Revista Latina de Comunicación Social
50 – mayo de 2002
Edita: Laboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social
Depósito Legal: TF-135-98 / ISSN: 1138-5820
Año 5º – Director: Dr. José Manuel de Pablos Coello, catedrático de Periodismo
Facultad de Ciencias de la Información: Pirámide del Campus de Guajara - Universidad de La Laguna 38200 La Laguna (Tenerife, Canarias; España)
Teléfonos: (34) 922 31 72 31 / 41 - Fax: (34) 922 31 72 54
El lenguaje de un presidente
Lic. Sebastián de la Nuez A. ©
Resumen
Venezuela ha vivido momentos de verdadera zozobra en los últimos meses, y analistas del entorno político y comunicacional le
atribuyen a los discursos del presidente Hugo Chávez una significativa cuota en la conformación del clima de crispación. En este
trabajo se analizan y comparan varias alocuciones presidenciales, pertenecientes a diferentes momentos políticos, tratando de
establecer los parámetros de un discurso calificado de "incendiario"; que logra sin embargo imbricarse con el pueblo, en el
pueblo.
Introducción
La palabra que más ha utilizado el presidente actual de Venezuela en sus discursos es "YO". El segundo lugar, aunque no
existan estadísticas al respecto, se lo deben pelear las palabras "PUEBLO"; y "REVOLUCIÓN". Hugo Chávez Frías, líder de
incuestionable proyección carismática entre las masas, ha cimentado su popularidad en la oratoria, y su imagen de "soldado del
pueblo"; se apoya fuertemente en su propio físico, en la actividad simbólica que ha desarrollado y en las representaciones
sociales a las que alude o de las que se aferra públicamente. Chávez funciona como productor de significados y reproductor de
representaciones sociales en tanto éstas son "formas de reconstrucción mental de la sociedad"; [1]. Según el comunicólogo
venezolano Carlos Colina, una representación social está compuesta por elementos heterogéneos: valores, actitudes, creencias,
opiniones, imágenes e informaciones. "No obstante, se presenta como una unidad funcional fuertemente organizada"; [2].
En sí mismo icono de una ruptura política con el pasado y símbolo de una ideología que de tan heterogénea se hace amorfa,
Chávez ha tenido la intuición de "conectar"; con el pueblo (es decir, con las masas desposeídas en su mayoría que se calculan
en 80% de la población) relacionándose a través de representaciones sociales comunes (ficticia o genuinamente comunes) con
las que juega histriónicamente, apelando alternativamente a una o a varias de ellas en cada uno de sus discursos. Pueden ser
de tipo religioso, lúdico, anecdótico-familiar, histórico-patriota o simplemente clasista o racial. Imposible dar cuenta de cada una
de ellas en un trabajo que, como el presente, tiene un alcance limitado.
Podemos, sin embargo, abrir el compás para decodificar algunas de estas representaciones. Se transcribirán a continuación
cuatro crónicas realizadas por quien escribe y una periodista de la sección Nación del vespertino caraqueño TalCual. Se trata de
reseñas sobre alocuciones presidenciales –bien de su programa semanal transmitido a través de Venezolana de Televisión y
Radio Nacional, bien de una transmisión en cadena– correspondientes a otros tantos momentos del acontecer político reciente.
De cada una de estas crónicas, escritas sin ninguna intención de análisis semiótico o comunicacional, se extraen conclusiones.
Se han conservado los títulos originales, y pueden consultarse los periódicos de las cuales fueron extraídas en la página web
talcualdigital.com.
1. Páez no era tan malo, después de todo (27 de agosto de 2001) [3]
No se supo a ciencia cierta si el Aló Presidente [4] fue la arenga ante los conmilitantes del MVR [5] en el hotel Margarita Hilton,
el sábado al mediodía, o si aquello −más de dos horas largas− fue aperitivo del programa que haría más tarde en Boca de Río,
donde se dieron cita, como en una verbena multisápida de bendiciones revolucionarias, los diferentes organismos que "hacen
vida"; en la Quinta [6] para atender quejas y peticiones de quien tuviera a bien acercarse. En cualquier caso, quedaba poco en
el buche del Presidente, quien ya había desmadejado lo suficiente la historia venezolana en su monólogo desde el púlpito del
Hilton, nada menos que el Hilton, santo y seña del neoliberalismo cinco estrellas.
Lo que hubiera debido despachar en pocos minutos −una presentación de las exposiciones que habrían de sucederse en las
Primeras Jornadas de Educación Política "Nuevo Liderazgo Social";, un invento del Movimiento Quinta República− se convirtió
en un llamado maratónico a integrar círculos bolivarianos y círculos patrióticos del partido de gobierno, dos puntales de la
revolución actual que son, según su decir, "dos cosas complementarias, como el hidrógenos y el oxígeno. Un átomo del partido
y dos átomos, o dos mil, o dos millones, de las corrientes sociales. Los círculos bolivarianos tienen que ir más allá del MVR".
Aunque hace tres días aseguró que no es caudillo ("como ha habido en el pasado";), Chávez se comparó velada o abiertamente
con Zamora, Torrijos, Miranda y Allende, no necesariamente en ese orden. Aunque, igualmente hace tres o cuatro días, dijo que
no habría de inmiscuirse en la lucha por la dirección de la CTV, en cierto momento y después de lanzar un "¡Vivan los
trabajadores y su papel en el proceso revolucionario…!";, manifestó su complacencia por haber sido designado Aristóbulo Istúriz
como abanderado de la FBT (Fuerza Bolivariana de Trabajadores). "No pueden ustedes pelar ese boche. Hay que barrer
definitivamente al escualidismo. Es una batalla que también es política. Un 28 de enero de 1816 dijo Páez: ‘Vaya, sargento, con
sus tropas y traiga las lanzas rojas de sangre enemiga’. Así les digo: vayan y traigan la bandera de Venezuela bien en alto".
Porque todo forma parte de un esfuerzo voluntarista y voluntarioso, el 17 de diciembre habrá de bautizarse el gran "movimiento
de movimientos"; que será el nuevo MBR; no es un rescate del MBR-200 como han querido hacer ver los escuálidos. Es, antes
bien, la reunión, como sobre el cauce desbordado del Arauca vibrador, de todas las acciones que en el campo social se
desarrollen bajo el signo aglutinador de la revolución. Y para ello "es necesario que cada líder esté fortalecido; eventos como
éste son importantes, pero tampoco decisivos porque aquí podemos pasar tres días discutiendo sobre estrategias. Pero hay
que estar todos los días en la acción y no oír el canto de las sirenas, como aquellas que amenazaban a Aquiles creo que era, o
Ulises. Y luchar contra el vampirismo. Viene el corrupto y muerde al revolucionario, y si no es sólido termina en vampiro. Muchas
tentaciones a diario. Hay que hacer un proceso de decantación. Y así como a las tropas del ejército hay que someterlas a
pruebas de fuego, así debemos nosotros someternos a pruebas de fuego. Hay gente que vino aquí con otras intenciones. Pero
debemos actuar como un cuerpo humano contra los virus".
En la cabeza del Presidente, pues, está todo perfectamente ordenado. El resto del mundo es el que gira bajo el signo del caos.
Nótese en éste y los demás discursos la utilización de palabras sencillas que van "directo al corazón";, fácilmente comprensibles
para el grueso de la población; aun cuando inserta, de cuando en cuando, citas de clásicos que en todo caso son tratadas muy
ligeramente. Como dice el psicólogo Luis José Uzcátegui al ser entrevistado por la licenciada María Daniela Corredor, "Chávez
emplea palabras sencillas y sensibles como patria, pueblo, Dios, amor, amigos, legítimo, bendecido; pero no es fácil para el
pueblo de cualquier nivel social ver la relación que tiene con el futuro, sus necesidades y planes reales de la economía…";[7] En
la disertación a la que alude la crónica transcrita, las referencias históricas fueron particularmente recurrentes: como el discurso
se produjo en Margarita dijo que "los neoespartanos saben que esta es la primera tierra libre de Venezuela: es precisamente
aquí, en 1817, bajo el liderazgo de Juan Bautista Arismendi, donde echamos al imperialismo español para siempre". Una de las
conclusiones a las que llegó la licenciada María Gabriela Corredor al realizar su tesis de doctorado sobre dos discursos de
Chávez para la Universidad Complutense de Madrid es: "En primer lugar, utiliza como principales fuentes de autoridad al
Libertador Simón Bolívar y al Dios cristiano. En la mayoría de los casos se refiere a Bolívar para traer al presente enseñanzas e
ideas del Libertador sobre la forma de estructurar al Estado, máximas sobre las formas de gobernar y directrices que deben
guiar el camino de la Administración"; [8]. De allí que sea útil, para comprender la tremenda penetración del discurso chavecista
(o chavista) en las clases socioeconómicas más desprevenidas culturalmente, ahondar en esas dos constantes. En el caso que
nos ocupa, adaptó la figura de Bolívar al entorno en el que discurría su discurso (isla de Margarita), pues Bolívar no constituye la
única figura a la que apela para apuntalar su propio proyecto "revolucionario". Es un acto de demagogia adaptar el discurso
según cada auditorio. En este caso es patente dicho recurso, al sustituir la figura de Bolívar por la del héroe local Arismendi. En
ningún otro discurso, ni antes ni después del que aquí se reseña, ha vuelto Chávez ni siquiera a mencionar a Arismendi.
A continuación, extractos remanentes de la crónica original; ilustran el paralelismo entre Historia y presente, una constante
discursiva en Chávez:
Alusión a "El Cabito";, como era conocido popularmente el presidente de principios de siglo XX Cipriano Castro,
citándolo: "La huella insolente del extranjero ha hollado el suelo sagrado de la patria".
Narración de su viaje a Chile, reciente para el momento en que da el discurso en referencia: "Se consigue la huella de
Miranda, aunque él nunca estuvo allá. Bernardo O’Higgins mandó a su hijo a estudiar a Londres y allá se topó con
Miranda. En Moscú también hay huellas de Miranda, estuvo en la corte de la zarina Catalina…";
De nuevo Miranda: "Yo pasé por una cosa chiquitica, Miranda en La Carraca… Terminó traicionado luego de la derrota
de San Mateo; Miranda capituló en San Mateo pero era un por ahora, porque yo también tuve que decirlo porque si no
era responsable de la muerte de 200 o quién sabe cuántos muchachos. El sabía hacia dónde debía seguir, pero los otros
no. Fíjense en esta idea de Miranda: no habrá un sólo día de su vida que no ocurra algo que lo haga pensar a usted en
desistir de su idea. Tiene que tener una voluntad a prueba de todos los obstáculos que se le van a presentar para tratar
de derrotarlo. Eso tiene que ver con el fuego sagrado.
"En el despacho del Presidente (chileno) está un retrato de Andrés Bello, fundador de la Universidad de Chile. Simón
Rodríguez también vivió en Chile como siete años (a los bolivarianos los apartaron o los echaron) donde escribió un
folleto. Moral y luces; por sobre todas las cosas, moral y luces, los polos del MVR.
Y como corolario sui generis para sus referencias históricas: "Si no hay preparación, conciencia, unión y coraje, la
revolución no es posible: se degenera por falta de coraje".
La alusión al "por ahora"; suyo (famosa frase expresada cuando se rindió ante las cámaras de TV tras su golpe fracasado de
1992) en comparación con el supuesto "por ahora"; de Miranda conlleva la intención evidente de alinearse entre los grandes
héroes de la gesta independentista. Como se puede colegir, no se conforma con Bolívar. Sin embargo, a partir de enero de 2002
han disminuido estas referencias históricas hasta casi desaparecer: los hechos de la realidad cotidiana lo han sobrepasado
(como a toda la sociedad venezolana) de tal modo que no hay tiempo para ese tipo de comparación o reflexión.
En todo caso, si alguien busca antecedentes a la retórica de Chávez, Juan Domingo Perón resulta un camino inevitable. El
historiador venezolano Manuel Caballero ha comparado reiteradamente en sus artículos de prensa a Chávez con el argentino.
Caballero asegura que Chávez, como Perón, "es lo que su auditorio quiere que sea: militarista o civilista, derechista o
izquierdista, socialista o fascista. Su apelación a la fidelidad de hombre a hombre, pasando por encima de las instituciones, y su
voluntad de establecer un régimen personalista y, hasta donde sea posible, vitalicio, le asimila mucho más a los viejos caudillos
del XIX latinoamericano que a cualquier otro espécimen político". [9].
Peronista, caudillista, historicista… populista: su discurso tiene de todo pero a final de cuentas y sobre cualquier otra
consideración él mismo reconoce que su verbo tiene el don de "metérsele en el alma"; a la gente. Un arma de doble filo que no
ha conjugado con habilidades de otro tipo. He allí la gran paradoja del sistema impuesto por Chávez, factotum de un albur social
que a los tres años de su nacimiento muestra síntomas de resquebrajamiento, de tal manera que ya no hay "pegamento"; social
posible: hay dos países irreconciliablemente desencontrados. Pero ello, naturalmente, sería digno de un análisis aparte, más
político que comunicacional.
2. El Presidente dice que la TV regional está de su parte
(2 de diciembre de 2001) [10]
Este jueves sí va la cadena; el próximo año se dedicarán 50 mil millones a la prevención del sida: mucha propaganda y pocas
nueces en Aló Presidente. No hubo mención alguna a un eventual estado de excepción, pero en todo momento el Presidente,
en su programa dominical, repitió como un sonsonete la historia de una "revolución bonita"; que pasa por encima de la "guerra
comunicacional"; organizada por los escuálidos, y comprometió a la cámara de televisoras regionales al anunciar –sin mostrar
pruebas– que dichas plantas no respaldarían el paro del próximo lunes convocado por Fedecámaras. De igual modo,
comprometió a Fedeindustria públicamente, aunque dicho sector no se ha pronunciado de manera definitiva sobre el paro.
La producción Aló Presidente número 87 presentó segmentos novedosos y una "puesta en escena"; más cuidada, incluso con
respecto a la edición ya "remasterizada"; de la semana anterior. El Presidente aparece ahora vestido con colores claros y sin los
audífonos que le tapaban las orejas; el set mejor iluminado y más aire alrededor. Ayer tenía un backing de gimnastas
quinceañeras haciendo piruetas a manera de entrenamiento, y las niñas a veces le robaban cámara: la transmisión se realizó
desde un nuevo gimnasio en Barquisimeto construido con ocasión de los Juegos Deportivos Nacionales que se realizan
actualmente en la capital larense. Estuvieron presentes Marisabel de Chávez –quien logró hablar en varias ocasiones, pese a
las interrupciones del protagonista–, el gobernador Luis Reyes Reyes, la presidenta del Instituto Nacional de Deportes, Francis
Terán; el ministro de Educación, Héctor Navarro; la presidenta de Fundabarrios, Mariela González; y varios militares que se
ocupan en Lara del Plan Bolívar.
Se habló del plan Avispa (Autoconstrucción de Viviendas Sobre Parcelas Aisladas) a cargo de Fundabarrios, y de la posibilidad
de cambiarle el nombre a la urbanización El Silencio por el de "Medina Angarita";; se habló de la ayuda enviada a Cuba para
atenuar la destrucción causada por el último huracán, y también del millón de dólares enviado a Argelia; se supo a través de
este programa que al Presidente le gusta el fororo y es "tropero";, y que tanto la Federación Campesina como la que agrupa a
los pescadores artesanales son un buen ejemplo para la nación pues no se suman al paro de Fedecámaras, aunque tengan
observaciones a sus respectivas leyes que harán llegar a la Asamblea Nacional.
Se habló de Villas Crepusculares (construidas con ocasión de los Juegos, para adjudicar luego a personas de pocos recursos),
de una escuela bolivariana que no se pudo inaugurar en Santa Lucía y otra que sí se inauguró en Las Adjuntas (Lara); de
escuelas robinsonianas, que también las hay y son técnicas; y de una conclusión a la que llega el Presidente: "Por cada persona
que está en la contra, hay mil a favor de la revolución".
Realizado luego de una caída vertiginosa de audiencia del programa presidencial, según mediciones publicadas en prensa, se
entiende el remozamiento al que fue sometido, en lo formal y también en contenido, agregándole "secciones"; o "segmentos";
previamente grabados. Era inminente el paro empresarial convocado por la patronal Fedecámaras, un acontecimiento de
protesta liderado por Pedro Carmona Estanga, quien más tarde se haría famoso internacionalmente por ser el protagonista
estelar del golpe de Estado del 11 de abril de 2002. De allí los esfuerzos de Chávez por demostrar que ciertos sectores no
acataban el paro, como por ejemplo el grupo de televisoras del interior del país. No se hace explícito en la crónica, pero Chávez
utilizó aquí antinomias tales como Cuarta República/Quinta República, revolucionarios/escuálidos, revolución
bonita/puntofijismo[11].
Se han utilizado estas crónicas para ilustrar el lenguaje y los modos de hablar y de representar verbalmente del Presidente
venezolano dado que sería imposible transcribir alocuciones que duran más de tres horas. Además de los aspectos históricos
más o menos constantes, las alusiones a cierto costumbrismo o localismo suelen colorear sus disertaciones (como por ejemplo
el hecho de que le guste el fororo, una especie de potaje tradicional en los llanos venezolanos). No es, además, gratuita la
mención que se hace en la crónica acerca de la poca oportunidad que da a sus interlocutores para hablar, incluso a su esposa.
Muchos analistas han acusado al Presidente de sufrir de una verdadera incontinencia verbal.
3. Chávez reconoció una "falla tectónica" (3 de noviembre de 2001) [12]
Una de las palabras que más repitió el Presidente en su programa del sábado fue "esperanza". Como siguiendo la metodología
del flujo y el reflujo de las mareas, recogió velas con respecto a su cadena del lunes anterior y quiso representarse a sí mismo
como un hombre conciliador capaz de superar las piedras del camino y ver sus propios errores. Partió de varias anécdotas
familiares en las que no dejó de asomar, como al desgaire, el nombre de Marisabel; apeló a la Biblia (al parecer, su amigo
Andrade, el del FUS, le había recordado un pasaje la noche anterior) y a Brecht para darle soporte a su voluntad de "sacar al
país del abismo en que había caído". Esa referencia a la situación encontrada, que repetiría más tarde, sonó como un ritornelo
vacío de contenido.
Todo en Aló Presidente fue detalle, precisión y conciliación entre presente y futuro. No sólo el segmento dedicado a recular con
respecto a su posición frente a Estados Unidos, que ejecutó impecablemente al apelar al "humanismo". Quien piense que el
programa es improvisado está equivocado. ¿Acaso fue gratuito destacar que a una hija en etapa universitaria la hayan puesto a
leer Doña Bárbara? El presidente Chávez alabando las virtudes de una obra literaria escrita por un adeco: gran paradoja del
conciliador que emerge desde las catacumbas de la ira, pues en algún momento dio a entender que había regresado de su viaje
con mucha rabia por la alharaca que se había armado aquí tras su alusión a Rangel en Canning House.
La primera pregunta del "público" fue de una mujer por los niños de la calle. Comenzó a responder un poco perdido, pero
después fue hilando su propio discurso en torno a la terrible situación en que se encontraba el INAM, la barrera de las leyes que
deben cambiarse y la dificultad para modificar la "cultura de la calle" de los infantes.
Del desarme total, el Presidente se rehizo a sí mismo como benefactor primero, y luego como gran conciliador de las Américas,
pues "nosotros también usamos jeans y jugamos béisbol".
Caben un par de preguntas: ¿por qué utiliza audífonos durante cuatro horas sin que se le recalienten las orejas? La respuesta
es que sí se le recalientan, pero él lo aguanta todo con tal de escucharse a sí mismo. He allí su debilidad y su fuerza, al mismo
tiempo.
Nadie ha demostrado que Aló Presidente es un programa meticulosamente preparado, pero lo es: todas las llamadas han sido
previamente preparadas. El sábado pasado, con la notable excepción del caricaturista Claudio Cedeño, estas intervenciones
fueron bastante desvergonzadas. Sobre todo la de la vecina de Diosdado Cabello, vicepresidente de la República, que vive en
Cumbres de Curumo y que trató de demostrar que el cacerolazo fue sólo en un sector de Caracas, y que por lo tanto el
Presidente sigue teniendo apoyo de las amas de casa clase media. Esta señora estaba pautada para desencadenar el tema de
los medios de comunicación. "Tenemos un gran resentimiento contra los medios... Ya casi no compro periódicos". "Me alegra
mucho esta conversación", le contestó el Presidente. Pero fue fiel al guión del bienhechor emergiendo de las catacumbas de la
ira y reconoció una "falla tectónica" en su gobierno: "No comunicamos las cosas buenas que estamos haciendo". Y por eso se
detuvo minutos más tarde en una escuela técnica robinsoniana recién reabierta en la avenida Sucre. ¿Hará lo mismo con cada
obra del Gobierno?
Es sorprendente que, tras casi tres años en el poder, Chávez haya apelado aún a la muletilla del "gobierno anterior"; para
encubrir las ineficiencias del presente en la solución de problemas vitales para la gente, como la delincuencia y la escasez de
empleo. Cabe destacar el vaivén de los humores del Presidente, visible si se compara el talante entre los dos últimos programas
reseñados aquí, con un mes de diferencia. En el titulado "El Presidente dice que la TV regional está de su parte"; revela una
actitud más beligerante, pues se acercaba un hito que colocaba por primera vez en entredicho la capacidad de Chávez para
"dominar"; la calle. Este aspecto es crucial para su gobierno. Analistas de diverso signo afirman que "perder la calle"; significaría
la perdición misma del Presidente, y este acontecimiento, en el cual un grupo de empresarios podía demostrar su capacidad de
paralizar una ciudad (y lo lograría) ponía en peligro el mayor caudal acumulado por Chávez, pues los votos, como se sabe, se
ganan, se pierden o se conservan en la calle.
El segundo de este par de programas, el titulado con la "falla tectónica";, emitido un mes antes que el otro, llevaba una impronta
autocrítica muy acentuada: "No hemos sabido comunicar nuestra obra de gobierno". Se producía luego de un viaje por Europa y
parte de los países de la OPEP que había resultado sumamente tortuoso y criticado, a la vista de los medios de comunicación
locales. Chávez había regresado con una agresividad que dejó patente desde el mismo momento de pisar el aeropuerto (en la
crónica se alude al origen del episodio, cuando se cita al ministro de la Defensa, José Vicente Rangel, y lo dicho por Chávez en
Canning House), pero al cabo de pocos días recogía velas, a su estilo, y ofrecía una versión light del proceso edulcorada con la
"esperanza"; (palabra comodín en este programa) por una Venezuela revolucionaria más justa.
Este programa se realizó en una época en que se hablaba de crisis matrimonial en la pareja presidencial –rumor jalonado por la
sensibilidad de la primera dama a las críticas que arreciaron entonces contra su marido, y que aparentemente afectaron incluso
las relaciones de sus hijos en la escuela–, por lo cual se entienden las alusiones anotadas al comienzo de la crónica. De ésta y
de otras crónicas sobre el discurso chavista cabe inferir el tono conversacional, a ratos intimista, que suele imprimirle a sus
charlas, que se convierten en ocasiones en monólogos plagados de anécdotas familiares. También suele apelar a historias
revividas de su etapa de cadete en la Escuela Militar. El juego del béisbol, al cual es muy aficionado, también tiene un lugar
privilegiado como fuente anecdótica. Es una clásica representación social rica en metáforas: aunque no suele utilizarlas (puede
que las considere demasiado elaboradas para el pública al cual, mayormente, se dirige), aquí sí lo hace pues es muy popular
referirse a las diversas incidencias del juego para ilustrar un hecho de la vida cotidiana. Maneja este registro, el anecdotario
personal, con una facilidad de palabra que le reconocen amigos y enemigos.
4. Chávez no se opone al referendo (28 de abril de 2002) [13]
Con talante moderado, el Presidente aceptó que los cambios en la Fuerza Armada Nacional continúan: se dialoga internamente
"para que cumpla su rol exactamente". Por lo pronto, Rangel deja el Ministerio de la Defensa.
Ayer hubo una substitución en la silla presidencial: el jefe de Estado agitador y autoritario le dejó el micrófono de Aló Presidente
a otro que llama al diálogo y a la conciliación. Durante tres horas del programa número 102, Chávez se mostró abierto al
referendo revocatorio y a una investigación sobre su presunta responsabilidad en los hechos del 11A; terminó por guardar su
famosa espada "en el baúl de los recuerdos".
Aceptó someterse al referendo siempre y cuando quienes lo adversan logren recabar las firmas necesarias. "Más allá del 2004
viene la oportunidad de la consulta popular, si siguen la Constitución y recogen las firmas. No será consultivo, y si lo pierdo me
voy".
Un anuncio importante que no hizo y que se esperaba: el cambio del gabinete. Sólo dio a conocer que José Vicente Rangel
será el nuevo vicepresidente, y Diosdado Cabello seguirá en funciones ejecutivas pero aún no sabe dónde.
Por otra parte, se puso a la orden para que se averigüe si le toca responsabilidad en los hechos del 11 de abril. "Si tengo culpa
no debo ser Presidente, pero eso hay que constatarlo. Me están culpando junto a los círculos bolivarianos de asesino, pero la
justicia dirá quiénes son los verdaderos responsables materiales e intelectuales".
Dio la bienvenida a las comisiones de la verdad.
A la Fuerza Armada Nacional le dedicó un buen tiempo del Aló Presidente. Además de perdonar a los militares que cometieron
errores, llamó a la colectividad en general para que deje de hacer comentarios sobre la institución castrense y así le permita
cumplir su rol. Indicó que tanto el general en Jefe, Lucas Rincón, como el comandante de la Guardia Nacional, Belisario Landis
–ambos ratificados en sus cargos–, están viajando por todo el territorio nacional para revisar a fondo el sector, y también para
hacer un llamado de reflexión entre todos los oficiales adscritos a la FAN. No desaprovechó la oportunidad de dejar entrever
que la campaña mediática en su contra continúa, tomando ahora como excusa el hecho de haber activado el Plan Avila el
fatídico jueves 11. Le pidió a los medios que "no continúen confundiendo; establezcan un diálogo con ética y sin puñaladas por
la espalda".
Explicó que el Plan Avila no lo activó para masacrar, sino para resguardar la seguridad porque vio que la situación se iba a
tornar peligrosa cuando la marcha de la oposición fue desviada a Miraflores. No obstante, reveló que no pudo activar la primera
fase porque en Fuerte Tiuna se estaba produciendo un forcejeo verbal entre militares. Cuando lo pudo poner en marcha ya se
había desatado la violencia y apenas pudieron salir unos tanques para resguardar Miraflores pues ya sabía, desde el día
anterior, que los oficiales se iban a revelar esa noche. Admitió que la orden del Plan Avila se produjo poco después del
mediodía.
El lenguaje utilizado por el Presidente en esta intervención pública, primer programa Aló Presidente después de los
catastróficos acontecimientos del 11 de abril, es radicalmente diferente al de los anteriores discursos. Por primera vez dejó de
lado epítetos tales como "escuálidos"; para referirse a los opositores de diverso signo. No utilizó las antinomias acostumbradas y
evitó los slogans que hasta entonces usaba, como por ejemplo "Esta es una revolución bonita"; o "A paso de vencedores". El
sentido común le indicó, seguramente, que no podía marchar "a paso de vencedores"; un proceso que acababa de dejar 17
muertos y más de cien heridos en las adyacencias del Palacio presidencial.
En el programa no hubo metáforas ni circunloquios ni digresiones. Privó la sobriedad y duró la mitad de lo que suele durar. Hubo
una anécdota significativa, eso sí: al explicar cómo había emprendido el proceso de diálogos, narró que estaba conversando en
el comedor de la residencia presidencial La Casona con el ex líder de izquierda Teodoro Petkoff, franco opositor de este
gobierno, cuando en cierto momento irrumpió su hija de cuatro años en el recinto, para mostrarle un gran corazón dibujado.
Petkoff corroboraría esta anécdota después. Es de hacer notar que Chávez narra estas anécdotas con absoluta naturalidad: es
cuestión de que expertos en gestualidad y psicología tomen el tema para desarrollarlo. Desde el punto de vista meramente
comunicacional, la oratoria de Chávez sigue siendo un fortín.
Observaciones generales (no necesariamente conclusiones)
En este trabajo no se han caracterizado todas las figuras retóricas utilizadas por Chávez de una manera "sistemática".
Sería cuestión de un posterior análisis más exhaustivo, que lo merece pues constituye parte fundamental de un
fenómeno de masas que, sea cual sea su destino inmediato, dejará huella en Venezuela y en Latinoamérica. Quede el
presente trabajo como una aproximación al tema que no intenta, ni mucho menos, agotarlo.
Chávez es poco dado a las metáforas, quizás por considerarlas demasiado elaboradas para el público al cual se dirige
con primacía: el que menos acceso ha tenido a la educación y la cultura. Las usa preferentemente para ilustrar
acontecimientos políticos a través del juego del béisbol, como ya se ha anotado. Otras figuras retóricas, como la
metonimia, las usa para referirse al enemigo: la corrupción por el puntofijismo, estableciendo así una relación efecto-causa
"natural".
En las tres primeras alocuciones reseñadas el lenguaje no varió esencialmente, ni siquiera en la correspondiente a
diciembre de 2001, cuando el clima de crispación llegó a un punto de ebullición con la convocatoria a paro liderada por la
patronal empresarial. Es más: allí es cuando más radical se muestra, oponiendo su gesta particular a una "contra"; a la
que asocia, en ocasiones, con el diablo. Lo han escrito muchos autores, y es aplicable en este caso: la dinámica
impuesta por los modernos medios radioeléctricos exige un discurso político fácilmente digerible, emotivo y visceral. No
caben la reflexión ni la sindéresis: basta con la forma sentimental del mensaje. En Venezuela, particularmente, lo ha
dicho el filósofo Massimo Desiato (de la Universidad Católica Andrés Bello): "Como consecuencia de este estado de
cosas, los elementos racionales van desapareciendo, reemplazados por evocaciones simbólicas y míticas cada vez más
acentuadas. El discurso político más que comunicar el programa de gobierno, se utiliza para conectarse con el imaginario
social de los auditorios, para despertar en ellos miedo y temor o para, por el contrario, generar expectativas positivas y
tranquilizar al electorado. [14] Desde este punto de vista, Chávez ha sabido comprender el signo de los tiempos y sus
medios. Suele sobrepasar los tiempos en que una persona media puede retener su atención sobre un solo personaje
hablando, pero eso es una cuestión formal secundaria para él: lo importante es la eficacia de un discurso que apela a la
emocionalidad. Esa eficacia está suficientemente demostrada, porque de no ser así Chávez no conservaría el caudal de
preferencias que revelan las encuestas, tras tres años de desgaste.
La licenciada María Daniela Corredor ya anotaba la presencia constante de los referentes Simón Bolívar y Dios en el
discurso presidencial. A ello hay que agregar que la agresividad en el tono y en el contenido del discurso de Chávez se
mezcla, por lo general, con tres temas recurrentes a los que, en verdad, las crónicas no hacen suficiente justicia:
YO PUEBLO. La proyección de sí mismo como representante legítimo de un clamor popular por la equidad y la
justicia.
MÁS QUE DIOS, DIOS Y REVOLUCION. Las alusiones religiosas en las que utiliza abundantes tropos,
especialmente la metonimia y la sinécdoque. Chávez suele establecer una curiosa relación entre su condición de
guía de una supuesta revolución y su ideal revolucionario, que alcanza así la categoría de cometido providencial.
De esa relación fácilmente se desprende un mandato poco menos que por servicio divino. No obstante, su
enfrentamiento con la cúpula eclesial local ha hecho que establezca una clara diferenciación, al relacionarla
políticamente con sus enemigos de la Cuarta República. Ambas asociaciones (Dios/Presidente y representación
local de la Iglesia cristiana/cúpulas podridas del puntofijismo) se concretan y resumen en la siguiente frase, dicha
durante una cadena: "Yo respeto mucho a los curas. Hay muchos curas revolucionarios; si Cristo, o Crista,
estuviera hoy aquí… Y no sentado, sino hablando, alentando; andaría con una antorcho por todos lados";[15].
EL TEMA MILITAR como intromisión en la vida civil y amenaza omnipresente.
La primera constante le brinda patente de corso para atacar a cualquier enemigo de su proceso. En tanto intérprete de la
voluntad del pueblo que clama por justicia y equidad, se permite la agresión (cualquier tipo de agresión verbal) a la
oposición.
La segunda constante le ha permitido superar su falta de apego religioso de cara a las grandes multitudes, y al mismo
tiempo identificar –el colmo del delirio, es cierto– a Dios con su proceso revolucionario, deslindando la fe popular de una
cúpula eclesial que le ha hecho franca y abierta oposición.
La tercera constante es la transmutación de un precepto constitucional que el mismo Chávez se empeñó en incluir como
un "logro"; revolucionario: la beligerancia política de los militares. A esto se une el empeño por lo que él llama unión
cívico-militar, es decir, la incorporación del Ejército y de otras fuerzas a tareas propias de los civiles. El Plan Bolívar, que
ha dado lugar a múltiples denuncias por corrupción, es un ejemplo. Sería cuestión de dedicar todo un trabajo a este
punto, pero por ahora baste consignar la doble vertiente contenida en el discurso presidencial: los militares pueden y
deben pronunciarse políticamente (esto ya se ha revertido en su contra) y asumir tareas propias de los civiles, porque
"todos estamos haciendo la Patria Bonita". Una frase reveladora extraída de una de sus alocuciones en Aló Presidente:
"Por mi profesión de soldado yo he estudiado liderazgo; estudiamos a Bolívar como líder. Estudiamos modelos de
liderazgo. Yo llevé a Zamora [16] para estudiarlo: se iba incendiando el aula. Un revolucionario que no lea, que no
analice, no es un verdadero revolucionario; y corre grandes riesgos una revolución que tenga grandes combatientes pero
no tenga ideas. Así le pasó a los sandinistas. El Comandante Cero tomó el palacio; no tenía una formación y terminó
combatiendo para la contra".
Cierta manipulación durante sus discursos viene aderezada, por lo general, con el ocultamiento de datos y aun con la
tergiversación olímpica de la realidad. "Si yo fuese manipulador hubiera dejado aquí a Montesinos para ver qué le
sacaba... Pero uno actúa de buena fe, a veces cae por ingenuo... A los venezolanos les duele que los escuálidos
escuchen a los de afuera y a nosotros no". Tal, una de las frases con las cuales explicó, en su oportunidad, la entrega
inmediata del prófugo peruano Vladimiro Montesinos, tras su "captura"; oficial, a las autoridades peruanas. Se había
demostrado, por diferentes medios, que era imposible que Montesinos estuviese en Venezuela sin la cooperación de
ciertos cuerpos estatales de seguridad, y sin que el asunto fuese, al menos, del conocimiento del presidente de la
República. Es de resaltar cómo en esa frase Chávez se autoasume ya no sólo como portavoz de los "descamisados";
venezolanos, sino como su propio oído. El "sabe"; lo que le duele al pueblo venezolano, convirtiéndose él mismo en juez
y parte en esa escabrosa materia en particular, porque sin duda el caso Montesinos fue un "asunto de Estado"; y él tuvo
que tener algún conocimiento de su estadía en Venezuela, que duró al menos seis meses sin que se admitiera
públicamente.
Notas
[1] COLINA, Carlos (2000). "De las teorías de las representaciones sociales a las mediaciones". N° 110 de Revista
Comunicación. Centro Gumilla. Caracas, Venezuela.
[2] Ibidem. Pgs. 48-49.
[3] DE LA NUEZ, Sebastián. "Páez no era tan malo después de todo"; en TalCual, 29-8-2001, pg. 3.
[4] Programa de radio y televisión semanal en el que el Presidente atiende llamadas del público pero, sobre todo, explica su
acción de gobierno. Se transmite los domingos por canales oficiales y suele durar entre tres y cuatro horas.
[5] Movimiento Quinta República, partido de gobierno. La "Quinta"; se representa con el número romano.
[6] Se refiere a la época chavista, bolivariana o post-puntofijista que supuestamente nace como un periodo histórico diferente,
"nuevo";, a partir de la ascensión al poder de Chávez y el llamado a la asamblea constituyente.
[7] CORREDOR SALCEDO, María Daniela. "Perfiles del discurso mediático de Hugo Chávez Frías: la argumentación y la
retórica en el discurso del presidente de Venezuela". Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias de la
Información. Madrid, septiembre de 2001.
[8] Ibidem, pg. 51.
[9] CABALLERO, Manuel. La gestación de Hugo Chávez. Alfadil Ediciones. Caracas, 2000.
[10] DE LA NUEZ, Sebastián. "Chávez dice que la TV regional está de su parte"; en TalCual, 3-12-2001, pg. 7.
[11] El Pacto de Punto Fijo es un hito histórico de comienzos de los años sesenta cuando, tras la dictadura de Pérez Jiménez,
los principales partidos del status firmaron un pacto de gobernabilidad que, según Chávez, fue un arreglo para traicionar al
pueblo y repartirse el poder.
[12] DE LA NUEZ, Sebastián. "Chávez reconoció una falla tectónica"; en TalCual, 5-11-2002, pg. 3.
[13] FERNANDEZ S., Herminia. "Chávez no se opone al referendo"; en TalCual, 29-4-2002, pg. 3.
[14] DESIATO, Massimo: "La política del discurso y el discurso político de Chávez"; en Antropología de unas elecciones.
Ediciones de la UCAB. Caracas, 2000.
[15] Frase tomada de la alocución presidencial del 28 de agosto de 2001.
[16] Ezequiel Zamora es un héroe revolucionario que tomó parte en la Guerra Federal a finales del siglo XIX, muy cuestionado
por los historiadores "oficiales".
FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:
De la Nuez A., Sebastián (2002): El lenguaje de un presidente. Revista Latina de Comunicación Social, 50.
Recuperado el x de xxxx de 200x de:
http://www.ull.es/publicaciones/latina/2002/latina50mayo/5002delanuez.htm