A l p i s t e
NOTAS LINOÜISTICAS
POR J. ALTAREZ DELGADO
El Dr. Max Meyerhaf iha esbudiaidio en la revista ipontiu^esa "Petrus No-nius"
(1) las formas rorreaponrlíeTVtes en los tratadiisitas ársibes a la palabra
alpiste, y las iTcffl'uencias entre las forma® árabes y romanices.
Admite el sabio araibi'aita alemán la etimología qix padiéraimaB diecir oficial,
vuligrarizada en todosi los diccioinairiio» y tratadistae, y que dieriva la palaibra alpiste
diel latín pistum, con prefijación diel antioulo arélbiígo ál—. Pero nota ati-nadtoiente
eí Dr. Meyerihof, que lo» farmacAlogois árabes traBcriben «iemprn esta
voz bist o bista, aupirimiendo el' articulo.
Por ello vamos aquí a aomieter a crMca esa comiftn etimoJo^ía.
* * i *
En cuanto a üa ígeografía ée la fonma comvi'ene temer presente que alpiste
«a voz totalmente occidental: »6Io existe en la» lengua» iibéricae y franoeraa (español,
portugués, francés, proveneal...), sáendb dieeconocida con esta raíz en Italia
y en otras regañes donde la .planta es cuUJvad&, y en las que, junto a otros
nonn/hres vuligaires, también se la suele llamar canaria. Entre los árabe» s'in duda
se ha generalizado la fonna bÍ8t(a) por medio de los farmiacólogos andaluces y
ma(grebíe0.
Por otra parte, lois triatadLsta£ unánimemente, si bien no dicen donde bebieron
esta información, señalan que la gramínea alpiste es originaria de lae Islas
Caniariais. Véase, por ejemplo, nuestro Viera (2):
(1) Max Meyerhof: Essai sur les noms portugais de droguea derives de
I'arabe en PETRUS NONIUS, vol. II, fase 19 Usiboa, 1988; y Sur lea «orna Ibe-ro-
portugais des drogues dans les manuscrits medicaux árabes» en' PETRUS NONIUS.
val. II, fase. 22, Lisboa, 1«39. (Cf. Al - Andalug, vol. VII, 1942, 19, página
2li8.)
(2) Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, (BlbiUoiteca Canaria),
9ta. Cruz de Tenerife, 1942, tomo primero, pág. 60.—Lo» espaciacíofi del
texto aon míos.
M
""ALPISTE. (Phalañs Catisriensis Lia) HiftHte> ^ratninea qu« iMwstn» lU-desnos
llaman más comuanmenite "triígiuera", y que todos los boténdoo» y «atara-
Matea conocen bajo el noírtbre d« "jíran» de Cainarias". Con efecto «s i' n d í -
g: e n a y n a t i v a d «• i\ u e s t r ¡i ^s i s l a s , die donde
fué llevadla a EiapemH y luie^o :i Languedoc, a Toaioania, a Malíta, y a otros <pa{-
sea templados de Europa. En ellos se cultiva, mientra» n a o i e n di o nat
u r a l m e n t e con abundancia en medlio de nuestros aembradoe, se mim
oon indifeirencia-, y compramos muy caro el alipiste que nos viene del extrañare
pwa a l i m e n t a r n u ' e i s t r o ^ c a n a r i o s . Esta pton-ta
tUTOja tres o cuatro cwñas Msass nudoaas, de vara y medSa de altutai, con hojas
«umptadaia, aaif^ostais, s e m e j a n t e s a lai» del t r i ig' o , y anas
espiígais o máis bien panojas, de cinco a ae^s puligaidae de lainf^ioi, «Mmipuestas de
un conjunto de pequeñas escemas, huecas, pajizas, chotas, blannca*, con una raya
verde en' él «ledSo, que hacen vece» de o&lices y pételos, sosteniendo tres estambre
» y dee emhrione». El fruto ee una semilla lustroea de varios coíorea, pareci>
da a la linaaa, aguda por amibos extremos, envuelta en una casoarite. El "al^ri»
itB* p a s a ip o r simiente aperitiva y gran remedio para alguno» males
de orina y de piedra. Oon su harina se ha soliido hacer pan. Pertenece a la
triandria diginia.""
Hay que adventir que el ipárrafo "d alpiste pasa por simiente..'' no está in"
(dtildo en 1* deseriipción de esta planta redaiotadaí por Viera en "La Flora de Canarias
(S), por lo que tal fnaiae ipaneoo una apostMlá de carácter eru<£to, metíAi
aK|af ¡por Viera, sin comprobación dSrectai, como lo indica la mismia forma -mital
empleada (pasa por...), frente a la forana eategórics «on que en «tros páiraCw
de sa Diccionario db los caraioteres imedi^inahw de las pk^ntee reseñada*.
ISn efecto; éí nombre latino y científico dé alpiste e» phalaris, y de este plantía
dice Plinio: "Phalaris thyrsum habet lonirum, tenucm cea caianum, in Mnuno
florem indinatiim: simile seaame. Bt hec calciilos fran^ potum «x ruda
vet acete cum melle et lacte. ídem «A vitia vesicae saiíat (4). Idea* «imüares hay
a este propóeóito en Galeno y Ddascórides. Pero cabe dudar si la phalaris de Plinio
y Galeno es la phalaris canariensis o alpiste, o se trate áe otra (rramfnea.
• »•,•
Una atenta meditación de los datoe trascritos despierte en el ánimo no pocae
dudas, en ooanto a la plante y a au nombre.
Respecto de la plante misma. No se compatfdna bien que «vendo nativa dé
nuestra-s islas, fuera conocida por Plinio, quien no alude a e»te orifren. PlinSo
(S) Edición de la misma Biblioteca antes citeda, con eli título iodicado
oomq>retvdiendo un "Catálogo de las plantes'pectdiares del paÍ9>".—Sante Oua de
Tenerife, ». a. (1940?), pi&ff. 9.
(4) Plitiio Net. Hi». XXVll, 102.—"La falairis tiene el tallo teng*. diSbil
ooM» el cákutio, y en lo alto la ñor indinada: semiUa semejante al aciamo (o
ailegría), y destruye los cálculos tomado con vino o vinagre, meadado oon miel
o teché. Sana tannháén los malea de vejiga".—^Dieoóridoe dice que él tamaiño de
lé simiMite ee como «1 Mijov y otra* escritores dan otros parectdaeí y hoiblan de
Mariioé éstoIrBe' (Maneé» ntiyre y grie) de loe grrano» del alpiste. Se ve puee qUe
hailikM de -e^^iBiáem distinta») eir bien ton varío* loe t|ue i^eta' —iiiehjB* lo* «é-ciitoiea
áraibee—, al valor curativo de aquella». o:
M
adema* babla de florem inclinatum, y i& id«l aljiiatc es evgaidsk;, •por )o qu« ihay
qtte \Supotierlaia graiaíneoB dieünta»; y en eae caso ¡habría ique pensar que ]» aC'
oción miedicineil de loa cálculois de la vejig'a, no corresponde precúsiinente a nu!e«>-
tro alpiete, conforme 'habíamos previsto a través del texto de Vieiia; si bien pudiera
«mplearse con tad propóeáto, como aún hoy se tiaa paxa lo ina:i.3anio en Camamas,
la .grazna y la barba dé miilkk.
For otra parte, la dienominación de triguera, atole sin dudia a cu peTecidk)
«001 el Mg«h y a criarse eiu los trigaJesi, como e& frecuente hoiy em Camariea; y
taoito €06 nombre como dérívadois de altpiMe se aplican a otras especies: se llS'
naa por ejemplo triguera caballuna a la phalaríB bulbosa, y »ims>l«raeDte triguera
a otras variedadies onáa pequeñas y muy parecida» a nueatro «Ipiíste; y tamlhién
fte conoce por alpiatillo otra gramínea (5).
Ni «8 cierto que sea dieeusada la forma alpiate entre los campesino» 4» Car
na«laa; lo que ocurre ea quela forma triguera se emplea má» cK»númn«Bte para
denominar la planta en verde cuando crece en líos oampoe,' mientras la vos alpiste
'Cid 'iasi exclusiva para T)omi>rar el grano que se daJ en alimento a los pájaros. Y
notaré, que oon frecuencia se oye decLr a lo» alidioanos alpíater, en vez de alpiste,
con una r paragógica difícil de explicar, y que de ser primiitiva pudietra iiic!Iiu«o
responder a otro fonema (6). "•. •', ; iin..'
Finalmeiiite^ M barbo a«iibid'o que el alpiste «e «uminieitira a los pájaros en
^miií^ f nunca emolido ni triturado en forma de pasta; y la pnMbra latina piktuin,
(«orno el ^rupo plnao = 'áioler', ai que pertenece), tiene á^ 0entido> da Bo^jetmá».
MAlida en generáli, masa, torttt, pastd; pero de ningún modo, e&n un lBr>g» virage
«emánitico, puede temer cu vaikxr de 'grano'. Y iesto e» ton Dotocio, 4liM lA wz española
piat«H derivada de ese plstum latltioy demgna óerteis tiipM dt»«enlMaB ma^
cliaicadfla,
• >! 0aoando« sutes, lalietora de est» maraña, podemos sentar «orno xmv jflKba-
Ooi que «1 adipiíalft «• Itn «freíA» exdluvlvo de Canafiaa, que no ooÚKñdei )o«A la 'gm^
minea medkáTwl Itammda phalarifi por Plvnio, y que difici'knantie mi-oxifiki» ^or
ef Q'atfn pistuá» o pa«ta toMllda.
• V ' • ' '"
Respecto de üa i>alabra. La eitimiología de alpiste, por el latín pistum, junto
con ia forma arábigia bist(a), parece de momento clara! el <»unbioi de p- Sncial
por b - es común a I109 arabismos, y Id final e - de la fontia espiaíMIa es fanfi-
MMM frecuente en voces iníluídais de sralicismo y mozarabistno, y Meyerhof ha
ñieMado I« influencia recíproca de las formáis airáhi^ais y ronwwnees (7).
(5) Pueden verae referencias de esto^ nombres en cualquier Inannal de
Botánica vm ipoco extenfeo, o en la» enciclopedias usuales, de bastante información.
(i) Pava formas canarias con finaS dudosta o trai9form<ula en' —n ivéas<>
mi' trabado "Miscelánea Gitaiiche,~-Bienahoare, Santa Cruz de "Penariíe, 1M2.
dioode han «ido estudSadae alfrunas de esta» forma»; por ejemipio, págf. 134.^
(7) Ibi el artículo citado, hota (1). Para la evolucíSn getterail ^el ooAs9'^
itantÍNino en los araibiamotoy puede verse la Gramática Historie» de R. Mentoder,
PñM, 7 en espedal la obra de ArnaKl Steiger: Contribucián a la fwaétic» del
lii8p«ii»4rabc y de 1M arabiamoa en el iber»-romáiitlco y el aicttluio» MadiM,
¡ 0 8 2 . •; . - r t:
^1
Pefo el eligen y desarrollo áe eete forma mo «stá elarai, a peB«T de toáot ÍM
I>alaA>ra no iwdo fi«r forjadla por lo» árabe» y luetgo treamiitida a loe romancea,
üino al retvés.
Ha «fectio; ai el j^roceso hubiera sddo: lat. pistuní — árajbe bÍBt(a) — eapeñoi
al * píate; la forma romanioe, no ihubiera podiido tener p • , siino que hubiera oon-servado
la b - iM arábiígo, como hicieron biznaga del l'at. pastinaca, Beja del
lat. Pacey albaricoque, ancaiamo validar canario abrícoque <tel l»t. pra<ico<|uuin,
etc... saleadas todas a trwéa del áraibe. Por otra parte, el grupo - st - hubiera,
diado - s -, como ocurrió en loe araibismos, tanto en síteiba medlial, <-omo en «fiaba
final. (Cf. mozárabe i>or mustarab, Baza por Bastí...) (8).
Pero el ipaao inverso; lat. pistum — ronnance al - piste — árabe bist, ofrece
taonlxtén «Uñoultaidea. Por un lado no sm eiqplioa bien cóono, isi la forma fué tomadla
al latín, no la <inanbuvo el italiano, y<«daniáei, c^mo (lad'o aer idéntica totai-monte
<dn vetAaeiáa en Tos romances <]iue .ki conservan. Habría que admitir UA
piréatwmo: que f<M>jeida en uno dé los rotnaiureat (español, por ejemiiloi, o poMn**»-
aal), fué dada ea (^résitaino aitlto dmnás. P€ar»'todaváai't}ue4a en"pie<i4u duda wtf
«lántioa, amibes indicadla, die la qposici&n etttre el ntatia 'ji^rano' usual en la voz
alptste, frente Atl maitiz 'harina o ipasta', fundamentail en él lAtii^ pistiun. Incluso
la -e final, frente a la forana española pisto, necesdtaria una explicaciéiv de
no iser un galiciisimo. Hipátesis que mcns llevaría «: atriibair la pro;]e^acii¿n de la
ipailalbra a las primeras colioni'zaciones normandae o oatalanaa, oOn lo que l8 ara-
Umición (presentada por al— aerta mAs dudosa.
Por otra iparte, «ae presunto antfculo aribiígo de alpiste es un tropieto ^n
cualqwer htpAteag«. ¿Cómo se explicará que estando lae forma» árabes y ro-maTwcs
en «stredho contacto y mutua die^ndcnciii de oriir«>K las ^mom áratoe
relhayain el aftículn, mdentaraA la forma romance lo oeloca eietnpre? El inresboto
araibiíamo táS la perltttn^ dn Jo» ptindipio», 'h» quedado r<!diaE«do,' p<orque hdy que
oUponw que la vos fué tomada por lMi«acritore« árabes a los romaaeeo. iMak
podría hallanse una explicacíióii al aittíatdo, 'si> al introducirse lia paiabra en el
«mbiente romaiKe ae sentía el origpein cMmrio y por tanto africano, de!«. planta
y su nombre, y eillo acarreó esa «presunta araibizadón fXMñ aftedio del lurtículo. Pero
no es difícil que se hubiera producida UTII fenómeno die soldadura siTutácrtica,
si ison muy primitivas lae fraseis usuales "quedarse uno alipáste", o ^'dejar uno
alfMste", que hacen pensar enuna contnueoión de dativo com la forma contracta
del artículo Mpañol al. Pefo el orifi^en y eítructtu» primaria de estas frases ec
ignorado (9).
Para ver con entera <clarii|pid en >este problema de la .propagadórii y- matices
iprlmitivoia die la fMlabra alpiste, «erfa pr«oieo conocer con detalle 1« orono-logria
y'Mpuriíbi^ da las fomutia «A los diveraoe Miomas, y esito dieagrwdtMMimen-te
es casi Í3ttíii6íít>l*, ^ t tío hallar esta palabra documentada dte anti(t*uo.
" * #,*
Mas ipansemoSh como sopuntaba Viera, que siempre habla ®ido conocido el
(8) El examen y trascripción áraibe de todas «staf íoatrnaa (que por.falta
de tápos no ipodetnos coiM%nar aquí), poedeverM en la citada obm de Steiger,
ou/a tnuoa será miuy lácil por loe «bondiantoe y ouidadoa indieaa
(9> V4*nM eatoefrasea en «1 Diccáonaiio Acadlémioo die la Lengua.Sm«-
fiola, induiso en la reedición del LlanuMlo Diccionario de AutecMUde*.
alpiste, oomo el "grano <le Canarias", y alimento de los "pájaros CBUBOÍOS". Y anta
ello es li6gico pensar que con la proipaigaición y recría ipor KvacipB. del pájaro
canario, fijera tairrubién propagándose, en una larga emigración par Il)eria, Ma-grefe,
Francia, Italia y Sicilia, el nombre y al cultivo del grano de Canarias, oi
alpiste típico para su alimentaoión. Porque con las cosas y usoe forasteros emigran
y ee introducen en las lengua» los foraisiteriamos o vocea extrañáis.
Y badñdia- cuenta de los dificultades fonéticas y (semánticas sdftailaida^ para
explicar aJlpiíste por una forma latina, como usualmente se -ha venidlo haciendlo,
oaibe pensar que tal' paktüyra aea originaria de Canarias. Pero ¿e» posible eataj
hipótesis ? .
La presencia del al • iniciaA en fonnais canarias no e» exclusiva die esta
voz,, sroeato que aparece taonfoién en otrasi plantas del país, como alfife (una e»-
'pecie de cerrajo), alcalitofe o algaritopa (un dracocéfalo anNnáAico), etc... Si
bien «n alganae de eebas voces la -1 - pudáera ser primitiva, en otrais conrMí al-gabora
ipor agavera (especie de agave), es eipentétioa, lo mismo que en las egr
pañoloiB almidón die amylam, almendra de amygdala, etc... (10).
Y si se «wpone una primitiva apiste (que por epéntesis de -1 - diera adpiste),
«e expiicarfa bien 1« axiisencia diel artictiilo en la forma árabe bíst(a), frente a
ta romance alpiste; como en aceituna frente af. kvahe zaituna, cherae arabisnu)
portugués frente al latín acemia, etc... (11).
El resto de la forma Piste, e» iprecisamente el nioiíiibre propio de Un indígena
gomero, traisimitidio ipor Aburara (1447), y aunque «e ha dudiu)o deü indlgenÍB^
mo de la forma (12), por máe que «e la suponga muy tranaformaida, la estructura
fiutdfunental de la vos ha dé ser muy «entejante a lia tratonitída por el cro-nñsta
poitogués. Tiene también vm consonantismo pairecidio ei nombre uisual canario
dcH pájaro llamado alpispa, y del adjetivo pispito, tai vez deriv^ado de la
anterior, conocidos en el país y recogido» en el Léxico de Millares (18).
Se ve poflSi, que el fometismo de alpiste, no se opone a un origen canario inr
digena de la .pala>bra, que podarla haber tetVfdk) primitivanKinte esta minna forma,
ki de apiste, o tai vez una final impropia o <ttfíe¡l al ésnpañoil, si fuero recuerdlo
suyo el TTi]^aT<iemo alpftter.
(tO) AJigunas de esta» voces aeren estudiadas por ná «n un traAiajo en p(re-parsición
sobre "AipostUlaa lingüísticas a la Historia NatunU de Viera", de la que
puede considerarse un capítulo desigiosado este artículo. Para las citadla^ formas
semiarábigas puede verse Steiger y Menéndez Pidal, en las obras citadas.
(11) Cf. Steiger: oto. citada, pég. 144 y 188.
(12) Véase, por ejeniipllo, Iw frase «pie & eate propósito fomvola, el Dr. Se-rra
RUci», en su maignifioo e«tiidio sdbre "Los perttiguesaa eik CanAria»", Lti
Laguna. 1941, péig. 34, relativo ai conocido episodio de Piste y Bruco.
(13) A. Millares Cubas: "Cómo hablan los canarios — refundición del Léxico
de Gran Canaria — Las Palmáis,-a. a. (1922) pág. 7.—"Alpispa.—El paja-rillo
canario llaimado "alpiíspa" cuya fecundidad es asiríimbrosa, camina a ^tosi,
nKTviemdo incesanteimente la cola de arriba abajo.—Nada tiene de parbicnlar que
a) que anda por esas calles dando isaltitoe le compare la gente con vr» alpispa,*
y con tal nombre le bautice."
En la pAgina 120 dice de Pispito: "íBKprefAón faititMar y cai^ftofla, con la que
solemos intenpeh» « k» nMo«... Pudiera traldneirse por tratvieso o pHMn." Bato
ftttiino es lo que induce a pensar en una ilerivación de alpispa por al eon««|pto de
"travieso" o "«aMaifln*.
68
Y si era canaria, «sa denotniínación, d>el grano de Canarias, aliniei^to de l'0.s
pájaros canarios, haibria que admitir que juntos emigraron o «e exportaron, el
p4jaro, la ^aonimea y el nom;bre.
Y así quediairia perfectamente explicado:
1^ Que la forma única e ¡nvariaible alpiste, como forasiterisímo que es, sea
común al esipañol, portu^és, francés, proivenizal.
2S Que en los demás países se le llamara canaria, donde no á« emplea alpiste,
como al pájaro, o se ile asigne el nombre vulgar de otra graiminea, como en
Canarias taimbién se la Uaimii triguera.
3S Que queda isalvada la oposdción semántica con pistum, porque nada tiene
que ver con alpiste, aquella voz latina.
42 Que el presainto araíbismo de alpiste por su artículo al—, tiene cierto
fundamento 'externo al menos, bien por inserción de G« ;—1— inexistente en SM
ooiígen, bien «n tiodio caso par adlyert«ociu de un origen canauFio o itorteafricano.
Tal es uno de taiiifcos í|>roblemais que el estudio lingüístico de los canarismos
plantean.
¡Ojalá que otrow puedan aportar nuevos esclarecimientos!
La Laguna marzo de 194S.