mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
HISTORIA DESCRIPCIÓN, CARÁCTER E INTERIORIDADES DE LA PRENSA PALMERA DECIMONÓNICA (I). FRANCISCO J. MACÍAS MARTÍN. 1. LA INTRODUCCIÓN DE LA IMPRENTA EN LA PALMA. EXPLICACIONES PRELIMINARES. La imprenta fue introducida en La Palma ya avanzado el siglo XIX, es decir, en unos momentos realmente tardíos, sobre todo teniendo en cuenta la importancia de la isla dentro del Archipiélago y su notable historia cultural. Segiin recoge Vizcaya Cárpenter', citando datos aportados por la propia prensa palmera y revisados por nosotros^, el arte de imprimir dio sus primeros pasos en esta tierra entre 1835 y 1836 de la mano de José García Pérez, quien "trajo una pequeña colección de tipos, con los cuales podía imprimirse un pliego de ocho páginas en 4°", con los que no llegó a realizar grandes cosas, pues al carecer de prensa los utilizó sobre todo para entretenerse. Poco después arribó a la capital palmera Pedro Mariano Ramírez, hombre experimentado en este tipo de trabajos, quien supervisó la construcción de una prensa pequeña que aplicar a los tipos aquellos. Con semejante artilugio editó "una hoja de carácter político", así como algunos impresos oficiales, como papeletas de la contribución, amén de otros trabajos menores. Régulo^ especifica el año de puesta en marcha de esta imprenta de mano, 1841, añadiendo, además, que también salieron de ella cartillas para aprender a leer, extremo que Vizcaya Cárpenter dice no haber podido constatar constándole, en cambio, la tirada de 4 hojas sueltas que cita oportunamente'*. No era éste el instrumental más adecuado para la edición de una pu- 1. VIZCAYA CÁRPENTER, Antonio: Tipografía Canaria. Descripción bibliográfica de las obras editadas en las Islas Canarias desde la introducción de la imprenta hasta 1900. C.S.I.C.-I.E.C, Santa Cruz de Tenerife, 1964, págs. LXXIII y ss. 2. Cfr. Eufemiano CASTRO Y FELIPE en El Pito, n= 4 y 5, correspondientes al 1 y 10 de junio de 1866, artículos reproducidos también en los niimeros 144 y 145 de El Time, págs. 1-2, fechados el 3 y 10 de junio del mismo año. 3. REGULO PÉREZ, Juan: «Los periódicos de la isla de La Palma», en Revista de Historia, XIV (1948), tí" 84, Pág. 340. 4. VIZCAYA CÁRPENTER, op. cit, págs. 625 y ss. 13 blicación periódica, al menos en principio; en la década siguiente la situación cambió. Entre 1855-56 dos palmeros destacados, Faustino Méndez Cabezola y Antonio Rodríguez López, intentaron convencer al entonces propietario de la imprenta pionera, Federico García González, para publicar un periódico. Al no conseguirlo, impulsaron el proyecto de montar una nueva maquinaria capaz de hacer realidad la idea. También fracasaron, pero la inquietud estaba ya sembrada, de manera que al final lograron hacer participar de su entusiasmo a otros personajes, formando incluso una junta encargada de dirigir el proceso, comenzaba ya la década de 1860. No vamos aquí a relatar todos los pasos dados por esta junta y las vicisitudes acontecidas hasta que, en febrero de 1863, llegó a la isla la ansiada imprenta, pues todo ello puede ser seguido a través del relato lineal realizado por el citado Eufemiano Castro y Felipe o, si se prefiere, por el análisis más meditado hecho por el profesor Manuel de Paz Sánchez^, lo importante es constatar como el 12 de julio de ese mismo año vio la luz el primero de los periódicos palmeros, El Time, quien en su primera editorial, entre otros extremos, reflexiona sobre el invento de Guttember, "maravillosa invención" mediante el cual "el jjensa-miento del hombre se transmite de un confín al otro del globo, resu<;na en todas partes a la vez, y como si esto no bastara a su universalidad, habla a nuevas generaciones y atraviesa los siglos'"'. Desde la perspectiva de estos hombres su puesta en marcha en la isla era un signo inequívoco de progreso, entre otras cosas porque significaba también la puesta en marcha de un periódico: "El Periódico, (...), es una necesidad de los pueblos modernos, que sin él son corno desgraciados sordo-mudos que no hablan entre sí, que no se comprenden, y que no pueden expresar su pensamiento sino con un grito vago e inarticulado. Los pueblos necesitan de una voz, y una voz que multiplicándose y encadenando sus sonidos, se haga eteria (...). Esa voz, (...), es el Periódico, y esa es la que comienza a resonar, hoy en La Pal Tía, haciendo lucir para ella la aurora del porvenir'". A partir de estos momentos comienza la andadura del periodismo p alme-ro, el cual tuvo un desarrollo notable a lo largo del siglo XIX y primsr tercio del XX, como recalca el citado Juan Régulo^, aunque no todas estas publicaciones fueron de la misma entidad o importancia, teniendo muclias de ellas una vida corta y precaria. En la mayoría de los casos, como señala este mismo estudioso, fueron la expresión pública de las variadas formaciones 5. Cfr. Manuel DE PAZ SÁNCHEZ: Los Amigos del País de La Palma. Siglos ?CViny XIX, Santa Cruz de La Palma-Santa Cruz de Tenerife, 1981, págs. 48-51. 6. El Time, n= 1, Santa Cruz de La Palma, 12-VII-1863, pág. 1. 7. Ibídem. 8. RÉGULO, Juan: op. cit., pág. 338. 14 políticas existentes en la isla, lo cual explica en parte la profusión de títulos, la reducida tirada y su duración, aunque también salieron a la calle otros de notable solera, expresión de movimientos sociales o políticos de mayor importancia e implantación. Como "culpables" materiales de tal florecimiento tenemos un importante elenco de periodistas, alguno de ellos de gran talla como Faustino Méndez Cabezola, Antonio Rodríguez López, Hermenegildo Rodríguez Méndez, Luis Felipe Gómez Wangüert', Francisco Lozano Cuti- Uas, Alonso Pérez Díaz, Antonio Acosta Guión, José Benítez Rodríguez, Domingo Pestaña Lorenzo, Manuel Fernández Cabrera'", Antonio Lugo y Massieu, etc., todos de variado pensamiento y posicionamiento político, pero caracterizando, la mayoría de las veces, una visión de su tiempo casi siempre marcada por el liberalismo y la amplitud de miras". Las páginas que siguen forman la primera entrega de un estudio que estamos finalizando sobre la prensa palmera en el periodo comprendido entre 1863 y 1936, cuyo primer gran apartado tiene como marco cronológico el siglo XIX. En las mismas describimos primeramente las características formales de cada título, para luego introducirnos en su contenido, preocupaciones, temas de interés, etc., prestando especial atención a la vertiente político-ideológica que podamos descubrir en los artículos, siempre tratando de plasmar las características generales del acontecer palmero en relación a cada momento histórico. En lo referente a la parte puramente formal del estudio -substanciado en una sencilla ficha descriptiva'^- hemos de reconocer la ayuda que ha significado lo escrito por Régulo al respecto'^, que seguimos e intentamos, humildemente, complementar cuando así lo consideramos oportuno, amparados en las líneas seguidas por otros trabajos más recientes"'. 9. PAZ SÁNCHEZ, Manuel de: Wangüemerty Cuba, 2 T., «Taller de Historia», Santa Cruz de Tenerife, 1992. 10. Ver la introducción y antología escrita por Manuel DE PAZ SÁNCHEZ a la obra Mis Patrias y otros escritos, de Manuel FERNÁNDEZ CABRERA, en «Taller de Historia», Santa Cruz de Tenerife, 1991. 11. Cfr. PAZ SÁNCHEZ, Manuel de: La masonería en La Palma (1875-1936). Contribución a su estudio en el Archipiélago Canario. La Laguna-Santa Cruz de La Palma, 1990, págs. 125-126. 12. El contenido de esta ficha queda explicitado según las siguientes abreviaturas: T:=Tí-tulo; S:=Subtítulo; Cr:=Cronología; Dr:=Director; Ed:=Editor; I:=Imprenta; F:=Formato; Pg: n" páginas; Cl:= n° columnas; P:=Perioricidad; Sc:=Subscripción; Ctr:=Carácter; L:=Hemeroteca de consulta. Todos estos apartados son completados según la información obtenida, quedando en blanco cuando no ha sido posible encontrarla. 13. RÉGULO PÉREZ, Juan: Op. cit. 14. En este sentido mencionar los trabajos de Celso ALMUIÑA HERNÁNDEZ, especialmente La prensa vallisoletana durante el siglo XIX (1808-1894), 2 T., Instituto Cultural Simancas, Valladolid, 1977. También citar de Germán SELLERS DE PAZ, La prensa cacereña y su época (1810-1990), Instituto de Cultura «El Brócense, Salamanca, 1991. De Miguel ORS MONTENEGRO, Lo prensa ilicitana (1836-1980), Ed. Caja de Ahorros de Alicante, Alicante, 1984. 15 Ij 1^ l>f»!••!£< lITIIAIIt, MtJlitttMWM t i«rfg|tll «ITItltllt. »'*•'• MltT*Mnm«l«*t«UU.«MI««rtMISMMM j W». B. • •• -—^^-t»"" '' - '•• „ , ,, El TIME. T: El Time. S: "Periódico literario, de instrucción e intereses materiales"; desde 1866 "Periódico de intereses generales". Cr: 12-VII-1863/3-VI-1870. Dr: Antonio Rodríguez López (hasta enero de 1867), Faustino Méndez Cabezola y Cristóbal García Carrillo. Ed: Manuel Cabezola Carmena (hasta diciembre de 1867), desde ese momento, Manuel Cáceres Sánchez. I: "El Time", dirigida por Pedro Guerra Vallejo, sita en Santiago, 76. El 7-VII-1868 fue trasladada a la calle San Sebastián, 4-A. F: 30X40. Pg:4. Cl:3. P: Primeramente especifica "se publica todos los domingos", a partir de 1867 "se publica los días 7,15,22 y 30 de cada mes". SC: "En toda la Provincia, un mes, 4 rvm. En el Extranjero ídem". Ctr: En sus inicios hace honor al subtítulo; durante el Sexenio la po ítica llega a sus páginas, no ocultando su progresismo, manifestando un i:laro apoyo a los principios de la Revolución primero, a la instauración de la monarquía democrática más tarde, e incluso a la proclamación de la República. Con todo, no abandonó nunca la preocupación por la cultura, la instrucción y los intereses generales. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", de Santa Cruz de La Palma; Hemeroteca del Museo Canario, en Las Palmas de Gran Canaria; Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife. El periódico se presenta desde sus primeros números como sinónimo de progreso, con variados artículos en los que predomina el aire poético tan propio de estos momentos. Además, hay que hacer constar el carácter cultu- 16 ral que domina los primeros números de El Time, corroborado por la sucesión de pequeños relatos, de composiciones poéticas o de ensayos de variada naturaleza, en ocasiones un tanto pretensiosos, sobre todo cuando intentan tocar temas de trascendencia filosófica. Conforme el periódico se va asentando como publicación podemos distinguir una variada gama de temas, presentes todos en unas secciones definidas con el paso del tiempo, capaces en conjunto de trasladarnos distintos aspectos de la vida en la isla. Con todo, en contra de lo que pudiera parecer, éste es un diario en el cual la discusión política no se afianza hasta los inicios del Sexenio Revolucionario, quedando hasta entonces esta parcela de la vida pública palmera un tanto al margen del periodismo del momento. Una revisión de los artículos aparecidos en el centenar de números primeros, permite contemplar a una publicación preocupada por mantener a un lado cualquier matiz político, lo contrario es considerado pernicioso para el asentamiento del recién nacido periodismo palmense. Es más, parece asentarse la idea de que lo único que podía y debía guiar los pasos del periodismo era el más puro patriotismo, sobre todo en una sociedad caracterizada por un caos confuso y turbulento que amenazaba con adueñarse de todos los rincones de la misma. La preocupación fundamental de estos primeros años de vida de El Time radica en realizar crítica razonada de la sociedad, ciertamente no la más a propósito para una actividad como la periodística, entonces marcada por lo que sus redactores llaman reiteradamente "una tranquilidad indecisa", en la cual las agrupaciones políticas son representadas como fuerzas agazapadas prontas a estallar en una violenta tempestad. Las referencias a la política son, obviamente, mediatizadas por el clima tan particular vivido en el país en los años previos al estallido de La Gloriosa; aquí debemos situarnos y desde aquí hay que valorar las referencias ofrecidas en el primer periódico palmero. "Esta circunstancia, sin embargo, era desfavorable a la vitalidad de la prensa; colocada entre contrarios vientos, la más ligera inclinación del fiel de su imparcialidad la hubiera acercado a un fin prematuro; más El Time, firme e inmóvil como la majestuosa roca que le ha dado su nombre, ha sido (...) un ejemplo sublime para el país, el cual debe haber ya aprendido que es posible la imparcialidad, que es posible el patriotismo, que es posible la unión; y no solamente que es posible, sino también que es necesaria"''. Sus dos primeros directores, Antonio Rodríguez López y luego Faustino Méndez Cabezola, con toda seguridad estuvieron detrás de estos posiciona-mientos del diario. Para ellos, para su medio, el establecimiento del periodismo en La Palma había hecho posible lo que algunas veces llaman el inicio de una "revolución saludable", la cual había que preservar frente a los 15. «EL TIME: 12 de Julio de 1864» . El Time, n° 52, Santa Cruz de La Palma, 17 -VII- 1864, págs. 1-2. 17 vaivenes políticos, capaces de deshojarla. La política aparece, pues, como un mal que absorbe la actividad moral de los pueblos, convirtiéndose en más negativa aún al transformarse de doctrina en acción, perdiendo de este modo la tendencia a la generalidad y siendo entonces pasto de ambiciones individuales, capaces de hacer olvidar su verdadera motivación: la defensa del interés común. Este estado de cosas es continuamente denunciada por e I diario, y con la denuncia llega el clamor diario por las mejoras positivas y necesarias para todos los ámbitos de la vida del país, aún sabiendo que muchas veces tal llamamiento no es más que una voz en el desierto, aunque se prefiere pensar en otra metáfora más romántica: "(—): durante el día no es tan necesaria la luz, porque el día tiene claridad en sí mismo; mas cuando las tinieblas oscurecen la tierra, preciso es que el resplandor de la an :orcha luzca para disiparlas. El Time , pues, ha venido a cumplir una gran misión, siendo el espíritu conciliador en medio de las encontradas aspiraciones que turban el equilibrio de nuestra sociedad (...)"'*. Fiel a estos ideales, el diario propone constantemente reformas en todos los sentidos, reiterando los significados de la civilización, sus fines y los medios válidos para conseguirlos. Así pulsa en sus páginas los temas más variados: la necesidad de mejorar las obras públicas, especialmente las C(3mu-nicaciones interiores y exteriores, haciendo incapié en este sentido en la ineludible premura en conseguir la construcción de un muelle en la capital. Lo mismo hace al pedir un nuevo cementerio, el engrandecimiento territorial, la construcción de escuelas y bibliotecas, es decir, lo que entonces era sinónimo de progreso, en su doble manifestación material y moral. Así pues, en los primeros años de su andadura El Time apunta como objetivo prioritario la exaltación del espíritu social y del pensamiento, y todo ello dentro de la necesidad evidente de lograr la instrucción de los pueblos en todas y cada una de las materias que les atañen, y muy especialmente en lo referente a las cuestiones políticas, ante las cuales, tal y como se presentan en esos momentos, invita a los lectores a pensar críticamente. Dos son los géneros de política que el diario distingue; de un lado la denominada "política d; acción", considerada tiránica, humillante y turbulenta, y la "política de pensamiento", más libre, liberalizadora, regeneradora y tranquila. La primera es abiertamente rechazada, mientras que la segunda, si bien no encierra toda la verdad, por lo menos la busca, siendo, por lo tanto, la más loable y descable para el bien común. De ahí que sea éste el tipo inicialmente buscado y digno de divulgación desde las páginas de todo diario responsable y consciente de su destino. Estos razonamientos no fueron bien comprendidos por mu- 16. El Time. Santa Cruz de La Palma (en adelante SCP), 29-IX-1864, pág. 1. 18 chos contemporáneos, como lo testifican las continuas quejas aparecidas en sus páginas por esta incomprensión: "Esto no se comprende ó afecta no comprenderse bien, como hemos tenido ocasión de observar cuando iguales ideas hemos vertido en el curso de nuestras tareas periodísticas; pero quiérase o no comprender, preciso es que se confiese que ninguna doctrina verdadera necesita ni puede necesitar paladines, le bastan los apóstoles; y que cuando la semilla ha sido arrojada con todas las condiciones de fecundidad, brotará en el buen tiempo sin necesidad de empujar el embrión"". Una vez tras otra salta la alusión a la reflexión, entendida como el único ejercicio capaz de concienciar al ciudadano sobre los aspectos nefastos de cualquier credo político que pretendiera ser aceptado sin más. Por el contrario, se insiste una y otra vez en demostrar la necesidad de que el país se instruya en estas cuestiones, tanto más cuanto las mismas determinaban el porvenir de los pueblos. Sólo de esta manera era posible obtener provecho de las ventajas que el juego de ideas aportaba, y en este sentido el periodismo podía configurar un camino para descubrirlas. Pocos medios son considerados tan apropiados para hacer penetrar las doctrinas en el corazón de los pueblos como la prensa. El Time no pretende ser, al menos al principio, un periódico político, pero no descarta la conveniencia de que exista un periodismo de esta índole. Es más, a partir de un determinado momento aboga por el establecimiento en la provincia de un diario de estas características. Era evidente que por las circunstancias de la legislación vigente sobre prensa e imprenta -estamos hablando de los años anteriores a la caída de Isabel l i no todos los pueblos tenían tal posibilidad'*, y consciente de esta realidad la redacción pone de manifiesto que sólo las dos islas principales, Tenerife y Gran Canaria, estaban en situación de poner en marcha la idea. Como es lógico, entraba dentro de lo posible que el medio así establecido pudiera servir a tal o cual credo, a tales o cuales intereses. Sin embargo, a lo largo de sucesivos artículos al respecto la idea va perfilándose en un intento de evitar semejantes críticas, proponiendo la articulación de medidas capaces de impedir cualquier apropiación doctrinaria y favorecer todas las ideas, aún corriendo el riesgo de confundir o caer en el caos: "désenos el caos, que la conciencia pública separará la luz de las tinieblas"". Ante cualquier riesgo anteponen la necesidad de procurar la ilustración del pueblo, único medio 17. «Política». El Time, n= 64, SCP, 9-X-1864, pág. 1. 18. Entonces estaba vigente la llamada «Ley Cánovas» en materia de imprenta, la cual establecía, entre otros extremos, la necesidad de un fuerte depósito previo para poder publicar un diario. En concreto 25.000 reales para Madrid y 15.000 para el resto de provincias. Cfr. al respecto el estudio hecho por Celso ALMUIÑA FERNANDEZ &n La prensa vallisoletana durante el siglo XIX (1808-1894). Tomo I. Valladolid, 1977, págs. 165 y ss. 19. El Time, rf 65, SCP, 16-X-1864, pág. 1. 19 capaz truncar absolutismos y también de derribar a los ídolos de partidos existentes, algo a todas luces necesario vista la evolución de los acontecimientos, tanto a nivel nacional como regional o, simplemente, Ínsula:-. "Y caerán; porque una vez ilustrada la conciencia pública (...), una vez que el espíritu de la sociedad no tenga la desgracia de humillarse ante ningún interés, (...), los partidos tendrán que sucumbir, (...). Por lo mismo que los partidos han existido; por lo mismo que tienen sus raíces ntrodu-cidas en las grietas de los siglos; por lo mismo que su vida está robustecida por la historia, (...), y descansando sobre e! egoísmo (...); por eso mismo es que debemos ccmbatir-les con más vigor y buscar los medios para hacer desaparecer esa funesta división que es una calamidad para el país"^". Abundando en esta perspectiva se llega a la convicción de que los partidos no sólo son nefastos para los pueblos, lo son también para la propia doctrina política puesto que los mismos la desnaturalizan, haciendo de ella un sistema inmoral. La moral debe siempre ser aplicada al estado social de un país y a su sistema político, y la política practicada por los partidos no tiene nada de moral. Esta línea de pensamiento mantenida desde las columnas de El Time no fue, desde luego, bien vista por las autoridades del momento, especialmente las provinciales, para quienes el mismo hecho de reflexionar sobre la cuestión política era hacer política también. Las consecuencias en este sentido las vemos reflejadas en la vida de la publicación, sobre todo en las semanas finales de 1864 y primeros meses de 1865. A partir de estes momentos, observamos como las opiniones sobre la vida política abandonan las planas del diario. Hay una clara autocensura, reconocida implícitamente por los redactores, quienes, sin embargo, no dejan de manifestar su desee acierto por tal advertencia, considerando infundada cualquier afirmación que viera en su tesis un trasfondo político partidista. No comparten la calificación dada por las autoridades a sus artículos, pese a lo cual no tienen otro remedio que evitar la inserción de escritos semejantes para no ser objetos de nuevas intimidaciones. El encontronazo con el poder hace variar la línea editorial, centrada a partir de entonces en comentar las limitaciones -"martirios"- sufridas por la prensa y las dificultades existentes para poder jugar el papel a ella encomendado por sus contemporáneos: "Triste es por cierto la suerte del periodismo entre nosotros: ardua y sobrado espinosa es la misión de la prensa..."^'. La exaltación de la "misión de la prensa", por tanto, pasa a ser el argumento preferido durante el año de 1865. Unos meses poblados de incomprensión 20. Ibídem. 21. «ESPINAS». El Time. N= 79, SCP, 22-1-1865, pág. 1. 20 y sufrimientos -como continuamente se repite-, que marcan la trayectoria de la publicación, empeñada en combatir una hostilidad proveniente de aquellos sectores en desacuerdo con su combate sin cuartel en contra de los que buscaban implantar la confusión sectaria. He aquí la causa de los ataques: "(•••); El Time, decimos, con semejantes tendencias de ilustración y de progreso, ha cometido el enorme delito de levantar contra la división su voz independiente, esa voz que los partidos parecen haber escuchado con el pavor que se oye la voz del huracán (...)""• La ecuación política = división es llevada ahora a su máxima potencia, poniendo de manifiesto la realidad del juego político nacional, en el cual la idea se había convertido en palabra vana ante el predominio del personalismo. El choque de ideas no existía, sólo el enfrentamiento entre personas. Desde este estado de cosas el periódico intenta mantener la crítica desde una perspectiva imparcial, aún sabiendo que la imparcialidad total y absoluta no existe. Como escribe al respecto el que sería su segundo director, Faustino Méndez Cabe-zola^^, "la simpatía es instintiva; como a todo instinto la razón puede modificarla; por eso el que no piensa sólo ve perfecciones en el objeto de su predilección y en el otro defectos; pero el hombre pensador se sobrepone a los impulsos de la simpatía y ve las perfecciones y defectos del uno y (...) del otro. En esa modificación de la simpatía por la inteligencia consiste para nosotros la imparcialidad", y concluye, "para nosotros, desde el momento en que el periodista reconozca defectos y encomie perfecciones en las cosas que juzga, (...) es imparcial". Esta línea de pensamiento se mantiene hasta principios de 1867, momento en el que el diario pasó a publicarse bajo los auspicios de la Sociedad Económica de Santa Cruz de La Palma. A partir de entonces, descubrimos una mayor preocupación por potenciar la utilidad de la prensa en bien del interés público, como instrumento de trascendental importancia para la ilustración y defensa del país, a quien no sólo aporta ventajas y utilidades materiales -las que se revelan en realidades inmediatas-, sino que proporciona otras de trascendencia moral, palpables sólo a largo plazo. Esta última acepción es conceptuada como de singular importancia, especialmente en los pueblos aislados, como el palmero, alejados de los focos centrales de ilustración. La prensa periódica pasa a convertirse entonces en una necesidad: "En todas partes es reconocida esa importancia; todos los pueblos, cuando llegan a cierto grado de cultura, procuran establecer el periodismo como el medio más eficaz de efectuar el constante desenvolvimiento de su progreso (...)"^''. 22. «EL TIME, 12 de julio de 1865». El Time. N" 102, SCP, 16-V1-1865, pág. 1. 23. MÉNDEZ CABEZOLA, K: «IMPARCIALIDAD, INDIFERECIA». El Time. N" 121, SCP, 3-XII-1865, pág. 1. 24. «SECCIÓN EDITORIAL. EL TIME». El Time. N= 170, SCP, 7-1-1867, pág. 1. 21 La protección de una corporación como la Sociedad Económica, una institución respetable y patriótica, posibilitaba la realización de tal fin. Desde esta perspectiva hay que valorar el devenir de El Time en sus tres últimos años de vida. Ahora bien, seamos un poco más sibilinos e intentemos buscar las causas últimas de este paso dado por el diario. Leyendo entre líneas podemos afirmar que fueron motivos económicos los que hicieron posible -valga la expresión- que buscara y obtuviera la protección de la Económica palmera. En efecto, en los meses inmediatamente anteriores al inicio de esta nueva época aparecen artículos cuyo argumento principal gira en torno a las necesidades económicas implícitas a la labor periodística. La vida de todo diario está ligada -afirman- a las suscripciones, único medio competente para hacer frente a los ineludibles gastos que conlleva la actividad. La existencia del suscriptor resulta imprescindible, sobre todo cuando es ;á claro que, como ocurre con El Time, no hay intención alguna de buscar el lucro material inmediato y si la promoción de los intereses generales de la is] a. Sin embargo, tras varios años de circulación la publicación acusa la indiferencia del suscriptor, ante lo cual la Sociedad de Amigos del País, una vez estudiada la marcha de la misma, sus medios y el estado en que se encontraba a fines de 1866, "no ha podido por menos de acoger bajo su protección nuestra prensa y sus publicaciones, llenando uno de los deberes que su creación le impone. Indiferente no ha podido mirar el término de uno de los medios de promover los adelantos de los pueblos (...)"^'. Desde entonces los asunlos referentes a la agricultura, la industria, el comercio, la educación y las obras públicas toman un mayor protagonismo en las páginas del diario. Era lógico, con ello no se hace más que abundar en la filosofía inherente a las Sociedades de Amigos del País. A pesar de todo, la mayor presencia de estos temas no implica la ausencia total de otros tradicionales, quizás la cuijstión política sí que se vio más reducida, no ocurrió lo mismo con las refle>:iones en torno al papel de la prensa y el periodista en la sociedad. En su mayoría se trata de escritos donde predomina un pesimismo mal disimulado: "Triste es a la verdad la situación del periodista en ciertos pueblos: por lo regulcj atrae sobre sí el descontento de todos aquellos que directa o indirectamente se juzguen afectados por las censuras de la prensa, sin que se tomen el trabajo de examinar si esas censuras son justas, y convenientes a los intereses generales las reformas que se aconsejan y la desaparición de los abusos cuya extirpación se reclama"^''. A lo largo de ésta y otras editoriales, así como de artículos variados El Time elabora ante nosotros lo que, en su opinión, constituye la realidad áú periodismo canario en las vísperas del Sexenio. Hay una serie de ideas que pa- 25. «SECCIÓN EDITORIAL. EL TIME». El Time. W 172, SCP, 22-1-1867, pág. 1 26. «EL PERIODISTA EN CANARIAS». El Time. N= 176, SCP, 22-11-1867, pág. I 22 recen predominar: principalmente, la buena fe y la imparcialidad como guías del quehacer diario del periodista y la poca valoración de sus contemporáneos por el desinterés y abnegación con que emprende tan difícil misión en bien de la comunidad. Es cierto que el "escritor público" no tiene asegurada la infalibilidad para sus ideas, puede errar muchas veces, pero lo que en verdad parece causar mayor pesar al periódico es la facilidad con que sus escritos se criticaban sin el discernimiento inherente a toda crítica constructiva. Los que habían arrastrado estos inconvenientes, presentándose día a día en la arena periodística a luchar contra las preocupaciones generales, son gentes preocupadas por poner de manifiesto ideas convenientes para el país y la sociedad; pueden haber caído en el error, "pero tienen el derecho de que su buena fe sea respetada y de que los dardos de la censura no penetren hasta la inviolabilidad de la conciencia"^^. Esa hostilidad hacia el periodista era capaz de desvirtuar su misión, siendo fuente de desaliento para la propia prensa. Pese a todo ¿Cuál debía ser la actitud de este profesional? La idea parece estar clara: el periodista debía "prescindir de estos inconvenientes y caminar constante por el rumbo que se ha trazado, aunque las remoras hagan trabajoso y prolongado su viaje. Cuántos más inconvenientes, cuántos más escollos tengan que atravesar, más patente aparece la importancia de su misión i-..)"^. En los años sucesivos, y hasta su desaparición en junio de 1870, el primer periódico palmero mantuvo una constante lucha en favor de la labor periodística. Aunque las circunstancias históricas variaron a partir de 1868, las líneas generales de su pensamiento se mantuvieron. En su último número lanzaba una despedida esperanzada: "Por causas ajenas a nuestra voluntad terminanos con el presente número la publicación de este periódico. Damos las gracias a todas aquellas personas que han contribuido a sostenerlo hasta el día con sus suscripciones, y a los señores que han tenido la amabilidad de favorecerle con su colaboración en los siete años que El Time cuenta de existencia: y nos congratulamos de que al dejar éste de publicarse podamos tener la satisfactoria esperanza de que muy pronto, según nuestras noticias, verá la luz en esta ciudad un nuevo periódico consagrado también a la defensa de los intereses del país"^'. 27. 28. 29. Ibídem. Ibídem. «ADVERTENCIA». El Time. N'^ 320, SCP, 3-VI-1870, pág. 1. 23 EIi f ITO, y , . ^ . 5, , ^ * . ^ Tr\T ü •r ""*á» lASTi C'.5I "SS !. 4 H ;.* ». EL PITO. T: £/ F/ío. S: "Periódico de noticias e intereses generales". Cr: l-V-1866/3-2-1867. Dr: Francisco Morales Duque. Ed: Manuel Cáceres Sánchez. I: "El Time", dirigida por Pedro Guerra Vallejo. F: 22X32. Pg:4. Cl: 2. P: "Se publica los días 1, 10 y 20 de cada mes". Se: "En esta isla, dos rs. vn. al mes. En las demás de la Provincia y en la Península, dos y medio id., franco de porte. En Ultramar y Extranjero, cuatro id. id.". Ctr: Hace honor al subtítulo, mostrándose interesado por informar y por las cuestiones de interés general aunque, como novedad, lo hace desde una perspectiva crítica no exenta de grandes dosis de sarcasmo. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma. En su despedida El Time hacía referencia a otra publicación. El Clarín, que vio la luz el primero de agosto de 1870. Se subtituló "Periódico de noticias, literatura e intereses generales", tratándose de una publicación que, sin embargo, no mantuvo esa pretendida independencia por la que tanto abogara el primer diario palmero, desde la condición no disimulada de portavoz en la isla de los seguidores del Partido Progresista Democrático de Zorrilla. En cuanto al origen, decir que El Clarín se nos presenta -ya lo veremos- como la continuación de otro título aparecido a mediados de 1866: nos referimos a El Pito, "Periódico de noticias e intereses generales", también salido 24 de los talleres de la imprenta "El Time", el cual dejó de publicarse en febrero de 1867. El Pito, segundo de los periódicos publicados en Santa Cruz de La Palma, tuvo una vida corta. Guiado por la mano de su director, Francisco Morales Duque, en el diario aparecen pronto muestras de un gran interés por el devenir político y una vena satírica que lo diferencian notablemente de la línea mantenida por su antecesor. El Time. Estas características ya son claras desde su primer número: "He aquí, queridas lectoras y muy respetables lectores, un nombre aislado, mondo y lirondo que tiene este periodiquillo, y que a vista de pájaro, parece decir nada; porque, ya se ve, ¿qué es un pito? Un juguete que los chicos hacen hasta de las hojas de calabacera, de caña-heja, de palo, y también las monjas los hacían de alfeñique, y aún creemos que los hacen en esta ciudad"^". Con estas reflexiones, al parecer un tanto fuera de lugar, se presentó al público. No debemos engañamos por las maneras, la nueva publicación pronto dio muestras de ser un proyecto incisivo, con una marcada preocupación por las cuestiones de interés público. En este sentido sigue la estela de El Time, aunque a decir verdad no alcanza su altura en sus reflexiones sobre temas como la política o la misión del periodismo; tampoco parece proponérselo. Con una prosa incisiva y un tinte polemista mal disimulado. El Pito prefiere abordar los temas de cada día, eso sí, sin concesiones de ningún tipo, pues "este es un pito de materia animal o metálica, conforme al gusto y costumbre del pitante; y aunque pequeño y débil instrumento, (...), será semejante a la pólvora, de cuya materia un sólo grano inflamado no puede hacer ruido perceptible, empero, reunidos muchos, causará una detonación muy capaz de ser oída hasta por los sordos. Ni más ni menos será El Pito. Se hará oír de todos, para que cada cual esté alerta en su puesto y no se ande por matorrales espinosos, desatendiendo las cosas útiles y necesarias a toda sociedad"^'. Desde este punto de vista cambia el enfoque de los temas, tratándolos de una manera más comprometida que El Time. Así, por ejemplo, si el Ayuntamiento capitalino fue poco "agredido" -nominalmente- por aquel diario. El Pito lanza sus ataques directamente contra el Consistorio, criticando su labor con nombres y apellidos. Con igual filosofía lanza sus puyas contra las autoridades provinciales y nacionales, sobre todo en cuestiones tan sangrantes para los palmeros como la ampliación del muelle capitalino, o la necesidad de mejorar las comunicaciones interiores. La dialéctica sobre los temas políticos es superficial, tanto en su vertiente filosófico- 30. «EL PITIDO». El Pito. N° 1, SCP, l-V-1866, pág. 1. 31. «EL PITO». El Pito. N= 1, SCP, l-V-1866, pág. 1. 25 doctrinal, como en la de a pie. Sí que existe, por primera vez en el periodismo palmero, alguna crítica hacia las estructuras sociales imperantes, aunque se trate de un interés muy difuso e intermitente: "Es preciso al desarrollo y progreso de la sociedad ir aboliendo y detestando ciertos ridículos privilegios que nos legaran nuestros abuelos. Entre nosotros, (...), ya no exi ¡ten más que míseros vestigios de aquellos que en su tiempo florecieron con general acatamiento; mas, aunque hoy algunos les den valimiento porque crean que pasan desapercibí Jos e invisibles, por su estado de germinación o por conveniencia propia, nosotros, cumpliendo nuestra misión, no podemos menos de denunciarlos todos ante el criterio público, a ver si por este medio se consigue su desarraigo y completa destrucción"^-'. Por lo demás, en sus páginas han quedado reflejadas las distintas cuestiones que por entonces alcanzaron la categoría de preocupación general. Del tratamiento que recibían puede ser un buen ejemplo el diálogo que £. continuación extractamos^^: - Señor. - Pon la mesa. - Está ya puesta. - ¿Qué hay de bueno? - Principio y nada más. - Me conformo. Tus principios abren el apetito maravillosamente. - Gracias, mi amo. - Vamos, sírveme cualquier cosa. Tengo hambre. (...) - Muy bien. Ahí va un principio muy sabroso, principio de colegio. - Anda, perillán, ya te veo venir; pero ese principio no cuela; la cuestión de co egio pasa ya de ser principio, es como si dijéramos un biftek a la inglesa medio frito. (...). (...) - Principio de muelle. - ¡Hum!....este principio está quemado, y muy quemado. Dónde diablos tuviste las narices. (...). - Señor, soy pobre y estoy en el caso de hacer economías. - Muy justo. Pero no me abandones otra vez la cocina por tus economías, ni me dejes quemar un principio tan indispensable en toda mesa bien servida. (...). (...) - Principio de dibujo. - Ahí tienes un buen principio que me agrada en extremo, es mi plato favorito. ¡Que delicioso!... Y que color! En este país son poco aficionados a este principio. (...). (...) - Principio de teatro. - ¡Que olorcillo tan agradable exhala ese principio! 32. «PITAZOS». El Pito. N° 6, SCP, 20-VI-1866, pág. 1. 33. «PITAZOS». El Pito. N= 10, SCP, l-VIII-1866, pág. 1. 26 (...) - Presento a V. un principio de Pito. - ¡Oyes! ¿No te parece prudente dejar ese principio para otro día? Siento un dolorcillo en el estómago. ¡Principio más infernal! - ¡Oh! Pues yo me chupo los dedos por ese principio. El otro día me di un atracón. - ¡Gaznápiro! ¿Sabes tú la artillería que contiene ese principio? (...) - ¡Tragón!...pero basta de principios, vengan los postres. - No hay postres por ahora, señor amo. Más adelante... - Verdaderamente es una desgracia; porque estoy harto, repleto, empalagado de tanto principio. - Pues amo, no ha probado V. la mitad. - ¡Es posible! - Si señor, oiga V.: principio de recova, principio de circo-gallístico, principio de caminos, principio de policía, principio... - Basta, basta, estás hoy insufrible. - Principio de biblioteca pública, principio... - Calla! calla!... miserable. - Principio de alumbrado... principio... - Huf! Me va a dar un principio de ataque fulgurante. - Principio de aguas estancadas y arrojadas y otros excesos ( • • • ) " • En esta línea mantuvo sus críticas a lo largo de su vida, y hasta el último número, en el cual publicó una especie de testamento periodístico, único en la historia del periodismo palmero, del cual nos atrevemos a presentar ahora algunos de sus párrafos más interesantes^": "Notorio sea a los que el presente vieren como yo El Pito, natural y vecino de esta muy Noble y Leal ciudad de Santa Cruz, isla de San Miguel de la Palma en la Provincia de Canarias, de estado célibe, hallándome gravemente enfermo, aunque con mi entero y cabal conocimiento, creyendo y esperando volver a la vida en tiempos más propios para la PITIL faena, otorgo y ordeno mi testamento, última y postrimera voluntad en los términos siguientes: Declaro: primeramente no haberme casado, por más que lo pretendí, a causa de la indiferencia con que me miraron en un tiempo las bellas de mi patria, por poner de manifiesto las puerilidades de la ridicula moda, con toda la franqueza y libertad que mi carácter permitía. (...) Octava. Declaro: que si en el transcurso de mi vida he cometido algunos errores también he sembrado una multitud de verdades de grueso calibre. (...) 12. Declaro: por bienes míos los siguientes: Primeramente: el proyecto de construir un muelle en la rada de esta población; el de una carretera; el de un teatro; el de una plaza del mercado; el de un circo y otros mil que no menciono por ser bien conocidos por mis herederos. 34. «PITAZOS. TESTAMENTO». El Pito. W 22, SCP, 3-II-1867, págs. 1-3. 27 Son también de mi pertenencia cuarenta cañones de agua potable, que salen entre 9 y 10 de la noche por debajo de la puerta de una casa antigua, con grandes naranjos en el patio, situada en la calle de San Sebastián. ítem: diez cabezas entre mulos y asnos, que en ciertos días suelen aparecer atadas a algunas puertas, y otras veces, marchando por las aceras con grave peligro de los transeúntes y notable detrimento del embaldosado, ítem: el conocido foso que está al sur de la prisión, ítem: los cimientos de un muro al fin de la calle de la luz. ítem: los preliminares de un camino desde el Degrado a la playa de Bajamar, ítem: unos 80 prismas que se disecan por los alrededores del castillo de San Miguel de esta ciudad, que tenía dedicados para construir el muelle. (...) Lego el proyecto de construcción del muelle al rematador que es o en lo sucesivo fuere, de dicha obra. Lego el ídem de una carretera al resultado del estudio mandado practicar por el Irgenie-ro Jefe de esta Provincia. Lego el ídem de un teatro a la Junta Directiva del mismo. Lego el ídem de una plaza del mercado y el de un circo al patriotismo de mis corciuda-danos. (•••)". Sirva este ejemplo para poner de manifiesto un modo peculiar de ver el periodismo, con una vena satírica y punzante que no volveremos a e ncon-trarnos en el escenario palmero hasta finales de siglo XIX y principios del XX, de la mano de títulos como El Pancista, El Zurriago, El Leñazo o La Linterna. En junio de 1870 sale a la calle El Ariete, periódico de "Intereses materiales, literatura, ciencias y artes", siendo su primer director Domingo Martínez Navarro (más tarde sustituido por Servando Pereyra García). Dejó de publicarse en junio de 1871. Poco más sabemos de esta publicación, de la que no hemos podido encontrar y estudiar ninguno de sus niímeros. Lo mismo nos ha pasado con el Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del País de Santa Cruz de la Palma, el cual, al parecer, comenzó a publica:rse en febrero de 1868, aunque Maffiotte afirma que ya un año antes era publica-do'^, dejando de salir al público en 1870; Juan Régulo^*, por su parte, dice no haber visto ningún número posterior a 1868 y en ello coincidimos. 35. MAFFIOTTE, L.: Los periódicos de las Islas Canarias. Apuntes para un catálogo. 3 Vols. Madrid, 1905-1906, 36. REGULO PÉREZ, J.: Los Periódicos de la Isla de La Palma. I^ Laguna, 1948, pág. 16. 28 )wMWi»iilí*ii .^ iiiiu iiiiL||iWM»«aiWil«N||M-iWMi|t»Wii»i L 1 ^ I •„ r-,!,,! -'4 H ; ^ ^ ^ IM i'iW^iW^rli £L CLARÍN. T: £•/ Clarín. S: "Periódico de noticias, literatura e intereses generales". Cr: 1-VIII-1870/10-XI-1872. Dr: José María Fernández Díaz. Ed: I: "El Time", bajo la dirección de Antonio Díaz Martín. F: 23X33,5 y 30X44,5. Pg: 4. Cl:3. P: "Se publica los días 1, 10 y 20 de cada mes". Se: "En esta isla, dos y medio reales vellón al mes. En las demás islas y península, tres ídem. Ultramar y Extranjero, cinco ídem." Cr: Como los anteriores, caracteriza un marcado interés por las cuestiones públicas, menos por la literatura, y mucho más por la política, aunque esto último fue de una manera progresiva que le lleva, primero, a declararse apolítico y, más tarde, a decantarse por una opción determinada, la representada por Zorrilla y su Partido Progresista Democrático. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma. Hemeroteca del Museo Canario, en Las Palmas de Gran^Canaria. Tres años y medio después de desaparecer El Pito vino a reivindicar su memoria El Clarín. Con el ímpetu del primero, el nuevo diario entra en la escena pública, realizando las mismas metáforas sonoras y con iguales intenciones: 29 " (...) me veo en la precisión de manifestar que soy la genuina verdadera continua;ión de El Pito (...). El Pito no murió; fue atacada de una terrible catalepsis (...). Y come en ese estado, que tanto asemeja a la muerte, se oye y se comprende todo lo que acontece (...), ha oído y sabido cosas estupendas que merecen ser contadas (...). El Pito creció y llegó a clarín, (...). El Clarín sonará, (...), y nada más que al público, dará sonido de fama buena y ce mala fama, pues esa y no otra es la misión del escritor para el ptíblico"". Un repaso general de sus páginas nos permite advertir como casi toe as las preocupaciones de su antecesor pueblan el fondo de los artículos. El interés por las cuestiones públicas sigue siendo importante, sin embargo el periódico que tenemos ahora delante presenta, a la par que una mayor variedad temática, un mayor cuidado en la edición, un número mayor de secciones y también mejores y más cuidados artículos. Desde los primeros números varios aspectos de interés público aparecen tocados, iniciándose en muchos casos lo que llamaríamos "campañas" que marcan toda la vida del diario. Una de las más destacadas surge de la preocupación por la mejora de la enseñanza. La educación y la instrucción son consideradas por El Clarín como un elemento de orden y estabilidad social, por lo tanto desde todos los sectores de la sociedad se debe cooperar para su fomento y desarrollo, de forma que llegue a todos los rincones y a todos los ciudadanos. Sólo entonces todo el pueblo podría gozar plenamente de sus derechos y libertades. Puestos a buscar un modelo, se aboga por la educación laica a la que habr:'a que dedicar los dineros necesarios. Por esto mismo las asignaciones del Estado destinadas a tales fines son criticadas reiteradamente por su parquedad; en otras ocasiones la crítica proviene del mal empleo que se hace de los f andos públicos dedicados a la instrucción. En concreto considera motivo de e;scán-dalo las asignaciones a la Iglesia, cuyos ministros no reportaban beneficio alguno a la sociedad. Es más, aún admitiendo la existencia de infinidad de talentos entre el clero, no dejan de señalar como una parte del mismo ~el alto clero -mostraba poca inclinación en propagar la instrucción y más celo en atesorar rentas y más rentas, invertidas luego en sostener un lujo pomposo. Cada ciudad, villa o aldea interesada en sostener los ministros de la Iglesia debía pagarlos: "(...) hemos visto que en el presupuesto general de gastos para el año de 1870 a 71, aprobado por las Cortes en 14 de mayo último, la suma de CUARENTA Y UN MILLONES, SEISCIENTAS ONCE MIL, SEISCIENTAS SETENTA Y CUATRO PESETAS, consignadas para las obligaciones eclesiásticas, y, en nuestro concepto, esos millones se i;xtraen injustamente a los pueblos. (...). En dicho presupuesto hemos visto que las obligaciones de Gracia y Justicia ascienden a siete millones, cuatrocientas treinta y un mil, cincuenta y siete pesetas, y la de 37. El Clarín. W 1, SCP, l-VIII-1870, págs. 1-2. 30 Instrucción Pública a cinco millones, cuarenta y cinco mil, ochocientas cincuenta y cuatro (...)'"". Fiel a su programa, la publicación que nos ocupa también dejó constancia del escaso desarrollo de la vías de comunicación en la isla. Ahora bien, a diferencia de sus antecesores en el escenario de la prensa palmera, este diario lleva las peticiones en esta materia hasta el escenario político, y ello con una claridad combativa. ¿Cuáles eran las obras necesarias? Las de siempre: un camino de herradura desde Santa Cruz de La Palma a Garafía; otro desde esta capital hasta Los Llanos; mejorar los ya existentes y habilitar otros nuevos con destino a la comarca de las Breñas-Mazo; la terminación del muelle, etc. Consciente como era de estas necesidades, la redacción de este diario dirigió a sus lectores las consignas políticas oportunas, sobre todo estando próximos eventos tales como algtín comicio, ante el cual aconsejaban "que procuren los palmeros ¡todos! en las primeras elecciones que haya, (...), para Diputado a Cortes, nombrar a un ciudadano del país para que haga andar (...) tan importantísimas obras. Sin dejarse engañar por camaleones políticos, ni por los agentes que quizá tengan aquí mismo"^'. Las demandas en este sentido se sucedieron, como era de esperar; algunas veces, bajo la ironía del artículo en cuestión, aparece la crítica más desgarradora: "¿Qué males hemos cometido nosotros, dóciles palmeros, para que tengamos que tragar palmo a palmo la mayor parte del suelo que pisamos? ¿No basta a nuestros excomulgadores de carreteras, muelles, etc.. etc., el habernos dejado sin esas ramas del progreso, para saciar sus caprichos, sino que quieren hacer llegar hasta nosotros la muerte producida por sus excomuniones, rompiéndonos la crisma con siquiera no componer nuestros caminos? ¡Desgraciada Palma! ¡Maldecidos palmeros! Un paseo a Buenavista nos produce una dislocación; un paseo a Breña Baja, un sinnúmero de contusiones (...), y por último, un viaje a Garafía..., la muerte'""'. Las referencias a la política regional comienzan siendo vagas. Con el tiempo, conforme el periódico va presentando un mayor interés por el devenir político nacional, lo mismo ocurre en el caso Canario. A la hora de tratar el tema hay la idea clara de una realidad existente en nuestra historia, una característica nefasta contra la cual se hace indispensable luchar: las discordias y rencillas surgidas entre isla e isla, entre pueblo y pueblo, y aún en el seno de una misma población. Los ejemplos aportados desde estas páginas son variados, pero representativos a todas luces de una realidad cercana: 38. El Clarín. W 11, SCP, l-IX-1870, págs. 1-2. 39. «Sonidos. El Clarín en su puesto.» El Clarín. W 18, SCP, 20-1-1871, pág. 2. 40. «Gacetilla General». El Clarín. W 8, SCP, lO-X-1870, pág. 2. 31 "Propónese, por ejemplo, la creación de un establecimiento de general interés. Todos aplauden, todos encarecen las ventajas que él ha de reportar al país. Todos se ofrecen a ayudar a la realización del feliz proyecto, (...). Mas, ¡ay! que una cuestión paxorosa se presenta: trátase de determinar la localidad donde haya de instalarse el proyectado establecimiento, y aquí ya no les es posible entenderse a los mismos que antes marc laban en tan deliciosa armonía'"". Si el Archipiélago no había subido de una vez al tren del progreso ello era debido, en gran parte, a esas rencillas. La propuesta hecha desde El Clarín en este tema aboga por "la unión, y la fraternidad" pues "la unión constituye la fuerza; y si este axioma es innegable, también debe serlo que la desunión es la debilidad, la inercia, es la muerte. Olvidad, pueblos canarios, olvidad para siempre vuestras antiguas rencillas, y reunidos en fraternal abrazo marchemos todos por la senda de nuestro progreso social'""^. Palpamos en la publicación que analizamos un agudo interés por el devenir político nacional e insular. En cuanto al primer aspecto decir que estamos ante un medio que informa puntualmente del acontecer peninsular, en unos momentos, además, de gran importancia para el futuro del país. Desde un punto de vista meramente periodístico decir que éste es un medio relacionado con otros cofrades peninsulares, especialmente madrileños, y regionales, aludidos constantemente desde sus columnas*^. Hay, pues, una relación fluida con el periodismo de otros lares. Esto mismo le permite informar a los lectores, desde las más variadas perspectivas, acerca de los acontecimientos nacionales y extranjeros. La información nacional llega a la redacción a través del corresponsal, figura que aparece ahora individualizada por primera vez. Dos fueron las personalidades que desempeñaron esta labor para el diario desde Madrid: Victoriano Fernández Ferraz, que lo fue hasta enero de 1871 en que marcha a América, siendo sustituido por 41. El Clarín. N= 8, SCP, lO-x-1870, pág. 1. 42. Ibídem, 43. Un recuento de los periódicos peninsulares utilizados como fuente por El Ciarín nos permite hacer la siguiente relación de títulos madrileños: La Correspondencia de Esvaña, El Imparcial, El Pensamiento Español, La Época, La Iberia, La Esperanza, La Regeneración, La Reforma, El Cascabel, La Voz del Siglo, Las Novedades, La Política, La Nación, El Universal, El Siglo, El Diario Español, La Igualdad, Los Sucesos, Gil Blas, El País, La Igualdad La Discusión, El Popular, El Tiempo, El Pueblo, La Repíiblica Federal, El Volante de La Campaña, y El Volante de Madrid. Tenemos la constancia que la mayor parte de ellos eran recibidos por la redacción. Por lo que se refiere a la prensa del resto del Archipiélago citar a La Emancipación (S/C. de Tenerife), Las Canarias (S/C. de Tenerife), La Voz del Teide (S/C. de Tenerife), La Defensa (Las Palmas de G. C.) y La Federación (Las Palmas de G. C). 44. Vid. El Clarín. N= 20, SCP, 10-11-1871, pág. 2. En este número es publicada una misiva de Pedro J. SOLAS donde da cuenta del hecho: «Madrid, enero 29 de 1871. 32 Pedro J. Solas'*'*, cuyo estilo presenta unas dosis de ironía un tanto alejadas de las crónicas más clásicas, más formales, de su antecesor. Por estas vías comenzaron a llegar noticias puntualmente reflejadas en las columnas de El Clarín, normalmente en la segunda y tercera página, donde tuvo cabida la sección de "Noticias", dividida a su vez en "Nacional" (en ocasiones "España") y "Extranjero". Ésta es una publicación -ya se ha dicho- donde los acontecimientos nacionales son referidos puntualmente y de una manera ávida. Leer sus artículos y las crónicas recibidas permite ver reflejados los variados puntos de interés de la historia de España del momento. Singular seguimiento tuvieron, a finales de 1870 y comienzos de 1871, todos los preparativos conducentes a la llegada de Amadeo I, aunque no podemos dejar de observar cierto sarcasmo en alguno de los comentarios al respecto: "El 15 de diciembre llegó a Madrid la comisión encargada de ofrecer la Corona al príncipe Amadeo. (...). Todo ha sido esta tarde en el salón de conferencias abrazos y plácemes a los recién llegados. Estos refieren las peripecias de su viaje como si vinieran del celeste imperio. Con respecto a los informes personales del duque de Aosta, son una misma relación igual en todos ellos y usan hasta las mismas palabras. Se conoce que la relación viene estudiada'"". Hay una crítica general a la manera de otorgar la Corona, y muy especialmente a las prisas del gobierno por sacar adelante, lo más pronto posible, las leyes y autorizaciones precisas para que el nuevo rey pudiera prestar juramento el primero de enero. Repentinamente los comentarios cambiaron de rumbo, tornándose fiinebres ante el asesinato del general Prim, ocurrido el 27 de diciembre de 1870. El atentado es contado con todo lujo de detalles, extraídos tanto de las crónicas del corresponsal como de los escritos publicados por distintos medios de la capital'"'. En sus comentarios la redacción, amén de condenar el hecho, valora los servicios prestados por el fenecido a la nación e, incluso, le compara con el presidente Lincoln: Sr. Director: Por carta de nuestro común amigo Femádez Ferraz habrá V. sabido su inmediata salida para América, dejándome encargado de remitirle para su ilustrado periódico la correspondencia de cuanto por aquí de notable ocurra. Acepto gustoso su encargo, si bien convencido de que no llegaré a desempeñarlo tan satisfactoriamente como él, y aprovecho esta ocasión para ofrecerle con mis cortos servicios mi sincera amistad y mi habitación en Madrid, calle Leganitos, núm. 20, bajo (...).» 45. Referencia tomada del periódico madrileño El Tiempo . «Noticias». El Clarín. N° 16, SCP, 1-1-1871, pág. 3. 46. Ver especialmente el aparecido en «Noticias». El Clarín. W 18, SCP, 20-1-1871, pág. 3. 33 "Tan miserable atentado debe hacer afligido a todo buen español; porque el finaco hombre político (...), era un verdadero liberal y patriota (...). (...). El general Prim pertenece a la historia, y ella le colocará en el puesto que mereció en su azarosa y brillantísima carrera'"*^. Dentro de este ambiente de reconocimiento hay que entender el amplio despliegue llevado a cabo por el diario, para cubrir el solemne fuñe ral celebrado en la capital de la isla -organizado por el Ayuntamiento- en honor de la que se reconoce "figura de más talla en la Revolución de septiembre, y si se quiere, de toda la revolución que España viene haciendo desde los principios del siglo'"*^. El 2 de enero de 1871 se inauguró el reinado de Amadeo I; el mismo día quedaron disueltas las Cortes Co:istitu-yentes. De todos estos actos se da puntual referencia, ahora bien, también ocupan la sección correspondiente algunas consideraciones sobre el poco arraigo de la nueva Monarquía entre importantes sectores de la población y, sobre todo, de la aristocracia. Mal empezaban las cosas para el nuevo rey y su primer gabinete"*'. Una de las primeras decisiones de este gobierno fue convocar elecciones a Cortes, las primeras bajo la Monarquía Democrática. El clima electoral vivido luego es posible seguirlo a través de las páginas de esta publicación. A partir de estos momentos apreciamos como El Clarín, inicialmente autodefinido como "apolítico", acaba por decantarse hacia una opción determinada: la representada por el Partido Progresista Democrático Español, liderado por Ruiz Zorrilla, de cuya representación en la isla acaba siendo portavoz. No parece acertado el calificativo de "republicano" adjudicado sin más al diario por algún autor^", toda vez que si bien podemos encontrar ramalazos de esta índole, vertidos en alguno de sus artículos, su adscripción y defensa del partidc antes mencionado, de sus ideas, hombres y programas es clara. Es más, puede observarse como, siguiendo los postulados de Zorrilla y sus hombriís, defiende la monarquía personificada en Amadeo I, al que muchas veces valora como defensor de las libertades democráticas. El Clarín no S(31o no es republicano sino que, incluso, a la hora de referirse a la importar cia de estas ideas en La Palma no duda en afirmar que "hablando con pro])iedad 47. «EL GENERAL PRIM». El Clarín. N» 18, SCP, 20-1-1871, pág. 2. 48. «GACETILLA GENERAL. Exequias fúnebres al general Prim en Sta. Cruz de La Palma el 15 de febrero de 1871». El Clarín. N^ 21, SCP, 20-11-1871, págs. 2-3. 49. El nuevo ministerio estaba compuesto de la siguiente manera: Presidencia y Guerra, Duque de la Tone; Estado, Martos; Gracia y Justicia, Ulloa; Gobernación, Sagasta; Marina, Be-ranguer; Hacienda, Moret; Fomento, Ruiz Zorrilla; Ultramar, Ayala. Ver «Noticias». El Clarín. W 19, SCP, 1-II-1871, pág. 3. 50. Cfr. REGULO, J.: Op. cit, pág. 17. 34 y en serio, en esta isla no hay republicanos", a lo que añade "aquí habrá, todo lo más, republicanos de deseo, porque aquí no hay siquiera un pequeño propagandista"^'. Pero vayamos por partes. Este "destape" político no está claro, repetimos, hasta la convocatoria de comicios a principios de 1871. En efecto, pronto las consignas zorrillistas tienen una particular e intensa presencia en las páginas que analizamos. Pronto observamos, también, como en la isla es una realidad la consolidación de esta formación, merced al trabajo de un grupo de palmeros liderados por José García Carrillo, presidente del comité local. Los resultados de esta votación resultaron desfavorables para los postulados defendidos desde el diario, quien interpreta la derrota como el fruto de las malas artes empleadas por sus enemigos unionistas. En lo referente a La Palma estas irregularidades son puestas de manifiesto con profusión de detalles; en los meses siguientes éste fue un argumento informativo constantemente utilizado contra sus enemigos, simpatizantes del partido "virtuoso", según lo califica la redacción: "Aquí en La Palma, entre las numerosas desventajas que nos acosan y aniquilan, tenemos la triste ventaja de saber todo lo que pasa, y por eso sabemos las virtudes que el partido virtuoso puso en acción para alcanzar un triunfo poco envidiable, por lo cual nos parece una sandez muy abultada el hacer alarde de esa efímera victoria obtenida por tan virtuosísimos ardides"'-. A partir de estos momentos asistimos a un verdadero ataque sin cuartel en contra de sus adversarios políticos; un enfrentamiento sustanciado, periodísticamente hablando, en una enconada polémica sostenida con el vocero de aquéllos, también con un título no menos musical o instrumental, como se prefiera; nos referimos al diario La Trompeta, fundado precisamente en abril de 1871, bajo el impulso de Manuel Mendoza y del que sería su primer director, Antonio Díaz Martín, importantes personalidades del unionismo palmero. En opinión de El Clarín, y más específicamente de su director José María Fernández Díaz -hombre profundamente liberal y convencido defensor de Zorrilla-, La Trompeta nace, no por una necesidad imperiosa del periodismo insular, sino por "un berrinche" de los "unionistas = conservadores" ante las críticas vertidas por su diario sobre las irregularidades cometidas por los "virtuosos" (en adelante "trompeteros") en las pasadas elecciones a Cortes. La historia posterior de este enfrentamiento no es otra 51. «LOS REPUBLICANOS DE LA PALMA». El Clarín. N= 31, SCP, l-VI-1871, pág. 1. Este criterio del diario es, sin duda, inexacto, toda vez que ya por entonces advertinos en la isla la actuación de un pequeño grupo republicano federal liderado por Nicolás de las Casas Lorenzo, quien incluso puso las bases de un club republicano. 52. «GACETILLA GENERAL». El Clarín. N» 25, SCP, l-IV-1871, pág. 2. 35 cosa que el resultado de una lucha personal e ideológica llevada a las columnas de ambas publicaciones: "(...), se dieron muchos casos, en que el que iba repartiendo las cédulas del sufragio las daba a los que sabía votarían a determinada persona (...). El Clarín algo dijo acerca de eso, (...), y por ello los satélites del unionismo come;nzaron a vociferar (...). Llegó ese fausto día, en que tuvo lugar la formación de la mesa uterina para proceder a elegir un diputado a Cortes ordinarias; en aquel inolvidable acto pasaron escenas cómicas del género ridículo, y se hizo de la ley lo que pudiera hacerse con el más despreciable trapo. Un redactor de El Clarín censuró (...) lo mucho inconveniente que allí pasó. El p:oceder del redactor hubo de parecerle muy mal a un pariente del que presidió (...) la mesa interina: ese pariente (...), en unión de un chico algo engreído, sin motivo para estaro, fundan un periódico; le ponen por nombre La Trompeta para hacer guerra a muerte a este pe-riodiquín, y sobre todo para ensuciar la prensa con los más inauditos dicterios, (...)"''. En medio de ese enfrentamiento las descalificaciones son de variada índole, no sólo políticas. Algunas veces las mismas tienen que ver con la propia e inevitable declaración de principios expresada por todo periódico al iniciar su andadura. Así, y ante uno de esos principios expresados por La Trompeta en el sentido de querer dar cabida especial en sus columnas a los artículos de costumbres, desde la redacción de El Clarín se habla de este extremo y del estilo: "Jamás han pensado los redactores de El Clarín la insigne necedad de erigirse en maestros del periodismo, (...). Los redactores de El Clarín (...), han dicho y dicen que sus escritos se entienden, Dorque están confeccionados en un lenguaje (...), al alcance de cualquiera (...). Quizás el autor del artículo que nos ocupa sea el mismo que en el primer número de La Trompeta trató de darnos reglas (...) para escribir artículos de costumbres (...). (...) los artículos que D. Manuel Mendoza ha puesto en La Trompeta, no sólo están muy mal conceptuados y embrollados e inteligibles, sino que el tal escritor, además de ignorar toda regla gramatical, ha ingerido en sus revoltillos vocablos que no pertenecen a ningún idioma conocido"^''. El resultado de las primeras elecciones de la Monarquía Democ-ática pronto fue divulgado en las islas. En el caso de La Palma esta información sería difundida por el periodismo del momento, y muy especialmente j)or el diario que nos ocupa, repitiendo las mayoría de la veces noticias recogidas de los cofrades peninsulares. El triunfo de los progresistas en particular y del 53. FERNÁDEZ DÍAZ, J. M.: «Sonidos. La partida no es igual». El Clarín. W 44, SCP, lO-X-1871, págs. 2-3. 54. FERNÁDEZ DÍAZ, J. M.: «Sonidos». El Clarín. n= 45, SCP, 20-X-1871, págs. 2 -3. En el número siguiente la redacción enumera con detalle todas esas incorrecciones - gramaticales y de otra índole - cometidas por el citado colaborador átLa Trompeta y alguno de sus campa-ñeros de tareas. 36 bloque de partidos -progresistas, unionistas y demócratas- adictos al gobierno en general, es visto con la lógica alegría. La coalición ministerial obtuvo finalmente 235 escaños de los 395 establecidos para el Congreso. Con semejante fuerza y el presumible apoyo canovista, poco debía temer el próximo gobierno frente a las 128 actas de la oposición (republicanos, mont-pensieristas y carlistas). Con todo, desde El Clarín adivinamos cierto temor ante el futuro político inmediato, dado el número de diputados oposicionistas que reiteran no creer que las Cortes lleguen a constituirse o por lo menos a discutir o aprobar otra cosa que los presupuestos"^^ El diario parece tomar conciencia de la debilidad de la coalición vencedora, propensa a fisuras dada su propia naturaleza. En efecto, desde muy pronto aparecieron las rivalidades y disidencias, que llevaron a la dimisión de Serrano -el 24 de julio- y a la llegada al poder de Ruiz Zorrilla'* quien, una vez obtenida la confianza del rey, suspendió las sesiones del Congreso hasta principios de octubre. Cuando se reunieron de nuevo votaron como su presidente al unionista Sa-gasta, acto que motivó la dimisión de Zorrilla. Su puesto pasó a ser ocupado transitoriamente por Malcampo, también unionista, una presidencia corta, un lapsus, terminado con el ascenso de su jefe de filas, quien ocupó la presidencia del Consejo en diciembre. En estos momentos la coalición revolucionaria ya hacía aguas por todas partes, de ahí que Sagasta no tuviera más remedio que convocar nuevos comicios en enero de 1872. Todo este proceso, complejo, es posible seguirlo a través de los artículos aparecidos en esta publicación palmera. Naturalmente, teniendo en cuenta que del mismo realiza una lectura particular, derivada de sus propias inclinaciones dentro del universo político del momento. Al cabo de tres años de Revolución, las circunstancias del momento contribuyeron a matizar las opiniones sobre algunas fuerzas y otros tiempos: "Hoy celebran las libertades españolas el tercer aniversario de su triunfo. (...). ¿Qué queda hoy de tanto entusiasmo, de tanto liberalismo como por todas partes asomaba? (...). ¿Quiénes permanecen fieles a la bandera alzada en los primeros días por todas las juntas de la nación? ¿Quiénes sostienen su firma en los pactos de libertad escritos antes de Alcolea y en noviembre del 68? ¿Dónde está aquel partido unionista que tan activa parte tomó en los preliminares revolucionarios (...)? ¿Dónde está aquel unionismo que parecía haber renunciado a sus antiguas creencias (...)?"". 55. «NOTICIAS». El Clarín. N« 25, SCP, l-IV-1871, págs. 2-3. 56. Cfr. CUADRADO, M. M.: Elecciones y partidos políticos en España (1868-1931). T. I. Madrid, 1969, págs. 91-122. 57. «UN ANIVERSARIO». El Clarín. N= 45, SCP, 20-X-1871, pág. 2. 37 La renuncia de Zorrilla es considerada desde el periódico como un liecho heroico^^, a la vez que un signo inequívoco de decadencia democrática y auge de la reacción. Todo motivado por la "tontería" de Sagasta, quien con sus actos no había hecho otra cosa que propiciar la entrada en las esfeías de poder de hombres propensos a apoderarse del presupuesto y a combatir las aspiraciones del pueblo. El Ministerio saliente de la crisis, presidido por Malcampo, no era más que el puente para la formación de un gabine;e Se-rrano- Sagasta, pensar otra cosa era de incautos. Estaba claro, "la reacción avanza. Sí, se acerca a pasos agigantados, y España está próxima a ver la desaparición de la libertad" y, por si fuera poco, "los doctrinarios de todos los matices se felicitan mutuamente por la caída de Ruiz Zorrilla, y el clero vuelve a respirar satisfecho, viendo ya otra vez asegurada su fuerte preponderancia y su funesta influencia (...), como si fueran los tiempos de la Borbón"^^. Desde otra línea igualmente comprometida y militante. El Clarín supo dedicar los meses que siguieron a defender desde sus planas ;1 papel del Partido Progresista Democrático, sobre todo ante los ataques f>rofe-ridos por los unionistas, tanto a nivel nacional como insular, agudizándose en este último caso el encono contra La Trompeta y sus acólitos, los " trompeteros": "(...) vano es que la reacción invente y propale calumniosos asertos contra el Partido Progresista- Democrático, ya tildándole de filibustero, ya de republicano, y por consecuencia de antidinástico, ya de internacionalista, ya de demagogo o socialista; todo es inú il, (...) está perfectamente definida y acreditada la patriótica tendencia de nuestro partido ;...)'"•". La diferenciación entre ambas tendencias es llevada incluso al ámb: to de los apodos, de manera que llegado un momento los unionistas ya no son gramáticamente tales, sino que siguiendo la tendencia expresada en la prensa peninsular, aquí también vemos utilizar el término "calamares" para hacer referencia a los mismos*'. El 21 de diciembre juró un nuevo gobierno ¡presidido por Sagasta; desde la perspectiva del diario el nuevo gabinete sólo ve- 58. La primera reacción aparecida fue un corto comentario hecho en el sentido siguiente: «La redacción de este diminuto periódico, (...), envía su más ingenua y cordial enhorabuena al Sr. Ruiz Zorrilla y a sus colegas de gabinete por el heroico acto de haber hecho dimisión de sus altos cargos, con motivo de la abigarrada elección del presidente del Congreso (...)». Ver£/ Clarín, n" 46, SCP, l-XI-1871, pág. 1. 59. «Otra vez más». El Clarín. W 46, SCP, l-XI-1871, pág. 2. 60. El Clarín. W 47, SCP, lO-XI-1871, pág. 1. 61. «(...) a los sagastinos han dado en llamarlos calamares, porque estos se guisar en su propia tinta, la cual es casi tan negra como los puntos de la célebre contestación enerriga de Ruiz Zorrilla. Para determinar bien y juzgar de la aplicación del calificativo, damos a renglón seguido la descripción de ese importante miembro de la familia de los pulpos, según el Diccionario de la lengua: 38 nía a realizar una política continuista, amén de tener sus días contados dado el aislamiento en que se encontraba''^. Apenas un mes después de esta toma de posesión las Cortes fueron disueltas, ante la notable complacencia del órgano portavoz de los progresistas palmeros*"^ el cual pasa entonces a ser una fuente de primer orden para observar los movimientos y preparativos de este partido de cara a las elecciones generales de abril de 1872. En este contexto vemos publicarse aquí los distintos manifiestos zorrillistas dirigidos al país**". De la misma forma, aparecen en sus páginas las comunicaciones remitidas por los progresistas radicales a seguidores y opinión pública en general. Sin embargo, los resultados electorales favorecieron a los sagastinos y adláteres, saliendo de estos comicios un gabinete unionista, teóricamente más reforzado. Otra cosa habría de ser la realidad puesto que, como sabemos, la vida de estas Cortes fue breve: tan sólo dos meses tardarían en ser disueltas y a ello contribuyeron sobremanera los acólitos de Zorrilla. En agosto fueron convocadas nuevas elecciones, saldadas esta vez con una cómoda victoria de los radicales. El Clarín se vanagloria del hecho, calificado de histórico por su redacción, y lo mismo hizo cuando el rey llamó a su líder a la presidencia de un gobierno que habría de ser el más duradero -casi ocho meses- de este periodo. Durante esta etapa, y hasta su desaparición de la vida pública en noviembre de 1872, el periódico que analizamos realiza un continuo canto a la excelencias del nuevo Ministerio. En lo referente a los asuntos políticos palmeros, a partir de estos momentos aumentan las críticas y los ataques a sus enemigos sagastinos, escudados ahora en el poder municipal de la capital de la isla, desde donde replicaban al diario interponiendo denuncias contra los artículos de éste en los que era descalificada su labor. La reflexión sobre la oportunidad y fundamento de estas querellas centra la línea editorial de esta publicación hasta la fecha de su desaparición. CALAMAR: animal marítimo de un pie de largo. Consta de un cuerpo oval, en figura de bolsa, de la cual se eleva la cabeza, y en la parte opuesta tiene una cola cuadrada. Contiene un humor negro, con el que enturbia el agua y se oculta cuando le persiguen. Vid. El Clarín. N= 47, SCP, lO-XI-1871, pág. 3. 62. «El Ministerio Sagasta o calamar se halla, pues, tan aislado y solo como lo estaba el Ministerio Malcampo. Sólo cuentan con el interesado apoyo de unos cuantos tránsfugas del partido progresista (...). En vista de esto ¿Es posible que Sagasta se afirme en el poder (...)? De ninguna mane-ra. (...). Su existencia será corta, pasajera, efímera (...).» Ver «Ministerio Calamar. El Clarín. W 53, SCP, 10-1-1872, pág. 1. 63. «La disolución de las Cortes». El Clarín. W 56, SCP, 20-11-1872, págs. 1-2. 64. Particularmente los fechados el 8-II-1872 y el 5-III-1872, aparecidos en la segunda y primera página de los niimeros 57 (1-III-1872) y 60 (l-IV-1872), respectivamente. 39 p f \ n T jrxv Tí o ¡ ^ , EL NOTICIERO. T: £•/ Noticiero. S: Cr: 23-III-1872/24-XI-1874. Dr: Ed: I: F: 31X47. Pg:4. Cl:4. P: "Se publica el mismo día de la llegada de los correos". Semanal. Se: Ctr: Fundamentalmente es un periódico interesado en los asuntos de interés general, buscando la mejora y el adelanto de la isla. Presta también especial atención por la cultura, mientras que prefiere mantener las distancias con los temas políticos. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma. Hemeroteca del Museo Canario, en Las Palmas de Gran Canaria. En abril de 1872 un nuevo diario comenzó su andadura. El Noticiero, diciendo venir a someterse a la consideración pública, como respuesta a la evidente necesidad presente en la isla, de contar con un periódico capaz de poner en manos de las gentes las noticias y acontecimientos merecedores de ser conocidos y difundidos. Sobre todo en el momento vivido entonces por la humanidad, cuando estar al corriente de lo ocurrido en la provincia, la nación o el mundo es considerado como un deber y una necesidad irrenuncia-ble ligada a todo pueblo culto. Hasta aCjuí las intenciones, por lo demás muy en la línea de otros cofrades anteriores y posteriores. La realidad es que El Noticiero se nos presenta, ante todo, como un diario de intereses generales, y como tal sus páginas recogen puntualmente una gama variada de reseñas referentes a cuestiones diversas, de marcada importancia para la mejora del país. Así pues, los temas comerciales, agrícolas, industriales, de comunica- 40 ciones, etc. se suceden uno tras otro, las más de las veces con la reflexión correspondiente: "Amantes como el que más de los progresos del comercio, de la industria y de la agricultura, y deseando ardientemente el que se mejoren más y más, haremos cuanto esté de nuestra parte por suministrar las noticias que interesen tanto al comerciante, cuanto al industrial y agricultor"'^. Los asuntos políticos parecen preocupar poco a esta redacción, y cuando toca el tema lo hace presentándolo como algo poco favorecedor de los intereses de la isla, cuando no de abierta oposición al desarrollo de la misma, por ello dicen convencidos querer mantener "lejos de nosotros el pensamiento de acercarnos ni por un momento al turbulento campo de la política, pues vivimos separados de ella. Nos proponemos ante todo, como regla invariable de nuestra conducta, la más estricta e invariable imparcialidad'"'*. Es más, fundando su hipótesis de que el juego político no favorece el bien común, llega a calificar de nefasta para La Palma la lucha política que históricamente había venido "padeciendo", caracterizada por el predominio de unas luchas entre unos grupúsculos cuyos integrantes buscan el medro personal, en vez de salvaguardar los intereses de la mayoría: "¿Hay en nuestra isla partidos políticos? (...). ¿Hay disensiones? ¡Quién lo duda! ¿Y a qué obedecen esas disensiones si no son causadas por la diversidad de opiniones políticas? ¿No es evidente que esas disensiones obedecen a particulares resentimientos o intereses de un corto número de familias? ¿A qué engañar a nadie?"''. Con una lejanía casi obsesiva del tema político -por el que muestran interés sólo en contadas ocasiones-, los redactores de El Noticiero prefieren centrar su atención en otros extremos, incluso quieren emprender -así lo dicen- una nueva forma de entender el periodismo, abriendo sus columnas a la pluma de los lectores "siempre que los escritos que se le remitan no se aparten de! los límites del decoro, de la moral universal"*^, naturalmente. Otra preoC|Upación añadida de los redactores del diario radicó en defender la difusión cultural. En sus páginas dieron a conocer sus creaciones poéticas varios autores palmeros, la mayoría desconocidos. También encontramos obras teatrales y, sobre todo, novelas, publicadas en la forma de folletín*"'. 65. El Noticiero, n= 1, SCP, 23-111-1872, pág. 1. 66. El Noticiero, tf 1, SCP, 23-III-1872, pág. 1. 67. El Noticiero, rfi 100, SCP, l-V-1874, pág. 1. 68. El Noticiero, n= 1, SCP, 23-111-1872, pág. 1. 69. Todas ellas muy del gusto del momento. La primera en ser publicada lleva el título de Amelia de Estouville, del escritor local Juan Lujan Sánchez. Cfr. El Noticiero, n° 1 y ss. 41 Esta parcela informativa va creciendo en importancia número tras número, ocupando lugar preferente en las columnas, dando siempre cuenta puntual de la llegada a Santa Cruz de La Palma de distintas orquestas, compañías de ópera y compañías de teatro. Por lo demás, y siguiendo fielmente los presupuestos iniciales, las secciones del diario sirven para dar Duena cuenta de esas informaciones de interés general, como la botadura d(; tal o cual navio por parte de los astilleros locales, la llegada de algún buque procedente de Cuba, las perspectivas de la producción agrícola, la situación de los mercados internacionales de la cochinilla, o la denuncia de la situación de los montes de la isla, constantemente atacados por la acción de algunos: "Y a propósito, en los montes de nuestra isla, (...), hace mucho tiempo que veninos lamentando la destrucción del arbolado por otra clase de bichos (...) corpulentos y con dos caras, que en vez de conformarse con roer el árbol, (...), lo arrojan por el contrario al suelo, (...), viéndoseles con ellos constantemente por esos caminos y aún atravesar la población a cualquier hora del día y de la noche sin que haya quien les interrumpa el paso Las distintas informaciones insertadas son extraídas en buen número del correo, en lo referente a las de carácter nacional e internacional. Las locales son suministradas por los corresponsales presentes en toda la isla; también por los suscriptores. Las regionales llegaban regularmente enviadas por los agentes del periódico en las otras islas, fundamentalmente en Tenerife y Gran Canaria. En todos los casos apreciamos la utilización de diarios canarios y peninsulares como fuente de primer orden'^ La información nacional, aunque presente, es puntual; limitada a noticias escuetas, sin comentarios de fondo. Así vemos referencias a los cambios de gobierno, a los nombramientos ministeriales y a la discusión de alguna ley -que incluso aparece reproducida-. Sólo se resalta alguno de estos aspectos si resulta ser de prabada trascendencia para el Archipiélago o la isla en particular. El seguimiento del levantamiento carlista y de la insurrección cubana presentan algunas diferencias en cuanto a este tratamiento general. Las noticias traídas por el correo o recogidas de otras publicaciones nacionales sobre el particular, ocupan una parte importante de los espacios editoriales a partir de 70. El Noticiero, rfi 101, SCP, 8-V-1874, pág. 1. 71. Singularmente destacan en este sentido la presencia de los cofrades madrileños La Discusión, El Imparcial y La Correspondencia, así como el gaditano El Comercio de Cádiz. En cuanto a los canarios mencionar El Radical de Canarias (S/C de Tenerife), El Memorándum (S/C de Tenerife), La Afortunada (Las Palmas de G.C.) y La Brújula (Las Calmas de G.C). 42 1874; eso sí, limitándose en todo caso a reflejar las informaciones recibidas sin dar cabida a reflexión alguna. LA PALMA m i í » «•»;-» i'» I.» i-ííjjji • {.i ij«!tt j .» »»«t LA PALMA. T: La Palma. S: "Periódico imparcial de noticias e intereses generales". Cr: 23-XI-1874/13-XI-1879. Dr: Pedro Guerra Vallejo. Ed: I: "El Time", a cargo de Pedro Guerra Vallejo. F: 32X44. Pg:4. Cl:4. P: "Se publica el mismo día de la llegada de los correos". Desde 1879, "Se publica los días 5, 13, 21 y 28 de cada mes". Se: Ctr: La atención a "los intereses generales" está presente, al igual que la preocupación por temas como el trabajo, la religión o la mujer. Políticamente se define por su apoyo a los liberal-conservadores palmeros en contra de los progresistas seguidores de Ruiz Zorrilla. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma; Hemeroteca del Museo Canario, en Las Palmas de Gran Canaria. También este noticiero se autodefine desde su cabecera como "de noticias e intereses generales" y, para mayor abundamiento dice, en el mismo espacio: "Se publica el mismo día de la llegada de los correos". Tanto una especificación como la otra explican muy bien la realidad informativa presente en los primeros números, definidos por una sucesión de alusiones breves de índole diversa. Conforme pasa el tiempo la publicación va concretando su lí- 43 nea, y si al principio predominan cuestiones tal vez intranscendentes, léase sucesos, nacimientos y defunciones, llegada de pasajeros, repaso a la meteorología semanal y posibles previsiones, etc., luego abundan noticias procedentes de las distintas partes de la isla, recogidas por los distintos corresponsales. Paralelamente, los temas regionales y nacionales van recibiendo un tratamiento más cuidado -ya hablaremos de ellos-, y lo mismo ocurre con la vida política en general, en un principio poco interesante para una redacción que califica su medio de "imparcial", como era habitual. Son tratadas con mayor profundidad y con unas líneas de teorización propias del momento histórico, otros asuntos tales como el trabajo, la familia, la mujer, la religión, la sociedad o la agricultura, siempre bajo la convicción de entender el periodismo como un servicio a la sociedad y al bien común. Puestos en estos temas, califican al trabajo como la panacea para curar la mayor parte de los males sociales, incluso es presentado como el gran medio de sanear las atmíJsferas viciadas y corrompidas que lastran el desarrollo de los pueblos. Cada individuo, para ser útil a la comunidad, debía tener una ocupación, un cargo, una profesión; además el trabajo proporcionaba al hombre la dignidad suficiente para poder vivir en comunidad con el espíritu satisfecho, con la conciencia tranquila que da el cumplimiento del deber. El culto al trabajo desde las páginas que analizamos pudiera ser sintetizado perfectamente con un párrafo: "Tan entusiastas somos del trabajo y tan convencidos estamos de la misión sagrada que en la sociedad desempeña, que estamos seguros de sus resultados favorables en todos los países donde se eleva un altar al trabajador y se desprecia y aún castiga al holgazán La evolución de algunos pueblos es puesta como paradigma de tal magnificencia, y en este sentido se pasa revista a la historia de naciones como los Países Bajos, Suiza y, especialmente, Inglaterra, un colectivo encsrrado en sus dos islas en medio del océano, que en un determinado momento de su historia, impelido por su laboriosidad, marchó a explorar mares y tierras, se expandió por el mundo, haciendo posible que no hubiere punto de importancia en el mapa donde los británicos no tuvieran una población, un fuerte, o una factoría para cambiar sus productos industriales por los bienes de aquel país. "¡Cuándo llegaremos nosotros los españoles a gozar de tan positivas ventajas! ¡Cuándo no habrá entre nosotros esa exuberancia de individuos que consumen una parte lie la riqueza sin producir siquiera lo absolutamente necesario para compensar su natural consumo! (...) ¡Cuándo se inaugurará entre nosotros esa era de amor, respeto, honor y satisfacción para el trabajo; (...)!"". 72. «El TRABAJO». La Palma, n= 138, SCP, 23-XI-1877, pág. 1. 73. Ibídem. 44 Las consideraciones sobre la familia también merecieron el interés de los redactores, en cuanto a núcleo fundamental de toda sociedad y cimiento de la misma. Intentan articular toda una construcción teórica sobre el particular -como ocurre con casi todos los temas mencionados- con evidentes connotaciones cristianas, aunque no faltan consideraciones históricas y políticas. Las ideas defendidas sobre el tema pueden ser sintetizadas en las siguientes: consolidación de la potestad paterna; mantenimiento firme de la indisolubilidad del matrimonio; elaboración de unas leyes que desalentaran la desobediencia de los hijos y mayor consideración hacia la figura de la madre, a la que debería dotarse de mayor autoridad y mejor instrucción para el desempeño de su papel. La puesta en práctica de estas consideraciones -leemos- haría posible una familia fuerte, capaz de resistir los ataques de un siglo algo escéptico, profundamente analizador y disolvente. Tan disolvente que había pedido en nombre de algunas doctrinas la disolución de esta institución fundamental, considerándola una organización fundada en principios falsos, en los restos de antiguas preocupaciones, en intereses mezquinos y en la ignorancia de las leyes naturales. "Los que de este modo piensan no han tenido nunca ante si el espectáculo tierno e interesante de la familia cristiana, ante ese foco de amor, esa escuela de virtudes"''*. El enfoque dado al tema religioso abunda en la idea de no frivolizar el comentario, ni tampoco abandonarlo a la presunción, a la ignorancia del espíritu o a la especulación dogmática, pues antes que los intereses de una doctrina estarían los de la sociedad en su conjunto, y la cuestión religiosa afecta radicalmente al orden, la prosperidad material y el progreso intelectual de la misma. Partiendo de estas premisas llega a afirmarse la necesidad de que todo pueblo proclame en su Constitución la unidad religiosa, al ser un agente capaz de jugar un papel integrador de los diversos elementos de la formación nacional. Ahora bien, observamos en los artículos sobre este extremo un intento de dejar muy claro el rechazo a la imposición de cualquier credo, pues "el dogmatismo no es la unidad religiosa" aunque, por desgracia, "la unidad religiosa es ocasión inmediata del dogmatismo"'^. Postula el rotativo la discusión en la prensa sobre el particular, solicitando la intervención de todos sus colegas porque "todo cuanto se relaciona con la prosperidad (...) de un pueblo merece un lugar preferente entre los grandes problemas sociales, y una meditación profunda y un estudio constante y detenido"'*. Otro de los temas estrella de esta publicación es el referido a la 74. «LA FAMILIA». La Palma, rfi 158, SCP, 23-IV-1878, pág. 1. 75. «Sección editorial. LA UNIDAD RELIGIOSA». La Palma, n» 185, SCP, 9-XI-1878, pág. 1. 76. «LA UNIDAD RELIGIOSA». La Palma, n= 184, SCP, l-XI-1878, pág. 1. 45 situación de la mujer. La visión y opiniones vertidas al respecto adolecen de un marcado paternalismo, sustentado en consideraciones religiosas y morales. La "revolución cristiana" rescató al género femenino del estado de abyección en que estuvo sumido, posibilitando a sus integrantes compartir el trono de la "sociedad doméstica" con los hombres. Las féminas desile los tiempos más remotos han dado pruebas de una inteligencia igual a la del hombre, cuando se las ha dejado levantar el vuelo. Un repaso de la historia permitía descubrir y traer a colación un sinfín de mujeres que destacaron de uno u otro modo; sin embargo el diario concluye que la mujer tiene señalada una misión sublime: la maternidad, y en el desempeño de la misma está su verdadera realización, con la dedicación de su inteligencia y esmsro al cultivo de "las tiernas plantas confiadas a su cuidado, absolutamente irrem-plazable, por el Supremo Hacedor"''. Son partidarios de mejorar la educación femenina como medio lograr su afianzamiento, pero ven éste como el resultado de la condición de madre y educadora, elevada al pedestal de sacerdocio: "(•••) precisamente para que este sacerdocio se desempeñe con la preparación y e conocimiento indispensable al alto fin para que fue creado, es necesario que la mujer í;e ilustre convenientemente antes de entregarle la dirección de espíritus que se prestan como cera blanda a las buenas o malas impresiones que se les comunican en la alborada di; la vida" ™. Los temas referidos a la isla también ocuparon -como no podía ser menos, dada la línea de actuación inicialmente expresada- un destacado lugar en la vida del periódico La Palma. De la misma manera que sus antecesores en el panorama editorial palmero, la defensa de los intereses generales se traducía en ocupar amplios espacios dedicados a comentar la realidad de los transportes interiores e interinsulares; las vías de comunicaciones entre las distintas partes de la isla; la necesidad de acometer un amplio prograria de obras píiblicas, con especial atención a la ampliación del muelle capitalino; la mejora y diversificación productiva del campo; etc.. Sobre este abanico temático planea una visión pesimista de la realidad insular y regional. EJ inicial optimismo, expresado sobre todo en los comentarios sobre las buenas expectativas de la exportación a Europa de la cochinilla, se ve atemperado en los años finales de la década de los 70, ante la competencia en estos mercados de los colorantes sintéticos. La riqueza posible, motivo de reflexiiSn en los números primeros, contrasta con las noticias de pobreza, real, presente 77. «La mujer considerada como elemento de progreso». La Palma, n-193, SCP, 8-1 1879, pág. 1. 78. Ibídem. 46 en las islas. La confianza en el sistema político de la Restauración choca con las agudas críticas ante el olvido de Madrid respecto al Archipiélago, su realidad y sus problemas. Persiste la idea de que las Islas sólo son tenidas en cuenta como posible destino de deportación. Las citas referentes a los temas nacionales son variadas, aunque siempre tienen el formato de noticias breves, estampadas la mayoría de las veces como resultado de la llegada del correo. Tanto estos temas, como los propiamente canarios, tienen en la lectura de los rotativos nacionales y regionales la fuente principal™. También encontramos menciones de títulos americanos y, más específicamente, cubanos, importantes estos últimos por traer informaciones variadas sobre la isla caribeña, estrechamente relacionada con La Palma. El devenir político nacional tiene cabida en las columnas de la publicación, no obstante y en conjunto esta parcela informativa no destaca por su amplitud. Hay alusiones -en los números iniciales- sobre la articulación del sistema canovista (realizadas la mayoría de las veces con ayuda de comentarios de cofrades nacionales); también las hay en torno a las elecciones de enero de 1876 -desde la perspectiva conservadora del diario, claro está-, pero este tema no parecer ser preocupación prioritaria y, en todo caso, en la esfera nacional el interés informativo de la redacción se centra en el desarrollo de la Guerra Carlista. Una vez concluido este episodio los asuntos nacionales aparecen realzados sólo puntualmente. El ámbito de "preocupación política" -valga la expresión- de La Palma queda mayormente circunscrito durante toda su vida pública al acontecer palmero. Aquí, como enseguida veremos, toma una posición definida en función de la cual desarrolla un periodismo activo y comprometido. Y sin embargo, nada de esto es palpable en sus páginas entre noviembre de 1874, fecha de su nacimiento, y los comicios de enero de 1876. Incluso entonces la información aparecida se limita a dar cuenta de las fechas establecidas para la consulta al electorado y poco más. Hasta abril de 1879 no podemos decir nada nuevo al respecto. Con ocasión de las elecciones convocadas para entonces el diario pasó a ser el estandarte de la opción conservadora de la isla. La tendencia a la bipolarización que había venido caracterizando la vida política pal- 79. Entre los periódicos nacionales aludidos en las columnas de La Palma destacan El Amigo (Madrid), El Pabellón Nacional (Madrid) y El Comercio (Cádiz). También aparece citados como fuente La Gaceta Oficial de Costa Rica, La Voz de Cuba (La Habana), El Centinela (La Habana) y Revista Económica (La Habana). Los títulos canarios fichados son La Prensa (Las Palmas de G.C.), El Memorándum (S/C de Tenerife), Las Noticias (S/C de Tenerife), Las Palmas (Las Palmas de G.C.), Los Sucesos (S/C de Tenerife), El Tabaco (S/C de Tenerife), La Lealtad (S/C de Tenerife), La Lealtad Canaria (S/C de Tenerife), El Cosmopolita (S/C de Tenerife), La Unión Lagunera (La Laguna) y La Localidad (Las Palmas de G.C.). 47 mera durante el Sexenio se mantuvo en los primeros años de la Restauración. El partido "carbonero" siguió aglutinando a los elementos liberal- conservadores, en tanto que el "cangrejo", fiel representante entonces a las ideas de Ruiz Zorrilla, aparece ahora como defensor de las ideas republicano-federales de Pi y Margall. Junto a estas dos tendencias encontramos citas referidas a un tercer grupo, el constitucional, al parecer sin demasiada presencia en un principio, y en todo caso siguiendo una línea de actuación muy cercana a los conservadores tradicionales: "(...) aquí no hay sino tres tendencias políticas, la liberal conservadora, la constitucional y la federal de la escuela del Sr. Pi y Margall. Los que profesan las dos primeras son monárquicos dinásticos, y en actitud, por lo tanto, para desempeñar cualquier cargo público. Los partidarios de la tercer doctrina están hoy por hoy incapacitados legalmente fiara desempeñar cargos de confianza (...)"™. Desde una perspectiva periodística, las líneas maestras del juego político insular del momento son especialmente glosadas con ocasión de los comicios fijados para principios de 1879. En este evento el periódico apoya decididamente al candidato conservador, Federico Villalva, contrario al "demócrata intransigente" Santiago Verdugo y Massieu. El triunfo del primero fue motivo y argumento inicial de una lucha enconada, mantenida entre las dos formaciones palmeras predominantes, cuya mejor expresión la encontramos en la aguda pugna, mantenida a partir de entonces entre la publicación que analizamos y otra de la qt e hablaremos más tarde: La Asociación, portavoz de la opción feíjeral. Ambos medios gastaron tinta e ingenio en alabar a sus candidatos respectivos y en atacar al oponente. Ya que ahora hablamos de La Palma, diremos que en los números inmediatamente anteriores a la fecha de la votación dedicó buen número de columnas a denunciar las "malas artes" de sus contrarios, al tiempo que comparaba las trayectorias públicas de los candidatos enfrentados. El triunfo de Villalva es recogido can el consiguiente júbilo: "Por el resultado de los escrutinios publicados en las respectivas secciones puede asegurarse que D. Federico Villalva ha triunfado en las elecciones (...). Se ha confirmado, por lo tanto, lo que sobre el particular habíamos manifestado (...). Ni una palabra más que pueda acibarar la triste situación de los vencidos"*'. 80. La Palma, tí' 191, SCP, 28-VI-1879, pág. 2. 81. «ELECCIONES». La Palma, n» 183, SCP, 23-IV-1879, pág. 1. 48 Rápidamente pueblan las planas una sucesión de datos sobre el escrutinio, concluidos con la publicación de los resultados oficiales*^ y la certeza del triunfo del candidato apoyado, el cual obtuvo una mayoría que "demostraba las generales simpatías que se había conquistado (...) por su celo en pro de los intereses generales de esta isla, los que sin duda alguna recibirán ahora el conveniente impulso"^^. Las elecciones siguieron protagonizando las portadas mucho después de su celebración. En los meses posteriores éste sería tema motivo de controversia constante con los partidarios de Verdugo, escudados tras el diario La Asociación, desde donde lanzaban sus diatribas. Los redactores de La Palma no muestran recato alguno a la hora de calificar la línea de su oponente -el periódico "pipi", como es denominado-: "Fíjense (...) nuestros lectores en la despreciable figura del calumniador que (...) inventa mil mentiras, emplea la sátira, critica la virtud y se vale de todos los medios más inicuos para hacer descender a personas honradas y dignas de la posición que legítimamente ocupan (...)'*. Son muchas y variadas las supuestas calumnias vertidas desde el órgano federal; la respuesta dada a cada una permite un acercamiento a la realidad política del momento, desde un enfoque particular, claro está. Uno de los primeros ataques recibidos venía a señalar la poca idoneidad del diputado Villalva para desempeñar una labor beneficiosa para la isla, dada su condición de "cunero". Dedica el diario liberal-conservador varios artículos de fondo a dar cumplida respuesta a semejante proclama, argumentando en síntesis la incorrección del término aplicado a su defendido, nacido fuera de La Palma, pero con probado arraigo en ella y sus gentes, considerando demostrado "que ese dictado no se puede aplicar en modo alguno al Sr. Villalva, porque ha sido declarado hijo adoptivo por las poblaciones más importantes de la isla, inclusa esta capital, y así como el derecho de vecindad se adquiere después de cierto tiempo (...), el de naturaleza se adquiere también por la adopción"*'. Como ocurrió anteriormente en el quehacer de la prensa palmera, también la polémica entre estos dos diarios pasó muchas veces por el menoscabo del estilo periodístico del contrario. Singular inquina observamos en las críticas vertidas en este sentido sobre los escritos de Faustino Méndez Cabezola y Augusto Cuevas Camacho, ambos directores de La Aso- 82. Según el diario D. Federico Villala obtuvo 476 votos y su oponente, 312. Dado que el censo electoral de la isla ascendía entonces a 800 electores, la mayoría de 164 escrutinios obtenidos por el candidato liberal-conservador era suficiente para proclamarle diputado. Cfr. La Palma, rfi 184, SCP, 28-IV-1879, pág, 2. 83. «Sección local y provincial». La Palma, n° 184, SCP, 28-IV-1879, pág. 2. 84. «U calumnia». La Palma, n« 185, SCP, 9-V1-1879, pág. 1. 85. «Sección local y provincial». La Palma, n" 185, SCP, 9-VI-1879, págs. 1. 49 dación, quienes consideraban poco afortunados los artículos de Pedro Guerra Vallejo, responsable a su vez de La Palma. Respecto a semejant(;s comentarios la respuesta habitual se tiñe de ironía: "Se necesita todo el grandísimo descaro que es innato en pipi para atreverse a poner en duda (...) la ilustración de sus contrarios en esta isla. Sin duda que (...) se considera la ilustración y la sabiduría por excelencia (...)"**. También recibieron cumplida respuesta una serie de escritos dados a conocer a la opinión pública por Santiago Verdugo, en los cuales el frustrado candidato federal arremetía contra sus oponentes. En uno de esos sueltos, fechado el 15 de julio de 1879, al parecer se despachó a gusto en contra de sus adversarios, tachándolos de cobardes, villanos y otros adjetivos. El tono empleado sugiere a la redacción la pluma de un autor desesperado, incapaz de decir nada nuevo, como si pareciera tener "un formulario para escribir sus comunicados, todos se parecen como una gota de agua a otra gota"^^. I3n un intento de hacer ver a sus lectores el talante de la cabeza visible del contrincante, realiza un análisis de la vida pública de Verdugo, que a nosotrcis nos sirve -con las lógicas reservas- para determinar algunos extremos de la historia reciente palmera. Descubrimos una biografía marcada por continuos vaivenes. Santiago Verdugo y Massieu comenzó su andadura política un las filas "carboneras", en donde esperaba lograr, a decir del órgano villalvista, una notable proyección desde su posición de oficial de milicias de la isla y hombre notable procedente de la zona de Garafía, donde inició su carrera. En un principio escaló puestos y consideración en las filas conservadoras de la mano de su hermano, Domingo, varias veces diputado por la isla. y\ntes de 1868 el partido "carbonero" representaba en La Palma a los unionistas; después de la Revolución, refundido con elementos del antiguo progresismo, dio pié a un Partido Constitucional fuerte y vigoroso, que en diversas elecciones provinciales y nacionales dominó la vida pública insular en abierta oposición con los elementos conservadores y federales. En 1873, en plena República, los "carboneros" auxiliaron a Santiago Verdugo, quién resultó elegido por esta circunscripción en dura pugna con los federales. Disueltas estas Cortes continuó D. Santiago dedicado a cuestiones particulares, mientras que se afianzaba en la isla el dominio de su partido. Al tener lugar la Restauración, y llegados al poder los conservadores, desalojaron a los "carboneros" de las posiciones alcanzadas en el periodo anterior, y ello con la anuencia expresa de los federales, quienes se beneficiaron del reparto de 86. La Palma, rf 191, SCP, 28-VI-1879, pág. 2. 87. «Por la Redacción, varios Carboneros. Sr. D. Santiago Verdugo.» La Palma, t- 192, SCP, 5-VII-1879, pág. 1. 50 los cargos oficiales. Los federales o "cangrejos" desplegaron a partir de entonces y desde sus cargos una notable persecución de sus enemigos. Mientras tal suerte sufrían por estos lares los amigos del Sr. Verdugo, éste continuaba en Madrid. Los federales, entre tanto, acabaron enfrentados a los conservadores quienes, a su vez, acercaron posiciones al partido "carbonero", formando una entente que se opuso a los anteriores. Santiago Verdugo desde Madrid conoció los pormenores de estos encuentros, adoptando, en principio una posición distante y terminó, seguidamente, cambiando de bando, adhiriéndose a las filas de sus antiguos enemigos, quienes incluso le presentaron como candidato en el 79. El análisis de este hecho no esconde la realidad, en opinión de la redacción de La Palma "no les movía a éstos simpatías ni afecto personal alguno al Sr. Verdugo; a nuestro juicio, se odian hoy tan cordialmente como antes; el Sr. Verdugo les paga con igual moneda, pues no es posible borrar en un día veinte años de antagonismo y luchas más personales que políticas"^*. No habían acabado todavía los ecos de las elecciones a Cortes, cuando fueron convocadas las municipales parciales, en julio del mismo año, siendo este evento un nuevo motivo de enfrentamiento entre las dos formaciones predominantes, con reflejo inmediato en sus medios de prensa representativos. El análisis hecho desde el periódico "carbonero" hace hincapié en lo que considera impotencia de sus enemigos para hacerles frente: "Las elecciones municipales (...) han puesto de manifiesto la impotencia a que se ve reducido en esta ciudad el que antes se titulaba gran partido liberal, (...), o cangrejos, y vestido de nuevo se había dado (...) el pomposo título át partido para el fomento de los intereses morales y materiales de la isla, vulgarmente conocido por gilo-verde o gorgojo Si desde la perspectiva del órgano de los constitucionales resultaron indignantes los métodos utilizados por sus contrarios en la campaña, el momento de formar las mesas, el 25 de mayo, tampoco debería pasar a los anales democráticos. En los tres colegios capitalinos sucediéronse tumultos, atribuidos, claro está, a los "cangrejos", quienes impidieron el normal cumplimiento de los preceptos legales para estos casos. Puntualmente aparecen publicadas las informaciones sobre las irregularidades, sospechosamente idénticas en cada uno de los colegios. En el primero de ellos el presidente se encontró la entrada completamente obstruida por personas que no eran electores. Los gritos, las amenazas y los empellones le impidieron abrir la puerta del local y, cuando lo consiguió, creció el tumulto sin que el tercer te- 88. «A D. SANTIAGO VERDUGO». La Palma, n=187, SCP, 28-IV-1879, pág. 3. 89. «ELECCIONES MUNICIPALES». La Palma, rf 187, SCP, 28-V-1879, pág. 3. 51 niente de alcalde -federal, por más señas- mostrara mucha preocupación por mantener el orden. Ante la confusión, algunos elementos "cantonales." capitaneados por el alcalde de barrio formaron una mesa al aire libre, se posesionaron de ella y evacuaron un oficio pidiendo al primer alcalde el 1 ibro talonario y las listas de electores. No lograron entregar el oficio, abandonando finalmente su actitud. En el segundo colegio revistió el alboroto unas formas más graves. Aquí el presidente encontró cuerpos extraños en la boca de la cerradura de la puerta que impidieron su apertura. No quedó más remedio que violentarla, ante la oposición de algunos elementos congregados en las proximidades. Estos mismos personajes accedieron tras el presidente al interior de la dependencia, y enseguida, sin aguardar razones, se apoderaron de las sillas y la mesa. Ante las conminaciones del presidente abandonaron sus posiciones pero no el local, el cual se iba llenando por mome:itos de gente hostil, la mayoría sin derecho a voto. Las peticiones de la pres;.dencia al segundo teniente de alcalde en el sentido de que procurara el orden no dieron resultado, argumentando éste que sólo tenía competencias para mantener el orden en el exterior. Los ánimos se encresparon, resultando herido incluso un guardia municipal; sólo entonces el teniente de alcalde ordenó la salida del recinto y, ante la protesta del presidente, clausuró el mismo. Las crónicas del periódico nada dicen de lo acontecido en el tercer colegio, aunque, por lo que podemos deducir, los hechos no difirieron demasiado. En todo caso, resulta evidente desde su perspectiva que los alborotos fueron promovidos a conciencia por los "cangrejos", a fin de evitar así una derrota cantada de sus huestes. Otro dato: de los tres tenientes de alcalde encargados de velar por el orden en cada colegio, dos eran probados federales, el otro simpatizaba con los "carboneros". Los colegios cerrados inicialmen-te -segundo y tercero- estaban bajo la custodia de los dos primeros, y sólo en el primero, encomendado al otro, se verificó la elección con una menor incidencia de los desórdenes. El 13 de julio tuvieron lugar las votaciones en los colegios cerrados, constituyéndose las mesas interinas con los secretarios de edad, con intervención de ambos partidos, sin reclamación ni protesta alguna. El resultado del escrutinio dejó claro el triunfo apabullante de sus patrocinados en la capital, desde el primer día de votación'". En el resto de la 90. Según los datos facilitados por La Palma el escrutino confirmó la derrota de los cangrejos o gorgojos, puesto que el resultado de la votación fue favorable para sus acólitos en el primer colegio: D. Miguel Pereyra Pérez y D. Servando Pereyra García, 59 votos; D. lilas Lorenzo Rodríguez y D. Manuel Pérez Cruz, 52 votos. El segundo y tercer día obtuvieron 6 sufragios los dos primeros señores, 4 el tercero y 2 el cuarto, sin que hubiera reclamación o protesta alguna. Cfr. La Palma, n^ 188, SCP, 5-VI-1879, pág. 1. En el segundo los «carboneros» obtendrían 96 papeletas y 51 sus oponentes, sin que hubiera protesta alguna. En el tercero 61 y 56, respectivamente, no presentándose tampcco ninguna protesta. Cfr. La Palma, n^ 194, SCP, 25-VII-1879, pág. 2. 52 isla los elementos "cangrejos" alcanzaron la victoria en los municipios de Los Sauces, Puntagorda y Breña Baja. Los Ayuntamientos de Garafía y Ti-jarafe, en cambio, resultaron copados por sus contrincantes, mientras que Barlovento quedó en el aire al ser rechazada por algunas irregularidades la única candidatura presentada con adscripción política. En El Paso salieron electos tres "carboneros" y tres "cangrejos", también sin lucha, "y como en dicho pueblo han hecho estos últimos la propaganda del perdón de las contribuciones y el reparto de los montes públicos y particulares, y esto no lo pueden realizar, pronto caerán en desprestigio y se verán reducidos a la impotencia"^'. Desde la perspectiva dada por la seguridad del triunfo, los ataques contra La Asociación alcanzaron mayor altura. En el primer momento arreciaron las críticas por lo considerado como "silencio doliente" del cofrade: "Con sublime modestia pretende el amigo del Pí hacer creer al público que el resultado de las elecciones municipales en esta isla ha sido sumamente satisfactorio para el partido a que él presta su humilde apoyo. Si fuera verdad tanta belleza, ¿Se hubiera usted conformado con dedicar unas pocas líneas a tal asunto el día 28 de mayo, y el 31 se vendría con tanta modestia y repulgos? No, su suavidad, su reserva es un medio de encubrir la derrota de su partido (...). Todas las halaracas quedan reducidas a tres ayuntamientos adictos y participación en otros tres; si lo que Pí-Pí dice fuera cierto, ya la música y los cohetes lo habrían anunciado. Como han permanecido callados, la derrota es probada, (...)'"'-. Siete fueron los puestos en liza en la capital, de los cuales seis habían sido conseguidos por los "carboneros". Era un triunfo inapelable y digno de celebración; el diario portavoz de esta formación no se abstuvo de ello: se había luchado por siete ediles y "hemos sacado seis victoriosos, y de éstos cinco sin protesta alguna. Los cangrejos no han podido obtener sino UNO solo en la minoría del primer colegio: ¿no prueba esto la fuerza y vigor del numeroso partido carboneroV"^^. El 29 de julio tomó posesión el nuevo ayuntamiento''*, en el cual los acólitos al periódico estaban representados mayoritariamente. Para entonces ya los artículos sobre el particular del órgano "cangrejo", lejos de reconocer la humillación recibida, argumentan su otrora poca disposición de principio a participar en los comicios, al menos 91. «Sección Local y Provincial». La Palma, n" 188, SCP, 5-VI-1879, págs. 1-2. 92. La Palma, n» 188, SCP, 5-VI-1879, pág. 2. 93. La Palma, n= 194, SCP, 25-VI-1879, pág. 2. 94. Alcalde-Presidente, Miguel Pereyra Pérez; Primer Teniente, Luis Vandewalle y Quintana, Marqués de Guisla Guiselín; Segundo Teniente, Nicolás de las Casas Lorenzo; Tercer Teniente, Pedro Hernández Fierro; Síndicos, Santiago Molina Vandewalle y Joaquín Poggio y Lugo; Regidores, Servando Pereyra García, Manuel Lujan Lecuona, José M- Castro y Felipe, Blas Lorenzo Rodríguez, Juan CalDrera Martín, Francisco Morales Duque, Timoteo Barreda Castañeda y Federico López Abreu. Cfn La Palma, n" 195, SCP, 3-VIII-1879, pág. 1. 53 esa es la visión de La Palma, para quien el argumento no podía ser má 5 pueril: "¡Qué cosas se escriben y con qué descaro! ¡Que los cangrejos no se decidieron a tomar parte en la elección municipal (...) sino a última hora! ¿Y las reuniones preparatorias del partido en el Circo de Marte, (...), anunciadas por carteles? ¿Y los discursos que allí se pronunciaron excitando al exterminio de los carboneros'! (...). (...) los cangrejos (dicen) que no tenían otro poder ni apoyo que la confianza y las simpatías que pudiesen inspirar a los electores. (...). El día que los cangrejos y gorgojos no cuenten en esta isla con otro poder ni apoyo (...), ese día ya no se atreverán a salir de debajo de las piedras y los graneros, que delsen ser su elemento, los sitios de sus reuniones'"*^ El diario no sólo polemiza con su oponente La Asociación, sino que lo hace también con otros colegas del Archipiélago por los que se siente atacado. En el verano de 1879 distintos medios impresos tinerfeños, más o menos próximos a los federales, pusieron su atención en las vicisitudes de las elecciones municipales parciales en La Palma; hasta aquí todo normal, lo malo fue que, en opinión de los redactores de La Palma, únicamente publicaron la versión de sus oponentes. Entre esos periódicos estaban La Lealtad Canaria y El Memorándum, verdaderos "altares de los cangrejos" y monumentos a la inexactitud informativa: " ¿Quién lo había de pensar? ¡Se ven hoy tales cosas...!!! Ambos periódicos pre:enden ayudar y defender a los federales de aquí en lo referente a las elecciones municipales últimamente verificadas en esta isla; (...). No hay arte más difícil que el de mentir, y los aludidos colegas se convencerán de que han sido sorprendidos en su buena fe por estos cangrejos (...)"*'. A pesar de todo continuaron este tipo de informaciones, a juzgar por el malestar expresado por el diario palmero. Puntualmente son rebatidas tales noticias, una vez y otra también, repasando el cercano devenir electoral, alternándose en los sueltos reproducciones de los párrafos engañosos, las oportunas aclaraciones y las acusaciones de parcialidad, reñida a todas luces con la verdadera esencia de la labor periodística, todo lo cual dice nc sorprenderle, toda vez que "a El Memorándum le ciega un poco de afecto cíe familia, aunque ésta sea para él ingrata, cuando no ha querido convencerse por completo de la verdad de lo ocurrido en las elecciones"'^. Hay un determinado momento en que la línea política del periódico toma un rumbo d: stin-to o, si se quiere, ideológicamente más militante. La causa detonante de esta situación estuvo en el conocimiento de ciertos rumores referentes a la 95. La Palma, rfi 191, SCP, 28-VI-1879, pág. 2. 96. La Palma, n= 189, SCP, 13-VI-1879, pág. 2. 97. La Palma, n» 194, SCP, 25-VI-1879, pág. 2. 54 creación de una asociación cívica -"pretendidamente libertaria"- patrocinada por algunos elementos federales. Desde mediados de 1879 esta idea pareció articularse a través de algunas asambleas convocadas por toda la isla. Lo primera que hizo el diario fue reivindicar para los "carboneros" la vanguardia en la defensa de las libertades, pues este partido representaba "la libertad hermanada con el orden, la sensatez y la cordura; y obedeciendo a las leyes de la compensación, (...), es el contrapeso necesario y legítimo que se opone a las tendencias de resistencia y desorden que otras agrupaciones adoptan como norma de su conducta (...)"'*. Desde la perspectiva del diario conservador los "cangrejos" con esta maniobra no pretendían sino difundir por La Palma ideas socialistas y anarquistas, inherentes por lo demás al pensamiento e historia política del considerado principal mentor del mismo, Pi y Margall. En todo caso, ésta era una cuestión sumamente grave, una amenaza a los intereses locales, insulares y sociales en general. Las tropelías cometidas en las elecciones municipales eran buena prueba de lo que se podía esperar de semejante "asociación". Las críticas llueven también en relación a postulados concretos, destinados a ser los pilares ideológicos de la misma, como la defensa de las reformas institucionales, la renovación completa del orden social, la abolición del derecho de la propiedad y el recurso a la fuerza siempre de acuerdo con los fines. No hay intento alguno de rebatir tales postulados desde una perspectiva científica; los argumentos utilizados van más en la línea de explicar a los lectores los males que podrían derivarse, caso de ser aplicados a la realidad social esos ideales, siempre advirtiendo sobre las posibles consecuencias de su adopción por los labriegos y clases proletarias en general, los estamentos más sencillos y más desprovistos de instrucción, fácilmente captables, para perjuicio del bienestar y la tranquilidad públicas. Los argumentos históricos sirven a los redactores de La Palma para hacer ver los males inherentes a una doctrina "culpable" de movimientos tales como el cantonista, continuamente recordado'': "Los que presumiendo de liberales, muy liberales, pues se inspiran en las teorías sociales de Pí, ofrecen a éste ir preparando el terreno en esta isla para si llegara el día para ellos deseado de la regeneración social declarar quizá en cantón independiente este puño de tierra (...)". Los males de semejantes pensamientos trascienden los límites reducidos de la insularidad, convirtiéndose incluso en un elemento perturbador exportable a las colonias, especialmente a Cuba, destino de muchos emigrantes canarios: 98. «UNA REUNIÓN IMPORTANTE». La Palma, n= 189, SCP, 13-VI-1879, pág. 1. 99. La Palma, n= 191, SCP, 26-VI-1879, pág. 2. 55 "¿no es de temer que esas mismas personas que emigran, abrigando en su mente ideas subversivas y en su pecho sentimientos de destrucción, se presten con facilidad a promover y tomar parte activa en cualquier levantamiento, (...) que con frecuencia se suscitan en América? ¿No es de temer que nuestra isla de Cuba vuelva a verse sumida en otra nueva insurrección con el influjo de estas ideas (...)"™. Este asunto constituyó un nuevo elemento de divergencia con su cofrade La Asociación, defensor notable, como se verá, del nacimiento de una Asociación Democrática en la isla. En contra de su establecimiento, el órgano "carbonero" esgrime muchos argumentos, aunque el predominante insiste en el peligro para la paz y el orden. Era preciso respetar las instituciones -se dice -porque ellas arquitrababan la sociedad; lo mismo ocurría con el derecho a la propiedad, fundamento de toda prosperidad; enseñar otra cosa lo consideran un sibilino intento de inducir a engaño. Lo que desde la óptica de La Asociación implica un intento de crear costumbres democráticas, acostumbrando a todos a intervenir en los asuntos de todos, es para La Palma un fraude claro: en aquel momento histórico los pueblos precisaban, "más que sermones socialistas, industrias donde emplearse para ganar su sustento; por manera que los que se proponen conquistar voluntades por medio de asociaciones basadas en promesas de mejoras morales y materiales, sin haber cumplido ninguno de estos ofrecimientos, caerán pronto en el más completo ridículo""". Los márgenes de la legislación imperante sobre prensa también se hicieron sentir sobre la publicación que analizamos. Pese a que le tocó vi\ ir unos momentos de predominio de las líneas defendidas desde sus páginas, las propias peculiaridades del periodo hicieron posible la actuación de ciertas autoridades con unas ideas opuestas a las tesis del periódico, lo que llevó consigo cierto grado de persecución, advertido por la redacción, y concretado en un rosario de denuncias interpuestas entre julio y septiembre de 1879. El máximo responsable de esta campaña fue Manuel Pérez Abreu, conocido federal -ex-censor del Comité Republicano Federal palmero, a más señas-y celoso Promotor Fiscal Sustituto de la isla. Las acusaciones siempre tuvieron el mismo fundamento: tratar de temas políticos, y los artículos referidos siempre tuvieron que ver con tal o cual aspecto de la celebración de las pasadas elecciones. Las normas invocadas por el fiscal'"^ merecen y obtie- 100. «Sección editorial. Una cuestión trascendental». La Palma, n-190, SCP, 21-VI-1879, pág. 1. 101. «Sección editorial. POR LA SENDA DEL ORDEN.» La Palma, n= 201, SCP, 21-IX- 1879, pág. 1. 102. En especial el párrafo 3° del artículo 79 de la vigente Ley de prensa, donde quedaba determinado que los tínicos casos en que un periódico no político podía incurrir en la ¡)enalidad establecida en el artículo 80 de la citada ley, a saber: «la insersión de artículos y noticias políticas ». 56 nen una crítica en toda regla, por su inexactitud, lectura amplia y consiguiente inseguridad para la prensa. La redacción considera siempre no haber incurrido en ilegalidad alguna, puesto que polemizar sobre elecciones municipales y publicar sueltos -muchas veces humorísticos, para obviar el espíritu de la ley, como no se nos oculta- no debía en modo alguno tener relación con los casos de penalidad establecidos. Por otro lado, ésta es presentada como una cuestión de crucial interés para todo el mundo de la prensa canaria, por ello se reiteran las llamadas a los demás colegas de la provincia para que emitan su parecer. La primera de estas denuncias lleva la fecha de 29 de junio, el tema ya queda dicho, la posición del diario también. Incluso se considera honrado con el hecho, pues presupone un valor y una impronta de "esta modesta publicación" que jamás hubiera supuesto merecer tanto rigor: "Se nos acusa de tratar de política (...), en los que hablamos de las elecciones municipales de esta isla. Lx)s ayuntamientos son corporaciones administrativas; todos los asuntos que con ellos se relacionan entran de lleno dentro de los intereses generales del país, y por lo tanto, en nada creemos faltar a la ley al ocuparnos de tales cuestiones""". Siguieron luego una sucesión de consideraciones sobre el papel de la prensa y, especialmente, en torno a lo que debía ser considerada información política. La interpretación más adecuada es que los artículos y noticias políticas, cuya inserción en periódicos de intereses generales prohibía la ley, eran los de doctrina y propaganda en cualquier sentido, pero de esta interpretación amplia a la estrecha y mezquina de prohibir la referencia a hechos sobre elecciones municipales, usando las frases más sencillas y en relación con los intereses generales, mediaba un abismo. Si un excesivo rigor podía ser un perjuicio para la prensa, un recto criterio habría de interpretar la ley en el sentido más favorable a la misma. Frente a las amenazas y las denuncias, y basándose en estas y otras consideraciones, el diario mantiene su posición: "Mientras no haya disposición ii orden terminante que fije el sentido de la ley, amparándonos en el derecho que la misma nos concede, usaremos de él en la forma mesurada que tenemos por costumbre, sin arredrarnos la persecución que contra nuestra publicación se emplea"'"''. 103. «Sección editorial. PRIMERA DENUNCIA.» La Palma, n= 192, SCP, 5-VII-1879, pág. 1. 104. «Sección editorial. UNA DENUNCIA FRUSTRADA.» La Palma, n= 196, SCP, 13- VIII-1879, pág. 1. 57 •.•.•(?1 '••'•! ! '. ! \ LA ASOCIACIÓN -> m i , ' * t c • ¡ LA ASOCIACIÓN. T: La Asociación. S: "Periódico político independiente". A partir de septiembre de 1881, "Periódico democrático". Cr: 12-III-1879/9-XII-1884. Dr: Faustino Méndez Cabezola, hasta 9-IX-1881, luego Augusto Cuevas Camacho. Ed: Antonio Díaz Martín. I: "La Asociación", situada en la calle Trasera, 12 de la capital. F: 31X43,5. Pg:4. Cl:4. P: "La Asociación se publicará 6 veces cada mes, a saber; los días 3, 12, 18 y 28 fijos y además los días de la llegada del correo de España". Se: "En esta isla: 4 Rvn. al mes.-en el resto de la provincia y península: 15 Rvn. trimestre; 60 al año.- Cuba y Puerto Rico: semestre, 2 pesos 50 cents. en oro; año 4 pesos fuertes en oro.- Extranjero, semestre 48 Rvn., año 96". Ctr: Se trata de una publicación nacida expresamente para la política, y más concretamente para sostener ante la opinión pública la formación en la isla de una asociación de carácter democrático, impulsada desde las filas republicano- federales. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma. Este periódico nace con el fin primordial de formar, primero, y servir de soporte público, después, a una Asociación Democrática, según proyecto elaborado por ciertos elementos republicano-federales radicados en la isla. Estos dos extremos condicionaron la vida de la publicación, de manera que si por un lado luchó por la plasmación en la praxis de aquel proyecto, por otro sirvió de portavoz de las ideas defendidas por el Partido Republicano- 58 Federal de La Palma. Viene a ser, por tanto, un periódico "cangrejo" -de acuerdo con la terminología de la época- y por ende enemigo declarado de La Palma. Pero vayamos por partes. Desde los primeros números ocuparon lugar destacado los artículos dedicados a fundamentar la creación de una asociación de tal índole, considerada del todo necesaria para el mejor desenvolvimiento y salud de la vida pública. Las características y principios de la misma aparecen sucesiva y periódicamente a lo largo del tiempo, definida, en principio, como una plataforma desde la que procurar el fomento de los intereses morales y materiales de la isla. Para conseguir este fin la asociación debía sustentarse en dos premisas: primero, la defensa y desarrollo de todos los derechos y libertades, con especial referencia a los establecidos por la Constitución entonces vigente, y segundo, postular el mejoramiento de la situación de todas las clases mediante la educación y la instrucción. Se hace hincapié en la alusión a "todos los derechos y libertades" y a "todas las clases", respondiendo con esta reiterada generalización a los ataques procedentes de órgano conservador La Palma, quien en opinión del diario federal realiza una crítica intencionalmente sesgada de su proyecto, algo indicativo de "una absoluta falta de educación del sentido crítico juzgar aisladamente una parte de un todo; un sólo capítulo de una obra; un sólo artículo de una ley (..); uno sólo de los párrafos de las bases que venimos examinando""". No existía la más mínima intención de pervertir un orden que, sin embargo critican y ven mejorable. Es más, la asociación propuesta obraría dentro de la más estricta legalidad. Dejan claro, no obstante, un extremo: el hecho de defender los derechos y libertades que la Constitución consagraba, no podía en modo alguno significar una bendición ni de ese cuerpo legal, ni del sistema por ella amparado. Desde esta perspectiva no había, pues, inconsecuencia alguna en defender los derechos y libertades concedidas y garantizadas por la norma suprema del Estado, sea ésta la que fuera. Varios son los medios sugeridos para el logro de sus fines. El primero de ellos pasaría por "auxiliar (...) toda empresa que legítimamente tienda a aumentar el bien estar físico o moral de los habitantes de la isla"'"*^. Semejante tarea habría de concretarse especialmente en promover toda iniciativa conducente al aumento del bienestar general de los palmeros, sin reparar en los individuos o instituciones promotores. Lo importante era estimular al mayor número posible de personas a tomar parte en los asuntos de interés común, único remedio contra la peor enfermedad padecida entonces por el cuerpo social: el caciquismo. Además, de este modo se lograría al mismo tiempo ir destruyendo la vergonzosa tendencia de muchos, quienes niegan por sistema el 105. «LA ASOCIACIÓN. EXPLICACIONES.» La Asociación, n» 34, SCP, 8-VIII-1879, pág. 1. 106. La Asociación, n= 37, SCP, 23-VI1I-1879, pág. 1. 59 apoyo a todo pensamiento útil y digno, por el sólo hecho de no ser el] os los iniciadores. Otra de las estrategias a emplear pasaría por im
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | Descripción, carácter e interioridades de la prensa palmera decimonónica (I) |
Autor principal | Macías Martín, Francisco J. |
Publicación fuente | Tebeto : anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura (Islas Canarias) |
Numeración | Número 10 |
Sección | Historia |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Fuerteventura |
Editorial | Cabildo Insular de Fuerteventura |
Fecha | 1997 |
Páginas | p. 011-116 |
Materias | Prensa ; Historia ; La Palma ; Canarias ; Siglo 19 |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 9880849 Bytes |
Texto | HISTORIA DESCRIPCIÓN, CARÁCTER E INTERIORIDADES DE LA PRENSA PALMERA DECIMONÓNICA (I). FRANCISCO J. MACÍAS MARTÍN. 1. LA INTRODUCCIÓN DE LA IMPRENTA EN LA PALMA. EXPLICACIONES PRELIMINARES. La imprenta fue introducida en La Palma ya avanzado el siglo XIX, es decir, en unos momentos realmente tardíos, sobre todo teniendo en cuenta la importancia de la isla dentro del Archipiélago y su notable historia cultural. Segiin recoge Vizcaya Cárpenter', citando datos aportados por la propia prensa palmera y revisados por nosotros^, el arte de imprimir dio sus primeros pasos en esta tierra entre 1835 y 1836 de la mano de José García Pérez, quien "trajo una pequeña colección de tipos, con los cuales podía imprimirse un pliego de ocho páginas en 4°", con los que no llegó a realizar grandes cosas, pues al carecer de prensa los utilizó sobre todo para entretenerse. Poco después arribó a la capital palmera Pedro Mariano Ramírez, hombre experimentado en este tipo de trabajos, quien supervisó la construcción de una prensa pequeña que aplicar a los tipos aquellos. Con semejante artilugio editó "una hoja de carácter político", así como algunos impresos oficiales, como papeletas de la contribución, amén de otros trabajos menores. Régulo^ especifica el año de puesta en marcha de esta imprenta de mano, 1841, añadiendo, además, que también salieron de ella cartillas para aprender a leer, extremo que Vizcaya Cárpenter dice no haber podido constatar constándole, en cambio, la tirada de 4 hojas sueltas que cita oportunamente'*. No era éste el instrumental más adecuado para la edición de una pu- 1. VIZCAYA CÁRPENTER, Antonio: Tipografía Canaria. Descripción bibliográfica de las obras editadas en las Islas Canarias desde la introducción de la imprenta hasta 1900. C.S.I.C.-I.E.C, Santa Cruz de Tenerife, 1964, págs. LXXIII y ss. 2. Cfr. Eufemiano CASTRO Y FELIPE en El Pito, n= 4 y 5, correspondientes al 1 y 10 de junio de 1866, artículos reproducidos también en los niimeros 144 y 145 de El Time, págs. 1-2, fechados el 3 y 10 de junio del mismo año. 3. REGULO PÉREZ, Juan: «Los periódicos de la isla de La Palma», en Revista de Historia, XIV (1948), tí" 84, Pág. 340. 4. VIZCAYA CÁRPENTER, op. cit, págs. 625 y ss. 13 blicación periódica, al menos en principio; en la década siguiente la situación cambió. Entre 1855-56 dos palmeros destacados, Faustino Méndez Cabezola y Antonio Rodríguez López, intentaron convencer al entonces propietario de la imprenta pionera, Federico García González, para publicar un periódico. Al no conseguirlo, impulsaron el proyecto de montar una nueva maquinaria capaz de hacer realidad la idea. También fracasaron, pero la inquietud estaba ya sembrada, de manera que al final lograron hacer participar de su entusiasmo a otros personajes, formando incluso una junta encargada de dirigir el proceso, comenzaba ya la década de 1860. No vamos aquí a relatar todos los pasos dados por esta junta y las vicisitudes acontecidas hasta que, en febrero de 1863, llegó a la isla la ansiada imprenta, pues todo ello puede ser seguido a través del relato lineal realizado por el citado Eufemiano Castro y Felipe o, si se prefiere, por el análisis más meditado hecho por el profesor Manuel de Paz Sánchez^, lo importante es constatar como el 12 de julio de ese mismo año vio la luz el primero de los periódicos palmeros, El Time, quien en su primera editorial, entre otros extremos, reflexiona sobre el invento de Guttember, "maravillosa invención" mediante el cual "el jjensa-miento del hombre se transmite de un confín al otro del globo, resu<;na en todas partes a la vez, y como si esto no bastara a su universalidad, habla a nuevas generaciones y atraviesa los siglos'"'. Desde la perspectiva de estos hombres su puesta en marcha en la isla era un signo inequívoco de progreso, entre otras cosas porque significaba también la puesta en marcha de un periódico: "El Periódico, (...), es una necesidad de los pueblos modernos, que sin él son corno desgraciados sordo-mudos que no hablan entre sí, que no se comprenden, y que no pueden expresar su pensamiento sino con un grito vago e inarticulado. Los pueblos necesitan de una voz, y una voz que multiplicándose y encadenando sus sonidos, se haga eteria (...). Esa voz, (...), es el Periódico, y esa es la que comienza a resonar, hoy en La Pal Tía, haciendo lucir para ella la aurora del porvenir'". A partir de estos momentos comienza la andadura del periodismo p alme-ro, el cual tuvo un desarrollo notable a lo largo del siglo XIX y primsr tercio del XX, como recalca el citado Juan Régulo^, aunque no todas estas publicaciones fueron de la misma entidad o importancia, teniendo muclias de ellas una vida corta y precaria. En la mayoría de los casos, como señala este mismo estudioso, fueron la expresión pública de las variadas formaciones 5. Cfr. Manuel DE PAZ SÁNCHEZ: Los Amigos del País de La Palma. Siglos ?CViny XIX, Santa Cruz de La Palma-Santa Cruz de Tenerife, 1981, págs. 48-51. 6. El Time, n= 1, Santa Cruz de La Palma, 12-VII-1863, pág. 1. 7. Ibídem. 8. RÉGULO, Juan: op. cit., pág. 338. 14 políticas existentes en la isla, lo cual explica en parte la profusión de títulos, la reducida tirada y su duración, aunque también salieron a la calle otros de notable solera, expresión de movimientos sociales o políticos de mayor importancia e implantación. Como "culpables" materiales de tal florecimiento tenemos un importante elenco de periodistas, alguno de ellos de gran talla como Faustino Méndez Cabezola, Antonio Rodríguez López, Hermenegildo Rodríguez Méndez, Luis Felipe Gómez Wangüert', Francisco Lozano Cuti- Uas, Alonso Pérez Díaz, Antonio Acosta Guión, José Benítez Rodríguez, Domingo Pestaña Lorenzo, Manuel Fernández Cabrera'", Antonio Lugo y Massieu, etc., todos de variado pensamiento y posicionamiento político, pero caracterizando, la mayoría de las veces, una visión de su tiempo casi siempre marcada por el liberalismo y la amplitud de miras". Las páginas que siguen forman la primera entrega de un estudio que estamos finalizando sobre la prensa palmera en el periodo comprendido entre 1863 y 1936, cuyo primer gran apartado tiene como marco cronológico el siglo XIX. En las mismas describimos primeramente las características formales de cada título, para luego introducirnos en su contenido, preocupaciones, temas de interés, etc., prestando especial atención a la vertiente político-ideológica que podamos descubrir en los artículos, siempre tratando de plasmar las características generales del acontecer palmero en relación a cada momento histórico. En lo referente a la parte puramente formal del estudio -substanciado en una sencilla ficha descriptiva'^- hemos de reconocer la ayuda que ha significado lo escrito por Régulo al respecto'^, que seguimos e intentamos, humildemente, complementar cuando así lo consideramos oportuno, amparados en las líneas seguidas por otros trabajos más recientes"'. 9. PAZ SÁNCHEZ, Manuel de: Wangüemerty Cuba, 2 T., «Taller de Historia», Santa Cruz de Tenerife, 1992. 10. Ver la introducción y antología escrita por Manuel DE PAZ SÁNCHEZ a la obra Mis Patrias y otros escritos, de Manuel FERNÁNDEZ CABRERA, en «Taller de Historia», Santa Cruz de Tenerife, 1991. 11. Cfr. PAZ SÁNCHEZ, Manuel de: La masonería en La Palma (1875-1936). Contribución a su estudio en el Archipiélago Canario. La Laguna-Santa Cruz de La Palma, 1990, págs. 125-126. 12. El contenido de esta ficha queda explicitado según las siguientes abreviaturas: T:=Tí-tulo; S:=Subtítulo; Cr:=Cronología; Dr:=Director; Ed:=Editor; I:=Imprenta; F:=Formato; Pg: n" páginas; Cl:= n° columnas; P:=Perioricidad; Sc:=Subscripción; Ctr:=Carácter; L:=Hemeroteca de consulta. Todos estos apartados son completados según la información obtenida, quedando en blanco cuando no ha sido posible encontrarla. 13. RÉGULO PÉREZ, Juan: Op. cit. 14. En este sentido mencionar los trabajos de Celso ALMUIÑA HERNÁNDEZ, especialmente La prensa vallisoletana durante el siglo XIX (1808-1894), 2 T., Instituto Cultural Simancas, Valladolid, 1977. También citar de Germán SELLERS DE PAZ, La prensa cacereña y su época (1810-1990), Instituto de Cultura «El Brócense, Salamanca, 1991. De Miguel ORS MONTENEGRO, Lo prensa ilicitana (1836-1980), Ed. Caja de Ahorros de Alicante, Alicante, 1984. 15 Ij 1^ l>f»!••!£< lITIIAIIt, MtJlitttMWM t i«rfg|tll «ITItltllt. »'*•'• MltT*Mnm«l«*t«UU.«MI««rtMISMMM j W». B. • •• -—^^-t»"" '' - '•• „ , ,, El TIME. T: El Time. S: "Periódico literario, de instrucción e intereses materiales"; desde 1866 "Periódico de intereses generales". Cr: 12-VII-1863/3-VI-1870. Dr: Antonio Rodríguez López (hasta enero de 1867), Faustino Méndez Cabezola y Cristóbal García Carrillo. Ed: Manuel Cabezola Carmena (hasta diciembre de 1867), desde ese momento, Manuel Cáceres Sánchez. I: "El Time", dirigida por Pedro Guerra Vallejo, sita en Santiago, 76. El 7-VII-1868 fue trasladada a la calle San Sebastián, 4-A. F: 30X40. Pg:4. Cl:3. P: Primeramente especifica "se publica todos los domingos", a partir de 1867 "se publica los días 7,15,22 y 30 de cada mes". SC: "En toda la Provincia, un mes, 4 rvm. En el Extranjero ídem". Ctr: En sus inicios hace honor al subtítulo; durante el Sexenio la po ítica llega a sus páginas, no ocultando su progresismo, manifestando un i:laro apoyo a los principios de la Revolución primero, a la instauración de la monarquía democrática más tarde, e incluso a la proclamación de la República. Con todo, no abandonó nunca la preocupación por la cultura, la instrucción y los intereses generales. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", de Santa Cruz de La Palma; Hemeroteca del Museo Canario, en Las Palmas de Gran Canaria; Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife. El periódico se presenta desde sus primeros números como sinónimo de progreso, con variados artículos en los que predomina el aire poético tan propio de estos momentos. Además, hay que hacer constar el carácter cultu- 16 ral que domina los primeros números de El Time, corroborado por la sucesión de pequeños relatos, de composiciones poéticas o de ensayos de variada naturaleza, en ocasiones un tanto pretensiosos, sobre todo cuando intentan tocar temas de trascendencia filosófica. Conforme el periódico se va asentando como publicación podemos distinguir una variada gama de temas, presentes todos en unas secciones definidas con el paso del tiempo, capaces en conjunto de trasladarnos distintos aspectos de la vida en la isla. Con todo, en contra de lo que pudiera parecer, éste es un diario en el cual la discusión política no se afianza hasta los inicios del Sexenio Revolucionario, quedando hasta entonces esta parcela de la vida pública palmera un tanto al margen del periodismo del momento. Una revisión de los artículos aparecidos en el centenar de números primeros, permite contemplar a una publicación preocupada por mantener a un lado cualquier matiz político, lo contrario es considerado pernicioso para el asentamiento del recién nacido periodismo palmense. Es más, parece asentarse la idea de que lo único que podía y debía guiar los pasos del periodismo era el más puro patriotismo, sobre todo en una sociedad caracterizada por un caos confuso y turbulento que amenazaba con adueñarse de todos los rincones de la misma. La preocupación fundamental de estos primeros años de vida de El Time radica en realizar crítica razonada de la sociedad, ciertamente no la más a propósito para una actividad como la periodística, entonces marcada por lo que sus redactores llaman reiteradamente "una tranquilidad indecisa", en la cual las agrupaciones políticas son representadas como fuerzas agazapadas prontas a estallar en una violenta tempestad. Las referencias a la política son, obviamente, mediatizadas por el clima tan particular vivido en el país en los años previos al estallido de La Gloriosa; aquí debemos situarnos y desde aquí hay que valorar las referencias ofrecidas en el primer periódico palmero. "Esta circunstancia, sin embargo, era desfavorable a la vitalidad de la prensa; colocada entre contrarios vientos, la más ligera inclinación del fiel de su imparcialidad la hubiera acercado a un fin prematuro; más El Time, firme e inmóvil como la majestuosa roca que le ha dado su nombre, ha sido (...) un ejemplo sublime para el país, el cual debe haber ya aprendido que es posible la imparcialidad, que es posible el patriotismo, que es posible la unión; y no solamente que es posible, sino también que es necesaria"''. Sus dos primeros directores, Antonio Rodríguez López y luego Faustino Méndez Cabezola, con toda seguridad estuvieron detrás de estos posiciona-mientos del diario. Para ellos, para su medio, el establecimiento del periodismo en La Palma había hecho posible lo que algunas veces llaman el inicio de una "revolución saludable", la cual había que preservar frente a los 15. «EL TIME: 12 de Julio de 1864» . El Time, n° 52, Santa Cruz de La Palma, 17 -VII- 1864, págs. 1-2. 17 vaivenes políticos, capaces de deshojarla. La política aparece, pues, como un mal que absorbe la actividad moral de los pueblos, convirtiéndose en más negativa aún al transformarse de doctrina en acción, perdiendo de este modo la tendencia a la generalidad y siendo entonces pasto de ambiciones individuales, capaces de hacer olvidar su verdadera motivación: la defensa del interés común. Este estado de cosas es continuamente denunciada por e I diario, y con la denuncia llega el clamor diario por las mejoras positivas y necesarias para todos los ámbitos de la vida del país, aún sabiendo que muchas veces tal llamamiento no es más que una voz en el desierto, aunque se prefiere pensar en otra metáfora más romántica: "(—): durante el día no es tan necesaria la luz, porque el día tiene claridad en sí mismo; mas cuando las tinieblas oscurecen la tierra, preciso es que el resplandor de la an :orcha luzca para disiparlas. El Time , pues, ha venido a cumplir una gran misión, siendo el espíritu conciliador en medio de las encontradas aspiraciones que turban el equilibrio de nuestra sociedad (...)"'*. Fiel a estos ideales, el diario propone constantemente reformas en todos los sentidos, reiterando los significados de la civilización, sus fines y los medios válidos para conseguirlos. Así pulsa en sus páginas los temas más variados: la necesidad de mejorar las obras públicas, especialmente las C(3mu-nicaciones interiores y exteriores, haciendo incapié en este sentido en la ineludible premura en conseguir la construcción de un muelle en la capital. Lo mismo hace al pedir un nuevo cementerio, el engrandecimiento territorial, la construcción de escuelas y bibliotecas, es decir, lo que entonces era sinónimo de progreso, en su doble manifestación material y moral. Así pues, en los primeros años de su andadura El Time apunta como objetivo prioritario la exaltación del espíritu social y del pensamiento, y todo ello dentro de la necesidad evidente de lograr la instrucción de los pueblos en todas y cada una de las materias que les atañen, y muy especialmente en lo referente a las cuestiones políticas, ante las cuales, tal y como se presentan en esos momentos, invita a los lectores a pensar críticamente. Dos son los géneros de política que el diario distingue; de un lado la denominada "política d; acción", considerada tiránica, humillante y turbulenta, y la "política de pensamiento", más libre, liberalizadora, regeneradora y tranquila. La primera es abiertamente rechazada, mientras que la segunda, si bien no encierra toda la verdad, por lo menos la busca, siendo, por lo tanto, la más loable y descable para el bien común. De ahí que sea éste el tipo inicialmente buscado y digno de divulgación desde las páginas de todo diario responsable y consciente de su destino. Estos razonamientos no fueron bien comprendidos por mu- 16. El Time. Santa Cruz de La Palma (en adelante SCP), 29-IX-1864, pág. 1. 18 chos contemporáneos, como lo testifican las continuas quejas aparecidas en sus páginas por esta incomprensión: "Esto no se comprende ó afecta no comprenderse bien, como hemos tenido ocasión de observar cuando iguales ideas hemos vertido en el curso de nuestras tareas periodísticas; pero quiérase o no comprender, preciso es que se confiese que ninguna doctrina verdadera necesita ni puede necesitar paladines, le bastan los apóstoles; y que cuando la semilla ha sido arrojada con todas las condiciones de fecundidad, brotará en el buen tiempo sin necesidad de empujar el embrión"". Una vez tras otra salta la alusión a la reflexión, entendida como el único ejercicio capaz de concienciar al ciudadano sobre los aspectos nefastos de cualquier credo político que pretendiera ser aceptado sin más. Por el contrario, se insiste una y otra vez en demostrar la necesidad de que el país se instruya en estas cuestiones, tanto más cuanto las mismas determinaban el porvenir de los pueblos. Sólo de esta manera era posible obtener provecho de las ventajas que el juego de ideas aportaba, y en este sentido el periodismo podía configurar un camino para descubrirlas. Pocos medios son considerados tan apropiados para hacer penetrar las doctrinas en el corazón de los pueblos como la prensa. El Time no pretende ser, al menos al principio, un periódico político, pero no descarta la conveniencia de que exista un periodismo de esta índole. Es más, a partir de un determinado momento aboga por el establecimiento en la provincia de un diario de estas características. Era evidente que por las circunstancias de la legislación vigente sobre prensa e imprenta -estamos hablando de los años anteriores a la caída de Isabel l i no todos los pueblos tenían tal posibilidad'*, y consciente de esta realidad la redacción pone de manifiesto que sólo las dos islas principales, Tenerife y Gran Canaria, estaban en situación de poner en marcha la idea. Como es lógico, entraba dentro de lo posible que el medio así establecido pudiera servir a tal o cual credo, a tales o cuales intereses. Sin embargo, a lo largo de sucesivos artículos al respecto la idea va perfilándose en un intento de evitar semejantes críticas, proponiendo la articulación de medidas capaces de impedir cualquier apropiación doctrinaria y favorecer todas las ideas, aún corriendo el riesgo de confundir o caer en el caos: "désenos el caos, que la conciencia pública separará la luz de las tinieblas"". Ante cualquier riesgo anteponen la necesidad de procurar la ilustración del pueblo, único medio 17. «Política». El Time, n= 64, SCP, 9-X-1864, pág. 1. 18. Entonces estaba vigente la llamada «Ley Cánovas» en materia de imprenta, la cual establecía, entre otros extremos, la necesidad de un fuerte depósito previo para poder publicar un diario. En concreto 25.000 reales para Madrid y 15.000 para el resto de provincias. Cfr. al respecto el estudio hecho por Celso ALMUIÑA FERNANDEZ &n La prensa vallisoletana durante el siglo XIX (1808-1894). Tomo I. Valladolid, 1977, págs. 165 y ss. 19. El Time, rf 65, SCP, 16-X-1864, pág. 1. 19 capaz truncar absolutismos y también de derribar a los ídolos de partidos existentes, algo a todas luces necesario vista la evolución de los acontecimientos, tanto a nivel nacional como regional o, simplemente, Ínsula:-. "Y caerán; porque una vez ilustrada la conciencia pública (...), una vez que el espíritu de la sociedad no tenga la desgracia de humillarse ante ningún interés, (...), los partidos tendrán que sucumbir, (...). Por lo mismo que los partidos han existido; por lo mismo que tienen sus raíces ntrodu-cidas en las grietas de los siglos; por lo mismo que su vida está robustecida por la historia, (...), y descansando sobre e! egoísmo (...); por eso mismo es que debemos ccmbatir-les con más vigor y buscar los medios para hacer desaparecer esa funesta división que es una calamidad para el país"^". Abundando en esta perspectiva se llega a la convicción de que los partidos no sólo son nefastos para los pueblos, lo son también para la propia doctrina política puesto que los mismos la desnaturalizan, haciendo de ella un sistema inmoral. La moral debe siempre ser aplicada al estado social de un país y a su sistema político, y la política practicada por los partidos no tiene nada de moral. Esta línea de pensamiento mantenida desde las columnas de El Time no fue, desde luego, bien vista por las autoridades del momento, especialmente las provinciales, para quienes el mismo hecho de reflexionar sobre la cuestión política era hacer política también. Las consecuencias en este sentido las vemos reflejadas en la vida de la publicación, sobre todo en las semanas finales de 1864 y primeros meses de 1865. A partir de estes momentos, observamos como las opiniones sobre la vida política abandonan las planas del diario. Hay una clara autocensura, reconocida implícitamente por los redactores, quienes, sin embargo, no dejan de manifestar su desee acierto por tal advertencia, considerando infundada cualquier afirmación que viera en su tesis un trasfondo político partidista. No comparten la calificación dada por las autoridades a sus artículos, pese a lo cual no tienen otro remedio que evitar la inserción de escritos semejantes para no ser objetos de nuevas intimidaciones. El encontronazo con el poder hace variar la línea editorial, centrada a partir de entonces en comentar las limitaciones -"martirios"- sufridas por la prensa y las dificultades existentes para poder jugar el papel a ella encomendado por sus contemporáneos: "Triste es por cierto la suerte del periodismo entre nosotros: ardua y sobrado espinosa es la misión de la prensa..."^'. La exaltación de la "misión de la prensa", por tanto, pasa a ser el argumento preferido durante el año de 1865. Unos meses poblados de incomprensión 20. Ibídem. 21. «ESPINAS». El Time. N= 79, SCP, 22-1-1865, pág. 1. 20 y sufrimientos -como continuamente se repite-, que marcan la trayectoria de la publicación, empeñada en combatir una hostilidad proveniente de aquellos sectores en desacuerdo con su combate sin cuartel en contra de los que buscaban implantar la confusión sectaria. He aquí la causa de los ataques: "(•••); El Time, decimos, con semejantes tendencias de ilustración y de progreso, ha cometido el enorme delito de levantar contra la división su voz independiente, esa voz que los partidos parecen haber escuchado con el pavor que se oye la voz del huracán (...)""• La ecuación política = división es llevada ahora a su máxima potencia, poniendo de manifiesto la realidad del juego político nacional, en el cual la idea se había convertido en palabra vana ante el predominio del personalismo. El choque de ideas no existía, sólo el enfrentamiento entre personas. Desde este estado de cosas el periódico intenta mantener la crítica desde una perspectiva imparcial, aún sabiendo que la imparcialidad total y absoluta no existe. Como escribe al respecto el que sería su segundo director, Faustino Méndez Cabe-zola^^, "la simpatía es instintiva; como a todo instinto la razón puede modificarla; por eso el que no piensa sólo ve perfecciones en el objeto de su predilección y en el otro defectos; pero el hombre pensador se sobrepone a los impulsos de la simpatía y ve las perfecciones y defectos del uno y (...) del otro. En esa modificación de la simpatía por la inteligencia consiste para nosotros la imparcialidad", y concluye, "para nosotros, desde el momento en que el periodista reconozca defectos y encomie perfecciones en las cosas que juzga, (...) es imparcial". Esta línea de pensamiento se mantiene hasta principios de 1867, momento en el que el diario pasó a publicarse bajo los auspicios de la Sociedad Económica de Santa Cruz de La Palma. A partir de entonces, descubrimos una mayor preocupación por potenciar la utilidad de la prensa en bien del interés público, como instrumento de trascendental importancia para la ilustración y defensa del país, a quien no sólo aporta ventajas y utilidades materiales -las que se revelan en realidades inmediatas-, sino que proporciona otras de trascendencia moral, palpables sólo a largo plazo. Esta última acepción es conceptuada como de singular importancia, especialmente en los pueblos aislados, como el palmero, alejados de los focos centrales de ilustración. La prensa periódica pasa a convertirse entonces en una necesidad: "En todas partes es reconocida esa importancia; todos los pueblos, cuando llegan a cierto grado de cultura, procuran establecer el periodismo como el medio más eficaz de efectuar el constante desenvolvimiento de su progreso (...)"^''. 22. «EL TIME, 12 de julio de 1865». El Time. N" 102, SCP, 16-V1-1865, pág. 1. 23. MÉNDEZ CABEZOLA, K: «IMPARCIALIDAD, INDIFERECIA». El Time. N" 121, SCP, 3-XII-1865, pág. 1. 24. «SECCIÓN EDITORIAL. EL TIME». El Time. N= 170, SCP, 7-1-1867, pág. 1. 21 La protección de una corporación como la Sociedad Económica, una institución respetable y patriótica, posibilitaba la realización de tal fin. Desde esta perspectiva hay que valorar el devenir de El Time en sus tres últimos años de vida. Ahora bien, seamos un poco más sibilinos e intentemos buscar las causas últimas de este paso dado por el diario. Leyendo entre líneas podemos afirmar que fueron motivos económicos los que hicieron posible -valga la expresión- que buscara y obtuviera la protección de la Económica palmera. En efecto, en los meses inmediatamente anteriores al inicio de esta nueva época aparecen artículos cuyo argumento principal gira en torno a las necesidades económicas implícitas a la labor periodística. La vida de todo diario está ligada -afirman- a las suscripciones, único medio competente para hacer frente a los ineludibles gastos que conlleva la actividad. La existencia del suscriptor resulta imprescindible, sobre todo cuando es ;á claro que, como ocurre con El Time, no hay intención alguna de buscar el lucro material inmediato y si la promoción de los intereses generales de la is] a. Sin embargo, tras varios años de circulación la publicación acusa la indiferencia del suscriptor, ante lo cual la Sociedad de Amigos del País, una vez estudiada la marcha de la misma, sus medios y el estado en que se encontraba a fines de 1866, "no ha podido por menos de acoger bajo su protección nuestra prensa y sus publicaciones, llenando uno de los deberes que su creación le impone. Indiferente no ha podido mirar el término de uno de los medios de promover los adelantos de los pueblos (...)"^'. Desde entonces los asunlos referentes a la agricultura, la industria, el comercio, la educación y las obras públicas toman un mayor protagonismo en las páginas del diario. Era lógico, con ello no se hace más que abundar en la filosofía inherente a las Sociedades de Amigos del País. A pesar de todo, la mayor presencia de estos temas no implica la ausencia total de otros tradicionales, quizás la cuijstión política sí que se vio más reducida, no ocurrió lo mismo con las refle>:iones en torno al papel de la prensa y el periodista en la sociedad. En su mayoría se trata de escritos donde predomina un pesimismo mal disimulado: "Triste es a la verdad la situación del periodista en ciertos pueblos: por lo regulcj atrae sobre sí el descontento de todos aquellos que directa o indirectamente se juzguen afectados por las censuras de la prensa, sin que se tomen el trabajo de examinar si esas censuras son justas, y convenientes a los intereses generales las reformas que se aconsejan y la desaparición de los abusos cuya extirpación se reclama"^''. A lo largo de ésta y otras editoriales, así como de artículos variados El Time elabora ante nosotros lo que, en su opinión, constituye la realidad áú periodismo canario en las vísperas del Sexenio. Hay una serie de ideas que pa- 25. «SECCIÓN EDITORIAL. EL TIME». El Time. W 172, SCP, 22-1-1867, pág. 1 26. «EL PERIODISTA EN CANARIAS». El Time. N= 176, SCP, 22-11-1867, pág. I 22 recen predominar: principalmente, la buena fe y la imparcialidad como guías del quehacer diario del periodista y la poca valoración de sus contemporáneos por el desinterés y abnegación con que emprende tan difícil misión en bien de la comunidad. Es cierto que el "escritor público" no tiene asegurada la infalibilidad para sus ideas, puede errar muchas veces, pero lo que en verdad parece causar mayor pesar al periódico es la facilidad con que sus escritos se criticaban sin el discernimiento inherente a toda crítica constructiva. Los que habían arrastrado estos inconvenientes, presentándose día a día en la arena periodística a luchar contra las preocupaciones generales, son gentes preocupadas por poner de manifiesto ideas convenientes para el país y la sociedad; pueden haber caído en el error, "pero tienen el derecho de que su buena fe sea respetada y de que los dardos de la censura no penetren hasta la inviolabilidad de la conciencia"^^. Esa hostilidad hacia el periodista era capaz de desvirtuar su misión, siendo fuente de desaliento para la propia prensa. Pese a todo ¿Cuál debía ser la actitud de este profesional? La idea parece estar clara: el periodista debía "prescindir de estos inconvenientes y caminar constante por el rumbo que se ha trazado, aunque las remoras hagan trabajoso y prolongado su viaje. Cuántos más inconvenientes, cuántos más escollos tengan que atravesar, más patente aparece la importancia de su misión i-..)"^. En los años sucesivos, y hasta su desaparición en junio de 1870, el primer periódico palmero mantuvo una constante lucha en favor de la labor periodística. Aunque las circunstancias históricas variaron a partir de 1868, las líneas generales de su pensamiento se mantuvieron. En su último número lanzaba una despedida esperanzada: "Por causas ajenas a nuestra voluntad terminanos con el presente número la publicación de este periódico. Damos las gracias a todas aquellas personas que han contribuido a sostenerlo hasta el día con sus suscripciones, y a los señores que han tenido la amabilidad de favorecerle con su colaboración en los siete años que El Time cuenta de existencia: y nos congratulamos de que al dejar éste de publicarse podamos tener la satisfactoria esperanza de que muy pronto, según nuestras noticias, verá la luz en esta ciudad un nuevo periódico consagrado también a la defensa de los intereses del país"^'. 27. 28. 29. Ibídem. Ibídem. «ADVERTENCIA». El Time. N'^ 320, SCP, 3-VI-1870, pág. 1. 23 EIi f ITO, y , . ^ . 5, , ^ * . ^ Tr\T ü •r ""*á» lASTi C'.5I "SS !. 4 H ;.* ». EL PITO. T: £/ F/ío. S: "Periódico de noticias e intereses generales". Cr: l-V-1866/3-2-1867. Dr: Francisco Morales Duque. Ed: Manuel Cáceres Sánchez. I: "El Time", dirigida por Pedro Guerra Vallejo. F: 22X32. Pg:4. Cl: 2. P: "Se publica los días 1, 10 y 20 de cada mes". Se: "En esta isla, dos rs. vn. al mes. En las demás de la Provincia y en la Península, dos y medio id., franco de porte. En Ultramar y Extranjero, cuatro id. id.". Ctr: Hace honor al subtítulo, mostrándose interesado por informar y por las cuestiones de interés general aunque, como novedad, lo hace desde una perspectiva crítica no exenta de grandes dosis de sarcasmo. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma. En su despedida El Time hacía referencia a otra publicación. El Clarín, que vio la luz el primero de agosto de 1870. Se subtituló "Periódico de noticias, literatura e intereses generales", tratándose de una publicación que, sin embargo, no mantuvo esa pretendida independencia por la que tanto abogara el primer diario palmero, desde la condición no disimulada de portavoz en la isla de los seguidores del Partido Progresista Democrático de Zorrilla. En cuanto al origen, decir que El Clarín se nos presenta -ya lo veremos- como la continuación de otro título aparecido a mediados de 1866: nos referimos a El Pito, "Periódico de noticias e intereses generales", también salido 24 de los talleres de la imprenta "El Time", el cual dejó de publicarse en febrero de 1867. El Pito, segundo de los periódicos publicados en Santa Cruz de La Palma, tuvo una vida corta. Guiado por la mano de su director, Francisco Morales Duque, en el diario aparecen pronto muestras de un gran interés por el devenir político y una vena satírica que lo diferencian notablemente de la línea mantenida por su antecesor. El Time. Estas características ya son claras desde su primer número: "He aquí, queridas lectoras y muy respetables lectores, un nombre aislado, mondo y lirondo que tiene este periodiquillo, y que a vista de pájaro, parece decir nada; porque, ya se ve, ¿qué es un pito? Un juguete que los chicos hacen hasta de las hojas de calabacera, de caña-heja, de palo, y también las monjas los hacían de alfeñique, y aún creemos que los hacen en esta ciudad"^". Con estas reflexiones, al parecer un tanto fuera de lugar, se presentó al público. No debemos engañamos por las maneras, la nueva publicación pronto dio muestras de ser un proyecto incisivo, con una marcada preocupación por las cuestiones de interés público. En este sentido sigue la estela de El Time, aunque a decir verdad no alcanza su altura en sus reflexiones sobre temas como la política o la misión del periodismo; tampoco parece proponérselo. Con una prosa incisiva y un tinte polemista mal disimulado. El Pito prefiere abordar los temas de cada día, eso sí, sin concesiones de ningún tipo, pues "este es un pito de materia animal o metálica, conforme al gusto y costumbre del pitante; y aunque pequeño y débil instrumento, (...), será semejante a la pólvora, de cuya materia un sólo grano inflamado no puede hacer ruido perceptible, empero, reunidos muchos, causará una detonación muy capaz de ser oída hasta por los sordos. Ni más ni menos será El Pito. Se hará oír de todos, para que cada cual esté alerta en su puesto y no se ande por matorrales espinosos, desatendiendo las cosas útiles y necesarias a toda sociedad"^'. Desde este punto de vista cambia el enfoque de los temas, tratándolos de una manera más comprometida que El Time. Así, por ejemplo, si el Ayuntamiento capitalino fue poco "agredido" -nominalmente- por aquel diario. El Pito lanza sus ataques directamente contra el Consistorio, criticando su labor con nombres y apellidos. Con igual filosofía lanza sus puyas contra las autoridades provinciales y nacionales, sobre todo en cuestiones tan sangrantes para los palmeros como la ampliación del muelle capitalino, o la necesidad de mejorar las comunicaciones interiores. La dialéctica sobre los temas políticos es superficial, tanto en su vertiente filosófico- 30. «EL PITIDO». El Pito. N° 1, SCP, l-V-1866, pág. 1. 31. «EL PITO». El Pito. N= 1, SCP, l-V-1866, pág. 1. 25 doctrinal, como en la de a pie. Sí que existe, por primera vez en el periodismo palmero, alguna crítica hacia las estructuras sociales imperantes, aunque se trate de un interés muy difuso e intermitente: "Es preciso al desarrollo y progreso de la sociedad ir aboliendo y detestando ciertos ridículos privilegios que nos legaran nuestros abuelos. Entre nosotros, (...), ya no exi ¡ten más que míseros vestigios de aquellos que en su tiempo florecieron con general acatamiento; mas, aunque hoy algunos les den valimiento porque crean que pasan desapercibí Jos e invisibles, por su estado de germinación o por conveniencia propia, nosotros, cumpliendo nuestra misión, no podemos menos de denunciarlos todos ante el criterio público, a ver si por este medio se consigue su desarraigo y completa destrucción"^-'. Por lo demás, en sus páginas han quedado reflejadas las distintas cuestiones que por entonces alcanzaron la categoría de preocupación general. Del tratamiento que recibían puede ser un buen ejemplo el diálogo que £. continuación extractamos^^: - Señor. - Pon la mesa. - Está ya puesta. - ¿Qué hay de bueno? - Principio y nada más. - Me conformo. Tus principios abren el apetito maravillosamente. - Gracias, mi amo. - Vamos, sírveme cualquier cosa. Tengo hambre. (...) - Muy bien. Ahí va un principio muy sabroso, principio de colegio. - Anda, perillán, ya te veo venir; pero ese principio no cuela; la cuestión de co egio pasa ya de ser principio, es como si dijéramos un biftek a la inglesa medio frito. (...). (...) - Principio de muelle. - ¡Hum!....este principio está quemado, y muy quemado. Dónde diablos tuviste las narices. (...). - Señor, soy pobre y estoy en el caso de hacer economías. - Muy justo. Pero no me abandones otra vez la cocina por tus economías, ni me dejes quemar un principio tan indispensable en toda mesa bien servida. (...). (...) - Principio de dibujo. - Ahí tienes un buen principio que me agrada en extremo, es mi plato favorito. ¡Que delicioso!... Y que color! En este país son poco aficionados a este principio. (...). (...) - Principio de teatro. - ¡Que olorcillo tan agradable exhala ese principio! 32. «PITAZOS». El Pito. N° 6, SCP, 20-VI-1866, pág. 1. 33. «PITAZOS». El Pito. N= 10, SCP, l-VIII-1866, pág. 1. 26 (...) - Presento a V. un principio de Pito. - ¡Oyes! ¿No te parece prudente dejar ese principio para otro día? Siento un dolorcillo en el estómago. ¡Principio más infernal! - ¡Oh! Pues yo me chupo los dedos por ese principio. El otro día me di un atracón. - ¡Gaznápiro! ¿Sabes tú la artillería que contiene ese principio? (...) - ¡Tragón!...pero basta de principios, vengan los postres. - No hay postres por ahora, señor amo. Más adelante... - Verdaderamente es una desgracia; porque estoy harto, repleto, empalagado de tanto principio. - Pues amo, no ha probado V. la mitad. - ¡Es posible! - Si señor, oiga V.: principio de recova, principio de circo-gallístico, principio de caminos, principio de policía, principio... - Basta, basta, estás hoy insufrible. - Principio de biblioteca pública, principio... - Calla! calla!... miserable. - Principio de alumbrado... principio... - Huf! Me va a dar un principio de ataque fulgurante. - Principio de aguas estancadas y arrojadas y otros excesos ( • • • ) " • En esta línea mantuvo sus críticas a lo largo de su vida, y hasta el último número, en el cual publicó una especie de testamento periodístico, único en la historia del periodismo palmero, del cual nos atrevemos a presentar ahora algunos de sus párrafos más interesantes^": "Notorio sea a los que el presente vieren como yo El Pito, natural y vecino de esta muy Noble y Leal ciudad de Santa Cruz, isla de San Miguel de la Palma en la Provincia de Canarias, de estado célibe, hallándome gravemente enfermo, aunque con mi entero y cabal conocimiento, creyendo y esperando volver a la vida en tiempos más propios para la PITIL faena, otorgo y ordeno mi testamento, última y postrimera voluntad en los términos siguientes: Declaro: primeramente no haberme casado, por más que lo pretendí, a causa de la indiferencia con que me miraron en un tiempo las bellas de mi patria, por poner de manifiesto las puerilidades de la ridicula moda, con toda la franqueza y libertad que mi carácter permitía. (...) Octava. Declaro: que si en el transcurso de mi vida he cometido algunos errores también he sembrado una multitud de verdades de grueso calibre. (...) 12. Declaro: por bienes míos los siguientes: Primeramente: el proyecto de construir un muelle en la rada de esta población; el de una carretera; el de un teatro; el de una plaza del mercado; el de un circo y otros mil que no menciono por ser bien conocidos por mis herederos. 34. «PITAZOS. TESTAMENTO». El Pito. W 22, SCP, 3-II-1867, págs. 1-3. 27 Son también de mi pertenencia cuarenta cañones de agua potable, que salen entre 9 y 10 de la noche por debajo de la puerta de una casa antigua, con grandes naranjos en el patio, situada en la calle de San Sebastián. ítem: diez cabezas entre mulos y asnos, que en ciertos días suelen aparecer atadas a algunas puertas, y otras veces, marchando por las aceras con grave peligro de los transeúntes y notable detrimento del embaldosado, ítem: el conocido foso que está al sur de la prisión, ítem: los cimientos de un muro al fin de la calle de la luz. ítem: los preliminares de un camino desde el Degrado a la playa de Bajamar, ítem: unos 80 prismas que se disecan por los alrededores del castillo de San Miguel de esta ciudad, que tenía dedicados para construir el muelle. (...) Lego el proyecto de construcción del muelle al rematador que es o en lo sucesivo fuere, de dicha obra. Lego el ídem de una carretera al resultado del estudio mandado practicar por el Irgenie-ro Jefe de esta Provincia. Lego el ídem de un teatro a la Junta Directiva del mismo. Lego el ídem de una plaza del mercado y el de un circo al patriotismo de mis corciuda-danos. (•••)". Sirva este ejemplo para poner de manifiesto un modo peculiar de ver el periodismo, con una vena satírica y punzante que no volveremos a e ncon-trarnos en el escenario palmero hasta finales de siglo XIX y principios del XX, de la mano de títulos como El Pancista, El Zurriago, El Leñazo o La Linterna. En junio de 1870 sale a la calle El Ariete, periódico de "Intereses materiales, literatura, ciencias y artes", siendo su primer director Domingo Martínez Navarro (más tarde sustituido por Servando Pereyra García). Dejó de publicarse en junio de 1871. Poco más sabemos de esta publicación, de la que no hemos podido encontrar y estudiar ninguno de sus niímeros. Lo mismo nos ha pasado con el Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del País de Santa Cruz de la Palma, el cual, al parecer, comenzó a publica:rse en febrero de 1868, aunque Maffiotte afirma que ya un año antes era publica-do'^, dejando de salir al público en 1870; Juan Régulo^*, por su parte, dice no haber visto ningún número posterior a 1868 y en ello coincidimos. 35. MAFFIOTTE, L.: Los periódicos de las Islas Canarias. Apuntes para un catálogo. 3 Vols. Madrid, 1905-1906, 36. REGULO PÉREZ, J.: Los Periódicos de la Isla de La Palma. I^ Laguna, 1948, pág. 16. 28 )wMWi»iilí*ii .^ iiiiu iiiiL||iWM»«aiWil«N||M-iWMi|t»Wii»i L 1 ^ I •„ r-,!,,! -'4 H ; ^ ^ ^ IM i'iW^iW^rli £L CLARÍN. T: £•/ Clarín. S: "Periódico de noticias, literatura e intereses generales". Cr: 1-VIII-1870/10-XI-1872. Dr: José María Fernández Díaz. Ed: I: "El Time", bajo la dirección de Antonio Díaz Martín. F: 23X33,5 y 30X44,5. Pg: 4. Cl:3. P: "Se publica los días 1, 10 y 20 de cada mes". Se: "En esta isla, dos y medio reales vellón al mes. En las demás islas y península, tres ídem. Ultramar y Extranjero, cinco ídem." Cr: Como los anteriores, caracteriza un marcado interés por las cuestiones públicas, menos por la literatura, y mucho más por la política, aunque esto último fue de una manera progresiva que le lleva, primero, a declararse apolítico y, más tarde, a decantarse por una opción determinada, la representada por Zorrilla y su Partido Progresista Democrático. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma. Hemeroteca del Museo Canario, en Las Palmas de Gran^Canaria. Tres años y medio después de desaparecer El Pito vino a reivindicar su memoria El Clarín. Con el ímpetu del primero, el nuevo diario entra en la escena pública, realizando las mismas metáforas sonoras y con iguales intenciones: 29 " (...) me veo en la precisión de manifestar que soy la genuina verdadera continua;ión de El Pito (...). El Pito no murió; fue atacada de una terrible catalepsis (...). Y come en ese estado, que tanto asemeja a la muerte, se oye y se comprende todo lo que acontece (...), ha oído y sabido cosas estupendas que merecen ser contadas (...). El Pito creció y llegó a clarín, (...). El Clarín sonará, (...), y nada más que al público, dará sonido de fama buena y ce mala fama, pues esa y no otra es la misión del escritor para el ptíblico"". Un repaso general de sus páginas nos permite advertir como casi toe as las preocupaciones de su antecesor pueblan el fondo de los artículos. El interés por las cuestiones públicas sigue siendo importante, sin embargo el periódico que tenemos ahora delante presenta, a la par que una mayor variedad temática, un mayor cuidado en la edición, un número mayor de secciones y también mejores y más cuidados artículos. Desde los primeros números varios aspectos de interés público aparecen tocados, iniciándose en muchos casos lo que llamaríamos "campañas" que marcan toda la vida del diario. Una de las más destacadas surge de la preocupación por la mejora de la enseñanza. La educación y la instrucción son consideradas por El Clarín como un elemento de orden y estabilidad social, por lo tanto desde todos los sectores de la sociedad se debe cooperar para su fomento y desarrollo, de forma que llegue a todos los rincones y a todos los ciudadanos. Sólo entonces todo el pueblo podría gozar plenamente de sus derechos y libertades. Puestos a buscar un modelo, se aboga por la educación laica a la que habr:'a que dedicar los dineros necesarios. Por esto mismo las asignaciones del Estado destinadas a tales fines son criticadas reiteradamente por su parquedad; en otras ocasiones la crítica proviene del mal empleo que se hace de los f andos públicos dedicados a la instrucción. En concreto considera motivo de e;scán-dalo las asignaciones a la Iglesia, cuyos ministros no reportaban beneficio alguno a la sociedad. Es más, aún admitiendo la existencia de infinidad de talentos entre el clero, no dejan de señalar como una parte del mismo ~el alto clero -mostraba poca inclinación en propagar la instrucción y más celo en atesorar rentas y más rentas, invertidas luego en sostener un lujo pomposo. Cada ciudad, villa o aldea interesada en sostener los ministros de la Iglesia debía pagarlos: "(...) hemos visto que en el presupuesto general de gastos para el año de 1870 a 71, aprobado por las Cortes en 14 de mayo último, la suma de CUARENTA Y UN MILLONES, SEISCIENTAS ONCE MIL, SEISCIENTAS SETENTA Y CUATRO PESETAS, consignadas para las obligaciones eclesiásticas, y, en nuestro concepto, esos millones se i;xtraen injustamente a los pueblos. (...). En dicho presupuesto hemos visto que las obligaciones de Gracia y Justicia ascienden a siete millones, cuatrocientas treinta y un mil, cincuenta y siete pesetas, y la de 37. El Clarín. W 1, SCP, l-VIII-1870, págs. 1-2. 30 Instrucción Pública a cinco millones, cuarenta y cinco mil, ochocientas cincuenta y cuatro (...)'"". Fiel a su programa, la publicación que nos ocupa también dejó constancia del escaso desarrollo de la vías de comunicación en la isla. Ahora bien, a diferencia de sus antecesores en el escenario de la prensa palmera, este diario lleva las peticiones en esta materia hasta el escenario político, y ello con una claridad combativa. ¿Cuáles eran las obras necesarias? Las de siempre: un camino de herradura desde Santa Cruz de La Palma a Garafía; otro desde esta capital hasta Los Llanos; mejorar los ya existentes y habilitar otros nuevos con destino a la comarca de las Breñas-Mazo; la terminación del muelle, etc. Consciente como era de estas necesidades, la redacción de este diario dirigió a sus lectores las consignas políticas oportunas, sobre todo estando próximos eventos tales como algtín comicio, ante el cual aconsejaban "que procuren los palmeros ¡todos! en las primeras elecciones que haya, (...), para Diputado a Cortes, nombrar a un ciudadano del país para que haga andar (...) tan importantísimas obras. Sin dejarse engañar por camaleones políticos, ni por los agentes que quizá tengan aquí mismo"^'. Las demandas en este sentido se sucedieron, como era de esperar; algunas veces, bajo la ironía del artículo en cuestión, aparece la crítica más desgarradora: "¿Qué males hemos cometido nosotros, dóciles palmeros, para que tengamos que tragar palmo a palmo la mayor parte del suelo que pisamos? ¿No basta a nuestros excomulgadores de carreteras, muelles, etc.. etc., el habernos dejado sin esas ramas del progreso, para saciar sus caprichos, sino que quieren hacer llegar hasta nosotros la muerte producida por sus excomuniones, rompiéndonos la crisma con siquiera no componer nuestros caminos? ¡Desgraciada Palma! ¡Maldecidos palmeros! Un paseo a Buenavista nos produce una dislocación; un paseo a Breña Baja, un sinnúmero de contusiones (...), y por último, un viaje a Garafía..., la muerte'""'. Las referencias a la política regional comienzan siendo vagas. Con el tiempo, conforme el periódico va presentando un mayor interés por el devenir político nacional, lo mismo ocurre en el caso Canario. A la hora de tratar el tema hay la idea clara de una realidad existente en nuestra historia, una característica nefasta contra la cual se hace indispensable luchar: las discordias y rencillas surgidas entre isla e isla, entre pueblo y pueblo, y aún en el seno de una misma población. Los ejemplos aportados desde estas páginas son variados, pero representativos a todas luces de una realidad cercana: 38. El Clarín. W 11, SCP, l-IX-1870, págs. 1-2. 39. «Sonidos. El Clarín en su puesto.» El Clarín. W 18, SCP, 20-1-1871, pág. 2. 40. «Gacetilla General». El Clarín. W 8, SCP, lO-X-1870, pág. 2. 31 "Propónese, por ejemplo, la creación de un establecimiento de general interés. Todos aplauden, todos encarecen las ventajas que él ha de reportar al país. Todos se ofrecen a ayudar a la realización del feliz proyecto, (...). Mas, ¡ay! que una cuestión paxorosa se presenta: trátase de determinar la localidad donde haya de instalarse el proyectado establecimiento, y aquí ya no les es posible entenderse a los mismos que antes marc laban en tan deliciosa armonía'"". Si el Archipiélago no había subido de una vez al tren del progreso ello era debido, en gran parte, a esas rencillas. La propuesta hecha desde El Clarín en este tema aboga por "la unión, y la fraternidad" pues "la unión constituye la fuerza; y si este axioma es innegable, también debe serlo que la desunión es la debilidad, la inercia, es la muerte. Olvidad, pueblos canarios, olvidad para siempre vuestras antiguas rencillas, y reunidos en fraternal abrazo marchemos todos por la senda de nuestro progreso social'""^. Palpamos en la publicación que analizamos un agudo interés por el devenir político nacional e insular. En cuanto al primer aspecto decir que estamos ante un medio que informa puntualmente del acontecer peninsular, en unos momentos, además, de gran importancia para el futuro del país. Desde un punto de vista meramente periodístico decir que éste es un medio relacionado con otros cofrades peninsulares, especialmente madrileños, y regionales, aludidos constantemente desde sus columnas*^. Hay, pues, una relación fluida con el periodismo de otros lares. Esto mismo le permite informar a los lectores, desde las más variadas perspectivas, acerca de los acontecimientos nacionales y extranjeros. La información nacional llega a la redacción a través del corresponsal, figura que aparece ahora individualizada por primera vez. Dos fueron las personalidades que desempeñaron esta labor para el diario desde Madrid: Victoriano Fernández Ferraz, que lo fue hasta enero de 1871 en que marcha a América, siendo sustituido por 41. El Clarín. N= 8, SCP, lO-x-1870, pág. 1. 42. Ibídem, 43. Un recuento de los periódicos peninsulares utilizados como fuente por El Ciarín nos permite hacer la siguiente relación de títulos madrileños: La Correspondencia de Esvaña, El Imparcial, El Pensamiento Español, La Época, La Iberia, La Esperanza, La Regeneración, La Reforma, El Cascabel, La Voz del Siglo, Las Novedades, La Política, La Nación, El Universal, El Siglo, El Diario Español, La Igualdad, Los Sucesos, Gil Blas, El País, La Igualdad La Discusión, El Popular, El Tiempo, El Pueblo, La Repíiblica Federal, El Volante de La Campaña, y El Volante de Madrid. Tenemos la constancia que la mayor parte de ellos eran recibidos por la redacción. Por lo que se refiere a la prensa del resto del Archipiélago citar a La Emancipación (S/C. de Tenerife), Las Canarias (S/C. de Tenerife), La Voz del Teide (S/C. de Tenerife), La Defensa (Las Palmas de G. C.) y La Federación (Las Palmas de G. C). 44. Vid. El Clarín. N= 20, SCP, 10-11-1871, pág. 2. En este número es publicada una misiva de Pedro J. SOLAS donde da cuenta del hecho: «Madrid, enero 29 de 1871. 32 Pedro J. Solas'*'*, cuyo estilo presenta unas dosis de ironía un tanto alejadas de las crónicas más clásicas, más formales, de su antecesor. Por estas vías comenzaron a llegar noticias puntualmente reflejadas en las columnas de El Clarín, normalmente en la segunda y tercera página, donde tuvo cabida la sección de "Noticias", dividida a su vez en "Nacional" (en ocasiones "España") y "Extranjero". Ésta es una publicación -ya se ha dicho- donde los acontecimientos nacionales son referidos puntualmente y de una manera ávida. Leer sus artículos y las crónicas recibidas permite ver reflejados los variados puntos de interés de la historia de España del momento. Singular seguimiento tuvieron, a finales de 1870 y comienzos de 1871, todos los preparativos conducentes a la llegada de Amadeo I, aunque no podemos dejar de observar cierto sarcasmo en alguno de los comentarios al respecto: "El 15 de diciembre llegó a Madrid la comisión encargada de ofrecer la Corona al príncipe Amadeo. (...). Todo ha sido esta tarde en el salón de conferencias abrazos y plácemes a los recién llegados. Estos refieren las peripecias de su viaje como si vinieran del celeste imperio. Con respecto a los informes personales del duque de Aosta, son una misma relación igual en todos ellos y usan hasta las mismas palabras. Se conoce que la relación viene estudiada'"". Hay una crítica general a la manera de otorgar la Corona, y muy especialmente a las prisas del gobierno por sacar adelante, lo más pronto posible, las leyes y autorizaciones precisas para que el nuevo rey pudiera prestar juramento el primero de enero. Repentinamente los comentarios cambiaron de rumbo, tornándose fiinebres ante el asesinato del general Prim, ocurrido el 27 de diciembre de 1870. El atentado es contado con todo lujo de detalles, extraídos tanto de las crónicas del corresponsal como de los escritos publicados por distintos medios de la capital'"'. En sus comentarios la redacción, amén de condenar el hecho, valora los servicios prestados por el fenecido a la nación e, incluso, le compara con el presidente Lincoln: Sr. Director: Por carta de nuestro común amigo Femádez Ferraz habrá V. sabido su inmediata salida para América, dejándome encargado de remitirle para su ilustrado periódico la correspondencia de cuanto por aquí de notable ocurra. Acepto gustoso su encargo, si bien convencido de que no llegaré a desempeñarlo tan satisfactoriamente como él, y aprovecho esta ocasión para ofrecerle con mis cortos servicios mi sincera amistad y mi habitación en Madrid, calle Leganitos, núm. 20, bajo (...).» 45. Referencia tomada del periódico madrileño El Tiempo . «Noticias». El Clarín. N° 16, SCP, 1-1-1871, pág. 3. 46. Ver especialmente el aparecido en «Noticias». El Clarín. W 18, SCP, 20-1-1871, pág. 3. 33 "Tan miserable atentado debe hacer afligido a todo buen español; porque el finaco hombre político (...), era un verdadero liberal y patriota (...). (...). El general Prim pertenece a la historia, y ella le colocará en el puesto que mereció en su azarosa y brillantísima carrera'"*^. Dentro de este ambiente de reconocimiento hay que entender el amplio despliegue llevado a cabo por el diario, para cubrir el solemne fuñe ral celebrado en la capital de la isla -organizado por el Ayuntamiento- en honor de la que se reconoce "figura de más talla en la Revolución de septiembre, y si se quiere, de toda la revolución que España viene haciendo desde los principios del siglo'"*^. El 2 de enero de 1871 se inauguró el reinado de Amadeo I; el mismo día quedaron disueltas las Cortes Co:istitu-yentes. De todos estos actos se da puntual referencia, ahora bien, también ocupan la sección correspondiente algunas consideraciones sobre el poco arraigo de la nueva Monarquía entre importantes sectores de la población y, sobre todo, de la aristocracia. Mal empezaban las cosas para el nuevo rey y su primer gabinete"*'. Una de las primeras decisiones de este gobierno fue convocar elecciones a Cortes, las primeras bajo la Monarquía Democrática. El clima electoral vivido luego es posible seguirlo a través de las páginas de esta publicación. A partir de estos momentos apreciamos como El Clarín, inicialmente autodefinido como "apolítico", acaba por decantarse hacia una opción determinada: la representada por el Partido Progresista Democrático Español, liderado por Ruiz Zorrilla, de cuya representación en la isla acaba siendo portavoz. No parece acertado el calificativo de "republicano" adjudicado sin más al diario por algún autor^", toda vez que si bien podemos encontrar ramalazos de esta índole, vertidos en alguno de sus artículos, su adscripción y defensa del partidc antes mencionado, de sus ideas, hombres y programas es clara. Es más, puede observarse como, siguiendo los postulados de Zorrilla y sus hombriís, defiende la monarquía personificada en Amadeo I, al que muchas veces valora como defensor de las libertades democráticas. El Clarín no S(31o no es republicano sino que, incluso, a la hora de referirse a la importar cia de estas ideas en La Palma no duda en afirmar que "hablando con pro])iedad 47. «EL GENERAL PRIM». El Clarín. N» 18, SCP, 20-1-1871, pág. 2. 48. «GACETILLA GENERAL. Exequias fúnebres al general Prim en Sta. Cruz de La Palma el 15 de febrero de 1871». El Clarín. N^ 21, SCP, 20-11-1871, págs. 2-3. 49. El nuevo ministerio estaba compuesto de la siguiente manera: Presidencia y Guerra, Duque de la Tone; Estado, Martos; Gracia y Justicia, Ulloa; Gobernación, Sagasta; Marina, Be-ranguer; Hacienda, Moret; Fomento, Ruiz Zorrilla; Ultramar, Ayala. Ver «Noticias». El Clarín. W 19, SCP, 1-II-1871, pág. 3. 50. Cfr. REGULO, J.: Op. cit, pág. 17. 34 y en serio, en esta isla no hay republicanos", a lo que añade "aquí habrá, todo lo más, republicanos de deseo, porque aquí no hay siquiera un pequeño propagandista"^'. Pero vayamos por partes. Este "destape" político no está claro, repetimos, hasta la convocatoria de comicios a principios de 1871. En efecto, pronto las consignas zorrillistas tienen una particular e intensa presencia en las páginas que analizamos. Pronto observamos, también, como en la isla es una realidad la consolidación de esta formación, merced al trabajo de un grupo de palmeros liderados por José García Carrillo, presidente del comité local. Los resultados de esta votación resultaron desfavorables para los postulados defendidos desde el diario, quien interpreta la derrota como el fruto de las malas artes empleadas por sus enemigos unionistas. En lo referente a La Palma estas irregularidades son puestas de manifiesto con profusión de detalles; en los meses siguientes éste fue un argumento informativo constantemente utilizado contra sus enemigos, simpatizantes del partido "virtuoso", según lo califica la redacción: "Aquí en La Palma, entre las numerosas desventajas que nos acosan y aniquilan, tenemos la triste ventaja de saber todo lo que pasa, y por eso sabemos las virtudes que el partido virtuoso puso en acción para alcanzar un triunfo poco envidiable, por lo cual nos parece una sandez muy abultada el hacer alarde de esa efímera victoria obtenida por tan virtuosísimos ardides"'-. A partir de estos momentos asistimos a un verdadero ataque sin cuartel en contra de sus adversarios políticos; un enfrentamiento sustanciado, periodísticamente hablando, en una enconada polémica sostenida con el vocero de aquéllos, también con un título no menos musical o instrumental, como se prefiera; nos referimos al diario La Trompeta, fundado precisamente en abril de 1871, bajo el impulso de Manuel Mendoza y del que sería su primer director, Antonio Díaz Martín, importantes personalidades del unionismo palmero. En opinión de El Clarín, y más específicamente de su director José María Fernández Díaz -hombre profundamente liberal y convencido defensor de Zorrilla-, La Trompeta nace, no por una necesidad imperiosa del periodismo insular, sino por "un berrinche" de los "unionistas = conservadores" ante las críticas vertidas por su diario sobre las irregularidades cometidas por los "virtuosos" (en adelante "trompeteros") en las pasadas elecciones a Cortes. La historia posterior de este enfrentamiento no es otra 51. «LOS REPUBLICANOS DE LA PALMA». El Clarín. N= 31, SCP, l-VI-1871, pág. 1. Este criterio del diario es, sin duda, inexacto, toda vez que ya por entonces advertinos en la isla la actuación de un pequeño grupo republicano federal liderado por Nicolás de las Casas Lorenzo, quien incluso puso las bases de un club republicano. 52. «GACETILLA GENERAL». El Clarín. N» 25, SCP, l-IV-1871, pág. 2. 35 cosa que el resultado de una lucha personal e ideológica llevada a las columnas de ambas publicaciones: "(...), se dieron muchos casos, en que el que iba repartiendo las cédulas del sufragio las daba a los que sabía votarían a determinada persona (...). El Clarín algo dijo acerca de eso, (...), y por ello los satélites del unionismo come;nzaron a vociferar (...). Llegó ese fausto día, en que tuvo lugar la formación de la mesa uterina para proceder a elegir un diputado a Cortes ordinarias; en aquel inolvidable acto pasaron escenas cómicas del género ridículo, y se hizo de la ley lo que pudiera hacerse con el más despreciable trapo. Un redactor de El Clarín censuró (...) lo mucho inconveniente que allí pasó. El p:oceder del redactor hubo de parecerle muy mal a un pariente del que presidió (...) la mesa interina: ese pariente (...), en unión de un chico algo engreído, sin motivo para estaro, fundan un periódico; le ponen por nombre La Trompeta para hacer guerra a muerte a este pe-riodiquín, y sobre todo para ensuciar la prensa con los más inauditos dicterios, (...)"''. En medio de ese enfrentamiento las descalificaciones son de variada índole, no sólo políticas. Algunas veces las mismas tienen que ver con la propia e inevitable declaración de principios expresada por todo periódico al iniciar su andadura. Así, y ante uno de esos principios expresados por La Trompeta en el sentido de querer dar cabida especial en sus columnas a los artículos de costumbres, desde la redacción de El Clarín se habla de este extremo y del estilo: "Jamás han pensado los redactores de El Clarín la insigne necedad de erigirse en maestros del periodismo, (...). Los redactores de El Clarín (...), han dicho y dicen que sus escritos se entienden, Dorque están confeccionados en un lenguaje (...), al alcance de cualquiera (...). Quizás el autor del artículo que nos ocupa sea el mismo que en el primer número de La Trompeta trató de darnos reglas (...) para escribir artículos de costumbres (...). (...) los artículos que D. Manuel Mendoza ha puesto en La Trompeta, no sólo están muy mal conceptuados y embrollados e inteligibles, sino que el tal escritor, además de ignorar toda regla gramatical, ha ingerido en sus revoltillos vocablos que no pertenecen a ningún idioma conocido"^''. El resultado de las primeras elecciones de la Monarquía Democ-ática pronto fue divulgado en las islas. En el caso de La Palma esta información sería difundida por el periodismo del momento, y muy especialmente j)or el diario que nos ocupa, repitiendo las mayoría de la veces noticias recogidas de los cofrades peninsulares. El triunfo de los progresistas en particular y del 53. FERNÁDEZ DÍAZ, J. M.: «Sonidos. La partida no es igual». El Clarín. W 44, SCP, lO-X-1871, págs. 2-3. 54. FERNÁDEZ DÍAZ, J. M.: «Sonidos». El Clarín. n= 45, SCP, 20-X-1871, págs. 2 -3. En el número siguiente la redacción enumera con detalle todas esas incorrecciones - gramaticales y de otra índole - cometidas por el citado colaborador átLa Trompeta y alguno de sus campa-ñeros de tareas. 36 bloque de partidos -progresistas, unionistas y demócratas- adictos al gobierno en general, es visto con la lógica alegría. La coalición ministerial obtuvo finalmente 235 escaños de los 395 establecidos para el Congreso. Con semejante fuerza y el presumible apoyo canovista, poco debía temer el próximo gobierno frente a las 128 actas de la oposición (republicanos, mont-pensieristas y carlistas). Con todo, desde El Clarín adivinamos cierto temor ante el futuro político inmediato, dado el número de diputados oposicionistas que reiteran no creer que las Cortes lleguen a constituirse o por lo menos a discutir o aprobar otra cosa que los presupuestos"^^ El diario parece tomar conciencia de la debilidad de la coalición vencedora, propensa a fisuras dada su propia naturaleza. En efecto, desde muy pronto aparecieron las rivalidades y disidencias, que llevaron a la dimisión de Serrano -el 24 de julio- y a la llegada al poder de Ruiz Zorrilla'* quien, una vez obtenida la confianza del rey, suspendió las sesiones del Congreso hasta principios de octubre. Cuando se reunieron de nuevo votaron como su presidente al unionista Sa-gasta, acto que motivó la dimisión de Zorrilla. Su puesto pasó a ser ocupado transitoriamente por Malcampo, también unionista, una presidencia corta, un lapsus, terminado con el ascenso de su jefe de filas, quien ocupó la presidencia del Consejo en diciembre. En estos momentos la coalición revolucionaria ya hacía aguas por todas partes, de ahí que Sagasta no tuviera más remedio que convocar nuevos comicios en enero de 1872. Todo este proceso, complejo, es posible seguirlo a través de los artículos aparecidos en esta publicación palmera. Naturalmente, teniendo en cuenta que del mismo realiza una lectura particular, derivada de sus propias inclinaciones dentro del universo político del momento. Al cabo de tres años de Revolución, las circunstancias del momento contribuyeron a matizar las opiniones sobre algunas fuerzas y otros tiempos: "Hoy celebran las libertades españolas el tercer aniversario de su triunfo. (...). ¿Qué queda hoy de tanto entusiasmo, de tanto liberalismo como por todas partes asomaba? (...). ¿Quiénes permanecen fieles a la bandera alzada en los primeros días por todas las juntas de la nación? ¿Quiénes sostienen su firma en los pactos de libertad escritos antes de Alcolea y en noviembre del 68? ¿Dónde está aquel partido unionista que tan activa parte tomó en los preliminares revolucionarios (...)? ¿Dónde está aquel unionismo que parecía haber renunciado a sus antiguas creencias (...)?"". 55. «NOTICIAS». El Clarín. N« 25, SCP, l-IV-1871, págs. 2-3. 56. Cfr. CUADRADO, M. M.: Elecciones y partidos políticos en España (1868-1931). T. I. Madrid, 1969, págs. 91-122. 57. «UN ANIVERSARIO». El Clarín. N= 45, SCP, 20-X-1871, pág. 2. 37 La renuncia de Zorrilla es considerada desde el periódico como un liecho heroico^^, a la vez que un signo inequívoco de decadencia democrática y auge de la reacción. Todo motivado por la "tontería" de Sagasta, quien con sus actos no había hecho otra cosa que propiciar la entrada en las esfeías de poder de hombres propensos a apoderarse del presupuesto y a combatir las aspiraciones del pueblo. El Ministerio saliente de la crisis, presidido por Malcampo, no era más que el puente para la formación de un gabine;e Se-rrano- Sagasta, pensar otra cosa era de incautos. Estaba claro, "la reacción avanza. Sí, se acerca a pasos agigantados, y España está próxima a ver la desaparición de la libertad" y, por si fuera poco, "los doctrinarios de todos los matices se felicitan mutuamente por la caída de Ruiz Zorrilla, y el clero vuelve a respirar satisfecho, viendo ya otra vez asegurada su fuerte preponderancia y su funesta influencia (...), como si fueran los tiempos de la Borbón"^^. Desde otra línea igualmente comprometida y militante. El Clarín supo dedicar los meses que siguieron a defender desde sus planas ;1 papel del Partido Progresista Democrático, sobre todo ante los ataques f>rofe-ridos por los unionistas, tanto a nivel nacional como insular, agudizándose en este último caso el encono contra La Trompeta y sus acólitos, los " trompeteros": "(...) vano es que la reacción invente y propale calumniosos asertos contra el Partido Progresista- Democrático, ya tildándole de filibustero, ya de republicano, y por consecuencia de antidinástico, ya de internacionalista, ya de demagogo o socialista; todo es inú il, (...) está perfectamente definida y acreditada la patriótica tendencia de nuestro partido ;...)'"•". La diferenciación entre ambas tendencias es llevada incluso al ámb: to de los apodos, de manera que llegado un momento los unionistas ya no son gramáticamente tales, sino que siguiendo la tendencia expresada en la prensa peninsular, aquí también vemos utilizar el término "calamares" para hacer referencia a los mismos*'. El 21 de diciembre juró un nuevo gobierno ¡presidido por Sagasta; desde la perspectiva del diario el nuevo gabinete sólo ve- 58. La primera reacción aparecida fue un corto comentario hecho en el sentido siguiente: «La redacción de este diminuto periódico, (...), envía su más ingenua y cordial enhorabuena al Sr. Ruiz Zorrilla y a sus colegas de gabinete por el heroico acto de haber hecho dimisión de sus altos cargos, con motivo de la abigarrada elección del presidente del Congreso (...)». Ver£/ Clarín, n" 46, SCP, l-XI-1871, pág. 1. 59. «Otra vez más». El Clarín. W 46, SCP, l-XI-1871, pág. 2. 60. El Clarín. W 47, SCP, lO-XI-1871, pág. 1. 61. «(...) a los sagastinos han dado en llamarlos calamares, porque estos se guisar en su propia tinta, la cual es casi tan negra como los puntos de la célebre contestación enerriga de Ruiz Zorrilla. Para determinar bien y juzgar de la aplicación del calificativo, damos a renglón seguido la descripción de ese importante miembro de la familia de los pulpos, según el Diccionario de la lengua: 38 nía a realizar una política continuista, amén de tener sus días contados dado el aislamiento en que se encontraba''^. Apenas un mes después de esta toma de posesión las Cortes fueron disueltas, ante la notable complacencia del órgano portavoz de los progresistas palmeros*"^ el cual pasa entonces a ser una fuente de primer orden para observar los movimientos y preparativos de este partido de cara a las elecciones generales de abril de 1872. En este contexto vemos publicarse aquí los distintos manifiestos zorrillistas dirigidos al país**". De la misma forma, aparecen en sus páginas las comunicaciones remitidas por los progresistas radicales a seguidores y opinión pública en general. Sin embargo, los resultados electorales favorecieron a los sagastinos y adláteres, saliendo de estos comicios un gabinete unionista, teóricamente más reforzado. Otra cosa habría de ser la realidad puesto que, como sabemos, la vida de estas Cortes fue breve: tan sólo dos meses tardarían en ser disueltas y a ello contribuyeron sobremanera los acólitos de Zorrilla. En agosto fueron convocadas nuevas elecciones, saldadas esta vez con una cómoda victoria de los radicales. El Clarín se vanagloria del hecho, calificado de histórico por su redacción, y lo mismo hizo cuando el rey llamó a su líder a la presidencia de un gobierno que habría de ser el más duradero -casi ocho meses- de este periodo. Durante esta etapa, y hasta su desaparición de la vida pública en noviembre de 1872, el periódico que analizamos realiza un continuo canto a la excelencias del nuevo Ministerio. En lo referente a los asuntos políticos palmeros, a partir de estos momentos aumentan las críticas y los ataques a sus enemigos sagastinos, escudados ahora en el poder municipal de la capital de la isla, desde donde replicaban al diario interponiendo denuncias contra los artículos de éste en los que era descalificada su labor. La reflexión sobre la oportunidad y fundamento de estas querellas centra la línea editorial de esta publicación hasta la fecha de su desaparición. CALAMAR: animal marítimo de un pie de largo. Consta de un cuerpo oval, en figura de bolsa, de la cual se eleva la cabeza, y en la parte opuesta tiene una cola cuadrada. Contiene un humor negro, con el que enturbia el agua y se oculta cuando le persiguen. Vid. El Clarín. N= 47, SCP, lO-XI-1871, pág. 3. 62. «El Ministerio Sagasta o calamar se halla, pues, tan aislado y solo como lo estaba el Ministerio Malcampo. Sólo cuentan con el interesado apoyo de unos cuantos tránsfugas del partido progresista (...). En vista de esto ¿Es posible que Sagasta se afirme en el poder (...)? De ninguna mane-ra. (...). Su existencia será corta, pasajera, efímera (...).» Ver «Ministerio Calamar. El Clarín. W 53, SCP, 10-1-1872, pág. 1. 63. «La disolución de las Cortes». El Clarín. W 56, SCP, 20-11-1872, págs. 1-2. 64. Particularmente los fechados el 8-II-1872 y el 5-III-1872, aparecidos en la segunda y primera página de los niimeros 57 (1-III-1872) y 60 (l-IV-1872), respectivamente. 39 p f \ n T jrxv Tí o ¡ ^ , EL NOTICIERO. T: £•/ Noticiero. S: Cr: 23-III-1872/24-XI-1874. Dr: Ed: I: F: 31X47. Pg:4. Cl:4. P: "Se publica el mismo día de la llegada de los correos". Semanal. Se: Ctr: Fundamentalmente es un periódico interesado en los asuntos de interés general, buscando la mejora y el adelanto de la isla. Presta también especial atención por la cultura, mientras que prefiere mantener las distancias con los temas políticos. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma. Hemeroteca del Museo Canario, en Las Palmas de Gran Canaria. En abril de 1872 un nuevo diario comenzó su andadura. El Noticiero, diciendo venir a someterse a la consideración pública, como respuesta a la evidente necesidad presente en la isla, de contar con un periódico capaz de poner en manos de las gentes las noticias y acontecimientos merecedores de ser conocidos y difundidos. Sobre todo en el momento vivido entonces por la humanidad, cuando estar al corriente de lo ocurrido en la provincia, la nación o el mundo es considerado como un deber y una necesidad irrenuncia-ble ligada a todo pueblo culto. Hasta aCjuí las intenciones, por lo demás muy en la línea de otros cofrades anteriores y posteriores. La realidad es que El Noticiero se nos presenta, ante todo, como un diario de intereses generales, y como tal sus páginas recogen puntualmente una gama variada de reseñas referentes a cuestiones diversas, de marcada importancia para la mejora del país. Así pues, los temas comerciales, agrícolas, industriales, de comunica- 40 ciones, etc. se suceden uno tras otro, las más de las veces con la reflexión correspondiente: "Amantes como el que más de los progresos del comercio, de la industria y de la agricultura, y deseando ardientemente el que se mejoren más y más, haremos cuanto esté de nuestra parte por suministrar las noticias que interesen tanto al comerciante, cuanto al industrial y agricultor"'^. Los asuntos políticos parecen preocupar poco a esta redacción, y cuando toca el tema lo hace presentándolo como algo poco favorecedor de los intereses de la isla, cuando no de abierta oposición al desarrollo de la misma, por ello dicen convencidos querer mantener "lejos de nosotros el pensamiento de acercarnos ni por un momento al turbulento campo de la política, pues vivimos separados de ella. Nos proponemos ante todo, como regla invariable de nuestra conducta, la más estricta e invariable imparcialidad'"'*. Es más, fundando su hipótesis de que el juego político no favorece el bien común, llega a calificar de nefasta para La Palma la lucha política que históricamente había venido "padeciendo", caracterizada por el predominio de unas luchas entre unos grupúsculos cuyos integrantes buscan el medro personal, en vez de salvaguardar los intereses de la mayoría: "¿Hay en nuestra isla partidos políticos? (...). ¿Hay disensiones? ¡Quién lo duda! ¿Y a qué obedecen esas disensiones si no son causadas por la diversidad de opiniones políticas? ¿No es evidente que esas disensiones obedecen a particulares resentimientos o intereses de un corto número de familias? ¿A qué engañar a nadie?"''. Con una lejanía casi obsesiva del tema político -por el que muestran interés sólo en contadas ocasiones-, los redactores de El Noticiero prefieren centrar su atención en otros extremos, incluso quieren emprender -así lo dicen- una nueva forma de entender el periodismo, abriendo sus columnas a la pluma de los lectores "siempre que los escritos que se le remitan no se aparten de! los límites del decoro, de la moral universal"*^, naturalmente. Otra preoC|Upación añadida de los redactores del diario radicó en defender la difusión cultural. En sus páginas dieron a conocer sus creaciones poéticas varios autores palmeros, la mayoría desconocidos. También encontramos obras teatrales y, sobre todo, novelas, publicadas en la forma de folletín*"'. 65. El Noticiero, n= 1, SCP, 23-111-1872, pág. 1. 66. El Noticiero, tf 1, SCP, 23-III-1872, pág. 1. 67. El Noticiero, rfi 100, SCP, l-V-1874, pág. 1. 68. El Noticiero, n= 1, SCP, 23-111-1872, pág. 1. 69. Todas ellas muy del gusto del momento. La primera en ser publicada lleva el título de Amelia de Estouville, del escritor local Juan Lujan Sánchez. Cfr. El Noticiero, n° 1 y ss. 41 Esta parcela informativa va creciendo en importancia número tras número, ocupando lugar preferente en las columnas, dando siempre cuenta puntual de la llegada a Santa Cruz de La Palma de distintas orquestas, compañías de ópera y compañías de teatro. Por lo demás, y siguiendo fielmente los presupuestos iniciales, las secciones del diario sirven para dar Duena cuenta de esas informaciones de interés general, como la botadura d(; tal o cual navio por parte de los astilleros locales, la llegada de algún buque procedente de Cuba, las perspectivas de la producción agrícola, la situación de los mercados internacionales de la cochinilla, o la denuncia de la situación de los montes de la isla, constantemente atacados por la acción de algunos: "Y a propósito, en los montes de nuestra isla, (...), hace mucho tiempo que veninos lamentando la destrucción del arbolado por otra clase de bichos (...) corpulentos y con dos caras, que en vez de conformarse con roer el árbol, (...), lo arrojan por el contrario al suelo, (...), viéndoseles con ellos constantemente por esos caminos y aún atravesar la población a cualquier hora del día y de la noche sin que haya quien les interrumpa el paso Las distintas informaciones insertadas son extraídas en buen número del correo, en lo referente a las de carácter nacional e internacional. Las locales son suministradas por los corresponsales presentes en toda la isla; también por los suscriptores. Las regionales llegaban regularmente enviadas por los agentes del periódico en las otras islas, fundamentalmente en Tenerife y Gran Canaria. En todos los casos apreciamos la utilización de diarios canarios y peninsulares como fuente de primer orden'^ La información nacional, aunque presente, es puntual; limitada a noticias escuetas, sin comentarios de fondo. Así vemos referencias a los cambios de gobierno, a los nombramientos ministeriales y a la discusión de alguna ley -que incluso aparece reproducida-. Sólo se resalta alguno de estos aspectos si resulta ser de prabada trascendencia para el Archipiélago o la isla en particular. El seguimiento del levantamiento carlista y de la insurrección cubana presentan algunas diferencias en cuanto a este tratamiento general. Las noticias traídas por el correo o recogidas de otras publicaciones nacionales sobre el particular, ocupan una parte importante de los espacios editoriales a partir de 70. El Noticiero, rfi 101, SCP, 8-V-1874, pág. 1. 71. Singularmente destacan en este sentido la presencia de los cofrades madrileños La Discusión, El Imparcial y La Correspondencia, así como el gaditano El Comercio de Cádiz. En cuanto a los canarios mencionar El Radical de Canarias (S/C de Tenerife), El Memorándum (S/C de Tenerife), La Afortunada (Las Palmas de G.C.) y La Brújula (Las Calmas de G.C). 42 1874; eso sí, limitándose en todo caso a reflejar las informaciones recibidas sin dar cabida a reflexión alguna. LA PALMA m i í » «•»;-» i'» I.» i-ííjjji • {.i ij«!tt j .» »»«t LA PALMA. T: La Palma. S: "Periódico imparcial de noticias e intereses generales". Cr: 23-XI-1874/13-XI-1879. Dr: Pedro Guerra Vallejo. Ed: I: "El Time", a cargo de Pedro Guerra Vallejo. F: 32X44. Pg:4. Cl:4. P: "Se publica el mismo día de la llegada de los correos". Desde 1879, "Se publica los días 5, 13, 21 y 28 de cada mes". Se: Ctr: La atención a "los intereses generales" está presente, al igual que la preocupación por temas como el trabajo, la religión o la mujer. Políticamente se define por su apoyo a los liberal-conservadores palmeros en contra de los progresistas seguidores de Ruiz Zorrilla. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma; Hemeroteca del Museo Canario, en Las Palmas de Gran Canaria. También este noticiero se autodefine desde su cabecera como "de noticias e intereses generales" y, para mayor abundamiento dice, en el mismo espacio: "Se publica el mismo día de la llegada de los correos". Tanto una especificación como la otra explican muy bien la realidad informativa presente en los primeros números, definidos por una sucesión de alusiones breves de índole diversa. Conforme pasa el tiempo la publicación va concretando su lí- 43 nea, y si al principio predominan cuestiones tal vez intranscendentes, léase sucesos, nacimientos y defunciones, llegada de pasajeros, repaso a la meteorología semanal y posibles previsiones, etc., luego abundan noticias procedentes de las distintas partes de la isla, recogidas por los distintos corresponsales. Paralelamente, los temas regionales y nacionales van recibiendo un tratamiento más cuidado -ya hablaremos de ellos-, y lo mismo ocurre con la vida política en general, en un principio poco interesante para una redacción que califica su medio de "imparcial", como era habitual. Son tratadas con mayor profundidad y con unas líneas de teorización propias del momento histórico, otros asuntos tales como el trabajo, la familia, la mujer, la religión, la sociedad o la agricultura, siempre bajo la convicción de entender el periodismo como un servicio a la sociedad y al bien común. Puestos en estos temas, califican al trabajo como la panacea para curar la mayor parte de los males sociales, incluso es presentado como el gran medio de sanear las atmíJsferas viciadas y corrompidas que lastran el desarrollo de los pueblos. Cada individuo, para ser útil a la comunidad, debía tener una ocupación, un cargo, una profesión; además el trabajo proporcionaba al hombre la dignidad suficiente para poder vivir en comunidad con el espíritu satisfecho, con la conciencia tranquila que da el cumplimiento del deber. El culto al trabajo desde las páginas que analizamos pudiera ser sintetizado perfectamente con un párrafo: "Tan entusiastas somos del trabajo y tan convencidos estamos de la misión sagrada que en la sociedad desempeña, que estamos seguros de sus resultados favorables en todos los países donde se eleva un altar al trabajador y se desprecia y aún castiga al holgazán La evolución de algunos pueblos es puesta como paradigma de tal magnificencia, y en este sentido se pasa revista a la historia de naciones como los Países Bajos, Suiza y, especialmente, Inglaterra, un colectivo encsrrado en sus dos islas en medio del océano, que en un determinado momento de su historia, impelido por su laboriosidad, marchó a explorar mares y tierras, se expandió por el mundo, haciendo posible que no hubiere punto de importancia en el mapa donde los británicos no tuvieran una población, un fuerte, o una factoría para cambiar sus productos industriales por los bienes de aquel país. "¡Cuándo llegaremos nosotros los españoles a gozar de tan positivas ventajas! ¡Cuándo no habrá entre nosotros esa exuberancia de individuos que consumen una parte lie la riqueza sin producir siquiera lo absolutamente necesario para compensar su natural consumo! (...) ¡Cuándo se inaugurará entre nosotros esa era de amor, respeto, honor y satisfacción para el trabajo; (...)!"". 72. «El TRABAJO». La Palma, n= 138, SCP, 23-XI-1877, pág. 1. 73. Ibídem. 44 Las consideraciones sobre la familia también merecieron el interés de los redactores, en cuanto a núcleo fundamental de toda sociedad y cimiento de la misma. Intentan articular toda una construcción teórica sobre el particular -como ocurre con casi todos los temas mencionados- con evidentes connotaciones cristianas, aunque no faltan consideraciones históricas y políticas. Las ideas defendidas sobre el tema pueden ser sintetizadas en las siguientes: consolidación de la potestad paterna; mantenimiento firme de la indisolubilidad del matrimonio; elaboración de unas leyes que desalentaran la desobediencia de los hijos y mayor consideración hacia la figura de la madre, a la que debería dotarse de mayor autoridad y mejor instrucción para el desempeño de su papel. La puesta en práctica de estas consideraciones -leemos- haría posible una familia fuerte, capaz de resistir los ataques de un siglo algo escéptico, profundamente analizador y disolvente. Tan disolvente que había pedido en nombre de algunas doctrinas la disolución de esta institución fundamental, considerándola una organización fundada en principios falsos, en los restos de antiguas preocupaciones, en intereses mezquinos y en la ignorancia de las leyes naturales. "Los que de este modo piensan no han tenido nunca ante si el espectáculo tierno e interesante de la familia cristiana, ante ese foco de amor, esa escuela de virtudes"''*. El enfoque dado al tema religioso abunda en la idea de no frivolizar el comentario, ni tampoco abandonarlo a la presunción, a la ignorancia del espíritu o a la especulación dogmática, pues antes que los intereses de una doctrina estarían los de la sociedad en su conjunto, y la cuestión religiosa afecta radicalmente al orden, la prosperidad material y el progreso intelectual de la misma. Partiendo de estas premisas llega a afirmarse la necesidad de que todo pueblo proclame en su Constitución la unidad religiosa, al ser un agente capaz de jugar un papel integrador de los diversos elementos de la formación nacional. Ahora bien, observamos en los artículos sobre este extremo un intento de dejar muy claro el rechazo a la imposición de cualquier credo, pues "el dogmatismo no es la unidad religiosa" aunque, por desgracia, "la unidad religiosa es ocasión inmediata del dogmatismo"'^. Postula el rotativo la discusión en la prensa sobre el particular, solicitando la intervención de todos sus colegas porque "todo cuanto se relaciona con la prosperidad (...) de un pueblo merece un lugar preferente entre los grandes problemas sociales, y una meditación profunda y un estudio constante y detenido"'*. Otro de los temas estrella de esta publicación es el referido a la 74. «LA FAMILIA». La Palma, rfi 158, SCP, 23-IV-1878, pág. 1. 75. «Sección editorial. LA UNIDAD RELIGIOSA». La Palma, n» 185, SCP, 9-XI-1878, pág. 1. 76. «LA UNIDAD RELIGIOSA». La Palma, n= 184, SCP, l-XI-1878, pág. 1. 45 situación de la mujer. La visión y opiniones vertidas al respecto adolecen de un marcado paternalismo, sustentado en consideraciones religiosas y morales. La "revolución cristiana" rescató al género femenino del estado de abyección en que estuvo sumido, posibilitando a sus integrantes compartir el trono de la "sociedad doméstica" con los hombres. Las féminas desile los tiempos más remotos han dado pruebas de una inteligencia igual a la del hombre, cuando se las ha dejado levantar el vuelo. Un repaso de la historia permitía descubrir y traer a colación un sinfín de mujeres que destacaron de uno u otro modo; sin embargo el diario concluye que la mujer tiene señalada una misión sublime: la maternidad, y en el desempeño de la misma está su verdadera realización, con la dedicación de su inteligencia y esmsro al cultivo de "las tiernas plantas confiadas a su cuidado, absolutamente irrem-plazable, por el Supremo Hacedor"''. Son partidarios de mejorar la educación femenina como medio lograr su afianzamiento, pero ven éste como el resultado de la condición de madre y educadora, elevada al pedestal de sacerdocio: "(•••) precisamente para que este sacerdocio se desempeñe con la preparación y e conocimiento indispensable al alto fin para que fue creado, es necesario que la mujer í;e ilustre convenientemente antes de entregarle la dirección de espíritus que se prestan como cera blanda a las buenas o malas impresiones que se les comunican en la alborada di; la vida" ™. Los temas referidos a la isla también ocuparon -como no podía ser menos, dada la línea de actuación inicialmente expresada- un destacado lugar en la vida del periódico La Palma. De la misma manera que sus antecesores en el panorama editorial palmero, la defensa de los intereses generales se traducía en ocupar amplios espacios dedicados a comentar la realidad de los transportes interiores e interinsulares; las vías de comunicaciones entre las distintas partes de la isla; la necesidad de acometer un amplio prograria de obras píiblicas, con especial atención a la ampliación del muelle capitalino; la mejora y diversificación productiva del campo; etc.. Sobre este abanico temático planea una visión pesimista de la realidad insular y regional. EJ inicial optimismo, expresado sobre todo en los comentarios sobre las buenas expectativas de la exportación a Europa de la cochinilla, se ve atemperado en los años finales de la década de los 70, ante la competencia en estos mercados de los colorantes sintéticos. La riqueza posible, motivo de reflexiiSn en los números primeros, contrasta con las noticias de pobreza, real, presente 77. «La mujer considerada como elemento de progreso». La Palma, n-193, SCP, 8-1 1879, pág. 1. 78. Ibídem. 46 en las islas. La confianza en el sistema político de la Restauración choca con las agudas críticas ante el olvido de Madrid respecto al Archipiélago, su realidad y sus problemas. Persiste la idea de que las Islas sólo son tenidas en cuenta como posible destino de deportación. Las citas referentes a los temas nacionales son variadas, aunque siempre tienen el formato de noticias breves, estampadas la mayoría de las veces como resultado de la llegada del correo. Tanto estos temas, como los propiamente canarios, tienen en la lectura de los rotativos nacionales y regionales la fuente principal™. También encontramos menciones de títulos americanos y, más específicamente, cubanos, importantes estos últimos por traer informaciones variadas sobre la isla caribeña, estrechamente relacionada con La Palma. El devenir político nacional tiene cabida en las columnas de la publicación, no obstante y en conjunto esta parcela informativa no destaca por su amplitud. Hay alusiones -en los números iniciales- sobre la articulación del sistema canovista (realizadas la mayoría de las veces con ayuda de comentarios de cofrades nacionales); también las hay en torno a las elecciones de enero de 1876 -desde la perspectiva conservadora del diario, claro está-, pero este tema no parecer ser preocupación prioritaria y, en todo caso, en la esfera nacional el interés informativo de la redacción se centra en el desarrollo de la Guerra Carlista. Una vez concluido este episodio los asuntos nacionales aparecen realzados sólo puntualmente. El ámbito de "preocupación política" -valga la expresión- de La Palma queda mayormente circunscrito durante toda su vida pública al acontecer palmero. Aquí, como enseguida veremos, toma una posición definida en función de la cual desarrolla un periodismo activo y comprometido. Y sin embargo, nada de esto es palpable en sus páginas entre noviembre de 1874, fecha de su nacimiento, y los comicios de enero de 1876. Incluso entonces la información aparecida se limita a dar cuenta de las fechas establecidas para la consulta al electorado y poco más. Hasta abril de 1879 no podemos decir nada nuevo al respecto. Con ocasión de las elecciones convocadas para entonces el diario pasó a ser el estandarte de la opción conservadora de la isla. La tendencia a la bipolarización que había venido caracterizando la vida política pal- 79. Entre los periódicos nacionales aludidos en las columnas de La Palma destacan El Amigo (Madrid), El Pabellón Nacional (Madrid) y El Comercio (Cádiz). También aparece citados como fuente La Gaceta Oficial de Costa Rica, La Voz de Cuba (La Habana), El Centinela (La Habana) y Revista Económica (La Habana). Los títulos canarios fichados son La Prensa (Las Palmas de G.C.), El Memorándum (S/C de Tenerife), Las Noticias (S/C de Tenerife), Las Palmas (Las Palmas de G.C.), Los Sucesos (S/C de Tenerife), El Tabaco (S/C de Tenerife), La Lealtad (S/C de Tenerife), La Lealtad Canaria (S/C de Tenerife), El Cosmopolita (S/C de Tenerife), La Unión Lagunera (La Laguna) y La Localidad (Las Palmas de G.C.). 47 mera durante el Sexenio se mantuvo en los primeros años de la Restauración. El partido "carbonero" siguió aglutinando a los elementos liberal- conservadores, en tanto que el "cangrejo", fiel representante entonces a las ideas de Ruiz Zorrilla, aparece ahora como defensor de las ideas republicano-federales de Pi y Margall. Junto a estas dos tendencias encontramos citas referidas a un tercer grupo, el constitucional, al parecer sin demasiada presencia en un principio, y en todo caso siguiendo una línea de actuación muy cercana a los conservadores tradicionales: "(...) aquí no hay sino tres tendencias políticas, la liberal conservadora, la constitucional y la federal de la escuela del Sr. Pi y Margall. Los que profesan las dos primeras son monárquicos dinásticos, y en actitud, por lo tanto, para desempeñar cualquier cargo público. Los partidarios de la tercer doctrina están hoy por hoy incapacitados legalmente fiara desempeñar cargos de confianza (...)"™. Desde una perspectiva periodística, las líneas maestras del juego político insular del momento son especialmente glosadas con ocasión de los comicios fijados para principios de 1879. En este evento el periódico apoya decididamente al candidato conservador, Federico Villalva, contrario al "demócrata intransigente" Santiago Verdugo y Massieu. El triunfo del primero fue motivo y argumento inicial de una lucha enconada, mantenida entre las dos formaciones palmeras predominantes, cuya mejor expresión la encontramos en la aguda pugna, mantenida a partir de entonces entre la publicación que analizamos y otra de la qt e hablaremos más tarde: La Asociación, portavoz de la opción feíjeral. Ambos medios gastaron tinta e ingenio en alabar a sus candidatos respectivos y en atacar al oponente. Ya que ahora hablamos de La Palma, diremos que en los números inmediatamente anteriores a la fecha de la votación dedicó buen número de columnas a denunciar las "malas artes" de sus contrarios, al tiempo que comparaba las trayectorias públicas de los candidatos enfrentados. El triunfo de Villalva es recogido can el consiguiente júbilo: "Por el resultado de los escrutinios publicados en las respectivas secciones puede asegurarse que D. Federico Villalva ha triunfado en las elecciones (...). Se ha confirmado, por lo tanto, lo que sobre el particular habíamos manifestado (...). Ni una palabra más que pueda acibarar la triste situación de los vencidos"*'. 80. La Palma, tí' 191, SCP, 28-VI-1879, pág. 2. 81. «ELECCIONES». La Palma, n» 183, SCP, 23-IV-1879, pág. 1. 48 Rápidamente pueblan las planas una sucesión de datos sobre el escrutinio, concluidos con la publicación de los resultados oficiales*^ y la certeza del triunfo del candidato apoyado, el cual obtuvo una mayoría que "demostraba las generales simpatías que se había conquistado (...) por su celo en pro de los intereses generales de esta isla, los que sin duda alguna recibirán ahora el conveniente impulso"^^. Las elecciones siguieron protagonizando las portadas mucho después de su celebración. En los meses posteriores éste sería tema motivo de controversia constante con los partidarios de Verdugo, escudados tras el diario La Asociación, desde donde lanzaban sus diatribas. Los redactores de La Palma no muestran recato alguno a la hora de calificar la línea de su oponente -el periódico "pipi", como es denominado-: "Fíjense (...) nuestros lectores en la despreciable figura del calumniador que (...) inventa mil mentiras, emplea la sátira, critica la virtud y se vale de todos los medios más inicuos para hacer descender a personas honradas y dignas de la posición que legítimamente ocupan (...)'*. Son muchas y variadas las supuestas calumnias vertidas desde el órgano federal; la respuesta dada a cada una permite un acercamiento a la realidad política del momento, desde un enfoque particular, claro está. Uno de los primeros ataques recibidos venía a señalar la poca idoneidad del diputado Villalva para desempeñar una labor beneficiosa para la isla, dada su condición de "cunero". Dedica el diario liberal-conservador varios artículos de fondo a dar cumplida respuesta a semejante proclama, argumentando en síntesis la incorrección del término aplicado a su defendido, nacido fuera de La Palma, pero con probado arraigo en ella y sus gentes, considerando demostrado "que ese dictado no se puede aplicar en modo alguno al Sr. Villalva, porque ha sido declarado hijo adoptivo por las poblaciones más importantes de la isla, inclusa esta capital, y así como el derecho de vecindad se adquiere después de cierto tiempo (...), el de naturaleza se adquiere también por la adopción"*'. Como ocurrió anteriormente en el quehacer de la prensa palmera, también la polémica entre estos dos diarios pasó muchas veces por el menoscabo del estilo periodístico del contrario. Singular inquina observamos en las críticas vertidas en este sentido sobre los escritos de Faustino Méndez Cabezola y Augusto Cuevas Camacho, ambos directores de La Aso- 82. Según el diario D. Federico Villala obtuvo 476 votos y su oponente, 312. Dado que el censo electoral de la isla ascendía entonces a 800 electores, la mayoría de 164 escrutinios obtenidos por el candidato liberal-conservador era suficiente para proclamarle diputado. Cfr. La Palma, rfi 184, SCP, 28-IV-1879, pág, 2. 83. «Sección local y provincial». La Palma, n° 184, SCP, 28-IV-1879, pág. 2. 84. «U calumnia». La Palma, n« 185, SCP, 9-V1-1879, pág. 1. 85. «Sección local y provincial». La Palma, n" 185, SCP, 9-VI-1879, págs. 1. 49 dación, quienes consideraban poco afortunados los artículos de Pedro Guerra Vallejo, responsable a su vez de La Palma. Respecto a semejant(;s comentarios la respuesta habitual se tiñe de ironía: "Se necesita todo el grandísimo descaro que es innato en pipi para atreverse a poner en duda (...) la ilustración de sus contrarios en esta isla. Sin duda que (...) se considera la ilustración y la sabiduría por excelencia (...)"**. También recibieron cumplida respuesta una serie de escritos dados a conocer a la opinión pública por Santiago Verdugo, en los cuales el frustrado candidato federal arremetía contra sus oponentes. En uno de esos sueltos, fechado el 15 de julio de 1879, al parecer se despachó a gusto en contra de sus adversarios, tachándolos de cobardes, villanos y otros adjetivos. El tono empleado sugiere a la redacción la pluma de un autor desesperado, incapaz de decir nada nuevo, como si pareciera tener "un formulario para escribir sus comunicados, todos se parecen como una gota de agua a otra gota"^^. I3n un intento de hacer ver a sus lectores el talante de la cabeza visible del contrincante, realiza un análisis de la vida pública de Verdugo, que a nosotrcis nos sirve -con las lógicas reservas- para determinar algunos extremos de la historia reciente palmera. Descubrimos una biografía marcada por continuos vaivenes. Santiago Verdugo y Massieu comenzó su andadura política un las filas "carboneras", en donde esperaba lograr, a decir del órgano villalvista, una notable proyección desde su posición de oficial de milicias de la isla y hombre notable procedente de la zona de Garafía, donde inició su carrera. En un principio escaló puestos y consideración en las filas conservadoras de la mano de su hermano, Domingo, varias veces diputado por la isla. y\ntes de 1868 el partido "carbonero" representaba en La Palma a los unionistas; después de la Revolución, refundido con elementos del antiguo progresismo, dio pié a un Partido Constitucional fuerte y vigoroso, que en diversas elecciones provinciales y nacionales dominó la vida pública insular en abierta oposición con los elementos conservadores y federales. En 1873, en plena República, los "carboneros" auxiliaron a Santiago Verdugo, quién resultó elegido por esta circunscripción en dura pugna con los federales. Disueltas estas Cortes continuó D. Santiago dedicado a cuestiones particulares, mientras que se afianzaba en la isla el dominio de su partido. Al tener lugar la Restauración, y llegados al poder los conservadores, desalojaron a los "carboneros" de las posiciones alcanzadas en el periodo anterior, y ello con la anuencia expresa de los federales, quienes se beneficiaron del reparto de 86. La Palma, rf 191, SCP, 28-VI-1879, pág. 2. 87. «Por la Redacción, varios Carboneros. Sr. D. Santiago Verdugo.» La Palma, t- 192, SCP, 5-VII-1879, pág. 1. 50 los cargos oficiales. Los federales o "cangrejos" desplegaron a partir de entonces y desde sus cargos una notable persecución de sus enemigos. Mientras tal suerte sufrían por estos lares los amigos del Sr. Verdugo, éste continuaba en Madrid. Los federales, entre tanto, acabaron enfrentados a los conservadores quienes, a su vez, acercaron posiciones al partido "carbonero", formando una entente que se opuso a los anteriores. Santiago Verdugo desde Madrid conoció los pormenores de estos encuentros, adoptando, en principio una posición distante y terminó, seguidamente, cambiando de bando, adhiriéndose a las filas de sus antiguos enemigos, quienes incluso le presentaron como candidato en el 79. El análisis de este hecho no esconde la realidad, en opinión de la redacción de La Palma "no les movía a éstos simpatías ni afecto personal alguno al Sr. Verdugo; a nuestro juicio, se odian hoy tan cordialmente como antes; el Sr. Verdugo les paga con igual moneda, pues no es posible borrar en un día veinte años de antagonismo y luchas más personales que políticas"^*. No habían acabado todavía los ecos de las elecciones a Cortes, cuando fueron convocadas las municipales parciales, en julio del mismo año, siendo este evento un nuevo motivo de enfrentamiento entre las dos formaciones predominantes, con reflejo inmediato en sus medios de prensa representativos. El análisis hecho desde el periódico "carbonero" hace hincapié en lo que considera impotencia de sus enemigos para hacerles frente: "Las elecciones municipales (...) han puesto de manifiesto la impotencia a que se ve reducido en esta ciudad el que antes se titulaba gran partido liberal, (...), o cangrejos, y vestido de nuevo se había dado (...) el pomposo título át partido para el fomento de los intereses morales y materiales de la isla, vulgarmente conocido por gilo-verde o gorgojo Si desde la perspectiva del órgano de los constitucionales resultaron indignantes los métodos utilizados por sus contrarios en la campaña, el momento de formar las mesas, el 25 de mayo, tampoco debería pasar a los anales democráticos. En los tres colegios capitalinos sucediéronse tumultos, atribuidos, claro está, a los "cangrejos", quienes impidieron el normal cumplimiento de los preceptos legales para estos casos. Puntualmente aparecen publicadas las informaciones sobre las irregularidades, sospechosamente idénticas en cada uno de los colegios. En el primero de ellos el presidente se encontró la entrada completamente obstruida por personas que no eran electores. Los gritos, las amenazas y los empellones le impidieron abrir la puerta del local y, cuando lo consiguió, creció el tumulto sin que el tercer te- 88. «A D. SANTIAGO VERDUGO». La Palma, n=187, SCP, 28-IV-1879, pág. 3. 89. «ELECCIONES MUNICIPALES». La Palma, rf 187, SCP, 28-V-1879, pág. 3. 51 niente de alcalde -federal, por más señas- mostrara mucha preocupación por mantener el orden. Ante la confusión, algunos elementos "cantonales." capitaneados por el alcalde de barrio formaron una mesa al aire libre, se posesionaron de ella y evacuaron un oficio pidiendo al primer alcalde el 1 ibro talonario y las listas de electores. No lograron entregar el oficio, abandonando finalmente su actitud. En el segundo colegio revistió el alboroto unas formas más graves. Aquí el presidente encontró cuerpos extraños en la boca de la cerradura de la puerta que impidieron su apertura. No quedó más remedio que violentarla, ante la oposición de algunos elementos congregados en las proximidades. Estos mismos personajes accedieron tras el presidente al interior de la dependencia, y enseguida, sin aguardar razones, se apoderaron de las sillas y la mesa. Ante las conminaciones del presidente abandonaron sus posiciones pero no el local, el cual se iba llenando por mome:itos de gente hostil, la mayoría sin derecho a voto. Las peticiones de la pres;.dencia al segundo teniente de alcalde en el sentido de que procurara el orden no dieron resultado, argumentando éste que sólo tenía competencias para mantener el orden en el exterior. Los ánimos se encresparon, resultando herido incluso un guardia municipal; sólo entonces el teniente de alcalde ordenó la salida del recinto y, ante la protesta del presidente, clausuró el mismo. Las crónicas del periódico nada dicen de lo acontecido en el tercer colegio, aunque, por lo que podemos deducir, los hechos no difirieron demasiado. En todo caso, resulta evidente desde su perspectiva que los alborotos fueron promovidos a conciencia por los "cangrejos", a fin de evitar así una derrota cantada de sus huestes. Otro dato: de los tres tenientes de alcalde encargados de velar por el orden en cada colegio, dos eran probados federales, el otro simpatizaba con los "carboneros". Los colegios cerrados inicialmen-te -segundo y tercero- estaban bajo la custodia de los dos primeros, y sólo en el primero, encomendado al otro, se verificó la elección con una menor incidencia de los desórdenes. El 13 de julio tuvieron lugar las votaciones en los colegios cerrados, constituyéndose las mesas interinas con los secretarios de edad, con intervención de ambos partidos, sin reclamación ni protesta alguna. El resultado del escrutinio dejó claro el triunfo apabullante de sus patrocinados en la capital, desde el primer día de votación'". En el resto de la 90. Según los datos facilitados por La Palma el escrutino confirmó la derrota de los cangrejos o gorgojos, puesto que el resultado de la votación fue favorable para sus acólitos en el primer colegio: D. Miguel Pereyra Pérez y D. Servando Pereyra García, 59 votos; D. lilas Lorenzo Rodríguez y D. Manuel Pérez Cruz, 52 votos. El segundo y tercer día obtuvieron 6 sufragios los dos primeros señores, 4 el tercero y 2 el cuarto, sin que hubiera reclamación o protesta alguna. Cfr. La Palma, n^ 188, SCP, 5-VI-1879, pág. 1. En el segundo los «carboneros» obtendrían 96 papeletas y 51 sus oponentes, sin que hubiera protesta alguna. En el tercero 61 y 56, respectivamente, no presentándose tampcco ninguna protesta. Cfr. La Palma, n^ 194, SCP, 25-VII-1879, pág. 2. 52 isla los elementos "cangrejos" alcanzaron la victoria en los municipios de Los Sauces, Puntagorda y Breña Baja. Los Ayuntamientos de Garafía y Ti-jarafe, en cambio, resultaron copados por sus contrincantes, mientras que Barlovento quedó en el aire al ser rechazada por algunas irregularidades la única candidatura presentada con adscripción política. En El Paso salieron electos tres "carboneros" y tres "cangrejos", también sin lucha, "y como en dicho pueblo han hecho estos últimos la propaganda del perdón de las contribuciones y el reparto de los montes públicos y particulares, y esto no lo pueden realizar, pronto caerán en desprestigio y se verán reducidos a la impotencia"^'. Desde la perspectiva dada por la seguridad del triunfo, los ataques contra La Asociación alcanzaron mayor altura. En el primer momento arreciaron las críticas por lo considerado como "silencio doliente" del cofrade: "Con sublime modestia pretende el amigo del Pí hacer creer al público que el resultado de las elecciones municipales en esta isla ha sido sumamente satisfactorio para el partido a que él presta su humilde apoyo. Si fuera verdad tanta belleza, ¿Se hubiera usted conformado con dedicar unas pocas líneas a tal asunto el día 28 de mayo, y el 31 se vendría con tanta modestia y repulgos? No, su suavidad, su reserva es un medio de encubrir la derrota de su partido (...). Todas las halaracas quedan reducidas a tres ayuntamientos adictos y participación en otros tres; si lo que Pí-Pí dice fuera cierto, ya la música y los cohetes lo habrían anunciado. Como han permanecido callados, la derrota es probada, (...)'"'-. Siete fueron los puestos en liza en la capital, de los cuales seis habían sido conseguidos por los "carboneros". Era un triunfo inapelable y digno de celebración; el diario portavoz de esta formación no se abstuvo de ello: se había luchado por siete ediles y "hemos sacado seis victoriosos, y de éstos cinco sin protesta alguna. Los cangrejos no han podido obtener sino UNO solo en la minoría del primer colegio: ¿no prueba esto la fuerza y vigor del numeroso partido carboneroV"^^. El 29 de julio tomó posesión el nuevo ayuntamiento''*, en el cual los acólitos al periódico estaban representados mayoritariamente. Para entonces ya los artículos sobre el particular del órgano "cangrejo", lejos de reconocer la humillación recibida, argumentan su otrora poca disposición de principio a participar en los comicios, al menos 91. «Sección Local y Provincial». La Palma, n" 188, SCP, 5-VI-1879, págs. 1-2. 92. La Palma, n» 188, SCP, 5-VI-1879, pág. 2. 93. La Palma, n= 194, SCP, 25-VI-1879, pág. 2. 94. Alcalde-Presidente, Miguel Pereyra Pérez; Primer Teniente, Luis Vandewalle y Quintana, Marqués de Guisla Guiselín; Segundo Teniente, Nicolás de las Casas Lorenzo; Tercer Teniente, Pedro Hernández Fierro; Síndicos, Santiago Molina Vandewalle y Joaquín Poggio y Lugo; Regidores, Servando Pereyra García, Manuel Lujan Lecuona, José M- Castro y Felipe, Blas Lorenzo Rodríguez, Juan CalDrera Martín, Francisco Morales Duque, Timoteo Barreda Castañeda y Federico López Abreu. Cfn La Palma, n" 195, SCP, 3-VIII-1879, pág. 1. 53 esa es la visión de La Palma, para quien el argumento no podía ser má 5 pueril: "¡Qué cosas se escriben y con qué descaro! ¡Que los cangrejos no se decidieron a tomar parte en la elección municipal (...) sino a última hora! ¿Y las reuniones preparatorias del partido en el Circo de Marte, (...), anunciadas por carteles? ¿Y los discursos que allí se pronunciaron excitando al exterminio de los carboneros'! (...). (...) los cangrejos (dicen) que no tenían otro poder ni apoyo que la confianza y las simpatías que pudiesen inspirar a los electores. (...). El día que los cangrejos y gorgojos no cuenten en esta isla con otro poder ni apoyo (...), ese día ya no se atreverán a salir de debajo de las piedras y los graneros, que delsen ser su elemento, los sitios de sus reuniones'"*^ El diario no sólo polemiza con su oponente La Asociación, sino que lo hace también con otros colegas del Archipiélago por los que se siente atacado. En el verano de 1879 distintos medios impresos tinerfeños, más o menos próximos a los federales, pusieron su atención en las vicisitudes de las elecciones municipales parciales en La Palma; hasta aquí todo normal, lo malo fue que, en opinión de los redactores de La Palma, únicamente publicaron la versión de sus oponentes. Entre esos periódicos estaban La Lealtad Canaria y El Memorándum, verdaderos "altares de los cangrejos" y monumentos a la inexactitud informativa: " ¿Quién lo había de pensar? ¡Se ven hoy tales cosas...!!! Ambos periódicos pre:enden ayudar y defender a los federales de aquí en lo referente a las elecciones municipales últimamente verificadas en esta isla; (...). No hay arte más difícil que el de mentir, y los aludidos colegas se convencerán de que han sido sorprendidos en su buena fe por estos cangrejos (...)"*'. A pesar de todo continuaron este tipo de informaciones, a juzgar por el malestar expresado por el diario palmero. Puntualmente son rebatidas tales noticias, una vez y otra también, repasando el cercano devenir electoral, alternándose en los sueltos reproducciones de los párrafos engañosos, las oportunas aclaraciones y las acusaciones de parcialidad, reñida a todas luces con la verdadera esencia de la labor periodística, todo lo cual dice nc sorprenderle, toda vez que "a El Memorándum le ciega un poco de afecto cíe familia, aunque ésta sea para él ingrata, cuando no ha querido convencerse por completo de la verdad de lo ocurrido en las elecciones"'^. Hay un determinado momento en que la línea política del periódico toma un rumbo d: stin-to o, si se quiere, ideológicamente más militante. La causa detonante de esta situación estuvo en el conocimiento de ciertos rumores referentes a la 95. La Palma, rfi 191, SCP, 28-VI-1879, pág. 2. 96. La Palma, n= 189, SCP, 13-VI-1879, pág. 2. 97. La Palma, n» 194, SCP, 25-VI-1879, pág. 2. 54 creación de una asociación cívica -"pretendidamente libertaria"- patrocinada por algunos elementos federales. Desde mediados de 1879 esta idea pareció articularse a través de algunas asambleas convocadas por toda la isla. Lo primera que hizo el diario fue reivindicar para los "carboneros" la vanguardia en la defensa de las libertades, pues este partido representaba "la libertad hermanada con el orden, la sensatez y la cordura; y obedeciendo a las leyes de la compensación, (...), es el contrapeso necesario y legítimo que se opone a las tendencias de resistencia y desorden que otras agrupaciones adoptan como norma de su conducta (...)"'*. Desde la perspectiva del diario conservador los "cangrejos" con esta maniobra no pretendían sino difundir por La Palma ideas socialistas y anarquistas, inherentes por lo demás al pensamiento e historia política del considerado principal mentor del mismo, Pi y Margall. En todo caso, ésta era una cuestión sumamente grave, una amenaza a los intereses locales, insulares y sociales en general. Las tropelías cometidas en las elecciones municipales eran buena prueba de lo que se podía esperar de semejante "asociación". Las críticas llueven también en relación a postulados concretos, destinados a ser los pilares ideológicos de la misma, como la defensa de las reformas institucionales, la renovación completa del orden social, la abolición del derecho de la propiedad y el recurso a la fuerza siempre de acuerdo con los fines. No hay intento alguno de rebatir tales postulados desde una perspectiva científica; los argumentos utilizados van más en la línea de explicar a los lectores los males que podrían derivarse, caso de ser aplicados a la realidad social esos ideales, siempre advirtiendo sobre las posibles consecuencias de su adopción por los labriegos y clases proletarias en general, los estamentos más sencillos y más desprovistos de instrucción, fácilmente captables, para perjuicio del bienestar y la tranquilidad públicas. Los argumentos históricos sirven a los redactores de La Palma para hacer ver los males inherentes a una doctrina "culpable" de movimientos tales como el cantonista, continuamente recordado'': "Los que presumiendo de liberales, muy liberales, pues se inspiran en las teorías sociales de Pí, ofrecen a éste ir preparando el terreno en esta isla para si llegara el día para ellos deseado de la regeneración social declarar quizá en cantón independiente este puño de tierra (...)". Los males de semejantes pensamientos trascienden los límites reducidos de la insularidad, convirtiéndose incluso en un elemento perturbador exportable a las colonias, especialmente a Cuba, destino de muchos emigrantes canarios: 98. «UNA REUNIÓN IMPORTANTE». La Palma, n= 189, SCP, 13-VI-1879, pág. 1. 99. La Palma, n= 191, SCP, 26-VI-1879, pág. 2. 55 "¿no es de temer que esas mismas personas que emigran, abrigando en su mente ideas subversivas y en su pecho sentimientos de destrucción, se presten con facilidad a promover y tomar parte activa en cualquier levantamiento, (...) que con frecuencia se suscitan en América? ¿No es de temer que nuestra isla de Cuba vuelva a verse sumida en otra nueva insurrección con el influjo de estas ideas (...)"™. Este asunto constituyó un nuevo elemento de divergencia con su cofrade La Asociación, defensor notable, como se verá, del nacimiento de una Asociación Democrática en la isla. En contra de su establecimiento, el órgano "carbonero" esgrime muchos argumentos, aunque el predominante insiste en el peligro para la paz y el orden. Era preciso respetar las instituciones -se dice -porque ellas arquitrababan la sociedad; lo mismo ocurría con el derecho a la propiedad, fundamento de toda prosperidad; enseñar otra cosa lo consideran un sibilino intento de inducir a engaño. Lo que desde la óptica de La Asociación implica un intento de crear costumbres democráticas, acostumbrando a todos a intervenir en los asuntos de todos, es para La Palma un fraude claro: en aquel momento histórico los pueblos precisaban, "más que sermones socialistas, industrias donde emplearse para ganar su sustento; por manera que los que se proponen conquistar voluntades por medio de asociaciones basadas en promesas de mejoras morales y materiales, sin haber cumplido ninguno de estos ofrecimientos, caerán pronto en el más completo ridículo""". Los márgenes de la legislación imperante sobre prensa también se hicieron sentir sobre la publicación que analizamos. Pese a que le tocó vi\ ir unos momentos de predominio de las líneas defendidas desde sus páginas, las propias peculiaridades del periodo hicieron posible la actuación de ciertas autoridades con unas ideas opuestas a las tesis del periódico, lo que llevó consigo cierto grado de persecución, advertido por la redacción, y concretado en un rosario de denuncias interpuestas entre julio y septiembre de 1879. El máximo responsable de esta campaña fue Manuel Pérez Abreu, conocido federal -ex-censor del Comité Republicano Federal palmero, a más señas-y celoso Promotor Fiscal Sustituto de la isla. Las acusaciones siempre tuvieron el mismo fundamento: tratar de temas políticos, y los artículos referidos siempre tuvieron que ver con tal o cual aspecto de la celebración de las pasadas elecciones. Las normas invocadas por el fiscal'"^ merecen y obtie- 100. «Sección editorial. Una cuestión trascendental». La Palma, n-190, SCP, 21-VI-1879, pág. 1. 101. «Sección editorial. POR LA SENDA DEL ORDEN.» La Palma, n= 201, SCP, 21-IX- 1879, pág. 1. 102. En especial el párrafo 3° del artículo 79 de la vigente Ley de prensa, donde quedaba determinado que los tínicos casos en que un periódico no político podía incurrir en la ¡)enalidad establecida en el artículo 80 de la citada ley, a saber: «la insersión de artículos y noticias políticas ». 56 nen una crítica en toda regla, por su inexactitud, lectura amplia y consiguiente inseguridad para la prensa. La redacción considera siempre no haber incurrido en ilegalidad alguna, puesto que polemizar sobre elecciones municipales y publicar sueltos -muchas veces humorísticos, para obviar el espíritu de la ley, como no se nos oculta- no debía en modo alguno tener relación con los casos de penalidad establecidos. Por otro lado, ésta es presentada como una cuestión de crucial interés para todo el mundo de la prensa canaria, por ello se reiteran las llamadas a los demás colegas de la provincia para que emitan su parecer. La primera de estas denuncias lleva la fecha de 29 de junio, el tema ya queda dicho, la posición del diario también. Incluso se considera honrado con el hecho, pues presupone un valor y una impronta de "esta modesta publicación" que jamás hubiera supuesto merecer tanto rigor: "Se nos acusa de tratar de política (...), en los que hablamos de las elecciones municipales de esta isla. Lx)s ayuntamientos son corporaciones administrativas; todos los asuntos que con ellos se relacionan entran de lleno dentro de los intereses generales del país, y por lo tanto, en nada creemos faltar a la ley al ocuparnos de tales cuestiones""". Siguieron luego una sucesión de consideraciones sobre el papel de la prensa y, especialmente, en torno a lo que debía ser considerada información política. La interpretación más adecuada es que los artículos y noticias políticas, cuya inserción en periódicos de intereses generales prohibía la ley, eran los de doctrina y propaganda en cualquier sentido, pero de esta interpretación amplia a la estrecha y mezquina de prohibir la referencia a hechos sobre elecciones municipales, usando las frases más sencillas y en relación con los intereses generales, mediaba un abismo. Si un excesivo rigor podía ser un perjuicio para la prensa, un recto criterio habría de interpretar la ley en el sentido más favorable a la misma. Frente a las amenazas y las denuncias, y basándose en estas y otras consideraciones, el diario mantiene su posición: "Mientras no haya disposición ii orden terminante que fije el sentido de la ley, amparándonos en el derecho que la misma nos concede, usaremos de él en la forma mesurada que tenemos por costumbre, sin arredrarnos la persecución que contra nuestra publicación se emplea"'"''. 103. «Sección editorial. PRIMERA DENUNCIA.» La Palma, n= 192, SCP, 5-VII-1879, pág. 1. 104. «Sección editorial. UNA DENUNCIA FRUSTRADA.» La Palma, n= 196, SCP, 13- VIII-1879, pág. 1. 57 •.•.•(?1 '••'•! ! '. ! \ LA ASOCIACIÓN -> m i , ' * t c • ¡ LA ASOCIACIÓN. T: La Asociación. S: "Periódico político independiente". A partir de septiembre de 1881, "Periódico democrático". Cr: 12-III-1879/9-XII-1884. Dr: Faustino Méndez Cabezola, hasta 9-IX-1881, luego Augusto Cuevas Camacho. Ed: Antonio Díaz Martín. I: "La Asociación", situada en la calle Trasera, 12 de la capital. F: 31X43,5. Pg:4. Cl:4. P: "La Asociación se publicará 6 veces cada mes, a saber; los días 3, 12, 18 y 28 fijos y además los días de la llegada del correo de España". Se: "En esta isla: 4 Rvn. al mes.-en el resto de la provincia y península: 15 Rvn. trimestre; 60 al año.- Cuba y Puerto Rico: semestre, 2 pesos 50 cents. en oro; año 4 pesos fuertes en oro.- Extranjero, semestre 48 Rvn., año 96". Ctr: Se trata de una publicación nacida expresamente para la política, y más concretamente para sostener ante la opinión pública la formación en la isla de una asociación de carácter democrático, impulsada desde las filas republicano- federales. L: Hemeroteca de "La Cosmológica", en Santa Cruz de La Palma. Este periódico nace con el fin primordial de formar, primero, y servir de soporte público, después, a una Asociación Democrática, según proyecto elaborado por ciertos elementos republicano-federales radicados en la isla. Estos dos extremos condicionaron la vida de la publicación, de manera que si por un lado luchó por la plasmación en la praxis de aquel proyecto, por otro sirvió de portavoz de las ideas defendidas por el Partido Republicano- 58 Federal de La Palma. Viene a ser, por tanto, un periódico "cangrejo" -de acuerdo con la terminología de la época- y por ende enemigo declarado de La Palma. Pero vayamos por partes. Desde los primeros números ocuparon lugar destacado los artículos dedicados a fundamentar la creación de una asociación de tal índole, considerada del todo necesaria para el mejor desenvolvimiento y salud de la vida pública. Las características y principios de la misma aparecen sucesiva y periódicamente a lo largo del tiempo, definida, en principio, como una plataforma desde la que procurar el fomento de los intereses morales y materiales de la isla. Para conseguir este fin la asociación debía sustentarse en dos premisas: primero, la defensa y desarrollo de todos los derechos y libertades, con especial referencia a los establecidos por la Constitución entonces vigente, y segundo, postular el mejoramiento de la situación de todas las clases mediante la educación y la instrucción. Se hace hincapié en la alusión a "todos los derechos y libertades" y a "todas las clases", respondiendo con esta reiterada generalización a los ataques procedentes de órgano conservador La Palma, quien en opinión del diario federal realiza una crítica intencionalmente sesgada de su proyecto, algo indicativo de "una absoluta falta de educación del sentido crítico juzgar aisladamente una parte de un todo; un sólo capítulo de una obra; un sólo artículo de una ley (..); uno sólo de los párrafos de las bases que venimos examinando""". No existía la más mínima intención de pervertir un orden que, sin embargo critican y ven mejorable. Es más, la asociación propuesta obraría dentro de la más estricta legalidad. Dejan claro, no obstante, un extremo: el hecho de defender los derechos y libertades que la Constitución consagraba, no podía en modo alguno significar una bendición ni de ese cuerpo legal, ni del sistema por ella amparado. Desde esta perspectiva no había, pues, inconsecuencia alguna en defender los derechos y libertades concedidas y garantizadas por la norma suprema del Estado, sea ésta la que fuera. Varios son los medios sugeridos para el logro de sus fines. El primero de ellos pasaría por "auxiliar (...) toda empresa que legítimamente tienda a aumentar el bien estar físico o moral de los habitantes de la isla"'"*^. Semejante tarea habría de concretarse especialmente en promover toda iniciativa conducente al aumento del bienestar general de los palmeros, sin reparar en los individuos o instituciones promotores. Lo importante era estimular al mayor número posible de personas a tomar parte en los asuntos de interés común, único remedio contra la peor enfermedad padecida entonces por el cuerpo social: el caciquismo. Además, de este modo se lograría al mismo tiempo ir destruyendo la vergonzosa tendencia de muchos, quienes niegan por sistema el 105. «LA ASOCIACIÓN. EXPLICACIONES.» La Asociación, n» 34, SCP, 8-VIII-1879, pág. 1. 106. La Asociación, n= 37, SCP, 23-VI1I-1879, pág. 1. 59 apoyo a todo pensamiento útil y digno, por el sólo hecho de no ser el] os los iniciadores. Otra de las estrategias a emplear pasaría por im |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|