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José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica EL LUGAR DEL BAUTISMO: GÉNESIS Y DESARROLLO DE UNA PRÁCTICA. José Luis Guerra de Armas. Instituto Superior de Teología Islas Canarias (Sede Gran Canaria). Baptisterios y fuentes, o pilas bautismales, son la huella de veinte siglos de cristianismo y del desarrollo de un ritual que va desde los orígenes hasta nuestros días. El ritual del Bautismo recomienda bautizar por inmersión, se trate de niños o de adultos 1 • Prevé que los bautizados sean sumergidos en el agua y, si esto no es posible, se derrame agua sobre su cabeza. Esto choca, sin duda, con la práctica común. i Y esto no lo recomienda el ritual por puro esnobismo, ni por volver, simple y llanamente, a un arqueologismo trasnochado! El gesto de la inmersión es infinitamente más expresivo que el de la aspersión del agua sobre la cabeza, pero inmersión o no, el bautismo es un su- El bautismo por inmersión fue la forma más común desde el principio de la Iglesia hasta la edad media; Cf. SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica !JI p. q. 66 art., 7 ad 2: " Hay que decir que en la inmersión bautismal se representa con mayor expresividad el símbolo de la sepultura de Cristo; y, por ello, esta manera de bautizar - la inmersión - es más frecuente y loable ... " . Los nuevos Rituales de Bautismo, tanto de niños como de adultos. insisten en ello. Cf CLERCK, P. de., Pourquoi !'inmersión? en "Chroniques d'art sacré'' 44 (1995), París. Véase también el CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA 1214, Asociación ed. del Catecismo, Madrid 1992. Almogaren 34 (2004) 213- 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica mergirse en un pueblo de creyentes, en una iglesia que supera las barreras del tiempo y del espacio. A su manera, los bautisterios y las pilas bautismales recuerdan que miles y miles de personas han pasado por el rito de iniciación bautismal: de esa forma han expresado que sus vidas, a partir de ese momento, se han identificado con el destino de Cristo. Bautisterios, fuentes o pilas bautismales, son lugares de inmersión en la Iglesia-Madre. Madre "pulchra", hermosa siempre, que se refleja en los miles de rostros y acontecimientos que a lo largo de sus 2000 años de historia nos animan a creer en el mensaje del Evangelio y a proclamar nuestra fe en la fe de esa Iglesia-madre, madrastra, otras veces, consumida en discursos pretenciosos que proclama verdades como quien derrama alcohol sobre una herida. Los hijos de la Iglesia han sido sumergidos en ella no para diluirse y desaparecer, sino para resurgir, revestidos de libertad. Si el gesto de la ablución evoca la purificación, la inmersión es un gesto complejo, profundamente teológico que comporta, al mismo tiempo, sumergirse y resurgir, muerte y resurrección. La misma forma de realizar ese gesto trae a la memoria, con ventaja, el texto central de San Pablo, en el capítulo sexto de la carta a los Romanos: Por el bautismo hemos sido sepultados con Cristo, quedando vinculados a su muerte, para que así como Cristo ha resucitado de entre los muertos por el poder del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva. Porque si hemos sido injertados en Cristo a través de una muerte semejante a la suya, también compartiremos su resurrección. (Rom 6, 4-5). Celebramos en este curso pastoral, 600 años de la evangelización de Canarias, volver, por tanto, nuestra vista sobre aquellas huellas que en la historia nos hablan de donde venimos es, ciertamente, una necesidad. Se suele decir que los pueblos que ignoran su pasado no pueden construir su futuro. Somos seres históricos y nuestra fe es una fe recibida. Recorrer, por tanto, en grandes líneas, la génesis y el desarrollo de la práctica bautismal, tal como nos la remite la historia a través de la evolución del espacio bautismal, es como acercarnos al núcleo, al útero materno donde fuimos engendrados a la fe y atisbar, a partir de los datos Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica conservados a través del tiempo, lo que significan y hablan del sacramento del Bautismo estos lugares u objetos, conocidos como bautisterios, fuentes bautismales o pilas bautismales, lo que nos dice del sacramento de la iniciación cristiana, esta catequesis que ha ido escribiéndose en la piedra, a través del tiempo. Aquel tiempo, en que las orillas de los ríos o del mar bastaban para bautizar El primer relato, algo detallado, del bautismo cristiano, lo encontramos en el libro de los Hechos. En pocas frases se nos describe el encuentro de un etíope, ministro de la reina Candace, con el diácono Felipe. La catequesis rápida de éste, mientras marchaban en el mismo carro, culminó con el bautismo: Siguieron su camino, y llegaron a un lugar donde había agua. Entonces el etíope dijo: -Aquí hay agua: ¿Hay algún impedimento para que me bautices? Acto seguido, el etíope mandó detener el carro, ambos bajaron al agua y Felipe bautizó al eunuco (Hech 8, 36-38) El bautismo del eunuco etíope es ejemplar. Es una hermosa historia que se desarrolla mientras caminan, a lo largo de un viaje. Todo cuanto pasa, sucede en movimiento: la lectura de la Biblia, el diálogo y la catequesis. Sólo se detiene el viaje para el bautismo y luego continuar. Lo importante, con la fe, es el baño del agua. Poco relevante es el lugar. Todavía en el siglo segundo de nuestra era, seguía recomendándose bautizar en el agua corriente y este uso persistió largo tiempo en algunas regiones. La Didajé, un libro normativo que algunos datan en los últimos decenios del primer siglo, señala: Impartid el Bautismo de la siguiente forma: después de haber enseñado todo lo que precede, bautizad en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en el agua corriente ... Si no hubiese agua suficiente, derramad tres veces agua sobre la cabeza2 2 Cf. AY ÁN CALVO, J.J., Didaché, De Apostolorum, Epístola del Pseudo-Bernabé, Ed. Ciudad Nueva (Fuentes Patrísticas 3 ), Madrid 1992, 17-111. Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica Lucas, Pablo y Silas no tuvieron que ir muy lejos para bautizar a Lidia y a todos los de su casa; fue precisamente junto a la orilla de un río que "el Señor abrió el corazón de Lidia para que aceptara las palabras de Pablo" (Hech 16, 13-15). Hacia el año 150, Justino describe el bautismo en su Apología, tal como era practicado en las comunidades del mundo greco-romano. El candidato era preparado con el ayuno y la oración, y la comunidad participaba, acogiendo con afecto a los nuevos miembros. A continuación - dice Justino - les conducimos a un prado donde haya agua: aquí, del mismo modo que nosotros hemos sido regenerados, ellos son regenerados, a su vez, y en el nombre de Dios, el Padre y maestro de todas las cosas, de Jesucristo, nuestro Salvador y del Espíritu Santo, son lavados en el agua3 ... Cuando el cristianismo se introdujo en la ciudad de Roma, fueron las fuentes en las catacumbas o en las grutas del cementerio de Ostia, las que ofrecieron su agua para el bautismo de los nuevos conversos y de sus familias4. En los orígenes, riberas y fuentes bastaban para celebrar la entrada en la comunidad cristiana. En el entusiasmo del comienzo, el bautismo seguía inmediatamente al anuncio y a la aceptación de la Buena Nueva de Jesucristo. Y la mediación de los primeros testigos suplía con ventaja la larga preparación posterior y comunicaba toda su fuerza simbólica a los elementos naturales. Ciertamente no era el paraíso, pero ... ¡la muerte y la resurrección del Señor estaban tan cercanas! Actualmente la legislación sobre el lugar del Bautismo no deja resquicio o posibilidad alguna a la improvisación que vemos en aquellos tiempos. El último libro litúrgico que habla del lugar del Bautismo precisa: Entre las partes principales de la iglesia destaca con razón el baptisterio o el lugar donde está situada la fuente o pila bautismal. Allí, en efecto, se celebra el bautismo, primer sacramento de la nueva Alianza (Bendicional no 933). 3 JUSTINO, Apología prima pro christianis 61 (PG VI, 1857) 4 Cf HENRY, W., "Baptistére", en Dictionnaire d'arheologie chrétiennne et de liturgie T 11, Paris , col. 382-469. Almogaren 34 (2004) 213- 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica Las normas de las iglesias particulares, entre ellas, la nuestra, en su último sínodo, como veremos al final, insisten en ello.5 Por su precisión recordamos la de la Iglesia de Milán a este respecto Cuídese de que la fuente bautismal no sea un genérico objeto de decoración, sino un objeto particularmente expresivo en el interior de la Iglesia. Al proyectarla, será oportuno poner de relieve y subrayar algunos elementos significativos del rito. Como el agua viva y la inmersión, privilegiándolos frente a otros puramente decorativos6 • Sin embargo, el bautismo celebrado en las riveras de los ríos y en las fuentes, posiblemente despierta en nosotros una nostalgia ecológica o sueños idílicos ... ¿porqué, entonces, se renunció a esa práctica? Las razones son variadas: ante todo, por la necesidad de interponer un tiempo entre el momento del descubrimiento del Evangelio y la recepción del Bautismo y ofrecer así un tiempo de catequesis y de maduración de la fe. Por razones prácticas y simbólicas, el bautismo pasa a celebrarse únicamente durante la noche de Pascua y más tarde en la vigilia de Pentecostés. Había que tener en cuenta las bajas temperaturas del agua en aquellos momentos y la decencia que requería un rito celebrado por inmersión ante la presencia de adultos, jóvenes y niños, para entender la evolución de este gesto que pasa, por ello, a celebrarse en las salas de baño particulares de algunos cristianos ricos. Llegando, incluso, algunos de éstos, a construir, junto al oratorio familiar, un pequeño bautisterio para la celebración del sacramento de los nuevos conversos ... Además no debemos olvidar que las comunidades cristianas viven prácticamente en la clandestinidad debido a las persecuciones. De ahí la necesidad de buscar o construir lugares apropiados. De hecho, el lugar más antiguo de culto cristiano que puede identificarse con certeza, es un Bautisterio, el de Doura-Europos, en Siria en la orilla del río Eufrates, construido hacia el 250 de nuestra era. 5 OBISPADO DE CANARIAS, Constituciones sinodales 497, Las Palmas de G.C 1992, 302. 6 Las comisiones de arte sacro de las diócesis lombardas elaboraron en 1987 un documento, que propone oficialmente orientaciones para el proyecto de baptisterios y fuentes bautismales. (Milán 7 de diciembre de 1987). Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica El Bautisterio de Doura-Europos se encuentra en una casa con diversas salas dispuestas en tomo a un patio, según la costumbre del país. Una de las salas, la principal, serviría, sin duda, para la asamblea eucarística, pero no ha llegado hasta nosotros ningún signo específico de su finalidad cultual. El Bautisterio, al contrario, es una sala rectangular, alargada, cubierta con techo de madera. En uno de sus extremos, se levanta una bañera que evoca un sarcófago y que recubre un cimborrio sostenido por dos columnas. Mientras las estrellas brillan sobre el fondo azul de la cúpula del cimborrio, el muro del fondo, detrás de la cubeta, ofrece una composición que anuncia las futuras imágenes de los ábsides. Allí puede verse al Buen Pastor, así como a Adán y Eva. En la otra pared, se adivinan, entre otras figuras, la llegada de las santas mujeres a la tumba de Cristo. Son las primeras pinturas cristianas no cementeriales. Y no deja de tener interés que sea, precisamente un Bautisterio, el más antiguo testimonio de la arquitectura e iconografia cristiana. Eso nos habla de la importancia que los fieles de Cristo daban a la celebración del Bautismo. Pero, en numerosas ciudades de entonces, posiblemente, el cuadro era mucho más modesto, reduciéndose, como acabamos de decir, a los baños privados de una familia cristiana Los primeros bautisterios en el corazón de la ciudad Los primeros bautisterios, propiamente dichos, más que vestíbulos a la entrada de la sala de reunión de la asamblea eucarística, fueron espacios sagrados de glorificación y de participación en la vida de Cristo. Los catecúmenos no tenían acceso a ellos antes del Bautismo y a menudo eran tan importantes como la iglesia principal. Además no se reducían a un local sino que formaban un complejo de salas- vestuario, sala de unción de los catecúmenos, sala de crismación, etc. Podemos encontrar vestigios de estos bautisterios de los siglos IV y V a lo largo de toda el área del mediterráneo por donde se extendió el cristianismo, sobre todo en las ciudades. El bautisterio de Aosta, por ejemplo, había sido construido junto al Foro Romano. En aquella época el símbolo del poder espiritual se levantaba junto al poder económico y administrativo de la ciudad. El lugar del bautismo se beneficiaba así del arte de los romanos en la conducción y en el calentamiento del agua, unas condiciones particularmente apreciadas por una Iglesia que bautizaba mucho y cada día más. Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica Los bautisterios estaban en el centro de la ciudad y, al mismo tiempo, en el centro de la Iglesia. Con el edicto de Milán y los posteriores edictos que otorgaban a los cristianos reconocimiento público, la dependencia de los cristianos afortunados que podía ser, de algún modo, condicionante, se hizo cada vez más innecesaria, hasta desaparecer. Junto a las catedrales, surgieron las primeras edificaciones visibles y grandiosas de los bautisterios. Tan grandiosas y amplias que, como en el caso del bautisterio de Santa Sofia, en él se reunió un concilio. El obispo era, entonces, el único que bautizaba en el único bautisterio de la diócesis que se construía en el lado de Poniente, en el N arte, no lejos de las fachadas del templo. Sólo aquellos lugares de acceso dificil, fueron una excepción a esta regla y contaron con más de un baptisterio o como en Ravenna donde, por razones de cisma, encontramos el baptisterio arriano frente al católico o neoniano .. Dos largas tradiciones adquirieron carta de ciudadanía en la Iglesia del siglo V: una oriental, proveniente de los cristianos griegos que dieron al bautisterio el nombre de "Iluminatorio" y otra occidental que, influenciada por la cultura romana, fue llamado "Fuente de la vida", "Templo de los oráculos" o, incluso, "Santuario del nuevo nacimiento". Cada una de estas tradiciones va a desarrollar, a su manera, la riqueza del Bautismo: "Agua viva evangélica" para los occidentales, "Luz divina" para los orientales, "Muerte y Vida" para los latinos, "Conocimiento místico" para los griegos7 • El bautisterio de Letrán Entre estos bautisterios antiguos de Occidente, el más conocido es el de San Juan de Letrán, que es lo mismo que decir, el bautisterio de la diócesis de Roma8 • Ha servido, en muchas regiones de occidente, de modelo a copiar, pero no ha sido el único: Son muchas las variedades de formas, de volúmenes, de disposiciones arquitectónicas, a través de las cuales se evidencia una constante: existe un lugar propio para el Bautismo. Aunque sería más correcto hablar de lugares de la Iniciación Cristiana, como ya hemos indicado. El bautisterio de Letrán fue edificado sobre las ruinas de unas antiguas termas romanas, probablemente, como ya hemos indicado, para aprovechar las conducciones de agua y fue modificado de manera considerable, en los siglos XVI y 7 AA. VV., Il rito e illuogo per il battessimo en "Rivista de Pastora1e Liturgica" 146 (1988), Queriniana, Brescia. MALLE, L., Les sources du Báteme, Les ed. Ouvriéres, París 1994 A1mogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica XVII por los papas Gregorio XIII e Inocencia X, lo que nos da a entender, entre otras cosas, la importancia que los papas concedían a esta construcción. Lo primero que nos llama la atención en el Bautisterio de Letrán, al margen de su monumentalidad, es la presencia de la simbólica de los número tres y ocho, evocaciones, a su vez, de la Trinidad y de la dimensión escatológica de la fe: Tres son los peldaños que dan acceso a la fuente, ocho son las balaustradas, ocho las columnas y ocho los frescos que representan la vida del Bautista. Como ya hemos indicado, tanto este bautisterio como otros de su tiempo, es lo suficientemente amplio como para albergar, además de otros espacios funcionales, una pequeña capilla en la que se reservaba la Eucaristía para la comunión de los nuevos bautizados. Práctica que contrasta con la invasión posterior del culto eucarístico, donde la pluralidad de altares borrará toda huella del bautismo y de los bautisterios en muchas iglesias. Imaginemos, por un instante, el momento central del rito: el agua corre desde lo alto y sale desde el pico de la paloma del Espíritu. El agua ha llegado al Bautisterio también desde lo alto, desde la boca de un león, de un ciervo o de un pavo real. El obispo sumerge la cabeza y las espaldas del bautizando, que permanece en pie en el agua corriente de la piscina, está desnudo, sin ningún tipo de adorno y con el pelo suelto. A menudo, las fuentes bautismales están cubiertas con un palio y, entre las columnas, penden cortinas. En torno a la cuba bautismal hay un deambulatorio con vestuarios. Para el bautismo de adultos, los diáconos se ocupan de los hombres y las diaconisas de las mujeres. La inmersión, se realiza, cerradas las cortinas, en la intimidad, mientras las lámparas de aceite arden bajo el solio. La cruz y la trinidad En la época de los bautismos por inmersión, un tiempo en que se bautizaba, sobre todo, a adultos, la fuente bautismal adquiría la forma de cruz cavada en el suelo, en cuyo fondo había agua. Esta fue, al menos, la tradición bizantina. El catecúmeno descendía con un bautizado que le hacía hundirse en el agua o con mayor seguridad, derramaba agua sobre él. Luego subía por el lado opuesto a través de los peldaños labrados en el interior de la cruz. Así expresaba con sus movimientos el sumergirse en la muerte de Cristo por el Bautismo y el Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica resurgir salvador en su resurrección, como advierte Pablo. Las gradas que permiten el descenso al agua son tres, como tres son también las que le permiten subir. La liturgia actual del bautismo ha conservado esta simbólica trinitaria pues en ella encontramos tres llamadas a renunciar a Satanás y a las tinieblas y tres invitaciones a decir "sí" al Dios de Jesucristo. Inmediatamente el sacerdote derrama el agua sobre el bautizado pronunciado las palabras rituales trinitarias: "Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", Para aquellos que tienen curiosidad por la simbólica de los números, señalamos que los cuatro brazos de la cruz nos reenvían a los cuatro puntos cardinales. De esta manera se expresa que el Misterio de Cristo abarca todo los espacios; el número siete, a su vez, es el número de la perfección, de la escala cósmica, de los dones del Espíritu Santo; el ocho, por su parte, es un número sagrado desde la antigüedad pre-cristiana: la forma octogonal, que deriva de forma evidente de la tipología de la tumba nobiliaria antigua de la época tardía, desarrolla con el cristianismo toda su amplitud simbólica: partiendo del ciclo judío de los siete días de la creación que se concluye con el sabhath, el cristianismo empieza la semana con el domingo, octavo día de la nueva creación y día primero de la nueva vida iniciada con la Resurrección de Cristo. De todas estas distintas formas de fuentes y bautisterios, la que tuvo mayor incidencia a lo largo del tiempo, fue la forma octogonal, patente, incluso, en algunas construcciones actuales. 8 Los Bautisterios octogonales Los bautisterios de siglo V son edificios con ocho lados. Algunos hablan solamente de costumbre o moda arquitéctonica del momento, otros, en cambio, recuerdan que los Padre de la Iglesia de los siglos IV y V han usado con frecuencia el simbolismo de la cifra ocho. Es el número que evoca el octavo día, el día de la Resurrección del Señor. En efecto si el sábado era el día séptimo y Cristo había resucitado el días después del sábado, el octavo día era un tiempo después del tiempo. Este discurso simbólico era una forma de señalar diferencias con el judaísmo. Para los judíos el número perfecto era el siete, como siete eran los dí- 8 Cf "Latran" en Dictionnaire chrétienne et de liturgie T II, col 412, Paris. 8 CfM. BERGAMO, M. y M. PRETE, M. del, Espacios celebrativos, colección Teshuva, EGABilbao 1997. 9 SAN BASILIO, Hexam. 2,21 (PG 29, 49) Almogaren 34 (2004) 213- 233 222 1 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica as de la creación, como siete son los brazos del candelabro simbólico. Para los cristianos, la cifra perfecta será el ocho: símbolo del tiempo nuevo, de la Nueva alianza. El Bautismo nos hace entrar en esta novedad, en esta Alianza, por ello, el bautisterio tendrá ocho lados9 • Así, lo recuerdan los ocho pensamientos que resumen la teología de la época, inscritos sobre los ocho pilares que rodean la piscina del bautisterio de Letrán. Siglos después, en el XVII, San Carlos Borromeo, fiel ejecutor del espíritu de Trento, en sus instrucciones pastorales sobre los bautisterios, admitirá las formas redondas y hexagonales de los mismos, pero preferirá la octogonal como forma más perfecta. Simple costumbre arquitectónica, o elección simbólica, la forma octogonal será una de las formas que dejará en la historia de los baptisterios o de las pilas bautismales, numerosas huellas. La forma hexagonal La forma hexagonal es menos frecuente, pero es, sin duda, original. Rasgos de estos edificios los encontramos también en el período comprendido entre los siglos IV y V. Y si el número ocho simboliza la resurrección y nos habla de la dimensión escatológica de la fe, el hexágono nos pondrá al descubierto el otro lado del Bautismo, a saber: la inmersión simbólica en la muerte de Cristo, paso obligado para la Resurrección. De los Bautisterios a las Pilas Bautismales Del siglo V al siglo XV, cambia por completo el panorama pastoral y la evolución de los bautisterios y pilas bautismales se acelerará como nunca en el pasado: la dispersión de las comunidades cristianas, la instalación de lugares para el Bautismo en las parroquias, la descentralización del ministerio del Bautismo - a partir del siglo V el lugar del Bautismo y la tradición de bautizar en la catedral se alejarán de tal manera que las catedrales románicas y góticas carecerán de Bautisterio -los bautismos cada vez más raros de los adultos, el abandono progresivo de la inmersión en aras de la infusión del agua sobre la cabeza, va llevando cada vez más a la desaparición de los Bautisterios, suplantados ahora por simples pilas bautismales, redondas o cuadradas, situadas en las iglesias parroquiales. Las pilas de formas redondas o hemisféricas, son imagen de la madre tierra. En forma de copas, las pilas son el elemento femenino, la matriz del Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica bautismo y del bautizado. Durante la preparación al Bautismo, la iglesia ha ido engendrando al neófito, el día del bautismo, la pila bautismal, visualiza el momento del nacimiento. A menudo ornamentadas con ondas que simbolizan las aguas, las pilas románicas de la época evocan, así, el océano primordial. El soporte de estas pilas es el árbol elemento masculino de esas fuentes. Las pilas románicas cuadradas, a menudo sostenidas por cuatro columnas, tratarán de simbolizar, a su vez, la totalidad del universo sostenido por los cuatro puntos cardinales. El Bautisterio-capilla: A partir de la época carolingia, los bautismos de adultos desaparecen o son extremadamente raros. Los bautismos se reducirán en adelante a los niños, al principio, después de algunos meses, a partir del siglo XI recién nacidos. Al mismo tiempo se pierde la costumbre de bautizar la noche de Pascua o Pentecostés, pues, en adelante, los niños por temor a que mueran sin bautizar, han de recibir el sacramento "quam primum" y, del mismo modo, se pierde el carácter comunitario de la celebración de la iniciación cristiana. En estas condiciones el bautisterio pierde prácticamente su importancia y, fuera de Italia, ya no constituirá un edificio separado En Italia, todavía surgirán magníficos edificios bautismales, como el Bautisterio de Pisa que, aunque iniciado bajo los cánones románicos en el año 1153, se concluirá en el año 1500 y, por los mismo, conservará también rasgos góticos. El bautisterio de Pisa es una realización interesante de la relación que debe guardar siempre la fuente bautismal de ocho lados, el lugar de la Palabra y la mesa de la Eucaristía. Sin embargo, llama la atención que así como para ser bautizados, en la antigüedad había que descender tres peldaños, ahora, sea todo lo contrario, para ser bautizado, hay que subir precisamente tres. Se conserva el simbolismo trinitario, pero el espectáculo sustituye al simbolismo bíblico de la inmersión. Otro de los baptisterio emblemáticos de Italia es el de San Juan Bautista de Florencia. El edificio refleja, como ninguno, la ambición de los ciudadanos de esta ciudad renacentista de reunir cuanto se producía en la época de bello. La estructura se remonta al siglo IV, la parte externa al período románico, cubierto posteriormente de mármoles blancos y verdes. Las famosas puertas en bronce, de Pisano de Chiberti, datan de los siglos XIV y XV. Signo de la evolución de la práctica del Bautismo es la desaparición de la fuente bautismal que, como en Pisa, se levantaba sobre tres peldaños y ahora han sido sus- Almogaren 34 (2004) 213 - 233 224 1 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica tituida por una simple pila bautismal. Desaparecido el bautismo por inmersión, ya no es práctico mantener aquella estructura para un sacramento administrado ahora por infusión y ante muy pocas personas. En el resto de la cristiandad, a partir de entonces, se acondicionará una capilla lateral en la iglesia parroquial y allí se colocará la pila bautismal. Los dos polos sacramentales, Bautismo y Eucaristía, desaparecerán del paisaje urbano y es la Iglesia la que se llamará bautismal, cuando en su interior albergue una pila bautismal, pues no todas las iglesia parroquiales disponen todavía de un bautisterio. Por motivos simbólicos, la capilla destinada a la celebración del Bautismo se situará, de ordinario, junto a la puerta de entrada a la Iglesia que, a su vez, está situada mirando al oeste o poniente - hacia donde miraba también el ambón desde donde se proclamaba el Evangelio - mientras la iglesia, orientada, miraba hacia el este, hacia el oriente, lugar del nacimiento de la luz. Occidente, lugar y espacio de la oscuridad y las tinieblas, era el ámbito desde donde el catecúmeno se desplazaba y a través del agua caminaba hacia la asamblea eucarística orientada hacia el Este, desde donde nos llega la luz del sol, que no es otro que Cristo. Por otra parte la cercanía a la puerta principal recordaba al candidato que el Bautismo constituía la entrada en el pueblo de Dios, localización subrayada por los ritos con los que el sacerdote acogía a los futuros bautizados en el atrio o umbral de la Iglesia para conducirlos al Batisterio. A partir del siglo XIII, con la introducción del arte ojival o gótico y la necesidad de realizar nuevos modelos que hicieran olvidar el románico anterior, se olvidarán las formas redondas y cuadradas de las pilas y volverán a recuperarse las antiguas formas octogonales. En esta época, movidos por un mayor decoro y respeto por el agua bautismal, aparecerán las primeras pilas bautismales dobles. Una, la grande, para contener el agua bendecida la noche de Pascua, la más pequeña para el bautismo propiamente dicho y así evitar que el agua derramada sobre la cabeza volviera a mezclarse con el agua bendecida. Las primeras pilas bautismales que han perdurado en el tiempo en nuestra diócesis, aunque muchas de ellas en desuso, ubicadas en las islas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, son obras de arte gótico-sevillano, traídas desde la ciudad hispalense. Son circulares y están realizadas en cerámica sevillana de color verde vidriado, con apliques de relieves. A esta época, aunque algunos decenios posteriores en el tiempo, pertenecen también, entre otras, las pilas que encontramos en Teror y en Santa María de Guía10 • Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica A partir del Renacimiento, hay de nuevo, un movimiento de recuperación del lugar bautismal. Para ello el arte renacentista no se contentará con embellecer la pila bautismal, sino que tratará de enmarcar y delimitar el espacio con rejas y balaustradas o también con baldaquinos construidos y adornados según los cánones clásicos11 • Además de la cruz, el octágono, las formas redondas o cuadradas, la recuperación de la forma octagonal durante la época gótica, el arte religioso fortalecido por el Renacimiento incorpora a las fuentes bautismales una nueva forma, la oval, símbolo de la vida. El huevo es un universo en miniatura, como lo es la vida cristiana en estado embrionario en el Bautismo12 • En el siglo XVI y, aún más en el siglo XVII, el mármol se convertirá en el material privilegiado para los escultores de la época, uno de cuyos mejores ejemplares en Canarias, podemos contemplar actualmente en la Catedral de Santa Ana de Las Palmas, realizada en su momento, en los talleres de Génova para la Parroquia del Sagrario de la Catedral En el siglo XIX, influenciados por el romanticismo del momento, los artistas se inspirarán de nuevo en el pasado, y volviendo la vista a la época de los trovadores, crearán nuevos ejemplares de pilas, neo-románicas y neo-góticas. En el siglo XX se han construido nuevas iglesias y bautisterios. Antiguas iglesias han acogido fuentes o pilas bautismales modernas o han sido objeto de restauraciones y acondicionamientos de los lugares del bautismo teniendo en cuenta las nuevas normas conciliares. En general, las pilas bautismales vuelven de nuevo a la inspiración románica, cercana a los grandes mitos universales, a saber, la forma de copa y de cáliz, es decir, a las formas circulares o redondas. Con frecuencia encontramos en tomo a la pila bautismal, la evocación de la piscina, el agua viva y los peldaños por donde descendían los candidatos al sacramento o subían, una vez bautizados. 10 Cf HERNÁNDEZ PERERA, J., Las primeras pilas bautismales en Canarias, en "Almogaren" 9 (1992), 191-212 11 Cf MALLE, L., Les sources du Baptéme, découvtit les baptisteres et les fans baptismaux, Les Ed. ouvrieres, Paris 1994. 12 Cf JORIO, R., Simbolismo nell 'arte dei battisteri dei primi secoli, en "Studium" 85 (1989) 247-259.Ver también BELLAVISTA, J., Liturgia y arte en la primitiva comunidad cristiana, en "Liturgia y Espiritualidad" 7/8 (1994) 258-264. Almogaren 34 (2004) 213 - 233 226 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica Cuando el espacio bautismal está bien señalado, suele estar despojado de cualquier signo de separación y permite, de ordinario, una celebración comunitaria del bautismo. Por último, aparece la preocupación por hacer ver la acción bautismal al mayor número de personas, y de ahí la proliferación de pilas bautismales en el presbiterio o junto a él. Mas raros son los lugares expresamente acondicionados para el bautismo y muy numerosos los espacios tradicionales del bautismo totalmente en desuso. El desarrollo creciente y devorador del todo eucarístico ha hecho desaparecer prácticamente la dimensión bautismal de los edificios de culto cristiano, tan presentes, como hemos visto, en la historia. De ahí la distancia evidente entre lo que afirma la teología sobre el Bautismo y aquello que nos deja ver el lugar, en los mejores casos, donde se desarrolla el sacramento Un caso extremo es aquel donde apenas se ha previsto una palangana común o un tazón destinado a recoger las pocas gotas de agua, parsimoniosamente derramadas sobre la cabeza del bautizado, o el caso de aquel párroco que no muy lejos de aquí colocaba una palangana sobre un carro de comedor e iba distribuyendo por el pasillo de la Iglesia el bautismo, como quien sirve la sopa, a un personal que aguardaba pasivamente su tumo ... Sin duda, siempre será, infinitamente mejor, disponer de una de esas pilas cubetas, que vienen ofertadas por los que comercian con el arte litúrgico, a condición que estén realizadas en material noble, aunque, todos intuimos que no estamos cerca del ideal, pues siempre se tratará de un objeto manipulable, como lo es el registro, o el micro y, por supuesto, poco elocuente. Se han hecho grandes esfuerzos por mejorar el espacio, los objetos que se relacionan con la Eucaristía ... ¿Por qué no emplear también un poco de imaginación en todo aquello relacionado con el Bautismo? La liturgia es un tejido de símbolos Es sabido, la liturgia es, ante todo, una cuestión de símbolos13 , es decir - de cara a limitamos a un solo aspecto - un conjunto de elementos que representan lo real, lo hacen presente, no fisicamente, sino simbólicamente: atentar contra la imagen del crucificado en una iglesia, por ejemplo, no deja a la iglesia sin la presencia de Cristo, pero, a pesar de ello, todos sentimos ese gesto violento como un sacrilegio. El gesto del ministro que bautiza representa al mismo Cristo - "cuando alguien bautiza, es Cristo mismo quien bautiza", recuerda el Concilio, haciendo suyas las palabras de San Agustín. El re- 13 Cf, CHAUVET, L. M., Simbo/o y Sacramento, Herder, Barcelona 1994. Almogaren 34 (2004) 213- 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica ducido muestrario bíblico que aparece en la liturgia de la Palabra- el Jordán, el desierto, Moisés, el Templo de Jerusalén ... - concentra páginas enteras de la historia de Israel y de su significación cristiana; el vestido litúrgico del ministro que preside la asamblea sitúa a ésta en un contexto diferente al de la vida ordinaria, el saludo litúrgico "el Señor esté con vosotros" cristaliza siglos de tradición litúrgica; los objetos no son simples utensilios funcionales y, ni siquiera el tono de voz que empleamos es el mismo que usamos en la calle o en una gran sala de conferencias. Todos estos símbolos visuales, auditivos, táctiles de la liturgia han de encontrar su equilibrio entre su dimensión funcional y su dimensión estética y, desde esta constatación, cabe hablar de una símbólica bautismal. El espacio bautismal En primer lugar el espacio. Entre los múltiples símbolos que entretejen la liturgia, el espacio es singularmente importante14 • La evidencia se impone: una iglesia católica no habla de la misma manera que una iglesia protestante, ni una iglesia románica lo hace del mismo modo que una iglesia barroca. El espacio habla siempre, bien por su arquitectura, bien por su historia, bien por los objetos que llenan ese espacio. Habla de tal manera que el simple atravesar la puerta de entrada de una iglesia impone un comportamiento distinto al de la calle de donde se viene. Por otra parte, ese espacio "in-forma" en el sentido aristotélico del término y la comunicación resultante incide sobre el emisor y sobre el contenido del mensaje emitido- no tiene la misma incidencia una homilía pronunciada en una capilla recoleta que en una sala de teatro -. Pero el espacio no sólo afecta a su fondo, sino también a su forma: el tono de voz, el estilo, el ritmo, no es el mismo en uno y otro sitio. Y no sólo esto, sino que su incidencia afecta también a los receptores, que corren el riesgo de no escuchar o atender sino a aquello que les interesa ... La primera finalidad del espacio y de los objetos del bautismo es introducir en el Misterio del sacramento y este es "un gran Misterio". Bastaría recordar al respecto el profundo aprecio y valoración que late en las catequesis pre-sacramentales y en las catequesis mistagógicas de los Santos Padres. Los hombres del medievo también fueron conscientes de ello, - aunque la práctica generalizada del bautismo de niños no tenía, ni de lejos, el efecto impactante de la práctica bautismal de las primeras generaciones cristianas ¿Acaso 14 Cf. DEBUYST, F., Sur le gene chrétien du lieu, en "Chroniques d'art sacré'' 23/24, París. 1991. Almogaren 34 (2004) 213- 233 228 1 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica no hablan los grandes teólogos escolásticos de los dos grandes sacramentos principales: Eucaristía y Bautismo?. En todo caso, al margen del testimonio de la historia, tenemos el derecho, todo el derecho, de exigir que los lugares y objetos del Bautismo estén a la altura del Misterio que se celebra. Y es eso lo que habría que reivindicar ... ¿Cómo un lugar bautismal más o menos improvisado, compuesto de un conjunto de elementos de "todo a cien", en absoluto estéticos, pueden hablamos de la seriedad de lo que allí se está celebrando? Siendo, como somos occidentales y cartesianos, creemos ingenuamente que nuestras palabras y discursos pueden suplir nuestros defectos. Sin duda, las palabras que usamos en el Bautismo tienen su importancia, pero nunca podemos olvidar lo que la antropología contemporánea no se cansa de afirmar: que en el discurso ritual no son, sobre todo, las ideas las que hablan (los significados), sino más bien los significantes, es decir, aquello que nosotros presentamos para que vean, gusten, huelan, toquen ... La primera forma de ayudar, por tanto, a captar la grandeza del Bautismo es celebrarlo en un lugar adecuado, digno. Al término de este paseo y reflexión a través de veinte siglos de historia de las fuentes bautismales, podemos concluir: desde el inicio del cristianismo, cada época de la vida de la Iglesia es vandálica, a su manera. Los defensores del patrimonio y del arte sagrado se levantan contra la forma de actuar de muchos párrocos y reponsables en relación a las realizaciones de sus antepasados. Siempre ha sido así. Las costumbres, por muy venerables que sean, no son sino relativas para el pueblo de creyentes que celebra el bautismo y el recorrido histórico que acabamos de hacer es testimonio de creatividad, pero también, en muchos casos, de impertinencia y desacierto. Las orillas de los ríos se vieron reemplazadas por las salas de baño y las piscinas de los particulares. Los obispos hicieron construir sus bautisterios poniendo punto final a la iniciativa de las familias ricas de los primeros tiempos. Luego cada parroquia erigió su propio bautisterio. Los edificios carolingios se levantaron sobre los bautisterios de los siglos IV y V. .. Y ¿qué suerte corrieron las pilas románicas cuando los entusiastas del gótico impusieron el nuevo arte y con él, sus nuevas pilas bautismales? ¿Y los sacerdotes educados en el Renacimiento o mejor, hijos de la mentalidad de Trento, qué hicieron de las pilas góticas, realmente extrañas a la mentalidad del arte del siglo XVII? ... Tal vez es más fácil conocer la suerte de las últimas pilas bautimales más cercanas a la mentalidad y al deseo conservacionísta y museísta del hombre de Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica hoy ... pero, a pesar de ello, la mayoría de ellas resultan impropias e inadecuadas para la liturgia bautismal surgida del Vaticano II. Por todo ello, es justo preguntamos ante tanta movilidad y abundancia de referencias, por aquellas prioridades y aquellos elementos a tener en cuenta, en cualquier situación, para conseguir que el lugar del Bautismo sea verdaderamente digno. Y creemos que verdaderamente lo será si ayuda a poner de manifiesto los aspectos siguientes: • El Bautismo es un acto eclesial, comunitario, por lo que debe evitarse situarlo en un lugar oscuro o que dé la impresión de que lo que allí se hace es absolutamente privado. La iglesia, antes que edificio material es una asamblea de creyentes en tomo a un obispo. Las fuentes bautismales están al servicio de esta asamblea y, por ello, ha de exigirse un mínimo de condiciones que permitan la participación: visibilidad, audición, desplazamientos o procesiones, etc15 • • Todo no es Eucaristía. En muchos períodos de la Iglesia no se resistió a la tentación de multiplicar los altares y ello en detrimento del lugar bautismal. La elección actual de emplazar la fuente bautismal en el presbiterio o muy cercana al altar va en la misma dirección. Es fundamental subrayar la relación que existe entre Bautismo y Eucaristía, pero nunca deben confundirse16 • • El bautisterio no es sólo un lugar funcional, un lugar para celebrar el bautismo. Es también memoria. Recuerdo para el cristiano que entra en una Iglesia de su propio bautismo. La fuente bautismal debe hablar por sí misma y recordar al que visita la iglesia un aspecto importante del Misterio cristiano. Ello reclama un lugar fijo, limpio, elocuente por sí mismo17 • • El bautismo es el sacramento de entrada a la Iglesia. Por esta razón las fuentes bautismales fueron colocadas a lo largo de la historia, preferentemente, junto a la puerta de entrada. En una sociedad sensible 15 RITUAL DE INICIACIÓN CRISTIANA DE ADULTOS (RICA) 25. 16 S. CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis mistagógicas, Sources Chrétiennes 126, Ed. du Cerf, 1966; S. AMBROSIO, De Sacramentis, Sources Crétiennes 25 (bis), Ed. du Cerf, 1961. 17 Cf. RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS 40; también BENDICIONAL 936 y 938.Ver también CHAUVET, L. M., Les lieux du bapüime. Elements de reflexión théologique et pastora/e en "Chroniques d'art sacré'' 44 (1995), 9-13. A1mogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica a la orientación del habitat o a la "orientación" profesional, sería una lástima abandonar totalmente la simbólica de la orientación de las fuentes bautismales, tan querida para las primeras generaciones cristinas. Pero el Bautismo es algo más que la puerta de entrada a la Iglesia, es, ante todo un pasaje, un viaje, un tránsito. Según una tradición muy extendida por occidente, la localización de las fuentes bautismales obedecía a la norma "norte-oeste". Como las iglesias estaban orientadas, siguiendo el eje oeste- este, las fuentes bautismales se situaban en el lado izquierdo de la entrada principal. Así se expresaba plásticamente el itinerario del bautizado: llegaba del lado occidental, el lado de poniente, lado de las tinieblas y la oscuridad que simbolizan el pecado y, pasando a través del agua, se incorporaba a la comunidad eucarística que miraba y caminaba hacia oriente, el lado de la aurora, del nacimiento del sol, el lado de la resurrección. Las reformas posteriores, menos sensibles a este simbolismo, perdieron esta preocupación. Sin embargo es justo constatar, en orden a una recuperación de este aspecto catequético, que el hombre moderno no se ha olvidado definitivamente de la rosa de los vientos. Algo parecido podríamos decir de la situación de las fuentes bautismales en la puerta, en el umbral del templo - lugar de paso por excelencia, de transgresión -. El rito de iniciación comporta esta dimensión en todas las religiones, atenuada o no por los gestos rituales o la moderación de las palabras que acompañan a los ritos. La arquitectura bautismal del pasado también guarda la memoria de esto. La fe es transgresión: allí donde las evidencias inmediatas no perciben sino un impase, un callejón sin salida, la fe transgrede, es decir, pasa a través de las tinieblas para descubrir el camino. La esperanza transgrede: allí donde se infiltra la muerte, la esperanza transgrede para llamar a la vida. La caridad transgrede: allí donde la soledad de la enfermedad y de la agonía realizan su trabajo, el amor transgrede para desarrollar una comunión. Esto, las generaciones pasadas, lo tuvieron muy presente en determinadas épocas. El Bautismo es una corriente de agua viva que regenera. De ahí la preferencia de las generaciones que nos precedieron por el agua viva, el agua corriente. Tenemos que confesar que, actualmente, el agua bautismal es poco elocuente en nuestras iglesias, si exceptuamos la Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Annas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica noche pascual. Para que un signo pueda hablar es preciso que sea lo suficientemente significativo, de modo que pueda ser percibido con facilidad por los ojos, los oídos, el olfato ... 18 • Y, junto al agua viva, la inmersión. El término "bautizar" significa "sumergir". El catecúmeno se sumerge en la muerte de Cristo para resucitar con El a una vida nueva y esto se expresa de forma más patente con la inmersión. Así lo entendieron nuestros antepasados y así lo entiende también hoy la Iglesia. Los tres rituales del Bautismo, surgidos del Vaticano II, el de adultos, el de niños en edad escolar y el de niños recién nacidos, dan prioridad a la inmersión19 Muchos responsables del arte sagrado son conscientes de la dificultad que esto supone, pero las razones prácticas no deben ser definitivas frente a las razones teológicas y litúrgicas de la inmersión A través de este sacramento se efectúa la pascua cristiana, el pasar con Cristo, del hombre viejo al hombre nuevo. Este paso debería visualizarse también de alguna forma de manera visual. • El Bautismo nos introduce en la comunión de vida con Dios, comunión que es primicia de inmortalidad. Las decoraciones murales de algunos de los antiguos bautisterios evocando el paraíso son significativas a este respecto20 • ¿No sería una iniciativa pastoral interesante decorar y realzar de forma especial el baptisterio en Pascua o en Pentecostés, el día de la Confirmación o en otras celebraciones particularmente evocadoras del Bautismo? • El Bautismo es parte de un proceso, llamado de Iniciación cristiana que tiende a completarse con los sacramentos de la Confirmación y la Primera Eucaristía. Por eso ha de significarse de modo especial tanto la unción del Santo Crisma como la procesión hacia el altar1 • El espacio bautismal no se reduce a la fuente, está íntimamente conectado con otros 18 CfBENDICIONAL 938. 19 Cf. RICA 22 y RBN 37. Ver también CONSTITUCIONES SINODALES, o.c .. 497 .. 20 VINCENT, R., Inscripciones en los baptisterios antiguos, síntesis de catequesis bautismales en ""Phase" 173 (1989), 399-400. JORIO, J., Simbolismo nell'arte dei battisteri dei primi secoli en "Studium" 85 (1989), 247-259. 21 Cf. SARDA, 0., Les lieux de la célébration du bápteme depuis le concile Vatican 11, en "Espace" 20 (1989), 11-23. Almogaren 34 (2004) 213- 233 232 1 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica polos del espacio eclesial: La Palabra, la Eucaristía, la asamblea ... Por ello ha de concebirse de tal forma el espacio bautismal que puedan desarrollarse los desplazamientos que prevé el Ritual. Para que todos los momentos importantes de la ceremonia sean bellos y significativos, es necesario que los lugares se presten a ello y que sean concebidos en función de lo que significan. El lugar de la fuente bautismal es uno de los elementos claves en la celebración del Bautismo, pero no es el único21 • Este camino que aquí indicamos, tiene, posiblemente, mucho de estético, pero esto no es algo peyorativo. Incluso podemos afirmar que es parte de esa dimensión actualmente tan valorada, que denominamos evangelización23 • No olvidemos que para mucha gente, es el medio más adecuado para abrirse a la grandeza de Dios, pues el mensaje de los signos y símbolos no se dirige tanto a la razón- aunque también debe estar presente - cuanto a los sentimientos y a los deseos más profundos del hombre22 • De esta reflexión sobre los lugares del Bautismo, en este año en el que celebramos seis siglos de cristianismo en Canarias y, por tanto, seiscientos años de Bautismo en nuestra diócesis - si prescindimos de los intentos previos - quisiéramos retener dos conclusiones: 1 a __ Es imposible establecer, a partir de la historia, una norma general en materia de reforma y adecuación de los espacios bautismales. Las iglesias son muy diferentes en razón de su edad, su estilo arquitectónico, su disposición o contexto. Los grupos que en ellas se reúnen son de talla diferente y varía también la edad de los bautizandos. Pero, a pesar de las diferencias, hay elementos permanentes que las orientaciones de los diversos rituales del Bautismo subraya y recomienda, como acabamos de indicar. 2°. Es fundamental evidenciar, en todo tiempo, la relación estrecha que tiene el Bautismo con la Pascua de Cristo y, consecuentemente, la importancia capital de este sacramento para la fe cristiana, y su ca- 22 BENDICIONAL. 931. 23 CONFERENCIA EPISCOPAL FRANCESA, Rituel du bápteme des petits enfants 25: "En muchas iglesias se pone gran interés en revalorizar la fuente bautismal...Estos esfuerzos, con la ayuda de la comisión diocesana de arte sacro, deben multiplicarse, pues adaptar un espacio litúrgico apropiado es en sí mismo portador de una verdadera evangelización". Almogaren 34 (2004) 213- 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica rácter comunitario ... 24 Afirmado, pues, su valor incomparable desde el punto de vista teológico, ¿no sería indispensable que la memoria del Bautismo se inscribiera también, de forma digna, en el espacio de la liturgia cristiana? Concluimos recordando a este propósito, lo que nuestro último Sínodo diocesano establece a este respecto: "Prepárese en el plazo de tres años, en todas las iglesias parroquiales que aún no lo tengan, un lugar para bautizar, que ha de estar fuera del presbiterio, dispuesto de tal manera que se vea claramente el nexo que tiene el bautismo con la Palabra de Dios y con la Eucaristía, que es la cumbre de la iniciación cristiana. La fuente en el Bautisterio o lugar del Bautismo, debe ser fija, construida con material noble y estéticamente elaborada, apta para poder bautizar por inmersión y, si es posible, dótese/a de agua corriente para que sea un signo más expresivo de la incorporación a Cristo: Fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna "25 Los años previos y posteriores al concilio Vaticano 11 fueron tiempos de renovación artística, teológica, bíblica y litúrgica. La confluencia de estas búsquedas, realizadas en diversos campos, no podían dejar de influir en la concepción y ritualización del Bautismo. Cada vez se habla más de cateenmenado de adultos, cada vez aumentan más los bautismos en edad escolar, cada vez se subraya más la importancia de este sacramento en el itinerario cristiano ... Se ha redescubierto el altar como mesa del Señor, el ambón como lugar y mesa de la Palabra, se presta mayor atención a las condiciones de la asamblea ... ¿No es el momento de recuperar el espacio bautismal, no sólo desde el punto de vista funcional, sino también como memoria, como lugar simbólico del Misterio cristiano? Espero que este rápido viaje a través del tiempo nos ayude a ello. José Luis Guerra de Armas 24 RITUAL DE BAUTISMO DE NIÑOS (1969), Observaciones generales: 25, Observaciones previas 9; CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA, en especial: 537 y 1214 .. 25 CONSTITUCIONES SINODALES, o.c. 497. Almogaren 34 (2004) 213- 233
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Colección | Revista Almogaren ISTIC |
Título y subtítulo | El lugar del bautismo: génesis y desarrollo de una práctica |
Autoría principal | Guerra de Armas, José Luis |
Entidad | Centro Teológico de Las Palmas |
Publicación fuente | Almogaren. Revista del Centro Teológico de Las Palmas |
Numeración | Número 34 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Instituto Superior de Teología de las Islas Canaria |
Fecha | jun-04 |
Páginas | pp. 213-233 |
Materias | Religión ; Iglesia ; Sacramentos |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 835277 Bytes |
Texto | José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica EL LUGAR DEL BAUTISMO: GÉNESIS Y DESARROLLO DE UNA PRÁCTICA. José Luis Guerra de Armas. Instituto Superior de Teología Islas Canarias (Sede Gran Canaria). Baptisterios y fuentes, o pilas bautismales, son la huella de veinte siglos de cristianismo y del desarrollo de un ritual que va desde los orígenes hasta nuestros días. El ritual del Bautismo recomienda bautizar por inmersión, se trate de niños o de adultos 1 • Prevé que los bautizados sean sumergidos en el agua y, si esto no es posible, se derrame agua sobre su cabeza. Esto choca, sin duda, con la práctica común. i Y esto no lo recomienda el ritual por puro esnobismo, ni por volver, simple y llanamente, a un arqueologismo trasnochado! El gesto de la inmersión es infinitamente más expresivo que el de la aspersión del agua sobre la cabeza, pero inmersión o no, el bautismo es un su- El bautismo por inmersión fue la forma más común desde el principio de la Iglesia hasta la edad media; Cf. SANTO TOMÁS DE AQUINO, Summa Theologica !JI p. q. 66 art., 7 ad 2: " Hay que decir que en la inmersión bautismal se representa con mayor expresividad el símbolo de la sepultura de Cristo; y, por ello, esta manera de bautizar - la inmersión - es más frecuente y loable ... " . Los nuevos Rituales de Bautismo, tanto de niños como de adultos. insisten en ello. Cf CLERCK, P. de., Pourquoi !'inmersión? en "Chroniques d'art sacré'' 44 (1995), París. Véase también el CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA 1214, Asociación ed. del Catecismo, Madrid 1992. Almogaren 34 (2004) 213- 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica mergirse en un pueblo de creyentes, en una iglesia que supera las barreras del tiempo y del espacio. A su manera, los bautisterios y las pilas bautismales recuerdan que miles y miles de personas han pasado por el rito de iniciación bautismal: de esa forma han expresado que sus vidas, a partir de ese momento, se han identificado con el destino de Cristo. Bautisterios, fuentes o pilas bautismales, son lugares de inmersión en la Iglesia-Madre. Madre "pulchra", hermosa siempre, que se refleja en los miles de rostros y acontecimientos que a lo largo de sus 2000 años de historia nos animan a creer en el mensaje del Evangelio y a proclamar nuestra fe en la fe de esa Iglesia-madre, madrastra, otras veces, consumida en discursos pretenciosos que proclama verdades como quien derrama alcohol sobre una herida. Los hijos de la Iglesia han sido sumergidos en ella no para diluirse y desaparecer, sino para resurgir, revestidos de libertad. Si el gesto de la ablución evoca la purificación, la inmersión es un gesto complejo, profundamente teológico que comporta, al mismo tiempo, sumergirse y resurgir, muerte y resurrección. La misma forma de realizar ese gesto trae a la memoria, con ventaja, el texto central de San Pablo, en el capítulo sexto de la carta a los Romanos: Por el bautismo hemos sido sepultados con Cristo, quedando vinculados a su muerte, para que así como Cristo ha resucitado de entre los muertos por el poder del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva. Porque si hemos sido injertados en Cristo a través de una muerte semejante a la suya, también compartiremos su resurrección. (Rom 6, 4-5). Celebramos en este curso pastoral, 600 años de la evangelización de Canarias, volver, por tanto, nuestra vista sobre aquellas huellas que en la historia nos hablan de donde venimos es, ciertamente, una necesidad. Se suele decir que los pueblos que ignoran su pasado no pueden construir su futuro. Somos seres históricos y nuestra fe es una fe recibida. Recorrer, por tanto, en grandes líneas, la génesis y el desarrollo de la práctica bautismal, tal como nos la remite la historia a través de la evolución del espacio bautismal, es como acercarnos al núcleo, al útero materno donde fuimos engendrados a la fe y atisbar, a partir de los datos Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica conservados a través del tiempo, lo que significan y hablan del sacramento del Bautismo estos lugares u objetos, conocidos como bautisterios, fuentes bautismales o pilas bautismales, lo que nos dice del sacramento de la iniciación cristiana, esta catequesis que ha ido escribiéndose en la piedra, a través del tiempo. Aquel tiempo, en que las orillas de los ríos o del mar bastaban para bautizar El primer relato, algo detallado, del bautismo cristiano, lo encontramos en el libro de los Hechos. En pocas frases se nos describe el encuentro de un etíope, ministro de la reina Candace, con el diácono Felipe. La catequesis rápida de éste, mientras marchaban en el mismo carro, culminó con el bautismo: Siguieron su camino, y llegaron a un lugar donde había agua. Entonces el etíope dijo: -Aquí hay agua: ¿Hay algún impedimento para que me bautices? Acto seguido, el etíope mandó detener el carro, ambos bajaron al agua y Felipe bautizó al eunuco (Hech 8, 36-38) El bautismo del eunuco etíope es ejemplar. Es una hermosa historia que se desarrolla mientras caminan, a lo largo de un viaje. Todo cuanto pasa, sucede en movimiento: la lectura de la Biblia, el diálogo y la catequesis. Sólo se detiene el viaje para el bautismo y luego continuar. Lo importante, con la fe, es el baño del agua. Poco relevante es el lugar. Todavía en el siglo segundo de nuestra era, seguía recomendándose bautizar en el agua corriente y este uso persistió largo tiempo en algunas regiones. La Didajé, un libro normativo que algunos datan en los últimos decenios del primer siglo, señala: Impartid el Bautismo de la siguiente forma: después de haber enseñado todo lo que precede, bautizad en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en el agua corriente ... Si no hubiese agua suficiente, derramad tres veces agua sobre la cabeza2 2 Cf. AY ÁN CALVO, J.J., Didaché, De Apostolorum, Epístola del Pseudo-Bernabé, Ed. Ciudad Nueva (Fuentes Patrísticas 3 ), Madrid 1992, 17-111. Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica Lucas, Pablo y Silas no tuvieron que ir muy lejos para bautizar a Lidia y a todos los de su casa; fue precisamente junto a la orilla de un río que "el Señor abrió el corazón de Lidia para que aceptara las palabras de Pablo" (Hech 16, 13-15). Hacia el año 150, Justino describe el bautismo en su Apología, tal como era practicado en las comunidades del mundo greco-romano. El candidato era preparado con el ayuno y la oración, y la comunidad participaba, acogiendo con afecto a los nuevos miembros. A continuación - dice Justino - les conducimos a un prado donde haya agua: aquí, del mismo modo que nosotros hemos sido regenerados, ellos son regenerados, a su vez, y en el nombre de Dios, el Padre y maestro de todas las cosas, de Jesucristo, nuestro Salvador y del Espíritu Santo, son lavados en el agua3 ... Cuando el cristianismo se introdujo en la ciudad de Roma, fueron las fuentes en las catacumbas o en las grutas del cementerio de Ostia, las que ofrecieron su agua para el bautismo de los nuevos conversos y de sus familias4. En los orígenes, riberas y fuentes bastaban para celebrar la entrada en la comunidad cristiana. En el entusiasmo del comienzo, el bautismo seguía inmediatamente al anuncio y a la aceptación de la Buena Nueva de Jesucristo. Y la mediación de los primeros testigos suplía con ventaja la larga preparación posterior y comunicaba toda su fuerza simbólica a los elementos naturales. Ciertamente no era el paraíso, pero ... ¡la muerte y la resurrección del Señor estaban tan cercanas! Actualmente la legislación sobre el lugar del Bautismo no deja resquicio o posibilidad alguna a la improvisación que vemos en aquellos tiempos. El último libro litúrgico que habla del lugar del Bautismo precisa: Entre las partes principales de la iglesia destaca con razón el baptisterio o el lugar donde está situada la fuente o pila bautismal. Allí, en efecto, se celebra el bautismo, primer sacramento de la nueva Alianza (Bendicional no 933). 3 JUSTINO, Apología prima pro christianis 61 (PG VI, 1857) 4 Cf HENRY, W., "Baptistére", en Dictionnaire d'arheologie chrétiennne et de liturgie T 11, Paris , col. 382-469. Almogaren 34 (2004) 213- 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica Las normas de las iglesias particulares, entre ellas, la nuestra, en su último sínodo, como veremos al final, insisten en ello.5 Por su precisión recordamos la de la Iglesia de Milán a este respecto Cuídese de que la fuente bautismal no sea un genérico objeto de decoración, sino un objeto particularmente expresivo en el interior de la Iglesia. Al proyectarla, será oportuno poner de relieve y subrayar algunos elementos significativos del rito. Como el agua viva y la inmersión, privilegiándolos frente a otros puramente decorativos6 • Sin embargo, el bautismo celebrado en las riveras de los ríos y en las fuentes, posiblemente despierta en nosotros una nostalgia ecológica o sueños idílicos ... ¿porqué, entonces, se renunció a esa práctica? Las razones son variadas: ante todo, por la necesidad de interponer un tiempo entre el momento del descubrimiento del Evangelio y la recepción del Bautismo y ofrecer así un tiempo de catequesis y de maduración de la fe. Por razones prácticas y simbólicas, el bautismo pasa a celebrarse únicamente durante la noche de Pascua y más tarde en la vigilia de Pentecostés. Había que tener en cuenta las bajas temperaturas del agua en aquellos momentos y la decencia que requería un rito celebrado por inmersión ante la presencia de adultos, jóvenes y niños, para entender la evolución de este gesto que pasa, por ello, a celebrarse en las salas de baño particulares de algunos cristianos ricos. Llegando, incluso, algunos de éstos, a construir, junto al oratorio familiar, un pequeño bautisterio para la celebración del sacramento de los nuevos conversos ... Además no debemos olvidar que las comunidades cristianas viven prácticamente en la clandestinidad debido a las persecuciones. De ahí la necesidad de buscar o construir lugares apropiados. De hecho, el lugar más antiguo de culto cristiano que puede identificarse con certeza, es un Bautisterio, el de Doura-Europos, en Siria en la orilla del río Eufrates, construido hacia el 250 de nuestra era. 5 OBISPADO DE CANARIAS, Constituciones sinodales 497, Las Palmas de G.C 1992, 302. 6 Las comisiones de arte sacro de las diócesis lombardas elaboraron en 1987 un documento, que propone oficialmente orientaciones para el proyecto de baptisterios y fuentes bautismales. (Milán 7 de diciembre de 1987). Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica El Bautisterio de Doura-Europos se encuentra en una casa con diversas salas dispuestas en tomo a un patio, según la costumbre del país. Una de las salas, la principal, serviría, sin duda, para la asamblea eucarística, pero no ha llegado hasta nosotros ningún signo específico de su finalidad cultual. El Bautisterio, al contrario, es una sala rectangular, alargada, cubierta con techo de madera. En uno de sus extremos, se levanta una bañera que evoca un sarcófago y que recubre un cimborrio sostenido por dos columnas. Mientras las estrellas brillan sobre el fondo azul de la cúpula del cimborrio, el muro del fondo, detrás de la cubeta, ofrece una composición que anuncia las futuras imágenes de los ábsides. Allí puede verse al Buen Pastor, así como a Adán y Eva. En la otra pared, se adivinan, entre otras figuras, la llegada de las santas mujeres a la tumba de Cristo. Son las primeras pinturas cristianas no cementeriales. Y no deja de tener interés que sea, precisamente un Bautisterio, el más antiguo testimonio de la arquitectura e iconografia cristiana. Eso nos habla de la importancia que los fieles de Cristo daban a la celebración del Bautismo. Pero, en numerosas ciudades de entonces, posiblemente, el cuadro era mucho más modesto, reduciéndose, como acabamos de decir, a los baños privados de una familia cristiana Los primeros bautisterios en el corazón de la ciudad Los primeros bautisterios, propiamente dichos, más que vestíbulos a la entrada de la sala de reunión de la asamblea eucarística, fueron espacios sagrados de glorificación y de participación en la vida de Cristo. Los catecúmenos no tenían acceso a ellos antes del Bautismo y a menudo eran tan importantes como la iglesia principal. Además no se reducían a un local sino que formaban un complejo de salas- vestuario, sala de unción de los catecúmenos, sala de crismación, etc. Podemos encontrar vestigios de estos bautisterios de los siglos IV y V a lo largo de toda el área del mediterráneo por donde se extendió el cristianismo, sobre todo en las ciudades. El bautisterio de Aosta, por ejemplo, había sido construido junto al Foro Romano. En aquella época el símbolo del poder espiritual se levantaba junto al poder económico y administrativo de la ciudad. El lugar del bautismo se beneficiaba así del arte de los romanos en la conducción y en el calentamiento del agua, unas condiciones particularmente apreciadas por una Iglesia que bautizaba mucho y cada día más. Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica Los bautisterios estaban en el centro de la ciudad y, al mismo tiempo, en el centro de la Iglesia. Con el edicto de Milán y los posteriores edictos que otorgaban a los cristianos reconocimiento público, la dependencia de los cristianos afortunados que podía ser, de algún modo, condicionante, se hizo cada vez más innecesaria, hasta desaparecer. Junto a las catedrales, surgieron las primeras edificaciones visibles y grandiosas de los bautisterios. Tan grandiosas y amplias que, como en el caso del bautisterio de Santa Sofia, en él se reunió un concilio. El obispo era, entonces, el único que bautizaba en el único bautisterio de la diócesis que se construía en el lado de Poniente, en el N arte, no lejos de las fachadas del templo. Sólo aquellos lugares de acceso dificil, fueron una excepción a esta regla y contaron con más de un baptisterio o como en Ravenna donde, por razones de cisma, encontramos el baptisterio arriano frente al católico o neoniano .. Dos largas tradiciones adquirieron carta de ciudadanía en la Iglesia del siglo V: una oriental, proveniente de los cristianos griegos que dieron al bautisterio el nombre de "Iluminatorio" y otra occidental que, influenciada por la cultura romana, fue llamado "Fuente de la vida", "Templo de los oráculos" o, incluso, "Santuario del nuevo nacimiento". Cada una de estas tradiciones va a desarrollar, a su manera, la riqueza del Bautismo: "Agua viva evangélica" para los occidentales, "Luz divina" para los orientales, "Muerte y Vida" para los latinos, "Conocimiento místico" para los griegos7 • El bautisterio de Letrán Entre estos bautisterios antiguos de Occidente, el más conocido es el de San Juan de Letrán, que es lo mismo que decir, el bautisterio de la diócesis de Roma8 • Ha servido, en muchas regiones de occidente, de modelo a copiar, pero no ha sido el único: Son muchas las variedades de formas, de volúmenes, de disposiciones arquitectónicas, a través de las cuales se evidencia una constante: existe un lugar propio para el Bautismo. Aunque sería más correcto hablar de lugares de la Iniciación Cristiana, como ya hemos indicado. El bautisterio de Letrán fue edificado sobre las ruinas de unas antiguas termas romanas, probablemente, como ya hemos indicado, para aprovechar las conducciones de agua y fue modificado de manera considerable, en los siglos XVI y 7 AA. VV., Il rito e illuogo per il battessimo en "Rivista de Pastora1e Liturgica" 146 (1988), Queriniana, Brescia. MALLE, L., Les sources du Báteme, Les ed. Ouvriéres, París 1994 A1mogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica XVII por los papas Gregorio XIII e Inocencia X, lo que nos da a entender, entre otras cosas, la importancia que los papas concedían a esta construcción. Lo primero que nos llama la atención en el Bautisterio de Letrán, al margen de su monumentalidad, es la presencia de la simbólica de los número tres y ocho, evocaciones, a su vez, de la Trinidad y de la dimensión escatológica de la fe: Tres son los peldaños que dan acceso a la fuente, ocho son las balaustradas, ocho las columnas y ocho los frescos que representan la vida del Bautista. Como ya hemos indicado, tanto este bautisterio como otros de su tiempo, es lo suficientemente amplio como para albergar, además de otros espacios funcionales, una pequeña capilla en la que se reservaba la Eucaristía para la comunión de los nuevos bautizados. Práctica que contrasta con la invasión posterior del culto eucarístico, donde la pluralidad de altares borrará toda huella del bautismo y de los bautisterios en muchas iglesias. Imaginemos, por un instante, el momento central del rito: el agua corre desde lo alto y sale desde el pico de la paloma del Espíritu. El agua ha llegado al Bautisterio también desde lo alto, desde la boca de un león, de un ciervo o de un pavo real. El obispo sumerge la cabeza y las espaldas del bautizando, que permanece en pie en el agua corriente de la piscina, está desnudo, sin ningún tipo de adorno y con el pelo suelto. A menudo, las fuentes bautismales están cubiertas con un palio y, entre las columnas, penden cortinas. En torno a la cuba bautismal hay un deambulatorio con vestuarios. Para el bautismo de adultos, los diáconos se ocupan de los hombres y las diaconisas de las mujeres. La inmersión, se realiza, cerradas las cortinas, en la intimidad, mientras las lámparas de aceite arden bajo el solio. La cruz y la trinidad En la época de los bautismos por inmersión, un tiempo en que se bautizaba, sobre todo, a adultos, la fuente bautismal adquiría la forma de cruz cavada en el suelo, en cuyo fondo había agua. Esta fue, al menos, la tradición bizantina. El catecúmeno descendía con un bautizado que le hacía hundirse en el agua o con mayor seguridad, derramaba agua sobre él. Luego subía por el lado opuesto a través de los peldaños labrados en el interior de la cruz. Así expresaba con sus movimientos el sumergirse en la muerte de Cristo por el Bautismo y el Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica resurgir salvador en su resurrección, como advierte Pablo. Las gradas que permiten el descenso al agua son tres, como tres son también las que le permiten subir. La liturgia actual del bautismo ha conservado esta simbólica trinitaria pues en ella encontramos tres llamadas a renunciar a Satanás y a las tinieblas y tres invitaciones a decir "sí" al Dios de Jesucristo. Inmediatamente el sacerdote derrama el agua sobre el bautizado pronunciado las palabras rituales trinitarias: "Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", Para aquellos que tienen curiosidad por la simbólica de los números, señalamos que los cuatro brazos de la cruz nos reenvían a los cuatro puntos cardinales. De esta manera se expresa que el Misterio de Cristo abarca todo los espacios; el número siete, a su vez, es el número de la perfección, de la escala cósmica, de los dones del Espíritu Santo; el ocho, por su parte, es un número sagrado desde la antigüedad pre-cristiana: la forma octogonal, que deriva de forma evidente de la tipología de la tumba nobiliaria antigua de la época tardía, desarrolla con el cristianismo toda su amplitud simbólica: partiendo del ciclo judío de los siete días de la creación que se concluye con el sabhath, el cristianismo empieza la semana con el domingo, octavo día de la nueva creación y día primero de la nueva vida iniciada con la Resurrección de Cristo. De todas estas distintas formas de fuentes y bautisterios, la que tuvo mayor incidencia a lo largo del tiempo, fue la forma octogonal, patente, incluso, en algunas construcciones actuales. 8 Los Bautisterios octogonales Los bautisterios de siglo V son edificios con ocho lados. Algunos hablan solamente de costumbre o moda arquitéctonica del momento, otros, en cambio, recuerdan que los Padre de la Iglesia de los siglos IV y V han usado con frecuencia el simbolismo de la cifra ocho. Es el número que evoca el octavo día, el día de la Resurrección del Señor. En efecto si el sábado era el día séptimo y Cristo había resucitado el días después del sábado, el octavo día era un tiempo después del tiempo. Este discurso simbólico era una forma de señalar diferencias con el judaísmo. Para los judíos el número perfecto era el siete, como siete eran los dí- 8 Cf "Latran" en Dictionnaire chrétienne et de liturgie T II, col 412, Paris. 8 CfM. BERGAMO, M. y M. PRETE, M. del, Espacios celebrativos, colección Teshuva, EGABilbao 1997. 9 SAN BASILIO, Hexam. 2,21 (PG 29, 49) Almogaren 34 (2004) 213- 233 222 1 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica as de la creación, como siete son los brazos del candelabro simbólico. Para los cristianos, la cifra perfecta será el ocho: símbolo del tiempo nuevo, de la Nueva alianza. El Bautismo nos hace entrar en esta novedad, en esta Alianza, por ello, el bautisterio tendrá ocho lados9 • Así, lo recuerdan los ocho pensamientos que resumen la teología de la época, inscritos sobre los ocho pilares que rodean la piscina del bautisterio de Letrán. Siglos después, en el XVII, San Carlos Borromeo, fiel ejecutor del espíritu de Trento, en sus instrucciones pastorales sobre los bautisterios, admitirá las formas redondas y hexagonales de los mismos, pero preferirá la octogonal como forma más perfecta. Simple costumbre arquitectónica, o elección simbólica, la forma octogonal será una de las formas que dejará en la historia de los baptisterios o de las pilas bautismales, numerosas huellas. La forma hexagonal La forma hexagonal es menos frecuente, pero es, sin duda, original. Rasgos de estos edificios los encontramos también en el período comprendido entre los siglos IV y V. Y si el número ocho simboliza la resurrección y nos habla de la dimensión escatológica de la fe, el hexágono nos pondrá al descubierto el otro lado del Bautismo, a saber: la inmersión simbólica en la muerte de Cristo, paso obligado para la Resurrección. De los Bautisterios a las Pilas Bautismales Del siglo V al siglo XV, cambia por completo el panorama pastoral y la evolución de los bautisterios y pilas bautismales se acelerará como nunca en el pasado: la dispersión de las comunidades cristianas, la instalación de lugares para el Bautismo en las parroquias, la descentralización del ministerio del Bautismo - a partir del siglo V el lugar del Bautismo y la tradición de bautizar en la catedral se alejarán de tal manera que las catedrales románicas y góticas carecerán de Bautisterio -los bautismos cada vez más raros de los adultos, el abandono progresivo de la inmersión en aras de la infusión del agua sobre la cabeza, va llevando cada vez más a la desaparición de los Bautisterios, suplantados ahora por simples pilas bautismales, redondas o cuadradas, situadas en las iglesias parroquiales. Las pilas de formas redondas o hemisféricas, son imagen de la madre tierra. En forma de copas, las pilas son el elemento femenino, la matriz del Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica bautismo y del bautizado. Durante la preparación al Bautismo, la iglesia ha ido engendrando al neófito, el día del bautismo, la pila bautismal, visualiza el momento del nacimiento. A menudo ornamentadas con ondas que simbolizan las aguas, las pilas románicas de la época evocan, así, el océano primordial. El soporte de estas pilas es el árbol elemento masculino de esas fuentes. Las pilas románicas cuadradas, a menudo sostenidas por cuatro columnas, tratarán de simbolizar, a su vez, la totalidad del universo sostenido por los cuatro puntos cardinales. El Bautisterio-capilla: A partir de la época carolingia, los bautismos de adultos desaparecen o son extremadamente raros. Los bautismos se reducirán en adelante a los niños, al principio, después de algunos meses, a partir del siglo XI recién nacidos. Al mismo tiempo se pierde la costumbre de bautizar la noche de Pascua o Pentecostés, pues, en adelante, los niños por temor a que mueran sin bautizar, han de recibir el sacramento "quam primum" y, del mismo modo, se pierde el carácter comunitario de la celebración de la iniciación cristiana. En estas condiciones el bautisterio pierde prácticamente su importancia y, fuera de Italia, ya no constituirá un edificio separado En Italia, todavía surgirán magníficos edificios bautismales, como el Bautisterio de Pisa que, aunque iniciado bajo los cánones románicos en el año 1153, se concluirá en el año 1500 y, por los mismo, conservará también rasgos góticos. El bautisterio de Pisa es una realización interesante de la relación que debe guardar siempre la fuente bautismal de ocho lados, el lugar de la Palabra y la mesa de la Eucaristía. Sin embargo, llama la atención que así como para ser bautizados, en la antigüedad había que descender tres peldaños, ahora, sea todo lo contrario, para ser bautizado, hay que subir precisamente tres. Se conserva el simbolismo trinitario, pero el espectáculo sustituye al simbolismo bíblico de la inmersión. Otro de los baptisterio emblemáticos de Italia es el de San Juan Bautista de Florencia. El edificio refleja, como ninguno, la ambición de los ciudadanos de esta ciudad renacentista de reunir cuanto se producía en la época de bello. La estructura se remonta al siglo IV, la parte externa al período románico, cubierto posteriormente de mármoles blancos y verdes. Las famosas puertas en bronce, de Pisano de Chiberti, datan de los siglos XIV y XV. Signo de la evolución de la práctica del Bautismo es la desaparición de la fuente bautismal que, como en Pisa, se levantaba sobre tres peldaños y ahora han sido sus- Almogaren 34 (2004) 213 - 233 224 1 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica tituida por una simple pila bautismal. Desaparecido el bautismo por inmersión, ya no es práctico mantener aquella estructura para un sacramento administrado ahora por infusión y ante muy pocas personas. En el resto de la cristiandad, a partir de entonces, se acondicionará una capilla lateral en la iglesia parroquial y allí se colocará la pila bautismal. Los dos polos sacramentales, Bautismo y Eucaristía, desaparecerán del paisaje urbano y es la Iglesia la que se llamará bautismal, cuando en su interior albergue una pila bautismal, pues no todas las iglesia parroquiales disponen todavía de un bautisterio. Por motivos simbólicos, la capilla destinada a la celebración del Bautismo se situará, de ordinario, junto a la puerta de entrada a la Iglesia que, a su vez, está situada mirando al oeste o poniente - hacia donde miraba también el ambón desde donde se proclamaba el Evangelio - mientras la iglesia, orientada, miraba hacia el este, hacia el oriente, lugar del nacimiento de la luz. Occidente, lugar y espacio de la oscuridad y las tinieblas, era el ámbito desde donde el catecúmeno se desplazaba y a través del agua caminaba hacia la asamblea eucarística orientada hacia el Este, desde donde nos llega la luz del sol, que no es otro que Cristo. Por otra parte la cercanía a la puerta principal recordaba al candidato que el Bautismo constituía la entrada en el pueblo de Dios, localización subrayada por los ritos con los que el sacerdote acogía a los futuros bautizados en el atrio o umbral de la Iglesia para conducirlos al Batisterio. A partir del siglo XIII, con la introducción del arte ojival o gótico y la necesidad de realizar nuevos modelos que hicieran olvidar el románico anterior, se olvidarán las formas redondas y cuadradas de las pilas y volverán a recuperarse las antiguas formas octogonales. En esta época, movidos por un mayor decoro y respeto por el agua bautismal, aparecerán las primeras pilas bautismales dobles. Una, la grande, para contener el agua bendecida la noche de Pascua, la más pequeña para el bautismo propiamente dicho y así evitar que el agua derramada sobre la cabeza volviera a mezclarse con el agua bendecida. Las primeras pilas bautismales que han perdurado en el tiempo en nuestra diócesis, aunque muchas de ellas en desuso, ubicadas en las islas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, son obras de arte gótico-sevillano, traídas desde la ciudad hispalense. Son circulares y están realizadas en cerámica sevillana de color verde vidriado, con apliques de relieves. A esta época, aunque algunos decenios posteriores en el tiempo, pertenecen también, entre otras, las pilas que encontramos en Teror y en Santa María de Guía10 • Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica A partir del Renacimiento, hay de nuevo, un movimiento de recuperación del lugar bautismal. Para ello el arte renacentista no se contentará con embellecer la pila bautismal, sino que tratará de enmarcar y delimitar el espacio con rejas y balaustradas o también con baldaquinos construidos y adornados según los cánones clásicos11 • Además de la cruz, el octágono, las formas redondas o cuadradas, la recuperación de la forma octagonal durante la época gótica, el arte religioso fortalecido por el Renacimiento incorpora a las fuentes bautismales una nueva forma, la oval, símbolo de la vida. El huevo es un universo en miniatura, como lo es la vida cristiana en estado embrionario en el Bautismo12 • En el siglo XVI y, aún más en el siglo XVII, el mármol se convertirá en el material privilegiado para los escultores de la época, uno de cuyos mejores ejemplares en Canarias, podemos contemplar actualmente en la Catedral de Santa Ana de Las Palmas, realizada en su momento, en los talleres de Génova para la Parroquia del Sagrario de la Catedral En el siglo XIX, influenciados por el romanticismo del momento, los artistas se inspirarán de nuevo en el pasado, y volviendo la vista a la época de los trovadores, crearán nuevos ejemplares de pilas, neo-románicas y neo-góticas. En el siglo XX se han construido nuevas iglesias y bautisterios. Antiguas iglesias han acogido fuentes o pilas bautismales modernas o han sido objeto de restauraciones y acondicionamientos de los lugares del bautismo teniendo en cuenta las nuevas normas conciliares. En general, las pilas bautismales vuelven de nuevo a la inspiración románica, cercana a los grandes mitos universales, a saber, la forma de copa y de cáliz, es decir, a las formas circulares o redondas. Con frecuencia encontramos en tomo a la pila bautismal, la evocación de la piscina, el agua viva y los peldaños por donde descendían los candidatos al sacramento o subían, una vez bautizados. 10 Cf HERNÁNDEZ PERERA, J., Las primeras pilas bautismales en Canarias, en "Almogaren" 9 (1992), 191-212 11 Cf MALLE, L., Les sources du Baptéme, découvtit les baptisteres et les fans baptismaux, Les Ed. ouvrieres, Paris 1994. 12 Cf JORIO, R., Simbolismo nell 'arte dei battisteri dei primi secoli, en "Studium" 85 (1989) 247-259.Ver también BELLAVISTA, J., Liturgia y arte en la primitiva comunidad cristiana, en "Liturgia y Espiritualidad" 7/8 (1994) 258-264. Almogaren 34 (2004) 213 - 233 226 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica Cuando el espacio bautismal está bien señalado, suele estar despojado de cualquier signo de separación y permite, de ordinario, una celebración comunitaria del bautismo. Por último, aparece la preocupación por hacer ver la acción bautismal al mayor número de personas, y de ahí la proliferación de pilas bautismales en el presbiterio o junto a él. Mas raros son los lugares expresamente acondicionados para el bautismo y muy numerosos los espacios tradicionales del bautismo totalmente en desuso. El desarrollo creciente y devorador del todo eucarístico ha hecho desaparecer prácticamente la dimensión bautismal de los edificios de culto cristiano, tan presentes, como hemos visto, en la historia. De ahí la distancia evidente entre lo que afirma la teología sobre el Bautismo y aquello que nos deja ver el lugar, en los mejores casos, donde se desarrolla el sacramento Un caso extremo es aquel donde apenas se ha previsto una palangana común o un tazón destinado a recoger las pocas gotas de agua, parsimoniosamente derramadas sobre la cabeza del bautizado, o el caso de aquel párroco que no muy lejos de aquí colocaba una palangana sobre un carro de comedor e iba distribuyendo por el pasillo de la Iglesia el bautismo, como quien sirve la sopa, a un personal que aguardaba pasivamente su tumo ... Sin duda, siempre será, infinitamente mejor, disponer de una de esas pilas cubetas, que vienen ofertadas por los que comercian con el arte litúrgico, a condición que estén realizadas en material noble, aunque, todos intuimos que no estamos cerca del ideal, pues siempre se tratará de un objeto manipulable, como lo es el registro, o el micro y, por supuesto, poco elocuente. Se han hecho grandes esfuerzos por mejorar el espacio, los objetos que se relacionan con la Eucaristía ... ¿Por qué no emplear también un poco de imaginación en todo aquello relacionado con el Bautismo? La liturgia es un tejido de símbolos Es sabido, la liturgia es, ante todo, una cuestión de símbolos13 , es decir - de cara a limitamos a un solo aspecto - un conjunto de elementos que representan lo real, lo hacen presente, no fisicamente, sino simbólicamente: atentar contra la imagen del crucificado en una iglesia, por ejemplo, no deja a la iglesia sin la presencia de Cristo, pero, a pesar de ello, todos sentimos ese gesto violento como un sacrilegio. El gesto del ministro que bautiza representa al mismo Cristo - "cuando alguien bautiza, es Cristo mismo quien bautiza", recuerda el Concilio, haciendo suyas las palabras de San Agustín. El re- 13 Cf, CHAUVET, L. M., Simbo/o y Sacramento, Herder, Barcelona 1994. Almogaren 34 (2004) 213- 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica ducido muestrario bíblico que aparece en la liturgia de la Palabra- el Jordán, el desierto, Moisés, el Templo de Jerusalén ... - concentra páginas enteras de la historia de Israel y de su significación cristiana; el vestido litúrgico del ministro que preside la asamblea sitúa a ésta en un contexto diferente al de la vida ordinaria, el saludo litúrgico "el Señor esté con vosotros" cristaliza siglos de tradición litúrgica; los objetos no son simples utensilios funcionales y, ni siquiera el tono de voz que empleamos es el mismo que usamos en la calle o en una gran sala de conferencias. Todos estos símbolos visuales, auditivos, táctiles de la liturgia han de encontrar su equilibrio entre su dimensión funcional y su dimensión estética y, desde esta constatación, cabe hablar de una símbólica bautismal. El espacio bautismal En primer lugar el espacio. Entre los múltiples símbolos que entretejen la liturgia, el espacio es singularmente importante14 • La evidencia se impone: una iglesia católica no habla de la misma manera que una iglesia protestante, ni una iglesia románica lo hace del mismo modo que una iglesia barroca. El espacio habla siempre, bien por su arquitectura, bien por su historia, bien por los objetos que llenan ese espacio. Habla de tal manera que el simple atravesar la puerta de entrada de una iglesia impone un comportamiento distinto al de la calle de donde se viene. Por otra parte, ese espacio "in-forma" en el sentido aristotélico del término y la comunicación resultante incide sobre el emisor y sobre el contenido del mensaje emitido- no tiene la misma incidencia una homilía pronunciada en una capilla recoleta que en una sala de teatro -. Pero el espacio no sólo afecta a su fondo, sino también a su forma: el tono de voz, el estilo, el ritmo, no es el mismo en uno y otro sitio. Y no sólo esto, sino que su incidencia afecta también a los receptores, que corren el riesgo de no escuchar o atender sino a aquello que les interesa ... La primera finalidad del espacio y de los objetos del bautismo es introducir en el Misterio del sacramento y este es "un gran Misterio". Bastaría recordar al respecto el profundo aprecio y valoración que late en las catequesis pre-sacramentales y en las catequesis mistagógicas de los Santos Padres. Los hombres del medievo también fueron conscientes de ello, - aunque la práctica generalizada del bautismo de niños no tenía, ni de lejos, el efecto impactante de la práctica bautismal de las primeras generaciones cristianas ¿Acaso 14 Cf. DEBUYST, F., Sur le gene chrétien du lieu, en "Chroniques d'art sacré'' 23/24, París. 1991. Almogaren 34 (2004) 213- 233 228 1 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica no hablan los grandes teólogos escolásticos de los dos grandes sacramentos principales: Eucaristía y Bautismo?. En todo caso, al margen del testimonio de la historia, tenemos el derecho, todo el derecho, de exigir que los lugares y objetos del Bautismo estén a la altura del Misterio que se celebra. Y es eso lo que habría que reivindicar ... ¿Cómo un lugar bautismal más o menos improvisado, compuesto de un conjunto de elementos de "todo a cien", en absoluto estéticos, pueden hablamos de la seriedad de lo que allí se está celebrando? Siendo, como somos occidentales y cartesianos, creemos ingenuamente que nuestras palabras y discursos pueden suplir nuestros defectos. Sin duda, las palabras que usamos en el Bautismo tienen su importancia, pero nunca podemos olvidar lo que la antropología contemporánea no se cansa de afirmar: que en el discurso ritual no son, sobre todo, las ideas las que hablan (los significados), sino más bien los significantes, es decir, aquello que nosotros presentamos para que vean, gusten, huelan, toquen ... La primera forma de ayudar, por tanto, a captar la grandeza del Bautismo es celebrarlo en un lugar adecuado, digno. Al término de este paseo y reflexión a través de veinte siglos de historia de las fuentes bautismales, podemos concluir: desde el inicio del cristianismo, cada época de la vida de la Iglesia es vandálica, a su manera. Los defensores del patrimonio y del arte sagrado se levantan contra la forma de actuar de muchos párrocos y reponsables en relación a las realizaciones de sus antepasados. Siempre ha sido así. Las costumbres, por muy venerables que sean, no son sino relativas para el pueblo de creyentes que celebra el bautismo y el recorrido histórico que acabamos de hacer es testimonio de creatividad, pero también, en muchos casos, de impertinencia y desacierto. Las orillas de los ríos se vieron reemplazadas por las salas de baño y las piscinas de los particulares. Los obispos hicieron construir sus bautisterios poniendo punto final a la iniciativa de las familias ricas de los primeros tiempos. Luego cada parroquia erigió su propio bautisterio. Los edificios carolingios se levantaron sobre los bautisterios de los siglos IV y V. .. Y ¿qué suerte corrieron las pilas románicas cuando los entusiastas del gótico impusieron el nuevo arte y con él, sus nuevas pilas bautismales? ¿Y los sacerdotes educados en el Renacimiento o mejor, hijos de la mentalidad de Trento, qué hicieron de las pilas góticas, realmente extrañas a la mentalidad del arte del siglo XVII? ... Tal vez es más fácil conocer la suerte de las últimas pilas bautimales más cercanas a la mentalidad y al deseo conservacionísta y museísta del hombre de Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica hoy ... pero, a pesar de ello, la mayoría de ellas resultan impropias e inadecuadas para la liturgia bautismal surgida del Vaticano II. Por todo ello, es justo preguntamos ante tanta movilidad y abundancia de referencias, por aquellas prioridades y aquellos elementos a tener en cuenta, en cualquier situación, para conseguir que el lugar del Bautismo sea verdaderamente digno. Y creemos que verdaderamente lo será si ayuda a poner de manifiesto los aspectos siguientes: • El Bautismo es un acto eclesial, comunitario, por lo que debe evitarse situarlo en un lugar oscuro o que dé la impresión de que lo que allí se hace es absolutamente privado. La iglesia, antes que edificio material es una asamblea de creyentes en tomo a un obispo. Las fuentes bautismales están al servicio de esta asamblea y, por ello, ha de exigirse un mínimo de condiciones que permitan la participación: visibilidad, audición, desplazamientos o procesiones, etc15 • • Todo no es Eucaristía. En muchos períodos de la Iglesia no se resistió a la tentación de multiplicar los altares y ello en detrimento del lugar bautismal. La elección actual de emplazar la fuente bautismal en el presbiterio o muy cercana al altar va en la misma dirección. Es fundamental subrayar la relación que existe entre Bautismo y Eucaristía, pero nunca deben confundirse16 • • El bautisterio no es sólo un lugar funcional, un lugar para celebrar el bautismo. Es también memoria. Recuerdo para el cristiano que entra en una Iglesia de su propio bautismo. La fuente bautismal debe hablar por sí misma y recordar al que visita la iglesia un aspecto importante del Misterio cristiano. Ello reclama un lugar fijo, limpio, elocuente por sí mismo17 • • El bautismo es el sacramento de entrada a la Iglesia. Por esta razón las fuentes bautismales fueron colocadas a lo largo de la historia, preferentemente, junto a la puerta de entrada. En una sociedad sensible 15 RITUAL DE INICIACIÓN CRISTIANA DE ADULTOS (RICA) 25. 16 S. CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis mistagógicas, Sources Chrétiennes 126, Ed. du Cerf, 1966; S. AMBROSIO, De Sacramentis, Sources Crétiennes 25 (bis), Ed. du Cerf, 1961. 17 Cf. RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS 40; también BENDICIONAL 936 y 938.Ver también CHAUVET, L. M., Les lieux du bapüime. Elements de reflexión théologique et pastora/e en "Chroniques d'art sacré'' 44 (1995), 9-13. A1mogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica a la orientación del habitat o a la "orientación" profesional, sería una lástima abandonar totalmente la simbólica de la orientación de las fuentes bautismales, tan querida para las primeras generaciones cristinas. Pero el Bautismo es algo más que la puerta de entrada a la Iglesia, es, ante todo un pasaje, un viaje, un tránsito. Según una tradición muy extendida por occidente, la localización de las fuentes bautismales obedecía a la norma "norte-oeste". Como las iglesias estaban orientadas, siguiendo el eje oeste- este, las fuentes bautismales se situaban en el lado izquierdo de la entrada principal. Así se expresaba plásticamente el itinerario del bautizado: llegaba del lado occidental, el lado de poniente, lado de las tinieblas y la oscuridad que simbolizan el pecado y, pasando a través del agua, se incorporaba a la comunidad eucarística que miraba y caminaba hacia oriente, el lado de la aurora, del nacimiento del sol, el lado de la resurrección. Las reformas posteriores, menos sensibles a este simbolismo, perdieron esta preocupación. Sin embargo es justo constatar, en orden a una recuperación de este aspecto catequético, que el hombre moderno no se ha olvidado definitivamente de la rosa de los vientos. Algo parecido podríamos decir de la situación de las fuentes bautismales en la puerta, en el umbral del templo - lugar de paso por excelencia, de transgresión -. El rito de iniciación comporta esta dimensión en todas las religiones, atenuada o no por los gestos rituales o la moderación de las palabras que acompañan a los ritos. La arquitectura bautismal del pasado también guarda la memoria de esto. La fe es transgresión: allí donde las evidencias inmediatas no perciben sino un impase, un callejón sin salida, la fe transgrede, es decir, pasa a través de las tinieblas para descubrir el camino. La esperanza transgrede: allí donde se infiltra la muerte, la esperanza transgrede para llamar a la vida. La caridad transgrede: allí donde la soledad de la enfermedad y de la agonía realizan su trabajo, el amor transgrede para desarrollar una comunión. Esto, las generaciones pasadas, lo tuvieron muy presente en determinadas épocas. El Bautismo es una corriente de agua viva que regenera. De ahí la preferencia de las generaciones que nos precedieron por el agua viva, el agua corriente. Tenemos que confesar que, actualmente, el agua bautismal es poco elocuente en nuestras iglesias, si exceptuamos la Almogaren 34 (2004) 213 - 233 José Luis Guerra de Annas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica noche pascual. Para que un signo pueda hablar es preciso que sea lo suficientemente significativo, de modo que pueda ser percibido con facilidad por los ojos, los oídos, el olfato ... 18 • Y, junto al agua viva, la inmersión. El término "bautizar" significa "sumergir". El catecúmeno se sumerge en la muerte de Cristo para resucitar con El a una vida nueva y esto se expresa de forma más patente con la inmersión. Así lo entendieron nuestros antepasados y así lo entiende también hoy la Iglesia. Los tres rituales del Bautismo, surgidos del Vaticano II, el de adultos, el de niños en edad escolar y el de niños recién nacidos, dan prioridad a la inmersión19 Muchos responsables del arte sagrado son conscientes de la dificultad que esto supone, pero las razones prácticas no deben ser definitivas frente a las razones teológicas y litúrgicas de la inmersión A través de este sacramento se efectúa la pascua cristiana, el pasar con Cristo, del hombre viejo al hombre nuevo. Este paso debería visualizarse también de alguna forma de manera visual. • El Bautismo nos introduce en la comunión de vida con Dios, comunión que es primicia de inmortalidad. Las decoraciones murales de algunos de los antiguos bautisterios evocando el paraíso son significativas a este respecto20 • ¿No sería una iniciativa pastoral interesante decorar y realzar de forma especial el baptisterio en Pascua o en Pentecostés, el día de la Confirmación o en otras celebraciones particularmente evocadoras del Bautismo? • El Bautismo es parte de un proceso, llamado de Iniciación cristiana que tiende a completarse con los sacramentos de la Confirmación y la Primera Eucaristía. Por eso ha de significarse de modo especial tanto la unción del Santo Crisma como la procesión hacia el altar1 • El espacio bautismal no se reduce a la fuente, está íntimamente conectado con otros 18 CfBENDICIONAL 938. 19 Cf. RICA 22 y RBN 37. Ver también CONSTITUCIONES SINODALES, o.c .. 497 .. 20 VINCENT, R., Inscripciones en los baptisterios antiguos, síntesis de catequesis bautismales en ""Phase" 173 (1989), 399-400. JORIO, J., Simbolismo nell'arte dei battisteri dei primi secoli en "Studium" 85 (1989), 247-259. 21 Cf. SARDA, 0., Les lieux de la célébration du bápteme depuis le concile Vatican 11, en "Espace" 20 (1989), 11-23. Almogaren 34 (2004) 213- 233 232 1 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica polos del espacio eclesial: La Palabra, la Eucaristía, la asamblea ... Por ello ha de concebirse de tal forma el espacio bautismal que puedan desarrollarse los desplazamientos que prevé el Ritual. Para que todos los momentos importantes de la ceremonia sean bellos y significativos, es necesario que los lugares se presten a ello y que sean concebidos en función de lo que significan. El lugar de la fuente bautismal es uno de los elementos claves en la celebración del Bautismo, pero no es el único21 • Este camino que aquí indicamos, tiene, posiblemente, mucho de estético, pero esto no es algo peyorativo. Incluso podemos afirmar que es parte de esa dimensión actualmente tan valorada, que denominamos evangelización23 • No olvidemos que para mucha gente, es el medio más adecuado para abrirse a la grandeza de Dios, pues el mensaje de los signos y símbolos no se dirige tanto a la razón- aunque también debe estar presente - cuanto a los sentimientos y a los deseos más profundos del hombre22 • De esta reflexión sobre los lugares del Bautismo, en este año en el que celebramos seis siglos de cristianismo en Canarias y, por tanto, seiscientos años de Bautismo en nuestra diócesis - si prescindimos de los intentos previos - quisiéramos retener dos conclusiones: 1 a __ Es imposible establecer, a partir de la historia, una norma general en materia de reforma y adecuación de los espacios bautismales. Las iglesias son muy diferentes en razón de su edad, su estilo arquitectónico, su disposición o contexto. Los grupos que en ellas se reúnen son de talla diferente y varía también la edad de los bautizandos. Pero, a pesar de las diferencias, hay elementos permanentes que las orientaciones de los diversos rituales del Bautismo subraya y recomienda, como acabamos de indicar. 2°. Es fundamental evidenciar, en todo tiempo, la relación estrecha que tiene el Bautismo con la Pascua de Cristo y, consecuentemente, la importancia capital de este sacramento para la fe cristiana, y su ca- 22 BENDICIONAL. 931. 23 CONFERENCIA EPISCOPAL FRANCESA, Rituel du bápteme des petits enfants 25: "En muchas iglesias se pone gran interés en revalorizar la fuente bautismal...Estos esfuerzos, con la ayuda de la comisión diocesana de arte sacro, deben multiplicarse, pues adaptar un espacio litúrgico apropiado es en sí mismo portador de una verdadera evangelización". Almogaren 34 (2004) 213- 233 José Luis Guerra de Armas: El lugar del Bautismo: génesis y desarrollo de una práctica rácter comunitario ... 24 Afirmado, pues, su valor incomparable desde el punto de vista teológico, ¿no sería indispensable que la memoria del Bautismo se inscribiera también, de forma digna, en el espacio de la liturgia cristiana? Concluimos recordando a este propósito, lo que nuestro último Sínodo diocesano establece a este respecto: "Prepárese en el plazo de tres años, en todas las iglesias parroquiales que aún no lo tengan, un lugar para bautizar, que ha de estar fuera del presbiterio, dispuesto de tal manera que se vea claramente el nexo que tiene el bautismo con la Palabra de Dios y con la Eucaristía, que es la cumbre de la iniciación cristiana. La fuente en el Bautisterio o lugar del Bautismo, debe ser fija, construida con material noble y estéticamente elaborada, apta para poder bautizar por inmersión y, si es posible, dótese/a de agua corriente para que sea un signo más expresivo de la incorporación a Cristo: Fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna "25 Los años previos y posteriores al concilio Vaticano 11 fueron tiempos de renovación artística, teológica, bíblica y litúrgica. La confluencia de estas búsquedas, realizadas en diversos campos, no podían dejar de influir en la concepción y ritualización del Bautismo. Cada vez se habla más de cateenmenado de adultos, cada vez aumentan más los bautismos en edad escolar, cada vez se subraya más la importancia de este sacramento en el itinerario cristiano ... Se ha redescubierto el altar como mesa del Señor, el ambón como lugar y mesa de la Palabra, se presta mayor atención a las condiciones de la asamblea ... ¿No es el momento de recuperar el espacio bautismal, no sólo desde el punto de vista funcional, sino también como memoria, como lugar simbólico del Misterio cristiano? Espero que este rápido viaje a través del tiempo nos ayude a ello. José Luis Guerra de Armas 24 RITUAL DE BAUTISMO DE NIÑOS (1969), Observaciones generales: 25, Observaciones previas 9; CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA, en especial: 537 y 1214 .. 25 CONSTITUCIONES SINODALES, o.c. 497. Almogaren 34 (2004) 213- 233 |
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