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..éc:nic:~.de pe.c:~ ~_'e.~n~ en I~ i.l~ de fi_~n (~n~lri~ Vicente Rico, José Ignacio Santana, José Antonio González © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Técnicas de pesca artesanal en la isla de Gran Canaria Vicente Rico, José Ignacio Santana, José Antonio González GOBIERNO DE CANARIAS CJNSEJERIA DE EI)I.CACIOS CLI I'UK4 Y I)t PONI tS DIRF.;CIOY CENFRAI DE I:NI\'LKZII)AI)t.S t INVlbYlCiAJON Instituto Canario de Ciencias Marinas 1 1 AREA DE EDUCACI~N © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Serie: Edita: Monografías del lnstituto Canario de Ciencias Marinas no 3 lnstituto Canario de Ciencias Marinas Dirección General de Universidades e Investigación, Consejeria de Educación, Cultura y ~eportes; Gobierno de Canarias Cabildo de Gran Canaria Imprime: Litografía Gonzalez CI. Arinaga, 7 - Urb. industrial Lomo Blanco (Las Torres) Tfnos.: 928 48 02 04 1928 48 03 08 - Fax: 928 48 03 53 35010 Las Palmas de Gran Canaria Depósito Legal: GC-1587-1999 O lnstituto Canario de Ciencias Marinas y los autores Esta publicación deberá ser citada como: Rico, V., Santana, J.¡. y González, J.A. (1999). Técnicas de pesca artesanal en la isla de Gran Canaria. Monografias del Instituto Canario de Ciencias Marinas, 3: 318 pp. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 "Pero esfa indusiria, nunca bastantemente alabada, había estado siempre como abandonada al cuidado y wonomía de los mismos pobres pescadores que, sin otra providencia que la del cielo, se vieron muchas veces insultados de los piratas y esclavos de los moros." José de Viera y Clavijo "Empezamos nuestra vida tejiendo una red de pesca. Acabamos nuestra vida sin haberla terminado. Siempre estamos tejiendo una red y nunca dejamos de repararla," Pagou Ram © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Como resultado de las líneas de investigación que se desarrollan en el instituto Canario de Ciencias Marinas, adscrito a la Dirección de Universidades e Investigación, se ha conseguido culminar la obra "Técnicas de pesca ariesanal en la isla de Gran Canaria" de V. Rico, J.I. Santana y J.A. González, en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria. Este estudio, en su doble vertiente técnica y divulgativa, presenta gran interés social, cultural y antropológico para los ciudadanos de Canarias y, en particular, es de indudable utilidad para el sector pesquero artesanal de nuestras Islas (pescadores, comerciantes y proveedores de la pesca) y para el conjunto de su comunidad educativa (profesorado y alumnos de nuestros colegios, institutos y Universidades). En la confianza de que este magnífico trabajo responderá a las expectativas que ha despertado, quiero expresar mi más sincera felicitación a los autores, al Instituto Canario de Ciencias Marinas de Taliarte y a todos cuantos han aportado su esfuerzo para que esta publicación sea una realidad. Las Palmas de Gran Canaria, marzo de 1999. JOSÉMENDOZACRBRERA Consejero de Educación, Cultura y Deportes Gobierno de Canarias © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Entre las actividades que tiene encomendadas el Cabildo de Gran Canaria se encuentra apoyar todas aquellas iniciativas y proyectos que supongan nuevas perspectivas para el desarrollo económico de la Isla, o bien tengan carácter eminentemente divulgativo de temas de interés general o para un determinado sector. Este es el caso del presente libro, "Técnicas de pesca artesanal en la Isla de Gran Canana': a través del cual sus autores -Vicente Rico, José Ignacio Santana y José Antonio González- han inventariado los núcleos pesqueros, entrevistando a las gentes de la mar y embarcando con ellos para elaborar un catálogo de técnicas de pesca artesanal. Los autores describen la gran variedad de artes y aparejos de pesca de Gran Canaria, abordando la descripción de las maniobras de pesca y flota involucradas, e identificando las especies capturadas. En los principales puertos donde se desarrollan las nobles faenas de la pesca artesanal, se indican las zafras actuales y tradicionales. Por último, se realizan una serie de reflexiones dirigidas a la obtención más ecológica de los productos pesqueros y a la mejora de la calidad de vida del pescador. Todo ello ilustrado con detallados esquemas y magníficas fotografías. Estos estudios que ahora culminan tuvieron su origen en una Beca trianual de investigación otorgada por el Área de Educación de esta Corporación Insular. Las Palmas de Gran Canaria, marzo de 1999. JOSÉ MAC~AS SANTANA Presidente del Cabildo de Gran Canaria © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Desde su transferencia a la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias y su adscripción a la Dirección General de Universidades e Investigación, el compromiso editorial del lnstituto Canario de Ciencias Marinas se ha hecho patente a través de dos series de publicaciones encaminadas a la diviilgación de trabajos de investigación, informes y documentos de consulta, relacionados con las Ciencias Marinas en el océano Atlántico Centro Oriental. La serie de publicaciones periódicas "Informes Técnicos del Instituto Canario de Ciencias Marinas" ha visto a la luz cuatro números: "Descripción de la pesquería de enmalle en el sector norte-noreste de Gran Canaria" de J.A. González y otros (1995); "Diez años de observaciones desde el BIH Esperanza del Mar, 1985-1995" de O. Llinás y otros (1996); "ESTOC data report 1994" de O. Llinás y otros (editores) (1997); "Utilización nutritiva de fuentes de proteína alternativas a la harina de pescado en dietas de engorde para dorada (Sparus aurata)" de L.E. Robaina (1998). La serie de publicaciones aperiódicas "Monografias del lnstituto Canario de Ciencias Marinas" ha producido, incluyendo la presente obra, tres libros en colaboración con otras Instituciones Públicas: "Catálogo de los Crustáceos Decápodos de las islas Canarias" de J.A. González (1995), en colaboración con la Viceconseiería de Pesca del Gobierno de Canarias v el Avuntamiento de Santa Pola: "~ceanogiafíay recursos marinos en el Atlántico Centro-oriental 1 ~ceano~raph; and marine resources in the Eastern Central Atlantic" de O. Llinás, J.A. González y M.J. Rueda (editores) (1996), en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria; "Técnicas de pesca artesanal en la isla de Gran Canaria" de V. Rico, J.I. Santana y J.A. González (1999), en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria. En definitiva, la presente publicación forma parte del mencionado colripromiso editorial del lnstituto Canario de Ciencias Marinas que se orienta a contribuir en la constitución de la adecuada base documental acerca el medio marino, su conocimiento, gestión y conservación, así como sobre las tecnologías y procedimientos involucrados en estas tareas. Taliarte, Telde (Gran Canaria), marzo de 1999. EL COMlTÉ EDITORIAL © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 2. Características físico-químicas del ecosistema manno canario ........................................ 13 3. Aspectos generales de la fauna marina de Canarias ........................................................ 18 CARACTER~STICAS DE LAS PESQUER~ASA RTESANALES EN AGUAS DE CANARIAS .................. .... .......................................................................... 21 CATALOGACI~N DE LAS TÉCNICAS DE PESCA ARTESANAL EN GRAN CANARI 7 l. Estudios previos 9 Antecedentes de estudio en Canaria 2 2. Justificación y objetivo 5 3. Metodología de estu 6 4. Los núcleos pesqueros del litoral grancanario 8 5. Descripción de la flota pesquera litoral ............................. ........................................... ..42 6. Técnicas de f.2) ARTES DE ENMALLE DE DOS Y DE TRES PANOS (TRASMPbL.LOS)127 g) TRAMPA 129 9.1) 131 9.2) 155 g.3) 162 9.4) 165 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 g.5) TAMBORES PARA MORENAS 68 h) ARTES DE ANZUELO ........................................................................ ........... 175 h.1) L~NEASD E MANO (LINAS) .. .. 177 h.l.1) LINAS PARA PESCADO BLANCO ............................. .......... 177 h.1.2) LINAS PARA TÚNlDOS 88 h.1.3) LINAS PARATIBURON 96 h.2) CURRICANES 97 99 99 h.3.2) POTERAS PARA POTAS 03 h.4) CARAS PARA TÚNIDOS 10 21 21 h.5.2) PALANGRES PARA MERLU 29 h.5.3) PALANGRES PARA SARGO 36 i) ARTEFACTOS E INSTRUMENTOS DE PESCA .................................................2. 39 i.1) ARPONES .................................................... 41 i.2) FISGAS (FIJA 43 i.3) LAZOS PARA 44 LAS ZAFRAS DE PESCA EN GRAN CANARIA ................................................................ 247 ALGUNAS REFLEXIONES FINALES .......... ..................................................................... 257 Agradeclmlentos .......................................................................................................... 289 Los Autores ...................... ... ............................................................................. 293 Anexo 1: Abreviaturas usadas en los danos de las artes .................................................. 297 Anexo II: Estadillos de encuesta para el trabajo de campo ... ............. 301 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 El carácter transitorio de las pesquerías artesanales, la idea de que eran luna mera fase en el desarrollo de las pesquerías a gran escala que en poco tiempo terminarian por absorber la mano de obra dedicada a la pesca a pequeña escala, ha sido un pensamiento muy difundido hasta hace relativamente poco tiempo que ha dirigido hacia la pesca industrial la práctica totalidad de las actividades pro-desarrollo y de las investigaciones científicas, sobre todo a partir de los años 50 (Panayotou 1983, Everet 1988, Morizur 1992). Hasta finales de la década de los 80, la pesca industrial fue apoyada económicamente por muchos países con espíritu de competición internacional, wnvirtiéndose en una actividad cada vez más difícil de sostener en un contexto de recursos desestabilizados y wstes de explotación prohibitivos (Platteau 1988, Lemoine etal. 1991). Sin embargo, la pesca artesanal no sólo no ha desaparecido, sino que ha mantenido en el tiempo una complementariedad recíproca wn la pesca industrial, explotando los recursos costeros diversificados y aún abundantes a los que ésta no puede acceder, e incluso ha aumentado sus efectivos humanos, embarcaciones y descargas, tanto en países en desarrollo como desarrollados, llegando a constituir en los primeros la espina dorsal del sector pesquero (Everet 1988), y engendrando en ambos, con su rápida progresión y las innovaciones t6cnicas introducidas en los últimos años, dificultades que ponen en peligro la rentabilidad de la explotación y el estado de los recursos costeros (Platteau 1988, Lemoine et al. 1991, Morizur et al. 1992, CGPM 1993). En 1980, Thomson calculaba que los pescadores artesanales del mundo ascendían a 8-10 millones y las descargas de pescado efectuadas por los mismos a 20 millones de toneladas cada año. Deteiminadas estimaciones indican que, en las pesquerías a pequeña escala, el número de pescadores empleados (unos 12 millones) y sus capturas (alrededor de 24 millones de loneladas anuales) continúan aumentando (Ruivo et al. 1994). Es lógico que la inquietud por su estudio también crezca. Por otra parte, wn el tiempo se ha comprobado el gran ahorro que las pesquerías artesanales suponen frente a la pesca industrial gracias a diversos aspectos, tales como la mínima inversión inicial por cada puesto de trabajo, el bajo consumo de wmbustible, la ausencia de descartes y de subproductos de la pesca, entre otros. En definitiva, el mayor aprovechamiento del recurso y de la inversión económica. Como ejemplo de ello aportaremos algunos datos comparativos. A nivel mundial, la pesca industrial transiforma 22 millones de toneladas de pescado en subproductos tales como harinas y aceites, mientras que en la pesca artesanal éstos son casi inexistentes. En las pesquerías a gran escala enormes cantidades de pescado son desaprovechadas y devueltas al mar (16 millones de © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 toneladas anuales de peces en las grandes pesquerías de camarones), sin embargo los descartes son despreciables en peso cuando la actividad extractiva es de tipo artesanal (en las pesquerías artesanales de estos mismos crustáceos los descartes son prácticamente nulos) (Everet 1988, Ruivo et al 1994). Como consecuencia de todo ello, gobiernos estatales y organizaciones supranacionales han vuelto a retomar el interés por la pesca artesanal, provocando una avalancha de información (documentos técnicos, análisis sociológiws y económicos, encuestas, planes de desarrollo, evaluaciones, conferencias y congresos internacionales). La ayuda a este sector, mucho tiempo denegada, es ahora juzgada prioritaria por muchos gobiernos y grandes instancias internacionales como la FA0 y los bancos de desarrollo (Bacle ef al. 1989). No es éste sin embargo el caso de Canarias, donde en vez de avalancha sigue existiendo un goteo discontinuo de información. Tanto en aguas del Archipiélago como en la vecina costa africana, la pesca siempre ha constituido una actividad destacada en el conjunto de la economía canaria, no así, empero, en lo que a investigación, desarrollo, ordenación y gestión se refiere. Dentro de esta arraigada tradición pesquera, en particular en la isla de Gran Canaria la pesca artesanal tiene cierta importancia económica y gran relevancia social. Lo demuestran el gran número de barcos que constituyen la flota dedicada a la pesca a pequeña escala -más de 250 embarcaciones operativas- y la gran cantidad de localidades con este tipo de actividad que existen en el litoral (Rico et al 1993, 1995). Las técnicas de pesca que emplean los pescadores en el litoral de Gran Canaria reúnen caracteristicas que las convierten en bienes formidables: además de ser medios de producción de relativa importancia social -están presentes en la práctica totalidad de las poblaciones costeras de Gran Canaria- y de poseer algunos de ellos una considerable capacidad extractiva -si no cuantitativa sí cualitativamente-, constituyen evidentes rasgos culturales en Canarias y, por otra parte, son el resultado de siglos de observación y estudio (intencionado o no) del comportamiento y biología de las especies sobre las que actúan. De las artes y maniobras de pesca que hemos encontrado y estudiado, pocas son las que han evolucionado de forma ostensible desde tiempo inmemorial. Una parte importante de las mismas se mantiene con escasa o ninguna innovación tecnológica, tanto en diseño como en utilización, desde su incorporación a la pesqueria artesanal de la Isla. Esta peculiaridad, si bien en algún caso supone menor efectividad, las convierte en archivos vivientes de la historia pesquera de Canarias. Salvo excepciones, la mayoría de las artes de pesca artesanal opera a escasa profundidad (0.150 metros) (Barrera et al. 1980, 1983, Ojeda Guerra 1983, Pizarro 1985, Pascual Fernández 1991, González et al. 1992, Rico et al. 1993). Dado que la mayor diversidad de especies se encuentra en los primeros 150 m de profundidad, no debe © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 sorprender que la variedad de especies capturadas sea enorme, sobre todo si se tiene en cuenta que las artes utilizadas con asiduidad parecen ser poco o casi nada selec.tivas en cuanto a especies capturadas (Rico et al. 1993, 1995, González et al. 1995a, b, 1996a), a excepción de ciertas artes de anzuelo, redes izadas y tambores para morenas. Este empleo generalizado de artes con baja selectividad específica subraya la importancia del exhaustivo conocimiento y adecuada regulación de las técnicas de captura, pues de ello depende la conservación y explotación sostenida y responsable de multitud de especies animales. No olvidemos que las peculiares características (geomoriológicas, oceanogrhficas y biogeográficas) de las plataformas insulares canarias en general favorecen ufia amplia diversidad específica, aunque las distintas especies normalmente no son abundantes en número de individuos; además, como frecuentemente ocurre en regiones insulares tropicales y subtropicales, las interrelaciones ecológicas son tan complejas como deiicadas y vulnerables (Aguilera Klink et al. 1994). En las islas Canarias en general y en Gran Canaria en particular, la estrechez de la plataforma insular, el carácter oligotrófico de las aguas y el predominio de fondos marinos abruptos -características que comentaremos más adelante- imposibilitan la existencia de pesquerías industriales -la pesca de arrastre sólo es posible en sectores reducidos-. En estas condiciones, los recursos costeros, salvo excepciones, únicamente pueden ser explotados por pesquerías artesenales que diversifican técnicas y estrategias de pesca (Galván 1982). Esta diversificación refleja el conocimiento profundo de las características particulares de su zona de influencia: diversidad del recurso (pesquerías multiespecíflcas). marcada y, a veces, caprichosa estacionalidad de muchas especies objetivo, caladeros tradicionales muy localizados y de conocimiento restringido, multitud de tipos de fondos y factores externos tales como las peculiares vías de comercialización del producto, las ocasionalmente rápidas fluctuaciones de mercado y el costo o disponibilidad de las artes de pesca. Por tanto, las pesquerias artesanales constituyen una actividad inmemorial integrada en el medio gracias a siglos de tradición, la cual, con la debida planificación y ordenación, se puede adecuar a un ecosistema marino tan peculiar como el canario -y en concreto el de Gran Canaria- y mantener una producción pesquera soportable por el mismo. De hecho, gracias al empleo de algunas artes selectivas respecto a la talla, la pesca artesanal permite una mejor explotación de los recursos, sobre todo en el caso de pesquerías multiespecíficas (Demetropoulos 1981). Como vemos, el estudio de las pesqueríasa rtesanales se hace progresivanit?ntem ás habitual a escala mundial y cada vez más perentorio en el caso de Canarias. Tales estudios sólo poseerán el adecuado rigor científico cuando se fundamenten sobre bases s6lidas, es decir, partiendo del profundo conocimiento de los equipos de pesca y estrategias utilizados por las distintas comunidades de pescadores que actúan en la zona. La investigación © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 pesquera ya no se limita hoy día al estudio de la producción biológica, sino que amplia sus horizontes al sistema de pesca en su conjunto, con todos sus componentes, de forma que todo estudio sectorial ha de ser valorado mediante su inserción en una perspectiva global (Amanieu 1991). Así pues, en la actualidad el estudio de las artes o métodos de pesca es parte integrante de la Ciencia Pesquera. Tanto biólogos como técnicos en ingeniería pesquera están interesados en la influencia de las técnicas de pesca sobre los recursos acuáticos Vivos, los economistas calculan las relaciones entre los costos del equipo de pesca y los beneficios asegurados, mientras que los administradores relacionados con el sector necesitan conocer las artes de pesca y su comportamiento para redactar o mantener una adecuada legislación pesquera (Demetropoulos 1981, Brandt 1984). En el campo de la tecnología pesquera, el primer paso en las investigaciones ha de ser la descripción detallada (catalogación) de las técnicas de pesca y el mejor conocimiento de los medios de producción en su conjunto, particularmente tratándose del sector artesanal. Posteriormente habrán de sucederse los estudios comparativos de eficiencia de las diferentes técnicas de pesca (CGPM 1987), los de selectividad por diferentes tipos y tamaiios de malla, y los ensayos de nuevos ingenios de pesca selectivos; todo ello enfocado a ofrecer distintas alternativas para llevar a cabo una regulación pesquera más adecuada (CGPM 1986, Vendeville 1990). En lo que respeda a la biología pesquera, previamente a la evaluación del estado de los recursos (parámetros biológicos, parámetros de explotación y diagnóstico del estado de los recursos predominantes) y de controlar las pesquerías que los explotan, éstas han de ser caracterizadas con detalle. Ello implica, además de mejorar la calidad de las estadísticas pesqueras, conocer en profundidad los núcleos pesqueros, los métodos de pesca, las especies capturadas y objetivo en cada pesquería (CGPM 1987, 1993, González 1991a, Lemoine et al. 1991). Teniendo en cuenta lo expuesto hasta ahora, resulta fácil justificar la elaboración de un catálogo que recoja la descripción, funcionamiento y localización de las artes de pesca, así como la identidad de las especies sobre las que actúan. Ha de ser el primer paso, el punto del que parta la investigación global de la pesquería en cada región, sirviendo de herramienta a las distintas disciplinas que en ella se incluyen. Sin embargo, al margen del elevado requerimiento de personal mínimamente especializado y de los costes económicos relativamente altos, algunas de las razones que han impedido la elaboración de un catálogo de técnicas, o al menos de artes, de pesca artesanal en Canarias hay que buscarlas en la enorme complejidad de artes de pesca empleadas y de recursos explotados, la gran diversidad de especies capturadas, el insuficiente control sobre la actividad de la flota y sus capturas, la fragmentación territorial en ocho islas con flotillas propias y en la enorme atomización de la actividad a lo largo de las costas insulares. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 1. Marco biogeográfico de las islas Canarias Las Canarias forman en su conjunto un archipiélago o cadena de islas situadas en la costa noroeste de África, frente al desierto del Sahara, existiendo una separacióri mínima entre las Canarias orientales y cabo Jubi (costa africana) de unos 104 km (desde Fuerteventura) y alrededor de 140 km (desde Lanzarote). El archipiélago canario ocupa un área maritimo-terrestre de unos 100 mil km, enclavada en el sector centro-oriental del océano Atlántico, aproximadamente situada entre 27'37' y 29'25' de latitud Norte y entre 13'20' y 18"IO' de longitud Oeste (Figura 1). Dentro del Archipiélago, la isla de Gran Canaiia ocupa una localización central, situándose aproximadamente entre 27038' y 28'10' N y entre 1595' y 15'50' 0. Esta proximidad de África es determinante para Canarias en los aspectos geológicos, botánicos, faunísticos e incluso humanos. Sin embargo, el archipiélago canario imantiene diferencias muy marcadas respecto al vecino continente en casi todos estos aspectos. En lo geoiógico, pese a su proximidad, las Canarias pueden considerarse totalmente independientes del continente africano, tanto en el tiempo (la formación de este continente y la de las Canarias son fenómenos geológicos separados por un lapso de tiempo enormemente grande) como en su naturaleza, exclusivamente volcánica (la suposición o hipótesis de que Lanzarote y Fuerteventura se habian formado sobre la corteza ccintinental africana carece hoy día de fundamento). En la actualidad está generalmonte aceptado que todas las islas que conforman el Archipiélago se han levantado sobre la corteza oceánica, como consecuencia del volcanismo submarino generado en el proceso de apertura del Atlántico (Carracedo 1984). Desde el punto de vista biogeográfico (relativo a la distribución espacio-temporal de los seres vivos y a las causas que la producen), las Baleares o las islas Británicas constituyen un buen ejemplo de islas "continentales", mientras que las Canarias, al igual que las Azores, las islas Cabo Verde, Hawai o Galápagos, son islas tipicamente oceánicas. Estas últimas han emergido en los océanos como consecuencia, en la mayoría de los casos, de la actividad volcánica de los fondos marinos, a una distancia relativamente importante de los continentes que se hallan separados de ellas por grandes profundidades; el corijunto de organismos (biota) albergados por estas islas necesariamente procede de otras áreas geográficas, bien de los continentes generalmente más cercanos o bien de otras islas emergidas previamente (Aguilera Klink et al. 1994). La capacidad de poblamiento de un territorio oceánico está en función de las características geográficas del mismo y de su entorno, así como de las carac:erísticas © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 - ---- ~ - p ~ ~ - ~- Figura l. Profundidades marinas y situación geográfica de las islas Canarias © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 bioecológicas inherentes a los individuos y especies colonizadoras. En primer iugar, el régimen de vientos y las corrientes marinas dominantes van a condicionar el ritmo de llegada de diásporos, huevos, lamas e incluso individuos y, casi siempre, su lugar de procedencia. Además, esta capacidad de poblamiento crece con la superiicie, longitud de costa, altitud y edad geológica de las islas, al aumentar la probabilidad de llegada de los distintos elementos colonizadores, mientras que decrece con la distancia al continente. También ha de tenerse en cuenta el papel determinante que pueden jugar en el poblamiento los bancos submarinos y las antiguas islas actualmente sumergidas -hace pocos miles de años el nivel del mar se encontraba unos 200 m por debajo del actual-, al constituir etapas de paso en el proceso colonizador (Aguilera Klink et al. 1994). En los aspectos botánicos y faunisticos, las islas Canarias han evolucionado asimismo de modo independiente del vecino continente africano. Las lslas se mantuvieron a salvo de importantisimos cambios en las condiciones climáticas, como fueron las grandes giaciaciones cuaternarias que afectaron a Europa y al área del Mediterráneo y, poco tiempo después, el proceso de desecación sufrido por la zona del norte de África que hoy ocupa el desierto del Sahara. La posición oceánica de las lslas las salvaguardó de tales catástrofes climáticas, merced al efecto tampón del océano. Además, el aislamiento de los territorios insulares en el océano Atlántico ha producido notables fenómenos de evolución florística y faunística como respuesta a la gran diversidad ecológica existente en las islas. Finalmente, en lo concerniente a las relaciones humanas, la proximidad de una región africana desértica y casi despoblada, con importantes diferenclas culturales y ecoiiómicas, en general ha supuesto un aislamiento efectivo de las Canarias que se ha compeii:;ado con una integración total al denominado mundo occidental, canalizada a través de la incorporación a España a partir del siglo XV. La descolonización del Sahara ha supuesto que el Archipiélago se convierta en territorio fronterizo con graves repercusiones políticas y la pérdida del dominio sobre una zona pesquera de gran importancia: el anteriormente denominado banco canario-sahariano (Carracedo 1984). Las islas Canarias comparten con otros archipiélagos del Atlántico oriental (Azores, Madeira, Salvajes, Cabo Verde) una serie de caracteristicas geográficas (localización general, origen volcánico, régimen climático, vientos dominantes, etc.) que han dado lugar a la presencia en dichas islas de un número relativamente imporiante de elementos botánicos y faunisticos comunes o similares. Este hecho dio pie al botánico P.E. Webb, en 1835, para acuñar el término "Macaronesia" (a partir de los vocablos griegos makaros -fortuiva, feliz- y nesos -islas-; islas afortunadas) en un sentido biogeografico más amplio. No obstante, en la actualidad, la pertenencia de las lslas Cabo Verde -situadas aproximadamente entre 14'52' y 17'12' N- a la región macaronésica está siendo muy discutida, al igual que ocurre, aunque © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 en menor medida, con las Azores -aproximadamente entre 3741' y 39'42' N- (Aguilera Kiink et al. 1994). Sin embargo, otros autores (e.g., Batallado 1984, González Henriquez et al. 1986) defienden la existencia de un enclave macaronésico en el vecino continente africano -sur de Marruecos y buena parte del Sahara Occidental-, al menos desde el punto de vista botánico. Dentro de este contexto o escenario biogeográfico general, las islas Canarias presentan un gran contraste interno de condiciones geográficas que las diferencian entre si y del resto de los archipiélagos macaronésicos. Aun cuando todas las islas Canarias son de origen volcánico, a grandes rasgos existe un gradiente Este-Oeste de antigüedad muy marcado entre ellas: las islas orientales son las más antiguas (19 y 166 millones de anos para Lanzarote y Fuerteventura, respectivamente), mientras que las occidentales son las más jóvenes o recientes (0,7 y 1,6 millones de años para El Hierro y La Palma, respectivamente) Gran Canaria es la tercera isla más antigua del Archipiélago, con 13,9 millones de años. Asimismo, la preponderancia que en las diferentes Islas hayan podido tener los procesos geoiógicos constructivos (erupciones volcánicas) frente a los destructivos (agentes erosivos), durante los últimos miles de anos, introduce otro carácter diferencial entre las Islas (Aguilera Klink et al. 1994). El clima de cada lsla está condicionado por tres factores: latitud geográfica (correspondiente a una zona subtropical), caracteristicas oceánicas generales y altitud de los edificios insulares. En función de este último parámetro, las islas Canarias pueden ser agrupadas en islas bajas e islas altas. Entre las primeras se encuentran Lanzarote (671 m), Fuerteventura (807 m) y todos los islotes, cuyo relieve bajo no permite la retención de los vientos alisios. Las islas altas son las restantes, cuya altitud varia entre 1.484 m de La Gomera y 3.718 m de Tenerife; en estas islas, la retención de alisios produce el fenómeno del mar de nubes en las vertientes norte y noreste hasta una altitud de 1.500-1.800 m, condicionando en gran manera la vegetación y, consiguientemente, la fauna. La isla de Gran Canaria, con una altitud máxima de 1.950 m, presenta toda la gama de variación microclimática de las islas altas. La lsla tiene una superficie de 1.532 kmz, con perímetro costero de 236 km (datos de 1995), encontrándose ampliamente sometida a todo tipo de actividades, ocupaciones y usos. La zona costera menos utilizada de la lsla corresponde al sector Agaete-Mogán, donde sólo existen pequefios enclaves poblacionales (Medina Falcón 1995). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 2. Características físico-químicas del ecosistema marino canario La fuerte pendiente generalizada de los fondos marinos, como consecuencia del origen volcánico de las Islas, constituye un factor esencial que en buena medida ccndiciona la naturaleza marina de Canarias y la disponibilidad de sus recursos pesqueros. Esta acusada inclinación de los fondos marinos de las plataformas canarias implica el predominio de sustratos duros (generalmente rocosos), siendo en general irregulares, abruptos y accidentados. Los edificios insulares que conforman el archipiélago canado se elevan bruscamente desde el suelo oceánico (Carracedo 1984), alcanzándose profundidades superiores a 2.000 m en los canales interinsulares, salvo excepciones, y algo inferiores a 1 ,500 m entre Canarias y África. En regiones continentales y en grandes islas próximas a los continentes, las plataformas submarinas (conlunto de fondos situados desde la línea de costa hasta unos 180-200 m de profundidad, considerados como las zonas más productivas de los océanos) son generalmente extensas. En el caso de Canarias, las caracteristicas volcánicas de las Islas en general se manifiestan en forma de plataformas reducidas o estrechas, dado que las plataformas insulares canarias comúnmente alcanzan la citada profundidad a escasa distancia de la costa; la amplitud mínima de plataforma (unos 200 m desde la costa) se presenta en parte del litoral de La Palma y El Hierro, mientras que la máxima (cerca de 30 km) se halla al norte de Lanzarote y al suroeste de Fuerteventura (Fig. 1) (Brito 1984a, Franquet y Brito 1995). Una pequeña parte de las plataformas insulares constituye lo que denominamos plataformas costeras, situadas entre O y 50 m de profundidad, caracterizadas por albergar a los productores primarios del fondo (bentónicos) -algas y fanerógamas marinas o sebas- que en esta zona hallan sus condiciones ambientales óptimas. El perímetro costero del conjunto de las Islas es relativamente elevado (unos 1.291 km), frente a una reducida plataforma de tan sólo unos 2.256 kmZ. Las islas orientales -las más antiguas- poseen las plataformas costeras más extensas (Fuerteventura con el 30,8 % del total y Lanzarote el 20,4 %). Contrariamente, las islas occidentales -las más recientes mentan con las plataformas costeras más reducidas (El Hierro el 4,l % y La Palma el 6,7 %). La presencia de plataformas reducidas imprime carácter oceánico a las Islas, haciendo prácticamente despreciable el intercambio de la masa de agua con el fondo, excepto en las zonas intermareales y los pequenos sectores con algo de plataforma. De todo ello se deduce que la capacidad productiva del ecosistema litoral canario es relativamente limitada y difiere de unas Islas a otras, en función de la extensión de SU plataforma -más concretamente de su plataforma costera- que en gran medida determina la disponibilictad de los recursos pesqueros y marisqueros albergados. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Gran Canaria cuenta con unos 213 km de longitud de costa (MOPU 1980). Siendo la tercera isla en antigüedad, se sitúa en una posición intermedia al presentar la tercera plataforma costera en extensi��n de las Islas (324 km2, el 14,4 % del total). Dicha plataforma, aunque de pequeño tamaño, es bastante más ancha que las de las islas occidentales, siendo la parte más extensa la situada al SS0 de la Isla, entre Mogán y Arguineguín. La isobata de 100 m (que delimita unos 2.298 kmi) adquiere su máxima anchura al SE de punta de Tenefé (SE de la Isla), mientras que la isobata de 1.000 m alcanza su máxima amplitud al NO, frente a la punta de La Aldea (García Cabrera 1970). Otra particularidad del ecosistema marino canario es que, debido a la proximidad de los fondos profundos a las costas, muchas especies profundas -sobre todo las que realizan migraciones verticales nocturnas hacia aguas superficiales- están plenamente integradas en la dinámica del ecosistema insular, al contrario de lo que sucede en zonas continentales -donde las especies profundas se hallan muy alejadas de la costa-. En el caso de Canarias, los organismos que integran la denominada "capa de reflexión profunda" (sobre todo pequeños peces, cefaiópodos y crustáceos) se concentran alrededor de la cota de 500 m durante el día y ascienden de noche hacia la superiicie, aportando una importante biomasa que es aprovechada por peces, aves marinas y cetáceos. Otro ejemplo lo constituyen los grandes peces profundos (por ejemplo, escolares y pejeconejo) que de día se encuentran a más de 400 m de profundidad y por la noche ascienden, siguiendo el perfil del fondo, hasta alcanzar cotas inferiores a 100 m (Aguilera Kiink et al. 1994, Franquet y Brito 1995). Uno de los principales factores que condiciona las caracterísücas oceanográficas del mar canario es la situación geográfica de las Islas. Éstas se hallan situadas al sureste del giro subtropicai del Atlántico norte que se extiende desde la Corriente del Golfo, vía la Corriente de Azores (CA) y la Corriente de Canarias (CC), hasta la Corriente Nor-ecuatorial (CNE). Una rama del giro se encuentra al oeste de Canarias. Otra rama se acerca a Madeira, cruza el archipiélago canario y se une con la Coniente de Canarias que fluye hacia el Sur a lo largo de la costa afncana (e.g., Stramma y Siedler 1988, Maillard y Kase 1989). En suma, por la región marítima de Canarias, entre la superficie y la cota de 800 m de profundidad, fluyen tres corrientes marinas (CA, CC y CNE) -las dos primeras con dirección Sur, la tercera con dirección Norte- que, a lo largo de su desplazamiento, resultan desviadas hacia el Oeste (Medina Falcón 1995). Como resultado de este esquema general de circulación, las aguas que llegan a Canarias desde latitudes más septentrionales, discurriendo en dirección Sur-Suroeste, generan un ambiente marino global más frío (Corriente Fria de Canarias) que el que sería de esperar en virtud de la latitud geográfica, con temperaturas de características cálido-templadas y sin grandes variaciones estacionales (la temperatura de las aguas superficiales oscila entre 1PC en marzo-abril y 22°C en septiembre-octubre) (Franquet y Brito 1995, Medina Falwn 1995). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Las aguas superficiales (hasta 150 m de profundidad) de Canarias esián muy influenciadas por las condiciones atmosféricas y por la dinámica de la capa de mezcla. La fuerte salinidad de estas aguas es debida a los procesos de intensa evaporación que se dan en la zona. Bajo estas aguas superficiales es conocida la presencia de cuatro masas de agua. agua central del Atlántico nolte, agua antártica intermedia, agua mediterránea y agua profunda noratlántica. Estas masas de agua presentan características de temperatura, salinidad, oxígeno y nutrientes muy diferentes (Medina Falcón 1995). La distribución espacial de la temperatura y salinidad del agua del mal canario también está condicionada por los procesos de afloramiento de aguas profundas, frias e hiposalinas en las costas africanas próximas, debidos a las características topogrificas de sus costas -de suave pendiente- y a la acción de los vientos alisios que desplazan las aguas superficiales que bañan el continente africano. Fuerteventura y Lanzarote podrían actuar a modo de pantalla a las aguas afloradas procedentes de la costa de África (Molina y Laatzen 1986). Como resultado de estos procesos se origina un gradiente térmico y halina (36,IO- 37,10 por mil) en sentido Esteoeste a lo largo del Archipiélago. El efecto de este gradiente termohalino se deja sentir hasta unos 800 m de profundidad, si bien es más inten!ro en las capas más superficiales donde se llegan a alcanzar diferencias de 1-2T de temperatura y 1 por mil de salinidad, correspondiendo las aguas más frías y menos salinas a las islas orientales (Fuerteventura y Lanzarote) -de ambiente generalmente más templado- y las más cálidas y saladas a las occidentales (La Palma y El Hierro) (Mascareño 1972, Braun y Molina 1984, Llinás 1988, Molina y Laatzen 1989, Llinás et al. 1994). Así pues, la distribución de la temperatura, salinidad y nutrientes en las plataformas insulares de las islas Canarias permite señalar una clara influencia del afloramiento M e r o africano en el Archipiélago. Por una parte, las aguas afloradas en la a t a africana alcanzan plenamente les islas más orientales (Fuerfeventura y Lanzarde) e incluso, en mucho menor grado, a Gran Canaria, donde el agua aflorada puede ocupar desde la superficie hasta al menos 150 m de profundidad. La magnitud de la ambazón de aguas afloradas en la asta de África, encontradas en las Canarias orientales, pone de manifiesto la importancia que este fenómeno puede llegar a telier para el Archipiélago como aporte de nimientes favorecedores de la productividad bioidgica de sus aguas (Uinás et al. 1994). Por ara parte, las investigaciones oceanográficas en la zona señalan inequívocamente la presencia de un importante gradiente termohalino Este-Oeste condicionado por la presencia del afloramiento mstem próximo, dada la clara tendencia a emegei de estas aguas subsuperficiales; la existencia y magntud de este fenómeno han sido confirmadas para primavera (Mascareño 1972, Llinás et al. 1994, Villanueva Guimemns y Ruiz Cañavate 1994) y otoño (Mascareño 1972). No obstante, 106 valores de nutrientes se muestran muy condicionados por los procesos productivos locales (Llinás et al. 1994). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Las características ambientales del mar de Canarias son aún más complejas cuando se analizan los fenómenos hidrodinámicos generados por el choque de la Corriente de Canarias y de los vientos alisios con las islas (efecto de masa de isla). Como resultado de ello, por un lado, se originan importantes remolinos o giros ciclónicos fríos en las zonas de choque nor-noroeste, en los grandes salientes laterales de las Islas y en los sectores en que el relieve insular se interpone a la trayectoria de los vientos dominantes. Por otro lado, también se forman bolsas de agua relativamente más cálidas que se acantonan en los sectores sur-suroeste (sotavento) de las Islas, sobre todo en las que ofrecen mayor frente de choque a las corrientes aéreas y marinas dominantes (Arístegui etal. 1989). La altitud de las Islas ha sido relacionada con la longitud de la estela de agua cálida, que es mayor en las islas occidentales -más montaiiosas- (Hernández-Guerra 1990). Además, el efecto de barrido de los vientos alisios origina ligeros afloramientos de aguas más frías y ricas en nutrientes en las costas occidentales de Fuerteventura y Lanzarote. Este conjunto de fenómenos hidrodinámicos repercute de forma desigual en la productividad biológica de las aguas que circundan las diferentes islas Canarias. En suma, las Canarias presentan una notable variabilidad ambiental intennsular, a la que también contribuye la naturaleza de los distintos tipos de fondos marinos. En las islas occidentales predominan las costas acantiladas y los fondos duros (rocosos) y abruptos, mientras que las islas orientales (Fuerteventura y Lanzarote) presentan costas bajas y fondos blandos (generalmente arenosos) y de pendiente más suave. Por otra parte, dentro de cada isla la orientación a los vlentos dominantes da lugar a importantes diferencias en las condiciones ambientales, tanto en lo referente a hidrodinamismo -sectores más encalmados en el sur y suroeste, y sectores maC expuestos O batidos en el norte-, como a temperatura y relieve costero -en general, costas más bajas y arenosas en los sectores sureste y sur- (Franquet y Brito 1995). En particular, la costa de Gran Canaria se caracteriza por presentar grandes diferencias entre sus zonas occidental y oriental. Debido a los diferentes tipos de dinámica litoral, en la mitad occidental de la Isla, de topografía más abrupta, predominan los acantilados altos con escaso número de playas; éstas se encuentran normalmente situadas en calas o caletas y se componen de materiales gruesos o medios que, en la mayoría de los casos, están originados por el aporte de torrentes que desembocan en cada una de aquéllas. La parte oriental de la Isla, con una cota media muy inferior a la anterior, presenta un litoral mucho menos escarpado, predominando las formas suaves a base de acantilados, costas bajas y playas tanto de gravas como de arena, estando éstas protegidas por formas naturales (MOPU 1979). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 En los fondos intermareales y submareales se desarrolla una banda de algas macroscópicas -productores primarios- que juega un papel fundamental en la ecologia costera. Por otra parte, estos fondos litorales cubiertos de algas -incluidos los charcos intermareales- cumplen la función de zona de cría de alevines y refugio de juveniles de muchas especies. La zona óptima para el desarrollo de estas comunidades algaies generalmente no se halla por debajo de la cota de 50 m. En estos fondos rocosos costeros se encuentran complejas comunidades de invertebrados y peces, muy diversificadas en su composición específica en relación con las condiciones ambientales de la zona. En muchos sectores de las Islas, el desarrollo de la banda algal está muy limitado debido a ki intensa actividad herbívora de los erizos, que progresivamente van limpiando de algas los fondos rocosos o pedregosos hasta convertirlos en "blanquizales" (la tonalidad blanquecina es debida al recubrimiento predominante de algas calcáreas). Los fondos arenosos abiertos, en general, están limpios de vegetación y son pobres en especies animales; en ellos, la producción se inicia a partir de detritus procedentes de las praderas de fanerógamas y algas de los fondos rocosos, así wmo de plancton e incluso, a cierta profundidad, de las algas microscópicas que se desarrollan sobre la arena. Las praderas de la fanerógama Cymodocea nodosa (seba), denominados sebadales o manchones, se hallan instaladas en los fondos arenosos, pudiendó extenderse desde pocos metros hasta unos 35 m de profundidad. Los cebadales, además de dar estabilidad al sustrato con sus raíces, sirven como soporte a gran cantidad de algas e invertebrados y como lugar de desarrollo (cobijo y alimento) para alevines y juveniles de peces propios de fondos rocosos, presentando, por otra parte, una ictbfauna propia característica. Con las sebas frecuentemente aparece mezclada el alga verde Caulerpa prolifera, que las sustituye en profundidad, pudiendo alcanzar la cota de 50 m. La comunidad Cymodocea-Caulerpa juega un papel ecológico fundamental en muchos sectores del sur y sureste de las Islas donde los erizos están desplazando a las algas fotófilas (Aguilera Klink etal. 1994). Por otro lado, las aguas que rodean a las Canarias son consideradas de baja capacidad de producción primaria fitopianctónica (oligotróficas) (Braun y Molina 1984), salvo en algunos sectores afectados por algunos de los procesos hidrodinámicos señalados (giros ciclónicos, ligeros afloramientos y10 arribazón de aguas saharianas afloradas). Esta escasa productividad generalizada contribuye también a determinar que la biomasa o densidad poblacional de las especies sea generalmente pequeña y, en consecuencia, la capacidad productiva global del ecosistema marino canario sea bastante limitada. En el caso de las islas orientales, la presencia de plataformas costeras relativamente extensas -que eri algunos sectores es más amplia-, junto a la existencia de los mencionados procesos hidrociinámicos más o menos localizados, determinan una capacidad productiva algo superior a la del recto © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 de las Islas. Todo lo contrario ocurre en las costas africanas próximas donde, además de presentar una extensísima plataforma continental, los fenómenos de afloramiento de aguas frías profundas siembran periódicamente de nutrientes las capas superficiales, dando lugar a una elevada capacidad productiva. En conclusión, el mar que circunda las islas Canarias presenta un amplio espectro de condiciones ambientales, desde características templadas hasta subtropicales, aunque enmarcadas en un medio que, en general, se caracteriza por una limitada capacidad de producción biológica, debido a la escasa superficie de sus fondos litorales y a la baja concentración de nutrientes en sus aguas (Franquet y Brito 1995) En esencia se trata de una situación típica de muchas zonas insulares tropicales o subtropicales del mundo, con ecosistemas litorales bastante diversificados, originales y frágiles, fácilmente vulnerables debido al bajo número de individuos representantes de numerosas especies y a las complejas interrelaciones entre las mismas (Aguilera Klink et al. 1994). 3. Aspectos generales de la fauna marina de Canarias Las particulares características de la fauna marina de Canarias, y concretamente de la ictiofauna, pueden ser explicadas en función de la notable diversidad ambiental que hemos comentado y de la localización geográfica de las Islas (próximas a los continentes africano y europeo, pero separadas de los mismos por grandes profundidades y, por otra parte, situadas en el giro subtropical del sistema de corrientes del Atlántico norte). Como resultado de ello, las islas Canarias están conectadas con las costas americanas, europeas y noroeste-africanas, recibiendo un flujo permanente de huevos y larvas (Franquet y Brito 1995, Brito et al. 1996b) En definitiva, las aguas del archipiélago canario albergan una fauna marina muy diversificada y rica en especies. De acuerdo con la citada diversidad ambiental de las Canarias, y aun teniendo básicamente las Islas idéntica composición específica, la fauna marina presenta características más tropicales en las islas occidentales y en todos los sectores insulares sur-suroeste, mientras tiende a manifestar características más templadas en las islas orientales y en todas las costas norte y nordeste. Una peculiaridad del poblamiento marino de Canarias es la coexistencia de especies templadas y tropicales, particularmente notable en los grupos nectónicos de gran capacidad natatoria (tiburones pelágicos, túnidos, tortugas marinas y cetáceos) (Franquet y Brito 1995). Los primeros trabajos de catalogación e identificación de especies bentónicas marinas de Canahas, debidos Bacaliado et al. (1982-83), pemitieron inventariar los invertebrados litorales en algo más de 1.000 especies, si bien estudios posteriores (e.g. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Pérez y Moreno 1991) han incrementado notablemente dicha cifra. Tan sólo en lo que se refiere a crustáceos decápodos (gambas, camarones, langostas, cigalas, erniitaños y cangrejos), estudios recientes (e.g. González 1995, Wirtz y Herrera 1995, González y Santana 1996, González et al. 1996b, Fransen y Wirtz 1997, Barquín et al. 1998) y trabajos en preparación señalan la presencia de unas 320 especies, tanto pelágicas como bentónicas, en el área de Canarias. En el caso de los peces, los trabajos de catalogación (Brito 1991) incluyeron 60 especies cartilaginosas (condrictios) y casi 500 óseas (osteictios). aunque campañas de prospección pesquera (e.g. Brito et al. 1994, López Abellán ei al. 1994, Santana et al. 1995), citas posteriores (e.g. González etal. 1993, Brito et al. 1995, Franquet y Brito 1995, Montero etal. 1995, Rico etal. 1995, Brito y Falcón 1996) y otras publicaciones en preparación elevan la cifra total en más de 50 especies. En general, la ictiofauna bentónica de Canarias que habita los fondos litorales (de la plataforma) y batiales superiores (del talud o veril), en la que se incluye buena parte de las especies con interés pesquero, presenta características propias de la región biogeográfica marina Atlanto-Mediterránea de Briggs (1974) -sector cálido-templado que abarca desde el canal de La Mancha hasta cabo Blanco, incluido el Mediterráneo-, mostrando predominio de especies atlanto-mediterráneas y de especies tropicales y subtropicales del Atlántico oriental, aunque con marcada presencia de especies tropicales, guineanas y macaronésicas (propias de Azores-Madeira-Canarias) (Brito 1984b, Franquet y Brito 1995, Brito et al. 1996b). Similares resultados zoogeográficos han sido obtenidos recientemente para el conjunto de los camarones pandálidos de la zona litoral y batial superior de Canarias, predominando especies de amplia distribución mundial y especies atlánticas (orientales y occidentales), con notable presencia de especies mediterráneas y macaronésicas (González y Santana 1996). En la actualidad, la relación de las costas meridionales de Canarias con el continente africano no parece tan intensa como a prion cabría esperar en razón de la proximidad. De esta forma, en lo que a la ictiofauna se refiere, los bajos porcentajes de especies tropicales guineanas en las costas canarias (Brito et al. 1996b) parecen estar princioalmente relacionados con la ausencia de corrientes marinas netas de carácter permanente y ascendente hacia las Islas, así como con la barrera térmica debida a los fenónienos de afloramiento que tienen lugar frente a cabo Blanco. La única vía natural de arribada a Canarias de esta fauna tropical, que se puede considerar actualmente, es el posible desplazamiento ocasional de aguas africanas bajo determinadas condiciones de vientos del Sur, cuando la corriente costera ascendente (contracorriente) desborda ampliamente cabo Blanco (20'46' N 17'03' O) y alcanza cabo Bojador (26"08' N 14'30' O), hecho que parece producirse durante el invierno (Mittelstaedt 1983). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Como consecuencia de las características geográficas, físicas y faunísticas del ecosistema marino canario que hemos comentado, los recursos marinos de Canarias se caracterizan por su diversidad, variabilidad espacial y, en general, por el elevado número de especies que los integran aunque con poblaciones normalmente pequeñas. Esta última característica -alta composición específica acompañada de bajas biomasas por especie- es sobre todo aplicable a los recursos demersales o de fondo. Tal conjunto de caracteristicas en general se da en la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales. En las islas más densamente pobladas del ArchipiBlago, y particularmente en Gran Canaria, donde la franja costera presenta gran accesibilidad y está sometida a elevada ocupación, diversos usos nocivos, actividades recreativas y extracciones de arena, no es de extrañar que en la actualidad las poblaciones de especies sometidas a actividad marisquera sean escasas y estén restringidas a los sectores más expuestos al oleaje (zona noroeste) y menos poblados a la vez que distantes de los grandes núcleos urbanos (zona oeste). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 La actividad de las distintas flotas pesqueras que faenan en aguas de Canarias, caracterizada por algunos autores (e.g. González 1991a, b, 1996a, 1997, González y Lozano 1996) como "pesquerias artesanales canarias", ha sido objeto de numerosos y diversos estudios. Los trabajos realizados en este campo por biólogos, o bajo un enfoque típicamente biológico, fueron inicialmente desarrollados por investigadores de los hoy denominados Centro Oceanográfico -de Canarias (Instituto Español de Oceanografía) e Institutc Canario de Ciencias Marinas (Gobierno de Canarias). Los primeros estudios en ser publicados se debieron a García Cabrera (1961, 1970), IEO Lab. Canarias (1968), García Cabrera y Pereiro (1973), Barrera et al. (1980, 1982) y Ojeda Guerra (1983), entre otros. Durante 1982-83 y 1985-86, ambos institutos de investigación estudiaron de forma preliminar los recursos pesqueros de Canarias. Algunos de los trabajos producidos en esta etapa fuercn los de Barrera et al (1983), IEO Lab. Canarias (1983), Carrillo et al. (1985, 1986a, b), Goizález ef al. (1986a, b), Santana etal. (1986) y Pérez etal (1987). Diversos estudios sobre las especies de interhs pesquero y la descripción de sus pesquerías han sido abordados en profundidad por IEO Lab. Canarias (1968, '1983) en relación con El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife, por Barrera et al. (1983) en referencia a Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, por Carrillo etal. (1985) con respecto a Fuorteventura y Lanzarote, por Pizarro (1985) para Fuerteventura y, finalmente, por Bas et al. (1995) y Franquet y Brito (1995) referidos al conjunto de las islas Canarias Algunas de estas pesquerías artesanales han sido objeto de estudios concretos en el ámbito del Archipiélago o de alguna de sus islas, tales son los casos del bonito listado (García Cabrera y Pereiro 1973), túnidos (Santana et al. 1987, Ariz ef al. 1993), vieja (Gonzále;: 1991b, González et al. 1995a, b, 1996a), cabrillas (Pérez-Barroso et al 1993), peto (Mena et al. 1993), murénidos (Jiménez et al. 1993, Jiménez 1997), sama cerruda o pargo (F'ajuelo y Lorenzo 1995), esta última especie junto a bocinegro, breca, besugo y salmonete (Paiuelo 1997), entre otras pesquerias. En el marco del archipiélago canario, tal vez la isla de Gran Canaria haya recibido mayor esfuerzo investigador en este sentido en los últimos quince o veinte aiios. Las pesquerías artesanales explotadas por las distintas flotas con base en puertos de Gran Canaria han sido tradicionalmente estudiadas por investigadores del Instituto Caiiario de Ciencias Marinas. La pesca desarrollada en el sector de Telde (núcleos pesqueros de Taliarte y Meienara) fue abordada por Barrera et al. (1980) y Ojeda (1983). La actividad pesquera llevada a cabo por la flota de Mogán fue analizada por Gonzáiez et al (1 991, 1992) y Carrillo © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 et al. (1996). La zafra de la vieja con redes de enmalle en los sectores de San Cristóbal y Las Canteras fue estudiada con detalle por González et al. (1995a, b). Los escasos trabajos sobre artes y maniobras de pesca utilizadas en Canarias se comentan y analizan más adelante. Numerosos estudios (e.g. Galván 1981, 1982, 1989, 1990, Mesa 1962, Pascual Fernández y Pérez 1982, Pascual Femandez et al. 1982, Pascual Fernández 1987, 1990, 1991, Galván y Pascual Fernández 1989, Santana 1988-91, 1990) han aportado una visión complementaria a la típicamente biológica o biológico-pesquera, efectuando interesantes análisis desde el punto de vista de la antropología, la sociología y la economía pesqueras, imprescindibles para comprender el funcionamiento de las comunidades pesqueras artesanales canarias. Desde una óptica transdisciplinar, distinta e igualmente complementaria a las anteriores, Aguilera Kllnk et al. (1994) han proporcionado una visión medioambiental de Canarias desde la perspectiva conjunta de la economia, la ecologia y las ciencias medioambientales. Los autores analizaron cómo se ejerce la actividad pesquera y su impacto en el ecosistema marino como causas de la actual problemática ambiental en las Islas. Con todo este acúmulo de información a nuestro alcance, analizados en profundidad los recientes trabajos de González (1991a, 1996, 1997), González y Lozano (1996), Jiménez (1997) y Pajuelo (1997), y examinadas las correspondientes conclusiones (elaboradas por J.A. González e I.J. Lozano, no publicadas) del Curso de Invierno de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre "Las pesquerías canario-saharianas", celebrado en Teguise (Lanzarote) en marzo de 1993, a continuación apuntaremos algunas de las características generales y particulares de las pesquerías artesanales explotadas en aguas de Canarias. a) Como consecuencia de las características ambientales existentes en las aguas del archipiélago canario, que son causa de una limitada capacidad de producción, el modelo pesquero que se desarrolla en aguas de Canarias responde al denominado como "pesquerías artesanales", en contraposición al conocido como "pesquerías industriales". b) Debido a la escasa presencia de fenómenos de afloramiento, estas aguas archipielágicas se caracterizan por una escasa producción primaria, generalmente relacionada con situaciones de gran multiespecificidad y baja biomasa por especie. Así pues, en general, el número de especies objetivo es elevado y la selectividad de las artes de pesca es baja. c) En relación con lo anterior, la pesca en aguas canarias es artesanal y multiespecífica, empleándose gran cantidad de técnicas y artes de pesca por parte de una flota muy numerosa, antigua, polivalente en gran medida y escasamente equipada. Además, existe una marcada estacionalidad en las actividades pesqueras y en la elección de especies © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 objetivo por determinada parte de la flota, generalmente originada en la importancia de la pesca de túnidos y sus zafras. d) La actividad pesquera se realiza sobre un gran número de especies (alrededor de ciento cincuenta). Es característica la práctica inexistencia de descartes en las capturas, comercializándose todas ellas. Se constatan diferentes grados en la complejidad de la evaluación o estimación de las biomasas, según las especies y su importancia económica. No obstante, no se posee un conocimiento real de los recursos pesqueros ni aún inenos de sus índices de explotación. Tres grandes grupos de recursos pesqueros son explotados en aguas de Canarias: pelágicos oceánicos, peiágicos costeros y demersales. Los pelágicos oceánicos ex?iotados (unas quince especies de túnidos y afines) han sido los mejor estudiados, fundamemalmente en el marco de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAi); de las especies más importantes se conocen los parámetros biológicos y ecológicos básicos y se poseen datos de captura y esfuerzo suficientes para la evaluación de este recurso. De los pelágicos costeros explotados (unas ocho especies: caballa, sardinas, chicharros, boga y guelde) se conocen algunos parámetros biológicos y ecológicos, aunque se ignoran las series históricas de captura y esfuerzo; por tanto, la evaluación de este recurso por métodos indirectos no puede ser efectuada con rigor. Finalmente, respecto a los recursos demersales expiotados (unas ciento treinta especies de fondo, que básicamente incluyeri peces, crustáceos y cefalópodos), los conocimientos se restringen a diversos aspectos biológicos y/o ecológicos de algunas especies, en general dispersos y no enmarcados en ur plan de investigación; la evaluación de estos recursos es aún lejana en el tiempo. El esfuerzo de pesca se ejerce mayoritariamente en las franjas costeras hasta los 150-200 m de profundidad, lo que provoca una explotación intensiva de las especies que habitan dichos sectores. Por ello, la explotación de algunas especies demersales puede haber rebasado su máximo sostenible. No obstante, en función de su explotación actual podemos distinguir los siguientes grupos de recursos marinos vivos: marisqueros, peiágicos costeros, peiágicos oceanicos, demersaies y semidemersales litorales, y demersales profundos. e) Las capturas son descargadas en playas, refugios pesqueros o en pequeiios puertos en general numerosos, dispersos (a lo largo de más de 1.290 km de costa) y escasamente dotados de infraestructura (muchos de ellos carecen de instalaciones frigoríficas y10 de fábrica de hielo). Los canales de comerciaiización son diversos y, en general, inadecuados (en Canarias existe una única lonja, sita en el puerto de Santa CNZ de Tenerife], llegándose incluso a situaciones de monopolio (un único comprador o intermediario) en algunas localidades e incluso en islas enteras. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Además, los niveles de complejidad resultantes de la atomización en los puntos de descarga y la diversidad de vías de comercialización varían de unas islas a otras, e incluso dentro de una misma isla dependiendo de las zonas. A primera vista, la máxima complejidad parece corresponder a Tenerife y Gran Canaria, el mínimo grado a La Gomera y aún más a El Hierro, mientras que las restantes islas presentarían un nivel intermedio de complejidad. Son pocas las Cofradías o Cooperativas de Pescadores que funcionan satisfactoriamente y su nivel de informatización es, en el mejor de los casos, reciente y precario. En consecuencia y dados los referidos niveles de complejidad, la elaboración de estadísticas pesqueras es muy difícil y cuando existen, en el seno de determinadas cofradías, cooperafivas o en la Administración Autónoma, son confusas, imprecisas y no demasiado fiables. f) En general, los pescadores artesanales canarios proceden de un entorno social humilde y no suelen poseer un nivel cultural elevado. Generalmente se trata de explotaciones de carácter familiar cuya actividad suele estar marcada por un acusado costumbrismo y, en general, por hábitos escasamente innovadores. No obstante, desde una perspectiva socio-económica y antropológica, aún hoy día existe un escaso conocimiento del sector pesquero artesanal canario, pese a su gran tradición y raigambre en las Islas. Los cambios más importantes habidos en los últimos tiempos en las comunidades de pescadores artesanales de Canarias han estado originados por cambios tecnológicos, aspectos del binomio turismo-construcción y recientes problemas en la comercialización de túnidos. g) En los últimos anos, se ha desarrollado enormemente la pesca deportiva como actividad ociosa y lucrativa. Las capturas realizadas mediante esta actividad, así como las correspondientes a furtivismo, tienen cierta importancia en relación con las poblaciones explotadas, tanto por el esfuerzo de pesca realizado como por la tecnología de las embarcaciones que, en la mayoría de los casos, es superior a la de los barcos profesionales de pesca. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Desde la perspectiva antropológica defendida desde 1980 por el Laboratono de Antropología Social de la Universidad de La Laguna, no es lo mismo "técnica de peSCa" que "arte de pesca" (Pascua1 Fernández 1991). Por "técnica de pesca" se entiende un complejo entramado de conocinientos, destrezas, formas de trabajo y10 cooperación que, con determinados métodos (redes, trampas, anzuelos e instrumentos), se emplean para la captura de especies acuáticas útiles al hombre. En cambio, el término "arte de pesca" hace referencia, sobre todo, a tales métodos de captura. En el léxico de los pescadores canarios, el término "arte" suele ser utilizado de manera todavía más restrictiva, asignándose únicamente a los métodos de pesca constituidos por redes de diverso tipo (redes de cerco y artes de playa). 1. Estudios previos En este apartado pasaremos revista brevemente a algunos de los trabajos previos que, de forma más o menos profunda, han abordado la catalogación o inventariado de anes de pesca artesanal. En primer lugar nos referiremos a las obras o estudios de carácter general que, frecuentemente auspiciados por instituciones y organizaciones supranacionaies, han tenido un cierto grado de influencia o repercusión en otros trabajos posteriores de ámbito regional. Los trabajos más destacados son los siguientes. El "Catálogo de la FA0 de ~ianodse aparejos de pesca" (FA0 1972) contiene multitud de esquemas descriptivos de artes de pesca de diferentes regiones del mundo. El mismo enfoque, aunque restringi6ndose a la pesca artesanal, presenta el "Catálogo de artes de pesca artesanal" editado por Nédélec (1975), posteriormente revisado y ampliado por Prado (1987), igualmente bajo los auspicios de la FAO. Sainsbury (1975, 1986, 1996) proporciona una introducción general a las arles y operaciones de pesca. En 1977, la FA0 edita una recopilación de datos sobre barcce y artes de pesca, referidos a toda la cuenca mediterránea (Dremiere y Nédélec 1977), mientras que, en 1979, elabora una lista de aries de pesca industriales y artesanales utilizadas por flotas de distintos paises (africanos o no) en la costa oeste de África. El trabajo de NédBlec et al. (1979) se encuentra más dirigido al campo de la tecnología pesquera. En 1982, Nédélec lleva a cabo una unificación de criterios en los trabajos de catalogación de artes de pesca, en el marco de su "Definición y clasificación de las categorías de artes de pesca". Brandt (1984) publica la tercera edición de un gran catálogo comentado sobre "Métodos de pesca del © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 mundo". En 1990, aparece un trabajo de Vendeville que incluye descripciones, esquemas y selectividad de las artes empleadas en distintas pesquerías de camarones del mundo, tanto artesanales como industriales. En un segundo bloque pasaremos revista a los antecedentes de estudio sobre esta materia que se refieren a los paises mediterráneos (Espaiia excluida). Algunos de estos estudios se citan a continuación. En 1981, Grofit elabora un inventario de las artes utilizadas en la pesca costera artesanal en el Mediterráneo oriental Zaouali (1984) cataloga las artes de pesca históricas y actuales empleadas en las lagunas saladas de la costa de Túnez, mientras que Ben Naceur (1986) lista las utilizadas en la pesca costera de dicho país. En 1986, Le Corre y Farrugio refieren las artes usadas en la región de Languedoc-Roussillon del Mediterráneo francés. El mismo año, Belkhauad y Sekkat pasan revista a las artes de pesca artesanal del Mediterráneo marroquí indicando su época de utilización, especies objetivo, embarcaciones que requieren y tripulación. Oliver (1983) nombra las artes de pesca empleadas en distintos países costeros (europeos y africanos) del Mediterráneo occidental. En tercer lugar comentaremos los trabajos derivados de la actividad de flotas (industriales y artesanales) con base en la Península Ibérica y Atlántico francés en sus caladeros de influencia. Algunas de las publicaciones más destacadas en este sentido, que incluyen descripciones de pesquerías concretas, son las siguientes. En 1955, Bas y colaboradores abordan un detallado catálogo de artes en su trabajo sobre la pesca en Cataluna. Arnaiz y de Coo (1978, 1979a, b, 1982) publican y actualizan los catálogos de las artes de pesca artesanal de la Ría de Arosa. En 1978, Lens Lourido describe la flota, aparejos, especies capturadas y faenas de pesca en la pesquería de palangre en Galicia. Garc��a et al. (1981) describen la pesquería con artes de playa en el sur de España, catalogando las artes de pesca y listando las especies capturadas. En el "Estudio sobre la pesquería del Mar Menor", de Pallarés (t981), se incluye una descripción de artes y maniobras de pesca, además de información sobre la estacionalidad de su empleo y aspectos relativos a las especies objetivo. En los trabajos de Costa y Franca (1982, 1984, 1985) y Franca y Costa (1982, 1984, 1985) se describe la pesca artesanal de las costas portuguesas, detallándose las artes de pesca y aportándose gran documentación fotográfica al respecto. En 1986, Camiñas nombra las artes de pesca artesanal de la costa del mar de Alborán, mientras que Lleonart y Sánchez describen las artes menores de Cataluña. Lleonart ef al. (1987) catalogan las artes de pesca utilizadas en la Comunidad Valenciana y Cataluña, en el marco de un estudio promovido por la Comisión Europea para la descripción y seguimiento de tales pesquerías. Un estudio similar es abordado por Caminas ef al. (1987, 1989) sobre las pesquerías locales de la © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Región Surmediterránea española, que incluye una descripción y catalogación de artes y una relación de especies capturadas por las mismas. En las actas de las "Jornadas sobre Invest'gación de la pesca artesanal en el Mediterráneo espafiol" se comentan brevemente las artes de pesca artesanal de Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía (Oiiver 1988). Allué et al. (1988) describen las técnicas de pesca utilizadas para ih captura de góbidos y especies afines en dichas regiones del Mediterráneo español. Entre las publicaciones aparecidas en la presente década, Uriarte (1990) describe la técnica de pesca para la captura de anchoa en el golfo de Vizcaya, mientras que Cort y Mejuto (1990) nombran las artes utilizadas para la pesca de atún rojo en el mar Cantábrico. En el mismo año, Olaso describe y esquematiza las artes en las pesquerías demersales del mar Cantábrico, mientras que Puente caracteriza las modalidades de pesca con redes fijas de fondo en aguas costeras vascas. Lemoine (1991) y Morizur (1992) pasan revista a las artes de pesca arlesanal en las costas francesas del canal de La Mancha oriental y occidental, respectivamente. La Diputación Provincial de Cádiz edita, en 1991, "El sector pesquero en la provincia de Cádiz" donde se incluye una pequeña descripción de las artes utilizadas en la zona y, en 1994, "Las artes de pesca en el litoral gaditano" consistente en un detallado catálogo de las artes de pesca industrial y artesanal empleadas por la flota gaditana, incluyendo planos y dibujos pormenorizados de cada arte y de los elementos relacionados con su uso. En el ámbito del País Vasco, Santiago (1992) describe las artes de la pesca de atún blanco y Puente (1993) cataloga las técnicas de pesca de la flota artesanal, incluyendo zonas de uso, capturas y estudios de selectividad. En las actas del "Simposium internacional sobre las áreas de afloramiento más importantes del Oeste Africano", varios autores (Ariz 1985, Balguerías 1985, 3ravo de Laguna 1985, Cervantes y Goñi 1985, Delgado y Fernández 1985) descrlben disiintas artes de pesca utilizadas por la flota arlesanal e industrial española para la captura de diversas especies de peces, crustáceos y cefalópodos en la costa noroccidental de África. En la literatura no existen demasiados trabajos de catalogación de artes de pesca artesanal empleadas en las costas del oeste de África. Citaremos el inventario con esquemas referido a Marruecos (Roullot et al 1984) y el relativo a Ghana (Doyi 1984). Desde el punto de vista de la actividad pesquera y las artes empleadas, e ámbito de las regiones o estados insulares es en general más complejo que el de las regiones continentales, debido a la fragmentación territorial con sus peculiares características geomorfológicas, oceanográficas e incluso socio-antropológicas. En este contexto insular o archipielágico, caben ser destacados los estud os que a continuación se citan. Méndez-Arocha (1963) aborda la descripción e historia de los métodos de pesca en la Isla de Margarita (Venezuela). En el ámbito de las Baleares, Uabrés y © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Martorell (1984) caracterizan la pesquería de artes menores, Martorell y Oliver (1986) ahondan en dicho estudio y en un sistema de recogida de datos estadisticos para su evaluación, mientras que Massutí y Morales-Nin (1991) describen el arte y maniobras de pesca en la captura de Ilampuga. En la obra "Artes de pesca artesanal en las islas Azores", de Raposo (1984), se incluye un catálogo de los métodos de pesca empleados en las distintas islas, detallándose las variaciones existentes en cada núcleo pesquero. No se conocen textos que traten el tema de la catalogación de artes de pesca en el archipiélago de Madeira. En cambio, se han publicado numerosos trabajos sobre esta temática (Hanek 1964, Lozac 1986, Lozac y Mascarenhas 1986, Martins 1986) en las Islas Cabo Verde. Antecedentes de estudio en Canarias LOS antecedentes históricos y la situación actual (1975-92) de la pesca de los "costeros" (barcos) canarios en el banco sahariano fueron brillantemente abordados por Balguerías (1993). La presencia de pescadores hispanos en las vecinas costas de África se pierde en la más remota antigüedad. La intensa actividad pesquera que los marineros andaluces afincados en Canarias y los propios isleños practicaban hasta más al sur de Río de Oro se remonta, al menos, a la mitad del siglo XV. Pérez del Toro (1892) (en Balguerías 1993), Taquin (1903) (en Balguerías 1993), García Cabrera (1970) y Quintero et al (1992) recogen diversos datos sobre la pesca de los isleños en la costa africana durante los siglos XV a XVII, incluyendo las artes empleadas, su evolución histórica y las especies objetivo. La primera descripción de las pesquerías canarias en la costa sahariana se debe a Glas (1764) (en Balguerías 1993). En plena época de la ilustración, aparecen los primeros tratados generales sobre la pesca. Viera y Clavijo (1 773) (en Balguerías 1993) resume el texto de Glas sobre la pesca de los canarios en la costa de África. Cornide de Saavedra (1788) (en Balguerías 1993) escribe sobre las diversas pescas y las redes y aparejos con que se practican, mientras que entre 1791 y 1795 aparece el "Diccionario histórico de los artes de la pesca nacional" de Sañez Reguart (1771) (en Balguerías 1993). Pérez del Toro (1881, 1892) (en Balguerías 1993) lleva a cabo una redescripción de la pesca de los canarios en la costa africana. Taquin (1903) (en Balguerías 1993) recoge todos los aspectos de la pesquería desarrollada por los isleños en la costa africana. Rodríguez Santamaría (1923) (en Balguerias 1993) publica el "Diccionario de artes y aparejos de España y sus posesiones" que incluye la actividad pesquera canaria en la costa sahariana. El informe de Lozano y Rey (1934) (en Balguerías 1993) contiene pormenores sobre algunos aspectos de la pesca de los costeros. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Balguerías (1985) estudia la actividad de la flota artesanal canaria que faeló en la costa noroccidentai africana de 1975 a 1982. Así pues, durante más de cinco siglos de actividad pesquera canaria eri la costa sahariana se fueron experimentando e introduciendo nuevas artes de pesca y mejoras tecnológicas (viveros, motorización y un largo etcétera), generalmente procedentes de la Península Ibérica y de países del norte de Europa, que sin duda terminaron por adaptarse a las pesquerlas desarrolladas en aguas de las propias islas Canarias. Por lo que se refiere a la pesca practicada en el mar de Canarias, destacaremos los siguientes antecedentes de estudio. Entre 1799 y 1810, Viera y Clavijo (1869, 1900, 1982) describe diversas especies de animales marinos señalando, en ocasiones, las artes de pesca utilizadas por los isleños para su captura. En la citada obra de Rodríguez Santamaría (1923) (en Balguerías 1993) se describen algunas artes y maniobras de pesca empleadas en las costas canarias a principios de este siglo. Ya en 1961, García Cabrera realiza la comunicación titulada "Estudios ictiológicos sobre posibilidades pesqueras en el Archipiélago Canario y costa de África", en la Conferencia Regional Pesquera de Canarias, donde se destaca la pesca de escómbridos. El IEO Lab. Canarias (1968) publica un "Informe sobre la pesca en la provincia de Santa Cruz de Tenerife en 1967", donde pasa revista a las distintas pesquerías (artes y especies objetivo) y a su estado de explotación. En 1970, García Cabrera recopila la información existente sobre "La pesca en Canarias y Banco Sahariano" y sus perspectivas futuras. García Cabrera y Pereiro (1973) describen la pesquería de bonito-listado en El Hierro. Como resultado de los anteriores análisis pesqueros y de una serie de campañas experimentales en aguas profundas entre 1968 y 1975, el IEO Lab. Canarias (1977) publica un informe sobre la pesca en Canarias en el marco de un proyecto de desarrollo pesquero del Archipiélago. Los primeros trabajos del entonces Centro de Tecnología Pesquera (CTP) del Cabildo Insular de Gran Canaria fructifican en una tesina que recoge aspectos de la pesca de vieja en Gran Canaria (Pérez 1979), un "Estudio preliminar sobre la pesquería artesanal canaria" (Barrera ef al. 1980), una tesina sobre "Biología y captura de espáridos en la costa oriental de Gran Canaria" (Ojeda Guerra 1983) y una serie de artículos y publicaciones de carácter divulgativo (Ojeda Guerra y Barrera 1980, Pérez 1980, Guzmán 1981, Guzman el al. 1982) que se ocupan de la actividad pesquera en Canarias o de alguna pesquería en concreto, describiendo las artes de pesca. Durante los bienios 1982-83 y 1985-86, el entonces Laboratorio de Canarias del Instituto Español de Oceanografía y el mencionado Centro de Tecnología Pesquera realizan un estudio preliminar sobre los recursos pesqueros de Canarias y elaboran un censo de la © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 flota del Archipiélago. En el marco de dichos planes regionales de investigación, se describieron las pesquerías pelágicas y demercales de Canarias indicándose los métodos de captura y las especies objetivo (Centro de Tecnología Pesquera 1983, IEO Lab. Canarias 1963, La-Roche 1984, Carrillo etal. 1985, 1986a, b, González et al 1986a, b, Santana etal 1986). Franquet (1 985) incluye esquemas simples y definiciones de los principales métodos de captura utilizados en las pesquerías en aguas canarias. Pizarro (1985) dedica un capítulo de su catálogo de "Peces de Fuerteventura" a describir brevemente las artes y maniobras de pesca existentes en dicha Isla. Santana et al. (1987) caracteriza la pesquería de túnidos en el Archipiélago, describiendo sus técnicas de pesca. Los trabajos sobre la actividad pesquera en Playa de Mogán (Gran Canaria) (González et al. 1988a, 1991,1992) enumeran las artes de pesca utilizadas en la zona y sus especies objetivo. De contenido socio-antropológico, incluyendo aspectos relativos a estrategias de producción y descripciones de técnicas de pesca, son los trabajos de Mesa (1982), Pascuai Fernández y Pérez (1982), Pascual Fernández (1991), Santana (1998-91) y Rodriguez Santana (1993), entre otros muchos. Las caracteristicas generales y particulares de las pesquerias artesanales explotadas en Canarias, con enumeración de artes de pesca y especies objetivo, han sido abordadas por González (1991a), Bas et al. (1995), González y Lozano (1996) y Jiménez (1997), entre otros. En la presente década, diversos trabajos han abordado el estudio de las pesquerías más relevantes de Canarias, describiendo, con mayor o menor detalle, las técnicas de pesca empleadas. Algunas de las pescas estudiadas han sido las de vieja (González 1991 b, Gonzáiez et al 1995a, b, 1996a). túnidos (Ariz et al 1993), murénidos (Jiménez et al. 1993, Jiménez 1997), peto (Mena etal. 1993), cabrillas (Pérez-Barroso et al. 1993), sama cerruda o pargo (Pajuelo y Lorenzo 1995), así como bocinegro, breca, besugo y salmonete (Pajueio 1997) entre otras pesquerías. Los trabajos relativos a la primera especie citada, la vieja, incluyen un estudio del efecto de las distintas artes sobre las poblaciones explotadas. En la obra de Aguilera Klink etal (1994) se analiza brillantemente la forma en que se lleva a cabo la actividad pesquera en Canarias y su impacto en el ecosistema marino. La publicación de Franquet y Brito (1995), un inventario de las especies de interés pesquero en Canarias, incluye un capítulo sobre recursos y su explotación y esquemas simples de los prlncipaies métodos de captura. Finalmente, los trabajos de Rico et al. (1993, 1995) deben considerarse precursores del presente catálogo de técnicas de pesca artesanai en la Isla de Gran Canaria. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 2. Justificación y objetivos El estudio de los recursos pesqueros de una zona y su posterior evaluación han de construirse sobre una base sólida para que tengan rigor científico. Dicha base se fundamenta en el conocimiento, lo más completo posible, de las técnicas de pesca y las estrategias utilizadas por las diferentes comunidades de pescadores que actúan en dicha zona. La regulación cabal de la actividad pesquera artesanal no debería realizarse sin ccntar con información fidedigna acerca de la actividad de la flota pesquera y de sus especies objetivo, pues este conocimiento es el comienzo de cualquier estudio científico-técnico destinado a la creación de una adecuada ordenación pesquera. Sin embargo, la enorme complejidad de artes de pesca y recursos pesqueros, la gran diversidad de especies capturadas, el escaso control de la actividad de la flota y sus capturas, la fragmentación territorial en ocho islas con flotillas propias unida a la elevada atomización de la actividad a lo largo del litoral del Archipiélago, además del gran requerimiento de personal y coste económico relativamente alto, han constituido algunas de las razones que hasta ahora han impedido la realización de un catálogo de técnicas de pesca artesanal de Canarias, ni tan siquiera de un simple inventario de artes Consciente del vacío de conocimiento acerca de la actividad pesquera artesanal en Gran Canaria, la Sección de Pesquerías del entonces denominado Centro de Tecnología Pesquera (en Taliarie, Telde) redactó y, en agosto de 1992, presentó a la consideración del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria un plan de trabajo trianual (1992-95) para acometer un estudio sobre "Catálogo de artes de pesca ariesanal en Gran Canaria". En septiembre de 1992, con informe favorable de su Servicio de Educaci��n, dicha Corporación Insular acordó conceder una Beca de Investigación Científico-Pesquera al primer autor de este libro para la ejecución del citado plan bajo la adscripción del referido equipo de investigacióii. Desde finales de 1995, los trabajos quedaron enmarcados en el Área de Biología Pesquera del Instituto Canario de Ciencias Marinas (hoy día adscrito al Gobierno de Canarias), continuando el desarrollo de las investigaciones en el seno del mismo equipo investigador, merced a la puesta en marcha de diversos proyectos y programas de estudio (1995-98) que han posibilitado la obtención de un mayor nivel de conocimientos y, en def nitiva, la finalización del presente trabajo. Aunque en principio este catálogo pretendía ser una estricta descripción de las técnicas de pesca, hemos añadido un apartado sobre estudios previos que incluye los antecedentes de estudio en Canaria*. También hemos localizado geográficamente los distintos núcleos pesqueros de la Isla, pues en el texto se hace continua referencia a los mismos. Por último, hemos incorporado una breve descripción de la flota pesquera litoral © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 canaria, especialmente la que tiene su base en Gran Canaria, pues en ocasiones el diseño de las embarcaciones guarda estrecha relación con el arte principal al que se dedican. Por Otra parie, nos hemos limitado al estudio de la pesca profesional, dejando a un lado actividades deportivas como la pesca con caña desde la costa, la de agujas, túnidos y tiburones desde yates o la caza submarina. Otros apartados complementarios, frecuentes en otras publicaciones de parecida índole a la de este estudio, tales como la descripción de cada núcleo pesquero o la relación exacta de la flota con las características de cada barco, nos parecen propios de trabajos con pretensiones distintas. Los objetivos que hemos intentado cubrir en el presente trabajo han sido los que se relacionan a continuación. a) Localización e identificación de los núcleos pesqueros insulares. b) Catalogación y descripción de los diferentes métodos de pesca y elementos auxiliares utilizados por la flota pesquera litoral con base en la Isla. c) Descripción de las maniobras de pesca y estrategias de uso de las artes. d) Identificación de las especies objetivo y asociadas en las diferentes pesquerías. 3. Metodología de estudio De manera previa a las tareas de catalogación propiamente dichas, se efectuaron varios recorridos exhaustivos de la zona costera de la Isla. De esta forma todos los puertos y playas en los que existe actividad pesquera artesanal fueron localizados y refleiados en un mapa. En la obtención de la información precisa para la catalogación y descripción de las técnicas de pesca empleadas por la flota grancanaria, hemos recurrido a una metodologia doble y complementaria: directa e indirecta. La metodología directa ha consistido en la recogida de información sobre el terreno, basándonos en observaciones directas, mediciones y toma de fotografías y películas de video realizadas durante una serie de visitas planificadas a los diferentes núcleos pesqueros previamente localizados. Las observaciones directas se han desarrollado mediante muestreos en los mencionados núcleos pesqueros y a bordo de embarcaciones artesanales. En los primeros se han abordado las cuestiones relativas al tamaño de las mallas y anzuelos, número de anzuelos y dimensiones de las artes, entre otras Como instrumentos de medida se han utilizado, básicamente, cintas métricas y calibradores. Los muestreos a bordo han tenido la finalidad de describir las maniobras de pesca con la mayor fidelidad posible, al tiempo que han permitido cotejar la información obtenida por vía indirecta. El tratamiento © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 fotográfico ha aportado valiosa información complementaria y ha facilitado el tratamiento gráfico de los datos. El video ha permitido grabar todos los detalles de las maniobras de pesca muchos de los cuales a veces escapan al observador de a bordo- para su posterior descripción fidedigna. Para facilitar su comprensión, los esquemas de artes y técnicas de pesca en general han sido dibujados respetando las proporciones y a escala del original. La metodología indirecta se ha basado principalmente en la realización de entrevistas o encuestas. Se ha tenido especial cuidado en la elección de las personas entrevistadas, seleccionando las que poseian contrastada experiencia profesional, incluyendo tanto pescadores +n activo y jubilados- como cargos de las cofradías, cooperativas o comunidades de pescadores. En la medida de lo posible, se ha procedido a la grabación de las entrevistas en cinta magnética. No obstante, el método de estudio más habitual ha consistido en la cumplimentación de estadillos de encuesta confeccionados al efecto. La información obtenida por metodología indirecta, además de provenir de diversos informadores, ha sido contrastada y completada con las observaciones directas en tierra y a bordo. Como método indirecto complementario se han utilizado los datos relativos a las descargas de pescado que, en algunos casos, fueron suministrados por cofradias y cooperativas de pescadores. Este tipo de información ha resultado ser de gran utilidad para comparar y completar los datos sobre especies objetivo obtenidos in situ, así como para deducir la posible estacionalidad de sus capturas. Los mencionados estadillos han servido tanto para cumplimentar las encuestas como para la toma de datos por observación directa. Fueron elaborados de tal manera que cada uno correspondiese a cada método de pesca detectado (en una misma entrevista se cumplimentaban estadiilos de todas las artes a las que hacia referencia el entrevistado). La estructura y el contenido de los diferentes estadillos fueron progresivamente adaptados y, en consecuencia, mejorados, a medida que su utilización fue en aumento. Los estadilios incluyen cuestiones relativas a los siguientes aspectos: - denominación técnica y local del método de pesca; - descripción del método de pesca: tipos o variantes, dimensiones, materiales, formas, elementos constituyentes, útiles y elementos auxiliares, etc.; - utilización: maniobras de calado y virado, calamento o aparejamiento, carnadas. cebos y reclamos, equipo a bordo y en tierra, duración de la jornada de pesca, tiempo efectivo de pesca, Bpocas de empleo, localidades en donde se utiliza, etc.; - especies capturadas: especies objetivo, asociadas y descartes; - estrategias de uso: equipo humano, estacionaiidad (zafias), zonas y profundidades de pesca, etc.; - otros aspectos biológicos, técnicos (reparación, vida media, etc.) y económicos. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 En el Anexo I se señalan las abreviaturas usadas en los planos de las artes para indicar el tipo y10 naturaleza de los materiales constituyentes (por ejemplo, mono, monofilamento; MAD, madera; PA, poliamida; Pb, plomo; Cu, cobre). En el Anexo II se incluyen los modelos de estadillo de encuesta para cada método de pesca utilizados en el trabajo de campo. Para la clasificación de las distintas artes hemos adoptado el criterio de Nédélec (1 984, "Definición y clasificación de las diversas categorías de artes de pesca") con algunas modificaciones. Dicho autor sigue en su trabajo la Clasificación Estadística Internacional Uniforme de las Artes de Pesca (ISSFG), recomendada por la FA0 y utilizada por el Grupo Coordinador de Trabajo (CWP) sobre Estadísticas de las Pesquerías del Atlántico. Tal como han sido recogidas en el trabajo de campo, muchas de las medidas de longitud de las artes han sido mantenidas en brazas, unidad que habitualmente se utiliza en la mar y que es tan práctica como inexacta. No obstante, para simplificar la lectura del texto hemos transformado todas las medidas de longitud en metros, tomando la braza como 1,65 m, que es la envergadura normal de un pescador local con los brazos extendidos. 4. Los núcleos pesqueros del litoral grancanario Como se observa en el mapa confeccionado (Figura 2), la costa de Gran Canaria se encuentra plagada de puntos en los que se desarrolla actividad pesquera artesanal de carácter profesional. A dichos puntos los hemos denominado "núcleos pesqueros". En el conjunto del litoral grancanario se localizan un total de 27 núcleos pesqueros, que han sido relacionados en la Tabla 1 indicándose el tipo de refugio y el thrmino municipal de adscripción. El tipo de refugio consistente en una simple playa de varado con escasa infraestructura pesquera (19 núcleos) predomina frente a las instalaciones de tipo muelle o puerto (7 núcleos). El núcleo pesquero de La Aldea puede considerarse de carácter mixto. La distribución de núcleos pesqueros por municipios es la siguiente: Las Palmas de Gran Canaria (6), San Bartolomé de Tirajana (5), Mogán (5), Telde (4), Aguimes (3), Ingenio (l), San Nicolás de Tolentino (l), Agaete (1) y Gáldar (1). Si en dicha relación incluyésemos las localidades en donde se pueden encontrar embarcaciones dedicadas a la pesca deportiva, probablemente se rellenarían los sectores de costa que aparecen libres en el mapa. De hecho, aunque la pesca profesional ha desaparecido en los antiguos núcleos pesqueros de la costa norte (San Felipe, Baiíaderos), la costa de Bariaderos alberga una veintena de embarcaciones dedicadas a la pesca deportiva. La pesca es pues una actividad que se desarrolla en la totalidad del litoral de la Isla, si exceptuamos las zonas acantiladas e inaccesibles de la costa oeste. Sin embargo, los © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 refugios naturales suficientemente amplios para albergar una flota pesquera no son abundantes. En cambio, es frecuente encontrar zonas más o menos abrigadas a lo largo de la costa, muchas de ellas sin puerto ni infraestructura alguna, que son utilizadas por pequeñas embarcaciones, bien sea varando en la playa, bien al abrigo de espigones, pequeños puertos pesqueros o pesquero-deportivos. Muchos de estos puertos propiamente dichos fueron construidos teniendo en cuenta preferentemente la dinhica marina predominante a lo largo del año, producida por los vientos del nordeste. Por ello, la aparición de temporales del sur con frecuencia provoca desastres tales como desperfectos en las embarcaciones (no son raros los hundimientos) o incluso la desaparición de parte de los muelles y sus instalaciones. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Puerto dc lar La Aldea ti Playa de h &elle deportivo b Playa dc Annaga -+ Puta Salinas , Cashllo dcl Romeml -- - Figura 2 Localizacion geografica de los nucleos pesqueros de Gran Canana © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tabla 1. Núcleos pesqueros de Gran Canaria (PI , playa de varado; Pu, puerto o mLelle). LOCALIDAD Playa de Las Canteras - La Puntilla - Peña la Vieja Playa de Las Alcaravaneras Muelle deportivo Puerto de San Cristóbal Playa de Cardosa Puerto de Taliarte Playa de Melenara Playa de Tufia Playa de Ojos de Garza Playa de El Burrero Playa de El Cabrón Playa de Arinaga Punta Salinas Castillo del Romeral Playa de Tarajallllo Playa del Águila Las Burras-El Cochino Playa de San Agustín El Homillo (Pasito Blanco) El Pajar Puerto de Arguineguin Playa de Mogán Playa de Tasarte La Aldea Puerto de Las Nieves Sardina del Norte TIPO DE REFUGIO MUNICIPIO PI PI PI PU Pu PI PU Pi PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PU Pu PI PI, PU Pu PU Las Palmas de Gran Cariana Las Palmas de Gran Cariaria Las Palmas de Gran Cariaria Las Palmas de Gran Cariaria Las Palmas de Gran Cariaria Las Palmas de Gran Canaria Telde Telde Telde Telde Ingenio Agüimes Agüimes Agüimes San Bartolomé de Tirajana San Bartolomé de Tirajana San Bartolomé de Tirajana San Bartolomé de Tirajana San Bartolomé de Tirajana Mogán Mogán Mogán Mogán Mogán San Nicolás de Tolentino Agaete Gáldar © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 5. Descripción de la flota pesquera lltoral De acuerdo con los datos comunicados por la Viceconsejeria de Pesca del Gobierno de Canarias sobre el censo de la flota pesquera operativa en 1996 (Anónimo 1997a), la flota canaria consta de cinco componentes: arrastrera, sardinal, artesanal. artesanal de litoral y de bajura o litoral propiamente dicha. El censo total incluye 1.542 embarcaciones, que totalizan 50.593 T.R.0 y 198.428 C.V. de potencia motriz. Atendiendo al estudio que nos ocupa, la flota pesquera que explota pesquerías artesanales en aguas de Canarias está integrada por unidades de los dos últimos componentes citados. Ambas flotas faenan, al fresco, en aguas del caladero canario. La flota artesanai de litoral la componen 117 barcos (7,6 % del total), con registro bruto total de 1.715 T.R.B. (3,39 % del total) y medio de 15 T.R.B., potencia motriz total de 12.671 C.V. y media de 108 C.V., eslora entre p.p. de 10 a 22 m y edad media de 27 años (Anónimo 1997a, Jiménez 1997). Esta flota artesanal de litoral, constituida por barcos con casco de madera o fibra de vidrio, embarcando a unos 600 pescadores (5-6 hombresharco), presenta gran complejidad en virtud de las artes de pesca empleadas, de la estacionalidad/simultaneidad en la utilización de las mismas y de las especies objetivo a las que las dirigen. Básicamente se dedican a la actividad de atuneros cañeros con cebo vivo, aunque en general la alternan con el empleo de redes de cerco e incluso con nasas (camaroneras y para peces), palangres de fondo y litias de mano (González y Lozano 1996, Jiménez 1997). La flota de bajura, o flota litoral propiamente dicha, consta de 1.199 pequeñas embarcaciones (77,s% del total), con registro bruto total de 2.727 T.R.B. (539 %del total) y medio de 2,3 T.R.B., potencia motriz total de 19.356 C.V. y media de 16 C.V., eslora entre p.p. menor de 10 m y edad media de 36 años (Anónimo 1997a, Jiménez 1997). Esta flota de bajura, mayoritariamente integrada por embarcaciones con casco de madera y en ocasiones plastificado, embarcando a unos 2.665 pescadores (2-3 hombreslbarco), se dedica principalmente a la captura de especies demersales, utilizando gran variedad de técnicas y artes de pesca tales como redes de enmalle ("trasmallos"), redes de cerco ("traíñas", cardinales, "salemeras"), redes de cerco y arrastre (artes de playa o "chinchorros"), redes izadas ("pandorgas" o "guelderas"), trampas (nasas para peces y "tambores"), artes de anzuelo (palangres de fondo y Iiñas da mano) y otros incmimentos de pesca o marisqueo (González y Lozano 1996, Jiménez 1997). Su escasa tecnologia y capacitación, además de un costumbrismo acusado, les obliga a operar casi con exclusividad en la zona costera (hasta un máximo de 150-200 m de profundidad) que, en consecuencia, soporta una intensa presiein pesquera (Gonzáiez 1996a, 1997, Jiménez 1997). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 El elevado grado de concurrencia de la flota litoral (a la que estacionaimente se une la flota artesanal litoral) sobre gran número de especies demersales (en si recursos limitados que, en ocasiones, presentan marcada estacionalidad intra- y quizás interanual), junto a la competencia entre diversas artes de pesca, han conducido a manifiestas situaciones de sobreexplotación (e.g. Pajuelo 1997) que aconsejan estudiar medidas de ordenación y regulación las cuales, por otra parte, tienen importantes implicaciones socio-econóinicas que afectan a las comunidades pesqueras de las Islas. En la isla de Gran Canaria el tipo de embarcación de bajura más frecuente tradicionalmente ha sido, y lo sigue siendo, la peque��a "falúa", antiguamente denominada "barca mora". Se trata de una embarcación casi simétrica (con "dos proas"), sin cutiieria, de menos de 4 T.R.B., cuya eslora varia en torno a 6-7,5 m. El casco es de madera, frecuentemente "plastificado" con fibra de vidrio y poii6ster (VRP). La motorización, muy variable, normalmente no supera los 35 C.V., aunque puede llegar a 60 C.V. e inciuso en casos excepcionales acercarse a los 100 C.V. Hay falúas que obtienen la fuerza motriz de motores fuera borda, para cuya instalación se modifica su popa hasta hacerla aplanada. Suelen carecer de equipos de navegación tales como sonda, sistema global de posicionamiento (GPS) o emisora de radio. El equipo de pesca se reduce, si acaso, a una maquinilla portátil que generalmente no tiene tracción propia, conectándose al motor. Como única ayuda en las maniobras de pesca, la mayorla de las embarcaciones presenta una polea o "roldana" en la proa que facilita el izado manual del cabo de fondeo de las artes. Los tanques para mantenimiento de carnada viva son instalados exclusivamente para las zafras de bonito y grandes túnidos. Se trata del tlpico barco para la pesca con liñas de mano, trampas o redes de enmalie caladas en el fondo, aunque también se utiliza para la faena con redes de cerco, artes de playa y cañas para bonito. Su pequeño porte resuita idóneo si el refugio disponible simplemente se limita a una playa donde varar la embarcación (Foto l),el caso m& habitual en los núcleos pesqueros de Gran Canaria. Sus reducidas dimensiones también resuitan ventajosas cuando, en puertos con poca protección o con escasez de espacio disponible, resuita imprescindible varar iac embarcaciones. Para esta operación, unos pocos hombres cuentan con la ayuda de "paraies" o semicilindros de madera que protegen la quilia de la falúa al arrastrarla, piezas artesanales móviles para girar la embaración una vez varada (Foto 2) y pequeñas "burras" para mantenerla derecha (Foto 3). La mecanización para sacar la embarcación del agua suele ser nula o muy rudimentaria, reduciéndose, cuando existe, a haladores accionados a mano (Foto 4) o adaptados a motores de poca potencia (Foto 5). En estas condiciones es fácil imaginar que barcos más grandes no resultarían operativos. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Otro tipo de barco, incorporado desde hace poco tiempo a la flota artesanal de litoral de Gran Canaria, es el llamado "nevero" o "bermeano" (Foto li)c,o n eslora generalmented e 8-11 m (común de 9 m, ocasionalmente 12 m). El motor puede tener una potencia muy variada, oscilando desde 40 C.V. o menos hasta 170 C.V. o más. Incorpora un pequeño puente, tiene cubierta, suele disponer de diversos instrumentos de navegación y presenta equipos de pesca tales como tanques fijos para carnada viva, plumas u "horcas", cabestrantes, maquinillas hidráulicas o poleas motrices para cerco. Este tipo de embarcación es mucho más adecuado que el anterior para la pesca de túnidos con caña y la de pequeños pelágicos al cerco, posibilitando además el acceso a caladeros más profundos para la utilización de palangres horizontales. Puede realizar mareas relativamente largas (de aproximadamente una semana), como las que llevan a cabo algunos palangreros grancanarios en aguas de Fuerteventura para la captura de especies de fondo. A modo de resumen, las embarcaciones que explotan los recursos litorales de Gran Canaria son en su totalidad de pequeño porte, no superando en ningún caso las 20 T.R.B. (valor medio de 4,3 T.R.B.) ni los 13 m de eslora (valor medio de 7,ü m). La característica fundamental de la flota pesquera de Gran Canaria es su gran polivalencia respecto a las artes de pesca empleadas y, por tanto, respecto a las especies sobre las que actúa. Es bastante corriente que una unidad faene con tres, cuatro o incluso cinco artes diferentes dependiendo de la época del año, pudiendo llegar a pescar a lo largo de su existencia con la práctica totalidad de las existentes en la Isla. Hay excepciones a esta regla, entre las que se incluyen los barcos, con base en el puerto de Arguineguín, dedicados casi con exclusividad a la captura de pequeños pelágicos, que incorporan un equipamiento eficaz adaptado a esta pesquería, o las embarcaciones que han aumentado tanto el número de nasas para peces que han tenido que especializarse en este arte para poder atenderlas sin introducir nueva mano de obra en la unidad productiva. En el momento de redactar este libro, numerosos armadores grancanarios, amparados por los fondos IFOP de la Unión Europea, están renovando sus viejas embarcaciones, sustituyéndolas por modernos barcos de fibra o madera de mayor eslora, adquiridos en astilleros de la España peninsular. Esto supondrá en breve un incremento progresivo de la eslora y potencia motriz de la flota de Gran Canaria, con el consiguiente aumento de su capacidad extractiva y una mejora sustancial de las condiciones de trabajo de los esc cado res. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 6. Técnicas de pesca artesanal en Gran Canana En Gran Canaria podemos encontrar una treintena de diferentes artes en activo que, a su vez, suelen presentar numerosas modalidades. De ellas, rara es la que sigue una pauta fija de fabricación, pues sus dimensiones y elementos constituyentes dependen normalmente de la localidad de utilización e incluso del artesano que la haya elaborado. De esta forma, los mdtodos de pesca, o artes de pesca en sentido amplio, que se utilizan o han sido utilizados por la flota pesquera artesanal de litoral (o de bajura) con base en los puertos de Gran Canaria pueden ser agrupados según la siguiente clasificación técnica: a) Artes de cerco: - de cerco con jareta - de cerco sin jareta b) Artes de cerco y arrastre c) Pequeñas redes de arrastre d) Redes izadas e) Redes da caída f) Redes de enmalle: -de enmalle de un paño - de anmaiie de varias paredes (trasmallos propiamente dichos) g) Trampas: - nasas -tambores h) Artes de anzuelo: - líneas - poteras - cañas - palangres i) Artefactos e instrumentos de pesca © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 útil para impedir, en lo posible, la huida del cardumen a través de la unión de dichos extremos. Localmente se suele denominar "copo" a la totalidad de la red, no distinguiendo unos paños de otros pero, en realidad, aunque la malla suele ser uniforme en todo el rectángulo principal, si exkte un paño de malla más fuerte y generalmente más pequeña que el resto, que es el último en ser izado (el más cercano al cabecero), aguantando todo el peso de la captura y sobre todo resistiendo el roce del salabre o 'jamo" (véase su descripción en el apartado de artes auxiliares) cuando con él se iza el pescado del "copo" al parque de pesca del barco. Por último, las anillas por las que corre el cabo de la jareta cuelgan de cabos anudados directamente a la reiinga de plomos (un cabo por cada anilla). Dimensiones del arte: La longitud de una traíña viene determinada por el número de paños rectangulares de 100 m que se unen longitudinalmente y de las dimensiones de los puños de proa y popa, que son extremadamente variables (1,70-15 m) dependiendo del constructor del arte. Asi pues, la longitud total puede oscilar desde los escasos 132 m (80 brazas) de algunas "trahias para sardina chica", hasta los 325-330 m de las mas grandes. Las artes de 175-210 m son las m& habituales. De forma parecida, la altura del arte responde al número de paños que se cosen verticalmente y de la luz de malla que aqudllos presenten, pues el número de mallas que contiene la altura de cada paño es constante y casi siempre de 400 mallas (a veces también se encuentran de 6Oü u 8W mallas). Las de menor peralto con las "traiíias de dia" (4 paños de 400 mallas) y las que en general se utilizan cerca de la costa para la captura de ejemplares pequeños (5 paños de 400 mallas, luz de malla de 11 mm), con 20-25 m (12-15 brazas) (Figura 4); las mayores alturas son alcanzadas por las artes utilizadas en mar abierto, 40-80 m (de 6 a 9 paños de 400 mallas, generalmente con luz de malla de 14-22 mm). En algunas localidades, como el Puerto de San Cristóbal, hay pescadores que aumentan la longitud de las redes de cerco pequeñas añadiendo en uno de sus extremos una red de enmalle ("trasmallo") con paño multifilamento, adecuando la altura del mismo al peralto de la traiña. Dimensiones de las mallas: Dependen de la talla de los ejemplares a capturar. La malla de 22 mm es la habitualmente utilizada en las pesquerías estables del sur, en las que el esfuerzo se dirige a la captura de peces de mediana talla. Pero se pueden hallar sardinales con luz de malla muy variada, de 8,IO. 11, 15 ó 17 mm, e incluso artes que, ya sea desde su construcción o por las sucesivas reparaciones a las que son sometidas, presentan paños de mallas diferentes en la misma red. La malla de 11 mm es la generalmente empleada en la pesquería estaciona1 de "sardina chica" y en la captura de carnada viva para la pesca de túnidos. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Las cadenetas contienen mallas diversas de 17 a 26 mm. Los paños de los puños extremos presentan malla grande y resistente, de hasta 100 mm cuando son elaborados por los propios artesanos. Características de Iaiareta: El cabo de la jareta o corredera tiene la misma iongitud o es un poco mayor que el arte, con grosor mínimo de 10 mm (con mayor diámetro se enrolla menos al virar). Las anillas de la jareta, de diámetro muy variable (en general 7/9/18 cm de diámetro y 10/16/20 mm de grosor), se disponen cada 8-12 m (5-7 brazas) anudadas a cabos de longitud variable en función de las dimensiones de la red y sobre todo de la disponibilidad de mecanización para las maniobras de virado. Si la corredera se cobra a mano, las anillas pueden estar distanciadas de la relinga de plomos tan sólo 0,5 m, mientras que cm barcos con cabestrante o maquinilla el cabo de las anillas puede llegar a 2,5-3 m de longitiid. -: arte: relinga superior presenta flotadores de hasta 91 mm de diámetro cada tramo de 20-30 cm, dependiendo de su material y tamaño. La relinga inferior porta plomos cilíndricos u ovales a razón de 1 a 3 kg por metro de cabo. Aunque el cuerpo de la red tiene forma rectangular, dado que todos sus componentes la tienen, la longitud de la cadeneta superior se ve acortada al armarla a la relinga de corchos, con lo que ei arte adquiere forma "rechoncha" cuando se encuentra en el agua. Materiales: El paño de red es de nailon multifilamento, trenzado o torsionaclo, con o sin nudos. El patio sin nudos facilita el hundimiento de la red en el agua, característica importante en este tipo de artes, aunque parece ser que un mínimo desgarro puede significar la rotura total de parte a parte, cosa que no ocurre en los pafios con nudos. Los flotadores, cilíndricos, ovales o semiesféricos, pueden ser de plástico rígido o de "espuma' plástica (PVC expandido). El lastre de la relinga inferior esla constituido por piezas de plomo de 100- 250 g (1-3 kglm). Todos los cabos son de nailon torsionado, de 6-8 mm los propios de la red y como mínimo de 10 mm el de la jareta. las anillas de la jareta suelen ser de acero inoxidable, aunque también las hay de hierro, e incluso todavía se usan de bronce. Artes y elementos auxlliaiei El ?amoo es una bolsa de red que cuelga de un aro metálico sujeto a un vestago de madera o metal, que habitualmente se utiliza para cargar y descargar pescado (Foto 7). En el caso particular de la pesca de cerco, se usa para trasladar la captura a bordo cuando es abundante y la red no puede ser izada manualmente. También se utiliza para repaltir la captura destinada a carnada viva en los diferentes tanques del barco. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Roh,, PA S 100 inm Figura 3 Esquema de la "traiña" (arte de cerco) mas habitualmente utilizada en Gran Canaria © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Rdm* de corcho. Ftgura 4 Esquema del arte de cerco utilizado a la luz del dla ("traiña de dia") en el puerto de Tallarte (Telde Gran Canaria) © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Como diremos al describir las maniobras de pesca, la pesca con traína se realiza tanto de día (en cuyo caso los barcos buscan los bancos de peces) como de noche (atrayéndolos con luz). Por ello, todos los cerqueros poseen un mínimo equipo de pesca auxiliar compuesto por grupos electrógenos (desde 12 hasta 100 voltios), focos de diversa potencia (normalmente de 500, 1 .O00 y 1.500 vatios) (Foto 8) y un mirafondos o "vidrio". Este último artilugio consiste en un cajón de madera con forma de pirámide truncada, sellado e impermeabilizado, con la base de cristal, la cual se introduce en el agua posibilitando la obse~aciónb ajo la superficie (Foto 9). Para las maniobras de pesca generalmente se requiere la ayuda de una pequena barca auxiliar, normalmente sin motorización alguna, que es remolcada o transportada sobre cubierta por el barco principal (Foto 8). Cuando la pesca es diurna, con el cerco ya cerrado se puede utilizar una bolsa de color claro con piedras en su interior que, merced a un cabo al que se amarra, se hunde repetidamente intentando alejar a los peces de la abertura del cerco para que no escapen. Muchos cerqueros de Gran Canaria poseen maquinilla o cabestrante para halar de la jareta (Foto 10). Algunas unidades (la mayoría con base en Arguineguín, alguna en Agaete) están dotadas de maquinilla y polea motriz para red de cerco (Foto 11). El rodillo de caja acoplado en la regala del barco es muy útil para la manipulación de la corredera; consiste en un rodillo horizontal y dos o cuatro rodillos verticales entre los que se hacen pasar los cabos de la jareta dirigidos a la maquinilla (Foto 12). Características de la flota. Tripulación La traiña es quizás la única arte de Gran Canaria que es utilizada por una flota especializada: los cerqueros. Efectivamente, los barcos dedicados con exclusividad a la pesca de pequeños pelágicos al cerco son comunes en la Isla, así como los que compaginan esta actividad únicamente con la pesca de túnidos. Generalmente son barcos de 9-11 m de eslora con la adecuada mecanización (aunque muchas veces ésta se limita al cierre de la jareta). Sin embargo, también encontramos faenando al cerco embarcaciones de pequeño porte (a veces no mucho mayores que la barca auxiliar) que realizan todas las maniobras a mano (Foto 13). El número de tripulantes depende en gran medida del grado de mecanización del barco, pero también de la modalidad de pesca. Normalmente la dotación de un cerquero es de cuatro a seis hombres (tres a cinco marineros y el patrón), aunque puede llegar a ser más numerosa cuando se usan redes de gran tamaño sin mecanización. Para la pesca diurna más costera, en la que las maniobras de virado suelen ser trabajosas, se necesitan siete hombres o más (cuatro en el barco principal, dos en el bote auxiliar y, a veces, uno o varios buceadoresl. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Descripción de las maniobras de pesca (Figura 5) La pesca de cerco presenta diversas modalidades, dependiendo sobre todo del horario en que se desarrolle la jornada de trabajo. Cabe distinguir tres fases o inaniobras: atracción/concentración o localización del cardumen, calado del arte y virado del mismo. a) Atracción/concentración o localización del cardumen La pesca nocturna, en la que los peces son atraídos con luz, es la modalidad más habitual de pesca con cerco. En ella se sale de puerto a media tarde, llegando al caladero tras la puesta del sol. Ya con el barco anclado, se dota de luz a la falúa auxiliar mediante un generador eléctrico y uno o dos focos, usualmente de 500 vatios, manteniéndose amarrada a unos 5 m del barco. Quedan así iluminados barco y bote auxiliar. Los focos consiguen distintos efectos dependiendo de su alejamiento de la superficie del agua y de su potencia, de manera que los situados sobre el puente, de mayor magnitud (1.500 vatios), tienen un campo de acción amplio, mientras que los focos del barco auxiliar y los de la borda del principal, cercanos al mar, aunque de potencia menor (500 y 1.000 vatios respectivamente), tienen mayor poder de penetración. Hay ocasiones en que los focos son forrados con tela para restringir la superficie de iluminación (Foto 8). Es el caso de la pesca de la caballa, cuyos bancos suelen encontrarse más desperdigados que los de sardina y no requieren tanta intensidad lumínica para su atracción (antiguamente se utilizaban "mechones" para caballa, aún cuando ya se empleaba luz eléctrica para sardina). La misma estrategia se puede seguir cuando la luna es muy luminosa, condlclón que dificulta la concentración de los cardumenes. La concentración mediante luz puede complementarse "engodando" (echarido cebo) con caballa machacada o huevas de pescado. La pesca diurna, que suele tener lugar a poca profundidad, comienza atrayendo y concentrando a los peces con caballa molida o huevas de pescado, o con la prospección del litoral en busca de un "manterío" (bancos de peces susceptibles de ser capturados). La localización de los mismos tiene lugar mediante la obse~ación de la superficie del mar (sombras, cambios de color o el bullir del agua) o, más frecuentemente, escrutando bajo la misma, bien sea con un "vidrio" desde el bote auxiliar, que es remolcado lentamente por el barco principal a lo largo de la costa, o bien por un buceador quien mediante una señal ordenará el calado de la traína a su alrededor. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 1 .-Largando la red alrededor del cardumen 2.- Completando el cerco. 3.- Cerrando la jareta y halando la red. 4.- Extrayendo la captura cuando el cerco es mínimo. F i ~ r5a. Representación esquemática de las maniobras de calado y virado de un arte de cerco © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 b) Calado del arte La maniobra de atracción y concentración de peces con luz suele durar una media hora (durante la que se suele matar el tiempo pescando con liña o potera). Desde la falúa se observa, mediante un "mirafondos", qué especies han acudido al resplandor, así i:omo su abundancia (Foto 9). Si se considera rentable su captura y se decide calar el arte, se apagan todas las luces del barco, quedando iluminada únicamente la falúa para así concentrar aún más los peces y situarlos debajo de ella. Tras unos momentos de espera, se iza el rozón, se libera la falúa, se larga la cabecera (una boya de gran tamaño que sustenta el puño de proa y el chicote de la jareta) y se comienza a calar la red a favor de corriente, de forma que ésta mantenga tenso el cerco y lo vaya ampliando. Cuando el círculo queda cerrado, rodeando la barca auxiliar, el cabecero es izado y amarrado a proa. Haciendo firme el puiio de popa de la traiña (rabo) para mantener el apnsionamiento de los peces, se cierra la corredera (lenta o rápidamente, según la estrategia de cada patrón) a mano o con la maquinilla (la mecanización para esta maniobra es frecuente) pasando los cabos por el rodillo de caja. Cerrado el fondo, ya con las argollas a bordo y con la red en forma de saco, se pueden encender las luces de cubierta y comenzar la actividad a bordo. Durante el dia, las maniobras son parecidas a las de la pesca nocturna, aunque con algunas diferencias. Localizado el objetivo, un buceador o la tripulación del bote auxiliar deciden, con la ayuda de un mirafondos, si el cardumen es lo suficientemente grande como para hacer rentable el calado del arte. Si es así, la falúa queda anclada sujetando el cabecero de la red, mientras el barco principal rodea al cardumen a toda máquina. Una vez cerrado el cerco, la falúa se traslada hacia el centro del mismo. Desde Bsta se vigila la captura con el "vidrio" para comprobar que está al alcance de la red, ya que puede haber huido hacia el fondo asustado por el arte o el ruido del motor; en este caso se aguarda pacientemente a que ascienda de nuevo hasta que, a una señal del observador, se cierra la jareta. Durante este proceso, para evitar la huida de los peces por la única abertura que queda en el cerco, un marinero los aleja de ella hundiendo repetidamente, desde la superficie hasta el fondo, la bolsa descrita en el apartado de elementos auxiliares. Cuando la pesca diurna tiene lugar en aguas tranquilas y el cerquero es suficientemente rápido, puede prescindir de la embarcación auxiliar para las maniobras, llevándola muchas veces sobre cubierta. c) Virado del arte Cuando la corredera ha sido recogida completamente, ya con la relinga de plomos junto al barco, se hala la red generalmente a mano. Se vira únicamente de la parte posterior de la red, pues el cabecero queda fijo más a proa. Un marinero hala la relinga de plomos, otro la de corchos y el resto de la tripulación los "paños muertos". La reiinga de flotadores de © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 la parte anterior de la red se puede amarrar a lo largo de la borda de la barca auxiliar (que ha salido del cerco y cuyo tripulante colabora en el virado de la red a bordo del barco principal). De esta forma ayuda a mantener el cerco abierto cuando la pesca ya se acumula en el copo. Según va siendo izada a bordo, la red es estibada en popa o, más comúnmente, a lo largo de la banda de babor con la relinga de plomos a proa y la de corchos a popa, disponiéndola para el lance siguiente. Cuando el cerco ya es pequeño y sólo queda el paño de mayor resistencia en el agua, la red y su relinga de flotadores quedan abiertas por la propia captura, pero no lo suficiente como para introducir y mover el jamo con facilidad. Para ayudar a este menester, se puede afirmar parte de la reiinga de flotadores a la barca auxiliar, o también empujar aquélla con una caña, vara o madero largos sujetos por uno d
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Calificación | |
Título y subtítulo | Técnicas de pesca artesanal en la isla de Gran Canaria |
Autor principal | Rico Redón, Vicente |
Autores secundarios | Santana Morales, José Ignacio ; González Pérez, José Antonio |
Tipo de documento | Libro |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Instituto Canario de Ciencias Marinas |
Fecha | 1999 |
Páginas | 332 p. |
Datos serie | Monografías del Instituto Canario de Ciencias Marinas ; 3 |
Materias |
Pesca artesanal Canarias Gran Canaria |
Formato Digital | |
Tamaño de archivo | 18689297 Bytes |
Notas | Instituto Canario de Ciencias Marinas (ICCM) |
Texto | ..éc:nic:~.de pe.c:~ ~_'e.~n~ en I~ i.l~ de fi_~n (~n~lri~ Vicente Rico, José Ignacio Santana, José Antonio González © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Técnicas de pesca artesanal en la isla de Gran Canaria Vicente Rico, José Ignacio Santana, José Antonio González GOBIERNO DE CANARIAS CJNSEJERIA DE EI)I.CACIOS CLI I'UK4 Y I)t PONI tS DIRF.;CIOY CENFRAI DE I:NI\'LKZII)AI)t.S t INVlbYlCiAJON Instituto Canario de Ciencias Marinas 1 1 AREA DE EDUCACI~N © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Serie: Edita: Monografías del lnstituto Canario de Ciencias Marinas no 3 lnstituto Canario de Ciencias Marinas Dirección General de Universidades e Investigación, Consejeria de Educación, Cultura y ~eportes; Gobierno de Canarias Cabildo de Gran Canaria Imprime: Litografía Gonzalez CI. Arinaga, 7 - Urb. industrial Lomo Blanco (Las Torres) Tfnos.: 928 48 02 04 1928 48 03 08 - Fax: 928 48 03 53 35010 Las Palmas de Gran Canaria Depósito Legal: GC-1587-1999 O lnstituto Canario de Ciencias Marinas y los autores Esta publicación deberá ser citada como: Rico, V., Santana, J.¡. y González, J.A. (1999). Técnicas de pesca artesanal en la isla de Gran Canaria. Monografias del Instituto Canario de Ciencias Marinas, 3: 318 pp. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 "Pero esfa indusiria, nunca bastantemente alabada, había estado siempre como abandonada al cuidado y wonomía de los mismos pobres pescadores que, sin otra providencia que la del cielo, se vieron muchas veces insultados de los piratas y esclavos de los moros." José de Viera y Clavijo "Empezamos nuestra vida tejiendo una red de pesca. Acabamos nuestra vida sin haberla terminado. Siempre estamos tejiendo una red y nunca dejamos de repararla," Pagou Ram © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Como resultado de las líneas de investigación que se desarrollan en el instituto Canario de Ciencias Marinas, adscrito a la Dirección de Universidades e Investigación, se ha conseguido culminar la obra "Técnicas de pesca ariesanal en la isla de Gran Canaria" de V. Rico, J.I. Santana y J.A. González, en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria. Este estudio, en su doble vertiente técnica y divulgativa, presenta gran interés social, cultural y antropológico para los ciudadanos de Canarias y, en particular, es de indudable utilidad para el sector pesquero artesanal de nuestras Islas (pescadores, comerciantes y proveedores de la pesca) y para el conjunto de su comunidad educativa (profesorado y alumnos de nuestros colegios, institutos y Universidades). En la confianza de que este magnífico trabajo responderá a las expectativas que ha despertado, quiero expresar mi más sincera felicitación a los autores, al Instituto Canario de Ciencias Marinas de Taliarte y a todos cuantos han aportado su esfuerzo para que esta publicación sea una realidad. Las Palmas de Gran Canaria, marzo de 1999. JOSÉMENDOZACRBRERA Consejero de Educación, Cultura y Deportes Gobierno de Canarias © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Entre las actividades que tiene encomendadas el Cabildo de Gran Canaria se encuentra apoyar todas aquellas iniciativas y proyectos que supongan nuevas perspectivas para el desarrollo económico de la Isla, o bien tengan carácter eminentemente divulgativo de temas de interés general o para un determinado sector. Este es el caso del presente libro, "Técnicas de pesca artesanal en la Isla de Gran Canana': a través del cual sus autores -Vicente Rico, José Ignacio Santana y José Antonio González- han inventariado los núcleos pesqueros, entrevistando a las gentes de la mar y embarcando con ellos para elaborar un catálogo de técnicas de pesca artesanal. Los autores describen la gran variedad de artes y aparejos de pesca de Gran Canaria, abordando la descripción de las maniobras de pesca y flota involucradas, e identificando las especies capturadas. En los principales puertos donde se desarrollan las nobles faenas de la pesca artesanal, se indican las zafras actuales y tradicionales. Por último, se realizan una serie de reflexiones dirigidas a la obtención más ecológica de los productos pesqueros y a la mejora de la calidad de vida del pescador. Todo ello ilustrado con detallados esquemas y magníficas fotografías. Estos estudios que ahora culminan tuvieron su origen en una Beca trianual de investigación otorgada por el Área de Educación de esta Corporación Insular. Las Palmas de Gran Canaria, marzo de 1999. JOSÉ MAC~AS SANTANA Presidente del Cabildo de Gran Canaria © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Desde su transferencia a la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias y su adscripción a la Dirección General de Universidades e Investigación, el compromiso editorial del lnstituto Canario de Ciencias Marinas se ha hecho patente a través de dos series de publicaciones encaminadas a la diviilgación de trabajos de investigación, informes y documentos de consulta, relacionados con las Ciencias Marinas en el océano Atlántico Centro Oriental. La serie de publicaciones periódicas "Informes Técnicos del Instituto Canario de Ciencias Marinas" ha visto a la luz cuatro números: "Descripción de la pesquería de enmalle en el sector norte-noreste de Gran Canaria" de J.A. González y otros (1995); "Diez años de observaciones desde el BIH Esperanza del Mar, 1985-1995" de O. Llinás y otros (1996); "ESTOC data report 1994" de O. Llinás y otros (editores) (1997); "Utilización nutritiva de fuentes de proteína alternativas a la harina de pescado en dietas de engorde para dorada (Sparus aurata)" de L.E. Robaina (1998). La serie de publicaciones aperiódicas "Monografias del lnstituto Canario de Ciencias Marinas" ha producido, incluyendo la presente obra, tres libros en colaboración con otras Instituciones Públicas: "Catálogo de los Crustáceos Decápodos de las islas Canarias" de J.A. González (1995), en colaboración con la Viceconseiería de Pesca del Gobierno de Canarias v el Avuntamiento de Santa Pola: "~ceanogiafíay recursos marinos en el Atlántico Centro-oriental 1 ~ceano~raph; and marine resources in the Eastern Central Atlantic" de O. Llinás, J.A. González y M.J. Rueda (editores) (1996), en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria; "Técnicas de pesca artesanal en la isla de Gran Canaria" de V. Rico, J.I. Santana y J.A. González (1999), en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria. En definitiva, la presente publicación forma parte del mencionado colripromiso editorial del lnstituto Canario de Ciencias Marinas que se orienta a contribuir en la constitución de la adecuada base documental acerca el medio marino, su conocimiento, gestión y conservación, así como sobre las tecnologías y procedimientos involucrados en estas tareas. Taliarte, Telde (Gran Canaria), marzo de 1999. EL COMlTÉ EDITORIAL © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 2. Características físico-químicas del ecosistema manno canario ........................................ 13 3. Aspectos generales de la fauna marina de Canarias ........................................................ 18 CARACTER~STICAS DE LAS PESQUER~ASA RTESANALES EN AGUAS DE CANARIAS .................. .... .......................................................................... 21 CATALOGACI~N DE LAS TÉCNICAS DE PESCA ARTESANAL EN GRAN CANARI 7 l. Estudios previos 9 Antecedentes de estudio en Canaria 2 2. Justificación y objetivo 5 3. Metodología de estu 6 4. Los núcleos pesqueros del litoral grancanario 8 5. Descripción de la flota pesquera litoral ............................. ........................................... ..42 6. Técnicas de f.2) ARTES DE ENMALLE DE DOS Y DE TRES PANOS (TRASMPbL.LOS)127 g) TRAMPA 129 9.1) 131 9.2) 155 g.3) 162 9.4) 165 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 g.5) TAMBORES PARA MORENAS 68 h) ARTES DE ANZUELO ........................................................................ ........... 175 h.1) L~NEASD E MANO (LINAS) .. .. 177 h.l.1) LINAS PARA PESCADO BLANCO ............................. .......... 177 h.1.2) LINAS PARA TÚNlDOS 88 h.1.3) LINAS PARATIBURON 96 h.2) CURRICANES 97 99 99 h.3.2) POTERAS PARA POTAS 03 h.4) CARAS PARA TÚNIDOS 10 21 21 h.5.2) PALANGRES PARA MERLU 29 h.5.3) PALANGRES PARA SARGO 36 i) ARTEFACTOS E INSTRUMENTOS DE PESCA .................................................2. 39 i.1) ARPONES .................................................... 41 i.2) FISGAS (FIJA 43 i.3) LAZOS PARA 44 LAS ZAFRAS DE PESCA EN GRAN CANARIA ................................................................ 247 ALGUNAS REFLEXIONES FINALES .......... ..................................................................... 257 Agradeclmlentos .......................................................................................................... 289 Los Autores ...................... ... ............................................................................. 293 Anexo 1: Abreviaturas usadas en los danos de las artes .................................................. 297 Anexo II: Estadillos de encuesta para el trabajo de campo ... ............. 301 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 El carácter transitorio de las pesquerías artesanales, la idea de que eran luna mera fase en el desarrollo de las pesquerías a gran escala que en poco tiempo terminarian por absorber la mano de obra dedicada a la pesca a pequeña escala, ha sido un pensamiento muy difundido hasta hace relativamente poco tiempo que ha dirigido hacia la pesca industrial la práctica totalidad de las actividades pro-desarrollo y de las investigaciones científicas, sobre todo a partir de los años 50 (Panayotou 1983, Everet 1988, Morizur 1992). Hasta finales de la década de los 80, la pesca industrial fue apoyada económicamente por muchos países con espíritu de competición internacional, wnvirtiéndose en una actividad cada vez más difícil de sostener en un contexto de recursos desestabilizados y wstes de explotación prohibitivos (Platteau 1988, Lemoine etal. 1991). Sin embargo, la pesca artesanal no sólo no ha desaparecido, sino que ha mantenido en el tiempo una complementariedad recíproca wn la pesca industrial, explotando los recursos costeros diversificados y aún abundantes a los que ésta no puede acceder, e incluso ha aumentado sus efectivos humanos, embarcaciones y descargas, tanto en países en desarrollo como desarrollados, llegando a constituir en los primeros la espina dorsal del sector pesquero (Everet 1988), y engendrando en ambos, con su rápida progresión y las innovaciones t6cnicas introducidas en los últimos años, dificultades que ponen en peligro la rentabilidad de la explotación y el estado de los recursos costeros (Platteau 1988, Lemoine et al. 1991, Morizur et al. 1992, CGPM 1993). En 1980, Thomson calculaba que los pescadores artesanales del mundo ascendían a 8-10 millones y las descargas de pescado efectuadas por los mismos a 20 millones de toneladas cada año. Deteiminadas estimaciones indican que, en las pesquerías a pequeña escala, el número de pescadores empleados (unos 12 millones) y sus capturas (alrededor de 24 millones de loneladas anuales) continúan aumentando (Ruivo et al. 1994). Es lógico que la inquietud por su estudio también crezca. Por otra parte, wn el tiempo se ha comprobado el gran ahorro que las pesquerías artesanales suponen frente a la pesca industrial gracias a diversos aspectos, tales como la mínima inversión inicial por cada puesto de trabajo, el bajo consumo de wmbustible, la ausencia de descartes y de subproductos de la pesca, entre otros. En definitiva, el mayor aprovechamiento del recurso y de la inversión económica. Como ejemplo de ello aportaremos algunos datos comparativos. A nivel mundial, la pesca industrial transiforma 22 millones de toneladas de pescado en subproductos tales como harinas y aceites, mientras que en la pesca artesanal éstos son casi inexistentes. En las pesquerías a gran escala enormes cantidades de pescado son desaprovechadas y devueltas al mar (16 millones de © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 toneladas anuales de peces en las grandes pesquerías de camarones), sin embargo los descartes son despreciables en peso cuando la actividad extractiva es de tipo artesanal (en las pesquerías artesanales de estos mismos crustáceos los descartes son prácticamente nulos) (Everet 1988, Ruivo et al 1994). Como consecuencia de todo ello, gobiernos estatales y organizaciones supranacionales han vuelto a retomar el interés por la pesca artesanal, provocando una avalancha de información (documentos técnicos, análisis sociológiws y económicos, encuestas, planes de desarrollo, evaluaciones, conferencias y congresos internacionales). La ayuda a este sector, mucho tiempo denegada, es ahora juzgada prioritaria por muchos gobiernos y grandes instancias internacionales como la FA0 y los bancos de desarrollo (Bacle ef al. 1989). No es éste sin embargo el caso de Canarias, donde en vez de avalancha sigue existiendo un goteo discontinuo de información. Tanto en aguas del Archipiélago como en la vecina costa africana, la pesca siempre ha constituido una actividad destacada en el conjunto de la economía canaria, no así, empero, en lo que a investigación, desarrollo, ordenación y gestión se refiere. Dentro de esta arraigada tradición pesquera, en particular en la isla de Gran Canaria la pesca artesanal tiene cierta importancia económica y gran relevancia social. Lo demuestran el gran número de barcos que constituyen la flota dedicada a la pesca a pequeña escala -más de 250 embarcaciones operativas- y la gran cantidad de localidades con este tipo de actividad que existen en el litoral (Rico et al 1993, 1995). Las técnicas de pesca que emplean los pescadores en el litoral de Gran Canaria reúnen caracteristicas que las convierten en bienes formidables: además de ser medios de producción de relativa importancia social -están presentes en la práctica totalidad de las poblaciones costeras de Gran Canaria- y de poseer algunos de ellos una considerable capacidad extractiva -si no cuantitativa sí cualitativamente-, constituyen evidentes rasgos culturales en Canarias y, por otra parte, son el resultado de siglos de observación y estudio (intencionado o no) del comportamiento y biología de las especies sobre las que actúan. De las artes y maniobras de pesca que hemos encontrado y estudiado, pocas son las que han evolucionado de forma ostensible desde tiempo inmemorial. Una parte importante de las mismas se mantiene con escasa o ninguna innovación tecnológica, tanto en diseño como en utilización, desde su incorporación a la pesqueria artesanal de la Isla. Esta peculiaridad, si bien en algún caso supone menor efectividad, las convierte en archivos vivientes de la historia pesquera de Canarias. Salvo excepciones, la mayoría de las artes de pesca artesanal opera a escasa profundidad (0.150 metros) (Barrera et al. 1980, 1983, Ojeda Guerra 1983, Pizarro 1985, Pascual Fernández 1991, González et al. 1992, Rico et al. 1993). Dado que la mayor diversidad de especies se encuentra en los primeros 150 m de profundidad, no debe © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 sorprender que la variedad de especies capturadas sea enorme, sobre todo si se tiene en cuenta que las artes utilizadas con asiduidad parecen ser poco o casi nada selec.tivas en cuanto a especies capturadas (Rico et al. 1993, 1995, González et al. 1995a, b, 1996a), a excepción de ciertas artes de anzuelo, redes izadas y tambores para morenas. Este empleo generalizado de artes con baja selectividad específica subraya la importancia del exhaustivo conocimiento y adecuada regulación de las técnicas de captura, pues de ello depende la conservación y explotación sostenida y responsable de multitud de especies animales. No olvidemos que las peculiares características (geomoriológicas, oceanogrhficas y biogeográficas) de las plataformas insulares canarias en general favorecen ufia amplia diversidad específica, aunque las distintas especies normalmente no son abundantes en número de individuos; además, como frecuentemente ocurre en regiones insulares tropicales y subtropicales, las interrelaciones ecológicas son tan complejas como deiicadas y vulnerables (Aguilera Klink et al. 1994). En las islas Canarias en general y en Gran Canaria en particular, la estrechez de la plataforma insular, el carácter oligotrófico de las aguas y el predominio de fondos marinos abruptos -características que comentaremos más adelante- imposibilitan la existencia de pesquerías industriales -la pesca de arrastre sólo es posible en sectores reducidos-. En estas condiciones, los recursos costeros, salvo excepciones, únicamente pueden ser explotados por pesquerías artesenales que diversifican técnicas y estrategias de pesca (Galván 1982). Esta diversificación refleja el conocimiento profundo de las características particulares de su zona de influencia: diversidad del recurso (pesquerías multiespecíflcas). marcada y, a veces, caprichosa estacionalidad de muchas especies objetivo, caladeros tradicionales muy localizados y de conocimiento restringido, multitud de tipos de fondos y factores externos tales como las peculiares vías de comercialización del producto, las ocasionalmente rápidas fluctuaciones de mercado y el costo o disponibilidad de las artes de pesca. Por tanto, las pesquerias artesanales constituyen una actividad inmemorial integrada en el medio gracias a siglos de tradición, la cual, con la debida planificación y ordenación, se puede adecuar a un ecosistema marino tan peculiar como el canario -y en concreto el de Gran Canaria- y mantener una producción pesquera soportable por el mismo. De hecho, gracias al empleo de algunas artes selectivas respecto a la talla, la pesca artesanal permite una mejor explotación de los recursos, sobre todo en el caso de pesquerías multiespecíficas (Demetropoulos 1981). Como vemos, el estudio de las pesqueríasa rtesanales se hace progresivanit?ntem ás habitual a escala mundial y cada vez más perentorio en el caso de Canarias. Tales estudios sólo poseerán el adecuado rigor científico cuando se fundamenten sobre bases s6lidas, es decir, partiendo del profundo conocimiento de los equipos de pesca y estrategias utilizados por las distintas comunidades de pescadores que actúan en la zona. La investigación © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 pesquera ya no se limita hoy día al estudio de la producción biológica, sino que amplia sus horizontes al sistema de pesca en su conjunto, con todos sus componentes, de forma que todo estudio sectorial ha de ser valorado mediante su inserción en una perspectiva global (Amanieu 1991). Así pues, en la actualidad el estudio de las artes o métodos de pesca es parte integrante de la Ciencia Pesquera. Tanto biólogos como técnicos en ingeniería pesquera están interesados en la influencia de las técnicas de pesca sobre los recursos acuáticos Vivos, los economistas calculan las relaciones entre los costos del equipo de pesca y los beneficios asegurados, mientras que los administradores relacionados con el sector necesitan conocer las artes de pesca y su comportamiento para redactar o mantener una adecuada legislación pesquera (Demetropoulos 1981, Brandt 1984). En el campo de la tecnología pesquera, el primer paso en las investigaciones ha de ser la descripción detallada (catalogación) de las técnicas de pesca y el mejor conocimiento de los medios de producción en su conjunto, particularmente tratándose del sector artesanal. Posteriormente habrán de sucederse los estudios comparativos de eficiencia de las diferentes técnicas de pesca (CGPM 1987), los de selectividad por diferentes tipos y tamaiios de malla, y los ensayos de nuevos ingenios de pesca selectivos; todo ello enfocado a ofrecer distintas alternativas para llevar a cabo una regulación pesquera más adecuada (CGPM 1986, Vendeville 1990). En lo que respeda a la biología pesquera, previamente a la evaluación del estado de los recursos (parámetros biológicos, parámetros de explotación y diagnóstico del estado de los recursos predominantes) y de controlar las pesquerías que los explotan, éstas han de ser caracterizadas con detalle. Ello implica, además de mejorar la calidad de las estadísticas pesqueras, conocer en profundidad los núcleos pesqueros, los métodos de pesca, las especies capturadas y objetivo en cada pesquería (CGPM 1987, 1993, González 1991a, Lemoine et al. 1991). Teniendo en cuenta lo expuesto hasta ahora, resulta fácil justificar la elaboración de un catálogo que recoja la descripción, funcionamiento y localización de las artes de pesca, así como la identidad de las especies sobre las que actúan. Ha de ser el primer paso, el punto del que parta la investigación global de la pesquería en cada región, sirviendo de herramienta a las distintas disciplinas que en ella se incluyen. Sin embargo, al margen del elevado requerimiento de personal mínimamente especializado y de los costes económicos relativamente altos, algunas de las razones que han impedido la elaboración de un catálogo de técnicas, o al menos de artes, de pesca artesanal en Canarias hay que buscarlas en la enorme complejidad de artes de pesca empleadas y de recursos explotados, la gran diversidad de especies capturadas, el insuficiente control sobre la actividad de la flota y sus capturas, la fragmentación territorial en ocho islas con flotillas propias y en la enorme atomización de la actividad a lo largo de las costas insulares. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 1. Marco biogeográfico de las islas Canarias Las Canarias forman en su conjunto un archipiélago o cadena de islas situadas en la costa noroeste de África, frente al desierto del Sahara, existiendo una separacióri mínima entre las Canarias orientales y cabo Jubi (costa africana) de unos 104 km (desde Fuerteventura) y alrededor de 140 km (desde Lanzarote). El archipiélago canario ocupa un área maritimo-terrestre de unos 100 mil km, enclavada en el sector centro-oriental del océano Atlántico, aproximadamente situada entre 27'37' y 29'25' de latitud Norte y entre 13'20' y 18"IO' de longitud Oeste (Figura 1). Dentro del Archipiélago, la isla de Gran Canaiia ocupa una localización central, situándose aproximadamente entre 27038' y 28'10' N y entre 1595' y 15'50' 0. Esta proximidad de África es determinante para Canarias en los aspectos geológicos, botánicos, faunísticos e incluso humanos. Sin embargo, el archipiélago canario imantiene diferencias muy marcadas respecto al vecino continente en casi todos estos aspectos. En lo geoiógico, pese a su proximidad, las Canarias pueden considerarse totalmente independientes del continente africano, tanto en el tiempo (la formación de este continente y la de las Canarias son fenómenos geológicos separados por un lapso de tiempo enormemente grande) como en su naturaleza, exclusivamente volcánica (la suposición o hipótesis de que Lanzarote y Fuerteventura se habian formado sobre la corteza ccintinental africana carece hoy día de fundamento). En la actualidad está generalmonte aceptado que todas las islas que conforman el Archipiélago se han levantado sobre la corteza oceánica, como consecuencia del volcanismo submarino generado en el proceso de apertura del Atlántico (Carracedo 1984). Desde el punto de vista biogeográfico (relativo a la distribución espacio-temporal de los seres vivos y a las causas que la producen), las Baleares o las islas Británicas constituyen un buen ejemplo de islas "continentales", mientras que las Canarias, al igual que las Azores, las islas Cabo Verde, Hawai o Galápagos, son islas tipicamente oceánicas. Estas últimas han emergido en los océanos como consecuencia, en la mayoría de los casos, de la actividad volcánica de los fondos marinos, a una distancia relativamente importante de los continentes que se hallan separados de ellas por grandes profundidades; el corijunto de organismos (biota) albergados por estas islas necesariamente procede de otras áreas geográficas, bien de los continentes generalmente más cercanos o bien de otras islas emergidas previamente (Aguilera Klink et al. 1994). La capacidad de poblamiento de un territorio oceánico está en función de las características geográficas del mismo y de su entorno, así como de las carac:erísticas © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 - ---- ~ - p ~ ~ - ~- Figura l. Profundidades marinas y situación geográfica de las islas Canarias © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 bioecológicas inherentes a los individuos y especies colonizadoras. En primer iugar, el régimen de vientos y las corrientes marinas dominantes van a condicionar el ritmo de llegada de diásporos, huevos, lamas e incluso individuos y, casi siempre, su lugar de procedencia. Además, esta capacidad de poblamiento crece con la superiicie, longitud de costa, altitud y edad geológica de las islas, al aumentar la probabilidad de llegada de los distintos elementos colonizadores, mientras que decrece con la distancia al continente. También ha de tenerse en cuenta el papel determinante que pueden jugar en el poblamiento los bancos submarinos y las antiguas islas actualmente sumergidas -hace pocos miles de años el nivel del mar se encontraba unos 200 m por debajo del actual-, al constituir etapas de paso en el proceso colonizador (Aguilera Klink et al. 1994). En los aspectos botánicos y faunisticos, las islas Canarias han evolucionado asimismo de modo independiente del vecino continente africano. Las lslas se mantuvieron a salvo de importantisimos cambios en las condiciones climáticas, como fueron las grandes giaciaciones cuaternarias que afectaron a Europa y al área del Mediterráneo y, poco tiempo después, el proceso de desecación sufrido por la zona del norte de África que hoy ocupa el desierto del Sahara. La posición oceánica de las lslas las salvaguardó de tales catástrofes climáticas, merced al efecto tampón del océano. Además, el aislamiento de los territorios insulares en el océano Atlántico ha producido notables fenómenos de evolución florística y faunística como respuesta a la gran diversidad ecológica existente en las islas. Finalmente, en lo concerniente a las relaciones humanas, la proximidad de una región africana desértica y casi despoblada, con importantes diferenclas culturales y ecoiiómicas, en general ha supuesto un aislamiento efectivo de las Canarias que se ha compeii:;ado con una integración total al denominado mundo occidental, canalizada a través de la incorporación a España a partir del siglo XV. La descolonización del Sahara ha supuesto que el Archipiélago se convierta en territorio fronterizo con graves repercusiones políticas y la pérdida del dominio sobre una zona pesquera de gran importancia: el anteriormente denominado banco canario-sahariano (Carracedo 1984). Las islas Canarias comparten con otros archipiélagos del Atlántico oriental (Azores, Madeira, Salvajes, Cabo Verde) una serie de caracteristicas geográficas (localización general, origen volcánico, régimen climático, vientos dominantes, etc.) que han dado lugar a la presencia en dichas islas de un número relativamente imporiante de elementos botánicos y faunisticos comunes o similares. Este hecho dio pie al botánico P.E. Webb, en 1835, para acuñar el término "Macaronesia" (a partir de los vocablos griegos makaros -fortuiva, feliz- y nesos -islas-; islas afortunadas) en un sentido biogeografico más amplio. No obstante, en la actualidad, la pertenencia de las lslas Cabo Verde -situadas aproximadamente entre 14'52' y 17'12' N- a la región macaronésica está siendo muy discutida, al igual que ocurre, aunque © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 en menor medida, con las Azores -aproximadamente entre 3741' y 39'42' N- (Aguilera Kiink et al. 1994). Sin embargo, otros autores (e.g., Batallado 1984, González Henriquez et al. 1986) defienden la existencia de un enclave macaronésico en el vecino continente africano -sur de Marruecos y buena parte del Sahara Occidental-, al menos desde el punto de vista botánico. Dentro de este contexto o escenario biogeográfico general, las islas Canarias presentan un gran contraste interno de condiciones geográficas que las diferencian entre si y del resto de los archipiélagos macaronésicos. Aun cuando todas las islas Canarias son de origen volcánico, a grandes rasgos existe un gradiente Este-Oeste de antigüedad muy marcado entre ellas: las islas orientales son las más antiguas (19 y 166 millones de anos para Lanzarote y Fuerteventura, respectivamente), mientras que las occidentales son las más jóvenes o recientes (0,7 y 1,6 millones de años para El Hierro y La Palma, respectivamente) Gran Canaria es la tercera isla más antigua del Archipiélago, con 13,9 millones de años. Asimismo, la preponderancia que en las diferentes Islas hayan podido tener los procesos geoiógicos constructivos (erupciones volcánicas) frente a los destructivos (agentes erosivos), durante los últimos miles de anos, introduce otro carácter diferencial entre las Islas (Aguilera Klink et al. 1994). El clima de cada lsla está condicionado por tres factores: latitud geográfica (correspondiente a una zona subtropical), caracteristicas oceánicas generales y altitud de los edificios insulares. En función de este último parámetro, las islas Canarias pueden ser agrupadas en islas bajas e islas altas. Entre las primeras se encuentran Lanzarote (671 m), Fuerteventura (807 m) y todos los islotes, cuyo relieve bajo no permite la retención de los vientos alisios. Las islas altas son las restantes, cuya altitud varia entre 1.484 m de La Gomera y 3.718 m de Tenerife; en estas islas, la retención de alisios produce el fenómeno del mar de nubes en las vertientes norte y noreste hasta una altitud de 1.500-1.800 m, condicionando en gran manera la vegetación y, consiguientemente, la fauna. La isla de Gran Canaria, con una altitud máxima de 1.950 m, presenta toda la gama de variación microclimática de las islas altas. La lsla tiene una superficie de 1.532 kmz, con perímetro costero de 236 km (datos de 1995), encontrándose ampliamente sometida a todo tipo de actividades, ocupaciones y usos. La zona costera menos utilizada de la lsla corresponde al sector Agaete-Mogán, donde sólo existen pequefios enclaves poblacionales (Medina Falcón 1995). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 2. Características físico-químicas del ecosistema marino canario La fuerte pendiente generalizada de los fondos marinos, como consecuencia del origen volcánico de las Islas, constituye un factor esencial que en buena medida ccndiciona la naturaleza marina de Canarias y la disponibilidad de sus recursos pesqueros. Esta acusada inclinación de los fondos marinos de las plataformas canarias implica el predominio de sustratos duros (generalmente rocosos), siendo en general irregulares, abruptos y accidentados. Los edificios insulares que conforman el archipiélago canado se elevan bruscamente desde el suelo oceánico (Carracedo 1984), alcanzándose profundidades superiores a 2.000 m en los canales interinsulares, salvo excepciones, y algo inferiores a 1 ,500 m entre Canarias y África. En regiones continentales y en grandes islas próximas a los continentes, las plataformas submarinas (conlunto de fondos situados desde la línea de costa hasta unos 180-200 m de profundidad, considerados como las zonas más productivas de los océanos) son generalmente extensas. En el caso de Canarias, las caracteristicas volcánicas de las Islas en general se manifiestan en forma de plataformas reducidas o estrechas, dado que las plataformas insulares canarias comúnmente alcanzan la citada profundidad a escasa distancia de la costa; la amplitud mínima de plataforma (unos 200 m desde la costa) se presenta en parte del litoral de La Palma y El Hierro, mientras que la máxima (cerca de 30 km) se halla al norte de Lanzarote y al suroeste de Fuerteventura (Fig. 1) (Brito 1984a, Franquet y Brito 1995). Una pequeña parte de las plataformas insulares constituye lo que denominamos plataformas costeras, situadas entre O y 50 m de profundidad, caracterizadas por albergar a los productores primarios del fondo (bentónicos) -algas y fanerógamas marinas o sebas- que en esta zona hallan sus condiciones ambientales óptimas. El perímetro costero del conjunto de las Islas es relativamente elevado (unos 1.291 km), frente a una reducida plataforma de tan sólo unos 2.256 kmZ. Las islas orientales -las más antiguas- poseen las plataformas costeras más extensas (Fuerteventura con el 30,8 % del total y Lanzarote el 20,4 %). Contrariamente, las islas occidentales -las más recientes mentan con las plataformas costeras más reducidas (El Hierro el 4,l % y La Palma el 6,7 %). La presencia de plataformas reducidas imprime carácter oceánico a las Islas, haciendo prácticamente despreciable el intercambio de la masa de agua con el fondo, excepto en las zonas intermareales y los pequenos sectores con algo de plataforma. De todo ello se deduce que la capacidad productiva del ecosistema litoral canario es relativamente limitada y difiere de unas Islas a otras, en función de la extensión de SU plataforma -más concretamente de su plataforma costera- que en gran medida determina la disponibilictad de los recursos pesqueros y marisqueros albergados. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Gran Canaria cuenta con unos 213 km de longitud de costa (MOPU 1980). Siendo la tercera isla en antigüedad, se sitúa en una posición intermedia al presentar la tercera plataforma costera en extensi��n de las Islas (324 km2, el 14,4 % del total). Dicha plataforma, aunque de pequeño tamaño, es bastante más ancha que las de las islas occidentales, siendo la parte más extensa la situada al SS0 de la Isla, entre Mogán y Arguineguín. La isobata de 100 m (que delimita unos 2.298 kmi) adquiere su máxima anchura al SE de punta de Tenefé (SE de la Isla), mientras que la isobata de 1.000 m alcanza su máxima amplitud al NO, frente a la punta de La Aldea (García Cabrera 1970). Otra particularidad del ecosistema marino canario es que, debido a la proximidad de los fondos profundos a las costas, muchas especies profundas -sobre todo las que realizan migraciones verticales nocturnas hacia aguas superficiales- están plenamente integradas en la dinámica del ecosistema insular, al contrario de lo que sucede en zonas continentales -donde las especies profundas se hallan muy alejadas de la costa-. En el caso de Canarias, los organismos que integran la denominada "capa de reflexión profunda" (sobre todo pequeños peces, cefaiópodos y crustáceos) se concentran alrededor de la cota de 500 m durante el día y ascienden de noche hacia la superiicie, aportando una importante biomasa que es aprovechada por peces, aves marinas y cetáceos. Otro ejemplo lo constituyen los grandes peces profundos (por ejemplo, escolares y pejeconejo) que de día se encuentran a más de 400 m de profundidad y por la noche ascienden, siguiendo el perfil del fondo, hasta alcanzar cotas inferiores a 100 m (Aguilera Kiink et al. 1994, Franquet y Brito 1995). Uno de los principales factores que condiciona las caracterísücas oceanográficas del mar canario es la situación geográfica de las Islas. Éstas se hallan situadas al sureste del giro subtropicai del Atlántico norte que se extiende desde la Corriente del Golfo, vía la Corriente de Azores (CA) y la Corriente de Canarias (CC), hasta la Corriente Nor-ecuatorial (CNE). Una rama del giro se encuentra al oeste de Canarias. Otra rama se acerca a Madeira, cruza el archipiélago canario y se une con la Coniente de Canarias que fluye hacia el Sur a lo largo de la costa afncana (e.g., Stramma y Siedler 1988, Maillard y Kase 1989). En suma, por la región marítima de Canarias, entre la superficie y la cota de 800 m de profundidad, fluyen tres corrientes marinas (CA, CC y CNE) -las dos primeras con dirección Sur, la tercera con dirección Norte- que, a lo largo de su desplazamiento, resultan desviadas hacia el Oeste (Medina Falcón 1995). Como resultado de este esquema general de circulación, las aguas que llegan a Canarias desde latitudes más septentrionales, discurriendo en dirección Sur-Suroeste, generan un ambiente marino global más frío (Corriente Fria de Canarias) que el que sería de esperar en virtud de la latitud geográfica, con temperaturas de características cálido-templadas y sin grandes variaciones estacionales (la temperatura de las aguas superficiales oscila entre 1PC en marzo-abril y 22°C en septiembre-octubre) (Franquet y Brito 1995, Medina Falwn 1995). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Las aguas superficiales (hasta 150 m de profundidad) de Canarias esián muy influenciadas por las condiciones atmosféricas y por la dinámica de la capa de mezcla. La fuerte salinidad de estas aguas es debida a los procesos de intensa evaporación que se dan en la zona. Bajo estas aguas superficiales es conocida la presencia de cuatro masas de agua. agua central del Atlántico nolte, agua antártica intermedia, agua mediterránea y agua profunda noratlántica. Estas masas de agua presentan características de temperatura, salinidad, oxígeno y nutrientes muy diferentes (Medina Falcón 1995). La distribución espacial de la temperatura y salinidad del agua del mal canario también está condicionada por los procesos de afloramiento de aguas profundas, frias e hiposalinas en las costas africanas próximas, debidos a las características topogrificas de sus costas -de suave pendiente- y a la acción de los vientos alisios que desplazan las aguas superficiales que bañan el continente africano. Fuerteventura y Lanzarote podrían actuar a modo de pantalla a las aguas afloradas procedentes de la costa de África (Molina y Laatzen 1986). Como resultado de estos procesos se origina un gradiente térmico y halina (36,IO- 37,10 por mil) en sentido Esteoeste a lo largo del Archipiélago. El efecto de este gradiente termohalino se deja sentir hasta unos 800 m de profundidad, si bien es más inten!ro en las capas más superficiales donde se llegan a alcanzar diferencias de 1-2T de temperatura y 1 por mil de salinidad, correspondiendo las aguas más frías y menos salinas a las islas orientales (Fuerteventura y Lanzarote) -de ambiente generalmente más templado- y las más cálidas y saladas a las occidentales (La Palma y El Hierro) (Mascareño 1972, Braun y Molina 1984, Llinás 1988, Molina y Laatzen 1989, Llinás et al. 1994). Así pues, la distribución de la temperatura, salinidad y nutrientes en las plataformas insulares de las islas Canarias permite señalar una clara influencia del afloramiento M e r o africano en el Archipiélago. Por una parte, las aguas afloradas en la a t a africana alcanzan plenamente les islas más orientales (Fuerfeventura y Lanzarde) e incluso, en mucho menor grado, a Gran Canaria, donde el agua aflorada puede ocupar desde la superficie hasta al menos 150 m de profundidad. La magnitud de la ambazón de aguas afloradas en la asta de África, encontradas en las Canarias orientales, pone de manifiesto la importancia que este fenómeno puede llegar a telier para el Archipiélago como aporte de nimientes favorecedores de la productividad bioidgica de sus aguas (Uinás et al. 1994). Por ara parte, las investigaciones oceanográficas en la zona señalan inequívocamente la presencia de un importante gradiente termohalino Este-Oeste condicionado por la presencia del afloramiento mstem próximo, dada la clara tendencia a emegei de estas aguas subsuperficiales; la existencia y magntud de este fenómeno han sido confirmadas para primavera (Mascareño 1972, Llinás et al. 1994, Villanueva Guimemns y Ruiz Cañavate 1994) y otoño (Mascareño 1972). No obstante, 106 valores de nutrientes se muestran muy condicionados por los procesos productivos locales (Llinás et al. 1994). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Las características ambientales del mar de Canarias son aún más complejas cuando se analizan los fenómenos hidrodinámicos generados por el choque de la Corriente de Canarias y de los vientos alisios con las islas (efecto de masa de isla). Como resultado de ello, por un lado, se originan importantes remolinos o giros ciclónicos fríos en las zonas de choque nor-noroeste, en los grandes salientes laterales de las Islas y en los sectores en que el relieve insular se interpone a la trayectoria de los vientos dominantes. Por otro lado, también se forman bolsas de agua relativamente más cálidas que se acantonan en los sectores sur-suroeste (sotavento) de las Islas, sobre todo en las que ofrecen mayor frente de choque a las corrientes aéreas y marinas dominantes (Arístegui etal. 1989). La altitud de las Islas ha sido relacionada con la longitud de la estela de agua cálida, que es mayor en las islas occidentales -más montaiiosas- (Hernández-Guerra 1990). Además, el efecto de barrido de los vientos alisios origina ligeros afloramientos de aguas más frías y ricas en nutrientes en las costas occidentales de Fuerteventura y Lanzarote. Este conjunto de fenómenos hidrodinámicos repercute de forma desigual en la productividad biológica de las aguas que circundan las diferentes islas Canarias. En suma, las Canarias presentan una notable variabilidad ambiental intennsular, a la que también contribuye la naturaleza de los distintos tipos de fondos marinos. En las islas occidentales predominan las costas acantiladas y los fondos duros (rocosos) y abruptos, mientras que las islas orientales (Fuerteventura y Lanzarote) presentan costas bajas y fondos blandos (generalmente arenosos) y de pendiente más suave. Por otra parte, dentro de cada isla la orientación a los vlentos dominantes da lugar a importantes diferencias en las condiciones ambientales, tanto en lo referente a hidrodinamismo -sectores más encalmados en el sur y suroeste, y sectores maC expuestos O batidos en el norte-, como a temperatura y relieve costero -en general, costas más bajas y arenosas en los sectores sureste y sur- (Franquet y Brito 1995). En particular, la costa de Gran Canaria se caracteriza por presentar grandes diferencias entre sus zonas occidental y oriental. Debido a los diferentes tipos de dinámica litoral, en la mitad occidental de la Isla, de topografía más abrupta, predominan los acantilados altos con escaso número de playas; éstas se encuentran normalmente situadas en calas o caletas y se componen de materiales gruesos o medios que, en la mayoría de los casos, están originados por el aporte de torrentes que desembocan en cada una de aquéllas. La parte oriental de la Isla, con una cota media muy inferior a la anterior, presenta un litoral mucho menos escarpado, predominando las formas suaves a base de acantilados, costas bajas y playas tanto de gravas como de arena, estando éstas protegidas por formas naturales (MOPU 1979). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 En los fondos intermareales y submareales se desarrolla una banda de algas macroscópicas -productores primarios- que juega un papel fundamental en la ecologia costera. Por otra parte, estos fondos litorales cubiertos de algas -incluidos los charcos intermareales- cumplen la función de zona de cría de alevines y refugio de juveniles de muchas especies. La zona óptima para el desarrollo de estas comunidades algaies generalmente no se halla por debajo de la cota de 50 m. En estos fondos rocosos costeros se encuentran complejas comunidades de invertebrados y peces, muy diversificadas en su composición específica en relación con las condiciones ambientales de la zona. En muchos sectores de las Islas, el desarrollo de la banda algal está muy limitado debido a ki intensa actividad herbívora de los erizos, que progresivamente van limpiando de algas los fondos rocosos o pedregosos hasta convertirlos en "blanquizales" (la tonalidad blanquecina es debida al recubrimiento predominante de algas calcáreas). Los fondos arenosos abiertos, en general, están limpios de vegetación y son pobres en especies animales; en ellos, la producción se inicia a partir de detritus procedentes de las praderas de fanerógamas y algas de los fondos rocosos, así wmo de plancton e incluso, a cierta profundidad, de las algas microscópicas que se desarrollan sobre la arena. Las praderas de la fanerógama Cymodocea nodosa (seba), denominados sebadales o manchones, se hallan instaladas en los fondos arenosos, pudiendó extenderse desde pocos metros hasta unos 35 m de profundidad. Los cebadales, además de dar estabilidad al sustrato con sus raíces, sirven como soporte a gran cantidad de algas e invertebrados y como lugar de desarrollo (cobijo y alimento) para alevines y juveniles de peces propios de fondos rocosos, presentando, por otra parte, una ictbfauna propia característica. Con las sebas frecuentemente aparece mezclada el alga verde Caulerpa prolifera, que las sustituye en profundidad, pudiendo alcanzar la cota de 50 m. La comunidad Cymodocea-Caulerpa juega un papel ecológico fundamental en muchos sectores del sur y sureste de las Islas donde los erizos están desplazando a las algas fotófilas (Aguilera Klink etal. 1994). Por otro lado, las aguas que rodean a las Canarias son consideradas de baja capacidad de producción primaria fitopianctónica (oligotróficas) (Braun y Molina 1984), salvo en algunos sectores afectados por algunos de los procesos hidrodinámicos señalados (giros ciclónicos, ligeros afloramientos y10 arribazón de aguas saharianas afloradas). Esta escasa productividad generalizada contribuye también a determinar que la biomasa o densidad poblacional de las especies sea generalmente pequeña y, en consecuencia, la capacidad productiva global del ecosistema marino canario sea bastante limitada. En el caso de las islas orientales, la presencia de plataformas costeras relativamente extensas -que eri algunos sectores es más amplia-, junto a la existencia de los mencionados procesos hidrociinámicos más o menos localizados, determinan una capacidad productiva algo superior a la del recto © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 de las Islas. Todo lo contrario ocurre en las costas africanas próximas donde, además de presentar una extensísima plataforma continental, los fenómenos de afloramiento de aguas frías profundas siembran periódicamente de nutrientes las capas superficiales, dando lugar a una elevada capacidad productiva. En conclusión, el mar que circunda las islas Canarias presenta un amplio espectro de condiciones ambientales, desde características templadas hasta subtropicales, aunque enmarcadas en un medio que, en general, se caracteriza por una limitada capacidad de producción biológica, debido a la escasa superficie de sus fondos litorales y a la baja concentración de nutrientes en sus aguas (Franquet y Brito 1995) En esencia se trata de una situación típica de muchas zonas insulares tropicales o subtropicales del mundo, con ecosistemas litorales bastante diversificados, originales y frágiles, fácilmente vulnerables debido al bajo número de individuos representantes de numerosas especies y a las complejas interrelaciones entre las mismas (Aguilera Klink et al. 1994). 3. Aspectos generales de la fauna marina de Canarias Las particulares características de la fauna marina de Canarias, y concretamente de la ictiofauna, pueden ser explicadas en función de la notable diversidad ambiental que hemos comentado y de la localización geográfica de las Islas (próximas a los continentes africano y europeo, pero separadas de los mismos por grandes profundidades y, por otra parte, situadas en el giro subtropical del sistema de corrientes del Atlántico norte). Como resultado de ello, las islas Canarias están conectadas con las costas americanas, europeas y noroeste-africanas, recibiendo un flujo permanente de huevos y larvas (Franquet y Brito 1995, Brito et al. 1996b) En definitiva, las aguas del archipiélago canario albergan una fauna marina muy diversificada y rica en especies. De acuerdo con la citada diversidad ambiental de las Canarias, y aun teniendo básicamente las Islas idéntica composición específica, la fauna marina presenta características más tropicales en las islas occidentales y en todos los sectores insulares sur-suroeste, mientras tiende a manifestar características más templadas en las islas orientales y en todas las costas norte y nordeste. Una peculiaridad del poblamiento marino de Canarias es la coexistencia de especies templadas y tropicales, particularmente notable en los grupos nectónicos de gran capacidad natatoria (tiburones pelágicos, túnidos, tortugas marinas y cetáceos) (Franquet y Brito 1995). Los primeros trabajos de catalogación e identificación de especies bentónicas marinas de Canahas, debidos Bacaliado et al. (1982-83), pemitieron inventariar los invertebrados litorales en algo más de 1.000 especies, si bien estudios posteriores (e.g. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Pérez y Moreno 1991) han incrementado notablemente dicha cifra. Tan sólo en lo que se refiere a crustáceos decápodos (gambas, camarones, langostas, cigalas, erniitaños y cangrejos), estudios recientes (e.g. González 1995, Wirtz y Herrera 1995, González y Santana 1996, González et al. 1996b, Fransen y Wirtz 1997, Barquín et al. 1998) y trabajos en preparación señalan la presencia de unas 320 especies, tanto pelágicas como bentónicas, en el área de Canarias. En el caso de los peces, los trabajos de catalogación (Brito 1991) incluyeron 60 especies cartilaginosas (condrictios) y casi 500 óseas (osteictios). aunque campañas de prospección pesquera (e.g. Brito et al. 1994, López Abellán ei al. 1994, Santana et al. 1995), citas posteriores (e.g. González etal. 1993, Brito et al. 1995, Franquet y Brito 1995, Montero etal. 1995, Rico etal. 1995, Brito y Falcón 1996) y otras publicaciones en preparación elevan la cifra total en más de 50 especies. En general, la ictiofauna bentónica de Canarias que habita los fondos litorales (de la plataforma) y batiales superiores (del talud o veril), en la que se incluye buena parte de las especies con interés pesquero, presenta características propias de la región biogeográfica marina Atlanto-Mediterránea de Briggs (1974) -sector cálido-templado que abarca desde el canal de La Mancha hasta cabo Blanco, incluido el Mediterráneo-, mostrando predominio de especies atlanto-mediterráneas y de especies tropicales y subtropicales del Atlántico oriental, aunque con marcada presencia de especies tropicales, guineanas y macaronésicas (propias de Azores-Madeira-Canarias) (Brito 1984b, Franquet y Brito 1995, Brito et al. 1996b). Similares resultados zoogeográficos han sido obtenidos recientemente para el conjunto de los camarones pandálidos de la zona litoral y batial superior de Canarias, predominando especies de amplia distribución mundial y especies atlánticas (orientales y occidentales), con notable presencia de especies mediterráneas y macaronésicas (González y Santana 1996). En la actualidad, la relación de las costas meridionales de Canarias con el continente africano no parece tan intensa como a prion cabría esperar en razón de la proximidad. De esta forma, en lo que a la ictiofauna se refiere, los bajos porcentajes de especies tropicales guineanas en las costas canarias (Brito et al. 1996b) parecen estar princioalmente relacionados con la ausencia de corrientes marinas netas de carácter permanente y ascendente hacia las Islas, así como con la barrera térmica debida a los fenónienos de afloramiento que tienen lugar frente a cabo Blanco. La única vía natural de arribada a Canarias de esta fauna tropical, que se puede considerar actualmente, es el posible desplazamiento ocasional de aguas africanas bajo determinadas condiciones de vientos del Sur, cuando la corriente costera ascendente (contracorriente) desborda ampliamente cabo Blanco (20'46' N 17'03' O) y alcanza cabo Bojador (26"08' N 14'30' O), hecho que parece producirse durante el invierno (Mittelstaedt 1983). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Como consecuencia de las características geográficas, físicas y faunísticas del ecosistema marino canario que hemos comentado, los recursos marinos de Canarias se caracterizan por su diversidad, variabilidad espacial y, en general, por el elevado número de especies que los integran aunque con poblaciones normalmente pequeñas. Esta última característica -alta composición específica acompañada de bajas biomasas por especie- es sobre todo aplicable a los recursos demersales o de fondo. Tal conjunto de caracteristicas en general se da en la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales. En las islas más densamente pobladas del ArchipiBlago, y particularmente en Gran Canaria, donde la franja costera presenta gran accesibilidad y está sometida a elevada ocupación, diversos usos nocivos, actividades recreativas y extracciones de arena, no es de extrañar que en la actualidad las poblaciones de especies sometidas a actividad marisquera sean escasas y estén restringidas a los sectores más expuestos al oleaje (zona noroeste) y menos poblados a la vez que distantes de los grandes núcleos urbanos (zona oeste). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 La actividad de las distintas flotas pesqueras que faenan en aguas de Canarias, caracterizada por algunos autores (e.g. González 1991a, b, 1996a, 1997, González y Lozano 1996) como "pesquerias artesanales canarias", ha sido objeto de numerosos y diversos estudios. Los trabajos realizados en este campo por biólogos, o bajo un enfoque típicamente biológico, fueron inicialmente desarrollados por investigadores de los hoy denominados Centro Oceanográfico -de Canarias (Instituto Español de Oceanografía) e Institutc Canario de Ciencias Marinas (Gobierno de Canarias). Los primeros estudios en ser publicados se debieron a García Cabrera (1961, 1970), IEO Lab. Canarias (1968), García Cabrera y Pereiro (1973), Barrera et al. (1980, 1982) y Ojeda Guerra (1983), entre otros. Durante 1982-83 y 1985-86, ambos institutos de investigación estudiaron de forma preliminar los recursos pesqueros de Canarias. Algunos de los trabajos producidos en esta etapa fuercn los de Barrera et al (1983), IEO Lab. Canarias (1983), Carrillo et al. (1985, 1986a, b), Goizález ef al. (1986a, b), Santana etal. (1986) y Pérez etal (1987). Diversos estudios sobre las especies de interhs pesquero y la descripción de sus pesquerías han sido abordados en profundidad por IEO Lab. Canarias (1968, '1983) en relación con El Hierro, La Palma, La Gomera y Tenerife, por Barrera et al. (1983) en referencia a Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, por Carrillo etal. (1985) con respecto a Fuorteventura y Lanzarote, por Pizarro (1985) para Fuerteventura y, finalmente, por Bas et al. (1995) y Franquet y Brito (1995) referidos al conjunto de las islas Canarias Algunas de estas pesquerías artesanales han sido objeto de estudios concretos en el ámbito del Archipiélago o de alguna de sus islas, tales son los casos del bonito listado (García Cabrera y Pereiro 1973), túnidos (Santana et al. 1987, Ariz ef al. 1993), vieja (Gonzále;: 1991b, González et al. 1995a, b, 1996a), cabrillas (Pérez-Barroso et al 1993), peto (Mena et al. 1993), murénidos (Jiménez et al. 1993, Jiménez 1997), sama cerruda o pargo (F'ajuelo y Lorenzo 1995), esta última especie junto a bocinegro, breca, besugo y salmonete (Paiuelo 1997), entre otras pesquerias. En el marco del archipiélago canario, tal vez la isla de Gran Canaria haya recibido mayor esfuerzo investigador en este sentido en los últimos quince o veinte aiios. Las pesquerías artesanales explotadas por las distintas flotas con base en puertos de Gran Canaria han sido tradicionalmente estudiadas por investigadores del Instituto Caiiario de Ciencias Marinas. La pesca desarrollada en el sector de Telde (núcleos pesqueros de Taliarte y Meienara) fue abordada por Barrera et al. (1980) y Ojeda (1983). La actividad pesquera llevada a cabo por la flota de Mogán fue analizada por Gonzáiez et al (1 991, 1992) y Carrillo © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 et al. (1996). La zafra de la vieja con redes de enmalle en los sectores de San Cristóbal y Las Canteras fue estudiada con detalle por González et al. (1995a, b). Los escasos trabajos sobre artes y maniobras de pesca utilizadas en Canarias se comentan y analizan más adelante. Numerosos estudios (e.g. Galván 1981, 1982, 1989, 1990, Mesa 1962, Pascual Fernández y Pérez 1982, Pascual Femandez et al. 1982, Pascual Fernández 1987, 1990, 1991, Galván y Pascual Fernández 1989, Santana 1988-91, 1990) han aportado una visión complementaria a la típicamente biológica o biológico-pesquera, efectuando interesantes análisis desde el punto de vista de la antropología, la sociología y la economía pesqueras, imprescindibles para comprender el funcionamiento de las comunidades pesqueras artesanales canarias. Desde una óptica transdisciplinar, distinta e igualmente complementaria a las anteriores, Aguilera Kllnk et al. (1994) han proporcionado una visión medioambiental de Canarias desde la perspectiva conjunta de la economia, la ecologia y las ciencias medioambientales. Los autores analizaron cómo se ejerce la actividad pesquera y su impacto en el ecosistema marino como causas de la actual problemática ambiental en las Islas. Con todo este acúmulo de información a nuestro alcance, analizados en profundidad los recientes trabajos de González (1991a, 1996, 1997), González y Lozano (1996), Jiménez (1997) y Pajuelo (1997), y examinadas las correspondientes conclusiones (elaboradas por J.A. González e I.J. Lozano, no publicadas) del Curso de Invierno de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre "Las pesquerías canario-saharianas", celebrado en Teguise (Lanzarote) en marzo de 1993, a continuación apuntaremos algunas de las características generales y particulares de las pesquerías artesanales explotadas en aguas de Canarias. a) Como consecuencia de las características ambientales existentes en las aguas del archipiélago canario, que son causa de una limitada capacidad de producción, el modelo pesquero que se desarrolla en aguas de Canarias responde al denominado como "pesquerías artesanales", en contraposición al conocido como "pesquerías industriales". b) Debido a la escasa presencia de fenómenos de afloramiento, estas aguas archipielágicas se caracterizan por una escasa producción primaria, generalmente relacionada con situaciones de gran multiespecificidad y baja biomasa por especie. Así pues, en general, el número de especies objetivo es elevado y la selectividad de las artes de pesca es baja. c) En relación con lo anterior, la pesca en aguas canarias es artesanal y multiespecífica, empleándose gran cantidad de técnicas y artes de pesca por parte de una flota muy numerosa, antigua, polivalente en gran medida y escasamente equipada. Además, existe una marcada estacionalidad en las actividades pesqueras y en la elección de especies © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 objetivo por determinada parte de la flota, generalmente originada en la importancia de la pesca de túnidos y sus zafras. d) La actividad pesquera se realiza sobre un gran número de especies (alrededor de ciento cincuenta). Es característica la práctica inexistencia de descartes en las capturas, comercializándose todas ellas. Se constatan diferentes grados en la complejidad de la evaluación o estimación de las biomasas, según las especies y su importancia económica. No obstante, no se posee un conocimiento real de los recursos pesqueros ni aún inenos de sus índices de explotación. Tres grandes grupos de recursos pesqueros son explotados en aguas de Canarias: pelágicos oceánicos, peiágicos costeros y demersales. Los pelágicos oceánicos ex?iotados (unas quince especies de túnidos y afines) han sido los mejor estudiados, fundamemalmente en el marco de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAi); de las especies más importantes se conocen los parámetros biológicos y ecológicos básicos y se poseen datos de captura y esfuerzo suficientes para la evaluación de este recurso. De los pelágicos costeros explotados (unas ocho especies: caballa, sardinas, chicharros, boga y guelde) se conocen algunos parámetros biológicos y ecológicos, aunque se ignoran las series históricas de captura y esfuerzo; por tanto, la evaluación de este recurso por métodos indirectos no puede ser efectuada con rigor. Finalmente, respecto a los recursos demersales expiotados (unas ciento treinta especies de fondo, que básicamente incluyeri peces, crustáceos y cefalópodos), los conocimientos se restringen a diversos aspectos biológicos y/o ecológicos de algunas especies, en general dispersos y no enmarcados en ur plan de investigación; la evaluación de estos recursos es aún lejana en el tiempo. El esfuerzo de pesca se ejerce mayoritariamente en las franjas costeras hasta los 150-200 m de profundidad, lo que provoca una explotación intensiva de las especies que habitan dichos sectores. Por ello, la explotación de algunas especies demersales puede haber rebasado su máximo sostenible. No obstante, en función de su explotación actual podemos distinguir los siguientes grupos de recursos marinos vivos: marisqueros, peiágicos costeros, peiágicos oceanicos, demersaies y semidemersales litorales, y demersales profundos. e) Las capturas son descargadas en playas, refugios pesqueros o en pequeiios puertos en general numerosos, dispersos (a lo largo de más de 1.290 km de costa) y escasamente dotados de infraestructura (muchos de ellos carecen de instalaciones frigoríficas y10 de fábrica de hielo). Los canales de comerciaiización son diversos y, en general, inadecuados (en Canarias existe una única lonja, sita en el puerto de Santa CNZ de Tenerife], llegándose incluso a situaciones de monopolio (un único comprador o intermediario) en algunas localidades e incluso en islas enteras. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Además, los niveles de complejidad resultantes de la atomización en los puntos de descarga y la diversidad de vías de comercialización varían de unas islas a otras, e incluso dentro de una misma isla dependiendo de las zonas. A primera vista, la máxima complejidad parece corresponder a Tenerife y Gran Canaria, el mínimo grado a La Gomera y aún más a El Hierro, mientras que las restantes islas presentarían un nivel intermedio de complejidad. Son pocas las Cofradías o Cooperativas de Pescadores que funcionan satisfactoriamente y su nivel de informatización es, en el mejor de los casos, reciente y precario. En consecuencia y dados los referidos niveles de complejidad, la elaboración de estadísticas pesqueras es muy difícil y cuando existen, en el seno de determinadas cofradías, cooperafivas o en la Administración Autónoma, son confusas, imprecisas y no demasiado fiables. f) En general, los pescadores artesanales canarios proceden de un entorno social humilde y no suelen poseer un nivel cultural elevado. Generalmente se trata de explotaciones de carácter familiar cuya actividad suele estar marcada por un acusado costumbrismo y, en general, por hábitos escasamente innovadores. No obstante, desde una perspectiva socio-económica y antropológica, aún hoy día existe un escaso conocimiento del sector pesquero artesanal canario, pese a su gran tradición y raigambre en las Islas. Los cambios más importantes habidos en los últimos tiempos en las comunidades de pescadores artesanales de Canarias han estado originados por cambios tecnológicos, aspectos del binomio turismo-construcción y recientes problemas en la comercialización de túnidos. g) En los últimos anos, se ha desarrollado enormemente la pesca deportiva como actividad ociosa y lucrativa. Las capturas realizadas mediante esta actividad, así como las correspondientes a furtivismo, tienen cierta importancia en relación con las poblaciones explotadas, tanto por el esfuerzo de pesca realizado como por la tecnología de las embarcaciones que, en la mayoría de los casos, es superior a la de los barcos profesionales de pesca. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Desde la perspectiva antropológica defendida desde 1980 por el Laboratono de Antropología Social de la Universidad de La Laguna, no es lo mismo "técnica de peSCa" que "arte de pesca" (Pascua1 Fernández 1991). Por "técnica de pesca" se entiende un complejo entramado de conocinientos, destrezas, formas de trabajo y10 cooperación que, con determinados métodos (redes, trampas, anzuelos e instrumentos), se emplean para la captura de especies acuáticas útiles al hombre. En cambio, el término "arte de pesca" hace referencia, sobre todo, a tales métodos de captura. En el léxico de los pescadores canarios, el término "arte" suele ser utilizado de manera todavía más restrictiva, asignándose únicamente a los métodos de pesca constituidos por redes de diverso tipo (redes de cerco y artes de playa). 1. Estudios previos En este apartado pasaremos revista brevemente a algunos de los trabajos previos que, de forma más o menos profunda, han abordado la catalogación o inventariado de anes de pesca artesanal. En primer lugar nos referiremos a las obras o estudios de carácter general que, frecuentemente auspiciados por instituciones y organizaciones supranacionaies, han tenido un cierto grado de influencia o repercusión en otros trabajos posteriores de ámbito regional. Los trabajos más destacados son los siguientes. El "Catálogo de la FA0 de ~ianodse aparejos de pesca" (FA0 1972) contiene multitud de esquemas descriptivos de artes de pesca de diferentes regiones del mundo. El mismo enfoque, aunque restringi6ndose a la pesca artesanal, presenta el "Catálogo de artes de pesca artesanal" editado por Nédélec (1975), posteriormente revisado y ampliado por Prado (1987), igualmente bajo los auspicios de la FAO. Sainsbury (1975, 1986, 1996) proporciona una introducción general a las arles y operaciones de pesca. En 1977, la FA0 edita una recopilación de datos sobre barcce y artes de pesca, referidos a toda la cuenca mediterránea (Dremiere y Nédélec 1977), mientras que, en 1979, elabora una lista de aries de pesca industriales y artesanales utilizadas por flotas de distintos paises (africanos o no) en la costa oeste de África. El trabajo de NédBlec et al. (1979) se encuentra más dirigido al campo de la tecnología pesquera. En 1982, Nédélec lleva a cabo una unificación de criterios en los trabajos de catalogación de artes de pesca, en el marco de su "Definición y clasificación de las categorías de artes de pesca". Brandt (1984) publica la tercera edición de un gran catálogo comentado sobre "Métodos de pesca del © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 mundo". En 1990, aparece un trabajo de Vendeville que incluye descripciones, esquemas y selectividad de las artes empleadas en distintas pesquerías de camarones del mundo, tanto artesanales como industriales. En un segundo bloque pasaremos revista a los antecedentes de estudio sobre esta materia que se refieren a los paises mediterráneos (Espaiia excluida). Algunos de estos estudios se citan a continuación. En 1981, Grofit elabora un inventario de las artes utilizadas en la pesca costera artesanal en el Mediterráneo oriental Zaouali (1984) cataloga las artes de pesca históricas y actuales empleadas en las lagunas saladas de la costa de Túnez, mientras que Ben Naceur (1986) lista las utilizadas en la pesca costera de dicho país. En 1986, Le Corre y Farrugio refieren las artes usadas en la región de Languedoc-Roussillon del Mediterráneo francés. El mismo año, Belkhauad y Sekkat pasan revista a las artes de pesca artesanal del Mediterráneo marroquí indicando su época de utilización, especies objetivo, embarcaciones que requieren y tripulación. Oliver (1983) nombra las artes de pesca empleadas en distintos países costeros (europeos y africanos) del Mediterráneo occidental. En tercer lugar comentaremos los trabajos derivados de la actividad de flotas (industriales y artesanales) con base en la Península Ibérica y Atlántico francés en sus caladeros de influencia. Algunas de las publicaciones más destacadas en este sentido, que incluyen descripciones de pesquerías concretas, son las siguientes. En 1955, Bas y colaboradores abordan un detallado catálogo de artes en su trabajo sobre la pesca en Cataluna. Arnaiz y de Coo (1978, 1979a, b, 1982) publican y actualizan los catálogos de las artes de pesca artesanal de la Ría de Arosa. En 1978, Lens Lourido describe la flota, aparejos, especies capturadas y faenas de pesca en la pesquería de palangre en Galicia. Garc��a et al. (1981) describen la pesquería con artes de playa en el sur de España, catalogando las artes de pesca y listando las especies capturadas. En el "Estudio sobre la pesquería del Mar Menor", de Pallarés (t981), se incluye una descripción de artes y maniobras de pesca, además de información sobre la estacionalidad de su empleo y aspectos relativos a las especies objetivo. En los trabajos de Costa y Franca (1982, 1984, 1985) y Franca y Costa (1982, 1984, 1985) se describe la pesca artesanal de las costas portuguesas, detallándose las artes de pesca y aportándose gran documentación fotográfica al respecto. En 1986, Camiñas nombra las artes de pesca artesanal de la costa del mar de Alborán, mientras que Lleonart y Sánchez describen las artes menores de Cataluña. Lleonart ef al. (1987) catalogan las artes de pesca utilizadas en la Comunidad Valenciana y Cataluña, en el marco de un estudio promovido por la Comisión Europea para la descripción y seguimiento de tales pesquerías. Un estudio similar es abordado por Caminas ef al. (1987, 1989) sobre las pesquerías locales de la © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Región Surmediterránea española, que incluye una descripción y catalogación de artes y una relación de especies capturadas por las mismas. En las actas de las "Jornadas sobre Invest'gación de la pesca artesanal en el Mediterráneo espafiol" se comentan brevemente las artes de pesca artesanal de Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía (Oiiver 1988). Allué et al. (1988) describen las técnicas de pesca utilizadas para ih captura de góbidos y especies afines en dichas regiones del Mediterráneo español. Entre las publicaciones aparecidas en la presente década, Uriarte (1990) describe la técnica de pesca para la captura de anchoa en el golfo de Vizcaya, mientras que Cort y Mejuto (1990) nombran las artes utilizadas para la pesca de atún rojo en el mar Cantábrico. En el mismo año, Olaso describe y esquematiza las artes en las pesquerías demersales del mar Cantábrico, mientras que Puente caracteriza las modalidades de pesca con redes fijas de fondo en aguas costeras vascas. Lemoine (1991) y Morizur (1992) pasan revista a las artes de pesca arlesanal en las costas francesas del canal de La Mancha oriental y occidental, respectivamente. La Diputación Provincial de Cádiz edita, en 1991, "El sector pesquero en la provincia de Cádiz" donde se incluye una pequeña descripción de las artes utilizadas en la zona y, en 1994, "Las artes de pesca en el litoral gaditano" consistente en un detallado catálogo de las artes de pesca industrial y artesanal empleadas por la flota gaditana, incluyendo planos y dibujos pormenorizados de cada arte y de los elementos relacionados con su uso. En el ámbito del País Vasco, Santiago (1992) describe las artes de la pesca de atún blanco y Puente (1993) cataloga las técnicas de pesca de la flota artesanal, incluyendo zonas de uso, capturas y estudios de selectividad. En las actas del "Simposium internacional sobre las áreas de afloramiento más importantes del Oeste Africano", varios autores (Ariz 1985, Balguerías 1985, 3ravo de Laguna 1985, Cervantes y Goñi 1985, Delgado y Fernández 1985) descrlben disiintas artes de pesca utilizadas por la flota arlesanal e industrial española para la captura de diversas especies de peces, crustáceos y cefalópodos en la costa noroccidental de África. En la literatura no existen demasiados trabajos de catalogación de artes de pesca artesanal empleadas en las costas del oeste de África. Citaremos el inventario con esquemas referido a Marruecos (Roullot et al 1984) y el relativo a Ghana (Doyi 1984). Desde el punto de vista de la actividad pesquera y las artes empleadas, e ámbito de las regiones o estados insulares es en general más complejo que el de las regiones continentales, debido a la fragmentación territorial con sus peculiares características geomorfológicas, oceanográficas e incluso socio-antropológicas. En este contexto insular o archipielágico, caben ser destacados los estud os que a continuación se citan. Méndez-Arocha (1963) aborda la descripción e historia de los métodos de pesca en la Isla de Margarita (Venezuela). En el ámbito de las Baleares, Uabrés y © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Martorell (1984) caracterizan la pesquería de artes menores, Martorell y Oliver (1986) ahondan en dicho estudio y en un sistema de recogida de datos estadisticos para su evaluación, mientras que Massutí y Morales-Nin (1991) describen el arte y maniobras de pesca en la captura de Ilampuga. En la obra "Artes de pesca artesanal en las islas Azores", de Raposo (1984), se incluye un catálogo de los métodos de pesca empleados en las distintas islas, detallándose las variaciones existentes en cada núcleo pesquero. No se conocen textos que traten el tema de la catalogación de artes de pesca en el archipiélago de Madeira. En cambio, se han publicado numerosos trabajos sobre esta temática (Hanek 1964, Lozac 1986, Lozac y Mascarenhas 1986, Martins 1986) en las Islas Cabo Verde. Antecedentes de estudio en Canarias LOS antecedentes históricos y la situación actual (1975-92) de la pesca de los "costeros" (barcos) canarios en el banco sahariano fueron brillantemente abordados por Balguerías (1993). La presencia de pescadores hispanos en las vecinas costas de África se pierde en la más remota antigüedad. La intensa actividad pesquera que los marineros andaluces afincados en Canarias y los propios isleños practicaban hasta más al sur de Río de Oro se remonta, al menos, a la mitad del siglo XV. Pérez del Toro (1892) (en Balguerías 1993), Taquin (1903) (en Balguerías 1993), García Cabrera (1970) y Quintero et al (1992) recogen diversos datos sobre la pesca de los isleños en la costa africana durante los siglos XV a XVII, incluyendo las artes empleadas, su evolución histórica y las especies objetivo. La primera descripción de las pesquerías canarias en la costa sahariana se debe a Glas (1764) (en Balguerías 1993). En plena época de la ilustración, aparecen los primeros tratados generales sobre la pesca. Viera y Clavijo (1 773) (en Balguerías 1993) resume el texto de Glas sobre la pesca de los canarios en la costa de África. Cornide de Saavedra (1788) (en Balguerías 1993) escribe sobre las diversas pescas y las redes y aparejos con que se practican, mientras que entre 1791 y 1795 aparece el "Diccionario histórico de los artes de la pesca nacional" de Sañez Reguart (1771) (en Balguerías 1993). Pérez del Toro (1881, 1892) (en Balguerías 1993) lleva a cabo una redescripción de la pesca de los canarios en la costa africana. Taquin (1903) (en Balguerías 1993) recoge todos los aspectos de la pesquería desarrollada por los isleños en la costa africana. Rodríguez Santamaría (1923) (en Balguerias 1993) publica el "Diccionario de artes y aparejos de España y sus posesiones" que incluye la actividad pesquera canaria en la costa sahariana. El informe de Lozano y Rey (1934) (en Balguerías 1993) contiene pormenores sobre algunos aspectos de la pesca de los costeros. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Balguerías (1985) estudia la actividad de la flota artesanal canaria que faeló en la costa noroccidentai africana de 1975 a 1982. Así pues, durante más de cinco siglos de actividad pesquera canaria eri la costa sahariana se fueron experimentando e introduciendo nuevas artes de pesca y mejoras tecnológicas (viveros, motorización y un largo etcétera), generalmente procedentes de la Península Ibérica y de países del norte de Europa, que sin duda terminaron por adaptarse a las pesquerlas desarrolladas en aguas de las propias islas Canarias. Por lo que se refiere a la pesca practicada en el mar de Canarias, destacaremos los siguientes antecedentes de estudio. Entre 1799 y 1810, Viera y Clavijo (1869, 1900, 1982) describe diversas especies de animales marinos señalando, en ocasiones, las artes de pesca utilizadas por los isleños para su captura. En la citada obra de Rodríguez Santamaría (1923) (en Balguerías 1993) se describen algunas artes y maniobras de pesca empleadas en las costas canarias a principios de este siglo. Ya en 1961, García Cabrera realiza la comunicación titulada "Estudios ictiológicos sobre posibilidades pesqueras en el Archipiélago Canario y costa de África", en la Conferencia Regional Pesquera de Canarias, donde se destaca la pesca de escómbridos. El IEO Lab. Canarias (1968) publica un "Informe sobre la pesca en la provincia de Santa Cruz de Tenerife en 1967", donde pasa revista a las distintas pesquerías (artes y especies objetivo) y a su estado de explotación. En 1970, García Cabrera recopila la información existente sobre "La pesca en Canarias y Banco Sahariano" y sus perspectivas futuras. García Cabrera y Pereiro (1973) describen la pesquería de bonito-listado en El Hierro. Como resultado de los anteriores análisis pesqueros y de una serie de campañas experimentales en aguas profundas entre 1968 y 1975, el IEO Lab. Canarias (1977) publica un informe sobre la pesca en Canarias en el marco de un proyecto de desarrollo pesquero del Archipiélago. Los primeros trabajos del entonces Centro de Tecnología Pesquera (CTP) del Cabildo Insular de Gran Canaria fructifican en una tesina que recoge aspectos de la pesca de vieja en Gran Canaria (Pérez 1979), un "Estudio preliminar sobre la pesquería artesanal canaria" (Barrera ef al. 1980), una tesina sobre "Biología y captura de espáridos en la costa oriental de Gran Canaria" (Ojeda Guerra 1983) y una serie de artículos y publicaciones de carácter divulgativo (Ojeda Guerra y Barrera 1980, Pérez 1980, Guzmán 1981, Guzman el al. 1982) que se ocupan de la actividad pesquera en Canarias o de alguna pesquería en concreto, describiendo las artes de pesca. Durante los bienios 1982-83 y 1985-86, el entonces Laboratorio de Canarias del Instituto Español de Oceanografía y el mencionado Centro de Tecnología Pesquera realizan un estudio preliminar sobre los recursos pesqueros de Canarias y elaboran un censo de la © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 flota del Archipiélago. En el marco de dichos planes regionales de investigación, se describieron las pesquerías pelágicas y demercales de Canarias indicándose los métodos de captura y las especies objetivo (Centro de Tecnología Pesquera 1983, IEO Lab. Canarias 1963, La-Roche 1984, Carrillo etal. 1985, 1986a, b, González et al 1986a, b, Santana etal 1986). Franquet (1 985) incluye esquemas simples y definiciones de los principales métodos de captura utilizados en las pesquerías en aguas canarias. Pizarro (1985) dedica un capítulo de su catálogo de "Peces de Fuerteventura" a describir brevemente las artes y maniobras de pesca existentes en dicha Isla. Santana et al. (1987) caracteriza la pesquería de túnidos en el Archipiélago, describiendo sus técnicas de pesca. Los trabajos sobre la actividad pesquera en Playa de Mogán (Gran Canaria) (González et al. 1988a, 1991,1992) enumeran las artes de pesca utilizadas en la zona y sus especies objetivo. De contenido socio-antropológico, incluyendo aspectos relativos a estrategias de producción y descripciones de técnicas de pesca, son los trabajos de Mesa (1982), Pascuai Fernández y Pérez (1982), Pascual Fernández (1991), Santana (1998-91) y Rodriguez Santana (1993), entre otros muchos. Las caracteristicas generales y particulares de las pesquerias artesanales explotadas en Canarias, con enumeración de artes de pesca y especies objetivo, han sido abordadas por González (1991a), Bas et al. (1995), González y Lozano (1996) y Jiménez (1997), entre otros. En la presente década, diversos trabajos han abordado el estudio de las pesquerías más relevantes de Canarias, describiendo, con mayor o menor detalle, las técnicas de pesca empleadas. Algunas de las pescas estudiadas han sido las de vieja (González 1991 b, Gonzáiez et al 1995a, b, 1996a). túnidos (Ariz et al 1993), murénidos (Jiménez et al. 1993, Jiménez 1997), peto (Mena etal. 1993), cabrillas (Pérez-Barroso et al. 1993), sama cerruda o pargo (Pajuelo y Lorenzo 1995), así como bocinegro, breca, besugo y salmonete (Pajueio 1997) entre otras pesquerías. Los trabajos relativos a la primera especie citada, la vieja, incluyen un estudio del efecto de las distintas artes sobre las poblaciones explotadas. En la obra de Aguilera Klink etal (1994) se analiza brillantemente la forma en que se lleva a cabo la actividad pesquera en Canarias y su impacto en el ecosistema marino. La publicación de Franquet y Brito (1995), un inventario de las especies de interés pesquero en Canarias, incluye un capítulo sobre recursos y su explotación y esquemas simples de los prlncipaies métodos de captura. Finalmente, los trabajos de Rico et al. (1993, 1995) deben considerarse precursores del presente catálogo de técnicas de pesca artesanai en la Isla de Gran Canaria. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 2. Justificación y objetivos El estudio de los recursos pesqueros de una zona y su posterior evaluación han de construirse sobre una base sólida para que tengan rigor científico. Dicha base se fundamenta en el conocimiento, lo más completo posible, de las técnicas de pesca y las estrategias utilizadas por las diferentes comunidades de pescadores que actúan en dicha zona. La regulación cabal de la actividad pesquera artesanal no debería realizarse sin ccntar con información fidedigna acerca de la actividad de la flota pesquera y de sus especies objetivo, pues este conocimiento es el comienzo de cualquier estudio científico-técnico destinado a la creación de una adecuada ordenación pesquera. Sin embargo, la enorme complejidad de artes de pesca y recursos pesqueros, la gran diversidad de especies capturadas, el escaso control de la actividad de la flota y sus capturas, la fragmentación territorial en ocho islas con flotillas propias unida a la elevada atomización de la actividad a lo largo del litoral del Archipiélago, además del gran requerimiento de personal y coste económico relativamente alto, han constituido algunas de las razones que hasta ahora han impedido la realización de un catálogo de técnicas de pesca artesanal de Canarias, ni tan siquiera de un simple inventario de artes Consciente del vacío de conocimiento acerca de la actividad pesquera artesanal en Gran Canaria, la Sección de Pesquerías del entonces denominado Centro de Tecnología Pesquera (en Taliarie, Telde) redactó y, en agosto de 1992, presentó a la consideración del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria un plan de trabajo trianual (1992-95) para acometer un estudio sobre "Catálogo de artes de pesca ariesanal en Gran Canaria". En septiembre de 1992, con informe favorable de su Servicio de Educaci��n, dicha Corporación Insular acordó conceder una Beca de Investigación Científico-Pesquera al primer autor de este libro para la ejecución del citado plan bajo la adscripción del referido equipo de investigacióii. Desde finales de 1995, los trabajos quedaron enmarcados en el Área de Biología Pesquera del Instituto Canario de Ciencias Marinas (hoy día adscrito al Gobierno de Canarias), continuando el desarrollo de las investigaciones en el seno del mismo equipo investigador, merced a la puesta en marcha de diversos proyectos y programas de estudio (1995-98) que han posibilitado la obtención de un mayor nivel de conocimientos y, en def nitiva, la finalización del presente trabajo. Aunque en principio este catálogo pretendía ser una estricta descripción de las técnicas de pesca, hemos añadido un apartado sobre estudios previos que incluye los antecedentes de estudio en Canaria*. También hemos localizado geográficamente los distintos núcleos pesqueros de la Isla, pues en el texto se hace continua referencia a los mismos. Por último, hemos incorporado una breve descripción de la flota pesquera litoral © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 canaria, especialmente la que tiene su base en Gran Canaria, pues en ocasiones el diseño de las embarcaciones guarda estrecha relación con el arte principal al que se dedican. Por Otra parie, nos hemos limitado al estudio de la pesca profesional, dejando a un lado actividades deportivas como la pesca con caña desde la costa, la de agujas, túnidos y tiburones desde yates o la caza submarina. Otros apartados complementarios, frecuentes en otras publicaciones de parecida índole a la de este estudio, tales como la descripción de cada núcleo pesquero o la relación exacta de la flota con las características de cada barco, nos parecen propios de trabajos con pretensiones distintas. Los objetivos que hemos intentado cubrir en el presente trabajo han sido los que se relacionan a continuación. a) Localización e identificación de los núcleos pesqueros insulares. b) Catalogación y descripción de los diferentes métodos de pesca y elementos auxiliares utilizados por la flota pesquera litoral con base en la Isla. c) Descripción de las maniobras de pesca y estrategias de uso de las artes. d) Identificación de las especies objetivo y asociadas en las diferentes pesquerías. 3. Metodología de estudio De manera previa a las tareas de catalogación propiamente dichas, se efectuaron varios recorridos exhaustivos de la zona costera de la Isla. De esta forma todos los puertos y playas en los que existe actividad pesquera artesanal fueron localizados y refleiados en un mapa. En la obtención de la información precisa para la catalogación y descripción de las técnicas de pesca empleadas por la flota grancanaria, hemos recurrido a una metodologia doble y complementaria: directa e indirecta. La metodología directa ha consistido en la recogida de información sobre el terreno, basándonos en observaciones directas, mediciones y toma de fotografías y películas de video realizadas durante una serie de visitas planificadas a los diferentes núcleos pesqueros previamente localizados. Las observaciones directas se han desarrollado mediante muestreos en los mencionados núcleos pesqueros y a bordo de embarcaciones artesanales. En los primeros se han abordado las cuestiones relativas al tamaño de las mallas y anzuelos, número de anzuelos y dimensiones de las artes, entre otras Como instrumentos de medida se han utilizado, básicamente, cintas métricas y calibradores. Los muestreos a bordo han tenido la finalidad de describir las maniobras de pesca con la mayor fidelidad posible, al tiempo que han permitido cotejar la información obtenida por vía indirecta. El tratamiento © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 fotográfico ha aportado valiosa información complementaria y ha facilitado el tratamiento gráfico de los datos. El video ha permitido grabar todos los detalles de las maniobras de pesca muchos de los cuales a veces escapan al observador de a bordo- para su posterior descripción fidedigna. Para facilitar su comprensión, los esquemas de artes y técnicas de pesca en general han sido dibujados respetando las proporciones y a escala del original. La metodología indirecta se ha basado principalmente en la realización de entrevistas o encuestas. Se ha tenido especial cuidado en la elección de las personas entrevistadas, seleccionando las que poseian contrastada experiencia profesional, incluyendo tanto pescadores +n activo y jubilados- como cargos de las cofradías, cooperativas o comunidades de pescadores. En la medida de lo posible, se ha procedido a la grabación de las entrevistas en cinta magnética. No obstante, el método de estudio más habitual ha consistido en la cumplimentación de estadillos de encuesta confeccionados al efecto. La información obtenida por metodología indirecta, además de provenir de diversos informadores, ha sido contrastada y completada con las observaciones directas en tierra y a bordo. Como método indirecto complementario se han utilizado los datos relativos a las descargas de pescado que, en algunos casos, fueron suministrados por cofradias y cooperativas de pescadores. Este tipo de información ha resultado ser de gran utilidad para comparar y completar los datos sobre especies objetivo obtenidos in situ, así como para deducir la posible estacionalidad de sus capturas. Los mencionados estadillos han servido tanto para cumplimentar las encuestas como para la toma de datos por observación directa. Fueron elaborados de tal manera que cada uno correspondiese a cada método de pesca detectado (en una misma entrevista se cumplimentaban estadiilos de todas las artes a las que hacia referencia el entrevistado). La estructura y el contenido de los diferentes estadillos fueron progresivamente adaptados y, en consecuencia, mejorados, a medida que su utilización fue en aumento. Los estadilios incluyen cuestiones relativas a los siguientes aspectos: - denominación técnica y local del método de pesca; - descripción del método de pesca: tipos o variantes, dimensiones, materiales, formas, elementos constituyentes, útiles y elementos auxiliares, etc.; - utilización: maniobras de calado y virado, calamento o aparejamiento, carnadas. cebos y reclamos, equipo a bordo y en tierra, duración de la jornada de pesca, tiempo efectivo de pesca, Bpocas de empleo, localidades en donde se utiliza, etc.; - especies capturadas: especies objetivo, asociadas y descartes; - estrategias de uso: equipo humano, estacionaiidad (zafias), zonas y profundidades de pesca, etc.; - otros aspectos biológicos, técnicos (reparación, vida media, etc.) y económicos. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 En el Anexo I se señalan las abreviaturas usadas en los planos de las artes para indicar el tipo y10 naturaleza de los materiales constituyentes (por ejemplo, mono, monofilamento; MAD, madera; PA, poliamida; Pb, plomo; Cu, cobre). En el Anexo II se incluyen los modelos de estadillo de encuesta para cada método de pesca utilizados en el trabajo de campo. Para la clasificación de las distintas artes hemos adoptado el criterio de Nédélec (1 984, "Definición y clasificación de las diversas categorías de artes de pesca") con algunas modificaciones. Dicho autor sigue en su trabajo la Clasificación Estadística Internacional Uniforme de las Artes de Pesca (ISSFG), recomendada por la FA0 y utilizada por el Grupo Coordinador de Trabajo (CWP) sobre Estadísticas de las Pesquerías del Atlántico. Tal como han sido recogidas en el trabajo de campo, muchas de las medidas de longitud de las artes han sido mantenidas en brazas, unidad que habitualmente se utiliza en la mar y que es tan práctica como inexacta. No obstante, para simplificar la lectura del texto hemos transformado todas las medidas de longitud en metros, tomando la braza como 1,65 m, que es la envergadura normal de un pescador local con los brazos extendidos. 4. Los núcleos pesqueros del litoral grancanario Como se observa en el mapa confeccionado (Figura 2), la costa de Gran Canaria se encuentra plagada de puntos en los que se desarrolla actividad pesquera artesanal de carácter profesional. A dichos puntos los hemos denominado "núcleos pesqueros". En el conjunto del litoral grancanario se localizan un total de 27 núcleos pesqueros, que han sido relacionados en la Tabla 1 indicándose el tipo de refugio y el thrmino municipal de adscripción. El tipo de refugio consistente en una simple playa de varado con escasa infraestructura pesquera (19 núcleos) predomina frente a las instalaciones de tipo muelle o puerto (7 núcleos). El núcleo pesquero de La Aldea puede considerarse de carácter mixto. La distribución de núcleos pesqueros por municipios es la siguiente: Las Palmas de Gran Canaria (6), San Bartolomé de Tirajana (5), Mogán (5), Telde (4), Aguimes (3), Ingenio (l), San Nicolás de Tolentino (l), Agaete (1) y Gáldar (1). Si en dicha relación incluyésemos las localidades en donde se pueden encontrar embarcaciones dedicadas a la pesca deportiva, probablemente se rellenarían los sectores de costa que aparecen libres en el mapa. De hecho, aunque la pesca profesional ha desaparecido en los antiguos núcleos pesqueros de la costa norte (San Felipe, Baiíaderos), la costa de Bariaderos alberga una veintena de embarcaciones dedicadas a la pesca deportiva. La pesca es pues una actividad que se desarrolla en la totalidad del litoral de la Isla, si exceptuamos las zonas acantiladas e inaccesibles de la costa oeste. Sin embargo, los © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 refugios naturales suficientemente amplios para albergar una flota pesquera no son abundantes. En cambio, es frecuente encontrar zonas más o menos abrigadas a lo largo de la costa, muchas de ellas sin puerto ni infraestructura alguna, que son utilizadas por pequeñas embarcaciones, bien sea varando en la playa, bien al abrigo de espigones, pequeños puertos pesqueros o pesquero-deportivos. Muchos de estos puertos propiamente dichos fueron construidos teniendo en cuenta preferentemente la dinhica marina predominante a lo largo del año, producida por los vientos del nordeste. Por ello, la aparición de temporales del sur con frecuencia provoca desastres tales como desperfectos en las embarcaciones (no son raros los hundimientos) o incluso la desaparición de parte de los muelles y sus instalaciones. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Puerto dc lar La Aldea ti Playa de h &elle deportivo b Playa dc Annaga -+ Puta Salinas , Cashllo dcl Romeml -- - Figura 2 Localizacion geografica de los nucleos pesqueros de Gran Canana © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Tabla 1. Núcleos pesqueros de Gran Canaria (PI , playa de varado; Pu, puerto o mLelle). LOCALIDAD Playa de Las Canteras - La Puntilla - Peña la Vieja Playa de Las Alcaravaneras Muelle deportivo Puerto de San Cristóbal Playa de Cardosa Puerto de Taliarte Playa de Melenara Playa de Tufia Playa de Ojos de Garza Playa de El Burrero Playa de El Cabrón Playa de Arinaga Punta Salinas Castillo del Romeral Playa de Tarajallllo Playa del Águila Las Burras-El Cochino Playa de San Agustín El Homillo (Pasito Blanco) El Pajar Puerto de Arguineguin Playa de Mogán Playa de Tasarte La Aldea Puerto de Las Nieves Sardina del Norte TIPO DE REFUGIO MUNICIPIO PI PI PI PU Pu PI PU Pi PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PI PU Pu PI PI, PU Pu PU Las Palmas de Gran Cariana Las Palmas de Gran Cariaria Las Palmas de Gran Cariaria Las Palmas de Gran Cariaria Las Palmas de Gran Cariaria Las Palmas de Gran Canaria Telde Telde Telde Telde Ingenio Agüimes Agüimes Agüimes San Bartolomé de Tirajana San Bartolomé de Tirajana San Bartolomé de Tirajana San Bartolomé de Tirajana San Bartolomé de Tirajana Mogán Mogán Mogán Mogán Mogán San Nicolás de Tolentino Agaete Gáldar © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 5. Descripción de la flota pesquera lltoral De acuerdo con los datos comunicados por la Viceconsejeria de Pesca del Gobierno de Canarias sobre el censo de la flota pesquera operativa en 1996 (Anónimo 1997a), la flota canaria consta de cinco componentes: arrastrera, sardinal, artesanal. artesanal de litoral y de bajura o litoral propiamente dicha. El censo total incluye 1.542 embarcaciones, que totalizan 50.593 T.R.0 y 198.428 C.V. de potencia motriz. Atendiendo al estudio que nos ocupa, la flota pesquera que explota pesquerías artesanales en aguas de Canarias está integrada por unidades de los dos últimos componentes citados. Ambas flotas faenan, al fresco, en aguas del caladero canario. La flota artesanai de litoral la componen 117 barcos (7,6 % del total), con registro bruto total de 1.715 T.R.B. (3,39 % del total) y medio de 15 T.R.B., potencia motriz total de 12.671 C.V. y media de 108 C.V., eslora entre p.p. de 10 a 22 m y edad media de 27 años (Anónimo 1997a, Jiménez 1997). Esta flota artesanal de litoral, constituida por barcos con casco de madera o fibra de vidrio, embarcando a unos 600 pescadores (5-6 hombresharco), presenta gran complejidad en virtud de las artes de pesca empleadas, de la estacionalidad/simultaneidad en la utilización de las mismas y de las especies objetivo a las que las dirigen. Básicamente se dedican a la actividad de atuneros cañeros con cebo vivo, aunque en general la alternan con el empleo de redes de cerco e incluso con nasas (camaroneras y para peces), palangres de fondo y litias de mano (González y Lozano 1996, Jiménez 1997). La flota de bajura, o flota litoral propiamente dicha, consta de 1.199 pequeñas embarcaciones (77,s% del total), con registro bruto total de 2.727 T.R.B. (539 %del total) y medio de 2,3 T.R.B., potencia motriz total de 19.356 C.V. y media de 16 C.V., eslora entre p.p. menor de 10 m y edad media de 36 años (Anónimo 1997a, Jiménez 1997). Esta flota de bajura, mayoritariamente integrada por embarcaciones con casco de madera y en ocasiones plastificado, embarcando a unos 2.665 pescadores (2-3 hombreslbarco), se dedica principalmente a la captura de especies demersales, utilizando gran variedad de técnicas y artes de pesca tales como redes de enmalle ("trasmallos"), redes de cerco ("traíñas", cardinales, "salemeras"), redes de cerco y arrastre (artes de playa o "chinchorros"), redes izadas ("pandorgas" o "guelderas"), trampas (nasas para peces y "tambores"), artes de anzuelo (palangres de fondo y Iiñas da mano) y otros incmimentos de pesca o marisqueo (González y Lozano 1996, Jiménez 1997). Su escasa tecnologia y capacitación, además de un costumbrismo acusado, les obliga a operar casi con exclusividad en la zona costera (hasta un máximo de 150-200 m de profundidad) que, en consecuencia, soporta una intensa presiein pesquera (Gonzáiez 1996a, 1997, Jiménez 1997). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 El elevado grado de concurrencia de la flota litoral (a la que estacionaimente se une la flota artesanal litoral) sobre gran número de especies demersales (en si recursos limitados que, en ocasiones, presentan marcada estacionalidad intra- y quizás interanual), junto a la competencia entre diversas artes de pesca, han conducido a manifiestas situaciones de sobreexplotación (e.g. Pajuelo 1997) que aconsejan estudiar medidas de ordenación y regulación las cuales, por otra parte, tienen importantes implicaciones socio-econóinicas que afectan a las comunidades pesqueras de las Islas. En la isla de Gran Canaria el tipo de embarcación de bajura más frecuente tradicionalmente ha sido, y lo sigue siendo, la peque��a "falúa", antiguamente denominada "barca mora". Se trata de una embarcación casi simétrica (con "dos proas"), sin cutiieria, de menos de 4 T.R.B., cuya eslora varia en torno a 6-7,5 m. El casco es de madera, frecuentemente "plastificado" con fibra de vidrio y poii6ster (VRP). La motorización, muy variable, normalmente no supera los 35 C.V., aunque puede llegar a 60 C.V. e inciuso en casos excepcionales acercarse a los 100 C.V. Hay falúas que obtienen la fuerza motriz de motores fuera borda, para cuya instalación se modifica su popa hasta hacerla aplanada. Suelen carecer de equipos de navegación tales como sonda, sistema global de posicionamiento (GPS) o emisora de radio. El equipo de pesca se reduce, si acaso, a una maquinilla portátil que generalmente no tiene tracción propia, conectándose al motor. Como única ayuda en las maniobras de pesca, la mayorla de las embarcaciones presenta una polea o "roldana" en la proa que facilita el izado manual del cabo de fondeo de las artes. Los tanques para mantenimiento de carnada viva son instalados exclusivamente para las zafras de bonito y grandes túnidos. Se trata del tlpico barco para la pesca con liñas de mano, trampas o redes de enmalie caladas en el fondo, aunque también se utiliza para la faena con redes de cerco, artes de playa y cañas para bonito. Su pequeño porte resuita idóneo si el refugio disponible simplemente se limita a una playa donde varar la embarcación (Foto l),el caso m& habitual en los núcleos pesqueros de Gran Canaria. Sus reducidas dimensiones también resuitan ventajosas cuando, en puertos con poca protección o con escasez de espacio disponible, resuita imprescindible varar iac embarcaciones. Para esta operación, unos pocos hombres cuentan con la ayuda de "paraies" o semicilindros de madera que protegen la quilia de la falúa al arrastrarla, piezas artesanales móviles para girar la embaración una vez varada (Foto 2) y pequeñas "burras" para mantenerla derecha (Foto 3). La mecanización para sacar la embarcación del agua suele ser nula o muy rudimentaria, reduciéndose, cuando existe, a haladores accionados a mano (Foto 4) o adaptados a motores de poca potencia (Foto 5). En estas condiciones es fácil imaginar que barcos más grandes no resultarían operativos. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Otro tipo de barco, incorporado desde hace poco tiempo a la flota artesanal de litoral de Gran Canaria, es el llamado "nevero" o "bermeano" (Foto li)c,o n eslora generalmented e 8-11 m (común de 9 m, ocasionalmente 12 m). El motor puede tener una potencia muy variada, oscilando desde 40 C.V. o menos hasta 170 C.V. o más. Incorpora un pequeño puente, tiene cubierta, suele disponer de diversos instrumentos de navegación y presenta equipos de pesca tales como tanques fijos para carnada viva, plumas u "horcas", cabestrantes, maquinillas hidráulicas o poleas motrices para cerco. Este tipo de embarcación es mucho más adecuado que el anterior para la pesca de túnidos con caña y la de pequeños pelágicos al cerco, posibilitando además el acceso a caladeros más profundos para la utilización de palangres horizontales. Puede realizar mareas relativamente largas (de aproximadamente una semana), como las que llevan a cabo algunos palangreros grancanarios en aguas de Fuerteventura para la captura de especies de fondo. A modo de resumen, las embarcaciones que explotan los recursos litorales de Gran Canaria son en su totalidad de pequeño porte, no superando en ningún caso las 20 T.R.B. (valor medio de 4,3 T.R.B.) ni los 13 m de eslora (valor medio de 7,ü m). La característica fundamental de la flota pesquera de Gran Canaria es su gran polivalencia respecto a las artes de pesca empleadas y, por tanto, respecto a las especies sobre las que actúa. Es bastante corriente que una unidad faene con tres, cuatro o incluso cinco artes diferentes dependiendo de la época del año, pudiendo llegar a pescar a lo largo de su existencia con la práctica totalidad de las existentes en la Isla. Hay excepciones a esta regla, entre las que se incluyen los barcos, con base en el puerto de Arguineguín, dedicados casi con exclusividad a la captura de pequeños pelágicos, que incorporan un equipamiento eficaz adaptado a esta pesquería, o las embarcaciones que han aumentado tanto el número de nasas para peces que han tenido que especializarse en este arte para poder atenderlas sin introducir nueva mano de obra en la unidad productiva. En el momento de redactar este libro, numerosos armadores grancanarios, amparados por los fondos IFOP de la Unión Europea, están renovando sus viejas embarcaciones, sustituyéndolas por modernos barcos de fibra o madera de mayor eslora, adquiridos en astilleros de la España peninsular. Esto supondrá en breve un incremento progresivo de la eslora y potencia motriz de la flota de Gran Canaria, con el consiguiente aumento de su capacidad extractiva y una mejora sustancial de las condiciones de trabajo de los esc cado res. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 6. Técnicas de pesca artesanal en Gran Canana En Gran Canaria podemos encontrar una treintena de diferentes artes en activo que, a su vez, suelen presentar numerosas modalidades. De ellas, rara es la que sigue una pauta fija de fabricación, pues sus dimensiones y elementos constituyentes dependen normalmente de la localidad de utilización e incluso del artesano que la haya elaborado. De esta forma, los mdtodos de pesca, o artes de pesca en sentido amplio, que se utilizan o han sido utilizados por la flota pesquera artesanal de litoral (o de bajura) con base en los puertos de Gran Canaria pueden ser agrupados según la siguiente clasificación técnica: a) Artes de cerco: - de cerco con jareta - de cerco sin jareta b) Artes de cerco y arrastre c) Pequeñas redes de arrastre d) Redes izadas e) Redes da caída f) Redes de enmalle: -de enmalle de un paño - de anmaiie de varias paredes (trasmallos propiamente dichos) g) Trampas: - nasas -tambores h) Artes de anzuelo: - líneas - poteras - cañas - palangres i) Artefactos e instrumentos de pesca © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 útil para impedir, en lo posible, la huida del cardumen a través de la unión de dichos extremos. Localmente se suele denominar "copo" a la totalidad de la red, no distinguiendo unos paños de otros pero, en realidad, aunque la malla suele ser uniforme en todo el rectángulo principal, si exkte un paño de malla más fuerte y generalmente más pequeña que el resto, que es el último en ser izado (el más cercano al cabecero), aguantando todo el peso de la captura y sobre todo resistiendo el roce del salabre o 'jamo" (véase su descripción en el apartado de artes auxiliares) cuando con él se iza el pescado del "copo" al parque de pesca del barco. Por último, las anillas por las que corre el cabo de la jareta cuelgan de cabos anudados directamente a la reiinga de plomos (un cabo por cada anilla). Dimensiones del arte: La longitud de una traíña viene determinada por el número de paños rectangulares de 100 m que se unen longitudinalmente y de las dimensiones de los puños de proa y popa, que son extremadamente variables (1,70-15 m) dependiendo del constructor del arte. Asi pues, la longitud total puede oscilar desde los escasos 132 m (80 brazas) de algunas "trahias para sardina chica", hasta los 325-330 m de las mas grandes. Las artes de 175-210 m son las m& habituales. De forma parecida, la altura del arte responde al número de paños que se cosen verticalmente y de la luz de malla que aqudllos presenten, pues el número de mallas que contiene la altura de cada paño es constante y casi siempre de 400 mallas (a veces también se encuentran de 6Oü u 8W mallas). Las de menor peralto con las "traiíias de dia" (4 paños de 400 mallas) y las que en general se utilizan cerca de la costa para la captura de ejemplares pequeños (5 paños de 400 mallas, luz de malla de 11 mm), con 20-25 m (12-15 brazas) (Figura 4); las mayores alturas son alcanzadas por las artes utilizadas en mar abierto, 40-80 m (de 6 a 9 paños de 400 mallas, generalmente con luz de malla de 14-22 mm). En algunas localidades, como el Puerto de San Cristóbal, hay pescadores que aumentan la longitud de las redes de cerco pequeñas añadiendo en uno de sus extremos una red de enmalle ("trasmallo") con paño multifilamento, adecuando la altura del mismo al peralto de la traiña. Dimensiones de las mallas: Dependen de la talla de los ejemplares a capturar. La malla de 22 mm es la habitualmente utilizada en las pesquerías estables del sur, en las que el esfuerzo se dirige a la captura de peces de mediana talla. Pero se pueden hallar sardinales con luz de malla muy variada, de 8,IO. 11, 15 ó 17 mm, e incluso artes que, ya sea desde su construcción o por las sucesivas reparaciones a las que son sometidas, presentan paños de mallas diferentes en la misma red. La malla de 11 mm es la generalmente empleada en la pesquería estaciona1 de "sardina chica" y en la captura de carnada viva para la pesca de túnidos. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Las cadenetas contienen mallas diversas de 17 a 26 mm. Los paños de los puños extremos presentan malla grande y resistente, de hasta 100 mm cuando son elaborados por los propios artesanos. Características de Iaiareta: El cabo de la jareta o corredera tiene la misma iongitud o es un poco mayor que el arte, con grosor mínimo de 10 mm (con mayor diámetro se enrolla menos al virar). Las anillas de la jareta, de diámetro muy variable (en general 7/9/18 cm de diámetro y 10/16/20 mm de grosor), se disponen cada 8-12 m (5-7 brazas) anudadas a cabos de longitud variable en función de las dimensiones de la red y sobre todo de la disponibilidad de mecanización para las maniobras de virado. Si la corredera se cobra a mano, las anillas pueden estar distanciadas de la relinga de plomos tan sólo 0,5 m, mientras que cm barcos con cabestrante o maquinilla el cabo de las anillas puede llegar a 2,5-3 m de longitiid. -: arte: relinga superior presenta flotadores de hasta 91 mm de diámetro cada tramo de 20-30 cm, dependiendo de su material y tamaño. La relinga inferior porta plomos cilíndricos u ovales a razón de 1 a 3 kg por metro de cabo. Aunque el cuerpo de la red tiene forma rectangular, dado que todos sus componentes la tienen, la longitud de la cadeneta superior se ve acortada al armarla a la relinga de corchos, con lo que ei arte adquiere forma "rechoncha" cuando se encuentra en el agua. Materiales: El paño de red es de nailon multifilamento, trenzado o torsionaclo, con o sin nudos. El patio sin nudos facilita el hundimiento de la red en el agua, característica importante en este tipo de artes, aunque parece ser que un mínimo desgarro puede significar la rotura total de parte a parte, cosa que no ocurre en los pafios con nudos. Los flotadores, cilíndricos, ovales o semiesféricos, pueden ser de plástico rígido o de "espuma' plástica (PVC expandido). El lastre de la relinga inferior esla constituido por piezas de plomo de 100- 250 g (1-3 kglm). Todos los cabos son de nailon torsionado, de 6-8 mm los propios de la red y como mínimo de 10 mm el de la jareta. las anillas de la jareta suelen ser de acero inoxidable, aunque también las hay de hierro, e incluso todavía se usan de bronce. Artes y elementos auxlliaiei El ?amoo es una bolsa de red que cuelga de un aro metálico sujeto a un vestago de madera o metal, que habitualmente se utiliza para cargar y descargar pescado (Foto 7). En el caso particular de la pesca de cerco, se usa para trasladar la captura a bordo cuando es abundante y la red no puede ser izada manualmente. También se utiliza para repaltir la captura destinada a carnada viva en los diferentes tanques del barco. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Roh,, PA S 100 inm Figura 3 Esquema de la "traiña" (arte de cerco) mas habitualmente utilizada en Gran Canaria © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Rdm* de corcho. Ftgura 4 Esquema del arte de cerco utilizado a la luz del dla ("traiña de dia") en el puerto de Tallarte (Telde Gran Canaria) © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Como diremos al describir las maniobras de pesca, la pesca con traína se realiza tanto de día (en cuyo caso los barcos buscan los bancos de peces) como de noche (atrayéndolos con luz). Por ello, todos los cerqueros poseen un mínimo equipo de pesca auxiliar compuesto por grupos electrógenos (desde 12 hasta 100 voltios), focos de diversa potencia (normalmente de 500, 1 .O00 y 1.500 vatios) (Foto 8) y un mirafondos o "vidrio". Este último artilugio consiste en un cajón de madera con forma de pirámide truncada, sellado e impermeabilizado, con la base de cristal, la cual se introduce en el agua posibilitando la obse~aciónb ajo la superficie (Foto 9). Para las maniobras de pesca generalmente se requiere la ayuda de una pequena barca auxiliar, normalmente sin motorización alguna, que es remolcada o transportada sobre cubierta por el barco principal (Foto 8). Cuando la pesca es diurna, con el cerco ya cerrado se puede utilizar una bolsa de color claro con piedras en su interior que, merced a un cabo al que se amarra, se hunde repetidamente intentando alejar a los peces de la abertura del cerco para que no escapen. Muchos cerqueros de Gran Canaria poseen maquinilla o cabestrante para halar de la jareta (Foto 10). Algunas unidades (la mayoría con base en Arguineguín, alguna en Agaete) están dotadas de maquinilla y polea motriz para red de cerco (Foto 11). El rodillo de caja acoplado en la regala del barco es muy útil para la manipulación de la corredera; consiste en un rodillo horizontal y dos o cuatro rodillos verticales entre los que se hacen pasar los cabos de la jareta dirigidos a la maquinilla (Foto 12). Características de la flota. Tripulación La traiña es quizás la única arte de Gran Canaria que es utilizada por una flota especializada: los cerqueros. Efectivamente, los barcos dedicados con exclusividad a la pesca de pequeños pelágicos al cerco son comunes en la Isla, así como los que compaginan esta actividad únicamente con la pesca de túnidos. Generalmente son barcos de 9-11 m de eslora con la adecuada mecanización (aunque muchas veces ésta se limita al cierre de la jareta). Sin embargo, también encontramos faenando al cerco embarcaciones de pequeño porte (a veces no mucho mayores que la barca auxiliar) que realizan todas las maniobras a mano (Foto 13). El número de tripulantes depende en gran medida del grado de mecanización del barco, pero también de la modalidad de pesca. Normalmente la dotación de un cerquero es de cuatro a seis hombres (tres a cinco marineros y el patrón), aunque puede llegar a ser más numerosa cuando se usan redes de gran tamaño sin mecanización. Para la pesca diurna más costera, en la que las maniobras de virado suelen ser trabajosas, se necesitan siete hombres o más (cuatro en el barco principal, dos en el bote auxiliar y, a veces, uno o varios buceadoresl. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 Descripción de las maniobras de pesca (Figura 5) La pesca de cerco presenta diversas modalidades, dependiendo sobre todo del horario en que se desarrolle la jornada de trabajo. Cabe distinguir tres fases o inaniobras: atracción/concentración o localización del cardumen, calado del arte y virado del mismo. a) Atracción/concentración o localización del cardumen La pesca nocturna, en la que los peces son atraídos con luz, es la modalidad más habitual de pesca con cerco. En ella se sale de puerto a media tarde, llegando al caladero tras la puesta del sol. Ya con el barco anclado, se dota de luz a la falúa auxiliar mediante un generador eléctrico y uno o dos focos, usualmente de 500 vatios, manteniéndose amarrada a unos 5 m del barco. Quedan así iluminados barco y bote auxiliar. Los focos consiguen distintos efectos dependiendo de su alejamiento de la superficie del agua y de su potencia, de manera que los situados sobre el puente, de mayor magnitud (1.500 vatios), tienen un campo de acción amplio, mientras que los focos del barco auxiliar y los de la borda del principal, cercanos al mar, aunque de potencia menor (500 y 1.000 vatios respectivamente), tienen mayor poder de penetración. Hay ocasiones en que los focos son forrados con tela para restringir la superficie de iluminación (Foto 8). Es el caso de la pesca de la caballa, cuyos bancos suelen encontrarse más desperdigados que los de sardina y no requieren tanta intensidad lumínica para su atracción (antiguamente se utilizaban "mechones" para caballa, aún cuando ya se empleaba luz eléctrica para sardina). La misma estrategia se puede seguir cuando la luna es muy luminosa, condlclón que dificulta la concentración de los cardumenes. La concentración mediante luz puede complementarse "engodando" (echarido cebo) con caballa machacada o huevas de pescado. La pesca diurna, que suele tener lugar a poca profundidad, comienza atrayendo y concentrando a los peces con caballa molida o huevas de pescado, o con la prospección del litoral en busca de un "manterío" (bancos de peces susceptibles de ser capturados). La localización de los mismos tiene lugar mediante la obse~ación de la superficie del mar (sombras, cambios de color o el bullir del agua) o, más frecuentemente, escrutando bajo la misma, bien sea con un "vidrio" desde el bote auxiliar, que es remolcado lentamente por el barco principal a lo largo de la costa, o bien por un buceador quien mediante una señal ordenará el calado de la traína a su alrededor. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 1 .-Largando la red alrededor del cardumen 2.- Completando el cerco. 3.- Cerrando la jareta y halando la red. 4.- Extrayendo la captura cuando el cerco es mínimo. F i ~ r5a. Representación esquemática de las maniobras de calado y virado de un arte de cerco © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 b) Calado del arte La maniobra de atracción y concentración de peces con luz suele durar una media hora (durante la que se suele matar el tiempo pescando con liña o potera). Desde la falúa se observa, mediante un "mirafondos", qué especies han acudido al resplandor, así i:omo su abundancia (Foto 9). Si se considera rentable su captura y se decide calar el arte, se apagan todas las luces del barco, quedando iluminada únicamente la falúa para así concentrar aún más los peces y situarlos debajo de ella. Tras unos momentos de espera, se iza el rozón, se libera la falúa, se larga la cabecera (una boya de gran tamaño que sustenta el puño de proa y el chicote de la jareta) y se comienza a calar la red a favor de corriente, de forma que ésta mantenga tenso el cerco y lo vaya ampliando. Cuando el círculo queda cerrado, rodeando la barca auxiliar, el cabecero es izado y amarrado a proa. Haciendo firme el puiio de popa de la traiña (rabo) para mantener el apnsionamiento de los peces, se cierra la corredera (lenta o rápidamente, según la estrategia de cada patrón) a mano o con la maquinilla (la mecanización para esta maniobra es frecuente) pasando los cabos por el rodillo de caja. Cerrado el fondo, ya con las argollas a bordo y con la red en forma de saco, se pueden encender las luces de cubierta y comenzar la actividad a bordo. Durante el dia, las maniobras son parecidas a las de la pesca nocturna, aunque con algunas diferencias. Localizado el objetivo, un buceador o la tripulación del bote auxiliar deciden, con la ayuda de un mirafondos, si el cardumen es lo suficientemente grande como para hacer rentable el calado del arte. Si es así, la falúa queda anclada sujetando el cabecero de la red, mientras el barco principal rodea al cardumen a toda máquina. Una vez cerrado el cerco, la falúa se traslada hacia el centro del mismo. Desde Bsta se vigila la captura con el "vidrio" para comprobar que está al alcance de la red, ya que puede haber huido hacia el fondo asustado por el arte o el ruido del motor; en este caso se aguarda pacientemente a que ascienda de nuevo hasta que, a una señal del observador, se cierra la jareta. Durante este proceso, para evitar la huida de los peces por la única abertura que queda en el cerco, un marinero los aleja de ella hundiendo repetidamente, desde la superficie hasta el fondo, la bolsa descrita en el apartado de elementos auxiliares. Cuando la pesca diurna tiene lugar en aguas tranquilas y el cerquero es suficientemente rápido, puede prescindir de la embarcación auxiliar para las maniobras, llevándola muchas veces sobre cubierta. c) Virado del arte Cuando la corredera ha sido recogida completamente, ya con la relinga de plomos junto al barco, se hala la red generalmente a mano. Se vira únicamente de la parte posterior de la red, pues el cabecero queda fijo más a proa. Un marinero hala la relinga de plomos, otro la de corchos y el resto de la tripulación los "paños muertos". La reiinga de flotadores de © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca universitaria, 2009 la parte anterior de la red se puede amarrar a lo largo de la borda de la barca auxiliar (que ha salido del cerco y cuyo tripulante colabora en el virado de la red a bordo del barco principal). De esta forma ayuda a mantener el cerco abierto cuando la pesca ya se acumula en el copo. Según va siendo izada a bordo, la red es estibada en popa o, más comúnmente, a lo largo de la banda de babor con la relinga de plomos a proa y la de corchos a popa, disponiéndola para el lance siguiente. Cuando el cerco ya es pequeño y sólo queda el paño de mayor resistencia en el agua, la red y su relinga de flotadores quedan abiertas por la propia captura, pero no lo suficiente como para introducir y mover el jamo con facilidad. Para ayudar a este menester, se puede afirmar parte de la reiinga de flotadores a la barca auxiliar, o también empujar aquélla con una caña, vara o madero largos sujetos por uno d |
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