Pedro Agustín del Castillo, Viera y Clavijo, José de Sosa, Millares Torres, Rodríguez Moure, las Crónicas de la Conquista (Le Verrier, Gómez Escudero, Gadifer de La Salle, etc.), Thomas Nichols, Chil y Naranjo, Bartolomé Cayrasco y un largo e interminable etcétera. Pero don Marcelino no parece conformarse con extractar trabajos ajenos, sino que incorpora a sus notas numerosa información de primera mano como fruto de sus insistentes pesquisas en archivos, hemerotecas, bibliotecas (Boletín Oficial Eclesiástico de la Diócesis de Canarias, Archivo del Marqués de Acialcázar, Museo Canario, etc.) y de hacer consultas personales directas y epistolares con las primeras figuras de la historiografía de entonces: Francisco Rodríguez Moure, Marqués de Acialcázar, Doctor F. Engel, Gregorio Chil y Naranjo, Francisco Fernández de Bethencourt (genealogista), Elías Serra Rafols, Teodoro Rosales Quevedo, José García Ortega, Leoncio Rodríguez, etc. Muchas de las páginas de este Cuaderno 1.º presentan fichas y papeles pegados conteniendo textos escritos (a veces mensajes de personas que le remitían información desde diferentes archivos parroquiales o de funcionarios, técnicos y particulares) o notas agregadas que aportaban más información a lo ya asentado en dicho Cuaderno. Nuestro autor cuidaba mucho el origen de las fuentes de las que toma información. Por eso repite una y otra vez frases como: “esto me lo dio el Sr. Marqués de Acialcázar”; esto otro “me lo dijo Rodríguez Moure”; “esto lo saqué del P. Sosa” o “esta información me la dio un hermano de D. Teótimo”. Como vemos recurre al método directo y al trabajo de campo que hoy conocemos como “historia oral” u “oralidad cultural”. Las fuentes de información con que se redactaron la mayoría de las notas que aquí se recogen provienen de autores ya clásicos en la historiografía insular como Pedro Agustín del Castillo, Millares Torres, Abreu y Galindo, José de Sosa, Viera y Clavijo, 21 A. J. Benítez, Le Verrier (Le Canarien), Gómez Escudero, Marín y Cubas, Thomas Nichols, Bartolomé Cayrasco, Antonio de Viana o Gregorio Chil y Naranjo. También se citan papeles antiguos depositados en la Universidad de Laguna y el Archivo del Marqués de Acialcázar. Obviamente es el Archivo Parroquial de San Juan Bautista de Arucas (Libros de Fábrica, Libro de Memorias de esta parroquial, hecho por el presbítero D. Juan Francisco González que termina en 1908, Libros de Inventario de la Parroquia, Libros de Bautismo, Defunciones y Casamientos) los que suministran una parte esencial de la información extraída. Otras fuentes igualmente frecuentadas fueron los Boletines Eclesiásticos de la Diócesis de Canarias, la prensa local y una abundantísima correspondencia mantenida con diferentes párrocos y personalidades tanto de Gran Canaria como de las restantes islas. A pesar de las limitaciones del momento y de los condicionantes que de una forma u otra impregnan la vida sacerdotal, estamos ante unos textos que aportan una información valiosa, útil, fiable y relevante para cualquier estudioso que desee asomarse a nuestro pasado bien para averiguar hechos, sucesos y personajes o bien para el experto un poco más exigente que quiera disponer de una visión un tanto más profunda de las cosas. Por todo lo dicho hasta aquí no espere el lector encontrar en estas notas una Historia stricto sensu, sino materiales sueltos pensados tal vez para redactar una posible historia con un discurso lineal riguroso que siga los cánones al uso como es tradicional en todo relato historiográfico que se precie. No cabe colegir por ello demérito alguno sino todo lo contrario. En este Cuaderno (y en los dos restantes), que ahora estamos dando a conocer al público, se aprecia en su estilo y en el modo artesanal de trabajar que estamos en presencia de un científico responsable, provisto de una cuidada metodología que la desarrolla tal como operaría, en suma, cualquier maestro de las ciencias sociales en cualquier momento. Sin duda, por tener que distribuir sus fuerzas en numerosos afanes y obligaciones, de don Marcelino no se puede decir que fuera un historiador au pied de la lettre como hoy académicamente se acostumbra a definir al historiador profesional. Antes bien, su concepto de la historia es descriptivista de hechos acaecidos, más próximo al memorialismo o a la crónica misma de sucesos pretéritos. Y para que no se malinterprete lo que decimos lo vamos a aclarar seguidamente. La crónica, la memoria o el ensayo histórico (siempre que estén escritas con calidad) son actividades muy dignas y en este sentido no hay razones de peso para que sean minusvaloradas. Por lo tanto aplicamos aquí esa consideración pero sin el menor afán de prejuzgar o demeritar este trabajo toda vez que entendemos que cualquier historia tanto si se narra en forma de ensayo, como si se opta por la memoria o crónica, siempre que se relate de forma rigurosa, amena y reproduzca con respeto y fidelidad los hechos documentados, la 22 tenemos que admitir como una aportación decorosa que agrega conocimiento científico y por lo tanto se hace merecedora de todo respeto y reconocimiento14. Por último queremos destacar que nuestro primer cronista es ante todo un lector exigente y crítico que no tiene apegos reverenciales ni sentimientos corporativistas; ni siquiera hacia aquellos historiadores consagrados como Viera o Millares Torres a los que cuestiona en más de una ocasión. Contrasta la veracidad que dan unos y otros de un mismo evento, analiza las contradicciones que se manifiestan y cuando encuentra la respuesta adecuada corrige, matiza o impugna. Eso lo apreciará enseguida el lector atento cuando lea en estas notas frases como: Parece que Castillo copió á Abreu; casi todo está tomado de Viera y Clavijo, el cual no añade una palabra más; Abreu trae muy raras citas de las fuentes donde ha bebido para escribir su historia, etc. Sorprende como capta errores: ¿Sábado de Ramos el 25 de Mayo? (p. 202). Es puntilloso, como se desprende del comentario que hace de la visita pastoral del obispo Murga en 1631, en donde echa de menos (con su habitual sorna) en el inventario realizado por el notario eclesiástico imágenes sacras y otros objetos preguntándose ¿Se habrán extraviado? (p. 221-222). Nos hace alguna que otra advertencia interesante como la que se apunta en la página 185, pero también relaja la tensión con simpáticas y reiterativas expresiones como Dios los haga a todos unos santos (p. 79). En el Libro 1.º de Fábrica “que no tiene principio y sus folios no están numerados”, incorpora datos desde 1659, pero habla de la primera visita pastoral efectuada en 1556 y se ofrecen notas interesantes correspondientes a 1671 sobre el camino que va para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. 6. Próximamente se editarán los Cuadernos 2.º y 3.º En fechas próximas, y en cumplimiento del compromiso expresado anteriormente, pondremos a disposición del público los Cuadernos 2.º y 3.º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas escritos por don Pedro Marcelino Quintana. De la misma forma que en el primero, los dos cuadernos restantes serán editados en esta misma web institucional del Excmo. Ayuntamiento de Arucas (www.arucas.org). Mientras tanto eso sucede, los lectores de esta primera entrega podrán contribuir a la mejora de los materiales ya editados si son tan bondadosos y nos comunican los fallos formales y errores que pudieran detectar en los mismos para así proceder a su subsanación. Les estaríamos muy agradecidos además porque se trata, en definitiva, de perfeccionar esta herramienta de conocimiento atesorado sumamente valioso sobre nuestro pasado. 14 MYRDAL, G. (1970): Objetividad en la investigación social. Breviarios del FCE. México, 115 pp. 23 (Pág. 1) + CUADERNO 1º. De notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas Lo he comenzado hoy 28 de mayo de 1926. Lo he terminado hoy 4 de abril de 1927 Laus Mariae Virgini Inmaculatae 25 (Pág. 3) Aríñez.- Juan de Aríñez y Estevalisca Estivasis Otara su mujer eran naturales de Vizcaya y vecinos de Gran Canarias (por lo menos á poco de la conquista) donde murieron. Fueron padres de ……………………………………………………………………….. Juan de Aríñez, vizcaíno. Fué secretario de la reina D.ª Isabel la Católica y escribano del Cabildo de esta Isla; habiendo fallecido antes del año 1549.- Casó en 1ª. nupcias con D.ª Inés de Tamarís, de la que no tuvo sucesión. En 2ª. nupcias contrajo matrimonio con D.ª María Ortega de la Peña, natural de esta Isla, la que hizo testamento en 1.º de Julio de 1562 ante Alonso Fernández Saabedra. Fueron padres de (Vid. Nota)…………………………………………………………………………………….. Juan de Aríñez Mendoza, secretario de D.ª Juana la Loca. Casó con D.ª Teresa Ingles del Castillo y Jaraquemada (Tomo IV pág. 17). Ya á fines del siglo XVI la familia de Ariñez y los Palenzuela de Firgas estaban enlazadas. (Esta nota me la dió el Sr. Marqués de Alcialcázar, tomada de unos documentos de su archivo particular). (Vid. pág. 24) (Vid. pág. 26) Tenía una hija llamada Dª. Ginebra (vid. pág. 41).- Este Ariñez Mendoza era muerto en 1560 (Alcialcázar) 19- IV-1928. Heredamiento del Pino. Gonzalo de Aríñez, Baltasar de Ariñez y Juan de Ariñez, hijos de Juan de Ariñez y de Estavalisca Estívasis aparecen en unos autos seguidos en 1551 por Domingo López y consortes con Alberto Marrero sobre las aguas del barranquillo del Pino en Teror, que se conservan en la Real Audiencia de Las Palmas con la denominación de “Partido de demandas de Canarias” (Ibid.) Nota.- El escribano D. Juan de Ariñez hizo la mina de Tejeda en 1501; y era muerto en 1549.- (Esto me lo ha dicho el Sr. Marqués de Alcialcázar, hoy 19 de Abril de 1928.) (Pág. 4) San Juan de Ortega. La ermita de San Juan de Ortega en Firgas fue edificada por Tomás Rodríguez de Palenzuela; natural de Burgos y casado en Tenerife con Dª María de la Peña. Fue erigida con autorización del Sr. Obispo D. Diego de Muros en el sitio del ingenio de dichos señores, y la dotaron con la renta anual de 1000 maravedís para la conservación y reparos de la misma. Vid pág. 65 donde habla de Lope de Sosa). Millares, tomo 5º, pág. 94 cita un escrito autorizado por el escribano del cabildo Juan Aríñez el 2 de septiembre de 1524. 26 San Juan de Ortega era de Burgos, donde se le tenía mucha devoción.- La escritura de donación se hizo el 14 de Mayo de 1517 ante el Bller. D. Juan García, clérigo del arzobispado de Burgos y notario apostólico. (Ibid.) Junto con la dotación hicieron la fundación de una capellanía, como se verá en la pág. 214. (C./”Arucas,” cuadº. pág. 29.) EXPULSIÓN.- Los frailes abandonaron definitivamente el convento a principios de Junio de 1836. Los Palenzuela. Alonso Rodríguez de Palenzuela estaba casado con Dª. Isabel Mayorga Rivadeneyra, y vino á la conquista de Canarias en compañía de cinco hijos. Él y tres de estos murieron en la conquista, sobreviviendo tan sólo Tomás Rodríguez de Palenzuela y Alonso Sánchez de Palenzuela, que se casó con Juana Bolaños.- En otros documentos se lee que su mujer se llamaba Francisca Bolaños. No se sabe si esto es una equivocación, ó si la mujer era llamada indistintamente Juana ó Francisca por tener ambos nombres, ó si Alonso Sánchez de Palenzuela se casó dos veces. Que estos Palenzuela eran de Burgos consta por declaración de la supracitada Dª María de la Peña. (Ibid.) (Vid. pág. 26). Alonso Sánchez de Palenzuela tenía un hijo llamado Lorenzo. (vid. pág. 41.) *Las hojas que faltan contenían una breve historia de la Casa de Quintana1 (Pág. 21) ….de la Peña y de Bulden, y de Dª María Gerónima de Llano-Valdés, la cual á muy poco tiempo le dejó viudo un 6 de Julio de 1669, habiendo otorgado testamento ante Tomás de Melo en el propio mes y año.” “El doctor D. Juan González Falcón abrazó después de viudo la carrera de la Iglesia y fue canónigo doctoral de la Catedral de Canarias, pasó de esta vida en Las Palmas el 20 de Agosto de 1693, en cuyo día se abrió y se protocoló ante D. Jerónimo del Toro y Noble escribano público y mayor de cabildo el testamento que hizo cerrado en 6 de Noviembre de 1669, por el cual fundó mayorazgo de todos sus cuantiosos bienes, incluyendo en él el patronato de la ermita de S. Isidro, levantada por su piedad en Teror.” Le sucedió en ese mayorazgo su único hijo D. Jacinto Silviano Falcón y Valdés, nacido en Las Palmas el 17 de Febrero de 1669, fue regidor perpetuo en la Gran Canarias capitán de milicias del regimiento provincial en Las Palmas, alcaide del Castillo de Ntra. Sra. De La Luz y Teniente Coronel de las milicias referidas. (“Nobiliario” pág. 136 y 137, Tomo VI.) 1 Esta nota en letra roja, a bolígrafo y con distinta caligrafía a la don PMQM nos advierte en efecto que se produce a continuación un salto de la página 4 a la página 21 en el Cuaderno Nº 1º. Dos pegatinas verticales cubren la zona dañada de las 16 páginas arrancadas que faltan en el original (Nota del editor). 27 El “Libro de Memorias de la Parroquia de Arucas” en la lista de los presbíteros, seculares ó regulares, nacidos en ella, lista comenzada por un autor anónimo el año 1600, dice: “4.º- El Doctor D. Juan Falcón, canónigo Doctoral por oposición á ella en esta Santa Iglesia Catedral de Canarias, nació en esta Villa de Arucas y fue bautizado en esta Parroquial de San Juan Bautista, á quien dió tres cazullas buenas, y algunas limosnas, por cuya razón Requiescat in pace. Amen.” D. Francisco de Montes de Oca. El licenciado D. Francisco de Montes de Oca canónigo de la Sta. Iglesia Catedral de Canarias era hijo del Capn. “Francisco de Cabrejas, regidor perpetuo de la Gran Canaria y de Dª. Isabel de Montes de Oca Talaveras. Era biznieto de Vicente de Montes de Oca “el Viejo” y de Domingo Hernández (Pág. 22) natural de Évora, en Portugal; ambos conquistadores de Gran Canaria. (“Nobiliario” tomo VIº. pág. 113) Buen Suceso. (Vid. “Arucas” Cuadº. 2.º pág. 97.) D. Bartolomé Domingo Hernández Naranjo y Nieto del Castillo, fue el primer marqués del Buen Suceso, por merced del Rey D. Carlos III en 1783. (“Nobiliario” Tomo VI págs. 147 y 151.)- Don Bartolomé había ido á las Américas, donde se hizo inmensamente rico, y por el nacimiento de un príncipe hubo reales mercedes; coyuntura que aprovechó este D. Bartolo (sic) para valerse de un gran amigo que tenía en la corte, y conseguir este titulo, que se le dio por R. Cédula de 14 de Marzo de 1783.- (Estos datos me los dió el marqués de Acialcázar)2. Madan. “La familia Madan ú O´Madan pertenece también al número de los emigrados de Irlanda con motivo de las persecuciónes de que eran víctimas los católicos de aquel país á la caída de la Dinastía (sic) de (los) Estuardo. El tronco es D. Patricio Madan y Porrer, nacido en Waterford, establecido en Tenerife en los primeros años del siglo XVIII y contrajo matrimonio en el Puerto de la Cruz el día 5 de Noviembre de 1735 con D.ª Águeda Margarita Fernández del Castillo, nacida en 1701, hija del Capn. D. Sebastián Fernández de Chaves, descendiente legitimo del noble fidalgo portugués Francisco de Chaves conquistador y poblador de la isla de Tenerife y de D.ª Ana García del Castillo descendiente á su vez de Hernán García del Castillo, capitán general de la caballería en la conquista de Tenerife, tan 2 La merced de Marqués del Buen Suceso es concedida, por Real Decreto de 14 de marzo de 1783, a D. Bartolomé Francisco Hernández Naranjo y Nieto del Castillo (nacido en Las Palmas de Gran Canaria) por Carlos III. Véase que no concuerda del todo el nombre del marqués que da PMQM con el que aparece en el RD. (Nota del editor). 28 citado en nuestras antiguas historias por sus grandes hechos y peregrino valor y por su enlace con la princesa indígena Dácila, hija ó nieta de Bencomo, último Mencey del Taoro. De dicho D. Patricio Madan desciende: D. Ramón Madan y Uriondo Cambreleng y Dugi Álvarez-Osorio Sarmiento de Valladares Fernández de Chaves García del Castillo y Piar. (“Nobiliario” pág. 100 y sig. tomo VII). Vid pág. 24. (Véase “Arucas, cuaderno 2º págs. 10 y sig.”) Véase la pág. 170 del Cuaderno 2º de “Arucas”. (Hoja pegada y escrita por ambas caras e insertada entre las págs. 22 y 23) -Marqués de Arucas - D. Juan Madan hermano del Sr. Marqués nació en Sta. Cruz en 1833. Sirvió también en Cuba y llegó á brigadier. Por real decreto de 16 de Marzo de 1911 el rey D. Alfonso XIII concedió al Sr. D. Ramón Madan Uriondo el título de Marqués de Arucas; y le firmó la ejecutoria el 29 de Abril de dicho año, refrendándola el Ministro de Gracia y Justicia D. Antonio Barroso Castillo. Dicho Sr. Madan desciende por línea materna de la Princesa Dácil, hija de Bencomo Mencey del Taoro. (Vid “Arucas” cuaderno 2º, pág. 10.) Nació en Sta. Cruz de Tenerife y fue bautizado en la Parroquia de la Concepción. Recibió la instrucción primaria en el colegio de D. Antonio Hernández de dicha capital.- Ingresó en la milicia como cadete el 17 de Enero de 1870. Fué ayudante del brigadier D. Garrido Serra que dirigió una brigada á las órdenes del general en gefe D. Genaro Quesada en la guerra del Norte contra de los carlistas.- Por méritos de guerra ascendió á Teniente y fué declarado Benemérito de la patria por su comportamiento en operación de 3 de Julio de 1876.- Condecorado con la medalla de Alfonso XII en 1877 con pasador3 de Miravalle (nombre de la batalla en que se distinguió). En Cuba y sirvió á la patria 14 meses, tiene la cruz de S. Hermenegildo y la placa de la misma orden, y la gran cruz de Mérito Agrícola por R.O. de 3 de Agosto de 1908.- Medalla de plata conmemorativa de los sitios de Zaragoza.-Se ha retirado con grado de comandante de infantería.- Se casó con Dª. Rosario González Fernández del Campo el domingo 7 de Octubre de 1888.- El abuelo de Dª. Rosario se llamaba D. Andrés Fernández del Campo. Era hidalgo. (Pág. 23) Mayorazgo de Osorio. D. Gregorio Truxillo Ossorio de Vergara, canónigo de la Catedral de Canarias fundó el gran Mayorazgo de Ossorio el 19 de Junio de 1595 ante Tomé de Solís, escribano público.- Este señor era hijo del Cap. García de Truxillo Osorio y Altamirano conocido en su tiempo con el nombre de García Ossorio y Dª Isabel de Vergara Carvajal. Testó García de Ossorio en Las Palmas ante el escribano Tomás de Palenzuela el 26 de Marzo de 1589. 3 Imperdible con que se sujeta al uniforme las condecoraciones (Diccionario de María Moliner, 1990) 29 (“Nobiliario” Tomo IV pág. 49) Ermita de Los Dolores. D. Agustín Domingo Manrique de Lara y del Castillo Ruiz de Vergara Truxillo de Vergara Ossorio Alvarado de Orellana nació en Las Palmas el 7 de Enero de 1807. Fué poseedor del vínculo fundado por D. Gregorio Truxillo supradicho, del fundado por D. Francisco Manríquez (sic) de Lara su cuarto abuelo, del fundado por sus tíos D. Salvador Cayetano Manríque de Lara y D. Luís Manríque de Lara, Arcediano de Canarias y de otros varios vínculos y agregaciones y patrono de varias capillas, entre ellas, la de los Dolores del Trapiche. (“Nobiliario” Tomo IV. pág. 64) Mayorazgo de Lezcano. El Cap” D. Pedro de Urquía contrajo en Las Palmas noble enlace el 19 de Agosto de 1647 con Dª Beatriz de Lezcano Espino Muxica Quintana Venegas, hija del Cap. D. Juan Siverio de Lezcano Múxica, mayorazgo de esta casa y descendiente de los caballeros Lezcanos, Muxicas, Castillos, Venegas y Calderones ilustres conquistadores de Canarias, con Dª Catalina de Espino, nieta de los conquistadores Espino, Pelor y Quintana. (“Nobiliario” Tomo V. pág. 273.) (Pág. 24) Familia Tamariz, Calderín y Aríñez. La familia de Calderina, que en Canarias siempre se llamó Calderín desciende de un patricio Genovés llamado Teodoro Calderín; el cual casó en Las Palmas con Dª Leonor de Tamariz que había venido á Las Palmas en 1490 acompañando a su tío D. Antón Martínez Calvo de Tamariz, ambos de la más alta nobleza andaluza. Dª Leonor de Tamariz tenía una hermana llamada Dª Inés de Tamariz, “primera mujer del noble capitán D. Juan de Ariñez Mendoza escribano mayor de Dª Isabel la Católica. D. Teodoro Calderín había venido á Las Palmas en calidad de poblador apenas conquistada la isla de Gran Canaria. (“Nobiliario” Tomo IV pág. 157) Nobles irlandeses. “A la caída de la casa de Stuardo del trono de Inglaterra, al levantarse sobre sus ruinas un nuevo orden de cosas, y con él una nueva religión, la flor de la nobleza de Irlanda y Escocia, fiel á sus principios religiosos y monárquicos, vejada y perseguida en su propio país, se vio obligada á abandonarle al fin, después de haber visto sus estados y posesiones, heredados de sus abuelos desde las épocas más remotas, bien pasto del incendio y del saqueo, bien entregados por el vencedor á nuevos dueños, servidores de la revolución y afiliados al protestantismo. Quedaron muchos por algún tiempo convertidos en mayordomos (arrendadores) de sus modernos señores en aquellas 30 mismas tierras y castillos que por todas partes ostentaban señales de su legítimo dominio; pero al fin y al cabo (Pág. 25) la generalidad de las familias nobles que no se avenían á renegar de la religión católica y de sus legítimos reyes esparciéronse por toda Europa buscando lejos de la patria el reposo, la tranquilidad y la fortuna que ella les negara. De aquí el crecido número de familias de origen irlandés y escocés establecidas en Francia, Austria, Bélgica y España principalmente; cuyos fundadores abrazando en su mayor parte la carrera de las armas en los ejércitos de aquellas potencias católicas, dedícanse muchos de ellos al comercio, logrando rehabilitar en un tanto su perdida posición, aunque siempre suspirando por los estados de sus abuelos, usurpados por el enemigo victorioso”. “España, la nación católica por excelencia, vióse más que otra alguna favorecida por aquella honrosa emigración, etc.- “Coincidieron estos grandes acontecimientos de Inglaterra y esa emigración de nobleza católica y monárquica de aquellos países con el apogeo del comercio de vinos de las islas Canarias; lo que fue motivo á que no pocos caballeros irlandeses, que la revolución había lanzado de sus casas señoriales, vinieran a establecerse en Tenerife” “Por esta causa de respeto y estimación figuran entre la nobleza de las islas……….los Madan”. (“Nobiliario” Tomo I pág. 279) Juan de Oramas. Doramas, el famoso héroe de la independencia canaria, tuvo un sobrino llamado Juan Doramas, valeroso conquistador de Tenerife á las órdenes de D. Fernando de Guanarteme.- Casó con Dª María Hernández Bencomo, hija del gran Bencomo, último mencey ó rey de Taoro.- Los Reyes Católicos dieron á Juan Doramas extensos territorios en los Realejos y en la Rambla. (“Nobiliario” Tomo III pág. 85). A Doramas-_tío - lo llama el autor “último rey canario de la comarca de Telde”. (Vid. “Arucas” Cuaderno 2º. pág. 12.) (Pág. 26) Casas de Hemerando y Palenzuela. Sancho de Hemerando y su hermano Juan Pérez de Hemerando se establecieron en Tenerife el año 1535. Ambos eran nobles infanzones vizcaínos, naturales de Bilbao. Sancho de Hemerando se casó en Las Palmas con Dª Ursula de Palenzuela Peña, hija del noble y poderoso caballero Tomás Rodríguez de Palenzuela, y vivió en La Laguna. Este Hemerando era ya difunto en 1538. De estos no quedó sino un hijo llamado Tristán de Hemerando Palenzuela Peña que casó joven en La Orotava con Dª María de Vergara, teniendo varios hijos entre los que repartió sus cuantiosos bienes. Nobiliario y Blasón de canarias. Tomo III, pág. 101. 31 Inglés del Castillo. “Dª Teresa Inglés del Castillo Jaraquemada, fue mujer del noble Juan Ariñez Mendoza, cuya sucesión acabó a las pocas generaciones.” (“Nobiliario” Tomo II pág. 18.). Esta señora era la nieta de Cristóbal García del Castillo. (Pág. 27) Cristóbal García del Castillo. Cristóbal García del Castillo, llamado el de Moguer por el pueblo de su nacimiento, hallose como capitán en la segunda expedición del mando del general Pedro de Vera y sirvió en aquel puesto en compañía de su padre desde 18 de Agosto de 1480 hasta el 29 de Abril de 1483, que terminó la conquista de la Gran Canaria. En atención á sus méritos se le dieron á él y á su padre grandes repartimientos de aguas y tierras, primero por el general D. Pedro de Vera, y después por el adelantado D. Alonso de Lugo, repartimientos que aprobó y refrendó en 1504 el Licdo. Juan Ortiz de Zárate reformador de los repartimientos de estas islas por la reina Dª Juana La Loca.- Su padre era Hernán García del Castillo, noble sevillano protegido por el gran cardenal D. Pedro González de Mendoza con Dª Teresa Martínez noble señora de la villa de Moguer, condado de la Niebla. Publicada la conquista de Canarias fue uno de los cinco capitanes que vinieron á ella á las órdenes de D. Juan Rejón. Padre e hijo fueron fundadores de la ciudad de Telde y fundaron en ella una casa poderosa, acaso la mas rica de la Gran Canaria, “sirviéndose” dice una antigua información, “de la más numerosa y ostentosa familia de criados escuderos y pages, muchos dellos hidalgos, llegando su opulencia al extremo de repartirse entre servidores ciento veinte raciones y siendo venerados Cristóbal García y sus hijos como señores de la ciudad de Telde”. Esta información pasó en 1586 ante el Gobernador y Cap. Gral. Tomás de Cangas. Hernán García testó en Telde el 10 de Mayo de 1502. Ante Juan de Arauz escribano de los reinos de España. (“Nobiliario” Tomo II págs. 13 y 14.-) Iglesia Parroquial de S. Juan Bta. Telde . D. Cristóbal García del Castillo levantó a su costa la iglesia parroquial de Telde, que puso bajo la advocación de San (Pág. 28) Juan Bautista, y es uno de lo más hermosos y antiguos templos de la provincia, objeto constantemente de la religiosa esplendidez de su familia y en cuyo presbiterio luce un magnifico retablo que trajo de Flandes la generosa piedad de aquel guerrero. Tres veces se casó dicho D. Cristóbal: la 1ª en Moguer con Dª Mariana Rodríguez Inglés, hija de Juan Inglés el viejo, conquistador de Canarias (las otras dos veces no las veo anotadas.) 32 Nieta de este señor fue Dª María González del Castillo “bautizada en Telde, iglesia parroquial de San Juan Bautista, el 15 de Agosto de 1503.” (Lo cual da á entender que la parroquial de Telde es de fecha anterior, es decir, de fines de siglo XV) (“Nobiliario” Tomo II págs. 14 y 15). La antigua iglesia parroquial de Arucas destruida en 1908 era de forma casi igual á esta de S. Juan de Telde. Patronos del Convento de S. Juan de Ortega. Firgas. D. Fernando Suárez de Figueroa Palenzuela Machicao, sargento mayor de la Gran Canaria y patrono del Convento dominico de Firgas casado con Dª Juana Aguilar Quintana Vargas, fueron padres de………………………………………………………. Dª Leonor de Figueroa Palenzuela y Aguilar, hija única y “señora de los heredamientos de los caballeros Palenzuelas sus antepasados” Casó con D. Antonio Truxillo Ossorio de Vergara y Altamirano, en Guía el año 1640. (“Nobiliario” Tomo IV pág. 51 en la nota). También fueron patronos del Convento de S. Juan de Ortega. Por enlaces y sucesiones de familia vino este patronato á poder de los Sres. Condes de La Vega Grande. (Vid “Arucas”. Cuaderno 2º pág. 29.) (Entre las páginas 28 y 29 del original se inserta un papel escrito en parte a máquina y en parte a pluma con tinta negra que reproducimos íntegro y literalmente.) (Nota del editor) Los padres de estos se desconocen Hernando Machicao, que testó en 1531 fabricó una iglesia en el barranco de su nombre en 1534: casó en Can. En 1488. Beatriz de Mirabal Bachicao, que de unos autos de capellanía consta como hermana de Hernando Bachicao, la cual fue mujer de: Constanza de Herbas Gaspar Rodríguez de Palenzuela Con numerosa sucesión Cap. Hernando Bachicao Palenzuela, el que hizo una fundación de una capellanía en la iglesia de S. Antonio Abad de Las Palmas (Esta nota me la ha dado el Sr. Marqués de Acialcázar hoy 19 de Enero de 1928, y me ha dicho que Hernando de Bachicao fue uno de los primeros pobladores de esta isla que la fundación de esa iglesia se halla citada en su testamente, y que no aparece el nombre del santo titular).4 Constanza Suárez de Lic. Crist. de Venegas Figueroa Antonia de Fontana, vecina de Can Juan Suárez de Figueroa, regidor de Canaria y familiar de la Inq. Casado con doña Luisa de San Juan Padilla, dotada en 1602. Mtre. de Camp Lorenzo Xuares de Figueroa Sargento Mor. Don Fernando Xuarez de Figueroa, regidor de G. C. Doña María de Motas. Doña Juana de Aguilar Quintana Con suc. Doña Leonor de Figueroa (única) mujer del Mtre. de Campo D. Antonio Trugillo de Vergara. (Pág. 29) Condes de la Vega Grande. El rey D. Carlos III por real cédula fecha en San Ildefonso á 29 de Septiembre de 1777 dió el título de Condes de La Vega Grande de Guadalupe á D. Fernando Bruno del Castillo y su Sra. D.ª Luisa Antonia Amoreto Manrique. 4 Esta nota se inserta dentro del cuadro genealógico casi nueve meses después de terminarse de escribir este cuaderno nº 1. (Nota del editor). 33 D. Fernando Bruno Francisco de Borja del Castillo Ruiz de Vergara y Castillo Cabeza de Vaca Cayrasco de Figueroa Mesia Muxica- Lezcano y Verde de Aguilar nació el 5 de Octubre de 1714 y fue bautizado en el Sagrario Catedral y falleció el 17 de Marzo de 1788. Fue patrono del Convento de S. Juan de Ortega de Firgas. Era hijo de D. Pedro Agustín del Castillo Ruiz de Vergara Muxica- Lezcano y de su prima D.ª Gerónima del Castillo, ilustre por muchos motivos y entre ellos por ser autor en la muy estimada obra titulada “Descripción histórica y geográfica” obra que terminó de escribir en 1738.- Era hijo de D. Fernando del Castillo y de D.ª Ángela María de Palenzuela Balbosa.- Nació el 28 de Abril de 1669 y falleció el 3 de Mayo de 1741. D. Francisco Javier del Castillo, 2º Conde de La Vega Grande, nacido en Las Palmas el 30 de Agosto de 1749 y fallecido el 18 de Abril de 1800, era hijo de D. Fernando Bruno supradicho; y fue además patrono del Convento de S. Juan de Ortega. Era casado con su tía y prima Dª Leonor de Bethencourt. D. Fernando Domingo del Castillo, hijo del anterior y 3º Conde de La Vega Grande, nació en Las Palmas el 16 de Diciembre de 1774. Estaba casado con D.ª Leonor Molina de Briones hija de los Marqueses de Villa Fuerte en Tenerife, y falleció el 18 de Mayo de 1819 sin hacer testamento. Fué muy patriota. Citado por Prudencio Morales en “1808”. D. José Agustín del Castillo 4º Conde de La Vega Grande y patrono_ como también su padre_ del Convento de S. Juan de Ortega, Firgas, nació en Las Palmas el 6 de Mayo de 1805 y casó el 25 de Julio de 1827 con su prima tercera Dª Ana María Westerling y falleció el 28 de Junio de 1870.- Este Sr. debió de ser el último patrono efectivo del Convento de S. Juan de Ortega. (“Nobiliario” Tomo IV pág. 37 y siguientes). Pág. 30 Mayorazgo de Arucas El Capitán General de la Isla de gran Canarias, Don Pedro Cerón y su mujer Dª Sofía de la Santa Gadea fundaron este Mayorazgo á favor de D. Martín Cerón, hijo de Don Francisco Duarte factor de la Casa de Contratación de Indias de Sevilla y de Dª Inés Tabera su mujer, por escritura ante el escribano público y de Cabildo de la Gran Canaria Alonso de Balboa el 10 de Julio de 1572; escritura que fue ratificada por otra escritura celebrada el 17 de Octubre del mismo año ante el escribano público de Las Palmas Antonio Lorenzo, con aceptación por apoderado de D. Francisco Duarte y D.ª Isabel Tabera como representantes de su hijo menor D. Martín Cerón; y como este murió siendo niño, le sucedieron en el Mayorazgo su hermano D. Juan Tabera y los hijos de éste. Los bienes comprendidos en esta fundación fueron los siguientes: “La casa de morada de los fundadores en la Ciudad Real de Las Palmas. “Un ingenio en Arucas con sus casas, huertas y molino. “Otro ingenio de abajo junto al de arriba, con sus casas que compraron á Gaspar Rodríguez de Palenzuela. “Otras casas en el puerto Isletas”. “Cuatro azadas de agua en la acequia real y nueva de Firgas que son las dos que metieron en la acequia de Arucas: y en la acequia real otra azada de agua y otra en la acequia nueva”. 34 “Cercado de los Majamos de tres suertes poco más con la longuera de Bujajance (sic) junto á los ingenios saliendo del de arriba que iba á dar ái las casas de abajo”. “Una suerte de parral en la Vega de Arucas”, “El cercado grande de la Vega de Arucas de seis y media suertes, comprado á los herederos de Gaspar Rodríguez de Palenzuela”.”linde con tierras de los fundadores”. “Otro cercado de dos suertes (Pág. 31) de la Fuente de Arucas y linde con el anterior y tierras de los fundadores”. “El cercado de los Granados de seis suertes, linde con tierras de la Vega de los fundadores”. “El cercado de la Palma en la Vega de Arucas con los paños de Cabeza (sic), con dos y medias suertes: linda con el anterior y tierras de los fundadores”. “Otro cercado de la misma Vega, linde con el grande de tres suertes”. “El cercado de la Vega de fuera, de seis suertes”. “Y todas las demás tierras montañosas y limpias que tenían en la Vega de Arucas con todos sus albercones y desaguaderos”. “La longuera tras la rueda del ingenio de abajo que era una suerte” “El cercado de San Sebastián de cinco suertes, linde al camino real de Arucas” “El cercado de Ariñez de cuatro y medias suertes debajo del Cerrillo de Arucas”. “El cercado del Prior de cinco y media suertes, linde por arriba con la montaña de Arucas”. “Otro cercado detrás de esta montaña de dos suertes”. “El cercado de los Palmitos, de dos suertes, linda con el camino de la mar y el Trapiche”. “Otro cercado de dos suertes á la espalda del ingenio”. “Dos suertes en dos pedazos llamados del Alvercón linde con el alvercón grande de los fundadores pasando por medio el camino de Firgas” “Tres suertes al otro lado del Alvercón” “El cercado de la Caldera de cinco y medias suertes con un alvercón en la Cabezada” “El cercado del Trapiche de debajo de cinco suertes con su alvercón, linde con el cercado de las laderas del Trapiche que fue de Rodrigo de Balboa, y entonces de los fundadores” (Véase el árbol genealógico de Rodrigo de Balboa en el cuaderno 2º de Arucas; pág. 107.) (En medio de las páginas 30 y 31 del original se encuentran dos tiras de papel escritas por ámbas caras que pasamos a reproducir literalmente. Nota del editor). D. Pedro de Cerón Vino por capitán general de estas islas en 1553 y fundó el mayorazgo de Arucas por haber casado con Dª. Sofía de Sta. Gadea dueña de aquellos terrenos en que fundó ingenio. (Castillo, pág. 241). Cerón era veinticuatro de Sevilla. (Algunos ayuntamientos en España – como el de Sevilla, Córdoba y Jerez.- tenían el privilegio de formar su cabildo (es decir: ayuntamiento) con veinticuatro regidores perpetuos (es decir: concejales.) Por eso á estos regidores les llamaban veinticuatros. Era natura de Sevilla y caballero de la orden de Santiago. –Vuelta- En un libro que había en el archivo municipal de Las Palmas y que se quemó cuando se incendió el Ayuntamiento el año de 1842 noche del 29 de Marzo constaba que Pedro Cerón había presentado el título de Capitán General extendido por el Rey de 35 España en premio de sus buenos servicios y otras cosas, fechado en 1555. (Esta nota me la ha dado el Sr. Marqués de Acialcázar, hoy 19 de Abril de 1928)5 (Sello del Senado. Particular y escrito a máquina) Martín Fernández Cerón, 24 de la ciudad de Sevilla, gobernador y justicia mayor de la isla de Gran Canaria en 1526- 29 y 1532-33:- casó en la misma ciudad citada con doña Ana Ponce de León, y tuvieron los siguientes hijos: D. Martín Fernández Cerón, Pedro Serón (*), regidor de Gran Canaria Doña Urraca Ponce de León Cerón, 24 de Sevilla, donde vivía en y capitán general de la misma Isla por R. muger que fué de don Alonso 1570 casado con la señora C. expedida en 1555. Manuel de Lando: vivieron en Doña Inés Tavera. Sevilla. Doña Inés Tavera (2) casada Doña Sofía de Santa Gadea Martel (**) También en Sevilla con D. que con su marido hizo la fundación del Francisco Duarte de Alcocer, Mayorazgo de Arúcas. primer Conde de Benazusa: sucedieron en el mayorazgo de Arúcas. Viera y Clavijo en el prólogo del tomo 4º de su Historia le llama Pedro Martín Cerón, de la orden de Santiago, veinticuatro de Sevilla (de quien hace mención Argote de Molina en sus notas á la sucesión de los Manuales del Conde Lucanor y no fue Gobernador de Canarias sino Capitán General de las armas en nuestras islas por los años de 1553 y casó con D.ª Sofía de Sta. Gadea, fundadora del Mayorazgo de Arucas”. Esto es una rectificación de lo que dijo en el tomo 3º, pag. 116 de dicha obra, confundiéndolo con Martín Gutiérrez Serón, gobernador de Gran Canaria en 1527 al tiempo de instituirse la Real Audiencia; que viene á ser el mismo que al principio se ha llamado Martín Fernández Cerón. Mansel, por su padre. (Pág. 32) “El cercado de las Laderas del Trapiche, de tres suertes, linde y véase el anterior” “Suerte y media junto al cercado grande” “El asiento de la montaña Doramas en las Cuevas del Rapador con todas sus cuevas y tierra montañosa, con otras doscientas fanegadas de tierra que están sobre el asiento”. “Otro asiento llamado las tierras de la Laguna con más de cuarenta fanegadas frontera al ingenio”. “Una capilla que hizo y fundó D. Juan Manuel en el Monasterio de S. Pedro Martír”. “Un Hermita de la advocación de San Pedro junto al ingenio y dentro de la Huerta”. Con fecha del 16 de Agosto de 1576, ante dicho escribano Balboa hicieron los fundadores nueva agregación de bienes y ratificaron la anteriores nombrando á D. Juan Tavera, hermano de D. Martín Cerón, 1º llamado por haber fallecido éste. Los bienes incluidos en esta segunda agregación son los siguientes: “Treinta y nueve horas de agua las siete primeras en la acequia nueva, y las demás en la acequia real de Firgas”. “Un cercado de tierras de cañas que se dice el Almasijo si el de la Cueva en que hay cinco suertes y medias poco más ó menos” 5 Un año después de haber terminado el primer cuaderno nº 1. (Nota del editor) 36 “Ochenta fanegadas de tierra de riego de caña que son detrás de la montaña de Arucas”. “Dos suertes de tierra de cañas en la Vega de Arucas”. “Un cercado de tierras e que hay dos suertes y media que se dice el cercado de la Cruz que esta por encima de la Vega de Arucas”. (Pág. 33) Por otra escritura otorgada en Arucas ante dicho escribano Balboa el 15 de Abril de 1577, hicieron los fundadores una nueva agregación de bienes y ratificaron las escrituras anteriores. Los bienes comprendidos en la 2º agregación son los siguientes: “Un ingenio de moler cañas, en Arucas, llamado de Montaña en el Barranco de Gumartel, que esta junto á la Hermita de Nuestra Señora de Guadalupe, con su acequia y hesido (sic) con la casa de ingenio de Calderas y al sitio de las casas de la morada, y con prensa y molino y con todo el demás sitio de las casas de los negros y la Galera”. “Una suerte de arboleda, linde con un pedazo de tierra que fue de Parral encima de la acequia” “Dos suertes de tierra de cañas en las Laderas de Firgas con sus alvercones”. “Diez horas de agua las cinco en la acequia real nueva, y las otras cinco de la acequia real vieja que se gozaba por seis dulas como era costumbre. “La séptima parte de las tierras de cañas del camino abajo del Trapiche que fueron de parral con la parte de desaguadero que fue de Martín Alemán que eran dos días y dos noches en cada un mes”. “La suerte del Trapiche de la Higuera (sic)” “Suerte y media de tierra en los Barranquillos de Rosales y cinco horas de agua en la acequia real de Firgas” “Otra séptima parte de las tierras de Cañas del camino abajo del Trapiche, con su desaguadero que pertenecía á dicha séptima parte que eran dos días y dos noches en cada mes” “Otra suerte de tierra del Trapiche de la Higuera con cinco horas de agua por seis dulas”. “Otra suerte de tierra llamada de Salamanca y con cinco horas de agua”. (Pág. 34) “Otra séptima parte de tierra del camino abajo del Trapiche con su desaguadero que eran dos días y dos noches de agua en cada un mes” “Otra suerte y media de tierra en dos pedazos, en el Trapiche de Rosales con cinco horas de agua de la acequia nueva”. “Otra suerte de tierra llamada del Cerillo con cinco horas de agua”. “Otras dos séptimas partes de la tierra del camino abajo del Trapiche contra las otras de arriba referidas. Y otras dos séptimas partes del desaguadero con que se regaban que eran de cuatro días y cuatro noches en cada mes” (Vid, pág. 42.) Nota.- estos datos están tomados de la escritura de venta hecha a nombre de D. Carlos Pedro Villa legatario del Excmo. Sr. Conde D. Jaime Mellerio á D. Alfonso Gourié Álvarez en Sevilla en 20 de Mayo de 1859 ante el escº. pº. D. Juan Fernández Santa Crúz; y á juzgar por la redacción parece que fueron tomados de las mismas escrituras de la fundación del Mayorazgo. 37 De dicha escritura efectuada ante Fernández Santa Crúz están tomados todos los datos de medidas, lugares, terrenos, aguas, etc. que haya á continuación. Exceptúanse aquellos que tengan en contra alguna advertencia particular, y cuanto este copiado entre comillas indica que ha sido tomado al pié de la letra. El total de las fincas pertenecientes al Mayorazgo en fecha de su venta citada es de 326 fanegadas, 5 celemines y 2 cuartillos (no incluyendo algunas brazas cuadradas); pero todos los terrenos no eran de la (Pág. 35) misma calidad. Entre las páginas 34 y 35 se vuelve a incluir una nota mecanografiada que empieza con el membrete del Senado-Particular y un apunte manuscrito con la caligrafía de DPMQ. (Nota del editor) Al ocurrir la invasión francesa y por razón de haber tomado el poseedor del Mayorazgo de Arucas partido por el Rey José, fueron secuestrados sus bienes por decreto de las Cortes Generales del Reino; y consta que durante el tiempo que se mantuvo el mismo o séase hasta el año de 1814, se extrajo de ellos para cubrir las atenciones del Estado, la cantidad de 20.632 pesos 6 reales de plata y dos cuartos. Las verdaderas rentas del Mayorazgo, fueron ocultadas por el Administrador Don Pedro Alcántara Déniz, según correspondencia de éste (cuyos borradores hemos examinado), con el principal de la casa Benazusa de Sevilla Don Bartolomé García Romero. En una de las cartas del primero al segundo, fechada en 21 de mayo de 1816, se expresa que el total de la renta podría fijarse en 8.000 pesos anuales como promedio (esta nota me la ha dado el Sr. Marqués de Acialcázar, hoy 26 de marzo de 1928.) Este mismo Señor me ha dicho hoy 19 de abril del mismo año que dichas cartas se las prestó Don Agustín Millares, el notario, de las que hizo un extracto.- La medida fanegada usada en Canarias es un cuadrado que tiene de lado cuarenta brazas; y la braza tiene 13 sextos de la vara antigua de estas islas. (Personas bien informadas me han dicho que hoy por braza se entiende dos varas españolas, es decir de las que van impresas en el dorso de los metros que usamos de ordinario.- La fanegada viene á ser 1600 brazas cuadrados y como la braza cuadrada tiene cuatro varas cuadradas tenemos que la fanegada tiene actualmente 6.400 varas cuadradas, ó séanse 5.503 ½ metros próximamente) Medidas de superficie reducidas a piés. La fanegada………………………..57.600 pies cuadrados. El celemín ………………………….4.800 “ “ El cuartillo………………………….1.200 “ “ La braza………………………………..36 “ “ Extensión de las fincas del Mayorazgo de Arucas en la época de su venta. Las fincas de las Vegas de Arucas suman 106 fans, 9 celems, 3 cuarts. y 724 piés. Finca de la Goleta ………………………. 3 “ , 4 “ , 3 “ y 846 “ . Otra finca en el mismo lugar……………. 22 “ , “ , “ “ . Las fincas de las Hoyas…………………. 43 “ , 5 “ , 1 “ y 1140 “ . Finca del sitio de Arucas……………….. 47 “ , 6 “ , 2 “ y 29 “ . Finca sitio de Vasco López……………… 64 “ , “ , “ “ . Finca sitio de Meleros…………………. 24 “ , 10 “ , 3 “ y 720 “ . Propiedades junto al Buen Suceso……… 24 “ , 7 “ , 2 “ y 20 “ . 332 fans. 7 celems. cuarts. 1079 ps. 38 Y las tierras de los Trapiches, que pasaban de 75 fanegadas. Adviértase que estos terrenos no eran todos de la misma calidad, y que las propiedades inmediatas á la Hacienda del (Pág. 36) Marquesado del Buen Suceso lindan por el Norte con el camino que va á la Costa y al Trapiche, al Naciente con el camino de las Cuevecillas, al Poniente con el riego de la Hacienda de dicho Marquesado. Los límites de la finca de “Las Hoyas” son; al Norte camino real que va a los Trapiches y Costa, y finca de otros propietarios; al sur: camino que va al Cerrillo y terrenos de otros propietarios; al Naciente: calle que hoy llaman de San Pedro y al Poniente, camino que llaman de las Cuevecillas. Aguas Cuarenta y tres azadas de agua, mitad de las ochenta y seis del heredamiento. Sesenta y una y media azadas de agua de las ciento veinte y tres que contiene la fuente llamada de Ariñez. Ocho y media azadas en la del Barranco de Jiménez. Dos azadas de agua de la Fuente del Hierro. Dos azadas de agua de la Fuente de Norado. Fincas urbanas La mitad de una casa que está por dividir situada en la ciudad de Las Palmas, delante calle del Colegio trasera calle del Espíritu Santo, y por un lado calle del Reloj. La mitad de una casa que está por dividir, en Arucas, que sirve de granero principal, linda por la calle S. Pedro. La casa llamada de los Ríos en la finca de las Hoyas. “La antigua Hermita de S. Pedro que hoy es pajar, y esta situada en el trozo primero de Las Hoyas”. La mitad del estanque grande que esta por dividir y sirve para conservar las aguas del Mayorazgo (Pág. 37) situado por encima del pago de la Goleta. Otro estanque más pequeño destinado á las aguas de la fuente de Norado. Otro estanque llamado de la fuente del Hierro porque en él se recogen las aguas de dicha fuente. Advertencias.-1ª “El Norado” tiene trece fanegadas, cuatro celemines, tres cuartillos y 23 ½ brazas cuadradas” 2ª Las propiedades detalladas en las dos páginas anteriores en ésta son los que compró D. Alfonso Gourié. Cargas que tenía el Mayorazgo Cuarenta doblas anuales impuestas por los fundadores del Mayorazgo en su escritura de fundación para misas por el alma de Juan Manuel en la capilla del Convento de S. Pedro Mártir. Censo de 234 reales anuales á favor del patronato fundado por Dª Isabel de León, sin que se sepa el origen de esta imposición. Censo de ciento veinte y nueve reales anuales al Monasterio de Sta. Clara de Canarias. Se halla en el mismo caso de la anterior. Censo de 201 reales y 56 céntimos anuales, á favor de la fábrica de la Sta. Iglesia Catedral. Se halla en idéntico caso de los dos anteriores; siendo presumible que estos tres censos proceden de algunos de los que se citan en la fundación o agregación. 39 Cargas que aparecen en los títulos del Mayorazgo La de D. Juan Mansel supracitada. La de cuarenta doblas para misas en la Hermita de S. Pedro Censo de Alonso de Herrera Censo de D.ª Inés de Herrera Otro de la misma D.ª Inés (Pág. 38) Otro de los herederos de Alonso Venegas. Otro de los herederos de Catalina Telles. Estos censos existían en las fincas que formaron el Mayorazgo; según declaración de los fundadores en la escritura de ratificación de 17 de Octubre de 1572 ante el escribano Antonio Lorenzo. Eran redimibles a razón de 10%. Los tributos que siguen pesan sobre los bienes que formaron la segunda agregación. Tributo correspondiente a Baltasar de Armas como marido de Isabel de Rojas. Otro a Catalina de Rojas. Otro de la misma Catalina, como patrona de la Capellanía instituida por Maria Abrego. Otro de D.ª Teresa Fonte muger de Rodrigo de Vera. Otro de la misma Dª. Teresa. Otro de Dª Felipa Pacheco muger de Diego de Vera. Otro de Fernando de Heredia. Otro de Rodrigo de Vera. Otro de cinco pesos escudos de á ocho reales que los poseedores del Mayorazgo D. Gerónimo y D. Gerónimo José Talenti de Florencia se obligaron á pagar anualmente al Convento de S. Pedro Martír, Las Palmas, para reparos de la Capilla de Jesús Nazareno de dicho convento, fundada por D. Juan Mansel; conforme á escritura celebrada en 1741 el día 17 de Mayo, ante el escribano de Las Palmas D. José Prieto Muñoz (Vid pág. 42.) Notas.- D. Juan Mansel y Dª. María de Santa Gadea fueron padres de Dª Sofía de Sta. Gadea (Vid “Arucas” Cuad. 2º pág. 108) D. Alfonso Gourié compró la parte del Mayorazgo en 1.900,000 reales. Las primeras fincas sobre que se fundó el Mayorazgo debieron de ser propiedad de Dª Sofía de Sta. Gadea. Las tierras que se incluyen en la 2º agregación fueron (Pág. 39) compradas por D. Pedro Cerón á D. Luís Mendoza y otros y de la escritura aparece que la venta la ejecutaron Luís de Mendoza, Martín de Herrera, Rodrigo de Vera, Alonso de la Barrera y Diego de Vera. D. Honorado Estacio fue administrador del Mayorazgo tomando posesión en los días 17 a 20 de Octubre de 1643. Hubo varias cuestiones acerca de quienes debían de poseer el Mayorazgo, siendo una de las más celebres la provocada por D. Ignacio de Matos a fines del siglo XVIII como se verá en otro lugar. (De otros papeles sobre el Mayorazgo que me prestó Don Francisco Gourié consta que la Audiencia de Sevilla en fecha del 9 de Junio de 1845 dictó sentencia por la cual Don Luís de Solís y Manso, 5º Marqués de Rianzuela, Conde del Prado, Señor 40 de la Granja, de Benasuza, etc. obtuvo la sucesión del Mayorazgo fundado por el D. Pedro Cerón y Dª. Sofía de Sta. Gadea.) (Esto lo tengo confuso) La mitad reservable de los bienes del Mayorazgo era propiedad del citado Sr. Marqués de Rianzuela y de su hermana Dª. María de la Encarnación. Dª. María vendió sus bienes a D. Francisco González Rodríguez, D: Bruno González su hijo, D. Ruperto Delgado, D. Manuel González Castellano, D. Isidro Morral y D. Sebastián de Medina vecino éste de Teror. La otra mitad de la casa del Mayorazgo en Arucas y la otra mitad de la era nueva y las canteras á D. Alfonso Gourié, que compró la otra mitad libre del Mayorazgo á D. Carlos Pedro Villa, como ya se ha dicho. La compra de la era nueva hecha por D. Alfonso Gourié la he visto en unas escrituras que me prestó D. Francisco Gourié. Diego de Vera. Diego de Vera Mendoza ilustre caballero era nieto del General conquistador D. Pedro de Vera. Estaba casado con Dª Felipa Pacheco, hija de D. Alonso de Pacheco, de ilustre familia criado de Felipe II (Pág. 40) y de su cámara real, nombrado por este rey visitador de general de armas castillos y fortificaciones de las islas Canarias por real cédula expedida en Valladolid desempeñado tan bien su cargo que D. Felipe II le nombró alférez mayor de la Gran Canaria y otros cargos honrosos. Grande fue la autoridad que tuvo en España y en Roma y gozó de gran confianza del Papa Pablo III y mereció por sus cristianas virtudes que éste le concediera honores y privilegios nada comunes, como el eximirle á él y á su familia, servidores y criados, de la autoridad del obispo de Canarias, ó de cualquier otro prelado, según consta de la bula despachada á su favor por el Cardenal Rodolfo Pío, legado a latere de dicho papa. Estaba casado con Dª Teresa Herrera Contreras, de noble parentela, hija del nobiliario caballero Juan de Herrera, regidor perpetuo de Gran Canaria y fundador del Hospital de San Martín en Las Palmas y nieta de Diego de Herrera, conquistador de Canarias, y de Dª Teresa Álvarez “ambos- según Viera y Clavijo- de la nobleza más ilustre de Toledo” (Nobiliario y Blasón de Canarias, pág. 219 tomo II) Vasco López “Vasco López (era) coronel de infantería de la gente de guerra, regidor perpetuo de Canaria que fué uno de los caballeros de mayor autoridad de la isla en aquella época y prestó á los reyes de su tiempo grandes servicios que recompensaron con diferentes gracias y mercedes.” “Nobiliario y Blasón de Canarias “tomo II, pág. 123. (Probablemente era vecino de Telde. En esta ciudad tenía un hermano casado y varios sobrinos, gente toda ella de mucha distinción.- (Ibidem).- Vivía en la 1ª mitad del siglo XVI.- - En acta del Cabildo de Las Palmas, fecha de 17 de Septiembre de 1540, aparece como vecino de Telde, firmando como testigo de una contradiccción en un pregón sobre unas tierras. (Fol. 42 vto. del libro de actas.) (Pág. 41) Lorenzo de Palenzuela Lorenzo de Palenzuela Bolaños era hijo de Alonso Sánchez de Palenzuela y de Juana Bolaños (vid. pág. 4). Fue regidor de Tenerife en 1532 y se casó con Dª. Isabel de Lugo, natural de Tenerife. De estos traen origen varias familias de la 1º nobleza de estas islas, entre otras, los marqueses del Sauzal, los condes del Valle de Salazar, etc. 41 (Nobiliario, tomo 1, pág. 54 y tomo II pág. 91) fue padre de Dª. Isabel Palenzuela Lugo que casó en La Laguna, Tenerife, con D. Juan Zurita del Castillo, natural de Telde donde fue bautizado en Octubre de 1535; testa esta Dª. Isabel en Telde, ante el escribano Tomás Marin el 22 de Julio de 1574. Dicho D. Juan Zurita era nieto de Alonso de Zurita uno de los cinco capitanes que vinieron á la conquista de Canarias al mando del general Juan Rejón; y otorgó testamento ante Juan de Arauz en Telde el 11 de Agosto de 1516. Hijo de Juan Zurita fue Lorenzo Zurita del Castillo Palenzuela vecino de Tenerife, casó en Canarias con Dª. Juana Canseco de Quiñones, hija de Hernán Sánchez Canseco de Quiñones y de Dª. Clara de Ariñez Mendoza. (Ibidem). D. Luis Inglés del Castillo Jaraquemada casó en Telde el 2 de Julio de 1530 era casado con Dª Gerónima de la Mata Palenzuela Bolaños, hija del Dr. Alvaro de la Mata y Dª. Ginebra Palenzuela Bolaños (“Nobiliario” tomo II, pág. 17.) En Las Palmas había otro Lorenzo de Palenzuela, escribano público, que ya actuaba en 1574, citado repetidamente en los tomos del “Nobiliario y Blasón de Canarias”; pero que no hay que confundir con el supracitado. (Pág. 42) Antiguos propietarios de algunas fincas incluidas en el Mayorazgo de Arucas.- “Otra segunda agregación vino á aumentar los bienes del Mayorazgo, porque habiendo adquirido el D. Pedro Cerón por compra que hizo a D. Luís de Mendoza y otros, de diferentes bienes, celebró otra escritura en 15 de Abril de 1577 ante Balboa, haciendo la agregación de ellos, y por supuesto a favor de D. Juan Tabera, sus hijos y descendientes”. “La escritura de adquisición se halla inserta en la anterior (es decir: en la de agregación) y de ella aparece que la venta la ejecutaron Luís de Mendoza, Martín de Herrera, Rodrigo de Vera, Alonso de la Barrera y Diego de Vera. Que estos bienes tenían de principal de tributo un millón ochocientos veinte y seis mil cuatrocientos veinte y seis maravedis, pagándose por ellos anualmente los réditos siguientes. A Baltasar de Armas veinte y cinco doblas; A Catalina de Rojas por si ocho mil quinientos sesenta y cinco maravedis. A la misma, como patrona de la capellanía que fundó María de Abrego, siete mil ciento cuarenta y tres maravedis. A Dª. Catalina Fonte veinte y cuatro mil noventa y seis maravedis. A Dª. Felipa Pacheco sesenta y un mil ochocientos veinte y cuatro maravedis, á D. Fernando de Herrera siete mil seiscientos cincuenta y cuatro maravedis. A Maria de Vera dos mil ciento cuarenta y cuatro maravedis. Y á Rodrigo de Vera siete mil ciento cuarenta y dos maravedís.” Nota.- Como se ve, hay algunas variaciones entre algunos nombres y apellidos citados en esta página, cotejada con lo que se lee en las págs. 37 y 38.- (Esta pág. está copiada ad pedem litere y las págs. 37 y 38 están cotejadas con dicha escritura para asegurarme de la exactitud de los datos.) (Pág. 43) Casa de Herrera Diego de Herrera, nobilísimo caballero de Toledo y conquistador de la Gran Canaria, recibió como premio de sus servicios de los Reyes Católicos extensos repartimientos de agua y tierras en esta isla. Estaba casado con D.ª Teresa Álvarez, 42 ilustre Sra. Toledana, y testó en Sanlúcar de Barrameda el 17 de Agosto de 1507.- De estos fue hijo…………………………………………………………………………….. Juan de Herrera, natural de Toledo, sirvió de conquistador de esta isla al lado de su padre. Era hermano de Alonso de Herrera, gobernador que fue de esta isla. Juan de Herrera obtuvo repartimiento de tierras en Gran Canaria. Fundó el Hospital de San Martín en Las Palmas y falleció en 1524.- Estaba casado con D.ª Francisca Núñez de Contreras.- De estos fueron hijos……………………………………………………….. Alonso de Herrera Contreras, bautizado en Las Palmas el 28 de Noviembre de 1509. Era regidor perpetuo de Gran Canaria y de Toledo, casado en esta ciudad con D.ª Catalina Nieto.- La hermana de este Alonso llamada…………………………………… D.ª Inés de Herrera Contreras casada con el noble D. Lópe de Muxica Lezcano, regidor perpetuo de la Gran Canaria y padres de D.ª María de la O Muxica y Herrera, mujer digna de cualquier elogio en expresión de Viera y Clavijo. De estos descienden los señores de Fuerteventura, los señores de Alegranza, los marqueses de Villanueva del Prado y los de las Cuevas del Becerro. (Pág. 44) Otra rama de los Herrera.- Álvaro de Herrera, hijo 2º del conquistador Diego de Herrera casó con D.ª Isabel de Machicao nieta del conquistador Hernando de Machicao, que legó su nombre á la “Cuesta de Machicao” donde obtuvo tierras y agua en repartimiento.- dicho Álvaro era además regidor perpetuo de Gran Canaria.- Hizo un mayorazgo en 18 de Mayo de 1538 ante Pedro Ortiz escribano de Las Palmas. De estos nacieron………………………….. Hernando de Herrera Machicao, bautizado en Las Palmas el 7 de Octubre de 1519, regidor perpetuo de Gran Canaria y muerto sin sucesión y además……………….. Juan de Herrera, bautizado en Las Palmas en Noviembre de 1521 de cuyo matrimonio con D.ª María de Alarcón nacieron…………………………………………. Alonso de Herrera Alarcón bautizado el 2 de Septiembre de 1540, é Inés de Herrera Alarcón bautizada el 1 de Abril de 1556. Hermana de Hernando de Herrera es ………D.ª Inés de Herrera de Machicao, sucesora del mayorazgo fundado por su padre en 1538 que casó con el maestre de campo general Gaspar de Olivares Maldonado regidor perpetuo de Gran Canaria segundogénito de los señores de Chalcon de Safajonia, cuyos estados y mayorazgos vinieron andando el tiempo á reunirse en los Sres. Marqueses de Guisla- Ghiselim. (“Nobiliario y Blasón de Canarias” tomo VI, pág. 228 y sigs.) (Pág. 45) Piraterías de los de Lanzarote en Layraga. Las primeras correrías que hicieron los españoles en las inmediaciones de Arucas (que se haya podido encontrar) son las contenidas en el cap. XXXII de la “Descripción Histórica y Geográfica de las Islas Canarias” por D. Pedro Agustín del Castillo. Dice textualmente: “Armaban los vecinos de Lanzarote unas fustas ó barcas, con que corrían estas costas de las islas gentílicas, y con particularidad repetían sus asaltos en el lugar y costa de Ayusmatel ó Ayraga (nota en el borde: Así dice Abreu) de esta isla de Canaria, lo que repararon sus habitadores con dos vivas estratagemas militares. La primera 43 vigilando primera ocasión (sic) (después de haber padecidos algunos robos de su gente y ganados) el tener prevenidos algunos hombres de los más ligeros que mostrándose descuidados, y estando ya desembarcados los castellanos hicieron fuga hacia el monte, y los fuesen empeñando en su seguimiento, en donde acometiéndole otra mayor partida de canarios, fueron muertos y apresados los castellanos.” “Y previniendo que era menester variar de ardid, porque si volviesen los invasores traerían cautelada la primera (sic) cogieron partida de cuervos y ayotas (nota en el borde: Abreu dice gaviotas) y otras aves montaraces de rapiña y marítimas, y las cegaron y domesticaron en las casas, y cuando descubrieron las embarcaciones surtas ó á la vela, echaron las aves sobre las casas y cercanas a ellas, y los hombres de defensa ocultos hasta mejor ocasión, que la tuvieron asegurados los castellanos de que estarían desamparados de gentes del lugar y costa, por lo que se mantenían las aves en aquellas cercanías; se introdujeron por otra parte donde descubrían cabríos, y empeñados á robarlo les asaltaron con presteza los canarios, sin que de cincuenta hombres pudiesen más de tres ó cuatro las embarcaciones, nadando; (Pág. 46) conociendo en su fuga que al pasar muy cerca de las aves que ni levantaban vuelos ni hacían otro retiro, sería por estar sin vista ni vuelos, lo que manifestando por los que tuvieron la experiencia pusieron en temor, para no volver á inquietar á los astutos canarios, y ellos quedar seguros. ” Nota.- No trae la fecha de estas incursiones. Lo mismo dice Abreu Galindo (pág. 78) citado por Millares (lib. VI. cap. 11.º) Parece que Castillo copió á Abreu. Tal se parecen las dos narraciones. Tala y destrucción del poblado de Arucas.- “Libre Juan Rejón del embarazo de los portugueses, y respetado de los canarios, juntó sus capitanes y demás caballeros aventureros, á conferir sobre el modo que facilitaría el abreviar la conquista que tenía á su cargo; y aunque hubo á este fin diversidad de pareceres, abrazó el salir á talar los campos canarienses, para estrechar sus naturales con la falta de frutos; pues aunque también resultaba de esto alguna parte de trabajo para el Real, por lo que les comunicaban algunos amigos, tenían el recurso á las otras islas conquistadas y naves que venían de España con provisiones”. “Este medio resuelto (dejando prevenida la defensa y ofensa del Real) sacó de él 300 hombres y 30 caballos y salió por los campos de Tamaraceite, Tenoya y Arucas, destruyendo los higuerales y sementeras que encontraba, dando fuego á las casas de sus lugares, y haciendo prisioneras las personas de todas edades que lograban que condujeron al Real, usando de ellas con toda caridad, con que les conservaban el amor á nuestra religión, para haberse con brevedad entrando en ellas por la puerta santa del bautismo”. “Con esta nueva guerra se afligieron mucho los canarios convecinos á estos parages, viendo que se proseguía por (Pág. 47) Tafira y la Vega, y que se les daba fuego á las sementeras, que se acercaba la cosecha, lo que obligó á muchos á venirse al Real, con grandes lamentos, desarmados con los brazos cruzados mostrando su rendimiento y pidiendo les admitiese en su amistad y gremio para vivir en uno.” (Castillo, Historia ya citada cap. XI.) Nota.- Juan Rejón llegó á Gran Canaria el 24 de Junio de 1478 con facultades de conquistar dicha isla, dada por real provisión de los Reyes Católicos y firmada por la Reina y Diego de Santander su secretario, por fecha de 12 de mayo de dicho año, y promulgada, estando la expedición para embarcarse, en el puerto de Sta. María. Traía entre otros compañeros como alférez general de armada á Alonso Jaimes de Sotomayor, 44 al Deán D. Juan Bermúdez, caballero y clérigo, como consejero de Rejón, Hernán García del Castillo natural del castillo de Garci-Muñoz y otros varios. Sin contar los soldados que traían muchos caballeros aventureros, venían con Rejón 600 soldados de infantería y treinta caballos. Al saltar á tierra, hechos repetidos saludos de clarines, artillería, flámula y banderas que echaron al aire plantaron una tienda de campaña y dijo misa el Deán, y como aquel lugar era inculto y sin agua, se dirigieron á un bosque de dragos y palmeras que vieron hacia el sur desde el mar donde sospechaba hubiese manantiales, cortaron palmeras en lo más elevado de aquel sitio, hicieron parapetos para ponerse á salvo de los indígenas canarios y así quedó establecido el Real de Las Palmas. (Vid “Arucas”, Cuaderno 2º, pág. 9) (Castillo.- Datos tomados del cap. 1.º Lib. 2º de su Historia ya citada.) Juan Rejón era caballero del Reino de la Niebla, soldado práctico osado y valiente.- Los soldados y caballeros aventureros que trajo á Canarias se hallaron los más en las victorias y batallas entre Portugal, sobre el Toro y Alcázares de Zamora. (sic). El 28 de Junio de 1478 fue la primera contienda de los canarios, capitaneados por los Faycanes de Telde y Galdar, viniendo entre sus principales combatientes Adargoma, Doramas y Maninidra. Pelearon (Pág. 48) todo el día y ganaron los españoles por la superioridad de sus armas.- El 20 de Julio del mismo año vuelven los canarios con sus capitanes de Galdar y de Telde. Luchan bravamente gana los españoles con sus descargas de arcabuces y ballestas. Aprovechando esta victoria fabrican los españoles la ermita de S. Antonio Abad y algunas casas. Viene la armada portuguesa (no dice en qué fecha) está tres días anclada en el puerto de Agaete y viene á los tres días á atracar frente á las isletas al anochecer. Rejón salió á media noche con 200 hombres y se pusieron en guardia. El mar estaba furioso. Rejón hizo una matanza de portugueses, los cuales tomaron velas y buen tiempo. El intento de los portugueses era ponerse de acuerdo con los canarios para atacar á los españoles, en revancha de las derrotas que les habían causado en Portugal. Pedro de Algaba. Derrota de Tenoya. Con Juan Rejón había en Canaria muchos disgustos por su altanería; y habiendo tenido noticias de ello los reyes católicos enviaron por gobernador de la conquista á Pedro de la Algaba que llegó á esta isla en 1478 (así lo dicen Castillo y Abreu) estando entonces Rejón en Lanzarote en busca de mantenimientos que tanta falta hacían. Algaba puso preso á Rejón le echo unos grillos y en una carabela le embarcó para España. El P. Sosa no hace mención de la derrota de Tenoya. Tampoco la cita Núñez de la Peña. Millares y Viera dicen que vino á mediados de 1479. *Algaba y el Deán Bermúdez prosiguieron la conquista salieron á robar ganado por Satautejo, de donde trajeron alguno. Luego supieron que por Moya habían muchos canarios y salieron á buscarlos una noche por caminos muy fragosos de cuestas y montañas, y los encontraron al amanecer, dándoles el asalto auqne estaban muy cansados. Estaba allí el Guanarteme de Gáldar Guanache Semeden con poca gente y se defendió con valor. También esta(ba) (Pág. 49) allí el valiente Doramas, el cual, al notar el cansancio de los españoles, recogió su cuadrilla y les dejo regresar al Real de Las Palmas. Casi todo está tomado de Viera y Clavijo, el cual no añade una palabra más) 45 * (Al llegar la columna á la áspera cuesta que conduce al barranco de Tenoya se vieron sorprendidos por las cuadrillas que acaudillaban Doramas y el Guanarteme referido, que desde aquellas alturas lanzaban sobre los nuestros con certera puntería una lluvia de piedras, troncos de árboles y agudos dardos de palo. Los nuestros dejaron el ganado para huir mejor. En esta jornada se distinguió Lope Hernández de Guerra, que tanta celebridad había de alcanzar en la conquista de Tenerife; y observando que una cuadrilla de cincuenta soldados españoles estaban acorralados por los isleños en lo alto de una loma, dijo á Francisco de Vilches y a otros veteranos de á caballo: “Amigos y compañeros: corramos á salvar á los nuestros. ¿Será posible que los dejemos morir de esa manera?” Y alentados por sus palabras avanzaron todos cayendo en masa sobre los isleños, rompiendo el círculo que les oprimía y facilitando la retirada. Pasando aquel fatal barranco no sin grandes pérdidas y angustias, entró la columna en los llanos de Tamaraceite, por los cuales no se atrevió Doramas á seguirla, y continuaron su camino con los escasos restos del botín y con un hambre espantosa). Nota.- Lo que esta entre ** está tomado de Abreu Galindo y el párrafo que continua entre paréntesis esta extractado de la “Historia general de las Islas Canarias” por Agustín Millares. Tomo III cap. VI pág. 289. (Se ve que Millares calcó su capitulo sobre la derrota de Tenoya en Viera y Clavijo). (Vid “legajo de papeles sueltos” el cap. de Viera y Clavijo sobre la derrota de Bermúdez.) Pedro de Vera.- Habiendo regresado Juan Rejón á Canarias, y degollado por su orden al gobernador Pedro de Algaba, enterados los Reyes Católicos de tan violentos procederes enviaron á Canarias de gobernador á Pedro de Vera para que prosiguiese su conquista á Miguel de Mujica, á Juan Siberio primo de éste y a sus dos hijos Rodrigo y Hernando de Vera. Llegaron (Pág. 50) á Gran Canaria el 18 de Agosto de 1480 mandando preso á la corte á Juan Rejón. Para aligerar el Real de tanto cautivo como tenía y que pudieran sublevarse en un momento dado los embarcó engañosamente para España, so pretexto de ir á conquistar á Tenerife. Pero al verse engañados se amotinaron capitaneados por el valiente Adargoma y las dos naves que conducían á los doscientos canarios retornaron á Lanzarote donde los dejaron. Los navíos retornaron á Canaria á dar cuenta á Pedro de Vera, y enterados del engaño los canarios se sublevaron los indígenas que estaban en el Real y se marcharon al campo resueltos á hacer la guerra sin descanso á españoles tan embusteros, con harto sentimiento del santo obispo Sr. Frías. (Castillo. Lib. II cap. 11 extractado.) Lo mismo vienen á decir Abreu Galindo y Marín y Cubas. La conquista en adelante fué muy sangrienta. Llegando Rejón á la altura de Tamaraceite al amanecer de 18 de Agosto de 1480 vió que se acercaba una carabela al puerto de la Isleta y retomó a Las Palmas. Rejón iba a reconocer los cantones del Norte con idea de atacar a Doramas. (Millares tomo III pág. 308.) Acompañaban á Pedro de Vera sus hijos Hernando Rodrigo, Marín y Jorge de Vera y Diego Gómez de Vera; y los caballeros D. Juan de Quintana, D. Juan Siberio, Miguel Trejo Carbajal, Juan y Gonzalo de Aguilar, Tomás Rodríguez de Palenzuela y otros varios. (Millares tomo III pág. 308.) Derrota de los españoles en la costa del Bañaderos.- Pedro de Vera dejó el gobierno de Gran Canaria en Diciembre de 1489. (Millares tomo IV pág. 118.) 46 “Amotinados los canarios recogidos á las sierras con sus familias y ganados, venían otros á desafiar uno á uno ó dos á dos, á decir oprobios y desafueros, y al cristiano que cogían desarmado lo mataban, con que podemos decir, andábamos á sangre y fuego, y viva quien vence.” “El alférez Alonso Jaimez, por orden de Pedro de Vera, hacía las entradas en los canarios, y por traer algo de provecho costaba muchas muertes y heridas; y habiendo ido cierto día a la Costa del Bañadero á traer ganado nos mataron a siete hombres y á más de 40 hirieron, y los canarios casi ningún daño recibieron”. (Marín y Cubas, cap. VI) ”Museo Canario”nº 15 de Feb. de 1902 pág. 109. (Pág. 51) Batalla en que murió Doramas.- “Acordó Doramas y los suyos hacerse fuerte contra nosotros en alto risco que está junto á un pueblo llamado Arucas; lo mismo hizo el señor de Telde y el de Gáldar, que temieron irían á hacerles algún daño con tanta gente de refuerzo.” “Pues para que temiesen y castigar algunas de sus insolencias se dispuso de ir á darles un asalto, juntó el capitán Pedro de Vera toda la gente que vino y de la que aquí tenía y formó su campo en busca del enemigo la vuelta de Arucas (sic) y llegado á una loma alta se vió á vista á el enemigo que estaba fortificado sobre unos riscos pendientes, los caballos iban delante haciendo más campo de gente que la que íbamos, comenzose á bajar hacia ellos por la cuesta que dicen del Valle de Tenoya, y subimos las lomas altas que van hacia Arucas; onde se vinieron á el encuentro y con coraje se venían á meter por las armas; el Doramas se señaló con su espada de palo tan fuerte como una partesana, tan grande que un Español después no podía jugarla con dos brazos, aunque era bien fuerte y alentado; y el la volvía y revolvía con una, en forma de rueda que nadie le podía entrar ni con lanza, porque desharretaba los caballos, y así se guardaban de el. ” “Tiraban lanzas de tea, todo á puño, que pasaban el escudo y un hombre de parte á parte, y lo peor, fuertes pedradas á brazo, muy grandes y ciertas como tiradas con ballesta.” “Fue Dios servido que no perecieran aquí todos los cristianos, porque realmente hubiéramos todos de perecer si no fueran. Vera6 y otros caballeros que como desesperados y hombres sin remedio todos á una arremetieron con Doramas solo, y enristrándole las lanzas, dándole la primera lanzada por el costado, que fuera uno el que á él le acometiera no le matan, porque dando un salto se escapa luego; cercáronle y así le dieron fin, y con la batalla, que pues viéndolo muerto huyeron los canarios, deshizo el fuerte que tenían (Pág. 52) allí en Arucas ó cerca. El Gobernador hizo cortar la cabeza á Doramas y traerla puesta en una lanza y hizo ponerla en la plaza del Real que era la de San Antón.” (Gómez Escudero, manuscrito, cap. X.). Gómez Ecudero.- El Licdo. D. Pedro Gómez Escudero vino con Pedro de Vera á la conquista de Canarias en calidad de capellán. La copia de su manuscrito sobre la conquista de esta isla, que se conserva en la biblioteca del Museo Canario está hecha de la que sacó el historiador Marín y Cubas, y que hoy pertenece a los Condes de la Vega Grande.- 66 En el original pone Viera (Nota del editor) 47 Debajo del apellido “Escudero” hay estos números: 1484.- Dice que la conquista de Gran Canaria se terminó el jueves 29 de Abril de 1477, con la sumisión de los canarios en Ajódar. Muerte de Doramas.- Conforme se halla descrito en el “Cuaderno Antiguo de La Laguna”. “Al fin los canarios se juntaron y hicieron consejo en el que se halló el valeroso Doramas, hombre valerosísimo y de grandes fuerzas que por solo su valor se había hecho rey y Sr. (sic) del valle y montaña que hoy se llama de Oramas que es de las fértiles de España y acordaron todos de hacerse fuertes en un risco alto camino de la villa de Arucas y esperar allí á los españoles que luego temieron que les habían de ir á buscar, y los reyes de Gáldar y Telde cada uno en su reino teniendo aviso, también recelaron y apercibieron por la nueva y fresca guerra; al fin el Governador Vera con toda la gente que tenía y con la que de nuevo le fué acordó hacer muy de propósito una gran cabalgada con que espantar y amedrentar á los canarios que tan soberbios estaban como lo hizo, y sucedióle bien porque acertó á ir desde el primer día á donde los canarios estaban juntos y hechos fuertes camino de Arucas, y para ponerles temor (Pág. 53) quiso como se usa en el arte militar representarles la batalla desde una loma o cerro frontero á donde ellos estaban y que hacía visso (sic) y puso toda la gente á la larga y los caballos que formaban mucho trecho con que parecían más que doblada la gente, al fin bajando el valle que dicen de Tenoya subió por las lomadas que iban hacia Arucas y llegando á vista de los canarios, con gran furia invistieron con ellos así la gente de á caballo como la de á pié los cuales con no menos ánimo los recibieron y se defendieron de los nuestros y los ofendían, y el Doramas se señaló mucho con su espada de madera tostada muy pesada y grande que después hombres muy fuertes no podían jugarla con dos brazos y él con una mano la jugaba más ligeramente y hacía muy gran campo al rededor de sí porque todos se guardaban de sus fuerzas y furiosos golpes que al caballo que alcanzaba lo desarretaba ó cortaba brazo ó pierna que alcanzaba como si fuera de hierro y aun peor porque no tenían cura sus geridas (sic) de más de ellos las lanzas que el y los demás tiraban derribaban cualquier hombre armado, lo prío (sic) las piedras como si fuesen tiradas con ballesta grande de las antiguas. Al fin los nuestros lo pasaron mal si no fuera Dios servido que el Gobernador Vera y otros caballeros desesperados envistieron contra él sus lanzas y le acometieron á un tiempo y le asestaron por el costado y á no ser más de uno el que le acometiera el era tan ligero que se sabía escapar de los golpes, más como eran tantos no pudo, y como lo vieron caído los demás canarios no fue menester más para que todos volviesen la espalda á ponerse á salvo, al fin unos muertos otros huidos y otros cautivos en un punto después de la muerte de Doramas se acabó la batalla y se deshizo el fuerte que tenían hecho y el Gobernador Vera mandó cortar la cabeza de Doramas y traerla en una lanza y ponerla en la plaza de San Antón que era la principal del real donde está (Pág. 54) la ciudad que entonces se llamaba Geniguada.” Nota.- Este trozo ocupa el folº, 19 y siguientes de un manuscrito que se conserva en la Biblioteca Provincial de La Laguna, y se le conoce de ordinario con el nombre de “cuaderno antiguo” y viene á ser el manuscrito antiguo que sitan los historiadores canarios Viera y Clavijo y Millares Cubas, según dice D. José Rodríguez Moure. Pbro. Tal manuscrito no tiene autor y termina bruscamente con la lista de Obispos que ha habido en Canarias, siendo el último de los citados el Iltmo. D. (sigue casi dos renglones tachados) Fray Pedro de Herrera O.P. electo para estas islas en 1621; siendo por lo tanto un manuscrito de principios del S. XVII. Sólo tiene 28 folios y se titula: 48 “Conquista de la isla de Gran Canaria hecha por mandado de los Señores Reyes Católicos D. Fernando y Doña Isabel. Por el Capitán Don Juan Rejón y el Governador Rodrigo de Vera con el Alférez mayor Alonso Jaimes de Sotomayor. Comensose por Muziut Joan de Betancurt el año 1433 y se acavó el año 1477 día del bienaventurado S.Pº mártyr a 29 de abril y duró 38 años esta conquista”. Tal manuscrito no dice nada de la derrota de Algaba en Tenoya.- Hace finalizar la conquista de Canarias el 29 de Abril de 1477 con la rendición de los canarios al sur de esta isla por mediación del Guanarteme. Su sitio en la biblioteca del Instituto de La Laguna es este: 83-2 17 Se tiene como autor de estos apuntes al ya citado Alférez Alonso Jaimes de Sotomayor, pero no sé con qué fundamento; de serlo así, el que lo copió puso algunas y gruesas erratas é interpolaciones. Cada vez que en este libro se cite el “Cuaderno antiguo” se hace referencia al manuscrito supradicho. Se ve claramente que Abreu Galindo, Núñez de la Peña y Viera y Clavijo tuvieron á la vista este m.s.- Millares dice (y con sobrado fundamento) que está todo él calcado en Gómez Escudero y Sedeño. (Pág. 55) Engaño de Pedro de Vera á los canarios.- Muerte de Doramas.- Pedro de Vera quiso desembarazarse de la multitud de canarios que tenía prisioneros en el Real, y para ello determinó enviar 200 de ellos á España. A fin de poderles embarcar les propuso enviarles á conquistar la isla de Tenerife con unas tropas de castellanos, cosa que les aseguró llevándoles á la iglesia de San Antón y jurándoles solemnemente ante una hostia sin consagrar que un clérigo sostenía en una patena que no los llevaría á otra parte. Este engaño lo hizo valiéndose de la buena fé de los isleños que estaban ya bastante instruidos en la religión cristiana.- Satisfechos los canarios de tales garantías se embarcaron doscientos de ellos en dos navíos con cuarenta soldados castellanos, mandadas dichas naves por Hernando de Vera hijo de Pedro de Vera. Al amanecer del siguiente día les extrañó á los canarios no ver la isla de Tenerife que antes veían de Canarias con tanta frecuencia y Hernando de Vera procuraba distraerles diciéndoles que los aguajes y vientos contrarios de la noche habían hecho desviar las naves; pero como al otro día no viesen tampoco los canarios la isla de Tenerife, el valiente Adargoma que iba de capitán de los canarios se sublevó con éstos y le dijo a Hernando de Vera que aquel día mismo les tenía que retornar á Canarias ó que habían de perecer todos en el mar. A Vera no le quedó otro recurso que volver proas y desembarcó á los isleños en Lanzarote que ya habían dejado atrás, retornando las naves á Canarias por dar cuenta del suceso á Pedro de Vera. El escándalo y sentimiento de los canarios que estaban en el Real, al enterarse del engaño sacrílego de que fueron víctimas fué de fatales consecuencias; pues todos aquellos que se habían ofrecido voluntarios en servicio de los Reyes Católicos (Pág. 56) se alzaron á los campos para hacer la más cruda guerra, todo por habérseles engañado, cosa para ellos insoportable. El obispo Sr. Frías sintió amargamente con despechos todos sus desvelos y trabajos que tanto le habían costado ver ya hechos cristianos tantos y tantos infieles. La avilantez con que luego se mostraban los sublevados y el aliento que tomaron los que vivían en los campos, asociados los unos á los otros “ para presentarse los más 49 días á la vista de los nuestros” hizo que Pedro de Vera dispusiese su gente á buscarlos; y sobre la loma de Arucas se encontró mucho número de ellos. (Pinta esta batalla lo mismo que los anteriores pero más brevemente. Dice que Doramas fue herido y llevado cautivo á Las Palmas, donde le convirtió el Sr. Obispo.). Castillo, obra citada, extracto de los capítulos XI y XII. Adargoma.- Era Adargoma uno de los guayres (consejeros) del Guanarteme de Gáldar, como lo era Doramas también. Sus fuerzas eran colosales, tanto que de una pedrada le cortaba una penca ó un racimo de dátiles por a
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Calificación | |
Título y subtítulo | Cuaderno de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas |
Autor principal | Quintana Miranda, Pedro Marcelino |
Autores secundarios | Díaz Hernández, Ramón |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Arucas |
Editorial | Ayuntamiento de Arucas |
Fecha | 2012 |
Páginas | 186 p. |
Materias |
Arucas (Gran Canaria) Historia Fuentes |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 3943645 Bytes |
Texto | CUADERNO PRIMERO DE NOTAS REFERENTES AL PUEBLO Y PARROQUIA DE ARUCAS PEDRO MARCELINO QUINTANA MIRANDA AYUNTAMIENTO DE ARUCAS 2012 Edición a cargo del Excmo. Ayuntamiento de Arucas Diseño y maquetación: Biblioteca Municipal de Arucas Depósito Legal: GC 446-2012 ISBN: 978-84-936351-9-0 SALUDA Como Concejala de Cultura, es para mí un placer y un honor poner a disposición de la ciudadanía aruquense una obra del que fuera primer Cronista Oficial de la Ciudad de Arucas. El trabajo que comenzó auspiciando el Departamento de Patrimonio Histórico municipal concluye ahora bajo la responsabilidad de Cultura, aunando así tradición y modernidad con proyección de futuro. Aprovechando las posibilidades de las nuevas tecnologías, confiamos además en ampliar el número de destinatarios pues tratamos de llegar, en esta ocasión, al segmento de población integrado por personas que valoran muy especialmente las facilidades de acceso a la información y el conocimiento que ofrece Internet. Qué mejor contenido que este primer Cuaderno de don Pedro Marcelino Quintana para inaugurar el apartado de publicaciones electrónicas en la web municipal, un espacio que continuará enriqueciéndose en fechas próximas con nuevas obras y contenidos que no habrían podido editarse en el tradicional soporte en papel. Nos parece bastante probable que esta nueva forma de difusión habría sido muy del agrado del autor, don Pedro Marcelino, quien manifiesta su curioso interés hacia los progresos de la modernidad en episodios como el del globo aerostático, hecho que transcribe más de una vez en este primer Cuaderno, afirmando haberlo retenido con detalle en la memoria durante más de treinta años. Queremos agradecer muy especialmente la labor de don Ramón Díaz Hernández, cuya iniciativa ha propiciado la realización de este proyecto. Agotadas las dos ediciones anteriores de la Historia de Arucas de Pedro Marcelino Quintana, publicadas por el Ayuntamiento en 1979 y 2003, ya se había hecho patente en numerosas ocasiones la necesidad de acceder a estos contenidos a través de una edición con las características de la que ahora les presentamos. A los amables lectores y a los afanados estudiosos, les auguramos largas horas de disfrute intelectual. Por nuestra parte, queda la satisfacción del deber cumplido en este humilde homenaje a quienes dedican gran parte de su vida al estudio y difusión de la historia de sus pueblos, haciendo nuestra la cita de Oscar Wilde según la cual “Cualquiera puede hacer historia; pero solo un gran hombre puede escribirla”. Lidia E. Morales Falcón Concejala de Cultura 5 MATERIALES PARA LA HISTORIA DE ARUCAS PRESENTACIÓN DE LA EDICIÓN DIGITALIZADA DE LOS “CUADERNOS DE NOTAS REFERENTES AL PUEBLO Y PARROQUIA DE ARUCAS” DE DON PEDRO MARCELINO QUINTANA MIRANDA, PRIMER CRONISTA OFICIAL Ramón Díaz Hernández Doctor en Filosofía y Letras Profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) 1. Introducción: Rescatando el Patrimonio Documental de Arucas En el año 2005 la inesperada fuerza del destino y, especialmente, la generosidad de una parte de los herederos de don Francisco Caballero Mujica1, fallecido en Las Palmas de Gran Canaria el día tres de febrero de 2002, nos dejó sorpresivamente una caja de importantísimos documentos pertenecientes al finado Deán de la Catedral o en poder del mismo en el momento de su óbito, con la encomienda de que la administráramos de la forma que estimáramos más conveniente. Ni que decir tiene que ante un hecho de esa naturaleza no pusimos el menor inconveniente. Entre otros documentos de interés que se encontraban en dicha caja estaban los tres famosos Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas inéditos de don Pedro Marcelino Quintana Miranda (Arucas 1886-1952) sobre los que se han elevado tantas especulaciones y que tanto han dado que hablar dentro y fuera de esta municipalidad. 1 Francisco Caballero Mujica nació en Arucas en 1921. Fue funcionario del Ayuntamiento de su ciudad natal hasta su ingreso en el Seminario para ser posteriormente ordenado sacerdote en 1952. Ha sido Ecónomo de la parroquia del Santísimo Cristo en Guanarteme (Las Palmas de Gran Canaria), doctor en Derecho Canónico, Canónigo Doctoral y Deán de la Santa Iglesia Catedral Basílica de Canarias. Ha ejercido de docente en el Instituto de Enseñanza Media Santa Catalina y en el Centro de Estudios Superiores de Teología de Las Palmas de Gran Canaria. Entre sus principales publicaciones destacan Pedro Cerón y el Mayorazgo de Arucas (1974); El Manuscrito De Republica Christiana del Bachiller Juan Mateo de Castro (1979) y Canarias hacia Castilla: datos de un proceso histórico (1992). 7 Después de una reflexión compartida y consensuada con los citados herederos y contando con la entusiasta implicación de varios colaboradores voluntarios definimos el proyecto como Rescate del Patrimonio Documental de Arucas. Decidimos, en primer lugar, desarrollar una edición digital que pusiera esta obra tan costosamente acumulada en vida de su autor en Internet al alcance de todo el que quisiera consultarla. Y, en segundo lugar, adquirimos también el compromiso de devolver estos preciados Cuadernos al Excelentísimo Ayuntamiento de Arucas, porque, a nuestro juicio, es esa institución a quien al parecer se le confirió el derecho de propiedad en las condiciones que fueron pactadas entre ambas partes en su momento. Conscientes de la grave responsabilidad que adquiríamos y una vez tomada la decisión, nos pusimos manos a la obra. Y, sin más recursos que nuestro escaso tiempo libre, terminamos la transcripción y digitalización de los tres Cuadernos que suman unas 837 páginas manuscritas, desde el verano de 2006 hasta finales de 2011. Este arduo trabajo nos lo repartimos entre Doramas Díaz Llebry, Natalia Cruz Avero, Irene Herrera, Fátima Cabrera García, Penélope López Macías, Selvi Hell Selvadurai, Iván Rodríguez Macario, Alicia Hernández Padrón, Antonio Jiménez Medina2 y naturalmente el que estas notas escribe que, además de coordinar las tareas expuestas, ha asumido funciones correctoras, editoras y la gestión de todo el proceso. De forma particular debemos resaltar la estimable colaboración de la Concejalía de Patrimonio Histórico del Excmo. Ayuntamiento de Arucas y de sus respectivos responsables técnicos y políticos porque siempre y en todo momento acogieron este proyecto con el mayor entusiasmo. Como es de suponer hemos tenido que hacer esfuerzos considerables no sólo en la transcripción y digitalización de los textos, sino también en la realización de un diseño final que resultara auténtico y a la vez creíble atendiendo a una multiplicidad de criterios tan fundamentales como: a) procurar el máximo respeto a los contenidos de los textos y al pensamiento de su autor; b) el producto resultante tenía que ser legible fácilmente por parte de todos los que tengan a bien consultarlo; c) respetar que no se hurtara al posible lector ni un ápice de lo que está escrito y consta en el original; d) guardar fiel y escrupulosamente el contenido de estos manuscritos, con sus correspondientes notas aclaratorias en los márgenes o añadidos en hojas y tiras sueltas insertas en las páginas originales, explicando o ampliando lo que ya estaba escrito, tanto las que el propio cronista redactó de su puño y letra como las que se añadieron posteriormente por segundas manos y e) insertar a pie de página una serie de notas aclaratorias para que el lector no avezado pueda encontrar mayores facilidades en la comprensión de unos relatos impregnados del ‘espíritu’ de la época en el empleo de 2 Unos en calidad de colaboradores externos y otros como alumnos de la Facultad de Geografía e Historia de la ULPGC cursando la asignatura de Prácticas en Empresa con destino en el Departamento de Patrimonio Histórico del Excmo. Ayuntamiento de Arucas en cumplimiento del vigente Convenio de Colaboración entre ambas instituciones. 8 términos y construcciones gramaticales propios del ambiente cultural de las primeras décadas del siglo XX pero que hoy han entrado en desuso. En definitiva, hemos tratado por todos los medios de que la transcripción de los tres Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas difundan en la medida de lo posible el ambiente sociohistórico que existió en la época en que fueron concebidos con la mayor autenticidad deseable, a pesar de los años que han transcurrido desde que se terminaron de escribir hasta hoy en día y que, además, resulten comprensibles a cualquier lector. A nadie se le oculta que esta transcripción se podía haber realizado también mediante un compromiso entre la digitalización del manuscrito actualizando el lenguaje utilizado y su interpretación a través de notas aclaratorias, pero se desechó esa idea para no abrir espacios a la duda por aquello de tradutore, traditori3. Si hemos logrado o no los objetivos descritos que nos habíamos trazado inicialmente es algo que escapa a nuestras posibilidades autoevaluativas y, por lo tanto, no tenemos otra opción que someternos al juicio inapelable de los lectores. No obstante, sí debemos confesar que el esfuerzo en sí mismo ha valido la pena y que el objetivo de socializar al fin estos importantes materiales históricos y divulgarlos entre un público cada vez más ávido por conocer nuestro pasado es algo así como un sueño gratamente reparador. Modestamente estimamos también que con esta moderna fórmula de edición sin barreras y de fácil accesibilidad se le devuelve a la ciudadanía algo que le pertenece. Queremos destacar, finalmente, que este proyecto colectivo y voluntario fue concebido, como su propio nombre indica, un rescate del patrimonio escrito y lo hemos desarrollado desinteresadamente como un servicio más a la comunidad sin esperar por ello nada a cambio, más allá de la satisfacción personal y del amor que profesamos a nuestra patria chica. Y si acaso algún posible mérito nos pudiésemos subrogar, ese no sería otro que el convencimiento de que hemos actuado como seguramente le hubiese gustado a su autor. 2. Breve perfil humano y bibliográfico de don Pedro Marcelino Quintana Miranda Es posible que a las nuevas generaciones la figura de don Pedro Marcelino Quintana Miranda les resulte desconocida, pero puede también que el paso del tiempo y la fragilidad de la memoria hayan desvanecido su imagen entre los que ya sumamos años. Por eso hemos creído necesario insertar aquí algunas notas biobibliográficas e igualmente ofrecer una semblanza sucinta del referido autor. Para ello hemos recurrido a diferentes textos editados sobre nuestro personaje, escritos todos por cuatro 3 Proverbio italiano según el cual todo traductor traiciona siempre en alguna medida el texto original. 9 destacados aruquenses como son Pablo P. de Jesús Vélez, José Cabrera Vélez, Simón Pérez Reyes y Florencio Santana Sánchez.4 Todo empieza cuando el matrimonio compuesto por don Sebastián Quintana Domínguez y María de los Remedios Miranda Arencibia, naturales del municipio de Teror, deciden trasladar su residencia hacia Arucas en 1885 debido a que el cabeza de familia obtuvo la plaza de sochantre y sacristán de la parroquia de San Juan Bautista. Para ello fijaron su domicilio primero en la entonces calle El Terrero n.º 17 (renombrada ahora como Juan de Dios Martín) en donde nace el 8 de diciembre de 1886 Pedro Marcelino. Más tarde los Quintana-Miranda se mudaron al n.º 19 de la céntrica calle de San Juan. Siendo aun muy joven nuestro personaje toma la decisión de orientar su vida profesional hacia la dedicación religiosa y como tantos otros muchachos de su época ingresa en el Seminario, estudia Teología y Derecho Canónico en la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Canarias, recibiendo el título de licenciado en Sagrados Cánones y Filosofía el 19 de julio de 1910. En septiembre de ese mismo año y con 24 años de edad es ordenado sacerdote por el obispo Pérez Muñoz, diciendo su primera misa en Arucas el 29 de septiembre de 1910. Su primera misión la desarrolla en la parroquia de San Lorenzo como coadjutor con residencia en Tamaraceite. En aquel destino estará ejerciendo su ministerio hasta enero de 1918 en que es destinado a Cuba desde donde no regresará hasta 1921. Cuando regresa de la mayor isla de las Antillas decide instalarse en Arucas y hacerse cargo de la capellanía del Colegio de La Salle de la misma localidad, compatibilizando docencia y dirección espiritual. Contrae una enfermedad y tiene ciertas dificultades en la visión hacia 1950 que le obligan a desplazarse a Barcelona para curarse. Esas dolencias le fuerzan a cesar como docente pero continúa en el cargo de orientador espiritual del citado colegio, manteniéndose en el mismo hasta el preciso momento de su muerte acaecida el 23 de julio de 1952 cuando contaba con 65 años. En cuanto a su obra literaria digamos que cultivó prácticamente todos los géneros desde la poesía, el ensayo, la narrativa, artículos periodísticos y colaboraciones en la prensa local, hasta trabajos de mayor enjundia como los relacionados con la historia y las ciencias naturales. Escribió entre 1929 y 1932 unos 300 artículos sobre variados temas, especialmente sobre historia de Arucas y de Canarias, así como cuestiones relacionadas con el arte. Muchos de ellos los firmó con su propio nombre, pero singularmente los dedicados a Luján Pérez o la serie de artículos sobre “Datos históricos de Guía”, publicados en la Voz del Norte, entre 1931 y 1933, que los firmó 4 JESÚS VÉLEZ, P.P. de (2009): Arucas: hombres y hechos. Segunda Edición. Ed. Destilerías Arehucas. Tomo Iº, pp.338-343; Conferencia titulada Pedro Marcelino Quintana Miranda: 1886-1952, pronunciada en 1986 por el sacerdote José Cabrera Vélez en homenaje al centenario de su nacimiento. Texto de diez páginas mecanografiadas en folios pautados. PÉREZ REYES, S. “Biografía y comentarios”. In QUINTANA MIRANDA, P. M.: Historia del Seminario Conciliar de Canarias. Ediciones Anroart, pp. 262. Las Palmas de Gran Canaria, 2006. Y don Florencio Santana Sánchez que redactó las notas biográficas que aparecen en la primera edición de 1979 de la Historia de Arucas, aunque no se cita su autoría, que sí es reconocida en la segunda edición de 2003. 10 con los pseudónimos de Lupercio y M. Dice su alumno y amigo José Cabrera Vélez que escribió unas 21 novelas (la mayoría de ellas están aún inéditas) entre las que destacan Fiorina, Aves peregrinas y Aventuras del clérigo don Sebaldo. Practicó igualmente el viverismo de plantas y la recopilación de objetos y vestigios arqueológicos, pero su dendrofilia y su apasionada afición por la naturaleza le llevaron a escribir una serie de anotaciones al Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias de Viera y Clavijo5. Presentó igualmente unas “Correcciones a la Historia de Canarias de Viera y Clavijo” a un concurso organizado en 1930 por El Museo Canario por las que fue premiado. Dejó escritas varias obras históricas como Apuntes para una Historia de los Jesuitas en Las Palmas de Gran Canaria (aún sin publicar) y una Historia del Seminario Conciliar de Canarias que fue felizmente editada en 2006 por ediciones Anroart gracias a los desvelos de Simón Pérez Reyes. Cuando falleció en 1952 dejó sobre su mesa de trabajo una amplia e inconclusa Historia de San Cristóbal. Pero su obra principal es, sin la menor duda, la Historia de la Ciudad de Arucas a la que le dedicaremos un apartado especial. También diseñó una propuesta de escudo heráldico para la ciudad de Arucas que fue presentada en 1946 al Ayuntamiento y por la que recibe unánimes elogios por los entonces miembros de la Corporación. Sin embargo, después de varios años y de diversos avatares, fue finalmente aprobado el escudo heráldico diseñado por el Concejal don Florencio Santana Sánchez en 1954 basado, en parte, en algunas de las ideas originales de Quintana Miranda. 3. Vicisitudes de la Historia de Arucas de Pedro Marcelino Quintana Miranda Es de todos sabido que don Pedro Marcelino Quintana (1886-1952) dejó escrita una Historia de Arucas para el alumnado del colegio de La Salle como bien se recoge en el acta del Pleno Municipal celebrado el 9 de agosto de 1944 (en el punto 19 del orden del día. Libro de Actas de Pleno N.º 54, folio 393 recto,) que adopta el siguiente acuerdo: Expone a continuación el Sr. Alcalde6 que el Sacerdote D. Marcelino Quintana Miranda, es autor de una interesantísima Historia de Arucas y cree el mismo que dicha obra interesa sobremanera en el aspecto cultural a la ciudad, por lo cual propone se edite dicha obra por el Ayuntamiento, y la Corporación acuerda ponerse al habla con el Sr. Quintana sobre el particular, y a propuesta del Sr. Alcalde nombrarle a título honorífico Cronista Oficial de la Ciudad de Arucas, en reconocimiento de la interesantísima labor cultural de investigación histórica que dicho señor ha llevado a cabo7. Sin embargo, y a pesar del acuerdo reproducido, que tiene además el valor 5 Obra editada por la Real Sociedad Económica de Amigos del País en 1866 que luego se reeditaría en una versión más completa en 1982 por la Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas (Plan Cultural) dirigida y prologada por el académico Manuel Alvar. 6 En ese tiempo ostentaba la alcaldía Don José Henríquez Pitti. 7 Libro de Actas de Pleno en Microfilm. Rollo Nº 20, que contiene los libros de Actas de Pleno Corporativo Nº 54, 55 y 56. Archivo Histórico Municipal de Arucas. 11 añadido del nombramiento de nuestro autor como primer cronista oficial en reconocimiento de sus méritos, la publicación de la Historia de Arucas no se llevó a cabo de inmediato por una especie de fatalidad que, según asegura Cabrera Vélez, persiguió a la mayoría de sus escritos. Por eso es interesante conocer las explicaciones que se recogen en una carta personal que don Marcelino dirige al Marqués de Ciadoncha8 el 20 de mayo de 1952 sobre las vicisitudes de su inédita Historia de Arucas en donde, entre otras cosas, dice literalmente lo siguiente: Excmo. Sr.: Llegó el 25 actual a mis manos la muy razonada carta de V.S. fechada el 15 de este referido mes. En ella me dice que Arucas no tiene blasón antiguo y es el caso de adoptar uno nuevo en consonancia con su historia local. Considerando que la verdadera base del patriotismo es la historia, emprendí en 1922 el trabajo de escribirla. Cuando iba a publicarla en 1931 por súplica de los maestros nacionales de esta mi patria, estalló la república y se deshizo la legislación docente que hasta entonces ordenaba se diese como texto de lectura en las escuelas locales la historia de los respectivos pueblos, razón por la que desistí publicarla (y hasta que aguardara a tiempos mejores); pero en la revista ‘De La Salle’ que años pasados editaban en esta ciudad dí a la luz cuánto se sabía de la misma desde la fundación de la indígena ‘Arehucas’ (fines del siglo XIV) hasta fines del siglo 17; y no más porque dicha revista dejó de publicarse9. De sus propias palabras se deducen los siguientes hechos: a) que la Historia de Arucas la empezó a escribir desde 1922; b) que se intentó publicar en esos años pero el advenimiento de la República en 1931 hizo desistir a su autor del intento y c) que a pesar de esos contratiempos se publicó en la Revista de La Salle una primera parte que comprendía el relato histórico que va desde la Arucas aborigen hasta el S. XVII. La segunda parte no llegó a editarse por la desaparición de la citada revista. Más adelante el Ayuntamiento de Arucas solicitó el mencionado manuscrito de la Historia de Arucas para su publicación y se hizo entrega del mismo en 1952 bajo la promesa solemne y escrita de editarlo (Cabrera Vélez, 1986). Por otra parte hay constancia que, desde el 23 de enero de 1954, después de su fallecimiento el 23 de julio de 1952, fue depositado en el Ayuntamiento de Arucas un original mecanografiado con ese mismo título que luego sirvió de base para las ediciones que realizó el propio Ayuntamiento, respectivamente en 1979 y 2003. En efecto, en el Archivo Histórico Municipal de Arucas se encuentran nada menos que dos copias originales mecanografiadas de esa misma obra cuyos contenidos son idénticos y concuerdan fielmente con los textos que aparecen en las dos referidas ediciones, con la sola excepción de la dedicatoria que ocupa en la versión original unas seis páginas mecanografiadas en folios apaisados y que no fue finalmente incluida en ambas publicaciones sin que podamos saber las razones exactas de su omisión. El título y 8 Se trataba realmente de don José de Rújula y de Ochotorena, VIIIº Marqués de Ciadoncha, entonces director del Colegio Heráldico de España y de las Indias (Madrid). 9 Extracto de la carta manuscrita en 6 folios depositada en el Archivo Histórico Municipal de Arucas. 12 dedicatoria, hasta ahora inéditos, nos ha parecido oportuno reproducirlos aquí a continuación tal como fueron escritos por su autor: “LA CIUDAD DE ARUCAS”. Apuntes y papeles referentes a dicha población, que ha logrado recoger Pedro Marcelino Quintana, Pbro. “Quiero vivir porque mis muertos no mueran” Gabriel y Galán. DEDICATORIA Fue siempre antigua usanza de escritores españoles ofrecer a algún esclarecido personaje los libros que escribiesen; para que apadrinados por su sombra, fuesen del público recibidos con benevolencia y aplausos. Si el inmortal Cervantes no pudo sustraerse de seguir esta costumbre, porque la costumbre es ley, ¿cómo puedo yo no cumplirla, pobre clérigo infeliz, sin cédula de vecindad en la república de las letras? Así no es de extrañar que buscando un señorón encopetado a quien dedicar mis cuartillas, haya pasado en mi humilde cuchitril, los días de turbio en turbio y las noches de claro en claro, sentado en el escritorio, puesta la mano en la frente, y sosteniendo la pluma en la otra, en blanco la mirada y la imaginación por los aires. Así largo rato, vinieron mis ojos a posarse en una vieja estampa con anticuada barra, de caoba, herencia de mis mayores, colgada en la pared a poco trecho. En ella se destaca el divino Salvador sentado a la sombra de un olivo que hermosea la orilla de un trigal, alumbrando el panorama los tibios resplandores de Occidente, que encienden los celajes de puros sonrosados arreboles. No estaba solo el Maestro. Una turba de humanos pajarillos, un enjambre de pilluelos volados del cercano caserío, diversos en edades, sentados unos sobre los talones, otros de rodillas, en pié algunos é inmóviles todos, escuchaban alelados aquellos cuentos doctrinales, aquellas cosas tan nuevas, cosas queridas de una patria que no vemos, escondida en lo inmenso de lo azul…. ¡Y qué cosas aquellas! El complot de los ángeles, el incendio del sol en los espacios, las últimas tempestades de la creación, las primeras flores que se abrieron en las cóncavas soledades del planeta, la mujer que tomó del paraíso manzanas venenosas, el joven ruin que mató a su hermanito por envidia, la barca del diluvio que devoró tantos pueblos, las glorias incontables de Sión, los profetas, los reyes… causando en sus almas infantiles una impresión tan blanda como la de nosotros cuando aspiramos el aliento de las habas florecidas. No pasa inadvertida aquella escena: Las mujeres que venían del pozo llevando a la cabeza sus tinajas, el buen samaritano que tornaba a su cortijo ventilados 13 sus negocios, el fenicio que tira de sus recuas tan cargadas de púrpura y drogas, los pescadores de Genesaret anunciando por doquier el botín de sus mallas, el soldado romano de piernas desnudas, escamosa loriga y casco vencedor, airosamente montado sobre un caballo de Atenas…todos a lo lejos y cada cual a su manera comentaban con risueña admiración aquellas ocurrencias del hijo de David. Entonces dije en mi interior: ¡Oh vieja estampa desteñida! ¡Oh santo recuerdo de un ayer piadoso, que infundiste proverbios celestiales en el hogar de mis antepasados! Ya siento desde tus líneas una voz inefable, una callada inspiración que me ordena lo que debo hacer. Si Cristo Jesús consagraba sus crónicas divinas y sus horas de poeta a los pequeños del barrio, ¿Podré yo hacer otra cosa, siendo sacerdote como soy, obligado a seguir en cuanto pueda muy cerca sus ejemplos? Sean para ustedes estas páginas, tropel de corderillos, dulces retoños del hogar del pobre. Sean ustedes los nobles a quienes tribuye yo rendida cortesía, que de estrellas abajo nada hay más noble que el corazón de un niño. No tomen a sátira verse tratados por nobles, estando – como estáis – revueltos de cabellos, ausentes de botones, rotas las camisas y sucios por doquiera, que no andaban mejor los que escuchaban al Salvador en huertas y trigales. Cristo enseñaba a los niños la historia universal del Cielo, patria lejana, eterna casa solariega y luciente visión de lo increado. Yo les enseñaré a ustedes la historia particular de Arucas, cuna bendita, lecho de flores, brisa de azúcar y tropical jardín de plátanos y amores. ¡Arriba, pues! ¡Arriba! Mientras más pobres, seréis más grandes. Pobre el hueso del dátil, germinó inadvertido y vino a descollar triunfante sobre los árboles del bosque. Cervantes, Granada, Murillo, Pizarro, Verdaguer, Fortuny, y una lista sin fin de nuestras glorias, humildes, germinaron en un rincón obscuro. ¡Pilluelos de Cardones y Portales! ¡Diablillos de Goleta y Bañaderos! ¡Perdiz de Santidad, Cerrillo y Trasmontaña! Bien sirve a Dios quien a su patria sirve. En el Cielo hay un puesto de honor desocupado, para el primer hijo de Arucas que se eleve sobre los demás por su ciencia y sus virtudes. Su patria reserva para él un bloque de mármol con que erigirle una estatua y hacer saber a las gentes venideras que el talento no tiene que ver con los calzones rotos ni con las piernas al aire, que Dios ayuda al niño que trabaja, vence; y el que vence es inmortal. ¿Dónde está – me diréis – la historia de esta población para leerla y amarla? ¡Qué cerca está de vosotros! Comienza en la hoja siguiente, y vaciad en el corazón todos sus capítulos sin derramar una letra, en tanto que el autor de estas líneas, soltando alegre la pluma, dirá lleno de entusiasmo: ¡Viva Cristo Maestro! 14 ¡Viva el niño estudioso! ¡Viva la ciudad de Arucas! Esta Historia de Arucas que hoy conocemos gracias a las ya referidas ediciones de 1979 y 2003, según se desprende de la carta personal que don Marcelino dirige al Marqués de Ciadoncha, la tenía escrita desde 192210 y es, en realidad, un resumen dedicado a los niños tal como se afirma en la página 10 de la Noticia Biográfica del Autor [redactada por don Florencio Santana Sánchez, Concejal del Ayuntamiento de Arucas entre 1952 y 1958] correspondiente a la primera edición de 1979 que precede al texto. Eso explica tal vez la razón que impulsa a nuestro autor a continuar trabajando en la elaboración de una historia de Arucas más ambiciosa como queda suficientemente reflejado en sus tres Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas y a los que nos vamos a referir seguidamente. 4. Los tres Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas Comprende esta obra tres Cuadernos manuscritos que suman un total de 837 páginas. Es exactamente en el día 28 de mayo de 1926 cuando empezó don Marcelino Quintana a escribir su primer Cuaderno de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas acabándolo el 4 de abril de 1927. El segundo lo comenzó en 1927 y lo terminó en 1931. El tercero lo debió terminar en la primera mitad de los años 30. Como se puede apreciar, el primero lo terminó en sólo once meses; en acabar el segundo invirtió unos cuatro años, el mismo tiempo más o menos que tardó en confeccionar el Cuaderno tercero y último. Pero es difícil, si no imposible, precisar cuándo se terminaron de escribir realmente porque estos Cuadernos eran más bien documentos abiertos a los que su autor acudía una y otra vez para añadir detalles, incorporar nuevas pruebas, precisar datos, hacer anotaciones marginales e insertar los contenidos de cartas que le mandaban particulares, eruditos y párrocos de distintas parroquias de las Islas, etc. Se trata en definitiva de un registro general de anotaciones, fichas con datos de interés lingüístico, noticias genealógicas, tablas de cifras, comentarios, reproducción de textos, sucesos acaecidos en Arucas, visitas pastorales, rogativas, resúmenes, correspondencia, borradores y demás materiales que, en su conjunto, no guardaban un orden temático determinado, ni concordaban con los habituales hitos temporales de forma coherente. Aunque abundan las referencias a temas generales de la Historia de Canarias, suponemos nuevamente que estos apuntes estaban destinados a componer una Historia de Arucas más profunda y contextualizada en un momento en que su autor entraba de lleno en la madurez intelectual de los 40 y más años de edad. Como se ha 10 Como ya se comentó, la mitad se había publicado en la Revista de La Salle no pudiéndose editar la segunda parte por el cese de la misma ante la amenaza de cierre del colegio y suspensión de la orden en 1931 (Sobre esta última cuestión véase el trabajo de MARRERO PULIDO, V. (2008): La Salle de Arucas. Enseñanza centenaria 1908-2008. Edición de la Fundación MAPFRE-Guanarteme). 15 dicho anteriormente, por esta fecha ya ejercía de profesor y capellán en el Colegio de San Juan Bautista de La Salle de Arucas, cubriendo las labores docentes y espirituales que comenzó a desempeñar tan pronto como regresó de su viaje a Cuba y fue habilitado para ello en 1921. El trasiego de estos documentos ha constituido hasta ahora un enigma. Está probado que un 15 de julio de 1953 la madre de don Marcelino entregó los tres Cuadernos al Ayuntamiento de Arucas (Jesús Vélez, 2009). En otra información oral menos fiable se apunta a que fueron depositados en 1962 en el Ayuntamiento. Lo cierto es que, una vez que fueron recogidos los referidos Cuadernos en las Casas Consistoriales, vamos a suponer que (en algún momento dado) se tomó la decisión de pasárselos a don Francisco Caballero Mujica con la previsible finalidad de gestionar una posible edición de los mismos o bien para cotejar los contenidos y orientar la edición de la Historia de Arucas que aquél promoviera y prologara en 1973. Al fin y al cabo el compromiso de la edición de la consabida Historia de Arucas estaba aún vigente ya que no se había derogado el acuerdo adoptado en la sesión plenaria del 9 de agosto de 1944. Sea como fuere, la realidad de los hechos es que estos Cuadernos estuvieron en su poder hasta el fallecimiento del mencionado Deán de la Catedral de Canarias, suceso que aconteció exactamente el día 3 de febrero de 2002. 5. El Cuaderno 1.º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas Nos proponemos hacer una completa edición digitalizada de los Cuadernos de forma secuenciada en tres partes mientras tanto culminamos los trabajos pendientes aún de ejecutar como son las últimas correcciones y comprobaciones para que la obra quede así definitivamente acabada. Estas cautelas pretenden conciliar la no demora de la publicación al mismo tiempo que ahorrar al lector de molestas erratas, alteraciones e involuntarias infidelidades que las premuras podrían producir en la transcripción del referido manuscrito. Por consiguiente, empezaremos por el primero que corresponde exactamente al Cuaderno 1.º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas ya que es este el título del manuscrito original en donde don Pedro Marcelino Quintana Miranda iba anotando, no siempre siguiendo un orden cronológico ni respetando la habitual homogeneidad temática, las informaciones que extraía de la bibliografía consultada o los acopios de materiales históricos y demás fuentes documentales procedentes de los archivos que en vida frecuentó. En efecto, el Cuaderno 1.º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas, junto a los dos restantes, no es más que un registro de anotaciones sueltas sobre la Historia de Canarias y de Arucas como su propio título indica. Como ya se dijo más arriba, este primer Cuaderno lo empezó a cumplimentar exactamente el 28 de mayo de 1926 cuando su autor rondaba los cuarenta años de edad y lo acabó el 4 de abril de 16 1927. Por lo que parece evidente, en apenas once meses escribió un cuaderno de papel pautado con 304 páginas de extensión. Redactó cada una de estas hojas a pluma y preferentemente con tinta china de color negro, empleando una caligrafía contundente, regular, con pocas alteraciones y un estilo de letra clara de trazo firme muy personal. En ocasiones utilizaba tinta roja para destacar con línea gruesa y signos ornamentales (siempre muy austeros) los epígrafes de sus notas y las frecuentes aclaraciones que escribía en el margen izquierdo o los textos añadidos entre líneas y al final de las notas. Subrayaba a menudo las cosas que, por su especial interés o importancia, quería destacar sobre el resto. En alguna ocasión, muy excepcional, escribió con tinta verde y no escasean las anotaciones hechas a lápiz. No suele intercalar ilustraciones en el texto a excepción de los seis dibujos que hace a mano para destacar el proceso de hinchazón del globo aerostático que trajeron unos acróbatas catalanes a la Ciudad de Arucas y que tanto llamó la atención de nuestro autor, que redacta nada menos que tres notas sobre dicho evento. En cualquier caso, y dadas las características de estos cuadernos de anotaciones, son frecuentes las tachaduras, correcciones, avisos, advertencias y añadidos que se hicieron al texto original en diferentes momentos y no siempre debidas a la mano del propio don Marcelino. Se ve claro que nuestro autor, exigente consigo mismo como se aprecia en estos rasgos grafológicos, volvió una y otra vez a sus notas vinculándolas o relacionándolas con otras que se encuentran insertas en los Cuadernos 2.º y 3.º de esta misma colección. En los textos se advierte también con nitidez diferentes caligrafías, destacando particularmente la de don Francisco Caballero Mujica (además de la de nuestro autor) para incorporar pequeños matices, correcciones y actualizaciones, como (por ejemplo) completar las series de párrocos, obispos y curas de la parroquia de San Juan Bautista, de la Diócesis y de sacerdotes nacidos en Arucas con posterioridad a su fallecimiento en 1952 y que, en general, no violentan el sentido de los textos. Por si no ha quedado suficientemente claro en todo lo relatado hasta aquí, en la transcripción que hemos realizado reproducimos el texto tal cual lo escribió don Marcelino y no hemos cambiado absolutamente nada salvo cuando se trata de palabras repetidas, tachadas o corregidas por su propio creador. Consideramos que era mejor transcribirlo con absoluta fidelidad de tal forma que el lector pueda, si lo desea, comparar los textos en PDF que copian el original y la transcripción en tipo de letra Times New Roman 12 con las citas a pie de página y las anotaciones marginales en recuadros insertos en las mismas notas, con tipos de letra Times New Roman 9 y 10 respectivamente, y reproduciendo el color empleado en la escritura original. Una prueba más, a nuestro juicio muy cabal, de que estas notas fueron para su autor una especie de borrador, de recogida de información para uso personal con la intención, tal vez como se ha dicho anteriormente, de volcarla luego en una obra mucho más trascendental, son los frecuentes descuidos ortográficos que aparecen en el mismo. 17 En general, no hay autor que se precie que no vigile su ortografía sobre todo cuando se escribe para editar. En el caso que nos ocupa, quizás por premura o cansancio nos encontramos frecuentemente con frases de creación genuina (aunque nunca cuando copia o reproduce textos originales tomados de diferentes fuentes11) que empiezan con apertura de guión o entrecomilladas y que luego no se cierran; párrafos que se terminan sin sus correspondientes puntos y comas; ausencia de correspondencia entre sujeto, verbo y predicado; zetas, ges o bes en vez de eses, uves o jotas y viceversa; mayúsculas en donde debían ir minúsculas o/y al revés. Sin duda, se trata de las lógicas licencias que nuestro autor se concedía habida cuenta de que, al fin y al cabo, el destinatario principal de esos textos no podía ser otro que él mismo. En cualquier caso, y como el lector podrá apreciar por sí mismo, reiteramos que los contenidos de este Cuaderno (y de los dos restantes) están lejos de ofrecer un relato histórico ordenado cronológicamente, con un discurso narrativo coherente o una técnica interpretativa rigurosa y sistemática de los hechos acontecidos de forma parecida, por ejemplo, a la que el propio don Marcelino nos ofrece en su brillante Historia del Seminario Conciliar de Canarias, editada póstumamente en 2006, en cumplimiento de los deseos expresados por el erudito don Santiago Santana Cazorla. Al contrario, aquí los temas se van sucediendo unos detrás de otros sin seguir una secuenciación temática y cronológica que vayan desde las épocas más antiguas a las más modernas como suele ser habitual en cualquier relato histórico. Se aprecia claramente que se trata de un trabajo previo. Y no sólo por las razones ya apuntadas, sino porque básicamente se trata de noticias puntuales sobre la parroquia de San Juan Bautista de Arucas y de las diferentes ermitas que ha habido en esta demarcación, en donde el contexto socioeconómico, cultural y político local inserto dentro de las lógicas coordenadas globales de cada momento presentan a menudo un peso menor. El primer cronista oficial nos ofrece evidentemente un relato en donde se representa el desarrollo del designio divino a través de una iglesia afanada en imponer su hegemonía12 en tanto que el mundo del trabajo, la sociedad civil, los poderes económicos, los emigrantes o las amas de casa no tenían aún la entidad suficiente para ser sujetos de la petite histoire. En la citada carta que, dos meses antes de morir, remite don Marcelino al Marqués de Ciadoncha (el 20 de mayo de 1952) en relación con la polémica desatada por su propuesta de escudo municipal, explica muy bien sus prejuicios sobre el otro gran poder que existió en la jurisdicción de Arucas como fue el Mayorazgo, al que reprocha su tacañería y sus excesos durante el tiempo en que se mantuvo vigente. Hacia esa institución tan típica del antiguo régimen lanzó acusaciones muy virulentas como se puede leer en el extracto que reproducimos a continuación: 11 Por ejemplo, en la página 158 dice textualmente: “No todo lo he copiado al pie de la letra pero no se me ha quedado ninguna idea atrás”. O cuando añade con absoluta sinceridad: “Todo lo cual ad pedem litterae” (o sea, fue copiado al pie de la letra) (pág. 143). 12 Lo dicho en estas dos líneas me acarrearon más de un problema personal y, sobretodo, me supuso la suspensión temporal de amistad y colaboración entre 1974 y 1979 por parte de un conocido sacerdote aruquense. 18 1º. El capitán Francisco de Santa Gadea, vecino de Lanzarote, compró a los herederos del Capitán Tomás de Palenzuela el ingenio de Azúcar y las tierras que tenía en Arucas durante la primera mitad del siglo 16. Estos bienes los heredó su hija Dña. Sofía de Santa Gadea. 2º. Don Pedro Cerón, hijo de Martín Fernández de Cerón, 24 de Sevilla, Gobernador y Justicia Mayor de la isla de Gran Canaria de 1526 a 1529 y de 1532 a 1533. Tuvo un hijo llamado Pedro Cerón, también 24 de Sevilla. Vino este de regidor y capitán general a Gran Canaria por R.C. expedida en 1555. 3º. Don Pedro Cerón y Doña Sofía de Santa Gadea contrajeron matrimonio pero no tuvieron sucesión. Con los bienes que ésta y con los que en estas inmediaciones compraron ambos después en Arucas, fundaron un mayorazgo por escritura pública celebrada en Las Palmas de Gran Canaria ante el escribano Alonso de Balboa el 10 de Julio de 1572. 4º. Dicho general y su mujer vivían en Las Palmas, siendo su casa junto al hoy Seminario Conciliar. En Arucas ni residieron jamás ni dejaron obra alguna que recordara su generosidad ni intervinieron lo mínimo para cosa alguna en el bienestar del pueblo. Más aun, la parroquia de Arucas fundada por el Obispo Don Fernando Vázquez de Arce el 18 de abril de 1515, no pudo tener el Stmo. Sacramento hasta 40 largos años más tarde, es decir, el 18 de Octubre de 1556, por no tener renta suficiente para costear el aceite de la lámpara. Esto se consiguió porque una buena mujer llamada María Hernández, dejó tres doblas anuales como censo de unas Tenerías que poseía en Las Palmas. Doña Sofía se limita a dar un pequeño cestito de alambre de plata para que sirviera de píxide13 según consta en unas escrituras de nuestra parroquial, año de 1556, y no pasó de aquí dándose por satisfecha en pagar dos censos piadosos en que están grabadas las fincas adquiridas por sus padres y por su marido. 5º. Con la fundación del Mayorazgo quedóse constituida en esta jurisdicción algo así como un rico e inmenso cortijo cuyos propietarios residentes en Sevilla o en Florencia nombraban administradores que les enviaran las rentas un siglo y otro siglo. Si fueron dadivosos en otras partes los condes de Benazuza lo celebramos cordialmente; pero en Arucas no dejaron de recuerdo ni una cabeza de alfiler. 6ª. Y no quiero tocar el punto de las iniquidades aquí atribuidas en Arucas tanto al General Cerón como a los administradores del mayorazgo para que esta carta no resulte in infolio ni un libelo, ya por entender que con lo dicho es bastante para demostrar lo improcedente que hoy resultaría pretender que el escudo de Cerón llegara a ser nuestro blasón y lo inexacto que parece a todas luces considerarle como síntesis de nuestra historia. 13 Receptáculo en el que se guardan las hostias consagradas o se transportan por ejemplo para llevar la comunión a los enfermos. 19 Lo que nos viene a decir el cronista es que el Mayorazgo de Arucas fue un poder ausente y lejano que no solo no supuso grandes beneficios a la sociedad local sino que constituyó una rémora en su desarrollo. Por el contrario, los restantes propietarios que no estaban por un poder único, prefirieron ponerse bajo el paraguas protector de la Iglesia con la que colaboraron en su sostenimiento. En el análisis de los contenidos de este primer Cuaderno (se repite la misma tónica en los dos restantes) vemos como el papel y la influencia social de la Iglesia adquieren un papel protagónico. La mayoría de estos textos describen preferentemente temas relacionados con el clero regular, capellanías y capellanes, prebendas y prebendados, curatos, beneficios y beneficiados, presbíteros, religiosos (claustrales y exclaustrales), mayordomos de fábrica, cofradías, las sucesivas obras de mejora y mantenimiento de la iglesia o de la casa parroquial, las visitas episcopales de 1556, 1558, 1560, 1564, 1565, 1574, 1576, 1579, 1582, 1603, 1628, 1631, 1649, 1671, 1687, 1724, 1730, 1778, 1787, 1793, etc. y las relaciones de párrocos, sacerdotes y religiosos nacidos en esta misma demarcación, listado de obispos de la Diócesis, inventarios de bienes patrimoniales y litúrgicos, bienhechores de la iglesia, del convento de San Juan de Ortega de Firgas, de las diferentes ermitas desparramadas por toda la jurisdicción, misiones y misioneros, peregrinaciones a Las Palmas de Gran Canaria o a Teror por diversos motivos (plagas, pestes, invasiones de langosta, tormentas, etc.) y demás celebraciones festivas. Don Marcelino fue testigo directo de la transformación agrícola y urbana - y por lo tanto paisajística- de la Arucas de finales del XIX y primeras décadas del siglo XX. Fue por lo tanto contemporáneo y espectador privilegiado de una etapa muy dinámica en que se efectúa la roturación de tierras para la creación de fincas en donde en primer lugar se cultivaron cañamieles para la producción azucarera que dieron un gran esplendor económico al municipio. La potente industria azucarera y sus efectos económicos hacen que la antigua villa de Arucas adquiera el título de ciudad en 1894 por concesión real. Posteriormente, es la platanera la que se extiende por todo el municipio en régimen de monocultivo agroexportador y para lo que se requiere la creación de una intrincada red de captación, transporte, distribución y almacenamiento de agua mediante estanques, presas, pozos, galerías, acequias, cantoneras y tuberías que dieron lugar a prósperos hidronegocios. En ese contexto de cambio, los emergentes poderes económicos locales favorecidos por el triunfo del liberalismo se decantaron por una retórica monumentalista que en lo civil tiene sus concreciones edificatorias en la construcción del Mercado Municipal, las Casas Consistoriales, la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas y algunas viviendas de adinerados finqueros y comerciantes. Hasta la antigua iglesia parroquial va a ser sustituida por otra neogótica espectacular que es casualmente el estilo del proceso de recristianización de la población y la reclamación simbólica del progresismo municipalista europeo de los siglos XIV y XV. En este primer Cuaderno se describen, además, diferentes hechos históricos (humildes glorias pasadas) de Arucas y Canarias con profusas anotaciones, 20 seguramente pensadas en la contextualización regional en la que debía insertarse su proyectada microhistoria local, en la que tanto hemos insistido, tal vez para ensalzar su alcance y diferenciarla radicalmente de la que escribió a principios de los años veinte dedicada a los alumnos del Colegio de La Salle. No tenemos la menor duda que de no ser por la grave enfermedad que sufrió en 1950, por los problemas que tuvo con la vista y sobre todo por la muerte sobrevenida tempranamente, hubiese llevado a buen puerto ese gran proyecto de escribir una obra histórica de la localidad equiparable a sus elevados e indudables méritos bajo los efectos del inmenso amor maternal que le profesaba a su tierra chica la que cariñosamente llamó: Arucas, dulce patria de mis anhelos!; …Arucas, cuna bendita, lecho de flores, brisa de azúcar y tropical jardín de plátanos y amores. Ciertamente, nuestro autor se esmera en ofrecernos lo mejor de lo mejor de la información histórica que hasta entonces se había producido en el Archipiélago por la vasta nómina de prestigiosos autores canarios como Abreu Galindo, Marín y Cubas, Pedro Agustín del Castillo, Viera y Clavijo, José de Sosa, Millares Torres, Rodríguez Moure, las Crónicas de la Conquista (Le Verrier, Gómez Escudero, Gadifer de La Salle, etc.), Thomas Nichols, Chil y Naranjo, Bartolomé Cayrasco y un largo e interminable etcétera. Pero don Marcelino no parece conformarse con extractar trabajos ajenos, sino que incorpora a sus notas numerosa información de primera mano como fruto de sus insistentes pesquisas en archivos, hemerotecas, bibliotecas (Boletín Oficial Eclesiástico de la Diócesis de Canarias, Archivo del Marqués de Acialcázar, Museo Canario, etc.) y de hacer consultas personales directas y epistolares con las primeras figuras de la historiografía de entonces: Francisco Rodríguez Moure, Marqués de Acialcázar, Doctor F. Engel, Gregorio Chil y Naranjo, Francisco Fernández de Bethencourt (genealogista), Elías Serra Rafols, Teodoro Rosales Quevedo, José García Ortega, Leoncio Rodríguez, etc. Muchas de las páginas de este Cuaderno 1.º presentan fichas y papeles pegados conteniendo textos escritos (a veces mensajes de personas que le remitían información desde diferentes archivos parroquiales o de funcionarios, técnicos y particulares) o notas agregadas que aportaban más información a lo ya asentado en dicho Cuaderno. Nuestro autor cuidaba mucho el origen de las fuentes de las que toma información. Por eso repite una y otra vez frases como: “esto me lo dio el Sr. Marqués de Acialcázar”; esto otro “me lo dijo Rodríguez Moure”; “esto lo saqué del P. Sosa” o “esta información me la dio un hermano de D. Teótimo”. Como vemos recurre al método directo y al trabajo de campo que hoy conocemos como “historia oral” u “oralidad cultural”. Las fuentes de información con que se redactaron la mayoría de las notas que aquí se recogen provienen de autores ya clásicos en la historiografía insular como Pedro Agustín del Castillo, Millares Torres, Abreu y Galindo, José de Sosa, Viera y Clavijo, 21 A. J. Benítez, Le Verrier (Le Canarien), Gómez Escudero, Marín y Cubas, Thomas Nichols, Bartolomé Cayrasco, Antonio de Viana o Gregorio Chil y Naranjo. También se citan papeles antiguos depositados en la Universidad de Laguna y el Archivo del Marqués de Acialcázar. Obviamente es el Archivo Parroquial de San Juan Bautista de Arucas (Libros de Fábrica, Libro de Memorias de esta parroquial, hecho por el presbítero D. Juan Francisco González que termina en 1908, Libros de Inventario de la Parroquia, Libros de Bautismo, Defunciones y Casamientos) los que suministran una parte esencial de la información extraída. Otras fuentes igualmente frecuentadas fueron los Boletines Eclesiásticos de la Diócesis de Canarias, la prensa local y una abundantísima correspondencia mantenida con diferentes párrocos y personalidades tanto de Gran Canaria como de las restantes islas. A pesar de las limitaciones del momento y de los condicionantes que de una forma u otra impregnan la vida sacerdotal, estamos ante unos textos que aportan una información valiosa, útil, fiable y relevante para cualquier estudioso que desee asomarse a nuestro pasado bien para averiguar hechos, sucesos y personajes o bien para el experto un poco más exigente que quiera disponer de una visión un tanto más profunda de las cosas. Por todo lo dicho hasta aquí no espere el lector encontrar en estas notas una Historia stricto sensu, sino materiales sueltos pensados tal vez para redactar una posible historia con un discurso lineal riguroso que siga los cánones al uso como es tradicional en todo relato historiográfico que se precie. No cabe colegir por ello demérito alguno sino todo lo contrario. En este Cuaderno (y en los dos restantes), que ahora estamos dando a conocer al público, se aprecia en su estilo y en el modo artesanal de trabajar que estamos en presencia de un científico responsable, provisto de una cuidada metodología que la desarrolla tal como operaría, en suma, cualquier maestro de las ciencias sociales en cualquier momento. Sin duda, por tener que distribuir sus fuerzas en numerosos afanes y obligaciones, de don Marcelino no se puede decir que fuera un historiador au pied de la lettre como hoy académicamente se acostumbra a definir al historiador profesional. Antes bien, su concepto de la historia es descriptivista de hechos acaecidos, más próximo al memorialismo o a la crónica misma de sucesos pretéritos. Y para que no se malinterprete lo que decimos lo vamos a aclarar seguidamente. La crónica, la memoria o el ensayo histórico (siempre que estén escritas con calidad) son actividades muy dignas y en este sentido no hay razones de peso para que sean minusvaloradas. Por lo tanto aplicamos aquí esa consideración pero sin el menor afán de prejuzgar o demeritar este trabajo toda vez que entendemos que cualquier historia tanto si se narra en forma de ensayo, como si se opta por la memoria o crónica, siempre que se relate de forma rigurosa, amena y reproduzca con respeto y fidelidad los hechos documentados, la 22 tenemos que admitir como una aportación decorosa que agrega conocimiento científico y por lo tanto se hace merecedora de todo respeto y reconocimiento14. Por último queremos destacar que nuestro primer cronista es ante todo un lector exigente y crítico que no tiene apegos reverenciales ni sentimientos corporativistas; ni siquiera hacia aquellos historiadores consagrados como Viera o Millares Torres a los que cuestiona en más de una ocasión. Contrasta la veracidad que dan unos y otros de un mismo evento, analiza las contradicciones que se manifiestan y cuando encuentra la respuesta adecuada corrige, matiza o impugna. Eso lo apreciará enseguida el lector atento cuando lea en estas notas frases como: Parece que Castillo copió á Abreu; casi todo está tomado de Viera y Clavijo, el cual no añade una palabra más; Abreu trae muy raras citas de las fuentes donde ha bebido para escribir su historia, etc. Sorprende como capta errores: ¿Sábado de Ramos el 25 de Mayo? (p. 202). Es puntilloso, como se desprende del comentario que hace de la visita pastoral del obispo Murga en 1631, en donde echa de menos (con su habitual sorna) en el inventario realizado por el notario eclesiástico imágenes sacras y otros objetos preguntándose ¿Se habrán extraviado? (p. 221-222). Nos hace alguna que otra advertencia interesante como la que se apunta en la página 185, pero también relaja la tensión con simpáticas y reiterativas expresiones como Dios los haga a todos unos santos (p. 79). En el Libro 1.º de Fábrica “que no tiene principio y sus folios no están numerados”, incorpora datos desde 1659, pero habla de la primera visita pastoral efectuada en 1556 y se ofrecen notas interesantes correspondientes a 1671 sobre el camino que va para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. 6. Próximamente se editarán los Cuadernos 2.º y 3.º En fechas próximas, y en cumplimiento del compromiso expresado anteriormente, pondremos a disposición del público los Cuadernos 2.º y 3.º de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas escritos por don Pedro Marcelino Quintana. De la misma forma que en el primero, los dos cuadernos restantes serán editados en esta misma web institucional del Excmo. Ayuntamiento de Arucas (www.arucas.org). Mientras tanto eso sucede, los lectores de esta primera entrega podrán contribuir a la mejora de los materiales ya editados si son tan bondadosos y nos comunican los fallos formales y errores que pudieran detectar en los mismos para así proceder a su subsanación. Les estaríamos muy agradecidos además porque se trata, en definitiva, de perfeccionar esta herramienta de conocimiento atesorado sumamente valioso sobre nuestro pasado. 14 MYRDAL, G. (1970): Objetividad en la investigación social. Breviarios del FCE. México, 115 pp. 23 (Pág. 1) + CUADERNO 1º. De notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas Lo he comenzado hoy 28 de mayo de 1926. Lo he terminado hoy 4 de abril de 1927 Laus Mariae Virgini Inmaculatae 25 (Pág. 3) Aríñez.- Juan de Aríñez y Estevalisca Estivasis Otara su mujer eran naturales de Vizcaya y vecinos de Gran Canarias (por lo menos á poco de la conquista) donde murieron. Fueron padres de ……………………………………………………………………….. Juan de Aríñez, vizcaíno. Fué secretario de la reina D.ª Isabel la Católica y escribano del Cabildo de esta Isla; habiendo fallecido antes del año 1549.- Casó en 1ª. nupcias con D.ª Inés de Tamarís, de la que no tuvo sucesión. En 2ª. nupcias contrajo matrimonio con D.ª María Ortega de la Peña, natural de esta Isla, la que hizo testamento en 1.º de Julio de 1562 ante Alonso Fernández Saabedra. Fueron padres de (Vid. Nota)…………………………………………………………………………………….. Juan de Aríñez Mendoza, secretario de D.ª Juana la Loca. Casó con D.ª Teresa Ingles del Castillo y Jaraquemada (Tomo IV pág. 17). Ya á fines del siglo XVI la familia de Ariñez y los Palenzuela de Firgas estaban enlazadas. (Esta nota me la dió el Sr. Marqués de Alcialcázar, tomada de unos documentos de su archivo particular). (Vid. pág. 24) (Vid. pág. 26) Tenía una hija llamada Dª. Ginebra (vid. pág. 41).- Este Ariñez Mendoza era muerto en 1560 (Alcialcázar) 19- IV-1928. Heredamiento del Pino. Gonzalo de Aríñez, Baltasar de Ariñez y Juan de Ariñez, hijos de Juan de Ariñez y de Estavalisca Estívasis aparecen en unos autos seguidos en 1551 por Domingo López y consortes con Alberto Marrero sobre las aguas del barranquillo del Pino en Teror, que se conservan en la Real Audiencia de Las Palmas con la denominación de “Partido de demandas de Canarias” (Ibid.) Nota.- El escribano D. Juan de Ariñez hizo la mina de Tejeda en 1501; y era muerto en 1549.- (Esto me lo ha dicho el Sr. Marqués de Alcialcázar, hoy 19 de Abril de 1928.) (Pág. 4) San Juan de Ortega. La ermita de San Juan de Ortega en Firgas fue edificada por Tomás Rodríguez de Palenzuela; natural de Burgos y casado en Tenerife con Dª María de la Peña. Fue erigida con autorización del Sr. Obispo D. Diego de Muros en el sitio del ingenio de dichos señores, y la dotaron con la renta anual de 1000 maravedís para la conservación y reparos de la misma. Vid pág. 65 donde habla de Lope de Sosa). Millares, tomo 5º, pág. 94 cita un escrito autorizado por el escribano del cabildo Juan Aríñez el 2 de septiembre de 1524. 26 San Juan de Ortega era de Burgos, donde se le tenía mucha devoción.- La escritura de donación se hizo el 14 de Mayo de 1517 ante el Bller. D. Juan García, clérigo del arzobispado de Burgos y notario apostólico. (Ibid.) Junto con la dotación hicieron la fundación de una capellanía, como se verá en la pág. 214. (C./”Arucas,” cuadº. pág. 29.) EXPULSIÓN.- Los frailes abandonaron definitivamente el convento a principios de Junio de 1836. Los Palenzuela. Alonso Rodríguez de Palenzuela estaba casado con Dª. Isabel Mayorga Rivadeneyra, y vino á la conquista de Canarias en compañía de cinco hijos. Él y tres de estos murieron en la conquista, sobreviviendo tan sólo Tomás Rodríguez de Palenzuela y Alonso Sánchez de Palenzuela, que se casó con Juana Bolaños.- En otros documentos se lee que su mujer se llamaba Francisca Bolaños. No se sabe si esto es una equivocación, ó si la mujer era llamada indistintamente Juana ó Francisca por tener ambos nombres, ó si Alonso Sánchez de Palenzuela se casó dos veces. Que estos Palenzuela eran de Burgos consta por declaración de la supracitada Dª María de la Peña. (Ibid.) (Vid. pág. 26). Alonso Sánchez de Palenzuela tenía un hijo llamado Lorenzo. (vid. pág. 41.) *Las hojas que faltan contenían una breve historia de la Casa de Quintana1 (Pág. 21) ….de la Peña y de Bulden, y de Dª María Gerónima de Llano-Valdés, la cual á muy poco tiempo le dejó viudo un 6 de Julio de 1669, habiendo otorgado testamento ante Tomás de Melo en el propio mes y año.” “El doctor D. Juan González Falcón abrazó después de viudo la carrera de la Iglesia y fue canónigo doctoral de la Catedral de Canarias, pasó de esta vida en Las Palmas el 20 de Agosto de 1693, en cuyo día se abrió y se protocoló ante D. Jerónimo del Toro y Noble escribano público y mayor de cabildo el testamento que hizo cerrado en 6 de Noviembre de 1669, por el cual fundó mayorazgo de todos sus cuantiosos bienes, incluyendo en él el patronato de la ermita de S. Isidro, levantada por su piedad en Teror.” Le sucedió en ese mayorazgo su único hijo D. Jacinto Silviano Falcón y Valdés, nacido en Las Palmas el 17 de Febrero de 1669, fue regidor perpetuo en la Gran Canarias capitán de milicias del regimiento provincial en Las Palmas, alcaide del Castillo de Ntra. Sra. De La Luz y Teniente Coronel de las milicias referidas. (“Nobiliario” pág. 136 y 137, Tomo VI.) 1 Esta nota en letra roja, a bolígrafo y con distinta caligrafía a la don PMQM nos advierte en efecto que se produce a continuación un salto de la página 4 a la página 21 en el Cuaderno Nº 1º. Dos pegatinas verticales cubren la zona dañada de las 16 páginas arrancadas que faltan en el original (Nota del editor). 27 El “Libro de Memorias de la Parroquia de Arucas” en la lista de los presbíteros, seculares ó regulares, nacidos en ella, lista comenzada por un autor anónimo el año 1600, dice: “4.º- El Doctor D. Juan Falcón, canónigo Doctoral por oposición á ella en esta Santa Iglesia Catedral de Canarias, nació en esta Villa de Arucas y fue bautizado en esta Parroquial de San Juan Bautista, á quien dió tres cazullas buenas, y algunas limosnas, por cuya razón Requiescat in pace. Amen.” D. Francisco de Montes de Oca. El licenciado D. Francisco de Montes de Oca canónigo de la Sta. Iglesia Catedral de Canarias era hijo del Capn. “Francisco de Cabrejas, regidor perpetuo de la Gran Canaria y de Dª. Isabel de Montes de Oca Talaveras. Era biznieto de Vicente de Montes de Oca “el Viejo” y de Domingo Hernández (Pág. 22) natural de Évora, en Portugal; ambos conquistadores de Gran Canaria. (“Nobiliario” tomo VIº. pág. 113) Buen Suceso. (Vid. “Arucas” Cuadº. 2.º pág. 97.) D. Bartolomé Domingo Hernández Naranjo y Nieto del Castillo, fue el primer marqués del Buen Suceso, por merced del Rey D. Carlos III en 1783. (“Nobiliario” Tomo VI págs. 147 y 151.)- Don Bartolomé había ido á las Américas, donde se hizo inmensamente rico, y por el nacimiento de un príncipe hubo reales mercedes; coyuntura que aprovechó este D. Bartolo (sic) para valerse de un gran amigo que tenía en la corte, y conseguir este titulo, que se le dio por R. Cédula de 14 de Marzo de 1783.- (Estos datos me los dió el marqués de Acialcázar)2. Madan. “La familia Madan ú O´Madan pertenece también al número de los emigrados de Irlanda con motivo de las persecuciónes de que eran víctimas los católicos de aquel país á la caída de la Dinastía (sic) de (los) Estuardo. El tronco es D. Patricio Madan y Porrer, nacido en Waterford, establecido en Tenerife en los primeros años del siglo XVIII y contrajo matrimonio en el Puerto de la Cruz el día 5 de Noviembre de 1735 con D.ª Águeda Margarita Fernández del Castillo, nacida en 1701, hija del Capn. D. Sebastián Fernández de Chaves, descendiente legitimo del noble fidalgo portugués Francisco de Chaves conquistador y poblador de la isla de Tenerife y de D.ª Ana García del Castillo descendiente á su vez de Hernán García del Castillo, capitán general de la caballería en la conquista de Tenerife, tan 2 La merced de Marqués del Buen Suceso es concedida, por Real Decreto de 14 de marzo de 1783, a D. Bartolomé Francisco Hernández Naranjo y Nieto del Castillo (nacido en Las Palmas de Gran Canaria) por Carlos III. Véase que no concuerda del todo el nombre del marqués que da PMQM con el que aparece en el RD. (Nota del editor). 28 citado en nuestras antiguas historias por sus grandes hechos y peregrino valor y por su enlace con la princesa indígena Dácila, hija ó nieta de Bencomo, último Mencey del Taoro. De dicho D. Patricio Madan desciende: D. Ramón Madan y Uriondo Cambreleng y Dugi Álvarez-Osorio Sarmiento de Valladares Fernández de Chaves García del Castillo y Piar. (“Nobiliario” pág. 100 y sig. tomo VII). Vid pág. 24. (Véase “Arucas, cuaderno 2º págs. 10 y sig.”) Véase la pág. 170 del Cuaderno 2º de “Arucas”. (Hoja pegada y escrita por ambas caras e insertada entre las págs. 22 y 23) -Marqués de Arucas - D. Juan Madan hermano del Sr. Marqués nació en Sta. Cruz en 1833. Sirvió también en Cuba y llegó á brigadier. Por real decreto de 16 de Marzo de 1911 el rey D. Alfonso XIII concedió al Sr. D. Ramón Madan Uriondo el título de Marqués de Arucas; y le firmó la ejecutoria el 29 de Abril de dicho año, refrendándola el Ministro de Gracia y Justicia D. Antonio Barroso Castillo. Dicho Sr. Madan desciende por línea materna de la Princesa Dácil, hija de Bencomo Mencey del Taoro. (Vid “Arucas” cuaderno 2º, pág. 10.) Nació en Sta. Cruz de Tenerife y fue bautizado en la Parroquia de la Concepción. Recibió la instrucción primaria en el colegio de D. Antonio Hernández de dicha capital.- Ingresó en la milicia como cadete el 17 de Enero de 1870. Fué ayudante del brigadier D. Garrido Serra que dirigió una brigada á las órdenes del general en gefe D. Genaro Quesada en la guerra del Norte contra de los carlistas.- Por méritos de guerra ascendió á Teniente y fué declarado Benemérito de la patria por su comportamiento en operación de 3 de Julio de 1876.- Condecorado con la medalla de Alfonso XII en 1877 con pasador3 de Miravalle (nombre de la batalla en que se distinguió). En Cuba y sirvió á la patria 14 meses, tiene la cruz de S. Hermenegildo y la placa de la misma orden, y la gran cruz de Mérito Agrícola por R.O. de 3 de Agosto de 1908.- Medalla de plata conmemorativa de los sitios de Zaragoza.-Se ha retirado con grado de comandante de infantería.- Se casó con Dª. Rosario González Fernández del Campo el domingo 7 de Octubre de 1888.- El abuelo de Dª. Rosario se llamaba D. Andrés Fernández del Campo. Era hidalgo. (Pág. 23) Mayorazgo de Osorio. D. Gregorio Truxillo Ossorio de Vergara, canónigo de la Catedral de Canarias fundó el gran Mayorazgo de Ossorio el 19 de Junio de 1595 ante Tomé de Solís, escribano público.- Este señor era hijo del Cap. García de Truxillo Osorio y Altamirano conocido en su tiempo con el nombre de García Ossorio y Dª Isabel de Vergara Carvajal. Testó García de Ossorio en Las Palmas ante el escribano Tomás de Palenzuela el 26 de Marzo de 1589. 3 Imperdible con que se sujeta al uniforme las condecoraciones (Diccionario de María Moliner, 1990) 29 (“Nobiliario” Tomo IV pág. 49) Ermita de Los Dolores. D. Agustín Domingo Manrique de Lara y del Castillo Ruiz de Vergara Truxillo de Vergara Ossorio Alvarado de Orellana nació en Las Palmas el 7 de Enero de 1807. Fué poseedor del vínculo fundado por D. Gregorio Truxillo supradicho, del fundado por D. Francisco Manríquez (sic) de Lara su cuarto abuelo, del fundado por sus tíos D. Salvador Cayetano Manríque de Lara y D. Luís Manríque de Lara, Arcediano de Canarias y de otros varios vínculos y agregaciones y patrono de varias capillas, entre ellas, la de los Dolores del Trapiche. (“Nobiliario” Tomo IV. pág. 64) Mayorazgo de Lezcano. El Cap” D. Pedro de Urquía contrajo en Las Palmas noble enlace el 19 de Agosto de 1647 con Dª Beatriz de Lezcano Espino Muxica Quintana Venegas, hija del Cap. D. Juan Siverio de Lezcano Múxica, mayorazgo de esta casa y descendiente de los caballeros Lezcanos, Muxicas, Castillos, Venegas y Calderones ilustres conquistadores de Canarias, con Dª Catalina de Espino, nieta de los conquistadores Espino, Pelor y Quintana. (“Nobiliario” Tomo V. pág. 273.) (Pág. 24) Familia Tamariz, Calderín y Aríñez. La familia de Calderina, que en Canarias siempre se llamó Calderín desciende de un patricio Genovés llamado Teodoro Calderín; el cual casó en Las Palmas con Dª Leonor de Tamariz que había venido á Las Palmas en 1490 acompañando a su tío D. Antón Martínez Calvo de Tamariz, ambos de la más alta nobleza andaluza. Dª Leonor de Tamariz tenía una hermana llamada Dª Inés de Tamariz, “primera mujer del noble capitán D. Juan de Ariñez Mendoza escribano mayor de Dª Isabel la Católica. D. Teodoro Calderín había venido á Las Palmas en calidad de poblador apenas conquistada la isla de Gran Canaria. (“Nobiliario” Tomo IV pág. 157) Nobles irlandeses. “A la caída de la casa de Stuardo del trono de Inglaterra, al levantarse sobre sus ruinas un nuevo orden de cosas, y con él una nueva religión, la flor de la nobleza de Irlanda y Escocia, fiel á sus principios religiosos y monárquicos, vejada y perseguida en su propio país, se vio obligada á abandonarle al fin, después de haber visto sus estados y posesiones, heredados de sus abuelos desde las épocas más remotas, bien pasto del incendio y del saqueo, bien entregados por el vencedor á nuevos dueños, servidores de la revolución y afiliados al protestantismo. Quedaron muchos por algún tiempo convertidos en mayordomos (arrendadores) de sus modernos señores en aquellas 30 mismas tierras y castillos que por todas partes ostentaban señales de su legítimo dominio; pero al fin y al cabo (Pág. 25) la generalidad de las familias nobles que no se avenían á renegar de la religión católica y de sus legítimos reyes esparciéronse por toda Europa buscando lejos de la patria el reposo, la tranquilidad y la fortuna que ella les negara. De aquí el crecido número de familias de origen irlandés y escocés establecidas en Francia, Austria, Bélgica y España principalmente; cuyos fundadores abrazando en su mayor parte la carrera de las armas en los ejércitos de aquellas potencias católicas, dedícanse muchos de ellos al comercio, logrando rehabilitar en un tanto su perdida posición, aunque siempre suspirando por los estados de sus abuelos, usurpados por el enemigo victorioso”. “España, la nación católica por excelencia, vióse más que otra alguna favorecida por aquella honrosa emigración, etc.- “Coincidieron estos grandes acontecimientos de Inglaterra y esa emigración de nobleza católica y monárquica de aquellos países con el apogeo del comercio de vinos de las islas Canarias; lo que fue motivo á que no pocos caballeros irlandeses, que la revolución había lanzado de sus casas señoriales, vinieran a establecerse en Tenerife” “Por esta causa de respeto y estimación figuran entre la nobleza de las islas……….los Madan”. (“Nobiliario” Tomo I pág. 279) Juan de Oramas. Doramas, el famoso héroe de la independencia canaria, tuvo un sobrino llamado Juan Doramas, valeroso conquistador de Tenerife á las órdenes de D. Fernando de Guanarteme.- Casó con Dª María Hernández Bencomo, hija del gran Bencomo, último mencey ó rey de Taoro.- Los Reyes Católicos dieron á Juan Doramas extensos territorios en los Realejos y en la Rambla. (“Nobiliario” Tomo III pág. 85). A Doramas-_tío - lo llama el autor “último rey canario de la comarca de Telde”. (Vid. “Arucas” Cuaderno 2º. pág. 12.) (Pág. 26) Casas de Hemerando y Palenzuela. Sancho de Hemerando y su hermano Juan Pérez de Hemerando se establecieron en Tenerife el año 1535. Ambos eran nobles infanzones vizcaínos, naturales de Bilbao. Sancho de Hemerando se casó en Las Palmas con Dª Ursula de Palenzuela Peña, hija del noble y poderoso caballero Tomás Rodríguez de Palenzuela, y vivió en La Laguna. Este Hemerando era ya difunto en 1538. De estos no quedó sino un hijo llamado Tristán de Hemerando Palenzuela Peña que casó joven en La Orotava con Dª María de Vergara, teniendo varios hijos entre los que repartió sus cuantiosos bienes. Nobiliario y Blasón de canarias. Tomo III, pág. 101. 31 Inglés del Castillo. “Dª Teresa Inglés del Castillo Jaraquemada, fue mujer del noble Juan Ariñez Mendoza, cuya sucesión acabó a las pocas generaciones.” (“Nobiliario” Tomo II pág. 18.). Esta señora era la nieta de Cristóbal García del Castillo. (Pág. 27) Cristóbal García del Castillo. Cristóbal García del Castillo, llamado el de Moguer por el pueblo de su nacimiento, hallose como capitán en la segunda expedición del mando del general Pedro de Vera y sirvió en aquel puesto en compañía de su padre desde 18 de Agosto de 1480 hasta el 29 de Abril de 1483, que terminó la conquista de la Gran Canaria. En atención á sus méritos se le dieron á él y á su padre grandes repartimientos de aguas y tierras, primero por el general D. Pedro de Vera, y después por el adelantado D. Alonso de Lugo, repartimientos que aprobó y refrendó en 1504 el Licdo. Juan Ortiz de Zárate reformador de los repartimientos de estas islas por la reina Dª Juana La Loca.- Su padre era Hernán García del Castillo, noble sevillano protegido por el gran cardenal D. Pedro González de Mendoza con Dª Teresa Martínez noble señora de la villa de Moguer, condado de la Niebla. Publicada la conquista de Canarias fue uno de los cinco capitanes que vinieron á ella á las órdenes de D. Juan Rejón. Padre e hijo fueron fundadores de la ciudad de Telde y fundaron en ella una casa poderosa, acaso la mas rica de la Gran Canaria, “sirviéndose” dice una antigua información, “de la más numerosa y ostentosa familia de criados escuderos y pages, muchos dellos hidalgos, llegando su opulencia al extremo de repartirse entre servidores ciento veinte raciones y siendo venerados Cristóbal García y sus hijos como señores de la ciudad de Telde”. Esta información pasó en 1586 ante el Gobernador y Cap. Gral. Tomás de Cangas. Hernán García testó en Telde el 10 de Mayo de 1502. Ante Juan de Arauz escribano de los reinos de España. (“Nobiliario” Tomo II págs. 13 y 14.-) Iglesia Parroquial de S. Juan Bta. Telde . D. Cristóbal García del Castillo levantó a su costa la iglesia parroquial de Telde, que puso bajo la advocación de San (Pág. 28) Juan Bautista, y es uno de lo más hermosos y antiguos templos de la provincia, objeto constantemente de la religiosa esplendidez de su familia y en cuyo presbiterio luce un magnifico retablo que trajo de Flandes la generosa piedad de aquel guerrero. Tres veces se casó dicho D. Cristóbal: la 1ª en Moguer con Dª Mariana Rodríguez Inglés, hija de Juan Inglés el viejo, conquistador de Canarias (las otras dos veces no las veo anotadas.) 32 Nieta de este señor fue Dª María González del Castillo “bautizada en Telde, iglesia parroquial de San Juan Bautista, el 15 de Agosto de 1503.” (Lo cual da á entender que la parroquial de Telde es de fecha anterior, es decir, de fines de siglo XV) (“Nobiliario” Tomo II págs. 14 y 15). La antigua iglesia parroquial de Arucas destruida en 1908 era de forma casi igual á esta de S. Juan de Telde. Patronos del Convento de S. Juan de Ortega. Firgas. D. Fernando Suárez de Figueroa Palenzuela Machicao, sargento mayor de la Gran Canaria y patrono del Convento dominico de Firgas casado con Dª Juana Aguilar Quintana Vargas, fueron padres de………………………………………………………. Dª Leonor de Figueroa Palenzuela y Aguilar, hija única y “señora de los heredamientos de los caballeros Palenzuelas sus antepasados” Casó con D. Antonio Truxillo Ossorio de Vergara y Altamirano, en Guía el año 1640. (“Nobiliario” Tomo IV pág. 51 en la nota). También fueron patronos del Convento de S. Juan de Ortega. Por enlaces y sucesiones de familia vino este patronato á poder de los Sres. Condes de La Vega Grande. (Vid “Arucas”. Cuaderno 2º pág. 29.) (Entre las páginas 28 y 29 del original se inserta un papel escrito en parte a máquina y en parte a pluma con tinta negra que reproducimos íntegro y literalmente.) (Nota del editor) Los padres de estos se desconocen Hernando Machicao, que testó en 1531 fabricó una iglesia en el barranco de su nombre en 1534: casó en Can. En 1488. Beatriz de Mirabal Bachicao, que de unos autos de capellanía consta como hermana de Hernando Bachicao, la cual fue mujer de: Constanza de Herbas Gaspar Rodríguez de Palenzuela Con numerosa sucesión Cap. Hernando Bachicao Palenzuela, el que hizo una fundación de una capellanía en la iglesia de S. Antonio Abad de Las Palmas (Esta nota me la ha dado el Sr. Marqués de Acialcázar hoy 19 de Enero de 1928, y me ha dicho que Hernando de Bachicao fue uno de los primeros pobladores de esta isla que la fundación de esa iglesia se halla citada en su testamente, y que no aparece el nombre del santo titular).4 Constanza Suárez de Lic. Crist. de Venegas Figueroa Antonia de Fontana, vecina de Can Juan Suárez de Figueroa, regidor de Canaria y familiar de la Inq. Casado con doña Luisa de San Juan Padilla, dotada en 1602. Mtre. de Camp Lorenzo Xuares de Figueroa Sargento Mor. Don Fernando Xuarez de Figueroa, regidor de G. C. Doña María de Motas. Doña Juana de Aguilar Quintana Con suc. Doña Leonor de Figueroa (única) mujer del Mtre. de Campo D. Antonio Trugillo de Vergara. (Pág. 29) Condes de la Vega Grande. El rey D. Carlos III por real cédula fecha en San Ildefonso á 29 de Septiembre de 1777 dió el título de Condes de La Vega Grande de Guadalupe á D. Fernando Bruno del Castillo y su Sra. D.ª Luisa Antonia Amoreto Manrique. 4 Esta nota se inserta dentro del cuadro genealógico casi nueve meses después de terminarse de escribir este cuaderno nº 1. (Nota del editor). 33 D. Fernando Bruno Francisco de Borja del Castillo Ruiz de Vergara y Castillo Cabeza de Vaca Cayrasco de Figueroa Mesia Muxica- Lezcano y Verde de Aguilar nació el 5 de Octubre de 1714 y fue bautizado en el Sagrario Catedral y falleció el 17 de Marzo de 1788. Fue patrono del Convento de S. Juan de Ortega de Firgas. Era hijo de D. Pedro Agustín del Castillo Ruiz de Vergara Muxica- Lezcano y de su prima D.ª Gerónima del Castillo, ilustre por muchos motivos y entre ellos por ser autor en la muy estimada obra titulada “Descripción histórica y geográfica” obra que terminó de escribir en 1738.- Era hijo de D. Fernando del Castillo y de D.ª Ángela María de Palenzuela Balbosa.- Nació el 28 de Abril de 1669 y falleció el 3 de Mayo de 1741. D. Francisco Javier del Castillo, 2º Conde de La Vega Grande, nacido en Las Palmas el 30 de Agosto de 1749 y fallecido el 18 de Abril de 1800, era hijo de D. Fernando Bruno supradicho; y fue además patrono del Convento de S. Juan de Ortega. Era casado con su tía y prima Dª Leonor de Bethencourt. D. Fernando Domingo del Castillo, hijo del anterior y 3º Conde de La Vega Grande, nació en Las Palmas el 16 de Diciembre de 1774. Estaba casado con D.ª Leonor Molina de Briones hija de los Marqueses de Villa Fuerte en Tenerife, y falleció el 18 de Mayo de 1819 sin hacer testamento. Fué muy patriota. Citado por Prudencio Morales en “1808”. D. José Agustín del Castillo 4º Conde de La Vega Grande y patrono_ como también su padre_ del Convento de S. Juan de Ortega, Firgas, nació en Las Palmas el 6 de Mayo de 1805 y casó el 25 de Julio de 1827 con su prima tercera Dª Ana María Westerling y falleció el 28 de Junio de 1870.- Este Sr. debió de ser el último patrono efectivo del Convento de S. Juan de Ortega. (“Nobiliario” Tomo IV pág. 37 y siguientes). Pág. 30 Mayorazgo de Arucas El Capitán General de la Isla de gran Canarias, Don Pedro Cerón y su mujer Dª Sofía de la Santa Gadea fundaron este Mayorazgo á favor de D. Martín Cerón, hijo de Don Francisco Duarte factor de la Casa de Contratación de Indias de Sevilla y de Dª Inés Tabera su mujer, por escritura ante el escribano público y de Cabildo de la Gran Canaria Alonso de Balboa el 10 de Julio de 1572; escritura que fue ratificada por otra escritura celebrada el 17 de Octubre del mismo año ante el escribano público de Las Palmas Antonio Lorenzo, con aceptación por apoderado de D. Francisco Duarte y D.ª Isabel Tabera como representantes de su hijo menor D. Martín Cerón; y como este murió siendo niño, le sucedieron en el Mayorazgo su hermano D. Juan Tabera y los hijos de éste. Los bienes comprendidos en esta fundación fueron los siguientes: “La casa de morada de los fundadores en la Ciudad Real de Las Palmas. “Un ingenio en Arucas con sus casas, huertas y molino. “Otro ingenio de abajo junto al de arriba, con sus casas que compraron á Gaspar Rodríguez de Palenzuela. “Otras casas en el puerto Isletas”. “Cuatro azadas de agua en la acequia real y nueva de Firgas que son las dos que metieron en la acequia de Arucas: y en la acequia real otra azada de agua y otra en la acequia nueva”. 34 “Cercado de los Majamos de tres suertes poco más con la longuera de Bujajance (sic) junto á los ingenios saliendo del de arriba que iba á dar ái las casas de abajo”. “Una suerte de parral en la Vega de Arucas”, “El cercado grande de la Vega de Arucas de seis y media suertes, comprado á los herederos de Gaspar Rodríguez de Palenzuela”.”linde con tierras de los fundadores”. “Otro cercado de dos suertes (Pág. 31) de la Fuente de Arucas y linde con el anterior y tierras de los fundadores”. “El cercado de los Granados de seis suertes, linde con tierras de la Vega de los fundadores”. “El cercado de la Palma en la Vega de Arucas con los paños de Cabeza (sic), con dos y medias suertes: linda con el anterior y tierras de los fundadores”. “Otro cercado de la misma Vega, linde con el grande de tres suertes”. “El cercado de la Vega de fuera, de seis suertes”. “Y todas las demás tierras montañosas y limpias que tenían en la Vega de Arucas con todos sus albercones y desaguaderos”. “La longuera tras la rueda del ingenio de abajo que era una suerte” “El cercado de San Sebastián de cinco suertes, linde al camino real de Arucas” “El cercado de Ariñez de cuatro y medias suertes debajo del Cerrillo de Arucas”. “El cercado del Prior de cinco y media suertes, linde por arriba con la montaña de Arucas”. “Otro cercado detrás de esta montaña de dos suertes”. “El cercado de los Palmitos, de dos suertes, linda con el camino de la mar y el Trapiche”. “Otro cercado de dos suertes á la espalda del ingenio”. “Dos suertes en dos pedazos llamados del Alvercón linde con el alvercón grande de los fundadores pasando por medio el camino de Firgas” “Tres suertes al otro lado del Alvercón” “El cercado de la Caldera de cinco y medias suertes con un alvercón en la Cabezada” “El cercado del Trapiche de debajo de cinco suertes con su alvercón, linde con el cercado de las laderas del Trapiche que fue de Rodrigo de Balboa, y entonces de los fundadores” (Véase el árbol genealógico de Rodrigo de Balboa en el cuaderno 2º de Arucas; pág. 107.) (En medio de las páginas 30 y 31 del original se encuentran dos tiras de papel escritas por ámbas caras que pasamos a reproducir literalmente. Nota del editor). D. Pedro de Cerón Vino por capitán general de estas islas en 1553 y fundó el mayorazgo de Arucas por haber casado con Dª. Sofía de Sta. Gadea dueña de aquellos terrenos en que fundó ingenio. (Castillo, pág. 241). Cerón era veinticuatro de Sevilla. (Algunos ayuntamientos en España – como el de Sevilla, Córdoba y Jerez.- tenían el privilegio de formar su cabildo (es decir: ayuntamiento) con veinticuatro regidores perpetuos (es decir: concejales.) Por eso á estos regidores les llamaban veinticuatros. Era natura de Sevilla y caballero de la orden de Santiago. –Vuelta- En un libro que había en el archivo municipal de Las Palmas y que se quemó cuando se incendió el Ayuntamiento el año de 1842 noche del 29 de Marzo constaba que Pedro Cerón había presentado el título de Capitán General extendido por el Rey de 35 España en premio de sus buenos servicios y otras cosas, fechado en 1555. (Esta nota me la ha dado el Sr. Marqués de Acialcázar, hoy 19 de Abril de 1928)5 (Sello del Senado. Particular y escrito a máquina) Martín Fernández Cerón, 24 de la ciudad de Sevilla, gobernador y justicia mayor de la isla de Gran Canaria en 1526- 29 y 1532-33:- casó en la misma ciudad citada con doña Ana Ponce de León, y tuvieron los siguientes hijos: D. Martín Fernández Cerón, Pedro Serón (*), regidor de Gran Canaria Doña Urraca Ponce de León Cerón, 24 de Sevilla, donde vivía en y capitán general de la misma Isla por R. muger que fué de don Alonso 1570 casado con la señora C. expedida en 1555. Manuel de Lando: vivieron en Doña Inés Tavera. Sevilla. Doña Inés Tavera (2) casada Doña Sofía de Santa Gadea Martel (**) También en Sevilla con D. que con su marido hizo la fundación del Francisco Duarte de Alcocer, Mayorazgo de Arúcas. primer Conde de Benazusa: sucedieron en el mayorazgo de Arúcas. Viera y Clavijo en el prólogo del tomo 4º de su Historia le llama Pedro Martín Cerón, de la orden de Santiago, veinticuatro de Sevilla (de quien hace mención Argote de Molina en sus notas á la sucesión de los Manuales del Conde Lucanor y no fue Gobernador de Canarias sino Capitán General de las armas en nuestras islas por los años de 1553 y casó con D.ª Sofía de Sta. Gadea, fundadora del Mayorazgo de Arucas”. Esto es una rectificación de lo que dijo en el tomo 3º, pag. 116 de dicha obra, confundiéndolo con Martín Gutiérrez Serón, gobernador de Gran Canaria en 1527 al tiempo de instituirse la Real Audiencia; que viene á ser el mismo que al principio se ha llamado Martín Fernández Cerón. Mansel, por su padre. (Pág. 32) “El cercado de las Laderas del Trapiche, de tres suertes, linde y véase el anterior” “Suerte y media junto al cercado grande” “El asiento de la montaña Doramas en las Cuevas del Rapador con todas sus cuevas y tierra montañosa, con otras doscientas fanegadas de tierra que están sobre el asiento”. “Otro asiento llamado las tierras de la Laguna con más de cuarenta fanegadas frontera al ingenio”. “Una capilla que hizo y fundó D. Juan Manuel en el Monasterio de S. Pedro Martír”. “Un Hermita de la advocación de San Pedro junto al ingenio y dentro de la Huerta”. Con fecha del 16 de Agosto de 1576, ante dicho escribano Balboa hicieron los fundadores nueva agregación de bienes y ratificaron la anteriores nombrando á D. Juan Tavera, hermano de D. Martín Cerón, 1º llamado por haber fallecido éste. Los bienes incluidos en esta segunda agregación son los siguientes: “Treinta y nueve horas de agua las siete primeras en la acequia nueva, y las demás en la acequia real de Firgas”. “Un cercado de tierras de cañas que se dice el Almasijo si el de la Cueva en que hay cinco suertes y medias poco más ó menos” 5 Un año después de haber terminado el primer cuaderno nº 1. (Nota del editor) 36 “Ochenta fanegadas de tierra de riego de caña que son detrás de la montaña de Arucas”. “Dos suertes de tierra de cañas en la Vega de Arucas”. “Un cercado de tierras e que hay dos suertes y media que se dice el cercado de la Cruz que esta por encima de la Vega de Arucas”. (Pág. 33) Por otra escritura otorgada en Arucas ante dicho escribano Balboa el 15 de Abril de 1577, hicieron los fundadores una nueva agregación de bienes y ratificaron las escrituras anteriores. Los bienes comprendidos en la 2º agregación son los siguientes: “Un ingenio de moler cañas, en Arucas, llamado de Montaña en el Barranco de Gumartel, que esta junto á la Hermita de Nuestra Señora de Guadalupe, con su acequia y hesido (sic) con la casa de ingenio de Calderas y al sitio de las casas de la morada, y con prensa y molino y con todo el demás sitio de las casas de los negros y la Galera”. “Una suerte de arboleda, linde con un pedazo de tierra que fue de Parral encima de la acequia” “Dos suertes de tierra de cañas en las Laderas de Firgas con sus alvercones”. “Diez horas de agua las cinco en la acequia real nueva, y las otras cinco de la acequia real vieja que se gozaba por seis dulas como era costumbre. “La séptima parte de las tierras de cañas del camino abajo del Trapiche que fueron de parral con la parte de desaguadero que fue de Martín Alemán que eran dos días y dos noches en cada un mes”. “La suerte del Trapiche de la Higuera (sic)” “Suerte y media de tierra en los Barranquillos de Rosales y cinco horas de agua en la acequia real de Firgas” “Otra séptima parte de las tierras de Cañas del camino abajo del Trapiche, con su desaguadero que pertenecía á dicha séptima parte que eran dos días y dos noches en cada mes” “Otra suerte de tierra del Trapiche de la Higuera con cinco horas de agua por seis dulas”. “Otra suerte de tierra llamada de Salamanca y con cinco horas de agua”. (Pág. 34) “Otra séptima parte de tierra del camino abajo del Trapiche con su desaguadero que eran dos días y dos noches de agua en cada un mes” “Otra suerte y media de tierra en dos pedazos, en el Trapiche de Rosales con cinco horas de agua de la acequia nueva”. “Otra suerte de tierra llamada del Cerillo con cinco horas de agua”. “Otras dos séptimas partes de la tierra del camino abajo del Trapiche contra las otras de arriba referidas. Y otras dos séptimas partes del desaguadero con que se regaban que eran de cuatro días y cuatro noches en cada mes” (Vid, pág. 42.) Nota.- estos datos están tomados de la escritura de venta hecha a nombre de D. Carlos Pedro Villa legatario del Excmo. Sr. Conde D. Jaime Mellerio á D. Alfonso Gourié Álvarez en Sevilla en 20 de Mayo de 1859 ante el escº. pº. D. Juan Fernández Santa Crúz; y á juzgar por la redacción parece que fueron tomados de las mismas escrituras de la fundación del Mayorazgo. 37 De dicha escritura efectuada ante Fernández Santa Crúz están tomados todos los datos de medidas, lugares, terrenos, aguas, etc. que haya á continuación. Exceptúanse aquellos que tengan en contra alguna advertencia particular, y cuanto este copiado entre comillas indica que ha sido tomado al pié de la letra. El total de las fincas pertenecientes al Mayorazgo en fecha de su venta citada es de 326 fanegadas, 5 celemines y 2 cuartillos (no incluyendo algunas brazas cuadradas); pero todos los terrenos no eran de la (Pág. 35) misma calidad. Entre las páginas 34 y 35 se vuelve a incluir una nota mecanografiada que empieza con el membrete del Senado-Particular y un apunte manuscrito con la caligrafía de DPMQ. (Nota del editor) Al ocurrir la invasión francesa y por razón de haber tomado el poseedor del Mayorazgo de Arucas partido por el Rey José, fueron secuestrados sus bienes por decreto de las Cortes Generales del Reino; y consta que durante el tiempo que se mantuvo el mismo o séase hasta el año de 1814, se extrajo de ellos para cubrir las atenciones del Estado, la cantidad de 20.632 pesos 6 reales de plata y dos cuartos. Las verdaderas rentas del Mayorazgo, fueron ocultadas por el Administrador Don Pedro Alcántara Déniz, según correspondencia de éste (cuyos borradores hemos examinado), con el principal de la casa Benazusa de Sevilla Don Bartolomé García Romero. En una de las cartas del primero al segundo, fechada en 21 de mayo de 1816, se expresa que el total de la renta podría fijarse en 8.000 pesos anuales como promedio (esta nota me la ha dado el Sr. Marqués de Acialcázar, hoy 26 de marzo de 1928.) Este mismo Señor me ha dicho hoy 19 de abril del mismo año que dichas cartas se las prestó Don Agustín Millares, el notario, de las que hizo un extracto.- La medida fanegada usada en Canarias es un cuadrado que tiene de lado cuarenta brazas; y la braza tiene 13 sextos de la vara antigua de estas islas. (Personas bien informadas me han dicho que hoy por braza se entiende dos varas españolas, es decir de las que van impresas en el dorso de los metros que usamos de ordinario.- La fanegada viene á ser 1600 brazas cuadrados y como la braza cuadrada tiene cuatro varas cuadradas tenemos que la fanegada tiene actualmente 6.400 varas cuadradas, ó séanse 5.503 ½ metros próximamente) Medidas de superficie reducidas a piés. La fanegada………………………..57.600 pies cuadrados. El celemín ………………………….4.800 “ “ El cuartillo………………………….1.200 “ “ La braza………………………………..36 “ “ Extensión de las fincas del Mayorazgo de Arucas en la época de su venta. Las fincas de las Vegas de Arucas suman 106 fans, 9 celems, 3 cuarts. y 724 piés. Finca de la Goleta ………………………. 3 “ , 4 “ , 3 “ y 846 “ . Otra finca en el mismo lugar……………. 22 “ , “ , “ “ . Las fincas de las Hoyas…………………. 43 “ , 5 “ , 1 “ y 1140 “ . Finca del sitio de Arucas……………….. 47 “ , 6 “ , 2 “ y 29 “ . Finca sitio de Vasco López……………… 64 “ , “ , “ “ . Finca sitio de Meleros…………………. 24 “ , 10 “ , 3 “ y 720 “ . Propiedades junto al Buen Suceso……… 24 “ , 7 “ , 2 “ y 20 “ . 332 fans. 7 celems. cuarts. 1079 ps. 38 Y las tierras de los Trapiches, que pasaban de 75 fanegadas. Adviértase que estos terrenos no eran todos de la misma calidad, y que las propiedades inmediatas á la Hacienda del (Pág. 36) Marquesado del Buen Suceso lindan por el Norte con el camino que va á la Costa y al Trapiche, al Naciente con el camino de las Cuevecillas, al Poniente con el riego de la Hacienda de dicho Marquesado. Los límites de la finca de “Las Hoyas” son; al Norte camino real que va a los Trapiches y Costa, y finca de otros propietarios; al sur: camino que va al Cerrillo y terrenos de otros propietarios; al Naciente: calle que hoy llaman de San Pedro y al Poniente, camino que llaman de las Cuevecillas. Aguas Cuarenta y tres azadas de agua, mitad de las ochenta y seis del heredamiento. Sesenta y una y media azadas de agua de las ciento veinte y tres que contiene la fuente llamada de Ariñez. Ocho y media azadas en la del Barranco de Jiménez. Dos azadas de agua de la Fuente del Hierro. Dos azadas de agua de la Fuente de Norado. Fincas urbanas La mitad de una casa que está por dividir situada en la ciudad de Las Palmas, delante calle del Colegio trasera calle del Espíritu Santo, y por un lado calle del Reloj. La mitad de una casa que está por dividir, en Arucas, que sirve de granero principal, linda por la calle S. Pedro. La casa llamada de los Ríos en la finca de las Hoyas. “La antigua Hermita de S. Pedro que hoy es pajar, y esta situada en el trozo primero de Las Hoyas”. La mitad del estanque grande que esta por dividir y sirve para conservar las aguas del Mayorazgo (Pág. 37) situado por encima del pago de la Goleta. Otro estanque más pequeño destinado á las aguas de la fuente de Norado. Otro estanque llamado de la fuente del Hierro porque en él se recogen las aguas de dicha fuente. Advertencias.-1ª “El Norado” tiene trece fanegadas, cuatro celemines, tres cuartillos y 23 ½ brazas cuadradas” 2ª Las propiedades detalladas en las dos páginas anteriores en ésta son los que compró D. Alfonso Gourié. Cargas que tenía el Mayorazgo Cuarenta doblas anuales impuestas por los fundadores del Mayorazgo en su escritura de fundación para misas por el alma de Juan Manuel en la capilla del Convento de S. Pedro Mártir. Censo de 234 reales anuales á favor del patronato fundado por Dª Isabel de León, sin que se sepa el origen de esta imposición. Censo de ciento veinte y nueve reales anuales al Monasterio de Sta. Clara de Canarias. Se halla en el mismo caso de la anterior. Censo de 201 reales y 56 céntimos anuales, á favor de la fábrica de la Sta. Iglesia Catedral. Se halla en idéntico caso de los dos anteriores; siendo presumible que estos tres censos proceden de algunos de los que se citan en la fundación o agregación. 39 Cargas que aparecen en los títulos del Mayorazgo La de D. Juan Mansel supracitada. La de cuarenta doblas para misas en la Hermita de S. Pedro Censo de Alonso de Herrera Censo de D.ª Inés de Herrera Otro de la misma D.ª Inés (Pág. 38) Otro de los herederos de Alonso Venegas. Otro de los herederos de Catalina Telles. Estos censos existían en las fincas que formaron el Mayorazgo; según declaración de los fundadores en la escritura de ratificación de 17 de Octubre de 1572 ante el escribano Antonio Lorenzo. Eran redimibles a razón de 10%. Los tributos que siguen pesan sobre los bienes que formaron la segunda agregación. Tributo correspondiente a Baltasar de Armas como marido de Isabel de Rojas. Otro a Catalina de Rojas. Otro de la misma Catalina, como patrona de la Capellanía instituida por Maria Abrego. Otro de D.ª Teresa Fonte muger de Rodrigo de Vera. Otro de la misma Dª. Teresa. Otro de Dª Felipa Pacheco muger de Diego de Vera. Otro de Fernando de Heredia. Otro de Rodrigo de Vera. Otro de cinco pesos escudos de á ocho reales que los poseedores del Mayorazgo D. Gerónimo y D. Gerónimo José Talenti de Florencia se obligaron á pagar anualmente al Convento de S. Pedro Martír, Las Palmas, para reparos de la Capilla de Jesús Nazareno de dicho convento, fundada por D. Juan Mansel; conforme á escritura celebrada en 1741 el día 17 de Mayo, ante el escribano de Las Palmas D. José Prieto Muñoz (Vid pág. 42.) Notas.- D. Juan Mansel y Dª. María de Santa Gadea fueron padres de Dª Sofía de Sta. Gadea (Vid “Arucas” Cuad. 2º pág. 108) D. Alfonso Gourié compró la parte del Mayorazgo en 1.900,000 reales. Las primeras fincas sobre que se fundó el Mayorazgo debieron de ser propiedad de Dª Sofía de Sta. Gadea. Las tierras que se incluyen en la 2º agregación fueron (Pág. 39) compradas por D. Pedro Cerón á D. Luís Mendoza y otros y de la escritura aparece que la venta la ejecutaron Luís de Mendoza, Martín de Herrera, Rodrigo de Vera, Alonso de la Barrera y Diego de Vera. D. Honorado Estacio fue administrador del Mayorazgo tomando posesión en los días 17 a 20 de Octubre de 1643. Hubo varias cuestiones acerca de quienes debían de poseer el Mayorazgo, siendo una de las más celebres la provocada por D. Ignacio de Matos a fines del siglo XVIII como se verá en otro lugar. (De otros papeles sobre el Mayorazgo que me prestó Don Francisco Gourié consta que la Audiencia de Sevilla en fecha del 9 de Junio de 1845 dictó sentencia por la cual Don Luís de Solís y Manso, 5º Marqués de Rianzuela, Conde del Prado, Señor 40 de la Granja, de Benasuza, etc. obtuvo la sucesión del Mayorazgo fundado por el D. Pedro Cerón y Dª. Sofía de Sta. Gadea.) (Esto lo tengo confuso) La mitad reservable de los bienes del Mayorazgo era propiedad del citado Sr. Marqués de Rianzuela y de su hermana Dª. María de la Encarnación. Dª. María vendió sus bienes a D. Francisco González Rodríguez, D: Bruno González su hijo, D. Ruperto Delgado, D. Manuel González Castellano, D. Isidro Morral y D. Sebastián de Medina vecino éste de Teror. La otra mitad de la casa del Mayorazgo en Arucas y la otra mitad de la era nueva y las canteras á D. Alfonso Gourié, que compró la otra mitad libre del Mayorazgo á D. Carlos Pedro Villa, como ya se ha dicho. La compra de la era nueva hecha por D. Alfonso Gourié la he visto en unas escrituras que me prestó D. Francisco Gourié. Diego de Vera. Diego de Vera Mendoza ilustre caballero era nieto del General conquistador D. Pedro de Vera. Estaba casado con Dª Felipa Pacheco, hija de D. Alonso de Pacheco, de ilustre familia criado de Felipe II (Pág. 40) y de su cámara real, nombrado por este rey visitador de general de armas castillos y fortificaciones de las islas Canarias por real cédula expedida en Valladolid desempeñado tan bien su cargo que D. Felipe II le nombró alférez mayor de la Gran Canaria y otros cargos honrosos. Grande fue la autoridad que tuvo en España y en Roma y gozó de gran confianza del Papa Pablo III y mereció por sus cristianas virtudes que éste le concediera honores y privilegios nada comunes, como el eximirle á él y á su familia, servidores y criados, de la autoridad del obispo de Canarias, ó de cualquier otro prelado, según consta de la bula despachada á su favor por el Cardenal Rodolfo Pío, legado a latere de dicho papa. Estaba casado con Dª Teresa Herrera Contreras, de noble parentela, hija del nobiliario caballero Juan de Herrera, regidor perpetuo de Gran Canaria y fundador del Hospital de San Martín en Las Palmas y nieta de Diego de Herrera, conquistador de Canarias, y de Dª Teresa Álvarez “ambos- según Viera y Clavijo- de la nobleza más ilustre de Toledo” (Nobiliario y Blasón de Canarias, pág. 219 tomo II) Vasco López “Vasco López (era) coronel de infantería de la gente de guerra, regidor perpetuo de Canaria que fué uno de los caballeros de mayor autoridad de la isla en aquella época y prestó á los reyes de su tiempo grandes servicios que recompensaron con diferentes gracias y mercedes.” “Nobiliario y Blasón de Canarias “tomo II, pág. 123. (Probablemente era vecino de Telde. En esta ciudad tenía un hermano casado y varios sobrinos, gente toda ella de mucha distinción.- (Ibidem).- Vivía en la 1ª mitad del siglo XVI.- - En acta del Cabildo de Las Palmas, fecha de 17 de Septiembre de 1540, aparece como vecino de Telde, firmando como testigo de una contradiccción en un pregón sobre unas tierras. (Fol. 42 vto. del libro de actas.) (Pág. 41) Lorenzo de Palenzuela Lorenzo de Palenzuela Bolaños era hijo de Alonso Sánchez de Palenzuela y de Juana Bolaños (vid. pág. 4). Fue regidor de Tenerife en 1532 y se casó con Dª. Isabel de Lugo, natural de Tenerife. De estos traen origen varias familias de la 1º nobleza de estas islas, entre otras, los marqueses del Sauzal, los condes del Valle de Salazar, etc. 41 (Nobiliario, tomo 1, pág. 54 y tomo II pág. 91) fue padre de Dª. Isabel Palenzuela Lugo que casó en La Laguna, Tenerife, con D. Juan Zurita del Castillo, natural de Telde donde fue bautizado en Octubre de 1535; testa esta Dª. Isabel en Telde, ante el escribano Tomás Marin el 22 de Julio de 1574. Dicho D. Juan Zurita era nieto de Alonso de Zurita uno de los cinco capitanes que vinieron á la conquista de Canarias al mando del general Juan Rejón; y otorgó testamento ante Juan de Arauz en Telde el 11 de Agosto de 1516. Hijo de Juan Zurita fue Lorenzo Zurita del Castillo Palenzuela vecino de Tenerife, casó en Canarias con Dª. Juana Canseco de Quiñones, hija de Hernán Sánchez Canseco de Quiñones y de Dª. Clara de Ariñez Mendoza. (Ibidem). D. Luis Inglés del Castillo Jaraquemada casó en Telde el 2 de Julio de 1530 era casado con Dª Gerónima de la Mata Palenzuela Bolaños, hija del Dr. Alvaro de la Mata y Dª. Ginebra Palenzuela Bolaños (“Nobiliario” tomo II, pág. 17.) En Las Palmas había otro Lorenzo de Palenzuela, escribano público, que ya actuaba en 1574, citado repetidamente en los tomos del “Nobiliario y Blasón de Canarias”; pero que no hay que confundir con el supracitado. (Pág. 42) Antiguos propietarios de algunas fincas incluidas en el Mayorazgo de Arucas.- “Otra segunda agregación vino á aumentar los bienes del Mayorazgo, porque habiendo adquirido el D. Pedro Cerón por compra que hizo a D. Luís de Mendoza y otros, de diferentes bienes, celebró otra escritura en 15 de Abril de 1577 ante Balboa, haciendo la agregación de ellos, y por supuesto a favor de D. Juan Tabera, sus hijos y descendientes”. “La escritura de adquisición se halla inserta en la anterior (es decir: en la de agregación) y de ella aparece que la venta la ejecutaron Luís de Mendoza, Martín de Herrera, Rodrigo de Vera, Alonso de la Barrera y Diego de Vera. Que estos bienes tenían de principal de tributo un millón ochocientos veinte y seis mil cuatrocientos veinte y seis maravedis, pagándose por ellos anualmente los réditos siguientes. A Baltasar de Armas veinte y cinco doblas; A Catalina de Rojas por si ocho mil quinientos sesenta y cinco maravedis. A la misma, como patrona de la capellanía que fundó María de Abrego, siete mil ciento cuarenta y tres maravedis. A Dª. Catalina Fonte veinte y cuatro mil noventa y seis maravedis. A Dª. Felipa Pacheco sesenta y un mil ochocientos veinte y cuatro maravedis, á D. Fernando de Herrera siete mil seiscientos cincuenta y cuatro maravedis. A Maria de Vera dos mil ciento cuarenta y cuatro maravedis. Y á Rodrigo de Vera siete mil ciento cuarenta y dos maravedís.” Nota.- Como se ve, hay algunas variaciones entre algunos nombres y apellidos citados en esta página, cotejada con lo que se lee en las págs. 37 y 38.- (Esta pág. está copiada ad pedem litere y las págs. 37 y 38 están cotejadas con dicha escritura para asegurarme de la exactitud de los datos.) (Pág. 43) Casa de Herrera Diego de Herrera, nobilísimo caballero de Toledo y conquistador de la Gran Canaria, recibió como premio de sus servicios de los Reyes Católicos extensos repartimientos de agua y tierras en esta isla. Estaba casado con D.ª Teresa Álvarez, 42 ilustre Sra. Toledana, y testó en Sanlúcar de Barrameda el 17 de Agosto de 1507.- De estos fue hijo…………………………………………………………………………….. Juan de Herrera, natural de Toledo, sirvió de conquistador de esta isla al lado de su padre. Era hermano de Alonso de Herrera, gobernador que fue de esta isla. Juan de Herrera obtuvo repartimiento de tierras en Gran Canaria. Fundó el Hospital de San Martín en Las Palmas y falleció en 1524.- Estaba casado con D.ª Francisca Núñez de Contreras.- De estos fueron hijos……………………………………………………….. Alonso de Herrera Contreras, bautizado en Las Palmas el 28 de Noviembre de 1509. Era regidor perpetuo de Gran Canaria y de Toledo, casado en esta ciudad con D.ª Catalina Nieto.- La hermana de este Alonso llamada…………………………………… D.ª Inés de Herrera Contreras casada con el noble D. Lópe de Muxica Lezcano, regidor perpetuo de la Gran Canaria y padres de D.ª María de la O Muxica y Herrera, mujer digna de cualquier elogio en expresión de Viera y Clavijo. De estos descienden los señores de Fuerteventura, los señores de Alegranza, los marqueses de Villanueva del Prado y los de las Cuevas del Becerro. (Pág. 44) Otra rama de los Herrera.- Álvaro de Herrera, hijo 2º del conquistador Diego de Herrera casó con D.ª Isabel de Machicao nieta del conquistador Hernando de Machicao, que legó su nombre á la “Cuesta de Machicao” donde obtuvo tierras y agua en repartimiento.- dicho Álvaro era además regidor perpetuo de Gran Canaria.- Hizo un mayorazgo en 18 de Mayo de 1538 ante Pedro Ortiz escribano de Las Palmas. De estos nacieron………………………….. Hernando de Herrera Machicao, bautizado en Las Palmas el 7 de Octubre de 1519, regidor perpetuo de Gran Canaria y muerto sin sucesión y además……………….. Juan de Herrera, bautizado en Las Palmas en Noviembre de 1521 de cuyo matrimonio con D.ª María de Alarcón nacieron…………………………………………. Alonso de Herrera Alarcón bautizado el 2 de Septiembre de 1540, é Inés de Herrera Alarcón bautizada el 1 de Abril de 1556. Hermana de Hernando de Herrera es ………D.ª Inés de Herrera de Machicao, sucesora del mayorazgo fundado por su padre en 1538 que casó con el maestre de campo general Gaspar de Olivares Maldonado regidor perpetuo de Gran Canaria segundogénito de los señores de Chalcon de Safajonia, cuyos estados y mayorazgos vinieron andando el tiempo á reunirse en los Sres. Marqueses de Guisla- Ghiselim. (“Nobiliario y Blasón de Canarias” tomo VI, pág. 228 y sigs.) (Pág. 45) Piraterías de los de Lanzarote en Layraga. Las primeras correrías que hicieron los españoles en las inmediaciones de Arucas (que se haya podido encontrar) son las contenidas en el cap. XXXII de la “Descripción Histórica y Geográfica de las Islas Canarias” por D. Pedro Agustín del Castillo. Dice textualmente: “Armaban los vecinos de Lanzarote unas fustas ó barcas, con que corrían estas costas de las islas gentílicas, y con particularidad repetían sus asaltos en el lugar y costa de Ayusmatel ó Ayraga (nota en el borde: Así dice Abreu) de esta isla de Canaria, lo que repararon sus habitadores con dos vivas estratagemas militares. La primera 43 vigilando primera ocasión (sic) (después de haber padecidos algunos robos de su gente y ganados) el tener prevenidos algunos hombres de los más ligeros que mostrándose descuidados, y estando ya desembarcados los castellanos hicieron fuga hacia el monte, y los fuesen empeñando en su seguimiento, en donde acometiéndole otra mayor partida de canarios, fueron muertos y apresados los castellanos.” “Y previniendo que era menester variar de ardid, porque si volviesen los invasores traerían cautelada la primera (sic) cogieron partida de cuervos y ayotas (nota en el borde: Abreu dice gaviotas) y otras aves montaraces de rapiña y marítimas, y las cegaron y domesticaron en las casas, y cuando descubrieron las embarcaciones surtas ó á la vela, echaron las aves sobre las casas y cercanas a ellas, y los hombres de defensa ocultos hasta mejor ocasión, que la tuvieron asegurados los castellanos de que estarían desamparados de gentes del lugar y costa, por lo que se mantenían las aves en aquellas cercanías; se introdujeron por otra parte donde descubrían cabríos, y empeñados á robarlo les asaltaron con presteza los canarios, sin que de cincuenta hombres pudiesen más de tres ó cuatro las embarcaciones, nadando; (Pág. 46) conociendo en su fuga que al pasar muy cerca de las aves que ni levantaban vuelos ni hacían otro retiro, sería por estar sin vista ni vuelos, lo que manifestando por los que tuvieron la experiencia pusieron en temor, para no volver á inquietar á los astutos canarios, y ellos quedar seguros. ” Nota.- No trae la fecha de estas incursiones. Lo mismo dice Abreu Galindo (pág. 78) citado por Millares (lib. VI. cap. 11.º) Parece que Castillo copió á Abreu. Tal se parecen las dos narraciones. Tala y destrucción del poblado de Arucas.- “Libre Juan Rejón del embarazo de los portugueses, y respetado de los canarios, juntó sus capitanes y demás caballeros aventureros, á conferir sobre el modo que facilitaría el abreviar la conquista que tenía á su cargo; y aunque hubo á este fin diversidad de pareceres, abrazó el salir á talar los campos canarienses, para estrechar sus naturales con la falta de frutos; pues aunque también resultaba de esto alguna parte de trabajo para el Real, por lo que les comunicaban algunos amigos, tenían el recurso á las otras islas conquistadas y naves que venían de España con provisiones”. “Este medio resuelto (dejando prevenida la defensa y ofensa del Real) sacó de él 300 hombres y 30 caballos y salió por los campos de Tamaraceite, Tenoya y Arucas, destruyendo los higuerales y sementeras que encontraba, dando fuego á las casas de sus lugares, y haciendo prisioneras las personas de todas edades que lograban que condujeron al Real, usando de ellas con toda caridad, con que les conservaban el amor á nuestra religión, para haberse con brevedad entrando en ellas por la puerta santa del bautismo”. “Con esta nueva guerra se afligieron mucho los canarios convecinos á estos parages, viendo que se proseguía por (Pág. 47) Tafira y la Vega, y que se les daba fuego á las sementeras, que se acercaba la cosecha, lo que obligó á muchos á venirse al Real, con grandes lamentos, desarmados con los brazos cruzados mostrando su rendimiento y pidiendo les admitiese en su amistad y gremio para vivir en uno.” (Castillo, Historia ya citada cap. XI.) Nota.- Juan Rejón llegó á Gran Canaria el 24 de Junio de 1478 con facultades de conquistar dicha isla, dada por real provisión de los Reyes Católicos y firmada por la Reina y Diego de Santander su secretario, por fecha de 12 de mayo de dicho año, y promulgada, estando la expedición para embarcarse, en el puerto de Sta. María. Traía entre otros compañeros como alférez general de armada á Alonso Jaimes de Sotomayor, 44 al Deán D. Juan Bermúdez, caballero y clérigo, como consejero de Rejón, Hernán García del Castillo natural del castillo de Garci-Muñoz y otros varios. Sin contar los soldados que traían muchos caballeros aventureros, venían con Rejón 600 soldados de infantería y treinta caballos. Al saltar á tierra, hechos repetidos saludos de clarines, artillería, flámula y banderas que echaron al aire plantaron una tienda de campaña y dijo misa el Deán, y como aquel lugar era inculto y sin agua, se dirigieron á un bosque de dragos y palmeras que vieron hacia el sur desde el mar donde sospechaba hubiese manantiales, cortaron palmeras en lo más elevado de aquel sitio, hicieron parapetos para ponerse á salvo de los indígenas canarios y así quedó establecido el Real de Las Palmas. (Vid “Arucas”, Cuaderno 2º, pág. 9) (Castillo.- Datos tomados del cap. 1.º Lib. 2º de su Historia ya citada.) Juan Rejón era caballero del Reino de la Niebla, soldado práctico osado y valiente.- Los soldados y caballeros aventureros que trajo á Canarias se hallaron los más en las victorias y batallas entre Portugal, sobre el Toro y Alcázares de Zamora. (sic). El 28 de Junio de 1478 fue la primera contienda de los canarios, capitaneados por los Faycanes de Telde y Galdar, viniendo entre sus principales combatientes Adargoma, Doramas y Maninidra. Pelearon (Pág. 48) todo el día y ganaron los españoles por la superioridad de sus armas.- El 20 de Julio del mismo año vuelven los canarios con sus capitanes de Galdar y de Telde. Luchan bravamente gana los españoles con sus descargas de arcabuces y ballestas. Aprovechando esta victoria fabrican los españoles la ermita de S. Antonio Abad y algunas casas. Viene la armada portuguesa (no dice en qué fecha) está tres días anclada en el puerto de Agaete y viene á los tres días á atracar frente á las isletas al anochecer. Rejón salió á media noche con 200 hombres y se pusieron en guardia. El mar estaba furioso. Rejón hizo una matanza de portugueses, los cuales tomaron velas y buen tiempo. El intento de los portugueses era ponerse de acuerdo con los canarios para atacar á los españoles, en revancha de las derrotas que les habían causado en Portugal. Pedro de Algaba. Derrota de Tenoya. Con Juan Rejón había en Canaria muchos disgustos por su altanería; y habiendo tenido noticias de ello los reyes católicos enviaron por gobernador de la conquista á Pedro de la Algaba que llegó á esta isla en 1478 (así lo dicen Castillo y Abreu) estando entonces Rejón en Lanzarote en busca de mantenimientos que tanta falta hacían. Algaba puso preso á Rejón le echo unos grillos y en una carabela le embarcó para España. El P. Sosa no hace mención de la derrota de Tenoya. Tampoco la cita Núñez de la Peña. Millares y Viera dicen que vino á mediados de 1479. *Algaba y el Deán Bermúdez prosiguieron la conquista salieron á robar ganado por Satautejo, de donde trajeron alguno. Luego supieron que por Moya habían muchos canarios y salieron á buscarlos una noche por caminos muy fragosos de cuestas y montañas, y los encontraron al amanecer, dándoles el asalto auqne estaban muy cansados. Estaba allí el Guanarteme de Gáldar Guanache Semeden con poca gente y se defendió con valor. También esta(ba) (Pág. 49) allí el valiente Doramas, el cual, al notar el cansancio de los españoles, recogió su cuadrilla y les dejo regresar al Real de Las Palmas. Casi todo está tomado de Viera y Clavijo, el cual no añade una palabra más) 45 * (Al llegar la columna á la áspera cuesta que conduce al barranco de Tenoya se vieron sorprendidos por las cuadrillas que acaudillaban Doramas y el Guanarteme referido, que desde aquellas alturas lanzaban sobre los nuestros con certera puntería una lluvia de piedras, troncos de árboles y agudos dardos de palo. Los nuestros dejaron el ganado para huir mejor. En esta jornada se distinguió Lope Hernández de Guerra, que tanta celebridad había de alcanzar en la conquista de Tenerife; y observando que una cuadrilla de cincuenta soldados españoles estaban acorralados por los isleños en lo alto de una loma, dijo á Francisco de Vilches y a otros veteranos de á caballo: “Amigos y compañeros: corramos á salvar á los nuestros. ¿Será posible que los dejemos morir de esa manera?” Y alentados por sus palabras avanzaron todos cayendo en masa sobre los isleños, rompiendo el círculo que les oprimía y facilitando la retirada. Pasando aquel fatal barranco no sin grandes pérdidas y angustias, entró la columna en los llanos de Tamaraceite, por los cuales no se atrevió Doramas á seguirla, y continuaron su camino con los escasos restos del botín y con un hambre espantosa). Nota.- Lo que esta entre ** está tomado de Abreu Galindo y el párrafo que continua entre paréntesis esta extractado de la “Historia general de las Islas Canarias” por Agustín Millares. Tomo III cap. VI pág. 289. (Se ve que Millares calcó su capitulo sobre la derrota de Tenoya en Viera y Clavijo). (Vid “legajo de papeles sueltos” el cap. de Viera y Clavijo sobre la derrota de Bermúdez.) Pedro de Vera.- Habiendo regresado Juan Rejón á Canarias, y degollado por su orden al gobernador Pedro de Algaba, enterados los Reyes Católicos de tan violentos procederes enviaron á Canarias de gobernador á Pedro de Vera para que prosiguiese su conquista á Miguel de Mujica, á Juan Siberio primo de éste y a sus dos hijos Rodrigo y Hernando de Vera. Llegaron (Pág. 50) á Gran Canaria el 18 de Agosto de 1480 mandando preso á la corte á Juan Rejón. Para aligerar el Real de tanto cautivo como tenía y que pudieran sublevarse en un momento dado los embarcó engañosamente para España, so pretexto de ir á conquistar á Tenerife. Pero al verse engañados se amotinaron capitaneados por el valiente Adargoma y las dos naves que conducían á los doscientos canarios retornaron á Lanzarote donde los dejaron. Los navíos retornaron á Canaria á dar cuenta á Pedro de Vera, y enterados del engaño los canarios se sublevaron los indígenas que estaban en el Real y se marcharon al campo resueltos á hacer la guerra sin descanso á españoles tan embusteros, con harto sentimiento del santo obispo Sr. Frías. (Castillo. Lib. II cap. 11 extractado.) Lo mismo vienen á decir Abreu Galindo y Marín y Cubas. La conquista en adelante fué muy sangrienta. Llegando Rejón á la altura de Tamaraceite al amanecer de 18 de Agosto de 1480 vió que se acercaba una carabela al puerto de la Isleta y retomó a Las Palmas. Rejón iba a reconocer los cantones del Norte con idea de atacar a Doramas. (Millares tomo III pág. 308.) Acompañaban á Pedro de Vera sus hijos Hernando Rodrigo, Marín y Jorge de Vera y Diego Gómez de Vera; y los caballeros D. Juan de Quintana, D. Juan Siberio, Miguel Trejo Carbajal, Juan y Gonzalo de Aguilar, Tomás Rodríguez de Palenzuela y otros varios. (Millares tomo III pág. 308.) Derrota de los españoles en la costa del Bañaderos.- Pedro de Vera dejó el gobierno de Gran Canaria en Diciembre de 1489. (Millares tomo IV pág. 118.) 46 “Amotinados los canarios recogidos á las sierras con sus familias y ganados, venían otros á desafiar uno á uno ó dos á dos, á decir oprobios y desafueros, y al cristiano que cogían desarmado lo mataban, con que podemos decir, andábamos á sangre y fuego, y viva quien vence.” “El alférez Alonso Jaimez, por orden de Pedro de Vera, hacía las entradas en los canarios, y por traer algo de provecho costaba muchas muertes y heridas; y habiendo ido cierto día a la Costa del Bañadero á traer ganado nos mataron a siete hombres y á más de 40 hirieron, y los canarios casi ningún daño recibieron”. (Marín y Cubas, cap. VI) ”Museo Canario”nº 15 de Feb. de 1902 pág. 109. (Pág. 51) Batalla en que murió Doramas.- “Acordó Doramas y los suyos hacerse fuerte contra nosotros en alto risco que está junto á un pueblo llamado Arucas; lo mismo hizo el señor de Telde y el de Gáldar, que temieron irían á hacerles algún daño con tanta gente de refuerzo.” “Pues para que temiesen y castigar algunas de sus insolencias se dispuso de ir á darles un asalto, juntó el capitán Pedro de Vera toda la gente que vino y de la que aquí tenía y formó su campo en busca del enemigo la vuelta de Arucas (sic) y llegado á una loma alta se vió á vista á el enemigo que estaba fortificado sobre unos riscos pendientes, los caballos iban delante haciendo más campo de gente que la que íbamos, comenzose á bajar hacia ellos por la cuesta que dicen del Valle de Tenoya, y subimos las lomas altas que van hacia Arucas; onde se vinieron á el encuentro y con coraje se venían á meter por las armas; el Doramas se señaló con su espada de palo tan fuerte como una partesana, tan grande que un Español después no podía jugarla con dos brazos, aunque era bien fuerte y alentado; y el la volvía y revolvía con una, en forma de rueda que nadie le podía entrar ni con lanza, porque desharretaba los caballos, y así se guardaban de el. ” “Tiraban lanzas de tea, todo á puño, que pasaban el escudo y un hombre de parte á parte, y lo peor, fuertes pedradas á brazo, muy grandes y ciertas como tiradas con ballesta.” “Fue Dios servido que no perecieran aquí todos los cristianos, porque realmente hubiéramos todos de perecer si no fueran. Vera6 y otros caballeros que como desesperados y hombres sin remedio todos á una arremetieron con Doramas solo, y enristrándole las lanzas, dándole la primera lanzada por el costado, que fuera uno el que á él le acometiera no le matan, porque dando un salto se escapa luego; cercáronle y así le dieron fin, y con la batalla, que pues viéndolo muerto huyeron los canarios, deshizo el fuerte que tenían (Pág. 52) allí en Arucas ó cerca. El Gobernador hizo cortar la cabeza á Doramas y traerla puesta en una lanza y hizo ponerla en la plaza del Real que era la de San Antón.” (Gómez Escudero, manuscrito, cap. X.). Gómez Ecudero.- El Licdo. D. Pedro Gómez Escudero vino con Pedro de Vera á la conquista de Canarias en calidad de capellán. La copia de su manuscrito sobre la conquista de esta isla, que se conserva en la biblioteca del Museo Canario está hecha de la que sacó el historiador Marín y Cubas, y que hoy pertenece a los Condes de la Vega Grande.- 66 En el original pone Viera (Nota del editor) 47 Debajo del apellido “Escudero” hay estos números: 1484.- Dice que la conquista de Gran Canaria se terminó el jueves 29 de Abril de 1477, con la sumisión de los canarios en Ajódar. Muerte de Doramas.- Conforme se halla descrito en el “Cuaderno Antiguo de La Laguna”. “Al fin los canarios se juntaron y hicieron consejo en el que se halló el valeroso Doramas, hombre valerosísimo y de grandes fuerzas que por solo su valor se había hecho rey y Sr. (sic) del valle y montaña que hoy se llama de Oramas que es de las fértiles de España y acordaron todos de hacerse fuertes en un risco alto camino de la villa de Arucas y esperar allí á los españoles que luego temieron que les habían de ir á buscar, y los reyes de Gáldar y Telde cada uno en su reino teniendo aviso, también recelaron y apercibieron por la nueva y fresca guerra; al fin el Governador Vera con toda la gente que tenía y con la que de nuevo le fué acordó hacer muy de propósito una gran cabalgada con que espantar y amedrentar á los canarios que tan soberbios estaban como lo hizo, y sucedióle bien porque acertó á ir desde el primer día á donde los canarios estaban juntos y hechos fuertes camino de Arucas, y para ponerles temor (Pág. 53) quiso como se usa en el arte militar representarles la batalla desde una loma o cerro frontero á donde ellos estaban y que hacía visso (sic) y puso toda la gente á la larga y los caballos que formaban mucho trecho con que parecían más que doblada la gente, al fin bajando el valle que dicen de Tenoya subió por las lomadas que iban hacia Arucas y llegando á vista de los canarios, con gran furia invistieron con ellos así la gente de á caballo como la de á pié los cuales con no menos ánimo los recibieron y se defendieron de los nuestros y los ofendían, y el Doramas se señaló mucho con su espada de madera tostada muy pesada y grande que después hombres muy fuertes no podían jugarla con dos brazos y él con una mano la jugaba más ligeramente y hacía muy gran campo al rededor de sí porque todos se guardaban de sus fuerzas y furiosos golpes que al caballo que alcanzaba lo desarretaba ó cortaba brazo ó pierna que alcanzaba como si fuera de hierro y aun peor porque no tenían cura sus geridas (sic) de más de ellos las lanzas que el y los demás tiraban derribaban cualquier hombre armado, lo prío (sic) las piedras como si fuesen tiradas con ballesta grande de las antiguas. Al fin los nuestros lo pasaron mal si no fuera Dios servido que el Gobernador Vera y otros caballeros desesperados envistieron contra él sus lanzas y le acometieron á un tiempo y le asestaron por el costado y á no ser más de uno el que le acometiera el era tan ligero que se sabía escapar de los golpes, más como eran tantos no pudo, y como lo vieron caído los demás canarios no fue menester más para que todos volviesen la espalda á ponerse á salvo, al fin unos muertos otros huidos y otros cautivos en un punto después de la muerte de Doramas se acabó la batalla y se deshizo el fuerte que tenían hecho y el Gobernador Vera mandó cortar la cabeza de Doramas y traerla en una lanza y ponerla en la plaza de San Antón que era la principal del real donde está (Pág. 54) la ciudad que entonces se llamaba Geniguada.” Nota.- Este trozo ocupa el folº, 19 y siguientes de un manuscrito que se conserva en la Biblioteca Provincial de La Laguna, y se le conoce de ordinario con el nombre de “cuaderno antiguo” y viene á ser el manuscrito antiguo que sitan los historiadores canarios Viera y Clavijo y Millares Cubas, según dice D. José Rodríguez Moure. Pbro. Tal manuscrito no tiene autor y termina bruscamente con la lista de Obispos que ha habido en Canarias, siendo el último de los citados el Iltmo. D. (sigue casi dos renglones tachados) Fray Pedro de Herrera O.P. electo para estas islas en 1621; siendo por lo tanto un manuscrito de principios del S. XVII. Sólo tiene 28 folios y se titula: 48 “Conquista de la isla de Gran Canaria hecha por mandado de los Señores Reyes Católicos D. Fernando y Doña Isabel. Por el Capitán Don Juan Rejón y el Governador Rodrigo de Vera con el Alférez mayor Alonso Jaimes de Sotomayor. Comensose por Muziut Joan de Betancurt el año 1433 y se acavó el año 1477 día del bienaventurado S.Pº mártyr a 29 de abril y duró 38 años esta conquista”. Tal manuscrito no dice nada de la derrota de Algaba en Tenoya.- Hace finalizar la conquista de Canarias el 29 de Abril de 1477 con la rendición de los canarios al sur de esta isla por mediación del Guanarteme. Su sitio en la biblioteca del Instituto de La Laguna es este: 83-2 17 Se tiene como autor de estos apuntes al ya citado Alférez Alonso Jaimes de Sotomayor, pero no sé con qué fundamento; de serlo así, el que lo copió puso algunas y gruesas erratas é interpolaciones. Cada vez que en este libro se cite el “Cuaderno antiguo” se hace referencia al manuscrito supradicho. Se ve claramente que Abreu Galindo, Núñez de la Peña y Viera y Clavijo tuvieron á la vista este m.s.- Millares dice (y con sobrado fundamento) que está todo él calcado en Gómez Escudero y Sedeño. (Pág. 55) Engaño de Pedro de Vera á los canarios.- Muerte de Doramas.- Pedro de Vera quiso desembarazarse de la multitud de canarios que tenía prisioneros en el Real, y para ello determinó enviar 200 de ellos á España. A fin de poderles embarcar les propuso enviarles á conquistar la isla de Tenerife con unas tropas de castellanos, cosa que les aseguró llevándoles á la iglesia de San Antón y jurándoles solemnemente ante una hostia sin consagrar que un clérigo sostenía en una patena que no los llevaría á otra parte. Este engaño lo hizo valiéndose de la buena fé de los isleños que estaban ya bastante instruidos en la religión cristiana.- Satisfechos los canarios de tales garantías se embarcaron doscientos de ellos en dos navíos con cuarenta soldados castellanos, mandadas dichas naves por Hernando de Vera hijo de Pedro de Vera. Al amanecer del siguiente día les extrañó á los canarios no ver la isla de Tenerife que antes veían de Canarias con tanta frecuencia y Hernando de Vera procuraba distraerles diciéndoles que los aguajes y vientos contrarios de la noche habían hecho desviar las naves; pero como al otro día no viesen tampoco los canarios la isla de Tenerife, el valiente Adargoma que iba de capitán de los canarios se sublevó con éstos y le dijo a Hernando de Vera que aquel día mismo les tenía que retornar á Canarias ó que habían de perecer todos en el mar. A Vera no le quedó otro recurso que volver proas y desembarcó á los isleños en Lanzarote que ya habían dejado atrás, retornando las naves á Canarias por dar cuenta del suceso á Pedro de Vera. El escándalo y sentimiento de los canarios que estaban en el Real, al enterarse del engaño sacrílego de que fueron víctimas fué de fatales consecuencias; pues todos aquellos que se habían ofrecido voluntarios en servicio de los Reyes Católicos (Pág. 56) se alzaron á los campos para hacer la más cruda guerra, todo por habérseles engañado, cosa para ellos insoportable. El obispo Sr. Frías sintió amargamente con despechos todos sus desvelos y trabajos que tanto le habían costado ver ya hechos cristianos tantos y tantos infieles. La avilantez con que luego se mostraban los sublevados y el aliento que tomaron los que vivían en los campos, asociados los unos á los otros “ para presentarse los más 49 días á la vista de los nuestros” hizo que Pedro de Vera dispusiese su gente á buscarlos; y sobre la loma de Arucas se encontró mucho número de ellos. (Pinta esta batalla lo mismo que los anteriores pero más brevemente. Dice que Doramas fue herido y llevado cautivo á Las Palmas, donde le convirtió el Sr. Obispo.). Castillo, obra citada, extracto de los capítulos XI y XII. Adargoma.- Era Adargoma uno de los guayres (consejeros) del Guanarteme de Gáldar, como lo era Doramas también. Sus fuerzas eran colosales, tanto que de una pedrada le cortaba una penca ó un racimo de dátiles por a |
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