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José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. LA IGLESIA EN CANARIAS ANTE LOS RETOS DE LA IDENTIDAD CULTURAL. José A. Rodríguez Roca. Instituto Superior de Teología Islas Canarias (Sede de Las Palmas). N o hace mucho se realizaba en Canarias un Congreso sobre la identidad canaria1 • Más atrás se celebraba otro Congreso de Cultura de Canarias2 • Entre ambos se han sucedido una serie de profundos cambios y, a la vez, indican la permanente "importancia del debate acerca de la identidad cultural de un país"3 • Como creyentes, sabemos que creer en Dios supone no sólo un aporte, sino también un efecto crítico sobre toda cultura y, a la vez, esa fe solamente se da en el contexto de una cultura determinada. Sobre todo cuando alguna reflexión teológica quiere partir del supuesto de un despertar de la conciencia I Congreso sobre Progreso e Identidad Canaria, 2000. 2 GOBIERNO DE CANARIAS, Congreso de Cultura de Canarias. 1986 y 1987. Las áreas tratadas fueron: la historia, el medio y el hombre, creación y difusión, la investigación, y la cultura popular (donde se incluía la religiosidad y la identidad canaria). 3 Cardenal P. POUPARD -Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura-, "Una nueva cultura cristiana de la verdad y del amor para el III milenio", en Congreso Internacional de la Evangelización y la Cultura para el 111 milenio, Murcia 2002, 192. Almogaren 33 (2003) 19- 44 19 20 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. canaria4 • El debate intraeclesial, de fuerte impacto social, sobre la nacionalidad canaria, se presenta como un motivo más para nuestra reflexión5 • Un motivo más para asumir la exigencia de "una investigación profunda de las tradiciones culturales de los diversos pueblos y de los antecedentes históricos subyacentes, para descubrir en ellos los elementos ... y las aportaciones susceptibles de enriquecer la reflexión teológica"6 • l. Naturaleza y cultura de Canarias. El nombre de un significativo manual sobre la realidad canaria editado en 1977, lleva el título de "Natura y Cultura de las Islas Canarias"7 • Dado que la naturaleza y la cultura constituyen una simbiosis fundamental, pero también con ello se señala la inseparable realidad socio-cultural. Toda cultura toma forma en una sociedad concreta, e inversamente, una determinada colectividad social genera un tipo de cultura específica. Además, ambas se encuentran inmersas en la dimensión espacio-temporal. Nuestra cultura asume unos parámetros de espacio -el Archipiélago canario- y de tiempo -la historia de Canarias-. De ahí la limitación del espacio geográfico y la realidad sostenible del espacio humano8 • Así como la continuidad existencial, pues la cultura no es estática, sino que se haya siempre en permanente evolución. Canarias constituye un archipiélago de origen volcánico, de 8 islas y 5 islotes con un total de 7.167 km2 , situado al noroeste del continente Africano en el área macaronésica. Su historia cultural es fruto de la concurrencia de un asentamiento primitivo de origen norteafricano, su integración en Europa a través de su incorporación a Castilla, de sus relaciones con el continente Americano, ruta tradicional marítima hacia 'las Indias'. También en la cultura, en su espacio vital, se ubica la dimensión de su institucionalización, pues necesita de mediaciones ideológicas y organizati- 4 Así se manifestaba el Departamento de TERECA del Centro Teológico de Las Palmas en Canarias. tarea histórica, Las Palmas de G.C. 1978. 5 Ya recibió una divulgación a nivel del estado en la publicación Realidades a lo claro. Canarias, Madrid 1980. 6 PABLO VI, Alocución al "Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar" en Ecclesia 1.760 (1975) 1295. 7 P. HERNÁNDEZ (dir.), Natura y Cultura de las Islas Canarias, SIC de Tenerife 1977. 8 Cf. Ley 1211994 del19 de diciembre, sobre Espacios Naturales. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. vas. Los derechos de una colectividad, la explicitación de una demanda de reconocimiento de la propia identidad, hace que los miembros de una comunidad histórica tengan el derecho a expresar su cultura mediante formas políticas producidas por ellos mismos. "En nuestras sociedades pluralistas vivimos con evidencias cotidianas, que se alejan cada vez más del caso modélico de un Estado nacional, con una población culturalmente homogénea"9 • La concepción de su constitución como comunidad política, se mueve entre la comprensión de simple realidad artificial (Th. Hobbes10 ) y la de quien lo percibe como una realidad dada por naturaleza (Aristóteles11; del latín natío, de nascor, nacer). De todos modos, la pertenencia a un pueblo viene definida culturalmente, pues la cultura es el conjunto de rasgos distintivos de un grupo sociaP2 • Constituye "el modo particular para el pueblo y para los hombres de cultivar su relación con la naturaleza, con Dios y con ellos mismos, suscitando un estilo de vida común y una misma conciencia colectiva"13. Los vínculos culturales determinan la realidad de una nación, dado que "la Nación existe 'por' la cultura y 'para' la cultura"14. Así, aunque ya se constata "la dificultad de definir el concepto mismo de 'nación' ... sí podemos reconocer una originaria 'soberanía espiritual"15. Por lo que tenemos que diferenciar la vivencia y su doctrina, de valoración vital de la propia identidad cultural (llámese canariedad o canarismo), de aquella opción que, dando un paso más, la concreta en un movimiento sociopolítico que defiende y promueve esa identidad (el nacionalismo canario), y aún más, hay quienes hacen coincidir esa nación con la realidad de un estado (el independentismo canario16). Así, "por nacionalismo se entiende una determinada opción política que hace de la defensa y del desarrollo de la identidad de una nación el eje 9 J. HABERMAS. La inclusión del otro, Barcelona 1999, 94. 10 Cf. TH. HOBBES, Leviatán, Madrid 1983, I,175s. 11 Cf. ARISTÓTELES, Política, I,1,1253 a7-8. 12 Cf. "Mensaje al Director general de la Unesco", en Conferencia mundial sobre las políticas culturales, México 1982. Declaración aprobada por los 130 Estados participantes. 13 II1 CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Documentos de Puebla no. 2.935s 14 JUAN PABLO II, Discurso a la Unesco, 1980, 14. 15 JUAN PABLO II, Discurso a la Asamblea General de las Naciones Unidas del 5 de octubre de 1995, 8. 16 Cf. II Congreso del MIRAC-PUCC, Soberanía Nacional y Socialismo, SIC de Tenerife 1980; J. MORALES, Canarias en el actual momento histórico, Caracas 1981. Almogaren 33 (2003) 19- 44 21 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. de sus actividades" 17 • Por ello, debemos en principio "reservar la expresión 'nacionalismo' para los movimientos que exigen una distribución diferente del poder político en un Estado nacional, sobre la base de que algunas subunidades son naciones"18 • La cultura canaria se encuentra hoy dentro del pensamiento dominante, con su discurso monológico, que trata de imponer un único modelo cultural. Este se enmarca en la disolución neoliberal de la identidad19 en la globalización. Dado que "hay una forma de la política del respeto igualitario, consagrada en el liberalismo de los derechos, que no tolera la diferencia"20 • De forma que "la democracia liberal desconfía de la existencia de aplicar la política a la conservación de la identidad de ·los grupos separados o a la supervivencia de las subculturas"21 • Con el slogan del fracaso de los nacionalismos, cuando no de sus peligros de totalitarismos, sin negar el riesgo real de los mismos, se ha presentado como obligatoria la integración en el modelo 'mejor de la democracia' globalizadora. Así hay quienes piensan que en la historia de un pueblo no hay verdad permanente alguna y que lo que de la misma permanece es puramente folclore. La nacionalidad sería un anacronismo ante la globalización, el nacionalismo encerraría un conservadurismo, cuando no un atentado de la barbarie contra los logros del progreso global. La orientación de este modelo propuesto se presenta con los siguientes rasgos22 : Un determinismo que suprime cualquier cultura local. Un darvinismo cultural que promueve el modelo que se presenta como 'verdaderamente natural', frente a otros 'débiles'. La primacía del mercado universal que degrada, como precio a pagar por el sistema mejor, los ámbitos locales. La globalización de las propias propuestas de 'valores', por medio de la seducción y del discurso sin fines entorno a la tecnología. 17 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA. Valoración del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias, noviembre de 2002, 31. 18 A. CORTINA, "Reflexiones éticas en tomo al nacionalismo" en Sal Terrae 1.023 (1999) 388. 19 Sobre la historia de esta realidad, cf. J. OBARRÍA, "Identidad", en J. M" OSÉS (dir.), JO palabras clave sobre el nacionalismo, Estella 2001, 15-69. 20 CH. TAYLOR, El multiculturalismo y 'la política del reconocimiento', México 1993, 90. 21 A. GUTMANN, "Introducción", en CH. TAYLOR, op.cit., 22s. 22 Cf. J.L. PINTOS, Los imaginarios sociales, Bilbao 1995, 5. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. El hecho cultural no supone de por sí la seguridad de su permanencia, pues las culturas pueden ser suprimidas, eliminadas por aniquilación o por un desdibujamiento tal de su identidad que pase a ser otra. Pero también puede darse, desde un hegemonismo nacionalista, la exclusión de otras culturas que irrumpen en la propia, ya sea como segregación de gheto, ya como culturacionismo de fusión que las asimila. Además, cuando la confrontación se introduce en el seno de la misma colectividad, tal como sucede en la cultura canaria que se encuentra constituida por islas, mostrando toda una gran riqueza diferenciada, pero que genera también, por unas determinadas orientaciones centralistas del Estado y partidistas locales, un conflicto insularista. La transculturación supone la reestructuración del mismo concepto de identidad, ante una concepción estática y esencialista del mismo. Y esto como purificación de las limitaciones de los auténticos valores que se han adherido a lo largo de la historia. Lo cual debe El hecho cultural no supone de por sí la seguridad de su permanencia, pues las culturas pueden ser suprimidas, eliminadas por aniquilación o por un desdibujamiento tal de su identidad que pase a ser otra. llevar a un reajuste de la identidad abriendo el espacio a otros y con ello, al mutuo enriquecimiento. Hay que optar por una identidad intercultural dialógica, sin caer ni en un relativismo desvalorizador de la propia cultura, ni en sincretismos fáciles. Ante la realidad actual en crisis de valores, en crisis, por tanto, de la propia identidad, donde el ser humano se encuentra exiliado de sí mismo, vacío de autoidentificación personal y colectiva, el reclamo de la identidad adquiere notas de urgencia. Para ello, hay que atender primariamente a la propia autoidentificación23 que los canarios hacen de sí mismos, ésta se mueve en los parámetros de naturaleza y cultura. El espacio geográfico, las formas de ser y de hablar de los canarios son los rasgos dominantes por los que se definen. Resulta significativo que la historia propia y aún menos, la autoconsciencia como canario o el determinante económico no sean considerados como relevantes. 23 Cf. GOBIERNO DE CANARIAS, Sociobarómetro de Canarias, 2001, 36. Almogaren 33 (2003) 19- 44 23 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. ¿Qué factores cree que iden:t:ifi:can a Canarias? AÑ0200!l El Paisaje y el clima 49,4% La forma de ser de los canarios 39,0% Su manera de hablar 32,4% Su cultura (costumbres y tradiciones) 30,0% Ser un archipiélago 14,3% Su historia 11,3% La conciencia de ser Canarios 6,5% Sus características económicas 2,4% Más complejo es el sentimiento de identidad canaria en relación con el Estado EspañoF4 • La prioridad de lo canario (49,6% 1 42,3 %), se ve en el marco español (44,6% 1 51,9 %). Los resultados deben comprenderse como un dato de conexión histórica, un rasgo de vinculación existencial, así como también, a la luz del aporte de los llegados de fuera. ' AÑ0200l . TOTA:L;ES :A;Ñ0,200~ ~Q'f~~ Canario y español por igual 38,7% 38,7% 46,4% 46,4% Más canario que español 29,7% 23,4% Sólo canario 19,9% 49,6% 18,9% 42,3% Niespañolnicanario 4,3% 4,3% 3,1% 3,1% Sólo español 3,3% 3,4% Más español que canario 2,6% 5,9% 2,1% 5,5% 24 Ibidem, 37 y año 2002, 67. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Se constata como la identidad es un hecho complejo, máxime cuando se autocomprende la identidad como· nacionalidad, que viene articulada por el sentimiento de relación ancestral. El hecho diferencial no anula a las diversas identidades, pues se puede ser de una determinada isla y con ello del archipiélago, además de español y europeo, con vinculaciones profundas americanas (Cuba, la octava isla). Al momento de profundizar tal identidad cultural, se deben describir las tareas a desarrollar, las mediaciones a poner, la determinación de la investigación por realizar y la reflexión sobre la identidad a construir, para aclarar las situaciones vitales. 2. Historia de las relaciones entre la fe y la cultura en Canarias. En esta realidad cultural ha ejercido un papel fundamental, para bien y para mal, el aporte de los creyentes. La correspondencia entre la fe y la cultura tiene su correlato previo en las relaciones entre la ciencia y el humanismo, la razón y el sentimiento, etc. Su más significativa expresión la encontramos en su evolución histórica. La primera de las relaciones a constatar en Canarias fue con una 'cultura pagana', como la indígena 'guanche', de origen cultural en el noroeste africand5 • Respecto a la cual se defiende una primera evangelización pacífica, desde la hipótesis del recurso al método luliano26 • Así, las donaciones de los siglos XIV-XV de los romanos pontífices del territorio canario a los príncipes, se presenta en razón de la propagación de la fe, de la evangelización27 • De hecho, parece que la cristianización estuvo vinculada, por una u otra razón, a la violencia: "cuando bajo los auspicios de la Corona de Castilla los navíos cántabros-andaluces, armados en son de guerra, empezaron a merodear por la aguas del Archipiélago, derramando sangre en un anticipo de conquista inmediata, las naves misionales de Aragón, frustrada la espiritual tarea, se retiraron a sus cuarteles de origen ... Por eso cuando Castilla reemplazó a Aragón ... cambió de táctica, procurando que la conquista por las armas pre- 25 Cf. A. TEJERA- R. GONZÁLEZ, Las culturas aborígenes canarias, SIC de Tenerife 1987, 32. 26 Cf. A. RUMEU DE ARMAS, El Obispado de Telde, Madrid 1986; J. GARCÍA, "La evangelización luliana" en Almogaren 9 (1992) 55-85; J. SÁNCHEZ, Misión evangelizadora de la Iglesia en las Islas Canarias, Las Palmas 2001. 27 URBANO V, Bula Ad hoc semprer 1369. Cf. A. GARCÍA, "Fundamentos de la donación pontificia de Canarias" enAlmogaren 9 (1992) 21-35. Almogaren 33 (2003) 19 - 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. cediese a las evangelización, la espada a la cruz"28 • Hay así quien afirma, entre otros, "confieso que me sugestiona la idea de una evangelización en Canarias según el método luliano; pero hoy por hoy creo que es más una hermosa intuición ... que una realidad histórica"29 • "Naturalmente, en sus crónicas nunca se explícita tal intención. El afán de cruzada, la salvación de los infieles y el obtener una plataforma de asalto ... son las razones, diríase, oficialmente confesables" 30. La conquista de Canarias, como "epílogo de la Reconquista del territorio español"31 , se ubica dentro de la política colonialista africana enmarcada por la piratería, como vía de la propia expansión imperialista de los Estados (comercio de Indias y base estratégica)32 • Y ello en concurrencia con las empresas misioneras. Esta empresa supuso que los indígenas fueran vendidos como esclavos, la destrucción de la comunidad aborigen que conllevó un proceso de destrucción cultural y la incorporación a la nueva sociedad con la asimilación a la nueva cultura. La relación plasmada, en ocasiones, con la correlación de la decisión de entregarse a manos de los ,onquistadores y la de recibir el bautismo. Posteriormente nos encontramos con la desgracia de descender de indígenas, que muestra el definitivo suicidio cultural. Aun así, podemos constatar, tanto casos de alianza, como en el asalto a la isla de la Palma que terminó con el cese del Obispo (1441), como diversos casos de defensa de los isleños por parte de los Obispos (1434 y 1477). También, las interpretaciones del acontecimiento han dado pie a diversas lecturas que van desde el orgullo de que en la Conquista "donde ya no suspira la raza indígena, donde no hay hilvanes de pueblos con dialectos, costumbres, fueros ... el 'alma' del pueblo canario está educada, tomando esta 28 A. RUMEU DE ARMAS, op. cit., 106s.l02, nota 117. 29 J. GARCÍA, "La evangelización luliana" en Almogaren 9 (1992) 64. 30 D. CASTRO, Historia de las Islas Canarias, 1983, 143. 31 C. COLA, "Política africana de los RR. CC. y su relación con las Islas Canarias", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana, Las Palmas de G.C. 1984, 156. 32 Cf. A. PÉREZ VOLTURIEZ, "Aspectos jurídicos internacionales de la conquista de Canarias", en A. Millares, Historia General de las Islas Canarias 11, Las Palmas de G.C., 1977, 330-381. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. palabra como comprensiva de percepción suficiente por el entendimiento para realizar la moral cristiana"33 , como aquella que cuestiona el "¿qué causa legítima o qué justicia tuvieron estos Betancores de ir a inquietar, guerrear, matar y hacer esclavos a aquellos canarios ... ? ... después de cristianos les hacían esclavos y ... hacerlos esclavos antes que se convirtiesen ... sólo por ser infieles, y esto era contra la fe y contra toda ley razonable y natural"34 • El desarrollo de este comienzo de las relaciones se pueden señalar con las siguientes notas entre otras: El control de la Inquisición con la vigilancia, persecución y castigo de cualquier disidencia (14 78-1834 )35 , con su índice de los libros prohibidos. En el siglo XVII del barroco, las ideas de la ilustración36 penetraron con un papel decisivo de la Iglesia, particularmente a través de diversos clérigos (José de Viera y Clavijo37 , Antonio Tavira38 ). La opción liberal apoyó la unión entre la razón y la fe, y ofertando una función educativa a través de los Centros de Enseñanza. La opción absolutista aunque no veía posible tan unión, ejerció un papel moderado. El poder que supuso la amortización39 eclesiástica de los siglos XVII y XVIII, para pasar a la desamortización. La confrontación conllevó, que desde las primeras medidas desamortizadoras eclesiásticas a partir de 1798, hasta la de Mendizábal (1836-1851) y Madoz (1855) liquidara la mayor parte de la propiedad eclesiástica. También hay que subrayar la aportación y la promoción cultural y artística. Así como se promovió la dirección de los grandes acontecimientos de la vida: escuelas caritativas, hospitales, cementerios parroquiales, etc. Las aportaciones, muchas veces vinculadas a diversas tensiones -la necesidad de cen- 33 R. RUIZ Y BENÍTEZ DE LUGO, Estudio sociológico y económico de las Islas Canarias, Madrid 1904, 21.36. 34 BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, Historia de las Indias, Madrid 1981, 219. Estrategia que constata en la conquista de América: "las matanzas y estragos de gentes inocentes y despoblaciones de pueblos" (Id., Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Madrid 1985, 31). 35 Cf. L. A. ANA YA- F. FAJARDO, "Estado de la cuestión de los estudios inquisitoriales en Canarias" en Almogaren 30 (2002) 167-205. 36 Cf. M. HERNÁNDEZ, "La Iglesia y la Ilustración en Canarias" en Almogaren 30 (2002) 303-316. 37 Cf. Y. ARENCIBIA, "Viera y Clavija, clérigo ilustrado" en Almogaren 7 (1991) 25-35. 38 Cf. J. A. INFANTES, (Obispo de Canarias 1967-78), Un seminario de su siglo: Entre la Inquisición y las Luces, Las Palmas de G. C. 1977; Id., Crisis religiosa e ilustración, Las Palmas de G. C. 1981. 39 Cf. V. SUÁREZ, "Propiedad y clero: Las capellanías en Gran Canaria en el siglo XVII" en Almogaren 13 (1994) 121-147; P.C. QUINTANA, "El patrimonio inmobiliario del Cabildo Catedral de Canarias en el Antiguo Régimen" en Almogaren 16 (1995) 73-84. Almogaren 33 (2003) 19- 44 27 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. sura- respecto a las prácticas populares40 • Posteriormente, entre el carácter religioso de las fiestas patronales que llegan a suprimirse y los festejos populares por su pretendido carácter inmoral41 • Una importante labor educativa realizó el Seminario Diocesano de Canarias, fundado en 1777, que adquirió el rango de Universidad Pontificia entre 1897 y 1931. El Régimen Liberal supuso la penetración de culturas extranjeras, elementos de modernización y de expansión imperialista europea. Con el absolutismo se promovió y creó la Universidad de San Fernando en La Laguna y la división diocesana con la creación del Obispado de Tenerife en 1819. Este proceso cristalizará con la división provincial de 1927. El debate cultural tendrá su manifestación en la literatura y en la estética en general, desarrollándose en la corriente literaria42 realista y naturalista de la Escuela Regionalista de fines del siglo XIX, donde se manifiesta el paisaje, elementos folclóricos, sentimientos de nostalgia y el ideal primitivo. La confrontación bajo Pío X (1903-1914) contra el modernismo, contra los liberales y su prensa, contra el laicismo que reclamaba la no confesionalidad del estado y una enseñanza oficial laica. La disputa contra el anticlericalismo, sobre todo bajo la República. La participación de exaltación de victoria en el nacionalcatolicismo. Su aportación en el regionalismo costumbrista e idealista de postguerra de la vida campesina, como dulzona visión de la realidad canaria apoyada por el Régimen. Desde sus comienzos, hasta su desarrollo bajo régimen franquista, se dio la confrontación contra el marxismo y el comunismo, y sus posibles vías de diálogo43 • El levantamiento militar de 1936 y el carácter de cruzada y una postguerra de aislamiento y emigración (1945-1955). Durante ese periodo se generó un intercambio cultural fruto de los movimientos migratorios (Cuba, Venezuela, Europa). El simbolismo modernista, el surrealismo y la idealización del regionalismo del siglo XX. La narrativa canaria 40 M. F. GÓMEZ, "Equilibrio de poderes en Canarias en los albores de la edad contemporánea: Los espectáculos públicos (1780-1812)" en Almogaren 18 (1996) 43-58. 41 Cf. L. FRANCO, (Obispo de Tenerife 1962-83/84), Exhortación Pastoral Sobre las fiestas patronales, 20 de mayo de 1963. 42 Cf. S. DE LA NUEZ, "La literatura de los siglos XIX y XX", en Historia de Canarias IV (1991 ), 889ss. 43 Cf. J. A. INFANTES, (Obispo de Canarias 1967-78), Cristianismo y marxismo, 28 de agosto de 1973. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. moderna tendrá su gran auge en la década de los años 1970, como reconstrucción imaginativa de la historia de Canarias. Precisamente en esos años surge un renacer de los regionalismos en el marco del desarrollo del modelo de la industria turística, con el peligro de prostituir la identidad cultural canaria al servicio de esa industria, en beneficio del mercado. La transición a la democracia y el estatuto de Comunidad Autónoma con la inserción en la Comunidad Europea en 1986 marca un hito cultural. Al afrontar las relaciones con la cultura secular moderna44 recopilamos las diversas posiciones dadas en esa relación: la contraposición radical, la armonización de valores, la síntesis como superioridad que perfecciona, la paradoja de la corrupción de la cultura y la participación en ella: los dos reinos, la discontinuidad pesimista y recuperación transformadora optimista de la cultura, la profundidad y el sentido de la cultura, la liberación de la cultura del colonialismo dominador en la forma de contracultura, etc. Por último, sigue siendo necesaria una relectura del pasado, de la historia de Canarias, no desde la legitimación de los conquistadores o desde los legitimadores de los poderes establecidos de todos los tiempos, sino desde la memoria subversiva de la base popular. Con esta mirada a la historia nos orientamos no sobre el ser humano abstracto, sino sobre el "real, concreto e histórico"45 • Ya en ella hay que superar toda tendencia a la asimilación, a la acomodación o a la dispersión. Así, hay que realizar una auténtica "purificación de la memoria"46 , para recuperar la memoria histórica. La identidad está dada y a la vez se está haciendo, corriendo con ello todos los peligros que supone la misma aventura de vivir. Canarias no es sólo la tierra donde pudimos haber nacido, o en la que ahora vivimos, sino que Canarias es, sobre todo, la tierra que vive dentro de cada uno de nosotros. Por eso, la historia de la identidad es a la vez el gozo dé un don, el horizonte de una promesa y la responsabilidad de un encargo. 44 Cf. H. R. NIEBUHR, Cristo y la cultura, Barcelona 1968; P. Tillich, Teología de la cultura, Buenos Aires 1974. 45 JUAN PABLO II, Ene. Centesimus annus, 53. 46 Id., Cart. Novo millennio ineunte, 6. Almogaren 33 (2003) 19- 44 29 30 1 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. 3. Una teología de la cultura. La Iglesia, al reconocer la autonomía legítima de la cultura, valora todo lo que en ella se expresa de formas de pensar y sentir de los seres humanos (G.S., 59.62). Con ello, la Iglesia resalta todo lo bueno, bello y verdadero que existe en las diversas culturas (Flp 4,8). Pues en ellas se da el enraizamiento de lo humano y el acercamiento a la verdad4 \ "las manifestaciones complejas y variadas de las diversas culturas humanas. Cada una de ellas se diferencia de las otras por su específico itinerario histórico y por los consiguientes rasgos característicos que la hacen única, original y orgánica en su propia estructura ... ser hombre significa necesariamente existir en una determinada cultura"48 • Por tanto, "existe Canarias. Existe una cultura canaria. Existe el pueblo canario con una identidad propia que lo diferencia de los otros pueblos. Existe 'la canariedad' con un inmenso bagaje de elementos culturales propios"49 • Ciertamente, el ser humano existe siempre en una cultura, pero Canarias no es sólo la tierra no se agota en ella. Más aún, la donde pudimos haber nacido, o en la cultura arrastra también actitudes negativas y hasta pecaminosas, cuando incluye cualquier clase de marginación o explotación, el individualismo, el subjetivismo de la que ahora vivimos, sino que Canarias es, sobre todo, la tierra que vive dentro de cada uno de nosotros. conciencia, la crisis de la verdad50 • Por todo eso, la cultura de por sí no es criterio último de verdad51 • "La Iglesia, al proponer la Buena Nueva, denuncia y corrige la presencia del pecado en las culturas"52 , promoviendo la transformación de las personas y de las situaciones. 47 Cf. Id., Ene. Fides et ratio 1998, 70s. 48 Id., Mensaje, "Diálogo entre las culturas para una civilización del amor y la paz" en Ecclesia 3.028 (2000) 25. 49 R. ECHARREN, (Obispo de Canarias), "Religión, cultura e identidad canaria", en I Congreso, Progreso e Identidad Canaria, Las Palmas de G.C. 2000. 50 Cf. JUAN PABLO II, Ene. Veritatis splendor 1993, 32.53. 51 Cf. Id., Ene. Fides et ratio 1998, 71. 52 III CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Documentos de Puebla 1979, 405. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Aún así, las culturas en los interrogantes, necesidades y desafíos en que se viven los momentos actuales, son siempre un reto para la Iglesia. Conscientes, además, de la complejidad que hoy presentan los procesos culturales y la dificultad de ser captados por su misma rapidez actual. Esta aceleración de la historia, supone ya "un constante desafío a las conciencias humanas, un desafío a toda la conciencia histórica del hombre"53 • Por eso, al enumerar determinados rasgos de la cultura contemporánea, solamente indicamos algunas de sus manifestaciones. El progreso de las ciencias (G.S., 54) ha supuesto una cultura científica y tecnológica, con todo lo que conlleva de avances no sólo en el enriquecimiento del saber humano, sino también en su calidad de vida. Igualmente es cierto que esa orientación cultural ha originado una hegemonía del pragmatismo cientificista. También dentro de esa ambivalencia se mueven la cultura de la fuerza nuclear y la de la manipulación genética. De ahí, la urgente necesidad de la dimensión ética de las ciencias y de las culturas que ellas generan. Globalización y culturas nacionales. El fenómeno de la globalización ha creado un rico intercambio cultural (G.S., 54s), donde la diversificación es asimilada en su pluralidad, como fundamento para la comprensión mutua. Los compromisos de multitud de movimientos y plataformas sociales dan testimonio de ello. También, a la vez, se está dando la imposición de una cultura exterior, como proceso de universalización cultural y que además se presenta como única. Entonces aparece como si ya no hubiera otra alternativa. A esto se añade el descrédito de las instituciones y las ideologías hasta proponer su muerte54 , el desgaste sociopolítico, la quiebra de las ideas y la hegemonía del pensamiento neo liberal. Apreciando el sistema de la democracia, se comprueba dentro de los diversos aspectos de crisis, cómo los sistemas democráticos tienden a ser reducidos a reglas de elección de representantes y la corrupción se introduce en la vida social. Ante lo cual apremia el desarrollar la justicia, una "cultura de la legalidad"5S, que no es sin más 'el imperio de la ley'. 53 JUAN PABLO Il, Ene. Redemptoris Mater 1987, 52. 54 Cf. D. BELL, El fin de las ideologías, Madrid 1964,547: "la era de las ideologías ha concluido". 55 JUAN PABLO Il, Mensaje en la Il Jornada Mundial de la Paz, De !ajusticia de cada uno nace la paz para todos 1998, 5. Cf. Id., Exhortación La Iglesia en América 1999, 23.60. Alrnogaren 33 (2003) 19 - 44 31 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Reforzando ese modelo anterior, el crecimiento económico y el auge del desarrollo, ha exaltado el 'estado de bienestar'. Es verdad que esto ha posibilitado el acceso a un mayor número de población a los bienes de la tierra. Asimismo, la macroeconomía -'economía planetaria'- ha traído con ello otra concentración de los bienes y su cultura del consumo y el confort. Y, con ello, una cultura dominante y 'parasitaria' del primer mundo, con la radicalización de las bolsas de pobreza, con su cultura de la supervivencia. La globalización convierte todo en mercancía, en valor de cambio, introduciendo una moral de lo inmediato. Dado el imperio de la inmediatez, se termina por producir 'víctimas del consumismo'. La pobreza material incluye la culturaP6 • De ahí, la necesaria relativización de algunos de los valores propuestos como absolutos por la sociedad actual. Urge, por tanto, primar con fuerza la "cultura de la vida" sobre la "cultura de la muerte"5 \ la de la solidaridad sobre la del egoísmo asesino. Ante la globalización surge el subrayado de las particularidades, de los autonomismos, de las nacionalidades. Mostrando hoy una especial relevancia las identidades y las minorías nacionales58 , sin excluir el movimiento federalista. Estamos ante una nueva "cultura de las naciones"59 • La tensiones manifestadas muchas veces en enfrentamientos, incluso hasta en estado de guerra, contrastan con una cultura de los pactos y las alianzas. También aquí se nos apremia a primar, incluso desde la propia identidad colectiva de cada uno de los pueblos, la 'cultura de la paz' sobre la 'cultura de la violencia'. Todo ello nos lleva a plantear el papel que la cultura ocupa en las sociedades contemporáneas y, con ello, las apreciaciones de la función de la religión en las culturas. Así, el desarrollo y la amplitud de los conocimientos y del intercambio cultural han sido motivo de un profundo enriquecimiento de la humanidad. Pero, a la vez, la 'crisis del sentido', la fragmentación del saber60 y la marginación de la historia han generado una pérdida de referentes globales. Por otro lado, si es generalmente reconocido el papel social de la religión y su aportación específica de sentido trascendente, estamos ante los 56 Cf. Id., Ene. Centesimus annus 1991, 57. 57 Id., Ene. Evangelium vitae 1995, 28. 58 CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA, Para una pastoral de la cultura 1999, 10. 59 JUAN PABLO II, Ene. Centesimus annus 1991, 50. 60 Cf. Id., Ene. Fides et ratio 1998, 81. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. intentos de su funcionalización y manipulación. Tanto en el primer caso como en el segundo, nos encontramos ante una cultura al servicio del poder. También hay que mencionar el especial significado que hoy presenta el agnosticismo (G.S., 57), en algún caso como cultura humanista de la ausencia de Dios, a la vez, que un nuevo resurgimiento disperso de lo sagrado, que se está dando con toda fuerza. De ahí que haya que promover cada vez más una cultura dialógica y crítica, en un continuo estudio de la misma (Ad.G., 19.22). Ámbitos contemporáneos de la cultura. Otro fenómeno significativo está siendo el de la urbanización creciente, con su dinámica de concentraciones, a la vez de su distribución en las periferias y con las consecuencias de las reconfiguraciones rurales. Al mismo tiempo hay que añadir la recepción, en nuestro caso, de europeos -liberalización de fronteras- y la emigración del tercer mundo. Al enriquecimiento que genera, hay que añadir no sólo la desestructuración con su desarraigo cultural61 que provoca, sino también el transculturalismo y el sincretismo cultural derivado. A la vez que se manifiesta la solidaridad entre las culturas, brotan reacciones tanto las xenófobas como las fundamentalistas. Por todo esto, evangelizar la cultura urbana es un reto apremiante para la Iglesia. La situación poblacional reclama el acceso general de la población a la cultura (G.S., 60), de forma que a la vez que reconocemos el derecho a un sistema educativo, consideremos el papel que se ejerce actualmente en la cultura de masas. A la que hay que reclamar la conservación y el fomento de lo bueno que hay en la cultura popular. Y, con ello, la presencia necesaria de la formación cristiana en los diversos ámbitos de la educación. También los nuevos medios de comunicación cultural (G.S., 54.61; /.M.,1 ss)62 ejercen hoy un singular impacto social. Especialmente desde nuevas tecnologías de la comunicación, en su distribución de la información, como las plataformas audiovisuales e informáticas como es Internet. Estas hacen que surja una nueva cultura de la 'realidad virtual', que conlleva la posibilidad de transformar la percepción, de modificar el tiempo y las distancias. Dentro de la misma, cobra un significado especial la publicidad con la oferta que presentan, pero también con su influencia, tanto por la inflación de 61 CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA, op. cit., 8. 62 Ibídem., 9. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. la información que bloquea, como por los mensajes subliminales que subyugan. Son, así, "los medios de comunicación social, cuestión de enorme importancia porque se trata, al mismo tiempo, de instrumentos de evangelización y medios de difusión de una nueva cultura que necesita ser evangelizada"63 • Por lo que "conviene integrar el mensaje mismo en esta 'nueva cultura' creada por la comunicación modema"6 \ también como correctivo de sus deficiencias. Significativo viene siendo el papel de la mujer en el trasfondo de los cambios culturales de nuestra época, de forma que podemos hablar de una cultura feminista. Asumimos con ello, "las tareas relativas a la dignidad de la mujer y a su vocación, bajo el trasfondo de los cambios significativos de nuestra época"65 • También, basando su significado pleno en los valores cristianos sobre el contexto cultural. Hay que añadir la cultura de la infancia y la juventud, con la destructuración familiar y la cultura del control restrictivo de la natalidad. Asimismo, dado el envejecimiento de la población, una cultura de jubilación. La actual sensibilidad para la defensa de la naturaleza, también ante los atentados contra el medio ambiente, promueve la unión entre la naturaleza y la cultura (G.S., 53). Ante ésta, hay que reclamar una ecología humana. Desde aquí, nos encontramos en una global 'cultura de la salud'. A los avances médicos -clínicos y preventivos- en la salud física, se añade la valoración por la mejora psicológica: el interés por la potenciación de la autoestima y de las relaciones interpersonales. Esto contrasta con la cultura narcisista del culto al cuerpo y la cultura evasiva de la droga66 • A ello se añade el que a las transformaciones que está experimentando la 'cultura del trabajo', también se estén dando pasos hacia una 'cultura de la estética'. Hoy se manifiesta un especial interés por la belleza, por las formas literarias y artísticas (G.S., 62) y por el tiempo libre. Estamos ante una 'cultura del ocio', del descanso, de las dimensiones deportivas y turísticas. Pero también, de los modos derivados del entorno a la actividad turística y sus trasvases culturales. 63 JUAN PABLO II, Exhortación Ecclesia in Africa 1995, 52. 64 Id., Ene. Redemptoris missio 1990, 37. 65 Id., Carta Mulieris dignitatem 1988, 28. 66 Cf. Id., Exhortación La Iglesia en América 1999, 24.61. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Diálogo e inculturación de la fe. La Iglesia, ante toda esta situación cultural, se siente llamada a impulsar y animar el compromiso de todos los seres humanos. "La Iglesia es hoy consciente de la necesidad de contribuir a la promoción de la cultura y al diálogo entre la cultura y la fe"67 • Y, especialmente, el de todos sus miembros, superando la apatía manifestada en algunos ámbitos, para la participación activa en los ámbitos de la cultura, "de modo que frecuentemente se ha llegado a una práctica dejación de sus responsabilidades específicas en el mundo profesional, social, económico, cultural y político"68 • El encarnar el Evangelio en las diferentes culturas de los pueblos es una exigencia de su propia misión69 , pues "la síntesis entre cultura y fe no es solamente una exigencia de la cultura, sino también de la fe"70 • Para ello hay que partir de un acercamiento a la realidad cultural, respondiendo no sólo a las urgencias vitales, sino a los retos estructurales. Pues la coherencia entre la vida sociocultural y la fe cristiana, que favorece la participación activa en la vida cultural de los pueblos, como la sal de la tierra y la luz del mundo (Mt 5,13s), así nos lo exige. Lo cual reclama la necesidad de replantear referentes que estimulen y que dibujen una visión de futuro en esperanza. Lo que conlleva la promoción de una espiritualidad adecuada para esta nueva cultura. Así como una formación creyente, con una teología acorde, para ayudar a iluminar y animar la vida de los creyentes dentro de la cultura actual y a capacitar para responder a la nueva situación. Y esto, atendiendo a la dinámica procesual de todo itinerario, a la necesidad de un acompañamiento pedagógico que genere una experiencia de madurez en el compromiso de impregnar de valores toda la cultura (L.G., 36). La inculturación implica a todos los creyentes y madurar en su seno comunitario. Así, "será necesaria una inculturación del misterio cristiano en el seno de vuestro pueblo, para que su voz nativa, más límpida y franca se levante armoniosa en el coro de las voces de la Iglesia universal"7 '. Todo ello, porque la necesaria inculturación de la fe, implica asumir las raíces culturales del pueblo de Dios pere- 67 Id., Ene. Vita Consecrata, 99. 68 Id., Ene. Christifideles laici 1988, 2. 69 Cf. Id., Ene. Redemptoris missio 1990, 52-54. 70 Id., Carta Al crear el Consejo Pontificio para la Cultura, 1982. 71 Id., Ene. Redemptoris missio 1990, 54 Almogaren 33 (2003) 19- 44 35 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. grinante en Canarias, de forma que permita "evangelizar el mundo"72 • Aquí radica su función interpeladora, cuestionante y profética que el mismo Evangelio contiene. Llegaría, incluso, como lo hizo el Señor Jesús, a la comunión con los valores gozosos de la cultura, pero también con su realidad sufriente. Es ese el mandato que la Iglesia recibió de su Maestro (Mt 28,19s), "la evangelización de las culturas y de la inculturación del mensaje de la fe"73. Pero la inculturación, no es mera adaptación, sino inserción transformadora74. Pues "una fe que no se convierte en cultura es una fe no acogida en plenitud, no pensada en su totalidad, no vivida con fidelidad"75. Es ésta, a su vez, "la contribución específica y decisiva de la Iglesia en favor de la verdadera cultura" 76. Que no es sólo "sirviéndose de conceptos y lenguas de los diversos pueblos" (G.S., 44), con el uso lenguaje cultural, sino sobre todo el que "la adaptación a las culturas exige una conversión del corazón"77 • 3. Los retos de la cultura para los canarios. Mediante la labor cultural, el ser humano y los pueblos se constru- La Iglesia es hoy consciente de yen y edifican con otros en un la necesidad de contribuir a la promundo más humano. Al compartir el moción de la cultura y al diálogo ideal de la paz asegurada por el diá- entre la cultura y la fe. logo cultural, se colabora en la edifi-cación de un mundo reconciliado. Para ello es imprescindible el encuentro con la propia identidad, desde la cual poderse abrir en la entrega recíproca a los demás. La situación de desarticulación sociocultural de Canarias ha sido denunciada desde hace tiempo. No se ha creado un complejo cultural propio, ni se ha actualizado la tradición histórica. Ha faltado un amplio substrato de valores culturales, así como se muestra una fuerte debilidad institucional, que ha dificultado un proyecto colectivo. Como hemos constatado, en el eclipse 72 PABLO VI, Ene. Evangelii nuntiandi 1975, 15. 73 JUAN PABLO 11, Ene. Pastores daba vobis 1992, 55. 74 Cf. Id., Ene. Redemptoris missio 1990, 52. 75 Id., Congreso Nacional del Movimiento Eclesial de Promoción Cultural, 1982. 76 JUAN PABLO 11, Ene. Centesimus annus 1991, 51. 77 Id., Carta Vicesimus quintus annus 1988, 16. A1mogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. de la identidad canaria ha ejercido un fuerte papel el desprestigio sistemático de los nacionalismos78 y la desidia de quienes deben promover los valores79 • También tienen su papel aquellas políticas que no hace mucho80 se reconocían como faltas de planificación de futuro para Canarias. Últimamente, en otras más actuales, en un periodo postmodemo, se opta por la silenciación y sumisión en clave economicista, o por el peligro de utilización folclorista, como en la Celebración del Día de Canarias. El proyecto de identidad cultural conlleva una multiplicidad de campos y tareas, como la de recuperar el deterioro del medio ambiente y el desarrollo ecológico; el superar la explotación constructivista y el contrarrestar la degradación agrícola; el promover un auténtico horizonte antropológico; la promoción de la literatura, la artesanía y el folclore autóctono; la salvaguarda del "Patrimonio como seña de identidad, como proceso de reconocimiento intergeneracional, dando sentido a las pertenencia de grupo, de comunidad"81 • Dado que "el patrimonio histórico canario constituye no sólo el depósito sino el soporte de esa identidad ... ofrece las claves para entender el camino que nos condujo, a través de los tiempos, a nuestra realidad actual, a lo que somos hoy"sz. Por todo ello, se hace necesaria la emergencia y el fortalecimiento de la identidad y la unidad cultural de Canarias, su vertebración socio-cultural. Dado que la cultura no es sólo herencia histórica y situación, sino sobre todo, gerencia y prospectiva. Por ello, es urgente recuperar la realidad del futuro y su carácter de utopía. La función eficaz de la utopía se encuentra en la modificación del interés por el futuro, ejerciendo un influjo positivo en la contracción social83 • En ella, lo sugerente aparece como lo necesario y deseable que promueve el avance. A la vez, implica un descodificar los mensajes que hoy se venden, para mostrar los esquemas de fondo que presentan, los referentes 78 Cf. E. GOFFMAN, Estigma. La identidad deteriorada, 1998'. 79 No hace mucho se reunieron las juventudes de los partidos nacionalistas del Estado Español -sin que sepamos que hubiera presencia canaria- reclamando el respeto al ejercicio de autodeterminación de cada pueblo, cf. "Declaración de Mallorca" en ABC (4-8-2002, 20) en El Mundo (4-8-2002, 12); etc. 80 Exactamente en el I Encuentro Canarias Siglo XXI, organizado por el Gobierno de Canarias en las Palmas de G. C. en 1992, por el entonces presidente del Gobierno. 81 M. MORENO, "Patrimonio cultural. Puesta en valor y uso" en Vector Plus 20 (2002) 42. 82 Ley 411999 del 15 de marzo, sobre el Patrimonio Histórico de Canarias. 83 AA.VV., "Utopía" en Concilium 41 (1969) 16ls. Almogaren 33 (2003) 19- 44 37 38 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. abstractos que se encuentran en los discursos dominantes. Todo ello debe llevar a la recreación del sentido ante su 'crisis', a recrear imágenes con sentido. Por último, el trazar una planificación implica ya elegir y con ello, la necesaria experiencia de ser y sentimos todos protagonistas, constructores de nues- El reto consiste eH la construcción de una identidad cultural integral que suponga la unidad espiritual contra el individualismo, una nacionalidad en el contexto actual del pluralismo cultural, superando patologías y en una identidad abierta. tro propio futuro. Desde ahí, se hace necesario el repensar la teoría cultural y la función crítica de los intelectuales locales, así como del papel a desempeñar de las asociaciones culturales. Proponer un sistema cultural amplio de argumentación comunicativa y con finalidad emancipadora, que prevea de sentido y orientación. En ella presenta una radical trascendencia de la transmisión de la propia cultura, abriendo también espacios de información y formación sobre las culturas de los otros. Por eso la importancia de cuidar la educación cultural en todas los niveles de la enseñanza escolar y a través de los recursos que se tengan en los medios de comunicación (de ahí la relevancia de medios autonómicos). La consideración y la urgencia de replantearse la canariedad no sólo señala de nuevo el tema de la identidad canaria, sino que nos muestran los rasgos diferenciales y los fundamentos universales en el contexto de un nuevo periodo histórico. "La sociedad civil se encuentra hoy dentro de un complejo proceso cultural que marca el fin de una época y la incertidumbre por la nueva que emerge al horizonte"84 • Este nuevo periodo histórico debería caminar desde la propia geografía humana específica, en un cruce de caminos continentales y culturales, desde una insularidad vertebrada en un archipiélago. Todo ello en el mundo actual de la globalización y del pluralismo cultural y religioso, que está conllevando profundos cambios. Ante la orientación de la política hegemónica y de sus instituciones públicas, que no atienden a las demandas de las particularidades, ni al reconocimiento de la identidad cultural de un pueblo, en la lucha por el reconocimiento de tal identidad colectiva se juega el propio ser y futuro. Para ello se deben tomar las 84 CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, 24 de noviembre de 2002, 2. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. decisiones políticas adecuadas para el desarrollo de la propia identidad. Esta demanda también conlleva la reivindicación de autogobiemo cada vez mayor, incluso puede exigir el derecho a formar en el interior del Estado una 'sociedad particular distinta'. "El principio de nacionalidad significa un derecho a la autodeterminación nacional"85 , como el derecho a determinar "una medida equitativa de autodeterminación en vuestras vidas, como pueblos autóctonos"86 • Tal ejercicio democrático no es excluyente, sino de incorporación, de apertura hacia la igualación, sin integración uniforme. Y esto, no sólo para nacionalismos 'periféricos' sino, con profunda razón, para ultraperiféricos como lo es Canarias. El reto consiste en la construcción de una identidad cultural integral, que suponga la unidad espiritual contra el individualismo, desde la reciprocidad con la universalidad, una nacionalidad en el contexto actual del pluralismo cultural, superando patologías y en una identidad abierta. Precisamente, la búsqueda común de una ética de la justicia y de la óntica de la verdad, suponen una clave fundamental de unificación. Ese proyecto está reclamando la reconstrucción de unas representaciones colectivas, de unos sistemas de identificación específico. Exige cambios de mentalidad y de estructuras que nos hagan pasar de los estereotipos a los arquetipos, a la necesidad de visibilidad en signos identificativos. Dibujando nuevas imágenes para situaciones históricas nuevas87 • La percepción de la realidad canaria dependerá de las estructuras de plausibilidad y de los procesos sociales requeridos para su mantenimiento88 • Tras lo aprendido por la historia, no caben holismos colectivistas, ni individualismos postliberales, ni universalizaciones globalizadoras. Más bien, desde una orientación al comunitarismo y éticas de reconocimiento89 • "La política de la diferencia, también ... se fundamenta en un potencial universal"90 y "este requisito del reconocimiento político de la particularidad cultural. .. es compatible con una forma de universalismo"91 • La identidad cultural se cons- 85 J. HABERMAS, La inclusión del otro, Barcelona 1999, 119. 86 JUAN PABLO II, Discurso a los amerindios e inuit (esquimales), 10 septiembre de 1984. 87 En este sentido, resultado inaudito, como signo, la dilación sobre el Himno de Canarias. 88 Cf. P. BERGER- TH. LUCKMANN, La construcción social de la realidad, Buenos Aires 1976, 194. 89 Cf. A. CORTINA, Alianza y contrato, Madrid 2001, 69ss. 90 Ch. TAYLOR, El multiculturalismo y 'la política del reconocimiento', México 1993, 65. 91 A. GUTMANN, "Introducción", en Ch. TAYLOR, op.cit., 16. Almogaren 33 (2003) 19- 44 39 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. tituye y crea dialógicamente, de ahí la relevancia del diálogo colectivo y multicultural. Pues incluso el multiculturalismo requiere una cultura común, para poder participar en conjunto. Se excluye toda opción de construcción de ghetos culturales que sea de pobres (barriadas) o de ricos (colonias), generando, con ello, una cantonización de las identidades plurales. Al contrario, frente a la degradación de la cultura, la justicia y la cultura son dos acciones indisociables, pues resulta "evidente que el progreso cultural está íntimamente vinculado a la construcción de un mundo más justo y más fraternal"92 • Es, por tanto, imprescindible abrir ámbitos a lo otros, que ya son nuestros convecinos en el mismo espacio de Canarias. 4. Los retos de la cultura para la fe en Canarias. Desde la perspectiva de la fe cristiana, se da ya una especial relevancia por el hecho de que la misma religión constituye un elemento de la cultura, pero sobre todo, porque la fe cristiana esencialmente busca la transformación de la realidad para adecuarla al proyecto de Dios sobre ella. Como indicio de ello, se puede tomar la conflictividad histórica de la Festividad de S. Pedro Mártir o del Pendón de Castilla, por ser reflejo de la tesitura de cada momento histórico de la relación entre diversas visiones, de su concurrencia o no93 • En todo esto, también la fe cristiana y la misma Iglesia están llamadas a desempeñar un papel en esa reconstrucción. De forma que también nosotros y la tarea evangelizadora se encuentran insertas en nuestra "cultura canaria, expresión de nuestras peculiaridades específicas y diferenciales"94 • "Así nuestros teólogos se situarán en ... Canarias, en el momento actual (aunque sea para contemplar y asumir el pasado); pero lo harán concretando aún más, porque Canarias y la Diócesis ... representan mundos complejos y plurales"95 • Esto supone que la teología se realiza siempre desde un 'lugar' determinado, como toma de conciencia 'desde donde' se realiza, cuál es su punto de partida. También el papel que deben ejercer las comunidades cristianas en Canarias 92 JUAN PABLO Il, Carta Al crear el Consejo Pontificio para la Cultura, 1982. 93 Cf. J. ARTILES, "El Pendón de la Conquista: Lugar de encuentro en las relaciones Iglesia-Estado" en "Almogaren" !6 (1995) 173-184. 94 SÍNODO DE LA DIÓCESIS DE CANARIAS, Constituciones Sinodales (1992), CS 187, cf. 188-190. SÍNODO DIOCESANO NIVARIENSE, Constituciones y Documentos (1999), CS 18, cf. 253. 95 R. ECHARREN, Obispo de Canarias, "Presentación" en Almogaren 1 (1988) 13. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. (cf. Ad.G., 22), desde una pastoral participativa, que parta de su inserción en nuestra realidad concreta, en una experiencia de vida, en la cual se realiza la oferta evangélica. La presencia de los creyentes cristianos en la cultura canaria tiene como misión mostrar cómo ésta última revela, a la vez que oculta, su realidad verdadera, por lo que siempre deben generar una reserva última. Es esta misma reserva la que posiciona en busca de una realidad más universal. Para ello la fe cristiana tiene que ser transcultural, incluso consigo misma, superando la hegemonía cultural cristiana y entrando en la realidad dialógica pluricultural y multireligiosa. En este sentido, los Obispos canarios declararon que "por primera vez en la historia de nuestras iglesias diocesanas, nos dirigimos a todos ustedes, diocesanos de Tenerife y de Canarias"96 • Partiendo de una visión de nuestra realidad Canaria (2a parte), para buscar la propia identidad en el diálogo de fidelidad a la propia realidad. Con ello constatan la correlación entre la identidad cristiana y la identidad canaria: "estos trozos de tierra insular, estos territorios discontinuos pero unidos por un mismo mar, estas dos Iglesias diocesanas, de la única y Católica Iglesia. Canarias es punto de encuentro tricontinental. Nuestra cultura y sensibilidad es fruto de muchas influencias. Nuestras islas son lugar de contrastes"97. "El diálogo de la Iglesia con las culturas reviste hoy importancia vital para el provenir de la Iglesia y del mundo"98 • Por eso, la Iglesia quiere entrar en un fecundo intercambio con todas las realidades culturales y religiosas de nuestra sociedad Canaria, en el pluralismo que hoy la caracteriza. Una Iglesia dialogante, con un compromiso decidido en defensa y promoción de los valores humanos, "hemos de promover una cultura de la vida que promocione la dignidad humana en cualquier situación de la existencia" 99. Aunque también, en permanente actitud de discernimiento ante las distorsiones que de la vida humana, de la cultural colectiva y de la expresión religiosa puedan darse. 96 Carta Pastoral Conjunta de los Obispos de las Diócesis de Canarias y Tenerife, Jesucristo, la Buena Noticia, 1999, 3. 97 lbidem, 55. 98 SÍNODO DIOCESANO NlVARlENSE, op.cit., Mensaje 16, pág. 455. 99 Id., Constituciones y Documentos 1999, pág. 177. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Por esto, somos "conscientes de la urgencia pastoral de prestar a la cultura una especialísima atención ( Ch.L, 44b )"100 y de que "cada Iglesia particular deberá tener un proyecto cultural"101 • Pues consideramos "la inculturación como una prioridad y una urgencia en la vida de las Iglesias particulares", no sólo como promoción integral del ser humano, sino incluso, como ''un camino para la santidad"102 • Asumiendo, con todo ello, el reto que supone para nuestras Iglesias en Canarias. El mismo supone afrontar una política cultural eficaz como defensa, fomento y promoción de la identidad cultural canaria como patrimonio del pueblo. La difusión y el aprendizaje desde la historia de Canarias y la historia de la Iglesia en Canarias. En la misma línea la defensa y transmisión del patrimonio religioso-cultural de la Iglesia, con el objetivo preferente de estar al La presencia de los creyentes cris- servicio de su misión evangeliza-tianos en la cultura canaria tiene como dora, lo pone también la Iglesia al misión mostrar como ésta última revela, servicio de la cultura socialw3. a la vez que oculta, su realidad verdade-ra. La defensa de una cultura ecológica, pues es evidente la importancia de la 'fisonomía cultural' del territorio104 • Sobre todo consciente de que "el paisaje canario ha experimentado una fuerte transformación inducida por el fenómeno turístico"105 • La transmisión de la cultura, para lo cual "la EDUCACIÓN constituye un factor decisivo en el desarrollo de la cultura"106 • Superando el tradicional analfabetismo (superior al 50% hasta la década de los años 1930) y promoviendo la cultura de masas y cultura popular, con la producción y difusión de programas de contenido cultural y educativo. Urge el "facilitar el diálogo Iglesia-culturas en el nivel de universidades y centros de investigación"107 • 100 lbidem, es 383. 101 JUAN PABLO 11, Discurso al Pontificio Consejo de la Cultura 1997, 4. 102 Id., Exhortación Ecclesia in África 1995, 59.68s.87. 103 Cf. D. IGUACEN, Obispo de Tenerife 1984-91, La Iglesia y su patrimonio cultural, Madrid 1984, 17- 20. Fruto de esto es el Convenio entre el Gobierno de Canarias y la Iglesia Católica de esta Comunidad del27 de mayo de 1987. 104 Cf. JUAN PABLO 11, Diálogo entre culturas para una civilización del amor y la paz, 2001. 105 A. SANTANA- G. MORALES, "La evolución del paisaje" 11, en Geografía de Canarias. Geografía Generall, 217. 106 SÍNODO DIOCESANO NIVARIENSE, op. cit, pág. 178. 107 JUAN PABLO 11, Carta Al crear el Consejo Pontificio para la cultura, 1982, 7. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Esto no excluye la promoción de una verdadera cultura de alto nivel científica, que debe integrar la cuestión del sentido del hombre y la búsqueda de la verdad integral, desde una orientación unitaria del saber. Igualmente hay que articular una cultura del trabajo y cultura lúdica. La cultura de la internacionalidad y de las particularidades reclama, a la vez, una apertura universal hacia todas las culturas, comprender la nueva realidad creciente de canarias como receptora de inmigración. Estamos ante una verdadera "encrucijada de etnias, lenguas y religiones"108 • Una sociedad multirracial y multicultural debe obligarnos a ampliar una noción pastoral entendiéndola de forma muy unilineal como la de inculturación, hacia una de plurinculturación de la fe. tiene Una determinada cultura hoy que utilizar los La defensa y transmisión del medios de comunicación cultu- patrimonio religioso-cultural de la ral disponibles, desde una polí- Iglesia, con el objetivo preferente de tica verdaderamente cultural de medios de comunicación, con el reconocimiento de la necesidad de medios y producción cultural propia. estar al servicio de su misión evangelizadora, lo pone también la Iglesia al servicio de la cultura social. La transculturación está reclamando con urgencia una cultura del diálogo, que permita a su vez, el desarrollo de una cultura de la paz, pues "la paz es uno de los más elevados logros de la cultura"109 • Conclusión "Si la cultura es aquello a través de lo cual el hombre, en cuanto hombre, se hace más hombre, en ella se juega el mismo destino del hombre"110 , debemos ser conscientes de que nos debemos para con las generaciones futuras m, tenemos que mantener el principio esperanza (E. Bloch), contra el pretendido fmal de la utopía, pues aún este fmal no es sino el comienzo de nuevas posibilidades (H. Marcuse). El elemento inspirador de la identidad cultural es una tarea. 108 JUAN PABLO II, Discurso al Cuerpo Diplomático en el Camerún, 12 de agosto de 1985. 109 Id., Discurso a los representantes de la ciencia y la cultura, 1981; cf. GS, 78. 110 Id., Pontificio Consejo para la Cultura, 20 mayo 1982. 111 Cf. Id., Ene. Centesimus annus, 37. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Por tanto, "el futuro del hombre depende de la cultura"112 • Así "la evangelización y la santificación no son otra cosa, ... que ayudar a nuestra cultura a que alcance su pleno desarrollo"113 • Así, una cultura viva que mira hacia el pasado, al mismo tiempo se vuelve resueltamente hacia el porvenir, tal como Juan Pablo II nos trazaba como proyecto: "cultura no es únicamente reflejo de lo que sois, sino crisol de lo que llegaréis a ser. Por tanto desarrollaréis vuestra cultura de modo vivo y dinámico en la esperanza"114 • La transculturación está reclamando con urgencia una cultura del diálogo, que permita a su vez el desarrollo de una cultura de la paz, pues "la paz es uno de los más elevados logros de la cultura". "Si el hombre es verdadera-mente creador de cultura, ¿no estaremos obligados a otorgar un amplio espacio a la cultura? Las culturas del mañana están ya en gestación y serán, para nuestro destino colectivo, lo que nosotros hayamos imaginado y querido ... Nos hemos preguntado: ¿Qué culturas del futuro? Si nuestro futuro depende de la cultura, una sola pregunta: ¿Qué cultura podremos construir juntos?" José Antonio Rodríguez Roca 112 JUAN PABLO 11; Discurso a la UNESCO, 1980. 113 R. M• CARLES, "Presentación", en Catolicismo y cultura, Madrid 1990,29. 114 JUAN PABLO 11, Discurso en la Universidad Lava! de Quebec, 9 septiembre 1984. 115 H. CARRIER, Evangelio y Culturas, Madrid 1988, 169.171. Almogaren 33 (2003) 19- 44
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Colección | Revista Almogaren ISTIC |
Título y subtítulo | La Iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural |
Autoría principal | Rodríguez Roca, José A. |
Entidad | Centro Teológico de Las Palmas |
Publicación fuente | Almogaren. Revista del Centro Teológico de Las Palmas |
Numeración | Número 33 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Las Palmas de Gran Canaria |
Editorial | Instituto Superior de Teología de las Islas Canaria |
Fecha | dic-03 |
Páginas | pp. 019-044 |
Materias | Iglesia ; Cultura ; Sociedad |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 1019751 Bytes |
Texto | José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. LA IGLESIA EN CANARIAS ANTE LOS RETOS DE LA IDENTIDAD CULTURAL. José A. Rodríguez Roca. Instituto Superior de Teología Islas Canarias (Sede de Las Palmas). N o hace mucho se realizaba en Canarias un Congreso sobre la identidad canaria1 • Más atrás se celebraba otro Congreso de Cultura de Canarias2 • Entre ambos se han sucedido una serie de profundos cambios y, a la vez, indican la permanente "importancia del debate acerca de la identidad cultural de un país"3 • Como creyentes, sabemos que creer en Dios supone no sólo un aporte, sino también un efecto crítico sobre toda cultura y, a la vez, esa fe solamente se da en el contexto de una cultura determinada. Sobre todo cuando alguna reflexión teológica quiere partir del supuesto de un despertar de la conciencia I Congreso sobre Progreso e Identidad Canaria, 2000. 2 GOBIERNO DE CANARIAS, Congreso de Cultura de Canarias. 1986 y 1987. Las áreas tratadas fueron: la historia, el medio y el hombre, creación y difusión, la investigación, y la cultura popular (donde se incluía la religiosidad y la identidad canaria). 3 Cardenal P. POUPARD -Presidente del Consejo Pontificio de la Cultura-, "Una nueva cultura cristiana de la verdad y del amor para el III milenio", en Congreso Internacional de la Evangelización y la Cultura para el 111 milenio, Murcia 2002, 192. Almogaren 33 (2003) 19- 44 19 20 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. canaria4 • El debate intraeclesial, de fuerte impacto social, sobre la nacionalidad canaria, se presenta como un motivo más para nuestra reflexión5 • Un motivo más para asumir la exigencia de "una investigación profunda de las tradiciones culturales de los diversos pueblos y de los antecedentes históricos subyacentes, para descubrir en ellos los elementos ... y las aportaciones susceptibles de enriquecer la reflexión teológica"6 • l. Naturaleza y cultura de Canarias. El nombre de un significativo manual sobre la realidad canaria editado en 1977, lleva el título de "Natura y Cultura de las Islas Canarias"7 • Dado que la naturaleza y la cultura constituyen una simbiosis fundamental, pero también con ello se señala la inseparable realidad socio-cultural. Toda cultura toma forma en una sociedad concreta, e inversamente, una determinada colectividad social genera un tipo de cultura específica. Además, ambas se encuentran inmersas en la dimensión espacio-temporal. Nuestra cultura asume unos parámetros de espacio -el Archipiélago canario- y de tiempo -la historia de Canarias-. De ahí la limitación del espacio geográfico y la realidad sostenible del espacio humano8 • Así como la continuidad existencial, pues la cultura no es estática, sino que se haya siempre en permanente evolución. Canarias constituye un archipiélago de origen volcánico, de 8 islas y 5 islotes con un total de 7.167 km2 , situado al noroeste del continente Africano en el área macaronésica. Su historia cultural es fruto de la concurrencia de un asentamiento primitivo de origen norteafricano, su integración en Europa a través de su incorporación a Castilla, de sus relaciones con el continente Americano, ruta tradicional marítima hacia 'las Indias'. También en la cultura, en su espacio vital, se ubica la dimensión de su institucionalización, pues necesita de mediaciones ideológicas y organizati- 4 Así se manifestaba el Departamento de TERECA del Centro Teológico de Las Palmas en Canarias. tarea histórica, Las Palmas de G.C. 1978. 5 Ya recibió una divulgación a nivel del estado en la publicación Realidades a lo claro. Canarias, Madrid 1980. 6 PABLO VI, Alocución al "Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar" en Ecclesia 1.760 (1975) 1295. 7 P. HERNÁNDEZ (dir.), Natura y Cultura de las Islas Canarias, SIC de Tenerife 1977. 8 Cf. Ley 1211994 del19 de diciembre, sobre Espacios Naturales. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. vas. Los derechos de una colectividad, la explicitación de una demanda de reconocimiento de la propia identidad, hace que los miembros de una comunidad histórica tengan el derecho a expresar su cultura mediante formas políticas producidas por ellos mismos. "En nuestras sociedades pluralistas vivimos con evidencias cotidianas, que se alejan cada vez más del caso modélico de un Estado nacional, con una población culturalmente homogénea"9 • La concepción de su constitución como comunidad política, se mueve entre la comprensión de simple realidad artificial (Th. Hobbes10 ) y la de quien lo percibe como una realidad dada por naturaleza (Aristóteles11; del latín natío, de nascor, nacer). De todos modos, la pertenencia a un pueblo viene definida culturalmente, pues la cultura es el conjunto de rasgos distintivos de un grupo sociaP2 • Constituye "el modo particular para el pueblo y para los hombres de cultivar su relación con la naturaleza, con Dios y con ellos mismos, suscitando un estilo de vida común y una misma conciencia colectiva"13. Los vínculos culturales determinan la realidad de una nación, dado que "la Nación existe 'por' la cultura y 'para' la cultura"14. Así, aunque ya se constata "la dificultad de definir el concepto mismo de 'nación' ... sí podemos reconocer una originaria 'soberanía espiritual"15. Por lo que tenemos que diferenciar la vivencia y su doctrina, de valoración vital de la propia identidad cultural (llámese canariedad o canarismo), de aquella opción que, dando un paso más, la concreta en un movimiento sociopolítico que defiende y promueve esa identidad (el nacionalismo canario), y aún más, hay quienes hacen coincidir esa nación con la realidad de un estado (el independentismo canario16). Así, "por nacionalismo se entiende una determinada opción política que hace de la defensa y del desarrollo de la identidad de una nación el eje 9 J. HABERMAS. La inclusión del otro, Barcelona 1999, 94. 10 Cf. TH. HOBBES, Leviatán, Madrid 1983, I,175s. 11 Cf. ARISTÓTELES, Política, I,1,1253 a7-8. 12 Cf. "Mensaje al Director general de la Unesco", en Conferencia mundial sobre las políticas culturales, México 1982. Declaración aprobada por los 130 Estados participantes. 13 II1 CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Documentos de Puebla no. 2.935s 14 JUAN PABLO II, Discurso a la Unesco, 1980, 14. 15 JUAN PABLO II, Discurso a la Asamblea General de las Naciones Unidas del 5 de octubre de 1995, 8. 16 Cf. II Congreso del MIRAC-PUCC, Soberanía Nacional y Socialismo, SIC de Tenerife 1980; J. MORALES, Canarias en el actual momento histórico, Caracas 1981. Almogaren 33 (2003) 19- 44 21 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. de sus actividades" 17 • Por ello, debemos en principio "reservar la expresión 'nacionalismo' para los movimientos que exigen una distribución diferente del poder político en un Estado nacional, sobre la base de que algunas subunidades son naciones"18 • La cultura canaria se encuentra hoy dentro del pensamiento dominante, con su discurso monológico, que trata de imponer un único modelo cultural. Este se enmarca en la disolución neoliberal de la identidad19 en la globalización. Dado que "hay una forma de la política del respeto igualitario, consagrada en el liberalismo de los derechos, que no tolera la diferencia"20 • De forma que "la democracia liberal desconfía de la existencia de aplicar la política a la conservación de la identidad de ·los grupos separados o a la supervivencia de las subculturas"21 • Con el slogan del fracaso de los nacionalismos, cuando no de sus peligros de totalitarismos, sin negar el riesgo real de los mismos, se ha presentado como obligatoria la integración en el modelo 'mejor de la democracia' globalizadora. Así hay quienes piensan que en la historia de un pueblo no hay verdad permanente alguna y que lo que de la misma permanece es puramente folclore. La nacionalidad sería un anacronismo ante la globalización, el nacionalismo encerraría un conservadurismo, cuando no un atentado de la barbarie contra los logros del progreso global. La orientación de este modelo propuesto se presenta con los siguientes rasgos22 : Un determinismo que suprime cualquier cultura local. Un darvinismo cultural que promueve el modelo que se presenta como 'verdaderamente natural', frente a otros 'débiles'. La primacía del mercado universal que degrada, como precio a pagar por el sistema mejor, los ámbitos locales. La globalización de las propias propuestas de 'valores', por medio de la seducción y del discurso sin fines entorno a la tecnología. 17 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA. Valoración del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias, noviembre de 2002, 31. 18 A. CORTINA, "Reflexiones éticas en tomo al nacionalismo" en Sal Terrae 1.023 (1999) 388. 19 Sobre la historia de esta realidad, cf. J. OBARRÍA, "Identidad", en J. M" OSÉS (dir.), JO palabras clave sobre el nacionalismo, Estella 2001, 15-69. 20 CH. TAYLOR, El multiculturalismo y 'la política del reconocimiento', México 1993, 90. 21 A. GUTMANN, "Introducción", en CH. TAYLOR, op.cit., 22s. 22 Cf. J.L. PINTOS, Los imaginarios sociales, Bilbao 1995, 5. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. El hecho cultural no supone de por sí la seguridad de su permanencia, pues las culturas pueden ser suprimidas, eliminadas por aniquilación o por un desdibujamiento tal de su identidad que pase a ser otra. Pero también puede darse, desde un hegemonismo nacionalista, la exclusión de otras culturas que irrumpen en la propia, ya sea como segregación de gheto, ya como culturacionismo de fusión que las asimila. Además, cuando la confrontación se introduce en el seno de la misma colectividad, tal como sucede en la cultura canaria que se encuentra constituida por islas, mostrando toda una gran riqueza diferenciada, pero que genera también, por unas determinadas orientaciones centralistas del Estado y partidistas locales, un conflicto insularista. La transculturación supone la reestructuración del mismo concepto de identidad, ante una concepción estática y esencialista del mismo. Y esto como purificación de las limitaciones de los auténticos valores que se han adherido a lo largo de la historia. Lo cual debe El hecho cultural no supone de por sí la seguridad de su permanencia, pues las culturas pueden ser suprimidas, eliminadas por aniquilación o por un desdibujamiento tal de su identidad que pase a ser otra. llevar a un reajuste de la identidad abriendo el espacio a otros y con ello, al mutuo enriquecimiento. Hay que optar por una identidad intercultural dialógica, sin caer ni en un relativismo desvalorizador de la propia cultura, ni en sincretismos fáciles. Ante la realidad actual en crisis de valores, en crisis, por tanto, de la propia identidad, donde el ser humano se encuentra exiliado de sí mismo, vacío de autoidentificación personal y colectiva, el reclamo de la identidad adquiere notas de urgencia. Para ello, hay que atender primariamente a la propia autoidentificación23 que los canarios hacen de sí mismos, ésta se mueve en los parámetros de naturaleza y cultura. El espacio geográfico, las formas de ser y de hablar de los canarios son los rasgos dominantes por los que se definen. Resulta significativo que la historia propia y aún menos, la autoconsciencia como canario o el determinante económico no sean considerados como relevantes. 23 Cf. GOBIERNO DE CANARIAS, Sociobarómetro de Canarias, 2001, 36. Almogaren 33 (2003) 19- 44 23 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. ¿Qué factores cree que iden:t:ifi:can a Canarias? AÑ0200!l El Paisaje y el clima 49,4% La forma de ser de los canarios 39,0% Su manera de hablar 32,4% Su cultura (costumbres y tradiciones) 30,0% Ser un archipiélago 14,3% Su historia 11,3% La conciencia de ser Canarios 6,5% Sus características económicas 2,4% Más complejo es el sentimiento de identidad canaria en relación con el Estado EspañoF4 • La prioridad de lo canario (49,6% 1 42,3 %), se ve en el marco español (44,6% 1 51,9 %). Los resultados deben comprenderse como un dato de conexión histórica, un rasgo de vinculación existencial, así como también, a la luz del aporte de los llegados de fuera. ' AÑ0200l . TOTA:L;ES :A;Ñ0,200~ ~Q'f~~ Canario y español por igual 38,7% 38,7% 46,4% 46,4% Más canario que español 29,7% 23,4% Sólo canario 19,9% 49,6% 18,9% 42,3% Niespañolnicanario 4,3% 4,3% 3,1% 3,1% Sólo español 3,3% 3,4% Más español que canario 2,6% 5,9% 2,1% 5,5% 24 Ibidem, 37 y año 2002, 67. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Se constata como la identidad es un hecho complejo, máxime cuando se autocomprende la identidad como· nacionalidad, que viene articulada por el sentimiento de relación ancestral. El hecho diferencial no anula a las diversas identidades, pues se puede ser de una determinada isla y con ello del archipiélago, además de español y europeo, con vinculaciones profundas americanas (Cuba, la octava isla). Al momento de profundizar tal identidad cultural, se deben describir las tareas a desarrollar, las mediaciones a poner, la determinación de la investigación por realizar y la reflexión sobre la identidad a construir, para aclarar las situaciones vitales. 2. Historia de las relaciones entre la fe y la cultura en Canarias. En esta realidad cultural ha ejercido un papel fundamental, para bien y para mal, el aporte de los creyentes. La correspondencia entre la fe y la cultura tiene su correlato previo en las relaciones entre la ciencia y el humanismo, la razón y el sentimiento, etc. Su más significativa expresión la encontramos en su evolución histórica. La primera de las relaciones a constatar en Canarias fue con una 'cultura pagana', como la indígena 'guanche', de origen cultural en el noroeste africand5 • Respecto a la cual se defiende una primera evangelización pacífica, desde la hipótesis del recurso al método luliano26 • Así, las donaciones de los siglos XIV-XV de los romanos pontífices del territorio canario a los príncipes, se presenta en razón de la propagación de la fe, de la evangelización27 • De hecho, parece que la cristianización estuvo vinculada, por una u otra razón, a la violencia: "cuando bajo los auspicios de la Corona de Castilla los navíos cántabros-andaluces, armados en son de guerra, empezaron a merodear por la aguas del Archipiélago, derramando sangre en un anticipo de conquista inmediata, las naves misionales de Aragón, frustrada la espiritual tarea, se retiraron a sus cuarteles de origen ... Por eso cuando Castilla reemplazó a Aragón ... cambió de táctica, procurando que la conquista por las armas pre- 25 Cf. A. TEJERA- R. GONZÁLEZ, Las culturas aborígenes canarias, SIC de Tenerife 1987, 32. 26 Cf. A. RUMEU DE ARMAS, El Obispado de Telde, Madrid 1986; J. GARCÍA, "La evangelización luliana" en Almogaren 9 (1992) 55-85; J. SÁNCHEZ, Misión evangelizadora de la Iglesia en las Islas Canarias, Las Palmas 2001. 27 URBANO V, Bula Ad hoc semprer 1369. Cf. A. GARCÍA, "Fundamentos de la donación pontificia de Canarias" enAlmogaren 9 (1992) 21-35. Almogaren 33 (2003) 19 - 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. cediese a las evangelización, la espada a la cruz"28 • Hay así quien afirma, entre otros, "confieso que me sugestiona la idea de una evangelización en Canarias según el método luliano; pero hoy por hoy creo que es más una hermosa intuición ... que una realidad histórica"29 • "Naturalmente, en sus crónicas nunca se explícita tal intención. El afán de cruzada, la salvación de los infieles y el obtener una plataforma de asalto ... son las razones, diríase, oficialmente confesables" 30. La conquista de Canarias, como "epílogo de la Reconquista del territorio español"31 , se ubica dentro de la política colonialista africana enmarcada por la piratería, como vía de la propia expansión imperialista de los Estados (comercio de Indias y base estratégica)32 • Y ello en concurrencia con las empresas misioneras. Esta empresa supuso que los indígenas fueran vendidos como esclavos, la destrucción de la comunidad aborigen que conllevó un proceso de destrucción cultural y la incorporación a la nueva sociedad con la asimilación a la nueva cultura. La relación plasmada, en ocasiones, con la correlación de la decisión de entregarse a manos de los ,onquistadores y la de recibir el bautismo. Posteriormente nos encontramos con la desgracia de descender de indígenas, que muestra el definitivo suicidio cultural. Aun así, podemos constatar, tanto casos de alianza, como en el asalto a la isla de la Palma que terminó con el cese del Obispo (1441), como diversos casos de defensa de los isleños por parte de los Obispos (1434 y 1477). También, las interpretaciones del acontecimiento han dado pie a diversas lecturas que van desde el orgullo de que en la Conquista "donde ya no suspira la raza indígena, donde no hay hilvanes de pueblos con dialectos, costumbres, fueros ... el 'alma' del pueblo canario está educada, tomando esta 28 A. RUMEU DE ARMAS, op. cit., 106s.l02, nota 117. 29 J. GARCÍA, "La evangelización luliana" en Almogaren 9 (1992) 64. 30 D. CASTRO, Historia de las Islas Canarias, 1983, 143. 31 C. COLA, "Política africana de los RR. CC. y su relación con las Islas Canarias", en VI Coloquio de Historia Canario-Americana, Las Palmas de G.C. 1984, 156. 32 Cf. A. PÉREZ VOLTURIEZ, "Aspectos jurídicos internacionales de la conquista de Canarias", en A. Millares, Historia General de las Islas Canarias 11, Las Palmas de G.C., 1977, 330-381. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. palabra como comprensiva de percepción suficiente por el entendimiento para realizar la moral cristiana"33 , como aquella que cuestiona el "¿qué causa legítima o qué justicia tuvieron estos Betancores de ir a inquietar, guerrear, matar y hacer esclavos a aquellos canarios ... ? ... después de cristianos les hacían esclavos y ... hacerlos esclavos antes que se convirtiesen ... sólo por ser infieles, y esto era contra la fe y contra toda ley razonable y natural"34 • El desarrollo de este comienzo de las relaciones se pueden señalar con las siguientes notas entre otras: El control de la Inquisición con la vigilancia, persecución y castigo de cualquier disidencia (14 78-1834 )35 , con su índice de los libros prohibidos. En el siglo XVII del barroco, las ideas de la ilustración36 penetraron con un papel decisivo de la Iglesia, particularmente a través de diversos clérigos (José de Viera y Clavijo37 , Antonio Tavira38 ). La opción liberal apoyó la unión entre la razón y la fe, y ofertando una función educativa a través de los Centros de Enseñanza. La opción absolutista aunque no veía posible tan unión, ejerció un papel moderado. El poder que supuso la amortización39 eclesiástica de los siglos XVII y XVIII, para pasar a la desamortización. La confrontación conllevó, que desde las primeras medidas desamortizadoras eclesiásticas a partir de 1798, hasta la de Mendizábal (1836-1851) y Madoz (1855) liquidara la mayor parte de la propiedad eclesiástica. También hay que subrayar la aportación y la promoción cultural y artística. Así como se promovió la dirección de los grandes acontecimientos de la vida: escuelas caritativas, hospitales, cementerios parroquiales, etc. Las aportaciones, muchas veces vinculadas a diversas tensiones -la necesidad de cen- 33 R. RUIZ Y BENÍTEZ DE LUGO, Estudio sociológico y económico de las Islas Canarias, Madrid 1904, 21.36. 34 BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, Historia de las Indias, Madrid 1981, 219. Estrategia que constata en la conquista de América: "las matanzas y estragos de gentes inocentes y despoblaciones de pueblos" (Id., Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Madrid 1985, 31). 35 Cf. L. A. ANA YA- F. FAJARDO, "Estado de la cuestión de los estudios inquisitoriales en Canarias" en Almogaren 30 (2002) 167-205. 36 Cf. M. HERNÁNDEZ, "La Iglesia y la Ilustración en Canarias" en Almogaren 30 (2002) 303-316. 37 Cf. Y. ARENCIBIA, "Viera y Clavija, clérigo ilustrado" en Almogaren 7 (1991) 25-35. 38 Cf. J. A. INFANTES, (Obispo de Canarias 1967-78), Un seminario de su siglo: Entre la Inquisición y las Luces, Las Palmas de G. C. 1977; Id., Crisis religiosa e ilustración, Las Palmas de G. C. 1981. 39 Cf. V. SUÁREZ, "Propiedad y clero: Las capellanías en Gran Canaria en el siglo XVII" en Almogaren 13 (1994) 121-147; P.C. QUINTANA, "El patrimonio inmobiliario del Cabildo Catedral de Canarias en el Antiguo Régimen" en Almogaren 16 (1995) 73-84. Almogaren 33 (2003) 19- 44 27 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. sura- respecto a las prácticas populares40 • Posteriormente, entre el carácter religioso de las fiestas patronales que llegan a suprimirse y los festejos populares por su pretendido carácter inmoral41 • Una importante labor educativa realizó el Seminario Diocesano de Canarias, fundado en 1777, que adquirió el rango de Universidad Pontificia entre 1897 y 1931. El Régimen Liberal supuso la penetración de culturas extranjeras, elementos de modernización y de expansión imperialista europea. Con el absolutismo se promovió y creó la Universidad de San Fernando en La Laguna y la división diocesana con la creación del Obispado de Tenerife en 1819. Este proceso cristalizará con la división provincial de 1927. El debate cultural tendrá su manifestación en la literatura y en la estética en general, desarrollándose en la corriente literaria42 realista y naturalista de la Escuela Regionalista de fines del siglo XIX, donde se manifiesta el paisaje, elementos folclóricos, sentimientos de nostalgia y el ideal primitivo. La confrontación bajo Pío X (1903-1914) contra el modernismo, contra los liberales y su prensa, contra el laicismo que reclamaba la no confesionalidad del estado y una enseñanza oficial laica. La disputa contra el anticlericalismo, sobre todo bajo la República. La participación de exaltación de victoria en el nacionalcatolicismo. Su aportación en el regionalismo costumbrista e idealista de postguerra de la vida campesina, como dulzona visión de la realidad canaria apoyada por el Régimen. Desde sus comienzos, hasta su desarrollo bajo régimen franquista, se dio la confrontación contra el marxismo y el comunismo, y sus posibles vías de diálogo43 • El levantamiento militar de 1936 y el carácter de cruzada y una postguerra de aislamiento y emigración (1945-1955). Durante ese periodo se generó un intercambio cultural fruto de los movimientos migratorios (Cuba, Venezuela, Europa). El simbolismo modernista, el surrealismo y la idealización del regionalismo del siglo XX. La narrativa canaria 40 M. F. GÓMEZ, "Equilibrio de poderes en Canarias en los albores de la edad contemporánea: Los espectáculos públicos (1780-1812)" en Almogaren 18 (1996) 43-58. 41 Cf. L. FRANCO, (Obispo de Tenerife 1962-83/84), Exhortación Pastoral Sobre las fiestas patronales, 20 de mayo de 1963. 42 Cf. S. DE LA NUEZ, "La literatura de los siglos XIX y XX", en Historia de Canarias IV (1991 ), 889ss. 43 Cf. J. A. INFANTES, (Obispo de Canarias 1967-78), Cristianismo y marxismo, 28 de agosto de 1973. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. moderna tendrá su gran auge en la década de los años 1970, como reconstrucción imaginativa de la historia de Canarias. Precisamente en esos años surge un renacer de los regionalismos en el marco del desarrollo del modelo de la industria turística, con el peligro de prostituir la identidad cultural canaria al servicio de esa industria, en beneficio del mercado. La transición a la democracia y el estatuto de Comunidad Autónoma con la inserción en la Comunidad Europea en 1986 marca un hito cultural. Al afrontar las relaciones con la cultura secular moderna44 recopilamos las diversas posiciones dadas en esa relación: la contraposición radical, la armonización de valores, la síntesis como superioridad que perfecciona, la paradoja de la corrupción de la cultura y la participación en ella: los dos reinos, la discontinuidad pesimista y recuperación transformadora optimista de la cultura, la profundidad y el sentido de la cultura, la liberación de la cultura del colonialismo dominador en la forma de contracultura, etc. Por último, sigue siendo necesaria una relectura del pasado, de la historia de Canarias, no desde la legitimación de los conquistadores o desde los legitimadores de los poderes establecidos de todos los tiempos, sino desde la memoria subversiva de la base popular. Con esta mirada a la historia nos orientamos no sobre el ser humano abstracto, sino sobre el "real, concreto e histórico"45 • Ya en ella hay que superar toda tendencia a la asimilación, a la acomodación o a la dispersión. Así, hay que realizar una auténtica "purificación de la memoria"46 , para recuperar la memoria histórica. La identidad está dada y a la vez se está haciendo, corriendo con ello todos los peligros que supone la misma aventura de vivir. Canarias no es sólo la tierra donde pudimos haber nacido, o en la que ahora vivimos, sino que Canarias es, sobre todo, la tierra que vive dentro de cada uno de nosotros. Por eso, la historia de la identidad es a la vez el gozo dé un don, el horizonte de una promesa y la responsabilidad de un encargo. 44 Cf. H. R. NIEBUHR, Cristo y la cultura, Barcelona 1968; P. Tillich, Teología de la cultura, Buenos Aires 1974. 45 JUAN PABLO II, Ene. Centesimus annus, 53. 46 Id., Cart. Novo millennio ineunte, 6. Almogaren 33 (2003) 19- 44 29 30 1 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. 3. Una teología de la cultura. La Iglesia, al reconocer la autonomía legítima de la cultura, valora todo lo que en ella se expresa de formas de pensar y sentir de los seres humanos (G.S., 59.62). Con ello, la Iglesia resalta todo lo bueno, bello y verdadero que existe en las diversas culturas (Flp 4,8). Pues en ellas se da el enraizamiento de lo humano y el acercamiento a la verdad4 \ "las manifestaciones complejas y variadas de las diversas culturas humanas. Cada una de ellas se diferencia de las otras por su específico itinerario histórico y por los consiguientes rasgos característicos que la hacen única, original y orgánica en su propia estructura ... ser hombre significa necesariamente existir en una determinada cultura"48 • Por tanto, "existe Canarias. Existe una cultura canaria. Existe el pueblo canario con una identidad propia que lo diferencia de los otros pueblos. Existe 'la canariedad' con un inmenso bagaje de elementos culturales propios"49 • Ciertamente, el ser humano existe siempre en una cultura, pero Canarias no es sólo la tierra no se agota en ella. Más aún, la donde pudimos haber nacido, o en la cultura arrastra también actitudes negativas y hasta pecaminosas, cuando incluye cualquier clase de marginación o explotación, el individualismo, el subjetivismo de la que ahora vivimos, sino que Canarias es, sobre todo, la tierra que vive dentro de cada uno de nosotros. conciencia, la crisis de la verdad50 • Por todo eso, la cultura de por sí no es criterio último de verdad51 • "La Iglesia, al proponer la Buena Nueva, denuncia y corrige la presencia del pecado en las culturas"52 , promoviendo la transformación de las personas y de las situaciones. 47 Cf. Id., Ene. Fides et ratio 1998, 70s. 48 Id., Mensaje, "Diálogo entre las culturas para una civilización del amor y la paz" en Ecclesia 3.028 (2000) 25. 49 R. ECHARREN, (Obispo de Canarias), "Religión, cultura e identidad canaria", en I Congreso, Progreso e Identidad Canaria, Las Palmas de G.C. 2000. 50 Cf. JUAN PABLO II, Ene. Veritatis splendor 1993, 32.53. 51 Cf. Id., Ene. Fides et ratio 1998, 71. 52 III CONFERENCIA DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Documentos de Puebla 1979, 405. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Aún así, las culturas en los interrogantes, necesidades y desafíos en que se viven los momentos actuales, son siempre un reto para la Iglesia. Conscientes, además, de la complejidad que hoy presentan los procesos culturales y la dificultad de ser captados por su misma rapidez actual. Esta aceleración de la historia, supone ya "un constante desafío a las conciencias humanas, un desafío a toda la conciencia histórica del hombre"53 • Por eso, al enumerar determinados rasgos de la cultura contemporánea, solamente indicamos algunas de sus manifestaciones. El progreso de las ciencias (G.S., 54) ha supuesto una cultura científica y tecnológica, con todo lo que conlleva de avances no sólo en el enriquecimiento del saber humano, sino también en su calidad de vida. Igualmente es cierto que esa orientación cultural ha originado una hegemonía del pragmatismo cientificista. También dentro de esa ambivalencia se mueven la cultura de la fuerza nuclear y la de la manipulación genética. De ahí, la urgente necesidad de la dimensión ética de las ciencias y de las culturas que ellas generan. Globalización y culturas nacionales. El fenómeno de la globalización ha creado un rico intercambio cultural (G.S., 54s), donde la diversificación es asimilada en su pluralidad, como fundamento para la comprensión mutua. Los compromisos de multitud de movimientos y plataformas sociales dan testimonio de ello. También, a la vez, se está dando la imposición de una cultura exterior, como proceso de universalización cultural y que además se presenta como única. Entonces aparece como si ya no hubiera otra alternativa. A esto se añade el descrédito de las instituciones y las ideologías hasta proponer su muerte54 , el desgaste sociopolítico, la quiebra de las ideas y la hegemonía del pensamiento neo liberal. Apreciando el sistema de la democracia, se comprueba dentro de los diversos aspectos de crisis, cómo los sistemas democráticos tienden a ser reducidos a reglas de elección de representantes y la corrupción se introduce en la vida social. Ante lo cual apremia el desarrollar la justicia, una "cultura de la legalidad"5S, que no es sin más 'el imperio de la ley'. 53 JUAN PABLO Il, Ene. Redemptoris Mater 1987, 52. 54 Cf. D. BELL, El fin de las ideologías, Madrid 1964,547: "la era de las ideologías ha concluido". 55 JUAN PABLO Il, Mensaje en la Il Jornada Mundial de la Paz, De !ajusticia de cada uno nace la paz para todos 1998, 5. Cf. Id., Exhortación La Iglesia en América 1999, 23.60. Alrnogaren 33 (2003) 19 - 44 31 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Reforzando ese modelo anterior, el crecimiento económico y el auge del desarrollo, ha exaltado el 'estado de bienestar'. Es verdad que esto ha posibilitado el acceso a un mayor número de población a los bienes de la tierra. Asimismo, la macroeconomía -'economía planetaria'- ha traído con ello otra concentración de los bienes y su cultura del consumo y el confort. Y, con ello, una cultura dominante y 'parasitaria' del primer mundo, con la radicalización de las bolsas de pobreza, con su cultura de la supervivencia. La globalización convierte todo en mercancía, en valor de cambio, introduciendo una moral de lo inmediato. Dado el imperio de la inmediatez, se termina por producir 'víctimas del consumismo'. La pobreza material incluye la culturaP6 • De ahí, la necesaria relativización de algunos de los valores propuestos como absolutos por la sociedad actual. Urge, por tanto, primar con fuerza la "cultura de la vida" sobre la "cultura de la muerte"5 \ la de la solidaridad sobre la del egoísmo asesino. Ante la globalización surge el subrayado de las particularidades, de los autonomismos, de las nacionalidades. Mostrando hoy una especial relevancia las identidades y las minorías nacionales58 , sin excluir el movimiento federalista. Estamos ante una nueva "cultura de las naciones"59 • La tensiones manifestadas muchas veces en enfrentamientos, incluso hasta en estado de guerra, contrastan con una cultura de los pactos y las alianzas. También aquí se nos apremia a primar, incluso desde la propia identidad colectiva de cada uno de los pueblos, la 'cultura de la paz' sobre la 'cultura de la violencia'. Todo ello nos lleva a plantear el papel que la cultura ocupa en las sociedades contemporáneas y, con ello, las apreciaciones de la función de la religión en las culturas. Así, el desarrollo y la amplitud de los conocimientos y del intercambio cultural han sido motivo de un profundo enriquecimiento de la humanidad. Pero, a la vez, la 'crisis del sentido', la fragmentación del saber60 y la marginación de la historia han generado una pérdida de referentes globales. Por otro lado, si es generalmente reconocido el papel social de la religión y su aportación específica de sentido trascendente, estamos ante los 56 Cf. Id., Ene. Centesimus annus 1991, 57. 57 Id., Ene. Evangelium vitae 1995, 28. 58 CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA, Para una pastoral de la cultura 1999, 10. 59 JUAN PABLO II, Ene. Centesimus annus 1991, 50. 60 Cf. Id., Ene. Fides et ratio 1998, 81. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. intentos de su funcionalización y manipulación. Tanto en el primer caso como en el segundo, nos encontramos ante una cultura al servicio del poder. También hay que mencionar el especial significado que hoy presenta el agnosticismo (G.S., 57), en algún caso como cultura humanista de la ausencia de Dios, a la vez, que un nuevo resurgimiento disperso de lo sagrado, que se está dando con toda fuerza. De ahí que haya que promover cada vez más una cultura dialógica y crítica, en un continuo estudio de la misma (Ad.G., 19.22). Ámbitos contemporáneos de la cultura. Otro fenómeno significativo está siendo el de la urbanización creciente, con su dinámica de concentraciones, a la vez de su distribución en las periferias y con las consecuencias de las reconfiguraciones rurales. Al mismo tiempo hay que añadir la recepción, en nuestro caso, de europeos -liberalización de fronteras- y la emigración del tercer mundo. Al enriquecimiento que genera, hay que añadir no sólo la desestructuración con su desarraigo cultural61 que provoca, sino también el transculturalismo y el sincretismo cultural derivado. A la vez que se manifiesta la solidaridad entre las culturas, brotan reacciones tanto las xenófobas como las fundamentalistas. Por todo esto, evangelizar la cultura urbana es un reto apremiante para la Iglesia. La situación poblacional reclama el acceso general de la población a la cultura (G.S., 60), de forma que a la vez que reconocemos el derecho a un sistema educativo, consideremos el papel que se ejerce actualmente en la cultura de masas. A la que hay que reclamar la conservación y el fomento de lo bueno que hay en la cultura popular. Y, con ello, la presencia necesaria de la formación cristiana en los diversos ámbitos de la educación. También los nuevos medios de comunicación cultural (G.S., 54.61; /.M.,1 ss)62 ejercen hoy un singular impacto social. Especialmente desde nuevas tecnologías de la comunicación, en su distribución de la información, como las plataformas audiovisuales e informáticas como es Internet. Estas hacen que surja una nueva cultura de la 'realidad virtual', que conlleva la posibilidad de transformar la percepción, de modificar el tiempo y las distancias. Dentro de la misma, cobra un significado especial la publicidad con la oferta que presentan, pero también con su influencia, tanto por la inflación de 61 CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA, op. cit., 8. 62 Ibídem., 9. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. la información que bloquea, como por los mensajes subliminales que subyugan. Son, así, "los medios de comunicación social, cuestión de enorme importancia porque se trata, al mismo tiempo, de instrumentos de evangelización y medios de difusión de una nueva cultura que necesita ser evangelizada"63 • Por lo que "conviene integrar el mensaje mismo en esta 'nueva cultura' creada por la comunicación modema"6 \ también como correctivo de sus deficiencias. Significativo viene siendo el papel de la mujer en el trasfondo de los cambios culturales de nuestra época, de forma que podemos hablar de una cultura feminista. Asumimos con ello, "las tareas relativas a la dignidad de la mujer y a su vocación, bajo el trasfondo de los cambios significativos de nuestra época"65 • También, basando su significado pleno en los valores cristianos sobre el contexto cultural. Hay que añadir la cultura de la infancia y la juventud, con la destructuración familiar y la cultura del control restrictivo de la natalidad. Asimismo, dado el envejecimiento de la población, una cultura de jubilación. La actual sensibilidad para la defensa de la naturaleza, también ante los atentados contra el medio ambiente, promueve la unión entre la naturaleza y la cultura (G.S., 53). Ante ésta, hay que reclamar una ecología humana. Desde aquí, nos encontramos en una global 'cultura de la salud'. A los avances médicos -clínicos y preventivos- en la salud física, se añade la valoración por la mejora psicológica: el interés por la potenciación de la autoestima y de las relaciones interpersonales. Esto contrasta con la cultura narcisista del culto al cuerpo y la cultura evasiva de la droga66 • A ello se añade el que a las transformaciones que está experimentando la 'cultura del trabajo', también se estén dando pasos hacia una 'cultura de la estética'. Hoy se manifiesta un especial interés por la belleza, por las formas literarias y artísticas (G.S., 62) y por el tiempo libre. Estamos ante una 'cultura del ocio', del descanso, de las dimensiones deportivas y turísticas. Pero también, de los modos derivados del entorno a la actividad turística y sus trasvases culturales. 63 JUAN PABLO II, Exhortación Ecclesia in Africa 1995, 52. 64 Id., Ene. Redemptoris missio 1990, 37. 65 Id., Carta Mulieris dignitatem 1988, 28. 66 Cf. Id., Exhortación La Iglesia en América 1999, 24.61. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Diálogo e inculturación de la fe. La Iglesia, ante toda esta situación cultural, se siente llamada a impulsar y animar el compromiso de todos los seres humanos. "La Iglesia es hoy consciente de la necesidad de contribuir a la promoción de la cultura y al diálogo entre la cultura y la fe"67 • Y, especialmente, el de todos sus miembros, superando la apatía manifestada en algunos ámbitos, para la participación activa en los ámbitos de la cultura, "de modo que frecuentemente se ha llegado a una práctica dejación de sus responsabilidades específicas en el mundo profesional, social, económico, cultural y político"68 • El encarnar el Evangelio en las diferentes culturas de los pueblos es una exigencia de su propia misión69 , pues "la síntesis entre cultura y fe no es solamente una exigencia de la cultura, sino también de la fe"70 • Para ello hay que partir de un acercamiento a la realidad cultural, respondiendo no sólo a las urgencias vitales, sino a los retos estructurales. Pues la coherencia entre la vida sociocultural y la fe cristiana, que favorece la participación activa en la vida cultural de los pueblos, como la sal de la tierra y la luz del mundo (Mt 5,13s), así nos lo exige. Lo cual reclama la necesidad de replantear referentes que estimulen y que dibujen una visión de futuro en esperanza. Lo que conlleva la promoción de una espiritualidad adecuada para esta nueva cultura. Así como una formación creyente, con una teología acorde, para ayudar a iluminar y animar la vida de los creyentes dentro de la cultura actual y a capacitar para responder a la nueva situación. Y esto, atendiendo a la dinámica procesual de todo itinerario, a la necesidad de un acompañamiento pedagógico que genere una experiencia de madurez en el compromiso de impregnar de valores toda la cultura (L.G., 36). La inculturación implica a todos los creyentes y madurar en su seno comunitario. Así, "será necesaria una inculturación del misterio cristiano en el seno de vuestro pueblo, para que su voz nativa, más límpida y franca se levante armoniosa en el coro de las voces de la Iglesia universal"7 '. Todo ello, porque la necesaria inculturación de la fe, implica asumir las raíces culturales del pueblo de Dios pere- 67 Id., Ene. Vita Consecrata, 99. 68 Id., Ene. Christifideles laici 1988, 2. 69 Cf. Id., Ene. Redemptoris missio 1990, 52-54. 70 Id., Carta Al crear el Consejo Pontificio para la Cultura, 1982. 71 Id., Ene. Redemptoris missio 1990, 54 Almogaren 33 (2003) 19- 44 35 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. grinante en Canarias, de forma que permita "evangelizar el mundo"72 • Aquí radica su función interpeladora, cuestionante y profética que el mismo Evangelio contiene. Llegaría, incluso, como lo hizo el Señor Jesús, a la comunión con los valores gozosos de la cultura, pero también con su realidad sufriente. Es ese el mandato que la Iglesia recibió de su Maestro (Mt 28,19s), "la evangelización de las culturas y de la inculturación del mensaje de la fe"73. Pero la inculturación, no es mera adaptación, sino inserción transformadora74. Pues "una fe que no se convierte en cultura es una fe no acogida en plenitud, no pensada en su totalidad, no vivida con fidelidad"75. Es ésta, a su vez, "la contribución específica y decisiva de la Iglesia en favor de la verdadera cultura" 76. Que no es sólo "sirviéndose de conceptos y lenguas de los diversos pueblos" (G.S., 44), con el uso lenguaje cultural, sino sobre todo el que "la adaptación a las culturas exige una conversión del corazón"77 • 3. Los retos de la cultura para los canarios. Mediante la labor cultural, el ser humano y los pueblos se constru- La Iglesia es hoy consciente de yen y edifican con otros en un la necesidad de contribuir a la promundo más humano. Al compartir el moción de la cultura y al diálogo ideal de la paz asegurada por el diá- entre la cultura y la fe. logo cultural, se colabora en la edifi-cación de un mundo reconciliado. Para ello es imprescindible el encuentro con la propia identidad, desde la cual poderse abrir en la entrega recíproca a los demás. La situación de desarticulación sociocultural de Canarias ha sido denunciada desde hace tiempo. No se ha creado un complejo cultural propio, ni se ha actualizado la tradición histórica. Ha faltado un amplio substrato de valores culturales, así como se muestra una fuerte debilidad institucional, que ha dificultado un proyecto colectivo. Como hemos constatado, en el eclipse 72 PABLO VI, Ene. Evangelii nuntiandi 1975, 15. 73 JUAN PABLO 11, Ene. Pastores daba vobis 1992, 55. 74 Cf. Id., Ene. Redemptoris missio 1990, 52. 75 Id., Congreso Nacional del Movimiento Eclesial de Promoción Cultural, 1982. 76 JUAN PABLO 11, Ene. Centesimus annus 1991, 51. 77 Id., Carta Vicesimus quintus annus 1988, 16. A1mogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. de la identidad canaria ha ejercido un fuerte papel el desprestigio sistemático de los nacionalismos78 y la desidia de quienes deben promover los valores79 • También tienen su papel aquellas políticas que no hace mucho80 se reconocían como faltas de planificación de futuro para Canarias. Últimamente, en otras más actuales, en un periodo postmodemo, se opta por la silenciación y sumisión en clave economicista, o por el peligro de utilización folclorista, como en la Celebración del Día de Canarias. El proyecto de identidad cultural conlleva una multiplicidad de campos y tareas, como la de recuperar el deterioro del medio ambiente y el desarrollo ecológico; el superar la explotación constructivista y el contrarrestar la degradación agrícola; el promover un auténtico horizonte antropológico; la promoción de la literatura, la artesanía y el folclore autóctono; la salvaguarda del "Patrimonio como seña de identidad, como proceso de reconocimiento intergeneracional, dando sentido a las pertenencia de grupo, de comunidad"81 • Dado que "el patrimonio histórico canario constituye no sólo el depósito sino el soporte de esa identidad ... ofrece las claves para entender el camino que nos condujo, a través de los tiempos, a nuestra realidad actual, a lo que somos hoy"sz. Por todo ello, se hace necesaria la emergencia y el fortalecimiento de la identidad y la unidad cultural de Canarias, su vertebración socio-cultural. Dado que la cultura no es sólo herencia histórica y situación, sino sobre todo, gerencia y prospectiva. Por ello, es urgente recuperar la realidad del futuro y su carácter de utopía. La función eficaz de la utopía se encuentra en la modificación del interés por el futuro, ejerciendo un influjo positivo en la contracción social83 • En ella, lo sugerente aparece como lo necesario y deseable que promueve el avance. A la vez, implica un descodificar los mensajes que hoy se venden, para mostrar los esquemas de fondo que presentan, los referentes 78 Cf. E. GOFFMAN, Estigma. La identidad deteriorada, 1998'. 79 No hace mucho se reunieron las juventudes de los partidos nacionalistas del Estado Español -sin que sepamos que hubiera presencia canaria- reclamando el respeto al ejercicio de autodeterminación de cada pueblo, cf. "Declaración de Mallorca" en ABC (4-8-2002, 20) en El Mundo (4-8-2002, 12); etc. 80 Exactamente en el I Encuentro Canarias Siglo XXI, organizado por el Gobierno de Canarias en las Palmas de G. C. en 1992, por el entonces presidente del Gobierno. 81 M. MORENO, "Patrimonio cultural. Puesta en valor y uso" en Vector Plus 20 (2002) 42. 82 Ley 411999 del 15 de marzo, sobre el Patrimonio Histórico de Canarias. 83 AA.VV., "Utopía" en Concilium 41 (1969) 16ls. Almogaren 33 (2003) 19- 44 37 38 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. abstractos que se encuentran en los discursos dominantes. Todo ello debe llevar a la recreación del sentido ante su 'crisis', a recrear imágenes con sentido. Por último, el trazar una planificación implica ya elegir y con ello, la necesaria experiencia de ser y sentimos todos protagonistas, constructores de nues- El reto consiste eH la construcción de una identidad cultural integral que suponga la unidad espiritual contra el individualismo, una nacionalidad en el contexto actual del pluralismo cultural, superando patologías y en una identidad abierta. tro propio futuro. Desde ahí, se hace necesario el repensar la teoría cultural y la función crítica de los intelectuales locales, así como del papel a desempeñar de las asociaciones culturales. Proponer un sistema cultural amplio de argumentación comunicativa y con finalidad emancipadora, que prevea de sentido y orientación. En ella presenta una radical trascendencia de la transmisión de la propia cultura, abriendo también espacios de información y formación sobre las culturas de los otros. Por eso la importancia de cuidar la educación cultural en todas los niveles de la enseñanza escolar y a través de los recursos que se tengan en los medios de comunicación (de ahí la relevancia de medios autonómicos). La consideración y la urgencia de replantearse la canariedad no sólo señala de nuevo el tema de la identidad canaria, sino que nos muestran los rasgos diferenciales y los fundamentos universales en el contexto de un nuevo periodo histórico. "La sociedad civil se encuentra hoy dentro de un complejo proceso cultural que marca el fin de una época y la incertidumbre por la nueva que emerge al horizonte"84 • Este nuevo periodo histórico debería caminar desde la propia geografía humana específica, en un cruce de caminos continentales y culturales, desde una insularidad vertebrada en un archipiélago. Todo ello en el mundo actual de la globalización y del pluralismo cultural y religioso, que está conllevando profundos cambios. Ante la orientación de la política hegemónica y de sus instituciones públicas, que no atienden a las demandas de las particularidades, ni al reconocimiento de la identidad cultural de un pueblo, en la lucha por el reconocimiento de tal identidad colectiva se juega el propio ser y futuro. Para ello se deben tomar las 84 CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política, 24 de noviembre de 2002, 2. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. decisiones políticas adecuadas para el desarrollo de la propia identidad. Esta demanda también conlleva la reivindicación de autogobiemo cada vez mayor, incluso puede exigir el derecho a formar en el interior del Estado una 'sociedad particular distinta'. "El principio de nacionalidad significa un derecho a la autodeterminación nacional"85 , como el derecho a determinar "una medida equitativa de autodeterminación en vuestras vidas, como pueblos autóctonos"86 • Tal ejercicio democrático no es excluyente, sino de incorporación, de apertura hacia la igualación, sin integración uniforme. Y esto, no sólo para nacionalismos 'periféricos' sino, con profunda razón, para ultraperiféricos como lo es Canarias. El reto consiste en la construcción de una identidad cultural integral, que suponga la unidad espiritual contra el individualismo, desde la reciprocidad con la universalidad, una nacionalidad en el contexto actual del pluralismo cultural, superando patologías y en una identidad abierta. Precisamente, la búsqueda común de una ética de la justicia y de la óntica de la verdad, suponen una clave fundamental de unificación. Ese proyecto está reclamando la reconstrucción de unas representaciones colectivas, de unos sistemas de identificación específico. Exige cambios de mentalidad y de estructuras que nos hagan pasar de los estereotipos a los arquetipos, a la necesidad de visibilidad en signos identificativos. Dibujando nuevas imágenes para situaciones históricas nuevas87 • La percepción de la realidad canaria dependerá de las estructuras de plausibilidad y de los procesos sociales requeridos para su mantenimiento88 • Tras lo aprendido por la historia, no caben holismos colectivistas, ni individualismos postliberales, ni universalizaciones globalizadoras. Más bien, desde una orientación al comunitarismo y éticas de reconocimiento89 • "La política de la diferencia, también ... se fundamenta en un potencial universal"90 y "este requisito del reconocimiento político de la particularidad cultural. .. es compatible con una forma de universalismo"91 • La identidad cultural se cons- 85 J. HABERMAS, La inclusión del otro, Barcelona 1999, 119. 86 JUAN PABLO II, Discurso a los amerindios e inuit (esquimales), 10 septiembre de 1984. 87 En este sentido, resultado inaudito, como signo, la dilación sobre el Himno de Canarias. 88 Cf. P. BERGER- TH. LUCKMANN, La construcción social de la realidad, Buenos Aires 1976, 194. 89 Cf. A. CORTINA, Alianza y contrato, Madrid 2001, 69ss. 90 Ch. TAYLOR, El multiculturalismo y 'la política del reconocimiento', México 1993, 65. 91 A. GUTMANN, "Introducción", en Ch. TAYLOR, op.cit., 16. Almogaren 33 (2003) 19- 44 39 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. tituye y crea dialógicamente, de ahí la relevancia del diálogo colectivo y multicultural. Pues incluso el multiculturalismo requiere una cultura común, para poder participar en conjunto. Se excluye toda opción de construcción de ghetos culturales que sea de pobres (barriadas) o de ricos (colonias), generando, con ello, una cantonización de las identidades plurales. Al contrario, frente a la degradación de la cultura, la justicia y la cultura son dos acciones indisociables, pues resulta "evidente que el progreso cultural está íntimamente vinculado a la construcción de un mundo más justo y más fraternal"92 • Es, por tanto, imprescindible abrir ámbitos a lo otros, que ya son nuestros convecinos en el mismo espacio de Canarias. 4. Los retos de la cultura para la fe en Canarias. Desde la perspectiva de la fe cristiana, se da ya una especial relevancia por el hecho de que la misma religión constituye un elemento de la cultura, pero sobre todo, porque la fe cristiana esencialmente busca la transformación de la realidad para adecuarla al proyecto de Dios sobre ella. Como indicio de ello, se puede tomar la conflictividad histórica de la Festividad de S. Pedro Mártir o del Pendón de Castilla, por ser reflejo de la tesitura de cada momento histórico de la relación entre diversas visiones, de su concurrencia o no93 • En todo esto, también la fe cristiana y la misma Iglesia están llamadas a desempeñar un papel en esa reconstrucción. De forma que también nosotros y la tarea evangelizadora se encuentran insertas en nuestra "cultura canaria, expresión de nuestras peculiaridades específicas y diferenciales"94 • "Así nuestros teólogos se situarán en ... Canarias, en el momento actual (aunque sea para contemplar y asumir el pasado); pero lo harán concretando aún más, porque Canarias y la Diócesis ... representan mundos complejos y plurales"95 • Esto supone que la teología se realiza siempre desde un 'lugar' determinado, como toma de conciencia 'desde donde' se realiza, cuál es su punto de partida. También el papel que deben ejercer las comunidades cristianas en Canarias 92 JUAN PABLO Il, Carta Al crear el Consejo Pontificio para la Cultura, 1982. 93 Cf. J. ARTILES, "El Pendón de la Conquista: Lugar de encuentro en las relaciones Iglesia-Estado" en "Almogaren" !6 (1995) 173-184. 94 SÍNODO DE LA DIÓCESIS DE CANARIAS, Constituciones Sinodales (1992), CS 187, cf. 188-190. SÍNODO DIOCESANO NIVARIENSE, Constituciones y Documentos (1999), CS 18, cf. 253. 95 R. ECHARREN, Obispo de Canarias, "Presentación" en Almogaren 1 (1988) 13. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. (cf. Ad.G., 22), desde una pastoral participativa, que parta de su inserción en nuestra realidad concreta, en una experiencia de vida, en la cual se realiza la oferta evangélica. La presencia de los creyentes cristianos en la cultura canaria tiene como misión mostrar cómo ésta última revela, a la vez que oculta, su realidad verdadera, por lo que siempre deben generar una reserva última. Es esta misma reserva la que posiciona en busca de una realidad más universal. Para ello la fe cristiana tiene que ser transcultural, incluso consigo misma, superando la hegemonía cultural cristiana y entrando en la realidad dialógica pluricultural y multireligiosa. En este sentido, los Obispos canarios declararon que "por primera vez en la historia de nuestras iglesias diocesanas, nos dirigimos a todos ustedes, diocesanos de Tenerife y de Canarias"96 • Partiendo de una visión de nuestra realidad Canaria (2a parte), para buscar la propia identidad en el diálogo de fidelidad a la propia realidad. Con ello constatan la correlación entre la identidad cristiana y la identidad canaria: "estos trozos de tierra insular, estos territorios discontinuos pero unidos por un mismo mar, estas dos Iglesias diocesanas, de la única y Católica Iglesia. Canarias es punto de encuentro tricontinental. Nuestra cultura y sensibilidad es fruto de muchas influencias. Nuestras islas son lugar de contrastes"97. "El diálogo de la Iglesia con las culturas reviste hoy importancia vital para el provenir de la Iglesia y del mundo"98 • Por eso, la Iglesia quiere entrar en un fecundo intercambio con todas las realidades culturales y religiosas de nuestra sociedad Canaria, en el pluralismo que hoy la caracteriza. Una Iglesia dialogante, con un compromiso decidido en defensa y promoción de los valores humanos, "hemos de promover una cultura de la vida que promocione la dignidad humana en cualquier situación de la existencia" 99. Aunque también, en permanente actitud de discernimiento ante las distorsiones que de la vida humana, de la cultural colectiva y de la expresión religiosa puedan darse. 96 Carta Pastoral Conjunta de los Obispos de las Diócesis de Canarias y Tenerife, Jesucristo, la Buena Noticia, 1999, 3. 97 lbidem, 55. 98 SÍNODO DIOCESANO NlVARlENSE, op.cit., Mensaje 16, pág. 455. 99 Id., Constituciones y Documentos 1999, pág. 177. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Por esto, somos "conscientes de la urgencia pastoral de prestar a la cultura una especialísima atención ( Ch.L, 44b )"100 y de que "cada Iglesia particular deberá tener un proyecto cultural"101 • Pues consideramos "la inculturación como una prioridad y una urgencia en la vida de las Iglesias particulares", no sólo como promoción integral del ser humano, sino incluso, como ''un camino para la santidad"102 • Asumiendo, con todo ello, el reto que supone para nuestras Iglesias en Canarias. El mismo supone afrontar una política cultural eficaz como defensa, fomento y promoción de la identidad cultural canaria como patrimonio del pueblo. La difusión y el aprendizaje desde la historia de Canarias y la historia de la Iglesia en Canarias. En la misma línea la defensa y transmisión del patrimonio religioso-cultural de la Iglesia, con el objetivo preferente de estar al La presencia de los creyentes cris- servicio de su misión evangeliza-tianos en la cultura canaria tiene como dora, lo pone también la Iglesia al misión mostrar como ésta última revela, servicio de la cultura socialw3. a la vez que oculta, su realidad verdade-ra. La defensa de una cultura ecológica, pues es evidente la importancia de la 'fisonomía cultural' del territorio104 • Sobre todo consciente de que "el paisaje canario ha experimentado una fuerte transformación inducida por el fenómeno turístico"105 • La transmisión de la cultura, para lo cual "la EDUCACIÓN constituye un factor decisivo en el desarrollo de la cultura"106 • Superando el tradicional analfabetismo (superior al 50% hasta la década de los años 1930) y promoviendo la cultura de masas y cultura popular, con la producción y difusión de programas de contenido cultural y educativo. Urge el "facilitar el diálogo Iglesia-culturas en el nivel de universidades y centros de investigación"107 • 100 lbidem, es 383. 101 JUAN PABLO 11, Discurso al Pontificio Consejo de la Cultura 1997, 4. 102 Id., Exhortación Ecclesia in África 1995, 59.68s.87. 103 Cf. D. IGUACEN, Obispo de Tenerife 1984-91, La Iglesia y su patrimonio cultural, Madrid 1984, 17- 20. Fruto de esto es el Convenio entre el Gobierno de Canarias y la Iglesia Católica de esta Comunidad del27 de mayo de 1987. 104 Cf. JUAN PABLO 11, Diálogo entre culturas para una civilización del amor y la paz, 2001. 105 A. SANTANA- G. MORALES, "La evolución del paisaje" 11, en Geografía de Canarias. Geografía Generall, 217. 106 SÍNODO DIOCESANO NIVARIENSE, op. cit, pág. 178. 107 JUAN PABLO 11, Carta Al crear el Consejo Pontificio para la cultura, 1982, 7. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Esto no excluye la promoción de una verdadera cultura de alto nivel científica, que debe integrar la cuestión del sentido del hombre y la búsqueda de la verdad integral, desde una orientación unitaria del saber. Igualmente hay que articular una cultura del trabajo y cultura lúdica. La cultura de la internacionalidad y de las particularidades reclama, a la vez, una apertura universal hacia todas las culturas, comprender la nueva realidad creciente de canarias como receptora de inmigración. Estamos ante una verdadera "encrucijada de etnias, lenguas y religiones"108 • Una sociedad multirracial y multicultural debe obligarnos a ampliar una noción pastoral entendiéndola de forma muy unilineal como la de inculturación, hacia una de plurinculturación de la fe. tiene Una determinada cultura hoy que utilizar los La defensa y transmisión del medios de comunicación cultu- patrimonio religioso-cultural de la ral disponibles, desde una polí- Iglesia, con el objetivo preferente de tica verdaderamente cultural de medios de comunicación, con el reconocimiento de la necesidad de medios y producción cultural propia. estar al servicio de su misión evangelizadora, lo pone también la Iglesia al servicio de la cultura social. La transculturación está reclamando con urgencia una cultura del diálogo, que permita a su vez, el desarrollo de una cultura de la paz, pues "la paz es uno de los más elevados logros de la cultura"109 • Conclusión "Si la cultura es aquello a través de lo cual el hombre, en cuanto hombre, se hace más hombre, en ella se juega el mismo destino del hombre"110 , debemos ser conscientes de que nos debemos para con las generaciones futuras m, tenemos que mantener el principio esperanza (E. Bloch), contra el pretendido fmal de la utopía, pues aún este fmal no es sino el comienzo de nuevas posibilidades (H. Marcuse). El elemento inspirador de la identidad cultural es una tarea. 108 JUAN PABLO II, Discurso al Cuerpo Diplomático en el Camerún, 12 de agosto de 1985. 109 Id., Discurso a los representantes de la ciencia y la cultura, 1981; cf. GS, 78. 110 Id., Pontificio Consejo para la Cultura, 20 mayo 1982. 111 Cf. Id., Ene. Centesimus annus, 37. Almogaren 33 (2003) 19- 44 José A. Rodríguez Roca: La iglesia en Canarias ante los retos de la identidad cultural. Por tanto, "el futuro del hombre depende de la cultura"112 • Así "la evangelización y la santificación no son otra cosa, ... que ayudar a nuestra cultura a que alcance su pleno desarrollo"113 • Así, una cultura viva que mira hacia el pasado, al mismo tiempo se vuelve resueltamente hacia el porvenir, tal como Juan Pablo II nos trazaba como proyecto: "cultura no es únicamente reflejo de lo que sois, sino crisol de lo que llegaréis a ser. Por tanto desarrollaréis vuestra cultura de modo vivo y dinámico en la esperanza"114 • La transculturación está reclamando con urgencia una cultura del diálogo, que permita a su vez el desarrollo de una cultura de la paz, pues "la paz es uno de los más elevados logros de la cultura". "Si el hombre es verdadera-mente creador de cultura, ¿no estaremos obligados a otorgar un amplio espacio a la cultura? Las culturas del mañana están ya en gestación y serán, para nuestro destino colectivo, lo que nosotros hayamos imaginado y querido ... Nos hemos preguntado: ¿Qué culturas del futuro? Si nuestro futuro depende de la cultura, una sola pregunta: ¿Qué cultura podremos construir juntos?" José Antonio Rodríguez Roca 112 JUAN PABLO 11; Discurso a la UNESCO, 1980. 113 R. M• CARLES, "Presentación", en Catolicismo y cultura, Madrid 1990,29. 114 JUAN PABLO 11, Discurso en la Universidad Lava! de Quebec, 9 septiembre 1984. 115 H. CARRIER, Evangelio y Culturas, Madrid 1988, 169.171. Almogaren 33 (2003) 19- 44 |
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