ARTICULO
Por un sistema público de lectura para Canarias
Luz Caballero Rodñguez'"
Colegio Público Néstor Alamo
Jinámar (Las Palmas de Gran Canaria)
La transferencia en la gestión bibliotecaria desde el poder central a las
comunidades autónomas collevó la desaparición de los Centros Provinciales
Coordinadores de Bibliotecas en Canarias. Desde entonces no ha habido un
intento serio de instalar un Sistema de Lectura Pública. Su creación, que no
puede postergarse por mas tiempo, deberá necesariamente de estructurarse
a través de una Red Canaria de Bibliotecas en la que se integren bibliotecas
insulares, municipales y de centros docentes no universitarios, todas ellas
coordinadas por dos centros coordinadores provinciales.
The transferral of library management from a centralized authority to that of
Spanish Autonomous Communities led to the dissapearance of Provincial
Coordinating Centres of Iibraries in the Canary Islands. Since then, no effort
has been made to create any Public Reading System. The creation of which
can not wait any longer, it will also be necessary to organize the system
through a Canarian Iibrary networ\< which will cover town, insular Iibraries as
well as non-university·teaching institutions, all of which coordinated by two
Provincial Coordinating Centres.
BIBLlD 1133-9756(1993)7-8p.53-57
Periodos como los actuales, en los que el avance continuo de la ciencia hace que los
conocimientos adquiridos en la etapa escolar queden caducos al cabo de poco tiempo, lo que unido
al momento de crisis de las estructuras sociales que requieren de la continua actualización de los
miembros de la sociedad para su adaptación a estos cambios, obligan a las autoridades
responsables a la creación de estructuras culturales que permitan este continuo reciclaje.
Una de estas vras son las bibliotecas públicas que cuenten con los medios adecuados en
cuanto a: fondos actualizados yen número suficiente, personal preparado con una visión moderna
de las bibliotecas y que éstas sean lo suficientemente accesibles por ubicación y espacio para que
resulten atractivas a los usuarios.
La tradición bibliotecaria no es igual en todos los paises. Mientras en los anglosajones y los
del norte de Europa es grande y las bibliotecas son un centro cfvico importante y a veces hasta
neurálgico de la comunidad (eso lo demuestra el hecho de que en novelas y peHculas las
bibliotecas aparecen como una referencia frecuente), Espaf\a no ha gozado de esa tradición -si
exceptuamos el caso de Cataluna, que según que zonas ha podido disfrutar de un adecuado
tratamiento en este terreno-, y no es hasta la democracia que se ha tenido una preocupación real
*Ex-Coordinadora Regional del Programa de Fomento del Libro y la Lectura
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por el tema y aún asf, a pesar de que en estos momentos se puede hablar de experiencias muy
interesantes el Sistema Bibliotecario Espanol, sigue requiriendo de fuertes intervenciones. Si eslo
es asf en el resto del Estado, en Canarias la situación es mucho mas precaria y necesita de
urgentes medidas que la enmienden.
Desde las transferencias del Ministerio de Cultura al Gobierno Autónomo en materia
bibliotecaria, los Centros Coordinadores existentes, ubicados en las dos Bibliotecas Públicas
Provinciales, dejan de funcionar como tales, limitando su actuación a los envfos esporádicos de
fondos procedentes del Ministerio a algunas de las Bibliotecas Municipales. Desde ese momento,
es la Viceconsejerfa de Cultura del Gobiemo de Canarias quien asume las competencias que antes
tenfa el Ministerio. A pesar de la existencia de un departamento encargado del tema, nunca hubo
una preocupación real y sobre todo faltaron directrices pollticas que organizaran el sistema de
lectura pública en Canarias. La actividad de dicho departamento se limitó a la organización de
algunos cursos de biblioteconomfa ya la compra y envfo de lotes de libros a las bibliotecas. Lotes
de los que, como mfnimo, se puede decir que los criterios de selección son bastante discutibles y
que rara vez correspondfan a las necesidades de ese tipo de bibliotecas.
En el ano 1990 se firmó, con el Ministerio de Cultura, el convenio Plan Cultural Canarias para
la promoción cultural de las islas no capitalinas, que inclufa los apartados de archivos y bibliotecas.
Este convenio que , en principio, iba a ser por dos anos, al cabo de los cuales ha sido revisado y
renovado con algunas modificaciones, supone una aportación económica del 75% y 25% por parte
del Ministerio y Viceconsejerfa respectivamente, e implica la existencia de un coordinador en cada
isla, dependientes de los respectivos Cabildos Insulares y financiados por el Ministerio, y un
Coordinador General del Plan.
Umitándonos al tema que tratamos, la actuación del Cultural Canarias supuso la organización
de diversos cursos de biblioteconomfa, en ambas provincias, y la adquisición de fondos que
llegaban tratados técnicamente a las bibliotecas que de él dependfan. Sin embargo, la coordinación
entre el Plan Cultural Canarias y la polltica bibliotecaria de la Viceconsejerfa no ha sido mucha y
de ésta con cada Ayuntamiento practlcamente inexistente o por lo menos no correspondfa a un plan
previo, dándose el caso de la llegada de los lotes que no podfan ser utilizados por carecer de
estanterfas, o por la falta de una barandilla que permitiese el acceso a la sala de lecturas que en
muchos casos se encuentra en una segunda planta. Situaciones como estas se han prolongado,
incomprensiblemente, por largos periodos. Mientras tanto cada municipio, no olvidemos que las
bibliotecas son de titularidad municipal, ha ido haciendo por su cuenta, en función de sus
posibilidades yde sus criterios sin que haya habido una planificación coordinada del proceso, ni un
aunamiento de los esfuerzos.
¿ Cual es, pues, la situación de la lectura pública en Canarias y cuales las medidas que
sertan necesarias tomar?
Cuando se habla de lectura pública, se debe incluir tambien a las bibliotecas de los centros
escolares no universitarios, pero dado lo controvertido de este apartado, me limitaré a las
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Por un sistema público de lectura pare Canarias
municipales. En estos momentos, practicamente todos los municipios cuentan con biblioteca, a
excepción de algunos que no la tienen o están pendientes de su apertura. Otros, sin embargo,
cuentan con mas de una y aqur hay que reconocer el esfuerzo de Ayuntamientos como Sta. Lucia
de lirajana que tiene diez, aceptablemente atendidas, y planifica la construcción de una Biblioteca
Municipal Central que las coordine.
En cuanto a los edificios hay que reconocer que pocos han sido construidos con ese fin yeso
denota las carencias de infraestructura. Muchas se encuentran en las Casas de la Cultura y no
siempre ubicadas en el lugar mas conveniente, normalmente en un segundo piso; otras aprovechan
los centros escolares. Entre las que han sido construidas especificamente, o el edificio ha sido
rehabilitado para tal fin, caben destacar las de San Andrés y Sauces en La Palma, la de Puerto del
Rosario en Fuerteventura, la de sta. Cruz de Tenerife y la Insular de Gran Canaria dependiente del
Cabildo Insular, en éstas coincide también una correcta gestión que responde a criterios
actualizados. Una mención aparte merecerfa la de Telde, que acaba de ser inaugurada y es
gestionada por una empresa privada -muestra clara de la descoordinación existente y del
entusiasmo privatizador de algunos grupos polftlcos-.
En cuanto al personal la situación es variopinta, desde el plano laboral, muchos han de
compartir su tiempo con otras tareas, hasta el formativo.
¿ Quienes tienen responsabilidades en la creación de la futura Red Canaria de
Bibliotecas?
En Canarias nos encontramos con tres tipos de instituciones que inciden en el tema
bibliotecario: Ayuntamientos, Cabildos Insulares y Gobierno Autónomo. Es responsabilidad de este
último el disel'io de la polftica bibliotecaria y de un plan de actuación que ha de ser consensu,ado
con las otras instituciones. Lo primordial es tener una concepción global de cual es el Sistema
Público de Lectura que se desea y que debe abarcar las Bibliotecas Insulares, las M~ales y las
Escolares no universitarias, logicamente las escolares requieren un tratamientos diferente a las
otras.
La creación de la Red Canaria de Bibliotecas se estructurarla en torno a dos Centros
Coordinadores provinciales de los que depender[an las dos Bibliotecas Públicas del Estado, las
Bibliotecas Insulares, -las existentes y las que se creasen-, y las Bibliotecas Municipales, de las que
deberán existir, al menos, una por municipio y posteriormente se irran creando o bien bibliotecas o
Agencias de Lectura según los casos y las necesidades. Las Agencias deben depender
directamente de sus respectivas Bibliotecas Municipales.
Otro aspecto a debatir es el de la creación de un servicio de bibliobús, tema que tiene sus
mas y sus menos, pero que la particular orograf[a de las islas, tal vez lo haga necesario.
,En esta concepción el paPel de los Centros Coordinadores es fundamental, pues son los
centros neuralgicos de toda la planificación. No se puede hoy dra entender el papel de los mismos
como el de simples procesadores técnicos de los fondos, pues su función va mucho mas allá, no
solo porque asf lo estipula cualquier manual de bibloteconomfa, sino porque además nuestra
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situación actuario hace imprescindible. Este planteamiento fue asumido por la polftica de actuación
bibliotecaria de la Viceconsejeria de Cultura del anterior Gobierno Autonomo (1991-1993) y se
recoge en un documento titulado Programa de Fomento del Ubro y la Lectura.
Pero puesto que para cambiar los modos de actuar y las concepciones sobre las cosas no
basta con que éstas se plasmen en el papel, sino que se precisa de una práctica que demuestre
lo atinado de esos planteamientos, se comenzó por generar una dinámica bibliotecaria acorde con
estos criterios que posibilitaran en un segundo momento la unificación de actuaciones y el reparto
de responsabilidades y para ello se comenzó dando el primer paso a quien correspondia.
Este consistió en la creación de un equipo de Dinamizadores de Biblioteca (11 en total)
repartidos por todas las islas (a excepción de El Hierro, por motivos que no vienen al caso). De
forma experimenta', cada dinamizador era responsable de cinco biblotecas que visitaba
semanalmente y en las que realizaba actividades de fomento de la lectura con nifios, asi mismo
colaboraba con el bibliotecario en tareas de organización interna que supusiesen un estrmulo para
los usuarios y tambien para el propio bibliotecario que encontraba una renovación en su trabajo:
nuevas tareas, nuevas metas y nuevas maneras de enfocar su labor. Igualmente se comenzó con
un Plan de Formación y Actualización de los bibliotecarios, del cual solo fue posible desarrollar el
primer curso que se impartió tanto en Las Palmas de Gran Canaria como en Santa Cruz de
Tenerife, asumiendo la Viceconsejerfa todos los gastos, incluido el traslado de los biblioecarios
desde sus respectivs islas.
Nos encontramos con que en Canarias hay muy pocos bibliot~carios titulados y por lo tanto
esta situación se reproduce entre el personal de las bibliotecas municipales.Es responsabilidad de
la institución garante de la politica bibliotecaria subsanarla. Para ello estaban en estudio dos vias
de actuación: acuerdos con las Universidades y con Educación para la creación de Cursos de
Postgrado o Modulos de Fonnación Profesional, que les titulasen como bibliotecarios o auxiliares
de biblioteca.
Tambien la creación de los Centros Coordinadores empezaba a ser una realidad. Tomando
como modelo la Comunidad Autónoma con un mayor nivel de desarrollo bibliotecario (Catalufia)
se realizaron visitas para estudiar el funcionamiento de su Red y de su Centro Coordinador, que
ellos denominan Central Técnica, pues consideran que responde mejor a una concepción mas
adecuada de su papel actual. Después de esto el primer paso era tomar una decisión sobre el
sistema info""atico que se debfa elegir. Hecho esto, fueron adquiridos los equipos necesarios tanto
para los Centros Coordinadores, como para ampliar los existentes en las dos Bibliotecas Públicas
Provinciales. Se empezaron a buscar los locales mas adecuados en los que instalar dichos Centros.
Previamente a que los dinamizadores iniciaran su labor como tales, realizaron una amplia
encuesta sobre la realidad de todas y cada una de las bibliotecas existentes (entre otros motivos
para poder elegir en cuales se debra empezar a trabajar) a partir de las cuales se realizó un informe
de cada una de ellas, en el que al final se sugerfan las modificaciones que estimabamos oportunas.
El resultado al cabo de un afio de trabajo de los dinamizadores fue que muchos de los
responsables municipales, viendo como habra crecido el número de usuarios (sobre todo el público
infantil, que es con el que mas se trabajó) y entendiendo que habfa un compromiso serio por parte
de la Viceconsejerra y un proyecto de futuro, iniciaron un plan de mejoras en las bibliotecas y en la
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situación laboral de sus bibliotecarios. En estos momentos, y tras el cambio de Gobierno, este plan
ha sido paralizado. El programa de formación se ha estancado, los Centros Coordinadores no han
sido creados. Una vez más, las Bibliotecas vuelven a quedar en un plano relegado. Parece que
siguen sin encontrar un hueco dentro de la politica cultural.
Confiemos que estas deci~iones sean revisadas por los responsables politicos y las
Bibliotecas adquieran para ellos la importancia que tienen, áunque esa labor sea una inversión a
largo plazo. Pues Canarias necesita y merece ese esfuerzo. Ya que en este terreno hay tanto por
hacer vale la pena comenzar con buen pie, aprendiendo de los que van pordelante de nosotros y
asi evitar los errores que otros ya han solucionado.
Los retos del futuro
Resumiendo esquemáticamente los puntos centrales de lo anteriormente argumentado, las
!rneas por las que debe pasar la creación de la Red Canaria de Bibliotecas serian:
- Puesta en marcha inmediata de los dos Centros Coordinadores Provinciales.
- Inicio inmediato de las conversaciones con la Consejeria de Educación y las dos
Universidades para la convocatoria de Cursos de Formación Profesional de Modulo Tres y
Cursos de Postgrado. Mientras ésto se materializa, continuidad del programa de reciclaje
disenado.
- Paso al Parlamento de la Ley de Bibliotecas.
- Convocatoria de mesas de debate en las que participen las tres instituciones, antes
mencionadas, a fin de determinar las responsabilidades a asumir por cada una de ellas.
- Proyectos de mejoras o nuevas construcciones, según los casos, para adecuar cada
biblioteca a los cánones establecidos.
- Puesta en marcha de un sistema informático al que se deben ir incorporando
paulatinamente las bibliotecas.
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