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4 P a t r i m o n i o C u l t u r a l d e E s p a ñ a 2010 P a t r imo n i o e i n n o v a c i ó n www.mcu.es www.060.es Edita: © SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA Subdirección General de Publicaciones, Información y Documentación © De los textos y las fotografías: sus autores NIPO: 551-10-156-7 ISSN: 1889-3104 MINISTERIO DE CULTURA 4 4 Patrimonio Cultural de España 2010 Sumario REVISTA PATRIMONIO CULTURAL DE ESPAÑA DIRECTOR Alfonso Muñoz Cosme CONSEJO DE DIRECCIÓN María Domingo Antonio J. Sánchez Lorenzo Martín CONSEJO DE REDACCIÓN Isabel Argerich Irene Arroyo Rocío Bruquetas Soledad Díaz Guillermo Enríquez de Salamanca Adolfo García Alberto Humanes Concha Martín María Jesús Sánchez Andrés Serrano María Pía Timón Pablo Jiménez Blanca Santamarina Celia Diego Paloma Ballesteros COMITÉ CIENTÍFICO Caterina Bon Valsassina Directora del Istituto Centrale per il Restauro Giacomo Chiari Director científico de The Getty Conservation Institute Rosa Mª Esbert Catedrática de Petrología de la Universidad de Oviedo Luz de Lourdes Herbert Coordinadora Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural. INAH. MÉXICO DF. Alberto de Tagle Director del departamento de Investigación del Netherlands Institute for Cultural Heritage PORTADA Detalle de un barrido con un equipo de fluorescencia de rayos X en una escultura ígnea policromada Fotografía: Tomás Antelo CONTRAPORTADA Radiografía de una figura de la Arqueta de Banyoles, Girona. España. Fotografía: Tomás Antelo DISEÑO GRÁFICO ORIGINAL Leona MAQUETACIÓN Milk comunicación DISTRIBUCIÓN Y VENTA Abdón Terradas, 7. 28015 Madrid Tel. 34 91 543 93 66. Fax 34 91 549 34 18 INTERCAMBIO Biblioteca del IPCE. Calle Pintor El Greco, 4. Ciudad Universitaria. 28040 Madrid Tels. 91 550 44 36 y 91 550 44 39 PVP 28 euros, cada número, más gastos de envío 5 9 Editorial Patrimonio cultural e innovación. Construir el futuro de nuestro presente Alfonso Muñoz Cosme 15 “Patrimonio cultural y cambio mundial: un nuevo desafío para Europa" (Bruselas, 26 de abril de 2010) 21 El futuro de la investigación en Europa y la Joint Programming Initiative “Patrimonio cultural y cambio mundial: un nuevo desafío para Europa” Aníbal Gónzalez Pérez Patrimonio e innovación 29 Innovación en conservación de patrimonio cultural Marián del Egido 43 La aportación de la nanociencia a la conservación de bienes del patrimonio cultural Luz Stella Gómez-Villalba Paula López-Arce Rafael Fort González Mónica Álvarez de Buergo 57 Biología molecular aplicada al estudio del biodeterioro causado por microorganismos y la conservación de bienes culturales María Isabel Sarró Moreno Irene Arroyo 67 El sincrotrón en conservación de patrimonio cultural Manuel Sánchez del Río Ana Gutiérrez-León 79 La tecnología Láser aplicada a los procesos de conservación y restauración de objetos metálicos arqueológicos Joaquín Barrio Martín 99 Innovación en sistemas de inteligencia ambiental para la accesibilidad al patrimonio. Herramienta de evaluación y aplicación de realidad aumentada Alejandro Marambio Castillo Rolando Biere Arenas 115 Innovación en la comunicación global del patrimonio cultural: TIC Santos M. Mateos Rusillo 129 Del zoo victoriano al ecosistema electrónico: la digitalización del patrimonio en una sociedad digital Francisco Javier Álvarez García María Dolors Portús Vinyeta Josep Vives i Gràcia 7 Proyectos de investigación, conservación y restauración 149 In Memoriam. Leandro de la Vega 151 El crucero "restolado" Gabriel Rebollo Puig Gabriel Ruiz Cabrero 165 Una gestión patrimonial perseverante e innovadora. Cuatro años de andadura del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria) José Ignacio Sáenz Sagasti Carmen Gloria Rodríguez Santana Jorge Onrubia Pintado Mikel Asensio Brouard 179 La visita patrimonial a las iglesias románicas de la Vall de Boí (Cataluña) Gabriel Alcalde Cristina Castellà Antoni Rojas 193 Nuevas perspectivas de iluminación en bienes culturales. Proyecto cuevas de Cantabria Daniel Vázquez Moliní Antonio Álvarez Fernadez-Balbuena Jesús Zoido Chamorro 203 El tratado de vidrieras del Monasterio de Guadalupe. Técnicas, métodos y consejos de un fraile vidriero del siglo XVII Fernando Cortés Pizano Recensiones bibliográficas 217 El paisaje. De la percepción a la gestión Margarita Ortega 219 Evaluación TIC en el patrimonio cultural: metodologías y estudio de casos Antonio J. Sánchez Luengo 223 Digitalización del patrimonio: archivos, bibliotecas y museos en la red César Carreras Monfort 164 Arriba. Interior de la “burbuja” desde la que se contempla la Cueva Pintada. Gáldar, Gran Canaria. España. Fotografía: Javier Betancor. 165 Una gestión patrimonial perseverante e innovadora. Cuatro años de andadura del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria) José Ignacio Sáenz Sagasti Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Cabildo de Gran Canaria). jisaenzs@grancanaria.com Licenciado en Geografía e Historia, ha desarrollado la mayor parte de su actividad profesional en Cueva Pintada, coordinando las labores de conservación, así como de ejecución del proyecto de musealización del yacimiento. Desde 2007 es Director-conservador del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. Carmen Gloria Rodríguez Santana Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Cabildo de Gran Canaria). crodriguezs@grancanaria.com Doctora en Geografía e Historia, inició su trayectoria como investigadora con el estudio de ictiofaunas arqueo-lógicas. En los últimos años, también ha orientado su trayectoria profesional e investigadora hacia todos los as-pectos vinculados con la comunicación del patrimonio cultural. Jorge Onrubia Pintado Universidad de Castilla-La Mancha. Jorge.Onrubia@uclm.es Doctor en Geografía e Historia, es especialista en arqueología del Norte de África y de las Islas Canarias. Subdi-rector y director del Proyecto Cueva Pintada (1986-2006), actualmente coordina el grupo de investigación Ma-terialidad, Arqueología y Patrimonio (MAP) de la Universidad de Castilla-La Mancha. Mikel Asensio Brouard Universidad Autónoma de Madrid. mikel.asensio@uam.es Doctor en Psicología, es desde hace años profesor de museología en varios masters de universidades españolas e iberoamericanas. Autor de proyectos museológicos y publicaciones sobre museología, psicología y educación, ha sido visiting research en varias universidades norteamericanas y, por dos años, profesor invitado en las con-ferencias de la Smithsonian Institution en Washington.Es Director del Museo de Artes y Tradiciones Populares. Resumen: En julio de 2006 abrió sus puertas el Museo y Parque Ar-queológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria). Atrás quedaban más de dos décadas en las que se desarrolló un proyecto de musealización que respondía a la necesidad de conciliar la investigación y la conservación de este excep-cional yacimiento, con la accesibilidad –en el más amplio sentido del término– al público. Esa inauguración marca-ba igualmente el inicio de una etapa en la que, si bien esos tres pilares siguen constituyendo los ejes sobre los que ver-tebrar la gestión del nuevo equipamiento, las variables que intervienen en los procesos de planificación y toma de deci-siones se han revelado bien distintas. En estas páginas se plantean las líneas estratégicas de esta andadura, que no representa más que otro tramo del largo camino iniciado con la propia gestación del proyecto. Pues sus principios y praxis descansan en una simbiosis de perseverancia e in-novación que permite conectar pasado y futuro. Palabras clave: Gestión museística, conservación del patrimonio arqueoló-gico, evaluación y estudios de público, innovación. Abstract: In July 2006 the Museum and Archaeological Park Cue-va Pintada (Gáldar, Gran Canaria) opened. More than two decades had passed since the project to develop this mu-seum was created which responded to the need to combi-ne research and conservation in this exceptional site, while providing accessibility, in the broadest sense of the term, to the target public. This opening also means the begin-ning of a stage in which, although these three pillars – re-search, conservation and accessibility – remain the axis on which the management of new facilities is structured, the variables involved in the planning and decision-making have shown themselves to be quite unexpected. In the following pages we will consider the strategic lines of this progress, which is really a continuation of the extended development that began with the management of the project itself. Its principles and practice rely on a symbiosis of perseveran-ce and innovation that connects past and future. Key words: Museum management, archaeological heritage preserva-tion, evaluation and audience studies, innovation. 166 Introducción La apertura del Museo y Parque Arqueológico Cue-va Pintada (Gáldar, Gran Canaria) supuso la culmi-nación de un proyecto integral de recuperación de uno de los yacimientos más singulares de la cultu-ra prehispánica del Archipiélago Canario. El descu-brimiento de la cámara decorada tuvo lugar, proba-blemente, en 1862, como consecuencia de los tra-bajos realizados en las terrazas de cultivo que, desde el siglo XVIII, sepultaron las ruinas de una parte de lo que fue el poblado prehispánico de Agáldar, cuya evolución se ha podido fechar entre los siglos VII y XVI d. C. Aunque en 1884 se llevó a cabo una inter-vención con el objetivo de permitir el acceso al inte-rior de la cámara decorada, fue preciso esperar has-ta 1970 para contar con el primer proyecto de mu-sealización para este conjunto. Esta intervención su-puso el descubrimiento del complejo troglodita en el que se ubica la Cueva Pintada, pero también pro-vocó el rápido deterioro del interior de la misma, que, de hecho, condujo a su cierre en 1982. Ese mis-mo año se iniciaron las actuaciones que culminaron con la elaboración de un proyecto integral que propi-ció la inclusión de la Cueva Pintada en el Plan Nacio-nal Experimental de Parques Arqueológicos. Vein-ticinco años de trabajos casi ininterrumpidos per-mitieron que el 26 de julio de 2006 el Museo y Par-que Arqueológico Cueva Pintada abriera sus puer-tas al público. En estas páginas sólo pretendemos realizar un sucin-to recorrido por estos primeros años de andadura, va-lorando la gestión de este nuevo equipamiento. He-mos dejado de lado los aspectos vinculados al desa-rrollo del proyecto de parque arqueológico Cueva Pin-tada, de los que recientes publicaciones dan cumpli-da cuenta, especialmente aquellos que atañen a las intervenciones arqueológicas y a la conservación de la cámara decorada y del poblado prehispánicos (ON-RUBIA PINTADO, RODRÍGUEZ SANTANA y SÁENZ SA-GASTI, 2004 Y 2007; ONRUBIA PINTADO, SÁENZ SA-GASTI y RODRÍGUEZ SANTANA, 2007). La gestión del conocimiento Cuatro años después de su apertura al público, el Mu-seo y Parque Arqueológico Cueva Pintada sigue sien-do un estimulante proyecto de producción y gestión de conocimiento. Porque, además de vehicular emo-ciones, la interpretación y presentación del patrimo-nio sólo es socialmente útil si se convierte en un con-tinuo ejercicio para producir y debatir ideas, para contar y compartir historia(s). Lejos de los dogmatismos arraigados en nuestros há-bitos intelectuales, que se obstinan en concebir la realidad como una esencia estática “lista para ser pensada” (reflexionar-cinco-minutos-y-compren-der), ésta siempre está confi gurada por relaciones y procesos. Relaciones y procesos que, en el caso de la Cueva Pintada, se entrelazan en la particular bio-grafía de los vestigios y objetos expuestos, elemen-tos de una materialidad olvidada, recuperada y per-manentemente resignifi cada por todos y cada uno de sus visitantes. Y es, precisamente, esta vida social de las cosas (APPADURAI, 1986) la que nos permite confrontar en un mismo espacio-tiempo (el presen-te), dos racionalidades, dos miradas, dos maneras de ver el mundo y de vivir en sociedad… Vistas así las cosas, no extrañará mucho que, en es-ta nueva andadura, las estrategias y programas de producción de conocimiento no se apliquen sólo a la (re)presentación de los contextos originales de uso y signifi cación de la cultura material exhumada y mu-sealizada; es decir, a la investigación de los escena-rios socio-históricos prehispánicos cuya reconstruc-ción e interpretación había constituido, hasta el mis-mo día de su inauguración, la prioridad científi ca del proyecto Cueva Pintada. Y es que la irrupción del pú-blico ha exigido poner el acento al otro lado de la vi-trina, en el extremo opuesto de esa suma de subjetivi-dades mediada por la vida social de los objetos, con-virtiendo así al visitante en un nuevo, y apasionante, objeto de estudio. Ni que decir tiene que no se ha renunciado, pues, a proseguir con el necesario análisis y publicación de materiales y colecciones (muebles e inmuebles), con la realización de nuevas excavaciones y estudios ar-queológicos destinados a resolver cuestiones aún pendientes, o con la puesta en marcha de programas temáticos de investigación de carácter comarcal o in-sular. Porque, antes al contrario, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada sigue aspirando a con-vertirse en un centro de referencia en el ámbito de la investigación del pasado prehispánico de Gran Ca-naria dotado de un plan científi co avanzado, sólido y participativo. Lo que ocurre es que ahora no se pue-de hacer abstracción del desafío que para la produc-ción de conocimiento y la innovación supone la ges-tión de públicos. Desde la conservación, y los desa-fíos que para ella supone la presencia de las personas que visitan el museo y parque arqueológico, hasta la enseñanza y la comunicación, pasando por la socio-logía y etnografía de los museos. La gestión de la conservación Para poder valorar en su justa medida las líneas estra-tégicas en conservación es preciso señalar que el pro-yecto arquitectónico para el yacimiento Cueva Pin-tada, intentó conciliar las posibilidades técnicas de diseño y de ejecución con los muchos condicionan-tes impuestos por la exigencias de conservación. Eso 167 Arriba. Plano de las instalaciones del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. Gáldar, Gran Canaria. España. Fotografía: Javier Betancor. 168 sí, el proyecto debía asumir una aspiración presen-te desde las primeras propuestas de musealización: abrir de nuevo la Cueva Pintada al público, asumien-do el reto de buscar una fórmula que hiciera compa-tible la preservación de un espacio extremadamente frágil con las visitas periódicas (MARTÍN DE GUZMÁN et alii, 1993; MARTÍN DE GUZMÁN, 1993). A todo ello se unió el descubrimiento, en el entorno del comple-jo troglodita, de un poblado con más de 60 estructu-ras, en su mayor parte habitacionales, que supuso la delimitación de más de 5.000m2 susceptibles de ser musealizados. Estos dos hechos condicionaron la toma de decisio-nes adoptadas sobre el tipo y características del sis-tema de protección de ambos conjuntos arqueoló-gicos: cámara decorada y poblado. En este proceso fue esencial la creación de una comisión de exper-tos, encargada de realizar un diagnóstico del estado de conservación de la cueva, y de establecer las pre-misas que debía cumplir el proyecto arquitectónico que protegiera todo el poblado. De hecho, las prime-ras propuestas arquitectónicas debieron modifi carse sustancialmente para poder compaginar arquitectura y arqueología (ONRUBIA PINTADO, SÁENZ SAGASTI y RODRÍGUEZ SANTANA, 2007). El resultado fi nal su-puso la instalación de una cubierta continua y un cie-rre lateral textil que protege la totalidad del yacimien-to excavado, la construcción de pasarelas que permi-ten el acceso del público para la visita, y la instalación de una protección específi ca para la cámara decora-da que incluía una “burbuja” acristalada desde la que se contempla la pintura mural. Desde su apertura, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada ha recibido más de 240.000 visitantes. A día de hoy, podemos afi rmar que el ode la cámara Arriba. Interior de la “burbuja” desde la que se contempla la Cueva Pintada. Gáldar, Gran Canaria. España. Abajo. Imagen de la “burbuja” desde el interior de la Cueva Pintada, a la izquierda se aprecian los sistemas de control microclimático. Fotografía: Javier Betancor. Arriba. Recinto del parque arqueológico Cueva Pintada, en esta imagen se aprecia las pasarelas, uno de los núcleos de comunicación vertical, así como el cierre textil perimetral. Fotografía: Javier Betancor. 169 decorada desde que se abriera al público, pero tam-bién la de incrementarlos en determinadas épocas del año1. Del mismo modo, se ha podido observar la necesidad de llevar a cabo cambios en los sistemas de cierres laterales del yacimiento que permitan me-jorar la ventilación de todo el recinto. También se ha podido comprobar que cuando concurren determina-das condiciones atmosféricas, la presencia de los vi-sitantes afecta a los sistemas de ventilación de la cá-mara, incluso aunque se encuentren en la plataforma desde la que se accede a la misma. Ello nos ha lleva-do a modifi car el sistema de visita con los grupos de visitantes, haciendo variar el tiempo de permanencia en el exterior, y alejándolos de la entrada. Vale la pena detenernos en un factor directamente vinculado con la conservación que no suele ser teni-do en cuenta: el fondo sísmico. El seguimiento de es-te agente se lleva a cabo mediante un sismógrafo ins-talado en una cueva anexa a la Cueva Pintada. Los re-sultados han destacado dos agentes que provocan im-portantes vibraciones en este espacio. El primero es la cantera de extracción de áridos que se encuentra a una distancia de 2,5 km. y donde de forma habitual se realizan detonaciones. Este hecho ha supuesto la inclusión del seguimiento de la cantera como un pa-rámetro esencial para el control de la Cueva Pintada, decorada es óptima, y, no menos importante, la opi-nión de los visitantes sobre la instalación es muy sa-tisfactoria (vid infra). También es cierto que, en un pri-mer momento, las mayores críticas que recibió el pro-yecto se referían esencialmente al indudable impac-to que la cubierta presenta en el entorno urbano en el que se encuentra (ONRUBIA PINTADO et alii, 2007). La intervención en la Cueva Pintada Los ya mencionados trabajos de diagnóstico sobre el estado de conservación de la Cueva Pintada permi-tieron establecer los rangos microclimáticos que po-dían garantizar la estabilidad de esta cámara mien-tras se mantuviera abierta al público. Como bien sa-bemos, no existe una única hoja de ruta que garanti-ce la conservación de un bien cultural una vez que el factor “público” entra en juego, por ello, es esencial realizar un seguimiento continuo y, a medida que se identifi can los problemas, establecer soluciones con-cretas. En el caso de Cueva Pintada, el seguimiento se realiza mediante un completo sistema de registro, y a la luz del análisis de los datos, se toman las medidas correctoras pertinentes. En un primer momento, el modelo de visita que se estableció para la Cueva Pintada fue el de visita-guia-da, concebido como un elemento más de la propues-ta museológica, pero también como un pieza clave en la conservación preventiva ya que las personas que guían la visita son las que controlan el fl ujo de visitan-tes que acceden a la cueva y, lo que es más importante, el tiempo que transcurre en el interior de la “burbuja” para disfrutar de la contemplación del friso decorado. El equipo de registro microclimático que se instaló en el año 2003 se ha ido mejorando puesto que se han adoptado las medidas correctoras pertinentes, con el objeto de ir ampliando los parámetros de con-trol a medida que se detectaron nuevas necesidades, como, por ejemplo, ampliar el número de sondas de temperatura, humedad y Radón. El seguimiento de los datos, ha confi rmado la necesidad de mantener los períodos de cierre establecidos para la cámara Arriba. Vista exterior del museo y parque arqueológico en el que destaca la cubierta que protege al yacimiento. Gáldar, Gran Canaria. España. Fotografías: Javier Betancor. Arriba. Trabajos de limpieza de los suelos almagrados en una de las casas del poblado Cueva Pintada Gáldar, Gran Canaria. España. Fotografía: Javier Betancor. 170 sobre todo previendo que en el futuro esta explota-ción incremente su actividad. Por otro lado, el regis-tro del fondo sísmico también está permitiendo iden-tifi car la importancia de la circulación de vehículos en la estabilidad de la cueva. Es evidente que la situa-ción de este yacimiento, en pleno centro urbano, ro-deado de calles (algunas de ellas con tráfi co intenso) es un elemento que se deberá tener en cuenta en el futuro, incluso para justifi car la necesidad de alejar la circulación rodada. Las futuras obras e infraestructuras municipales, los planes urbanísticos, e incluso, los elementos pirotéc-nicos utilizados en las diferentes celebraciones loca-les deben ser objeto de un control mucho más ex-haustivo y es aconsejable establecer protocolos y pro-cedimientos de actuación mucho más rígidos de los establecidos por la normativa vigente. El yacimiento Uno de los trabajos que se han desarrollado de forma continua desde la apertura del museo está siendo el desarrollo del programa de conservación preventiva de las estructuras arqueológicas. Es evidente que la cubierta y el cierre lateral facilitan la conservación al mantener unas constantes climáticas regulares, don-de los contrastes de humedad relativa y temperatura son muy leves, además de evitar la acción directa de los rayos solares y de la lluvia. Sin embargo, la necesidad de que dichos cierres per-mitan la ventilación facilita, al mismo tiempo, la ac-ción de otros agentes. Nos referimos en concreto a la contaminación atmosférica producida por el tráfi co rodado. La deposición de las partículas que transporta el aire está afectando especialmente a los elementos horizontales, es decir, los suelos de las casas y la par-te superior de los muros. Además de la limpieza, se ha ideado un sistema que evita que los agentes más noci-vos acaben afectando a los muros, especialmente los construidos con toba, que son muy porosos. Se trata de proteger los muros y suelos mediante “pieles” de acetato de polivinilo2 que permiten la transpiración de la piedra y que son enmascaradas con tierra tamiza-da fi namente. Esta protección funciona como autén-ticas “capas de sacrifi cio” que constituyen, de hecho, un receptor de las partículas de contaminación. Con el fi n de que en el futuro estos problemas se puedan corregir, se intentará modifi car los cierres laterales pa-ra evitar la entrada directa de agentes contaminantes. Las colecciones de bienes muebles Los trabajos de restauración se han centrado también en los materiales arqueológicos depositados en los al-macenes, en coordinación con los programas de in-vestigaciones iniciados en colaboración con la Uni-versidad de Las Palmas de Gran Canaria. El objetivo fi nal es poder contar con un mayor número de pie-zas restauradas que pasen a formar parte de la ex-posición permanente, enriqueciéndola y renovándo-la. Del mismo modo, el taller de restauración esta sir-viendo de apoyo para los programas públicos y educa-tivos del centro pues es el encargado de la elaboración de réplicas de piezas arqueológicas que el público pue-dan manipular, tanto en talleres como durante la visita. La gestión de los públicos No es este el espacio en el que debatir sobre la com-plejidad de una de las funciones que se recoge siste-máticamente en todas las defi niciones dadas a los mu-seos: educar. Pero antes de adentrarnos en este epígra-fe, sí nos parece pertinente destacar que desde que se produjera el re-descubrimiento de los públicos en la dé-cada de los ochenta del pasado siglo (que puede con-densarse en la tantas veces citada sentencia de Trevor Pearce: “las personas son más importantes que los ob-jetos”) 3, la presentación de proyectos museísticos trae aparejada toda suerte de declaración de intenciones so-bre la dimensión de los museos como espacios de co-municación abiertos a la participación ciudadana, y en la que conceptos como difusión, didáctica, pedagogía, educación, accesibilidad, etc., ocupan un lugar destaca-do en el discurso de todas las personas implicadas en Abajo a la izquierda. Aplicación de la “piel” de acetato de polivinilo a una de las casas de sillares de toba. A la derecha. Detalle de la “capa de sacrificio” una vez aplicada a los sillares de toba. Fotografías: Javier Betancor. 171 su puesta en marcha. Si resulta sencillo hacer este gé-nero de afi rmaciones, concretando en el papel loables objetivos, no lo es tanto llevar a buen puerto este plan-teamiento, especialmente si se desea conciliarlo con los múltiples intereses que concita hoy el patrimonio cultu-ral. Los desequilibrios fi nales en el andamiaje de es-tos equipamientos culturales suelen ser evidentes y la razón esencial es la no asunción del proclamado ob-jetivo desde el momento mismo en el que se concibe el proyecto, que carece, las más de las veces, de ele-mentos clave para lograrlo como son el diagnóstico, la planifi cación estratégica, el diseño y la evaluación. El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada no ha estado a salvo de esta realidad y, consciente de ello, intenta, desde su apertura, reconducir algunos de es-tos procesos, especialmente el relativo al diagnóstico y la evaluación. Porque es cierto que el proyecto de didáctica y difusión constituyó un epígrafe destacado entre los que integraban el proyecto museológico y museográfi co, pero la evaluación emprendida tras la apertura va dejando patente la necesidad de recondu-cir algunos elementos del planteamiento inicial. Los programas públicos y educativos: del diseño a la visibilidad En cualquier caso, la redacción previa de ese proyecto permitió, antes de la apertura, llevar a cabo una pla-nifi cación estratégica articulada sobre tres elementos estrechamente relacionados: los programas públicos y educativos, la comunicación y promoción y, por úl-timo, la evaluación. En este punto, es importante se-ñalar que el museo se planteó desde esos momen-tos la necesidad de ir creando un equipo con profe-sionales de la enseñanza, la investigación, la comu-nicación, la dramaturgia, la literatura, la promoción, las nuevas tecnologías, etc. con el objetivo de diseñar acciones innovadoras en todos estos campos, con-tribuyendo a hacer de la praxis museística un ban-co permanente para la investigación y la innovación. La vinculación con el museo y parque arqueológico se ha establecido a través de convenios de colaboración o relaciones contractuales para la prestación de servi-cios (vid infra). Por lo que se refi ere a los programas públicos y edu-cativos, hay que tener en cuenta que la Cueva Pintada constituye un referente identitario de alto valor simbó-lico para la sociedad canaria (MARTÍN DE GUZMÁN et alii, 1993). Este hecho queda patente en la mayorita-ria respuesta del público de la isla a la pregunta: “¿Por qué visita el museo y parque arqueológico Cueva Pin-tada?: porque soy canario”. Partiendo de este hecho, una buena parte de los programas perseguían resol-ver la espinosa cuestión de la contextualización y re-lectura de esta seña de identidad. Ante este reto, la na-rración ha constituido una herramienta esencial pues- Abajo. Acción de promoción de la campaña “Hola, me llamo Arminda ¿y tú?” en la Playa de Las Canteras (Las Palmas de Gran Canaria), ideada por Mixtura-Comunicación y El Ojo de Arena. Fotografía: Gustavo Martín. 172 to que se ha preferido “contar a explicar” (LASHERAS y HERNÁNDEZ, 2005), se ha preferido socializar el co-nocimiento, traducirlo al público general, como vía pa-ra fomentar la actividad intelectual y el deseo de cono-cer y refl exionar como fuente de satisfacción (FATÁS, 2004). El discurso, en nuestro caso, no gira en torno al objeto, sino en torno a los personajes que nos han le-gado esos objetos, dándoles un mayor protagonismo para que el yacimiento, y las colecciones en él recupe-radas, sean accesibles dentro de una realidad históri-ca. Y esta línea se mantiene en los programas educa-tivos y públicos con formatos que, es cierto, ya han si-do utilizados con éxito en el contexto museal: los cuen-tos, las representaciones de títeres, los talleres, la músi-ca, las conferencias, los cursos, etc. no son recursos de innovación en sí mismos, lo que sí constituye una in-novación interesante es la formación de equipos inter-disciplinares, la calidad como principio en la gestión y creación de los soportes de todo tipo y, por último, las dosis considerables de audacia en el planteamiento ge-neral y en las estrategias de comunicación y difusión. Resulta imposible en estas líneas adentrarnos en los variados programas puestos en marcha para atender las demandas de los distintos tipos de audiencias. Sin lugar a dudas, el destinado al público infantil y familiar es el que ha supuesto una mayor implicación de la ins-titución, especialmente por los recursos y actividades puestas en marcha. En este sentido, cabe destacar el programa destinado a público infantil y familiar titula-do “Hola, me llamo Arminda ¿y tú?”4, que, si bien na-ció como una aventura literaria, se transformó poco a poco en una acción de comunicación integral, que ha contribuido de forma espectacular a la difusión de los contenidos que ofrece la Cueva Pintada, además de ser un reclamo para la visita al yacimiento. El público escolar, considerando en él tanto al profe-sorado como al alumnado, es también objeto de una atención preferente pues el museo y parque arqueoló-gico debe consolidarse como escenario para desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje que precisa “la escuela” fuera del aula. La participación en proyec-tos como “Lazos de luz azul: Estándares de Calidad en el uso de las Nuevas Tecnologías entre Museos y Edu-cación” 5 ha permitido el desarrollo de experiencias in-novadoras con el uso de TICs en las que el trabajo estre-cho y directo con el profesorado y alumnado han sido esenciales (HERNÁNDEZ SANTANA et alii, en prensa). Para valorar la efi cacia de los programas públicos y educativos, así como de las estrategias de comunica-ción, hemos renunciado al parecer subjetivo, inten-tando sustanciar la idoneidad de la acción en la eva-luación objetiva. Prioridad y planifi cación de la evaluación Asumida la evaluación de la calidad de los servicios Abajo. Detalle de la acción en la Playa de Las Canteras en la que se aprecia el rostro del personaje de Arminda. Fotografía: Gustavo Martín. 173 como una herramienta constante de control, exter-no e interno, de sus objetivos institucionales al ser-vicio de la sociedad (ASENSIO y POL, 2002), el Mu-seo y Parque Arqueológico Cueva Pintada encargó un estudio de público a la Universidad Autónoma de Madrid6 como primer paso para una evaluación más amplia sobre públicos real y potencial, sobre sus per-fi les e impactos, sobre sus expectativas, sobre los im-pactos de los programas públicos y educativos, sobre la comprensión y aprendizaje producido por la visi-ta, y sobre el uso de los espacios y los elementos ex-positivos. Desde un principio se intuía que la foto de públicos resultaría compleja, porque es un equipamiento cuya potencia patrimonial atrae por igual a sectores muy diversos. Conscientes de esta potencialidad, los res-ponsables del centro plantearon un discurso museo-lógico con un mensaje genérico dirigido a un con-junto poblacional alto, que era necesario confi rmar. Además, el énfasis de los mensajes identitarios po-día ser recibido de manera diferencial por los distin-tos tipos de públicos (el nativo, con diferentes opcio-nes socio-políticas o el turista, ya nacional ya interna-cional). Por tanto, era muy importante comprobar, en primer lugar, los tipos de público a los que estaba lle-gando el museo con su mensaje y planteamiento ini-cial (de modo que cotejáramos cuestiones centrales para la gestión tales como la proporción de visitantes extranjeros, su segmentación, etc.). En segundo lugar, el nivel de impacto alcanzado, tanto en todo aquello vinculado con el planteamiento general, como en re-lación a los diferentes servicios prestados y las opi-niones que éstos generaban, incluyendo el importan-te aspecto de las expectativas, que tanto afectan a la agenda de los visitantes (si los impactos eran homo-géneos o dispares, si los servicios se perciben como mejoras de la calidad, o qué problemas plantean algu-nos de los servicios centrales de la opción de gestión, como que las visitas fueran exclusivamente guiadas, en grupos y con horarios estrictos). En tercer lugar, también era importante diferenciar los tipos de acti-vidades ofrecidos en forma de programas públicos o educativos, ver los públicos objetivo y evaluar el im-pacto que se estaba consiguiendo (rastreando las ne-cesidades y sensibilidades ante esta oferta). En cuarto lugar, interesaba desde el principio el reconocimien-to de los públicos potenciales, detectar aquellas bol-sas de público a las que no se estaba llegando con el planteamiento inicial y cuáles podían ser las accio-nes a realizar para estos nuevos públicos. Por último, en quinto lugar, preocupaba comprobar el grado de comprensión y aprendizaje de los mensajes propor-cionados por el museo, de modo que nos orientara sobre el tipo de cambios o complementos necesarios para mejorar estos niveles de comprensión y accesi-bilidad cognitiva, incluyendo una cuestión esencial, aquella vinculada a las ideas previas, muchas de ellas erróneas, que condicionan sobremanera la compren-sión de los contenidos presentados durante la visita (ASENSIO y POL, 2008). Evidentemente, estas cinco grandes áreas de evalua-ción (perfi les, impacto, programas, públicos poten-ciales, comprensión) no se pueden abarcar en un pri-mer trabajo, por lo que se decidió planifi car la eva-luación por fases, empezando por las dos primeras, siguiendo con la tercera y dejando la tercera y cuar-ta para una tercera fase. Estas fases son parcialmen-te acumulativas, de modo que los principales aspec-tos de cada fase se siguen evaluando en las siguientes de modo que contemos con resultados acumulativos que permiten, además, valorar la evolución de la po-lítica institucional. • Concepto y resultados de los estudios de público y evaluación de la exposición Desde el primer momento se planteó un estudio que implicara a los distintos tipos de profesionales rela-cionados con el museo, recogiendo en la evaluación tanto las opiniones de los visitantes como la de los trabajadores del museo y del personal subcontrata-do, así como gestores u otros profesionales implica-dos (turoperadores, profesores, trabajadores de la cul-tura, etc.). Se diseñaron diferentes tareas que permi-tieran recoger información sobre los diversos aspec-Área de evaluación Fases 1. Perfi les de público real Primera fase 2. Impacto y opinión 3. Programas públicos o educativos Segunda fase 4. Públicos potenciales Tercera fase 5. Comprensión y aprendizaje Abajo. Cuadro con las áreas y fases de evaluación desarrolladas desde los años 2006 a 2009. 174 tos a evaluar en todos los contextos de aplicación re-levantes. La evaluación pretendía recoger en estos da-tos de opinión tanto los aspectos intelectuales como los emocionales. De la misma manera se perseguía tanto un análisis estructural como funcional (ASEN-SIO y POL, 2003). El estudio de público supone la revisión de los si-guientes aspectos relacionados con los tratamientos de los públicos: zonifi cación y servicios, acogida, con-signa general y de grupos, control de taquilla, seguri-dad, organizador previo, cierre, auto-evaluación; es-tructura de los contenidos expositivos, ritmo y sin-taxis expositiva; recorridos y cargas, fl ujos y veloci-dad, distribuidores y áreas de descanso; propuestas de elementos comunicativos adaptados a las audien-cias; propuestas de programas públicos y educativos; propuestas de comunicación y orientaciones en la imagen de marca y el desarrollo gráfi co, y propues-ta de plan de comunicación (ASENSIO y POL, 2005). Como es habitual, el estudio de público ha supues-to un trabajo tanto racional como empírico, donde la primera parte consiste en el diseño de la investiga-ción: la revisión de trabajos similares, el diseño del dispositivo empírico así como de las herramientas y técnicas específi cas de recogida de la información, el diseño y composición gráfi ca de las tareas y de los dispositivos de aplicación; mientras que la segunda parte consiste en el trabajo de campo: administra-ción de los cuestionarios, auto-cuestionarios, entre-vistas, reuniones de focus-group, tareas cuasi-experi-mentales y reuniones de trabajo con personal del mu-seo y de las administraciones e instituciones, análisis de resultados y elaboración de conclusiones y orien-taciones. La primera fase de la evaluación se llevó a cabo sobre auto-cuestionarios y entrevistas de preguntas abier-tas, administrados respectivamente a 309 visitantes seleccionados al azar según bloques horarios y tem-porales representativos, incluyen grupos de educa-ción primaria y secundaria. El auto-cuestionario ras-treaba perfi les, impacto, opinión y expectativas. Las entrevistas se realizaron sobre 23 visitante y sobre 15 acompañantes de grupos, mediante preguntas abier-tas. Los resultados mostraron un nivel de satisfacción muy alto: 9,12 sobre 10, situándose al nivel de muy pocos museos de la larga lista evaluada por el equi-po de evaluación en los últimos 20 años. Los aspec-tos más valorados fueron la información de los guías, el montaje del museo y parque arqueológico, así co-mo el audiovisual inicial y, en general, todo el equipa-miento. Quedó también claro que el museo es un es-pacio marcadamente social, pues el 99% de visitan-tes acude en pareja, con amigos, con familia, mien-tras que sólo un 1% acude solo. El perfi l demográfi co fue asimismo muy variado: llega gente de todos los rangos de edad, de estudios y, lo que es más impor-tante, de todo tipo de procedencias: Gran Canaria, las demás islas, y el resto de España. Cueva Pintada des-taca, por tanto, por su gran alcance y representativi-dad social. En el estudio de expectativas cabe desta-car el fuerte componente identitario que Cueva Pin-tada tiene para los visitantes canarios. Los canales de difusión más salientes entre el público canario fueron las recomendaciones directas de ami-gos y familia, esto es, el boca a boca, lo que es acorde con la excelente valoración que los visitantes realizan del museo. Por último, las demandas formuladas por los visitantes incluían mejoras en la señalética hasta el Museo, en la tienda, así como la necesidad de in-crementar el número de talleres y otras actividades. La segunda fase de evaluación repitió parte de las pri-meras herramientas a fi n de tener datos continuados y planteó otras nuevas, entre las que destaca la eva- Arriba a la izquierda. Desarrollo de la evaluación electrónica con uno de los grupos escolares en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. A la derecha. Detalle de uno de los clickers utilizados en la evaluación electrónica. Fotografías: José Carlos Guerra. 175 luación de programas públicos y educativos, adminis-trando cuestionarios de preguntas cerradas y abiertas semi-estructuradas y entrevistas abiertas, tanto a los participantes como a los acompañantes a todas las actividades realizadas durante este periodo. Los resultados de esta segunda fase fueron igualmen-te alentadores, hallándose un ligero incremento en el índice de satisfacción (9,17 sobre 10, aumento no sig-nifi cativo estadísticamente) respecto al primer año. Tanto los perfi les como el resto de variables continua-ban ofreciendo un panorama similar. Cabe destacar que tanto la primera como la segunda fase confi rma-ron un problema en la captación de público turista, con un porcentaje por debajo de las expectativas, lo que forzó acciones en esta dirección. • Nuevas Tecnologías en los estudios de público: el uso de los clickers7 La segunda fase de la evaluación ya permitió empe-zar a estudiar con público escolar la comprensión del mensaje expositivo y los problemas de accesibilidad e ideas previas sobre los contenidos presentados. Se di-señaron varias tareas de comprensión y se administra-ron en papel. Sin embargo, en la tercera fase, estas ta-reas fueron implementadas en un formato tecnológico nuevo que presenta sustanciales ventajas frente a las versiones de “lápiz y papel”, básicamente es más rápi-do, es auto-administrable, permite manipular los tiem-pos de respuesta y es más atractivo para las personas que responden a las tareas que aquellas que implican la escritura. La facilidad de aplicación y, en especial, el hecho de que las respuestas queden directamente refl ejadas en formato digital (sin el vaciado posterior) ahorran tiempo y dinero en el proceso de evaluación. Este formato digital consiste en la presentación de las tareas en una pantalla controlada por un ordenador y las personas contestan mediante unos mandos de res-puesta que transmiten directamente sus opiniones al ordenador que, a su vez las graba en un archivo direc-tamente exportable en formato digital. Esta tecnología, como metodología de evaluación, ha mostrado su efi cacia de manera muy notable, aumen-tando la implicación y la opinión de las personas en la propia evaluación, ya que el propio uso de los clickers resulta muy atractivo tanto para los mayores como pa-ra los escolares (ASENSIO y ASENJO, en prensa). Los clickers fueron utilizados por 392 personas, tanto pú-blico general como escolares. Los resultados acumulables a las fases anteriores vol-vieron a confi rmar los datos: los perfi les, con distribu-ciones parecidas, permiten detectar que la oferta actual es estable y tiene una efi cacia limitada. Los índices de satisfacción han bajado ligeramente en la versión con clickers, aunque siguen alcanzando unos niveles altos. Los resultados oscilan entre el 8.55 y el 8.87 en público general y escolar respectivamente. El resto de los índi-ces se distribuyen de manera similar, repitiéndose los peores resultados en señalética, tienda y precios. Por lo que se refi ere a las tareas de comprensión, abar-caron múltiples aspectos vinculados con la cultura de la Gran Canaria prehispánica: quiénes eran y cómo vi-vían las gentes del antiguo pueblo canario, cómo era su vida, su estructura social, qué tecnologías dominaban, qué materias primas utilizaban y qué alimentos con-sumían, etc. Las estructuras de preguntas y respues-tas fueron variadas y permitieron detectar claramente los conocimientos que son accesibles para los visitan-tes, antes y después de la visita, y poner de manifi esto ideas previas erróneas. Los resultados mostraron igual-mente que la mayor parte de los contenidos se ven in-fl uidos por la visita de manera muy positiva. Las perso-nas que realizan la visita alcanzan porcentajes muy al-tos de respuestas correctas sobre contenidos que no son de dominio público habitualmente generalizado. Sobre los problemas detectados, los resultados mos-traron algunas de estas tendencias de manera muy clara, entre los que cabría destacar dos. Uno es el es-caso dominio de conocimientos adquiridos durante la visita asociados a la cultura material que se reco-ge en la sala de exposición permanente, lo que ha lle-vado a la institución a plantearse el reforzamiento de esta área del museo, y algo más complejo y profundo que es la asociación genérica de la cultura prehispáni-ca con periodos históricos anteriores y la difi cultad de ubicación en su momento cronológico y social correc-to. Generalmente, se identifi ca con periodos prehistó-ricos, paleolítico, vida en cuevas, sociedad primitiva, etc. Detectar éstas y otras concepciones erróneas re-sultará fundamental para insistir en la visita, y en los programas complementarios, en discursos que expli-citen, rompan y propongan alternativas a estas ideas previas muy alejadas de lo que hoy sabemos sobre la Gran Canaria prehispánica. La gestión del servicio público La gestión de los diferentes planes, programas y pro-yectos que desarrolla el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada se realiza mediante un modelo en el que se combina, de forma más o menos efi caz según los ca-sos, los servicios gestionados por la propia administra-ción y aquellos que son externalizados, bien mediante convenios8, bien mediante contratos de prestación de servicios. Desde la convicción de que el museo se in-tegra en el organigrama de la administración pública, prestando, pues, un servicio público, la externalización responde, no a un planteamiento puramente economi-cista, sino que se rige por el principio de interés gene-ral, explicitado en un conjunto de objetivos estableci-dos desde la institución. La razón de ser de la externali-zación es que ésta aporte, como organización especia- 176 lizada, innovación, calidad y efi ciencia a los proyectos a los que se incorpora, garantizada por la adecuada eva-luación por parte del propio organismo público9. La pla-nifi cación estratégica y el diseño general de los progra-mas públicos, educativos, de investigación y conserva-ción, se desarrollan desde el museo con los técnicos de la administración especializados en esas áreas. Para la implementación de estos programas, se ha buscado la participación de empresas y organismos que han teni-do que ir adaptando los servicios a las necesidades del museo. En la gestión del día a día la colaboración con estas empresas es básica para poder corregir y mejorar dichos programas, de acuerdo a la propia experiencia compartida. No se trata de desarrollar servicios “están-dares”, que se puedan implementar en cualquier mu-seo, se trata, al contrario, de crear ofertas específi cas a las necesidades de cada centro, y donde el personal participe de forma activa y aplique su conocimiento a las características del centro. Pero qué duda cabe que una externalización efi caz y efi ciente requiere previamente contar con modelos de gestión que favorezcan su consecución y que persi-gan, entre otros objetivos, el de contar con recursos propios. Es decir, hay que crear y consolidar las bases que permitan que el desarrollo de estos servicios, ade-más del rendimiento cultural y social, pueda pensarse en términos de rendimientos económicos. En este sentido, la administración juega un primer pa-pel en la creación de una demanda de servicios y acti-vidades especializadas para la cada vez mayor diver-sidad de público que accede a los centros museísticos. Pero éstos pueden ser prestados posteriormente por una empresa privada bajo la coordinación de los téc-nicos de la administración. Y, en este ámbito, la po-sibilidad de establecer precios o tasas públicas por la prestación de servicios es básica. Más allá de pensar en los museos como simples con-tenedores que se limitan a alquilar sus espacios por la carga de prestigio que en sí mismo supone la marca “museo”, éstos deben entrar en la economía de for-ma activa, generando recursos económicos que no sólo afectan o revierten en el museo sino en las pro-pias empresas que los desarrollan. Si se desea que este modelo, que en el Museo y Par-que Arqueológico Cueva Pintada ha demostrado su idoneidad, se extienda, es imprescindible que prime-ro se modifi quen algunos criterios dentro de la Admi-nistración, especialmente en lo referente a la estructu-ra presupuestaria. Mientras sigamos considerando que los servicios externalizados son unos simples gastos, englobándolos en ese “capítulo 2”10, auténtico “cajón de sastre”, será difícil que estas alternativas de gestión puedan desarrollarse con éxito. Por el contrario, debe-rían pensarse en términos de inversión, ya que es in-negable que tienen un evidente carácter de amortiza-bles: la gestión de un servicio de calidad es una seña de identidad para la institución y le otorga un reconoci-miento social evidente a medio y largo plazo. Por otro lado, estos capítulos sufren por lo general los vaivenes de las políticas presupuestarias y esas reduc-ciones son las que afectan sobre manera al desarro-llo de servicios externalizados y a su calidad. Este as-pecto se agrava si tenemos en cuenta que con la nue-va ley de contratos, se priman las ofertas más venta-josas económicamente, siendo en muchos casos muy complicado, en los procedimientos de concursos pú-blicos, establecer otro tipo de criterios en los que se evalúa la calidad del proyecto, aspecto esencial cuan-do se habla de servicios culturales. Asumamos defi ni-tivamente que pensar en Cultura supone traspasar el concepto de ejecución presupuestaria anual. El Cabildo de Gran Canaria está en pleno proceso de creación del Organismo Autónomo de Museos de Gran Canaria, aún habrá que esperar a su puesta en marcha para iniciar estas mejoras que, a día de hoy, considera-mos esenciales. La unión de todos los museos de la isla será, sin duda, un elemento clave para lograrlo. Bibliografía ANTONA DEL VAL, V.; MORENO SÁNCHEZ, I.; ONRUBIA PIN-TADO, J.; RODRÍGUEZ SANTANA, C. G. y SÁENZ SAGASTI, J. I. (2002): “El proyecto Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gál-dar). 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A éstos se han ido añadiendo otros, que cambian en fun-ción de las necesidades de conservación, pero que nunca han superado un día al trimestre, generalmente los martes. 2 Estas pieles se obtienen mediante moldes de silicona que re-producen la textura de la toba y se adaptan perfectamente a la morfología de los sillares. 3 En esta frase, pronunciada en la asamblea general de ICOM celebrada en Melbourne en 1998, se condensa el ánimo de de-volver a los objetos -y por extensión, a las colecciones, los mo-numentos, los yacimientos arqueológicos(…)-, el papel de me-diadores entre la cultura que lo produjo y la actual y futura que lo recibe (ASENSIO y POL, 2005: 540). En este contexto, la im-portancia de la mediación comunicativa de los bienes cultura-les les otorgará el auténtico valor patrimonial. 4 Los pormenores de este proyecto pueden consultarse en RO-DRÍGUEZ SANTANA y CORREA GUIMERÁ, 2010 y para ahon-dar en el concepto de “comunicación global del patrimonio cul-tural”, MATEOS RUSILLO, 2008. 5 “Lazos de Luz Azul: estándares de calidad en la utilización de la Tecnología para el Aprendizaje en Museos y espacios de pre-sentación del Patrimonio”, proyecto perteneciente al Plan Na-cional de I+D+i del Ministerio de Educación y Ciencia. Nº Ref.: SEJ2006-15352. dirigido por el Dr. Asensio Brouard. 6 Primero, a través de una empresa OTRI proveniente de la UAM y, posteriormente, por convenio con la propia Universidad. 7 Este término se utiliza generalmente en los contextos vincu-lados con las nuevas tecnologías para referirse a los mandos a distancia. 8 Estos convenios han sido fi rmados generalmente con Univer-sidades (ULPGC, UAM o UCLM) y el Consejo Superior de Inves-tigaciones Científi cas. Además de éstos, vinculados con la inves-tigación y/o la prestación de servicios técnicos, se fi rman otros que tienen por objeto el patrocinio de programas concretos. 9 Remitimos por su interés a la obra coordinada por Lluis Bo-net i Agustí a propósito de la externalización de los servicios culturales públicos (2008), especialmente a la presentación de Lluis Noguera i Jordana y al artículo de Àngel Mestres, en los que se plantean sugerentes ideas para abordar este, aún, pe-liagudo asunto. 10 Orden EHA/3565/2008, de 3 de diciembre. Sumario / Nº 4 Editorial Patrimonio cultural e innovación. Construir el futuro de nuestro presente “Patrimonio cultural y cambio mundial: un nuevo desafío para Europa" (Bruselas, 26 de abril de 2010) El futuro de la investigación en Europa y la Joint Programming Initiative “Patrimonio cultural y cambio mundial: un nuevo desafío para Europa” Patrimonio e innovación Innovación en conservación de patrimonio cultural La aportación de la nanociencia a la conservación de bienes del patrimonio cultural Biología molecular aplicada al estudio del biodeterioro causado por microorganismos y la conservación de bienes culturales El sincrotrón en conservación de patrimonio cultural La tecnología Láser aplicada a los procesos de conservación y restauración de objetos metálicos arqueológicos Innovación en sistemas de inteligencia ambiental para la accesibilidad al patrimonio. Herramienta de evaluación y aplicación de realidad aumentada Innovación en la comunicación global del patrimonio cultural: TIC Del zoo victoriano al ecosistema electrónico: la digitalización del patrimonio en una sociedad digital Proyectos de Investigación, Conservación y Restauración In Memoriam. Leandro de la Vega El crucero “restolado” Una gestión patrimonial perseverante e innovadora. Cuatro años de andadura del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria) La visita patrimonial a las iglesias románicas de la Vall de Boí (Cataluña) Nuevas perspectivas de iluminación en bienes culturales. Proyecto cuevas de Cantabria. El tratado de vidrieras del Monasterio de Guadalupe. Técnicas, métodos y consejos de un fraile vidriero del siglo XVII Recensiones Bibliográficas El paisaje. De la percepción a la gestión Evaluación TIC en el patrimonio cultural: metodologías y estudio de casos Digitalización del patrimonio: archivos, bibliotecas y museos en la red
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Título y subtítulo | Una gestión patrimonial perseverante e innovadora: cuatro años de andadura del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria) |
Publicación fuente | Patrimonio Cultural de España ; N. 4 (2010) ; pp. 165-177 |
Autor principal | Saénz Sagasti, José Ignacio |
Entidad | España. Ministerio de Cultura. Subdirección General de Publicaciones, Información y Documentación |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Madrid |
Editorial | Ministerio de Cultura, Subdirección General de Publicaciones, Información y Documentación |
Fecha | 2010 |
Páginas | 20 p. |
Materias |
Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada Canarias Gáldar (Gran Canaria) |
Enlaces relacionados | http://www.cuevapintada.org |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 1324052 Bytes |
Texto | 4 P a t r i m o n i o C u l t u r a l d e E s p a ñ a 2010 P a t r imo n i o e i n n o v a c i ó n www.mcu.es www.060.es Edita: © SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA Subdirección General de Publicaciones, Información y Documentación © De los textos y las fotografías: sus autores NIPO: 551-10-156-7 ISSN: 1889-3104 MINISTERIO DE CULTURA 4 4 Patrimonio Cultural de España 2010 Sumario REVISTA PATRIMONIO CULTURAL DE ESPAÑA DIRECTOR Alfonso Muñoz Cosme CONSEJO DE DIRECCIÓN María Domingo Antonio J. Sánchez Lorenzo Martín CONSEJO DE REDACCIÓN Isabel Argerich Irene Arroyo Rocío Bruquetas Soledad Díaz Guillermo Enríquez de Salamanca Adolfo García Alberto Humanes Concha Martín María Jesús Sánchez Andrés Serrano María Pía Timón Pablo Jiménez Blanca Santamarina Celia Diego Paloma Ballesteros COMITÉ CIENTÍFICO Caterina Bon Valsassina Directora del Istituto Centrale per il Restauro Giacomo Chiari Director científico de The Getty Conservation Institute Rosa Mª Esbert Catedrática de Petrología de la Universidad de Oviedo Luz de Lourdes Herbert Coordinadora Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural. INAH. MÉXICO DF. Alberto de Tagle Director del departamento de Investigación del Netherlands Institute for Cultural Heritage PORTADA Detalle de un barrido con un equipo de fluorescencia de rayos X en una escultura ígnea policromada Fotografía: Tomás Antelo CONTRAPORTADA Radiografía de una figura de la Arqueta de Banyoles, Girona. España. Fotografía: Tomás Antelo DISEÑO GRÁFICO ORIGINAL Leona MAQUETACIÓN Milk comunicación DISTRIBUCIÓN Y VENTA Abdón Terradas, 7. 28015 Madrid Tel. 34 91 543 93 66. Fax 34 91 549 34 18 INTERCAMBIO Biblioteca del IPCE. Calle Pintor El Greco, 4. Ciudad Universitaria. 28040 Madrid Tels. 91 550 44 36 y 91 550 44 39 PVP 28 euros, cada número, más gastos de envío 5 9 Editorial Patrimonio cultural e innovación. Construir el futuro de nuestro presente Alfonso Muñoz Cosme 15 “Patrimonio cultural y cambio mundial: un nuevo desafío para Europa" (Bruselas, 26 de abril de 2010) 21 El futuro de la investigación en Europa y la Joint Programming Initiative “Patrimonio cultural y cambio mundial: un nuevo desafío para Europa” Aníbal Gónzalez Pérez Patrimonio e innovación 29 Innovación en conservación de patrimonio cultural Marián del Egido 43 La aportación de la nanociencia a la conservación de bienes del patrimonio cultural Luz Stella Gómez-Villalba Paula López-Arce Rafael Fort González Mónica Álvarez de Buergo 57 Biología molecular aplicada al estudio del biodeterioro causado por microorganismos y la conservación de bienes culturales María Isabel Sarró Moreno Irene Arroyo 67 El sincrotrón en conservación de patrimonio cultural Manuel Sánchez del Río Ana Gutiérrez-León 79 La tecnología Láser aplicada a los procesos de conservación y restauración de objetos metálicos arqueológicos Joaquín Barrio Martín 99 Innovación en sistemas de inteligencia ambiental para la accesibilidad al patrimonio. Herramienta de evaluación y aplicación de realidad aumentada Alejandro Marambio Castillo Rolando Biere Arenas 115 Innovación en la comunicación global del patrimonio cultural: TIC Santos M. Mateos Rusillo 129 Del zoo victoriano al ecosistema electrónico: la digitalización del patrimonio en una sociedad digital Francisco Javier Álvarez García María Dolors Portús Vinyeta Josep Vives i Gràcia 7 Proyectos de investigación, conservación y restauración 149 In Memoriam. Leandro de la Vega 151 El crucero "restolado" Gabriel Rebollo Puig Gabriel Ruiz Cabrero 165 Una gestión patrimonial perseverante e innovadora. Cuatro años de andadura del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria) José Ignacio Sáenz Sagasti Carmen Gloria Rodríguez Santana Jorge Onrubia Pintado Mikel Asensio Brouard 179 La visita patrimonial a las iglesias románicas de la Vall de Boí (Cataluña) Gabriel Alcalde Cristina Castellà Antoni Rojas 193 Nuevas perspectivas de iluminación en bienes culturales. Proyecto cuevas de Cantabria Daniel Vázquez Moliní Antonio Álvarez Fernadez-Balbuena Jesús Zoido Chamorro 203 El tratado de vidrieras del Monasterio de Guadalupe. Técnicas, métodos y consejos de un fraile vidriero del siglo XVII Fernando Cortés Pizano Recensiones bibliográficas 217 El paisaje. De la percepción a la gestión Margarita Ortega 219 Evaluación TIC en el patrimonio cultural: metodologías y estudio de casos Antonio J. Sánchez Luengo 223 Digitalización del patrimonio: archivos, bibliotecas y museos en la red César Carreras Monfort 164 Arriba. Interior de la “burbuja” desde la que se contempla la Cueva Pintada. Gáldar, Gran Canaria. España. Fotografía: Javier Betancor. 165 Una gestión patrimonial perseverante e innovadora. Cuatro años de andadura del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria) José Ignacio Sáenz Sagasti Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Cabildo de Gran Canaria). jisaenzs@grancanaria.com Licenciado en Geografía e Historia, ha desarrollado la mayor parte de su actividad profesional en Cueva Pintada, coordinando las labores de conservación, así como de ejecución del proyecto de musealización del yacimiento. Desde 2007 es Director-conservador del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. Carmen Gloria Rodríguez Santana Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Cabildo de Gran Canaria). crodriguezs@grancanaria.com Doctora en Geografía e Historia, inició su trayectoria como investigadora con el estudio de ictiofaunas arqueo-lógicas. En los últimos años, también ha orientado su trayectoria profesional e investigadora hacia todos los as-pectos vinculados con la comunicación del patrimonio cultural. Jorge Onrubia Pintado Universidad de Castilla-La Mancha. Jorge.Onrubia@uclm.es Doctor en Geografía e Historia, es especialista en arqueología del Norte de África y de las Islas Canarias. Subdi-rector y director del Proyecto Cueva Pintada (1986-2006), actualmente coordina el grupo de investigación Ma-terialidad, Arqueología y Patrimonio (MAP) de la Universidad de Castilla-La Mancha. Mikel Asensio Brouard Universidad Autónoma de Madrid. mikel.asensio@uam.es Doctor en Psicología, es desde hace años profesor de museología en varios masters de universidades españolas e iberoamericanas. Autor de proyectos museológicos y publicaciones sobre museología, psicología y educación, ha sido visiting research en varias universidades norteamericanas y, por dos años, profesor invitado en las con-ferencias de la Smithsonian Institution en Washington.Es Director del Museo de Artes y Tradiciones Populares. Resumen: En julio de 2006 abrió sus puertas el Museo y Parque Ar-queológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria). Atrás quedaban más de dos décadas en las que se desarrolló un proyecto de musealización que respondía a la necesidad de conciliar la investigación y la conservación de este excep-cional yacimiento, con la accesibilidad –en el más amplio sentido del término– al público. Esa inauguración marca-ba igualmente el inicio de una etapa en la que, si bien esos tres pilares siguen constituyendo los ejes sobre los que ver-tebrar la gestión del nuevo equipamiento, las variables que intervienen en los procesos de planificación y toma de deci-siones se han revelado bien distintas. En estas páginas se plantean las líneas estratégicas de esta andadura, que no representa más que otro tramo del largo camino iniciado con la propia gestación del proyecto. Pues sus principios y praxis descansan en una simbiosis de perseverancia e in-novación que permite conectar pasado y futuro. Palabras clave: Gestión museística, conservación del patrimonio arqueoló-gico, evaluación y estudios de público, innovación. Abstract: In July 2006 the Museum and Archaeological Park Cue-va Pintada (Gáldar, Gran Canaria) opened. More than two decades had passed since the project to develop this mu-seum was created which responded to the need to combi-ne research and conservation in this exceptional site, while providing accessibility, in the broadest sense of the term, to the target public. This opening also means the begin-ning of a stage in which, although these three pillars – re-search, conservation and accessibility – remain the axis on which the management of new facilities is structured, the variables involved in the planning and decision-making have shown themselves to be quite unexpected. In the following pages we will consider the strategic lines of this progress, which is really a continuation of the extended development that began with the management of the project itself. Its principles and practice rely on a symbiosis of perseveran-ce and innovation that connects past and future. Key words: Museum management, archaeological heritage preserva-tion, evaluation and audience studies, innovation. 166 Introducción La apertura del Museo y Parque Arqueológico Cue-va Pintada (Gáldar, Gran Canaria) supuso la culmi-nación de un proyecto integral de recuperación de uno de los yacimientos más singulares de la cultu-ra prehispánica del Archipiélago Canario. El descu-brimiento de la cámara decorada tuvo lugar, proba-blemente, en 1862, como consecuencia de los tra-bajos realizados en las terrazas de cultivo que, desde el siglo XVIII, sepultaron las ruinas de una parte de lo que fue el poblado prehispánico de Agáldar, cuya evolución se ha podido fechar entre los siglos VII y XVI d. C. Aunque en 1884 se llevó a cabo una inter-vención con el objetivo de permitir el acceso al inte-rior de la cámara decorada, fue preciso esperar has-ta 1970 para contar con el primer proyecto de mu-sealización para este conjunto. Esta intervención su-puso el descubrimiento del complejo troglodita en el que se ubica la Cueva Pintada, pero también pro-vocó el rápido deterioro del interior de la misma, que, de hecho, condujo a su cierre en 1982. Ese mis-mo año se iniciaron las actuaciones que culminaron con la elaboración de un proyecto integral que propi-ció la inclusión de la Cueva Pintada en el Plan Nacio-nal Experimental de Parques Arqueológicos. Vein-ticinco años de trabajos casi ininterrumpidos per-mitieron que el 26 de julio de 2006 el Museo y Par-que Arqueológico Cueva Pintada abriera sus puer-tas al público. En estas páginas sólo pretendemos realizar un sucin-to recorrido por estos primeros años de andadura, va-lorando la gestión de este nuevo equipamiento. He-mos dejado de lado los aspectos vinculados al desa-rrollo del proyecto de parque arqueológico Cueva Pin-tada, de los que recientes publicaciones dan cumpli-da cuenta, especialmente aquellos que atañen a las intervenciones arqueológicas y a la conservación de la cámara decorada y del poblado prehispánicos (ON-RUBIA PINTADO, RODRÍGUEZ SANTANA y SÁENZ SA-GASTI, 2004 Y 2007; ONRUBIA PINTADO, SÁENZ SA-GASTI y RODRÍGUEZ SANTANA, 2007). La gestión del conocimiento Cuatro años después de su apertura al público, el Mu-seo y Parque Arqueológico Cueva Pintada sigue sien-do un estimulante proyecto de producción y gestión de conocimiento. Porque, además de vehicular emo-ciones, la interpretación y presentación del patrimo-nio sólo es socialmente útil si se convierte en un con-tinuo ejercicio para producir y debatir ideas, para contar y compartir historia(s). Lejos de los dogmatismos arraigados en nuestros há-bitos intelectuales, que se obstinan en concebir la realidad como una esencia estática “lista para ser pensada” (reflexionar-cinco-minutos-y-compren-der), ésta siempre está confi gurada por relaciones y procesos. Relaciones y procesos que, en el caso de la Cueva Pintada, se entrelazan en la particular bio-grafía de los vestigios y objetos expuestos, elemen-tos de una materialidad olvidada, recuperada y per-manentemente resignifi cada por todos y cada uno de sus visitantes. Y es, precisamente, esta vida social de las cosas (APPADURAI, 1986) la que nos permite confrontar en un mismo espacio-tiempo (el presen-te), dos racionalidades, dos miradas, dos maneras de ver el mundo y de vivir en sociedad… Vistas así las cosas, no extrañará mucho que, en es-ta nueva andadura, las estrategias y programas de producción de conocimiento no se apliquen sólo a la (re)presentación de los contextos originales de uso y signifi cación de la cultura material exhumada y mu-sealizada; es decir, a la investigación de los escena-rios socio-históricos prehispánicos cuya reconstruc-ción e interpretación había constituido, hasta el mis-mo día de su inauguración, la prioridad científi ca del proyecto Cueva Pintada. Y es que la irrupción del pú-blico ha exigido poner el acento al otro lado de la vi-trina, en el extremo opuesto de esa suma de subjetivi-dades mediada por la vida social de los objetos, con-virtiendo así al visitante en un nuevo, y apasionante, objeto de estudio. Ni que decir tiene que no se ha renunciado, pues, a proseguir con el necesario análisis y publicación de materiales y colecciones (muebles e inmuebles), con la realización de nuevas excavaciones y estudios ar-queológicos destinados a resolver cuestiones aún pendientes, o con la puesta en marcha de programas temáticos de investigación de carácter comarcal o in-sular. Porque, antes al contrario, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada sigue aspirando a con-vertirse en un centro de referencia en el ámbito de la investigación del pasado prehispánico de Gran Ca-naria dotado de un plan científi co avanzado, sólido y participativo. Lo que ocurre es que ahora no se pue-de hacer abstracción del desafío que para la produc-ción de conocimiento y la innovación supone la ges-tión de públicos. Desde la conservación, y los desa-fíos que para ella supone la presencia de las personas que visitan el museo y parque arqueológico, hasta la enseñanza y la comunicación, pasando por la socio-logía y etnografía de los museos. La gestión de la conservación Para poder valorar en su justa medida las líneas estra-tégicas en conservación es preciso señalar que el pro-yecto arquitectónico para el yacimiento Cueva Pin-tada, intentó conciliar las posibilidades técnicas de diseño y de ejecución con los muchos condicionan-tes impuestos por la exigencias de conservación. Eso 167 Arriba. Plano de las instalaciones del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. Gáldar, Gran Canaria. España. Fotografía: Javier Betancor. 168 sí, el proyecto debía asumir una aspiración presen-te desde las primeras propuestas de musealización: abrir de nuevo la Cueva Pintada al público, asumien-do el reto de buscar una fórmula que hiciera compa-tible la preservación de un espacio extremadamente frágil con las visitas periódicas (MARTÍN DE GUZMÁN et alii, 1993; MARTÍN DE GUZMÁN, 1993). A todo ello se unió el descubrimiento, en el entorno del comple-jo troglodita, de un poblado con más de 60 estructu-ras, en su mayor parte habitacionales, que supuso la delimitación de más de 5.000m2 susceptibles de ser musealizados. Estos dos hechos condicionaron la toma de decisio-nes adoptadas sobre el tipo y características del sis-tema de protección de ambos conjuntos arqueoló-gicos: cámara decorada y poblado. En este proceso fue esencial la creación de una comisión de exper-tos, encargada de realizar un diagnóstico del estado de conservación de la cueva, y de establecer las pre-misas que debía cumplir el proyecto arquitectónico que protegiera todo el poblado. De hecho, las prime-ras propuestas arquitectónicas debieron modifi carse sustancialmente para poder compaginar arquitectura y arqueología (ONRUBIA PINTADO, SÁENZ SAGASTI y RODRÍGUEZ SANTANA, 2007). El resultado fi nal su-puso la instalación de una cubierta continua y un cie-rre lateral textil que protege la totalidad del yacimien-to excavado, la construcción de pasarelas que permi-ten el acceso del público para la visita, y la instalación de una protección específi ca para la cámara decora-da que incluía una “burbuja” acristalada desde la que se contempla la pintura mural. Desde su apertura, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada ha recibido más de 240.000 visitantes. A día de hoy, podemos afi rmar que el ode la cámara Arriba. Interior de la “burbuja” desde la que se contempla la Cueva Pintada. Gáldar, Gran Canaria. España. Abajo. Imagen de la “burbuja” desde el interior de la Cueva Pintada, a la izquierda se aprecian los sistemas de control microclimático. Fotografía: Javier Betancor. Arriba. Recinto del parque arqueológico Cueva Pintada, en esta imagen se aprecia las pasarelas, uno de los núcleos de comunicación vertical, así como el cierre textil perimetral. Fotografía: Javier Betancor. 169 decorada desde que se abriera al público, pero tam-bién la de incrementarlos en determinadas épocas del año1. Del mismo modo, se ha podido observar la necesidad de llevar a cabo cambios en los sistemas de cierres laterales del yacimiento que permitan me-jorar la ventilación de todo el recinto. También se ha podido comprobar que cuando concurren determina-das condiciones atmosféricas, la presencia de los vi-sitantes afecta a los sistemas de ventilación de la cá-mara, incluso aunque se encuentren en la plataforma desde la que se accede a la misma. Ello nos ha lleva-do a modifi car el sistema de visita con los grupos de visitantes, haciendo variar el tiempo de permanencia en el exterior, y alejándolos de la entrada. Vale la pena detenernos en un factor directamente vinculado con la conservación que no suele ser teni-do en cuenta: el fondo sísmico. El seguimiento de es-te agente se lleva a cabo mediante un sismógrafo ins-talado en una cueva anexa a la Cueva Pintada. Los re-sultados han destacado dos agentes que provocan im-portantes vibraciones en este espacio. El primero es la cantera de extracción de áridos que se encuentra a una distancia de 2,5 km. y donde de forma habitual se realizan detonaciones. Este hecho ha supuesto la inclusión del seguimiento de la cantera como un pa-rámetro esencial para el control de la Cueva Pintada, decorada es óptima, y, no menos importante, la opi-nión de los visitantes sobre la instalación es muy sa-tisfactoria (vid infra). También es cierto que, en un pri-mer momento, las mayores críticas que recibió el pro-yecto se referían esencialmente al indudable impac-to que la cubierta presenta en el entorno urbano en el que se encuentra (ONRUBIA PINTADO et alii, 2007). La intervención en la Cueva Pintada Los ya mencionados trabajos de diagnóstico sobre el estado de conservación de la Cueva Pintada permi-tieron establecer los rangos microclimáticos que po-dían garantizar la estabilidad de esta cámara mien-tras se mantuviera abierta al público. Como bien sa-bemos, no existe una única hoja de ruta que garanti-ce la conservación de un bien cultural una vez que el factor “público” entra en juego, por ello, es esencial realizar un seguimiento continuo y, a medida que se identifi can los problemas, establecer soluciones con-cretas. En el caso de Cueva Pintada, el seguimiento se realiza mediante un completo sistema de registro, y a la luz del análisis de los datos, se toman las medidas correctoras pertinentes. En un primer momento, el modelo de visita que se estableció para la Cueva Pintada fue el de visita-guia-da, concebido como un elemento más de la propues-ta museológica, pero también como un pieza clave en la conservación preventiva ya que las personas que guían la visita son las que controlan el fl ujo de visitan-tes que acceden a la cueva y, lo que es más importante, el tiempo que transcurre en el interior de la “burbuja” para disfrutar de la contemplación del friso decorado. El equipo de registro microclimático que se instaló en el año 2003 se ha ido mejorando puesto que se han adoptado las medidas correctoras pertinentes, con el objeto de ir ampliando los parámetros de con-trol a medida que se detectaron nuevas necesidades, como, por ejemplo, ampliar el número de sondas de temperatura, humedad y Radón. El seguimiento de los datos, ha confi rmado la necesidad de mantener los períodos de cierre establecidos para la cámara Arriba. Vista exterior del museo y parque arqueológico en el que destaca la cubierta que protege al yacimiento. Gáldar, Gran Canaria. España. Fotografías: Javier Betancor. Arriba. Trabajos de limpieza de los suelos almagrados en una de las casas del poblado Cueva Pintada Gáldar, Gran Canaria. España. Fotografía: Javier Betancor. 170 sobre todo previendo que en el futuro esta explota-ción incremente su actividad. Por otro lado, el regis-tro del fondo sísmico también está permitiendo iden-tifi car la importancia de la circulación de vehículos en la estabilidad de la cueva. Es evidente que la situa-ción de este yacimiento, en pleno centro urbano, ro-deado de calles (algunas de ellas con tráfi co intenso) es un elemento que se deberá tener en cuenta en el futuro, incluso para justifi car la necesidad de alejar la circulación rodada. Las futuras obras e infraestructuras municipales, los planes urbanísticos, e incluso, los elementos pirotéc-nicos utilizados en las diferentes celebraciones loca-les deben ser objeto de un control mucho más ex-haustivo y es aconsejable establecer protocolos y pro-cedimientos de actuación mucho más rígidos de los establecidos por la normativa vigente. El yacimiento Uno de los trabajos que se han desarrollado de forma continua desde la apertura del museo está siendo el desarrollo del programa de conservación preventiva de las estructuras arqueológicas. Es evidente que la cubierta y el cierre lateral facilitan la conservación al mantener unas constantes climáticas regulares, don-de los contrastes de humedad relativa y temperatura son muy leves, además de evitar la acción directa de los rayos solares y de la lluvia. Sin embargo, la necesidad de que dichos cierres per-mitan la ventilación facilita, al mismo tiempo, la ac-ción de otros agentes. Nos referimos en concreto a la contaminación atmosférica producida por el tráfi co rodado. La deposición de las partículas que transporta el aire está afectando especialmente a los elementos horizontales, es decir, los suelos de las casas y la par-te superior de los muros. Además de la limpieza, se ha ideado un sistema que evita que los agentes más noci-vos acaben afectando a los muros, especialmente los construidos con toba, que son muy porosos. Se trata de proteger los muros y suelos mediante “pieles” de acetato de polivinilo2 que permiten la transpiración de la piedra y que son enmascaradas con tierra tamiza-da fi namente. Esta protección funciona como autén-ticas “capas de sacrifi cio” que constituyen, de hecho, un receptor de las partículas de contaminación. Con el fi n de que en el futuro estos problemas se puedan corregir, se intentará modifi car los cierres laterales pa-ra evitar la entrada directa de agentes contaminantes. Las colecciones de bienes muebles Los trabajos de restauración se han centrado también en los materiales arqueológicos depositados en los al-macenes, en coordinación con los programas de in-vestigaciones iniciados en colaboración con la Uni-versidad de Las Palmas de Gran Canaria. El objetivo fi nal es poder contar con un mayor número de pie-zas restauradas que pasen a formar parte de la ex-posición permanente, enriqueciéndola y renovándo-la. Del mismo modo, el taller de restauración esta sir-viendo de apoyo para los programas públicos y educa-tivos del centro pues es el encargado de la elaboración de réplicas de piezas arqueológicas que el público pue-dan manipular, tanto en talleres como durante la visita. La gestión de los públicos No es este el espacio en el que debatir sobre la com-plejidad de una de las funciones que se recoge siste-máticamente en todas las defi niciones dadas a los mu-seos: educar. Pero antes de adentrarnos en este epígra-fe, sí nos parece pertinente destacar que desde que se produjera el re-descubrimiento de los públicos en la dé-cada de los ochenta del pasado siglo (que puede con-densarse en la tantas veces citada sentencia de Trevor Pearce: “las personas son más importantes que los ob-jetos”) 3, la presentación de proyectos museísticos trae aparejada toda suerte de declaración de intenciones so-bre la dimensión de los museos como espacios de co-municación abiertos a la participación ciudadana, y en la que conceptos como difusión, didáctica, pedagogía, educación, accesibilidad, etc., ocupan un lugar destaca-do en el discurso de todas las personas implicadas en Abajo a la izquierda. Aplicación de la “piel” de acetato de polivinilo a una de las casas de sillares de toba. A la derecha. Detalle de la “capa de sacrificio” una vez aplicada a los sillares de toba. Fotografías: Javier Betancor. 171 su puesta en marcha. Si resulta sencillo hacer este gé-nero de afi rmaciones, concretando en el papel loables objetivos, no lo es tanto llevar a buen puerto este plan-teamiento, especialmente si se desea conciliarlo con los múltiples intereses que concita hoy el patrimonio cultu-ral. Los desequilibrios fi nales en el andamiaje de es-tos equipamientos culturales suelen ser evidentes y la razón esencial es la no asunción del proclamado ob-jetivo desde el momento mismo en el que se concibe el proyecto, que carece, las más de las veces, de ele-mentos clave para lograrlo como son el diagnóstico, la planifi cación estratégica, el diseño y la evaluación. El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada no ha estado a salvo de esta realidad y, consciente de ello, intenta, desde su apertura, reconducir algunos de es-tos procesos, especialmente el relativo al diagnóstico y la evaluación. Porque es cierto que el proyecto de didáctica y difusión constituyó un epígrafe destacado entre los que integraban el proyecto museológico y museográfi co, pero la evaluación emprendida tras la apertura va dejando patente la necesidad de recondu-cir algunos elementos del planteamiento inicial. Los programas públicos y educativos: del diseño a la visibilidad En cualquier caso, la redacción previa de ese proyecto permitió, antes de la apertura, llevar a cabo una pla-nifi cación estratégica articulada sobre tres elementos estrechamente relacionados: los programas públicos y educativos, la comunicación y promoción y, por úl-timo, la evaluación. En este punto, es importante se-ñalar que el museo se planteó desde esos momen-tos la necesidad de ir creando un equipo con profe-sionales de la enseñanza, la investigación, la comu-nicación, la dramaturgia, la literatura, la promoción, las nuevas tecnologías, etc. con el objetivo de diseñar acciones innovadoras en todos estos campos, con-tribuyendo a hacer de la praxis museística un ban-co permanente para la investigación y la innovación. La vinculación con el museo y parque arqueológico se ha establecido a través de convenios de colaboración o relaciones contractuales para la prestación de servi-cios (vid infra). Por lo que se refi ere a los programas públicos y edu-cativos, hay que tener en cuenta que la Cueva Pintada constituye un referente identitario de alto valor simbó-lico para la sociedad canaria (MARTÍN DE GUZMÁN et alii, 1993). Este hecho queda patente en la mayorita-ria respuesta del público de la isla a la pregunta: “¿Por qué visita el museo y parque arqueológico Cueva Pin-tada?: porque soy canario”. Partiendo de este hecho, una buena parte de los programas perseguían resol-ver la espinosa cuestión de la contextualización y re-lectura de esta seña de identidad. Ante este reto, la na-rración ha constituido una herramienta esencial pues- Abajo. Acción de promoción de la campaña “Hola, me llamo Arminda ¿y tú?” en la Playa de Las Canteras (Las Palmas de Gran Canaria), ideada por Mixtura-Comunicación y El Ojo de Arena. Fotografía: Gustavo Martín. 172 to que se ha preferido “contar a explicar” (LASHERAS y HERNÁNDEZ, 2005), se ha preferido socializar el co-nocimiento, traducirlo al público general, como vía pa-ra fomentar la actividad intelectual y el deseo de cono-cer y refl exionar como fuente de satisfacción (FATÁS, 2004). El discurso, en nuestro caso, no gira en torno al objeto, sino en torno a los personajes que nos han le-gado esos objetos, dándoles un mayor protagonismo para que el yacimiento, y las colecciones en él recupe-radas, sean accesibles dentro de una realidad históri-ca. Y esta línea se mantiene en los programas educa-tivos y públicos con formatos que, es cierto, ya han si-do utilizados con éxito en el contexto museal: los cuen-tos, las representaciones de títeres, los talleres, la músi-ca, las conferencias, los cursos, etc. no son recursos de innovación en sí mismos, lo que sí constituye una in-novación interesante es la formación de equipos inter-disciplinares, la calidad como principio en la gestión y creación de los soportes de todo tipo y, por último, las dosis considerables de audacia en el planteamiento ge-neral y en las estrategias de comunicación y difusión. Resulta imposible en estas líneas adentrarnos en los variados programas puestos en marcha para atender las demandas de los distintos tipos de audiencias. Sin lugar a dudas, el destinado al público infantil y familiar es el que ha supuesto una mayor implicación de la ins-titución, especialmente por los recursos y actividades puestas en marcha. En este sentido, cabe destacar el programa destinado a público infantil y familiar titula-do “Hola, me llamo Arminda ¿y tú?”4, que, si bien na-ció como una aventura literaria, se transformó poco a poco en una acción de comunicación integral, que ha contribuido de forma espectacular a la difusión de los contenidos que ofrece la Cueva Pintada, además de ser un reclamo para la visita al yacimiento. El público escolar, considerando en él tanto al profe-sorado como al alumnado, es también objeto de una atención preferente pues el museo y parque arqueoló-gico debe consolidarse como escenario para desarrollar los procesos de enseñanza y aprendizaje que precisa “la escuela” fuera del aula. La participación en proyec-tos como “Lazos de luz azul: Estándares de Calidad en el uso de las Nuevas Tecnologías entre Museos y Edu-cación” 5 ha permitido el desarrollo de experiencias in-novadoras con el uso de TICs en las que el trabajo estre-cho y directo con el profesorado y alumnado han sido esenciales (HERNÁNDEZ SANTANA et alii, en prensa). Para valorar la efi cacia de los programas públicos y educativos, así como de las estrategias de comunica-ción, hemos renunciado al parecer subjetivo, inten-tando sustanciar la idoneidad de la acción en la eva-luación objetiva. Prioridad y planifi cación de la evaluación Asumida la evaluación de la calidad de los servicios Abajo. Detalle de la acción en la Playa de Las Canteras en la que se aprecia el rostro del personaje de Arminda. Fotografía: Gustavo Martín. 173 como una herramienta constante de control, exter-no e interno, de sus objetivos institucionales al ser-vicio de la sociedad (ASENSIO y POL, 2002), el Mu-seo y Parque Arqueológico Cueva Pintada encargó un estudio de público a la Universidad Autónoma de Madrid6 como primer paso para una evaluación más amplia sobre públicos real y potencial, sobre sus per-fi les e impactos, sobre sus expectativas, sobre los im-pactos de los programas públicos y educativos, sobre la comprensión y aprendizaje producido por la visi-ta, y sobre el uso de los espacios y los elementos ex-positivos. Desde un principio se intuía que la foto de públicos resultaría compleja, porque es un equipamiento cuya potencia patrimonial atrae por igual a sectores muy diversos. Conscientes de esta potencialidad, los res-ponsables del centro plantearon un discurso museo-lógico con un mensaje genérico dirigido a un con-junto poblacional alto, que era necesario confi rmar. Además, el énfasis de los mensajes identitarios po-día ser recibido de manera diferencial por los distin-tos tipos de públicos (el nativo, con diferentes opcio-nes socio-políticas o el turista, ya nacional ya interna-cional). Por tanto, era muy importante comprobar, en primer lugar, los tipos de público a los que estaba lle-gando el museo con su mensaje y planteamiento ini-cial (de modo que cotejáramos cuestiones centrales para la gestión tales como la proporción de visitantes extranjeros, su segmentación, etc.). En segundo lugar, el nivel de impacto alcanzado, tanto en todo aquello vinculado con el planteamiento general, como en re-lación a los diferentes servicios prestados y las opi-niones que éstos generaban, incluyendo el importan-te aspecto de las expectativas, que tanto afectan a la agenda de los visitantes (si los impactos eran homo-géneos o dispares, si los servicios se perciben como mejoras de la calidad, o qué problemas plantean algu-nos de los servicios centrales de la opción de gestión, como que las visitas fueran exclusivamente guiadas, en grupos y con horarios estrictos). En tercer lugar, también era importante diferenciar los tipos de acti-vidades ofrecidos en forma de programas públicos o educativos, ver los públicos objetivo y evaluar el im-pacto que se estaba consiguiendo (rastreando las ne-cesidades y sensibilidades ante esta oferta). En cuarto lugar, interesaba desde el principio el reconocimien-to de los públicos potenciales, detectar aquellas bol-sas de público a las que no se estaba llegando con el planteamiento inicial y cuáles podían ser las accio-nes a realizar para estos nuevos públicos. Por último, en quinto lugar, preocupaba comprobar el grado de comprensión y aprendizaje de los mensajes propor-cionados por el museo, de modo que nos orientara sobre el tipo de cambios o complementos necesarios para mejorar estos niveles de comprensión y accesi-bilidad cognitiva, incluyendo una cuestión esencial, aquella vinculada a las ideas previas, muchas de ellas erróneas, que condicionan sobremanera la compren-sión de los contenidos presentados durante la visita (ASENSIO y POL, 2008). Evidentemente, estas cinco grandes áreas de evalua-ción (perfi les, impacto, programas, públicos poten-ciales, comprensión) no se pueden abarcar en un pri-mer trabajo, por lo que se decidió planifi car la eva-luación por fases, empezando por las dos primeras, siguiendo con la tercera y dejando la tercera y cuar-ta para una tercera fase. Estas fases son parcialmen-te acumulativas, de modo que los principales aspec-tos de cada fase se siguen evaluando en las siguientes de modo que contemos con resultados acumulativos que permiten, además, valorar la evolución de la po-lítica institucional. • Concepto y resultados de los estudios de público y evaluación de la exposición Desde el primer momento se planteó un estudio que implicara a los distintos tipos de profesionales rela-cionados con el museo, recogiendo en la evaluación tanto las opiniones de los visitantes como la de los trabajadores del museo y del personal subcontrata-do, así como gestores u otros profesionales implica-dos (turoperadores, profesores, trabajadores de la cul-tura, etc.). Se diseñaron diferentes tareas que permi-tieran recoger información sobre los diversos aspec-Área de evaluación Fases 1. Perfi les de público real Primera fase 2. Impacto y opinión 3. Programas públicos o educativos Segunda fase 4. Públicos potenciales Tercera fase 5. Comprensión y aprendizaje Abajo. Cuadro con las áreas y fases de evaluación desarrolladas desde los años 2006 a 2009. 174 tos a evaluar en todos los contextos de aplicación re-levantes. La evaluación pretendía recoger en estos da-tos de opinión tanto los aspectos intelectuales como los emocionales. De la misma manera se perseguía tanto un análisis estructural como funcional (ASEN-SIO y POL, 2003). El estudio de público supone la revisión de los si-guientes aspectos relacionados con los tratamientos de los públicos: zonifi cación y servicios, acogida, con-signa general y de grupos, control de taquilla, seguri-dad, organizador previo, cierre, auto-evaluación; es-tructura de los contenidos expositivos, ritmo y sin-taxis expositiva; recorridos y cargas, fl ujos y veloci-dad, distribuidores y áreas de descanso; propuestas de elementos comunicativos adaptados a las audien-cias; propuestas de programas públicos y educativos; propuestas de comunicación y orientaciones en la imagen de marca y el desarrollo gráfi co, y propues-ta de plan de comunicación (ASENSIO y POL, 2005). Como es habitual, el estudio de público ha supues-to un trabajo tanto racional como empírico, donde la primera parte consiste en el diseño de la investiga-ción: la revisión de trabajos similares, el diseño del dispositivo empírico así como de las herramientas y técnicas específi cas de recogida de la información, el diseño y composición gráfi ca de las tareas y de los dispositivos de aplicación; mientras que la segunda parte consiste en el trabajo de campo: administra-ción de los cuestionarios, auto-cuestionarios, entre-vistas, reuniones de focus-group, tareas cuasi-experi-mentales y reuniones de trabajo con personal del mu-seo y de las administraciones e instituciones, análisis de resultados y elaboración de conclusiones y orien-taciones. La primera fase de la evaluación se llevó a cabo sobre auto-cuestionarios y entrevistas de preguntas abier-tas, administrados respectivamente a 309 visitantes seleccionados al azar según bloques horarios y tem-porales representativos, incluyen grupos de educa-ción primaria y secundaria. El auto-cuestionario ras-treaba perfi les, impacto, opinión y expectativas. Las entrevistas se realizaron sobre 23 visitante y sobre 15 acompañantes de grupos, mediante preguntas abier-tas. Los resultados mostraron un nivel de satisfacción muy alto: 9,12 sobre 10, situándose al nivel de muy pocos museos de la larga lista evaluada por el equi-po de evaluación en los últimos 20 años. Los aspec-tos más valorados fueron la información de los guías, el montaje del museo y parque arqueológico, así co-mo el audiovisual inicial y, en general, todo el equipa-miento. Quedó también claro que el museo es un es-pacio marcadamente social, pues el 99% de visitan-tes acude en pareja, con amigos, con familia, mien-tras que sólo un 1% acude solo. El perfi l demográfi co fue asimismo muy variado: llega gente de todos los rangos de edad, de estudios y, lo que es más impor-tante, de todo tipo de procedencias: Gran Canaria, las demás islas, y el resto de España. Cueva Pintada des-taca, por tanto, por su gran alcance y representativi-dad social. En el estudio de expectativas cabe desta-car el fuerte componente identitario que Cueva Pin-tada tiene para los visitantes canarios. Los canales de difusión más salientes entre el público canario fueron las recomendaciones directas de ami-gos y familia, esto es, el boca a boca, lo que es acorde con la excelente valoración que los visitantes realizan del museo. Por último, las demandas formuladas por los visitantes incluían mejoras en la señalética hasta el Museo, en la tienda, así como la necesidad de in-crementar el número de talleres y otras actividades. La segunda fase de evaluación repitió parte de las pri-meras herramientas a fi n de tener datos continuados y planteó otras nuevas, entre las que destaca la eva- Arriba a la izquierda. Desarrollo de la evaluación electrónica con uno de los grupos escolares en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. A la derecha. Detalle de uno de los clickers utilizados en la evaluación electrónica. Fotografías: José Carlos Guerra. 175 luación de programas públicos y educativos, adminis-trando cuestionarios de preguntas cerradas y abiertas semi-estructuradas y entrevistas abiertas, tanto a los participantes como a los acompañantes a todas las actividades realizadas durante este periodo. Los resultados de esta segunda fase fueron igualmen-te alentadores, hallándose un ligero incremento en el índice de satisfacción (9,17 sobre 10, aumento no sig-nifi cativo estadísticamente) respecto al primer año. Tanto los perfi les como el resto de variables continua-ban ofreciendo un panorama similar. Cabe destacar que tanto la primera como la segunda fase confi rma-ron un problema en la captación de público turista, con un porcentaje por debajo de las expectativas, lo que forzó acciones en esta dirección. • Nuevas Tecnologías en los estudios de público: el uso de los clickers7 La segunda fase de la evaluación ya permitió empe-zar a estudiar con público escolar la comprensión del mensaje expositivo y los problemas de accesibilidad e ideas previas sobre los contenidos presentados. Se di-señaron varias tareas de comprensión y se administra-ron en papel. Sin embargo, en la tercera fase, estas ta-reas fueron implementadas en un formato tecnológico nuevo que presenta sustanciales ventajas frente a las versiones de “lápiz y papel”, básicamente es más rápi-do, es auto-administrable, permite manipular los tiem-pos de respuesta y es más atractivo para las personas que responden a las tareas que aquellas que implican la escritura. La facilidad de aplicación y, en especial, el hecho de que las respuestas queden directamente refl ejadas en formato digital (sin el vaciado posterior) ahorran tiempo y dinero en el proceso de evaluación. Este formato digital consiste en la presentación de las tareas en una pantalla controlada por un ordenador y las personas contestan mediante unos mandos de res-puesta que transmiten directamente sus opiniones al ordenador que, a su vez las graba en un archivo direc-tamente exportable en formato digital. Esta tecnología, como metodología de evaluación, ha mostrado su efi cacia de manera muy notable, aumen-tando la implicación y la opinión de las personas en la propia evaluación, ya que el propio uso de los clickers resulta muy atractivo tanto para los mayores como pa-ra los escolares (ASENSIO y ASENJO, en prensa). Los clickers fueron utilizados por 392 personas, tanto pú-blico general como escolares. Los resultados acumulables a las fases anteriores vol-vieron a confi rmar los datos: los perfi les, con distribu-ciones parecidas, permiten detectar que la oferta actual es estable y tiene una efi cacia limitada. Los índices de satisfacción han bajado ligeramente en la versión con clickers, aunque siguen alcanzando unos niveles altos. Los resultados oscilan entre el 8.55 y el 8.87 en público general y escolar respectivamente. El resto de los índi-ces se distribuyen de manera similar, repitiéndose los peores resultados en señalética, tienda y precios. Por lo que se refi ere a las tareas de comprensión, abar-caron múltiples aspectos vinculados con la cultura de la Gran Canaria prehispánica: quiénes eran y cómo vi-vían las gentes del antiguo pueblo canario, cómo era su vida, su estructura social, qué tecnologías dominaban, qué materias primas utilizaban y qué alimentos con-sumían, etc. Las estructuras de preguntas y respues-tas fueron variadas y permitieron detectar claramente los conocimientos que son accesibles para los visitan-tes, antes y después de la visita, y poner de manifi esto ideas previas erróneas. Los resultados mostraron igual-mente que la mayor parte de los contenidos se ven in-fl uidos por la visita de manera muy positiva. Las perso-nas que realizan la visita alcanzan porcentajes muy al-tos de respuestas correctas sobre contenidos que no son de dominio público habitualmente generalizado. Sobre los problemas detectados, los resultados mos-traron algunas de estas tendencias de manera muy clara, entre los que cabría destacar dos. Uno es el es-caso dominio de conocimientos adquiridos durante la visita asociados a la cultura material que se reco-ge en la sala de exposición permanente, lo que ha lle-vado a la institución a plantearse el reforzamiento de esta área del museo, y algo más complejo y profundo que es la asociación genérica de la cultura prehispáni-ca con periodos históricos anteriores y la difi cultad de ubicación en su momento cronológico y social correc-to. Generalmente, se identifi ca con periodos prehistó-ricos, paleolítico, vida en cuevas, sociedad primitiva, etc. Detectar éstas y otras concepciones erróneas re-sultará fundamental para insistir en la visita, y en los programas complementarios, en discursos que expli-citen, rompan y propongan alternativas a estas ideas previas muy alejadas de lo que hoy sabemos sobre la Gran Canaria prehispánica. La gestión del servicio público La gestión de los diferentes planes, programas y pro-yectos que desarrolla el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada se realiza mediante un modelo en el que se combina, de forma más o menos efi caz según los ca-sos, los servicios gestionados por la propia administra-ción y aquellos que son externalizados, bien mediante convenios8, bien mediante contratos de prestación de servicios. Desde la convicción de que el museo se in-tegra en el organigrama de la administración pública, prestando, pues, un servicio público, la externalización responde, no a un planteamiento puramente economi-cista, sino que se rige por el principio de interés gene-ral, explicitado en un conjunto de objetivos estableci-dos desde la institución. La razón de ser de la externali-zación es que ésta aporte, como organización especia- 176 lizada, innovación, calidad y efi ciencia a los proyectos a los que se incorpora, garantizada por la adecuada eva-luación por parte del propio organismo público9. La pla-nifi cación estratégica y el diseño general de los progra-mas públicos, educativos, de investigación y conserva-ción, se desarrollan desde el museo con los técnicos de la administración especializados en esas áreas. Para la implementación de estos programas, se ha buscado la participación de empresas y organismos que han teni-do que ir adaptando los servicios a las necesidades del museo. En la gestión del día a día la colaboración con estas empresas es básica para poder corregir y mejorar dichos programas, de acuerdo a la propia experiencia compartida. No se trata de desarrollar servicios “están-dares”, que se puedan implementar en cualquier mu-seo, se trata, al contrario, de crear ofertas específi cas a las necesidades de cada centro, y donde el personal participe de forma activa y aplique su conocimiento a las características del centro. Pero qué duda cabe que una externalización efi caz y efi ciente requiere previamente contar con modelos de gestión que favorezcan su consecución y que persi-gan, entre otros objetivos, el de contar con recursos propios. Es decir, hay que crear y consolidar las bases que permitan que el desarrollo de estos servicios, ade-más del rendimiento cultural y social, pueda pensarse en términos de rendimientos económicos. En este sentido, la administración juega un primer pa-pel en la creación de una demanda de servicios y acti-vidades especializadas para la cada vez mayor diver-sidad de público que accede a los centros museísticos. Pero éstos pueden ser prestados posteriormente por una empresa privada bajo la coordinación de los téc-nicos de la administración. Y, en este ámbito, la po-sibilidad de establecer precios o tasas públicas por la prestación de servicios es básica. Más allá de pensar en los museos como simples con-tenedores que se limitan a alquilar sus espacios por la carga de prestigio que en sí mismo supone la marca “museo”, éstos deben entrar en la economía de for-ma activa, generando recursos económicos que no sólo afectan o revierten en el museo sino en las pro-pias empresas que los desarrollan. Si se desea que este modelo, que en el Museo y Par-que Arqueológico Cueva Pintada ha demostrado su idoneidad, se extienda, es imprescindible que prime-ro se modifi quen algunos criterios dentro de la Admi-nistración, especialmente en lo referente a la estructu-ra presupuestaria. Mientras sigamos considerando que los servicios externalizados son unos simples gastos, englobándolos en ese “capítulo 2”10, auténtico “cajón de sastre”, será difícil que estas alternativas de gestión puedan desarrollarse con éxito. Por el contrario, debe-rían pensarse en términos de inversión, ya que es in-negable que tienen un evidente carácter de amortiza-bles: la gestión de un servicio de calidad es una seña de identidad para la institución y le otorga un reconoci-miento social evidente a medio y largo plazo. Por otro lado, estos capítulos sufren por lo general los vaivenes de las políticas presupuestarias y esas reduc-ciones son las que afectan sobre manera al desarro-llo de servicios externalizados y a su calidad. Este as-pecto se agrava si tenemos en cuenta que con la nue-va ley de contratos, se priman las ofertas más venta-josas económicamente, siendo en muchos casos muy complicado, en los procedimientos de concursos pú-blicos, establecer otro tipo de criterios en los que se evalúa la calidad del proyecto, aspecto esencial cuan-do se habla de servicios culturales. Asumamos defi ni-tivamente que pensar en Cultura supone traspasar el concepto de ejecución presupuestaria anual. El Cabildo de Gran Canaria está en pleno proceso de creación del Organismo Autónomo de Museos de Gran Canaria, aún habrá que esperar a su puesta en marcha para iniciar estas mejoras que, a día de hoy, considera-mos esenciales. La unión de todos los museos de la isla será, sin duda, un elemento clave para lograrlo. Bibliografía ANTONA DEL VAL, V.; MORENO SÁNCHEZ, I.; ONRUBIA PIN-TADO, J.; RODRÍGUEZ SANTANA, C. G. y SÁENZ SAGASTI, J. I. (2002): “El proyecto Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gál-dar). 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A éstos se han ido añadiendo otros, que cambian en fun-ción de las necesidades de conservación, pero que nunca han superado un día al trimestre, generalmente los martes. 2 Estas pieles se obtienen mediante moldes de silicona que re-producen la textura de la toba y se adaptan perfectamente a la morfología de los sillares. 3 En esta frase, pronunciada en la asamblea general de ICOM celebrada en Melbourne en 1998, se condensa el ánimo de de-volver a los objetos -y por extensión, a las colecciones, los mo-numentos, los yacimientos arqueológicos(…)-, el papel de me-diadores entre la cultura que lo produjo y la actual y futura que lo recibe (ASENSIO y POL, 2005: 540). En este contexto, la im-portancia de la mediación comunicativa de los bienes cultura-les les otorgará el auténtico valor patrimonial. 4 Los pormenores de este proyecto pueden consultarse en RO-DRÍGUEZ SANTANA y CORREA GUIMERÁ, 2010 y para ahon-dar en el concepto de “comunicación global del patrimonio cul-tural”, MATEOS RUSILLO, 2008. 5 “Lazos de Luz Azul: estándares de calidad en la utilización de la Tecnología para el Aprendizaje en Museos y espacios de pre-sentación del Patrimonio”, proyecto perteneciente al Plan Na-cional de I+D+i del Ministerio de Educación y Ciencia. Nº Ref.: SEJ2006-15352. dirigido por el Dr. Asensio Brouard. 6 Primero, a través de una empresa OTRI proveniente de la UAM y, posteriormente, por convenio con la propia Universidad. 7 Este término se utiliza generalmente en los contextos vincu-lados con las nuevas tecnologías para referirse a los mandos a distancia. 8 Estos convenios han sido fi rmados generalmente con Univer-sidades (ULPGC, UAM o UCLM) y el Consejo Superior de Inves-tigaciones Científi cas. Además de éstos, vinculados con la inves-tigación y/o la prestación de servicios técnicos, se fi rman otros que tienen por objeto el patrocinio de programas concretos. 9 Remitimos por su interés a la obra coordinada por Lluis Bo-net i Agustí a propósito de la externalización de los servicios culturales públicos (2008), especialmente a la presentación de Lluis Noguera i Jordana y al artículo de Àngel Mestres, en los que se plantean sugerentes ideas para abordar este, aún, pe-liagudo asunto. 10 Orden EHA/3565/2008, de 3 de diciembre. Sumario / Nº 4 Editorial Patrimonio cultural e innovación. Construir el futuro de nuestro presente “Patrimonio cultural y cambio mundial: un nuevo desafío para Europa" (Bruselas, 26 de abril de 2010) El futuro de la investigación en Europa y la Joint Programming Initiative “Patrimonio cultural y cambio mundial: un nuevo desafío para Europa” Patrimonio e innovación Innovación en conservación de patrimonio cultural La aportación de la nanociencia a la conservación de bienes del patrimonio cultural Biología molecular aplicada al estudio del biodeterioro causado por microorganismos y la conservación de bienes culturales El sincrotrón en conservación de patrimonio cultural La tecnología Láser aplicada a los procesos de conservación y restauración de objetos metálicos arqueológicos Innovación en sistemas de inteligencia ambiental para la accesibilidad al patrimonio. Herramienta de evaluación y aplicación de realidad aumentada Innovación en la comunicación global del patrimonio cultural: TIC Del zoo victoriano al ecosistema electrónico: la digitalización del patrimonio en una sociedad digital Proyectos de Investigación, Conservación y Restauración In Memoriam. Leandro de la Vega El crucero “restolado” Una gestión patrimonial perseverante e innovadora. Cuatro años de andadura del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada (Gáldar, Gran Canaria) La visita patrimonial a las iglesias románicas de la Vall de Boí (Cataluña) Nuevas perspectivas de iluminación en bienes culturales. Proyecto cuevas de Cantabria. El tratado de vidrieras del Monasterio de Guadalupe. Técnicas, métodos y consejos de un fraile vidriero del siglo XVII Recensiones Bibliográficas El paisaje. De la percepción a la gestión Evaluación TIC en el patrimonio cultural: metodologías y estudio de casos Digitalización del patrimonio: archivos, bibliotecas y museos en la red |
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