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ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2015; 26: 1-2 EDITORIAL
Con Farmaindustria hemos topado
La Sociedad Canaria de Oftalmología tenía previsto y anunciado celebrar este año su
Congreso anual en el Hotel Tecina, en la Isla de La Gomera. Tal decisión se tomó en cumpli-miento
de nuestra filosofía de llevar nuestro foro anual de encuentro, convivencia y debate
científico a todos los rincones de nuestro archipiélago. Y, dentro de esa filosofía, al tomar la
decisión de llevar nuestra reunión a la isla colombina, el único establecimiento posible, por
capacidad, por instalaciones y medios, y por ubicación, cercana al aeropuerto, era el Hotel
Tecina, un hotel de cuatro estrellas que ha sido sede de numerosos congresos médicos en años
anteriores.
Sin embargo tal deseo se vio truncado, debido a la decisión de Farmaindustria de prohibir a
las casas comerciales, cuyo patrocinio resulta imprescindible para la realización del evento dada
la imposibilidad de nuestra institución de asumir sus costos, a apoyar su celebración
¡¡¡porque
el hotel tiene un campo de golf anexo!!!
No valieron las explicaciones acerca de que el campo de golf no pertenece al hotel, debida-mente
justificadas con la correspondiente documentación y, sobre todo, que nuestra reunión tie-ne
exclusivamente un carácter técnico y científico, perfectamente contrastable por quien quiera
auditarla. Si queríamos acceder al patrocinio de la industria farmacéutica no teníamos más
remedio que cambiar la sede de nuestras jornadas. Y eso, lamentándolo mucho por la ilusión
que habíamos puesto en acudir a La Gomera, fue lo que, al final, tuvimos que hacer, con el
consiguiente perjuicio económico e institucional de la Sociedad Canaria de Oftalmología que
tampoco fue tenido en cuenta por Farmaindustria a la hora de mantener su veto, decisión toma-da
a 2000 km de distancia y con solo consultar la página web del hotel.
La Sociedad Canaria de Oftalmología desearía que fueran las instituciones públicas las que
dispusieran de presupuestos para apoyar la celebración de este tipo de eventos, imprescindibles
para poder seguir avanzando y acercando a los oftalmólogos canarios las últimas técnicas e
investigaciones relacionadas con nuestra profesión. Pero esos deseos chocan frontalmente con
la realidad y esta es que ahora mismo, al no existir esos presupuestos públicos, la única manera
de poder conseguir recursos para hacer posibles estos eventos es recurriendo al apoyo de la
industria farmacéutica.
Desconocemos si la decisión de Farmaindustria de no permitir el apoyo económico de
sus asociados a la celebración de reuniones de estas características en hoteles que tengan
anexos campos de golf o que publiciten su práctica tiene que ver con malas prácticas de
épocas anteriores, precisamente auspiciadas y fomentadas por la industria farmacéutica.
Pero reconociendo la necesidad de erradicarlas y de establecer para ello una normativa y
un código de buenas prácticas, sí que es nuestro deber defender públicamente que nuestro
colectivo realiza estos eventos con la exclusiva finalidad de reunir a sus asociados para
ponerlos al día de la evolución de su especialidad, propiciar su reciclaje y escuchar a aque-llos
que nos puedan ayudar al desarrollo de la oftalmología en el archipiélago, y no para
dedicarnos a jugar al golf o a otras actividades lúdicas o deportivas. Y la mejor prueba de
ello es el programa del propio congreso, donde apenas queda tiempo libre para poco más
que tomarse un café.
La Sociedad Canaria de Oftalmología apoya decididamente la necesidad de establecer un
control sobre la participación de la industria farmacéutica en este tipo de eventos, pero debe
hacerse según unos criterios lógicos y racionales, y no aplicando la «ley del péndulo» que ha
supuesto pasar del «todo vale» al «no vale nada», en un intento de calmar malas conciencias de
épocas pretéritas. Resulta cuando menos paradójico que, aplicando los criterios actuales, resulte
más caro celebrar un congreso en un hotel de cuatro estrellas que en uno de cinco, porque solo
se tiene en cuenta la categoría del establecimiento y no el presupuesto.
CABRERA LÓPEZ FCO.
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Las casas comerciales no pueden permanecer pasivas ante esta situación, y como responsa-bles
de la creación y de la gestión de Farmaindustria, deben dar los pasos necesarios para lograr
un marco de regulación y control más flexible, racional y adaptado a la realidad.
Al final, pues, el XLIII Congreso de la Sociedad Canaria de Oftalmología se celebrará los
días 19 y 20 de junio, en el Hotel Jardín Tropical, en el sur de Tenerife, donde, más allá de estas
vicisitudes, estamos convencidos de que conseguiremos lo que de verdad nos importa: que los
canarios puedan disfrutar y beneficiarse de una oftalmología comparable a la que se practica en
los lugares más avanzados del planeta.
Francisco Cabrera López
Presidente de la Sociedad Canaria de Oftalmología