Familias portuguesas en La Laguna
del siglo XVII
t-or SERGIO F, B O N N ET
La contribución de sangre portuguesa a la conquista y colonización
de las Canarias ha aido revalorizada a la luz de las modernas
investigaciones, en el campo de la historia y de la lingüística regionales,
dando por resultado una acumulación de pruebas en el sentido
de que tal aportación fué muy nutrida y no debe en ningún
caso ser subestimada.
Pero no terminó ahí este flujo de elementos portugueses hacia
las islas, sino que perduró, en mayor o menor escala, aunque de
manera ininterrumpida, a lo largo de siglos posteriores.
Los portugueses conquistadores y pobladores pronto se fundieron
con sus homónimos, subditos de la Corona de Castilla, y con
los aborígenes, siendo a poco difícil de discriminar quiénes tenían
origen portugués y quiénes no, dada la similitud de apellidos con
los castellanos, sobre todo en los patronímicos, y el no haberse fijado
el cognomen en Canarias hasta época muy tardía. Solamente
quedaron diferenciados aquellos apellidos (menos abundantes) que
respondían a un marcado tipo lusitano.
Pero para quien no fué un secreto el origen de las primitivas
familias establecidas en Canarias fué para el Santo Oficio de la Inquisición,
pues tan pronto como se establece el Santo Tribunal en
cumplimiento de su misión de mantener la limpieza de sangre, inicia
un catálogo de apellidos y familias tachados o «infectados» de
ascendencia judía, morisca, india, negra o mulata, que llegó a ser
muy nutrida^ y en el que se encuentra gran número de familias de
origen portugués.
La Inquisición canaria ejerció especial vigilancia sobre el elemento
lusitano que inmigraba continuamente a las Islas, no sólo
por el hecho de tratarse de extranjeros —a los que siempre miraba
con prevención— que pudieran estar más o menos impregnados de
doctrinas heréticas, sino también porque daban un ouen contingente
de personas con antecedentes hebraicos.
1 Véase el Libro de apellidos notados de la Inquisición de Canarias
Arch. de El Museo Canario.
112 [2]
Periódicamente el Tribunal refrescaba su fichero racial valiéndose
de su nutrida red de comisarios y Jamiliares, desparramada
por todo el Archipiélago, los que le proporcionaban una magnífica
y minuciosa información, de la que no escapaban ni grandes ni pequeños.
Ésta se completaba, en los casos convenientes, con la valiosa
e incondicional cooperación de la organización del Santo Oficio
en Portugal y Castilla.
Las antiguas familias canarias que contaban en su genealogía
con antepasados conversos o penitenciados eran sobradamente conocidas
del Tribunal, que sabía hasta qué punto podía fiarse o no
de su más o menos sincera conversión a la verdadera fe. Pero, al parecer,
en el primer cuarto del siglo XVII, la afluencia de portugueses
de todas clases al Archipiélago fué inusitada, y la Inquisición se
encontró con el problema de que desconocía su filiación religiosa
o racial; para desentrañarlo acude a sus comisarios, y en 1626 les
cursa órdenes para que efectúen una amplia y detallada información
acerca de todos los portugueses últimamente avecindados en
los pueblos y ciudades de las islas.
De este censo general de portugueses sólo se ha conservado el
correspondiente a la ciudad de La Laguna^, llevado a efecto en virtud
de orden escrita de los inquisidores de Gran Canaria, de 18 de
septiembre de 1626, dirigida al Dr. don Felipe Machado y Becerril,
comisario del S. O. en dicha ciudad, el cual a su vez se auxilia en
su labor del capitán Luis Lorenzo y de Manuel González de Olivera,
familiares del Tribunal".
El comisario contesta a sus superiores en carta de 25 del propio
mes y año, remitiendo una relación detallada de todos los portugueses
y sus familias que se habían avecindado en los últimos tiempos
en la capital de Tenerife. Pero el S. O. estimó q^ue no se hallaba
lo suficientemente completa, puesto que se omitía el lugar de
naturaleza o de procedencia de cada uno de los relacionados, y esto
le era imprescindible a los efectos de investigar, en su caso, valiéndose
de la Inquisición portuguesa, quiénes tenían antecedentes
judaicos.
Insiste, pues,de nuevo en carta de cinco de octubre de 1626. El
Dr. Machado cumple como mejor puede su cometido, enviando una
segunda relación con los nuevos datos pedidos, en lecha 16 de diciembre
del mismo año, no sin consignar que el cargo ha sido «cos-sa
dificultosa y peligrosa para ser descubierta», lo que prueba que
no le fué fácil el resolverla, y que además los afectados por la in-
2 Censo de portugueses avecindados en La Laguna en 1626.—Arch. de la
Inquisición.—Sig. CLXV.—2.—El Museo Canario.
3 Este Manuel González de Olivera era originario de Portugal (Coim-bra)
y probó ser cristiano viejo ante la Inquisición de Canarias en 1609.
[Sj 113
vestigación pondrían especial cuidado en ocultar lo que no les convenía
que se descubriera.
Amnas relaciones tienen cierto interés en el aspecto demográfico,
económico, etc., pero además constituyen una verdadera galería
de retratos descriptivos de aquellas gentes, tan minuciosos, que
no se le escapa al Dr. Machado un detalle, ni aun las particularidades
físicas o las pintorescas. AI leerlas vemos revivir, cobrar realidad,
como por ensalmo, a estas personas que, con su actividad
mercantil, industrial o artística, contribuyeron al desarrollo económico
y espiritual del Tenerife del seiscientos.
Y decimos actividad artística, porque por lo menos aparecen en
la relación dos pintores: un herniano de Juan de IJeredia, cuyo
nombre no se consigna y que ejerció su oficio en Garachico; y el
otro llamado Juan Dins, natural de Oporto, (jue se avecindó en La
Laguna, donde trabajó como pintoi' y dorador. ¿Qué obras nos dejaron
estos artífices? Las desconocemos; pero sus nombres deben
ser tenidos en cuenta por los estudiosos que investiguen las manifestaciones
artísticas de aquella época en Canarias.
Muchos de estos portugueses establecidos en La Laguna habían
venido con sus fatuiliares, parientes y criados; la mayoría de ellos
se dedicó al comercio local, o al internacional, vendiendo productos
importados o de su industria y manteniendo relaciones comerciales
con Portugal, Flandcs, Francia o Brasil, de donde recibían
diversas manufacturas y mercancías y hacia donde exportaban los
exquisitos malvasías y otros productos de las Islas.
Tampoco faltaban entre ellos modestos artesanos, tan necesarios
a aquella sociedad no industrializada, por sus útiles y diversos
oficios; así había un posadero, un fabricante de velas o bujías, un
esterero, un espadero, un confitero y un cordonero.
Respecto a la filiación religiosa de los censados, el comisario lagunero
sólo nos habla de Diego López de Lerda, del que dice está
en reputación de cristiano viejo. De los demás nada apunta, ni en
pro ni en contra.
La primera relación del Dr. Machado, de 25 de septiembre de
1626, es como sigue:
«Primeramente hallamos que FERNÁN PINTO, portugués, es-tuuo
algunos años en esta isla, y quando la revolución de la ciudad
de Oporto, se fué con cantidad de vinos que decía los lleuaua a
Biscaya, y dicen lo robaron en el viaje, y al cabo de algún tiempo
boluió a esta isla, que habrá tres o quatro años, poco más o menos, y
traxo consigo a un hijo que será de veinte y dos años, y otros dos
sobrinos que embarcó para el Brasil; tiénese por casado, no se sabe
de sierto dónde está la nniger, si es en Portugal o en Francia. El
dicho Fernán Pinto será de edad de cinquenta y cinco años,poco más
o menos, alto de cuerpo, entrecano, caluo alguna cossa, y el rostro
114 [4]
delgado y pálido, y un diente de menos de la parte de arriba; el hijo
es de buen cuerpo, blanco y picado de viruelas, y mete un ojo
por otro, y le empiessa la barba; el qual está en la tienda con que
se entretienen ambos.
ANTONIO DE FONSECA, portugués que vino de Lisboa abrá
tiempo de quatro años, tiene trato en Portugal y en Amburgo de
donde le han venido nauíos con mercancías, y los ha despachado
con vinos y otras cossas de esta ysla, y se entiende que esta correspondencia
es con portugueses deudos suyos, que están en esas partes
de Flandes; es hombre de mediana estatura, colorado de rostro,
caluo y falto de dientes, y de edad de más de sinquenta años, abrá
poco más de dos años que embió por su muger, y la traxo un hermano
della, el cual se fué al Brasil, y la dicha su muger traxo consigo
dos niñas pequeñas, de seis o ocho años y un niño que les nació
aquí. Llámase ella Marquessa de Fon^eca, es blanca de rostro,
anda en chapines y dicen que es baja de cuerpo, afilada de rostro,
la nariz algo crecida, será de edad de treinta y sinco años, y traxo
un mo^o que dicen es su sobrino, que le sirve, rehecho de cuerpo y
blanco y rubio y carirredondo, será de dies y ocho o veinte
años.
HIERONIMO DE SOSSA, portugués, dice que es soltero, que ha
algunos años que estuvo en esta isla con su padre Adrián de Sossa,
mercader, los quales se boluieron a Portugal, y después, este HIERONIMO
DE SOSSA abrá sinco años que se boluió a esta ciudad, y
se entretiene en comprar y vender y cargar algunas pipas de vino;
será de edad de veinte y ocho o treinta años, gentil hombre, de
cuerpo mediano,^blanco de rostro y barba rubia.
ANTONIO DÍAZ DE MORA, portugués, abrá dos años que vino
de Lisboa, tiene tienda y carga para el Brasil; será de edad de cuarenta
años, bajo de cuerpo, moreno de rostro y flaco, y algo tenie-le
[sic] de los ojos, la boca grande y barba negra. No se sabe si es
casado, y tiene consigo un mogo, que dice es su sobrino, de edad
de dies y seis años, al parecer, de mediano cuerpo, moreno de rostro,
llámase Domingo, está en la tienda.
DIEGO DE MORALES, portugués, dicen que es soltero, abrá
quatro años que está en esta isla, es bajo de cuerpo, blanco de rostro,
la boca larga, la barba alheñada, faltándole algunos dientes,
será de treinta y sinco años, al parecer, y trata en Flandes, es mercader
y tiene correspondencia en Portugal y en Francia.
JHOAN DE IIEREDIA, portugués, que se mudó de Garachico a
esta ciudad abrá seis meses, y abrá que vino a esta ysla, a Garachico,
adonde [ha] estado con su tienda, quatro años, y aora tiene tienda
en esta ciudad. Será de más de veinte y sinco años, lampiño, de
rostro moreno, de cuerpo mediano; dicen es soltero, tiene un hermano
pintor que viue en Garachico, abrá un año que vino de Portu-
[51 115
gal. Tiene en su tienda, en esta ciudad, un portugués, que no se
sabe si es su deudo, de edad de veinte años, sin barba, lleno el
rostro y blanco.
DIEGO LOPES DE LERDA, portugués, abrá dos anos que vino
a esta isla con otros dos hermanos que van y vienen a Lisboa a ha-ser
empleos, y tiene tienda y carga para el Brasil, dicen está en reputación
de christiano viexo y de buena gente, son mancebos algo
morenos, pocas barbas, de cuerpo de mediana estatura, escepto el
mas pequeño, que no tiene barbas y es mas alto.
ANTONIO ALUARES, portugués, no se sabe si es cassado, tiene
una tienda y abra dos años que vino a esta ciudad; flaco de rostro,
la barba algo rubia, de mediana estatura, uiue en una lonja del Capitán
Luis Fiesco, será de edad de más de treinta años poco mas o
menos.
DIEGO GOMES, portugués, abrá que vino a esta isla seis años,
poco más o menos, y algunas veses va a Portugal a haser empleos,
cassóse en esta ciudad, tiene dos hijos muy niños, y es bajo de cuerpo,
blanco de rostro, un poco pálido, y será de edad de cuarenta y
seis años.
DOMINGO PERES, portugués, y tiene una tienda y base candelas,
será de treinta años, es gruesso y tiene poca barba, y el rostro
lleno y blanco, tiene una pierna enferma, cassóse en esta ciudad, y
abrá seis años que vino a esta isla.
MANUEL LOPES, hijo de Domingo Dias, ya difunto, abrá tiempo
de dose años que asiste en esta isla, es alto de cuerpo, dicen es
soltero, blanco de rostro y barba negra, no tiene entretenimiento.
DOMINGO LOPES, portugués, cassado, y asiste en el lugar de
Sta. Crus, da posada y tiene venta de cosas de comer; es alto de
cuerpo, gruesso, algo ensendido de rostro, la naris afdada, y será de
más de sinquenta años; su muger es gruessa, llena de rostro y blanca,
no muy^alta; abrá dies o dose años que viue en Sta. Crus.
THOMAS PERERA, portugués, mercader, es alto de cuerpo,
algo ajibado, la barba lampiña, ya entrecano, abrá mas de catorse
años que vino a esta isla, tiene trato con Portugal y se cassó en esta
ciudad, abrá dies años, tiene hijos pequeños y aora hizo viaje a
la corte de Su Mag". y ha buelto a venir a esta ciudad.
DIEGO PERERA, hermano de Thomás Perera, portugués, es de
mediano cuerpo, flaco de rostro, terna treinta j sinco años, cassosé
en esta ciudad abrá seis años, tiene hijos niños, vino a esta isla
abrá tiempo de ocho años,
PANTALEÓN HERNANDES, portugués, hijo de Franc". Gon-gález,
esterero, hace esteras, y se casso en esta ciudad, será hombre
de veinte y seis años poco más o menos, abrá quince años que asiste
en esta isla, y hase algunos viajes a Portugal a buscar junco para
haser las esteras y otras cosas, es flaco de cuerpo y rostro amarillo.
116 [61
JOHAN DÍAS, portugués, pintor, abrá tres años que vino a esta
isla, no se sabe si es casado, es de cuerpo mediano, caluo, blanco
de rostro, bien barbado, será de edad de quarenta años, poco más
o menos, entretiencse en pintar y dorar.
MANUEL DE OLIUERA, portugués, espadero, es hombre bajo,
de cuerpo ajibado, el rostro flaco, barbinegro, poca barba, será de
edad de treinta años, cassóse en esta ciudad, tiene hijos niños, no
se sabe de^donde ha venido a esta isla.
MARTIN AFON(J]0, portugués, confitero, abrá tres años que vino
a esta ciudad, de Lisboa, se boluió a ir desta isla, y abrá un
mes que ha buelto a venir a esta ciudad, adonde dejó su tienda de
confitería, y en ella un mogo que siempre ha tenido en ella, y este
mogo es algo alto de cuerpo, colorado de rostro, comiensale a salir
la barba. Y el dicho Martín Afongo, es hombre de mediano cuerpo,
delgado, visco de los ojos, terna quarenta años, poco más o menos.
Esto es lo que hasta la fP. desta he podido aueriguar, terne
cuidado de haser todas las diligencias posibles para poder seruir
mejor a V. S.^ y anisar de todo lo que en este casso se fuere ofreciendo.
Guarde nuestro Sr. a V." S."^ con los aumentos que a su di-uina
mag". puede, y este su capellán le suplica, desta Laguna y septiembre
25 de beinte y seis.—El Doctor Philippe Machado Beserrib.
Cumpliendo las órdenes del S. O, el comisario de La Laguna,
amplía su informe en 16 de diciembre del propio año 1626, en la
siguiente manera:
«FERNAN P I N T O , es hombre de sinquenta años, poco más o
menos, al pareser, ya entrecano, cara morena, díccssc natural de
Villaflor en Portugal, tiene alli su cassa y familia, vino aora de
Flandes abrá seis años por via de Lisboa, auiendo ido a Flandes
abrá dose años que partió desta ysla adonde auía estado mucho
tiempo, traxo de este viaje un hijo, por nombre Jhoan, es de edad
de veinte años, es visco de los ojos, picado de viruelas, rehecho de
cuerpo. Los dos sobrinos que traxo de este viaje, se fueron al Brasil,
uno dellos se llamaua Diego, el otro no le he podido saber su
nombre, eran muchachos de dieciocho a veinte años, abrá tres años
que se fueron.
ANTONIO FONgECA, vino de Lisboa para esta ciudad abrá
tres o cuatro años, depues vino su muger abrá año y medio, poco
más o menos, Uamasse Marquessa de Fonseca, es de la ciudad de
Oporto, hija de Jhoan Cardosso que viue aora [en] Lisboa, trajo
consigo dos hijas de edad la una de diez años, la otra al parecer, de
dose o trese. Su sobrino se llama Antonio, será de edad de diesiocho
o veinte años, rubio, gruesso, es natural de la Bera^, habla sedosso,
4 Debe entenderse, Beira.
[7] •IW
DIEGO LÓPEZ DE LERDA, es natural dicen de Cam¡[nIi(i],aoTeL
está casado en Filia JSouva do Porto, es hombre bajo de cueírpó',
barbinegro, será de veinte y ocho años hasta treinta, tiene trato éñ
Lisboa y en Oporto.^
HIERÓNIMO LÓPEZ, dicen que es hermano del dicho Diego
Lápez, será de veinte y dos años, también bajo de cuerpo, flkcOl,
barbinegro, va y viene a Portugal, y otro hermano suyo está ért
Portugal. i'^!
ANTONIO ALUAIIES, es natural de Tranco.i.io, es hotnbVé llameo,
de edad de treinta años, es cassado en Oporto, es rubio, vift'ó
aquí del Oporto y trata allá abrá tres años. ' "
ANTONIO RUIS, es natural de Oporto, abrá tres años que Vino
de allá, es hombre gruesso, blanco y bajo de cuerpo, será de edad
de veinte y sinco años, trata en Portugal.
DIEGO GOMES, vino abrá dies años con Thomás Perera, este
dice unas veses que es de Málaga, otras que es de Seuilla, es cassa*-
do eh esta ysla abrá seis años, es hombre de treinta y sincoj eS t li
bueha estatura, blanco, de rostro barbinegro. '
MARTÍN AFONSO, es confitero, es cassado en Lisboa, va'i^ vie^
ne allá, su mogo se llama Sebastián de Acosta, es natural del termino
de Braga.
MANUEL LÓPEZ DE VELASCO, es natural de Vera del Sahu-saV\
su padre murió en Canaria, su madre viue en Castilla, en Pas-trana,
y tiene allá torno de geda; abrá tres años que este vino a esta
ciudad, es de edad al parecer de treinta y seis años, es alto de
cuerpo y flaco y barbinegro, y tira de una pierna.
MANUEL DE OLIUERA, espadero, es cassado en esta ciudad,
bajo de cuerpo, flaco, barbinegro, es natural de Oporto.
DIEGO PÉREZ, criado de Thomás Perera, flaco y barbinegro.
FRANCISCO NÚÑEZ, cordonero, vino aora de Lisboa con Thomás
Perera, tiene tienda del dh". Thomás Perera, es hombre gruesso,
barbinegro, terna quarenta y quatro años.
DIEGO FERNANDES, vino aora abrá tres o quatro meses con
Thomás Perera, está en su cassa, es de Lisboa, es hombre flaco de
rostro, delgado de cuerpo, poca barba, descolorado del rostro.
ANTONIO DÍAZ DE MOURA, mercader, abrá tres años que vino
a esta ciudad por Garachico, es hombre bajo de cuerpo, barbinegro,
es sordo, vino de Lisboa adonde tiene aora trato, tiene un
sobrino que se llama Domingo, de edad de dies y seis años, es delgado,
los ojos negros, moreno de rostro.
DIEGO DE MORALES, mercader, natural de Auero^, es bajo de
cuerpo, la cara blanca y la barba negra, falto de [dien]tes, terna treinta
y sinco años poco más o menos, trata en Portugal y en Francia.
5 Debe ser Sabugal, en la provincia de Reirá.
6 Debe ser Aveiro.
118 [8J
MANUEL DE BRITO, vino ac^uí de Castilla, de Placencia, abrá
trese años, flaco de cara, visgo (sic) de un ojo, es cassado en [esta]
ciudad abrá ocho años.
JHOAN DÍAS, pintor, natural de Oporto, será de edad de sin
[cuenta] años, poco más o menos, blanco de rostro, barbinegro, bajo
de cuerpo, grueso, es casado en el dh" Porto, abrá dos anos que
vino a esta ysla.
HIERÓNIMO DE SOSSA, natural de Oporto, blanco de rostro,
barbirubio, delgado de cuerpo, tiene poco t[ra?]to, ha estado otra
ues en esta ciudad con su padre, abrá dies o dose años, poco más
o menos.
Esto es lo que he podido alcansar hasta oy, con toda diligencia
que he podido y cuidado y el recato y rreve[rencia] posible por que
como son tantos y tan recatados ábiles, ha sido menester tener mucho
cuidado, y así quedo con él, para poder entender y saber lo
más que convenga a el servicio de nuestro Señor y deste Santo Tribunal,
y cumplir con lo que V. S^ manda. En San Cristóbal de La
Laguna 16 diciembre de 1626».—El Doctor Philipe Machado y
BeserriU.
Recurso del obispo Dr. Cámara y Murga ante
el rey, por abuso de fuerza de las autoridades
locales 1633 (?)
{,or E. SERRA
Portada del pliego en folio que contiene el recurso del
obispo Cámara y Murga ante el rey, por abuso de poder
de la Audiencia de Canarias
120 [2]
. I ^ 1 Doctor don Cristóbal de la Cámara y Murga, Obispo de Canaria^,
áel Cójiáéjo de V. Majestad: Dice que de pedimiento del Capitán don Gabriel
frías de Lara, Gobernador de aquella Isla, V. Majestad dio provisión
para que informase al Consejo en razón de los agravios de que el susodicho
se quejaba y cosas de que daba cuenta; y dicho Obispo informó lo
que supo y entendió de las cosas referidas, especialmente en cuanto a los
agravios que hacían los Oidores de la Real Audiencia; y en el mismo informe
dijo a V. Majestad, se temía no le sucediese algún daño, ocasionado
de la venganza que los dichos Oidores tomarían de él por haber
hecho dicho informe. El cual temor ha tenido efecto porque los dichos
Oidores han hecho al dicho obispo, y demás eclesiásticos, los agravios
siguientes:
1 Primeramente, el Gobernador de aquellas islas, Juan de Ribera
Zambrana, excediendo de lo dispuesto por derecho Canónico, y cédulas
Reales, que para ello V. Majestad tiene expedidas a favor del Estado eclesiástico
de aquellas islas, fingiendo haber temor de incursión de enemigos,
mandó secuestrar y sacar de poder de las personas eclesiásticas, el trigo
que tenían desús rentas decimales, y para ello dio comisión a Cristóbal
Cibo Sopranis, el cual fué haciendo embargos y secuestros, descerrajando
las llaves de las cillas y penando a los clérigos que no le obedecían, por
lo cual el dicho Obispo, a pedimiento del estado eclesiástico y su fiscal,
hizo proceso, y habiendo averiguado los procedimientos referidos, mandó
que el dicho Gobernador no procediese en la causa y se alzasen los secuestros
del trigo, y notificándose al dicho Gobernador, obedeció luego, y
quedó pendiente la causa contra el dicho Cibo Sopranis y se fueron haciendo
algunos autos por su provisor; de que apeló el dicho Cibo y llevó
la causa a la Audiencia por vía de fuerza, donde por auto se remitió la
causa al dicho Provisor: y habiéndose proseguido ante él y no habiendo
nueva causa que obligase a innovar, los dichos Oidores Doctor Ruano y
don Juan de Bohorques, mandaron sacar cincuenta ducados de pena al
Doctor Andrés Estévez Bernal, Beneficiado de la ciudad de Telde y a Sebastián
González, Presbítero Capellán de la dicha Iglesia, diez y seis, y
por no haberlos de contado, les fueron sacados y vendidos sus bienes; y para
esto se tomó motivo que los dichos clérigos habían por comisión de dicho
Obispo hecho información contra el dicho Cibo, por lo cual los dichos
clérigos se querellaron de la Audiencia ante el dicho Obispo, y mandó recibir
información; y habiendo constado por ella la saca y venta de bienes,
el dicho Obispo procuró por medios de paz componer este negocio, poniendo
para ello medianeros y viendo que no bastaban, remitió la causa
al Doctor Luis de Toral, canónigo de la dicha Iglesia y su Provisor, consultor
y juez ordinario de la Inquisición. El cual con vista de autos despacho
monitorio contra los dichos Oidores para que se inhibiesen de
la causa contra los clérigos y les volviesen sus bienes o diesen causa porque
procedían contra ellos; y yendo a notificar este auto a la Audiencia
un notario, le quitaron el mandamiento original y trataron muy mal; y luego
los dichos Oidores mandaron al ejecutor y ministros fuesen a las casas
episcopales donde vive el dicho Provisor y le sacasen doscientos ducados
[3] 121
y para ello le vendiesen sus bienes, y se los sacaron. Y habiendo por esto
el dicho Provisor agravado las censuras y enviado al Licenciado Diego de
Artiaga, notario, clérigo presbítero, a que notificase el monitorio y queriéndolo
notificar al Doctor Ruano, Oidor, no sólo no quiso dejarse notificar,
pero puso manos violentas en el dicho clérigo. Y luego volvió el dicho
Provisor a dar otro monitorio sobre lo mismo, apercibiéndoles para la declaración
de las censuras impuestas; por lo cual los dichos Oidores, condenaron
en las temporalidades al dicho Provisor y le mandaron sacar de
los Reinos de V. Majestad y fué a ejecutarlo el Licenciado don Juan de
Bohorques, Oidor. El cual con soldados y alabarderos y mucho ruido fué
a las casas episcopales y sacó de ellas al dicho Provisor a pie y con su hábito
largo, y le llevó por medio de la ciudad, hasta la puerta del Arenal,
donde le entregó a don Francisco Gallegos, escribano y a un alguacil y
cuatro soldados, los cuales le llevaron hasta la fuerza de la Luz, que está
una legua de aquella ciudad, y allí le pusieron preso, donde estuvo aquella
noche y el día siguiente; y por la noche fué embarcado en un barco a
la isla de Tenerife con un tan mal temporal, que al desembarcar se ahogaron
dos hombres y otros salieron malparados; y el dicho Provisor todavía
con sus hábitos largos clericales como salió de Canarias, sin dejarle entrar
en ninguna casa,fué llevado a otra fuerza del Puerto de Santa Cruz,donde
estuvo preso cinco días, sin dejarle decir ni oír misa, aún los días de fiesta,
ni hablar con persona alguna, y lo que más es de notar, que los dichos
ministros llevaban orden de la Audiencia por escrito, en que se les mandaba
no reparasen en poner las manos violentas en el dicho Provisor, atento
a que ya no tenía la jurisdicción eclesiástica, como si no se quedara sacerdote,
aún cuando se la hubiesen quitado, que no pudieron.
2 Iten, pretendiendo el dicho Gobernador Juan de Ribera poner sitial
en la Iglesia Catedral de Canaria, el dicho Obispo se lo prohibió y
habiéndole querido poner de hecho el día de la Asunción de Nuestra Señora
próximo pasado, procedió el dicho Obispo contra el dicho Gobernador
y promulgó censuras y por no haber obedecido ni quitado dicho sitial,
incurrió en ellas y se cesó en los divinos oficios y el dicho Obispo dio
cuenta a V. Majestad de este caso y se le dio provisión para que el dicho
Gobernador informase y le trajesen los autos y que en el Ínterin no innovase,
ni pusiese dicho sitial; la cual se notificó al dicho Gobernador y la
obedeció. Y antes de esto el dicho Juan de Ribera se había quejado en la
Audiencia, por las censuras que había promulgado contra él el dicho día
de la Asunción, y la Audiencia proveyó auto en que retuvo la causa y
mandó no pusiese dicho sitial hasta que en el Consejo o en el Audiencia
se proveyese lo que se debía hacer. Y estando el negocio en este estado
más de cuatro meses, el dicho Gobernador, instado de los Oidores Doctor
Ruano y don Juan de Bohorques, pidió en el Audiencia fuese amparado
en la posesión del dicho sitial, y se proveyó así; y notificándose el dicho
auto la víspera de Pascua de Navidad, respondió el dicho Obispo largamente,
en especial que estaba el negocio pendiente en el Consejo y se
había despachado la dicha provisión y que así no había lugar haberse proveído
dicho auto. Por lo cual el dicho Gobernador y Oidores no fueron a
misa ni sermón ni llevaron el sitial el día segundo de Pascua de Navidad
pasada, que es día de tabla, en que predicó el dicho Obispo, y acabado el
122 [4]
sermón, estando comiendo, fué el ejecutor de la Audiencia con los ministros
de ella a casa del dicho Obispo a sacarle mil ducados, y por ellos le
sacaron sus bienes y le quitaron las colgaduras y dosel que tenía y por
parecerles no había hartos bienes, enviaron a cuarenta camellos a la villa
de Agüímez, Cámara Episcopal, y le sacaron mucha cantidad de trigo y
millo para la dicha condenación, rompiéndole los graneros.
3 Y habiendo enviado el dicho Obispo al Licenciado Juan Sánchez,
clérigo presbítero, notario, a notificar a los dichos Oidores le volviesen
sus bienes, con penas y censuras, le prendieron en una fuerza y sacaron
todos sus bienes.
4 Iten los dichos Oidores fulminaron proceso contra el dicho Obispo,
por decir que en el lugar de Terore, cuando fué a la visita, se dejó re-cebir
con palio, siendo así que cuando hubiera sido cierto, podía yendo a
visita conforme al Pontifical Romano, ser recibido con palio, demás que
el dicho Obispo no consintió la dicha recepción. Y también hicieron proceso
sobre que en los sermones, ni en otra parte, no consintiese que los
predicadores le llamasen Ilustrísimo, ni Reverendísimo, haciendo se notificase
por auto a todos los predicadores, habiendo sido la costumbre en
contrario, demás de que siendo estos puntos mere eclesiásticos, no les tocaba
su conocimiento.
5 Iten, estándose viendo por vía de fuerza en el Audiencia un pleito
eclesiástico, hablando con mucha modestia el Licenciado Gaspar de los
Reyes, Fiscal Eclesiástico, dijo que el pleito no iba sobre lo que dijo el
Doctor Ruano, Oidor, sino sobre otra cosa; por lo cual el dicho Oidor le
trató mal y mandó sacar cincuenta ducados, y para ello le vendieron sus
bienes, siendo el Fiscal, clérigo presbítero.
6 Iten, habiendo el dicho Obispo enviado al Licenciado don Diego
de Mendieta, su capellán, a Roma, Ad visitanda limina Apostolorum,
conforme a su obligación, y habiéndose embarcado a la isla de Tenerife
por haber pasaje, los dichos Oidores despacharon una provisión, dirigida
a don Francisco Barrios, Alcalde de la Orotava, para que la hiciese notificar
al dicho capellán y le entregase las cartas y súplicas que traía para
V. Magestad, de la Ciudad, a favor del dicho Obispo, donde no, le impidiese
la partida, como en efecto se la impidió con soldados y armas, sin
embargo que dijo donde iba y que no tenía dichas cartas; por esta causa
hoy día no ha partido, como todo consta de las informaciones, papeles y
testimonios que se han presentado en el Consejo.
7 Iten, predicando el dicho Obispo el día de la Purificación de Nuestra
Señora, y haciéndoles cortesía, los Oidores no quisieron hacerla
al dicho Obispo, de que hubo gran nota en toda la Ciudad que se halló
presente.
Suplica a V. M. haga en estos casos la demostración que requiere el
ejemplo público, y semejantes opresiones merecen, atendiendo a que el
dicho Obispo está despojado de sus bienes, su Provisor desterrado y robado
en el mar de enemigos holandeses y todos los demás eclesiásticos y
vecinos de aquellas islas padeciendo, hasta que se provea del remedio que
convenga al servicio de Dios y de V. Majestad y quietud de aquellas
islas.
[5] 123
Este recurso del famoso Obispo de Canarias don Cristóbal de
la Cámara y Murga fué impreso sin fecha, y sus ejemplares deben
ser rarísimos. No liemos visto mencionar otro que el que se conserva
en la Biblioteca Nacional de Paris, imprimes, cote Hés. fol. Oa.
198 bis. piéce 34, fol. de 3 hojas útiles. La primera página ocupada
por un grabado del escudo real de España, bellamente orlado,
que re{)roducimos, y lleva el pie: «En la imprenta de Cosme Delgado
», {'oseemos fotocopia, de la que hemos tomado nuestro texto,
modernizando su ortografi'a pero no su lenguaje.
A los altercados del übis[)o Cámara con ciertas autoridades civiles,
se refiere discretamente Viera al fin del cap. 53 de su libro
XVI. Su referencia si bien nos da el desenlace momentáneo del
eterno pleito de jurisdicciones, contiene algún error. Atribuye al
capitán general don Iñigo Brizuela el papel de adversario del obispo.
No s()lo en el recurso de este, no se le menciona, sino que no
pudo estar en el caso pues no vino de presidente hasta 1635 y en
primero de enero de ese año, precisamente, fue trasladado el obispo
Cámara a la Sede de Salamanca'.
Las Autoridades acusadas por el Doctor Cámara en su recurso
son el capitán general presidente de la Audiencia, don Juan de Ribera
Zambrana, al que llama Gobernador de estas Islas, antecesor
del mencionado Brizuela; y los oidores de la Ileal Audiencia, doctor
Ruano y don Juan de l5ohorques, aparte algunos ministros subordinados.
Los incidentes relatados en el recurso, aparte su valor
pintoresco de animado cuadro de época y lugar, ilustran sobre un
mal típico de aquella sociedad. La lejanía efectiva del poder central,
superior a todas las jurisdicciones |)articulares, permitía a éstas,
especialmente a las que disponían de medios de fuerza y coerción,
erigirse en pequeños déspotas que no sólo atropcllaban las jurisdicciones
de momento más débiles, sino que se esforzaban en
impedir toda alzada, valiéndose d(! la intimidación y la fuerza bruta.
Viera nos ha conservado recuerdo, como decimos, del éxito del
recurso del obispo: un juez jierquisidor, don Luis Enrique, alcalde
del crimen de Granada, fué enviado expresamente, quien privó
del oficio a los dos oidores. Del general Ribera sabemos que tuvo
su sucesor, simultáneamente con el traslado del Doctor Cámara a
a otra Diócesis. Pero la historia se comenzó infinitas veces, con variantes
que no le quitan la monotonía.
Menciona el doctor Cámara otro oficial, al que llama Gobernador
de la Isla, don Gabriel de Erías y Lara, también enemistado con los
1 Cf. M. SANTIAOO, en <r]levista do Historia», VIII, 1042, páfr. 253, datos
del archivo de la Kmbajuda de Kspaña junto a la Sede Apostólica. Da
eorrectamonto el aílo Viera en su edición príncipe, pero lo enmendó erróneamente
por 1633, en sus notas manuscritas, aceptadas en las ediciones
posteriores.
124 [6]
oidores y por tanto, al parecer, coincidente con el obispo; es el corregidor,
presidente del Cabildo secular de la isla; este mismo Cabildo,
al que llama «ciudad», adopta también el partido del doctor
Cámara, y escribe cartas y súplicas en favor suyo, a su Majestad.
De todo ello podemos deducir que las quejas del prelado eran bien
justificadas, cuando hallaban tan amplio eco. Pero el pleito de jurisdicción
entre autoridades trasciende de las circunstancias concretas
de este o de cualquier otro caso.